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Capítulo 1

Algunas reflexiones acerca del patrimonio


.01
María Luz Endere

Introducción
“El patrimonio cultural de un pueblo
En los últimos años, el patrimonio cultural se
comprende las obras de sus artistas, ha visto enriquecido en dos dimensiones, que han
generado un verdadero cambio paradigmático en
arquitectos, músicos, escritores y la manera de ver y entender aquello que consi-
deramos un legado del pasado. Ese cambio ha
sabios, así como las creaciones anó- estado motivado, en primer lugar, por la expan-
sión del concepto de patrimonio que ha sobrepa-
nimas, surgidas del alma popular, y el sado con creces la idea tradicional de monu-
mentos y, en segundo lugar, por el rol político, eco-
conjunto de valores que dan sentido a la nómico y social que fue asumiendo a través de los
años. Ambos aspectos han tenido un impacto con-
vida, es decir, las obras materiales y no siderable en la manera tradicional de investigar,
conservar y administrar el patrimonio.
materiales que expresan la creatividad
Hoy ya no es posible pensar en la protección
de ese pueblo; la lengua, los ritos, las del patrimonio cultural sin tener en cuenta su
entorno natural, tampoco puede pensarse el patri-
creencias, los lugares y monumentos monio natural como paisajes prístinos, carentes
de presencia humana actual o pasada. En este
históricos, la literatura, las obras de capítulo se discuten estos conceptos, a la vez que
se presenta una síntesis de cómo se organiza la
arte y los archivos y bibliotecas” gestión del patrimonio a nivel local, provincial,
nacional e internacional.

(Conferencia Mundial de la UNESCO sobre el Un poco de historia


Patrimonio Cultural, México D.F., 1982).
Para comprender la vasta y compleja noción
actual de patrimonio es necesario analizar su
génesis y evolución. Si indagamos en la historia
podemos observar que la mayoría de los monu-
mentos de la antigüedad que hoy consideramos
testimonios valiosos del pasado humano, han
sufrido siglos de abandono y destrucción. Podría
tomarse como ejemplo al Partenón, que fue cons-
truido en la Acrópolis de Atenas en tiempos de
Pericles (495 a.C.- 429 a.C.), como un templo

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Patrimonio, ciencia y comunidad

un lugar de peregrinación para miles de turistas


que ven en él un ícono de la cultura occidental.

La historia del Partenón demuestra que con-


siderar a un bien dejado por las culturas del
pasado como patrimonio común de toda la huma-
nidad es una idea relativamente reciente. En rea-
lidad, el patrimonio artístico de la antigüedad clá-
sica recién comenzó a ser valorado durante el
Renacimiento (siglo XV). Hasta entonces los
bienes materiales que dejaban otros pueblos o cul-
turas constituían tesoros, botines de guerra o bien
materiales libremente apropiables, pero no se les
reconocía, en general, valor cultural o artístico.
Existen numerosos ejemplos de restos de templos
y palacios usados como canteras para la obten-
ción de materiales para construir nuevos edificios
(Figura 2), así como de templos destruidos para
construir otros encima con el objeto de imponer
Figura 1. Vista del Templo del Partenón, Acrópolis de Atenas, Grecia.
una nueva religión y borrar todo vestigio de la ante-
rior (Figura 3).

En la Modernidad se produjeron una serie de


fenómenos que impactaron en la manera de con-
cebir el patrimonio. Uno de ellos fue el surgimiento
de la ciencia moderna, la cual basada en la razón
comenzó a descubrir “leyes universales” que per-
mitieron explicar el mundo con independencia de
las verdades reveladas por la fe. Precisamente,
el eje del pensamiento iluminista europeo de la
época se basó en la creencia de que la huma-
nidad, a través de la razón y del progreso tecno-
lógico, sería capaz de manipular y explotar la natu-
raleza en su propio beneficio. Este pensamiento
proveyó una justificación para los viajes y descu-
brimientos promovidos o apoyados por las poten-
cias europeas que posibilitaron la “conquista de
Figura 2. Castillo construido por los Cruzados utilizando columnas romanas nuevos mundos” y, en los siglos siguientes, el
como vigas, Sidón (s. XIII), actual Líbano. desarrollo de una red de comercio e intercambio
entre las metrópolis europeas y sus colonias en
dedicado a la diosa Atenea. Por entonces estaba América, Africa, Asia y Oceanía, proceso que se
rodeado de frisos, estatuas y pintado de múltiples conoce como colonialismo.
colores. Con el paso de siglos, fue iglesia cristiana,
mezquita y hasta sirvió de polvorín durante la ocu- Esta expansión colonialista produjo un pro-
pación otomana. En 1687 un bombardeo provocó fundo cambio en la visión del mundo que tenían
su incendio y destrucción parcial. En 1801, Lord los europeos, a partir del hallazgo de otros grupos
Elgin compró parte de sus frisos y estatuas que humanos con otras formas de vida totalmente
pasaron años después a formar parte de la colec- diferentes. En el medioevo lo que se sabía del
ción del Museo Británico. La imagen actual del mundo derivaba de los textos dejados por griegos
Partenón no es sino el resultado de todos los ava- y romanos y primaba una visión mitológica de las
tares de su historia. Su imagen descolorida ofrece demás culturas. De hecho, los pueblos no occi-
a los visitantes una visión aséptica y un tanto idea- dentales, es decir “los otros culturales” eran cla-
lizada de la antigüedad griega (Figura 1); ya no es sificados de acuerdo a las categorías de pensa-
más un templo religioso, aunque sigue siendo aún miento existentes. Por ejemplo, de acuerdo a la

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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio

clasificación aristotélica, los bárbaros eran aque-


llos que se regían por la pasión -a diferencia de
los griegos- mientras que en el medioevo los “bár-
baros” eran sinónimo de paganos, quienes sólo
podían alcanzar la salvación eterna mediante su
conversión al cristianismo (Gosden 1999).

Durante la expansión colonialista se tomó este


discurso del deber moral para justificar los domi-
nios sobre los territorios descubiertos e imponer
un orden racional y moral a partir de los están-
dares greco-cristianos. En 1493 el Papa Ale-
jandro VI concedió a los reyes católicos de España
a través de las Bulas Inter Caetera el derecho
de conquistar América e incorporarla a los domi-
nios de la Corona con la condición de que evan-
gelizaran a los nativos. Con el transcurso del
tiempo, la experiencia de los viajeros y natura-
listas en el “Nuevo Mundo” fue gradualmente
Figura 3. Iglesia y Convento de Santo Domingo construido en 1534 sobre el
desafiando esa unidad de pensamiento a través templo inka de Coricancha, Cuzco, Perú.
de observaciones empíricas que dieron lugar a un
cierto relativismo histórico y antropológico. A partir del siglo XVI comenzaron a formarse
las grandes colecciones de las casas reales que
Pero lo cierto es que todos los pueblos nece- luego sirvieron de base a los patrimonios artísticos
sitan esquemas abstractos (cosmologías) para nacionales. Paralelamente se había iniciado el
entender el mundo, la posición de las cosas y las coleccionismo privado.
personas dentro del mismo, así como las rela-
ciones y acciones morales que se deben esta- Sin embargo, durante el colonialismo es
blecer entre ellas. Una manera de comprender el cuando se intensifica la recolección de objetos cul-
mundo es a través de la colección y clasificación turales de todo tipo, usados como medios de inter-
de objetos o conjuntos de objetos que parezcan cambio para fomentar el comercio colonial. De
ser representativos de las diferentes formas de este modo se constituyeron las grandes colec-
vida o de intercambio entre los pueblos. Es por ciones antropológicas privadas (e.g. Colección Tra-
eso que el coleccionismo está estrechamente vin- descant, siglo XVII) que reunían todo tipo de
culado con el colonialismo, ya que constituía una objetos y eran guardadas en una suerte de "gabi-
manera de comprender a los grupos humanos no nete de curiosidades", ya que no tenían otra lógica
europeos (Gosden 1999). Naturalistas y bur- clasificatoria que la de ser el reflejo de los con-
gueses comenzaron a acumular una amplia tactos y los viajes de sus dueños. Eran producto
variedad de objetos colectados de sus viajes o tra- de intercambios amigables, compra o tráfico. A
ídos de los lugares donde extendían sus redes menudo estos bienes pasaban de padres a hijos
comerciales. hasta que en algún momento se dispersaban o que-
daban bajo la custodia de algún investigador o de
Cabe aclarar, sin embargo, que el coleccio- alguna institución pública, como universidades o
nismo es un fenómeno anterior al colonialismo. museos. Este proceso de traspaso de las colec-
Existían en Europa grandes colecciones formadas ciones del sector privado al público se generalizó
muchos siglos antes de su surgimiento, tales hacia fines del siglo XIX.
como las reliquias religiosas traídas por los Cru-
zados de Oriente Medio; los bienes procedentes Paralelamente al hallazgo de los “otros cultu-
de Constantinopla, luego de su caída; los objetos rales contemporáneos” -cuyo estudio dio origen a
de arte colectados por los mecenas del Renaci- la antropología como disciplina científica-, los estu-
miento, etc. Estas colecciones estaban integradas diosos europeos descubrieron la existencia de una
por objetos maravillosos, excepcionalmente prehistoria anterior a los griegos y a los romanos a
valiosos, frutos del poder divino o del genio del partir de las analogías que habían encontrado entre
artista. los pueblos americanos que usaban instrumentos

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Patrimonio, ciencia y comunidad

mación que proveyó la arqueología, la Mesopotamia


fuera reconocida como la “cuna de la civilización
occidental”. Sin embargo, el Oriente Medio y su
legado cultural, como explica Edward Said (1978),
siempre fue considerado como de segundo rango
frente a la superioridad europea.

De este modo, los europeos fueron gradual-


mente construyendo una nueva historia a partir de
una combinación de la vitalidad propia de los bár-
baros (presumida a partir de los artefactos prehis-
tóricos) con la estética clásica, sumado a la ele-
gancia, el porte y la racionalidad propia de la moder-
nidad. Todos estos elementos derivaron en el sen-
tido de progreso y superioridad europea esgrimida
en el siglo XIX (Gosden 1999). En este siglo fue
cuando se acuñó de manera definitiva el concepto
de patrimonio, una noción que estuvo teñida, por
décadas, de una visión eurocentrista del mundo y
Figura 4. Museo del Louvre, París, Francia.
de la cultura.

