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DE LA ASTROLOGÍA
O SKAR A DLER
T OMO 3 - V OLUMEN 1:
EL HOMBRE Y LA T IERRA
(9 CONFERENCIAS )
EL TESTAMENTO DE LA ASTROLOGÍA – T OMO 3 – V OLUMEN 1
El testamento de la astrología
Tomo 3 - Volumen 1
El mundo planetario y el hombre
(9 conferencias)
Autor: Oskar Adler
Traducción: Silvia Mercado Vera (Registro:5232682)
Primer edición 2016
Copyright © - 2016 – Silvia Mercado Vera
Se otorga permiso para copiar, distribuir y/o modificar este documento, bajo los términos de la
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EL TESTAMENTO DE LA ASTROLOGÍA – T OMO 3 – V OLUMEN 1
Índice de contenido
AGRADECIMIENTO..........................................................................................................iii
PROLOGO......................................................................................................................iv
1ª Conferencia................................................................................................................1
LAS DOCE CASAS........................................................................................................1
2ª Conferencia..............................................................................................................19
EL SIGNO ASCENDENTE..............................................................................................19
3ª Conferencia..............................................................................................................27
ASCENDENTES EN SIGNOS DE FUEGO..........................................................................27
SIGNOS DE FUEGO.................................................................................................29
ASCENDENTE ARIES: “El apresurado”....................................................................30
ASCENDENTE LEO: “El templado”..........................................................................36
ASCENDENTE SAGITARIO: “El alborotado”..............................................................42
4ª Conferencia..............................................................................................................49
ASCENDENTES EN SIGNOS DE AIRE.............................................................................49
ASCENDENTE LIBRA: “El director de la obra”..........................................................49
ASCENDENTE ACUARIO: “El homúnculo”................................................................55
ASCENDENTE GÉMINIS: “El irresoluto”...................................................................60
5º Conferencia..............................................................................................................68
ASCENDENTES EN SIGNOS DE AGUA............................................................................68
ASCENDENTE CÁNCER: “El asustadizo”..................................................................69
ASCENDENTE ESCORPIO: “El presumido”...............................................................76
ASCENDENTE PISCIS: “el sonámbulo”...................................................................84
6ª Conferencia..............................................................................................................93
ASCENDENTES EN SIGNOS DE TIERRA.........................................................................93
ASCENDENTE CAPRICORNIO: “El personaje notable”...............................................94
ASCENDENTE TAURO: “El gran propietario”...........................................................101
ASCENDENTE VIRGO: “El decorador”...................................................................109
7º Conferencia............................................................................................................117
LOS CUATRO ELEMENTOS EN EL HORÓSCOPO..............................................................117
8º Conferencia............................................................................................................126
INTERPRETACIÓN PSICOLÓGICA DE LAS CASAS...........................................................126
Casas de Fuego....................................................................................................126
Casas de Aire.......................................................................................................130
Casas de Agua.....................................................................................................134
Casas de Tierra....................................................................................................137
9ª Conferencia............................................................................................................141
AGRADECIMIENTO
Quiero agradecer a Dios por haber puesto en mi camino la sabia y amorosa guía de mis
Maestros. En especial la del Dr. Juan Percowicz, Maestro Fundador de BAYS y la del Dr. Marcelo
Percowicz, Maestro y Director de la misma. Ellos supieron abrir mi mirada, despertaron mi
pasión y el ansia de ir más allá y, por supuesto, me ayudaron a comprender esta profunda y
monumental obra de Astrología. Gracias a Ellos, a esta obra y al Dr. Oskar Adler adquirí una
nueva concepción de la vida, del hombre, de la Astrología, y también de mí misma. Sin ellos me
hubiera sido imposible realizar esta tarea, sin esta tarea no sería hoy quien soy.
También destaco la ayuda del eximio Director y Compositor, el Sr. Rubén González al que
consultamos para la traducción de los párrafos específicamente musicales y de Adrián Argüelles
en la Diagramación.
Finalmente quiero agradecer la amorosa compañía y el continuo estímulo de mis hijos y de
mi amado Antonio Varde.
Lic. Silvia Mercado Vera
Bs. As. 2012
PROLOGO
El mundo de habla hispana conoció al Dr. Oskar Adler en el año 1956, cuando la editorial
Kier de Buenos Aires, publicó la 1ª edición de “La Astrología como ciencia oculta”, el tomo I de
su obra, una serie de 14 conferencias divididas en dos partes: Fundamentos generales de la
Astrología y El Zodiaco y el Hombre.
El prólogo fue escrito por Enrique Racker, miembro destacado de la APA (Asociación
Psicoanalítica Argentina), que se formó en Viena simultáneamente con S. Freud y O. Adler y
quien al igual que ellos, tuvo que partir en 1938 debido al avance de las tropas alemanas sobre
Austria.
Mientras Adler se encontraba en Londres, a la espera de una visa para ingresar a USA,
Racker ya en Buenos Aires -previo paso por Brasil- le insistió infructuosa y reiteradamente para
que se radicase en nuestro país, comprometiéndose a organizarle grupos de estudio.
Esta pequeña reseña histórica tiene como objetivo ubicarnos en el presente. Transcurridos
casi 50 años, hoy tengo el orgullo y el placer de presentar los siguientes cuatro tomos que
constituyen la obra completa, traducida del alemán bajo la supervisión de la Licenciada Silvia
Mercado Vera y la colaboración de quien escribe estas líneas. Se irán publicando de forma
paulatina y en el mismo orden desarrollado por O. Adler.
El material está conformado por una serie de conferencias dictadas por el autor a un grupo
de discípulos en Viena entre 1930 y 1938. Cada tomo está a su vez constituido por dos o tres
volúmenes. El recorrido completo es el siguiente:
Tomo 2: El mundo planetario y el hombre, se divide en dos volúmenes. 1. El Sol y la Luna.
2. La función de los planetas.
Tomo 3: El Hombre y la Tierra, conformado por tres volúmenes. 1. Los Ascendentes. 2. Los
Planetas en las Casas. 3. Los Regentes de las Casas.
Tomo 4: El hombre en el concierto de las estrellas, contiene dos volúmenes. 1. Los
Aspectos. 2. Sistemas predictivos: tránsitos y progresiones.
Como podemos apreciar, es un despliegue integral del saber astrológico, que se inicia
definiendo la Astrología como una ciencia oculta en tanto refiere a la interioridad del sujeto y su
relación con el universo y concluye con los métodos que permiten inferir la posible evolución de
dicho sujeto mediante el despliegue del rádix en el tiempo.
El Dr. Oskar Adler nació el 04 de junio de 1875, en Viena, a las 05:33 horas (Asc: 04º03'
Cáncer. MC: 07º06' Aries). Fue médico, filósofo, un músico sumamente reconocido y se
introdujo en el conocimiento de la Astrología entre los años 1913/14. En 1938 debió exiliarse en
Gran Bretaña, donde falleció en 1955.
Poseedor de una vasta cultura, que no fragmenta en compartimentos ni especializaciones,
implementó la filosofía, las matemáticas, la fisiología del cuerpo humano, la literatura, para
transmitir el entramado de las correlaciones múltiples entre el macrocosmos (universo) y el
microcosmos (individuo), es decir, para presentarnos las raíces profundas del saber astrológico.
Su enorme capacidad docente, no desdeña la profundidad de meditaciones trascendentes
unidas a un sutil sentido del humor, particularmente referidas a definiciones prácticas de
configuraciones precisas. Antes o después, el lector se encontrará sorprendido de ver descriptas
de manera deslumbrante ciertos rasgos de su propia carta natal.
Personalmente, luego de décadas de contacto con la teoría y la práctica astrológicas,
conformando con ella una alianza de complicidades y gratitudes, volví a deslumbrarme como en
los primeros tiempos de estudio, sólo que con una perspectiva acrecentada por los saberes
adquiridos.
El material crece en significados conjuntamente con el conocimiento del lector, permitiendo
que cada nueva lectura sea un escalón más en el ascenso a la comprensión de sí mismo y de la
intrincada red entretejida entre ese sí mismo y el universo en su totalidad.
La riqueza de sentidos que O. Adler extrae de conceptos conocidos por cualquier estudiante
medianamente adelantado de Astrología, convierten a su obra en una fuente inagotable de
reflexiones.
Los invito entonces a emprender un recorrido apasionante por un vasto panorama
astrológico que nos habilita a introducirnos de manera amplia y profunda en el mundo de un
pensador excepcional.
Silvia Ceres.
1ª Conferencia
el domicilio concreto del hombre en esta Tierra, con su bienestar y malestar, con su destino
personal y con las particularidades de su vida cotidiana. Todo ello se asocia a esta Astrología
mundana cuyas leyes especiales descansan exclusivamente sobre los hechos astronómicos del
movimiento de la Tierra, y especialmente sobre el movimiento de rotación sobre su propio eje. A
partir de aquí se da una mirada sobre la esfera celeste que corresponde a la perspectiva
terrestre y a un sistema de división en áreas individuales que crea una especie de red rígida en
torno a la Tierra representada en reposo, alrededor de la cual las estrellas aparecen y se
ocultan.
Estas áreas individuales, acerca de las cuales hemos hablado en Fundamentos Generales
sólo de modo tentativo como de “las casas celestiales” conforman el fundamento esencial de la
así denominada Astrología mundana. Ella es la que más interesa a la mayoría de la gente
porque se orienta casi exclusivamente en las cuestiones personales de la vida diaria: ¿voy a
tener suerte o desgracia en este o aquel emprendimiento?; ¿voy a casarme?; ¿cuándo?;
¿cuántos niños voy a tener?; ¿voy a ganar dinero?; etc. Lo que la mayoría de la gente le pide a
la Astrología es obtener tales respuestas.
Sin embargo, resulta imposible responder a este pedido si no colocamos a la Astrología
mundana sobre la base de la Astrología en tanto ciencia oculta y tratamos de comprender dichas
preguntas desde su significado cósmico más profundo. Por ello, primero es necesario contemplar
la naturaleza de esta Astrología mundana desde el punto de vista de la ciencia oculta.
Recordemos que ya hemos hablado de las “casas”, si bien solamente de modo alusivo y
general. Habíamos mencionado al horizonte del lugar de nacimiento como la línea divisoria entre
la esfera celeste que se ubica en la parte superior respecto de la Tierra y la parte subterránea;
entre la región diurna y la nocturna, entre la región de la libertad y la de la necesidad,
determinada esta última por el pasado y la herencia. Hablamos además de las doce raíces
celestiales del género humano y de las doce raíces terrenales (véase El Zodiaco y el Hombre).
Expusimos el modo en el que los doce signos celestiales del Zodiaco descienden a la Tierra
mediante la función planetaria, y que aquí representan las doce raíces terrenales del hombre, el
“tercer Zodiaco” cuyos doce segmentos son re-proyectados hacia el Zodiaco celestial, pero que
al estar trasplantados a la Tierra se hallan subordinados a otras leyes de segmentación que
corresponden a las condiciones geográficas del planeta Tierra.
Estos segmentos del Zodiaco terrestre ya no se denominan “signos”, sino “casas”. Las
analogías o correspondencias que se concretan por la adaptación del Zodiaco celestial a la
perspectiva de la Tierra pueden ser comprendidas fácilmente. Aquello que anteriormente era el
Ecuador del cielo se convierte ahora en el horizonte del lugar de nacimiento, la Eclíptica
conserva su importancia, sólo que se le superpone otra división que justamente expresa el
vínculo con la Tierra: la división por casas.
Como consecuencia, los puntos de intersección entre el horizonte y la Eclíptica, adquieren
especial relevancia, puesto que equivalen en cierto sentido al equinoccio de primavera y el de
otoño, puntos de intersección entre el Ecuador celestey la Eclíptica. Los otros dos puntos, los
solsticios, obtienen sus correspondencias en las intersecciones entre la Eclíptica y el meridiano
local. Por este medio se obtienen cuatro puntos cardinales sobre la Eclíptica en los que
nuevamente se manifiesta la perspectiva terrenal del lugar de nacimiento.
occidental, allí se hunden e ingresan en la casa 6ª que ya se halla por debajo del horizonte. Su
tránsito progresa por las casas 5ª y 4ª y luego de traspasar el Inmum Coeli llega a las áreas de
la casa 3ª y 2ª para finalmente, y luego de transitar por la casa 1ª -cuya área se encuentra
apenas por debajo del horizonte oriental- volver a amanecer.
Como a esta salida y puesta de los astros no les subyace otro motivo que la rotación del
eje terrestre, se comprenderá fácilmente que la forma y especialmente el ángulo en el que
dichos astros surgen y se ponen, ofrecerá una mirada diferente según los distintos lugares de la
superficie terrestre. Dado que dicho movimiento rotativo debe suceder siempre de forma
paralela al Ecuador terrestre, o lo que es lo mismo al celestial, el ángulo que se genera en el
momento del nacimiento dependerá del ángulo que el Ecuador forme con el horizonte del
respectivo lugar geográfico. Este último ángulo será el resultado de la diferencia entre los 90º y
el grado de latitud geográfica.
Si dicho lugar se hallase -por ejemplo- sobre el mismo Ecuador terrestre, todos los astros
ascenderán allí de forma perpendicular, o sea, en un ángulo de 90º puesto que el eje terrestre
se ubicará en forma horizontal y el Ecuador celeste asciende en forma perpendicular con
respecto al horizonte. Un habitante del Ecuador “verá” en el transcurso de un día la totalidad de
la esfera celeste. Es distinto para el habitante de un polo. Para él coincidirán tanto el Horizonte
como el Ecuador celeste. Todos los astros saldrán -ya que el eje terrestre se halla ahora en línea
perpendicular al horizonte- con un movimiento paralelo al horizonte, es decir, ni salen ni se
ocultan, sino que para el habitante del polo norte todos las estrellas que se hallan al norte del
Ecuador celeste permanecen eternamente visibles y todas las del hemisferio sur eternamente
invisibles. Los planetas que recorren la parte norte de la Eclíptica permanecerán visibles durante
todo el tiempo que no abandonen dicho sector de la Eclíptica.
Si por ejemplo el Sol pasa del signo de Piscis a Aries, en el Polo Norte amanecerá
justamente en el instante que se desplaza de uno al otro. Ascenderá en espirales elevándose
cada día un poco más en forma paralela al horizonte, alcanzará los 0º de Cáncer, el punto más
elevado de ese espiral, y descenderá describiendo espirales en caída, para irse por debajo del
horizonte a los 0º de Libra en el término de medio año. Algo semejante se da con la Luna, que
por supuesto sólo estará medio mes por encima del horizonte; o para Júpiter que, como
fácilmente podrá imaginarse, permanecerá durante seis años por sobre el horizonte para luego
desaparecer por otros seis años. En el polo sur las relaciones se darán de modo inverso. En
todos aquellos lugares de la Tierra cuya altura polar se halle entre los 0º y los 90º, el amanecer
y la puesta de los astros ocurrirá en un ángulo igual a 90º menos su latitud.
A su vez, para todos estos lugares existe una mayor o menor parte de la esfera celeste
cuyos astros permanecen “eternamente” por encima o por debajo del horizonte. Esa es aquella
parte de la esfera celeste que se halla separada de los dos polos celestes por la medida de la
latitud geográfica. Para nuestros requerimientos astronómicos basta por ahora con esta breve
consideración geográfica acerca del cielo.
Pero antes de pasar a nuestro tema, hemos de añadir aún algunas observaciones referidas
a determinadas denotaciones históricas de las casas en particular. Entre las doce casas se
diferencian tres grupos de cuatro casas cada uno. Se habla de casas angulares, sucedentes y
cadentes.
Por casas angulares se entienden la 1ª, 4ª, 7ª y 10ª, es decir, aquellas que coinciden con
los “puntos cardinales”. La casa 1ª se ubica inmediatamente por debajo del horizonte oriental,
esto es por debajo del Ascendente; la casa 4ª inmediatamente al oeste del Inmum Coeli; la casa
7ª inmediatamente por encima del horizonte occidental, es decir por encima del Descendente, y
la casa 10ª inmediatamente al este del Medium Coeli. Las casas 2ª, 5ª, 8ª y 11ª se llaman
casas sucedentes, lo que se explica por sí mismo. Las casas 3ª, 6ª, 9ª y 12ª se llaman casas
cadentes. Volveremos en su momento al sentido de estas denominaciones.
En lo que se refiere a la representación gráfica de las casas y su posición, existían en
general tres tipos diferentes de representación, y por ende también del gráfico de la carta natal.
Los siguientes dibujos ofrecen estas tres representaciones del horóscopo de la medianoche del
1º de enero de 1931.
la línea paterna, y en la misma medida, también lo hace depender de ella. Así, el horizonte es la
frontera entre el reino de la dependencia y de la falta de libertad – llamémosle el reino de la
necesidad- y el reino de la libertad o de la autodeterminación.
Ahora podemos comprender cuál es el sentido de las seis casas que se ubican por debajo
del horizonte. Por el momento queremos interpretarlo de una manera rápida y de forma muy
general sobre la base de lo anteriormente indicado, para penetrar luego más profundamente
desde otro lado.
La casa angular ubicada más profundamente por debajo del horizonte, la casa 4ª significa,
como ya es sabido, la casa de los padres, representa al padre y la madre, la familia en la que
hemos nacido, es la expresión de la herencia de los antepasados cuyos últimos referentes y
transmisores son justamente los padres. El “más necesario” de los eslabones intermedios que se
hallan entre uno y el nacimiento en la Tierra son los padres, sin ellos no se podría haber venido
a la vida, su existencia representa lo más inmodificable del pasado.
Con los padres estamos -como decían los romanos- emparentados en primer grado. Este
parentesco es el más inmediato y el más profundo. Se erige en el paradigma de todos los
vínculos íntimos que deben ser llamados lazos de sangre y de especie, como la pertenencia a
una estirpe, a una nación, a la patria y, finalmente en el sentido más amplio, también a aquellos
vínculos que equivaldrían en el ámbito de lo psíquico, espiritual y moral al enlace con un
antepasado que también representa un parentesco de primer grado con todas las consecuencias
propias de este lazo orgánico. Más adelante expondremos cómo debe entenderse en cada caso
particular.
La casa 3ª se ubica junto a la 4ª, hacia el lado oriental del meridiano inferior – –una casa
cadente-, denominada de los hermanos. También esta casa se halla muy por debajo del
horizonte pero ya orientada hacia la mañana. Los hermanos - parientes de segundo grado según
la interpretación romana- en tanto son necesarias dos concepciones para establecer este grado
de relación. Es un parentesco fundado en la igualdad de rango, el paradigma de la pura
camaradería. De por vida los hermanos son miembros de una sociedad que descansa sobre una
herencia en común dentro de la cual el intercambio inmediato de pensamientos que provienen
de la misma base hereditaria cohesionan dicha comunidad; se torna una ley vital, el fundamento
de todo entendimiento mutuo y de toda comunicación.
Así se vuelve comprensible que esta casa no sólo represente el sector de los hermanos y el
hermanarse, sino también la casa del compartir por excelencia: la comunicación en lo físico
-viajes, esto es, visitas mutuas-, en lo psíquico -hermandad-, en lo mental -intercambio de ideas
tanto por vía oral como escrita-, en lo moral -crítica mutua y adaptación mediante compromiso y
concesión-.
La casa 5ª (casa sucedente), ubicada al oeste junto a la 4ª, es la casa del erotismo, de la
descendencia, de la enseñanza y del juego de azar. También en esta casa vemos actuar la
herencia creando condiciones, porque la descendencia es el mecanismo concreto por el que la
herencia sucede, y el erotismo o el amor sexual, es la artimaña primordial de la naturaleza por
la que los hombres son entramados en la cadena hereditaria y empujados a la procreación. Por
tal motivo, lo vinculado al erotismo es realmente como una fatalidad ante la que capitula
incondicionalmente toda supuesta libertad de decisión. El amor sexual se convierte en el
mental y moral, tal como surge forzosamente de las condiciones hereditarias de su genealogía:
su carácter empírico, o mejor dicho, su característica empírica. A ella pertenece ante todo la
fisonomía total de su constitución psicofísica, todo la apariencia de su ser. Este vehículo es el
instrumento que se le confiere, la herramienta otorgada para actuar en el mundo físico al que
ingresa mediante su nacimiento. De este vehículo y de su constitución dependen todas las
posibilidades de su vida terrenal, en la medida que son la expresión de su personalidad.
La línea limítrofe entre la Casa 1ª y la 12ª, el Ascendente -predeterminado por la herencia-
con el que el ser humano asoma al día terrestre por vía de su nacimiento, se constituyó desde
siempre en el significador concreto de la fisonomía global del nativo. El grado del Zodiaco que
asciende en el momento del nacimiento es determinante para todas las posibilidades de su vida
y destino terrenales.
Por tal razón, y luego de haber concluido con esta caracterización provisoria de las doce
casas, vamos a dedicarnos en primer lugar al problema del Ascendente y a desarrollar, conforme
a los doce signos posibles, doce tipos de seres humanos o de personalidades.
Pero, en tanto con estos doce Ascendentes también se halla determinada la posición de las
restantes once casas en relación al Zodiaco, no sólo vamos a tener doce tipos de personalidad,
sino doce imágenes de vida, doce leyendas como la leyenda ariana, la leyenda taurina, la
leyenda geminiana, etc. Recién en un apartado posterior vamos a incorporar el sentido especial
que obtienen en cada caso particular las casas que hasta ahora pensamos vacías, por la
distribución de los planetas en cada una de ellas en el momento del nacimiento. Entonces vamos
a ocuparnos no sólo del significado zodiacal de las posiciones planetarias, sino de su significado
mundano. En otras palabras, vamos a considerar cada casa en particular en relación con cada
planeta presente.
De las casas ubicadas por debajo del horizonte, todavía debemos considerar la casa 6ª.
También toca la línea limítrofe entre el abajo y el arriba. Es la casa a la que ingresan todos los
planetas, inmediatamente después de su ocaso. Según la tradición es el sector de la salud y la
enfermedad y de la “servidumbre”. La salud y la enfermedad dependen de la constitución total
del cuerpo y por ello pertenecen todavía al ámbito de lo hereditario. Son la expresión de la
capacidad funcional del vehículo que no nos fue dado por libre elección sino por nuestra
herencia. Pero en la medida en que el cuerpo es el primer “siervo”, el “siervo” primordial del
hombre, también se erige en el paradigma originario para todo tipo de servidumbre.
Sin embargo en esta casa penetra ya un rayo diurno claramente perceptible. Porque
aquello que en nuestro cuerpo significa enfermedad o salud, la cooperación armónica o
inarmónica entre los órganos en beneficio del propósito final, más tarde se vuelve en la vida
consciente del hombre, la medida de su aptitud social, el significador de su adaptación armónica
o inarmónica al organismo social, al cuerpo de la humanidad.
Por encima del horizonte se hallan las casas que ya se han liberado de la herencia y su
coacción; las casas en las que paulatinamente alcanzamos la autodeterminación, y en las que
podemos añadir lo personal a aquello que brota exclusivamente de las fuentes de la herencia.
La primera casa por encima del horizonte que vamos a considerar ahora es la casa 12ª, la
de los enemigos ocultos, la de la prisión. Tal como lo hace cada planeta, o el Sol que ingresa a
esta casa al amanecer, así también en el instante de su nacimiento el ser humano da el paso por
encima del horizonte al mundo del día. Equipado con ese vehículo modelado por la herencia,
entra en la casa 12ª. Se encuentra al principio con el conflicto de un entorno enteramente hostil.
El mismo nacimiento es tal vez el acontecimiento más espantoso de la vida, el repentino
desgarro de la contención para ser arrojados a un mundo extraño y hostil a total merced de
peligros desconocidos. Tal vez no habría pesadilla angustiante que alcanzase un nivel de
dramatismo similar al del acto de nacer, si pudiésemos recordar este acontecimiento.
Observemos que el paso del hombre a un nivel superior de su desarrollo conlleva horrores
similares a los del nacimiento físico. En determinados ritos de iniciación se procura imitar el
proceso del nacimiento. Así en la Grecia antigua existía un oráculo en el que el iniciado era
arrojado a un cuarto oscuro cuya salida sólo podía ser hallada por aquél que hubiese madurado
interiormente para este fin. Pero aún así no se sabía qué era lo que le esperaba.
La casa 12ª nos trae el primer choque con los poderes hostiles de la vida que se presentan
como enemigos ocultos, todavía no revelados. Estos enemigos acechan al nativo por todos lados
y lo llenan de una tortuosa sensación de impotencia y abandono. El propio cuerpo es el calabozo
o la cárcel en la que el alma se halla presa y encarnada, todo el peso de esta sensación de
encarnación se vivencia como una tremenda carga existencial. ¿No es suficientemente llamativo
que la primera casa oriental, la que abriga la promesa de una incipiente libertad, sea
simultáneamente la casa en que nos aguarda el sentimiento de impotencia y de falta de libertad
en grado sumo? La casa de la bien conocida prisión en el propio cuerpo es la primera casa de la
libertad.
Al contrario de la 12ª que muestra todo el peso de la batalla por la libertad a conquistar, la
casa 11ª, la de los amigos señala todas las ayudas que asisten en esta batalla. Si la casa 12ª
denota la contrariedad de vivir, la 11ª ofrece el espacio amistoso, la casa de los amigos según la
tradición.
Permanezcamos con la imagen del hombre recién nacido, apenas liberado del vientre
materno y de la capa protectora de la heredad; la protección natural de la madre que le provee
el primer alimento es la primera ayuda con que se le asiste. Aquí se halla el origen de la primer
e inmediata simpatía, ella se vuelve el paradigma originario de aquello que más tarde será
sentido como lo “simpático” a diferencia de lo “antipático”, tanto en sentido físico, psíquico,
mental o moral. Simpatía y antipatía se revelan como instintos otorgados por la naturaleza que
nos enseñan a reconocer al amigo y a diferenciarlo del enemigo.
El amor materno es la primera fuerza auxiliadora de la vida, es la primera fuente de
simpatía, la primera amistad. Más tarde ella se convierte en el significador simbólico de
cualquier altruismo, tanto del propio como el de quienes se puede esperar lo mismo, de aquellos
cuya amistad se pudo conquistar. Aquí ya se expresa una diferencia esencial con respecto a la
casa 5ª que se sitúa opuesta a la 11ª. El amor –o mejor dicho, el enamoramiento- se impone al
hombre como una fatalidad, no existe libertad de elección consciente o responsable. A los
amigos, sin embargo, los podemos elegir o ganárnoslos.
La casa 10ª ya toca la línea del mediodía; ocupa el lugar más alto por sobre el horizonte,
así como la 4ª se halla en el punto más profundo por debajo del mismo. Es la casa de la acción
en el reino de la libertad en el sentido amplio de esta palabra. Así como las fuerzas celestiales
llegan con mayor libertad e inmediatez al hombre, así él por su parte también irradia su hacer y
accionar hacia ese entorno extendido y abierto. La acción en la esfera pública es la revelación
moral responsable e inmediata de su ser, la manifestación de un individuo que es responsable
por sí mismo, responsable ante sí y ante los otros de un hacer que en cada manifestación se
vuelve expresión de su libre decisión.
La finalidad esencial de esta casa cardinal es la irrevocable interacción con el entorno, con
el área inmediata de esa acción por la que el nativo imprime huellas absolutamente propias en
el suceder terrenal, y cumple con aquello que se suele llamar ocupación, su misión en el mundo
terrenal. Lo que de esta manera emite, retorna como el eco externo de ese entorno: su
reputación en el buen o mal sentido, el honor o deshonor, el premio o castigo, su karma
posterior.
Traspasamos la línea del mediodía y nos dirigimos a la casa 9ª, la de los grandes viajes, los
estudios más profundos y la religión. El hombre en su accionar se enredó con el entorno,
imprimió sus huellas, se derramó hacia fuera; ahora es tiempo de regresar a sí mismo, de hallar
su sí mismo e iniciar el gran viaje hacia el propio yo que no es el heredado, sino el verdadero
yo. Este gran viaje que lleva al nativo a través de países y mares, es aquel que tan a menudo se
representa como ese peregrinar por la vida que al final del viaje vuelve a llevarnos de regreso a
la patria.
Ese camino hacia su interior le enseña al hombre a reconocer verdaderamente el afuera, y
a ver en él el reflejo de su interior. Así cada viaje se transforma -se lo entienda en un sentido
físico o espiritual- en un viaje de peregrinos hacia la Tierra “prometida” que no es otra cosa que
la auténtica patria, ese yo en cuyo ser más profundo se revela la deidad misma. “Conócete a ti
mismo, y conocerás a Dios”, dice la inscripción en el templo de Delfos.
Los pequeños viajes (casa 3ª) llevan al saber depositado en los libros, la casa 9ª conduce
hacia la sabiduría.
La casa 8ª ya es una casa occidental, la ante-última de las casas por encima del horizonte,
la casa de la muerte y del juicio, –vamos a denominarla la casa de la cosecha de la vida-. A los
antiguos les gustaba representar la muerte como el segador con la guadaña. Pero la cosecha de
la vida recién puede recogerse completamente cuando ya se ha disuelto la última atadura a lo
terrenal, cuando ya se ha conquistado la libertad completa. Para la mayoría de los hombres esta
disolución de la atadura significa la muerte física. Aunque para aquellos que han encontrado el
camino hacia sí mismos significa esa gran transformación de la que se vuelve a emerger como a
través de un segundo parto.
Volveremos después con más detalle sobre este tema. Pero mencionemos aquí una
observación relacionada con una superstición vulgar y ampliamente difundida, que sólo debe ser
el resto profano de una sabiduría esotérica. Aquello que se nos acerca a través de la casa 8ª es
propiamente el sentido oculto del número 13, que según la acepción vulgar, es el número de la
muerte –el decimotercero en la mesa es el que muere-. De hecho, el número 13 siempre fue el
número de la muerte; de acuerdo a la decimotercera letra del antiguo alfabeto hebreo, la letra M
–Mem, las aguas, o Tamas del elemento Agua- una de las tres letras madres. Pero esta letra
significa simultáneamente el número 40. Número que encontramos en todos los lugares en los
que se menciona -en el lenguaje de la ciencia oculta- la gran transformación. En la Biblia por
ejemplo, se habla de la transformación que conduce a través de la puerta de la muerte.
debe pasar a ser un cuerpo extraño. Cuando falte dicha predisposición, los opuestos de la
polaridad se revelarán incompatibles, la pareja se enfrentará entre sí, se convertirán en
enemigos declarados.
Lo señalado hasta aquí acerca del significado de las casas, debe bastar por el momento.
Esencialmente sirve al objetivo de hacer comprensible y a unificar el criterio de los contenidos
transmitidos por la tradición y aquellas acepciones acerca del arriba y el abajo expuestas en
“Fundamentos Generales”. En modo alguno alcanzan para penetrar en las profundidades de la
problemática de la astrología mundana. A este propósito contribuirá mucho más abordar el
problema del significado de las casas, allí donde ha de buscarse la fuente para los fundamentos
de toda la astrología mundana, es decir, en la proyección del segundo Zodiaco sobre el tercero,
o en el reflejo del espectro zodiacal sobre el espectro de la vida humana terrenal y su existencia.
Se hará necesario ir por el camino de la analogía que debe existir entre los signos del Zodiaco y
las casas; todos los problemas de la astrología mundana consistirán en hallar la llave correcta
para la interpretación de esta analogía –el coeficiente terrenal de los signos celestiales-.
Antes de pasar a esa tarea, es importante revisar un obstáculo que parece constituir una
especie de problema de conexión entre la astrología zodiacal y la mundana: la dificultad del
llamado Ascendente. Él es el inicio del espectro mundano de manera similar a como lo es el 0º
de Aries en el espectro zodiacal. Por su intermedio se baja, por decirlo así, el 0º de Aries a la
Tierra y se lo sitúa en el comienzo de la vida terrenal, en el nacimiento.
También aquí sucede algo que guarda similitud con el “atravesar el círculo” y el
establecimiento de una marca por la que el círculo recibe un punto inicial y un nuevo recorrido
circular arranca; de lo contrario, retornaría indiscriminadamente sobre sí mismo.
Así se establece una marca por el nacimiento del hombre. Tal como un polluelo rompe la
cáscara del huevo, el ser humano atraviesa la cáscara de su huevo y establece una marca como
ser autónomo al iniciar su vida terrena, esto es, atraviesa por primera vez la membrana
protectora de la herencia terrenal. Por su nacimiento, traspasa un umbral que va desde el reino
de la herencia terrenal hacia el reino de la herencia celestial, al reino de la libertad individual.
Recordemos en primera instancia lo que enunciamos acerca de esto. La Luna es la
representante de toda la herencia terrenal y el Sol el representante de la herencia celestial. Por
eso denominamos al abajo, o cielo subterráneo, el reino de la Luna o de la noche, y al arriba el
reino del Sol o del día. Al nacer, el hombre es “dado a luz”. Ya señalamos que los antiguos
relacionaban estrechamente ese umbral entre el día y la noche que indica el Ascendente con la
Luna, expresada en la denominada “ley hermética”. Esta ley expresa que existe un extraño y
secreto vínculo interactivo entre la posición del Ascendente y la posición de la Luna en el
momento del nacimiento, con el instante de la concepción. El Ascendente o el Descendente del
nativo ocupa el lugar de la Luna en el instante de su concepción, y la Luna natal, el del
Ascendente o del Descendente de su concepción.
Resulta sencillo mostrar que también el Sol es arrastrado a esta particular conexión. Dado
que la duración del embarazo se extiende por aproximadamente nueve meses lunares o
sinódicos, el Sol del niño siempre tiene que formar un ángulo aproximado de cuadratura con el
Sol de concepción. Del mismo modo debe repetirse la fase Lunar que impera durante el tiempo
de concepción en la relación angular del Sol de nacimiento con respecto al Ascendente. La
misma.
Entonces puede pensarse por ejemplo, que una vida transcurrida con el Sol en Aries,
tendrá a Libra en el Ascendente como efecto posterior de esa protesta que debió de ser bastante
fuerte en esa existencia anterior. Pero esto no cambia nada esencial en la función clave de
nuestra representación auxiliar para la interpretación del Ascendente. En ambos casos, esto es,
sin importar si el Sol anterior se hallaba en el signo del Ascendente actual o en su signo
contrario, el Ascendente actual se halla bajo la regencia del mismo planeta que antes se
relacionaba estrechamente con el Sol, ya sea como señor de ese signo solar o del signo opuesto,
en forma positiva o negativa.
Este planeta está llamado a desempeñar el rol más destacado en la carta natal: ahora es el
señor del Ascendente o el regente del nacimiento, como también se lo menciona. Para el que
nace entonces con el Ascendente en Aries, Marte será el planeta regente del nacimiento,
acompañado por Plutón, su espejo trascendental.
Recordemos que la representación auxiliar expuesta para la interpretación del Ascendente,
posee por ahora sólo valor de ficción. Por ello debemos buscar otros puntos de referencia más
reales para la interpretación del tema del Ascendente, de los que obtengamos el coeficiente
específico que debemos anteponer al signo Ascendente para aprender a adoptar la correcta
interpretación de su sentido general, conforme al objetivo de aprehender su función.
Será importante señalar que considerando la latitud geográfica del lugar de nacimiento, con
la posición del Ascendente siempre está dada la posición exacta de todas las restantes casas,
motivo por el cual cada casa particular, junto al significado general que conlleva, obtiene esa
especial coloración adicional que fluye desde el signo del Ascendente. Todas estas coloraciones
especiales se reúnen en un efecto total, que se re-irradia sobre el Ascendente y contribuye así a
dar forma a una imagen de vida, que dado que aún no se ha considerado la posición de los
planetas, semeja más bien a un formulario vacío en el que cada categoría plantea sus preguntas
de un modo que no se presta a confusiones, si bien todavía no ha sido completado por los
planetas.
En conjunto contienen las preguntas del examen al que se somete al ser humano en esta
vida, preguntas que sólo puede responder el espíritu de los signos zodiacales que acompañan a
cada interrogante, y que para cada pregunta, presenta un libro con las respuestas. Pero el
ánimo vital dominante a partir del cual surge la respuesta a todas estas preguntas, emana
exclusivamente del Ascendente.
Si alguien nace con Aries ascendiendo, entonces puede responder al interrogante vital de la
pareja sólo a partir del espíritu de Libra y del ánimo vital dominante propio del Ascendente
Aries. Asimismo la pregunta acerca de la posición social deberá ser respondida a partir del
espíritu de Capricornio. Pero también esta pregunta sólo la podrá responder a partir del ánimo
vital dominante de alguien nacido con Ascendente en Aries.
Para una parte de los nacidos con Ascendente en Tauro, también será Capricornio quien rija
la casa 10ª; si bien la misma pregunta será respondida a partir del espíritu de Capricornio, se
hará a partir de un ánimo vital dominante esencialmente distinto: Tauro. Lo análogo vale
también para todas las casas en lo referido a la relación de los Ascendentes con los signos en los
que aparecen las restantes cúspides. Es innecesario multiplicar estos ejemplos ya que todas las
variaciones serán tratadas, una por una, cuando pasemos a estudiar específicamente los doce
formularios vitales posibles. Pero para ello aún es necesaria una pequeña preparación.
Deberemos tener en claro cómo hemos de abordar en general la transferencia del ánimo vital
dominante a cada una de las áreas de vida representadas por las casas, en otras palabras, cómo
son las vivencias experimentadas desde el Ascendente de cada una de las casas cuyo significado
ya hemos conocido hasta un cierto punto, qué transformación de significado experimentan al ser
contempladas desde la perspectiva del Ascendente. Aplicaremos esta mirada la próxima vez.
Por ahora añadamos aún una breve consideración, que se refiere a cómo se ubica el nativo
con respecto a su Ascendente. Aquí vamos a ver una diferencia significativa en relación a su
posición con respecto a su Sol y su Luna. “Por el Sol queremos, por la Luna debemos”. Así
caracterizamos aquello que proviene de las zonas de nuestra primera naturaleza frente a lo que
surge de nuestra segunda naturaleza, la hereditaria. Con nuestra primera naturaleza nos
identificamos. Nos gusta reconocernos en ella. No la deseamos ubicada en un signo distinto; de
ser posible nos gustaría saberla en el mismo signo en nuestra próxima vida. Con la segunda
naturaleza pasa algo ligeramente distinto. Ella nos ayudó a llegar a nosotros mismos, nos
preparó el camino para extraer nuestra naturaleza solar. La Luna “cumplió con su trabajo”;
permitió que sintiéramos toda la escoria hereditaria a la que ya no quisiéramos tener que cargar
sobre nosotros por segunda vez en idéntica forma. Pero, sea como sea, también en ella
admitimos reconocernos.
Distintas son las condiciones al referirnos al Ascendente. Aquí se muestra el curioso hecho
psicológico de que la mayor parte de la gente rechaza desde el principio que sus cualidades
coincidan con ellas, mientras que sus conocidos y amigos sentirán que caracterizan en alto
grado a esa persona. ¿Cuál es el motivo para ello? Difícilmente otro que el mismo motivo que
lleva a la mayoría de la gente a sentir vergüenza cuando ven su propia fotografía, mientras que
su entorno opina que la imagen es espléndida. Lo mismo sucede cuando en una combinación de
espejos vemos por vez primera nuestro perfil. La razón de la insatisfacción de la mayor parte de
la gente con relación a la descripción de su Ascendente se halla, principalmente, en que la
mirada hacia el interior le revela su naturaleza Solar y Lunar, pero con respecto al Ascendente
sólo percibe aquella sensación vital dominante, que una vez reconocida con claridad, aparece
más bien como una inhibición, como algo por lo que se posee un mínimo grado de tolerancia, y
tal vez esto sea lo esencial, algo que moralmente uno no se atribuye a sí mismo, algo de lo que
más bien preferimos apartar la mirada interior.
Sin embargo, en las áreas de vida del resto de las casas a través de las cuales el nativo se
vincula con el entorno, imbuidas para los otros en forma tangible y visible por este ánimo
subjetivo de vida, el hombre pasará a ser objeto de la crítica del medio como consecuencia de
la cual, más tarde, comienza a formarse una imagen más objetiva de su naturaleza a través de
las características visibles de su leyenda de vida, e inclusive a molestarse por las críticas a las
mismas, tal como si fuera una fotografía propia demasiado bien lograda que sólo representa los
contornos externos de la apariencia humana. Por otro lado, como se comprenderá fácilmente , la
mirada del observador que no penetra en la verdadera naturaleza humana, ve ante todo el
hábito externo, o la naturaleza de su Ascendente; recién después se le revela la naturaleza
Lunar y Solar de esa persona.
Así las doce caracterizaciones que se describirán, ofrecen al nativo una especie de espejo
desde el que lo mira una imagen que se compone a partir del reflejo de todas las
manifestaciones o emanaciones de su naturaleza, reflejadas sobre todo, a partir de los ojos, los
corazones y las almas compasivas y condolidas de sus congéneres. Lo que el Ascendente puede
enseñarle al ser humano -en tanto se lo contemple con apertura- no es únicamente el sendero
previsto para él entre el día y la noche, entre la libertad y la necesidad, creado por condiciones
que fueron preparadas en el seno del pasado mucho antes de su nacimiento, ese estrecho
sendero es simultáneamente el primer puente provisorio que lo vincula al mundo y lo conduce
desde éste de vuelta hacia sí mismo, hacia el autoconocimiento.
2ª Conferencia
EL SIGNO ASCENDENTE
de la pareja en general.
