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on el desafío completo y el corrupto Alfa de Coldspring derrotado,
Fane ahora es libre de completar el vínculo de emparejamiento con
Jacque y realizar los Ritos de Sangre. A pesar de que el desafío
terminó, los efectos son de largo alcance. Una vez que se sabe que Vasile, uno de
los Alfas más poderosos del mundo está en América, especialmente en
Coldspring, Texas, hay un Alfa que no puede pasar por alto la importancia de
esto. Un Alfa que además comparte el ADN de Jacque, pero, ¿es él a quien ella
necesita temer?

Con su mamá al volante y sus dos mejores amigas, Jen y Sally a remolque,
Jacque se pone en marcha hacia su feliz para siempre. Pronto se dará cuenta que 4
ha sido puesto en marcha un plan que cambiará su rumbo y posiblemente la
alejará del agarre de Fane para siempre. Hará falta una manada de lobos, el amor
de su madre, la implacable determinación de sus dos mejores amigas, su propio
deseo de sobrevivir y el amor eterno de su compañero para traerla a casa. La
pregunta sigue siendo la misma, si ella lucha, si resiste, ¿quién será? ¿Qué quedará
de ella una vez que esté de vuelta en los brazos de su compañero?

Segundo Libro de la Saga The Grey Wolves


Traducido por Nelshia

Corregido por Laurence15


abes, me veré ridícula en eso, ¿verdad? —preguntó Jacque a
Sally mientras miraba el vestido rojo que sus dos mejores
amigas habían colgado en la parte de atrás de la puerta de su
dormitorio—. Quiero decir, ¿por qué no sólo cosen una capucha en él, ponen una
canasta de galletas en mi mano y me envían a ver a la abuelita? —preguntó Jacque
sarcásticamente, pero también algo dramática. No entendía por qué Sally y Jen
insistían en que usara un vestido para la ceremonia de unión. Les había recordado
en varias ocasiones, y lo haría otra vez, que no era una boda. Desde el desafío
todo se había estado moviendo tan rápidamente que realmente no tuvo la 5
oportunidad de vetar su decisión y nadie más parecía dispuesto a saltar en su
defensa. Así que, por desgracia, permanecía en su habitación con sus dos mejores
amigas causando estragos en su vida, tratando de decirle que iba a ponerse este
ridículo vestido rojo.

—Entonces, ¿cómo fueron las cosas con Fane anoche? —preguntó Jen,
sacando a Jacque de sus pensamientos.

Esa simple pregunta le recordó a Jacque que el desafío apenas había


ocurrido ayer. Se sentía como si hubiera sido hace días, pero sólo habían sido
horas. Ayer por la noche después del desafío, Fane había venido a pedirle perdón
por hacerle creer que había muerto durante éste. Realmente pensó que ella no
entendería por qué tomó esa decisión. Jacque no iba a negar el hecho de que le
dolió, pero entendía el razonamiento detrás del mismo, y si mantuvo vivo a Fane
eso era todo lo que importaba.

—Todo está bien —dijo Jacque con indiferencia.

Las dos chicas se detuvieron simultáneamente y miraron a Jacque con


incredulidad.
—Mordí a Fane como un juguete para masticar y lo escupí. Sally casi lo
golpea hasta la próxima semana. ¿Y eso es todo lo que tienes para decirnos? Odio
decirte esto, princesa lobo, pero eso no va a ser suficiente. —Jen cruzó sus brazos
sobre su pecho y comenzó a dar golpecitos con el pie. Era muy obvio que Jacque
no dejaría esta habitación hasta que cediera a lo bueno. Supuso que se lo merecían
después de todo lo que habían hecho por ella. Vamos, Jacque, échales un hueso,
se dijo.

—Fane vino a mi habitación y se sentó al lado de mi cama mientras todavía


estaba medio dormida. Me desperté con él besando mis mejillas, mi nariz, mi
barbilla, y luego mis labios. Estaba segura de que estaba soñando, pero parecía
demasiado real. Entonces enloquecí. Decidí que debí haber saltado de la parte
más profunda después de la semana infernal de “las historias de folklore cobran
vida”. Estaba viendo a mi compañero muerto sentado en mi cama.

Antes de que Jacque pudiera seguir, Jen la interrumpió.

—Bien, todo eso es estupendo y maravilloso, pero quiero el plato principal,


no los rollos antes de la cena. El plato principal, Jacque, llega a él.
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Jacque puso los ojos en blanco.

—Tengo que desarrollar todo hasta el plato principal o de lo contrario no


será en realidad el plato principal. Sin embargo, por el bien de tu cordura voy a
acelerarlo. Después que me diera cuenta de que era verdad y real, él me abrazó y
accidentalmente gemí de dolor.

—Oh, diablos. Entró en modo posesivo, celoso, ya-no-tengo-más-un-


cerebro, ¿no es así? —preguntó Sally con sarcasmo.

—Punto para ti. Vio el moretón en mi estómago y estuvo a punto de dejar


caer todo su kung-fu de hombre lobo sobre su manada. No puedo creer que todos
ustedes no lo oyeran gritar. Pero lo callé cuando saqué la tarjeta de “estoy
magullada porque tú jugaste al muerto”. Siempre funciona. —Jacque guiñó.

—Lindo —dijeron Jen y Sally, chocando los puños.

—Luego nos besamos. Mucho. Sí, hubo un montón de besos. Ah, y ahí
estaba ronroneando. Pero todas las ropas se quedaron puestas, Jen, lamento
arruinar tu fantasía.
—Tú no estás ni un poco arrepentida por estropear nada. Al menos dime
si es un buen besador —se quejó Jen.

Jacque la miró, entornó sus ojos esmeraldas con un brillo malicioso.

—Mi dulce, dulce Jen, él es bueno en todo.

—Muy bien, señoritas, ambas de nuevo en sus esquinas. Jacque está


casándose hoy, así que tiene que haber un alto al fuego. —Sally indicó las
esquinas que quería que Jacque y Jen ocuparan.

—No me estoy casando, no hay un anillo involucrado.

—Lo dice la princesa lobo que nunca se ha unido a un hombre lobo antes
—señaló Jen.

—Detalles, detalles —bromeó Jacque.

De repente se sintió claustrofóbica, como si la habitación empezara a


hacerse más pequeña. Le recordó a Alicia en el País de las Maravillas cuando se
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come el pastel y comienza a crecer hasta que la habitación es tan pequeña que es
aplastada contra ella. Necesitaba aire. Jacque se acercó a la ventana y la abrió.
Sintió el calor del verano golpear su cara, y a pesar de que estaba caliente, era
refrescante y ayudó a despejar su mente de todas las preocupaciones que se
estaban acumulando poco a poco en los estantes de su mente. Con cada
respiración profunda que tomó, sintió como si estuviera empujando lentamente
cada pila de preocupaciones en una bolsa de basura. Respira, empujó la
preocupación de dejar Coldspring en la bolsa; respira, después la preocupación
por su madre, vendrá a Rumanía o se quedará aquí; respira, la preocupación de
sus amigas; respira, la preocupación por la ceremonia de unión; respira, la
preocupación por los Ritos de Sangre; respira. Finalmente, los estantes estaban
limpios, y ahí en su mente, entre los estantes vacíos estaba Fane.

«Hola meu inimă1, ¿haciendo limpieza de primavera?» le preguntó Fane,


utilizando su vínculo.

Jacque no pudo reprimir la sonrisa que siguió; debería haber sabido que él
estaría escuchando.

1
Meu inimă: En rumano, significa “mi corazón”.
Sobre todo porque estaba más emocional que de costumbre. Bueno,
realmente no era una declaración justa porque había estado emocional durante
los últimos 5 días. Conocer a tu compañero lobo tiende a hacer eso a una chica.

«Sólo tenía que poner las cosas en su lugar, ¿cómo estás?» Jacque sintió la
calidez que él estaba vertiendo en su mente, el amor que quería que sintiera, y eso
sólo le daba más ganas de estar en sus brazos.

«Pronto, amor.»
«Sigues diciéndolo hombre lobo, ¿cuándo pronto se convertirá en ahora?»
se burló Jacque. «Ahora vete. ¿No es de mala suerte ver a tu compañera antes de
la cosa de la unión?»
Lo oyó reír.

«No, meu inimă, estás pensando que es de mala suerte que el novio vea a
la novia antes de la boda. Puedo verte todo lo que quiera. De hecho puedo ir a
rescatarte de esas dos, si quieres.»
«Está bien, ellas tienen buenas intenciones, son sólo un poco rudas en la 8
ejecución. ¿A qué hora empieza la juerga?» preguntó Jacque.
«Empieza a la 1:00 pm. Te veré allí Pequeña Roja.» La voz de Fane se
desvaneció de su mente y pudo sentir su humor. Oh, ¿no era él tan lindo?,
acopiando la idea de sus dos mejores amigas para una broma de mal gusto,
convirtiéndola en la pequeña niña que casi terminó como la cena del lobo.

—Vaya, qué ojos tan grandes tienes, hombre lobo —dijo Jacque en voz
alta, incapaz de detener su sarcasmo hirviendo.

—Para verte mejor, mi amor —intervino Jen.

—¡Qué orejas tan grandes tienes! —continuó Sally con su divertido relajo.

—Para oírte mejor, mi amor —siguió Jen.

—¡Qué dientes tan grandes tienes! —se burló Sally, con las manos a ambos
lados de la cara.

—Para comerte mejor, mi amor. —Jen se rió, pero no había terminado.


Fiel a su estilo, Jen añadió su propio sentido del humor retorcido—: Vaya, qué
grande…
Sally golpeó una mano sobre su boca, dándose cuenta rápidamente hacia
dónde iba Jen con esa afirmación.

Jacque se echó a reír con tanta fuerza que había lágrimas corriendo por sus
mejillas. Tan pronto como Sally apartó la mano, Jen añadió rápidamente:

—Para-comerte-mejor. —Antes de que Sally pudiera volver a taparle la


boca.

Jacque abruptamente dejó de reír.

—Ya habías dicho eso —dijo, confundida.

—Así lo hice, mi dulce flor inocente. —Jen comenzó a explicar, pero una
vez más fue frustrada por Sally.

—Jen, cállate. Jacque, simplemente permítete reflexionar sobre esa


declaración en una fecha posterior —le dijo Sally, sonando de todo menos a June
Cleaver2.
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—Muy bien, pasando de nuestra rara obra de teatro improvisada. Lo
entiendo, me quieren vestir toda bonita para esta ceremonia y bien puedo
seguirles el juego o ustedes dos harán un infierno de todo esto. De eso es lo que
se trata el vestido rojo, ¿no?

—Eres más lista de lo que pareces, Sherlock —dijo Jen, mientras se


levantaba—. Te daremos tu verdadero vestido, si prometes jugar bien. De lo
contrario, vas a ser la Caperucita Roja Deslavada, porque el rojo realmente no
favorece en nada tu piel.

—Vaya, gracias por esa aguda observación, Watson. Bien, ustedes ganan,
saquen las armas grandes.

Jen salió de la habitación y regresó antes que Jacque pudiera preguntarle a


dónde iba. Regresó con una percha del cual presumía su vestido colgaba, pero no
podía decirlo con seguridad porque estaba cubierto con uno de esos protectores
de ropa con cremallera. Cuando Jen lo colgó en la parte de atrás de la puerta de
la habitación de Jacque, cubriendo efectivamente el vestido que la habría

2
June Cleaver: Protagonista de una serie de televisión antigua; personaje cuya imagen es un estereotipo de
los educados y perfectos padres de los suburbios.
convertido en la versión viva de un cuento de hadas de mal gusto, Sally comenzó
a desabrochar la bolsa mientras tarareaba la canción de marcha nupcial.

—Lindo, Sally, eso es realmente lindo —le dijo Jacque sarcásticamente.

—Cuidado, Roja. Realmente odiaría tener que incorporar más del famoso
cuento de hadas en tu ceremonia, pero voy a hacerlo si fuerzas mi mano —
amenazó Sally mientras sacaba el vestido de la bolsa colgando.

Jacque contuvo el aliento ante la vista, tan simple pero muy elegante y
llamativo a la vez. Tuvo que admitir que estaba impresionada con el gusto de sus
amigas. El vestido era principalmente blanco, con una falda de doble vuelo que
llegaba justo por encima de las rodillas. La cintura tenía una faja verde cosida en
el vestido y el vuelo verde sobre la falda tenía algunos arreglos florales. Para
complementarlo, habían añadido una chaqueta bolero verde oscura, de manga
corta abultada, y de satén con bordes rizados corriendo a lo largo del borde del
cuello alto y hacia abajo en las mangas. Era simplemente perfecto.

«Oye hombre lobo, incluso pensaron en ti y previeron una cobertura para


mis marcas.» Jacque le envió el pensamiento a Fane. 10
«¡Qué considerado de su parte, Luna, aunque no puedes pensar
honestamente que hubiera permitido que vinieras con ese vestido sin chaqueta!»
respondió Fane.

«Tienes suerte de que no estás a mi alcance en este momento, porque con


ese pequeño comentario te habrías ganado alguna represalia, y aún podrías si no
me siento generosa más tarde» le regañó.
Su única respuesta fue una suave risa en su mente, y pensó que podría haber
sentido su mano acariciar su rostro. Vaya, pensó Jacque, él va a ser mi muerte.

—¿Podrías por favor dejar de hablar con tu sexy lobo y decirnos lo que
piensas del vestido? —dijo Jen, sacando a Jacque de sus pensamientos.

—¿Cómo sabías que estaba hablando con él? —preguntó Jacque.

—Siempre pones esa mirada intensa en tu cara, así que me imagino que o
estás estreñida o bien hablando con Fane. Si no estás hablando con Fane,
entonces debes ver a un médico porque estás estreñida muchas veces —explicó
Jen. Sally se carcajeó por el comentario de Jen y Jacque le dedicó a Jen un gesto
con su mano nada propio de una dama.
—Tengo que admitir que se han superado —les dijo Jacque—. Realmente
es hermoso y de buen gusto, y la chaqueta fue el toque perfecto. Muchísimas
gracias, chicas. Oh mierda, creo que voy a llorar —dijo Jacque, muy a su pesar.

—No empieces las obras de agua, habrá un montón de tiempo para eso
más tarde —se burló Sally.

—De acuerdo chicas, necesito algo de comer antes de deslizarme en ese, si


se me permite añadir, mucho más apropiado vestido, así que bajemos para que
pueda conseguir mi atracón —anunció Jacque.

—Por favor, dime que no le dices “conseguir mi atracón” a Fane cuando


estás hablando de comer —suplicó Sally.

Jacque agitó las manos en el aire en un gesto indiferente.

—Puede tomarme como soy, con mi atracón y todo, o no.

—Oh, estoy bastante segura de que quiere tomarte, y muy posiblemente


como su atracón. —Rió Jen.
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Sally le dio a Jen su acostumbrado golpe de puño.

—¿Qué haría sin ti y tus insinuaciones sexuales, mi dulce amiga


ninfómana?

—Podrías ser cuadrada —le dijo Jen, sus dedos trazando la forma en el
aire.

—Hum, sí que lo sería —concordó Sally pensativamente.

Las chicas se dirigieron abajo y comieron unos sándwiches de mantequilla


de maní y jalea. Permanecieron en silencio mientras comían. Jacque terminó
primero y justo cuando se dirigía arriba para cambiarse, su madre entró en la
cocina.

—Señoritas, necesitan darse prisa si queremos llegar a tiempo —les dijo


Lilly.

—Sólo tengo que arreglarme el cabello, ponerme mi vestido, y entonces,


estoy en el juego —respondió Jacque.
—Corrección, yo necesito arreglar tu cabello. No se sabe qué tipo de
desastre harías con tu cabeza —agregó Sally.

—¿Decidiste cooperar con tus socias en el crimen para que así no fueras la
primera Caperucita Roja viviente en el mundo? —le preguntó su mamá.

Jacque miró a Sally y Jen, dándoles su mejor mirada de “si yo fuera un


lobo les mordería el trasero”.

—Sí, ganaron esta ronda, pero ya sabes lo que dicen de la venganza.

Jen se rió mientras ella y Sally la arrastraban por las escaleras para ayudarla
a vestirse.

—Siéntate, relájate y cálmate, para que pueda arreglar este lío rebelde a lo
que tú llamas cabello.

—Tienes que recogerlo de sus hombros para la mordida, la cosa de la


mordida, si sabes lo que quiero decir —dijo Jen, chasqueando los dientes juntos.

—Cielos, Jen. Muchas gracias por el recordatorio del hecho de que voy a 12
ser un juguete mordelón más tarde esta noche. No estoy lo suficientemente
nerviosa como estoy ahora ni nada así —le dijo Jacque.

—Sólo estoy diciendo —dijo Jen poniendo los ojos en blanco y encogiendo
sus hombros—. Si fuera yo quien fuera a conseguir una mordida de un caliente,
digno de babear, bola de pelo rumano, vamos a decir que no lo haría que me
persiguiera demasiado tiempo.

—Sí, bueno conociéndote, Jen, la llamada bola de pelo no sería el único


haciendo lo de la mordida —se burló Sally secamente.

—Sin dudarlo, mi dulce flor de pared. Pero más al grano, ¡no sería sólo mi
cuello lo que estaría mordiendo! —Jen al parecer se carcajeó con todas sus ganas
de su propio comentario, ya que casi se cayó de la silla de la risa, aunque el zapato
que Jacque lanzó a su cabeza no mejoró las cosas.

—Jacque, deja de tirar zapatos a la cabeza de Jen. Jen, si es posible deja de


ser una pervertida como por 5 minutos.

—Que sean dos minutos y medio, y tenemos un trato —respondió Jen.


—Sin vergüenza —murmuró Jacque—. La ninfómana es absolutamente,
sin lugar a duda, una descarada.

—Todos tenemos que ser algo, Jac. —Jen simplemente tenía que tener la
última palabra, por lo que Jacque y Sally finalmente cedieron.

Sally empujó a Jacque en la silla de su escritorio y comenzó a reunir los


diversos elementos capilares que necesitaría para domar los rizos salvajes.
Mientras Jacque se sentaba allí, mirando a nada en particular, su mente se
arrastró de nuevo a los acontecimientos de la semana pasada. Era difícil para ella
creer que sólo había conocido a Fane hace una semana. Se sentía como si lo
conociera por siempre y ya no podía imaginar la vida sin él. En una semana se
había enterado de que era medio Canis Lupis, su padre era un completo Canis
Lupis, y también que era la compañera del Príncipe de los Canis Lupis Rumanos.
Ella había sido reclamada por el lunático Alfa de Coldspring y tuvo que ver a
Fane luchar con él por los derechos de unión. Incluso pensó que había visto morir
a Fane. Si alguien le hubiera dicho la semana pasada que todo esto iba a suceder
habría dicho algo al estilo de: sí, y George Strait3 me está vendiendo su propiedad 13
frente al mar en Arizona también.

—¡OWWW! —gritó Jacque cuando las atenciones de Sally a su cabello la


sacaron de sus pensamientos.

—Bueno, ¿qué esperabas con este condenado lío en tu cabeza? —le


preguntó Sally mientras continuaba con el tirar y estirar de su cabello.

—Sólo asegúrate de dejarme un poco de cabello ahí, ¿de acuerdo? —dijo


Jacque, poniendo los ojos en blanco.

Jen se acercó a ver el trabajo de Sally.

—Eso de hecho se ve realmente genial, Sal. Me gusta esos pequeños


brillitos de bisutería que pusiste ahí, muy al estilo de cuento de hadas.

—Bueno, bueno, ya déjenme verme —dijo Jacque mientras se levantaba y


se dirigía al espejo de su tocador—. Guau, Sally, se ve impresionante. Me hiciste
ver mucho más bonita de lo que realmente soy. ¡Genial! Gracias, pichoncita.

3
George Strait: Es un cantante de música country, actor y productor; con el récord del mundo de mayor
número de canciones para comerciales que han sido número uno.
Sally agarró a Jacque por los hombros y la giró para que estuvieran cara a
cara.

—Eres hermosa, fuerte, con todo ese cabello salvaje y todo. Lo único que
hice fue llamar la atención sobre ese hecho. Por la forma en que Fane te mira,
nunca deberías dudar de tu belleza por dentro o por fuera —le dijo Sally.

—Hombre, Sal, ¿por qué nunca obtengo charlas motivacionales como ésa?
—preguntó Jen.

—Si alguna vez necesitas de una charla motivacional, Jen, con mucho
gusto te la daré. Pero así como son las cosas, eres un ego andante, así que la
mayoría de las veces necesitas ser bajada de las nubes, no subirte a ellas. Lo digo
con todo el amor en mi corazón —se burló Sally de ella.

—Sí, estás bajándome totalmente con todo tu cito, amor, cierro la cita.
¿Qué tal si no me das tanto amor la próxima vez, eh?

Jacque tomó el vestido y la chaqueta y comenzó a caminar hacia el baño.

—Bien, mientras ustedes resuelven sus problemas de amor, voy a vestirme. 14


Espero que se hayan besado y hecho las paces en el momento en que regrese.

—Lávate los dientes antes de ponerte ese vestido —le dijo Sally.

—Sí y no pongas perfume en tu cuello, ya sabes, debido a la mordi… —


comenzó Jen.

—Mordida. Mordida. Sí lo tengo, Jen —interrumpió Jacque.

Jacque cerró la puerta del baño y se apoyó en ella. Respiró hondo y cerró
los ojos.

—Puedo hacer esto —dijo en voz alta. No era que tuviera miedo de unirse
con Fane, quería estar con él más que nada. No, estaba aterrada con respecto al
dolor y no tenía muchas ganas de ser mordida. Entonces recordó lo que sintió
cuando pensó que él había muerto. Se dio cuenta que en comparación con ese
sentimiento, una mordida sería pan comido. Con ese pensamiento fue capaz de
avanzar sintiéndose mucho más ligera.

«¿Estás bien, amor?» oyó a Fane preguntar en su mente.


Ella sonrió ante la calidez que podía sentir entrando a través una pregunta
tan simple.

«Me siento excelente, hombre lobo. Aunque, te echo de menos» le dijo


Jacque.

«Te veré pronto, micul incendiu4»


«Fane, quédate conmigo» susurró Jacque en sus pensamientos.
«Siempre» fue su simple respuesta.
Fiel a su palabra, Jacque pudo sentirlo como una sombra en su mente y eso
calmó sus nervios e hizo que se sintiera querida.

Jacque pronto salió del baño y sus dos mejores amigas se detuvieron y la
miraron con la boca abierta.

—Bueno, ¿cómo me veo? —les preguntó Jacque, un poco insegura.

—¡Te ves increíble! Fane no será capaz de sacar sus ojos de ti —le dijo Jen. 15
Sally asintió en acuerdo, pero no dijo nada. Jacque miró hacia la cama y
vio que Sally había recuperado su maleta y comenzado a poner ropa en su interior
para ella.

—Sally, no tienes que empacar un montón de todo, es sólo una noche y


luego voy a estar de vuelta aquí —dijo Jacque.

El rostro de Sally decayó un poquito.

—Vas a estar de vuelta, pero sólo por unos días. Luego estarás empacando
más que una maleta de viaje —le dijo, sonando tan perdida.

—Realmente espero que estén pensando en venir a Rumania para nuestro


último año. Alina revisó el programa de intercambio extranjero, y encontró que
se vería muy bien en aplicaciones de la universidad, y se ha ofrecido para ser la
familia de acogida de ustedes dos. ¿Ninguna de ustedes ha hablado con sus padres
al respecto todavía? —preguntó Jacque.

—Se lo comenté a mis padres y una vez señalado que me podría dar una
ventaja al entrar en los programas de licenciatura en negocios internacionales,

4
Micul incendiu: En rumano, significa “pequeño fuego”.
simplemente resultó que de repente todos estaban interesados, estuvieron
sorprendentemente bien con ello —explicó Jen—. Como que pienso que mi
madre quiere descansar de mí. Ambas saben que si mi mamá y yo estamos en la
misma habitación durante mucho tiempo, es como dos gatos cabreados que han
sido arrojados en agua fría y están listos para arrancarle los ojos a cualquiera. Así
que iba a sorprenderlas más tarde, pero ahora es un momento tan bueno como
cualquier otro. Rumania no sabrá qué lo golpeó cuando termine —bromeó Jen,
aunque la declaración era más cierta que nada.

Jacque gritó como un niño con deleite y abrazó a Jen firmemente.

—¡Esto es tan genial!

—¿Te das cuenta que chillar no es para nada sexy y si estamos en Rumania
juntas y tú estás conmigo, mientras estoy tratando de poner mi nombre en alto,
no se te está permitido hacer tanto ruido, no? —le dijo Jen sonando incómoda.

—Oh, cállate y déjame ser toda sentimental por un segundo. —Jacque la


abrazó por un momento más, y luego retrocedió, sosteniendo sus manos en un
gesto de rendición—. Está bien, estoy bien, todo está bajo control. 16
Jacque se volvió hacia Sally, quien había estado observando el
intercambio.

—¿Y tú, Sally? ¿Has hablado con tus padres?

—Lo hice y les dije lo mismo que Jen les dijo a los suyos, teniendo en
cuenta que lo ensayamos entre nosotras, completamente respaldado con viajes de
culpa si toda la referencia de la universidad no funcionaba, y el infierno debe de
haberse congelado, a los cerdos debieron haberles salido alas, y tú debes ser medio
hombre lobo… espera, esa última parte es cierto, ¡el punto es que dijeron que sí!

Esta vez, Sally y Jacque gritaron al unísono.

—Oh, vamos, ¿sonido de chillidos envolvente? ¿REALMENTE? —gimió


Jen—. Ustedes dos no están invitadas cuando vaya de cacería caliente —les
gruñó.

Sally y Jacque renunciaron a sus chillidos para volverse y mirar a Jen.

—¿Acabas de decir cacería caliente? —le preguntó Sally incrédulamente.


Jen volvió su barbilla indignada.

—En el blanco, Sherlock.

—Sólo quería asegurarme. Quiero saber exactamente cómo debo decirle a


tu nuevo galán cuando finalmente lo atrapes —bromeó Sally—. Algo parecido a:
“Oye, Don Juan, ¿te contó Jen sobre sus días de cacería caliente de hace un
tiempo, como hace un par de días atrás en el tiempo?”

—Mi dulce Sally, el punto es que acabas de admitir que voy a tener éxito
en pescar a un nuevo galán, de ahí que la cacería caliente, sin duda, funcionará.
Rin, rin, rin, yo gano —intervino Jen.
Jacque puso los ojos en blanco a sus dos mejores amigas.

—Estoy pensando que a sus padres no se les hizo difícil considerar el hecho
de que ustedes dos vayan a Rumania. No sé, es sólo una corazonada.

Sally miró a su teléfono y vio que eran las 12:15.

—Tenemos que irnos si queremos llegar a tiempo. 17


Sally y Jen, cada una, agarró una bolsa y se dirigieron a las escaleras con
Jacque siguiéndolas.

«Hombre lobo, nos dirigimos a tu camino, espero que estés listo para esto»
le envió Jacque a Fane.

«He estado listo para ti desde que puse mis ojos en ti. Cuídate, te veré
pronto.» Fane envió las palabras con una caricia que causó que Jacque temblara.
A medida que salían de la calzada, Jacque apoyó su cabeza contra el
respaldo, cerró sus ojos e imaginó el rostro de Fane, su futuro.
Traducido por Nelshia

Corregido por Laurence15

través de dos líneas estatales, en Denver, Colorado, Dillon Jacobs


paseaba por el piso de su oficina. El Alfa de la manada de Denver
estaba hojeando fotos que Logan, su Beta, había tomado de la hija
que ni siquiera sabía que existía hasta hace poco. Le llamó la atención el hecho
de que la vida tal como la conocía había cambiado irrevocablemente. El rumor
había corrido rápido en el mundo Canis Lupis, que Vasile, uno de los Alfas más
fuertes de los Lobos Grises se encontraba en los Estados Unidos, y no sólo en los
Estados Unidos, sino específicamente en Coldspring, Texas. Coldspring que
resultaba ser la ciudad donde vivía Lilly Pierce, la mujer con la que se habría 18
casado si no hubiera sido un lobo que sólo podría tener una compañera, la que la
naturaleza escogió para él.

No es que Dillon no amara a su compañera más allá de las palabras, pero


Lilly había sido su primer amor. La pérdida se había desvanecido con los años,
pero los recuerdos todavía estaban allí, empacados en los recovecos de su mente
acumulando polvo. Hasta ahora.

Tan pronto como él había oído que el Alfa Vasile estaba allí, él había
enviado a Logan para averiguar lo que le había hecho viajar tan lejos de casa.
Dillon había estado en shock cuando Logan llamó para decirle que Lilly tenía
una hija, y que ella tenía diecisiete años. Habían pasado diecisiete años desde la
última vez que Dillon había puesto sus ojos en Lilly Pierce. Diecisiete años desde
que había encontrado a su pareja y empacado sus maletas sólo dejándole a Lilly
una nota en despedida. Fue una salida muy cobarde, pero no había sabido cómo
enfrentarla sabiendo que iba a desgarrarle a ambos sus corazones. Le había dicho
a Lilly que el día en el cual él no tendría más remedio que irse podría llegar. Eso
no lo había hecho más fácil. La prueba irrevocable, sin embargo, estaba en las
fotos. La hija de Lilly era la viva imagen de sí mismo.
Dillon no era un hombre grande, midiendo un metro sesenta centímetros,
y 86 kilos. Era de hombros anchos, como la mayoría de los Canis Lupis, sólo
viéndose reforzado por su estrecha cintura y las camisetas de ajuste exacto que a
menudo prefería.

Con el cabello castaño rojizo con ondas sutiles en él y los mismos ojos
verdes penetrantes como la chica de las fotos, no podría negarla más de lo que
podía negar su reflejo en el espejo. Su rostro era más angular que el de la chica,
quien Logan había dicho se llamaba Jacquelyn, cuyo rostro era más suave y
redondo.

Vio trazos de Lilly aquí y allá. Jacque tenía la sonrisa pícara de su madre,
y aunque el color de sus ojos igualaba el suyo, ellos contenían el humor que tantas
veces había visto en Lilly. Como su madre era tan sorprendente bella. Pensó un
momento en el hecho de que Lilly había llamado a su hija por la abuela de Dillon.
Aunque Lilly nunca hubiera conocido a su abuela, él le había hablado de ella a
menudo, compartiendo con Lilly el impacto que tuvo en su crecimiento. No
podía tomar el crédito por su rápido ingenio y con frecuencia lengua malvada,
eso era todo de la abuela Jacquelyn. 19
—Tu hija está por ser ligada al hijo de Vasile —le dijo Logan, sacándolo
de su breve paseo por el carril de su memoria. La seca indiferencia en la voz de
su Beta no reveló si le importaba de un modo u otro. Dillon se volvió hacia él,
queriendo confirmar que su lenguaje corporal hacía juego con sus palabras.
Logan se veía tan serio y severo como siempre. Con un metro ochenta y seis
centímetros, y 113 kilos de músculo, Logan era un ser intimidante. Él también
tenía el pecho ancho, una cintura estrecha y era evidente por sus uniformes negros
ceñidos que tenía piernas musculosas. Su cabello castaño oscuro lo llevaba más
largo que la mayoría de los lobos de Dillon, casi tocando sus hombros, pero la
mayor parte del tiempo lo tenía recogido. Tenía los pómulos altos, una nariz
ligeramente torcida por haber sido rota muchas veces en su larga vida, y Dillon
había oído a más de una mujer decir que los labios de Logan fueron hechos para
el pecado, lo que sea que eso significara.

—Ella todavía es menor de edad, ¿cómo podría Vasile siquiera considerar


el permitirles compareños? —pensó Dillon en voz alta.

—Fane, el hijo del Alfa, tuvo que competir en un desafío contra otro Alfa
que estaba tratando de reclamar a Jacque. Tal vez es la forma que Vasile tiene de
detener a su hijo de estar luchando contra otros que quieran reclamar a tu hija —
ofreció Logan.

Dillon pensó en eso. Tendría sentido, ya que si Fane era en realidad el


compañero verdadero de Jacque, entonces él caminaría por el infierno para
detener a otro de reclamarla.

—Tengo que admitir que es impresionante que Fane, siendo tan joven
como es, fuera capaz de derrotar a un Alfa tan fuerte —reconoció Dillon.

—Él tenía el beneficio del consejo de su Alfa, seguro tuvo un impacto en


su victoria —respondió Logan en su tono indiferente de costumbre.

Aun así, la idea de que su niña tenga compañero a los 17 erizaba su pelaje
de la manera equivocada. A pesar de que en realidad no tenía el derecho de decir
lo que podía o no podía hacer, ella ni siquiera sabía quién era él. Tal vez, decidió,
lo mejor por ahora era observar desde la distancia.

—Logan, quiero que regreses a Coldspring y mantengas un ojo en mi hija.


No te des a conocer, simplemente observa desde la distancia e infórmame. Te 20
dejaré saber si y cuándo iré en persona. Por ahora voy a esperar —dijo Dillon a
su Beta.

—Se hará como tú has dicho, Alfa —respondió Logan de manera formal.

Dillon dispensó a Logan para partir, dejándolo solo en su estudio con sus
pensamientos. Él había estado manteniendo estos pensamientos bloqueados de
su compañera. No sabía cómo iba a responder a la noticia de que tenía una hija
con otra mujer. No, por el momento mantendría este secreto un poco más.

***

Logan estaba sentado fuera de la casa de Lilly Pierce cuando ella salió de
la calzada. Apenas había regresado a la ciudad para verlos partir a la ceremonia
de unión de Jacque. Por suerte, había puesto en marcha su plan antes de haber
informado a su Alfa. Había sido tan fácil obtener información de la manada de
Coldspring, considerando que no había ninguno más dominante que él. Luego
sólo hizo un poco de espionaje fuera de la ventana de Jacque para obtener toda
la información que necesitaba de su agenda y un cronograma de la ceremonia de
unión. Odiaba ser insubordinado, por lo general se enorgullecía de su fiel
obediencia a su Alfa, pero en esta situación no creía que su Alfa estuviera
tomando las medidas adecuadas para proteger a su cachorra. Logan había
decidido que era su deber intervenir, ya que estaba interesado emocionalmente
en Jacque.

Sentía que era capaz de ver la situación con mayor objetividad. Eso era lo
que se decía, de todos modos. La verdad era que Jacque Pierce era única. Ella era
especial, y demasiado nueva en este mundo para decidir que el primer lobo que
conoció fuera su compañero. Era su trabajo como Beta de su padre el protegerla
y demostrarle que había más de un lobo en la guarida. Una vez más, eso era lo
que se decía.

Sacudiendo esos pensamientos, salió a la calle para seguir el vehículo de


Lilly. Él sabía la dirección a la que se dirigiría, ya que había asegurado su ruta.
Sólo hizo falta un poco de dinero y él había sido capaz de convencer a uno de sus
empleados para ayudar a implementar su plan.

Los humanos eran tan fáciles de persuadir, sin ningún sentido de lealtad,
no tenían ningún problema en traicionar a los que habían sido amables con ellos.
Pero ese no era su problema, y había trabajado en su favor. En el momento en
21
que Lilly estaba girando en la calle que la llevaría a su librería, se puso en marcha
y se dirigió hacia el lugar por el que sabía que tendrían que pasar una vez que
continuaran a la casa de Vasile.

Su plan era simple, las mejores preparaciones siempre lo eran. Lo único


que tenía que hacer para asegurarse de que Dillon intervendría era mostrar que
Fane no podía proteger a su compañera. No había nada más vergonzoso que un
lobo que no podía proteger a los suyos. Asegurarse que los neumáticos de Lilly
no sólo explotarían, sino que también causaran un accidente menor, no había
sido tan difícil. Había colocado un dispositivo militar en el interior de la llanta
que estaba simultáneamente perforándolo y envuelto a un cable alrededor del eje,
tirando de él una vez que estallara el neumático, provocando que el eje se volviera
inestable y, teóricamente, provocara que perdiera el control del vehículo.

No sería un desastre devastador, pero sería suficiente. La peculiaridad en


el plan era la ceremonia de unión. Logan tenía que asegurarse de que su plan
sucediera antes de que Jacque y Fane fueran capaces de completar la unión y los
Ritos de Sangre. Una vez que el Rito de Sangre se completara todas las apuestas
se cancelarían. La idea de Fane realizando los Ritos de Sangre con Jacque hacía
que su piel se erizara. Fane era sólo un cachorro, no había manera de que pudiera
proveer adecuadamente y proteger a su pareja. Si Logan tenía cartas en el asunto,
Fane se iría de Coldspring, Texas, con las manos vacías.

22
Traducido por Nelshia

Corregido por Laurence15

ane había pasado la mañana sin hacer absolutamente nada más que
conversar periódicamente con Jacquelyn. Combatir verbalmente
con ella era una de sus cosas favoritas. Nadie le permitiría ayudar a
preparar la ceremonia, con su padre diciendo que Fane tenía que aprovechar este
momento para prepararse para su Luna, y para esta noche. Con toda honestidad,
Fane estaba tratando de no pensar en ello, o al menos una parte de ello: los Ritos
de Sangre. Sabía que Jacquelyn estaba nerviosa acerca de ello y él también. Le
había preguntado a su padre lo que tenía que hacer y todo lo que había dicho era
que el instinto se haría cargo y la magia del lazo de compañeros ayudaría. Tan 23
nervioso como estaba por la cercanía de realizar los Ritos de Sangre, su lobo
gruñó ante la idea de ellos marcando el cuello de Jacquelyn para que todos los
Canis Lupis lo vieran. Se dio cuenta que su lobo estaba inquieto, deseoso de
terminar la unión. Fane decidió que tenía que dejar salir al lobo por un tiempo,
dejarlo agotar un poco de su energía.

Salió por la puerta de atrás y se quedó en el porche de la casa de huéspedes


en la propiedad que sus padres alquilaban. Toda la propiedad era de unas 85
hectáreas de bosques, sin miradas indiscretas alrededor. Fane se quitó la ropa y
sintió el cambio verterse sobre su piel, reestructurándolo por dentro y por fuera,
y en unos momentos donde un hombre había estado de pie ahora estaba un gran
lobo negro. A pesar de que era un Lobo Gris, su capa gris terminaba en negro, el
efecto haciéndolo lucir casi de un sólido negro a menos que su piel se frotara del
lado contrario. El lobo sacudió todo su cuerpo como si estuviera mojado y tratara
de expulsar el agua de su abrigo. Puso su nariz en el aire y, respirando hondo, se
llenó los pulmones del aroma de flores silvestres floreciendo, hierba recién
cortada y tierra húmeda de la lluvia reciente y, finalmente, dejó escapar un largo
aullido. Fane oyó el chasquido de una ramita a su izquierda y su aullido se
interrumpió cuando él volteó rápidamente la cabeza en la dirección del ruido. Vio
un conejo huir y sólo así la persecución había comenzado. Salió disparado como
una bala, con sus ojos pegados a la presa que zigzagueó dentro y fuera de los
arbustos, alrededor de los árboles y sobre troncos caídos. Fane estiró las piernas
y apretó el paso, el lobo disfrutando de la caza, el aire fluyendo a través de su
pelaje ondeando cada hebra. Mientras Fane perseguía a su presa, se dio cuenta
que esta caza se sentía diferente a las demás. Él se sintió completo, el vacío
constante que estaba en cada macho sin pareja había sido llenado. Debido a eso,
el lobo era capaz de concentrarse más minuciosamente en la caza, sus
pensamientos ya no dividiéndose entre el hombre y el lobo. Si se sentía tan bien
sólo por encontrar a su pareja, ¿cuánto mejor se sentirá una vez que el vínculo
estuviera completo, y una vez que se consumara su emparejamiento?

Fane se lanzó por última vez, empujando su largo cuerpo al límite con sus
patas traseras y dejando caer sus mandíbulas primero en la parte superior de su
presa, rompiéndole la espalda al instante. El lobo disfrutó de los despojos de la
caza, y una vez que estuvo lleno encontró un lugar soleado, la hierba cálida por
los rayos del sol, y se acostó, rodando de costado. Sintiendo la calidez del aire
ondular su pelaje, la mente de Fane se extendió hacia Jacquelyn sin tener la
intención de hacerlo. Era como si su alma necesitara sentir su otra mitad y si
pasaba mucho tiempo sin ese contacto, se volvería despojado e inquieto. No le
24
dijo nada; sólo se deslizó en sus pensamientos, disfrutando de estar con ella,
incluso si no la podía tocar físicamente.

Una vez que el lobo estuvo contento de que su compañera estuviera a salvo,
se levantó, se sacudió la hierba y la suciedad, y comenzó la carrera de regreso a
la casa de huéspedes. Necesitaría una ducha después de su carrera y aún tenía que
escribir sus votos. Estaba realmente luchando con qué decirle a Jacquelyn; sabía
lo que sentía, pero no podía encontrar las palabras adecuadas para decírselo.

Después de una ducha y sentarse a mirar un trozo de papel en blanco,


tratando en vano de poner sus sentimientos en palabras, Fane decidió tomar un
descanso. Mientras estaba acostado en la cama, todo lo que podía pensar era en
cierta ardiente pelirroja y que esta noche iba a ser toda suya. Realmente había
estado esperando que Jacque estuviera dispuesta a incorporar los votos de la boda
humana a la ceremonia de unión, pero no estaba preparada para eso. Le había
explicado que su unión era permanente, a diferencia de un matrimonio humano,
pero la idea de estar casada a los 17 años parecía ponerla nerviosa, por lo que él
esperaría. Fane estaba aprendiendo rápidamente que la espera realmente
apestaba.
«Hombre lobo, nos dirigimos a tu camino, espero que estés listo para esto.»
Fane oyó la voz de Jacque en su mente. Sonrió por su jugetona alegría, la cual
era una de las cosas que a su lobo le gustaba de ella: jugaba, algo que incluso los
lobos en su hábitat natural hacían como parte de la danza de emparejamiento.

«He estado listo para ti desde que puse mis ojos en ti. Cuídate, te veré
pronto» le dijo mientras se imaginaba acariciando su suave rostro. Le envió esa
sensación también y la sintió estremecerse en respuesta. Eso le hizo sonreír aún
más grande.

Viendo la hora en su teléfono, 12:15, Fane se levantó, decidiendo que era


hora de vestirse en el momento en que oyó que llamaban a la puerta principal.

—Está abierto —dijo en voz alta.

Alina, la madre de Fane entró por la puerta.

—Te he traído los votos que van a decir durante la ceremonia, y quería
preguntarte si ya habías conseguido una ofrenda para Jacque.

—En realidad le conseguí dos cosas. La primera es un libro autografiado 25


que me dijo que amaba cuando era niña, pero del que no tenía una copia. Espero
que eso le demuestre que la escucho cuando habla y que las cosas que ella siente
que son importantes para ella son importantes para mí. El segundo creo que
debería mostrártelo.

Fane salió de la sala y regresó al dormitorio, volviendo con una pequeña


caja negra.

—Fane, ¿eso es lo que creo que es? —preguntó Alina.

—Sé que ella no está lista para pasar por el ritual del matrimonio humano.
He tratado de explicarle que la unión es más permanente que el matrimonio, pero
aun así ella quiere esperar. A través de la ceremonia de unión tendrá mi marca,
mi esencia, y eso le dirá a todo Canis Lupis que está emparejada, pero los machos
humanos no lo reconocerán. Ellos, sin embargo, reconocerán un anillo de
compromiso —explicó Fane.

Alina estaba sacudiendo la cabeza cuando dijo:


—Bárbaros, todos ustedes. Posesivos, mandones y exagerados lobos. —
Fane sabía que le estaba tomando el pelo porque ella estaba sonriendo de oreja a
oreja—. Bueno, déjame verlo.

Fane abrió la pequeña caja negra para mostrar a su madre el anillo que
había elegido para poner en el dedo de la única mujer que completaría su alma.
El anillo consistía de una ancha banda de platino, y grabado en todo el camino
alrededor del mismo estaba en rumano las palabras: “finalizarea, absolut, chiar,
intreg”5, y en el centro había un muy raro diamante rojo, en un corte marquesina.

—Fane, es hermoso. Reconozco la banda como la que te di para que te


aferraras hasta que conocieras a tu pareja, pero, ¿de dónde sacaste la piedra? —le
preguntó su madre.

—El día que hablé con Da y me dijo que Sorin iba a venir, llamé a Sorin y
le pedí que buscara en las bóvedas de la mansión de la manada una piedra roja
para la banda. Pensé que con el enorme tamaño de la bóveda y los siglos de cosas
acumuladas seguramente podría encontrar una. Sabía que la ceremonia de unión
se llevaría a cabo antes de lo previsto inicialmente y quería que el anillo estuviera 26
listo. El día que Sorin llevó a Lilly a su librería hizo una parada en una joyería,
mientras Lilly estaba trabajando, y pidió que colocaran la piedra. La quería roja
por dos razones. Una, es que ella es mi micul incendiu, con tanta personalidad,
toda en un paquete tan pequeño; y dos, será un recuerdo de este día en el que
ambos derramamos sangre para unir nuestras almas entre sí.

Fane de repente se dejó caer sobre el sofá, su cara acunada en sus manos.

—Mamá, ¿cómo es posible amar a alguien con tanta intensidad, tanto que
a veces se siente que va a hacer que tu corazón explote porque no puedes
contenerlo? —Fane miró a su madre, con los ojos fruncidos, su boca apretada.

Alina se sentó a su lado en el sofá, devolviendo la caja negra, llevando su


mano libre en la suya.

—No sé si hay alguna manera de explicar o entender realmente la unión


entre compañeros. No es humano; está más allá del reino de la razón y hace que
sea difícil de creer que es siquiera posible. Sé que no la has conocido por mucho
tiempo, sé que ambos son jóvenes, pero se complementarán más rápido de lo que
imaginas. Se convertirá en tu mejor amiga y tú te convertirás en la de ella. Incluso

5
Finalizarea, absolut, chiar, intreg: Completa, absoluta, inamovible, todo.
ahora sé que lo sientes, que nadie en este mundo alguna vez te querrá como ella
lo hará. Han nacido para amarse y ese amor crecerá más fuerte a medida que pase
el tiempo. —Alina limpió una lágrima de su mejilla mientras miraba al rostro que
había visto crecer desde un bebé a un fuerte macho Alfa.

—¿Qué pasa si no la hago feliz? —La voz de Fane surgió muy suave,
mezclada con miedo y preocupación.

—Oh, Fane. —Alina empezó a envolver sus brazos alrededor de su único


hijo, acercándolo—. Vas a hacerla feliz. También la harás enojar, ponerse triste y
molesta, probablemente un poco claustrofóbica a veces, pero la harás feliz. Tu
lobo intervendrá cuando tu lado humano se pase de la raya. El lobo sólo ve en
blanco y negro, lo único que entiende es que ella es tu pareja, que debes amarla,
protegerla, proveer para ella, jugar con ella y satisfacerla. Tu lado humano va a
llenar el vacío de emociones que el lobo no entiende. Te hará un mejor Alfa, un
mejor hombre. Vas a darle lo que ningún otro hombre jamás podrá: la otra mitad
de su alma.

Alina se levantó para irse, pero antes le entregó un pedazo de papel. 27

—Estos son tus votos, puedes añadirle algo, pero la primera parte debes
decirla, para que se solidifique la unión. —Entonces se volvió para irse.

Fane se puso de pie, y antes de que su madre pudiera salir por la puerta,
dijo:

—Madre, mi Alfa, gracias. —Y volvió la cabeza, dejando al descubierto su


cuello.

Alina miró a Fane a los ojos y sostuvo su mirada mientras le decía:

—Te iubesc fiul6. —Y se dio la vuelta y salió por la puerta, cerrándola


detrás de ella.

Fane desdobló el papel y con manos temblorosas leyó:

En este día me arrodillo ante ti, como un sirviente de mi


compañera, para preguntarte si me completarás. ¿Te

6
Iubesc fiul: Te quiero hijo.
entregarás a mí? ¿Calmando finalmente a la bestia en mi
interior, poniendo orden en el caos, llevando luz a donde sólo
ha habido oscuridad? ¿Vincularás tu vida a la mía, tu destino
al mío, y tu alma a la mía y, al hacerlo, completar el vínculo de
emparejamiento?

Después de que Fane lo leyera sería el turno de Jacquelyn contestar con su


respuesta y sus votos. Una vez que leyeran los votos formales, si así lo deseaban
podían recitar sus propios votos. Hasta hace unos momentos antes, Fane no había
estado seguro de qué decir, pero su madre había solucionado eso. Todo lo que su
madre le había dicho era lo que estaba sintiendo. Fane tomó una pluma, se sentó,
y rápidamente escribió las palabras que se vertían de su corazón a su compañera.

Comprobando su teléfono, vio que sólo quedaban quince minutos hasta


que tuviera que estar en el jardín donde la ceremonia se llevaría a cabo. Agarró el
traje colgado en la puerta de su dormitorio, se desnudó más rápido de lo que creía 28
posible, y estaba deslizándose en su chaqueta cuando de repente oyó un grito en
su mente. Él cayó al suelo por la fuerza de las emociones que vinieron con ese
grito. Sentía confusión, dolor, y sobre todo miedo, todo consumido por el miedo.

«¡JACQUELYN!» Fane envió el pensamiento a través de su vínculo.


«¿Dónde estás? ¿Qué ha pasado?»
Fane esperó su respuesta, pero las palabras no llegaron, sólo el miedo y el
dolor. Ella estaba asustada y herida. Fane salió disparado a través de la casa y por
la puerta principal, y casi chocó con su padre.

—Algo está mal, puedo sentirlo en el vínculo de la manada. ¿Qué está


pasando? —preguntó Vasile.

—Escuché a Jacquelyn gritar y sentí su miedo y dolor, y ahora no puedo


conseguir que me responda —respondió Fane.

—¿Cuándo fue la última vez que hablaste con ella?

—Me dijo alrededor de las 12:15 que se dirigían hacia nosotros. Sonaba
bien, en ningún peligro —respondió Fane. No podía dejar de mirar a su alrededor,
esperando en cualquier momento ser emboscados, pero por qué, no tenía ni idea.
Vasile estaba a medio camino de vuelta a la casa principal antes de que
Fane siquiera se diera cuenta que se había alejado.

Corriendo para alcanzarlo, oyó a su padre por teléfono con Decebel.

—Pon los vehículos en marcha y prepara a la manada. Skender y Boian


juntos, Sorin y tú juntos, yo tendré a Alina y Fane. Quiero que cada vehículo
tome una ruta diferente hacia la casa de Lilly. Mantengan sus teléfonos
encendidos, estén preparados para cualquier cosa. No sabemos si tuvieron sólo
un accidente o si éste es el acto de un enemigo. —Vasile no esperó una respuesta
antes de colgar. Justo al llegar a la puerta de la casa, la madre de Fane salió vestida
con unos pantalones cargos negros, una camiseta negra ajustada, y botas de
combate, su atuendo de lucha. Tiró a Fane una pistola y luego se volvió hacia su
compañero.

—¿Estamos listos? —le preguntó.

—Sí, vamos. Tú conduces, Mina, por si acaso tenemos que enfrentarnos a


alguien. Fane, sigue tratando de ponerte en contacto con tu pareja. ¿Tienes su
número de teléfono celular? 29
—No, nunca se lo pedí porque siempre hemos hablado a través de nuestros
pensamientos —dijo Fane con frustración, metiendo el arma en la pretina de la
parte trasera de sus pantalones—. Espera, puedo llamar a los Henry y ver si saben
algo.

Brian contestó al segundo timbrazo.

—¿Hola?

—Brian, es Fane. ¿Has visto a Lilly y a las chicas irse hoy? —habló Fane
en tono cortante, controlándose por un hilo.

—No, Fane, no las vi salir. ¿Hay algún problema?

—No lo sé, pero creo que algo pudo haberles ocurrido. Si tienes noticias de
ellas, por favor llámame enseguida. —Fane colgó antes de que Brian pudiera
responder. Sus manos temblaban cuando puso el teléfono en el asiento de al lado.
Cerró los ojos y se concentró lo más fuerte que pudo en Jacquelyn, en su rostro,
el sonido de su voz, el color de su cabello, cada detalle que se le ocurría y extendió
con un empuje su poder.
«Jacquelyn, dime dónde estás.» Nada. «Luna, por favor, respóndeme, si no
puedes con palabras, dame algo, un sentimiento, una imagen en tu mente, algo
que me diga que todavía estás conmigo.» Fane estaba cada vez más desesperado
a medida que pasaba más tiempo sin escuchar una respuesta de ella.

Apoyó la cabeza en el respaldo, la frustración amenazando con derramarse


en forma de un enorme lobo negro. Fane sólo quería algo, aunque fuera sólo un
recuerdo de lo último que ella vio. A medida que se acercaban a la ciudad, Fane
pidió al lobo usar su audición superior y oyó el débil sonido de las sirenas.

—Da, ¿oyes eso?

—Sí, suena como si viniera del centro —respondió Vasile.

—La librería de Lilly está en el centro —dijo Fane a su madre.

—¿Estaban planeando ir allí de camino a nuestro hogar? —preguntó su


madre.

—No que yo sepa, pero todavía no he sido capaz de comunicarme con ella.
Cuando me hizo saber que estaban en camino no mencionó pasar por la libreria 30
—le dijo Fane a sus padres.

El rostro de Vasile parecía sombrío cuando dijo:

—Si no puedes comunicarte con ella, lo más probable es que signifique que
está inconsciente.

Al pensar en su pareja tan impotente, Fane luchó por controlar a su lobo,


y su padre, al darse cuenta que estaba a punto de perderlo, se volvió hacia él y
puso su mano sobre su hombro y soltó un gruñido.

El lobo de Fane se sometió de mala gana, pero sólo apenas, por la presencia
de su Alfa. Finalmente dieron vuelta en la esquina y se encontraron en la calle de
la librería de Lilly. Mientras conducían delante de ella no vieron ninguna señal
del vehículo de Lilly, pero podían oír sirenas adelante. Mientras más avanzaban
comenzaron a ver humo y luego llamas de color naranja fulgurando alrededor de
una camioneta que yacía boca abajo en la cuneta. Tan pronto como Fane vio el
fuego, y antes de que su madre pudiera detener el auto, salió por la puerta
corriendo a la velocidad del lobo, sin importarle que llamara la atención, sin
importarle si la gente se daba cuenta que no había forma de que un ser humano
pudiera correr tan rápido. Al acercarse al vehículo, vio cuatro figuras en la cuneta
cerca de la carretera, tan lejos de los restos en llamas como podían llegar sin estar
en el camino. Cuatro figuras, dos sentadas y dos acostadas, sin hacer ningún
movimiento. El lobo de Fane se empujó hacia adelante, con los ojos volviéndose
azul lobo, sus dientes cada vez más largos, mientras luchaba para mantener su
forma, corriendo hasta su compañera inconsciente.

31
Traducido por LizC

Corregido por LadyPandora

l teléfono de Lilly sonó a medida que tomaban el giro a la calle en


la vía de servicio y se dirigían hacia la finca que los padres de Fane
estaban alquilando. Ella respondió sin mirar quién era.

—Habla Lilly.

—Lilly, soy Jeff, de la tienda —oyó decir a su empleado y se dio cuenta


que su voz sonaba nerviosa.

—Jeff, ¿está todo bien? Pareces un poco tenso —dijo Lilly.


32
—Bueno, hay un pequeño problema. Tenemos un cliente furioso exigiendo
verte, diciendo algo acerca de ser estafado. No va a entrar en detalles, pero está
realmente enfadado y no sabía si debía llamar a la policía o qué hacer, así que te
llamé a ti.

—Si no ha hecho daño a nadie, no llames a la policía, no hay necesidad de


molestarlos con esto si puedo solucionarlo yendo hasta allí y hablando con el
hombre. Dame cinco minutos y voy —dijo Lilly a Jeff.

Lilly colgó el teléfono y tomó el primer giro que la llevaría a su librería.

—Mamá, ¿qué pasa? ¿Está todo bien en la tienda?

—No estoy muy segura. Era Jeff, él es uno de mis gerentes asistentes y dice
que hay un cliente furioso exigiendo verme. Jeff parecía muy preocupado por él,
así que creo que tengo que pasar por allá, pero voy a hacerlo rápido.

—No es gran cosa, el hombre lobo puede esperar unos minutos. No voy a
decirle que nos vamos a demorar, vamos a hacerlo sudar un poco cuando yo no
aparezca exactamente a la 1 —dijo Jacque con una sonrisa pícara.
—No creo que a ti y Jen deban permitírseles pasar más el tiempo juntas,
Jacque, está comenzando a cambiarte y no puedo controlar más que una bruja
malvada a la vez —dijo Sally con sarcasmo.

Jen puso los ojos en blanco.

—No hay nada malo en hacer al hombre sudar un poco. Quiero decir,
vamos, él fingió su muerte y casi llevó a nuestra pequeña y dulce Jacque a la
locura. Todo vale en el amor y la guerra, nena.

—Bueno, eso es cierto —admitió Sally.

Se detuvieron en la acera frente a la librería y las cuatro salieron del auto.


Hacía demasiado calor para sentarse en el auto incluso con el aire encendido, y
además, Jacque no quería a su madre enfrentándose a un lunático por su cuenta.
Una vez en la tienda, Lilly comenzó a mirar alrededor, esperando ver, o al menos
escuchar, a este supuesto cliente furioso, pero no había nada. Todo el mundo en
la tienda estaba tranquilo, hojeando a través de la misma, algunos hablando en
voz baja entre sí. Se acercó a uno de los empleados y le preguntó dónde estaba
Jeff. 33
—Me dijo que tenía que salir, algo sobre una situación de emergencia —
respondió la empleada llamada Lisa.

Eso es raro, pensó Lilly.

—Bueno, ¿qué pasó con el cliente que estaba tan molesto? —preguntó
Lilly.

