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Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica nº 1

C/ Cañón de Añisclo s/n


Zaragoza
50015Tl.976.52.95.87

LA EDUCACIÓN EMOCIONAL

Febrero de
2005
La Educación Emocional E.O.E.P. Nº1 ZARAGOZA

LA EDUCACIÓN EMOCIONAL

En el ámbito del desarrollo psicológico de los niños se está produciendo un fenómeno


paradójico, y es que las generaciones actuales están siendo intelectualmente más precoces:
aprenden a andar antes, desarrollan su mente lógica, desarrollan más capacidad para los
aprendizajes cibernéticos, etc. Son más inteligentes en el sentido genérico del término (desarrollo
intelectual). Sin embargo, y ahí radica la paradoja, emocionalmente los niños/as son más
inmaduros, parece que vayan disminuyendo sus capacidades emocionales y sociales, tal y como
se pone de manifiesto en los problemas de convivencia familiar, escolar y social que se producen
diariamente en los diferentes escenarios mencionados.

Las causas que se infieren como desencadenantes de esta pobreza emocional son los
importantes cambios en las pautas sociales que se han producido en las últimas décadas, tales
como un aumento del número de separaciones matrimoniales, un aumento de la marginalidad y de
la pobreza, la influencia negativa de la T.V., ofreciendo modelos violentos de solución de
conflictos entre las personas, la falta de respeto hacia la institución escolar como fuente de
autoridad, el escaso tiempo de dedicación de los padres a la educación de los hijos propiciada por
el estrés personal y laboral con la consiguiente merma en la atención a los hijos, los problemas
económico familiares, cambio en los valores en la sociedad como por ejemplo más valoración a la
fama o al triunfo rápido, entre otras causas.

Ante tal estado de cosas, es necesario desarrollar las Habilidades de la Inteligencia


Emocional para superar estas situaciones con garantías de éxito.

La inteligencia se ha atribuido clásicamente a las capacidades cognitivas como pensar,


razonar, reflexionar, analizar, deducir, inferir… relacionadas con el pensamiento abstracto y
académico.

Goleman ha desarrollado las bases conceptuales de la inteligencia emocional como una


opción del desarrollo humano dirigida a conseguir el éxito personal en las distintas facetas de la
vida, entendido como el logro de la felicidad, la comunicación eficaz con las demás personas,
la automotivación para conseguir los objetivos que nos proponemos para ser constantes en
nuestras actividades, para solucionar los conflictos interpersonales, y dirigidas también a
adaptarnos a las circunstancias, haciendo uso de esa capacidad de conocimiento y manejo de
nuestra emocionalidad y de las habilidades empáticas que nos permiten mejorar la
comunicación con los demás.

Tener un elevado Cociente Intelectual no es una condición suficiente que garantice el éxito
en la vida, es necesario algo más que una buena inteligencia abstracta. Para ello es necesario
desarrollar una serie de HABILIDADES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL que no guardan
relación con las destrezas escolares e intelectuales, sino que forman parte de las capacidades de
conocimiento y control adecuados de las propias emociones, y el conocimiento empático de las
que expresan las personas con quienes vivimos.

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Las Habilidades Emocionales se pueden definir como las capacidades y disposiciones para
crear voluntariamente un ESTADO DE ÁNIMO o SENTIMIENTO a partir de las ideas que
tenemos sobre lo que ocurre a nuestro alrededor.

La inteligencia es la capacidad de solucionar problemas adaptándose a las circunstancias.


Cuando los problemas son de índole emocional, son las HABILIDADES EMOCIONALES las que
debemos poner en práctica. No debe olvidarse la dimensión social que enmarca la expresión
emocional de nuestros estados de ánimo. Es por ello que las HABILIDADES SOCIALES deben
vincularse con las EMOCIONALES, de tal modo que se integren las tres dimensiones del
comportamiento: pensar, sentir y hacer.

Las emociones son alteraciones súbitas, rápidas e intuitivas de nuestro estado de ánimo que
experimentamos casi sin darnos cuenta, son provocadas por ideas, recuerdos o acontecimientos
que producen reacciones rápidas que conducen a actuar en función de lo que sentimos en ese
momento. La emoción producida da paso a un estado de ánimo que denominamos sentimiento.

Una actuación inteligente consiste en saber identificar bien el origen y la naturaleza de las
emociones en nosotros mismos para poder controlarlas de manera reflexiva, estableciendo
adecuadas entre los pensamientos, las emociones y el comportamiento, con una forma de orientar
la vida personal; es decir, empleándolas inteligentemente.

Podemos conocer en los demás los indicadores gestuales y verbales que se emplean para
transmitir el mensaje afectivo. Es un primer paso para mejorar la convivencia y el clima social,
escolar, personal y familiar.

Podemos aprender a ser más inteligentes emocionales desarrollando las habilidades


necesarias para ello. Las emociones denominadas “básicas o innatas” como la alegría, la tristeza, la
ira/enfado, la sorpresa, el miedo y el asco/desprecio son consideradas como universales. Sin
embargo, podemos aprender las emociones de acuerdo con el ambiente en el que vivimos, y de
acuerdo con la educación que recibimos. Desde la niñez, la adolescencia y la juventud se van
consolidando estilos emocionales según las circunstancias que hayamos vivido.

Saber convivir con las emociones o sentimientos negativos (ira, frustración, ansiedad,
celos, odio, frialdad, arrogancia, pena…) dando paso a las positivas (altruismo, alegría, optimismo,
generosidad, admiración, humildad, tolerancia…) es un muestra de INTELIGENCIA
EMOCIONAL.

Todo ello es lo que debemos aprender, loa padres y los hijos. Si los padres ponen en
funcionamiento sus HABILIDADES EMOCIONALES estarán mostrando el mejor ejemplo para
que ellos aprendan a ser EMOCIONALMENTE INTELIGENTES.

LA INTELIGENCIA Y LAS OTRAS INTELIGENCIAS

Una de las numerosas definiciones de inteligencia es la capacidad para resolver problemas .


La inteligencia, clásicamente considerada puede medirse mediante los test. Este tipo de pruebas nos
ofrecen resultados en forma de puntuaciones de los siguientes aspectos intelectuales:
ƒ La capacidad verbal
ƒ La capacidad no verbal
ƒ La memoria

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ƒ El vocabulario
ƒ La comprensión
ƒ La resolución de problemas
ƒ El razonamiento abstracto
ƒ La percepción
ƒ El procesamiento de la información
ƒ Las capacidades motrices
Se han postulado la existencia de inteligencias múltiples, tal como señaló Gardner: la
inteligencia lingüística, la inteligencia lógico-matemática, la inteligencia espacial, la inteligencia
musical, la inteligencia corporal y cinética, la inteligencia interpersonal y la inteligencia
intrapersonal.
Estas dos últimas inteligencias son las que , de manera integrada junto con la inteligencia
social, han venido en denominarse actualmente INTELIGENCIA EMOCIONAL, en la que se
aglutinan las capacidades emocionales y las sociales, en un intento de manifestar la capacidad de
felicidad personal en el seno de las relaciones sociales en las que tiene lugar el desarrollo humano.