La casa 8ª es la casa de la muerte y del juicio, la de las herencias y los testamentos. Vivido
desde el Ascendente, este sector se convierte en la casa del “eterno morir”, que es el verdadero
sentido de todo crecimiento en el que a cada instante muere algo para hacer lugar a lo nuevo
que despierta a la vida en lugar de aquello. Aquí se hallan el juicio, el testamento y la herencia,
porque despertamos en todo momento como los herederos de nuestro propio pasado que acaba
de morir. A lo largo de ese desarrollo vital irá madurando aquello que podemos denominar: el
fruto de la vida. El fruto del árbol de nuestra vida, a diferencia de las posesiones heredadas de
la 2ª casa,deviene ahora en la posesión verdadera –el abono para el labrado de la vida futura-.
La casa 9ª, la de los viajes extensos, la filosofía y la religión, se convierte en el ámbito que
muestra la sabiduría personal del nativo acerca de la existencia, en la que surgen axiomas de
vida que son el resultado de lo aprendido en el “largo viaje” iniciado en el Ascendente, obtenidos
en la labranza del Zodiaco. Si la 3ª casa permitía al ser humano salir de sí comunicándose con
los “hermanos”, la casa 9ª lo muestra en el íntimo intercambio consigo mismo, viajando por su
sendero hacia Dios.
La casa 10ª es nuevamente una casa angular. Es –entre las casas angulares- la más
significativa en tanto forma la fisonomía externa del nativo. Aquí se suscita, en su accionar
público, en la lucha por la vida y la autoafirmación, el choque más duro con el mundo real. ¡Tú
debes ser martillo o yunque! Lo que aquí se decide es la capacidad de resistencia del ser
humano, su nivel de dureza. Si la casa 4ª determinaba el grado de humildad, la 10ª en cambio
determina el grado de dureza vital.
La casa 11ª, la de los amigos, ante todo informa acerca de la lealtad del ser humano hacia
sí mismo como resultado de su máxima de vida –reconocida por convicción o de forma
instintiva- que también determina su grado de lealtad hacia los otros. Así como la casa 5ª
esboza la fisonomía erótica, la 11ª denota la capacidad de amistad del nativo; el modo en que
se posiciona respecto a la idea de la amistad y los amigos que elige acorde a esa idea.
La casa 12ª, la de la prisión, es vivida desde el Ascendente como la casa del ansia de
libertad. Esencialmente determina cómo se imagina el ideal de su propia libertad, ideal que en
un extremo se llama esclavitud, y en el otro, la libertad interior conquistada por la propia fuerza,
consolidada victoriosamente por la lucha vital exitosa correspondiente al estilo particular del
nativo. Si la casa 6ª adjudica al hombre su lugar en el organismo social, la casa 12ª en cambio
determina su reclamo al derecho de auto-preservación frente a todo aquello que la amenace
hostilmente. Aquí es donde se decide la predisposición respecto a la idea de enemigos, acorde
al temperamento básico y la naturaleza del signo que imprime sus características a la casa 12ª.
Con esto hemos mencionado esencialmente las doce categorías del cuestionario que el
nativo recibe en mano en el momento de su ingreso en la vida terrenal, un formulario en blanco,
no más que eso, pero tampoco menos. A partir del modo en que lo complete se volverá
cognoscible, ante todo para él mismo, qué inclinaciones básicas ya traía consigo aún antes de
haber comenzado esta vida, se le tornará comprensible que hay algo en él que brinda las
respuestas exigidas. Algo que ni siquiera es él mismo, sino más bien como si en su cuerpo
conviviese un antepasado, que le fue otorgado para guiarlo hasta que haya aprendido a
orientarse por su propio sí-mismo auténtico, hasta aprender a incorporar a su propia existencia
la leyenda de su vida, esa que el antepasado le ha mostrado cómo transitar para despertar a la
luz de su propio Sol.
Llegados aquí, debería haberse aclarado suficientemente la diferencia existente entre la
posición del Sol y la del Ascendente. Si el Sol ocupa un signo, todas las determinaciones de esa
naturaleza solar fluyen exclusivamente a partir de ese signo zodiacal. Pero si un signo
determinado se convierte en Ascendente, entonces también todos los signos zodiacales
restantes, en la medida en que estén en la cúspide de las casas individuales, tienen
participación en la formación de aquello para lo cual el Ascendente es significador.
En primer lugar será la posición de la casa 10ª o del Medio Cielo, la que tendrá una
influencia determinante sobre la fisonomía del Ascendente, ya que su posición en el Zodiaco da
lo que hemos descrito como la dureza vital del nativo. Resulta práctico expresar la diferencia
entre la posición del Sol y la del Ascendente en un determinado signo valiéndonos de dos
descripciones distintas. Siguiendo el uso general, diremos que alguien nació “en” un signo si su
Sol se halla ubicado allí, y que nació “bajo” un signo si su Ascendente se encuentra allí.
Pero antes de que cerremos nuestras consideraciones introductorias para pasar a las
descripciones individuales de las doce leyendas vitales debemos, para evitar todo tipo de errores
al principiante, señalar el rol decisivo que juega la latitud geográfica del lugar de nacimiento en
relación a la posición de cada una de las cúspides de las casas -así denominamos a los puntos
límite entre las casas individuales-.
Algunos ejemplos aclararán esto. Si alguien nació en una latitud Norte de 40º grados, bajo
1º grado de Cáncer, la cúspide de su casa 10ª se halla en el signo de Piscis; en el caso de ser
latitud 50º o más -hacia el norte- se ubicará en Acuario. En consecuencia, al sur de los 49º de
latitud será imposible una conexión del Ascendente en Cáncer con Acuario en el Medio Cielo,
esto es, un tipo de ser humano de estas características sólo nace en el hemisferio Norte, más
allá de los 50º.
Distintas son las relaciones en el hemisferio Sur. Para seguir con el ejemplo, si alguien
nació bajo 1º grado de Cáncer, su MC se encuentra en Aries si aconteció al norte de los 46º
grados de latitud, pero más al sur se ubicará en Tauro. El tipo de ser humano que surge en este
caso, será imposible a su vez en el hemisferio Norte. Si seguimos al signo de Cáncer en todo el
recorrido de su ascenso por sobre el horizonte vemos, para nombrar dos extremos, que en el
hemisferio Norte no puede haber una conexión del Ascendente en Cáncer con Tauro o Géminis
en el MC, y en el hemisferio Sur no puede haber conexión con Acuario o Piscis en el MC. Pero en
las latitudes más bajas, en ambos hemisferios existe el tipo en el que Cáncer ascendiendo se
une con Aries en el MC.
Contemplemos otro ejemplo: si alguien nació bajo el signo de Piscis, sin importar qué
grado ascienda, su MC sólo puede hallarse en Sagitario. Esto vale para todas las latitudes Norte.
Algo semejante vale también para el Ascendente Aries que en todos sus grados sólo puede
vincularse a Capricornio en el MC. Esta univocidad en los dos Ascendentes mencionados en
relación a la “dureza vital” no se sostiene en cambio en el hemisferio Sur. Pero sí se aplica a los
Ascendentes en los dos signos opuestos a ellos: Virgo y Libra. El Ascendente Virgo del
hemisferio Sur puede vincularse, en todos sus grados y en todas las latitudes, sólo con Géminis,
en tanto el Ascendente Libra sólo lo hace con Cáncer en el MC. Inversamente el Ascendente
Virgo del hemisferio Norte, de acuerdo a sus grados y a la latitud geográfica, puede vincularse
con Tauro o Géminis en el Medio Cielo y correspondientemente el Ascendente Piscis del
hemisferio Sur lo puede hacer con Sagitario y Escorpio.
Estos son sólo unos pocos ejemplos. Volveremos en particular sobre cada caso posible,
cuando tratemos individualmente los Ascendentes. Entonces expondremos las relaciones válidas
para el hemisferio Norte tratando, de manera complementaria, las distribuciones de cúspides,
que están dadas sólo para el hemisferio Sur. En un sólo caso no habrá diferencia alguna entre el
hemisferio Norte y Sur: la cúspide de la casa 7º se halla siempre en el signo opuesto al
Ascendente.
Para cada Ascendente existe una categoría única, común a ambos hemisferios, que se
caracteriza por hallarse el Ascendente y el MC en signos de la misma modalidad –es decir,
ambos en cardinales, fijos o mutables-.
Aries en 1ª con Capricornio en 10ª, Tauro con Acuario, Géminis con Piscis, Cáncer con
Aries, Leo con Tauro, Virgo con Géminis, Libra con Cáncer, Escorpio con Leo, Sagitario con Virgo,
Capricornio con Libra, Acuario con Escorpio y Piscis con Sagitario son combinaciones que
aparecen en una amplia zona, tanto al Norte como al Sur del Ecuador, y que en las zonas
ecuatoriales son las más frecuentes. Con el creciente alejamiento del Ecuador estos casos se
vuelven menos habituales, hasta que finalmente se alcanza aquella latitud, en la que en los
grados respectivos, sólo seguirán siendo posibles ejemplos “nórdicos” o “australes”. A partir de
qué límite comienza a suceder esto, depende no sólo del signo Ascendente, sino especialmente
del grado de dicho signo. De esta mirada se deduce fácilmente que para cada Ascendente
podemos señalar tres categorías. A la categoría común a ambos hemisferios terrestres –
Ascendente y Medio Cielo en signos de la misma modalidad- vamos a denominarla de aquí en
más como el tipo común o T.C., el adjudicado sólo al hemisferio norte como tipo nórdico o TN. y
aquel perteneciente al hemisferio Sur como T.S.
Si en lugar de los signos en el MC colocamos a los planetas regentes de dichos signos, y
donde está el Ascendente al regente del mismo, al señor del nacimiento, entonces se
desprenden importantes puntos de referencia para la evaluación de la “dureza vital” de todos los
tipos. Algo análogo tiene validez para la evaluación del “grado de humildad” (cúspide de la 4ª
casa) y finalmente para la evaluación de la disposición y capacidad del nativo para los vínculos,
correspondiente al signo Descendente, que permanece siendo el mismo para todas las
categorías del mismo Ascendente.
En lo que refiere a la posición de las restantes cúspides de casas -esto es, las cúspides de
las casas 2ª, 3ª, 5ª y 6ª así como de las cúspides opuestas, las de las casas 8ª, 9ª, 11ª y 12ª,
todas las variaciones posibles cambiarán según el grado del signo Ascendente y la latitud
geográfica- serán analizadas del mismo modo. De manera que de las descripciones siguientes,
en aquellos casos en que el grado del Ascendente no pueda ser comprobado fehacientemente
debido a los datos suministrados por el nativo, será posible extraer a través de los distintos
factores psicológicos de estas definiciones, importantes puntos de referencia para obtener una
mejor determinación, e incluso en algunos casos, la determinación exacta del grado del
Ascendente.
Con esto mostramos lo más importante del camino que debemos recorrer para penetrar
traerlo más tarde como Ascendente, como los perdidos recuerdos y anhelos del otrora libre
albedrío, como el temperamento o ánimo vital predominante. Entonces ¿qué hace la Luna del
niño en el momento de concepción, qué significa el Ascendente de este momento tan especial?
Se impone nuevamente una idea, que parece ser más irreal aún que la que acabamos de
exponer y que sin embargo, al ser examinada de cerca, se revela cada vez más afín al
pensamiento esotérico fundamental.
No es el Ascendente del momento de concepción el que determina la posición de la Luna en
el horóscopo del nativo; inversamente es la futura posición de la Luna del niño la que actúa
retroactivamente sobre el instante de la concepción de manera tal que, lo que ha de ser llevado
a la realidad de la vida terrenal alcanza, en ese momento justamente, el límite entre la noche y
la alborada. Óvulo y espermatozoide pueden encontrarse recién en el instante en el que
aparezca en el horizonte -oriental u occidental- aquel lugar del cielo que vaya a portar la Luna
del nacimiento.
¿Entonces de esta Luna parte una fuerza de efecto retroactivo? ¿Pero de qué naturaleza
sería esta fuerza? ¿Qué significa en este contexto la Luna del nacimiento, hacia dónde señala en
la cadena de lazos hereditarios a los que pertenecen, en primera instancia, la concepción y el
nacimiento?
Recordemos que vemos a la Luna como una especie de mediadora entre el Sol y la Tierra.
La Luna es la eterna despensa de la memoria hereditaria de la humanidad –el equivalente
astrológico de aquello que desde la perspectiva de las ciencias naturales, se señala como “el
inmortal plasma germen”-. El plasma germen se va transfiriendo permanentemente de
generación en generación y vuelve a convertirse, una y otra vez, en la substancia fundamental
del óvulo y el espermatozoide. Pasa como “eterno germen de la vida” a través de todas las
generaciones. Es el portador de lo telúrico-femenino, del lado substancial de la forma que se
manifiesta como ser humano, el eslabón vivo en el proceso hereditario del desarrollo de la
Humanidad.
En un apartado posterior conoceremos el vínculo secreto existente entre el ritmo lunar en
el horóscopo de la madre y el instante del nacimiento de los niños, y de este modo iremos
comprendiendo más y más la leyenda lunar de la Humanidad, la más antigua, a la que se enlaza
el misterio de la revelación del mundo y retrocede hasta el principio de los tiempos, hasta el
Tamas originario, el principio femenino originario o el huevo del mundo, el eterno reservorio de
la memoria del mundo que luego de la fase negativa del Ser –la noche de Brahma- siempre
vuelve a emerger sobre el horizonte de la manifestación.
Empero, en tanto que con el nacimiento y la concepción del ser humano se repite una y
otra vez el misterio originario de la revelación del mundo a nivel de la existencia humana, se
renueva constantemente el ritmo secreto de la leyenda lunar cuyo portador es ahora el planeta
Luna mismo y la mujer en su figura física. Por ello también aparece en el lenguaje simbólico de
la mitología de los antiguos, la diosa Lunar Artemisa – Diana como la patrona del parto. Con
esta referencia a explicaciones brindadas en oportunidades anteriores, hemos de cerrar nuestras
consideraciones generales acerca de la naturaleza de la función del Ascendente, para dedicarnos
ahora a cada Ascendente en particular.
3ª Conferencia
Pensemos que el ritmo de la secuencia de las estaciones del año difiere en las dos mitades
terráqueas, de manera que en el norte es invierno cuando es verano en el sur. Entonces será
fácil deducir, qué pasa con el problema del Ascendente, ya que guarda íntima relación. Así como
el ser humano está dispuesto anímicamente de modo diferente durante el día y la noche, lo
mismo ocurre de un momento a otro en un mismo día, así su comportamiento difiere en el
verano, el invierno, el otoño o la primavera. La “vidente de Prevorst” *, haciendo referencia a la
ya muy conocida enfermedad de los sonámbulos, cuando se le preguntó porqué los síntomas de
alucinación se manifestaban más en invierno que en verano, respondió simplemente: “Porqué el
ser humano en verano vive más hacía afuera y en invierno más hacía dentro”. Pero si nos
apropiamos de esta idea de la vidente, existe también una diferencia análoga entre el día y la
noche, en el transcurso del día entre la mañana y el atardecer, o entre el otoño y la primavera.
Primavera (mañana): la vida interna cambia hacia la externa; otoño (atardecer): retorno
hacia el mundo interno. Si trasladamos este ritmo vital al círculo de los signos del Zodiaco,
veremos que Aries, Cáncer, Libra y Capricornio significan para las zonas del norte: primavera,
verano, otoño e invierno, pero para las zonas del sur, corresponden al otoño, invierno, primavera
y verano. Sólo el día y la noche no cambian sus roles. Entonces si el Sol se encuentra en
Capricornio los hombres del sur están en verano. Si por el contrario el Sol se encuentra en el
meridiano superior, es mediodía, no importa si es al norte o al sur del Ecuador.
Este concepto astronómico tan simple da motivo para una observación que deberíamos
encauzar hacía una psicología cosmo-biológica, o bien hacía una psicología astrológica.
Si nos aferráramos a la analogía según la cual el Ascendente es el punto de primavera
personal, el Descendente el punto de otoño personal, el MC el punto de verano personal y el IC
el punto de invierno personal, nos encontraríamos con consecuencias muy extrañas.
Un ser humano que nació bajo el signo de Aries, no sólo obtiene el estado de ánimo del
signo Ascendente, sino también el de la estación anual que transcurre cuando el Sol transita el
signo de su Ascendente, en este caso Aries. De acuerdo al estado de ánimo se convierte en un
ser humano primaveral. En otras palabras: no solamente ingresa a la vida como un ser humano
primaveral -sin importar en que estación del año haya nacido- sino que además, cuando el Sol
durante su trayecto anual ingresa en su primera casa, revive en sí mismo un estado de
primavera aunque afuera sea otoño. Entonces tiene sensaciones de revivir a la vida, miles de
voces despiertan en él llamándole a la vida exterior con tentaciones y deseos que sabe que el
mundo externo es capaz de cumplir.
El nacido bajo el signo de Aries del hemisferio sur no es un ser humano primaveral, es un
ser otoñal. Vive su primavera en un mundo externo en el que es otoño, así como el nacido en el
hemisferio norte bajo el signo de Libra es un ser humano otoñal, que vive su primavera en
otoño, puesto que el Sol entra en ese momento en su 1ª casa. Luego, cuando el Sol entra en la
10ª casa, entonces la vivencia de todo signo es vivir su verano, y cuando el Sol entra en el signo
de la 4ª casa, su invierno. Por consiguiente, en el hemisferio norte el tipo Aries tiene su verano
cuando en la naturaleza es invierno, cuando el Sol está en Capricornio, y su invierno cuando en
la naturaleza es verano, es decir, cada año alcanza el punto culminante de su actividad en el
mundo externo durante la estación invernal. En cambio si el Sol entra en la 4ª casa -Cáncer-,
* La vidente de Prevorst, revelaciones sobre la vida interior del hombre y de la intrusión de un mundo
espiritual en el nuestro es una obra de Justinus Kerner publicada en 1829. (N. de T.).
SIGNOS DE FUEGO
En el Fuego se manifiestan aquellas energías del Zodiaco que promueven la voluntad del
hombre. Con el Sol en un signo de Fuego el ser humano es voluntarioso; con el Sol en un signo
de Aire es un pensador; con el Sol en Agua es un sensible, y con el Sol en Tierra un hacedor.
Pero cuando no es el Sol u otro planeta, sino el Ascendente el intermediario entre el
Zodiaco y el hombre, cuando el horizonte opera como divisor entre la región diurna y la
nocturna, habrá que esperar una disposición de ánimo que aparece como remanente de una
vida pasada medianamente olvidada, descolorida, que fue vivida alguna vez con el Sol en un
signo de Fuego. Lo que queda de ese impulso vital se mantiene como la expresión de una
voluntad, que no es mi voluntad y tampoco la de ningún extraño, sino como un designio o
intención olvidada que perdió su sentido moral, o como un fuerte mandato post-hipnótico.
Sólo que el mandante secreto no puede ser otro que uno mismo. Así, sin saber cómo llegó
a sentirse obligado, cada ser humano nacido bajo un signo de Fuego se encuentra dominado por
el efecto de un mandato al que debe obediencia sin que su naturaleza sea la de un moralista. Se
parece a una obligación moral que nunca lo libera porque el verdadero sentido del mandato le es
negado. En cada instante de la vida la idea central es la obligación de querer ser de esta
manera.
Los nacidos en Aries, Leo y Sagitario deben, cada uno a su manera, vivir la vida siguiendo
este mandato de actuar siempre, es decir, dominado por la convicción moral de mantener
vigente esa tendencia sin que esta obligación moral haya surgido de su libertad moral o de su
naturaleza solar.
No puede equipararse esta obligación a la condición maníaca de la Luna en Fuego, a su
adicción a ser. Más bien podríamos pensar en la neurosis compulsiva. El nacido bajo un signo de
Fuego se encuentra, de por vida, bajo el incansable impulso de vivir según el estilo de ese “otro”
que desde lo más profundo de su inconsciente le impone esos mandatos de los cuales no se
puede sustraer, y con los cuales tampoco desea identificarse. Energías del Zodiaco perdidas, no
cumplidas, que emanan desde las memorias de Aries, Leo y Sagitario, son las que ahora forman
esa leyenda vital que debemos trascender con el Sol actual y los demás planetas en curso. Nos
dedicaremos ahora a cada signo en particular.
con un signo del Zodíaco en el MC, tiene que ver con que Aries es un signo de ascensión corta,
es decir, es la parte de la eclíptica en la que Aries, cuando se encuentra en la salida del Este, se
sitúa inicialmente de manera plana al horizonte (cuanto más plano, más alta la latitud
geográfica), de manera que en toda su extensión, se eleva mucho más rápido sobre el horizonte
que lo que tarda en pasar por el M.C. Además de Aries, Piscis, Acuario y Tauro también son
signos de ascensión corta, mientras que Leo, Virgo, Libra y Escorpio representan los
denominados signos de ascensión larga. En el hemisferio sur ocurre lo contrario, Aries pertenece
a los signos de ascensión larga.
La particularidad de que el más fuerte de los signos de Tierra -Capricornio- determine el
grado de dureza de Aries, le otorga la resistencia más intensa. De manera que todos los nacidos
“bajo” el signo de Aries demuestran una capacidad extraordinaria de enfrentar las tormentas de
la vida, jamás claudican ni se resignan. No existe ninguna tendencia a retirarse del campo de
batalla de la vida.
En el hemisferio sur existe además del T.C. Expuesto, un segundo T.S. con Acuario en el
MC, cuando los grados superiores del signo Aries ascienden a aproximadamente 80º grados.
También aquí la fuerza vital es notoria. Mientras que en el T.C. las resistencias del nacido bajo el
signo de Aries actúan y se fortalecen en la vida real, en el T.S. predomina la testarudez y la
intransigencia. Para poder sostener la obstinación mental llega a una especie de porfía para
enfrentar la realidad de la lucha vital. Puede que sea una especie de conciencia religiosa en la
cual rebotan todas las fuerzas vitales externas. Este tipo de personas se convierten en fanáticos
de la obstinación.
Ahora vamos a considerar las diversas esferas de vida y analizarlas desde el punto de vista
de los condicionantes vitales descritos anteriormente.
La 2ª casa determina el grado de adhesión a todo tipo de propiedad, tanto en sentido
material como inmaterial. En el hemisferio norte la encontramos en Tauro y para los grados
superiores del Ascendente en el signo de Géminis (TN.).
Tauro ya es en sí mismo un símbolo del adherirse y apropiarse. Puede pensarse que en
todos los casos en los cuales la cúspide de la 2ª casa se halla en Tauro, los nacidos bajo el signo
de Aries cuentan con una marcada inclinación por la tenencia material. El nativo se adhiere a la
propiedad, pero justamente es una tendencia con la que no está de acuerdo ya que su
naturaleza ariana lo empuja continuamente hacía adelante. Por consiguiente, lo crucial no es
tanto la propiedad como tal, sino el concepto moral de la posesión. Es por esto que existe la
predisposición a intercambiar los objetos entre sí para que la propiedad no se convierta en
posesión. En realidad detrás de esta extraña apropiación de los objetos se esconde la protesta
interna contra la tentación a la posesividad en general (T.C.).
Esto se vuelve especialmente notable, cuando la cúspide de la 2ª casa está en Géminis
(TN). Entonces se produce una adhesión a no adherirse a la propiedad. La alegría que puede
brindar la propiedad nunca puede pagar la disconformidad creciente ante cualquier anhelo de
paz y tranquilidad.
En el caso del T.S., la 2ª casa puede situarse también en el signo de Aries si el Ascendente
está en los primeros grados de ese signo. Entonces se produce una relación particular, casi
íntima con la propiedad, que en ninguno de los casos puede adjudicarse al valor material sino a
los valores morales de la misma, valores con los cuales se está involucrado, y que llevan a
defender el bien obtenido más allá de si es o no producto del destino. En las posesiones se
refleja el espíritu del nacido en Aries. Es por eso que el empeño por incrementar este haber
prolifera constantemente. Esto vale tanto para los dones como para los talentos, que deben en
lo posible, vivirse en toda su plenitud.
La 3ª casa da cuenta de la espiritualidad y mentalidad del nacido en relación a su entorno.
En todos los del hemisferio norte se encuentra en el signo de Géminis (T.C.). La vivacidad
interna y la movilidad están siempre despiertas y requieren constante renovación. Para el
nativo, crear nuevas facetas en todos los relaciones humanas y en él mismo es importante para
mantenerlas vivas, siempre y cuando las pueda valorar y cuando las personas del entorno sean
capaces de mantener su vivacidad como para responder en forma renovada. Sin embargo le es
necesario mantener la libertad de criticar este entorno. La manera más pacífica de llevarse bien
con un medio ambiente que puede estar constantemente en conflicto, es ponerse de acuerdo. La
vitalidad que requiere la 3ª casa se mantiene despierta sólo allí donde tenga cabida la
contradicción.
En el hemisferio sur son posibles dos casos más, además del T.C. Para los primeros grados
del Ascendente en Aries, Tauro también puede dominar la 3ª Casa, mientras que Cáncer lo hace
en los últimos grados.
En el primer caso existe una fuerte tendencia a la fidelidad, es decir, a estabilizar las
relaciones con el entorno inmediato. Si Cáncer rige la 3ª Casa, se torna tan importante para el
nativo ser comprendido por su entorno -característica de la que carece Aries del norte-, que por
lo general lo lleva a una falta de crítica, aunque consigo mismo la usa a menudo de manera
inusualmente violenta. Esto genera una amargura que también echa sombras de resignación
sobre las relaciones con los demás.
La 4ª casa es el significador de la humildad del ser humano. Aquí se define la relación con
los padres y guías.
En el hemisferio norte se sitúa en Cáncer. La predisposición que se genera no está exenta
de contradicciones. La persona tiene un fuerte anhelo de someterse a alguna autoridad que
pudiera proporcionarle una especie de apoyo seguro, una caja fuerte, un asilo mental para sus
creencias infantiles, pero no tolera permanecer allí por mucho tiempo. En la vida práctica esto se
manifiesta de tal forma que hasta la vejez alberga con gratitud en su memoria lo aprendido de
sus maestros y guías durante su infancia y juventud, lo mismo que las enseñanzas de sus
padres. Sin que mantenerse inaccesible a otras ideas, lo adquirido durante su juventud está
siempre vigente.
Si Leo gobierna la cúspide de la 4º Casa (T.S.), la relación con los padres y guías cambia de
tal manera que aquél asilo asemeja la arquitectura de un hogar tan cálido, que uno quisiera
quedarse a descansar por mucho tiempo.
La 5ª Casa decide sobre la fisonomía erótica del nativo. Se encuentra para el hemisferio
norte en los signos de Cáncer o Leo y para el hemisferio sur en Leo o Virgo.
Si la cúspide de la 5ª casa se encuentra en Cáncer, surge una notable tendencia al
romanticismo y al sentimentalismo, aunque siempre acompañada por un desasosiego interno. La
nostalgia de la esclavitud, negada por la protesta interna constante, marca una contradicción
de ser su propio señor. Ser servidor se convierte en una cuestión de conciencia de la que él
siempre será el amo, por encima de aquél a quién sirve.
En el hemisferio sur, donde también Acuario puede ocupar la 10ª Casa, la cuestión del
oficio se vuelve más sensible, ya que ningún oficio, cuya intención moral sea tomar en serio una
obligación asumida, satisface a largo plazo. La profesión será un asunto en el que la necesidad
se impondrá después de la independencia, especialmente en la conservación de los distintos
trabajos. Casi nunca se obtiene una satisfacción duradera con el oficio a pesar del desempeño
profesional.
La 11ª casa, la casa de los amigos, decide sobre la capacidad del nativo a tener amigos y
su posición con respecto a la amistad en general. En el hemisferio norte se ubica en el signo de
Capricornio o Acuario y en el hemisferio sur en Acuario o Piscis.
Con Capricornio en la cúspide de la 11ª casa, el tema de la amistad y sus obligaciones es
tomado muy en serio, pero se exige el mismo nivel de seriedad por parte del otro. La desilusión
puede ocasionar la ruptura inmediata con el amigo. El ideal mismo de amistad demuestra un
grado de dureza similar al del oficio.
Con Acuario la amistad se personaliza en el ideal de amistad, más allá de la relación
personal, entra de nuevo la dureza del “o esto o aquello” que se mantiene como exigencia
cuanto más profunda sea la amistad.
En Piscis se produce otra nueva modificación, que sobre todo genera una necesidad de
amistad que puede alcanzar grados extraordinarios. Perdona con facilidad y tiene una silenciosa
paciencia. Dar es más espiritual que recibir; es en sí un recibir.
La 12ª casa es la casa de los enemigos ocultos y del anhelo de libertad. En el hemisferio
norte se ubica en Acuario o Piscis y en el hemisferio sur en Piscis o Aries.
En esta casa se manifiesta la mayor contradicción de la leyenda de Aries, porque siempre
se enfrentan, el anhelo de libertad y el de formar parte de la unidad. Se trata de ocupar un lugar
en la unidad desconocida, o de reemplazar al desconocido impulsor por esa voluntad propia que
llega siempre demasiado temprano o demasiado tarde a la cacería de la vida. Pero para los
nacidos “bajo” el signo de Aries, es justamente aquí donde radica la mayor fuente de peligro que
amenaza con convertirlos casi en sus propios enemigos secretos. Ellos crean una especie de vida
a pesar de que se rebelan contra su propia naturaleza, y luego fácilmente pueden llegar a tirar
el bebé junto con el agua del baño, a confundir sus propias inhibiciones morales con la protesta
en contra de su naturaleza ariana.
De esta manera, cuando Acuario ocupa la cúspide de la 12ª casa puede surgir una terca
tenacidad en contra de las leyes morales en general en la medida en que no responden al propio
libre albedrío. La sensación de extraterritorialidad respecto a cualquier valor existente, señala
que básicamente esta posición va en contra del propio sentimiento innato de que la vida es una
rebelión
Si Piscis ocupa la 12ª casa, entonces emerge la sensación de sentirse víctimas de esa
herencia que los arrastra en una dirección de vida no querida por ellos mismos. Por eso se
caldean los ánimos por doquier. Es como si todo y todos se hubieran puesto de acuerdo para que
los nativos permanezcan alejados de sí mismos. Ahora son los demás los que quieren dejarlos
demuestran interés por hacerle sus merecidas reverencias, los ignora por completo. Mucho más
feliz se vive con Tauro en la cúspide de la 10ª casa (T.C.). Aquí uno toma sol placenteramente
en un sillón hamaca con el cual ha reemplazado el incómodo trono real. El lema “si por siempre
esto fuera así”, señala aquí un optimismo vital, al cual le es adverso todo tipo de cambios que
puedan estar relacionados con el riesgo de perder la comodidad. En contrapartida al carácter
anterior, el T.C. carece de la tendencia a ponerse en contra de cualquiera que no le fuera grato,
es mejor no registrar las corrientes hostiles el mayor tiempo posible , y no solamente por la
voluntad de ignorarlos, sino también para seguir ignorando sus motivos. Esto caracteriza esta
forma muy particular de la inflexibilidad desde el Eudemonismo * filosófico hasta el filisteísmo
extremo de la inercia absoluta.
El T.S. con Géminis en el MC es desconocido en el hemisferio norte y por eso sus
condiciones psicológicas no son fáciles de entender. Aquí el nativo no es un hombre del cálido
verano, es decir, no tiene su primavera individual cuando afuera es verano y su invierno interno
cuando afuera es primavera, es más bien un hombre del invierno tardío. Su sentimiento de
realeza es más interior y evidentemente más frío. El es quizá el filósofo de la realeza, está
preparado para enfrentar las situaciones de cambio en la vida con una sabiduría risueña, lo cual
también responde a una dignidad superior. “Yo soy más fuerte que el destino cuando en verdad
quiero obtener algo, y cuando realmente vale la pena”.
Estudiemos ahora en forma más detallada las demás características de la leyenda de Leo
en sus respectivas casas.
La 2ª casa se ubica en el hemisferio norte en el signo de Leo o Virgo y en el hemisferio sur
en Virgo (T.C.), Libra o Escorpio. Por lo tanto se producen cuatro enfoques hacía la propiedad o
cuatro formas posibles de adhesión en general.
Si Leo ocupa la cúspide de la 2ª casa, se genera un lema que dice: “No achicarse mientras
se pueda, no escatimar, y ser generoso casi hasta el derroche”; esto es válido tanto en el
sentido material como en el más alto sentido de la palabra, o sea permanecer siempre sincero,
confiado y desechando cualquier desconfianza.
Si Virgo ocupa la 2ª casa, entra un recordatorio que le pone límite a la franqueza y la
confianza. La restricción se manifiesta en lo material como una tendencia al ahorro que es
prácticamente imposible de cumplir.
En ambos casos (Leo y Virgo) la adhesión a la propiedad no está significativamente
desarrollada ni asociada a los verdaderos valores de la vida. “El destino no me dejará morir de
hambre si yo no lo quiebro”.
En el hemisferio sur se originan dos versiones más. Si la cúspide de la 2ª casa está en
Libra, con gusto se hace partícipes a los demás de una propiedad que no podría disfrutarse en
soledad; una propiedad compartida es una doble propiedad. Esto es válido tanto en un sentido
material como espiritual.
Si la 2ª casa se ubica en Escorpio, comienza a darse el caso de hacer irreconocible la
naturaleza de Leo. Aparece una especie de ambición que no guarda relación con la avaricia
* Eudemonismo: Filosofía que sostiene que el fin último es la felicidad. La Felicidad entendida como
bienestar, placer, actividad contemplativa. etc. Sostienen que no puede haber incompatibilidad entre la
felicidad y el bien, dado que la felicidad es el premio a la virtud.
bendecir, porque se le añade el poder real o supuesto. Así se eleva la fuerza de la propia
conciencia, que si bien tiene predisposición al respeto, al mismo tiempo no olvida jamás la
crítica justificada hacía sus superiores. Uno nunca mira hacia arriba sin mirar al mismo tiempo
también hacia abajo.
En el hemisferio sur Sagitario puede ocupar la 4ª casa. Entonces se da algo parecido el
gesto real de la humildad, que en este caso recibe una especie de acento religioso; se
incrementa la ostentación de la humildad y el deseo de ser elogiado.
La 5ª casa se ubica en el hemisferio norte en el signo de Escorpio (T.N.) o Sagitario (T.C.) y
en el hemisferio sur en Sagitario o Capricornio (T.S.).
Las diferencias que surgen en la vida erótica son muy significativas. En el nativo no falta
nunca gentileza o caballerosidad, la grandeza que deviene de su sentimiento de superioridad se
reitera durante el acontecer erótico con su más débil partenaire. Esto vale para ambos sexos.
Si Escorpio ocupa la 5ª casa, emana del nativo una fuerte tendencia hacia la dominación;
rodeada sin embargo por un halo de buena voluntad y benevolencia que lo resguardan contra el
mal uso de esas energías. Aparece un grado notable de inocencia que recuerda la leyenda de
Sansón, quien consciente de su fuerza, se deja encadenar por Dalila porque sabe que en verdad
no puede ser sometido. De allí nace la galantería de Leo-Escorpio.
Si Sagitario está en la 5ª casa, la galantería estará completamente dominada por la
“caballerosidad”. El caballero medieval tenía un triple voto de servicio: servir a Dios, a su señor,
y en último lugar a la mujer. El sentirse alegre de rendir dicho servicio está ligado a una
motivación religiosa -muchas veces inconsciente-. La galantería resultante se ve como una
adoración a Dios invertida hacia los hombres, pero carece de la forma medieval que a veces
parecía tan auto-humillante en el servicio a la mujer.
En el hemisferio sur también Capricornio puede ocupar la 5ª casa. Entonces todo
acontecimiento de amor y erótico se convierte en un asunto serio. El límite entre galantería y
despotismo desaparece, el cortejo adquiere un carácter casi amenazante. La naturaleza de Leo
es algo extraña; la oscuridad que en la vida erótica se vive como la presión no reconocida de
una obligación, echa sombras sobre la felicidad.
La 6ª casa describe la capacidad de integración en la vida social, la relación con los
superiores y subordinados, la posición jerárquica en el servicio en general y el grado de
dependencia e independencia dentro del organismo social. En el hemisferio norte puede estar en
el signo de Sagitario, Capricornio y Acuario y en el hemisferio sur sólo en Capricornio.
En general el nativo se adapta fácilmente a todas las formas de servicio, puesto que
ninguna situación de dependencia afecta su innato sentimiento de libertad y seguridad interna.
Bajo el dominio del signo de Sagitario puede notarse un extraño apego al ceremonial
acostumbrado en la relación con sus superiores y subordinados, sin embargo cada uno de ellos
es libre a pesar de las conveniencias prácticas. El servilismo es tan desconocido como la tiranía.
El respeto por la ley es decisivo.
Si Capricornio ocupa la 6ª casa, el nativo es al mismo tiempo diplomático, y está
concentrado en no cometer errores que pudieran tener consecuencias adversas.
En Acuario, esta diplomacia obedece a una postura que con agrado subraya el valor
personal, en especial ante la propia conciencia. Aún en la más baja de las servidumbres, sigue
siendo el rey condescendiente y secreto, el rey en el exilio.
En el hemisferio sur, sólo existe el tipo Capricornio, acompañado por una disposición
siempre alegre a la renuncia, la diplomacia en el vivir y un cierto nivel de ambición.
Con la 7ª casa nos acercamos a la región de las casas sobre el horizonte, la zona de la
libertad. Aquí comienza el nativo -de todos los Ascendentes- a tomar cada vez más conciencia
de su leyenda vital y a vivirla y trabajar en contra de las disposiciones heredadas.
Se encuentra bajo el dominio de Acuario. Es la casa del matrimonio y de la vida en común.
Más allá de que establezca una relación, jamás abandonará su independencia. En toda
manifestación externa del ceremonial que trae consigo el matrimonio, permanentemente
mantiene el límite que resguarda la individualidad. Esto vale para ambos sexos. Sostiene dentro
del matrimonio una permisividad, que contando con el acuerdo de la otra parte, representa la
mejor garantía para la conservación permanente de todo tipo de relaciones.
La 8ª casa se ubica en el hemisferio norte en Acuario o Piscis y en el hemisferio sur en
Piscis, Aries o Tauro. En este sector del juicio interno, la transformación y la cosecha de la vida
comienzan a dar sus frutos. Aquí no se muestran diferencias insignificantes según el signo que
ocupe esta casa.
En Acuario, comienza a ver su propia vida como un problema que sólo puede ser resuelto a
través de una clave que está íntimamente asociada a su esencia, al mundo interno personal; sin
embargo, la vida de los demás también es juzgada según modelos propios. Se vuelve notable la
tendencia a ponerse a sí mismo en primer plano. Sin abandonar la línea del bienestar general,
comienza a aumentar la distancia entre uno y el entorno.
Si Piscis ocupa la 8ª casa, en donde acontece la maduración de la cosecha de vida, es
notorio el repliegue sobre sí. Suele aparecer un comportamiento que puede trasuntar la actitud
de estar cansado de vivir.
En el hemisferio sur, Aries y Tauro pueden ocupar la 8ª casa. Aquí se dan extraños juegos
que son de difícil comprensión para los signos del hemisferio norte. Con Aries crece la tendencia
a la autocrítica que da la impresión de repentinos cambios de carácter, que también
desaparecen rápidamente. Bruscos cambios de mentalidad que son contradichos velozmente
caracterizan el comportamiento en el juicio interno con respecto a si mismo.
Con Tauro en la 8ª casa se produce algo parecido a Piscis. La persona es más benevolente
con ella misma y muestra cierta apertura hacia los demás.
La 9ª casa se ubica en el hemisferio norte en el signo de Piscis o Aries y en el hemisferio
sur en Aries, Tauro o Géminis. Aquí se manifiestan las máximas de la vida.
Cuando Piscis ocupa la 9ª casa, proclama más o menos lo siguiente: “Deseo sobre todo
sujetarme a lo bueno de la vida; pero también deseo intentar, descubrir y reconocer las facetas
positivas en todos los hombres y en todas las cosas, de esta manera entenderé paulatinamente
también los lados oscuros.”
Con Aries (T.C.), no lo conforma una sabiduría silenciosa. Anhela convencer a los demás a
pensar como sí mismo. Quisiera hacer prosélitos, y en este sentido, es menos paciente de lo que
el nacido bajo el signo de Leo es en realidad.
En el hemisferio sur existen además de este T.C., dos casos más. Para Tauro vale también
la característica principal de Piscis, aunque aquí se suma el ideal de conformismo que aparece
como la esencia de la sabiduría vital.
En Géminis el cuadro cambia, en la medida que a la búsqueda de la felicidad práctica, se
añade la noción del sinsentido de todo dolor y toda pena.
De la 10ª casa hemos dicho que permite comprender la dureza, tolerancia, o la capacidad
para soportar la batalla por la vida. Solamente queda agregar algunas ideas acerca de la
posición del oficio o vocación, para lo cual serán importantes tanto la determinación interna
como la eficiencia exterior. En todos los casos, el postulado interno es que el oficio debe dejar
espacio suficiente para la alegría de vivir y de trabajar.
Si Aries es el dueño del MC, probablemente todas las energías estén preparadas para la
batalla, sin que eso signifique estar buscando el combate. El lema romano: “Si vis pacem, para
bellum!” (Si quieres la paz, prepárate para la guerra) es la expresión de esa disposición para la
lucha aunque prefiere la paz. “La paz armada” puede ser el lema en la profesión. Es por esto
que en cualquier tipo de ocupación, el nativo se siente como alguien que se digna a realizarla.
