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DERE

DERECHO CIVIL.* SUMARIO: 1. Imprecisión rechos que funcionaban simultáneamente


actual del concepto. 2. Desprendimiento de dentro de las comunidades romanas: el
ramas particulares. 3. D:versas definiciones.
4. Derecho supletorio y Derecho común. Derecho civil, el Derecho nacional propio de
los ciudadanos o de los quirites (Derecho
1. El concepto del Derecho civil es, en quiritario), y el Derecho de gentes, gue re-
Derecho moderno, bastante impreciso y va- gía exclusivamente las relaciones de los ex-
go. Desde el punto de vista legislativo, pue- tranjeros ( 2 ).
de decirse aproximadamente que Derecho El Derecho civil, por consiguiente, no era
civil es el Derecho que está contenido en sólo Derecho privado (ni éste estaba todo en
el Código civil y en sus leyes accesorias o aquél, pues también el jus gentium conte-
complementarias ( > ) ; pero si se quiere ir al nía normas de Derecho privado), sino que
fondo de las cosas y dar de él una defini- era asimismo lo que con sentido actual
ción conceptual, se advierte que, por obra debe calificarse como Derecho público. El
de circunstancias históricas —a que luego Derecho civil abarca todo el Derecho (pri-
nos referiremos— ella es por ahora impo- vado y público) concerniente a los ciudada-
sible. Ni siquiera puede recurrirse, para la nos, como el jus gentium abrazaba todas las
definición, al género próximo y decirse que normas relativas a los extranjeros. Es co-
el Derecho civil es siempre Derecho pri- nocida la lenta y profunda penetración que
vado —la parte más importante de él—, se produjo en el viejo Derecho civil, rígido
pues hay materias, como ia propiedad y, y lleno de formalidades, por parte del De-
sobre todo, la familia, que ahora es preciso recho de gentes, ágil y libre de trabas, has-
incluir mas bien en el Derecho público. ta determinar la transformación del Dere-
Lo más hacedero es realizar una descrip- cho romano, esencialmente nacional, en un
ción del contenido que abarca actualmente Derecho universal.
el concepto, y señalar que comprende el En la Edad Media esta significación am-
régimen de los bienes (derechos reales), de pliamente comprensiva del Derecho civil se
las obligaciones y contratos, de la familia conservó, si bien con una variación sustan-
y de las sucesiones, además de un cierto cial: desaparecidos los Derechos civiles lo-
número de nociones generales y comunes a cales y constituido el Derecho romano co-
todas esas instituciones especiales. mo ley única de todo el Imperio, ya no se
Esta falta de homogeneidad de la mate- le pudo oponer el Derecho de gentes —in-
ria actualmente abarcada por el Derecho ci- sumido asimismo en aquél—, sino el Dere-
vil, obedece, como ya insinuamos, a cir- cho canónico, o sea ese Derecho instituido
cunstancias históricas. Entre los diversos por la Iglesia como organismo o sociedad
sentidos que tuvo en el Derecho romano la terrenal. El Derecho romano, así unificado
expresión Derecho civil, el más importante y enriquecido con los aportes parciales, es-
y primitivo fue el de significar el conjunto
de las reglas que gobernaban las relacio- (2) Y aun, ai se aceptan ciertas interpreta-
nes jurídicas de los ciudadanos (cives) en- ciones, otro orden de leyes, el Derecho natural,
"que tiene su base en la naturaleza animal del
tre sí o con las autoridades públicas, y de hombre, y que es común a éste y a los animales".
las que estaban excluidos los extranjeros. Confr. Mackeldey, F., Elementos del Derecho ro-
Había, por tanto, un doble orden de de- mano. § 115, Madrid, 1876; Ortolán. M., Explica-
ción histórica de las Instituciones del emperador
Justiníano", vol, 1, págs. 28 y sigs., Madrid, 1877;
, * Por el Dr. ALFREDO ORGAZ. etcétera.
En contra, Mayr, R. von, Historia del Derecho
(1) Enneccerus-Nipperdey, "Parte general" del romano, vol. 1, págs. 336 y sigs., Barcelona-Bs. Ai-
Trotado de Derecho civil de Enneccerus-Kipp- res, 1930; Sohm, R., Derecho privado romano,
Wolíl, vol. 1, 1", pág. 1, § 1, Barcelona, 1934. 7» ed., § 14, Madrid; etc.
taba representado por las Compilaciones La gran influencia que desde el primer
de Justiniano, y se le llamaba indistinta- momento de su publicación ejerció el Có-
mente jus civile o corpus juris civile (3). digo de Napoleón sobre la legislación y la
La nueVa bipolaridad, antes dichas, se pro- doctrina de los demás países continentales,
longó hasta comienzos del siglo xix, como explica que este huevo alcance del concepto
se aprecia, verbigracia, en Jas universidades de Derecho civil deba considerarse común
francesas ( < ) , españolas (S) y también en a los Derechos particulares de esos otros
las de América (<*), donde los doctores in países y, más tarde, a los de casi todo el
utroque jure (o simplemente in utroque) resto del mundo.
eran los graduados en uno y otro Derecho, 2. El Derecho civil, entendido como De-
civil y canónico. recho privado, ha sufrido en los últimos
Pero ya durante el siglo xvín, la expre- siglos modificaciones fundamentales. Estas
sión Derecho civil había ido perdiendo, modificaciones pueden sintéticamente ca-
poco a poco, buena parte de su contenido racterizarse: a) Como una pérdida material
de Derecho público, para identificarse casi de contenido, que ha formado alguna rama
por completo con el Derecho privado. Esta aparte, con el mismo carácter de Derecho
nueva transformación —que aún ahora sub- privado o con una variación de este carác-
siste, pero sólo aproximadamente— se pro- ter; b) Como una conservación de la anti-
dujo, según Planiol, por razones históricas. gua sustancia, pero con alteración del ca-
"El jus civile, tal como los pueblos moder- rácter.
nos lo estudiaban en las compilaciones de En el primer grupo, debe mencionarse el
Justiniano, comprendia a la vez el Derecho desprendimiento del Derecho comercial, que
público y el Derecho privado. Se encuen- constituye un Derecho autónomo, más con-
tran en esa recopilación muchas disposicio- servando el carácter originario de Derecho
nes relativas a los magistrados, a los oficia- privado: es, en rigor, el propio Derecho ci-
les municipales y a numerosos otros funcio- vil agilizado y liberado de excesivos formu-
narios; pero desde la caída de la adminis- lismos, o, como se ha dicho, "simple adap-
tración imperial, esos textos no tenían más tación del Derecho privado a las necesida-
valor ni utilidad. Los Estados modernos se des del comercio" (»).
gobernaban por- otras reglas; tenían otras Deben mencionarse, también, otros dos
instituciones políticas. Por "onsiguiente, los desprendimientos, pero con la característi-
jurisconsultos no iban más a buscar en las ca de qué la materia, al separarse y cons-
recopilaciones de Justiniano sino las reglas tituir nuevas ramas jurídicas, ha adquiri-
de Derecho privado. De este modo el Dere- do un carácter totalmente distinto al que
cho civil tomó poco a poco su sentido ac- tenía en su primitiva unión con el resto del
tual y se convirtió en «Derecho privado». Derecho civil: esto ha ocurrido, primera-
La transformación se manifiesta en el len- mente, con el Derecho procesal, que en un
guaje; así, la gran obra de Domat Las leyes comienzo pudo ser mirado como el mismo
civiles en su orden natural, versa exclusiva- Derecho privado en acción o en movimien-
mente sobre el Dereoho privado; Domat ha to ante la autoridad judicial, pero que aho-
escrito otra obra sobre la política y la ad- ra se considera como parte del Derecho
ministración, que él tituló El Derecho pú- público. En tiempos muy recientes, el De-
blico. Cuando sobrevino la Revolución de recho laboral o de trabajo —cuyas relacio-
1789, ese significado nuevo había entrado nes se regían por el Código civil, come de-
completamente en el uso, tanto que la rivadas del contrato de locación de servi-
Constituyente y la Convención, cuando cios—, constituye ahora una rama autóno-
quisieron unificar el Derecho privado de ma, más dentro del Derecho público que del
Francia, hablaron con toda naturalidad de privado.
Derecho civil y de Código civil" ('). En el segundo grupo, puede seüalarse la
transformación de sentido o de carácter que
(3) Sobre todo esto, puede verse Planiol, M., se ha producido en el Derecho de familia,
Traite élémentaire de Droit civil, vol. 1, núm. 25, el cual, sin embargo, continúa formalmen-
Parts, 1925.
(4) Planiol, ob. y vol. clt., núm. 46, nota 1. te integrando el Derecho civil. En el Dere-
(5) De Buen, D., "£obre el concepto del Dere- cho romano primitivo, la familia dependía
cho civil", en Revista de .Derecho Privado, t. 8, exclusivamente del poder del esposo y pa-
pág. 167, Madrid. dre, quien la'ejercía soberanamente y con
(6) Conír. Gutiérrez, J. M., Origen y desarrollo
de .la enseñanza pública superior en Buenos Ai- exclusión de toda autoridad pública: "La
res, 1915, 2« parte, cap. 4; Orgaz. B .A., "La secu- casa es creación del jefe de familia: su es-
larización de la Universidad y la reforma de Fu- píritu, su voluntad, su autoridad, la dirigen
nes", en el volumen Para la historia de la Facul-
tad de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba,
cap. 7, Ed. Assandrl, Córdoba. (8) Josserand, L., Cours de Droit civil, vol. 1,
(7) Planiol, ob. y vol. cit., núm. 25. núm. 12, Paris, 1930.
soberanamente y oscurecen la influencia de niciones sólo descriptivas —"aquel Derecho
la ley... Los disentimientos interiores de donde se regulan los requisitos generales de
la familia no pueden, jurídicamente, deba- lo'S actos jurídicos privados, la organización
tirse fuera de la casa romana. Una acción de la12familia y la de la propiedad priva-
entre los miembros de la familia, sea del da" ( )—, o definiciones desde un punto
jefe contra ellos, sea de éstos contra 9él, de vista puramente legislativo, como la
constituye una imposibilidad jurídica" ( ). enunciada por Enneccerus al comienzo de
Aunque este rasgo se atenúa más adelan- este artículo.
te, siempre es verdad que subsiste en lo La evolución del concepto del Derecho
esencial, de modo que el Derecho de fami- civil-, hasta llegar a la actual imprecisión
lia- es, en el Derecho romano, estrictamen- que dejamos señalada, presenta una mar-
te Derecho privado, en el mismo nivel del cada semejanza con lo ocurrido histórica-
Derecho patrimonial ( 10 ). Este carácter ha mente a la Filosofía. Originariamente, ésta
ido lentamente modificándose en el curso tiene el significado más amplio, equivalente
de los siglos, al punto que en la actualidad al de sabiduría, sin distinción alguna en
—y podríamos decir, desde comienzos de cuanto a la materia de este saber: "la pa-
este siglo— no existe aquella potestas del labra filosofía tiene ya en Aristóteles el
padre, quien no tiene propiamente "dere- volumen enorme de comprender dentro de
chos" dentro del grupo familiar, sino en la su seno y designar la totalidad de los co-
medida necesaria para que pueda cumplir nocimientos humanos" (") (como origina-
sus "deberes" de protección y de educación riamente la expresión Derecho civil abarca-
de los hijos. El padre ya río ejerce una po~ ba todo el Derecho, público y privado, con-
testas, sino una función y, por lo mismo, cerniente a los ciudadanos), cuyas partes
se halla sometido a una amplia vigilancia internas eran la lógica, la física y la ética.
de las autoridades públicas y, especialmen- Después, en la Edad Media, ese saber uni-
te, de las judiciales. Algo semejante cabe tario se divide en dos campos autónomos:
decir de la antigua potestad marital, des- la filosofía y la teología; luego, a partir del
aparecida ya completamente en algunas le- siglo xvn, se desprenden de la filosofía las
gislaciones modernas para dar paso a una ciencias particulares (matemáticas, física,
situación de igualdad entre los cónyuges, química, astronomía, etc.), de suerte que
tanto respecto de ellos mismos cuanto de desde el siglo xvni puede decirse que Filo-
los hijos. El Derecho de familia ya no es, sofía es "lo que queda después de haber
por tanto, sino en mínima parte Derecho ido quitando todo eso. Si1 a todo el saber
privado —esto es, dependiente de la auto- humano se le quitan la astronomía, la fí-
nomía privada— y en su mayor parte De- sica, la química, etcétera, lo que queda, eso
recho público. es la filosofía" (">. y esto que queda no
3. Estas breves observaciones demuestran es tampoco enteramente coherente, pues
que en la actualidad el Derecho civil no es, con el mismo fundamento con que las ma-
por un lado, todo el Derecho privado, sino temáticas se han separado de la filosofía,
sólo una porción —la más importante, sin ha debido independizarse la lógica que,
duda— de él (el Derecho comercial es tam- como aquéllas, es una ciencia ideal y que,
bién Derecho privado); ni es, por otro, so- sin embargo, continúa integrando la filo-
lamente Derecho privado, ya que algunas sofía (is) (a?so así como el Derecho de la
de sus instituciones, al evolucionar y des- familia sigue formando parte del Derecho
arrollarse, han cambiado de carácter y se civil).
han vuelto predominantemente Derecho Esta semejanza en la evolución del De-
público (Derecho de familia). Como esos recho civil y de la filosofía no es, desde
desprendimientos y mutaciones no han si- luego, una pura casualidad o una simple
do dirigidos desde el gabinete, sino causa- habilidad en el modo de presentar las co-
dos inmediatamente por las necesidades sas, sino que debedece al hecho fundamen-
de la vida, el resto que queda integrando tal de haber representado, uno y otra, al
el Derecho civil no tiene la suficiente cohe- comienzo, todo el saber dentro de los res-
rencia como para permitir una definición pectivos campos, del que por un proceso
conceptual. Por esto, o suelen darse defini- hisíórico de desintegración han ido progre-
ciones negativas —por ejemplo, es "el De-
recho privado, con deducción de las disci- (12) D. de Buen, Introducción al estudio del
plinas que han adquirido autonomía en el Derecho civil, núm. 16, Revista de Derecho Priva-
curso de los últimos siglos" ( n )—, o.defi- do, Madrid.
(13) García Morente, M., Lecciones prelimina-
(9) Ihering. R. von, El espíritu del Derecho res de filosofía, págs. 15 y sigs., Tucumán, 1938.
tamaño. 5» ed., Madrid, vol. 2, 5 37, (14) García Morente, ob. cit., pág. 14.
(10) Sohm, § 7. (15) Romero, F., y Pucciarelli, E., Lógica, aü-
(11) Josserand, oh y Vol, clt., núm. 15. mero 88, Bs. Aires-México, 1942.
sivamente perdiendo parte de su contenido mostrar la aridez propia de las exposiciones
original. excesivamente descriptivas. Así, en Derecho
4. Las circunstancias históricas que de- comercial, ha podido decir Vivante, con su
jamos apuntadas, explican por sí mismas alta autoridad, a propósito de la unidad del
que el Derecho civil conserve el carácter de Derecho privado: "En general, la obra de
"Derecho común" en relación a las ramas nuestros escritores de Derecho comercial es
desprendidas del tronco originario. Este ca- solamente descriptiva. Les parece a muchos
rácter se muestra en dos aspectos de des- de estos jurisconsultos improvisados que
igual importancia: todas las combinaciones nuevas tienen ne-
A) Es Derecho supletorio de las demás cesidad de una regla nueva; hablan a cada
ramas del Derecho privado, como establece instante de contratos sui generls, de excep-
el Código de comercio argentino: "En los ciones al Derecho común; apenas la tradi-
casos que no estén expresamente regidos ción jurídica les produce aigún embarazo,
por este Código, se aplicarán las disposicio- la dejan aparte; el trabajo lento, sagaz del
nes del Código civil" (titulo preliminar, ar- jurisconsulto que trata de hacer entrar aún
tículo I) ( 1(i ). los nuevos institutos en las reglas viejas,
B> En otro aspecto mucho más Impor- y sólo cede ante la evidente necesidad de
tante, el Derecho civil es el depósito de casi una regla nueva, que vuelve a aproximar
toda la doctrina general del Derecho, es los varios institutos para subir a una nor-
decir, de esa doctrina que está ^en el sub- ma común más comprensiva, es descuidado
suelo de todos los derechos particulares. y, casi diría, desdeñado. Efectivamente, el
En el Código civil están ordinariamente los que estudia los institutos mercantiles no
principios generales" del Derecho, por ejem- tiene el ojo fijo y atento a la teoría gene-
plo, el postulado de que "Los jueces no ral de las obligaciones, que pertenece a
pueden dejar de juzgar bajo el pretexto de otra disciplina, distinta en los códigos, en
silencio, oscuridad o insuficiencia de las la doctrina y aún en la enseñanza. El es-
leyes" (Cód. civ. argentino, art. 15); el tudia cada instituto, aislándolo de la teoría
principio de que todos los hombres, por el general, complaciéndose en multiplicar las
solo hecho de revestir esta calidad, son excepciones al Derecho común como otros
jurídicamente personas (ídem, art. 51); el tantos descubrimientos jurídicos que justi-
principio de que en las personas la capaci- fican aquella autonomía. Así las reglas
dad es la regla y la incapacidad la excep- generales, que poco a poco, con el estudio
ción (ídem, arts. 52 y 53); el principio de perseverante de los hechos jurídicos comer-
que la libertad es siempre la regla y que ciales,'se desprenden espontáneamente de
sólo las restricciones son las que necesitan la forma casuística de que se originan, que-
una disposición expresa (ídem, arts. 499, dan perdidas, porque el comercialista no
2523, etc., etc.) ("). En e¡ Código civil tiene voz en la formación ce la teoría ge-
se encuentran también contenidas las doc- neral de las obligaciones y muy a menudo
trinas comunes a las diversas ramas del ni siquiera se ocupa de ella" ( 18 ).
Derecho, como la doctrina general de las En derechos de formación más reciente,
obligaciones, de la responsabilidad, de la como el Derecho de trabajo, es todavía
sucesión en los derechos, de la prescripción, más notable la sequedad de que adolecen
etcétera. las exposiciones de sus tratadistas —siem-
A menudo se olvida en los derechos par- pre a salvo, desde luego, las dignas excep-
ticulares esta fuente profunda de nutrición ciones—; aún no es raro advertir la compla-
que les viene del Derecho común, y en- cencia con que deliberadamente desdeñan
tonces la exposición de los tratadistas suele las enseñanzas del Derecho civil, al que,
como es corriente, consideran "viejo y an-
(16) La generalidad de los Códigos mercantiles quilosado", sin distinguir suficientemente
de los diversos países contiene un precepto análo- y, a veces, hasta sin sospechar lo que hay
go, a veces limitado a las obligaciones y contratos: de propiamente "civil" y lo que hay de "co-
así. Código de Italia, art. lo; de Francia, art. 18; mún" en este Derecho, y cómo la vejez no
de España, art. 50; de Portugal, art. 3«; de Brasil, es siempre caducidad, sino, al contrario,
art. 121; de Uruguay, art. 191; de Chile, art. 2»,
Título Preliminar; etc. el añej amiento propio de los principios y
Con el alcance que expresan estas disposiciones, doctrinas fundamentales.
puede aceptarse como exacto lo qe dice P. Ferrara, En todos los Códigos civiles, en efecto,
Trattato di Diritto civile italiano, t. 1, "Dottrine
generall", pág. 155, Roma, 1921: "El Derecho civil hay preceptos exclusivos del Derecho civil
abraza esencialmente todo el Derecho privado. Y si o aún del Derecho privado, y preceptos
por razones históricas y de oportunidad algunas que bajo uria forma a veces limitada, en-
materias le han sido desprendidas, él tiene la ten-
dencia de dominarlas como único ordenamiento".
(17) Cons. Del Vecchio, J.,Los principios gene- (18) Vivante, C., Trattato di Diritto commer-
rales del Derecho, cap. 5, Barcelona, 1933. ciale, vol. 1, Prólogo, págs. 17 y sigs., Milán, 1922.
cierran conceptos jurídicos generales, igual- DERECHO COLECTIVO DEL TRABAJO.*
mente aplicables al Deiecho público. Esta Concepto y definición. Una moderna co-
distinción debe ser hecha en cada caso rriente doctrinaria tiende a reunir el Dere-
por el jurista y, en particular por los jue- cho sindical, el Derecho de las convenciones
ces, con sumo cuidado a fin de no incurrir colectivas de trabajo o Derecho normativo
en graves errores en la aplicación del De- laboral y el Derecho de los conflictos co-
recho: tan desatinado seria querer resolver lectivos, en una rama del Derecho laboral
con las normas del Código civil todas las que se denomina Derecho, colectivo del tra-
cuestiones de los demás derechos particu- bajo (i). Tal agrupación no parece ser, ni
lares, sólo porque éstos carezcan de una con mucho, arbitraria; descansa, precisa-
disposición explícita, como prescindir de la mente, en la realidad de que los trabajado-
aplicación del Código civil en todos los res y los patronos, concebidos aisladamente,
casos en que corresponda aplicarlo en dejan de ser sujeto de este Derecho colec-
cuanto "Derecho común": Lo correcto es, tivo de trabajo, en el cual participan ex-
como se ha dicho ( 19 ), que en caso de si- clusivamente los grupos, las asociaciones
lencio de la ley, cada sistema de' Derecho profesionales, determinadas categorías. In-
se supla por sí mismo y que, por tanto, tereses distintos a los de los individuos,
una laguna aparente en el sistema del De- caracterizados como grupales, hacen aquí
recho público no deba, en general, tratar su aparición, y éstos necesitan de institu-
de colmarse con la aplicación analógica ciones propias, como asimismo dichas insti-
de preceptos de Derecho privado; aún tuciones precisan de un desenvolvimiento
dentro de un mismo sector, por ejemplo, hasta cierto punto autónomo. De esta ma-
del Derecho privado, las lagunas formales nera, dicho Derecho se manifiesta con su-
de la legislación comercial deben integrar- ficiente independencia como para tratarlo
se con los elementos del propio sistema, y dentro de la relativa" autonomía que dentro
sólo recurrirse al Derecho civil cuando del Derecho laboral tiene.
aquellos elementos sean claramente insu- Sin límites aún fijados en la doctrina, el
ficientes o inadecuados. Derecho colectivo laboral puede definirse
El Derecho civil, en cuanto realmente como aquel que teniendo por sujeto a con-
"civil", se ha enriquecido y se enriquece sin juntos o grupos de trabajadores y de pa-
cesar con los aportes que le vienen dé las tronos, en relación o condiciones de soli-
ramas jóvenes que se han ido separando daridad provenientes de su condición de
de su seno ( 2 0 ); pero éstas, a su vez, re- prestadores o dadores de trabajo, desarrolla
ciben de aquél, en cuanto a Derecho "co- su objetivo en organizaciones grupales de-
mún", la savia que nutre profundamente terminando o fijando reglas comunes a las
sus instituciones particulares. Sólo quienes categorías profesionales, o actuando en
no desconocen ni olvidan esta relación esen- forma conjunta en 2 la defensa de sus de-
cial, pueden dar a las ramas particulares rechos e intereses ( ).
la dignidad y la hondura propias de las Fijado ese intento de definición aparece
disciplinas verdaderamente arraigadas en claro que el Derecho colectivo del Trabajo
la fértil tierra del Derecho general o co- se integra tanto con las asociaciones profe-
mún. sionales, obreras o patronales, como igual-
mente con los convenios colectivos de con-
BIBLIOGRAFÍA. — La Indicada en ei texto y notas. diciones de trabajo y caen dentro de su
esfera los conflictos que tienen por prota-
(19) Flelner, F., Instituciones de Derecho ad- * Por el Dr. GUILLERMO CABANELLAS.
ministrativo, § 4, pág. 47, Ed. Labor, 1933; ade-
más. Bielsa, K., Derecho administrativo, vol. 1, (1) Caldera, B., Derecho del Trabajo, pág. 622,
núms. 15 y slgs., Bs. Aires, 1938: Consideraciones Caracas, 1939. En el mismo sentido, Krotoschin, en
sumarias sobre la concesión de servicios públicos, sus Instituciones de Derecho del trabajo (pág. 159,
págs. 38 y slgs., Bs. Aires, 1937; en Derecho finan- Bs. Aires, 1947-48), señala que los tres pilares so-
ciero, Pugllese, Derecho financiero, págs. 26 y sigs., bre los cuales descansa el Derecho colectivo del
México, 1939; etc. trabajo son: el Derecho de las asociaciones profe-
(20) Sobre la influencia renovadora que ha sionales, el Derecho de las convenciones colectivas
ejercido el Derecho comercial sobre el Derecho ci- de trabajo y el Derecho de conciliación y arbitraje,
vil, Vivante, Prólogo clt., págs. 18 y sigs'. Una in- al que necesariamente han de agregarse los Dere-
fluencia análoga ejercieron, en la antigüedad, el chos de huelga y de paro.
Derecho honorario y el de gentes (Mayr, ob. y vol. (2) Ha sido propuesta por Heck-Nlpperdey (ci-
cit., págs. 335 y 339); después, el Derecho canónico tado por De la Cueva, Derecho mexicano del tra-
(Gómez Salazar, F., Instituciones de Derecho canó- bajo, t. 2, pág. 234, México, D. F., 1949) la siguien-
nico, vol. 1, págs. 35 y sigs., León, 1891). Es Indu- te definición: "El Derecho colectivo del trabajo es
dable que el desarrollo del Derecho público, al di- la parte del Derecho del trabajo que reglamenta
latar el sistema general de Derecho, ha ejercido el derecho de las organizaciones de empresa y pro-
también una acción benéfica sobre el estricto De- fesionales de los trabajadores y patronos, sus con-
recho civil. tratos y sus luchas".
gonistas a los trabajadores y a los patronos disciplina jurídica que tiene por objeto la
colectivamente considerados. prestación de un servicio subordinado, los
Contenido. El derecho de asociación pro- sujetos de aquél lo son también del Derecho
Jesional forma parte del Derecho colecti- laboral, que juntamente a los sujetos indi-
vo (3), y éste se inicia con el derecho de dividuales reconoce la existencia de otros,
coalición que es su base genérale 4 ), pero que tienen carácter colectivo o grupales,
se agranda al comprender las normas que cuya importancia es grande, ya que las
reglamentan la formación y funciones de asociaciones profesionales viven y han vi-
las asociaciones profesionales de trabaja- vido para la defensa de los grandes intere-
dores y patronos, "sus relaciones, su posi- ses que ellas representan ( ' » , constituyendo
ción frente al Estado", así como5 lo refe- uno de los medios colectivos más eficaces
rente a los conflictos colectivos ( ). La in- para hacer efectivos esos intereses.
clusión en el mismo de los convenios colec- En consecuencia, el Derecho colectivo la-
tivos de condiciones de trabajo desplaza la boral es integrante del Derecho laboral, y
situación, ya que sería preciso determinar siendo éste armónico, tiene una cierta va-
si dentro del Derecho laboral se deberá riedad en sus instituciones, ofreciendo "fa-
considerar a dichos convenios como inte- cetas peculiares en cada una de sus par-
grantes del Derecho normativo de Trabajo tes" (»). A su vez el Derecho sindical forma
o simplemente del Derecho colectivo labo- parte del Derecho colectivo del trabajo, con
ral. Si se atiende a los pactantes, aparen- autonomía relativa y dependencia acusada.
temente nos encontramos ante un Derecho Esa autonomía se refleja en la variedad de
colectivo, y más aún cuando se considera sus instituciones y en la particularidad de
su aplicación a la masa de trabajadores y su estructura; y la dependencia se revela
'de patronos, pero ese aspecto colectivo en que la finalidad esencial parte de suje-
desaparece tan, pronto como se contemplen tos que lo son del Derecho del trabajo y
individualizados los dos sujetos en dos que a través de una estructura jurídica su-
clases definidas como trabai adora y empre- perior participan en la formación de éste,
saria. Si se atiende a la finalidad, prevalece en su desenvolvimiento y aplicación.
el carácter normativo del derecho que Sin embargo, se ha puesto en duda si
emerge de los pactos colectivos de condicio- existe o no un Derecho colectivo del tra-
nes de trabajo, pero como su aplicación se bajo. Si el problema se plantea en su tesis
concreta a grandes colectividades, preferi- extrema, todo Derecho termina por ser
ble es encuadrar dentro de lo-genérico de aplicado individualmente y finaliza necesa-
Derecho colectivo laboral a aquél que a riamente en un sujeto; pero de ahí no
grandes rasgos comprende el Derecho sin- puede derivarse que en el Derecho laboral
dical, al normativo del trabajo y al de coa- dejen de advertirse sistemas que, por su
lición y huelga. especial naturaleza, puedan caracterizarse
Ese Derecho colectivo se encuadra no como colectivos por aplicarse no a indivi-
sólo por cuanto constituye "una garantía duos considerados aisladamente y sí a gru-
de libertad frente al Estado" ( 6 ), sino que pos, entidades o asociaciones que son los
representa un just'o equilibrio entre los artífices de ese Derecho, o los beneficiarios
factores de la producción, coincidentes en del mismo. Por más que puedan concebirse
ocasiones, adversarios en otras, pero siem- los trabajadores y los patronos como los
pre tendientes a una finalidad común. beneficiarios de ese Derecho, el mismo no
Autonomía. Interesa aquí y ahora des- se integra formalizando individualmente a
tacar que el sujeto de este Derecho colecti- unos y ~ otros, sino concibiéndolos en razón
vo lo constituye, con característica casi de ser integrantes de colectividades, en ac-
exclusiva, las asociaciones profesionales, por ción conjunta, con decisiones generalizadas
más que su aplicación sea y alcance por y con normas que se dirigen a situaciones
sus proyecciones a la clase trabajadora y de orden general, obviando las particulares
a la totalidad de los empresarios. Por ser de cada individuo.
el Derecho colectivo laboral parte de la No por cuanto acabamos de decir, puede
estimarse que científica y didácticamente
(3) CIr. Krotoschin, Curso de legislación del este Derecho colectivo laboral sea autóno-
trabajo, pág. 256, Bs. Aires, 1950. mo, sino que, bien por el contrario, es de-
(4) Oír. De la Cueva, ob. cit., t. 2, pág. 247. pendiente del Derecho laboral, formando
(5) De la Cueva, ob. clt., t. 2, pág. 234. Este parte de él; de tal manera que mal podría
autor sostiene (ob. clt., pág. 279) que él Derecho
colectivo del trabajo "es la facultad de los traba- concebirse en forma aislada, ya que el su-
jadores y de los patronos para organizarse e Inter- jeto participante del mismo, y en definiti-
venir, como grupos, en la solución de los proble-
mas económicos derivados de los contratos de tra- (7) Cfr. Pozzo, Derecho del trabajo, t. 4, pág. 6,
bajo". Bs. Aires, 1948-50.
(6) Cfr. De la Cueva, ob. y t. ctt., pág. 276. (8) De la Cueva, ob. clt., t. 2, pág. 229.
va, beneficiario de él, son los trabajadores referencia al Derecho positivo, este Derecho
y los patronos, influyendo, en forma deci- ha sido definido como el Derecho vigente
siva, en la regulación de los contratos de de un Estado, es decir, el conjunto de re-
trabajo y siendo, en definitiva, medios pa- glas jurídicas establecidas por la Constitu-
ra determinar la evolución de éstos, su con- ción, las leyes o las costumbres de un país;
creción, contenido y formas. tratándose de un Derecho expreso, cuyo
BIBLIOGRAFÍA. — Castau. R., Easai sur le Droit
carácter especial está indicado por la mis-
colíectif (tesis), Toulouse, 1927. — Fourgeaud, A., ma palabra positivo, y cuya existencia no
Du Cate individualiste au Droit syndical, París, se discute, aunque pueda ser materia de
1929. — Lévy, E., L'affirmation du Droit colíectif, discusiones y de dudas, el significado exac-
París, 1903. — Paulet, Bourgols y otros, Les appli- to de las reglas que lo forman. En conse-
cations sociales de la solidante. París, 1904.
cuencia, el Derecho positivo argentino lo
DERECHO COMERCIAL.» SUMARIO: I. Con- constituyen la Constitución y las leyes na-
cepto general del Derecho. II. Derecho po- cionales y provinciales, algunas costumbres,
sitivo: Derecho privado. Derecho comercial. decretos, reglamentos, etcétera.
III. Desarrollo y evolución del Derecho co- Al Derecho positivo lo integran varias
mercial. IV. El comercio en los tiempos pri-
mitivos y en los pueblos antiguos. V. Los ramas a las que se las denomina común-
comerciantes y las corporaciones. VI. Dere- mente divisiones del Derecho. Cada una de
cho estatutario. VII. Origen corporativo del esas ramas se refiere a una materia especial
Derecho mercantil. VIII. La sistematización del Derecho, pero no tiene una existencia
jurisprudencial y doctrinaria del Derecho co-
mercial y de los Códigos modernos. IX. Ca- absolutamente independiente y distinta de
racteres del Derecho comercial. X. La auto- las demás, pues cada rama del Derecho no
nomía del Derecho comercial. XI. El con- está totalmente desligada de las otras, y,
tenido del Derecho comercial. XII. Las al contrario, se relacionan íntimamente
fuentes; la Interpretación y el método del
Derecho comercial. entre sí, de tal inodo que un sinnúmero de
cuestiones entran al mismo tiempo en el
I. Concepto general del Derecho. La pa- dominio de dos o más ramas del Derecho.
labra Derecho —según lo expresa Salvat La más general y al mismo tiempo la más
("Tratado de Derecho civil argentino", par- fundamental de las divisiones del Derecho
te general)— se emplea en dos sentidos positivo, es la división en Derecho interno
principales diferentes: objetivo y subjetivo. y Derecho internacional. El primero es el
En el primer sentido significa el conjunto que rige en una nación y comprende el
de reglas establecidas para regir las re- conjunto de reglas que rigen las relaciones
laciones de los hombres en sociedad, y se de los individuos que habitan en el país,
emplea comúnmente en este sentido para ya se trate de relaciones de los individuos
referirse, ya sea al Derecho de un pueblo, entre sí, ya de relaciones con el Estado:
ya a una rama especial del Derecho: De- tal el Derecho argentino. El Derecho inter-
recho argentino, Derecho francés, Derecho nacional es el conjunto de reglas que rigen
civil, comercial, penal, etcétera. En el sen- las relaciones entre varios Estados o entre
tido subjetivo, la palabra Derecho significa individuos de varios Estados.
una facultad o un poder del individuo, que En cuanto al Derecho interno, se subdi-
le permite realizar determinados actos: el vidide en Derecho público y Derecho pri-
derecho de testar; el derecho de propiedad; vado, distinción cuyo origen remonta al
etcétera. Pero —dice Salvat— en cualquier Derecho romano; y el último de éstos es el
sentido que se emplee la palabra, ella desig- que regla las relaciones de particular a
na siempre un fenómeno social, porque el particular y comprende entre sus diversas
Derecho supone la vida del hombre en so- ramas (Derecho civil, Derecho procesal,
ciedad, reglamenta Jas relaciones de los etc.) el Derecho comercial, que reglamenta
individuos entre sí y con el Estado, y al particularmente las relaciones que n*cen
establecer las reglas fundamentales que del comercio, mediante reglas establecidas
rigen esas relaciones, establece los princi- para los actos de comercio y los comer-
pios que permitirán resolver los conflictos ciantes.
que surgen entre ellos, haciendo posible, Algunos expositores han observado la in-
asi, la vida en sociedad: sin el Derecho, clusión del Derecho comercial en el Dere-
reinaría la fuerza, o sea la anarquía. cho privado. Así Siburu ("Comentario del
II. Derecho positivo. Derecho privado. Código de comercio argentino", t. I. n° 12)
Derecho comercial. Lo expuesto corresponde expresa, al respecto, que el hecho de atri-
al concepto general del Derecho, tanto en el buir al Derecho comercial por materia
sentido objetivo como en el sentido subje- propia, los fenómenos de la circulación de
tivo de la palabra. Particularmente, con la riqueza, parece sacarlo del lugar que
comúnmente ha ocupado en el cuadro ge-
* Por el Dr. FRANCISCO OEIONE. neral de las ciencias jurídicas; pero esto
es sólo en apariencia, pues se ha dicho tal, es en esencia y en lo objetivo Derecho
siempre que el Derecho comercial es una económico y debiera encuadrarse, conforme
rama o parte del Derecho privado, y como a su calificación, en el Derecho público. No
tal, se la coloca junto con el Derecho civil. obstante, se halla revestido de la naturale-
Siendo asi —agrega—, se dirá que no puede za del Derecho privado, marchando para-
ser el Derecho de los íenomenos de la circu- lelamente al Derecho civil y ocupándose,
lación, por cuanto éste exige necesariamente como éste, de las cuestiones particulares
instituciones del Derecho público, como lo de orden privado, concernientes a las per-
son las Bolsas, almacenes generales de de- sonas, a los bienes y a sus relaciones. El
pósito, Cámaras de Comercio, reglamenta- concepto general es que el Derecho co-
ción de profesiones, etcétera; y sin em- mercial se ha constituido como consecuen-
bargo, la objeción sólo tiene fundamento en cia de las necesidades económicas, por efec-
apariencia. to de las cuales se desenvuelve y su
Admite, por cierto, que la circulación de transformación es más rápida que el Dere- j
la riqueza exige instituciones del Derecho cho civil. ''
público y, también, que el Derecho comer- III. Desarrollo y evolución del Derecho
cial ha sido siempre definido como una comercial. El desarrollo y la evolución del
parte del Derecho privado; pero no acepta, Derecho comercial —dice Ferreira— ha sido
como verdad, que la realidad de la legisla- explicado por Escarra a la luz de tres con-
ción comercial se haya conformado jamás ceptos, prismas de una misma idea general:
con la noción teórica del mismo, pues si el primero, que el comercio se ejerce, en
bien se dice que el Derecho comercial es buena hora, por categoría de individuos
privado, en la ley comercial se disciplina especializados, clase subordinada a regla-
una gran parte de Derecho administrativo mentos particulares. Ese hecho, muy sen-
que, según la clasificación admitida, es de sible en la época en que el comercio era
Derecho público, como lo es la relativa a monopolio de corporaciones poderosas, per-
Bolsas, docks, warrants, registros, libros de mite comprender en los días actuales, para
comercio, etcétera; siendo conciencia inne- no citar más que un ejemplo, la abundan-
gable de los tratadistas y legisladores que cia de textos de orden público en materia
estas materias son del dominio del Derecho de sociedades anónimas. El segundo: que
comercial y, como tal, se las incluye en los las exigencias mercantiles dieron por re-
tratados científicos y los Códigos mercan- sultado que numerosos actos jurídicos, prac-
tiles, a pesar de que, por otro lado, se re- ticados para fines comerciales, no pudie-
conozca que son propias del Derecho públi- sen regirse más por las reglas del Derecho
co. -Considera que no se altera el estado civil, y así distancióse de la vida corriente,
actual de las cosas cuando se afirma que el el empréstito para la expedición marítima.
Derecho comercial es el Derecho de los fe- El monto elevado de la suma prestada, los
nómenos de la circulación. riesgos mayores soportados por el presta-
Advierte que no debe interpretarse su ar- mista, justificaron intereses más altos, ga-
gumentación, como la afirmación de su rantías especiales, reclamando un conjunto
parte, de que el Derecho comercial es de de reglas específicas. No obstante, no se le
Derecho público; pues la conclusión a que confirió la categoría de operaciones comer-
llega es que dentro del criterio de clasifi- ciales o de actos de comercio, a despecho
cación del Derecho general en público y de que, desde hacía mucho tiempo, se ha-
privado, no es exclusivamente ni público ni llaban revestidos de ese carácter merced al
privado, y que esta duplicidad de su carác- estatuto profesional de sus autores. Y el
ter dimanan las inconsecuencias en que in- tercer concepto: que la historia revela ha-
curren su noción teórica admitida y su des- berse formado como internacional el De-
v envolvimiento práctico en la ley. recho mercantil, para pasar luego a ser
Para Waldemar Ferreira, el eminente Derecho interno, y esto mucho menos por
profesor catedrático de la Facultad de De- vía legislativa que por -la costumbre. Las
recho de la Universidad de San Pablo mismas necesidades económicas —dice fi-
(Brasil), como lo expresa en su Tratado nalmente— que generaron y constituyeron
.sobre las "Instituciones del Derecho comer- la clase de los comerciantes y, más tarde,
cial" (4^ ed., primer volumen, 1954), el De- la categoría de los actos de comercio, fa-
recho comercial es el sistema de normas vorecieron el nacimiento y la vitalidad de
reguladoras de las relaciones entré los usos internos e internacionales, propios del
hombres, constituyentes del comercio, o que comercio, traduciendo exigencias de celeri-
de él emergen, y abraza en su ámbito la dad, de simplicidad, de crédito, de rapidez
ordenanza de aquella actividad profesional, ejecutiva y otros que sin ser desconocidos
medianera en la circulación de los bienes al menos no eran vulgares en el trato or-
entre productores y consumidores; y como dinario.
Atribuye Ferreira al substracto económi- dos ciencias, si no presentan una misma
co del Derecho comercial, que éste se pre- circunferencia, tienen el mismo centro"; y
sente con estructura especifica y contornos si esto era y es cierto respecto del Derecho
originales, subordinado a normas, que le en general, con mucha más razón ha de
son peculiares, en buena parte distintas de serlo respecto del Derecho que regula la
las del Derecho civil. Es, bien examinado circulación de la riqueza, que se refiere a
—dice— el conjunto sistemático de normas hechos económico-jurídicos, cuya modalidad
jurídicas disciplinadoras del comerciante y reclama una legislación que respete la na-
sus auxiliares y del acto de comercio y re- tural integridad de sus cualidades. Debe
laciones oriundas del mismo. Son, por lo reconocerse entonces —dice finalmente—-
tanto, bien distintos —agrega— el Derecho que el Derecho comercial, por la índole de
civil y el Derecho comercial, cada cual con su materia, exige • indispensablemente para
materia propia e inconfundible; pero entré su estudio y para su legislación, no un
uno y otro existe el Derecho común, o sea criterio meramente jurídico, sino un crite-
el de los contratos y de las obligaciones, rio económico-jurídico que responda con
el cual ora es civil, ora comercial, si bien precisión a la realidad de los fenómenos que
dentro de su ámbito se distingue nítida- regla; y a esto responde el que en estos
mente lo comercial de lo que no es. Los últimos años se haya iniciado, principal-
mismos contratos civiles, pueden presen- mente en Italia y Alemania, un movimien-
tarse como contratos comerciales. to de reconstrucción de la ciencia del De-
Por su parte, Siburu, al retomar el des- recho mercantil, y que precisamente, la
arrollo de la premisa según la cual el De- característica de ese movimiento sea el pre-
recho comercial es el derecho de la circu- dominio cada vez más acentuado del ele-
lación de la riqueza, observa que la primera mento económico como principio de esa
y más importante consecuencia que debe rama del Derecho, tanto que la legislación
deducirse de ella, es el cambio de criterio de todas las naciones europeas más impor-
científico con que se ha estudiado y codifi- tantes ha sido renovada, cediendo a la in-
cado el Derecho comercial, innovación que fluencia del elemento económico, tan pre-
han realizado ya la mayor parte de los dominante en la vida contemporánea.
países europeos que han revisado su legis- IV. El comercio en los tiempos primitivos
lación mercantil. El Derecho comercial y en los pueblos antiguos. En los antiquí-
—agrega— se formó primitivamente en las simos tiempos de la familia patriarcal no
costumbres, con la misma .espontaneidad existió el comercio. El jefe totalizaba en
de las necesidades que trataba de satisfa- sus manos y en su voluntad todos los po-
cer, hasta que la complejidad de las rela- deres. Como consecuencia de ello, distribuía
ciones mercantiles hizo indispensable trans- el trabajo, recogía el producido y lo repar-
formar la costumbre en ley escrita; y este tía a su arbitrio.
pasaje de la norma —costumbre a la nor- El predominio incontrastable del princi-
ma— ley, se hizo dentro de los principios pio de autoridad no impidió, sin embargo,
y moldes tradicionales del Derecho romano, que se manifestase una forma primaria de
considerado entonces por los juristas como trueque. Ninguna tribu o pueblo se libertó
la más alta y más autorizada expresión del de la fatalidad de esa ley económica, pro-
Derecho; de tal modo que al dar forma a funda y eminentemente humana, que fue
la legislación comercial, en el afán de generalizándose y multiplicándose en el
adaptarla al Derecho romano, se desnatu- tráfico íntimo de cada grupo, para seguir
ralizasen las normas-costumbres que ha- realizándose entre grupo y grupo una vez
bían nacido en la práctica del comercio, que se erigió el principio de la propiedad
olvidando su índole económica y dando al privada, permitiendo a cada cual disponer
elemento jurídico,, sutilizado por los roma- libremente de lo cuyo, dónde y cómo le con-
nos, un valor exagerado en detrimento del viniese.
interés del comercio. • No transcurrió mucho tiempo sin que el
En este estado de cosas —prosigue di- espíritu inventivo, aguzado por la diversi-
ciendo Siburu—, los progresos de la ciencia dad de las inclinaciones individuales o por
económica evidenciaron la existencia de un las necesidades, decidiese a cada uno a
orden económico que apenas si habían fabricar, con sus propias manos, los objetos
sospechado los antiguos; y se pudo ver, de utilidad personal o doméstico,. Nació así
entonces, cuántas y cuan importantes son el artesano, se animó el espíritu lucrativo
las relaciones de ese orden con el jurídico, y surgió la necesidad profesional. Con la
cómo la justicia, al decir de Rivet,. llega a aparición de la mercadería intermedia —el
ser uno de los principios reguladores de la dinero— se inició una nueva faz económica:
economía política, así como ésta es el prin- la monetaria.
cipio regulador del Derecho, y cómo, "las La característica del comercio en la an-
tigüedad más remota fue la de su noma- por los comerciantes para afrontar, con
dismo. Asi, el que tenía necesidad de me- mayor seguridad y eficiencia, largas y du-
dios de vida se veía precisado a buscarlos raderas jornadas; y las referencias a la in-
donde se hallasen, y no faltaban los que, fluencia de la navegación en el desarrollo
debido a la abundancia de que disfrutaban, del comercio, abriendo sendas y horizontes
realizasen el movimiento opuesto, de ofre- e irradiándose en los pueblos antiguos; pues
cer lo que excedía a sus necesidades. No si bien en todos ellos se comerciaba, en
tardaron en aparecer los que, con mayor ninguno existían normas específicas, sepa-
poder de iniciativa o dotados de espíritu radas del Derecho común, para el comercio.
de aventura, se dispusieran a adquirir en un No se distinguía lo comercial de lo civil.
lugar lo que faltaba en otro, en forma de No podría hablarse de lo económico en el
poder intercambiar los productos y condu- concepto actual de la palabra. Permutar,
cir, los así adquiridos, para colocarlos entre comprar, tanto para utilidad propia como
los probables consumidores, a lo largo de para permutar después, o revender con
las rutas y caminos. propósitos de lucro, eran operaciones co-
Ese peregrinaje de los mercaderes habría rrientes, cuya demostración resulta del es-
de crear otro, desarrollándose ambos si- tudio de los más antiguos códigos del mun-
multáneamente, cuando no entremezclán- do, entre ellos el Código de Hamurabi, rey
dose: el de los piratas. Esas dos formas de Babilonia, en cuyos 282 artículos se
distintas, pero congénitas del mismo hecho consolidaban preceptos de excelentes leyes
social, porque estaban destinadas al mismo y normas de Derecho consuetudinario, en
objetivo: la distribución de utilidades hu- los cuales aparecen vestigios de economía
manas. La piratería apareció en el mundo monetaria, como así también se desprende
como la sombra del comercio, tanto en de ellos que la base principal de la econo-
tierra como en el mar, creciendo y orga- mía nacional era la agro-pecuaria. En cuan-
nizándose como éste, atravesando ciclos to al comercio refléjase en segundo plano,
característicos de mayor o menor poderío no existiendo la más mínima referencia a
en paralelismo histórico. la clase de comerciantes, no obstante con-
En las ferias o mercados realizaban im- tener el Código preceptos relativos a otros
portantes negocios los mercaderes, cuyas profesionales, tales como los médicos, maes-
rutas coincidían no pocas veces con las de tros de obras, tanto para definir sus res-
los santuarios de más alta devoción, con- ponsabilidades, cuanto para la fijación de
vertidos en mercados o ferias de los más sus honorarios. La importancia de ese Có-
activos, como ocurre actualmente en Lour- digo consistió en que fue una de las reali-
des y en la Meca, para aludir a los más zaciones esenciales de la política monárqui-
famosos. Casi no existe en Italia ciudad ca de Hamurari, pues con él dotó a todos
grande o pequeña en que no se conserve sus Estados de un mismo derecho contrac-
memoria de una gran feria, una o más tual, que se convirtió en costumbre inter-
veces al año, cuya duración era de muchos nacional del comercio en toda el Asia in-
días y hasta semanas. Lo mismo puede terior; y transportado por los mercaderes,
decirse de otros países, como Francia, Es- penetró igualmente en Siria, adquiriendo
paña, Alemania, Portugal, etcétera. Es, el en aquel momento un nivel que no habría
relativo a las ferias o mercados, uno de los de ser ultrapasado antes del séptimo siglo
capítulos más interesantes de la historia . anterior a Jesucristo.
del comercio y del Derecho de los mer- Todos los pueblos de la antigüedad, prin-
caderes, que ha provocado estudios de in- cipalmente los fenicios, fueron comercian-
vestigadores insignes, tanto del punto de tes. Los egipcios, por motivos religiosos y
vista económico, como del social y del ju- debido a sus costumbres, no fueron parti-
rídico. De ellos resulta que si las ferias o darios del comercio internacional, y tuvie-
mercados se realizaban naturalmente por ron economía propia merced a la abundan-
la confluencia periódica de los fieles en las cia de sus tierras. En cambio, los fenicios
peregrinaciones a los santuarios, también no encontraron barreras para sus activida-
se constituían por deliberaciones dé prínci- des, pero no de conquista, sino de comercio,
pes o señores territoriales, produciéndose el como navegantes temerarios; y así funda-
choque del principio feudal o de privilegio, rqn colonias en todo el literal del Medite-
con el del principio burgués o de mercado rráneo: Grecia, Italia, Cerdeña, África,
libre o de auto-gobierno, disciplinado por España; y convirtieron a la isla de Roda
los usos y costumbres de los mercaderes y en un gran centro comercial, famoso por
por los estatutos en que se consolidaba el sus leyes marítimas, que predominaron
Derecho consuetudinario. soberanamente, con inconfundible prestigio,
Son interesantes los pormenores relacio- no solamente en el período de civilización
nados con las caravanas, que se formaban griega, sino también en el romano, perdu-
rancio su eficacia hasta los tiempos me- comparables, los romanos, lo mismo que los
dioevales. Tratábase de usos y costumbres pueolos que los antecedieron en la historia,
comunes en todas las ciudades y puertos no distinguían lo comercial de lo civil,
del Mediterráneo. debido a lo cual nunca pasó por la ima-
En lo que respecta a Grecia, fue sorpren- ginación de sus notabilísimos jurisconsultos
dente el gran desarrollo que adquirió el la necesidad de separar del Derecho pri-
comercio en ese país, paralelamente con el vado las normas peculiares al ejercicio del
insuperable esplendor del genio helénico comercio. La razón de esto ha sido dada
en las letras y en las artes, y es así cómo su por los juristas e historiadores, que atri-
comercio íué para Atenas el fundamento buyen a la inexistencia en su vocabulario,
de su prosperidad. Resulta difícil establecer como en el del pueblo griego, de una pala-
en qué amplitud contribuyó, ese comercio bra que designase al comercio en su sentido
extraordinario, en la formación del 'Dere- propio. Por otra parte, el jus civile, a des-
cho comercial. Lo que existió en Grecia pecho de su formulismo,' no era desfavo-
fue un conjunto de reglas de Derecho con- rable a la actividad mercantil; admitía, en
suetudinario en estado de formación, no principio, el contrato abstracto; y el- jus
escrito. Imperaba el concepto nacional de gentium se acomodaba, fundamentalmente,
la prevalencia del uso sobre la ley escrita; con el comercio, tanto más cuanto que na-
y se aglutinaban preceptos atingentes al ció gracias al tráfico mercantil; y además,
comercio terrestre y al marítimo, principal- si el comercio t¿-a profesión de esclavos,
mente al de este último. Nacieron y se resultaba superflua una legislación especial
perfeccionaron instituciones mercantiles de que lo favoreciese. Finalmente, la idea de
gran importancia, no obstante lo cual no derecho especial para el comercio, y en
se llegó específicamente al Derecho comer- general, para cualquier actividad profesio-
cial; y no tuvieron los griegos expresiones nal, chocaba con la indestructible tenden-
técnicas generales, que designasen el co- cia romana hacia lo centralizado y lo abs-
mercio y el comerciante, en el sentido de tracto.
tales vocablos. La separación, más o menos nítida, reali-
El comercio romano no fue menos flo- zada entre los pueblos de nuestros días, y
reciente que el griego, del cual recibió las que se presenta en diversa amplitud y va-
normas que lo orientaron y los institutos riada forma, es obra de la Edad Media ita-
que lo reglaban, pues las condiciones eco- liana y de las codificaciones modernas.
nómicas de Roma no eran tan diversas V. Los comerciantes y las corporaciones.
como para que no sufriese, como aconteció, Las perturbaciones sociales y políticas de
la influencia de la civilización griega. El extraordinaria extensión y profundidad, so-
comercio se desarrolló en toda la sociedad brevenidas a consecuencia de la caída del
romana, sin perjuicio de su faena guerrera Imperio romano, colocaron a las clases hu-
y conquistadora, que contribuyó a engran- mildes en un estado de desamparo, hacién-
decerla. Los dos instrumentos de circula- dose necesario, como remedio contra los
ción —la moneda y el crédito— se exten- abusos de la incuria y de la explotación feu-
dieron considerablemente. La moneda ro- dal, la constitución de asociaciones, las que
mana se introducía en todos los medios y florecieron por el incentivo de la impotencia
en todos los países situados sobre el Me- de las autoridades en el ejercicio de su
diterráneo. El comercio bancario que ya papel económico y social. Esas asociaciones
ejercían los griegos, incrementó la política eran de variado género: cofradías religio-
del crédito; y esto determinó el desarrollo sas, asociaciones de comerciantes, corpora-
del lujo; y la sociedad romana se transfor- ciones de artes y oíalos, comunas. En todas
mó en capitalista. Los latifundios absor- ellas dominaba el espíritu mercantil, y sur-
vieron la pequeña propiedad. La sociedad gieron en el sud, en el centro y en el norte
se repartió en dos clases: al lado de la aris- de Europa, contemporáneamente, en pro de
tocracia, la plebe miserable. El orgullo ro- la actividad económica y de la libertad in-
mano consideró despreciable y mezquino el dividual.
trabajo manual, oficio de esclavos, indigno Todos aquellos que se sintieron atraídos
de hombres libres; y la profesión mercantil por intereses comunes —negociantes, ban-
no logró estimación social, principalmente queros, industriales, artesanos— se reunie-
la de los pequeños comerciantes y de los ron en vastas y organizadas corporaciones,
artesanos. Los nobles la ejercitaban por sujetas a rigurosa disciplina, en lo que re-
interpósita persona, esclavos en la genera- sidía el secrt>to de su fuerza. Se hicieron
lidad de los casos. poderosas y se invistieron del derecho de
Los expositores hacen notar que a pesar regular por sí mismas su interés previo y el
de tratarse de un pueblo culto por exce- de sus componentes, llegando así « ejercitar
lencia, de espíritu y sentido jurídicos in- poderes que eran, normalmente, del listado.
