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Diverdi entrevista:
Antonio Armet, fundador de ENSAYO
Savall y Koopman:
25 años después, el reencuentro en Bach
Sellos en Distribución
exclusiva
(Abril 2000)
Los sellos indicados con un Z
disponen de catálogo gratuito a
disposición de nuestros lectores
A
partir del 1 de abril DIVERDI asume la distribución en España del sello alemán Winter &
ACCENTZ
Winter, catálogo que, por su diseño, filosofía y contenidos, puede situarse entre los más atípi-
AGORAZ
cos y exquisitos que hoy pueblan el mercado independiente. En él, no sólo el repertorio clási-
co, sino también jazz, folk y otras músicas se dan cita de la mano de artistas que, como Uri Caine,
AGRUPARTEZ
Marianne Rônez, La Gaia Scienza, Paolo Beschi y Vittorio Ghielmi, no necesitan presentación. WIN-
ALIA VOXZ
TER & WINTER supone, en definitiva, una auténtica caja de sorpresas en la que, de lo más tradicio-
ALMAVIVA
nal a lo más insólito, se acumulan toda clase de tesoros discográficos arropados bajo una vestidura
ARCANAZ
que, desde el principio, resulta inconfundible.
El lector hallará en nuestro próximo boletín comentarios de varias de sus novedades a cargo de
ARKADIAZ
Federico González, así como una entrevista con Stefan Winter, fundador del sello.
ARTSZ
BBC LEGENDSZ
BISZ
BONGIOVANNIZ
COL LEGNO
CPOZ
DURIAN
DYNAMIC
ENSAYOZ
GLOSSAZ
GOLDEN MELODRAMZ
HARMONIC RECORDS
JUBAL
K 617Z
KOCHZ
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LINDORO
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EL TELETIPO
MUSIC & ARTS
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MYTOZ
BBC anuncia el lanzamiento de su quinta entrega de la serie BBC Legends, que se abre con un
NUOVA ERAZ
doble álbum de interpretaciones de Giulini con la Philharmonia de los años sesenta (Réquiem de
OLYMPIA
Verdi y Misa en mi bemol mayor de Schubert), prosigue con un amplio programa Debussy, Ravel y
Schumann en el teclado de Walter Gieseking y se redondea con sendas y apasionantes primicias discográficas de
ONDINE
John Barbirolli -Séptima de Mahler y Novena de Bruckner- con la Orquesta Hallé, y de Jascha Horenstein, que inter-
ON STAGE
preta la Quinta de Bruckner con la Sinfónica de la BBC (1971).
OPERA RARAZ
TESTAMENT, por su parte, continúa ofreciéndonos los tesoros de los fondos EMI, algunos inéditos, como
el dedicado a Elisabeth Schwarzkopf, con un aria de concierto de Mozart y cantatas y arias de Bach; y
OPERA TRESZ
otros nunca publicados en CD: André Cluytens dirigiendo la Pastoral y la Inacabada shubertiana al fren-
OPUS 111Z
te de la Filarmónica de Berlín. Benno Moiseivitsch acomete los conciertos de Schumann y Grieg con la
Philharmonia y Ackermann, así como otras piezas en calidad de solista. Y el añorado London Baroque Ensemble de
ORFEOZ
los años cuarenta y cincuenta reaparece con muchos de los grandes solistas de la Philharmonia: Sutcliffe al oboe,
PANTONZ
Thurston y De Peyer al clarinete y Brain a la trompa, entre otros, en tres serenatas -la 11 y 12 de Mozart- y esa joya
de Dvorák que es el op. 44, dirigidos por Karl Haas.
PEARLZ
PREISERZ
ON STAGE regresa a estas páginas con su más reciente tanda de variadas grabaciones operísti-
cas, que serán comentadas en meses sucesivos: dos piezas representativas del repertorio fran-
RICERCARZ
cés de comienzos del XIX -el Fernand Cortez de Spontini (1809), en las voces de Ángeles
RICORDIZ
Gulín, Bruno Prevedi, Bottion, Roni y Blancas (Turín, 1974); y Le cheval de bronze, ópera cómica de Auber (1835),
en versión de Radio France de 1979-; un Don Carlo verdiano ofrecido en Tokio en 1967 con Sandor Konya,
ROMOPHONEZ
Gwyneth Jones, Biserka Cvejic, Sesto Bruscantini y Nicola Rossi-Lemeni; y, por último, un Marino Faliero proce-
dente de la RAI y dirigido por Boncompagni en 1977, con Cesare Siepi en el rol titular y nuestra hoy poco conoci-
STRADIVARIUS
da Marisa Galvany como Elena.
SUPRAPHONZ
TIMPANI, el innovador sello francés del siempre inquieto Stéphane Topakian, amplía su colec-
SYMPHONIAZ
ción La mélodie française con tres nuevos títulos: el dedicado a Guy Sacre -último exponente,
SYMPOSIUM
aún joven y en activo, del género-, una esperada integral Duparc, y un monográfico del siempre
interesante André Caplet. A todo ello hay que añadir el tercer volumen de la serie dedicada a la
TAHRA
música orquestal de Ohana, dirigida por nuestro Arturo Tamayo (Livre des Prodiges, Anneau du Tamarit, Synaxis), y
TESTAMENT
un disco dedicado a Xenakis que verá la luz después del verano.
TIMA CLUB
CPO continúa su regular lanzamiento de media docena de títulos por mes, entre los que se anun-
cian músicas de todas las épocas y géneros, y que casi siempre suponen descubrimientos para el
TIMPANIZ
aficionado español: sinfonías y obras instrumentales de autores nórdicos como Peterson-Berger o
WERGOZ
Dag Wirén, alemanes como Henze o norteamericanos como George Antheil o Ruth Crawford-Seeger. También hay
lieder de Robert Stolz, más conocido por sus operetas, y el volumen 5º de obras corales de Schubert por Die
Un artista absoluto
EL DISCO
A partir del 1 de marzo, DIVERDI se ha responsabilizado de la distribución en nuestro país del más veterano de los sellos españoles, ENSAYO, al que
debemos tantas grabaciones hoy consideradas históricas por la crítica y el público nacional e internacional. Junto al comentario de su más reciente
reedición, que figura en esta página, el lector encontrará en las páginas 24 y 25 una amena e ilustrativa entrevista con el creador del sello, Antonio
Armet, así como, junto a este Boletín, su catálogo completo, fresco aún de la tinta de imprenta.
Agradecemos a ENSAYO la confianza depositada en DIVERDI e invitamos a nuestros lectores a examinar con atención su variadísima oferta.
(3)
Música orquestal y vocal de Il Complesso Barocco presenta la primera grabación mundial de
Johann Friedrich Fasch (1688-1758), en CPO Assalonne Punito, oratorio de Pietro Andrea Ziani (1616-1684)
P
oco a poco y sin alardes, el sello CPO se ha converti-
do en uno de los más serios promotores europeos de
la música renacentista y barroca. Raro es el mes que
L vo prioritario para la mayoría de los compositores, que encontraron
en esta forma musical todo un filón que les permitía aunar el nuevo
lenguaje operístico, la brillantez de la música instrumental y los reflejos
no presenta novedades en este campo, casi siempre con de la polifonía sacra. Aunque ciertamente durante el último tercio del
novedosos programas centrados preferente, pero no exclu- siglo XVII los oratorios pasaron a ser
sivamente, en el área germánica, y no pocas veces con auténticas óperas encubiertas -valién-
intérpretes poco o nada conocidos en el mundillo disco- dose de un «libreto» sacro-, fueron
gráfico, pero con un encomiable nivel de calidad. Simple muchos los años del Seicento en los
cuestión de política editorial que, por lo visto, no todas las que se cultivó la forma más ortodoxa
empresas del sector están dispuestas a asumir. Porque mate- del oratorio, siguiendo los modelos de
ria prima existe, y no poca. Abundan, en Europa y fuera de Carissimi. Así se desarrolló una frené-
ella, los grupos y orquestas tica actividad musical en la Italia de
barroquizantes que piden su mediados de siglo, con una legión de
oportunidad. Y renovar el compositores que ponían música a las
repertorio no es excesiva- historias bíblicas, con frecuencia
mente difícil: según los datos adaptadas por los poetas barrocos,
publicados en la época por que oportunamente acercaban la
Johann Nikolauss Forkel, hagiografía a la estética del momento.
sólo en el territorio germano Un hito extraordinario de este panora-
había en 1784 más de 340 ma lo constituía la música veneciana, dominada primero por los influjos
compositores en activo que, de las obras de Monteverdi -que tantos años duraron- y luego, en la déca-
lógicamente, se transformarí- da de 1670, por las de Giovanni Legrenzi. Es en este contexto donde
an en una cifra mucho más emergió un excelente compositor, hoy apenas conocido, llamado Pietro
elevada al ampliar el período Andrea Ziani (1616-1684) -tío de Marco Antonio Ziani, otro formidable
y el espacio considerados. compositor contemporáneo de Corelli-, quien desplegó una intensa acti-
No eran -no podían ser- vidad musical por toda Italia, siendo maestro de capilla en Bérgamo,
todos de primera fila, ni siquiera de segunda, pero aun así organista de la basílica de San Marcos y maestro de música de la capilla
hay montañas de excelentes partituras, publicadas o inédi- real de palacio en Nápoles, ciudad en la que encontró la muerte. Con
tas, esperando recibir el aliento vital de la interpretación. todo, aún tuvo tiempo para pasar un fructífero periplo (1663-1667) en
Lo demuestra bien a las claras este disco dedicado al Austria, al servicio de la casa real en calidad de maestro de capilla de la
más afamado en su tiempo que en nuestros días (aunque no emperatriz Eleonora. Allí compuso Assalone Punito, un oratorio en dos
sea precisamente un desconocido) J.F. Fasch, durante casi partes para cinco voces, cuerdas y bajo continuo, que se ejecutó en Viena
cuarenta años maestro de capilla de la corte de Anhalt- en la capilla de la emperatriz, sobre la adaptación poética del Padre
Zerbst, desde donde organizó un activo intercambio de par- Lepori. Es esta una joya del Barroco central que atesora todos los ele-
tituras con Telemann, Pisendel y Graupner, entre otros, para mentos del repertorio y que atestigua la soberbia maestría de Ziani en la
estar al tanto de las novedades estilísticas que se iban pro- pintura de la palabra en música, valiéndose de una riquísima sabiduría
duciendo. Su interés por los instrumentos de viento y las contrapuntística -cristalizada en el entretejido de voces e instrumentos- y
combinaciones tímbricas audaces (chalumeaux, oboes y, en de una apasionada vena lírica con la que describe las emociones de la
su caso, fagot, además de la cuerda) queda patente en tres historia. Música que, basada todavía en el idioma monteverdiano, acari-
de las obras seleccionadas: una espléndida obertura en que cia ya los nuevos procedimientos de Legrenzi, Stradella o Pasquini, y nos
los inevitables ecos franceses se adornan con multitud de brinda toda una suerte de barroquismo exuberante, con arias y madriga-
toques personales y movimientos de danza de acusado les de incesantes ideas melódicas y tensiones polifónicas. Il Complesso
ritmo; una página concertante justamente famosa (es la Barocco, el veterano conjunto historicista que dirige el clavecinista Alan
única del disco grabada con anterioridad) por su originali- Curtis, con renovada plantilla, ofrece en primicia la grabación mundial
dad y belleza melódica; y una Cantata de Pentecostés para del Assalone Punito de Ziani, complementado con un bellísimo
bajo que pone de relieve las más que notables cualidades Magnificat del propio compositor veneciano; y lo hace con todas las
del compositor en el campo de la música vocal. Algo que garantías de la autoridad musicológica de Curtis, que dispone un enfoque
se remacha con la Cantata de Año Nuevo, también para sumamente camerístico para los instrumentos -uno por parte, más un flo-
bajo, de estructura algo más arcaica que la anterior (lo que rido bajo continuo- y un planteamiento vocal muy clarificador de textu-
ras y planos. Así, las partes polifónicas, como cuando intervienen todos
no va en detrimento de sus cualidades estéticas), y con la
los cantantes e instrumentistas, quedan transparentemente expuestas y
grácil miniatura sobre el Salmo Laetatus sum para soprano
empastadas, con afinación impoluta y pleno conocimiento estilístico. La
y bajo, donde es la cuerda quien proporciona el soporte a
labor de los cantantes resulta por completo adecuada a la estética y retó-
los solistas. Klaus Mertens, el gran protagonista vocal del
rica de la obra, con gran cuerpo sonoro y nulo vibrato. Hay que destacar
registro, nos deleita una vez más con su bello timbre y mati- a la soprano Roberta Invernizzi en el papel protagonista de Assalone, que
zada emisión, resolviendo con su habitual seguridad los canta con dramatismo y elegancia, exhibiendo grandes agilidades.
pasajes virtuosísticos, que no faltan en estas páginas. Le Muy bien también el contratenor Roberto Balconi, caracterizando con
acompaña en el Laetatus la soprano Deborah York, de quien mucho calor y color vocal a Architofele, así como el excelente tenor Gian
sólo lamentamos la brevedad de su intervención. La parte Paolo Fagotto, que logra un expresivo magnetismo desempeñando el con-
instrumental corre a cargo de la Academia Daniel, joven sabido papel del teatral Testo barroco de la historia. Furio Zanasi -baríto-
grupo israelí fundado y dirigido por Shalev Ad-El, cuyos no- y Carlo Lepore -bajo- redondean con sus sobrias intervenciones esta
integrantes están curtidos en otras renombradas orquestas nueva y excelente producción de STRADIVARIUS, a la que sólo le podrí-
europeas y que exhibe un envidiable nivel técnico -por des- amos reclamar una cosa: la inclusión como apertura del oratorio de una
tacar a alguno de sus solistas lo haremos con Gili Rinot sinfonía instrumental original de Ziani, de quien se conservan magníficos
(chalumeaux)-, una cabal comprensión de las gradaciones ejemplos instrumentales a tres y cuatro partes, lo cual hace incomprensi-
estilísticas y una sonoridad redonda y refinada. Buena toma ble que para el CD se haya recurrido a la composición actual -una sinfo-
de sonido. Y, en consecuencia, plena satisfacción para el nía al estilo del período, por otra parte muy filológica y meritoria- del vio-
aficionado. linista barroco Alessandro Ciccolini.
