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Efectiva
Introducción
¿De qué manera los participantes se comunican con el instructor y con sus propios
colegas o compañeros que forman parte de una comunidad de aprendizaje? Y ¿cómo
se satisfacen los objetivos educacionales en un contexto virtual?
Las zonas de discusión en línea ofrecen muchas ventajas que no se hallan en los
entornos del salón de clases. El diálogo asíncrono (que no se da en tiempo real) por
escrito puede, extender el tiempo de reflexión, algo que aprecian facilitadores y
participantes, puesto que brinda la oportunidad de elaborar contribuciones mejor
pensadas y perspicaces. Por otra parte las conversaciones virtuales no dan mucho
campo para ocultarse. El silencio o comentarios sin sustancia hechos por escrito
revelan una falta de participación o falta de interés que tiene más probabilidad de
ser pasada por alto en un entorno presencial, en donde el silencio podrá
simplemente significar que el poco tiempo disponible no permite que todos
participen. Finalmente, por medio de hiper-enlaces los participantes pueden acceder
a vastos recursos, útiles para propósitos de comparación o de investigación dentro de
un diálogo.
¿Cómo pueden usarse las ventajas que otorga una ciber-sede para mejorar inclusive
las sesiones educativas que ocurren en tiempo y sitio reales?
A medida que más y más instituciones educativas y empresariales buscan en la red
instrucción o capacitación de calidad, es esencial que profesores, instructores y
otros diseñadores de cursos, así como facilitadores que vayan a conducir comunidades
virtuales, consideren varios métodos y herramientas alternos disponibles para
moderar en línea con efectividad. De ahí la importancia de capacitarse para ampliar
el repertorio de estrategias para apoyar el aprendizaje en ambientes virtuales.
Afortunadamente si se tiene una carta útil de navegación es mucho más fácil moderar
eficazmente un ambiente de texto escrito, donde las estrategias nuevas no requieren
estar listas inmediatamente, momento a momento, que cuando se trata de facilitar
el diálogo en tiempo real.
Para los que participan en cursos por la red o en equipos de proyecto, la indagación
en el diálogo surge de un diseño de curso que les permite construir, juntos su propio
conocimiento. La discusión facilitada en línea es el recipiente donde se arma el
significado y se llega a resultados útiles. La idea de diseñar la instrucción y el
diálogo de manera que faciliten la construcción personal de conocimiento no es
ciertamente nueva. Hay quienes afirman que este método fue empleado por
practicantes en la Atenas del siglo IV A. De C. por educadores renacentistas como
Vico y, en nuestra época, por los seguidores de John Dewey y por expertos en
estudios de caso y en gerencia, tanto en derecho como en comercio. El reto que
abocamos en este curso es cómo hacer que la tecnología medie y realice eficazmente
esta poderosa técnica de la indagación guiada en ambientes escritos y asíncronos.
Examinemos ahora los tres principios de moderación efectiva que han surgido de las
experiencias al educar personas en la facilitación de cursos y discusiones por la red.
Antes de tener experiencia alguna con un curso por la red o con algún grupo de
trabajo en línea, muchas personas se formulan una o ambas de las siguientes
preguntas:
La respuesta a ambas preguntas es si. Sólo que para crear una comunidad se precisa
de ciertos criterios de diseño y prácticas de liderazgo en los cursos por la red para
construir comunidades fuertes. Es posible hacerlo, los resultados han demostrado
que los participantes de tales comunidades efectivas utilizan la experiencia de sus
cursos para marcar una verdadera diferencia en su propia práctica profesional.
En una clase o reunión de trabajo de cuerpo presente hay elementos sociales y hemos
visto que es esencial fomentar elementos similares en una comunidad virtual. Los
equivalentes virtuales de rituales sociales tales como saludarse y charlar
informalmente antes de aplicarse a la tarea, no son réplicas exactas de aquellos que
se usan en el “mundo real” . Tales protocolos y rituales son necesarios al comienzo
de un curso o foro en línea y también en lo sucesivo a la comunidad de aprendizaje.
Los cursos en línea que adoptan medidas cuidadosas para apoyar la interacción
comunitaria más allá de exponer meramente el plan de estudios y el calendario para
los exámenes, así como ser receptivo a las indagaciones – cosechan dividendos
significativos que surgen como consecuencia de los logros de los participantes y su
satisfacción de haber alcanzado algo.
Una experiencia que podemos relatar acerca de la estrecha comunidad que se puede
llegar a formar entre los participantes de un curso en línea moderado de manera
efectiva es la siguientes: Ocurrió cuando un grupo de participantes después de
haber terminado un curso se reunió por primera vez en una conferencia.