Por medio de sus oficiales, presidian las favoreciendo el intercambio y el transporte
ferias y mercados, organizándolos y man- de numerario. Se trazaron las primeras lí-
teniendo en ellos el orden. Protegían a neas de la falencia, como ejecución colecti-
sus miembros en el extranjero; prestaban va de los malos pagadores.
asistencia religiosa y caritativa; tenían pa- A tan extraordinario desarrollo comercial
trimonio y arca, formada con las contri- se reconoce que contribuyó, sobremanera,
buciones de los socios. Imponían tasas, la circunstancia de haberse erigido en re-
impuestos, peajes, multas y percibían las públicas autónomas varias ciudades,, por
rentas de los bienes de su dominio. Podían efecto de la decadencia y la desaparición
considerarse organismos estatales, dado que del poder central, en detrimento del local.
se inmiscuían tanto en lo privado como en Sobre todo en Italia, ciertas ciudades se
lo público. convirtieron en potencias comerciales; y
Es así cómo se constituían uniones vo- así, plazas marítimas, tales como Pisa,
luntarias de hombres del mismo oficio o Amalfi, Venecia, Genova, tuvieron la su-
profesión, a las que éstos se subordinaban premacía, sin que fueran superadas por
y sometían sus relaciones recíprocas a sus ciudades industriales importantísimas: Sie-
leyes internas, no escritas, como todo el na, Lúea, Milán, Bolonia y Florencia, sobre
Derecho de la época, lo mismo que sus re- todo ésta, plaza bancaria de inmensos re-
laciones con terceros, sea a propósito de cursos.
las condiciones del trabajo, sea respecto Las diversas causas que habían concurri-
de las regulaciones de mercados y ferias. do a alterar las condiciones sociales, econó-
Convertióse este derecho, en derecho urbano micas y políticas, creó ambiente propicio
o derecho de la villa o de la ciudad; y para que se cristalizase el Derecho espe-
vino a ser el derecho del burgo, o el derecho cial de los comerciantes. Era este Derecho
burgués, más público que privado; del cual consuetudinario, formado de normas sur-
surgió el'derecho municipal. ridas del tráfico mercantil; y contenía
Por otro lado, se elaboró el Derecho co- preceptos de Derecho administrativo, de
mún a todos los mercateres, del que hablan Derecho procesal, de Derecho penal y de
documentos del siglo xi, como cosa muy Derecho privado. Derecho de los comer-
antigua. Ese derecho, no impuesto por au- ciantes era al mismo tiempo el de las ciu-
toridad alguna, era obedecido por el con- dades; y no pasó mucho tiempo sin que,
senso unánime como si efectivamente lo depurado por las corporaciones, se conso-
fuese y regía en todas partes como si fuera lidase en forma escrita, insertándose sus
universal. Era el Derecho de los que traba- volúmenes: los estatutos; formándose, de
jaban en común; era el de los artesanos de ese modo, la legislación estatutaria de las
todos los oficios y menesteres; era el De- ciudades italianas: Consuetudines de Ge-
recho de los mercaderes y el de los que nova; Constitutum usus de Pisa; Líber con-
contrataban con unos y otros. Este no era suetudinum de Milán. . .
el derecho de los propietarios de la tierra Resumiendo, el proceso de elaboración
o de los que la explotaban; el de éstos era del Derecho de los comerciantes, se esta-
el derecho común. No tuvo aquel Derecho blece que debido a la acción de las corpo-
su fuente en legislación nacional; se des- raciones, de las ciudades comerciales, de
arrolló y aplicó donde existieron mercateres, las ferias, de los mercados, de los puertos
sin que fuesen de éste o de aquel país: sus marítimos, ese Derecho consuetudinario no
orígenes fueron puramente económicos. perdió, en su variedad, el espíritu de uni-
VI. Derecho estatutario. ~ Por múltiples dad y de identidad que unía los estatutos
causas históricas, el Mediterráneo se con- de las ciudades a los de las corporaciones,
virtió en el centro del comercio terrestre los antiguos o los modernos, debido a la
y marítimo durante los siglos x al xrv. Se- inalterable continuidad que la tradición
gún quedó dicho precedentemente, las mercantil sublimaba. Las costumbres mer-
instituciones mercantiles se propagaron a cantiles de los fenicios fueron continuadas
todos los pueblos debid'o a las corrientes por los griegos. De Grecia se trasplantaron
comerciales que acudían a las ferias y mer- a la isla de Rodas, haciéndose famosas. Se
cados, como si no existiesen fronteras na- infiltraron en eL Derecho romano. Resur-
cionales. Tanto en las de Francia, en que gieron en la vasta legislación estatutaria
sobresalieron las de Champaña y Lyon, medioeval, consolidadas en textos escri-
como en las de Italia y de otros países, tos.
encuéntranse en ellas mercaderes de todas En España, también, las costumbres que
las procedencias, formulando Derecho co- imperaban a lo largo del Mediterráneo se
mún, originario y de los usos y costumbres transfundieron en el Consulado del Mar; y
mercantiles. La letra de cambio y la com- en los mares del norte de Europa ocurrió
pensación de las cuentas se vulgarizaron, idéntico acontecimiento con la ley Consv"
tudini di Wisby, entre los siglos xrv y xv, rar el ejercicio regular y honesto de la
coetánea de costumbres marítimas ingle- profesión. Surgido y elaborado en el estre-
sas. Igualmente, en el siglo xn, se habían cho ámbito de los comerciantes, debía ser,
reunido las costumbres de Olerán en la y fue, esencialmente profesional; y si a las
Charle de Olerán o Roles de Olerán. El pro- costumbres por aquéllos formadas y difun-
ceso de formación del Derecho era el mis- didas sólo a ellos se vinculaban, los estatu-
mo en toda Europa, basado en las costum- tos corporativos se extendían hasta donde
bres de los comerciantes en tierra y en el alcanzaba el poder jurisdiccional de los
mar, a lo largo del tiempo. magistrados, o sea a los inscriptos en la
Respecto a la jurisdicción consular en el matrícula. Asimismo se sometían a ésta
conocimiento de los asuntos concernientes los miembros de las corporaciones. El pro-
al comercio, se destaca, en primer lugar, la blema de la aplicación de ese derecho se
elevación al más alto grado del espíritu de resumía, como derecho especial, en proble-
asociación y de clase de que se hallaba im- ma de competencia. Por muchos años la
b-:ída la administración pública durante autoridad del "Derecho mercantil tuvo sus
muchísimo tiempo, elaborando cada cual confines demarcados por los de la compe-
"su" derecho, para deducir de ello, como tencia de los jueces consulares.
muy natural, que ese Derecho se aplicase La vida y las actividades de los comer-
por jueces o tribunales especiales, nutridos ciantes se desarrollaban dentro de las cor-
del mismo pensamiento. Instituyeron las poraciones; y de ahí que todo aquello que
corporaciones justicia propia, administrada encuadrase en el ejercicio profesional, que-
en regla, por sus jeíes: los cónsules, sine daba sujeto a las leyes y justicia comunes,
estrepitu et figura judicii, sin forma ni originando esta dualidad jurisdiccional con-
figura de juicio, rápida, sumariamente, se- tiendas de difícil solución. Urgía separar,
gún la equidad, ex bono et aeguo. Tenían nítidamente, lo corporativo de lo que no lo
en el comercio funciones administrativas y era; y mientras tanto se producían con-
disciplinarias entre los miembros de las troversias judiciales de larga, duración, pues
corporaciones: aprendices, artífices, patro- en aquel tiempo, como actualmente, cabía a
nes. Extendióse luego la jurisdicción con- los jueces la defensa de su propia compe-
sular, alcanzando a los que contrataban tencia. Aparte de que, como en los estatu-
con los miembros de las corporaciones, ge- tos no se establecía lo que era peculiar al
neralizándose finalmente y pasando a des- ejercicio profesional, ni las causas emer-
empeñar papel más amplio que el de de- gentes del mismo, resultaba insuficiente la
cisora de los casos concretos, invistién- calidad de los litigantes para fijar la com-
dose de poder normativo. Concurre así, en petencia judicial de los cónsules, por lo que
la constitución y desarrollo de los institutos se llegó a someter a la jurisdicción mercan-
jurídicos comerciales. Establecen el registro til los negocios conexos y los comerciales,
de los comerciantes y de las sociedades occasione negotiationis.
formadas por éstos, particularmente las co- Con la grandeza de la corporación variaba
lectivas y las en comandita, las que verda- la materia corporativa. El negocio sujeto a
deramente adquirieron estructura y perso- la misma constituía causa mercantilis, o
nalidad. El cambio marítimo, los negocios materia de comercio. Durante mucho tiem-
de banco, la letra de cambio o cambial, las po se intentó definirla libertándola de los
averías, la quiebra o falencia, se delinearon límites casuísticos, mediante una cláusula
o se fijaron en sus contornos actuales; y general subsidiaria, más o menos amplia.
los libros de comercio asumieron relevancia Con tal concepto de la materia comercial se
probatoria. estableció y se delimitó, de acuerdo con las
La jurisdicción consular no sólo se esta- decisiones judiciales, el contenido del nuevo
bleció en el continente, sino también en los Derecho especial. Era éste el nuevo Derecho
puertos para las causas o cuestiones ma- que se eleboraba. En él estaba el Derecho
rítimas; y sus importantísimas sentencias social, el nuevo Derecho social de la época.
se consolidaron igualmente. Tal es el origen Los institutos comerciales tuvieron su
de las Capitulare Nanticum, de Venecia; las origen, en su mayor parte, en el antiguo
Capitula et Ordinationes Curiae Maritimae comercio marítimo. Pasaron de éste al co-
Nobilis Civitatis Amalphae o Tabla Almafi- mercio continental europeo, y la pequeña
tana, de Amalfi; las Ordinamenta et Con- industria medieval alimentó el comercio, el
suetudo Maris Edita per Cónsules Civitatis cual, con la gradual desaparición de la
Trani, de la ciudad de este nombre, y otras. esclavitud, se caracterizó por los más va-
VII. Origen corporativo del Derecho mer- riados contratos, tales como el de la loca-
cantil. El Derecho comercial es reputado ción de trabajo y de obra y de las socieda-
por los autores como el Derecho profesional des de hombres libres. Innumerables ins-
más antiguo. Se formó con .el fin de asegu- tituciones comerciales se perfeccionaron en
Italia, si bien sus raíces se hallan en el De- poraciones, purificado y depurado por sus
recho escrito romano o helénico: el emprés- tribunales consulares.
tito a riesgo o cambio marítimo, el más VIII. La sistematización jurisprudencial
importante negocio especulativo del mundo y doctrinaria del Derecho comercial y de
antiguo, se infiltró y fue el embrión de los Códigos modernos. Bajo este titulo,
numerosos institutos de Derecho comercial, Waldemar Ferreira se ocupa de la ausencia
tanto de aquella época, como de los tiem- del criterio científico en el Derecho con-
pos modernos. Debido a la labor corpora- suetudinario, de la literatura del Derecho
tiva, ese Derecho adquirió el carácter que comercial en el siglo xvi, de las Ordenanzas
le es peculiar, y el nombre que ostenta has- francesas y el advenimiento del período
ta hoy. legislativo, y finalmente del Código de co-
No obstante no haberse llegado a esta- mercio francés de 1807. Vamos a seguirlo
blecer la linea peniérica üe la materia a través de su interesante exposición.
comercial, propiamente dicha, muchas de Explica que las normas del Derecho con-
las instituciones mercantiles actualmente suetudinario se caracterizaban por su au-
existentes se maniíestaron nítidamente, sencia de criterio científico, en razón de
como se verá a continuación: a) se con- que, agrupados en repertorios oraies de
figuró jurídicamente el comerciante, ha- costumbres generales o locales, transmiti-
ciéndose necesario inscribirse en la ma- das en el- espacio y en el tiempo por fuerza
tricula de su corporación o consorcio de de la tradición, no constituía un sistema
corporaciones; y después del siglo xm, en disciplinado por los principios generales del
muchas ciudades comerciales se crearon Derecho. De ello resultaba la movilidad de
registros especiales de procuradores, de so- las leyes, que los estatutos corporativos
ciedades y también de marcas, con fines procuraban estabilizar, por lo mucho de
puramente privados, independientes del in- uniforme y universal que había en ellas.
terés corporativo; b) la firma del comer- Esto sólo fue posible cuando el Derecho
ciante individual no se diferenciaba de su pasó a ser escrito y consolidado por las
nombre civil, ni del título de su casa co- decisiones de los tribunales. La sistema-
mercial; pero se inscribía la firma social tización, por consiguiente, tenía que ser,
designativa de la sociedad de comercio a y lo fue, tarea de los jurisconsultos: éstos
fin de distinguirla de sus componentes; c) completaron, por la ciencia, la obra que
la capacidad de los menores y de los hijos los comerciantes comenzaron por la expe-
de familia para contratar, restringida por riencia, según la frase de F. Beslay.
el Lerecho romano, amplióse en el interés Se refiere luego a la observación de este
del comercio, y en beneficio propio de aqué- comercialista, acerca de las dos influencias
llos, d) la mujer comerciante, además de que dividieron a los jurisconsultos funda-
necesitar autorización del marido para co- dores del Derecho comercial, predecesores
merciar, veíase despojada de los privilegios de los de la época clásica, imprimiendo a
y favores del Derecho romano; e) la casa sus trabajos ardor guerrero, el Derecho ro-
comercial, particularmente la bancaria, po- mano y la práctica comercial. No contenía
día abrir y mantener filiales o sucursales el Derecho romano más que unas pocas
en el extranjero, a cargo de factores resi- reglas para el comercio; y algunos contra-
dentes; f) la marca comercial privada, tos, si bien conocidos por los romanos, como
distinta de la marca pública de la ciudad el contrato de cambio, no fueron frecuentes
o de la corporación, integróse en el patri- entre ellos. No sería posible, todavía, ni de-
monio del comerciante, protegida contra ductiva ni inductivamente, ligar las prác-
imitaciones o usurpaciones, registrándose ticas del comercio a las de la vida civil, ni
al lado de la matrícula del mismo, creán- el Derecho creado por las necesidades mer-
dose, más tarde, un registro especial; g) la cantiles, a los principios formulados por
constancia escrita mercantil en libros apro- los jurisconsultos del Digesto. La empresa,
piados y registrados, se erigió en medio de aunque difícil, fue intentada hábilmente,
prueba en favor del comerciante, obligado algunas veces con felicidad, por algunos ju-
a exhibirlos: con los balances periódicos, risconsultos italianos, pero no se realizó
merced: al sistema veneciano de las parti- sin que se le opusiera resistencia; si bien,
das dobles, la contabilidad adquirió la ma- la lucha en ese terreno, fue áspera, bri-
yor importancia; h) la falencia y el crimen llante y de fecundos resultados, sin llegarse
de bancarrota, se ventilaron mediante pro- a establecer preponderancia de cualquiera
cesos especiales y peculiares a los comer- de los principios en conflicto; y fue justa-
ciantes. De este modo, convirtióse el Dere- mente de este conflicto de donde surgió la
cho consuetudinario en mercantil, como legislación comercial de la Edad Media, in-
Derecho de clase nítidamente profesional, finitamente diversa por sus monumentos
debido a la labor y persistencia de las cor- y aplicación de sus reglas, pero única en
cuanto a sus principios basados en la honra partieron y que todavía se los invoque en
y alimentada por el sentimiento constante la doctrina de la jurisprudencia, a fin de
de libertad, sin el cual no se comprende el resolver casos concretos.
comercio. Se reconoce, con toda certeza, que los
A fines del siglo xvi y en el siglo xvn, estatutos de las corporaciones y de las ciu-
floreció abundantísima literatura de Dere- dades comerciales italianas y españolas,
cho comercial. La primacía de entre los co- vigentes en toda la Europa meridional, pre-
mercialisías tenidos como clásicos corres- pararon la iniciación del período legislativo,
ponde, no sólo cronológicamente, a Benve- consecuente con los cambios políticos so-
nuto Stracea, sino también por sus altos mé- brevenidos. El edicto de Carlos IX, de 1563,
ritos. Su primera obra en la materia, el reunió y dio forma legal a los usos y cos-
Tractatus de Me.rca.tura sen Mercatore, edi- tumbres atingentes a la magistratura y a
tado en Venecia, en 1553 y vulgarizado en la los tribunales consulares; y por su par-
edición de 1669, de Amsterdam, se dedica, te, el gran ministro Colbert, en el reinado
asimismo, al estudio y crítica de los juz- de Luis XIV, encontró en aquél el material
gados de la magistratura comercial, cons- para la gran obra legislativa que realizó. En
tituida con la transferencia de la jurisdic- el comercio marítimo de Francia eran co-
ción 'de las corporaciones al Estado. Fue rrientes los usos y costumbres compendia-
editada 'también en Venecia, en 1552, su dos en el Guidon de la Mer. "Imbuido del
gran obra Decisiones Rotae de Mercatura precepto, todavía no del todo desvanecido
et pertinentibus aá cam, reeditada igual- por los tiempos, de la infalibilidad del Esta-
mente en Amsterdam, an 1688; y en Ginebra do y de la soberana eficacia de las leyes
editó el Tractatus Dúo de Assecuratiombus escritas, el-gran ministro del gran rey tomó
et Proxenelis otque Proxenetisis, en un mis- la iniciativa de elaborar dos Códigos dis-
mo volumen con los Discursus legales, de tintos, en los que se consolidasen las nor-
Commercis et Mercatura, de Ansaldo de mas dispersas del Derecho comercial te-
Ansaldis, Auditor de la Rota de Roma, Sa- rrestre y del Derecho marítimo, con el doble
crae Rotae Romanae Auditoris. Le siguió objetivo de establecer, por un lado, la mis-
Segismundo Scaccia, en cuyo Tractatus de ma ley para todo el reino de Francia; y del
Ccmmerciis et Cambio, que se publicó en otro, el de regular, por la misma ley, el
Roma, en 1618, y se hizo una segunda edi- todo en sus mínimas particularidades. La
ción ea Venecia, en 1650, dicho juriscon- iniciativa dio como resultado las Ordenan-
sulto se ocupa principalmente del Derecho zas de 1673 y de 1681".
cambiario. Las Ordenanzas de 1673, sobre el co-
A los? nombres de tan notables comercia- mercio terrestre, preparadas por una co-
listas de aquellos prístinos tiempos, otros misión presidida por Jacques Savary, du-
de inmenso renombre pueden agregarse: rante mucho tiempo se las conocía por el
Raffaele de Turris, en 1641, el cardenal Código Savary. También se las denominó
Giovanni Battista de Lúea, en 1743 y 1758, Code Marcharía. En el preámbulo, después
Carlos Targa, tratadista de Derecho ma- de destacar sus esfuerzos para el floreci-
rítimo; Gluseppe Lorenzo María Casaregis, miento del comercio, expresa Luis XIV, que
en cuyos Discursos legales de comercio, juzgó necesario formular reglamentos ca-
edición florentina de 171Í), se formulan los paces de asegurar la buena fe entre comer-
comentarlos al Consolate del mare; corres- ciantes, a fin de prevenir el fraude y elimi-
pondiendo a la materia de la falencia o nar los obstáculos que eternizaban las de-
quiebra II Cambista instruite per egni caso mandas. En los doce títulos en que fueron
di JalUmenti, en 1723. divididas, la materia de la letra de cambio
Los jurisconsultos nombrados ejercieron tenía gran desarrollo y casi igu'al la de la
eficientísima influencia en la sistematiza- falencia.
ción del Derecho comercial, trazando a su Las Ordenanzas de 1681 comprendían
respecto los principios cardinales, recogi- todo el Derecho marítimo, público y pri-
dos de la práctica del comercio y en con- vado; y se dividían en cinco títulos: el de
sonancia con los principios generales del los tribunales de marina; el de los contratos
Derecho predominantes en esa época; y a la de Derecho marítimo en general; el de los
luz de éstos examinaron los diversos insti- capitanes y armadores de navios; el de la
tutos y contratos mercantiles con particular policía de los puertos; y el de la pesca
observación de los fenómenos económicos, marítima. Redactadas, probablemente, por
jurídicos y políticos que sobre ellos actua- Lavayer de' Boutigny, -esas ordenanzas fue-
ron poderosamente. Algunos de aquellos, ron recibidas con estima y mucha influen-
además de jurisconsultos eximios, se dis- cia en toda Europa. Las comentó Rene Jo-
tinguieron como estadistas, y así se explica sué Valin en su obra Nouveau Commentaire
la universalidad de las enseñanzas que im- sur l'Ordonnance de la marine du mois d'
Aout 1681, editada en 1762. Posteriormente, sa, comisarios, compra y venta, letras de
en 1783, Balthazard-Marie Emerigon, en cambio, billetes a la orden); el del comer-
Marsella, publicó el Traite des Assurances cio marítimo; el de la falencia; y el de la
et des Contrata á la Grosse, en dos tomos. jurisdicción consular o comercial. Se afir-
Las nuevas ideas de los economistas de- ma, con razón, que no se trataba simple-
cidieron a Luis XV a nombrar una comi- mente del primer Código mercantil moder-
sión revisora de las Ordenanzas de 1673, no, por cuanto, surgido en' momento histó-
presidida por Miromenil, quien elaboró un rico oportuno, en que el comercio, debido a
proyecto que llegó a imprimirse. Al mismo los descubrimientos científicos y a la ra-
tiempo, el ministro de Marina procedió a pidez de los medios de comunicación, se
reunir el material necesario para la revi- había transformado muchísimo y ampliado
sión de las Ordenanzas de 1681, reputadas, el volumen^ de sus operaciones, constituyó
desde mucho tiempo atrás, inconducentes el marco legislativo lindero de la nueva
con las necesidades del comercio. Ya, en época del Derecho comercial. Solidificó re-
1776, habían sido suprimidos por Turgot, laciones jurídicas inciertas; consolidó las
los privilegios, monopolios y poderes de las antiguas normas de Derecho consuetudina-
corporaciones de comerció, artes e indus- rio, por la práctica, alcanzando popularidad
trias, en nombre del Derecho natural y del propicia e influencia decisiva en toda la
interés general, permitiendo libremente el legislación mercantil contemporánea. No era
ejercicio del comercio, profesión o arte, a avanzado en las ideas, ni revolucionario en
todo el mundo, inclusive a los extranjeros. las directrices; y hallándose impregnado
Subsistieron, entre tanto, seis corps de del sentido de universalidad, vino a ser el
marcharías y cuarenta y seis comunidades Código modelo, reproducido, imitado y
de artes y oficios; todo lo cual, sin embargo adoptado en el viejo y en el nuevo mundo.
sólo se mantuvo hasta la ley de 1791, que Se ha observado con amargura, por par-
terminó, definitivamente, con el sistema te de A. Fremery —dice Parreyra— que el
corporativo; ley ésta llamada Le Chapelier, verdadero Derecho comercial, obra lenta
que tuvo gran repercusión en la vida eco- y sucesiva de los comerciantes y cuyas
nómica y mercantil de su tiempo. fuentes se deparan en los monumentos es-
Para la preparación del Código de co- parcidos de sus costumbres, ha sido dividido
mercio, el ministro del Interior, Chaptal, y separado en pedazos por los legisladores
comisionó a magistrados y negociantes, re- de las diversas naciones; de tal modo que,
unidos bajo su presidencia; y en pocos me- en vez de un Derecho comercial simple,
ses se dio por terminado el proyecto, con- grande, universal como el comercio que lo
sistente en un trabajo simple, claro y produjo, tiénese desde entonces un Dere-
metódico. En sus 485 artículos se reprodu- cho comercial francés, o español, o portu-
cían las ordenanzas de Colbert. A su re- gués, o brasilero.
greso de la campaña de Italia, Napoleón En efecto, con posterioridad al Código de
recabó la opinión de los tribunales de co- comercio francés de 1807, en Alemania,
mercio y de la justicia; y en 1806 debido a donde antes de la formación del Imperio,
los clamores provocados por innumerables la unidad de la legislación mercantil triun-
quiebras ocasionadas por la grave crisis fa sobre la diversidad de los antagonismos
comercial, dispuso que el Consejo de Estado políticos, después, esa legislación se unifor-
tomase a su cargo la discusión, propo- ma en las conferencias de Leipzig y de Nü-
niéndose, como lo hiciera antes con el remberg, con la notable ley de cambio de
proyecto del Código civil, coparticipar en los 1848 y el Código de comercio; leyes éstas
debates, en los cuales tuvo gran interven- que se introducen en otros países que las
ción. En la sesenta y una reunión del adoptan y trascienden a los Códigos moder-
Consejo de Estado, del 4 de noviembre de nos, al italiano de 1882, al español de 1885,
1806 al 29 de agosto de 1807, se concluyó la al nuevo de Alemania, que entró en vigen-
consideración del proyecto en el que Na- cia en 1900.
poleón impuso algunos de sus preceptos y Respecto de los Códigos posteriores: V.
ejerció alta influencia, sobre todo en el ca- CÓDIGO DE COMERCIO.
pítulo de las falencias. Enviado al Parla- IX. Caracteres del Derecho comercial.
mento, fue votado rápidamente, en pocos Sostiene Siburu (obra cit. n9 64) que los
días. Promulgado y convertido en ley el actos en que se substancia el comercio son
15 de septiembre de 1807, entró en vigor relaciones de carácter netamente jurídico,
el 19 de enero de 1808. lo cual resulta del simple examen de esos
El Código, expresión concreta del Derecho actos; a cuyo efecto, basta tener presente
comercial positivo, comprendía cuatro li- que el cambio es un hecho fundamental,
bros: el del comercio en general (comer- la idea madre que da vida al comercio y
ciantes, libros de comercio, sociedades, bol- que precisamente el cambio es una forma
de contratación que entra por entero en comprometidos en el comercio, en la for-
la disciplina del Derecho. Por consiguiente, mación del Derecho comercial, resumiendo
con esto se demuestra que, en general,, lo expuesto precedentemente, establece que
el comercio establece una relación jurídica, en la formación del Derecho comercial, en-
cuya razón de Derecho son las leyes abs- tran como elementos substanciales: a) los
tractas del cambio. principios generales de justicia que rigen
Entrando más al detalle, dice, la conclu- el interés privado y responden al fin sub-
sión no se modifica, ya que hallándose el jetivo del comercio; b) el interés del co-
comercio constituido por los actos de la mercio que ampara la utilidad general y
mediación entre los que ofrecen y los que responde al fin objetivo del comercio. A
demandan, esta mediación cuando es di- continuación advierte que al atribuir estos
recta es una compra venta, una permuta, dos elementos de formación al Derecho co-
o un arrendamiento entre el mediador co- mercial, se refiere a su formación abstrac-
merciante y los que ofrecen a los que de- ta, no a sus manifestaciones en la ley
mandan, vale decir, es siempre un contrato positiva; prescindiendo por consiguiente,
de alguna clase determinada; cuando es por el momento, de las cuestiones relativas
indirecta, también la mediación la consti- a las fuentes de la legislación mercan-
tuyen actos que son siempre contrataciones, til.
más o menos pronunciadas, más o menos Fundándose en los elementos que entran
explícitas: sociedades, seguros, transporte, en la formación del Derecho comercial, es
giro, comisión, etcétera. Por tanto, conclu- posible establecer los caracteres generales
ye expresando, puede decirse que todos los de ese Derecho que tiene una fisonomía
actos en que se desenvuelve la vida co- que le es propia. Así, los principios de jus-
mercial, se refieren a la contratación, y ticia le atribuyen su carácter jurídico y le
como ésta está regida por los principios de señalan un lugar en la ciencia del Derecho,
justicia, como la contratación es la rela- del mismo modo que a las demás ramas
ción más genuinamente jurídica, la con- de la ciencia jurídica; y el principio de la
clusión no puede ser otra que la de que las utilidad designado como interés del comer-
relaciones que crea el comercio son jurídi- cio, le presta su modalidad esencial, su ca-
cas; y a la vez, en consecuencia es la de lidad de medio adecuado para llegar a un
que existe un Derecho que regla las re- fin; ya que el Derecho comercial es medio
laciones creadas en el ejercicio del co- de realizar con la licitud e inviolabilidad
mercio, como existe, en otros órdenes, un de toda facultad jurídica, los dos fines sub-
derecho de la familia, un derecho de pro- jetivo y objetivo del comercio, o en otros
piedad, un derecho del Estado, un derecho términos, es la organización de la libertad
de las naciones, en razón de que existen individual en cuanto se aplica a realizar
relaciones jurídicas familiares, patrimonia- el doble fin del comercio; por lo cual se
les, políticas e internacionales: y por lo dice que del interés del comercio, segundo
tanto, el Derecho del comercio, denominado de las citados elementos del Derecho mer-
Derecho comercial o mercantil, debe tener cantil, éste adquiere el carácter de lo útil-
sus instituciones propias, porque la vida particutar y lo útil-social, o sea su carácter
mercantil se manifiesta en variadísimas de medio para el bien particular (lucro) y
formas. para el bien social (cambio); y conforme
Refiriéndose a los elementos que entran a esto, la conclusión es que, prescindiendo
en la • formación del Derecho comercial, de los caracteres comunes a las demás ra-
explica que en el fenómeno comercio se en- mas de las ciencias jurídicas, el Derecho
cuentran y combinan el interese privado comercial es por esencia de utilidad par-
de los particulares y el general de la so- ticular y de utilidad social.
ciedad, y que. el primero de éstos se refiere Además de los caracteres enunciados,
al fin subjetivo del comercio, y el segundo, cuya denominación correspondiente es la
al fin objetivo del mismo, que es la reali- de internos u orgánicos, de la observación
zación y facilitación del cambio. Ambos del proceso de formación del Derecho co-
intereses son amparados y legislados por mercial, se descubren otros externos o
el Derecho comercial, en atención a la na- formales, que no sólo evidencia el examen
turaleza y efectos de los hechos que regla, doctrinario, sino también los comprueba su
y es principalmente, dice, por esta dupli- desenvolvimiento histórico. Uno de ellos
cidad de mira que toma un carácter espe- es aquél, en cuya virtud, debe reconocerse
cial que lo singulariza en el cuerpo general que el Derecho: comercial es universal; y
del Derecho. la explicación está en que el comercio, como
Después de formular consideraciones re- fenómeno económico, como hecho natural
lacionadas a demostrar de qué modo in- congénito con el estado social, tiene siem-
fluye el interés privado y el interés general pre unas mismas formas de manifestación,
por lo¡gtíe.no sólo requiere en todas partes cambio, creó la moneda, se elevó hasta la
los mismos principios, sino.que su interés letra ue cambio, se complicó con el espíritu
es también igual o idéntico; y de ahí que ae asociación y en la acaiaúuacl se maai-
el Derecho del comercio tienda a ser uno liesia en empresas, sindícalos, bancos y
mismo en todos los países del mundo, puesto mucnas otras comomaciones que evidencian
que es uno mismo, en su esencia y en sus un avaazauo progreso y exigen el correlativo
formas, el fenómeno que regla, lo que no perfeccionamiento uel Derecno que las rige.
ocurre con las otras ramas del Derecho, Como ya se na visto, el Derecho comercial
del civil, del político, del administrativo, en ia antigüedad no tenía vida indepen-
por tener, estos derechos particulares, un díeme, y como dice Siburu, se haíia em-
carácter nacional o local, que se adapta potraao en las normas estrechas del De-
con sus modalidades exclusivas a los acci- recno civil, pero llega el momento en que
dentes geográficos, etnográficos, históricos, rompe sus ligaduras,y crea sus costumbres
psicológicos, etcétera, propios del pueblo en y usos, no sospechados antes, a pesar de la
cuyo seno se forman; accidentes éstos que tradición romana y las vallas canónicas,
no influyen en el Derecho comercial, porque hace por fin Códigos especiales, sigue de
no influyen en el comercio, para el cual no cerca el movimiento económico y para res-
hay divisiones fronterizas, rii diversidades ponder a él exige diariamente reformas
de razas y todos los -mercados comunican e instituciones nuevas, y mientras el De-
entre sí, de modo que no forman en reali- recno comercial avanza, el Derecho civil
dad, más que uno solo, que es el mundo, se detiene.
sobre el cual obra con toda energía la ley Los diversos caracteres externos o for-
soberana del cambio, la ley de la oferta y males del Derecho comercial, que se vienen
la demanda, según una frase feliz de Cour- examinando, se complementan .con uno úl-
celle-Senenil, tomada! 'de su Tratado de timo: el carácter equitativo; y'lo denomina
Economía folítica. Lai universalidad de que así Siburu, porque el Derecho comercial es
se trata" es tan poderosa que, en cualquier adaptable a las peculiaridades propias de
momento "histórico que se considere, siem- las diversas relaciones jurídicas en oposi-
pre se ha manifestado con hechos intergi- ción, dice, al rigorismo inflexible de princi-
versables como se ha visto en la reseña so- pios que proclaman las otras ramas del
bre el origen evolución y desarrollo de la Derecho; pues, en verdad, sólo la equidad
legislación del Derecho comercial, terrestre es de justicia universal, solo dentro de la
y marítimo. equidad es posible la repetición sucesiva de
Del carácter universal del Derecho co- un hecho voluntario a través deí tiempo
mercial se desprende que es también con- formando costumbre y sólo al amparo de
suetudinario, o sea que se manifiesta en la equidad que es la justicia sin excepciones,
los usos y costumbres con la energía sufi- son posibles las reformas jurídicas fre-
ciente para imponerse como ley; y es así, cuentes que el comercio exige en su desen-
porque debiendo regir relaciones creadas volvimiento progresivo.
entre habitantes de diversos países, no X. La autonomía del Derecho comercial.
existe un legislador común que someta esas Al estudiar Ferreira la cuestión relativa a
relaciones a una sola norma jurídica, pero la autonomía del Derecho comercial se
como se llega a sentir la necesidad de esa ocupa, en primer lugar, de fijar su natu-
norma, surge el uso, que fundado en la raleza, afirmando que el concepto predo-
equidad, se perpetúa por el consenso ge- minante es el de que ese Derecho es de
neral en las costumbres. A falta, pues, de naturaleza especial, y no excepcional, como
leyes positivas, existen las costumbres, como lo pretenden algunos autores, por cuanto
expresión espontánea de la equidad natu- la historia revela que el Derecho comercial
ral. se formó, emergiendo de los usos y costum-
El Derecho comercial tiende constante- breá'generalizados en todo el sud de Euro-
mente a perfeccionarse y adaptarse al mo- pa, , sobre el Mediterráneo. Dictados, dice,
vimiento económico que regla, lo que cons- por las circunstancias y exigidos por las
tituye otro carácter del mismo: el progre- condiciones mediante las cuales se realizaba
sivo. Y es así, porque el comercio está el comercio, no se revistieron en modo al-
subordinado por muchas causas al progreso guno de naturaleza excepcional, como para
científico y al progreso industrial de tal que como tal se le tuviese; y por el contra-
modo que los procedimientos nuevos, las. rio, surgió natural y espontáneamente, jr
invenciones industriales, las combinaciones en gran parte coexistió con el Derecho
que a cada paso produce el espíritu de lu- civil, o jus 'dvile, auténtico Derecho de
tero, tienen en constante movimiento y gentes.
agitación la vida comercial, que habiendo En segundo lugar, trata Ferreira del De-
empezado en la simplicidad del trueque o recho comercial frente al Derecho civil.
Considera que el atributo de excepcionali- se reconoce que éste es el producto de la
dad del Derecho comercial frente al Derecho organización económica, social y política
civil en los términos de la controversia, pro- de la colectividad en cierto momento his-
viene más de circunstancias históricas que tórico, no siendo admisible que surgiese
científicas; habiéndose entendido siempre como simple derogación del Derecho civil,
que las reglas en él consolidadas, impuestas según lo han afirmado numerosos cpmer-
por los usos y costumbres, eran suficientes cialistas de prestigio. La transmutación de
en sí mismas. La contienda surgió, dice, la estructura económica de la sociedad
como todo lo indica, de haber procedido el debía acarrear, y es lo que aconteció ne-
Código civil francés a la elaboración y pro- cesariamente, la de su estructura jurídica,
mulgación del Código de comercio y de ha- por la evolución de su orden político. El
ber este último preceptuado que el contrato Derecho, 'surgido de los escombros de la
de sociedad se regiría por el Código civil, por civilización, que floreciera y cayó con el
las leyes particulares del comercio y por Imperio romano, tenía que ser diverso del
las convenciones de las partes. que predominaba hasta entonces, como fa-
Refuta argumentos de autores que sostie- talidad histórica irresistible; y diverso, tam-
nen la naturaleza excepcional del Derecho bién, debía ser el proceso de su formación,
comercial; y expresa finalmente, que se constitutivo del Derecho estatutario, jus
trata de un Derecho especial, en el sentido mercanti, jus mercatcrum, Derecho corpo-
de ser peculiar a los profesionales del co- rativo, Derecho marítimo, Derecho consu-
mercio; pero Derecho autónomo, con ma- lar, Derecho de gentes, todo sucesiva y
teria propia, contenido específico, institutos contemporáneamente, en lo comercial al fin
peculiares y principios generales inconfun- transformado, complejo de normas de orden
dibles. El Derecho civil regula los derechos privado y también de orden público inferno
y obligaciones de orden privado de todos y externo, subordinadas a principios gene-
los individuos, concernientes a sus personas, rales distintos del Derecho corriente, fuese
a sus bienes y a sus relaciones; y bajo ese éste el romano, o el canónico, y aún el ger-
punto de vista, se trata de un Derecho ge- mánico todos en aquel momento imperan-
neral. En cambio, el Derecho mercantil, es tes y vigorosos, ora más, ora menos, en el
especial porque regula, en el orden privado, tiempo y en el espacio. Así se plasmó poco
idénticos derechos, mas no de todos, sino a poco el Derecho comercial conforme a
de algunos individuos: los comerciantes. la práctica de la vida mercantil y judicia-
Se hace cargo Perreira. en tercer térmi- ria, constituyendo un todo orgánico e in-
no, de la importancia atribuida por Alfredo filtrándose por todas partes, resistente a
Rocco al problema de la existencia de la- la acción del tiempo, que perfeccionó su
gunas legislativas, problema que contribuyó aspecto y consolidó su estructura.
grandemente en el concepto que se forma- Advierte que la autonomía del Derecho
ra este autor respecto de la calificación de comercial no sólo resulta de lo expuesto,
Derecho de naturaleza excepcional con que sino también de haberse originado fuera
distingue al Derecho mercantil. Entiende del ámbito del Derecho civil constituyen-
que este Derecho no constituye un sistema do desde tiempo inmemorial Derecho apar-
jurídico completo, íntegro en su estructura te, segregado del mismo y practicado por
propia, pero complejo de normas que dejan los comerciantes sin perjuicio y sin desgas-
en la disciplina de las relaciones que le te de aquél, formando cuerpo distinto, in-
pertenecen, buena cantidad de lagunas; y tegrado por normas extrañas al Derecho
que allí donde éstas existan, entran a repir, civil por lo menos en gran cantidad; y
por necesidad lógica, las normas ordinarias fueron muchos los institutos mercantiles
del Derecho civil; mejor dicho, del Derecho que se originaron de los del Derecho ma-
obligacional. Por otra parte, observa que rítimo, contribuyendo a cristalizar el De-
las lagunas no son del Derecho, proris men- recho comercial; y así de la comanda ma-
te dicho, sino de las leyes pertinentes a rítima, después aplicada en tierra, surgirán
cada rama; y no existiendo en razón de la sociedades en comandita y en cuenta de
contingencia de la labor humana, un sis- participación, pomo del contrato de em-
tema legislativo integral y completo en su préstito o cambio marítimo se desprende
estructura, pues la interdependencia de el del seguro; y aún en opinión de Tullo
todas las ramas de la ciencia jurídica es Ascarelli se encontraría en el condominio
manifiesta, la autonomía de cada cual debe naval germánico el germen de donde bro-
ser entendida a la luz de los principios de taría la sociedad anónima. Siendo así real-
relatividad e interpretación de los hechos mente, y si además otros numerosos insti-
y de las normas sociales. tutos peculiares al comercio, como la letra
Como afirmación del origen social y del de cambio, los demás tipos societarios, la
substráete político del Derecho comercial, matrícula, la firma de la razón social, la
casa de comercio, la contabilidad mercan- 1840, con la publicación de su tratado Du
til y la falencia, nacieron naturalmente con Conirat de Commissión, donde sostienen con
la práctica mercantil, subordinándose a una argumentación que ha sido después
principios peculiares, incontestablemente el repetida por muchos tratadistas, la inde-
Derecho comercial se formó per se, con pendencia recíproca y legislativa de ambos
elementos propios, tradicionalmente necu- derechos que sólo tienen de común la fuen-
liares a la actividad mercantil. te de que emanan, que es el Derecho natu-
En otro sentido, reconoce que la autono- ral. Contestó Troplong, que era de diverso
mía del Derecho comercial, resultó de ha- parecer, los argumentos de Delamarre y Le
berse consolidado sus normas, contratos e Poitvin, sosteniendo que el Derecho civil es
institutos en numerosas leyes separadas y el Derecho común que gobierna todos los
diversas de las comunes, lo que ocurrió asuntos, sean comerciales o civiles, y es la
muchísimo antes de las ordenanzas france- ley de todos los hombres y todas las trans-
sas y del Código de comercio de Francia; sacciones, inclusive las mercantiles. Intervi-
y que puede invocarse a este último como nieron, además, en la discusión, Massé, Du-
la mejor prueba de la existencia autónoma four y Alanzet; la que ha sido posterior-
de aquel Derecho. Si así no fuese, el Código mente renovada con frecuencia, pudiéndo
de comercio francés no se hubiese refleja- decirse que se encuentra aún sin solución,
do, como se reflejó, en todos los países ci- ya que los tratadistas, y principalmente los
vilizados. códigos, no se hallan de acuerdo al respec-
Desde que los jurisconsultos de la era to. Entiende que para solucionar la cues-
clásica —dice—se dedicaron a exponer, cri- tión, es indispensable remontarse un poco
ticar y desarrollar las decisiones de los a los orígenes científicos de ambos Dere-
tribunales mercantiles y entraron a tratar chos, civil y comercial, y en efecto,, la es-
sobre el Derecho comercial, fijando sus tudia bajo esa faz, estableciendo, después
principios doctrinarios como sistema diver- de algunas consideraciones previas, que en
so del Derecho civil, adquirió estructura general las divisiones del Derecho están
inconfundible. Al condensarse en leyes es- fundadas en la clasificación de las relacio-
peciales distintas de las civiles las dos le- nes jurídicas, y que éstas están clasificadas
gislaciones se desenvolverán lado a lado. por los sujetos que en ella intervienen; pero,
Admite también Siburu que el Código dice, esto refleja sólo el estado actual de
francés determinó concluyentcmente la se- las cosas y no excluye la posibilidad de
paración del Derecho comercial del De- que la clasificación científica de las rela-
recho civil, si bien lo fue, dice, no por ciones jurídicas al tomar los sujetos de la
reconocer en aquél un Derecho distinto e relación como base, haya incurrido en un
.independiente de éste, sino por razones de error para cuyo esclarecimiento ha choca-
conveniencia o método legislativo; pero do siempre con la dificultad que necesa-
que, ello no obstante, bien pronto la inves- riamente ha debido oponerle el respeto tri-
tigación jurídica trajo a discusión las rela- butado a través de la obra legislativa de
ciones que unen ambos Derechos y planteó los romanos; y son varias las opiniones
resueltamente la cuestión relativa a la autorizadas que se han revelado contra el
autonomía o sustantividad del Derecho co- principio adoptado por esa clasificación re-
mercial, ya que hasta entonces se había clamando que se atienda a la naturaleza o
considerado a éste como una excepciónx o al objeto, no a los sujetos de las relaciones,
suplemento del Derecho común p civil, en los cuales, por mucho que concurran a for-
forma tal que mientras éste daba la regla marla, nada dicen de sus modalidades
general para el caso legislado, aquél era la peculiares; se pide\ como en biología, cla-
regla especial, que no por estar formulada sificaciones naturales, no artificiales.
en un Código distinto, dejaba de constituir Se abstiene Siburu de entrar a dilucidar,
una materia única y homogénea con el De- lo que denomina "tema tan escabroso",
recho civil; opinión general, ésta, que fue bastando a su propósito el planteo de la.
estudiada y discutida, llegándose a conclu- cuestión relativa a la sustantividad del
siones que le son contrarias por cuanto, a Derecho comercial, de las dos maneras si-
mérito de éstas, se -niega la dependencia guientes: 1? autonomía o dependencia se-
que se atribuye al Derecho comercial del gún el principio de la clasificación adop-
Derecho civil, sosteniéndose, en cambio, la tada; 2"? autonomía o dependencia, según
autonomía de aquél como disciplina de la naturaleza íntima de la relación jurídica
naturaleza y atributos propios. y con prescindencia de los sujetos. Comien-
Parece ser que la discusión sobre la au- za por considerar la cuestión bajo el prime-
tonomía del Derecho comercial* sin poderse ro de los aspectos señalados, estableciendo
precisar con exactitud, dice Siburu, fue que si los sujetos que intervienen en la
Iniciada por Delamarre y Le Poitvin, en relación jurídico-mercantil, son los mismos
que en la relación jurídico-civil, ambas re- reglas resultan insuficientes e ineficaces,
laciones deben tener indudablemente una por lo cual debe variar el criterio jurídico
misma disciplina, y por tanto, el Derecho en armonía con el elemento social que en-
comercial es indistinto del civil; pero si los tra a participar en la relación; y de ahí
sujetos.no son los mismso, se impone la la razón de ser de ese Derecho sui generis,
conclusión contraria. En la relación ju- denominado Derecho comercial, y su inde-
ridico-mercantil, el hecho genérico es el pendencia respecto del Derecho civil.
acto de comercio, que tiene trascendencia Al hacerse cargo del otro aspecto de la
social, por cuanto el acto se vincula al fe- cuestión en estudio, expresa que de lo pre-
nómeno general del comercio, en el cual se cedentemente expuesto sobre el primer as-
interesa moral y materialmente el progreso pecto de la misma, resulta implícitamente
y bienestar de la sociedad. Se extiende en resuelta la cuestión en favor de la auto-
otras consideraciones sobre el particular, y nomía del Derecho comercial. Recuerda que
más adelante agrega que si se atiende ex- al estudiar la cuestión bajo el punto de vis-
clusivamente al fin subjetivo del comercio, ta de los sujetos, ha analizado la naturaleza
el lucro o la especulación, sólo aparecerán intima de la relación juridico-mercantil o
los intereses privados, las vinculaciones in- acto de comercio, y se ha visto que es un
dividuales como consecuencias del acto de fenómeno de caracteres múltiples, puesto
comercio, porque hecha asi. la observación que es jurídico porque es susceptible de ser
de las cosas es incompleta; pero si se tiene reglado por el Derecho, es económico por
presente que el comercio tiene un fin obje- constituir la forma más general de la cir-
tivo, que ese fin es la realización, el esti- culación de la riqueza, es individual porque
mulo y provocación del cambio, que éste resulta producido por individuos aislados
nace con la sociedad y es una condición y afecta' sus intereses particulares, es sociaí
sine qua non de su existencia y prosperidad, por ser elemerrto-substancia del fenómeno
quedará de manifiesto la participación de general del comercio, que es de interés pú-
la sociedad en el fenómeno comercio, y blico; caracteres todos estos peculiares del
por tanto, la conclusión natural es que la acto de comercio, y que no se encuentran,
relación juridico-mercantil, no es relación en la relación civil, que es sencillamente
sólo de los particulares, sino, a la vez, rela- jurídica e individual; debiendo reconocerse,
ción de éstos con la sociedad. Con las re- por consiguiente, que ambos tienen una
laciones jurídicas puramente civiles 'es muy naturaleza distinta, y que por ello exigen
diverso lo que ocurre, pues en ellas no se un derecho propio también distinto.
vincula nunca el interés jurídico de la so- En cuanto a los autores que sostienen la
ciedad, que tiene sólo un interés moral que dependencia del Derecho comercial, como
por su carácter no puede reglarse por las excepción o suplemento del Derecho civil,
normas del Derecho. En las relaciones de hace notar que se fundan singularmente en
familia, en las que se crea el patrimonio y las frecuentes referencias que aquél hace a
en las civiles de la contratación, la sociedad la legislación civil, de la cual adopta mu-
nada tiene que hacer, y si alguna vez afec- chas leyes e instituciones, y que se trata
tan el orden social escapan a las discipli- de un hecho que no puede desconocerse
nas del Derecho civil y caen en las de otra porque es cierto, pero que de él no debe
rama del Derecho: Derecho penal, Derecho deducirse, como lo observan Vidari y antes
administrativo, etcétera, según el caso. Delamarre y Le Poitvin, que sea una depen-
Finalizando la consideración del primero dencia del Derecho comercial hacia el De-
de los aspectos planteados, sobre la cues- recho civil; y lo que a lo sumo prueba es
tión relativa a la sustantividad del Derecho que ambos derechos tienen un origen común
comercial, expresa que dentro del criterio que es la idea fundamental del Derecho y
adoptado para la clasificación del Derecho, los principios generales de justicia; deduc-
existe una diferencia substancial entre la ción ésta que se comprueba recordando que
relación jurídico-civil y la relación jurídi- así como el Derecho comercial toma mu-
co-comerciaí, de cuya diferencia, y dentro chas disposiciones del Derecho civil, éste,
del mismo criterio, debe necesariamente a su vez, ha ido incorporándose y frecuen-
concluirse que el Derecho comercial es dis- temente incorpora innumerables disposicio-
tinto del Derecho civil, desde que son dis- nes del Derecho comercial, que nacidas en
tintas las relaciones jurídicas que reglan; los usos o costumbres de la vida del comer-
y si, por el contrario, en el fenómeno co- cio, se han impuesto en la ley civil; cuya
mercio sólo se interesasen los particulares, influencia ha sido señalada, con indicación
no habría duda de que las reglas del Dere- de los casos concretos, por autores como
cho civil bastarían para disciplinarlo, pero, Vidari, Goldschmidt, Manara, etcétera.
como no es así, y además de los particula- Otras muchas consideraciones formula.
res, se interesa también la sociedad, esas Siburu en apoyo de la tesis que sostiene;
y refiriéndose, más adelante, a la impor- se proclama en términos precisos que el
tancia de la cuestión sobre la autonomía Derecho comercial es una excepción del De-
del-Derecho comercial, sostiene que no splo recho civil"; y critica esta solución que no
tiene importancia teórica, sino también condice con el estado actual de la ciencia
práctica y de extensas consecuencias, por- y no se aplica satisfactoriamente si se tie-
que depende de su solución la prelación en ne presente que ha sido adoptada en el año
que deben aplicarse a falta de ley comer- 1889, cuando ya se habían dictado los Có-
cial, los usos y costumbres mercantiles y digos italiano de 1883, alemán vigente des-
los preceptos del Código civil. En efecto, si de 1900 y español de 1885, o sea después del
el Derecho comercial es una excepción o impulso dado a la evolución moderna del
suplemento del Derecho civil, es indudable Derecho comercial. Se refiere, a continua-
que su silencio presupone ausencia o falta ción, al informe de la Comisión de Códigos
de excepción legal y que, por lo tanto, de la Cámara de Diputados, que proyectó
debe regir la ley general o común, es decir, la reforma del Código de comercio vigente,
el Derecho civil; pero si, por el contrario, en cuya parte pertinente expresa que en el
el Derecho comercial no es una excepción estado actual de la evolución jurídica, no
del Derecho civil y es, en cambio, un de- ha creído conveniente independizar por
recho independiente y autónomo, en los completo la legislación mercantil, pues la
casos en que su traducción en la ley sea legislación civil rige relaciones generales
deficiente u omisa, es natural que para que comprenden a todas las personas, in-
salvar la deficiencia debe ocurrirse a la cluso los comerciantes, y a todos los bienes,
fuente de su-'formación, a los usos y cos- sean o no objeto de comercio. Los tipos
'tumbres que son, por así decir, el derecho generales de contratos y obligaciones, agre-
natural del Derecho mercantil. ga, como los referentes a la adquisición y
Sostiene, en consecuencia, que no siendo transmisión de los bienes, comprenden en
las leyes civiles antecedente, ni razón, de sus contornos a las relaciones análogas del
las leyes mercantiles, la autonomía del De- Derecho comercial. El Derecho racional y
recho comercial conduce a la aplicación de la utilidad general, que son las fuentes
los usos y costumbres en la solución de los y razones de las leyes civiles, lo son al
casos no previstos, del mismo modo que en mismo tiempo de las comeicíales; de don-
Derecho civil se busca la solución de tales de resulta que sus prescripciones tiene que
casos en los principios generales del Dere- coincidir e identificarse, cuando se trata
cho. Ambos derechos, dice, independientes de relaciones jurídicas cuya naturaleza per-
uno de otro, se remontan así a sus orígeoies manece la misma, sean civiles o comer-
y con sus elementos propios solucionan sus ciales. La separación completa, dice final-
dificultades. mente el Informe del Código de comercio,
La cuestión de la autonomía del Derecho obligaría a repetir en su texto una gran
comercial tiene otra faz práctica, que con- parte de las prescripciones del Código civil,
siste en que, si este Derecho es de excep- introduciendo una confusión desastrosa en
ción, debe entenderse y aplicarse restric- sus aplicaciones, por lo que no ha vacilado
tivamente, a mérito del principio general de en establecer de la manera más general y
interpretación, admitido desde el Derecho terminante que las leyes civiles suplen a las
romano, en virtud del cual las leyes ex- comerciales en los casos no previstos en és-
cepcionales no pueden extenderse a otros tas.
casos que los indicados por el legislador; Observa Siburu el Informe de la Comi-
quedando entonces descartada del Derecho sión, aduciendo que la conclusión que se
comercial la aplicación por analogía, por extrae de sus fundamentos no es precisa-
lo cual cuando éste no prevea un caso ex- mente que el Derecho comercial sea una
presamente, debe ocurrirse al Código civil. excepción al Derecho civil, sino que uno y
En cambio, si el Derecho comercial es un otro son idénticos, que aquél no es ni si-
Derecho autónomo, la interpretación ex- quiera una excepción y que, por lo tanto,
tensiva no presenta dificultad. De donde están de más los Códigos de comercio allí
resulta que las consecuencias de una u otra donde existe un Código civil; por cuanto,
hipótesis pueden variar profundamente las si las personas, los bienes, los tipos gene-
soluciones de los casos prácticos. rales de contratos y obligaciones son unos
En razón de que el Código de Comercio mismos en el Derecho civil y en el comer-
argentino dispone, en el Titulo Preliminar, cial, si sobre todo las fuentes y razones son
que "en los casos que no estén especial- idénticas en uno y otro Derecho; si ambos
mente regidos por este Código", se aplica- rigen relaciones de la misma • naturaleza,
rán las disposiciones del Código civil, hace no se explica por qué razón pueda existir y
decir a Siburu que, con esto, "rindiendo un exista un Derecho comercial separado del
tributo injustificado a la tradición jurídica civil, o por qué tal Derecno sea excepción
o suplemento del Derecho civil; y si para ban lo suficiente para probar demasiado;
responder a ello se invocase la razón de que el Código civil es la regla general, es
conveniencia, que generalmente se aduce una frase vacía de sentido, ni es suscepti-
cuando se afirma que el comercio tiene exi- ble de una explicación científica y racio-
gencias especiales de rapidez seguridad y nal, puesto que si el Código civil, aunque
buena fe, tal respuesta, a su juicio, demos- comprenda disposiciones de Derecho común
traría la inexactitud de esa pretendida o general, es el Código de los actos civiles,
identidad entre la ley civil y la ley comer- el de comercio es, al mismo título, el Có-
cial, desde que atribuye a las relaciones digo de los actos comerciales; y así, toda
jurídicas que rigen, tales diferencias, que jerarquía y dependencia entre sí son ra-
determinan realmente diferencias correla- cionalmente imposibles. Y haciendo suyas
tivas en sus normas ' legales. . :.. las palabras de Marghieri, expresa que si el
Agrega que de todo cuanto ha expuesto Derecho comercial fue en el pasado un De-
sobre el particular, se demuestra la incon- recho excepcional de una clase de personas,
sistencia de los fundamentos aducidos en es hoy un Derecho general de una extensa
el Informe en cuestión, los cuales descuidan no interrumpida serie de actos. Podemos
completamente la naturaleza íntima de las entonces concluir, dice, que las leyes civiles
relaciones jurídicas que ambos Derechos y las comerciales son hermanas, aunque la
consideran; descuido, dice, que aparece civil sea la mayor, e hijas ambas de un De-
manifiesto en la afirmación errónea que recho común y general; y agrega que la ne-
se hace al indicar que "la separación com- cesidad de un Código general fue indicada
pleta del Código de comercio obligaría a ya por el célebre Bacon y reconocida por
repetir en su texto una gran parte de las Freitas; y que, en el hecho, y mientras el
prescripciones del Código civil"; pues cuan- Código civil haga las veces de Derecho ge-
do se sostiene que el Derecho comercial es neral y se comprendan en él las reglas ge-
autónomo, no por eso se niega que como nerales sobre contratos y otros actos jurí-
ciencia jurídica esté vinculado al Derecho dicos, seguirá siendo el Derecho supletorio
civil, del mismo modo que tampoco se nie- de los demás Códigos y especialmente del de
ga que'éste lo esté con. las otras ramas comercio; pero es fuerza reconocer la gran
del Derecho: no se desconoce por su parte, influencia que la legislación y el Derecho
como ya lo ha expresado, que exista el comerciales ejercen sobre la legislación
vínculo de un parentesco, pero sí que lo sea civil, y que el Código de comercio suple
en línea recta, sino colateral. Las ciencias también en muchísimos casos al civil, le-
jurídicas, continúa diciendo, están vincula- gislando sobre actos que son civiles para
das y unificadas en el concepto general del una de las partes o para ambas, por cuya
Derecho, del cual nacen todas las ramas circunstancia ambas legislaciones tienden
particulares: éstas son las especies conte- a aproximarse y fusionarse para completar-
nidas dentro de los géneros en que la cla- se, especialmente en materia de obligacio-
sificación ha ordenado las disciplinas jurí- nes y contratos y de quiebra e insolvencia,
dicas; y es evidente que lo que corresponde en todo lo cual habría positiva convenien-
al género es común a las especies, sin que cia, como lo demuestra el ejemplo del Có-
por eso éstas sean idénticas; de tal modo digo suizo de las obligaciones.
que, conforme a este concepto, desaparece En razón de haberse también expresado
la pretendida necesidad de repetir en el que, siendo unas mismas la fuente y razón
Código de comercio las disposiciones que son de las leyes civiles y de ¡as mercantiles,
comunes a las del Código civil, en razón de sus disposiciones tienen que coincidir e
su identidad genérica, y bastará que se identificarse cuando se trata de una misma
consignen aquellas que le corresponde por relación jurídica, contesta Segovia diciendo
su diversidad específica; y es esto lo que que esta otra generalidad prueba dema-
han hecho los Códigos modernos que pro- siado, pues si es así, no se explica por qué
claman la autonomía del Derecho comer- la iegislación de los contratos, que en el
cial. Código de comercio ocupa 650 artículos, no
Ya Segovia, al que alude Siburu, se había figura toda entera en el civil. A continua-
ocupado del artículo I, del Título-Prelimi- ción plantea y resuelve interesantes cues-
nar, del Código de comercio argentino, en tiones concretas para fundamentar la tesis
la nota 3 del tomo I, de su obra Explica- que sostiene.