Mariano Acero Ruilópez Pablo Queipo de Llano
J.F. FASCH: Obertura en re menor; Concierto en si bemol mayor; Cantatas / P.A. ZIANI: Assalonne punito [Oratorio en 2 partes]; Magnificat / Invernizzi, Balconi, Fagotto,
Klaus Mertens (barítono); Deborah York (soprano) / Accademia Daniel. Dir.: Zanasi, Lepore, Ciccolini / Il Complesso Barocco. Dir.: Alan Curtis / STRADIVARIUS / Ref.: STR
Shalev Ad-El / CPO / Ref.: 999674-2 (1 CD) D2 33548 (1 CD) D2
(4)
Jordi Savall y Ton Koopman: una nueva referencia absoluta para Bach
(5)
STRADIVARIUS afronta un nueva integral Un paisaje alemán de la transición XVII-XVIII
de las Sonatas de Scarlatti
P
de una monumental obra para tecla que comprende más de quinientas resenta el sello italia-
sonatas de una variedad extraordinaria en cuanto a colorido y ámbito de no DYNAMIC un
expresión. Para nosotros, la influencia del disco misceláneo de
músico napolitano va aún más allá, a través música alemana, instru-
de su prolongada estancia española, su mental y vocal, próxima o
relación con María Bárbara de Braganza y inmersa de lleno en la
la indudable influencia que nuestro país, estética galante. Concre-
los ritmos y colores de nuestra música, tamente, dos conciertos,
tuvieron en buena parte de su obra, además dos sonatas a cuatro y tres
de la que introdujo él mismo a través de su arias. De aquéllos, para flauta dulce y cuerda, el pri-
enseñanza a uno de nuestros grandes auto- mero (precioso, de verdad) es del otro Graun, el her-
res, el padre Antonio Soler, que sin embar- mano pequeño del autor de La muerte de Jesús. El
go evolucionaría hacia un lenguaje bien segundo, abiertamente italianizante y con un delicioso
individualizado y a quien constituye una Andante en que la flauta es mecida por la cuerda en
notoria injusticia considerar -como se ha pizzicato, fue escrito por J.C. Graupner, el prolífico
hecho alguna vez- un mero epígono de su maestro de capilla de Hesse-Darmstadt. De J.F. Fash,
maestro. El atractivo colorido, la fantasía, el aquel compositor tan dado a escribir conciertos para
carácter a menudo casi improvisatorio, el muchas veces contagioso ritmo, dos instrumentos y cuyas obras fueron interpretadas, al
constituyen ingredientes que hacen de esta música un bocado de gran atracti- menos, por Telemann, Pisendel y J.S. Bach, son las dos
vo para el público. Sus elevadas demandas técnicas y su carácter a menudo graciosas y amables sonatas, una de ellas con original
virtuoso pero siempre lleno de un singular encanto, las han convertido en pie- y atractiva distribución (traverso, dos flautas dulces y
dra de toque muy codiciada por los pianistas, que sin embargo tan a menudo continuo); la otra, para flauta dulce, dos violines y con-
ignoran la producción de otros compositores de la época menos, por así decir- tinuo (de ambas recordamos otra versión a cargo de la
lo, «digeribles». El carácter monumental de la producción ha hecho, por su Camerata Köln cambiando, por cierto, un violín por el
parte, que la historia discográfica sólo haya conocido un integral, eso sí, extra- oboe en el segundo caso). Y también de Graupner y
ordinario: el llevado a cabo por el clavecinista canadiense prematuramente Fash son las arias (de origen no especificado), deleita-
desaparecido Scott Ross para Erato. El sello discográfico italiano STRADIVA- bles y no exentas de virtuosismo y cuyo carácter reli-
RIUS afronta ahora con decisión la nada fácil empresa de ofrecer una alterna- gioso, cosa frecuente por aquellos años, se revela más
tiva al ciclo de Ross. Y los primeros ejemplares demuestra que, como mínimo, por el contenido de sus letras que por el fervor ema-
lo hace con inteligencia. La empresa será acometida por diferentes artistas ita- nado de su música. El italiano y ya curtido Collegium
lianos, aunque la «coordinadora» del asunto, según parece evidente en las Pro Musica realiza una interpretación totalmente satis-
notas de estos tres primeros volúmenes, será Emilia Fadini. Ninguno de los tres factoria, con destacadas intervenciones de su director
artistas hasta ahora escuchados supera -ni supongo lo pretende- la excelencia Stefano Bagliano a la flauta dulce y Fabrizio Cipriani al
técnica y artística de Ross. Sin embargo, todos ofrecen una perspectiva no violín, aunque tal vez la parte vocal habría requerido
exenta de atractivo: su aproximación es rítmicamente más libre, propende más mayor ligereza que la exhibida por la joven mezzoso-
a destacar ese carácter de fantasía antes apuntado, aunque en algunos casos prano Susanne Kelling. No se trata, ciertamente, de un
bien conocidos -así las K159 y K460- la flexibilidad de tempo puede hacer repertorio esencial, pero ¿no aprecia el buen gastróno-
levantar las cejas a más de un oído acostumbrado a aproximaciones más mo un aperitivo estimulante, un exquisito postre o
«regulares» en este sentido. Otro aspecto interesante lo constituye la variedad incluso una comida completa a base de delikatessen?
de instrumentos empleados -con total legitimidad-, que incluirá no sólo dis- Pues mutatis mutandis... O dicho de otra forma: a
tintos tipos de clave (los dos primeros presentan una copia de un Taskin y otra nadie le amarga un dulce.
de un instrumento portugués de Antunes), sino otros como el órgano, el forte-
piano o, como en el tercer volumen, una espineta «grande» con la insólita M.A.R.
extensión de seis octavas, que posee un timbre precioso aunque adolece de
J.F. FASH: Sonata en sol mayor; Aria para mezzosoprano; Sonata en si
indudable debilidad en la zona más aguda de la tesitura. En una «carrera de bemol mayor - J.C. GRAUPNER: Concierto en fa mayor; 2 Arias para
fondo» como ésta es difícil pronunciarse sobre resultados artísticos con apenas mezzo - J.G. GRAUN: Concierto en do mayor / Susanne Kellying
(mezzo); Fabrizio Cipriani (violín) / Collegium Pro Musica. Dir.:
tres volúmenes escuchados. Sí puede anticiparse, por las razones apuntadas, Stefano Bagliano / DYNAMIC / Ref.: CDS 186 (1 CD) D2
que la colección no carece de ingredientes de interés. Entre los aspectos a
mejorar, la información sobre los intérpretes, que distan de encontrarse entre
los nombres más destacados del panorama internacional. Personalmente tengo
también mis dudas de que los sistemas de afinación elegidos sean los óptimos
O P U S 1 1 1
en algunas obras, e incluso de que la afinación misma sea perfecta en algunas
de ellas, aspecto que debería cuidarse más en futuras entregas. Por lo demás, OPUS 111 PRESENTA
estos primeros volúmenes permiten disfrutar de manera más que aceptable de EL PRIMER VOLUMEN
una música para teclado que cuenta, sin duda alguna, con muchas, muchísi- DE UNA COLECCIÓN
mas páginas de enorme belleza. No es poco bagaje. HISTÓRICA QUE IN-
CLUIRÁ TODAS LAS
Rafael Ortega Basagoiti OBRAS DEL ANTONIO
D. SCARLATTI: Integral de las Sonatas para teclado - Vol. I: La influencia española / Sonatas K 99, VIVALDI SEGÚN LAS
105, 115, 119, 132, 133, 184, 185, 192, 193, 208, 209, 215, 216 y 239 / Emilia Fadini (clave) / STRA- COLECCIONES FOÀ Y
DIVARIUS / Ref.: STR 33500 (1 CD) D2 GIORDANO CONSER-
D. SCARLATTI: Integral de las Sonatas para teclado - Vol. II: El estilo italiano / Sonatas K 37, 43, 46, VADAS EN LA BIBLIO-
51, 52, 53, 54, 56, 59, 60, 61, 63, 67, 69, 77 y 87 / Ottavio Dantone (clave) / STRADIVARIUS / Ref.: TECA DE TURÍN. CIEN-
STR 33501 (1 CD) D2
TOS DE MANUSCRITOS
A. VIVALDI: Stabat Mater; Conciertos y
D. SCARLATTI: Integral de las Sonatas para teclado - Vol. III: Nápoles ibérica / Sonatas K 159, 287,
sonatas / Sara Mingardo / Concerto INÉDITOS SE DISPO-
288, 328, 394, 420, 421. 460, 461 y 477 / Sergio Vartolo (clave y órgano) / STRADIVARIUS / Ref.:
STR 33502 (1 CD) D2 Italiano. Dir.: Rinaldo Alessandrini / NEN, POR FIN, A SALIR
OPUS 111 / Ref.: OPS 30-261 (1 CD) D2 A LA LUZ.
(6)
Dos nuevos títulos en el catálogo del sello GLOSSA: obras de Marais por Paolo Pandolfo
y música para flauta de Dornel por Wilbert Hazelzet
Diego Fasolis dirige notables versiones de Dixit Dominus y Te Deum de Dettingen, de G.F.Haendel (1685-1759) en el sello ARTS
A mente el nivel de la mera dignidad (con el que, dado su precio, debería supuestamente conformarse el
comprador) y puedan codearse sin desdoro con otras aparecidas bajo etiquetas de postín (y dos o tres
veces más caras). Es lo que ocurre en este caso. Diego Fasolis, que tiene en su haber muy estimables versio-
nes de obras de J.S. Bach (Misa en si menor, por ejemplo), Monteverdi o Carissimi en este mismo sello ARTS,
firma ahora dos notables interpretaciones de obras religiosas de Haendel. Son piezas distantes en el tiempo
y escritas en muy distintas circunstancias: de su juventud italiana (1707) y concebido para la liturgia católi-
ca, el Dixit Dominus, un salmo que formaba parte de la ceremonia de Vísperas; de su madurez inglesa (1743)
y destinado al ritual cortesano anglicano, el Te Deum de Dettingem, cantado en acción de gracias por una
victoriosa batalla en que el monarca Jorge II tuvo un heroico comportamiento... como resultado del súbito e
imprevisto desbocamiento de su caballo. Tampoco poseen el mismo nivel de calidad: la primera es una
auténtica obra maestra; la segunda, abundante en «préstamos» (sobre todo, de otro Te Deum del oscuro Francesco Antonio Urio, que también
utilizara en Israel en Egipto), es más discreta, aunque no carezca de pasajes destacables. Pero en las dos desempeña un papel esencial el coro,
ambas derrochan la fuerza y vitalidad característica de su autor y son de las partituras más apreciadas por el público (durante la segunda mitad
del siglo XVIII y todo el XIX, el de Dettingen fue en Inglaterra el Te Deum por antonomasia). Fasolis, que dirige con autoridad y energía y sin des-
cuidar matices y contrastes, cuenta con un coro, el de la Radio Suiza de Lugano, que reverdece bajo su batuta pasados laureles; con un grupo
instrumental historicista, el Ensemble Vanitas, todavía no muy experimentado, pero que cumple sobradamente y cuyas trompetas (en el Te Deum)
son particularmente brillantes; y con unos meritorios solistas, que en el caso de las voces femeninas del Dixit -no se sorprenderán quienes las
conozcan por otras grabaciones- rayan la excelencia: oigan, si no, a la contralto Gloria Banditelli en «Virgam virtutis», a la soprano Roberta
Invernizzi en «Tecum principio» y a esta última acompañada por Lena Lootens en el «De torrente» (como es sabido, uno de los más sublimes
momentos de toda la creación haendeliana). La toma de sonido es muy buena y sólo unos segundos de aplausos al final testimonian que se trata
de grabaciones en directo. Estamos, pues, ante un disco de gran calidad que puede recomendarse abiertamente. El Dixit, en una discografía de
competencia casi feroz, está a sólo un paso de las dos o tres referencias indiscutibles (Gardiner, Parrott, ¿Minkowski?). Del Te Deum apenas hay
actualmente alguna versión en el mercado español. Y cuenta, además, con el consabido aliciente del precio.
M.A.R.
G.F. HAENDEL: Dixit dominus; Dettingen Te Deum / Cecchi-Fedi, Lootens, Invernizzi, Schofrin, Banditelli, Beasley, Abete, Zanasi / Coro de la Radio de Suiza y Ensemble Vanitas.