—¿Qué cliente? No ha habido ningún cliente molesto esta mañana.

Aunque Jacque se había dado cuenta que no había estado percibiendo las
emociones últimamente, pudo sentir que algo no estaba bien.

—Mamá, en realidad no me está gustando lo que estoy sintiendo de toda


esta situación. Vámonos, ¿de acuerdo? —le dijo Jacque a su madre.

—Sí, estoy de acuerdo, Jac. Estoy percibiendo una mala vibra —agregó
Jen.

Lilly se sentía de la misma manera, algo estaba mal. Tenían que irse, pero
no se sentía cómoda dejando la tienda abierta. Se volvió hacia Lisa y le dijo que
les dijera educadamente a los clientes que se había producido una situación de
emergencia y que la tienda tenía que cerrar, y luego le pidió que cerrara con llave.

A medida que todas regresaban al auto, Jacque no pudo detener el


escalofrío que le recorrió el cuerpo. Estaba bloqueando sus pensamientos de Fane
e incluso tratando de bloquear sus propias emociones porque sabía que si él
pensaba que estaba incluso en el más mínimo peligro, o que incluso había un
potencial peligro, él vendría volando al rescate y ella no sentía que la situación lo
requiriera.

Cuando Lilly comenzó a alejarse de la acera, Jacque le preguntó:

—Entonces, mamá, ¿qué te parece que fue todo eso?

—No estoy muy segura. Jeff siempre ha parecido honesto. No entiendo por
qué iba a mentir acerca de un cliente furioso —respondió Lilly.

—Tal vez es uno de esos empleados descontentos que se les vuelan los
tapones de la cabeza porque no consiguió ese aumento que quería. O tal vez tiene
uno de esos problemas donde alucinas y ves cosas que no existen. O tal vez es un 34
drogadicto, de modo que está alucinando y viendo cosas que no existen, o
hmphmm… —Antes de que Jen pudiera continuar, Sally colocó una mano sobre
la boca de Jen.

—Realmente tenemos que trabajar en todo ese asunto de cerebro y filtro en


la boca, Jen —dijo Sally con aire taciturno.

—Hmm hmm hmmas —gruñó Jenn en torno a la mano de Sally.

—Sí, sí, sabemos que sólo decías —tradujo Jacque por ella.

—Bueno, sea como sea que se les volaron los tapones de la cabeza, como
Jen tan elocuentemente dijo, eso sólo se convirtió en el menor de sus problemas
teniendo en cuenta que me mintió y luego se fue en medio de su turno. —Lilly se
pellizcó el puente de la nariz. Era en momentos como estos que ser dueño de su
propio negocio parecía la menos brillante de todas sus brillantes ideas.

Jacque estaba mirando a su madre, viendo el cansancio filtrarse en ella


como el agua buscando una grieta en su base cuando escuchó a Jen silbar.

—Echen un vistazo a esa deliciosa cosa.


De repente, Jacque escuchó una gran explosión. El auto comenzó a
desviarse. Lilly tiró del volante hacia la derecha para compensarlo, pero era
demasiado fuerte. La camioneta comenzó a girar y a medida que caían a la cuneta
a un lado de la carretera, el auto comenzó a rodar. Una y otra vez rodó como un
barril por una colina hasta que finalmente llegó a una parada brusca, aterrizando
boca abajo con las ruedas en el aire. Jacque estaba gritando, demonios, todas
estaban gritando. Pudo sentir la puerta del lado del pasajero aplastarse contra su
costado, el lado del tablero frontal se estrelló contra su pierna y sintió el crujido
estremecedor de un hueso dispararse por su pierna y el cinturón de seguridad era
como una soga en su cuello.

Estaba tan confundida que no entendía lo que había sucedido. Por último,
los giros se detuvieron y cuando el auto se detuvo discordante, Jacque sintió que
su cabeza golpeó el vidrio de la ventana de su lado y luego todo se quedó en
silencio.

Por unos momentos todo estuvo extrañamente tranquilo, excepto por el


rápido ascenso del crepitar del fuego en el aire, el humo elevándose como un faro
declarando el lugar de un accidente a todos en su alrededor. Finalmente Sally 35
gimió y comenzó a tratar de moverse. Movió sus piernas, experimentando, para
asegurarse de que seguía intacta.

—¿Todo el mundo está bien? —Ella fue quien habló primero.

—Si por bien te refieres a que mis oídos están resonando en mi cabeza, si
mi pierna está toda raspada como el infierno, el cinturón de seguridad hizo una
herida en mi cuello y nuestro apestoso auto acaba de hacer giros como en el tango
a un lado de una zanja, entonces sí, Sally, estamos bien —respondió Jen.

Cuando Jen no escuchó a Jacque responder con un sarcástico comentario,


supo que algo andaba mal.

—Jacque, ¿estás con nosotras? —preguntó Jen. Seguía sin haber respuesta.

Luego Sally habló.

—Señora Pierce, ¿está bien?

—Me golpeé la cabeza muy fuerte, pero por lo demás estoy bien —
respondió Lilly. Miró a Jacque en el asiento del acompañante y vio que ella estaba
inconsciente, muy pálida y con sangre corriendo por su rostro. Lilly respiró hondo
y soltó el aire lentamente mientras se estiraba, con la mano temblorosa, para
comprobar su pulso y, aunque podía sentir que había, no creía que fuera tan fuerte
como debería ser.

Justo en ese momento todas saltaron cuando un ruidoso sonido de


explosión surgió, llamando su atención sobre la parte delantera del auto. El motor
estaba en llamas y el fuego parecía hacerse cada vez más caliente y más alto.

—Bien, pues estoy pensando que eso no es una buena cosa —dijo Jen, con
la voz temblorosa a pesar de su decisión de no perder la calma.

—Jen, tengo que decir que tu capacidad de observación me sorprende —


dijo Sally con sequedad.

—Maldición, chicas, ninguna de ustedes está ayudando con las


observaciones tan inteligentes como un asno —gruñó Lilly, lo cual era
completamente inadecuado para ella—. Lo siento, eso estuvo fuera de lugar —
les dijo.

—Está bien, señora P. No muchos manejamos bien el asunto de ser 36


quemados vivos, es un poco traumático —dijo Jen, tratando de aligerar el
ambiente—. Bueno, esto es lo que vamos a hacer. —Jen comenzó a hacerse cargo,
dándose cuenta de que Lilly estaba entrando en shock y Sally estaba, bueno,
siendo Sally—. Señora P, necesito que usted se quite su cinturón de seguridad y
se suba al asiento de atrás para salir por ese lado porque el fuego va a evitar que
se arrastre por el frente. Sally, también tienes que quitarte el cinturón de seguridad
y tienes que impulsarte por la ventana. Voy a arrastrarme hacia el frente junto a
Jacque y ayudar a conseguir girarla para que así podamos deslizarla hasta fuera
por su ventana. Sally, necesito rodees el auto y tires de ella desde el exterior.

—Pero ¿qué hay del fuego? Nos vamos a quemar. ¿Cómo vamos a
deslizarla? ¿Qué pasa si su cuello está roto? Se supone que no debes mover a
alguien que podría tener una lesión en la columna. ¿Qué…? ¡OHHHH, SANTA
MIERDA! ¿Qué fue eso, vaca psicópata? —gritó Sally mientras colocaba una
mano en la mejilla que Jen había abofeteado.

—¡CONCÉNTRATE, MUJER! Haz lo que te digo. ¡No podemos


preocuparnos por su columna ya que no importará si se quema hasta morir,
maldición! —gritó Jen, sacando a Sally de su ataque de pánico.
—Está bien, está bien. Estoy bien. Sólo necesitaba un minuto para
enloquecer, pero estoy bien ahora —dijo Sally a medida que comenzaba a salir
por la ventana del lado del pasajero. Lilly también estaba abriéndose paso hacia
el asiento trasero para salir por la ventana. No dijo nada, se movía en piloto
automático, entumecida por el shock. Una vez que Sally y Lilly habían logrado
salir y Sally estaba rodeando la parte trasera de la camioneta, Jen comenzó a subir
a la parte delantera del vehículo.

—Jacque, nena, ¿estás conmigo? —preguntó Jen suavemente, empujando


a un lado el cabello caído de Jacque en su cara. Jacque no respondió—. Está bien,
pichoncita, esto es lo que va a pasar. —Jen estaba hablando con Jacque como si
estuviera consciente, porque era la única forma en que podría no caerse a
pedazos. No podía creer lo que estaba pasando, no podía creer que su amiga
valiente yaciera inerte, sin ninguna chispa de alegría—. Voy a agarrarte por las
axilas y girarte para que tus piernas queden frente a la ventanilla del copiloto,
entonces Sally va a agarrar tus piernas y me va a ayudar a arrastrar tu trasero
fuera de esta camioneta regiamente jodida. ¿Me oyes, Jacque? Tienes que estar
bien, tienes que estarlo porque alguien tiene que discutir conmigo y decirme
cuando estoy siendo una pervertida. Jacque, Fane se volverá loco sin ti y ambos
37
sabemos cuánto daño puede hacer un hombre lobo absolutamente demente. —
Jen siguió hablando en voz alta a Jacque, a medida que comenzaba a estirarse
hasta ella, deslizando su mano derecha detrás de su espalda y debajo de su axila
derecha. Luego deslizó su brazo izquierdo debajo de la axila izquierda de Jacque
y, apoyándose de espaldas contra el lado del asiento del conductor para ganar
impulso, se levantó y empezó a girar el cuerpo de Jacque—. Mierda, tu pequeña
figura es un fraude, colega. ¿Has oído eso, Jacque? Yo, básicamente, acabo de
llamarte culo gordo, ¡así que despierta y grítame ya! —No hubo nada más que el
silencio en respuesta al monólogo de Jen.

Sally estaba tratando de acercarse lo suficiente para agarrar las piernas de


Jacque pero las llamas del motor seguían saltando. Sally sintió casi como si
estuvieran vivas y determinadas a mantener a sus amigas atrapadas en la tumba
ardiente.

—Jen, ¿qué hago? Las llamas nos van a quemar a todas si intentamos
sacarla —gritó Sally por encima de las llamas rugientes.

Jen estaba devanando su cerebro en busca de ideas, sabiendo que el tiempo


se estaba acabando.
—Oye, Sally, ¿hay agua en algún lugar de la zanja? —preguntó Jen,
recordando que recientemente había llovido. Observó como Sally echó a correr.
Cuando Sally corrió, Jen dejó temporalmente de lado su carga y se quitó la
camisa. Menos mal que hoy había decidido ir con un sujetador deportivo. A
continuación, lo más suavemente que pudo, que no fue mucho pero mierda, el
auto estaba en llamas, sacó la chaqueta de Jacque.

Sally estaba de vuelta, sin aliento.

—Sí, hay agua. —Ella se inclinó, con las manos en las rodillas, jadeando
con todo el humo girando a su alrededor.

Jen echó la camisa y la chaqueta de Jacque a Sally.

—Quítate la camisa, toma esto y mójalo todo, luego ponte de nuevo tu


camisa y entonces arrójame esto de vuelta. Vamos a cubrir el cuerpo de Jacque
para protegerla tanto como sea posible mientras la sacamos.

—¿Qué hay de ti? —preguntó Sally preocupada.

—¡MALDICIÓN SALLY, SÓLO HAZLO! —Jen odiaba gritarle, pero 38


tenía que mantenerla enfocada, también estaba empezando a darse cuenta de que
maldecía muchísimo más cuando estaba bajo presión. Bueno, podría ser peor,
pensó Jen.

Sally regresó, escurriendo la camisa. Arrojó la chaqueta y la camisa a Jen


e hizo todo lo posible para cubrir a Jacque. Pensó que su cara y estómago, donde
había órganos vitales, sería lo más importante, lo cual dejaba los brazos de
Jacques parcialmente cubiertos y sus piernas totalmente al descubierto, pero no
podía evitarlo.

Jen, una vez más, colocó los brazos por debajo de las axilas de Jacque y la
levantó. Sally agarró las piernas de Jacque y a la cuenta de tres, Sally tiró y Jen
empujó. Con una fuerza que ni podrían haber soñado alguna vez, sacaron el
cuerpo inerte de Jacque a través de la ventana. Jen vio las llamas saltar hacia
adelante y abrasar las piernas de Jacque. Pensó que esto despertaría a su amiga,
pero Jacque no se movió. Finalmente, la parte superior del cuerpo de Jacque
estaba pasando a través de la ventana, lo cual puso a Jen directamente en la línea
de fuego, literalmente. Jen sintió las llamas en su piel desnuda y no pudo evitar
el grito que se forzó desde sus pulmones. Las llamas golpeando su piel se
comportaban como un látigo cortante haciéndola seguir adelante en movimiento.
Empujó con todas sus fuerzas, lanzándose hacia adelante, pero justo antes
de que pudiera sacarla a ella y a Jacque lo suficientemente lejos de la camioneta
en llamas, hubo una enorme explosión, un destello de luz, dolor punzante y luego
Jen no vio nada más.

Sally gritó cuando el motor explotó; el olor de la gasolina impregnó el aire.


De repente sintió que parte del cuerpo de Jacques se deslizaba y se dio cuenta que
la explosión había empujado a Jen hacia adelante y sobre su estómago. Sus dos
amigas estaban inconscientes y tiradas en el suelo junto a un vehículo en llamas.

—¡SEÑORA PIERCE! —gritó Sally. Al no obtener una respuesta se


volvió, en busca de la madre de Jacque. Finalmente la vio a través de la bruma
de humo que salía del vehículo en llamas, sentada y mirando a las llamas, su
rostro tan blanco como una pared blanca recién pintada—. ¡LILLY!
¡LEVÁNTATE Y TRAE TU TRASERO HASTA AQUÍ Y AYÚDAME! —La
urgencia y la desesperación en la voz de Sally sacó a Lilly de su estado de shock
y ella empezó a correr, dándose cuenta de lo que estaba sucediendo.

—Agarra los brazos de Jen, dale la vuelta sobre su espalda y empieza a tirar
39
tan rápido como puedas. No te preocupes por su piel, se curará. Tenemos que
sacarlas lo más lejos posible de ese vehículo en caso de que estalle de nuevo. —
Lilly saltó a la acción, finalmente, dándose cuenta de la seriedad de la situación
y controlándose.

—Está bien, está bien, vamos a hacer esto —dijo Sally mientras agarraba a
Jen, la giraba sobre su espalda y comenzaba a tirar y caminar hacia atrás tan
rápido como pudo.

Lilly agarró a Jacque por los brazos y comenzó a arrastrarla también hacia
atrás lejos de las llamas. Cuando por fin habían llegado a buena distancia, cayeron
al lado de las dos siluetas inconscientes. Sally de inmediato comprobó si Jen
estaba respirando. Lo estaba, pero sonaba forzado. Ambas chicas estaban
severamente quemadas, pero estaban vivas, y en ese momento eso era todo lo que
importaba.

Sally oyó las sirenas a todo volumen y pensó que alguien que había visto
el humo debió haber llamado al 911. Las sirenas parecían muy cercanas, pero eso
no fue lo que vio primero. De pronto, en medio del humo, Sally vio una silueta
corriendo hacia ellas, moviéndose más rápido de lo que creía posible. Fane vino
a detenerse bruscamente frente a la inmóvil Jacque boca abajo. Él se arrodilló a
su lado y, respirando hondo, dejó escapar un aullido lastimero de tristeza y furia.

40
Traducido por LizC

Corregido por LadyPandora

ane estaba sentado en silencio junto a Jacquelyn cuando la


ambulancia, camiones de bomberos y la policía llegaron a todo
volumen en la escena. No se atrevía a tocarla por toda su piel
quemada. El dolor en su pecho se sentía como si un fuerte cordón hubiera sido
envuelto alrededor de su corazón y estuviera siendo apretado más y más fuerte.
Ni siquiera había oído a su padre acercarse, ni se dio cuenta cuando el resto de la
manada llegó. No fue hasta que oyó el gruñido profundo que Decebel soltó que
finalmente salió de su dolor.

Los ojos de Fane se alzaron al ver al enorme lobo arrodillarse junto al


41
cuerpo inconsciente de Jen. Sólo llevaba un sujetador deportivo y cada centímetro
de su piel expuesta estaba quemada, roja, resentida y ampollada. Fane no sabía
qué hacer con el comportamiento de Decebel, pero podría encargarse de eso más
tarde, después de que Jacquelyn y Jen fueran atendidas.

Fane caminó al lado de la camilla en que los paramédicos habían cargado


el cuerpo dañado de Jacquelyn. Él no iba a dejarla fuera de su vista. No le
importaba que no fuera un miembro de la familia como los paramédicos le
seguían diciendo, iba a ir con ella y una vez que les dejó ver al lobo en sus ojos
dejaron de discutir con él.

Escuchó a su padre decir a Decebel que fuera con Jen. Fane sólo podía
suponer que había percibido el espectáculo de emociones de Decebel
anteriormente y decidió utilizarlo en su provecho por ahora. Después de todo, un
buen Alfa siempre utiliza sus lobos en la medida de sus posibilidades. Fane sólo
podía esperar que su Alfa estuviera utilizando a los otros lobos para averiguar
exactamente lo que había sucedido. Sally y Lilly estaban siendo conducidas a otra
ambulancia y Fane vio a su madre subir en la ambulancia con ellas.
El padre de Fane caminó hacia él justo antes de que cerraran las puertas de
la ambulancia.

—Voy a seguirte hasta el hospital. Sorin, Skender y Boian se van a quedar


aquí y ver si pueden tener alguna idea de lo que pasó y si fue realmente un
accidente o no. —Fane se limitó a asentir. Su lobo estaba en la superficie y no
confiaba en sí mismo para hablar por el miedo de que pudiera dejar suelta la furia
apenas contenida que hervía cerca de la superficie. En realidad, en este momento
alguien cerca de él se encontraba en un peligro potencial. Eso es lo que pasa
cuando la compañera de un Alfa es lastimada. Los paramédicos cerraron la
puerta de la ambulancia y unos momentos después, Fane sintió que el vehículo
comenzaba a moverse.

El trayecto hasta el hospital fue tenso, el aire espeso con el miedo y la ira
de Fane. Estar en la pequeña área cerrada y sin mucho espacio para moverse si
necesitaba defender a su compañera estaba poniendo al lobo inquieto. La
paramédico que viajaba en la parte trasera con Jacquelyn y Fane siguió
disparando miradas nerviosas a Fane. Los seres humanos a menudo sabían que
estaban en la presencia de depredadores cuando estaban alrededor de los hombres 42
lobo, a pesar de que no sabían que existían. Cuando por fin llegaron al hospital,
Fane estaba más que listo para que su compañera saliera de la caja cerrada y
entrara a un lugar más defendible.

Los paramédicos bajaron la camilla al suelo y comenzaron a rodar a


Jacquelyn rápidamente a la sala de emergencias.

Tenían una máscara sobre su rostro, ofreciéndole oxígeno a sus pulmones


privados del mismo. Su rostro, a pesar de las quemaduras en el lado que había
estado más cerca de las llamas, estaba lívido. Sus brazos colgaban a sus costados
flácidos y estaban cubiertos de ampollas de las llamas que habían rastrillado sobre
ellos. Fane sintió un gruñido subir a su garganta de nuevo y sólo lo mantuvo a
raya cuando sintió una mano bajar sobre su hombro y el poder de su Alfa
rodearlo. Su lobo obedeció inmediatamente. Fane continuó siguiendo la camilla
que llevaba su preciosa carga e incluso continuó cuando la dirigieron en la sala
de operaciones.

Justo cuando entró en la habitación una mano se posó en su pecho,


empujándolo hacia atrás. Su respuesta no se hizo esperar. Gruñó al que se atrevió
a interponerse entre él y su compañera. El padre de Fane estuvo allí en un
instante.

—Pido disculpas por el comportamiento de mi hijo. Esa es su prometida y


él está muy preocupado —dijo Vasile al médico que todavía era valiente, o lo
suficientemente estúpido, como para colocar su mano en el pecho de Fane.

—Entiendo su preocupación, pero no puede estar aquí, es un ambiente


estéril. Tan pronto como tengamos información será el primero en saberlo.

—Gracias —dijo Vasile mientras agarraba a Fane del brazo, tirándolo


fuera de la sala de operaciones. Vasile dejó escapar un gruñido, empujando su
poder en Fane para forzar su obediencia. A regañadientes, Fane salió de la
habitación, sin apartar los ojos de la forma inmóvil de Jacquelyn hasta que las
puertas se cerraron y no pudo verla más. En ese momento se oyó un fuerte ruido
y un gruñido feroz en el pasillo. Vasile respaldó a Fane contra la pared y lo miró,
usando su poder Alfa y diciéndole—: Quédate aquí.

El lobo en Fane miró a los ojos de Vasile por tres segundos antes de que
finalmente cayera en sumisión. Con eso, Vasile se volvió y salió, dirigiéndose 43
hacia los gruñidos feroces. Dio la vuelta en la esquina a otra sala de operaciones
para encontrar a Decebel agachado delante del cuerpo de Jen, el cual yacía
inmóvil en la camilla.

—¿Qué demonios? —gruñó Vasile. Decebel gruñía sin control, con los ojos
brillando dorados. Varias personas en batas de color azul estaban de pie frente a
él, en posturas defensivas tratando de explicarle que estaban tratando de ayudarla
y tenían que tocarla con el fin de hacer eso. Decebel no se movía. Su lobo estaba
en control. Vasile dio un paso hacia adelante, empujando suavemente a uno de
los seres humanos vestidos de azul fuera de su camino. Gruñó a Decebel y al igual
que con Fane empujó su poder Alfa adelante.

—Apártate, Decebel, tienen que ayudar a Jen. —Decebel no se movió,


volvió la cabeza ligeramente dando una pequeña vista de su cuello, pero no era
sumisión total—. DECEBEL, MUÉVETE. ¡AHORA! —gruñó Vasile, tirando el
poder en su Beta.

Finalmente, con la orden de su Alfa, Decebel no tuvo más remedio que


moverse fuera del camino. Era casi como si una fuerza invisible lo empujara a un
lado para permitir el acceso del personal médico a Jen. Tan pronto como estuvo
lejos del camino, los seres humanos se movieron en acción rápida y eficazmente,
como una máquina bien aceitada. Decebel observó, temblando de rabia contenida
a medida que ellos clavaban en Jennifer agujas y ponían una máscara sobre su
cara que él asumió sería para darle oxígeno. Tan pronto como empezaron a cortar
la ropa, él gruñó y se volvió, empujando a Vasile fuera de la habitación, cerrando
las puertas de golpe detrás de él.

—Decebel, ¿qué fue eso? —preguntó tranquilamente Vasile a su Beta.

Decebel desvió la mirada en sumisión al contestar a su Alfa.

—Estaba velando por ella. Tú estabas con Fane, Alina estaba con Sally y
Lilly. No había nadie más que yo para asegurarme de que los humanos no le
hicieran daño a ella. —Las palabras de Decebel le sonaron ciertas a Vasile, pero
él percibió una emoción subyacente la cual no creyó que Decebel fuera
consciente.

—Su familia estará pronto aquí, Alina los ha llamado. Cuando lleguen,
puedes dejar que ellos se encarguen de ella. Hasta entonces te pediré que
permanezcas de pie fuera de esta puerta y si el médico sale antes de que sus padres 44
estén aquí, obtén toda la información que él te diga para que puedas transmitirla.
¿Entendido?

—Voy a tratar con su familia cuando lleguen aquí. Entendido —respondió


Decebel, su voz sin emoción, con una expresión dura.

—Una cosa más, Beta. Mantén a tu lobo bajo control —le advirtió Vasile.

—Sí, Alfa —respondió Decebel mientras retrocedía contra la pared,


cruzando los brazos sobre su pecho. Permaneció de pie como un centinela en la
sala de operaciones donde Jen estaba siendo atendida.

Vasile se volvió para alejarse. Decebel lo observó irse, viéndolo sacudir la


cabeza en confusión.

Decebel también estaba confundido, pero no estaba en condiciones de


mirar por qué muy de cerca. Sólo déjalo en paz, Dec, se dijo.

***
—¿Qué fue todo eso? —le preguntó Fane a su padre cuando Vasile se
acercó a él. Fane seguía de pie exactamente donde Vasile le había dejado, en
frente de la sala de operaciones donde estaba siendo tratada Jacquelyn.

—Decebel estaba protegiendo a Jen. Se sintió responsable de ella ya que el


resto de nosotros estábamos en otro lugar. —Vasile notó que su propia voz no
sonaba como si él creyera lo que estaba diciendo.

—¿En serio? ¿Eso es lo que dijo? —preguntó Fane con escepticismo.

—Tampoco sé qué hacer con él, pero cuando giré por esa esquina hasta la
habitación que Decebel estaba cuidando, no dejó que ninguno de los empleados
llegara a su lado. Cuando empezaron a desnudarla, me empujó fuera de la
habitación —explicó Vasile, con el ceño fruncido, su voz llena de incredulidad a
pesar de que lo había visto todo con sus propios ojos.

Fane no supo cómo responder a eso, pero sabía que no podía preocuparse
de eso ahora, porque lo único en que podía pensar era en su compañera. Siguió
viendo su cuerpo inerte, la única señal de vida era su respiración y pulso. Sin la
actitud valiente, sin su suave toque. Cerró los ojos, apagando sus emociones para 45
poder mantener a su lobo bajo control.

***

—Fane, Vasile, ¿dónde están Jacque y Jen? —Escuchó a Lilly preguntar


cuando se dirigió hacia ellos.

—Jacque está en esta sala de operaciones y Jen está al final del pasillo.
Decebel está vigilando su puerta —le dijo Fane. Los hombros de Lilly se
desplomaron y su cabeza cayó hacia adelante mientras las lágrimas silenciosas
caían al suelo.

Fane se acercó a la mujer que había traído su preciosa compañera al mundo


y la envolvió en sus brazos. Ella le apretó firmemente como si su vida dependiera
de ello. Fane no pudo dejar de pensar que debería haber sido el padre de
Jacquelyn quien estuviera aquí de pie consolando a Lilly, pero lo que había
ocurrido no era culpa suya. Lilly y él habían tomado la decisión de permanecer
juntos sabiendo que probablemente algún día tendría que irse. Aún así era terrible.

Finalmente Lilly se retiró, lo miró a la cara y acarició su mejilla.

—Gracias Fane, gracias —dijo con la voz ronca por la emoción.


Lilly se recostó contra la pared frente a la sala de operaciones y se deslizó
hasta el suelo, dispuesta a permanecer allí hasta que el doctor saliera con noticias
de su hija.

Vasile se acercó y se arrodilló frente a ella.

—Lilly, ¿puedes decirme qué pasó? ¿Qué recuerdas? —le preguntó.

Lilly inclinó la cabeza contra la pared, mirando hacia el techo y luego


apretó sus ojos ya cerrados. Trató de imaginarse a sí misma conduciendo lejos de
su librería y entonces, empezó a hablar.

—Recibí una llamada de uno de mis empleados. —Ella le contó todo


acerca de Jeff y el supuesto cliente furioso que no existía y cómo Jeff se había ido
cuando ella llegó a la tienda. A continuación, justo antes de que comenzara a
contarle del ruido y la pérdida de control del vehículo, recordó al hombre que Jen
había señalado a un lado de la carretera—. Esperen, ¿alguien vio a un hombre
alto a un lado de la carretera de pie junto a un auto azul?

Vasile negó con la cabeza. 46


—No habían otros autos Lilly, sólo el tuyo. ¿Has visto a un hombre? —le
preguntó.

—Justo antes del ruido fuerte y después que perdiera el control, Jen señaló
a este apuesto hombre a un lado de la carretera. Parecía que podría haber tenido
un pinchazo o algo así. No puede haber estado lejos de donde fue el accidente, él
tuvo que haberlo visto. —Lilly estaba empezando a sonar frenética.

Alina y Sally acababan de llegar, escuchando el final de los comentarios de


Lilly. Alina se arrodilló en el lado opuesto a su marido y tomó la mano de Lilly.

—Vamos a averiguarlo Lilly, todo va a salir bien —le dijo Alina


suavemente.

Entonces, Sally habló.

—Tiene razón, había un hombre a un lado de la carretera. Era alto y


grande. Yo no pude verlo bien, pero de acuerdo a Jen era lo que ella clasifica
como una “deliciosa cosa” —explicó Sally.
Vasile miró a Fane, quien había estado escuchando en silencio a las chicas
describir lo que había sucedido.

—¿Viste a alguien conduciendo a medida que te acercabas a las chicas?


Fuiste el primero en llegar.

—No, no había nadie, sólo las chicas —le dijo Fane, rememorando la
imagen de la silueta herida de Jacquelyn a la vanguardia de su mente. Cerró los
ojos y deseó que la imagen desapareciera.

—Sally, Lilly, ¿ambas están bien? —les preguntó Fane, tratando de dejar
de pensar en las imágenes del accidente.

—Sólo unos cuantos cortes, quemaduras menores, aparte de eso estamos


bien —respondió Sally—. Estoy segura de que Lilly preguntó, pero, ¿cómo están
Jen y Jacque? —preguntó ella.

Vasile habló antes que Fane pudiera.

—Jen está al otro lado del pasillo en la otra sala de operaciones y ya la


están tratando. Decebel está de guardia en su puerta. Jacquelyn está en esta de 47
aquí. Los médicos han dicho que van a hacernos saber algo tan pronto como sea
posible.

—Si tienen todo bajo control por aquí creo que voy a ir a hacerle compañía
a Decebel mientras esperamos noticias de las dos —les dijo Sally.

—Creo que sería una muy buena idea —coincidió Vasile. Sally encontró
extraño este comentario, pero no respondió, simplemente se volvió y caminó por
el pasillo hasta encontrar a Decebel.

Todo el mundo estaba en silencio, ninguno se atrevía a romperlo, como si


el incumplimiento de ello, de alguna manera, causara daño a Jen o Jacque. Así
que esperaron, como centinelas silenciosos a la expectativa de noticias de sus
compañeras caídas.

Una vez más, el pensamiento de que la espera no sólo apestaba, sino que
era una completa y absoluta mierda, cruzó por la mente de Fane.
Traducido por LizC

Corregido por LadyPandora

ally permaneció al otro lado del pasillo de Decebel. Ella sabía que él
era un hombre grande, pero en este pasillo, con sus facciones como
piedra sin revelar nada de sus pensamientos y emociones, parecía
positivamente enorme. Su único reconocimiento de ella cuando se acercó fue un
leve movimiento de cabeza. Sally no pudo dejar de pensar que en cualquier
momento iba a reventar con un lenguaje tipo: “yo Decebel, tú Sally”. Ese
pensamiento trajo una sonrisa a su cara. Sabía que era un comentario que Jen
habría apreciado. Ya que ella podía notar que él no iba a convertirse en el
conversador del año, podría al menos tratar de conseguir un poco de él. 48
—¿Cómo estás, Decebel? —Bien, Sally admitiría que dadas las
circunstancias tal vez esa fue una pregunta: “¿realmente acabas de decir eso?”,
pero bueno, eso fue todo lo que se le pudo ocurrir.

Decebel levantó una ceja ante la humana frente a él y consideró la


pregunta. ¿Cómo estaba? ¿Acaso siquiera él sabía cómo estaba? La respuesta a
eso era simple, había un montón de: “estoy colgando de un hilo” rugiendo en su
interior. Así que, naturalmente, le mintió.

—Estoy bien. ¿Cómo estás tú? —Ven, Decebel pensó para sí, puedo ser
accesible cuando pongo mi mente en ello.

—Ja —reconoció Sally—. ¿Siempre eres tan reticente?

¿Reticente? Y aquí Decebel pensando que no estaba siendo para nada


reticente. Vaya usted a saber.

—Estoy de guardia en esta puerta, no estoy siendo reticente. Estoy siendo


sensible a mi entorno, lo cual puede hacerme parecer distante.
—Bueno, seré honesta, eso es lo más que te he oído decir —dijo Sally con
sincero asombro—. Vaya, eso fue como, tú explicándote ante mí y esas cosas. Jen
estaría muy orgullosa de ti. —Decebel se tensó visiblemente ante la mención de
Jen—. Sabes, creo que ella piensa que eres como los conejitos de chocolate que
venden durante la Pascua, ya sabes todos muy rico por fuera pero huecos por
dentro. —Ahora Sally estaba imitando a Jen, su cerebro y el filtro en su boca
pareciendo no cerrar.

—¿Ella me compara con un conejo? —preguntó Decebel con incredulidad.

—No con esas palabras. Tienes que entender que a Jen le gustan los chicos.
Bueno, a ella le gustan los chicos calientes. —Sally notó que ahí estaba esa tensión
ligeramente en todo su rostro de nuevo, pero esta vez la mención de Jen y los
chicos en una misma frase pareció provocarlo. Voy a tener que hacer un poco de
trabajo detectivesco, se dijo—. Pero ella no sale mucho porque, a pesar de sus
asperezas, es muy inteligente y se aburre fácilmente. Así que si el paquete exterior
es interesante, pero el interior es una mierda, sólo se conformará con comerse con
los ojos al paquete desde la distancia.
49
Antes de que Decebel pudiera considerar sus palabras o responder, la
puerta de la sala de operaciones se abrió. Decebel se volvió bruscamente,
quedándose directamente delante de un hombre medio calvo, de mediana edad
con ojos saltones y una barbilla fuerte. Sus ojos se abrieron repentinamente
cuando miró a Decebel, quien se dio cuenta que su lobo debía haber estado
viéndose a través de sus ojos, porque la mandíbula del médico cayó abierta.

Sally dio un paso al frente de Decebel y puso su sonrisa más dulce. Miró al
distintivo con el nombre del médico antes de hablar.

—Doctor Thomas, ¿cómo está Jen? —Sally no pudo evitar un ligero


temblor en su voz. El miedo a lo desconocido, a veces es peor que la realidad.

El Dr. Thomas miró a Decebel y luego de nuevo a Sally. Parecía estar


tratando de tomar una decisión.

—¿Tiene Jen algún familiar por aquí? ¿Sus padres, tías, tíos?

—Soy su prometido —dijo Decebel.

A Sally casi se le rompe el cuello cuando se giró para mirarle, su mandíbula


casi golpeando el suelo. Decebel la fulminó con la mirada, desafiándola a
contradecirle. No lo hizo. Ella simplemente se dio la vuelta al médico, el
escepticismo escrito en su rostro.

—Decebel es de Rumania. Hacen cosas de manera diferente a por aquí y


su matrimonio ha sido planeado desde hace mucho tiempo, si usted me entiende.
—Sally estaba luchando por algún tipo de razón que justificase que este sujeto de
20 años parecido a una montaña estuviera comprometido con una joven de 17.
Honestamente, ¿en qué demonios estaba pensando?

—¿Un matrimonio de conveniencia? —El Dr. Thomas todavía no sonaba


muy convencido.

—Sí, bueno, las cosas son diferentes en otros países. Pero ya ve, Jen va a
cumplir 18 en tan sólo un par de semanas y es por eso que Decebel está aquí
ahora, porque…

Antes de que Sally pudiera continuar cavando su tumba, el oscuro y serio


Decebel intervino.

—Me dirá cómo está. —Sally lo fulminó con la mirada y él de mala gana 50
agregó—: Por favor.

Sally decidió que el Dr. Thomas sólo quería terminar con ellos porque
finalmente desistió.

—Tu amiga aún no está consciente y no tengo manera de saber cuándo va


a hacerlo. En realidad, es una bendición para ella no estar despierta para
experimentar el proceso de cicatrización de las quemaduras. Ha sufrido
quemaduras en el 70% de su cuerpo. —Sally no pudo evitar el chirrido que emitió
desde su garganta, sintió que sus rodillas se debilitaron y podría haber golpeado
el suelo si la mano de Decebel no la hubiera estabilizado—. La mayoría de las
quemaduras son en su lado izquierdo y espalda. Había un poco de vidrio y
pequeños trozos de metal incrustados en su espalda y brazos que tuvimos que
quitar uno a uno, eso es lo que tomó más tiempo. Tendrá que ser trasladada a
nuestra unidad de quemados donde tendrá desbridamiento diario. No voy a
endulzarlo, tiene un camino largo y doloroso a la recuperación.

—¿Habrá cicatrices? —preguntó Decebel. Sally se dio cuenta que debería


haber sido ella la que preguntara, ya que Jen era como una hermana para ella,
pero no era capaz de conseguir hacer que su boca funcionase.
—Van a ser extensas. ¿Qué? ¿Ya no cumplirá con tu deseo de una novia
por correo? —dijo el Dr. Thomas con desdén evidente por la idea de que la
inminente boda de Decebel y Jen no se diera, lo cual era falso, por supuesto.

Sally sintió como si hubieran salpicado agua fría en su rostro ante el


comentario del doctor. Sintió la rabia surgir como ondas desde Decebel. Malditos
hombres lobos temperamentales. Ella se acercó y puso una mano en su brazo, un
gesto que esperaba transmitiría su deseo para que él permaneciera en calma.

—Está bien, bueno, gracias, doctor Thomas. ¿Podemos seguirlos cuando


transporten a Jen hasta la unidad de quemados? —preguntó Sally, su brazo aún
en el de Decebel en una advertencia silenciosa.

—Eso estará bien. Las enfermeras me notificarán tan pronto como sus
padres lleguen e iré a hablar con ellos acerca de su tratamiento. —El Dr. Thomas
le dio a Decebel una última mirada penetrante, por añadidura asumió Sally, pero
cuando Decebel entrecerró esos ojos amarillos suyos en el doctor, él
repentinamente se dio la vuelta y, con pasos apresurados, se alejó.

Trajeron a Jen en una camilla poco después de la salida nerviosa del 51


médico. Después de la pequeña exhibición que Decebel había armado, Sally se
sorprendió cuando le dio sólo una mirada al pasar. Decebel apartó la vista
rápidamente y se volvió para mirar a Sally a los ojos.

—Voy a ir hasta Vasile para dejarle saber lo que está pasando con Jen. Ve
con ella, enviaré a Alina para que te acompañe.

—Está bien, ¿podemos detener esta pequeña comedia por un segundo,


porque hace un momento eras todo: “esta es mi prometida, bla, bla, bla”, y ahora
estás a punto de dejarla a mi cuidado? No lo entiendo —le dijo Sally.

—No tienes que hacerlo —casi le gruñó Decebel.

—Sólo uno, todo lo que quiero es un maldito lobo que no sea mandón,
cabezón, gruñón, peludo e idiota —murmuró Sally al techo cuando se volvió para
seguir la camilla—. Es tan jodidamente mucho pedir.

Ella no estaba completamente segura, pero le pareció oír un “sí”


murmurado de parte de Decebel.

***
Fane vio a Decebel venir por el pasillo hacia ellos. Supuso que esto
significaba que le habían dado noticias sobre Jen. ¿Por qué estaban tardando tanto
con Jacquelyn? Justo cuando iba a preguntarle a Decebel lo que sabía, la puerta
de la sala de Jacquelyn se abrió y una mujer de baja estatura, que parecía estar en
los mediados de sus años treinta, surgió. Llevaba el cabello corto de una manera
práctica y sus ojos hablaban de alguien que había visto demasiado dolor en su
vida. Nada de eso mantuvo la atención de Fane cuanto captó el olor de la mujer.
Su cabeza se giró hacia su padre. Él vio que la mirada de Vasile era decidida y
que también estaba evaluando el aire. Ante el apenas aparente asentimiento que
su padre le dio, Fane confirmó lo que había pensado al principio, esta mujer era
una Canis Lupis.

—¿Quién es el tutor de Jacquelyn Pierce? —preguntó la mujer, explorando


el grupo que se había reunido a su alrededor. Cuando sus ojos se posaron en
Vasile, Fane pareció ver un leve reconocimiento en ellos.

Lilly dio un paso adelante, con pasos pesados por la preocupación y el


miedo.
52
—Yo soy su madre, Lilly Pierce —respondió ella.

—Soy la doctora Cynthia Steele. —La inhalación brusca de Lilly no pasó


desapercibida ante el sonido de ese nombre. Después de todo, sólo había pasado
24 horas desde que Fane había matado a Lucas Steele—. Tengo que hablar de la
condición de su hija con usted. ¿Quiere ir a un lugar privado?

Fane dejó escapar un gruñido que hizo que la cabeza de la doctora Steele
se girara para mirarlo.

—No tenemos que ir a ninguna parte —explicó Lilly—, aquí todo el


mundo es familia de Jacque.

Antes de que la doctora pudiera continuar, Vasile dio un paso adelante.

—Doctora Steele, necesitamos que sea clara con nosotros acerca de todo
lo que sabe sobre su condición. ¿Entiende lo que digo?

—Usted no tiene que empujar toda esa mierda de Alfa sobre mí, Vasile
Lupei, sé quién es usted y sé quién es su cachorro, teniendo en cuenta que mató
a mi hermano hace apenas un día —le espetó. Fane y Decebel se tensaron ante el
tono de voz que la mujer fue lo suficientemente valiente como para utilizar en su
Alfa. Vasile lo tomó con calma.

—Tienes razón —confirmó Vasile—, mi…

Fane le interrumpió.

—Sí, yo maté a tu hermano y lamento tu pérdida, pero no lamento el


proteger a mi compañera de alguien que trató de alejarla de mí.

—¿Proteger a tu pareja? Si ella está tan protegida, Fane Lupei, entonces,


¿por qué está allí acostada, quemada a cenizas en mi hospital? —La voz de la
doctora Steele fue como una bofetada en la cara.

Los ojos de Fane fulguraron a medida que el poder se desataba a su


alrededor, haciendo que la doctora Steele bajara la cabeza a pesar de que no
estaba en verdadera sumisión.

—¿Podríamos volver a mi hija? Podemos hacer frente a la mierda de


hombres lobos en un minuto —dijo Lilly mientras el estrés endurecía su voz.
53
—Mis disculpas —le dijo la doctora Steele—. Jacque ha sufrido
quemaduras en más del 65% de su cuerpo, la mayoría de las cuales son de tercer
grado, pero algunas son quemaduras de segundo grado. Su pierna derecha se ha
roto en dos lugares por debajo de la rodilla, su cadera se dislocó y fragmentos de
vidrio tuvieron que ser sacado de sus brazos. Está estable en este momento, pero
no se ha despertado de la anestesia que le dimos para la cirugía. No sé si va a
despertar en cualquier momento pronto. —Hizo una pausa por un momento y
cuando nadie dijo nada, continuó—: No he hecho nada en su pierna, quería
esperar a ver cuál es el proceso de curación de su cuerpo. Puesto que ella es medio
lobo va a sanar más rápido que un ser humano. Su piel debería sanar por completo
sin cicatrices, su pierna no estoy segura, pero me preocupa que si pongo clavos
pudiera curar demasiado rápido y esos clavos serían un obstáculo, no una ayuda.
Hay un problema del que no estoy segura cuál será el resultado.

—¿Qué problema? —susurró Lilly.

—Jacque recibió una transfusión de sangre humana antes de que pudiera


llegar hasta aquí. No sé cómo su sangre va a interactuar con ella, o si va a
dificultar el proceso de curación. No es algo que me haya encontrado antes.
Para el momento en que la doctora siguió hablando, Alina tuvo que
sostener a una desalentada Lilly entre sus brazos. Fane se había recostado contra
la pared en busca de apoyo mientras sentía que se quedaba sin aliento.

—Tengo que verla. Ahora.

Los ojos de Fane brillaban y le temblaban las manos ante la cantidad de


esfuerzo que tenía que ejercer para mantener a su lobo bajo control.

—Eso no va a ser posible hasta que sea trasladada a la unidad de quemados


—le dijo la doctora Steele.

—Creo que no me has oído bien. Tengo que ver a mi compañera ahora. —
Los ojos de Fane continuaron fulgurando y su piel se estremeció con la necesidad
de cambiar.

La mandíbula de la doctora Steele se tensó brevemente pero rápidamente


compuso su rostro.

—¿Compañera? ¿No crees que ambos son un poco joven para decidir algo
permanente? 54

—No puedo, ni quiero, cambiar lo que el destino ha elegido para mí. Ella
es mía y ya sea que tú vas a llevarme hasta ella o yo derribaré este hospital en
pedazos para encontrarla.

Ella permaneció quieta, desafiante, hasta que finalmente dijo:

—Está bien, sígueme. —Fane tomó la mano de Lilly mientras se disponía


a seguir a la doctora, dándole una pequeña sonrisa de tranquilidad.

Entraron en la sala de operaciones y luego pasaron por delante de la mesa


en la que había visto a Jacquelyn cuando le habían forzado a salir de la habitación.
La doctora Steele abrió otras puertas dobles adentrándolos en un área donde
había varias habitaciones con revestimiento en vidrio para que aquellos que las
ocupaban fueran claramente visibles. Allí había una enorme mesa redonda en el
centro de la habitación que parecía servir para lo que Fane consideraría el centro
de mando.

Fane tomó una respiración profunda y, aunque había un montón de olores


de enfermedad, pulcritud y preocupación, pudo aún así recoger la fragancia de
algodón de azúcar de su compañera. Empujó a Lilly junto a él a medida que
seguía el camino de su esencia, ya no preocupándose por seguir a la doctora. Pasó
tres habitaciones de vidrio antes que finalmente estuviera de pie delante de la de
ella. Abrió la puerta a su pequeña habitación y dejó que Lilly entrara antes que
él. Ella corrió a la cama de Jacquelyn y de inmediato comenzó a hablar con ella,
sosteniendo su mano, acariciando su cabello fuera de su cara. Fane se apartó y
observó en silencio, dándole tiempo a Lilly con su hija. Su lobo estaba tan
inquieto, tan ansioso por estar cerca de su pareja, tocarla y sentir la vida fluyendo
en ella. Casi gruñó ante la idea de esperar un minuto más. Finalmente Lilly se
giró a Fane.

—¿Quieres que salga? —Fane odiaba pedirle eso a ella, pero necesitaba
unos minutos a solas con su Luna.

—Sí, por favor. —Su voz era tensa ya que se contenía. Lilly asintió, le dio
a Jacquelyn un rápido beso en su mano vendada y luego salió de la habitación,
cerrando la puerta detrás de ella. Por fin eran sólo Jacquelyn y él. Se acercó
lentamente a su cama, con miedo de que el momento fuera sólo un espejismo y
se evaporara ante sus ojos si él siquiera respiraba profundamente. Pero cuando
llegó a su lado, ella todavía estaba allí, no siendo un producto de su imaginación, 55
sino de verdad, en carne y hueso.

Fane se inclinó hacia delante y rozó suavemente algunos mechones de


cabello fuera de su rostro envuelto en vendaje. Puso su nariz tan cerca de su cuello
como le fue posible sin tocarla y respiró su aroma en profundidad. Su olor era
como un bálsamo, acarició su lobo, calmándolo y ayudándolo a aclarar su mente
del miedo que había sido su compañero constante desde que había sentido el
dolor y el miedo de Jacquelyn a través de su vínculo. Luego la besó en los labios
con tanta ligereza que apenas sintió su calor y susurró su nombre.

—Jacquelyn. —Primero en voz alta y luego a través de su vínculo.


«Jacquelyn. Por favor, escúchame, mi amor, despierta para mí.» Fane no sabía si
podría ayudar, pero tenía que intentarlo. Después de esperar varios minutos, se
dio cuenta que ella no iba a despertar, al menos no en ese momento. Oyó la puerta
abrirse detrás de él y se volvió para ver a la doctora Steele y Lilly esperando
pacientemente.

—La vamos a trasladar a la unidad de quemados, su amiga también está


ahí. Las dos tendrán que someterse a múltiples desbridamientos para eliminar la
piel muerta de modo que la nueva por debajo de esa piel se pueda curar —les
explicó la doctora Steele.

—¿Puedo quedarme con ella? —preguntó Fane, sin apartar los ojos de
Jacquelyn.

—Puedes visitarla, pero no puedes permanecer en la misma habitación que


ella. Existe un riesgo demasiado grande de infección.

A Fane no le gustó esa respuesta, pero quería lo mejor para su compañera.


Fuera lo que fuera que necesitara su cuerpo dañado para sanar era lo que él quería
para ella.

—¿Cuándo cree que vamos a saber si la sangre humana va a afectarla, o


cómo le afectará? —le preguntó Fane a la doctora.

—No hay manera de saberlo, Fane. Sé que no es lo que quieres oír.


Durante los próximos días, mientras su cuerpo empiece a sanar, su sangre lobuna
debería aumentar la velocidad de ese proceso. Si no es así, entonces sabremos
que, posiblemente, la sangre humana está obstaculizando el proceso. 56
Traducción SOS por Nelshia

Corregido por Xhessii

as heridas de Jacquelyn mostraron una gran mejoría en la semana


siguiente, pero Fane todavía continuaba paseándose por la sala de
espera como lo había hecho desde el día del accidente. Estaba
empezando a sentirse como un león enjaulado listo para saltar sobre una presa
fácil. Pudo notar que todo el mundo estaba sintiendo su nerviosismo, ya que todos
parecían estar evitándolo como la peste. No podía evitarlo, había pasado una
semana desde el accidente y aún ni Jen ni Jacquelyn habían despertado. Ambas
estaban pasando por desbridamientos diarios y aunque parecía que el cuerpo de
Jacquelyn estaba curando un poco más rápido que el de un humano, no era lo 57
suficientemente rápido para Fane.

Se sentía impotente. Su lobo estaba inquieto y deseaba estar cerca de su


compañera. Odiaba no poder estar a su lado, protegiéndola mientras ella estaba
en un estado tan vulnerable, pero no había nada que hacer al respecto. Trató
continuamente de llegar a ella a través de su vínculo, pero lo único que consiguió
fue oscuridad y silencio.

***

El oscuro silencio ocupó el espacio que la voz de su Luna una vez llenó,
pero pasó la segunda semana tratando de sacarla desde el lugar enigmático en que
ella residía. Su concentración se vio interrumpida cuando Decebel dijo:

—Me gustaría que hubiera algo que pudiera matar. —Mientras estaban
sentados en la sala de espera familiar en el piso de la unidad de quemados, las
mismas sillas en las que ambos habían establecido su residencia en las últimas dos
semanas.

—Yo podría ir a matar algo justo ahora mismo —coincidió Fane.


Fane estuvo gratamente sorprendido al descubrir que él y Decebel, a pesar
de la enorme diferencia de edad de 107 años, se llevaban muy bien. Hasta ahora
Decebel siempre había sido sólo el Beta de su padre para él, un poderoso lobo, y
cuando era más joven un poco aterrador. Pero a medida que pasaron las últimas
dos agonizantes semanas esperando en el hospital, habían estado a veces solo en
la compañía del otro y así habían empezado a llegar a conocerse.

Se alegró por la compañía de Decebel, de lo contrario podría haber


derribado ya la puerta de donde Jacquelyn estaba demasiado quieta para su
propio gusto. No estaba seguro de cuánta más espera podía soportar antes de que
él exigiera que se le permitiera estar con Jacquelyn todo el tiempo.

Se estaba haciendo más y más difícil convencer a su lobo de ser paciente.

***

Dos semanas más pasaron y Fane marcó el aniversario de cuatro semanas


del accidente en el calendario colocado en la cabecera de Jacquelyn, rezando para
que la fuerza de la luna llena de esa noche regresara a su Luna al lugar que le
correspondía a su lado. Agradecidamente estaba de pie junto a la cama de 58
Jacquelyn durante una de las limitadas visitas permitidas y no podía apartar sus
ojos de ella.

Era increíble lo mucho que se había curado en el último mes. Su piel estaba
en carne viva y rosa donde las quemaduras habían estado pero se podía ver que
la nueva piel estaba entretejiéndose junta rápidamente. La doctora Steele le había
dicho que su pierna estaba completamente curada. Ella había tenido que revisar
a través de los registros médicos de Jacquelyn para alterar algunos de los últimos
descubrimientos, porque no había manera de que pudiera justificar que la pierna
rota de una persona se curara por completo en cuatro semanas. También le había
dicho que todavía no estaban fuera de peligro con respecto a la sangre humana
que había recibido.

Jacquelyn había estado teniendo una fiebre constante durante las últimas
tres semanas y la doctora Steele también dijo que su conteo de glóbulos blancos
era elevado, lo que significa que su cuerpo estaba luchando contra una infección.
Ya sea que la infección fuera de las quemaduras, o tenía algo que ver con la
sangre, no lo sabía. Así que él continuó esperando, y esperando un poco más.
Antes de irse, se inclinó y la besó en la frente, y como hacía todos los días
le susurró su nombre a través de su vínculo. «Jacquelyn, vuelve a mí.» Anhelaba
ver sus ojos color esmeralda mirando fijamente los de él.

Y por fin alguien escuchó sus súplicas.

«¿Fane?»
Fane se acercó más, como si la proximidad ayudara con su vínculo mental.

«Estoy aquí, Luna. ¿Puedes abrir los ojos para mí?» le preguntó,
desesperado por traerla de vuelta a este mundo.

Ella no le respondió, y él pensó que tal vez había escapado otra vez, pero
de repente estaba mirando dentro de un mar de verde. El aliento abandonó sus
pulmones cuando vio la luz volver despacio en ellos.

Fane no se dio cuenta que había derramado una sola lágrima hasta que ella
le susurró con una voz seca y ronca:

—No llores hombre lobo, no pensaste que podías deshacerte de mí tan 59


fácilmente, ¿verdad?

Apenas pudo contener el alivio que sintió al escucharla hablar, al verla


despierta.

—Quiero abrazarte, Luna, pero no sé dónde tocarte sin causarte dolor —


le confesó, ese era su deseo más profundo en ese momento.

—Estoy tan drogada que no puedo sentir nada en este momento, así que
recuéstate sobre mí —le dijo con una sonrisa débil.

Fane se inclinó hacia delante con tanta suavidad como pudo y colocó un
brazo alrededor de su cintura. Apoyó la cabeza en su hombro, poniendo
efectivamente sus labios justo contra la curva de su cuello, en sus hombros. La
besó con tanta suavidad como pudo y sintió a su lobo retumbar de alegría.

—Te extrañé —le dijo Jacquelyn con voz tensa.

—Metí la pata, Jacquelyn. Te dejé sin protección, podría haberte perdido.


Es inexcusable. ¿Cómo puedes siquiera quererme cerca de ti?
—Fane, esto no es tu culpa. No vayas todo Alfa conmigo en este momento.
Te necesito más que nunca —le dijo sin vergüenza de su propia dependencia de
él.

—Estoy aquí, y no voy a ninguna parte.

La puerta de la habitación se abrió y, fiel a su naturaleza de lobo, Fane


tomó una postura defensiva frente a su compañera. Está bien, así que tal vez iba
a reaccionar de forma exagerada por un tiempo, pero todo el mundo tendría que
lidiar con eso. Lilly entró con la doctora Steele a su lado.

Lilly dejó escapar un suspiro estremecido y las lágrimas cayeron por sus
mejillas mientras miraba a su hija. Caminó hacia adelante mientras Fane se hacía
a un lado para permitirle el acceso a Jacque.

—Tan amable de tu parte volver a la vida —bromeó Lilly, a pesar de que


su voz temblaba.

—Sí, bueno, estarían perdidos sin mí, así que tuve que volver. —Jacque se
inclinó hacia su madre, mientras Lilly la besaba suavemente en la frente. 60
—Te amo, Jacque.

—Sé que lo haces, mamá —respondió Jacque con su habitual observación


a las palabras de su madre; eso era una broma entre ellas. Lilly siempre decía que
Jacque era demasiado grande para sus bombachos y Jacque seguía demostrando
que tenía razón. Ante el sonido de la voz de la doctora Steele, Lilly se apartó de
Jacque para mirar al médico.

—Bien, ella está despierta —reconoció la doctora Steele—. Jennifer


también ha despertado, hace como una hora.

—¿Cuánto tiempo hemos estado fuera? —preguntó Jacque con aprensión.


De alguna manera sabía que no había sido solo unas pocas horas.

—Un mes, Luna —le dijo Fane suavemente mientras apartaba suavemente
algunos mechones de su frente.

—¿Un mes? —Las cejas de Jacque se elevaron con la pregunta en su voz.

***
—He tenido que disponer para que compartas una habitación con tu
amiga, Jen. Lilly ha dado su consentimiento para ello. Jacque, ¿está bien contigo?
—le preguntó la doctora Steele.

—Nada me haría más feliz —le dijo a la doctora, con una débil sonrisa
uniéndose a sus palabras.

Fane y Lilly salieron de la habitación cuando el transporte llegó para mover


a Jacque a la habitación que compartiría con Jen. Mientras pasaba, dio a Fane un
guiño rápido y lo desafió:

—Una carrera a la habitación.

61
Traducido por Helen1

Corregido por Xhessii

illon estaba reunido con su Beta, Logan, en su oficina para revisar


el informe semanal sobre cómo Jacque estaba sanando. Habían
pasado cuatro semanas desde el accidente y finalmente Logan
tenía algunas buenas noticias para transmitir.

—Jacque ha despertado de su coma —le informó Logan.

—¿Sabes algo más sobre su bienestar o simplemente sabes que ella está
despierta? —La voz de Dillon estaba ronca por la emoción a pesar de la ruina que
había sido hace un mes. 62
—De lo que he entendido se está recuperando rápidamente, casi tan bien
como un lobo pura sangre.

Dillon no pudo evitar pensar por enésima vez cómo Fane podía haberla
dejado, o cualquiera de ellos para el caso, completamente vulnerable,
especialmente después del desafío en que él había tomado parte. Luego un
pensamiento recurrente volvió de nuevo. Se dio la vuelta, mirando a Logan.

—Tú estabas allí, ¿por qué no la ayudaste?

—Iba a hacerlo, Alfa, pero Fane llegó tan rápido y él hubiera sabido que
estaba ahí que me habría revelado a mí mismo. Me doy cuenta ahora que la
seguridad de Jacque debería haber sido mi primera prioridad, no mi cubierta —
le dijo Logan, con los ojos bajos, con el cuello expuesto en sumisión.

