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Principios de la Moderación

Efectiva

Introducción

¿De qué manera los participantes se comunican con el instructor y con sus propios
colegas o compañeros que forman parte de una comunidad de aprendizaje? Y ¿cómo
se satisfacen los objetivos educacionales en un contexto virtual?

Utilizando zonas de discusión moderadas que se basan en el uso de textos. Los


participantes requieren interactuar entre ellos y con el facilitador para compartir
ideas y explorar posibilidades.

Una interacción en línea toma una forma diferente a la de su homóloga de manera


presencial. En el mundo virtual no hay lenguaje corporal a partir del cual un
instructor pueda medir el interés de los participantes y, a continuación, ajustar el
tono o el ritmo de la presentación.
Así que para apoyar la facilitación virtual se deberán hacer ajustes en al voz, en el
estilo y en las expectativas.

Las zonas de discusión en línea ofrecen muchas ventajas que no se hallan en los
entornos del salón de clases. El diálogo asíncrono (que no se da en tiempo real) por
escrito puede, extender el tiempo de reflexión, algo que aprecian facilitadores y
participantes, puesto que brinda la oportunidad de elaborar contribuciones mejor
pensadas y perspicaces. Por otra parte las conversaciones virtuales no dan mucho
campo para ocultarse. El silencio o comentarios sin sustancia hechos por escrito
revelan una falta de participación o falta de interés que tiene más probabilidad de
ser pasada por alto en un entorno presencial, en donde el silencio podrá
simplemente significar que el poco tiempo disponible no permite que todos
participen. Finalmente, por medio de hiper-enlaces los participantes pueden acceder
a vastos recursos, útiles para propósitos de comparación o de investigación dentro de
un diálogo.

¿Cómo pueden usarse las ventajas que otorga una ciber-sede para mejorar inclusive
las sesiones educativas que ocurren en tiempo y sitio reales?
A medida que más y más instituciones educativas y empresariales buscan en la red
instrucción o capacitación de calidad, es esencial que profesores, instructores y
otros diseñadores de cursos, así como facilitadores que vayan a conducir comunidades
virtuales, consideren varios métodos y herramientas alternos disponibles para
moderar en línea con efectividad. De ahí la importancia de capacitarse para ampliar
el repertorio de estrategias para apoyar el aprendizaje en ambientes virtuales.
Afortunadamente si se tiene una carta útil de navegación es mucho más fácil moderar
eficazmente un ambiente de texto escrito, donde las estrategias nuevas no requieren
estar listas inmediatamente, momento a momento, que cuando se trata de facilitar
el diálogo en tiempo real.

El diálogo profesional en línea descansa sobre sofisticadas telecomunicaciones y


tecnologías. Y aunque la complejidad y capacidad en estos campos seguramente
aumentará con el tiempo, no afectará el enfoque sobre moderación en línea, que
está basada en cimientos pedagógicos de indagación guiada, y no en el uso de
tecnologías particulares.

Para los que participan en cursos por la red o en equipos de proyecto, la indagación
en el diálogo surge de un diseño de curso que les permite construir, juntos su propio
conocimiento. La discusión facilitada en línea es el recipiente donde se arma el
significado y se llega a resultados útiles. La idea de diseñar la instrucción y el
diálogo de manera que faciliten la construcción personal de conocimiento no es
ciertamente nueva. Hay quienes afirman que este método fue empleado por
practicantes en la Atenas del siglo IV A. De C. por educadores renacentistas como
Vico y, en nuestra época, por los seguidores de John Dewey y por expertos en
estudios de caso y en gerencia, tanto en derecho como en comercio. El reto que
abocamos en este curso es cómo hacer que la tecnología medie y realice eficazmente
esta poderosa técnica de la indagación guiada en ambientes escritos y asíncronos.

Examinemos ahora los tres principios de moderación efectiva que han surgido de las
experiencias al educar personas en la facilitación de cursos y discusiones por la red.

Primer principio: Moderar tiene lugar dentro de un contexto tanto


profesional como social

Antes de tener experiencia alguna con un curso por la red o con algún grupo de
trabajo en línea, muchas personas se formulan una o ambas de las siguientes
preguntas:

- ¿Tendré algún beneficio real por participar en una comunidad virtual?

- ¿Es posible crear, interactuando en línea, un sentido de comunidad?