Su oficio verdadero sería ser el rey que se desplaza sobre las alturas de la vida. No bajar de su
nivel, es un recordatorio permanente. Toda ocupación otorga la posibilidad de hacer valer este
estadio, y espera ser reconocido.
Con Tauro, la predisposición para la lucha se ve considerablemente aminorada. Se genera
más bien la preferencia por una tarea que en lo posible sea cómoda y segura, aunque logre
menor importancia profesional, pero que permita llevar una vida en la cual la naturaleza de Leo
se sienta a pleno.
En el hemisferio sur, Géminis también puede ocupar la 10ª casa. Aquí la apariencia del
oficio resulta casi indiferente. Preferentemente no optará por un oficio verdadero, es decir
socialmente reconocido, sino por una ocupación que mantenga viva la alegría de vivir a través
de la aventura, con características variables.
La 11ª casa en el hemisferio norte se ubica en el signo de Tauro o Géminis y en el
hemisferio sur en Géminis o Cáncer. Es la casa de los amigos, ilumina el valor que el nativo le
confiere a la amistad y a todo lo que tenga relación con ella. Sobre todo la clase de fidelidad
para consigo mismo y con los demás.
Si Tauro ocupa la 11ª casa, un signo relacionado con la fidelidad y la dependencia, la
persona tiene un gran sentido de la amistad, ella es el verdadero condimento de la vida. Es
conservadora y no tiene necesidad de cambios. Le es grato estar rodeada de las mismas caras y
compartir con gusto las benevolencias de la vida. Las cuestiones tristes, son preferentemente
asuntos para arreglar con uno mismo.
Si Géminis ocupa la 11ª casa, es menos conservador y también menos exclusivo, iniciando
con agrado nuevas amistades. La ligereza con que trata a los antiguos amigos es inversamente
proporcional a la intensidad en las relaciones más efímeras.
En el hemisferio sur también Cáncer puede ocupar la 11ª casa. En este caso las amistades
se tornan más íntimas y se rodean de un romanticismo espiritual, que desconoce el nativo del
hemisferio norte
nos permite una comparación, podríamos decir que no es un general, sino un suboficial
entusiasta al servicio de una causa que básicamente no le es propia. De manera que un
indicador importante del fanatismo en la fuerza moral es la falta de constancia y singularidad de
su objetivo ideal. La intolerancia le da forma, sin concederle un contenido vital.
En lo que concierne a la dureza vital, se encontrarán varias diferencias según ocupe el MC
Virgo, Libra o Escorpio en el hemisferio norte, o Cáncer, Leo o Virgo en el hemisferio sur. Esto
genera cinco prototipos, aunque Virgo representa el prototipo general (TC). Pronto se
manifestará que la dureza vital de Sagitario, es en general, menor a la de los otros dos signos
de fuego.
Cuando Escorpio ocupa el MC, la resistencia vital es mayor en la batalla por la
autodeterminación porque es apoyada por Marte. Sin embargo, para todos los signos que
ocupan el Medio Cielo se manifiesta una característica común: una relación inarmónica por la
cual el nativo se quiebra con facilidad cuando comienza a probar su resistencia contra las
fuerzas externas de la vida. La energía natural del “fanático” fracasa debido a inhibiciones que
se muestran en el trabajo hacia fuera y que hacen más difíciles las condiciones en las podría ser
fructífera una predisposición básica para la lucha por la vida.
Cuando está en Virgo, colisiona con el requerimiento de inteligencia para la vida, y la
tendencia al compromiso; cuando Libra ocupa la 10ª casa, el temperamento vital del
“alborotado” se quiebra puesto que sólo conoce el “esto o aquello” de su “demanda ideal”. Así
con bastante frecuencia sucede -en ambos casos- que cuando debe tomar una decisión en la
vida práctica, vierte abundante agua dentro del vino y diluye el entusiasmo inicial por la ley
(Virgo), o la sensación de injusticia por la falta de compromiso (Libra); no obstante lo cual, si
bien se siente avergonzado, no evitará actuar igual la próxima vez.
La batalla se vuelve verdaderamente difícil sólo cuando Escorpio ocupa el MC. Aquí
realmente se puede desarrollar una especie de fanatismo por la ley y contra la injusticia que
incita las fuerzas del nativo en un alto grado. Sin embargo también se manifiesta la disonancia
arriba mencionada. La razón por la cual el nativo corre el peligro de fallar en la batalla por la
vida, no es la incompatibilidad de la sabiduría de vida, o la necesidad interior de armonía con el
fanatismo, sino el aumento de la exigencia ideal que justifica aquella intransigencia teórica.
En el hemisferio sur existe, además de T.C. con Virgo en el MC, otros dos prototipos con
Cáncer y Leo como significantes de la dureza vital. También se da la disonancia, aunque se
muestra muchísimo menos en Leo. No olvidemos que el prototipo Sagitario del hemisferio sur,
es en contraposición al del norte, un prototipo de verano. Por eso con su primavera interna es
naturalmente mucho más realista.
Cuando Cáncer ocupa la 10ª casa, este realismo se encuentra demasiado pronunciado y le
permite al nativo sufrir, en primer lugar, por su propia vida convertida en una cadena de
injusticias permanentes que debe soportar pero que no deberían ser permitidas. Aquí se produce
una postura vital de reproches que ni siquiera conoce el anhelo de paz interior, como lo vimos en
T.N. con Libra en el MC.
Con Leo en el MC desaparece la compasión y reaparece un temperamento que se enfrenta
con mayor credibilidad y tranquilidad a la batalla por la vida. Una confianza silenciosa en la
justicia del mundo le brinda mayor seguridad a este prototipo del alborotado.
Observemos ahora de nuevo los signos que dominan las diferentes casas.
La 2ª casa se ubica en el hemisferio norte en el signo de Capricornio o Acuario y en el
hemisferio sur en Sagitario o Capricornio. Acorde con la naturaleza de Sagitario, no será tan
cuestionada la propiedad, sino más bien la crucial justificación de las posesiones de cada uno y
el apego a ellas
Si Capricornio ocupa la 2ª Casa es importante demostrar de qué manera fue adquirida la
propiedad y cuál es la clase de trabajo que se realizó para ello. La historia de cada fragmento en
particular tiene importancia. Esto es válido no sólo para uno, sino también para el vecino. El bien
adquirido sin ningún esfuerzo o por casualidad debe ser ganado a posteriori, aunque no se trate
de bienes materiales sino de dotes o habilidades heredadas.
Si Acuario ocupa la cúspide de la 2ª Casa, se agrava el sentido de la “propiedad” con la
idea, de tinte personal, acerca de los derechos conexos que salen a la palestra. Se despierta un
fuerte olfato por las injusticias que se generan por la usurpación de un bien que le pertenece
legalmente a alguien más. Se trata de un fino instinto para percibir la oculta fragancia personal
que impregna cada posesión verdadera. “No es lo mismo que me devuelvan el libro que presté o
un ejemplar de repuesto. Si algo parecido sucede, jamás lo olvido”.
En el hemisferio sur, además de Capricornio, Sagitario también puede estar en la cúspide
en la 2ª Casa. Entonces se genera una relación con la propiedad que se asemeja a la de quien
posee una secreta reliquia, con su toque de misterio y misticismo.
La 3ª casa en el hemisferio norte está en el signo de Acuario, Piscis o Aries, y en el
hemisferio sur en Capricornio o Acuario.
Aquí se desarrollan las relaciones del hombre con su mundo circundante, pero también su
movimiento interno. Con Acuario en la 3ª casa, aparece una tendencia a la intolerancia, cuyo
origen es un miedo oculto a dejarse llevar por la tentación de generar compromisos de los
cuales habrá que avergonzarse más tarde. Sólo debe ceder después de haber adquirido certeza.
Si Piscis ocupa la 3ª casa, todo temor se convierte en un sufrimiento crónico. El nativo no
es lo suficientemente respetado, y por otra parte es demasiado orgulloso como para oponerse a
ello. De esta manera los demás, que no son mejores sino más robustos, se llevan el beneficio.
Es notable cómo la creciente vulnerabilidad se pone a la par de un eterno descontento. Debería
ser combatida precozmente.
Si Aries rige la 3ª casa el cuadro cambia sustancialmente. El nativo es igual de intolerante,
tanto con él mismo como con los demás –pero no lo nota-; no serlo sería como faltar a sus
obligaciones. “Quién no está conmigo, está en contra de mi”.
En el hemisferio sur, además de Acuario, también Capricornio puede ocupar la 3ª casa.
Pero la diferencia no es grande: hacia afuera el nativo está dispuesto a comprometerse sin
haber cedido algo de su realidad interna. Esto hace, que con respecto a Acuario, en realidad
cambie el vínculo con el mundo externo y empiece a quejarse, si bien de una manera diferente
a la de Piscis en la 3ª Casa.
La 4ª casa en el hemisferio norte está en el signo de Piscis, Aries o Tauro y en el hemisferio
sur en Capricornio, Acuario o Piscis.
Determina el grado de humildad de la persona, su posición frente a sus superiores, que en
estima la dependencia, pero detrás de ella busca protección contra la preocupante carga de
conciencia que provoca la responsabilidad absoluta. Entonces es mejor formar parte de una
cadena donde uno sabe seguro qué está por encima y qué por debajo, porque el orden de rango
está predeterminado y está obligado a respetarlo.
Con Géminis en la 6ª casa, aparece de nuevo la intolerancia a la que nos referimos cuando
hablamos de la 3ª casa. El nativo critica con ímpetu, pero finalmente se queda en el rezongo del
constante disconforme que no hace caso y observa impotente los imperativos categóricos.
En el hemisferio sur, Aries puede ocupar la 6ª casa. Se genera una especie de celo del
fanático. No sólo canta la canción de aquél cuyo pan come, sino que está firmemente
convencido de querer comer sólo ese pan, esa es la canción que le gusta y que puede cantar con
convicción, porque toda otra dependencia sería insoportable.
La 7ª casa está en Géminis. Significa el matrimonio y todas las relaciones duraderas; en un
sentido más profundo, significa el anhelo de alcanzar la unión armónica entre la libertad y la
necesidad. Aquí, de por vida, el nacido bajo el signo de Sagitario se encuentra en un duro
dilema entre los límites de la libertad y la dependencia, de las obligaciones y los derechos.
El nativo se decide por el matrimonio únicamente por dificultades internas muy grandes.
Para él es mucho mejor cuando se lo obliga. Debe ser conquistado porque mientras puede, se
rebela en contra de la exigencia de hacerse cargo de una relación duradera. También juega un
importante rol el signo que rige el Medio Cielo. En general, con Libra o Leo en el MC, se vuelve
más vulnerable; con Virgo (T.C.) rige esa timidez que ya hemos explicado; con Cáncer, un
eterno vaivén de sentimientos de inferioridad -propia y ajena- se unen al temor de la pérdida de
la libertad.
La 8ª casa, la del juicio interno, se ubica en el hemisferio norte en Cáncer o Leo y en el
hemisferio sur en Géminis o Cáncer. El fruto de la vida debe finalmente madurar. El nativo llega
a la síntesis de las fuerzas positivas experimentadas en la vida que fueron internalizadas.
Cuando Cáncer rige esta casa, la persona llega a un imperativo vital: la pregunta por la
justicia o la injusticia en su hacer, y el deber de lograr un constante entusiasmo por encontrar
los fundamentos en su propia naturaleza, referidos a sí mismo, en contacto cada vez más
cercano con el problema real de su vida. El dilema es poder ser él mismo, por propia convicción,
en lugar de aquello a lo que obligan los mecanismos hereditarios. Ser por fin sí mismo, en lugar
de estar subordinado a la sombra de la parentela, quebrando lanzas para los demás. Este
problema no será resuelto sino a través de la exigencia auto-impuesta de obrar siempre
consecuentemente. Esta orden debe ser expresión de la autodeterminación moral y no sentida
como un mandato extraño.
Cuando Leo ocupa la 8ª casa, la toma de conciencia se torna más laxa. Se genera mayor
clemencia en la evaluación del propio ser, una confianza en lo que es: un ser humano que puede
tomarse el tiempo necesario para desarrollar adecuadamente su ética.
En el hemisferio sur, además de Cáncer, Géminis puede ocupar la 8ª casa. Surge el mismo
anhelo por lograr que sean auténticas las características del propio temperamento, pero las
dudas en torno a la capacidad para lograrlo producen un permanente desasosiego.
La 9ª casa se ubica en el hemisferio norte en Leo, Virgo o Libra y en el hemisferio sur en
Cáncer o Leo. Aquí las máximas de vida adquieren una expresión pragmática.
Con Leo en la 9ª casa se desarrolla un alto grado de confianza en la certeza de los
impulsos éticos. Creencia e inocencia se amalgaman fácilmente. La máxima podría proclamar:
“¡Quién en Dios confía, tiene el camino hecho!” O: “¡Al fuerte lo ayuda Dios!”, o “Quién sólo deje
gobernar a Dios”…, etc.
Con Virgo, hay mayores dificultades para darse una máxima de vida que recomienda -a
diferencia del caso anterior- una persistente desconfianza, no sólo de los demás sino también de
sí mismo. Aparece una especie de martirio acerca de si verdaderamente se ha hecho lo correcto
o no; la consecuencia es una falta de entusiasmo en la realización de abundantes planes que
finalmente terminan desechados.
En Libra ocurre algo parecido a lo que sucede en Leo, sólo que se suma una especie de
fatalismo religioso. Todo lo que pasa es bueno; sólo debemos esforzarnos en reconocerlo.
En Cáncer –hemisferio sur– puede gestarse una máxima que acaso enuncie: “Al débil lo
ayuda Dios, en tanto sea humilde y sufra sin odiar ni demandar”.
Sobre la 10ª casa ya hemos hablado en lo que respecta a la dureza. Agregaremos algunas
breves acotaciones sobre la profesión. El temperamento de estos nativos les permite
desempeñarse en cualquier tipo de trabajo, es decir, en todos tendrán abundantes
oportunidades de enojarse por cualquier injusticia, y exagerar las exigencias morales a tal
punto que ponerlas en práctica sólo será posible a través de odiosos compromisos. Es preferible
un oficio que les dé suficiente espacio para la propia libertad.
La 11ª casa se ubica en el signo de Libra, Escorpio o Sagitario en el hemisferio norte y en
Virgo o Libra en el hemisferio sur. Es fácilmente imaginable que el “todo o nada” torna cualquier
amistad en un asunto serio y riguroso que no soporta tibieza alguna. Eso es lo peor que puede
pasar en una amistad, que pierde así su verdadero sentido.
En Libra sin embargo se produce una notable confianza. El nativo es incapaz de enojarse y
está predispuesto a aceptar como amigo a cualquiera que se ofrezca como tal. En todos los
casos siente la obligación de cultivar la amistad como un jardinero sus flores. Las amistades son
más valoradas que cualquier otro tipo de vínculo entre los seres humanos.
Con Escorpio se torna más exigente. De nuevo vale el “todo o nada” en un grado peligroso
para cualquier amistad. Al contrario de lo que sucede en Libra donde la demanda de amistad
está más puesta en la participación de si mismo –es más severo con él que con el otro– aquí
cualquier amistad trae un dejo de despotismo que no es fácil de soportar. Como parte del
sentimiento del “todo o nada”, exige absoluta sumisión.
Con Sagitario en la 11ª casa, la amistad adquiere un cierto carácter celestial. El amigo se
convierte casi en un segundo yo: “Tus amigos son mis amigos y tus enemigos, mis enemigos”.
En el hemisferio sur además de Libra, también puede ocupar la 11º Casa Virgo. Un instinto
natural guía al nativo a elegir amigos que pertenecen a una especie de hermandad, un
permanente refugio de iguales que siempre están dispuestos a poner el hombro y donde
encontrar permanente consuelo y comprensión.
La 12ª casa está en Escorpio o Sagitario en el hemisferio norte y en el sur en Virgo, Libra o
Escorpio. Es la casa del anhelo de libertad y de la batalla contra los enemigos ocultos, es decir
* Protagonista de un texto de Heinirich Von Kleist, editado en 1810. La historia transcurre en el siglo
XVI y narra la búsqueda fanática de justicia. (N de T).
4ª Conferencia
Finalmente, cuando está en Cáncer, la blandura de la filosofía de vida llega casi hasta la
desaparición del interés personal en el propio bienestar, el deseo de alcanzar el nirvana hace
aparecer todo lo mundano como fútil.
La 10ª casa está regida en el hemisferio norte por Cáncer o Leo y en el hemisferio sur sólo
por Cáncer. Ya se ha hablado de esta casa anteriormente con respecto a la fortaleza para la
vida, sólo queremos destacar lo que se refiere a la ocupación en general.
Cuando Cáncer domina la casa 10ª no existe espíritu de lucha en el plano físico, sino en el
espiritual. La persona es demasiado sensible para poder sostener la tensión contra la fuerza
bruta de la materia. Las batallas intelectuales sólo tienen lugar cuando le son impuestas. Por eso
eligen preferentemente profesiones que no requieran -al menos en el plano físico- una fuerte
intervención en la pelea por la supervivencia, prefiriendo aquellas que requieren la toma de
decisiones que satisfagan las necesidades de armonización, o las de mantener en pie el principio
sagrado del servicio, proveniente del orden divino -que a su vez es un orden artístico-.
Si Leo está en el MC, se afirma el valor de la dignidad profesional. Buscan actividades en
las cuales puedan llegar a una posición segura y respetada sin tener que exponerse a la
disonancia de una continua vida de lucha.
La 11ª casa en el hemisferio norte está regida por Leo o Virgo y en el hemisferio sur por
Cáncer o Leo. Es el sector de los amigos. El sentimiento de distancia tiene como consecuencia
que el nativo mantenga el nivel de sus amistades en una altura ética que se correspondan con
él. No es común que ame demasiado la confidencialidad. En toda amistad siempre permanece
un resto de distancia, un límite que no desearía ser sobrepasado. Rara vez tiene amigos por
debajo de su nivel social o intelectual. Por debajo de este nivel él ya no se siente a gusto. Esta
característica algo aristocrática vale para Leo en la 11ª casa.
Si domina Virgo, el nativo será todavía más cauto. Considera si lo que da y lo que recibe es
más o menos equivalente, si recupera lo que invierte. La amistad tiene una cantidad
considerable de derechos y obligaciones. Si se rompe un vínculo, no sufrirá demasiado porque
sabrá bien que tenía el derecho a interrumpirlo si la otra parte no lo apreciaba lo suficiente. El
principio que los antiguos romanos conocían muy bien: una mano lava a la otra, diferencia a Leo
de Virgo.
En el hemisferio sur, es posible que Cáncer domine la 11ª casa. La exclusividad toma un
carácter esencialmente diferente, no es una exclusividad de nivel social o espiritual, sino de
naturaleza puramente emocional, pero no por eso deja de estar presente. Pueden tenerse
muchos conocidos pero sólo pocos amigos, aquellos a los cuales se les ha confiado la llave del
santuario del alma.
La 12ª casa puede estar regida en el hemisferio norte por Virgo o Libra y en el hemisferio
sur por Leo o Virgo. Es la casa de la ansiada libertad. Esta lucha, la más larga de la vida, es
esencialmente la lucha por la integridad del propio Yo.
Con Virgo en la 12ª casa, la persona se encuentra demasiado dispuesta a eliminar en su
fantasía todas las situaciones difíciles que esta lucha puede traer consigo. Está preparada
constantemente para una batalla que quizá nunca ocurra, porque hasta último momento
intentará evitar la utilización de armas, y si excepcionalmente las usa, sólo lo hará con fines
defensivos.
Con Libra dominando la 12ª casa, existe la tendencia a sentirse único responsable de todo
y ante todo, incluso de lo que amenaza la propia integridad o de lo que restringe la libertad.
Aquí hay amargura, resignación y muchas batallas replegadas, secretas, pero también consuelo:
“Si quis currens totum per diem advenit ad versperum, satis est” “Aún si llega a ser tarde, si se
llega, eso es suficiente.” (Petrarca).
En el hemisferio sur, también Leo puede regir la 12ª casa. Aquí existen menos inhibiciones
de la conciencia; una tranquila confianza unida a la piedad interior alumbran el camino, de
manera que las armas secretas se hacen innecesarias. Se debería permanecer fiel a sí mismo
sin temor a perder nunca la libertad.
supone tener cualidades superiores a las del rebaño, pero no provenientes de su dignidad
interior sino como propiedades con las que cuenta aún contra su voluntad, que desconoce cómo
le llegaron. Se trata de un hombre-Acuario “jubilado”, un príncipe en el exilio que quizá apenas
tenga un recuerdo oscuro de lo que tales cualidades han sido, pero a pesar de eso, en quien
todavía subsiste el amor hacia ese uniforme “colgado” de mala gana. Es alguien al que muchas
veces se le ha dicho que era hijo de un príncipe y -por eso mejor que otros- sin que él fuera
capaz de comprobarlo realmente por sí mismo.
Así podemos captar, aunque sea mediante una imagen, la mentalidad de los nacidos bajo el
signo de Acuario. El nativo tiene una rara sensación de extrañeza del mundo al que tanto
cuestiona y le exige, hacia el cual no encuentra el camino, en el que no puede insertarse,
porque si no se dejaría embarcar con otras personas que pertenecen a un status inferior. Pero
esta extrañeza que existe entre el nativo y el mundo exterior en realidad también existe entre él
y él mismo. Carece de acceso real a sí mismo, aparece como alguien que puede ser frío, con una
extraña ausencia de la función emocional, por eso lo describimos con la expresión “el
homúnculo”* un ser que es la réplica de un hombre, alguien que no se origina en la naturaleza.
Debido a la sensación de separación de sus fuentes naturales de vida, es desde temprano, un
individuo cauteloso y reservado. Una rara desorientación se asocia con la insatisfacción por
tener que soportar la carga de ser un humano excepcional. El deseo secreto de ser un hombre
común -como los otros- tiene un efecto casi tragicómico, ya que ser “diferente” consiste
justamente en no poder mantenerse nunca dentro de lo acostumbrado.
Hemos descripto brevemente los rasgos esenciales del temperamento vital del nacido
“bajo” Acuario, siempre presentes en el humor predominante de su vida interior. ¿Y qué decir de
las características esenciales que se dirigen al exterior, qué acerca de la dureza para la vida?
Aquí podemos diferenciar tres tipos: Escorpio (T.C.), Sagitario (T.N.) o Libra (T.S.) pueden
regir el Medio Cielo.
Si Escorpio ocupa el M.C., fluye en el nativo una ayuda vital poderosa que consiste en la
fuerza de procurarse atención y consideración hasta llegar a transmitir la idea de la propia
aristocracia a los demás.
Con Sagitario en el M. C. será menor la fuerza sugestiva que la fuerte creencia y el
convencimiento del valor de su propia existencia. Esto le sirve como una especie de talismán
protector que lo ayuda a atravesar los peligros de la vida.
Con Libra (T.S.) se genera un camino de resignación superior ante el mundo. Puede llegar a
perdonar ignorando con gusto los errores, la afabilidad será una verdadera necesidad interior. Lo
que pierde en dureza, lo recupera en una mayor capacidad de digerir y de prepararse
detalladamente para la lucha por la supervivencia.
La 2ª casa simboliza el grado de “adhesión” cada ser humano. En el hemisferio norte está
regida por Piscis, Aries o Tauro y en el hemisferio sur, por Acuario o Piscis.
Si se trata de Piscis, las posesiones tienen un toque de relación personal que es más
importante que el valor material de la propiedad. La saturación de cualquier objeto que posea
con el perfume de la propia esencia, llega a un grado difícilmente comprensible, porque Piscis
genera un culto o un cierto fetichismo por las cosas pequeñas, aparentemente inútiles, que
* Especie de duendecillo que los brujos de la Edad Media pretendían crear. (N.de T)
acostumbra recoger. Pero estas cosas le pertenecen, y él le imprime a cada de ellas un sello
invisible con su nombre que lo torna sacrosanto.
Es diferente para Aries, donde aparece la idea de tener derecho a considerar toda
propiedad como algo proveniente del destino. Toma lo que obtiene con la legítima dignidad de
un Santo; el “gracias” no es constancia de haber recibido sino de haber sido premiado. Incluso
el sentimiento es similar cuando el nativo es el que “da” un objeto.
Si Tauro está la 2ª casa, tener una posesión otorga una alegría real, natural, casi infantil, y
aquí encontramos un fuerte elemento sensual que une al poseedor con cada objeto individual al
que él le transmite su propia esencia, su peculiar aroma sensual-espiritual.
En el hemisferio sur también Acuario puede regir la 2ª casa. Surge un particular modo de
explotación de todo como si no hubiera ningún “mío” real, pero tampoco ningún “tuyo”. Las
cosas son, pero están más cerca de mí que de mi vecino, eso es todo.
La 3ª casa influye en la flexibilidad interior y en la relación con el entorno próximo. En el
hemisferio norte está regida por Tauro o Géminis y en el hemisferio sur por Piscis o Aries; no
hay ningún tipo general. Los cuatro tipos tienen algo en común que caracteriza a la persona y su
relación con el entorno: su fría lealtad. Es una lealtad por razones de prestigio, lo que lo
convierte en un infiel a sí mismo. La diferencia entre los cuatro tipos yace en el grado de
movilidad interna.
En Tauro es comprensiblemente más insignificante que en Géminis. El nativo persiste -no
necesariamente de manera intencional- en la inaccesibilidad. No va hacia los otros, los otros
deberían venir a él.
En Géminis, la afabilidad vence a la inaccesibilidad.
En el hemisferio sur existe en Piscis el peligro de auto-engañarse sobre la magia que puede
ejercer por su afabilidad; el nativo desea borrar afuera la inclinación a la inaccesibilidad interior.
Con Aries en la 3ª casa no hay ni concesiones ni compromisos. Permanecer fiel a sí mismo,
es la única forma de lealtad con los otros.
La 4ª casa señala el grado de humildad y la relación con los padres y educadores. Está
regida en el hemisferio norte por Tauro o Géminis y en el hemisferio sur por Aries o Tauro. El
nativo de Acuario permanece siempre humilde frente a sus maestros y guías. Se podría casi
hablar de sumisión, se siente orgulloso de eso, de mostrarlo y poder experimentarlo. En este
caso está orgulloso de no ser orgulloso. Él es, con plena consciencia, un niño obediente.
Esto también es válido si Tauro domina la 4ª casa.
En Géminis varía la imagen, es un niño dependiente de padres y educadores, pero los
enfrenta con una curiosa objetividad. El nativo debe aceptar que el proceso natural es ser un
niño chico e impotente. Tempranamente se da cuenta que el cuerpo es pequeño y débil, pero
esta desigualdad no existe en el espíritu.
En el hemisferio sur también Aries puede regir la 4ª casa. La persona vive en una protesta
secreta contra el hecho de que a través de la casualidad de su nacimiento, debe pertenecer a
una determinada familia a la cual fue trasplantada por un acto arbitrario de la naturaleza. Pero
ya que es así, entonces lleva con dignidad lo que otros hombres aceptan abiertamente sin
pensar.
La 5ª casa es el sector de lo erótico y de la fatalidad. Está regida en el hemisferio norte por
Géminis o Cáncer y en el hemisferio sur por Tauro o Géminis. Aquí el nativo experimenta con
especial intensidad y con comprensible protesta interior, la fatalidad de los acontecimientos
eróticos a través de los cuales se siente profundamente degradado. Verse en esta situación
significa para él un papelón; le avergüenza no ser diferente a los demás, a los que pertenecen al
rebaño. Siente el hecho de participar de la experiencia del amor como si fuera un fracaso.
Con Géminis, surge necesariamente el asunto del prestigio: “¿cómo puedo en este caso
preservar del mejor modo mi dignidad?”
Con Cáncer, el miedo al fracaso es decisivo, lo que hace al individuo sumamente precavido.
Cuando ocurre lo inevitable tiende al remordimiento tenaz de su consciencia.
En el hemisferio sur, Tauro puede dominar la 5ª casa. A la característica general arriba
mencionada, se agrega una falta de consideración hacia el compañero. Este se transforma en el
objeto predilecto de sus caprichos, para ver cuánto soporta y hasta qué punto puede vengarse
de la naturaleza por haberlo colocado en esa situación indigna de dependencia emocional de los
“extraños”. Es cruel consigo mismo y con los otros.
La 6ª casa en el hemisferio norte está regida sólo por Cáncer y en el hemisferio sur por
Géminis, Cáncer o Leo. Habla sobre la capacidad de ocupar su lugar en un organismo total. Esto
no es sencillo para el nativo de Acuario, pero se conforma con el orden existente, lo acepta
como algo que expresa la arbitrariedad del más fuerte.
Este poder que dicta el orden existente en la mayoría de los casos, coloca al nativo del
hemisferio norte en un entorno que le permite aparecer como un sabio, parado externamente
del lado de los más fuertes e internamente del lado de los más débiles. Esta postura pertenece a
un complejo psicológico, llamado disimulación.
En el hemisferio sur también Géminis y Leo pueden regir la 6ª casa.
Géminis hace sin escrúpulos de consciencia lo que en Cáncer es un tema de constante
disconformidad con la propia actitud.
El cambio que trae Leo es que este dilema se pierde porque se imagina a sí mismo como
“el más fuerte”, incluso en las ligas menores.
La 7ª casa, la del matrimonio y las sociedades, está regida por Leo. Aparece por primera
vez algo contrapuesto a la frialdad: la calidez. Aquí el flujo sanguíneo impulsa el deseo del
nativo hacia una vida que hasta ahora parece algo sombría, espera recibir calidez de parte de
su pareja. Sin embargo, por no poder apreciar y registrar esa calidez, tampoco puede detectar
la necesidad de responder a ella.
Sostiene que anhela esa calidez y que tiene una especie de termómetro que lo ayuda a
evaluar cuando se ha alcanzado el grado que considera suficiente para sí mismo. Es casi un
fenómeno trágico que el nativo de Acuario necesite tanto la proximidad y que a pesar de eso sea
tan mezquino; como si primero tuviera que convencerse del grado de calidez que recibe antes
de responder a ella. Sin embargo así se entiende el hecho de que interiormente esté tan
agradecido con la dignidad que le confiere la aristocracia con la que nació. Lo cierto es que
permanece un residuo de alienación durante toda la vida.
La 8ª casa en el hemisferio norte está regida por Virgo, Libra o Escorpio y en el hemisferio
sur por Leo o Virgo. Aquí maduran los frutos de la vida. Se trata de la nivelación entre el talento
dado por el Ascendente y el que desarrolla uno mismo, que ocurre de manera diferente según
cuál sea el signo que domine la 8ª casa.
En Virgo, la persona tiende primero a tomar cándidamente compromisos exteriores para
luego cuestionarse porque cree que debería salvar su propio prestigio.
En Libra se origina otra postura que también tiene que ver con los compromisos, pero el
nativo no se critica en relación con el prestigio. Fluye la idea de que los otros no son menos
nobles que uno y que no hay ningún motivo para pensar que se es mejor. De todas maneras
esta creencia sigue siendo una mera hipótesis De ella surge la idea de la calidez de la
Humanidad en general, a través de la cual la maldición del homúnculo debería ser pagada.
Si Escorpio domina la 8ª casa, entonces deberá probarse a sí mismo su valor inherente y
trabajar en ese sentido.
En el hemisferio sur también Leo puede regir la 8ª casa. Si bien hay cierta similitud con
Libra en el hemisferio norte, finalmente triunfa una interpretación de la vida suavemente irónica,
una especie de estoicismo melancólico.
La 9ª casa regida en el hemisferio norte por Escorpio o Sagitario, y en el hemisferio sur por
Virgo o Libra. Aquí emerge un principio rector de la vida al que denominamos la máxima de
vida. En ambos hemisferios faltan los tipos comunes (TC).
En Escorpio surge una máxima originada en la fuerza de la personalidad que se evalúa
como lo más importante en la vida. La persona reconoce su propio valor y tiene el orgullo que le
corresponde. “Sé siempre martillo y nunca yunque. Sólo los harapos son modestos. Confía en ti
mismo y de ese modo también los otros te respetarán”.
En Sagitario se aplica lo mismo, pero en este caso falta el elemento de auto-glorificación
que da paso a la idea del deber de no subestimar la personalidad con la que se ha nacido;
menospreciarla sería como despreciar al Creador que es quien la generó.
De ambos tipos del hemisferio Sur, Virgo es el mas suave. En este caso la máxima diría
algo así como: “Mídete con la misma vara con la que mides a los demás”.
En Libra dice: “Sé siempre el mismo en todo. ¡No sigas los pasos de los demás con los pies
valientes de otros! Tus pensamientos son la verdad que vale para ti”.
La 10ª casa será brevemente comentada en relación con la disposición para el trabajo.
Como ya se ha mencionado, en el hemisferio norte está regida por Escorpio o Sagitario, y en el
hemisferio sur por Libra o Escorpio. Se entiende fácilmente que el nativo de cualquiera de los
tres tipos tenderá a ocupaciones en las que puede ejercer su influencia personal. Vive en la
creencia de poseer un don que le facilita la elección de un oficio que no sea esquemático y le
permita seguir siendo él mismo. Sin embargo, la ocupación termina siendo aquella que le
permite llamar la atención por su manera diferente de ejercerla.
En Escorpio y Sagitario aparece lo antes descripto mucho más claro, en Libra la actitud se
dirige menos a la satisfacción del sentimiento de valoración que a la sensación de ser
imprescindible.
vista le parece también atractivo. De este modo el nativo está obligado a transitar distintos
caminos a través de los cuales es capaz de formar una multiplicidad de fuerzas intelectuales
fuera de lo común. Está de más profundizar en las características del signo de Géminis que ya
fueron desarrolladas ampliamente. La tarea ahora es encontrar el significado del signo de
Géminis como Ascendente.
Para alcanzar esta meta confiaremos nuevamente en el camino de pensamiento que ya
hemos transitado múltiples veces. Imaginemos que alguien viniera de una vida con el Sol en
Géminis en la cual hubiera sido un “escéptico”, y que por este camino hubiera llegado a la
creencia, o no. Continuemos imaginando que en su vida actual están presentes todas las luchas
internas vividas anteriormente, que perduran como un sueño de algo olvidado y que conforma
un estado de ánimo fundamental de su temperamento de vida.
Este eco del pasado olvidado pesa de tal manera en él que se transforma en un buscador,
en alguien que duda o en alguien que se confunde, con la única diferencia de que ahora no sabe
qué busca, de qué duda, ni dónde o en qué se equivoca. Quizá podría decirse que llega al
mundo no para realizar una búsqueda sino para hacer intentos; no para dudar sino para
desesperar; no para equivocarse sino para perderse. Es un extraño regalo el que coloca la Luna
de concepción en la cuna de los nativos con su Ascendente en Géminis. Casi se lo puede ver
como la maldición de mitos donde se combinan la forma del judío errante, con la del holandés
volador o la de Simbad el marino, o Ulises. Ellos buscan algo que no saben realmente qué es, de
lo cual sólo tienen una vaga idea. Si tuviesen la buena fortuna de encontrar una respuesta
podrían sentir una liberación, acompañada simultáneamente por la terrible suposición de que no
saben muy bien qué es lo que tendría que pasar.
Lo descrito hasta ahora es el estado del alma y el espíritu con el que se vivencia el nacido
“bajo” el signo de Géminis, pero este extraño estado lo coloca casi en contra de todos los otros
que están con él y a su alrededor. Para el nacido en o bajo cualquier signo es un deber de vida
aceptar lo que le ha sido dado. Quien transita en la vida con esta inquietud interior se
encontrará, o se sentirá mejor, en aquellas situaciones que sean confusas, esas en las que los
otros en general se encuentran sin saber adónde ir. Quizá hasta intente crear este tipo de
situaciones que le permiten ganar cierta superioridad sobre los demás. De este modo el nativo
estaría “en su elemento”.
Para su entorno, estos “buscadores” se transforman en “tentadores”; en eso consiste parte
de su arte de vida, ellos intentan confundir a los demás para tenerlos en la palma de su mano.
Buscan hacer dudar de todo y justamente allí yace su fortaleza de vida. Ellos mismos son
inalcanzables para los otros, constantemente se escabullen, y en este escurrirse yace otra
característica que podría señalarse como la fuga de la realidad, de lo pre-establecido y
convencional.
Quizá se los podría describir como “el aventurero temeroso” de la región intelectual. Es
fácil ver que a la larga este temor y la búsqueda de situaciones mentales desacostumbradas no
pueden otorgar ninguna satisfacción ni estabilidad, por eso los que han nacido con este rasgo de
inquietud perpetua deben buscar refugio en algún área intelectual.
Eso el nativo sólo puede encontrarlo en un entorno que crea en él, no importa cuál sea el
medio que utiliza. Querrá tener un entorno confiado y confiable. Sin embargo nunca estará
conforme puesto que su obligación es dudar aún sin saber de qué, y así parece como si estas
cualidades de aventurero en lo intelectual fueran en realidad una meta adecuada. Pero esta
meta no es su designio.
Se encuentra en la literatura expresado en las inspiradas “Aventuras del Barón de
Münchhausen”, que se salva a sí mismo tirando de su caballo. El nativo es lo que podríamos
denominar un “irresoluto”, y para superarlo se las arregla para vivir, además de la vida real, una
vida más allá de la realidad en un mundo creado por él mismo; por eso sufre cada vez que algo
lo obliga a reconocer este hecho. Tarde o temprano si no encuentra el camino de la fe, sólo resta
un nuevo escape a la confusión, a la nebulosa, en ámbitos donde no es comprendido y que
nuevamente lo llevan a perder absurdamente el camino a lo místico.
Ahora observaremos en qué consiste la fortaleza para la vida En el hemisferio norte hay
tres tipos diferentes según el MC esté en Capricornio, Acuario, o Piscis (T.C.), y para el
hemisferio sur existen también tres tipos: Piscis, Aries, o Tauro en el M.C. Las diferencias serán
esbozadas brevemente.
Con Capricornio y Acuario, se posee una notable obstinación y el talento para envolver a
los otros en la propia mentalidad. Aquí tenemos un gran ejemplo, tal como lo demuestra
Sócrates, de aquellos que constantemente creen que para estar más seguros de sí mismos
deben cambiar a los otros, cuando es precisamente lo contrario.
Con Piscis esta obstinación no existe. Si intentan generar inseguridad en los demás hasta
corren el peligro de llegar a ser todavía más inseguros de lo que eran antes.
Con Aries y Tauro se presenta de nuevo en el escenario la obstinación, pero la energía que
se utiliza es más eficaz y duradera. No olvidemos que el nativo de Géminis del hemisferio sur es
un hombre del invierno.
Pasemos ahora a las diferentes áreas de vida
La 2ª casa en el hemisferio norte está regida por Géminis o Cáncer y en el hemisferio sur
por Cáncer o Leo. Se refiere a la relación con todo tipo de propiedad -material o espiritual- y con
los dones intelectuales con los que se ha nacido.
Con Géminis, el valor de cada bien depende de que se lo pueda probar una y otra vez.
Surge el esfuerzo por sacar siempre una nueva faceta de las cosas que se poseen y entonces
reexperimentar el sentimiento de “tenerla”, así el hecho de poseer se presenta una y otra vez en
la consciencia. Aparece un “jugueteo” especial con las cosas que se tienen, el nativo no las deja
tranquilas sino que les busca constantemente una nueva utilidad, sacarles provecho, o por lo
menos volverlas a arreglar como nuevas, o a etiquetarlas.
Con Cáncer el cuadro cambia. Como en otros Ascendentes de Aire vemos retroceder el
valor material de la posesión detrás de la ligazón personal. Y de lo que se trata no es ni del
perfume de la personalidad, ni del fetichismo, ni de la devoción del coleccionista por sus
reliquias, sino de algo que se ve como una “colección” pero sólo con el propósito de oponerse a
que sea una pieza única, a la necesidad de restringir la adherencia a un único objeto. De la clase
de objetos que resultan interesantes no habrá sólo un ejemplar sino varios; entonces cada uno
eleva su valor por pertenecer a alguna colección, pero cada valiosa pieza de la colección no es
más importante que la cuantía del conjunto.
Con Leo cambia de nuevo el cuadro. El interés sobre cualquier posesión empalidece
rápidamente para hacerle lugar a nuevos objetos, no mejores, sino diferentes a sus
predecesores. Al tiempo, regresan a lo antiguo que ahora vuelve a ser nuevo otra vez.
La 3ª casa en el hemisferio norte está bajo el dominio de Cáncer o Leo, y en el hemisferio
sur bajo el de Leo, Virgo o Libra. En ella se observa la relación del individuo con su entorno
próximo. Lo importante no son las personas sino la relación que el nativo mantiene con ellas, y
eso es lo raro. Esta relación es algo irreal puesto que sin excepción se puede ver a todas las
personas de un modo diferente de como son en realidad. Por eso aparece en el entorno la
opinión de que es voluble. Constantemente experimenta en su relación con los otros el fracaso
de su intento por conocer esa naturaleza humana que le resulta confusa o hasta desconocida, e
intenta resolverlo ensayando, experimentando, haciendo una vivisección Él mismo padece con
estos intentos y las desilusiones resultantes, porque es condenado una y otra vez a
experimentar sus insuficiencias. Esto vale para Cáncer en la 3ª casa.