Los museos y el surgimiento del


de piedra y las herramientas de igual materia prima patrimonio nacional
halladas en el viejo continente. Esta posibilidad de
hacer comparaciones interculturales entre América Los primeros grandes museos de Europa como
y Europa hizo posible el surgimiento de la arqueo- el Británico (1759), el Louvre (1792) (Figura 4),
logía prehistórica (Gosden 1999). Sin embargo, los el Altes de Berlín (1828) se constituyeron sobre
hallazgos de la incipiente arqueología en Europa no la base de grandes colecciones privadas generadas
contaban con una explicación coherente que los gracias a la enorme afluencia de piezas arqueo-
ordenara en una línea de tiempo, hasta que el danés lógicas hacia las metrópolis europeas que se pro-
Christian Jürgensen Thomsen elaboró, en 1816, dujo desde mediados del siglo XVIII y sobre todo
una secuencia que dio origen a la clásica clasifica- durante la época del “Gran Tour”. Si bien los
ción de las edades de piedra, de bronce y de hierro grandes movimientos de obras de artes y la acti-
en que se dividió desde entonces la prehistoria vidad comercial vinculada a ellas había comen-
europea. zado un siglo antes (Hernández Hernández 1994),
esta se intensificó a partir del interés despertado
Mientras tanto los europeos seguían considerán- por las excavaciones de Herculano y Pompeya.
dose los herederos del mundo clásico, se educaban
en griego y latín y leían sus obras de filosofía, litera- La intención original de establecer museos fue
tura y teatro. El descubrimiento arqueológico y pos- la de sacar los objetos coleccionados de su con-
terior excavación de Herculano y Pompeya, ciudades texto de uso y de circulación como propiedad pri-
romanas sepultadas bajo las cenizas del volcán vada, colocándolos en un ambiente que permitiera
Vesubio, en Italia, deslumbró a la clase culta europea abrir la colección al público con fines educativos,
al brindarle una visión mucho más vívida y completa brindándole una explicación más o menos racional
del estilo de vida y del esplendor romano. La arqui- de los mismos.
tectura clásica se impuso rápidamente en Europa;
también influyó en la pintura, la escultura y en las Sin embargo el auge de los museos se produjo
artes en general. El coleccionismo de piezas prove- recién en la segunda mitad del S. XIX, cuando
nientes de ruinas y tumbas romanas y griegas hizo junto con el patrimonio cultural comenzaron a
furor en la aristocracia y en la burguesía, cuyos jugar un rol trascendental en el surgimiento y jus-
miembros emprendían largos y fatigosos viajes para tificación de los Estados nacionales. Las nuevas
conocerlas. Egipto fue “descubierto” a partir de las naciones necesitaban contar con una historia
campañas napoleónicas (1798) y tuvieron que pasar propia en la cual educar a sus ciudadanos y gene-
muchas décadas más para que, gracias a la infor- rarles un sentido de identidad. Estas historias no

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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio

suelen ser más que “tradiciones inventadas”,


señalan Hobsbawm y Ranger (1983), es decir,
narrativas inspiradas más en lo que se cree que
debió ser, que en lo que en realidad sucedió, y ela-
boradas con una fuerte intención de aleccionar a
las generaciones presentes y futuras. En ese con-
texto, era necesario darle un sustrato material a la
historia nacional, el cual fue proveído por el patri-
monio inmueble (ruinas arqueológicas, palacios,
templos, etc.) y mueble (colecciones alojadas y
exhibidas en museos). Es por ello que el patri-
monio cultural en sus inicios estuvo fuertemente
ligado con la construcción de la identidad nacional.

En Europa, la noción de “monumentos” se ins-


piró en la idea de que el Estado debía extender su
mano protectora y su dominio sobre ciertos bienes
considerados claves para su historia (Figura 5).
En consecuencia se eligieron aquellos lugares de
Figura 5. Catedral de Notre Dame de París.
notable valor arquitectónico y artístico, incluido
sitios prehistóricos, así como sitios vinculados con
personajes ilustres o con grandes acontecimientos
de la historia. En América surgió la necesidad de Como señalaba Ricardo Rojas (1909): “De todos
constituir “parques nacionales” con el objeto de esos desperdicios del tiempo ha de ir haciéndose
proteger áreas naturales de gran belleza para el la historia nacional”. Con igual intención, en 1913
goce público. La idea de crear estas áreas prote- se sancionó la Ley Nº 9.080 que declaró a las
gidas nació en EE.UU. a fines del siglo XIX y fue ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontoló-
rápidamente emulada en Canadá, Australia y gicos propiedad del Estado. La urgencia de san-
Nueva Zelandia. El valle de Yosemite, con su cionar esta ley fue claramente fundamentada por
bosque de sequoias gigantes se constituyó en el diputado Manuel B. Gonnet, quien señaló que
parque nacional en 1890; unos años antes era necesario “evitar que el espíritu de lucro, por
Canadá había creado el parque Rocky Mountain, una parte, y el pillaje, por la otra, las devasten y
Australia el Parque Royal (1879) y Nueva Zelandia dejen truncados algunos de los grandes problemas
el Tongariro (1887). En los años siguientes la lista de la arqueología y la paleontología, quitando a
de parques se fue multiplicando en estos países y nuestros museos esos preciosos tesoros (…)”
luego en todo el mundo. En Argentina, Francisco (Diario de Sesiones de Diputados 1912, T II: 673)
P. Moreno donó en 1903 las tierras en las que (ver Marco normativo del patrimonio en Argentina
décadas después se creó el Parque Nacional y la región) (Figura 6).
Nahuel Huapi. El segundo Parque Nacional argen-
tino fue el Iguazú, creado en 1909. Cabe destacar Durante esa época se formaron las grandes
que estos fueron los primeros parques nacionales colecciones etnográficas y bioantropológicas que
de Sudamérica (Erize 2003). luego fueron albergadas en el Museo de La Plata
(1888) y en el Museo Etnográfico de la Univer-
Poco a poco los Estados, tanto en el viejo como sidad de Buenos Aires (1904) y se expropiaron
en el nuevo mundo, se convirtieron en coleccio- las colecciones paleontológicas y antropológicas
nistas a través de sus museos y en proteccionistas de Florentino Ameghino para ser destinadas al
por medio de las legislaciones de patrimonio. En Museo Nacional de Historia Natural. También se
Argentina, por ejemplo, a fines del siglo XIX y creó el Museo Histórico Nacional (1891) y el de
comienzos del XX, la arqueología y la paleontología Bellas Artes (1896), entre otros.
fueron consideradas claves en la creación de una
ciencia de corte nacional. Lo distintivo de Argen- Sin pretensiones de hacer un análisis exhaus-
tina eran los yacimientos arqueológicos y paleon- tivo del tema, debe señalarse que el proceso de
tológicos que debían ser protegidos porque cons- creación del patrimonio nacional tuvo diferentes
tituían el fundamento último de la nacionalidad. matices en los distintos países latinoamericanos.

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Patrimonio, ciencia y comunidad

parición. No debe sorprender entonces que su


legado cultural no haya sido valorado sino como
una curiosidad antropológica. Sin embargo, a
partir de entonces surgieron diferentes movi-
mientos, tales como el indigenismo, el socialismo,
la hispanidad y el nacionalismo, que afectaron la
concepción del patrimonio cultural en cada país.

Como ejemplos pueden citarse el Movimiento


Indigenista en Perú, surgido a fines de 1910 y el
de Bolivia, a partir de la constitución de 1952, que
trajeron consigo un redescubrimiento de los impe-
rios Inka y Tiwanaku y de los sitios arqueológicos
asociados a ellos. En México, el indigenismo sur-
gido a partir de la revolución de 1910 ayudó a con-
solidar el nuevo estado mexicano, sentando sus
raíces más profundas en el pasado prehispánico
imperial (Patterson 1995). Como consecuencia de
Figura 6. Megatherium estos procesos, los monumentos precolombinos de
americanum
Perú y México pasaron a ocupar un lugar desta-
procedente de Argen-
tina expuesto en el cado en la agenda política estatal, en especial
Museo de Historia aquellos relacionados con los imperios Inka y
Natural de Londres, Azteca, respectivamente. Por el contrario, en países
Reino Unido. como Argentina, Chile y Uruguay la ideología ofi-
cial hizo un quiebre con el pasado indígena y, en
general, negó cualquier otra influencia que no sea
Hasta principios del siglo XX existió cierto predo- la tradición hispano-católica y la exaltación de los
minio de la ideología racista inspirada en el dar- héroes nacionales. Se impuso un modelo de homo-
winismo evolucionista, que consideraba a los pue- geneidad cultural a partir de un crisol de razas, pro-
blos indígenas como grupos salvajes que se encon- ducto de la inmigración europea de fines del siglo
traban en una etapa inferior de la evolución XIX y comienzos del XX, negándoles toda adscrip-
humana y por lo tanto, próximos a su desa- ción étnica, hasta años recientes, a los descen-
dientes indígenas contemporáneos.

En Argentina el desprestigio de las teorías de


Ameghino (1880) sobre El Origen del Hombre en
El Plata marcó una etapa de crisis en el desarrollo
de la arqueología y la paleontología que fue acom-
pañada por el desinterés del Estado en proteger
este patrimonio. El movimiento nacionalista sur-
gido a partir de la celebración del centenario de la
independencia potenció el desarrollo de una his-
toria nacional que se apoyó en el legado colonial
y patrio. En 1940 se creó la Comisión Nacional
de Museos, Monumentos y Lugares Históricos y
durante esa época fueron declarados gran parte
del listado actual de monumentos y lugares histó-
ricos nacionales, en el cual se incluyeron funda-
mentalmente a las iglesias coloniales y a los sitios
y lugares relacionados con los grandes hitos del
período patrio (Figura 7). Paralelamente un
número importante de parques nacionales se
Figura 7. Cabildo de Salta, declarado Monumento Histórico Nacional en constituyeron a partir de la década del ´30 cuando
1937. se creó la Dirección de Parques Nacionales.

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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio

El patrimonio de la humanidad cultura o religión sino que pertenece a toda la


humanidad y constituye un legado de los grupos
Volviendo al contexto internacional, entre la humanos del pasado a las generaciones presentes
primera y la segunda guerra mundial, se comenzó y futuras, fue la idea fuerza que inspiró la Con-
a gestar un movimiento conservacionista a nivel vención para la protección del Patrimonio Mundial
internacional que se plasmó en la Carta de Atenas Natural y Cultural de 1972. Bajo los auspicios de
de 1931 que fijó los principios mínimos para la esta convención se propuso proteger lo excepcional,
conservación de los monumentos artísticos e his- lo extraordinario, aquello que representa “las
tóricos, que fueron luego complementados en la grandes obras del hombre y de la naturaleza” (ver
Carta de Urbanismo de Atenas de 1933. Cabe Convención de la UNESCO de 1972). Precisa-
aclarar que estas cartas, pese a ser solo “recomen- mente el criterio que determina que un bien pueda
daciones”, han generado un vasto impacto por su ser catalogado como patrimonio de la humanidad
valor doctrinario y sirvieron de base para la elabo- es el “valor universal excepcional” que significa que
ración de otros documentos. posee “una importancia cultural y/o natural tan
excepcional que trasciende las fronteras nacionales
En 1945 se creó la Organización de las y cobra importancia para las generaciones pre-
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y sentes y venideras de toda la humanidad (Figura
la Cultura (UNESCO) como un organismo espe- 8). Por lo tanto, la protección permanente de este
cializado de la Organización de las Naciones patrimonio es de capital importancia para el con-
Unidas (ONU) con el objetivo de construir la paz junto de la comunidad internacional” (UNESCO
en la mente de los hombres mediante la educa- 2006:48) (Ver Sitios del Patrimonio Mundial que
ción, la ciencia y la cultura. Su principal misión se encuentran en Argentina).
por entonces fue proteger los bienes culturales
en caso de conflicto armado y combatir el tráfico
ilícito de bienes culturales. Producto de ello fueron
la elaboración y aprobación de la Convención
sobre la protección de bienes culturales en caso
de conflicto armado (La Haya 1954) y la Conven-
ción sobre medios para prohibir y prevenir la
importación, exportación y transferencia ilícita de
bienes culturales (París 1970).

