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BOLETÍN DE INFORMACIÓN DISCOGRÁFICA

AÑO IX - Nº 87 - NOVIEMBRE 2000


c/ELOY GONZALO, 27 • 28010 MADRID • TFNO.: 914 47 77 24 • FAX: 914 47 85 79
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El disco del mes


Conmemoración musical del V Centenario del Emperador por ALIA VOX

El imperio de la música

Viviani por Letzbor, en Arcana

Ricercar: Volúmenes 4º y 5º de la colección I Fiamminghi


Nilsson y Hotter, diamante y rubí

Ópera en noviembre: Don Giovanni, Gioconda, Dalibor,


Arabella y Amelia al ballo

Testament: los legendarios Strauss de Clemens Krauss para Decca

Xenakis: la música telúrica

El primer recital de Ainhoa Arteta, en Ensayo


Por fin
Y
a lo anunciábamos de lejos en septiembre, pero
ahora el sello GOLDEN MELODRAM anuncia el
Sellos en Distribución inminente lanzamiento de una nueva grabación de
su afamada Serie Bayreuth, realizada en colaboración con
exclusiva la Sociedad Hans Knappertsbusch. Se trata del registro inte-
gral de El anillo del nibelungo que el mítico director reali-
(Noviembre 2000) zara en el Festival de 1957, editado por primera vez sin
corte alguno. Si la edición del Anillo del 56 ya constituyó
Los sellos indicados con un ✺ un éxito sin precedentes, la presente grabación cuenta con
disponen de catálogo gratuito a numerosos cambios de importancia, como la inclusión de
disposición de nuestros lectores Birgit Nilsson, una de las más grandes sopranos dramáticas
del siglo, en su última aparición bayreuthiana como
Sieglinde, mano a mano con la Brünhilde de Astrid Varnay.
ACCENT Siegmund es Ramón Vinay en su última aparición tenoril
AGORA en la meca wagneriana, a la que retornaría sin embargo
como barítono en el papel de Telramund para cantar el
ALIA VOX✺ Lohengrin de 1962. Wolfgang Windgassen es Siegfried en
ALMAVIVA el Ocaso, y Wotan aparece encarnado por el inconmensu-
rable Hans Hotter. Y por fin, la respuesta a la gran pregun-
ARCANA ta: ¿Qué hay del sonido? A juzgar por los comentarios de
ARKADIA✺ R. WAGNER: El anillo del nibelungo (Edición com-
quienes ya la han escuchado, la calidad -de por sí exce-
pleta) / Hotter, Varnay, Nilsson, Vinay, Aldenhoff, lente- de las cintas originales, aparece espectacularmente
ARTS Windgassen, Neidlinger, Greindl, Uhde, Suthaus, realzada por la restauración llevada a cabo mediante el sis-
BBC LEGENDS✺ Grümmer / Coro y Orquesta del Festival de Bayreuth. tema 20-star-prism, logrando incluso superar los niveles
Dir.: Hans Knappertsbusch (1957) / GOLDEN MELO- dinámicos y de profundidad sonora que ya alcanzara la
BIS✺ DRAM / Ref.: GM 1.0048 (14 CD) D4 x 14
grabación del 57. Nuestro próximo boletín ofrecerá un
BONGIOVANNI completo comentario a cargo de Ángel-Fernando Mayo.
COL LEGNO
CPO✺
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DURIAN
DYNAMIC✺ EL TELETIPO
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ENSAYO✺
Siguen los ambiciosos planes editoriales del cada vez más internacional sello escurialense. GLOS-
GLISSANDO SA nos comunica la renovación de su acuerdo con la Orquesta del Siglo XVIII, dirigida por Frans
GLOSSA✺ Brüggen, y anuncia la edición, el año que viene, de un nuevo Rameau, con las suites orquestales
de Nais y de Zoroastre, y de dos discos Mozart: los conciertos para violín, con Thomas Zehetmair, y una nueva
GOLDEN MELODRAM✺ versión del concierto de clarinete, a cargo de Eric Hoeprich. Por otra parte, GLOSSA ha firmado un contrato en
HARMONIC RECORDS exclusiva con Le Concert Spirituel, conjunto dirigido por Hervé Niquet, cuyos primeros frutos serán un Dido y
Aeneas de Henry Purcell, anunciado para la primavera, y el Te Deum de Charpentier, que aparecerá más avanza-
JUBAL do el año.
KOCH
Entre las primicias absolutas anunciadas por MYTO destacan una Carmen escalígera del 56 -con
LINDORO el primer Don José que se conserva de Franco Corelli-, un sensacional Eugen Onegin del 55 (en
MUSIC & ARTS alemán) en el que nada menos que London, Dermota y Frick acompañan a una juvenil Leonie
Rysanek, y una Adriana Lecouvreur del 77 -tampoco publicada hasta el momento- en la que Scotto y Obratszova
MYTO✺ debutaban en sus respectivos roles junto a nuestro Jaume Aragall y Giuseppe Taddei. A ello se añade una rareza:
NUOVA ERA✺ el Hans Heiling de Marschner que Keilberth dirigiera en Colonia en 1966.
OLYMPIA El sello croata GOLDEN MELODRAM anticipa muy interesantes nombres para fin de año: por un
ONDINE lado, Carlos Kleiber dirige uno de sus títulos emblemáticos, El murciélago, con un reparto en el
que se codean Janowitz, Wächter y Fassbaender; por otro, prosigue con fuerza la serie Strauss:
ON STAGE Ariadna por Beecham (Edimburgo, 1950, con Peter Anders como Baco), La mujer sin sombra por Böhm (1953; con
OPERA RARA✺ Steber, Goltz, Svanholm y Höngen, entre otros), un Caballero de la rosa dirigido por Krauss en el Festival de
Salzburgo del mismo año (Reining, Della Casa, Güden y Böhme) y, de nuevo, la Rysanek, esta vez como Salomé a
OPERA TRES✺ las órdenes de Kempe, con Vickers en su único Herodes y Stewart como Jochanaan.
ORFEO✺
Entre las novedades de ACCENT para los próximos meses, la flauta ocupa un papel prepon-
PANTON derante. Para este instrumento se anuncian los dos primeros libros de Hotteterre (con
PEARL✺ Barthold y Wieland Kuijken), un variado popurrí de músicas de la corte de Berlín de comien-
zos del XVIII de la mano de Frank Theuns y, de nuevo, Kuijken con obras de J.S. y C.P.E. Bach. Pero hay más pri-
PREISER✺ micias de los Kuijken: un disco dedicado a obras para dúo de violas, con Boismortier como principal protagonis-
RICERCAR ta y Wieland y Sigiswald al instrumento.
RICORDI El sello británico presenta un maravilloso Doble Concierto de Brahms con Menuhin y
ROMOPHONE✺ Rostropovich, al que se añaden conciertos para violín de Mendelssohn (mi menor) y J.S. Bach (mi
mayor); de Annie Fischer se nos ofrece un recital grabado del Festival de Edimburgo de 1961 con
STRADIVARIUS un programa dedicado a Brahms y tres ilustres compatriotas de la gran pianista húngara: Liszt, Dohnányi y Bartók;
SUPRAPHON y por fin, el célebre Heldenleben straussiano de Barbirolli en una toma inédita en vivo de 1969 que se comple-
menta con la Linz de W.A. Mozart.
SYMPHONIA✺
SYMPOSIUM UNA TRISTE NOTICIA. ANTE EL RECIENTE FALLECIMIENTO DEL DR. D. MANUEL GOMIS GAVILÁN, TODOS CUANTOS
TESTAMENT✺ INTEGRAMOS EL EQUIPO DE DIVERDI DESEAMOS TRANSMITIR A SUS FAMILIARES Y AMIGOS NUESTRA PROFUNDA
DESOLACIÓN ANTE LA PÉRDIDA DE QUIEN TAN EXCELENTEMENTE SUPO COMPAGINAR SU CONTRIBUCIÓN A LA CIENCIA
TIMPANI✺
CON EL AMOR POR EL ARTE Y EL SERVICIO A LA SOCIEDAD. DESDE EL INICIO DE LA ANDADURA DE ESTA EMPRESA, HACE
WERGO✺ YA CASI DIEZ AÑOS, MANOLO NUNCA DEJÓ DE PRESTARNOS SU MÁS ALECCIONADORA OPINIÓN COMO AFICIONADO,
WINTER & WINTER✺ SU MÁS GENEROSA FIDELIDAD COMO CLIENTE Y, ANTE TODO, SU MÁS INSUSTITUIBLE PRESENCIA COMO AMIGO.
DESCANSA EN PAZ, «MARQUÉS».

(2)
ALIA VOX presenta su nuevo y más esperado lanzamiento: la Canción del Emperador
EL DISCO
El imperio de la música
A quel a quien Gertrude von Schwarzenfeld llamó «padre de
Europa», Carlos V, Emperador Romano por la gracia de Dios,
tuvo a medio mundo, bien por elección, bien por herencia,
bajo su augusto cetro. Europa fue su dominio predilecto, desde
Castilla hasta Hungría, desde Nápoles a la desembocadura del
este conjunto vocal en un repertorio casi mono-
gráfico -Gombert y Morales, principalmente-
con la excepción de dos piezas para vihuela de
Narváez. Pero este disco, excelente por otra
parte, ha sido rebasado ampliamente por el titu-
DEL MES
Escalda. También fue señor en Asia y en África y, por si fuera poco, lado Mille Regretz: La canción del emperador, protagonizado por la
el joven reino de España iba a poner a sus pies buena parte de Capella Reial de Catalunya y Hespèrion XXI, los dos conjuntos,
América. vocal e instrumental respectivamente, que dirige ese coloso de la
Su afición a las artes plásticas y artesanías afines ha sido bien música «antigua» llamado Jordi Savall.
estudiada, pero se ha destacado de forma poco convincente su Savall ha desarrollado una idea a partir de lo que también nos ha
amor a la música, o acaso no nos han llegado demasiadas noticias transmitido Sandoval sobre el discurso de abdicación pronunciado
acerca de sus gustos y opiniones en este terreno. Pero sabemos que por Carlos V en la sala de los Estados del Castillo Real de Bruselas
se había formado con Henryk Bredemers (c. 1472-1522), cantor y el 25 de octubre del año 1555. El Emperador, apoyado físicamente
organista de la catedral de Amberes, templo donde poco antes había en el joven Guillermo de Nassau, príncipe de Orange, dio un emo-
brillado Jacobus Barbireau, maestro de capilla hasta 1491. Al autor cionado repaso a sus trabajos y a sus días, llegando a decir (si algu-
de la Missa Virgo Parens Christi le había sucedido allí el extraordi- no fuere agraviado sin su conocimiento y voluntad):
nario Jacob Obretch (1457-1505). Es decir, el césar — pido y ruego a todos los que estéis presentes me
Carlos estuvo desde la infancia en contacto con cír- perdonéis... (relato de Francisco González de Andia,
culos muy selectos de la música flamenca. Tengamos marqués de Valparaíso, en El perfecto desengaño.)
en cuenta que su abuelo Maximiliano I de Habsburgo Savall ha querido dedicar todo el disco a las vivencias
había recomendado encarecidamente a Jacobus del Emperador a lo largo de su ajetreada existencia,
Barbireau a la reina Beatriz de Hungría durante su evocada por él en su emotivo discurso de despedida.
estancia en Buda, buena prueba de su afición musi- Y así ha transitado, con músicas de primer orden -
cal. Y cuando el maestro de Nuestra Señora de Isaac, Enzina, Desprez, Janequin, Arbeau, Cabezón,
Amberes (Onze Lieve Vrouwkathedraal) acudió a la Willaert, Morales, Parabosco, Flecha, Narváez-, por
capital húngara, la reina reconoció en él a un «musi- los múltiples aspectos y episodios de la vida del
cus excellentissimus». Recordemos también que Emperador, desde el de sus ancestros austríacos, bor-
Felipe I el Hermoso, el padre del Emperador, llegó a goñones y castellanos, hasta su retiro y muerte en
España acompañado de su capilla flamenca, disuelta Yuste el 21 de septiembre de 1558.
poco después al fallecer repentinamente el rey en El disco rememora, también con músicas siempre
Burgos el 25 de septiembre de 1506. pertinentes, acontecimientos como la revuelta de las
Seguía existiendo, sin embargo, una capilla espa- Germanías en Valencia o la derrota y represión de los
ñola adscrita a la llamada Casa de Castilla, refundi- Comuneros de Castilla, el matrimonio del Emperador
ción de las capillas castellana y aragonesa llevada a cabo por los con Isabel de Portugal, el terrible saqueo de Roma en 1527 por las
abuelos maternos del Emperador, los Reyes Católicos. Cuando trompas imperiales, la coronación en Bolonia en 1530, las paces de
Carlos llegó a España en 1517, le acompañó también su capilla fla- Nuremberg y de Niza, la muerte de la emperatriz, las batallas de
menca que, perteneciente a la parte del séquito denominada «Casa Pavía y de Mühlberg, la abdicación de Bruselas...
de Borgoña», subsistió y convivió con la capilla española hasta la Nos extenderíamos en exceso si comentásemos cada uno de los
época del reinado de su hijo, Felipe II. Fueron numerosos, pues, los 21 cortes que incluye la grabación. Lo más sorprendente es la varie-
músicos vinculados a las capillas de Carlos V, o que tuvieron algu- dad, la cuidadísima selección de las obras para obtener el mayor
na relación con él: Nicolás Payen, Nicolás Gombert, Florequin contraste posible. Pasar, por ejemplo, de esa maravilla que es el
Nepotis, Adrián Loef, Adrián Picart, Cornelius Canís, Miguel Bloch, doliente villancico Harto de tanta porfía a la brillante Pavana La
Pedro de Pastrana, Antonio de Cabezón, Mateo Flecha, Francisco Battaglia de Janequin-Susato; o de las magníficas y solemnes dife-
Soto, Bartolomé Escobedo, Mateo Fernández, Luis de Narváez, rencias sobre Madama le demanda de Cabezón (aquí llamadas, no
Cristóbal de Morales, Francisco Guerrero y otros de menor entidad. sin razón, «Diferencias sobre Belle que tiens ma vie») a la bellaca y
La esmerada educación musical del Emperador se refleja en descarada villanesca alla napolitana «Vecchie letrose» de Adrian
muchos detalles. Por ejemplo, no permitió que se despidiese a los Willaert. Por cierto, fue Willaert maestro de Hieronimus Parabosco,
miembros de la capilla musical de la emperatriz Isabel a la muerte organista de San Marcos de Venecia, aquí representado por un bello
de ésta en Toledo en el año 1539. Los trece cantores que la integra- ricercare que alterna el canto llano con lo instrumental.
ban pasaron al servicio de sus hijos, el príncipe Felipe y las infantas No podían faltar esas piezas de referencia cuando se evoca al
María y Juana, en su residencia del castillo de Arévalo. Sin duda, allí Emperador: el motete de Morales Jubilate Deo omnis in terra, con el
recibieron una exquisita formación musical junto a maestros de la que se celebró musicalmente la Paz de Niza entre el Emperador y
talla de Soto, Cabezón, Flecha y Escobedo. Prudencio de Sandoval Francisco I de Francia en presencia del Papa; y la llamada por
(1560-1621), en su Historia de la vida y hechos del emperador Narváez Canción del Emperador, es decir, la hermosa chanson de
Carlos V (1614), nos cuenta que el gran maestro sevillano Francisco Josquin Mille Regretz (Mil pesares), aquí interpretada dos veces: pri-
Guerrero acudió a Yuste para presentar a Carlos V «un libro de mero en su versión polifónica original y luego con un arpa rena-
motetes que él había compuesto y de misas, y mandó (el centista en la glosa de Narváez (por cierto, no es una simple trans-
Emperador) que cantasen una misa por él». Al parecer, reconoció cripción, sino una recreación). Se ha evitado la vihuela en la que
alguna melodía, indignándose por lo que él consideraba errónea- tantas veces ha sido grabada, lo cual es de agradecer, sobre todo por
mente un plagio y llamando «hideputa» al maestro. Sandoval se la preciosa y clara lectura que de la melancólica canción nos da
equivoca al decir que los cantores se quedaron admirados por la Arianna Savall.
sapiencia del Emperador. Es muy difícil que los cantores ignorasen Resumiendo, lo polifónico, en las voces de la Capella Reial de
la entonces muy frecuente costumbre de usar la técnica de la «misa Catalunya, tiene una luminosidad y una pasión muy superior a lo
parodia» sobre melodías preexistentes, a veces de origen profano. bueno de lo mismo que nos llega de otras latitudes. En cuanto a lo
Imaginemos que el emperador descubriese un motivo de La Guerre instrumental, Hespèrion XXI nos sorprende siempre con un arte tan
o La bataille de Marignan sobre el que Guerrero había compuesto hondo como adecuado a cada pieza, tan exacto como imaginativo.
su Missa de la batalla Escoutez, publicada años después. El empe- Detrás de todo está la firma del maestro, un Jordi Savall siempre
rador desconocía seguramente esta técnica, usual entre los compo- perfeccionista en sus realizaciones musicales, insuperables a todas
sitores del siglo XVI, pero en cualquier caso mostró tener un fino luces cuando de la música de esta época, tan amada por él, se trata.
oído.
Son varios los discos compactos dedicados específicamente al Andrés Ruiz Tarazona
entorno de Carlos V, a las músicas que suscitó, a las que acompa-
ñaron sus viajes europeos. Hasta ahora, la aportación más notable CARLOS V - Mille Regretz: La canción del Emperador (Luces y sombras en el tiempo
de Carlos V) / Obras de Isaac, Del Enzine, Des Prés, Janequin, Arbeau, De Cabezón, De
en este año del centenario era el CD titulado Carolus Maximus, Morales, Parabosco, Flecha, De Narváez, etc. / La Capella Reial de Catalunya y
música en la vida de Carlos V, realizada por el grupo Pomerium que Hespèrion XXI. Dir.: Jordi Savall / ALIA VOX / Ref.: AV 9814 (1 CD) D2
dirige Alexander Blachly. Se trata de una exhibición polifónica de
(3)
Dos antifonarios gregorianos rescatados por Die Singphoniker para el sello GLISSANDO

Gregoriano hamburgués
L
os componentes del grupo Die Singphoniker, bajo la dirección omnipresente pecado de la carne...
de Godehard Joppich, se consagraron como especialistas del En esta interpretación cada antífona es cantada dos veces, antes
canto a cappella tiempo atrás, bajo los auspicios del sello y después del salmo al que acompañan. El resultado es exquisito,
CPO, y han demostrado su versatilidad grabando obras de estilos y la atmósfera así generada en la ideal para apreciar la belleza de
muy diversos. En este nuevo disco, publicado la poesía de los textos.
en relación con una exposición sobre el arte Según las notas del propio Joppich que acom-
de la Edad Media en Hamburgo, nos ofrecen pañan al compacto, si bien la notación de los
la oportunidad de conocer las peculiaridades pneumas del primer códice sugiere una data-
de dos antifonarios gregorianos recogidos en ción en torno a los siglos XIV y XV, el segun-
dos manuscritos locales (Codex Theol. 1069 y do parece posterior a éste al menos en un
Codex Catharinen 9), parte del patrimonio siglo, por la inclusión de fiestas nuevas como
cultural de esta ciudad. la de la Inmaculada Concepción. Los textos
El primero de los manuscritos contiene un no proceden ya de la Vulgata o de vidas de
officium para la celebración de las festivida- santos, sino que son versos de carácter sacro
des marianas posteriores al día de San Miguel de autores anónimos, posiblemente del siglo
en el calendario eclesiástico. El manuscrito XII. El carácter musical es notablemente dife-
contiene 5 antífonas para las Vísperas muy rente, más dinámico e innovador y más próxi-
diferentes de las del rito romano y del monás- mo al canto del siglo VIII, y la duración de las
tico, los patrones a seguir más comunes en antífonas es muchísimo más breve que las del
esa época. Los textos proceden del Cantar de primer códice.
los Cantares. La Iglesia católica ha intentado a Los amantes del canto gregoriano encontrarán
lo largo de los avatares de su historia buscar una interpretación ale- este disco irresistible, no ya sólo por la curiosidad de las obras, sino
górica a estos textos de naturaleza casi erótica; para unos repre- por la calidad de la interpretación y el esmerado cuidado en la
sentan el sagrado vínculo entre Cristo y su Iglesia; para otros, sim- toma del registro al que ya nos tiene acostumbrados GLISSANDO,
bolizan la fusión mística del alma con Dios, tan similar a los arre- el sello de Peter Czornyj, desde sus primeros lanzamientos.
batos sensuales de la pasión amorosa, experiencias cuyos límites
son realmente difíciles de definir para el que ha pasado por ambas Belén Gallego
dejándose parte de la piel en el intento... Al parecer, en la Edad
Media estaba de moda relacionar estos textos con la Virgen María. OFFICIUM BEATAE MARIAE VIRGINIS - Canto gregoriano del Hamburgo medieval /
Die Singphoniker. Dir.: Godehard Joppich / GLISSANDO / Ref.: 779007-2 (1 CD) D2
Cualquier explicación era buena siempre que no implicara el

Música de la época de Felipe IV en el sello GLISSANDO por la Capella Peñaflorida

Pinceladas sacro-musicales
del Siglo de Oro español
¿ Un disco de música antigua española,
incluyendo obras hasta ahora descono-
cidas, en versión de intérpretes españo-
les de gran calidad, con notas en español
os de la misma época, nacieron en paralelo
formas musicales peculiares cuyo pilar fun-
damental era la expresividad y el carácter
popular de la lengua romance utilizada en
García de Salazar (Salve Reyna, que da títu-
lo al disco), Joan Cererols (el genial Fuera
que va de invención, con sus contrastes
entre el estribillo y las coplas; Ha de los
en el libreto, grabado en una iglesia espa- hombres, de dudosa atribución, pero que
ñola (la de Asunción de Sajazarra, para más presenta muchas similitudes con el más
señas)... y en un sello que no es español? conocido Serafín que con dulce harmonía
No, no es una frase sacada de una novela de este autor; Son tus bellos ojos soles y el
de música-ficción. Afortunadamente, esta conmovedor tono de Pasión ¡Ay, qué
situación comienza a ser algo normal en el dolor!) y Carlos Patiño (Veni Sancte Spiritus,
panorama discográfico internacional. Maria Mater Dei). Dos piezas para órgano
Salve Reyna es un disco producido en de Antonio Martín y Coll y algunos anóni-
conjunción con una exposición artística, mos gregorianos complementan la diversi-
como ya viene siendo habitual en el sello dad del conjunto.
GLISSANDO. En este caso se trata de Josep Cabré, uno de los miembros fun-
Velázquez, Rubens, Lorrain: La pintura en dadores de La Colombina, haciendo aquí
la corte del Rey Felipe IV, y a la manera de las veces de director, no necesita muchas
complemento sonoro de esta muestra, el presentaciones entre el público incondicio-
disco intenta presentarnos en pinceladas nal asiduo a la música antigua. La interpre-
puntillistas los peculiares colores del tación de la Capilla Peñaflorida es más que
ambiente musical de la capilla de palacio; correcta, quizá ligeramente más conjuntada
no podemos evitar estremecernos al pensar los textos de villancicos, tonos o letrillas; la la sección instrumental que la vocal.
que seguramente Velázquez, Zurbarán y riqueza, donosura y encanto de las letras Destaca la presencia del violoncello y la
Ribera tuvieron la oportunidad de escuchar son indiscutibles, y la música saca un ven- guitarra barrocos de Itziar Atutxa y Jesús
alguna de las piezas que estamos oyendo. tajoso provecho del insinuante y sensual Sánchez.
El compacto es una recopilación de música gracejo de cada matiz lingüístico.
religiosa del barroco español. Junto a la El disco incluye la grabación de una B.G.
música compuesta para la liturgia latina, Misa a 5 de Juan Hidalgo (el autor de la
imbuida de unas características propias que ópera Celos aun del aire matan de esta tem- MÚSICA ESPAÑOLA - SALVE REYNA: Obras de Juan
García de Salazar, Juan Hidalgo, Joan Cererols, Antonio
le confieren un sello de identidad indiscuti- porada en el Teatro Real). Entre las diversas Martín y Coll, Carlos Patiño y autores anónimos /
ble que la distingue de otros estilos europe- partes de la misa se intercalan obras de Juan Capilla Peñaflorida. Dir.: Josep Cabré / GLISSANDO /
Ref.: 779005-2 (1 CD) D2

(4)
CPO presenta una colección de madrigales Gunar Letzbor graba para el sello ARCANA
y canciones de Benedetto Ferrari (1603-1681) obras de G.B. Viviani (1638-d. 1693)

Catorce variaciones Barroco de sangre caliente


sobre el amor
H
ace pocas fechas, comentando un disco de G. B. Vitali, señalábamos el
sumo interés del Barroco central italiano. Pues bien, ahora, con el lan-