Con Leo el panorama cambia un poco. Aparece una sucesión de tentaciones y desilusiones
experimentadas consigo mismo y con el entorno, como una especie de evasión. Hay en la
persona una franca tendencia a proteger el entorno casi hasta de sí misma; mientras tenga a
alguien bajo su custodia se considera fuerte y mantiene la fe ante la vida, se fortalece y
consolida a fin de olvidar el desasosiego que siente. Nada les pregunta, es suficiente con que
estén allí.
En el hemisferio sur se agregan otras dos variantes. Virgo sobre todo quiere aprender a
través y a partir de ese vínculo con el entorno. El “tratar con la gente" es el trato con él mismo,
todos los diálogos terminan siendo charlas consigo mismo, cada “Tú” es un pedacito de su Yo.
Libra es quizá la combinación más fructífera para los nativos de Géminis. A diferencia de lo
que ocurre en Leo, ahora necesitan el entorno para expresar sus dudas y preocupaciones.
La 4ª casa señala el grado de humildad del nativo y su posición hacia sus padres y
educadores. En el hemisferio norte está regida por Cáncer, Leo o Virgo; y en el hemisferio sur
por Virgo, Libra o Escorpio.
Aquí, la necesidad de reclamar protección ocupa el primer plano. El nativo tiene el poder de
impresionar bien a los demás como hijo, como alumno. Le gustaría que alguien le dijera: “De
ahora en adelante no hay más búsqueda. Esto es cierto y es lo que tienes que hacer”. Por eso al
principio se deja imponer gustosamente en todo: cómo darle el toque maestro al sombrero,
cómo usar el cuchillo y el tenedor, cómo caminar y sentarse, etc. Directamente busca copiar a
sus padres y educadores para fortalecerse a sí mismo o para poder imponerse a los otros tal
como su padre se le impone.
Esto es válido, cuando Cáncer ocupa el Fondo del Cielo.
Con Leo en la 4ª Casa aparece una completa aleatoriedad. No hace ninguna diferencia
entre buenas y malas cualidades, toma todo lo que de algún modo le llama la atención. Esto
explica por qué en la escuela a menudo agrada a sus maestros, porque goza de esta capacidad
de imitación que sólo le sirve para su autoprotección.
Con Virgo rigiendo la 4ª Casa hará conscientemente todo lo que en Cáncer y Leo hace de
manera instintiva.
Con Libra vale lo dicho para Cáncer, sólo que aquí la relación con los padres y maestros es
un poco más objetiva y la búsqueda de protección juega un rol algo menor.
Con Escorpio falta por completo el sometimiento, pero nunca está seguro de ello.
La 5ª casa en el hemisferio norte está regida por Leo, Virgo o Libra; y en el hemisferio sur
por Libra, Escorpio o Sagitario.
Si Leo ocupa la 5ª casa sobreviene una peculiar inactividad que quizá se conecta con cierta
cuota de timidez en relación con las aventuras, quizá con un cierto fatalismo en lo que se
espera. El nativo quiere ser descubierto, anima a hacerlo al partenaire. En la aventura erótica
sustituye la publicidad por la permanente disposición a dejarse llevar cuando la iniciativa viene
de parte de los otros.
Con Virgo en la 5ª casa, casi se puede hablar de una “Odisea de amor”. También aquí
existe la postura receptiva descripta. Como lo hace el personaje Nora de Ibsen, espera y cree en
lo maravilloso. Como esto no sucede, entonces lo sustituye por un juego consciente en el cual
sabe con certeza que va a perder la partida. ¡Y aún así, apuesta! Es algo raro este juego. El
nativo se entrega conscientemente a una desilusión, sabe que es el director que pone en escena
esta obra de teatro, pero siempre tiene la esperanza secreta de que tal vez es la Providencia del
poeta. Tales o similares ideas dominan a los irresolutos y con ellas alimentan sus esperanzas
secretas de que el cuento de hadas se haga realidad. En definitiva podrían estar completamente
equivocados acerca de la verdadera realidad.
Con Libra en la 5ª casa sucede algo parecido, pero en este caso no lleva a una mezcla de
fantasía y realidad: está lo que es la poesía, y el hombre tal como es.
Con Escorpio se hace notoria la tendencia a experimentar, y no son pocos los que terminan
siendo víctimas de sus tentaciones y experimentos psicológicos. Creen vencer, cuando están
perdiendo.
Con Sagitario el peligro de la auto-desilusión es tan amplio que nunca se admite un
fracaso. “El fantasma no sabe lo mucho que se apoya en mi hechizo, pero paciencia, no tarda en
aparecer”.
La 6ª casa en el hemisferio norte está regida por Libra o Escorpio; y en el hemisferio sur
por Escorpio o Sagitario. Este ámbito caracteriza la adaptación del nativo a un sistema, a un
orden social. El nacido bajo el signo de Géminis es colocado en un orden que le pide que
desobedezca hacia arriba y que sea autoritario hacia abajo, y no puede arreglárselas en ninguna
de estas situaciones. No puede obedecer porque evita y decide hacerse enemigo de cualquier
reglamentación que no provenga de él, y a la vez es demasiado débil y vacilante para
obedecerse a sí mismo. Siendo un superior califica de rebelde e insubordinado a aquél que no lo
ha obedecido. Encuentra contradicciones en cada reglamento, esto produce cierta desubicación.
Mientras que en Libra sigue siendo relativamente pacífico, en Escorpio la inadaptabilidad es
tan fuerte, que nunca podrá durar mucho tiempo en ninguna parte.
Con Sagitario es similar, sólo que aquí el autodominio y la autodisciplina son capaces de
tapar mucho de lo que en Escorpio y Libra está demasiado expuesto.
La 7ª casa está dominada por Sagitario, signo de la liberación para los nativos de Géminis.
Ya en la 5ª vimos emerger una idea que fue altamente desarrollada por los románticos: la de la
liberación de los irresolutos a través de la pureza de Virgo (La virgen o doncella). Aquí se
presenta la idea de una unión duradera, tanto desde el punto de vista legal como en la vida real,
unión que en la 5ª casa sería un espectro irreal. Lo extraño, lo que contrapone lo irreal con lo
real, es la inclinación de la mujer a hacerse cargo de este rol de liberación; a aceptar el destino
de redentora que le fuera marcado. Es casi como una creencia religiosa que en este ámbito
directamente se manifiesta la mano de un ser superior a quien se le ha confiado la tarea de
redención. Pero también aquí se puede cumplir la tragedia de que lo solicitado ya haya sido
otorgado y, que la liberación se haya malogrado al no ser reconocida.
La 8ª casa en el hemisferio norte está regida por Sagitario o Capricornio; y en el hemisferio
sur por Capricornio o Acuario. Ahora deben madurar los frutos de la experiencia de vida, hay
que crecer más allá de lo vivido en las seis casas situadas por debajo del horizonte; aquello que
tenía que ser vivido y realizado conforme a los genes. Debe aprenderse a superar los factores
hereditarios y la locura de los estados de ánimo, debe emerger despierto del sueño olvidado. En
la 8ª casa se comienza a ver más allá de la herencia y a operar de forma más consciente sobre
sí mismo.
Con Sagitario en la 8ª casa, aparecen los frutos de todo lo que fue visto y hecho en las
casas de la herencia, y finalmente la sensación de una especie de escepticismo ante la vida,
unido a la voluntad de creer que todo se hace bien, a no sorprenderse ante casi nada y a
esperar todo en cada momento, así nunca podrá ser sorprendido ni decepcionado.
Con Capricornio aparece un declararse a favor de búsquedas incansables, como si se
hubiera querido algo diferente. Quiere ser sólo un paseante en el mundo y no estar nunca en
casa, un Ulises que ya no extraña a su Patria, un Ahasverus (el judío errante) que hace entrega
de su redención.
En Acuario, aumentan quienes ponen en ejecución un dogma desafiante. “Si yo no fuera un
nativo de Géminis, ¿qué me gustaría ser?”.
La 9ª casa en el hemisferio norte está regida por Capricornio o Acuario; y en el hemisferio
sur por Acuario, Piscis o Aries.
Aquí se forman las máximas de la vida. Surgen algunas que corresponden precisamente al
eterno caminar. Uno está más allá de todo lo persistente y sólido, más allá del bien y del mal,
observa como si estuviera en lo alto, en un inalcanzable puesto de observación, como si todo
fuera un error. Lo bueno es error, lo malo es error, verdad es error, equivocación es error,
sabiduría es error, necedad es error. Todos nosotros nos equivocamos, no hay meta, y es bueno
colocarse en un punto desde el cual no se pueda esperar nada y no se pueda tener miedo.
Esto es especialmente claro cuando Acuario domina la 9ª casa. La nulidad de toda
búsqueda de conocimiento y la imaginación, abren sonriendo el camino a las inexpresadas
máximas del silencio.
Con Piscis en la 9ª, se mezcla la renuncia a cada máxima de Acuario, con un ser
constantemente preparado moral y espiritualmente para perdonar. El nativo puede entender
todo, pero aún cuando no lo comprenda, también perdona todo porque ese no entender es la
prueba de su propia imperfección.
Con Aries la máxima de vida cambia, porque ahora no hay ninguna medida objetiva hacia
derecha e izquierda. La propia voluntad se convertirá en un factor decisivo, pero ella es débil y
se degrada en sus caprichos.
La 10ª casa en el hemisferio norte está en el signo de Capricornio, Acuario o Piscis; y en el
hemisferio sur en Piscis, Aries o Tauro.
Sobre la fortaleza de la vida ya se ha hablado. Aquí vale decir algunas palabras más sobre
su postura ante el trabajo. Sobre todo tienen la tendencia, la capacidad de dominar mejor que
los demás situaciones confusas para sacar su propia ventaja, y buscan los oficios que hacen
posible eso. En primera línea están los trabajos intelectuales, los atraen los de maestros e
investigadores, pero también aquellos que se relacionan con el experimento en el sentido más
amplio de la palabra.
Con Capricornio el sentimiento de responsabilidad se corresponde con los constantes
labrados de su campo de trabajo.
En Acuario, no dejan de lado la experimentación y el intentar.
Con Piscis quieren probar todo lo que ven en los otros.
Con Aries son curiosos y quieren aprender todo, cada día hay nuevos planes para mejorar
al que ya tiene su tiempo.
Con Tauro sucede algo parecido a con Capricornio, sólo que aquí la autolimitación va
todavía más lejos. Todo lo que han aprendido quieren aprenderlo una vez más por sí mismos.
La 11ª casa, la de la amistad, en el hemisferio norte está regida por Acuario, Piscis o Aries,
y en el hemisferio sur por Aries, Tauro o Géminis.
La amistad es uno de los capítulos más importantes en la vida de los nativos de Géminis,
de manera que éste lugar es en el que se expresa más fuerte la necesidad de un sostén del
alma. La amistad es casi un refugio, es hasta más importante que el amigo individual. El valor
del amigo consiste en que está cuando se lo necesita; siempre y bajo toda circunstancia.
Esto es válido para Acuario en la 11ª casa.
Con Piscis el nativo es más indulgente y resignado. Entiende que tal ideal de amistad no es
posible por ser tan unilateral. Debe tener muchos amigos para que puedan completarse los unos
a los otros. Pero el grupo de amigos sustitutos creado para concretar un ideal imposible, está
lleno de tristeza y resignación.
En Aries no existe este ánimo de resignación. Busca compañía y sabe que no podrá
permanecer porque al final del camino se dirigirá a otra parte, luego vendrán otras compañías
diferentes. Ya no estará solo, siempre y cuando no deje de buscar.
En Tauro y en Acuario hay similitudes, pero –esto recuerda a Piscis- finalmente el nativo
vuelve siempre a los viejos amigos, o cuando eso no es posible, intenta volver a reconocer su
imagen en otros hombres.
Con Géminis regresa a casi un ideal de amistad, quiere ser anhelado y es tanto más feliz
cuanto más tenga la sensación de ser necesario, aunque sólo sea como un sustituto.
La 12ª casa en el hemisferio norte está regida por Aries o Tauro; y en el hemisferio sur por
Tauro o Géminis.
* Apodo latino que significa: “el que se retira” (N. del T).
5º Conferencia
De estas consideraciones emana una consigna para el nacido bajo Cáncer, que ahora no
será “el romántico” o “el tímido”, sino justamente “el asustadizo” o “el miedoso”. En todas las
situaciones de vida, cualquier imposición que se le plantee será asumida con una tímida mirada
de recelo sobre cómo se posicionan los demás con respecto a esas situaciones.
Así, en cada una de las 12 casas, encontramos un colegio de abogados invisibles e
imaginarios, cuyas opiniones son importantes. El nativo vivirá permanentemente inseguro con
respecto a las críticas, aunque en realidad no existan. ¿Qué pasa en este caso con la dureza
para la vida?
La 10ª Casa está regida en el hemisferio norte por el signo de Acuario, Piscis o Aries y en el
hemisferio sur por Aries o Tauro. En todos los casos se trata de una táctica vital que se
corresponde con la estructuración de los sistemas de seguridad del “asustadizo”. Estos
intransigentes sistemas de seguridad toman diferentes formas de acuerdo al signo que gobierne
la casa.
En Acuario se produce la tendencia a construir con la secreción de su propia sustancia vital,
una especie de casa de caracol similar a un fuerte, creada no para el ataque sino para una
perseverante defensa tendiente a resguardar la particularidad del propio ser detrás de las
murallas, única garantía confiable que se puede obtener en la vida. El nativo no abandona su
propio estilo ni deja de lado ese innato instinto de conservación que ha probado ser el más
seguro, puesto que nunca ha sido influido por requerimientos ajenos de seguridad
Con Piscis cambia el cuadro. La fortaleza hacia afuera aparenta más bien ser una debilidad.
Sin embargo el grado de dureza, que le da Piscis en el MC, es el grado justo de intransigencia
para el nacido bajo el signo de Cáncer, porque le proporciona el don de la resistencia flexible en
todos los órdenes de la vida, que le permite retroceder para luego imponerse de un modo
particular cuando la oposición disminuye.
Cuando Aries ocupa el MC, ese retroceso va acompañado por un estado de ánimo colérico.
La resistencia flexible también existe, pero aquí no puede esperar, sale de su pasividad y pone
fin a esa batalla interna hasta que vuelva a entablarse. Sufre sientiendo un final “injusto” y se
produce un estado que podría describirse como una “capitulación desafiante”. A menudo se
encuentra también la táctica deliberada de situarse adrede en una injusticia mayor de la
necesaria para conquistar para sí las simpatías del medio ambiente.
A los tres tipos nacidos bajo el signo de Cáncer en el hemisferio norte les es propia la
obstinación. En Acuario podría hablarse de una obstinación temerosa, en Piscis de una
obstinación paciente y en Aries de una obstinación impaciente.
En el hemisferio sur Tauro también puede ocupar el MC. Podría hablarse de una obstinación
“sabia”. Semejante a Acuario, se siente cómodo con su individualidad. La fidelidad a sí mismo es
lo que le da una nota particular a la resistencia vital.
La 2ª Casa en el hemisferio norte se ubica en el signo de Cáncer o de Leo y en el
hemisferio sur en Leo o Virgo. Trata sobre la dependencia de todo tipo de propiedad, sea de
naturaleza material, psíquica o espiritual. Principalmente dependerá de qué valores
sentimentales se relacionan con el bien, y especialmente, cómo impacta esa dependencia
sentimental en el entorno inmediato.
Cuando Cáncer rige la 2ª Casa, ya a edad muy temprana el nativo muestra una
característica que lo acompañará a lo largo de toda su vida, es el constante temor de perder en
cualquier momento la propiedad o que ésta no sea reconocida por las demás personas en forma
explícita, lo que le genera la persistente preocupación por la autorización de aquellos. Hasta
puede ocurrir que se avergüence de ser dueño de algún bien cuando piensa que existen en el
entorno personas que dudan de su derecho a poseerlo, o que podrían envidiarlo.
Si Leo ocupa la cúspide de la 2ª Casa, podría sentirse en la obligación de dejar participar a
los demás del bien, digamos a modo de préstamo. Pero aquí se manifiesta algo muy extraño. Si
bien se prestan las cosas con placer, se desprende con dificultad de ellas y sigue demasiado
preocupado por su destino aunque no tenga el valor de reclamar su devolución. Esto llega al
punto de que en el momento de hacer el préstamo, abandona de inmediato el derecho moral
sobre ese bien. Si con Cáncer en la 2ª Casa es un dueño avergonzado, con Leo es un propietario
que teme la vergüenza ajena que uno mismo ha causado.
Cuando Virgo ocupa la 2ª Casa, se intercala una tonalidad casi ascética en relación con la
propiedad. Puede disfrutar de su “riqueza”, y no desea ser más pobre porque no siente como tal
su pobreza real.
La 3ª Casa se ubica en el hemisferio norte en el signo de Cáncer, Leo o Virgo y en el
hemisferio sur en Virgo o Libra. La movilización interna y la relación con el entorno son para el
nativo de Cáncer de primordial importancia, ya que depende sobremanera emocionalmente de
él.
Con Cáncer en la 3ª Casa, el nativo busca la protección detrás de la cual le gusta
esconderse. Por eso participa de un entorno donde pueda encontrar refugio, personas que son
mucho alegres y voluntariosos que él. Así cree que se encuentra a salvo y hasta moralmente
protegido. No hacerlo mejor que los demás sino en todo caso hacerlo igual, aunque sepa hacerlo
mejor, se convierte en una propósito dictado por el miedo.
Con Leo en la 3ª Casa a este enfoque de base se agrega un poco de optimismo vital. Es
como si el nativo quisiera dar vuelta para sí la conocida frase: “Quod licet Jovi non licet bovi”:
“Lo que le está permitido a cualquier imbécil, también me está permitido a mí.”
Con Virgo en la 3ª Casa empeoran las cosas, porque se desarrolla una desconfianza
difícilmente manejable con respecto al mismo entorno a cuya protección está subordinado.
Cuando Libra ocupa la 3ª Casa, acontece una asimilación evidente a todo tipo de entorno,
una especie de mimetismo como protección psicológica. La ventaja puede ser llegar a reconocer
que en el fondo, aquellos que se muestran más seguros de sí mismos no lo son más que uno;
así se abre el camino hacia la sanación de la autoestima.
La 4ª Casa en el hemisferio norte está regida por Leo, Virgo o Libra y en el hemisferio sur
por Libra o Escorpio. Designa el grado de humildad del nativo y la relación con sus padres y
educadores. Vemos que durante su niñez son emocionalmente dependientes de los sentimientos
de amor que reciben de sus padres y superiores, y compiten por ese amor tratando de
comportarse de la manera que se supone que puede esperarse de los niños de su clase. En
tanto son “buenos”, según sus conductas aparentes, no lo son con respecto a su vida psíquica
real. En el nativo prevalece una tendencia que podría llamarse de casi “servilismo”, es decir, una
táctica para mantener el amor y la simpatía de los padres que se basa en la admisión constante
de su dependencia. Esto debe adaptarse a cada signo en particular que ocupe la 4ª Casa.
Con Leo, a lo explicado se le suma un secreto sentido de superioridad de origen
inconsciente. Los padres tienen a su favor el avance de los años, pero nada más.
Con Virgo, se muestra una verdadera tendencia a ser obediente. En este caso esta
tendencia es consciente, ya que la persona depende enormemente de cada halago o crítica de
sus padres o educadores para la valoración de sí misma. Para obtener elogios, subordina su
mentalidad y moralidad a la de sus padres, maestros o supervisores con un increíble ingenio. A
esta especie de “obediencia”, que desarrolla podría llamársela “obediencia obstinada”.
Cuando Libra ocupa la cúspide de la 4ª Casa, en lugar de la “obediencia obstinada” surge la
sensación de protección en la casa de los padres y en presencia de los maestros y supervisores,
sensación que nace de la imaginación secreta de que los padres, que en verdad están en una
edad más avanzada y por eso son seres humanos más experimentados, representan un baluarte
que estimula la seguridad interna.
Cuando Escorpio en la 4ª Casa, aparece nuevamente algo similar a la obstinación de ser
obediente, pero el color de trasfondo es un tanto diferente. El anhelo de libertad es mayor,
quisiera conquistar para sí lo que antes despertó la obediencia.
La 5ª Casa en el hemisferio norte se ubica en Virgo, Libra o Escorpio y en el hemisferio sur
en Escorpio o Sagitario. Nos encontramos con una extraña relación con respecto al problema de
la capacidad de amar y el erotismo que rectifica en algún sentido lo que era la consigna para el
nativo de Cáncer en general: el asustadizo. Prevalece en el alma del nativo un innegable temor
al encuentro sexual unido al anhelo del romanticismo que conlleva este encuentro. Tratemos de
comprender esto de la siguiente manera.
La 5ª Casa nos muestra el encuentro erótico como señal de fatalidad; uno no ama de a
fragmentos, está enamorado, está enmarañado de una manera fatal en la enfermedad del amor.
Romanticismo y temor se entrelazan de forma tal que desde el principio no será digno de
confianza todo aquello que esté relacionado con la fatalidad de ese acontecimiento. Terminará
muy mal, la pasión desaparecerá, la ilusión acabará. Cuando comienza esta ilusión ya aparece la
idea de que se trata de un juego en el cual la mayoría de las veces sólo es factible perder, un
juego en el cual uno debe predecir constantemente que todo es una mera ilusión. Se es
consciente del error que comete al suponer que al tener consciencia de ello uno está preparado
para no subordinarse a la ilusión del acontecimiento amoroso. Pero de todos modos prueba,
equipado siempre con todo aquél cuidado innato por sobrevivir de nuevo a la aventura.
Con Virgo en la 5ª Casa no espera de ninguna manera -como es en el caso de Géminis-
algo más que un juego, y se cuida de no jugar con alto riesgo.
Con Libra predomina el juego desde el principio. Aquí el fantasma gana más realismo que
el ser viviente en sí, porque se le puede seguir siendo fiel sin tener que temer la desilusión de la
realidad.
En Escorpio el asunto es considerablemente más desventajoso porque las pasiones
adquieren una increíble fuerza, y detrás de todo romanticismo, se hace notoria una extraña y
peligrosa forma de amor propio que tiene su origen en el innato amor a sí mismo que enturbia y
falsifica el acontecimiento amoroso desde el comienzo. Aquí radica aquella tendencia a la
seguridad del nativo de Cáncer contra la fatalidad del acontecimiento amoroso y la impotencia
de saber que no está a la altura de la ilusión.
Si Sagitario ocupa la 5ª Casa, se hace notable un cambio casi altruista. Está agradecido al
objeto de amor que ayudó a construir el fantasma, y espera de él la disolución liberadora del
encantamiento y el retorno al verdadero amor.
La 6ª Casa está regida en el hemisferio norte por Escorpio o Sagitario y en el hemisferio
sur por Sagitario o Capricornio. Se refiere a la capacidad de adaptarnos a los superiores y
subordinados dentro del sistema social.
Ahora bien, cuando Cáncer entra en un orden puede esperarse que el nativo mantenga en
alto una apariencia externa de acatamiento y subordinación, él no es un revolucionario. Se rinde
ante el poder gobernante sin convencimiento alguno, no importa quién sea el superior, se
subordina a él simplemente porque lo es. El sufrimiento psíquico es mayor en esas ocasiones en
las que debe soportar repetidas veces, las protestas y la indignidad moral que esto le genera.
Eso está especialmente acentuado, cuando Escorpio rige la 6ª Casa. Al reproche por
soportar tantas cosas, el nativo le responde con la excusa de que nada de aquello es muy
importante aún cuando en el fuero interno sí lo sea. Para sostener esta representación hasta lo
minimiza ante sí mismo diciéndose que nada malo ha ocurrido.
Con Sagitario 6ª Casa aparece algo más conciliador: la inclinación a que en ningún caso los
inconvenientes que surgen con los estamentos “superiores” sean sentidos por los
“subordinados”, lo que sí ocurría en Escorpio. Se busca interrumpir esta cadena y se hace
notoria una cierta bondad que tiene su origen en la motivación positiva de transcurrir la vida con
la menor carga posible de conciencia. Persiste en general la tendencia a dirigir y buscar la
simpatía de los subordinados, antes que entre los superiores.
Si Capricornio ocupa la 6ª Casa, se presenta una responsabilidad casi penitente con
respecto al tejido social. La humildad, que no logró movilizar completamente en la 4ª Casa, se
transforma en una especie de manual de servicios sociales.
La 7ª Casa está regida por Capricornio, arribando al área de las casas sobre el horizonte.
Se hace notable el empeño para deshacerse de la resonancia de los sueños y lograr una realidad
auto-consistente. Ante todo veremos al nativo de Cáncer refugiarse en el Ascendente de signo
contrario. Busca protección en aquellos que le resultan potencialmente más seguros. Es por eso
que los asuntos de la 7ª Casa, principalmente el problema del matrimonio, adquieren una forma
esencialmente distinta a los asuntos de la 5ª Casa.
Esto llega al punto en que el nativo de Cáncer transforma la desconfianza, que ha de
acompañarlo de por vida en la zona de la 5ª Casa, en una confianza ciega ni bien se ubica en la
7ª, es decir, procura su sanación a través de relaciones duraderas con aquellas personas en las
que presupone solidez y la menor cantidad de variabilidad posible. Solidez y continuidad es lo
que espera de cualquier relación. Es por eso que está en la permanente búsqueda de un
compañero que podría imaginar como un valor eterno, de personas que principalmente no son
románticas y por eso representan el anclaje más seguro en la tormenta de la vida. Una vez
encontrado tal puerto -o incluso cuando cree haberlo encontrado- , se despierta la tendencia a
mantener esa relación el mayor tiempo posible.
comprendido finalmente el gran arte de ser nuevamente un yunque después de haber pasado
por el anhelo de ser martillo.
La 10ª Casa ya la tratamos desde la perspectiva de la “dureza”. Agrego unas palabras con
respecto a la vida laboral. Como se recuerda, la 10ª Casa se ubica en el hemisferio norte en
Acuario, Piscis o Aries y en el hemisferio sur en Aries o Tauro.
El factor más importante es la “dureza para la vida”, para la lucha en el mundo exterior. La
resistencia flexible ya no es suficiente y esto se hace notorio de manera casi trágica en la vida
laboral por la predisposición a la capitulación. En este caso el nativo tiende a hacer un balance
con pérdidas, se adapta al hecho de que no está capacitado para afrontar la lucha. Esto tiene
como consecuencia que trate de generar reservas secretas con las que pueda pasar el tiempo de
transición, o sea, de nuevo una táctica de seguridad.
Esto es válido tanto para Acuario como para Piscis con una sola diferencia, Acuario no se
somete al sentimiento de inferioridad sino que percibe más bien como una torpeza de los demás
el hecho de que no valoren su esencia refinada y su valor interno. Si va a ocupar un lugar ya
está pensando qué hacer en el caso de que se lo quiten.
Con Aries, el nativo no esperará hasta que eso ocurra realmente. Se resigna o renuncia
con el gesto enojado del famoso Goetz von Berlichingen *. Se niega con facilidad la fuerza para
permanecer tras el objetivo porque los componentes de protesta internos son muy fuertes. Cada
derrota duele profundamente cuando los demás la notan, pero internamente sabe que se trata
de una estrategia para poder retirarse.
Con Tauro vale algo parecido, pero después de cada renuncia se arrepiente por no haberlo
hecho con mayor dignidad. En el fondo esconde un sentimiento secreto de inferioridad. Aquí se
genera la tendencia a apoyarse en cualquier autoridad todo lo que pueda.
La 11ª Casa está regida en el hemisferio norte por Piscis, Aries o Tauro y en el hemisferio
sur por Tauro o Géminis. Tanto en la amistad como en lo atinente a esta área vivencial, el nativo
necesita obtener dependencia del entorno.
Cuando Piscis o Tauro ocupan la 11ª Casa se lo observa a Cáncer con total pasividad, pero
permanentemente predispuesto al acontecimiento amistoso. No elige los amigos sino que espera
que se le acerquen, y valora más a aquellos que se quedan un periodo de tiempo mayor. A la
vez la cualidad humana es casi superflua; lo importante es que el amigo esté muy seguido o casi
siempre presente. Amigo es todo aquél que viene hacía el nativo haciendo de soporte, que
pertenece al grupo de protección. Es increíble la modestia que puede tener con respecto a las
exigencias humanas. El amigo puede pertenecer a cualquier ambiente en tanto cumpla
verdaderamente con la demanda de estar siempre disponible. Una vez leí en una novela: alguien
en una hostería observó que se sentaron a una mesa durante años y años dos personas. No
intercambiaban palabra alguna, solamente se encontraban siempre en el mismo horario. Hasta
que un día uno de ellos no vino más. Después de un tiempo el observador averiguó que el
desconocido había fallecido. Un día se acerca al solitario y le pregunta quién había sido la otra
persona. El solitario contestó: “Desconozco su nombre, en realidad no sabía nada sobre él, pero
era mi mejor amigo”. Esta sin duda era una amistad de Piscis o de Tauro, y quiero creer que
esta persona era un nativo de Cáncer porque consideraba su mejor amigo al más constante, sin
* Ya hemos narrado la historia de este personaje cuyo alias era “mano de hierro”. (N.del T)
focal, las propiedades del signo parecen estar muy activas, irradiando su energía como si
pertenecieran a un pseudo-signo Rajas. Desde este punto focal, que actúa como un acumulador
psíquico/emocional, parten esas fuerzas generando efectos en el entorno que nos permitieron
dar al nacido en Escorpio el nombre de: “el Mago”.
Pero no debe imaginarse esta magia como algo desarrollado, en muchos casos es de muy
bajo nivel. Intentemos acercarnos a la esencia de esa magia a través de una comparación.
Pensemos en aquel órgano que le corresponde a Escorpio en el organismo: los órganos
sexuales. Entonces podemos comparar el poder de esa magia con el poder proveniente de lo
sexual, es decir, podemos adjudicarle al individuo nacido con el Sol en Escorpio un poder que lo
capacita para relacionarse con las fuerzas emocionales del entorno tal como sucede a través de
la relación sexual. De esa interconexión nacen renovadas fuerzas que de alguna manera se
vuelven productivas y forman la base del poder real del hombre de Escorpio.
Este despliegue de fuerzas no se limita a lo material, lo psíquico, lo intelectual, o lo moral,
sino que se ubica en el centro emocional del entorno, de sus fuerzas psíquicas. En tanto quiera
ser productivo, el hombre de Escorpio necesita urgentemente de estas fuerzas, él trabaja con y
a través de ellas en su propia obra. De manera que los grandes creadores que han trabajado
con las poderosas energías de Escorpio, gestaron una criatura viviente cuyos padres fueron ellos
mismos y cuyas madres fueron las energías psíquicas mencionadas.
Aquellos que se sienten fuera de ese tipo de conexión utilizan el poderoso fortalecimiento
de su conciencia personal para adjudicarse el derecho a usar las fuerzas psíquicas de los demás
-con o contra su voluntad- y a convertirse en beneficiarios de la energía que fluye de sus almas.
Depende mucho del nivel evolutivo del nativo si malgasta esas energías en el crecimiento de su
propio poder, o si las aplica en aquellos que le han prestado sus fuerzas devolviéndolas con
intereses.
Tomemos otra característica del hombre de Escorpio y observémosla nuevamente en un ser
humano nacido con la sensación de haber sido un hombre de Escorpio pero que ha olvidado esa
vida de la cual sólo preserva el recuerdo de sus victorias. Tal vez podamos ilustrar esta imagen
acudiendo a la literatura.
Por ejemplo recuerdo la novela Der Blondin von Namur de Heinrich Zschokke. En ella se
narra la historia de un hombre común con costumbres y circunstancias muy normales que se
queda dormido. Durante el sueño se ve a sí mismo en un palacio, rodeado de un magnífico
esplendor, de sirvientes que se inclinan y le preguntan reverentes por sus deseos, por doquier
ve lujo y magnificencia, y no sabe qué está pasando. Cuando despierta tiene la ilusión de haber
sido un príncipe; paulatinamente comienza a creer que lo es verdaderamente e intenta continuar
su vida con esa ilusión en la cual se negaba a creer al principio. Demanda en todas partes el
tributo que corresponde a su supuesta dignidad, los demás sin mala intención se lo rinden. Esto
lo deteriora más y más, lo obliga a hacer crecer la figura fraudulenta que trata de reflejar en el
entorno, en lugar de su verdadera identidad...
Este espejismo se apodera de su auténtico ser y lo arrulla mientras duerme. Es la
existencia del espejo la que comienza a dirigir su vida, y finalmente este reflejo se vuelve tan
precioso que convierte esa preciosidad en una regla que mide lo exquisito de su propio ser. Sin
embargo ahora sólo tiene acceso a él a través de la imagen que le devuelve su entorno. En
cierto modo el recuerdo falso que tiene acerca los valores esenciales de su ser proviene de esa
imagen reflejada que le devuelve su entorno en todas partes, psicológicamente no se identifica
con la imagen que le transmiten sus ojos sino con la imagen brillante que refleja el espejo. Cada
vez que se ve en ese espejo confirma el brillo que lo rodea; sin embargo esa confirmación le es
necesaria porque no puede obtenerla de su verdadera esencia. Cuando se mira en el espejo que
se levanta para él en cada una de las Casas de su Horóscopo se ve reflejado 12 veces como un
ser privilegiado y, aunque la esencia siempre es preferible, él ve que en todas partes el mundo
externo está dispuesto a halagarlo, o que por lo menos debería estar preparado para hacerlo.
Lo que allí experimenta es como una inagotable variación del sueño de José en el que las
gavillas de sus hermanos se inclinaban ante la suya. En ese sueño se manifiesta una leve
similitud con Escorpio scendiendo; también José llevaba consigo una sensación de secreta
hidalguía pero sentía rechazo a hacerla notar, mientras que el nacido bajo el signo de Escorpio
más bien teme hacerla notar demasiado poco. Simultáneamente persiste -a diferencia del nacido
bajo el signo de Acuario– la absoluta dependencia del entorno, de manera que despliega una
táctica de vida dirigida principalmente a no dejar empañar jamás el espejo. Constantemente
procura mantener el brillo, despliega simpatía, reconocimiento, admiración, amor y todo lo que
sea necesario para enaltecerlo.
El complejo sintomático que se produce, podría compararse fácilmente con lo que Freud
llama narcisismo. Según la leyenda, Narciso era una criatura del Agua, mitológicamente un niño
de los dioses de los ríos condenado a estar atado al espejo del agua. Se representa admirando
sin cesar su propia imagen, y se consume persiguiéndola. Pero ahora viene lo trágico: la
imposibilidad de sacar esta imagen del espejo para conectarse con ella.
Y esta tragedia -que no debe confundirse con el complejo de Pigmalión- se basa en que
Narciso se agota interiormente porque su imagen se alimenta de su energía vital, a no ser que
él se quite la vida. Traduciendo lo que narra la Mitología al lenguaje cotidiano, esto podría
significar que la motivación más importante en la vida de estas personas es la auto-idolatría, es
decir el servicio a sí mismos. Este auto-limitarse al brillo que emana de la imagen reflejada,
forma parte de la farsa que emana de su propia esencia.
Puede decirse que casi todos los nativos “hacen publicidad del valor de lo que realizan” y
que la táctica de vida que de ahí se desprende se asemeja mucho a la astucia y la charlatanería.
Existe una cantidad importante de grandes hombres nacidos en Escorpio cuya grandeza nada
tiene que ver con tal o cual Ascendente. Pero todos, más allá de su importancia, tienen también
el talento para auto-publicitarse y una pizca de charlatanería. Francamente se podría elegir
como consigna para el nacido bajo el signo de Escorpio “el charlatán” o “el astuto”, o mejor un
término más suave “el farolero”. Pero ahí aparece de nuevo la tragedia de la vida de Escorpio, la
tragedia que se manifiesta hacía la mitad de la vida cuando peligra con explotar la pompa de
jabón multicolor, o como sucede cuando Blondin von Namur se encuentra al final de la comedia
en su pobre cabaña. Como Narciso, igual que Tsuang-Tse, aún se preguntará a sí mismo:
“¿Donde está la verdad? ¿Soy el mendigo que soñaba ser un príncipe, o soy el príncipe que
ahora sueña que es un mendigo?”
Con respecto a la inflexibilidad o dureza vital podemos diferenciar tres tipos: el T.N. con
Leo en el MC, el TC. con Virgo y el T.S. con Cáncer. En los primeros dos casos, la inflexibilidad es
bastante amplia.
intensidad de su deseo. Los demás ya acudirán cuando sientan la fuerza que los llama. Si viene
alguien y se mantiene distante, el nativo le atribuye haber sido tocado por esa fuerza y tendrá la
paciencia necesaria para esperarlo. Así como vinieron los demás, esa persona vendrá cuando
sea su momento.
La pereza interna lleva al hombre de Escorpio a ver en el entorno solamente el espejo en el
cual una y otra vez se observa a sí mismo, de manera que vive a las personas que lo rodean
sólo como prototipos. Borra la individualidad de cada una y pone en su lugar la persona “tipo”
que lleva el uniforme quizá de un servidor u otro miembro del staff privado, un acompañante o
un amigo sin nombre propio. Vive en un entorno de prototipos, en su vida esas personas son
sólo estadísticas, por eso las puede intercambiar continuamente. Esto vale para Capricornio en
la 3ª Casa.
Con Acuario la fuerza de esta ilusión se torna activa en una adicción a tipificar al entorno,
que puede influir de tal manera en las personas que lo rodean, que llegan a creer en el sueño de
un ámbito tipificado. Se manifiesta un extraño fenómeno: el comportamiento de personas con
características muy diversas muestran sin embargo una amplia uniformidad con respecto al
nativo, como si todos hubiesen sido educados para tener ese comportamiento.
Si Sagitario ocupa la 3ª Casa, entonces gustosamente tiraniza un entorno que igual acata
con gusto sus necesidades y su humor. La desconsideración puede llegar muy lejos; el nativo se
cree con derecho a reclamar todo de sus semejantes pero se cuida de no tirar demasiado de la
cuerda para no ser víctima de un posible derrumbe.
La 4ª Casa está regida en el hemisferio norte por Acuario o Piscis y en el hemisferio sur por
Capricornio. Aquí se define el estado de ánimo del nativo y la relación con sus padres, maestros
y superiores. En este caso el enfoque narcisista lleva a una extraña inversión del proceso del
espejo en la niñez. Como si cuando ve a sus padres el nativo se viera a sí mismo, es lo mismo
que ellos sólo que en un formato más pequeño. Más tarde el narcisismo aparece en forma del
instinto de conquistar el amor de los padres y maestros tal como lo demandará luego a su
entorno. En esto existe cierta similitud con la conducta del nativo de Cáncer. Pero aquí este
suceso ni siquiera es tan inconsciente, juega al niño bueno; y no son pocos los niños de Escorpio
que en este sentido llevan una doble vida, ser buenos niños en casa, y fuera de ella despliegan
un estilo que les permite tener la esperanza de que más adelante ya no tendrán que seguir
congraciándose. Esto vale para Acuario en la 4ª Casa.
Cuando Piscis rige la 4ª Casa, en lugar del “como si” aparece una verdadera sumisión y
entrega, aún así tampoco falta la cuota de narcisismo. “Yo mismo debo ser valioso puesto que
soy capaz de percibir el valor de mis padres y maestros”. Esta humildad puede llegar casi hasta
la esclavitud y sin embargo: “Percibir todo es ser más que ser lo percibido”.
Con Capricornio, se da algo similar a lo recién explicado. La humildad se mantiene hasta la
vida tardía, permanece infantilmente crédula y se alegra de poder seguir siendo un niño en esta
área.
La 5ª Casa está en el hemisferio norte en Piscis o Aries y en el hemisferio sur en
Capricornio, Acuario o Piscis.
Con Piscis en realidad se transfiere la humildad narcisista que viene de la 4ª Casa. También
persiste la tendencia a la obediencia en la vida sexual, pero no se la admite. Si se experimenta
la fatalidad del destino erótico es porque uno se ha regalado por propia voluntad, se ha
convertido en benefactor, y disfruta de la sensación de haber ganado allí donde en realidad es la
parte sufriente.
Si Aries ocupa la 5ª Casa cambia, porque ahora el regente de la Casa es Marte, el mismo
señor del nacimiento. Se originan los verdaderos narcisistas del acontecimiento erótico, y en
esto radica la verdadera fuente de peligro, no sólo para los demás sino también para él mismo.
Porque como también el reflejo de su propia imagen en el espejo sigue siendo la adquisición
más importante, este hecho, que incluye la mengua de su pareja, lleva necesariamente a una
cadena anclada aquí y allá de sufrimientos alimentados por el juego erótico. No se trata del
valor del alimento sino del sabor; si el alimento está vencido el apetito se acaba –la próxima vez
deberá saborearse con otro condimento-. En eso es inconfundible la nota sádica. Esta
corresponde a algo que en realidad se encuentra detrás del espejo de los acontecimientos de la
5ª casa: el egocentrismo en el que se inspiran todos los juegos de la pasión.
En Capricornio no existe la forma de obediencia que vimos en Piscis. En este caso se
manifiesta una testarudez inagotable durante el cortejo erótico. El nativo no duda ni por un
momento que el obstáculo que se presenta sólo puede originarse en la inmadurez de la pareja,
que todavía no está preparada para ofrecerle su alma.
Con Acuario, igual que en Aries, predomina una vez más el egoísmo, pero en este caso
está libre de sadismo.
