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Introducción
“El patrimonio cultural de un pueblo
En los últimos años, el patrimonio cultural se
comprende las obras de sus artistas, ha visto enriquecido en dos dimensiones, que han
generado un verdadero cambio paradigmático en
arquitectos, músicos, escritores y la manera de ver y entender aquello que consi-
deramos un legado del pasado. Ese cambio ha
sabios, así como las creaciones anó- estado motivado, en primer lugar, por la expan-
sión del concepto de patrimonio que ha sobrepa-
nimas, surgidas del alma popular, y el sado con creces la idea tradicional de monu-
mentos y, en segundo lugar, por el rol político, eco-
conjunto de valores que dan sentido a la nómico y social que fue asumiendo a través de los
años. Ambos aspectos han tenido un impacto con-
vida, es decir, las obras materiales y no siderable en la manera tradicional de investigar,
conservar y administrar el patrimonio.
materiales que expresan la creatividad
Hoy ya no es posible pensar en la protección
de ese pueblo; la lengua, los ritos, las del patrimonio cultural sin tener en cuenta su
entorno natural, tampoco puede pensarse el patri-
creencias, los lugares y monumentos monio natural como paisajes prístinos, carentes
de presencia humana actual o pasada. En este
históricos, la literatura, las obras de capítulo se discuten estos conceptos, a la vez que
se presenta una síntesis de cómo se organiza la
arte y los archivos y bibliotecas” gestión del patrimonio a nivel local, provincial,
nacional e internacional.
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Patrimonio, ciencia y comunidad
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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio
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Patrimonio, ciencia y comunidad
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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio
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Patrimonio, ciencia y comunidad
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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio
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Patrimonio, ciencia y comunidad
Entre los años 60s y 70s, principalmente El concepto de recursos culturales se inspira en
en los EE.UU., comenzó a debatirse el pro- la noción de recursos naturales, ya que se trata de
blema de la pérdida irreparable de sitios recursos limitados, no renovables, diseminados en
arqueológicos y paleontológicos -que se el paisaje, que son de interés público y que deben
hallaban bajo tierra y que eran destruidos antes ser protegido por la legislación de patrimonio, así
de ser descubiertos e investigados- con motivo como contemplados en la normativa de planifica-
de la construcción de grandes obras de infraes- ción territorial (Carta de ICOMOS para la gestión
tructura que producían grandes remociones de del Patrimonio Arqueológico de 1990). Este con-
tierra o dejaban bajo agua vastas porciones de cepto dio paso a una nueva especialidad denomi-
territorio. Surgió así la arqueología de rescate, nada “manejo o gestión de los recursos culturales”.
cuyo objetivo era registrar y recuperar una parte
más o menos representativa de los bienes en Como consecuencia de todo este proceso, la
peligro de destrucción. Posteriormente, se visión del patrimonio que tenemos hoy es mucho
comenzó a utilizar la denominación de más amplia y flexible. Ya no sólo se protege lo
“recursos culturales” para designar a esos monumental sino lo que se encuentra bajo tierra
bienes patrimoniales. Ello significó un impor- (Figura 9) y aún debajo de las aguas, lo cual es
tante cambio conceptual respecto de la tradi- posible gracias al desarrollo de la arqueología sub-
cional noción de “monumentos”, que exige un acuática en los últimos años, que ha permitido la
proceso previo de selección y una declaratoria detección e investigación de naufragios, sitios y ciu-
legal para poder calificar a un bien como tal y dades sumergidas (Figura 10).
protegerlo. Por el contrario, la idea de “recursos
culturales” implica preservar no sólo a los Por otra parte, la protección de un monumento
bienes culturales conocidos y declarados, sino requiere también proteger su entorno natural, tal
también a los sitios potenciales, susceptibles como señala la Carta de Venecia. La comprensión
de ser descubiertos mediante un hallazgo de que los recursos culturales y naturales no son
casual o en contexto de obras. entidades separadas sino que se encuentran dise-
· Los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así como las
zonas incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde
el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.
· Los monumentos naturales constituidos por formaciones físicas y biológicas o por grupos
de esas formaciones que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista esté-
tico o científico;
· Las formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas estrictamente delimitadas que cons-
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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio
tituyan el hábitat de especies animal y vegetal amenazadas, que tengan un valor universal
excepcional desde el punto de vista estético o científico;
· Los lugares naturales o las zonas naturales estrictamente delimitadas, que tengan un valor
universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia, de la conservación o de la belleza
natural.