La respuesta a ambas preguntas es si. Sólo que para crear una comunidad se precisa
de ciertos criterios de diseño y prácticas de liderazgo en los cursos por la red para
construir comunidades fuertes. Es posible hacerlo, los resultados han demostrado
que los participantes de tales comunidades efectivas utilizan la experiencia de sus
cursos para marcar una verdadera diferencia en su propia práctica profesional.
En una clase o reunión de trabajo de cuerpo presente hay elementos sociales y hemos
visto que es esencial fomentar elementos similares en una comunidad virtual. Los
equivalentes virtuales de rituales sociales tales como saludarse y charlar
informalmente antes de aplicarse a la tarea, no son réplicas exactas de aquellos que
se usan en el “mundo real” . Tales protocolos y rituales son necesarios al comienzo
de un curso o foro en línea y también en lo sucesivo a la comunidad de aprendizaje.

Los cursos en línea que adoptan medidas cuidadosas para apoyar la interacción
comunitaria más allá de exponer meramente el plan de estudios y el calendario para
los exámenes, así como ser receptivo a las indagaciones – cosechan dividendos
significativos que surgen como consecuencia de los logros de los participantes y su
satisfacción de haber alcanzado algo.

Una experiencia que podemos relatar acerca de la estrecha comunidad que se puede
llegar a formar entre los participantes de un curso en línea moderado de manera
efectiva es la siguientes: Ocurrió cuando un grupo de participantes después de
haber terminado un curso se reunió por primera vez en una conferencia.
Compañeros de curso que nunca se habían conocido en persona estaban abrazándose,
riendo y compartiendo historias como viejos amigos. Tal como dijo un testigo: “No
era una reunión incómoda de cuarenta extraños que se reunían por primera vez. ¡
Era un encuentro de exalumnos!”

Uno de los aspectos más fascinantes de los cursos en red es el potencial de reunir a
gente de todas partes del mundo para formar comunidades estrechas de coaprendices
en torno a áreas de interés profesional. Las personas no necesitan estar físicamente
juntas para formar relaciones y amistades profesionales y de confianza. Sin embargo,
un facilitador hábil es clave para la creación de tales comunidades.

Segundo principio: El estilo de “guiar desde el lado” (vs.


“pontificar desde el estrado”) es perfectamente apropiado para
conducir una comunidad virtual de aprendizaje.

Tomar la postura de quien “Guía desde el lado” en las comunidades virtuales de


aprendizaje ha demostrado ser ventajoso por varias razones, siendo la más
importante que tal enfoque pedagógico promueve una cultura en línea en la que los
participantes se hacen cargo de su propio aprendizaje. A medida que los
participantes reaccionan al contenido, comparten retos , se enseñan unos a otros y
aprenden manifiestamente poniendo en palabras (mensajes de la discusión) sus
propias comprensiones y aclaraciones de suposiciones, están experimentados con la
apropiación de nuevas destrezas e ideas. A través de todo el recorrido, el “Guía
desde el lado” sirve para enfocar y profundizar el diálogo sin estorbar el desarrollo de
la experiencia propia de los participantes.

Si un moderador puede guiar eficazmente en lugar de suministrar respuestas


expertas, entonces el aprendizaje se maximiza a medida que los participantes son
impulsados a aprender haciendo, en vez de repetir de memoria. Al mismo tiempo, sin
embargo, es de gran ayuda que las intervenciones tangenciales se reduzcan

Permanecer en los costados al facilitar el aprendizaje tiene también una ventaja


adicional: fácilmente puede darse el caso de que haya demasiado material de

lectura y trabajo para una sola persona si se sigue un estilo más centralizado de
“persona que da las respuestas” . Por otra parte, es perfectamente posible que el
moderador de las zonas de discusión no sea al autor del material del curso.

Hay un poco de historia detrás de este principio particular para moderar con eficacia.
Es ya una realidad la posibilidad de efectuar una interacción asíncrona, sin barreras
geográficas, entre aprendices de una comunidad. Cualquier individuo puede ahora
entrar a la red a bajo costo, desde el trabajo, la escuela, la casa, la biblioteca o,
incluso, desde el hotel. Instructores magistrales o conductores de diálogo en
cualquier parte del mundo pueden colaborar con equipos de diseñadores de cursos
para producir creaciones ejemplares. Pero queda un reto significativo: establecer
mecanismos que unan las mentes de los aprendices de forma directa y colaborativa
con los materiales.

