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1
finales del siglo XIX y gran parte del XX, con el fin de postular el nuevo
paradigma de “Protección Integral de los Derechos del Niño” materializado en la
Convención Internacional de los Derechos del Niño (1989), recogido por la
Constitución Nacional y materializado en diversas Leyes, entre las que
destacaremos la Ley Nacional 26.061 y la Ley de la Provincia de Buenos Aires
13.298, en la cual se apoya el presente trabajo.
En clara oposición al Paradigma del Patronato, el nuevo Paradigma de
Protección Integral, materializado como se mencionó en la Ley 13.298, propone
una visión del niño “superadora”, en tanto éste es considerado desde la
concepción de sujeto pleno de derechos, portador de pensamiento, conciencia y
de una percepción acerca de su situación así como de sus necesidades.
Asimismo, dicha Ley, en lo que respecta a las instituciones que intervienen en
dicho ámbito, propone una radical transformación, tanto al interior de cada
institución, como también en las formas de articulación, derivación y atención de
las problemáticas de niñez, adolescencia y familia, a la vez que se establecen
nuevas instituciones.
Esta transformación implica una reasignación de sus atribuciones en el proceso
de atención de esta población. Dentro de esta reasignación, las instituciones
deben asumir nuevas responsabilidades, no porque no las hubiesen asumido
previamente, sino porque en este marco, estas responsabilidades adquieren
cierto carácter de “obligatoriedad”.
En este sentido, se hace hincapié en la idea de “participación activa”,
“corresponsabilidad” o “responsabilidad colectiva”, en tanto propuestas
promovidas por el paradigma mencionado, que apunta a que todos los actores
(tanto públicos como privados) sean responsables de velar por los derechos de
los niños, en los temas de promoción, protección, resguardo y restablecimiento
de los mismos, y lo hagan de manera conjunta.
A partir de este nuevo marco conceptual, es que surge el interés acerca de las
vivencias de los profesionales frente al cambio legislativo, acerca de las
prácticas que se han modificado y de las que permanecen, acerca de las
2
funciones y responsabilidades que, a partir de la nueva ley, se les atribuye y al
modo de desarrollarlas.
De esta manera, el propósito de estudio del presente trabajo, se ha orientado a
contribuir al conocimiento de los procesos de intervención desarrollados por los
trabajadores sociales en una organización del tercer sector, destinados a la
promoción y protección de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, en
relación a la noción de “corresponsabilidad” contemplada en la Ley 13.298.
A los fines de conocer los procesos de intervención desarrollados por los
profesionales, esta investigación, de carácter exploratorio, ha sido abordada
desde un enfoque y una metodología cualitativa, buscando comprender la
perspectiva de cada uno de los trabajadores sociales acerca de los cambios
ocurridos y la intervención llevada a cabo.
Asimismo, siguiendo el propósito de estudio planteado, se ha decidido analizar
las intervenciones de los profesionales (trabajadores sociales que intervienen
directamente con niños, adolescentes y/o sus familias) de la Asociación Civil “El
Coihue”, así como también del Servicio Zonal de Protección y Promoción de los
Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes (Región Oeste) y Locales, con los
cuales la organización trabaja, para lo cual, se utilizaron fuentes primarias y
secundarias. En una primera instancia, como fuentes secundarias que
permitieran recabar información para el análisis, así como también para
profundizar una mirada crítica, evitando caer en estigmatizaciones y
descripciones valorativas en relación a la problemática planteada, se ha buscado
conocer los lineamientos establecidos por la Ley Provincial de Niñez, así como
otros documentos afines, publicados a partir de las promulgaciones de dicha ley
y otro tipo de bibliografía teórica de la temática.
En una segunda instancia, como fuentes primarias, se han realizado entrevistas
individuales semi-estructuradas, con preguntas abiertas, a los diferentes
trabajadores sociales de la organización “El Coihue”, así como a los
profesionales de los Centros Zonales, con el fin de comprender, como se
mencionó con anterioridad, la perspectiva de cada uno de los mismos acerca de
los cambios ocurridos y la intervención llevada a cabo.
3
Tanto para garantizar la coherencia del análisis realizado, como para una
mejor comprensión del mismo, se ha organizado el trabajo en tres capítulos
principales, que a su vez contienen subtítulos temáticos. El primer capítulo se
titula “Hacia el Nuevo Paradigma: ¿Nuevas Experiencias?”, y contiene una
explicación de los principales ejes del paradigma de la Protección Integral de los
Derechos de los Niños. En el segundo capítulo, “La Intervención Profesional en
Organizaciones Locales: Cambios y permanencias a partir de la Ley 13.298”, se
analiza qué prácticas profesionales han vislumbrado cambios concretos a la
hora de la intervención y cuáles han permanecido intactas, considerando
asimismo cómo se han reconfigurado las instituciones en relación al concepto
mismo de corresponsabilidad. El tercer capítulo se titula “La Corresponsabilidad:
una compleja articulación de los actores sociales”, y centra su desarrollo en
cómo es entendida la corresponsabilidad por los profesionales que intervienen
desde la Asociación Civil “El Coihue”, así como por las distintas instituciones con
las que la misma trabaja. Finalmente, se desarrollan aquellas conclusiones a las
que se ha arribado luego del presente trabajo, así como también las preguntas
que el mismo ha despertado en el equipo.
