- Hijo, cuando estemos a punto de irnos debes poner el gas para
salir de ese lugar desconocido dijo entre sonrisas.
- Ja, ja, ja ri Lorenzo.
- Hijo, fue muy valiente lo que hiciste, de verdad, creo que ni yo
hubiera sido capaz de hacer eso.
- Gracias papa.
Se abrazan por segunda vez.
Estoy orgulloso de ti, hijo.
Al siguiente da enrumbaron temprano a la capital, todos los
despidieron con entusiasmo y lgrimas, ya que recordaban lo que haban pasado all.
Cuando llegaron a la capital los recibieron con alegra, la noticia
haba corrido entre toda la familia de Lorenzo.
- Qu valiente mi sobrino! - se escuchaban las voces de mis
tos.
Y de la nada se form una fiesta.
Lorenzo llam a Fermn.
- Hola, ests bien?
- Si, tambin han hecho fiesta en tu casa? - Ja, ja, si. - Bueno, solo nos toca disfrutar. - Si, maana te veo en la cancha de futbol. - S, claro, chau. - Chau.