Durante la posguerra, la mayor preocupación


en Europa en relación al patrimonio se centró en
la recuperación de los centros históricos que
habían sido bombardeados. Precisamente, las
reconstrucciones poco confiables de edificios his-
tóricos inspiraron la elaboración de la Carta de
Venecia, adoptada por ICOMOS (Consejo Interna-
cional de Monumentos y Sitios) en 1964, en la
cual se enumeraron los principios básicos que
deben guiar a una restauración para que sea con-
siderada “auténtica”, enfatizándose la importancia
de respetar los materiales originales con los que
fue construido el monumento.

Mientras tanto, en el seno de la UNESCO se


comenzó a gestar un nuevo concepto, el de “patri-
monio de la humanidad”, a partir de la coopera-
ción internacional obtenida para efectuar el rescate
de los templos egipcios que iban a ser afectados
por la construcción de la Represa de Aswan en
Figura 8. Vista del sitio arqueológico de Petra, capital de los Nabateos
1960. El convencimiento de que existe un patri- (s. IV a.C. al I d.C.), actual Jordania, declarado Patrimonio de la
monio que no es exclusivo de un país, ni de una Humanidad en 1985.

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Patrimonio, ciencia y comunidad

Entre los años 60s y 70s, principalmente El concepto de recursos culturales se inspira en
en los EE.UU., comenzó a debatirse el pro- la noción de recursos naturales, ya que se trata de
blema de la pérdida irreparable de sitios recursos limitados, no renovables, diseminados en
arqueológicos y paleontológicos -que se el paisaje, que son de interés público y que deben
hallaban bajo tierra y que eran destruidos antes ser protegido por la legislación de patrimonio, así
de ser descubiertos e investigados- con motivo como contemplados en la normativa de planifica-
de la construcción de grandes obras de infraes- ción territorial (Carta de ICOMOS para la gestión
tructura que producían grandes remociones de del Patrimonio Arqueológico de 1990). Este con-
tierra o dejaban bajo agua vastas porciones de cepto dio paso a una nueva especialidad denomi-
territorio. Surgió así la arqueología de rescate, nada “manejo o gestión de los recursos culturales”.
cuyo objetivo era registrar y recuperar una parte
más o menos representativa de los bienes en Como consecuencia de todo este proceso, la
peligro de destrucción. Posteriormente, se visión del patrimonio que tenemos hoy es mucho
comenzó a utilizar la denominación de más amplia y flexible. Ya no sólo se protege lo
“recursos culturales” para designar a esos monumental sino lo que se encuentra bajo tierra
bienes patrimoniales. Ello significó un impor- (Figura 9) y aún debajo de las aguas, lo cual es
tante cambio conceptual respecto de la tradi- posible gracias al desarrollo de la arqueología sub-
cional noción de “monumentos”, que exige un acuática en los últimos años, que ha permitido la
proceso previo de selección y una declaratoria detección e investigación de naufragios, sitios y ciu-
legal para poder calificar a un bien como tal y dades sumergidas (Figura 10).
protegerlo. Por el contrario, la idea de “recursos
culturales” implica preservar no sólo a los Por otra parte, la protección de un monumento
bienes culturales conocidos y declarados, sino requiere también proteger su entorno natural, tal
también a los sitios potenciales, susceptibles como señala la Carta de Venecia. La comprensión
de ser descubiertos mediante un hallazgo de que los recursos culturales y naturales no son
casual o en contexto de obras. entidades separadas sino que se encuentran dise-

Convención de la UNESCO de 1972


La Convención para la protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, celebrada en
París en 1972 define como patrimonio cultural (art. 1) a:

· Los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monumentales, ele-


mentos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de ele-
mentos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia,
del arte o de la ciencia.

· Los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad


e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de
la historia, del arte o de la ciencia.

· Los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así como las
zonas incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde
el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.

Y como patrimonio natural (art. 2) a:

· Los monumentos naturales constituidos por formaciones físicas y biológicas o por grupos
de esas formaciones que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista esté-
tico o científico;

· Las formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas estrictamente delimitadas que cons-

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Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio

minados en el paisaje, ha tenido importante con-


secuencias en la categorización de lo que consi-
deramos patrimonio (Figura 11). Muchos países
comenzaron a considerar como áreas protegidas
a lugares con mayor grado de intervención humana
(ver La conservación del patrimonio natural), mien-
tras que comenzó a gestarse el concepto de paisaje
para poder clasificar de manera más adecuada a
sitios que no eran estrictamente naturales ni cultu-
rales. En este sentido, el Comité del Patrimonio
Mundial ha incorporado desde 1992 una tercera
categoría de sitios (además de los culturales y natu-
rales) que denominan “mixtos” y que son aque-
llos que satisfacen una parte o la totalidad de la
definición de patrimonio natural y cultural de la con-
vención. En esta categoría se incluyen los paisajes
culturales (Figura 12) como aquellos “bienes cul-
turales que representan el trabajo conjunto del
hombre y de la naturaleza” y que “ilustran la evo-
lución de la sociedad humana y de sus asenta-
mientos a lo largo del tiempo, condicionado por las
limitaciones y/o oportunidades físicas que presenta
su entorno natural y por las sucesivas fuerzas
sociales, económicas y culturales, tanto externas e Figura 9. Excavación de rescate en la Ex-
internas” (UNESCO 2006: 48) (ver Nuevas cate- Escuela Normal de Olavarría. Olavarría, pro-
gorías de sitios). vincia de Buenos Aires.

tituyan el hábitat de especies animal y vegetal amenazadas, que tengan un valor universal
excepcional desde el punto de vista estético o científico;

· Los lugares naturales o las zonas naturales estrictamente delimitadas, que tengan un valor
universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia, de la conservación o de la belleza
natural.

Nuevas categorías de sitios

La Comisión del Patrimonio Mundial, en sus directrices prácticas, incorporó una tercera cate-
goría de sitios, además de los naturales y culturales, que denominó “mixtos”. Ejemplo de ellos
son los paisajes culturales, que representan las obras conjuntas del hombre y la naturaleza, los
cuales se dividen en tres categorías: a) los creados intencionalmente por el hombre, como jar-
dines y parques; b) los que han evolucionado orgánicamente, ya sea que se encuentren aban-
donados (o fósiles, como por ejemplo minas abandonadas) o que aún cumplen una función
social activa en la sociedad contemporánea (e. g. terrazas de cultivo en el mundo andino) y pai-
sajes culturales asociativos que son los sitios sagrados y rituales.

En los últimos años se han ampliado los criterios para incluir tipos específicos de sitios, tales
como las nuevas ciudades del siglo XX y, los canales y las rutas patrimoniales (antiguas vías de
comercio o redes viales imperiales que se extienden a lo largo de vastos territorios y diversos
países). Asimismo se han establecido como objetivos estratégicos de la Convención (Declara-
ción de Budapest de 2002) el establecer una lista del patrimonio mundial que sea más repre-
sentativa, ecuánime y creíble, es decir que represente mejor las diferentes culturas del mundo,
especialmente las de los países del tercer mundo.

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Patrimonio, ciencia y comunidad

En la consideración del patrimonio cultural de últimos años, se han hecho enormes progresos
cada país ha dejado paulatinamente de valorarse hacia el reconocimiento del patrimonio intangible,
solo lo magnífico y extraordinario para incluir tam- que ha sido protegido a nivel internacional por la
bién lo cotidiano y popular (Figura 13). En los Convención de la UNESCO de 2003. Ello signi-
fica que no sólo debe protegerse la cultura mate-
rial de una comunidad, sino además sus conoci-
mientos ancestrales, técnicas, rituales, música,
memoria oral, etc., es decir todos aquellos
aspectos intangibles de su cultura que le proveen
de un sentimiento de identidad y continuidad a
través del tiempo.

El patrimonio, además, dejó de ser conside-


rado como algo estático para tornarse dinámico,
entendido como un proceso que abarca, con una
visión antropológica, todo aquello que está bajo la
influencia de los grupos humanos y que se consi-
dera digno de ser preservado. Un ejemplo claro
del carácter dinámico del patrimonio lo brinda pre-
cisamente el patrimonio intangible, ya que los
saberes, técnicas y tradiciones pasan de genera-
ción en generación e inevitablemente se van trans-
formando; proteger ese patrimonio requiere tam-
bién ser permeable a los cambios que él va expe-
rimentando (Figura 14).

Asimismo se ha afirmado que el patrimonio


cultural o natural no puede ser separado de su
entorno social y cultural, en el sentido de que la
conservación y rehabilitación de un bien patrimo-
Figura 10. Arqueólogos excavando un sitio sub- nial no puede hacerse en desmedro de la comu-
acuático.

Figura 11. Terrazas de cultivo de Coctaca, Quebrada de Humahuaca, pro- Figura 12. Vista de Machu Picchu, inscripto
vincia de Jujuy, declaradas Monumento Histórico Nacional en 2000. como “sitio mixto” en la lista del Patrimonio
Mundial (1983).

28
Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio

nidad que habita en el lugar, sea o no descendiente construcción social que se hace desde el presente
de quienes produjeron dicho bien. Un caso que con una fuerte intencionalidad respecto de lo que
vale la pena mencionar es el de los beduinos, se desea preservar.
pueblo nómade que custodió el sitio de Petra (Jor-
dania) por 700 años; sus descendientes son
quienes explotan en la actualidad los servicios
turísticos en el lugar (Figura 15).

En los últimos años y desde una perspectiva


urbanista, la idea de patrimonio ha sido asociada
a la noción de hábitat y de calidad de vida. La
Declaración de Buenos Aires del Forum UNESCO,
celebrado en octubre de 2004, afirma que “el
patrimonio cultural debe ser considerado como un
derecho de la persona” y como tal “debe contri-
buir al bienestar y a la integración social”. En este
contexto, el patrimonio ha dejado de ser consi-
derado como un tema excluyente del ámbito de
la cultura para integrarse como un capítulo espe-
cial en los programas de ordenamiento territorial
y en los planes de desarrollo social.