L
a cubierta del disco CPO nos presenta en primer zamiento de este CD dedicado a Giovanni Bonaventura Viviani, vol-
plano una habitación oscura, donde un malicioso vemos a festejar la escucha de música de
Cupido de Caravaggio, caído del atril, mira hacia aquellos años, aquellos lustros en los que la
otro cuarto iluminado, que sólo entrevemos. música atesoraba un eclecticismo fascinante
Benedetto Ferrari nos llama desde este cuarto que aún que se debatía entre los últimos coletazos de
está por investigar en muchos aspectos: el salón del la música modal y el nuevo impulso de la
siglo XVII, que abandona la polifonía a favor de la tonalidad. Es éste un Barroco libre e inquieto,
monodía acompañada. Los madrigales presentes en el que experimenta incansablemente y sondea
disco ya no designan el bien conocido género polifó- los nuevos caminos sin caer en la monotonía
nico sino que se refieren a una composición para voz ni en el academicismo -que llegaría con el
y continuo cuyo siglo XVIII-, ofreciendo una amplitud de hori-
texto adopta una zontes que sólo se colmará con la llegada del
construcción libre gran Corelli, con cuyo legado se unificaron
(a diferencia de la todas las corrientes del Barroco italiano. Y
canzonetta, con precisamente para precorellianos, nada mejor
estructura estrófi- que la figura de Viviani, violinista y composi-
ca). tor florentino que vislumbra las armonías de Corelli y que construye melodí-
Benedetto Ferrari as y contrapuntos con un soberbio don de canto. Y es que supo aunar los ecos
es hoy un nombre del estilo violinístico «fantástico» -comenzado por la generación de Castello,
poco conocido, Fontana, Marini, Uccelini, etc..., y cristalizado en la obras Giovanni Antonio
aunque fue un pro- Pandolfi Mealli, cuyas sonatas para violín y continuo Opp. 3 y 4, publicadas
tagonista activo de en Innsbruck en 1660, influenciaron indefectiblemente a Viviani- y la sobria
los acontecimien- fuerza del nuevo lenguaje tonal, que impone las cadencias hacia los centros
tos más relevantes tonales. Este magnífico CD recoge obras de la colección más impotante con-
de la época. Su servada de Viviani: Capricci Armonici da chiesa e da camera Op. IV, publica-
nombre está indiso- da entre 1676 y 1678 en las ciudades de Roma, Venecia y Ausburgo, para vio-
lublemente asociado con el nacimiento del melodra- lín y bajo continuo, y que incluye además dos sonatas para trompeta y conti-
ma veneciano, puesto que fue el autor del libreto de nuo. Música en la que tradición y modernidad se dan la mano y que demues-
L’Andromeda, ópera representada en 1637 en el Teatro tra la maestría compositiva de Viviani, audaz dominador del contrapunto -
S. Cassiano, la primera que se puso en escena en un escuchénse las fugas y fugados de las sonatas y sinfonías- y de la ya aludida
teatro público. También Ferrari escribió la música de expresión cantabile -sirva como muestra la luminosa Symphonia Cantabile
nueve óperas (hoy perdidas), pero de su producción para violín y continuo- en su forma instrumental. Las dos espléndidas sonatas
tan sólo se han conservado el oratorio Sansone (recien- para trompeta -bien difundidas en antologías del género- se cuentan, curiosa-
temente exhumado por Alan Curtis) y tres libros de mente, entre las páginas de concepción musical más moderna, ofreciendo una
monodías publicados en 1633, 1637 y 1641. De estas palmaria direccionalidad tonal en fiel seguimiento de los hallazgos pioneros
tres colecciones proceden las catorce piezas interpre- de la escuela trompetística boloñesa (Cazzati, Torelli, Gabrielli...), que por
tadas por el Ensemble Incantato. El tema amoroso, en aquellos años producía numerosos ejemplos para la Basílica de San Petronio.
sus múltiples facetas de alegría y desesperación, cons- La interpretación de los Capricci de Viviani, que corre a cargo del violinista
tituye el tema principal de las obras aquí presentadas. barroco Gunar Letzbor, y del trompetista Andreas Lackner, acompañados por
Gran interés presentan los largos monólogos dramáti- un continuo formado por órgano-clave, fagot, viola de gamba y archilaúd, hay
cos: «Scrivete là dentro», «Ardo misera» y en particu- que saludarla como una exquisitez, tanto en la excelsa recreación estilística
lar «Lassa, che veggio», libremente inspirado en el del repertorio como en la realización técnica de las partes. Cálido, carnoso,
llanto de Andrómeda contenido en el cuarto tomo de expresivo, articulado y limpio es el sonido que extrae Letzbor de su violín
las Metamorfosis de Ovidio. Sin alcanzar la perfección barroco, que es acompañado por el grupo de continuo con un criterio histo-
de sus contemporáneos Claudio Monteverdi (Lamento ricista de incontestable solvencia. También brillante, y ante todo barroco, es
d’Arianna) y Sigismondo d’India (Lamento d’Olimpia), el sonido emitido por la trompeta natural que toca Lackner -preciosamente
Ferrari domina la forma abierta del lamento introdu- acompañado por un continuo formado por el fagot y el órgano-, todo ello
ciendo esquemas simétricos dentro del amplio monó- impolutamente recogido por la toma sonora de un registro memorable.
logo. El acento se pliega a las exigencias dramáticas
del texto, con sabia utilización de disonancias en los Pablo Queipo de Llano Ocaña
momentos más emotivos y patéticos. En «Scrivete là
dentro» se encuentran ciertos parecidos con Orfeo de G.B. VIVIANI: Capricci Armonici (Opera Qvarta) / Sinfonías, Tocatas y Sonatas / Gunar Letzbor (vio-
Monteverdi. Rasgos amenos y distendidos caracterizan lín); Andreas Lackner (trompeta) / Diversos solistas / ARCANA / Ref.: A 302 (1 CD) D2
la producción estrófica, sobre todo en las dos chaco-
nas «Voglio di vita uscir», «Amanti io vi so dire».
Sin tener el encanto y la maliciosa frescura que en
este tipo de repertorio demuestran Invernizzi o Bertini,
Mona Spägele ofrece una prueba convincente: realiza
con soltura las muchas ornamentaciones de la partitu-
ra, sabe pisar el pedal de lo dramático sin exagerar, se
deja llevar por el contenido expresivo del texto.
Valioso el acompañamiento del Ensemble Incantato,
cuyos miembros saben subrayar con propiedad los
afectos planteados por la voz.

Stefano Russomanno
AIRS DE COUR (ss. XVI, XVII y XVIII / LA COSECHA DORADA - Cantos
B. FERRARI: 14 Madrigali e Canzonette / Mona Spägele (soprano) / Obras de diversos autores / Jean-Paul Shaker y espirituales / Boston
Ensemble Incantato / CPO / Ref.: 999722-2 (1 CD) D5 Fouchecourt (contratenor) / GLISSAN- Camerata y otras agrupaciones /
DO / Ref.: 779013-2 (1 CD) D2 GLISSANDO / Ref.: 779020-2 (1
CD) D2

(5)
Nueva integral de la Opus 1 Nuevo registro de GLISSANDO con La Capella Ducale,
de Vivaldi en el sello BIS Musica Fiata Köln y Roland Wilson

Lo que abunda Cimas de gloria


no daña
C
on las casas discográficas, sean multinacionales o
independientes, no parece haber término medio: o
ayuno total o hartazgo. Durante más de veinte años
E l joven y dinámico sello GLIS-
SANDO viene apostando
fuerte a la hora de elegir a sus
intérpretes, todos de excelente y
acorde con el espíritu de Trento- y
también la interesante Misa Sine
Nomine de Philippo di Monte
(1521-1603), de proporciones
reconocida calidad profesional, y menores que la de Lasso, aunque
las únicas posibilidades de saborear la Opus 1 de Vivaldi,
también en la selección de unos no de menor belleza, y que se ha
Folía y algunas sonatas sueltas aparte, eran las grabaciones
repertorios siempre interesantes y conservado únicamente en esta
-citando por primeros violines- de Mario Ferraris (1970),
novedosos dentro del saturado fuente.
Salvatore Accardo y Piero Toso (1977 ambas). Ustedes nos
panorama discográfico actual. Con Intentando rememorar aquel
dirán si, pese a la importancia que en su día tuvieron, no
esta filosofía, la presente grabación ambiente musical de singular bri-
se necesitaba una renovación estilística. Que ha venido -o
intenta emular, en cierta medida, la llantez, la presente grabación pre-
comenzado- casi hura-
intensa y florida actividad musical, senta también una colección de
canadamente. Porque
posiblemente heredada de tiempos motetes de Jean de Castro (ca.
en muy poco tiempo
pasados, de la ciudad imperial de 1540- ca. 1600), compositor que
han aparecido otras tres
Colonia duran- tuvo por algún
versiones con criterios
te el siglo XVI tiempo relacio-
historicistas. Primero
donde, al am- nes de tipo pro-
fue la -más bien discre-
paro de la cul- fesional en Co-
ta- firmada por el
tura humanista lonia durante su
Ensemble Mensa Sono-
y los grandes estancia en Dü-
ra (Pierre Verany,
mecenas allí sseldorf (1585-
1998). Siguió la del Trío
asentados, 1591) como
Sonnerie en CPO, elo-
entre los que maestro de
giosamente comentada
destacaban en Capilla del du-
en este boletín (octubre
primer lugar el que de Jülich,
1999) por el vivaldiano
propio Obispo entre los que es
de pro Pablo Queipo de
y algunos aris- obligado resal-
Llano. Y ahora se nos presenta, en el sello BIS, la de
tócratas y no- tar un impresio-
London Baroque, que ya picoteara en sus páginas tres lus-
bles de elevado nante Miserere a
tros hace (EMI-Virgin, 1985).
nivel cultural y 8 voces, y el
No vamos a lamentarnos por ello. Lo grave era el olvi-
económico que contaban con espectacular Resurrexi et adhuc
do en que se tenía la obra de presentación (1705) del vene-
excelentes capillas musicales para tecum sum a 5 voces, donde se
ciano, explícito homenaje al maestro de maestros Corelli
la celebración de los oficios religio- ponen de manifiesto las cualidades
(la inclusión de La Folía, una de las más brillantes, por cier-
sos y el disfrute privado en sus resi- compositivas y excepcionalmente
to, de los centenares producidos en el siglo XVIII, es elo-
dencias palaciegas, se dieron cita expresivas de la escritura polifónica
cuente al respecto), y en la que, entre la evidente influen-
algunos de los mejores músicos de de Castro, que recuerda mucho al
cia del de Fusignano y algunos titubeos propios de toda
la época. Sin embargo, las destruc- género madrigalesco.
obra primeriza, emergen los rasgos de su poderosa perso-
ciones masivas sufridas en esta ciu- El trabajo de La Capella Ducale
nalidad. Además, la interpretación de Charles Medlam y
dad alemana durante la Segunda y Musica Fiata Köln, formaciones
sus compañeros es excelente: rigurosa, sobria y sin estri-
Guerra Mundial han impedido un en las que se encuentran destaca-
dencias, técnicamente impecable, de muy ajustados tiem-
mejor conocimiento de la música dos cantores e instrumentistas del
pos -más vivos, en general, los movimientos danzantes que
que se cantaba en la Catedral mundo de la música antigua
los del Sonnerie- y alejada tanto de la seca austeridad de
donde, sabemos, había un excelen- (Popken, Scheffel, Fujimoto, el pro-
otros grupos ingleses -¿recuerdan, por ejemplo, un par de
te coro que interpretaba piezas pio Roland Wilson) resulta cierta-
discos antológicos, que también incluían unas pocas sona-
polifónicas durante la celebración mente impecable. Aun estando
tas de esta obra, del Purcell Quartet?- cuanto de la frondo-
de la liturgia (miren en el interior ambas formaciones estrechamente
sa exuberancia de algunos italianos. Sin duda, no serán
del libreto y verán reproducido un vinculadas desde siempre a reper-
pocos los que encuentren en ella su versión. Los comple-
bellísimo fresco gótico, destruido torios del siglo XVII alemán (toda-
mentos son de categoría: las dos sonatas en trío RV 72 y
durante los bombardeos de la vía está muy reciente la laureada y
76, que remataban la Opus 5 (o segunda parte de la Opus
Segunda Guerra Mundial, en el que excelente grabación que han reali-
2, como apareció en 1718), y las dos Al Santo Sepolcro,
aparecen varios niños cantores y un zado con obras de J.H. Schein
otra para violín (RV 14), donde se luce Ingrid Seifert como
organista dirigidos por el maestro comentado en el boletín de octubre
solista, y el concierto RV 114, que concluye con una insó-
de capilla en la Catedral de Colonia de 2000 por nuestro compañero M.
lita y preciosa chacona, con la que London Baroque alcan-
durante el siglo XV). Tan sólo dos Acero Ruilópez), donde han cose-
za una de las cimas interpretativas del registro.
libros de música sagrada pertene- chado importantes reconocimien-
Lo dicho. Lo que abunda -si es bueno, matizamos- no
cientes al archivo de la capilla cate- tos en el mundo de la crítica, en
daña. Y más vale tener que no desear, como hacíamos
dralicia se han conservado, en los esta incursión en el mundo del
hasta ayer mismo. Pero prepárense, que caerán, y no tar-
que se contienen once misas, de las Renacimiento musical logran los
dando, nuevas versiones. Porque es de suponer que los
que dos son las aquí grabadas - mismos efectos de calidad y perfec-
barroquizantes mediterráneos (como tantas veces, paso y
Susanne un jour, Misa parodia del ción técnica que les hacen tocar
medio por detrás de los anglosajones) querrán dejar tam-
flamenco Orlando di Lasso (1532- verdaderas cimas de gloria. Un
bién su particular visión de la Opus 1 del cura pelirrojo.
1594) fechada en 1563 y basada en nuevo acierto de GLISSANDO y de
Por el momento andan empeñados en sacar una gota más,
la canción homónima que el su inspirador, Peter Czornyj.
como los antiguos alcabaleros del bolsillo de los pobres,
mismo compusiera, obra de gran
de las Cuatro...cientas estaciones.
envergadura y estricta arquitectura Francisco de Paula Cañas Gálvez
polifónica que nos indica que se
Mariano Acero Ruilópez MUSICA SACRA IN COLONIA - Polifonía en
trata de una composición concebi- la Colonia del s. XVI / Obras de Orlando de
A. VIVALDI: 12 Suonate da Camera a tre, op. 1; Trio Sonata en si bemol da para ser interpretada durante los Lasso, Jean de Castro y Philippe de Monte / La
mayor, op. 5/17; Trio Sonata en sol menor, Op 5/18; Sonata Al Santo Sepolcro días de fiesta mayor, aunque apare- Capella Ducale & Musica Fiata Köln. Dir.:
en si menor, RV 169; Sonata Al Santo Sepolcro en mi bemol, RV 130; Sonata Roland Wilson / GLISSANDO / Ref.: 779012-
para violín y bajo continuo en re menor, op. 2/3; Concierto en do mayor, RV ce aquí en la versión de 1570, 2 (1 CD) D2
114 / London Baroque / BIS / Ref.: BIS 1025/1026 (2 CD) D2 x 2 corregida por el propio autor y más

(6)
Las Fantasías y Fugas para clave: nueva aportación de Masaaki Suzuki a la literatura clavecinística de J.S. Bach

Fantasía bachiana
P
rosigue el incansable Suzuki su andadura discográfica bachiana, que corre simultáneamente por la vía
coral (Cantatas, Oratorios) y clavecinística. En esta última, como puede apreciarse en el notable disco que
se comenta, luce un virtuosismo de primera, muy evidente desde la fulgurante lectura de la famosa
Fantasía cromática. El ya veterano discípulo de Koopman ofrece una visión muy brillante, generalmente ador-
nada con generosidad (en algunos momentos, como en la Fantasía BWV 917, podría incluso pensarse que con
exceso), de estas obras, en su mayoría relativamente tempranas dentro de la producción del Cantor. La expo-
sición contrapuntística es de indudable claridad, y la interpretación goza en líneas generales de una expresi-
vidad encomiable, sin abuso del cambio de registros u otros efectismos, aunque siempre moviéndose con más
que notable impulso. Cuando se requiere, como en la mencionada Fantasía cromática, el japonés se produce
con plausible carácter improvisatorio, aunque de cuando en cuando pudiera pedírsele algo más de fantasía
(como en los acordes repetidos de la Fantasía BWV 922, expuestos de forma fulgurante pero un tanto lineal).
Su técnica es, desde luego, espectacular, y no caben dudas sobre la nitidez de su articulación (el fulgurante
inicio de la mencionada BWV 922), pero en algunos momentos se echa de menos el ligero pero inconfundi-
ble rubato y la serenidad que destila con inapelable auctoritas Leonhardt (tal ocurre en el lamento del Capriccio BWV 992, donde el doliente cro-
matismo de la pieza no acaba de calar tan hondo como en las manos del gran maestro holandés). Con todo, el juvenil impulso que Suzuki otorga
a sus interpretaciones va muy bien a buena parte de las obras (BWV 906 o 944, por ejemplo). Como además estas piezas aparecen a menudo des-
perdigadas en recitales clavecinísticos, y raramente (con excepción de las más conocidas, que no son demasiadas) se presentan agrupadas de esta
forma, el disco resulta atractivo para cualquier amante de ese gran tesoro que son las obras para teclado de Bach, más si se tiene en cuenta la nota-
ble calidad interpretativa, el bellísimo timbre del instrumento empleado y la soberbia grabación de BIS. Dicho sea todo ello sin menoscabo del
magisterio indiscutible del gran Leonhardt.

Rafael Ortega Basagoiti


J.S. BACH: Fantasías y Fugas para clave / Masaaki Suzuki (clave) / BIS / Ref.: BIS 1037 (1 CD) D2

RICERCAR prosigue con su excelente colección I Fiamminghi

Esplendores del gótico flamígero


C on evidente satisfacción
para todos los amantes
de la música del siglo
XV salen al mercado los dos
continuadores del arte de Ciconia en la Escuela de Lieja, y autor prác-
ticamente desconocido a pesar de sus evidentes dotes como composi-
tor de primera fila, al que sin duda, las deslumbrantes figuras de sus
contemporáneos Dufay o Binchois, del que se incluye un solemne Te
últimos volúmenes, IV y V, de la Deum laudamus de más de diez minutos de duración, han contribuido
interesante colección I Fiam- a dejar en el olvido. Al no conservarse ninguna misa completa de
minghi, que el sello belga Brassart se ha constituído el ordinario de la misa con diferentes movi-
RICERCAR viene editando con mientos separados que, además, corresponden a varios estilos y a tesi-
notable éxito desde hace unos turas vocales diferentes que muestran la evolución que experimentó la
años. En esta ocasión con dos excelentes colecciones de interesantes y música de Brassart, siempre brillante y cargada de una aureola mística
desconocidas obras interpretadas por las formaciones Cappella y celestial a lo largo del tiempo y carente, sin embargo, de la gran este-
Pratensis y Capilla Flamenca, que comienzan a ser de referencia indis- la de influencia inglesa que J. Dunstaple, o Dunstable, como la mayor
cutible para la crítica internacional y para los aficionados en todas las referencia que fue de la música inglesa del siglo XV, extendió por casi
grabaciones que se realizan del repertorio franco-flamenco de finales toda Europa occidental. En el afán por intentar reconstruir lo más fiel-
del Medievo y los albores del Renacimiento. mente posible aquella celebración, y según práctica común durante el
El primero de estos registros, bajo el título de O admirabile com- siglo XV, se han alternado las partes polifónicas con el canto llano -
mercium, está dedicado a piezas compuestas para las fiestas de interpretado de manera sublime- y los pasajes organísticos, extraídos
Navidad, y en él se incluyen obras de autores emblemáticos y sobra- todos del Buxheimer Orgelbuch, colección señera de la tecla alemana
damente conocidos de la polifonía que floreció en los Países Bajos y su de finales del Medievo, e interpretados en esta ocasión con un instru-
área de influencia cultural, y por añadidura musical, del Cuatrocientos mento de finales del siglo XV de excelente sonoridad, produciendo un
como Josquin, Brumel o Busnoys. Parece que estas piezas polifónicas, efecto de enorme belleza sonora y verdadero ambiente sacro, no exen-
creadas exclusivamente para el ciclo navideño y llamadas Noëls o to en ningún caso de una luz divina que brilla a lo largo de toda la gra-
Noés, se empezaron a componer en Francia poco después de 1460, a bación.
imitación, seguramente, de las que sus colegas ingleses venían crean- La excelente formación Capilla Flamenca, que, por cierto, pronto
do desde, al menos, el siglo XIV. A finales del siglo XV los maestros tendremos ocasión de ver actuando en España dirigida por D.
franceses ya componían motetes de Navidad polifónicos de intrincada Snellings, conjunto que sólo emplea, en un intento máximo de aproxi-
complejidad técnica, como bien demuestra la grabación que ahora mación estilística al espíritu de aquellos melancólicos tiempos, un coro
reseñamos; entre ellos cabe destacar Noe, noe, noe, psallite Jhesuralem masculino, realiza un registro de indiscutible calidad técnica, pero
de Jean Mouton (ca. 1459-1522) o Nato canunt omnia de A. Brumel también de enorme belleza estilística que se une a una inmejorable y
(ca. 1460- ca. 1515), sin pasar por alto el impresionante Preter rerum elegante presentación en color negro del CD, norma habitual en
seriem del gran Josquin des Prez, que además abre el CD, o su excel- RICERCAR, que ayuda a que nos sumerjamos en el mundo gótico y
so ciclo de motetes basados en cinco antífonas de las primeras Vísperas ensoñador del arte de finales de la Edad Media.
de la Circuncisión que cierran el compacto. El éxito que supone la aparición de estos dos nuevos registros de la
La Cappella Pratensis, que toma precisamente el nombre del equi- gloriosa serie I Fiamminghi nos hace esperar con impaciencia nuevas
valente latino de Des Prez, dirigida por la doctora Rebecca Stewart, grabaciones que nos traigan la sabiduría, el espíritu, y ante todo, la
realiza, una vez más, un trabajo de verdadera fineza musical en una música de aquel tiempo, pretérito pero musicalmente imperecedero.
interpretación bellísima repleta de momentos de emocionante profun- ¿Para cuándo monográficos de Dufay, Binchois, Ciconia, Fontaine o
didad mística en la que cantores excelentes, de refinada técnica vocal Arnold de Lantins?.
y profundo conocimiento del repertorio y del lenguaje musical de la
época, trazan las líneas flamígeras de una música divina creada siem- F.P.C.G.
pre para ser elevada a los cielos.
Por su parte, el volumen V supone un retroceso cronológico con O ADMIRABILE COMMERCIUM (I Fiamminghi - Vol. IV) - Obras de Des Prez,
respecto al anterior CD y viene a intentar reconstruir lo que debió de Busnoys, Regis, Brumel y Mouton / Cappella Pratensis. Dra.: Rebecca Stewart / RICER-
CAR / Ref.: 207572 (1 CD) D2
ser un largo y complejo oficio religioso celebrado para la Fiesta del
Corpus Cristi en la ciudad de Tongres en el año de 1444. El eje central IN FESTO CORPORIS CHRISTI (I Fiamminghi - Vol. V) - Obras de Brassart, Binchois
de la grabación gira en torno al compositor franco-flamenco Johannes y autores anónimos / Capilla Flamenca & Psallentes. Dirs.: Dirk Snellings y Hendrik
Vanden Abeele / RICERCAR / Ref.: 233362 (1 CD) D2
Brassart (ca. 1400/05-1455), considerado como uno de los mejores
(7)
El fagot a finales del Renacimiento, en la serie Instrumentos, de RICERCAR

Con ustedes... el bajón


S i actualmente hay un sello con vocación pedagógica es, sin
duda, RICERCAR. Vigentes todavía sus espléndidas Guías de
los instrumentos barrocos y del Renacimiento -más cuidada
ésta que aquélla, pero ambas únicas en el panorama discográfico-
repertorio centrado en la
segunda mitad del siglo
XVI, a base de transcrip-
ciones y reducciones ins-
ha iniciado recientemente una serie, Instrumentos, destinada a pro- trumentales de obras
fundizar en la vía iniciada con aquéllas. Lo que entonces, por razo- vocales, y la primera del
nes obvias, debía presentarse sucintamente, se hace ahora de XVII, ya con piezas espe-
forma monográfica, dedicando un disco completo -puede incluso cíficas. La interpretación corre a cargo del grupo Syntagma amici,
resultar escaso- a cada instrumento y ampliando sensiblemente el creado ex-profeso para este proyecto e integrado por reconocidos
período cronológico observado. El número 4 de la serie, tras el especialistas de la música renacentista agrupados en torno a Elsa
organetto florentino en el siglo XIV, la trompa romántica francesa y Franck y Jérémie Papasergio (director en esta ocasión), que consti-
los órganos construidos por A. Cavaillé-Coll (Rouen, San Sebastián tuyen la base del mismo. Son sus cualidades, virtuosismo y rigor
y Azcoitia), está consagrado a los primeros pasos del fagot. Señala estilístico, creatividad, bien empastado sonido, expresividad... todo
el infatigable Jérôme Lejeune en el extenso, documentado y selec- lo necesario para hacer de un disco didáctico un verdadero delei-
tamente ilustrado folleto su tardía aparición, ya avanzado el siglo te para el aficionado. Al que suscribe, le han complacido muy
XVI; sus diversos antecedentes, designados en las fuentes con tér- especialmente algunas de las páginas de B. De Selma y Salaverde,
minos de hasta cuatro raíces distintas, y la incertidumbre de algu- la Passacaglia de G.A. Bertoli y la Sonata sopra la Monica de P.F.
nas noticias; su empleo en formaciones tanto eclesiásticas como Böddecker (fascinante, la bronca voz del bajón solista brincando
civiles; el lógico retraso, hasta ya entrado el XVII, en la publicación sobre el aterciopelado soporte del órgano en el continuo). Pero,
de una literatura particular... (diremos también que en este tipo de naturalmente, no deja de ser una apreciación subjetiva. Que cada
discos, más que en ningún otro, se apreciaría un detalle con los his- cual elija sus favoritas, que materia hay de sobra. Y a esperar, impa-
panohablantes incluyendo el texto en nuestro idioma; y anotamos, cientes, una nueva entrega de la serie...
de paso, que no encontramos bajón, baxón o bajoncillo entre las
múltiples denominaciones del instrumento recogidas). Para ilustrar M.A.R.
cumplidamente los orígenes y dar cabida a todos los miembros de
la familia (genéricamente, soprano, contralto, tenor y bajo, cuales- FAGOTTO, BASSON, DULCIAN, CURTAL... Un enigma de finales del Renacimiento
/ Obras de Praetorius, Banchieri, Selma y Salaverde, Guami, Verdelot, Ortiz,
quiera que sean sus tonalidades de afinación y nombres propios) Parabosco, etc. / Syntagma Amici. Dir.: Jérémie Papasergio / RICERCAR / Ref.: 233392
en las más variadas combinaciones, se ha seleccionado un amplio (1 CD) D2

La música de Gaspar Sanz y Santiago de Murcia, en la guitarra de Jakob Lindberg


WINTER & WINTER presenta una
La belleza de lo ordinario nueva y original aproximación
a la música de Bach

