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NaF layer-) Ana Marfa Shua Fendémenos de circo emecé escritores argentinos 4. Nara Argentina 2, Novela Tule Dis de cubiert:Departamento de Ate de Bator Planeta (9 2011,Ana Maria Shs “Tadtos derechos reer 18201, deca efcioa Gago Editor Panta SAL. Pbiedo bajo sell Pane Idependencin 18 (1100) GABA. voritarlplanetncomar ‘es acab 2011 3.00 emples SAN 978-950.08-308-9 Impreo en Ares \Consepin heal 362, capt oder, elm desepimnbre 2011 Hecho el depo open ay 1.725 Inpro on Arentine "Sines pet pore 735 7 2a pbc gen El deseo secreto Enel fondo del corazén de cada nifio, de cada madre, de todo espectador, anida el deseo secreto de ver caer al trapecista, de verlo destrozarse los huesos contra el sue- lo, derramada su sangre oscura sobre la arena, el deseo esencial de ver alos leones disputdndose los restos del do- mador, el deseo deque el caballo arrastrealaécuyerecon elpie enganchado en elestribo, golpeando la cabeza rit- micamente contrael limite de a pista, y paraellos hemos inaugurado este circo,el mejor, el absoluto, el circo don- de falla la hase de las pirdémides humanas, el tirador de cuchillos clava los purales (por error, siempre porerror) en los pechos de su partenaire, el oso destrozaconsuzar- pa la cara del gitano y por eso, como las peores expec- tativas se cumplen y sélo se desea lo que no se tiene, los amhelos de los espectadores viran hacia las buenas inten- ciones: asqueados de calamidadesy fracasos empiezan a desea queel trapecista tienda los brazosa tiempo, queel domador consiga controlar alos leones, que la écuyere lo- greizarse otra vez hacia la montura, y en tugar de rebo- sarmuertey horrores, el lugar mas secreto desu corazon se llena de horrorizada bondad, de ansias de felicidad ajena, y asi se van de nuestro espectaculo felices consi- g0 mismos, orgullosos de su calidad humana, sintiéndose mejores, gente decente, personas sensibles y bien inten- cionadas, piblico generoso del mas perfecto de los circos. Ana Maria Shua 7 Todo es circo Dudoso circo Usted cree estar en un cireo, pero tiene dudas, bus- a pruebas, La osa tiene la cara de su madre, la palabra cacrébata, sin dejar de ser puro sonido, esta hecha de le- tras rojas y se puede comer. Usted, que sin embargo no. es una mujer, est amamantando a un tigre pequenio que, sin embargo, no es un bebé. Usted hace lo posi- ble por despertarse con el sonido de la orquesta, pero la mésica le resulta hipnotica, asfixiante. Con las ma- nos agarrotadas por el suefio usted logra apartar la al- mohada de la nariz y ahora respira mejor. Nada de eso prueba que usted no esté realmente en un citco, Para estar seguro tendri que despertarse, mirara sualrede- dor, asegurarse de que no ha desembocado en otro sue- fio. Y sin embargo. Ana Marfa Shua " El circo fantasma Aparece de pronto, sin aviso, Dice la hija del carpin- tero que nunca le han pedido aserrin o viruta para el piso, como los citcos comunes. Cuando se materializa, ya todo esté listo para comenzar el especticulo. No se vea los cirqueros montar la carpa ni sacara los animales de sus jaulas, Los carromatos estin vacios, los artistas esperan su turno para entrar en laarena. Hasta el pabli- co es transparente, excepto usted, por supuesto. Hasta los payasos llevan cadenas. Los nifios le temen al circo fantasma, a los adultos les da pena, 12 Fonémenos de circo El circo de mis suefios Para Sitvio Nohay payasos borrachos ni écuyéres, no esti el do- mador nilos sumisos tigres, no hay gitano con oso bai- larin, no hay tirador de cuchillos con partenaire puro coraje, no hay acrobatas, ni trapecistas, ni vendedo- res de golosinas, ni malabaristas, no estin los enanos, no hay carpa, ni banderines, ni delicados elefantes, ni ago de veloces dedos. Pero estamos vos y yo. ¥ nos aplauden ‘Ana Marfa Shua 18 Circo pobre Enun citco pobre cada artista tiene que cumplir va- rias funciones. Si nos fijamos bien, sin dejarnos enga- Rar por el cambio de traje y maquillaje, veremos que muchos tratan de aprovechar sus habilidades en va- rias suertes. Por ejemplo, la equilibrista es la écuyere, los acrébatas son contorsionistas, el director del circo es el boletero y también el mago (ante el pablico, ante losacreedores). Algunos son mis dificiles de descubrir, porque eligen papeles muy distintos entre si, como la trapecista que hace de mono amaestrado (0 al revés), los elefantes que trabajan de acomodadores, los paya~ sos convertidos en aro de fuego. Pero la prueba més di- ficil es la del domador, que es también el tigre, cuan- do tiene que meter la cabeza adentro de su propia boca, 14 Fonémenos de citco Circo pobrisimo En Argentina, el circo Papelito recorre todavia los pueblos de provincia, pintoresco y modesto. Su prime- racarpaestaba hecha con bolsas de arpillera ylos espec- tadores tenian que llevar sus propias sillas. Pero hubo un circo més pobre todavia. Ademés de llevar sus propias sillas, los espectadores tenfan que sentarse, fingir que miraban la pista, imaginarla ‘Ana Maria Shua 18 Evolucién del circo Los antiguos romanos aceptaban como licito dis- frute el espectéculo de los leones atacando, matando y devorando seres humanos. En las corridas de toros el animal tiene menos posibilidades, aunque se le da a oportunidad de defenderse y en ocasiones se le per- dona la vida. En los circos de mi infancia, Ios animales amaestrados hacfan lo que les mandaba el domador: era un espectéculo de obediencia pura, quelos seres huma- nos suelen confundir con inteligencia, como sino fuera la rebeldia la mas obvia seftal del pensamiento propio. Pero en el circo actual ya no hay animales, no se con: dera correctanniedificante nuestra presencia, se habla de los castigos y torturas con los que nos ensefian a hacer nuestros némeros. Como los hombres sin brazos y las mujeres barbudas, losanimales amaestrados hemos cat- do en desgracia, de qué sirve, por ejemplo, esta osa con habilidades literarias en un mundo en el que tan pocos leen, Tengo la esperanza de que pronto nos den de co- mer gente otra vez. 16 Fenémenos de circo Critica y elogio de la mediania Ni siquiera en un mundo poblado por enanos y gi- gantes serian dignas de ser exhibidas las personas de es- tatura mediana. Ni siquiera. Ser digno de exhibicién, por otra patte, ges proeza, ventaja o beneficio? Es maravilla? ‘Ana Marfa Shua 7 Enanismo Como bien lo saben los empresarios circenses, el tamafio no es un destino sino una elecci6n. Cualquier persona adulta puede convertirse en un enano siguien- do una serie de instrucciones sencillas que exigen, eso sf, una alta concentracién. Por ejemplo, este mintiscu- lohombrecillo que ven ustedes aqui fue hasta hace dos ‘meses un robusto mocetén de un metro ochenta y dos centimetros dealtura y noventa kilos de peso. Por ejem- plo, este microrrelato que est usted leyendo fue, has- taayer mismo, una novela de seiscientas veintiocho pi- ginas, 18 Fenémenos de circo Este circo Nos ensefiana hablar, a caminar, a sonreir, Nos en- sefiana lavarnos los dientes, a comer con cubiertos, y a resolver las cuatro operaciones, Nos ensefian a vesti nos y a usar formulas de cortesia, Nos obligan a saltat,a correr, a bailar, a jugar la pelota. Cada uno de nosotros tiene sus habilidades y aptitudes propias, Nos aplauden onoscastigan, porlo general en formaarbitraria y cruel. Y sin embargo, vaya a saber por qué (pero sélo esa ilu- sion nos permite sobrevivir sobre la arena de la pista) todos creemos ser