La Comisión del Patrimonio Mundial, en sus directrices prácticas, incorporó una tercera cate-
goría de sitios, además de los naturales y culturales, que denominó “mixtos”. Ejemplo de ellos
son los paisajes culturales, que representan las obras conjuntas del hombre y la naturaleza, los
cuales se dividen en tres categorías: a) los creados intencionalmente por el hombre, como jar-
dines y parques; b) los que han evolucionado orgánicamente, ya sea que se encuentren aban-
donados (o fósiles, como por ejemplo minas abandonadas) o que aún cumplen una función
social activa en la sociedad contemporánea (e. g. terrazas de cultivo en el mundo andino) y pai-
sajes culturales asociativos que son los sitios sagrados y rituales.
En los últimos años se han ampliado los criterios para incluir tipos específicos de sitios, tales
como las nuevas ciudades del siglo XX y, los canales y las rutas patrimoniales (antiguas vías de
comercio o redes viales imperiales que se extienden a lo largo de vastos territorios y diversos
países). Asimismo se han establecido como objetivos estratégicos de la Convención (Declara-
ción de Budapest de 2002) el establecer una lista del patrimonio mundial que sea más repre-
sentativa, ecuánime y creíble, es decir que represente mejor las diferentes culturas del mundo,
especialmente las de los países del tercer mundo.
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Patrimonio, ciencia y comunidad
En la consideración del patrimonio cultural de últimos años, se han hecho enormes progresos
cada país ha dejado paulatinamente de valorarse hacia el reconocimiento del patrimonio intangible,
solo lo magnífico y extraordinario para incluir tam- que ha sido protegido a nivel internacional por la
bién lo cotidiano y popular (Figura 13). En los Convención de la UNESCO de 2003. Ello signi-
fica que no sólo debe protegerse la cultura mate-
rial de una comunidad, sino además sus conoci-
mientos ancestrales, técnicas, rituales, música,
memoria oral, etc., es decir todos aquellos
aspectos intangibles de su cultura que le proveen
de un sentimiento de identidad y continuidad a
través del tiempo.
Figura 11. Terrazas de cultivo de Coctaca, Quebrada de Humahuaca, pro- Figura 12. Vista de Machu Picchu, inscripto
vincia de Jujuy, declaradas Monumento Histórico Nacional en 2000. como “sitio mixto” en la lista del Patrimonio
Mundial (1983).
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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio
nidad que habita en el lugar, sea o no descendiente construcción social que se hace desde el presente
de quienes produjeron dicho bien. Un caso que con una fuerte intencionalidad respecto de lo que
vale la pena mencionar es el de los beduinos, se desea preservar.
pueblo nómade que custodió el sitio de Petra (Jor-
dania) por 700 años; sus descendientes son
quienes explotan en la actualidad los servicios
turísticos en el lugar (Figura 15).
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Patrimonio, ciencia y comunidad
Figura 15. Joven beduino alquila su camello para recorrer Petra, Jordania. Figura 16. Cartel prohibiendo el acceso a per-
sonas de color usado durante el Régimen del
Apartheid. Museo del Distrito 6, Ciudad del
Cabo, Sudáfrica.
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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio
Áreas protegidas
Con el transcurso del tiempo los parques nacionales fueron ganando prestigio como lugares dignos
de visitarse por sus atractivos naturales. Muchos países intentaron crear diferentes tipos de áreas
naturales para incorporar lugares más intervenidos por las actividades humanas. Las denomina-
ciones suelen variar de país a país, siendo las más utilizadas las de Parque Nacional y Reserva Natural,
además de las categorías internacionales de Reservas de la Biosfera y de Sitio del Patrimonio Mun-
dial (natural o mixto).
La IUCN define como área protegida, en general, a toda “área de tierra o de mar especialmente dedi-
cada a la protección y conservación de la diversidad biológica y de los recursos naturales y culturales
asociados, y administrados a través de medios legales u otras medidas efectivas”. Las áreas prote-
gidas pueden ser creadas para cumplir con diferentes propósitos, tales como investigación científica,
protección de la vida silvestre, preservación de especies y diversidad genética, conservación de ser-
vicios ambientales, protección de elementos naturales o culturales específicos, turismo y recreación,
educación, uso sustentable de recursos de ecosistemas naturales, conservación de atributos cultu-
rales o tradicionales.