Dir.: Diego Fasolis / ARTS / Ref.: 47560-2 (1 CD) P.V.P.: 995 ptas.-
(8)
STRADIVARIUS presente una selección de piezas de Dionisio Aguado (1784-1849)
Sólo Aguado
E
l pecado mayor de los guitarristas de los Digo que es buena muestra, pero podía ser a l g u n a s
últimos tiempos es que no se deciden a mucho mejor, porque la selección del reperto- licencias.
colocar definitivamente a Dionisio rio interpretado da demasiado peso a la vena Unas, guita-
Aguado en el lugar que le corresponde entre pintoresquista que en la obra de Aguado, rrísticas y
Sor y Giuliani, dejando injustificadamente como en la de Sor, es sólo un aspecto muy más o menos
coja la trinidad de músicos que dio a la guita- marginal. Es decir, que no creo que tenga justificadas,
rra moderna su primer repertorio. La razón de mucho sentido dedicar casi un tercio de la como añadir
esto es tan misteriosa como tantas otras que duración total del disco a las variaciones un bajo antes
rigen la formación de los repertorios, pero sobre el Minué afandangado op. 15 y a las de la primera
cabría reflexionar sobre el hecho de que las variaciones sobre el Fandango op. 16, porque cadencia del
obras completas de Aguado se acaben de son obras demasiado similares. Y en el catálo- segundo ron-
publicar a mediados de los 90, cuando las de go de Aguado hay muchas opciones para ele- dó, repercu-
Sor y las de Giuliani fueron saliendo en la pri- gir sin caer en el tópico en el que se cae aquí. tir los bajos
mera mitad de los 80: eso explicaría al menos Por ejemplo, lo que a mi juicio es la obra con el trino del Estudio nº 16 o terminar octa-
una década de desfase entre uno y otros. No maestra de Aguado -junto a los Tres rondós vando el último sonido de la escala de octavas
hay un estudio de referencia sobre Aguado brillantes op. 2 con los que se inaugura esta partidas de la última variación del fandango,
como los que Brian Jeffery y Thomas Heck grabación- es la Colección de Andantes, Valses por ejemplo; otras más dudosas, como la de
dedicaron respectivamente a Sor y a Giuliani, y Minuetos publicada en 1844 y, en especial, los primeros tiempos de los compases 5, 9 y
y además, habría que considerar en último tér- los diez andantes con los que empieza la 13 del Estudio nº 17 en los que Aguado pide
mino la situación miserable de desmantela- colección, que podrían haber reemplazado a en el texto de su método que se apaguen los
miento de la guitarra en España, sin una edi- las variaciones sobre el Minué afandangado sonidos con los mismos dedos con los que se
torial que difunda el patrimonio guitarrístico dando lugar a un programa mucho más redon- han pulsado las cuerdas y Micheli, sin embar-
de forma sistemática, sin una revista digna que do y representativo. Extraña que a un guita- go, les da el valor completo de negras, per-
articule y organice la afición a la guitarra, con rrista con vocación y formación musicológica diendo la articulación que quiere Aguado; o la
los festivales de capa caída, los concursos en como es Zigante se le escape esto y firme unas mala lectura del bajo en los compases 23 y 25
fase regresiva, y un único sello discográfico - notas tan insulsas como las que acompañan al del Estudio nº 26. Hay una resolución poco
OPERA TRES, por fortuna- que, en cualquier disco, cuando las que acompañaban sus gra- meditada de los compases 44, 45 y 47 del
caso, no puede dar abasto con todo lo que baciones de Tansman y Villa-Lobos son casi segundo rondó, muy mal escritos en las dife-
queda por hacer de forma urgente. trabajos de investigación. En cualquier caso, si rentes ediciones de esta obra. Algunas ligadu-
Por ello, lo primero que llama la atención se tiene muy presente que el tema español es ras directas y casi todas las indirectas que fun-
ante una grabación como la que comentamos sólo una anécdota en la obra de Aguado, aun- cionan mejor en instrumentos románticos que
aquí es que se dedique monográficamente a la que no lo parezca en esta grabación, se puede en la guitarra actual, se resuelven como glis-
música de Aguado, lo cual ya es de por sí bas- ver cierto sentido al programa en el que se ha sandi perdiéndose aquella forma de articula-
tante extraordinario. El guitarrista francés tenido el buen criterio de separar los dos fan- ción que enriquece tanto la guitarra clásico-
Frédéric Zigante, como director de la serie de dangos con 20 minutos de estudios del Nuevo romántica y exagerándose la proporción de
grabaciones guitarrísticas del sello STRADIVA- método (1843), siendo el Estudio nº 18 tam- glissandi en un momento en el que todavía no
RIUS, ha decidido que el volumen segundo - bién bastante afandangado, dicho sea de corresponde. Y, finalmente, también con res-
después del monográfico que él mismo dedi- paso. pecto a las ligaduras, Aguado se preocupó en
có a Alexander Tansman (STR 33534)- se dedi- El intérprete es un joven discípulo de escribir en sus obras la forma exacta en la que
que íntegramente a Aguado. Decisión atinada Zigante, el italiano Lorenzo Micheli, que toca él ligaba (a veces de forma distinta grupos
por lo interesante de la música del guitarrista una guitarra romántica parisina. Frente a la similares) y Micheli prefiere la uniformidad de
madrileño y muy oportuna por la necesidad homogeneidad de sonido que se tiende a per- las ligaduras siguiendo prácticas interpretati-
perentoria de difundir este repertorio y sacar a seguir en la mayoría de las guitarras actuales, vas contemporáneas. Se ve, no obstante, que
Aguado del encierro en que se le tiene dentro en la guitarra de Micheli -una Husson, Buthod cuando Micheli tiende a hacer algunas de las
de los confines de la didáctica. Efectivamente, et Thibouville en torno a 1850- se distinguen ligaduras marcadas caprichosamente por
Aguado fue un pedagogo excepcional, el más con bastante claridad tres registros: el agudo Aguado, como en la última cadencia del ter-
grande del siglo XIX, pero fue también un de la primera cuerda, el registro central de las cer rondó, el fraseo se enriquece notablemen-
compositor de gran mérito, un hombre muy al cuerdas segunda, tercera y cuarta, y un nivel te. Pero todo esto son pequeñeces que se pue-
día de las corrientes musicales de su tiempo de bajos formado por los dos primeros bordo- den resumir en que Micheli opta por una arti-
que contribuyó en gran medida al desarrollo nes. Micheli saca el mayor partido de este ins- culación moderna con una guitarra antigua.
de la guitarra en los primeros pasos de su exis- trumento articulando unos arpegios clarísimos Eso es todo, de modo que no quitan un ápice
tencia moderna. Dedicándose en cuerpo y y brillantísimos, produciendo un sonido lleno de valor a una grabación óptima y muy reco-
alma a este instrumento porque su posición que nunca se rompe y cantando con aliento mendable que me ha interesado hasta el
social así se lo permitía (mejor que a muchos las melodías en allegro cantabile tan caracte- punto de analizarla con mayor detalle que el
músicos profesionales), Aguado contribuyó al rísticas de la música de aquella época. Su acostumbrado. Y así siempre salen cosas.
desarrollo de la técnica, de la música y de la buena dosificación del tempo, por otra parte,
propia guitarra como instrumento de una le ayuda a expresar muy musicalmente las tex- Javier Suárez-Pajares
manera determinante. Esta grabación de tres turas más violinísticas que guitarrísticas con
de sus obras y de una pequeña selección de las que Aguado construye algunas secciones D. AGUADO: 3 Rondós brillantes, op. 2; Minueto afan-
dangado, op. 15; 12 Estudios; Le Fandango varié, op. 16
una docena de sus estudios es buena muestra de sus obras. / Lorenzo Micheli (guitarra) / STRADIVARIUS / Ref.: STR
de su faceta creativa. En su interpretación, Micheli se permite 33563 (1 CD) D2
(9)
KOCH prosigue con su integral de KOCH añade a su catálogo un nuevo disco
divertimentos y casaciones de F.J. Haydn de obras religiosas de E.T.A. Hoffmann
E
ntre la extensa producción discográfica del gran Joseph Haydn es
sorprendente comprobar cómo apenas hay grabaciones referidas Hoffmann, venido al mundo en 1776 en la cuna de Kant,
a sus composiciones de juventud, sobre todo cuando al escuchar Königsberg, y fallecido en 1822 en Berlín. En medio, una corta
algunas de ellas en este magnífico CD comprobamos que no sólo vida agitada, viajera, cambiante y aventurera desarrollada entre
son obras de una excelente calidad musical sino que, además, en la las pandectas, la música y la literatura. Fue esta última la que sin
mayoría de los casos nos anuncian el magistral músico que llegó a duda le dio celebridad. Sus Cuentos, base de inspiración para
ser durante sus años de madurez. Offenbach, sus artículos y escritos en la prensa y otros medios,
El prolífico director austríaco Manfred Huss, sabedor de esta enor- muchos en forma de crítica musical, firmados con el seudónimo
me deuda musical, continúa con la exitosa colección de divertimen- de Kapellmeister Johannes
tos y casaciones que viene realizando con la todopoderosa orquesta Kreisler, caldo de cultivo para
de instrumentos originales Haydn un músico como Schumann
Sinfonietta Wien para el sello ale- (Kreisleriana), que convirtió al
mán KOCH. Este volumen, el 4º ficticio personaje en una espe-
de la serie, viene a confirmar lo cie de alter ego, han tenido
que los otros tres anteriores ya nos enorme importancia para la
habían revelado, es decir, que posteridad. Aunque las teorías
estamos ante una orquesta y un hoffmannianas sobre el arte de
director realmente extraordinarios los sonidos conectaban curio-
y grandes conocedores del estilo y samente con el pasado, el
la época musical, pero además suyo a través de la influencia
tiene el enorme acierto de incluir de Gluck o Mozart, y el de
obras del genio de Rohrau -hasta otras latitudes, como los Países
ahora muy poco conocidas y gra- Bajos, en algunos de sus
badas en contadas ocasiones- que Cuentos deliberadamente se trasladaba al pasado y tomaba el
nos aportan mucha luz sobre los papel de un compositor de la escuela polifónica neerlandesa, lo
años iniciales de su actividad mismo que en otros interpretaba el de un coetáneo de Mozart.
como compositor al servicio de sus primeros patronos, allá por Su admiración por este compositor le llevó a sustituir su verda-
1755-1760. dero tercer nombre, Wilhelm, por el de Amadeus.
Conforman el programa de este interesante CD tres divertimenti y No es de extrañar por tanto que su música, de excelente fac-
una cassatio que podemos calificar, sin temor a equivocarnos o exce- tura técnica -aprendida aquí y allá, en buena parte durante una
dernos, de obras maestras de juventud, todas ellas rebosantes de una de sus estancias en Berlín con su paisano Johann Friedrich
gracia exquisita, de un delicado y elegante perfume de primavera, de Reichardt-, sin plantear ninguna ruptura esencial con la forma,
un equilibrio formal que sólo Haydn sabía dar a sus composiciones intentara en ocasiones utilizar estilemas del pasado más o
ya desde sus primeros pasos como compositor. menos próximo. Lo apreciamos, por ejemplo, en partes del tra-
Nos resulta difícil resaltar unas obras sobre otras, pues todas son zado y armonía de las seis Canciones para cuatro voces a cap-
portadoras de verdades musicales absolutas, de momentos irrepeti- pella (1808), donde hallamos, al lado de un evidente aire
bles, como el Adagio inicial del Divertimento en re para barytón, mozartiano, aspectos nítidamente heredados de Palestrina.
viola y bajo continuo, que además abre el CD, como adelantándo- Menos presencia tiene la música antigua en su Misa en re menor
nos a los tesoros que vendrán después. La Cassatio o Divertimento (1805), de línea tradicional y construcción grandiosa, sólida-
en sol para dos oboes, dos trompas, dos violines, cello y contrabajo, mente levantada y sin duda muy mozartiana en sus plantea-
que cierra la grabación también nos reserva sorpresas deliciosas, en mientos generales y aun particulares: los diseños descendentes
especial el corte número 12, Adagio, de una belleza melódica que de la cuerda en el Kyrie nos traen a la memoria los del
nos produce una exquisita melancolía, casi divina, evocándonos Recordare del Requiem del salzburgués, obra escrita en la
cualquiera de las iluminadas salas de estilo rococó del palacio del misma tonalidad. En el resplandeciente Gloria hallamos la hue-
conde Morzin, en Lukavec, muy cerca de la ciudad bohemia de lla de las misas de Haydn, especialmente en el comienzo y en
Plzen, primer patrono de Haydn, para quien fue compuesto hacia la entrada en canon de los solistas. El Credo es quizá el núme-
1758. ro más flojo, el que se revela menos concentrado y en ciertos
De la orquesta, ¿qué se pueden decir sino los más altos elogios? momentos más vacuo. No hay la más mínima unción en instan-
Seguramente estamos ante los mejores conocedores del estilo y la tes clave como el Crucifixus. Tras un Sanctus conciso y de sabor
obra instrumental de Haydn. Aquí todo suena equilibrado, armóni- schubertiano y una hermosa y apretada fuga en el Hosanna, el
co, perfectamente afinado (ya lo demostraron en los dos volúmenes Benedictus nos suena a un joven y apacible Beethoven. El
dedicados a las oberturas de ópera de este mismo compositor), con Agnus, coronado por una solemne y bien trabada fuga, cierra
unas trompas naturales que debemos resaltar de manera muy sobre- con brillantez una obra estimable, aunque no del todo repre-
saliente, y todo ello envuelto en un sonido nítido y transparente que sentativa de la importancia que para la cultura posterior tuvo el
ayuda a dar un mayor vigor a las obras comentadas. En fin, un regis- compositor-director-narrador-abogado-amante-etc.-etc. Como
tro desde todos los puntos de vista muy recomendable, que nos hace músico, Hoffmann daría una medida mayor en algunas de sus
esperar con ansiedad futuros lanzamientos y, sobre todo, ¿por qué óperas, singularmente en Undine (1816), obra clave para el
no?, una futura integral de las sinfonías de Haydn. romanticismo alemán.
No es el Coro de la Capella Cracoviensis el más refinado y
Francisco de Paula Cañas Gálvez empastado del mundo, pero actúa, bajo la funcional y conoce-
dora batuta del especialista Roland Bader, con el suficiente
F.J. HAYDN: Los divertimentos (Vol. 4) - Divertimento en re mayor, Hob. X:10; impulso y vigor. Mejor en la Misa, que requiere menos sutilezas,
Divertimento en mi bemol mayor, Hob. IV:5; Divertimento en do mayor, Hob. II:11, El
cumpleaños; Divertimento (Casación) en sol mayor, Hob. II:G1 / Haydn Sinfonietta que en las canciones a cappella. Los innominados solistas
Wien. Dir.: Manfred Huss / KOCH / Ref.: 314822 (1 CD) D2 resuelven con discreción las no demasiadas dificultades de
También disponibles: aquella composición, en la que cumple bien la Orquesta del
F.J. HAYDN: Los divertimentos (Vol. 1) - Divertimentos Hob. II:20-22 / Haydn Sinfonietta grupo.