ción y crítica del nuevo Código de comer- La unificación en un solo Código de los
cio. Decía que las cuestiones que entraña Derechos civil y comercial en materia de
esa disposición, copiada del Código chileno obligaciones, es una materia que tiene es-
por la Comisión de 1873 (que proyectó la trecha relación, dice Siburu, con la cuestión
reforma del Código de 1862), no se resuelven relativa a la autonomía del Derecho co-
ni hieren con generalidades que no prue- mercial. El hecho fundamental del que
parten los sostenedores de un Código único industrialismo, señalado por Spencer como
de las obligaciones es la tendencia, cada día el rasgo típico de nuestros tiempos: las
más acentuada en el Derecho comercial, a fuerzas económicas tienden constantemente
inlluir en el Derecho civil, de modo que las a ensanchar su radio de eficiencia, el espí-
instiiuciones y normas de aquél se transfu- ritu de lucro es el alma de la mecánica
sionan en éste, según la expresión emplea- social, el comercio llega a un alto grado de
da por Manara. La regla que tiende a desarrollo y despierta la actividad de la
generalizarse en los Códigos modernos es casi totalidad de los hombres, por lo que
la contenida en el articulo 7? del Código fácilmente se comprende que mercantili-
de comercio argentino, por ia cual se dis- zada así la vida, se mercantilice .también
pone que cuando un acto es comercial para el Derecho: éste se acomoda al ambiente
una sola de las partes, todos los que inter- que le rodea, y por eso muchos actos que
vienen en él quedan sujetos a la ley mer- antes eran sólo de la vida civil, entran en
cantil, de modo que el acio de comercio, el torbellino de la vida comercial; pero, por
antes relegado como tal sólo a los comer- mucho que la especulación substraiga a la
ciantes, hoy se ha hecho factible para todas vida tranquila y serena que regia el De-
las personas; y es, por esto, que se ha for- recho civil, por mucho que modifique y ab-
mulado la observación de que no se explica sorba el espíritu de lucro,, siempre quedará
lógicamente la existencia de dos Códigos un remanente muy grande, obra de los
sobre obligaciones, pudiendo éstas ser le- afectos, de la tradición de la familia y de
gisladas en gran parte por un Código úni- raza, de los ideales políticos y sentimientos
co, con ventaja para la claridad de la ley, religiosos, de las inclinaciones generosas,
para la simplicidad y rapidez de la admi- que será, como lo ha sido siempre, fuente
nistración de justicia, para el principio de inagotable de relaciones rebeldes a la dis-
la igualdad jurídica y para la interpreta- ciplina mercantil y que perdurará en la
ción y estudio de la legislación. vida de la humanidad como condición
Si bien reconoce Siburu la influencia inherente a su propia substancia.
cominuada del Derecho comercial sobre el De los caracteres ya expuestos, que dis-
Derecho civil admite, a la vez, como inne- tinguen al Derecho comercial: Derecho de
gable la substancial diferencia que, a pe- utilidad, general y particular, universal y
sar de ello, existe entre los actos civiles y uniforme, consuetudinario, progresivo y
los comerciales, diferencia, dice, que no equitativo, se deducen, para Siburu, conse-
obstante todos los prejuicios sembrados cuencias de importancia sobre la cuestión
por el Derecho romano, ha operado desde en examen, que confirman sus puntos de
el primer momento, en el terreno de la vista acerca de la dificultad de realizar el
práctica, la división de los dos derechos Código único sin violentar las espontáneas
como una inevitable consecuencia de las manifestaciones de uno y otro Derecho. En-
modalidades de la vida comercial; tanto cuentra que es muy difícil sujetar a una
que, según ha quedado establecido, en la sola disciplina la utilidad general y el in-
relación jurídico-mercantil se complica el terés particular; por cuanto cada vez que
interés general de la sociedad, cosa que en la legislación aparece complicado el in-
no ocurre en la relación juridico-civil, y terés general de la sociedad o el Estado, el
dentro de un Código único de las obligacio- Derecho asume una forma peculiar, que le
nes deben reglarse del mismo modo el in- sustrae al criterio común, forma que es la
terés privado y el interés social, cosa que, normal en la ley mercantil y que sólo por
a su juicio, jamás será posible dentro del excepción aparece en el Derecho civil; de-
criterio filosófico y político en que reposan bido a lo cual no puede pretenderse some-
las legislaciones modernas. En su opinión, ter a las mismas reglas la vida civil, que
la tendencia nueva del Derecho comercial es de interés privado, y la vida comercial,
a influir, en el Derecho civil, o si se quiere que es de interés público. Explica por qué
la tendencia del Derecho civil a incorpo- de la circunstancia de que el Derecho co-
rarsese normas e instituciones del Derecho mercial sea universal, nace también una
comercial, se explica bien por dos causas: razón de conveniencia que obsta a la fusión
1? porque el Derecho civil moderno, al con- de los dos derechos; y también por qué, el
vertirse en ley escrita, se adaptó al modelo, ser progresivo, aleja al Derecho comercial
al criterio y a los principios de la legislación de la posibilidad práctica de su fusión con
romana, incurriendo como su modelo, en la el Derecho civil: en una codificación única
omisión del elemento económico al apreciar de ambos Derechos resultaría el uno en
los fenómenos jurídicos; y 2<? por el carác- continua evolución y movimiento, a la vez
ter de la sociabilidad moderna; puesto que, que el otro se mantendría en una estag-
en la vida social contemporánea, momento nación refractaria.
a momento adquiere mayor importancia el Observa finalmente, con Manara, que el
Código único cerrarla ese ciclo de trans- digo de comercio de su embarazosa arma,-
fusión del Derecho comercial en el Derecho dura profesional; y sostenían que, en se-
civil, que amolda a éste a las exigencias de guida, se podría formar la teoría general
la sociedad moderna y atenúa üemro de de las obligaciones más fresca y más capaz
ciertos limites la fuerza ae conservación de dominar todo el Derecho privado. Mas
que lo're trae a sus origenes y sus causas el estado de madurez de las dos ramas del
históricas y etnográficas; no pudiendo afir- Derecho es muy diversa. Si se debiese es-
marse, porque nada autoriza a ello, que esté perar que el estudio de la teoría general
concluida ya la renovación del Derecho de -las obligaciones y el de los contratos
civil, y seria imprudente e inoportuno dar- madurase contemporáneamente, habría que
lo por sentado, desatendiendo el incesante renunciar a la reforma del Código de co-
cbrar de los usos y costumbres en el Dere- mercio: la diversa velocidad con que se
cho comercial, y por consiguiente, la peren- elabora el contenido de los dos, Códigos
ne posibilidad de que éste continúe reno- probablemente opondría siempre gran obs-
vando el Derecho civil. táculo para unificarlos. Por eso, el proyecto
En cuanto a la existencia, en Suiza, del dejó intacto el respectivo contenido de los
Código único de las obligaciones, en su dos Códigos".
opinión, nada demuestra so.bre sus ventajas Tiénese por indudable que ha influido en
y posibilidad teórica. Ese Código, dice, se la decisión de dejar de lado ia posibilidad
explica bien en su país, por los anteceden- de unificar en un Código el Derecho pri-
tes políticos que le han h'eeho necesario, es vado, la naturaleza histórica y tradicional
decir, por las autonomías legislativas de los del Derecho mercantil, autónomo e impe-
cantones que introducían una gran confu- recedero, en virtud de su estructura emi-
sión en la legislación suiza, hasta el extre- nentemente corporativa y de la pujanza del
mo de autorizar la afirmación de Rivier, Derecho corporativo italiano en otro tiem-
que dice ser imposible al comerciante suizo po sostenido vigorosamente y actualmente
que contrataba fuera de su cantón conocer en escombros. Se destaca, además, la cir-
la ley que le seria aplicable en caso de cunstancia de que, dejando al margen los
contestación o pleito. El Código federal proyectos de Código de comercio, Italia se
suizo de las obligaciones, fue un acuerdo de encaminó hacia el Código civil de 1942;
los diversos cantones sobre el único punto cuyo libro quinto, Del lavoro, abarca en
en que pudieron convenir, apremiados por un todo sistemático, tanto la materia civil
las exigencias económicas. como la comercial, más por motivos de or-
Son muchos los autores que sostienen la den político que de naturaleza jurídica;
conveniencia de la unificación de la legisla- entendiéndose que las razones históricas
ción en materia de obligaciones, y en Italia que hasta entonces habían justificado la
fue Vivante el que se puso a la cabeza del autonomía del Código de comercio, se ha-
movimiento intelectual a favor de la refe- llaban amparadas por el organismo corpo-
rida unificación. Cuando, en ese país, se rativo fascista; y su armadura profesional
dispuso la reforma del Código de comercio característica, desaparecía desde que se en-
y se constituyó, a fines de 1919, la comisión cuadrara totalitariamente en la organiza-
nombrada con encargo de proponer las re- ción corporativa de la economía nacional
formas que, basadas en los datos de la ex- italiana. Se abandonó el concepto francés
periencia, en la labor de la crítica doctrina- dé los llamados actos objetivos de comercio,
ria y en las directrices jurisprudenciales, a fin de llegar al régimen de la empresa,
se considerasen más urgentes y útiles para en el sentido corporativo; y como frente a
la legislación comercial italiana, se espe- éste, la carta de trabajo era la fuente ge-
raba que su presidente, el nombrado Cesare neral del Derecho, debía tenerse en cuenta
Vivante, paladín de la doctrina unificadora que el estado profesional de la empresa
del Derecho privado, aprovechase la opor- constituían nuevos sujetos de Derecho. Con
tunidad para hacerla triunfar, imponién- esos datos, no había necesidad de sujetarlos
dola en el proyecto; pero no fue así, se al nuevo régimen, puesto que la unificación
detuvo Vivante y retrocedió. La razón de de la disciplina de la empresa importaba,
esto la dio él mismo, en estos términos: como corolario inevitable, unificar la dis-
"Antes de poner manos a ia obra no dejó ciplina general de las obligaciones. Esto por
la comisión de examinar la oportunidad un lado; y de otro, disciplinando la em-
de fundir el Código civil y el Código de presa, cumplía incluir en ella la disciplina
comercio en un Código único. Existían en del trabajo, casi ignorada por los códigos
ella tenaces propugnadores ae la fusión, los entonces vigentes. La carta del trabajo se-
cuales consideraban que por haber perdido ría la premisa del Código civil. Era el en-
su vigor muchas ramas del Derecho civil, tronque que urgía realizar, en el plano po-
podrían eliminarse y así se libraría al Có- lítico; y para completarlo, los contratos
que formaban la trama del comercio se de la Facultad de Derecho de París, la ten-
absorberían en el libro de las obligacio- tativa concretóse en un proyecto, ultimado
nes, juntamente con los contratos civilís- en 1927, por una numerosa comisión de
ticos tradicionales, propio de la economía jurisconsultos franceses e italianos.
simple de base individual, a la par de los "En el Brasil, a su vez, se elaboró un pro-
contratos más complejos de la moderna yecto de Código de las obligaciones, por re-
economía organizada, como los bancarios, solución gubernamental. La tarea se enco-
los de seguros y también los títulos de cré-- mendó a los ministros del Supremo Tribu-
dito. Con esto, los principios de la disci- nal Federal Orozimbo Nonato, Philadelpho
plina y 'de la solidaridad corporativa subs- Azevedo y Hahnemann Guimaráes, los que
tituirían, en el mismo libro ,los principios tuvieron en mira "la conveniencia de aten-
superados de economía liberal, "dando al der las modificaciones operadas por leyes
nuevo Código civil, también bajo este as- posteriores, seguir las modernas tendencias
pecto, un carácter orgánico unitario y un del Derecho, mitigar los excesos del indivi-
inconfundible sello fascista"; y como que- dualismo incompatibles con el orden jurí-
dase fuera la materia de las sociedades co- dico de .los tiempos que corren y reducir la
merciales, a última hora fue insertada, dualidad de principios aplicables a los ne-
contradictoriamente al sistema seguido, en gocios civiles y mercantiles, en pro de la
el libro quinto, el del trabajo. unificación de preceptos que deban regir
Sus redactores atribuyen al Código el todas las relaciones de orden privado". Se
significado "que él tuvo originariamente en conformaron, por consiguiente, en consi-
Roma, según la definición dada por Gaio derar lo más urgente, lo que "tocase el
en sus Instituzioni (I., 1): jus propium ci- problema obligacional". El anteproyecto,
vitatis", o sea "el Derecho propio de la del que se dio noticias al comienzo del año
civitas romana", o mejor todavía, "el De- 1941, comprendía apenas la parte general,
recho romano, jerárquico y autoritario, agregándosele después la parte especial: de
Derecho del buen sentido humano y por los títulos de crédito; pero no fue remitido
tanto universal, iluminado y reavivado por al Poder Legislativo.
los principios fundamentales de nuestra Ya no predomina en el ánimo de los ju-
revolución, cuya síntesis es la Carta del la- risconsultos, dice Perreira, el propósito de
varo". Ese espíritu acentuadamente político unificar substancialmente el Derecho pri-
prevaleció en la elaboración -del Código civil vado, por la manifiesta imposibilidad de
italiano de 19'42. hacerlo. El comercio es imperecedero, re-
El Código suizo de las obligaciones, de fractario a la influencia de razas, desenvol-
1881, revisado en 1911, del que se ha dado viéndose bien en todos los climas, insumiso
noticia precedentemente, hizo sentir su al vigorismo de las formas políticas transi-
influencia con mayor intensidad que en torias, adaptable a las costumbres regiona-
otros países, en Turquía, donde frustradas les, embebido del espíritu de equidad malea-
las tentativas de preparar un Código civil ble, pero siempre apoyado en los principios
que conciliase el pasado con el presente, el de la buena fe y de la honra, atraviesa las
gobierno resolvió adoptar los Códigos suizos, épocas y provee a la vida de la humanidad,
mediante la ley número 818 del 3 de abril realizando permutas incesantes, movido por
de 1926. Promulgados por Turquía dichos el interés del lucro, como si existiese un solo
Códigos, le siguió, en 9 de marzo de 1932, e inmenso mercado mundial; existió, existe
el del Líbano, originario del proyecto refun- y existirá, y tampoco desaparecerá la clase
dido por Luis Josserand; y posteriormente, de los comerciantes. Si éstos, agrega, rom-
el 27 de octubre de 1933, el de Polonia. En pieron la unidad del Derecho romano y al
ninguno de estos países dejó de subsistir el margen de éste crearon su Derecho profe-
Código de comercio, por efecto de los men- sional, inscribiéndolo en el cuadro de la
cionados Códigos. También el Código de las ciencia jurídica como Derecho autónomo,
obligaciones, con alteraciones de poca im- bajo la égida de principios peculiares a la
portancia, se introdujo en Túnez y en Ma- actividad mercantil, no desmayarán en los
rruecos. días venideros, en la defensa de su insti-
En 1926, V. Scialoia tomó a su cargo la tución; y en cuanto a los varios códigos
iniciativa de preparar el Código de las obli- modernos de las obligaciones y de los con-
gaciones y contratos, común a Italia y a tratos, conteniendo Derecho privado uni-
Francia, llevado por el propósito de realizar ficado es, a su juicio, el máximo que ha >
la unidad del Derecho de las diversas na- consentido la experiencia^
ciones en las materias que,- la semejanza XI. El contenido del Derecho comercial.
de las relaciones sociales, permitiese acon- Se esfuerzan los juristas en dejar bien es-
sejar la semejanza de las disposiciones tablecido todo lo que se refiere al contenido
jurídicas. Apoyado por P. Basnaude, decano del derecho comercial, determinando los
elementos que entran en su formación. Se comercial, trazar una línea periférica, nítida
afirma, con razón, que ningún comentaris- e inconfundible, de la que forma la esen-
ta asentirá en que la materia comercial se cia la del Derecho civil.
limite a los actos de comercio y que, por el Refiriéndose Ferreira al acto de comercio
contrario, todos los que tomen a su cargo en Ja teoría de los actos jurídicos, y en
el estudio de esta materia habrán de coin- particular al acto jurídico en el sistema
cidir en que comprende, además, todo lo del Código civil, expresa que ha sido gran-
concerniente a su disciplina jurídica, a las de la controversia sobre la naturaleza y el
personas dedicadas a la actividad mercan- concepto de los actos jurídicos; y que tra-
til, como así.mismo, a las cosas que sean tando de definirlos en el modo más simple
el objeto de dicha actividad y a los actos y, al mismo tiempo, más exacto, León Duguit
por medio de los cuales se exterioriza. Por considera acto jurídico todo acto de vo-
consiguiente, la materia comercial en la luntad practicado a fin de modificar el
amplitud expresada, constituye el conteni- orden jurídico existente en el momento
do del Derecho comercial; y cuando se pro- actual o futuro; pero aclara, que el acto
cura determinar la materia comercial, no voluntario por medio del cual se produce
se trata sino de circunscribir el contenido cambio en el dominio del DerecHo, no es
del Derecho mercantil. Para determinarla, acto jurídico si, en el instante de ejecutar-
dice Jean Escarra, conviene fijar a ciertas se, no se desea que tal acontezca: el delito
operaciones la etiqueta de actos de comer- penal o civil no puede reputarse acto ju-
cio y a ciertas personas el calificativo de rídico; el acto voluntario no se practica
comerciantes. En estas condiciones, el De- con el designio de producir efecto jurídico.
recho comercial es, al mismo tiempo, el En su opinión, dentro de la misma doc-
Derecho de los actos de comercio, de los trina, pero con mayor seguridad y justeza,
negocios, y también, de los comerciantes, el Código civil brasilero, lo define con más
destacándose un doblé carácter que habrá simplicidad, al establecer que "acto jurídico
de reflejarse en las legislaciones, divididas es todo acto lícito, que tenga por fin inme-
a este propósito en dos grupos: el que es, diato adquirir, resguardar, transferir, mo-
esencialmente, sino exclusivamente, Dere- dificar o extinguir derechos". Coloca en
cho de los comerciantes y, por tanto, sub- primer plano, dice, la licitud del acto de
jetivo; y el que es Derecho de los actos de voluntad; y en segundo, el propósito del
comercio y, por ello, objetivo. Histórica- agente; y fija, todavía, el fin inmediato
mente, como consta precedentemente, el del acto por él practicado.
Código comercial presentóse como Derecho Después de lo dicho, deja sentado que el
subjetivo; y el Código francés de 1807, a acto de comercio es acto jurídico, ya que,
despecho de las apariencias e intenciones por -su intermedio, se adquieren, resguar-
de sus redactores, puede ser considerado, dan, transfieren, modifican y extinguen
comu casi todos los códigos que lo tomaron derechos, en la múltiple variedad de las
por modelo, con más propiedad, el Código operaciones en que intervienen; siempre
de los comerciantes, que el de los actos de que, por sobre todo, se trate de acto lícito.
comercio; por lo mismo que el Derecho Debe constituirse con los mismos elemen-
comercial se formó como Derecho de casta. tos del acto jurídico: agente capaz, obje-
La imperiosa necesidad de defensa de su to lícito, forma prescripta por la ley. El
competencia llevó a los cónsules en procura acto de comercio, además de acto jurídi-
del criterio objetivo, ya que el subjetivo no co, como el civil, es especial. Entra en su
les bastaba, en numerosos casos, para de- composición el comercio, en lo que tiene
terminar la jurisdicción a la que debían de específico entre la producción y el con-
someterse los comerciantes, si a la común o sumo, en su concepto profundo y eminen-
a la consular; pues como no todas las re- temente económico. Se refiere Ferreira a la
laciones en que intervenían se referían a teoría de Thaller, en la qus predomina la
la materia comercial, urgía delimitarla. idea de la circulación de los productos, del
La materia comercial, dice Ferreira, tie- dinero, de los títulos fiduciarios, a través
ne presupuesto económico o social, que cae de cuyo prisma todo acto, toda profesión
bajo la disciplina jurídica mercantil cuando que se interponga en este vasto movimien-
se constituye objeto de actos humanos, en to, es acto de comercio, es profesión de co-
virtud de los cuales se integra en el Dere- mercio; y cualquier otro acto, es civil.
cho comercial. Actos comunes, practicados Mientras que Lyon Caen y Renault exami-
cuotidianamente y por todo el mundo, nan lo característico comercial de los actos,
transfigúranse en ciertos momentos y se bajo el ángulo de la especulación: la obten-
convierten en actos de comercio, los cuales ción de un beneficio. Esos dos elementos,
tienen su teoría, por medio de la cual se dice, no se chocan; al contrario, pueden
intenta, en lo que respecta a la materia fundirse para un mismo objetivo, como
ocurre constantemente; y es que el acto de el Código, su titular podía inscribirse en el
comercio tiene fisonomía propia. registro, a fin de ser considerado comer-
La determinación de los elementos com- ciante, ejerciendo su profesión comercial-
ponentes del acto de comercio ha dividido a mente. Él Código federal suizo de las obli-
los economistas y a los comercialistas, los gaciones adoptó idéntico criterio: quien
que no han logrado llegar a un entendi- practica el comercio, explota fábrica o
miento sobre el particular. En el largo pe- ejerce en forma comercial cualquier otra
ríodo informativo del Derecho comercial industria, está obligado a inscribir su firma
bastó para calificarlo la profesión del en el registro del lugar de su principal es-
agente: el acto practicado por comerciante tablecimiento. El Código civil italiano, si
era de comercio; pero dejó de ser asi, pro- bien animado del propósito de oscurecer el
duciéndose ardua controversia, cuando los Derecho comercial, se vio en la necesidad
litigios a propósito de la incompetencia de de establecer el registro de las empresas
los tribunales consulares para el conoci- comerciales y de disciplinarlas; siendo ese
miento de cuestiones extrañas a la profe- registro obligatorio para los que exploten:
sión de comerciante, los obligaron a procu- a) actividad industrial tendiente a la pro-
rar otros elementos con que defender su ducción de bienes o servicios; b) actividad
jurisdicción especial. intermediaria en la circulación de los bie-
Los economistas se detuvieron en el exa- nes; c) actividad bancaria o de seguro; d)
men de la función económica del comercio, otras actividades auxiliares de las prece-
medianera entre la producción y el consu- dentes. En los sistemas enunciados preva-
mo, considerándola una rama de la pro- leció el concepto subjetivo o personal, de-
ducción económica destinada a preparar y bido a la influencia del sistema germánico.
adaptar los productos a las necesidades e En cambio, en los Códigos que se dejaron
inclinacionc.s de los mercados consumido- influir por el Código francés, acentuóse el
res: y hubo quienes la situaran .en la eco- criterio objetivo, aunque no tan rígidamen-
nomía social; si bien todos concordaron en te: el Código portugués sometió a la ley
que promovía la circulación de las riquezas, comercial los actos de comercio, sean o no
caracterizándose, por consiguiente, el De- comerciantes las personas que intervienen
recho comercial como Derecho eminente- en ellos; como así también los actos espe-
mente económico. No obstante, la media- cialmente regulados por la misma, y todos
ción, por sí sola, nunca se reputó bastante, los contratos y obligaciones de naturaleza
por cuanto no todos los mediadores son no exclusivamente civil, si de ellos no re-
comerciantes; en razón de lo cual se exigió • sulta lo contrario. Conforme a esta doctri-
que aquélla se practicase continua y reno- na, el acto de comercio es, en primer lugar,
vadamente como actividad profesional y regulado como tal en el Código. No siéndo-
propia del agente; y además, que tuviese lo, el revelado por la calidad de las perso-
por objetivo el lucro. nas; y no existiendo comerciante entre és-
Los actos de comercio Independientes de tas, la comercialidad resulta de no ser el
la calidad profesional de las personas in- acto exclusivamente civil.
teresadas en los mismos, cuya existencia Se hace notar que no se ha llegado a
reconoció la Ordenanza francesa de 1673, formular la teoría de ios actos de comer-
se dividen: a) en actos subjetivos, o rela- cio, por falta de elementos inconfundibles,
tivos, comerciales por ser practicados por hábiles como para caracterizarlos. Existen,
comerciantes; b) objetivos o absolutos, co- sin embargos, actos cuya comercialidad
merciales, ve ipsa, por su propia naturaleza, ninguno se atreve a contestar. Son nume-
medios o resultados del ejercicio de la ac- rosos: actos subjetivos, actos objetivos, ac-
tividad medianera respectiva. Esta división, tos accesorios, actos de intervención es-
dice Ferreira, subsiste bajo el punto de vista peculativa entre la oferta y la demanda de
teórico; pero, no tanto, en el práctico; y mercaderías; pero no se logró todavía fijar
ninguna de ellas ha prevalecido en el De- el acto de comercio típico, creado por la
recho positivo, pues si cabe reconocer que doctrina o por la ley. Sólo se consiguió es-
el concepto subjetivo se destacó en el Có- tablecer el acto mixto, comercial para una
digo alemán de 1897, que tuvo como comer- de las partes, civil para la otra.
ciantes a" quienes ejerciesen la profesión Para Ferreira no se justifica de ningún
comercial, no es menos cierto que enumeró modo la teoría de los actos mixtos. El acto,
las profesiones que reputó comerciales, dice, es uno solo; y por lo mismo, es uno e
predominando la naturaleza de la profe- integro. En la ley brasilera predomina la
sión, más que la de los actos practicados teoría de la integridad del acto de co-
en su virtud. Extendió el campo de la mercio; y en su virtud, según la frase de
comercialidad al establecer que, aun cuan- J. X. Carvalho de Mendonca, "mercantüiza
do la profesión no se hallase enumerada en el acto, que seria civil si la intervención
del comerciante no lo sujetase a ¡as dispo- pios generales del Derecho, predominantes en esos
siciones del Código, sin mercantílizar a la tiempos; y a ¡a luz de esos principios examinaron
los varios Institutos y contratos mercantiles, con
persona no comerciante que intervenga en particular análisis de los fenómenos económicos,
el mismo". jurídicos y políticos que actuaban poderosamente
XH. Las fuentes, la interpretación y él sobre ellos. Tan trascendentales fueron sus ense-
método del Derecho comercial. Los autores ñanzas que todavía se invocan en la doctrina y en
la Jurisprudencia, a. fin de resolver cases concre-
o expositores del Derecho comercial se ocu- tos. Esos ex'mios jur'sconsultos son los siguientes:
pan, en general, dé esta materia vinculada Straca. B., Tracttttus del Mercatitra sen Mereatóre,
al problema de las lagunas en el Derecho ed. en Venecia en Í553 y en Amsterdam en 1669;
positivo y al Derecho subsidiario. Analizan, Decisiones Rotae de Mercatura et Pertínenttbus ad
COTO. ed. primera en Véncele., en 1552. reeditada en
en extensas consideraciones, cada una dé Amsterdam en 1668; Tractatus Dúo de Assecura-
las cuestiones pertinentes. Así Ferreira, co- tionibus et Proxenetts atque Proxemeticis, ed. en
mienza por referirse a la misión del juez Ginebra. — De Ansald's, A., Aud'tor de Rota de
Roma (Sacrae Rotae Romanae Auditoría), Discur-
ante el silencio de la ley, al problema de sus legales de Comeréis et Mercatura. en el mfsmo
las lagunas legislativas y a la construcción volumen correspondiente a la última de las cita-
técnica del Derecho comercial. Al ocuparse, das obras de Stracca. ed. de Ginebra, 1712. —
a continuación, de las fuentes del Derecho Scaccia, S., Tractatus de comercüs et cambio, pu-
blicado en Roma en 1618. Existe una edición ve-
comercial, considera la fuerza constructiva neciana de 1650. — De Turr's R. (1641). — Car-
de los' usos y costumbres .y trata de la denal Giovanril Batt'sta de Lúea (17<I3 y 1758).'
ley como fuente primaria del Derecho po- — Targa, C., Tratadista de Derecho Marítimo.
sitivo; se refiere igualmente a la analo- Autores franceses: Rehme, P., Historio universal
del Derecho mercantil — Escarra, J., Principes de
gía, como proceso de interpretación, res- Droit commercial y Coars de Droit commercial- —
pecto de sus modalidades, y como pro- Lacour-Gayet, J.. Histoire du commerce. — Be-
ceso lógico. Respecto de los osos y cos- naerts, P., Les liommts. — Huvelln. P., Essaí his-
tumbres jurídicos, establece la altéremela torique sur le Droit des marches et des foires. —•
Mlrande, D., Le Code de Hammourabi et ses ort-
de significado entre usos y costumbres, es- gines. — Pirenne, J., tes grands courants de l'His-
tudia los elementos de los usos y costum- toire Universelle, — Thaller, E., Traite élémentaire
bres mercantiles, fija la clasificación de de Droit commercial, "De la place du commerce
los mismos, comprendidos en los tres gru- dans l'histoire genérale", en Anales de Droft Com-
mercial, vol. 6, París, 1892, y Le méthode en Droit
pos siguientes: a) previstos en la ley escri- mercial. — Pierenne, H., Les villes et les instítu-
ta y por elia mandados guardar; b) ori- tions urbaines. — Calmette, J.. Le monde féodal.
ginados en la práctica del comercio por — Martín Saint-Leon, E.. Histoire des corporationí
falta de textos legales vigentes; c) practi- de métiers. — Rlpert, G., Traite élémentaire de
Droit commereial. Le régimen démocratique et le
cados en sentido opuesto al de la ley escri- Droit civil moderne y Le decHn du Droit. — Coor-
ta y, por lo mismo, inoperantes e inadmiti- naert. E., Les corporations en France avant 1789.
dos. Toma en cuenta, también, los usos le- — Beslay, P., Des commercon's ou commentaire
gislativos y los del comercio internacional. théorique, pratique du Code de commerce. — Sa-
vatler, R., L'art de taire les lois. Bonaparte et le
Trata, además, de los principios genera- Code civil. — Premery. A., Etudes de Droit com-
les del Derecho, en sus diversas aspectos y mercíal, ou du Droit /onde par la coutume uriver-
de la hermenéutica de los contratos comer- selle des commeryans. — Bonnecase, J., Le Droit
ciales, con referencia a la reconstrucción de commercial dans les ranorts avec la technlaue du
Droit civil. — Locre, J. O., Esprit du Code de com-
la voluntad de los contratantes, a las reglas merce. — Lyon Caen et Renault, Traite de Droit
de hermenéutica contractual establecidas commercial. — Viforeaunu, P. C., Contribution a
en la. ley, al sentido común de los vocablos, l'etude, du contrat dans le projet franco-italien et
en Droit comparé. — Madelelne Dufort, M., La res-
a la explicación de la voluntad de los con- ponsabilité contractuelle dans le Code libanais dea
tratantes para la ejecución del contrato, obligations et des contrata. — Planlol, M., Traite
al entendimiento de las cláusulas dudosas; élémentaire de Droit civil. — Pardessus. J. M.,
y, finalmente, se ocupa del método en el Cours de Droit commercial. — Chauvrier, M.. Evo-
lution de l'idée de la commercialtté. — Cohén,
estudio del Derecho comercial, compren- J. G., Principes du projet de Code de commerce
diendo: el espíritu del Derecho comercial, rovmain. — Bonnet, P., Le Droit en retard sur les
la complejidad de la actividad económica faits. — Geny, P., Méthode d'ínterpretation et
regida por el Derecho mercantil, el tecni- sources en Droit privé positif. — Cogack, C., Traite
de Droit commercial. — Massé. G, Le Droit com-
cismo del Derecho comercial y el método mercial dans ses raports avec le Droit des gens et
ecléctico de su estudio. le Droit civil.
Autores italianos: Luzzatto. G., S torio del co-
BIBLIOGRAFÍA. — Son Innumerables los historiado- mercio. — Carll, P., Síoria del commercio italiano
res, expositores y comentaristas del Derecho co- e II mércate nell'etá del Comune. — Bonfantc, P,,
mercial. De entre ellos se destaca, en primer tér- Le leggi di Hummourabi, re de Babilonia. — Vi-
mino, un grupo de notables Jurisconsultos que vante, C., Trattato di Dtritto commerctale. — Roe-
florecieron en los siglos XVI y XVII, y ejercieron, co, A., Príncipit di Diritto commerciale y Corso di
como consta en el texto, Influencia eflcientíslma Díritto comercióle. — Ascarelll. T., "A evolucao do
«n la sistematización del Derecho comercial. F'Ja- Dlrelto commercial. A unlflcacao do Direito das
ron los principios cardinales extraídos de la prác- obllgacoes", en Revista de Direito Commercial,
tica del comercio, en consonancia con los princi- Rio de Janeiro, 1941, vol. 2. y Apunti di Diritía
commereiale. — Scialoja, A., Saggi di vario Diritto. denominación, es decir, con la del método
— Musto, C., II Diritto commereiale nei suoi atteg- de investigación que, dentro de sus carac-
iamenti economici. — Franchi, L., y Pagan!, C., Del
commercio in genérale. — Diena G., Trattato di terísticas, puede emplearse con diversos
Diritto commereiale ossia H Diritto internazionale fines. El Derecho comparado es sustancial-
privato commereiale. — Navarrini, U., Trattato teo- mente experiencia, confrontación de los
rico-pratico di Diritto commereiale. — Venzi, G., Derechos diferentes: el método comparativo
Analogía no Nuovo Digesto Italiano. — Vidari, E.,
Corso di Diritto commereiale. llevado, al terreno de las ciencias jurídi-
Autores españoles y portugueses: Benito,,L. Las cas (i). De aquí proviene la afirmación de
oases del Derecho mercantil. — Blanco Cons- que el Derecho comparado no es una disci-
tans, P., Estudios elementales de Derecho mercan- plina independiente o una rama del Dere-
til. — Alvarez del Manzano P., y otros, Tratado de
Derecho mercantil español, comparado con el ex- cho. No existen normas de Derecho com-
tranjero. — Rau, V., Subsidios para o estudo des parado —sostiene Rene David—, en igual
feiras. — Vieira Goncalves, P., Lúea Pacioli, o ho- sentido que existen las de Derecho civil o
mem e a obra. — Ferreira Borges, J., Das ¡antes, penal. El Derecho comparado no es una
especialidade e excelencia da administragao comer-
cial segundo o Código comercial portugués e Ins- parte del Derecho positivo ( 2 ) .
titugoes de Direito cambial portugués. — Vicente Pero si bien se le identifica por su mé-
y Gella,' A., Introducción al Derecho mercantil todo, el Derecho comparado no se reduce
comparado. — Gay cié Montella, Tratado de legis- al momento de la comparación, su aplica-
lación comercial española.
Autores brasileños: Perreira, W, Tratado de Di- ción converge con otros medios de investi-
reito mercantil brasileiro, Institugoes de Direito gación y va más allá impulsado por el ca-
comercial. Manual do comerciante y Curso de Di- rácter complejo de su finalidad,' contri-
reito comercial. — Da Silva Lisboa, J., Principios buyendo al progreso de las disciplinas ju-
de Direito mercantil e leis de marinha. —-Carva-
Iho de Mendoca, J. X., Tratado de Direito comer- rídico-soeiales en3 los planos nacionales e
cial brasileiro. — Machado, B., Da unificagao do internacionales ( ). Ciencia o técnica, sus
Direito privado. — Bevilaqua, C., Principios ele- cultores se dividen en dos sectores que
mentares de Direito internacional privado. — Sa-
raiva, J. A., A cambial. — Teixeira de Preitas, A., discuten la extensión de la disciplina y
Aditamentos no Código de comercio. tampoco faltan quienes indistintamente se
Otros autores: Goldschmidt, L., Storia universale pronuncien en uno u otro sentido.
del Diritto commereiale. — Tuor, P., Le Code civil En el cauce del estudio de las diversas ex-
suisse. — Siecz,owshi, S., y Vasilkowski, J., Code
des obligations de la République de Pologne. — periencias para la estructuración económi-
Paschoud, P., La legislation agraire suisse et les ca-social es donde la trayectoria jurídica
principes fondamentaux du Droit. — Sánchez de de los distintos países revela nítidamente
Bustamante y Sirven, A., Derecho internacional las tendencias de las técnicas empleadas,
privado. — Takana, K., "Fonction de la contume
en Droit commeroial", en Recueil d'etudes sur les al tiempo que patentiza las características
sources du Droit en l'honneur de Frangois Gény. comunes o disímiles con el propio sistema
Autores argentinos: Alcorta, A., Estudios sobre local ( 4 ) . Por consiguiente, la función me-
el Código de comercio. I. "Reformas al Código de todológica del Derecho comparado se tradu-
comercio". II. "Choques y abordajes", y Fuentes
y concordancias del Código de comercio. — Caste- ce en algo más que en la mera comparación
llanos, N., Lecciones sobre el Código de comercio de derechos. No basta yuxtaponer textos
argentino. — Tejedor, C., Curso de Derecho mer-
cantil arreglado al Código de comercio y concor-
dado con el Derecho civil. — Segovia, L., Proyecto ~(1) Gutteridge, H. C., Comparative law, pág. 1,
de Código de comercio y Explicación y crítica del University Press, Cambridge, 1946, y El Derecho
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las semejanzas y diferencias entre dos o más de Wolff, M., Traite de Droit comparé, t. 1, págs. 14
sistemas jurídicos se denomina Derecho y 28, Ed. L. Genérale, París, 1950.
comparado. En realidad, el Derecho com- (3) Tullio, A., Saggi giuridici, pág. 6, Ed. Giuí-
parado se define a sí mismo con su propia íré, Milán, 1949.
(4) Justo, A. M., "El Derecho comparado en
el perfeccionamiento del Derecho nacional", en La
* Por el Dr. ALBERTO M. JUSTO. Ley, t. 70, pág. 907.
legales de distintos países para imaginar nados ofrecen. Además, deben sistemati-
que se hace uso de la técnica jurídico-com- zarse los datos recogidos con rigor científico
parativa. Tampoco se infiera que el objeto y sentido crítico (?).
de los estudios comparativos se reduce tan Evidentemente, el Derecho comparado no
sólo a los aspectos coincidentes o semejan- es una disciplina independiente o una ra-
tes de las diferentes técnicas, ya que el ver- ma del Derecho, y parece pueril en los días
dadero método científico reclama el estudio que corren detenerse a hacer hincapié en
de las causas para luego apreciar los re- su importancia, ya se lo considere cien-
sultados y señalar las directivas de cada cia o técnica. Es asunto suficientemente
sistema. aclarado que el método comparativo no
Hasta no hace mucho tiempo, el estudio ha de consistir en el mero cotejo de tex-
del Derecho extranjero tenía un fin funda- tos legislativos, ni en el superficial pa-
mentalmente práctico, con vistas a la ela- rangón de las instituciones jurídicas de di-
boración de nuevas leyes. En la actualidad ferentes pueblos. Se comprende que "el
se exige la comprensión de las grandes primer momento de este método es el aná-
culturas jurídicas mundiales para la adap- lisis de la materia jurídica mediante de-
tación del Derecho a las condiciones eco- finiciones y distinciones" ( » ) . Pero los me-
nómicas de la vida social contemporánea. dios de investigación que sé emplean ac-
Para esclarecer las soluciones o para desta- tualmente descubren que han quedado an-
car las tendencias del Derecho nacional es ticuadas las funciones atribuidas a la ex-
preciso, asimismo, determinar las notas co- ploración jurídico-comparativa sobre la ba-
munes o diferenciales que existen entre se de una considerable labor monográfica
las instituciones vernáculas y las extranje- y documental9 realizada en los últimos
ras. Fácilmente se comprende que este treinta años ( ).
método permite salir del regionalismo o de La proyección marcadamente' sociológica
la intransigencia local, para ir modelando del método comparativo ha sido señalada
poco a poco las nuevas formas que substi- por Edouard Lambert, para quien el Dere-
tuyen la vieja mecánica legislativa por una cho tiene una base sociológica de conte-
progresiva en armonía con una ciencia so- nido esencialmente humano y cuyo carácter
cial permeable a las corrientes filosóficas progresivo es impulsado por un penetrante
modernas. espíritu internacional que reclama la nece-
No hay que olvidar, por eso, que uno de sidad de una adaptación normativa a las
los objetivos que persigue el Derecho com- exigencias cambiantes de la vida económica
parado tiende hacia la consolidación de los y social. La misión del Derecho comparado
principios generales de la civilización jurí- es lograr la realización de esos imperativos
dica por encima de los particularismos ex- en la actuación de los distintos órganos
cluyentes. Las ideas de Derecho y Justicia generadores del Derecho. Para el maestro
son universales. Por el estudio comparativo lyonés, el Derecho comparado no es una
de los derechos en las partes más vivientes ciencia, sino un arte, o más bien una téc-
o activas de las diversas experiencias jurí- nica con cuyo auxilio —y mediante la
dicas —en el plano económico-social— cáp- comparación de diferentes legislaciones—,
tanse las perspectivas del llamado Derecho habrá de extraerse el fondo común de las
canónico, aún no cristalizado en los mol- instituciones jurídicas (10).
des legislativos (»).
Bien es verdad que el Derecho comparado (7) Gutteridge. H. C., El Derecho comparado,
págs. 13 y 49; Tedeschi, V., II Dlritto prívate
tiene por función investigar, más allá de comparatto nella R. Universitá di Genova, 4 febre-
las diferencias de procedimiento, los fun- ro 1936, Istituto di Studi Legislativi; Nuovo Diges-
damentos de los diversos sistemas jurídicos to italiano, voz Diritto comparatto; Altamira, R.,
y para valorar su importancia cabe tener "Puntos difíciles de mutua comprensión jurídica",
en La Ley, t. 15, sec. doct., pág. 78; Sarfatti, M.,
siquiera un conocimiento sumario de tales Introduzione alio studio del Diritto comparatto,
experiencias ( f > ) . La visión comparativa pa- pág. 38, Ed. L. Scientifica, Turin, 1933, e Introduc-
ra precisar su enfoque implica comparación, ducción al estudio del Derecho comparado, traía.
parangón, confrontación, además de indi- del Instituto de Derecho Comparado, pág. 70, Im-
prenta Universitaria, México, 1945.
vidualización y determinación de la •coinci- (8) Justo, A. M., Perspectivas de un programa
dencia o diferencia que los derechos exami- de Derecho comparado, pág. 8, Ed. El Ateneo, Bs,
Aires, 1940.
(5) Lambert, J., "La documentation du Droit (9) Justo, A. M., "Jornadas de Derecho comw
comparé et la necesité d'une collaboration des ins- parado en Montevideo", en La Ley, t. 51, pág. 1171;
tituís de Droit comparé franjáis et ibero-ameri- "Hacia un panamericanismo Jurídico", en La Ley.
cains", en D. ,T. A., t. 36, pág. 324. t. 54, pág. 805, y "El Derecho comparado en el
(6) Lambert, E., "Les services rendus au Droit panamericanismo jurídico", en La Ley, t. 62, pá*
comparé par Jivoin Pérltch" (Extra! de La Pravna gina 981.
Misao: Retine de Droit et de Sociotogie, Beograd, (10) Lambert, E., L'lnstitut de Droit comparé
1937), pág. 8. (son programme, ses méthodes d'enseignement),
Ya no cabe aceptar, y menos propender, Los comparatistas deben ser juristas de
a una concepción unilateral del Derecho. buena voluntad que estudien los otros De-
Fregar por una mutua compenetración de rechos para conocerlos con amplio espíri-
los íisltinar vigente?, a fin de orientar el tu (").
sentimiento de legalidad, que se mantiene Parece innegable que, como ciencia dev
todavía vigoroso, hacia un ordenamiento observación que estudia el hecho jurídico
jurídico sin fronteras, constituye un pro- de manera rigurosa, es un medio que tiende
grama de aplicación inmediata dentro de hacia un fin universalista. Sobre un plano
la doctrina lamber uaná í 11 ). La compara- de universalización y modernización del
ción jurídica se ha converticío en una etapa Derecho se pronuncian los Congresos de
ineludible para esbozar adecuadamente Derecho comparado, que persiguen favore-
cualquier programa de reformas. La expe- cer la ordenación unitaria del mundo. En
riencia ajena no puede rehuirse ya, se pre- suma, la disciplina comparativa no ha de-
senta a la consideración del jurista el pa- jado de contribuir a la formación del
norama del Derecho extranjero en térmi- Derecho nuevo, ni aún en las etapas de las
nos de comparación O 2 ). dos conflagraciones mundiales o de las des-
En este ambiente científico de compren- viaciones totalitarias y resulta un instru-
sión —sin desconocerse la fuerzas de las mento técnico eficaz para una ordenación
tradiciones nacionales en el Derecho—, las pacífica y jurídica del mundo que vivi-
tendencias unificadoras hacia un ordena- mos < 1 5 ).
miento jurídico, internacional marcan el Para Enrique Martínez Paz —nuestro
derrotero del Derecho comparado para es- comparatista por antonomasia—, el Derecho
clarecer no sólo la trayectoria del propio comparado es la disciplina jurídica que se
Derecho en esa dirección, sino para obte- propone, por - medio de la investigación
ner una clara conciencia de las caracterís- analítica, crítica y comparativa de las le-
ticas del Derecho nacional O 3 ). Ascarelli gislaciones vigentes, descubrir los principios
desentraña las bases fundamentales de la fundamentales relativos y el fin de las ins-
disciplina comparativa y su proyección in- tituciones jurídicas, y coordinarlos en un
ternacional. Excede el estudio del Derecho sistema positivo actual ( l u ). Comparar para
los limites de un solo país o de un pueblo. sistematizar es en el fondo la esencia del
procedimiento.
pág. 6. Faculté de Droit, Lyon, 1921: Préface au A ese propósito, se alienta al investigador
tome X de la Bibliothéque de l'Institut de Droit a comparar la estructura y las soluciones
Comparé de Lyon, pág. XVIII. Ed. Giard, París,
1925; "La documentation Jur'sprudenttelle com- de los demás Derechos con la estructura y
paré" (extrait du Bulletin de la Soc'été de Lerris- las normas del Derecho nacional. Superados
tation Comparé), pág. 5, Agen, 1924; The Teaching los instintos que impulsan a acantonarse
of Jurisprudente and the Institutes of Compara- en el propio Derecho, se perfila la misión
tive Law in Frunce, folleto, Julio 10 de 1925 (conf.
8oc. of Public Teachers of Law), pág. 3; L'enseig- y principal función del Derecho comparado
nement du Droit comme science, soc'ale et comme "devolver y asegurarle en el porvenir al De-
science internattonale, en el t. 23 de la Biblioteca recho, el carácter universal que es propio
de Derecho Comparado de Lyon, pág. 99, París, de toda ciencia verdadera" (").
1928: Le Droit commun de ¡a Société des Nations
(extr. de las Actas de la Academia Universal de Quizá sea el más notable ejemplo de la
Jurisprudencia Comparativa), ed. Sack. pápr. 2, trascendencia del examen comparativo el
BerMn. 1928: "Le Droit comparé et le format'on que ofrece Rusia soviética, el telón de acero
d'une conscience Jurldique InternatlonaTe", en se levanta cuando se estudia el Derecho en
Revue de l'Université de Liion. diciembre 1929. pá-
gina 441, y Le Droit commun de Ja Société des Na- las obras de los juristas soviéticos, así co-
tions, pág. 4, Colmbra Editora. 1930. mo el funcionamiento de sus institucio-
(11) Lambert. E., "Cooperat'on univers'taire
Internationale et rapprochement franco-allemand", (14) Asearelli, Tullo. Saggi giuridici, pág. 10;
en Revue de l'Université de Liion, febrero-abril, De Sola Cañizares, P., "El Derecho comparado y
Lyon, 1932, y "Sources du Droit comparé ou supra- los sistemas Jurídicos contemporáneos", en La Ley,
national", en Recueil d'Etvdes sur les sources du t. 69. pág. 750, y Rene, D.. Traite élémentaire de
Droit en l'honneur de Francois Gény t. 3. pág. 494: Droit civil comparé, pág. 77.
Justo, A. M.. Perspectivas de un vronrama de De- (15) Justo. A. M., "Nuestro comparatista por
recho comparado, pág. 4, y "Le Droit comparé et antonomas'a", en Colección de estudios en home-
la formatlon d'une conscience Juridlque interame- naje a Enrique Martínez faz, 1954.
ricalne", en Bulletin de l'lns'itut de Droit Com- (16) Martínez Paz. E., El Derecho comparado
paré de Lvon, marzo 1940, pág. 29; Tabbah, D., como dogmática jurídica, pág. 17, Imprenta de la
"Entre deux póles: histor'que et sociolog'que de Universidad de Córdoba, 1946.
la phllosophie contemporaine -du Droit", en Re- (17) Jornadas Franco-Latinoamericanas de De-
eueil Lambert, vol. 1. pág. 25, recho Comparado (Montevideo. 1648). pág. 72, Bi-
(12) Gutterldge, H. C., El Derecho comparado, blioteca de Publicaciones Of'ciales. Facultad de
pág. 122. /Derecho, Montevideo, 1851; cír. Jornadas Froneo-
(13) Justo, A. M.. "El Derecho comparado en Latinoamcricanas de Derecho Comparada (Monte-
el perfeccionamiento del Derecho nacional", en video, 1954), pág. 455, Biblioteca de Publicaciones
La Ley, í. 70. pág. 007. Oficiales, Facultad de Derecho, Montevideo, 1955.
nes y, particularmente, el mecanismo ju- Desdé un comienzo, una corriente uni-
dicial (»»). versalista acentúa con perfiles inconfundi-
Sublimadas las tendencias excluyentes, bles la disciplina comparativa. El esfuerzo
fácil resultará al investigador arrancar el de universalización y modernización que se
secreto entrañable, siempre que se procure impone a los juristas llamados a transfor-
no juzgar sus instituciones con su modo de mar el Derecho en una "ciencia social ani-
ser y de ver y no juzgar sus instituciones, mada del espíritu de universalismo común
su política o su moral a la luz de las pro- a todas las ciencias y^ que ha adquirido
pias concepciones y prejuciós (">). una amplitud creciente en ¡as primeras
En grandes lineas, conviene trazar el es- décadas de nuestro siglo", según lo señala
bozj científico de la comparación de de- el maestro Edouard Lambert ( 2 a ).
rechos cuyo campo de acción no ha de Para que todo colabore a este esfuerzo,
limitarse a los sistemas jurídicos actual- Lambert subraya que el Derecho compa-
mente en vigor. Los objetos de la compa- rado tiene por objeto la investigación y la
ración pueden pertenecer a un mismo observación, del Derecho positivo, ^mediante
Estado o extenderse en el sentido histórico procedimientos rigurosamente científicos.
al Derecho vigente y al Derogado. Si se Su método toma en consideración los sis-
toman en consideración Derechos de di- temas jurídicos, concebidos en su conjunto,
versos Estados, la investigación comparati- por el estudio profundizado del Derecho ex-
va ha de proyectarse tanto para buscar tranjero elí toda su complejidad de fenó-
analogías cuanto, para subrayar las dife- meno sociológico y de realidad históri-
rencias que existan (20). ca C-^). .
Eueno será recordar que en la doctrina Nunca la necesidad de la colaboración
hay autores que sostienen que los objetos internacional tíe la acción y pensamiento
de la comparación deben ser comparables, humanos se'hizo tan patente, como aho-
vale decir con ciertas analogías dentro de ra (-'•*). La ruta internacional que había
las instituciones de los diferentes Estados. iniciado el núcleo heroico de comparatistas
Según este punto de vista, el fin inmediato al despuntar el siglo-quedó interrumpida
de la comparación de derechos está, pues, en momentos de conflictos —harto difíci-
comprendido en la comparación de dere- les— propicios para que grupos recalcitran-
chos extranjeros y comparables. tes pugnaran por cerrar Ia¿ fronteras a la
Dentro de esta concepción la compara- comprensión recíproca de los ordenamien-
ción de derechos se presenta como un tos .jurídicos nacionales ( 2r> ) Diríase que la
método jurídico que confronta —o compa- acción humana, expresión y reflejo del es-
ra— fenómenos comparables de Derecho píritu que- la anima, al contraerse al plano
extranjero entre sí. Una y otra vez, se pre- nacional quedaba empobrecida, desprovista
viene que la comparación no es Derecho de una conciencia internacional (26). Apar-
ni sus reglas constintuyen normas jurídicas. tando de sí. bruscamente, toda colaboración
En esta dirección se acoge la idea de que la internacional, el investigador no 'podía
comparación pueda tener su fin específico disculpar su insensatez y se convertía en
en sí misma. Queda fuera de toda duda, el buscador afanoso de un Derecho autén-
empero, que el cotejo es para la ciencia y tico nacional o vernáculo que rompiera
la práctica y, al tiempo que proporciona amarras con los sistemas que lo conectaban
un valioso material de investigación, orien-
ta hacia una visión 2 supranacional y uni- (22) Lambert, E.. Le Droit commun de la
versal del Derecho ( i). Sacíete des Nations. est. clt.. págs .1 y sl^rs. ("La
conception natlonallste et le concept'on Interna-
(18) David, R., COUTS de Droít civil comparé, tionaliste du Drolt comparé") y Le Droit commun
pág. 57; Lf Droit soviétique, ed. Instituí de Drolt de la Sacíete des Nations. est. clt., pág. 3,
Comparé de l'Université de París, t. 1, pág. 274, (23) Suglyama, N., "Essal rt'une conceotlon
Libr. de Drolt, París, 1954; Bulletín de la Commis- synthétlque du Drolt comparé", en Becuell Lam-
sion Internationale de Juristas, 1954-1, 1955-2, bert. t. 1, pág. 51.
1955-3; Guiño, G., Soviet Law and Soviet Society, (24) Yntema. H. E, "La Investlgac'ón, compa-
pág. 315. Ed.' Martinas Nijhoíf, The Hague, 1954, rada y la unificación del Derecho", en Memoria de
y Justo, A. M., "Enfoque comparativo del juez so- la Primera Conferencia de la Federación ¡nterame--
viético",, en La Ley, t. 77, pág. 722. ricana de Abogados (24-28 marro 1941), vo!. 1',
(19) Lambert, J., "La documentatlon du Drolt pág. 229, Secretarla General. .Washington, 1941;
comparé", en D. J. A.; t. 36, pág. 324. Blagojevlc, B. T., "Le Drolt comparé. Méthode ou
(20) Vpn Bauchapt, F. W., "Correlación entre sclence". en Revue Internationale de Droít Com-
los Derechos de Europa y América", en Revista de paré, óct.-dic. 1953. pág. 649. y Landheer, B.,
¡a Facultad de Derecho, Bs. Aires, 1926, t. 6, pá- "Comparatlve law In Lat'n-America" 27. Ameri-
gina 622. can Bar Ass. Journ, febrero, 1941, pág. 77.
(21) Von Bauchapt, P. W., est. clt., págs. 624 y (25) Blagojevlc. B. T.. est. clt., pág. 651.
628, y De Sola Cañizares, P., Iniciación al Derecho (2<5) Lambert, E., Le Droit comparé et la for-
comparado., págs. 106 y 169, Instituto de Derecho mation d'une conscience juridique internationale,
Comparada, Barcelona, 1954. trab. clt.. pág. 446.
al Derecho extranjero (-^). Ciertamente, ni comparativo del Derecho comercial resulta
aún en ese extremo le es dado al investi- así uno de los más propicios para el apren-
gador desprenderse del auxilio del examen dizaje ( a i ) . La jurisprudencia comparativa
comparativo en razón de la significación no saldrá de la fase de los tanteos y son-
educativa de la disciplina para poseer un deos preliminares sino cuando sea guiada
criterio con que valorar las propias institu- .y documentada por la publicación de re-
ciones jurídicas (-«). pertorios de fallos animados de un espíritu
Función esencialmente equilibradora es internacional (^).'
la del Derecho comparado. El vocablo com- En general, no es fácil señalar reglas de-
parado sugiere universalidad, y las solucio- marcadoras del camino a seguir para una
nes de los problemas jurídico-sociales han comparación metódica y completa de la ju-
de influir para que éstas se conviertan en risprudencia. Sobre la base técnica del De-
realidades o reglas de Derecho positivo. recho comparado, sin embargo, es posible
Hasta pensar que la ley no es la única ex- iniciar la clasificación ordenada de los
presión auténtica de las instituciones na- Tribunales Supremos como punto de parti-
cionales y que no siempre resulta exterio- da para emprender una obra de mayores
rización verídica de las realidades jurídicas, proporciones y hasta ahora librada a la co-
del método y el alcance de su proyección laboración circunstancial de entidades o
comparativa. .Y, además de la jurispruden- personas interesadas en el conocimiento del
cia comparativa, las relaciones económicas Derecho- extranjero ( » » ) . Si penoso resulta
internacionales impulsan la evolución cons- para el investigador seguir la evolución de
tante de la disciplina hacia un plano supe- la jurisprudencia en. su propio país, más
rior de los estudios para establecer el con- arduo se le presente, obtener una documen-
tacto con los derechos de formación prin- tación completa sobre la jurisprudencia
cipalmente judicial que rigen en esas gran- extranjera que paralelamente estudie (3*).
des esferas del comercio internacional que Va ganando terreno entre los compara-
constituyen Gran Bretaña y sus Dominios tistas la significación creciente del factor
por una parte, y los Estados Unidos de jurisprudencial al lado del factor legisla-
otra (29). tivo en el estudio del Derecho comparado.
Lambert estima que aun cuando fracasara Hay que considerar el uno como comple-
cualquier intento de acantonar la enseñan- mento del otro. Ocurre que el simple cono-
za . de la comparación jurídica en uno de cimiento de las normas legales no propor-
los compartimientos del Derecho, el co- ciona una idea exacta del sistema jurídico
mercial sería más indicado que el civil y no se trasluce en el cristal del investiga-
para 30contribuir a la armonía de las le- dor sin la comprobación de la estructura
yes ( ). Tampoco cree el maestro lyonés jurisprudencial que lo integra ( 3 5 ).
que el Derecho comparado sea una rama También es menester recordar que en
del Derecho: es, simplemente, un método Iberoamérica se ha trabajado bajo el influ-
general de estudio del Derecho. El enfoque jo de las enseñanzas de maestros hispanos,
y que los estudios de Derecho comparado
(27) Lawson. P. H., El campo del Derecho com- no se paralizaron a pesar de experimentar
parado de México, sept. dic. 1950, pág. 9, Universi- cambios o vicisitudes en sus centros origi-
dad Nacional Autónoma de México, 1950. narios. Esta disposición para valerse del
(28) Gutteridge, H. C., El Derecho comparado, tamiz científico del método comparativo, se
trab. cit. (versión española), pág. 47; David, R.,
Tratado de Derecho civil comparado, est. cit. (ver- explica no sólo por el significado que se
sión española), págs. 9 y 112; De Sola Cañiza- le asigna a los centros de irradiación cul-
res, P., Iniciación al Derecho comparado, est. cit., tural de Europa y de las Américas, sino
pág. 111, y Justo, A. M., "El Derecho comparado por tratarse de países donde confluyen en.
en el perfeccionamiento del Derecho nacional", en
La Ley, t. 70, pág. 907. sus ordenamientos sistemas jurídicos. ¿Có-
(29) LamberC, E., Etudes de Droit civil, pág. 5, mo no recordar la colaboración de juristas
Ed. A. Chevalier-Maresq, París, 1900; ver prefacio
de Edouard Lambert en Recueil Gény, t. 1, pá- (31) Otetelisano, A., "Les corjceptions de M. E.
gina XIX, y Lambert, E., "Sources du Droit com- Lambert sur le Droit comparé", en Recueil Lam-
paré ou supranational. Legislation uniforme et ju- bert. t. 1, pág. 42.
risprudence comparative", en Recuel Gény, t. 3, (32) Justo, A. M., "Por una documentación ju-
pág. 478; Xirau, J. R., "La revolución operada risprudencial interamericana", en La Ley, t. 40,
en 1938 en la Constitución judicial dé los Estados pág. 1079.