En las últimas cuatro décadas, la IUCN, a través de su Comisión de Parques Nacionales y Áreas Pro-
tegidas ha dado asesoramiento internacional para la categorización de áreas a proteger por parte
de los Estados. Debido a la necesidad de establecer criterios que permitan reclasificar la multipli-
cidad de categorías existentes en los distintos países, la IUCN (1994) estableció en los últimos años
seis principales áreas de manejo:
I. De protección estricta (e. g. reserva natural estricta o área silvestre).
II. De conservación y recreación de ecosistemas (e. g. parque nacional).
III. De conservación de elementos naturales (e. g. monumento natural).
IV. De conservación a través de una gestión activa (e. g. área de manejo del hábitat o de especies).
V. De conservación y recreación de paisajes terrestres o acuáticos (e. g. paisajes protegidos).
VI. De uso sustentable de ecosistemas naturales (e. g. área de manejo de recursos protegidos).
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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio
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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio
muchas pequeñas comunidades, la puesta en Para compensar los impactos negativos del
valor del patrimonio ha generado una fuente alter- turismo existen numerosos programas de trabajo
nativa de empleo y desarrollo cuando las indus- orientados hacia el concepto de sostenibilidad
trias tradicionales cerraron sus puertas. Estudios ambiental, social y económica. El concepto de
recientes (Cachón Rodríguez 1998) señalan, sostenibilidad ha sido utilizado para caracterizar
además, que los nuevos yacimientos de empleo a un desarrollo aceptable y ha sido definido como
están estrechamente vinculados a nuevas necesi- “el equilibrio entre la satisfacción de las necesi-
dades motivadas por los cambios de las formas dades humanas con la protección del medio
de vida, mencionando entre ellos a los servicios ambiente natural de tal manera que esas nece-
culturales y de ocio, y a los servicios ligados al sidades puedan satisfacerse no solamente en el
medio ambiente; es decir turismo, patrimonio y presente sino también de manera constante en el
protección de áreas naturales. futuro” (Estrategia par la Conservación preparada
por la IUCN, el WWF y el PNUMA en 1980,
A nadie escapa la importancia que el patri- citado por IUCN 2007). Teniendo en cuenta que
monio tiene para el turismo local, nacional e inter- el ambiente es el marco global en el cual la eco-
nacional y que los adelantos en transporte y comu- nomía y la sociedad tienen que desarrollarse, la
nicaciones han posibilitado un acceso físico y vir- sostenibilidad implica mantener a la sociedad, a
tual a los sitios del patrimonio sin precedentes. la economía y al medio ambiente -con sus
Por otra parte, la evolución del concepto de ocio recursos naturales y culturales- simultáneamente
es un aspecto importante a considerar para com- en buenas condiciones (IUCN 2007).
prender el fenómeno actual del turismo, que ha
dejado de ser el sucedáneo o complemento del De modo que puede concluirse que la manera
trabajo, para adquirir un valor por sí mismo (Rojek más adecuada de enfrentar los desafíos que
y Urry 1997). El turismo cultural, en particular, plantea el turismo cultural consiste en planificar
suele ser un hobby para visitantes exigentes y bien su desarrollo, regulándolo y haciéndolo compa-
informados, al que dedican buena parte de su tible con los objetivos de la preservación del patri-
tiempo libre. monio, del desarrollo social y del ordenamiento
territorial.
Sin embargo, existe un fuerte debate en
torno a sus efectos negativos a mediano y a Otra cuestión básica a considerar es quiénes
largo plazo. El alza de precios que suele generar son los interlocutores en la gestión del patrimonio
el desarrollo del turismo cultural suele conducir y del turismo cultural. Se ha enfatizado la nece-
a especulaciones inmobiliarias y desplaza- sidad de adoptar una perspectiva antropológica,
mientos no deseables de la población, como ha
sucedido en los últimos años en la Quebrada
de Humahuaca. Determinados barrios antiguos
se “ponen de moda” y se convierten en un lugar
para turistas, en detrimento de sus oficios arte-
sanales y de su ambiente (Figura 24). Por
último, a partir del momento en el que el
número de turistas se vuelve excesivo, es decir
supera su capacidad de carga, el sitio puede
ser objeto de degradaciones irreversibles. La
capacidad de carga se define como el número
de turistas más elevado que puede recibir un
lugar sin que la calidad de sus visitas dismi-
nuya, la integridad del lugar se vea alterada o
la calidad de vida de los residentes afectada -
en el sentido de perder el acceso a áreas natu-
rales o públicas o de ver amenazada su priva-
cidad o estilos de vida tradicionales-. El turismo
es además una actividad con alta sensibilidad
a la inestabilidad política, a las guerras, epide-
mias y catástrofes naturales. Figura 24. Músicos callejeros. La Habana Vieja, Cuba.