Dillon apreció el gesto mientras él aguantaba a su lobo de un hilo porque


cualquier desafío por parte de Logan aseguraría perder su vida.

—Me iba a quedar fuera de esto. Iba a confiar en Lilly para saber qué era
lo mejor para nuestra hija, pero estas últimas semanas, cuanto más lo pienso,
simplemente no puedo, no ahora. Jacque pudo haber sido asesinada y todo
porque su supuesto compañero, que es poco más que un niño, no la protegió
como es su responsabilidad.

Dillon sabía en la parte racional de su cerebro que tal vez estaba siendo
demasiado duro con Fane, pero no podía evitarlo, era su hija, y si ella hubiera
muerto nunca habría tenido la oportunidad de conocerla. Eso era inaceptable.
Jacque todavía era menor de edad, él podía invocar sus derechos como su Alfa,
y tomarla bajo su cuidado hasta que ella fuera mayor de edad. Lilly
probablemente lo odiaría por ello, pero ella finalmente vería que era mejor para
Jacque de esta manera. Era demasiado joven para aparearse, y peor aún, Fane
era demasiado joven para ser su compañero. Él no entendía lo que significaba ser
un compañero, la responsabilidad que viene con ello.

Dillon se volvió hacia Logan.

—¿Dijiste que había cuatro lobos, además de Vasile y su hijo?

—Sí, Alfa.

—Toma a los cuatro primeros de la manada, contigo y conmigo haremos 63


seis. Iremos con un número par de lobos como para no parecer que estoy
desafiando a Vasile, pero lo suficiente como para demostrar que tengo apoyo.
También haz que Colin alquile un avión privado, quiero llegar lo más pronto
posible.

Colin era el asistente de Dillon, a falta de una palabra mejor, y se encargaba


de cualquier negocio de la manada y actuaba como enlace con otras manadas.
Debido a su condición de Omega, él no era considerado una amenaza o un
desafío por otras manadas, ni era un sumiso que permitiría a otras manadas pasar
sobre él.

Logan asintió ante la petición de su Alfa y se volvió para irse.

—Nos vamos en una hora —dijo Dillon retirándose.

***

Su plan no podía estar funcionando mejor, pensó Logan para sí mismo. A


pesar de que no había querido que Jacque saliera lastimada, ¿cómo se supone que
iba a saber que un simple neumático reventado haría que el auto rodara, y luego
se prendiera en fuego? El corazón de Logan había estado en su garganta cuando
él había visto la forma inmóvil de Jacque siendo sacada de la camioneta en
llamas. Casi se había precipitado hacia adelante para ayudar, pero había captado
el sonido de los vehículos de los otros lobos y se había metido en su auto y
conducido a través de la mediana de la autopista contraria. Él había estado
conduciendo en dirección opuesta a Fane y su familia. Ellos nunca habían mirado
en su dirección, sus ojos solo estaban en los restos. Logan había pensado que a lo
largo de las últimas semanas la ira de Dillon disminuiría, pero ómuy a su disgusto,
solo había aumentado.

Logan entró en la sala de defensa de la manada donde sabía que los cuatro
miembros principales de la manada estarían a esta hora del día. Cada uno estaba
en varios estados de la limpieza de sus armas asignadas y vigilando el perímetro
de la mansión en las distintas pantallas de televisión que estaban conectadas a las
cámaras de todo el recinto. Parecía una cosa arcaica de hacer ya que no habían
tenido otro intento de desafío a la manada en su territorio en de más de un siglo.
Los viejos hábitos tardan en morir, y como Dillon les dijo, nunca se puede estar
demasiado preparado.

—Lee, Phillip, Dalton y Aidan, los necesito conmigo. Preparen las armas.
A este punto no las llevarán encima, pero quiero que estén disponibles en caso de 64
que sea necesario. Empaquen suficiente ropa para tres días, y luego reúnanse con
el Alfa y conmigo en el garaje principal. Voy a explicar lo que está sucediendo
mientras estamos en camino a nuestro destino. Muévanse.

Sin una palabra los cuatro lobos prepararon sus armas y luego salieron de
la sala para dar cumplimiento a las instrucciones de su Beta. Logan siempre sentía
una sensación de orgullo cuando la manada obedecía sin cuestionar, era una señal
de confianza, confianza que iba a tener que traicionar. Mejor no pensar en eso
ahora, se dijo, sólo haz lo que tengas que hacer, pide perdón después.

***

Dillon estaba de pie en el garaje principal, esperando que su manada se


uniera a él. Estaba tratando de mantener la calma sabiendo que la manada sentiría
lo que él sentía, no quería que ellos tengan que asumir sus cargas. Era su trabajo
como Alfa protegerlos de la tensión innecesaria, pero esta era una situación con
la que nunca había tratado antes, y por primera vez no sabía muy bien cómo
manejar la situación. Llamó a su lobo, sabiendo que iba a ser menos emocional y
más práctico; él haría lo que tenía que ser hecho. Dillon podría preocuparse por
las emociones cuando la situación estuviera bajo control. Logan apareció, y justo
detrás de él estaban sus cuatro primeros miembros de la manada, todos vestidos
con uniformes negros.

—¿Ya les informaste sobre la situación? —le preguntó Dillon a Logan.

—No, Alfa. Pensé que podía hacer eso en el camino.

Dillon asintió en acuerdo.

—Muy bien, vamos a montarnos en el Hummer. Phillip, tú conduces.

Una vez en la carretera, Logan empezó a informar a los lobos sobre la


situación en Coldspring.

—Es imperativo en este punto que esta información permanezca dentro de


este grupo. Dillon será el que decida cuando el resto de la manada lo sabrá —les
dijo Logan.

Dillon tomó la palabra a continuación.

—Puede hacerlos sentir incómodos ya que ella es su Alfa también, pero he


elegido en este momento no revelar esto a mi compañera. Hablando de eso,
65
excúsenme de la conversación por un momento, tengo que informarle que voy a
estar ausente por unos días. —No dijo nada más sobre el tema.

Logan oyó a Dillon decirle a Tanya que estaba tomando un viaje de


negocios para discutir las relaciones de la manada y las formas de mejorar las
comunicaciones de la manada y que se reuniría con algunas de las manadas de
Texas.

Ella no lo puso en duda y, una vez más Logan notó la simple confianza,
confianza que estaba siendo rota incluso mientras el Alfa hablaba con su
compañera. Era lo mejor, decidió Logan, y al igual que él teniendo que tomar el
asunto en sus manos sobre Jacque, Dillon tenía que tomar la difícil decisión de
hacer frente a esta situación sin el estrés añadido de las emociones de su pareja.
Una vez que la situación estuviera contenida, entonces Dillon podría sentarse con
Tanya y explicarle las cosas. Logan se aseguraría de estar ocupado cuando la
conversación se llevara a cabo. Tanya era impetuosa, y más que seguido, no
hablaba antes de pensar. Iba a ser un lío volátil cuando llegara la hora de
explicarle las cosas. Sí, buena suerte con eso, Alfa, pensó para sí mismo.
—Así que el plan en este momento —comenzó Dillon después de haber
desconectado con su compañera—, es que una vez que lleguemos a Coldspring
me pondré en contacto con Vasile primero por Ley de la Manada y le haré saber
que estamos ahí. Estoy seguro de que le dirá a Lilly, quien a su vez le dirá a Fane
que ahora saben se ha declarado compañero de Jacque. No abordarán a los lobos
de Vasile a menos que yo lo mande. ¿Hay alguna confusión acerca de esto?

Cada uno de los lobos negó con la cabeza y mostraron sus cuellos en
sumisión.

—Después de haber notificado a Lilly sacaré un tiempo para reunirme con


ella para hablar de mi reunión con Jacque. A este punto, no voy a decir nada
sobre el hecho de que yo estoy ahí para invocar mis derechos como su Alfa. Voy
a hacerlo después de haberme reunido con ella. También solo voy a hacer eso
delante de Vasile, su cachorro y su Beta. Durante ese tiempo solo a Logan se le
permitirá estar conmigo —explicó Dillon.

Para el momento en que terminó de contarle a su manada lo que sucedería,


habían llegado al aeropuerto y se embarcaban en el avión alquilado que Colin
66
había asegurado para ellos.

Cuando el avión despegó, Dillon se reclinó en su silla y cerró los ojos. Trató
de imaginar lo que Jacque diría cuando él se le presentara a ella. ¿Estaría enojada
de que él no había sido parte de su vida? ¿Estaría feliz de finalmente conocerlo?
Por lo general él tenía mucha confianza en sí mismo, pero en este momento no
podía recordar alguna vez estar tan inseguro de sí.

Logan estaba tratando de resolver en su mente qué momento sería el mejor


para llevarse a Jacque del hospital. Decidió que iba a sugerir a Dillon que después
de haber invocado sus derechos de Alfa, haga que Vasile saque a sus lobos de la
guardia y ponga a los suyos. Puesto que él era el jefe de las fuerzas de la manada
establecería la rotación de guardia por la noche, lo cual sería el momento más
vulnerable, cuando el personal era mínimo, y la cubierta de la oscuridad podría
ayudarle en su tarea. Estaba tan cerca de su objetivo, tan cerca de tener la primera
cosa que realmente había querido desde hace mucho tiempo, y la tendría a ella.

Sin importar lo que se necesitara, Jacque Pierce sería suya.


Traducido por Isa 229

Corregido por Xhessii

na vez que el avión hubo aterrizado en una pequeña pista de


aterrizaje privada que Colin había encontrado, ellos tenían un auto
de alquiler esperando. Dillon se encontró preguntándose, no por
primera vez, lo que haría sin Colin, él parecía pensar en todo.

Logan sabía la ubicación del hospital así que él condujo mientras Dillon
encontraba el número de Vasile en el directorio de Alfas. Sí, tenían un libro con
todos los números de los Alfa en él. Dillon no podía sino pensar que alguien más
tenía un Colin también que había surgido con la idea. Dillon marcó el número y
mientras él escuchaba el timbre todo en lo que pudo pensar fue en como esto iba
67
a ser interesante. Vasile contestó en el cuarto timbre.

—Vasile —contestó él con su nombre en lugar de un hola.

—Vasile, soy Dillon Jacobs, Alfa de la manada de Denver. Quiero


informarte que estoy en Coldspring. ¿Hay algún otro Alfa al que necesite llamar?

Vasile permaneció en silencio durante muchos latidos antes de que


respondiera:

—No, la manada aquí en Coldspring aún no es oficial. Notificaré al Alfa


que estás aquí. —Dillon escuchó a Vasile tomar una respiración sonora y luego
soltarla lentamente—. ¿Quiero saber por qué estás aquí, Jacobs? —preguntó
Vasile, usando su apellido.

—Tengo el presentimiento de que lo sabes. Quiero hablar con Lilly y quiero


conocer a mi hija. Tengo entendido que ella ha estado en un accidente. —Hubo
un leve gruñido en la voz de Dillon mientras le contestaba a Vasile.

—Puedo preguntar, ¿cómo te enteraste de Jacquelyn, o del accidente a


decir verdad? —preguntó Vasile, su voz estaba mezclada con escepticismo.
Dillon decidió dejar a Vasile sacar su propia conclusión al darle medias
verdades a sus preguntas.

—Los miembros de la manada hablan, Vasile. Tú sabes cómo es esto. Un


grupo de lobos reunidos es peor que un salón de belleza cuando se trata de chisme.
Así que naturalmente, cuando escuché que había habido un desafío dado al
cachorro del Alfa más poderoso, y éste fue en la ciudad natal de Lilly, comprobé
las cosas.

Dillon no mencionó que él había tenido a Logan siguiendo a Jacquelyn, o


que él había estado en la escena del accidente. Él no pensó que Vasile necesitara
de esos detalles.

—Estamos ahora en camino al hospital. ¿Podrías por favor pedirle a Lilly


encontrarme en la entrada? Y voy a pedirte, Vasile, que aún no dejes que Jacque
sepa que estoy aquí.

—Le haré saber a Lilly, sin embargo, no te garantizo que ella vaya a verte.
—Dillon empezó a interrumpir pero Vasile le cortó—. Jacque ha estado
inconsciente durante un mes. Lilly ha pasado por un infierno durante ese mes, 68
ella está lo suficientemente estresada ahora. No obstante, le haré saber. Si llegas
aquí y ella no está esperándote en el vestíbulo, entonces llámame mañana, iremos
desde ahí. Sin embargo, debo saber, cómo tú compañera va a sentirse cuando
Lilly te envié a casa en una caja de pino, porque tienes que saber que esto no va
a ir bien —le dijo el Alfa.

—Lidiaré con Lilly. Tengo a cinco de mis lobos conmigo, mi Beta y mis
primeros cuatro. No estamos aquí como un desafío a ti o a los tuyos. Simplemente
deseo conocer a mi hija —le dijo Dillon, su voz nunca traicionando la sutil
mentira. Él no sólo quería conocer a su hija, planeaba llevarla a casa con él.

—Entiendo —contestó Vasile—. Te voy a pedir a ti y a tus lobos mantener


el perfil bajo, y tratar esto como si fuera mi territorio permanente. En otras
palabras, no me des una razón para lamentar el haberte dejado permanecer aquí.
Mi Beta, Decebel, estará esperando con ella ya que él es el más neutral en la fiesta
cuando se trata de Jacque y creo que necesitarás algo neutral mientras tú estés,
como dijiste, lidiando con Lilly. Tendrás que hacerme saber cómo va eso —dijo
Vasile con divertido sarcásmo—. ¿Cuál es tu TEL?

—Mi Beta dice que llegaremos en diez minutos.


—Diez minutos, qué cortés de tu parte darme una amplia noticia de tu
llegada. —Vasile había colgado antes de que Dillon pudiera responder al
pinchazo.

—¿Ha ido como lo esperabas? —preguntó Logan.

—Bastante bien, aunque Vasile parece muy tranquilo para un Alfa tan
dominante. Esos a menudo son los más mortales. Ellos nunca traicionan sus
emociones, así uno nunca sabe cuál es su siguiente movimiento.

—Suena como que podría ser un buen jugador de póquer —dijo Logan
secamente.

Dillon no reconoció las palabras de su Beta, en su lugar se puso a pensar


en la mejor manera de mantener a Lilly lo suficientemente en calma para que le
dejáse ver a Jacque antes de que dejara caer toda la basura de: “Estoy aquí para
llevarme a mi hija lejos”.

Desafortunadamente no hubo ninguna brillante idea que cayera del cielo,


tampoco se había encontrado con un libro para idiotas llamado: Cómo apaciguar 69
a la amante que menospreciaste.
Se detuvieron en el estacionamiento del hospital. Estaba lleno, así que
Logan tuvo que estacionar el auto de alquiler lejos de la entrada principal.

—Voy a entrar y hablar con Lilly. Quiero que todos ustedes se queden aquí.
Ella ya está muy preocupada con Jaque estando inconsciente durante tanto
tiempo y tenerme aquí es agregarle sal a la herida, así que no quiero asustarla más
por tener una manada de lobos desconocidos descendiendo sobre ella.

Dillon sabía que hablar con Lilly sería probablemente más difícil que
hablar con Jacque. Él tenía una historia con Lilly. La clase de historia que deja
una herida en tu corazón que nunca sanará. La costra lo cubre, a menudo
repetidamente, pero cuando la costra sale es tan cruda y dolorosa como el día en
que fue infligida la herida. Dillon tuvo suerte, él tenía a su compañera, cuya
presencia a menudo mantenía la costra en su lugar. ¿A quién tuvo Lilly?, se
preguntó él.

Dillon fue sacado de sus pensamientos con el sonido de la voz de Logan.

—¿En qué punto planea reclamar los derechos de un Alfa con respecto a
un menor?
—Lo decidiré después de encontrarme con Lilly —le dijo él.

Sin otra palabra Dillon abrió su puerta y caminó bajo el cálido calor de
Texas, y aunque hacía calor, no era eso que lo tenía sudando. Cerró la puerta del
auto y se giró para caminar a la entrada del hospital. En ese momento él realmente
no podía decir qué podría ser peor, enfrentar a una amante que le hizo daño, o
masticar un bocado de tachuelas de tres centímetros. Cuando Dillon alcanzó la
entrada y abrió la puerta la primera cosa que vio fue el hermoso rostro de Lilly.
Él supo entonces que sería mucho mejor masticar tachuelas cualquier día a que
enfrentar la traición en los ojos de ella.

70
Traducido por Rihano

Corregido por Xhessii

ally estaba esperando en la habitación del hospital mientras traían a


sus dos mejores amigas. Ella estaba ansiosa, retorciéndose los dedos.
La preocupación que había estado sintiendo durante el último mes
estaba grabada en sus labios apretados y las cejas levantadas que formaban
arrugas en su frente.

—Oh, vamos Sal. Si sigues mirándome como si fuera un cachorro enfermo


que te encontraste en una zanja, voy a ahogarte con una almohada mientras
duermes. —Jacque guiñó un ojo a su amiga a pesar de sus duras palabras.
71
—Bendito sea, y yo aquí que pensaba que era la perra reinante en esta
pandilla. —Jen le sonrió a Sally.

—¿Bendito sea? ¿Perra? —Jacque levantó las cejas a su por lo general


sarcástica amiga.

—Estoy tratando de limpiar mi boca sucia, ya sabes cómo las experiencias


cercanas a la muerte cambian la forma en que vives y en la que no. —Jen se
encogió de hombros.

—Jen, “bendito sea” es blasfemia. Tú sabes esto, ¿verdad?

Jen miró a Sally y entornó los ojos.

—Solo para el inglés, así que no cuenta.

—Ni siquiera sé cómo responder a eso —dijo Jacque secamente.

—Creí que ustedes dos nunca se despertarían. Jen todavía se ve como una
momia toda envuelta y tú te ves como una langosta recién cocinada —les dijo
Sally mientras empujaba una silla en medio de sus camas.
—Sólo estaba consiguiendo mi sueño de belleza. —Jacque miró a Jen y le
sonrió con malicia—. Entonces, ¿qué te tomó a ti tanto tiempo? —Su implicación
era clara.

—Oh, Jacque, tú pequeña e inocente mente no sería capaz de manejar lo


que estaba pasando en mi cabeza que me impedía volver a la realidad. —Jen
bostezó y acarició su boca con recato.

—Tú no sabes, tal vez mi subconsciente es más aventurero que la versión


consciente.

—Bueno, en ese caso, como un favor a Fane, nos aseguraremos de


noquearte la noche de la ceremonia de unión —dijo Sally con sequedad.

Jen se rió, pero salió más como una tos ahogada.

—No me hagas reír, mis pulmones están asados. Me siento como una
hamburguesa de Burger King, siempre cocinada a la parrilla.

—A tu manera, de inmediato, nena —añadió Jacque.


72
—Hay tantas maneras mejores de utilizar ese comentario que en un
estúpido comercial de hamburguesas —dijo Jen en disgusto.

—Y ella está de vuelta —bromeó Sally mientras miraba la vida filtrarse


poco a poco de nuevo en los ojos de Jen, su cuerpo, y el comportamiento general.

—Tengo que darles las gracias. Ustedes me salvaron la vida y sólo quería
que supieran que las amo a las dos y voy a estar siempre agradecida —les dijo
Jacque mientras se limpiaba una lágrima de su mejilla.

—Tú habrías hecho lo mismo por cualquiera de nosotras, Jac —le dijo
Sally.

—Bueno, ahora que siempre vas a estar en deuda conmigo, voy a tener que
pensar en maneras de darle a tu agradecimiento buen uso —bromeó Jen con
sequedad.

Sally y Jacque rieron y pusieron los ojos en blanco a su para siempre


obstinada amiga.

Jen miró a su alrededor, notando que estaban sólo ellas tres.


—Así que, ¿dónde está el séquito del lobo? —le preguntó a Jacque.

—Todos estaban esperando en el pasillo justo antes de que las trajeran a


las dos. Vasile tomó una llamada telefónica y cuando regresó le hizo una seña a
todos, pero me dijo que esperara aquí por ustedes —explicó Sally—. Me imagino
que debe ser importante si consiguió que Fane se alejara de su mujer. Se ha
negado a abandonar el hospital ni un minuto desde que ella fue sacada de la sala
de operaciones —le dijo a Jen.

—Por alguna razón, no puedo decir que estoy sorprendida que su ardiente
hombre McLobo esté pegado a su lado. Ella fue casi retorcidamente asesinada —
exclamó Jen.

—A ti no te fue mejor. —Una voz ronca las hizo voltear hacia la puerta.
Jacque vio a Fane lanzarse alrededor de Decebel para llegar a su lado. Fue
Decebel quien había atestiguado las palabras de Jen, y Decebel quien miraba a
Jen como si le hubiera crecido un apéndice adicional en la cabeza.

Jen lanzó una mirada a Jacque y luego a Sally, en busca de algún tipo de
idea de qué decir, pero tampoco podían echarle ningún hueso porque sabían tanto 73
como ella lo hacía sobre Decebel, y esto sumaba cero, nada, y nada de nada.

—Está biennn, y, ¿estás aquí para…? —le preguntó Jen con evidente
confusión.

—Estoy aquí para protegerte. Me refiero a custodiarlas a todas ustedes. No


sólo a ti, sino a cada una de ustedes, al mismo tiempo, para que no estén solas —
balbuceó Decebel.

—Sí, lo entiendo, no hay necesidad de hacer aún más daño —le dijo Jen
sarcásticamente.

La cabeza de Decebel se alzó para mirarla a los ojos. Jen vio lo que solo
podría describir como dolor.

¿Lo habían herido sus palabras? Ella tragó saliva y sintió un nudo
formándose en su garganta ante la fría mirada en sus ojos. Después de varios
segundos, él se volvió y miró a Fane.

—Voy a estar abajo durante unos minutos. El Alfa estará montando


guardia con Alina. —Sin otra palabra o una mirada hacia atrás, salió de la
habitación.
Todos en la habitación dejaron escapar un profundo suspiro que ninguno
de ellos se había dado cuenta que había estado conteniendo.

—¿Alguno de ustedes, mis queridos amigos, les gustaría explicarme quién


le retorció la cola? —preguntó Jen, mirando de una persona a otra, esperando
alguna explicación plausible.

—Está bien, uno —dijo Sally levantando un dedo—, no tenemos ni idea,


ha estado así desde que llegamos al hospital. Y dos, ¿acabas de decir que su cola
estaba retorcida? —preguntó Sally a su amiga, con la risa reprimida.

—Sí, lo hice solo porque la mitad de mi cuerpo ha sido bien frito y me


siento como si alguien me golpeó con un martillo. Por lo tanto, dicho eso, me
permito algunas observaciones tontas. Cálmate, Perfecta Polly, o voy a mandar
hacer M&M personalizados con tu número de teléfono en un lado y para un buen
tiempo en el otro —amenazó Jen con irritación.
—Y ella está de regreso otra vez —sonrió Sally.

Jen la calló. 74
Sí, pensó Jacque, vamos a estar bien. Jen está siendo una cachorra, como
lo definió ella, Sally la está incitando, y yo estoy en la esquina permaneciendo
fuera de la línea de fuego riéndome hasta el cansancio. Las cosas volverán a la
normalidad en poco tiempo. Jacque miró a Fane mientras él se inclinaba y la
besaba en la frente.

—¿Por qué fue eso? —le preguntó ella.

—Por cada sonrisa que vea en tu cara, voy a darte un beso —le dijo él con
cariño.

—¿Qué consigo por una risa? —preguntó ella, su voz estaba espesa con
sugerencia.

Fane le sonrió, mostrando esos hoyuelos increíbles.

—No creo que ahora sea el momento adecuado para demostrar ese amor.

Jacque extendió su labio inferior, tratando de hacer un puchero, lo que solo


hizo a Fane sonreír más grande.

—Entonces, ¿qué había tan interesante en el pasillo?


Fane vaciló el tiempo suficiente para que Jacque se preguntara si estaba
siendo totalmente honesto. Había cerrado sus pensamientos, lo que también la
hizo preguntarse qué estaba pasando.

—No es nada importante. Mi padre recibió una llamada de una manada


que está conduciendo a través de la zona, y le gusta mantenernos alerta cuando
se trata de otra manada.

Algo en el tono indiferente de Fane le dijo a Jacque que estaba ocultando


algo. Esto no la molestaba porque a este punto sabía que él iba a tratar de
protegerla, incluso si se tratara sólo de una mosca empuñando un palillo de
dientes como una espada. Fane no la dejaría sin protección nunca más. Tenía la
sensación de que el número de peleas que iban a tener en su larga vida había
aumentado de manera exponencial.

—Entonces, Jen, ¿cómo te fue con tus padres una vez que despertaste? —
le preguntó Sally—. Estuvieron aquí constantemente mientras estabas
inconsciente.

—Oh, fue muy bien, pero no puedo soportar a mi madre siendo toda 75
emocional y cerniéndose sobre mí. Ambas saben que no tolero lo de cernirse sobre
alguien. —Jen puso los ojos en blanco.

—Ah, sí, cerniéndose. Tu madre tiende a cernirse sobre ti cuando está


preocupada —estuvo de acuerdo Jacque.

—Aunque en realidad, no lo llamaría cernirse —dijo Sally, pensativa—. Es


más como sumergirse por completo de nariz. Casi tienes que agacharte para
cubrirte cuando la mamá de Jen viene hacia ti y está preocupada.

—Por lo tanto, ese es el por qué ella ya no está aquí —reconoció Jen—.
Tomó algo de convencimiento, pero con un poco de ayuda de Alina conseguimos
que ella y mi padre pensaran que sería mejor para ellos dejarme descansar un
poco y a menos que algo esté mal vendrán mañana por la noche.

Jen miró a Fane cuidadosamente antes de preguntar:

—¿Tu madre tiene algún tipo de capacidad para hacer que la gente haga lo
que ella quiere?

Fane se rió entre dientes, pero negó con la cabeza.


—No, a menos que ella no me lo haya dicho. Mi madre siempre ha sido
capaz de conseguir que la gente vea las cosas desde su punto de vista. Mi padre
dice que es un arte la forma en que puede trabajar a la gente a su alrededor. No
sé, vas a tener que preguntarle.

Fane le apretó la mano.

«¿Cómo estás, Luna?»


«Teniendo en cuenta que he sido quemada hasta crujir, mi pierna aplastada
como si hubiera sido pasada a través de un mezclador y hay vidrio salpicado en
mi piel como si fuera una magdalena, estoy apestosamente bien» le dijo ella con
los labios volteándose en una sonrisa que casi derritió su corazón.

—Te amo —susurró él.

—¿Qué es lo que no amas? —bromeó ella.

—Cierto —murmuró Fane en voz baja.

*** 76
Decebel volvió a entrar en la habitación y sin mirar a nadie caminó
cruzando la habitación hasta la cama de Jen.

—¿Estás bien? —Las palabras revelaban algún tipo de emoción, pero su


tono de voz era tan ronco como siempre.

Jen estaba empezando a sentirse frustrada con su extraña frialdad hacia


ella. Qué demonios, pensó, si no le importaba por qué incluso se molestaba
jodidamente en preguntar. Al igual que antes, decidió manejar su frialdad con lo
que mejor sabía hacer, coquetear.

—Podría estar mejor —le dijo con un ligero mohín. Por el rabillo del ojo le
guiñó un ojo a Sally, quien le estaba lanzando una mirada inquisitiva.

—¿Qué significa eso? —preguntó él aún más bruscamente si es que eso era
apestosamente posible.

—Sólo significa que mi situación podría mejorar, lo que a su vez me haría


sentir mejor —le dijo inocentemente.
Jacque estaba en su cama con su mano sobre su boca tratando de ahogar
su risa mientras veía a su amiga trabajar su magia. La parte graciosa era que
Decebel, obviamente, nunca había conocido a nadie como Jen. No parecía que
supiera qué hacer. Jacque tenía la sensación de que la incertidumbre no era una
emoción que Decebel a menudo sentía.

Cuando él no le respondió a ella, Jen dobló su dedo hacia él, indicándole


que quería que se moviera más cerca. Cuando él asintió y se inclinó, Jen agarró
la pechera de su camisa y lo empujó hasta que tuvo que apoyarse en la cama con
sus manos, y su oreja estaba al lado de la boca de ella. Sally y Jacque la observaron
susurrarle y de repente el cuerpo de Decebel se tensó, sus músculos rígidos con
gracia escultural. Después de un momento, él se levantó, le dio una última mirada
a Jen, y sin una palabra se dio vuelta y salió de la habitación.

Jen rompió a reír en cuanto la puerta se cerró.

—Hombre, eso fue genial —dijo ella, todavía riendo.

—¿Te gustaría compartir, mi retorcida amiguita, que le hiciste al pobre


Decebel? —le preguntó Sally con una ceja levantada. 77
—Una dama nunca besa y cuenta. —Jen sonrió y le guiñó un ojo a Sally.

—Hay dos problemas muy obvios con esa afirmación —comenzó Jacque.

—Sí, sí. No soy una dama, y no lo besé, bla, bla. Detalles, detalles mi
querida Watson —dijo Jen con sarcasmo.

Jen sonrió para sus adentros. No podía creer la audacia en las palabras que
le había susurrado a Decebel, pero lo merecía por ser tan idiota con ella. Sólo
estaba jugando con él después de todo, eso no significaba nada, así que cuál era
el daño. Hizo caso omiso de la persistente vocecita que estaba tratando de
contradecir sus pensamientos.
Traducción SOS por Nelshia

Corregido por Xhessii

espués que Fane había vuelto a la habitación con las chicas, Lilly
tuvo su mini ataque de pánico y fue capaz de calmarse cuando
Alina le dijo que le daría una bofetada si no lo hacía.

—Así que está en camino, ¿cómo ahora? —le preguntó Lilly a Vasile.

—Sí, como en este momento. Estará aquí en unos diez minutos —le dijo.

—¿Dijo lo que quería? —Esta vez su voz era más fuerte, más decidida.

—Todo lo que dijo fue que quería hablar contigo y que quería conocer a 78
Jacque.

—Sí, pero ambos sabemos que hay más que eso, Vasile. Tiene que tener un
motivo ulterior para viajar hasta aquí. Estoy segura de que quiere conocer a
Jacque, pero esa no es la única razón por la que ha venido —le dijo Lilly.

—Decebel va a ir contigo. A pesar de que no creo que te haría daño o que


permitiría que te hagan algún daño, quiero a Decebel para tener una idea de las
cosas. He llamado a Sorin, Skender y Boian para ver si pueden explorar alrededor
del estacionamiento del hospital y echar un vistazo a los hombres de Dillon —
explicó Vasile.

—Estoy listo cuando tú lo estés, Lilly —oyó a Decebel decir, lo cual era
muy raro porque no podía recordar un momento en que Decebel alguna vez le
hubiera hablado. Había una primera vez para todo.

—Bien, hagamos esto —dijo Lilly, cuadrando los hombros, como si se


estuviera preparando para luchar.

—Ella también te lo ha pasado —le dijo Decebel, mientras se metían en el


ascensor para ir a la recepción.
—¿Quién me ha pasado qué? —le preguntó Lilly.

—Jen. Ella siempre dice esos comentarios extraños que no tienen relación
alguna a la situación, y me doy cuenta que también lo haces. Ella es como un
virus que sólo sigue extendiéndose. —La última parte la dijo más para sí que para
Lilly.

—Si ella es un virus entonces es la única de su tipo en existencia, y ella es


un virus que atraparía cualquier día —le dijo Lilly, mirándolo por el rabillo del
ojo.

Decebel gruñó algo imperceptible, pero no dijo nada más. En cuanto se


abrieron las puertas del ascensor, Decebel puso una mano delante de Lilly para
que no saliera antes que él. Salió y miró a su alrededor y luego hizo un gesto para
que ella saliera, evidentemente, decidiendo que era seguro.

—¿Qué sucede con las damas primero? —bromeó Lilly, tratando de


expulsar su energía nerviosa. Sabía cuál era la respuesta, pero ella sólo necesitaba
algo para mantenerla ocupada durante unos minutos antes de ver al hombre al
que había amado con cada fibra de su ser. 79
—No sé qué idiota pensó que era más inteligente que una mujer entrara en
una habitación antes que él. ¿Cómo sabe si es seguro para ella entrar si no echa
un vistazo por sí mismo? En realidad es un acto mucho más galante ir delante de
ella, por lo tanto, asegurándose de que nada va a hacerle daño —explicó Decebel,
su tono de voz al principio sonaba con disgusto y luego fue casi tierno cuando
terminó de hablar. Él simplemente podría ser un buen partido, algún día, sin el
mal humor y autoritarismo que parecía plagar en todas las cosas peludas, pensó
Lilly.

No habían estado de pie en el vestíbulo por mucho tiempo cuando la puerta


se abrió y Dillon Jacobs entró. Decebel comenzó a moverse delante de Lilly, en
uno de esos momentos: “Debo proteger, óiganme rugir”, pero Lilly lo empujó a
un lado, sin apartar la mirada de Dillon. No pudo controlar el dolor teñido con
traición que exudó por sus ojos. Eran diecisiete años de viejo dolor, pero dolía,
no obstante.

Lilly enderezó la espalda y caminó hacia adelante, tratando de envolverse


en la confianza que no sentía. Decebel se detuvo justo detrás de ella, un
recordatorio silencioso para Dillon de que estaba protegida.
Dillon habló primero.

—Lilly, es bueno verte —dijo con sinceridad filtrándose de su voz.

Eso solo hizo que su presencia fuera peor, el saber que él realmente quiso
decir lo que dijo; pero independientemente de las palabras que podía darle, el
hecho era que pertenecía a otra mujer. A veces Lilly sólo quería sacarle a la vida
su dedo medio.

—Es bueno verte también, Dillon. —Lilly logró forzar eso de sus labios,
fingir una sonrisa y todo sin vomitar sobre sus zapatos—. No quiero perder el
tiempo, Dillon. Los dos sabemos que no estás aquí para ponerte al día, o para
recordar los viejos tiempos, así que llega al por qué estás aquí —le dijo Lilly,
dándose cuenta que no tenía la paciencia para andarse entre las ramas hoy.

—Sé de nuestra hija. En cierto modo sé por qué no me dijiste nada de ella,
pero quiero conocerla, creo que me merezco eso. —La voz de Dillon sostenía una
honestidad dolorosa.

—Iba a decirte esa noche. —No tenía que especificar qué noche era—. Pero 80
llegué a casa y decirle a una nota que estaba embarazada no es lo mismo que
decirle al padre. —Lilly sabía que no debería ser una cabeza dura, había tomado
la decisión de quedarse con Dillon después de saber que algún día no tendría más
remedio que dejarla.

Dillon levantó la cabeza hacia el techo, cerrando los ojos. Él respiró hondo
y soltó el aire lentamente. Cuando miró a Lilly de nuevo, ella podía decir que
estaba luchando para mantener sus emociones bajo control.

—No quería irme. Sabes que no tenía otra opción. Lilly, me hubiera
quedado, me habría casado contigo, hubiera sido el padre que Jaque merecía. Lo
hubiera hecho.

Lilly lo interrumpió.

—Ya lo sé, está bien, pero no se trata de eso. Quieres conocer a Jacque,
bien, eso será cuestión de ella. Le diré que estás aquí, y si, y solo si ella quiere,
puedes reunirte con ella. Pero vas a tener que darle un poco de tiempo para
procesar esto, Dillon.

—Sé que es mucho, pero quiero verla hoy. Tengo que hablar con ella acerca
de algunas cosas importantes que necesita saber acerca de ser un lobo.
—Ella tiene gente para decirle acerca de ser un lobo —chasqueó Lilly hacia
él, dejando que su frustración por la situación saque lo mejor de ella.

—Correcto, el cachorro que permitió que le hicieran daño. —La voz de


Dillon sostenía evidente desprecio por Fane.

Decebel gruñó y dio un paso hacia delante, pasando a un lado del brazo de
Lilly.

—No le faltarás el respeto al príncipe, él no ha hecho nada malo.

Dillon pareció recomponerse y rectificar.

—Me equivoqué al suponer que era su culpa, Beta. No quise faltarle el


respeto, pero tienes que entender que, como su padre, fue difícil saber que mi hija
resultó herida mientras estaba al cuidado de otro lobo.

—Puede ser su padre, pero solo de sangre —le espetó Decebel, entonces se
volvió a Lilly y la tomó del brazo—. Regresaremos y discutiremos esto con
Jacque, y le dejaremos saber cualquier cosa en la próxima hora.
81
Decebel no dio a Lilly la oportunidad de decir algo más, simplemente la
tomó del brazo y comenzó a arrastrarla hacia el ascensor.

—¿Muy mandón? —Lilly lo miró fijamente mientras las puertas del


ascensor se cerraban con un sonoro ding—. ¿Por qué le dijiste que lo
contactaríamos en una hora, Decebel? Eso no va a dar a Jacque mucho tiempo
para pensar acerca de si quiere o no incluso considerar conocer a su padre.

—Cuanto más tiempo le tome a ella decidir, entonces más tiempo él estará
aquí, y él tiene planes. No estaba siendo completamente honesto acerca de por
qué está aquí —explicó Decebel.

El ascensor dio un ligero vuelco, mientras llegaban al piso donde estaba la


habitación de Jacque y Jen. Las puertas se abrieron y una vez más Decebel salió
primero y luego le indicó a Lilly que siguiera.

—¿Qué significa que él tiene planes? —dijo Lilly entre dientes.

Decebel siguió caminando hacia la habitación de las chicas sin responder


su pregunta. Al acercarse a la puerta, Vasile y Alina se levantaron de las sillas en
las que habían estado sentados frente a la habitación donde Jacque y Jen se
estaban recuperando.

—¿Qué has sabido? —Vasile dirigió la pregunta a Decebel.

—Él no estaba diciendo toda la verdad. Quiere encontrarse con ella, sus
emociones son sinceras, pero está sin duda ocultando algo —explicó Decebel.

—No entiendo cómo puedes decir todo eso —habló Lilly.

—Cuando una persona es deshonesta su cuerpo emite señales. Los sentidos


humanos no pueden percibirlas, pero los sentidos lobunos pueden, y están muy
en sintonía con ellos —explicó Decebel—. Cuando mientes, generalmente tu
ritmo cardíaco es más rápido, tu cuerpo desprende un ligero olor en la
transpiración que puede que ni siquiera sepas que está en tu piel, pero que está
ahí, tus pupilas se dilatan ligeramente y tu nariz se ensancha. Dillon siendo un
lobo puede esconder parte de eso, pero creo que verte lo descontroló y él no estaba
protegiendo sus emociones tan bien como normalmente podría, sobre todo para
un Alfa.
82
—Así que, la pregunta del millón es: ¿qué es lo que quiere con Jacque? —
preguntó Alina.

En ese momento la puerta de la habitación que habían estado vigilando se


abrió con un ligero, pero perceptible crujido.

—¿Qué quiere quién con Jacque? —preguntó Jen mientras salía de la


habitación hacia el pasillo.
Traducido por Nelshia

Corregido por Xhessii

en caminó lentamente, era difícil debido a todas las vendas y el


soporte de la intravenosa que tenía que arrastrar con ella.

—Exactamente, ¿por qué estás fuera de la cama? —La


pregunta vino de Decebel.

—Traté de decirle que se quedara quieta, pero es casi tan cooperativa como
un gato mojado —les dijo Sally mientras también salía de la habitación.

Jen cojeó hacia donde estaba Decebel y se detuvo justo frente a él.
83
—Estoy fuera de la cama porque no hay nada divertido pasando en la cama
—bromeó. Después de su anterior encuentro no podía dejar de sentirse valiente y
podía decir que lo hacía sentir incómodo, al coquetear con él, lo que solo le daba
ganas de coquetear aún más.

Decebel la fulminó con la mirada y dio un paso atrás.

—Deberías estar descansando, no vagando alrededor en una bata de


hospital con el soporte de una intravenosa —le dijo, sonando completamente
indiferente, como si estuviera hablando con un desconocido. Jen se volvió y miró
hacia Sally para ocultar el dolor en sus ojos, el cual ella ni siquiera sabía por qué
sentía, pero ahí estaba.

—¿Qué te dije, Sal? Algo está pasando y como siempre nos están dejando
fuera. Así que, señora P, ¿quién quiere ver a nuestra pequeña princesa lobo? —
preguntó Jen, manteniéndose de espaldas a Decebel pero sin alejarse de él.

Fue Vasile quien respondió.

—Dillon Jacobs está aquí para ver a Jacque.


Las dos chicas miraron fijamente Vasile.

—Bien, bien, y Dillon Jacobs, ¿sería? —solicitó Jen.

—El padre de Jacque —escupió Lilly.

—Oh, increíble… La mierda se enciende, guarden los fósforos —dijeron al


unísono Sally y Jen. Vasile y Decebel tosieron, ambos tratando de encubrir sus
risas por el vocabulario de Jen. Ella tuvo la decencia de parecer un poco
avergonzada por su declaración descabellada, pero muy poco.

—Eso ni siquiera comienza a cubrirlo. —La voz de Lilly sonó angustiada


y la frustración estaba escrita sobre su frente.

—Así que, ¿cuándo todos ustedes estaban planeando dejar caer esta bomba
nuclear en el regazo de Jacque? Porque creo que voy a ser necesaria en algún otro
lugar del hospital en ese preciso momento —les dijo Jen. Sally estaba a su lado,
asintiendo en acuerdo.

—Vamos a decirle ahora —respondió Decebel, dándole a Jen la excusa


perfecta para darse la vuelta y comérselo con los ojos sin ser obvia en que ella 84
estaba realmente comiéndoselo con los ojos.

O al menos eso pensaba hasta que oyó a Sally susurrar en su oído:

—Entonces, Decebel parece ser digno de tirar baba, por lo que veo.

Jen giró la cabeza tan rápido que se golpeó con la frente de Sally.

—Maldición, Jen, tu cabeza es aún más dura de lo que originalmente


pensaba —se quejó Sally.

—Sí, bueno, Sherlock la tuya no es tan suave tampoco —espetó Jen. Sally
le dio una mirada de complicidad, recordándole que la había atrapado checando
a Decebel. No debería estar molesta de que Sally la hubiera atrapado, ella checaba
a los chicos todo el tiempo. Esto era diferente, sin embargo, este era un hombre
lobo jodidamente caliente como el pecado. Sí, bueno, tal vez las quemaduras se
le subieron a la cabeza. Debía ser por eso, que de repente, se fijaba en lo
inalcanzable. Aunque, pensó, los hombres lobo pueden tener aventuras
amorosas, ¿no? Miró a Decebel de nuevo, quien estaba estudiando el suelo como
si tuviera las respuestas a la vida escritas en él, en arameo. Una aventura con él,
hmmm, podría ser interesante. No se dio cuenta que había dicho la última parte
en voz alta.

—¿Qué clase de aventura sería interesante? —preguntó Sally.

—¿Qué? No dije aventura, dije apoyadura. Una apoyadura para el brazo,


debido a las quemaduras y todo eso. —Jen tropezó con sus palabras.

—Ajá, bien, una apoyadura. Haremos que la enfermera se encargue de eso,


Jen. —La mirada de Sally de “estás llena de patrañas” a juego con su tono de
voz.

Jen se volvió hacia Lilly a continuación, por una vez sin querer la atención
dirigida a ella.

—Está bien, bueno, yo digo que terminemos con esto señora P, sólo
arrancarlo como un curita, limpio y rápido. —Mientras hablaba estaba cojeando
de vuelta a la habitación tirando de su soporte de intravenosa. Antes de que
alguien supiera lo que había planeado, Jen abrió la puerta, diciendo—: Jacque, tu
querido padre ha venido a presentar sus respetos a los casi desaparecidos. 85
La cabeza de Jacque se giró de golpe.

—¿Qué?

—Mierda, ¿por qué nadie me dijo que alguien con un maldito soporte de
intravenosa podía moverse tan rápido? —soltó Sally.

Lilly entró en la habitación, seguida por Vasile, Alina y de último Decebel,


quien estaba tan taciturno como siempre. Jen se arrastró de vuelta a la cama con
la ayuda de Sally y se volvió para mirar a Jacque, quien en ese momento parecía
haber perdido las palabras. Eso es nuevo, pensó Jen.

—Mamá, dime que Jen ha inhalado un poco de demasiado humo, o que


está dopada por la morfina, o incluso que acaba de decir eso sólo para ser una
tarada.

Lilly negó con la cabeza.

—Cómo desearía poder darte cualquiera de esas excusas, pero ella sólo
estaba siendo tan brutalmente honesta como siempre lo es. Tu padre está aquí y
quiere conocerte.
Fane dejó escapar un gruñido y Jacque puso la mano sobre la suya para
ayudar a calmarlo. Él la miró y usó su vínculo para hablar con ella.

«No tienes que reunirte con él, ya lo sabes, ¿verdad?»


«Sí, lo sé. Pero Fane, es mi padre y está aquí para verme. No puedo decirte
cuántas veces he soñado que iba a llegar a conocerlo algún día» le dijo Jacque, y
luego pensó en lo que ella le había preguntado antes, cuando sintió que no estaba
siendo totalmente honesto.

—Espera, ¿lo sabías? ¿Es esto lo que no me estabas diciendo? —Jacque


miró a Fane con escepticismo.

Fane se arrodilló para quedar cara a cara con ella.

«Lo siento, amor. Simplemente no quería molestarte y no sabía lo que él


quería. Quería esperar a decirte cuando tuviéramos más información.» Los ojos
de Fane estaban suplicándole que entendiera.

—Nunca me ocultes las cosas, Fane. Nunca terminará bien para ti,
¿estamos claros? 86

—Como el cristal, Luna. Por favor, perdona mi falta de consideración. —


Fane desnudó su cuello como señal de respeto a su compañera.

—Hombre, eso es tan jodidamente delicioso —dijo Jen, observando el


intercambio entre Fane y Jacque, junto con todos los presentes—. Yo quiero uno
Sally, ve a buscarme uno.

—Un sexy, cariñoso, apasionado, hombre lobo peludo viniendo —dijo


Sally con sarcasmo—. ¿Deseas papas fritas o tostadas con eso?

—Prefiero crema batida en realidad —dijo Jen con nostalgia.

Decebel tosió y parecía como si se estuviera ahogando, mientras Jacque y


Fane miraban a las dos chicas con perplejidad.

—Juro que mis dos mejores amigas no tienen vergüenza. Absolutamente,


totalmente, completamente y enteramente sin indignación. —La voz de Jacque
estaba llena de perplejidad.

—Jacque… —La voz de Lilly trajo a Jacque de vuelta a la realidad de la


situación.
—Oh, cierto, así que mi padre está en la ciudad… no sé qué sentir al
respecto, para ser honesta.

Fane deseó poder ocultar la preocupación de que algo no estaba del todo
bien, pero ella captó el pensamiento antes de poder bloquearla.

—¿Qué quieres decir con que no crees que algo está bien? —le preguntó en
voz alta.

Fane se volvió y miró a Decebel.

—¿Lo confirmaste?

—Sí, mi príncipe, él está ocultando algo —respondió Decebel.

Fane miró a Jacque y sostuvo suavemente su mano vendada.

—Amor, él está aquí para conocerte, pero esconde otro motivo y no


sabemos qué es. Está haciéndonos muy recelosos de él. No puedo decir que me
gusta la idea de que él esté cerca de ti.

—Vas a estar conmigo, ¿verdad? —preguntó ella.


87

—Por supuesto. —Él asintió.

—Entonces no estaré en ningún peligro —dijo Jacque con plena confianza


en él.

Se inclinó y la besó suavemente.

«Gracias, Luna. Siempre te mantendré a salvo.»


«Lo sé hombre lobo, cuento con ello.» Jacque le sonrió y corrió suavemente
sus dedos por un lado de su cara.

Jen se aclaró la garganta.

—No quiero romper un interludio obviamente prometedor, pero


necesitamos en cierto modo averiguar lo que quieres hacer, Jac.

—Voy a conocerlo —dijo Jacque sin rodeos.

Lilly miró a su hija y le dio una inclinación de la cabeza en entendimiento.


Vasile se acercó a la cama de Jacque y puso una mano en el hombro de Fane.
—¿Por qué no descansas un poco, Jacque? Duerme esta noche y luego tu
padre puede venir a conocerte mañana.

Fane asintió en acuerdo con su Alfa.

—Creo que es una buena idea, Jacquelyn. Has pasado por mucho hoy,
necesitas descansar.

—Sé que tengo que hacerlo, pero me siento increíblemente mejor. Aparte
de la fiebre que parece que no puedo echar —le dijo con asombro.

—Esos son tus genes de lobo emergiendo, nos curamos muy rápido.
Obviamente vas a sanar mucho más rápido que un ser humano, pero no tan
rápido como un hombre lobo.

—Jen, ¿cómo estás por ahí? —preguntó Jacque, utilizando la jerga que era
casi una segunda naturaleza con sus mejores amigas.

—Espera a ello —dijo Jen mientras comenzaba el proceso de desenvolver


sus piernas y brazos. Sally había empezado a tararear la canción del programa de
juegos Jeopardy. 88

—¡Sally guau, eres tú! Siempre he querido conocerte.

—¿Soy yo, qué? —le preguntó Sally a Jen, la curiosidad expresada en su


voz.

—El alcalde de “Villa Listilla” por supuesto. Deberías llevar un cartel que
diga: “Bienvenidos a Villa Listilla, población: 1”.

Todos en la sala estaban tratando de cubrir sus risas tosiendo cuando Lilly
finalmente se dio por vencida y se echó a reír a carcajadas.

—Lo siento, Sally, pero tienes que admitir que eso fue muy divertido.

—Creo que, para alguien cuyas células cerebrales han sido chamuscadas
hace poco, estará bien.

Jen finalmente tenía sus piernas y sus brazos desenvueltos y hubo un grito
ahogado en la habitación.

—No debo de haberme quemado tan mal como tú, porque ya ni siquiera
tengo ampollas en mis piernas, la piel sólo está muy sensible y bien roja. Las que
están en mi pecho también están casi completamente curadas. Alguien tendrá que
mirar mi espalda y mis hombros para ver si se han curado también —dijo Jen,
sonando perpleja.

—¿Qué? —Vasile, Alina y Decebel hablaron al mismo tiempo.

Jen miró alrededor de la sala en cada uno de ellos, confundida.

—Dije que ya ni siquiera tengo ampollas en las piernas o el pecho. —Ella


casi chilló cuando Decebel estuvo de pie a la cabecera de su cama en un instante.
Para alguien tan grande era sorprendentemente delicado mientras examinaba su
piel.

—Me dirás si te hago daño. —Decebel atrapó sus ojos azules con los suyos
dorados de lobo.

Jen no pudo decir nada, sólo asintió. En lo único que podía concentrarse
era en sus manos tocando su pierna y ni siquiera trató de ocultar el suave suspiro
que salió mientras él pasaba el dedo por su piel. Él iba a jalar la parte delantera
de su camiseta hacia abajo lo suficiente para ver su clavícula, pero Jen golpeó su 89
mano alejándola.

—No has comprado boletos. No obtendrás un espectáculo gratuito, así


seas, un hombre lobo digno de babear o no.

—Alfa, es cierto, su piel se está curando rápidamente. Demasiado rápido


—dijo Decebel, mirando a Jen.

—¿Por qué me miras como si me hubiera crecido una segunda cabeza de


nuevo? —le preguntó Jen, la confusión marcada en su rostro.

Decebel sólo se quedó mirándola hasta que finalmente se giró y alejó.


Mientras caminaba pasando a Vasile, dijo:

—Tomaré la primera guardia esta noche en la puerta. —Y luego se fue.

Jen estaba confundida y frustrada por la pequeña escena que tuvo lugar,
pero no podía preocuparse por eso en este momento, tenía cosas más importantes
que hacer. Si había algo más importante que Decebel, esto lo es.

—¿Por qué iba a estar sanando tan rápido? —le preguntó a Vasile.
—No lo sé. Tendremos simplemente que seguir monitorizándote. Quizás
la doctora Steele tenga que ejecutar algunas pruebas de sangre en ti —le dijo
Vasile.

—Bueno, bien, supongo que voy a llamar a Dillon y hacerle saber que
puede venir mañana si estás segura, Jacque —le dijo Lilly.

—Estoy segura. Evitarlo no me hará ningún bien. Creo que necesito algún
tipo de cierre o alguna cosa de esas como lo nombren los psicólogos. —La voz de
Jacque traicionó el hecho que realmente estaba cansada a pesar de que se sentía
mejor.

El resto de la tarde consistió en Jen y Jacque tomando siestas y cuando


estaban despiertas continuamente bromeaban entre sí con Sally como mediadora.
Nunca hubo un momento en que Jacque no estuviera tocando a Fane o viceversa,
ambos buscando constantemente reconfortarse en el otro.

Finalmente, cuando llegó el momento de terminar la noche, Sally


consiguió unas sábanas y una manta de una enfermera y durmió en el sofá junto
a la ventana. Fane acercó dos sillas y se sentó en una mientras apoyaba los pies 90
en la otra.

—Tú no vas a dormir así —le dijo Jacque con escepticismo.

—Tienes razón mi amor, no voy a dormir en absoluto —le dijo Fane—.


No trates de convencerme de lo contrario, tenemos un grupo de lobos extraños
en nuestra ciudad, uno de los cuales es el padre que nunca has conocido. No hay
ninguna manera en que vaya a dormir en esas circunstancias.

—Bueno, cuéntanos realmente cómo te sientes allí, Colmillo Blanco —dijo


Jen con sarcasmo, recostándose y tirando de las mantas. Sentía mucho frío por
alguna razón y empezaba a temblar.

—¿Estás bien, Jen? —preguntó Sally, notando que su amiga estaba


actuando como si tuviera frío cuando no hacía frío en la habitación.

—De repente tengo frío. ¿Podrías conseguirme otra manta, Sal? —


preguntó Jen, sus dientes castañeando.

Sally se acercó y abrió la puerta de la habitación del hospital y asomó la


cabeza. Decebel estaba de pie justo a la derecha de la puerta.
—Oye, Dec, podrías conseguirle a Jen otra manta, ¿por favor? —le pidió
Sally. Podría haberlo hecho ella, pero estaba experimentando. ¿Qué podía decir?
Era una oportunista.

Decebel se enderezó y se volvió para mirar a Sally directamente. Tratando


de mirar más allá de ella, dentro de la habitación, le preguntó:

—¿Por qué, está bien? ¿Es algo malo? —Sally levantó una ceja hacia él—.
Quiero decir, si algo está mal podríamos necesitar traer a la doctora Steele o algo
así, es por eso que estoy preguntando —dijo él, tratando de parecer indiferente.

—Ajá, claro. Bueno, creo que tal vez sólo tiene un poco de fiebre. Eso por
lo general me hace temblar. Así que si fueras tan amable —lo apresuró Sally.

—Te las traeré —dijo Decebel mientras se alejaba en busca de su petición.

Un momento después se abrió la puerta de la habitación, dejando entrar


una estela de luz que se reflejó en el suelo blanco, haciendo que la habitación
parezca más hostil y poco atractiva.

Decebel se acercó a la cama de Jen en lugar de entregarle la manta a Sally. 91


Él extendió la manta sobre Jen mientras ella simplemente lo miraba en silencio.
Una vez que la manta estuvo en su lugar, se volvió y salió, cerrando la puerta
silenciosamente tras él.

—¿Es bipolar, esquizofrénico, o hay algún gen de hombre lobo raro que te
haga ser un idiota un momento y luego de alguna manera hacer algo lindo a
continuación solo para que entonces te arroje de nuevo en modo idiota en un solo
aliento? —preguntó Jen, volviéndose para dirigir su pregunta a Fane.

—No sé lo que está pasando con él, Jen. Me disculpo si te está causando
angustia. Puedo hablar con él si lo deseas.

—Na, todo está bien. Si sigue así, con mucho gusto le diré que saque el
conocido palo de su lindo culo peludo. —Con esa declaración final de Jen, la
habitación quedó en silencio y Fane comenzó a escuchar una a una las
respiraciones regulares de cada chica que indicaban que se habían quedado
dormidas.
Traducción SOS por Nelshia

Corregido por Curitiba

e pie frente a la ventana de la habitación de hotel que Colin había


reservado para ellos, Dillon terminó la llamada que acababa de
recibir de Lilly y se volvió a sus lobos.

—Voy a conocer a Jacque mañana por la mañana a las 10:00 am. Todos
ustedes me acompañarán al hospital, pero solo Logan y yo iremos al piso en el
que está, y solo yo voy a entrar en su habitación. Justo ahora insisten en que Fane
se quede con ella mientras le hablo, lo cual supongo que entiendo. Ella no me
conoce, yo sería cauteloso también.
92
—Todo va a salir bien, Alfa —le dijo Logan en una inusual muestra de
emoción.

Dillon asintió una vez en reconocimiento a las palabras de su Beta. Había


una pequeña parte de él que sentía que algo estaba mal con Logan pero sólo se lo
quitó de encima. Logan era su lobo más fiel y nunca había dado a Dillon una
razón para dudar de su confianza.

—Voy a dar por terminada la noche. Tenemos que salir de aquí a las 9:15
de la mañana así que asegúrate de que todos estén listos —instruyó Dillon a
Logan.

—Como tú digas, Alfa —respondió Logan. Observó a su Alfa caminar


hacia la habitación en que se quedaba hasta que la puerta se cerró detrás de él.
Logan les dijo a los otros lobos que iba a buscar algo de beber, ellos no lo
cuestionaron. Por qué lo harían, era el segundo del Alfa.

