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La imagen de Chile durante la Guerra del Pacífico

Carmen Romero Lorenzo


Doble grado de Humanidades y Traducción e Interpretación

Introducción

En el presente trabajo discutiremos la nueva identidad chilena que se forjó a causa de la guerra
del pacífico y la maquinaría propagandística que la puso en marcha: prensa, teatro, obras literarias e
incluso predicación desde el púlpito. Ademas también se verá brevemente algunas de las estrategias
que se desarrollaron para “chilenizar” a los habitantes de las nuevas provincias que se ganaron
durante la guerra.

Orígenes del Conflicto

La Guerra del pacífico es uno de los hechos históricos más importantes para las naciones
involucradas en el conflicto. De hecho para Chile supone casi una segunda independencia. Se
desarrolló entre 1879 y 1883, lo que resultó en una victoria de los chilenos sobre los peruanos y
bolivianos.
Sus orígenes se remontan a un tratado de alianza secreto entre Perú y Bolivia en 1873. Este pacto
no hacía ninguna referencia a Chile, pero incidía en el compromiso de ayuda defensiva en caso de
ataque externo.
La relación de Chile con ambos países no estaba exenta de conflictos por aquella época. Por un
lado, existía una discrepancia respecto a la frontera con Bolivia a la que puso fin el tratado limítrofe
de 1874; por el cual se acordó que Chile renunciaría al 50% de los impuestos en la frontera, a
cambio del compromiso boliviano de no incrementar los impuestos a las capitales y negocios
chilenos durante 25 años. De esta manera se fijó la frontera entre los paralelos 23 y 24 de latitud
sur1, justo a las puertas del rico desierto de Antafagasta que, según el acuerdo, Chile podría explorar
y explotar disfrutando de la serie de ventajas descritas anteriormente. Sin embargo, en 1879 el
presidente de Bolivia, Hilarión Daza, aprobó una ley que aumentaba diez centavos el impuesto
sobre el salitre, violando el tratado, por lo que la chilena Compañía de Salitres y Ferrocarriles de
Antofagasta (CSFA) se negó a pagar este aumento. Como respuesta, Bolivia amenazó con
nacionalizar las minas de salitre y el gobierno chileno decidió ocupar la zona de Antofagasta, hecho
que daría comienzo a la guerra.
Mientras que Perú, por otro lado, se hallaba sumergido en una crisis tanto económica como

1
RAZOUX, P: La guerra del Pacífico (1879-1884), 2005. p. 23

1
política debido a la inestabilidad del país y dependía en gran medida de la exportación de guano, un
abono natural que las aves migratorias depositaban en las Islas de Chincha. Aunque en un principio
esto produjo una mejora de la economía, la administración peruana no gestionó con eficiencia estos
ingresos, que además se vieron amenazados por la exportación de salitre de Chile, lo cual también
podía usarse para fabricar abono. Es por esto por lo que en 1873, Perú nacionaliza las minas de
salitre2, lo cual no impide que Chile continué con la explotación en su territorios, obteniendo más
ganancias, ya que se veía libre de impuestos 3. Uno de los motivos principales de Perú para firmar la
alianza con Bolivia fue el pánico ante la supuesta política imperialista chilena. Cuando Chile tomó
Antofagasta, Perú oficializó su tratado con Bolivia en contra de la opinión de algunos liberales que
alertaron de los peligros de una guerra.
Tampoco hay que olvidar el papel de Reino Unido en el desencadenamiento del conflicto, puesto
que varias empresas británicas tenían intereses en la región de Antofagasta y presionaron al
gobierno chileno para que actuara en contra de Bolivia.
En definitiva, esto se tradujo en una guerra de casi cinco años que dejó cerca de 20 mil muertos y
transformó irremisiblemente las sociedades de los países contendientes como veremos a
continuación.
La creación de una nueva identidad chilena