La 6ª Casa está regida en el hemisferio norte por Aries o Tauro y en el hemisferio sur por
Acuario o Piscis. Es fácilmente imaginable que la integración en una cadena social con superiores
y subordinados puede llegar a ser muy difícil ya que el nativo parece estar siempre mal ubicado.
Esto vale tanto para Aries como para Tauro en 6ª Casa. Sólo el modo como experimenta
esta “degradación” es diferente, pero ya el tener que ser parte de la cadena es en sí degradante.
Por eso el nativo tiene el empeño de hacerse notar a toda costa dentro de la cadena, de hacer
cualquier cosa para aventajar a los demás. Debido a esto surge sobre todo la rivalidad. Escorpio,
esté donde esté, siempre rivaliza. Pero si no es capaz de despegar del entorno, se cree o se
convierte en un oculto o manifiesto rebelde.
Si lo ponen en el mismo nivel del otro ya está en desventaja y lo más inteligente es,
cuando no se siente lo suficientemente fuerte, ocultar la disconformidad. Esto último ocurre con
Tauro en la 6ª Casa. Entonces busca aunque sea mantener el brillo, como si todas las
obligaciones las cumpliera haciendo un favor mientras los demás están obligados a hacerse
cargo. Es importante mantener el orgullo pese a todo.
Con Acuario la postura es parecida a la de Aries, sólo que no existe la rivalidad consciente,
puesto que eso significaría en sí mismo una degradación. Ya está por encima del otro desde el
vamos como para tener que rivalizar con él.
En Piscis, como en Tauro, existe el gesto de condescendencia pero falta el orgullo.
Descender es la obligación de cualquier sujeto social.
La 7ª Casa se ubica en Tauro. Ofrece la primera confrontación con la realidad, el anhelo de
despertar del sueño y la ilusión, el reclamo de ser despertado del sueño.
Recordemos la siguiente anécdota: alguien llega una noche a un hospedaje, se irá en la
hacia atrás como lo hiciera Orfeo en la ascensión del inframundo, o la mujer de Lot!”, “No
revivir el pasado, lo que uno ha reconocido como error no debe volver a cometerlo”.
La 10ª Casa ya fue tratada como significadora de la dureza para la vida Sólo unas
observaciones complementarias que se refieren a la postura con respecto a la ocupación. En el
hemisferio norte está en Leo o Virgo y en el hemisferio sur en Cáncer.
Vemos al nativo de Escorpio como dueño de un optimismo de vida que le dice
constantemente que jamás sucumbirá. Es como si tuviera el convencimiento de que los demás
estarán siempre obligados a protegerlo del hundimiento. El optimismo se torna en el verdadero
arte de robar las uvas dondequiera que estén, y donde no hay, de inventarlas, para eso busca
especialmente ocupaciones en las que robar uvas sea sencillo, aquellas donde los logros
personales son posibles. El nativo prefiere buscar las ocupaciones en los cuales pueda
experimentar el valor de su personalidad, aquellas que den algún motivo para satisfacer su
vanidad. Existen muy pocas en las que no le sería posible lograr un ajuste básico de su
narcisismo.
Esto vale para Leo, pero si Virgo ocupa la 10ª Casa, la fuerza de la ilusión no es tan
potente y no tiene la tendencia a tomar granos de pimienta por uvas. Se torna más práctico y
modesto. Esto trae alegría, y se hace presente el optimismo ante la vida. La confianza en uno
mismo se manifiesta como el ancla maravillosa ante la tormenta de la vida. Vendrá el tiempo en
el que el destino permita redimir nuestra culpa.
Si Cáncer ocupa la cúspide, se genera la tendencia a permanecer el mayor tiempo posible
en la misma ocupación para no correr el riesgo de pasar por las incomodidades que producen los
cambios. Pero si el cambio es inevitable, pronto uno se encuentra en la nueva situación con la
sorpresa de reencontrarse con las viejas y queridas uvas. No hay espinas sin uvas.
La 11ª Casa está regida en el hemisferio norte por Virgo o Libra y en el hemisferio sur por
Cáncer, Leo o Virgo. Se refiere a la capacidad de hacerse de amigos.
En este caso el nativo de Escorpio se proporciona un entorno de espejos; sin embargo por
la tendencia a ilusionarse no es bueno a la hora de discriminar en la elección de sus amigos.
Sobre todo prefiere aquellas personas que dominan el arte de la zalamería con mayor
perfección. Aun los más selectos y distinguidos espíritus no se encuentran libres de apreciar la
adulación. Por eso es comprensible que en la sociedad de Goethe haya aparecido un Eckermann.
Ningún halagador permanece inadvertido, sin que por eso deje de ser percibido como alguien
superior. La adulación no es el único condimento de la amistad, pertenece a su función pero no
es todo lo que demanda; es una especie de ofrenda, a todo lo que son o lo que tienen los
amigos. Esto vale para Virgo en la 11º Casa.
En Libra también hay una fuerte necesidad de tener amigos, la persona es muy activa
promocionándose, por eso se esfuerza en mostrar la mejor parte de sí misma. Pero toda
amistad se inicia inexplicablemente bajo ciertas condiciones contractuales que regulan el grado
de tolerancia en la relación entre dar y tomar, y ella misma se ubica en el lado positivo de esto
último. Cuando Libra se inclina en sentido contrario generalmente la amistad se vuelve frágil.
Con Cáncer el nativo siente justificada la necesidad de la amistad en beneficio de su salud.
El amigo es, por decirlo así, el sumidero silencioso de sus confesiones emocionales y como tal,
indispensable para su curación mental.
En Leo cambia la relación; la persona toma gustosamente el rol del padre confesor para
ganar el alma del amigo y suele ser muy liberal concediendo la absolución.
La 12ª Casa está regida en el hemisferio norte por Libra o Escorpio y en el hemisferio sur
por Leo o Virgo.
Se genera una relación muy extraña de labilidad entre amistad y enemistad. Una vez
formulada la pregunta: “¿formas parte de mis amigos o de mis enemigos?”, es difícil de
responder. La discriminación es confusa porque atrapado en la experiencia del complejo
narcisista, el nativo se revive a sí mismo en cada ser humano con quien se vincula. Sumarlo
como amigo o como enemigo depende de cuál es la imagen que el otro le transmite. Su
confianza se quebranta en situaciones insignificantes.
Esto vale para Libra en la 12ª Casa. En este caso el nativo de Escorpio se deja convencer
con facilidad que esa acción sólo es en apariencia hostil, su predisposición narcisista no lo deja
creer en realidad en la enemistad a no ser que venga de personas muy malas u hostiles. Tanto
si muestra confianza ciega como desconfianza a menudo se encuentra en el lugar equivocado.
No tan diferente se ve esto con Escorpio en la 12ª Casa, sólo que aquí el reflejo de la
enemistad en la vida emocional es desmesuradamente fuerte. La persona sufre con la enemistad
de una manera que apenas se ve en otros signos. Acciona casi destructivamente en su propio
ser. La enemistad que aparece, muchas veces está relacionada con tormentos que impactan del
mismo modo a una parte como a la otra. Esto suena quizá extraño; la enemistad también es
una unión, aunque con indicadores negativos, la destrucción espiritual es tan fuerte que arrastra
a la compasión por el enemigo. El nativo de Escorpio no puede desprenderse de su enemigo.
Gustosamente lo transforma, lo ama en secreto y al mismo tiempo lo odia porque no fue capaz
de ser su amigo.
Con Leo o Virgo, persiste la misma dificultad de deshacerse del enemigo. Pero en Leo ni
siquiera existe el anhelo de ello. No existe el verdadero enemigo, el enemigo me pertenece
tanto como mi amigo. Convertir el enemigo en amigo sólo significa corregir al espejo destructor
que se encuentra entre ambos.
En Virgo desaparece esta buena voluntad. Es francamente más sabio y útil amar al
enemigo, o más bien intentarlo, sin que por eso tenga que rendirle tributo. Incluso podría hacer
esto si supiera que en realidad fue castigado, así sufren los dos. Pero para eso primero debo
aprender a apreciarlo realmente.
que los nativos de Piscis tienen un caudal de experiencia considerablemente menor que los
nativos de Escorpio. Pero no es este el hecho que nos explica que entre los nativos de Piscis se
encuentren las personas más difíciles de comprender.
Las observaciones generales sobre los Ascendentes de Agua ya nos llevaron a la conclusión
de que se da una especie de fortalecimiento del carácter general del Sol en ese signo.
Como nativo de Cáncer se es un potenciado hombre-Cáncer, como nativo de Escorpio un
potenciado hombre-Escorpio y como nativo de Piscis un potenciado hombre-Piscis. Esto resultó
del hecho de que todos los nativos de Agua llevan una vida en la cual los valores emocionales
representan la suprema realidad, de manera que lo importante lo es debido a su contenido
psíquico. De allí resalta la gran similitud con la vida de ensueño.
Todos los hombres de Agua nos parecían en algún sentido soñadores y el problema
principal radica en que no han despertado, que no han confrontado con la realidad sino que han
tratado, tanto de evitar la confrontación hasta donde pueden como de poner al lado de la vida
real una vida de sueños que defienden hasta las últimas consecuencias como estilo de vida.
Así pudimos llamar en general a Cáncer el romántico de la vida, al hombre de Escorpio el
mago y finalmente a Piscis el médium o también el que se da en ofrenda. Si ahora imaginamos,
que alguien no nace “en”, sino “bajo” uno de estos signos, entonces en lugar de las
características que otorga el Sol, se presenta en la vida de esta persona una memoria aún más
descolorida de una vida con el Sol en ese signo; como si fuera la memoria de un sueño que
desaparece con el amanecer del nuevo día. Un ánimo que es como la nostalgia de ese sueño
perdido, como si quisiera evocarlo porque lo más esencial de ese presente fue estar vivo en el
sueño. A partir de estas ideas nos imaginamos al potencial hombre de Cáncer, de Escorpio y
finalmente de Piscis.
Traigamos brevemente a la memoria lo que es más característico de Piscis. Es el signo
Mutable de Agua, un signo en el cual se equilibran las fuerzas activas y pasivas, es decir, que en
él las fuerzas de la actividad psíquica (activo) y las del padecer (pasivo) se mezclan de manera
tal que el límite entre ambas se desvanece, la actividad es padecer y el padecer es acción.
En su conciencia el nativo de Piscis vive la vida psíquica ajena tanto como la vida psíquica
propia. De esta manera la fuerza emocional más importante es la compasión, es decir, el tener
que ser padeciendo-con-otros y finalmente, por no poder hacer otra cosa, la mediumnidad como
condición constante. Esta situación en la cual el límite entre el propio Yo y el ajeno comienza a
desaparecer es igual a aquélla que encontramos durante el sueño, aquí incluso en estado puro,
porque las demás personas que aparecen en nuestra vida onírica no son otra cosa que el reflejo
de esa vida psíquica con el que cargamos a la persona en la fantasía de nuestro sueño.
Lo que se produce lo denominaremos: la “enajenación del yo”. Rudolf Steiner remarcó en
varias oportunidades que durante el sueño tenemos un yo debilitado que muchas veces se
presenta ante nosotros mismos como terceras personas al lado de otros personajes del sueño. A
raíz de ello la enajenación del yo llega a tal grado que la vida psíquica pierde naturalmente su
punto de sostén. La vida emocional se vuelve lábil, pierde la relación con el propio yo.
Urge un ejemplo que también tiene que ver con las leyes del agua. Todo cuerpo que se
sumerge en el agua sufre una pérdida de su peso real. Se vuelve más liviano y, en esa condición
de liviandad, más lábil. Este es el famoso “principio de Arquímedes”. Todo cuerpo se vuelve más
liviano al desplazar el peso del agua. Si esto lo trasladamos a lo psíquico, entonces resulta una
circunstancia en la cual constantemente “desplazo” con mi vida psíquica la vida psíquica ajena,
en consecuencia -igual que en el principio de Arquímedes- se origina una especie de disminución
del peso emocional, o sea aparece el extraño hecho de ser consciente que padezco a los demás
en el mismo grado en el que los demás me padecen a mí.
El hombre de Piscis lo hace con un sentido tácito de culpa con el mundo, como si tuviese
algo que pedir de los otros. Ahora es el mismo Arquímedes quien exclama la famosa frase:
“Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”.
La tragedia de Piscis es que no puede encontrar ese punto fuera de su vida onírica. Desde
estos pensamientos podríamos decir que surge un estilo de vida que de algún modo es
impulsado por el temor a que se le pudiera reclamar que busque ese punto fuera de su vida
onírica. Es como si sobre su vida se erigiese un axioma: “no despertar de ningún modo,
quedarse en el sueño para no ser privado del soñado centro de gravedad”.
De esta manera llegamos también a una consigna para Piscis, que podemos poner al lado
de “el asustadizo” (Cáncer) o “el presumido” (Escorpio): “el sonámbulo”. El nativo de Piscis
carece de un centro de gravedad igual que el sonámbulo. Por eso es peligroso que lo despierten.
Él es quien tiene la necesidad de encontrar el punto de gravedad precisamente dentro de sí
mismo, en tanto lo quiera encontrar. La carencia de tal punto de gravedad fácilmente hace
parecer al nativo de Piscis como inconsistente. Más que en otros Ascendentes, se torna
importante la posición del Sol para encontrar ese punto de gravedad.
Si intentamos obtener una imagen de su constitución psíquica, deberemos partir de la
ficción. Hemos observado al nativo de Escorpio como una criatura para la cual todo entorno se
vuelve un espejo en el cual se refleja, de manera que se experimenta a sí mismo en forma
constantemente incrementada por la multiplicidad de estas imágenes. Así nace el elemento
narcisista de su vida, el don de experimentarse una y otra vez en y para todas las cosas y
personas. Desde esta imagen hemos intentado trazar la leyenda del nativo de Escorpio.
Queremos valernos de esto para llegar a la leyenda de Piscis. Solamente debemos cambiar
las relaciones de los efectos del espejo. No es el espejo hacia donde el propio ser es atraído,
sino que el propio ser es el espejo a través del cual las cosas y las personas se reflejan. Es un
espejo universal. Para Piscis todo adquiere realismo en tanto las imágenes sean visibles en su
espejo. No es la conducta objetiva la que lo conduce a conocimientos útiles, sino su espejo
interno, que se transforma en el oráculo infalible del entorno.
De ahí que el nativo nunca puede ser realmente desilusionado porque nunca abandona la
creencia en la confiabilidad de su oráculo: Mantiene su credibilidad infantil a toda costa, pese a
que la experiencia en el mundo exterior lo castigue con mentiras. Cuando consulta a su oráculo
sabe que mira con mayor profundidad que los demás. De esta manera continúa viviendo su vida
en el mundo externo como un niño envuelto en sus creencias infantiles; para él los fantasmas
que se forman en la superficie de su espejo son más importantes que toda experiencia externa.
Mientras lee en su propia alma lee clara y explícitamente en las almas de los demás, nunca
será posible convencerlo que se ha equivocado. Viviendo en este mundo mágico permanece toda
su vida siendo una especie de criatura. Los nativos de Piscis son niños eternos. Esto se relaciona
con el hecho de que permanezcan indiferentes a los “grandes acontecimientos” mientras que los
el modo descrito pero predomina el respeto, la persona no sobrepasa los límites que
naturalmente existen entre padres e hijos.
La 5ª Casa en el hemisferio norte está regida por Cáncer y en el hemisferio sur por Cáncer
o Leo. Refiere a la capacidad de amar y es el ámbito de los acontecimientos eróticos.
También aquí nos encontramos con una especie de inversión. El nativo siente con mayor
intensidad el alma de su pareja que la suya; es casi como si le diera pena la ilusión a la que
sucumbe su pareja. Cuando es puesto en la posición de ser amado es como si todo el tiempo
tuviera que reparar algo. Como si tuviera que salir de su sueño por propia voluntad para ayudar
a los demás a salir de los suyos.
El nativo entrevé que aquello que las personas presumen como valioso en una experiencia
es un engaño, y que justamente los valores verdaderos no pueden ser percibidos en tanto se
esté envuelto en esa embriaguez. Los nativos de Piscis conocen verdaderamente la demanda de
la 5º Casa. Se sienten culpables frente a su compañero porque lo han arrastrado contra su
voluntad a esta situación. Quieren hacer penitencia. En esto radica la mayor diferencia con
respecto al comportamiento de Escorpio en este campo. Aún así persiste algo en común: la
sensación de ser un dador de felicidad.
Cuando Leo ocupa la 5ª Casa, vale lo mismo, con la diferencia de que los componentes de
culpa y reparación no son tomados en forma trágica. Como en el “Sueño de una noche de
verano” de Shakespeare, una leve y silenciosa sonrisa atraviesa la noche de verano de la vida y
surge un sentimiento de agradecimiento para con el director de escena de este sueño porque
inventó la bebida mágica del amor.
La 6ª Casa está regida en el hemisferio norte por Cáncer o Leo y en el hemisferio sur por
Leo o Virgo. Registra el grado de dependencia dentro de la escala social. Siempre se está
ubicado de manera tal que hay superiores por un lado y subordinados por el otro. Lo particular
de Piscis es que en cualquier situación se siente cómodo. Es importante comprender que en
realidad no es primordialmente significativo si las personas se ubican socialmente encima o por
debajo de uno, teniendo en cuenta que el valor no se determina de ninguna manera por esta
ubicación. Esto vale para Cáncer en la 6ª Casa.
Estando Leo esto no cambia esencialmente, pero se suma algo. Se alegra por la sabiduría
de Piscis y se siente espléndido gracias a ella. Lo que diferencia al nativo de los demás es una
fuerte auto-conciencia dada por saber que: “aquellos que continuamente buscan elevarse son
dignos de compasión, porque en el fondo todo afán de engrandecimiento es en vano”.
Si Virgo ocupa la 6ª Casa, se añade que siente como una obligación el ocupar un lugar. En
la cadena interminable del orden jerárquico todo lugar es importante, pero el más importante
para cada uno es el propio. Si todos pensaran lo mismo no habría problemas sociales.
La 7ª Casa está en Virgo. Ya sabemos que la renuncia al sueño, con todo lo que implica,
comienza en la 7ª Casa; el partenaire, es la principal ayuda en la lucha por el despertar.
Pero esta batalla es difícil, y lleva en una primera etapa a un despertar de los componentes
egoístas de una vida psíquica aún no tan despierta. De ahí que también el partenaire es elegido
por puro instinto como un agente externo que la vida se encarga de ponernos, él debe ser
eliminado para que yo pueda continuar viviendo mi sueño. Es justamente ese otro quien debe
enseñarle el sentido de realismo del cual carece el nativo de Piscis, para que este le aliviane
parte de la carga que trae consigo la vida.
Por eso no es tan agradable tener como partenaire a Piscis, puesto que en todas las
ocasiones que demandan una decisión fuerte, su intervención será demasiado débil, a no ser
que lo haga bajo los requisitos de expiación tal como los que hemos visto en el campo de la 5ª
Casa. Sólo entonces se puede percibir un entusiasmo admirable, que sin embargo no es de
naturaleza altruista sino más bien egoísta, puesto que tal como él lo entiende está al servicio de
curar su propia alma.
La 8ª Casa está en el hemisferio norte en Libra o Escorpio y en el hemisferio sur en Virgo o
Libra. Aquí los frutos de la vida deben comenzar a madurar.
Libra en la 8ª Casa señala la resistencia pasiva y depara un fruto de la vida, cuyo germen
puede ser explicado de la siguiente manera: “Para poder enfrentar la vida como una pura
contemplación dirigida hacia adentro, es mejor no salir más de lo absolutamente necesario”.
Aquí podemos recordar un cuento de “Las mil y una Noches”, que tuvo diversas versiones en el
mundo literario (Shakespeare: Cuento de invierno, Raimund: El Diamante del Rey Fantasma,
etc.). Se busca una estatua costosa, el buscador sólo la encontrará si antes halla una mujer que
represente la completa pureza y virtud. Al buscador se le da un espejo como ayuda. Debe
mirarse en él cada vez que conoce a una mujer; si el espejo permanece limpio, es la mujer
indicada, si se empaña, debe seguir su camino.
Así es esta imagen que queremos a explicar: no mira la propia vida, sino al espejo, para
mirarse a sí mismo trata de ser cada vez más diestro en el uso del oráculo interior. Toda la vida
está orientada a despertar esta voz interior y es totalmente indiferente de qué manera se la
hace comprensible para la mente. Por lo tanto todos los sistemas filosóficos son igualmente
acertados si se los puede llevar a la misma sintonía que la de la voz interna. Todo lo que se une
por la cadena del pensamiento lógico puede ser igualmente cierto o falso, prevalece sólo el
espejo interno en el cual la realidad es puesta a prueba. Esto vale para Libra en la 8ª Casa.
Si Escorpio ocupa la 8ª Casa, entonces el espejo está empañado desde el principio,
empañado por personalísimos deseos que se perturban ante la realidad del espejo. Lo que
puede ocurrir, es que el fruto de vida sea bastante amargo, dice algo así: “¡No confíes en los
otros ni en ti mismo, pero preserva tu fe; intenta incansablemente vivir sin deseos!”
Con Virgo vale algo similar a lo que vimos en Libra y también en Escorpio; el nativo
desarrolla una especie de compromiso entre estas dos configuraciones. Busca primero al espejo
y oculta su fe en él. Surge una forma particular de superstición que es el empeño de incorporar
las opiniones o premoniciones de la voz interior a un sistema ordenado. Muy fácilmente puede
llegar a ser esclavo de esta superstición que lo sigue en todo momento.
La 9ª Casa está en el hemisferio norte en Escorpio o Sagitario y en el hemisferio sur en
Escorpio. Aquí el estilo de vida se expresa en forma de máxima o de imperativo. Esa máxima
debe contener la sabiduría de vida, cómo ha de comportarse uno para no ser infiel a su
verdadera naturaleza y para manejarse de la mejor manera. El nativo debe estar dispuesto a
todo tipo de sacrificios apropiados para preservar el sueño. Así se originan dos principios básicos
que pueden ser abordados como una especie de sabiduría de vida, uno le corresponde a
Escorpio y el otro a Sagitario.
A Escorpio le corresponde la frase: “Aullar con los lobos”. Esto casi parece indicar una
ausencia de carácter, pero para Piscis es más bien el ofrecimiento de un sacrificio. Para
ahorrarles a los demás el trabajo de tener que cambiarle el estado ánimo, el nativo actúa como
si estuviera de acuerdo con ellos. Pero internamente sabe que aunque aúlle con los lobos, está
lejos de serlo. En otras palabras: él debe procurar jugar el rol que le es asignado en tanto no se
contradiga con el sueño en el que está sumido.
Si Sagitario ocupa la 9ª Casa se toma otra táctica de vida en la que no necesita aullar con
los lobos porque se los ha llevado a aullar con uno. De esta manera se convierte a los demás en
dependientes. Aparentemente uno está de su lado, “el espejo interno” ayuda a atraerlos hacía
sí. Esto no se parece en nada a la franqueza. Casi podríamos decir que el lema es: “Engáñate a
ti mismo y a los demás mientras puedas; igual todo es un engaño”. Pero ser franco o no serlo
no es esencialmente importante para Piscis; apenas sabe si es sincero o no con él mismo. Su
franqueza es la del espejo.
La 10ª Casa ya fue analizada como expresión de la resistencia o dureza vital. Vimos la
lucha en la vida del nativo de Piscis principalmente como la batalla por la continuidad de su
creencia infantil.
Esto determina que prefiera aquellos oficios en los que juegan un rol el servicio a un ideal o
a un ídolo, un servicio que esté relacionado con la veneración, no importa que lo venerado sea el
arte, la ciencia, la religión o simplemente un ser humano. Esto vale para Sagitario en el MC.
En el hemisferio sur, donde también Escorpio puede ocupar la 10ª Casa esta
predisposición-en el fondo religiosa- no estará libre del anhelo de ser valorado por la
determinación de llevar una vida sacerdotal.
La 11ª Casa en el hemisferio norte está en Capricornio y en el hemisferio sur en
Capricornio o Acuario.
Los amigos adquieren aquí una especie de valor imaginario, ese valor no depende tanto de
la relación del nativo con el otro sino de lo que representa ese otro en su mundo interno. En
realidad pese a las confrontaciones, los amigos son todos eternos, aunque del lado de ellos
ocurra algo que haga imposible la continuidad de la amistad. El amigo del cual el nativo se
separó sigue siendo su amigo inseparable aunque no lo vea nunca más. Es en la amistad donde
se ve más claramente cuanto mejor o más profunda es la relación con la imagen del espejo del
amigo que vive dentro del nativo, que la relación con la persona. Más importante que el destino
del amigo es el destino de la amistad. Si por ejemplo el amigo sólo puede ponerse a salvo si
traiciona la amistad, no lo odiará por eso; él enfermó y debe buscar un médico, su destino ya no
le interesa –pero en el espejo no se puede ver nada de todo esto-. Allí la irrealidad de la vida
puede llegar a tal punto que durante el proceso de quiebre de la amistad el nativo no será
consciente de la importancia objetiva de esa ruptura; cree que solamente se trata de una
situación temporal. El amigo regresará.
En el hemisferio sur Acuario también puede ocupar la 11ª Casa. En este caso se hace más
explícito e intenso lo que enunciamos antes. Adquiere sus amigos como Prometeo sus criaturas;
amigos con los que está unido profundamente, con los que tiene gran afinidad. Toda persona
que llega al círculo de amigos puede ser parte de él. Aquí se vuelve tan espesa la túnica de la
ilusión que muchas veces tapa la apariencia del verdadero amigo.
6ª Conferencia
naturalizados en este mundo para siempre. Todos los hombres de Tierra, con un sabio amor por
lo terrenal, ponen manos a la obra para sacar al mundo exterior todo eso que sienten
proveniente de sus altos impulsos. Quizá es entre estos hombres que se desarrollan de manera
más intensa el amor por la materia, la naturaleza y por todo lo genuino.
Hemos entendido a los tres signos de Tierra de tal manera que visualizamos a Capricornio
como el signo de la constancia en la acción, de la asiduidad en la materialización, de la
tenacidad en todos los anhelos hasta alcanzar las metas. Observamos al hombre de Capricornio
dotado con un poder inmenso para superar los obstáculos y para alcanzar la meta de
adaptación a través de grandes sacrificios, al precio de grandes rodeos, pero también tratando
de sostener todo el peso, y por último pero no menos importante, con la carga de su
responsabilidad.
El hombre de Tauro no posee esta capacidad de ponerse metas y materializarlas pero tiene
el poder inmenso de defender todo lo que ha conquistado, adquirido, conseguido o heredado, ya
sea de naturaleza espiritual, anímica o material. También tiene el don de alegrarse por lo
conquistado y de disfrutarlo tranquilo.
A Virgo lo señalamos como el signo que pretende que se economice todo lo que en esta
vida conduce a la concreción. Por eso, antes que nada, ordena sus pensamientos para lograr
dicha realización con la menor cantidad de trabajo posible y espera poder llevar adelante el
mejor aprovechamiento del mismo.
En resumen, podríamos decir lo siguiente de los hombres de Tierra: cada uno a su modo es
un trabajador en las tierras de labranza, hombres con el deseo de familiarizarse como puedan
con este mundo material que es el lugar en el cual vivimos, y de hacer todos los esfuerzos para
adaptarse a él.
Imaginemos ahora que estos signos no vienen a nuestras vidas como emplazamientos del
Sol sino como signos Ascendentes, y recurrimos nuevamente a la idea de que hemos nacido con
el recuerdo de haber vivido anteriormente la vida de un hombre de Tierra.
Sin embargo no conservamos el recuerdo de todos los esfuerzos que hemos hecho en ese
entonces sino sólo el estado de ánimo que queda luego de una vida llena de trabajo.
Probablemente a partir de ello se desarrolla la sensación de tener el derecho legal a un salario.
Todos los hombres nacidos “bajo” un signo de Tierra caminan por la vida con la exigencia de
recibir un estipendio. Llegan al mundo como acreedores, como personas en posición de poder
exigir un derecho que les corresponde. No se nace bajo ningún signo de otro elemento con tales
exigencias. De eso resulta que todos los nacidos bajo estos tres signos tienen la sensación de
ser nativos de la Tierra.
Pero como han nacido en la Facultad de Derecho, también tienen la sensación de que ellos
deben dar una contraprestación a cambio de esta exigencia; esta contraprestación es un pago
moral, es la voluntad de trabajar que adopta la forma de ansias de ponerse en acción o de
ejecutar algo. Ellos quieren realizar. Ahora reflexionaremos acerca de las diferentes modalidades
que esta voluntad de pago puede adquirir en los tres signos de Tierra.
En todos los casos surge la capacidad de tomar las cosas con seriedad, cueste lo que
cueste. A lo largo de su vida la idea de la propia dignidad, o mejor dicho, de la dignidad de su
cargo, lo acompaña hasta en el detalle más ínfimo. Sabe que es responsable, y esta
circunstancia genera un complejo en su autoestima. En la misma medida en que la
inconsecuencia se transforma en pesadilla, también la pérdida de autoestima llega a ser una
enorme catástrofe. Pero justamente esto lo hace casi independiente de la opinión de los otros.
Porta cierta nobleza de nacimiento, y a pesar de eso no es totalmente independiente de la
opinión de los demás, en tanto espera que dicha nobleza sea también respetada por los otros.
Es sensible a la consideración ajena, aunque puede vivir sin ella. Para él esa consideración
debería aparecer como un pago anticipado por algo que está por hacer.
Ante cada nuevo reconocimiento se siente obligado a ser digno de él. Pero siempre lo
acompaña el sentimiento de la importancia de su posición. Por eso quizá podría señalarse a los
nacidos bajo el signo de Capricornio con las palabras claves: “el personaje importante”. Es una
personalidad importante, y veremos que esta superioridad que posee en su propia imaginación
no permanece invisible ante los ojos de los demás. Es como si el nativo lograra que los otros
decididamente lo tomen en serio.
Esta característica de fortaleza ante la vida es válida tanto para Libra como para Escorpio
en el MC. La sutil diferencia se relaciona con que en Libra la resistencia de vida es más elástica,
y sobre todo, con que el juicio y la opinión de los otros son respetados en un grado mucho más
alto que en Escorpio.
Si Virgo rige el MC, la autoconfianza y el sentido práctico para todas las necesidades de la
vida se desarrollan al máximo, al punto que casi se podría hablar de una “mano feliz”, una mano
que garantiza el éxito donde los otros buscan a tientas, que asegura el logro de todos los
propósitos en tanto se encuentren en su campo de actividades. No olvidemos que el nativo del
hemisferio Sur es un hombre con el temperamento del verano, que ha nacido cuando el Sol hace
que todo parezca más brillante, y que Capricornio en el hemisferio Sur, pertenece a los signos
de ascensión lenta.
La 2ª Casa, la de la dependencia, está en el hemisferio Norte en el signo de Acuario o
Piscis, y en el hemisferio Sur en Capricornio o Acuario.
La dependencia de los nativos de Capricornio está unida siempre con la historia de la
adquisición de sus posesiones; el grado de valoración que le otorga depende del modo en que
cada propiedad fue obtenida.
Por eso en general valora lo que ha alcanzado a través del trabajo en un grado proporcional
a la cantidad de labor que le insumió. Sabe apreciar el valor del trabajo que ha invertido en esas
propiedades, y se lo oirá contar acerca de cómo llegó a poseer cada cosa en particular.
También las cosas que recibió como regalo se impregnan con el valor de la relación con
quien las compró; de eso depende en parte su biografía con cada objeto de su pertenencia.
La valoración de las propiedades no está relacionada con el valor material de los objetos.
Los nativos no están dispuestos a desperdiciar cosas que están unidas históricamente a sus
vidas; suelen tener en su hogar lugares de honor designados para aquellos objetos que han
cobrado una importancia especial. Tienen en sus museos biográficos recuerdos de lo que
puede descubrir qué era correcto de todo aquello y qué no, estará agradecido por el resto de su
vida por cómo fue guiado. Esto vale para Tauro en la 4ª Casa.
Pero cuando Aries domina esta casa, el vínculo con los padres y guías se vive como una
relación de compromiso que une a ambas partes recíprocamente. Aquí reina la ley de la
tradición: ser hijo o alumno es parte del curso eterno de la naturaleza.
Si Piscis rige la 4ª Casa, aparece algo similar a Tauro, pero la sensibilidad con el alma de
los padres es tan fuerte que se es casi clarividente, y aunque inconscientes, los tesoros de la
memoria hereditaria pueden emerger haciendo revivir antiguas tradiciones familiares.
La 5ª Casa en el hemisferio Norte está regida por Tauro o Géminis y el hemisferio Sur por
Piscis, Aries o Tauro.
Con Tauro, existe un agradecimiento profundo y respetuoso hacia la primera persona a la
que se encontró en el plano erótico; generalmente existe la intención de que esta relación sea
duradera. Así como la cocinera debe encontrar sabroso lo que ella misma ha cocinado, de igual
modo el nativo siente el compromiso de mantener en alto la vivencia erótica con todas sus
consecuencias, y también al compañero/a de estas vivencias. De este modo surge un grado
importante de dependencia con la primera persona con la que se relacionó. Significa que
siempre regresa al primer amor, aunque en realidad eso casi nunca lo concreta. No debería
haberse alejado del primer amor. El nativo vive que este “no poder marcharse” es la suerte o la
desgracia que lo persigue toda la vida, o lo que en el sentido más amplio de la palabra, podría
ser señalado como una especie de esclavitud. Pero esta dependencia no es patológica,
simplemente se origina en que ha hecho un juramento por anticipado, por así decirlo, él ha
jurado fidelidad de por vida hacia la otra persona. Por eso le resulta particularmente difícil
desprenderse de esa primera vivencia.
Es diferente cuando Géminis domina la 5ª Casa, pero la diferencia es de naturaleza interior.
La persona comienza a no estar satisfecha con su propia coherencia, aunque se siente culpable
si ésta desaparece. Vive el lado oscuro de dar “un juramento” en ocasiones de modo muy
sentido. Puede ocurrir que cuando finalmente sucede el inevitable cambio de objeto tan propio
de Géminis, tienda a demandar a esa nueva persona lo que le atrajo de la primera, y a
plantearse a sí mismo que debe adaptarse a que todo eso que ha valorado alguna vez se repita,
aunque con pequeños cambios.
Existe en Piscis -al igual que en Tauro- el sentimiento de agradecimiento, casi de devoción,
pudiendo llevar a algún tipo de actitud masoquista.
Algo diferente ocurre en Aries, donde existe el mismo sentimiento pero unido a una amplia
falta de miramientos tanto hacia uno mismo como hacia el compañero. Ambas partes sufren con
esta fogosidad que viene a ser como un arbusto lleno de espinas para la felicidad en el amor.
La 6ª Casa está regida en el hemisferio Norte por Géminis o Cáncer y en el hemisferio Sur
por Tauro o Géminis.
Aquí el nativo se percibe realmente en su ambiente porque está en la casa del servicio, y el
sentimiento de tener que llevar adelante un trabajo de servicio es de tal dimensión que fortalece
la propia dignidad. La persona no se siente humillada en ningún tipo de prestación que requiera
un servicio, por el contrario, todo lo hace sin que le importe cuál es el trabajo. Ella puede
realizar cualquier tipo de labor, en realidad es un factótum stricto sensu (un hacedor en el
sentido estricto de la palabra). Esto es válido para Géminis en la 6ª Casa.
Si Cáncer ocupa la cúspide, la consciencia de servicio es acompañada por una leve
resignación. Lo importante ya no es el contenido sino el servicio mismo, que sin considerar lo
que se hace, justifica por sí solo el derecho a la vida. Con Géminis se tiende a la planificación del
servicio, con Cáncer es simplemente un trabajador.
Con Tauro en la 6ª Casa, existe la tendencia a hacer servicios más pequeños. Si
trasladamos lo social a lo erótico, podría casi hablarse de “masoquismo”, o un instinto de cumplir
obligaciones que incluye el servilismo, tanto hacia los superiores como hacia los inferiores.
La 7ª Casa está regida por Cáncer. Es la casa de las parejas y de la unión con otras
personas, en tanto estos vínculos incluyan la característica de ser “compatibles” en el sentido
más amplio de la palabra.
En una configuración legal básica, como es la del nacido bajo el signo de Capricornio, la
satisfacción de la compatibilidad es una obligación en virtud de la cual la mayoría de las veces
termina lastimándose a sí mismo. También por esto, una vez que se ha concretado, existe la
tendencia a ver “la sociedad de por vida”, como algo indisoluble. Como dijimos anteriormente,
esta obligación lo lleva a pretender ajustarse de modo tal que el socio con quien se ha vinculado
imagine que eso es lo que el nativo desea. No existe la opinión generalizada de que si la
compatibilidad no se da, el otro es el que debería cambiar para que reine la armonía. Surge la
exigencia ideal de adecuarse uno mismo tan pronto como aparezca un dilema aún no resuelto.
Es como si una máxima para el problema de la pareja fuera la idea de que, en el fondo, no es
posible una unión porque ningún hombre puede ser diferente a su constitución básica. El nativo
tiene la tendencia a mantener la sociedad una vez que la ha establecido y a realizar los
sacrificios necesarios para lograr su adaptación, a menos que la incompatibilidad sea muy
manifiesta. Para lograr sobreponerse a las dificultades, la tolerancia ocupa el lugar de la
compatibilidad.
La 8ª Casa en el hemisferio Norte está en Leo o Virgo y en el hemisferio Sur en Cáncer o
Leo. Aquí madura el fruto de la conducta a lo largo de la vida.
El fruto que concede Leo, es el arte de captar la realidad a cada momento y de mostrarse
poderoso ante ella, sin dejarse intimidar por nada.
Pero cuando Virgo domina la 8ª Casa, este esfuerzo consiste en aplicar objetivamente el
primitivo poder ante la vida, hacerlo de una forma más atenuada, contentándose con las cosas
positivas por más humildes que sean, o como enuncia un dicho popular: “No hay que echar el
agua sucia antes de tener agua limpia a mano”. Es un principio práctico escaso y falto de vigor,
un principio de austeridad y cautela.
Si Cáncer rige la 8ª Casa, también existe el principio de resistencia como en Leo, con la
diferencia de que aquí llega a obtener y mejorar su estado de ánimo, ser una persona que sirve,
un “subalterno” que siempre piensa en “lo superior”.
La 9ª Casa está regida en el hemisferio Norte por Virgo, Libra o Escorpio y en el hemisferio
Sur por Cáncer, Leo o Virgo.
Aquí se desarrolla la transformación de lo ético en lo jurídico. En general el nativo intenta
sostener en el principio de utilidad como una máxima ética. Moralmente, no debe ocasionar
daños al ámbito de interés del vecino o de otro punto de vista. No obstante, en primer lugar no
debe olvidar no dañarse a sí mismo. Esto es válido para Virgo en la 9ª Casa.
La situación es algo diferente cuando domina Libra. Surge la idea de que en la vida nada se
arregla sin una máxima. Esto se hace notorio desde muy temprano. El sentimiento de obligación
y coherencia adquiere un carácter jurídico pronunciado, de modo que la pretensión de tener
ideas legítimas traerá como consecuencia rigidez e intransigencia en la evaluación de las
máximas de vida. Encontramos personas que podrían ser señaladas como de “naturaleza
usurera”. Mientras las cosas siguen su curso normal no apelan a la máxima, pero cuando las
circunstancias urgen aparece la intención de aferrarse firmemente al principio de lo establecido
por contrato, o la intransigencia de apartarse de la línea predeterminada del camino.
En Escorpio se da una nota de desconsideración y de sobrevaloración de la lealtad a su
verdadero carácter frente a las emociones de dulzura o compasión.
Si Cáncer rige esta Casa, crecen los cargos de conciencia. No se trata -como en Virgo- de:
“Ámate a ti mismo, sin dañar por eso al prójimo”, sino de: “Preocúpate siempre de no infringir
tu máxima, y no dejes nunca de lado la autocrítica”.
En Leo la situación es prácticamente al revés. No se trata de estar siempre preocupado por
lo que uno hace, sino de permanecer siempre alegre en el trabajo porque esa es la vitamina
más importante que “el trabajador por naturaleza” debe encontrar.
La 10ª Casa está regida en el hemisferio Norte por Libra o Escorpio y en el hemisferio Sur
por Virgo o Libra.
La fortaleza para la vida está dada por un grado alto de convencimiento de la importancia
propia. Tienden a sentirse importante aún si ocupan puestos subalternos. La fuerza que tiene en
la consciencia el juramento de cumplir con el deber es tan poderosa que siempre presupone el
cumplimiento de dicha obligación, por eso el nativo no acepta que nadie interfiera; para los
otros está claro que siempre está ocupado. Constantemente está activo en algo que para él
realmente implica una gran responsabilidad, esto le da fuerza para convencer a todos acerca de
la importancia de su puesto. Nunca faltan la dignidad y la consciencia. Eso es válido tanto para
Libra como para Escorpio en el MC.
En Libra quizá debería decirse que -en ocasiones- justifica ante sí mismo la falta de
consideración hacia los otros al hacer “lo adecuado”.
Con Virgo no se trata nunca de un pretexto, sino del convencimiento real de que las
responsabilidades laborales deben prevalecer sobre cualquier otra obligación.
La 11ª Casa está regida en el hemisferio Norte por Escorpio o Sagitario y en el hemisferio
Sur por Virgo, Libra o Escorpio.