La inteligencia social:
Es un conjunto de habilidades o destrezas de adaptación y de resolución de problemas de
relaciones interpersonales. Supone disponer de recursos para relacionarse y comunicarse bien con
las personas que nos rodean. La inteligencia social está compuesta por numerosas habilidades.
Entre las más importantes están:
ƒ La habilidad para organizar grupos
ƒ La habilidad para solucionar los conflictos o problemas con los demás
ƒ Habilidad para relacionarse bien con los demás
ƒ Ser un buen espectador de la realidad
ƒ Cambiar los pensamientos equivocados por otros más adecuados

Finalmente, nuestros hijos deben comprender que son inteligentes los chicos/as que
conectan fácilmente con los demás, que comprenden bien sus reacciones y los sentimientos,
solucionan amigablemente los problemas mediando entre las partes en conflicto, para que no
hayan enfrentamientos y disputas inútiles. Los chicos/as con éstos comportamientos son el tipo de
personas con quienes a todos les gusta estar, porque emocionalmente son muy seguras y
transmiten tranquilidad.

QUÉ SON LAS EMOCIONES.

La emoción es un estado de alteración del cuerpo y de la mente (física y psicológica). El


estado emocional se caracteriza por una conmoción consiguiente a las impresiones producidas por
los sentidos, las ideas o los recuerdos que la provocan, como consecuencia de ello se producen
fenómenos viscerales en el cuerpo y tiene su manifestación externa mediante gestos, (faciales,
manuales, corporales…) actitudes u otras formas de expresión.

LAS EMOCIONES POSITIVAS

La emoción positiva es aquella que nos resulta sana y saludable como la alegría, la
satisfacción, el amor, la generosidad, la tolerancia, la humildad. Experimentarlas y vivirlas es la
mejor forma de cuidarnos a nosotros mismos.

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Las emociones positivas proporcionan a nuestro organismo equilibrio, sosiego, armonía,


tranquilidad, relajación y aumentan nuestra autoestima. En una palabra producen salud
emocional.
Las emociones positivas conviven con las negativas. En un sólo día e incluso en horas
podemos atravesar por distintos estados emocionales. Lo importante es saber controlar esos
cambios sin que nos afecten a nuestra salud emocional. Veamos a continuación las más destacadas
emociones positivas:

1.- El optimismo. El optimismo es una disposición o tendencia a prestar atención al aspecto más
favorable de los acontecimientos, esperando que se produzca un resultado favorable. Es una
opción frente a la negativa del pesimismo. Es una especie de inmunización psicológica contra los
problemas diarios y acontecimientos adversos de la vida. El optimismo debe ser realista basado en
las capacidades y esfuerzo personal. Si somos optimistas, seremos más eficaces.

El niño que es optimista: se deprime menos, supera los contratiempos, las dificultades, las
frustraciones... sonríe, es feliz, hace amigos con más facilidad, es admirado y estimado, presta más
atención a las cosas. Los padres para ser un buenos modelos de optimismo para los hijos
plantearán un optimismo razonable, no abusarán de razonamientos pesimistas. Al criticar a su hijo
no exagerarán y no les producirán sentimiento de culpa, pena o vergüenza desproporcionada y
especialmente les enseñarán a ver el lado positivo de las cosas.

2.- El altruismo. Es un rasgo personal de entender la vida. Ser altruista es ser compasivo, correcto
en el trato, comprender, colaborar y ayudar a los demás. También consiste en identificarse con los
demás en sus dificultades, penas, tristezas y sufrimientos.

3.- La sinceridad. La sinceridad es un estilo de comunicación caracterizado por ser fiel a los
hechos acaecidos, cuando deben darse razones, motivos, justificaciones sin falsear la realidad. Lo
contrario es la mentira. Se miente para evitar un castigo, para no herir los sentimientos. Los niños
mientes para evitar un castigo, obtener alguna cosa, ser admirados, negar lo ocurrido y mantener
privilegios. La mentira es un problema cuando llega a ser habitual.

4.- La alegría. Alegría es sinónimo de estar contento, de buen humor, surge con situaciones gratas
y momentos favorables. La alegría se contagia provocando agrado y simpatía. Produce bienestar
corporal, pues relaja los músculos, mejora la respiración ... Y especialmente tiene efectos positivos
sobre nuestros procesos psicológicos.

5.- La empatía. La empatía es la capacidad de ponernos en el lugar de demás. Es tener una


perspectiva social. Es la capacidad de hacer valoraciones de los estados de ánimo y de las
intenciones de las demás personas. La empatía consiste en conocer los sentimientos reales que se
transmiten por la palabra y los gestos sin hacer valoraciones. Ser empático supone conocer primero
las emociones propias tanto las positivas como las negativas. La empatía mejora las relaciones
sociales y resuelve mejor los conflictos. Podemos aprender a ser empáticos, lo cual depende de la
educación del entorno cultural en el que vivimos. Nuestros hijos aprenden por observación, los
niños necesitan de los padres para reconocer las experiencias emocionales.

LAS EMOCIONES NEGATIVAS.

Las emociones negativas son las que resultan perjudiciales para nuestra salud física y
mental, además son insanas y nefastas para nuestras personas.

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Las emociones negativas, según investigaciones son perjudiciales para nuestra salud, pues
provocan dolencias corporales y deprimen el sistema inmunológico. Emociones negativas son: la
ira, los celos, la avaricia, el abatimiento/ pena/tristeza/depresión, la arrogancia, la indiferencia, la
frialdad emocional.

Las emociones negativas forman parte de nuestra vida, son normales y no es malo que
aparezcan e incluso en ocasiones son saludables y buenos mecanismos de defensa. Pero lo
negativo está en dejarnos controlar o desbordar por ellas, en una palabra perder el control racional
sobre la mente emocional, lo cual traerá como consecuencia dañar las relaciones con los demás,
generar conflictos, alterar nuestro sistema nervioso central y organismo (alteraciones
gastrointestinales, tensión muscular o arterial, estar propenso a tener enfermedades ...).

Es importante mejorar nuestra inteligencia emocional para que las emociones negativas no
se hagan crónicas y nos agrien el carácter. Vivir permanentemente con emociones negativas es
vivir con nuestro peor enemigo.

Una estrategia fundamental es convertir una emoción negativa en otra positiva. Es difícil
conseguirlo, pero debemos intentarlo para sentirnos a gusto cono nosotros mismos. Es cuestión de
práctica: la tristeza la sustituiremos por la alegría, la ansiedad por el sosiego.

Veamos algunas emociones negativas:

1.- La posesividad. La posesividad es un estado de ánimo negativo caracterizado por el deseo


exagerado de poseer objetos y sobre todo el favor y la amistad. La persona posesiva se frustra
cuando no consigue su deseo de posesión, entonces siente resentimiento, rabia e incluso aflicción,
melancolía...

2.- El afán de venganza. El afán de venganza es la tendencia o instinto de destrucción, de dañar, a


la persona odiada. Se produce como consecuencia de malas “interpretaciones” de un conflicto y
deseo de competitividad por conseguir alguna meta.

3.- La ansiedad. La ansiedad es un estado del organismo caracterizado por una sensación difusa y
displancetera acompañado de agitación, incertidumbre y malestar. El núcleo de la ansiedad es la
preocupación que se manifiesta en nuestro organismo con pensamientos negativos, opresión en el
pecho, sudoración, cefaleas, naúseas.. La fobia escolar o miedo tiene que ver mucho con la
ansiedad, porque el niño piensa en el ridículo, burla e incluso agresión que puede sufrir en el
colegio. Si observa que su hijo tiene con frecuencia ansiedad o está nervioso, aplique las
siguientes estrategias:

ƒ Enséñele a relajarse cada parte de su cuerpo.