4
CAPITULO UNO
Durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX surgen en Argentina
las primeras iniciativas socio-jurídicas respecto de los niños y jóvenes en
situación de calle y vulnerabilidad social. El Patronato de la Infancia fue creado
en el año 1892 con amplias facultades para intervenir judicial y
extrajudicialmente en cualquier asunto referente a los niños en peligro material y
moral. La institucionalidad del paradigma se establece con la ley 10.067 (en la
provincia de Buenos Aires), conocida como la Ley del Patronato, sancionada en
1919. A partir de ella, el Estado intervenía sobre los niños y jóvenes,
especialmente de sectores carenciados, dando al juez la posibilidad del ejercicio
5
de la tutela de los mismos, es decir, dando atribuciones ilimitadas para decidir la
internación de niños con el argumento de su asistencia social. De ese modo, se
promovía la judicializacion de la pobreza. De esta manera, según lo expresado
en dicha ley, los jueces podían disponer de un niño cuando éste se encontrara
en peligro moral o material, para entregarlo a una persona “honesta”, a un
establecimiento de beneficencia o a un reformatorio.
En este marco, en el año 1994, es incorporada a la Constitución Nacional
la Convención sobre los Derechos del Niño, donde la niñez ya no es
considerada como un objeto a proteger, sino que los niños son concebidos como
sujetos de derechos1. Es éste, entonces, el primer eje que se enfatiza del
cambio de paradigma, eje que es retomado, años más tarde (hacia el año 2006),
por la Ley Nacional 26.061 de “Protección Integral de los derechos de niñas,
niños y adolescentes”, al mismo tiempo que es derogada la Ley de Patronato.
De esta manera, se dirige a una revalorización de las políticas sociales que
garanticen el ejercicio pleno, efectivo y permanente de los derechos de los
niños.
Es este el cambio de paradigma al que se hace referencia, un cambio
que, se considera, potencia nuevos saberes, donde formula y desarrolla políticas
que abordan al niño como una totalidad, y no únicamente fragmentos de aquél,
segmentándolo de acuerdo a su realidad social. María del Rosario Varela afirma
que “…los niños y niñas pobres dejan de ser considerados ‘menores’,
‘carenciados’, ‘abandonados’, ‘incapaces’. Son todos ciudadanos con derechos
exigibles, acreedores a una protección especial en virtud de las necesidades de
su propio proceso evolutivo”2. Por otro lado, se tiene en cuenta que la transición
a este nuevo paradigma (a partir de la derogación de la ley del patronato y la
sanción de las leyes naciones y provinciales) no implica un cambio en sí mismo
1
Artículo 13:” El niño tendrá derecho a la libertad de expresión: ese derecho incluirá la libertad
de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin consideración ni fronteras, ya
sea oralmente por escrito o impresas, en forma artística o por cualquier otro medio elegido por el
mismo”.
2
Varela, María del Rosario. Paradigmas, debates, tensiones en políticas de niñez. Aportes para
una transición. Buenos Aires, Editorial Espacio, 2008, página 33.
6
si no hay una fuerte labor profesional y un fuerte compromiso de trabajo
articulado entre las instituciones.
Es por ello relevante considerar por lo menos dos aspectos de la
realidad, que son necesarios tener cuenta en relación a la idea del “niño como
sujeto”. En primer lugar, si bien se reconoce el potencial de un marco legal que
promueve este tipo de políticas, se cree necesario establecer, ya desde el inicio
de este trabajo, que en la actualidad, la misma no se ve expresada en su
totalidad en las políticas sociales de atención a la niñez, ni tampoco hacia las
políticas universales que son necesaria para acompañar este proceso.
En segundo lugar, se considera que el eje fundamental del cambio de
concepción del niño se refleja en las prácticas de intervención profesional de las
diversas organizaciones involucradas. Es a través de su intervención que los
niños son o bien concebidos y tratados acorde a los derechos que como tal los
constituyen, o como meros objetos de quienes se puede disponer de acuerdo a
las propias consideraciones. Es factible observar, que al mismo tiempo
convergen estas dos posturas simultáneamente a través del trabajo en red.
Como señala uno de los entrevistados:
“Hay que trabajar con el pibe, las familias y la institución. Hay otras instituciones
que estigmatizan a los pibes y se hace difícil.”(Trabajador Social de “El Coihue”)
Aquí se puede ver un ejemplo claro de la contradicción propia que surge con el
surgimiento de una nueva ley, que a su vez no está asimilada en algunas de las
instituciones que abordan la problemática pertinente.
7
factible encontrar “acuerdos” que “desacuerdos”, no sucede así en las prácticas
de intervención concretas.
En este sentido, se reconoce la presencia de dos grandes tendencias
acerca de cómo los actores que abordan la temática significan la
implementación de esta ley, tendencias que se entrecruzan constantemente
entre los profesionales. No se hace referencia a grupos acabados ni estáticos,
sino a tensiones y diferencias que se desarrollan en relación a estos temas, y
que en ocasiones surgen en un mismo profesional.
Es necesario resaltar que, existen diversas instituciones (como el caso
particular de la asociación civil “El coihue”) que han venido trabajando
previamente dentro del paradigma nuevo, es decir, que entienden y abordan las
problemáticas del niño como un sujeto de derechos. Un niño cuyos derechos
están vulnerados, pero sobre todo, un niño con una historia, con una familia y/o
con vínculos “extra familiares”, que simbolizan una referencia para los mismos;
un niño perteneciente a un barrio, que frecuenta determinados ámbitos, grupos o
instituciones, un niño que, por ser sujeto de derechos, tiene voz. Uno de los
entrevistados señala:
“Darle al niño voz, voto; es un sujeto de derecho, con saberes, por lo que lo vas
armando con el otro. Respetando los derechos humanos, algo que parece
caca.”