Compañeros de curso que nunca se habían conocido en persona estaban abrazándose,
riendo y compartiendo historias como viejos amigos. Tal como dijo un testigo: “No
era una reunión incómoda de cuarenta extraños que se reunían por primera vez. ¡
Era un encuentro de exalumnos!”
Uno de los aspectos más fascinantes de los cursos en red es el potencial de reunir a
gente de todas partes del mundo para formar comunidades estrechas de coaprendices
en torno a áreas de interés profesional. Las personas no necesitan estar físicamente
juntas para formar relaciones y amistades profesionales y de confianza. Sin embargo,
un facilitador hábil es clave para la creación de tales comunidades.
lectura y trabajo para una sola persona si se sigue un estilo más centralizado de
“persona que da las respuestas” . Por otra parte, es perfectamente posible que el
moderador de las zonas de discusión no sea al autor del material del curso.
Hay un poco de historia detrás de este principio particular para moderar con eficacia.
Es ya una realidad la posibilidad de efectuar una interacción asíncrona, sin barreras
geográficas, entre aprendices de una comunidad. Cualquier individuo puede ahora
entrar a la red a bajo costo, desde el trabajo, la escuela, la casa, la biblioteca o,
incluso, desde el hotel. Instructores magistrales o conductores de diálogo en
cualquier parte del mundo pueden colaborar con equipos de diseñadores de cursos
para producir creaciones ejemplares. Pero queda un reto significativo: establecer
mecanismos que unan las mentes de los aprendices de forma directa y colaborativa
con los materiales.
En el capítulo 10 del libro The Faith Discipline, su autor Peter Senge (1990)
recomienda la indagación y la reflexión como formas de alejarse de las reacciones
personales y de la defensa de posiciones personales, para llegar a una investigación
de por qué se sostienen estos puntos de vista . Preguntas para abrir un diálogo tales
como “¿Notan alguna brecha en mi razonamiento?” o “¿Cómo llegaste a ese punto de
vista?” llevan a los equipos a examinar libremente sus propias creencias y ayudan
también a sus miembros a pensar con claridad sobre los puntos de vista y las razones
por las que las personas los apoyan.
Preguntas de este tenor y un diálogo sincero sobre los asuntos suscitados pueden
promover un desarrollo y aprendizaje profesionales duraderos. El entorno virtual se
presta adecuadamente para permitirles a los líderes acostumbrados al papel de
“pontificar desde el estrado” cambiar al enfoque de “guiar desde el lado” . En un
ambiente de texto puede ser más fácil evitar las acciones y reacciones reflejas, ya
que las oportunidades de reflexionar, corregir y revisar antes de enviar el mensaje
están ya incorporadas. Los facilitadores tienen tiempo para componer sus
intervenciones de manera que favorezcan un diálogo llevado por el participante;
inclusive, compartir dichas intervenciones con otros moderadores para suscitar
comentarios u opiniones antes de enviarlas a los estudiantes.
Es probable que aquellos participantes que tienen la impresión de, por lo menos al
comienzo, de que no hay nadie que les esté “enseñando” o conduciendo, tengan que
ajustar algunas de sus prácticas en el ambiente virtual asíncrono. Finalmente
descubren el poder de construir conjuntamente soluciones a problemas reales o
simulados, animados por un estilo de moderación que es más de guía que de
conducción.
Sin embargo en los entornos virtuales están ausentes, la apariencia personal, el estilo
percibido, el control y la entonación de la voz. Para muchos instructores o líderes
que tratan de hacer la transición hacia los cursos en línea es difícil incorporar las
ventajas ofrecidas por la comunicación asíncrona a sus estilos de vida personales y
profesionales. Entre dichas ventajas están:
• Más tiempo para que los líderes reflexionen en la composición y en las reacciones,
así como para aclararlas.
Una de las destrezas – o talvez disposiciones mentales- más difíciles que reportan los
practicantes novatos en la modalidad de “Guía desde el lado” es la de descubrir un
nuevo sentido a la palabra “reflexión”, ya que son los comentarios de los
participantes, y no los propios, los que suministran el andamiaje para un ulterior
aprendizaje. Hay una estrategia, por ejemplo, en la que el moderador entresaca de
varios mensajes algunas ideas para generar mayor diálogo o para yuxtaponerlas y
compararlas en busca de significados o aplicaciones más profundos.
Con la rápida evolución de las posibilidades ofrecidas en los cursos en línea seguirán
surgiendo nuevos principios para la facilitación y el diseño de cursos virtuales a
medida que vaya creciendo el potencial de las tecnologías . En el siguiente Tema:
“Formas de diálogo y Metas de la Moderación” se ahonda más en las nuevas funciones
del moderador virtual y examina de qué forma podrían lograrse estas funciones con
un poco de capacitación y con apoyo de otros docentes.