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Patrimonio, ciencia y comunidad
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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio
Comentarios finales
Las experiencias de la industrialización y la
urbanización del siglo XIX, generadas por las
migraciones internas del campo a las ciudades,
los cambios en los estilos de vida y los medios
de subsistencia, destruyeron la relación de muchos
pueblos con su pasado y su sentido de pertenencia
a un lugar, desarrollado a través de varias genera-
ciones. La idea de cambio y de progreso desde
entonces ha teñido toda noción de pasado, el cual,
como explica David Lowenthal (1985), pasó a ser
visto como “un país extranjero”.
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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio
Escuela de Educación
Agraria Nº 1 “Dr. Ramón Conjunto Arquitectónico Ley Nº 13.630/06
Santamarina”
Tandil
Museo Municipal de Bellas
Interés Provincial Ley Nº 11.189/91
Artes
Tabla 4. Monumentos históricos y sitios de valor arquitectónico del TOA declarados patrimonio cultural
de la provincia de Buenos Aires (representan el 3,2% del total de bienes declarados por la provincia).
Fuente: Arq. Patricia Correbo, Jefe del Departamento Preservación de la Dirección Provincial de Patri-
monio (com. pers., 28.02.08).
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Patrimonio, ciencia y comunidad
Apéndice
Marco normativo del patrimonio en Argentina y en la región
La protección legal del patrimonio en Argentina experimentó cambios sustanciales desde el
retorno democrático de 1983 y particularmente a partir de la reforma constitucional de 1994.
El art. 41 de la Constitución Nacional establece que “las autoridades proveerán a la preserva-
ción del patrimonio natural y cultural”(...), especificando que “corresponde a la Nación dictar
las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias, las nece-
sarias para complementarlas, sin que aquellas alteren las jurisdicciones locales”. Por otra parte,
se autoriza a interponer una acción de amparo cuando están en juego “los derechos que protegen
el ambiente (...), así como los derechos de incidencia colectiva en general”, entre los cuales estaría
incluida la preservación del patrimonio natural y cultural. Esta acción pueden interponerla el afec-
tado, el defensor del pueblo o las asociaciones que tengan por objetivo proteger esos derechos
(art. 43).
En el art. 75 inc. 17 se reconoce “la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas
argentinos”, garantizando -concurrentemente con las provincias- “el respeto a su identidad y ase-
gurando su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses
que los afecten”. Este último párrafo podría ser interpretado como un reconocimiento a su derecho
a participar en la gestión del patrimonio cultural de sus antepasados (Endere 2000: 56). Asi-
mismo, en el inc. 19 párrafo cuarto del mismo artículo, se atribuye al Congreso la facultad de
“dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural (...)”. Asigna, además, jerarquía cons-
titucional a numerosos tratados internacionales entre los que se incluye al Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (art. 75 inc. 22, párr. segundo).
La reforma de la Constitución Nacional de 1994 puso fin a una larga disputa entre la Nación
y las provincias respecto del dominio sobre los yacimientos arqueológicos y paleontológicos, al
reafirmar que el dominio es provincial -o nacional en los territorios federales- mientras que la
facultad de regulación es concurrente. En este punto es fundamentar señalar una distinción rela-
tiva al status jurídico de los distintos bienes que componen el patrimonio cultural. En el caso de
la legislación argentina, las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos de interés cien-
tífico pertenecen al dominio público del Estado, en virtud de lo dispuesto en el art. 2340 inc. 9
del Código Civil, mientras que el resto de los bienes patrimoniales pueden ser de dominio público
o privado. Sin embargo, esta cuestión suele pasar inadvertida en muchos proyectos de leyes e
incluso en leyes provinciales que hacen extensivas al patrimonio arqueológico y paleontológico
las normas aplicables al patrimonio arquitectónico.