Wien. Dir.: Manfred Hsss / KOCH / Ref.: 312742 (1 CD) D2
F.J. HAYDN: Los divertimentos (Vol. 2) - Divertimentos Hob. II:1, 9, D22 / Haydn Papageno
Sinfonietta Wien. Dir.: Manfred Huss / KOCH / Ref.: 312862 (1 CD) D2
E.T.A. HOFFMANN: Canciones para 4 voces a cappella; Misa en re menor /
F.J. HAYDN: Los divertimentos (Vol. 3) - Divertimentos Hob. II:2, 24, 17 / Haydn Solistas, Coro y Orquesta de la Capella Cracoviensis. Dir.: Roland Bader / KOCH /
Sinfonietta Wien. Dir.: Manfred Huss / KOCH / Ref.: 314812 (1 CD) D2 Ref.: 314452 (1 CD) D2
( 10 )
Primera grabación digital de un gran título donizettiano: Parisina d’Este
Alexandrina es Parisina
1
833 fue un año extraordinariamente activo para Donizetti, figuración de una vocalidad romántica di forza; la crónica del
ausente de su residencia napolitana y dedicado a viajar inten- estreno en la Gazzetta di Firenze refiere las apasionadas discusio-
samente por la Península: Il furioso all’isola di San Domingo nes en la platea entre los detractores de un canto próximo al urlo
(Roma, 2 de enero), Parisina (Florencia, 7 de marzo), Torquato (grito) y sus defensores por exigencias expresivas de la situación
Tasso (Roma, 9 de septiembre) y Lucrezia Borgia (Scala de Milán, dramática. Y, en efecto, Parisina prefigura una vocalidad luego defi-
26 de diciembre) fueron las cuatro nuevas óperas, todas ellas bien nida como «verdiana»: voz con mucho cuerpo de la Ungher, voix
recibidas, que marcaron un significativo progreso sombrée de Duprez, de potencia sonora entonces
del compositor bergamasco hacia el pleno domi- desconocida, en contraste con la voz mixta y clara
nio de sus recursos como dramaturgo musical, de un Nourrit o un Rubini; vocalidad baritonal de
con la colaboración de los dos libretistas italianos un Coselli, distinta de la tradicional figura del bajo
más importantes del momento, Jacopo Ferretti y cantante.
Felice Romani. Parisina, debut florentino del ber- Parisina, que fue la primera ópera donizettiana
gamasco, ofrece un especial interés; fue escrita representada en los Estados Unidos (Nueva
para el empresario Alessandro Lanari, quien ya Orleans, 1837), sufrió un largo eclipse hasta la
comenzara su larga y fecunda colaboración con década de los sesenta de este siglo, en que
Donizetti encargándole, un año antes, el sonoro comenzó a ser repuesta en diversas ciudades ita-
triunfo milanés de L’elisir d’amore; especialmente lianas, a las que tomó el relevo Nueva York en
activo en Florencia y Venecia, la gestión de 1973, en célebre versión de concierto a cargo de
Lanari se caracterizaba por lo cuidado de sus una Caballé en excelente momento vocal, oca-
compañías de canto y lo lujoso de sus producciones. sión preservada por el disco y actualmente disponible en el sello
Segunda de las tres óperas de Donizetti con argumento tomado Myto. Con motivo de las conmemoraciones del bicentenario doni-
de Byron (entre Il diluvio universale y Marino Faliero), Parisina es zettiano, se repuso en Wexford, Lugano y Lugo de Romagna. Si esta
una de sus obras más trágicas por su tema y más sombrías por el última reposición dio lugar a una discreta versión publicada por
clima de desesperanza, de inexorable destino que, de principio a Bongiovanni y comentada por Fernando Fraga en estas páginas en
final, marca el fatum de sus personajes, sin apenas momentos lumi- octubre de 1998, la radiofónica de Lugano, que ahora nos ofrece
nosos que sirvan de contraste. Su argumento, que en 1913 retoma- DYNAMIC, contó, para una grabación digital en estudio abierta a
rá Mascagni sobre texto de D’Annunzio, recrea una historia real un reducido público, con excelentes mimbres: ante todo, la
acaecida en la corte del soberano de Ferrara, Niccolò III d’Este Orquesta y el Coro de la Radio Suiza Italiana dirigidos por
(Azo para Byron, Azzo para Romani y Donizetti), que en 1431 hizo Emmanuel Plasson y Diego Fasolis, respectivamente, junto a un
ejecutar a su esposa y su hijo bastardo por sus amores adulterinos. reparto de juvenil atractivo: el tenor napolitano Amedeo Moretti,
Byron, en su narración en verso, fechada en 1816, envuelve en presente en las tres citas del bicentenario arriba reseñadas, quien,
misterio, tras la decapitación de su joven amante, el destino final sin poseer un timbre especialmente atractivo, resuelve más que
de Parisina, cuyo nombre desaparece de labios y oídos («Her name airosamente las múltiples dificultades del rol creado por Duprez; el
-as if she ne’er had been- / Was banish’d from each lip and ear»). barítono español -tal condición le atribuía, al menos, Alexander
Romani y Donizetti, amigos del coup de scène, hacen morir de Weatherson, presidente de la Donizetti Society, en su crónica apa-
dolor a Parisina y convierten a Ugo, de bastardo, en hijo legítimo y recida en el Boletín nº 71 de la entidad- Ramón de Andrés, de
desconocido de Azzo, cuya filiación se revela en una escena de medios no muy refinados pero efectivo y temperamental en el
gran efecto al final del segundo acto, aunque, previamente, el clí- desagradable rol del celoso Azzo; a ellos hemos de añadir el par de
max de la historia se ha alcanzado cuando Parisina, espiada por excelentes contribuciones ofrecidas por el bajo Eldar Aliev y la pro-
Azzo, pronuncia en sueños el nombre de Ugo, con el consiguien- metedora mezzo Daniela Barcellona (que ha sido un sugestivo
te enfrentamiento violento entre los esposos. Con esta obra, Tancredi en Pésaro el pasado verano).
Donizetti crea una espléndida figura femenina, patética y doliente Pero el mayor interés del registro lo ofrece la sensacional pres-
en el primer acto («È in me natura il pianto», dirá al comparecer en tación de la joven soprano búlgara Alexandrina Pendatchanska,
escena), desafiante tras el descubrimiento de su amor en el segun- estrella ascendente en el firmamento donizettiano tras sus Parisinas
do acto, y anonadada por la tragedia, pero a la vez imprecadora, de Wexford y Lugano y sus inolvidables Elisabettas de Roberto
en el acto conclusivo. Desde su aparición en una larga escena ini- Devereux en el Regio de Turín y el San Carlo de Nápoles, ocasión
cial con coro y pertichini hasta el breve tercer acto a ella sola con- esta última en la que el abajo firmante pudo admirarla en junio de
fiado, su figura domina el escenario, del que sólo se ausenta en una 1998 (aunque, todo hay que decirlo, su reciente Adina de Pésaro
breve secuencia. Los demás personajes, aun sirviendo de contra- resultó bastante pálida): voz lírica con cuerpo, provista de un efec-
punto a la protagonista, no carecen de interés: Ugo, con su impru- tivo mordiente, excelente zona aguda y graves suficientes, agilida-
dente vehemencia de joven amante romántico, y Azzo, con su vio- des impecables y, sobre todo, temperamento, credibilidad escéni-
lento y celoso amor por Parisina. ca y capacidad para, a través del canto, transmitir intensidad y
Al servicio de los formidables intérpretes reunidos por Lanari -la emoción a la sufrida Parisina, que resulta no ser ya un personaje de
húngara Carolina Ungher, quien, jovencísima, había participado patetismo pasivo y monocolor, sino una mujer que sufre, lucha e
como contralto en los estrenos de la Novena Sinfonía y la Missa increpa. Y, para evitar ser tachado de parcial, recurro al testimonio
Solemnis de Beethoven, luego reaclimatada en Italia como soprano del antes citado Weatherson en la ocasión arriba mencionada:
limitato, cuyos agudos, trabajosamente adquiridos, eran considera- «Todo parecía diseñado para arropar la interpretación de la prima
dos «puñaladas» (stillettate) por Bellini, grande y expresiva actriz; donna, y logró hallarse una espléndida joya para tan cuidado
el joven tenor francés Gilbert Duprez, en el primer gran papel pro- entorno: Alexandrina Pendatchanska, tan seductoramente joven y
tagonista de su mítica carrera, que seguidamente crearía para hermosa como era la trágica duquesa de la historia, si bien dotada
Donizetti los roles tenoriles de Rosmonda, Lucia y, ya en París, los de una perspectiva psicológica de este gran papel que fascinó al
de Mártires, Favorita y Don Sebastián; y Domenico Coselli, exce- auditorio, [...] la soprano muestra una voz dramática capaz de
lente barítono dramático y creador asimismo del Ashton de Lucia-, enfrentarse a todos los desafíos vocales, una voz cuidadosamente
Donizetti compone una música que, si no alcanza las últimas cotas afinada y de notable contraste entre sus abrasadores pianissimi y su
de inspiración de Lucia o Elisir, ofrece abundantes situaciones de enorme vehemencia». Aunque el registro contiene mucho más,
alta tensión dramática e intensidad lírica, especialemente el dúo sólo por ella merecería la pena poseerlo. Colegas donizettianos:
Ugo-Parisina del primer acto, el dúo del enfrentamiento Azzo- no se lo/la pierdan.
Parisina, consecutivo a la revelación en sueños de su pasión, el
cuarteto que cierra el segundo acto tras descubrirse la filiación Santiago Salaverri
secreta de Ugo, y todas las escenas a solo, una por acto, de
Parisina. Pero, sobre todo, Parisina resulta, vista con ojos de hoy, G. DONIZETTI: Parisina d’Este / Pendatchanska, Moretti, De Andrès, Aliev, Barcellona
/ Orquesta de la Suiza Italiana. Dir.: Emmanuel Plasson / DYNAMIC / Ref.: CDS 227/1-
especialmente interesante por suponer un paso esencial en la con- 2 (2 CD) D2 x 2
( 11 )
PREISER recoge en disco una selección Una rareza se añade al catálogo BONGIOVANNI:
de grabaciones de Charles Dalmorès Ruy Blas, de Filippo Marchetti (1831-1902)
( 12 )
MASTER CLASS prosigue con su difusión de las óperas del «Verdi brasileiro»
( 13 )
Una década de O P U S 1 1 1
OPUS 111 cumple diez años esta primavera. Diverdi, nacida contemporáneamente, quiere dedicarle esta doble página central de nuestro núme-
ro de abril de 2000, en la que se recogen comentarios a diversas colecciones y novedades recientes, a la vez que aprovechamos para informar
a nuestros lectores de los múltiples tesoros que la infatigable actividad de Yolanta Skura (ver entrevista publicada en el número 75, de octubre
de 1999) prepara para todos nosotros, cualquiera que sea nuestra particular afición: la evocación de la cultura italiana medieval en Cantico
della terra, a cargo de Micrologus y el cuarteto vocal Giovanni Marini; un mosaico de música ortodoxa de diversos países, conservado en el
manuscrito del monasterio polaco de Suprasl (siglo XVI), con el Coro del Patriarcado Ruso de Moscú que dirige A. Grindenko; un álbum de pie-
zas pianísticas de Tchaikovsky, conteniendo Las Estaciones, Dumka y Tema y Variaciones, en versión de Olga Tverskaya en un piano Érard de
1867; el oratorio Cristo en el Monte de los Olivos, de Beethoven, con Christoph Spering al frente de Das Neue Orchester y, como nuevo pro-
yecto monstruo, pensado para conmemorar su décimo aniversario y digno de figurar al lado de los Tesoros de la música napolitana y tantos
otros, la OPUS 111 Vivaldi Collection, que irá publicando todas las obras de Antonio Vivaldi contenidas en las colecciones Giordano y Foà de
la Biblioteca Nacional de Turín: más de 110 discos de los que ya está en la calle el volumen I, que será comentado en el próximo boletín.
Felicidades, OPUS 111, y ¡adelante!
OPUS 111 presenta el CD del Jubileo: Dos excelentes recopilaciones del folklore ruso
2.000 años de Cristiandad
( 14 )
OPUS 111 aporta a las conmemoraciones bachianas una exquisita colección a precio especial
( 15 )
PREISER, ORFEO y GOLDEN MELODRAM compiten en nuevas recuperaciones wagnerianas
( 16 )
antiguo psicólogo no era Fricsay dirige Verdi, con un Fischer-Dieskau
capaz de llevar de la teo- recién estrenado en la ópera
E
conjunto un poco indife-
rentes. Por su parte, la primera función de ópera fue un Don Carlos en Berlín, 1948,
soprano checa se mostró dirigido por Fricsay: helo aquí, gracias a MYTO. Cantado en ale-
en todo -la presencia, el mán y acogido por el público
canto- como una notable con entusiasmo creciente,
Venus. Por el contrario, acorde con la calidad supe-
no eran «nuevos» la rior de la interpretación en
Rysanek, Prey y Talvela, los dos últimos actos, tiene
aunque sí «recientes». La
gran Leonie está inmensa en el segundo acto, que es el gran logro de
varios puntos de interés. En
esta representación. Si ya canta admirablemente la hermosa y radian- 1948, Don Carlo era un título
te aparición de Elisabeth, es en el conjunto de la acción dramática muy poco habitual, y en el
donde impone su arrolladora personalidad: ¡así se domina y se apla- catálogo discográfico no figu-
ca a una tropa de guerreros dispuesta a aniquilar al blasfemo entre raba versión alguna. Tanto
ellos!; sin embargo, el canto es un punto lineal en la plegaria, y la mayor, entonces, el mérito de
expresión resulta algo afectada, como deliberada: nadie es perfecto. un casi debutante Ferenc
Prey, en sus gloriosos 37 años, canta y dice con la nobleza de los Fricsay, sensible a las muchas
mejores las bellas canciones del minnesänger Wolfram y, además, bellezas de una partitura de la
sostiene con suficiencia la pugna con el desesperado Tannhäuser. Al que ofrece la versión en cinco
menos, esta es mi sincera opinión. Pero hace poco más de una sema- actos -aunque el de Fontainebleau está muy abreviado y hay cortes
na, un notable Wolfram actual, Eike Wilm Schulte, me comentó en
frecuente en los demás- con la inclusión, al comienzo del tercero,
Santa Cruz de Tenerife que a Prey le faltaba el lado dramático del per-
sonaje; quizá tenga razón su colega.(6) Quedan aún el buen Walther de música infrecuente.
de Willy Hartmann, el notable Biterolf de Gerd Nienstedt, un todo Lo más flojo del reparto es, como de costumbre, el protagonista,
terreno de Bayreuth durante catorce años, y sobre todo el magno que ha de medirse con un papel largo, difícil y poco agradecido.