Unidos y sus consecuencias para el porvenir del (33) Yatema, H. E., "Research in ínter-Ame-
panamericanismo" (V. La Ley del 2 de octubre rican Law at the University oí Michigan", en 43
de 1942) y Lambert, E., y Xlrau, J. R., L'oncétre Michigan Law Review, 549, y David, R., Tratado de
américain du Droit comparé, pág. 300, Recueil 31- Derecho civil comparado, pág. 397.
rey. París, 1947. (34) David, R., Tratado de Derecho civil com-
(30) Lambert, E., Le róZe d'un Congrés Inter- parado, pág. 428.
national de Droit Comparé, pág. 15» Ed. Marcel (35) Lambert, E., La documentation juríspru-
Giard, 1929. dentielle comparé, pág. 7.
españoles, y muy españoles, como Azcárate, proporciona un método cuya sustancia
Posada y Altanara? ( 3 l i ). cohesiva la constituyen los fundamentos
Azcárate, dentro de un amplio concepto comunes admitidos por los diferentes sis-
de la legislación comparada, entiende que temas jurídicos nacionales (3°). Y, a me-
"esta ciencia estudia y considera las distin- dida que se acentúa el valor de la expe-
tas manifestaciones temporales del Derecho riencia extranjera a través del Derecho
para juzgarlas según principios y compro- comparado, cobra más significación este
bar los que presiden el desenvolvimiento método como factor de perfeccionamiento
histórico del mismo, donde va envuelta la del Derecho nacional ( 4 ").
existencia de la comparación directa de las Es evidente que la disciplina comparati--
diferentes^ legislaciones producidas en la va no ha dejado de contribuir a la forma-
Historia".'Posada, por su parte, exalta el ción del Derecho nuevo, ni aún en las eta-
valor pedagógico del método comparativo pas más críticas y que el factor para una
aplicado al Derecho así como su extraor- ordenación pacífica, justa y jurídica del
dinaria importancia. La comparación es, mundo resulta un instrumento técnico in-
en definitiva, "el medio más usado para dispensable. La incomprensión no ha lo-
aprovechar de muy diversas maneras y en grado detener su progreso, ni la "muralla
distintos propósitos la experiencia aje- china" que levanta un exacerbado nacio-
na" (3"). nalismo jurídico, ni el aislamiento de auto-
Otro apóstol del Derecho 'comparado, Al- suficiencia, pueden contribuir obstáculos in-
;
tamira, ha de predicar por qué dicha dis- salvables. .. • • . ' . ; • . •
ciplina tuviera acogida definitiva en los Cabe reconocer que no siempre es en el
planes de estudio. Esa animación que im- propio país de origen en que las ideas son
pulsa y personifica al maestro español, le emitidas donde encuentran ambiente para
hace ver claro desde un principio. La aplica- su desarrollo ulterior y aplicación inte-
ción de la función lógica comparativa a las gral (•»). El examen comparativo permite
diversas manifestaciones (en tiempo y es- determinar acerca de los principios que sus-
pacio) de las reglas de Derecho expresadas tenta el Derecho nacional, así como su
en las leyes, acreciéntase en el último ter- fortaleza o debilidad en confrontación con
cio del siglo xix. En tanto Posada enaltece el Derecho extranjero ( 4 2 )
la importancia del método comparativo en Así no habrá peligro de confundir las
el Derecho político, Altamira llega al De- fronteras de lo propio y lo de fuera; "el
recho comparado con otra técnica valiosa hecho de la comparación es de por sí un
para un historiógrafo de sus merecimientos: remedio, pues el esfuerzo para comprender
la Historia comparada. Después de todo, "no una solución extranjera a un problema co^
sólo se investiga la Historia por ella misma, nocido, es recompensado a menudo con el
sino que se compara el Derecho vigente esclarecimiento de nuestro propio Dere-
con el históricamente investigado; una vez cho". La frase "se puede ser mucho mejor
hecho esto, nada más fácil que ponerlo jurista inglés si se conoce un poco de De-
también en parangón con el Derecho situa- recho francés", encierra el sentido y la jus-
do fuera de la serie histórica" ( 3 S ). tificación del Derecho comparado en el
La necesidad de estudiar el Derecho ex- ámbito del Derecho nacional. En suma, "el
tranjero habría de impulsar las investiga- sistema jurídico más completo y lógico no
ciones comparativas hacia una moderna es perfectamente inteligible hasta que se
disciplina de contornos definidos y cientí- estudia en relación con otros sistemas le-
ficos, planeada en la evolución jurídica y gales" («).
social. Más de medio siglo de perfecciona- Del estudio comparativo del Derecho en
miento en la técnica jurídica comparativa, el tiempo y en el espacio. Lambert deduce
un fondo internacional de ideas jurídicas,
(36) Altamira, R.. Historia del Derecho español, o Derecho común legislativo, que no se 11-
p. 49, Ed. Victoriano Suárez, Madrid, 1903, y prólo- limita a ejercer una feliz influencia sobre
go al Anuario Legislativo Hispano-Portugués-Ame-
ricano, Instituto de Derecho Comparado, 1927. Ma- Jas reformas legislativas del porvenir, sino
drid. 1929; Castejón. F., Unificación legislativa ibe-
roamericana, págs. 38 y 95. Seminario de Problemas (39) Justo, A. M.. El Derecho comparado en el
Hispanoamericanos, Madrid, 1950; Los estudios de perfeccionamiento del Derecho nacional.
Derecho comparado en España, Portugal e Ibero- (40) David, R., Tratado de Derecho civil com-
américa, pág. 45, Ed. Ass. Portuguesa, L'sbO"., 1950, parado, pág. 112.
y IV Congreso Internacional de Derecho Compa- (41) Rabel, E., ¿os institutos de Derecho com-
rado, Ed. "IVS", Madrid. 1954. y De So!á Cañiza- parado, pág. 14, Imprenta de ¡a Universidad de
res, F., Iniciación al Derecho comparado, pág. 275. Córdoba. 1950.
(37) Meneu, P., Derecho comparado y Derecho (42) David, R.. Cours de Droit civil comparé,
internacional. Instituto Reus. Madrid, 1951. "Doctorat", pág. 25.
(33) Altamira, R.^. Historia del Derecho' espa- (43) Gutterldge, H. C., El Derecho comparado,
ñal, págs. 51-53. pág. 118.
que ha de contribuir también a activar el a aplicar un Derecho determinado, queda,
progreso de la jurisprudencia cuando sea sin embargo, la ineludible necesidad de
uno de los elementos de la cultura profe- superar ei provincialismo de cada uno para
sional ( 4 4 ). que penetren sin dificultad las nuevas for-
El concepto de Derecho implica, según mas jundico-sociales. Como observa Asca-
parece, al de comparado (aequitas, aequare relli, "el Derecho comparado estudia el
= comparar), tiene, en efecto, por fin defi- Derecho vigente no ya para valorar la
nir las relaciones sociales entre las perso- realidad, sino a fin de comprender el por
nas en comparación de un criterio moral- qué y el alcance de ía norma, y de esta ma-
mente obligatorio (o reputado tal); y el nera, como ya se ha dicho, comprender ante
dinamismo jurídico, a través de las peri- todo las relaciones entre la norma y la re-
pecias de la evolución histórica, compara gla social" (•>»).
tendenciosamente la situación jurídica de El sentido de universalismo de los fenó-
las clases inferiores y la de las clases su- menos jurídicos se percibe con la clara vi-
periores, para convertirse progresivamente sión de solidaridad científica a través del
en más iguales. Derecho comparado, que tiende a quebran-
A aecir verdad, "las dificultades de ofre- tar los obsiáculos fundados en la actitud
cer cursos independientes en Derecho com- nacionalista hostil que exhibe a todo ensa-
parado son tan grandes que se cree que la yo de investigación la diversidad de tradi-
forma más práctica para la enseñanza del ciones y d'e técnicas.
Derecho comparado es poner en correlación E asta saber, sin embargo, que pronto
los principios del Derecho civil moderno y quedó despejado el fin de la comparación
los principios del Common Law en cursos de las legislaciones que apuntaba hacia la
que forman4 5 parte del plan de :estudio comprensión de las ideas de Derecho y de
ordinario" ( ). • Justicia como universales, sin desconocerse
El Derecho comparado tiene la inmensa por ello el-espíritu nacional que las inspi-
y compleja arquitectura que uno de sus raba (•»'•>). Y los grandes problemas de so-
principales artífices, E. Lambert, descu- ciología jurídica se unlversalizan también
briera, así como que constituye un medio a la luz de la indagación comparativa. Aca-
experimental de definir las relaciones de so las fuerzas normativas de la vida social
Derecho, observando y comparando las cos- concluya por concentrarse en el Derecho de
tumbres y las instituciones jurídicas de las todos los pueblos, pero lo cierto es que el
sociedades humanas. Parece elemental rei- impulso que los guía no siempre es contro-
terar que la tarea comparativa hace resal- lable por su complejidad inextricable para
tar cuáles son los factores diferenciales y el estudio paralelo de distintas experien-
los factores comunes de las diversas cultu- cias. -*!" -£-"'yi'fí'''B.'
ras jurídicas. Por el hilo conductor del De- BIBLIOGRAFÍA.-—¿a Indicada en el texto y notas.
recho comparado es posible guiarse en el
intrincado laberinto de las legislaciones ex- DERECHO COMÚN.* Denomínase "De-
tranjeras. Pero lo que puede ser una solu- recho común", o bien "Derecho privado co-
ción impone armonizar las discordancias, mún" al conjunto de reglas generales que
esclarecer oscuridades y hacer desaparecer rigen las manifestaciones fundamentales
las contradicciones. Coordinar y simplifi- de la conducta de las personas en cuanto
car en pro de una conciencia jurídica in- tales, sus atributos, derechos y obligacio-
ternacional ( 4 «). nes, etcétera. Por'lo común se atribuye al
Ciertamente al Derecho comparado se le Derecho civil esta característica polivalen-
identifica por su método. La comparación cia. Así, Alberdi, en su famoso Fragmento
en las normas en su efectividad y no como preliminar ( i ) , señala como primera divi-
premisas para su aplicación («). Admitido sión del Derecho positivo aquella que lo di-
que el Derecho comparado no está llamado ferencia en público y civil, ubicando el ca-
(44) Colmo, A., La cultura jurídica y la Facul- lificativo civil como equivalente a común
tad, de Derecho, pág. 206, Ed. Martin García, Bs.
Aires, 1815. (48) Ascarelll, T., "Punción del Derecho com-
(45) Boucard, Ch., "Les perspectives historiques parado...", trab. clt., pág. 34.
et philosophiques du Droit comparé", en Recueil (49) Ancel, M., "La doctrina universalista en
Lambert, t. 1, pág. 301. la obra de Lévy-üUmann", en Revista del Insti-
(46) Lambert, E., Le Droit comparé et la for- tuto de Derecho Comparado, núm. 2, enero-junto
mation d'une conscience juridique internationale, 1954, Barcelona, pág. 14.
pág. 446. i
(47) Ascarelll, T., "Punción del Derecho com- • Por el Sr. ERNESTO GÜELPEHÍN.
'parado en la Interpretación y metodología del De-
recho comparado", en Revista del Instituto de De- (1) Alberdi, J. B., Fragmento preliminar al e»~
recho Comparado, núm. 1, Julio- diciembre 1963, tudio del Derecho, paga. 178 y sigs., Ed. Hacbette,
Barcelona, pág. 27. Bs. Aires, 1955.
o privado: "Luego que la sociedad existe, Códigos especiales, que han contribuido a
aparece el Derecho bajo diversos roles. Como delimitar las fronteras específicas de cada
custodia . de la individualidad: Derecho Derecho. Enneccerus, con respecto al De-
civil;- como salvaguardia de la generalidad, recho civil alemán, originariamente toma-
Derecho público". Veamos a renglón segui- do como Derecho privado común, ha dicho
do cuál es el ámbito que asigna el ilustre que desde la aparición del Código civil "se
argentino al Derecho civil: "La individua- ha acostumbrado más y más a calificar de
lidad es compleja; de ahí el Derecho civil Derecho civil al Derecho privado del Reieh,
en infinitas ramas: personal, real, comer- contenido en aquel Código y sus leyes acce-
cial, marítimo". Es ésta una posición casi sorias" ( 2 ) . •.-..-.. ,-j
unánime en los tratadistas del pasado, Es indiscutible la aparición en primer
frente al Derecho de la sociedad como tal, término de reglamentaciones formales de
el Derecho de las personas individualmen- Derecno civil, y por ende, la continuidad de
te consideradas: Derecho común. determinadas consecuencias que esta pre->
Si la dirección expuesta ha sido carac- lación témpora} ha causado. Esto es lo que
terística de los autores no contemporáneos, justifica en alguna medida la calidad de
hoy el panorama se presenta completa- común que osienta el Derecho civil. Deci-
mente diferente. La paulatina y ascenden- mos que tal prelación es indiscutible, por-
te gravitación de las ramas especiales, la que poderosas raisónes históricas lo de-
multiplicación de tratadistas exclusiva- muestran: en el transcurso del desarrollo
meme ocupados en dichas especialidades, de la civilización, antes ha actuado el
e inclusive cierío amor propio —nada cien- hombre como simple persona que como pro-
tífico—, notable sobre todo en los comer- fesional, antes ha necesitado la protección
cialistas, exteriorizado en el rechazo de de derechos básicos (propiedad, familia,
toda teoría que subordine su materia, ha obligaciones, etc.), o más propiamete, antes
llevado a la discusión y ha puesto en duda Se ha visto obligado a regular sus activida-
hasta la misma certeza histórica de la des como individuo en sí, que como merca-
primitiva-división propuesta, ha considera- der, marino o asalariado. Esto es asi, siem-
do sumamente relativo ese desprendimien- pre que acordemos en señalar al Derecho
to por ramas, para llegar en algunos casos comercial, por ejemplo, no el carácter de
a sostener la original independencia y auto- un Derecho de la economía, pues entonces
tonomía de la especialidad, es decir, la ne- el mismo Derecho civil sería en gran par-
gación del Derecho civil como Derecho co- te Derecho económico; sino el ámbito par-
mún y de los demás derechos como excep- ticular: actos de comercip y comerciantes,
cionales. sujeto y objeto, finalidades que actualmente
.Creemos que el problema, así como la se le reconocen.
ajustada solución, depende de una desapa- Así lo indica el examen de la historia del
sionada valoración asentada históricamen- Derecho en Boma, por ejeníplo. La primiti-
te y una lógica caracterización de las va división en ius civüe y ius gentium se
transformaciones sufridas por el Derecho refería, no ya a su carácter de público y
en general. Hoy no se puede hablar de "De- privado, sino a la nacionalidad de ios su-
recho privado común", con referencia al jetos de Derecho, ius citile para los roma-
Derecho civil y calificar sin más al Derecho nos; ius gentium para los gentiles,3 el Dere-
mercantil o al laboral de supletorios y ex- cho común a todos los pueblos ( ). Luego,
cepcionales, sólo porque, en el caso del en la Edad Media, durante 3a llamada "re-
Código de comercio, haya una remisión al cepción", se llamó ius civüe a todo el De-
ordenamiento civil para los casos 110 legis- recho romano, fusionando su contenido con
lados (art. 207); ello sería ligereza: el De- excepción del ius canonicus, pero en la
recho comercial ha conseguido, a través de enseñanza se exponía el Derecho privado
largos años de elaboración, una autonomía exclusivamente (•>). "Ser civilista —• dice
casi completa respecto del Derecho civil, lo Salvat— equivalía en su época a ser ro-
mismo puede predecirse en el caso del De- manista" (»).
recho del trabajo. Pero de allí á desvincu- A medida que se van haciendo notorias
lar por completo uno de otro, a negar que
en el Derecho civil se encuentran los prin- (2) Enneccerus, Tratado de Derecho civil, t, 1»
cipios rectores de la actividad de las perso- Pag. 1.
(3) Con las salvedades que anota Arangio Ruiz,
nas —inclusive comerciantes y asalaria- Historia del Derecho romano, pág. 173, Ed. Beus,
dos— media un trecho que no creemos fá- Madrid, 1943.
cilmente salvable, por lo menos con los (4) Mouchet, C., y Zorraquln Becu, R., Intro-
argumentos hasta ahora esgrimidos. ducción al Derecho, pág. 444, Ed. Arayú, Bs. Ai-
res, 1953.
Es evidente, por otra parte, la gran in- (5) Salvat, R., Tratado de Derecho civil argeit~
fluencia que ha tenido la aparición de los tino, "Parte general", págs. 37 y sigs.
las diferencias, y se necesita áe regulacio- en el juicio de unos y otros, aunque en ge-
nes jurídicas especiales, se produce la neta neral hay cierto acuerdo respecto de la pri-
separación entre el Derecho privado común mera etapa de la existencia del Derecho
y el Derecho público. Gran papel histórico privado. Carneluti reseña con gran claridad
es desempeñado entonces por el individua- esta posición doctrinaria que llamaríamos
lismo originado en las necesidades econó- intermedia: "En los primeros tiempos de su
micas y sociales del capitalismo naciente, nacimiento o de su evolución, el mismo
con sus exigencias de protección jurídica a (el Derecho) se manifestó naturalmente
la propiedad, familia, libertades, etcétera. bajo el aspecto de excepción al Derecho
De este período son también las primeras civil, que era todo el Derecho privado, esto
manifestaciones parciales de separación es, el Derecho común; pero después, el ex-
entre las legislaciones civil y comercial, me- traordinario desarrollo del comercio quitó
diante la adopción de instituciones princi- al Derecho civil el monopolio del Derecho
palmente de Derecho marítimo. privado, y la órbita cada vez más amplia
La cuestión del "Derecho común" adquie- del Derecho comercial ha hecho imposible
re su importancia máxima, las polémicas su comparación con el Derecho civil, a mo-
se suscitan y las divergencias son más pro- do de excepción a la regla general". En el
fundas, en cuanto se relacionan con el De- extremo separatista puede citarse como
recho mercantil. Los comercialistas con- precursores a Delamarre y Le Poitvin, quie-
temporáneos se han distinguido en su ma- nes impulsando esa tendencia, afirmaron
yoría por la decidida oposición al papel de manera absoluta la "independencia re-
subsidiario o excepcional que le adjudican cíproca y legislativa de ambos Derechos,
algunos autores antiguos y los civilistas de que sólo tienen de común la fuente de que
ordinario. Martí de Eixala ( « ) , en su época, emanan, que es el Derecho natural". En
consideraba excepcional y supletorio al De- contra de esta tesis de la sustantividad del
recho comercial: "El Derecho mercantil... Derecho comercial, expuso Troplong su
es a la vez excepción y suplemento del teoría decididamente civilista y hasta ne-
común o civil". Sigue el maestro español gadora de la existencia de un Derecho
su análisis, estableciendo que el carácter mercantil como entidad diferenciable: "el
de excepcional se explica por las modifica- Derecho civil es el Derecho común que go-
ciones que el Derecho comercial adopta bierna todos los a-suntos, sean comerciales
frente al ordenamiento común; y supleto- o civiles, y es la ley de todos los hombres y
rio, porque, o bien incluye instituciones y todas las transacciones, inclusive las mer-
disposiciones que el Derecho civil no consi- cantiles". Entendemos desacertadas las po-
dera o refiere a la actividad jurispruden- siciones absolutistas en esta materia, que
cial la solución de los distintos casos. traducen inclusive cierto "orgullo de espe-
El problema, por lo tanto, sigue siendo cialistas" y no una visión imparcíal, cien-
desentrañar si se puede llamar hoy toda- tífica, histórica de la cuestión. Ha existido
vía "Derecho común" al civil; es decir, si y existe un "Derecho común", es decir, una
este último sigue desempeñando funciones base jurídica de normas fundamentales,
de Derecho privado por excelencia. Creemos destinada a condicionar la actividad de las
que sí. El tronco jurídico en el que están personas, patrimonial, familiar, etcétera,
contenidas las normas fundamentales que ese Derecho común es y sigue siendo el De-
rigen la vida del ser humano, de la persona, recho civil. Es inadmisible que se restrinja
es el Derecho civil, y no podemos ubicar artificialmente el campo de ese Derecho
en plano de igualdad a este núcleo primario común, como lo hace, por ejemplo, Varan-
con los distintos ordenamientos paralelos got (~>): "El Derecho es sólo uno, como te-
o posteriores que sólo abarcan una parte nemos dicho, pero se divide en distintas
de las actividades humanas, y aún, de una clases según el carácter o naturaleza de los
parte de las personas: aquella que se ha actos humanos que es destinado a regir.
dedicado profesionalmente al comercio, o Así, para los delitos está el Derecho penal,
en cuanto se lo contempla como asalariado para las cuestiones de familia y sucesión
es evidente. está el Derecho civil, y para los actos mer-
Adentrándonos en el problema de la au- cantiles está el Derecho comercial". Natu-
tonomía y de las vinculaciones respecto del ralmente, olvidando el decisivo contenido
Derecho comercial en relación al Derecho económico del ordenamiento civil y sus le-
privado común, distintas manifestaciones yes correspondientes, es fácil desbaratar la
por parte de los juristas e historiadores del teoría del Derecho común. Pero lo cierto es
Derecho hablan de la evidente disparidad que el Derecho civil es nada menos que el
(6) Marti de Eíxala, R.. Instituciones de Dere-
cho mercantil He España, 3* ed., pág. 57, Barce- (7) Varangot. C. J., Derecho comercial, t. 1,
'ina, 1859. pág. 137, Ed. Perrot, Bs. Aires, 1953.
Derecho de la propiedad, de las obligaciones, postula —con mayor o menor alcance— la
de la capacidad, etcétera, sin cuya base fusión de los Códigos y leyes mercantiles y
fundamental es imposible concebir la es- comerciales en un solo cuerpo, fruía de la
tructura del comercio y la industria. Se- cual es el "Código único de las obligaciones"
govia, ubicándose también entre los sos- suizo, y los distintos proyectos europeos y
tenedores de la sustantividad absoluta del americanos. Muchos comercialistas, celosos
Derecho comercial, manifiesta que, si bien de la independencia de su rama, combaten
el Código civil contiene "disposiciones de vigorosamente toda újga de unificación,
Derecho común", es en general el Código pero, como hace Varangoí, también criti-
de los actos civiles, mientras que el de co- can los intentos tíe disgregación en el seno
mercio es "al mismo título" el Código de del Derecho comercial que representan las
los actos comerciales. "Y así, toda jerar- ospccializaciones en navegación, aeronáu-
quía y dependencia entre sí, son racional- tica, finanzas, etcétera. No corresponde a
mente imposibles". Vale por toda contes- la índole del presente trabajo, pero deja-
tación, la opinión de un comercialista de mos consignado el interés de una certera
la talla de Vivante, quien ha reconocido valoración sobre el "Derecho de la econo-
con justicia "no existen institutos comer- mía" que algunos autores propugnan, y
ciales respecto de los que no. se deba con- que resumiría los principios y normas que
currir, en mayor o menor escaía, al Dere- en ese sentido contienen los Códigos > ie-
cho civil. Hay algunos es cierto que para yes civil y comercial.
cumplir más adecuadamente su función, Interesa mencionar también la tesis de
han abierto brecha incluso en aquella par- Siburu, quien ha tratado de solucionar la
te del Código civil que regula los requisitos contradicción en forma lógica y conse-
generales de las obligaciones, la capacidad, cuente. Luego de plantear las distintas co-
el consentimiento, el objeto, la causa; pero, rrientes en pugna, y analizando las razones
por lo general, los contratos mercantiles es- expuestas por Delamarre y Le Poitvin en
tán disciplinados por la teoría general de un sentido y por Troplong en el otro, el
las obligaciones" (8). Es cierto, ayer ese maestro de Derecho comercial argentino,
"Derecho privado común" abarcaba indife- concluye afirmando la independencia de
renciadamente normas civiles y comercia- ambas ramas en la actualidad, pero indi-
les, era común .a todas las personas, no im- cando el origen de dicha independencia en
porta su profesión, y naturalmente, predo- razones de'"conveniencia o método legis-
minaban —ya que la moral y la economía lativo". Tafifíbién se refiere Siburu a la co-
así lo dictaban— las normas que hoy llama- mún fuente de ambos ordenamientos, ex-
mos civiles. Luego el crecimiento de la gra- presando que ella es la primitiva y funda-
vitación del intercambio, el paulatino au- mental "idea del Derecho", considerado en
mento de las mercaderías manufacturadas forma filosófica. Ello es cierto, desde que
en detrimento de las fortunas inmobiliarias las divisiones que hoy se consideran, son
propias del feudalismo, trajo como conse- fruto de la evolución, existiendo en el prin-
cuencia el desarrollo gigantesco de la legis- cipio la costumbre, luego la norma gené-
lación específicamente mercantil, principal- rica, sin clasificaciones, o en todo caso, por
mente marítima en sus orígenes. El naci- clase o casta y por nacionalidad. Hoy se
miento de nuevas perspectivas, los recientes ha llegado a la bifurcación y no sólo por
descubrimientos e invenciones, que comien- razones de mero método, sino por exigen-
zan en el siglo xvín, se afirman en el' xix cias de la evolución progresiva de la hu-
y en nuestro siglo alcanzan cada día in- manidad. Pero, al mismo tiempo que se
sospechados horizontes, han reforzado las produce esta bifurcación, en otro sentido,
especializaciones, creándose cuerpos jurídi- se puede comprobar el fenómeno inverso,
cos sin antecedentes, como el Derecho ae- es decir, el de la interpretación y la vin-
ronáutico, o robusteciéndose, si no la inde- culación de las distintas ramas, e inclusive
pendencia, por lo menos la amplitud y las entre Derecho público y privado. Spota. en
consecuencias de los demás desprendimien- este sentido, sostiene la progresiva publi-
tos. Es así que hoy se postulan denomina- cización del Derecho civil y comercial, la
ciones tales como "Derecho industrial", intervención creciente del Estado en la
"Derecho financiero", "Derecho minero", vida económica de la sociedad, hecho que
etcétera, con lo que se trasunta la tenden- va minando las barreras hasta hace poco
cia que dejamos anotada. Es cierto que inmovibles que el individualismo liberal
como la reacción contra esa tendencia ha impuso. Esta interpenetración que no debe
surgido con fuerza la tesis unificadora que ser considerada en forma estrecha y limi-
tada por horizontes de especialidad ha
(t) Vivante, Tratado de Derecho comercial, to- traído también como consecuencia la lla-
mo 1, pág. 93. mada comercialización del Derecho civil,
calificación quizá apresurada, pero demos- DERECHO CONSTITUIDO. tV: DEREQH
trativa de fenómenos tales como el de la POSITIVO.)
transmisión, cada vez, más rápida de los
inmuebles, eí carácter típicamente comer- DERECHO CONSUETUDINARIO. (V. Cos
cial que adquiereí- algunas profesiones o TÜMSRE.)
empresas hasta ayer encuadradas estricta-
mente dentro de la reglamentación ci- DERECHO CONSULAR.* SUMABIO: 1.
vil ("). cepto. 2. Contenido. 3. Independencia. 4. R
lación con otras ciencias. 5. Puentes. 6. O
En cuanto a la determinación exacta de dificación.
la aparición de normas específicamente
comerciales, es decir, antecedentes de una 1. Concepto. El Estado moderno se hal
diferenciación más profunda dentro del representado en el exterior por dos cuerpos'
Derecho privado, ello es tan difícil de pre- de funcionarios cuya acción se halla ínti-
cisar que se corre el riesgo de caer en mamente relacionada, aunque su natura-
inexactitudes funestas. Los ciatos históricos leza jurídica sea distinta. Esos funcionarios
que poseemos al respecto son pobres y son los agentes diplomáticos y los agentes
adolecen de una gran vaguedad. Escurra consulares. Los primeros, cuya situación ha
menciona el Código de Hammürabi y la variado con el curso de la historia, los sis-
labor jurídica de fenicio* y egipcios. A temas políticos y la idea de la soberanía,
nuestro juicio, la confusión que se origina son los encargados de tutelar los intereses
proviene de una desproporcionada utiliza- del Estado. Los agentes consulares son ór-
ción de los términos. En efecto, ¿qué es lo ganos de relaciones internacionales cuyas
que se busca? Si'las raíces del Derecho co- funciones, limitadas en un principio a la
mercial, no sería aventurado decir que las protección y asistencia de sus connaciona-
mismas nacieron mucho antes que el Có- les, se han venido ampliando considerable-
digo de Hammürabi, con la primera cos- mente. Así, Anzilotti y Dal Gemma han
tumbre adoptada y repetida y finalmente podido decir que los cónsules son órganos
impuesta de manera obligatoria con rela- de actividad estatal administrativo o juris-
ción a un acto de los que hoy denomina- diccional en el territorio de otro Estado.
mos comerciales; si en cambio se trata "de Los cónsules, al desempeñar sus funcio-
desentrañar ia aparición de leyes escritas, nes dentro dei campo del Derecho público,
o por lo menos reglamentos formales, es dan origen a la institución consular.
natural que la afirmación del profesor Es- A. pesar de la extraordinaria importancia
carra puede ser cierta, aunque puede darse que ha alcanzado la institución consular en
por seguro que las legislaciones del lejano el curso de la historia, marchando siempre
oriente también han tratado la materia. estrechamente vinculada al desarrollo del
Pero otras objeciones pueden formularse: comercio y la navegación, resulta relati-
falta todavía un acuerdo sobre la defini- vamente pequeño el número de autores
ción misma del "Derecho comercial", sin la que se ha dedicado a su estudio. Y aún la
cual, aquello que para uno cabe dentro de mayoría de ellos le dedican muy poco es-
ese ámbito, para otros puede ser ajeno, y pacio, a lo sumo un capítulo en el cual,
asi hasta el cansancio. De acuerdo con sin ningún entusiasmo, se dedican a re-
Malagarriga {">), señalamos la Edad Media petir conceptos teóricos sin agregar nada
como era del nacimiento del Derecho co- original a lo ya conocido. No faltan tam-
mercial propiamente dicho, es decir, la poco quienes tratan a los cónsules en for-
etapa histórica en que se producen los pri- ma despectiva y hostil. Asi, para Wicque-
meros intentos jurídicos de independiza- fort, no son "sino mercaderes, algunos de
ción por razones económicas y profesiona- los cuales mendigan el título para ayudar-
les. Luego, después de la Revolución se en su comercio... y los príncipes que los
Francesa, se afianza la autonomía con la emplean los protegen, como todo señor lo
aparición del primer Código de comercio hace con sus criados y sirvientes" O).
en'Francia (1807). El Derecho consular es el conjunto de
principios jurídicos y normas legales que
BIBLIOGRAFÍA. — La indicada en tí texto y notas. regulan la institución consular.
Definir al Derecho consular resulta su-
DERECHO CONSTITUCIONAL. (V. DERE- mamente difícil. Ello obedece a que ato
CHO POLÍTICO 7 CONSTITUCIONAL.)
no se ha logrado concretar una sistemati
zación y ordenación completa de la acti-
(9) Garrlgues, Tratado de Derecho mercantil, • Por el Dr. ALBERTO PABLO BERTOLI.
il, vol. 1, pág. 37.
(10) Escarra, Manual de Derecho comercial, (1) Wlcqueíort. L'ambaísadeur et ses fonctions
*.I. p&g. 47. llb. 1. tit. 1. pág. 63. Amsterdam, 1766.
vidad consular. Así, hoy se siguen aplican- en el extranjero, para el desarrollo de la
do como una especie de Derecho las normas convivencia internacional" (•»). Esta defini-
que la costumbre había establecido en las ción no satisface, ya que desde el punto de
relaciones consulares. Por otra parte, toda- vista de las funciones consulares se limita
vía se discute si el Derecho consular cons- a mencionar sólo aquellas que en la actua-
tituye un Derecho autónomo. lidad tienen menos importancia, puesto
El notable internacionalista Ferrara es que la mayoría de las legislaciones inter-
quien ha dado un concepto más preciso del nas de los Estados equiparan los derechos
Derecho consular. Lo considera desde un de los extranjeros a los de los nacionales.
doble punto de vista: subjetivo y objetivo. Olvida señalar, en cambio, actividades que
En sentido subjetivo dice que Derecho con- hoy son vitales y cuya importancia sigue
sular es "el derecho de enviar cónsules y creciendo .día a día, tales como funciones
de recibirlos, y coincide con el derecho de comerciales y de policía de navegación.
legación" ( 2 ). Se pregunta luego si la fa- Pese a su brevedad, resulta más comple-
cultad de enviar y admitir cónsules se fun- ta la siguiente definición, de Flavio Guillen
da sobre simples referencias de cortesía Castañón: "Es la rama del Derecho público
internacional, o si se trata de una verda- que protege en el extranjero las relaciones
dera obligación jurídica interestatal. En el económicas y comerciales de los Estados y
caso de existir convenciones consulares, la los intereses de sus subditos" ( 6 ).
duda no se presenta, pero en el caso de Algunos tratadistas usan la denominación
no haberlas, siendo cierta la necesidad de Legislación consular, en reemplazo de De-
los Estados de proteger a sus connaciona- recho consular. Teniendo en cuenta que
les en el exterior y sabiendo que esta exi- por Legislación consular se entiende úni-
gencia no podría ser realizada sin satisfa- camente "la reunión y sistematización de
cer el deseo equivalente de los demás Es- los preceptos legales relativos a la institu-
tados, concluye Ferrara en que este estado ción consular" («), debemos concluir en que
de cosas no es sólo el resultado de un sim- dicha denominación constituye un error al
ple deber de cortesía internacional, sino resultar insuficiente, pues no logra dar una
una verdadera obligación jurídica entre los Idea del total contenido del Derecho con-
Estados, debiendo considerarse la negativa sular. Puede afirmarse, en cambio, que la
a recibir cónsules, más que como una des- legislación consular constituye una parte
cortesía, como una violación de un deber importante del Derecho consular.
de la comunidad internacional. 2. Contenido. Desde sus orígenes, que
Desde el punto de vista objetivo, Ferrara algunos autores sitúan en la antigüedad y
define al Derecho consular como "el com- otros, la mayoría de ellos, en la Edad Me-
plejo de las normas jurídicas, sean de De- dia, la Institución ccmsular ha sufrido una
recho estatal o de Derecho internacional, gran evolución. Al ampliarse considerable-
que regulan la organización y el funciona- mente las funciones consulares, ha ido
miento de los agentes consulares en el ex- acrecentando su contenido el Derecho con-
terior, sus atribuciones y garantías y los sular, el cual, en la actualidad, está inte-
privilegios de que gozan" (3). Esta definición grado por los siguientes temas, todos de
tiene el acierto de considerar las normas gran interés e importancia: 1) Origen y
jurídicas que integran el Derecho consular desarrollo histórico de la institución'con-
como pertenecientes al Derecho estatal, por sular; 2) Concepto, fuentes, naturaleza,
una parte, y al Derecho internacional por autonomía y codificación del Derecho con-
la otra, porque el Derecho consular interno sular; 3) La representación consular (or-
está modificado y acrecentado por el De- ganización del servicio consular, derecho
recho convencional o consuetudinario in- de consulado, no admisión de cónsules en
ternacional, como lo ponen de manifiesto determinadas regiones, representación con-
instituciones como prerrogativas e inmu- sular en países sometidos al régimen de
nidades consulares, exequátur, etcétera, capitulaciones, etc.); 4) Carácter jurídico
que encuentran su fuente exclusiva en el de los cónsules, su selección, designación,
Derecho internacional público. toma de posesión, jerarquía, clasificación
Laudelino Moreno da la siguiente defi- en cónsules de carrera o inissi y cónsules
nición: "Derecho consular es el conjunto honorarios o electi, exequátur, etcétera; 5)
de principios jurídicos' y normas legales que Inmunidades y prerrogativas consulares,
regulan la organización y funciones de tu-
tela, protección y garantía que los Estados (4) Moreno, L., Derecho consular guatemalteco,
pueden establecer en favor de sus subditos pág. 22, Guatemala, 1946.
(5) Guillen Castañón, P., Derecho consular, pa-
(2) Ferrara, P., Manuale di Dirítto consotare, gina 6.
pág. 43, Padua, 1936. (6) Nascimento e Silva, G. E. de. Manual Ae
(3) Ibid. Derecho consular, pág. 14, Rosario, 1952.
tema éste que ha suscitado apasionante terés por la mayoría de los internaciona-
discusión doctrinaria como consecuencia de listas, los que le dedican, a lo sumo, la mi-
que antiguamente se negaba a los funcio- tad de un- capítulo de sus obras, no encon-
narios consulares el carácter de ministros trándose nada original en ellos. Es así como
públicos. Sin embargo, la doctrina actual es Nascimento e Silva ha podido decir: "...se
casi unánime en el sentido de reconocer a nota que los autores generalmente se limi- >
los cónsules carácter públicp asignándoles tan a transcribir sin mucha variación lo I
derecho a ciertas prerrogativas e inmuni- que ya fuá dicho anteriormente. Resulta
dades, tales como inviolabilidad personal a de ahí que los conceptos erróneos, a fuer-
los funcionarios de carrera, inviolabilidad za de ser repetidos, han merecido ya la
de archivos (Gran Bretaña no la reconoce), consagración de los años y son acogidos
exención de requisiciones y de ciertas ta- como indiscutibles" (?). i
sas locales, permiso de uso del escudo del En la actualidad, aunque no ha desapa- *
país al cual sirven en el frente del edificio recido la dependencia apuntada, el Derecho
consular y de izamiento de la bandera consular marcha con paso lento, pero segu-
nacional en los días de fiesta; 6) Ceremo- ro, hacia una absoluta liberación. Es nece-
nial consular, cuyas cláusulas establece la sario llegar a ella; razones no sólo de
costumbre del país en el que cada cónsul método científico, sino también de orden
actúa y las propias de la localidad de práctico, así lo reclaman. Las relaciones
asiento, enmarcadas siempre en las reglas consulares crean problemas específicos y es
generales de cortesía. No obstante ello, necesario que existan normas también es-
existe una serie de normas correspondientes pecíficas capaces de resolverlos.
a ceremonial consular internacionalmente Con la autonomía del Derecho consular
reconocidas, y que todo funcionario deberá ganará en eficacia y solidez la institución
tener presente, adaptándolas a las necesi- consular, pues contará con un ordenamien-
dades de cada circunstancia. Tales normas to de Derecho, evitando interpretaciones
se refieren a: precedencia, uso de título confusas, contradictorias o erróneas.
(no puede usar el cónsul sino el que corres- 4. Relaciones con otras ciencias. El De-
ponde a su cargo), visitas protocolares, re- recho consular mantiene vinculaciones es-
laciones con autoridades locales, visitas a trechas con diversas ramas del saber hu-
buques de guerra de su nacionalidad, etcé- mano, muchas de las cuales prestan gran
tera; 7) Funciones consulares. Dentro de servicio a los cónsules en el desempeño de
sus respectivos distritos, los cónsules pueden sus funciones.
desempeñar numerosas funciones. En la Con el Derecho internacional público. Ya
actualidad, ni las funciones políticas, re- hemos visto que aún no se ha independi-
servadas exclusivamente a las misiones zado totalmente el Derecho consular del
diplomáticas, pueden dejarlos indiferentes. Derecho internacional público. No cabe du-
Las funciones consulares divídense en: da entonces que es con él con quien man-
funciones de ejecución y funciones de ob- tiene una relación más estrecha. La esfera
servación, y pueden clasificarse en: a) de acción del Derecho consular se confunde
Funciones políticas y representativas; b) a menudo con la del Derecho internacional
Protección de connacionales y aún de sub- público. Es éste quien da la mayoría de las
ditos extranjeros con autorización de su reglas aplicables en Derecho consular, tales
gobierno en los casos en que éstos, por como condiciones de designación, acepta-
cualquier motivo, carezcan de agentes di- ción, expulsión y suspensión de cónsules,
plomáticos y consulares; c) Funciones no- categorías y jerarquías consulares, princi-
tariales; d) Funciones relativas al comer- pio y fin de la misión consular, prerroga-
cio; e) Funciones relativas a la marina tivas e inmunidades y funciones consulares.
mercante; f) Funciones de carácter adua- Con el Derecho diplomático. Su origen
nero; g) Funciones sanitarias; h) Funcio- y la moderna tendencia a unificar los ser-
nes administrativas: i) Funciones cultura- vicios diplomático y consular, dicen de una
les y de propaganda. gran vinculación entre los Derechos con-
3. Independencia. El Derecho • consular, sulsr y diplomático. Por otra parte, se apli-
que constituye una rama del Derecho de can a los cónsules, reglas de Derecho di-
gentes, ha sido casi siempre considerado, plomático cuando, subsidiariamente, desem-
junto al Derecho diplomático nada más peñan funciones políticas. Otra evidencia
que como parte integrante del Derecho de la vinculación existente entre cónsules
internacional público. Ello trajo como con- y diplomáticos la da el hecho que, tanto en
secuencia que normas de tanto interés e el pasado como en el presente, los trata-
importancia como las relativas a los cón- distas les dedican un capítulo en conjunto
sules, se vieran relegadas a un segundo
plano al ser tratadas con evidente desin- (7) Ibíd., pág. 11.
en todos sus tratados de Derecho interna- venciones consulares y tratados; b) El De-
cional público, bajo el título de Órganos cíe recho interno; c) Usos y costumbres inter-
las Relaciones Internacionales. El Derecho nacionales; y d) La doctrina de los autores.
diplomático llena, además, importantes la- a) Convenciones consulares y tratados.
gunas del Derecho consular en.lo relativo Constituyen la fuente indiücutida del De-
a ceremonial público. recho consular. Hoy no se pone en duda la
Con el Derecho civil. Es indispensable a legitimidad del derecho de que goza un
los cónsules el conocimiento del Derecho Estado soberano o semisoberano para de-
civil, ya que entre sus funciones figura la signar cónsules o para recibir los que otros
de oficiales de estado civil. Todas las leyes Estados le envían. Las discusiones que sub-
que rigen el estado civil de las personas son sisten se refieren a las facultades y pre-
consideradas por los Estados como de or- rrogativas que poseen esos cónsules y a sus
den público, rigiéndose por la regla "locus relaciones con las autoridades locales. Co-
regit actum". Deben, pues, intervenir los mo solución se recurre a las convenciones
cónsules en actos jurídicos que caen dentro y tratados.
de la órbita del Derecho civil, tales como: El origen de las convenciones consulares
nacimientos, defunciones, matrimonios, su- no está muy lejano, mencionándose como
cesiones, tutela y cúratela., protección a primer antecedente la Convención celebra-
los intereses de connacionales ausentes, et- da entre España y Francia en 1769. A me-
cétera. diados del siglo pasado se generalizó la
Con el Derecho internacional privado. El práctica de celebrar tratados de amistad,
Derecho internacional privado acude en comercio y navegación entre los Estados
auxilio del Derecho consular para solucio- europeos y americanos, y más tarde entre
nar los conflictos de leyes que pueden pre- éstos y los de Extremo Oriente. Se les lla-
sentarse. maba de Amistad, comercio y navegación,
Con el Derecho comercial. El Derecho co- porque en su primera cláusula se establecía
mercial proporciona los elementos necesa- que su propósito era el de estrechar víncu-
rios para que el cónsul pueda desempeñar- los de amistad que ya existían entre los
se correctamente en sus funciones relativas países, para lo cual se proponían reglar
al comercio y la marina mercante. Si se sus relaciones de acuerdo a los principios
tiene en cuenta, que la historia de la ins- de Derecho convencional. En esos tratados
titución consular está íntimamente ligada se incluían, casi siempre, normas relativas
a la del comercio y la navegación, y que a cónsules y funciones consulares. En ma-
siempre ha existido la tendencia de con- teria de prerrogativas, casi todos ellos in-
siderar al cónsul como .un agente comercial sertaban la cláusula de la nación más fa-
de sus nacionales, se podrá medir cuál es vorecida, en virtud de la cual los privilegios
la importancia de esta relación. Por otra concedidos en adelante a los cónsules de
parte, las relaciones comerciales, cada día otra nación" se entenderían automática-
más estrechas, entre las naciones, han dado mente a los de aquel Estado en favor del
como resultado una aplicación por demás cual se otorgaba la cláusula. Más tarde,
frecuente de las normas del Derecho co- con el vertiginoso progreso del comercio y
mercial por parte del funcionario consular. las comunicaciones, surgieron nuevos pun-
Con el Derecho administrativo. Siendo tos de vista que determinaron, a su vez,
los cónsules funcionarios del Estado, el De- intervención consular. Se hizo necesario
recho administrativo es el encargado de entonces renovar los antiguos tratados, es-
fijar sus derechos, establecer jerarquías y pecificando sobre cada materia determi-
categorías, y determinar las condiciones de nada y considerando las modernas funcio-
ingreso, ascenso; retiro, jubilación, etcé- nes consulares, que no sólo establecían las
tera. facultades y prerrogativas de los cónsules
También el Derecho notarial, el Derecho y su acción de tutela je sobre connaciona-
internacional público procesal y el Derecho les, sino también los diversos actos que pg-
penal son objeto de aplicación por el cónsul dían ejercer en el país al cual se les desti-
para el normal desarrollo de sus activida- naba.
des. Las convenciones consulares pueden ser
Además de las ya mencionadas, están clasificadas en: multilaterales y bilaterales,
vinculadas al Derecho consular: la FiZoso- Las convenciones multilaterales se han
fia, madre de todas las ciencias; la Historia, celebrado con muy poca frecuencia en la
la Geografía, la Economía y las Finanzas. historia de las relaciones consulares. Como
5. Fuentes. Existe un criterio bastante ejemplo de ellas podemos mencionar el Tra-
uniforme entre los tratadistas en conside- tado de Versalles y el Código Fustaman-
rar como fuentes más importantes del De- te, ambas de carácter genérico, contenien-
recho consular a las siguientes: a) Las con- do, entre sus disposiciones, algunas refe-
rentes a los cónsules. En cambio, fueron internacionales como fuente supletoria de
convenciones multilaterales específicamente carácter general, expresando que ellas pue-
consulares la Convención de Caracas de den servir para aclarar o integrar conven-
1911 y la Convención sobre agentes consu- ciones internacionales ya existentes, pero
lares celebrada en La Habana el 20 de no para substituir o crear disposiciones de
febrero de 1928. La primera consta de cinco derecho consular (»).
artículos y fue firmada por Eolivia, Colom- Los usos y costumbres internacionales
bia, Ecuador, Perú y Venezuela. La segunda constituyen fuentes de gran importancia
fue ratificada por los siguientes Estados en los países de Derecho no escrito. En los
americanos: Brasil, Colombia, Cuba, Repú- países que cuentan con Derecho escrito
blica Dominicana (con reservas), Ecuador, pueden adquirir cierta magnitud, pues
Estados Unidos, Méjico, Nicaragua, Pana- siempre existe una serie de actos que no
má, Perú y Uruguay. han podido ser previstos o necesidades que
De Convenciones bilaterales sí la historia han surgido posteriormente, resultando an-
de las relaciones consulares ofrece nume- ticuados el tratado o la convención existen-
rosos ejemplos. Pueden ser de carácter es- te. SÍP embargo, la tendencia actual es la
pecifico, denominándoselas entonces Con- de llenar los vacíos en forma de otra con-
venciones consulares propiamente dichas, o vención que substituya la anterior, no re-
acuerdos sobre .materia consular incluidos curriéndose sino excepcionalmente al au-
en tratados de otra naturaleza. Entre estos xilio de las prácticas internacionales.
últimos podemos incluir los tratados de d) La doctrina de los autores. La exposir
amistad, comercio y navegación, a los que ción doctrinaria carece de valor legal. Los
nos hemos referido más arriba. Estados, en consecuencia, no están obliga-
b) Derecho interno. Es otra fuente im- dos a ajustarse a sus disposiciones. Única-
portante del Derecho consular. Puede ser mente ante la imposibilidad absoluta de
tomado desde un doble punto de vista, pues poder aplicar alguna de las otras fuentes
los Estados establecen normas aplicables a anteriormente mencionadas, deberá recu-
los cónsules extranjeros acreditados en su rrirse a la doctrina de los autores más
territorio, por una parte, o reglamentarias prestigiosos. Si bien la doctrina es de escaso
de su propio servicio consular en el exte- valor como fuente, adquiere, en cambio,
rior. gran importancia en la elaboración del De-
Derecho interno referido a funcionarios recho.
consulares extranjeros. Un Estado no puede Algunos .tratadistas mencionan la reci-
negarse a recibir en el propio territorio procidad como fuente de Derecho consular.
funcionarios consulares extranjeros sin co- Según ellos, ningún gobierno puede recla-
locarse al margen de la comunidad interna- mar para sus propios cónsules derechos
cional o provocar ruptura de relaciones. que niegan a cónsules del otro Estado.
Pero ese mismo Estado puede regular las Creemos, con Nascimento" e Silva, que "la
condiciones de admisibilidad, determinando reciprocidad no debe ser considerada como
la zona en la que deberá desarrollar sus fuente, ya que por tal entendemos el origen
funciones, excluyéndolos de lugares deter- del cual emanan los derechos y las obliga-
minados, exigiendo al cónsul la ciudadanía ciones en Derecho consular. Será, por lo
del país que representa, estableciendo las tanto, una norma, quizá la más impor-
inmunidades de que goza, la limitación de tante en la aplicación o en la interpretación
sus relaciones con la autoridad local, etcé- de las fuentes existentes al respecto" (»).
tera. Codificación. El Derecho consular mo-
Derecho interno referido a funcionarios derno se resiente por la falta de un Có-
consulares del propio país. Siendo el cón- digo cuyas normas escritas en forma ar-
sul un funcionario del Estado, el Derecho ticulada permitirían su aplicación unifor-
consular interno determina cómo y por qué me y universal. Frecuentemente, ante con-
autoridad es nombrado y cuáles son los flictos relativos a cónsules, los tribunales
términos de sus funciones. Casi todos los han debido referir sus sentencias a los
Estados cuentan con leyes consulares que principios generales del Derecho y a la cos-
rigen la acción de los cónsules en sus fun- tumbre, conceptos que la mayoría de las
ciones. veces resultan ambiguos y difíciles de pro-
c) Usos y costumbres internacionales. bar. ,
Constituyen la tercera fuente del Derecho Innumerables uon las convenciones consu-
consular, y a ellos se recurre cuando los lares bilaterales celebradas entre los Estados
dos elementos anteriores no resultan su- para determinar las atribuciones y prerro-
ficientes para lograr la solución de los con- (8) Ferrara, P., op. cit., pág. 40.
flictos que suelen presentarse. (9) Nascimento e Silva, O. E. de, op. cit. pá-
Ferrara considera los usos y costumbres gina 21.
gativas otorgadas a sus respectivos funcio- los cónsules desde el articulo 159 al 185,
narios consulares. Sin embargo, ellas no inclusive; New Code of International Law,
aclaran la posición de esos mismos funcio- publicado en 1910, por J. Internoscia, cu-
aoiks ante la justicia y legislación locales, yos artículos 640 a 653 se refieren a la ins-
por lo que la práctica de los tribunales se ha titución consular; y el Proyecto de Código,
orientado en el sentido de la sujeción de de Epitacio Pessoa, al cual el distinguido
los cónsules a la justicia local, salvo el internacionalista Sánchez de Fustamantey
caso que actúen con carácter oficial. Exis- Sirven ha calificado como "el más perfecto
ten además tratados multilaterales y otros y el más completo de todos los proyectos
de carácter general que incluyen asuntos de código formulados" (•>»). Pessoa trata de
de índole consular, pero en cuanto a codi- los cónsules en el capítulo III, libro 3? de
ficación propiamente dicha del Derecho su obra, dedicándoles veintiocho artículos
consular, sólo se han realizado proyectos (del 151 al 178), distribuidos en los siguien-
elaborados por instituciones internaciona- tes títulos: Nombramiento y atribuciones de
les y por jurisconsultos. los cónsules; Inmunidades de los cónsules;
Entre los institutos internacionales, el • y Suspensión y fin de las funciones.
que más ha trabajado en pro de ,1a codi- Es digna de destacar la obra realizada por
ficación del Derecho consular es el Instituto las _ Conferencias Internacionales Ameri-
De Derecho Internacional, con asiento en canas en materia de codificación del De-
Gante. Su Reglamento, adoptado en la se- recho internacional público De elia men-
sión de Venecia del 26 de septiembre de cionaremos aquí, por ser de gran interés a
1896, se compone de veintiún artículos, di- la materia que nos ocupa: a) Proyecto de
vididos en tres títulos: un preliminar (arts. Código sobre Cónsules, aprobado el 20 de
1 a 3); el segundo, relativo a los cónsules mayo de 1925, y que fuera elaborado por la
propiamente dichos (artículos 4 a 17), y el Comisión Internacional ds Jurisconsultos
final, dedicado a los agentes consulares Americanos designada en ocasión de la
(arts. 18 a-21). , Quinta Conferencia Internacional Ameri-
En 1927, el Instituto Americano de Dere- cana celebrada en Santiago de Chile, en
cho Internacional presentó un proyecto de 1823. El Proyecto consta de veintiséis ar-
Código de Derecho internacional privado, tículos, divididos en tres secciones, que se
redactado por Antonio Sánchez de Eusta- refieren a: Nombramiento y atribuciones
mente y Sirven, y junto a él treinta pro- (arts. 1 al 15), Prerrogativas (arts. 16 a
yectos de convenciones sobre el Derecho 25) y Suspensión y fin de las funciones
internacional público, de las cuales una, la consulares (art. 26), Pué redactado tomán-
número 23, se refería a los cónsules. Consta dose como base el Proyecto de Código de
ésta de once artículos y está basada en el Epitacio Pessoa y el Proyecto del Instituto
proyecto presentado por Alejandro Alvarez, Americano de Derecho internacional; b)
en la Quinta Conferencia Internacional La Convención sobre agentes consulares de
Americana. La Habana de 1&28. Fue elaborada en. base
Otro proyecto de convención sobre posi- a los proyectos de Epitacio Pessoa, Alejan-
ción legal y funciones consulares fue ela- dro Alvarez y de la Comisión internacional
borado por un grupo de juristas norteame- de Jurisconsultos Americanos. Se compone
ricanos patrocinados por ia Harvard Law de veintitrés artículos, divididos en tres
School. Fue presentado en abril de 1932, secciones, intituladas respectivamente: Del
siendo su relator Quincey Wright. nombramiento y de las atribuciones (arts. 1
Todos los proyectos de Código elaborados a 13); De las prerrogativas de los cónsules
por los jurisconsultos se refieren al Dere- (arts. 14 a 22) y De la suspensión y fin de
cho internacional público en general, no las funciones consulares (art. 23). No obs-
existiendo ninguno dedicado exclusivamen- tante el propreso que significaba este pro-
te al Derecho -consular. Sin embargo, pre- yecto, en relación con los anteriores del
sentan normas de interés relativas a los mismo carácter, sólo mereció la ratifica-
cónsules. Entre todos esos proyectos se ción de un grupo de Estados america-
destaca netamente la obra de Jean Gaspard nos («).
Bluntschli, Le Droit international codifié, BIBLIOGRAFÍA. — Antokoletz. D., Derecho consular,
cuya primera edición fue publicada en 1868. Bs Aires 1948. — Candlotl, A., Historia de la insti-
Bluntschli dedica treinta y dos artículos de tución consular en la antigüedad y en ¡a Edad
su obra a los cónsules, bajo el título de Med'a. Bs. Aires, s/d. — Ferrara, P., Mentíale Ai
Órganos de las relaciones internacionales, Diritto consolare, Padua, 1936. — Gueselaga, A,,
en el capitulo IV, libro tercero.
Otros proyectos debidos a la Iniciativa (10) Sánchez de Bustamante y Sirven, A.. De-
recho internacional público, pág. 98, La Habana,
Outlines of an International Coáe, de David 1937.
Dudley Field, publicado en 1872, dedicado a (11) Supra 5. Fuentes.
Derecho diplomático y consular, Bs. A'res. 1900.— eos. La corriente doctrinaria que sostiene
Mera, T., Cónsules y consulados, Macliid, 1910. la existencia de un Derecho continental, se
— Moreno, L., Derecho consular guatemalteco. —
Palomar, ¿. I., D.cc.onar^o diplomático consular, funtíauíenta en que sus normas constituyen
Bs. Aires, 1937. — D Aunet, B., "La represer-tation un sistema cuya naturaleza jurídica evi-
des mteréis nationaux a i etranger", en líevue dencia a una nueva rama autónoma del
Economique International, t. 1, págs. 103-129, Bru- Derecho internacional público general. Han
selas, 1922. — Nascimento e Silva, G. E. cié. Ma-
nual de Derecho consular, Rosario, 1952; "De ¡a impulsado vigorosamente esia concepción
condición Jurídica de ios cónsules", en Revista de los internacionalistas, entre los que predo-
Derecho Internacional, Bs. Aires, 1951, núm. 14, minan los autores americanos, dénmelos por
págs. 21-63, y "La codificación ciel Derecho consu- el ser de un Derecho internacional público
lar", en Revista de Derecho Internacional y C.en-
cias Diplomáticas, Rosario, 1950, año 1, núms. 3-4, americano. En este sentido .^e pronunciaron
págs. 245-295. — Stuart, G., "Le Droit et la prati- en favor del Derecho continental expresa-
que d:.plomatiques et coiisulairts", en Recueil des do como Derecho internacional americano,
Cours de l'Academie de Droit International, Pa* entre otros, Alcorta, Alvarez, Cruchaga To-
rís, 1934, t. 4. págs. 463-569.
cornal, Scelle y Yepes; y como Derecho
DERECHO CONTINENTAL.* SUMARIO: internacional europeo, Strupp y Kent, apa-
1. Concepto. 2. Ei Derecho cont'nental co- reciendo también las denominaciones de
mo rama jurídica autónoma: a) Fundamen- Derecho internacional asiático y Derecho
tos jurídicos; b) Fundurr.entos históricos.