En realidad necesitaba finalizar su plan. Iba a tener que asegurarse de que


Jacque no estuviera consciente cuando él la secuestrara porque sería capaz de
alertar al cachorro que estaba tratando de reclamarla. Para su sorpresa, cuando
se puso en contacto con la manada de Coldspring y olfateó alrededor para
descubrir los miembros que eran todavía leales a su Alfa muerto, había
descubierto que el médico que trataba a Jacque era la hermana de Lucas Steele.
Y no habría supuesto que la querida y vieja médica fuera tan explícita sobre su
ira hacia Vasile y su cachorro, tan molesta, de hecho, que ella ofreció su ayuda.
Las cosas no podían ir mejor. La doctora Cynthia Steele iba a entrar y comprobar
a Jacque durante su turno de guardia y darles a ella y a Jen una dosis extra de
morfina. También asumió que la tercera chica, Sally, creyó recordar que la
llamaban así, estaría en la habitación. La única manera de mantenerla noqueada
sin el uso de químicos sería el uso de un punto de presión en su cuello para dejarla
inconsciente. Ella se despertaría con un dolor de cabeza terrible, pero era mejor
que tener que hacerle daño para conservarla sometida.

A continuación, tenía que conseguir un transporte y un lugar para llevarla.


Eso era lo que iba a hacer esta noche. Una vez más la manada de Coldspring
estuvo dispuesta a solucionar esto para él también, y gracias a unos lobos
descontentos que estaban enojados por la muerte de su Alfa, le habían ofrecido
su ayuda. Uno de los lobos, no sabía su nombre, no quería saber los nombres, le
iba a dar un auto y una vez más la doctora Steele se acercó y le facilitó el uso de
su cabaña de esquí en Colorado.
93

Pensó que iba a funcionar bien porque suponía que una vez que supieran
lo que había ocurrido nunca pensarían que la llevaría de regreso a su estado natal.
La parte difícil iba a ser mantener a Jacque sin saber dónde estaban para que no
pudiera enviar a Fane alguna pista. Hasta que él no se hubiera unido con ella y
hecho los Ritos de Sangre tendría esa conexión mental con Fane.

El lobo que le prestaría el auto iba a reunirse con él en la parte trasera del
hotel para darle las llaves. Había estacionado el auto en el puesto de
estacionamiento del hospital más cercano a la sala de emergencias. El plan para
llegar a Jacque era simple. La doctora Steele la transportaría en una camilla hasta
una puerta lateral que los médicos utilizan justo al lado de la sala de emergencias.
Ya que siempre había conmoción por la noche en la sala de emergencias, nadie
se daría cuenta de un médico rodando una camilla fuera del lugar. Logan tendría
el auto listo y ella la deslizaría en el interior. Si las cosas seguían como estaban,
estaría de camino a Colorado acompañado de su compañera en cuestión de horas.
Sonrió para sí, bastante impresionado con su habilidad para planear todo esto por
su cuenta.
Salió por la puerta de atrás del hotel y, fiel a su palabra, el lobo esperaba
con las llaves.

—Es una Ford Escape color canela, para que no llame la atención. Me
estacioné justo donde me dijiste que lo hiciera —le dijo a Logan.

—Gracias, agradezco toda tu ayuda. —La voz de Logan estaba llena de


sinceridad, él estaba realmente agradecido. Sin la ayuda de la manada de
Coldspring éste esfuerzo habría sido mucho más difícil.

—Estamos muy contentos de que el mestizo rumano no va a conseguir


quedarse con la compañera elegida para nuestro Alfa. Queremos que él sufra por
quitarnos a nuestro Alfa. —La voz del lobo derramaba malicia.

Logan no quería entretenerse más aquí, por lo que agradeció al lobo otra
vez y luego se dirigió a su habitación.

Al entrar en la habitación, vio que los otros se habían retirado ya. Él decidió
tomar una ducha rápida ya que no suponía que consiguiera otra por un par de
días. 94
Mientras se acostaba en su cama, las sábanas frescas del hotel picaron
contra su piel, no podía estar cómodo. Tenía la sensación de que no tenía nada
que ver con las sábanas provocándole comezón y más que ver con su conciencia.
Cerró la puerta firmemente en su mente, sin atreverse a examinar el punto negro
que ésta elección ponía en su alma. Su lobo aprobaba lo que el hombre estaba
haciendo, y eso era suficiente. Ambos sabían que Jacque estaría mejor con un
compañero que pudiera protegerla, uno con experiencia.

Logan cerró los ojos, tratando una vez más de conciliar el sueño, pero lo
eludió por muchas horas en la noche.

***

Dillon se despertó con el sonido de su alarma del teléfono desvaneciéndose.


Se acercó a la mesilla de noche y lo recogió para apagarlo. Él respiró profundo,
se sentó y pasó la mano por la cara, tratando de despojar el sueño de su cerebro.
Poniéndose de pie, se estiró y sonrió. Hoy se reuniría con su hija por primera vez.
Estaba muy aterrado, pero estaba feliz también. Se dio una ducha rápida, se afeitó
y se vistió a toda prisa con unos Levis sencillos, una camiseta negra y botas
negras. Cuando salió de su habitación, vio que toda su manada estaba vestida y
lista para irse.

Miró su reloj y vio que eran las 9:15 en punto.

—Vámonos —les dijo y se dirigió a la puerta. Logan y los otros lobos se


alinearon y siguieron a Dillon fuera.

Una vez en el auto y de camino al hospital, Dillon se volvió hacia Logan.

—He tomado una decisión mientras me preparaba esta mañana.

Logan asintió, animando a Dillon a continuar.

—He decidido que después de que me presente y pase un poco de tiempo


con Jacque, anunciaré mis derechos de Alfa y dejaré a Lilly conocer mis
intenciones de llevar a Jaque a su verdadera manada. La mierda va a explotar, así
que prepárate. La doctora Steele va a asegurarse que la seguridad esté lista si es
necesario.

—Estaremos listos —le aseguró Logan a su Alfa. 95


Traducido por Helen1

Corregido por Curitiba

ane miraba mientras Jacquelyn se sentaba inquieta en su cama de


hospital. Su piel estaba sanando muy rápido y le estaba picando
como loca. Así que además de estar nerviosa por conocer a su padre
en tan sólo cuestión de minutos también le estaba picando como si tuviera un mal
caso de pulgas.

—¿Estás bien, Jacquelyn? —le preguntó Fane.

Jacquelyn lo miró tímidamente.


96
—Sólo nerviosa y con picazón. Mi piel se está curando tan rápido y las
costras me están volviendo loca.

—¿Quieres que vea si te pueden dar algo para la picazón? —le preguntó.

—No hombre lobo, cualquier cosa que me den probablemente me pondrá


soñolienta. Sólo tendré que hacerle frente.

Fane y Jacque volvieron la cabeza al oír un gruñido proveniente de una


garganta humana. El sonido venía de Jen. Ella se frotaba la espalda con fuerza
contra la pared. Ella en realidad se parecía a un caballo rascándose contra un
árbol. Jacque pensó en señalar esto, pero se mordió la lengua cuando Jen
comenzó a lanzar improperios.

—Siento que mi piel está llena de pequeñas hormigas que pican ¡taaaanto!
—soltó Jen mientras seguía intentando calmar la picazón frotando su espalda
contra la pared. Sally abrió la boca para decir algo, pero rápidamente la cerró
cuando la cabeza de Jen dio media vuelta en su dirección—. Una palabra, una
palabra Sally Michelle y juro por Dios que tendrás que dormir con un ojo abierto
para el resto de tu vida por temor a que me robe todas tus muñecas y hacer que
hagan cosas profanas, tomar fotos y, a continuación, ponerlas en tu página de
Facebook con la leyenda de “sigo jugando con muñecas”. —Jen estaba
respirando con dificultad después de su diatriba.

—Jacque, creo que debemos atarla cuando pase la noche con nosotras, sólo
para estar seguras —dijo Sally a Jacque secamente.

—Prometido —respondió Jacque, utilizando la jerga a la que ella y sus dos


mejores amigas eran tan aficionadas.

—Creo que tengo que estar de acuerdo con tu sentimiento, Sally —agregó
Fane.

—Cuidado, Cujo. Sólo porque eres atractivo no significa que no voy a


tomar represalias —grunó Jen, todavía tratando de calmar la comezón de su piel
curándose.

—Lobo —murmuró Fane, mientras Jacque le palmeaba la mano—: Yo soy


un maldito lobo.

La puerta de la habitación se abrió y Decebel entró y se quedó inmóvil. Él


se detuvo en seco al ver a Jen gruñendo y frotándose contra la pared. Ella lo miró 97
y casi gruñó.

—¿No sabes cómo tocar la puerta? ¿Y qué diablos estás mirando? ¿Nunca
has visto a una chica siendo manoseada por una pared antes?

—No una que estuviera tan obviamente disfrutándolo —respondió


Decebel sin inflexión.

Sally miró a Decebel, moviendo la cabeza de lado a lado.

—El camino más seguro en este momento es mantenerse neutral, en una


posición no amenazante, y por el amor de toda la humanidad no provoques a la
bestia. Sólo mantén la boca cerrada.

—Bien, bueno sólo vine para llevarte a ti y a Jen a otra habitación para que
Jacque pueda recibir la visita de su padre —le dijo a Sally.

—¿Él está aquí? —chilló Jacque.

Decebel la miró y asintió con la cabeza.


—Él está en camino ahora. —Se volvió de nuevo a Jen y Sally, y
simplemente dijo—: Vengan.

Sally comenzó a seguirlo. Jen, por supuesto, no podía ser tan cooperativa.

—Oh, lo siento, ¿me he perdido algo? ¿Estoy usando una placa de


identificación de perro que indica que debería estar caminando a cuatro patas y
responder cuando un gran hombre lobo de mal humor me dice que venga?

Decebel se giró y gruñó:

—Uno de estos días, tu boca va a escribir un cheque que tu bonito trasero


no podrá cobrar. —Pensó que esto la dejaría sin palabras pero debería haberlo
sabido mejor.

—Oh, no te preocupes bola de pelo, tengo la intención de estar escribiendo


ese cheque a tu nombre. —Con eso le dio un guiño y cojeó junto a un Decebel
atónito, con soporte intravenoso y todo.

Sally se volvió y le dio unas palmaditas en el brazo a Decebel.


98
—Buen intento, jefe, pero estás combatiendo con una maestra en su oficio,
¿y no acabamos de discutir no provocar a la bestia? Caramba, tratas de salvar la
vida de alguien y la tira por la ventana. —Sally siguió murmurando mientras
caminaba pasando a Decebel, con las manos en el aire como para demostrar su
rendición ante la estupidez de los demás—. Ya he terminado, finalizado, y si tú
peludo, lleno de testosterona, egoísta, gruñón, baboso, hombre lobo infestado de
pulgas quieres que Jen te castre mientras duermes, está lejos de mi intención
interponerme en tu camino.

Decebel se volvió y miró a Jacque.

—Tus amigas tienen problemas. Problemas graves.

—No tienes ni idea —dijo Jacque, sacudiendo la cabeza mientras Decebel


daba la vuelta para seguir a sus dos mejores amigas—. Buena suerte con eso —
gritó antes que la puerta se cerrara—. Bueno, eso fue interesante —le dijo Jacque
a Fane.

—Interesante sin duda, pero algo pasa con Decebel y él no es exactamente


el lobo más comunicativo que hay. Averiguarlo va a ser como tratar de investigar
quién mató a Kennedy.
Jacque miró a Fane y sonrió.

—¿Sabes lo de Kennedy?

Él se rió.

—¿Por qué no habría de hacerlo?

—Eres de Rumania —dijo Jacque con una mirada ocurrente.

—Como te dije, he estudiado la historia americana. Mis padres querían


que yo supiera más que sólo historia de Rumania.

—Supongo que una vez que estemos en Rumania y la escuela comience,


¿voy a aprender todo sobre la historia del país? —le preguntó Jacque.

—Vas a aprender mucho sobre la historia de Rumania en lo que respecta a


la manada. Se trata de una gran cantidad de información, pero importante, ya
que serás un día la hembra alfa.

—Ugh, no me lo recuerdes, realmente me asusta —se quejó.


99
—Mi tonta Luna, vas a ser un Alfa increíble. No lo dudo. —Fane se inclinó
y la besó suavemente en los labios.

—Mmm, no hay suficiente de eso pasando últimamente —se burló ella de


él.

—Sí, bueno, no pensé que quisieras dar a Jen entretenimiento gratuito.

—Cuánta razón tienes hombre lobo —bromeó Jacque.

Se oyó un golpe en la puerta haciendo que Jacque se sentara más derecha.


Fane se puso de pie y caminó hacia ella para abrirla. Antes de hacerlo, se volvió
y miró a Jacquelyn.

«¿Estás lista, amor?»


«Estás conmigo, así que sí, estoy lista.»
«Siempre, meu inimă (mi corazón).»
«Ah, y ¿Fane?» comenzó Jacque.
«¿Sí?»
«Trata de no matar a mi padre, ¿de acuerdo?»
Los ojos de Fane brillaron azules y gruñó por lo bajo.

—Basta ya, hombre lobo, abre la puerta. —Ella se rió de él, agradecida por
la breve distracción.

Fane abrió la puerta y un hombre entró. Él no era tan alto como Fane, pero
tenía los hombros anchos, cabelllo ondulado de color rojo del mismo tono que
Jacque, y tenía los mismos ojos verdes penetrantes. Fane se sentía como si
estuviera viendo la versión masculina de su compañera, tenía que admitir que era
un poco espeluznante.

El hombre le tendió una mano a Fane cortésmente.

—Tú debes ser Fane Lupei. Soy Dillon Jacobs, el padre de Jacque.

Fane tomó la mano de Dillon y la estrechó.

—Soy Fane, el compañero de Jacquelyn —le dijo Fane sin apartar la


mirada de los ojos del lobo Alfa. 100
Jacque se dio cuenta que ninguno de ellos iba a ceder ante el otro, tenía
que intervenir antes que uno de ellos hiciera algo estúpido. Así que ella se aclaró
la garganta. Bueno, no era mucho, pero se imaginó que diciéndole a dos Alfas
que saquen la cabeza de sus traseros no resultaría bien.

«Es probablemente lo mejor que no dijeras eso, tienes razón, mi amor» le


dijo Fane, obviamente escuchando su diálogo interno. Él le había dicho una vez
que sus pensamientos lo fascinaban. Su respuesta había sido que se alegraba de
que ella lo pudiera entretener.

Dillon volvió la cabeza en respuesta a Jacque.

—Tú debes ser Jacque.

—En carne y hueso. Bueno, al menos lo que queda de ello —respondió


ella.

Dillon dejó escapar un gruñido suave, pero se contuvo rápidamente.

—Sí, vamos a llegar a eso en breve. Primero sólo quiero que sepas que si
hubiera sabido de ti, no me habría mantenido al margen. No tienes que creerme,
pero por lo menos quiero que sepas que hubiera estado aquí y habría sido parte
de tu vida.

—Te creo —le dijo Jacque, con lágrimas reuniéndose en sus ojos, y antes
de que pudiera detenerlas corrierron por sus mejillas.

—Oh, pequeña, lo siento. —Dillon se dirigió rápidamente a su lado, se


sintió incómodo por un momento hasta que Jacque dio el primer paso, ella se
acercó a él y justo así Dillon sostenía a la niña que siempre había querido. Él la
atrajo hacia sí y ella lloró con más fuerza. Él la arrullo y le susurró una y otra
vez—: Lo siento pequeña, lo siento tanto, demasiado.

Jacque no podía creer que estaba lloriqueando como una niña, pero
mierda, él estaba aquí. El único hombre por el que siempre se había preguntado,
dónde estaba, qué estaba haciendo. ¿Si él hubiera estado presente la habría
enseñado a trepar a los árboles, o cambiar un neumático? ¿La habría llevado al
cine como el padre de Jen hizo con ella o la habría llevado a pescar? Simplemente
todo llegó de golpe, de una sola vez, y no pudo retenerlo por más tiempo. Fue
puro instinto lo que la hizo llegar a un completo extraño, un desconocido, pero
101
aún así su padre.

Fane se apartó, su lobo inquieto al ver un extraño sostener su compañera,


su compañera que estaba sufriendo. Odiaba que ella estuviera sufriendo y que no
pudiera ser el que la consolara. Llámenlo egoísta, que así sea, pero ella era suya,
sólo suya.

«Lo siento, hombre lobo. Por favor, no lo tomes como algo personal» le
dijo Jacquelyn.

«Lo sé, amor, no te preocupes por mí. Pasa tiempo con Dillon. Voy a estar
bien.» Le envió el pensamiento a ella, también una imagen en su mente de rozar
las puntas de sus dedos sobre su cuello, donde su marca ahora debía estar. Eso le
hizo gruñir de nuevo.

Jacque finalmente se serenó y se apartó de Dillon. Él le apartó suavemente


el cabello de la cara.

—Sé que no estuve allí por mucho tiempo, pero ahora estoy aquí. Quiero
ser parte de tu vida si estás bien con eso.

—Me gustaría eso —dijo Jacque con honestidad.


—¿Por qué no me hablas de ti: cosas favoritas, aversiones, y todo lo demás
que un padre debe saber? —Dillon sonrió tranquilizadoramente.

—Bien, ¿por dónde empiezo? —A partir de ahí, por las próximas horas,
Jacque y Dillon hablaron de cualquier cosa. Fane podría decir que tenían
personalidades muy similares. Lo que les gusta y disgusta, aunque su sentido del
humor era igual. Estaba feliz por ella, en realidad lo estaba, pero su lobo todavía
no confiaba en Dillon Jacobs.

Por último, Dillon se levantó. Miró su reloj, dándose cuenta que habían
estado hablando durante cuatro horas y media. El almuerzo había llegado y
pasado y todo el tiempo Fane había permanecido contra la pared frente a la cama
de Jacque, sin moverse, de pie y observándola. Jacque lo miró y sonrió, esa
sonrisa valía la pena cada minuto que había permanecido allí manteniéndola a
salvo.

«Soy toda tuya, tan pronto como él se vaya» le dijo a través de su vínculo.
«Voy a hacer que mantengas eso, Luna.» Le guiñó un ojo y vio sus mejillas
volverse de color rosa. Le encantaba cuando ella se sonrojaba, amaba que fuera 102
la causa de que se ruborizara.

—Voy a dejar que descanses un poco. Sin embargo, volveré más tarde, ¿si
eso está bien? —preguntó Dillon.

—Sí, estoy bien con eso —respondió Jacque.

—Muy bien, genial. —Se volvió a Fane y una vez más le tendió la mano—
. Fane, gracias por tu paciencia y dejarme pasar algún tiempo con Jacque.

—Si eso la hace feliz y ella está a salvo, siempre voy a estar de acuerdo con
que pases tiempo con ella —le dijo Fane, dejando que su lobo se mostrara a través
de sus ojos sólo un poco.

Dillon dio un paso atrás antes de que pudiera revelarse a sí mismo.


Interesante, pensó el lobo de Fane, Alfa, pero no por encima de él. Es bueno
saberlo.

Fane estaba junto a Jacque antes de que la puerta se cerrara. Se sentó en el


borde de la cama junto a ella.

—¿Cómo estás, realmente? —le preguntó ella.


Fane se inclinó hacia adelante y puso sus labios sobre su cuello y aspiró su
aroma en profundidad. Su lobo gruñó con satisfacción.

—Estoy mejor ahora —admitió él.

Jacque se rió y llevó sus labios a los suyos y lo besó suavemente. Fane
profundizó el beso disfrutando la forma en que ella sabía, recordándole que ella
estaba a salvo, y era suya. Jacque gimió cuando él se retiró.

—¿Alguna vez será suficiente? —le preguntó ella con una sonrisa.

—Espero que no. Espero que siempre quieras más de mí. Debo prepararte
ahora, nunca tendré suficiente de ti —le dijo Fane sin avergonzarse por su
necesidad de ella.

—Tomo debida nota, hombre lobo —bromeó.

103
Traducido por Isa 229

Corregido por Curitiba

illon salió al pasillo después de haber pasado la mañana y parte de


la tarde con Jacque. Él podría decir que Fane realmente se
preocupaba por ella y estaba comenzando a reconsiderar la
invocación de sus derechos como Alfa. Si no lo hacia él la perdería, ella se
vincularía con Fane y partirían a Rumania, justo cuando él la había encontrado.
Tal vez era egoísta pero él no quería dejarla ir. No aún.

Él no había tomado más que unos pasos cuando Lilly, Vasile, su


compañera, su Beta y Logan fueron andando hacia él. Esto no iba a ser bonito.
104
—¿Cómo ha ido? —le preguntó Lilly.

—Muy bien, me contó todo sobre ella. No es para nada tímida. —Todos
rieron con ese comentario, obviamente en completo acuerdo.

—Entonces, ¿ahora qué? —fue Lilly quien preguntó otra vez.

—Yo creo que necesitamos hablar. —Dillon la miró a los ojos—. Todos
nosotros. —Se dirigió a cada uno delante de él.

Vasile lideró el camino hacia una privada área familiar. Ninguno se sentó,
no queriendo ponerse en una posición vulnerable o sumisa.

—Habla —ordenó Vasile. Este era el Alfa hablando, no él padre de Fane.

—Estoy invocando los derechos como Alfa con respecto a mi hija, quien
es una menor de edad —anunció Dillon con total confianza.

Vasile gruñó, causando que la confianza de Dillon vacilara


momentáneamente, pero luego se recordó que él tenía todo el derecho de dar un
paso adelante, esto era una ley de manada.
—Sabes que tengo todo el derecho, Vasile, ella aún es menor de edad, es
mi hija, y se ha hecho evidente que Fane no está listo para protegerla de la manera
que un compañero debería. —En esa última parte Decebel se lanzó hacia
adelante. Vasile lo atrapó antes de que Logan pudiera interceptarlo.

—¿Cómo te atreves a hablar otra vez de nuestro príncipe con semejante


falta de respeto? —gruñó Decebel.

—Decebel, retírate —habló calmadamente Valise, pero había un impulso


de poder en sus palabras que se cernió por la habitación, empujando a todo el
mundo de rodillas, incluyendo a Dillon.

Dillon luchó contra la orden y logró ponerse a sus pies.

—Voy a ignorar la falta de respeto que le has demostrado a mi familia,


Jacobs, y sólo lo voy a dirigir a la ley de la manada que tú has traído a nuestra
atención —le dijo Vasile.

—¿De qué está hablando, Alina? —susurró Lilly.

—Sólo escucha Lilly, y lo que sea que hagas, mantente en calma —le dijo 105
Alina con firmeza.

—Calma, de acuerdo, lo tengo —respondió Lilly.

—Tienes razón, es la ley de la manada que tengas derecho a invocar los


derechos de Alfa, pero necesitas estar seguro de que esto es lo quieres hacer. ¿Te
das cuenta que enojar a tu hija adolescente te hará la vida difícil, por decir lo
menos? —Dillon no respondió.

—¿Has pensado en lo que ella quiere, que es estar con Fane? —le preguntó
Alina gentilmente.

—Lo hago, pero entonces los niños no siempre saben que es lo mejor para
ellos. Si ella viene conmigo lograré pasar algo de tiempo con ella. Ella puede usar
ese período lejos de Fane para darse cuenta si él es realmente lo mejor para ella.

—¿Ir contigo? ¿De qué diablos estás hablando, Dillon? —La mandíbula de
Lilly se apretó con furia.

—Calma, recuerda —le dijo Alina a Lilly.

—Él acaba de decir que quiere llevarse a mi hija.


—NUESTRA hija —interrumpió Dillon.

—No, así no es como funciona, Dillon. ¡Tú no vienes y dices que eres su
padre y que ella debería irse contigo cuando ella ni siquiera te conoce!

—Lilly, ella es mitad lobo. Tú posiblemente no puedes saber todo lo que es


mejor para ella —trató de razonar Dillon.

—Todos fuera —la voz de Lilly fue como un látigo—. ¡Fuera! ¡Todos!

Vasile asintió a Decebel y a su compañera.

—Logan, ve —le dijo Dillon a su Beta.

Una vez que la puerta se cerró y ellos dos eran los únicos en la habitación
Lilly enderezó su columna y miró a Dillon en la cara furiosamente.

—No sé quién te crees que eres, Alfa o no. Si tratas de llevártela, ella te
odiara. Ella ama a Fane, ellos son compañeros, y tú de todas las personas sabes
lo que eso significa. Si tratas de apartarlos partirás sus almas en dos.

Dillon tomó un profundo respiro.


106

—No la estoy apartando de él indefinidamente. Ella sólo tiene 17, Lilly,


ella aún no es un adulto.

—Ella tendrá dieciocho en dos meses, Dillon, lo cual deberías saber de


haber estado cerca cuando ella nació.

—Bien entonces, la tendré por dos meses, porque una vez que él se vincule
a ella, ella se irá, y yo acabo de encontrarla. —La voz de Dillon era suave y Lilly
pudo escuchar el dolor en ella.

—¿Por qué siquiera la quieres con tantas ganas? Seguramente tienes hijos
hombre lobo de pura sangre con tu compañera, lo cual por cierto no envidio.

Dillon miró al piso cuando él hablo.

—Nunca fuimos capaces de concebir.

Las palabras golpearon a Lilly como un puño en el estómago, dejándola


sin aliento.

—¿Jacque es tu única hija? —le preguntó.


—Sí.

Ninguno de ellos habló durante varios segundos. Fue Dillon quien rompió
el silencio.

—Lilly, no estoy tratando de ser el chico malo. Podría haberla perdido en


ese accidente. Ella debería haber estado protegida, y no te estoy culpando. Fane
es responsable de ella, él simplemente no está listo, ellos necesitan tiempo para
madurar. Si todo lo puedo obtener son dos meses con ella, entonces que así sea,
pero tal vez si ellos retrocedieran un poco verían que sería bueno esperar para
vincularse.

—Estás tratando de intervenir en lo que el destino ha ordenado. Te va a


devolver el fuego, Dillon. Si Jacque no quiere ir contigo, te juro que haré lo que
sea que esté en mi poder para evitar que ocurra. Qué Dios te ayude cuando Fane
se entere. —Lilly se volvió abruptamente y huyó de la habitación, cerrando de
golpe la puerta detrás de ella.

Logan entró justo después de la salida de Lilly.


107
—Eso ha ido bien —dijo Dillon sarcásticamente.

—Vasile desea hablar contigo —le dijo Logan.

Dillon asintió su acuerdo para que Logan dejara entrar a Vasile.

Vasile ingresó a la habitación y su poder le siguió. Dillon podía sentirlo y


rozaba sobre su lobo como si estuviera siendo acariciado en contra de su voluntad
por todo su pelaje.

—¿Qué vas a hacer? —preguntó Vasile.

—Lo que dije, Jacque viene a casa conmigo al menos hasta que ella tenga
18. Si ella quiere estar con Fane después de eso, entonces no la puedo detener.
Así que desde ahora hasta que ella se vaya mis lobos la protegerán. Retirarás a
tus lobos, y Fane puede estar aquí durante el día pero no lo quiero durmiendo
aquí.

—Que así sea. Más te vale mantenerla a salvo, Dillon. Si algo le sucede a
la compañera de mi hijo mientras está a tu cuidado lo tomaré de tu carne. —La
voz de Vasile fue de nuevo malditamente calmada, pero el lobo de Dillon no tuvo
más opción que rendirse.
Vasile se volteó a Logan.

—Necesitas venir y presentarte a Jacque. Mientras lo haces traeré a Fane.


—Vasile se giró y miró de nuevo a Dillon—: Mantén a tus lobos atrás hasta que
tenga a Fane lejos del hospital. No tienes idea de lo que has provocado. Tendrás
suerte si mi lobo logra aplacarlo.

—Logan, ve con Vasile y conoce a Jacque, llamaré al resto de la manada y


les diré que esperen hasta que les diga que ingresen —ordenó Dillon a su Beta.

Vasile dejó la habitación con Logan detrás de él. Dillon tomó una
respiración profunda, preguntándose por centésima vez si estaba haciendo lo
correcto.

108
Traducido por Debs y Flochi

Corregido por LizC

asile abrió la puerta de la habitación de Jen y Jacque, y entró sin


llamar. A estas alturas la cortesía no estaba en la parte superior de
su orden del día. Decebel estaba de pie contra la pared, su mirada
era fría y prometía muerte. Jen y Sally estaban sentadas en una cama pareciendo
muy confundidas, y Fane y Jacque estaban en su cama. Fane se levantó
bruscamente cuando vio al otro lobo entrar en la habitación con su padre.

—Alfa, ¿quién es este? —preguntó Fane.

—Este es Logan, el Beta de Dillon. Ha venido a presentarse a Jacque 109


porque va a estar ayudando con la vigilancia —explicó Vasile.

Jacque sonrió y saludó, pero se dio cuenta que algo andaba mal. Miró a
Fane, quien seguía mirando mal a su padre.

—Fane, necesito hablar contigo en el pasillo, mientras que Logan se


presenta a sí mismo.

Fane gruñó.

—¡Alto! —ordenó Vasile—. Decebel se quedará aquí, ella va a estar bien.

Fane se volvió hacia Jacque y se inclinó para besarla. «Voy a averiguar qué
está pasando, amor. ¿Vas a estar bien?»
«Estoy bien, Fane. Ve, haz lo que necesites, pero luego vuelve a mí.» Lo
besó suavemente y sonrió a sus ojos azules. Fane le dio a su mano un último
apretón suave y luego se volvió para seguir a Vasile fuera de la habitación.

Logan se acercó a la cama de Jacque y le tendió la mano.

—Jacque, soy Logan, es un placer conocerte.


Jacque sonrió cortésmente, pero sus palabras fueron tensas.

—Es un placer conocerte también. —Jacque apenas había conseguido decir


las palabras cuando se oyó un fuerte gruñido y cosas siendo estrelladas fuera de
la puerta de la habitación del hospital. Jacque empezó a levantarse—. ¿Qué
demonios es eso?

Decebel llegó a ella antes de que Logan pudiera tocarla.

—Jacque, quédate aquí por favor. Logan y yo estaremos justo afuera para
ver lo que está pasando.

—Muy bien, por favor asegúrate de que Fane esté bien. Él está bloqueando
sus pensamientos —le dijo Jacque.

Decebel asintió y luego se volvió a Jen y Sally.

—Ustedes dos se quedarán donde están.

—Una vez más me recuerda que debo estar usando un collar que dice: “Si
la encuentras por favor llamar al hombre lobo mandón que piensa que es mi 110
dueño, al 1-800-cara-culo” —dijo Jen con sarcasmo.

Las tres chicas escucharon a Decebel murmurar en voz baja:

—Pequeña, inteligente bocaza. —Mientras seguía a Logan fuera de la


habitación y al pasillo, que era una ruina completa. Sillas habían sido arrojadas,
y había vidrios rotos en el área familiar, Fane se había vuelto loco. Decebel se
volvió hacia Logan—. Si algo le pasa a cualquiera de esas chicas, morirás por mi
mano después de haberte sacado las garras y castrado.

—Voy a protegerlas —fue la única respuesta de Logan.

***

—¡NO PUEDE TENERLA! —gritó Fane. Su voz se tornó gutural, su lobo


empujando por hacerse cargo. Sus garras se habían empujando a través de sus
dedos y sus ojos estaban brillando azul lobo. Sus colmillos habían empezado a
alargarse.

—Fane, ¡PARA! —le gruñó Vasile.


Vasile le había llevado a la sala de emergencia y estaba usando una de las
áreas familiares para hablar con su hijo. Alina y Lilly habían ido con ellos.

—Ea apartine cu mine, cu ranita noastra. (Ella me pertenece, a nuestra


manada.) —suplicó Fane a su Alfa.

—Es ley de la manada, Fane. No puedo pararlo.

—¡ARRGGGHHH! —Fane dio un puñetazo en la pared, perforando un


gran agujero—. Nu ma intereseaza despre ranita legea, ce ti-ai legii. Ea este colega
mea, sufletul meu si ma intrebi pe mine sa mearga intr-o parte din ei (No me
importa la ley de la manada, de tu ley. Es mi compañera, mi alma y me pides que
me aleje de ella). —Fane agarró una silla y la lanzó a través de la habitación,
haciendo añicos las ventanas de vidrio. Ni siquiera se detuvo antes de arrancar el
televisor de la pared, y arrojarlo por la ventana, haciendo que la silla corriera su
misma suerte.

—Fane este de ajuns (Fane es suficiente). —El poder de Vasile fluyó por la
habitación, conduciendo a Fane de rodillas. Los hombros de Fane se
desplomaron en derrota, su cabeza colgó. Sus manos se cerraron en puños, las 111
garras que habían comenzado a cambiar se clavaron en sus manos, cortando
profundamente.

—¿Qué harías si fuera mamá? —La voz de Fane fue tan baja que Vasile
sólo la oyó debido a su audición de lobo.

—Quisiera matar a cualquier cosa y cualquier persona que me lo impidiera


—admitió Vasile—. Pero Jacque no está en peligro, y no es para siempre, son sólo
dos meses y luego puedes completar el vínculo y los Ritos de Sangre. —Vasile
sabía que estaba pidiendo lo imposible, él no querría estar separado de su
compañera por más de dos días, mucho menos por dos meses, pero Fane y Jacque
eran ambos aún menores y no estaban vinculados. Por ley de la manada, el padre
de Jacque tenía todo el derecho de hacer lo que estaba pidiendo. ¿Qué podía hacer
Vasile?

—Puedes estar con ella durante el día, pero él pide que no pases la noche
con ella —le dijo Vasile, tratando de hablar lo más tranquilo posible, sabiendo
que provocaba a una bestia ya enojada.

—¿El solicită? ¿Vrei să spui că ţi-a spus, Alfa la cel mai mare pachet de lupi
gri din lume, el vi sa poruncit, că nu am putut sta cu partenerul meu pe timp de
noapte? (¿Él pide? ¿Quieres decir que te dijo, al Alfa de la principal manada de
Lobos Grises en el mundo, te ha ordenado, que yo no pueda quedarme con MI
pareja en la noche?) —gruñó Fane.

—Înţeleg că sunteţi supăraţi, am înţeles sunteţi doare, dar eu sunt încă în


stadiul alpha-ul tău, vă va prezenta la mine, Fane. (Entiendo que estés enojado,
entiendo que te está haciendo daño, pero sigo siendo tu Alfa, vas a someterte a
mí, Fane). Sabes que no voy a dejar que le pase nada a Jacque, confía en mí. Si
no como tu Alfa, entonces como tu padre.

Después de unos momentos de silencio Fane finalmente se puso de pie y


miró a su padre.

—No sé si puedo hacer eso. Pides demasiado, Dillon Jacobs pide


demasiado. Puede que no sea el Alfa de la Manada de los Grises Rumanos, pero
soy más dominante que Jacobs. Él no tomará lo que es mío. Lo siento, Alfa, pero
en esto no puedo obedecer. —Fane no esperó a que su padre respondiera cuando
se volvió y salió de la sala de espera, dirigiéndose a la habitación de Jacquelyn.

*** 112
Jen y Sally se acercaron y subieron a la cama de Jacque.

—¿Has obtenido algo por tu lado de la recepción, Jac? —le preguntó Jen.

—Si te refieres a Fane hablando conmigo, entonces no, me está


bloqueando sus pensamientos. Sin embargo, estoy consiguiendo una intensa ira
de su parte. Sea lo que sea, Fane está realmente cabreado —respondió ella.

—Sin juegos de palabras, pero —Jen se rió—, ¿lo entienden? REALmente


cabreado, porque es un príncipe… ¿alguien?, no… ¿nadie entiende? Está bien,
entonces.

Sally le dio unas palmaditas en la pierna.

—En cualquier otro momento, te habría dado totalmente apoyo, pero un


hombre lobo casi destruyó completamente el hospital en pedazos, por lo que en
estos momentos los apoyos están en espera.

—Anotado. —Jen chasqueó la lengua y guiñó en reconocimiento a la


declaración de Sally.
Jacque estaba empezando a sentir un poco de pánico por el hecho de que
Fane no le respondiera a través de su vínculo. ¿Qué podría estar haciéndolo enojar
tanto?

—Esto es ridículo —se quejó Jen mientras comenzaba a levantarse de la


cama y caminar lentamente hacia la puerta de la habitación, arrastrando su vía
intravenosa. La abrió y sacó la cabeza. Decebel estaba de pie a la izquierda de la
puerta con su habitual pose, los brazos cruzados sobre el pecho, observando a
todo el mundo como si estuviera contento de arrancar los brazos a alguien si le
dieran la oportunidad. Sea como fuere, Jen tuvo que tomarse de dos segundos,
bueno, tal vez tres para reconocer que el hombre tenía un pecho muy bonito. No
es una opción, se dijo, y decidió que tendría que ser su mantra cuando estuviese
alrededor Decebel.

—¿Pasa algo malo, Jen? —le preguntó con una molesta voz tranquila.

—¿Acabamos de escuchar lo que sonó como un tornado pasando a través


de este pasillo y realmente quieres preguntarme si algo está mal? ¿En serio? ¿Eso
es todo lo que tienes? ¿De verdad vas a estar allí y actuar como si todo es color de
113
rosa?

Decebel levantó una ceja.

—¿Qué pregunta te gustaría que te respondiera primero?

Jen le gruñó.

—Oh, olvídalo —dijo mientras agarraba su vía intravenosa y empezaba a


caminar junto a él—. Voy a averiguar qué demonios pasó sin la ayuda del Señor
“Soy un hombre lobo grande y malo, te voy a comer”. —Su voz se hizo más
profunda con cada palabra.

Mientras le pasaba, con una voz tan baja que casi se lo pierde, le oyó
murmurar:

—Puede que te guste.

Jen giró la cabeza bruscamente, a punto de perder el equilibrio y volcar el


poste de su via intravenosa.

—¿Acabas de hacer una broma? Porque si lo hiciste entonces tenemos que


hablar por teléfono con el control del tráfico aéreo para decirles que estén atentos
al avistamento de pequeños cerdos con alas, y tal vez incluso canalizar el infierno
para ver si los lagos de fuego se han congelado.

—No sé de qué estás hablando —le dijo a ella, con la cara en blanco cuando
la tomó suavemente del brazo y la llevó de vuelta a la habitación. La empujó
suavemente dentro y cerró la puerta detrás de ella.

Jen se quedó completamente estupefacta.

—¿Encontraste algo? —preguntó Sally. Tanto ella como Jacque miraban a


su amiga con expectación.

—Yo… —Jen no pudo conseguir que su boca escupiera lo que su cerebro


estaba tratando de reconstruir, por lo que sólo se quedó allí de pie pareciendo
confundida.

Sally se levantó y se acercó a Jen y comenzó a ayudarla con su regreso a la


cama.

—¿Soy yo, Jac, o parece que la pequeña criatura se ha quedado muda?


114
—Nunca pensé que vería el día —coincidió Jacque—. Sin embargo, para
mayor claridad, Jen, despiértate y dime si te enteraste de algo.

Sally chasqueó los dedos delante de la cara de Jen. Esto finalmente llevó a
su cerebro en sintonía.

—Está bien, tú —Jen apuntó con un dedo a Jacque, quien a su vez se señaló
a sí misma y pronunció “yo” a Sally. Sally se encogió de hombros—. No tengo
otra información más para darles distinta a que el pasillo es un desastre, eso es
todo lo que sé. —Jen se volvió y miró a Sally—. Yo, sin embargo, encontré que
Decebel tiene sentido del humor… creo, tal vez, más o menos, mierda no sé.

Antes de que Sally y Jacque pudieran pedirle a Jen que aclare, la puerta de
su habitación se abrió y Lilly entró, parecía muy cansada.

—Mamá, ¿qué está pasando? —le preguntó Jacque a su madre.

—Tenemos que hablar.

—Eso nunca es una buena señal —dijo Jen.


—Sally, Jen, ambas necesitan quedarse y escuchar, esto les afectará a las
dos.

—No Jen, eso nunca es una buena señal. La última vez que ella les pidió
que se quedaran me enteré que era media hombre lobo —dijo Jacque, con voz
temblorosa.

Antes de que Lilly pudiera empezar alguien llamó suavemente a la puerta.

—Adelante —gritaron las tres chicas.

Alina entró con aprensión.

—Lilly pensé que tal vez podría ayudar a explicar las cosas si hubiera
alguna pregunta.

—Eso sería genial, Alina, gracias —le dijo Lilly.

—Bien —dijo Lilly, atrayendo una silla para sentarse. Puso los codos en
sus rodillas y bajó la cabeza, pasando sus manos por su cabello—. Déjame decirte
esto antes de que Fane llegue aquí, porque una vez que llegue nadie va a poder 115
acercarse a ti, Jacque.

—Mamá, me estás poniendo nerviosa, ¿qué pasa?

—Dillon está invocando derechos de Alfa como tu padre, porque eres


menor de edad —le dijo Lilly, la frustración de su encuentro anterior con Dillon
se escapaba en su voz.

Jacque miró fijamente sin expresión a su madre, sabiendo que debería estar
indignada aunque no estaba segura exactamente sobre qué.

—Alina, traduce por favor —pidió Jacque, volviéndose para mirar a la


madre de Fane.

—Primero, quiero que todos prometan no decir nada hasta que me haya
explicado completamente —les dijo—. ¿Tengo su promesa?

—Lo prometemos —dijeron las tres secamente.

—Dillon no cree que tu y Fane sean los bastantes adultos para ser
compañeros.
Jacque empezó a interrumpir, su rostro lleno de obvia indignación, pero la
mirada en los ojos de Alina era de puro Alfa y la boca de Jacque se cerró de golpe.
Alina hizo un gesto de aprobación con la cabeza y siguió.

—Debido a que él es tu padre, también ayuda que sea el Alfa de su manada,


y que tú tienes menos de 18, puede invocar lo que es llamado como derechos del
Alfa. Básicamente, está diciendo que él puede evitar que Fane y tú se vinculen
hasta que cumplas 18. Quiere que regreses a Colorado con él y su manada por lo
siguientes dos meses hasta que cumplas 18. Cree que tú y Fane deben mandurar
un poco, que Fane no está listo para ser un compañero y protegerte como debería.
—Luego de que Alina terminara de hablar, esperó lo inevitable pero no llegó. En
cambio, Jacque se quedó sentada como una piedra, su respiración estable, sus
labios apretados en una línea recta.

«Fane, sé que puedes escucharme. Te necesito.» Jacque envió el


pensamiento hacia Fane, permitiéndole sentir su propio enojo, angustia y
preocupación.

«Estoy en camino. Tienes que saber, Jacquelyn, mataré a cualquiera que


116
intente alejarte de mí. A cualquiera.» La voz de Fane fue como la muerte misma,
fría, sombría e implacable.

Jacque se estremeció ante el sonido en su mente.

«Sólo apresúrate, por favor» fue su única respuesta al edicto de él.


—Bueno, si Jacque no va a compartir con la habitación la furia que
indudablemente está sintiendo, desde ya permítanme —anunció Jen—. ¿Dillon
Jacobs y qué ejército peludo va a intentar, y permíteme reiterar eso, como en
obligar, ansiar, luchar, aspirar, buscar, y sin embargo infructuosamente pretender
alejar a Jacque de nosotras?

Sally miró a Jen y no pudo evitar que una sonrisa se extendiera por su
rostro.

—Tu vocabulario nunca deja de sorprenderme. Justo cuando creo que todo
lo que sabes soltar son blasfemias y perversiones sales con un discurso digno de
Corazón Valiente. Bien hecho.
Jacque habría reconocido los esfuerzos de su amiga para defenderla si la
puerta no hubiera volado abierta de golpe y un embravecido príncipe hombre lobo
furioso entrara. Su poder se arremolinó alrededor de ellas con tanta fuerza que
Alina soltó un gmeido, sonando alarmantemente como un lobo lastimado.
Incluso Jacque sintió el gen lobo inactivo dentro de ella querer someterse al poder
del lobo Alfa en Fane. Era dificultoso respirar el aire tan espeso por su ira. Él se
acercó a Jacque, cuya cabeza se agachó e inclinó a un lado para que su cuello
estuviera al descubierto. Era como si ella supiera instintivamente someterse con
el fin de no provocar al lobo dominante y esperaba doblegarlo a su rendición de
esa forma. El lobo de Fane debió haber sido el único en control de la conducción
porque se inclinó sobre Jacque y gruñó bajo. Él posó su rostro contra el cuello de
ella, respirando hondo, y su voz fue gutural cuando habló.

—Mía.

Jacque giró su cabeza levemente e hizo lo que ningún otro nunca sería
capaz de hacer cuando este Alfa estaba de esa manera, lo miró a los ojos.

—Sí, soy tuya. —Tan pronto como las palabras salieron de su boca, Fane
empujó dentro todo su poder y de repente todo se sintió como si un peso hubiera
sido levantado y pudieran volver a respirar.
117
—Nota para mí. —Sally tosió para aclararse la garganta, intentando
todavía aspirar el aire—. Nunca enojes a un Alfa.

—Buena decision, Shelock —dijo Jen sarcásticamente mientras se


recostaba en la cama, tomando respiraciones profundas. Arrojó su brazo sobre su
cara e intentó calmar su corazón acelerado.

Jacque miró alrededor.

—¿Todas están bien? —Cuando todas asintieron afirmativamente ella se


volvió y miró a su compañero—. Siéntate —le dijo ella firmemente.

Los ojos de Fane seguían brillando y Jacque notó que sus manos humanas
tenían garras. Su lobo seguía aquí para jugar. Es bueno saberlo, pensó ella.

Fane gruñó, o más bien su lobo gruñó. Jacque exhaló con exasperación.

—Compañero, ya lo dejaste claro, todos nos sometemos y bla bla bla,


ahora, siéntate por favor junto a mí, ¿quieres?

Cuando Fane no accedió, Jacque se dio la vuelta y miró a Alina como


diciendo: “arréglalo”.
Alina se acercó donde Fane estaba de pie y él se volvió y le gruñó. Alina
desnudó la garganta, cuidadosa de mantener su cabeza más baja que la de él y
para no mirarlo a los ojos.

—El lobo está en control en este momento, Jacque, así que hasta que Fane
pueda hacerlo retroceder un poco va a responder como un lobo Alfa salvaje.

—¿Qué hacemos entonces? —preguntó Sally.

—Todas simplemente cálmense —les dijo Alina—. Nadie salvo Jacque


puede mirar a Fane a los ojos directamente, y mantengan la cabeza más baja que
la de él —explicó Alina.

—Bueno, eso no es difícil de hacer, es una montaña con piernas, aunque


una montaña peluda —murmuró Jen a nadie en particular.

Jacque volvió su atención de nuevo a Fane. Ella tomó su mano, atrayendo


su atención desde su madre.

Él la miró y ella pudo ver sus ojos suavizarse. Se puso de pie lentamente,
con cautela, porque a pesar de su rápida curación ella seguía sintiendo dolor, en 118
especial cuando se movía.

—Tú siéntate —le dijo su compañero.

—No, yo me pongo de pie.

—Yo Tarzan, tú Jane —murmuró Sally.

—Buena esa, me lo ganaste. Bien hecho, Thelma. —Jen le sonrió a Sally.

—Aprendí de la mejor, Louise.

—Totalmente cierto. —Jen y Sally chocaron sus puños y se dieron la vuelta


para mirar a Jacque quien se aclaró la garganta más fuerte de lo necesario.

—¿Qué? —dijeron ambas al unísono, encogiéndose de hombros.

—Juro que tengo a mis propios tweedle dee, y tweedle dumb. —Jacque
puso sus ojos en blanco y se volvió una vez más hacia su compañero. «¿Qué puedo
hacer para ayudarte?» Jacque habló a través de su vínculo, esperando calmar al
lobo, quien estaba todavía al mando del bote.

«Toca» fue la respuesta del lobo.


Jacque asintió en reconocimiento de su respuesta. Ella tomó sus manos y
las puso alrededor de su cintura, envolvió las de ella alrededor de la cintura de él
y luego subió las manos bajo su camiseta de modo que su piel estuviera tocando
la de él, luego puso su cabeza en su pecho y escuchó el latido de su corazón. Ella
lo sintió apoyar su mejilla contra su cabello, y puedo escucharlo inhalar. Jacque
supo que él estaba inhalando su aroma, el cual por alguna razón lo calmaba. Ella
subió y bajó sus manos por su espalda disfrutando lo suave que era su piel, lo
fuerte que se sentía él.

«Te amo» susurró Jacque en su mente, vertiendo cada gota de emoción de


esas dos palabras. Sintió el profundo retumbar de su pecho y supo que esto era lo
que él necesitaba, al igual que los lobos buscaban consuelo tocándose
mutuamente, el lobo de Fane necesitaba sentirla, un recordatorio físico de que
ella era de él, que ella estaba a salvo.

«Mulţumesc, Luna, doar poţi să-l calm (Gracias, Luna, solo tú puedes
calmarlo).» Jacque exhaló una profunda respiración ante el sonido de la voz de
Fane en su mente.
119
Se retiró lo suficiente para mirarlo a la cara.

—Bievenido —le susurró.

Fane la dio vuelta para que su cuerpo estuviera protegiéndola de la vista y


puso sus manos a cada lado de su rostro y simplemente la miró, como si estuviera
intentando memorizar todos sus rasgos.

—Dragostea mea, Aş dori să vă sărut acum (Mi amor, te besaría ahora). —


Fane habló tan suavemente que Jacque casi no lo escuchó.

—¿Qué acabas de decir? —preguntó, inclinando la cabeza a un lado con


curiosidad.

—Dije que quería besarte ahora.

—¿Entonces por qué seguimos hablando? —preguntó ella con una mirada
perversa en sus ojos.

Todos en la habitación dejaron de existir en ese momento, lo único que


Fane podía ver eran los labios en espera de Jacquelyn. Se agachó al mismo tiempo
que ella se levantaba de puntilla para encontrar sus labios ansiosos.
Por lo general cuando él la besaba lo empezaba suavemente, pero no esta
vez. Fane dejó ir su rostro y envolvió sus manos firmemente alrededor de ella,
acercándola a su cuerpo. Jacque ignoró el dolor punzante que tenerlo tan
apretado a su alrededor le causó porque debido a esto ella ardería nuevamente.

Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello y se puso aún más de


puntillas intentando acercarse, como si fuera posible. Sintió su lengua deslizarse
contra sus labios y un gemido escapó de sus pulmones. Escuchó el gruñido bajo
de Fane en respuesta. Jacque se retiró, y respirando con fuerza ella miró alrededor
del hombro de Fane, recordando que tenían audiencia.

—Se han ido —susurró él, su respiración tan dificultosa como la de ella.

—No me extraña que te estabas volviendo caliente y pesado. —Ella sonrió.

—Las palabras clave allí, Luna, son “estaba volviendo” —le dijo a ella
mientras suavemente la llevaba a la cama donde ella había pasado el último mes
mientras su cuerpo intentaba desesperadamente sanar. Curarse no era lo que su
cuerpo pedía justo ahora.
120
—Lamento si te lastimé mientras te abrazaba.

—Hombre lobo, si vas a lastimarme de esa manera, lastímame por todos


los medios. —Ella rió cuando él le gruñó falsamente y desnudó sus dientes.

Ella se sentó en la cama y se recostó contra las almohadas ante la


insistencia de Fane. Él se inclinó contra ella, apoyado sobre un brazo, con
cuidado de poner nada de peso sobre las piernas de ella. Extendió su mano libre
y alejó el cabello de ella fuera de su cuello, pasó sus dedos por su clavícula y volvió
a subir por su cuello. Jacque se estremeció ante la sensación de esta mano en su
piel. Él continuó el trazo de este mismo patrón de una clavícula a la otra y luego
regresando a su cuello.

«Me encanta tocarte.» Ella escuchó su profunda voz en su mente.


Le sonrió y pasó sus dedos a través de su cabello, sacando un gemido de
él.

«Me encanta escucharte hacer esos sonidos, y me encanta aún más ser yo
la que los causa.» Jacque no pudo creer lo franca que estaba siendo con él, y la
poca vergüenza que tenía. Pero no la tenía, ya no más, este era Fane, su
compañero, su mejor amigo, su amor, y la última persona en el mundo delante
de la cual se sentiría avergonzada.

«Me alegra que finalmente lo estés entendiendo» dijo él en respuesta a los


pensamientos de ella.

Jacque tiró de su cabello en represalia a que escuchara a hurtadillas.

Él rió.

—No es escuchar a hurtadillas, amor. Te he dicho que es estar atento.

—¿Entonces tengo tu atención? —susurró mientras trazaba sus labios con


sus dedos.

—Completamente —dijo él, sus labios apenas moviéndose. Estaba


hipnotizado por su compañera, su toque, lo único que podía poner de rodilla a su
lobo.

—Bien, porque tal vez quieras prestarle atención extra a lo que estoy
pensando ahora mismo —ella hizo una pausa mientras se imaginaba en su mente 121
lo que quería, necesitaba de Fane—, ahora —concluyó.

—Creo que puedo manejar la mayor parte de eso —dijo él a la vez que
besaba sus dedos.

El ceño de Jacque se frunció.

«¿Todo no?»
«Eres una malvada, perversa mujer. Lo sabes, ¿cierto?» bromeó Fane
mientras se inclinaba hacia adelante y la besaba en el cuello, pellizcando
suavemente donde su marca estaría pronto.

«Aquí vamos con todo el asunto del “pronto”.»


—Silencio, mi amor. No más palabras —dijo Fane entre los besos en su
cuello, clavícula, y labios.

Y no hubo nada más por un largo tiempo.


Traducido por Nelshia

Corregido por LizC


ntiendo lo que necesitas que haga, Logan. No necesito que lo
expliques de doce maneras diferentes. —La frustración de la
doctora Cynthia Steele hacia el lobo se mostró claramente en
su rostro.

—Si algo cambia en el plan, si por alguna razón Fane es capaz de


permanecer con ella esta noche, tenemos que tener un plan B —le dijo.

—El Plan B es que me aparezco a decirles que los análisis de sangre que
tomé de Jen son anormales y que quiero llevar a Jacque al laboratorio y extraer 122
más sangre para que pueda comparar los dos. Ellos estarán enfocados en el hecho
de que dije que la sangre de Jen es anormal —explicó.

—¿Y es anormal? —le preguntó Logan.

—Eso es parte de la confidencialidad del paciente, Logan, sabes que no


puedo decirte eso.

—¿Estás ayudándome a secuestrar la compañera de un futuro Alfa y estás


preocupada por la confidencialidad del paciente? —le preguntó con incredulidad.

—No tengo nada en contra de Jen, por lo tanto, sí, estoy preocupada por
su privacidad. Tú sólo necesitas preocuparte acerca de Jacque.

—Bien —gruñó Logan—. Sólo asegúrate que de una manera u otra


consigues alejar a Jacque de esos mestizos y que está sedada para nuestra salida.

***

La doctora Cynthia Steele vio al lobo dejar su oficina. Se preguntó, no por


primera vez, si estaba haciendo lo correcto. Entonces vería el rostro de su
hermano en su mente. Había sido tan infeliz en los últimos años. Ella sabía que
la incomodidad de su lobo estaba creciendo por haber estado sin pareja durante
tanto tiempo, sobre todo en un Alfa que podría ser más peligroso. Su muerte fue
una prueba perfecta de lo que podría suceder cuando un lobo perseguía a una
mujer que no era su verdadera compañera. Así que, ¿por qué estaba ayudando a
Logan? Era obvio que Fane era de hecho el compañero de Jacque. La verdad era
que estaba enojada y herida, y Fane era la causa de esa ira y dolor. No podía
desafiar a Fane por matar a su Alfa, pero ella podía herirlo igual. Eso es todo lo
que buscaba. Fane había tomado lo que era de ella y ahora ella tomaría lo que era
suyo. Los papeles que llevaba en la mano la sacaron de sus pensamientos mientras
se dirigían de nuevo a través de los resultados de laboratorio que pertenecían a
Jennifer Adams. Si bien Jennifer parecía bastante normal, no había nada normal
en su sangre, y ella sabía que si Logan lo sabía, Jacque no sería la única mujer
que estaría tratando de tomar para su manada.

—Dillon, sólo déjalo pasar la noche con ella —estaba diciendo Lilly—. No
veo cuál es el gran problema.

—El gran problema, Lilly, es que ella tiene sólo 17 años y estás diciendo
que está bien para ella pasar la noche con un chico. ¿En qué más estás de acuerdo 123
con que nuestra hija haga? —Las fosas nasales de Dillon se ensancharon mientras
su frustración por la situación se incrementaba.

Jen, Sally, Vasile, Alina y Decebel todos se sentaron en la sala de espera


familiar que se había convertido en el punto de encuentro no declarado. Todos
miraban mientras Lilly y Dillon se enfrentaban.

—¿Se da cuenta de la gran equivocación que acaba de hacer? —le susurró


Sally al grupo.

—Ah, tienes razón Sally. Criticó la crianza de su hija. Esa fue


probablemente la cosa más estúpida que podía hacer —coincidió Vasile.

Alina palmeó la pierna de su compañero.

—Sabía que eras inteligente cuando te conocí.

—Vamos, Mina. No seas demasiado tímida para admitir que estabas tan
encantada con mi buen aspecto que no podías concentrarte en nada más.

—Él está recordándolo al revés —les susurró con complicidad a Jen y


Sally—. La primera vez que nos vimos las únicas palabras que podía decir era
Luna y mina, e incluso entonces no las decía en el orden correcto. —Las chicas
se rieron con Alina.

—Ahh, mi amor, ahora sólo estas siendo mala —se quejó Vasile, y
escuchar un Alfa lloriquear sólo las hizo reír más fuerte. Jen atrapó a Decebel
mirándola pero rápidamente desvió la vista cuando ella atrapó su mirada.

Un golpe fuerte puso fin a su risa, ya que todos se volvieron para ver a un
impresionado Dillon Jacobs de pie con la impresión roja de una mano en su cara.

—Tú puedes irte al infierno, Dillon Jacobs, y llevarte a todos tus malditos
malolientes lobos infestados de pulgas contigo. —Lilly se dio la vuelta, golpeando
la puerta de la sala de espera al pasar por ella. Todos saltaron cuando se cerró de
golpe.

—¿Todas ustedes piensan que tenemos pulgas? —preguntó Decebel


mientras miraba a Jen y Sally.