Landgrave de Martti Talvela, lujo de su cuerda por la figura, la voz y Boris Greverus poseía medios considerables y un buen registro
la nobilísima expresión a los 31 años de edad. agudo, pero su prestación tiene muchos altibajos, y la línea de
La muerte de Wieland iba a abatirse sobre el «Nuevo Bayreuth» canto es muy poco depurada. Los nombres de Irma Demuth, Isabel,
tres meses después. La decadencia proyectaba una sombra aún y Johanna Blatter, Eboli, no nos dicen hoy gran cosa; también el
pequeña -por el momento extendida ya al foso- sobre la magnificen- libreto es parco en información sobre sus carreras, pero ambas cum-
cia de aquel bello Tannhäuser. Entre Urlus y los cantantes de 1966 plen con bastante acierto en sus temibles papeles. Dieskau firmaría
hay ya sesenta años de distancia. Luego, han transcurrido casi treinta para DECCA, unos 20 años más tarde, un Posa excelente, que ya se
y cinco más de creciente ruina acumulada detrás de la fachada de la anuncia aquí, especialmente en el fraseo elegante e imaginativo y
técnica y del dinero. Estos documentos me ponen alegre y a la vez
triste. Alegre, porque son testimonios de la historia, pruebas, informa- en la bella calidad vocal, sólo empañada por algunos defectos de
ción real. Triste, porque vienen a hacer aún más evidente la estupidez emisión (agudos abiertos) que siempre limitaron sus prestaciones en
del último cuarto de siglo, que se ha complacido y hasta refocilado al las óperas de Verdi. Bien en conjunto Greindl como Felipe II, espe-
hacer de «lo más grande» un horroroso esperpento o una nadería cialmente a partir de su gran escena del cuarto acto: su línea cano-
ra es poco verdiana -en buena medida, por cantar en alemán- pero
Ángel-Fernando Mayo interpreta con acierto y se adivina su presencia escénica imponen-
te. Y muy bien Josef Herrmann como Gran Inquisidor; el estuche de
Notas: 3 CD se completa con un recital de este notable barítono en pági-
nas de Wagner (muy buen Sachs) y Verdi, dirigidas por Karl Böhm.
(1) Urlus no aparece relacionado en el Diccionario de intérpretes que más
circula, traducido, en España, el de Alain Pâris. ¡Qué bonito! Sonido bastante bueno para la época, procedente de transmisión
radiofónica.
(2) Wotan fue Ferdinand Frantz, y Brünnhilde, su mujer, Helena Braun.
Una curiosa opinión más de John Culshaw sobre lo que es o no es primera Roberto Andrade
fila.
G. VERDI: Don Carlo / Fischer-Dieskau, Greindl, Demuth, Greverus, Herrmann, Blatter
(3) Como Celibidache en Berlín, Solti fue elevado al cardenalato, en / Coro y Orquesta de la Ópera Estatal de Berlín. Dir.: Ferenc Fricsay (1948) / +Bonus:
Múnich, por los rectores culturales de las fuerzas de ocupación, aprove- Arias por Josef Greindl / MYTO / Ref.: 3CD 001.H038 (3 CD) D10 x 3
chando que los «colaboracionistas» no podían dirigir temporalmente. Una
cosa que tengo que averiguar es el porqué de que Knappertsbusch, ciu-
dadano de honor, colmado de honores y venerado en la ciudad del Isar,
no recuperara su titularidad vitalicia en la ópera al marcharse Solti. Los
sucesivos titulares en vida de «Kna» fueron Kempe, Fricsay y Keilberth.
(4) El Wotan de esta función fue Hotter; la Brünnhilde, Helena Braun.
(5) En 1966, Windgassen tenía ya bastante con Tristán, los dos Sigfridos y
Loge.
RECITAL JAQUES URLUS - Registros de 1907, 1910, 1911, 1912 y 1924 de frag-
mentos de obras de Bizet, D’Albert, Halévy, Leoncavallo, Meyerbeer, Mozart, Verdi,
Wagner y Weber / Con Melanie Kurt (soprano) y Desider Zador (bajo) / Orquestas y
directores desconocidos / Registros originales: Gramophone y Odeon / PREISER /
Ref.: 89502 (1 CD) D2
R. WAGNER: La Walkyria - Primer acto / Völker, Schech, Dalberg / Orquesta de la
Ópera de Baviera. Dir.: Georg Solti (7.5.47) / ORFEO / Ref.: C019991Z (1 CD + catá-
logo de ORFEO D’OR) D14 SAMPLER OPERA RARA BELLA IMMAGIN
(Vol. II) RECITAL DIANA MONTAGUE
R. WAGNER: Tannhäuser (Versión mixta) / Thomas, Rysanek, Prey, Talvela, Extractos de las mejores óperas, Obras de Rossini, Mosca, Mayr,
Hartmann, Nienstedt, Winkler, Slembeck, Miljakovic / Orquesta y Coro del Festival recitales y antologías del sello. Benedict, Meyerbeer, Paer,
de Bayreuth de 1966. Dir.: Carl Melles / GOLDEN MELODRAM / Ref.: GM 1.0033 (Incluye catálogo actualizado Mercadante, Winter y Donizetti
(3 CD) D10 x 3 de la marca) Dir.: David Parry
OPERA RARA OPERA RARA
Ref.: ORR 209 (1 CD+catálogo) D6 Ref.: ORR 210 (1 CD) D1
( 17 )
CPO publica los dos últimos volúmenes de su integral de lieder de Hans Pfitzner
( 18 )
Una nueva recuperación de CPO: Roma, por primera vez en grabación completa
obras orquestales de Richard Wetz (1875-1935) en el sello DYNAMIC
( 19 )
TESTAMENT presenta una integral sinfónica de Brahms a cargo de Arturo Toscanini
J. SUK: Praga, op. 26; Cuento de hadas «Pohádka», OP. 16 / Filarmonía del Noroeste de Alemania. Dir.: Alun Francis / CPO / Ref.: 999576-2 (1 CD) D14
( 20 )
CPO expende la docena de Sinfonías completas de Darius Milhaud (1892-1974), en edición galardonada
con el premio CANNES CLASSICAL AWARDS 2000 en la categoría de estrenos orquestales en CD
E
ntre los títulos seruendos del copioso catálogo creativo de Buda»), en conmemoración del 250 aniversario de la reconquis-
Milhaud fue el postrero Ani maamin, un canto perdido y ta de la plaza húngara del dominio otomano-. Regresó Milhaud
recobrado, cantata compuesta para la edición de 1973 del a su ciudad natía para crear una obra festiva y de gran enverga-
Festival de Israel sobre un texto de Elie Wiesel con la cual alcan- dura en cuatro tiempos que revistiera forma de sinfonía -su
zó su opus 441. Escribió en 1962 Claude Samuel: «¿Puede una Tercera- para coro (sin palabras en el segundo movimiento y
producción inmensa ser acaso perfecta? ¿Puede uno imaginarse sobre el texto latino en el último) y orquesta, avivada por un
cuatrocientas obras todas igualmente impregnadas por la gracia ánimo laudatorio debido al desenlace acaecido.
del genio? [...] Incluso en sus páginas Retornado a su morada estadounidense
más flojas, Milhaud conserva un estilo, recibió Milhaud en 1947 la proposición
su estilo...» Observó atinado Adolfo del ministro francés de Educación nacio-
Salazar: «La facilidad y la fecundidad de nal de escribir una composición para la
Milhaud se hicieron pronto legendarias». ocasión del centenario de la Revolución
Incomparablemente industrioso en el de 1848. De ella derivó la Cuarta sinfo-
marco del siglo XX, se mantuvo activo nía, en cuatro evocativos cuadros con
por igual en la salud como postrado en música programática sin acción, reminis-
su lecho de enfermo o incluso sumido en cente de marcialidad y tonos insurreccio-
las molestias de los viajes, creando obras nales, plena de elocuencia y sugestivo
voluminosas (óperas, ballets, conciertos, colorido.
partituras sinfónicas) a la par que otras Fechadas en la década de los cincuenta,
numerosas de reducido formato (ciclos las sinfonías Quinta (1953), Sexta (1955),
de canciones, piezas de cámara e instru- Séptima (1955), Octava (1957; Del
mentales). Enemigo de los sistemas, Ródano: descriptiva del curso de este río,
Milhaud utilizó todos los procedimientos crucial para la historia de Francia, desde
de expresión factibles con un estro meló- su nacimiento entre las brumas alpinas
dico innovador sin cesar, en una descon- suizas hasta su desembocadura del delta
certante mezcolanza de sencillez y com- de La Camargue en tierras provenzales) y
plejidad siempre ajena al hermetismo. Novena (1959), fueron originadas por las
«Soy un francés provenzal y por religión un judío», declaró al respectivas encomiendas de la itálica RAI, Charles Münch y la
comienzo de su autobiografía Ma vie heureuse. Si bien transitó Orquesta Sinfónica de Boston, la Radio belga, la Universidad de
por múltiples movimientos estilísticos (neoclasicismo, exotismo, Berkeley (California) y Mario de Bonaventura para la Orquesta de
influencias del jazz, politonalismo) debido a su curiosidad y Fort Lauderdale. Presentan recíprocas concomitancias tales como
goloso apetito, se desenvolvió por los cauces del gusto armónico la duración oscilante entre los veinte y treinta minutos y una gra-
latino y la claridad francesa pero sin desdeñar cierta monumen- fía suelta impelida por un ímpetu de alígera progresión, embebi-
talidad altilocuente. De la causticidad cara a Les Six hasta un liris- da en la tinta secretada por un abundante e inextinguible ideario
mo denso, el politonalismo -que no anula la tonalidad sino estético.
superpone tonalidades diversas- ejemplifica la particularidad téc- La tríada sinfónica final de Milhaud data del bienio 1960-61,
nica más lucida de su música. época en que el autor mantenía -en transoceánico acaballamien-
Las seis sinfonías de cámara previamente compuestas por to- la responsabilidad de sus puestos americanos y franceses.
Milhaud entre 1917 y 1923 equivalieron al ejercicio de estilo Cimentado su estilo en el formalismo tradicional, difería palma-
propedéutico a su inmersión en el genuino elemento sinfónico, riamente del furibundo vanguardismo de sus contemporáneos.
requeridor de una más nutrida plantilla orquestal. Promediada su Mientras que la Décima (1960; compuesta por el centenario del
prolífica andadura artística y recluido en su residencia de su natal estado de Oregón) inhala el alborozo neoclásico, la Undécima
Aix-en-Provence a causa de la artritis reumática que le aquejaba (1960; Romántica: encargo de la Biblioteca pública de Dallas)
y ocasionalmente le confinó en una silla de ruedas, afrontó en consecuentemente exhala un aire meditativo y la Duodécima
1939 la escritura de su Primera sinfonía, portadora del núm. 210 (1961; Rural: requerida por la Universidad de Davis) muda con
de opus. Acicateado por esta comisión de la Orquesta Sinfónica naturalidad las impresiones en sensaciones sonoras, y la lumino-
de Chicago que celebraba así su aniversario, pudo enfrentarse a sa sustancia mediterránea en cálida claridad californiana.
su severa incapacidad física y sobrellevar la inquietud suscitada CPO realizó entre 1992 y 1997 la primera grabación integral
por las expectativas aciagas que los acontecimientos de la con- de las doce sinfonías (invariablemente perspicuas) de Milhaud
tienda bélica hacían presagiar. Ilustra sus cuatro movimientos la con la estimable aportación de la Orquesta Sinfónica de la Radio
premisa que Milhaud se propuso imprimir en sus demás obras de Basilea y la participación del Coro del Teatro basiliense en la
sinfónicas: esbozar estampas características discordantes entre sí Tercera, regidas ambas formaciones por la diligente (y ducha en
mas concertados sus contrastes en el lienzo conjuntivo, fuesen de el repertorio coetáneo) batuta de Alun Francis. La edición (en un
talante jubiloso, extravagante, solemne, vigoroso o relajado. estuche de cinco discos) añade el aliciente gráfico de reproducir
Huido en 1940 de la Francia invadida por y rendida a los en las portadas de los librillos cuadros de Paul Cézanne, ínclito
nazis, el semita Milhaud durante el resto del transcurso de la con- conciudadano del compositor.
flagración europea se refugió en los Estados Unidos, donde Podría la sinfonía coral Pacem in terris (1963) ser considerada
ocupó un puesto de profesor en el Mills College de Oakland cual Decimotercia integrante del ciclo sinfónico de Milhaud.
(California) y luego aceptó, en 1944, el encargo de componer su Basó el músico judío esta obra en fragmentos de la encíclica
Segunda sinfonía (en cinco movimientos), proveniente de la homónima dirigida por el papa Juan XXIII al orbe católico (pro-
Fundación Koussevitzky en memoria de Nathalie. En 1946 la vocadora del interés universal), cuyo estreno fue conducido por
estrenó el mismo compositor al frente de la Orquesta Sinfónica el protestante Charles Münch. Consistía su mensaje ecuménico
de Boston, desplegando una sucesión de acentos serenos, miste- en una llamada para terminar con el racismo, por el reconoci-
riosos, fúnebres o recónditamente gozosos. miento de la igualdad de todos los pueblos en dignidad y dere-
A modo de manifestación del regocijo inspirado por la finali- chos, así como por el desarme mundial y la consiguiente desa-
zación de una guerra de tan funestos efectos para la humanidad parición de las armas nucleares: fruslerías utópicas.
cuan execrable sea para siempre el recuerdo de sus instigadores,
Henri Barraud, director de la Radiodifusión francesa, pidió a José Luis Gómez Lozano
Milhaud en 1946 que compusiera un Te Deum según el himno
ambrosiano en alabanza de Dios -como, asimismo, hiciese en D. MILHAUD: Integral de sinfonías - Sinfonías 1-12 / Orquesta Sinfónica de la Radio
1936 Kodály con su Budavári Te Deum («Tedéum del castillo de de Basilea. Dir.: Alun Francis / CPO / Ref.: 999656-2 (5 CD) D14 x 5
( 21 )
BIS presenta su segundo y último CD dedicado BIS publica el segundo volumen de la
a las sinfonías de Albéric Magnard (1865-1914) integral pianística de Isaac Albéniz,
S
pasado verano con el dedicado a las Sinfonías 1 y 3, que fue comentado en estas pági- e ha dicho que de un modo original, y
nas en el Boletín nº 74. Razones de minutaje han obligado a utilizar dos discos de corta un tanto tardío, España se incorpora
duración, uno por sinfonía, aunque el álbum se vende a precio de un disco sencillo; ya con Albéniz al lado pianístico del
puestos, quizá hubiera sido preferible aprovecharlos romanticismo europeo. Cierto es que el
para editar una auténtica integral orquestal del compo- músico aglutina todas las características del
sitor francés, incluyendo en el álbum sus restantes intérprete romántico: niño prodigio triunfan-
obras, de dimensiones más reducidas, encuadradas en te, nomadismo, autodidacta, desbordante
el género sinfónico-poemático: el Canto fúnebre, la humanidad, viajero con Liszt por varias ciu-
Obertura, el Himno a Venus y el Himno a la justicia. dades europeas...