La identidad nacional de chile se vio alterada por la Guerra del Pacifico. Desde su independencia
del Imperio Español, Chile se había caracterizado por un ensalzamiento de los valores republicanos,
aunque estos fueron evolucionando al mezclarse con el liberalismo comercial. 4 Por ejemplo, para
liberarse de los restos del colonialismo, se volcaron en darle prioridad a la lealtad a la república,
pero el peso del liberalismo decimonónico consiguió que la búsqueda del bien individual también
fuera importante. Además, como veremos en este apartado, la guerra tuvo un papel fundamental en
la transformación de Chile en una especie de república imperialista, puesto que al igual que Estados
Unidos por aquella época, unos de los objetivos que perseguía era el expandir sus fronteras5.
Uno de estos factores que se actualizaron con la llegada de la guerra fue la cuestión de la raza. Se
persigue la integración de los indígenas y los mestizos. Según algunos autores, se adoptó esta
medida para tapar los problemas de los trabajadores que se dieron en Chile a finales del XIX 6. Se
impuso la visión de la población de Chile como una masa homogénea que destacaba por sus valores
masculinos y patriarcales, heredados de los araucanos. Esta concepción identitaria se oponía a la
2
REVOREDO, D: La República Frustrada y el enemigo perverso, 2012. p.22.
3
LÓPEZ URRUTIA, C: La Guerra del Pacífico (1879-1884), 2003. p. 31
4
McEvoy, C: DEL PACÍFICO, CHILENO DURANTE LA GUERRA. CIVILIZACIÓN, MASCULINIDAD Y
SUPERIORIDAD RACIAL: UNA APROXIMACIÓN AL DISCURSO REPUBLICANO, 2012. p. 80
5
Íbid., 82
6
SALINAS, A. Y ARÉVALO, I: Héroes, tradiciones y poder: El caso de Chile en la Guerra del Pacífico, 2010. p.6.

2
feminización de Perú, que aparece representada en el arte y la prensa chilena de la época como una
nación degradada, mestiza y consumida por los lujos que se asocian al antiguo régimen e incluso
como una mujer que necesita ser conquistada. Esto se trasluce sobre todo en las descripciones de la
capital; Lima aparece casi como una ciudad mítica, como podemos ver en la crónica que el escritor
chileno Daniel Riquelme titulada Bajo la tienda:
Y qué sueño más patriótico a la par que caballeresco, si la Patria y el Amor son la empresa que en
su alma lleva escrita todo guerrero de buena ley, que clavar la hermosa bandera de Chile en las
torres y palacios de la metrópoli enemiga y probar un poco la renombrada sal de sus hijas, las
andaluzas enteras y verdaderas del Pacífico.
Otro combate, el último y después... ¡Lima!
El viejo cuento de las princesas encantadas.
Mucho más prometía por Aspasia la juventud de Atenas.
Fue, pues, que por todo eso y otro tanto que no digo, que el campamento de Lurín, tras
apresurada carta testamentaria a los lejanos deudos, tuvo un aire vivo de dieciocho, desde que
circuló la orden de alistarse para marchar sobre la ciudad prometida.
Se hubiera creído que todos acababan de obtener de su amada una ansiada cita.

Esta oposición del supuesto barbarismo de Perú y en menor medida de Bolivia, cuya
administración se tacha de corrupta, con la buena gestión y prosperidad de Chile tiene como
consecuencia que la retórica periodística del país defienda la guerra como una especie de misión
civilizadora. Se asume que el destino manifiesto de Chile es ayudar a estas naciones a recuperar su
masculinidad.7
La prensa ayudo a difundir este patriotismo exacerbado. Se escribía sobre cómo el desierto
boliviano había adquirido su valor gracias a los trabajadores chilenos y se alababa la austeridad
patria frente al vicio y el despilfarro que se daba en Perú. En definitiva, esta exaltación de la
identidad chilena se transformó en una forma de desnaturalizar al otro.
Esto no es nuevo en la historia, de hecho ya el Imperio romano ya utilizaba la táctica de mostrar
la guerra como una supuesta misión civilizadora para justificar la invasión de otros pueblos. En el
caso de Chile esto tiene mucho que ver no solo con fomentar el patriotismo, sino con conseguir el
apoyo de la opinión pública. Aparecieron publicaciones dedicadas exclusivamente a proporcionar
información sobre el conflicto como La Esmeralda, además de innumerables ensayos que defendían
la intervención militar y la ideología patriótica.
No solo la prensa jugó un papel a la hora de difundir estas ideas, debe destacarse también el
papel de los productos culturales. La guerra del pacífico significó la consolidación de un teatro
patriótico en el que los chilenos representaban valores positivos, mientras que bolivianos y peruanos

