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Conclusiones
El Retardo Mental es una particularidad y una potencialidad humana susceptible de ser mejorada
cualitativamente por medio de Actividades De Recuperación Pedagógica, Tutorial y De Apoyo Asistencial
hacia los estudiantes, lo que potenciará sus habilidades y les dará la oportunidad de desarrollarse como
ciudadanos autosuficientes y productivos.
Los docentes dentro de su rol social, son los encargados de promover un proceso de integración a los
niños con Retardo Mental, mejorando su atención y proporcionándole las herramientas necesarias para
su inserción a la sociedad.
El Ministerio de Educación y las entidades gubernamentales en general, deben dotar de plazas y apoyo
logístico para la inclusión de psicólogos, psicoterapeutas y asistentes sociales, con la finalidad de mejorar
la atención de los niños con Necesidades Educativas Especiales (entre ellos el Retardo Mental) dotando a
su vez, de monitoreo y acompañamiento.
El problema del Retardo Mental debe abordarse desde sus cuatro dimensiones (funcionamiento
intelectual y habilidades adaptativas; ámbito psicológico; ámbito ambiental; ámbito físico/etiológico), de
manera que su tratamiento sea integral, permanente y a mediano plazo (para toda la vida del ser
humano).
Las políticas de Inclusión Educativa, estrategias como Educación Inclusiva y Adaptaciones Curriculares,
deben ser masificadas y potenciadas en todas las Instituciones de Educación Básica Regular, Alternativa,
Técnico Productiva, inclusive el Nivel Superior para brindar acompañamiento y recuperación pedagógica
a aquellos estudiantes diagnosticados con Retardo Mental.
Conclusiones
El Retardo Mental es una particularidad y una potencialidad humana susceptible de ser mejorada
cualitativamente por medio de Actividades De Recuperación Pedagógica, Tutorial y De Apoyo Asistencial
hacia los estudiantes, lo que potenciará sus habilidades y les dará la oportunidad de desarrollarse como
ciudadanos autosuficientes y productivos.
Los docentes dentro de su rol social, son los encargados de promover un proceso de integración a los
niños con Retardo Mental, mejorando su atención y proporcionándole las herramientas necesarias para
su inserción a la sociedad.
El Ministerio de Educación y las entidades gubernamentales en general, deben dotar de plazas y apoyo
logístico para la inclusión de psicólogos, psicoterapeutas y asistentes sociales, con la finalidad de mejorar
la atención de los niños con Necesidades Educativas Especiales (entre ellos el Retardo Mental) dotando a
su vez, de monitoreo y acompañamiento.
El problema del Retardo Mental debe abordarse desde sus cuatro dimensiones (funcionamiento
intelectual y habilidades adaptativas; ámbito psicológico; ámbito ambiental; ámbito físico/etiológico), de
manera que su tratamiento sea integral, permanente y a mediano plazo (para toda la vida del ser
humano).
Las políticas de Inclusión Educativa, estrategias como Educación Inclusiva y Adaptaciones Curriculares,
deben ser masificadas y potenciadas en todas las Instituciones de Educación Básica Regular, Alternativa,
Técnico Productiva, inclusive el Nivel Superior para brindar acompañamiento y recuperación pedagógica
a aquellos estudiantes diagnosticados con Retardo Mental.