El concepto de patrimonio se ha expandido en


la dimensión temporal, permitiendo incluir a la
producción humana reciente, en especial aquello
que ha sido parte del mundo del trabajo, como
Figura 13. Rancho de adobe, típica vivienda rural de la región pampeana,
el patrimonio industrial. Minas, fábricas y molinos
Colonia San Miguel, Olavarría, provincia de Buenos Aires.
abandonados, antiguos poblados mineros y
rurales, sumados a tramos de vías férreas, esta-
ciones y talleres ferroviarios integran un rico acervo
que no siempre es adecuadamente valorado y pro-
tegido.

Patrimonio, además, puede ser aquello que


adquiere un fuerte significado simbólico para las
generaciones presentes y futuras como testimonio
de las conquistas sociales o políticas alcanzadas.
En esta categoría se incluyen a los denominados
“sitios de la memoria” como el Museo de la
Memoria del Distrito 6, en Ciudad del Cabo, que
testimonia las políticas racistas del Régimen del
Apartheid en Sudáfrica (Figura 16); el Campo de
concentración y exterminio Nazi de Auschwitz en
Polonia y, para dar un ejemplo más local, la
Escuela de Mecánica de la Armada, recientemente
convertida en museo.

Como ha quedado demostrado en todo este


relato, el patrimonio está formado por aquellos
bienes tangibles o intangibles que una comunidad
o, al menos determinados sectores de ella, eligen
proteger como testimonios del pasado y desean
transmitir a las generaciones venideras. Por eso Figura 14. Técnica tradicional de tejido de
suele afirmarse que el patrimonio no es sino una poncho en telar. Tilcara, provincia de Jujuy.

29
Patrimonio, ciencia y comunidad

Figura 15. Joven beduino alquila su camello para recorrer Petra, Jordania. Figura 16. Cartel prohibiendo el acceso a per-
sonas de color usado durante el Régimen del
Apartheid. Museo del Distrito 6, Ciudad del
Cabo, Sudáfrica.

partes del mundo y en diferentes períodos de la


historia han sido un tema profusamente analizado
en las últimas dos décadas (Kohl y Fawcett 1995;
Díaz-Andreu y Champion 1996, etc.). Para dar
un ejemplo reciente, la dinastía Ptolemaica de
origen griego, ha sido tomada desde el discurso
oficial como fundamento del Egipto moderno
(Hassan 1998). En este sentido, se ha afirmado
que la construcción de la nueva biblioteca de Ale-
jandría en el 2003, constituye un testimonio elo-
cuente de cómo desde el Estado se intenta
reforzar las raíces griegas de Egipto en detrimento
Figura 17. Vista de la acrópolis romana de Baalbeck, Líbano, durante los pre- de lo musulmán (Butler 2007).
parativos del Festival Internacional anual.
Las reconstrucciones in situ de antiquísimos
monumentos sin respetar los lineamientos de la
Carta de Venecia y respondiendo a objetivos nacio-
Durante décadas, se han seleccionado deter- nalistas y/o a fines turísticos, es otro lamentable
minados períodos de la historia para reforzar la ejemplo de estos “usos del patrimonio”. Es habi-
idea de nación. Por ejemplo en Argentina la con- tual que monumentos de la antigüedad como los
memoración de la “conquista del desierto” -que sitios romanos de Baalbeck en Líbano (Figura 17),
implicó el avance sobre el territorio indígena y la Jerash en Jordania o Palmira en Siria, sean la sede
muerte de miles de sus habitantes- sirvió para anual de festivales folklóricos de gran popularidad,
apoyar un proyecto político hegemónico, mientras en un intento por establecer un vínculo entre la
que otros pasados -como el de los Tehuelches y magnificencia y espectacularidad de estas ruinas
Mapuches- fueron negados o ignorados y sus tes- romanas con los Estados actuales, de creación
timonios materiales destruidos o al menos menos- relativamente reciente. Estos eventos suelen
preciados. generar un impacto considerable en los monu-
mentos debido a la enorme afluencia de público,
Ejemplos de los usos de la arqueología y del la infraestructura que se monta en el lugar y la
patrimonio con fines nacionalistas en diversas intensidad de los ruidos, entre otros factores.

30
Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio

La conservación del patrimonio natural


La Unión para la Conservación Mundial (IUCN), creada en 1948 es una inmensa red integrada por
84 Estados, 108 agencias gubernamentales, 831 ONGs nacionales e internacionales y 33 afiliados.
Su misión es influenciar, animar y asistir a las sociedades del mundo a conservar la integridad y diver-
sidad de la naturaleza y garantizar el uso equitativo y ecológicamente sostenible de los recursos natu-
rales. Su visión es lograr un mundo justo que valore y conserve su naturaleza. La IUCN es la única
organización medioambiental con presencia en la ONU y es el organismo asesor técnico oficial de
la Comisión del Patrimonio Mundial de la UNESCO para la implementación de la Convención de
1972 en todo lo relativo al patrimonio mundial natural (evalúa, hace el seguimiento, brinda capaci-
tación y entrenamiento).

Áreas protegidas
Con el transcurso del tiempo los parques nacionales fueron ganando prestigio como lugares dignos
de visitarse por sus atractivos naturales. Muchos países intentaron crear diferentes tipos de áreas
naturales para incorporar lugares más intervenidos por las actividades humanas. Las denomina-
ciones suelen variar de país a país, siendo las más utilizadas las de Parque Nacional y Reserva Natural,
además de las categorías internacionales de Reservas de la Biosfera y de Sitio del Patrimonio Mun-
dial (natural o mixto).
La IUCN define como área protegida, en general, a toda “área de tierra o de mar especialmente dedi-
cada a la protección y conservación de la diversidad biológica y de los recursos naturales y culturales
asociados, y administrados a través de medios legales u otras medidas efectivas”. Las áreas prote-
gidas pueden ser creadas para cumplir con diferentes propósitos, tales como investigación científica,
protección de la vida silvestre, preservación de especies y diversidad genética, conservación de ser-
vicios ambientales, protección de elementos naturales o culturales específicos, turismo y recreación,
educación, uso sustentable de recursos de ecosistemas naturales, conservación de atributos cultu-
rales o tradicionales.
En las últimas cuatro décadas, la IUCN, a través de su Comisión de Parques Nacionales y Áreas Pro-
tegidas ha dado asesoramiento internacional para la categorización de áreas a proteger por parte
de los Estados. Debido a la necesidad de establecer criterios que permitan reclasificar la multipli-
cidad de categorías existentes en los distintos países, la IUCN (1994) estableció en los últimos años
seis principales áreas de manejo:
I. De protección estricta (e. g. reserva natural estricta o área silvestre).
II. De conservación y recreación de ecosistemas (e. g. parque nacional).
III. De conservación de elementos naturales (e. g. monumento natural).
IV. De conservación a través de una gestión activa (e. g. área de manejo del hábitat o de especies).
V. De conservación y recreación de paisajes terrestres o acuáticos (e. g. paisajes protegidos).
VI. De uso sustentable de ecosistemas naturales (e. g. área de manejo de recursos protegidos).

Áreas naturales protegidas en Argentina


Los mayoría de los parques nacionales argentinos se constituyeron como tales a partir de la creación
de la Dirección de Parques Nacionales mediante la Ley Nº 12.103 de 1934, mientras que las reservas
naturales estrictas fueron creadas a partir de 1990. En la actualidad, la Administración de Parques
Nacionales (APN) ha establecido las siguientes categorías de áreas protegidas: parques nacionales,
monumentos naturales, reservas nacionales, reservas naturales estrictas y reservas naturales edu-
cativas (ver http://www.parquesnacionales.gov.ar). A ellas se suman los parques y reservas pro-
vinciales y municipales.
Desde el punto de vista ambiental, el objetivo más importante consiste en contar con una estructura
de áreas protegidas que sean representativas de la mayor parte de los ambientes naturales del país.
En este sentido, se ha señalado que existen áreas no representadas en el sistema nacional de áreas
protegidas como son los pastizales pampeanos, un paisaje que ha sido severamente transformado
pero que es, al mismo tiempo, sumamente significativo para la identidad regional y nacional (Fer-
nández Balboa 2003).

31
Patrimonio, ciencia y comunidad

afirmaba que los criterios de autenticidad de la


Carta de Venecia no eran aplicables para el patri-
monio “no occidental”, donde el valor del sitio
reside en lo espiritual y las condiciones físicas de
esos bienes están en función de su valor o uso
sagrado. Para apoyar este argumento se daba
como ejemplo al Templo de Confucio en China,
el cual es continuamente transformado, modifi-
cado y reparado para dar testimonio dinámico y
viviente del impacto actual del confucionismo.

Este cuestionamiento a los criterios “occiden-


tales” de evaluar el patrimonio dio lugar a la Con-
ferencia de Nara, Japón, convocada por la
UNESCO en 1994, en la que se concluyó que
la evaluación de significación de un lugar debe
partir de la comprensión de los valores y carac-
terísticas de cada cultura, de modo que nos es
posible emitir juicios sobre el valor y la autenti-
Figura 18. Vista de Stonehenge, Reino Unido.
cidad de un bien con criterios inamovibles. Se
recomendó, además, que en caso de conflicto, el
Etnicidad, espiritualidad y respeto por la diversidad cultural exige el recono-
múltiples significados del cimiento de la legitimidad de los valores cultu-
patrimonio rales de todas las partes y el esfuerzo por tratar
de alcanzar soluciones ecuánimes, a través de la
A nivel internacional, los reclamos de diversas negociación.
minorías étnicas y religiosas han puesto de mani-
fiesto la multiplicidad de actores y de percep- Existen ejemplos muy bien documentados de
ciones en relación al patrimonio. El reconoci- monumentos, sitios o lugares patrimoniales que
miento de la incidencia de la diversidad cultural poseen diversos significados y valoraciones para
en la forma de valorar y, por ende, usar y gozar diferentes grupos, aún dentro de una misma
del patrimonio ha sido uno de los avances más sociedad. Un caso paradigmático a nivel mun-
significativos de los últimos años. La Carta de dial ha sido Stonehenge, un sitio monumental
Burra elaborada por ICOMOS Australia (1988- neolítico, erigido en tres fases entre el 3.050 a.C.
1999) introdujo un nuevo criterio, el de la signi- y el 1.600 a.C. en Amesbury, al sur de Inglaterra,
ficación cultural, para la selección de aquellos que fue declarado patrimonio de la humanidad
lugares que se consideran patrimonio y para por la UNESCO en 1986 (Figura 18). Con pres-
determinar el modo de conservarlo. Conforme a cindencia de la información y explicaciones que
esta carta, la significación cultural de un sitio se brinda la arqueología, Stonehenge es conside-
basa en los valores estéticos, históricos, cientí- rado un sitio sagrado por los Druidas (continua-
ficos, sociales y espirituales para las generaciones dores actuales de una antigua religión celta) y
pasadas, presentes o futuras. Dicha significación para los denominados Free Festivalers quienes,
está encarnada en el propio lugar, su estructura, desde los 70s, comenzaron a congregarse y
emplazamiento, usos, significados, antecedentes, acampar en el lugar, cada solsticio de verano,
lugares y objetos asociados. generando un impacto considerable en el sitio y
sus alrededores. Los disturbios entre la policía y
Este documento desafió los principios de la la multitud que deseaba ingresar al sitio en 1985,
Carta de Venecia, al igual que lo hizo la Carta de generaron un sinnúmero de discusiones y refle-
ICOMOS Nueva Zelandia para la Conservación xiones entre los expertos acerca de quiénes tienen
de Lugares de Valor Cultural de 1992, que esta- derecho a interpretar, usar y gozar del patrimonio
bleció que “no alterar la asociación espiritual es (ver Bender 1998) y sobre la necesidad de que
más importante que preservar el aspecto físico los responsables de su manejo encuentren una
de los lugares del patrimonio cultural indígena”. solución que compatibilice la preservación del
Al mismo tiempo, en China, India y Japón, se lugar y el deseo del público de acceder al mismo.