7
McEvoy, Op.cit., p. 85

3
estaban estereotipados de manera muy negativa.8 Estas medidas servían para que el pueblo se
identificara con el conflicto y favorecía la conscripción en el ejercito. No hay que olvidar que gran
parte de la población era analfabeta por lo que el teatro era una buena manera de llegar a aquellos
para los que le prensa no era accesible. Dentro de las contribuciones orales, a pesar de la tendencia
laicista de la época, la Iglesia también puso de su parte y los sacerdotes pregonaron discursos
patrióticos desde sus púlpitos.
Por último, destacar que estas política patrióticas suelen ir acompañadas de una reivindicación de
la memoria de la nación y Chile no fue una excepción. Los periódicos y la nación volvieron a
celebrar la batalla de Yungay que supuso una victoria de Chile contra la Confederación Perú-
Boliviana en 1939, con lo que se pretendía mostrar la tradición guerrera de la nación. 9
El resultado de todo esta retórica nacionalista fue una entrega total de la población al conflicto.
Desde los campesinos a los estudiantes dejaban sus ocupaciones para alistarse en el ejército y las
mujeres ayudaron a avituallar a los soldados.10

Identidad y nuevos territorios

La guerra terminó con la firma del tratado de Ancón en 1883. El final del litigio trajo consigo
cambios en la geografía chilena que se anexionó algunos de los territorios de los vencidos como la
antigua provincia boliviana de Antofagasta y la peruana Tarapacá.
Estos nuevos territorios se encontraban en una situación delicada, puesto que no formaban parte
de lo que se había impuesto como identidad chilena en los últimos años. El gobierno chileno planeó
una nueva política de integración que se basaba en la exaltación de los símbolos patrios, la
aplicación de un ordenamiento jurídico, la instauración de un aparato burocrático y militar, el
sistema escolar, curas párrocos o empleados civiles 11. Algunas de estas políticas, que formaban parte
de un proceso que se conoció como “chilenización” tenían un marcado carácter xenófobo.
La idea era mantener la ilusión del estado-nación que tan popular fue durante el siglo XIX y que
no supuso más que la creación de la ilusión de una nación homogénea que se identificaba con un
estado. La escuela y la concripción militar fueron instrumentos que el estado utilizó para esta
homegeinización. Se buscaba “hacer idéntico al otro”12 mediante una educación que propiciara la
lealtad nacional y la asimilación.
8
DONOSO ROJAS, C et col: La Patria en escena: el teatro chileno en la Guerra del Pacífico, 2015. p. 82.
9
CID RODRÍGUEZ,G: Memorias, mitos y ritos de guerra: el imaginario de la Batalla de Yungay durante la Guerra
del Pacífico, 2011. p. 115
10
ARAYA, G: Reflexiones históricas sobre la Guerra del Pacífico. Boletín de la Academia Chilena de la Historia,
1979. p. 41
11
DÍAZ ARAYA, A. y RUZ ZAGAL,R: Estado, escuela chilena y población andina en la ex Subdelegación de Putre:
Acciones y reacciones durante el período post Guerra del Pacífico (1883-1929), 2009. p. 320.
12
Íbid., 322.

4
Al principio, en la provincia de Tacna, ahora administrada por Chile, no desapareció la escuela
peruana, pero a comienzos del siglo XX se acusa a estas escuelas de transmitir un sentimiento de
odio hacia Chile y son clausuradas. Se obligó a la región acomodarse a la ley de Instrucción
Primaria de Chile del 16 de noviembre de 1860. Sin embargo, este proceso de “chilenización” no es
del todo exitoso. Existen documentos que dan fe de la mala calidad de las instalaciones, la falta de
profesores y de materiales.13
En este contexto, la escuela pasa a reproducir los valores nacionales: se celebran a los héroes de
la patria de una forma casi ritual, con canciones entre otras manifestaciones. Se produce una
amplificación de la figura del “roto” que denomina a una persona de origen humilde y cobro
importancia a partir de la batalla de Yungay, de hecho el 20 de septiembre comienza a conocerse
como el día del “Roto chileno” como homenaje a los héroes anónimos que dieron su vida por la
14
patria durante la guerra. Significa en definitiva un culto a la nación y a la raza. Llegaron a
componerse incluso canciones del triunfo que siguen siendo populares como el “Himno de Yungay”
de José Zapiola Cortés:
Cantemos la gloria
del triunfo marcial
que el pueblo chileno
obtuvo en Yungay.
Del rápido Santa
pisando la arena,
la hueste chilena
se avanza a la lid.
Ligera la planta,
serena la frente,
pretende impaciente
triunfar o morir.