espectadores, nada sabemos del pit- blico que nos mira divertido, ‘Ana Marfa Shua 19 Fallas del razonamiento légico No siempre se llega a la verdad por cl pensamien- 10 logico. Seria razonable suponer, por ejemplo, que un habitante de otro planeta eligiria el circo como su re- fugio natural. Seria razonable suponer que se sentria protegido por la espesa capa de maquillaje de un paya- 0, que elegiria exhibir sus diferenciascon los humanos cn lugar de ocultarlas, que podria lucir sin contenerse ssu ex6tica habilidad para el trapecio, que estaria intere- sado en la vida ndmade del circo. En la prictiea, prefie- ren confundirse con el piiblico de las grandes ciudades, ‘no llamar la atencién. La vida némade obliga a convi- vir estrechamente en un circulo muy reducido, durante mucho tiempo. Algunos trabajan en cl citco, pero s6lo como peones temporarios, 20 Fenémenos de circo Identidad La proliferacién de especticulos que se dan el nom- bre de circenses y son, sin embargo, muy distintos del circo clisico, ha obligadoa la pregunta por los limites. Si ladestreza deacrobatas y trapecistas esté en funcién de ‘un néimero operistico o teatral, sila emocién de la fic~ cién supera ala emocién de lo real, ges esto un circo 0 no lo es?, me pregunto, mirindome al espejo. ‘Ana Maria Shua a Introduccién al circo Arrojo al aire un sustantivo redondo. Antes de que caiga, con un disparo tinico, certero, logro que un ad- jetivo lo perfore en el centro mismo. Hago malabaris- mos con los verbos, camino por la cuerda floja de una sintaxis riesgosa. En medio de contorsiones extremas, azoto con mi létigo las palabras hasta obligarlas a sal- tar por los aros de fuego de un sentido inesperado. En- tonces, en toda su variedad y esplendor, con lujosa mi- nucia de oropeles, surge el circo. El pablico es usted, el especticulo es unipersonal, por favor, elogie las fieras yno les cuente nada alos que estan esperando afuera. 22 Fenémenos de circo Medidas relativas Por suerte crecié hasta llegar a la estatura de un enano. ‘Ana Maria Shua 23 Mirando el circo Recostado en su cama, mira el citco por televisién. La pantalla es grande, la visién es perfecta, el circo es, el mejor del mundo. Un hombre vuela prendido a una soga clistica quele sirve para elevarse porlosaires. Siyo hubiera empezado desde muy joven, piensa el especta- dor, si me hubiera ejercitado sin descanso.... Sus mits- culos se tensan debajo del pijama. Nisiquiera le impor- tael aplauso sino la sensaci6n de volar, la sensacién de ser duefio absoluto de cada una de las fibras de ese cuer- poque seablandan, envejecen y se pudren sobre el col- chén, sin esperanza, sin destino, 24 Fenémenos de circo Musica de circo Ha elegido misica de circo para el tono de llamada desu teléfono mévil, es un sonido vital, imperioso, Ile- no de magia y pedreria yno le sorprenderia en absoluto que convocara elefantes, enanos, carromatos, fieras, fu- nambulistas, monos, no le sorprenderfa que pudieran materializarse alli mismo, en el aire, en la sucursal del banco donde el cajero lo atiende con cortesia incomo- da, donde un policia se acerca para pedirleamablemen- te que apague el teléfono por razones de seguridad, no le sorprenderia en absoluto, pero no sucede, la miisica no convoca nada, al contrario, con cada llamada lo aleja cada vez un poco mis del circo, dela infancia. ‘Ana Maria Shua 26 Otra fantasia circense Sela lama Vida inteligente en el Planeta Tierra y se destaca porla cantidad de participantes, expertos en las, mis diversas disciplinas: més de siete mil millones en la segunda década del siglo xxi, Acosados por los ojos, ciegos de las camaras que en todas partes nos acechan ynosregistran, somos los artistas y también el ptblico, actuamos y nos aplaudimos simnuiténeamente, 26 Fenémenos de circo Para qué Para qué insistir en los saltos de una banqueta a la ‘otra, para qué chamuscarnos pasando por el aro de fue~ 0, para qué desfilar ordenadamente agitando nuestras melenas, para qué caminar erguidos, para qué practi- car el salto mortal 0 e baile en dos patas cuando la jatt- laha desparecido, cuando nadie nos golpea con el Ia tigo, cuando hace tantos afios que no se sabe nada del domador. ‘Ana Marfa Shua 27 El payaso Pepino Una amiga me espera en el café. Veo, al llegar, su perfil de moneda antigua, de lineas rigurosas y bella: Me habla de un payaso famoso de su infancia, que qu vf fuera inglés, que quiz se llamara Pepino, Pero Pepi no ya no existe, ni existe su infancia, nila mfa. El circo, que antes espersbamos con ansiedad, con alegre antici- pacién, ahora nos rodea, nos invade, sefiltra por los in- tersticios. Todo es circo a nuestro alrededory s6lo que- remos que se vaya. Para disimularlo, tomamos café, 28 Fenémenos de circo Perseo y la cabeza de Medusa Perseo esta muy bien. Me gusta, es sonoro, Podria~ mos llamarlo «El Gran Perseoo, cY qué necesita para su acto? Tenemos buenas luces y el mejor equipo de soni- do, zElcasco de Hades para hacerse invisible? No, vea, ese tipo de elementos los tiene que traer usted, se supo- ne que forman parte de su ntimero, Si,o mismo con las sandalias voladoras, Entiendo: eran prestadasyy las tuvo que devolver a Hermes. Pero usted tiene muy buena presencia escénica, seguro que puede hacer algo con o que trae encima. En ese bolso tan particular, por ejem- plo. Ah, ya veo, no, no hace falta que me la muestre, la cabeza de Medusa es peligrosa. ¢No podri atenuar- se un poco esa mirada? ¢Con lentes de contacto opa- cos, quiz4? Se los podriamos colocar mirandola en un espejo. De ese modo haria que los espectadores sintie- ran algo especial, sin Ilegar a transformarlos del tod Aunque en el fondo... Le propongo intentarlo en una de las funciones para ver c6mo sale, no vamos a tener problemas. Créame, en el fondo, el puiblico es de pie- dra, amigo Perseo. Ana Maria Shua 29 Prometeo de circo eArte o entrenimiento? Si el buitre escarba honda- ‘mente con su pico en el higado de Prometeo, ges arte 0 entretenimiento? Es arte si es sangre verdadera el liquido que tife el pico del pajaro, si es sangre la que brota a borbotones y se derrama por el costado del cuerpo, si es sangre la que colorea de rojo las rocas a las que esta maniatado el hombre. Pero si es una mezcla de glicerina con ket- chup, es s6lo entrenimiento, puro circo. Por supuesto, hay quien opina precisamente lo contrario. Entretanto, como aesta distancia no es posible com- probarlo, habré que limitarsea disfrutar del especticu- lo. Hay funciones todos los dias. 30 Fenémenos de ciroo éQuién fue? Quin ha reemplazado el sistema hidrdulico que impulsaal hombre-bala por verdadera pélvora? 2Quién hha mezelado ese veneno que penetra a través de la piel en el maquillaje del payaso? eQuién ha limado los tra- pecios, quien ha cortado y vuelto a pegar la cuerda flo~ ja, quién ha desmontado el mecanismo de los cables de seguridad? Es mtitil buscaral asesino, leinformaal due- fio del circo y al lector el atribulado detective, muy in- cémodo de tener que trabajar en un cuento fantastico: el género policial al que esti habituado tampoco es rea- lista, pero tiene reglas mas precisas. ‘Ana Maria Shua at Quiza Los oficios Si los elefantes duclen y Ja carpa tiene un sabor amargo, si las serpientes empapan de sudor frio los tra~ pecios y los tigres te devoran la memoria, si se oyen los gritos del mago pidiendo socorro pero nadie lo ve, si el domadorazotaala écuyére y nohay payasos, sobre todo sino hay payasos, es aconsejable retirarse despacio, sin que nadie lo note, quiza no sea un circo, a veces es me- jor no preguntar. 