32
Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio

Más allá de lo anecdótico de Stonehenge, lo


que interesa destacar aquí es que la existencia de
conflictos en relación al patrimonio es inherente a
la naturaleza del mismo, en tanto construcción
social y por ende, abierta a múltiples y diversas
percepciones e interpretaciones.

La cuestión de la significación cultural del


patrimonio está estrechamente ligada al recono-
cimiento de los sitios y paisajes sagrados, un tema
de candente actualidad no sólo en Australia y
Figura 19. Apacheta
Nueva Zelandia, sino también en Latinoamérica. (montículo de piedra
Lo que define a un lugar como sagrado es la fuerte artificial de uso ritual)
asociación entre un elemento material cultural en el valle del río
(e.g. un megalito, una estela, una apacheta Colca, Perú.
andina, un rehue mapuche, un sitio arqueológico)
o natural (e.g. las montañas -apus- del mundo
andino, un valle, un río, etc.) y una creencia o acti-
vidad espiritual de un grupo pasado o presente
(Figuras 19, 20 y 21). La percepción del paisaje
y los lugares sagrados se definen en el marco de
cada cultura; pueden comprender puntos delimi-
tados en el paisaje o grandes áreas que ni siquiera
poseen elementos culturales identificables que
podrían atribuirse como objetos de culto, por lo
que en la práctica resulta difícil su regulación legal
dado que es imposible definir los sitios sagrados
con criterios taxativos. La sacralidad de un lugar
implica restricciones, prohibiciones, reglas de com-
portamiento y respeto, por lo que es necesario, tal
como lo señala la Carta de Nara, flexibilizar los
criterios aplicables para su reconocimiento legal y
su gestión. Un ejemplo para destacar es el acuerdo
celebrado entre la Administración de Parques Figura 20. Ceremonia ritual indígena celebrada en el centro ceremonial del
Nacionales y la Comunidad Mapuche Ñorquinco Pucará de Tilcara, provincia de Jujuy.
en el 2000, por la cual se le dio a esta comunidad
la custodia de un área donde se encontraba un
sitio ceremonial ubicado en el Parque Nacional
Lanín, provincia de Neuquén, acordándose
además el manejo conjunto de la misma (Molinari
2000).

La industria del patrimonio y el


turismo cultural
A partir de los años 80´s, la fuerte crisis del
sector industrial en Europa, particularmente en
Inglaterra, y el consecuente crecimiento del
desempleo hicieron prosperar la idea de recon-
vertir las villas mineras y las aldeas campesinas
en lugares de valor patrimonial. Como parte del
“boom del patrimonio” proliferaron museos comu-
nitarios, museos de sitio, centros del patrimonio y
todo tipo de iniciativa imaginable, con muy variada Figura 21. Montaña sagrada (apus), Machu Picchu, Perú.

33
Patrimonio, ciencia y comunidad

dotación de recursos y de muy diversa calidad.


Este fenómeno no tardó en generar las críticas de
los especialistas que reaccionaron frente a lo que
denominaron la “industria del patrimonio”
(Hewison 1987).

En este contexto el patrimonio -o la manera


en que el mismo es presentado al público- ha sido
considerado una versión falsa de la historia, mer-
cantilizada a través del turismo y convertido en
espectáculo. Fue así como la industria del patri-
monio se convirtió en una suerte de sinónimo de
manipulación del pasado. Se ha afirmado que es
un revival del nacionalismo en épocas de deca-
dencia nacional; que alimenta una nostalgia por
los tiempos que nunca fueron, consolidando el
mito en detrimento de la verdad; que tergiversa
los hechos históricos para enfatizar la diferencia
o la similitud entre el pasado idealizado y el pre-
Figura 22. Ritual del fuego, parque recreativo, México.
sente (Lowenthal 1996).

Finalmente la peor de las críticas, hecha a la


luz del fenómeno de la globalización que trajo con-
sigo un flujo de turismo a escala global, es el que
se refiere a la proliferación de ofertas de turismo
cultural que se traducen en una verdadera inva-
sión para comunidades con formas de vida tradi-
cional. Numerosos grupos étnicos del mundo han
sido empujados a recrear sus festividades, cere-
monias y rituales de manera simplificada, descon-
textualizadas y sin respetar su calendario ritual,
convirtiéndolas en un espectáculo para satisfacer
la curiosidad de visitantes, que llegan en cualquier
época del año y quieren verlo todo, rápida y super-
ficialmente. Por sólo citar un ejemplo, un cono-
cido parque recreativo en la península de Yucatán
ofrece ceremonias rituales mayas como parte de
su oferta de actividades recreativas deportivas y
culturales (Figuras 22 y 23). Prácticas como estas,
han sido criticadas desde la academia que con-
Figura 23. Turistas observando la "ceremonia maya", parque recreativo, México. sidera que tales imposiciones de recrear el pasado
no son sino nuevas formas de dominación de las
comunidades locales o nativas (Ucko 2000), una
suerte de neocolonialismo. En este contexto cabe
preguntarse: qué oportunidades tienen el patri-
monio cultural y su correlato en el turismo cultural
en nuestro ámbito, como una forma legítima de
desarrollar el turismo, preservando los recursos
culturales y naturales y la calidad de vida de los
habitantes.

En primer lugar, no puede negarse la dimen-


sión económica que el patrimonio fue paulatina-
mente adquiriendo a lo largo del siglo XX. En

34
Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio

muchas pequeñas comunidades, la puesta en Para compensar los impactos negativos del
valor del patrimonio ha generado una fuente alter- turismo existen numerosos programas de trabajo
nativa de empleo y desarrollo cuando las indus- orientados hacia el concepto de sostenibilidad
trias tradicionales cerraron sus puertas. Estudios ambiental, social y económica. El concepto de
recientes (Cachón Rodríguez 1998) señalan, sostenibilidad ha sido utilizado para caracterizar
además, que los nuevos yacimientos de empleo a un desarrollo aceptable y ha sido definido como
están estrechamente vinculados a nuevas necesi- “el equilibrio entre la satisfacción de las necesi-
dades motivadas por los cambios de las formas dades humanas con la protección del medio
de vida, mencionando entre ellos a los servicios ambiente natural de tal manera que esas nece-
culturales y de ocio, y a los servicios ligados al sidades puedan satisfacerse no solamente en el
medio ambiente; es decir turismo, patrimonio y presente sino también de manera constante en el
protección de áreas naturales. futuro” (Estrategia par la Conservación preparada
por la IUCN, el WWF y el PNUMA en 1980,
A nadie escapa la importancia que el patri- citado por IUCN 2007). Teniendo en cuenta que
monio tiene para el turismo local, nacional e inter- el ambiente es el marco global en el cual la eco-
nacional y que los adelantos en transporte y comu- nomía y la sociedad tienen que desarrollarse, la
nicaciones han posibilitado un acceso físico y vir- sostenibilidad implica mantener a la sociedad, a
tual a los sitios del patrimonio sin precedentes. la economía y al medio ambiente -con sus
Por otra parte, la evolución del concepto de ocio recursos naturales y culturales- simultáneamente
es un aspecto importante a considerar para com- en buenas condiciones (IUCN 2007).
prender el fenómeno actual del turismo, que ha
dejado de ser el sucedáneo o complemento del De modo que puede concluirse que la manera
trabajo, para adquirir un valor por sí mismo (Rojek más adecuada de enfrentar los desafíos que
y Urry 1997). El turismo cultural, en particular, plantea el turismo cultural consiste en planificar
suele ser un hobby para visitantes exigentes y bien su desarrollo, regulándolo y haciéndolo compa-
informados, al que dedican buena parte de su tible con los objetivos de la preservación del patri-
tiempo libre. monio, del desarrollo social y del ordenamiento
territorial.
Sin embargo, existe un fuerte debate en
torno a sus efectos negativos a mediano y a Otra cuestión básica a considerar es quiénes
largo plazo. El alza de precios que suele generar son los interlocutores en la gestión del patrimonio
el desarrollo del turismo cultural suele conducir y del turismo cultural. Se ha enfatizado la nece-
a especulaciones inmobiliarias y desplaza- sidad de adoptar una perspectiva antropológica,
mientos no deseables de la población, como ha
sucedido en los últimos años en la Quebrada
de Humahuaca. Determinados barrios antiguos
se “ponen de moda” y se convierten en un lugar
para turistas, en detrimento de sus oficios arte-
sanales y de su ambiente (Figura 24). Por
último, a partir del momento en el que el
número de turistas se vuelve excesivo, es decir
supera su capacidad de carga, el sitio puede
ser objeto de degradaciones irreversibles. La
capacidad de carga se define como el número
de turistas más elevado que puede recibir un
lugar sin que la calidad de sus visitas dismi-
nuya, la integridad del lugar se vea alterada o
la calidad de vida de los residentes afectada -
en el sentido de perder el acceso a áreas natu-
rales o públicas o de ver amenazada su priva-
cidad o estilos de vida tradicionales-. El turismo
es además una actividad con alta sensibilidad
a la inestabilidad política, a las guerras, epide-
mias y catástrofes naturales. Figura 24. Músicos callejeros. La Habana Vieja, Cuba.

35
Patrimonio, ciencia y comunidad

en el sentido de ser capaz de poder comprender


las diferentes visiones de los actores involu-
crados, así como de formar gestores culturales
con un perfil de mediadores, preparados para la
resolución de conflictos. Para ello es necesario,
en primer lugar, conocer a la comunidad local y
sus diferentes grupos de interés, a los visitantes
y analizar la relación que existe entre ambos.

Por último, no debe subestimarse el compro-


miso de la comunidad en la tarea de preservar el
patrimonio; un compromiso que se promueve y se
viabiliza a través de mecanismos que garanticen
su participación en la toma de decisiones. La Con-
vención de la UNESCO de 1972 establece que los
Figura 25. Detalle de la muestra de Arqueología, Museo Municipal “José A. Estados deben “hacer que el patrimonio cultural
Mulazzi”, Tres Arroyos, provincia de Buenos Aires. cumpla una función en la vida colectiva de los pue-
blos”, pero para que ello sea posible debe tenerse
en cuenta que:

Solo se protege lo que se conoce: es necesario


localizar, delimitar, documentar e inventariar los
bienes culturales.