—Creo que sólo lo asumimos por el pelo y qué no, que tú, ya sabes, puede
ser que tengas un problema con pequeños bichos cuando estás en tu forma de 124
lobo. —El rostro de Decebel se veía más dudoso con cada palabra que Jen
hablaba.

—¡Bueno, mierda! Todo lo demás con pelaje tiene pulgas ¿Qué esperabas
que pensemos? —le espetó.

La única respuesta de Decebel fue una ligera elevación de sus labios que
podría haber incluso pasado por una sonrisa… tal vez.

Sally miró hacia Decebel con una pregunta obvia escrita en su rostro.
Cuando Jen ya no estaba mirando, Decebel le guiñó un ojo a Sally, un
reconocimiento silencioso a que ella sabía que algo estaba pasando, y él no estaba
compartiendo.

Vasile se acercó a Dillon y respiró hondo. Él puso sus manos en las caderas
y miró al suelo durante un largo rato.

—¿Estás seguro de que esto es todavía lo que quieres intentar y hacer? —le
preguntó a Jacobs.
—Ya no lo sé —admitió Dillon—. Lilly está enojada conmigo, Jacque
probablemente me odia, y tu hijo podría simplemente matarme tan pronto como
me vea. Pero Vasile, ella es mi hija, es tan joven.

—Ella es joven, y también lo es Fane, pero eso no cambia el hecho de que


son verdaderos compañeros. Sus marcas están en su piel.

—¿Qué? —Esta observación hizo que Dillon girara la cabeza de golpe.

—¿No lo sabías? —le preguntó Vasile.

—No —dijo Dillon, sacudiendo la cabeza con incredulidad.

—Si tratas de separarlos Fane sólo ira detrás de ella, y él va a matar a todos
los lobos que se interpongan en su camino. Él puede ser joven, Dillon, pero es
más dominante que cualquier lobo que conozca, yo incluido —admitió Vasile.

Dillon apretó los dientes y se pasó la mano por el cabello, se sentía como
si hubiera envejecido veinte años durante la noche. Todavía no le había dicho a
su compañera en lo que estaba realmente. Esa conversación iba a añadir otros
veinte años a su acortamiento de vida. Respiró profundo, lo dejó escapar, y luego 125
miró a Vasile.

—Déjame pensar en ello esta noche. Estoy cansado, todo el mundo está
cansado. Fane puede quedarse con ella esta noche. Tus lobos pueden protegerla
si eso es lo que quieres. Hablaré con todos ustedes sobre esto en la mañana. —
Dillon se detuvo cuando estaba abriendo la puerta para salir—. Dale las buenas
noches a Jacque por mí, tengo la sensación de que no sería la mejor idea ir a verla
ahora mismo.

—Teniendo en cuenta que es probable que esté de labios bloqueados con


Colmillo Blanco, entonces no, definitivamente no sería una buena idea ir a verla.
Oww, ¿qué demonios Jen? —Sally frotó el brazo donde Jen la había golpeado.

Mientras Dillon se quedaba muy quieto en la puerta abierta, Jen fulminó a


Sally con la mirada.

—¿Tenías que señalarle que su hija estaba besuqueándose con un chico,


solos, en una cama, solos? —murmuró.

—Jen —se quejó Decebel.


Jen continuó como si no lo hubiera oído.

—Quiero decir, caray, Sally, ¿por qué no sugieres que vaya a darles un
condón sólo para, ya sabes, estar en el lado seguro y mientras él esta ahí podría
tomar un plátano y demostrar cómo ponerlo, y…

—¡JENNIFER! —gruñó Decebel finalmente.

Sally y Jen saltaron, se volvieron hacia él y oyeron la puerta cerrarse con


un chasquido metálico.

—¿Qué? —gruñó Jen de vuelta.

—Creo que él sólo estaba tratando de decir que todos entendemos el punto,
Jen —dijo Alina suavemente.

—Oh —dijo Jen sorprendida—. Bueno, ¿por qué no lo dijiste? No tienes


que gruñirme —resopló.

—No te gruñí. —La voz de Decebel era baja y tensa.

—Sí. Lo. Hiciste —argumentó Jen.


126

—Estoy de acuerdo Dec, hubo definitivamente un gruñido —dijo Sally,


asintiendo.

—Está bien —dijo Decebel calmadamente—. Lamento haberte gruñido —


le dijo.

—Mi nombre.

Decebel ladeó la cabeza y la miró con curiosidad.

—¿Qué?

—Mi nombre —le dijo ella—. Si vas a pedirme disculpas, tienes que decir
mi nombre. —La mirada en el rostro de Jen era completamente malvada.

Decebel apretó la mandíbula. Sus ojos estaban comenzando a brillar


dorados, pero se las arregló para decir educadamente:

—Lo siento, Jennifer, por gruñirte.

Jen sonrió y levantó el teléfono que había estado sosteniendo.


—Eso va a ser mi nuevo tono de llamada, el gran lobo feroz disculpándose
por meterse conmigo. —Ella batió sus ojos inocentemente.

Sally estaba tosiendo con una carcajada, al mismo tiempo, deseando que
Jen no sólo hubiera pinchado a un león dormido.

Decebel no dijo nada mientras se levantaba. Caminó hacia Jen quien tuvo
el buen sentido de no huir de un depredador, aunque sus ojos se abrieron un poco
más. Él se detuvo a su lado y se inclinó hacia abajo para que su boca estuviera al
lado de la oreja.

—Un plátano, Jen, ¿en serio? —le susurró y luego se alejó.

La puerta estaba casi cerrada en el momento en que su cerebro comenzó a


funcionar de nuevo.

—¡Oh, vamos! ¡Era todo lo que tenía! —gritó ella, sabiendo que su
audición de lobo lo escucharía.

Alina y Vasile se habían sentado en silencio durante el intercambio.


127
—¿Alguna vez te he dicho cuánto me alegro de que no tenemos una hija?
—le preguntó Vasile en voz baja.

Alina le dio una palmada en la pierna.

—Calla, ¿acabas de ver lo que yo vi?

—Sí —respondió Vasile sonando muy cansado—. Lo vi. Aún no he


decidido qué hacer al respecto.

Alina lo miró con recelo.

—¿Hacer al respecto? Alfa, vas a dejarlo ser y dejar que el destino siga su
curso.

—Mina —comenzó a discutir Vasile, pero Alina ya estaba volviendo su


atención a Jen y Sally.

Mujer obstinada, pensó.

***
—Voy a estar en casa en pocos días, Tanya —le estaba diciendo Dillon a
su compañera a través del teléfono. Ella había llamado a su teléfono celular varias
veces y le envió mensajes de texto también, los cuales no había respondido.

Por decir lo menos, estaba enojada.

—¿Por qué no me dices lo que estás haciendo? Y no me digas que una


mierda de la manada, siempre me dices lo que está pasando entre la manada. —
Casi podía verla gruñendo hacia él mientras hablaba.

—No es algo para hablar por teléfono, sólo vas a tener que confiar en mí.
—Dillon estaba perdiendo la paciencia.

—Dillon, sólo dimelo.

—¡Basta! —gruñó Dillon.

El silencio llegó a través del teléfono, todo lo que podía oír era su
respiración.

—Tanya, lo siento amor, no quise gritarte. Estoy un poco estresado en este 128
momento, ¿podrías por favor confiar en mí? No fue correcto irme sin hablar
contigo primero, pero lo hecho, hecho está.

Ella no respondió de inmediato y Dillon estaba empezando a pensar que


podría haberle colgado.

—Confío en ti, pero no hagas esto otra vez, compañero. Yo soy tu Luna y
merezco más que esto. —Su voz era tranquila y firme, una vez más demostró por
qué era su hembra Alfa. Ella era engañosamente pequeña y tranquila, pero
cuando Tanya tenía que ser Alfa no tenía ningún problema cumpliéndolo.

—Tienes razón, Luna. No voy a dejar que suceda de nuevo. Te amo —le
dijo Dillon justo antes de colgar.

Se puso de pie en su habitación de hotel, velando el whisky que se había


servido. Había llamado a Logan y le dijo que retirara a los lobos por ahora, que
iban a reagruparse en la mañana. Logan insistió en quedarse en el hospital sólo
para mantener un ojo en la manada Rumana. Dillon le dijo que se asegurara de
quedarse fuera de vista y no causara ningún problema. Dillon había subestimado
la reacción de Fane a su anuncio de llevarse a Jacque a casa con él. No tenía la
menor duda de que lo que dijo Vasile era cierto, Fane mataría a cualquiera o
cualquier cosa que lo alejara de su compañera. Que es la manera en que debería
ser, ¿verdad? Él movería cielo y tierra por Tanya, la única razón por la que no le
había hablado de Jacque era porque sabía que iba a ser un recordatorio más de
que ella no era capaz de concebir. No quería hacerle daño a su compañera, que
se sienta inadecuada por no haber sido capaz de criar sus cachorros. A Dillon no
le importaba, era muy feliz con su vida, o lo era, hasta que se enteró de Jacquelyn.

La verdad es que estaba siendo un cobarde de nuevo, igual que cuando dejó
a Lilly sin decir una palabra.

Y ahora había dejado a su compañera sin decirle una palabra acerca de un


niño que no sabía que había tenido porque tenía miedo de que ella no quisiera
que él tuviera una relación con Jacque. Tendría que arrastrarse servilmente
mucho cuando regresara. Primero tenía que arreglar las cosas con Jacque y Fane.
No quería perderla, pero obligarla a ir con él no iba a hacerla quedarse, se dio
cuenta ahora, sólo la alejaría aún más. Él le diría mañana que se había
equivocado, y no eran esas las palabras más duras para cualquier Alfa decir.
Parecía que esas eran las únicas palabras que Dillon necesitaba decir a las mujeres
que le importaban. 129
***

Logan estaba en el estacionamiento del hospital. Había estado observando


y escuchando cualquier información que pudiera obtener de lo que Vasile o Fane
planeaban sobre Jacque. No sospechaban nada de Dillon o la manada, incluso
después de que Sorin, el aparente guardaespaldas en la infancia de Fane, había
encontrado el mecanismo que había colocado en el vehículo de Lilly. Vasile había
decidido que debía haber sido la manada de Coldspring contratacando, y envió a
dos de sus otros lobos para reunirse con su nuevo Alfa. Por supuesto, el nuevo
Alfa no tenía idea del motín que tiene lugar en su propia manada, por lo que
Logan estaba seguro por ese lado. Su siguiente paso iba a ser llamar a la doctora
Steele ya que el plan B iba a tener que ser ejecutado.

Fane no dejaría a Jaque esta noche, por lo que sólo tendrían que conseguir
alejar a Jacque de Fane. Sacó su teléfono y marcó el número dos, donde había
puesto a la doctora en marcación rápida.

—Doctora Steele —contestó ella.


—Vas a tener que conseguir a Jacque hablándole sobre la sangre de su
amiga. Fane se está quedando esta noche —le dijo Logan.

—Bien —hizo una pausa—. Son las 5:30p.m. ahora, así que, dame un par
de horas. Voy a tener que esperar hasta que uno de los laboratorios esté despejado.
Una vez que la tenga en el laboratorio y bajo un sedante puedes venir a ayudarme
a ponerla en la camilla para sacarla. Tendré que conseguirte algunas ropas de
hospital para que no te veas sospechoso empujando lo que parece ser un cadáver
a través del hospital.

—Estaré esperando tu llamada. —Logan no esperó su respuesta,


simplemente colgó.

Respirando hondo, volvió el rostro hacia la puesta de sol, sintiendo el calor


incluso tan tarde en el día. Odiaba el calor, lo deprimía, incluso a su lobo. Estaría
encantado de volver a sus montañas en Denver. Una sonrisa perversa se extendió
por su cara, sus ojos de lobo brillando. Él no iba a volver a sus montañas solo.
Ese pensamiento lo animó a él y a su lobo enseguida.
130
Traducido por Rihano

Corregido por LizC

espués de que Decebel había salido de la sala de espera, Jen y Sally


habían decidido encontrar un juego de cartas y amansarse, como a
Jen le gustaba decir.

—Así que, ¿crees que Fane y Jacque han…? —Sally dejó flotando la
palabra como una pregunta.

—¿Han qué? —preguntó Jen mientras miraba sus cartas—. ¿Tienes un dos
de corazones?
131
—Péscalo —dijo Sally con aire ausente—. Lo han, ya sabes, hecho eso —
susurró Sally, inclinándose sobre la mesa.

Jen estaba mirando sus cartas con tal concentración que era casi como si
estuviera deseando que apareciera en su manos la que necesitaba.

—¿Hecho eso? ¿Qué, te refieres a si él la ha mordido? ¿Tres de espadas? —


añadió ella.

—Péscalo. No, Jen, ese no es el “eso” al que la gente se refiere cuando


hablan de “eso”. —Sally estaba haciendo señales de acotación con sus dedos
mientras hablaba, lo que le dio a Jen efectivamente un vistazo de sus cartas.

—Seis de picas, excelente. Entrégalo, lo vi —le dijo Jen, extendiendo su


mano, haciendo un gesto de “dame”.

—Ni siquiera es tu turno, tramposa. Ahora escúchame —intentó Sally de


nuevo.

—Sally, santo cielo. Cómo Jacque y tú han permanecido tan puras


conmigo como su mejor amiga, nunca lo voy a saber. Sexo, dilo conmigo: S-e-x-
o —dijo Jen, deletreando letra por letra.
—¡Shhh! No lo digas tan fuerte. —Sally miró a su alrededor para ver si
alguien había oído.

—¿Por qué? No es que la gente no sabe lo que es, o no saben que todo el
mundo lo está haciendo. Ahora dame tu seis de picas, mujerzuela.

—Bien, ten —gruñó Sally, golpeando la carta sobre la mesa.

—Qué delicada —murmuró Jen mientras ella colocaba su propio seis de


picas encima de la que Sally había colocado.

—La respuesta es no —dijo Jen con aire ausente.

—¿No, qué? —preguntó Sally y luego añadió—: Rey de diamantes.

—Maldita sea —murmuró Jen y le entregó a Sally la carta que había


solicitado.

—No, no creo que hayan cerrado el trato.

—¿Por qué no? —preguntó Sally sorprendida.


132
—Uno —dijo Jen, reclinándose en su silla, inclinando la cabeza hacia un
lado mientras miraba a Sally—. Jacque no lo hará hasta que se case.

—Sí, pero es Fane. Me refiero, a míralo. ¿Me estás diciendo que si tienes
eso para ti sola no lanzarías esas ideas por la ventana? —interrumpió Sally.

—¿De verdad quieres hablar de lo que yo haría si tuviera eso —Jen asintió
en dirección a la habitación del hospital donde ellas sabían que Fane y Jacque
estaban—, a solas?

Sally negó con la cabeza y lo descartó con las manos.

—Buen punto. Está bien, sigamos, ¿cuál era el número dos?

—Dos, Fane es demasiado caballeroso con toda esa mierda de: “Yo respeto
tu elección de esperar”. Podría seducirla si quisiera. Jacque caería como una mala
mano de Texas Hold ‘em. Y tres, sabríamos si ellos lo hicieron. —Jen comenzó
a mirar sus cartas de nuevo, como si acabara de aclarar los misterios del mundo.

—¿Qué quieres decir con que sabríamos? —le preguntó Sally, poniendo sus
cartas sobre la mesa. Jen levantó los ojos hacia Sally y lentamente llegó a través
de la mesa y recogió sus cartas. Eligió las que hacían juego con las suyas y luego
las puso de vuelta—. No tengo nada de lo que necesitas, así que ve a pescar.

—Jen, lo digo en serio. ¿Cómo podríamos saberlo? No creo que Jacque nos
lo diría, se avergüenza demasiado por ese tipo de cosas. Ella nunca nos habló de
lo que ella y Trent hicieron.

—Trent no era Fane —comenzó Jen—. Lo sabríamos porque estaría


escrito sobre toda ella. Estaría resplandeciente a la mañana siguiente, la pequeña
sonrisa en su cara de saber que su inocencia se ha ido y que ella la perdió con un
enloquecedor dios griego.

—Ja —dijo Sally, pensativa—. Nunca he visto esa mirada en ti antes. —


Ella miró a Jen dudosa.

—Por supuesto que no lo has hecho, yo soy virgen. Eso y que ningún dios
griego se me ha ofrecido últimamente, pero no he perdido la fe. —Jen arrojó eso
por ahí como si no fuera una gran sorpresa.

La mandíbula de Sally cayó abierta. 133


—¿Tú eres QUÉ? —Las palabras de Sally salieron justo cuando Decebel
entraba.

—Sí, Jen, ¿eres qué, exactamente? —le preguntó él, su voz tan seria como
siempre, su ceja levantada.

Jen fulminó a Sally con la mirada.

—Una palabra, Sally…

Sally levantó las manos en señal de rendición.

—Oh, créeme, no he olvidado lo que vas a hacer si yo digo una palabra


cuando no debo. Sabía que debería haber conseguido deshacerme de esas
malditos muñecas —se quejó ella.

—Hola Decebel —dijo Jen, sonriendo inocentemente y actuando como si


hubiera acabado de notar su aparición.

Decebel entrecerró los ojos hacia ella, luego su cara se limpió de toda
expresión como un paño pasando a través de una pizarra de borrado en seco.
—Vasile y Alina querían que yo las invitara a venir a comer con todos en
la cafetería del hospital.

Jen arrojó sus cartas.

—Yo podría comer. ¿Y tú, Sally?

Sally seguía mirando a Jen con los ojos llenos de conmoción.

—Tú, tú, túuuuuuu —siguió diciéndole Sally a Jen, con diferentes


inflexiones en su voz.

—Sally vamos a pasar de esto y seguir con cosas más importantes, ¿de
acuerdo? —Jen tomó su vía intravenosa con una mano y a Sally con la otra y
empezó a jalar a una reacia Sally con Decebel siguiéndolas.

—¿Qué podría ser más importante que el hecho de que eres una mmrrm?
—Jen había puesto su mano en la boca de Sally. Estaba tratando de evitar perder
el equilibrio y golpear su vía y mirar atrás a Decebel, quien estaba observando
todo con curiosidad.
134
—Vas a tener que disculparnos un segundo, Dec, ella se tragó su lengua.
Sólo voy a ayudarla a expulsarla. Podemos encontrarte allí —dijo Jen dulcemente
mientras seguía manteniendo la boca de Sally cubierta.

—Está bien, entonces. —Decebel sonaba inseguro mientras pasaba junto a


las dos chicas. Las miró de nuevo una vez más antes de girar y alejarse
mascullando en rumano.

—¿Qué te pasa? —farfulló Sally cuando Jen finalmente descubrió su boca.

—Tengo una reputación que mantener. No puedes sólo ir soltando por ahí
que soy tan pura como tú y Jacque —dijo Jen, con las manos en las caderas, los
labios colocados en una línea apretada.

—Oh, créeme, Jen, nadie te confundiría con un ser puro, la virginidad


estaría maldita —lanzó Sally hacia ella con sarcasmo—. Por curiosidad, ¿Jacque
lo sabe?

—No y no necesita saberlo. ¿Cuál es el gran y asombroso problema, Sally?


No soy tan experimentada como lo demuestro. ¿Qué importa siquiera? —Jen se
estaba tornando irritada por la curiosidad de su amiga en su vida sexual, o la falta
de la misma.

—No es que en realidad sea un gran problema tanto como que es sólo, un
poco decepcionante —dijo Sally, sonando desinflada.

Jen la miró con los ojos medio entornados.

—Está bien, así que lo que estoy escuchando que dices —comenzó Jen
luego se detuvo, sacudiendo la cabeza con incredulidad—. ¿Es que estás
decepcionada de que sea virgen? ¿Te he entendido mal? ¿Mi audición está mal o
simplemente eres una idiota?

—Bueno, déjame esplicarte esto, Lucy.

—Por todos los medios, Ricky, esplícalo —respondió Jen secamente.

—Así que, ¿sabes cuando eres un niño y ves Disney World en la televisión?
—Jen asintió con comprensión mientras Sally continuaba—. Es tan increíble y
más grande que la vida, te muestran los fuegos artificiales sobre el gran y hermoso
castillo en el que toda niña sueña con vivir, y tú piensas: “vaya, quiero ir allí.” 135

—¿Estás comparándome en serio con un parque de diversiones?

Sally la hizo callar.

—Espera.

Jen le indicó a Sally que siguiera adelante con eso.

—Por fin tu día llega y tus padres te llevan a Disney World. Vas a ver el
hermoso castillo que has visto tantas veces en la televisión. Sólo que cuando llegas
allí y caminas hacia el gran castillo, te das cuenta de que es sólo un gran edificio
con forma de castillo, con un agujero atravesando el centro, por donde las
personas están entrando y saliendo. —Ella dejó escapar un suspiro desinflando—
. A pesar de que todavía era un lugar bastante impresionante, fue un poco
decepcionante que el castillo terminara siendo una farsa.

Jen se quedó allí parada mirando a Sally. Ella no sabía en verdad qué decir,
estaba realmente desconcertada por el hecho de que la noticia estaba teniendo un
efecto perjudicial en su mejor amiga.
—Sally, ¿te das cuenta de que acabas de comparar la noticia de mi
virginidad con el castillo de un parque de atracciones, verdad? Sólo quiero ser
clara en eso.

Sally asintió, mordiéndose el labio inferior.

—Sí, ahora que lo pones así es realmente algo preocupante —dijo ella,
cerrando los ojos y negando con la cabeza—. Supongo que sólo estaba esperando
que fueras la que me dijera como era eso, ¿sabes? Algo así como que fuiste la
primera de nosotras en afeitarte las piernas, usar tampones, y encerarte la línea
del bikini —dijo Sally con nostalgia.

—Bueno, la noche aún es joven mi dulce e inocente flor. ¿Quién sabe lo


que podría suceder entre hoy y mañana por la mañana? —Jen se rió de la dudosa
mirada de Sally.

—Vamos, Virginia, vamos a buscar algo de comer. —Sally se lanzó fuera


del alcance de Jen, sabiendo que iba a tratar de pegarle ante el sonido de su nuevo
apodo.
136
—Sally —gruñó Jen en advertencia, incapaz de moverse rápidamente
debido a la molesta vía intravenosa.

—¿Dijiste algo, Virginia? —Sally continuó burlándose. Lanzándose de


aquí para allá para mantenerse al margen de las palmadas de Jen.

***

Fane y Jacque levantaron la mirada de la mesa cuando ellos escucharon el


canto de Sally por toda la cafetería.

Ella estaba cantando a todo pulmón la canción de Train “Meet Virginia”.


Una Jen viéndose muy enojada estaba arrastrando el paral de su vía intravenosa
lo más rápidamente que podía sin caer, tratando de alcanzar a su presa. Cuando
Sally hubo llegado a la mesa, había lágrimas corriendo por su cara de tanto reírse.
Se inclinó sobre la mesa, jadeando, terminando su serenata.

—¡Su confianza es trágica, pero su mágica intuición y la forma de su


cuerpo, inusual, conoce a Virginia! —terminó Sally dramáticamente, los brazos
en el aire como Vanna White indicando donde estaba parada Jen ahora. Para
gran disgusto de Jen, toda la cafetería rompió en aplausos.
Jen mostró su más deslumbrante sonrisa y saludó a todos con adoración,
pero a Sally, le murmuró en voz baja:

—Esto es la guerra.

Sally se inclinó ante su público, y luego hacia la mesa donde todos los
amigos sentados aplaudían también. Decebel se puso de pie y se acercó a Jen. Era
obvio que él estaba tratando de no reírse, y Jen estaba decepcionada porque ella
realmente quería saber cómo se veía cuando estaba abriéndose, pero era a su costa
así que podía soportar la decepción.

—¿Por qué no te ayudo a llegar a tu asiento?

Jen tomó la mano de Sally.

—Eso estaría bien, gracias, Decebel. —Arrastró a Sally tras ella mientras
lo seguía a los asientos que le indicaba. Cuando él estaba empujando la silla de
Jen detrás de ella mientras se sentaba, Decebel se inclinó hacia delante y le
susurró al oído. El cuerpo de Jen se puso rígido. Sally los miró con curiosidad,
luego miró a Jacque para ver si ella estaba viendo esto. Ella se encogió de hombros 137
en una forma de: “no tengo idea de lo que pasa”. Sally vio como Jen inclinó la
cabeza para mirar a Decebel. Ella batió sus pestañas dulcemente y sonrió de una
forma muy sensual. Sally notó que los ojos de Decebel comenzaron a brillar.

—Oye, Fane —Jen alzó la voz por encima del ruido en la habitación.

—¿Sí, Jen?

—¿No dijiste algo acerca de que tu clase se cura rápido? —le preguntó ella,
sin apartar los ojos de Decebel. Fue entonces que Sally notó que Jen había
colocado su mano alrededor de la muñeca de Decebel con la que él estaba
apoyándose en la mesa. Parecía un gesto coqueto a menos que estuvieras viendo
desde el punto de vista de Sally y pudieras ver que la otra mano de Jen estaba
envuelta alrededor del cuchillo de mantequilla al lado de su plato.

Fane se aclaró la voz, sin saber a dónde iba Jen con esto.

—Sí, eso es correcto, nosotros nos curamos mucho más rápido que…

Antes de que Fane pudiera terminar lo que estaba diciendo, Jen lo


interrumpió:
—Está bien, gracias, eso es todo lo que necesitaba.

Jen se movió más rápido de lo que Sally la había visto moverse, pero era
como si todo estuviera pasando en cámara lenta. Jen levantó el cuchillo mientras
su agarre en la mano de Decebel se apretaba. Al mismo tiempo, Sally y Jacque
gritaron:

—¡Decebel, corre! —Él se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y se


movió más rápido de lo que el ojo podía ver agarrando la muñeca de Jen antes de
que el cuchillo pudiese ponerse en contacto con su carne.

A favor de Decebel, él no dio ninguna indicación de que un cuchillo casi


había sido clavado en su mano. Sus ojos dorados estaban brillando y Sally pensó
que podía ver llamas en ellos.

—Jen, puede que desees, um, ir a sentarte donde Jacque o ir-ir-irte. Sólo
digo —tartamudeó Sally.

La mirada de Jen nunca se apartó de la de Decebel. Toda la mesa se sentó


congelada, esperando su reacción. 138
Decebel sacó lentamente el cuchillo de la mano de ella, sonrió lentamente,
mostrándole a Jen que sus colmillos se habían alargado.

—Te estás quedando sin cheques, Jennifer.

—Depende de que chequera estés viendo, ¿cierto, Decebel? —Jen igualó


su frío sarcasmo.

Antes de que pudieran continuar con su enfrentamiento, la doctora Steele


se acercó a Vasile y pidió hablar con él en privado, por lo que, naturalmente, toda
la mesa se levantó y los siguió.

Terminaron de regreso una vez más en la sala de espera familiar. Jacque


estaba empezando a pensar que otras familias no llegaban a este piso porque
siempre eran los únicos en usar esta habitación.

—Vasile, cuando dije en privado, quise decir solamente tú —le dijo la


doctora Steele.

—Lo entiendo, doctora Steele, pero todo el mundo en esta sala sabrá lo
que me ha dicho en cuestión de horas.
—Más bien en minutos —añadió Sally.

—Buena respuesta —dijo Jen, yendo a chocar puños con Sally. Pero se
detuvo justo antes, recordando que se suponía que debía estar enojada con ella.
Sally sólo puso sus ojos en blanco.

—Bien —dijo la doctora Steele, renunciando a tratar de persuadirlo de lo


contrario—. Tengo los resultados de la sangre de Jennifer.

Toda la habitación pareció contener la respiración. Jen se acercó


lentamente, olvidándose de la vía intravenosa conectada a ella, y si Sally no la
hubiera atrapado, habría caído sobre la cabeza de Jen. Jen ni siquiera se dio
cuenta.

—¿Cuáles fueron mis resultados? —preguntó Jen con aprensión.

Sally y Jacque se pararon a cada lado de Jen en una muestra de apoyo


silencioso.

—Jennifer, ¿sabes algo acerca de tu genealogía? —le preguntó la doctora


Steele. 139

Jen sólo la miró fijamente. Sally la empujó.

—Jen, ¿ella quiere saber si conoces algo acerca de tus antepasados? —Aún
no hubo respuesta.

Esta vez Jacque lo intentó.

—¿Jen? ¿Tu linaje, ascendencia, antepasados, árbol genealógico…?

—Lo entiendo, Jacque —la cortó Jen—. Si usted quiere decir, si sé que hay
algún tipo de sangre no humana en mi familia, entonces la respuesta es no —le
dijo ella a la doctora Steele.

—No estoy segura de si es un gen lobo o no. Ya que Jacque no es sangre


pura necesito más de su sangre para compararla con la de Jennifer. Vendré a su
habitación más tarde esta noche para llevarla después de que los técnicos de
laboratorio se hayan ido a casa. No quiero a nadie haciendo preguntas.
Traducción SOS por ஓ¥anliஓ

Corregido por Nanis

—¿
m, Sally? —dijo Jacque distraídamente mientras se
sentaban en la cama de la habitación del hospital en la
que ella había estado durmiendo.

—Síp.

—Mientras Jen está tomando una ducha, ¿por qué no me dices


exactamente lo que pasó entre ustedes dos?

—¿Qué te hace pensar que algo pasó? —preguntó Sally, sonando 140
totalmente culpable.

—¿En serio, Sally? Estabas cantando a todo pulmón “Meet Virginia” con
Jen persiguiéndote, con el soporte del suero y todo. —Jacque levantó una ceja
hacia ella—. ¿Todavía quieres ir con esa respuesta?

—Bien, está bien, tú ganas. Está enojada conmigo porque le estaba


tomando el pelo.

Jacque esperó a que Sally continuara, no lo hizo.

—Ella está enojada porque estabas burlándote de ella, ¿eso es todo, nada
más? —Sally negó y siguió pareciendo culpable—. Así que, ¿si voy por allí y
empiezo a cantar “Meet Virginia” ella no va a venir hasta aquí para estrangularte?
―Jacque hizo ademán de levantarse de la cama e ir hacia el baño.

—¡ESPERA! Está bien, tú ganas, Jen está enojada porque me estaba


burlando de ella porque esunavirgen. —Sally dijo la última parte tan rápido que
Jacque casi se lo perdió, casi.

—¿Jen es una qué? —preguntó Jacque en completo shock.


—¡Madre Santísima! ¿Ustedes pensaban que era una puta y sólo pasaba el
rato con ustedes dos tímidas florecillas en mi tiempo libre, ya saben, en medio de
conquistas y demás? ¿Por qué está todo el mundo tan sorprendido de que SEA
UNA PUTA VIRGEN? Si están tan interesadas déjenme mostrarles mi lógica y
pueden tragárselo o ahogarse con eso, ¿está bien? —continuó ella antes de que
pudieran responder—. De hecho, creo que el sexo se supone que es para una
persona especial, y no sólo: “oye, te amo, hagámoslo”. Me refiero a la que decides
tomar para toda la vida. —Jen estaba de pie en la puerta del baño, envuelta en
una toalla.

—¿Estás diciendo que vas a esperar para tener relaciones sexuales hasta
que te cases? —preguntó Sally conmocionada.

—Caramba, Sally, ¿es realmente tan difícil de entender? Sé que bromeo


mucho sobre eso. Me gusta bromear sobre eso para ver el asombro en los rostros
de las personas. Pero, personalmente, mi hombre para siempre es el único que
conseguirá un pedazo de todo este pastelito.

Jacque había desarrollado un nuevo respeto por su pervertida amiga.


141
—Bueno, tres cosas. Primero, estoy totalmente tragándome lo que estás
diciendo. Lo entiendo y creo que es genial. Segundo, no cambies. Porque fuera
de nosotras tres sólo podrías salirte con las cosas que dices y necesitamos
desesperadamente el alivio cómico. Y por último, muero de ganas por señalar
este punto técnicamente, Jen. No podrías ser una puta virgen, eso es un
oxímoron.

—Buena esa, Vern. —Sally chocó el puño de Jacques.

—Lo sé, ¿cierto? —Jacque sonrió—. Hemos aprendido de la mejor, Sal.

—Mejor no lo olviden par de desvergonzadas —les gruñó Jen.

—¿Has terminado de estar enojada conmigo? —preguntó Sally.

Jen miró hacia ella por un minuto.

—Sí —dijo, haciendo un ademán con la mano—. Se me estaba haciendo


difícil estar enojada de todos modos. Tengo que darte reconocimientos por todo
el rollo de “Meet Virginia”, eso fue puro genio.

—Lo sé. —Sally sacudió los hombros—. Tengo locas habilidades, ¿eh?
—De haber sabido que estabas cantando eso porque acababas de enterarte
del profundo y oscuro secreto de nuestra pequeña pervertida amiga, en serio me
hubiera hecho pis encima de tanto reír.

—Entonces, Jen. ¿Vas a confesar lo que Decebel te susurró al oído que


causó que apuñalaras al pobre lobo? —le preguntó Jacque a su petulante amiga.

—¿Dónde está Fane? —preguntó Jen, ignorando la pregunta de Jacque.

—Está sentado en el otro lado de esa puerta, gruñéndole a cualquier cosa


y cualquier persona que llegue a unos pocos metros de ella —dijo Jacque,
asintiendo hacia dicha puerta—. Ahora responde a la pregunta, Jen.

Jen no respondió de inmediato, no estaba segura de cómo responder si era


sincera consigo misma, lo que era una práctica que le gustaba evitar, ya que por
lo general lleva a ser razonable, y francamente, ¿dónde estaba la diversión en eso?
Sally y Jacque esperaron pacientemente, no queriendo provocar, el últimamente
irritable temperamento de Jen.

—Realmente no sé lo que significa —les dijo Jen. 142


—Bueno, si nos cuentas puede que seamos capaces de ayudarte a
resolverlo. Sabes que somos buenas en entender las cosas y todo eso.

—Oh, sí. ¿Cómo podría olvidar a las poderosas Sally y Jacque, las divas
súper investigadoras? —dijo Jen con sarcasmo.

—Oye, eso hasta suena bien —dijo Jacque pensativa.

—Jacque, enfócate. —Sally le dio un codazo.

—Él dijo —comenzó Jen, y para su gran diversión sus dos amigas se
acercaron hacia ella, con los cuerpos inclinados hacia adelante, esperando
expectantes por sus palabras—. Ustedes dos son como dos monos esperando que
el turista les lance una cáscara de plátano.

—Jen, recuerdas lo que a los monos les gusta tirarles de vuelta a los turistas,
¿no? Escúpelo ahora —gruñó Sally.

—Él me desafió a darle una razón para matar a alguien si llegara la hora
de que él me llamara Virginia y ya no tuviera nada que ver conmigo. ―Cuando
Sally y Jacque no dijeron nada, Jen levantó la mirada hacia ellas y vio que ambas
estaban con los ojos como platos, con la boca abierta—. ¿Van a decir algo?

Sally se levantó y empezó a pasearse por la habitación, mordiéndose el


labio inferior y murmurando en voz baja. Jacque siguió luciendo perpleja.

―¿Hola? Esta es la torre de control llamando a todas las insistentes amigas


que saben cómo intimidarme para decirles algo que no comprendo por mí misma
y ahora están actuando como los monos a los que se referían anteriormente.

Eso efectivamente logró cerrarle la boca a Jacque y finalmente reconoció a


Jen.

―Lo siento, estuve como descolocada por un momento. Simplemente no


puedo creer que haya dicho eso.

―¿Qué quiere decir? ―preguntó Jen, su voz extrañamente suave.

Sally miró hacia Jen y luego a Jacque.

―¿Quiere decir lo que creo que significa? 143


―No lo sé, Sal. Quiero decir, ¿por qué otra cosa iba a importarle cuál era
su estado de virginidad? ―respondió Jacque.

―Tal vez sea una cosa de hermana pequeña, como si él sintiera que tiene
que ser su hermano mayor ―dijo Sally, asintiendo como si eso de alguna manera
lo haría cierto.

―Lo he visto mirarla, y si la ve como una hermana menor entonces Fane


tiene que rematarlo a golpes porque parece que está considerando el incesto.

Jen observaba el intercambio entre sus dos amigas mientras se


comunicaban como si ella no estuviera sentada justo en frente de ellas.

―Oye, Ricky, Lucy, estoy sentada aquí. ¿Podrían dejar de hablar como si
no estuviera en la habitación?

―Cierto, lo siento Jen. ―Sally se puso de rodillas frente a Jen y colocó las
manos en sus rodillas para mantener el equilibrio―. Jacque y yo creemos que
Decebel está siendo posesivo contigo.
―¿Esa es tu investigadora en acción? ¿En serio? Bueno, maldita sea, ¿por
qué no se van a resolver el misterio del Stonehenge viendo como ustedes son tan
buenas en entender las cosas y todo eso?

―Hay mucho más de eso que sólo posesividad, Jen. ―Jacque se puso de
pie y reanudó el paseo de un lado al otro que Sally había abandonado―. Él te
trata como… ―Jacque hizo gestos con las manos como si tratara de animar a
alguien a escupir lo que ella no podía conseguir que su boca dijera.

―Es como si él piensa, tal vez… ―comenzó Sally, pero luego abortó su
pensamiento.

―Sólo escúpelo ya. ¿Él piensa y me está tratando como qué?

―Compañero ―soltó Jacque tan rápido que parecía que alguien le había
dado una palmada en la espalda para que salieran las palabras―. Él te está
tratando como lo haría un compañero.

Jen se sintió como si hubiera recibido un puñetazo en el estómago. Trató


de tomar aire, pero sus pulmones no funcionaban. 144
Pensó que escuchó voces, pero sonaban ahogadas, como si vinieran del
otro lado de una puerta cerrada. Sus pensamientos estaban saltando de una
imagen a otra, como uno de esos libros de imágenes donde mueven las
ilustraciones haciéndolos ver con vida cuando van más rápido, pero esto no era
un libro, esta era su vida. Vio a Decebel venir hacia su cama cuando le preguntó
si estaba bien, un giro, él estaba arrodillado a su lado observando la piel en sus
piernas, un giro, él estaba de pie en el pasillo del hospital prácticamente
gruñéndole a ella, un giro, él estaba poniendo una manta sobre ella mientras yacía
en la cama del hospital temblando. Una y otra vez las imágenes llegaron. Había
un denominador común en cada imagen: Decebel estaba prácticamente
gruñéndole en todas ellas. De repente, sintió una fría humedad en su rostro.
Jadeó, tratando de orientarse, llenando sus pulmones con precioso y vivificante
oxígeno.

―Mierda, Sally ―farfulló Jen―. Mejor que haya una apestosa razón de
cambio mundial para que tires agua en mi rostro.

―No estabas respirando y no respondías a nuestro llamado. Iba a darte


una bofetada, pero Jacque decidió que la marca de una mano estropeando tu piel
puede no ser lo más prudente en estos momentos ―explicó Sally con
nerviosismo.

―He encontrado un fallo en tu razonamiento ―dijo Jen, mirándolas como


si más les valiera estar de acuerdo con ella. Cuando Jacque le entregó una toalla
para secar su cara, explicó su teoría―. Cada vez que Decebel está en la habitación
conmigo, me mira como si me quisiera estrangular. Ni una sola vez ha aparentado
siquiera estar interesado en mí de esa forma.

―Tú mejor que nadie debes saber que una expresión de deseo intenso se
puede confundir con una de estrangulación ―dijo Jacque, con toda naturalidad.

Jen ladeó la cabeza, levantando las cejas.

―Oh, lo dices en serio, Jac. ¿En qué momento de tu vida, llena de


oportunidades increíbles y desconcertantes, has experimentado a un hombre
mirándote donde pensaste, es esto deseo por mí, o por el estrangulamiento que él
podría estar pensando en darme? Realmente, por favor dime para así poder avivar
la pequeña llama de esperanza que mi sentido común está tratando
desesperadamente de sofocar con la fría realidad de que Decebel, ¡NO ES Y 145
NUNCA SERÁ UNA OPCIÓN, EN MI “NO SOY UN PUTO HOMBRE
LOBO” VIDA! ―Jen maldijo las lágrimas condenatorias que revelaban la
profundidad de sus emociones con respecto al lobo melancólico que era una
sombra constante en su mente.

―Jen, lo siento ―susurró Jacque mientras se sentaba en la cama y le


pasaba un brazo por los hombros―. No sabía que tenías sentimientos por él.

―Por supuesto que tengo sentimientos hacia él. Siento que es un pomposo,
peludo, infestado con pulgas cabeza dura.

Jen pensó que si lo decía en voz alta, entonces, tal vez lo podía creer. No
hubo suerte.

La habitación se quedó en silencio sin la ruidosa voz de Jen para llenar los
espacios vacíos.

―Entonces, ¿qué tal este clima que hemos estado teniendo? ―dijo Sally,
siempre la que trataba de suavizar las cosas.

De repente, Jacque se levantó, haciendo que Jen casi cayera al suelo.


―¿Qué mierda, Jacque? ―escupió Jen. Luego miró a la cara de Jacque y
pudo ver que algo andaba muy mal.

―Voy a vomitar. ―La voz de Jacque era desesperada y afligida.

Jen puso sus manos sobre los hombros de Jacque y comenzó a guiarla hacia
el baño, todo el rato gritando órdenes a Sally.

―Ve a buscar a Fane, consigue algunas toallas y paños fríos, luego


consigue a la doctora Steele.

Sally se dirigió hacia la puerta, pero esta se abrió de golpe, gracias a Dios,
antes de que estuviera lo suficientemente cerca para ser golpeada por ella.

Fane entró como una tormenta de energía. Pasó junto a Sally, siguiendo
los sonidos dolorosos y enfermizos procedentes de su compañera. Decebel entró
detrás de Fane y se detuvo al lado de Sally.

―¿Qué está pasando? ―preguntó, con una voz tan autoritaria como
siempre.
146
―Estábamos sentadas, hablando sobre… ―Sally hizo una pausa,
recordando lo que habían estado hablando antes de que Jacque hubiera
enfermado―. Nada importante, y luego Jacque se levantó y dijo que iba a
vomitar. Jen la llevó al baño y yo iba a buscar a Fane pero él ya estaba entrando
en la habitación. ―Decebel sólo asintió en respuesta. Sally se dio cuenta entonces
que tenía que conseguir toallas y un paño frío. Se dirigió a la puerta de la
habitación y luego hizo una pausa para volver la mirada hacia Decebel―.
¿Puedes contactar con la doctora Steele de alguna manera?

―Sí.

―Un “hombre de pocas palabras” sería un eufemismo para describir a ese


lobo ―murmuró Sally mientras continuaba en su búsqueda por las toallas.

***

―¿Qué pasó? ―le gruñó Fane a Jen mientras se acomodaba a sí mismo en


el lugar que ella acababa de ocupar. Él se hizo cargo de sostener el cabello de
Jacquelyn mientras ella vomitaba cualquier cosa y todo de su cuerpo.
―No sé lo que pasó. Estábamos hablando y todo el mundo estaba bien y
luego bam, Jacque estaba enferma. ―Jen dio una palmada juntando las manos
en énfasis.

«Luna, ¿puedes decirme qué está mal?» le preguntó Fane, su voz llena de
la angustia que sentía al verla tan enferma.

«Se siente como si mis entrañas están tratando de salirse a arrastras por mi
boca. ¿Cuán descriptivo es eso?» Jacque envió sus pensamientos y gimió en voz
alta al mismo tiempo que otro espasmo se apoderaba de su estómago, y comenzó
a tener arcadas porque no quedaba nada en su interior.

Fane le puso la mano en la frente, cuando ella comenzó a temblar.

«Estás ardiendo, Jacquelyn.»


Fane no sabía nada acerca de la fiebre, pero estaba seguro de que su
temperatura iba más allá del punto de ser sólo una fiebre leve.

―Toma, tengo toallas húmedas. ―Sally entró en el cuarto de baño y abrió


el agua fría, empujando las toallas bajo la corriente, luego exprimió el exceso y le 147
dio una a Fane.

―Ponla en su cuello ―indicó Jen, y luego tomó una toalla de Sally y la


dobló colocándola en el suelo y empujándola debajo de Jacque para que así sus
rodillas no estuvierna en el piso duro y frío.

―Decebel se puso en contacto con la doctora Steele, está en camino hacia


aquí ―les informó Sally.

Jacque finalmente se dejó caer contra Fane, agotada de estar con arcadas.
Su rostro enrojeció por la fiebre, y su respiración era superficial. Fane la recogió
y la llevó a su cama. Mientras él suavemente la depositaba habló con Decebel.

―Llama mi padre.

―Hecho, mi príncipe, ya le he llamado. Él, tu madre y Lilly estaban abajo


en la cafetería. Están de camino ahora.

Fane asintió.

―Gracias.
Sin previo aviso Jacque gritó:

―¡FANE! ―Jen y Sally saltaron. Decebel se estremeció a causa de su


sensible audición de lobo.

Fane frotó la frente de Jacquelyn.

―Estoy aquí, amor. ¿Qué puedo hacer? ―Fane estaba apretando los
dientes, la frustración y el miedo corriendo por su cuerpo.

―Haz que se detenga ―le susurró Jacquelyn―. Por favor, haz que se
detenga.

148
Traducido por LizC

Corregido por Nanis

ynthia marcó el número de Logan mientras continuaba


examinando la muestra de sangre que tenía en el microscopio. Sus
manos temblaban mientras giraba el dial para que la diapositiva
entrara en foco. No podía creer lo que estaba viendo, pero ahí estaba a color vivo.
La sangre de Jennifer coincidía con la sangre de Jacque. La única diferencia
siendo la cantidad de células que llevaba el gen. Dado que Jacque era medio lobo,
su sangre estaba llena de ellos. La de Jennifer, sin embargo, tenía lo suficiente
como para ser reconocible por una persona que sabía qué buscar. Logan
finalmente respondió. 149
—Dime que tienes buenas noticias, doctora Steele.

—Bueno, si te refieres que puedo encargarme de Jacque por sí misma,


entonces sí tengo buenas noticias. Acabo de recibir una llamada del Beta de
Vasile. Jacque está enferma. Ahora me voy a verla y haré que la trasladen a la
UCI, donde no se permite a los visitantes de cualquier clase después de las 9:00
p.m. Tengo un par de batas para ti aquí en mi oficina. La voy a dejar
desbloqueada para que puedas entrar. Espera en mi oficina mi llamada. —
Cynthia estaba cambiando los portaobjetos en el microscopio, poniendo los de
Jennifer a un lado y deslizando la muestra de Jacque bajo el alcance. Al mirar por
el ocular dejó de escuchar cualquier cosa que Logan dijera. Había pensado que
esto podría suceder, pero pensarlo y verlo es muy diferente―. Está bien, Logan,
te llamaré cuando esté lista. Adiós. —Y sin escuchar su respuesta colgó.

Siguió examinando la sangre a medida que veía las células humanas atacar
a las células de hombre lobo. Jacque había recibido una transfusión de sangre
antes de que ella hubiera sido capaz de detenerlo. Eso era lo que estaba viendo en
la diapositiva frente a ella. Las células humanas de la sangre que no pertenecía a
Jacque estaban atacando a sus células. Había oído que esto podría ocurrir cuando
un lobo recibía sangre humana, porque la sangre humana reconoce las células
lobuna como un virus y atacaban en consecuencia. Sabía de sólo una cura, una
forma de evitar que las células humanas mataran a las células del lobo y así matar
inevitablemente al hombre lobo.

Cuando se puso de pie y se colocó su bata de laboratorio, echó un último


vistazo a la diapositiva y luego se volvió para ir a la habitación de Jacque. Se decía
a sí misma que todo iba a estar bien, que Logan podría sanarla, que no estaba
poniendo a Jacque en ningún daño real. Antes de que su conciencia pudiera
convencerla de ello ya estaba de pie frente a la puerta de Jacque. Había sido capaz
de oír sus gritos desde el pasillo y sólo podía imaginar lo doloroso que era para su
cuerpo volverse sobre sí mismo. Ahí está, ¿ves? Voy a ayudarla al darle la morfina
para mantenerla bajo control, y entonces no va a sentir el dolor hasta que Logan
pueda curarla.

Apaciguando su culpa, volvió el pomo de la puerta y entró en una


habitación llena de gente preocupada, un Alfa emocionalmente fuera de control,
y los gritos de una chica muy enferma. Gracias a Dios, ante la vista de una
persona enferma la médico en ella le dio una patada y se concentró en ese papel,
en hacer algo para ayudar. 150
***

Para el momento en que la doctora Steele entró en la habitación todo el


mundo estaba allí, revistiendo la pared de la habitación.

Cada rostro estaba envuelto en preocupación y miedo por Jacquelyn. Fane


escuchó la puerta abrirse. Se volvió a ver a la doctora Steele de pie en la sala, y
antes de que nadie pudiera hacerle una pregunta ella levantó la mano y se dirigió
a la cama de Jacquelyn. Sólo se oía los gemidos y los gritos de su compañera.

—Por favor, haga algo por ella. —Fane se encontró rogándole a la doctora
Steele, desesperado por algo, cualquier cosa para ayudar a Jacquelyn.

La doctora Steele escuchó el corazón de Jacquelyn, y luego destelló una


luz en cada ojo. Apartó las manos de Jacquelyn lejos de su estómago y comenzó
a empujar en ella en diversos lugares, provocando que un grito emergiera. Fane
gruñó pero la doctora Steele no se dejó intimidar.

—Guárdatelo, lobo. No le puedo ayudar si tú esperas que no haya ningún


dolor. —Metió la mano en su bolsillo y sacó algo que Fane no reconoció. La vio
recorrerlo al otro lado de la frente de Jacquelyn y luego observó una pantalla
pequeña a un lado—. Es un escáner térmico para tomarle la temperatura. Está en
40.6 grados centígrados lo que significa que si no logramos que la temperatura
disminuya o bien tendrá un ataque, entrará en coma, o ambos. —La doctora
Steele miró a Vasile—. Voy a tener que llevarla a la UCI. No se permite a nadie
allí, los pacientes están demasiado enfermos para ser expuestos a los gérmenes
que las personas inocentemente podrían traer dentro. ¿Entiendes lo que esto
significa?

Vasile asintió.

—Voy a cuidar de ella.

Vieron como ella pulsó un botón que hizo que una alarma sonara, entonces
todos oyeron pasos desplazándose rápidamente hacia la habitación. Lo siguiente
que Fane supo era que estaba siendo empujado fuera del camino. Decebel y su
padre lo agarraron antes de que pudiera arremeter contra el personal del hospital,
a medida que estos transferían a Jacquelyn en una camilla. Él no podía
concentrarse en lo que la doctora Steele estaba diciendo mientras observaba a su
compañera siendo apartada de él a donde sea que él no pudiera ir… otra vez. Una
151
vez que Jacquelyn se perdió de vista finalmente miró a la doctora.

—¿Qué pasa con ella? —gruñó.

—No lo sé todavía, Fane. Tendrás que ser paciente y dejar que haga mi
trabajo. El hecho de que estés gruñendo y lanzando ataques masivos de Alfa no
ayudará a que Jacque mejore.

Fane se sorprendió por la audacia de la doctora, pero se encontró con que


la respetaba por ello.

—Sólo haga que se sienta bien otra vez. Por favor.

La doctora Steele puso su mano sobre el hombro de Fane.

—Ella va a estar bien. —Dio un paso atrás entonces de modo que pudiera
mirar a todo el grupo hacinados en la pequeña habitación—. Les haré saber tan
pronto como sepa algo. —Y luego se dio la vuelta y se marchó.

La habitación se quedó tranquila, nadie atreviéndose a romper el silencio,


porque entonces tendrían que reconocer el miedo que amenazaba con consumir
a uno por uno. El silencio fue roto por una maldición de parte de Jen.
Todo el mundo se volvió hacia ella y la observó mientras ella luchaba con
la cinta que le sujetaba la vía intravenosa en su lugar.

No estaba prestando atención al hecho de que todo el mundo se centró en


ella.

—Oye, dijo la enfermera idiota número uno, mira esta vía que acabo de
poner en esta chica, ¿crees que he usado suficiente cinta? Por supuesto que no,
dijo la enfermera idiota número dos, tienes que envolver un rollo entero alrededor
de su brazo para que nada menos que un milagro permita que se despegue —
murmuró Jen el diálogo en voz baja cuando finalmente consiguió sacar la cinta
fuera de la vía intravenosa en su brazo—. ¡Por fin! —anunció triunfalmente
mientras sacaba la vía de su brazo, la sangre corrió por su mano. Levantó la vista
y vio a todos mirándola—. ¿Qué? —preguntó. Sus ojos se agrandaron cuando
Decebel comenzó a caminar hacia ella. Él estaba tan cerca que ella tuvo que
estirar el cuello hacia atrás para mirarlo a la cara.

—¿Por qué te sacaste eso? —Su rostro era duro, ilegible.

—Porque si voy a tener que tener un soporte atado a mí, preferiría que sea 152
uno del que pudiera conseguir un cierto uso. Pero como era este soporte en
particular mi compañero constante, debo decir que simplemente no estaba
funcionando para mí. —Jen batió sus pestañas hacia él—. Además, ¿qué diablos
importa? ¿Mi mejor amiga acaba de ser llevada a toda prisa a la UCI y tú estás
preocupado por mi estúpida vía intravenosa?

—Ponla de nuevo. —Sus ojos fulguraban dorados mientras él la aferraba


del brazo.

—Oh, sí, seguro. Ahora mismo me pongo en eso —dijo ella


sarcásticamente mientras quitaba la mano de él alrededor de su brazo.
Prestándole mucho menos atención que si se tratara de un mosquito, lo rodeó
para así poder ver a los demás—. Entonces, ¿cuál es el plan, Vasile? —Oyó el
rasgar de un material y cuando se volvió hacia el ruido vio como Decebel
arrancaba un pedazo de la sábana de la cama y lo llevaba hacia ella. La tomó del
brazo, suavemente esta vez, y envolvió el material alrededor del punto que
todavía estaba sangrando por donde había arrancado su vía intravenosa. Sin decir
una palabra, regresó al lugar en el que previamente había estado de pie, mientras
Jen le veía retroceder.
Vasile respondió como si la escena en particular no hubiera tenido lugar.

—Por ahora tú y Sally se quedarán aquí, y yo voy a poner un guardia en la


puerta. Fane y Decebel permanecerán en la sala de espera de la UCI. Fane —
Vasile miró a su hijo—, no intentarás desafiar lo que la doctora Steele ha dicho.
¿Está claro?

—Como tú digas, así será —respondió formalmente Fane, el cuello al


desnudo en sumisión.

—Bien —continuó—, Alina y Lilly se irán a casa y descansarán. —Lilly


empezó a interrumpir, pero Alina la detuvo con una mano en el brazo y dio un
brusco movimiento de cabeza. Lilly se tragó las palabras que iba a decir.

—Lilly, entiendo que quieres estar aquí por tu hija, pero necesitas
descansar y no lo conseguirás aquí. Confía en mí, ¿de acuerdo? —Vasile esperó
su respuesta antes de continuar.

—Está bien —respondió ella con voz firme.

Vasile miró su reloj, marcaba las 9:30 p.m. 153

—Creo que es hora de declarar la noche. Tan pronto la doctora Steele tenga
información se pondrá en contacto conmigo y todos estarán informados en
cuestión de minutos. —Vasile se volvió para salir y Alina le siguió. Lilly se acercó
a Jen y la abrazó y luego hizo lo mismo con Sally.

—No se preocupe, señora P —le dijo Jen—. Jacque es la persona más


testaruda que conozco. Ella va a estar bien.

Lilly asintió y con los ojos llenos de lágrimas contenidas, se fue también.

Fane les dio a cada una un abrazo también y les dijo que lo llamaran si
necesitaban algo, a lo que Jen le arrojó:

—Creo que Jacque patearía mi trasero si te llamo para lo que necesito. —


Decebel gruñó, pero al menos logró una pequeña sonrisa de Fane. Eso era lo que
Jen había estado pretendiendo lograr. Jen se volvió hacia Decebel y le enseñó la
lengua como una niña caprichosa.

Mientras él y Fane se iban, Decebel se volvió una vez más.


—Ustedes dos. No hagan nada que consideren brillante. El resto de
nosotros lo considerará estúpido. —Cerró la puerta justo cuando Jen arrojó la
cosa más cercana que pudiera tener en sus manos, lo cual pasó a ser la caja de
tampones que Sally había sacado ausentemente, así que naturalmente, los
tampones salieron volando por todas partes.

—Arrrrrgh, lo voy a despellejar la primera vez que lo vea como un lobo y


lo convertiré en una bonita alfombra para poner en frente de la chimenea —gruñó
Jen.

—Um, Jen, no tienes chimenea —señaló Sally.

—Mi chimenea hipotética, Sally. Vamos, ponte al día, ¿quieres?

—Oh, mi error. Olvidé que se supone que debo estar tomando notas de tu
vida hipotética de manera que cuando hagas referencia a ella voy a saber
exactamente de qué mierda estás hablando.

—Bueno, al menos eres capaz de admitir cuando te equivocas. Ese es un


paso en la dirección correcta. —Jen le dio unas palmaditas a su amiga, y luego 154
saltó hacia atrás justo antes de que el puño de Sally pudiera conectar con su
hombro—. Hombre, es bueno no tener ese estúpido soporte pegado a mí.

Sally se sentó en la cama y miró a Jen, su cara ya no juguetona.

—¿Cuál es el plan, Jen? Sé que estás cocinando uno porque eso es lo que
mejor sabes hacer, así que, ¿qué vamos a hacer?

—Colarnos en la UCI, por supuesto —dijo Jen, con toda naturalidad.