32 Fenémenos de circo Sorprender Los artistas de circo nos preguntamos con desespe- racién cmo sorprendera los espectadores, Ser perfec- tosen latradicién no basta. Intentamos, entonces, elex- eso en las suertes conocidas: un salto mortal con cinco vueltas en el aire, malabares con diez yunques y diez plumas, tragarnos un paraguas, o un postede alumbra- do, sostener en la cuerda floja una pirdmide humana del tamafio de una pirimide egipeia, entrara una jaula con trescientos cincuenta leones y dos tigres, hacer desapa- recer para siempre a los enemigos de una persona del piblico elegida al azar, eCémo sorprender a los espectadores? En los nue~ vos citcos, adornamos los viejos trucos con el vestua- rio, con la coreografia, com las luces, con la actuacién, Peroamedida que envejecemos nuestros cuerpos ya no resisten los excesos, y ya no somos lo bastante be- Ilos, lo bastante comicos, lo bastante elisticos, lo bas- tante ingeniosos para formar parte delos nuevos circos. eCOmo sorprendera los malditos, alos cinicos especta- dores que ya lo han visto todo? En un intento de brin- dar el especticulo supremo, nos dejamos morir entre aplausos sobre laarena y no es suficiente, noes suficien- te. Eso lo hace cualquiera, ‘Ana Maria Shua 35 Inmortal Harta de coser lentejuelas, crei que ser artista era s6lo cuestion de tiempo y disciplina, Crei que me bas- tarfa con ser inmortal para llegar a ser trapecista, acr6~ bata, domadora, para brillarbajo las luces en mi traje de lentejuelas pegadas por otra, Doscientos afios después sigo siendo vestuarista, ‘una talentosa aunque un poco anticuada vestuarista de citco. Me buscan sobre todo cuando las olas de la moda refluyen sobre ciertas épocas que conozco como nadie. Y, sin embargo, por las noches, cuando el espectéculo ha terminado y bebo cerveza con los nuevos, siempre nuevos amigos, no desco la muerte. Las lentejuclas ya no se pegan amano, la cerveza es frfa y amarga, me gus- ta, como antes, que mela tiren con poca espuma. 36 Fenémenos de circa Artistas del trapecio No tengas miedo, volara, heredé nuestros genes, dice el artista del trapecio. Y desde el punto mas alto Janzaasu hija, un bebé todavia, por elaire, hacia los bra~ zos de la madre aterrada e infiel. No deberia temer: por las artes de su verdadero padre, el mago, la nifia real- mente vuela, O les hace creer que vuela. ‘Ana Maria Shua 37 Agiles y portores En todo ndimero de acrobacia hay égiles y portores. Los portores se llaman también bases, los Sgiles se lla~ man también volteadores. Lo portores sostienen y suje- tan, los égiles dan volteretas. Los portores ejercen fuer- zade propulsién, losdgiles emprenden fases aéreas. Los portores son las bases de las pirimides, los 4giles reali- zan en lo alto figuras de equilibrio. En la recepcién, el portor captura, el égil es capturado. En este momento, yo soy el portor, usted es el 4gil. Este es el tinicocircoen el que se nos permite intercambiar papeles, 38 Fenémenos de cireo Angel en la pista No, no es interesante que vuele, precisamente por- que tienealas. Es como ver caminara un hombre, como ver nadar a un pez. Ahora bien, si su famoso ingel pu- diera descollar en una prueba que fuera contraria a sus inclinaciones, a su anatomia... gEs buen lanzador de cuchillos, por ejemplo? Por ahi vamos mejorando, eCOmo dijo que se llamaba? Azrael...Azrael.,. mesue~ na. Pero aqui tendriamos que ponerle un nombreartis- tico, algo més impactante, mas ficil de pronunciar. Po drfamos llamarlo, por ejemplo, «El Angel de la Muerte», eso siempre impresiona al piblico. Ab. Entiendo, Pre- cisamente su especialidad. No, no hace falta que me lo demuestre, Pero, usted sabe, ésa es una prueba muy co- min, Hasta un chico... Qué tal se le da lo contrario? jEso si que impresionarfa mucho! Aja. Ya veo, No es su rea, Mire, déjemelo por unos dias, sin compromiso, y yale vamos 3 encontrar utilidad a sus abilidades, so- bre todo sies discreto, En fin, todo el mundo tiene ene- migos. Y acreedores, usted sabe. ‘Ana Maria Shua 30 Los acrébatas Como la pornografia o el patinaje sobre hielo, las pruebas de acrobacia repiten siempre las mismas fi- guras en distintas combinaciones, Buscando con cierta desesperacién la originalidad, el sindicato de acrébatas organiza un concurso para premiar aquel ntimero que sea realmente nuevo. La mayor parte de los competidores ofrece varian- tes menores, quese diferencian delas pruebas habitua- Jes por la alturaa la que Ilegan los saltos ola cantidad de acrébatas que participan. Un grupo de cinco millones cuatrocientos mil artistas chinos propone saltos simul- tineos y coordinados. Gran especticulo, sin duda, opi- nan los jurados, pero menos original que caro. Elganador es un delicado artista htingaro, de cabe- los rubios y escasos, que sorprende al tribunal con un salto mortal fuera de la realidad, pero no consigue vol- ver pata recibir el premio. 40 Fenémenos de circo Belerofonte y Quimera Una vez.en cada funcién, en ocasiones dos veces por dia, Belerofonte, montado en Pegaso, mataa Quimera, Belerofonte es atractivo y usa prendas que dejan al descubierto sus miisculos de héroe griego. La parte tra- sera del cuerpo de Quimera es de serpiente, el torso y Jas patas delanteras son de le6n, su incongruente cabe- za de cabra despide llamas. Belerofonte coloca un trozo de plomo en la punta desu lanza. Las lamas que despide la boca de Quimera derriten el plomo, que se cuela liquido por su gargan- taylamata, La lucha, por supuesto, es fingida. Exiliados de su lugar y su tiempo, Belerofonte y Quimera tienen mu- chos recuerdos en comin. Una y otra vez, la bestia fin- ‘ge morir ante los aplausos del piblico tonto, que tam- poco cree que Pegaso sea capaz de volar, a pesar de verlo on sus propios ojos. ‘Ana Maria Shua 4 Circo minimo Nacf en el siglo equivocado. Cuando mi vocaciéa de domador comenzé a manifestarse, ya era tarde. Los animales amaestrados provocaban horror en el pablico bienpensante. A pesar de todo he logrado montar un especticulo pequeiio pero bien organizado que toda- via no denuncié ninguna Sociedad Protectora. El citco depulgasessélo una broma, pero lasamebas y parame- cios bien entrenados forman bellisimas figuras de calei doscopio dignas del Cirque du Soleil. Noes posible d frazatlos, pero si tefiirlos de colores brillantes. 42 Fenémenos de circo Como el funambulista y su pértiga —Como el funambulista y su pértiga, equé somos eluno sin el otro? —Somos el riesgo, el vértigo, la velocidad, el esta~ llido. Somos mis y mejor que este precatio equilibrio. ‘Ana Maria Shua 43, Coney Island Sideshow Circus Donny Vomit o Kryssy Kocktail se introducen pro- fundamente, a través de los agujeros de la nariz, cla- vos largos, sacacorchos, la fresa de un taladro manual en funcionamiento. No se trata un truco, sino dela uti- lizacién conscientey cuidadosa de ciertas cavidadesna- turales del crineo. £1 Escorpién Negro realiza los mis ‘mos niimeros con la ventaja de que puede exhibir s6lo tes dedos deformes en cada mano. Bambi la Sirena es descaraday muestra sus pechos. Todos realizan actos de rutina como la cama de clavos, la silla eléctrica, cami- nar sobre vidrios o sobre brasas, tragar insectos, fuego © serpientes, Son los antiguos faquires, los artistas del hambre. El mejor de todos murié a principios del si- glo xx por desnutricién, abandonado, olvidado, cuan- do habia alcanzado el punto mis alto en la perfeccién de su arte. Sus discfpulos prefieren pruebas més grose- ras, menos prolongadas. 