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En este artículo me apegaré a cuestiones básicas sobre la fobia o ansiedad social, con el objeto
de sensibilizar lo que puede significar vivir así y luchar con este síntoma psicoanalítico.
La timidez y la ansiedad social son diferentes. La ansiedad social es un trastorno que causa
alteraciones importantes al funcionamiento académico, social y ocupacional de la persona. En
adolescentes si no se trata puede desembocar en aislamiento social, depresión o necesidad de
dejar la escuela.
La timidez es un rasgo de temperamento y personalidad, no tiene por qué llevarte al mismo
miedo intenso, persistente y dominante con el que luchan las personas que padecen ansiedad
social.
La fobia social normalmente se manifiesta en la adolescencia, experimentando ataques en el
75% de los casos, ente los 8 y 15 años de edad. Puede resultar que el trastorno se
desencadene por un incidente real como el sufrir bullying, que se burlen de uno o
avergüencen a la persona públicamente. Sin embargo, esto no es una condición necesaria para
que este trastorno se de. En la mayoría de los casos la ansiedad social es hereditaria y pueden
existir factores ambientales que contribuyan a exacerbarla.
Los adolescentes que presentan este trastorno se les complica la interacción social, el contacto
visual es inadecuado, pueden presentar una postura corporal rígida o torpe, son callados y
aislados. Evitarán el salir con alguna pareja; en grupos grandes de amigos no estarán
presentes, elegirán estar solos por miedo a ser juzgados como locos, tontos, ansiosos,
aburridos, etc., y será común que presenten síntomas psicosomáticos y quejas que los lleven a
visitar contantemente al doctor.
Personas con ansiedad social normalmente se sienten cómodos en compañía de gente con la
que ya están familiarizados logrando que pase desapercibido el trastorno. En muchos casos
los familiares se vuelven cómplices de estas personas al hablar por ellos en eventos sociales,
comunicándose con otros adultos o extraños por él/ella; cuidando los detalles logísticos como
hacer las citas por ellos, mandando mails en su nombre, etc..
Es por esta razón que la terapia familiar además de la individual también será importante.
Con el apoyo necesario, los niños con ansiedad social pueden ser exitosos tanto académica
como socialmente.