ƒ Enséñele a respirar correctamente: Inspirar por la nariz y espirar por la boca lenta y
profundamente.
ƒ Propóngale que se imagine tranquilo y sereno ante una situación que le causa ansiedad.
ƒ Enséñele a pensar positivamente.

4.- La vergüenza y la culpa. La vergüenza es un estado psicológico caracterizado por una elevada
incomodidad ante un comportamiento que exigen las normas. La vergüenza se utiliza como un
comportamiento de arrepentimiento. No debe emplearse como castigo, pues produce un fuerte
impacto psicológico, sólo cuando:

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• Un niño no manifiesta arrepentimiento de algo que ha hecho mal como agredir a otro
niño.
• Cuando han fracasado otras estrategias de cambio de conducta.

5.- La ira. La ira es un enfado desmesurado que se proyecta sobre alguien. El detonante de la ira es
el sentirse amenazado psicológicamente, es como una amenaza para nuestra autoestima. Se sufre
esta emoción porque nos sentimos menospreciados, frustrados e injustamente tratados.Cuando la
ira nos embarga nuestra capacidad mental se ve afectada y nuestro organismo se acelera y se pone
tenso. Ante un posible ataque de ira es preferible alejarnos de la persona causante del enojo. La ira
disminuye nuestra capacidad de autocontrol y de pensamiento.

Para afrontar sanamente la emoción de la irla es aconsejable las siguientes habilidades:


• La autoobservación: Implica ser capaces de darnos cuenta de las situaciones que nos
provocan ira y controlarlas.
• Reinterpretar situaciones para desactivar los impulsos negativos.
• Autoafirmación asertiva: Supone defender los propios derechos con calma, sin ira y
respetando a la otra persona.

6.- La tristeza.La tristeza es un sentimiento de pena, de desilusión, de falta de interés por las cosas
que nos rodean.

• Causas: muerte de un familiar, la pérdida del trabajo, la impotencia ante una situación.
• Consecuencias: pérdida del sueño y apetito, cansancio y agotamiento, indiferencia
hacia las personas y cosas... metabolismo lento, fragilidad del sistema inmunológico

Si la tristeza perdura se cae en un estado depresivo que puede prolongarse. Ese es el


verdadero problema emocional.

• Sobrellevar la tristeza depende de la propia autoestima, sistema de valores, apoyo


familiar y amigos
• Nuestros hábitos de pensamiento pueden influir en nuestro estado de ánimo depresivo.
• Algunas estrategias para superar la tristeza: descansar, reinterpretar los
acontecimientos, distraerse, reunirse con los amigos, interesarse por actividades
culturales...

7.- El miedo y la preocupación. El miedo es una reacción ante situaciones amenazadoras, o que
causan inseguridad, en las que el sujeto pierde el control sobre lo que puede ocurrir. Tipos de
miedos infantiles:
• Generales: miedo a las catástrofes, operaciones...
• Situaciones desconocidas como cambio de domicilio y colegio.
• Situaciones de rendimiento: miedo a no dar la talla en el estudio, en el trabajo...
• Miedo a la oscuridad... animales, escuela....
Tengamos en cuenta los siguientes aspectos:
ƒ Cambios somáticos: Se secreta más adrenalina, se desencadena una reacción de estrés,
aumenta los latidos del corazón...
ƒ Características de las personas miedosas: son irritables y tímidas, tensas y nerviosas, se
sienten aisladas y temen no ser aceptadas.
ƒ Estrategias:
9 Reconocer objetivamente el motivo o situación de miedo.

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9 Hacer una interpretación más positiva de la situación.


9 Enfrentarse paulatinamente a las propias emociones de miedo de forma consciente,
gradual y sistemática...

F.- ¿SE APRENDEN LAS EMOCIONES?

Unas emociones sí se aprenden, otras son innatas, pero su expresión se va aprendiendo


poco a poco a lo largo de las etapas evolutivas. El enfado/ira, la alegría, la tristeza, el
asco/desprecio y el miedo, son emociones universales; sin embargo, adquieren una carga cultural,
ya que desde bien pequeños, los niños observan a sus padres y hermanos cómo expresan en el
rostro esas emociones que son innatas. Poco a poco se van aprendiendo las reacciones emocionales
por imitación en la niñez, en la adolescencia y en la juventud, según las vivencias personales,
según el lugar aprendemos a comportarnos emocionalmente de una manera o de otra. Así, por
ejemplo, aprendemos a reaccionar de un modo distinto en casa o en el trabajo, o los padres nos
sorprendemos cuando el profesor de nuestro hijo ha reaccionado emocionalmente con una gran
violencia, cuando en el hogar sus reacciones son totalmente adecuadas.
Esto ocurre porque el ambiente en el que nos desenvolvemos modela en nosotros un estilo
de responder según el objetivo que nos propongamos como meta o ideal de persona que poseamos.

G.- LAS BASES DEL DESARROLLO EMOCIONAL

1.- La autoconfianza.

Tener confianza en uno mismo es una de las bases para desarrollar la inteligencia
emocional. Y para ello es necesario el apoyo constante en los primeros años por parte de los
padres dándole confianza al hijo, minimizando pequeños fracasos y valorando los pequeños pasos
que vaya consiguiendo en todas las facetas de su vida: desde los primeros pasos, o el desarrollo del
lenguaje, el seguimiento de las normas de comportamiento en el hogar, la realización de las tareas
de clase, la motivación por aprender, la buena relación con el hermano y otros compañeros o
amigos, etc. Toda acción considerada educativamente como deseable debe ser reforzada y, como
consecuencia, nuestro hijo irá aprendiendo el comportamiento deseable, creándole confianza y
seguridad.
En las situaciones de fracasos o frustraciones, el apoyo de los padres debe ser fundamental
para que la autoconfianza y seguridad no queden mermadas. Educativamente se trata de crearles
recursos a nuestro hijo para creer en lo que hace y saber rectificar cuando se equivoca. Y todo ello
requiere un aprendizaje progresivo, sin descanso, continuado, día a día, en cualquier
circunstancia. La denominada educación para la vida no tiene momentos fijos o estables para
desarrollarla, es continuada y surge en cualquier acción cotidiana en la relación de los padres con
los hijos. Se trata de que los padres posean la clara intencionalidad de transmitir y desarrollar
confianza.

2.- El autocontrol.

El autocontrol es la capacidad de dominio de sí mismo en las diferentes situaciones de la


vida, ya sean positivas o negativas. Ello supone dirigir el propio comportamiento, darse pautas a sí
mismo para saber en cada momento lo que es más adecuado y cómo lo debemos hacer.
Las habilidades de autocontrol personal son habilidades emocionales, son habilidades de la
inteligencia emocional. Un hijo con autocontrol de lo que piensa, hace y dice es una persona que
desarrolla su inteligencia emocional de manera sana y educativamente deseable.

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3.- Actitud abierta ante las nuevas situaciones.


La vida está repleta de circunstancias cambiantes. Unas son favorables y otras no lo son
tanto. Debemos entender como nuevas situaciones para un niño/a, entre otras, las siguientes:
ƒ El cambio de colegio.
ƒ El cambio de domicilio.
ƒ El cambio de curso escolar.
ƒ Problemas familiares.
ƒ Los problemas diarios en el colegio.
ƒ Los problemas con amigos y compañeros.