44 Fenémenos de circo La danza de las arafias No, la danza de las arafias no me intetesa, lo siento. Por favor, nome vuelvaa hablar dela antigiiedad del na- mero De la época Muromachi, anterior a la época Edo, yamelo dijo, Ayer me ofrecieron un nimero de equili- brio sobre menhires que es prehist6rico y tampoco me interesa, Mire, hay cuestiones de infraestructura, esto es una carpa, no hay forma de armar redes entrecruza- das entre pilares, como en los templos japoneses. Ade~ més yono soy un ignorante, usted sabe muy bien lo que pasé cuando la danza dejé de ser una tradici6n religio- say se convirtié en némero acrobitico, con las redes a ‘buena distancia del suelo, Peligrosisimo, usted lo ha di- cho. Por algo se dejé de representar incluso en Japon. No, ni siquiera con cable de seguridad. Sin embargo... ‘espere un momento, no corte. Qué otras cosas saben hacer sus arafias? ‘Ana Maria Shua oe Desventura de los tragasables A los tragasables se los menciona poco porque st. nombre ambiguo los hace objeto de burla y de traicién. Viven en una constante desventura: el péblico s6lo puede ver una parte de su néimero, Por eso la mitad de su actuaci6n esta destinada a probar que la otra mitad zo es un truco. Muchos valientes han muerto en esas lides Signor Benedetti se tragaba objetos que le ofrecta el piiblico. Segtin un periédico de La Habana de 1874, en. una funcién se trag6 la espada de un general y varios bastones, peto fracas6 en el intento de tragarse un pa~ aguas. Maude Churchill le entregaba su espada al ptiblico para que la examinara. En 1926, actuando ante los Re- yes de Inglaterra, uno de los espectadores dobl6 imper- ceptiblemente la hoja. Maude mutié unos dias después, equivocada, creyendo que habia probado por fin laa. tenticidad de su nimero, ‘Tony Marino, en 1947, fue el primero en tragar un tubo de neén y encenderlo para demostrar que no era un truco. El circo estall6 en apausos. El artista, emo~ cionado, hizo una reverencia. Lo salvaron en un hos~ pital de Detroit En un pueblo de Hungtia en 1952, el artista alemin Stephan Baum se trag6 a un espectador escéptico. Al acercar un micr6fono a la zona del es6fago, se escuchd claramente una voz que repetia: sEnciendan la luz. Esto esun truco», 46 Fenémenos de circo El disfraz En el circo, disfrazado de payaso, su torpeza pasa desapercibida. El maquillaje blanco encubre su blancu- ra, Sus comparieros de trabajo se quejan a veces de que hhuele mal, pero el director de citco lo defiende, porque hace reir como ninguno, se contenta con poco, y casi na~ diese da cuenta de que esti muerto. ‘Ana Maria Shua on El trapecista original Con los afios, el trapecista no puede ignorar que se repite, que se plagia a si mismo. Como a todo artista, esta certezale duele. En busca de la originalidad se lanza por el aire sin red, sin cable de seguridad, y finalmente sin trapecio. Pero qué es un trapecista sin trapecio sino ‘un mont6n informe, sanguinolento sobre el aserrin del citco y aun asf, qué pena, nada original. 48 Fenémenos de citco Equilibrista nato Apesar desu evidente aptitud, el hijo del equilibris- ta se resiste al oficio que pretende imponerle su padre. En la gran ciudad, seducido por una muchacha del pé- blico, eladolescente huye con una familia de abogados. ‘Muchos attos después, exitoso y agradecido, visita el citco para reconciliarse con su padre y para compat- tir con su familia la fortuna que ha logrado reunir ha- ciendo equilibrio en ol filo dela ley. ‘Ana Maria Shua 49 Focas de circo Mi especialidad es amaestrar focas y le puedo ase- gurar que son muy solicitadas. Aplaudir es la habilidad suprema de las focas de circo. Se las suele distribuir en- txe el pablico, para estimular el aplauso de los demas espectadores, Por supuesto, esto no sucede sélo en los circos. ¢Alcanza usted a distinguir los bigotes que aso- mann a cara de esa sefiora de anteojos negros y vesti- doa lunares? ¢Ve usted ese hombre muy gordo, que no se saca el impermeable a pesar del calor? 50 Fenémenos de circo Gloria de la poesia volante Cuando Alfredo Codona, trapecista mexicano, lo- gx6 por primera vez en 1920 el triple salto mortal, las erénicas periodisticas lo llamaron gloria de la poesia volantes y «angel del trapecio». Codonase sobresalté. fl trabajaba siempre con red de seguridad, para perfeccio- narel disimulo, y estaba seguro de haber ocultado per- fectamente sus alas ‘Ana Maria Shua Bt El Gran Garabafa La magia tiene limites. Ni el mis audaz de los ma- gos se atreve a prometer que podrs cumplir un deseo cualquiera, incluso un deseo sencillo, de sus especta- dores, Pero el Gran Garabafia promete, con gran des- pliegue de artificios, lo contrario, Con su magia puede lograr que tus deseos no se cumplan jams. Su fama in- ternacional seguir creciendo mientras nadie se atreva aponerloa prueba, 62 Fenémonos de ciroo Como un hércules is un hércules!, dicen los espectadores cultos, cuando el hombre forzudo levanta con una sola mano al caballo y la amazona. jEs un hércules!, dicen otros, cuando el hombre forzudo detiene con su pecho el avance de un cami6n con acoplado. jEs Hércules mis- mol, cree reconocerelo una joven dama, vigndolo domi- nar con sus manos desnudas a un toro y un leén. Pero no es Hércules. Harto de su trabajo monéto- no y secreto (aunque tan necesario) Atlas se ha tentado con las tareas ficiles y os aplausos del circo. Alas siete en punto, cuando salga la primera estrella, caerd sin re- medio la boveda celeste ‘Ana Marla Shua 58 Icarios y antipodistas Yaen los bajorrelieves del Alto Bgipto aparecen mau- jeres haciendo juegos icarios. Como los antipodistas, los icarios hacen malabarismo con los pies, Unos uti- lizan accesorios, otros utilizan nifios o adultos peque- {ios y livianos. Las buenas conciencias objetan que los nifos corren peligro. Sin embargo, se los cuida mucho, Unniio bien entrenado no es facil de sustituir. En cierta ocasién, un nifio arrojado hacia arriba por los pies de su padre se neg6 a bajar, y fue adopta~ do por tna familia de fundmbulos, Como en un cuen- to de Kafka, el nifio vivi6 desde entonces en lasalturas yseacostumbr6 a dormir sobre la cuerda floja sin soltar ia pértiga. Cuando el circo se desmontaba para cumplir con su vocacién némade, los funambulistas armaban para el nifio una breve cuerda en la caja de un camién. En sus Giltimos afios lego a ser un buen amigo del Ba- r6n Rampante aunque, quiza por ser plebeyo, no se lo mencione en el libro de Calvino. 54 Fenémenos de circa llusionistas y brujos Antes del siglo xx, los ilusionistas estaban obliga~ dos arevelarsus trucosa las autoridades para no ser per- seguidos por brujeria. Muchos auténticos brujos tuvie~ ron que fingirse ilusionistas para sobrevivir. A su vez, para entrar al mundo cerrado y secreto de los auténti cos brujos, muchos ilusionistas tuvieron que fingir que eran brujos que fingian ser lusionistas. Pero los autén- ticos brujos siempre los descubrian. ‘Ana Marfa Shua 55 Interrogaciones En su Historia del circo, Dominique Mauclair firma haber presenciado en Ia India un néimero que ya haba sido descripto en el siglo x1x por un cronista del viejo Paris, que se practica hoy en calles y plazas del Japon, que se ha visto, incluso, en algiin programa de televi- sién occidental. Se trata de un acto de regurgitacién al que podriamos llamar «el hombre-fuente», Segiin cuenta Mauclair, con ayuda de asistentes el artista bebe aproximadamente diez litros de agua. Para hacer el niimero més vistoso, traga tambiénalgunos pe- cecitos rojos, ranas y una pequena culebra. Los espec- tadores eligen el color con que desean ver salir el agua regurgitada. Entre surtidor y surtidor, el artista expulsa también alos peces, las ranas y a culebra. Ese hombre, cuando tiene sed, equé bebe? zQué ‘suehia? ¢Tiene una computadora portitil o la desea? Los peces, gmueren en cada funcién o sobreviven? gGanalo suficiente como para educar a sus hijos? Sabe cuando vaamoriro lo imagina? Lasranas gestin amaestradas? Como le da color al surtidor? zSe enamora? gEs mis feliz que usted? ¢Cambiaré de culebra con frecuencia? 