En el artículo anterior ya se comentó la importancia del Si en un principio, como todos los com-
legado sinfónico de Magnard como lazo de unión del positores de la época, Albéniz aprende a
sinfonismo francés de los años ochenta (Saint-Saëns,
hacer música siguiendo fielmente el con-
Franck, Lalo, Chausson) y el del nuevo siglo, cuyo
cepto de lo «español» que les venía de
representante más egregio será Albert Roussel. La per-
fuera: Glinka, Liszt, Lalo, Bizet, con ese
sonalidad de Magnard no ha dejado de intrigar a quie-
nes se han acercado a su figura: hombre de insoborna-
carácter pintoresco y «tópico», finalmente,
ble honestidad y consecuente con sus ideas, vivió en su instinto de
un creciente aislamiento frente al tumulto parisino, gran músico,
retirándose con su familia a Baron, pequeña población su autodidac-
en el nordeste de Francia, donde le sorprendió el esta- tismo perfec-
llido de la Guerra del 14. Tras evacuar a su mujer e hijas, permaneció tranquilamente com- to, le encum-
poniendo hasta que el avance del ejército alemán le llevó, en un acto de absurdo heroísmo brarán a
-ilustrativo de su intransigente personalidad- a enfrentarse en solitario desde su propiedad sobrepasar
con las tropas enemigas, que arrasaron su casa, pereciendo su autor y destruyéndose todos esa estética
sus papeles, recuerdos y manuscritos, incluidas las obras en curso de composición. costumbrista,
La Segunda Sinfonía, compuesta entre 1892 y 1893 -una vez concluidos sus estudios con llegando a ser
D’Indy-, no siendo una obra perfecta, supone un avance sobre la inmadura Primera. Tras uno de los
una inicial ejecución pública en Nancy en 1896 a cargo de su amigo Guy Ropartz, mal aco- grandes hitos
gida por la crítica, que la motejó de complicada, oscura y «logarítmica», Magnard sustitu- del pianismo
yó el segundo movimiento -Fugas- por el frescor popular de unas Danzas «deliciosas de ins- del siglo XX.
piración y ritmo» a juicio de Ropartz. Cuatro movimientos componen la obra: una Obertura Su música no
(Assez animé) en forma sonata con un doble tema, el primero, lleno de energía, a cargo de ha nacido de una escuela, y aunque lleve
los cellos, y el segundo, más lírico y soñador, confiado a las maderas; un Scherzo -las asimilada los postulados de la nueva escue-
Danzas antes citadas-; un extenso y apasionado tiempo lento (Chant varié), consistente en la francesa, es más fiel al radical individua-
un expresivo tema a cargo de los violines seguido de tres desarrolladas variaciones, cerrán- lismo español, en su caso decidido a tomar
dose la obra con un Final (Vif et gai) coronado por un fortissimo en unísono. la vieja raíz hispana para expresarla con
La Cuarta Sinfonía, compuesta entre 1911 y 1913, a más de quince años de distancia de savia nueva.
la anterior, la sugestiva Tercera (1895-96), es una página de plena madurez, sin duda la obra Casi año y medio después de la graba-
maestra del entero ciclo y una de las más elevadas muestras del quehacer sinfónico francés, ción del primer volumen de la obra comple-
digna de figurar entre las mejores de su tiempo al lado de las de Franck, Dukas o Roussel. ta para piano de Isaac Albéniz, el sello BIS
Su estreno triunfal tuvo lugar en la Sociedad General de Música el 16 de mayo de 1914, dos pone a nuestro alcance este segundo álbum
meses antes del estallido de la conflagración que acabaría con sus días. Obra que transpira registrado en julio de 1999 en el Auditorio
serenidad por todos sus poros, y sin embargo compuesta «en un completo marasmo», a jui- de Zaragoza por el pianista que ha iniciado
cio de su autor, cuenta con una orquesta rica: maderas a dos, más piccolo, corno inglés y la serie: Miguel Baselga, quien está compro-
clarinete bajo; cuatro trompas y restantes metales por tres, arpa y percusión. El primer movi- metido a finalizarla. El CD incluye esta vez
miento se abre con un Moderé -que contiene el tema generador de la obra, con tres célu-
el segundo de los cuatro cuadernos de esa
las o elementos que reaparecerán a lo largo de la sinfonía en citas textuales, desarrollos o
síntesis colosal del virtuosismo romántico
superposiciones con otros temas-, seguido del tradicional Allegro bitemático, que respeta
que es Iberia. Las tres piezas que lo compo-
todos los cánones del género (exposición, desarrollo, reexposición y coda con cita del tema
generador; el segundo (Vif), es un Scherzo también con dos temas, el segundo de los cuales nen, Triana, Almería y Rondeña, se nos ofre-
es una transposición de la recurrente célula inicial, al que sigue sin interrupción un tiempo cen por el orden en que se publicaron por
lento, aunque precisamente titulado Sans lenteur et nuancée (Sin lentitud y matizado), vez primera en 1907. Habitualmente esta-
extenso lied variado en cinco secciones que alternan pasajes líricos y otros de mayor inquie- mos acostumbrados a escucharlas invertidas
tud e inestabilidad, y que a su vez se encadena con un grandioso final (Animé) que con- las secuencias de las piezas, al tomarse
cluye en la calma y la serenidad. Pero toda descripción técnico-estructural, aun la más pre- como modelo una segunda edición que el
cisa, no alcanzará a expresar lo que constituye el rasgo más característico de esta summa compositor publicó poco tiempo después y
sinfónica magnardiana: lo noble y bello de sus ideas, su contagiosa energía, su optimismo en la que la gracia impresionante de
y ternura, su amor a la vida. Auténtica radiografía del alma exigente y autocrítica de su Rondeña aparece en primer término con
autor, resulta merecedora del conocimiento de un público todavía alejado del mundo sin- Triana en último lugar, manteniéndose
fónico francés, al que esta brillante interpretación de la centuria sueca, dirigida por un here- Almería en el lugar central. El segundo cua-
dero de la mejor tradición directorial alemana como Thomas Sanderling, puede desvelar derno de Iberia fue dado a conocer por la
nuevos horizontes, insospechadas cimas. Un disco de los que hacen afición. pianista Blanca Selva en septiembre de 1907
en St. Jean de Luz, aunque Triana se daría a
S.S. conocer, meses antes, por Joaquim Malats
en Barcelona y Madrid, respectivamente.
A. MAGNARD: Sinfonía nº 2 en mi mayor; Sinfonía nº 4 en do sostenido menor / Orquesta Sinfónica de Malmö. Siguen a estas piezas los 7 Estudios en los
Dir.: Thomas Sanderling / BIS / Ref.: BIS 928 (2 CD) D2 [2 CD al precio de 1]
tonos naturales mayores, op. 65, deudores
También disponible: de la estética listziana, aunque también
A. MAGNARD: Sinfonía nº 1 en do menor, op. 4; Sinfonía nº 3 en si bemol menor, op. 11 / Orquesta Sinfónica
de Malmö. Dir.: Thomas Sanderling / BIS / Ref.: BIS 927 (1 CD) D2 podemos averiguar tras sus notas a
Schumann y a Chopin. Estudios éstos de
( 22 )
gran expresividad y de cierta ALMAVIVA publica una cuidada selección de grabaciones históricas de Joaquín Turina
complejidad para el intérpre-
te. Las dos mazurkas de salón:
Amalia, op. 95 y Ricordatti, Sombras benefactoras
op. 96, son tributos al con-
R
cepto burgués de la música ebuscando en el túnel del tiempo y en instrumento que tañe el propio Turina. Bastantes
de salón en la que si no hay archivos raros, el sello ALMAVIVA, depen- grados peor que la ya citada Victoria, Los dos mie-
hondura sí hay algo del alma diente del Centro de Documentación dos y Tu pupila es azul son otras dos páginas para
y musicalidad de su autor. Musical de Andalucía, ha espigado una serie de soprano que aborda doña Lola.
Continúa con las dos piezas recónditos tesoros: interpretaciones históricas de Dos obras para guitarra, la Sonata, op. 61 y el
que forman la colección pentagramas de Joaquín Turina, un compositor Fandanguillo,
Espagne (Souvenirs), que andaluz de mucho tronío, un competente artesa- op. 36, nos re-
apuntan al estilo maduro en no, dotado de una preparación musical importan- cuerdan las ha-
un alarde de cálida sensibili- te, de una notable inspiración para aprovechar bilidades de
dad poética y de audacias temas populares de su tierra, de una formación los dos quizá
armónicas. El disco se com- académica -la parisina Schola Cantorum de por más grandes
pleta con la única obra escri- medio- a prueba de bomba y de una sutil capaci- guitarristas
ta y acabada que está pensa- dad para, desde esa altura, colorear todo tipo de españoles de la
da para suite sinfónica articu- imágenes musicales; siempre partiendo de una posguerra,
lada en seis piezas y denomi- por lo común impecable factura en la que lo fol- Narciso Yepes
nada Alhambra. En La Vega, klórico no llegaba a adquirir casi nunca el vigor, y Andrés Se-
que así se llama la pieza en el grado de estilización, la trascendencia que govia, respecti-
cuestión, se nos muestra entrañaban algunas de las mejores composicio- vamente, en
como una «reflexión musical» nes de Albéniz, Falla o, incluso, Granados. Gusta grabaciones
en su mismo forcejeo formal. siempre en todo caso escuchar la música del sevi- muy alejadas en el tiempo. La del primero, toma-
Ella nos indica el tránsito llano, aunque a veces, a fuerza de repetir esque- da en el Teatro Real en 1969, suena con mucha
hacia una unión del gran vir- mas, giros, diseños melódicos y rítmicos, se sitúe presencia aunque un tanto oscura; la segunda es
tuosismo pianístico, con un próxima al cliché. de 1928 y pese a ello se sigue con cierta limpie-
sentido claramente «naciona- Cómo no seguir con atención, por ejemplo, za. Dos relevantes pianistas se hacen cargo de
lista» de la composición: la esa sensacional interpretación de los cuatro tres de las Cinco danzas gitanas, op. 55 y de
evocación de la vega granadi- números vocales -no se incluyen los tres instru- Mujeres españolas, op. 17. El uno, José Cubiles,
na, el fondoso paisaje que mentales- del Canto a Sevilla, en los que brilla que toca con su sentido del ritmo y su gracia tra-
bordea la ciudad. No es tanto como un diamante la impoluta voz de una dicionales en un registro de los años cuarenta; el
una descripción, es una inte- Victoria de los Ángeles de 28 añitos (1951), tersa, otro, Esteban Sánchez, que exhibe su digitación
riorización la que nos hace cristalina, capaz de dar a unas piezas algo anodi- primorosa y su fraseo incisivo en una exultante
sentir esa música de Albéniz: nas y repetitivas un misterio y un encanto que no interpretación para RNE de 1974 perjudicada por
la vieja raíz hispana añorada poseen en tal grado; ni siquiera en la versión con una toma sonora metálica en la que el piano
en la lejanía. Indiquemos que acompañamiento orquestal, que es la que en este parece una pianola; algo en lo que intervenía
caso se brinda y en la que presta su brío la batu- también la tímbrica agresiva y el estilo percutivo
esta bella pieza está colocada
ta de Antal Dorati, que hace vibrar a la Orquesta del instrumentista extremeño, un artista de talla
en la banda 11 en lugar de en
de la Residencia de La Haya. Siguiendo con lo que, inexplicablemente y por diversos problemas
la 15 como se señala en los
sinfónico, hay que resaltar la presencia de una que no vienen al caso, no llegó a hacer, en con-
créditos del disco.
soberana recreación, plena de vida y color -en tra de lo que se podía prever, una carrera interna-
Si a Miguel Baselga ya en
ocasiones solamente entrevisto dada la pobreza cional de altura pareja a sus dotes y méritos, fácil-
sus inicios se le daba como
del espectro sonoro-, fechada en 1954, de La pro- mente comprobables en esta marchosa y calurosa
un prometedor ejecutante,
cesión del Rocío, debida a Argenta y la Nacional recreación del juvenil Op. 17, uno de cuyos
hoy ya no queda duda de su
de las grandes épocas, y la estupenda aunque números, el segundo, La andaluza sentimental,
ascenso en el escalafón. Nos
lejana lectura de Ensueño, una de las tres Danzas encuentra un arreglo abreviado en los precisos y
proporciona un registro del fantásticas, con nada menos que Fernández Arbós garbosos palillos de Antonia Mercé, La Argentina.
todo atractivo, con un piano y su Sinfónica (1929); la sensitiva y poética narra- Otra bailarina no menos famosa, Encarnación
brillante y ágil al que no le ción de La oración del torero de Toldrá y la López, La Argentinita, nos obsequia con el
falta expresividad. La forma Sinfónica de Barcelona (1949) y la curiosa inter- Zapateado, de tres Danzas andaluzas, op. 8, gra-
de presentarnos la obra del pretación de la Rapsodia sinfónica, op. 66 a cargo bación, como la anterior, de 1930.
compositor hace interesante de la pianista inglesa Moura Lympany y el direc- Un álbum de dos discos que, según lo expues-
su audición, ya que en su tor checo Walter Süsskind con la Philharmonia de to, nos trae, como apunta Justo Romero en sus
simultaneidad pueden distin- Londres (1947). documentadas notas, un cierto olor a naftalina:
guirse las distintas etapas y En lo vocal, aparte lo comentado acerca de no porque la música recogida en sagaz labor de
evolución del maestro catalán Victoria de los Ángeles, nos encontramos con una producción por José María Martín Valverde no
que le llevaron a ocupar un auténtica joya: Cantares, del ciclo Poema en posea un valor artístico innegable, sino por la
puesto de privilegio en el uni- forma de canciones, op. 19, en versión de antigüedad de las tomas y por las características
verso musical. Excelentes Conchita Supervía (1928), que despliega, en un de unos pentagramas que, en algunos aspectos,
comentarios de Jacinto Torres tono más bajo del habitual, una magistral lección más allá de su acertada configuración formal,
en el librito que acompaña al de gracia, intención y arte, con la palabra muy podían acercarse demasiado a la frontera del sen-
disco. dicha y la voz, con su característico trémolo, en timentalismo y no llegaban a trascender del todo
sazón: timbrada, caliente, llena de sugerencias y el límite de lo genial. La publicación tiene en
M.G.F. de envolventes significados. No es corriente escu- todo caso calidades suficientes y ofrece aspectos
I. ALBÉNIZ: Integral de la obra para
char hoy en día grabaciones de la durante tantos instrumentales y vocales de rango y categoría
piano (Vol. 2) - Iberia (Cuaderno II); años profesora y fundadora de la Escuela de canto indiscutibles, contenidas en una selección que no
Siete Estudios en los tonos naturales de Madrid, Lola Rodríguez de Aragón. Aquí la guarda ningún aparente orden.
mayores, op. 65; Amalia, op. 95;
Ricordatti, op. 96; Espagne tenemos a sus 36 primaveras (1946), con su fres-
(Souvenirs); La Vega / Miguel Baselga ca y ligera sonoridad de jilguero, una moderna Papageno
(piano) / BIS / Ref.: BIS 1043 (1 CD) D2 Elisabeth Schumann -de quien había sido pasaje-
ra discípula- pero con menor encanto tímbrico y GRABACIONES HISTÓRICAS DE JOAQUÍN TURINA -
También disponible: Registros de 1928 a 1974 / Interpretaciones de Victoria de los
I. ALBÉNIZ: Integral de la obra para unas dosis mayores de infantilismo interpretativo. Ángeles, Antal Dorati, Esteban Sánchez, Narciso Yepes, Ataúlfo
piano (Vol. 1) - Iberia (Cuaderno I); 12
Piezas características, op. 92; Mallorca Algunos ocasionales ataques al agudo faltos de Argenta, Conchita Supervía, A. Mercé «La Argentina», E.F.