3. El Derecho continental y la doctrina. El
internacional africano í 1 ).
Derecho internacional público particular. Según esta doctrina, la circunstancia de
que la aplicación de .los principios que re-
1. Concepto. La comprensión del concep- glan la vida en la comunidad internacional
to de un Derecho continental se pone de no tiene en todos los casos validez univer-
manifiesto en la corriente doctrinaria, que sal, vale decir que no son aceptados uná-
funuándose en la existencia de principios nimemente por todos los Estados, y la
jurídicos internacionales originarios y di- existencia de intereses regionales o conti-
ferentes a los reconocidos en otros lugares nentales legítimos y permanentes que de-
geográficos, postula por una rama del De- manden soluciones jurídicas propias; han
recuo cuyo contenido es expresión de todas originado la existencia de normas interna-
las normas jurídicas propias de un conti- cionales típicas a un grupo de naciones,
nente donde son plenamente vigentes. cuyo ámbito de validez es exclusivamente
La expresión Derecho continental es la regional o continental. Estas normas se
más comúnmente usada en Derecho inter- caracterizan por ser realmente originarias
nacional, pero sus fundamentos coinciden y de positiva vigencia, diferenciándose fun-
con lo que ha dado en. llamarse Derecho damentalmente de las existente's en otros
regional, por lo que la terminología difiere lugares geográficos, no sólo por su ámbito
únicamente en orden al ámbito geográfico. de validez espacial, sino también por su
Continente o región, de aplicación. De allí contenido y desarrollo; factores que deter-
que los tratadistas, al referirse a la mate- minan un sistema jurídieo-internacional
ria, hablen de un Derecho o normas con- con una fisonomía particular y distinta. En
tinentales y o regionales, aun cuando stric- consecuencia, estiman que no hay impedi-
tu sensu el Derecho continental comprende mento alguno en reconocer la existencia
las normas de Derecho internacional vigen- de una rama jurídica, integrada por aque-
tes entre las naciones que integran el Con llas normas bajo el nombre de Derecho
tinente, sin excepción. continental, cuya fundamentación radica
Se discute ampliamente en la doctrina la en el mismo Derecho positivo y es compa-
cuestión de la existencia del Derecho con- tible con las doctrinas modernas sobre el
tinental, cuyo planteo se extiende entre
los que lo propugnan como una rama autó- (1) Cfr. Alcorta, A., Nueva Revista de Buenos
noma del Derecho internacional, y los Aires, año 1883; Alvarez, A., Le Droit International
autores opuestos a esta tesis que se pronun- americain, París, 1910, págs. 13 y s'gs.; Gruchaga
cian por el reconocimiento de una modali- Tocorna], Nociones de Derecho internacional, t. 1,
dad del Derecho internacional, de un sis- págs. 47 y sigs., Madrid. 1923; Scelle, G.. Cours de
Droit international puolic, t. 2, pág. 528, París.
tema jurídico particular o de un Derecho 1948¡ Yepes, J. M., "Introduct:on á l'étude du
internacional público particular, pero siem- Droit international americain", en Kevue Généra'e
pre como una parte del Derecho inter- de Droit International Fuolic, año 1952, t. 56,
págs. 9 y sigs., y "Contrlbutlon de l'Amerlque Lati-
nacional público común, general o univer- ne au developpement du Droit international public
sal. et privé", en Recueil des Cours, La Haya, 1930,
2. El Derecho continental como rama t. 32, págs. 330 y sigs.; Catellani, G., II Diritto in-
jurídica autónoma, a) Fundamentos juridi- iernazionale americano, Venecia, 1912; Strupp. K,
Elementa de Droit international public, unívefsel,
européen et americain. t. 1, págs. 4 y sigs.. París.
* Por el Dr. OWEN G. USINGER. 1930.
fundamento y contenido del Derecho inter- del Derecho internacional ^europeo, el ame-
nacional. ricano, el asiático y el africano; así cerno
Por otra parte, la existencia del'Derecho también la diferencia que establecen ci.r-
continental presupone la del Derecho in- tos autores como Lorimer, al hablar de un
ternacional público común, general o uni- Lerecho ae gentes para las naciones civi-
versal, de quien es cabalmente considerado lizadas, y dejando en suspenso el que po-
una rama, como orden jurídico originario. dría corresponder a las que él propone
Las relaciones entre ambos acusan un gra- como bárbaras y salvajes.
do que no es precisamente de dependencia, Concretamente en favor del Derecho in-
del Derecho continental respecto al-Dere- ternacional europeo se advierte su invoca-
cho internacional público universal, sino ción entre Francia y Gran Ereiaña en 1856,
más bien de correlación ( 2 ) . Además, la y en la Guerra mundial de 1914, la opinión
especialidad de sus principios y reglas con- de Kent, que extiende su vigencia a Europa,
forman un sistema jurídico completo, que América y las regiones de o,ros cont.nentes
no solamente puede representar un ele- colonizadas por europeos; la de Prauitr-
mento nuevo ante el Derecho originario, Foderá, que circunscribe la aplicación del
sino también llegar 3a innovar —en opinión Derecho a los Estados de civilización euro-
de algunos autores ( )— en el caso de con- pea, y la de Strupp, que se funda en la
flicto entre una norma de qrden jurídico existencia de principios europeos no acep-
originario y otra del Derecho continental, tados en América. En esté sentido se
cuya prevalencia se afirma en virtud del agrega que el equilibrio político, el derecho
principio generalis specialibus non dero- de conquista, er régimen colonial, las unio-
gat. nes personales y reales, los Estados semi-
En base a los supuestos que anteceden, soberanos, las condiciones de la emigración,
los autores de esta corriente sostienen que el sistema de la nacionalidad, etcétera, son
el Derecho continental goza de autonomía, problemas típicamente europeos regidos por
que si bien para algunos es solamente re- reglas de Derecho internacional positivo,
lativa, en otros es una nueva rama jurídica cuya aplicación no es conveniente, o sen-
del Derecho internacional público univer- cillamente desconocida para América y
sal plenamente autónoma, como lo procla- otros continentes.
man los internacionalistas que definen la Del mismo modo se afirma la existencia
existencia del Derecho internacional público de un Derecho internacional público ame-
americano. ricano, fundado en la aplicación de princi-
b) Fundamentos históricos. Los antece- pios opuestos a los de Europa, el desarrollo
dentes proporcionados por la evolución de normas desconocidas en otros continen-
histórica experimentada por las institucio- tes, la existencia de situaciones inter.ia-
nes del Derecho internacional, especial- cionalcs típicas y, en general, problemas
mente las distintas denominaciones que han exclusivamente americanos que requieren
recibido sus diferentes modalidades, son soluciones peculiares. Su contenido se po-
traídos a colación por los sostenedores de ne de manifiesto a través de los principios
la existencia del Derecho continental. internacionales americanos sobre la sobe-
Se señala con este propósito el recono- ranía estatal, la igualdad jurídica de las
cimiento en la antigüedad de un Derecho Estados, la no intervención, el derecho de
internacional griego, otro mediterráneo, uno asilo, la prohibición de recurrir a la fuerza
indico y otro chino; a su vez, en la Edad para el cobro de las deudas públicas, el
Media los Derechos internacionales cris- sistema americano para la solución pacífica
tiano-europeo o centro y occidental euro- de los conflictos internacionales, la seguri-
peo y oriental europeo, el -islámico y el dad colectiva, la igualdad jurídica de na-
bizantino. Más adelante, a pesar de los cionales y extranjeros, la concepción ame-
avances de la concepción universalista del ricana sobre la responsabilidad del Estado
Derecho de gentes, se citan los nombres y el principio del. utl possidetis juris. El
Instituto Americano de Derecho Interna-
(2) En la substanciación del caso sobre él asilo
cional lo define como el conjunto de insti-
del líder aprista peruano V. B. -Haya de la Torre tuciones, principios, reglas, convenciones,
planteado ante la Corte Internacional de Justicia, doctrinas, costumbres y prácticas que, en
el magistrado Alejandro Alvarez sostuvo al fundar el dominio de las relaciones internaciona-
su voto que todo Derecho continental no está en les, son particulares a las Repúblicas del
una s tuación de subordinación, sino de correla-
ción con respecto al Derecho internacional univer- Nuevo Mundo (•*); considerándoselo acep-
sal. Cír. Corte Internacional de Justicia, Recueil tado universalmente desde su formulación
des arreís, otiis consultatijs et ordonnances, 1950,
págs. 293 y e:gs. (4) Cír. Unión Panamericana, Codificación del
(3) Cfr. Tepes, J. M., Introduction a l'étu&e Derecho internacional americano, págs. 29 y slgs..
tu Droit tnternational américain, clt.. pág. 11. Washington, 1825.
por el internacionalista chileno Alejandro regionales de la Carta de las Naciones Uni-
Alvarez, en el primer Congreso científico das.
panamericano reunido en Santiago de Chi- Esta teoría ha suscitado la polémica ante
le en 1908. Desde entonces, a pesar de las la tendencia general en la doctrina, de
polémicas que suscita, ha sido defendido hablar del Derecho internacional america-
por buena parte de la doctrina americana no como de un Derecho continental. La
y aún por intorriíicionalistas europeos que discusión se originó en el hecho de que Ca-
defienden esta tendencia particular, como nadá no ha aceptado las normas jurídicas
Catellani, Fauchille, Liszt, Strupp, Scelle, adoptadas por los otros Estados americanos,
Yepes, etcétera (••). resintiendo la condición de adhesión uná-
A estas manifestaciones se suman las nime de los Estados intercontinentales,
expresas declaraciones sobre los principios esencial para que una norma pueda ser ,
del Derecho internacional público america- considerada verdaderamente de Derecho
no ^probadas bajo el nombre de "Declara- continental. En consecuencia, el Derecho
ción sobre los principios de solidaridad y internacional público americano no sería
cooperación interamericana", en la Confe- un Derecho continental, sino rigurosamen-
rencia interamericana de consolidación de te un Derecho regional.
la paz (Buenos Aires, -1936); "Declaración 3. El Derecho continental y la doctrina.
de principios americanos", en la VIII Con- El Derecho internacional público particular.
ferencia interamericana (Lima, 1938); "De- La corriente que propugna ia existencia del
claración de México", particularmente la Derecho continental se enfrenta en la doc-
Resolución VIII del Acta de Chapultepec, 'trina, con la opinión contraria a toda
en la Conferencia interamericana sabré asignación de un carácter áe rama jurídica
problemas de la guerra y la paz (México, autónoma del Derecho internacional pú-
1945), y el artículo 5<? de la "Carta de la blico común, general o universal.
Organización de los Estados Americanos", Esta posición se fundamenta en la con-
sancionada en la IX conferencia Ínter- cepción universalista del Derecho interna-
americana reunida en Bogotá en el año cional o de gentes, en cuyo enunciado in-
1948 («). fluyeron decisivamente el Jusnaturalismo,
Integra también la doctrina del Derecho sobre todo con Vitoria, que sostiene la apli-
continental los antecedentes histórico-ju- cación de los principios internacionales
ridicos que han contribuido al planteo de originarios en el Derecho natural, con cri-
una teoría del regionalismo internacional, terio universal a fieles e infieles, y Suárez,
cuya influencia se traduce en el uso, a ve- afirmando jurídicamente su carácter per-
ces indiscriminado, de la terminología petuo, inmutable y universal; - y el Juspa-
acerca de normas regionales o continenta- sitivismo de los siglos xvín y xix, que te-
les, apuntado precedentemente. Al respecto niendo en cuenta la generalidad típica del
se repara en normas jurídicas regionales Derecho interno imperante en el Estado,
que resultan de factores históricos, geográ- extiende por analogía la vigencia común
ficos y aun económicos, reconocidas en el del Derecho de fentes para todos los Es-
articulo 2 del Pacto de la Sociedad de las tados de la comunidad internacional. Asi-
Naciones, el artículo 10 del Estatuto de la mismo abonaron en forma concluyente las
Conferencia de Parcelona. de 1921, e inclu- opiniones —entre otros— de Pufíendorf,
sive" en los artículos 52 y 54 sobre acuerdos señalando al Derecho de gentes como rama
del Derecho natural, cuyo imperio abarca
(5) Cír. Catellani. E., op.eir.; faucbllle, .P.. todo el género humano, y de Fluntschli,
Tra'.ié de Droit international public, t. 1. págs. 40 Ficre y Olivart, demostrando el indiscutible
y sigs.. París, 1922: Liszt, vor, Derecho in'er-nn- carácter universal que por propia natura-
cional público, págs. 17 y sigs., Barcelona, 1929; leza reviste el Derecho internacional. Por
Strupp, K.. op. ctí.; Scelle. G., op. eií..' Yepes,
J. M., op. cit. otra parte, la evolución histórica demuestra
(G) Cfr. Dotación Carnegie, Conferencias inter- que distintos aportes han contribuido a
nacionales americanas, Washington, 1938 y 1943; extender el ámbito de validez espacial de
Academia de Ciencias Económicas. Actos de las
Conferencias de Chapultepec y San Francisco. Bs. los principios y normas del Derecho inter-
Aires, 1»45; CoH'ard, C. A. Drn-'t irtternatiora' et nacional, tal como los proporcionados por
histoire diplamatique. París. 1953; Alvarado Garal- las distintas modalidades reconocidas en
coa. T., La trascendencia de las rcuniíies Ínter- la antigüedad, por ejemplo, el llamíido
americanas, 1949; Día?; Cuneros. C.. "Codificación
del Derecho internacional en América", en La Ley, Derecho internacional griego y el medite-
Bs. Aires, 1936. páRs. 1-2; Gnr^ía Amador, P. V.. rráneo en materia de tratados y navega-
"El desenvolvimiento del Derecho intornac'onal ción; en la Edad Media por los círculos ju-
americano", en Revista de Derecho Internacional, rídico-internacionales islámico en orden al
La Habana, 1943 y 1844 ts. 44 y 45; Moreno Quin-
tana. I,. El sistema internacional americano. Bs. derecho de guerra y al comercio interna-
Aires, 1825. cional, y bizantino en materia de relaciones
diplomáticas. De esta manera, el conjunto De acuerdo con este planteo, los inter-
de normas jurídicas internacionales aparece nacionalistas se definen negando la auto^
nombrado Derecho internacional cristiano- nomía del Derecho continental, pero acep-
europeo, cuya vigencia se extiende con la tan la existencia de soluciones jurídicas y
colonización americana, que luego, ya en reglas internacionales cuya aceptación y
el siglo xix, recibe a su vez el aporte tra- vigencia se circunscribe a un grupo de Es-
ducido por la incorporación de nuevos tados de una región y continente. Rous-
sujetos del Derecho internacional, a través seau ('•>) sostiene que el hecho cierto del ser
de la constitución de los Estados america- de normas continentales o regionales y aún
nos y la entrada al mundo de las relaciones de su positivo aporte a las relaciones jurí-
occidentales de Japón, China, Persia, Siam, dicas internacionales, no permite funda-
etcétera ( 7 ). mentar el reconocimiento de una nueva
Todas estas contribuciones pasaron a in- rama del Derecho internacional pública
tegrar el Derecho internacional moderno, general que las comprenda; tesis dentro de
que llega a ser realmente universal después cuyos lincamientos es factible señalar la
de la II Guerra mundial de 1939-45, ad- opinión de Ruiz Moreno ('") al afirmar que
quiriendo la plena fisonomía en relación a el Derecho internacional público es uno y
su contenido y vigencia, bajo el nombre universal, aun cuando las soluciones' que
actual de Derecho internacional público puedan darse para determinadas regiones
universal. En este sentido, la concepción o continentes sean distintas y propias al
universalista se ha visto ampliamente favo- ámbito geográfico señalado. De igual ma-
recida en las últimas décadas por los es- nera cabe consignar la posición de Podestá
fuerzos para constituir la comunidad inter- Costa ( ' i ) , basada en que las normas del
nacional organizada jurídicamente, y por Derecho internacional no evolucionan en
la teoría contemporánea del Derecho in- sentido fragmentario por continentes o re-
ternacional —principalmente con Kelsen, giones, sino que tienden a unlversalizarse
Kunz, Scelle, Parassi y Ealladore-Pallieri—, y, por lo tanto, toda continentalización de
que pretende la unidad sistemática del normas tiende a trazar círculos de aisla-
Derecho internacional positivo mediante la miento entre los Estados; a su vez Accio-
formulación de conceptos formales, fun- ly ('¡O considera que no confiere títulos al
damentales y universales ( s ). Derecho continental IB. circunstancia de que
en el estado de desarrollo del Derecho in-
(7) Cfr. Eedslob. R., Histoíre des granas prín-
ternacional positivo o las conveniencias de
cipes du Droit -0.es tiens. París. 1923: Rulz More- cualquier orden, no permitan todavía la
no I., El Derecho internacional antes de la era adopción de ciertos principios jurídicos in-
cristiana, Bs. A res. 1946; Mallarmé. A., Les fonda- ternacionales ya corrientes en otro u otros
teurs du Droit International. 1904: Nussbaum A . continentes y por último, Fideau ('••») ex-
/fisiona del Derecho internacional. Madrid, 1949,
La Pradelle. P. de. Maitres 'et doctrines du Droit presa que el Derecho internacional reviste
des gens. Parfs, 1950; Korfí, S., "Introductlon & un carácter universal, rigiendo a la comu-
1'HIstolre du Dro't International", en Recueil des nidad internacional en su conjunto y pro-
Cours, La Haya, 1923; Rechid, I., "L'Is!am et le curando al mismo tiempo la constitución
Droit des gens", en Recueil des Cours, La Haya,
1937; Délos I.. La socicté inte.rnationa.le et les prin- jurídica de toda la humanidad, lo que 110
cipes du Droit public, 1929; Visscher, Ch. de, autoriza a crear una nueva rarna de la
TWories et réalitcs en Droit international public, ciencia, a pesar de la existencia indudable
1953; Bluntschll, J. G., Le Droit international co-
difié, París. 1895; Plore, P.. Nouveau Droit inter- de soluciones y principios adoptados por
national public. suivant les besoins de la civilisa- Estados de un continente en particular
tion moderne, París, 1886. La crítica a la teoría del Derecho conti-
(8) Cfr. Kunz, J.. "La primauté du Droit des nental ha tomado, por lo general el tema
gens", en Revue de Droit International et de Lt-
aislation Comparé. 1925, t. 6, págs. 557 y sigs.: de la existencia de un Derecho internacio-
Jltta, J.. La rénovation du Droit iuternational sur
¡a base d'une communautf juridique du nenre hu- Internazonale. 1917. t. 6. págs. 195 y si«s.; Sre-
main. La Haya. 1913: Spironoulos, J.. Throrirtue ll£, G., Cours de Droit international public, Pa-
genérale du Droit international, París. 1930: Poll- rís, 19Í8.
tis, N., Les nonvelles tendences du Droit interna- (9) Cfr. Rousseau. t3h.. Principes généraux du
tional, París. 1927; Truyol, A., "Doctrines contem- Droit international public, t. 1, pág. 840 París,
pora'nes du Droit des gens", en Revue Gfnfrale de 1944.
Droit International Public, Paris. 1950-1951, t. 21, (10) Cfr. Ruiz Moreno. I., Derecho internac'.o-
págs. 369 y sigs,. t. 22. p&gs. 23 y sigs. y 199 y Bigs.; nal público, t. 1, págs. 32 34. Bs. Airrs 1941.
Kelsen. H., "Théorle genérale du Droit interrat'o- (11) Cfr. Podestá Costa, L., Manual de Derecho
nal public. Poblemes cholsis". en Recueil des Cours, Ínter-nacional púWco, pág. ¿5. Es. Aires. 1947.
La Haya, 1932; Visscher, Ch. de. op. cit.. Ver- (12) Cfr. Accloly, H., Tratado de Derecho in-
dross, A.. "Le íondement du Droit International", ternacional público, t. 1, págs. 3 y 4, Río de Ja-
en Recueil des Cours. La Haya. 1932; Perassl. T., neiro, 1945.
"Teoría dommatica delle fontl di norme giurldtche (13) Cfr. Bldeau, E.. Derecho internacional pú-
,dl Dlrltto Internazlonale", en Rivista di Diritto blico, t. 1. págs. 10 y 11, Bs. Aires, 1912.
nal público americano, que ya desde 1912 Estados. Be traía generalmente de regla
rechazara1 Jel intemacionalista brasileño Sá comractualas que llenan en su mayor part
Vianna ( ). Pero el problema en la actua- la práctica internacional, típicamente po
lidad se ha planteado en otros términos, sitivas, aunque también existen normas par
dejando en parte, cuando no en su totali- ticulares de Derecho internacional consue
dad, el argumento de un Derecho nuevo, tutíinario (is).
antagónico y aún opuesto al Derecho in- En consecuencia, buena parte de los ifi
ternacional público universal. Partiendo de ternacionalistas aceptan actualmente qu
la universalidad del Derecho internacio- tales normas tienen un contenido propio ;
nal y de la existencia de normas jurídi- un alcance diferente a las que rigen ei
cas regionales o continentales, hay acuer- otros continentes o regiones; desde el mo
do en hablar de la existencia de una mentó que la dependencia no es esencia
modalidad ( 1 S ), o más exactamente, de un entre los distintos sistemas jurídicos con
sistema jurídico-internacional particular. tinentales o regionales, pero si en cambi
Moreno Quintana ( 1(i ) expone en este sen- la subordinación acusada por las norma
tido que las distintas agrupaciones conti- particulares al orden jurídico originario,
nentales y también regionales de la co- sea al Derecho internacional general o uní
munidad internacional, han adoptado so- versal. Al respecto, ?.pun a Kelsen (i«) qu
luciones jurídicas particulares aplicables a el Derecho internacional contractual est:
su situación geográfica, condiciones etno- subordinado a la regla pacía sunt servan
gráficas e intereses político-económicos, de da, principio originario del Derecho ínter
acuerdo a la evolución experimentada r n nacional general que fundamenta las ñor
la vida internacional del continente o xo- mas convencionales del Derecho interna
gión. Tales hechos originaron normas in- f-ional público particular, situándolo en ui
ternacionales producto de una interpreta- plano inferior y dependiente del orden ju
ción típica del Derecho internacional públi- rídico universal.
co en el continente o región, dando lugar El Derecho internacional particular pre
a su vea a la formulación cíe un verdadero supone por lo tanto la existencia .del Dere
sistema jurídico continental o regional; cho internacional general o universal, cuyo
pero siempre dentro del Derecho interna- principios fijan los limites dentro de lo
cional público universal. De este modo cuales pueden jurídicamente desarrollars
cabe reconocer en cada agrupación inter- las normas particulares típicamente con
continental, continental o regional de la tractuales del Derecho internacional públi
comunidad internacional su correspondien- co particular. Incluso, el reconocimiento d
te sistema jurídico y su interpretación típica reglas jurídicas válidas para un continent
del Derecho internacional público ("). o región por esta corriente doctrinaria, s
La circunstancia de que el Derecho in- extiende a la de un sistema jurídico-inter
ternacional público universal bajo su for- nacional particular, integrado por aqué
ma convencional se aplica en algunas oca- lias y fundado en el Derecho internacio
siones solamente a dos o a cierto número nal público universal (-»). (V. INTERNACIONA
de Estados, ha permitido admitir entre los LISMO. ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL. REGIO
intemacionalistas la idea de un Derecho NALISMO. )
internacional público particular, constituido
BIBLIOGRAFÍA. — Además de la Indicada en i
por las reglas jurídicas válidas para el am- texto: Oppenheim, 1¿. International law: Á trea
biente geográfico dentro del cual están
situadas dichas naciones, que bien puede (18) Cír. Breschi, O., "Norme gererali e norrn
ser regional o continental. Existe siempre particolari nel Diritto internazionale", en Anna
junto a los principios universales del De- áella Facclta di Perugia, 1946; Le Fur, L., Les grana
recho internacional común o general, con- prob.'emes tlu Droit, París, 1937; Kunz. J., op. cit
y "General International Law and the Law oí In
cretándose su contenido a las normas in- ternat'onal Organisatíons", en The American Jow
ternacionales que obligan a dos o más nal of International Law, Washington, 1933, volu
men 47; Rousseau, Ch., op. cit., t. 1; Yepes, J. M
(14) Cfr. Sa Vianna, M. A. de Souza, De la non "Les problémes fondamentaux du Droit des gen
Clisterice d'un Droit international américain, Río en Amérique", en Recueil des Cours, La Hay!
de Janeiro, 1912, 1934, t. 47; Kelsen, H., op. cit.; Politls, N., op. cit,
(15) Cír. Verdross, A., Derecho internacional Truyol, A., op. cit.; Perassi, T., op. cit.; Verdros!
público, págs. 7 y sigs., Madrid, 1955. A. Le fondement du Droit international y Derech
(16) Cfr. Moreno Quintana-Bollini Shaw, De- internacional público, cits,; Giuliano, "II prot>!«
recho internacional público, págs. 42-45, Bs. Ai- ma dell'analogie neH'ordinamento giurdico intei
res, 1950: Moreno Qu'ntana, L., El sistema inter- nazionale", en Rivista di Diritto Iniernazionalt
nacional americano, cit. 1941 t. 33, págs. 69 y sigs.
(17) Cfr. Orue y Arregui, J., "Le régional'sme (19) Cfr. Kelsen, H., Théoríe genérale du Droi
dacs l'organisation internat'onal", en Recue-il des international public, c't., págs. 176 y sigs.
Cours, La Haya, 1935; Urrutia, J. P., Le continent (20) Cfr. Rousseau, Ch., Principes génáraux i
américain et le Droit international. París, 1928. Droit international public. cit., pág. 8ÍO.
tiie, t. 1, Londres, 1947: — Rousseau, Ch., Droit causan grandes males, que nadie sospecha-
intemational public. París, 1953. — Sibert, M., ría. China es la nación, dice más adelante,
Traite de Droit intemational public. París, 1951.
— Diena, G., Derecho internacional público, Bar- de maneras más inmutables, más indes-
celona, 1946. — Sánchez y Sánchez. C., Curso de tructibles ... De modo que en el caso de
Derecho internacional americano, Ciudad Trújalo. este pueblo, no han iníluído mayormente
1913. — Butler, G.-Maccoby, S., The deve'.ompent las mezclas. Los legisladoras chinos tenían-
o/ intemational law, Londres, 1923. — Alvarez, A.,
Considérations genérales sur la codífication du por objeto principal que su pueblo pudiera
Droit intemational américain, Río de Janeiro, vivir tranquilo. Querían que sus hombres
1927, y Después de la guerra, Bs. Aires, 1943. — se respetasen mutuamente, que cada uno
Pareces, A. M., El nuevo Dereciio'internacional y
las bases de la paz en América, La Habana, 1945. sintiera en todos los instantes que debía
— Ycpes, J. M., "Les acords régionau*.' et le Droit mucho a los otros, que no hubiera ciudada-
International", en Recueil des Cours, t. 71, La Ha- no alguno que no dependiera en algún
ya, 1947. — Unión Panamericana, El sistema in- concepto de otro ciudadano. Asi dieron to-
teramericano, Washington, 1943. — Garner, J. W.,
Recsnt development in intemational law, 1925. — da la extensión posible a ,las reglas de la
Alvarez. A., Exposé de motifs et déclarations des civilidad. Por esto se ha observado en China
granas principes du Droit International moderné, que aún las gentes del campo usan entre sí
París, 1938.'— Prad'er-Fodere, F., Traite de Droit las mismas ceremonias de condición eleva-
intemational public européen et américain, París,
1888-1906. da; buen medio de inspirar dulzura, man-
tener la paz y la concordia, desarraigar del
DERECHO CORPORATIVO. (V. DERECHO pueblo vicios que provienen de la dureza
SINDICAL.)
del alma. Porque, efectivamente, el eman-
ciparse de las reglas de la civilidad es de-
DERECHO CHINO.* SUMARIO: Cap. 1. Bl
jarse llevar por los defectos propios (i).
Derecho chino histórico: 1. Opiniones de Y perseverando en su tendencia de efec-
Montesquieu. 2. Algunas expresiones carac- tuar una verdadera apologética de la con-
terísticas de la legislación china. Cap. II. ducta del legendario Imperio, escribe el
Esfuerzos de renovación y adaptación de De-
recho japonés y alemán: 1. Las primeras ilustre enciclopedista: Los legisladores chi-
tentativas de codificación. 2. Los principios nos hicieron más: confundieron la religión,
de Ta Ts'ing lu-li, o leg slación imper.'al. las leyes, las costumbres y las maneras;
3. La codiíicación bajo la Repúbl ca. 4. Con- todo esto fue la moral, fue la virtud. Los
tenido y referencia a las principales mate-
rias de la codificación. 5. Los tres libros preceptos que se referían a estos cuatro
eubsigu'entes. 6. El régimen de las sucesio- puntos fueron llamados ritos; y en la ob-
nes. Cap. III. Otras tentativas de codifica- servación exacta de estos ritos fue en lo
ción bajo la República: 1. El Comité de Re- que triunfó el gobierno chino. Se empleaba
dacción de Códigos. 2. Las interferencias
políticas. 3. El Derecho en la China comu- toda la juventud en aprenderlos y toda la
nista. . . . vida en practicarlos. Para enseñarlos esta-
ban los letrados, los magistrados para pre-
Capitulo .1 dicarlos; y como abarcaban hasta los actos
EL DERECHO CHINO HISTÓRICO menores de la vida, cuando se hubo hallado
1. Opiniones de Montesquieu. El autor el medio de hacerlos observar escrupulosa-
Del espíritu de las leyes se ocupó extensa- mente, China estuvo muy bien gobernada...
mente de las reglas, costumbres y hábitos Por eso, cuando se abandonaron los prin-
sociales del Celeste Imperio. Sirvióse de cipios del gobierno chino, cuando la moral
estos elementos para avalorar los quilates se pervirtió, cayó el Estado en la monar-
de la antiquísima civilización, cuyos oríge- quía y sobrevinieron las revoluciones.
nes se pierden en la noche de los tiempos. Mas no todos están de acuerdo en esta
Tan pronto exaltó las virtudes que se le concepción de las "maneras chinas" y de
atribuyen, como subrayó el absolutismo de su verdadero enfoque de la vida. Así, el
las maneras y el primitivo sentido de al- profesor Ahrens, en su eonccida y erudita
gunas tradiciones, que no se han borrado historia del Derecho, reacciona contra la
en nuestros tiempos, a pesar de que mucha tendencia y sostiene que no son merecidas
agua —y mucha sangre del viejo pueblo las alabanzas que algunos filósofos, en el
chino— ha corrido bajo los puentes... Los siglo pasado, tributaron a ese pueblo "ena-
diversos caracteres de las naciones ha se- morados de su unidad y entusiasmados con
ñalado al escritor y sociólogo de las Cartas una supuesta igualdad". No vieron aquéllos,
Persas, son una mezcla de virtudes y vicios, destaca, aquel perpetuo despotismo del em-
de buenas y malas cualidades. Las mez- perador, hijo del cielo, fuente de toda cien-
clas afortunadas son aquellas de las que cia y poder, que se refleja en la autoridad
resultan grandes bienes, aunque a veces absoluta de los padres de familia y de los
nadie lo hubiera adivinado; hay otras que
(1) Montesquieu, Del espíritu de las leyes, t. J,
' Por el Dr. MATEO GOLDSTEIN. págs. 412 y sigs., Ed. Albatros, Bs. Aires.
mandarines, y con el cual es incompatible lizar la vida de 300 millones de seres hu
todo principio cíe individualidad y de li- manos dispersos por un verdadero conti
bertad; ni vieron los otros que, por esto nente, pero nunca abonó los principios d
mismo, la igualdad que allí reina es la es- ética moral y menos los de igualdad que
clavitud, aparte de la existencia de ésta y analíticos más o menos superficiales, deno
á°, las clases (-). taron en el Imperio chino. Todo el ordei
Pero, a pesar de los rasgos que destaca social de China —señala Ahrens— se dis
el autor citado, hay algunas características tingue esencialmente del de la India y dt
del Derecho histórico de los chinos, que persa, ,por estar calculado principalment
merece la pena de aetenerse en ellas. Desde para la vida terrena. A pesar de tant
luego, a poco que investiguemos en los como se habla del cielo en la religión y ei
anales de la historia de las ideas organi- las leyes, en ninguna parte se da más im
zativas dé la sociedad china, constataremos portancia a las relaciones terrenas; la
que el Imperio chino se ajusta a la idea cuales toman, sin excepción, un carácte
del gobierno de una familia. Si se dismi- más exterior, desagradable y aún grosen
nuye la autoridad paterna o se omiten las Tal acontece en el matrimonio, que prin
ceremonias que expresan la autoridad que cipalmeníe se contrae en la forma de 1
inspira, se debilita el respeto a los magis- compraventa, maldita en el Código indo..
trados, a quienes se considera como padres; El vinculo matrimonial carece de todo deli
y a su vez, los magistrados se interesan cado respeto. El poder del padre de famili
menos por los pueblos, que deben mirar es muy grande, pudiendo vender los hijos
como hijos; con lo que se va borrando poco de donde ha nacido un gran comercio d
a poco la relación de amor entre el prin- jóvenes, especialmente educadas para i
cipe y sus subditos. Suprimiendo cualquiera concubinato, sobre todo en ciertas ciudade
de estas prácticas se quebranta la solidez El padre puede, asimismo, azotar al hij
del Estado. Es cosa indiferente, puntualiza hasta matarlo, sin decir el motivo. El fi
nuevamente Montesquieu, en si misma, que capital del matrimonio es la procreación
todas las mañanas se levante la nuera para La herencia está organizada atendiend
cumplir tales o cuales formalidades con su principalmente a la conservación de la un:
suegra; pero si se considera que todos estos dad de la familia, y es esencialmente ir
deberes recuerdan un sentimiento que es testada... La propiedad privada está prot<
necesario imprimir en todos los corazones gida por muchas disposiciones, etcétera ('
para que vaya formando el espíritu qué En el orden procesal-penal, las norm:
gobierna el Imperio, se verá la importancia no sen menos extremas y radicales, evider
que tienen ésta o aquella acción particular ciando una propensión a lo terreno qi
y la conveniencia de que se ejecuten. bien puede constituir un prolegómeno (
El sentido familiar y también patriarcal las rigideces del Derecho romano. En
de la administración de la cosa pública y Código chino no existió una distinción enti
del gobierno de los particulares, imprimió la pena y la indemnización civil, ni la con
un sello indeleble a la legislación china y posición o cancelación de la prisión p<
le dio sus rasgos característicos, que con- dinero, siendo principio y esencia de tod
serva parcialmente y que polo ha perdido la legislación penal la disciplina y el caí
en las últimas etapas, con el advenimiento tigo. Merece recordarse que en este últiir
de la República y al contacta de la civili- aspecto, la costumbre china se c'.estaí
zación japonesa, que tanta influencia ejer- entre las leyes de tc'io el Oriente por
ció en el país. suministro ái¿ los más atroces suplicios, qi
2. Algunas expresiones características de han pasado a la literatura criminológit
la legislación china. Señalan los autores como ejemplo insuperado de crueldad
como rasgos fundamentales de la organiza- de- barbarie. Por esto ha podido sentenci;
ción social y política de la China, que ado- Gans: "Todo el Código, aun en la parte d
lece del defecto capital, de que todo su Derecho civil, es esencialmente Código pi
ordenamiento legal parte del absurdo de nal. El bambú, pequeño o grande, constitu;
equiparar el "principio de familia" a la el perpetuum mobile en todas las dirpos
vida política, que se traducé en un aparen- clones. El deudor que no paga a su tiemp
i te palriarcalismo hasta la tiranía más el hijo menor que sigue llevando el tita
ignominiosa. Allí se establecen, afirma jus- de su padre, etcétera, sufren una pena <
ticieramente un historiador, Zos deberes de palos casi mayor que la del ladrón y
abajo arriba; jamás de arriba abajo. El monedero falso".
i sistema puede haber servido para centra- La legislación china, y con ello toda i
moral y su ley religiosa, prescinde de
(2) Ahrens, E., Historia del Derecho, p&-¿. 399
v nota 112. Ed. Impulso. Bs. Aires. 1945. ¡3) Ahrens. E, ob. clt.. págs. 75 y sigs.
esperanza del mundo futuro: todo se reali- ciales regulando las relaciones del indivi-
zaba y se cumplía aquí, en este mundo, y duo con su familia y con el Estado. Estas
como no se tenía en cuente, a los efectos compilaciones han tomado unas formas
de las sanciones, la cualidad de la Inten- más extensas y más precisas bajo la dinas-
ción, sino la gravedad de la falta, era el tía de los Tang, hacia el año 654, cuando
tormento uno de los expedientes a los que fue promulgada la primera en data de las
se acudía con harta y discrecional frecuen- grandes codificaciones chinas. Es sobre la
cia. fundación del Código de los Tang que ha
sido erigido todo el edificio legislativo de
' Capitulo II la China imperial. Las dinastías Song,
ESFUERZOS DE RENOVACIÓN Y ADAPÍACIÓN DEL Yuan y Ming han corregido, a intervalos
DERECHO JAPONÉS Y ALEMÁN variables, la obra de sus predecesores.
"Ellas han completado, desarrollado y
1. Las primeras tentativas de codifica- modificado para ponerlas al día, pero res-
ción. Ei Celeste Imperio fue, entre los pue- petando su estructura y sus caracteres ge-
blos de la antigüedad clásica, quizás el úl- nerales y conservando gran número de sus
timo en buscar una renovación legislativa, disposiciones. Los Tsing la han retocado a
adaptable a las condiciones del mundo su vez y la han publicado en 1646, bajo la
moderno. Su enfoque general del régimen intitulación que ha conservado hasta los
político y social se mantuvo como fuerza últimos años, de Ta Ts'ing lu-li. La Ta Ts'
estática, inmutable, a través de las eda- ing lu-li ha sido refundiría varias veces
des. Su aislamiento, hasta tiempos más o bajo los emperadores manchúes. La legis-
menos recientes; su impenetrabilidad a las lación que acabamos de mencionar abro-
concepciones de la civilización occidental, gada en parte o modificada por las leyes
de las que fuera sacada por ¡a presencia de la China republicana, constituyen la
de las primeras colonias de europeos que base del Derecho civil en vigor hasta la
se instalaron en sus costas, una vez que el aparición del nuevo Código civil, cuyos pri-
comercio internacional se desplazó hasta el meros tres libros han sido publicados en,
inmenso e ignoto país, perduraron durante 1929, y que entraron en vigor en octubre
siglos. Sólo después de cruentas guerras de 1929 y en mayo de 1930, respectivamen-
con países europeos, se abrieron los puertos te" (-i).
chinos para el comercio exterior y se es- 2. Los principios de T-a Ts'ing lu~li, o
tablecieron concesiones extranjeras que legislación imperial. En la codificación a
gozaron de la extraterritorialidad. Con que acabamos de referirnos, se hallan las
estos sucesos se abrieron también para reglas de Derecho privado y Derecho pú-
este pueblo las etapas de una cultura jurí- blico más diversas, pues el legislador chino
dica de las que careció, y le dieron la po- no hacía distinciones. Existen allí normas
sibilidad de reflexionar acerca de la con- generales de Derecho penal, de la admi-.
veniencia de estructurar i n s t i t u c i o n e s nistración pública, sucesiones, matrimonio,
públicas y dictar reglas legislativas, que propiedad territorial, percepción de im-
establecieran un puente entre Oriente y puestos, sacrificios y ritos religiosos, ejér-
Occidente. . . . cito, crímenes y delitos y trabajos públicos,
Sin embargo, hasta el año 1911, cuando y comercio. Un capítulo especial se halla
las provincias del Sur, capitaneadas por el consagrado a las obligaciones en general,
fundador de la República china, Sun-Yat- dispersas bajo diversos títulos, prescribién-
Sen, se rebelaron contra el gobierno im- dose que su ejecución queda a la reglamen-
perial y formaron un régimen provisional tación de las costumbres locales. La codifi-
en Nanldn, basamentando la república so- cación se interesa especialmente de reglar
bre la abdicación del emperador, es difícil los deberes que la moral ritual impone a
apreciar verdaderamente una tentativa or- cada persona, como miembro de una fami-
gánica, en el sentido de dotar a China de lia, cíe una sociedad y de un imperio. Des-
una legislación, en el concepto moderno de taca un comentarista que, en general, el
la palabra. Código tiende menos a establecer las re-
Sin embargo, a estar al testimonio de laciones privadas entre simples particulares
historiadores del Derecho rhino, la codifi- y a asegurar el respeto de los derechos de
cación no es una empresa absolutamente cada uno en el límite donde el ejercicio no
nueva. "Desde los primeros períodos histó- se traduzca en atentar contra el del pró-
ricos de su desenvolvimiento, señala un jimo, sino a mantener la armonía general
autor, se encuentra al Imperio chino del universo y a hacer reinar sobre la tierra
provisto de recopilaciones tales como el
Tchéou-Li, donde están enunciados bajo (4) Conf. Code civil de la Républiquc de Chine.
una forma ritual, Jas prescripciones esen- introducción de Foo Ping-Sheun;;, Changa!. 1930.
el orden supremo en el que el cielo presenta des japonesas y los juristas de la China
el modelo inmutable. hallaron una riquísima materia prima para
Pero esta suerte de filosofía jurídica fue elaborar sus propios códigos. Sobre tales
batida por las frescas brisas que el Occiden- experiencias, y con el material apuntado, se
te arrojó sobre las costas de la China im- procedió a elaborar el "Proyecto de Código
perial. Una tendencia revisionista se fue civil cíe la dinastía Tsing", que, según he-
abriendo camino aún en los días del Impe- mos indicado, sigue1 los precedentes japo-
rio, siendo así que, en el año 1902, bajo el neses y, en forma indirecta, las normas de
gobierno de Kouang Siu, un núcleo 'de ca- los proyectos alemanes.
racterizados funcionarios del. Imperio pre- 3. La codificación bajo la República. Al
sentaron al trono una memoria en la que se ser proclamada la República China, en un
sintetizaban las ideas nuevas, y se expresa- proceso que ce inició en diciembre de 1911
ba la aspiración de que la China milenaria y culminó en febrero del año siguiente, una
se adaptase a los nuevos tiempos que im- de las primeras preocupaciones del nuevo
peraban en el mundo. En 1904, un rescripto régimen estuvo consagrada a la tarea de
imperial designaba a una comisión de ju- la legislación. El gobierno creó una Comi-
ristas para que emprendieran la tarea de sión de redacción de Códigos, que contó
redactar el primer Código de comercio, "que con la inestimable colaboración del erudito
seria la regla (a observar dentro de las jurisconsulto doctor Wang 'Chung-hui, Co-
relaciones comerciales)". misión que solicitó los servicios de eminen-
,La comisión encargada de proyectar el tes juristas extranjeros, especializados en
Código se expidió en el plazo prefijado y diversas ramas del Derecho. Así fueron sur-
elaboró no solamente una ley sobre comer- giendo, sucesivamente, los cinco libros que
ciantes, sino también una sobre sociedades constituyen el Código civil de la República
comerciales, que puede considerarse como de China, El primero, dedicado a los prin-
el primer trabajo de codificación moderna cipios generales, fue promulgado el 23 de
rsalizada en China. Dos años más tarde se mayo de 1929, entrando en vigencia el 10
constituyó una comisión de juristas encar- de octubre del mismo año; el segundo libro,
gada de redactar el primer proyecto de le- "de las obligaciones", promulgado en 22 de
gislación civil. La comisión tomó como noviembre del señalado año, fue puesto en
fuente de inspiración el Derecho positivo vigor el 5 de mayo de 1930: el. tercer libro,
del Japón. Las razones que condicionaron dedicado a los derechos reales, fue promul-
erta elección, anota un comentarista, son gado en 30 de noviembre de 1929, y entró
fáciles de explicar. Heredero de una civili- en vigor en la misma fecha que el prece-
zación derivada de la de China, conservan- dente; el cuarto libro, "De la familia", pro-
do con la raza china una comunidad de mulgóse en 26 de diciembre de 1930, y entró
cultura, de tradiciones y de costumbres, el en vigencia en 5 de mayo áe 1931, y el úl-
Japón acababa de despojarse de su antigua timo, o quinto libro, "De las sucesiones",
armadura feudal y de constituirse en un promulgóse en 26 de diciembre de 1935,
Es*ado organizado a la manera occidental. para entrar en vigencia en la misma fecha
Fn el camino de la transformación en que que el anterior.
la China se enrolaba, el primero le había Más, sería un error concebir que la co-
precedido, y había realizado pro-rasos sor- dificación civil china no contiene algunos
prendentes. Era natural que la China bus- principios esenciales de la filosofía jurídica
case de aprovechar la experiencia de sus de ese pueblo, o que los jurisconsultos chi-
vecinos. nos se hayan limitado a adaptar institu-
El Japón, a su vez, se había inspirado y ciones más o menos felices de otros pueblos.
adoptado los principios cardinales de los Primó, al contrario, sobre todo el Código,
proyectos-de códigos alemanes. El Código la concepción del Derecho, propia de la
civil alemán había sido objeto de tres pro- mentalidad de aquel país y particularmente
yectos diferentes, originados sucesivamente las normas que le imprimiera el "Padre de
en los años 1888, 1890 y 1896. El Japón la República", doctor Sun Yat Sen. En
pudo abrevar en las fuentes del primero efecto, en su vasta y fundamental labor de
de los proyectos alemanes y promulgó su ensayista y de político, legó Sun Yat Sen a
ley civil de fondo en abril de 1896. sus coterráneos, algunos principios de orde-
Pero los jurisconsultos japoneses no se. namiento social y jurídico, que los autores
habían limitado a hacer copia servil del de los cinco libros del Código civil chino no
antecedente germano, y adoptaron una serie desaprovecharon. Así, se denuncia en la
de fórmulas propias, creando una vasta codificación, la influencia espiritual del
terminología ajustada a su lengua ideográ- líder y su afán de conservar la diferencia-
fica. Ante estas revelaciones, numerosos es- ción que existe entre la concepción de los
tudiantes chinos colmaron las, universida- pueblos occidentales y los típicos enfoques
del legendario país de que se trata. El De- la prestación. Él requerimiento señalado en
recho chino clásico se distanció considera- el parágrafo precedente debe ser ejercido
blemente del individualismo occidental, por durante el año de la fecha del acto jurídi-
atender en primer término al núcleo fami- co", señala el anotador del precepto trans-
liar; el nuevo Derecho, en cambio, tiene un cripto que obedece al espíritu de defensa
marcado alcance social. Comparando la y equilibrio social que impregna toda la
tendencia natural del hombre hacia la ex- obra de codificación. Este principio se tra-
pansión —señala un tratadista— hacia la duce, igualmente, en el sistema de protec-
fuerza centrífuga y el de la sociedad hacia ción contenido en el artículo 148, que es-
la cohesión, hacia la fuerza centrípeta, el tablece: "El ejercicio de un derecho no
doctor Sun vio el porvenir armonioso de la puede tener por fin principal el de dañar
humanidad en una combinación de las dos a otro", descartándose así la anciana doc-
tendencias, en que la primera estaría, por trina romana que conceptuaba el derecho
otra parte, subordinada a la segunda. El de propiedad con sus caracteres de -absolu-
individuo debe buscar su satisfacción en el to, con la facultad de usar y abusar del
cumplimiento del rol donde siguiendo sus mismo. El derecho de propiedad privada,
aptitudes, tenga la posibilidad de contri- en la legislación china, goza de los atribu-
buir al bienestar general ( 5 ). tos comunes a la mayoría de las legislacio-
Una serie de disposiciones contenidas en nes modernas, pero a condición no sólo de
los diversos tratados que integran el Có- no afectar los intereses y derechos del pró-
digo civil chino, llevan a la conclusión de jimo, sino de no ocasionar ningún perjuicio
que ,;us autores se han preocupado, fun- a los intereses de la comunidad social.
damentalmente, de asegurar la suerte de Por lo demás, el capítulo de los principios
los factores débiles de la sociedad. Se pro- generales, en cuanto a los actos jurídicos,
pende hacia una mejor distribución de la por ejemplo, denuncia una profunda in-
riqueza mueble e inmueble, a reparar las fluencia de la ley alemana en materia de
injusticias ocasionadas por el ordenamien- los actos de declaración de voluntad.
to social, y en general, se advierte una in- En materia de obligaciones, que compo-
clinación para reprimir legalmente las nen el segundo libro, traduce la tendencia
consecuencias del abuso del Derecho. eentralizadora que caracteriza la obra de
4. Contenido y referencia a las princi- la codificación china y especialmente el
pales materias de la codificación. El libro proposito de unificar el Derecho civil (en
!, de los principios generales, está integra- cuanto se opone al penal) con el que atañe
do por 152 artículos, que comprenden siete a las relaciones del comercio y a la actua-
capítulos, dedicados a reglas sobre aplica- ción de los comerciantes. En general, el
ción de la ley; personas (naturales y jurí- legislador se ha preocupado de unificar
dicas, incluyendo en la primera parte las aquellas figuras jurídicas que pueden ser
disposiciones generales sobre las personas aplicables a los comerciantes como a los no
jurídicas, y en la segunda y tercera, a las comerciantes, reservando solamente para la
asociaciones y fundaciones); cosas; actos ley específicamente mercantil aquellas que
jurídicos (disposiciones generales, de la no pueden integrar un Código civil. En el
capacidad de ejercicio de los derechos, de la caso de la compraventa, verbigracia, se ad-
declaración de voluntad, de la condición y vierte el propósito de involucrar las ventas
del término, de la representación; de la ordinarias a las que se practican también
nulidad y de la anulación); de los términos entre comerciantes; lo mismo ocurre con
y de la mora; de la prescripción extintiva algunas formas contractuales que en la
y dei ejercicio de Ips derechos. mayoría de los códigos se involucran en el
Señala un comentarista de que el artícu- Código mercantil, dado su carácter noto-
lo 74, "de los principios generales", que ex- riamente comercial: la cuenta corriente, el
presa textualmente: "En el caso de un acto corretaje, la comisión, la edición, el cam-
jurídico por el cual una persona aprovecha bio, la empresa, gerentes y mandatarios
de las necesidades apremiantes, de la lige- comerciales, el transporte, almacenaje, et-
reza o de la inexperiencia de otra, hacién- cétera. Sólo se ha eliminado los efectos de
dole efectuar o prometer una prestación comercio, el seguro, las sociedades comer-
pecuniaria de tal magnitud, que, en aten- ciales y los contratos del Derecho maríti-
ción a las circunstancias concomitantes, la mo, que se han legislado en leyes especiales,
injusticia de la operación es evidente, como la ley sobre los efectos de comercio
puede el tribunal, a requerimiento del in- (30 de octubre de 1929); ley sobre socieda-
teresado, anular el acto jurídico o reducir des comerciales (26 de diciembre de 1929);
ley sobre el comercio marítimo (30 de di-
(5) Code civil de la RépuWque •de Chine, In- ciembre de 1929), y ley sobre los seguros
troducción, pág. XXVII. (30 de diciembre de 1929).
El Libro de las Obligaciones contiene 813 raciones más humanas. Así, el artículo 218
amemos, encuadrados en un capitulo pri- ("Cuando el perjuicio no ha sido causado
mero que contiene los siguientes títulos: ni intencionalmente ni por falta grave, y
I. Fuentes de las obligaciones; 1$ parte: que la reparación afectará gravemente los
De los contratos; 2?* pane: De la cola- medios de existencia de una persona obli-
ción del poder ae representación; 3* pane. gada a la separación, el Tribunal puede
De la gestio'n de negocios; a4a parte:" Del reducir el monto de la reparación"); el ar-
enriquecimiento inaeoiao; 5 parte: De los tículo 252, que autoriza al Tribunal, cuando
actos ilícitos. II. Del objeto de .las obliga' la indemnización fijada por una cláusula
dones. III. De los efectos de las obligacio- penal aparece fuera de proporción con el
nes: !§• pane: aDe la prestación; 2a parte: perjuicio experimentado, a restituirla a una
De la mora; 3 pane: De la conservación. cifra razonable; según el artículo 318, el
IV. De los contratos. V. De la pluralidad de Tribunal puede, no obstante toda conven-
acreedores y de deudores. VI. De la transfe- ción en contrario, acordar otro término de
rencia de las obligaciones. VII. De la ex- ejecución al deudor moroso, o a autorizar-
tinción de las obligaciones. 1* parte: Dis- le a liberarse por prestaciones escalonadas.
posiciones generales; 2a parte:a Del pago; 3* Los artículos 389 y 390, sobre la venta a
pane: De la consignación;
a
4 parte: De la temperamento, o arbitrio; los artículos 442
compensación; 5 pane: De la remisión de a 459 sobre rescisión del arrendamiento de
deuua; 6a parte: De la confusión. inmuebles; el artículo 836 sobre el derecho
El segunao capítulo se halla dedicado a de superficie y otros, se inspiran en el mis-
"las diversas especies de obligaciones", con mo deseo de proteger los intereses del deu-
el siguiente sumario: I. De la venta; 1* dor desdichado.
parte: Disposiciones generales; 2* parte: De 5. Los tres libros subsiguientes. Luego de
los efectos ae la venta; 34 parte: De la extenso libro destinado al estudio de las
venta a retroventa; 4* parte: Ventas es- obligaciones, el III de la serie, está consa-
peciales. II. Del cambio. III. De la cuenta grado al Derecho de las cosas, constando
corriente. IV. De la donación. V.a Del arren- de 209 artículos, dividido en 10 capítulos,
damiento. VI. Del préstamo; 1 parte: Del cuyo contenido es como sigue: I. Disposi-
préstamo de uso; 2$ parte: Del préstamo ciones generales. II. De la propiedad: Tít. I:
de consumo. V}I. De la locación de servicios. Disposiciones generales; Tít. II: De la
VIII. De la empresa. IX. De la edición. X. propiedad inmobiliaria; Tít. III: De leí
Del mandato. XI. De los gerentes y de los propiedad mobiliaria; Tít. IV: De la copro-
mandatarios comerciales. XII. Del corre- piedad. III. De la superficie. IV. Del "Young
taje. XIII. De la comisión. XIV. Del depó- Tien" (6). V. De las servidumbres. VI. De
sito. XV. Del almacenaje. XVI. Del trans- la prenda de cosas muebles; Tít. II; De la
porte; 1* parte: Disposiciones generales; 2* prenda de los derechos; VIII. Del "Dien" (').
parte: Del transpone de mercaderías; 3* IX. Del derecho de retención. X. De la po-
parte: Del transporte de viajeros; XVII. sesión.