56 Fenémenos de circo La gitana Noadivina el futuro. Lo ve, realmente lo ve, en for- ma de imgenes comparables a hologramas, en su bola de cristal. Son siempre retazos fitiles de la vida de sus clientes, pedazos de futuro irrelevantes pero muy cla- ros, muy definidos. Los ve lavindose las manos en el bafto de un café, tomando sol en una playa irreconoci- ble, rascdndose un pie, echando pimienta en un plato desopa. La experiencia le ha ensefiado a obtener ciertos datos ttiles a partir de esas imagenes banales. Silos ve ‘muy envejecidos, es que tendran una larga vida. Ciertos detalles en la ropa o en la actividad que estin realizan- do le permite pronosticarles buena fortuna. Pero sabe que también puede equivocarse mucho. Por ejempl una vez vio su propio marido manejando un autom: vil de lujo poco antes de ser contratado como encarga- do deuna playa de estacionamiento, Dalo mismo: asus clientes, de todos modos, les miente. ‘Ana Maria Shua 87 La mujer que vuela —Puedo volar—dice la mujer. Sela ve grande y can- sada, Fue bella, —Trapecista. Una genial trapecista—entiendeel di- rector del circo. —No. Yo vuelo. De verdad. —gCon cables invisibles? ¢Con un sistema de ima- nes, como el mago David Copperfield? —Usted no entiende. Como Superman, La mujeralza el vuelo y da una vuelta completa al- rededor de la carpa. —Una gran artista, Pero no es éste su lugar, sefiora —el director es sincero y odia tener que rechazar a una gran artista—. fste es un modesto circo de minicuen- to. Estoy seguro de que tendra mas suerte en una nove- lade realismo migico. 58 Fenémenos de circo Lord Mystery Dotado como ninguno para las artes circenses, el arist6crata inglés al que Ilamaremos Lord Mystery era capaz de realizar un triple salto mortal, de sostener has- tadoce platillos girando simulténeamente, deasombrar alos espectadores con su magia, de hacerse obedecer por ocho leones y quince tigres encerrado con ellos en Jajaula, de mantener en el aire dos ceniceros, un libro y cuatro pelotas livianas, pero no podia enamorarse, qui- zéporqueno era un truconiunailusién, y tampoco de- pendia de su habilidad. ‘Ana Maria Shua 59 Los autématas Son hombres, mujeres y nifios excelsos en el arte de fingir la vida. Imitan con tanta perfeccién los mo- vimientos humanos que s6lo su constante repeticién los denuncia como mufiecos de madera, Su duefio y creador descolla en la perfeccién de los detalles, como el brillo de la piel, el volumen de la carne, Uno de los hombres tiene un tic; una mujer, con los ojos perdidos, esboza una semisonrisa, como respondiendo a un re- cuerdo, un chico resfriado se sorbe los mocos. Pero si son casi pefectos en su imitacién de la vida, hay que ver la perfeccién absoluta con que mueren, la gradual palidez que se apodera de sus mejillas, el aban- dono inanimado de sus cuerpos, la sorprendente, sor- prendente rapidez con que se pudre la madera, 60 Fenémenos de circo Magia Unmacho y una hembra de la misma especie (homo sapiensincluido) unen ciertas zonasdesu cuerpo, aque- lias por las que mis se diferencian. En el interior del vientre de la hembra se fusionan a su vez el principio femenino con el masculino y de esa unién comienza a formarse un nuevo ser que nacerd en un tiempo varia- ble de acuerdo con la especie: casi dos afios en el caso delos elefantes, nueve meses en el caso de los seres hu- manos, mucho menos en los insectos. Exige paciencia porque es un numero lento, pero resultamuy impresio- nante, sobre todo para losnifios. Se conocen muchos de Jos procesos fisico-quimicos concomitantes, pero has- taahora nadie ha logrado descubrirl truco, nicopiarlo. ‘Ana Marla Shua er Mago con serrucho Con el serrucho, el mago cortaen dos lacajadedon- de asoman las piernas, los brazos y la cabeza de su par- tenaire, La cara de la mujer, sonriente al principio, se deforma en una mueca de miedo. En seguida empieza gritar. Brota la sangre, la mujer aulla pidiendo socorro y mueve los brazos y las piernas con aparente desespe- racion mientras la gente aplaude y se rie, Después s6lo se queja débilmente y al fin se calla. En otras épocas el ptiblico era més exigente, recuerda el mago: pretendia que la mujer volvicraa aparecer intacta, Ahora, en cier- to modo, todo es mis fic 62 Fenémenos de circo Mago sin libreto Una vex, hace muchos afios (demasiados, ya) un jo- ‘ven mago me pidié que le escribiera un guién para su espectaculo. Le ped que me preparara una lista de los trucos que era capaz de hacer, para poder ensartarlos en elhilo conductor de una pequefia historia. Su respuesta meresulté inesperada y poco profesional. Yo soy mago, me dijo: puedo hacer cualquier cosa, Nole crei, ylolamento. Cudnto menos caético seria todo esto si tuviera un buen libreto. ‘Ana Maria Shua 63 Malabares en las islas Tonga En las islas Tonga, del Pacifico Sur, las niias hacen malabarismos con grandes nueces denominadas tui tui El éxito de su acto malabar tiene consecuencias sociales importantes con respecto a su matrimonio 0 a sus po- sibilidades de ascenso so Hay una isla, sin embargo, donde la habilidad para ‘mantener las nueces en el aire dandoles un habil golpe- cito por debajo, despierta temor en los futuros maridos. Por ese motivo son las peores en el concurso de mala- bares las que tienen mejores oportunidades a la hora de contraer matrimonio, Se objetard que en un juego de habilidad, perder es més ficil que ganar. Y sin em- bargo no es asf cuando todas intentan perder al mis- mo tiempo. 64 Fenémenos de circo La muchacha del circo Pero como puede usted creer que fue a propésito, le dice indignada al periodista lz muchacha del circo. {Usted cree que aflojé voluntariamente la mano con la que aferraba el trapecio? gPara que el puiblico crea que se trat6 de impericia, de torpeza, de falta de entrenamien- to? ¢Por qué todos piensan que elegiriamos un méto- do tan humillante, tan peligroso, con tantas posibili- dades de sobrevivir como invalidos? ¢Acaso nosotros no tenemos derecho a tomar pastillas, a tirarnos deba- jodeun tren, a pegarnos un tiro? Hagame el favor, no se crea todo lo que dicen las letras de tango. Lo que pas6 fue mucho mis simple: fue impericia, torpeza, falta de entrenamiento. Elperiodista la deja hamacindose en sunube y vue- la a entrevistar a otros personajes mis cordiales. Tiene las alas cansadas y muchas veces se pregunta si de ver- dad est en el Paraiso. ‘Ana Maria Shua 66 Muchas versiones ‘Tratando de escapar, el hamster corre con desespe- racién en la ruedita que forma parte de su prisién, tal vez la parte més cruel: el tormento por la esperanza, Sin embargo, el nifio que lo mira absorto ve sélo un minfis~ culo espectaculo circense, en el que el hamster es un acrobata que corre por el placer de correr, porelaplauso. En el circo verdadero, el acrobata, el mago, el equi librista, zacaso no tratan de escapar también? Se dice que cierto trapecistalo logré una vez, que consiguié irse para siempre. Dicen también que regres6 por su pro- pia voluntad. Otros dicen que quiso volver y no pudo. Otros dicen que lo trajeron de vuelta por la fuerza. Hay incluso quien supone que todos estamos en libertad. 