El deber de la amistad será tomado muy en serio, tal como todas las obligaciones en la
vida de los nativos de Capricornio, pero también se tomarán en serio las exigencias que van
unidas a ella.
Cuando Escorpio domina la 11ª Casa, la elección de los amigos se efectúa como si el círculo
de allegados fuera una gran familia cuyo jefe es el nativo mismo. Se supone que dentro de este
círculo de amigos cada uno tiene asignada una función propia a desempeñar, que en el sentido
más amplio de la palabra, es una función de servicio. De manera que surge algo así como una
“sociedad de socorros mutuos” de hombres que se unen entre sí como en un pequeño Estado. El
nativo no exige lo mismo de cada amigo, los individualiza; cada amigo es valorado según su
tipología, pero sí le exigirá que permanezca constante en la amistad tal como lo hace él mismo.
La exigencia que tiene Escorpio de cumplir con las obligaciones propias de la amistad, no
aparece cuando Sagitario ocupa esta Casa. Surge una tendencia casi trascendente en el ámbito
amistoso. Ahora es más importante que el ideal de amistad se implemente por la comunión de
las personas en sus aspiraciones de evolucionar más y más en su desarrollo como un miembro
al servicio de la comunidad humana en general. Tal como en la 6ª Casa hemos dicho que el
nativo está en lo suyo, también lo está en la 11º Casa.
Virgo presenta similitudes con Escorpio, sólo que aquí existe una exclusividad mucho
mayor. El nativo nunca termina de ampliar el círculo de sus amigos, pero si bien el proceso
continúa, hace una diferencia entre los más antiguos ya puestos a prueba y los que recién han
llegado.
En Libra se hace notoria una tendencia ascética por la cual la obligación se coloca por
encima de los valores emocionales.
La 12ª Casa en el hemisferio Norte está en Sagitario o Capricornio y en el hemisferio Sur
en Escorpio o Sagitario.
Es la casa de los enemigos secretos y de la obtención de libertad. Hay algo extraño en esta
“enemistad”. Nunca llega a ser un asunto emocional, es sólo una cuestión bélica. El nativo no
puede vivir en paz, y no simplemente porque “no es como ese mal vecino” sino porque con
frecuencia él mismo es el mal vecino. Toma la enemistad como un soldado toma la guerra: debe
luchar. Pero si algo falta en esta lucha es el sentimiento de odio. El nativo no odia a sus
enemigos pero debe enfrentarlos porque en esta lucha se consolida y se fortalece. Esto es válido
para Sagitario en la 12ª Casa.
Si la rige Capricornio, la enemistad y la lucha siempre se viven como fruto del propio
carácter poco sociable. Al nativo le parece una traición a su máxima el hecho de que en general
se lo coloque en la posición de atacar o de ser atacado. De ahí proviene la táctica de enfrentar a
sus enemigos con armas que le son propias, que en realidad tiene un doble sentido. Conoce muy
bien que las armas “propias” son su propia naturaleza. Por consiguiente, lo que valida la lucha
es el choque con la rigidez de su propio ser, más allá de la cual sopla la libertad.
Si Escorpio ocupa la 12ª Casa, no sólo se incrementa la belicosidad sino también un mayor
efecto “auto-destructivo”. El nativo tampoco odia, pero es casi obligatorio conducirse como si
estuviera dirigido por un odio implacable que, en este caso, se apoya en una tácita promesa
inconsciente: la reconciliación sería como una traición a sí mismo. Sólo sería posible si el
enemigo se transforma en amigo.
donde Capricornio no es el signo ascendente, sino el que determina la fortaleza vital de los
taurinos, que surge del grado en que el nativo es capaz de defenderse contra la influencia de las
autoridades extrañas y de afirmar su personalidad sin hacer concesiones reales. Esto hace que
ante los demás aparezca como un desconsiderado cuando se trata de intereses de los que no se
siente responsable.
Por encima de lo que acabamos de describir, hay una constancia de su mentalidad general
que se expresa ya sea como conservación de su posición en la vida, en sus opiniones o
conceptos fundamentales. Surge cierta intransigencia, que bajo la imagen de testarudez o
incluso estrechez de miras, puede ser en realidad sólo la expresión del miedo a caer en la
incertidumbre si deja su propio terreno. Esto es válido tanto para Capricornio como para Acuario
en el MC. En Acuario la obstinación es más notable, la tozudez llega a reemplazar la fortaleza
del carácter.
Cuando Piscis influye en la fortaleza vital, vemos un cuadro básicamente distinto. En lugar
de la fortaleza quebradiza que oculta el miedo a la pérdida del centro de gravedad, surge la
tendencia a ocultar ante los otros la máxima tozudez bajo una máscara impenetrable que no
reconoce ninguna diferencia entre lo importante y lo no importante, y que frecuentemente rodea
los problemas internos de los nativos con una extraña aura que, en este caso, representa su
fuerza.
Ahora repasaremos los diferentes ámbitos de vida individualmente.
La 2ª Casa está en el hemisferio Norte en Géminis; y en el hemisferio Sur en Tauro,
Géminis o Cáncer. La relación con los bienes y la dependencia se subordina al valor de uso de la
posesión.
Con Géminis en la 2ª casa se da una relación especial con otras personas cuya opinión no
pueda ser eludida, el nativo exige que ellas puedan comprender el valor especial que tiene su
propiedad. Es como si el taurino quisiera decir: “Mira lo que me pertenece y valóralo en un
grado mucho mayor que al resto”. Cada posesión tiene un valor totalmente especial que sólo él
puede reconocer antes que los demás. Los taurinos son a menudo compradores de objetos cuyo
valor fueron capaces de juzgar ellos mejor que otros. A diferencia del Ascendente en Cáncer,
apenas existe la tendencia a dejar participar a los demás de esa posesión, pero sí hay una fuerte
tendencia a dejar que los demás la admiren. En una nueva psicología aquí podría ser útil hablar
del complejo de Giges*, que tal como veremos, tiene efecto también en la 5ª Casa.
Si Tauro rige la 2ª Casa, la dependencia de la posesión es extrañamente fuerte, el nativo
sufre cada ataque contra ella como si estuviera bajo una amenaza personal. “Las cosas que me
pertenecen son como partes de mi ser”.
Esto se reitera en el caso de que Cáncer domine la 2ª Casa, sólo que el impulso a defender
la posesión es mucho más fuerte. También lo es la tristeza por la pérdida que tanto se ha temido
a punto tal que cuando ocurre, casi termina siendo un alivio.
* Giges de Lidia, mito griego que narra la historia de un pastor que asesina al Rey y ocupa su lugar
valiéndose de un anillo que le permitía hacerse invisible cuando él lo deseaba. Platón, en “La
República” Libro II, se vale de este mito para demostrar que el ser humano alcanza una conducta justa
sólo cuando ha sido educada su voluntad. Giges sería el ejemplo de alguien que al no temer ser
descubierto, se deja llevar por su capricho y actúa injustamente. N. de T.
La 3ª Casa está regida por Géminis o Cáncer en el hemisferio Norte y en el hemisferio Sur
por Cáncer o Leo. Ahora debe hablarse de una curiosa flexibilidad interior.
Ella se ve más grande de lo que en realidad es porque la flexibilidad que trae consigo el
signo de Géminis sólo puede ser aparente. Si bien el nativo busca siempre la sociabilidad y no
está a gusto si está solo, no es una sociabilidad real teniendo en cuenta que ve a los hombres
con los que se encuentra como si fueran sus huéspedes, o como si él fuera huésped de los
demás. El resultado es que está dispuesto frecuentemente a mezclarse con el pueblo, a
concurrir a diferentes eventos porque el resguardo de la sociabilidad y de la flexibilidad interior
puede experimentarlos con la masa y contentarse con eso.
Si es Cáncer el que domina la 3ª Casa, a la tendencia a no estar solo se añade que el
nativo ya no parece tan pasivo ni aislado. Ahora surge el empeño de mantener relaciones
sociales con la gente, pero para poder hacerlo debe realizar una selección entre los que le
pertenecen y los que no. Los del primer grupo deben cumplir las exigencias que el nativo
plantea. El sentimiento de temor de Cáncer sobre su naturaleza taurina lleva al nativo a
compartir sus estados de ánimo con la gente de su entorno y a ejercer una especie de
paternalismo emocional sobre las personas que lo acompañan.
Cuando Leo domina la 3ª Casa, surge otra tendencia en la sociabilidad. A la persona le
gusta estar rodeada de gente feliz, irradiar paz y satisfacción; con eso contribuye a adormecer
el constante temor siempre al acecho de perder la propia resistencia.
La 4ª Casa está regida por Cáncer o Leo en el hemisferio Norte y en el hemisferio Sur por
Leo o Virgo.
Indica el grado de humildad del nativo y su relación con padres, maestros y guías. Existe
desde temprano una compenetración con los guías y maestros que excede considerablemente lo
que encontramos en otros signos; casi parece como si el maestro o el guía tomaran un rol
parecido al del padre. De la tendencia a otorgarle derechos de padre al guía crece un
sentimiento de parentesco, al menos durante la juventud. Como consecuencia, la persona busca
a través del tiempo prolongar la relación con el maestro, mucho después de haber concluido el
período escolar. Surge el deseo de permanecer junto a esos guías aún cuando ellos, en
momentos posteriores de la vida, ya no puedan ejercer más ese papel. Esto es válido para
Cáncer en la 4ª Casa.
Cuando domina Leo, aparece desde el principio la tendencia a llevar la relación con el guía
a un vínculo demasiado cercano. No llega a ser falta de respeto, pero el nativo está siempre
intentando sorprender al maestro en algo a partir de lo cual pueda privarlo de su nimbo, y así
convertirlo es un hombre con las mismas debilidades que su discípulo.
Si Virgo ocupa la 4ª Casa, ocurre algo similar al caso anterior, sólo que a menudo se
plantea como prioridad la exigencia inconsciente de aprender de los padres y guías tanto como
sea posible, y la tendencia a valorarlos al máximo. Es como si el nativo sintiera por instinto que
todo lo que no aprenda de niño no podrá recuperarlo más tarde.
La 5ª Casa en el hemisferio Norte está en Cáncer, Leo o Virgo y en el hemisferio Sur en
Virgo o Libra.
Surge algo curioso: la persona contempla a los otros con la autoridad que le confirma el
valor de lo que posee. A través de esta confirmación aparece el sentimiento de satisfacción por
haber sido capaz de reconocer correctamente el valor especial del compañero. Si bien encuentra
diferencias entre su propiedad y la ajena, está convencido de que la suya es la mejor. Esto tiene
una clara similitud con el comportamiento de los escorpianos, si bien ellos no necesitan el
reconocimiento ajeno. En el caso del nacido bajo el signo de Tauro se acompaña del deseo tácito
de querer aumentar el valor de la elección a través de la aprobación y/o hasta de la envidia de
los otros. En realidad aparece -tal como lo señalamos al analizar la 2ª Casa, el “complejo de
Giges”. Esta característica se plasma de modo distinto según sea Cáncer, Leo o Virgo el signo
que domine la 5ª casa.
Con Cáncer y Virgo incluye siempre una mayor o menor desconfianza hacia aquellos que
dan testimonio de su felicidad erótica. Con Leo surge cierta ingenuidad en lugar de la
desconfianza.
Si Libra dirige la 5ª Casa, la situación es más o menos parecida a la de Leo. Se alegra ante
el reconocimiento afirmativo de los demás y por eso se siente realmente feliz.
La 6ª Casa en el hemisferio Norte está regida por Leo, Virgo o Libra y en el hemisferio Sur
por Libra o Escorpio.
Muestra la adaptación de los hombres a un orden social en el que siempre hay superiores e
inferiores. Estos nativos toman esa inserción como algo natural porque les permite mantener el
momento de inercia con el mínimo sacrificio. También existe una ligera tendencia a no cambiar
rápido o en absoluto la relación y el lugar en la estructura social. Posiblemente permanecerá
feliz y meticuloso en ese rango y empleo que nunca requiere un exceso de actividad. Su receta
es avanzar paulatinamente y no demostrar su ambición que está determinada por el grado de
ambición de los demás: ni más ni menos de lo necesario.
Si domina Leo, lo acompaña una buena porción de imprudencia, trabaja con gusto y sin
pensar demasiado en los lados sombríos de la actividad.
En Virgo toma todo más en serio, pero tampoco hace más de lo que debe; esto lo sostiene
como un principio de vida.
Con Libra la persona es más sociable, busca ser querida en los estamentos superiores e
inferiores. Desarrolla también una mirada conscientemente diplomática, cultiva el arte de
prevenir a tiempo para evitar consecuencias desagradables.
Si ocupa Escorpio la 6ª casa, ocurre algo parecido a lo explicado en Virgo, pero lo enoja
ver que los aplicados son los preferidos.
Con esto concluimos el recorrido de Casas bajo el horizonte, aquellas que exhiben a los
seres humanos hechizados por su personalidad, hechizo que en los taurinos está tan
desarrollado. A partir de la 7ª Casa se hace más notable el peso de la lucha que se efectúa bajo
una superficie aparentemente tranquila. Surge una inseguridad en el plan, que hace que entre el
afán de aferrarse al propio terreno y la necesidad de tener que abandonarlo, se desarrolle una
tensión interior que puede llegar a un sentimiento de desarraigo diferentes en cada Casa
individual.
La 7ª Casa está en Escorpio. En este caso se justifica especialmente la tradición que la
menciona como la Casa de las sociedades, en especial de la unión matrimonial y del enemigo
declarado. Sólo que en este caso el “enemigo” asume el papel de aquello que altera la propia
naturaleza, lo que lo hace aferrarse al orden de una autoridad que lo lleva a aceptar o rechazar
la imagen autoritaria de ese enemigo. Es de esperar que una Casa bajo el dominio de Marte,
desencadene las energías marcianas. Existen dos complejos en competencia en esta Casa, a los
que desearía llamar el “complejo de las pantuflas” y el “complejo de los pantalones”.
Deseo evitar el uso de las expresiones masoquismo y sadismo Ellas provienen del famoso
psiquiatra de la escuela de medicina vienesa Kraft-Ewing, que las utilizó por primera vez en su
obra “Psicopatía sexual”.
Lo que deseamos señalar a través de estas expresiones representa, desde nuestro punto
de vista, dos polaridades de un estado de ánimo que se origina en la discrepancia entre la
personalidad y el Yo, entre lo que dentro de la entidad humana significan el elemento femenino
y masculino.
Al taurino le resulta sumamente difícil encontrar un equilibrio entre estos dos componentes,
de manera que surge un comportamiento inconsecuente para con la pareja, que lo lleva a una
difícil compatibilidad, tanto en el sentido activo como pasivo de la palabra.
Utilizamos la expresión “compatibilidad” en sentido jurídico, que significa la escrupulosidad
en el cumplimiento de un contrato establecido. En este caso la incompatibilidad surge de la baja
inclinación a someterse a un contrato. Hasta qué punto llega y cuánto muestra esta tendencia a
su pareja, o permanece como una cuestión de lucha interior entre ambas polaridades, depende
totalmente del nivel ético de la persona. La inseguridad en el contrato que existe, la necesidad
de probar continuamente si es fuerte o débil, acompaña al taurino a través de todas las
experiencias de vida relacionadas con la unión. Por eso busca una pareja que lo despierte de su
pereza y evite que caiga nuevamente en ella. Esto lo arrastra a tener una y otra vez una pareja
con Marte acentuado.
La 8ª Casa está regida en el hemisferio Norte por Sagitario y en el hemisferio Sur por
Escorpio, Sagitario o Capricornio.
Aquí comienza a madurar el fruto de la conducta de vida. Se ve ante todo la tendencia de
los taurinos a buscar autoridades. Con Sagitario, siempre deben encontrar a alguien que sirva
como referente para aminorar la inseguridad de la vida. No necesariamente tal autoridad debe
ser una persona, también puede tomar ese lugar una determinada filosofía, un poeta, un código
o un texto. A menudo se ve que los nativos eligen lemas individuales, aplican en secreto un libro
en el que inscriben sus enseñanzas de vida y siempre tienen preparadas las citas de su poeta
favorito.
Con Escorpio en la 8ª casa, el nativo busca una autoridad a cuya fuerza sugestiva pueda
someterse, quiere estar fascinado con ella.
En Capricornio, quiere seleccionarla luego de una tranquila reflexión, aunque nunca cae en
una dependencia completa.
La 9ª Casa en el hemisferio Norte está en Sagitario o Capricornio y en el hemisferio Sur en
Capricornio o Acuario. La máxima de vida de los taurinos no puede ser muy distinta a:
“Permanecer fiel a sí mismo y a todo lo que indique la autoridad en toda circunstancia.”. Esta
promesa tácita de fidelidad se aplica sin restricciones a Sagitario.
En Capricornio rechaza cada concesión a través de la cual podría llegar a ser infiel a su
máxima, pero no es tan estricto consigo mismo si se trata de concesiones sólo aparentes. Hasta
considera conveniente hacerlas para no involucrarse en una lucha en la que no está seguro de
“imponerse”. También puede ceder y alejarse, con el sentimiento de que sólo lo ha hecho para
salvar su convicción o para no herir a su autor favorito.
Cuando Acuario ocupa la 9ª Casa, aprende especialmente a valorar el silencio. La frase
latina “Si te hubieras callado hubieras llegado a ser filósofo” surge como verdadera sabiduría de
vida.
La 10ª Casa en el hemisferio Norte está regida por Capricornio o Acuario y en el hemisferio
Sur por Acuario o Piscis. Hablaremos ahora de la profesión. El taurino debe diferenciar entre la
profesión a la que lo inclina la disposición personal y aquellas que son ejercidas de acuerdo a un
patrón preestablecido. Opta preferentemente por profesiones del segundo tipo y al mismo
tiempo sostiene sin problemas otra actividad correspondiente a la inclinación personal, aunque
bajo la influencia del signo de Acuario, frecuentemente la ejerce con verdadera profesionalidad.
Si Piscis domina la 10ª Casa, a menudo el nativo no elige realmente la profesión,
simplemente opta por aquella que puede ejercer con la menor inversión de ambición, y
especialmente, la que no necesita hacerse cargo de ninguna gran responsabilidad.
La 11ª Casa se encuentra en el hemisferio Norte en el signo de Capricornio, Acuario o
Piscis; y en el hemisferio Sur en Piscis o Aries.
La amistad es un asunto muy personal, el nativo exige que los demás se expresen mucho
más de lo que él está dispuesto a hacer. El taurino desea mantener más distancia con los amigos
que la que ellos mantienen con él, anhela recibir más calidez de la que da. La amistad hacia los
otros es relativamente indiferenciada, mientras que espera de los demás una actitud deferente
hacia su persona. Un amigo está allí para compartir sus secretos más profundos e íntimos, otro
está para compartir su monedero…, el nativo tiene una división del trabajo bien diferenciada
entre sus amigos. Sin embargo, puede verse que la actitud ante todos ellos es prácticamente
igual. Por eso cuando pierde un amigo enseguida busca un reemplazo que obligatoriamente
responde a las exigencias necesarias para llenar el espacio que dejó el otro. Eso es válido tanto
para Capricornio como para Acuario en la 11ª Casa.
En Piscis sucede lo contrario, aunque sólo en apariencia. Fácilmente cree haber encontrado
un nuevo amigo, pero pasado un tiempo vuelve al antiguo patrón, y permanece en él.
Si Aries ocupa la 11ª Casa, surge algo novedoso. Se torna más rígido en las exigencias
para con los amigos. En este sentido sucede algo más o menos parecido a lo de Capricornio y
Acuario, sólo que la propia testarudez dificulta el logro de la adaptación.
La 12ª Casa está regida en el hemisferio Norte por Acuario, Piscis o Aries y en el hemisferio
Sur por Aries o Tauro.
Muestra una notable inseguridad en la consecución de la libertad mediante la superación de
la resistencia de los enemigos. Esto se refiere en primer lugar a la diferenciación entre amigo y
enemigo. Ya pudimos observar esta dificultad en otros Ascendentes, pero en este caso va unida
a que el nativo está esencialmente influido en su juicio por la simpatía o la antipatía.
Tiende a sostener como enemigo a aquel que simplemente le resulta antipático, y más aún,
etiqueta como malo al que aparenta estar confirmado como enemigo. Las cualidades espirituales
y morales de las personas son juzgadas en términos de apego o animadversión. Si alguien lo
enfrenta con enemistad, es un tonto o una mala persona; pero si le ofrece amistad entonces se
trata de alguien sensato y bueno. Esto es válido para Piscis en la 12ª Casa.
Cuando la rige Aries, persiste la inseguridad así como la tendencia a dejarse llevar por las
consecuencias de la simpatía y la antipatía, en especial por esta última, y también tiende a ir
mucho más allá de lo necesario en la defensa activa. Fácilmente puede ser ofensivo cuando
defenderse hubiera sido suficiente. Esto a menudo trae consecuencias más tarde.
Si Tauro ocupa la 12ª Casa, aparece algo muy extraño, la desorientación se extiende a la
propia persona. Él mismo comienza a odiarse cuando se enfrenta con aquellos que muestran
exageradamente las cualidades propias de los taurinos, esas que él posee. Esto puede llegar a
causar sufrimiento, pero es uno de los síntomas que indican que está comenzando la lucha por
la propia libertad.
Finalmente podríamos decir que el nativo tiene como su deber más importante, alcanzar la
libertad; ese logro sólo puede conseguirlo al precio de un sacrificio que consiste en liberarse de
la supuesta seguridad del estado de crisálida en el que ha nacido su Yo, en abandonar ese
envoltorio protector. Este es un camino que conduce a la superación de una contradicción
interior que hace parecer al taurino misterioso ante las otras personas y también ante sí mismo.
A menudo permanece oculta a los ojos del prójimo una lucha en lo profundo de la consciencia
donde lo instintivo no es totalmente cuestionado.
2ª casa.
Con Libra es algo más liberal. También desarrolla una relación orgánica, pero no sólo con
sus posesiones, sino también con los bienes de aquellos con los que está en estrecha unión. De
algún modo, el nativo tiende a otorgar la misma atención a la propiedad ajena que a la propia
como prueba de amistad.
Si Escorpio rige la 2ª Casa, la situación es semejante a lo que ocurre en Virgo, pero el
sentimiento orgánico de propiedad está unido a un amor cuasi infantil hacia cada objeto que
posee.
La 3ª Casa está regida en el hemisferio Norte por Libra o Escorpio y en el hemisferio Sur
por Escorpio o Sagitario.
El entorno es uno de sus órganos lejanos. El nativo sufre o se alegra en él pero nunca le
resulta intrascendente, siempre le despierta simpatía o antipatía manifiestas. No puede
permanecer indiferente al medio que lo rodea y busca -en la medida de lo posible- modificarlo,
librarse de él, o educarlo para poder soportarlo, o si eso no funciona, criticarlo, reprenderlo o al
menos no retenerlo. No lo hace por una cuestión moral, sino porque de lo contrario se
escandalizaría y se ofendería la estética. Esta diferenciación es muy importante, especialmente
si Libra ocupa la 3ª casa.
En Escorpio ocurre algo parecido, pero el nativo se impone de manera más autoritaria, su
propia sensibilidad será absolutamente más valorada que la del vecino. Fácilmente entra en un
vínculo que podría llamarse una “relación equilibrada por decimales” en referencia a la
sensibilidad sobre el derecho del nativo en función al mismo derecho de los demás. Pero a pesar
de eso no cruzará ningún límite que prescriba el sentido estético.
Si Sagitario rige la 3ª Casa, al menos en teoría la persona es más justa. Intenta ser tan
objetiva como sea posible, y en este sentido, contenerse a sí misma. Sin embargo, permanece la
confianza en su instinto, ese que siempre la instruye correctamente sobre los hombres del
entorno. “Dime con quién yo me rodeo y te diré quién es”.
La 4ª Casa en el hemisferio Norte está en el signo de Escorpio o Sagitario y en el
hemisferio Sur sólo en Sagitario.
Frente a los padres, maestros y guías existe una actitud que tiene por objeto tomar el
cuidado del que se goza, tal como se ingiere un alimento, o sea adquirir una capacidad crítica de
diferenciación para saber cuan fuerte es la simpatía que se puede esperar de uno u otro padre.
Desde temprano el nativo se da cuenta si es el preferido del padre o de la madre, o si el
maestro está a gusto con él. En la casa de los padres, el niño pequeño aprenderá a diferenciar
entre la parte paterna y materna del amor que fluye hacia él. Esto es válido especialmente
cuando Sagitario domina la 4ª Casa. Ya desde la niñez existe una fuerte dependencia del grado
de calidez existente en la casa de los padres. La armonía o desarmonía entre ellos determina
-más que en otros signos- su felicidad en el futuro.
Con Escorpio surge una extraña demanda: el nativo está habilitado para exigir amor y
simpatía de sus padres, por eso acepta en toda circunstancia la dependencia de ellos o de los
maestros como algo absolutamente natural; si eso no funciona, lo traga como si fuera una
amarga medicina.
lugar. Quiere realmente trabajar por la salud y el bien de todos, pero sin olvidarse de sí mismo.
En Acuario, el principio suena así: “El interés personal equivale al interés público”; en
Capricornio: “El interés público equivale al interés personal”.
La 7ª Casa está en el signo de Piscis.
Aquí le llega al nativo el reto de reducir y transformar su actitud egocéntrica uniéndola a
una gran sensibilidad. Quizá requiera más valentía que el resto para contraer una unión
duradera. Cuando la simpatía alcanza un grado tal que ha hecho indispensable la presencia
constante de una persona como dadora de fuerzas vitales, tal como si fuera una rica y nutritiva
despensa, tal unión no encontrará ningún tipo de dificultades. En otras palabras: el virginiano
estará dispuesto a establecer un matrimonio por amor pero también será prudente, porque no
deja de ser consciente que el término “media naranja” significa que tendrá que reducirse a la
mitad.
Su esteticismo no le dificulta señalar al otro como su pareja, pero no así su razonamiento.
Parece dudar cada vez más si la única salvación para él es habituarse a la vida en matrimonio.
Puede darse a menudo el caso en el que, a raíz de la naturaleza de estas consideraciones, se
resista por largo tiempo a esta intervención quirúrgica que lo reduciría a la mitad, y que
finalmente celebre su boda en una época en que el propósito normal del matrimonio ya no se
puede cumplir. Como de costumbre, al igual que en las relaciones internas, aparece el anhelo de
guardar las apariencias de armonía, y de organizar y mantener la vida de manera que esa
apariencia sea posible.
La 8ª Casa está regida en el hemisferio Norte por Piscis o Aries y en el hemisferio Sur por
Aries o Tauro.
El nativo de Virgo necesita un tiempo relativamente largo hasta llegar a perder su
hipersensibilidad y también su dependencia de la simpatía y la antipatía que le despierta el
entorno. Hasta entonces, de manera discreta deja en el árbol el mayor tiempo posible el fruto de
la vida que debe madurar en esta Casa; posterga hasta tanto no llegue a una conclusión.
Todavía hay tiempo, aún no es definitivo. Esto es válido para Piscis en la 8ª Casa.
En Aries existe la misma tendencia, sólo que aparece una especie de animadversión hacia
todo planteo que intente imponerle o someterlo a máximas extrañas.
Si Tauro ocupa la 8ª Casa, la situación es parecida a la de Piscis. Si se capta en
profundidad la propia naturaleza percibe que contiene todos los requisitos necesarios para
cumplir con la tarea de vida. No es necesario ir demasiado lejos.
En la 9ª Casa, debería ganarse la máxima de vida. En el hemisferio Norte está en Aries o
Tauro y en el hemisferio Sur en Tauro o Géminis. En primer lugar surge un estado de ánimo
escéptico; el nativo duda si podría decir algo que resultara una máxima apropiada para liberarse
de la sujeción a su propio egocentrismo. Aquí se destaca una táctica que ya vimos en la 5ª
Casa: la de ocultar su propio ser y el afán por apartar la vista de uno.
Cuando Aries ocupa la 9ª Casa, el nativo no alza en alto una máxima de vida porque niega
que sea posible semejante universalidad.
Si Tauro dirige la 9ª Casa tiende a sentirse siempre el foco, con una resignación pesimista
en referencia a todas las máximas. Lo que entonces resulta como precepto de vida es que lo
mejor es no pronunciar nunca una verdadera opinión sino callarla; así conserva la sabiduría para
sí y triunfa sobre los demás. Uno sigue siendo un filósofo, sin meterse en ninguna discusión
cuando se trata de dar opiniones. Así no permite que nadie se acerque a lo que piensa, que no
le discutan y finalmente puede desarrollar en la profundidad de su alma un cierto desprecio
hacia la humanidad toda. Timón de Atenas -obra de Shakespeare- es tal vez la solución estoica
de la exigencia nunca concretada: llegar, como virginiano, a una máxima de aceptación
universal.
Si Géminis domina la 9ª Casa, entonces la máxima de vida será más tolerante. Sin
preocupación toma principios procedentes de la filosofía de vida de los demás para adaptarlos a
sí mismo, pero no habla acerca de eso para no mostrar sus cartas que ni siquiera él conoce
demasiado bien.
La 10ª Casa está regida en el hemisferio Norte por Tauro o Géminis y en el hemisferio Sur
sólo por Géminis. Se trata de la capacidad de asimilación de los nativos a su entorno.
Con Tauro el individuo es similar a una planta, capaz de transformar su propio campo para
que le sea beneficioso.
En Géminis tiende a hacer concesiones y a encontrarse en la línea media de la oposición
con el entorno. En cuanto a la profesión, Géminis ambiciona un oficio sistematizado; no tiene el
valor de crear el propio -una aspiración de Tauro- pero, dentro de este oficio delimitado por la
opinión pública y el reconocimiento, buscará métodos que dejen el espacio más amplio posible a
su necesidad de actividad individual. Los nacidos bajo el signo de Virgo se mueven casi siempre
en una profesión cuya organización les impone comprar prendas de confección masiva, pero
siempre sentirán el deseo de vestir prendas hechas a medida.
La 11ª Casa está en el hemisferio Norte en Géminis, Cáncer o Leo y en el hemisferio Sur
sólo en Cáncer.
En Géminis aparece una modalidad especial de la amistad que está bajo el mismo
requerimiento de reserva que las experiencias de la 5ª Casa. También existe la tendencia a no
permitir lo frívolo. No perdura la amistad con personas superficiales que carecen de inteligencia
para comprender que deben devolverse los favores. El nativo piensa, con preocupación, en
corresponder tan pronto como sea posible la amistad que le ofrecen;retribuirá las visitas en el
tiempo debido, hará pequeños regalos buscando tal vez reemplazar el valor real de lo recibido, y
considerará, a través del comportamiento, el grado de amistad que se requiere de su parte.
Si Cáncer domina la 11ª Casa, las cosas son diferentes. La persona -sin mostrarlo-
desconfía del amigo, pero a la vez está convencida que el otro piensa igual. Sin embargo la
amistad es algo que al igual que la salud, debe mantenerse, debe cuidarse. En este caso las
amistades a menudo terminan por mínimos motivos como falta de tiempo, cambio de domicilio,
etc. Esto no excluye que en tanto existan, son cuidadas sólo por motivos cosméticos o estéticos.
Con Leo, se absorben vitaminas de las experiencias de amistad, uno se alegra porque los
amigos están allí y aunque entran y salen, el temor es no tener ninguno. Es fundamental en la
vida que también la amistad encuentre su debido lugar.
La 12º Casa en el hemisferio Norte está regida por Leo o Virgo y en el hemisferio Sur por
Cáncer o Leo. Es el sector de la ansiada libertad y de los enemigos ocultos. La libertad se gana
al vencer al enemigo. Sin embargo esto se lleva a cabo de modos totalmente diferentes según
sea el signo que domine la 12ª Casa.
Con Leo el nativo tiende a subestimar a los enemigos y a la enemistad. No presta oídos a lo
que parece superfluo, ni toma en serio el hecho de que le muestren animadversión. Se siente
casi inmune a los atropellos provenientes de los enemigos, de aquellos a los que en realidad
rechaza tanto. Se expresa algo así como una especie de protección de la naturaleza que de esta
forma cuida un alma sensible tan fácil de herir. Leo se opone principalmente a la naturaleza de
Virgo, aunque ambos tienen que ver directamente con la vitalidad. La vitalidad de los virginianos
es enfermiza, mientras que la de los leoninos es robusta.
Cuando Virgo ocupa la 12ª Casa aparece la situación contraria. La persona sufre por cada
enemistad porque no puede -a diferencia de Leo- pasar por alto a los enemigos. Detrás esconde
un temor secreto, pero siempre presente, a la propia inferioridad en la lucha por la vida. Aquí la
superación de la dificultad se logra sólo si el nativo aprende que tal vez la tarea más importante
para él es lograr que su valentía y autoconsciencia estén libres de todo impulso egoísta.
Esto es válido casi sin cambios también para Cáncer en la 12ª Casa. Aquí a menudo les
falta a los nativos el valor necesario para combatir y vencer al enemigo, tanto por dentro como
por fuera. Sufre por cada enemigo pero lamenta cuando ya no está. Si bien tiende la mano para
la reconciliación, lo hace con desconfianza y no hace mucho para lograrla. Eso siempre es
asunto de los otros.
7º Conferencia
mirada al cielo, sino también en un importante indicador del acento zodiacal transmitido a las
casas como anfitriones de los planetas.
No es simplemente “el acento zodiacal” de la 1ª casa derivado de las características de
Aries, o de Tauro en la 2ª. Tal idea podría ser de relativa utilidad, pero para desentrañar el
problema de las casas lo cierto es que es insuficiente y obstructora.
Ya no es el punto de intersección entre el Ecuador y la Eclíptica, sino la intersección entre el
Horizonte y el sendero oriental de la Eclíptica, por lo que su punto de partida para la división en
12 puede ser una pista importante para el toque zodiacal que emerge cuando observamos a los
planetas en las casas.
La exploración debe comenzar por otro camino para alcanzar el “coeficiente” que -usado
por comparación- serviría para “bajar” cada segmento del Zodíaco del terreno celestial al
terrenal. Ahora buscamos un “coeficiente mundano” de los signos zodiacales, comenzando por
una reflexión general acerca de cuál es la esencia del concepto de “casa” y por qué la tradición
utiliza esa expresión para separar las áreas terrenales en forma análoga a la del Zodíaco
Celeste.
Esta será ahora la meta: aprender a conocer la importancia de cada planeta en cada una
de las doce casas. Para poder penetrar en esta parte de la astrología debemos aprender a mirar
con mayor profundidad la esencia de las casas a las que hemos visto sólo desde la perspectiva
de su respectivo Ascendente, es decir desde la perspectiva terrenal.
Cuando incluyamos las posiciones de cada planeta en particular, debemos cambiar la
perspectiva, que debe ampliarse para combinar el hombre zodiacal con el terrenal. Tendremos
que comprender cómo cada casa en particular, al ser la morada asignada a un planeta, recibe a
través de su huésped un nuevo destino y así se eleva por encima de su nivel terrenal .En otras
palabras, debemos aprender a detectar los significados zodiacales de cada casa en particular. Así
un suelo terrenal deviene en un suelo que puede retro-reflejar el eco de las energías
planetarias.
En otras palabras, se trata de descubrir los coeficientes mundanos de los signos zodiacales.
Para familiarizarnos con esta tarea partiremos primero de la observación general de la esencia
de las Casas. ¿Qué es una Casa y por qué los antiguos eligieron esta denominación para los
campos analógicos individuales del Zodíaco celestial?
Casa -en latín domus- es en primer lugar una envoltura que recubre, una cubierta de
protección, que no solamente sirve para poner una barrera frente a los enemigos, sino que
determina un límite en el campo de dominio al cual nos reducimos.
Domus es casa, dominus el gobernante de la casa. Cada hombre nace en una casa que
nadie le puede quitar, esa casa es su cuerpo. En base al plano de construcción de esta casa el
hombre construye su residencia, que es al mismo tiempo su fortaleza.
Pero esta casa muestra una triple división, así como el cuerpo humano también presenta
una triple envoltura. La primera corresponde al cuerpo físico, a través del cual está directamente
unido a la Tierra, protegido por todo lo que proviene de ella y se manifiesta en la naturaleza
terrenal. La segunda es el alma del cuerpo, mediante la que no sólo se define emocionalmente,
sino que también se relaciona con las almas similares, con las de su rango. Finalmente lo
encontramos revestido por una tercera envoltura de protección, un cuerpo mental a través de la
cual no sólo se relaciona con entes que no son semejantes, sino que están por encima de él,
entes que le dan la posibilidad de pensar y discernir.
El hombre construye su casa en base a estos tres principios. Construye muros fuertes,
impenetrables similares a su cuerpo físico; abre puertas y ventanas en las paredes buscando la
unión con lo que lo rodea, e instala sobre esta casa una torre que señala la dirección al cielo.
También Solness en la obra de Ibsens “El Maestro Constructor” construirá su “Casa para los
seres humanos” de acuerdo con este plano.
Cada casa muestra así la articulación con el cuerpo, pero al mismo tiempo con el templo
tradicional. El atrio es el cuerpo de carne y huesos, el santuario su alma, y lo más sagrado su
espíritu.
Por medio de estos tres componentes de la casa con la cual y dentro de la cual el ser
humano ha nacido, se encuentra unido a tres mundos.
A través de su cuerpo físico está ligado al mundo terrenal o con los satélites de la Tierra. La
Tierra y la Luna forman el sistema más bajo del mundo estelar, o mejor dicho, el sistema más
cercano al cuerpo terrenal del hombre.
Pero es a través de su alma como se entera del dolor y el sufrimiento que le produce el
contacto con su medio ambiente, especialmente el contacto con los seres que están a su lado.
Además se vincula con un mundo estelar superior que lo incluye junto con los demás,
dentro del cual le esperan sufrimientos y dolores para evolucionar. Este mundo estelar superior
es el mundo del Sol y sus planetas. Y con su mente el ser humano se encuentra en relación con
un mundo espiritual más elevado, que no tiene que ver directamente con su cuerpo o su alma,
sino que determina la dirección de su evolución, y que marca su vida con el ideal de la verdad
en su sentido más alto. Y este tercer mundo es el de las Estrellas Fijas. Estos tres mundos se
encuentran amalgamados entre sí de manera muy extraña.
Desde el más elevado de estos tres universos actúan las fuerzas que delinean al hombre
espiritual: la antigua imagen humana del Adam Kadmon. Allí descansa el antiguo Zodíaco -el
primero-. En él el hombre vio que en el cielo -a lo largo de la Eclíptica- se extendían doce
constelaciones (signos), trasfondo eterno de todo desarrollo y acontecimiento humano.
Sobre el trasfondo de este primer Zodíaco, al que podemos imaginar en eterno descanso,
se mueve el segundo Zodíaco o Zodíaco Solar, al que observamos como una especie de
proyección menor del primero. Se representa a través de la órbita solar, que se desplaza sobre
ese telón de fondo de la eternidad una vez al año. El Sol una estrella fija igual a otras estrellas
fijas, destinada a ser el traductor celestial para el mundo planetario que habita el segundo
Zodíaco.
Estos dos Zodíacos descienden ordenadamente uno sobre el otro. Sólo sus puntos de
partida difieren, porque como ya hemos mencionado, el segundo transita sobre el primero. La
consecuencia es la denominada precesión de los equinoccios.
Los astrónomos llaman año sideral o astronómico al período comprendido entre dos
encuentros sucesivos del Sol con la misma estrella fija. Ese año sideral no es el año trópico. El
año civil o año trópico se define por el lapso entre dos pasos del Sol por el equinoccio de
“Verán, les he dado un día por un año”, proclama el libro de Daniel. En la tercera parte nos
ocuparemos de esta llave del tiempo de forma muy detallada. Este no es el lugar para
detenernos en cada particularidad de la observación astronómica sobre las relaciones entre los
tres circuitos, que si bien desde la geometría componen un solo círculo, con una mirada
dinámica presentan bastantes diferencias.
En tanto para nuestros propósitos afiancemos lo siguiente: por la red de casas
comprendemos esta construcción auxiliar que ya mencionamos en la primera parte. Se compone
de seis círculos completos que se fijan por el extremo norte y sur de un punto de superficie de la
Tierra.
De esos círculos, los más importantes son dos: el Horizonte mismo y el Medio Cielo, que se
ubican verticalmente entre sí. Entre ambos, al este y al oeste del Meridiano respectivamente,
sobresalen dos círculos, cada uno a 30º, medidos sobre el Ecuador.
Así se conforma la red de 12 círculos. Para cada punto de la superficie de la Tierra se forma
un muy peculiar diagrama, pero desde el punto de vista de la red fija de la Tierra, se encuentran
simultáneamente ligadas, puesto que participan en todos sus movimientos.
Los segmentos o secciones del segundo Zodíaco que se encuentran dentro de los límites
trazados desde dos ángulos, se denominan casas. Las casas difieren en longitud, dependiendo
respectivamente del ángulo variable entre la Eclíptica y el Horizonte en el momento de
nacimiento. Solamente las casas diametralmente opuestas –1ª y 7ª, 2ª y 8ª, 3ª y 9ª, 4ª y 10ª,
5ª y 11ª, 6ª y 12ª– resultan de la misma medida.
Antes de buscar los coeficientes mundanos de cada casa en particular, agregaremos algo
más sobre el fenómeno de la precesión, que fue registrada junto con antiquísimas tradiciones en
las enseñanzas Rosacruz.