El Estado Nacional, a partir de la nueva norma constitucional debe asumir tres tipos de obli-
gaciones. En primer lugar, la de dictar las leyes de presupuestos mínimos o “leyes marco”, las
que serán complementadas por las leyes provinciales que en su consecuencia se dicten. La segunda
obligación consiste en organizar una administración cultural que ponga en práctica las políticas
surgidas a partir de la nueva legislación y que actúe en coordinación con organismos provinciales
y municipales, quienes a su vez deberán efectuar las reformas necesarias, desde el punto legal y
administrativo para adecuarse a los nuevos requerimientos. Asimismo es necesario contar con
una justicia capaz de brindar una protección efectiva a los recursos culturales afectados (Endere
2000).
Finalmente cabe destacar que la reforma de la Constitución de 1994 incorpora una cláusula
que establece los tratados concluidos con las demás naciones, con las organizaciones interna-
cionales y los concordatos con la Santa Sede “tienen jerarquía superior a las leyes” (art. 75 inc.
22 primer párrafo) (Ver Convenciones internacionales relativas al patrimonio cultural y natural
ratificadas por Argentina).
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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio
· Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado y Regla-
mento para la aplicación de la Convención. La Haya, 14 de mayo de 1954 (Ley Nº 23.618/88);
su Primer Protocolo de 1954 (Ley Nº 26.155/06) y su Segundo Protocolo de 1999 (Ley Nº
25.478/02).
· Convención del UNIDROIT (Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado)
sobre la Restitución de Objetos Culturales Robados o Exportados Ilegalmente. Roma, 1995 (Ley
Nº 25.257/2000).
· Convención de San Salvador sobre Defensa del Patrimonio Arqueológico, Histórico y Artístico
de las Nacionales Americanas. OEA, San Salvador, 16 de junio de 1976 (Ley Nº 25.568/02).
No ha sido aun ratificada la Convención para la Protección del Patrimonio Cultural Subacuá-
tico (París 2001).
Esta norma creó la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos (CNMMyLH),
integrada por un presidente y diez vocales, que ejercen sus funciones con carácter honorario. Esta Comi-
sión tiene la superintendencia inmediata sobre los monumentos y lugares históricos nacionales y, cuando
se trate de monumentos y lugares históricos provinciales o municipales, ejerce dicha función en concu-
rrencia con las respectivas autoridades provinciales o municipales que se acojan a la presente ley.
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Patrimonio, ciencia y comunidad
de lugares y monumentos, inmuebles, documentos y ámbitos urbanos (tanto públicos como privados) que
se consideren de interés histórico o histórico-artístico, por su representatividad socio-cultural para la comu-
nidad; b) autorizar y supervisar las obras que se realizan en inmuebles propiedad del Estado Nacional de
una antigüedad mayor a cincuenta años, cualquiera sea su naturaleza jurídica; c) asesorar al Poder
Legislativo en lo relativo a posibles declaratorias de bienes muebles e inmuebles; d) brindar asistencia téc-
nica a las autoridades nacionales, provinciales y municipales respecto de la conservación y restauración
de los bienes tutelados; e) llevar un registro de los bienes muebles e inmuebles protegidos y e) concretar
convenios de diversa índole con organismos públicos, privados y/o particulares, con miras a una mejor
conservación de los bienes alcanzados por las declaratorias.
La finalidad principal de esta norma es centralizar el ordenamiento de datos de los bienes culturales
de la Nación a través de la creación de un Registro Nacional de Bienes Culturales. La autoridad de apli-
cación de la ley es la Secretaría de Cultura de la Nación quien debe ejercer la superintendencia sobre el
conjunto de los bienes que constituyen el patrimonio histórico-cultural de la Nación. Esta ley no ha sido
reglamentada, razón por la cual no es operativa.
Esta norma deroga la antigua Ley Nº 9.080, regula la preservación, protección y tutela del patrimonio
arqueológico y paleontológico como parte del patrimonio cultural de la Nación y distribuye competencias
entre el gobierno federal y las provincias. Al Estado Nacional le compete ejercer la tutela del patrimonio
arqueológico y paleontológico, así como la defensa y custodia de dicho patrimonio en el ámbito interna-
cional, mediante la prevención y sanción de importaciones o exportaciones ilegales (art. 5).