Viejo,
E
n 1677, Lucas Ruiz de Ribayaz, en su Luz y norte para caminar por las cifras de la guita-
rra española y arpa, escribió: «Dirá el discreto lector al ver los principios de este libro (y
más si tiene noticia de la música, instrumentos y cifras): Qué ocioso estaba este autor, pues
se puso a escribir unas cosas tan ordinarias que hasta los niños en Madrid, y en otras partes,
las entienden, y practican, y hay también maestros que las
eterno Bach
enseñen»... Y, pasados los siglos, dijeran lo que dijeran sus lec-
tores, hay guitarristas que las interpretan. En un tiempo en el
que ya pocas cosas causan asombro, sin embargo, esas músi-
cas populares del pasado tienen necesariamente que maravi-
llar a las personas sensibles porque son tan preciosas como lo
L a música de Bach, como la casa
del Señor, tiene nuevas moradas.
Y a tenor de lo que nos ofrece la
fonografía, cada vez más y más
amplias. De la mano de WINTER &
sería un imposible registro sonoro del barullo de una calle del
WINTER llegó primero la fabulosa
siglo XVII con gentes hablando espontáneamente. Una parte
de la vida de un tiempo remoto se conserva congelada en las
pequeñas piezas de música para guitarra de Gaspar Sanz y
Santiago de Murcia que el guitarrista Jakob Lindberg ha selec-
cionado para este nuevo registro realizado para BIS. Después
del monográfico que dedicara a Francesco Corbetta, maestro
de maestros de la guitarra barroca, Lindberg aborda la música
de los sucesores españoles del guitarrismo punteado de Corbetta con la misma solvencia con
la que nos presentó al compositor italiano: interpretación elegante, sonido redondo, orna-
mentación clara, tiempos precisos y una selección sensible de 23 piezas de la Instrucción de
música sobre la guitarra española (1674-75) de Gaspar Sanz -entre las que no faltan las emple-
adas por Joaquín Rodrigo en su Fantasía para un gentilhombre- y 17 más del manuscrito de
Santiago de Murcia conocido hoy como «Códice Saldívar nº 4». A las obras de Sanz, Lindberg
les saca un gran partido mediante la repetición con buen gusto y sin exageración de algunas
secciones, consiguiendo así un resultado más musical que el que derivaría de una lectura
estricta de los textos. Santiago de Murcia necesita, en ese punto, menos interpretación, ya que
recreación de las Variaciones
sus obras están más compuestas siguiendo estrategias muy comunes -incrementos de la figu-
Goldberg a cargo del Uri Caine
ración o de la textura, por ejemplo- para darles un sentido de finalización que falta -en pro de
Ensemble. Ahora, y desde un punto de
una mayor frescura- en las piezas de Sanz. Destaquemos para terminar que la producción tiene
vista bien distinto, llega la propuesta
la grata inteligencia de disponer un generoso espacio de silencio (en torno a 8 segundos) entre
del Quartetto Italiano di Viole da
cada una de las piezas, para dejar que respiren y que no se convierta en popurrí el ramillete
Gamba: veintidós Preludios corales -
cuyas «sonoras fragancias recrearán el oído» (Sanz dixit) de los aficionados a la guitarra barro-
procedentes la mayorías del Orgel-
ca.
büchlein, doblados algunos de ellos
con las voces del Coro de Niños de
Javier Suárez-Pajares
Tölz. La sorpresa no es tan mayúscula
G. SANZ: Pavanas, Canciones, Pasacalles y obras diversas para la guitarra - S. DE MURCIA: 17 Danzas para guitarra / como con Uri Caine, pues el punto de
Jakob Lindberg (guitarra barroca) / BIS / Ref.: BIS 899 (1 CD) D2

(8)
Las seis Suites para violoncello solo de J.S. Bach, Giovanni Picchi y la escuela veneciana
en versión de Torleif Thedéen, para BIS clavecinística por Fabio Bonizzoni

Un Bach para el siglo XXI Historia del teclado


D entro de la extensa, y no
siempre afortunada, produc-
ción discográfica bachiana a
la que estamos asistiendo desde
aquí lo que otros con más conoci-
mientos y mayores aptitudes han
dicho ya, sería, quizá, prolijo y un
tanto desafortunado a estas alturas. D
urante el siglo XVI, la música instrumental se
emancipó definitivamente de la vocal, creando
sus propias formas y adquiriendo un extraordina-
hace algunos años, y en especial en La versión de Torleif Thedéen viene rio desarrollo que entroncará sin solución de continuidad
este del 250º aniversario de la muer- a rellenar un vacío incomprensible con el manierismo y el primer barroco. La música para
te del gran genio alemán, las seis en el prestigioso sello sueco BIS, que teclado -órgano o clave- ocupó un lugar primordial en
suites para violoncello solo de Bach hasta la fecha, y a pesar de contar esta revolución instrumental, y junto con la destinada al
han gozado hasta la fecha de una entre sus referencias con una amplia laúd -vihuela en España-, capitalizó los esfuerzos de los
intensa y exitosa colección de gra- y reconocida discografía dedicada al compositores por alcanzar un lenguaje autóctono. La
baciones que han hecho de estas Cantor, todavía no disponía de una escuela veneciana fue -como en tantas otras categorías
piezas, ciertamente enigmáticas y de grabación de calidad de estas obras musicales- pionera en las búsquedas teclísticas, y es que
sublimes. Sin embargo, la en la ciudad de San Marcos emergió un auténtico plantel
elección del intérprete y la de teclistas de máxima categoría -al igual que en
calidad de la producción Bolonia, donde des-
han colmado con creces puntó el excelso orga-
aquella carencia. Este nista Marcantonio Ca-
joven violonchelista, de vazzoni- que desarro-
sólida, clásica y reconoci- llaron incansablemen-
da formación musical, te las nuevas formas,
consigue que escuchemos en paralelo a las ge-
con inusitada atención niales andanzas que el
unas piezas que todos los gran Antonio de Ca-
aficionados a la música bezón ejercitaba en
barroca conocemos a la España. En origen la
perfección desde hace influencia del reperto-
muchos años. La dulce rio polifónico vocal
sonoridad del instrumento fue determinante du-
utilizado, un cello cons- rante muchos lustros: la parte principal de la música para
truído por David Tecchler tecla del periodo consiste en transcripciones y disminu-
en 1711, y los destellos de ciones de obras vocales al teclado. Pero pronto, ya inclu-
brillantez que asoman de so en el primer tercio de siglo, emergió el nuevo idioma
origen incierto, uno de los grandes los dedos de Thedéen, en algunos que encuentra en los Ricercari -piezas cuyo nombre sig-
pilares de la obra del Cantor de momentos portadores de un leve nifica rebuscar, cuyo concepto es bien similar al de los
Leipzig. Desde aquellas legendarias, vibrato, nos permiten asegurar que célebres Tientos ibéricos- el paradigma del espíritu del
y ya clásicas, grabaciones de Casals estamos ante uno de los grandes repertorio: una experimentación constante del contra-
y Rostropovich, que tanto me impre- momentos del año Bach. Todo ello punto y de la armonía que por su intensidad se situó en
sionaron e influyeron en mi gusto unido a un sonido espacioso y exce- la estética manierista prebarroca, dejando atrás la con-
por la música antigua en mis años lente, una lujosa presentación en cepción renacentista de la música. El veneciano
de adolescencia, pasando por las negro, norma habitual de la casa, y Giovanni Picchi -fl. 1600-1625- legó una obra que ate-
sublimes, y quizá insuperables de unas notas extensas y nada farrago- sora los hallazgos de la generación anterior veneciana -
Anner Bylsma (1992), hasta las que sas, hacen de esta grabación uno de compuesta por los apenas conocidos Sperindio Bertoldo
ahora presentamos (grabadas entre los discos que nos muestran el Bach (c.1530-1570) y Annibale Padovano (1527-1575)- y que
octubre de 1995 y marzo de 1999), de siempre, pero también un Bach ya enlaza con la generación del barroco temprano capi-
todas han contribuido en buena nuevo por descubrir, quizá el del taneada por Andrea y Giovanni Gabrieli, Claudio Merulo
medida a consolidar estas composi- siglo XXI. o Martino Pesenti. La condición de obra bisagra del lega-
ciones como uno de los hitos de la do de Picchi -fundamentalmente contenido en la colec-
música culta de todos los tiempos. F.P.C.G. ción Intovalatura di Balli d’Arpicordio, Venecia, 1621-
Mucho se ha escrito sobre el ori- hace que su música, de fascinante y sorprendente belle-
gen y la finalidad de estas seis suites, J.S. BACH: Las 6 Suites para violoncello solo / za, posea un interés histórico especial. El clavecinista
Torleif Thedéen (cello) / BIS / Ref.: BIS 803/804
por lo que consideramos que glosar (2 CD) D2 x 2 Fabio Bonizzoni ha reunido en este CD un sustancioso
puñado de obras de Picchi para clave que ha contrasta-
do con otras páginas debidas a los teclistas contemporá-
partida es diferente: la idea de que en el XVIII era bastante común trans- neos más significativos de la escuela veneciana. El resul-
cribir cierto repertorio para grupo de violas, si bien se reconozca por los tado es una soberbia antología de música clavecinística
responsables de la grabación que no era común hacer tal cosa con los a caballo entre el Renacimiento y el Barroco. Los capri-
corales de iglesia. Los italianos se lían la manta a la cabeza y consideran, chos armónicos, la complejidad contrapuntística y los
con buen criterio, que las piezas a las que dedican su esfuerzo eran, ade- suntuosos refinamientos rítmicos de las obras han sido
más de profesiones de fe, obras de arte de una estructura formal llena de limpia y brillantemente expuestos por Bonizzoni, que
atractivo y así, por ejemplo, encuentran un interés especial en la posibili- dicta una eminente lección de técnica teclista historicis-
dad de destacar las partes secundarias y subrayar la estructura motívica. ta, ofreciendo una expresiva musicalidad que se traduce
El resultado es iluminador de un lado y gratificante de otro, pues todo es en unas lecturas llenas de sensualidad y colorido orna-
muy bello y está muy bien tocado. Son como viejas músicas en odres nue- mental. Un trabajo estilístico impecable que ha sido
vos que, sin embargo, poseen una solera que garantiza la calidad del con- recogido magníficamente en la toma sonora, que repro-
tenido. Partiendo de la máxima acuñada por Nikolaus Harnoncourt de duce con fidelidad el atractivo sonido del clave utilizado.
que lo auténtico no existe, he aquí una buena forma de comprobar que lo
que no lo es puede no sólo parecerlo sino agradar el oído y engrandecer P.Q.O.
el alma.
G. PICCHI Y LA ESCUELA VENECIANA - Obras de Picchi, Bertoldo,
Sabela Moure Guami, Gabrieli, Merulo, Padovano, Bell’Haver y Pesenti / Fabio
Bonizzoni (clave) / GLOSSA / Ref.: GCD 921502 (1 CD) D2(-(-20% de
descuento) [Oferta especial de lanzamiento]
J.S. BACH: 27 Preludi ai Coral / Quartetto Italiano di Viole da Gamba (con las voces solistas
del Tölzer Knabenchor) / WINTER & WINTER / Ref.: WIN 910053-2 (1 CD) D1

(9)
Prosigue la integral de los Conciertos para teclado de C.P.E. Bach (1714-1788) en BIS

De la corte al concierto público


L lega a nuestras manos la novena entre-
ga de la deslumbrante integral que de
los conciertos para teclado de C.P.E.
Bach está llevando a cabo en el sello BIS el
especialmente pensadas para llegar a un
público masivo, como el de los conciertos
públicos, no muy versado musicalmente,
pero sí sensible y deseoso de gustar de una
tarles cuando conviene donosura y lirismo.
Algo con lo que ya sorprendieron en aque-
lla pionera grabación editada, hoy parece
que a guisa de prólogo, en el sello
húngaro Miklós Spányi con su grupo música agradable y placentera. Y, así, Hungaroton (1989), con tres conciertos
Concerto Armonico, que codirige con Péter suplen su relativa falta de enjundia -en todavía no incluidos en la integral en curso.
Szüts. Como casi siempre, con la mayor absoluto equivalente a trivialidad- con un Y que, volumen a volumen, exhiben casi
parte de su contenido -tres de cuatro obras- con insolencia en ésta, que es por derecho
en primicia absoluta. Y como siempre, ena- propio una de las más coherentes y exci-
morando con su interpretación. tantes de cuantas puedan encontrarse en el
Corresponde la música contenida en mercado.
este disco a los tiempos de la Guerra de los
Siete Años (1756-63), cuando disminuye- M.A.R.
ron las actividades musicales en la corte de
Berlín, incrementándose, en cambio, los C.P.E. BACH: Integral de los Conciertos para teclado
(Vol. 9) / Conciertos en mi bemol mayor, H446 y do
conciertos públicos en la ciudad, en los que menor, H407; Sonatinas en re mayor, H449 y sol mayor,
Carlos Felipe tuvo una presencia activa. H451 / Miklós Spányi (piano tangencial) / Concerto
Armonico. Dir.: Miklós Spányi / BIS / Ref.: BIS 868 (1
Para ellos escribió sinfonías; compuso o CD) D2
arregló conciertos para teclado, en los que
También disponibles:
por influencia de aquéllas asociaba trom- C.P.E. BACH: Integral de los Conciertos para teclado
pas a la orquesta; e ideó un género nuevo, (Vol. 1) / Mismos intérpretes / BIS / Ref.: BIS 707 (1 CD)
la sonatina, del que dejó una docena de D2
C.P.E. BACH: Integral de los Conciertos para teclado
piezas entre 1762 y 1764, abandonando (Vol. 2) / Mismos intérpretes / BIS / Ref.: BIS 708 (1 CD)
luego el experimento, que tampoco halló encanto y una gracia que las hacen suma- D2
C.P.E. BACH: Integral de los Conciertos para teclado
eco en otros compositores. Recogiendo ele- mente atractivas. (Vol. 3) / Mismos intérpretes / BIS / Ref.: BIS 767 (1 CD)
mentos procedentes del concierto, la suite y Dos de ellas, junto al único concierto D2
C.P.E. BACH: Integral de los Conciertos para teclado
la sinfonía, la sonatina, flexible en cuanto al compuesto entre 1755 y 1762 -que en algu- (Vol. 4) / Mismos intérpretes / BIS / Ref.: BIS 768 (1 CD)
número y carácter de los tiempos, añade nas copias aparece con el órgano como D2
dos flautas y dos trompas a la cuerda y, solista- y otro arreglado en este último año, C.P.E. BACH: Integral de los Conciertos para teclado
(Vol. 5) / Mismos intérpretes / BIS / Ref.: BIS 785 (1 CD)
sobre todo, incorpora un instrumento de integran el contenido del disco. Spányi, que D2
teclado (dos en un par de ocasiones) que no elige para la ocasión, justificándolo en el C.P.E. BACH: Integral de los Conciertos para teclado
(Vol. 6) / Mismos intérpretes / BIS / Ref.: BIS 786 (1 CD)
tiene siempre idéntica función, pudiendo folleto, un piano tangencial de hermosa D2
integrarse como un elemento más en la sonoridad, y el Concerto Armonico las tra- C.P.E. BACH: Integral de los Conciertos para teclado
(Vol. 7) / Mismos intérpretes / BIS / Ref.: BIS 857 (1 CD)
orquesta, apareciendo solamente en orna- ducen con su habitual compenetración - D2
mentos figurativos o actuando, como en el entre ellos y con la música-, precisión, vir- C.P.E. BACH: Integral de los Conciertos para teclado
concierto, como solista. Parecen obras tuosismo, apasionamiento y garra y sin fal- (Vol. 8) / Mismos intérpretes / BIS / Ref.: BIS 867 (1 CD)
D2

Concluida la serie de Sonatas para piano de Mozart por Brautigam, BIS la publica en colección íntegra

Sentir la vida correr


N os encontramos de nuevo ante uno de los capítulos más
importantes de la vitalidad mozartiana: su serie de Sonatas
completas para piano, que el compositor salzburgués escri-
biera entre 1774 y 1789. Grabadas en 1996,
inquietudes. Las tres últimas de esta serie son próximas a su
siguiente etapa, el tercer período, de Viena: 1784-1789 (KV 457-
576). Hay aquí un progreso sobre las anteriores. El estilo, más lim-
pio y más inclinado a las disonancias, es pro-
en esta ocasión el sello BIS las ha reunido en penso al contrapunto nacido de la confronta-
un cofre de seis CDs, ofreciéndolos por el pre- ción con las obras de Johann Sebastian Bach.
cio de tres. Espero que no se me confunda con Cada una de estas sonatas está aislada de las
un agente de ventas si ya de antemano indico otras.
que si no se hacen con ellas y dejan esfumar- La música de Mozart rebasa por sí misma las
se la ocasión, se perderán una hermosa opor- posibilidades expresivas del clavecín, y basta
tunidad de tener consigo unas sonatas mozar- escuchar la Fantasía en do menor para pro-
tianas de buena catadura. barlo. Es la madurez de un estilo de universal
En el registro se incluyen las dieciocho resonancia. Estas sonatas son, como toda la
Sonatas y la Fantasía en do menor, espléndida obra de Mozart, el milagro de la creación
página que fue fuente de inspiración para el inconsciente. La interpretación del holandés
Beethoven cercano del Op. 2/1, 10/1 y 13 y Ronald Brautigam, reputado alumno de John
que suele preceder a la Sonata KV 457 de la Bingham en Londres y de Rudolf Serkin en
misma tonalidad. Las Sonatas de Mozart pue- Estados Unidos, que goza de fama de gran
den clasificarse en tres grupos según su tiem- ejecutante al pianoforte de la música de
po de composición. Un primer grupo lo for- Mozart para ese instrumento de caja rectan-
marían sus primeras seis sonatas, producidas entre 1774 y 1775 gular que irrumpió en los salones a mediados del siglo XVIII, nos
(KV 279-284) en Salzburgo y Múnich, y en ellas quedan reflejadas comunica esa técnica prodigiosa, inseparable de la inspiración,
las influencias y cercanías de autores como Johann Christian y Carl que Mozart hacía llegar sin esfuerzo al máximo de expresividad. Y
Philipp Emanuel Bach o Franz Joseph Haydn; hay en estas sonatas con una estupenda toma de sonido.
casi sin defectos toda una aproximación y trato de las tonalidades.
El siguiente grupo lo componen siete piezas creadas por el autor en Manuel García Franco
Mannheim y París entre 1777 y 1783 (KV 309-311 y 330-333). Las
más mozartianas, constituyen un reflejo de sí mismo y de sus W.A. MOZART: Integral de las Sonatas para piano / Ronald Brautigam (pianoforte) /
BIS / Ref.: BIS 835/837 (6 CD) D2 x 3 [6 discos al precio de 3]

( 10 )
Interesante recital belliniano de Marco Lazzara para el sello DYNAMIC

Bellini en contratenor
Q
ue nadie se asuste. No se trata de escu- desde «Vaga luna che inargenti» (que tentó
char a Pollione traducido para esta tanto a intérpretes tan dispares como Dennis
cuerda, según partitura descubierta por O’Neill y Cecilia Bartoli) a «Malinconia ninfa
Bonynge en cualquier apolillada biblioteca tipo gentile», junto a cuatro novedades absolutas en
borgiano, ni una adaptación del papel de disco y probablemente en recital: la magnífica
Adalgisa para contratenor, propuesta por el últi- «A palpitar d’affanno», la más trivial «Tu che al
mo director «original» llegado al cotarro. pianger» la brevísima «Dalla guancia scolorita»
Ocurre simplemente que el contraltista Marco (con la voz del tenor Mario Nuvoli, en perfecto
Lazzara, bien conocido por anteriores graba- canon) y «Pour la glorie et la patrie», que no es
ciones de óperas de Alessandro Stradella y de otra que el aria de Romeo de Capuleti e i
canciones de Verdi, Rossini, Berlioz y otros, ha Montechi, en francés y en clima más de reper-
acudido a un estudio de grabación, en compa- torio de cámara.
ñía de la pianista Angela Castellarin, ha coloca-
do en su atril 19 canciones de Bellini y nos ha Fernando Fraga
brindado un agradable y elegante disco. Están
todos sus más famosos y trillados ejemplos, V. BELLINI: 19 Arias / Marco Lazzara (contralto); Angela
Castellarin (piano) / DYNAMIC / Ref.: CDS 271 (1 CD) D2

TESTAMENT presenta Amelia al ballo, DYNAMIC publica una colección de canciones


una breve pero exquisita delicia de Giancarlo Menotti de cámara de Gaspare Spontini (1774- 1851)

El arranque El rinconcillo de
Spontini
E
l Instituto Curtis de Filadelfia dio cabida en 1937 al estreno de
Amelia al ballo de Giancarlo Menotti. Con ella, el compositor
italiano de 26 años inició una carrera teatral de apreciable sig-
nificación, ya que es el compositor contemporáneo que ha logrado

G
aspare Spontini puede ser considerado como el músico
imponer más títulos en repertorio teatral de la actualidad. Bastante típico de su tiempo, un tiempo marcado por la doble con-
vilipendiado por los vulsión política, social y militar que va desde la
«ortodoxos», que no le Revolución Francesa hasta la Restauración también Francesa. Él
han podido perdonar sus era italiano de las Marcas, vivió en París y Berlín y, apaleado por
éxitos, nadie puede intrigas cortesanas,
negarle a Menotti su acabó sus días en un
habilidad musical y tea- inopinado pueblecito, el
tral. Y una prueba de mismo que lo vio nacer.
ellos es esta Amelia, una Típico, además de
joyita en un acto, ópera sus peregrinajes y su
bufa perfectamente con- cosmopolitismo, que
secuente con sus antepa- imitan las derivas del
sadas italianas y que ejército napoleónico,
exhiben su parentesco porque encarna la tran-
más inmediato con el sición entre el neoclasi-
Falstaff verdiano, el cismo del siglo XVIII
Gianni Schicchi pucci- (cortesano, ilustrado o
niano y alguna que otra revolucionario, tanto da,
partitura similar de Wolf- son la misma cosa) y el
Ferrari, como Il segreto despunte romántico.
de Susanna o Le donne curiose. La historia es sencilla y convencio- Paralelo a Beethoven,
nal, pero moderna: la protagonista desea ardientemente asistir a un por arriba y, un poco
baile, pero la situación se complica cuando su marido le descubre más abajo, a Cherubini, Spohr y Méhul, buscó expresar senti-
la existencia de un amante y vecino. Como estamos en territorios mientos muy personales pero sin perder la compostura, cubrien-
cómicos, la sangre no llega al río, e incluso marido y rival intiman, do su palpitante corazón con chorreras, chalecos y casacas
pero sí peligra la asistencia de Amelia a la fiesta. Se arma tal jaleo cubiertas de medallas imperiales.
que acude hasta la policía. Oportunidad esperada por Amelia: será Solemos confundirlo con algunas de sus óperas: la frecuenta-
el Comisario quien la acompañe finalmente al baile. La versión gra- da Vestale y otras menos insistentes, como Fernando Cortez o
bada con ocasión de su estreno italiano en 1954 reúne a varios can- Agnes de Hohenstaufen. Pero Spontini también hizo música de
tantes famosos del momento, de la consagrada Margherita Carosio, salón, como estas deleitosas romanzas que transitan entre la cava-
que logra una caracterización excelente, al joven y aún hoy en tina operática y el Lied propiamente dicho. Sus melodías son feli-
rodaje Rolando Panerai, bajo la experta dirección de Nino ces, su discurso es límpido, su escritura vocal habilidosa, a veces
Sanzogno. Completa el registro, unos fragmentos del ballet cantado virtuosística.
The Unicorn, the Gorgon and the Manticore, tambien conocida por La edición forma parte de las tareas emprendidas a partir del
Los tres domingos del poeta, una obra escrita en 1956 a pedido de ayuntamiento de Maiolati, la población natal de Spontini, por
la Fundación Elizabeth Sprague Coolidge y que se sitúa su compo- diversas instituciones (festival, academia, la serie discográfica
sición entre dos óperas «mayores»: la conmovedora y desgarrada La Spontini Classics) y orientada por cantantes, instrumentistas y
santa de la calle Bleecker y la íntima y melancólica Maria Golovin. directores que son, a la vez, estudiosos de repertorios infrecuen-
tes, como nuestro conocido y reconocido Alberto Zedda.
F.F.
Blas Matamoro
G.C. MENOTTI: Amelia al ballo / Carosio, Panerai, Prandelli, Amadini, Campi / Coro y
Orquesta del Teatro alla Scala de Milán. Dir.: Nino Sanzogno - + The Unicorn, the
Gorgon and the Manticore (Interludios instrumentales) / Instrumental Ensemble. Dir.: G. SPONTINI: 14 Canciones de cámara / Valeria Esposito (soprano); Luca Gorla
Thomas Schippers / TESTAMENT / Ref.: SBT 1179 (1 CD) D2 (piano) / DYNAMIC / Ref.: S 2012 (1 CD) D4

( 11 )
Excelente reparto para un Don Giovanni de Sawallisch del 73

Soberbio trío de damas para un gran seductor


C ualquier pretexto es bueno para volver sobre Don Giovanni,
acaso la cumbre del catálogo dramático de Mozart. Y la fun-
ción que abrió el Festival veraniego de Múnich en 1973 bien
merece el rescate: el sonido es bueno, el reparto
espontáneo y apasionado que contrasta con la calculada contención
de Ana. La Zerlina de Lucia Popp es una pura delicia: canta magní-
ficamente, con voz fresca, deliciosa, y su dicción italiana es perfec-
ta. Supera sin aparente esfuerzo los problemas
sobresaliente y la dirección magnífica. En efecto, de la incómoda tesitura: «Batti, batti» es una
aquí está el Sawallisch de las grandes ocasiones: colección de fa 4 particularmente enojosos que
brillante, intenso, contrastado en la obertura, han valido a la vocalidad de Zerlina el afectuo-
que demuestra la excelente forma de la muy so calificativo de «carroña». Entre los varones, lo
buena orquesta a sus órdenes, con la que ilustra menos bueno lo ofrece Hermann Winkler, que
la galería de retratos musicales (el Comendador, no canta «Dalla sua pace» -sospecho que nada
Don Juan, Leporello, Zerlina...) que Mozart hace perdemos- dice con pobre italiano y apenas se
desfilar en seis vertiginosos minutos absoluta- redime con un aceptable «Il mio tesoro». Bueno
mente geniales. Contra lo que dice el anónimo el Masetto de Enrico Fissore, quien tal vez hubie-
comentarista del libreto, Sawallisch atiende a la ra sido un Leporello más plausible que Stafford
perfección los dos aspectos del drama, lo serio y Dean; éste se ve lastrado por su dicción italiana
lo giocoso. Los tempi, aunque casi siempre mediocre y por su emisión poco canónica. Se
vivos, permiten a sus cantantes frasear y respirar; intuye que es su actuación escénica desenvuelta
así, el electrizante «Fin ch’an dal vino», que Raimondi borda, arras- y bien guiada por Rennert la que le granjea la simpatía del público.
trando al público. Y si todo el final del acto primero es admirable de Poderoso y seguro Moll como Comendador y, en conjunto, brillan-
precisión y vigor, la colaboración de Sawallisch alcanza iguales te y seductor Don Juan de Raimondi, con muchas frases excelentes,
cotas de excelencia en el aria del catálogo, en el Trío de las másca- sobre todo cuando emite con naturalidad su voz de barítono bajo
ras o en «Vedrai carino». Parte del éxito de esta función memorable más bien clara, pero poderosa y fácil. Su dicción italiana es, huelga
se debió, al parecer, al regista Günther Rennert, que supo crear un decirlo, ejemplar; sin duda, uno de los grandes Don Juan desde
ambiente dramático en el que la música pudo expandirse y vibrar. 1970 hasta hoy.
El trío de damas es sensacional, no sólo por la estupenda calidad Buen sonido, pero presentación deficiente: se omite el detalle de
de las voces, su rango artístico y su perfecta línea de canto; además, lo contenido en el tercer CD y no hay libreto. Pero la calidad musi-
cada soprano posee un timbre bien diferenciado, lo que es esencial cal es sobresaliente.
para la caracterización de su personaje y para que el oyente pueda
identificar a cada uno. Así, la emisión controladísima, el timbre Roberto Andrade
penetrante y bien proyectado y el incisivo fraseo de Margaret Price
le permiten perfilar una Ana noble y altiva, pero bajo cuya mesura W.A. MOZART: Don Giovanni / Raimondi, Moll, Price, Winkler, Varady, Dean, Popp,
Fissore / Coro y Orquesta de la Ópera Estatal de Baviera. Dir.: Wolfgang Sawallisch
arde una pasión no menos intensa que la de Elvira. Para ésta, la cáli- (12.7.73) / GOLDEN MELODRAM / Ref.: GM 5.0026 (3 CD) D10 x 3
da voz de la joven Varady se desborda en un personaje crédulo,