8
En cambio, para otros actores, esta mirada del niño como “sujeto de
derechos” va generando replanteos acerca de la intervención llevada adelante
hasta el momento.
Pero también es necesario explicitar que, frente a los cambios exigidos
de intervención y de trabajo articulado en red, hay variadas críticas al respecto.
El mismo entrevistado agrega:
“Es paradójico. Uno esperaba que algo funcionara mejor y la verdad que
funciona mal. Es imposible que con tres servicios locales se cubra La Matanza,
es imposible que sin infraestructura se puedan cumplir los derechos. Con la Ley
acordamos, pero en la aplicación no funciona, genera intervenciones al nivel del
Patronato.”
9
Instituciones y corresponsabilidad
“La corresponsabilidad existe, desde una escuela no pueden venir a decirte que
un chico tiene una determinada situación problemática y no puede asistir más,
se tienen que definir la situación, de qué manera se abordó y se genera una
responsabilidad en la gente de ese equipo de poder generar una estrategia y
abordar a ese chico. En el caso de que el equipo del colegio no quiera
involucrarse, se eleva formalmente exigencias al área de educación, salud,
exigiendo la intervención e informes de la situación, y así se exige la
corresponsabilidad” (Trabajadora Social del Servicio Zonal)
10
hacerse cargo, incluso de la necesidad de determinar en qué momento se
requiere un recurso especial. Es garantizar que las políticas de niñez se
ejecuten en los ámbitos locales, que se procure la contención en el ámbito
familiar y que se fortalezca ese núcleo desde la comunidad”3.
Se entiende que a partir de esta definición, se debe tener presente para futuros
análisis como es que influyen en la intervención los procesos de
desregularización, descentralización y privatizaciones a los que se sometió el
Estado a partir de la década del ’70 y más cruelmente en los ’90.
Se enuncia esto, ya que a partir de los años ’90, el Estado ha empezado un
proceso de “retracción” en la implementación y ejecución de políticas públicas.
Se cree que el termino retracción del Estado es el más adecuado para este
trabajo ya que no podemos dejar de pensar que el Estado sigue estando
presente en todos los ámbitos sociales y se hace presente a través de la
financiación a Organizaciones No Gubernamentales, por ejemplo.
En este sentido, el diseño de este tipo de políticas ha sido en base a un modelo
de gestión en el que, “…se delega en organizaciones no gubernamentales
funciones de las que antes se hacía cargo directamente el propio Estado”4.
Es así como los cambios del rol del Estado en relación a la atención de las
problemáticas de los niños son, de manera general, percibidos por todos los
actores, pero interpretados desde diferentes miradas, aunque si bien no son
tendencias de grupos opositores, como bien se explica en el Boletín del Colegio
de asistentes o trabajadores sociales de la Provincia de Buenos Aires “La
práctica de la corresponsabilidad conlleva un costo que a veces genera malestar
institucional y puede traducirse en maltrato, persecución, indiferencia, temores
que tienen que ver con el desconocimiento del trabajo en equipo y sentimientos
de pérdida de espacios de poder”5
11
involucramos para no entorpecer el trabajo” (Trabajadora Social del Servicio
Zonal)
…en la Ley, vacíos teóricos no, metodológicos sí. La ley de promoción habilita
mucho a que cada una pueda hablar, entonces terminan haciendo mucho lo que
quieren, y eso genera un desorden a la hora de hablar de una situación. Por eso
también a partir de la nueva ley se han generado más denuncias de familiares
ante la falta de respuestas. Es decir, no hay consenso acerca de cuidar ciertas
formas a la hora de intervenir, y muchas veces son las organizaciones del tercer
sector las que denuncian una falta de respuesta por parte del servicio local, por
ejemplo…” (Trabajadora social de El Servicio Zonal)
12
El Estado tiene que poner la guita si no hablamos giladas. La Ley en concreto
no se ve. Hay una puja muy fuerte entre el poder ejecutivo y el judicial…”
(Trabajador social de El Coihue)
“…Es un cambio lento porque hubo cien años de Patronato y es difícil correrse”
(Trabajador social de El Coihue)
13
Sistema de Promoción y Protección Integral de Derechos
14
En una segunda instancia, el sistema de Promoción y Protección Integral
establece lo que se denominan Servicios Locales de Protección de
Derechos, que por medio de su presencia física en una o más sedes en los
municipios, tiene como finalidad que aquellos niños, niñas y adolescentes que
encuentren amenazados o violados sus derechos, puedan acceder a los
programas y planes disponibles en su comunidad. De esta manera, esta
segunda instancia prevé, a la vez que evidencia, una ausencia u omisión de
políticas públicas que garanticen los derechos reconocidos por la Ley.
Asimismo, resulta de particular importancia lo relatado por dos de los
entrevistados, ya que manifiestan su experiencia en relación al cumplimiento de
los derechos consagrados en la Ley por medio de la presencia de los servicios
locales:
15
la educación de las niñas, niños y adolescentes y a su origen étnico,
religioso, cultural y lingüístico;
• No podrán, en ningún caso, consistir en la privación de la libertad y no
podrá ser fundamento para su aplicación la falta de recursos económicos,
físicos, de vivienda por parte de las familias. En este sentido, como se
mencionó anteriormente, cuando la amenaza o violación de derechos sea
consecuencia de necesidades básicas insatisfechas, problemas
materiales, laborales o de vivienda de las familias, las medidas de
protección deben ser los programas dirigidos a brindar la ayuda necesaria
para garantizar los derechos consagrados en la Ley.