Conforme al art. 6 de la ley, las provincias tienen las facultades exclusivas de: a) establecer el orga-
nismo competente que tendrá a su cargo la aplicación de la ley en la provincia; b) organizar un registro
de yacimientos, colecciones y objetos provincial, teniendo como base preferentemente la metodología
adoptada por la autoridad de aplicación nacional, a fin de facilitar la mejor coordinación nacional; c) crear
un registro de infractores; d) otorgar las concesiones para prospecciones e investigaciones; e) adecuar
sus legislaciones a la normativa nacional; f) procurar la creación de delegaciones locales; g) comunicar a
la autoridad de aplicación nacional las concesiones otorgadas, las infracciones, las sanciones aplicadas y
las autorizaciones otorgadas para el traslado de colecciones y objetos.
Son facultades concurrentes del Estado Nacional y de las provincias: “la adopción de políticas y medidas
tendientes a alcanzar una legislación y organización administrativa uniforme en todo el territorio nacional
que, reconociendo las particularidades locales, tienda a facilitar más eficientemente la protección e
investigación del patrimonio arqueológico y paleontológico” (art. 7).
Esta norma no contempla los derechos de las comunidades indígenas en relación a su patrimonio cul-
tural. Sin embargo, la Ley Nº 25.517, sancionada en 2001 y aún no reglamentada, establece que los
museos deben poner a disposición de “los pueblos indígenas o comunidades de pertenencia que los
reclamen” los restos humanos de aborígenes que formen parte de sus colecciones (art. 1). Asimismo exige
que “para realizarse todo emprendimiento científico que tenga por objeto a las comunidades aborígenes,
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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio
incluyendo su patrimonio histórico y cultural, deberá contarse con el expreso consentimiento de la comu-
nidad interesadas” (art. 3).
Para completar el cuadro de la legislación vigente en materia de protección del patrimonio es nece-
sario mencionar que la preservación del patrimonio natural está en manos de la Administración de Par-
ques Nacionales, que tiene a su cuidado los parques y reservas nacionales y los monumentos naturales
conforme lo establecido en la Ley Nº 22.351/80.
Cabe destacar que la Administración de Parques Nacionales (APN) también se ocupa de los
recursos culturales existentes en las áreas bajo su protección a partir de la Resolución Nº 133/92
que creó la Dirección de Conservación y Manejo de Recursos Culturales. Actualmente cuenta con
un Programa de “Manejo de Recursos Culturales” dependiente de la Dirección de Conservación y
Manejo, un Reglamento para la conservación del patrimonio cultural en jurisdicción de la Adminis-
tración de Parques Nacionales y ha desarrollado sus propias políticas de manejo de recursos cultu-
rales.
En el año 2002 se sancionó la Ley Nº 25.675 de presupuestos mínimos del ambiente, que tiene
por objeto “la recuperación y mejoramiento de la calidad de los recursos ambientales, tanto natu-
rales como culturales, en la realización de las diferentes actividades antrópicas”. Otra norma rele-
vante en la materia es la Ley Nº 22.421 de Conservación de Fauna Silvestre.
Como puede observarse las normas que protegen el patrimonio natural y cultural a nivel nacional
fueron dictadas en distintas épocas, con criterios dispares y destinadas a proteger áreas específicas.
Como resultado de ello, el patrimonio cultural y natural en Argentina se halla artificialmente sepa-
rado y regido por organismos que tienen sus propios objetivos, políticas y prácticas institucionales
(Endere 2001) (Tabla 5).
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Patrimonio, ciencia y comunidad
derechos de los ciudadanos en relación al patrimonio cultural y natural, al tiempo que compromete
al estado provincial a instrumentar políticas para su preservación y difusión.
En materia de patrimonio cultural rige la Ley Nº 10.419/86 que creó la Comisión Provincial del
Patrimonio Cultural, de carácter honorario y dependiente de la Dirección General de Escuelas y Cultura,
quien tiene a su cargo la planificación, ejecución y el control de las políticas culturales de conservación y
preservación de los bienes muebles o inmuebles declarados como bienes del patrimonio cultural. Pueden
ser objeto de tal declaración bienes muebles o inmuebles, incluidos entre estos últimos, los sitios, lugares
o inmuebles propiamente dichos, públicos provinciales o municipales o privados que se consideren de
valor testimonial o de esencial importancia para la historia, arqueología, arte, antropología, paleontología,
arquitectura, urbanismo, tecnología, ciencia, así como su entorno natural o paisajístico (art. 7 inc. f). Es
decir que quedan protegidos por esta norma y bajo el arbitrio de la Comisión sólo aquellos bienes que pre-
viamente fueron objeto de una declaración provisoria o definitivamente. Esta norma, en consecuencia no
protege los sitios o lugares que no hayan sido objeto de una declaración, ni los hallazgos casuales arqueo-
lógicos o paleontológicos o los que se produzcan en el contexto de una obra.