66 Fenémenos de ciroo Nada por aqui Elavance de la ciencia ha limitado mucho las posi- bilidades de la magia. Las Botas de Siete Leguas, la Al- fombra Magica han sido reemplazadas con ventaja por losaviones. Mediante artilugios tecnolégicos es posible oir voces o ver imagenes del pasado. Laluz.eléctrica, los, robots, las computadoras han reducido alos magosaun solo acto, infinitamente repetido: hacer aparecer, hacer desaparecer, con meras variantes coreograficas. Eso es Jo que piensa el mago, pero no lo dice. Con un gran sus- piro interior, se dispone a realizarsumtimero repitiendo Ta antigua formula ritual: nada por aqui, nada por alld. “Ante los ojos absortos, maravillados de los espectado- res, el mago extrae poco a poco el Universo de la Nada ‘Ana Marfa Shua 67 Nos pasa a todos Si la contorsionista tiene artrosis y el trapecista su- fre de vertigo, sia la écuyére se le rompié el menisco por desgaste y el mago perdié los reflejos, si el malabarista tiene presbicia y una tendinitis supraespinal le impide al domador hacer restallar el létigo, qué importa, la ve- jezno existe. Se tiene la edad de los suetios, la edad de los deseos, la edad de la més joven de tus amantes, la edad de tu corazén. Y siempre habré un lugar para no- sotros en el circo: s6lo se trata de maquillarnosun poco ‘mis cuando losafios nos conviertana todos en payasos. 68 Fenémenos de circo Nudo gordiano El carro de Gordias, rey de Frigia, estaba atado con unnudo tan complicado que nadie lo podia desatar. Se- gi el oraculo, quien fuera capaz.de deshacer ese nudo conseguiria conquistar toda Asia Menor. Sélo Alejan- dro Magno fue capaz de encontrar la solucién: corté el ‘nudo con un tajo de su espada, Pero éste no es el caso, amigos, les rego que tengan un poco mis de paciencia, insiste la joven contorsionista, ante los hombres que la sacaron en andas de la pista y que hace tres 4 tratando de desanudarla ‘Ana Maria Shua 60. La orquesta del circo ‘Tantos atios de esfuerzo, dinero, sactifcio, una vida yttal vez dos entregadasal violin, ese monstruo devora~ dordeinfancias y todo para qué, para terminar forman- do parte dela fanfarria de un citco, se dice, con dolor, la madre del violinista, mientras sigueal circo con swauto por todoel pafs, sealoja en moteles baratos, no se pierde uuna ola funci6n y aplaude, aplaude, aplaude y se divier- te y se proponc hablar seriamente con el director para que haga bajar un poco el volumen de las trompetas, 70 Fenémenos de circo La demostracién Los trapecistas, los payasos, los contorsionistas, los actdbatas, los caballistas, los forzudos, exhiben alegre- mente sus habilidades. Pero los tragasables, queno pue- den mostrar mas que una parte de su niimero, se pasan Ja vida tratando de demostrar que la otra parte es au- téntica, A los demas nos pasa lo mismo. Nuestra vida transcurre tratando de demostrar que no fingimos, que es realmente asi, que nos tragamos la aguja de tejer, cl bast6n, los cuchiflos, la espada, hasta la empufiadura misma, A diferencia de los tragasables, todos sabemos quees un truco. ‘Ana Maria Shua a Palomas, mago El mago se saca palomas de la manga, las hace salir de la galera. Después de un corto revoloteo, las palo- mas se posan en el dedo del mago, que las traslada a su vez auna percha. éPor qué nose escapan volando?, pregunta un nifio, Porque les cortan lasalas, explicael padre. Algunos ma. gos es cortan las plumas de una sola de lasalasy es sufi- ciente para que no puedan volar. Otros, para evitar que el piblico se dé cuenta, les cortan una pluma pormedio de los dos lados. Durante la actuacién, cuando la palo maabre sus alas, parecen completas, pero asi mutiladas no le petmiten sustentarse en el aire. También hay al- unos pocos magos, muy habiles, que logran adiestrar- las de modo queno escapen. Cuando termina su mimero, mago y palomas se van asucarromato. Las palomas doblan almago en cuatro y lo guardan en su caja. 72 Fenémenos de ciroo Payaso perfecto Nada tan desopilante como el fracaso ajeno. Los pa- yasos fracasan ruidosamente en toda tarea que empren- den y el pitblico rie, rie, rie, El payaso perfecto fracasa hasta en su intento de divertir a los espectadores, que Jo miran aburridos o incluso tristes. Es la culminacién absoluta de st arte, pero pocos lo comprenden. Despe- dido del circo, nadie quiere emplearlo y camina por las calles desalentado, menos gracioso que nunea, seguido porun grupo de jovenes universitarios que lo conside- ran un espectictulo de culto. Con el tiempo, legard a ganarse la vida dando conferencias. Su pats lo postula al Premio Grock, el Nobel de los Payasos. Ana Maria Shua id Payaso shakespeariano William Wallet fue un payaso inglés que podia res- pondera los comentarios o pullas del publico con citas del Bardo. El ntimero es dificil pero no imposible, yo misma lo he intentado con relativo éxito. Excepto que nadie se da cuenta. ” Fenémenos de circo Piramide humana Una familia se destaca en la prueba de la pirémide humana, Lo que asombra no esa forma oel tamafio de la precaria construccién, sino el orden en que se cor tituye. Los primeros son, como siempre, los mis forzu- dos, pero en lugar de ponerlos abajo para que sostengan alos demas sobre sus hombros, los mandan arriba: ellos ‘ocupan su lugar en lasalturas y una vezaalli tiran de los, demés y losalzan a pulso, hasta colocaracada uno en la posicién deseada. Abajo de odo, caminando con gracia, se instalan, livianos, una grécil adolescente y un niio. Ana Maria Shua 75 La poeta écuyére Su niimero consiste en montar el signo y hacer pi- ruetas acrobiticas sobre la gruesa linea que separa signi- ficado de significante. El signo, mucho menos décil de Jo queel piblicoimagina, a veces se encabrita y la voltea de un corcovo. Entonces la écuyere se lamenta de haber abandonado la gramitica y el diccionario para seguir al circo. La aplauden poco, ud Fenémenos de circo Problemas con los elefantes Siempre el problema de los elefantes. Las dificulta- des paraalimentarlos, sus caprichos. Los fardos de pas- toque nunca alcanzan, sus exigencias de prima donna. Quieren salir altimos, como broche de oro del espec- téculo, figurar primeros en el cartel, quieren que la jo- ven que levantan en su tropa sea una modelo famosa y-cotizada, quieren bombones, imaginense: no menos ‘de cuarenta kilos de bombones. Quieren manteca, pero suelta y no en paquete, para frotarse las arrugas en la piel de las rodillas. Y después, ante el domador, como si nada: obedientes, graves, silenciosos. Todos se bur- lan demi, nadie me cree, esagobiante, estoy harto de ser cuidador de elefantes, quiero cambiar, estoy comiendo mucho, me dejo crecer la trompa. ‘Ana Marfa Shua ” éQuién es la victima? Los payasos acttian en parejas. Por lo deellos.es victima dela bromas, trucos y ae del otror el que recibe las bofetadas. Las parejas pueden ser Augusto y Carablanca, Pierrot y Arlequin, Penasar y Kartala, el tonto y el inteligente, el gordo y el aco, el torpe y el 4gil, elautory el lector, : 78 ‘i Fenémenos de ciroo El tirador En los pequefios circos del Lejano Oeste exhibia