16
CAPITULO DOS
17
¿Nuevas configuraciones de las prácticas profesionales?
“La Ley en lo concreto no se ve. Hay una puja muy fuerte entre el poder
ejecutivo y judicial y ahí quedan entrampados los pibes. Es un cambio lento
porque hubo cien años de Patronato y es difícil correrse”. (Trabajador social de
“El Coihue”).
6
Entrevista con Michel Foucault realizada por Raúl Fomet-Betancourt. Helmul Becker y Alfredo
Gómez-Müller. “La ética del cuidado de uno mismo como práctica de la libertad”. 20 de Enero de
1984. Publicada en la revista Concordia Nº 6, 1984. Pág. 99-116.
7
Carballeda, Alfredo. “La intervención en lo social, Exclusión e integración en los nuevos
escenarios sociales”. Ed. Paidos. Buenos Aires. 2002.
18
Esta apreciación señala la implementación “ficticia” de una ley en el marco de
una nueva tendencia mundial basada en la Convención de los derechos del
niño, que paradójicamente no se ve plasmada en la realidad, manteniendo los
viejos usos de la ley del patronato. Posteriormente, el mismo entrevistado
señala:
“Es imposible que sin infraestructura se puedan cumplir los derechos. Con la
Ley acordamos, pero en la aplicación no funciona, genera intervenciones al nivel
del Patronato”.
“Antes era una persona la que definía la estrategia, lo que se tenía que hacer y
ahora las estrategias se trata de hacerlas en conjunto, se trata de escuchar
todas las voces, esa es una práctica que la generó esta nueva ley y que se ve
en lo cotidiano. Y al mismo tiempo, ya la institucionalización no es la respuesta,
sino que se buscan alternativas a eso”. (Trabajadora Social del Servicio Zonal)
19
“La falta de recursos hace que uno muchas veces recurra al “patronato estatal”,
como no se cuentan con los recursos con los que necesitan algunos pibes,
entonces bueno, “va a un hogar y punto”.
20
Se puede inferir de las entrevistas las apreciaciones precedentes en uno de
los entrevistados:
21
hacer reclamos que antes no, pero no se tienen las condiciones para garantizar
lo que proclama”
“La ley promueve la idea de corresponsabilidad, por lo que los acuerdos son
firmados por todas las instituciones que intervienen, tanto por las familias, los
chicos como las instituciones que van a acompañar los procesos. Con El Coihue
se firman actas de compromiso, en donde cada uno de los firmantes se
compromete y luego se hace un seguimiento. Con las instituciones se generan
estrategias en conjunto porque la verdad es que uno no puede imponer un
trabajo”.
22
Siguiendo con lo antes transcripto, es importante destacar que se debe tener en
cuenta al niño, a la familia y su permanencia en la comunidad; pero al mismo
tiempo, se deben tener en cuenta las realidades concretas de estas familias, la
posibilidad de institucionalización en ciertas ocasiones, y la necesidad de
participación de todos los actores comprometidos, con un adecuado respaldo de
la autoridad estatal.
8
Foucault, Michael, “Los anormales” ed Fondo de Cultura Económica, 2008
23
Desde los distintos ámbitos de inserción (salud, justicia, educación, etc.) resulta
dificultoso clasificar las problemáticas dentro de los parámetros conocidos, y
accionar frente a ellas, ya que los diversos factores (social, económico, cultural,
etc.) se entrecruzan constantemente. Esto tiene repercusiones a nivel subjetivo,
generando sensación de angustia y desamparo, con pérdida de seguridad de los
contextos locales y globales.
En este marco es donde las ONG’s construyen su ideología sobre tres
pilares: la universalidad de los derechos humanos, la construcción de la figura
de la víctima y la intervención, muchas veces, como derecho de acceso no
negociado con las víctimas (no es esta la forma de intervención de El Coihue).
La universalidad de los derechos humanos es un postulado sin el cual no
hay acción de las organizaciones del tercer sector posible. Esta universalidad es
el resultado de un proceso generado durante entrado el siglo XX, principalmente
en los años ’80 en un contexto de despolitización y moralización generales9.
Desde el equipo de investigación, surge la pregunta en qué medida la
víctima es sujeto u objeto; se realiza dicha pregunta por la desigualdad que
caracteriza (aunque no siempre) la relación entre el profesional y una víctima o
beneficiario de un proyecto emprendido por cualquier ONG. Asimetría también
característica en la relación entre las instituciones estatales y las organizaciones
de base.
24
Mientras los regímenes neoliberales disminuían los niveles de vida y
saqueaban la economía, los organismos de financiamiento internacional se
encargaron de subvencionar a gran número de organizaciones no
gubernamentales bajo la idea de “empoderamiento comunitario”10, lo cual se
condice al gran incremento que tuvieron este tipo de instituciones en las últimas
dos décadas.