Solo se conoce lo que se comprende: se debe eva-


luar, estudiar y comprender la significación histó-
rica y actual de dichos bienes.

Solo se comprende lo que se analiza: es necesario


investigar, preservar, conservar, proteger y engran-
decer los bienes culturales.

Solo se analiza lo que se valora: implica restaurar,


rehabilitar, poner en valor, interpretar y difundir
dichos bienes (Laboratorio de Arqueoloxía del Pai-
Figura 26. Reconstrucción del Molino de George Washington (S. XVIII) en saxe 2008).
Mount Vernon, Washington, D.C., EE.UU.
Todo proyecto que vincule desarrollo turístico
con patrimonio como eje fundamental debe
basarse en tres acciones básicas para su gestión:
investigar, conservar y difundir. Sin interpretación
los valores del patrimonio pasan desapercibidos
para la sociedad. Sin estudios previos esa inter-
pretación va a ser limitada, superficial o aún
errónea (Figura 25).

Las interpretaciones temáticas en sitios del


patrimonio y museos han sido la vedette de los
últimos años.

Cómo hacer el pasado intelectualmente acce-


sible a todo tipo de público y cómo lograr satisfa-
Figura 27. Interpretación histórica y guía explicativa del funcionamiento del cerlo ha sido objeto una amplia variedad de pro-
Molino de Mount Vernon. Washington, D.C., EE.UU. puestas y subsiguientes análisis (Figuras 26 y 27).

36
Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio

Hoy ya no se cuestiona la importancia de utilizar


todos los medios técnicos disponibles -gráficos y
multimedia- para ofrecer al público una explica-
ción clara, accesible, contextualizada y científi-
camente confiable de los lugares del patrimonio y
de la función que tuvieron en el pasado y que
tienen en el presente (Figuras 28 y 29). En este
sentido, la Carta Internacional sobre Turismo Cul-
tural de ICOMOS (1999) establece que los pro-
gramas de interpretación deben proporcionar infor-
mación histórica, cultural y del entorno físico. El
visitante debería siempre estar informado acerca
de la diversidad de los valores culturales que
pueden adscribirse a los distintos bienes patrimo-
niales. Es decir, conectar el pasado con la actual
diversidad cultural de la comunidad anfitriona y
de su región, sin olvidar las minorías culturales o Figura 28. Reconstrucción de un mercado andino. Museo Nacional de His-
grupos lingüísticos. toria Natural del Smithsonian, Washington DC., EE.UU.

Comentarios finales
Las experiencias de la industrialización y la
urbanización del siglo XIX, generadas por las
migraciones internas del campo a las ciudades,
los cambios en los estilos de vida y los medios
de subsistencia, destruyeron la relación de muchos
pueblos con su pasado y su sentido de pertenencia
a un lugar, desarrollado a través de varias genera-
ciones. La idea de cambio y de progreso desde
entonces ha teñido toda noción de pasado, el cual,
como explica David Lowenthal (1985), pasó a ser
visto como “un país extranjero”.

Recuperar el patrimonio cultural de nuestros


pueblos nos ayudará a conectarnos con nuestro
pasado en sentido amplio, un pasado que va más
allá de nuestros abuelos, de la memoria familiar;
un pasado que nos une a nuestra tierra, a todo lo
que en ella ha acontecido hasta tiempos recientes
y que contribuirá a la postre a definir más clara- Figura 29. Reconstrucción del ambiente natural. Museo arqueológico de Kil-
mente quiénes somos y qué deseamos ser. martin, Argyll, Escocia, Reino Unido.

37
Patrimonio, ciencia y comunidad

El patrimonio cultural y natural de Argentina en cifras


Sitios declarados
Argentina
patrimonio de la Humanidad
Culturales 4
Naturales 4
Mixtos 0
Total 8
Tabla 1. Número de sitios declarados Patrimonio de la Humanidad en Argentina por tipo.
(*) Uno en conjunto con Brasil.

El patrimonio natural protegido a nivel nacional


Provincia de Buenos
Áreas Protegidas Argentina Aires
Parques Nacionales 22
Monumentos Nacionales 4
Reservas Naturales Estrictas 2
Reservas Naturales 1 1 (*)
Total de Áreas Protegidas 29
Total de Hectáreas 3.595.483 ha (**) 2600 ha
Tabla 2. Número de áreas naturales protegidas a nivel nacional y bajo la custodia de la APN.
(*) Reserva Natural Otamendi, partido de Campana.
(**) Equivale al 1,29% de la superficie continental de la Argentina.
Nota: en la provincia de Buenos Aires existen 18 reservas naturales provinciales y 4 monumentos natu-
rales provinciales que abarcan 1.032.500 ha (3,26% del territorio provincial) (ver www.opds.gba.ar).

El patrimonio cultural protegido a nivel nacional


Provincia de Buenos
Tipos de Sitios Argentina
Aires
Árbol Histórico 13 3
Bien de Interés Histórico 24 10
Bien de Interés Histórico y Artístico 9 3
Ciudad Histórica 1 0
Conjunto Urbano Arquitectónico 2 1
Lugar Histórico 235 49
Monumento Histórico 454 73 (*)
Monumento Histórico Artístico 8 1
Patrimonio Histórico 1 0
Patrimonio Histórico Cultural 1 0
Pueblo Histórico 2 0
Sepulcro 151 6
Sitio Arqueológico (**) 1 0
Sitio Histórico 1 0
Total 903
Tabla 3. Número de sitios declarados a iniciativa Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares
Históricos por categoría.
(*) Uno está ubicado en Tandil.
(**) Existen numerosos sitios arqueológicos declarados lugares históricos o monumentos históricos nacio-
nales. Se utilizó por primera vez la categoría sitio arqueológico para proteger por ley en 1997 a la Zona de
reserva paleontológica y ecológica de Picún Leufú en la provincia de Neuquén.

38
Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio

El patrimonio cultural protegido a nivel provincial

Partido Bien Declarado Categoría Norma

Teatro Español Monumento Histórico Provincial Ley Nº 10.719/88

Catedral Nuestra Señora del


Monumento Histórico Provincial Ley Nº 13.391/05
Rosario

Plaza San Martín


Azul Cementerio
Patrimonio Cultural
Matadero
de la provincia Ley Nº 12.854/01
Delegación Municipal de
de Buenos Aires
Cacharí
Delegación Municipal de
Chillar

Monumento Histórico Provincial y


Casco viejo del predio rural
Olavarría Patrimonio Cultural de la provincia Ley Nº 12.966/02
“Monte Peloni”
de Buenos Aires

Escuela de Educación
Agraria Nº 1 “Dr. Ramón Conjunto Arquitectónico Ley Nº 13.630/06
Santamarina”
Tandil
Museo Municipal de Bellas
Interés Provincial Ley Nº 11.189/91
Artes

Tabla 4. Monumentos históricos y sitios de valor arquitectónico del TOA declarados patrimonio cultural
de la provincia de Buenos Aires (representan el 3,2% del total de bienes declarados por la provincia).
Fuente: Arq. Patricia Correbo, Jefe del Departamento Preservación de la Dirección Provincial de Patri-
monio (com. pers., 28.02.08).

Sitios del Patrimonio de la


Humanidad en Argentina

· Parque Nacional Los Glaciares, provincia de


Santa Cruz (1981) (Figura I).
· Misiones Jesuíticas de los Guaraníes: San
Ignacio Mini, Santa Ana, Nuestra Señora de
Loreto y Santa María Mayor (provincia de
Misiones, Argentina), Ruinas de Sao Miguel das
Missoes (Brasil) (1984).
· Parque Nacional de Iguazú, provincia de
Misiones (1984).
Figura I. Glaciar Perito Moreno. Parque Nacional Los Glaciares.
· Cueva de las Manos, río Pinturas, provincia de
Santa Cruz (1999) (Figura II).
· Península Valdés, provincia de Chubut (1999).
Manzana y Estancias Jesuíticas, provincia de
Córdoba (2000).
· Parques naturales de Ischigualasto y Talam-
paya, provincias de La Rioja y San Juan respec-
tivamente (2000).
Figura II. Detalle de la
· Quebrada de Humahuaca, provincia de Jujuy
Cueva de las Manos,
(2003). río Pinturas.

39
Patrimonio, ciencia y comunidad

Apéndice
Marco normativo del patrimonio en Argentina y en la región
La protección legal del patrimonio en Argentina experimentó cambios sustanciales desde el
retorno democrático de 1983 y particularmente a partir de la reforma constitucional de 1994.
El art. 41 de la Constitución Nacional establece que “las autoridades proveerán a la preserva-
ción del patrimonio natural y cultural”(...), especificando que “corresponde a la Nación dictar
las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las provincias, las nece-
sarias para complementarlas, sin que aquellas alteren las jurisdicciones locales”. Por otra parte,
se autoriza a interponer una acción de amparo cuando están en juego “los derechos que protegen
el ambiente (...), así como los derechos de incidencia colectiva en general”, entre los cuales estaría
incluida la preservación del patrimonio natural y cultural. Esta acción pueden interponerla el afec-
tado, el defensor del pueblo o las asociaciones que tengan por objetivo proteger esos derechos
(art. 43).

En el art. 75 inc. 17 se reconoce “la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas
argentinos”, garantizando -concurrentemente con las provincias- “el respeto a su identidad y ase-
gurando su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses
que los afecten”. Este último párrafo podría ser interpretado como un reconocimiento a su derecho
a participar en la gestión del patrimonio cultural de sus antepasados (Endere 2000: 56). Asi-
mismo, en el inc. 19 párrafo cuarto del mismo artículo, se atribuye al Congreso la facultad de
“dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad cultural (...)”. Asigna, además, jerarquía cons-
titucional a numerosos tratados internacionales entre los que se incluye al Pacto Internacional
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (art. 75 inc. 22, párr. segundo).

La reforma de la Constitución Nacional de 1994 puso fin a una larga disputa entre la Nación
y las provincias respecto del dominio sobre los yacimientos arqueológicos y paleontológicos, al
reafirmar que el dominio es provincial -o nacional en los territorios federales- mientras que la
facultad de regulación es concurrente. En este punto es fundamentar señalar una distinción rela-
tiva al status jurídico de los distintos bienes que componen el patrimonio cultural. En el caso de
la legislación argentina, las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos de interés cien-
tífico pertenecen al dominio público del Estado, en virtud de lo dispuesto en el art. 2340 inc. 9
del Código Civil, mientras que el resto de los bienes patrimoniales pueden ser de dominio público
o privado. Sin embargo, esta cuestión suele pasar inadvertida en muchos proyectos de leyes e
incluso en leyes provinciales que hacen extensivas al patrimonio arqueológico y paleontológico
las normas aplicables al patrimonio arquitectónico.