—Genial. —Sally sonrió con complicidad y luego escuchó con atención


mientras Jen le explicaba su plan.
Traducido por Mari NC

Corregido por Nanis


omiencen con Vancomicina y Fentanilo intravenoso
veinticinco microgramos en bolo, al sentirse mejor continúen
la infusión a 3 microgramos por hora. Luego cúbranla con
mantas de enfriamiento. Vamos a tratar de bajar su temperatura. Si comienza a
temblar, reemplázalas con mantas regulares. —La doctora Steele estaba dando
órdenes a medida que seguía vigilando la condición de Jacque. No tenía ningún
problema decidiendo sedarla dada la cantidad de dolor que tenía; el hecho de que
sería más fácil trasladarla era sólo un extra.

Mientras que las enfermeras seguían sus órdenes, se metió en una


155
habitación vacía y llamó a Logan. Él contestó al primer timbre.

—Tuve que traerla a la UCI. Tengo que conseguir que se estabilice y luego
sacaré a las enfermeras del camino para que puedas venir y trasladarla —explicó
Cynthia.

—¿Qué quieres decir con estabilizarla? ¿Qué pasa con ella? —La voz de
Logan era baja, y Cynthia no podía decir si era preocupación en su voz o algo
más.

—La sangre humana que se le administró a través de una transfusión está


atacando su cuerpo.

—¿Puedes arregarlo?

—Sí, voy a decirte cómo una vez que estés en tu camino a Denver. Voy a
mandarte un mensaje de texto cuando yo esté lista.

***

Logan oyó la línea cortarse cuando la doctora Steele colgó. No podía creer
que algo estaba realmente mal con Jacque. ¿Era su culpa? No, se dijo, tú no los
hiciste darle la transfusión. Eso fue algo que pasó, una de esas situaciones sin
culpa. Además, la doctora Steele dijo que podía arreglarlo, eso es lo único que
importaba. Jacque estaría bien, y ella sería suya. Se sentó en una silla mientras
esperaba en la oficina de ella por el mensaje de texto que lo llevaría un paso más
cerca de su meta.

* * *

—¿Estás segura de que esto va a funcionar? —le susurró Sally a Jen


mientras caminaban por el pasillo. Habían tenido un golpe de suerte cuando
Skender, el lobo que Vasile puso en la puerta se había apartado para ir al baño.

—Por supuesto que va a funcionar, es mi idea —dijo Jen con confianza.

—Claro, ¿como ese verano que decidiste que sería una buena idea
escaparse e ir a acampar?

—Oye, todo salió bien. Fue sólo un poco de fuego —dijo Jen
descuidadamente.

—¿Un poco de fuego, Jen? ¿En serio? Quemaste tres hectáreas, el maldito 156
departamento de bomberos tuvo que conseguir uno de esos aviones fumigadores
para verter agua sobre ellas, ¿y dices que eso salió bien? —El susurro de Sally era
ahora más un grito susurrado.

—Bien, se salió un poco de control. Esto no es nada como eso. Es una


simple op de entrada y salida.

—¿Acabas de decir op de entrada y salida? —preguntó Sally con sarcasmo.

—Sí, ya sabes, op como operación. Llegamos y nos vamos sin ser


detectadas.

—Oh, bueno, una vez que lo pones de esa manera, no sé por qué siquiera
estaba preocupada. —Sally entornó los ojos, claramente sin conformarse en lo
más mínimo por las palabras de Jen.

Siguieron caminando por pasillo tras pasillo. Todos ellos estaban


empezando a tener el mismo aspecto.

—¿Siquiera sabes dónde está la UCI? —preguntó Sally finalmente.


—No, pero pensé que tendrían las señales con flechas que dijeran “usted
está aquí”, y luego te señalaran el camino en la que tenías que ir. Ya sabes, como
en el centro comercial.

—Lo dice el genio que planeó nuestra op de entrada y salida. —Sally


respiró hondo y soltó el aire lentamente.

Cuando Jen dobló una esquina, vio a un hombre en bata acercándose a


ellas. Antes de que Sally pudiera ser vista la empujó hacia atrás.

—Ve —susurró.

—¿Qué? —jadeó Sally.

—Ve, hay un enfermero o médico viniendo por este camino. Voy a


distraerlo. Sigue como habíamos planeado.

Sally vaciló.

—¿Vas a decepcionar a Jacque, Sally? ¿Dejarla totalmente sola, asustada


en esa habitación desconocida? —Jen sabía que el sentimiento de culpa haría el 157
truco y por supuesto…

—A veces quiero darte un puñetazo en la cara, Jennifer Adams —gruñó


entre dientes cuando se volvió y caminó en la dirección opuesta.

—Yo también te quiero —susurró Jen, y luego añadió rápidamente—: Son


las 11:00 p.m. Ahora, encuéntrame de nuevo en la habitación en una hora y
media. —Sally levantó la mano en reconocimiento, pero siguió caminando.

Sally caminó lo más rápido que pudo por el pasillo y, doblando la esquina,
casi chocó con dos grandes puertas con las letras UCI etiquetándolas. Bueno, pide
y recibirás, pensó mientras empujaba suavemente las puertas para ver si se podían
abrir. No lo hicieron. El optimismo a ultranza nunca le hizo ningún bien a nadie
pero valía la pena intentarlo. Miró a lo largo de las paredes a ambos lados de la
puerta porque se había dado cuenta que muchas de las puertas del hospital
estaban automatizadas con un botón para que no tuvieras que empujarlas para
abrirlas. Al examinar la pared a la derecha de las puertas, los vellos de la nuca de
Sally comenzaron a levantarse. Se sintió como si estuviera siendo observada.
Comenzó a darse vuelta pero antes que pudiera sintió la presión en su cuello, y
luego la oscuridad y el silencio la envolvieron.
Traducción SOS por Mari NC

Corregido por Laurence15

kender estaba de pie en frente de la habitación en la que las amigas


de Jacque se alojaban cuando escuchó el ascensor sonar para
anunciar su llegada. No pudo evitar su instinto natural de asumir
una postura defensiva cuando él estaba protegiendo algo. Cuando nadie salió
inmediatamente del ascensor, su lobo se puso alerta. Olió el aire y agudizó el
oído. Podía oler un humano y oír su respiración.

Había alguien en el ascensor, alguien no consciente por el sonido de su


lenta respiración. Se movió con rapidez antes de que las puertas pudieran cerrarse
y un flujo constante de maldiciones en su lengua nativa comenzó a fluir de su
158
boca al ver a una de las amigas de Jacque de forma inmóvil en el suelo, la que se
llamaba Sally. Rápidamente la tomó en sus brazos y corrió hacia su habitación.
Llamó a la puerta antes de abrir, con la esperanza de que iba a escuchar a la otra,
la bocazas que llamaban Jen, responder. La respuesta fue más fuerte que lo que
las palabras podrían haber sido. Skender había aprendido que a veces el silencio
es el peor tipo de ruido. Abrió la puerta lentamente, sólo para confirmar sus
temores. La habitación estaba vacía.

Llevó a Sally y la depositó en una de las camas, comprobó su pulso y la


observó durante unos segundos para asegurarse de que su respiración era estable.
Entonces, tan silenciosamente como entró, se fue. Al mismo tiempo, el silencio
que llenaba la habitación le gritaba. Una vez en el pasillo debatió una y otra vez
en su mente la posibilidad de ir a buscar a Jen o llamar a Vasile o Decebel y
hacerles saber lo que estaba pasando. Sólo podía imaginar la ira que Decebel
derramaría sobre él. Sus acciones hacia Jen podían no ser evidentes para él, pero
todo el mundo las veía, y si se enteraba de que estaba perdida, destrozaría a
Skender en pedazos. Tal vez pueda esperar sólo un momento para ver si vuelve,
si no entonces entraré en pánico. En el fondo de su mente sabía que debía llamar
a su Alfa, pero el miedo lo contuvo.
***

Jen se giró hacia el hombre que se le acercaba. Al él acercarse, se dio cuenta


que era muy lindo y no mucho mayor que ella. Los dioses traviesos estaban
sonriéndole esta noche.

—Te das cuenta que no se supone que estés yendo a la UCI a esta hora,
¿no? —le preguntó a ella, totalmente sobresaltándola.

—¿La UCI? —dijo Jen estúpidamente.

—Sí, esa es la única cosa en la dirección en la que tu amiga acaba de ir. —


Cuando Jen no respondió pero se quedó allí mirando de atrás y adelante entre la
dirección en la que Sally se había ido y de vuelta al chico guapo, él volvió a
hablar—: Será mejor que yo vaya por ella para evitar que se meta en problemas.
Tienes que dirigirte de nuevo a donde sea que se supone que estás.

La parte sobre él yendo y trayendo a Sally fue lo que finalmente la sacó de


su trance. Jen le tocó el brazo para llamar su atención y cuando él la miró, esbozó
su más seductora y adoradora sonrisa. 159
—Está bien. —Hizo una pausa para mirar su tarjeta de identificación—.
Matt. Me has atrapado. Estaba fuera vagando por el hospital porque estoy
alucinantemente aburrida. Estuve en un accidente de auto y he estado atrapada
en cama y finalmente tengo permitido levantarme y moverme. Así que aquí estoy
yo toda una patética en busca de un buen rato —se detuvo y le guiñó un ojo,
provocando un completo rubor—, en un hospital. ¿Por casualidad no sabes dónde
puedo encontrar un buen rato que tal vez venga con un par de copas? —dijo Jen
con su voz más esperanzadora. El tipo llamado Matt miró a Jen, luego al pasillo
detrás de ella, claramente dividido por hacer lo correcto y lo divertido. Por suerte
para Jen, ella era muy buena en convencer a los chicos para hacer la cosa
divertida.

—Bueno, estoy a punto de terminar mi turno —comenzó, pero Jen lo


interrumpió con un chillido.

—¡Yey! Mira, esto fue el destino. Ibas a dejar el trabajo y estar aburrido, y
yo iba a tener que sentarme en mi cama sola y estar aburrida, pero en cambio nos
encontramos. Bastante impresionante si me preguntas. —Jen le sonrió con
adoración. Envolvió su brazo con el suyo mientras decía—: Lidera el camino,
guapo.
Matt se la llevó a una habitación marcada con «Dietética» en negrita.

—Tenemos cerveza que se mantiene en los pisos para las personas que
entran y son alcohólicos.

—¡Cállate! ¿En serio? —preguntó Jen.

—Sí, aunque los doctores tienen que escribir una prescripción para ello. No
es la mejor pero servirá en un apuro. —Él le sonrió y Jen vio que tenía hoyuelos.
Ella gimió para sus adentros, si tan solo ella no le hubiera entregado su corazón
a otro. Espera, qué demonios, no le había entregado su corazón, ¿en qué estaba
pensando? Matt interrumpió su diálogo interior cuando la tomó de la mano, y
después de haber llenado su mochila con cerveza la sacó de la habitación y siguió
por otro pasillo. Llegaron a una pequeña área de espera escondida en una esquina
donde era prácticamente imposible ver. Matt puso en el suelo su mochila y sacó
dos cervezas. Le entregó una y se quedó con la otra para sí mismo. Jen se sentó
en el sofá de dos plazas y miró a Matt sobre el borde de la lata de cerveza mientras
tomaba un sorbo.

—Entonces, Matt, ¿qué haces exactamente? 160


***

Cuatro horas, 12 cervezas, y dos bolsas de Cheetos después…

Matt estaba sentado en el asiento junto a Jen mientras ella divagaba sobre
hombres lobo y cuán mandones eran. Él pensó que ella debía haber estado
leyendo esos libros de romance paranormal en que las chicas estaban tan
interesadas. Cuando finalmente se detuvo, Matt aprovechó su silencio colocando
sus dedos debajo de su barbilla y girando su rostro hacia él. Los ojos de Jen se
abrieron de par en par cuando empezó a inclinarse hacia ella.

—¿Alguien te ha dicho lo guapa que eres? —le preguntó Matt.

Jen se rió.

—De vez en cuando. —Jen volvió la cabeza, inclinándola ligeramente a


un lado y preguntó—: ¿Qué estás haciendo?

—Voy a besarte —respondió sin rodeos.

—Eh, bueno supongo que está bien. Es por Jacque, después de todo.
Matt lució confundido por su declaración, pero ella no estaba negándose,
así que él lo tomó como si estuviera claro. Se inclinó el resto del camino y
presionó sus labios en los de ella con firmeza. Jen se acercó a él y le permitió
separar sus labios con su lengua. Este beso duró varios segundos, pero Jen se
apartó bruscamente cuando sintió la mano de Matt deslizándose bajo el
dobladillo de su camisa y rozar su piel.

—Oh, no creo que esté lo suficientemente borracha para eso, muchachote


—bromeó.

—No puedes culpar a un hombre por intentarlo cuando hay una hermosa
chica sentada junto a él, ¿verdad? —Matt le guiñó un ojo.

Jen se levantó entonces y habría caído si Matt no la hubiera estabilizado.

—Vaya, el suelo está mojado. Eso no puede ser seguro. Probablemente


deberías decirle a alguien que lo supervise —le dijo mientras continuaba tratando
de mantenerse en pie.

—Ajá. Jen, creo que es hora de que te lleve de vuelta a tu habitación. 161
—Habitación, habritación, me estoy divirtiendo. ¿No te estás divirtiendo,
Matty? —Sorprendentemente, Jen borracha todavía era capaz de coquetear.

—Definitivamente me estoy divirtiendo, pero no quiero que alguien se


preocupe por ti si van a tu habitación y te has ido. Vamos, señálame la dirección
correcta y le acompañaré con seguridad, mi señora.

—Oooh, eres mi caballero con brillante armadura. —Jen se rió.

—Así es, hermosa. —Matt sonrió y envolvió su brazo alrededor de su


cintura para ayudarle a sostenerla, y comenzó a caminar con ella en la dirección
que señalaba. Ella deambuló todo el camino y cuando por fin se acercaron, Matt
se congeló al ver a un gran hombre de pie delante de la puerta que indicaba, con
los brazos cruzados sobre un pecho ancho. Matt tragó saliva mientras seguía
adelante.

—¡Hola! —Jen hizo señas al hombre y se rió cuando él levantó un labio


hacia ella y gruñó.

Matt dejó de moverse hacia adelante, y cuando Jen se dio cuenta que estaba
nervioso, ella salió de su agarre y señaló:
—Matty, no te pongas nervioso, ese es sólo Splender. —Se dio la vuelta y
lanzó un beso al hombre—. Sólo está de mal humor.

Jen siguió adelante y cuando alcanzó al hombre, ella sonrió grande y le dio
un abrazo, el cual parecía extraño porque el hombre se quedó tieso como una
tabla.

—Oye, Splender, ¿cómo has estado? —dijo Jen mientras renunciaba a su


agarre sobre él.

—Es Skender —gruñó él—, ¿y qué estás haciendo con eso? —Skender
señaló a Matt con un gruñido digno de Decebel.

—Oh, ese es Matty. Él es mi nuevo amigo, ¿no Matty?

—Uh, bueno, sí. Pero sólo amigos, hombre, y yo sólo quería asegurarme
de que regresara bien, así que me voy entonces. Adiós, Jen. —Matt habló
rápidamente y comenzó a retroceder. Él le dio un último saludo y se volvió de
prisa en su camino.

Skender volvió la mueca hacia Jen. 162

—Es mejor que vuelvas allí dentro antes de que Decebel descubra que te
fuiste con un tipo.

—Oh, Slender, deja de ser un angustiado preocupado. —Jen se tambaleó


hacia delante y Skender la atrapó. Se estiró hacia atrás y giró el pomo de la puerta
de su habitación, empujándola suavemente adentro.

—Vete a la cama y no te metas en problemas —gruñó de nuevo.

—¿Qué pasa con ustedes los lobos y su estado de ser mandones? Se pone
viejo, ya sabes. Oye, Spender, ¿la habitación está girando o tú estás girando? Si
eres tú, ¿podrías quedarte quieto? —Jen estaba tambaleándose sobre sus pies.

Skender tomó su mano y la llevó a la cama más cercana.

—Él va a rasgarme la garganta con sus manos —dijo, murmurando en voz


baja mientras la depositaba en la cama y dio un paso atrás.

—Nah, él no va a rasgar tu garganta. —La embriaguez de Jen no le evitó


comprender de que estaba hablando de Decebel, aunque sus palabras fueron muy
mal pronunciadas—. No va a ser tan rápido al respecto. Jesús, Snipper. ¿No lo
conoces mejor que eso? Cuando está en modo de oso gruñón quiere infligir dolor.
Lo veo cada vez que me mira en inspección, espera, eso no está bien. Cuando
mira a mi… bueno lo que sea que termina en “ción”. El punto es el dolor. Bien,
ahora deja de girar.

Skender se dirigió a la puerta para salir, pero se volvió antes de cerrar la


puerta tras de sí.

—¿Vas a estar bien?

Jen le dio un pulgar en alto.

—Estoy mejor que bien, Spenster. Estoy fantabulísima. —Skender negó


con la cabeza mientras cerraba la puerta.

Jen se puso de pie y se tambaleó hacia la pila de ropa tirada en la otra cama.
Por alguna razón, una ducha parecía una idea espléndida. Al llegar a su ropa, ella
notó un bulto bajo las sábanas. Se inclinó hacia delante y empujó el bulto, hubo
un gruñido y luego nada más. Bueno, pensó, es un bulto, y aunque probablemente
debería investigar, ella se figuró que el bulto seguiría allí cuando terminara con su 163
ducha. Asintiendo, se dirigió a la ducha… sin la ropa que había recogido y dejado
mientras empujaba el bulto.
Traducido por Isa229

Corregido por Laurence15

ane se paseó por la sala de espera de la UCI mientras Decebel y


Vasile jugaban a las cartas. Miró en su dirección y gruñó.

—Fane, no es que no nos importa, pero este espacio se haría


bastante pequeño si los tres de nosotros estuviéramos paseándonos, y las cartas
mantienen nuestras mentes ocupadas. Así que mantén tus gruñidos para ti mismo
—gruñó Vasile de regreso.

—Es sólo que me está volviendo loco —admitió Fane—. La espera


constante, el no saber. No puedo captar ninguno de sus pensamientos, está 164
poniendo a mi lobo muy inquieto.

—La doctora la debe haber sedado, lo cual es una buena cosa ya que ella
estaba con mucho dolor. Ella estará bien, Fane. Sabes que haré lo que sea que
está en mi poder para mantenerla sana y salva.

—Lo sé, gracias —dijo Fane a su padre.

***

El teléfono de Logan vibró, indicándole que tenía un mensaje de texto. Él


lo tomó y miró a la pantalla iluminada.

Ven al 4to piso. Usa el elevador del personal para evitar la sala de espera,
abriré las puertas.

Logan se levantó y puso su teléfono en el bolsillo de la bata que la doctora


Steele había dejado para él. Agarró las llaves del auto que la manada de
Coldspring le había prestado y se dirigió hacia el cuarto piso. No pudo evitar estar
nervioso con Vasile y sus lobos todavía en el hospital. Cuando las puertas del
ascensor sonaron y se abrieron, salió e inmediatamente se congeló. Una de las
amigas de Jacque estaba parada delante de las puertas que tenían la palabra UCI
en ellas, tratando de encontrar una manera de abrirlas. Si ella estaba tratando de
colarse, estaba muy asquerosamente equivocada en ello.

Él se movió sigilosamente detrás de ella, su lobo ayudándolo a ser


silencioso mientras acechaba a su presa. Justo cuando la chica estaba a punto de
voltearse, Logan puso sus manos en el punto entre su cuello y hombro, y lo
apretó. Ella se desplomó como una casa de naipes. Él la cogió antes de que
golpeara el piso y la única cosa en la que pudo pensar en hacer fue ponerla en el
elevador y golpear el botón que la llevaría devuelta a su piso y esperar que ella
estuviera bien. Colocó su cuerpo flojo en el piso del elevador y presionó el botón
de su piso y miró mientras las puertas se cerraban. Eso era un imprevisto que él
no había estado esperando, pero no podía preocuparse por eso ahora. Él caminó
de regreso a las puertas de la UCI y escuchó un timbre y las puertas se abrieron.

Directamente delante de él estaba la estación de enfermeras, un escritorio


circular les daba una clara vista de cada habitación acristalada. La doctora Steele
estaba esperando en la puerta de una habitación directamente a su derecha.

—Ella está fuertemente sedada. La tengo conectada a un goteo intravenoso


165
para mantenerla sometida. También supuse que como ella tendría que tener fijada
la intravenosa si ésta se detiene, tendríamos que tener una razón para estar
sacándola del hospital, así que falsifiqué documentos de transferencia a la unidad
de quemados en el Hospital de Niños en San Antonio. No es del todo creíble pero
nos comprará algo de tiempo si nos detectan.

Logan estaba impresionado con la previsión de la doctora.

—Gracias.

—Sólo terminemos con esto —gruñó ella. Logan se preguntó si la buena


conciencia de la doctora estaba fastidiándola. Pensó en recordarle acerca de lo
que Fane le había hecho a su hermano, pero decidió que sería mejor mantener su
boca cerrada, llegar a Jacque, e irse. La doctora Steele había llevado una camilla
en la pequeña habitación, justo a la derecha contra la cama en la que Jacque
estaba recostada. Logan pensó que se veía pálida, incluso con su piel rosada en
proceso de curación.

—Necesito que agarres ese extremo de la sábana y a mi cuenta, jales. La


deslizará suavemente —estaba diciéndole la doctora Steele mientras miraba a la
mujer que él había elegido como su compañera.
Logan agarró el extremo como se le instruyó y jaló suavemente a la cuenta
de tres de la doctora. La cubrió con una manta hasta el cuello y la doctora Steele
colocó una máscara de oxígeno en su rostro. Ella dijo que era sólo para ayudar a
que fuera más difícil de identificar a Jacque. Empezaron a rodar la camilla fuera
y a Logan le impresionó entonces que ahí no hubiera nadie más alrededor.

—¿Dónde están las enfermeras?

—Solo hay dos enfermeras en la UCI por la noche y envié a una a buscarme
unos antibióticos de la farmacia, y a la otra a mi oficina para que me consiga mi
teléfono.

—Pero tienes tu teléfono —dijo Logan antes de pensar.

—Sí, pero ella no sabe eso, ¿cierto? Ahora apresúrate antes de que ellas
vuelvan —le dijo ella mientras empujaba la puerta hacia la habitación en que
Jacque había sido encerrada. Ellos empujaron la camilla por las puertas contrarias
a las que Logan había llegado. Los llevó directo hacia un elevador que tenía las
puertas abiertas sostenidas por una gran papelera de acero. La doctora Steele
estaba delante del juego, a Logan le gustaba eso. Mientras se montaban, el sonido 166
de la música del elevador se filtró por los altavoces y a pesar de que la música
pretendía ser calmante, estaba irritando los nervios de Logan, y él solo quería
arrancar los altavoces. Cálmate, se dijo, ya casi termina.

Las puertas del elevador se abrieron y empujaron la camilla por un pasillo


con chillones luces fluorescentes que brillaban contra las paredes blancas y pisos
de linóleo blanco. Logan podía escuchar los sonidos emanando del final del
pasillo. La sala de urgencias, pensó. Giraron hacia la derecha y rápidamente
rodaron la camilla lejos del ruido. El pasillo parecía durar para siempre, a pesar
de que Logan sabía que realmente no era tan largo. En ese momento, empujando
la camilla con Jacque en ella hasta cinco metros serían muy largos.

Justo cuando él pensó que tendría que despegar a toda velocidad,


estuvieron finalmente delante de las puertas que los llevarían hacia el auto que él
tenía esperando por ellos. La doctora Steele presionó un botón en la pared y las
puertas se abrieron automáticamente.

Logan había estacionado la camioneta directamente a la izquierda de las


puertas, y mientras ellos maniobraban a Jacque por encima de la puerta trasera
del lado del pasajero, Logan se dio cuenta que con Jacque enferma, las cosas sólo
se volverían mucho más complicadas, así que tomó una decisión a medio
segundo. Cuando la doctora Steele caminó hacia su extremo de la camilla para
así ella poder obtener la bolsa de intravenosa y colgarla en el gancho de ropa en
la parte superior de la ventana del asiento de atrás, Logan la agarró por el cuello.
Ella se congeló mientras sentía las garras de Logan perforar su piel, un hilillo de
sangre se deslizó por su garganta.

Ella no sabía qué diablos estaba tramando Logan, pero supo que su trabajo
en este juego había cambiado, y no para su beneficio.

—No puedo manejar todas estas medicinas para Jacque, así que hasta que
me digas qué necesito hacer para que mejore vienes con nosotros —gruñó Logan
por lo bajo, sus ojos comenzando a brillar.

Su loba naturalmente quiso rendirse, pero ella sólo quería escupirle en la


cara. Ella miró hacia abajo a Jacque. La chica de verdad estaba muy enferma y
no mantenía ninguna mala voluntad contra ella, sólo pasó a estar atrapada en el
fuego cruzado. Una vez más para justificar sus acciones, y aliviar su conciencia
culpable, cumpliría con Logan.
167
—De acuerdo, iré contigo. Pero tan pronto como te haya enseñado qué
necesitas hacer para curarla, me voy, ¿entendiste?

Logan le dio a su cuello un apretón más por si acaso.

—Ya veremos, doc —le dijo, su mirada prometiendo represalias si ella no


mantenía su final del trato.

Cargaron a Jacque en el asiento trasero. Ella colgó la bolsa de intravenosa


del gancho de ropa encima de la ventana, luego subió en el lado del pasajero
tomando una profunda respiración y soltándola lentamente. En qué me he
metido, pensó Cynthia para ella misma. Observó a Logan empujar la camilla de
vuelta a la acera, no molestándose en llevarla de nuevo al hospital.

Él caminó hacia el lado de la puerta del conductor y subió al vehículo. Sin


una palabra encendió la camioneta, la puso en marcha y se deslizaron en la noche
mientras el compañero de Jacque esperaba en vano escuchar las noticias de su
bienestar. Cynthia no podría haber detenido la lágrima que se deslizó por su
mejilla así ella hubiera querido.
Traducido por Debs y Flochi

Corregido por Laurence15

ally despertó atontada. Le tomó un momento orientarse, pero


entonces recordó que estaba en el hospital debido a que Jen y Jacque
se estaban recuperando del accidente. Se llevó las manos a la cabeza
y gimió, su cabeza se sentía como si estuviera abierta. Cuando se puso de pie
lentamente, notó el canto que venía del cuarto de baño. Miró a su alrededor y se
dio cuenta que Jen no estaba en su cama, y luego recordó que Jacque estaba muy
enferma y en la UCI. Miró el reloj de la pared y vio que indicaba las 5:00 a.m.
Caminando hacia la puerta del baño, trató en vano de recordar lo que había
sucedido la noche anterior. Se rindió y llamó a la puerta. Como el canto continuó 168
y nadie le respondió, abrió de forma experimental para ver si estaba cerrada con
llave. Lo estaba. Presionó la oreja en la puerta y reconoció entonces que era Jen
la que cantaba. Presionando más de cerca, se esforzó para escucharla.

—Eres tan hipno-algo, podrías ser el diablo, podrías ser un ángel, tu tacto
es algo bueno, se siente como ir flotando, deja mi cuerpo resplandeciente.

—¿Katy Perry? Está cantando Katy Perry en el cuarto de baño del hospital.
Justo cuando crees que lo has visto todo —murmuró Sally. Llamó a la puerta de
nuevo. Todavía sin respuesta, por lo que comenzó a golpear. Luego, estaba
golpeando y gritando—: ¡JEN! ¡ABRE LA MALDITA PUERTA! —No lo
sabrías, pero empezó a cantar más fuerte. Por qué no me sorprende, pensó.

—Dicen que tengo miedo, no eres como los demás, hombres lobos
futuristas con ADN diferente, les gusta comandarte —continuó Jen.

—¡No puedes al menos usar las palabras correctas si vas a hacerlo tan
apestosamente fuerte!

Justo cuando Sally iba a reanudar su, hasta ahora infructuoso, golpeteo, la
puerta de la habitación del hospital se abrió de golpe.
Se volvió hacia el posible intruso.

—¿Por qué ustedes jodidos lobos nunca tocan? ¿Alguna vez se les ha
ocurrido que podríamos estar desnudas aquí?

Decebel al menos tuvo la decencia de parecer avergonzado.

—Pido disculpas. Oí golpes y gritos. ¿Está todo bien? —preguntó, mirando


alrededor de la habitación. Antes de que Sally pudiera responder volvió a
hablar—: ¿Dónde está Jen?

Antes de que pudiera responder, ambos oyeron a Jen.

—Bésame, bb-bbésame, inféctame con tu amor, y lléname con tu veneno,


tómame, tt-ttómame, quiero ser tu víctima, lista para ser secuestrada chico, eres
un hombre lobo, tu toque es tan peludo, sobrenatural, extra-hombre lobo —cantó
Jen tan fuerte como pudo.

Sally estaba sacudiendo la cabeza con incredulidad.

—Esto va a ser bueno. Quiero decir, en realidad podría estar avergonzada 169
cuando se entere de que has oído todo eso.

Decebel ladeó la cabeza como si estuviera escuchando algo, entonces él


olfateó el aire y tomó una respiración profunda.

—Huelo alcohol. ¿Han estado bebiendo? —preguntó Decebel con


incredulidad.

—¡Por supuesto que no! —dijo Sally evidentemente ofendida.

Decebel no reconoció su respuesta, pero continuó haciendo preguntas:

—¿Por qué estabas golpeando la puerta?

—Está cerrada y Jen no me contesta. Es como si no me oyera.

—Así que, ¿podría estar borracha y estar tratando de tomar una ducha? —
preguntó Decebel con escepticismo.

—Eso. Podría ser. Algo muy malo, ¿no? —soltó Sally las palabras a mala
gana.
Decebel ya estaba en acción. Estaba golpeando la puerta con tanta fuerza
que las bisagras temblaban. Fuerza de hombre lobo, debe ser agradable.

—¡JENNIFER, ABRE LA PUERTA! —gritó.

Hubo una pausa en el canto y todo lo que oyeron fue el agua de la ducha.
Ambos contuvieron la respiración esperando su respuesta. Un golpe, dos golpes.

—¿Toc, toc? —la escucharon preguntar.

—Jen, abre la puerta. Esto no es gracioso —intentó Sally.

—Jen, abre la puerta, esto no es gracioso, ¿quién? —repitió Jen y se rió.

—Está bien —dijo Sally a Decebel—. Tienes razón, está borracha.

—Jennifer, quiero que te alejes de la puerta —le dijo Decebel.

—¿Qué vas a hacer, Decebel? —le preguntó Sally con aprensión.

Decebel no le respondió, en cambio, apoyó las manos a cada lado de la


puerta, impulsó la pierna hacia atrás y pateó duro. La puerta no se resistió en 170
absoluto, se astilló cuando su pie la golpeó y luego se abrió. Vapor salió del baño
como un ser vivo, deslizándose alrededor de Decebel, pareciendo empujarlo
hacia Jen. Él empezó a entrar, pero antes de que pudiera poner un pie sobre la
jamba de la puerta, Sally le agarró del brazo.

—Oye, amigo, ella podría estar desnuda allí dentro, así que espera aquí. Si
te necesito, te llamaré.

—Tienes razón, voy a esperar aquí. Pero date prisa —cedió Decebel.

Sally entró al vapor. Jen estaba de pie en la ducha, bailando con la música
que Sally no podía oír hasta que Jen decidió compartirla, claro está.

—Hay un decibel, en otro nivel, chico, eres mi hombre lobo de la suerte,


quiero caminar en tu misma onda, y estar ahí cuando vibres, por ti arriesgaría
todo. Pero tú no eres una opción, quiero ser una víctima, lista para la objeción, y
no me acuerdo de las palabras, algo sobre veneno. Eres un alien, espera me refiero
a un hombre lobo, déjame ver tus patas peludas, no sé lo que rima con patas. —
Todo esto iba con la canción de Katy Perry, E.T. Caramba, va a estar tan
malditamente avergonzada cuando le diga que cantó sobre Decebel y sus patas.
Sally se echó a reír a carcajadas sólo con pensarlo. Jen se volvió al oír la voz de
Sally. Ella vio más de Jen de lo que necesitaba en toda su vida.

—¡SALLY! —Que en realidad salió más como “Selly”—. Hola nena, que
te pareció mi canto, bastante bien, ¿verdad? Tú serás mi respaldo, el Sonny de mi
“Chair”, o como el, um. —Jen sacudió la cabeza, tratando de llegar a una
combinación adecuada, cosa que no hizo—. Como el ojo negro a mis guisantes.
—Jen se rió y casi se cayó.

Sally saltó hacia adelante para atrapar a su amiga y evitar que se rompa el
cráneo.

—¡Mierda! Jen, quédate quieta.

—¿Está todo bien? ¿Tengo que entrar ahí dentro? —La voz elevada de
Decebel llamó la atención de Jen.

Genial, justo lo que necesitaba Sally, una chica borracha, caliente y


desnuda persiguiendo a un hombre lobo.

—¡No! 171

—Oooh, ¿trajiste un chico a casa, Sally? —Sally y Jen hablaron al mismo


tiempo.

Por supuesto, ahora Jen estaba ansiosa por salir de la ducha, ahora que
Sally estaba completamente empapada. Jen se soltó de Sally y se dirigió hacia la
puerta del baño rota… desnuda… como en sin ropa. Sally estaba deslizándose,
tratando de alcanzarla. No iba a lograrlo.

—¡DECEBEL! ¡Entrando chica loca, borracha, y desnuda! —gritó Sally


tan fuerte como pudo.

Al segundo después oyó a Decebel decir algo que sonaba curiosamente


como maldiciones rumanas y a Jen decir:

—Oooh, eres jodidamente caliente, como en c-a-l… —Jen estaba tratando


de deletrear caliente, es obvio que no iba a suceder.

Sally finalmente logró salir del cuarto de baño, el agua goteaba de ella.
Imaginó que se parecía a un enojado gato mojado. Decebel había envuelto una
de las sábanas de la cama alrededor de Jen, quien estaba en ese momento tratando
de tantearlo.

—¿Nos conocemos? —preguntó ella—. Porque si no lo hacemos, entonces


deberíamos, y por conocernos me refiero a besarnos. —Decebel estaba
valientemente tratando de mantener las manos de Jen en áreas apropiadas. Sally
supuso que debería ayudar, pero esto era demasiado bueno para dejarlo pasar. Se
acercó a su mochila y sacó su teléfono.

—¿Qué estás haciendo? —La voz de Decebel sonaba incrédula.

—Estoy filmando esto. Es demasiado bueno para dejarlo pasar. Jen va a


tener un ataque al maldito corazón cuando esté sobria y voy a tenerlo todo en
vídeo. Será como un regalo de Navidad que sólo seguirá entregándose. Cada vez
que necesite que me recoja, sólo voy a encender el vídeo de Jen borracha y
chiflada, ¡tanteando a un hombre lobo que no tiene ni idea de cómo manejar una
adolescente cachonda y borracha! Esto es como el mejor regalo de mi vida,
alguien en la galaxia me ama. —Sally se estaba riendo en el momento en que
había terminado de hablar.
172
Decebel, sin embargo, no lo estaba.

Jen se volvió para mirar a Sally como si acabara de darse cuenta por
primera vez que estaba en la habitación.

—¡Sally! Mira. —Jen intentó susurrar como si Decebel no pudiera


escucharla, pero salió más como un grito ronco—. ¿Cómo se llama? ¡Es tan
delicioso!

—Jen, ése es Decebel, ¿recuerdas? ¿Miembro de la manada de hombres


lobo de Fane? —Sally miró a Jen por cualquier reconocimiento.

Jen estaba estudiando a Decebel de cerca, tenía sus manos sobre su cara.
Luego le pasó los dedos por el cabello, muy de cerca, sin dejar de mirarle a la
cara.

—Hmm, como que parece familiar, ahora que lo dices… —Siguió


estudiándolo, girando la cabeza de lado a lado.

Decebel miró a Sally como buscando instrucciones.

La inspiración la golpeó.
—Dile algo mandón a ella. —Sally sonrió ingeniosa.

Decebel le gruñó, ella se encogió de hombros.

—Está bien, sé el primer hombre lobo violado por una adolescente


borracha. Lo que quieras, colega, es tu reputación.

Decebel agarró las manos de Jen y la miró directamente a los ojos.

—Jennifer, ve y vístete. Ahora. —Su voz era tan fría y firme como siempre.

Jen se congeló, y luego se rió cuando dijo:

—Decebel. Oh sí, te conozco. Eres tan caliente cuando eres mandón. —


Genial, pensó Sally mientras ponía los ojos en blanco, la Jen ebria piensa que
Decebel es sexy cuando es mandón, qué agradable.

Para sorpresa de Sally y Decebel, Jen finalmente cedió.

—Está bien, voy a ponerme algo de ropa. Pero sólo porque lo solicitaste
tan amablemente. —Jen comenzó a desenvolverse de la sábana y estaba casi
desnuda de nuevo cuando Decebel se dio cuenta que tenía la intención de vestirse
173
allí mismo, delante de él. Se movió más rápido de lo que nunca lo había hecho
antes y fue directamente hacia el baño.

—Dime cuando esté vestida —le dijo a Sally.

—Entendido, amiguito —dijo Sally sarcásticamente.

—¿Crees que le gusto? Creo que me gusta, pero no debería… —La voz de
Jen sonó como una niña herida. Oh no, Jen estaba yendo de borracha tonta a
borracha triste. Los borrachos tristes son los del peor tipo.

—Jen, mírame —dijo Sally en la voz más severa que pudo reunir—. ¿Por
qué crees que te gusta Decebel?

La cara de Jen quedó en blanco, luego sonrió.

—¿Por qué crees que me gustaría Decebel, tontita? Es mandón, frío,


insoportable, gruñón, prepotente, delicioso, sexy, fuerte y alto.

—Um, Jen. —Ella chasqueó los dedos en la cara de Jen, la cual se había
desconectado completamente mientras continuaba con su descripción de
Decebel. Esto era malo, demasiado, malditamente malo. Jen tenía un
enamoramiento por un hombre lobo que nunca podría tener. Maldición, pensó
Sally, ¿por qué no puede ser como las otras chicas y gustarle el capitán del equipo
de fútbol, o incluso un mugriento rebelde de la secundaria? Pero no, ella tenía que
enamorarse de un hombre lobo.

La voz de Jen fue suave.

—No es importante, él no es una opción. —Ella volvió al otro extremo del


espectro de los borrachos y estaba girando en círculos con los brazos extendidos,
cantando—: Él no es una opción. —Una y otra vez en la misma canción que
había estado cantando antes. Sally sujetó a Jen y la ayudó a vestirse y luego gritó
para que Decebel se uniera a ellas nuevamente. Cuando él volvió a entrar a la
habitación, Jen inmediatamente se acercó e inclinó sobre él, mirándolo pensativa.
Él se acercó a la cama mientras Jen continuaba pegada a él. Cuando ambos se
sentaron, él miró a Sally.

—Entonces, ¿qué sucedió exactamente anoche?

Sally cerró los ojos y se frotó la cara con fuerza con ambas manos,
intentando en vano de recordar lo que pasó pero había un espacio en blanco en 174
su mente.

—No lo recuerdo, Decebel —respondió honestamente.

—Bien, ¿qué es lo último que recuerdas?

—Jen y yo habíamos decidido colarnos en la UCI para ver a Jacque.


Vagamos por todo el hospital hasta que casi fuimos atrapadas por un sujeto en
bata. Jen hizo que me fuera sin ella y dijo que se quedaría y distraería al sujeto.

Decebel gruñó.

—¿A qué te refieres con que ella estaba con un sujeto? —Bajó la mirada
hacia Jen para preguntarle sobre ello, pero ella estaba dormida, su cabeza
apoyada contra el brazo de él. Decebel la acostó suavemente y subió sus piernas
sobre la cama, luego la cubrió con las mantas. Volvió a darse la vuelta hacia Sally
y la inmovilizó con su mirada—. ¿Qué demonios estaban pensando? ¿No dije
específicamente que no hicieran nada estúpido?

A Sally le quedó claro que nada que pudiera decir calmaría al hombre lobo
enfadado frente a ella, por lo que ni siquiera lo intentó.
—Mira, Jacque es nuestra mejor amiga, está sola en una habitación con
tubos y mierdas pegadas a ella, está sufriendo, y tiene miedo. No íbamos a dejarla
allí sola.

—Entiendo eso, pero pudieron haber pedido ayuda en vez de intentarlo


ustedes solas —le dijo Decebel.

La mandíbula de Sally se abrió, desconcertada por lo que acababa de


escuchar.

—¿Estás diciendo que nos habrías ayudado?

—No voy a decir que no las habría intentado convencer de lo contrario,


pero conociendo a ésta —señaló con su cabeza en dirección de Jen—, no habría
cedido. Por lo tanto sí, las habría ayudado.

—Vaya. Bueno, la próxima vez que queramos romper algunas reglas


definitivamente reclutaremos tu pericia.

—Bien, ¿ahora recuerdas algo más? ¿Lograste entrar a la UCI? ¿Recuerdas


regresar a tu habitación? —Decebel lanzó pregunta tras pregunta a Sally. 175

—Espera, Dec. Déjame pensar —le dijo Sally, levantando ambas manos
en un esfuerzo por detenerlo—-. Recuerdo estar parada frente a las puertas de la
UCI y estaba intentando descubrir cómo abrirlas y luego… —Sally frunció el
ceño, esforzándose por recordar lo que había sucedido.

—Espera, ustedes se escaparon de Skenker, ¿cierto?

Sally asintió y observó como Decebel se levantaba y caminaba a la puerta.


Asomó la cabeza y le escuchó pedirle a Skender que entrara. Skender entró, sus
hombros caídos, y Sally pudo decir que estaba preparándose para ser masticado
por el Beta de su manada.

—Skender. —La voz de Decebel fue baja y exigía la verdad—. ¿Podrías


explicarme cómo dos adolescentes fueron capaces de escaparse de ti?

Skender miró a Sally y luego a Decebel.

—Debe haber sido cuando fui al baño. No me fui mucho tiempo, y la


habitación estaba tan silenciosa que pensé que se habían quedado dormidas. —
Skender se tropezó con sus palabras mientras el miedo emanaba de él.
—¿Por qué no me llamaste y pediste que viniera y te relevara?

—No lo sé, Decebel. No pensé que intentarían hacer algo.

Decebel resopló.

—¿No has estado cerca de estas chicas durante el mes pasado?


Seguramente has notado que son un imán para los problemas.

—Oye, no hay necesidad de estar odiándonos. —Sally frunció el ceño.

—Decir la verdad no es odiar, como lo llamas, es sólo declarar un hecho


—le informó Decebel.

—Bien, así que sabemos cómo se fueron, ahora tenemos que saber cómo
regresaron. —Decebel fulminó con la mirada a Skender—. ¿Por casualidad
estabas en tu puesto cuando las chicas regresaron?

—Sí, estuve aquí ambas veces —respondió él, no menos nervioso que
antes.

—¿A qué te refieres con ambas veces?


176

—Me refiero a ambas veces. No llegaron juntas a la vez —explicó


Skender—, llegaron por separado. Sally fue la primera en volver.

—No recuerdo volver —le dijo Sally.

—Bueno, no esperaría que lo recordaras. Estabas desmayada en el


ascensor.

Sally jadeó y se cubrió la boca. Decebel no dijo nada, sólo esperó a que el
lobo siguiera.

—Las puertas del ascensor se abrieron y nadie salió, por lo que me acerqué
corriendo antes de que pudieran cerrarse para ver si alguien estaba dentro, y ahí
estaba en el suelo del elevador. Así que te recogí y puse de nuevo en la cama. Ahí
es cuando me di cuenta que Jen también se había ido. —Skender se estremeció
ante el bajo retumbo proveniente de Decebel.

—Dime, ¿por qué no me llamaste en este punto, Skender? ¿No crees que
fue algo relevante que encontraras inconsciente a Sally en el ascensor y Jennifer
perdida? —Para cuando Decebel terminó de hablar, estaba paseándose por la
habitación, pareciendo estar a punto de estrangular al pobre lobo.

—Debería haberte llamado ahí mismo, pero decidí esperar y ver si Jen
volvía por si sola. Si no regresaba pronto iba a llamarte. Ahora veo en
retrospectiva que no fue la mejor idea.

—¿Eso crees? —preguntó Decebel—. ¿Cuándo regresó Jennifer? —gruñó.

—Regresó hace una hora en compañía de un sujeto en bata que ella dijo se
llamaba Matty. Estaba bastante borracha cuando le pregunté por el hombre. Él se
asustó y apresuró a irse. Entonces ayudé a Jen a regresar a su habitación y he
estado sentando allí afuera desde entonces —terminó Skender.

Sally estaba convencida de que si él estuviera en su forma de lobo estaría


escondiendo el rabo entre las patas. Por otra parte, cuando miró a Decebel y la
obvia ira contra la que luchaba, Sally tuvo que admitir que se sentía con ganas de
esconderse también.

Decebel miró finalmente a Skender. 177


—Puedes irte.

Skender soltó un suspiro que Sally no pensó ni por un instante que él se


hubiera dado cuenta que estaba conteniendo. Se dio la vuelta para irse pero antes
de lograr salir por la puerta Decebel le dijo:

—Skender, no olvidaré esto, y lo resolveremos una vez que todo lo demás


se haya solucionado. ¿Entendiste?

—Sí, Beta. —Y luego cerró apresuradamente la puerta.

Sally podía sentir el enojo saliendo de Decebel, era casi tangible.

—¿Estás bien? —le preguntó ella.

—No estoy realmente seguro en este momento —contestó honestamente.

—Bueno, tal vez deberías tomarte un descanso. Jen no está despierta para
que le gruñas y no tiene sentido gruñirme ahora cuando vas a volver a hacerlo
cuando ella despierte.
—Esa probablemente es una buena idea. Sin embargo, te lo aviso Sally, un
descanso no enfriará mi temperamento. Bien podría ser peor mientras tengo
tiempo de pensar en todas las posibilidades de la pequeña aventura de Jennifer.

—Bueno, bien, no te preocupes por eso ahora. Quiero decir, ella


obviamente apareció completamente vestida. Skender no mencionó que
apareciera despeinada o algo así, así que puedes asumir que ella no dejó que este
sujeto Matt la desflorara.

—Sally, no estás ayudando. —Decebel se giró lejos de ambas chicas,


respirando hondo y exhalando lentamente—. Mira, voy a comprobar a Fane y
ver si ha escuchado algo desde que me fui. Por favor, no dejes esta habitación
hasta que regrese. ¿Crees que puedes manejar eso?

—Seguro, Decebel, dado que lo has pedido tan amablemente —respondió


Sally, su voz llena de sarcasmo.

178
Traducido por Helen1

Corregido por LizC

uando Decebel entró en la sala de espera, Fane y Vasile estaban


discutiendo el hecho que desde que Jacquelyn había enfermado la
situación con Dillon había cambiado.

—¿Cómo están Sally y Jen? —le preguntó Vasile a su Beta.

Decebel se sentó en una silla frente a ellos y se pasó las manos por el cabello
en señal de frustración.

—Nunca vas a creer en lo que esas dos se metieron ayer en la noche.


179
—¿Qué han hecho las dos alborotadoras esta vez? —preguntó Vasile.

—Se les ocurrió la brillante idea de colarse en la UCI para ver a Jacque,
pero su plan no se llevó a cabo muy bien, si te lo puedes imaginar. Sally terminó
inconsciente en el ascensor sin recordar lo que pasó y Jennifer estaba
completamente borracha después de haber pasado la noche con algún idiota
llamado Matty. —La voz de Decebel había caído a un tono mortalmente bajo
ante la mención de Jen.

Vasile dejó escapar un lento suspiro antes de responder:

—¿Están las dos en una sola pieza?

—Sí, Alfa. Jennifer está durmiendo su noche loca en estos momentos y


Sally está con ella.

Fane miró a Decebel y luego a su padre, con el ceño fruncido, pensando.

—¿Por qué habría Sally de estar inconsciente en el ascensor? —Fane tuvo


un sentimiento de inquietud y su lobo se agitó, algo andaba mal, pero no sabía lo
que era. De repente, la urgencia de tener noticias sobre el bienestar de Jacquelyn
anuló su sentido de propiedad.

Fane se puso de pie y caminó hacía la puerta de la UCI. Empezó a golpear


con contundencia, no pretendiendo ser educado. Después de unos momentos se
abrieron las puertas y una enfermera salió.

—¿Puedo ayudarle?

—Quiero ver a Jacquelyn Pierce. —El tono de Fane no dejaba lugar a


discusión, pero al parecer la enfermera no lo había captado.

—Señor, sé que la doctora Steele le ha dicho que los amigos y la familia no


están permitidos en la UCI debido a la gravedad de las enfermedades. Esto
compromete aún más su sistema inmunológico.

Fane notó que la frecuencia cardíaca de la enfermera se estaba acelerando


y tenía brillo de sudor por la frente. Fane miró más allá de la enfermera en la
habitación detrás de ella y vio que parecía que había un sentido de urgencia en el
resto del personal. Varias enfermeras estaban en los teléfonos y había un médico 180
señalando hacia una habitación, su cara mostrando frustración obvia. Fane llamó
al sentido de audición de su lobo para captar lo que el doctor estaba diciendo.

—¿Cómo un paciente sólo se levanta y desaparece? ¿Ha intentado ponerse


en contacto con la doctora Steele?

Eso era todo lo que Fane necesitaba escuchar. Empujó a la enfermera a un


lado y sus débiles intentos de detenerlo. Fane oyó a su padre detrás de él, y a
Decebel quien estaba a sólo un paso por detrás de Vasile.

Fane siguió la dirección en la que el doctor había estado señalando y se


metió en una habitación vacía saturada de la esencia de su compañera.
Instintivamente se acercó a ella a través de su vínculo, pero sólo hubo silencio
como respuesta. Se volvió hacia el médico y sabía que sus ojos brillaban
basándose en su expresión. Fane tomó al médico por la pechera de la camisa y lo
levantó sin esfuerzo del suelo.

—¿Dónde está Jacquelyn Pierce? —gruñó.

—Fane, bájalo —escuchó a su Alfa ordenar, pero su lobo no estaba


escuchando.
El médico agarró la muñeca del brazo que lo sostenía en el aire, su mente
amenazando con cerrarse al temor vertiéndose sobre él.

—Yo n-no lo sé —tartamudeó—. Acabo de llegar para hacer mi ronda y


cuando fui a ver a la señorita Pierce, la habitación estaba vacía. Tengo a las
enfermeras revisando para ver si tenía algo programado para esta mañana, pero
ellas no han podido encontrar nada. Tampoco hemos podido localizar a la
doctora Steele.

Fane podía decir que el médico decía la verdad, pero era reacio a bajarlo,
sin querer renunciar a un objeto sobre el que dirigir su ira.

—Fane, bájalo —oyó decir a su Alfa de nuevo y esta vez él obedeció. Se


dio la vuelta y se atrevió a mirar a los ojos a Vasile, ganándose un gruñido de
advertencia.

—Tenemos que llamar a Dillon Jacobs —le dijo a su Alfa antes de


finalmente ceder y bajar la mirada. Dándole la espalda al médico, irrumpió más
allá de Vasile y Decebel, y de vuelta a la sala de espera que habían ocupado. No
miró atrás para ver si lo iban a seguir, él sabía que lo harían. Fane vio como su 181
padre marcaba el número de Dillon Jacobs y esperó a que respondiera. Contestó
a la tercera llamada.

—Dillon. —La voz de Vasile era baja—. ¿Tienes algo que ver con la
desaparición de Jacque?

Fane y Decebel no tuvieron problemas para escuchar la respuesta de Dillon


mientras gritaba en el teléfono:

—¿¡Qué diablos quieres decir con que ha desaparecido!?

La voz de Vasile nunca cambió en volumen ni perdió el filo mortal.

—Me refiero a lo que he dicho, ella no está aquí. Son incapaces de localizar
a la doctora Steele tampoco. ¿Están todos tus lobos presentes?

—Todos mis lobos están aquí en el hotel. —Dillon se detuvo—. Espera, no


todos. Logan se quedó en el hospital para que pudiera hacerme saber de cualquier
cambio.

—¿Entonces sabes que Jacque estaba en la UCI?


—No, no he sabido nada de Logan. Supuse que todo debía haber estado
bien. ¿Ella está bien? —La voz de Dillon estaba empezando a sonar frenética.

—Jacque se enfermó anoche. La doctora Steele cree que debido a que


recibió una transfusión de sangre humana, su cuerpo está atacando a la sangre
humana y, a su vez ataca a su cuerpo. Se la llevaron a la UCI, que fue la última
vez que la vimos y ahora esta mañana se ha ido.

Fane estaba perdiendo la paciencia. Necesitaba acción, necesitaba estar


haciendo algo para encontrar a su compañera. Mientras Decebel ponía su mano
sobre el hombro de Fane, le decía a su príncipe:

—Vamos a encontrarla.

—No hay otra opción —le dijo Fane.

Fane y Decebel miraron a Vasile mientras terminaba su conversación con


Dillon.

—Él está en camino. Dijo que iba a tratar de ponerse en contacto con
Logan. 182

—¿Qué hacemos hasta entonces? —gruñó Fane con frustración.

—¿Has tratado de llegar a ella? —preguntó Vasile, refiriéndose al vínculo


con su compañera.

—Sí, ella no contesta. Ni siquiera puedo tener una idea de su presencia


como cuando ella está durmiendo.

—Ella debe estar inconsciente. La doctora Steele probablemente la sedó


para darle un poco de alivio al dolor —dijo Vasile, expresando sus pensamientos
en voz alta. Entonces él se acercó a su compañera a través de su vínculo. «Mina,
tú y Lilly tienen que venir al hospital. Jacque está desaparecida.»
«¿Cómo está Fane?» Su voz en su mente transmitió toda la preocupación
que sentía por su hijo y su compañera.

«Él está haciéndole frente por el momento, aunque no sé cuánto tiempo va


a durar. Ven a mí, encuéntranos en la habitación de Jen y Jacque. Voy a explicarlo
todo una vez que estén aquí.»
«Estamos en camino, no dejes que haga nada de lo que se arrepentirá» le
rogó Alina a su compañero.

«Como tu digas, mi Luna, así se hará» respondió Vasile formalmente, un


voto a su compañera por cuidar de su hijo.

***

—¿Está desaparecida? ¿Desaparecida como en ida? —preguntó Sally, por


tercera vez.

—Sí Sally —contestó Vasile por tercera vez, tan pacientemente como la
primera vez.

—Mierda, mierda, mierda —espetó Sally mientras caminaba hacia donde


yacía Jen. Ella sacudió a su amiga no muy gentilmente—. Jen, levanta tu trasero
borracho. —Cuando Jen no se movió, Sally se dirigió hacia el baño—. Medidas
desesperadas —murmuró Sally.

—Esto se va a poner feo —dijo Decebel, mirando a Vasile, sin intentar


ocultar la sonrisa en su cara. 183

Sally volvió a entrar en la habitación trayendo una taza de agua. Se puso


de pie sobre Jen y sacudió la cabeza una vez más.

—Última oportunidad, Jen. ¡Despierta! —Aún así, ella no se movió. Sally


arrojó el agua directo en la cara de Jen.

Jen volvió en sí, escupiendo y limpiándose el agua de los ojos, tratando de


averiguar dónde estaba. Sus ojos se posaron en Sally y la copa que sostenía en la
mano. La mirada salvaje que apareció en el rostro de Jen fue todo el coraje que
Sally necesitaba para saltar atrás mientras Jen se abalanzaba sobre ella. Decebel
se movió en un borrón de velocidad, pasando un brazo por la cintura de Jen,
tirando de ella hacia atrás.

—Estoy sopesando los pros y los contras de darle una paliza a tu huesudo
trasero —le dijo Jen a Sally, su rostro todavía bañado por el agua de la taza de
Sally.

—Lo siento, Jen, pero es importante. Jacque se ha ido —le dijo Sally, sus
ojos suplicándole a su amiga para que la escuche.
Jen salió de los brazos de Decebel cuando preguntó:

—¿Qué quieres decir con que se ha ido? —Ella miró a su alrededor hasta
que encontró a Fane. Notó sus labios apretados y sus ojos brillando de un azul
profundo, que, si no se viera como si quisiera arrancarle la cabeza a alguien,
hubiera sido bonito.

—No estaba en la UCI esta mañana —explicó Vasile—. Tengo a Sorin,


Skender y Boain buscando en el hospital e interrogando al personal. Dillon está
en camino y va a tener a sus lobos ayudando con la búsqueda.

—Espera un segundo —dijo Jen, sacudiendo la cabeza—. Así que, ¿no


creen que Dillon tenga algo que ver con esto?

Fue Vasile quien respondió.

—No voy a estar seguro hasta que pueda preguntarle cara a cara, pero
cuando hablé con él por teléfono sonaba genuinamente atrapado fuera de guardia.

Justo cuando Vasile terminó de hablar, la puerta de la habitación se abrió


y Dillon entró, y justo detrás de él estaban Lilly y Alina. 184

—¿Qué pasa con los hombres lobo y su falta de habilidad para tocar la
puerta? —preguntó Jen—. Quiero decir, en serio, ¿tiene algo que ver con la
energía que se necesita para levantar la mano y golpear contra la puerta? ¿O hay
una regla general de que todos los hombres lobo están exentos de los buenos
modales?

Toda la habitación se detuvo y miró a Jen. Ella miró a su alrededor y se


encogió de hombros.

—Bueno, sólo estoy diciendo.

Dillon ignoró la explosión de Jen y se volvió hacia Vasile.

—Yo no tengo nada que ver con esto. No soy tan bajo como para llevarme
a mi hija lejos de su madre bajo el amparo de la oscuridad como un ladrón.

Vasile no dijo nada de inmediato, pero parecía estar sopesando la verdad


en sus palabras. Finalmente asintió.

—Te creo. —Luego se volvió hacia Lilly—. Lilly, ¿cómo estás?