Con este panorama, se sostiene junto a Netto, que la cuestión social
(entendida como la contradicción fundamental entre el capital y el trabajo, al
interior del sistema capitalista), fue fragmentada en una serie de problemas
sociales. Esto permitió también la fragmentación de los reclamos, y su solución
mediante procedimientos técnicos, a través de la intervención especializada de
una serie de instituciones y políticas sociales. Pareciera entonces que el actual
contexto de complejidad hace plausible percibir de forma integral la problemática
social, asociándola a una crisis del sistema en su totalidad. Lo que permite,
favorece e impulsa la comunicación e intercambio entre las instituciones.
Estos cambios a nivel social, impulsan también la ruptura de un pensamiento
lineal, para intentar pensar todas las complejidades de lo social y sus
contradicciones. Implica el pensar en un sistema abierto, multicéntrico, que a
través de un intercambio dinámico entre los integrantes de un colectivo (familia,
equipo de trabajo, barrio, organización, tal como el hospital, la escuela, la
asociación de profesionales, el centro comunitario, entre otros) y con integrantes
de otros colectivos, posibilita la potencialización de los recursos que poseen y la
creación de alternativas novedosas para la resolución de problemas o la
satisfacción de necesidades.11
Este momento histórico hace propenso el trabajo en redes. Para actuar
frente a la complejidad y el dinamismo, es necesario incorporar otras visiones,
otras disciplinas al análisis de la realidad, asumir la imprevisibilidad y las nuevas
demandas, entender el corrimiento del Estado de varias de sus funciones
mediante la participación conjunta de las instituciones.
10
Petras, James “Las dos caras de las ONG’s” La Jornada, 8/8/2000
11
Dabas, Eliana; Perrone, Nestor “Redes en Salud” art. sacado de Internet, noviembre 1999
25
“nosotros siempre apuntamos al trabajo en red, porque valoramos el
trabajo que hacen las instituciones en el territorio”
(Trabajadora social del Servicio Zonal)
26
ser vecinos de la zona ya habían comenzado a realizar sus trabajos ocho años
antes de obtener su la personería jurídica.
Dicho trabajo comenzó con jóvenes con causas penales y asistenciales del
barrio “Borgward” de la localidad de Isidro casanova en el partido de La
Matanza.
Con el paso del tiempo y debido al involucramiento logrado, comenzaron a
acompañar a los familiares de chicos detenidos con el fin de concurrir a los
juzgados para interiorizarse de las causas judiciales.
La capilla Ntra. Sra. De Lujan del barrio Borgward les cedió un espacio, que se
configuro como centro referencial para el encuentro con los jóvenes, donde se
fueron sumando personas de manera voluntaria para las tareas que el grupo
empezaba a desarrollar. De esta manera, se comenzaron a realizar talleres junto
a los jóvenes, quienes proponían los temas a tratar, así como también se llevó a
cabo la implementación de un centro de recreación para niños, con diversas
actividades: apoyo escolar, juegos, deportes y merienda.
27
De esta manera, se entiende que la formación de espacios de intercambios
abiertos locales no constituye una novedad surgida a partir de la ley. Por el
contrario, dicha formación se ve favorecida por un contexto que es proclive a
aceptar este tipo de trabajo. Se constituye un proceso donde a partir de la ley se
intenta fortalecer y legitimar las experiencias en marcha, llegando incluso a ser
actualmente lo “políticamente correcto”, por ser lo que la ley establece.
En consecuencia, se considera que tanto el cambio de Ley como la posibilidad
real de trabajo en red implican un proceso, hecho por el cual, la noción de red
social es definida por varios autores como un proceso de construcción
permanente, en el cual, como se observa en el presente trabajo, las posturas
ideológicas no encuentran su correlato en los recursos materiales necesarios
para materializarse. Como se mencionó anteriormente, dicho proceso resulta
novedoso para algunas instituciones, mientras que para otras se encuentra
estrechamente relacionado con el trabajo cotidiano que venían realizando.
13
Petras, James “Las ONG’s un mundo diverso” Revistateína n° 11, Mayo 2006
28
espacios con otras instituciones, a la vez que se tiene una postura crítica de los
resultados alcanzados:
CAPITULO TRES
29
“La Corresponsabilidad: una compleja articulación de los actores
sociales”
30
adolescentes, tanto por parte del equipo de investigación como por parte de los
entrevistados, implica reconocer las obligaciones que el mismo Estado se
atribuye en la Ley 13298. En ese sentido, en la ley se afirma que es deber del
Estado para con los niños, asegurar con absoluta prioridad la realización de sus
derechos (Art. 6), para lo cual esta llamado a proteger a la familia y comunidad
de origen del niño, asignar de manera privilegiada recursos públicos a las áreas
relacionadas con la promoción y protección a la niñez, formular y ejecutar
políticas sociales, promover la formación de redes sociales que contribuyan a
optimizar los recursos existentes, entre otos. (Art. 7). Asimismo, como se
mencionó a lo largo del presente trabajo, en la Ley se plantea lo que se
denomina “sistema de promoción y protección integral de derechos”, que
consiste en la articulación de los organismos públicos y organizaciones no
gubernamentales a los fines de planificar, formular, ejecutar y supervisar
políticas, programas y acciones destinadas a garantizar los derechos de los
niños (Art. 14). De esta manera, como se puede observar a modo de ejemplo en
los artículos citados, en la Ley se encuentra presente una asignación de
responsabilidades conjuntas, es decir, la postulación de un trabajo conjunto de
las instituciones a los fines de promover y proteger los derechos de los niños, a
la vez que se le reconocen responsabilidades propias a cada una de ellas. Es al
momento de reconocer las responsabilidades que le caben al estado, cuando los
entrevistados plantean obstáculos en la intervención. En primer lugar, los
profesionales del Coihue manifiestan la insuficiencia de recursos a la hora de
garantizar los derechos de los niños:
31
sostener materialmente, no hay lugares físicos. La nueva Ley te permite hacer
reclamos que antes no, pero no se tienen las condiciones para garantizar lo que
proclama...” (Trabajadora Social de “El Coihue”)
En relación con lo expuesto por los profesionales del Coihue, cabe tomar lo
manifestado por una de las profesionales que se desempeñan en el Servicio
Zonal, quien expresa:
“…la cantidad de recursos con los que contás hacen que uno tenga un techo
para pensar en algo que no sea viable. Es una dificultad concreta que te
enmarca a la hora de intervenir…” “…La falta de recursos hace que uno muchas
veces recurra al “patronato estatal”, como no se cuentan con los recursos con
los que necesitan algunos pibes, entonces bueno, “va a un hogar y punto”…”
Esta última cita es de suma importancia, y más aún, al tener en cuenta que la
que lo declara es una profesional que interviene desde un organismo estatal,
quien asume el deber de garantizar los recursos necesarios a los niños y sus
familias para promover y proteger sus derechos. En este sentido, como bien se
expresa en el artículo 9 de la Ley, la ausencia o carencia de recursos materiales
por parte de los padres de los niños, no puede constituirse en una causa para
excluir a estos últimos de sus núcleos familiares, es decir, institucionalizarlos.