El Estado Nacional, a partir de la nueva norma constitucional debe asumir tres tipos de obli-
gaciones. En primer lugar, la de dictar las leyes de presupuestos mínimos o “leyes marco”, las
que serán complementadas por las leyes provinciales que en su consecuencia se dicten. La segunda
obligación consiste en organizar una administración cultural que ponga en práctica las políticas
surgidas a partir de la nueva legislación y que actúe en coordinación con organismos provinciales
y municipales, quienes a su vez deberán efectuar las reformas necesarias, desde el punto legal y
administrativo para adecuarse a los nuevos requerimientos. Asimismo es necesario contar con
una justicia capaz de brindar una protección efectiva a los recursos culturales afectados (Endere
2000).

Finalmente cabe destacar que la reforma de la Constitución de 1994 incorpora una cláusula
que establece los tratados concluidos con las demás naciones, con las organizaciones interna-
cionales y los concordatos con la Santa Sede “tienen jerarquía superior a las leyes” (art. 75 inc.
22 primer párrafo) (Ver Convenciones internacionales relativas al patrimonio cultural y natural
ratificadas por Argentina).

40
Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio

Convenciones internacionales relativas al patrimonio cultural y


natural ratificadas por Argentina
· Convención sobre las Medidas que deben adoptarse para Prohibir e Impedir la Importación,
la Exportación y la Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales. París, 14 de
noviembre de 1970 (Ley Nº 19.943/72).

· Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural. París, 16 de


noviembre de 1972 (Ley Nº 21.836/78).

· Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado y Regla-
mento para la aplicación de la Convención. La Haya, 14 de mayo de 1954 (Ley Nº 23.618/88);
su Primer Protocolo de 1954 (Ley Nº 26.155/06) y su Segundo Protocolo de 1999 (Ley Nº
25.478/02).

· Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional, especialmente como Hábitat


de Aves Acuáticas. Ramsar, 2 de febrero de 1971 (Ley Nº 23.919/91).

· Convención del UNIDROIT (Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado)
sobre la Restitución de Objetos Culturales Robados o Exportados Ilegalmente. Roma, 1995 (Ley
Nº 25.257/2000).

· Convención de San Salvador sobre Defensa del Patrimonio Arqueológico, Histórico y Artístico
de las Nacionales Americanas. OEA, San Salvador, 16 de junio de 1976 (Ley Nº 25.568/02).

· Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial. París, 17 de octubre de


2003 (Ley Nº 26.118/06).

- Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de Expresiones Culturales, París,


20 de octubre de 2005 (Ley Nº 26.305/07).

No ha sido aun ratificada la Convención para la Protección del Patrimonio Cultural Subacuá-
tico (París 2001).

Leyes protectoras del patrimonio cultural y natural


La organización de la protección del patrimonio en Argentina a nivel nacional es el resultado de una
sumatoria de normas jurídicas que han dividido el patrimonio cultural en distintas áreas con diferentes
órganos de aplicación para cada una de ellas. A continuación se analizarán las más importantes:

a) Ley de Creación de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos


(Ley Nº 12.665/40, Decreto Reglamentario Nº 84.005/41, texto ordenado en 1993)

Esta norma creó la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos (CNMMyLH),
integrada por un presidente y diez vocales, que ejercen sus funciones con carácter honorario. Esta Comi-
sión tiene la superintendencia inmediata sobre los monumentos y lugares históricos nacionales y, cuando
se trate de monumentos y lugares históricos provinciales o municipales, ejerce dicha función en concu-
rrencia con las respectivas autoridades provinciales o municipales que se acojan a la presente ley.

La misión de la CNMMyLH es preservar, defender y acrecentar el patrimonio histórico y artístico de


la Nación. A tal efecto está facultada para: a) proponer al Poder Ejecutivo la declaración de utilidad pública

41
Patrimonio, ciencia y comunidad

de lugares y monumentos, inmuebles, documentos y ámbitos urbanos (tanto públicos como privados) que
se consideren de interés histórico o histórico-artístico, por su representatividad socio-cultural para la comu-
nidad; b) autorizar y supervisar las obras que se realizan en inmuebles propiedad del Estado Nacional de
una antigüedad mayor a cincuenta años, cualquiera sea su naturaleza jurídica; c) asesorar al Poder
Legislativo en lo relativo a posibles declaratorias de bienes muebles e inmuebles; d) brindar asistencia téc-
nica a las autoridades nacionales, provinciales y municipales respecto de la conservación y restauración
de los bienes tutelados; e) llevar un registro de los bienes muebles e inmuebles protegidos y e) concretar
convenios de diversa índole con organismos públicos, privados y/o particulares, con miras a una mejor
conservación de los bienes alcanzados por las declaratorias.

b) Ley de Régimen de Registro del Patrimonio Cultural (Ley Nº 25.197/99)

La finalidad principal de esta norma es centralizar el ordenamiento de datos de los bienes culturales
de la Nación a través de la creación de un Registro Nacional de Bienes Culturales. La autoridad de apli-
cación de la ley es la Secretaría de Cultura de la Nación quien debe ejercer la superintendencia sobre el
conjunto de los bienes que constituyen el patrimonio histórico-cultural de la Nación. Esta ley no ha sido
reglamentada, razón por la cual no es operativa.

c) Ley de Protección del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico (Ley Nº 25.743/03 y Decreto


Reglamentario Nº 1022/04)

Esta norma deroga la antigua Ley Nº 9.080, regula la preservación, protección y tutela del patrimonio
arqueológico y paleontológico como parte del patrimonio cultural de la Nación y distribuye competencias
entre el gobierno federal y las provincias. Al Estado Nacional le compete ejercer la tutela del patrimonio
arqueológico y paleontológico, así como la defensa y custodia de dicho patrimonio en el ámbito interna-
cional, mediante la prevención y sanción de importaciones o exportaciones ilegales (art. 5).

La autoridad de aplicación, a nivel nacional, para todo lo referente al patrimonio arqueológico es el


Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano y, para el patrimonio paleontológico,
el Museo Nacional de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (Decreto Nº 1.022/04). Dichas autori-
dades deben organizar el Registro Nacional de Yacimientos, Colecciones y Objetos Arqueológicos y el
Registro Nacional de Yacimientos, Colecciones y Restos Paleontológicos respectivamente, con la infor-
mación que remitan las provincias, así como un Registro Nacional de Infractores y Reincidentes para cada
tipo de patrimonio.

Conforme al art. 6 de la ley, las provincias tienen las facultades exclusivas de: a) establecer el orga-
nismo competente que tendrá a su cargo la aplicación de la ley en la provincia; b) organizar un registro
de yacimientos, colecciones y objetos provincial, teniendo como base preferentemente la metodología
adoptada por la autoridad de aplicación nacional, a fin de facilitar la mejor coordinación nacional; c) crear
un registro de infractores; d) otorgar las concesiones para prospecciones e investigaciones; e) adecuar
sus legislaciones a la normativa nacional; f) procurar la creación de delegaciones locales; g) comunicar a
la autoridad de aplicación nacional las concesiones otorgadas, las infracciones, las sanciones aplicadas y
las autorizaciones otorgadas para el traslado de colecciones y objetos.

Son facultades concurrentes del Estado Nacional y de las provincias: “la adopción de políticas y medidas
tendientes a alcanzar una legislación y organización administrativa uniforme en todo el territorio nacional
que, reconociendo las particularidades locales, tienda a facilitar más eficientemente la protección e
investigación del patrimonio arqueológico y paleontológico” (art. 7).

Esta norma no contempla los derechos de las comunidades indígenas en relación a su patrimonio cul-
tural. Sin embargo, la Ley Nº 25.517, sancionada en 2001 y aún no reglamentada, establece que los
museos deben poner a disposición de “los pueblos indígenas o comunidades de pertenencia que los
reclamen” los restos humanos de aborígenes que formen parte de sus colecciones (art. 1). Asimismo exige
que “para realizarse todo emprendimiento científico que tenga por objeto a las comunidades aborígenes,

42
Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio

incluyendo su patrimonio histórico y cultural, deberá contarse con el expreso consentimiento de la comu-
nidad interesadas” (art. 3).

d) Legislación protectora del patrimonio natural

Para completar el cuadro de la legislación vigente en materia de protección del patrimonio es nece-
sario mencionar que la preservación del patrimonio natural está en manos de la Administración de Par-
ques Nacionales, que tiene a su cuidado los parques y reservas nacionales y los monumentos naturales
conforme lo establecido en la Ley Nº 22.351/80.

Cabe destacar que la Administración de Parques Nacionales (APN) también se ocupa de los
recursos culturales existentes en las áreas bajo su protección a partir de la Resolución Nº 133/92
que creó la Dirección de Conservación y Manejo de Recursos Culturales. Actualmente cuenta con
un Programa de “Manejo de Recursos Culturales” dependiente de la Dirección de Conservación y
Manejo, un Reglamento para la conservación del patrimonio cultural en jurisdicción de la Adminis-
tración de Parques Nacionales y ha desarrollado sus propias políticas de manejo de recursos cultu-
rales.

En el año 2002 se sancionó la Ley Nº 25.675 de presupuestos mínimos del ambiente, que tiene
por objeto “la recuperación y mejoramiento de la calidad de los recursos ambientales, tanto natu-
rales como culturales, en la realización de las diferentes actividades antrópicas”. Otra norma rele-
vante en la materia es la Ley Nº 22.421 de Conservación de Fauna Silvestre.

La autoridad de aplicación en todo lo relacionado al ambiente es la Secretaría de Medio Ambiente


y Desarrollo Sustentable. En su ámbito funcionan el Sistema Federal del Medio Ambiente (COFEMA),
creado en 1990, con la función de coordinar una política ambiental entre el Estado Nacional y las
provincias y formular una política ambiental integral y, el Sistema Federal de Áreas Protegidas (SIFAP),
creado por un acuerdo entre la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, el APN y el
COFEMA en el 2003, en el cual participan las diferentes regiones del país de manera voluntaria,
inscribiendo sus propias áreas protegidas provinciales y locales.

Como puede observarse las normas que protegen el patrimonio natural y cultural a nivel nacional
fueron dictadas en distintas épocas, con criterios dispares y destinadas a proteger áreas específicas.
Como resultado de ello, el patrimonio cultural y natural en Argentina se halla artificialmente sepa-
rado y regido por organismos que tienen sus propios objetivos, políticas y prácticas institucionales
(Endere 2001) (Tabla 5).