De acuerdo con ellas, el antiguo Zodíaco o el arquetipo humano, es un tejido creado por la
colaboración de doce grupos jerárquicos de entidades más avanzadas y elevadas, que se erigen
sobre el ser humano iluminándolo con su fuerza para que continúe la obra de la evolución
humana. Dentro de este arquetipo, actualmente el hombre participa de esta tarea evolutiva
dentro de la escala más baja en el orden jerárquico. A él se le asigna la región de Piscis.
De la tarea de Acuario participan las jerarquías de los Ángeles.
De la de Capricornio, las jerarquías de los Arcángeles.
De la de Sagitario, las jerarquías de los Santos del Intelecto.
De la de Escorpio, las jerarquías de los Santos de las Formas.
De la de Libra, las jerarquías de los Santos de la Personalidad.
De la de Virgo, las jerarquías de los Santos de la Sabiduría.
De la de Leo, las jerarquías de los Santos de las Llamas de Fuego.
De la de Cáncer, las jerarquías de los Querubines.
De la de Géminis, las jerarquías de los Serafines.
De la de Tauro, lo Innominado.
De la de Aries, lo Innominado.
Las dos jerarquías más altas de las que participa lo Innominado, no pueden ser
comprendidas ni por la más desarrollada consciencia humana.
A través del desplazamiento del segundo Zodíaco sobre el primero, la evolución de la
humanidad se encuentra actualmente en una etapa en la que los Santos de las Formas ya no
contribuyen desde el signo de Escorpio como hace 2000 años, sino desde el signo de Sagitario,
o los Santos del Intelecto ya no lo hacen desde el signo de Sagitario sino desde Acuario, etc.
Este corrimiento sin embargo no se hace notar psicológicamente en el horóscopo de cada
persona en particular, puesto que afecta del mismo modo a toda la humanidad. No se evaluará
de manera distinta, por ejemplo, a la transposición de una pieza musical en un tono distinto.
Todas las relaciones permanecen iguales, sólo ha cambiado el tono de fondo *.
También el tono de fondo de la humanidad completa cambia paulatinamente para confluir
de nuevo, después de 26.000 años en la octava original.
Pensemos brevemente en una objeción que podría surgir a partir de una mirada superficial
sobre el entramado de casas, referida a la dirección del conteo de las mismas. Este comienza
tradicionalmente debajo del Horizonte del este, y las cuenta de 1ª al 6ª a través del FC hacia el
Horizonte oeste, para seguir luego por encima del Horizonte con las casas 7ª a 12ª hasta el
Horizonte del este. En consecuencia el círculo se cierra en sentido contrario a la senda solar.
¿No sería más adecuado comenzar la numeración sobre el Horizonte desde el este, de
manera que la 12ª Casa fuera entonces la 1ª, la 11ª fuera la 2ª, etc.?
En primer lugar si se tratara de una simple numeración, la dirección sería tan irrelevante
como lo es por ejemplo la numeración de las casas en una calle. No es importante el número de
la casa sino la casa y sus habitantes.
Sin embargo desde el punto de visto esotérico, en el cual subyace la analogía entre casas y
signos, se sostiene que el sentido de la sucesión de las casas correlacionado con la sucesión de
los signos dado a través de la trayectoria anual del Sol, debe conservarse para evitar
confusiones que aparecerían fácilmente si se usaran ordenes numéricos contrapuestos para las
casas y los signos.
Luego de este resumen nos dirigimos a nuestra tarea: la caracterización de las casas como
manifestaciones de la proyección del segundo Zodíaco sobre el primero.
Transitaremos por un camino que debe respetar el proceso que se parece a la proyección
del pensamiento celeste sobre el pensamiento terrestre, o la proyección de aquello que se
ejecuta cósmicamente en el transcurso de un año, dentro de un día terrestre.
Es relevante lo que desarrollamos en “El Zodíaco y el hombre” y principalmente en
“Fundamentos generales” sobre la organización del segundo Zodíaco según sus cuatro
cualidades -Fuego, Aire, Agua, Tierra- y la triplicidad -Rajas, Tamas, Sattwa- para utilizarlo en el
Zodíaco terrestre.
Está claro que las cuatro cualidades tendrán un exagerado énfasis terrenal al ser llevadas
al plano del planeta Tierra.
¿Qué nuevo significado recibirá el Fuego dentro de lo terrenal, y de acuerdo a ello, qué
* Desde los tiempos de Haydn, el tono de cámara A (la) se ha elevado en un 1/4 de tono.
características presentarán las casas que se ubican en el lugar de los signos de Fuego del
segundo Zodíaco? ¿Cuál será el nuevo sentido que recibirá el hecho de que el elemento Fuego
se transforme ahora en el elemento distintivo de la 1ª, 5ª y 9ª Casas, el Agua de la 4ª, 8ª y 12ª
Casas, el Aire de la 3ª, 7ª, y 11ª Casas y finalmente la Tierra de la 2ª, 6ª y 10ª Casas?
Todas estas categorías serán consideradas bajo el punto de vista terrenal, es decir de la
realidad física, la acción, el quehacer en la realidad material, el trabajo en el mundo tangible.
Por consiguiente, respecto a la realidad del mundo terrenal estas cuatro categorías serán
reconocidas como: voluntad (Fuego), pensamiento (Aire), sentimiento (Agua) y quehacer
(Tierra).
En consecuencia haremos una especie de transposición. Estas transposiciones suceden de
hecho siempre que hay una transición desde un orden superior a uno inferior. Así como el Sol,
transpone las irradiaciones de los mundos estelares fijos adecuándolas a las capacidades
humanas -cumpliendo una especie de función detectora-, así ahora trasladaremos el segundo
Zodíaco a través de una especie de detector, que no es otra cosa que la “realidad” del mundo
terrenal.
¿En esta transposición, qué será entonces el Fuego? ¿Qué será de la voluntad dentro de la
cualidad terrestre? Lo que surge es la voluntad de gestar formas y figuras, una voluntad que
quiere imponerse al mundo circundante, sellarse en él como en una suerte de sustancia plástica.
Si extraemos la consecuencia de ese pensamiento, conoceremos la voluntad de generar
formas y figuras como la expresión de una voluntad altamente personal e individual, una
voluntad de dar formas según la propia figura. Fuego significa entonces: hacer imágenes en
base a la propia figura, imponer a otros su propia esencia en cada relación, sea en el quehacer,
en el pensar, en el sentir o en el querer.
Lo que resulta de esto es una postura de vida que, a diferencia del teórico, denominaremos
“antropomorfismo práctico”. Su lema sería: “No descansar antes que el otro sea como yo, antes
que el mundo circundante no haya aceptado mi fisonomía”. Esto en lo que se refiere al elemento
Fuego (1ª, 5ª y 9ª Casas).
¿Qué pasa ahora con el elemento Aire en esta transposición a lo terrenal? Aire es la
expresión de lo espiritual, del discernimiento y el pensamiento. Operando en lo terrenal no
manifiesta la violencia del Fuego sino la calma, el anhelo de ser objetivo durante el
reconocimiento.
Lo que resulta significativo no es la fuerza pura del antropomorfismo práctico, sino el
intento de influir en la esencia del otro, pero sin renunciar a la propia. Se produce lo que quizá
podemos denominar “analogía”, es decir, la voluntad de unirse a través de un proceso de
asimilación dentro del cual se esta dispuesto a realizar una contribución al otro, no por
obligación, sino por decisión del libre albedrío. Uno se encuentra con los demás, sobre una línea;
la tarea es ubicar mi posición en esa línea. Este proceso de analogía o equivalencia es entonces
el que encontraremos en la 3ª, 7ª Y 11ª Casas.
Nos dirigimos ahora hacia el elemento Agua, es decir a la 4ª, 8ª Y 12ª Casas. El Agua
siente, sufre, se apasiona, en síntesis, abarca toda la escala de la experiencia psíquica,
emocional.
Si con el Fuego el ser humano quiere transformar el mundo según su propia imagen, con el
Agua padece a través del otro, está expuesto a ser transformado e influenciado por el mundo
circundante. Sufre con cada alteración que se suscita tanto en el medio ambiente, como en sí
mismo. De hecho padece los efectos de la vida activa que recaen sobre él. Pero a partir de esto,
surge como consecuencia la demanda continua de defenderse contra el pesar que provocan tales
cambios y buscar, igual que el agua, el punto más profundo para reposar y finalmente seguir
siendo sí mismo.
Y ahora veamos la Tierra que rige las casas 2ª, 6ª y 10ª. Tierra dentro de la cualidad
terrestre en sí, parece una especie de potenciación de la realidad, un aumento del grado en el se
valora dicha realidad, o como ya lo explicamos, del propio aporte al mundo a través de cualquier
tipo de tarea. Es aprovechar, en todo sentido, lo que se juega en las tres casas. Aquí no
podemos hablar de antropomorfismo práctico, pero sí de un antropocratismo como el arte del
crecimiento interno de la fuerza, el poder y la satisfacción dentro del mundo físico real.
Ahora se trata de relacionar las cuatro cualidades, cuyas funciones básicas se trataron de
delinear en líneas generales, con las triplicidades Rajas, Tamas y Sattwa.
Recién entonces cada una de las doce casas obtendrá sus propias designaciones. Así como
hemos descrito las casas de Fuego, Agua, Aire, y Tierra, así también debemos hablar de las
casas Rajas, Tamas y Sattwa en las cuales nuevamente habrá cuatro categorías.
A las Casas Rajas, correspondientes a los cuatro signos Rajas o cardinales, en la
antigüedad se denominaban casas angulares y se les asignaba especial importancia a los
planetas ubicados en ellas, debido a su especial fortaleza efectiva. Estas casas-angulares son la
1ª, 4ª, 7ª, y 10ª.
Las Casas Tamas, correspondientes a los signos Tamas o fijos, se las denominaba casas
sucedentes y se las consideraban más débiles en sus resultados. A ellas pertenecen la 2ª, 5ª, 8ª
y la 11ª.
Las Casas Sattwa, correspondientes a los signos Sattwa, mutables, o comunes, se las
denominaban casas cadentes. Los planetas localizados en ellas se los consideraba esencialmente
debilitados en su efecto. A este grupo pertenecen la 3ª, 6ª, 9ª y 12ª.
Ahora, si lo importante es transferir aquellos tres polos de la Trinidad original o de la
Revelación del Mundo, para que ellos se hagan visibles como disposiciones especiales en el curso
de la vida terrenal y así poder darles coeficientes “mundanos”, entonces nos valemos de nuestro
cuerpo terrenal para estudiar cada casa, según aquella triada.
Así podremos comprender como Rajas aquello que vive en el cuerpo como fuerza del
crecimiento mismo. En primer lugar el crecimiento puramente orgánico-físico -siempre y cuando
el individuo se encuentre aún dentro de la etapa del crecimiento puramente físico-; a
continuación le corresponde el crecimiento del amor más allá de los límites físicos y también le
corresponde el crecimiento en el campo espiritual, mental y moral. Rajas -en el sentido terrenal
o mundano- será el sello de toda casa en la cual el ser humano es capaz de conquistar y de
ampliar su posición en la Tierra.
Si Rajas significa crecimiento, entonces Tamas significa aquello que es puesto a disposición
de la conservación del cuerpo, todo lo que actúa en contra de la destrucción de sus fuerzas, lo
8º Conferencia
Casas de Fuego
Comenzamos con los comentarios generales sobre las casas 1ª, 5ª y 9ª, pertenecientes al
elemento Fuego.
Considerando la 1ª Casa, tengamos en claro que como resultado de la combinación con lo
que llamamos “antropomorfismo práctico” y su tendencia al desarrollo libre y desinhibido, las
combinaciones relacionadas a la 1ª Casa tendrán un color característico muy particular: la
absoluta ingenuidad.
Se produce no solamente la tendencia a reflejar e imprimir su imagen en el mundo
-característica de las Casas de Fuego- sino también una continua coerción. Pero –y esto es
esencial– falta todo tipo de auto-crítica, de pudor, en su lugar se instala la absoluta ingenuidad.
Recordemos la representación imaginaria que hemos hecho de los Ascendentes.
Hablábamos a modo de ejemplo, del ser humano que despertaba, con el estado de ánimo que le
produjo el sueño y sin poder recordarlo. Sin embargo, este extraño e insondable estado de
ánimo será el tono general de su vida, resultado de una olvidada existencia pasada que suena
en el presente como el sueño olvidado de una noche.
Nacido con un característico estado de ánimo de base a causa de las radiaciones
planetarias en su 1ª casa, el ser humano se toma a sí mismo como un hecho natural. Camina
con el atuendo de su personalidad heredada con un candor destacable, como en completa
desnudez. Igual que el niño que no conoce todavía la vergüenza, y con la exhibición -en el más
amplio sentido de la palabra- como manifestación natural de sus instintos de vida practica.
Así el ser humano aparece en esta primera área del Zodíaco terrenal totalmente desnudo e
ingenuamente puesto en la vida. Para él está sobreentendido que no es quien debe dirigirse a
los demás sino que los demás deben dirigirse a él, que todo lo que conforma el medio ambiente
está bajo su esfera de influencia. Se parece al niño que quiere tomar la Luna entre sus manos.
Esto es lo extraño, que aún sin conciencia de sí mismo, el hombre sea capaz de tanto amor
propio y que justamente sea lo que está más desarrollado.
A través de las fuerzas de la 1ª Casa, el hombre conquista el inmediato convencimiento de
su derecho tanto a existir como a proyectar sin control su poder hacia el exterior.
Para aclarar un poco más esto, sin adelantarnos a consideraciones posteriores sobre la
posición planetaria en las distintas casas, ¿cómo actúan las fuerzas pertenecientes a la 1ª Casa
sobre cada planeta en particular? ¿Por ejemplo, qué características conquista un ser humano
que nació con Marte en la 1ª Casa?
La tendencia a la agresión propia de Marte será vivida ingenuamente, sin ninguna
intervención de la autocrítica. El nativo provoca choques sin ni siquiera un poco de provocación
de su entorno, en la mayoría de los casos sin darse cuenta.
Todo aquello que encontremos en el área de cada casa en particular, las características del
ser humano determinadas por los planetas presentes, de algún modo se reflejarán desde el
mundo circundante sobre la persona. Por eso las personas con Marte en la 1ª Casa, siempre se
encontrarán -sea originada por ellos mismos o provocada desde el exterior- en una experiencia
compleja en la cual la pelea nunca falta
Observemos a Venus en la 1ª Casa. El nativo, que también vivencia toda la ingenuidad
característica de la 1ª Casa, viene a la vida promocionando amor y simpatía. Y de nuevo, en su
reflejo el entorno hará explícito lo que el nativo emana sobre el entorno, generando popularidad.
Aquél a quien le importa tanto el amor de los demás recibirá también de ellos toda su simpatía.
En cuanto a Saturno en la 1ª Casa, el nativo transmite hacia el entorno su tendencia a
tomarse todo muy en serio. Son seres difíciles que provocan también dificultades en los demás;
son miles las variantes en la vida de estos nativos por las cuales se dificultan las cosas sin poder
ocultarlo. Con Saturno en la 1ª, no es agradable ver que los demás son más felices que uno.
En cambio con Júpiter en la 1ª Casa, puede imaginarse fácilmente que se está tratando con
personas atravesadas por la idea de una dignidad propia especial, que tampoco esconden. Son
engreídos y saben ganarse el respeto de los otros.
También con Mercurio en la 1ª Casa sucede algo parecido. El propio pensamiento dará la
medida a la que los demás deberán adecuarse, jamás será convencido de lo contrario. Aquí se
manifiesta toda la ingenuidad del razonamiento humano que nunca duda de su fortaleza.
Una especial consideración demandan el Sol y la Luna en la 1ª Casa puesto que estos dos
planetas constituyen la naturaleza fundamental del ser humano.
Con el Sol en la 1ª, será como proclamar a los demás: “¡Aquí estoy yo, este es mi aspecto
y así soy! No tengo motivos para ocultarlo, deben tomarme como soy; tengo derecho sobre mi
existencia y el derecho a ser aceptado dentro de esta existencia con lo que está en mí y
conmigo”. Por eso son nativos practican muy poco, la autocrítica, sin embargo tienen una fuerte
tendencia a criticar a los demás. Son el centro natural dentro de su entorno.
La Luna en la 1ª Casa debe juzgarse de manera diferente. La hemos señalado como la
representante de la segunda naturaleza del hombre, que reúne la herencia en un conjunto al
que denominamos la suma de las costumbres con las cuales se ha nacido. Pero aquí se
No queremos olvidar, que la 5º Casa está situada por debajo del horizonte, por eso se
relaciona con el poder de la totalidad de las fuerzas hereditarias, que en este caso, se
manifiestan en la configuración plástica de la descendencia según la figura de los padres.
Es fácil reconocer que el incremento del poder emocional sea vivido en el complejo erótico,
tanto en forma positiva como negativa. El complejo erótico es en verdad inseparable de la idea
del incremento del poder: “la conquista” según se lo describe en el lenguaje cotidiano. Si alguien
dice que ha hecho una conquista, se comprende que ha logrado atraer a otro al propio dominio y
entonces puede servir como compañero para cumplir con la función hereditaria.
La sensación de este incremento de poder es de felicidad. Quizá este sentimiento de
felicidad no sea otra cosa que el sentimiento de conquista, y no solamente en aquello llamado
erótico. La conquista de la cual hablamos abarca también otros campos conectados a los
asuntos de la 5ª Casa.
La capacidad de transmitir el patrimonio espiritual e intelectual se deriva de la relación
entre profesor y alumno, en general de aquello que denominamos “enseñanza”. La enseñanza
también es un ejercicio del poder de trasmisión de un bien hereditario, sea general o personal,
tal como se manifiesta en las relaciones maestros/alumnos.
Todo esto podemos sintetizarlo en el término “reproducción”, donde puede incorporarse
tanto lo psíquico, como lo físico y/o lo mental. Por lo tanto podemos describir la función general
de la 5ª Casa como la implicación en ganar poder a través de la cadena hereditaria, como el
llamado Traditor. (Aquél que mantiene las tradiciones).
Debe agregarse una reflexión importante, referida a la particular falta del sentido de
responsabilidad en el campo de las casas que se ubican bajo el horizonte. En la 1ª Casa no nos
sentimos responsables por la desnudez de nuestro ser, ni nos sentimos responsables en la 5ª
Casa por el hecho de estar integrados en la cadena hereditaria y practicar un poder que en el
fondo no es propio. Los seres humanos se sienten libres de responsabilidad con respecto a los
acontecimientos eróticos.
Se suele relacionar la 5ª Casa también con el arte y su práctica. Sin duda estas relaciones
se originan fundamentalmente en las llamadas “artes reproductivas” -el teatro o artes de otro
tipo- donde verdaderamente se actúa la influencia de la fuerza espiritual y la intensidad de las
propias emociones sobre los oyentes y espectadores. Nunca se ha dudado de la particular
relación entre el campo erótico y el talento.
Distinta es la situación del “arte creativo” cuya esencia es sobrenatural y por eso no tiene
suelo verdadero en ninguna de las doce casas.
Nos dirigimos a la 9ª Casa, la Sattwa del elemento Fuego. Ya no es una casa de la herencia
sino de la libertad. Por eso el sentido de responsabilidad es intenso –falta la inocencia- y en
lugar de la ingenuidad aparece el sentimiento del deber.
El análisis de aquello que trae esta Casa será más sencillo, puesto que hablamos de la casa
Sattwa, es decir de un campo funcional que tiene más que ver con lo espiritual.
Se trata -como en todas las casas Sattwa- de la captación del sentido y del consiguiente
incremento de los valores del conocimiento que se encuentran latentes en la casa en cuestión.
Por ello el antropomorfismo práctico se convierte en teórico si bien puede ser llamado práctico
Casas de Aire
Ahora hablaremos de aquellas casas a las que en la analogía entre el segundo y el tercer
Zodíaco, les corresponden a los signos de Aire. Estas son la 7ª, 11ª y 3ª.
Si bien representan al elemento Aire en el Zodíaco Terrestre, también están destinadas a
cambiar el potencial de dicho elemento: ahora transmitirán una actividad humana equivalente a
nivelarse con el medio ambiente.
La llave para esa praxis ya no es el antropomorfismo práctico sino un cierto
antropomorfismo teórico. No se trata de introducir nuestra imagen en el mundo circundante sino
de comportarnos objetivamente para compararnos con el medio ambiente. Estamos tratando de
distinguir las voces armoniosas de las que no lo son, y sobre todo tratamos de diferenciar y
tomar consciencia en nosotros mismos -mediante esta comparación- de lo que conviene o no.
Las casas de Aire obligan a la aproximación, y en este sentido, a una dependencia insoluble
del entorno, principalmente de aquello que es equivalente en relación a otro ser humano. Este
relación con el medio ambiente, ya sea una idea puesta por escrito, o el derecho de autor de un
manuscrito propio, en todo el sentido de la palabra.
En la 3ª Casa encontramos los más fuertes indicios sobre la particular fisonomía intelectual
del ser humano, aunque ésta sólo sea parte del intercambio espiritual con el entorno. Es la única
casa en la que la auto-consciencia del hombre, o su imaginación, muestran con mayor
vehemencia la faceta hereditaria de su personalidad intelectual.
En este sentido también se comprende el rol que juega la herencia. Es el no-poder-
escapar-de la vestidura de la personalidad. Pero no debe pasar inadvertido otro elemento: la
relación con todos aquellos que comparten el mismo espíritu de la época que uno y la creencia
de que ese espíritu tiene su origen en la propia mente individual.
El resultado es la idea de una comunión nacida del intelecto; sin embargo en la realidad
jamás podrá crecer porque el conflicto subyacente entre lo individual y lo comunitario inhibe
permanentemente esa posibilidad. En este caso se exige el mayor cambio posible: el
perfeccionamiento más elevado en lo espiritual y el desprendimiento de los lazos de la
personalidad hereditaria para ser “hermano” de todos los demás, tal como se hace en el círculo
estrecho de los hermanos a través de la herencia. Luego veremos cómo se inicia el cambio en el
ser humano de acuerdo a la característica de cada Casa en particular.
Casas de Agua
Nos dirigimos ahora a las casas 4ª, 8ªy 12ª, correspondientes a los tres signos de Agua.
Queremos puntualizar que esta analogía no se refiere a las características de Cáncer, Escorpio o
Piscis, sino a la relación especial del elemento Agua con cada uno de los tres Gunas
(modalidades) como por ejemplo: la 4ª Casa con Rajas, la 8ª Casa con Tamas y la 12ª Casa con
Sattwa.
Hemos señalado como característica de las Casas de Fuego el antropomorfismo, la
aspiración humana de transportar su imagen al mundo sin admitir ningún tipo de asimilación. En
las casas de Aire podríamos hablar de un antropomorfismo teórico, en cuyo caso la asimilación
juega un rol no poco importante.
En las casas de Agua deberíamos hablar de un antropomorfismo pasivo, es decir, del
sufrimiento antropomórfico en el propio cuerpo a través de la sensación de cómo se nos impone
la imagen extraña y la influencia del otro. Sufrimos por esta influencia extraña, por la impresión
que nos deja, y nos oponemos a ello. Intentamos resistir plásticamente a lo que se nos quiere
imponer rígidamente; la forma de esta resistencia es la llamada “resistencia elástica”.
Tomamos la imagen extraña que se nos impone -porque en definitiva lo debemos hacer-
pero solamente hasta donde sea necesario, para que cuando la influencia termine, equilibrar de
nuevo las huellas impresas de la mejor manera posible. Por consiguiente existe una notable
tendencia a preservar la situación lo más que se pueda, hay un momento de inercia o lentitud
considerable en todas las Casas de Agua, y es muy extraño observar cómo ese momento de
quietud lleva a un letargo en todos los acontecimientos vitales que circulan por intermedio de los
planetas que ocupan estas Casas. Como si fuera un planeta que al entrar en una Casa de Agua
se hundiera en un líquido espeso que le dificulta su avance.
Antes de seguir hablando de cada casa en particular recordemos que el empeño por
permanecer el mayor tiempo posible en esa situación -el momento de inercia o lentitud- la
predisposición para la defensa, y finalmente, la energía para frenar el campo de acción, son las
características principales de estas Casas.
Consideremos ahora la 4ª Casa, una casa-Rajas que se refiere, como todas las casas Rajas,
a lo corporal. Intentemos aclarar esto. Consideremos por lo pronto como característica de esta
casa la resistencia elástica contra toda influencia extraña, junto a la tendencia a la mayor
invariabilidad posible, o por lo menos a la desaceleración de todo cambio que nos involucre,
unida al empeño de irradiar esta tendencia como una fuerza activa en el entorno para
implicarlos en el ejercicio de la vida. Se trata de comunicarle al medio la solidez que presta esa
resistencia flexible, y por consiguiente, de retener, si bien no todas las características innatas,
por lo menos el anhelo de sujetarse a ellas al reflejarse en el ambiente, y de este modo edificar
algo que se parece a un “fuerte” listo para la defensa. El resultado es que ésta es la casa de la
“tradición” en el más amplio sentido de la palabra, y de la transmisión del carácter en el sentido
de la herencia y de la paternidad.
Agreguemos que a través de esta radiación se genera una nueva y particular relación con el
entorno, éste absorbe esa radiación en sí mismo para que la persona de quien procede se haga
responsable del mismo. No es raro, que sumado a lo ya expuesto, la responsabilidad se
manifieste como la relación orgánica del propio bienestar y malestar con la suerte y la desgracia
del entorno que está unido a uno.
Si intentamos encontrar una forma física que simbolice lo que hemos dicho, ninguna más
adecuada que la planta de coral, en la que todos sus miembros permanecen unidos entre sí en
una fraternidad compartida.
De este modo podría pensarse el patriarcado. En él, quien representa este
conservadurismo absoluto sigue siendo por un lado el señor de esta comunidad por ser el
“padre”, pero por otro es invadido por ella y llevado a un vínculo en el cual todas las influencias
que ha generado en ese entorno vuelven a él. Esta interconexión orgánica en la simbiosis de ese
círculo, podemos denominarla “responsabilidad”.
De este modo en la 4ª Casa se obtiene constantemente algo similar a la sensación de
responsabilidad por haber hecho a los demás dependientes de la propia condición. Aquí podría
yacer el origen del “sentido familiar”.
Pero también encuentra tierra fértil para su desarrollo la responsabilidad social por la
idiosincrasia heredada. Suena extraño, pero desde este hecho –propio también de las otras
Casas de Agua- se desarrolla la tendencia a llevar al mayor grado de profundización interna esta
peculiaridad.
Todos los planetas presentes en la 4ª Casa se relacionan con la profundización del
sentimiento de responsabilidad por el propio carácter que se transmite a través de la paternidad,
mediante el proceso obligado de la herencia. Todos los que nacieron cerca de medianoche saben
lo que significa el deber del crecimiento interno, comprenden la importancia del concepto de
responsabilidad por la paternidad. No olvidemos que la 4ª Casa se encuentra demasiado
profunda bajo el horizonte y por eso expresa con tanta intensidad el pensamiento hereditario.
Nos dirigimos ahora a la 8ª Casa, la casa-Tamas donde se condensa la cualidad del Agua en
su grado más alto. Aquí los planetas perciben con la mayor fuerza el momento de letargo, que
en su máximo nivel es la muerte. Es en verdad la casa de la muerte, de la sensación de estar
obligado a sufrir; pero también donde la resistencia elástica a las transformaciones alcanza su
mayor fuerza. En la 8ª Casa todos los efectos que caen sobre el ser humano se inactivan a un
grado tal que parece como si allí fueran capturados y nunca devueltos.
Podría compararse con el apagamiento transitorio de ciertas fuerzas vitales, tal como debe
haber ocurrido en las llamadas “momias de trigo”. Se encontraron granos de trigo junto a las
momias de los antiguos egipcios, y supuestamente se habría descubierto que estos granos
milenarios pueden germinar y crecer si se los siembra hoy.
Si esto lo trasladamos a la vida humana, significa que en la 8ª Casa se guardan, por largo
tiempo, ciertas influencias plásticas hasta que comienzan a madurar. Este efecto lentificador
sobre los planetas se manifiesta también en el hecho de que algunos seres humanos
evolucionan más lentos que otros. En realidad se trata de la conservación de ciertos impulsos
plásticos que reaccionan más tarde, pasando por cambios internos difícilmente reconocibles, lo
que podría denominarse una especie de proceso de involución.
La 8ª Casa, en el encierro más profundo -en la mayoría de los casos inconsciente para el
ser humano mismo- se juegan cambios psíquicos, mentales y hasta corporales que dan la
impresión externa de una cerrada estructura de carácter, incomprensible y misteriosa, como la
esfinge. Como si existiera alrededor de los planetas de esta casa un secreto relacionado con
abruptas renovaciones en el proceso evolutivo, transformaciones que no pueden verse con
objetividad, ni sentirse cuando aparecen. Fácilmente comprendemos que los misteriosos y
repentinos cambios son en realidad impulsos plásticos, que como los granos de trigo, irrumpen
de pronto.
Lo que aquí se juega detrás del escenario de la vida, se asemeja a un juicio secreto que el
nativo inconscientemente realiza sobre sí mismo. Los planetas ocupantes son al mismo tiempo
jueces y defensores, decidiendo qué puede llevarse el nativo a su nueva vida como herencia de
la vida anterior, después de esa gran transformación.
La 12ª Casa es una casa Sattwa. Igual que las otras Casas de Agua se relaciona con el
sufrimiento por el crecimiento y con la resistencia elástica; sólo que en este caso, puesto que
estamos hablando de una casa-Sattwa, se trata del aprovechamiento de los frutos de ese
sufrimiento para la propia evolución personal.
En contraposición al elemento Fuego, las Casas de Agua y Aire son áreas en cuyo campo de
acción el ser humano es capaz de experimentar su evolución como un padecimiento, más débil
en las casas de Aire, pero mucho más intenso en la 12ª Casa en tanto los frutos del sufrimiento
son absorbidos de forma inmediata, como un alimento, para llevarlos al grado más alto de
efectividad y utilidad.
Primero se llega a la idea de que la tribulación hace egoísta al ser humano porque lo lleva a
implementar defensas para entregarse lo menos posible a la experiencia del sufrimiento. Se
trata de la construcción de un “fuerte” dentro del cual protegerse. Como consecuencia, aprende
a amurallarse, a esconderse detrás de los muros de una cárcel que eligió libremente. En este
sentido podemos considerarla como el ámbito de construcción de murallas, o la celda de los
monjes anacoretas.
Sin embargo es posible otra forma de aprovechar la experiencia dolorosa: si no es una
experiencia sólo egoísta sino también de utilidad para los demás. El sufrimiento se convierte en
compasión que si se refleja sólo sobre la propia persona, aumenta la autocompasión. Entonces
puede buscarse un sistema de conocimientos para evaluar las causas correctas o incorrectas de
este “padecer” y ordenar la vida a partir de ahí. O la compasión puede crecer con tanta fuerza
que demuela las murallas de la cárcel para obtener, a través de la libertad lograda, la disolución
total de la aflicción.
En la 12ª Casa observamos por un lado oportunidades de una evolución sin precedentes en
dirección a la redención, y por otro, momentos igualmente intensos de letargo en el sentido del
endurecimiento del propio ser.
Puede ocurrir que se rechace de antemano toda influencia por miedo al padecimiento y
como consecuencia terminar en un estado de aislamiento y reclusión frente a todo influjo, sea
bueno o malo.
No olvidemos que la 12ª Casa es cadente, por lo tanto, es una morada preparada para la
gran transformación del ser humano.
Casas de Tierra
Hablaremos ahora de las tres casas análogas a los signos terrenales del Zodíaco: las casas
10ª, 2ª y 6ª correspondientes a Capricornio, Tauro y Virgo.
Subrayemos nuevamente que no se trata de una analogía con los Signos del Zodíaco en sí,
sino con las cualidades elementales y los ritmos de estos signos, aplicados al campo de trabajo
humano.
En tanto se trata del elemento Tierra, al trasladar esta cualidad hacia el plano material del
trabajo humano tendremos, si se quiere, a la Tierra “a la 2ª potencia”. Los signos terrestres se
relacionan con la acción humana, con el trabajo de labranza sobre la Tierra. De manera que se
torna un quehacer potenciado del ser humano dentro del área terrenal.
Quizá captemos la potenciación de esta actividad si la relacionamos con la rotación de la
Tierra sobre su propio eje, actividad que origina los 12 campos de trabajo del tercer Zodíaco.
Todo cuerpo adquiere estabilidad por la rotación sobre su propio eje. Así el ser humano la
adquiere a través de un proceso similar a la rotación de la Tierra sobre su eje: girando
constantemente en su propio círculo y solidificando una conciencia cada vez más despierta de la
naturaleza de su actividad en el entorno más próximo a su obra.
Antes hemos dicho que la letra “R” es como el sonido del habla, la expresión inmediata de
la rotación y la fricción relacionada con ella. “R” es el componente de la palabra quizás más
antigua, arez, el vocablo hebreo para Tierra, y se encuentra nuevamente en la expresión latina
que denomina el labrado de la Tierra: arare, y posiblemente también en la palabra alemana erz.
Es para estas tres áreas terrenales de labor que hablamos de Tierra a la 2ª potencia, de la
actividad en el suelo en sí, que como la rotación sobre su propio eje, lleva a la consolidación, a
la potenciación del trabajo en términos de su valor y los ingresos tributados. La tarea humana
en estas áreas, podría calificarse de manera más adecuada con la palabra agere -labrar- y su
transformación en augere -multiplicar, enriquecer o proliferar el quehacer potenciado-.
De allí se desprende otro término inseparable de las áreas de la 10ª, 2ª y 6ª: la eficiencia
del trabajo en sí. Son casas de ingresos por intereses, de beneficios, de utilización, de aumento
del trabajo.
Para llegar a una caracterización más exacta, queremos enfocarlas en relación con las
modalidades: la 10ª Casa es activa (Rajas), la 2ª Casa es pasiva (Tamas), y finalmente la 6ª
Casa, la mutable Sattwa, la búsqueda del equilibrio entre el hacer y la interioridad.
La función Rajas se relaciona con la irradiación, con la manifestación, con la actividad en el
entorno. El grado en que se modifica el mundo circundante está representado por las utilidades
obtenidas, que deben ser proporcionales a los beneficios que genera la obra terminada.
De esta manera, el ser humano amplia su área de interés sobre los estrechos límites del
entorno del cual depende, y se labra así una posición en la vida, actuando y produciendo
cambios. Esto es esencialmente el oficio, la profesión o la ocupación.
Pero la expresión “oficio” contiene algo más. Contiene la insinuación de un eco que retorna
hacia los hacedores cuando actúan sobre el entorno, expresado en las voces de aquellos a
quienes se dirige la actividad, y también en el ánimo de las personas, en su disposición a recibir
o rechazar estos efectos. De esto depende la reputación de la persona, que exitosa o infame,
vuelve a él como prestigio o como deshonor.
Honor es lo que es “alguien” ante los ojos de los demás. Por lo tanto es también un
producto del valor del trabajo que vuelve al hombre a través del grado del prestigio entre la
gente. El prestigio es el resultado del aprecio de sus acciones en ese entorno, determinando su
valor frente a los demás. No se trata sólo de la idea del valor propio interno, sino del grado en el
cual la valoración por parte de los demás da fundamento a esa noción de su valor.
La 10ª Casa entonces, está relacionada con la buena o mala reputación que depende de
factores objetivos. También puede llamarse a la 10ª Casa “la casa de lo público”, mostrando
cómo valoran a ese ser por su quehacer y el respeto que suscita lo que hace.
Pero aún se expresa algo más. En la 10ª Casa se reconoce el punto más iluminado, hacia el
cual pueden dirigirse las fuerzas enemigas de inmediato. Por ella nos enteramos del lugar de
mayor o menor capacidad de resistencia frente a las influencias objetivas y visibles, y esto lleva
a la expresión elegida en la primera parte de esta obra, cuando observábamos el MC desde el
Ascendente, como el punto de temple, de resistencia para la vida. Más adelante veremos de qué
modo los planetas participan en esta casa.
Las relaciones son distintas en la 2ª Casa, que tiene el valor añadido de lo concéntrico en
esa actividad que comparamos con la rotación de la Tierra sobre su eje. Por tratarse del ritmo
Tamas, no es energía que se irradia, sino una actividad de estabilización en su propio eje
mediante el aumento de la energía de rotación que conduce al incremento de la estabilidad o de
la inercia, a la recolección de las fuerzas y bienes necesarios.
Esto se desarrolla no para desplegar una acción intensiva hacia afuera, sino para aumentar
la propia capacidad sin considerar un campo de acción externo. Se hace para aumentar la
capacidad hasta el grado en el que debería operar hacia afuera, como una burbuja inflada hasta
principio de la eficiencia.
Sattwa es aquí la salud en todo sentido o la organización adecuada para incrementar el
rendimiento. Algo análogo a lo que se manifiesta en el cuerpo humano como principio de salud,
se manifiesta en el trabajo del hombre, que se expresa a través de su inserción en el mundo
exterior y en sus leyes, que tienen la misma jerarquía que aquellas que integran los órganos en
el cuerpo: la inserción en la organización de un organismo de un orden superior. Este cuerpo
superior es la comunidad humana en la cual el nativo toma el lugar de un órgano. El resultado
es lo que denominamos la organización del Estado, un orden de servicios. El Código de Leyes
constituye, en el sentido más amplio, el canon de ese orden.
La 6ª Casa es el área en la que se representa la integración de cada hombre en la sociedad
bajo la descripción de un orden de rango o servicio, pero también es el ámbito en el que se
expresa la integración de sus órganos vitales en el cuerpo como totalidad bajo la imagen del
estado de salud o enfermedad, y finalmente la integración de sus pensamientos en una visión de
conjunto que le permite sacar conclusiones referidas a las cosas de afuera y su relación práctica
con ellas. De esta manera comprendemos que tanto la salud o la enfermedad como el “empleo”
estén incluidos en el ámbito de la misma casa. Se aboca al quehacer y el trabajo, pero en
sentido diferente al de las otras dos casas terrenas.
Con esto finalizamos el esquema de cada Casa en particular. Adquirimos los conocimientos
básicos que posibilitan reconocer el carácter y los intereses terrenales de los seres humanos de
acuerdo a las posiciones mundanas de los planetas. Con esta tarea nos familiarizaremos en la
próxima Conferencia.
9ª Conferencia
De este modo vive al Sol y a la Luna a través de la confirmación que le llega desde el
entorno de su campo de acción. Sólo es posible aproximarse a la efectividad en la
interpretación de las fuerzas planetarias en el tercer Zodíaco.
Retomemos lo que denominamos el efecto eco de los planetas. Sería más o menos
comparable con una “imagen en el espejo”, donde sólo pueden percibirse las cosas de manera
indirecta, tal como lo representa la famosa alegoría de la caverna de Platón. (Platón: Politeia, 7°
libro).
Por ello nunca debe prescindirse del efecto eco en la interpretación mundana de un
planeta. Cuando señalamos este efecto eco como el destino, fortuna o fatalidad del hombre,
inferimos que la posición de los planetas en una determinada casa nunca significan solamente
qué procede del hombre o está en él, sino también y al mismo tiempo, lo que retorna desde el
exterior y el grado en el que se ve obligado a padecer por lo que es el entorno. Pero padecer no
implica siempre un sentido doloroso sino también un sentido placentero, al igual que nuestro
eco. Es justamente a través de este eco que el planeta recibe su significado terrenal en la
respectiva casa. No olvidemos que en el tercer Zodíaco estamos en el reino de la realidad, en el
ámbito de lo absolutamente terrenal.
MARTE. Es la expresión de las energías de la naturaleza humana referidas a la voluntad,
pensamiento, sentimiento o accionar. En su momento, comparamos las fuerzas de Marte con el
arado, el que revuelve el suelo, el “aratrum”. Este significado material: arado, herramienta apta
para conducir a una meta realizable sobre la Tierra, corresponde a Marte en todas las casas,
sólo que será utilizada de manera diferente según las distintas áreas de vida, y también variará
el eco que regresa a los nativos. Pensemos en la tierra que salpica, en el ruido que hace esta
remoción del terreno y sí quien utiliza la herramienta sufrirá o se alegrará por eso. Es la lucha
con la materia y todas las resistencias que surgen en el área de la respectiva casa.
VENUS. Significa la disposición del hombre a recibir todo lo que lo haga feliz, sus
esperanzas de alcanzar un escalón más elevado, la apertura a los ideales. Vuelto hacia lo
terrenal, Venus significa capacidad de dar y recibir bondad, de difundir y recibir ideales y de
canalizar los impulsos hacia el mundo tratando de hacer realidad aquello que se recibe desde lo
Superior; esto podría ser lo que en general señalamos como “los impulsos del amor”. Como
efecto eco, aquí se encuentra la capacidad de acercarse al amor hasta la más terrenal de sus
expresiones.
JÚPITER. En contraste con Venus, la “pequeña fortuna”, este planeta era señalado en la
antigüedad como la “gran felicidad”, la fortuna mayor. Júpiter es en realidad, vuelto a lo
terrenal, el planeta del éxito, y para la antigua visión lo que trae es la gran felicidad ante
aquellos acontecimientos que se experimentan, por así decirlo, in camera caritatis (en la cámara
de la caridad) en un plano visible exteriormente. Cuando estamos felices por la belleza del arte,
el esplendor de la naturaleza, por la amistad y el amor, entonces estamos es el territorio de
Venus. Si alguien se casa con un rico, recibe un puesto de honor o una distinción, o gana la
lotería, entonces está es la región de Júpiter.