ON STAGE presenta La Gioconda de una Tebaldi espléndidamente respaldada

Titanes en Filadelfia
U na de las primeras óperas que cantó Maria Callas fue La
Gioconda de Ponchielli, con la cual, precisamente, hizo su
debut italiano en la Arena de Verona en agosto de 1947, al
lado del llameante Enzo de Richard Tucker. Luego la cantó en la
Scala, de nuevo en Verona, y dos veces en estudios de grabación. Se
tísimo y bellísimo para ofrecer
una lectura de rara intensidad, no
muy sutil en la expresión pero sí
de enorme poder comunicativo,
gracias a una dicción milagrosa
trataba de una partitura acorde con sus posibilidades dramáticas y que su aún más milagroso sentido
vocales. Por esa época, su gran rival Renata Tebaldi se medía con del canto ligado hace particular-
personajes más líricos, dulces y apesadumbrados, resignados y pasi- mente nítido y expresivo. Pero lo
vos: Mimì, Aida, Desdemona, Alice Ford, incluso la Eva y la que más asombra de este registro,
Elisabeth wagnerianas. Porque a la griega se le asociaban las heroí- de sonido aceptable y que precede a otras tomas piratas ya existen-
nas agresivas y belicosas, mientras que para la voz de la italiana se tes en el mercado, es el equipo vocal que la rodea. Tenor, barítono,
pensaban las muchachas buenas y candorosas, injustas víctimas del bajo y mezzos están a la altura sonora de la soprano y su respectiva
hombre o de la sociedad. Pues bien, con el tiempo se trastocaron los entrega es tan generosa y sincera como la suya. A saber: Corelli, un
papeles y nunca mejor dicho: en la madurez, Tebaldi se midió con Enzo de voz de oro refulgente, con arrogancia siempre controlada
roles muy dramáticos, impensables para «la voz angelical» que defi- por cierto miedo que es fácil descubrir si se le escucha atentamente
nió Toscanini, mientras que Callas pareció sentir cierta debilidad por (¡increíble en voz tan asombrosamente dotada!); Anselmo Colzani,
heroínas frágiles y asustadizas, tal como plasmó, parcialmente, en un Barnabà de impresionantes medios baritonales, densos y desen-
algunos registros discográficos: Cenerentola, Marguerite, Juliette, vueltos, servidos por un intérprete lineal pero con impacto; Mignon
Charlotte, Manon, Adina, la Condesa mozartiana, etc. Tebaldi debu- Dunn, mezzo llamada (y con respuesta de la cantante) a papeles más
tó Gioconda el 22 de septiembre de 1966 en el Metropolitan de decisivos que el de la lírica Laura Adorno; Joshua Hecht, un bajo de
Nueva York, escenario donde reinaba desde años atrás cuando de la gran empuje, poco conocido en estas latitudes (aunque tuvo presen-
Scala la había desplazado la Callas. A partir de ahí, la ópera pon- cia en Nápoles en un Stiffelio junto a Angeles Gulín y Del Monaco),
quieliana se convirtió en uno de sus más frecuentados caballos de pero de más venturosa carrera trasatlántica, ofrece una provocadora
batalla norteamericanos: Filadelfia, Boston, Cleveland, Atlanta, presencia a Badoero; incluso la Ciega de la mexicana Aurora
Memphis, Dallas, Minneapolis, Detroit... Fuera de Estados Unidos, Woodrow está a la altura tímbrica de sus compañeros. Una velada
sólo el San Carlo de Nápoles tuvo oportunidad de escucharle en vivo de espectacular entrega vocal, algo sin lo cual una partitura como
y en directo el Suicidio, de cuya representación por cierto existe Gioconda no puede llegar a buen término. Y en este caso, los enlo-
registro pirata en Hardy Classics. Curiosamente, existen tantas opor- quecidos aplausos del público lo indican, la versión alcanza con
tunidades de escuchar hoy a Tebaldi en grabaciones completas de creces los objetivos.
Gioconda como en otros papeles más consubstanciales con su per-
sonalidad musical, como Aida, Desdemona, Maddalena de Coigny F.F.
o Adriana Lecouvreur. La última grabación que nos llega es la de una
interpretación en Filadelfia el 18 de octubre de 1966, o sea, la cuar- A. PONCHIELLI: La Gioconda / Tebaldi, Dunn, Woodrow, Corelli, Colzani, Hecht /
ta oportunidad de enfrentamiento con el rol, tras las tres ofrecidas en Orquesta de la Ópera Lírica de Filadelfia. Dir.: Anton Guadagno (18.10.66) / ON
STAGE / Ref.: OS 4718 (2 CD) D3 x 2
el neoyorkino escenario. La soprano se ampara en un centro robus-

( 12 )
Culp, Clément y David: nuevas recuperaciones de Victor, Pathé y Electrola

Triple rememoración
R
OMOPHONE nos ofrece en esta nueva edición tres nue- y estrenó, como Victor Giraud, numerosas óperas, entre ellas
vas voces hoy relativamente o nada conocidas, aunque Benvenuto Cellini de Díaz, Phryné de Saint-Saëns, La vivan-
todas ellas dotadas de calidades que en algún caso pue- dière de Godard, Xavière de Dubois o L’île du rêve de Hahn.
den ser del interés de los buenos aficionados. Hablaremos en Murió relativamente pronto, en Niza, en 1928, unos días antes
primer lugar de la fémina, la soprano holandesa Julia Culp, de cumplir los 61.
nacida en Groningen en 1880 y fallecida en Amsterdam en David, al contrario, murió dos meses antes de llegar a los 95
1970. He aquí un buen ejemplo de una cantante de medios pero, a cambio, no acabó de triunfar. Fue un temperamento
más bien modestos que es capaz -a partir de un excelente fuerte, que se enfrentó más de una vez con los empresarios, lo
empleo de los mismos y una notable inteli- que le cerró caminos. Porque lo curioso es
gencia musical- de alcanzar cotas artísticas que su voz y la de Clément guardaban evi-
ciertamente altas. El instrumento en efecto dentes similitudes: lírico-ligeros, algo más
era de timbre atractivo pero poco mórbido, robusto David; fáciles en el plano, de agudo
algo escaso de relieve tímbrico, un punto generalmente fácil, aunque no siempre en su
opaco. Por otra parte resultaba corto de sitio; buenos fraseadores. Ninguna de las
extensión por arriba y por abajo, aproxima- voces era realmente bella. Admiramos en
damente una octava y media, desde el si Clément la resuelta forma de atacar en false-
bemol grave hasta el sol natural agudo (si te el re natural sobreagudo en Bergère légère
bemol2-sol4). Con este arco y sin tener una de Weckerlin, aun cuando nos parezca, aquí
potencia especial Julia Culp estaba sin y en general, que la emisión queda algo
embargo en disposición de gustar y aun de constreñida; más que la de su colega. Muy
fascinar al oyente merced a una bien estu- bello también el la natural en falsetone de
diada técnica de respiración y a un fraseo Clément en Les filles de La Rochelle, una
muy delicado. Era hábil para regular y con- canción tradicional. Esa facilidad, mostrada
trastar dramáticamente, para expresar con en otras muchas de sus canciones y arias
propiedad un texto. que albergan estos discos, nos recuerda a la
Desde luego, no era el suyo el mundo de del espléndido tenor ruso-francés Joseph
la ópera. Ahí tenemos esos dos ejemplos Rogatchewski. Ciertos apurillos pasa
Sansón y Dalila, que revelan poca amplitud Clément en «Ah fuyez, douce image», de
y casi ninguna sensualidad y en los que, no Manon, cuyo clímax queda bastante deslu-
obstante, obtiene unos magníficos efectos cido.
dinámicos y una admirable calidad de por- La de David se nos aparece en sus interpre-
tamentos. Aunque su manera de cantar taciones como una voz algo más consisten-
pueda parecer a veces algo mortecina, la te, según hemos avanzado, de sonoridad
verdad es que nos gana en página más ínti- más plena, como evidencia en centro y pri-
mas pertenecientes al mundo de la canción, mer agudo, porque en la zona más alta de la
como ese Drink to me only de Calcott, que tesitura encuentra ciertos problemas de
pone de manifiesto su espléndida arcada de colocación; como en el si natural de cierre
violonchelo, su facultad para portar y su legato bien calculado. de «Ah, lève-toi, soleil» de Romeo y Julieta del Gounod. Una
La Canción de cuna de Brahms, cantada muy lenta, demuestra nota con la que no concluye La donna è mobile -en francés,
un excelente contraste dinámico. A despecho de algunos soni- como todo-, ya que sigue lo escrito en contra de la costumbre
dos fijos, escasamente vibrados, recrea muy bien, con el clima generalizada. Le falta algo de swing - permítasenos el término
poético exigido, Mondnacht de Schumann, bien que ciertas jazzístico- en este caso: lleva la pieza con aire de marcha. Sí
piezas de Schubert nos dejen algo fríos, como Heidenröslein, se estira adecuadamente en «Elle en croyait pas» de Mignon,
un poco sosa y falta de chispa y energía, o Ständchen. Hemos en donde encuentra el abandono adecuado, fila correctamen-
escuchado también bastante mejores versiones de Du bist die te y emite hermosos falsetes; un procedimiento que aplica sin
ruh, cantado aquí con orquesta, en donde se echa de menos tanta fortuna en el aria de La muelle de portici de Auber, que
una más variada regulación de planos, o la famosa Trucha. no acaba de tener la temperatura idónea: se queda a medio
Consigue sin embargo establecer claramente las diferencias camino entre el tono elegíaco, en pianísimo, de Von Pataky o
atmosféricas y de tempo entre las dos estrofas de La muerte y Gedda y el más viril y afirmativo de Kraus. El cantante corta el
la doncella y acierta a imprimir el tono íntimo adecuado en el aria de la flor de Carmen, que cierra con un si bemol en false-
schumanniano Der Nussbaum. En suma, un recorrido inteli- te -que no es estrictamente lo que se pide-. Floja, algo blan-
gente, sobre un repertorio mayoritariamente de canciones de dengue, con si bemoles de poco fuste, la recreación de
calibre más o menos sustancioso, realizado por una voz de «Pourquoi me réveiller» y de buen nivel la romanza de San
íntimos acentos de mezzo lírica. Una voz para escuchar a altas Sulpicio de Manon, donde parece, sin excesos, algo más
horas de la noche, en medio de un gran silencio. sobrado que Clément. En «Ecco ridente» de El barbero de
El otro álbum que nos brinda ROMOPHONE está dedicado Sevilla muestra facilidad en agilidades y se inventa trinos, un
a dos tenores franceses cuya carrera corrió en paralelo: poco en la línea de De Lucia, aunque sin la endemoniada fan-
Edmond Clément y Léon David. Ambos habían nacido respec- tasía de éste.
tivamente en París y en Les Sables-d’Olonne, ciudad del Buena oportunidad, por tanto, de estudiar y comparar las
Atlántico, en 1867; ambos estudiaron en el Conservatorio de voces de dos tenores franceses muy característicos de una cul-
París en las clases de Victor Warot; ambos cultivaron similar tura y un modo de cantar en grabaciones de los años 1904-08
repertorio, ya que poseían una voz de parecidas característi- (David) y de 1916-25 (Clément). Es curioso que suenen mejor
cas, un instrumento lírico algo nasal -más el de Clément-, pero las más antiguas. Y excelente ocasión de degustar las refinadas
bien emitido y desarrollado, con aptitudes para el canto lega- evocaciones de Julia Culp en registros de 1914-26.
to y el canto delicado, con abundante aplicación de falsetes y
falsetones. Sin embargo, la fortuna no fue igual para uno y para Papageno
otro, aunque los dos llegaron a actuar en la Opéra Comique,
Clément hizo una carrera relativamente fácil. Fue artista deci- JULIA CULP - Las grabaciones Victor y Electrola (1914-26) - Obras de Wagner,
Brahms, Schubert, Schumann, Saint-Saëns, Kreisler, Debussy, Liszt, etc. /
dido que se introdujo rápidamente en el mundo de la escena ROMOPHONE / Ref.: 81035-2 (2 CD) D2 x 2
tras ganar en 1889 el primer premio del Conservatorio. En sus
EDMOND CLÉMENT - Las grabaciones Pathé (1916-25) & LÉON DAVID -
mejores épocas llegó a percibir en el citado teatro un sueldo de Integral de grabaciones (1904-08) / Obras de diversos autores / ROMOPHONE
7.500 francos mensuales, una cantidad muy alta para la época, / Ref.: 82016-2 (2 CD) D2 x 2

( 13 )
Birgit Nilsson protagoniza, con y sin Hans Hotter, dos de las novedades líricas de TESTAMENT

El diamante y el rubí
T estament está desarrollando una labor
de recuperación de fondos de catálogo
de EMI, y también de DECCA, real-
mente impagable. Restaurados técnicamente
para Dona Anna -aquí puede haber gran
división de opiniones- o para Agathe -acabo
de escuchar de nuevo a Elisabeth Grümmer,
y esto supone ahora un hándicap- o para
y doliente-
del dúo del
Holandés
(antes ha can-
con la máxima calidad hoy exigible, a las Elsa. Por el contrario, creo que no puede tado muy
gentes que, como yo, aún llegamos a tiempo pedirse más adecuación -otra cosa es el bien la ver-
para hacernos con los LP de los años cin- «calor»- para Beethoven (Fidelio y el Ah, sión revisada
cuenta(1), estas cosas nos devuelven las ilu- perfido), para el Weber de Oberón e incluso de la Bala-
siones de la juventud, cuando, por ejemplo, para las heroinas verdianas: Amelia, Leonora da(4)) y vuel-
yo me detenía ante el escaparate de una tien- y Aida. La primera y la última pueden pare- ve a ser el
da de discos sita en la calle de Sevilla, desa- cernos, al igual que la Rezia de Oberón, más diamante pu-
parecida hace ya mucho tiempo, y contem- maduradas en las grabaciones completas. rísimo en todo el resto del programa. Claro
plaba a la vez extasiado y triste, pues no Pero la Nilsson de estos años era un diaman- que a su lado aparece el rubí, menos puro,
tenía medios para comprar tal joya ni tam- te purísimo y perfectamente tallado. menos fulgurante, pero cálido y encendido;
poco hubiera podido escucharla, la sólida Ciertamente, los diamantes son fríos, su me refiero obviamente a Hotter y a su canto
carpeta del Tristán de Furtwängler y Flagstad, superficie nos parece incolora, ¡pero qué profundamente emotivo: «Hans, no seas tan
la cual lucía una bellísima portada(2); en destellos hay dentro, qué irisaciones nos des- patético», le decía Wieland, y el barítono-
cuanto a los jóvenes que hoy navegan por lumbran en los ángulos y en los biseles de las bajo de Múnich aún incrementaba la línea
Internet y nadan en todos los sentidos en la facetas! Esta magia distante, este fulgor del doliente de su parlamento («¡Pues así se
abundancia, tienen así en sus manos la posi- hielo que abrasa los ojos y las manos, esta aparta de ti el dios, así te quita él con un
bilidad de oír muchas maravillas y de com- calidad de lo puro y de lo cambiante dentro beso la divinidad!»).
probar por sí mismos cómo era el mundo de la igualdad hicieron de la soprano sueca Es posible que éste sea el último docu-
discográfico de sus padres. Vayamos adelan- el mayor portento vocal, en su cuerda y esti- mento sonoro conservado del más grande
te, pues, con uno de estos tesoros que esta- lo, del que hay testimonio. Conocida es mi Holandés del siglo, dicho sea esto sin
ban ocultos. devoción por la Flagstad, estatua marmórea menosprecio de mi muy admirado Hermann
Birgit Nilsson (1918) no cantó fuera de de sí misma; por la Varnay, la gran trágica Uhde. La voz le corre ya con ese punto de
Suecia hasta 1951 (Glyndebourne, Electra en inalcanzada; por la Mödl, entregada a la leve sofoco que le producía, al parecer, la
llama consuntiva de la pasión. Pero ante alergia llamada fiebre del heno. En la escena
Birgit Nilsson la devoción cede paso al des- con Brünnhilde hay también momentos
lumbramiento. parecidos; pero en los adioses, después de su
Si para Elisabeth cabría asimismo consi- inigualable: «¡Pues sólo uno pretenda a la
derar que ha habido algunas voces más afi- novia, el más libre que yo, el dios!», y del
nes (3), en el aria de salida la Nilsson mira de enorme crescendo sobre el motivo de la
arriba abajo a todas sus colegas cuando hay compasión, la segunda estrofa vuelve a per-
que remontarse y campanear -el alma llena mitirle cantar con su maravilloso legato
de gozo de la pura criatura—con un si natu- expresivo wagneriano y la media voz del
ral que aquí es más natural que nunca. más grande intérprete del Viaje de Invierno
Naturalmente, Isolda, Senta y Brünnhilde schubertiano. Sin duda, en estas condiciones
forman el verdadero elemento -el carbono de sonido, la escena es superior a la corres-
puro- de la cantante de Karup. La Muerte de pondiente en el registro completo con Solti,
amor registrada el día 16 de mayo de 1957 - pues si aquí el diamante se mantuvo puro,
¡en la misma sesión grabó también las arias pero engastado hábilmente en el metal del
de Verdi!—es la primera en la numerosa Anillo, el rubí se había oscurecido y su
relación de grabaciones suyas del fragmento engaste se evidenció más trabajoso.
que hoy conocemos; no hay aquí todavía la En conclusión, si alguna vez llega a haber
Idomeneo). Hasta entonces era considerada suprema delicadeza -sí, digo, delicadeza- segunda edición de mi Guía de Wagner,
una lírica, y así llegó a Bayreuth -previa la alcanzada en el trabajo posterior con estos dos CDs del diamante y del rubí figura-
Novena de 1953- como Elsa en 1954, donde Wieland Wagner, pero la pura -¿cuántas ran allí con honores de desagravio.
pudo comprobarse que en realidad se trata- veces habré escrito ya esta palabra?- belleza
ba de una soprano dramática de condiciones de la voz y de la emisión, del legato y de la Ángel-Fernando Mayo
vocales excepcionales. En tres o cuatro años dinámica me parecen mejor recogidos aquí
corrió por el mundo la buena nueva de tan que en la grabación completa con Solti Notas:
estupendo fenómeno. La consagración como (DECCA) de 1960 en estéreo (ésta es aún (1) Discos monoaurales de gran calidad -recorde-
primera soprano wagneriana desde entonces monoaural). Oyendo ahora, esto es, cuaren- mos la famosa serie de DECCA conocida como
«etiqueta naranja»- y después los primeros y
hasta diríamos hoy, porque nadie ha vuelto a ta y tres años después, los ejemplos de su espléndidos estéreos.
ocupar su trono, le llegó con el Tristán bay- Senta, se hace incomprensible que DECCA, (2) Tuve en mis manos un ejemplar en Menorca,
reuthiano de 1957, donde empezó a institu- que ya la había exclusivizado en 1959, no se en 1963. Era propiedad de un funcionario jubila-
cionalizarse la pareja Windgassen-Nilsson y planteara o no se decidiera a registrar la do de Correos, quien lo escuchaba muy bajito
también fue la lanzadera espacial de ópera completa. para «no molestar a mi hermana, que se encuen-
tra delicada de salud». ¿Qué habrá sido de aque-
Wolfgang Sawallisch. En este mismo Festival Y aquí, una pequeña consideración lla caja, que yo acaricié como si fuera un incuna-
fue la Sieglinde de «Kna», minucia sobre la retrospectiva. El LP con las dos escenas del ble?
que los «creyentes» podrán volver a leer algo Holandés y de Walkyria -¡con Nilsson y (3) La grabación completa de DGG, donde tam-
en el número de diciembre próximo de la Hotter!- no me gustó en su tiempo, en reali- bién cantó el papel de Venus, ha sido uno de los
«Hoja parroquial». dad me decepcionó. ¿Se debía al prensado, contados fracasos, dicho sea en términos relati-
vos, en la carrera discográfica de la Nilsson. No
Walter Legge consiguió contratar al prodi- a la dirección de Leopold Ludwig, o a ambas existe reedición en CD.
gio para que grabara en Londres una cuantas cosas? Ahora he dado un giro de ciento (4) Sólo tres años después Sawallisch hizo cantar-
cosas para EMI en abril, mayo y noviembre ochenta grados a aquella ya lejana impre- la a tono por primera vez en la historia, cuando
de 1957 y también en abril de 1958. Ignoro sión. Empezaré entonando el mea culpa por Anja Silja hizo su sensacional debut en Bayreuth
las causas de que esta relación no diera más haber pensado mal del competente director con veinte añitos recién cumplidos.
de sí y se interrumpiera en seguida, pues general de música de Hamburgo (¡1951- RECITAL BIRGIT NILSSON - Obras de Mozart,
muy pronto la Nilsson empezó a grabar para 1970!). La restauración nos hace llegar una Beethoven, Weber, Wagner y Verdi / Birgit Nilsson
DECCA. El programa elegido, fundamentado dirección clara, fluida, poderosa y apegada a (soprano) / Philharmonia Orchestra. Dirs.: Heinz
Wallberg y Leopold Ludwig [Grabaciones de 1958] /
en Wagner, estaba calculado para mostrar a la partitura, pero sin nada de rutina. Hay TESTAMENT / Ref.: SBT 1200 (1 CD) D2
la soprano dramática en toda su potencia, numerosos detalles de buen acompañamien-
pero dejando espacio para que la soprano to, de construcción orgánica y de capacidad RECITAL BIRGIT NILSSON Y HANS HOTTER - R. WAG-
NER: Escenas de Tannhäuser, El holandés errante,
lírica pudiera exhibir también su flexibilidad. para graduar los crescendi. La Nilsson está Lohengrin, La Walkyria [Grabaciones de 1958-59] / TES-
No seré yo quien discuta si esta voz es ideal espléndida en la primera parte -la visionaria TAMENT / Ref.: SBT 1201 (1 CD) D2
( 14 )
GOLDEN MELODRAM publica la Arabella de Richard Strauss con un reparto de lujo

La nostalgia
E l tópico -en todo tópico hay, al menos en el origen, un punto
de verdad- de que Arabella, la última obra que firmaron jun-
tos Hugo von Hoffmansthal y Richard Strauss, es casi una
pieza menor, una suerte de remake de El caballero de la rosa con
1930, y mucho menos hoy, cuando los acontecimientos de los últi-
mos años han demostrado -escúchese aquí y allá el coro de lamen-
taciones históricas- que la traumática desmembración del Imperio
Austro-Húngaro y la violenta ruptura de su sutil equilibrio político
el resultado de quedarse sólo en opereta de lujo, ha determinado ha sido un error de consecuencias históricas.
sin duda que se represente relativamente poco y que asimismo sea Cuando se escucha ahora el registro de Golden Melodram, que
relativamente escaso el número de grabaciones completas existen- recoge la representación de 31 de enero de 1977, esto es, una de
tes. Aun así, L’Avant-Scène-Opera relacionaba las primeras de la producción de Sawallisch-
en 1996 siete registros y cuatro vídeos, auque Beauvais, sorprenden de inmediato varias
dos de estos últimos son privados. La revista cosas. La primera es la estupenda calidad del
francesa juzgaba la toma «en vivo» de la Ópera sonido, muy superior a la de la grabación de
de Múnich, que fecha erróneamente en 1978, Orfeo; a mí me parece que poco tiene que ver
con Wolfgang Sawallisch, Julia Varady y aquí la restauración mediante el sistema 20 Star
Dietrich Fischer-Dieskau, como prescindible. Prism, pues la cosa huele -o suena- a cinta fres-
La responsabilidad mayor se carga sobre los quita extraída de los archivos de la Radio de
hombros del director: «Toda la admiración que Baviera. La segunda sorpresa consiste en la vita-
se le tiene a Sawallisch, director sinfónico y líri- lidad de la representación, también mucho más
co, no nos impedirá el hallar que él pasa al lado fresca y jugosa que en las tomas de 1981; tenía
de Arabella». De Julia Varady se afirma: «El por tanto razón mesié Merlin con aquello del
color y la respiración no son del todo apropia- prosaísmo, pues es bien sabido que las nuevas
dos, tampoco se debe dejar de señalar que, si a producciones operísticas gozan, si merecen la
una Varady no se le puede negar la dimensión pena, del entusiasmo inicial que provoca lo
artística, no está aquí realmente en su elemento». De Fischer- nuevo, y van cayendo después en la rutina de lo eficaz, para rea-
Dieskau no se dice nada, quizá porque antes, al comentar el regis- nimarse sólo si hay cambios en la batuta y en los protagonistas. La
tro también muniqués de 1963 con Joseph Keilberth, ha sido con- tercera la produce el reparto, pues sólo hay repetidos tres nombres
siderado un «Mandryka maravilloso». Christian Merlin, el firmante respecto del de 1981: la Varady, Fischer-Dieskau y Hermann
de esta discografía de Arabella, termina así: «El conjunto deja una Winkler (Conde Elemer). Ahora oímos a Edith Mathis (Zdenka), a
impresión de trabajo bien hecho, pero también de prosaísmo y de Kurt Böhme (Conde Waldner), a Hertha Töpper (Adelaide) y a la
pudor expresivo bastante grande». Volveré luego sobre esto. legendaria Martha Mödl (La echadora de cartas), ya con 66 años y
Aunque Strauss había estrenado Arabella en Dresde(*), la obra con la voz oscurecida y gastada, pero mucho más inquietante que
pertenece desde 1933 al repertorio de la Ópera de Múnich, forma una Doris Soffel que en 1981 estaba casi en sus comienzos: en
parte de su incomparable tradición straussiana, y así se advierte en cualquier caso, resulta interesante confrontar en el breve papel las
seguida el toque de la casa siempre que se escucha con sus con- voces de la gran veterana y de la mezzo aún en agraz. El matrimo-
juntos. La dirección escénica de P. Beauvais, que es la misma tanto nio Fischer-Dieskau/Varady está aquí en magnífica forma: a él se le
en el registro Orfeo -las fechas exactas son realmente dos: una mix- notan mucho los cuatro años de menos, a ella la radiante madurez
tura de las representaciones de los días 6 y 14 de enero de 1981- vocal de una mujer todavía joven. En cuanto al kapellmeister fino,
como en el de Golden Melodram, se atuvo estrictamente a lo pre- Sawallisch, no ha sido nunca Krauss ni tampoco Böhm, Kempe o
visto por el libretista y el compositor. Aquél quiso aprovechar aquí Keilberth; pero aquí se muestra, como todos, ilusionado y entrega-
su novelita Lucidor, de 1910, y éste buscaba otro éxito como el de do. Los conjuntos son excelentes y la vida de la representación nos
El caballero de la rosa. Sin embargo, la criatura les nació «nueva» llega directamente al corazón. La grabación no es sólo, por tanto
precisamente porque Arabella es la única ópera del magnífico «nueva», sino, a diferencia de la de 1981, «imprescindible».
binomio que sí merece ser considerada, y no para mal, como Traducir Arabella no es fácil y, además, exige tiempo. Si el lec-
«decadente». El caballero de la rosa es una comedia de alto estilo, tor interesado en la obra y en este registro tiene paciencia, segura-
un artificio magistral en el que no tiene cabida la nostalgia del mente podrá recibir, digamos en enero próximo, el disquete con la
mundo vivido, sino la que produce en el alma sensible el paso del traducción que acometeré en cuanto halle un hueco suficiente.
tiempo. Sí hay aquella otra nostalgia, por el contrario, en Arabella. Naturalmente, esto será previo acuerdo del lector y de Diverdi,
La hay de la juventud propia, de las supercherías necesarias en los cosa que a mí no me concierne. ¡Ah, se me olvidaba! He hablado
fingimientos de la vida, de las partidas de skat y del curioso códi- aquí de Arabella y de la nostalgia de lo vivido. Esto explica que el
go del honor del jugador, quien no paga las facturas de los sufridos ya viejo Strauss, pero no todavía el anciano que llegó a ser, por
proveedores menestrales y, sin embargo, está dispuesto a batirse en única vez en toda su producción insertara aquí en su música teu-
duelo y a correr así el riesgo de perder la vida por defender las apa- tona melodías populares, y además las más nostálgicas, las eslavas.
riencias. Hay también la nostalgia, en un plano más puro, del amor
maduro, el único duradero, simbolizado por el agua sin mezcla en Á.-F.M.
la copa transparente que la vienesa Arabella tiende a Mandryka
como lo haría una campesina croata; y la hay asimismo del espa- (*) Véase en este mismo número del Boletín de Diverdi mi comentario titu-
lado Mi querida batuta.
cio de convivencia y mezcla étnica existente bajo la tutela de la
Monarquía danubiana, que permitía que un provinciano croata - R. STRAUSS: Arabella / Varady, Mathis, Fischer-Dieskau, Mödl, Böhme, Töpper / Coro
rico, por supuesto- viniera a la metrópolis y regresara a su tierra y Orquesta de la Ópera Estatal de Baviera. Dir.: Wolfgang Sawallisch (31.1.77) / GOL-
DEN MELODRAM / Ref.: GM 3.0046 (2 CD) D10 x 2
unido a una refinada belleza alemana. Esto no era ya posible en