Las tecnologías de comunicación sincrónica –tales como la voz y el video


bidireccional, los chats en tiempo real y las aplicaciones compartidas- son
ciertamente parte de la actual cultura empresarial. Como parte integrante de los
cursos por la red, tales eventos pueden utilizarse para iniciar el proceso, para
fortalecer el grupo o para llevar a cabo actividades esenciales de toma de
decisiones, así como para presentaciones formales. No obstante los problemas de
acomodar un horario para todos, las exigencias en materia de tecnología y el enorme
soporte técnico necesario consumen una cantidad ingente de recursos en el corto
lapso de una mediad por computador cuando todos están presentes al mismo tiempo.

La comunicación electrónica asíncrona en texto es muy adecuada para el diálogo y


los entornos de aprendizaje orientados a metas. El mero acto de plasmar por escrito
lo que piensa le acentúa al participante la necesidad de ser tanto reflexivo como
claro, y su ausencia en el diálogo, o su interacción superficial, se evidencia
manifiestamente en los formatos de discusiones hiladas con diálogos en texto.

De hecho las conversaciones hiladas en la red pueden maximizar la utilidad del


diálogo electrónico si se le confiere a los mensajes, en principio, una estructura
organizativa. Esta estrategia mantiene el material ordenado según el contenido del
mensaje y no según su cronología, de esta manera los usuarios pueden seguir una
conversación mucho más hábilmente.

Disponer de libertad para reflexionar , elaborar y reelaborar una respuesta a una


lección o a un tema de discusión permite un discurso mejor pensado que el de la
contribuciones apuradas y al calor del momento que ofrecen los participantes en un
ambiente cara a cara. Participante tímidos o intimidados para hablar en público en
un ambiente donde la interacción ocurre en tiempo real tiene mayor oportunidad de
encontrar su verdadera voz en los foros en línea.
En su caracterización de “Guía desde el lado”, un moderador facilita el avance del
diálogo ayudando a los participantes, tanto individual como colectivamente, a ver
sus propias ideas en combinaciones nuevas y en nuevos niveles de significado. Este
proceso ha sido descrito en la literatura del tema como “facilitar una comunidad de
aprendices que toman parte en la indagación”.

En el capítulo 10 del libro The Faith Discipline, su autor Peter Senge (1990)
recomienda la indagación y la reflexión como formas de alejarse de las reacciones
personales y de la defensa de posiciones personales, para llegar a una investigación
de por qué se sostienen estos puntos de vista . Preguntas para abrir un diálogo tales
como “¿Notan alguna brecha en mi razonamiento?” o “¿Cómo llegaste a ese punto de
vista?” llevan a los equipos a examinar libremente sus propias creencias y ayudan
también a sus miembros a pensar con claridad sobre los puntos de vista y las razones
por las que las personas los apoyan.

Preguntas de este tenor y un diálogo sincero sobre los asuntos suscitados pueden
promover un desarrollo y aprendizaje profesionales duraderos. El entorno virtual se
presta adecuadamente para permitirles a los líderes acostumbrados al papel de
“pontificar desde el estrado” cambiar al enfoque de “guiar desde el lado” . En un
ambiente de texto puede ser más fácil evitar las acciones y reacciones reflejas, ya
que las oportunidades de reflexionar, corregir y revisar antes de enviar el mensaje
están ya incorporadas. Los facilitadores tienen tiempo para componer sus
intervenciones de manera que favorezcan un diálogo llevado por el participante;
inclusive, compartir dichas intervenciones con otros moderadores para suscitar
comentarios u opiniones antes de enviarlas a los estudiantes.

Es probable que aquellos participantes que tienen la impresión de, por lo menos al
comienzo, de que no hay nadie que les esté “enseñando” o conduciendo, tengan que
ajustar algunas de sus prácticas en el ambiente virtual asíncrono. Finalmente
descubren el poder de construir conjuntamente soluciones a problemas reales o
simulados, animados por un estilo de moderación que es más de guía que de
conducción.

Tercer principio: La moderación en línea es un arte con principios y


estrategias generales, que puede ser aprendido.

Los instructores y facilitadores de talleres presenciales llevan a su práctica un sin


número de destrezas. Están sensibilizados a cientos de pistas no verbales, así como al
contexto social, las expectativas y los marcos de tiempo de su producto: un taller o
conferencia bien recibido.