De la comision-expedición. XVIII. De la Luego de legislar sobre el derecho de las
sociedad. XIX. De la sociedad tácita. XX. cosas, el libro III contiene una ley relativa
De las asignaciones. XXI. De los títulos a la puesta en vigor del libro I, "De las
al portador. XXII. De la renta vitalicia. disposiciones generales del Código civil",
XXIII. De la transacción. XXIV. De la una ley relativa 'a la puesta en vigor del
caución. libro de las obligaciones y otra relacionada
Respecto del libro de las obligaciones in- con el derecho de las cosas.
siste un autor chino en sostener que la Los dos libros subsiguientes, que abar-
tendencia general incide en el propósito can las ramas de la familia y sucesiones,
buscado por.el legislador, de establecer un respectivamente, son los que probablemen-
equilibrio social-económico que redunda en te contienen las materias más diferencia-
beneficio de la comunidad. Una mejor dis- das con respecto al derecho occidental,
tribución de la riqueza, puntualiza, exige constituyendo una auténtica transacción
que los elementos menos afortunados de la entre los principios del Derecho chino tra-
población sean protegidos contra los exce- dicional y su aproximación a las legislacio-
sos que ellos evitarán sufrir si las reglas
más estrechas del Derecho son estricta- (6) Denomínase Yung-Tien el derecho de cul-
tivar el fundo de otra persona o de explotar el
mente aplicadas en todos los casos, sin ganado, de una manera permanente, mediante el
distinciones y sin temperamento. Y agrega, pago de un arrendamiento (arts. 842 y sigs. del
Summum jus, summa injuria dice el viejo Cód. civ. chino).
adagio romano. Diversas disposiciones del (7) Consiste el Dien en el derecho de tomat
posesión del inmueble de otro, de explotarlo y de
Código atenúan este rigor y hace ceder la recoger sus frutos, mediante el pago de un precio
rígida aplicación de la ley ante conside- (arts. 911 y sigs. del Cód. civ. chino).
nes modernas. Cabe destacar que ambos Conforme al antiguo régimen de la fami-
han sido objeto, históricamente, de sucesi- lia china, el clan se hallaba integrado por
vos proyectos. El primero, vinculado al ré- un cierto número de familias que llevaban,
gimen de la familia, integrado por 243 ar- generalmente, el mismo nombre y que des-
tículos, y el segundo, de 110 artículos des- cendían de un mismo tronco. Era la fami-
tinados a reglar las sucesiones, se originan lia, más que sus componentes, la que era
en un proyecto originado en el año. 1910, conceptuada como la célula elemental, el
el que siguió los lineamientos del Código grupo constitutivo de la sociedad. Para ha-
civil japonés de 1896, aunque procuró con- cer de la China un verdadero Estado en el
ciliar el Derecho chino antiguo y las nuevas sentido moderno de esta palabra, el doctor
exigencias de los tiempos. El proyecto sobre Sun Yat Sen estimó que era necesario su-
el régimen de la familia sufrió dos revi- perponer a la noción primitiva de la uni-
siones, en 1915 y 1925; el de las sucesiones, dad del clan o de la familia, la de la unidad
fue modificado en 1926. A raíz de las su- del pueblo compuesto del conjunto de es-
cesivas reformas, se logró sintetizar ambos tas familias o de estos clanes, y que para
textos, quedando convertido el proyecto asegurar la grandeza y la prosperidad de
acerca de la familia en solo 82 artículos, este pueblo convenía ascender un grado
y el de sucesiones a 64. Ambos reflejan más y subordinar el interés particular de
puntos concomitantes del programa político los grupos aislados al interés general de la
elaborado por el Kuo-Min-Tang, el cual raza (»).
señaló dieciocho puntos cardinales a los Dentro de esta orientación, el estadista
que debía ajustarse la obra planificada; nombrado se preocupó de desatar los víncu-
nueve se referían a la familia, y nueve a los familiares, en cuanto tenían de exage-
las sucesiones. Ambos libros reflejan no rados, y de relajar en cierto número de
sólo las tendencias del Derecho tradicional mallas donde la red del parentesco ence-
chino y las innovaciones del Código civil rraba aún al individuo... Los lazos entre
japonés, sino algunas reglas del Código ci- los miembros del mismo clan eran tan es-
vil alemán de 1896, del Código civil suizo trechos, bajo el antiguo régimen, que la
de 1907, del Código Napoleón, del Código tradición impuso a cierto número de miem-
civil del Erasil de 1916 y de otros países y bros la tarea de proveer a Ja substancia de
se basa —en numerosos aspectos— en un' todos los que tenían disminuida la capaci-
informe elaborado por el profesor de la dad o simplemente la voluntad de trabajar
Facultad de Derecho de París, consejero para asegurar su existencia... Otro rasgo
del Yuan Legislativo chino, señor M. Es- sensible del sistema familiar basado sobre
carra. el culto ancestral era la discriminación
5. El libro IV: De la familia. Consta este injusta hecha entre hombres y mujeres.
libro de 179 artículos, divididos en siete Inaptas para asegurar la sucesión al culto
capítulos, que tratan de las siguientes ma- de los antepasados, las mujeres habían es-
terias: I. Disposiciones generales. II. Del tado, por vía de consecuencia, poco menos
matrimonio: Tít. I. Del contrato de espon- que excluidas de la sucesión a los bienes,
sales; Tít. II: De la conclusión del matri- y consideradas en la familia menos como
monio; Tít. III. De los efectos generadores personas sui juris que como anexas de los
del matrimonio; Tít. IV. Del régimen de elementos masculinos.
los bienes entre los cónyuges: a
1a parte: Contra todos estos prejuicios de siglos y
Disposiciones generales; 2 parte: Del ré- librando una verdadera batalla contra un
gimen legal de los bienes; 3* parte: Del ré- sistema consagrado por añejas tradiciones,
gimen convencional de los bienes; Sección el nuevo régimen introdujo normas de jus-
1* Del régimen de la comunidad de bienes; ticia e igualdad que constituían auténticas
Sección 2* .Del régimen de la unidad de revoluciones en la vida de los chinos.
bienes. Tít. V. Del divorcio, ni. De los pa- Un breve análisis de algunos de los temas
dres y de los hijos. IV. De la tutela: Tít. I: del libro IV del Código civil pondrá en evi-
De la tutela de los menores; Tít. II: De la dencia la razón de lo que afirmamos.
tutela de los interdictos. V. De los alimentos. En la familia china se distinguen los pa-
VI. De la casa ( s ). VII. Del consejo de fami- rientes, superiores, inferiores y del mismo
fe. . • ^«i»;- rango, según la generación a la cual ellos
(8) Constituye una de las Instituciones exó- slble del "derecho dé alimentos" asegurado en los
ticas de la legislación china, que ha sobrevivido, a códigos occidentales, pero cuyos alcances llegan
pesar de ser considerada onerosa e inadaptada a a extremos Inauditos. Con todo, el sistema del Có-
las modernas concepciones de la sociedad. Trátase digo civil vigente está orientado hacia la restric-
de un régimen que tiende a fomentar el parasi- ción de los abusos y el ajuste de la obligación ali-
tismo de ciertos elementos sociales, cuya existen- mentaria hacia límites más o menos aceptables.
cia está asegurada mediante el aporte de los demás (9) Cade civil de la République de Chine, in-
que integran "la casa". TSa una extensión inadmi- troducción de Poct Ping-Sheúng, Changa!, 1931.
pertenecen. Una persona tiene por parientes de un Consejo de familia, cuyos miembros
superiores a sus ascendientes como los co- son escogidos entre los parientes o allega-
laterales de la que ella está separada por dos del menor, del interdicto, o del cau-
más generaciones ascendentes que descen- sante (art. 1131), con las funciones y fa-
dentes. Tiene por parientes inferiores a sus cultades de las leyes más- avanzadas de
descendientes como los colaterales en que Occidente.
está separada por menos generaciones as- Los esponsales, el matrimonio no son
cendentes que descendentes. Tiene por pa- convenciones de unión entre familias, co-
riente del mismo rango, aquellos que están mo en el Derecho clásico chino, sino con-
separados por tantas generaciones ascen- tratos emanados de la voluntad de los pro-
dentes como descendentes. Ejemplificando: pios intervinientes y las tínicas reservas
los colaterales superiores de una persona impuestas a los futuros contrayentes, son
son sus tíos, sus tíos abuelos, los hijos de las de la edad y el consentimiento de tu-
sus tíos abuelos; por colaterales inferiores, tores o representantes legales en casos de
sus sobrinos, los hijos de sobrinos, los pri- minoridad (arts. 972, 997, 973, 974, 975,
mos e hijos de los primos, y por colaterales 976 y 977). La potestad paterna, de un ri-
del mismo rango a sus hermanos, herma- gorismo absoluto en las viejas leyes, se
nas, primos, etcétera. ajusta a sus límites naturales y condignos
Los parientes colaterales se dividen, a su a la etapa de la civilización moderna.
vez, en interiores y exteriores, o "tang" y Numerosas y muy amplias concesiones al
"piao", en lengua china, respectivamente, propósito de emancipar a la mujer y de
según que estén ligados exclusivamente por equipararla al hombre en un terreno racio-
el sexo o no. El Código admite el divorcio nal, aparecen en diversas prescripciones,
por mutuo consentimiento (art. 1049), de- siendo características la eliminación de
biendo este consentimiento exteriorizarse toda alusión al concubinato y la igualdad
por escrito y contar con el testimonio de de ambos sexos en materia de adulterio.
dos personas, al menos; tratándose de un Igual tendencia se advierte al legitimarse
menor, se requiere el consentimiento del a los hijos naturales y a los provenientes
representante legal. del matrimonio; asimismo, en cuanto se
Destácase por su originalidad, el capí- admite la búsqueda de la paternidad por
tulo dedicado a "la casa": artículos 1122 y parte de la mujer (art. 1067).
siguientes. "Una casa (vivienda) es un No es menos importante la ordenación
grupo de.parientes o allegados que habitan del régimen de los bienes matrimoniales,
conjuntamente con el objeto de vivir en co- según el modelo suizo, con la institución de
mún de una manera permanente". La ins- la "unión de los bienes", como régimen
titución, como se advierte, no tiene paran- legal de los esposos casados sin contrato,
gón en ninguna legislación moderna. ¿Cuál que les brinda la elección, si desean forma-
es la fuhdamentación de la misma? Evi- lizarlo, entre un régimen de comunidad,
dentemente, un resabio de la tradición que un régimen de unidad de bienes y el régi-
tiende a conservar el núcleo familiar. En men de separación de los bienes (artícu-
cada casa se establece una jefatura, y el los 1004 y 1005). En los -tres primeros
resto de los convivientes son simples miem- ordenamientos, la mujer conserva como
bros de la casa, aun aquellas personas que bienes separados, sometidos a su única y
habitan en el mismo ámbito sin ser pa- exclusiva administración, los objetos des-
rientes ni allegados. El jefe de la casa es tinados a su uso personal, el producto de
elegido entre el grupo de los parientes y su trabajo o de su industria y las libera-
allegados; en su defecto, las funciones del lidades que le hayan sido otorgadas expre-
jefe retornan a la persona que asume el samente a ese título (art. 1013).
más alto grado de parentesco o de allegado, Bástenos mencionar la subalternidad en
y en igualdad de rango, a la persona de que vivió, a través de los siglos, la mujer
mayor edad (art. 1124). Los asuntos de la china, para concebir todo el esfuerzo re-
casa son administrados por su jefe, el que volucionario contenido en esa sistematiza-
debe llevar cuentas de los intereses del ción de principios destinados a elevar su
conjunto (arts. 1125 y 1126). El miembro nivel en el seno de la familia y de la
que haya alcanzado la mayoría o ha con- sociedad, los que son cabalmente resueltos
traído matrimonio, puede demandar su se- por las reglas legales a las que acabamos de
paración de la casa (art. 1127); el jefe referirnos escuetamente.
de la casa puede ordenar que un miembro 6. El régimen de las sucesiones. El V y
mayor o un menor casado sea separado de último libro que integra la serie de los
la casa, cuando tuviere justos motivos (art. tratados del Código civil chino está dedi-
1128). cado a las sucesiones. Es sabido que en la
El mismo Código reconoce la existencia antigua China la herencia se hallaba orga-
nizada atendiendo principalmente a la aunque el caudal hereditario para el pri-
conservación de la unidad de la familia; mero se fija en la mitad del que corres-
en sus orígenes, el patrimonio de la fa- ponde al hijo de la sangre. Determina la
milia continúa indiviso bajo la autoridad ley el beneficio de inventario (art. 1154 y
del primogénito. Más tarde, se distribuyó siguientes) y reaccionando contra el prin-
entre los hijos. Pero durante mucho tiempo cipio de la herencia intestada, acuerda que
se desconoció la adjudicación testamenta- un "testador puede disponer libremente de
ria. La disposición de última voluntad se sus bienes por'testamento, en la medida en
ignoró, igualmente, durante muchas gene- que no contraviene las disposiciones rela-
raciones, en todos los pueblos de la anti- tivas a la reserva" (art. 1187). Más adelan-
güedad. En el Génesis, afirma Miraglia, no te, la ley reconoce cinco formas distintas
se encuentran vestigios de Verdadero tes- de practicar1 testamento: 1<? Testamento
tamento, si bien los patriarcas tuvieron un ológrafo; 2 ? Testamento notarial; 3° Tes-
cierto derecho de conferir los bienes en caso tamento secreto; 4<? Testamento dictado, y
de muerte. En Atenas existía la institución 59 Testamento oral.
de heredero bajo la forma de adopción a
falta de hijos; lo que significa que en un Capítulo III
principio sólo los hijos podían heredar. En OTRAS TENTATIVAS DE CODIFICACIÓN BAJO LA
Esparta no hubo originariamente testa- REPÚBLICA
mento; lo introdujo luego una ley de Epi- 1. El Comité de Redacción de Códigos. El
tadeo. Tampoco lo hubo entre los germanos, advenimiento del régimen republicano y la
ni lo hay actualmente en las tribus y abdicación del último emperador chino,
pueblos que se encuentran en las mis- entre los meses dé diciembre 1911 a febrero
mas condiciones que los antiguos germa- 1912, estuvieron acompañados del vehe-
nos... (io). mente deseo de los estadistas más escla-
El proceso ha sido análogo en los pueblos recidos y de los jurisconsultos, de adaptar
más ancianos del Oriente, China entre la legislación total del país a las nuevas
ellos. Con justa razón afirma E. Ahrens de necesidades y al ritmo observado por otros
que la opinión, en otros tiempos expresada pueblos del Asia. En esa época, el Japón
muchas veces, de que en China el padre gozaba ya de los inestimables beneficios de
posee un derecho de testar casi ilimitado, una amplia codificación y el mundo occi-
ha nacido de interpretar mal la circuns- dental se hallaba trabajando por los más
tancia de que allí, como en la India, le es empeñosos esfuerzos en pro de una reno-
lícito ordenar una distribución que, sin vación de sus bases legales y jurídicas. El
embargo, no puede contradecir la sucesión Comité de Redacción de los Códigos, de-
legal (ii). signado para emprender una amplia tarea
En materia de las sucesiones, el legisla- codificadora e integrado, como hemos dicho,
dor debió ser consecuente con los demás por el jurisconsulto doctor Wang-Chung-
aspectos tratados en los libros anteriores. hui, fue transformado en 1920 en Comisión
El sistema rígido de la familia y especial- de Codificación de Leyes, bajo la presiden-
mente toda concesión al culto de los ante- cia del ministro de Justicia y la coopera-
pasados, que particulariza el Derecho chino ción técnica del doctor Wang, teniendo
antiguo, debió ser ignorado. El Código no como consejero técnico al ministro pleni-
lo suprimió, ciertamente, pero lo ignoró. potenciario M. G. Padoux y dos juristas
Por otra parte se desvaneció, en la nueva japoneses, los señores M. M. Yí-takuramat-
ley, el sistema de la sucesión agnática. sutaro y Yi-watashin. Más tarde se les in-
Las disposiciones del artículo 1138 estable- corporó el profesor agregado de la Univer-
cen que los hijos y las hijas del causante sidad de Grenoble, M. Escarra. La Comi-
son igualmente herederos, por partes igua- sión tenía el encargo expreso de revisar el
les. Por otra parte, explica un autor, el Código penal provisorio promulgado en
sistema de la reserva obligatoria prevista marzo de 1921, el retoque de los. proyectos
en el Código, es más que suficiente para del Código civil y la redacción de los pro-
evitar la exclusión de las hijas de la suce- yectos de Códigos de procedimiento civil y
sión por vía de desheredación testamenta- de procedimiento criminal.
ria. 2. Las interferencias políticas. Según
Estableciendo un principio de equidad, nuestras noticias, la labor de la Comisión
dispone el artículo 1142 que el orden de se redujo al Código civil. Las circunstan-
sucesión para un hijo adoptivo, es el mismo cias políticas, asaz graves del país, dieron
que para un hijo nacido del matrimonio, p-^r resultado la formación de un gobierno
nacional independiente en Cantón. Merced
(10) Mlraglia, L., Filosofía del Derecho, pá-
gina 564, Ed. Impulso, Bs. Aires, 1943. a la caída del gobierno central y la trans-
(11) Ahrens, E., ob. clt., pág. 76. ferencia de la capital de la República a la
ciudad de Nankin (julio-octubre de 1928), no es mucho lo que puede afirmarse acer-
la Comisión de codificación desapareció sin ca de las creaciones jurídicas de la China
haber dado cumplimiento al resto de su comunista. Tenemos a la mano un alegato
cometido. firmado por el Padre André Bonnichon, ex
Pero la tarea codificadora no finalizó. decano de la Facultad de Derecho de la
El Yuan Legislativo dictó una ley que data Universidad "La Aurora", de Shangai, inti-
del 20 de octubre de 1928, constituyendo tulado El Derecho en la China comunista,
cuatro comisiones y siendo la primera, la publicado bajo los auspicios de la Comisión
comisión legislativa. Para la redacción de Internacional de Juristas, con sede en La
los principales Códigos del país se crearon Haya, que preside el eminente jurista ca-
las siguientes comisiones: 1? Comisión de nadiense Joseph T. Thorson El Padre Bon-
codificación civil; 21? Comisión de codifica- nichon comienza su trabajo diciendo: "No
ción comercial; 3° Comisión de codifica- es posible describir, a la manera clásica,
ción agraria; 4° Comisión de leyes del tra- mediante un análisis de textos, lo que es
bajo; 5<? Comisión de leyes de la autonomía el orden jurídico chino. Los textos son
local (organización de los municipios en las raros o no existen respecto a ciertos pun-
ciudades, distritos rurales, villas, etc.). tos; y sobre todo, no dan casi ninguna idea
A partir de entonces, los sucesos histó- auténtica' de la realidad, hasta pudiera
ricos en el enorme país se precipitan. En creerse que tienden, a sabiendas, a disimu-
1928, el jefe de las fuerzas del Kuomintang, larla. En cambio, algunas concepciones de
generalísimo Chiang-Kai-Shek, logra unir base, presentes en todas partes, pero par-
toda la República bajo un solo mando. Tres cialmente tácitas, sostienen todo el edificio
años más tarde, todos los adversarios de jurídico. Sirven para hacer comprender los
Chiang se coaligan en su contra, pero textos que existen, y especialmente, unas
coincidiendo con la amenaza japonesa que prácticas muy difíciles de analizar según
conquistó a Manchuria, amigos y enemigos nuestras categorías jurídicas tradicionales.,.
del mariscal deponen su antagonismo. Después de la liberación, prosigue, de mayo
Chiang-Kai-Shek renuncia a la presidencia de 1949, es decir, de la toma del poder por
y conserva el grado militar supremo. En el ejército y partido comunistas, la pobla-
1932 se inicia una guerra sin cuartel entre ción de Shangai fue conociendo gradual-
japoneses y chinos. Tres años más tarde, mente, y por experiencia, lo que era la
los japoneses franquearon la Gran Mura- nueva concepción del Derecho. Se esperaba
lla y conquistaron algunas provincias del una legislación de contenido nuevo, pero se
Sur. La anarquía se precipita. La obra de comprendió poco a poco que se trataba de
reorganización sufre un suspenso que se un cambio mucho más radical. Eran las
prolonga por decenas de años. La codifica- bases mismas del sistema jurídico las que
ción, iniciada bajo tan buenos auspicios, sufrían una mutación asombrosa. Todos
habría de paralizarse, hasta el advenimien- los antiguos textos fueron derogados de una
to de la China comunista, que hubo de sola vez y no fueron sustituidos. En el curso
escribir un nuevo capítulo en materia de de los años siguientes, sólo se vieron apa-
legislación. Y sobre todo en lo que atañe al recer algunos reglamentos, como el relativo
cumplimiento de las leyes y Códigos, según a los delitos políticos, en el momento de la
veremos en seguida. campaña llamada «de aplastamiento de los
3. El Derecho en la China comunista. La reaccionarios», un reglamento de procedi-
larga y sangrienta guerra civil china se- miento, en gran parte teórico, la ley de la
guramente no ha suspendick) totalmente la reforma agraria, la ley sobre el matrimonio,
tarea de legislación y codificación del in- algunos textos sobre los sindicatos y las
menso país. Pero un denso yelo oculta las cooperativas, etcétera. En la hora actual
realizaciones de sus estadistas y juriscon- no existe ningún Código penal, ni ningún
sultos. Probablemente ningún país de la Código civil" («).
tierra permanece más alejado de los demás,
en ese largo período. La bibliografía ase- (12) Bonnlchon, A. P., El Derecho en la Chint -
comunista, edición publicada en Inglés, francés,
quible a nuestras latitudes es de una po- alemán y castellano y distribuida por la Comisión
breza verdaderamente angustiosa. Nada se Internacional de Juristas, La Haya (Holanda). H i
sabe de lo que se realiza, en orden a las autor fue decano de la Facilitad de Derecho de U ¡
creaciones del Derecho, en la China comu- Universidad "La Aurora" de Sangal, Ha vivido en
China desde 1931 a 1954 y en Shangai, bajo el
nista, a no ser algún folleto de propaganda régimen comun'sta, desde mayo de 1949 hasta
ideológica que llega a estas distancias. Y abril de 1954, fecha en que fuera expulsado de!
frecuentemente se halla escrito en lenguas pais, después de sufrir una prisión que se exten-
indescifrables para el público y aún para el dió desde el 14 de junio de 1953 al 22 de abril j
de 1954. Primeramente fue expulsado de la Univer- I
estudioso latino-americano. sldad, al mismo tiempo que sus colegas chinos j I
Pero, a juzgar por algunos testimonios, franceses. El 29 de abril de 1962 solicitó visado I
El mismo autor de los parágrafos que en la del "Padre de la República", Sun Yat-
anteceden, nos explica algunas exterioriza- Sen.
ciones de la campaña "de aplastamiento de
los reaccionarios": 1° La separación de los DERECHO DE ABSTENCIÓN. (V. BE-
poderes no existe. 2° El Código penal no NEFICIO DE ABSTENCIÓN.)
existe, aunque sí se hallan en vigencia al-
gunas leyes especiales que se aplican por DERECHO DE ACRECER.* SUMARIO:
analogía a los variados delitos y con efec- 1. Concepto-. 2. Antecedentes históricos.
3. Fundamentos. 4. Supresión. 5. Casos en
to retroactivo. 3° El acusado es presunto que procede. 6. Realización del derecho de
culpable, y toda tentativa de defensa es acrecer. 7. Formas de establecer el acreci-
juzgada como una rebelión contra el Estado. miento.
4? Existen formularios impresos en todos 1. Concepto. "El derecho de acrecer (del
los Tribunales, para ser utilizados por la latín accrescere; de ad, a, y crescer, crecer,
delación organizada y la acusación calum- aumentar) consiste en la acumulación o
niosa. 5<? Las acciones más inocentes son distribución de la parte correspondiente a
calificadas de "actividad contrarrevolucio- un heredero (instituido o abíritestato) que
naria" o "maniobra de espionaje". 6° Los no llegue a serlo, entre los demás conjun-
abogados han sido totalmente suprimidos. tamente llamados sin designación numéri-
7? No existiendo un sistema de penas, el ca de partes (Casso); o, como dice Ruggie-
gobierno puede, en cualquier instante, libe- ro, la facultad que tiene cada uno de los
rar a un condenado a trabajos forzados o coherederos llamados conjuntamente, sin
a prisión, sin que su pena esté purgada, atribución de parte, de apropiarse la cuota
declarando que el pensamiento del- mismo del coheredero que falta, por no querer o
está al fin reformado. 8° Ocurre frecuen- no poder serlo"2 (i).
temente que el condenado continúe en los Según Kipp ( ), "acrecimiento, en el sen-
trabajos forzados después de expirada la tido del Código civil, es el aumento que
condena. 99 En materia civil, los jueces no experimenta la porción hereditaria de un
pueden apoyarse en un Código nuevo —que heredero testamentario o contractual por
no existe—, pero tampoco pueden invocar desaparecer un coheredero".
los Códigos viejos. Las circulares del go- Lleréna, siguiendo a Proudhon, considera
bierno orientan el trabajo y los pronuncia- que "es el que pertenece a un coheredero
mientos de los jueces. 10. En 1951 se reali- o a un colegatario de tomar o retener la
zaron en Shangai grandes jjiicios populares, porción de la herencia o del legado que
que reunían en las tribunas de un estadio ha sido diferido o destinado a un cohere-
deportivo a millares de personas, que pro- dero o a su colegatario, que se encuentra
nunciaban por aclamación un veredicto vacante porque éstos rehusasen aceptarlo
contra los "reaccionarios acurrucados por o se hagan incapaces de recibirlo" (&).
centenares en el terreno del fútbol". Los Según Rébora, "el derecho de acrecer,
Tribunales Populares pronuncian senten- que se abre transversalmente en el cami-
cias de muerte, y esto, no sólo en la época no de la caducidad de las disposicio-
de los grandes "movimientos", como el del nes testamentarias, supone esencialmente,
"aplastamiento de los contrarrevoluciona- frente al fracaso de determinada vocación,
rios'1, en 1951, sino en todo tiempo. ¡a función de otra vocación coexistente.
Aunque admitiéramos sólo una parte, de Desde este punto de vista, tanto puede
las inculpaciones que se anotan en el tes- manifestarse respecto de la vocación emer-
timonio del ex decano de la Facultad de gente de la ley, que es siempre, vocación de
Derecho de Shangai, sería suficiente para heredero, como de la emergente de testa-
tener una idea de la subsistencia del Dere- mento, que puede ser vocación ya de here-
cho en !a China comunista. dero, ya de legatario. Consiste en la exten-
Esta pintura nos lleva, por consiguiente, sión automática, de los derechos integran-
a muy tristes conclusiones y demuestra tes de la vocación originaria, a la porción,
cuan difícil se torna la tarea de informar fracción u objeto sobre los cuales hubiera
sobre el avasallamiento del Derecho en la debido recaer el llamamiento concurrente
patria de Mac-Tse-Tung, si bien también
* Por el Dr. ALFREDO J. RUPKECHT/
para salir del país, sin obtener respuesta; en abril
del año siguiente fue detenido "como elemento (1) Dé Casso y Romero, I., y Cervera Jiménez
imperialista que despliega actividad contrarrevo- y Alfaro, P., Diccionario de Derecho privado, t. 1.
lucionaria". Veinte días después de ser Internado pág. 272, Barcelona, 1950.
en la cárcel fue interrogado por primera vez. Du- (2) Enneccerus-Kipp-Wolí, Tratado de Derecho
rante seis meses r.o fue indagado más y un dia civil, t. 6, vol. 1, Barcelona, 1861.
se le comunicó, al cabo de diez meses de prisión, (3) Lleréna, B., Código civil argentino, 3» ed..
que debía abandonar el país. t. 10, pág. 239, Bs. Aires, 1931.
del sujeto o de los sujetos cuya vocación se tum y verbis tantum. La primera se pro-
hubiera hecho ineficiente o si se prefiere, ducía cuando el causante nombraba varios
hubiera caducado. Es, por consiguiente, «el herederos en su testamento y en la misma
derecho que pertenece, en virtud de la disposición o cláusula "Instituyo como mis
voluntad presunta del difunto, a un lega- herederos a A, B y C". La segunda re tan-
tario o heredero, de aprovechar la parte tum, tenía lugar cuando la institución se
de su colegatario o coheredero cuando éste hacía en el mismo testamento, pero en
no la recoge»". cláusulas separadas. "Instituyo como mi he-
"Concebido con esta amplitud, no se redero a A", "Instituyo como mi heredero a
justificaría la afirmación según la cual «el B" e "Instituyo como mi heredero a C". Por
derecho de acrecer no tiene lugar sino en último, la coniuncto verbis tantum acaecía
las disposiciones testamentarias». El acre- cuando se nombraba a los herederos en la
cimiento, definido como «el aumento natu- misma disposición, pero designándoseles
ral o civil de una cosa o de un derechos., partes determinadas. Así: "Nombro mi he-
es ante todo de la naturaleza de las trans- redero a A por un tercio, a B por otro
misiones mortls causa, o sea, por excelencia, tercio y a C por el otro tercio". En la úl-
de las sucesiones que la ley o el testamento tima de estas situaciones no había acreci-
difieren a un heredero. Una sistematiza- miento, mientras que en las dos primeras si.
ción jurídica como la francesa y cualquiera Los herederos coniunctus re et verbis eran
que como ella mantenga unidas la legisla- preferidos a los re tantum.
ción del testamento y la legislación de Las leyes lulia y Papia Poppoea modifica-
las donaciones, habrá menester, acaso, de ron este sistema, creando otro diferente.
aquella limitación, en cuanto se la formu- "Durante toda la época imperial prejusti-
lara para dejar establecido que en las do- niana el ius accrescendi tuvo poca aplica-
naciones no media acrecimiento" ( < ) . ción, a causa de las normas de caducidad
2. Antecedentes históricos. El Derecho de las leyes Julia y Papia. Considerándose
romano partía del principio nemo pro parte bienes caducos aquellos de que el testamen-
testatus pro parte intestatus decere potest, to disponía válidamente, pero que no lle-
vale decir, que si por alguna razón, uno gaban a adquirirse por causas posteriores
de los herederos instituidos no llegaba a a la muerte del testador, por ejemplo, por
recoger la herencia, su parte beneficiaría incapacidad del instituido o por morir éste
a los demás. antes de la apertura del testamento. Si la
En los legados traslativos de propiedad, causa Que imposibilitaba la adquisición
los romanos hacían diversas distinciones. existía ya antes de morir el testador (sí,
Así, había legados per vindicationem, per por ejemplo, el heredero instituido fallecía
proeceptionem, los per damnationem y si- después de otorgado el testamento, pero
nendl modo. En los dos primeros casos, el antes que el causante), los bienes a él de-
derecho de acrecer se extendía al todo, sin jados quedaban In causa caáuct, es decir, en
interesar que hubiesen sido designados los situación de caducidad. Los bienes caducos
colegatarios en una misma frase o en frases estaban sustraídos al derecho de acrecer
separadas —coniunctim o disiunctim—. En de los herederos testamentarios; se les
los otros dos legados, el derecho de acrecer aplicaba la caducorum vindicatio, pasando
no existía. por sus gravámenes a aquellos que in eo
Con respecto a las sucesiones, hemos testamento liberas habent: en primer lugar,
visto que el derecho de los herederos era a los herederos testamentarios que tuvie-
a toda la herencia, por lo que, desapareci- ran hijos, y en segundo, a los legatarios
do uno de los coherederos, los demás incre- que se hallasen en la misma situación; en
mentaban su patrimonio con dicha parte. El último caso, los recogía el Erario público, y
principio se expresaba de la siguiente ma- desde Caracalla, el Fisco. Respetábase, sin
nera: "La transmisión precede a la susti- embargo, el derecho tradicional de acrecer,
tución, y ésta, al acrecimiento; es decir, si jus antiquum, a favor de los ascendientes
había un transmisionario que ocupara el y descendientes del difunto hasta el tercer
puesto vacante del llamado a heredar, que- grado instituido en el testamento. El régi-
daba eliminado el sustituto; no se dejaba men de caducidad llega hasta Justiniano,
margen al derecho de acrecer" (5). Sin que lo derogó, restableciendo en su pleno
embargo, existían ciertas limitaciones. Los alcance el principio según el cual la he-
herederos que eran llamados, debían» serlo rencia testamentaria correspondía a los
en forma que se denominaba coniuncto. herederos instituidos en el testamento, y
Esta forma podía ser re et verbis, re tan- restaurando así el jus antiquum in coatí-
cis" («).
(4) Rébora, J. C., Derecho de las sucesiones,
t. 3, págs. 449 y 450, Bs. Aires, 1952.
(5) Casso y Romero, op. cít., t. 1, pág. 1437. (6) Ibíd., t. 1, pág. 1438.
f En España, únicamente las Partidas le- no existe el derecho de acrecer o que se
gislaban sobre este instituto. Estaban ins- llame en forma disyuntiva a los herederos
piradas en el Derecho romano y establecían y se basa en que, no siendo una institución
que cada heredero tenía vocación por la de derecho necesario, puede ser excluida. ,
totalidad de la herencia, limitada única- 5. Casos en que procede. El acrecimien-
mente por el derecho de otros coherederos; miento tiene lugar cuando desaparece uno
en consecuencia, desaparecido alguno, sur- de los llamados a poseer la cosa y su parte
gía el derecho de acrecer (L. 14, tífe III, beneficia a los demás.
Partida 6*). La causa por la cual el heredero no con-
3. Fundamentos. En el Derecho romano curre, es indiferente. Puede darse en casos
cada parte era llamada, en abstracto, a su- de premoriencia, renuncia, repudiación, de-
ceder en el todo, si bien en concreto su- claración de indignidad, nulidad de la ins-
friese una limitación por la concurrencia titución de heredero, etcétera.
de los demás coherederos; tal limitación Cuando se ha establecido un sustituto
desaparecía al no comparecer todos. El pri- vulgar para el caso de faltar el heredero,
mer heredero, si faltaban los otros, obtenía procede el acrecimiento cuando el sustituto
todo (sólo concursu partes firent, cessante tampoco adquiere la herencia U).
concursa partes cessant). De ello se de- 6. Realización del derecho de acrecer.
duce que más bien que un derecho de I. El derecho de acrecer se efectúa, en
acrecer existía un derecho no decrecer. principio, por igual entre los que toman
Otra razón era la célebre regla que ya parte en él. Pero, si los legatarios fueran
expusimos anteriormente: nemo partes tes- instituidos por equipos separados, cada par-
tatus... . . te vacante acrece solamente a los integran-
Pero estos fundamentos no han sido tes del grupo respectivo (»).
acogidos por el Derecho moderno, el cual Según Kipp ( 9 ), cuando son varios los co-
considera que se basa en la voluntad pre- herederos, acrecen de acuerdo a sus por-
sunta del testador. Si éste llama a va- ciones hereditarias. Así dice: "Si A está
rias personas para suceder en una cosa en instituido por el causante en una mitad,
forma conjunta, estas personas representan B en un tercio, C en una sexta parte, y A
una entidad que no desaparece porque una desaparece, 'B acrece en dos sextas partes
de ellas no la integre más. Igualmente si y C en una sexta parte. Si han sido insti-
se hacen partes alícuotas, pues si se da a tuidos por el causante: A en una mitad, B
los herederos un tercio, un medio, un cuar- en un tercio, y C, D y E conjuntamente en
to, se estima que todos tienen derecho a la una sexta parte, éstos obtienen cada uno
cosa y que no la obtienen totalmente por para sí una dieciochava parte; si uno de
haber otros con igual derecho. Desapareci- ellos desaparece, cada uno de los otros dos
dos estos coherederos, los otros recuperan acrece con treintaiseisava parte, mientras
la parte de éste. En cambio, si se hacen que A y B quedan excluidos del acrecimien-
partes numéricas o separadas, ya la volun- to. Sin embargo, si faltan C, D y É, en-
tad del testador es terminante en el sen- tonces acrece A tres treintavos y B dos
tido de que cada uno sólo tiene derecho a treintavos".
lo que específicamente se le ha dejado. II. Si en el momento en que desaparece
Todo lo expuesto rige para los legados y el coheredero el titular del derecho de acre-
donaciones. •cer ya había fallecido, ese derecho se pro-
También se ha considerado que el fun- duce en beneficio de los herederos del ti-
damento estriba en una razón económica: tular, en virtud de la regla portio portioni
evitar la disgregación- de la propiedad. accrescit, non personae.
El derecho de acrecer no ha sido acep- III. El acrecimiento se produce cum
tado en forma pacífica. Se ?o critica porque onore, es decir, que el nuevo beneficiario
la voluntad presunta es una ficción jurídica debe asumir las cargas que correspondían"
y que es muy peligroso tratar de interpre- al que falta. Pero, para responder a las
tar lo que una persona hubiese hecho en mismas sólo debe entregar la parte acre-
determinadas circunstancias. Se lo ha esti- cida, no teniendo ninguna obligación con
mado como un fenómeno excepcional y la que le correspondió originariamente.
una derogación de las reglas generales de Lógicamente, las cargas personalísimas
la transmisión sucesoria. no pasan al nuevo propietario (">).
4. Supresión. El testador puede deter-
minar que no se aplique el derecho de acre- (7) Ennecoerus-Kipp'Wolf, op. rtt., t. 5, vol. 1,
cer, en cuyas circunstancias, la parte va- pág. 274. '
cante pasaría a los herederos legales. (8) Cfr. Josserand, L., Derecho civil, t. 3, vol. 3,.
págs. 327 y 328, Bs. Aires, 1951.
Esta facultad puede expresarse explícita (9) Op. cit., t. 5, vol. 1. pág. 274.
o implícitamente, según se especifique que (10) Cfr. Rébora, op. cit.. t. 3, pág. 462.
IV. El acrecimiento es voluntario, lo que II. Según nuestro Código, "el derecho
equivale a decir que el colegatario o cohe- de acrecer es el derecho que pertenece en
redero tiene derecho a renunciar la parte virtud de la voluntad presunta del difunto
del que desaparece. a un legatario o heredero de aprovechar
V. "La institución de heredero fideico- la parte de un colegatario o coheredero,
misario se extiende a la porción proceden- cuando éste no la recoge" (art. 3811).
te de un coheredero acrecida por el fidu- No establece la ley cuáles, son las cau-
ciario, pero también, el aumento -de la por- sas por las que no se recoge la herencia;
ción hereditaria del fiduciario; ya que se ex- por tanto, cualquiera sea el motivo, rige el
tiende, en la duda, a toda porción que re- derecho de acrecer.
caiga en el fiduciario a consecuencia de De acuerdo a la definición precedente-
la desaparición de un coheredero. Por -el mente dada, el codificador limitó expresa-
contrario, la enajenación de la herencia no mente a los legatarios y herederos testa-
se. presume que se extienda -a la partici- mentarios, involucrándose únicamente los
pación que acrezca al enajenante después ab intestato cuando se trata de herederos
de la conclusión del contrato, o que de legítimos 0«).
otro modo se la defiera a consecuencia de Pese a que el artículo 3810 especifica
faltar un coheredero" (»). que sólo existe en las disposiciones testa-
VI. Cuando el heredero muere dejando a mentarias, de acuerdo al artículo 1798 del
su vez varios herederos y uno de éstos re- mismo Código, también existe el acrecí-,
pudia la herencia, se plantea el problema miento en las donaciones, cuando el do-
de quien acrece su parte. Según Kipp (^), nante lo declarase expresamente. Además,
corresponde a los demás herederos del en la nota al primero de los artículos
primer causante,, pero no a loa restantes mencionados, dice Vélez Sársfield: "Si la
herederos del heredero. Considera este donación ha sido aceptada, tampoco puede
autor que se trata de un caso de repudia- haber derecho de acrecer, porque la cosa
ción parcial. Roca Sastre, anotando al pasa a los herederos del aceptante. Sin
autor que comentamos, dice que, "es más embargo, si resultare formalmente de los
fundado sostener que si alguno de los he- términos de la donación, que ella es hecha
rederos del heredero repudia la primera in solidum a cada uno de los donatarios,
herencia, se produce acrecimiento a favor la no aceptación del uno no podría dañar
de los coherederos del repudiante, y no al otro, pues que el aceptante había acep-
una delación de cuota vacante a favor de tado por el todo, no por el derecho de
los otros 13posibles herederos del primer acrecer, sino por lo que se llama jus non
causante" ( ). decrecendi".
VII. En caso de que deba colacionarse, Respecto al usufructo, el artículo 3818
se debe mantener separada la parte he- establece que si es hecho conjuntamente,
redada y la acrecida. La obligación de la posición vacante en caso de muerte, no
colacionar que grava a una de las partes acrece al otro, sino que pasa al nudo pro-
mencionadas, no afecta a la otra (i*). pietario, salvo que expresamente el testa-
7. Formas de establecer acrecimiento. dor hubiere dispuesto lo contrario. Este
No existen fórmulas sacramentales, de principio surge del concepto de acreci-
manera que basta que surja de la volun- miento contenido en las reglas del derecho
tad del testador que no tuvo intención de real de usufructo. "En efecto, si el derecho
efectuar una división material o estable- de acrecer se manifiesta en aprovecha-
cer partes alicuotas, para que pueda go- miento de derechos no investidos por cole-
zarse de ese derecho («) . gatarios o coherederos y sus consecuencias
8. Derecho argentino. 1. El Código civil recaen, pues, sobre posibilidades que fueron
argentino regula la institución en sus ar- creadas-a favor de alguien, y que no han
tículos 3810 a 3823, que constituyen el Tí- llegado a concretarse por haberse hecho
tulo XVIII, "Del derecho de acrecer", Sec- ineficiente la respectiva vocación, es evi-
ción Primera, "De la transmisión de los dente que lo aludido por el acrecimiento
derechos por muerte de las personas a no había pasado al patrimonio de aquel
quienes correspondían", libro cuarto, "De cuya posibilidad se desvanece, ya que, de
los derechos reales. Disposiciones comu- haber pasado, debería seguir la suerte del
nes". patrimonio entero y ser deferido, como lo
restante de dicho patrimonio, en caso de
{11) Enneccerus-Klpp-Wolf, op. ctt., t. 5, vol. 1, fallecimiento de su titular; así, lo que per-
pág. 275. teneciera en propiedad al instituido, pa-
(12) Ibíd., t. 5, vol. 1, pág. 313. saría a ser de sus sucesores; lo que le hu-
(13) Id., t. 5, vol. 1, pág. 315.
(14) Id., t. 5, vol. 2, pág. 50.
(15) Cfr. Llerena, op. cít.. t. 10, pág. 241.* (16) Nota del codificador al art. 3810.
hiera pertenecido en usufructo, seria atraí- los términos siguientes: «Lego mi casa a
do por el derecho del nudo-propieta- Pedro y a Pablo, y si uno de ellos llega a
rio" (17). morir antes que yo, su parte pasará a sus
III. El Código ha establecido las mane- hijos por representación», se juzga que es
ras en que se produce el derecho de acre- hecho conjuntamente tanto entre Pedro y
cer. El artículo 3812 establece que existirá Pablo, como entre sus hijos. La caducidad
acrecimiento entre herederos y legatarios, del legado en la persona de uno de los
cuando sean llamados todos conjuntamente legatarios, no dará lugar al derecho de
a una misma cosa y se entiende que ha acrecer, si la sustitución hecha a beneficio
sido hecha conjuntamente cuando el mis- de este legatario tiene su efecto. Pero si
mo objeto es dado a varias personas sin esta sustitución misma llega a caducar, el
asignación de partes (art. 3813), puesto otro legatario o sus hijos recibirán la to-
que si se hubiera efectuado dicha designa- talidad del legado".
ción, no habría acrecimiento (art. 3814), Comentando el artículo, expresa Llerena:
dado que cada uno es llamado por separa- "Es por esto que en el ejemplo puesto por
do a cada porción y no conjuntamente al el codificador en la nota al artículo que
todo («). estudiamos, si Pedro muere dejando hijos,-
Esta disposición tiene una excepción en Pablo no tendrá derecho de acrecer, por-
los casos de asignación de partes cuyo que el legado se considera hecho conjun-
único objeto es la ejecución del legado o tamente entre esos herederos y Pablo; sólo
la partición entre los legatarios que reci- en caso de que esos herederos falten o que
ben la cosa en común (art. 3815). En di- la sustitución sea nula, Pablo tomará el
cho caso, el derecho de acrecer juega ple- todo de la cosa legada, en virtud del de-
namente. En su nota dice el codificador: recho de acrecer. Por Derecho francés se
"Por ejemplo, cuando el testador instituye discute si el derecho de acreedor tiene lu-
muchas personas por herederos con esta gar cuando la sustitución es nula; la ju-
adición: para que gocen y disfruten de risprudencia parece haber resuelto la afir-
mis bienes por partes iguales, esta cláusula mativa. Entre nosotros es indudable que
accesoria y de pura ejecución no restringe tiene lugar aun en este caso, puesto que el
el llamamiento general de los herederos. artículo 3811 no es limitativo, sino que, por
Si el testador por ignorancia o abundando el' contrario, establece que por cualquier
en palabras ha explicado el modo de la par- causa que el colegatario o coheredero no
tición, esa explicación inútil no debe in- reciba su parte, la recibe el otro u otros,
terpretarse en un sentido que desnatura- en virtud del derecho de acrecer" (i«).
lice el carácter de la disposición principal". Por último, el artículo 3819 expresa que.:
También se considera que el legado se ha "Si el testador, haciendo un legado que
efectuado conjuntamente, cuando .un solo según los artículos anteriores debiese ser
y mismo objeto —susceptible, o no de ser reputado hecho conjuntamente, hubiere
dividido sin determinarse— fue dado en prohibido-todo acrecimiento, o si haciendo
testamento a diversas personas, ya sea por un legado que no sea hecho conjuntamen-
disposiciones separadas del mismo acto o te hubiere establecido el derecho de acre-
por actos diversos (art. 3816).. cer entre los colegatarios, su disposición
Este es un caso de conjunción re tantum. debe prevalecer sobre las disposiciones de
Hemos visto al estudiar los antecedentes este título".
históricos que en el Derecho romano eran IV. El acrecimiento se produce en pro-
preferidos los legatarios llamados conjun- porción a la parte que cada uno de los
tamente en un mismo acto a los llamados beneficiarios tiene en el todo, de acuerdo
por actos diferentes: proefetur coertis qui a lo establecido por el artículo 3820 del Có-
re et verbi conjunctuS est. En nuestra ley digo civil.
no se hacen distingos, por lo que no existe En punto a este precepto, Rébora señala
preferencia entre ellos. las principales posibilidades que pueden
Debe reputarse hecho conjuntamente el presentarse: "1<? Al caso en que, existiendo
legado efectuado por el testador con desig- heredero o herederos, sobrevenga la cadu-
nación de uno o más legatarios sustitutos cidad, de un legado particular o la de un
a los efectos de- recibir el legado para el legado de cuota y el derecho de acrecer no
caso de que los designados en primer ter- sé haya abierto a favor de colegatarios. El
minó no puedan o no quieran aceptarlo acrecimiento beneficiaría entonces al here-
(art. 3817). En su nota aclara el concepto: dero y, si hubiese más de un heredero, a
"Así, por ejemplo, el legado establecido en todos, por partes iguales en principio y
acaso por partes proporcionales a sus res-
(17) Rébora, op. cit., t. 2, pág. 458.
(18) Fornieles, 8., Tratado de las sucesiones.
3t ed., t. 2, pág. 222. Bs. Aires, 1950. (19) Op. cit.. t. 10, pág. 247.
pectivas cuotas. A falta de herederos legíti- y que estas personas se bailen unidas por una con-
mos y de herederos instituidos, la caduci- junción que establezca la solidaridad entre ellas,
porque esta solidaridad en la vocación es la que
dad beneficiaría al Fisco. 2° Al caso en que, permite el acrecimiento (Cám. 1» Apel. La Plata,
existiendo legatario o legatarios de la por- Sala 1», 23-6-947.G11 de Vilar, Dolores, .suc., L. L.,
ción disponible, o de parte de ella, lo que, t. 47, pág. 579). Si en un legado se dice: lego tal
por otra parte, supondría la concurrencia cosa a A, B, C y D por partes iguales, la parte del
legado que ha caducado por fallecimiento de uno
de herederos con derecho a una porción de los legatarios acrece la parte de los otros y la
legitima, hubiera caducado un legado par- conjunción "por partes iguales" no impide el acre-
ticular y el derecho de acrecer no se hu- cimiento, pues solamente Indica cómo debe distri-
biera abierto a favor de colegatarios parti- buirse el legado (Cám. 1» Apel. La Plata, Sala 1',
5-4-946, Staengel, Emilia G., suc., J. A., 1946-11, pá-
culares. El acrecimiento beneficiaría, en- gina 341). La sustitución de herederos supone 'dos
tonces, al legatario de cuota, y —si la por- personas llamadas sucesivamente a recoger la mis-
ción disponible hubiera sido distribuida .en- ma liberalidad, mientras que el derecho de acre-
tre varios legatarios de cuota o debiera cer supone dos personas llamadas al mismo tiempo
a recoger la misma liberalidad, (Sup. Corte Bs. Ai-
serlo entre legatario o legatarios y herede- res, 15-5-945, Bullíante, Amelia, suc., L. L., t. 39,
ros— beneficiaría proporcionalmente a to- pág. 211). Puede coexistir en una misma sucesión
dos los legatarios y, en su caso, también al testamentarla la substitución y el derecho de acre-
heredero o herederos. 39 Al caso en que la cer, como resulta del art. 3817 cíel Cód. civ., al dis-
poner para este supuesto que "el legado hecho
disposición caduca tuviese el carácter de conjuntamente debe ser reputado tal, aun cuando
cargo impuesto, a favor de terceros, el le- el testador hubiere sustituido a uno o muchos le-
gatario o a los legatarios. El acrecimiento, gatarios conjuntos (Sup. Corte Bs. Aires, 15-5-945,
no mediando substitución, aprovecharía al Boníante, Amelia, suc., L. L., t. 39, pág. 211).
Cuando no hay Institución de herederos y los le-
legatario o a los legatarios gravados con el gatarios* carezcan del derecho de acrecer, la parte
cargo. 4° Al caso que la institución haya de la herencia qua íué objeto de renuncia debí
sido hecha individualmente a favor de una distribuirse conforme se ordena en las sucesiones
intestadas (Cám. 2' Apel. La Plata, Sala lt, 22-8-
o más personas y colectivamente a favor 944, Bonfante, Amella, suc., L. L., t. 35, pág. 958).
de uno o más grupos, como si el testador Las cláusulas del testamento que expresan que se
hubiera dicho: Instituyo mis herederos a Instituye por únicos y universales herederos del
Pedro, a Pablo y a los hijos de Santiago. remanente, por partes iguales a... (se mencionan
tres beneficiarios), y que si el segundo o el tercero
El acrecimiento, en caso de caducidad de no sobreviven al testador, la porción legada se en-
la vocación de Pedro o de la vocación de tregue al sobreviviente, debe interpretarse en el
Pablo, aprovecharía por mitad a Pablo o a sentido que el propósito de aquél fue, no el de
Pedro y por mitad a los hijos de Santia- que en caso de caducidad del legado con respecto
a cualesquiera de los legatarios, acrecieran los
go; y en caso de caducidad de la. vocación otros, sino el de que el acrecimiento se produjese
de uno de los hijos de Santiago, a su her- únicamente entre el segundo y el tercero, con
mano o a sus hermanos, quienes se bene- presclndencla del primero y que cuando dispuso
ficiarían, con el acrecimiento, por partes que el remanente se adjudicara "por partes igua-
les,", no entendió indicar el modo de ejecución
iguales. 5° Al caso en que el 4° de los su- del legado en caso de concurso real de los legata-
puestos precedentes se manifestara dentro rios, sino asignar partes en la cosa legada, con lo
de uno de los supuestos anteriores. La que se descartaba la posibilidad de acrecimiento
adaptación se obtendría, allí, por una com- (Cám. 2» Apel. La Plata, Sala 1», 22-8 944, Bon-
fante, Amella, suc.), L. L., t. 35, pág. 958). El de-
binación de soluciones" W. recho de acrecer no es tanto para un acrecimiento
V. El acrecimiento se produce cum onore, como para un descreclmiento; no para que el he-
es decir, que se deben cumplir las cargas redero o legatario tengan más de lo qxie les ha
que estaban impuestas al que deja de per- sido dado, sino sólo para que no tengan menos
(Cám. 1» Civ. y Com. Mercedes, 18-3-955. Sirera.
cibir el objeto, salvo que por la naturaleza Nicanor M. M., suc., L. L., t. 78, pág. 364). Para
de las mismas, sean de carácter meramen- que la conjunción de que habla el art. 3718 del
te personal (arts. 3821 y 3822, Código civil). Cód. civ. tenga lugar es indispensable que no se
asigne parte al legatario (Cám. Apel. Rosario, Sa-
VI. "Los colegatarios a beneficio de los la 3',', 9-10-942, Fillol Gayola de Rafío, Luisa, suc.,
cuales se abre o se puede abrir el derecho Repert. Sta.'Fe, t. 1, pág. 335). El derecho de acre-
de acrecer, lo transmiten a sus herederos cer autorizado por el art. 3811 del Cód. civ., no
con las porciones que en el legado les per- funclcna cuando el legatario fallece con posterio-
ridad al testador, porque si así fuera equivaldría
tenecen", reza el artículo 3823. autorizar a que éste pudiera imponer un sucesor
No se aplica el artículo cuando el insti- a aquél sobre el bien objeto del legado, contra la
tuido hubiera muerto antes del causante; prohibición expresa del art. 3723 del mismo Código
(Cám. 2-» Civ. Cap:, 10-11-942, Sayanca de Casa-
su parte acrece al coheredero o colegata- vega, Aurora I. E., suc., L. L., t. 30, pág. 39).
rio. Cuando la asignación de parte hecha por el tes-
tador sólo se refiere a la ulterior división de la
JURISPRUDENCIA. — Para inducir el derecho de herencia sin afectar el título universal de los he-
acrecer de la forma usada por el testador, es pre- rederos instituidos, es inaplicable el art. 3814 del
ciso que se legue una misma cosa a varias personas Cód. civ. y rige en cambio el art. 3815 (Cám. 1»
Civ. y Com. Mercedes. 18-3-955, Sierra, Nicanor
(20) Op. cit.. t. 2, pega. 460 y 461. M. M., suc., L. L., t. 78. pág. 24). El derecho de
acrecer acordado a los legatarios —personas de blema se plantea cuando el que quiere ins-
existencia visible— por premoriencia de alguno de talar la antena no es el dueño de casa y
ellos, no Importa una Institución de herederos en
los términos del art. 3718 del Cód. civ., si no se éste se opone a la colocación.
extiende a los otros legados —eíectuados a perso- En ciertos países, la situación se ha re-
nas de existencia Ideal— en la hipótesis de que és- suelto legislativamente, como en Estonia,
tos resultaran de imposible cumplimiento. (En di- en 1923, y en Hungría, en 1927. El inquilino
sidencia los doctores Sabaté y De la Peña.) (Cám. 1»
Civ. y Com. Sta. Pe, 29-9-9.53, Toya de Testa, Glo- tenía derecho a colocar la antena, pero to-
ria V. c. Toya, Nicolás, suc., Juris, t. 3, pág. 378). das las expensas eran a su cargo. Francia,
Para que funcione la institución heredirtaria del basada en el Código civil, rechaza el de-
art. 3718 del Cód. civ. se requiere no ya la simple
posibilidad de un cierto y limitado acrecer, sino el recho del inquilino contra la voluntad del
derecho eventual de que con él pueda, llegarse 6 propietario. En España, de acuerdo al ar-
que uno solo de los colegatarios reciba la totali- tículo 1555 del Código civil de 1888, que
dad de la herencia (Cám. 1» Civ. y Com. Sta. Fe, establecía que a falta de convención el des-
29-9-953, Toya de Testa, Gloria V. c. Toya, Nico-
lás, suc., Juris, t. 3, pág. 378). No existe posibili- tino de la cosa arrendada se infiere de su
dad de que como legataria la Municipalidad reciba naturaleza y de las costumbres locales, no
la cantidad otorgada a la Facultad de Derecho y cabe duda la procedencia del derecho de
que ésta renunció, desde que no tiene con la mis- antena. En Alemania, el modo y extensión
ma una conjunción tal que pueda dar lugar al
derecho de acrecer, y admitirlo importaría recibir del uso de la cosa arrendada surge del
mas de la parte asignada. Dicha suma Ingresa al contenido y el objeto del contrato, así como
patrimonio de la heredera en razón de su voca- de la buena fe y los usos del tráfico. "Por
ción a la universalidad de los bienes (Cám. Nac. tanto, al arrendatario de una vivienda ha
Civ. Cap., Sala D, 17-6-852, Pereyra, Amaro F.,
sue., L. L., t. 67, pág. 83). El legatario de cxiota de permitírsele la instalación de un telé-
carece de vocación universal, por lo que no puede fono, al menos en las grandes localidades,
acrecer (Cám. 2» Civ. y Com. Cap., 14-10-949, Sli- asimismo el colocar los distintivos de su
vinsky de Dubenko, Blume, suc., t. L., t. 57, pá- negocio o el nuevo empapelado de los cuar--
gina 219). El legatario de la cuota disponible ca-
rece del derecho de acrecer por el fallecimiento tos, pero no hacer un nuevo decorado que
previo del heredero Instituido (Cám. 1» Apel. La altere mucho el carácter de la vivienda, ni
Plata, Sala 1', 23-6-947, Gil de Vilar, Dolores, suc., alteraciones que afecten a la obra de fá-
L. L., t. 47, pág. 579). brica. El Tribunal deIReich no quiere equi-
BIBLIOGRAFÍA. — La1 indicada en el texto y notas. parar la radio al teléfono. Por regla general,
el arrendatario podrá instalar una antena
DERECHO DE ADMISIÓN. (V. RESERVA en su habitación, pero no una antena en
DIL DERECHO DE ADMISIÓN.) el tejado de la casa" (Ennecerus-Kipp-
Wolf, Derecho de obligaciones, Bs. Aires,
DERECHO DE ANGARIA. (V. ANGARIA. 1948, t. II, págs. 159 y 160).
DERECHOS FUNDAMENTALES DEL ESTADO.) En nuestro país se ha querido ver que no
corresponde la instalación de una antena
DERECHO DE ANTENA.* La antena es exterior cuando el propietario de la casa
uno de los órganos de los aparatos radio- no lo autoriza. Se fundan sus sostenerores
Iónicos (radiotelefonía, televisión), tenien- en que el locatario está obligado a limitarse
do por objeto aumentar la distancia dé al uso o goce estipulado de la cosa arren-
captación del sonido producido por las es- dada (art. 1564, Cód. civ.), debe conservar
taciones emisoras y de,mejorar la calidad la cosa en buen estado (art. 1561, Cód.
de la recepción. El Congreso Jurídico de cit.), y no puede hacer obras nocivas o que
Telegrafía sin Hilos, reunido el año 1934 en muden el destino o alteren la forma de la
la ciudad de Varsovia, la definió como "un cosa (arts. 1562, inc. 2°, y 1537, del mismo
colector de ondas", siendo "una instalación cuerpo legal).
compuesta de un conductor o un conjunto Ahora bien, un análisis de estos argu-
de conductores qué facilitan la recepción mentos nos revela la falta de fundamenta-
de ondas magnéticas". ción serla para sostener la doctrina. Los
Existen dos tipos de antena: interior y artículos ut supra indicados se refieren a
exterior. La primera de ellas no plantea modificaciones o cambios sustanciales en la
problema jurídico alguno, puesto que se cosa locada, que afectan su solidez, destino
ubica dentro del hogar de cada usuario, o forma; pero, la ubicación de una simple
sin interferir ni molestar al vecino o al antena en nada altera dicha solidez, des-
dueño de casa. La exterior, es la que se tino o forma. Con igual criterio se podría
ubica en la parte de afuera del edificio, prohibin la colocación del teléfono o de
estando constituida de un conjunto de tendederos de ropa en la azotea, o el más-
alambres, hierros, maderas, cables y aisla- til para la bandera, etcétera. Pero existen
dores de las más diversas formas. El pro- además otros argumentos positivos que de-
terminan el derecho del inquilino a la Ins-
• Por el Dr. ALFREDO J. RDPBECHT. talación de su antena.