ELEGIES
Obras para viola y
piano de Glinka, E. YSAŸE
Glazunov, Franck, Sonatas para violín,
Delius y Vieuxtemps op. 27 (1, 2, 4 y 5)
Felix Schwartz En transcripción de
(viola) Bjarne Kristensen
Wolfgang Kühnl (guitarra)
(piano) GLISSANDO
GLISSANDO Ref.: 779018-2
Ref.: 779017-2 (1 CD) D2
(1 CD) D2

( 15 )
Nuevas ofertas líricas de SUPRAPHON: recitales de Marie Podvalová y Dagmar Pecková

Viejas y nuevas divas checas


U
na de los años de la polca, y otra moderna modernísima. Dos protagonizadas por una de las
divas checas llegan este mes al buzón del crítico en el siem- legendarias estrellas de la des-
pre esperado sobre-sorpresa de Diverdi. Una -la contralto lumbrante edad de las «voces de
Dagmar Pecková- y otra -la ya histórica soprano Marie Podvalová- oro» del Teatro Nacional de la
extraordinarias artistas; estupendas exponentes ambas de esa opu- Ópera de Praga. Marie Podvalo-
lenta tradición lírica de la patria de Dvorák y Rilke; Smetana y vá había nacido en 1909 cerca
Kafka; Janácek y Kundera. Dos compactos para disfrutar de lo lindo de Praga, en Cacovice. Se formó
con dos formas muy diferentes de cantar y con repertorios tan diver- en el estupendo Conservatorio
sos y vecinos como el ofrecido por la Pecková -un selecto recital de de Praga, desde donde fue lla-
lieder en alemán de Strauss, Schoeck y Berg- y por su ilustre paisa- mada por el gran Václav Talich
na, la Podvalová, una trágica de los pies a la cabeza que fascina y para interpretar, en la temporada
estremece con sus sobrecogedoras y memorables versiones de algu- 1935-36, en la Ópera Nacional, el rol de Milada en la ópera
nos fragmentos de ópera checa. Dalibor, de Smetana. El éxito enorme la fijó como estrella absoluta
Por fortuna, la joven y atractiva Dagmar Pecková es ya una vieja del floreciente teatro musical checo, del que protagonizó los más
y bien adorada estrella de este reverendísimo boletín parroquial, destacados roles de soprano.
donde ha aparecido laudada en anteriores grabaciones mahlerianas Cuatro de ellos están representados en el compacto, que comien-
y liederísticas. Ahora, vuelve con este recital intenso y efusivo, un za precisamente con fragmentos de Dalibor, la estupenda ópera con
punto crepuscular y algo decadente, en el que fascina con la expre- la que debutó en escena, que encuentra en la Podvalová insupera-
sión sincera y auténtica de unas lecturas straussianas arraigadas en ble intérprete, de una entidad teatral y vocal tan rotunda como arra-
la mejor tradición, cuyas inflexiones y dejes parecen recuperar, a un sadora. El conocedor gobierno orquestal de Jaroslav Krombholc y
tiempo y pese a la muy diferente tipología vocal, las inolvidables los mimbres sinfónicos y corales del Teatro Nacional de Praga (que
maneras de una Lisa della Casa o una Schwarzkopf. Lieder tan se mueven como pez en el agua en tan consustancial repertorio)
emblemáticos como Sehnsucht, Befreit o Ruhe, meine Seele son preludian este compacto impactante que -ante todo- es puro teatro
enaltecidos por la voz y la dicción de una artista que rebosa inteli- y gran arte. Arias de Libuse, Rusalka y Sarka, compuesta por Zdenek
gencia artística y sensibilidad vocal. Fibich (1850-1900) de la que ofrece una impresionante interpreta-
Seis viejos y post-straussianos lieder del suizo Othmar Schoeck ción del dúo de amor junto a Lubomír Havlák, completan un disco
(1886-1957) y una impresionante lectura de los jóvenes 4 Lieder, absolutamente imprescindible para todos los amantes del repertorio
op. 2 de Alban Berg completan este nuevo compacto de la muy lírico checo, que deberían ser, exactamente, los mismos que se con-
asentada diva checa, al que el único «pero» posible es el corto relie- mueven con cualquier gran ópera, ya sea de Bellini, Berg, Britten,
ve y escasa presencia sonora del, por otra parte, inatacable acom- Ligeti, Monteverdi, Rossini, Strauss, Verdi o Wagner... por decir
pañamiento brindado por el pianista estadounidense Irwin Gage. algunos nombres.
Redondean el compacto unos ilustrados y amenos comentarios fir-
mados por Jaromír Havlík y un occidentalizado diseño ya definiti- Justo Romero
vamente alejado de los patrones socialistas de hace no tanto tiem- (justito@arrakis.es)
po.
La otra joya huele a socialismo, a los tiempos en que Praga y la MARIE PODVALOVÁ: Un recital operístico - Extractos de Dalibor y Libuse (B.
Smetana), Rusalka (Dvorák) y Sárka (Fibich) / Orquesta del Teatro Nacional de Praga.
maravillosa patria checa eran más rojas que el tomate. Basta echar Dirs.: Alois Klíma, Jaroslav Krombholc y Zdenek Chalabala / SUPRAPHON / Ref.: SU
una mirada a las asepiadas fotos en blanco y negro del cuadernillo 3504-2 (1 CD) D10
para ubicar al oyente en los primeros años cincuenta, en la capital R. STRAUSS: 12 Lieder - O. SCHOECK: 6 Lieder - A. BERG: 4 Lieder, op. 2 / Dagmar
del Moldava, cuando se produjeron estas irrepetibles grabaciones Pecková (mezzo); Irwin Gage (piano) / SUPRAPHON / Ref.: SU 3434-2 (1 CD) D2

TESTAMENT edita el primer recital de la gran soprano italo-americana

La joven Moffo
E
n 1955, Anna Moffo debutó en el Festival de Spoleto como Norina en Don Pasquale, y obtuvo
un éxito clamoroso en la Ópera de Roma, que le valió para ser llamada inmediatamente por la
televisión italiana para protagonizar Madama Butterfly, a la que siguieron L’elisir d’amore y La
figlia del reggimento, entre otras producciones. En el 56 fue Zerlina en Aix-en-Provence, y en el 57
la escogió Karajan para su Falstaff salzburgués. Poco después, en 1959, hizo su triunfal presentación
en el Met como Violetta, erigiéndose en una de las más grandes y versátiles estrellas de la compa-
ñía neoyorquina.
La extensa carrera fonográfica de esta artista, nacida en 1932 en Pennsylvania de padres italianos,
se inició con una serie de registros para EMI que ofrecen una panorámica bastante diferente al reper-
torio que cultivó posteriormente para RCA: Zerlina en Don Giovanni (con Hans Rosbaud), Susanna en Le nozze di Figaro (con Carlo
Maria Giulini), la Cantante Italiana en el Capriccio straussiano (con Wolfgang Sawallisch) o la ópera de Galuppi Il filosofo di Campagna
(con Renato Fasano), que será próximamente editada en compacto. Sin olvidar su estupenda Musetta en La Bohème de Maria Callas.
El volumen que ahora nos presenta TESTAMENT, dentro de su recuperación de una buena parte de los fondos del sello inglés, es su
primer disco en solitario, y fue realizado en el Estudio nº 1 de Abbey Road, en Londres, en mayo de 1958. El timbre mórbido, ligera-
mente velado y tan inconfundible de la cantante otorga a las arias de Susanna, de Cherubino y de Zerlina (papeles que estamos habi-
tuados a escuchar últimamente a cargo de voces más ligeras, blanquecinas y, en suma, impersonales) una turbadora sensualidad. Su
Despina tiene toda la picardía de la mejor tradición italiana, y su Pamina está impecablemente cantada (con un alemán sin mácula) y
tiene una conmovedora expresión.
En el aria de concierto «Misera, dove son», KV 369, y en los dos fragmentos de la Misa en do menor, KV 427, así como en el célebre
«Aleluya» del Exsultate jubilate. KV 165, vuelve a demostrarnos su elevado sentido musical, su facilidad para las ornamentaciones y, en
general, su buen gusto y su conocimiento del estilo. El acompañamiento de Alceo Galliera (artífice del Barbero de Sevilla con Callas y
Gobbi para la misma marca) al frente de la Orquesta Philharmonia es cuidadoso y animado, y el reprocesado sonoro excelente.

Rafael Banús Irusta


ANNA MOFFO CANTA MOZART - Extractos de Las bodas de Fígaro, Così fan tutte, El rapto en el serrallo, Don Giovanni, La flauta mágica, Il Re pastore, etc.; Exsultate, jubi-
late, KV 165 / TESTAMENT / Ref.: SBT 1193 (1 CD) D2

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Chequia e Italia se unen en la nueva Dalibor de DYNAMIC ENSAYO publica el primer recital de la soprano

En las costas de Ainhoa Arteta en un CD a precio medio

Bohemia (Winter Tale) Todo un mundo lírico


P
ara su primer recital de canciones, Ainhoa Arteta ha elabo-

E
ste álbum ha sido una sorpresa bastante agradable. Al recibirlo rado un programa variado y exigente que abarca cinco siglos
pensé que era un Dalibor más. No es que abunden las versio- de melodías de procedencias muy diversas y en las que se ha
nes de Dalibor, pero tampoco son una rareza. Frente a los tres alejado casi por completo de las páginas más habituales en este
checos de Krombholc (Supraphon, 1967, con V. Pribyl y N. tipo de recopilaciones. La pri-
Kniplová; Praga, 1977, de nuevo Pribyl, con Gita Abrahamová; mera parte está centrada en
Supraphon, 1985, también Pribyl, ahora con Eva Depoltová) y a la autores italianos y franceses,
versión en alemán de J. Krips desde el célebre «Sposa son
(Myto, 1969, con L. Spiess y disprezzata» de la Bajazet de
Leonie Rysanek), un quinto Vivaldi, hasta una desgarrada
Dalibor no era un exceso, «Fleure jetée» de Gabriel
mas tampoco un aconteci- Fauré, pasando por el brillante
miento. Ahora bien, el discur- y despreocupado «Stornello»
so sonoro es de una vivaci- verdiano y otras tres bellísimas
dad, de una pasión y de una páginas del citado compositor
garra tal que esta obra, a galo («Automne», «Notre
veces discutida lejos de las amour» y «Mandoline»). El
fronteras checas y cerca del catálogo pucciniano está repre-
Mediterráneo impaciente, sentado por la encantadora
resulta verdiana y agilísima, nana «L’uccellino» y por la
una reivindicación del deliciosa «Sola e amore», cuyo tema aparece en el adiós de Mimí
Risorgimento más que del del acto III de La Bohème. También hay tres ejemplos del intere-
entonces incipiente nacionalismo checo. Si Dalibor es algo así santísimo legado de Ottorino Respighi, «Ma come potrei» y
como el Tannhäuser checo, en esta lectura sarda da la impresión de «L’ultima ebrezza» (pertenecientes ambas a sus Cinque canti
que el espíritu de orquesta y coro ha conformado a solistas y batu- all’antica), así como la dramática «E se un giorno tornasse...».
ta hasta italianizarlos para bien. Ya no es el espíritu de ruptura de La segunda parte se abre con el precioso «Pámpano verde», de
Tannhäuser o la liberación de Lohengrin traspuestos a un país checo Francisco de la Torre, en arreglo del sueco Arne Dorumsgaard, a
incipiente en su nacionalismo y en su demanda de libertad, sino la la que sigue la canción tradicional sefardí «Noches, noches»,
italianización del mito, como si Cerdeña quisiera con esta orquesta adaptada por Richard J. Neuman, que sirve de preámbulo a dos
ser más italiana. Repitamos: para bien. La densidad de la relación poemas de Antonio Gala puestos en música por Antón García
orquesta-solistas-coro en Dalibor se torna transparente y la leyenda Abril, el más lírico de los compositores españoles actuales, lo que
del cantor prisionero se beneficia del manto italianizante que prueba la inquietud de la soprano guipuzcoana por servir a la
disuelve los grumos de las armonías en exceso graves. Comparen música de nuestro tiempo. Tras la prácticamente obligada
los bellos y contundentes Dalibor checos con éste. No es que éste «Canción de cuna para dormir a un negrito» aparece Jesús Guridi
sea mejor ni constituya una referencia frente a aquéllos. Es que se con dos de las piezas utilizadas en sus maravillosas Diez melodí-
nos da una nueva prueba de que con la levedad se beneficia el rigor as vascas. Vuelve García Abril, con su asturiana «Ella lloraba por
de los discursos. ¿A quién atribuir esta virtud? ¿A Yoram David, a mí», que nos hace remontarnos a una forma de utilizar el folclo-
Cagliari...? re digna de las Siete canciones populares españolas de Manuel de
Los solistas son de primera fila. Nada del montón. Una produc- Falla. Y, para terminar, la versión completa (solos pianísticos
ción de título checo, con checos (o eslavos, al menos) y con orques- incluidos) del Poema en forma de canciones de Joaquín Turina, a
ta y coro propios. Más una batuta en alza que se porta de maravi- partir de versos de Ramón de Campoamor, en el que la artista
lla. Y unos cantantes importados como no se reúnen a menudo. huye de cualquier exceso para brindarnos una versión de una
Urbanová se muestra cada día como la gran soprano dramática de extrema sobriedad. Esta es una característica de todo el recital, en
la escuela checa de hoy, justo cuando esa escuela ha entrado en cri- el que Ainhoa Arteta hace gala de su gran musicalidad y facilidad
sis y necesitaba una voz como ésta, potente, expresiva, de holgada en la emisión, a partir de una voz eminentemente lírica, fresca y
tesitura, con vibrato y con graves, con un centro amplio y un tim- natural, así como una especial capacidad para cambiar de regis-
bre bello, con un agudo de relativa agilidad (no se puede tener todo tros estilísticos y expresivos a lo largo de las piezas que configu-
ni todo es compatible, como saben los aficionados), que hacen de ran el programa.
ella una voz ideal para buena parte del repertorio checo, ruso, ita- Excelente la colaboración del pianista Alejandro Zabala, que
liano, alemán y lo que se tercie. La otra soprano, Dagmar en todo momento se revela como un acompañante sensible y
Schellenberger, mantiene el tipo frente a ese monstruo de los esce- extremadamente atento de la cantante.
narios y recrea una Jitka también de lujo, por voz y por capacidad
dramática, por tesitura (más ligera, desde luego) y por belleza de R.B.I.
línea y de timbre. El cuarteto protagonista se perfecciona con el
concurso de dos bellas voces masculinas, Popov y Alexeiev, en rigor RECITAL AINHOA ARTETA - Obras de Vivaldi, Respighi, Verdi, Fauré, Puccini,
Dorumsgaard, Neuman, García Abril, Montsalvatge, Guridi y Turina / Alejandro
protagonistas del conflicto, aunque en este caso muy «al servicio de Zabala (piano) / ENSAYO / Ref.: ENY 9810 (1 CD) D5
las damas». Voces contrastadas entre sí, mucho más que las de los
cometidos femeninos, Popov y Alexeiev presentan un enfrenta-
miento luz-sombra, altura-gravedad, libertad-poder, que se retrata
en la configuración de las líneas, en el matiz de las tesituras, en el
sentido de sus amplias frases, magistralmente desmenuzadas por
ambos. EL ÓRGANO EN LA
En resumen, una sorprendente producción (toma en vivo de VENECIA DEL SIGLO XVI
enero de 1999) que puede descubrir a muchos el lado «italiano» de
Smetana, nada desdeñable y muy digno de potenciarse; y que Obras de Merulo, Gabrieli,
puede introducir a otros en el mundo smetaniano por una puerta Antico, Hassler, Guami y
autores anónimos
inesperada pero muy de agradecer. Massimiliano RASCHIETTI
(órgano)
Aloysius Ref.: SY 00177 (1 CD) D2
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B. SMETANA: Dalibor / Urbanova, Popov, Alexejev, Schelleberger, Kalendovsky,
Basyrov / Orquesta y Coro del Teatro Lírico de Cagliari. Dir.: Yoram David / DYNAMIC
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( 17 )
Strauss por Krauss: un motivo común

Mi querida
E n la correspondencia de
Richard Strauss
Clemens Krauss, selec-
cionada por Götz Klaus
Kende y Willi Schuh (1),
y
quien iba a estrenarla efectivamente en Dresde con Lotte Lehmann,
la cual era entonces la soprano favorita de Strauss. Mas el izquier-
dista Busch tuvo que abandonar Alemania a toda prisa poco des-
pués de que el «cabo austriaco» (Hindenburg dixit) alcanzara la
cancillería, y la soprano, de cuya sinceridad política no hay que
áquel dirige a éste una única dudar, vio abierto el cielo para dar el salto a América e ingresar en
carta abierta con esta curiosa la compañía del Met con un caché sustancioso. Fue entonces
fórmula «¡Mi querida batu- cuando, sin imaginar lo que a él mismo iba a venírsele pronto enci-
ta!». Sólo en otra ocasión ma, Knappertsbusch pidió a su compinche que le diera a él el estre-
aparece este otro envío: «¡Mi no mundial de la obra. ¿Sabía ya Strauss, o al menos lo intuía, que
querido César teatral!». En todas las demás, fechadas entre el 17 de «Kna» tenía también los días contados en Múnich? Krauss era el
enero de 1925 y el 21 de enero de 1948, ésta última dirigida a director musical de la Ópera de Viena, ¿pero Strauss no querría
Viorica Ursuleac, el saludo es siempre el clásico: «¡Querido amigo tenerle más cerca, más a su disposición, porque conocía ya los pla-
(amiga)», y muy al principio, cuando Strauss estaba aún en activo nes de las más altas instancias respecto al hijo ilegítimo del
como director de teatros de ópera, «¡Querido amigo y respetado Caballero Hector Baltazzi? (4) Y aún más: ¿no pudo hacer nada
colega!». Sin embargo, aquello de «mi querida batuta» se difundió Strauss, quien desde 1933 era presidente de la Cámara Musical del
y ha creado una cierta imagen singular de la relación que estos dos Reich, para evitar la defenestración del deslenguado Hans el Rubio
artistas mantuvieron durante un cuarto de siglo, la cual merece o al menos hacérsela más llevadera? Lo cierto y tangible es que las
algunas consideraciones por mi parte en el momento de comentar relaciones personales del muniqués y el renano se fueron al gare-
el imponente regalo que Testament acaba de hacernos, pues rega- te, que Krauss y Viorica Ursuleac -Marion Knappertsbusch, nacida
lo es, aunque cada uno de los cuatros CDs cueste su dinerillo, ofre- Von Leipzig, no era evidentemente cantante—estrenaron Arabella,
cernos la posibilidad de recuperar todo el Strauss poemático-sinfó- que «Valzacchi» se encontró después en Berlín, cuando fue allí a
nico que Krauss grabó para DECCA entre 1950 (Así habló sustituir en la Ópera del Estado al dimitido Furtwängler, con
Zaratustra) y 1954 (De Italia). La súbita muerte de Krauss en alguien todavía más astuto e intrigante que él, Heinz Tietjen, y que
México City, un funesto 16 de mayo de 1954, impidió que rema- convertido al fin en 1937 en el mandamás de Múnich, con unos
tara la suerte con Macbeth, Muerte y Transfiguración y la Alpina. medios materiales y unos salarios para él y su «Annina» que el
Sé que grabó en 1948 el poema «transfigurador», supongo que asi- «Kna» de la crisis económica crónica de la República de Weimar
mismo para DECCA; pero no se puede anotar el debe en la cuenta no había podido ni siquiera soñar, hizo al fin de la ciudad del Isar
de Testament, porque los cuatros CDs que ha editado son genero- la sede episcopal de Ricardo III para lo que restaba del convulso
sos en la minutación. siglo XX y, a lo que parece, al menos los primeros años de la inmi-
Casi toda la correspondencia cruzada entre estos hombres es nente Europa del euro.
profesional; en ella se habla mucho de actuaciones, proyectos, ¿Apostó, pues, el Strauss jugador de ventaja a una carta que él
intrigas y, sobre todo, de representaciones de las óperas de Strauss. creía ganadora? Sin duda; pero, la cosa venía de bastante atrás,
Sólo en alguna ocasión Krauss hace alusión a los poemas sinfóni- como mínimo desde 1922, y así Strauss sabía muy bien que Krauss
cos, como en el ya tardío 22 de mayo de 1946: «Con gran placer tenía que llegar a ser su obispo auxiliar o su mariscal de campo,
me he aprendido de memoria el Zaratustra hace algún tiempo. como se prefiera, ¿o quizá ambas cosas?: fidelísimo servidor, sabio
¡Puedo hacerlo realmente par coeur! Inmediatamente lo haré con y complaciente consejero (5), director de ópera culto -Krauss era
la Doméstica!» (2). Sin embargo, el lector avisado advierte entre un fino conocedor de los diferentes estilos y autores del pasado—
líneas mensajes ocultos, sutilezas, guiños, claves que sólo los dos y sumamente experimentado, negociador duro, ambicioso en arte
correspondientes podían entender. La carta que me ha prestado el y en la vida, concertador y preparador concienzudo, músico refi-
título para esta reseña, con data de 14 de septiembre de 1939, es nado y claro, capaz de mejorarle la plana a Josef Gregor (retoques
un totum revolutum que comienza así: «Ayer he soñado bastante en Dafne y El amor de Danae), autor él mismo -o coautor con el
estúpidamente con «Kna», entonces aparecía Martin con el «agua propio Strauss- del estupendo libreto de Capriccio (¡qué hallazgo
amarga de la vida»... pero también con una carta autógrafa (una el de mesié Topo, el apuntador!), también muy alto, de porte aris-
rara curiosidad) de dos páginas del Papa teatral Clemente I. ¡Qué tocrático y trato exquisito a diferencia del bárbaro de Elberfeld, y
bella sorpresa en mi execrable asilo!» (3). Es decir, aquí Krauss era que siempre abría así sus cartas: «Venerado y querido Doctor», y
elevado de César a Papa con motivo de algún sueño desasosega- las cerraba como «Su siempre fiel» o «Su muy devoto Clemens
dor -estúpido puede significar cualquier cosa- con Knappertsbusch. Krauss». No cabe, pues, la menor duda de que el vienés fue real-
Ya he expuesto alguna vez que el verdadero amigo íntimo de mente para Strauss «mi querida batuta», como no pudieron llegar
Strauss fue «Kna». Para éste redactó aquél su famoso Decálogo del a serlo el gran Schuch, fallecido en 1914; el tremendo «Kna», que
director de orquesta, se tuteaban a pesar de la diferencia de edad, continuó dirigiendo sus obras sólo in abstracto; Erich Kleiber, más
celebraban timbas -«Llego mañana, te espero (a la) hora de cos- volcado hacia la modernidad y alejado de Dresde, Múnich y
tumbre, trae dinero», telegrafiaba Strauss—en el hotel Las cuatro Viena; Furtwängler, quien no apreciaba en general el poema sinfó-
estaciones, de Múnich, que se hicieron famosas en el mundillo nico ni la ópera straussianos; en fin, el agradable chambelán menor
musical alemán, realizaban excursiones juntos por Suiza y el viejo Karl Böhm, excelente director en el foso -estrenó La mujer silen-
invitaba al joven a Garmisch: se conservan unas imágenes filmadas ciosa y Dafne, siempre en Dresde- pero no tanto al subir al estra-
en el jardín ya durante la sobremesa, donde «Kna» -quien aparece do, aunque tiene una Alpina francamente buena. Después ha habi-
en compañía de su mujer Marion, y de su hija, la pobre Anita, en do otros straussianos distinguidos -pienso ante todo en Kempe, en
aquel entonces una niña más o menos de diez años, muy rubia y Karajan y en Keilberth e incluso en Sawallisch- que tuvieron esca-
peinada con tirabuzones- le hace las narices a la cámara y además so trato personal, o absolutamente ninguno, con el anciano de
le saca la lengua, para rego- Garmisch. En cuanto al jubilado voluntario Carlos Kleiber, ya me
cijo de la pequeña (es un he referido aún no hace mucho, en la «Hoja parroquial», a sus dos
decir). Pero Múnich no era la muestras: el archifamoso Caballero de la rosa y la esporádica
plaza fuerte de Strauss, Elektra. Mas para cerrar y sellar con lacre estas disquisiciones, cita-
quien desde la época de ré aún otra carta de Strauss, escrita en Montreux el día de Año
Ernst von Schuch tenía su Nuevo de 1947, cuando Krauss no podía dirigir todavía en
verdadero escenario en la Alemania: «¿No es un escándalo que el autoritario (sic) director de
maravillosa Ópera Semper mis obras escénicas tenga que vagabundear de radio en radio,
de Dresde. Aun así, me mali- mendigando conciertos, en lugar de predicar La mujer sin sombra,
cio que la cuestión del estre- Elena, Capriccio, y sea en Alaska o Johannesburgo, donde hace
no de Arabella no fue el poco digo y escribo: La necesidad del fuego (Feuersnot) fue repre-
único palo metido entre los sentada aparentemente en un teatro verdadero y con decorados
radios de la rueda de esta verdaderos?»(6).
amistad. La obra estaba ¿Y de los hechos musicales de estos cuatro CDs qué? Algo
dedicada a Fritz Busch, puede deducirse de cuanto antecede: magníficos. Por encima de
( 18 )
para cuatro nuevos CDs de TESTAMENT