Esto nos habla de nuevo de la idea de la nación chilena defendiéndose incansablemente de los
enemigos que la acechan. Sin embargo, cuando los veteranos volvieron de la guerra, la recompensa
con la que se encontraron fue más bien escasa. Por el contrario, tuvieron que afrontar el peso de
trabajos mal pagados y en muchas ocasiones mala salud o heridas de guerra. Su lucha por lograr
unas condiciones mejores fue recogida en la prensa satírica. 15
Conclusión
La máquina propagandística que se puso en marcha para involucrar a la población chilena en la
guerra del Pacífico tuvo consecuencias a largo plazo y, como suele pasar con los conflictos

13
Íbid., 330.
14
POLO ALVIS,S et al.: La nación ante la victoria y la derrota: Los discursos nacionalistas bolivianos y chilenos tras
la Guerra del Pacífico, 2014. p. 39
15
IBARRA, P: VETERANOS Y PRENSA SATÍRICA: DESMOVILIZADOS E INVÁLIDOS EN LOS PERIÓDICOS CHILENOS DE
CARICATURAS DURANTE LA GUERRA DEL PACÍFICO (1879-1884), 2013. p. 59

5
armados, se deshumanizó al enemigo por el camino. Haría falta un estudio más amplio para calcular
hasta qué punto ha pervivido esa imagen que Chile creo sobre sí misma a finales del siglo XIX.

Bibliografía

ARAYA, Guillermo Izquierdo. Reflexiones históricas sobre la Guerra del Pacífico. Boletín de la Academia
Chilena de la Historia, 1979, vol. 46, p. 35.

CID RODRÍGUEZ, Gabriel. Memorias, mitos y ritos de guerra: el imaginario de la Batalla de Yungay durante
la Guerra del Pacífico. Universum (Talca), 2011, vol. 26, no 2, p. 101-120.

DEL PACÍFICO, CHILENO DURANTE LA GUERRA. CIVILIZACIÓN, MASCULINIDAD Y SUPERIORIDAD


RACIAL: UNA APROXIMACIÓN AL DISCURSO REPUBLICANO. Revista de Sociologia e Política, 2012, vol.
20, no 42, p. 73-92.

DÍAZ ARAYA, Alberto; RUZ ZAGAL, Rodrigo. Estado, escuela chilena y población andina en la ex
Subdelegación de Putre: Acciones y reacciones durante el período post Guerra del Pacífico (1883-
1929). Polis (Santiago), 2009, vol. 8, no 24, p. 311-340.

DONOSO ROJAS, Carlos; HUIDOBRO SALAZAR, MARÍA GABRIELA. La Patria en escena: el teatro
chileno en la Guerra del Pacífico. Historia (Santiago), 2015, vol. 48, no 1, p. 77-97.

IBARRA, Patricio. VETERANOS Y PRENSA SATÍRICA: DESMOVILIZADOS E INVÁLIDOS EN LOS


PERIÓDICOS CHILENOS DE CARICATURAS DURANTE LA GUERRA DEL PACÍFICO (1879-
1884).Universum (Talca), 2013, vol. 28, no 2, p. 59-81.

RAZOUX, Pierre. La guerra del Pacífico (1879-1884). 2005.

LÓPEZ URRUTIA, Carlos. La Guerra del Pacífico (1879-1884). Madrid: Editorial Ristre, 2003.

POLO ALVIS, Sebastian, et al. La nación ante la victoria y la derrota: Los discursos nacionalistas bolivianos
y chilenos tras la Guerra del Pacífico. 2014.

REVOREDO, Daniel Parodi. La República Frustrada y el enemigo perverso. La Guerra del Pacífico en la
Historia de la República del Perú de Jorge Basadre.Summa Humanitatis, 2012, vol. 4, no 1.

RIQUELME, Daniel. Bajo la tienda. Editorial del Pacífico, 1966.

SALINAS, Alex Iván Arévalo. Héroes, tradiciones y poder: El caso de Chile en la Guerra del Pacífico. F@ro:
revista teórica del Departamento de Ciencias de la Comunicación, 2010, no 12, p. 5-7.

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