Arbós, José Cubiles, Lola Rodríguez Aragón, Eduardo Toldrá,
(Barcarola), op. 202 / Miguel Baselga redondez y de exactitud tonal perjudican una Andrés Segovia y Joaquín Turina / ALMAVIVA / Ref.: DS 0128
(piano) / BIS / Ref.: BIS 923 (1 CD) D2
plausible aproximación a las cuatro canciones del (2 CD) D10 x 2
Canto a Sevilla, esta vez en su versión con piano,
( 23 )
DIVERDI
ANTONIO ARMET entrevista
E
NSAYO es el sello español que, desde finales de los años sesenta, supuso sin duda la aventura más exitosa de la industria discográ-
fica nacional. En su rico catálogo es posible hallar lo mejor de muchos de los grandes nombres de la música española, tanto autores
-de Albéniz, Arriaga o un hispanizado Boccherini, pasando por Falla, Guridi y los Halffter, hasta Sor, Toldrá y Turina- como intérpre-
tes -ante todo, Federico Mompou y Esteban Sánchez, y también Ros Marbá, López Cobos, Achúcarro, Zanetti, los García Asensio y can-
tantes de la talla de Teresa Berganza y José Carreras-; pero no es menos posible encontrar los nombres de Beethoven, Brahms, Liszt,
Mozart, Pergolesi o Vivaldi, o los de Bergonzi, Bolet, Marco Scano, el Cuarteto Rasoumovsky o la Orquesta de Cámara Inglesa. Y, como
muestra de la apertura de horizontes del sello, que nunca se planteó la falsa dicotomía música culta-música popular, la zarzuela, las can-
ciones de toda la vida, los pasodobles, los boleros, la música sudamericana y las grandes aportaciones jazzísticas de Tete Montoliu se
codean en condiciones de igualdad en sus páginas con los grandes clásicos.
Hemos pedido a Antonio Armet, alma mater del sello desde su creación, que nos hable de sus orígenes, su historia, sus proyectos y
sus sueños, realizados o no. Estas son sus confesiones.
( 24 )
paseando con Carlo Bergonzi por Villa Agata, residencia de Verdi, le
propuse una grabación en la que interpretara todas las romanzas para ONDINE prosigue su recorrido por la obra
tenor habidas en la obra verdiana y cuya edición coincidiría con el 75 del finlandés más actual, de la mano de Ashkenazy
aniversario de su muerte (1976). Aceptó y puse manos a la obra.
Cuando todo estaba a punto, tuve que cancelarlo porque la envergadu-
ra económica y el riesgo que comportaba era superior a nuestras posi-
Recientísimo
bilidades. Afortunadamente, una gran empresa retomó el proyecto y lo
llevó a cabo tal y como Carlo y yo lo habíamos planeado. Ahí está, y
eso es lo importante. Algo parecido me ocurrió con los conciertos de
Rautavaara
Liszt proyectados con Jorge Bolet y la New Philharmonia; un Retablo de
E
Falla al que le faltó un último detalle, etc. stamos ante dos obras recientísimas de Einojuhani Rautavaara,
el compositor finlandés nacido en 1928 al que estas páginas
D.: ¿Cómo afrontó ENSAYO la transición al CD? ¿Cuáles han sido las le han dedicado ya considerable atención. Rautavaara, pese a
premisas de su relanzamiento actual? su fecha de nacimiento, no tiene nada que ver con los composi-
tores vanguardistas de su genera-
A.A.: Sin entrar en las sutilezas que han venido cuestionando las cuali- ción. Obras como el Concierto para
dades del CD, he de confesar que fui un decidido partidario desde su piano nº 3 (1998), aquí incluido,
aparición, convencido de que venía a solventar milagrosamente podrían hacernos deducir que se
muchos problemas del vinilo que siempre me habían perturbado. Tuve trata de un creador apegado a la tra-
la suerte de que un distribuidor y amigo en Holanda tuviera buenas rela- dición. En efecto, este Concerto en
ciones con las fábricas (en 1983, en los inicios, no sobraba la produc- tres ortodoxos movimientos y con la
ción), y eso nos permitió que ENSAYO fuera una de las pioneras en la carga enfática y dramática de las
edición en CD. En cuanto al actual relanzamiento, éste significa el grandes obras del repertorio, desde
punto de partida, el arranque de una etapa, en un contexto de nueva Grieg a Rach-maninov, desde
savia, de nuevas aportaciones y expectativas acordes con los tiempos Schumann a Chai-kovski (e incluso
que corren, ¡tan distintos!, pero sin traicionar el talante de ENSAYO. Este parodias cinematográficas como el
relanzamiento nos ha permitido editar aquellas producciones del fondo Concerto macabro de Herrmann o
de ENSAYO que consideramos vigentes y hacerlo en las mejores condi- el Concerto de Varsovia de
ciones. A la vista del catálogo alcanzado, creo que es una buena cre- Addinsell). Pero los niveles de conciencia sonora e histórica no
dencial para acometer futuras ambiciones. admiten marcha atrás así como así. El tenso discurso de
Rautavaara no responde en esta obra concertante a las referencias
D.: ¿Qué discos importantes de la etapa anterior están aún pendientes heroicas de sus modelos, ni siquiera a sus demandas virtuosísti-
de lanzamiento? ¿Cuáles son las novedades discográficas más significa- cas, y mucho menos a la lucha que, pretendiéndolo o no, retratan
tivas de la nueva etapa? aquellos artistas y retrata éste. El Concerto de Rautavaara es muy
fin de siglo, y en su desarrollo a partir de acordes plenamente
A.A.: Con los anunciados para este año 2000 creo que ya hay poco por tonales hay al menos uno de los hallazgos de la música del siglo
reeditar. Quedarán grabaciones que sí fueron muy importantes y signi- XX, la desolación. Y la desolación, descubierta por Mahler y desa-
ficativas en su momento, pero que por diversas razones han perdido rrollada por compositores tan distintos como Shostakovich y unos
actualidad. De la nueva y aún breve etapa, viniendo de hablar de la cuantos soviéticos más; como Bernd Alois Zimmermann o Luigi
anterior, en la que el tiempo ya ha hecho su criba y selección, se me Nono, es marca de una época, de una conciencia y de una crisis
hace difícil e incluso inoportuno destacar nada. Sólo desear que todo lo que va más allá del derrumbamiento de la tonalidad clásica y la
hecho esté justificado y tenga un digno nivel de calidad. generalización del serialismo (lo integral: ¿lo integrista?). El liris-
mo del Concerto es desbordado, pero esto no es noticia en
D.: ¿Qué distribución internacional tiene actualmente ENSAYO? ¿Está Rautavaara. Como tampoco lo es que ese lirismo se convierta en
usted satisfecho de los dos años transcurridos desde el relanzamiento abierto drama. Y hasta en sugerencia de tragedia, si es que la tra-
del sello?
gedia es posible en música no teatral.
El Concerto nº 3 es encargo de Ashkenazy, como pianista y
A.A.: ENSAYO se distribuye en Francia, Benelux, Alemania, Japón,
director. Si sabemos esto, descubriremos un sentido profundo en
Estados Unidos, Suiza... con las esperanzas y dificultades que compar-
te la industria discográfica en general. Estoy satisfecho (o todo lo satis-
el discurso de estos tres movimientos, un sentido más allá del sim-
fecho que puede estar un perenne insatisfecho) del trabajo realizado en ple divismo, del puro virtuosismo.
esta nueva etapa. He de reconocer que ENSAYO, por razones persona- Por título, por planteamiento y por modelos, Jardines de otoño
les que no vienen al caso, languidecía, y tengo que agradecer los nue- (1999) tiene presente nombres como Debussy, el maestro que
vos entusiasmos personalizados en la juventud de David Martí, ¿eco de desmiente el monopolio vienés; como Messiaen, incomprensible
los de 1968?, que han venido a reconducir la situación. sin la comprensión espiritual de los materiales; como Takemitsu,
el de los sueños sonoros. Pero el cromatismo de los acordes bási-
D.: Y, por último, las preguntas obligadas: ¿Cuáles son los futuros planes cos y la reorganización del material sitúan a Rautavaara en otra
del sello? ¿Cuáles los anhelos que espera ver satisfechos? línea, la de un lirismo ajeno a Debussy; la de un sinfonismo extra-
ño a Messiaen y a Takemitsu; la de una tradición que tiene a gala
A.A.: Esta es la pregunta que me resulta más difícil de contestar. En reivindicar las modernidades del pasado, que no son muerte, sino
treinta años largos de actividad hace uno acopio de mucho escepticis- vida que transcurre por caminos paralelos. Por eso, de nuevo está
mo o, como mínimo, de mucha prudencia hablando del futuro. Mi aquí el gran finlandés, Sibelius, con el poderío de sus frases
talante natural ya era ése, y las experiencias vividas me han reafirmado inmensas y desmentidas, inspirador de ideas y episodios que se
en él. Déjeme que le diga, simplemente, que los hay, y que algunos me abren, culminan y decrecen, que viven y se extinguen, inquietos
recuerdan sensaciones pretéritas un tanto olvidadas. y se diría que sin fin y sin solución de continuidad. Pero hay ges-
ticulaciones británicas en esta obra en tres movimientos cercana
a la ópera del compositor La casa del sol: Delius, pero también
Entre los próximos lanzamientos del sello se encuentran la reedición Vaughan-Williams. En rigor, Jardines de otoño, que parece menos
de su primer disco, publicado en 1968 y ampliamente comentado en tradicional que el Concerto nº 3, muestra un apego más cerrado
la entrevista que antecede (Trío, op. 50, de P.I. Tchaikovsky), y dos con los modelos tradicionales de los que saca inspiración y fuer-
novedades dedicadas, respectivamente, a obras de autores catalanes za.
contemporáneos con la London Sinfonietta bajo la dirección de La belleza sonora de este CD la consigue Vladimir Ashkenazy
Edmon Colomer, y a un monográfico de Manuel Castillo (n. 1930), en lo que sin duda es uno de sus mejores discos como director, al
con Ana Guijarro al piano y la batuta de Juan Luis Pérez al frente de margen de su espléndido cometido como pianista en el Concerto.
El CD se cierra con una jugosa conversación en inglés entre el
la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.
compositor y su intérprete, que es algo más que una propina
* (como el encargo era algo más que lo de siempre).
Junto con el presente boletín, el lector encontrará un catálogo
completo de la marca. Los códigos de precio correspondientes S.M.B.
a los discos que lo integran son los siguientes:
De ENY 9701 a ENY 9738: D10(salvo el ENY 9710 [Iberia], un E. RAUTAVAARA: Concierto para piano nº 3, Regalo de sueños; Jardines de otoño /
disco doble a precio sencillo D2) Entrevista de Einojuhani Rautavaara por Vladimir Ashkenazy / Vladimir Ashkenazy
(piano) / Orquesta Filarmónica de Helsinki. Dir.: Vladimir Ashkenazy / ONDINE /
De ENY 9770 a ENY 9806: D3 Ref.: ODE 950-2 (1 CD) D2
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BIS presenta nuevas grabaciones ORFEO publica los lieder de Ernst Krenek (1900-1991)
de un prometedor Ilya Gringolts
Un universo fascinante
Savia joven
E
l caso del compositor Ernst Krenek es bastante atípico dentro
para el de la música del siglo XX. Nacido en la capital austríaca,
comenzó allí sus estudios musicales con Franz Schrecker,
repertorio
siguiéndole después a Berlín, donde entró en el círculo de
Ferruccio Busoni y Hermann Scherchen, entre otros. Sus obras
fuertemente disonantes de esta época le alejaron de su profesor, y
infrecuente pronto asumió también elementos de jazz, que llegarían a su cul-
minación en su genial ópera Jonny spielt auf. Al mismo tiempo, sus
primeras obra sinfónicas y camerísticas muestran la influencia de Bartók, y también se sintió
fascinado por la elegancia de la música francesa y el neoclasicismo stravinskiano. Por otra
E
n el Boletín nº 72 comenté el CD
con que se presentaba el jovencí- parte, tras una inicial crítica al sistema dodecafónico adoptó en su madurez la música seria-
simo violinista Ilya Gringolts (San lista.