Reforzando lo manifestado por los profesionales del Coihue, la profesional del
Servicio Zonal reconoce las intervenciones que se dan desde las organizaciones
no gubernamentales, al expresar la falta de apoyo que estas tienen por parte del
estado:
32
convencimiento de querer hacer algo por los chicos. Los recursos son muy
escasos...”
“…No trabajamos con ningún proyecto del estado. Laburamos con lo que surge
en la práctica, y los planes sociales surgen de otro lugar. Tenemos diez becas
de la Provincia de Buenos Aires de la Secretaría de Niños, Niñas y
Adolescentes desde 2007… Sirven para que se puedan sostener los espacios,
la escuela de fútbol (Proyecto “Los leones”); la murga; el Centro de
Recreación…”
33
Se considera sumamente interesante lo relatado por el primer profesional, ya
que en principio manifiesta que no trabajan con ningún proyecto del Estado, si
bien, posteriormente da cuenta de las becas que reciben de la Secretaría de
Niñez. En este sentido, se pueden observar dos hechos relevantes: el primero
es que no se reconoce ningún programa o proyecto estatal, sino que se visualiza
una “entrada” de dinero, que como se manifestó anteriormente es considerada
insuficiente y destinada a sostener los propios proyectos y espacios. De esta
manera, se presenta una institución que esta recibiendo una “ayuda” escasa por
parte del Estado, pero con el cual no se reconoce ninguna planificación ni
implementación de algún programa o proyecto. Por otra parte, el segundo
profesional reconoce la “entrada” de dinero como formando parte de un
programa del estado, si bien declara que es utilizado para sostener los proyectos
y espacios que la institución lleva a cabo. Al mismo tiempo, deja en claro una
desarticulación en lo que a nivel de políticas sociales y programas respecta entre
el estado y la institución, ya que se posiciona en un desconocimiento de las
mismas.
Asimismo, otro de los relatos, permite dar cuenta de una falta de articulación y
coordinación entre las propias instituciones del estado, ya que la profesional del
servicio zonal manifiesta:
Es así como, lo expuesto hasta aquí refleja el corrimiento del estado de las
responsabilidades que le competen al momento de velar por la protección y
promoción de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. En consecuencia,
al encontrarse falencias, carencias al nivel de una de las dimensiones, aspectos
34
que hacen a la corresponsabilidad, es que esta última parece encontrarse
amenazada sino ausente.
Trabajo en Red
14
“Redes Sociales. Una propuesta de organización alternativa” en Revista electrónica Prácticas
grupales, un modelo de trabajo en redes.
15
En Fazzio, Adriana- Sokolovsky, Jorge, “Cuestiones de la niñez”, Aportes para la formulación
de políticas públicas, pág. 166.
35
Sin embargo, se debe dejar en claro que no se postula una transferencia de
responsabilidades únicamente a las organizaciones no gubernamentales, sino
que se reconoce la responsabilidad primordial que le compete al estado, y que
fue tomada anteriormente. De hecho, el trabajo en red es posible en este
sentido, en la medida que el estado se encuentre presente y dispuesto a
articular con las demás organizaciones. De lo contrario, difícilmente se podrá
hablar de un trabajo en red que permita formular e implementar políticas
eficaces en la promoción y protección de los derechos. En este sentido, uno de
los profesionales del Coihue relata:
Estos relatos permiten dar cuenta, en un primer momento, de una no muy clara y
sólida articulación entre las instituciones que abordan la temática, ya que se
reconoce que existe un leve intento de articulación con otras organizaciones
pero que no se llega a planificar, evaluar las prácticas. En este sentido, no existe
un intercambio entre las organizaciones. Al mismo tiempo, desde el Servicio
36
Zonal se reconoce que existen otras instituciones que ellos conocen pero con las
cuales no se articula.