su arte un famoso tirador. Dominar ese oficio exige apti- ‘wud, vocaci6n e infatigable ejercicio. Nuestro hombre se habfa entrenado en el arte de la buena punteria has- ta ser capaz de perforar con una bala el centro justo de ‘una moneda a cincuenta pasos de distancia. Unas ho- ras antes de morir justific6 ante el doctor Pemberton su ‘miserable derrota: ninguno de los bandidos que lo ata- caron Hevaba encima cambio chico. ‘Ana Maria Shua - El tragador de culebras Mellevé tres meses aprender a tragar espadas y ser- pientes. Al principio me lastimaba con las espadas. Du- rante los primeros dos meses s6lo podia alimentarme con liquidos. Me curaba con azticar y limén, Mis ser- pientes tienen unos cuarenta ycinco centimetros de lar- oy un gusto dspero, muy raro, Por medio penique, los chicos me las traen del bosque. Liegan embarradas. An- tes de tragarlas las limpio bien con un trapo y les arran- coloscolmillos ‘Tragar serpientes es ficil. Entran suavemente, aun que las escamas raspan un poquito al salir. Introdsizco la cabeza en la boca y les clavo las tfias en la cola, Tratan- do de escapar, la culebra mete la cabeza por la garganta y el esto del cuepo se enrosca en la boca. En realidad, sun truco, porque la cabeza no baja por la faringe mas de cinco centimetros. Londres, 1860: asi se confiesa el gran Sallementro, casiavergonzado, ¥ usted, equéseria capazde hacer por un aplauso? 80 Fenémenos de circo Tragafuegos No hay truco. Ningiin liquido protector recubre la mucosa bucal ni existen sustancias capaces de arder: calor. Los tragafuegos apagan antorchas en laboca, ave- ces mastican brasas, se queman con frecuencia, Des- pués de unos afios ejerciendo su oficio, sufren de carci- nomas bucales. Los pulmones enferman de neumonfa lipoidea por respirar el combustible que usan para lan- zarllamas. El riesgo es grande: inhalar mientras se tiene enla boca una llama encendida causa la muerte. Pero el ngimero es muy econémico, impresionaal pitblico, y no necesita mucho entrenamiento. Basta con conocer cier- tas técnicas de manipulacién del fuego y, sobre todo, te- ner buena resistenciaal dolor. La mayor parte delos tra~ gafuegos son pobres y acttian en las calles dela ciudad. ‘Me dan un poco de pena. Hubiera preferido no incorpo- rarlosa mi circo, pero son muchos, son amenazadores, emiten largas llamaradas malolientes, consideré acep- tarlos, aqui estén, ‘Ana Marfa Shua a Tragar veneno Elespectéculo del Capitan Veitro consistia en tra- gar venenos. Era honesto y dedicado en su profesion y como muchos otros, se veia obligado a demostrarlo. Con la muerte de un pollito, una paloma o un conejo demostraba la fuerza del veneno que estaba dispuesto a ingerir. Después de tragar el t6xico, lo vomitaba para que se pudiera comprobar que habia estado realmente en su estémago. Su ntimero tenfa poco éxito. Incluso el piblico tiene limites, a veces, 82 Fenémonos de circo Ventrilocuo y mufieco Como un otto yo desfachatado y rebelde, sin los i- mites que impone la buena educaci6n, el mufieco del -ventrilocuo dice lo que su dueiio callaria, fsa es su fun- cién. A veces se excede, algunos espectadores lo en- cuentran ofensivo y el ventiflocuo se ve obligado a re- convenitlo con palabras moderadas y corteses. También, escribe, pero su dueiio borra o rompe todos sus textos. ‘Ana Marfa Shua 3 Ventajas femeninas Los freaks Quién si no las mujeres, siempre dispuestas a do- blarnos (los hombres son tan derechos), con nuestro estilo complicado y retorcido (los hombres son tan simples), con nuestras articulaciones laxas (las de los hombres son tan rigidas), quién si no las mujeres y las serpientes para contorsionistas, empecinadas en ese nudo obsceno, tentador, reprobable, que sin embargo nos exigen, nos aplauden. 84 Fenémenos de circo Los freaks En el néimero del trapecista, lo esencial es el riesgo. En el del malabarista, la habilidad. Pero al freak no le ‘basta con ser deforme, la gentese cansa répido de mirar. Lacapacidad de concentracién es breve en losseres hu- ‘manos (lo saben también aquellos que pretenden sos- tener la atencién de la gente con un cuadro, una insta~ lacién, una escultura). No hay fenémeno de circo tan interesante como para entretener al pablico sin necesi: dad de representar algéin ntimero. Por eso los freaksne- cesitan pergefiar una actuacion en la que su deformidad se destaque y se supere, que incluyaaccién, movimien- to, yun médico relato que los sostenga. ‘As(, la artista inglesa Elizabeth Allen, ademas de ‘mostrar sus cuernos naturales, bailaba y entonabacan- ciones picarescas sobre el escenario. Asi los famosos Johnny y Robert Eckhart, hermanos gemelos (excep- to que Johnny no tenia piernas) horrorizaban a los es- pectadores con el truco del mago y el serrucho. El mas, famoso de los hombres-gusano, el Principe Randian, enrollaba, encendia y fumaba su cigarro en paiblico, y no’era poca proeza. Yo misma me hamaco con violen- ciaen las palabras escucho al lector suspirar con alivio ‘cuando evito por milimetros, en cada envién, ser arro- jada fuera del limite de veinticinco lineas que los criti- cos han establecido para este género. ‘Ana Marfa Shua 387 Diane Arbus Con morbosa curiosidad infantil y emocionada su- tileza, la fotdgrafa Diane Arbus (:923-1971) rettato la belleza aciaga de los monstruos, Eligid ser artista en el ‘mismo terreno donde Barnum crecié como empresario, Arbus legé a ser una famosa, temida y finalmente bus, cada cazadora de fendmenos, Sedice que dos nifias fue ron cosidas entre si slo para figurar entre sus retratos, Se dice que un hombre adulto acepté que se trasplan. tara su cabeza al cuerpo de un nfo gordo por la misma raz6n. Su suicidio la transformé en uno de ellos, como a cualquier cadaver, ' 88 Fenémenos de circo Ausencias Est bien, a su artista le faltan los pies, pero con eso no es suficiente. eQué sabe hacer? gAl menos camina con las manos? Es una suerte muy coméin, pero en un hombre sin pies podriamos sacarle provecho. Ya veo. ‘Tampoco tiene manos. Serfa interesante si pudiera ha- cer algtin tipo de acrobacia con los mufiones, ¢Ni bra zos ni piernas? Bueno, eso ya vale la pena. Un hombre gusano. ¢Vio alguna vez la actuacién del Principe Ran- dian en la pelicula Freaks?... Pero porlo que me dice, el torso... é¥lacabeza? Una cabeza que habla siempreim- presiona, sobre todo si podemos demostrar que no es un truco. ¢Tampoco eso? Me parece cada vez mis atrac- tivo. gPor qué no melo trae para que lo vea? Ah, ya est aqui, comprendo. ‘Ana Maria Shua os Barnum y Cia, Los agentes de P.T. Barnum recorrfan el mundo en- tero en busca de freaks cada vez. ms distintos, mis ex- trafios, mas aterradores. Era importante, sin embargo, que recordaran la forma humana, porque solo una de- formacién de aquello que noses familiar puede provo- carese efecto de horrory fascinaci6n, Por esa raz6n se vieron obligados a desechar algunos especimenes muy interesantes, como el hombre-libro de Kinuria, que se podia leer desde la primera hasta la dtima pagina sin imaginarni por un instante que hubiera sido patido por mujer. 