Cuando nos referimos al significado de Júpiter en el segundo Zodíaco, dijimos que lo que
irradia no es la capacidad de recibir la experiencia de lo mejor, lo superior, lo ideal, sino la fuerza
de la creencia, y con ella el fortalecimiento interior de la alegría, el optimismo y la esperanza
versatilidad dentro de ese ámbito de vida. El eco regresa al hombre bajo la percepción de un
grado de movimiento y dinamismo a su alrededor mucho mayor al que siente bajo la influencia
de otros planetas. Mercurio es capaz de convertir cada casa en algo parecido a un palomar.
URANO. Es el examinador de la estabilidad del horóscopo completo. A través de él la
interacción entre los siete antiguos planetas se eleva hacia una unidad intencionada, consciente.
En principio, cuando Urano comienza a vibrar, el hombre recuerda la exclusividad de su ser
y resalta este hecho también hacia afuera. Genera que sea egoísta, que se dedique a sí mismo y
a su originalidad, lo hace individualista pero también lo aísla; en cierto modo lo rodea con un
muro que es a la vez una especie de armadura lista para la defensa contra todo, incluso contra
aquello que tal vez podría dinamitar la tan difícilmente alcanzada individualidad.
La naturaleza de Urano trasladada a lo terrenal, contribuye a conferir algo de la propiedad
de un cuerpo extraño que sobrevive en un organismo vivo, causando trastornos que en última
instancia conducen a un encapsulamiento mutuo, y que en cierto grado ocupa también el órgano
concerniente. En todos los casos la casa que ocupa, tomará una especial importancia.
Urano aísla la casa en la que está presente de manera decisiva para el nativo porque
también el eco que vuelve a él desde el entorno es un eco duro, como un proyectil que de
repente entra abriéndose camino como cuerpo extraño en la tranquilidad de un aposento calmo;
es comparable a una piedra que tirada al agua no puede disolverse e irradia a su alrededor
remolinos sobre la superficie.
Algo parecido a un torbellino emana de Urano, donde está siempre hay intranquilidad. Esta
vorágine es tal que en ella y en su eco se detecta el grado de solidez con la que el nativo
desarrolla y experimenta su peculiaridad sobre el área correspondiente. Podría tomarse esta
idea auxiliar de un remolino o espiral, dando con gusto vueltas que por un lado le sirven para
consolidar su eje de rotación, pero que es también un elemento perturbador del entorno en ese
ámbito.
Cuanto más segura de sí misma parezca una persona, más desafío y conflicto con el
entorno; siente que su ambiente no forma parte de su verdadera naturaleza y esto implica
ganarse enemigos. Podríamos también afirmar que Urano es el planeta del escándalo en el
tercer Zodíaco.
NEPTUNO. Es en cierto sentido la contraparte de Urano y al mismo tiempo su
complemento. Diluye en el hombre lo que Urano solidifica y aprisiona en la armadura de la
propia individualidad para volver a conectarlo con la totalidad.
Es el planeta capaz de colocar al hombre -que ya ha consolidado su individualidad- ante la
obligación de sentirse miembro de una gran comunidad y de neutralizar su aislamiento. Pero no
es la comunidad terrenal que existe entre los hombres, sino una mucho más amplia que se
convierte en habitual debido a una creencia o al sentimiento de un mundo que se extiende más
allá del horizonte de esta Tierra, un más allá cósmico, consciente o inconsciente.
Entonces, a través de Neptuno, viven en nosotros los incomprensibles sentimientos
superiores como estímulos inconscientes, influyendo en nuestro accionar, sentir y pensar. De
este modo surge en la vida de los hombres la sensibilidad hacia las grandes corrientes
espirituales y mentales, hacia la influencia de lo trascendental y lo divino en la cotidianeidad de
la existencia.
Trasladado a lo terrenal, esto no significa –como sucede con Urano- un cuerpo extraño que
se adhiere, sino el sentimiento duradero de no estar completamente arraigado a la Tierra, de ser
un extraño sobre ella. Es la idea de otro contexto que no es el habitual, el deseo de algo que
hace más flexibles los duros perfiles de realidad de este mundo, que diluye o nubla los límites
transformando en incierta la seguridad excesiva, y que envuelve con un velo esa realidad como
si fuera un misterio nacido en un sueño.
De este modo, Neptuno incorpora en cada casa un elemento de inseguridad y hasta de
desconcierto para aquello que aparece como absolutamente real y racional; rebaja la luz
estridente y disuelve las oscuras sombras en una suave penumbra. Urano produce un remolino
en el entorno, mientras Neptuno trae consigo imprecisión, ambigüedad e inseguridad; el eco se
une con el sonido primordial y así llega a ser incierto en sí mismo.
Antes de comenzar a investigar la ocupación planetaria de cada casa individual, debemos
dar respuesta a un interrogante importante que se refiere a las posiciones relativas de los
planetas. Le dedicaremos a esto una gran parte del curso; por eso en este punto no nos
ocuparemos en detalle de los principios y conclusiones que se desarrollarán más adelante. Sólo
encontrarán su lugar aquellos que son necesarios para comprender los problemas que surgen
aquí.
Vamos en primer lugar a entender cuál es la esencia de un aspecto, cómo se entiende en
general su naturaleza y lo que podría significar en términos de la relación entre dos cuerpos
celestes.
Kepler ha expresado un pensamiento nacido probablemente de su comprensión de la
totalidad del espacio cósmico. Sostuvo que la antigua doctrina de la armonía de las esferas se
hizo eco de lo que reciben los hombres desde la constelación de los planetas, es como la
consonancia de tonos en un acorde. Pero este acorde sólo puede ser concebido cuando los
sonidos individuales que lo componen vibran en una específica relación numérica proporcional
entre sí.
Los que no están armonizados en estas proporciones no suenan como música en los oídos
humanos sino como un ruido que pasa a través de ellos. Los ruidos pueden tapar la música en lo
acústico, pero no musicalmente. Kepler pensó que se podían entender muy fácilmente los
ángulos existentes entre los planetas si se toma la escala de sonidos, tal como ya lo hizo el
antecesor de todos los teóricos de la música, Pitágoras, para estudiar los intervalos musicales -el
famoso monocorde pitagórico- no en forma de línea recta, sino como un círculo.
Entonces resulta que los sonidos armónicos de la escala yacen en aquellos puntos parciales
que corresponden a la división del círculo 1/12 = 30º o múltiplo de 30º. Esto da lugar a los
intervalos musicales de 8ª, 5ª y 4ª, y a todos los aspectos que podrían ser entendidos como
múltiplos de la 12ª parte del círculo: semisextil 30º, sextil 60º, cuadratura 90º, trígono 120º,
quincuncio 150º. En los ángulos que no forman ninguno de aquellos intervalos, el hombre pasa
de largo, tal como la música pasa de largo ante la presencia de ruido.
El quintil (72º) no corresponde a la enseñanza pitagórica; así como el tercero y el quinto
sobretono tampoco existían en el antiguo sistema griego. Si la moderna astrología construye un
“quintil”, ¡esto corre por su cuenta!
capacidad de crecer más allá del patrimonio espiritual, abandonando los prejuicios heredados y
contemplando la propia máscara de personalidad libre de prejuicios. Visto desde la 3ª casa,
surge el miedo ante la probable movilización de los hábitos de pensamiento a través de
influencias extrañas, o de regiones de pensamiento más elevadas, que podrían descubrir
nuestras equivocaciones. Visto desde la 9ª casa se concreta nuevamente la tragedia del camino
de desarrollo espiritual que puede describirse con las palabras de Goethe: “Te igualas al espíritu
que tú concibes, no a mí”. (Fausto, 1ª parte).
4ª y 10ª CASAS. El contraste es entre la familia y el público, entre la vida privada y la
profesión. En la familia quiere mantenerse viva la tradición, que deberá ser honrada una y otra
vez por los descendientes y nuevos miembros, generando así una suerte de incesto físico,
mental, espiritual, y hasta moral, que cierra totalmente al círculo hereditario. En la 10ª casa, por
el contrario aparece la exigencia de abrir este estrecho círculo familiar, de liberar a los que están
allí prisioneros, de llevarlos a una vida más amplia para que se incorporen y respondan ante un
foro mayor. También aquí, como en las oposiciones ya descriptas, se trata de superar el
contraste que esencialmente se presenta por las limitaciones de la sangre y la endogamia. Visto
desde la 10ª casa, surge el problema que advierte constantemente de no olvidarnos de las
cosas pequeñas por ir tras una vida y un objetivo más grande. Visto desde la 4ª casa, se
exhorta no olvidar o ser infiel a la gran meta, por ocuparnos sólo de lo pequeño.
5ª y 11ª CASAS. Aparecen contrapuestos el amor sexual y la amistad. La elección de
objeto hereditariamente obligada a través del complejo erótico, que en realidad no es ninguna
elección, aparece aquí contrapuesta a la amistad ganada con plena libertad. Los conflictos que
se producen intervienen profundamente en el alma. Visto desde la 5ª casa, aparece en escena
un tema moral: cuánto del supuesto amor es en realidad pura necesidad sexual o actitud
egoísta. Visto desde la 11ª casa, se plantea la exigencia de no enturbiar y profanar el ideal de
una amistad pura por la pasión de un amor sensual.
6ª y 12ª CASAS. Aquí el contraste no es fácil de entender. En la 6ª casa tenemos el ámbito
del orden social, de la actividad social de los hombres, y de toda organización racional. En la 12ª
casa, al hombre solitario en su lucha por liberarse de las cadenas que lo llevan al aislamiento y
por despertar a su Yo. Vivido desde la 6ª casa existe la tensión entre las impulsivas tendencias
revolucionarias del ser humano y las esperables restricciones a la libertad provenientes de la
norma social. Vivido desde la 12ª, surge el anhelo de arraigarse en un orden que mantenga
intacta la libertad.
Debería agregarse algo más. La 6ª Casa es también la de la salud y la enfermedad.
Entonces, de la oposición entre la 6ª/12ª surge una idea, cuya experiencia se despliega en
ambas Casas. ¿No puede verse afectada mi salud emocional por causa de algo que no es sólo
mi enfermedad sino además la compasión con la enfermedad de los otros? ¿No se suscita un
anhelo de curación/salvación referido a salir de la celda de aislamiento para poder colaborar en
la cura de los demás?
Tal vez sea difícil de entender, simplemente se trata del enfrentamiento entre el esfuerzo
por mantenerse sano y salvo a pesar de la predisposición hereditaria, y el poder curativo de la
compasión mediante el cual se destruyen los límites entre el propio egoísmo y el gran
organismo. Ya se dijo suficiente acerca del significado y las posibilidades de interpretación del
aspecto de oposición mundano.
tanto, si el Documento es en parte un libro de texto de matemáticas, una Sección Secundaria no puede
explicar nada sobre matemáticas). La relación puede ser un asunto de conexión histórica con el tema o
asuntos relacionados, o una posición legal, comercial, filosófica, ética o política acerca de ellos.
Las «Secciones Invariables» son ciertas Secciones Secundarias cuyos títulos son designados como
Secciones Invariantes, en el aviso que expresan que el Documento está liberado bajo esta Licencia. Si una
sección no se ajusta a la definición anterior de Secundaria, entonces no está permitido que se designe
como Invariable. El Documento puede contener cero Secciones Invariables. Si el Documento no identifica
ninguna Sección Invariable, es que no existen.
Los «Textos de Cubierta» son ciertos pasajes de texto cortos que están listados, como Textos de Cubierta
Delantera o Textos de Cubierta Trasera, en la nota que indica que el Documento está liberado bajo esta
Licencia. Un Texto de Cubierta Delantera puede tener, a lo sumo, cinco palabras, y un Texto de Cubierta
Trasera puede ser máximo de 25 palabras.
Una «Copia Transparente» del Documento se refiere a una copia legible por máquina, representada en un
formato cuyas especificaciones estén disponibles al público en general, que sea adecuada para revisar el
documento de forma directa, con editores de texto genéricos o, para imágenes compuestas por pixeles,
con programas genéricos de manipulación de imágenes. O para dibujos, algún editor de dibujos
ampliamente disponible, y que sea apto como entrada para formateadores de texto, o para su traducción
automática a una variedad de formatos apropiados para formateadores de texto. Una copia realizada en
algún otro formato de archivo Transparente, cuyo marcaje —o ausencia de marcaje— haya sido dispuesto
para frustrar o disuadir modificaciones subsecuentes por parte de los lectores, no es Transparente. Un
formato de imagen no es Transparente si se utiliza para una cantidad sustancial de texto. Una copia que
no es «Transparente» es llamada «Opaca».
Ejemplos de formatos adecuados para copias Transparentes incluyen ASCII puro, sin marcaje, formato de
entrada Texinfo, formato de entrada LaTeX, SGML o XML, utilizando una DTD disponible públicamente, y
HTML, PostScript o PDF simples, que sigan los estándares y estén diseñados para la modificación realizada
por humanos. Ejemplos de formatos de imágenes transparentes incluyen PNG, XCF y JPG. Formatos
opacos incluyen formatos propietarios que pueden ser leídos y editados solo en procesadores de texto
propietarios, SGMG o XML, para los cuales las DTD y/o herramientas de procesamiento no están
generalmente disponibles, y HTML, PostScript o PDF generados por máquina, producidos por algunos
procesadores de texto para propósitos de salida, solamente.
La «Portada» se refiere, en el caso de un libro impreso, a la página de título, además de las páginas
subsecuentes que sean necesarias para mantener legible el material; esta Licencia se requiere que
aparezca en la Portada. Para obras en formatos que no tengan una portada como tal, «Portada» se refiere
al texto subsiguiente a la aparición más prominente del título de la obra, precediendo el comienzo del
cuerpo de texto.
El «Editor» se refiere a cualquier persona o entidad que distribuya copias del Documento al público.
Una sección «Titulada XYZ» significa una unidad secundaria del Documento, cuyo título es precisamente
XYZ, o contiene XYZ entre paréntesis, seguido del texto que traduce XYZ a otro idioma. (Aquí XYZ
representa el nombre específico de una sección, mencionado más adelante, tal como «Agradecimientos»,
«Dedicatoria», «Aprobaciones» o «Historia»). «Preservar el Título» de tal sección, cuando usted modifique
el Documento, significa que permanece una sección «Titulada XYZ», de acuerdo a esta definición.
El Documento puede incluir Limitaciones de Garantía, a un lado de la nota que especifica que esta Licencia
aplica al Documento. Se considera que estas Limitaciones de Garantía están incluidas, por referencia, en
esta Licencia, pero solo en lo que se refiere a limitaciones de garantía: cualquier otra implicación que
estas Limitaciones de Garantía puedan tener es nula, y no tiene efecto en el significado de esta Licencia.
2. COPIAS LITERALES (VERBATIM)
Usted puede copiar y distribuir el Documento a través de cualquier medio, ya sea de forma comercial o
no, siempre y cuando esta Licencia, los avisos de copyright, y la nota que indica que esta Licencia aplica
al Documento sean reproducidas en todas las copias, y que usted no añada ninguna otra condición, a las
ya expuestas en esta Licencia. No puede utilizar medidas técnicas para obstruir o controlar la lectura o las
copias posteriores de las copias que haga o distribuya. Sin embargo, puede aceptar una compensación a
cambio de las copias. Si distribuye una cantidad lo suficientemente grande de copias, debe también seguir
las condiciones establecidas en la sección 3.
Puede también prestar copias, bajo las mismas condiciones estipuladas anteriormente, y puede mostrar
copias públicamente.
3. COPIAR EN CANTIDAD
Si usted publica copias impresas (o copias en un medio que comúnmente tenga cubiertas impresas) del
Documento, que sobrepasen los 100 ejemplares, y el aviso de licencia del Documento requiera Textos de
Cubierta, debe adjuntar las copias en cubiertas que porten, de manera clara y legible, todos estos Textos
de Cubierta: Textos de Cubierta Delantera en la tapa delantera, y Textos de Cubierta Trasera en la tapa
trasera. Ambas cubiertas deben también —de forma clara y legible— identificarle a usted como el editor
de estas copias. La cubierta delantera debe presentar el título íntegro, con todas las palabras del título
igualmente prominentes y visibles. Puede añadir otro material en las cubiertas. Las copias con cambios
limitados a las cubiertas, siempre que conserven el título del Documento, y satisfagan estas condiciones,
pueden tratarse como copias literales, en otros respectos.
Si los textos requeridos para cada cubierta son muy voluminosos para ajustarse de manera legible, debe
colocar los primeros —tantos como se ajusten razonablemente— en la cubierta misma, y continuar con el
resto en las páginas adyacentes.
Si usted publica o distribuye copias Opacas del Documento, cuya cantidad exceda los 100 ejemplares,
debe ya sea incluir una copia Transparente, que se pueda leer en máquina, junto con cada copia Opaca, o
expresar en cada copia Opaca una dirección de red donde el público general de la misma tenga acceso a
descargar, utilizando protocolos de red estándar, una copia Transparente completa del Documento,
excenta de material adicional. Si utiliza esta última opción, debe tomar medidas razonables y prudentes
cuando comience con la distribución de copias Opacas en cantidad, para asegurarse de que esta copia
Transparente permanecerá accesible en la dirección estipulada, hasta —al menos— un año después de la
última ocasión en la que distribuya una copia Opaca —directamente o a través de sus agentes o
distribuidores— de tal edición al público.
Se solicita, pero no se requiere, que contacte a los autores del Documento mucho antes de redistribuir
cualquier cantidad grande de copias, para darles la oportunidad de proveerle a usted una versión
actualizada del Documento.
4. MODIFICACIONES
Usted puede copiar y distribuir una Versión Modificada del Documento, bajo las condiciones estipuladas en
las secciones 2 y 3, siempre que libere la Versión Modificada bajo esta Licencia precisamente, con la
Versión Modificada cumpliendo el papel del Documento; por tanto, otorgando licencia para la distribución
y modificación de la Versión Modificada, a cualquiera que posea una copia de esta. Además, usted deberá
hacer lo siguiente en la Versión Modificada:
A. Utilizar en la Portada —y en las cubiertas, si existen— un título distinto al del Documento, y de
las versiones anteriores, las cuales deben, en caso de existir, estar listadas en la sección de Historia del
Documento. Usted puede usar el mismo título de alguna versión anterior, si el editor original de tal versión
otorga su consentimiento.
B. Listar en la Portada, como autores, a una o más personas o entidades responsables de la autoría
de las modificaciones en la Versión Modificada, junto con, al menos, cinco de los principales autores del
Documento (todos los autores principales, si son menos de cinco), a menos que sea usted eximido de
dicho requerimiento.
C. Indicar en la Portada el nombre del editor de la Versión Modificada, definiéndolo como editor.
D. Preservar todas las notas de copyright del Documento.
E. Añadir un aviso de copyright para sus modificaciones, adyacente a otras notas de copyright.
F. Incluir, inmediatamente después de las notas de copyright, un aviso de licencia, otorgando al
público permiso para utilizar la Versión Modificada bajo los términos de esta Licencia, tal como se muestra
en la Adenda, al final de este documento.
G. Conservar en tal aviso de licencia la lista completa de Secciones Invariables, y Textos de
final de estos —entre paréntesis—, el nombre del autor original, o el editor de la sección, si se conoce; o
en caso contrario, un número único. Realice el mismo ajuste a los títulos de sección en la lista de
Secciones Invariables, en la nota de licencia de la obra combinada.
En la combinación, debe combinar cualquier sección titulada «Historia», de los distintos documentos
originales, formando una sección denominada «Historia»; de igual manera, combinar toda sección titulada
«Agradecimientos», y cualquier sección titulada «Dedicatoria». Debe eliminar todas las secciones tituladas
«Aprobaciones».
6. COLECCIONES DE DOCUMENTOS
Usted puede formar una colección que consista del Documento, y otros documentos liberados bajo esta
Licencia, y reemplazar las copias individuales de esta Licencia en los diversos documentos con una sola
copia que sea incluida en la colección, mientras siga las reglas de esta Licencia para copias literales
(verbatim), de cada uno de los documentos, en todos los demás respectos.
Puede extraer un documento único de tal colección, y distribuirlo individualmente bajo esta Licencia,
siempre que inserte una copia de esta Licencia dentro del documento extraido, y siga esta Licencia en
todos los demás respectos, en cuanto a la copia literal de tal documento.
7. AGREGACIÓN CON OBRAS INDEPENDIENTES
Una compilación del Documento o sus derivados, con otros documentos o trabajos separados e
independientes, en cualquier volumen de almacenamiento o medio de distribución, es llamada un
«agregado», si el copyright que resulte de la compilación no es utilizado para limitar los derechos legales
de los usuarios de la compilación, más allá de lo que permitan las obras individuales. Cuando el
documento es incluido en un agregado, esta Licencia no aplica a las otras obras en el agregado, las cuales
no son por sí mismas trabajos derivados del Documento.
Si el requerimiento de Texto de Cubierta de la sección 3 aplica a estas copias del Documento, y el
Documento es menor que la mitad de todo el agregado, los Textos de Cubierta del Documento pueden ser
colocados en cubiertas que agrupen al Documento dentro del agregado , o el equivalente electrónico a las
cubiertas si el Documento se encuentra en forma electrónica. De otra manera, deberán aparecer en las
cubiertas impresas que agrupan a todo no triviales, el agregado.
8. TRADUCCIÓN
La traducción es considerada un tipo de modificación, así que puede distribuir traducciones del Documento
bajo los términos de la sección 4. Reemplazar Secciones Invariables con traducciones requiere un permiso
especial por parte de los poseedores del copyright, pero usted puede incluir traducciones de algunas o
todas las Secciones Invariables, además de las versiones originales de estas Secciones Invariables. Puede
incluir una traducción de esta Licencia, y todos los avisos de licencia en el Documento, y cualquier
Limitación de Garantía, siempre y cuando incluya también la versión original en inglés de esta Licencia, y
las versiones originales de tales notas de licencia y limitaciones de garantía. En caso de desacuerdo entre
la traducción y la versión original de esta Licencia, o algún aviso o limitación, la versión original
prevalecerá.
Si una sección del Documento es titulada «Agradecimientos», «Dedicatoria» o «Historia», el requerimiento
(sección 4) de Preservar su Título (sección 1), exigirá típicamente cambiar el título existente.
9. TERMINACIÓN
Usted no puede copiar, modificar, sublicenciar o distribuir el Documento salvo que sea expresamente
puesto a disposición bajo esta Licencia. Cualquier otro intento por copiar, modificar, sublicenciar o
distribuir es nulo, y dará por finalizados automáticamente sus derechos bajo esta Licencia.
Sin embargo, si usted cesa todas las violaciones a esta Licencia, entonces su licencia por parte de algún
poseedor de copyright es restituida (a) provisionalmente, a menos, y hasta que, el dueño de los derechos
de por terminada —explícita y finalmente— su licencia, y permanentemente (b), si el poseedor del
copyright falla al notificarle acerca de la violación a través de algún conducto razonable, en un plazo
menor a 60 días posteriores al cese.
Además, su licencia proveniente de algún poseedor de copyright es rehabilitada de forma permanente si el
dueño del copyright le notifica acerca de la violación a través de algún conducto razonable, si esta es la
primera ocasión en la que recibe noticia sobre una violación de esta Licencia (para cualquier obra), de
parte de dicho poseedor de copyright, y usted remedia la violación en menos de 30 días, luego de haber
recibido esta notificación.
La terminación de sus derechos bajo esta sección no da fin a las licencias de terceros, quienes hayan
recibido copias o derechos por parte suya bajo esta Licencia. Si sus derechos han sido terminados, y no
han sido reintegrados permanentemente, recibir una copia —en su totalidad o en parte— del mismo
material no le otorga ningún derecho a utilizarlo.
10. REVISIONES FUTURAS DE ESTA LICENCIA
La Free Software Foundation puede publicar versiones nuevas y revisadas de la Licencia de
Documentación Libre de GNU, de vez en cuando. Tales versiones nuevas serán similares en espíritu a la
presente versión, pero podrán diferir en detalles para solucionar nuevos problemas o preocupaciones. Ver
http://www.gnu.org/copyleft.
A cada versión de esta Licencia se le otorga un número de versión. Si el Documento especifica que un
número de versión en particular de esta Licencia, «o cualquier versión posterior», aplica, usted tiene la
opción de seguir los términos y condiciones ya sea de la versión especificada, o de cualquier versión
posterior que haya sida publicada (no como borrador), por la Free Software Foundation. Si el Documento
no especifica un número de versión de esta Licencia, puede elegir cualquier versión que haya sido
publicada (no como borrador) por la Free Software Foundation. Si el Documento especifica que un
apoderado puede decidir qué versión futura de esta Licencia puede ser utilizada, la declaración pública de
tal apoderado, de aceptar una versión permanentemente, le autoriza escoger dicha versión par el
Documento.
11. RELICENCIAR
Un «Sito de Colaboración Masiva entre Multiautores» (MMC Site, por sus siglas en inglés), significa
cualquier sitio Web que publique obras con derechos de autor, y también proporcione facilidades
preeminentes para que cualquiera edita dichas obras. Una wiki pública, que todos pueden editar, es un
ejemplo de tal servidor. Una «Colaboración Masiva entre Multiautores» (o MCC, por sus siglas en inglés)
contenida en el sitio se refiere por tanto, a cualquier conjunto de obras con derechos de autor publicadas
en un sitio MMC.
«CC-BY-SA» se refiere a la licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0, publicada por la
Creative Commons Corporation, una corporación sin fines de lucro establecida en San Francisco,
California, así como a futuras versiones copyleft de tal licencia, publicadas por la misma organización.
«Incorporado» significa publicar o republicar un Documento, en su totalidad o parcialmente, como parte
de otro Documento.
Una MMC es «elegible para el relicenciamiento» si está licenciada bajo esta Licencia, y si todas las obras
que fueron publicadas bajo esta Licencia en algún lugar que no sea esta MMC, y posteriormente
incorporadas en conjunto o en parte en la MMC, (1) no contaban con textos de cubierta o secciones
invariables, y (2) fueron por tanto incorporadas previo al 1 de noviembre de 2008.
El operador de un Sitio MMC puede republicar en el mismo sitio y bajo CC-BY-SA, una MMC que se
encuentre en el sitio, en cualquier momento anterior al 1 de agosto de 2009, siempre que la MMC sea
elegible para relicenciar.
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A "Secondary Section" is a named appendix or a front-matter section of the Document that deals
exclusively with the relationship of the publishers or authors of the Document to the Document's overall
subject (or to related matters) and contains nothing that could fall directly within that overall subject.
(Thus, if the Document is in part a textbook of mathematics, a Secondary Section may not explain any
mathematics.) The relationship could be a matter of historical connection with the subject or with related
matters, or of legal, commercial, philosophical, ethical or political position regarding them.
The "Invariant Sections" are certain Secondary Sections whose titles are designated, as being those of
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The "Cover Texts" are certain short passages of text that are listed, as Front-Cover Texts or Back-Cover
Texts, in the notice that says that the Document is released under this License. A Front-Cover Text may be
at most 5 words, and a Back-Cover Text may be at most 25 words.
A "Transparent" copy of the Document means a machine-readable copy, represented in a format whose
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with generic text editors or (for images composed of pixels) generic paint programs or (for drawings)
some widely available drawing editor, and that is suitable for input to text formatters or for automatic
translation to a variety of formats suitable for input to text formatters. A copy made in an otherwise
Transparent file format whose markup, or absence of markup, has been arranged to thwart or discourage
subsequent modification by readers is not Transparent. An image format is not Transparent if used for any
substantial amount of text. A copy that is not "Transparent" is called "Opaque".
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The "Title Page" means, for a printed book, the title page itself, plus such following pages as are needed
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The "publisher" means any person or entity that distributes copies of the Document to the public.
A section "Entitled XYZ" means a named subunit of the Document whose title either is precisely XYZ or
contains XYZ in parentheses following text that translates XYZ in another language. (Here XYZ stands for
a specific section name mentioned below, such as "Acknowledgements", "Dedications", "Endorsements",
or "History".) To "Preserve the Title" of such a section when you modify the Document means that it
remains a section "Entitled XYZ" according to this definition.
The Document may include Warranty Disclaimers next to the notice which states that this License applies
to the Document. These Warranty Disclaimers are considered to be included by reference in this License,
but only as regards disclaiming warranties: any other implication that these Warranty Disclaimers may
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2. VERBATIM COPYING
You may copy and distribute the Document in any medium, either commercially or noncommercially,
provided that this License, the copyright notices, and the license notice saying this License applies to the
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copies you make or distribute. However, you may accept compensation in exchange for copies. If you
distribute a large enough number of copies you must also follow the conditions in section 3.
You may also lend copies, under the same conditions stated above, and you may publicly display copies.
3. COPYING IN QUANTITY
If you publish printed copies (or copies in media that commonly have printed covers) of the Document,
numbering more than 100, and the Document's license notice requires Cover Texts, you must enclose the
copies in covers that carry, clearly and legibly, all these Cover Texts: Front-Cover Texts on the front cover,
and Back-Cover Texts on the back cover. Both covers must also clearly and legibly identify you as the
publisher of these copies. The front cover must present the full title with all words of the title equally
prominent and visible. You may add other material on the covers in addition. Copying with changes limited
to the covers, as long as they preserve the title of the Document and satisfy these conditions, can be
treated as verbatim copying in other respects.
If the required texts for either cover are too voluminous to fit legibly, you should put the first ones listed
(as many as fit reasonably) on the actual cover, and continue the rest onto adjacent pages.
If you publish or distribute Opaque copies of the Document numbering more than 100, you must either
include a machine-readable Transparent copy along with each Opaque copy, or state in or with each
Opaque copy a computer-network location from which the general network-using public has access to
download using public-standard network protocols a complete Transparent copy of the Document, free of
added material. If you use the latter option, you must take reasonably prudent steps, when you begin
distribution of Opaque copies in quantity, to ensure that this Transparent copy will remain thus accessible
at the stated location until at least one year after the last time you distribute an Opaque copy (directly or
through your agents or retailers) of that edition to the public.
It is requested, but not required, that you contact the authors of the Document well before redistributing
any large number of copies, to give them a chance to provide you with an updated version of the
Document.
4. MODIFICATIONS
You may copy and distribute a Modified Version of the Document under the conditions of sections 2 and 3
above, provided that you release the Modified Version under precisely this License, with the Modified
Version filling the role of the Document, thus licensing distribution and modification of the Modified
Version to whoever possesses a copy of it. In addition, you must do these things in the Modified Version:
A. Use in the Title Page (and on the covers, if any) a title distinct from that of the Document, and
from those of previous versions (which should, if there were any, be listed in the History section of the
Document). You may use the same title as a previous version if the original publisher of that version gives
permission.
B. List on the Title Page, as authors, one or more persons or entities responsible for authorship of
the modifications in the Modified Version, together with at least five of the principal authors of the
Document (all of its principal authors, if it has fewer than five), unless they release you from this
requirement.
C. State on the Title page the name of the publisher of the Modified Version, as the publisher.
D. Preserve all the copyright notices of the Document.
E. Add an appropriate copyright notice for your modifications adjacent to the other copyright
notices.
F. Include, immediately after the copyright notices, a license notice giving the public permission to
use the Modified Version under the terms of this License, in the form shown in the Addendum below.
G. Preserve in that license notice the full lists of Invariant Sections and required Cover Texts given
in the Document's license notice.
H. Include an unaltered copy of this License.
I. Preserve the section Entitled "History", Preserve its Title, and add to it an item stating at least
the title, year, new authors, and publisher of the Modified Version as given on the Title Page. If there is no
section Entitled "History" in the Document, create one stating the title, year, authors, and publisher of the
Document as given on its Title Page, then add an item describing the Modified Version as stated in the
previous sentence.
J. Preserve the network location, if any, given in the Document for public access to a Transparent
copy of the Document, and likewise the network locations given in the Document for previous versions it
was based on. These may be placed in the "History" section. You may omit a network location for a work
that was published at least four years before the Document itself, or if the original publisher of the version
it refers to gives permission.
K. For any section Entitled "Acknowledgements" or "Dedications", Preserve the Title of the section,
and preserve in the section all the substance and tone of each of the contributor acknowledgements
and/or dedications given therein.
L. Preserve all the Invariant Sections of the Document, unaltered in their text and in their titles.
Section numbers or the equivalent are not considered part of the section titles.
M. Delete any section Entitled "Endorsements". Such a section may not be included in the Modified
Version.
N. Do not retitle any existing section to be Entitled "Endorsements" or to conflict in title with any
Invariant Section.
O. Preserve any Warranty Disclaimers.
If the Modified Version includes new front-matter sections or appendices that qualify as Secondary
Sections and contain no material copied from the Document, you may at your option designate some or
all of these sections as invariant. To do this, add their titles to the list of Invariant Sections in the Modified
Version's license notice. These titles must be distinct from any other section titles.
You may add a section Entitled "Endorsements", provided it contains nothing but endorsements of your
Modified Version by various parties—for example, statements of peer review or that the text has been
approved by an organization as the authoritative definition of a standard.
You may add a passage of up to five words as a Front-Cover Text, and a passage of up to 25 words as a
Back-Cover Text, to the end of the list of Cover Texts in the Modified Version. Only one passage of Front-
Cover Text and one of Back-Cover Text may be added by (or through arrangements made by) any one
entity. If the Document already includes a cover text for the same cover, previously added by you or by
arrangement made by the same entity you are acting on behalf of, you may not add another; but you may
replace the old one, on explicit permission from the previous publisher that added the old one.
The author(s) and publisher(s) of the Document do not by this License give permission to use their names
for publicity for or to assert or imply endorsement of any Modified Version.
5. COMBINING DOCUMENTS
You may combine the Document with other documents released under this License, under the terms
defined in section 4 above for modified versions, provided that you include in the combination all of the
Invariant Sections of all of the original documents, unmodified, and list them all as Invariant Sections of
your combined work in its license notice, and that you preserve all their Warranty Disclaimers.
The combined work need only contain one copy of this License, and multiple identical Invariant Sections
may be replaced with a single copy. If there are multiple Invariant Sections with the same name but
different contents, make the title of each such section unique by adding at the end of it, in parentheses,
the name of the original author or publisher of that section if known, or else a unique number. Make the
same adjustment to the section titles in the list of Invariant Sections in the license notice of the combined
work.
In the combination, you must combine any sections Entitled "History" in the various original documents,
forming one section Entitled "History"; likewise combine any sections Entitled "Acknowledgements", and
any sections Entitled "Dedications". You must delete all sections Entitled "Endorsements".
6. COLLECTIONS OF DOCUMENTS
You may make a collection consisting of the Document and other documents released under this License,
and replace the individual copies of this License in the various documents with a single copy that is
included in the collection, provided that you follow the rules of this License for verbatim copying of each of
the documents in all other respects.
You may extract a single document from such a collection, and distribute it individually under this License,
provided you insert a copy of this License into the extracted document, and follow this License in all other
respects regarding verbatim copying of that document.
7. AGGREGATION WITH INDEPENDENT WORKS
A compilation of the Document or its derivatives with other separate and independent documents or
works, in or on a volume of a storage or distribution medium, is called an "aggregate" if the copyright
resulting from the compilation is not used to limit the legal rights of the compilation's users beyond what
the individual works permit. When the Document is included in an aggregate, this License does not apply
to the other works in the aggregate which are not themselves derivative works of the Document.
If the Cover Text requirement of section 3 is applicable to these copies of the Document, then if the
Document is less than one half of the entire aggregate, the Document's Cover Texts may be placed on
covers that bracket the Document within the aggregate, or the electronic equivalent of covers if the
Document is in electronic form. Otherwise they must appear on printed covers that bracket the whole
aggregate.
8. TRANSLATION
Translation is considered a kind of modification, so you may distribute translations of the Document under
the terms of section 4. Replacing Invariant Sections with translations requires special permission from
their copyright holders, but you may include translations of some or all Invariant Sections in addition to
the original versions of these Invariant Sections. You may include a translation of this License, and all the
license notices in the Document, and any Warranty Disclaimers, provided that you also include the original
English version of this License and the original versions of those notices and disclaimers. In case of a
disagreement between the translation and the original version of this License or a notice or disclaimer, the
original version will prevail.
If a section in the Document is Entitled "Acknowledgements", "Dedications", or "History", the requirement
(section 4) to Preserve its Title (section 1) will typically require changing the actual title.
9. TERMINATION
You may not copy, modify, sublicense, or distribute the Document except as expressly provided under this
License. Any attempt otherwise to copy, modify, sublicense, or distribute it is void, and will automatically
terminate your rights under this License.
However, if you cease all violation of this License, then your license from a particular copyright holder is
reinstated (a) provisionally, unless and until the copyright holder explicitly and finally terminates your
license, and (b) permanently, if the copyright holder fails to notify you of the violation by some reasonable
Tomo 2
Volumen 1. El mundo planetario y el hombre (10 conferencias).
1ª Conferencia. La experiencia del ritmo universal como mensajera entre el
tiempo y la eternidad. Los planetas como mediadores entre el Zodíaco y el
hombre.
2ª Conferencia. Memoria del universo. El tiempo y la eternidad. Polaridad y
sexualidad en el mundo de los planetas y la música. Los planetas y los
signos. Exaltación del Sol y la Luna.
3ª Conferencia. Planetas y los órganos sensitivos cósmicos. Polaridad y
relatividad. Definición de la función de los 7 planetas sagrados.
4ª Conferencia. Esencia y valor de los símbolos planetarios.
5ª Conferencia. El Individuo en el concierto de las estrellas. El Sol y la Luna
como los polos del ego. Concepción y nacimiento. Luna nueva y Luna llena.
Eclipses solares y lunares.
6ª Conferencia. Las fases de la Luna. Los 24 cuartos de Luna y su
importancia.
7ª Conferencia. La Luna y el Sol en los 12 signos. La Luna en los 3 signos
de Fuego.
8ª Conferencia. La Luna en los 3 signos de Aire .
9ª Conferencia. La Luna en los 3 signos de Agua.
10ª Conferencia. La Luna en los 3 signos de Tierra.
Tomo 3
Volumen 1. El Hombre y la Tierra (9 Conferencias)
1ª Conferencia. Las doce Casas
2ª Conferencia. El signo ascendente
3ª Conferencia. Ascendentes en Signos de Fuego
4ª Conferencia. Ascendente en Signos de Aire
5ª Conferencia. Ascendente en signos de Agua
6ª Conferencia. Ascendentes en Tierra
7ª conferencia. Los cuatro elementos en el Horóscopo.
8ª conferencia. Interpretación psicológica de las Casas.
9ª conferencia. Aspectos mundanos. Casas opuestas y su significado.
Volumen 2. El Hombre y la Tierra (12 Conferencias)
10ª conferencia. Planetas en la 1º Casa
11ª conferencia. Planetas en la 2º Casa
12ª conferencia. Planetas en la 3º Casa
13ª conferencia. Planetas en la 4º Casa
14ª conferencia. Planetas en la 5º Casa
15ª conferencia. Planetas en la 6º Casa
16ª conferencia. Planetas en la 7º Casa
17ª conferencia. Planetas en la 8º Casa
18ª conferencia. Planetas en la 9º Casa
19ª conferencia. Planetas en la 10º Casa
20ª conferencia. Planetas en la 11º Casa
21ª conferencia. Planetas en la 12º Casa
Volumen 3. El Hombre y la Tierra (11 Conferencias)
22ª conferencia. Destino y azar. El señor del Ascendente y los señores de
las doce Casas.
23ª conferencia. Causalidad o casualidad
24ª conferencia. El Señor del Ascendente en 1º a 6º Casa
Tomo 4
Volumen 1. El hombre en el concierto de las estrellas (25 Conferencias)
1ª Conferencia. Construcción y constitución del horóscopo y del cuerpo
humano Aspectos “buenos” y “malos”.
2ª Conferencia. La esencia de cada aspecto. El aspecto en paralelo
3ª Conferencia. La conjunción del Sol y la Luna
4ª Conferencia. Las conjunciones de Sol-Júpiter, Sol-Saturno y Sol-Mercurio
5ª Conferencia. Las conjunciones Sol-Venus y Sol-Marte
6ª Conferencia. Las conjunciones Sol-Urano y Sol-Neptuno
7ª Conferencia. Las conjunciones Luna-Marte y Luna-Venus
8ª Conferencia. Las conjunciones Luna-Mercurio y Luna-Saturno
9ª Conferencia. Las conjunciones Luna-Júpiter, Luna-Urano y Luna-Neptuno
10ª Conferencia. Las conjunciones Mercurio-Venus, Mercurio-Marte
11ª Conferencia. Las conjunciones Mercurio-Júpiter, Mercurio-Saturno
12ª Conferencia. Las conjunciones Mercurio-Urano, Mercurio-Neptuno
13ª Conferencia. Las conjunciones Venus-Marte
14ª Conferencia. Las conjunciones Venus-Júpiter, Venus-Saturno
15ª Conferencia. Las conjunciones Venus-Urano, Venus-Neptuno
16ª Conferencia. Las conjunciones Marte-Júpiter, Marte-Saturno
17ª Conferencia. Las conjunciones Marte-Urano, Marte-Neptuno
18ª Conferencia. Las conjunciones Júpiter-Saturno, Júpiter-Urano
19ª Conferencia. Las conjunciones de Júpiter-Neptuno, Saturno-Urano,
Saturno-Neptuno y Urano-Neptuno