batuta
todo está el estilo -no olvidemos que en el mismísimo Zaratustra Macbeth no es importante,
suena el vals, no un vals, sino el vals-, el perfecto conocimiento del pero la de la Alpina sí se
lenguaje orquestal de Strauss, la belleza sonora. Añadamos la clase deja sentir, aunque Clemente
de aquella magnífica Filarmónica de Viena (7) y, como he dicho, la I debía de programarla poco,
simbiosis con el compositor y el trato directo o epistolar con él casi ya que no hay una sola refe-
cotidiano. Krauss grabó todo este material cuando Strauss había rencia a ella en la selección
dejado ya este mundo; mas, por ejemplo, los dos habían estudiado de cartas de Kende y Schuh.
juntos la Doméstica en 1929, obra que, además, figuró como pieza En cuanto a Muerte y transfi-
principal en el último concierto que Krauss dirigió en Viena. guración, podemos esperar
Naturalmente, hay pequeñas diferencias de rango. Las de Aus que algún día aparezca en
Italien (abril de 1954) vienen impuestas por la obra, no por la eje- CD la grabación de 1948, si es que no circula ya con la etiqueta de
cución, la cual, al contrario, ayuda a que aflore ya algo personal y tal o cual sello misterioso. De momento, y para acabar, quiero
anticipador entre tanta hojarasca; mas el correspondiente CD ofre- reproducir la última carta de Valzacchi y Annina a Franz Strauss,
ce un complemento sensacional, esto es, tres fragmentos -el datada en Viena el día 12 de septiembre de 1949:
«Salomé, baila para mí» del lascivo Herodes del inmenso Julius «¡Muy respetado y querido Sr. Dr! Con la más honda tristeza llo-
Patzak, la más sensual y salvaje danza de los siete velos que ima- ramos la partida de su padre, nuestro querido e inmortal maestro.-
ginarse puede y la escena final con la «especialista» Christel Goltz- Un destino adverso nos impide estar hoy en Múnich. Permítanos
extraídos de la legendaria grabación completa que Krauss hizo asi- hacerle expresión por esta vía de que estuvimos con el pensa-
mismo en Viena en marzo de 1954. Se trata, por tanto, de los últi- miento junto a usted y su familia en las horas más duras, anhelan-
mos registros que pudo realizar este hombre muy vivido ya justo al do con temerosa esperanza un aplazamiento de lo inevitable.-
cumplir 61 años y, además, Salomé es la única ópera de Strauss Presente nuestros respetos a su venerable madre y asegúrele que
que grabó en estudio en la era del disco de vinilo. ¿Quiere decir continuaremos al servicio de las obras de nuestro maestro con per-
esto que Testament posee los derechos de toda esta Salomé y pre- manente fidelidad hasta nuestro propio final.- Con la expresión de
para la edición (8)? El sonido es ahora suntuoso, así que por el nuestra más profunda condolencia, suyos Clemens Krauss, Viorica
momento más vale este pájaro en la mano que los ciento de toda Ursuleac-Krauss».
la bandada volando. Luego, en la espléndida galería de retratos de
Strauss que exhibe Krauss, el que me parece menos acabado es el Á.-.F.M.
llamado Vida de héroe, pero esta sensación puede deberse a que
hoy por hoy éste es el poema sinfónico grande de Strauss que Notas:
menos me atrae, pues hay en él algo de fórmula, de ya oído, y no
(1) Verlag C.H. Beck, Múnich, 1964
poca vanidad personal. No sé, voy a dejar reposar la cosa, para (2) Esta declaración puede sorprender hoy a quienes creen que es un des-
escucharlo otra vez más adelante sin la presión del tener que doro dirigir con la partitura delante. Krauss había dirigido por primera vez
hacerlo. el Zaratustra en 1923, en Graz, y la Doméstica en 1924, en Viena.
Todo lo demás es insuperable: el elegante y displicente Don (3) Dada la «enemistad» relativa entre «Kna» y Krauss, la asociación del
Juan (véanse las fotografías del propio Krauss); el descarado y des- sueño con aquél y la proclamación del Papa Clemente I es un guiño a «mi
querida batuta». La carta fue escrita en un balneario de las inmediaciones
dichado Till Espejo de Lechuza (¡terrible realismo al del pobre de Zúrich. Por otra parte, «el agua amarga de la vida» es una humorada
pelele pataleando y asfixiándose suspendido de la soga!); el cós- sobre «el agua de la vida» en La mujer sin sombra.
mico Zaratustra (al oírlo aquí uno se olvida de las mil y una trope- (4) Hijo de madre soltera, una cantante, en Viena se rumoreaba que su
lías cometidas con el imponente motivo solar del comienzo, y no padre era nada menos que el Arzobispo de Viena. Algunos llegaron a hacer-
me estoy refiriendo a la soberbia banda sonora de Una odisea del le incluso hijo del emperador Francisco José. Parece demostrada la pater-
nidad de Baltazzi.
espacio, la gran película de Kubrick); el heroico y exaltado Don (5) Sin embargo, el viejo Strauss no hizo caso a los cantos de sirena que le
Quijote con las arremetidas contra molinos y rebaños, el vuelo fan- dirigió repetidamente desde Suiza su mariscal de campo, en los dos prime-
tástico sobre Clavileño y la muerte tan llena de amorosa piedad en ros años de la posguerra, para constituir allí, sostenida por la capital helvé-
el cálido violonchelo de Pierre Fournier (9); en fin, la gracia y el tico-internacional, una Fundación Richard Strauss, de la que Valzacchi y
Annina serían los administradores. Strauss dio siempre muy corteses evasi-
humor -¡qué ejercicio de estilo!- de la suite de El burgués gentil- vas con el pretexto de que la sede para una tal empresa podía serlo sólo
hombre, confeccionada a la medida de un bon vivant como Salzburgo.
Krauss. (6) Krauss sabía ya que iba a salir bien librado del proceso de desnazifica-
He dejado deliberadamente la Doméstica para el final. La obra ción; pero todavía andaba lampando por Suiza. Véase la nota anterior.
ha disfrutado siempre de mala prensa por su título y por lo que (7) El concertino y solista de violín en todos los registros es Willi
Boskowsky. En Don Quijote, el viola es Ernst Moraweg, otro filarmónico de
Strauss reveló de su «programa»: la vida doméstica cotidiana de él lujo.
y de su mujer, la muy guerrera Pauline (era hija de un general), las (8) La mancheta reproduce los nombres de Hans Braun (Jochanaan) y de
broncas, las reconciliaciones, los delistiquios, de nuevo otro escán- Margareta Kenney (Herodías), quienes no aparecen en la relación. ¿Un
dalo porque el niño Paquito no quiere que le metan en la bañera, indicio que confirma la suposición?
y así sucesivamente. (9) Por su físico, su porte altanero y su origen, Krauss era conocido como
«El español».
Esto me recuerda lo que un chusco dijo sobre El mar de (10) Citado por Jean Clausse, Richard Strauss, Espasa-Calpe, Madrid, 1985.
Debussy: «Lo que más me gusta es ese momento de las doce
menos cinco del mediodía», o algo así. ¿Y que más da? ¿Es menos R. STRAUSS: Así hablaba Zaratustra, op. 30; Vida de héroe, op. 40 / Orquesta
admirable la música marítima de Claudio de Francia porque lleve Filarmónica de Viena. Dir.: Clemens Krauss (1951-52) / TESTAMENT / Ref.: SBT 1183
(1 CD) D2
titulillos? ¿Y es peor solfa la de la admirable Doméstica porque el
compositor convirtiera en notas la cerveza que bebía o sus besos R. STRAUSS: Sinfonia domestica, op. 53; El burgués gentilhombre, op. 60 / Orquesta
conyugales? Al parecer Strauss declaró: «No veo por qué no he de Filarmónica de Viena. Dir.: Clemens
Krauss (1952-53) / TESTAMENT /
hacer una sinfonía sobre mí mismo. Me encuentro tan interesante Ref.: SBT 1184 (1 CD) D2
como Napoleón y Alejandro»(10). Muy bien... Además, ¿no hay
R. STRAUSS: Don Quijote, op. 35;
mucho del hombre Strauss en otros poemas sinfónicos, en varias Las travesuras de Till Eulenspiegel,
óperas -ahí está la admirable Intermezzo- y en numerosos lieder, op. 28; Don Juan, op. 20 / Pierre
desde Guntram hasta En el arrebol de la tarde? He escuchado Fournier (cello); Ernst Moraweg
(viola) / Orquesta Filarmónica de
ahora la Doméstica dirigida por Krauss -del que hay otra soberbia Viena. Dir.: Clemens Krauss / TESTA-
grabación muniquesa de 1953 «en vivo» (Orfeo d’or C 196891 A)- MENT / Ref.: SBT 1185 (1 CD) D2
sin la menor atención por mi parte al dietario de los Strauss, pero R. STRAUSS: De Italia, op. 16;
con plena conciencia de que el director sabía incluso lo que no Salomé, op. 54 / Christel Goltz
está escrito allí. Admirables cotilleos, pues, que nadie pudo contar (soprano); Julius Patzak (tenor);
Margareta Kenney (mezzo); Hans
así antes, salvo el autor, ni después de que Krauss colgara definiti- Braun (barítono) / Orquesta
vamente en el perchero el calabrés. Filarmónica de Viena. Dir.: Clemens
Lo único que hay que lamentar es que Krauss no tuviera tiempo Krauss / TESTAMENT / Ref.: SBT 1186
(1 CD) D2
para completar la serie poemática de su gran mentor: la falta de
( 19 )
Obras para violín y piano de ORFEO D’OR presenta dos nuevos testimonios del arte de Sándor Végh
Emil Sjögren (1853-1918), en BIS

Otro Un músico
romántico
tardío
C uando hay talento para una activi-
dad, a veces los modos, los procedi-
mientos quedan en segundo plano y
lo que prevalece es la afinidad con la mate-
ria. Más allá del gesto, de la solidez y auto-
voces y los contrapuntos se perciben con
claridad, y el fraseo es muy lógico, bien que
no posea ese toque de sequedad, de pronti-
tud, de agresividad de las aproximaciones
denominadas «auténticas». No es tan dife-

L
legada tardíamente al banquete de la ridad de la técnica directorial, en ocasiones rente en el fondo esta interpretación de la ya
música europea, Suecia se caracteriza se impone la capacidad de comunicación, antigua de Harnoncourt con el Concentus
por ofrecernos, precisamente, frutos el interés de lo que se tiene que comunicar,
tardíos: sazonados, pensativos, otoñales. la inspiración para encontrar los mecanis-
Emil Sjögren podría haber sido hijo de mos resolutivos. Podríamos citar muchos
Brahms si el hamburgués hubiese estado casos de instrumentistas o compositores
que, reuniendo aquellas condiciones, se
por la labor. Y si no, lo mismo, pues la lec-
han convertido, prácticamente sin prepara-
ción brahmsiana, aprendida con extrema ción ad hoc, en estupendos o al menos
probidad, resplandece en estas obras para aceptables directores. Con sus más y sus
violín y piano. Las hay de corto desarrollo menos, salvando las oportunas distancias,
(Dos piezas líricas, Poema) y también de ahí tenemos, por ejemplo, y citamos a salto
estructura más compleja, un par de sona- de mata o a vuela pluma, a Von Bülow,
Mahler, Previn, Boulez, Casals, Ashkenazi,
Barenboim, Rostropovich, Pletnev y tantos
otros que han hallado esa senda mágica, esa
vía de contacto en la que la música es el
lenguaje común, y a buenos entendedores
basta. Musicus de Viena. No hay dengues román-
Al lado de aquellas figuras y de otras ticos y todo fluye con enorme naturalidad.
similares hay que colocar a Sándor Végh, Hasta la tan sobada Aria de la Suite nº 3 nos
uno de los más notables músicos de este parece renovada y ligera.
siglo; un viejo león dotado de un instinto Siempre fue Végh, desde sus épocas de
infalible. Un violinista de una sagacidad cuartetista, un magnífico servidor de la
extraordinaria, muchos años al frente del música de Haydn, de cuyo espíritu partici-
famoso Cuarteto Végh, que convivió con lo paba; sin olvidar las afinidades geográficas
más granado de la música occidental y fue (Végh era húngaro). Las sinfonías del com-
a su modo uno de los herederos de la gran positor de Rohrau estaban basadas en el uso
tradición. Estuvo en muchas salsas, colabo- de los arcos; en tal sentido eran una especie
tas. En todas ellas, el extremo cuidado por ró con Casals y empuñó la batuta por pri- de emanación de sus cuartetos de cuerda.
la redacción es el protagonista. Sjögren mera vez hace decenios aunque, disuelto ya La distribución de volúmenes, el espectro
explora con elegancia la fineza de sus ocu- el cuarteto -que había nacido dos veces-, se tímbrico, los hallazgos armónicos de sus
rrencias melódicas, despliega con nitidez dedicó en sus últimos años profusamente a obras orquestales, derivan en cierto modo
sus arcos cantablse, cuida la armonía, esa labor constructora. En 1979 aceptó la de sus experiencias camerísticas. El director
escucha el diálogo entre el arco y el tecla- dirección de la Camerata Académica del lo ha entendido bien y consigue otorgar a
do. La arquitectura de la sonata es, en él, Mozarteum de Salzburgo, creada en su día las tres composiciones que se incluyen en el
irreprochable. Hasta un comedido senti- por Paumgartner, y con ella estuvo hasta su disco ORFEO vida, amenidad y una dinámi-
mentalismo completa el retrato de este muerte, acaecida en el invierno de 1997. A ca muy contrastada que enriquecen sus tex-
romántico tardío, que relee con devoción y pesar de la avanzada edad, de su gordura y turas y nos las hacen atractivas; con una agi-
sabiduría la herencia de los mayores. corpulencia, Végh era en el podio una fuer- lidad y un verbo producto de muchas horas
El músico sueco fue un especialista de za natural de vitalidad contagiosa. Lo cierto de vuelo. Algo ya comprobado en anteriores
la escritura para violín, y casi toda su obra es que habitualmente sus interpretaciones, publicaciones de este mismo sello. La espe-
permanece en el recinto de cámara. que salían de la misma fuente de inspira- cial sonoridad de esa sorprendente Sinfonía
Conoció a los grandes solistas de su tiem- ción que las de su Cuarteto, arrastraban por nº 30 en sol menor, un claro antecedente de
po, por los que fue aceptado. Frecuentó los la verdad, la sinceridad, la comunicativi- la 25 de Mozart en la misma tonalidad y seis
medios musicales franceses y se encarnizó dad, la frontalidad, sin trampa ni cartón, de años posterior, es soberbiamente captada
sus intenciones. Iba siempre por derecho, por la batuta, que no obstante acierta a dar
con las improvisaciones al órgano en su
no se paraba generalmente en exquisiteces con esos rasgos de humorismo tan propios
tierra de origen. No obstante el obvio ger- y obtenía frescas y sensuales -a veces algo de Haydn, como esos arpegios electrizantes
manismo de su tendencia, hay en su dis- aristadas- sonoridades de sus músicos, que del comienzo del Andante y los sucesivos
curso unos toques de sutil sesgo escandi- tocaban con él la mar de a gusto, entrega- silencios. Equilibrio y salubridad respira este
navo que nos llaman la atención. Estamos dos y entusiastas. Cuestión de imanación. acercamiento, que ubica a la obra en la
cerca de Grieg, de Stenhammar, de Sus planteamientos estéticos, a la hora de prehistoria del Sturm und Drang. Y así
Nielsen. abordar composiciones pretéritas, no eran seguimos sin sobresaltos la estupenda parti-
En otro orden de cosas, el puramente especialmente puristas: hacía música y bas- cipación solista en la Sinfonía Concertante
histórico, es interesante rescatar la obra de taba. Su arte era, así, una suerte de combi- Hob. 105. La nº 60, Il distratto, una de las
estos maestros que contribuyeron a soste- nación de instinto y erudición. Escuchar su más conocidas de la época intermedia,
ner las tradiciones del romanticismo en los Bach, del que encontramos en esta publica- tiene una realización de rara amenidad.
marcos decorosos de una inteligente aca- ción salzburguesa de 1983-85 las cuatro Pese a episódicas desigualdades, la música
demia, en tanto en el continente se empe- Suites para orquesta, es toda una experien- fluye libremente marcando los numerosísi-
zaban a agitar los cataclismos culturales y cia en tiempos en los que todavía se discu- mos contrastes de tempo y compás que
políticos que iban a poner cabeza abajo y te acerca de la bondad o no de una inter- aloja la partitura.
pies al aire la música de eso que seguimos pretación según sea el soporte instrumental.
llamando Occidente. Ya sabemos hoy que en realidad lo que Papageno
importa es la calidad del mensaje, de la
B.M. reproducción y de la expresión musicales, F.J. HAYDN: Sinfonía nº 39 en sol menor; Sinfonía nº 60
en do mayor; Sinfonía concertante en si bemol mayor,
antes que el vehículo o instrumento con que Hob. I/105 / Camerata Academica. Dir.: Sandor Végh /
E. SJÖGREN: Sonata para violín y piano nº 1, op. 19; se lleve a cabo. En este sentido, estas recre- ORFEO / Ref.: C532001B (1 CD) D4
Sonata para violín y piano nº 2 en mi menor, op. 24; aciones nos parecen realmente excitantes,
Dos Piezas Líricas; Poema para violín y piano, op. 40 / J.S. BACH: Las 4 Suites para orquesta, BWV 1066-69 /
Per Enoksson (violín); Kathryn Scott (piano) / BIS / Ref.:
nerviosas, vitalistas, llenas de luz y someti- Camerata Academica. Dir.: Sandor Végh / ORFEO / Ref.:
BIS 995 (1 CD) D2 das a un implacable régimen rítmico. Las C537002B (2 CD) D4 [2 discos al precio de 1]

( 20 )
La Novena bruckneriana, por un Carl Schuricht de última época

Exaltación de lo apolíneo
¡ Hay que ver de cuántas formas se puede llegar
a la almendra de un texto musical! ¡La cantidad
de acercamientos, de signo a veces incluso con-
trario, que caben a la hora de interpretar una pieza
evidentes rasgos místicos o metafísicos, eran pala-
dines; y que, partiendo de presupuestos más racio-
nalistas, también seguía en parte Celibidache. El
director que hoy estudiamos era un objetivo, aun-
escrita sobre un pentagrama, de traducirla a soni- que ya sabemos que en arte no existe el objetivis-
dos! Es una de las grandezas de este arte, que evi- mo puro -ni falta que hace-; un artista más amigo
dentemente lo diferencia de otros de carácter del trazo ligero, del lirismo poético obtenido a tra-
visual, por definición más estáticos, bien que su vés de un control minucioso del material, del la
contemplación pueda deparar cambios y modifi- línea fluida y elegante, del tempo vivo, de las tex-
caciones de entendimiento o de perspectiva. Ya turas claras y aladas. Sus sonoridades nunca eran
explicaba Celibidache en cierta oportunidad que a demasiado robustas ni demasiado densas; no era TEBALDI Y CORELLI EN VIENA -
1973 / Obras de diversos autores /
la realización -a él no le gustaba la palabra inter- aficionado a la gran frase, al dramatismo trascen- G. Jephtas (piano) / MYTO / Ref.: 2
pretación- de una música dente, lo cual no quiere decir MCD 004.226 (2 CD) D10 x 2
escrita se podía acceder por que no fuera capaz de aportar
vías muy diversas, y al hablar, esa emoción necesaria en cual-
para dar un ejemplo muy grá- quier recreación musical; suce-
fico, cogía una botella de vino día que la suya era menos alti-
-la anécdota tuvo lugar a los sonante, aunque igualmente
postres de una comida en un efectiva y convincente.
conocido restaurante madrile- Schuricht mantenía siempre un
ño- y decía: «Este director tempo de base constante, por
llega a esa verdad que todos lo que sus construcciones sinfó-
buscamos recorriendo un nicas guardaban en todo
camino que va desde la base momento un equilibrio perfec-
hasta el gollete» -y al hacerlo, to; nada era duro, áspero o
el maestro rumano dibujaba estridente en él, como podía W.A. MOZART: Die Gärtnerin aus
en la superficie del cristal una serlo en un Scherchen. La músi- Liebe / Wunderlich, Eipperle, Pfeifle
/ Orquesta de la Ópera Estatal de
imaginaria y sinuosa línea-; ca emanaba con una naturali- Stuttgart. Dir.: Josef Dünnwald
«este otro, partiendo del mismo sitio, alcanza la dad y espontaneidad pasmosas. En Madrid pudi- (1956) / MYTO / Ref.: 1MCD
004.227 (2 CD) D10 x 2
cima por derroteros distintos», y seguía una línea mos comprobarlo más de una vez en Schumann,
casi opuesta en su demostración gráfica; «un ter- en Wagner, en Brahms, en Beethoven... y en
cero llega a ese punto por un conducto aún más Bruckner. Para el recuerdo queda aquella Séptima
alejado. Pero éste» -y daba el nombre de un cono- en el Monumental: una versión extrañamente grá-
cido director español al que no tenía en mucha cil de una partitura tan compacta, una interpreta-
estima artística- «saliendo del mismo lugar acaba ción permanentemente cantabile en la que todo
allá», y la mano de Celibidache se desviaba respiraba una tranquila sensualidad y en la que,
entonces a un lugar totalmente alejado de la bote- pese a ello, el mensaje transido del Adagio nos lle-
lla. «Las maneras de aproximarse a la música» - gaba nítido y preciso. De la misma manera en esta
concluía-, «pueden ser muy diferentes, pero han aproximación muniquesa, recogida con un sonido
de guardar unos límites, han de respetar unos prin- bastante aceptable, todo aparece envuelto en
cipios comunes, de rango artístico superior, sin los radiante luz; es un Bruckner cálido y comunicati- G. VERDI: La forza del destino / Di
Stefano, Stella, Bastianini, Simionato,
cuales no se prospera en el camino de la veraz vo, de tempi más bien rápidos, pero en el que Orquesta de la Ópera del Estado de
producción». Una tesis comprensible, bien que, cada acontecimiento y detalle están en su sitio y Viena. Dir.: Dimitri Mitropoulos
sobre todo con posterioridad, el genial director en el que la exposición temática se realiza orde- (1960) / MYTO / Ref.: 2MCD
002.228 (2 CD) D10 x 2
terminara prácticamente por afirmar que todo lo nada y traslúcidamente, en el que falta el enfatis-
que no coincidiera con su forma de ver las cosas mo pero en el que resplandece el entusiasmo. La
no era válido. Y de qué humor se ponía cuando se gran frase del comienzo del Adagio, en otras inter-
le intentaba rebatir. pretaciones enunciada con una crispación más
Este exordio viene a cuento de la interpretación propia del expresionismo ya cercano -léase
que de la Sinfonía nº 9 de Bruckner hizo, en la Horenstein, por ejemplo-, es aquí menos disonan-
Herkulessaal de Múnich, el 8 de marzo de 1903, te, o esa impresión da, y nos acerca más al mundo
al frente de la Orquesta Sinfónica de la schubertiano; como casi toda la versión, que por
Bayerischen Rundfunks, Carl Schuricht, un maes- otra parte no pierde nada de su necesario apasio-
tro además especialmente admirado por namiento. El final, tras entrever la deslumbrante
Celibidache -«un gran músico», decía de él- y par- pero tamizada luz de un vitral, es desusadamente
ticularmente unido a España y en concreto a la consolador. Sorprende por otro lado el férreo e W.A. MOZART: La flauta mágica /
Schock, Stich Randall, Lipp,
Orquesta Nacional y a su titular en tiempos, inflexible tempo de Schuricht en el Scherzo, como Greindl, Hotter / Orquesta de la
Ataúlfo Argenta, del que fue una suerte de precep- está mandado, que, sin ser tan demoníaco como Radio de Colonia. Dir.: Joseph
Keilberth (1954) / MYTO / Ref.:
tor. Luego el director, nacido en Danzig en 1880 y el de otras batutas -Furtwängler-, posee un temple 2MCD 004.229 (2 CD) D10 x 2
muerto en Zúrich en 1967, visitó el podio de la y una vibración extraordinarios, líricamente dilui-
formación madrileña en varias ocasiones, dejando dos en el trío.
siempre una estela de músico probado, de direc- El director de Danzig llega pues a la verdad -
tor sugerente, de un lirismo creado tras muchos una de las verdades- de esta música testamentaria
años de foguearse en los fosos alemanes. Un por su acostumbrado, límpido y apolíneo camino
maestro entrañable, simpático y efusivo, de expo- y nos ofrece una interpretación muy bella y recon-
sición transparente, de modos decimonónicos fortante; y no tan distinta a la más pausada, cali-
pero ágiles, en la línea de la gran tradición germá- brada, amplia y minuciosa de Celibidache.
nica a la que pertenecía, pero de cuyos presu-
puestos no participaba por completo. Schuricht, Papageno
hombre delgado, menudo, de ojos vivarachos,
estaba bastante alejado del subjetivismo imperan- A. BRUCKNER: Sinfonía nº 9 en re menor / Orquesta Sinfónica G. VERDI: Ernani / Del Monaco,
de la Radio de Baviera. Dir.: Carl Schuricht (Múnich, 8.3.63) / Araujo, Sereni, Siepi / Orquesta de
te del que un Nikisch o un Furtwängler, éste con ORFEO / Ref.: C548001B (1 CD) D4 la RAI de Roma. Dir.: Fernando
Previtali (1958) / MYTO / Ref.:
2MCD 004.230 (2 CD) D10 x 2
( 21 )
TIMPANI presenta una nueva integral Cuatro piezas orquestales de Zoltán Kodály, en BIS
de las Mélodies de Henri Duparc (1848-1933)

En el corazón La música popular


húngara según Kodály
S
í; la publicación por TIMPANI del 13º volumen de su
colección La mélodie française nos sitúa, frente a
anteriores entregas dedicadas a nombres periféricos