Esta norma, aunque aplicable a todo el patrimonio cultural, está especialmente pensada para la pro-
tección del patrimonio arquitectónico que ha sido previamente declarado de interés provincial, prohibiendo
a sus propietarios efectuar obras que lo afecten a menos que sean autorizados por la Comisión (art. 12)
y debiendo comunicar cualquier cambio de titularidad de dichos bienes. Asimismo prevé compensaciones
a las obligaciones adicionales que genera la declaración, consistentes en exenciones impositivas a los titu-
lares del dominio.
Ley Nº
12.665/40 Histórico y Artístico (incluye Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos
sitios declarados (organismo desconcentrado de la Secretaría de Cultura de la Presi-
Dec. Nº Monumentos Históricos) dencia de la Nación)
84.005/41
Ley Nº
25.675/02 de
presupuestos Natural Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable
mínimos del
ambiente
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Parques, Monumentos y Administración de Parques Nacionales
Ley Nº
Reservas Naturales (Secretaría de Turismo de la Nación)
22.351/80
Nacionales - Dirección de Conservación y Manejo de Recursos Culturales
Desde 1988 la Dirección General de Escuelas y Cultura creó como área de trabajo específica, depen-
diente de la misma, al Centro de Registro del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico (Disposición Nº
31/88). Sus funciones son las de relevar sitios, documentar las referencias, conformar un centro de infor-
mación, registrar por cartografía las coordenadas espaciales, poner en valor, coordinar acciones con otras
instituciones, delinear la legislación pertinente y promover la publicación y difusión de los resultados. En
los últimos años, este centro pasó a depender de la Dirección de Museos, Monumentos y Sitios Histó-
ricos de la provincia, que luego ha sido denominada Dirección Provincial de Patrimonio Cultural y ha
quedado bajo la esfera del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires.
En los últimos años se presentaron varios proyectos de ley de protección del patrimonio arqueológico
y paleontológico para subsanar el vacío legal existente en la provincia, aunque ninguno de ellos logró ser
sancionado. Recientemente la Dirección Provincial de Patrimonio Cultural ha elaborado un reglamento
para realizar investigaciones arqueológicas y paleontológicas en la provincia.
Otra norma a tener en cuenta en el ámbito provincial es el Decreto Nº 968/97 que regula el Informe
de Impacto Ambiental Minero, complementando lo dispuesto en la Ley Nº 24.585/95 (modificatoria del
Código de Minería de la Nación), que deja en manos de la autoridad minera provincial la función de
entender en materia de impacto ambiental (art 6). En dicho decreto se incluyen entre los rubros a eva-
luar en los informes de impacto ambiental para la etapa de exploración y de explotación, a los “sitios de
valor histórico, cultural, arqueológico y paleontológico”, previendo además la proposición de medidas de
prevención y/o mitigación del impacto, contemplando entre ellos la restauración o recomposición del ámbito
sociocultural alterado (ver anexo III y IV).
El patrimonio natural a nivel provincial está protegido la Ley Nº 10.907/90 (modificada por las Leyes
Nº 12.459 y 12.905) que regula las reservas, parques y monumentos naturales provinciales y se encuentra
actualmente a cargo de la Dirección de Areas Naturales Protegidas y del Organismo Provincial para el
Desarrollo Sustentable. Estas áreas deben ser previamente declaradas por ley, debiendo el Ejecutivo pro-
vincial “velar por la integridad, defensa y mantenimiento de los ambientes naturales y sus recursos, así
como disponer medidas de protección, conservación, administración y usos de dichos ambientes y sus
partes” (art. 2). Es interesante destacar que también pueden ser declaradas reservas naturales aquellas
áreas que posean o constituyan sitios arqueológicos y paleontológicos de valor cultural o científico o pre-
senten sitios de valor histórico asociados con o inmersos en un ambiente natural (art. 4, inc. f y g). Esta
norma clasifica a las reservas naturales de acuerdo a su estado patrimonial en: reservas naturales pro-
vinciales, reservas naturales municipales y reservas naturales privadas. Asimismo establece una amplia
clasificación de áreas protegidas según su tipo y regula los usos permitidos en cada una de ellas.