Afrontar estas situaciones requiere tener destrezas o habilidades para ello. Supone
mantener una actitud abierta a lo nuevo, a la superación de las dificultades, a la adopción de
soluciones para que todo vaya mejor, a adaptarse a nuevas personas y lugares, etc. Mantener la
actitud de superación de estas dificultades es una clara muestra de inteligencia emocional.

4.- Disfrutar de la compañía de otras personas.


¿Le gusta a su hijo conversar, hablar, responder, reír, sonreír, divertirse, lo pasa bien, hace
amigos con facilidad, sus amigos lo pasan bien con él? Si eso es así, el desarrollo de la inteligencia
emocional de su hijo va por buen camino. La inteligencia emocional se desarrolla en el seno de las
interacciones entre las personas, aprendiendo las habilidades sociales necesarias para disfrutar de
la compañía de los demás.
La socialización es el proceso mediante el cual las personas alcanzan su verdadero
desarrollo psicológico. Se hace necesario interactuar de manera socialmente aceptable para
desarrollar nuestra emocionalidad, y una manera sana de hacerlo es conversando, sonriendo,
divirtiéndose, haciendo nuevos amigos, confiando en ellos, etc.

EVOLUCIÓN DEL DESARROLLO EMOCIONAL

En un principio, al nacer lo cognitivo no se diferencia totalmente de lo emocional. Ni lo


propio ni lo ajeno.
Al nacer, somos un “universal concreto”. Un miembro de la especie, con las
características genéticas de esa especie, individualizadas por la mediación de los padres, y que
seguirá individualizándose a lo largo de la vida.
La vida afectiva de un niño pasa por diferentes etapas, posiblemente universales, pero en
cada biografía se articulan de manera diferente, para dar lugar a personalidades distintas.

A.- INFANCIA

1.- Nacimiento.
Nacemos incompletos y a medio hacer. Con necesidades que ignoramos y dependientes de
un mundo organizado socialmente. El bebé manifiesta una tendencia hacia los estímulos sociales
del entorno que lo acoge. Así se observan fenómenos como: reacciona de diferente manera ante la
voz humana, sincronizando sus movimientos con ella. El niño, sin saberlo cuenta con que alguien
va a entenderle, atribuyéndole significado e intencionalidad a sus expresiones.
Ante el mundo no somos neutrales. Venimos con necesidades y con “sensores” que
distinguen lo conveniente y lo perjudicial. Somos pues Sistemas dirigidos por Valores, que nos
impulsan hacia aquello que nos causa placer y nos aleja de aquello que nos causa dolor. Las

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consecuencias refuerzan o extinguen las acciones del niño. Observamos pues que el primer trato
con la realidad es afectivo. La percepción es evaluativa (me atrae/lo evito). No objetiva.
El recién nacido expresa sentimientos. El único afecto que se observa en él es el malestar y
su contrapartida, que es el sosiego. El niño se siente mal y llora. El niño está sosegado y sonríe.
Así pues las primeras expresiones de los sentimientos serán reir y llorar; aceptar y rechazar; llamar
y recibir.

2.- Primer año de vida del niño (0 a 12 meses)


Durante los primeros meses de vida se reorganizará la vida sentimental del niño,
apareciendo nuevos sentimientos y emociones ante las diversas experiencias que vive. El entorno
social de la primera infancia, recibido a través de la madre que es la gran mediadora, influye
directamente en la evolución de las estructuras cerebrales responsables del futuro emocional del
niño.
La primera relación niño-madre, constituye una autentica conversación, en la que de
manera prácticamente instantánea se da una correspondencia funcional. En este proceso se
establece la denominada por Trevarthen “Intersubjetividad Primaria” entre el niño y el adulto.
Gracias a ella el niño muestra diferencias de acción ante seres humanos y objetos. Así mismo
aprende las características de comportamiento entre dos seres humanos.
El niño que vive inmerso en un “caos bullente”, el mundo de las experiencias, gracias a la
capacidad traductora de la madre va a ir haciéndose familiar y previsible. La madre induce
cambios de humor en el niño. Le sosiega o bien lo sobreexcita. Le enseña cómo sentir; cuánto
sentir; si hay que sentir algo sobre los objetos particulares del entorno. En este periodo este
moldeamiento social va a ir construyendo el temple básico del niño, es decir su instalación afectiva
en la realidad que dará origen a la Personalidad.
Hacia los 6 meses de vida, se incorporarán un elemento nuevo a los contactos entre niño-
adulto: los objetos. A partir de entonces la relación ente niño y adulto adoptan el modelo de
formatos de interacción(J. Bruner), los cuales pueden identificarse como de atención conjunta;
acción conjunta; y mixtos. Sobre la base de estas interacciones se establece la “Intersubjetividad
Secundaria” según la cual el niño va a dominar los medios de solicitar la intervención del adulto
como apoyo a su propia actividad con el medio físico, interviniendo factores de intencionalidad y
atribución de estados mentales.
Durante el primer años de vida el niño se encuentra ante la dicotomía de adquirir un
sentimiento de “confianza básica” frente a la “desconfianza básica” (Erikson). Un sentimiento
basado en la seguridad de que su necesidades serán atendidas cuando aparezcan. Confianza en que
la persona de apego, estará disponible. El éxito en la resolución nos dará un niño confiado,
optimista y autoconfiado.

3.- Segundo año de vida (12 a 24 meses)


Durante este período el niño muestra una gran actividad y exaltación de emociones
positivas. Se orienta hacia el exterior en un ejercicio de actividad constante. Se constituye como un
yo ejecutor, tomando conciencia progresivamente de su creciente autonomía.
Así mismo comienza a tener cierta comprensión de los sentimientos ajenos. Prueba de ello
es la tendencia que muestran en “chinchar”al adulto, tanteando hasta dónde pueden infringir las
reglas.
Este periodo viene marcado por el deseo de ser uno mismo, en tanto poder querer hacer
libremente. El conflicto a resolver se plantea en la adquisición de un sentimiento de autonomía
frente a la vergüeza y duda. Nuevamente el moldeamiento social puede inclinar la balanza hacia
un polo u otro. El éxito en la resolución de dicho conflicto nos dará un niño con sentimientos de
independencia, asertivo y flexible. En su contra podremos encontrarnos con un niño dubitativo,
avergonzado, precavido y controlado.

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4.- Del tercer año de vida a los 6 años.