K
odály compuso las Danzas de Galanta, estrenadas el 23 de octubre
(Cras, Vierne, Delage, Sacre), en el corazón mismo del
de 1933, para conmemorar el 80º aniversario de la Sociedad
género. En efecto: marginal, aunque genial a veces en
Filarmónica de Budapest. El ritmo de verbunkos determina esta obra,
Berlioz; inspirada y llena de encanto, pero modesta y tri-
butaria de la escena en operistas como Gounod, Bizet y con una introducción lenta (lassu) seguida de
Massenet; sobria y bella, pero sin despegar del modelo un fragmento ornamentado en forma de coda
schumanniano, en sinfonis- (disz).
tas como Saint-Saëns y Lalo, Las Variaciones sobre un tema popular
no será hasta Duparc cuan- húngaro constituyen una de las mejores y más
do la mélodie, esa hermana bellas obras del músico de Kecskemet: lo
francesa del lied -una voz, enérgico se entremezcla con lo ligero, y lo
un piano y un universo poé- danzante con lo lírico. Fueron escritas para el
tico- alcance cotas de origi- cincuentenario de la Orquesta del Concert-
nalidad, hondura y grande- gebouw de Amsterdam y se estrenaron el 23
za de concepto que nada de noviembre de 1939. En las Danzas de
tienen que envidiar a las Marosszek (1930) impregnadas de temas fol-
mejores creaciones de clóricos transilvanos y rumanos, en modo de
allende el Rin. rondó, interludio y coda, las secciones de
Duparc: un triste destino. cuerda y de viento brillan con especial lucidez y protagonismo, dando
Quien fuera calificado por paso en algunos momentos a una solemne y jovial percusión.
Franck como «el más dota- Incluye asimismo el presente registro la Suite para orquesta de Háry
do de mis discípulos» se vio acometido en plena madurez János (1926), en la que se narran las historias de un soldado bebedor y fan-
por un escrúpulo creativo que secó su pluma a los treinta farrón entre cuyas bravatas se incluyen un reloj que afirma haber visto en
y seis años y le convirtió en un superviviente de sí mismo Viena, el romance con su amada Orsze o una batalla contra Napoleón. La
durante otro medio siglo. En su breve catálogo destacan utilización del cimbalón o cítara húngara dota a esta música de un espe-
tan sólo, pero con fulgor especial, sus diecisiete mélodies cial aroma zíngaro. Recuérdese que Franz Liszt usó este instrumento en su
(un dúo entre ellas), algunas repudiadas por su autor y Hungarisches Sturmmarsch y en su Sexta Rapsodia Húngara, Bartók lo
recuperadas póstumamente; otras, revisadas, corregidas empleó para su Rapsodia para violín nº 1 y Stravinsky hizo lo propio en
sin cesar e incluso, varias de ellas (ocho para ser exactos), Reynard y Ragtime.
espléndidamente orquestadas por el propio Duparc ya en El director de orquesta uruguayo José Serebrier realiza unas interpreta-
sus largos años de esterilidad creativa. ciones rebosantes de matices y de sentimiento, ayudado por dos buenas
Al lado del torrente schubertiano, tan magro output cre- agrupaciones como son la Orquesta Sinfónica de la SWF de Baden Baden
ativo puede parecer insuficiente para refundar sobre nue- y la Filarmónica del Estado de Brno.
vas bases un género hasta entonces tenido por menor; pero
la extraordinaria variedad de registros -de la balada fantás- Jaime Arroyo Moya
tica al éxtasis amoroso, de la nostalgia de climas lejanos y
paisajes remotos al llanto por la vida apagada o el amor Z. KODÁLY: Danzas de Galanta; Variaciones sobre «El pavo real», canción popular húngara;
Danzas de Marosszék; Suite Háry János / Orquesta Filarmónica del Estado de Brno y Orquesta
perdido-, la calidad poética de muchos de los textos de Sinfónica de la SWF de Baden-Baden. Dir.: José Serebrier / BIS / Ref.: BIS 875 (1 CD) D2
partida -de Gautier a Leconte de Lisle, de Baudelaire a
Sully-Prudhomme-, la profundización en el significado de
esos poemas a través de la riqueza de los medios musica-
les utilizados -inspiración y amplitud de una línea melódi- BIS publica una tercera grabación
ca de gran extensión e intensa expresión, unas estructuras de una revelación violinística: Ilya Gringolts
formales innovadoras y flexibles que suavizan la rigidez
estrófica y convierten el verso en prosa poética, un len-
guaje musical que recoge y hace propios todos los hallaz- Solo ante el peligro
gos armónicos más recientes, de Schumann y Berlioz a
Liszt y Wagner, un piano que adquiere total autonomía,
cuando no auténtico protagonismo-, todo ello coloca ya a
la mélodie en el umbral de un tiempo que con Fauré,
Debussy y sus continuadores verá la eclosión de una forma
musical confrontada ya sin complejos con las mejores pro-
P ara su tercer recital en el sello
BIS, Ilya Gringolts ha elegido
un programa difícil: obras a
solo compuestas en el siglo XX,
ducciones líricas de cualquier país y época. incluida una propia. Todo un desa-
Mireille Delunsch, la soprano alsaciana, que ya nos fío para un intérprete tan joven, que
sedujera por su interpretación de las melodías de Vierne, lo supera con brillantez. Las proe-
de voz incisiva de atractivo color, con un cómodo registro zas técnicas no sorprenderán a
agudo -sobrado para las exigencias de tesitura de las can- quienes conozcan sus anteriores
ciones, ninguna de las cuales sobrepasa el la4- y gran recitales; ni la pieza de Schnittke ni
intensidad en la expresión, borda esas maravillas que son, las de Ysaye son más difíciles que
por citar algunas, Chanson triste, Soupir, Au pays où se fait las Variaciones de Paganini sobre
la guerre, Élégie o Extase y, sobre todo, cumbres estreme- La Molinara que figuraban en su
cedoras como Phidylé, L’Invitation au voyage o La Vie primer CD. Pero lo más admirable
antérieure. Por su parte, el barítono Vincent Le Texier se de este joven músico no es tanto su
ocupa, en un nivel menos brillante, de las seis canciones bravura cuanto su capacidad para
más dramáticas o queridas expresamente para voz mascu- dar vida, luz y hasta buen humor a apuntes de habanera que, se supo-
lina por su autor. François Kerdoncuff, al piano, contribu- obras de polifonías tan intrincadas ne, identifican al dedicatario, el
ye a crear eficazmente los sugestivos climas sonoros exigi- y tan áridas como las dos Sonatas gran violinista gallego Manuel
dos por estos auténticos dúos voz-piano. Una integral que de Hindemith, en una espontánea Quiroga, suena fresca y espontánea
tiene poco que envidiar a muchas de sus más ilustres ante- versión que nada tiene que envidiar pese a su complejidad. En todo
cesoras. a la antigua de Ruggero Ricci para momento, incluso en los pasajes de
Decca. Gringolts se mueve con ele- más arduo contrapunto de Ysaye o
Santiago Salaverri gancia y autoridad en las muy difí- de Hindemith, Gringolts luce un
ciles Sonatas de Ysaye elegidas, sonido bello, luminoso, timbrado,
H. DUPARC: Integral de Mélodies / Mireille Delunsch (soprano); Vicent Le Tercera y Sexta. Esta última, con sus
Texier (barítono); Guy Flechter (tenor); François Kerdoncuff / TIMPANI / cuya expansión ha sido muy bien
Ref.: 1C1053 (1 CD) D2

( 22 )
Continúa en CPO la integral de sinfonías del sueco Kurt Atterberg (1887-1974)

La sinfonía del millón de dólares


P or fin, la Orquesta de la Radio de Hannover y su director titu-
lar, Ari Rasilainen, prosiguen con el servicio para la humani-
dad de registrar por primera vez en disco todas las sinfonías de
Atterberg. Tras la escucha de estos dos primeros compactos, ya
te aberración, pronto se modificaron las bases y se optó por premiar
la obra que mejor se adaptara al espíritu del vienés.
«Sólo» se presentaron 500 sinfonías de compositores de todo el
mundo a concurso. Nuestro sueco fue el ganador, justamente, con
podemos afirmar sin vergüenza que el energéti- esta obra maestra imprescindible que jamás se
co sueco ha creado, junto a Glazunov y interpreta en salas de concierto. La Sexta es la
Rachmaninov, las sinfonías más sensacionales sinfonía más energética y optimista jamás escrita.
que se han creado en el siglo XX. Y ya sé que Atterberg incluyó disimuladamente dos temas
muchos se van a rasgar las vestiduras -muchos originales de Schubert en el primer movimiento y
de aquellos que dicen gustar de la música con- otro en el último. Pero nada más apartado de la
temporánea pero que jamás han oído un solo somnolencia del alemán que este ginseng, que
compacto dedicado a ésta-, pero precisamente no excluye sin embargo ciertos momentos de
las sinfonías de Atterberg son fantásticas porque meditación en el segundo tiempo. El tercero es,
están creadas desde una isla que permaneció por su rítmica utilización de los platillos, la per-
aislada a toda corriente vanguardista. Me refiero fecta ilustración sonora de una productora de
a esa isla llamada Escandinavia. papel moneda. Si la versión de Hirokami era
La Tercera Sinfonía, compuesta en 1915, se pirotecnia pura, Rasilainen es más inteligente y
subtitula Cuadros de la costa oeste, y en princi- logra contener estas corrientes eléctricas desbor-
pio Atterberg pensaba escribir tres poemas sinfó- dadas para destaparlas en el impetuoso y magní-
nicos independientes, representativos de aspec- fico final. Verdaderamente, se nota que el otro
tos paisajísticos suecos, a lo Smetana. Sin embargo, se dio cuenta de oficio de Atterberg era el de ingeniero eléctrico en la Oficina de
que engarzándolos ya tenía una sinfonía más, y así lo hizo. Su esti- Patentes, puesto que ocupó hasta los 82 años y del que tuvo que ser
lo es puramente descriptivo, de un naturalista cuya precisión sinfó- casi obligado a marchar.
nica casi podría definirse como puntillismo musical. Sus tres movi- Si el primer volumen de esta integral ya obtuvo el Diapasón de
mientos: un sosegado Himno del sol, una impetuosa Tormenta y una Oro, aseguro que este compacto se llevará muchos más galardo-
sobrecogedora Noche de verano que, aparte de recoger varias nes... y a la espera quedamos de la Novena Sinfonía, Visionaria,
melodías populares de la provincia de Värland (oeste de Suecia), para orquesta y coros cuya sola idea nos pone los dientes largos.
incluye un monumental Adagio en su parte central. Nota especial Añado la dirección de Internet por si algún lector quiere participar
para los catalanes: este cancionero de Värland incluye una melodía en un ranking de sus diez sinfonías favoritas. Yo incluyo ya la Dólar
típica sueca que es clavada al Cant dels ocells y que Atterberg utili- en una de las primeras posiciones.
zó tal cual en su Sonata para violonchelo y en su Rapsodia de
Värmland. Delicioso aperitivo, pero ahora viene el plato fuerte. Mel Smith Window
La Sexta ya nos fascinó en la deslumbrante grabación de BIS con sonic1@wanadoo.es
la Orquesta de Norrköping dirigida por Hirokami. Es curioso su ori-
gen y el motivo de su título, Sinfonía Dólar. Atterberg ganó en 1928 K. ATTERBERG: Sinfonía nº 3 en re mayor, op. 10, Imágenes de la costa oeste; Sinfonía
nº 6 en do mayor, op. 31, Dólar / Radio-Filarmonía de la NDR de Hannover. Dir.: Ari
un premio de un millón de dólares de la época, pues la obra fue Rasilainen / CPO / Ref.: 999640-2 (1 CD) D2
escogida como ganadora en un concurso que organizó la fonográfi-
También disponible:
ca Columbia para premiar al compositor que mejor escribiera... ¡dos K. ATTERBERG: Sinfonías 1 y 4 / Orquesta Sinfónica de la Radio de Frankfurt. Dir.: Ari
últimos movimientos para la Inacabada de Schubert! Ante semejan- Rasilainen / CPO / Ref.: 999639-2 (1 CD) D2

captada por los técnicos de Obras orquestales de Wilhelm Killmayer bajo la batuta -entre otros- del autor
BIS. Respecto de las otras
piezas, Gringolts está bri-
llante, con un punto de El buscador de sí mismo
humor, en el homenaje de
Schnittke a Paganini, y

D
esde aquellos prodigiosos Hölderlin-Lieder que nos revelaron a muchos a un fascinante compo-
serio en el suyo a Bach, sitor llamado Wilhelm Killmayer, nacido en Múnich en 1927,
cuya brevedad revela senti- nos han ido llegando, un poco como con cuentagotas, algunos
do de la proporción y que discos que nos han permitido conocer mejor a este músico difícil-
las pretensiones del violi- mente clasificable -Von der Weid habla de subjetivismo, Lebrecht de
nista como autor quedan neoclasicismo y los dos se quedan sólo en la superficie, dicho sea sin
en los límites de lo razona- ánimo peyorativo- que comienza estudiando con Carl Orff, atraviesa
ble. la inevitable etapa dodecafónica y poco a poco va encontrando un
En suma, sigue Gringolts lugar inequívocamente suyo. Killmayer asume la tradición con una
muy bien guiado en su amplitud que va del barroco en su Primera Sinfonía (1968) a la incar-
carrera discográfica; acaso dinación en esa gran tradición europea que representan Schumann,
haya llegado el momento Mahler o Richard Strauss y a la que se sumaba en los Hölderlin-
de medirse con algunas Lieder. La misma a la que se enfrenta desde el principio en lo que
Sonatas -¿por qué no las de podría ser una suerte de paráfrasis dialéctica de la sinfonía postro-
Grieg?- o con piezas de mántica en su Tercera Sinfonía (1973) -subtitulada El destino humano-
Sibelius. Esperamos con , un paseo sonoro por un tema tópico que Killmayer actualiza sin retó-
interés la continuación, sea rica. La Segunda (1969), por su parte, es una sutilísima apelación a la
cual fuere. memoria, una especie de descriptivismo interior en el que olores,
sabores y tactos quisieran volver a la vida. El tiempo y las edades de la vida son los pretextos de
R.A. Nachtgedanken (1973) y La joie de vivre (1996) -ésta dedicada a los hijos, todavía por nacer, de sus
colegas Rihm, Schellenberger y Ohnesorg-, y la segunda de ellas es la inconfundible apelación killma-
P. HINDEMITH: Sonata para violín,
op. 31/1; Sonata para violín, op. yeriana a una música que es de todos y para todos, que forma parte de una tradición que la engrande-
31/2 - A. SCHNITTKE: A Paganini - ce y en la que pretende integrarse desde la realidad presente al futuro que no habremos de vivir.
E. YSAYE: Sonatas núms. 3 y 6 (De Luis Suñén
sus 6 Sonatas, op. 27 para violín
solo) - I. GRINGOLTS: Sonata
Bachiana / Ilya Gringolts (violín) / W. KILLMAYER: Sinfonia 1 (fogli); Sinfonia 2 (ricordanze); Symphonie 3 (menschen-los); Nachtgedanken; La joie de vivre / Orquesta
BIS / Ref.: BIS 1051 (1 CD) D2 Sinfónica de la Radio de Frankfurt. Dir.: Erich Schmid - Orquesta Filarmónica de Múnich. Dir.: Wilhelm Killmayer - Orquesta
Sinfónica de la Radio de la SWR. Dir.: Hanns-Martin Schneidt - Viktor Lukas Consort y Haydn Ensemble de Berlín / WERGO / Ref.:
WER 6282-2 (1 CD) D2

( 23 )
Más sinfonías de Ernest Toch (1887-1964) en CPO

Scary movies
S i ustedes pudieron encontrar en algún establecimiento dedi-
cado a la venta de música clásica en España el anterior com-
pacto destinado a comenzar esta siniestra integral del terrorí-
fico Toch, sin duda deben de superar en estos momentos una crisis
tas por artículo de seis líneas
gozan de ese poder, pero
puedo asegurar que es impre-
sionante el tranquilo giro de
ansiolítica para que aparezca el segundo. Al igual que Bruckner o los compases más schoenber-
César Franck, nuestro Toch no comenzó a escribir sinfonías hasta guianos a iracundas marchas
bien entrados los sesenta años, lo cual tiene fácil explicación. militares como si tal cosa. Y
Como tantos otros «degenerados», la carrera de Toch era fulguran- la verdad es que esta Tercera
te en el Berlín de entreguerras. Pero cuando comenzó el «percal» Sinfonía contiene momentos postrománticos verdaderamente inte-
fue más listo que otras personas como Schulhoff y, viendo lo que resantes, sobre todo para los admiradores de la sección de percu-
se venía encima, evacuó el ala antes de hora. Pero su estilo com- sión de la orquesta. Toch inventó para ella la «trompa de presión»,
positivo tenebroso y exacerbado provocó que al intentar encontrar consistente (nada menos) que en: tres trompas montadas en un
un trabajo como compositor de películas sólo se le asignaran tra- marco de madera y conectadas a una máquina de viento, como la
bajos para infames series «B» de la Universal, RKO o Republic, que hay en el Palau. A las señoras mayores que van camino del
mientras que otros en su misma situación, como Korngold o lavabo les encanta tocarla. Ven la manivela y, claro: los barceloni-
Waxman conseguían la partitura para superproducciones esplen- nos podemos escuchar este viento a mitad de sinfonías de Schubert
dorosas. Así que al pobre Toch sólo le encargaban soundtracks del o de los perennes Cuadros de una exposición. También para esta
tipo Horror of Dracula y Daughter of Frankenstein. sinfonía diseñó Toch el rotarion, caja de madera que contenía
Escuchando la Sinfonía nº 2 de este compositor nos damos diversas bolas del mismo material que al moverse producían un
cuenta de por qué: por estas lúgubres ambientaciones sonoras que, sonido como de cosas arrastrándose.
cual filo de un hacha viernes trece, producen sensaciones terrorífi- El tercer instrumento que Toch ideó para esta sinfonía es algo
cas, sin principio ni fin. Ciertamente, escuchar esta segunda sinfo- llamado Hisser, y consiste en un cilindro de aire comprimido. Y,
nía provoca cierta desazón, angustia existencia e interesante desa- aparte, un órgano Hammond, algo que todas nuestras madres en
sosiego. los años setenta gustaban de tocar en sus ratos libres. El efecto,
La Tercera, sin embargo, es una maravilla: Toch compuso sus como pueden suponer, es absolutamente onírico. En fin, las sinfo-
cuatro sinfonías en el espacio de seis años, una vez finalizada la nías de Toch son, como este artículo, unas divertidas y a la vez tre-
Segunda Guerra Mundial. Hasta entonces, exiliado en Estados mebundas evocaciones de lo imposible.
Unidos, únicamente se había dedicado a realizar pequeñas obras
de cámara. La Tercera es un prodigio en todos los sentidos, la única M.S.W.
en la que Toch logra por fin adherir un descodificador al serialismo sonic1@wanadoo.es
para que el público normal de sala de concierto pueda percibir la
sensación 3-D de asimilar al mismo tiempo sonidos tonales y ato- E. TOCH: Sinfonía nº 2, op. 73; Sinfonía nº 3, op. 75 / Orquesta Sinfónica de la Radio
de Berlín. Dir.: Alun Francis / CPO / Ref.: 999705-2 (1 CD) D2
nales (lo del 3-D viene porque Toch debió de hacerse cargo de la
partitura de varias películas filmadas en tan psicodélico sistema). Es También disponible:
E. TOCH: Sinfonías núms. 5 y 7 / Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín. Dir.: Alun
imposible escribir profundamente sobre un compacto que sólo he Francis / CPO / Ref.: 999389-2 (1 CD) D2
escuchado tres veces. Sólo los críticos que cobran quince mil pese-

Percusiones de Hans-Günter Brodmann en el delirante primer CD «New Age» de CPO: Musica Sacra

El harén de Angela Channing


U
nas agradables marimbas nos trasladan a algún país exótico, tomando dos margaritas porque es
happy hour. Nos balanceamos en una hamaca y nos invade el sonido de grillos, cada vez más abun-
dantes. Los grillos son ahuyentados debido al sonido tremendo de un ovni aterrizando. Los marim-
beros se acercan al extraño aparato, pero se pierden en el bosque y se hace de noche. Para calmar su
miedo, siguen tocando. Pero como tienen hambre, comen algunos vegetales a su alcance, entre los que se
encuentran unas setas alucinógenas. Se ven invadidos por todo tipo de visiones: de repente son los vir-
tuosos de una orquesta sinfónica y son aplaudidos por ello. Mas la sala de conciertos se ve súbitamente
invadida por animales de una granja en plena rebelión. El turista que descansaba relajadamente se ve ves-
tido de etiqueta tomando copas de vino y champaña, en el intermedio entre dos sinfonías de Schubert, en
el bar de la sala de conciertos, pero debe huir de allí ante la avalancha de gallinas, palomas y algún loco
que toca los instrumentos de percusión más disparatados que cabe imaginar: crótalos, tam-tams, címbalos
tibetanos y hasta unos palos de jugar al cricket golpeando las paredes. Este sonido parece hipnotizar a las
aves, lo cual hace huir de ahí a los asistentes al concierto (se lo merecen).
Mas los trajes de etiqueta y los vestidos de noche de las señoras aristócratas se transforman en delantales de cocina: deben fregar miles y
miles de platos, cual Mickey Mouse. Los que se niegan a trabajar en este restaurante son trasladados a una factoría de producción de alam-
bres.
Pero todo ha sido una pesadilla del simpático turista que se había quedado dormido en su hamaca. Resulta que su vecino en el hotel del
Caribe es Hans-Günter Brodmann, que no ha parado de ensayar durante la merecida siesta. El turista, con sus sandalias y calcetines blan-
cos, su bañador a flores y su gorra de visera imitación de Nike (es un turista ruso), golpea la puerta de la habitación del señor Brodmann
para protestar por al alteración de su descanso.
«Perdone», dice el autor, «pero al igual que usted estoy de vacaciones aquí, en la Toscana (¿O es el valle de Tuscany?), y voy a grabar un
compacto que reproduzca las sensaciones que los cinco sentidos humanos pueden captar sobre la placidez de estas tierras. Para ello estoy
efectuando unas grabaciones de sonidos del lugar, a los que superpondré una amplia sección de percusión. La percusión no será la prota-
gonista, sino que más bien se trata de hacer que pase desapercibida entre el resto de sonidos».
El turista ruso vuelve a su habitación sin haber comprendido nada, pero un año después encuentra en una tienda de Rostov el compacto
de este alocado percusionista y lo compra. Al escucharlo, se sume de nuevo en el mismo estado de placidez que cuando se balanceaba
en esa hamaca del Caribe.

M.S.W.
sonic1@wanadoo.es
H.-G. BRODMANN: Fantasías para percusión - El predicador; Respeto; Turmalin; Tierra; Eternidad; El escéptico; Audiencia y reconciliación / Hans-Günter Brodmann (percusión)
/ CPO / Ref.: 999749-2 (1 CD) D5

( 24 )
Kurt Weill (1900-1950), protagonista de una nueva Jim Black protagoniza, a la percusión,
aportación de ORFEO a la música del siglo XX la última novedad de WINTER&WINTER: AlasNoAxis

El Berlín iluminado Carta de originalidad


A
quien haya seguido de cerca la carrera discográfica de Jim Black
durante los últimos años le resultará francamente difícil adivinar

L
a discografía de ciertas obras de Weill empieza a ser qué color estilístico domina en esta primera aventura grabada a su
abundante. El Concerto para violín abunda desde hace nombre. A sus 33 años, este batería estadounidense ha colaborado con
tiempo, por culpa de esa relación fértil y a veces enfer- músicos de talante diverso, pero siempre comprometidos con un principio
miza entre virtuoso y conceptual innovador y valiente.
público que consigue Basta citar a Tim Berne (saxo alto),
forzar las voluntades de Marty Cook (trombón), Dave
directores de orquesta y Douglas (trompeta), Ellery Eskelin
programadores de festi- (saxo tenor) y Michael Formanek
vales. No sobra esta (contrabajo) para confirmar que a
nueva entrega, muy bien Black le gusta estar al lado de quie-
tocada por Raudales, nes saben escapar de la huella
muy bien traducida a su demasiado marcada y disfrutan bus-
auténtico idioma por un cando la cara oculta del sonido.
director que comprende Como es norma en el sello WIN-
la subterránea (o no tan TER & WINTER, la carpetilla no pro-
subterránea) relación porciona ningún dato sobre la filo-
entre las obras de la sofía general del disco ni, mucho
época Brecht-Weill y las menos, sobre la intención expresiva
de comienzos de los de cada pieza del repertorio. A partir de ese silencio intencionado que
años treinta, cuando el compositor estaba a punto de con- fulmina cualquier sombra de prejuicio, el disco de Black se antoja un
seguir la gran síntesis, el hallazgo que el excesivo populis- sumatorio homogéneo de influencias, un cúmulo diáfano de ideas que
mo musical de Brecht (menos exigente en los sonidos que toma elementos de la improvisación libre de carácter jazzístico, del rock
en las palabras escritas) le hubiera impedido siempre. El en su acepción más experimental y, para abreviar, de cualquier fuente
resultado serán las óperas inmediatamente anteriores al sonora viva y fecunda. Junto a su compañero de sección, el bajista eléc-
exilio; por ejemplo, Der Bürgschaft, cuya primera graba- trico Skuli Sverrisson, Black despliega una generosa gama de ritmos intrin-
ción mundial acaba de aparecer (EMI). cados pero flexibles, siempre dispuestos a frenar en seco para cambiar de
El Concerto juvenil es anterior al inesperado éxito de dirección y complacerse en la sorpresa. Quizá podría citarse la filosofía
Die Dreigroschenoper y aporta más preguntas que res- armolódica de Ornette Coleman y ciertos principios del movimiento neo-
puestas (si es que -pongamos- el tango «arrastrao» de esa yorquino M-Base como vagas referencias, pero la propuesta de Black
obra es una respuesta), pero tiene más que ver con el elude cualquier anclaje a patrones concretos.
mundo de Die Bürgschaft que con el de las aventuras de El talento del batería se manifiesta también en la estimulante libertad
Mackie Messer. Poner una junta a otra las dos obras para estructural que preside las 15 piezas que ha compuesto para su disco de
conjunto de viento, pese a su diferente espacio y su relati- estreno. La intensa compenetración entre los miembros del cuarteto, com-
va lejanía, significa tal vez que se advierte lo importante y pletado por el poliédrico Hilmar Jensson (guitarra eléctrica) y el imagina-
también lo accidental de la obra teatral de Brecht y Weill, tivo Chris Speed (saxo tenor y clarinete), otorga a Alasnoaxis carta de pal-
mientras que plantea la importancia y el carácter esencial pitante originalidad.
de una obra como el Concerto. El acoplamiento es, pues, Federico González
todo menos inocente, por mucho que ayude a ello la rela-
tiva identidad de plantillas. El CD se remata con una pági- JIM BLACK: AlasNoAxis / Mm; Optical; Maybe; Ambacharm; Garden Frequency; Poet
Staggered; backfloatpedal; Icon; Luxuriate; Boombye; Auk and Dromedary; trace; Nion;
na muy breve y poco conocida, Berlin im Licht («Berlín ilu- Melize; angels and artiface / Jim Black (percusión); Hilmar Jensson (guitarra acústica);
minado»), pero no en la versión cantada, sino en la desti- Chris Speed (clarinete y saxo tenor); Skuli Sverrisson (bajo eléctrico) / WINTER & WINTER
/ Ref.: WIN 910061-2 (1 CD) D1
nada a banda militar, esto es, la original, un encargo para
tocarse al aire libre, por las calles de la capital prusiana,
durante el Festival precisamente llamado Berlín iluminado.
Eran los tiempos del Berlín alegre y desconfiado.
Muchas orquestas pueden tocar este repertorio, pero
pocas tienen tanto derecho a ello como la de la Radio de
Munich. En Munich han sucedido demasiadas cosas en los
últimos doscientos años, y de ahí tienen que salir ciertas
voces. Por ejemplo, una nueva versión deliciosa de la suite
de Die Dreigroschenoper, que no va a quitarle el sitio a las
grandes, pero que convivirá con ellas. Por ejemplo, una
nueva lectura más que aceptable del Concerto. Por ejem-
plo, un cierre, un fin de fiesta que nos retrotrae a ese Berlín
que todavía no era un infierno, ni una ruina; ni tampoco un
muro. Un Berlín que no existe, pero no porque lo hayan Donaueschingen
bombardeado o se nazificara enseguida; hubiera pasado lo
mismo sin eso; mejor (Alexander Platz seguiría siendo 1999
Alexander Platz, no como ahora), pero hubiera pasado. En
fin, Gerd Müller-Lorenz consigue un recital Kurt Weill que El sello alemán COL LEGNO,
-sin ánimo polémico ni especial acritud- ya hubieran que- fiel a su documentación
rido en el Teatro de la Zarzuela el mes pasado. La graba- exclusiva de algunos de los
ción es recientísima (abril de 2000). Calentita y todo, sabe principales acontecimientos
mejor. europeos dedicados a la
JORNADAS MUSICALES DE DONAUESCHINGEN 1999 música de nuestro tiempo
Obras de Eötvös, Hilario, Taborda, Prudencio y Mochizuki
Santiago Martín Bermúdez Orquesta Sinfónica de la SWR de Baden-Baden presenta su nueva entrega de
Dir.: Sylvain Cambreling las Jornadas Musicales de
K. WEILL: Concierto para violín y orquesta de vientos, op. 12; Kleine Orquesta Experimental de Instrumentos Nativos, La Paz Donaueschingen celebradas
Dreigroschenmusik para orquesta de vientos; Berlin im Licht, para pequeña Dir.: Cergio Prudencio
Diversos solistas el pasado año.
orquesta militar / Henri Raudales (violín) / Orquesta de la Radio de Múnich.
Dir.: Gerd Müller-Lorenz / ORFEO / Ref.: C539001A (1 CD) D2 Ref.: WWE 20075 (2 CD) D1 x 2