Legislación de la provincia de Buenos Aires


La Constitución de provincia de Buenos Aires, reformada en 1994, establece que la provincia
deberá garantizar el derecho a participar en la defensa del ambiente y de los recursos naturales y
culturales (art. 28). La provincia se compromete a preservar, enriquecer, y difundir su patrimonio
cultural, histórico, arquitectónico, arqueológico y urbanístico, y a proteger sus instituciones, así como
a desarrollar políticas orientadas a rescatar, investigar y difundir las manifestaciones culturales (...)
(art. 44). Se reivindica la existencia de los pueblos indígenas en su territorio, garantizando el res-
peto a sus identidades étnicas, el desarrollo de sus culturas y la posesión familiar y comunitaria de
las tierras que legítimamente ocupan (art. 36 inc. 9). Declara que “la cultura y la educación cons-
tituyen derechos humanos fundamentales” (art. 198) y que la provincia “fomenta la investigación
científica (...)” y la “difusión de los conocimientos y datos culturales mediante la implementación de
sistemas adecuados de información (...)”, (art. 43). Asimismo autoriza a ejercer la acción de amparo
para garantizar derechos constitucionales individuales y colectivos (art. 20 inc. 2). La provincia reco-
noce a las entidades intermedias expresivas de las actividades culturales (art. 41) y crea la institu-
ción del defensor del pueblo cuya misión es la defensa de los derechos individuales y colectivos de
los habitantes (art. 55). En suma la Constitución provincial hace un amplio reconocimiento a los

43
Patrimonio, ciencia y comunidad

derechos de los ciudadanos en relación al patrimonio cultural y natural, al tiempo que compromete
al estado provincial a instrumentar políticas para su preservación y difusión.

En materia de patrimonio cultural rige la Ley Nº 10.419/86 que creó la Comisión Provincial del
Patrimonio Cultural, de carácter honorario y dependiente de la Dirección General de Escuelas y Cultura,
quien tiene a su cargo la planificación, ejecución y el control de las políticas culturales de conservación y
preservación de los bienes muebles o inmuebles declarados como bienes del patrimonio cultural. Pueden
ser objeto de tal declaración bienes muebles o inmuebles, incluidos entre estos últimos, los sitios, lugares
o inmuebles propiamente dichos, públicos provinciales o municipales o privados que se consideren de
valor testimonial o de esencial importancia para la historia, arqueología, arte, antropología, paleontología,
arquitectura, urbanismo, tecnología, ciencia, así como su entorno natural o paisajístico (art. 7 inc. f). Es
decir que quedan protegidos por esta norma y bajo el arbitrio de la Comisión sólo aquellos bienes que pre-
viamente fueron objeto de una declaración provisoria o definitivamente. Esta norma, en consecuencia no
protege los sitios o lugares que no hayan sido objeto de una declaración, ni los hallazgos casuales arqueo-
lógicos o paleontológicos o los que se produzcan en el contexto de una obra.

Esta norma, aunque aplicable a todo el patrimonio cultural, está especialmente pensada para la pro-
tección del patrimonio arquitectónico que ha sido previamente declarado de interés provincial, prohibiendo
a sus propietarios efectuar obras que lo afecten a menos que sean autorizados por la Comisión (art. 12)
y debiendo comunicar cualquier cambio de titularidad de dichos bienes. Asimismo prevé compensaciones
a las obligaciones adicionales que genera la declaración, consistentes en exenciones impositivas a los titu-
lares del dominio.

Organismos de Aplicación e Instituciones de quienes


Norma Patrimonio Protegido
dependen

Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano


Ley Nº Arqueológico y
(Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación)
25.743/03
Dec. Nº
1022/04 Museo Argentino de Ciencias Naturales “B. Rivadavia” (CONICET,
Paleontológico
Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva)

Ley Nº
12.665/40 Histórico y Artístico (incluye Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos
sitios declarados (organismo desconcentrado de la Secretaría de Cultura de la Presi-
Dec. Nº Monumentos Históricos) dencia de la Nación)
84.005/41

Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación


Ley Nº
Cultural - Dirección Nacional de Patrimonio y Museos
25.197/99
- Otras direcciones

Ley Nº
25.675/02 de
presupuestos Natural Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable
mínimos del
ambiente

44
Parques, Monumentos y Administración de Parques Nacionales
Ley Nº
Reservas Naturales (Secretaría de Turismo de la Nación)
22.351/80
Nacionales - Dirección de Conservación y Manejo de Recursos Culturales

Tabla 5. Autoridades de aplicación a nivel nacional en materia de patrimonio natural y cultural.


Capítulo 1. Algunas reflexiones acerca del patrimonio

Desde 1988 la Dirección General de Escuelas y Cultura creó como área de trabajo específica, depen-
diente de la misma, al Centro de Registro del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico (Disposición Nº
31/88). Sus funciones son las de relevar sitios, documentar las referencias, conformar un centro de infor-
mación, registrar por cartografía las coordenadas espaciales, poner en valor, coordinar acciones con otras
instituciones, delinear la legislación pertinente y promover la publicación y difusión de los resultados. En
los últimos años, este centro pasó a depender de la Dirección de Museos, Monumentos y Sitios Histó-
ricos de la provincia, que luego ha sido denominada Dirección Provincial de Patrimonio Cultural y ha
quedado bajo la esfera del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires.

En los últimos años se presentaron varios proyectos de ley de protección del patrimonio arqueológico
y paleontológico para subsanar el vacío legal existente en la provincia, aunque ninguno de ellos logró ser
sancionado. Recientemente la Dirección Provincial de Patrimonio Cultural ha elaborado un reglamento
para realizar investigaciones arqueológicas y paleontológicas en la provincia.

Otra norma a tener en cuenta en el ámbito provincial es el Decreto Nº 968/97 que regula el Informe
de Impacto Ambiental Minero, complementando lo dispuesto en la Ley Nº 24.585/95 (modificatoria del
Código de Minería de la Nación), que deja en manos de la autoridad minera provincial la función de
entender en materia de impacto ambiental (art 6). En dicho decreto se incluyen entre los rubros a eva-
luar en los informes de impacto ambiental para la etapa de exploración y de explotación, a los “sitios de
valor histórico, cultural, arqueológico y paleontológico”, previendo además la proposición de medidas de
prevención y/o mitigación del impacto, contemplando entre ellos la restauración o recomposición del ámbito
sociocultural alterado (ver anexo III y IV).

El patrimonio natural a nivel provincial está protegido la Ley Nº 10.907/90 (modificada por las Leyes
Nº 12.459 y 12.905) que regula las reservas, parques y monumentos naturales provinciales y se encuentra
actualmente a cargo de la Dirección de Areas Naturales Protegidas y del Organismo Provincial para el
Desarrollo Sustentable. Estas áreas deben ser previamente declaradas por ley, debiendo el Ejecutivo pro-
vincial “velar por la integridad, defensa y mantenimiento de los ambientes naturales y sus recursos, así
como disponer medidas de protección, conservación, administración y usos de dichos ambientes y sus
partes” (art. 2). Es interesante destacar que también pueden ser declaradas reservas naturales aquellas
áreas que posean o constituyan sitios arqueológicos y paleontológicos de valor cultural o científico o pre-
senten sitios de valor histórico asociados con o inmersos en un ambiente natural (art. 4, inc. f y g). Esta
norma clasifica a las reservas naturales de acuerdo a su estado patrimonial en: reservas naturales pro-
vinciales, reservas naturales municipales y reservas naturales privadas. Asimismo establece una amplia
clasificación de áreas protegidas según su tipo y regula los usos permitidos en cada una de ellas.

Normativa municipal
La ineficacia de normas de rango superior y la necesidad de hacer frente a necesidades concretas de pre-
servar el patrimonio local, ha impulsado la sanción de ordenanzas municipales de distinto alcance, a través
de las cuales se han ido actualizando los mecanismos de protección. Entre las ordenanzas de carácter general
cabe mencionar que en el partido de Azul se sancionó en 1984 la Ordenanza Nº 151 de Preservación del
Patrimonio Cultural por la cual se creó la Comisión Municipal de Preservación y Conservación del Patri-
monio Cultural y Arquitectónico, integrada por representantes de distintas instituciones culturales, educativas
y presidida por el Director Municipal de Cultura. Esta Comisión es actualmente reemplazada por la Comi-
sión de Patrimonio Municipal. Posteriormente, en 1994, se sancionaron dos importantes ordenanzas cuyo
objetivo fue el de crear un programa municipal de gestión cultural. Ellas son la Ordenanza Nº 1.314 de “Con-
servación del Patrimonio Cultural, Histórico, Turístico y Arquitectónico de la ciudad y del partido de Azul” y
la Ordenanza Nº 1.315 de “Conservación del Patrimonio Natural, asociado al Cultural, Histórico y Turístico
del partido de Azul” que declara como reservas naturales a aquellas áreas de la superficie y/o subsuelo terrestre
y/o cuerpos de agua existentes en municipio que por razones de orden científico, económico, estético, edu-
cativo o turístico deban sustraerse de la libre intervención humana, declarándose de interés público su pro-
tección y conservación (art. 1) (ver Capítulo 17).

45
Patrimonio, ciencia y comunidad

En Olavarría se han sancionado dos normas de carácter general, la primera es la Ordenanza Nº 763/88
que creó una comisión interdisciplinaria para evaluar áreas, lugares, edificios, monumentos de valor, his-
tórico, arquitectónico, etc. y la segunda, la Ordenanza Nº 2.031/96 de protección del patrimonio arqueo-
lógico y paleontológico del partido, la cual prevé la obligación de efectuar evaluaciones de impacto arqueo-
lógico. Sin embargo, ninguna de las dos ordenanzas ha sido reglamentada.

En el partido de Tandil se dictó la Ordenanza Nº 6.839 que crea un listado de lugares históricos y
la Ordenanza Nº 7.772 que establece como autoridad de aplicación a la Comisión Municipal de Preser-
vación del Patrimonio Cultural y Natural y ordena la realización de un inventario del patrimonio arqueo-
lógico y paleontológico del partido y/o su incorporación al listado ya existente de lugares históricos. Esta
ordenanza establece la obligatoriedad de denunciar “todo hallazgo o la presunción de su existencia, de
restos, objetos o construcciones haciendo entrega de aquellos encontrados sueltos o recuperados sin alterar
su naturaleza o conformación original, conforme las modalidades, pautas y condiciones” que se establecen
en la mencionada norma. Asimismo un número importante de edificios y lugares fueron incorporados al
patrimonio histórico cultural de Tandil mediante ordenanzas específicas. Tandil cuenta además con un
plan regulador que subdivide el partido en áreas urbana, complementaria y rural (Decreto- Ordenanza Nº
2530/79 y sus modificatorias, las Ordenanzas Nº 3.948, 5.423, 6.139, 6.617, 6.914, 7.148, 7.862,
8.111 y 8.362). Este plan de ordenamiento territorial contribuye a proteger el patrimonio cultural y natural
a través de la regulación de usos permitidos y prohibidos en cada área.

Agradecimientos
A Alejandra Pupio por sus valiosos comentarios. Este trabajo forma parte de las investigaciones des-
arrolladas en el Núcleo Consolidado de Investigación INCUAPA (FACSO- UNICEN) , dirigido por el Dr. G.
Politis y el Lic. J. L. Prado.

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