—Bueno, si quieres saber la verdad, estoy a ambos lados de la valla. Un
lado siendo: qué demonios, y el otro: ¿realmente lo dices en serio? Simplemente
no entiendo por qué no podemos mantenerla a salvo. ¿Qué estamos haciendo
mal? —preguntó Lilly, al borde de las lágrimas.´

Fane se acercó a ella y envolvió sus brazos a su alrededor.

—Imi pare aşa de rău (Lo siento) —susurró—. Yo debería haber exigido
quedarme con ella.

—Fane, no es tu culpa. Puedes ser un príncipe en tu mundo, pero en el mío


no eres más que un adolescente. Aquí no dan un trato especial a los adolescentes
por muy buen aspecto que tengan.

—De todos modos, podría haber forzado a la doctora Steele, pero estaba
tratando de no faltarle el respeto en su territorio. No voy a cometer el mismo error
otra vez —prometió Fane.

Lilly miró a Vasile.

—Entonces, ¿qué hacemos ahora? 185

—Tenemos que reducir el número de posibilidades —dijo Vasile—. En


primer lugar, Dillon, ¿encontraste a tu Beta?

—No, le he dejado varios mensajes, pero no contesta ni me ha devuelto la


llamada.

—¿Ha estado actuando extraño últimamente? —le preguntó Decebel.

—En realidad, no. Quiero decir, en cierto modo pensé que ha estado poco
extraño, pero me quité esa idea de encima. Logan es mi lobo más fiel. No puedo
imaginarlo traicionándome.

—Hemos estado tratando de ponernos en contacto con la doctora Steele


pero ella no contesta su teléfono tampoco, y ninguno de los médicos o enfermeras
saben dónde está. —La voz de Vasile traicionó la frustración que él estaba
tratando desesperadamente de mantener a raya.

—Está bien, así que lo que he oído a todos diciendo es que realmente no
sabemos un carajo y no tenemos por dónde comenzar. ¿Estoy en lo correcto? —
preguntó Jen.
—Jennifer. —Decebel dio un gruñido de advertencia.

—No me gruñas, bola de pelo —le gruñó ella—. Sólo quiero asegurarme
de que todos estamos en la misma página. —Se dio la vuelta y miró a Fane y le
preguntó—: ¿No has podido hablar con ella a través de su cosa de vudú extraño?

—No, mi padre y yo creemos que la doctora Steele la sedó por el dolor. Si


tan sólo pudiera llegar a ella… —Fane no terminó mientras la emoción se
apoderaba de él. Cerró los ojos, inclinó la cabeza y se cerró al mundo al
imaginarse el rostro de su compañera en su mente. «Jacquelyn, ¿me oyes mi
amor?» Esperó, pero no hubo respuesta. Por segunda vez desde que la conocía
ella estaba fuera de su alcance, más allá de su protección. El agujero que quedó
en su lugar amenazó con arrastrarlo a la oscuridad. Juró entonces que quienquiera
que se la hubiera llevado moriría por sus mandíbulas.

186
Traducción SOS por LizC

Corregido por LizC

ogan se frotó los ojos mientras trataba de alejar el sueño que


amenazaba con tomar el relevo. Miró el reloj y vio que habían estado
conduciendo sólo durante 2 horas. Su teléfono empezó a sonar
alrededor de una hora después de salir del hospital y continuó sonando de manera
intermitente durante una hora. Sabía quién era sin comprobar el identificador de
llamadas. Para ahora, Dillon y Vasile, junto con los otros, estaban probablemente
tratando de reconstruir los acontecimientos de la noche que conducen a la
desaparición de la compañera de Fane. Podrían estar un poco confundidos por la
ausencia de la doctora Steele, y él se preguntó cuánto tiempo pasaría antes que 187
Vasile decidiera interrogar a la manada de ella.

—Tenemos que detenernos muy pronto para que pueda comprobar la


intravenosa de Jacque. Probablemente necesita otra dosis de sedantes —le dijo
Cynthia.

En ese momento, Jacque empezó a removerse, dejando escapar un


doloroso gemido. Logan estacionó la camioneta de inmediato, no podía
arriesgarse a que Jacque llegara a Fane. Había escuchado de Dillon que ella y
Fane eran capaces de compartir sus pensamientos y aunque eso podría haber
disuadido a otro lobo, Logan sabía que si él completaba los Ritos de Sangre con
Jacque ese vínculo con Fane se rompería. O al menos eso es lo que él creía.

Vio cómo la doctora Steele salió del vehículo y abrió la puerta de atrás,
donde estaba Jacque acostada.

Mientras ella administraba más de los sedantes, Logan estuvo sopesando


sus opciones sobre si deberían seguir viajando en auto, o si deberían alquilar una
avioneta una vez que llegaran a Dallas. Él tenía su licencia de piloto y siempre y
cuando pudieran encontrar un avión para alquilar él sería capaz de llegar a
Colorado mucho más rápido.
Cynthia comprobó el pulso y las respiraciones de Jacque, asegurándose de
que todo estaba dentro de los límites normales. Una vez que ella estuvo
convencida de que Jacque estaba acomodada y el sedante estaba trabajando, cerró
la puerta y se metió de nuevo en el asiento del pasajero.

—Entonces, ¿tienes un plan desde aquí a Denver? —le preguntó a Logan.

—A decir verdad, acabo de decidir que sería mejor para nosotros volar en
lugar de conducir todo el camino a Colorado.

—¿Volar? —preguntó Cynthia.

—Sí, tengo mi licencia de piloto, así que una vez que lleguemos a Dallas y
ya casi hemos llegado, estamos a una hora y media. Voy a alquilar un avión y
vamos a volar el resto del camino. ¿Hay algún campo abierto cerca de tu cabaña
en donde podría aterrizar una avioneta? —le preguntó.

—De hecho si hay un campo abierto cerca de la cabaña.

—Excelente. —Logan una vez más sintió que las cosas estaban
funcionando a su favor. No podía dejar de pensar que tal vez este era el destino 188
por lo bien que iban las cosas para él.

Cynthia se recostó en su asiento y cerró los ojos, no queriendo animar a


Logan para hacerla participar en la conversación. Ella estaba aquí por Jacque y
eso era todo. Una vez Jacque estuviera bien ella iba a salir pitando de allí.

***

—Vasile, estoy lista para salir de este sitio —le dijo Jen mientras se sentaba
en su cama—. Quiero decir, en serio, mi piel está muy rosa, no hay más ampollas.
Ya he llamado a mis padres y les dije que a Jacque y a mí nos van a dejar salir,
así que ahora sólo necesito que hagas funcionar tu mojo de hombre lobo y me
dejen salir.

Decebel tosió, tratando de cubrir una carcajada. Jen lo miró fijamente.

—¿De qué te ríes, exactamente?

—Simplemente no entiendo en dónde aprendiste a hablar así —le dijo


Decebel con sinceridad.

—Es un don. Ahora deja de reírte de mí.


—Como tú digas, Jennifer, así será —le dijo Decebel, sus ojos nunca
vacilando de los de de ella.

El aliento de Jen se quedó atascado al notar sus ojos dorados comenzando


a brillar. Ella se dio la vuelta bruscamente, necesitando poner distancia entre ella
y el lobo que estaba constantemente erizando sus plumas.

—Veré lo que puedo hacer por conseguir que te dejen ir, Jen, si piensas que
estás lista —le dijo Vasile.

—Estoy segura. Tenemos planes por hacer. No podemos estar sólo


sentados aquí haciendo girar nuestros…

—¡JEN! —Sally la interrumpió bruscamente.

—¿Qué? Haciendo girar nuestros pulgares. Pulgares, Sally. ¿Dónde está tu


cabeza? —Le preguntó Jen con un brillo travieso en los ojos. Para deleite de Jen,
la cara de Sally se puso rojo brillante.

—Es posible que no quieras meterte conmigo, Jen. Te tengo en la mira. Así
que adelante y toma el camino equivocado, te reto, y todos tendremos la dicha de 189
escuchar una melodiosa serenata de una muy ebria Jennifer Adams —amenazó
a Sally.

—¿De qué estás hablando, Sally? —preguntó Jen y hubo de hecho una
expresión preocupada grabada en su rostro.

—Sally quizás éste no es el mejor momento —comenzó Decebel a decir,


pero fue rápidamente cortado por Jen.

—Esto no es asunto tuyo, Cujo —le espetó ella.

Decebel gruñó.

—En realidad, en cierto modo le concierne ya que él fue el objeto de tu


afecto durante tu pequeña actuación.

El rostro de Jen estaba empezando a adquirir un tono rojo que Sally juró
que nunca había visto en su mejor amiga, nunca. Decidió que Decebel quizá tenía
razón y que ella necesitaba guardar esta munición para otro momento.

—Jen, vamos a llamar a una tregua, ¿de acuerdo?


—Está bien, voy a dejarlo pasar. Por ahora —cedió Jen.

Sally dejó escapar un profundo suspiro, agradecida por esquivar la bala.

***

Varias horas más tarde, todos estaban entrando en la casa de Lilly Pierce,
cada uno pareciendo derrotado completamente.

—No puedo creer cuánto tiempo se tarda en conseguir ser dado de alta del
hospital. Estaba empezando a pensar que en cualquier momento les iban a decir
a cada uno que tenían que soltar un riñón antes de que me dejaran salir. Lo digo
en serio —se quejó Jen.

Todo el mundo se abrió paso a la sala de estar de forma automática, todos


tomando asientos en cualquier parte que aterrizaran.

Lilly miró a Vasile.

—¿Y ahora qué? Siento que deberíamos estar haciendo algo.

Vasile reconoció el comentario de Lilly con una inclinación de cabeza y se


190
volvió hacia el Alfa de la manada de Denver.

—Dillon, ¿a este punto es seguro decir que hay una posibilidad de que tu
Beta esté involucrado?

—Por mucho que yo no quiero que ese sea el caso, el hecho de que él
desapareció al mismo tiempo que Jacque y no responde a mis llamadas no es un
buen presagio para su inocencia —admitió Dillon.

—¿Qué hay de la doctora Steele? —La voz de Fane ya no era la suya a


medida que su lobo empujaba por el dominio.

—Creo que es el momento de hacerle a la manada de Coldspring una visita


y ver si saben algo. —Vasile miró a Fane, el entendimiento llenando sus ojos—.
Dillon, Decebel y Fane irán conmigo para reunirme con ellos. Voy a llamar al
Alfa y arreglarlo. Skender, Boain y Sorin, ustedes se quedarán aquí.

Fane vio a su padre salir de la habitación para hacer la llamada al Alfa de


Coldspring. Por lo que parecía la enésima vez buscó a Jacquelyn con sus sentidos
y todavía no había nada. Sentía como si su piel estuviera muy apretada, y que en
cualquier momento su lobo iba a tomar el relevo. Sabía que podía mantener a su
lobo bajo control si tan sólo pudiera hacer algo, tomar algún tipo de acción para
encontrar a su compañera. Esto de estar sentado y esperando, el lobo no lo
entendía. Él quería cazar aquel que se atrevió a tomar lo que les pertenecía a ellos.
Vasile volvió a entrar en la habitación, trayendo de vuelta a Fane hasta el
presente.

—Nos reuniremos con ellos en veinte minutos en el cuartel general de su


manada —anunció Vasile.

Alina se reunió con Vasile en la puerta a medida que los lobos comenzaban
a salir en fila.

—Por favor, ten cuidado.

—Lo haré, Mina. También voy a hacer cualquier cosa que tenga que hacer
para conseguir toda la información que nos ayudará a encontrar a Jacque.

—Yo no esperaría nada menos, Alfa. —Ella se apoyó entre sus brazos y
encontró consuelo en su fuerza.

*** 191

Jen y Sally se detuvieron en la puerta, mirando como los hombres se


amontonaban en la camioneta de Vasile. Jen se sobresaltó cuando Decebel
apareció a su lado, ella no se dio cuenta que él no había salido de la casa todavía.
Cuando pasó a su lado, se detuvo brevemente y se acercó a su oído:

—Tenemos mucho que discutir acerca de tu pequeña aventura, Jennifer.

La mandíbula de Jen se abrió pero rápidamente se recompuso y le gritó:

—Una dama nunca besa y lo cuenta, Decebel.

Eso le valió una mirada fulminante de él y un pulgar en alto de Sally.

—Bien hecho, Jen.

—Lo sé, ¿cierto? —Jen le dio un guiño a Decebel mientras él continuaba


fulminándola con la mirada al meterse en el vehículo.

—Sally, por favor dime que no dije las cosas que estoy empezando a
recordar que le dije a él cuando estaba ebria.

—Está bien, no dijiste esas cosas —le concedió Sally.


—Las dije y salí del baño desnuda frente a él, ¿no? —La cara de Jen estaba
llena de mortificación al saber que iba a ser aún peor cuando tuviera que enfrentar
a Decebel de nuevo.

—Con el trasero jodidamente al desnudo —confirmó a Sally.

—Mierda.

—Yo diría que estás en profundo problemas —acordó Sally.

***

Cuando Vasile se retiró de la calzada, Jen y Sally se volvieron, cerrando la


puerta detrás de ellas y Jen señaló con el dedo a Sorin.

—¡Sorin! ¿En dónde has estado, mi hombre?

—He estado por ahí. Se podría decir que he estado trabajando detrás de la
escena.

—Oooh, operaciones encubiertas, genial. —Sally puso los ojos en blanco a


su mejor amiga. Jen no podía permanecer quieta por mucho tiempo.
192

***

Vasile se detuvo en la entrada de la sede central de la manada de


Coldspring. Él había explicado en el camino que iba a ser el que haga las
preguntas y quería que todos los demás permanezcan en silencio. Bueno, sus
palabras exactas fueron: “mantengan sus malditos hocicos cerrados,” pero quién
está siendo técnico. Todos ellos salieron de la camioneta y siguieron a Vasile hasta
la puerta. Esta se abrió antes de que pudieran tocar y Vasile reconoció al lobo
como el nuevo Alfa que él había nombrado después de que Fane hubiera ganado
el desafío entre él y su antiguo Alfa.

—Vasile, te invito y a los tuyos a entrar. Sean bienvenidos. —Las palabras


del Alfa de Coldspring eran un saludo formal que prometía seguridad a la manada
de Vasile mientras estén en su territorio.

—Jeff Stone, Alfa de la manada de Coldspring, aceptamos tu invitación y


reconocemos tu promesa de paz, a juego con la nuestra —respondió Vasile igual
de formal.
Jeff se hizo a un lado para permitir que los lobos entren, luego cerró la
puerta detrás de ellos. Vasile notó la escasez de decoración y la falta de calor a la
que se había acostumbrado en su propia sede. Siguieron a Jeff a medida que este
les condujo por un pasillo. No había cuadros adornando las paredes, las cuales
eran de un gris pálido. Él abrió una puerta y los hizo pasar a una habitación que
parecía ser un lugar de encuentro. Había dos sofás dispuestos uno frente a otro y
varias sillas de espalda de ala fijadas a cada lado de los sofás, formando un círculo.

—Por favor, tomen asiento. —Jeff se sentó primero, dispuesto a someterse


al dominio de Vasile sobre él. Todos los otros lobos tomaron varios puestos y
Vasile fue el último en abandonar su postura finalmente.

—Venimos a ti con graves noticias sobre la compañera de mi hijo —


anunció Vasile al Alfa—. Necesito saber si tú o algún miembro de tu manada
están involucrados.

Jeff se trasladó hacia adelante en su asiento, enderezando la espalda,


indicándole a Vasile que tenía toda su atención.

Vasile continuó. 193


—Jacque fue secuestrada del hospital ayer por la noche en el que había
estado recuperándose de un accidente de auto. Parece que uno de los lobos de
Dillon, que es padre de Jacque y Alfa de la manada Denver, está involucrado.

—Lamento escuchar esto, pero, ¿por qué crees que mi manada estaría
involucrada en esto? —preguntó Jeff.

—La doctora Steele era el médico tratante de Jacque.

Los ojos de Jeff se abrieron de par en par ante la noticia y fue evidente para
Vasile que no había sido consciente de esta información.

—Cynthia no ha estado alrededor de la manada desde la caída de Lucas.


¿Crees que ella está involucrada en la desaparición de Jacque?

—Creo que hay miembros de tu manada que albergan ira hacia Fane por
derrocar su Alfa y sólo puedo imaginar el dolor que la doctora Steele debe estar
sufriendo por la pérdida de su hermano. Tendría sentido para Logan, lobo de
Dillon, buscar ayuda de aquellos lobos que harían cualquier cosa para tomar de
Fane lo que su Alfa había fallado en hacer.
Jeff no respondió durante varios minutos, la falta de enfoque en sus ojos
haciendo evidente que se había perdido en sus pensamientos. Finalmente habló,
pero no a Vasile. Sus ojos se fijaron en Fane.

—Sé de cuatro lobos que son leales a Lucas incluso ahora. He tenido que
forzar su obediencia en más de una ocasión.

Fane no lo dudó.

—Llámalos ahora. No voy a esperar más tiempo para obtener la


información que necesito para encontrar a mi compañera.

—Dame cinco minutos.

Fane asintió, reconociendo la solicitud del Alfa. El hecho de que Jeff podría
incluso buscar la aprobación de Fane reveló quién era el lobo dominante entre los
dos.

Fiel a su palabra, Jeff volvió cinco minutos más tarde.

—Ellos están en camino. Les dije que era una reunión de la manada. Ellos 194
no saben de su presencia.

—Eso fue sabio —concordó Vasile.

***

Veinte minutos más tarde, los cuatro lobos que Jeff había llamado se
sentaron delante de Vasile, incapaz de moverse ante el poder del Alfa. Fane gruñó
mientras él permanecía de pie junto a su padre y este tenía a los lobos desnudando
sus cuellos en sumisión, aunque era evidente que no querían.

—Van a responder a las preguntas de Vasile honestamente, sean advertidos


que él sabrá si mienten —gruñó Jeff por lo bajo a los cuatro lobos sentados delante
de él.

—¿Alguno de ustedes está familiarizado con un lobo llamado Logan? —


preguntó Vasile.

Al principio, los lobos no respondieron, pero a medida que el poder de


Vasile comenzó a apretar sus gargantas, cortándole el aire, finalmente cedió uno.

—No, no conocemos a un lobo con ese nombre.


—Cierto —reconoció Vasile.

—Eso tendría sentido, Alfa, que Logan no se revelara ante ellos. —Decebel
habló en voz baja, no siendo afectado por el poder de su Alfa fluyendo a través
de la habitación.

—¿Alguno de ustedes ayudó a un lobo en el secuestro de la compañera de


Fane?

Una vez más, los lobos no respondieron de inmediato. Vasile gruñó una
prometedora advertencia disciplinaria por su falta de obediencia.

—No sabemos de lo que está hablando. —Esta vez un lobo diferente habló.

Fane se lanzó hacia delante, agarrando al lobo por el cuello.

—Mientes —gruñó, permitiéndole a su lobo mostrarse. Sus ojos fulguraron


de un azul mortal, sus colmillos se alargaron, y sus garras se clavaron en el cuello
del lobo.

Por primera vez, Vasile no trató de detener a Fane. 195


—Es obvio que ninguno de ustedes aprendió la lección sobre hacerle daño
a la compañera de un Alfa cuando Fane mató a Lucas. —La voz de Vasile fue
afilada como un cuchillo—. Van a contestar con la verdad o le permitiré a Fane
recolectar la información de ustedes como sea que él lo considere necesario.

Los cuatro lobos miraron a su Alfa, suplicándole con sus ojos para que
interviniera. Su respuesta mostró la falta de respeto máxima mientras le daba la
espalda, básicamente diciendo que estaba haciendo la vista gorda a las acciones
del Alfa Rumano.

Finalmente el lobo sentando más lejos de Fane se rompió.

—Le dimos un auto. Dijo que necesitaba transporte que no podía estar
vinculado a él a fin de secuestrar a la compañera de Fane. —El lobo se atrevió a
gruñir a Fane cuando él le dijo—: No es menos de lo que te mereces por tomar a
uno de los nuestros.

Fane soltó al lobo que había estado sosteniendo y para sorpresa de su padre
dio un paso atrás. Su mirada recorrió a cada uno de ellos, y un poder que Vasile
sabía igualaba al suyo propio hizo que los lobos cayeran de rodillas en sumisión.
—¿A dónde se la llevó? —preguntó, su voz había bajado más, la calma
antes de la tormenta.

—Eso no lo sabemos. Él no lo dijo y nosotros no le preguntamos.

—Cierto. —Vasile asintió.

—Ustedes escucharán el juicio de mi Alfa por sus acciones y agradecerán


a cualquier Dios que sirvan que no sea yo quien esté encargándose de su destino.
—Fane empujó una vez más su poder hacia fuera y los cuatro lobos se agarraron
sus gargantas, tratando en vano de respirar. Finalmente, después de que
comenzaran a tornarse azules Fane los liberó.

Vasile se volvió hacia Jeff.

—Alfa de la manada de Coldspring, esta es mi decisión para estos cuatro


lobos que están bajo tus reglas. Espero que te asegures de que se lleve a cabo. Si
no lo haces compartirás su destino.

—Así como usted dice, se hará —le dijo Jeff a Vasile mientras desnudaba
su garganta en sumisión. 196

Volviendo a los lobos condenados, les dijo:

—Se verán obligados a sus formas de lobo por su Alfa. Durante ese estado
les serán removidos sus garras y los colmillos de sus bocas. Sus pieles serán
afeitadas de sus cuerpos. —Los lobos aullaron de miedo e ira, pero Vasile no
había terminado—. Una vez de vuelta en sus formas humanas, las marcas en su
espalda serán distorsionadas para mostrar que han sido despojados de su lugar en
la manada. Serán entonces expulsados a ser lobos solitarios en sus estados
vulnerables, y sin una manada para protegerlos. ¿Entienden que este es el precio
que pagarán por su traición y crimen contra Fane, el príncipe de los Canis Lupis
Rumanos?

Los cuatro lobos no tuvieron otra opción que inclinarse en sumisión y


desnudar sus gargantas. Vasile se volvió hacia Jeff.

—Te doy las gracias por tu cooperación y si encuentras cualquier otra cosa
te pediría que te pongas en contacto conmigo de inmediato. ¿Todavía tienes la
tarjeta que te di después del desafío?
—Sí, voy a ayudar en todo lo que pueda. —Girándose a Fane, Jeff apartó
la vista hasta el hombro de Fane, no queriendo desafiarlo al mirarlo a sus ojos—
. Lamento el dolor que mi manada te ha provocado de nuevo. Sé que eso no
ayuda, pero quiero que lo sepas sin embargo.

Fane dio un solo asentimiento al Alfa para mostrar que había oído sus
palabras, pero no dijo nada a cambio. Se volvió a seguir el camino por el que
habían entrado, necesitando pensar y procesar la información que los lobos de
Jeff habían dicho. No sabía si era suficiente para ayudarlos, pero era algo, y justo
ahora algo era mejor que nada.

197
Traducido por Otravaga

Corregido por LizC

ynthia se aferró a la manija en el techo de la avioneta que Logan


había conseguido una vez que habían llegado a Dallas. Ella nunca
había volado en una tan pequeña y ya había decidido, después de
treinta minutos de traqueteo por todo el lugar, que nunca lo haría otra vez.

—¿Cuánto tiempo dijiste que tardaría este vuelo? —le preguntó a Logan.

—Nos faltan alrededor de una hora y quince minutos.

—Genial —murmuró ella en voz baja.


198
No había sido tan difícil como había pensado conseguir meter a Jacque en
el avión. Tuvo que darle otra dosis del sedante cuando Jacque había empezado a
gemir de nuevo. Cynthia tenía la esperanza de que una vez que llegaran a su
cabaña podía permitir que el sedante desapareciera para que Jacque pudiera
decirle lo que estaba sintiendo. No había forma de que ella midiera el progreso de
su enfermedad sin la contribución de Jacque.

***

Logan miró a la doctora Steele y decidió que ya era hora de que ella
explicara exactamente qué era lo que necesitaba hacerse para arreglar a Jacque.
No quería tener que esperar para vincularse con ella, sabía que incluso ahora Fane
estaría haciendo todo lo posible por localizarla.

—Dime otra vez lo que está mal con ella —dijo Logan, más una orden que
una pregunta.

Cynthia respiró hondo y soltó el aire lentamente, sabiendo que era


inevitable que esta conversación tuviera lugar.
—Recibió una transfusión de sangre humana. En pocas palabras, debido a
que ella es medio lobo esa parte de su sangre no la reconoce. Por lo tanto, está
atacando a las células. Células que ya han comenzado a fluir a través de su
corazón, su hígado, sus riñones, todos sus músculos. La sangre es el alimento del
cuerpo, llevando nutrientes y oxígeno a los órganos. Su cuerpo está tratando de
evitar que eso suceda porque piensa que la sangre que ella recibió es un virus.

El rostro de Logan era sombrío cuando le preguntó lo que tenía que


hacerse.

—Ella necesita sangre de hombre lobo para reemplazar las células


humanas que su cuerpo está atacando —explicó.

—Eso será fácilmente remediado.

—No sé si es tan fácil, Logan. No sé si ella tiene que recibirla por medio de
un mordisco y tomar la sangre a través de sus colmillos, ni siquiera sé si tiene
colmillos, o si una transfusión funcionaría —admitió.

—Sigue siendo fácilmente remediable, haremos las dos cosas —dijo 199
Logan, con plena confianza en su voz.

El resto del viaje transcurrió en silencio. Cynthia se preocupaba por Jacque


y por cómo Logan prácticamente había salivado ante la idea de Jacque tomando
su sangre. Cynthia no estaba prestando atención al hecho de que no estaba viendo
ninguna de las cadenas montañosas que perfilan el horizonte de Colorado.

Fue sacada de su estupor cuando oyó a Logan en su teléfono.

—¿Está listo? —le oyó preguntar—. Bien, deberíamos estar allí en unos
minutos.

Al darse cuenta que algo no estaba bien, Cynthia miró por la ventana y
pudo notar por el paisaje que no estaban en Colorado.

—¿Qué está pasando, Logan? —preguntó con voz temblorosa,


traicionando lo nerviosa que estaba.

—Cambio de planes. —Fue lo único que escuchó antes de que todo se


volviera negro.

***
Logan miró la forma desplomada de Cynthia, sintiendo una pequeña
punzada de arrepentimiento por tener que causarle dolor, pero era necesario.
Después de haber decidido llevarla con él se dio cuenta que ella podía decirle a
Jacque en dónde estaban y luego Jacque podría decirle a Fane. No iba a permitirle
arruinar todo su trabajo duro si de repente decidía tener una conciencia. Así que
había llamado a uno de sus lobos, Sam, porque sabía que le era leal a él y no se
pondría en contacto con Dillon, y le pidió que alquilara una cabaña en las
montañas Ozark en el sur de Missouri y le enviara las coordenadas, así como
encontrar un lugar para aterrizar. Su compañero de manada había hecho algo
mejor que eso. Había encontrado una cabaña con un campo vacío junto a él. Una
vez más, Logan sintió como si el destino estuviese interviniendo. Él le dijo a Sam
que se subiera a un avión y volara hasta el aeropuerto más cercano a su ubicación,
luego alquilara un auto y, después de conseguir víveres, lo encontrara en la
cabaña.

A medida que se acercaba a la ubicación del campo, comenzó su descenso.


Vio la cabaña a la derecha del campo. Cuando las ruedas tocaron la tierra, el
avión rebotó ante el contacto. En general, no estaba tan mal como aterrizaje,
pensó Logan.
200

Una vez que el avión se detuvo completamente Logan entró en acción, no


queriendo que Cynthia despertara antes de que la tuviera con los ojos vendados
y esposada. Todavía iba a necesitar su ayuda con Jacque, así que pensó que podía
permitirle estar sin las esposas bajo su supervisión mientras ella atendía a su
paciente. Se fue hacia el lado del pasajero del avión y abrió la puerta. La forma
inconsciente de Cynthia cayó fuera y él la atrapó justo a tiempo para evitar que
golpeara el duro suelo. Agarró una bolsa de la tabla del suelo frontal y luego se
dirigió en la dirección que había visto la cabaña.

Cuando llegó a la puerta, recordó que Sam le había dicho que el lugar que
alquilaba las cabañas pondría una llave debajo de la alfombra. Inclinándose
cautelosamente hacia abajo para mover la alfombra a un lado sin dejar caer a la
doctora, vio la llave plateada. A sus ojos era un pequeño trofeo proclamando su
victoria por haber llegado finalmente a su destino con la que pronto sería su
compañera.

Entró en la cabaña, sin molestarse en mirar a su alrededor, y rápidamente


puso a Cynthia en la primera pieza de mobiliario que vio. Metió la mano en la
bolsa que había traído y tomó un par de esposas. La inclinó hacia adelante,
halando ambos brazos detrás de ella, y aseguró sus muñecas con las esposas.
Sintiendo que por ahora eso sería suficiente, se dirigió de nuevo al avión para
buscar a Jacque.

Logan agarró la bolsa de la intravenosa y la puso sobre el estómago de


Jacque para trasladarla desde el avión a la cabaña. Bajó un extremo de la camilla
al suelo y luego la haló hacia adelante hasta que las ruedas delanteras estuvieron
en el borde de la puerta. Entrando al avión, agarró la parte delantera de la camilla
y la bajó al suelo también. Logan tomó el resto de las bolsas que Cynthia había
traído con ella y cerró la puerta del avión. Empezó a empujar la camilla hacia
adelante lo más rápido que pudo sin hacer caer a Jacque de ella.

Finalmente llegando a la puerta de la cabaña una vez más, Logan empujó


la camilla dentro de la cabaña, y esta vez se detuvo en seco, sorprendido por cuán
despejada era. El techo era a dos aguas y se elevaba por lo menos diez metros en
el aire. Había un ático al otro lado del lugar donde estaba parado que estaba
abierto para mirar por encima a la planta baja de la cabaña. Bajo el ático había
un largo pasillo y podía ver varias puertas que asumió llevaban a los dormitorios.
A su izquierda, a lo largo de la pared posterior estaba la cocina, los gabinetes 201
elaborados de un hermoso cedro. Había una antigua olla de hierro fundido en la
pared a la derecha, y en la isla que se encontraba en el medio de la cocina había
una cocina de tope. Todos los aparatos tenían frentes de cedro a juego que tenían
que haber sido hechos a medida. A su derecha vio una enorme chimenea de
piedra y varias sillas y un sofá hecho de cedro que parecía tener cojines de
gamuza, todos formando un semicírculo alrededor de la chimenea. Había mantas
tiradas en sillas y cojines apilados en el suelo, por lo que era obvio que se trataba
de un lugar de comodidad, para relajarse y alejarse del resto del mundo. El lobo
de Logan hizo un ruido sordo en aprobación del lugar que llamaría su guarida.

Necesitando averiguar el mejor lugar para colocar a las mujeres, caminó


por el pasillo hacia las distintas puertas. Dos de ellas eran sólo regulares
dormitorios cuadrados, cada uno tenía una cama de cedro y una mesita de noche.
Entre las dos habitaciones había un pequeño baño. La tercera puerta a la
izquierda era el dormitorio principal, que era más grande que los dos primeros y
Logan podía ver dos puertas que se abrían a un amplio baño. Finalmente entró
en la puerta al otro lado de la habitación principal y entró en un espacio acogedor
que parecía ser una biblioteca/estudio. Había estanterías que cubrían la parte
izquierda de la pared al otro lado, llena de libros de diferentes tamaños y colores.
En el centro de la habitación había una alfombra mullida que, tras una segunda
mirada, se dio cuenta era una piel de oso. Alrededor de la alfombra había varias
sillas de cedro con mullidos cojines y mantas tiradas sobre sus respaldos. En la
pared más alejada de la puerta había un hermoso escritorio de cedro con un
aparador con estantes que tenían iluminación incorporada. Este era el lugar
donde pondría a Jacque y a Cynthia. Ellas se sentirían cómodas aquí, y la mejor
parte era que no había ventanas en esta habitación.

Logan regresó a la sala de estar y volvió a cagar a Cynthia. La llevó a la


biblioteca y la puso en una de las sillas de cedro. Luego se fue y recogió a Jacque
de la camilla y la colocó en una de las sillas que era más del tamaño de un sofá
de dos plazas. Cuando comenzó a salir de la habitación, oyó a Cynthia gemir y
se volteó para ver que estaba despertando. Ella gimió y trató de mover sus brazos,
sus ojos se abrieron de golpe al darse cuenta que estaban atrapados detrás de ella.
Mirando a su alrededor salvajemente, tratando de orientarse, sus ojos se posaron
en Logan.

—¿Qué has hecho, Logan?

—No podía tenerte diciéndole a Jacque donde estábamos cuando de


202
repente decideras que no podías seguir adelante con la elección que habías hecho.
Así que decidí que lo mejor sería no ir a tu cabaña. Lamento tener que esposarte,
pero hasta que pueda poner un candado en la parte exterior de esta puerta tendrás
que permanecer de esa manera.

—Sabes, podría simplemente cambiar y estar fuera de ellas en un segundo


—lo desafió, tratando de sostenerle la mirada.

Logan gruñó y dio un paso hacia ella, con los ojos brillantes. Cynthia tuvo
que dejar caer la mirada. Mierda, era más dominante que ella. Por supuesto que
lo sería, era un maldito Beta.

—Puedes tratar de cambiar, pero conoce esto: hay sólo una razón por la
que no soy el Alfa de una manada ¿Puedes adivinar cuál es?

Cynthia se dio cuenta que lo que él le estaba diciendo era que su poder era
lo suficientemente fuerte como para evitar su cambio. Él tendría que ser material
de Alfa con el fin de hacer eso. Lo único que le haría más débil que otros Alfas,
por supuesto, pensó, mirando a Jacque…

—No tienes una compañera —respondió ella.


—Eso será remediado lo suficientemente pronto —gruñó Logan, sus ojos
todavía brillando.

Logan giró para salir de la habitación, diciéndole que no se moviera.


Independientemente de lo que le había dicho ella trató de cambiar, pero Logan le
había dicho la verdad. El poder que él tenía fluyendo a través de la casa impedía
su cambio.

Logan regresó con otros tres juegos de esposas. Se acercó a ella y le agarró
uno de sus tobillos y le colocó la esposa, y luego con el otro extremo esposó el
carril de la silla de cedro. Cynthia lo fulminó con la mirada mientras lo veía
asegurar a Jacque de la misma manera.

Cuando Logan se apartó, oyó gemir a Jacque. Él la miró y vio que sus ojos
revoloteaban y ella estaba tratando de moverse. Se quedó congelado, esperando,
pero no tuvo que esperar mucho tiempo mientras los ojos de Jacque se abrían.
Ella lo miró y luego trató de mirar a su alrededor, sus ojos encontrando a Cynthia.

—¿Doctora Steele? —Su voz era ronca y llena de preguntas sin respuesta.
Jacque volteó la cabeza hacia él—. ¿Logan? —Ella gimió y trató de tirar de sus 203
piernas hacia su pecho, pero no pudo ya que una estaba esposada al riel de la silla.
Cuando pareció que el dolor había pasado bajó la mirada hacia sus pies, y luego
trató de tirar de sus brazos alrededor, dándose cuenta de que estaba esposada—.
¿Alguien quisiera explicarme por qué estoy esposada y no en el hospital? —
preguntó Jacque, mirando hacia atrás y adelante entre la doctora Steele y Logan.

—Has sido secuestrada, Jacque. Logan quiere hacerte su compañera —


respondió Cynthia como si fuese un hecho, y con mucha más verdad de la que
Jacque esperaba.

Una vez más, el dolor atormentó el cuerpo de Jacque y cerró los ojos,
tratando de dejarlo fuera. Cuando pudo respirar de nuevo miró a la doctora
Steele.

—¿Qué pasa conmigo?

Cynthia le explicó lo mismo que le había explicado a Logan en el avión,


pero se detuvo antes de que ella le dijera cómo podía ser sanada.

—Está bien, doc. No es posible que piense que no sé que usted debe saber
cómo solucionar esto. ¿Por qué más la habría traído Logan?
Fue Logan quien respondió.

—Necesitas sangre de lobo. La recibirás de mí.

—Excelente —dijo Jacque sarcásticamente incluso mientras alcanzaba a


Fane con su mente.

«¡Fane!» Ella no pudo contener el miedo que se vertió en el vínculo entre


ellos. Estaba dolorida, podría morir si no recibía sangre de hombre lobo, y algún
lobo demente había decidido una vez más que ella debería ser suya. Dicho lobo
quería que ella tomara su sangre y, sí, tener miedo era un eufemismo en este
punto.

Jacque sintió unos brazos alrededor de ella y una mano acariciando su


rostro. «Jacquelyn.» El desesperado dolor que escuchó en la voz de él fue
suficiente para traer lágrimas a sus ojos.

204
Traducido por ஓ¥anliஓ

Corregido por LizC

ally y Jen escucharon mientras Vasile les contaba a todos lo que


había sucedido con la manada de Coldspring.

Cuando los lobos habían regresado de su reunión, con los ojos


brillantes y el poder emanando de cada uno de ellos aspirando el aire de la
habitación, les hizo saber que tenían malas noticias.

—Ahora que sabemos quién la tiene, ¿cómo podemos averiguar a dónde se


la llevó Logan? —le preguntó Alina a su compañero.
205
—He estado pensando en eso y lo único que se me ocurre hacer en este
momento sería interrogar a los lobos de Dillon. —Vasile se volvió hacia el Alfa—
. ¿Cómo te sientes sobre eso?

Dillon asintió en aprobación.

—Yo estaba pensando lo mismo. No sé si Logan hubiera confiado en


cualquiera de mi manada, pero la única manera de saber con seguridad es
interrogándolos. —Se volvió a sus lobos—. Lee, Phillip, Dalton, y Aidan, serán
los primeros.

Vasile se levantó y se dirigió a Lilly.

—Si no te importa, preferiría que todas las mujeres esperen en la cocina.

Antes de que Lilly pudiera objetar, Jen tomó su mano.

—Vamos, señora P. Que las bolas de pelo hagan lo suyo. Estoy segura de
que estarán encantados de informarnos una vez les hayan sacado la verdad a
golpes a estos cuatro.

—Jennifer —gruñó Decebel.


—Guárdatelo, lobo —gruñó Jen de vuelta, levantando su mano en
indicación que ella no quería oír lo que él tenía que decir—, tú y yo bailaremos
luego.

***

Lilly dejó que Jen la llevara a la cocina, mientras que Sally y Alina las
siguieron. Sally fue directo a la nevera y sacó una Coca-Cola. Volviéndose hacia
Jen, quien había saltado sobre el mostrador, ella le tendió una, sabiendo que la
estaría esperando. Luego Sally tomó la suya y fue a pararse al lado de Jen, con la
espalda apoyada contra el mostrador. Alina estaba frente a las chicas con Lilly a
su lado.

—Alina, ¿por qué Logan se llevaría a Jacque? —le preguntó Lilly a la


hembra Alfa.

Alina se quedó mirando el suelo por unos momentos antes de responder:

—Puedo pensar en dos razones. Uno, piensa que está ayudando a Dillon
al ser el encargado de tomar la decisión de llevarse a Jacque para que así Dillon 206
no tenga que hacerlo.

—Si ese es el motivo es más tonto de lo que parecía —dijo Jen entre tragos.

—La segunda sería la que yo siento que es probablemente la razón, él


quiere una compañera. No estoy segura de qué edad tiene Logan, pero por el
poder que pude percibir en él, es lo suficientemente mayor como para estar
sintiendo los efectos de no tener una compañera —explicó Alina.

—¿Qué pasa con este asunto de los compañeros? ¿Es realmente tan
importante como para que estos hombres lobo estén dispuestos a arriesgar sus
vidas? —le preguntó Sally a Alina.

—Para un humano, parece poco realista —respondió Alina—. La idea de


un alma gemela, lo que llamamos un verdadero compañero. Hay tantas facetas
en la magia detrás de nuestra especie. No lo entiendo del todo, sólo sé lo que he
visto para ser verdad. Hay una oscuridad en el alma de un hombre lobo. Está
diseñado para ser feroz, implacable, protector hasta el extremo y despiadado. Si
un macho no encuentra a su compañera, la oscuridad empieza a hacerse cargo y
gradualmente comienza a volverse loco, incapaz de controlar la oscuridad que
una vez fue algo que fortalecía a su familia, mantenía a su manada a salvo. A
menudo los hombres lo describen como estando en guerra con el lobo. —Las tres
mujeres estaban escuchando con tanta atención que no se dieron cuenta que los
lobos machos se habían reunido en el fondo, escuchando—. Su compañera es la
luz que mantiene la oscuridad a raya. Ella llena el agujero que ha ido creciendo
cada vez más grande en su alma. Cuando se completa el vínculo entre
compañeros, sus almas se fusionan, y el macho será capaz de atar la parte oscura
de su naturaleza y por fin estar en paz con su lobo.

Hubo una pausa de silencio antes de que alguien hablara.

—¿Qué obtiene la chica de ello? Me refiero a que, suena muy bien para él,
pero, ¿qué pasa con el agujero en el alma de ella? —La pregunta de Jen fue casi
un susurro. Alina ladeó la cabeza hacia un lado en un gesto muy parecido a un
lobo, sorprendida de que tal cuestión hubiera venido de Jen.

Alina se acercó a Jen y puso su mano debajo de su barbilla e inclinó la


cabeza para que ella estuviera mirando a la cara de Alina.

—Ella consigue a un hombre que la amará completamente y fielmente. Ella


consigue a un hombre que no sólo salvará su vida, sino que dará la suya propia 207
para mantenerla a salvo. Él proveerá para ella sin importar el costo, él le dará
refugio contra todas las tormentas que vengan en su camino, él será el encargado
de traer una sonrisa a su cara cuando nadie más puede hacerlo. Ella consigue a
un amigo, un amante, un compañero, el único hombre en este mundo que puede
completarla y darle la otra mitad de su alma.

Jen secó las lágrimas que habían comenzado a caer por su propia voluntad,
sin entender por qué las palabras de Alina se sentían como si estuvieran
grabándose por sí mismas en el corazón. Ella sonrió hacia Alina.

—¿Eso es todo? —medio bromeó ella, tratando de quitarse de encima las


emociones intensas que las palabras de Alina habían despertado en ella.

Alina se inclinó hacia delante y le dio un beso en la frente mientras


susurraba:

—Con el tiempo, todo será revelado. No pierdas la esperanza, por Jacque


o por ti misma.

Cuando Alina retrocedió a su lugar en el mostrador, fue entonces cuando


Jen se dio cuenta que los lobos habían estado escuchando las palabras de Alina.
Sentía como si un agujero estaba siendo grabado a fuego en la parte posterior de
su cabeza y sabía quién la observaba. Se dio la vuelta lentamente y capturó los
ojos de Decebel. Ellos brillaban y nunca se apartaron de ella. Después de varios
minutos ella por fin apartó la vista, incapaz de pensar bajo su intensa mirada. En
cuanto se dio la vuelta, vio a Fane y la expresión de su rostro amenazó con
desgarrarla. Ella no había pensado en cómo las palabras de su madre le afectarían
cuando su compañera, la otra mitad de su alma, estaba en manos de otro lobo.

Vasile se adelantó y tomó la mano de Alina mientras se dirigía a todos.

—Los cuatro lobos que Dillon trajo con él son inocentes, no saben nada.
Así que nuestro siguiente paso es ir a Denver y hablar con el resto de su manada.
—Vasile se volvió y miró hacia Lilly, su rostro se suavizó mientras contemplaba
el rostro de una mujer que se mantenía unida por un hilo—. Vamos a alquilar un
jet. No voy a tratar de convencer a nadie de ir porque sería simplemente una
pérdida de tiempo.

—Finalmente un lobo que sabe cuando ha sido vencido —dijo Jen,


volviendo a su ser sarcástico.
208
Vasile le lanzó una mirada que la desafió a decir más. Jen sabiamente
decidió estar fascinada por la peladura en el esmalte de sus uñas.

—El mayor obstáculo serán los padres de Sally y Jen. Lilly, tú y Alina van
a tener que ir con las chicas para hacerles saber que estaremos partiendo
inmediatamente, en vez de en un par de semanas. Diles que ha sido una
emergencia familiar y tenemos que volver a Rumania lo más rápido posible. —
Lilly asintió, asumiendo una mirada de determinación en su rostro por tener
finalmente una tarea, algo que hacer en vez de esperar. Tomó las llaves del auto
en el mostrador y le indicó a las chicas y Alina que la siguieran.

—¿Cómo crees que tus padres van a tomar esto, Jen? —preguntó Sally en
voz baja.

—Oh, probablemente tan bien como la vez que tomamos los tampones y
los colgamos de los árboles frente a la casa del Director Stephens.

—¿Así de bien? —preguntó Sally con sarcasmo.


—Recuerda, es por Jacque. Por lo tanto, lo que sea necesario, Sally. No
me importa si tienes que sacar todas las tarjetas de viaje de culpabilidad de tu
arsenal, vamos a subir a ese avión a Denver. ¿Estamos claro?

—Estoy contigo —confirmó Sally. Por Jacque haría lo que fuera necesario
para asegurarse de estar en ese avión.

***

Fane subió por las escaleras hasta el dormitorio de Jacquelyn y cerró la


puerta tras de sí. Respiró profundamente, tomando su olor, dejándolo fluir sobre
él. Sintió a su lobo empujando, gruñendo, en busca de su compañera en este lugar
donde habían susurrado palabras de amor, y compartido sus sueños para el
futuro.

Acostándose en su cama, hundió la cara en la almohada y fue allí que


finalmente se vino abajo.

Sólo con Jacquelyn podría dejarse ir alguna vez. Recordó la noche antes
del desafío cuando había derramado sus miedos en ella. Había desnudado su 209
alma y ella le había dado la bienvenida con los brazos abiertos. Sus hombros
temblaron mientras el dolor y el vacío lo amenazaban con romper. Las últimas
horas sin poder tocar su mente, sin saber si estaba bien, casi lo había puesto de
rodillas.

Él había escuchado a su madre hablar de la importancia de un compañero


para el macho Canis Lupis y ahora Fane sentía como si un cuchillo estuviera
siendo empujado a través de su corazón. Cuanto más había hablado ella más se
retorcía, destrozando músculos, arterias, venas que enviarían la vivificante sangre
por todo su cuerpo. Jacquelyn era su corazón y sin ella su alma se marchitaría y
decaería, al igual que los músculos y órganos sin sangre. Sin Jacquelyn, la
oscuridad que desataría sería tal como la que nunca se ha visto.

Fane respiró hondo, tratando de llevar sus emociones bajo control.


Necesitaba pensar claramente y no permitir que sus acciones sean dictadas por la
ira o el miedo, lo que no traería a su compañera a casa segura. Se incorporó y se
limpió la evidencia de su dolor en su rostro. No iba a mostrar la profundidad de
sus emociones a nadie sino a su Luna. Sólo ella tenía el derecho en sus heridas
más profundas, deseos, miedos. Sólo su Jacquelyn.
Se levantó y caminó hacia la puerta y cuando su mano agarró el pomo de
la puerta, oyó en su mente una voz que habría matado por volver a escuchar.

«¡Fane!» El miedo de Jacquelyn se enlazaba en sus palabras. Fane sintió el


corazón en la garganta mientras su alma se estiraba por su otra mitad. Su lobo
gruñó, rugiendo por ser liberado.

«Jacquelyn.» A pesar de que lo intentó, no pudo evitar la desesperación de


por fin escucharla, de finalmente sentir que su vínculo ya no estaba vacío. «¿Estás
bien? ¿Estás herida?» Fane tenía que saber. A pesar de que no podía hacer nada
al respecto por el momento, tenía que saber.

«Me duele, pero no porque alguien me haya hecho daño. Logan nos ha
secuestrado, a la doctora Steele y a mí.»
«¿Todavía estás enferma?»
«No tan mal.» Fane sintió una pausa antes de que continuara. «Estaré
bien.»

«¿Puede describir tu entorno para mí? Tal vez me dará algún tipo de idea 210
de dónde te encuentras.» Fane sabía que era una posibilidad remota, pero por otro
lado, podría haber algo que Logan había pasado por alto que sería suficiente para
delatarse.

«La habitación en la que nos encontramos no tiene ventanas. Parece una


biblioteca o estudio.»
Fane esperó, sintiendo su intento de examinar su entorno.

«Bien, parece que tal vez es una cabaña de troncos. El mobiliario está hecho
de algún tipo de madera y las paredes son todas de madera como una cabaña. No
veo nada más que de ninguna pista acerca de dónde estamos.» La voz de
Jacquelyn estaba empezando a sonar muy nerviosa.

«Luna.» Fane suavizó su tono de voz hasta un susurro en su mente


mientras se imaginaba acariciando su rostro, envolviendo sus brazos alrededor de
ella y sosteniéndola cerca. «Te encontraré. Eres mía, yo siempre iré por ti.»

«Fane, date prisa. Por favor.»


El por favor es lo que lo convenció. Su Luna no decía por favor, incluso en
la más extrema de las situaciones, su Luna mandaba. Había algo que no le estaba
diciendo, pero no iba a presionarla en estos momentos.

«Jacquelyn, tengo que dejar que mi padre sepa que tú me has contactado.
Estamos saliendo en poco tiempo a Denver para interrogar a la manada de Dillon.
Esperamos que él confiara en uno de los otros lobos y tal vez revelara adónde te
estaba llevando» explicó Fane, quería que ella entendiera que si no lo escuchaba
no era porque se hubiera ido.

«Estás bien. Si soy capaz de averiguar cualquier cosa que creo que pueda
ayudar, te lo haré saber.»
Y porque no podía dejar de decirle, empujó la imagen de él besándola en
su mente mientras susurraba:

«Te amo, mi Luna.»


«Fane, quédate conmigo.»
«Siempre.» Su palabra era una promesa solemne para ella únicamente. 211

***

Fane abrió la puerta y corrió escaleras abajo. Su padre y los otros lobos
estaban reunidos en la sala de estar. No vio ninguna señal de las chicas y asumió
que no habían conseguido regresar todavía.

—Jacquelyn me ha contactado a través de nuestro vínculo —anunció, sin


aliento, no por la excursión, sino del ritmo frenético de su corazón, sabiendo que
ella estaba viva y hasta el momento ilesa.

—¿Fue capaz de decirte algo? ¿Te dio alguna pista de dónde podrían estar?
—le preguntó Vasile a su hijo.

—Todo lo que me pudo decir fue que cree que él la tiene en una cabaña.
Ella dijo que la habitación en la que está no tiene ventanas, pero que el mobiliario
es de madera de bosque y las paredes eran de troncos, como una cabaña de
troncos.

—¿Mencionó a la doctora Steele?


—Ella dijo que Logan las secuestró a las dos. Parecía como si la doctora
Steele fuera tan víctima como Jacquelyn, pero algo sobre eso no me sienta bien
—admitió Fane.

Vasile asintió.

—Estoy de acuerdo contigo. No veo a la doctora Steele como el tipo de


víctima. Ella es una hembra Alfa, toma sus propias decisiones. —Vasile miró a
cada uno de sus lobos—. Si no han empacado, entonces háganlo ahora, y sean
rápidos. Dillon, voy a dejar que mandes a tus lobos. No voy a pisar en tu
autoridad.

—Te lo agradezco, Vasile. Ya he enviado a Dalton y a Lee para que


consigan nuestras cosas del hotel, deberían volver en cualquier momento.

—En este momento lo único que queda por hacer es esperar a que Lilly,
Alina, y las chicas vuelvan.

—¿Crees que Lilly puede convencer a sus padres para que las dejen ir con
nosotros? —le preguntó Fane a su padre. 212
—Si Lilly no puede, son pocos los que pueden resistirse a tu madre. —
Vasile le dio a Fane una sonrisa de complicidad, y por el momento, porque podía
sentir la presencia de Jacquelyn en el fondo de su mente, él fue capaz de
devolverle una pequeña sonrisa. Era cierto, después de todo. Su madre siempre
parecía salirse con la suya. De alguna manera era capaz de hacer que la gente
piense que lo que fuera que ella estaba queriendo había sido su idea en primer
lugar. Le iban a seguir la corriente con una sonrisa en su rostro, completamente
inconscientes. Nunca la había visto usarlo con malas intenciones, su madre era
demasiado buena de corazón para eso. Casi estalló en carcajadas ante la idea de
los pobres padres de Sally y Jen cayendo, sin saberlo, bajo su hechizo.

Fane sintió a Jacquelyn removerse en su mente.

«Comparte conmigo lo que está apaciguando tu ira, Fane.»


«Mi madre y tu madre están en casa de Sally y de Jen tratando de convencer
a sus padres para que dejen que Sally y Jen vayan a Rumania hoy. Obviamente,
eso no es cierto, pero tenemos que decirles algo para que Jen y Sally puedan venir,
viendo como harían autostop si no las traemos.»
«Veo que estás aprendiendo» bromeó Jacquelyn.
«Es curioso, mi amor, pero Jen le dijo lo mismo a mi padre.» Podía sentir
el humor que ella sentía por esto y se alegró de poder darle una pequeña cantidad
de distracción. «Lo que estaba pensando era, que mi madre parece tener la
capacidad de conseguir lo que sea que quiera; la gente sólo le sigue la corriente.
Casi me siento mal por sus padres, con mi madre allí, no hay forma de que no
logre que ellos estén de acuerdo para que las chicas vengan y encima de eso, van
a pensar que es la mejor idea del siglo.»
Jacquelyn estuvo en silencio por un momento. Fane no podía recoger lo
que estaba pensando o sintiendo, su capacidad de bloquearlo estaba haciéndose
más fuerte.

«Luna, me dirías si te ha hecho daño.» Fane dio una orden en lugar de una
pregunta.

«Veo que la distancia no afecta tu capacidad de ser mandón.»


No pasó desapercibido para Fane que ella había esquivado su comentario.

«Jacquelyn.» La dejó oír un gruñido en su mente. 213


«Bajo las circunstancias, estoy tan bien como se puede esperar, hombre
lobo. Dime cuando estés cerca de Jen y Sally, me vendría bien una dosis de su
tipo de medicina.»
«Como digas, mi amor, así será.» Fane le daría el mundo si ella se lo
pidiera, y él movería montañas para que esto ocurra.

***

Jen y Sally se sentaron en el asiento trasero de la camioneta de Alina,


ambas atónitas por lo que había tenido lugar en sus hogares. En un momento sus
padres estaban completamente inseguros de dejarlas ir y luego al siguiente Alina
estaba abrazándolos y haciéndoles saber que eran bienvenidos a venir a Rumania
en cualquier momento.

Incluso les dijo que Vasile y ella pagarían por eso, y consiguió esto, sus
padres estaban comiendo de las manos de Alina como si ella estuviera sirviendo
la mejor cosa desde el pan rebanado.

—Thelma, ¿podrías decirme qué pasó allí? —murmuró Jen, su voz como
en un estado de trance.
—Estoy tan perdida como tú, Louise —dijo Sally, luciendo tan confundida
como Jen.

Alina le sonrió a las chicas en el espejo retrovisor.

—Todo está en la presentación, niñas. Si puedes situar un diamante


imperfecto delante de alguien, al principio todo lo que ven son los defectos. Pero
si lo tomas y le das la vuelta justo directo a la luz, de repente los defectos quedan
en el fondo, sacando a luz el resplandor que se encuentra detrás de esos defectos.

—Maldita sea, ella es buena. —Jen sonrió.

Lilly miró hacia atrás a Jen y a Sally y permitió que una pequeña sonrisa
cruzara su rostro a pesar de que no llegó a sus ojos.

Alina repentinamente tuvo una de esas miradas distantes que Jen y Sally
reconocieron inmediatamente.

—¿Qué es lo que el gran jefe tiene que decir? —preguntó Jen, sin
preocuparse en este momento si era de su incumbencia o no.
214
Si se refería a Jacque, entonces en lo que a ella respecta era definitivamente
de su incumbencia.

—¿Cómo sabías que estaba hablando con Vasile? —preguntó Alina, con
verdadera sorpresa en sus ojos.

—Tienes la misma mirada que tiene Jacque cuando ella y su bola de pelo
están utilizando su mojo mental. Aunque, le pregunté una vez si estaba estreñida
porque sólo tiene esa clase de mirada en su cara cuando está estreñida. —Todos
los ojos estaban sobre Jen en el momento en que ella dejó de hablar—. ¿Qué? —
preguntó ella.

Lilly dejó escapar una pequeña risa.

—Gracias, Jen. Necesitaba eso.

—Para eso es que estoy aquí, señora P. Su propia comediante y alivio


personal. —Jen volvió a mirar a Alina—. Así que en serio, ¿qué dijo?

Alina miró a Lilly, su rostro se suavizó mientras decía:

—Jacque contactó a Fane a través de su vínculo.


Lilly respiró profundamente y cerró los ojos mientras se relajaba.

—¿Está bien?

—Vasile dice que le dijo a Fane que Logan no le había hecho daño, pero
que estaba todavía sentía dolor de lo que sea que estaba mal antes.

—Nunca tuvimos la oportunidad de hablar con la doctora Steele al


respecto —dijo Lilly a nadie en particular.

—¿Dijo si la doctora Steele estaba con ella? —le preguntó Sally a Alina.

—Jacque dijo que la doctora Steele estaba allí y que ambas habían sido
secuestradas por Logan.

Jen chasqueó la lengua.

—No sé si creer eso. La doctora Steele tenía agallas. No la veo siendo


intimidada por ningún lobo.

—Estoy contigo, Vern —concordó Sally.


215
Unos minutos más tarde, se detuvieron en la entrada de la casa de Lilly.
Todas ellas saltaron de la camioneta y se dirigieron a la puerta, que se abrió antes
de que incluso llegaran a ella. Decebel estaba en la puerta, luciendo tan odioso
como siempre, pensó Jen.