Petersburgo, 1982). BIS anunciaba Todo esto puede hacernos pensar en un autor de un absoluto eclecticismo, pero esto no
entonces la publicación de éste que debe entenderse como una crítica sino todo lo contrario. Puede decirse que Krenek mantuvo
ahora ve la luz y que propone una siempre una absoluta libertad creativa, que se hace especialmente perceptible en sus cancio-
combinación, el dúo de violines, nes, donde alternó las melodías populares (siempre con un tratamiento muy personal) con
infrecuente y muy difícil, pues los pro- páginas de trasfondo autobiográfico, que reflejan una azarosa trayectoria vital (en 1938, como
blemas técnicos que acehan al instru- tantos de sus coetáneos, tomó el camino del exilio americano), mientras que otras reflejan la
mentista se multiplican no por dos, profunda huella que ejerció en su obra su estrecho contacto con el escritor Karl Kraus.
La soprano Katherine Arthur domina apreciablemente bien estos cambios de lenguaje y de
atmósfera, que van desde la ligereza hasta el dramatismo, lo cual se refleja también en una
exigente línea vocal. No menor dificultad implica la escritura pianística, que Reinhard
Schmiedel supera con holgura, tanto en el acompañamiento a la cantante como en las dos
piezas en solitario. Ambos nos conducen por este viaje absolutamente fascinante al universo
de Ernst Krenek.
Fe de lapsus: En el número anterior indicábamos erróneamente la noble Viena como lugar de estreno de
Capriccio, de Richard Strauss. Como el avispado lector ya sabrá, no fue tal el marco de su presentación,
sino la ciudad de Múnich.
V
obras incluidas, la más interesante son erdaderamente devastador, este pri- el artista de
mer compacto que BIS dedica al Nuremberg reali-
los 8 Estudios-Capricho, op. 18 de
organista, pedagogo, granjero y com- zó, también por
Wienawski (1835-1880), en los que el
positor Hambraeus. Las dos obras escogidas encargo de la
gran violinista y compositor polaco
tienen relación con el libro del Apocalipsis, Iglesia de su tiem-
derrocha ingenio, encanto e inspira-
y están escritas para coro y orquesta. En el po, en 1499, para
ción, y que halla perfecta respuesta en
Motetum Archangeli Michaelis, este peculiar «festejar» la llega-
estos intérpretes. El Dúo, op. 27/3 de
creador sueco retrata el paisaje mundial una da del Apocalipsis
Alard (1815-1888), profesor nada
vez realizadas sus tareas los correspondien- al año siguiente.
menos que de Sarasate y Auer, resulta
tes ángeles de fuego, pero traslada semejan- Durero tenía entonces 27 años, y la Iglesia
grato; e incluso la obra más conven-
te panorama al vacío y la soledad de la vida había «declarado» que 1500 iba a ser el año
cional, la Suite para dos violines y humana. La obra, especialmente protagoni- del Apocalipsis. Como se acababa el
piano, op. 71, de Moszkowski, se zada por la sección femenina de los canto- mundo, era necesario realizar una serie de
escucha con gusto, admitiendo su res, se inspira lejanamente en Déserts, de códices que prepararan al personal de la
estética de salón. En esta última pági- Varèse, compositor al cual, por cierto, va comunidad cristiana para la total devasta-
na, nuestro dúo resiste sin pestañear la dedicada. ción, arrepentimiento y redención incluidos.
comparación con Perlman y Pero este Motetum no es más que un pre- Si ustedes pudieron asistir el año pasado a la
Zukerman (EMI); creo que sobran más ludio tras la catástrofe que, mediante un exposición de estas placas y libros origina-
elogios. La excelente toma sonora flash-back, se nos comunica abigarradamen- les, seguro que quedaron impresionados por
pone de relieve la excepcional cali- te con este Apocalipsis cum figuris secun- el detalle meticuloso del trazo (en muchos
dad tímbrica de estos dos músicos - dum Dürer, escrito veinte años más tarde y casos se trata de auténticas miniaturas), así
Bulov toca un Stradivarius deslum- cuya redacción fue comisionada por la como de la escatología y violencia domi-
brante- cuya carrera hay que seguir. Iglesia de San Sebaldo, en Nuremberg (tam- nantes en las imágenes.
bién Motetum fue financiado por una iglesia Pues Hambraeus procede, mediante
R.A. de Estocolmo: encomiable la labor artística narrador-bajo, un luciférico gran órgano y
H. WIENIAWSKI: 10 Estudios-capricho, op. 38 -
de las entidades religiosas de algunos paí- estremecedor coro mixto, a plasmar en
J.-D. ALARD: Dúo nº 3 (De los Dúos brillantes, ses). música lo que Durero hizo con sus litografí-
op. 27) - M. MOSZKOWSKI: Suite para dos violi- Este Apocalipsis con imágenes según as, y si este último intentaba conseguir el
nes y piano, op. 71 / Ilya Gringolts y Alexander
Bulov (violín) / BIS / Ref.: BIS 1016 (1 CD) D2 Durero se basa en la serie de litografías que arrepentimiento y la redención final, el
( 26 )
Nuevo registro STRADIVARIUS de obras de Franco Donatoni
Aportación y entusiasmo
M
e parece que éste es el quinto compacto que STRADIVA- da empuja al compositor a plantearse una obra más centrada en las
RIUS nos ofrece de la obra de Franco Donatoni, tras uno potencialidades del timbre, con secciones claramente definidas por
dedicado a la música de cámara, el predominio de una determinada familia de
otro a las obras para piano, otro a Madrigale percusiones.
(obra para coro de niños y percusiones) y el Completa el disco una larga pieza para cinco
más reciente, consagrado a piezas orquesta- percusiones y electroacústica del joven com-
les. El particular feeling que el sello milanés positor Andrea Molino, Earth and Heart
ha establecido con el compositor nos va rega- Dances, escrita en 1998 y dedicada a los
lando grabaciones de obra de muy rara audi- setenta años de Donatoni. Se trata, pese al
ción. Proporciona cierta curiosidad verificar título primitivista, de una composición bási-
el artesanado y la versatilidad de Franco camente delicada, aunque no faltan en ella
Donatoni en contacto con la ardua dimen- momentos de intensidad sonora. Articulada
sión de la percusión solista. La verdad es que en cuatro partes sin interrupción, la obra uti-
tampoco en esta ocasión el compositor liza de forma personal procedimientos de
renuncia a los que han venido siendo las escritura queridos por Donatoni que se
bases de su poética actual. Así, por ejemplo, acompañan con una exaltación vital y espon-
en Omar (1985), para marimba, predomina la tánea del gesto musical y el ritmo. Esto para
manipulación prácticamente exhaustiva de producir, en palabras del autor, «no una
un material inicial del que emerge una com- pieza intelectual y tampoco programática. Al
ponente de lúcido intelectualismo y poten- contrario, un trabajo que se reconoce en una
ciación de las cualidades artesanales del quehacer compositivo. intensa dimensión emotiva». Las prestaciones del Demoé
De estos presupuestos no se aleja tampoco Clair (1980), para clari- Percussion Ensemble, otro grupo italiano de formación bastante
nete (ya un clásico de la literatura contemporánea para este instru- reciente, y del clarinetista Edmondo Tedesco, resaltan los valores
mento), donde las sonoridades más sensuales del instrumento de de músicas en las que la aportación convencida y el entusiasmo
viento alcanzan una dimensión casi teatral. Se señala también la del intérprete constituyen un elemento indispensable.
extroversión continuamente renovada de Mari (1992), para marim-
ba, y sobre todo de Mari II, para cuatro marimbas, donde el mate- Stefano Russomanno
rial de la pieza precedente es sometido a un proceso de prolifera-
ción dentro de un contexto rigurosamente contrapuntístico. La F. DONATONI: Darkness; Omar; Mari; Mari II; Bok; Clair - A. MOLINO: Danzas del
corazón y del hogar [Dedicado a Franco Donatoni] / Edmondo Tedesco (clarinete) /
composición más lograda me parece Darkness (1984), para seis Conjunto de percusión Demoe’. Dir.: Daniele Vineis / STRADIVARIUS / Ref.: STR
percusionistas. La utilización de percusiones a altura indetermina- 33499 (1 CD) D2
CPO publica Esquisses hébraïques, una colección de quintetos sobre temas judíos
monumental apocalipsis del
sueco reproduce un retrato de
la catastrófica situación mun- Nostalgia eterna
dial en la actualidad: triunfo
a música judía está de moda. La variante klezmer, estilo que los ash-
L
total de la alienación humana
(cuya cúspide se ha alcanza- kenazi de la Europa oriental trasladaron, en especial a Estados
Unidos, en sus incesantes olas migratorias, está demostrando una
do con la irrupción del teléfo- creciente capacidad de influencia. Quizá el caso más llamativo de revi-
no móvil), destrucción del talización del fenómeno se esté produciendo en el jazz, espacio estéti-
ecosistema y genocidios co cada vez más amplio y flexible que en los últimos años ha reforzado
constantes. considerablemente sus lazos con el klezmer. El proceso de absorción en
Recordemos que el perso- este campo, y en otros colindantes, ha sido tan intenso y rápido que hoy
naje de la novela Doktor se cuentan por cientos los grupos que practican esta música desde una
Faustus, de Mann, el compo- perspectiva tradicional, o incluso con talante decididamente experimen-
sitor Adrian Leverkühn, aco- tal. En ambos casos, el sabor predominante suele ser popular, y la impro-
metía también la creación de visación desarrolla un papel crucial.
una obra descomunal basada Por eso tiene particular significación este doble disco que presenta la música judía desde un enfoque bien
diferente. Aunque los compositores propuestos, todos judíos excepto Alexander Gretchaninov, utilizan moti-
en el Apocalipsis de Durero. vos tradicionales en abundancia, el carácter camerístico de las composiciones (enteramente escritas), anima
Hambraeus ha conseguido a pensar en una aproximación «culta» al fenómeno. Ninguno de los nombres convocados resulta familiar
una partitura escalofriante, a pero, a juzgar por lo escuchado en estas genuinas exquisiteces hebraicas, su solvencia musical está fuera de
la vez tenebrosa y angelical, toda duda.
un tránsito de la catástrofe a La inicial Kol Nidrej, una deliciosa miniatura de belleza penetrante y evocadora, enamora a primera escu-
la paz, expresado este último cha. En sus seis minutos de duración se suceden esas ráfagas de nostalgia incurable tan características de un
concepto con un motivo del pueblo que nació nómada y se vio obligado a crecer lejos de su lugar de origen. La impresión se refuerza des-
órgano que va salpicando pués en el Quinteto, op. 40, cuyo planteamiento más ambicioso no le impide a su autor, Jacob Weinberg, lan-
cada vez más al agitado coro zar guiños festivos de nítida intención danzable. Más adelante van surgiendo pasajes de bravura agitanada
hasta culminar todos en un que parecen mirar a un oriente misterioso y espacios en los que menudean melodías tiernas y risueñas.
Lástima que no haya espacio material para detallar todos los matices que convierten estos discos en una mues-
estado de placidez etérea. tra variada pero homogénea y, no menos importante, en un documento de primer orden para todo aquel inte-
Arrepentíos, pues, por no resado en una cultura de tan enorme trascendencia histórica.
haber conocido antes a Bengt Los miembros del Cuarteto de cuerda Vlach de Praga tocan con admirable dominio idiomático y extraen
Hambraeus. de las partituras toda la humilde grandeza que encierran. Por su parte, el excelente clarinetista Dieter Klöcker,
gran conocedor de la materia y promotor de la idea, sigue el criterio interpretativo ideal y sabe imprimir, sin
Mel Smith-Window merma de pulcritud, el aliento popular que ha hecho del clarinete judío uno de los emblemas del siglo XX
(¿quién no ha escuchado el glissando inicial de Rhapsody in Blue)?
B. HAMBRAEUS: Motete para el
Arcángel San Miguel; Apocalipsis con
figuras según Durero 1498 / Hans-Ola Federico González
Ericsson (órgano) / Coro de la Radio
Sueca. Dir.: Stefan Parkman / BIS / Ref.: ESQUISSES HÉBRAÏQUES - Quintetos para clarinete sobre temas judíos / Obras de S. Gurowitsch, J. Weinberg, S. Gardner, F.
BIS 1048 (1 CD) D2 Gorodezky, A. Krein, S. Secunda, B. Levenson, A. Gretchaninov y Abraham W. Binder / Dieter Klöcker (clarinete) / Cuarteto Vlach de
Praga / CPO / Ref.: 999630-2 (2 CD) D2 [2 discos al precio de 1]
( 27 )
L
a música de Luciano Berio está arrebatada por una sensualidad luminosa sólo
comparable al insolente virtuosismo de su escritura, a la perfección inverosímil
de su acabado. La de Berio es una música cuyo refinamiento roza la exquisitez:
una perfección que se ha depurado, si cabe, con el curso del tiempo, pero que se
manifestaba con total plenitud desde sus primeras obras importantes. Perfección
inseparable de la naturaleza más o menos interdisciplinar de una creación inscrita a
caballo del espectáculo teatral puro, la acción musical miscelánea y el espacialismo
sonoro, pugnando por articular nuevos ámbitos significantes que integren a la músi- Dos Berios imprescindibles: un estreno
ca el lugar topográfico y el símbolo visible, dotando de nuevas dimensiones al tiem- canario y una espectacular obra coral
po y la memoria. Por eso resulta oportunísimo el registro que aquí se comenta: regis-
tro que enfrenta su última composición orquestal anterior a Cronaca del Luogo (la
ópera escrita para la última edición del Festival de Salzburgo) con una de las obras
mayores del período medio (la inmediatamente posterior a Sinfonia), en una suerte Berio de ayer,
de hoy y de
de díptico tan atractivo como revelador. Ekphrasis (Continuo II) fue la obra encarga-
da por el Festival de Canarias, donde se estrenó en enero de 1997: una de esas ini-
ciativas que prestigian y definen esta clase de celebraciones filarmónicas. Por su
parte, Coro es una de las más famosas y originales invenciones del músico de
Imperia (y también de las más complejas y difíciles): estrenada en el Festival de
Donaueschingen de 1976 por el autor al frente en aquella ocasión del Coro y la
siempre
Orquesta de la Radio de Colonia, fue grabada por DGG tres años más tarde por los por José Luis Téllez
mismos intérpretes, siendo distribuida en 1980 en un registro hoy inencontrable.
De ahí la oportunidad de su retorno, en versión ahora del Coro de la Radiodifusión
de Baviera y la Sinfónica de la Radio de Frankfurt, orquesta con la que Berio había
ofrecido la première de Ekphrasis y que registra ahora su magnífica interpretación.