80 Fenémenos de circo Las dos mitades Charles Tripp, el hombre sin brazos, se ganaba la vida coma carpintero antes de entrar en circo. Eli Bowen, el acrdbata sin piernas, tenia dos pequefios pies de dife- rente tamafio que nacian de sus caderas y era conside- rado el mas buen mozo de los artistas de circo. En una de sus actuaciones conjuntas Bowen conducfa una bici- cleta mientras Tripp pedaleaba. Los espectadores aplau- dian como tontos, sin darse cuenta de todo lo que po- driamos hacer si tuviéramos esa otra mitad de la que nada sabemos, la mitad que nos falta, la otra parte de estos cuerpos inacabados que s6lo por ignorancia ima- ginamos completos. ‘Ana Maria Shua an El que tiene el Poder Cuando sus padres se dieron cuenta de que tenfa el Poder, imaginaron para él un futuro de gloria, Pero el éxito no depende de las habilidades, por magicas que sean, sino de una cierta combinacién de astucia y vo- Tuntad. Otro podria haber llegadoa ser el amo del mun- do. El apenas consigue ganarse la vida como fenéme- node circo. Sin embargo, la vida itinerante no le disgusta. Cien- tos de nitios acuden acada funcién. Desde laarena tiene tuna vista panordmica del piblico y asi los detecta, Son Pecos, son raros. Los reconoce sin error por los gestos esquivos, por la mirada triste. Son los que tienen el Po- der. Al terminar el especticulo, se instala en la puerta de salida y les acaricia la cabeza a todos los nifios, Pero s6lo a algunos les inocula ese veneno que los mata un dia después casi sin dafio, sin dolor. Mis sufro yo, se dice a si mismo para justificarse, 92 Fenémenos de citco El elefante-hombre Mucho seha escrito acerca del hombre-elefante, ese pobreserdeforme, afectado porunaenfermedad quelo convertia en un monstruo risibley maloliente, en un fe- némeno de circo. Pero como los elefantes no escriben, poco sabernos sobre el caso peculiar del elefante-hom- bre, un animal sin trompa ni colmillos, capaz de son- reir y de llorar, al que su madre protegia del resto de la manada, Después de la muerte de su madre, el elefante- hombre fue atacado porlos otros machos ylamanadalo abandon6, malherido, cn la sabana, Una nueva demos- tracién de quea pesar de la opinién general, los elefan- tes no son mejores que los humanos, ‘Ana Marfa Shua 93 Los Embajadores de Marte Los hermanos Georgey Willie Muse fueron secues- trados por empresarios inescrupulosos. Se los exhibié primero como Iko y Eko, los Canibales Ecuatorianos y ‘unos afios después como los Embajaclores de Marte, En realidad, s6lo uno de ellos era marciano, pero nunca accedié al rango de embajador, Fue enviado a la ‘Tierra, y se lo hizo ingresara la matriz de su supuesta madre en el mismo instante en que George era conce- bido. El plan original consistia en que se desarrollaray naciera como el hermano gemelo de un nitio cualquiera, Lamentablemente para los planes de invasién, el otro ocupante de ese ‘itero materno en particular re- sulté serel producto de una combinacién de genes muy extrafia; un negro albino. Los gemelos eran tan raros que pronto se convirtieron en atracciones de circo ylos ope~ radores marcianos, poco interesados en llamar la aten- ci6n, decidieron abandonar el experimentoa su propia suerte, Willie Muse murié en la Tierra,a la edad de 108 afios, treinta afios después que su hermano gemelo. 04 Fenémenos de circo La pequefa Lucia Zarate En su edad adulta, la mexicana Lucia Zarate llegé a medir cincuenta centimetros. Pesaba dos kilos y me- dio y era perfectamente normal en cualquier otro as~ pecto, Fuelaenana de circo mejor pagada dela historia, En 1880 ganaba nada menos que veinte délares la hora. Murié una noche por congelamiento, cuando el trenen elque viajaba qued6 varado en las Montatias Rocallosas. ‘Aquellos que van en peregrinacién hasta el lugar de su deceso, la consideran una intercesora ante la divini- dad. Instalada alos pies del Trono del Sefior, sélo ella en toda la jerarquia de santos seria capaz de resolverlos pequefios problemas que los demés desdeian. Se rue- gaa la minima Lucfa para que nos libre de los callos, el ‘mal aliento, las visitas inoportunas, la gente que habla en el cine, las manchas de comida en la ropa buena y la picazén por alergia de contacto. ‘Ana Maria Shua 9 El Esqueleto Humano Pete Robinson, el Esqueleto Humano, pesaba me- nos de treinta kilos. Era conocido entre los demés ar- tistas del circo por la intensidad polémica con la que dofendia sus opiniones politicas, Estaba casado con la mujer obesa Bunny Smith, una belleza de doscientos. diez kilos. Sin embargo, en la famosa pelicula Freaks, deTod Browning, interpreta al marido de la mujer bar. buda. Sélo la realidad se puede permitir ser tan brutal- mente obvia, 96 Fenémenos de circo Fenémenos y ntimeros Se trata de que el monstruo realice precisamen- te aquellas pruebas que exigen la participacién de las partes faltantes o deformes. Tienen mucho éxito, por ejemplo, la dama sin brazos que firma aut6grafos con los pies, la gorda de circo que baila ballet, el hombre sin piernas que anda en bicicleta, el nifio sin cabeza que se suena la nariz en pablico. ‘Ana Maria Shua a7 El hombre-arbol de Java Dedé Koswara, el hombre-érbol de Java, esté afecta~ do poruna rata variante del virus del papiloma humano, Verrugas en forma de nudos deforman sus extremida- des hasta asemejarlas a las ramas de un érbol. Median- te una costosa operacion quirtrgica se le extrajeron seis, kilos de callosidades y verrugas, que pronto comenza- ona ctecer otra vez. Durante un tiempo, Koswara, pa- dre de dos hijos, se vio obligado a trabajar en un citco de Bandung para obtener alimentos. Porsuerte, yano tendré que volveral circo: gracias unzeportajemuy bien pago para el Discovery Channel, ha logrado comprar algunas tierras para cultivar artoz y un coche de segunda mano que no puede conducir con sus manos como ramas. El mismo Barnum no pa- gaba mejora sus freaks. Tampoco tenfa, por cierto, tan~ tos espectadores. Nohay que desdeiiar, sin embargo, laopinién delos Arboles, que consideran toda la cuestién desde otto Angulo, 98 Fenémenos de circo La Mujer Cara de Mula Grace McDaniel, la Mujer Cara de Mula, sufria una enfermedad congénita, el sindrome de Sturge-Weber, en una variante degenerativa, La Hidra de Lerma, la Qui- mera, y el Can Cerbero, eran hijos de Tifon y Equidna, es decir que, en esos casos, el problema no era congé- nito sino hereditario. Al empresario que los regentea- ba le daba igual Ana Maria Shua 99 Sacrificios por amor Jean Carroll, una famosa mujerbarbuda, acepts afei- tarse la barba para casarse con el contorsionista Johnny Carson. Desde nifia Jean habia sido siempre una atrac- cién de citco, y no le era facil ganarse la vida de otto modo. Poreso decidié tatuarse todo el cuerpo con sete- cientos intrincados motivos que exhibio desde enton- ces con éxito y en detalle. Fue un proceso doloroso y se lo estoy citando como ejemplo, ¢Aceptaria eliminar sas feas extremidades a los que ustedes suelen amar piernas y brazos para casarse conmigo? Nuestros ciru- janos podrian reemplazarlos por los agradables apen- dices vernaculos. £l resto de su persona es lo bastante extrafio en este mundo como para seguir exhibiéndo- se sin problemas. 100 Fenémenos de circo Tu y Yo, hermanos siameses Unidos por la espalda, los hermanos siameses Te y Yo no se contentan con exhibirse como fenémenos de citco, no les basta convocar al horror o la sorpresa. Como el resto de los artistas, quieren causar admira- cién. Pretenden (y tienen derecho a hacerlo) destacar- se en niimeros que demuestren su entrenamiento, su fuerza, la férrea pasion humana por desarrollar habi lidades insensatas. Coinciden en su deseo, pero diver- gen en su vocaci6n: Té ama volar en el trapecio, Yo es tun consumado contorsionista, Vale la pena verlos. ‘Ana Marfa Shua tor

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