En dicho contexto, uno de los entrevistados reconoce al trabajo en red como una
estrategia que permite superar obstáculos y potenciar los recursos existentes,
ante la carencia de los recursos necesarios:
“…El trabajo en red es de la boca para afuera… Hay que trabajar con los pibes y
no considerar que el pibe tiene que venir.” “…Algunas responden, otras no
porque “se mueven en su mosaico y no quieren saber nada fuera del mismo”…”
“… Hay otras instituciones que estigmatizan a los pibes y se hace difícil. No está
muy resuelto. No todos quieren “jugar” con nosotros…” (Trabajador Social “El
Coihue”)
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Dabas Elina. “De las organizaciones verticales aisladas a la acción colectiva de sujetos
sociales responsables” en “Revista de comunicación comunitaria Enredados”. 27/2/2007. Página
7
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“…El Coihue forma parte de muchas redes en las cuales nosotros no estamos
participando activamente, sino que tenemos conocimiento, pero porque también
dentro de lo que son las organizaciones de la sociedad civil a veces tienen
mucha resistencia a que se meta el estado. Entonces tenemos conocimiento
pero no nos involucramos para no entorpecer el trabajo…” (Trabajadora Social
Servicio Zonal)
De esta manera, se observa que existe una dificultad para generar consensos y
modos articulados de trabajo, llegándose a postular que se sienten “resistencias”
por parte de algunas organizaciones, lo que deriva en la no participación de las
instituciones del estado en redes que se puedan generar entre algunas
organizaciones no gubernamentales. Es así como un actor fundamental a la
hora de garantizar los recursos necesarios para garantizar los derechos de los
niños, explica su ausencia a raíz de resistencias externas. Al mismo tiempo,
cobra particular interés lo manifestado por el profesional del Coihue acerca de
que existen instituciones que estigmatizan a los chicos, a la vez de que se
plantean diferencias en los modos de abordaje de las situaciones a trabajar, por
ejemplo, cuando expresa que existen instituciones que esperan que los chicos
lleguen a la misma, en lugar de ir a trabajar con ellos al barrio.
Todo lo hasta aquí expuesto, trae nuevamente a escena una falta de
coordinación, de pautas de funcionamiento, de lineamientos por parte del estado
para con las instituciones, tanto propias como no gubernamentales. Se hace
referencia específicamente a la presencia de instituciones que puedan
estigmatizar a los sujetos, llegando a dejar a un lado en sus prácticas al
Paradigma de Protección Integral.
Al mismo tiempo, la falta de coordinación se refleja en que, si bien se remarca el
trabajo en red como una estrategia que permite o permitiría potenciar las
prácticas y alcanzar los objetivos, se manifiesta a la vez, una dificultad de
generar estrategias en conjunto entre las instituciones. Asimismo, no se debe
dejar de lado, la falta de espacios de supervisión y evaluación en relación con el
trabajo que se realiza con otras instituciones, hecho que lleva a cuestionar a uno
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de los entrevistados la existencia de un trabajo en red, refiriendo que se trata de
una leve articulación entre instituciones.
En consecuencia, se puede observar como la puesta en práctica de la noción de
corresponsabilidad, necesita de la conjunción de los diversos aspectos,
dimensiones que la componen, ya que la posibilidad misma de un trabajo en red
entre las instituciones en el que se planifiquen, implementen, supervisen y
evalúen programas y proyectos, necesita inicialmente de una presencia estatal
que garantice los recursos necesarios. Caso contrario, se encuentran
instituciones “aisladas” que intentan articular con otras, en un marco de escasez
de recursos y falta de coordinación y lineamientos claros en el abordaje de la
temática.
39
“…Si por ejemplo, vos venís de la institución El Coihue y no estás de acuerdo
con una estrategia que se este llevando a cabo, tu voz es tenida en cuenta de
una manera que antes no. Antes era una persona la que definía la estrategia, lo
que se tenía que hacer y ahora las estrategias se trata de hacerlas en conjunto,
se trata de escuchar todas las voces, esa es una práctica que la generó esta
nueva ley y que se ve en lo cotidiano…” (Trabajadora Social Servicio Zonal)
Lo relatado refiere a una realidad en la que tiene lugar una participación activa
de las diversas instituciones, en la que no existe una imposición de prácticas
como producto de un modo de organización jerárquico en el cual el poder se
encuentra centralizado en un actor particular. Por el contrario, se propone un
modo de articulación multicéntrico en el que se busca garantizar la autonomía de
las partes, respetar la heterogeneidad y buscar articular las diferentes miradas
que se tengan sobre una situación particular.
Sin embargo, el profesional del Servicio Zonal relata situaciones en las que
debido a una falta de recursos se termina derivando a los niños a hogares, no
pudiendo establecer diferentes estrategias que eviten su separación del grupo
familiar. Se considera que dichas situaciones, lejos están de posibilitar
situaciones en las que se escuchen la “voz” de los demás, es decir, de los niños,
las familias y las organizaciones que los acompañan. Como bien señaló el
profesional del servicio zonal:
“…La falta de recursos hace que uno muchas veces recurra al “patronato
estatal”, como no se cuentan con los recursos con los que necesitan algunos
pibes, entonces bueno, “va a un hogar y punto”…”
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trabajo articulado por la falta de espacios de planificación y supervisión de las
prácticas y estrategias que se desarrollan. Asimismo, uno de los entrevistados
expresa un claro conflicto político dentro del estado, que estaría dejando de lado
a los niños, familias y demás instituciones no gubernamentales a la hora de
poder pensar políticas que garanticen los derechos reconocidos por la ley:
“…La Ley en lo concreto no se ve. Hay una puja muy fuerte entre el poder
ejecutivo y judicial y ahí quedan entrampados los pibes…”
CONCLUSION
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A modo de finalización es necesario plasmar en el desarrollo del presente
trabajo la comprensión y visualización de las prácticas analizadas. Teniendo en
cuenta que en la actualidad la Ley 10067 del Patronato ha sido derogada, no
significa que algunas de sus practicas no persistan en las instituciones. Es un
buen interrogante a identificar los motivos que materializan esta situación y
como consecuencia del mismo, se han concebido desde la presente
investigación. En primera instancia, se debe tener en cuenta la permanencia
durante casi un siglo de intervenciones basadas en dicha Ley, lo que implica un
lento proceso de transformación. Por otro lado la Ley 13298 se encuentra en
pleno proceso de transición ya que si bien implica un cambio superador en
referencia a su antecesora, es de difícil implementación sino se asignan los
recursos económicos y materiales necesarios para su accionar.