El artículo 1533 del Código civil es con- frente a una lesión que en perjuicio de sus
cluyente en tal sentido. Dice el mismo: "No intereses ha provocado un hecho ilícito.
habiendo prohibición en el contrato, el lo- La práctica internacional ha admitido este
catario sin necesidad de autorización espe- principio, que a su vez el Derecho interna-
cial del locador puede hacer en la cosa cional ha incorporado ante la falta de
arrendada, con tal que no altere su forma órganos de ejecución en la comunidad in-
o que no haya sido citado para la restitu- terestatai; pero la doctrina señala el ca-
ción de la cosa, las mejoras que tuviere rácter típicamente excepcional de este de-
a bien para su utilidad o comodidad". La recho cuando la comunidad alcanza a or-
colocación de un aparato de radiofonía, con ganizarse jurídicamente. Al mismo tiempo,
su consecuente antena, está dada en razón junto a la capacidad de recurrir a la auto-
de la comodidad del ocupante del edificio tutela por parte del Estado perjudicado; se
y no causa perjuicio en éste. reconoce a los demás la facultad de -acudir
Además, otras disposiciones del Código en su ayuda y que el Derecho internacional
civil corroboran esta tesitura. "Cuando el define con el nombre de Derecho de asis-
uso que debe hacerse de la cosa estuviere tencia. Compete este derecho a todos los
expresado en el contrato, el locatario no Estados de la comunidad internacional y
puede servirse de la cosa para otro uso. Si puede transformarse en un deber de asis-
no estuviese expresado el goce que deba ha- tencia en el caso que dos o más Estados
cerse de la cosa, será el que por su natu- así se obliguen mediante una relación con-
raleza está destinada a prestar, o el que la tractual.
costumbre del lugar le hace servir. El lo- La asistencia puede referirse a la ayuda
cador puede impedir al locatario que haga o cooperación con respecto a intereses de
servir la cosa para otro uso". La costum- orden político y o de orden jurídico. En
bre del lugar es que toda familia tenga su el primer caso, el Estado afectado por he-
aparato de radio o de televisión. De acuer- chos ilícitos que comportan una amenaza o
do al artículo 1534, el inquilino puede ataque a su integridad soberana, puede
"quitar o mudar divisiones internas, abrir acudir a los distintos medios reconocidos
en esas divisiones, puertas o ventanas, a para ejercitar su derecho de autotutela, a
hacer obras análogas, con tal que desocupa- saber: la retorsión, las represalias, la legi-
da la casa, la restituya en el estado en que tima defensa, la autoprotección y la gue-
'se obligó a restituirla o en que la recibió, rra; supuestos que conforman el derecho
si así lo exigiese el locador". Si se pueden de legítima defensa individual. Los demás
hacer obras de esta índole, ¿qué impide la Estados pueden cooperar en su favor ejer-
colocación de una antena? Si el dueño ciendo el derecho de asistencia, pero si al-
quiere que se retire a la finalidad del arren- guno o varios de aquéllos están ligados por
damiento, poco cuesta hacerlo y en nada se medio de un tratado de alianza con el Es-
ha perjudicado la cosa locada. tado agredido, éste goza del Derecho de
En consecuencia, salvo que expresamente asistencia legítima, cuyo carácter colectivo
se hubiera prohibido en el contrato o que le faculta a demandar la ayuda comprome-
la colocación de la antena molestase a tida a los Estados firmantes, obligados a su
otros ocupantes del edificio o dañase al vez por el deber de asistencia. Tales pactos
mismo, nada puede impedir que el inquili- tienen la denominación genérica de trata-
no coloque uno de esos aparatos en la dos defensivos, caracterizados por la obli-
casa que ocupa. gación de prestarse asistencia recíproca-
mente; tal como el "Tratado interame-
DERECHO DE ASILO. (V. ASILO, DERECHO ricano de Asistencia Recíproca" (Río de
DE.) Janeiro, 1947), el "Pacto de la Unión Euro-
pea Occidental" (1948) y el "Tratado de!
DERECHO DE ASISTENCIA. La institu- Atlántico Norte" (1949).
ción de la Asistencia en Derecho interna- Con respecto a la cooperación interna-
cional está vinculada al problema de las cional gn materia de intereses relativos ai
sanciones que corresponden a las transgre- orden jurídico, este Derecho toma el nom-
siones jurídicas en la comunidad interna- bre específico de Derecho de asistencia ju~
cional. En principio, la represión es de dicial, que si bien es reconocido por el De-
competencia de los órganos de ejecución recho internacional consuetudinario y prac-
propios de .la comunidad internacional or- ticado por íos Estados, especialmente en ma-
ganizada jurídicamente, pero ante su de- teria penal, ha sido objeto de numerosos
fecto acepta el Derecho internacional las tratados multilaterales en América y Euro-
acciones originadas en la Autotutela. pa, obligándose los Estados a prestarse recí-
En consecuencia se reconoce al Estado el procamente asistencia judicial en cuestiones
ejercicio de un derecho de autotutela. civiles, comerciales, procesales y penales.
Una figura se perfila con caracteres sin- tencia entre los Estados, mediante tratados
gulares con respecto a la asistencia, en el multilaterales que regulan las condiciones
"Derecho de neutralidad", en la parte que a que se obligan en la concesión recíproca
se refiere a los "Deberes de tolerancia", de la asistencia judicial. Generalmente es-
impuestos a los Estados neutrales por el tos tratados tienen por objeto en materia
Derecho internacional ante ios beligerantes. civil reglar las acciones judiciales en el ex-
En este caso, la ayuda o cooperación que tranjero, particularmente la ejecución de
presta un subdito de un Estado neutral en actos procesales, comisiones rogatorias, la
favor de los beligerantes, se denomina Asis- comunicación de oficios judiciales y extra-
tencia hostil. Se trata de una transgresión judiciales vinculados al proceso, la ejecu-
de los deberes de neutralidad que no co- ción de sentencias, normas sobre respon-
mete un Estado, sino un particular, cuando sabilidad personal, pobreza, fianza, etcé-
realiza el transporte marítimo del cuasi- tera. En cuestiones de Derecho penal se
contrabando de guerra que beneficia a uno refieren específicamente a los delicia iutis
de los Estados beligerantes en perjuicio del gentium, para ios que el tratado respecti-
otro. La prestación de ayuda bajo la forma vo impone a los Estados la obligación de
de Asistencia hostil, faculta al Estado que perseguirlos penalmente; deber que de-
ha sufrido la lesión para apresar el buque manda la promulgación de las normas pe-
y someterlo-a juicio en el Tribunal de pre- nales pertinentes por parte de cada uno
sas. El apresamiento debe hacerse in fla- de los Estados signatarios, para reprimir
grante delito, como condición esencial para hechos ilícitos cometidos por individuos.
que el Estado beligerante afectado funde En materia civil los Estados europeos
su acción en el Derecho de legítima defen- firmaron una convención el 17 de julio de
sa, (V. DERECHO DE ASISTENCIA JUDICIAL. DE- 1905, creando la Comunidad europea de
RECHO DE LEGÍTIMA DEFENSA (EN DERECHO IN- asistencia judicial para procedimientos ci-
TERNACIONAL PÚBLICO) . DERECHO PROCESAL IN- viles, interdicción, matrimonio y sucesiones.
TERNACIONAL. NEUTRALIDAD.) (O. G. 17.) Esta convención complementó las de La
Haya de 1902, sobre matrimonio, divorcio,
DERECHO DE ASISTENCIA HOSTIL. (V. tutela y sucesiones, y a su vez contribuye-
DERECHO DE ASISTENCIA.) ron a su desarrollo la Convención de 1925,
sobre quiebra y sentencias extranjeras, y
DERECHO DE ASISTENCIA JUDICIAL. la de Ginebra de 1927, referente a la eje-
En la práctica internacional los Estados cución de sentencias arbitrales extranje-
ponen de manifiesto sus propósitos de co- ras. En cuanto a cuestiones penales son
operación en materia jurídica, procurando numerosos los convenios colectivos sobre la
facilitar recíprocamente la acción de la ad- trata de esclavos, la trata de mujeres y
ministración de justicia en los asuntos ci- niños, la difusión de publicaciones obsce-
viles, comerciales y penales. El Derecho in- nas, la falsificación de moneda, el geno-
ternacional define esta institución con el cidio y la extradición; discutiéndose en la
nombre de Derecho de Asistencia judicial, doctrina la necesidad de incluir en futuros
que compete al Estado en orden a la pro- convenios sobre la materia los delitos in-
tección de intereses jurídicos y a la repre- ternacionales bajo sus tres formas de crí-
sión de hechos ilícitos, cuya recíproca pres- menes de guerra, crímenes contra la hu-
tación entre los Estados genera el deber manidad y crímenes contra la paz, la re-
de asistencia judicial, que integra la cate- ducción de personas a la condición de es-
goría de los "Deberes morales", dentro de clavitud, las expulsiones -en masa, las de-
los "Deberes internacionales del Estado", portaciones violentas y determinadas in-
en la comunidad internacional. fracciones graves a la ética médica, como
En principio, de acuerdo a las normas la eutanasia y los experimentos sobre per-
del Derecho internacional consuetudinario, sonas detenidas.
corresponde la concesión recíproca de la En América rigen también convenios so-
asistencia judicial entre los Estados sin su- bre asistencia judicial para determinados
poner la existencia de una obligación ge- grupos de Estados, entre ellos los Tratados
nerada por vía convencional expresa. Pero de Montevideo sobre Derecho civil, comer-
este carácter de deber moral deja a los cial, procesal y penal, celebrados en el año
Estados en la posibilidad de prestar o no 1889, entre Argentina, Bolivia, Paraguay,
la asistencia solicitada por un tercero, en Perú y Uruguay, con la adhesión de Co-
virtud del Derecho de asistencia judicial. lombia a los tres primeros, relativos a ma-
Tal circunstancia ha promovido en la prác- teria civil, comercial y procesal, con respec-
tica de las relaciones internacionales, una to a la Argentina. Estos convenios fueron
decidida tendencia de someter a la forma complementados con los aprobados en el
contractual la prestación de dicha asis- Congreso de Montevideo, reunido en 1939r
10. Asimismo la Convención de La Habana, clones políticas y sociales que, sacudieron el i
del 13 de febrero de 1928, aprobó el Código mundo.
Eustamante, ratificado por gran número Se entendía por derecho de aubana, al-
de Estados americanos. (V. CODIFICACIÓN bana o albinagio, explica un autor, "el que
DEL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO. CÓDIGO el soberano tenía, en algunos países, para
BUSTAMANTE. DEBERES INTERNACIONALES DEL heredar los bienes de los extranjeros <|ue
ESTADO. DELITOS INTERNACIONALES. DERECHO fallecieron en sus dominios, sin haberse
DE ASISTENCIA. DERECHO PROCESAL INTERNACIO- naturalizado en ellos. Este derecho, que
NAL. DERECHO PENAL INTERNACIONAL. DES- Montesquieu denominaba derecho insensa-
TRUCCIÓN DE CABLES SUBMARINOS. FALSIFICA- to, no 'fue aplicado nunca en España. Esta
CIÓN DE MONEDA. GENOCIDIO. PIRATERÍA. RE- mala combinación, agrega, del feudalismo
PRESIÓN INTERNACIONAL. RESPONSABILIDAD IN- con el nacionalismo, rigió ampliamente en
TERNACIONAL. TERRORISMO. TRÁFICO DE AL- Francia. La Asamblea Constituyente de la
CALOIDES TRÁFICO DE PUBLICACIONES OBSCENAS Revolución lo abolió, al admitir a los ex-
EN DERECHO INTERNACIONAL. TRATA DE BLANCAS tranjeros a las sucesiones de los extranje-
EN DERECHO INTERNACIONAL. TRATA DE HOM- ros e incluso de nacionales. Posteriormente
BRES Y MENORES EN DERECHO INTERNACIÓNALI) el Código civil introdujo algunas restric-
(O. G. U.) ciones que, de haber surgido del otro lado
del Rhin, -se llamarían «nazis». En efecto.
DERECHO DE ASOCIACIÓN. (V. ASOCIA- en sus artículos 11, 726 y 912 (del Código
CIÓN.) civil francés) se dispone que eso sólo se
aplicaría a los nacionales de países que,
DERECHO DE ASOCIACIÓN Y NEGO- en virtud de tratados internacionales, no
CIACIÓN. (V. PERSONAS DEL DERECHO IN- ejercitaran el derecho de aubana. Más ade-
TEÉNACIONAL.) lante, en 1819, fue derogada esa restric-
ción, pero queda aún un rastro en el pre-
DERECHO DE AUBANA.* SÜMAHIO: Cap. I. cepto donde se determina que, eri caso de
Terminología: aubana, alcana o albinagio: partición de herencia, entre franceses y los
1. Sentido gramatical y jurídico. 2. Evolu- para ellos extranjeros, sacarán aquellos de
ción de los principios sucesorios. 3 .E! "Ds- los bienes situados en Francia, una porción
recho de aubana" en la Edad Media. Cap.II.
El régimen de Ja "aubaine" en Francia: igual al valor de los bienes situados en
1. Antes de la Revolución Francesa. 2. De país extranjero de los cuales queden ex-
las diversas clases de gravámenes y su fun- cluidos, por cualquier título en virtud de
cionamiento. 3. El decreto abolitorio del leyes o costumbres locales..." O ) .
6 de agosto de 1790. 4. El principio de la
reciprocidad en la ley francesa. 5. La norma En el Derecho francés la Institución se
en el Derecho comnarado. Cap. III. Resabios conoce bajo el nombre de aubaine, que el
del Derecho de aubana en Id legislación ar- tratadista Andrés Fello tradujo por alba-
gentina: 1. El artículo 2? de la ley francesa nagio, por derivación de albanagium, que
de 1819 y el artículo 3470 del Código civil
argentino. 2. Posición de la jurisprudencia en la baja latinidad significaba lo mismo
argentina. que aubaine. A su vez, se pretende que
este último vocablo se origina en aubctin
1. Terminología: Aubana, Albana oAl~ (extranjero), así como albanagium, pro-
binagio. Sentido gramatical y jurídico. ceden de albus, albanus, albinus, equiva-
Constituye uno de los frecuentes anacro- lentes a extranjero convertido en mano
nismos de las legislaciones, que felizmente muerta (~).
ya ha sido superado, aún en los países Coinciden los autores que se ocupan de
donde llegó a regir y dice a las claras de la la materia en que el origen de la aubana
escasa- influencia que los principios del es remontísimo y se origina en la natural
denominado Derecho natural y de gentes desconfianza al extranjero, extraneus, que
ejercieron sobre los corpus juris de algunos dominaba al mundo antiguo, característico
países altamente- civilizados. El concepto de Grecia y de Roma primero y posterior-
de hostes (extranjero), como sinónimo de mente, del mundo feudal, después de la
enemigo, que penetró en la raíz del Dere- invasión de los bárbaros sobre Europa.
cho romano, hubo de propagarse a través Basta revisar los estatutos y leyes de longo-
de las legislaciones que de éste tomaron bardos, las costumbres y fueros señoriales y
sus líneas fundamentales, para traducirse hasta las Constituciones de San Luis, para
en una serie de leyes discriminatorias que darse cuenta del magnífico campo de cul-
chocaban con las normas esenciales del tivo para el separatismo entre las naciones
cristianismo y con las teorías humanistas
que hubieron de propagar algunas revolu- (1) Cabanellas, G., Diccionario de Derecho
usual, t. 1, pág. 237.
(2) Enciclopedia Jurídica Española, Barcelona,
* Por el Dr. MATEO GOLDSTEIN. t. 3, pág. 773.
y el odio pendiente que distanciaba a unas pacidades. Por de pronto, en materia suce-
de otras. Probablemente el régimen o de- soria, el extranjero no podía hacer testa-
recho de aubana vino a constituir una mento y en la herencia intestada, el fisco
etapa evolutiva en el trato ofrecido a los se apropiaba de una parte importante del
extranjeros y es obvio que en el período acervo. Roma no fue más generosa con su
del feudalismo adquiriera la aubana su enorme clientela de extranjeros. Ya las
auténtica configuración. Doce Tablas proclamaban enfáticamente:
2. Evolución de los principios sucesorios. Contra hostes aeterna auctoritas. El jurista
La historia del régimen de la sucesión romano inventó aquella famosa distinción
está intimamente ligada con el de la pro- entre el jus civile (para los ciudadanos, ex-
piedad y de la familia. Y ha sido en esta clusivamente) y el jus gentium, para el
materia, de las sucesiones, donde el dere- resto de la población. Las sucesiones, tes-
cho de aubana ha surgido y tuvo su evo- tadas e intestadas, correspondían a la pri-
lución. Esto además se vincula con el rigor mera esfera de los derechos. Sólo después
empleado con los extranjeros, a quienes, en de amplísimo proceso evolutivo se acordó
general, los pueblos antiguos, con leves derechos hereditarios a los peregrini, con
excepciones, negaban todo derecho here- ciertas limitaciones, pero los extranjeros
ditario. "El nacional —según aquellas con- propiamente dichos, nunca pasaron de la
cepciones— era el elegido de Dios; el ex- condición de bárbaros y ni siquiera podían
tranjero, un ser impuro, excluido de la ampararse en el jus gentium. Sólo en los
religión y, por consiguiente, de todos los últimos tiempos de la República y durante
derechos que de ella derivan", señala un el Imperio modificóse parcialmente la suer-
autor de Derecho internacional privado. te de los bárbaros, si bien para Roma el
"El ciudadano, dice Fustel de Coulanges, mundo seguía dividido en dos mitades:
era el hombre que poseía la religión de la ciudadanos romanos y bárbaros.
ciudad, el que honraba a los mismos dioses 3. El "derecho de aubana" en la Edad
que ella... El extranjero, por el contrario, Media. Según hemos dicho, recién en la
era aquel que no tenía acceso al culto; Edad Media se morigera la condición de los
aquel a quien los dioses de la ciudad no extranjeros en relación a sus bienes y a
protegían, y que ni aun tenia el derecho de los derechos sobre éstos. El principio fue
invocarlos; porque los dioses nacionales no introducido precisamente por los bárbaros,
aceptaban las oraciones ni las ofrendas si- los invasores, que marchaban llevando
no del ciudadano; rechazaban las del ex- consigo el privilegio que les asignaba su
tranjero; la entrada en los templos les propio estatuto. Conjunto de costumbres y
estaba prohibida, y su presencia, durante de leyes escritas de los germanos, el Dere-
las ceremonias del culto, era un sacrilegio". cho barbárico introdujo un cambio de cir-
Admitir al extranjero, tolerar su incre- cunstancias y aventó, en muchos aspectos,
dulidad, valdría tanto como inferir una la dominación de las ideas romanas. El sis-
grave ofensa a la autoridad de la religión, tema de la aubana había de afianzarse, sin
en que se fundaba toda la constitución de la embargo, merced al imperio del feudalismo,
sociedad antigua y equivaldría a introducir con su secuela de pequeñas nacionalidades
un elemento disolvente que llevaría consigo segmentadas, a su vez, por señoríos con
la confusión y la perturbación en la ense- autoridad local e independiente. "Con la
ñanza de las leyes inflexibles, al abrigo de desaparición del régimen feudal y la for-
las cuales debía desarrollarse lentamente mación de las grandes nacionalidades,
el carácter nacional. Investigando Maquia- señala un autor, el derecho de aubana fue
velo la causa a que debe atribuirse la con- perdiendo todo su rigorismo. Las naciones
servación de las buenas costumbres en los modernas emprendieron una política más
Estados de la antigüedad, coloca en primer humana, más comunicativa e ilustrada. El
lugar la carencia de comercio con los ex- comercio, que fue una fuerza civilizadora,
tranjeros (8) . necesitó de una comunicación rápida y de
Esta posición frente al extranjero parti- garantías en sus transacciones, y todos los
culariza a Grecia y Roma, cuya civilización pueblos, aún los más recelosos, abrieron
dio origen a la actual. Licurgo llegó a sus puertas a los extranjeros, facilitán-
prohibir todo trato y comercio con los ex- doles medios de adquirir carta de natura-
tranjeros, llegando a la monstruosidad de lización, suprimiendo toda vejación, admi-
decretar el destierro de todos los que ha- tiéndolos a comercio recíproco con condi-
bitaban en el territorio griego. Solón, más ciones más ventajosas y gozando en terri-
humano que el primero, los toleró, pero les torio extraño de todos los derechos civiles
impuso una serie de restricciones e inca- que pueden gozar en el suyo propio" (*)..
(3) Vico, C. M., Curso de Derecho internado- (4) Enciclopedia Jurídica Española, tomo y lu-
mi privado, t. 2, pág. 436. Bs. Aires, 1927. gar citados.

OMEBA - VII - 8
Capítulo U pertenencias que pertenecían a un sen
EL RÉGIMEN DE LA "ATJBAINE" EN FRANCIA en otro señorío, sin perder sus atributos
1. Antes de la Revolución Francesa. No privilegios. La consolidad V.i de la moi
es pasible referirse al sistema en Francia quia francesa no podía lograrse, por
sin establecer diferenciaciones según las parte, con la subsistencia de las restrici
regiones de aplicación. Así, en las provin- nes al comercio y a la autoridad central,
cias del mediodía, el cubana gozaba de en los reyes encontraría el derecho
plena capacidad, tanto en la herencia tes- aubana a sus más amargos enemigos,
tada como intestada. Su patrimonio podía faltaron juristas de la época que rev
ser destinado íntegramente por el titular que el derecho de aubana o qlbinagio
en vida o pasaba automáticamente a sus rrespondía a los reyes y no a los seño:1
herederos naturales después del falleci- el aubana pasó así a convertirse en un a
miento. Así se menciona una ley aprobada buto real, y comenzaron los reyes a ex
por el Parlamento de Tolosa, que estable- plotar los beneficios que arrebataron de los
ce: '"Todo extranjero que venga a habitar señores.
en Tolosa y que viva cristiana y católica- 2. De las diversas clases de gravámenes
mente, será reputado en gracia de Dios, y y su funcionamiento. Tanto en Francia
puede disponer libremente de sus bienes como en los países que llegaron a imponer
en beneficio de quien quiera, sin limitación el derecho de aubana, a éste comprendía
alguna, sin que pueda privársele de esta varios gravámenes: 1° La aubana propia-
facultad por el derecho de albinagio aplica- mente dicha, que se refiere a la sucesión
do en Francia, pero no admitido en Lan- por el soberano en los bienes del extran-
guedoc, y menos aún en la mencionada jero que fallecía, involucrando las siguien-
ciudad de Tolosa". tes posibilidades: a) cuando un extranjero
Muy distirita era la situación en el nor- transeúnte moría con testamento o sin él;
te de Francia, donde "Las personas (o, b) cuando un extranjero domiciliado o na-
mejor dicho, las costumbres), son tan dis- turalizado fallecía ab intestato o sin dejar
tintas, expresa Beaumanoir, que no po- herederos regnícolas; c) cuando un sub-
drían hallarse en el reino de Francia dos dito propio moría en el extranjero, renun-
señores feudales que-tuviesen en todo las ciando a su nacionaLJad. En el primer
mismas costumbres". El aubana que no era supuesto, el transeúnte podía adquirir y
gentilhombre por su linaje, estaba reduci- disponer por acto ínter vivos, mas no podía
do a la condición de siervo. A su muerte, testar ni recibir herencia ni legado. En el
el señor feudal se apoderaba de sus bienes. segundo caso, sucedía el rey únicamente si
No podía tener herederos y hasta sus mis- el extranjero fallecía incestado. En el úl-
mos hijos estaban excluidos de la herencia timo caso, el rey sucedía si no quedaban
si no la compraban. herederos indígenas con capacidad civil
Además, le estaba prohibido hacer testa- para recibir; si moría con testamento, la
mento por una suma mayor de 15 sueldos. situación era análoga, si los herederos ca-
Esta situación reconocía una excepción recían de tal capacidad, entendiéndose
universalmente admitida en favor de la cuando el patrimonio existía en el propio
class privilegiada. La nobleza estaba reco- país. 29 La detracción efa un gravamen
nocida en todas partes, gozando de sus parcial que afectaba al derecho de aubam
derechos y privilegios (»). y consistía en reducir una parte de los
Desde luego, el régimen promovía incon- bienes de extranjeros que por cualquier ti-
tables conflictos que muchas veces fueron tulo o concepto pasasen a manos de otros
a ventilarse con el uso de las armas, entre extranjeros, dentro o fuera del país. 3? El
señorío y señorío, pero es lo cierto que el gravamen de emigración conceptuaba un
derecho de aubana constituía una magní- impuesto o tasa sobre los bienes del ex-
fica regalía. Una ley o costumbre de Hai- tranjero que con ellos salía del país.
naut, por ejemplo, disponía: "Si algún ex- Los franceses lo denominaban droit de
tranjero enfermase y se hiciere transportar retraite, derecho de retirada o salida del
antes de su curación, yendo a morir en otro país. 49 Gravámenes personales inherentes
territorio, el señor en cuyos dominios hu- a ciertos actos del orden civil. Entre ellos,
biese muerto se apoderaba de sus bienes, que fueron harto numerosos, se encontra-
tanto muebles como inmuebles". ban los que debía oblar todo extranjero
Pero el rigorismo de las normas fuese que llegaba a una castellanía: debía pagar
atenuando merced a una serie de pactos o un tributo al barón. Pagaban también en
tratados (denominados entrecours y par- Francia otra contribución anual al rey por
cours) que autorizaban el tránsito de las derecho de chevage. Satisfacían, además,
una suma para obtener licencias matrimo*
(5) Vico, C. M., ob. y lugar citados, núm. 441. niales, etcétera.
El procedimiento seguido en general para extensiva también a la incapacidad de re-
hacer efectivo el derecho de aubana era el cibir en herencia, ya que la aubana sólo
siguiente: el procurador real trababa em- establecía una restricción en la capacidad
bargo sobre los bienes; abría una informa- para transmitir. También esta vez se eli-
ción sumaria para constatar el lugar de minó todo equívoco, dictándose al efecto
nacimiento del extranjero y, por último, el decreto de 8 de abril de 1791, que esta-
mediante una reclamación del ministerio bleció: "Los extranjeros, aunque se hayan
público, la sucesión era adjudicada al rey. establecido fuera del reino, serán capaces
Los autores señalan que en la práctica se de recibir en Francia las sucesiones de sus
fueron introduciendo una cantidad de parientes como si fuesen franceses; podrán
exenciones al derecho de albinagio, al pun- asimismo recibir y disponer por todos los
to que la institución se transformó, pau- medios autorizados por la ley".
latina y progresivamente, en un caso de Está claro que el espíritu de fraternidad
excepción. Estas exenciones pueden clasi- y de igualdad acabó por imponerse, pero el
ficarse así: a) Privilegios individuales; b) ejemplo de la Revolución Francesa no se
Exenciones colectivas resultantes de casos expandió por las demás naciones, que si-
especiales relativas a la cualidad de los guieron manteniendo los privilegios y res-
aubanas; c) Exenciones resultantes de la tricciones odiosas. Por eso el legislador
residencia en el territorio de ciertas ciu- francés reaccionó bien pronto y lanzó la
dades y provincias; d) Exenciones resul- consigna de la reciprocidad, que había de
tantes de los tratados concluidos con las regular durante muchos años —y aún con-
potencias extranjeras. tinúa en plena vigencia— a las legislacio-
3. El decreto abolitorio del 6 de agosto nes. Aquellos códigos que no establecen
de 1790. Pero era evidente que el progreso discriminaciones pueden gozar de la elimi-
de las relaciones humanas, de hombre a nación de vallas y barreras, pero los que si-
hombre y de nación a nación, habría de guen inspirándose en un régimen impreg-
traer también una honda modificación en nado de egoísmo nacional o local, ¿deben
el trato para con el extranjero. Las in- gozar de tales beneficios?
justicias atroces a que daba lugar el así 4. El principio de la reciprocidad en la
llamado derecho de aubana no podían per- ley francesa. La pregunta promovió la in-
durar cuando los voceros de la Revolución quietud de los autores de la codificación ci-
Francesa proclamaron las tres libertades vil francesa.
clásicas. Y consiguientemente con la pri- Los juristas del Código civil se agruparon
vación del derecho de aubana se impuso, en dos tendencias, que formularon dos pro-
merced a las auras frescas de, la filosofía yectos distintos. Por uno de ellos se condi-
del siglo xvni, el Derecho ilimitado de los cionaba la capacidad del extranjero en'
extranjeros para la transmisión patrimo- Francia a la vigencia de disposiciones, en
nial por causa de muerte. Así, por decreto el país de origen del extranjero, análogas
del 6 de agosto de 1790, se consagró el a las de la ley francesa. De allí surgió el
principio: "La Asamblea Nacional, consi- sistema de la reciprocidad legislativa.
derando que el derecho de aubana es con- El segundo proyecto proponía el régimen
trario a los principios de fraternidad que de la reciprocidad diplomática, que fue
deben unir a todos los hombres, cualquiera aprobado. Este principio es el consagrado
que sea su país y forma de gobierno; que par el artículo 11 del Código napoleónico
este derecho, establecido en los tiempos que expresa: El extranjero disfrutará en
bárbaros, debe ser proscripto de un pueblo Francia de los mismos derechos civiles que
que funda su constitución en los derechos los concedidos a los franceses por los tra~
del hombre y leí ciudadano, y que la Fran- iodos de la nación a la que el extranjero
cia libre debe abrir su seno a todos los pertenezca. El mismo Código, al tratar la
pueblos de la tíe::ra, invitándoles a gozar, materia de las sucesiones, consagra en su
bajo un gobierno libre, de los derechos artículo 726 el principio: Los extranjeros
sagrados e inviolables de la humanidad, ha no tienen opción a suceder en los bienes
decretado: quedan abolidos para siempre que sus parientes posean en el territorio de
el derecho de aubana y el de detracción". Francia, más que en los casos y en la for-
Pero esta derogación promovió la duda ma en que los franceses sucedan a sus pa-
acerca de si la aubana quedaba abolida rientes que posean bienes en el país del
solamente para la metrópoli francesa, o extranjero interesado, según las disposicio-
estaban involucradas las colonias. Esta he- nes del articulo 11 en el Título Del goce y
sitación fue salvada por el decreto de re- la privación de los derechos civiles.
ferencia, que se interpretó ampliamente. Un comentarista de la disposición que
El otro problema que surgió era si la de- acabamos de transcribir, aclara su alcance
cisión de la Asamblea Constituyente era afirmando que el mismo, que fuera dero-
gado por la ley de 14 de julio de 1819, no fue y extranjeros, aventándose para siemp
como se ha supuesto el restablecimiento de del Derecho francés hasta el último vest
las antiguas leyes francesas que, arran- gio de aquella institución discriminator
cando del Derecho romano, negaban al que tan amplia privanza gozó en Francl
extranjero la facultad de testar y le in- denominada "derecho de aubana".
capacitaban también para ser heredero, 5. La norma en el Derecho comparado.
concediendo al Estado (droií d'aubaine) pesar de haberse esfumado de la legislacii
derecho para apoderarse de sus bienes. civil francesa todo propósito de diferenci
Principio tan absurdo, agrega, no podía ción entre el ciudadano y el extranjero, i
permanecer en pie, la Revolución lo derri- materia de la transmisión de los bienes p
bó, y la Asamblea Constituyente marcó en causa de muerte, no sucede lo mismo ci
su ley de 6 de agosto de 1790, un paso más los .demás Códigos de la tierra. Y esta di
en el camino de la humanidad, aboliendo tinción ha hecho que los autores pued:
aquel odioso derecho. Este adelanto se vio clasificar a la legislación comparada <
más tarde completado por el decreto de cuatro grupos. Primer grupo: Legislación
23 de abril de 1791, que autorizó a los ex- que desde el punto de vista sucesorio rec
tranjeros para heredar a sus parientes nocen la igualdad del nacional y del e
franceses... Los demás países no corres- tranjero: Bélgica, Holanda, Dinamarca, R
pondieron entonces a la generosa conducta mania, Suiza, Portugal, Gran Bretaf
de Francia, no se hicieron solidarios del algunos Estados de la Unión, Chile, Arge
gran adelanto moral y económico que en- tina, Erasil, Colombia, etcétera. Según
trañaba el nuevo principio, y esta falta de grupo: Legislaciones que hacen dopender
reciprocidad fue la que determinó el re- capacidad sucesoria de la reciprocidad 1
troceso marcado por el artículo 726, que si gislativa o de hecho que les conceda u
no llegó al antiguo Derecho como con in- situación igual a la asegurada por la 1
justicia se ha supuesto, no hizo bien en local a aquellos subditos establecidos en
admitir en sus páginas teorías que dañaban patria de .éstos: Alemania, Austria, ciert
no poco a la armonía de los principios en cantones de Suiza, Noruega, Suecia, Peí
que descansaba' la gran obra de los juris- etcétera. Tercer grupo: Legislaciones q
consultos del Consulado. fundan en la reciprocidad diplomática
El retroceso marcado por el artículo 726, condición civil de los extranjeros: Franc
originario del Código napoleónico, fue com- Luxemburgo, Polonia, ciertos cantones
plementado con la disposición del artículo Suiza, Bolivia, etcétera. Cuarto grupo: I
912 de la misma ley, que expresaba: No se gislaciones que no se limitan a someter
podrá disponer en beneficio de un extran- los extranjeros a las condiciones maso m
jero, a no ser en el caso en que aquél pueda nos rigurosas de reciprocidad, sino que di
hacerlo en favor de un francés. Ambos pre- tan contra ellos verdaderas exclusión
ceptos acreditaban un trato riguroso e inhu- Esto ocurre en algunos Estados que todaí
mano incompatible, desde luego, con las no se han liberado de ciertas formas
auras frescas de la Revolución, pero res- nacionalismo hostil .y agresivo, si bien 1
pondían; como hemos dicho, a un espíritu casos no son muy frecuentes («).
de desquite'frente a la tozudez de las le-
gislaciones de la época que no se hicieron Capitulo III
eco de los propósitos emanados de la fra- RESABIOS DEL DERECHO DE AUBANA EN LA LEGI
gua de la Revolución. Pero el régimen no LACIÓN ARGENTINA
se eternizó. Por la ley de 14 de julio de 1. El artículo 2? de la ley francesa
1819, se dispuso que los artículos 726 y 912 1819 y el artículo 3470 del Código civil c
del Código civil quedan abrogados: en gentino. Sostienen algunos tratadistas q
consecuencia, los extranjeros tendrán el el tristemente célebre "droit d'aubain
derecho de suceder, disponer y de recibir francés no ha sido eliminado del todo de
de la misma manera que los franceses, en legislación de aquel país, y que además, !
toda la extensión del reino. Y el artículo 2<? pasado, aunque en forma leve, a otras 1
especificaba: En coso de partición de una yes que se inspiraron en el Código de N
misma sucesión entre coherederos extran- poleón. En efecto, el artículo 2° de la 1
jeros y franceses, éstos tomarán de los francesa de 14 de julio de 1819 guarda i
bienes situados en Francia* una porción resabio de aquel principio, en el precep
igual al valor de los bienes situados en país donde se determina que, en caso de pan
extranjero, de los cuales sean excluidos, por ción de herencia, entre franceses y los pa
cualquier título que sea en virtud de las ellos extranjeros, sacarán aquéllos de 1
leyes y costumbres locales.
De este modo quedaba asegurada la (6) Conf. Vico. ob. clt., quien cita a Champ
igualdad de capacidad civil de nacionales munal a este respecto.
bienes situados en Francia, una porción el derecho del domicilio del causante, en
igual al valor de los bienes situados en pais cuyo supuesto sería de aplicación el dere->
extranjero, de los cuaies queden excluidos cho local, o sea el italiano), podría ser ex-
por cualquier titulo en virtud de leyes o cluido, o ver disminuida su porción por
costumbres locales. aplicación de la ley inglesa. Entonces, con-
Si bien la disposición mencionada no cluye, y para restablecer el imperio de la
contradice los términos amplios del ar- regla del artículo 3283 hasta donde fuere
tículo 1° de la misma ley, que establece en- posible, el articulo 3470 argentino permite
fáticamente: "...los extranjeros tienen el que los herederos argentinos, o los que aún
derecho de suceder, de disponer y de ad- siendo argentinos estén domiciliados en el
quirir en la misma forma que es ejercitado Estado, tomen de los bienes situados en la
por los franceses", no caben dudas de que República una porción igual a la de que
en cierto modo subsiste una delimitación fueron privados por la ley
8
local inglesa ( 7 ).
en cuanto a nacionales y extranjeros, en la Juan Carlos Rébora ( ) sostiene análoga-
condición que especifica el texto de la ley mente que el principio del derecho suceso-
que derogara los artículos 726 y 912 del Có- rio argentino es el que estable el articulo
digo civil francés. Sean cuales fueren los 3283, es decir, el del derecho local: del
justificativos de estos rastros de la anterior último domicilio del causante. En cuanto
legislación, es evidente que existen. Y ello a los alcances del artículo 3470, afirma que
resulta tanto más importante cuanto que la "inteligencia de este artículo se facilita
ha pasado a otros Códigos, entre ellos el grandemente con una breve referencia a
que rige actualmente en la República Ar- los artículos 726 y 912 del Código civil fran-
gentina. cés, que inspirados en el concepto de la re-
Ello surge del mero cotejo del artículo ciprocidad, rigieron en Francia durante
3470 del Código de Vélez Sársfield, que es- quince años, es decir, desde 1804 hasta 1819",
tablece: En el caso de división de una mis- ambos derogados por la ley de 1819. "...Y
ma sucesión entre los herederos extranjeros bien. El artículo 3470 del Código civil ar-
y argentinos, o extranjeros domiciliados en gentino, puntualiza el mismo jurista, ha
el Estado, estos últimos tomarán de los seguido las aguas de la ley francesa de
bienes de la República una porción igual 1819. Fuera de ello, vigentes los principios
a la de los bienes situados en el extranjero generales de la transmisión mortis causa,
de que ellos fuesen excluidos por cualquier debe entenderse protegido el heredero do-
título que sea, en virtud de las leyes o cos- miciliado en la Argentina a la época del
tumbres locales. fallecimiento del de cujus. Igual principio
El precepto es substancialmente análogo se revela en la ley francesa: el artículo que
al de la ley francesa, y ha motivado di- regla la distribución de los bienes hereda-
versas interpretaciones de la doctrina na- dos, en caso de partición de una misma
cional y de la jurisprudencia. Se halla ín- sucesión, entre coherederos franceses y ex-
timamente ligado al régimen de los bienes tranjeros, no podría ser invocado por here-
transmisibles mortis causa, especialmente deros domiciliados en el extranjero. Esta
con aquellas disposiciones de nuestro Có- es la conclusión de la Sala de Recursos de
digo que reglamentan el derecho de suce- la Corte de Casación, 22 de junio de 1863,
sión sujeto al sistema del último domicilio citado por Dalloz, R. P., 1863, t. I, pág. 419.
del causante (art. 3283). Conforme al juicio 2. Posición de la jurisprudencia argen-
de eminentes tratadistas (Carlos M. Vico, tina. Los tribunales argentinos han apli-
Juan Carlos Rébora), la ley argentina de- cado regularmente el artículo 3470 de
termina que el "derecho de sucesión se rige acuerdo a los lincamientos que hemos
por el derecho local del domicilio que el mencionado, "El artículo 3470 del Código
difunto tenía a su muerte, sean los suce- civil, referente a sucesiones deferidas a ex-
sores nacionales o extranjeros". Pero la re- tranjeros y argentinos, es igualmente apli-
gla no tendría pleno alcance, replica Vico, cable a sucesiones deferidas solamente a
si el causante tuviese bienes inmuebles en argentinos y domiciliados, o no, en la Ar-
Inglaterra, debido a que las leyes de este gentina, siempre y cuando la desigualdad
este pais establecen que el derecho suce- que dicha disposición pretende eliminar ha-
sorio se rige por la ley de la situación de ya sido creada por adjudicaciones hechas
dichos bienes. Tendríamos que sobre los en el extranjero". (Cámara civil 2» de la
bienes existentes en Inglaterra algunos de Cap., 30 de marzo de 1936, en Gaceta del
los herederos declarados con arreglo a la Foro, t. 121, pág. 206). "El artículo 3470
ley local italiana (trátase del caso de un
(7) Vico, C. M,, ob. cií.. nüm. 503.
argentino domiciliado en Italia que allí (8) Rébora, J. c., Derecho de las sucesiones,
fallece y deja patrimonio: la ley argentina t. 2, § 608 y notas. Editorial Bibliográfica Arge"-
dice que el derecho rucesorio se rige por tina. Bs. Aires, 1952.
del Código civil protege al heredero ar- que excediendo de los alcances de esta ex-
gentino y al heredero extranjero domici- posición, dejaremos para las partes corres-
liado en el Estado. Respecto del primero, o pondientes.
sea del argentino, la protección no depen- BIBLIOGRAFÍA. — La indicada en el texto y notas.
de de que el heredero esté domiliciado en
, la Argentina". (Cámara civil 1* de la Cap., DERECHO DE AUTODETERMINACIÓN.
t. 131, pág. 95, de la misma publicación). (V. DERECHOS FUNDAMENTALES DEL ESTADO.)
"El artículo 3470 del Código civil consagra
la integridad de legítima para los herede- DERECHO DE CAPITACIÓN. Capitación
ros argentinos y para los herederos extran- tanto quiere decir como repartimientos y
jeros domiciliados en la Argentina: no es contribuciones por cabezas. Así se encuen-
aplicable, pues, cuando todos los herederos tra definido por la Academia de la Lengua.
son extranjeros y se hallan domiciliados Y Escriche en su Diccionario razonado de
fuera del país". (Cámara civil 19 de la jurisprudencia y legislación, recoge ese con-
Cap. La Ley, t. 25, pág. 373; Cámara civil
2?1, tomo 32, pág. 614, de la misma publica- cepto y lo aclara diciendo que es el tributo
ción.) , que se paga por individuos sin atención a
los capitales, a las rentas ni a los produc-
Como se advierte, a través de los pro- tos de la. industria. "La capitación —aña-
nunciamientos de la justicia nacional, el de— fue conocida entre los romanos, los
principio general de la ley, en cuanto a la cuales estaban sujetos a dos géneros de
transmisión de derechos mortis causa es impuestos, el uno puramente personal que
la igualdad absoluta entre argentinos y ex- se repartía por individuos o cabezas per
tranjeros, pero para todos los efectos de capita, de donde le vino el nombre de capi-
nuestro régimen sucesorio priva el concep- tación; y el otro puramente real, que se
to del domicilio. Esta regla general es ob- cargaba sobre los fundos o heredades, y se
viada cuando se trata de sucesiones defe- denominaba jugeratio, repartimiento por
ridas a herederos solamente argentinos, yugadas". .
domiciliados o no en la República, "siempre Señala también Escriche que Carlos II
y cuando la desigualdad de dicha disposi- de Inglaterra reglamentó'este impuesto ha-
ción pretende eliminar haya sido creada ciendo que cada duque pagare cien libras
por adjudicaciones hechas en el extranjero", de capitación, cada marqués ochenta, cada
según se proclama en uno de los fallos pre- barón treinta, un caballero veinte, un es-
citados. Por consiguiente, este precepto está
enderezado a limitar las lesiones a la jus- cudero diez y todo pechero doce dineros.
ticia distributiva que una ley extranjera En Francia se estableció esa contribución
pudiera provocar. el año 1695 para atender a los gastos de la
guerra terminada por la paz de Riswich
El doctor Vico, analizando esta disposición reemplazándose luego por la llamada con-
de nuestra ley civil, interpreta que al san- tribución personal. Y en Castilla existió
cionarla también tuvo presente el legisla- también antiguamente la capitación que ss
dor argentino que no todas las legislaciones conocía con el nombre de moneda forera,
adoptarían el sistema de la unidad de le- que se pagaba por personas sin distinción
gislación, como ha sucedido, y que podría de sexo ni edad, a razón de medio real por
ocurrir el caso de que una persona domi- cada una de siete en siete años, sufríehdt
ciliada en la República Argentina tuviere luego ciertas alteraciones. En 1712 se im-
bienes en un país donde la transmisión puso a los pueblos de Castilla, León, Valen-
sucesoria se rigiera por la ley del lugar "de cia, Aragón y Cataluña a razón de sesen-
la situación de los bienes y no por la ley ta reales cada vecino con título de cuartel
del último domicilio del causante, caso en y remonta y cuarenta reales para pago de
el cual los tribunales de ese país dejarían oficiales. Continuó el año 1713 en razón de
de lado a los herederos declarados tales por cuarenta reales cada vecino de Castilla y
la ley del último domicilio del causante, ciento el de Aragón; y se repitió en 1714
para llamar en su lugar a. los parientes y 1719 a razón de diez reales los primeros
que determinase la ley de la situación de y cincuenta y cinco los últimos. En Cata-
los bienes; pero por imperio del artículo luña se cobró con el nombre de personal
3470, los herederos domiciliados en la Re- hasta el año 1817, y en su virtud los jorna-
pública Argentina podrán compensarse con leros del campo, peones de albañil, cria-
los bienes situados en el país, del despojo dos, mancebos y oficiales de artes mecáni-
sufrido. cas, pagaban cada año veinticinco reales,
El problema tiene vasta repercusión en pero los solteros y los nobles estaban exen-
algunos aspectos del Derecho sucesorio tos. Escriche termina su breve reseña con
frente al Derecho internacional nrivado. estft aerudo rnmpntnHn "T.a fanítaniñn „<>
considera por los economistas como el im- cial un buque privado enemigo y/o su car-
puesto más fatal e injusto, porque de que gamento" (i).
un hombre tenga cabeza, según dice un cé- Se han invocado numerosos argumentos
lebre jurisconsulto, .no se sigue que tenga justificatorios de este derecho excepcional
otra cosa". otorgado al beligerante. Así, se dice: que
Cabanellas (Diccionario de Derecho el derecho de presa es el único medio real
usual), después de dar al vocablo el sig- y efectivo, tendiente a debilitar al enemigo
nificado que queda expuesto, afirma : que que existe en la guerra marítima; que
"si no un concepto distinto, puesto que mientras en la guerra terrestre el ocupante
consiste en una contribución por individuo, puede impedir al enemigo la utilización de
al menos persigue una finalidad distinta hombres y cosas del territorio ocupado, lle-
la capitación (la poli tax) en los Estados gando a requisar en su retirada los bienes
Unidos, donde se exige su pago como re- que puedan resultarle útiles, esa posibilidad
quisito para votar". Y dice a continuación: no existe en la guerra marítima, como no
"Sustituyó a la antigua exigencia de ser sea atacando la propiedad privada enemi-
propietario, que restringía el sufragio. A fi- ga; que la justicia no puede repudiar la
nes del siglo xix, cuando ya parecía próxi- captura cuando la guerra autoriza actos más
ma a desaparecer, la capitación resurgió crueles, como la lesión y muerte del ene-
como un arma contra los negros y los mo- migo; que el derecho de captura puede
vimientos populares de los blancos de con- contribuir al mantenimiento de la paz por
dición humilde". la poderosa acción de comerciantes e indus-
La capitación tiene, además, otro sentido triales que ven en ella una amenaza a sus
cuando va precedida de las palabras "De- intereses; que constituye la defensa de los
recho de" por cuanto se entendía por Dere- Estados débiles en el mar, especialmente
cho de capitación el tributo que el siervo aquellos con costas extensas 3y escasos me-
tenía que pagar durante la época del feu- dios de protección; etcétera ( ) .
dalismo cada vez ce casaba a alguno de Todos estos argumentos pueden quedar
sus hijos o éstos eran recibidos caballeros, reducidos a uno solo: la necesidad de vic-
(cantidad que, por supuesto, iba a parar "a toria del Estado beligerante, para lo cual
los insaciables señores", según humorísti- resulta indispensable minar la resistencia
camente señala Cabanellas en su precitada del enemigo debilitando sus posibilidades
obra) (M. O. y F.) de defensa. Por cierto que el derecho de
captura resulta una institución útil a esos
DERECHO DE CAPTURA.* SUMARIO: fines, pues afecta a intereses económicos
1. Concepto. 2. Bienes que pueden ser ob- muy importantes.
jeto de captura: a) Propiedad pública y pri-
vada del Estado enemigo; b) Propiedad pri- A partir del siglo xm hasta 1856, el de-
vada enemiga. 3. Condiciones de ejercicio recho de captura fue ejercido por corsarios
del derecho de captura: a) Época; b) Lu- privados. Los Estados beligerantes auto-
gar; c) Fuerzas que pueden ejercer el dere- rizaban a buques de su marina mercante,
ebo de captura; d) Derecho de visita; «) De-
rechos y deberes del captor. 4. Limitaciones otorgándoles patentes de corso, a hostilizar
al derecho de captura. 5. Recaptura y bl- a sus beligerantes contrarios, procurando
rrecaptura. 6. Reglamentación del derecho capturar los buques privados enemigos o
de captura. , , de neutrales que realizaten contrabando de
1. Concepto. El principio de inviolabili- guerra. No podía ser ejercido el corso sin
dad de la propiedad privada enemiga es previo otorgamiento de la patente de auto-
unánimemente reconocido para la guerra rización, so pena de ser considerado acto
terrestre. En la guerra marítima, en cam- de piratería. El corso fue abolido por el
bio, no son respetadas ni la propiedad del Congreso de París, de 1856, al formular la
Estado ni la de los subditos enemigos. De tal Declaración sobre guerra marítima, cuyo
manera, cada uno de los beligerantes pue- artículo 1° dice: "El corso está y queda
de capturar y confiscar, bajo determinadas abolido".
condiciones, buques de guerra enemigos A pesar de encontrar su origen en el cor-
con sus armamentos y aprovisionamientos, so, resulta un vicio de método confundir a
como así también navios mercantes y mer- éste con el derecho' de captura. Sin embar-
caderías enemigas e incluso neutrales. go, algunos autores insisten en ello, tal vez
Moreno Quintana y Bollini Shaw dan del por el hecho de presentar ambas institu-
Derecho de captura la siguiente definición: ciones varios puntos afines. Así, Perels, ob-
"Es aqupl en cuya virtud un Estado belige-
(1) Moreno Quintana, L., y Bollini, Shaw, C. M.,
rante se apodera en determinadas condi- Derecho internacional público, pág. 607, Bs. Ai-
ciones, y confisca mediante decisión judi- res, 1950.
(2) Kuiz Moreno, I., Derecho internacional pií-
' Por el Dr. AWEBTO P. BEHTOLI. bZieO. t. 3, págs. 296 y 297, Bs. Aires, 1941,
serva que "El derecho de .captuda y el cor- a servicios pacíficos o en, servicio militar.
so son instituciones estrechamente ligadas Aunque la mayoría de los autores se in-
en sus resultados. La propiedad privada del clinan por la afirmativa, resulta de interés
enemigo en el mar está directamente ata- citar el criterio mantenido por el Instituto
cada por el uno y por el otro. Su objeto es de Derecho Internacional, que sostiene que
el mismo: la confiscación, la ruina del co- esos barcos no pueden ser capturados ni
mercio marítimo del enemigo, a menudo destruidos sino luego de ser juzgados por
el lacro que es siempre el sólo móvil del un tribunal de presas.
corsario: de manera que se puede decir, No se hallan tampoco exentos de captura
aún hablando de este derecho ejercido por y confiscación los buques» arrendados por
los navios de guerra, que él constituye una Estados enemigos a potencias neutrales y
piratería privilegiada. Precedentemente y su mercadería de a bordo.
casi siempre hasta 1884, se confundían las De acuerdo con el Manual de Oxford (ar-
dos cosas tratando la materia y, aún en tículos 33 y 112), los objetos o cargas del
estos últimos tiempos, no se las distingue Estado enemigo encontrados a bordo de
suficientemente" (»). buques públicos o privados están sometidos
Fauchille, en cambio, opina que "el corso a captura, pero sólo previo a ser considera-
presupone el derecho de captura, lo tiene dps buena presa por tribunal competente,
por fundamento y no sabría subsistir sin Se explica esta diferencia teniendo en cuen-
él; pero la recíproca no es exacta, y desde ta que en toda cuestión referente a carga-
la Declaración de París de 1856, el derecho mentos pueden hallarse en juego intereses
de captura ha sido ejercido por Estados de los neutrales.
que han renunciado al corso marítimo" (*). b) Propiedad privada enemiga. Se en-
El derecho de captura no ha sido unáni- tiende por propiedad privada enemiga aque-
memente aceptado por los Estados. Mien- lla perteneciente a subditos del Estado
tras algunos se muestran partidarios de él, enemigo, tales como barcos mercantes j
otros tratan por todos los medios de lograr mercadería que se halla a su bordo.
su anulación. En iré ¡os primeros se destaca La situación de la propiedad privada
Inglaterra, firme defensor de este derecho, enemiga en la guerra marítiana es un asun-
por resultarle un medio de guerra eficaz, to de capital importancia que plantea si-
teniendo en cuenta su preponderante si- tuaciones muy complejas que han sido
tuación en los mares. En cambio, Estados largamente debatidas en el campo del De-
Unidos ha apoyado siempre cualquier pro- recho internacional. Intereses políticos y
yecto de abolición. Esta tendencia ha económicos de alto vuelo se encuentran en
quedado ratificada por sus tratados cele- juego generalmente en estos casos, com-
brados: con Prusia en 1785, y con Italia en prometiendo particularmente a grandes po-
1871; negó también su adhesión a la De- tencias que mantienen un intenso comercio
claración de París de 1856. exterior.
2. Bienes que pueden ser objeto de cap- La práctica tradicional ha sido la de
tura. confiscar la propiedad enemiga durante
a) Propiedad pública y privada del Es- guerras marítimas. Ya el Consulado de!
tado enemigo. Se considera propiedad pú- Mar daba por sobreentendida esa práctica
blica del Estado enemigo a los buques o al establecer: "Cuando un navio que nave-
navios, pertenecientes o no a dicho Estado, gue en corso encontrase otro, mercante,
que prestan servicio público a las órdenes perteneciente, asi como su cargamento, a
de un funcionario estatal, entendiéndose los enemigos, está de más hablar de ello,
por propiedad privada del Estado enemigo porque todos están.bastante instruidos pa-
los demás bienes de los cuales éste sea ra saber lo que se debe hacer en tal caso, y,
propietario. por consiguiente, está de más enunciar
Las instituciones internacionales vigentes ninguna regla". En cambio, las leyes del
establecen que los buques enemigos, como Consulado del Mar piotegían la propiedad
así también los cargamentos de propiedad de los neutrales, al disponer que debía
enemiga a bordo de buques enemigos se ser respetada la carga neutral en barco
hallan sometidos a captura o destrucción. enemigo, siendo, en cambio, confiscable, la
En doctrina se ha planteado la discu- carga'enemiga en barco neutral. Algunos
sión referente a sí procede o no dispensar países, como Francia y España, no respe-
el mismo trato a barcos públicos del ene- taron este principio. Especialmente Francia
migo^ que no sean de guerra, sino afectados fue quien interpretó más caprichosamente
las reglas del Consulado del Mar, adoptán-
s (3) Perels, Manuel de Droít twtérnational, pá- dolas en ciertas oportunidades y descono-
gina 219, París, 1884.