A partir de los 24 meses de vida va a aparecer la mayor crisis del desarrollo. El conflicto
entre la nueva autonomía que consigue y la antigua relación simbiótica que abandona. Wallon
caracteriza este momento como Estadio del Personalismo (entre los 3 y los 6 años de vida) en el
que llega la conciencia del “yo”. Hay un fuerte predominio de la vertiente afectiva marcada por la
necesidad el niño de cariño, apoyo y reconocimiento.
Destaca el inicio del período con la crisis de oposición que resulta de afirmar el yo. Se
seguiría con un periodo de gracia en el que el niño desea ganarse a los demás mediante la
demostración de sus habilidades y destrezas. Finalmente aparece la imitación de los modelos
adultos, que acaba por convertirse en identificación con ellos.
En este período aparecen cambios en los sentimientos al intervenir un nuevo factor: las
normas. Aparecen en el mundo del niño los juicios sobre el comportamiento propio y ajeno. El
sentido de la responsabilidad. El orgullo, la vergüenza y la duda.
En este largo período el niño se enfrenta al conflicto de adquirir un “sentimiento de
Iniciativa” frente al de “Culpa”. La autonomía ganada en el estadio anterior orienta al niño a
explorar nuevos dominios y aventurarse a nuevos logros, probándose a sí mismo y los límites de
su entorno. Si la actividad exploratoria le es posible aun dentro de ciertas restricciones y
limitaciones, el niño desarrollará un sentimiento de iniciativa, mientras que si el entorno es muy
restrictivo, las actividades del niño vendrán seguidas por sentimientos de culpa en relación con la
violación de normas.
De manera simultánea a estos procesos, durante estos años de vida los niños han ido
construyendo su identidad existencial, es decir, la conciencia de la existencia de sí mismos como
sujetos independientes de los otros. A partir de ella irán enriqueciendo la imagen de sí mismos con
características y atributos que sirvan para definirse a sí mismo como persona con entidad y
características propias, diferenciadas de los demás. Una identidad de tipo categorial.
En relación al valor o importancia que los niños atribuyan a sus autodescripciones, al modo
cómo evalúa el concepto que tiene de sí mismo, nos adentramos en la autoestima, es decir, en la
dimensión evaluativa de sí mismo. Entre los factores que determinan el tipo de autoestima
Coopersmith pone de relieve la importancia de la aceptación y calidad del trato que dispensaban al
niño los “otros significativos” y la historia personal de éxitos y fracasos.
Las actitudes de los padres y sus prácticas de crianza y educación son los aspectos
determinantes del desarrollo de la autoestima de los niños. Las actitudes y prácticas de los padres
de niños con alta autoestima son del siguiente tipo:
ƒ Padres cariñosos que aceptan a su hijo por completo y le demuestran frecuentemente su
afecto. Lo que los padres y demás educadores piensen del niño y la forma que tengan de
comportarse con él, influye decisivamente en la opinión que el niño se va formando de sí
mismo.
ƒ Padres firmes en el sentido de que establecen reglas que razonan y mantienen de forma
consistente, aunque con flexibilidad. Suelen plantear exigencias al niño que, aunque
adecuadas a su nivel de competencia, le requieran cierto esfuerzo. Una educación en la que
la firmeza está presente, ayuda al niño a desarrollar controles internos.
ƒ Padres que utilizan tipos de disciplina no coercitivos. La existencia de una disciplina firme
pero adecuada a las situaciones y posibilidades del niño que combine afecto y exigencia en
la mejor proporción que en cada caso se pueda.
ƒ Padres democráticos en el sentido de que estimulan al niño a que exprese sus opiniones y
las tienen en cuenta. Respetan al niño tal como es y se sirven más de la razón que de su
estatus de padres para convencerlo.

5 - la etapa de primaria. De los 6 a los 12 años.

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Suele describirse esta época como un periodo de latencia, algo así como el puente de unión
entre la sexualidad pregenital infantil y la sexualidad genital que aparece en la pubertad.
En la descripción que realiza Erickson se destaca una reorientación de la energía psíquica
y emocional del niño. En este periodo estaría en juego la adquisición de sentimiento de
laboriosidad frente a inferioridad. Niños y niñas van a dedicar su energía a los problemas sociales
y al aprendizaje que la sociedad en la que viven les impone. Se consagran a la mejora de sí mismos
y sus propias capacidades, con importantes componentes competitivos de los que se trata de salir
con el menor daño posible, a la autoestima, tratando por todos los medios de evitar los
sentimientos de inferioridad e incompetencia.
Las relaciones de los niños y las niñas con sus progenitores evolucionan en esta fase hacia
un nivel realista de dependencia en aquellas áreas en las que ésta resulta todavía necesaria, y de
independencia, allí donde el niño puede permitirse relaciones más igualitarias.
Otros adultos distintos de los padres cobran un papel significativo y, sobre todo, ganan una
enorme importancia los compañeros o iguales, con los que el niño se identifica o se opne, se une o
se enemista, pero sobre todo se compara.
Respecto a la autoestima se observa que si bien las actitudes y prácticas de los padres van a
seguir teniendo un papel crecientemente importante en su determinación, las relaciones que el niño
va estableciendo con sus iguales van a ir jugando un papel crecientemente importante. El niño, que
había construido una imagen de sí mismo en base a las relaciones tempranas con su familia, tiene
ahora la oportunidad de enriquecer esta primera imagen de sí mismo, confirmala o modificarla.
Por otro lado la experiencia del niño en la escuela va a alentar una faceta específica que ha
dado en denominarse autoconcepto académico y que parece ser un factor determinante del
rendimiento escolar.

LAS HABILIDADES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL.

A.- INTRODUCCIÓN.
Las conductas sociales que el niño manifiesta, las va aprendiendo a lo largo de la vida.
Cuando un niño nace no sabe jugar con otros, conversar, pelear, pues bien todas estas conductas y
muchas más, y la mayoría de lo que un niño piensa, hace y siente, las va aprendiendo en su
relación con otras personas, adultos y niños dentro de un contexto social. (MONJAS, 141).
La importancia del desarrollo de las habilidades de la inteligencia emocional en la infancia
vienen avaladas por múltiples investigaciones en las que se ha demostrado que:
ƒ Los niños que no saben relacionarse adecuadamente con otros niños, no son queridos ni
aceptados por sus compañeros, además con el tiempo llegan a estar aislados y retraídos de
los demás o sufren rechazo por parte de otros, lo que implica serias dificultades de
adaptación personal, escolar y social.
ƒ Por el contrario los niños que son socialmente competentes, son queridos por sus
compañeros y amigos, resultan agradables a los adultos y a largo consiguen más éxitos
escolares y un mayor ajuste y adaptación al entorno social.

El aprendizaje de las habilidades sociales en la familia se puede llevar a cabo de dos


formas, ambas válidas y necesarias:
ƒ La primera de forma espontánea y continuada, lo que es el día a día en el hogar e
interacción familiar.
ƒ La segunda forma mediante un programa. Nosotros proponemos un Programa de
Enseñanza de H. Actualmente hay publicados varios programas

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Nosotros, basándonos en el Programa de Habilidades de interacción Social (PEHIS)


(MONJAS, 137-148) vamos a exponer un listado de habilidades sociales con unas estrategias, una
secuencia y cuando y dónde enseñarlas para aplicarlas dentro del hogar y en su interacción social.
Las habilidades sociales se pueden aprender tanto en casa como dentro y fuera del colegio.
Nosotros centraremos el aprendizaje en el hogar, este muy importante pues el objetivo es facilitar
la adaptación personal y social de nuestros hijos/as y se dirige :
• Tanto a los niños que presentan dificultades o conductas sociales inadecuadas, para
intervenir en su problemática concreta modificando sus pautas de comportamiento
inadecuadas y enseñar otros comportamientos más adaptativos
• Como a los niños cuya conducta social es normal, cuyo objetivo es prevenir y aumentar
su competencia social.

B.- LISTA DE HABILIDADES SOCIALES.