Ahora, si bien se ha generado un marco legal que promueve la articulación,
trabajo y responsabilidad conjunta de los organismos estatales y no
gubernamentales (noción de corresponsabilidad) a los fines de promover y
proteger los derechos de los niños, se observan ausencias en lo que respecta a
Políticas Sociales de atención a la niñez necesarias para acompañar el proceso.
En este sentido, desde los entrevistados de El Coihue, se reconoce la
responsabilidad que le compete al Estado en la promoción y protección de los
derechos de los niños, jóvenes y adolescentes y como consecuencia, se hace
permanente referencia a los obstáculos que deben enfrentar, tanto ellos como
demás instituciones, en sus prácticas como resultado de la falta de recursos,
dispositivos e instituciones necesarios, producto de una deficiente acción estatal.
Este accionar del Estado no se da únicamente al nivel de la creación y
ejecución de Políticas, sino también a nivel organizacional. Se observa una falta
de coordinación entre las instituciones estatales y entre éstas y los no
gubernamentales, lo cual obstaculiza o no genera las condiciones para el
desarrollo de un trabajo en red verdadero sino de un trabajo que muchas veces
queda en interacciones entre instituciones.
Por otro lado, resta destacar la dimensión política de la noción de
corresponsabilidad, que es de vital importancia y que a su vez complementa la
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lucha que desde las organizaciones no gubernamentales se viene
materializando, a los fines de participar en el diseño e implementación de las
políticas y recursos necesarios para la promoción y protección de los derechos
de los niños, niñas y adolescentes.
Para finalizar, es relevante destacar que a partir de los interrogantes obtenidos a
través de este trabajo de investigación es necesario reflexionar el rol que debe
ocupar la Universidad para seguir produciendo conocimiento y de esta forma
plasmar un seguimiento que permita a los nuevos profesionales seguir pensando
los por qué y los para qué de estos cambios que invitan a concebir de otra forma
el concepto de corresponsabilidad.
ANEXO
Modelo de Entrevista
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¿Se trabaja interdisciplinariamente? ¿Cuántos profesionales
intervienen?
¿Cuál es el lugar que se le asigna al Trabajador Social dentro del equipo
interdisciplinario?
¿Existe un cronograma de las actividades que realizan?
¿Cuál es la metodología implementada por el Trabajador Social, en la
intervención con niños, niñas y adolescentes?
¿Se trabaja con la Familia del niño, niña, adolescente? ¿Cómo se lleva a
cabo esta tarea? ¿Qué técnicas de intervención se utilizan?
¿Cuál es el trabajo que realiza la Red? ¿Qué acciones lleva a cabo?
¿Cuál cree que es la relevancia del trabajo en red y de su participación en
la misma?
¿Cuál es la mirada que tiene la institución acerca de la especificidad del
Trabajo Social?
¿Cuáles considera que son los condicionantes institucionales que
atraviesan la intervención profesional?
¿Cuáles son las políticas sociales sobre las que se basa para intervenir?
La ley de promoción y protección de los derechos de los niños ha
promovido modificaciones en las rutinas de intervención concretas.
¿Conoce las competencias de las distintas instituciones involucradas con
la temática de niñez?
¿Cree que hay cambios en sus prácticas a partir de la implementación de
la nueva ley mencionada? ¿Cuáles?
¿Hay prácticas que permanecieron? ¿Cuáles?
¿Cómo considera estas prácticas?
¿A qué cree que responden estas permanencias?
¿Cree que responden a algún marco conceptual particular?
¿Desde la institución, se aplica algún tipo de programa o proyecto?
¿Cuáles son los recursos existentes para llevar adelante las acciones
emprendidas y de dónde provienen?
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¿Recibió o recibe alguna formación específica acerca de la problemática?
¿Cómo se actualiza frente a la problemática?
¿Está Ud. de acuerdo con el rol profesional que desempeña en la
institución?
¿Cree Ud. que existen vacíos teóricos-metodológicos en la profesión con
respecto al abordaje de la problemática de niñez?
¿Qué tipos de estrategias de intervención considera que se puede llevar a
cabo para desempeñar una práctica profesional eficiente?
BIBLIOGRAFÍA
45
Carballeda, Alfredo. “La intervención en lo social, Exclusión e integración
en los nuevos escenarios sociales”. Ed. Paidos. Buenos Aires. 2002.
http://www.elarmadero.org.ar.
46
http://www.catspba.org.ar/ (Colegio de Asistentes o Trabajadores
sociales de la provincia de Buenos Aires). “Conclusiones de la comisión
de educación”.
47