( 25 )
Dos primeros volúmenes con Cuartetos para cuerda Obras de Manuel Ponce (1882-1948),
de Vissarión Shebalín (1902-1963), en OLYMPIA en la serie guitarrística de STRADIVARIUS

El sexto en infortunio De casta le


viene al galgo
C
uando en 1923 el siberiano Conservatorio de Moscú desde 1935
Vissarión Ia. Shebalín arribó a la hasta 1942, fecha en que fue nombrado

T
ras reseñar para el pasado boletín la cuarta
estación moscovita de Petrogrado, director del centro; en 1943 le concedie- entrega de la colección de grabaciones gui-
en un tren procedente de su Omsk natal, ron el codiciado Premio Stalin por su tarrísticas dirigida por Frédéric Zigante
portaba entre su bagaje creativo los dos Cuarteto Eslavo, exaltante del nacionalis- para el sello Stradivarius, se nos había quedado
primeros movimientos del Primer cuarte- mo en la crucial prueba de la invasión atrasado el comentario del tercer CD de esta cui-
to para cuerda, propedéuticos al pupilaje germana-, hasta que en 1948 su carrera dada serie. Se trata, en esta ocasión, de un
que le prodigaría el respetado Mias-kovs- se precipitó en el infortunio al ser ataca- monográfico integrado por cuatro obras impor-
ki, cuyos consejos le ayudarían a escribir do por el infame Zhdánov y su «resolu-
la tercera sección completiva e influirían ción histórica contra los perversos forma-
decisivamente en sus listas de tendencias
obras posteriores. Ello antidemocráticas». La
no impidió que, más inclusión entre las seis
por un arrebato nostál- víctimas nucidas en la
gico que por ingratitud, batida -las otras eran
le dedicase la pieza a su Shostakóvich,
inicial profesor de com- Prokófiev, Jachaturián,
posición, Mijaíl Nevi- Miaskovski y Popov- le
tov. Tuvo lugar su estre- acarreó la destitución
no a cargo del Cuarteto de su cargo directivo,
del Conservatorio de el menosprecio oficial
Moscú -destinado en el de sus méritos pedagó-
futuro a la celebridad gicos -fue maestro de
internacional bajo el Jrénnikov, Denísov y
nombre de Cuarteto Gubaidúlina, entre tantes del compositor mexicano Manuel Ponce
Beethoven-, evidenciando el entusiasmo otros- y una parcial dilación en la difu- interpretadas por un guitarrista de relumbrón: el
del autor por sus colegas franceses. sión de sus obras, sin llegar a verse rele- maestro italiano Oscar Ghiglia. Discípulo favori-
Durante los años veinte Shebalín estuvo gado al ostracismo. Reelegido profesor to de Andrés Segovia y sucesor suyo en la cáte-
vinculado a los jóvenes compositores de de composición del Conservatorio de dra guitarrística de la Accademia Chigiana de
tendencias modernistas, pero en la déca- Moscú en 1951, en el mismo año 1953 Siena, Ghiglia es una autoridad en el mundo de
da siguiente hubo de escorarse hacia un en que falleció el veliki vozhd («guía la guitarra y escuchar sus interpretaciones de
tradicionalismo más cauto y favorable al supremo») Stalin -con posterioridad apo- Ponce –aprendidas con el maestro Segovia– es
dictado estatal, si bien honesto y fiel al dado veliki sviniá («cerdo supremo»), a una interesante experiencia porque Ponce es
propio estilo. Al poco de llegar a la capi- consecuencia de la volubilidad del pres- seguramente el corazón del repertorio segoviano
tal rusa, Shebalín tomó un tranvía llama- tigio que disfrutan los gobernantes-, la y Ghiglia lee esta música como si fuese suya
do Expectativa que le condujo al domici- enfermedad circulatoria que padecía se propia, como si la hubiera visto nacer.
lio del pianista Lev Oborin, otro futurible recrudeció y le paralizó la mano derecha. Si bien el guitarrista italiano carece del por-
afamado. Allí conoció a un fervoroso Sobrevenido 1958 fue rehabilitado al fin, tentoso y lleno sonido que individualiza a
Segovia, lo que más llama la atención de su
Shostakóvich con quien de por vida man- junto con los demás damnificados, por la
interpretación –y lo más segoviano de ella– es la
tendría una profunda y sincera amistad, e «benevolencia» de las nuevas autorida-
rítmica, llena de suspensiones, llena de… ¡inter-
intercambiaría recíprocas dedicatorias de des. Una vez superado el sinnúmero de pretaciones! Algo que en los años 30 hubiera
obras así como una nutrida correspon- avatares adversos y segregativos, su exis- horrorizado a Stravinsky, a Ravel y a Falla por
dencia de la cual la revista Soviétskaia tencia se remansó en la placidez de la igual, pero que a Ponce, seguramente, le pare-
múzika publicó cuarenta y dos cartas. El escritura -cuando aprendió a usar la cería normal y, en la mayor parte de los casos,
habitualmente retraído Shostakóvich mano izquierda, es de suponer- de obras incluso, acertado. Podemos decir entonces, y así
siempre afirmó que su amigo Ronia había acordes con las formas clásicas, de natu- lo creemos, que aunque a los intérpretes moder-
escrito una gran cantidad de excelente raleza lírica y melodismo enraizado en nos les puedan resultar extrañas algunas licen-
música, destacando la calidad de territorio popular. Una de sus últimas cias tomadas por Ghiglia, éstas son, desde el
muchos de sus nueve Cuartetos para composiciones fue el Noveno cuarteto, punto de vista estilístico, muy legítimas y lo cier-
cuerda, compuestos en lo recóndito del concluido en febrero de 1963 y estrena- to es que su ejecución, fibrosa y llena de aristas
intimismo entre 1923 y 1963. OLYMPIA do en abril por el Cuarteto Borodín, su en su estructura, resulta al final efectiva, sensible
ofrece seis de ellos en dos volúmenes dedicatario. Al mes siguiente murió el y viva. Y hasta emocionante en algunos momen-
interpretados con dilatado aliento por el autor, dos semanas antes de cumplir tos como la cuarta de las Variaciones sobre las
juvenil Cuarteto Krasni («rojo» o «bello», sesenta y un años, quizá persistiendo en Folías de España o la reexposición en el primer
según el contexto o la preferencia), for- sus oídos el eco casi dodecafónico de movimiento, «Campo», de la Sonatina meridio-
mado en 1998 por animosos estudiantes ciertos pasajes de la pieza, como si ésta nal, perfectamente alcanzada y bien resuelta a
del Conservatorio de San Petersburgo y esputara la irrisión de una insolencia pos- pesar del empeño de medir realmente –aquí sí y
durante toda la pieza– todos los tresillos, lo que
empeñado en el ambicioso propósito de trera.
resta mucho del colorido españolista que perse-
recuperar la música de cámara rusa
guía Ponce. En esta interpretación también es
negligida durante la etapa soviética. José Luis Gómez Lozano interesante el final del último movimiento,
Después de celebrarse el estreno del «Fiesta», más elaborado que el de la edición rea-
Segundo cuarteto en 1935, de ostensible lizada por Segovia para la editorial Schott en
evolución en relación con el precedente, V. SHEBALIN: Cuarteto para cuerda nº 4 en sol
menor, op. 29; Cuarteto para cuerda nº 5 en fa 1939 y similar, no obstante, al que Segovia
sus ulteriores y frecuentes ejecuciones menor, op. 33, Eslavo; Cuarteto para cuerda nº 9 en grabó diez años después en Londres. Hasta en
occidentales contribuyeron a otorgar a si menor, op. 58 / Cuarteto Krasni / OLYMPIA / Ref.:
OCD 664 (1 CD) D2 eso, Ghiglia muestra de dónde le viene la casta.
Shebalín un renombre mundial más entu-
siasta que el que ahora se le dispensa. Se También disponible: J.S.P.
V. SHEBALIN: Cuarteto para cuerda nº 1 en la menor,
sucedieron el Tercero (1938), Cuarto op. 2; Cuarteto para cuerda nº 2 en si bemol mayor,
(1940) y Quinto (Eslavo, 1942) a lo largo op. 19; Cuarteto para cuerda nº 3 en mi menor, op.
de un periplo vital moderadamente gozo- 28 / Cuarteto Krasni / OLYMPIA / Ref.: OCD 663 (1 M.M. PONCE: Variaciones sobre Folías de España y Fuga;
CD) D2 Sonatina Meridional; Sonata III; 4 Piezas / Oscar Ghiglia (gui-
so -ejerció como profesor en el tarra) / STRADIVARIUS / Ref.: STR 33568 (1 CD) D2

( 26 )
Obras sinfónicas de Iannis Xenakis (n. 1922) bajo la dirección de Arturo Tamayo

La música telúrica
« Después de que en el curso de
la última década nos hayan
abandonado Messiaen, Ohana,
Scelsi, Nono, Feldman y Donatoni,
todos sus resultados numéricos robando horas al sueño (es sabido que
trabajaba para el estudio de Le Corbusier) sin más ayuda que una sen-
cilla máquina de multiplicar y una regla de cálculo de las empleadas
entonces en ingeniería, con obstinación visionaria y heroica: más de
Iannis Xenakis permanece como tres mil quinientas operaciones (que incluían raíces cuadradas, amén
EL más grande compositor vivo, el de las cuatro reglas convencionales) le costó una partitura como
más fecundo y el más original...». Pithoprakta, basada en las ecuaciones que describen la distribución de
Si bien no es posible asentir ente- velocidades de un gas en expansión. De ahí, su trabajo ha pasado, y
ramente a estas palabras de Harry Halbreich que abren los comenta- siempre con carácter pionero, del computador de tarjeta perforada a
rios incluidos en la carpeta del disco (¿qué decir de otros músicos coe- los actuales Pentium III, y semejante itinerario, desde las iniciales con-
táneos de la talla de Ligeti, Boulez y Berio, sin ir más lejos?), a nadie cepciones sustanciadas en algoritmos puramente numéricos hacia la
puede dejar indiferente su sinceridad, su convicción y, sobre todo, su actual escritura que se desarrolla a partir de ramificaciones y arbores-
radicalismo, esa vieja virtud hoy olvidada. Y es que, si la afirmación cencias gráficas, ha generado un resultado más transparente, en el que
resulta a todas luces abusiva, la hondísima simpatía humana, política y el aparente brutalismo de sus primeras creaciones ha evolucionado
artística que convoca el creador greco-francés no puede cuestionarse. hacia texturas menos abigarradas. Todas las obras que integran el pre-
El modo en absoluto diferente con el que Xenakis enfrentó el hecho de sente disco pertenecen a esta última manera (que bien podríamos cali-
la composición en la primera mitad de los años cincuenta le convirtió ficar como escritura dendrítica), pero no todas son exclusivamente
desde sus mismos comienzos en un nombre aparte, una suerte de orquestales: Aïs es una imponente cantata con percusión obbligato y
augur capaz de abrir una trocha por la que muy pocos estaban en con- barítono solista escrita para las inusuales cualidades de tesitura del ate-
diciones de aventurarse: tan sólo nuestro Francisco Guerrero pudo legí- niense Spyros Sarkas que supone la más importante contribución de
timamente considerarse como su continuador, pero su desdichada Xenakis a la música vocal compuesta desde los tiempos de Nuits. Las
desaparición ha dejado esa línea de investigación estética que linda restantes obras de esta primera selección son composiciones plena-
con la pesquisa físico-matemática casi desguarnecida. Xenakis, pese a mente representativas de la última técnica, y dan muestra de una fuer-
la extrema dificultad intrínseca que la simple ejecución de su música za, diversidad y madurez especialmente llamativas: Tracées,
conlleva, persiste en ese camino que expresa y transcribe musicalmen- Empreintes (obra de una claridad y una estrategia de escritura verda-
te algunas de las leyes de la naturaleza, concediendo a los conceptos deramente decisivas), la sobrecogedora Roaï (la más reciente, de 1991)
de masa, densidad y timbre un papel estructural sustantivo y rigurosa- y Noomena, la única conocida en España gracias precisamente al pro-
mente nuevo que transforma el hecho musical en una dialéctica de tex- pio Arturo Tamayo, que la presentó en Madrid hace siete años. Como
turas y superficies en las que la nota y el ritmo individuales de cada ya sucediera con la serie de obras orquestales de Mauricio Ohana, que
parte instrumental carecen de toda relevancia para generar un tipo de el propio director madrileño grabó el pasado año en tres volúmenes
escucha (y de tiempo musical) rigurosamente inéditos e inclasificables. posteriormente multipremiados para el mismo sello (TIMPANI) y con la
Si consideramos que Xenakis es el compositor de su generación que misma orquesta (la Filarmónica de Luxemburgo), estamos ante un
más ha escrito para orquesta, resulta llamativo lo escasamente divul- esfuerzo verdaderamente decisivo para dar a conocer en insuperables
gada que resulta su obra sinfónica y las poquísimas referencias disco- condiciones artísticas y técnicas la creación de uno de los artistas más
gráficas que de ellas cabe aportar, fuera de las grabaciones, ya históri- singulares del siglo que finaliza, y que, al margen de las discrepancias
cas, que recogen algunos de sus estrenos y que a estas alturas siguen arriba señaladas, bien merece (junto a sus intérpretes en la ocasión pre-
constituyendo documentos informativos sustanciales e imprescindi- sente) el ditirambo que abría esta nota. Y oído al parche: el segundo
bles, cuando no únicos. De ahí la extraordinaria trascendencia del volumen se anuncia para estos mismos días, nada menos que
registro que aquí se reseña, y ello por varias razones: porque se trata en Synaphaï, Lichens, Shaar y ese texto apabullante que es Jonchaies. Al
todos los casos de primeras grabaciones de obras relativamente recien- loro.
tes (1974 a 1991), y porque, además, el volumen ahora presentado es
el primero de una antología de su música orquestal que, a tenor del José Luis Téllez
resultado presente, cabe calificar de excepcional.
Xenakis inició su concepción estocástica de la música literalmente I. XENAKIS: Obras para gran orquesta (Vol. 1) - Aïs; Tracées; Empreintes; Noomena;
ex novo, desde sus primeros pasos en la composición, materializando Roáï / Spyros Sakkas (barítono); Béatrice Daudin (percusión) / Orquesta Filarmónica de
Luxemburgo. Dir.: Arturo Tamayo / TIMPANI / Ref.: 1C1057 (1 CD) D2

Maestros cantores: una selección del canto de las aves, entre las músicas del mundo de WERGO

El paraíso en los bosques


« Xa, xa, chiui, chiui, tan, tan, tan, quió, chí, chí, tim, tim, chim, chó, chó, ío, hi, hi, hío, tolli, achi, viz, viz,
chi quim, quim, quidá, quidá, quío, tirá, tirá, virá, virá, virá, torí, torí, he, he, he, hi, hi, hi, clam, clam,
quío, ran, ran, quío, pió, pió, chío o taraquío, tarafío, tirá, tachón, viranillo». Lo que acabo de transcribir no
procede de algún misterioso idioma aborigen sino que es la minuciosa transcripción que Juan Bautista
Xamarro hizo del canto del pardillo en su libro Conocimiento de las diez aves menores de jaula, publicado
en 1604. Desde aquella fecha, la etología ha dado pasos de gigante, aunque el intento de Xamarro no carece
de sugestión. Así como en la etnomusicología, es indudable que también en el estudio de los lenguajes ani-
males la aparición del disco ha supuesto un importantísimo avance. En efecto, se trata de músicas que se esca-
pan a las fijezas de la escritura, al carácter cerrado y determinista de la notación. Bajo el título de Maestros
cantores, Wergo ha recogido en compacto grabaciones de pájaros de bosque, cuyo canto destaca por belleza
melódica y tímbrica: la alondra común (Alauda arvensis), el ruiseñor común (Luscinia megarhynchos), el zor-
zal común (Turdus philomelos), el mirlo común (Turdus merula) y la oropéndola (Oriolus oriolus). El realiza-
dor del disco, Walter Tilgner, es un naturalista entendido que ama transcurrir largos ratos en los bosques alemanes y austríacos en distendido colo-
quio con las voces de la naturaleza. Pero la pasión por las aves no lo es todo, y una publicación de este tipo perdería parte de su valor si no estu-
viera soportada por el rigor científico. Tilgner lo sabe perfectamente, así que, además de ofrecer amplias presentaciones de los pájaros, acompaña
cada grabación con la anotación de la fecha, el lugar y el momento del día en el que se efectuó (¡en un caso, indica hasta la temperatura!). A ello
añade la lista de las otras voces animales que aparecen en segundo plano.
No obstante, la relevancia de la publicación estriba posiblemente en el hecho de no limitarse a ofrecer simples muestras de reconocimiento.
Cada grabación dura una media de diez minutos, lo que permite apreciar en todo su desarrollo las cualidades estéticas del canto de los pájaros,
donde la repetición y la vertiginosa combinatoria de un restringido grupo de motivos son elementos básicos para penetrar la habilidad de estos
maestros cantores. En cuanto a los cantos aquí grabados, no tengo la valentía de Xamarro como para adentrarme en descripciones que sólo resul-
tarían imitativas. ¡Que cada uno escuche y extraiga sus conclusiones!

S.R.
MEISTERSINGER - La alondra (Alauda arvensis); El ruiseñor (Luscinia magarhynchos); El mirlo (Turdus merula), etc. / WERGO / Ref.: SM 9010-2 (1 CD) D2
( 27 )
E
l incuestionable éxito con el que fue aco-
gida en el pasado Festival de Salzburgo
L’amour de loin, la primera ópera de Kaija
Saariaho (n. 1952), ha proyectado el nombre
de esta compositora finlandesa a las prime- Nuevas obras para voz y orquesta de Kaija Saariaho, en ONDINE
ras páginas de la actualidad. Trivial fuera,
ante tal hecho, tanto cantar una fácil ala-
banza como expresar una (no menos pue-
ril) reserva: pero la realidad es que, más
allá de lo que pueda pensarse de este
triunfo mundano y multitudinario, la
De idéntica materia
música de esta mujer bella, elegante y de
mirada profundamente azul es realmente
de un refinamiento, delicadeza y exquisitez que los sueños
difíciles de describir. Saariaho, parisina de adopción
desde 1982, alumna en su día de Paavo Heininen y,
más tarde, de Brian Ferneyhough y de Klaus Huber, por José Luis Téllez
pertenece a este segmento de la música actual que ha
llegado al neo-melodismo y a la neo-modalidad sin haber
pasado más que de modo episódico y ocasional por el expresionis-
mo y por el serialismo, ni tampoco por el contacto directo con
Messiaen que, no obstante, es (junto al Sibelius de las últimas sinfonías y
al Shostakovich de los últimos cuartetos) la referencia sustancial de esta escri-
tura tersa, afilada, esencialista y de la subyugante transparencia y limpidez de
sus texturas. La música de Saariaho se mueve según una escala de matices infi-
nitamente tenues dentro de ámbitos dinámicos en extremo restringidos, pero
su sentido del color y de la melodía son casi infalibles. Melodías articuladas
por pequeños núcleos interválicos que giran y regresan sobre sí ofreciendo
siempre nuevas configuraciones que planean sobre armonías leves y está-
ticas basadas en acordes que incluyen consonancias sin funcionalidad
tonal que se desdoblan en otros acordes y en líneas de longitudes disími-
les de ondulante y pausado desarrollo. Saariaho, además, suele emplear la
electrónica (en vivo en muchas ocasiones) de modo sumamente discreto, para
reforzar el especial clima y el particularísimo ambiente de su música. No es éste
el caso de la grabación que aquí se reseña, dedicada en exclusiva a su música
vocal.
A juicio de quien escribe (y tal vez en contra de la opinión
dominante), la más lograda inspiración de la Saariaho se encuen-
tra en ciertos amplios textos orquestales (singularmente el gran
díptico Du Cristal... a la fumée), pero ello no impide que la músi-
ca vocal sea numéricamente dominante en su producción, mani-
festándose en obras de gran belleza que han alcanzado rápida y
justa nombradía. El disco que aquí se comenta (De la gramática
de los sueños) toma como título el de dos obras de las más
importantes y conocidas de la autora dentro del terreno del
lied (o incluso la pequeña cantata de cámara), en que el
piano se sustituye por otros instrumentos, sea aisladamente
(arpa) o por pequeños conjuntos de cinco o seis intérpre-
tes: tal es el caso de las obras que suministran el título, para
dos sopranos solistas una de ellas (From the grammar of dre- K. SAARIAHO: De la Gramática de los sue-
ams, 1988, sobre un inquietante texto de Sylvia Plath) y para ños - 15 Piezas para voz y orquesta / Anu
Komsi y Piia Komsi (sopranos); Riikka
soprano y mezzo con acompañamiento de dos flautas, arpa, Rantanen (mezzo); Petteri Salomaa (baríto-
viola y violonchelo la otra (Grammaire des rêves, 1989, sobre no) / Avanti! Dir.: Hann Lintu / ONDINE /
Ref.: ODE 958-2 (1 CD) D2
Paul Eluard) o la delicadísima Die Aussicht, sobre Hölderlin,
para soprano, flauta, guitarra, violín y violonchelo. También disponibles:
Acompañamientos que por momentos asumen disposiciones K. SAARIAHO: Maa (Música de ballet en 7
inesperadamente monódicas (como en la melancólica versión Escenas) / Diversos solistas instrumentales.
de Il pleut, sobre uno de los más célebres poemas aforísticos de Dir.: Tapio Tuomela / ONDINE / Ref.: ODE Edita y realiza: DIVERDI, S.L. - Imprime: ESTUDIO - Dep. legal: M-10066-94
791-2 (1 CD) D2
Apollinaire, y su interminable descenso cromático) o que se emanci-
pa en alguna miniatura a guisa de interludio o comentario (cual sucede en K. SAARIAHO: Jardines privados / Lonh,
la obra más antigua del registro, Preludio-Confesión-Postludio, de 1980, para soprano e instrumentos electrónicos;
Près, para cello e ii.ee.; Noanoa, para flau-
para soprano y piano preparado). El conjunto se completa con dos piezas ta e ii.ee.; 6 Jardines japoneses, para per-
equidistantes y gemelas (sendos regalos, para Ferneyhough en su sexagé- cusión e ii.ee. / Dawn Upshaw (soprano) /
Diversos solistas / ONDINE / Ref.: ODE
simo y Heininen en su quincuagésimo aniversarios respectivos) proce- 906-2 (1 CD) D2
dentes de la shakesperiana The Tempest: Lamento de Miranda
(1993) y Sueño de Caliban (1997), la segunda de las cuales supo- K. SAARIAHO: Du cristal... à la fumée;
Nymphea / Cuarteto Kronos / Orquesta
ne la única aparición de una voz masculina (la del barítono mozar- Filarmónica de Los Angeles. Dir.: Esa-
tiano Petteri Salomaa). En conjunto, y a despecho de su aparente uni- Pekka Salonen / ONDINE / Ref.: ODE 804-
2 (1 CD) D2
formidad (uniformidad ficticia: no hay más que escuchar los múltiples y
diferentes matices del tratamiento vocal, desde el canto propiamente
dicho a la palabra hablada, recitada rítmicamente, declamada...), esta-
mos ante una antología que permite acercarse mucho mejor al mundo
especialmente poético y al ambiente entre onírico y hechizado de la
autora, configurando un pórtico (o un complemento) de especial perti-
nencia en relación con otras obras de dimensiones más amplias (aunque no
necesariamente mejores: realmente es difícil superar la perfección de
muchas de estas pequeñas composiciones, la mayor parte de las cuales ape-
nas excede los catorce minutos) como la más reciente Château de l’âme. La
interpretación del conjunto Avanti es musicalmente sobresaliente, presidida por
un gran sentido unitario, aunque la dicción de las cantantes, Anu y Piia Komsi
y Riikka Rantanen (particularmente en la lengua francesa), resulte tal vez
poco discernible.

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