A continuación exponemos un listado de habilidades sociales, que se ponen en juego en


situaciones de interacción social, es decir en las que nuestros hijos se ponen en relación con
otros/as niños/as. Son ejemplos pedir un favor, disculparse por llegar tarde al colegio, expresar
enfado, compartir algo... Vamos a agrupar treinta habilidades sociales agrupadas en seis áreas
siguiendo el Programa de Enseñanza de Habilidades de Interacción Social de MONJAS (142-144):

1.- El Área de Habilidades básicas de interacción.


Incluye habilidades y comportamientos básicos y esenciales que el niño necesita para
relacionarse con cualquier persona de su entorno, ya sea niño o adulto. Se incluyen habilidades de
protocolo social como son los saludos, presentaciones, cortesía y amabilidad... son
comportamientos básicos que todos debemos utilizar en nuestras relaciones diarias. Son ejemplos:
decir gracias, pedir permiso, disculparse y pedir perdón.

2.- En el Área de Habilidades para hacer amigos y amigas.


Se abordan habilidades esenciales en el niño para el inicio, desarrollo y mantenimiento de
interacciones positivas y mutuamente satisfactorias con otros niños. Destacamos: alabar y decir
cosas positivas a los otros, ayudar, cooperar y compartir.

3.- En el Área de conversaciones.


Agrupamos habilidades que permiten al niño iniciar, mantener y finalizar conversaciones
con los iguales y/o con los adultos. Es importante que el niño se comunique adecuadamente pues
es un medio crucial para la participación y aprendizaje.

4.- En el Área de Habilidades relacionadas con los sentimientos, emociones y opiniones.


Recoge habilidades muy importantes para el niño como son: decir cosas positivas de él
mismo, expresar sus emociones, aceptar y recibir las emociones positivas y negativas de los
demás. También recopila habilidades relacionadas con la defensa de los propios derechos como
son: hacer peticiones y ruegos a otras personas, decir no o defender lo propio, habilidades que
ayudarán al niño a su autoafirmación.

5.- En el Área de Solución de problemas interpersonales.


Tiene como objetivo que el niño aprenda a afrontar y solucionar lo conflictos que tenga con
otras personas. El objetivo principal es que el niño aprenda a solucionar sus problemas por el
mismo buscando alternativas de solución, previendo consecuencias de sus actos, evaluando las
soluciones posibles y probando la solución elegida.

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6.- En el Área de relación con los adultos.


Incluye comportamientos que permiten y facilitan la relación adecuada y positiva del niño
con los adultos de su entorno social principalmente padres, profesores, educadores y familiares.

C.- ENSEÑANZA DE LAS HABILIDADES SOCIALES.

Para enseñar a nuestro/a hijo/a las habilidades de interacción social señaladas, tenemos que
manejar sencillas técnicas de enseñanza y seguir una secuencia de enseñanza:

A) Técnicas de enseñanza: Las principales técnicas en la enseñanza de la competencia emocional


a los niños son:

1) Instrucción verbal y modelado: El padre, la madre y /u otras personas (hermanos,familiares


y/o amigos) demuestran al niño cómo tiene que ejecutar la habilidad que tiene aprender a
la vez que le instruyen directamente y le dan indicaciones de cómo hacerlo. El padre hace
de modelado y le explica a su hijo lo que va haciendo y el niño observa cómo lo hace.
Ejemplo de modelado: "Esta mañana al ir a comprar a la tienda, me he encontrado con
Pablo el vecino de arriba y le he saludado, me he acercado a él, le he mirado, le he sonreído
y le dicho: "Buenos días Pablo, ¿qué tal estás?". El me ha mirado, me ha sonreído y me ha
contestado: "Muy bien, ¿y tú? "Bien", le he contestado yo. Como se me hacía muy tarde
para ir a trabajar, le he despedido".
2) Práctica: A continuación el niño práctica y ensaya la conducta hasta que la aprenda. Esta
práctica puede realizarse:
a) En situaciones "artificiales", es decir de aprendizaje se trata de hacer una dramatización
o simulación de una situación en la que niño tiene que poner en juego la habilidad. Por
ejemplo se simula que el niño está en la calle y se encuentra con un amigo del colegio
al que tiene que saludar. Los miembros de la familia se distribuyen los papeles: el
padre hará de amigo, un hermano será el compañero, etc.
b) En situaciones naturales o normales de las que ocurren en la vida diaria de la familia.
Es la "Práctica Oportuna", por ejemplo al visitar la casa de unos amigos, se pide al
niño que salude a las personas que se hallan en el salón.
c) Recompensas: La mejor estrategia de la recompensa es que el padre o la madre dicen o
hacen algo agradable al niño después que éste ha practicado y ensayado correctamente
las conductas que queremos enseñarle. Queda demostrado que la conducta
recompensada tiende a repetirse y la conducta sin recompensa se debilita y tiende a
desaparecer. Así mismo recompensaremos al niño, aunque su conducta no sea
totalmente correcta, pues es conveniente recompensar las mejorías aunque estas sean
muy pequeñas. Veamos los principales tipos de recompensas:
• Materiales: Son golosinas, chucherías, regalos o dinero. Debe utilizarse en contadas
ocasiones y en casos especiales.
• Actividades gratificantes como salir al parque después de haber resuelto un
conflicto que tenía con su hermano.
• Sociales: Mostraremos al niño nuestra estima, atención e interés por medio de
palabras y frases de elogio, halago, alabanza y aprobación, gestos (sonrisas,
guiños...) y contacto físico (caricias, abrazos, besos, cosquillas...). Estas
recompensas son las más poderosas y las que utilizaremos pues son efectivas,
especialmente cuando demos la recompensa inmediatamente y siempre que se
presente la conducta en juego, especialmente al principio del aprendizaje; también
utilizaremos recompensas sociales que gusten a nuestro hijo/a y además le
informaremos y describiremos al niño por qué se le gratifica.

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3) Diálogo y Debate: Esta técnica básicamente consiste en que la familia habla y dialoga
sobre la habilidad que se está trabajando. Es necesario que en estos diálogos participe toda
la familia para manifestar la importancia de la habilidad que está aprendiendo. Es
conveniente aprovechar para el diálogo momentos en que la familia este relajada y
tranquila como paseos, excursiones, sobremesas... El diálogo girará en torno a los
siguientes puntos:
• Definición y descripción de la habilidad.
• Importancia y relevancia de la habilidad con sus ventajas e inconvenientes.
• Aplicación de la habilidad a la propia vida y actividades del niño, personas y
situaciones.

B) Secuencia de Enseñanza: Para enseñar una habilidad social a mi hijo/a tendremos en cuenta la
siguiente secuencia:
1) Determinar e identificar situaciones diarias (en casa y fuera de ella) en que es adecuado,
conveniente, necesario o imprescindible que mi hijo/a ponga en práctica la habilidad de
que se trate.
2) Observar si mi hijo/a en esas situaciones, hace o no hace las conductas necesarias:
• Si lo hace, determinar si es siempre que es necesario o de vez en cuando.
• Si no lo hace, determinar si realmente no lo sabe o sí sabe hacerlo pero, por diversas
causas, no lo hace.
3) Mi hijo/a no sabe la habilidad, por lo tanto hay que enseñársela. Así pues utilizo las
técnicas señaladas como modelado, instrucción verbal, práctica, refuerzo o recompensas.
4) Mi hijo/ a sí sabe la habilidad, pero no la pone en práctica perfectamente y/o en todas las
situaciones en que es necesario. Por ello:
• Si lo hace espontáneamente, le recompenso y alabo.
• Si no lo hace, le incito, le ayudo, le doy pistas para que lo haga y después de que lo
hace, lo elogio y alabo.
5) Mi hijo/a sí sabe la habilidad y la pone en práctica habitualmente. Para que lo siga
practicando, de vez en cuando, le elogio y le alabo después de que le veo ejecutar la
habilidad.