Normativa municipal
La ineficacia de normas de rango superior y la necesidad de hacer frente a necesidades concretas de pre-
servar el patrimonio local, ha impulsado la sanción de ordenanzas municipales de distinto alcance, a través
de las cuales se han ido actualizando los mecanismos de protección. Entre las ordenanzas de carácter general
cabe mencionar que en el partido de Azul se sancionó en 1984 la Ordenanza Nº 151 de Preservación del
Patrimonio Cultural por la cual se creó la Comisión Municipal de Preservación y Conservación del Patri-
monio Cultural y Arquitectónico, integrada por representantes de distintas instituciones culturales, educativas
y presidida por el Director Municipal de Cultura. Esta Comisión es actualmente reemplazada por la Comi-
sión de Patrimonio Municipal. Posteriormente, en 1994, se sancionaron dos importantes ordenanzas cuyo
objetivo fue el de crear un programa municipal de gestión cultural. Ellas son la Ordenanza Nº 1.314 de “Con-
servación del Patrimonio Cultural, Histórico, Turístico y Arquitectónico de la ciudad y del partido de Azul” y
la Ordenanza Nº 1.315 de “Conservación del Patrimonio Natural, asociado al Cultural, Histórico y Turístico
del partido de Azul” que declara como reservas naturales a aquellas áreas de la superficie y/o subsuelo terrestre
y/o cuerpos de agua existentes en municipio que por razones de orden científico, económico, estético, edu-
cativo o turístico deban sustraerse de la libre intervención humana, declarándose de interés público su pro-
tección y conservación (art. 1) (ver Capítulo 17).
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Patrimonio, ciencia y comunidad
En Olavarría se han sancionado dos normas de carácter general, la primera es la Ordenanza Nº 763/88
que creó una comisión interdisciplinaria para evaluar áreas, lugares, edificios, monumentos de valor, his-
tórico, arquitectónico, etc. y la segunda, la Ordenanza Nº 2.031/96 de protección del patrimonio arqueo-
lógico y paleontológico del partido, la cual prevé la obligación de efectuar evaluaciones de impacto arqueo-
lógico. Sin embargo, ninguna de las dos ordenanzas ha sido reglamentada.
En el partido de Tandil se dictó la Ordenanza Nº 6.839 que crea un listado de lugares históricos y
la Ordenanza Nº 7.772 que establece como autoridad de aplicación a la Comisión Municipal de Preser-
vación del Patrimonio Cultural y Natural y ordena la realización de un inventario del patrimonio arqueo-
lógico y paleontológico del partido y/o su incorporación al listado ya existente de lugares históricos. Esta
ordenanza establece la obligatoriedad de denunciar “todo hallazgo o la presunción de su existencia, de
restos, objetos o construcciones haciendo entrega de aquellos encontrados sueltos o recuperados sin alterar
su naturaleza o conformación original, conforme las modalidades, pautas y condiciones” que se establecen
en la mencionada norma. Asimismo un número importante de edificios y lugares fueron incorporados al
patrimonio histórico cultural de Tandil mediante ordenanzas específicas. Tandil cuenta además con un
plan regulador que subdivide el partido en áreas urbana, complementaria y rural (Decreto- Ordenanza Nº
2530/79 y sus modificatorias, las Ordenanzas Nº 3.948, 5.423, 6.139, 6.617, 6.914, 7.148, 7.862,
8.111 y 8.362). Este plan de ordenamiento territorial contribuye a proteger el patrimonio cultural y natural
a través de la regulación de usos permitidos y prohibidos en cada área.
Agradecimientos
A Alejandra Pupio por sus valiosos comentarios. Este trabajo forma parte de las investigaciones des-
arrolladas en el Núcleo Consolidado de Investigación INCUAPA (FACSO- UNICEN) , dirigido por el Dr. G.
Politis y el Lic. J. L. Prado.
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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio
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Patrimonio, ciencia y comunidad
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