Sin embargo en los entornos virtuales están ausentes, la apariencia personal, el estilo
percibido, el control y la entonación de la voz. Para muchos instructores o líderes
que tratan de hacer la transición hacia los cursos en línea es difícil incorporar las
ventajas ofrecidas por la comunicación asíncrona a sus estilos de vida personales y
profesionales. Entre dichas ventajas están:

• Más tiempo para que los líderes reflexionen en la composición y en las reacciones,
así como para aclararlas.

• La tendencia que tiene el medio de obligar a los participantes, incluidos los


profesores, a organizar previamente sus pensamientos.

• La libertad que se tiene, como líder, de adoptar en momentos distintos estilos de


voz escritos muy diferentes, o de articular cuidadosamente interpretaciones
alternativas cuya profundidad o sutileza se perderían al calor de una discusión cara a
cara.

Pasar de la postura de instructor tradicional o líder de taller a la “Guía desde el lado”


requiere un cambio profundo en el pensamiento y la visión de una persona. Los
moderadores deben aprender estrategias nuevas apropiadas para una reunión virtual
y, mediante una práctica continuada, estudiar la gama de sus efectos.

Aprender el arte de la moderación virtual puede equipararse al de impartir un buen


taller o de presentar una conferencia ejemplar (aunque las destrezas y estrategias
para cada uno de ellos sean bastante disímiles).

Una de las destrezas – o talvez disposiciones mentales- más difíciles que reportan los
practicantes novatos en la modalidad de “Guía desde el lado” es la de descubrir un
nuevo sentido a la palabra “reflexión”, ya que son los comentarios de los
participantes, y no los propios, los que suministran el andamiaje para un ulterior
aprendizaje. Hay una estrategia, por ejemplo, en la que el moderador entresaca de
varios mensajes algunas ideas para generar mayor diálogo o para yuxtaponerlas y
compararlas en busca de significados o aplicaciones más profundos.

Algunos moderadores en línea, al paso que aguzaban sus destreza en un zona de


discusión establecida aparte para su propio uso, han comentado que al principio
sintieron gran incomodidad y frustración con este nuevo tipo de proceso.

La incomodidad que siente un moderador al trabajar íntimamente con los


pensamientos de otros en un diálogo puede ser muy real. Puede preguntarse , y de
hecho lo hace, “¿Dónde encajo yo en esta mezcla?” Existe una fuerte tendencia a
‘meterse’ con un comentario conocido o conexión sacada de la experiencia
profesional o de la propia capacitación. En ocasiones dichas intervenciones resultan
útiles si el grupo se está “quedando en lo superficial” o desviándose del camino. Sin
embargo por lo general, el arte de mostrar los pensamientos de os participantes en
una forma más clara o discriminada puede llegar a lograr un desarrollo personal
mucho más duradero que la “perla añadida” de un comentario.

El conjunto de estrategias de pensamiento crítico y la paleta de voces y tonos que


encontrarán en las lecturas correspondientes a estos temas ponen a su disposición
las herramientas para ayudarle a reformular o revelar componentes y mantenerse a
una distancia adecuada de las ideas de un diálogo.

Los profesores que tienen capacitación en ciencias sociales o del comportamiento


fungen naturalmente como mediadores o transmisores del valor de la multiplicidad
de perspectivas. Los escritores componen sus escritos como narradores o a manera de
cavilaciones personales. Estos enfoques además de otros son necesarios para una
efectiva moderación como “Guía desde el lado”. Los facilitadores, apoyados por su
capacitación, pueden aprehender las ventajas que ofrece un medio asíncrono en
texto para promover la reflexión critica y un aprendizaje individual y colaborativo
que compita con el entorno tradicional de la enseñanza –y pueda, incluso,
sobrepasarla.

Con la rápida evolución de las posibilidades ofrecidas en los cursos en línea seguirán
surgiendo nuevos principios para la facilitación y el diseño de cursos virtuales a
medida que vaya creciendo el potencial de las tecnologías . En el siguiente Tema:
“Formas de diálogo y Metas de la Moderación” se ahonda más en las nuevas funciones
del moderador virtual y examina de qué forma podrían lograrse estas funciones con
un poco de capacitación y con apoyo de otros docentes.

Instituto Politécnico Nacional


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