D.- CUÁNDO Y DÓNDE ENSEÑAR LAS HABILIDADES SOCIALES.


No hay reglas fijas para determinar cuándo y dónde enseñar las habilidades sociales a
nuestros hijos e hijas, pues opinamos que es preferible que los padres lo determinen atendiendo a
sus características, interés, tiempo disponible y necesidades del niño. De todas formas es
recomendable tener en cuenta las siguientes orientaciones:

a. Es conveniente fijar un tiempo determinado al día o a la semana y en períodos cortos de


diez a quince minutos.
b. Hay que aprovechar oportunamente los muchos y variados momentos que se producen
en la vida familiar y social y en los que de forma espontánea y natural, se han de poner
en juego diversas habilidades sociales.
c. El lugar donde se realicen los debates y diálogos conviene que sea un lugar tranquilo y
sin interferencias. Ahora bien la práctica “oportuna” de la habilidad social puede
hacerse en donde se presente la oportunidad de llevarla a cabo.
d. El ambiente durante las actividades relacionadas con las conductas de interacción social
ha de ser positivo, divertido y atrayente para el niño y para los otros miembros de la
familia.

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BIBLIOGRAFÍA

9 FERNANDEZ ABASCAL,E y OTROS (2003): "Emoción y Motivación. La adaptación


humana", Ed. Centro Estudios Ramón Areces, S.A, Madrid.
9 GOLEMAN,D (1997): "Inteligencia Emocional", Kairos, Barcelona.
9 GROP (Coordinado por Rafael Bisquerra). (2003): Educación emocional. Programa para 3-6
años. Praxis. Madrid.
9 GROP (Coord. Agnés Renom Plana) (2003): Educación emocional. Programa para Educación
Primaria (6-12 años). Praxis. Madrid.
9 MARINA,A (199 ?): "El laberinto Emocional". Anagrama.
9 MONJAS CASARES.Mª I (2002): "Programa de enseñanza de habilidades de interacción social (PEHIS). CEPE.
Madrid.
9 VALLÉS ARÁNDIGA, Antonio. (2000): La inteligencia emocional de los hijos. Como
desarrollarla. EOS. Madrid.

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ANEXOS

LISTA DE ÁREAS Y HABILIDADES SOCIALES DEL PROGRAMA DE HABILIDADES DE INTERACCIÓN


SOCIAL (PEHIS).

ÁREA 1. HABILIDADES BÁSICAS DE INTERACCIÓN SOCIAL

1.1. Sonreír y Reír


1.2. Saludar.
1.3. Presentaciones

ÁREA 2. HABILIDADES PARA HACER AMIGOS Y AMIGAS.

2.1. Reforzar a los otros.


2.2. Iniciaciones sociales.
2.3. Unirse al juego con otros.
2.4. Ayuda.
2.5. Cooperar

ÁREA 3. HABILIDADES CONVERSACIONALES

3.1. Iniciar conversaciones.


3.2. Mantener conversaciones
3.3. Terminar conversaciones
3.4. Unirse a la conversación de otros.
3.5. Conversaciones de grupo.

ÁREA 4. HABILIDADES RELACIONADAS CON LOS SENTIMIENTOS, EMOCIONES Y OPINIONES.

4.1. Autoafirmaciones positivas.


4.2. Expresar emociones
4.3. Recibir emociones
4.4. Defender los propios derechos.
4.5. Defender las propias opiniones.

ÁREA 5. HABILIDADES DE SOLUCIÓN DE PROBLEMAS INTERPERSONALES

5.1. Identificar problemas interpersonales.


5.2. Buscar soluciones.
5.3. Anticipar consecuencias.
5.4. Elegir una solución.
5.5. Probar solución.

ÁREA 6. HABILIDADES PARA RELACIONARSE CON LOS ADULTOS.

6.1. Cortesía con el adulto.


6.2. Refuerzo al adulto
6.3. Conversar con el adulto
6.4. Peticiones al adulto
6.5. Solucionar problemas con adultos

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TEST DE LA FAMILIA EMOCIONAL

APLICACIÓN:
Respondiendo a estas preguntas se puede conocer mejor la clase de familia emocional que somos. No existen
respuestas buenas o malas, sino respuestas sinceras que obedecen a lo que ocurre en la realidad y los padres e hijos
conocen y observan. Esas respuestas caracterizan el estilo, el modo habitual de pensar, de hacer y de sentir de nuestra
familia emocional.

La manera de contestar es la siguiente: De manera con que cada comportamiento (pregunta) le ocurra o no lo haga
NUNCA, ALGUNAS VECES O SIEMPRE, se coloca una cruz en la casilla correspondiente.

¿Qué clase de familia emocional somos? Siempre Algunas Nunca


veces
1. Somos una familia que compartimos los sentimientos y estados de ánimo, es
decir, nos preocupamos por identificar qué le ocurre a cada uno de los
miembros.
2. Nos gusta escucharnos, conocer cuáles son nuestras opiniones, inquietudes,
emociones, sentimientos...
3. Entre todos acordamos las normas que deben existir en casa para que todo
funcione mejor.
4. Somos una familia que concedemos más importancia a lo espiritual, lo
relacional, el compromiso, el comportamiento, la emocionalidad... que a los
bienes materiales.
5. Somos una familia muy unida en lo bueno y en lo malo.
6. En la familia todos nos respetamos unos a otros.
7. Cuando hay una adversidad en familia la afrontamos de manera solidaria, sin
ocultarla.
8. Nuestra filosofía de vida es no hacerle daño nadie, ni daño físico ni daño
emocional. Para eso cuidamos mucho nuestras palabras, que no ofendan y
sean respetuosas.
9. Nuestro estilo de resolver los conflictos es el diálogo tranquilo, sereno con el
deseo de no alterarnos emocionalmente.
10. Somos una familia que damos una gran importancia a la sinceridad.
11. Algo muy importante para nuestra familia es que todos nos desarrollemos
felizmente, que tengamos salud física y salud emocional.
12. Somos una familia que busca tiempo de donde no lo hay para comunicarse
entre todos, especialmente con los hijos.
PUNTUACIÓN TOTAL

LOS RESULTADOS

ƒ A cada respuesta que haya contestado NUNCA le corresponde 0 puntos.


ƒ A cada respuesta que haya contestado ALGUNAS VECES le corresponde 1 punto.
ƒ A cada respuesta que contestado SIEMPRE le corresponde 2 puntos.
ƒ Haga la suma de los puntos obtenidos y anótelos.

VALORACIÓN.

ƒ Entre 0 y 7 puntos: MUY BAJO.


ƒ Entre 8 y 12 puntos: BAJO.
ƒ Entre 13 y 18 puntos: MEDIO -BAJO.
ƒ Entre 19 y 25 puntos: MEDIO-ALTO.
ƒ Entre 26 y 32 puntos: ALTO.