(4) Pauchille, P., Traite de Droit íntérnationa-l ciéndolas en otras. Así, bajo el reinado df
public, pág. 420, París, 1921. Francisco I se declaró confiscable toda
mercadería encontrada en buque enemigo. tido de que es necesario que exista una
Se consagró así un sistema opuesto al del declaración previa de guerra para realizar
Consulado del Mar: el pabellón enemigo da actos de hostilidad, puede establecerse que
el carácter de enemigo ai cargamento, el derecho de captura puede ser ejercido
convirtiéndolo en confiscable. Ese sistema por los beligerantes desde el mismo mo-
es conocido con la denominación de infec- mento de declaración de guerra hasta el
ción hostil, y íué confirmado por Enrique II. tratado de paz. Hay algunas excepciones a
Posteriormente tanto la política francesa este principio general, tales como los bu-
como la de ios demás Estados relativa al ques surtos en puertos enemigos en el
derecho de captara, lia sido indecisa, pre- momento de la declaración de guerra, o
valeciendo la tendencia de hacer depender aquellos que hallándose en alta mar, no
el destino de la carga al carácter del buque, tuvieran conocimiento de la misma.
considerándose libre ia mercadería depo- Si no hay resolución en contrario, el ar-
sitacia en buque libre, y enemiga la que se misticio general suspende el derecho de
hallare en buque enemigo. captura sin paralizar los juicios pendientes
La Declaración de París de 1856, al ser radicados en los tribunales de presas.
acatada por la mayoría de los Estados, ha El Código de presas rumano admite el
permitido que el derecho de captura de la derecho de captura sin la declaración de
propiedad privada enemiga .sea interpre- guerra, al establecer en su artículo 15: "El
tado de ana manera más uniforme. Dicha derecho de captura nace para los belige-
Declaración considera que la propiedad rantes en el momento de la declaración
enemiga bajo pabellón neutral es libre, de- de guerra, o bien, si esta declaración no
biendo ser respetada; y que es libre tam- existió, desde el momento en que el esta-
bién ei cargamento neutral, aunque viaje do de guerra ha comenzado".
bajo pabellón enemigo, no aplicándose es- b) Lugar, El apresamiento de barcos só-
tas regias a ia mercadería de contrabando lo puede ser realizado en alta mar o en
de guerra, que es siempre confiscable. aguas jurisdiccionales de los Estados beli-
Quedó asi consagrado el principio: el pa- gerantes. Este es el criterio sustentado por
bellón cubre la mercadería. el Manual de Oxford de 1913. Algunos có-
. Sin embargo, la Declaración de París no digos marítimos, no obstante, establecen
ha logrado resolver todos los problemas que que las capturas pueden ser realizadas en
pueden presentarse. Un ejemplo de ello lo "toda clase de aguas, con excepción de las
da la discusión doctrinaria suscitada con territoriales de un Estado neutral" ( » ) .
respecto a sí el pabellón neutral sigue cu- La captura realizada en ríos o lagos ene-
briendo a la mercadería enemiga una vez migos u ocupados ha sido objeto de gran
esté desembarcada. La jurisprudencia fran- discusión. La jurisprudencia italiana, que
cesa se ha -pronunciado por la afirmati- es la que ha prevalecido hasta ahora, se
va, en tanto que la británica lo ha hecho ha definido en este aspecto aplicando el
en sentido contrario. También los autores régimen de presas marítimas a esta clase
se hallan decididamente divididos con res- de capturas. Considera para ello que, si
pecto a este problema, no faltando a am- bien en el momento de la captura la nave
bas tendencias argumentos valederos para realiza navegación de carácter fluvial, pue-
sostener sus convicciones. de ser considerada como continuación dé
Por otra parte, si bien la Declaración de una navegación marítima, formando con
París de 1856 ha servido para uniformar ésta el principal servicio de la nave.
criterios de interpretación, no ha podido Se desprende de su propia naturaleza que
lograr que sus principios sean respetados el derecho de captura no puede ser ejer-
en la práctica. Esto se ha podido observar citado en lugares terrestres. Sin embargo,
en las dos últimas contiendas mundiales, algunos Estados no se muestran totalmen-
durante las cuales las potencias beligeran- te de acuerdo con este principio. Así Ingla-
tes repesaron la citada Declaración tan sólo, terra, en diversas oportunidades, ha admi-
en un principio, entregándose luego a toda tido que los lugares adyacentes a las aguas
clase de abusos en materia de captura. litorales y puertos, orillas de la costa, etcé-
3. Condiciones de ejercicio del derecho tera, no deben gozar de inmunidad tan
de captura. Las leyes y usos de la guerra absoluta que pueda llegar a excluirlos del
marítima han determinado que el -derecho derecho de captura, puesto que su natura-
de captura sólo puede ser ejercido ajus- leza y no el lugar de su situación es lo que
tándose a ciertas condiciones. Considerare- determina la presa. La jurisprudencia in-
mos las siguientes:
a) Época. Tomando como base lo re- (5) Reglamento de presa marítima ruso, articu-
suelto por la Tercera Convención de La lo 16; Disposteior.es de presa japonesa, art. 2»; Có-
Haya, del 18 de octubre de 1907, en el sen- digo ae presas rumano, art. 24.
glesa y la italiana han seguido también cia de contrabando de guerra, se dará por
este criterio. terminada la protección del convoy. La
No es admitido el derecho de captura Declaración naval de Londres establece al
ejercido en aguas de potencias neutrales ni respecto: "Los navios neutrales bajo con-
eu lugares acuáticos neutralizados (Canal voy de su pabellón no serán pesquisados,
de Suez, Panamá, Estrecho de Magallanes, El comandante del convoy dará por es-
etcétera). Es igualmente ilícita la captura crito, si lo pide el comandante de un bu-
realizada en aguas neutrales, aunque la que de guerra beligerante, información so-
persecución se hubiera iniciado en alta mar b're el carácter de los navios, de su car-
o en aguas beligerantes. gamento y todos los detalles que hubiera
c) Fuerzas que pueden ejercer el dere- proporcionado una inspección" (art.- 61);
cho de captura. La Declaración de Londres "Si el comandante del buque de guerra
de 1909 y el Manual de Oxford establecen beligerante tiene motivos para suponer que
que sólo pueden capturar los buques de se ha sorprendido la buena fe del coman-
guerra regulares o asimilados. También las dante del convoy, le comunicará sus sospe-
autoridades marítimas de las costas y las chas. Corresponde solamente al capitán del
fuerzas aéreas pueden ejercer este derecho. convoy proceder a una verificación. Su re-
Aunque ocasionalmente fuerzas terrestres sultado debe hacerse constar en acta, de
han realizado capturas, ello no resulta la cual se remitirá una copia al coman-
conveniente, pues "el ejército terrestre ac- ' dante del buque de guerra. Si a juicio del
túa con menos formalidades respecto a la comandante del convoy, los hechos así com-
captura de propiedades y las distinciones probados justificaran la captura de uno o
que posiblemente habría que establecer en varios navios, debe retirar su protección al
la guerra marítima resultarían impracti- convoy" (art. 62).
cables" («) . La tradición ha consagrado, para efec-
Entre Estados que admiten el corso, re- tuar la visita, el siguiente procedimiento:
sultan legítimas las capturas efectuadas en primer lugar, por medio de señales, se
por los corsarios. invita al buque a detenerse, efectuándose
d) Derecho de visita. Ningún buque luego un cañonazo de semence, posterior-
puede ser apresado sin haber sido, con an- mente un cañonazo a proa con proyectil
terioridad, reglamentariamente visitado. Esa fuera de puntería y si, a pesar de ello, no
visita es realizada por un oficial de un na- se detiene e intenta huir, se admite dis-
vio de guerra beligerante, y consiste en el pensarle tratamiento de enemigo, abriendo
examen de los papeles de a bordo a fin de fuego contra él hasta hundirlo. En caso de
comprobar la nacionalidad del buque y, en detenerse el buque, comienza la visita pro-
consecuencia, si se trata de un enemigo o piamente dicha. Asciende a él el oficial de
neutral, si el mismo es portador de con- guerra visitante que realiza el examen
trabando de guerra, si ha violado un blo- prolijo de los papeles con el objeto de ele-
queo, si su lugar de destino es un puerto var un informe oportuno. Sí todo está en
bloqueado, si ha prestado al enemigo asis- regla, levanta un acta en la cual deja cons-
tencia hostil. tancia de la visita practicada, lugar, fecha
El derecho de visita ha sido usado en y resultado. Si existe sospecha de infrac-
todas las épocas, unánimemente aceptado ción por parte del barco mercante, puede
por la legislación, doctrina y jurispruden- realizarse la pesquisa, que consiste en el
cia. Sin embargo, el abuso con que se lo ha examen de la documentación relativa a la
empleado en muchas ocasiones, haciendo nacionalidad del buque, carácter del viaje,
objeto de toda clase de vejámenes a -los destino, índole del cargamento que trans-
neutrales, ha originado ciertas controver- porta, etcétera. En caso de confirmación de
sias y ha provocado que algunas veces se sospechas, es decir, que se trate de buque
levantaran exigiendo su uso correcto o la enemigo o neutral que transporta contra-
abolición del mismo. bando de guerra, o ha prestado asistencia
La visita sólo puede ser practicada sobre hostil al enemigo, procederá a. la captura
buques mercantes. Los buques de la marina del mismo.
de guerra, de acuerdo con el artículo 32 de La visita deberá ser realizada siempre
Manual de Oxford, están exentos de ella. procurando evitar perjuicios al buque y
También los barcos mercantes que via- molestias a la tripulación y pasaje.
jan en convoy se hallan eximidos de vi- e) Derechos y deberes del captor. Lue-
sita. En baso de comprobarse la existen- go de la visita o pesquisa practicada en un
buque, en caso de corresponder la captura
(6) Hudson, M. O., "Distinción de las capturas del mismo, el captor debe cumplimentar una
en las guerras marítimas y terrestres", en Revista serie de actos que resumimos en los siguien-
•de Derecho Internacional, La Habana, 1922, año 1,
t. 2, pág. 41.
En primer lugar, y con el objeto de legi- tripulaciones, pasajeros y papeles de a
tlmizar la captura, debe el oficial captor bordo.
practicar las siguientes diligencias: 1<?) In- 4. Limitaciones al derecho de captura.
ventariar y sellar los papeles de a bordo; La legislación, la doctrina y la práctica in-
2?) Redactar sumario de captura e inven- ternacionales han coincidido unánimemen-
tario del navio; 3<?) inventariar la carga, te en limitar el derecho de captura en la
consignando el estado en que se encuentra, guerra marítima, al consagrar las siguien-
cerrando y sellando ia escotilla de la bo- tes excepciones:
dega, las cajas y los pañoles; 4<?) Confec- a) Buques hospitales. Lógicas razones
cionar una lista de las personas que se humanitarias han conducido a declarar
encuentran a bordo; 5<?) Colocar gente su- exentos de captura aquellos buques que
ficiente sobre el buque capturado, a fin de tienen como única misión la de socorrer y
lograr que el viaje hacia el puerto que co- mejorar la suerte de heridos y enfermos.
rresponda pueda ser realizado en completo Las Conferencias de la Paz celebradas en
orden (Manual de Oxford, art. 100). La Haya en los años 1899 y 1907 consagra-
El buque capturado debe ser conducido ron esta excepción. El Convenio X de la
a un puerto del país del captor o al de una Segunda de esas Conferencias establece que
potencia aliada lo más próximo posible, con están exentos de captura: Los buques-hos-
el objeto de someterlo a juicio de tribunal pitales militares, es decir, los buques cons-
competente (Manual de Oxford, art. 102), truidos o habilitados por el Estado única y
Sólo podrá ser conducido a puerto neutral especialmente para socorrer a los heridos,
en caso de avería o arribada forzosa y enfermos y náufragos cuyos nombres ha-
falta de viveras o combustibles. Así lo es- yan sido comunicados a los beligerantes al
tablece la Convención de La Haya relativa inicio o en curso de las hostilidades, pero
a deberes y derechos de las potencias neu- siempre antes de ser empleados (art. 1);
trales, cuyo artículo 21 consigna: "No pue- los buques-hospitales equipados en todo o
de conducirse una presa a un puerto neu- en parte a costa de particulares o de socie-
tral sino por no estar en condiciones para dades de socorro oficialmente reconocidos
la navegación, por el mal estado del mar si la potencia beligerante de que dependen
o por falta de combustible o provisiones. les diese una comisión oficial y hubiere
Debe salir tan pronto como haya cesado la notificado sus nombres a la potencia con-
causa que motivó la entrada. Si no lo hace, traria al comienzo o durante las hostilida-
la potencia neutral debe notificarle la or- des y, en todo caso, antes de su empleo.
den de partida inmediata; en caso de no Dichos buques deben llevar un documento
cumplir tal orden, la potencia neutral expedido por autoridad competente decla-
debe de usar de los medios de que disponga rando que han estado sometidos a su ins-
para ponerla en libertad con sus oficiales pección mientras se preparaban y en el
y tripulantes e internar la tripulación que acto de su salida (art. 2); los buques-
el captor haya llevado a bordo". hospitales equipados en todo o en parte a
El navio capturado y su cargamento de- costa de particulares o de sociedades ofi-
ben ser mantenidos intactos en su viaje al cialmente reconocidas, de países neutrales,
puerto. En caso que existieran efectos pro- a condición de que se hayan puesto bajo
pensos a deteriorarse con facilidad, debe .el la dirección de uno de los beligerantes, con
captor, de acuerdo con el capitán del navio )a previa autorización de su propio go-
apresado, y en su presencia, adoptar las bierno y con el consentimiento del belige-
medidas necesarias tendientes a impedirlo rante mismo y de que éste haya comunica-
(Manual de Oxford, art. 103). do su nombre al adversario al principio
En los casos en que sea .muy pequeña la o durante el curso de las hostilidades y
carga declarada contrabando de guerra en todo caso antes de utilizarlos (artícu-
que se halle a bordo, puede el captor apo- lo 3<?).
derarse de ella, dejando en libertad al bu- b) Barcos de pesca. La XI Convención
que infractor. ' de La Haya de 1907, en su artíeulo 39, de-
Si le fuese necesario para un servicio in- clara: "Están exentos de captura los bu-
mediato, puede el captor hacer uso del na- ques exclusivamente dedicados a la pesca
vio apresado, su carga y combustible con costera o a servicios de pequeña navega-
indemnización posterior. A tal efecto, debe ción local, asi como sus útiles, aparejos,
realizar inventario del navio y carga para aparatos y»cargamento. La exención deja
ser remitido al Tribunal de Presas (Man. de serles aplicable desde que participen,
de Oxford, art. 108). de cualquier modo, en las hostilidades. Las
La Declaración Naval de 1909 establece potencias contratantes se comprometen a
que previo al acto de destrucción o hundi- no aprovecharse del carácter inofensivo de
miento de una presa, debe salvarse a trl- dichos buques para emplearlos con un fin
militar, conservándoles su apariencia pa- todos los Estados. Francia, Estados Unidos,
cífica". Inglaterra y Holanda han sostenido que no
El primer párrafo del artículo trans- debe incluirse bajo esa denominación las
cripto no hizo más que confirmar una encomiendas o paquetes postales. Suecia, en
práctica muy antigua. Pero se creyó opor- cambio, se ha definido por la inclusión de
tuno agregar las disposiciones preventivas las encomiendas postales dentro del térmi-
que figuran en el resto del mismo. Con to- no correspondencia. Con la tesis sueca se
do, necesario es destacar que, tanto en la consideran exentas de captura .a las enco-
contienda bélica mundial de 1914 como en miendas o paquetes postales, ocurriendo le
la de 1939, se usaron con frecuencia las contrario con la sostenida por los Estados
pequeñas embarcaciones pesqueras en la mencionados en primer término.
prestación de importantes servicios milita- En cuanto a acciones, obligaciones y otros
res, disimulándolas bajo la apariencia del valores como órdenes de pago, cheques
ejercicio de su inocente labor. Ello ha pro- letras de cambio, papel moneda y títulos
vocado que en ambas guerras se torpedea- negociables que pueden representar dinero
ran y hundieran, no sólo embarcaciones Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos
pesqueras armadas, sino aquellas que efec- estuvieron contestes en afirmar que los
tiva y exclusivamente se dedicaban a la mismos no están exentos de captura, pro-
pesca. nunciándose Holanda en el sentido contra-
c) Buques encargados de misiones reli- rio.
giosas, científicas o filantrópicas. Esta ex- 5. Recaptura y birrecaptura. Se denomina
cepción fue consagrada por el artículo 4<? recaptura al acto en virtud del cual un
de la XI Convención de La Haya de 1907, navio apresado por el enemigo es vuelto a
que dice: "Están igualmente exentos de apresar por otro de su propia nacionalidad
captura los buques encargados de misiones Si el mismo buque es nuevamente apre-
religiosas, científicas o filantrópicas". sado por el primer captor, existe birrecap-
d) Buques de cartel. Aun Cuando la tura.
Convención de La Haya guarda silencio con La mayoría de las legislaciones, como as!
respecto a ellos, la práctica ha establecido también la opinión de los autores, liar
la exención de captura de los buques de coincidido en resolver que el buque y s'i
cartel, o sea de aquellos utilizados para carga retomados antes del pronunciamientc
cambios de prisioneros, conducir enviados de un tribunal competente que declare vá-
como parlamentarios o cualquier otro ser- lida la presa, deben ser restituidos a su¡
vicio especial convenido entre los belige- legítimos propietarios, cuyos derechos se
rantes. encuentran suspendidos, pero no extingui-
e) Buques con salvoconducto o Ucencia dos.
otorgada por el enemigo. El artículo 48 del Para que haya recaptura es necesario
Manual de Oxford los declara exentos de que el buque capturado se encuentre real-
captura. Las Convenciones de La Haya no mente en poder del enemigo o en trancí
hacen ninguna referencia a ellos. inminente de caer en sus manos, sin tenei
f) Correspondencia postal. De acuerdo ninguna posibilidad de huida. No existe
con lo dispuesto por-la XI Convención de recaptura en los casos en que la presa si
La Haya, debe interpretarse que la corres- encuentre abandonada o fuera del alean
pondencia postal es inviolable, siempre ce del enemigo.
que no sea hallada en buques violadores En los casos de recaptaras sucesivas, e
de bloqueos, pero no lo es el buque que la Manual de Oxford, en su artículo 108, dis
transporta, que puede ser objeto de visita, pone- que sólo el último apresador tiene
registro y captura. El artículo 1? de la derecho sobre el buque.
mencionada Convención dice: "La corres- 6. Reglamentación del derecho de cap-
pondencia postal de los neutrales o de los
tura. Casi todas las convenciones interna
cionales relativas a la guerra marítiaií
beligerantes, sea cual fuere su carácter,
contienen disposiciones referentes al dere
oficial o privado, encontrada en el mar a
bordo de un buque neutral o enemigo, escho de captura. Pero toda esa reglamenta
ción, además de resultar insuficiente pan
inviolable. En caso de detención del buque
será expedida por el captor con el menoruna institución de tanta importancia comí
la que nos ocupa, presenta el grave incon-
retardo posible. Las disposiciones del pá-
rrafo precedente no se aplicarán en casoveniente de que la mayoría de las conven
de violación del bloqueo, a la correspon-
clones aprobadas han quedado sin ser ra-
dencia destinada al puerto bloqueado o tificadas por algunos Estados. Córrese as
procedente del.mismo". el riesgo de que, en caso de un conflicto, e
La expresión correspondencia postal no hecho que uno de los beligerantes no fíguri
ha sido interpretada uniformemente por entre los ratificantes, anula la posibilidac
de aplicabilidad de las reglas para todos Internacional de Presas; y el XIII, sobre
los demás. derechos y deberes de los neutrales en ca-
Los convenios más importantes que con- sos de guerra marítima.
tienen disposiciones sobre estas materias, La Convención de La Haya de 1907, aun-
son: que lógicamente es más completa que la
La Declaración de París de 1856. El Con- de 1899, no difiere sustancialmente con los
greso de París de 1856, que puso fin a la principios adoptados por ésta, mantenién-
Guerra de Crimea, fue quien formuló su dose ambas en vigencia en virtud de que
famosa Declaración sobre guerra marítima, algunos Estados signatarios de la Conven-
el 16 de abril de ese mismo año. Dicha ción de 1899 no han aceptado la de 1907.
Declaración comprende los siguientes cua- Declaración de Londres de 1909. La Con-
tro puntos: 19) El corso está y queda abo- ferencia Naval dé Londres, que comenzó
lido; 2?) El pabellón neutral cubre la mer- sus deliberaciones el 4 de diciembre de
cancía enemiga, a excepción del contra- 1908. finalizándolas el 26 de febrero de
bando de guerra; 3?) La mercancía neutral, 1909. contó con la asistencia de las siete
con excepción del contrabando de guerra, principales potencias marítimas, España y
no es confiscable bajo pabellón enemigo; Países Bajos. En ella quedó aprobado el
4?) El bloqueo, para ser obligatorio, debe acuerdo conocido con el nombre de Decla-
ser efectivo, es decir, mantenido por una ración de Londres, compuesto de nueve
fuerza que sea suficiente para impedir real- capítulos, entre los cuales figuran puntos
mente el acceso al litoral enemigo. importantes en materia de captura, tales
El punto primero no fue aprobado por como contrabandos de guerra, asistencia
el gobierno de los Estados Unidos, quien hostil, destrucción de presas, cambio de
por nota del ministro de Estado, Marcy, se pabellón, resistencia a visita, etcétera. Esta
opuso a la abolición del corso, proponiendo, Declaración no fue ratificada por todos sus
en cambio, una enmienda que lleva su Estados signatarios.
nobre. Dicha enmienda contó con la acep- Además de los convenios internacionales
tación de Francia, Holanda, Prusia, Rusia citados, existe el Manual de las leyes de la
y el Piamonte. Gran Bretaña, por el con- guerra marítima, elaborado por el Institu-
trario, la rechazó negando además a los to de Derecho Internacional en su sesión
Estados Unidos el derecho a acceder a los de Oxford, en 1913, que es, indudablemen-
puntos 2, 3 y 4 de la Declaración, por no te, una de las fuentes más importantes en
ser total su accesión. No obstante ello, Es- materia de guerra marítima.
tados Unidos ha respetado las disposiciones También la mayoría de las reglamenta-
de la Declaración durante las guerras na- ciones particulares dictadas por los Esta-
vales posteriores a la misma. dos referentes a diversos aspectos de la
Convenios de La Haya de 1899 y 1907. La guerra marítima, contienen normas sobre
Primer Conferencia de la Paz, que se realizó derecho de captura.
en La Haya, en mayo de 1899, fue proyec-
tada por el zar Nicolás II, y contó con la BIBLIOGRAFÍA. — Accioly. H., Trotado de Derecho
internacional público, Río de Janeiro, 1946. — An-
concurrencia de veintiséis Estados. Su tokoletz, D., Tratado de Derecho internacional pú-
principal objetivo fue el de reglamentar blico, Bs. Aires, 1945. '•— Fariña Guitian, F., El bu-
definitivamente la práctica de la guerra. que de guerra ante el Derecho internacional públi-
Entre sus resultados figura una Conven- co, Madrid, 1941. — Fauchille, P., Traite de Droit
International public. París, 1921. — Hochieit-
ción para la adaptación a la guerra marí- ner. M., Derecho internacional público, Bs. Aires,
tima de los principios de la Convención de 1952. — Le Fur, L., Precis de Droit international
Ginebra de 1864. Se llenó así el vacío de- public. París, 1937. — L'HuilUíT, J., Elementa de
jado por esta última, que al legislar sobre Droit international public, París, 1050. — Moreno
Quintana, L., y Bollini Shaw, C. M., Derecho inter-
la suerte de los heridos y enfermo^, se nacional público, Bs. Aires, 1950. — Ruiz More-
había referido exclusivamente a la guerra no, I., Derecho internacional público, Bs. Airea,
terrestre. 1940. — Sibert, M., Traite de Droit international
La Segunda Conferencia de la Paz, que public, París, 1951. — Perels, G., Manuel de Droit
international, París. 1884. — Verdross, A., Derecho
se reunió también en La Haya, en 1907, internacional público, Madrid, 1955. — Basde-
revisó la obra de 1899 y adaptó las dis- vant, J., "La réqulsition des navires", en Revue
posiciones de la Convención de Ginebra Genérale de Droit International Public, París,
de 1906 a la guerra marítima. En esta Con- 1916, t. 23, págs. 268-279. — Duboc, E., "Du drolt
de visite en temps de guerre", en Revue Genérale
ferencia quedaron aprobados catorce con- de Droit International Public, París, 1897, t. 4,
venios en actas separadas. De ellos, in- págs. 382-403. — Gordon, K., "La visite des convois
teresan especialmente, en materia de cap- neutres" en Revue de Droit international Public,
tura: el XI, limitaciones al derecho de París, 1934, t. 41, págs. 566-630. — Floré, P., "De
l'abordage des navires suivant le Droit interna-
captura en la guerra marítima; el XII, con- tional", en Revue de Droit Public et de la Science
_ cerniente al establecimiento de la Corte Polltique, París, 1895, t. 3, págs. 293-304. — Hud-
son, M. O., "Distinción de las capturas en las gue- A pesar de la moderna sistematización
.rras marítima y terrestre", en Revista de Derecho del Derecho internacional público como dis-
Internacional, La Habana, 1922, año 1, t. 2, pá-
ginas 22-42. — Moreno Quintana, L., "El Manual ciplina jurídica autónoma, numerosos j
de Oxford y la guerra marítima", en Revista de la notables tratadistas han mantenido — y
Facultad de Derecho de Ciencias Sociales, Bs. Ai- mantienen aún— la denominación Dere-
res, año 7, 3« época, núm. 30, págs. 1075-1086. —
Pearce Higgins, A., "Le Droit de visite et de cap- cho de gentes, en razón del tradicional
ture dans la guerre maritime", en Recueil des cours prestigio de ésta y como un expresivo ho-
de l'Academie de Droit International, París, 1927, menaje histórico a los fundamentales prin-
t. 2, págs. 69-169. — Sandford, R., "Anciens et cipios jurídicos que regulan, en sus linca-
nouveaux aspects du Droit de la guerre maritime",
en Revue Genérale de Droit International Public, mientos generales, el devenir de la hu-
París, 1934, t. 41, págs. 323-328. manidad ( 2 ).
La expresión Derecho de gentes tiene su
DERECHO DE CIRCULACIÓN. (V. LIBER- origen histórico en el jus gentium de los
TAD DE CIRCULACIÓN.) romanos (3). Y puesto que sus normas fue-
ron instituidas en Roma para regular las
DERECHO DE COMERCIAR. (V. LIBERTAD relaciones jurídicas privadas entre extran-
DE COMERCIAR.) jeros —o entre éstos y ciudadanos roma-
nos—, algunos autores sostienen que tal ex-
DERECHO DE CONFISCACIÓN. (V. Do- presión • es equiparable a la de Derechc
MIÍIIO MARÍTIMO.) internacional privado, por ser un origen de
éste. Tal postura, sin embargo, es desesti-
DERECHO DE CONQUISTA. (V. DOMINIO mada por la* casi totalidad de los autores
TERRESTRE.) quienes, atendiendo a la evolución histories
del instituto, se pronuncian por la identi-
DERECHO DE CONSERVACIÓN. (V. DE- ficación actual del Derecho de gentes cor
RECHOS FUNDAMENTALES DEL ESTADO.) el Derecho internacional público ( 4 ) .
DERECHO DE DEFENSA. (V. DERECHOS (2) Los precursores del moderno Derecho Ínter
nacional público continuaron denominando a esti
FUNDAMENTALES DEL ESTADO.) disciplina jus gentium (Derecho de gentes). Gro
ció, el primero en desarrollarla sistemáticamente
DERECHO DE DELIBERAR. (V. BENEFI- usó tal denominación. Vitoria y Zouch, al defi
nlrla, la llamaron jus ínter gentes. Suárez la deno
CIO DE DELIBERAR.) minó igualmente Derecho de gentes. Idéntica de
nominación dióle Püífendorí en su De jure na
DERECHO DE EXTRANJERÍA. (V. EX- turae et gentium. Klüber, en su Droit des gen,
TRANJEROS.) moderna de l'Europe, la utiliza en forma casi ex
elusiva. Del mismo modo, el autor belga Rivier, ei
su obra Principes du Droit des gens emplea la de
DERECHO DE FAMILIA. (V. FAMILIA nominación "Derecho de gentes" como exclusiv;
[DERECHO DE].) de toda relación Jurídica Internacional. Los auto
res contemporáneos emplean indistintamente la
expresiones "Derecho de gentes" y "Derecho Ínter
DERECHO DE GENTES.* SUMARIO: I. Con- nacional público".
cepto aptual. II. Su concepto en el Dere- (3) En punto a la acepción del vocablo gens
cho romano. III. Orígenes y desarrollo del dice Maynz: "Según la opinión más común en lo
jus gentium en Boma. IV. Del jus gentium tiempos modernos, la gens consistía en una agre
romano al sistema contemporáneo del Dere- gación de familias que provenían de un tronco co
cho internacional público. V. La comunidad mún, es decir, de distintas ramas de una sola case
Jurídica universal. pero cuyo parentesco no podía ser determinado d
I. Concepto actual. En nuestro lenguaje una manera cierta. Niebuhr ha combatido est
opinión sosteniendo que consistía la gens en un
jurídico contemporáneo úsase la expresión división esencial y exclusivamente política del pe
Derecho de gentes como concepto equiva- pulus romanus, idéntica a las decurias. Seguimo
lente al de Derecho internacional público. esta hipótesis porque da de la institución de qu
se trata, una idea precisa, que además está per
Y en este sentido, Derecho de gentes es la fectamente de acuerdo con los hechos y el testi
estructura jurídica de la comunidad uni- monio de los antiguos". (Conf. Maynz, C., Curso d
versal constituida por Estados, sociedades Derecho romano, t .1, pág. 39, Ed. Marcelino Boi
e individuos, considerados, en sus diversas doy, Barcelona, 1909.)
Es de hacer notar que ya Francisco de Vitori!
vinculaciones, como sujetos de Derecho pú- en su Relectio prior de Indis, III, 2, emplea el vo
blico (i). cabio gentes como significativo de "naciones". Dí
mismo modo Kiüber, como la generalidad de lo
autores contemporáneos, confiérenle Idéntico sen
* Por el Dr. JUAN CÁELOS SMITH. tido.
(4) Dentro de la corriente doctrinaria que sos
(1) Para el desarrollo sistemático del tema, tiene que la denominación de jus gentium es 1
dentro del concepto actual, debe, pues, el lector, que debe corresponder al Derecho internacíonf
consultar la voz DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO privado, encuéntrase R. Phlllimore, autor que sos
en esta misma Enciclopedia. tiene esta tesis basado en la circunstancia de qu
II. Su concepto en el Derecho romano. El Derecho de gentes no tenía en Roma
Admítese por la mayoría de los autores la significación que el Derecho internacio-
que el Derecho privado estaba, en Roma, nal privado tiene en nuestro tiempo, esto
dividido en tres grandes grupos, a saber: es: un sistema cuyas normas tienden a re-
el Derecho natural, el Derecho de gentes y solver las colisiones entre leyes vigentes
el Derecho civil ( 5 ). en países distintos estableciendo cuál debe
El Derecho de gentes o jus gentium era regir en cada caso. En el mundo antiguo
considerado en Roma como un conjunto
de preceptos jurídicos que la razón natu- común al género humano y que es una conse-
ral establece en todos los hombres. cuencia necesaria de la vida humana y de las re-
laciones que existen entre los hombres; pero es
Gayo y Justiniano definen al Derecho más exacto decir, que se entendía por tal Derecho
de gentes del siguiente modo: Quod na- una abstracción del que existía en todos los pue-
turalis ratio ínter omnes homines consti- blos conocidos, y que por esto se creía fundado en
tituit, id apud omnes populas paraeque cus- la razón (naturalis ratio)". (Conf. Maynz, C., ob.
cit., t. 1, págs. 411 y 412.)
toditur, vocaturque ius gentium quasi quo b) Aludiendo también a esta diferenciación, se-
iure omnes gentes utuntur ( 6 ). (El que la ñala Bonfante: "Albertario observa que la defini-
razón natural establece en todos los hom- ción de Pablo referente al jus naturale en Dig. 1,.
bres, aquel que es observado por igual en 1, 11, es sustanclalmente idéntica a la definición
del ius gentium en Frag. Dos. 1. Sin embargo, el.
todos los pueblos, llámase Derecho de gen- mismo pensamiento de los compiladores parece os-
tes, como que todas las gentes [naciones! cilante. En el § 41, 1, 1, siguiendo a Ülpiano, se
usan de ese Derecho). enuncia, en fin, la tricotomía, y en el pr. I, 1, 2
se expone la definición del ius naturale, distin-
Esta invocación de la naturalis ratio, con guido del ius gentium; pero en el § 1 cocí, se re-
!a cual los juristas romanos fundamenta- produce la definición de Gayo que forma una cosa
ban la existencia del Derecho de gentes, sola con el ius naturale y con el tus gentium; en
parecería demostrar, según lo señala Von el § 2 cod. se enuncia una serle de relaciones, en
las cuales el ius naturale diverge del íús gentium;
Mayr('), que entre el jus naturale y el pero en el § 11, I, II, 1 y en el § 41 cod. los mis-
jus gentium no ha mediado oposición sus- mos compiladores añaden declaraciones aclarati-
tancial alguna, y que la mencionada divi- vas (iure naturali, quod, sicut dixumun, appellatur
sión tripartita del Derecho privado era, por ius gentium; iure gentium, id est iure naturali),
de las que parece deducirse que los compiladores
lo tanto, más aparente que real. Sin em- consideran también el iu." .¡atúrale como un equi-
bargo, tal invocación no autoriza a inferir valente del ius gent'-^in. Ciertamente la prevalen-
que en Roma se identificasen ambos orde- te simpatía por el ius naturale y la antítesis prag-
namientos, sino únicamente, que se enten- mática de las relaciones civiles y naturales parece-
que crece verdaderamente en las escuelas post-
día por jus gentium a un sistema de normas clásicas, que han formado las distinciones del do-
jurídicas que el razonamiento humano, en minio civil y natural, de los modos civiles y na-
todos los pueblos, consideraba de elemental turales de liberación de la esclavitud, exageran-
do con perjuicio considerable la distinción de los
i y permanente vigencia (8). modos civiles y naturales de adquisición del do-
minio (§ 81), y quizás ampliando fuera de sus
el jus gentium romano era, esencialmente. Dere- antiguos términos, el concepto de la obligación na-
cho privado. L&iné, en cambio, expresa que tal tural (cfr. § 124); pero es probable que esto de-
denominación corresponde más al Derecho inter- rive de la poca Importancia que se atribuía al iu»
nacional público. Y esta posición es la que preva- gentium en la época romano-helénica". (Conf. Bon-
lece en los más destacados autores, entre los que fante, P., Instituciones de Derecho romano, trad.
se cuentan Laurent, Jitta y otros. Ver sobre esto de Bacci y Larrosa, págs. 19 y 20, nota 1, Ed. Reus,
Romero del Prado, V. N., Manual de Derecho inter- Madrid, 1929.)
nacional privado, t. 1, págs. 30 y siga.. Ed. La Ley. c) En las fuentes del Derecho romano no se
Bs. Aires, 1944. distingue siempre con pulcritud el jus naturale
(5) ülpiano (Fr. I, § 3 D., De iustitia et iu- del jus gentium. Por un lado se acepta una doble
re 1; 1): "...prívatum ius, tripartitum est; co- partición del Derecho privado (jus gentium —que
llectum est enim ex naturalibus praeceptis aut significaría lo mismo que jus naturale— y ius ci-
gentium aut civilibus". vile); por otro se consagra una triple partición
(6) Gayo, Inst., De iur. civ. et nat., § 1, Com. I; (íus naturale, jus gentium y jus clvile). Nos Incli-
Justlnlano, Inst., De iur. nat. et civ., § 1, 2 I. namos por interpretar que el criterio triparticlonal.
era el prevalente en Roma, por las siguientes ra-
(7) Coní. Von Mayr, R., Historia del Derecho zones: 1» Si el jus naturale era considerado como-
romano, trad. de Wenceslao Roces, t. 1, pág. 334, ordenando la vida natural misma es imposible
Ed. Labor, Barcelona, 1926. concebir que tal ordenamiento fuese el mismo que
(8) a) En lo que concierne a la diferenciación regulaba las vinculaciones jurídicas, ya que los
conceptual que establecían los juristas romanos romanos habían heredado de los helenos la noción
entre Derecho natural y Derecho de gentes, expresa filosófica distintiva entre naturaleza propiamente
Maynz: "Por ius naturae, se entienden las reglas que tal y vida jurídica. 2» Si la esclavitud era en Ro-
K refieren a la vida animal y que son Innatas en' ma una institución regulada por el jus gentium
nosotros como por instinto; por ejemplo, la unión y desechada por el jus naturale se Infiere, con ri-
del varón y de la hembra, la procreación y la educa- gor, que ambos ordenamientos eran considerados,
ción de los hijos, el derecho de defenderse contra distintos. 3' El Dlgesto, relacionando a Ülpiano en
un ataque. El ius gentium. según los pasajes que De iusíitio et iure (Pr. I, § 3) establece expresa-
establecen esta distinción, seria el Derecho que es mente el criterio triparticlonal.
desconocíase esta interdependencia armó- paulatinos cambios en las concepciones
nica de diferentes legislaciones. Tampoco jurídicas de Roma.
—y mucho menos—, tenía el carácter de En este proceso histórico el extranjero
nuestro actual Derecho internacional pú- logró bien pronto se le reconociese, pri-
blico, ya que sus normas no regulaban las mero, su libertad y, más tarde, las facul-
vinculaciones entre Roma y otros países ( 9 ). tades de actuar ante los tribunales roma-
El Derecho de gentes era, en Roma, un nos y de contratar.
verdadero sistema de Derecho positivo in- Tales facultades fueron en un principio,
terno que regulaba las relaciones jurídicas únicamente reconocidas mediante tratados
en que los extranjeros eran parte, compa- de igualdad, amistad y reciprocidad (/ce-
rable al jus civile y correlativo a éste (10). derá aequa) que Roma concretaba con e]
La elaboración de sus normas y la crea- país de origen del extranjero (is).
ción de sus instituciones fueron la conse- Asimismo, para garantizar a los ciudada-
cuencia de la observación empírica de los nos de ciertos países extranjeros, el res
juristas romanos sobre la existencia de recípere ante los jueces y tribunales ro-
principios y costumbres comunes desarro- manos, realizáronse, entre Roma y estos
llados en la vida jurídica de los pueblos países, tratados de protección jurídica (n-
extranjeros conocidos í11). 'cuperatio), que fueron, durante los prime-
III. Orígenes y desarrollo del "jus gen- ros siglos, la base normativa para dirimir
tium" en Roma. En Roma el extranjero las contiendas entre romanos y los ciuda-
era, en uri principio, considerado como un danos de las naciones contratantes. En vir-
enemigo (hostis) y carecía de todo dere- tud de estos tratados creóse el tribunal de
cho ( 1 2 ). La mayor difusión cultural que los recuper atores, cuya misión fue la de
sobrevino como consecuencia de las con- arbitrar tales contiendas (»).
quistas y de las relaciones comerciales con "Para manejar los intereses de cada
los pueblos extranjeros, hizo flexibilizar pueblo —dice Petit— estaba confiado el
más tarde ese concepto y calificóse enton- examen de los procesos a recuperadores
ces al extranjero como peregrini. tomados mitad entre los ciudadanos roma-
La creciente importancia numérica y la nos y mitad entre los peregrinos. Sin duda
gravitación económica cada vez mayor de se añadía también un tercero para desha-
los extranjeros, evidenciaron la necesidad cer el empate; estaban siempre en número
de contemplar, en modo especial, su situa- impar, tres, cinco o más. También es cierto
ción jurídica. La conquista de Italia, la que en la época clásica se llama también
romanización de las Gallas y dé España, a los recuperadores para juzgar entre ciu-
como la absorción de la cultura griega, dadanos róbanos (Gayo, IV, § 141. Cicerón,
contribuyeron notablemente a introducir Pro. Tul. 10). Pero se ignora cómo se operó
este cambio y en qué casos podían fa-
(9) Algunos autores creen ver en el jus fetiale llar" (W).
una forma de regulación de las relaciones Jurídi- Empero, desde la creación de una pretu-
cas de Roma con los países extranjeros. La verdad ra especial para los extranjeros, todos los
es que el jus fetiale era un conjunto de rituales
y declaraciones solemnes de tipo religioso que rea- procesos en que intervenían éstos fueron
lizaban los sacerdotes feciales en el acto de la ventilados ante ella.
declaración de una guerra o antes de celebrar un Terminada la conquista de Italia, divi-
tratado. La persistencia de estos rituales en actos dióse teóricamente a los extranjeros que
tales, Indujo a los comentaristas a interpretarlos
como un conjunto de procedimientos Jurídicos mantenían en Roma relaciones jurídicas
vinculados con las relaciones exteriores de- Boma. —ya entre sí, ya con ciudadanos roma-
(10) Von Mayr, B., ob. cit., t. 1, pág. 334. nos—, en dos grupos: el de los peregrinos
(11) Conf. Bonfante, P., ob. cit., pág. 18: latinos y el de los peregrinos ordinarios.
Sumner Maine, "B., Ancient law, págs. 41 y sigs.,
Londres, 1905; Wilson, W., El Estado, tina, de Los primeros eran los habitantes del
Adolfo Posada, pág. 172, Ed. Americana, Bs. Ai- Lacio, a quienes se consideraba, por ra
res, 1943. nes históricas, permanentemente vincu
(12) Dice Maynz sobre esto: "Los extranjeros dos al pueblo romano. Estos peregrinos i
eran considerados como si careciesen de derechos;
y los mismos ciudadanos romanos no podían Invo-
car la garantía de la Justicia para los derechos que (13) Los foedera aequa fueron, sin emb
pretendían pertenecerles, sino cuando hubiesen disminuyendo en la medida que Boma aumen-
sido establecidos conforme a su ius civile. Con el taba su poder. Ya en el período imperial eran
tiempo estas ideas exclusivas perdieron su vigor; mucho más numerosos los foedera non aeqm
los extranjeros gozaron Igualmente de la protec- (tratados no equitativos que establecían, general-
ción de las leyes, y acostumbráronse los romanos mente, mayores beneficios para Boma). (V. Díaz
poco a poco a tener en cuenta las ideas que en- Cisneros, C., Derecho internacional público, Edi-
contraban admitidas en las demás naciones, ius torial T.E.A., Bs. Aires, 1955.)
gentium, y que por eso mismo se consideraban (14) Conf. Von Mayr, B., ob. cit.. t. 1. pág. 110.
fundadas en la razón". (Conf. Maynz. C., ob. cit., (15) Petit, E., Tratado elemental de Derecho
.t. 1, págs. 410 y 411.) romano, pág, 822, Ed. Albatros, Bs. Aires, 1954.
tinos, en cuyo beneficio fue elaborándose el fue elaborándose paulatinamente como un
jus latii, fueron, a su vez, jurídicamente Derecho positivo nuevo —coexistente con el
agrupados en tres categorías: vigente—, un conjunto de normas de obli-
a) La de los latini veteres, constituida gatoria aplicación, fundadas en concep-
por todos los habitantes de las regiones del ciones jurídicas extranjeras, que constitu-
Lacio que se habían aliado a Roma, for- yeron, en su totalidad, lo que se denominó
mando la confederación de ciudades lati- jus gentium.
nas (nomen latinum). Estos extranjeros Dentro de este ordenamiento positivo
podían ejercer en Roma todos los derechos, nuevo, fue creada la magistratura del
a excepción del jus honorarium. Tenían, Praetor peregrinus con autoridad para in-
además, grandes facilidades para adquirir tervenir en los actos jurídicos entre ex-
la ciudadanía romana ( 16 ). tranjeros (qui ínter peregrinus jus dicit), y,
b) La de los latini coloniari, formada más tarde, en la época imperial, para re-
por los habitantes de colonias latinas. Es- gular también las relaciones jurídicas en-
tos extranjeros poseían el commercium y tre ciudadanos romanos y extranjeros (qui
el connubium. Podían ejercer además de- Ínter cives et peregrinus jus dicit). Investi-
rechos políticos en las colonias que inte- do de las mismas atribuciones que corres-
graban, pero no en Roma. A los latini co- pondían al pretor urbano, este magistra-
loniari que habían ejercida alguna magis- do tenía la jurisdictio en los litigios so-
tratura latina, se les acordó más tarde el metidos a su decisión y fue, probablemente,
derecho de ciudadanía romana. el primero en adoptar y desenvolver el
c) La de los latini juniani, integrada procedimiento formulario. Desde el pun-
por libertos que no eran en realidad latinos to de vista formal, el jus gentium llegó
sino ex esclavos extranjeros a quienes la a tener su fuente principal en el Edicto
Lex Junia Norbana había concedido la con- del Pretor Ó»).
dición de "latinos coloniales". Estos extran- Paralelamente a este proceso evolutivo
jeros gozaban de un limitadísimo jus com- creáronse en Roma dos instituciones cuya
mercium y podían, en ciertos casos, adquirir finalidad primordial era la de proteger al
la ciudadanía ( 17 ). extranjero. Fueron ellas el Hospitium y
Los segundos eran los habitantes de los el Patronatus. La hospitalidad y la defen-
países que en un principio no mantenían sa, admitidas primeramente como meras
vinculaciones con Roma, pero que, poste- píácticas humanitarias para con los inte-
riormente, o fueron incorporados como pro- grantes de pueblos amigos, erigiéronse muy
vincias en virtud de la conquista, o tuvieron pronto en instituciones públicas organiza-
con aquélla relaciones más o menos per- das por el llamado jus hospitii, que gravitó
manentes.. notablemente en la consolidación y des-
Puesto que ni las normas del jus civile arrollo del jus gentium.
—sólo aplicables a los ciudadanos—, ni las Otra institución que influyó también,
del jus latü*podían ser invocadas por los sensiblemente, en la producción de normas
peregrinos ordinarios, éstos, cuando eran del jus gentium romano, fue la de la es-
oriundos de un mismo país, estaban facul- clavitud por cautividad.
tados para invocar su ley de origen (lex Los romanos podían ejercer el derecho de
peregrinorum) a los fines de la regulación hacer esclavo ex captivitate a los ciudada-
de sus relaciones jurídicas recíprocas (i»). nos de otras naciones, ya como consecuen-
Pero este principio de la personalidad cia de acciones regulares de guerra contra
de la ley no podía, desde luego, ser aplica- pueblos enemigos de Roma, ya por apre-
do para dirimir las controversias suscitadas samiento de habitantes de los pueblos
entre extranjeros de diferente origen —que "bárbaros" con los cuales Roma no había
invocaban leyes también diversas—, ni las hecho ningún tratado de amistad ( 20 ).
surgidas entre extranjeros y ciudadanos
romanos. Para solucionar estas situaciones •(19) Expresa Von Mayr: "El ius gentium era,
en lo formal, por la fuente de que brotaba, Dere?
(16) La Lex Julia en 664 y la Lex Plantía Pa- cho romano honorario. La lex era ordenac'ón pri-
piris concedieron el derecho de ciudadanía a los vativa de los ciudadanos, pero el imperium de un
¡abitantes de toda Italia. magistrado podía, en cambio, conceder también
(17) Sobre esta triple división de los peregri- protección Judicial a los extranjeros y reconocerles,
no» latinos, véase Romero del Prado, V. N., ob. oit., derechos e Imponerles obligaciones. El edicto del
t. l.pag. 231; Von Mayr, R., ob. clt., t. 1, paga. 276 pretor... era la fuente más Importante del Dere-
y ílgs.; Petit, E., ob. clt., págs. 116 a 119. cho de los extranjeros" (Von Mayr, B., ob. clt.,
(18) Esta concesión que hacía Roma a los ex- t. 1, pág. 335).
tranjeros pertenecientes a una ciudad determina- (20) Esta regla reconocía, sin embargo, una
da, permitió a éstos testar en conformidad a la excepción: El que había sido apresado durante
ley de su país en favor de sus connacionales o de una guerra civil o por actos de piratería, quedaba
ciudadanos romanos. (Conf. Romero del Prado, libre de jure (Pomponlus L. 5 D., de capitv. XUX,
V. N., ob. cit., t. 1, pág. 234.) 15, citado por Petit en ob. cit., pág. 109),
Quienes habían sido reducidos a condi-
ción de esclavos según este principio del
jus gentium, carecían de derechos; y el
vencedor estaba facultado para apropiarse
de la persona y de los bienes del vencido.
Todo lo que pertenecía a los pueblos en
guerra con Roma, como los bienes de los
"bárbaros", aún en tiempos de paz, consi-
derábase res nullius.
Pero esta norma, tan rigurosa, tenía en
el jus gentium una contrafigura que la
humanizaba: el prisionero que lograba es-
capar y regresaba a su hogar, dejaba de
ser esclavo y, por una ficción jurídica, vol-
vía a ocupar la condición jurídica de la que
había sido privado de caer en cautividad.
Ejercía entonces lo que se denominaba jus
postliminii. Empero, esta ficción jurídica
no podía retrotraer los hechos a su estado
anterior. En efecto: si el prisionero ejercía
antes de su cautividad un derecho de po-
sesión, ésta quedaba interrumpida a pesar
de su liberación. Del mismo modo, el ma-
trimonio, que ha quedado disuelto durante
el cautiverio, no se restablecía por el re-
torno del cautivo, toda vez que el postlimi-
nium no podía, para el Derecho de gentes,
dejar sin efecto un hecho de gravedad tal
como 2la separación de hecho de los es-
posos ( 1).
En el orden procesal, el Derecho de gen-
tes, enriquecido con el aporte de institu-
ciones jurídicas conocidas por los pueblos
que estaban en contacto con Roma, motivó
la adopción de nuevas técnicas. Ello se
evidenció en una mayor flexibilidad pro-
cesal y en la exclusión de términos sacra-
mentales en los procedimientos. Y esta
misma flexibilidad se extendió a los ne-
gocios jurídicos en los cuales lo esencial
no eran las palabras, sino la intención de
las partes.
Es así como el criterio del rigor juris fue
reemplazado en el jus gejitium por la
aeguitas o principio de la equidad, que exi-
mia de las estrictas formalidades exigidas
por el jus civile ( 22 )
Estas ventajas produjeron consecuencias
de extraordinaria importancia, abriendo
nuevos horizontes a la jurisprudencia;
pues el jus gentium, como conjunto de nor-
mas positivas aplicables en un principio
sólo a las relaciones jurídicas entre extran-
jeros —o entre éstos y ciudadanos, en la
época imperial—, fue aplicándose también
a las relaciones de los ciudadanos entre sí,
cuando esas 'relaciones no estaban legisla-
das por el jus civile (^).
estuvieron facultados para elegir, de mutxio ai
(21) V. sobte esto Petií, E, ob. clt., pftgs. 109, do, entro comparecer a Juicio ante el pretor
157 y 264. baño o ante el pretor peregrino.
(22) Conf. Von Mayr, B., ob. cit., t. 1, pág. 336. (24) Conf. Maynz, C., ob. clt., t. 1, pág. 411.
(23) A partir de las leges luliae los ciudadanos (25) Conf. Von Mayr, R., ob. clt., t. 1, pág. 336.
común, que habría de servir de base para de la defensa contra los actos de pira-
regular sus relaciones' recíprocas. Por lo tería.
demás, la necesidad de crear un orden de El primer ensayo sistemático con un cri-
convivencia entre estas naciones hizo que terio inspirado en esta nueva concepción
se fuesen incorporando al jus gentium nor- del jus gentium lo constituye el Decretum
mas que contemplaran situaciones colecti- de Graciano, en cuyas Quaestiones se plan-
vas y que, por su contenido, pertenecían al tean y dan soluciones a algunos problemas
Derecho público. de Derecho militar y de guerra.
Surgió asi, no un nuevo Derecho de gen- Síguenle, con un carácter científico más
tes, sino una concepción internacional, acentuado, los trabajos del eminente cano-
distinta, del antiguo jus gentium romano, nista Santo Tomás de Aquino, quien, en su
cuyos principios, en continua reestructura- Summa Theologica (2ae. questio, XL, De
ción, fueron nutriendo, durante la Edad Bello) resume los principios fundamentales
Media, al pensamiento jurídico de todos los de la filosofía cristiana aplicados a la doc-
pueblos. trina de la justicia de la guerra. También
La idea derivada de la clásica definición San Raimundo Penyafort trata en su Sum-
de Gayo y Justiniano fue, sin embargo, ma cuestiones del Derecho de gentes, deri-
mantenida en los primeros siglos de la vadas de las relaciones de los cristianos con
Edad Media. Así, San Isidoro, al referirse los hebreos y sarracenos.
en su Etymologiarum al Derecho de gentes, Tras la obra de los teólogos y canonistas
nos demuestra la persistencia de la con- se advierte, ya en el siglo xrv, los primeros
cepción romana al definirlo. Pero, parale- lincamientos de un Derecho internacional
lamente, pone también de manifiesto la privado que comienza a segregarse del jus
influenciáfdel nuevo sentido internaciona- gentium. Se inicia el estudio específico de
lista, al citar instituciones de Derecho este ordenamiento con una serie de co-
internacional, tales como: sedium, Taclla, mentarios al Codex Justinianus (libro I,
captivitates, pacta, etcétera. tít. I).
La consolidación del cristianismo du- Los comentarios de Bartolo de Sassofe-
rante la Edad Media contribuye grande- rrato y Alberico de Rósate fueron la base
mente a desnaturalizar el primitivo senti- de la denominada "Doctrina de los Esta-
do privatista del jus gentium y a dar los tutos", que constituye, en realidad, el pri-
fundamentos para la elaboración de un De- mer sistema orgánico de soluciones en los
recho internacional público. La creación conflictos surgidos por la aplicación de
del Sacro Imperio Romano Germánico, en legislaciones diferentes (2T).
962; el ejercicio por parte del Sumo Pon-
tífice de un poder judicial supraestatal pa- (27) Romero del Prado, siguiendo a Max Gustz-
ra dirimir los conflictos entre soberanos26y willer, afirma que este período de integración
científica del Derecho internacional privado se
pueblos; la realización de las cruzadas í. ), Inicia en la primera mitad del siglo XIII y se pro-
etcétera, implican un proceso de organi- longa hasta fines del siglo XVIII. Expresa, en pun-
zación jurídica internacional bajo la au- to a esto: "Desde el siglo XI las ciudades del norte
toridad religiosa y política de la Santa de Italia fueron aumentando su importancia y po-
derío, habiéndoseles reconocido su existencia de
Sede. Y ese proceso enriquece las normas comunas libres, constituyéndose en verdaderas re-
del Derecho de gentes al solucionarse pro- públicas autónomas. Gozaron asi de la autonomía,
blemas relativos a las cuestiones entre la política y al mismo tiempo legislativa, pues si eran
regidas por el Derecho común de la Lombardía
Iglesia y el Estado; a las relaciones entre (Derecho romano y Derecho lombardo), tenían
pueblos infieles y naciones cristianas y a igualmente sus leyes municipales o de la ciudad,
las acciones lícitas e ilícitas en tiempo de particulares, originadas de los nuevos usos y cos-
guerra. tumbres, llamadas Estatutos, que diferían unos de
otros. Tales ciudades, sobre todo Módena, Bolonia,
La difusión del concepto intemaciona- Florencia, Padua, Genova, no vivían aisladas: man-
lista se advierte también a través del tenian relaciones comerciales cada vez mayores;
amplio Derecho consuetudinario desarro- sus habitantes se desplazaban de una ciudad a
llado a partir del siglo xi, con motivo de otra y todo ello provocaba la concurrencia o con-
flictos entre unos estatutos y otros y entre éstos
las guerras marítimas y la organización y el Derecho común, el Derecho romano, cuya apli-
cación se imponía cuando los primeros callaban y
(28) "Los cónsules fueron una Institución crea- cuyo estudio había despertado enorme interés en
da con motivo de las relaciones comerciales per- los hombres de ciencia que con todo entusiasmo
manentes entre los europeos y las regiones de Asia se dedicaban a él, fundándose la escuela de Bolo-
Menor, Siria, Palestina y Egipto, como consecuen- nia, donde los textos del Derecho 'romano son sa-
cia de las Cruzadas. Los comerciantes de Venecia, cados del olvido en que habían permanecido...
Genova, Marsella, etc., en esos países elegían un Era otra la situación que se presentaba en el resto,
juez para que fallase en sus asuntos según su ley de Europa, donde dominaba el feudalismo que obs-
personal, es decir, de su nacionalidad; esos jueces taculizaba relaciones semejantes, y asi se explica
eran los cónsules" (Díaz Cisneros, C., ob. cit., t. 1, que la aparición de una teoría científica de solu-
püg. 116). ción de los conflictos de leyes, tuviese lugar en
En las repúblicas italianas, y con el fin fundo sentimento filosófico en lo que con-
de asegurar las regulares relaciones entre cierne al respeto que merecen los pueblos.
los pueblos interesados en mantener un Define también los derechos de los aborí-
intenso tráfico comercial desarróllase, du- genes americanos frente a la conquista,
rante los siglos xiv y xv, el Derecho diplo- sustentando principios morales que tuvie-
mático. Los agentes diplomáticos (ambas- ron gran repercusión en la época.
ciatori), fueron investidos, en virtud de Otro teólogo español, Francisco de Suá-
pactos celebrados entre las distintas ciu- rez, desarrolló en el siglo xvi, en su obra De
dades, de inmunidades y formalidades ju- Legibus ac Deo legislatore, la doctrina
rídicas tendientes a asegurar su misión relativa a la sociedad- de las naciones y la
específica (28). y con esta organización re- comunidad jurídica de los pueblos. Suárez
presentativa de unos Estados en el territorio precisó, además, el concepto del jus gen-
de otros, comienzan a cobrar fuerza positi- tium en su época, estableciendo que este
va las normas del Derecho de gentes, en ordenamiento es susceptible de ser consi-
un sentido cabalmente internacional. derado de dos modos distintos: En el pri-
La destrucción paulatina del feudalismo mer modo, el Derecho de gentes es aquel
ante la tendencia centralizadora de las cuyas normas son observadas por todos
monarquías; el desarrollo de la navegación los pueblos y naciones entre sí. En el se-
y de la industria; el aporte de los grandes gundo modo, es el derecho que los Estados
inventos y descubrimientos geográficos que singulares o reinos observan dentro de sus
tienen lugar con el advenimiento de la respectivos territorios (so). De estas dos
Edad Moderna, y la formación de otros acepciones —sostiene Suárez—, la primera
nuevos Estados como entidades de Derecho es la que realmente corresponde al jus
público, intensifican las vinculaciones eco- gentium, toda vez que se fundamenta en
nómicas, jurídicas y políticas de los pue- la unidad moral del género humano.
blos, lo cual lleva a conferir al jus gentium Con Suárez comienza, pues, a afirmarse
el sentido específico de un derecho que doctrinariamente el concepto jusfilosófico
se aplica entre las naciones. Esa igualdad de una comunidad jurídica universal.
de. significación entre el Derecho de gentes En los comienzos del siglo xvn, Hugo
y el Derecho internacional público, que ya Grocio publica sus magistrales obras Man
se perfila claramente, surge de las defini- Liberum y De jure belli ac pacis. En la
ciones que del primero se dan en los co- primera de ellas se postula la libertad de
mienzos del siglo xvi. los mares y en la segunda se determinan,
Francisco de Vitoria, al definir en sus cé- como de universal vigencia, definidas nor-
lebres Relectiones Theologicae al jus gen- mas del Derecho de gentes. La rigurosa
tium lo hace reproduciendo la definición sistematización de los temas tratados por
de Gayo. Pero en esa definición sustituye Grocio confieren, con justicia, a su autor,
la expresión omnes homines por la de ani- la categoría de un verdadero precursor del
ñes gentes y confiere al término gentes el moderno Derecho internacional público.
significado específico de naciones: Quod Las obras de Grocio traducen todo el
naturalis ratio ínter omnes gentes consti- sentir jusfilosófico de una época, por cierto
tuit, vocatur ius gentium (Lo que la razón confusa, que necesitaba de la paz para el
natural constituye entre todas las naciones desenvolvimiento de sus fuerzas producti-
se llama Derecho de gentes) (2»). vas, que deseaba asegurar las relaciones
Este autor expone en su obra toda la internacionales mediante normas fijas y
doctrina escolástica con respecto a la gue- sustituir la incertidumbre de las luchas
rra, explicitando consideraciones de pro- por una situación jurídica ordenada. j
La idea del unum corpus christianm
aquella reglón de Italia, donde la situación poli-
tica, social y económica de sus ciudades consti- concebida a través de toda la jusfilosofia
tuían el medio favorable para ello". "Desde el si- medioeval había cedido ante el proceso]
glo XII hasta la mitad del siglo XIII se extiendo constitutivo de los Estados nacionales y |
el período de.los glosadores que tenían su princi- ante las divergencias religiosas. La estruc-j
pal centro científico en la ciudad de Bolonia, de-
biendo su nombre al método de exégesis de los tura jurídica universal debía entonces fun-
textos romanos y su gloria a haber resucitado y darse a partir de supuestos diferentes.'
legado a la posteridad el Derecho romano reunido Grocio supo reconstituir el concepto de l a '
en las colecciones justlnlanas; desde el siglo XIV unidad y la comunidad jurídicas de los
comienzan propiamente las teorías estatutarias o
período estatutario —post-glosadpres— hasta el pueblos, sobre la base remodelada del De-
siglo XIX" (Romero del Prado, V. N., ob. cit., t. 1, recho natural.
págs. 395 a 397 y 402).
(28) Conf. Díaz Cisneros. C., ob. cit., t. 1, pa- (30) Adviértase que, con esta distinción, Suá-
ginas 116 y 117. rez plantea ya el problema del ámbito terrli
(29) Vitoria Francisco de, Relectiones theolo- de validez de las normas del Derecho internad
yn-cte, 5 De Indils, 6 De Slure ibelli.
g u i e n t e P á g i n a
público.

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