El SIGNIFICADO DE LAS PUNTUACIONES

ƒ MUY BAJO: La puntuación obtenida indica que su familia no conoce suficientemente qué emociones son las
que vive, no valora adecuadamente sus capacidades, pese a tenerlas.

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ƒ BAJO: Con los puntos obtenidos las habilidades emocionales de la familia son todavía escasas. La familia
necesita conocerse un poco mejor y valorar más lo que es capaz de hacer. Debe aprender a conocer qué
emociones experimenta, como controlarlas, como expresarlas y cómo identificarlas en los demás. Todo ello
es fundamental para que todos los miembros de la familia se sientan emocionalmente bien y desarrollen toda
su personalidad de una manera eficaz.
ƒ MEDIO –BAJO: Con la puntuación obtenida se está rayando lo deseable para las adecuadas habilidades
emocionales de la familia. Los miembros conocen muchas cosas de lo que piensa, hace y siente, y también
sobre cómo manejar y expresar las emociones y estados de ánimo. De igual modo, es capaz de comunicar
bien sus sentimientos y necesidades, pero... debe mejorar.
ƒ MEDIO-ALTO: No está nada mal la puntuación obtenida. Indica que su familia tiene un buen conocimiento
de sí misma, de sus emociones y sentimientos y se comunica adecuadamente.
ƒ ALTO: Su familia, al parecer y de acuerdo con la puntuación obtenida, debe ser una familia modelo de la
emoción y comunicación. Sus buenas habilidades le permiten un gran conocimiento de sí mismo, de los
objetivos que pretende y las emociones que vive.

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TEST DE HABILIDADES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL (ANTONIO VALLÉS ARÁNDIGA)

APLICACIÓN:
Respondiendo a estas preguntas se puede conocer mejor la manera de actuar de su hijo con las personas que
habitualmente se relaciona. No existen respuestas buenas o malas, sino respuestas sinceras que obedecen a lo que
ocurre en la realidad y los padres conocen y observan. Esas respuestas caracterizan el estilo, el modo habitual de
pensar, de hacer y de sentir de su hijo.
La manera de contestar es la siguiente: De manera con que cada comportamiento (pregunta) le
ocurra o no lo haga NUNCA, ALGUNAS VECES O SIEMPRE, se coloca una cruz en la casilla
correspondiente.

Su hijo/a... Siempre Algunas Nunca


veces
1 Se conoce a sí mismo, sabe lo que piensa, lo que siente y lo que hace.

2 Es capaz de motivarse el sólo para aprender, estudiar, conseguir algo...


3 Cuando las cosas le van mal su estado de ánimo aguanta bien hasta que
las cosas vayan mejor.
4 Llega a acuerdos razonables con otras personas.
5 Sabe qué cosas le ponen alegre y qué cosas le ponen triste.
6 Sabe lo que es importante en cada momento.
7 Cuando hace algo bien se felicita a sí mismo.
8 Se fija en el lado positivo de cosas. Es optimista.
9 Habla consigo mismo en voz baja para reflexionar sobre lo que hace o
debe hacer.
10 Cuando alguien le pide que haga algo inadecuado él/ella se niega a
hacerlo.
11 Cuando alguien le critica injustamente se defiende dialogando.
12 Cuando empieza a preocuparse por algo es capaz de olvidarlo pronto.
13. Se da cuenta de lo que dicen, piensan y sienten las personas con las que se
relaciona.
14. Valora las cosas buenas que hace.
15. Es capaz de divertirse y pasárselo bien.
16. Hay cosas de la casa o tareas del colegio que no le gustan hacer pero al
final acaba haciéndolas.
17. Es capaz de sonreir
18. Tiene confianza en sí mismo/a.
19. Es una persona activa, le gusta hacer cosas.
20. Comprende los estados de ánimo de las demás personas.
21. Le gusta conversar con la gente.
22. Tiene un buen sentido del humor.
23. Aprende de los errores que comete.
24. Cuando se pone nervioso/a puede tranquilizarse fácilmente.
25. Sabe muy bien lo que quiere en cada momento.
26. Tiene algunos miedos, pero es capaz de controlarlos bien.
27. Forma parte de algún grupo, equipo...de deporte, ocio...
28. Él /ella sabe cuáles son sus defectos y cómo cambiarlos.
29. Es una persona creativa, tiene imaginación.
30. Tolera bien la frustración, cuando no consigue lo que quería.
31. Se comunica bien con la gente con la que se relaciona.
32. Es capaz de comprender el punto de vista de los demás.
33. Identifica las emociones que se expresan los demás.
34. Es una persona responsable.
35. Se adapta a las nuevas situaciones aunque le cueste un poco.
36. Es una persona equilibrada emocionalmente.
37. Sabe tomar sus decisiones.
Puntuación total

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LOS RESULTADOS
ƒ A cada respuesta que haya contestado NUNCA le corresponde 0 puntos.
ƒ A cada respuesta que haya contestado ALGUNAS VECES le corresponde 1 punto.
ƒ A cada respuesta que contestado SIEMPRE le corresponde 2 puntos.
ƒ Haga la suma de los puntos obtenidos y anótelos.

VALORACIÓN.
ƒ Entre o y 18 puntos: MUY BAJO.
ƒ Entre 19 y 30 puntos: BAJO.
ƒ Entre 31 y 55 puntos: MEDIO -BAJO.
ƒ Entre 56 y 65 puntos: MEDIO-ALTO.
ƒ Entre 66 y 74 puntos: MUY ALTO.

El SIGNIFICADO DE LAS PUNTUACIONES


ƒ MUY BAJO: La puntuación obtenida indica que chico o la chica no conoce suficientemente qué
emociones son las que vive, no valora adecuadamente sus capacidades, pese a tenerlas.
ƒ BAJO: Con los puntos obtenidos las habilidades emocionales son todavía escasas. Su hijo o hija
necesita conocerse un poco mejor y valorar más lo que es capaz de hacer. Debe aprender a conocer
qué emociones experimenta, como controlarlas, como expresarlas y cómo identificarlas en los
demás. Todo ello es fundamental para sentirse emocionalmente bien y desarrollar toda su
personalidad de una manera eficaz.
ƒ MEDIO –BAJO: Con la puntuación obtenida se está rayando lo deseable para las adecuadas
habilidades emocionales. Su hijo o hija conoce muchas cosas de lo que piensa, hace y siente, y
también sobre cómo manejar y expresar sus emociones y estados de ánimo. De igual modo, es
capaz de comunicarse bien con las personas con las que habitualmente se desenvuelve en el
colegio, en la calle... pero... debe mejorar.
ƒ MEDIO-ALTO: No está nada mal la puntuación obtenida. Indica que tiene un buen conocimiento
de sí mismo, de sus emociones y sentimientos y cómo descubrirlos en los demás. Las relaciones
con la gente las lleva bien controladas y es hábil para expresar sus emociones y comunicarse bien
con la gente.
ƒ ALTO: Su hijo o hija, al parecer y de acuerdo con la puntuación obtenida, debe ser un superhéroe
de la emoción y su control. Se diría que es número uno en eso de la INTELIGENCIA
EMOCIONAL. Sus buenas habilidades le permiten un gran conocimiento de sí mismo, de los
objetivos que pretende y las emociones que vive. Sabe valorar bien sus capacidades y se merece por
su esfuerzo vivir feliz. Maneja bien sus estados emocionales y es capaz de comunicarse
eficazmente con quienes le rodean.

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