—¿Qué, ningún beso de saludo? —lo aguijoneó ella, por alguna razón
encontraba satisfacción cuando podía conseguir una reacción de él. Jen no estaba
preparada para la mirada que le dirigió en respuesta a su observación. En
realidad, parecía como si estuviera considerando besarla. Se apresuró a pasar
frente a él y le escuchó reír, a lo que Jen decidió no reconocer.

Una vez todo el mundo estuvo en la casa, llenaron nuevamente la sala de


estar, Vasile repasó otra vez lo que Jacque le había dicho a Fane. Finalmente, les
contó el plan una vez que llegaran a Denver.

—Dillon y yo decidimos que sería mejor si no nos quedamos en su sede de


la manada, sobre todo porque vamos a estar interrogando a sus lobos y algunos
podrían pensar que están siendo acusados de algo. Así que nos alojaremos en un
hotel cercano. Nosotros tomaremos mi camioneta, la cual puede llevar a 9
personas, y la camioneta de Dillon, que puede con 6, al aeropuerto. Boian, tu irás
con Dillon y sus lobos. Son las 2:00 p.m. Ahora bien, para cuando abordemos el
avión serán las 3:00 p.m. El vuelo es un poco más de 2 horas y medias, por lo que
debemos llegar a Denver alrededor de las 5:30 o 6:00 p.m. ¿Alguna pregunta? —
Nadie respondió, así que Vasile se volvió hacia Dillon—. ¿Tienes algo que
necesites decir?

—Ahora no. Estoy listo cuando ustedes lo estén. —Vasile asintió y, sin
decir una palabra, se dirigió hacia Alina. Todo el mundo lo tomó como su señal
para recoger sus cosas y encaminarse a sus vehículos asignados.

***

Lilly se paseaba por la casa, asegurándose de que todas las luces estuvieran
apagadas cuando sintió una mano suave en su brazo. Se volvió para encontrar a
Dillon mirándola con ojos que lucían tan atormentados como los suyo propios.

—Sólo quiero que sepas que voy a hacer todo lo posible para encontrarla
—dijo Dillon, y ella podía decir que quería decir cada palabra.

—Gracias —fue todo lo que pudo decir. No sabía qué más decir. Aquí el 216
amor de su vida estaba justo delante de ella, lo suficientemente cerca como para
tocarla, y sin embargo estaba por siempre fuera de su alcance. Pero era suficiente,
decidió Lilly, que él amara a su hija. Aunque él no la podía amar, si amaba a
Jacque y eso sería suficiente.

***

Una vez que todos se montaron en los vehículos, los bolsos de todos
amontonados en la parte trasera de cada una de las camionetas, Sally se tomó un
minuto para mirar la disposición de los asientos. Vasile, Alina y Lilly estaban en
el frente, Sorin, Decebel y Fane estaban en la parte de atrás, y Sally y Jen estaban
en el segundo asiento con Skender sentado entre ellas. Sally se estiró sobre
Skender mirando hacia su malvada amiga.

—¿Qué estás tramando, Lucy? —susurró Sally.

Jen tenía esa mirada en su cara a la que Sally estaba muy acostumbrada.
Sally pensó en ella como el rostro antes de la tormenta.

—Oh, Ethel, ¿cómo puedes pensar posiblemente que estaría tramando


algo? —Jen parpadeó inocentemente.
Sally negó con la cabeza y se dio cuenta una vez más mientras volvía a
sentarse que Decebel estaba ubicado directamente detrás de Jen. Genial, Jen
estaba en uno de sus estados de ánimo donde sólo tenía que empujar al león. Ella
no podía dejar las cosas como estaban. Sally se preparó para lo que era seguro un
viaje entretenido al aeropuerto, por breve que sea.

Efectivamente, en no menos de diez minutos Jen dejó escapar un suspiro


dramático.

—Sally, estoy tan malditamente cansada —anunció. Luego trató de


apoyarse en la ventana, luciendo como si estuviera tratando de ponerse cómoda.

Una vez que fue obvio que no iba a suceder, se sentó y miró hacia Skender.
Ella se encogió de hombros en una actitud de “qué diablos” y justo antes de que
ella apoyara la cabeza en su hombro, Sally vio a Jen guiñarle un ojo.

Sally saltó cuando oyó el golpe en la parte posterior de la cabeza de


Skender, y se volvió para mirar hacia donde el golpe se había originado. Decebel
estaba fulminando al lobo con la mirada, sus ojos brillando peligrosamente. Sólo
dijo una palabra, pero fue suficiente para ponerle la piel de gallina a Sally. 217
—Muévete —le dijo Decebel. Skender se levantó tan rápido que se golpeó
la cabeza contra el techo del vehículo.

Se deslizó en torno a Sally y le dio un empujón a su pierna con la suya


indicándole que él quería que ella le pasara por encima. Sally miró hacia atrás a
Decebel otra vez para ver que sus brillantes ojos estaban ahora fijos en la parte
posterior de la cabeza de Jen.

—Eres una chica muy mala. Ya te he dicho esto antes, ¿verdad? —le
susurró Sally en el oído a Jen.

—Oh, amánsate. No me metería con él si no fuera tan fácil, pero él camina


directo hacia ello, ¿sabes? Quiero decir, en serio, Sally. ¿Cómo puedo pasar eso?

—Bueno, podrías hacer como el resto de nosotros y crecer —dijo Sally en


su tono maternal.

—Ahh, pero Ethel, querida, ¿dónde estaría la diversión en eso?

—Dónde de hecho —murmuró Sally.


Traducido por Marin NC

Corregido por LizC

acque se reclinó en la silla, un poco más cómoda que cuando se había


despertado por primera vez ahora que la doctora Steele, o Cynthia
como ella insistía en que la llamara, le había dado algún
medicamento para el dolor. Ella continuó alcanzando a Fane, aunque no siempre
con palabras, más que nada para sentir que aún estaba allí, que el vínculo estaba
todavía abierto entre ellos. Había decidido no mencionarle a Fane todavía lo que
Logan había planeado. Ella había estado tratando diligentemente de bloquear
parte de sus pensamientos de él, así no sabría que Logan iba a tratar de conseguir
que ella tomara su sangre. Jacque estaba segura que si Fane no había matado a 218
nadie todavía, esa pequeña información podría inclinar la balanza.

—Jacque, ¿cómo te sientes? —oyó a Cynthia preguntar.

—El dolor es tolerable en este momento —respondió Jacque, volviéndose


hacia la doctora.

Jacque se relajó en una posición sentada con el fin de mirar directamente a


Cynthia sin tener que girar la cabeza. Logan les había quitado las esposas de sus
manos cuando les dijo que había puesto un candado en la parte exterior de la
puerta. Cada una de ellas todavía tenía un pie esposado a las sillas, pero al menos
se podían mover un poco.

Después de que Logan les había quitado las esposas y salido de la


habitación, Cynthia le había dicho a Jacque que podía oír a otro hombre en la
cabaña. Al principio Jacque iba a preguntar cómo podía saberlo, pero poniendo
los ojos en blanco, recordó, oh sí, mujer lobo.

—¿Quién crees que es? —preguntó Jacque.


—Tal vez un miembro de su manada. No hay manera de que Logan nos
dejaría aquí por nosotras mismas si necesitaba suministros. Él tiene que tener a
alguien ayudándole y es raro para un lobo buscar la ayuda de un ser humano.

Jacque pensó en sus palabras y se dio cuenta que podrían serle útiles a
Fane.

«Fane, hay otro hombre aquí con Logan. No lo hemos visto pero la doctora
Steele dice que ella puede oírlo.»
«Pregúntale a la doctora Steele si puede oír a Logan utilizar un nombre.
Cualquier nombre que Logan podría decir puede ser útil.»
«Está bien. ¿Dónde están?» preguntó Jacque.
«Estamos en el avión de camino a Denver. Sally quiere que te diga…»
Jacque sintió la reticencia en Fane de decirle.

«¿Ella quiere que me digas qué?» solicitó Jacque.


«Esta realmente debería ser una conversación que tengas con tus amigas, 219
pero Sally no desistirá, así que, quiere que te diga que Decebel vio a Jen desnuda.»
Jacque pudo oír la vergüenza en sus palabras y podía imaginar a Jen amenazando
con lanzar a Sally fuera del avión.

«¡Qué!» Jacque en realidad habló en voz alta, así como en su mente antes
de que pudiera detenerse.

Cynthia se sobresaltó ante la repentina explosión de Jacque. Jacque la miró


tímidamente.

—Estoy bien, sólo algunos problemas técnicos.

—Estás hablando con Fane, ¿no es así? —le preguntó Cynthia.

Jacque asintió y luego dirigió sus pensamientos a Fane.

«Realmente quiero saber por qué Jen estaba desnuda frente a él, pero sé lo
que están haciendo, están tratando de distraerme.»
«La distracción es la especialidad de Jen, amor.»
«Mantenme informada, hombre lobo. Voy a tratar de ver lo que sabe la
doctora Steele.» Jacque intentó bloquear el dolor que había comenzado a quemar
a través de su cuerpo, ella juraba que sintió como si alguien estuviera tratando de
cocinarla desde el interior hacia fuera.

«Jacquelyn, estás con dolor, ¿qué pasa?»


Ella escuchó la preocupación en su voz y lo sintió vertiendo amor a través
de su vínculo. Tenía que bloquearlo hasta que pudiera ponerse a sí misma bajo
control o ella lo volvería loco, sabiendo que ella estaba sufriendo y fuera de su
alcance.

«Estoy bien, hombre lobo, sólo algunos calambres. Voy a descansar un


poco antes de que Logan regrese. Te amo.»
«Estoy contigo, Luna.»
«Lo sé, hombre lobo.»
***

Cynthia vio como Jacque se hizo un ovillo, con los ojos fuertemente
cerrados, como si estuviera tratando de dejar fuera el dolor que estaba 220
desgarrando a través de ella. No le preguntó si había algo que pudiera hacer para
ayudarla porque ella sabía que no lo había. Hasta que Jacque obtuviera sangre de
lobo ella continuaría sufriendo, y lo más probable es que empeoraría. Finalmente
el cuerpo de Jacque se relajó, pero el dolor la había dejado sin aliento y se
esforzaba para arrastrar aire a sus pulmones.

—Sea honesta, doc —dijo Jacque, abriendo los ojos y fijándolos en ella—,
¿cuánto peor se va a poner esto?

Ella sabía que Jacque no querría ser engañada, ni querría la verdad


recubierta de azúcar, así como ella tampoco le haría eso a uno de sus pacientes.

—Se va a poner mucho peor, Jacque. Tu cuerpo va a seguir atacándose a


sí mismo y si no recibes la sangre de lobo, tus órganos empezarán a dejar de
funcionar. Sé que no es lo que quieres oír, pero seré siempre honesta contigo.

Jacque asintió.

—¿Sabes cuánto tiempo podría tomar? Quiero decir, ¿crees que voy a ser
capaz de aguantar hasta que Fane llegue?
—Suenas tan segura de que va a encontrarte. —La expresión en los ojos de
Cynthia dijo que no creía que Fane tuviera una maldita esperanza.

—Él me encontrará, de eso no tengo ninguna duda —dijo Jacque con


confianza—. Pero el mientras tanto es lo que me preocupa. Ya ves, no estoy muy
entusiasmada con la idea de tomar la sangre de Logan. Así que estoy tratando de
prepararme.

Jacque miró como Cynthia encontró su mirada y sin parpadear, le dijo:

—Prepárate para lo peor.

Jacque no dijo nada más después de eso. Dormía cuando el dolor se abatía
pero se despertaría gritando cuando volvía. Ella estaba constantemente tratando
de centrarse en mantener su escudo en su mente para que Fane no supiera lo
mucho que estaba sufriendo. De vez en cuando ella simplemente decía su nombre
a través de su vínculo sólo para oír su respuesta. Recordó estar despierta un par
de veces con el sonido de Cynthia diciéndole que comiera, pero la comida no
tenía ningún atractivo porque sabía que simplemente la vomitaría. Otro momento
en que estuvo despierta, Cynthia intentó conseguir que bebiera algo pero de nuevo 221
Jacque se negó.

No sabía cuánto tiempo había estado en esta habitación con Cynthia, no


sabía si había sido horas o días. Todo lo que sabía era que el dolor era cada vez
peor y aunque se mordió el labio luchando contra la necesidad de gritar, no
funcionó.

—¡Ahhhhhhh! —Su grito se apagó en sollozos que sacudían su cuerpo. La


puerta de la habitación se abrió y Logan entró corriendo.

—Cynthia, ¿qué está mal? —Miró para ver a Jacque retorciéndose de dolor,
con el rostro tan contorsionado que dolía mirar—. ¡Arréglala! —gritó Logan a la
doctora que estaba sentada al otro lado de Jacque, con la jeringa de medicación
para el dolor ya en la mano.

—El medicamento para el dolor no dura tanto tiempo. Sedarla sería la


única manera de detener el dolor —gruñó Cynthia, sus labios encrespándose de
nuevo para mostrar sus dientes.
—¡NO! —rechinó Jacque. La idea de no poder llegar a Fane era
insoportable, ella preferiría soportar su actual tormento—. Ninguna sedación, por
favor, no.

Logan se arrodilló a su lado y trató de tomarle la mano entre la suya, pero


Jacque se apartó.

—¡No me toques!

Logan gruñó, sus ojos se estrecharon, y sus labios se dibujaron en una


delgada línea. Se volvió hacia Cynthia.

—Mañana vamos a tratar de darle mi sangre.

—No, nada de sangre —gimió Jacque mientras continuaba luchando a


través del sufrimiento.

—Jacque, la sangre te hará mejorar, no sabes lo que estás diciendo —trató


de persuadirla Logan.

Jacque abrió los ojos y miró a Logan fijamente. 222


—No tu sangre. Nunca tu sangre —rechinó a través de sus dientes, pero lo
suficientemente alto para que escuchara.

Logan le gruñó a ella, mientras su rechazo le daba una bofetada en la cara.


Sintió una inmensa rabia venir sobre él y quiso romper algo, cualquier cosa.
Agarró el brazo de Jacque y tiró de ella hacia delante para que su cara estuviera
a centímetros de la suya. El agarre que tenía sobre ella se sentía como si en
cualquier momento sus huesos se romperían por la mitad.

—Vas a tomar mi sangre, serás mía, y no hay nada que ese cachorro pueda
hacer al respecto. —Sus ojos brillaban peligrosamente mientras le gruñía y
aunque ella sabía que no debería provocarlo más, todo el sentido de supervivencia
se fue por la ventana.

—Puede que me hayas secuestrado —su voz era apenas un susurro—, pero
nunca seré tuya. —Como para acentuar sus palabras ella le gruñó en respuesta y
luego le escupió en la cara de lobo. Jacque miró mientras sus colmillos se
alargaban, sintió que sus uñas se volvían garras contra su piel. Logan la dejó caer
de nuevo a la silla y le dio una bofetada tan fuerte que estaba segura que algunos
dientes se soltaron.
—¡LOGAN! ¿Qué demonios te pasa? —Jacque escuchó a Cynthia gritar.

Cuando Logan se giró hacia el sonido de su voz, Cynthia vio que los ojos
de Logan lucían salvajes, su respiración rápida e incontrolada. Logan estaba
siendo consumido por la locura. Sabía que los machos que vivían mucho tiempo
sin compañeras podían volverse locos, pero él parecía estar avanzando a una
velocidad increíble.

En los cuatro días que ella y Jacque habían estado con él ella se había dado
cuenta de sus hombros encorvados, el ceño fruncido y los constantes ojos
entrecerrados mientras su estado de ánimo se hacía más y más oscuro. La única
cosa que Cynthia podía imaginar era que tal vez la idea de tener a Jacque no
estaba realmente haciendo nada para combatir la locura porque ella no era su
verdadera compañera. La mujer que él cree que es la que va a llenar ese abismo
oscuro le está rechazando y la precaria presa que se había mantenido en su lugar
por la promesa de una compañera se había roto cuando Jacque le había dicho que
nunca sería suya. Fue entonces cuando Cynthia se dio cuenta que Logan haría lo
que fuera para tener a Jacque sometiéndose a él, incluso si eso significaba
golpearla. 223
Ella se abalanzó sobre él, tratando de agarrar la mano que estaba
retrocediendo para golpear a Jacque de nuevo.

Logan se giró en el último minuto y el puño conectó con la cara de Cynthia.


Ella sintió su mandíbula quebrarse y luego las luces se apagaron.

***

Jacque vio a Cynthia caer al suelo por la fuerza del puño de Logan. Antes
de que pudiera llamar a gritos a la doctora, Logan la había jalado por el cabello.
Jacque gritó por el fuerte dolor que entró por su cuero cabelludo. Ella cerró los
ojos al sentirlo inclinándose a su cuello, tomando una respiración profunda.
Quería vomitar ante la idea de él aspirando su aroma, su piel se puso de gallina
al contacto de la suya contra la de ella.

Logan se sentó en la silla y puso a Jacque en su regazo. Continuó


agarrándola por su cabello sosteniéndola en su lugar. Ella observó con fascinación
enferma cuando trajo el antebrazo de su mano libre a su boca y con los colmillos
que se habían alargado mordió. El mordisco fue tan profundo que su sangre corrió
libremente de la herida. Logan se volvió y la miró, la sangre en su boca goteaba
por su barbilla mientras hablaba.

—No deberías haberme presionado, Jacque. Podría haber sido especial,


podría haber sido bueno, pero presionaste, por lo que ahora lo haremos de la
manera más difícil. —Tan pronto como Jacque se dio cuenta de su intención, el
dolor fue olvidado y su único objetivo estaba en hacer lo que fuera para salir de
las garras de Logan. Le dio una patada, ella arañó sus brazos y su cara, pero él
era demasiado fuerte.

Jacque cerró los ojos mientras seguía luchando, ella sintió nauseas a la
sensación de su brazo contra su boca, el olor de hierro golpeando su nariz
mientras sentía una sustancia pegajosa caliente tocar sus labios.

Luchó duro, pero Logan había movido la mano que había estado
sosteniendo su cabello a su frente para mantener su cabeza en su lugar. Él
presionó su brazo con más fuerza contra su boca y luego lo sintió tapándole su
nariz. Ella trató muy duro de contener la respiración, decidida a morir por falta
de oxígeno antes de que se tragara su sangre, pero su cuerpo la traicionó. Casi
224
como contra su voluntad su boca se relajó y ella jadeó en busca de aire. Logan
aprovechó la oportunidad para empujar el brazo más en su boca. No importa lo
mucho que se esforzó, no pudo detener la sangre que sentía fluyendo desde el
brazo hasta su garganta.

Los ojos de Jacque se abrieron de golpe cuando sintió la presión de su boca


desvanecerse a medida que Logan apartaba su brazo. La mirada en sus ojos era
salvaje, peligrosa. Él siguió sosteniendo su cabeza en su lugar mientras
reemplazaba su boca donde su brazo había estado. Jacque trató de apretar los
labios contra el hueco de su boca y cuando eso no funcionó ella lo mordió tan
fuerte como pudo. Logan se echó hacia atrás, pero en vez de la mueca que ella
esperaba, sus labios se curvaron en lo que era una sonrisa poco natural.

—Si hubiera sabido que todo lo que tomaría para lograr que me mordieras
era un beso, me podría haber ahorrado un montón de problemas, Jacque.

Su voz era engañosamente tranquila, pero Jacque podía ver la tormenta


que estaba justo debajo de la superficie.
Él empezó a tirar de ella hacia arriba y ella cerró los ojos, pensando que tal
vez ahora se iría. Su mente le dolía por luchar para evitarle a Fane escucharla, su
cuerpo dolía por su propio abuso así como el de Logan.

Logan debió sentir la pequeña cantidad de alivio que se apoderó de Jacque


mientras él la colocaba de nuevo en la silla porque se inclinó junto a su oído y le
susurró: “Tu turno”, mientras le arrancaba el cuello de su camisa. Jacque
instintivamente se dio la vuelta, tratando de ocultarse, pero se dio cuenta de su
error demasiado tarde cuando oyó aullar a Logan y sus garras arañaron a través
de su espalda, a través de las marcas de su compañero. Jacque gritó cuando su
carne se desgarró, sintió el calor de su sangre corriendo por su piel. Sintió a Logan
inclinándose sobre ella y correr su lengua sobre ella. Y al sentir sus dientes
perforar su piel, sus labios gritaron por el que iba a salvarla, pero no pudieron.

***

—¡FANE! —gritó ella mientras arañaba la silla, tratando de salir de debajo


de Logan, lejos de él, lejos de su boca—. ¡DETENTE! Por favor, detente —
sollozó y entre sollozos pudo oírlo chupando ávidamente en su carne, y el sonido
225
la puso tan enferma que vomitó por todo el suelo. El olor de su enfermedad debió
haber empujado a través de la lujuria que había penetrado en la mente de Logan
cuando finalmente se retiró. Ella sintió que su peso dejó su cuerpo y oyó el sonido
de sus pasos al alejarse. Ella lo miró mientras abría la puerta de la habitación que
había convertido en su propio infierno personal. A través de las lágrimas en sus
ojos, vio la sangre manchada por todo el frente de su camisa, y en sus labios, su
sangre. Logan la miró:

—Puedes tener sus marcas en ti, pero es mi sangre la que está en ti. —
Jacque apretó la cara en el cojín de la silla cuando oyó cerrarse la puerta, y cuando
el cerrojo hizo clic en su lugar ella sintió algo dentro de ella romperse.

Su cuerpo temblaba incontrolablemente mientras las lágrimas brotaban de


sus ojos. Podía sentir a Fane empujando en su mente, tratando de conseguir
atravesarla, pero mantuvo las paredes en su lugar. ¿Cómo podía enfrentarlo
cuando la sangre de otro estaba en ella, cuando los dientes de otro habían
perforado su piel? Podía sentir su estómago apretándose, preparándose para
expulsar el veneno que Logan le había hecho tragar, pero nada saldría.

Sin importar lo mucho que hiciera arcadas, nada dejaría su cuerpo. Lloró
hasta que pensó que no podía tener ninguna lágrima restante. Estaba equivocada.
«Mi amor, estoy aquí.»
Las lágrimas comenzaron de nuevo al sonido de esa voz en su mente, al
sentir los labios que sintió presionando en su frente a través de su vínculo. La
vergüenza se apoderó de ella al pensar en los labios de Logan en los suyos y las
arcadas comenzaron de nuevo.

«Lo siento, Fane. Lo siento mucho.»


Jacque acercó sus rodillas lo más cerca de su pecho como pudo con su
pierna esposada a la silla. Metió la barbilla en su pecho a medida que la sangre se
secaba en su espalda y el dolor seguía pulsando a través de ella. Cerró los ojos y
se cerró al mundo.

226
Traducido por Debs y Flochi

Corregido por Xhessii

ane estaba en la habitación mirando a la ciudad de Denver y a las


montañas. El suave murmullo de Jen, Sally, y su madre estaba detrás
de él. Habían pasado dos días desde que llegaron y todavía no sabían
nada más de lo que sabían antes. El padre de Fane había interrogado a más de la
mitad de la manada de Dillon y hasta el momento todo el mundo había dicho la
verdad, nadie sabía nada acerca de las acciones o el paradero de Logan. Para
añadir a la frustración de Fane, estaba teniendo problemas para mantenerse en
contacto con Jacquelyn.

Ella le seguía bloqueando sus pensamientos y al principio pensó que era


227
para que no supiera la cantidad de dolor que tenía, pero ahora estaba empezando
a preocuparse de que hubiera algo más que eso. Cerró los ojos contra el
pensamiento del otro lobo poniendo sus manos sobre Jacquelyn. Sabía que pensar
así no le ayudaría a encontrarla, y que así sólo tendría éxito en que Fane quisiera
matar a alguien o algo. Fane se acercó a través de su vínculo, y como había sido
capaz de hacerlo todas las otras veces, la sentía pero no podía escuchar sus
pensamientos. Sólo le estaba dejando llegar lo suficiente lejos para saber que
estaba viva y bien… de acuerdo a ella. Fane no sabía que estaba gruñendo hasta
que sintió la mano de Sally descender sobre su hombro.

—¿Estás bien? —le preguntó.

Fane movió la cabeza en señal de frustración.

—Algo no está bien. —Fane se apartó de su toque, sin ser conscientemente


capaz de soportar el toque de otra, no cuando no podían ser las manos de su
compañera.
—Puedo sentirla —continuó mientras se paseaba por la habitación—, pero
eso es todo. De vez en cuando me da un breve comentario, pero luego ella me
deja fuera.

Sally podía ver los signos visibles de la frustración de Fane escritos en su


frente. Él entrecerró los ojos y miró por la ventana, como si pudiera verla si
buscaba lo suficiente. Ella se volvió y vio a Jen de pie a su lado, con los brazos
cruzados sobre el pecho en pose idéntica a Sally.

—¿Qué pasa con el lobo amante? —le preguntó Jen a Sally y, a pesar de las
palabras, su tono denotaba lo mucho que le importaba Fane y Jacque.

—Dice que piensa que algo está mal con Jacque, pero que ella no se lo dirá
—le explicó Sally.

—Por supuesto que no se lo va a decir. Ella sabe que él iría todo garras y
colmillos sobre alguien si pensara que está herida. Eso no quiere decir que estoy
de acuerdo con ella por guardarle algo a él, porque eso significa que está
impidiendo que nosotras también sepamos.
228
***

La respuesta de Sally fue interrumpida por un golpe seco en la puerta,


seguido por un Decebel sin invitación. Jen puso los ojos en blanco y dejó escapar
un resoplido.

—Entendiste bien la parte de golpear, peludo, pero se te olvidó la parte


donde pides permiso para pasar. No sólo golpeas y luego pasas. —Jen se volvió
hacia Sally, sacudiendo la cabeza—. Uno pensaría que por lo menos tienen algún
tipo de clase de entrenamiento para cachorros o algo así.

—Si no tienes cuidado, él va a estar sacando las Jen-croquetas de sus


dientes después de su próxima comida —susurró Sally en voz baja mientras
Decebel seguía mirando a Jen.

La mirada de Jen nunca vaciló cuando le respondió a Sally.

—¿Y qué te hace pensar que me opongo a ser la cena?

Sally se atragantó, y Jen le dio una palmada en la espalda mientras le


guiñaba un ojo a Decebel, finalmente rompiendo su enfrentamiento.
—Fane, Dillon ha llamado y dice que tiene dos lobos que quieren hablar
contigo y tu padre —dijo Decebel mientras alejaba los ojos de Jen.

La cabeza de Fane giró bruscamente y se reunió con el Beta de su padre.


Decebel inmediatamente bajó los ojos y dio un paso a un lado para dejar la puerta
abierta. Fane empezó a decir algo al pasar a Jen y a Sally, pero fue interrumpido.

—Ni siquiera lo digas. Vamos contigo, incluso si eso significa que tenemos
que escondernos en el auto. —Para sorpresa de todos fue Sally, que le hizo el
anuncio mientras agarraba la mano de Jen y tiraba de ella a lo largo. Decebel
miró a Fane, quien simplemente sacudió la cabeza como para decir, simplemente
que lo dejara.

***

Quince minutos más tarde, Fane, Vasile y Decebel bajaron del vehículo
alquilado para ir a la sede de la manada de Denver. Fane miró a los cuatro
restantes en el vehículo: Sally, Jen, Lilly y Alina.

La preocupación estaba grabada en cada una de sus caras. 229


—Volveremos pronto. —Fue todo lo que dijo, y luego se había ido.

—¿He dicho ya lo mucho que esto es una mierda? —murmuró Jen en voz
baja.

Lilly le palmeó la mano.

—Vamos a encontrarla.

—Soy la que se supone que debería estar diciéndole eso a usted, señora P.

***

—Vasile, estos son los dos lobos que querían hablar contigo. —Dillon
indicó los dos lobos que estaban sentados a la mesa con ellos en el comedor—.
Michael, Sean, por favor, díganle lo que me dijeron.

Michael y Sean se miraron un poco nerviosos, pero solo porque estaban


sentados frente a uno de los Alfas más fuertes del mundo, no porque ellos fueran
culpables de nada.
—Todo lo que sabemos es que Sam dijo que iba a tomar un vuelo a
Springfield Missouri hace unos días —le dijo Michael a Vasile.

—¿Por qué crees que esa sería información importante? —preguntó Vasile.

—Bueno, porque Sam es el mejor amigo de Logan y escuchamos que


estabas preguntando si alguien en la manada había ayudado a Logan. Si alguien
lo hizo, sería Sam.

Fane gruñó, mostrando que estaba perdiendo la paciencia.

—¿En qué ayuda a Logan que Sam vaya a Springfield? —gruñó.

Fue Sean quien respondió esta vez.

—Si Sam iba a Springfield entonces probablemente significa que va a


Ozark.

Esta vez fue Decebel quien gruñó. Vasile miró a sus dos lobos y luego se
volvió hacia Michael y Sean.

—Por favor, perdonen sus modales, están un poco estresados por el


230
momento. Por favor, expliquen el significado de Ozark.

—Oh, claro. Lo sentimos —continuó Sean—, Sam es dueño de una cabaña


en Ozark, Missouri, y cuando se va allí normalmente vuela a Springfield.

Vasile agarró el brazo de Fane antes de que se pudiera ir, inclinando la


cabeza hacia un lado, un gesto muy parecido a un lobo.

—Perdón por preguntar, pero, ¿por qué un lobo que vive en Colorado tiene
una cabaña en las montañas Ozark?

Michael miró a Dillon, pidiendo permiso para contestar. Cuando Dillon


asintió, se volvió hacia Vasile.

—El padre de Sam es el Alfa en Springfield, Missouri. Cuando Sam va a


visitar a su familia, por lo general se queda en la cabaña en la tierra en que
normalmente caza la manada de Springfield.

—Esto se pone cada vez mejor y mejor —se quejó Decebel.

Fane se dio la vuelta lentamente a medida que Michael terminaba de


hablar. Miró a su padre y luego a Dillon.
—¿Así que lo que estás diciendo es que mi compañera ha sido secuestrada
y retenida en el territorio de un Alfa que no sabe que está ahí y ella está puesta en
el medio de su terreno de caza?

—¿Sí? —La voz de Michael fue casi un chillido al ver los ojos
resplandecientes de Fane y sus caninos alargados.

—Dillon, ¿sabes dónde se encuentra esta cabaña? —preguntó Vasile, sin


apartar los ojos de su hijo.

—No, pero me pondré en contacto con el padre de Sam. Si le digo lo que


está pasando tal vez esté dispuesto a ayudar.

—O una vez que él se dé cuenta que su hijo está involucrado puede decidir
que es en su mejor interés quedarse fuera —agregó Decebel.

Dillon asintió mientras sacaba su teléfono y marcaba el número del Alfa


de Springfield.

Cuando el interrogatorio terminó y Fane volvió al auto, cerró la puerta de


la camioneta, haciendo que las cuatro mujeres que esperaban dentro saltaran. 231

—¿Las cosas han ido tan bien? —murmuró Jen en voz baja.

Vasile y Decebel subieron con menos espectáculo. Vasile ya estaba en el


teléfono con Sorin mientras salía del camino de acceso de la manada de Denver.

—Sorin, ten listo el avión. Vamos a Springfield, Missouri. —Hubo una


pausa mientras Vasile escuchaba a Sorin en el otro extremo del teléfono.

—Sí, estamos llevando a todos. Consíguenos un hotel. No estoy totalmente


seguro de todos los detalles pero vamos a necesitar un lugar para reagruparnos.
—Vasile colgó y miró por el espejo retrovisor a Lilly, quien esperaba
pacientemente.

—Logan ha estado recibiendo ayuda de un compañero de manada cuyo


padre es el Alfa en Springfield y tiene algún terreno y una cabaña en Ozark.
Creemos que es ahí donde Logan tiene a Jacque.

—Bueno, eso es una buena noticia, ¿verdad? Entonces, ¿qué pasa con la
obvia ira? —preguntó Sally.
—El Alfa no está cooperando. Él no nos daría la ubicación de la cabaña.
Todo lo que dijo fue que no iba a dejar que su hijo sepa que conocemos su
ubicación general —gruñó Fane.

—¡Qué diablos! Vasile, ¿no puedes hacerle nada a este Alfa? ¿Darle una
buena sacudida por el pescuezo o algo? —preguntó Jen, con obvia frustración.

—¿Acabas de decir una buena sacudida por el pescuezo? —le preguntó


Sally con duda.

—¿Qué? Sólo lo estoy sugiriendo.

—Si llegamos a eso, entonces sí. Pero no tengo a toda mi manada conmigo
y el Alfa de Springfield no es uno débil —respondió Vasile.

—Oh, correcto. ¡Cielos, esto es una MIERDA! —gruñó Jen.

El viaje de regreso al hotel fue tranquilo. La tensión podía tocarse y las olas
de frustración que rodaban expedidas de Fane eran suficientes para causar
vértigo.
232
***

No debieron haber pasado cinco minutos en la habitación del hotel cuando


Fane se desplomó en el suelo. Se agarró la cabeza, luchando contra el dolor
punzante. Cuando apretó sus ojos ya cerrados se dio cuenta que era el dolor de
Jacquelyn el que sentía. Algo iba muy mal. Intentó llegar a ella pero ella se estaba
esforzando por mantenerlo fuera. Fane empujó con más fuerza. Tuvo una breve
sensación de miedo, o terror, y luego ella cerró las paredes con aún más fuerza.

—¡Ahhhh! —gritó Fane.

—Fane, ¿qué pasa? ¿Ella está bien? —Sally y Jen estaban arrodilladas a
ambos lados de Fane, quien seguía gruñendo de manera tan amenazadora que
por primera vez Sally tuvo miedo.

Decebel dejó salir su propio gruñido cuando tomó con suavidad el brazo
de Jen y la alejó del lado de Fane.

—Oye, ¿qué ray…? —empezó a protestar Jen, pero cuando alzó la mirada
al rostro de Decebel cerró la boca. Los ojos de Decebel estaban brillando y sus
caninos se habían alargado. Algo le dijo que sería mejor soportar esto.
***

Fane intentó una vez más alcanzar a Jacquelyn.

«Mi amor, estoy aquí.» Y lo que escuchó como respuesta rasgó en dos su
corazón.

«Lo siento, Fane. Lo siento tanto.» La voz de Jacquelyn en su mente sonó


tan quebrada y desamparada. Supo entonces que arrancaría el corazón de Logan
de su pecho por ser el causante.

—Jacquelyn —gruñó Fane mientras se arrodillaba en el suelo, la


profundidad de su desesperación grabada en cada sílaba de su nombre.

—Fane, por favor, ¿qué pasa? ¿Ella está bien? —preguntó Sally con
suavidad.

Fane miró los temerosos ojos de Sally.

—No lo sé. —Luego miró a Jen—. No sé si está bien.

***
233

Jen se sentó en el banco del parque y aunque parecía mirar a algunos niños
jugar en el patio, sus ojos estaban llorosos, sus pensamientos muy alejados de
donde estaba sentada. La humedad rodando por sus mejillas la sacó de su estupor.
No podía recordar un tiempo en que se sintiera tan impotente.

Incluso durante el accidente fue capaz de hacer algo para ayudar, pero
ahora todo lo que podía hacer era esperar. Esperar a que Vasile hiciera los arreglos
del viaje, esperar a que Fane escuchara de Jacque que ella está bien, esperar a que
el maldito mundo se abriera y la tragara porque no podía imaginar un mundo sin
Jacque. Quería gritar ante la injusticia de todo. Jacque era una de las más
agradable y más leales personas que conocía. ¿Por qué le pasaba esto a ella? Jen
cerró los ojos e intentó luchar contra el abrumador miedo que amenazaba con
aplastar su espíritu.

Sintió un cuerpo grande y caliente sentarse junto a ella en el banco y por


alguna razón no estuvo asustada o sorprendida de su llegada.

—¿Qué pasa, Jennifer? Nunca te he visto tan distante. —La voz de Decebel
transmitió la preocupación que estaba intentando ocultar.
—Estoy cansada, Decebel. Estoy preocupada y no estoy de humor para
ayudar a aliviar la tensa situación. —La cara de Jen mostró el miedo que por
primera vez le permitió a él ver—. Sé que soy sarcástica y que bromeo mucho,
incluso en las peores situaciones. Es cómo lo enfrento, cómo le hago frente para
no desmoronarme. Pero no tengo la fuerza para ser la que levante el ánimo de
todo el mundo. No lo tengo para ocultar el dolor que amenaza con asfixiarme por
miedo de que nunca vuelva a ver a Jacque o de que algo horrible le pase a ella.

Decebel se acercó a Jen en una muestra de ternura que ella estaba


empezando a notar que él solamente exhibía con ella.

—No siempre tienes que ser la fuerte.

—Ahí es donde te equivocas, Dec. Tengo que serlo, por ellos. Sally, Lilly,
y a veces incluso por Fane. Tengo que ser la que cree tan firmemente que la
traerán de regreso, que puedo ser sarcástica. Que puedo darme el lujo de ser
bromista para aligerar u oscurecer este enredo. Y no que simplemente la traigan
de vuelta, sino que la traigan entera. Hay peores cosas que la muerte para una
mujer, Decebel.
234
Decebel no estaba muy seguro de cómo responder a eso. No sabía cómo
manejar a una Jennifer desanimada. Una Jennifer sarcástica, malvada y
juguetona, sí, con esa él podía tratar. Pero con este espíritu aplastado y frágil no
sabía qué hacer. La acercó más a él y apoyó su barbilla en la cima de su cabeza.

—Haría lo que fuera por quitarte el miedo, por traer a tu amiga de regreso
ilesa.

Jen se echó hacia atrás para poder mirar a los ojos a Decebel, sorprendida
por las palabras llenas de emoción.

—Te creo —le dijo Jen mientras lo miraba con fijeza a los ojos.

Decebel se inclinó hacia adelante ligeramente y por un momento Jen pensó


que quería besarla, pero se contuvo. Tosió para cubrir el momento incómodo.

—Bueno, supongo que es mejor si regresamos a la habitación y vemos si


están a punto de dirigirse al aeropuerto.

—Sí, supongo que es mejor. —Jen se puso de pie y se dio la vuelta para
dirigirse de regreso al hotel. A pesar de las palabras amables de Decebel se sintió
peor. No solo su amiga estaba en las manos de un lobo psicópata sino que el
sujeto del que ella se estaba enamorando nunca podría ser suyo. ¿En qué había
estado pensando para siquiera considerar una aventura con un chico, un hombre
como Decebel? Le rompería el corazón cuando él hallara a su compañera. Ella
no era tan fuerte como Lilly. Una vez que Decebel fuera de ella ya no sería capaz
de dejarlo ir.

***

Fane vio como todo el mundo abordaba el avión. Había intentado ponerse
en contacto con Jacquelyn varias veces desde la última vez que ella lo contactó y
ella seguía sin dejarlo entrar. Estaba empezando a enojarse por su rechazo. ¿Por
qué no lo dejaría acercarse? ¿No entendía lo doloroso que era estar separado de
ella? ¿No le dolía también a ella? Por primera vez desde que la había conocido
Fane sintió temor ante la posibilidad de que ella no lo quisiera, que no lo amara
como él la amaba. Pero sabía que no podía ser cierto. Ella era su compañera, la
otra mitad de su alma, debía sentir el dolor de la continua separación. Algo tuvo
que haber sucedido para causar que ella se mantuviera alejada. Tan pronto como
estuviera solo y pudiera concentrarse, por primera vez, la obligaría a dejarlo
entrar en su mente. Sabía que no debería hacerlo pero ya era suficiente. Era su 235
compañera, ¿cómo podía ayudarla si ella no lo dejaba acercarse?

***

Sally miró cuando Jen se desplomó en su asiento en el avión. Su cara estaba


carente de emoción. Fue la única vez que Sally pudiera recordar ver a su
sarcástica y franca amiga parecer tan perdida. Se sentó a su lado, se ajustó el
cinturón, y tomó su mano.

—Háblame, Jen —dijo Sally.

Jen miró a Sally y para sorpresa de ella, Jen se inclinó hacia adelante,
enterrando la cara en el cuello de Sally.

Sally sintió los hombros de Jen estremecerse y se dio cuenta que estaba
llorando.

—Oh, Jen. —Sally envolvió sus brazos alrededor de su amiga destrozada—


. Cariño, dime, ¿ese lobo te hizo daño? Lo mataré, sólo dilo y lo destriparé como
un pez.
Los hombros de Jen temblaron incluso más. Finalmente se echó hacia atrás
y miró a Sally.

—Estoy asustada por Jacque. ¿Y si ese pedazo de mierda le hizo daño? ¿Y


si, Dios Sally, y si…? —Jen no pudo terminar el pensamiento, era demasiado
horrible considerarlo.

—Entonces ayudaremos a que Fane lo rompa en pedazos, y luego la


amaremos ferozmente para que sepa que siempre estaremos allí para ella. Sin
importar el tiempo que le tome sanar, estaremos allí para ella.

Jen asintió solemnemente.

—En medio de la preocupación por Jacque, creo, mierda, no lo sé. Siento


algo por el lobo grande y tonto, pero no debería. Él solo romperá mi corazón.

—Oh, mi pequeña Jen. ¿Quién aspiraría por las estrellas si no es para ti?
No te rindas, todavía no, ¿de acuerdo? —le dijo Sally.

Jen sacudió la cabeza. No seguiría teniendo esperanzas por algo que nunca
pasaría. Se enfocaría en recuperar a Jacque, y entonces tendría que pensar 236
seriamente en si podía manejar estar en Rumania, donde él estaría.

***

Deecebel miró a Jen desde el otro lado del pasillo. Su cara manchada de
lágrimas derramadas, los ojos hinchados. Sintió su pecho apretarse y un deseo
desconocido por protegerla, de despedazar a quien se atrevió a dejarla hecha
trizas. Lo estaba matando no ser capaz de hacer algo por su dolor. ¿Cómo luchaba
contra un enemigo invisible? ¿Cómo reparar tal situación? Decebel gruñó a la vez
que apoyaba la cabeza contra el apoyacabezas y cerraba los ojos, aunque no podía
descansar, no mientras el temor de Jen pulsara sobre su piel. No descansaría hasta
que pudiera ver la luz llenar sus ojos y el sarcasmo rodar fácilmente de su lengua
una vez más.
Traducido por Otravaga

Corregido por Xhessii

ientras Cynthia pasaba el paño caliente por la espalda de Jacque,


tratando de limpiar la sangre seca, pensó en cómo finalmente
había despertado después de haber sido noqueada por Logan,
había gritado hasta que Logan finalmente había regresado a la habitación. Lo
había avergonzado por la forma de tratar a su llamada compañera y él finalmente
había cedido y había traído un poco de agua tibia y un paño para que pudiera
limpiar la ensangrentada piel de Jacque. Ella había querido tratar de hablar con
Logan para que la dejara ayudar a Jacque a tomar un baño caliente, pero no había
sido capaz de despertar a la pobre chica en el momento. Cynthia se imaginó que 237
estaba en estado de shock por la brutal forma en que el lobo la había tratado.
Demonios, ella misma estaba en shock. Ahora que Jacque estaba despierta tenía
miedo de cómo su mente lidiaría con todo lo que le había sucedido a manos de
Logan.

—¿Por qué lo hizo? —Jacque finalmente levantó el rostro y miró a Cynthia


a la cara.

—Oh, cariño, ven aquí. —Empujó la silla a la que su pierna estaba


esposada más cerca para poder tomar a Jacque en brazos. Jacque empezó a llorar
en silencio, con el rostro enterrado en el hombro de Cynthia.

—Él me hizo beber su sangre y luego tomó la mía. ¿Cómo me querrá Fane
ahora?

—Él siempre te querrá, Jacque. Eres su compañera, suya y solo suya —le
dijo Cynthia mientras le frotaba suavemente la espalda.

—Todavía me duele. Pensé que se suponía que su sangre me haría sentir


mejor —le dijo Jacque.

Cynthia retrocedió para mirar a Jacque.


—¿En serio? ¿No te sientes ni un poco mejor?

Jacque negó con la cabeza.

—No, todavía me siento como si estuviera en llamas, ardiendo por dentro.


Él no me hizo nada sexual pero me siento tan violada, tan sucia. —Jacque cerró
los ojos mientras las lágrimas corrían lentamente por su rostro.

—En cierto modo, lo que él hizo fue más íntimo que el sexo.

—Se suponía que sería Fane, Cynthia. Dios, se suponía que sería Fane. No
se suponía que fuera así.

—Lo sé, cariño. Lo sé. Es mi culpa, Jacque. —Ahora Cynthia estaba


llorando. Cynthia sabía que lo que decía era cierto, que era su culpa. Ella había
ayudado a este monstruo a poner sus manos en Jacque. ¿Cómo podría vivir
consigo misma?—. Estaba tan enojada con Fane por quitarme a mi hermano, que
no quería que fuese feliz, que te tuviera. No pensé que Logan te haría daño. Pensé
que como te quería como su compañera, te trataría reverentemente como lo hacen
la mayoría de los hombres con su pareja. Pero tú no eres realmente suya, no estás 238
llevándote su oscuridad y eso sólo está alimentando su locura. Lo siento tanto.
Yo hice esto y me mereceré cualquier castigo que tu Alfa decida.

—No estoy enojada contigo, Cynthia. No me queda ninguna emoción para


estar molesta. Sólo quiero a Fane. Sólo quiero a mi compañero. —Jacque se echó
hacia atrás y se recostó en la silla en la que estaba esposada.

—¿Todavía puedes sentirlo a través de su vínculo? —le preguntó Cynthia.

—Sí, pero no quiero que sepa lo que pasó. ¿Y si él ya no me quiere? ¿Cómo


va a querer tocarme alguna vez después de lo que Logan hizo?

—Jacque escúchame —le gruñó Cynthia con firmeza—. Fane es tu


verdadero compañero. No hay nada en este mundo que podría conseguir que él
deje de quererte. Él nunca dejará de buscarte. Tienes que creer eso. Déjalo entrar,
déjalo amarte, esa es la única cosa que te curará emocionalmente y sospecho que
solo su sangre te curará físicamente.

—¿Qué pasa si él no me encuentra a tiempo? ¿Y si me muero antes de que


pueda darme su sangre? —Jacque pensó que vomitaría ante la idea de no volver
a ver a Fane, a sus amigas y familia.
—No pases este tiempo separada de él. Alcánzalo a través de tu vínculo.
Tienes que saber que el hecho de no dejarlo entrar lo está matando y puedo notar
que está matándote a ti.

La cabeza de Cynthia giró bruscamente hacia la puerta un segundo antes


de que se abriera. Jacque no pudo evitar el gemido que emitió, pero se armó de
valor antes de dejar que el miedo se apoderara de ella. Decidió allí y en ese
momento que este idiota no la rompería. No le permitiría quitarle a Fane.

—Estás despierta, por fin. —Logan la miró ferozmente, el desprecio


evidente en su rostro.

—Sí, bueno lamento hacerte esperar pero una chica se cansa un poco
cuando es atacada. Tendrás que perdonar mi falta de consideración hacia tus
sentimientos —gruñó ella, sabiendo que no debería provocarlo pero incapaz de
detenerse.

Cynthia le puso una mano en la pierna, una advertencia silenciosa.

—Sí, bueno como dije, tú me obligaste Jacque. Ahora ya sabes. Si 239


presionas, voy a presionar en respuesta, y siempre voy a ganar.

Jacque no respondió, simplemente lo fulminó con la mirada, encontrando


su mirada fija sin pestañear.

Logan se rió entre dientes.

—Veo que realmente eres una Alfa, es bueno saberlo. Odiaría que fueses
dominada tan fácilmente. ¿Dónde estaría la diversión en eso?

—Logan, te dije antes que si la quieres como una compañera, entonces no


lo estás haciendo de la manera correcta —intentó razonar Cynthia con él.

—Me sentiré mejor una vez que mi compañera ya no lleve las marcas de
otro. Haré que le des a Jacque un poco de ese sedante, Cynthia. De esa manera
no sentirá demasiado dolor cuando las haya quemado de su cuerpo.

Cynthia jadeó.

—No vas a tocarla, Logan. Moriré antes de que le pongas otra mano
encima.
—Oh, no te preocupes, Cynthia. Eso puede ser arreglado. Pero primero
pensé que te gustaría ver esto, dado que me ayudaste y todo eso. ¿No se siente
bien saber que el lobo que mató a tu Alfa nunca tendrá a su compañera? Pensé
que estarías feliz —se burló Logan.

—No puedo esperar para ver a Fane rasgar tus miembros uno a la vez. Me
deleitaré con tus gritos y luego me bañaré en tu sangre. —La mirada que Jacque
le dio fue salvaje e incluso ella se sorprendió al oír el sanguinario sonido de su
voz.

—Eres una luchadora, me gusta eso. Te traeré tu cena en un momento y


luego deberías descansar un poco, amor. Mañana parece ser un día bastante
complicado para ti. —Logan se rió entre dientes mientras se volteaba para salir.

Jacque observó mientras cerraba la puerta detrás de él. Se dobló cuando el


dolor se extendió por su cuerpo.

—Jacque, ¿está empeorando el dolor? —preguntó Cynthia con suavidad.

—Sí, sólo me duele. ¿Hablarías conmigo? Distráeme por favor. 240


Cynthia pensó por un momento, tratando de averiguar de qué hablar, luego
recordó a Jennifer y su sangre.

—Descubrí lo que era diferente en la sangre de tu amiga.

Jacque la miró, con genuino interés en su rostro.

—¿En serio? ¿Qué es? ¿Está bien?

—Ella tiene sangre de hombre lobo.

—Cállate —respondió Jacque sin rodeos.

—Eh, está bien —dijo Cynthia, confundida.

—Oh, no, no me refiero a que realmente te calles. Es más como una


declaración de “oh, mierda” —explicó Jacque rápidamente.

—Oh, bueno entonces, permíteme explicarlo. Jennifer tiene sangre de


hombre lobo, aunque sólo un poco. Existe esta cosa llamada la Regla de Una
Gota. En realidad era utilizada para describir la cantidad de sangre mezclada que
una persona tenía en tiempos de la guerra civil cuando habían empezado a existir
las relaciones interraciales y la gente estaba comenzando a ver a los niños mixtos
entre los afroamericanos y los caucásicos.

Cynthia pasó los siguientes dos horas explicándole a Jacque todo acerca de
la Regla de Una Gota, y cómo se aplicaba a Jen. Jacque no podía creer lo que
estaba escuchando y, sin duda, había sido capaz de mantener exitosamente su
mente alejada de su dolor. ¿Así que tal vez era posible que Decebel fuese su
compañero?

—Decebel ha estado actuando tan protector con Jen. ¿Es posible que él sea
su compañero a pesar de que no han escuchado los pensamientos del otro y que
ella no tiene sus marcas? —preguntó Jacque.

—Supongo que eso es posible dado que la sangre de Jennifer es bastante


diluida. Supongo que podría requerir algo más para que los signos de
emparejamiento se revelen.

—¿A qué te refieres con algo más?

—Tal vez se requiere una reacción física o emocional importante para 241
desencadenar la respuesta de emparejamiento —explicó Cynthia.

—Eh, eso suena como lo que aprendí en psicología sobre cómo las
personas con genes latentes de enfermedad mental a veces tienen que tener algún
tipo de gran evento crucial en la vida para poner en primer plano el gen.

—Ese es un buen punto, Jacque. Es muy posible que sea similar a eso.

Ambas mujeres se quedaron en silencio después de la larga conversación,


ambas pensando en las posibilidades. Jacque finalmente se acostó, agarrando una
almohada de la silla. Se giró hacia el lado opuesto a Cynthia, necesitando un
tiempo para pensar. Sintió que Cynthia colocaba una manta sobre ella y agradeció
en silencio que la mujer pareciera comprender que Jacque necesitaba estar sola
por el momento. Ese tiempo a solas no duró mucho. Sintió un fuerte empujón en
su mente y no podría haber hecho nada para mantenerlo fuera.

«Jacquelyn, no me excluyas. Por favor nunca me obligues a entrar a la


fuerza en tu mente así de nuevo.» Jacque podía oír la desesperación en su voz.
«Lamento si te bloqueé, Fane, pero no sé cómo hacerte frente en este
momento.» Jacque se mordió el labio para no llorar. No iba a romper a llorar
antes de que le hubiese contado todo, él tenía derecho a saberlo.
«Dime, Luna. Dime lo que sea que necesites decir, pero primero escucha
esto: siempre te amaré, siempre te necesitaré y te querré. No te atrevas jamás a
dudarlo, ¿queda claro?»
Maldito sea ese lobo, pensó mientras las lágrimas escapaban de sus ojos.

«Como el cristal.»
«Bueno, ahora dime.»
Jacque decidió que sólo tenía que arrancarlo como una curita y tal vez no
dolería tanto.

«Él me obligó a tomar su sangre y luego me mordió. Traté de luchar contra


él, Fane, lo intenté, pero él era demasiado fuerte. Arañó mi espalda porque vio
tus marcas.» Antes de que Jacque pudiera evitarlo estaba soltándolo todo. «Él me
dijo que mañana va a quemar tus marcas de mi espalda. Tenía miedo de que no
me quisieras más, porque él me mordió.»
Jacque podía sentir la furia de Fane emanando a través de su vínculo y
trató de tranquilizarse a sí mismo para que no pensara que iba dirigida a ella. 242

«No hay nada que podría hacerme dejar de quererte. Nada de lo que hagas
o dejes de hacer me impediría estar contigo. Eres mía, Jacquelyn. Mía sin
importar lo que pase.» Jacque sintió las lágrimas correr por sus mejillas. Sintió los
labios de Fane en los suyos cuando le envió el pensamiento de él besándola,
abrazándola.

«Te extraño, hombre lobo» susurró.


«Voy por ti. Sabemos dónde estás.»
«¿¡Qué!? ¿Dónde? ¿Dónde estoy? ¿Cuándo estarás aquí?» Jacque no podía
creer lo que estaba oyendo. La había encontrado. Sabía que él lo haría, nunca
dudó que lo haría, pero escucharlo traía un alivio que nunca había conocido.

«Estás en Missouri en las montañas Ozark. No sabemos tu ubicación


exacta, pero llegamos a Springfield hace un par de horas y estamos de camino a
Ozark ahora. Te encontraré así tenga que buscar en cada cabaña en las montañas
Ozark.»
«Sé que lo harás. Voy a estar esperando.»
«No lo provoques, Jacquelyn. Tú sobrevive, ¿entiendes? Ese es tu trabajo,
sobrevivir.» Jacque podía sentir la intensidad detrás de sus palabras y sabía lo
Fane le estaba pidiendo. Que hiciera todo lo necesario para mantenerse con vida.
Sin importar lo que Logan quisiera, Fane sólo me quería viva.

«Tú sólo preocúpate por llegar aquí, deja que yo me preocupe por mí. Te
necesito, Fane. Quédate conmigo ahora, habla conmigo, y dime cómo está mi
mamá, y Jen y Sally.»
Fane le dijo todo lo que quería saber. Le habló de lo fuerte que era su mamá
y cómo Jen estaba volviendo loco a Decebel. Le contó cómo Sally en realidad lo
había enfrentado respecto a ir con él a ver a los lobos de Dillon. Cuando se quedó
sin cosas que contarle de sus amigas, empezó a contarle la historia de los Lobos
Grises.

«¿De dónde vienen?» le preguntó ella.


«La leyenda dice que fuimos creados por la diosa que vive en la luna. Ella
es la gran Luna. Los lobos en Rumania se estaban extinguiendo porque los
cazadores los mataban por sus pieles. Con el fin de ayudar a salvar las especies 243
ella combinó el espíritu humano con el espíritu lobo, creando al hombre lobo. Les
dio a los humanos el poder y la fuerza del lobo y al lobo la inteligencia del ser
humano. Desde entonces, los lobos han prosperado.»
Jacque pensó en la leyenda y se preguntó si era cierta. Pensó que todo era
posible ya que los hombres lobo incluso existían. Ese pensamiento encendió otro.

«Fane, ¿hay otras cosas además de hombres lobo?»


«¿De verdad quieres saber la respuesta a eso, Luna?»
«En este momento, hombre lobo, las cosas que asustan en la noche son las
menores de mis preocupaciones.» Jacque no pudo evitar pensar que era de su
propia especie de la que tenía que temer.

«Entonces sí, mi amor, hay otras cosas además de los hombres lobo. Pero
creo que en este momento tienes que dormir un poco. Estaré allí pronto.»
«Quédate conmigo.» Jacque bostezó y luego se estremeció cuando sintió el
dolor propagarse por su cuerpo.

«Siempre, Luna. Todavía estás sufriendo.» No era una pregunta.


«Sólo date prisa, hombre lobo.»

244
Traducido por ஓ¥anliஓ

Corregido por Curitiba

ane sintió a Jacquelyn deslizarse en un sueño inquieto. Podía sentir


el dolor consumiendo su cuerpo y eso lo estaba volviendo loco. Más
que eso era el pensamiento de lo que Logan le había hecho a su
amor. Fane iba a extraer los colmillos de Logan de su boca y luego hacérselos
tragar por perforar la preciosa carne de Jacquelyn. Acababan de llegar a Ozark,
Missouri y Fane estaba vigilando los sueños de Jacquelyn. Fue entonces cuando
vislumbró los recuerdo de ella sobre Logan, con el brazo presionado contra su
boca, sus dientes hundiéndose en su espalda. Fane dejó escapar un aullido en el
vehículo que hizo a todo el mundo cubrirse sus oídos. 245
—¡Oríllate! —gritó Decebel a Vasile.

Vasile miró por el espejo retrovisor y vio que Fane estaba al borde del
cambio. Se estacionó a un lado, y justo cuando el vehículo se detuvo Fane salió
por la puerta y cambiaba en medio del aire. Decebel estuvo justo detrás de él. En
un minuto un hombre, al siguiente un enorme lobo gris oscuro, con patas blancas.

El aliento de Jen se quedó atrapado ante la vista de Decebel en su forma


de lobo. Era la primera vez que lo veía. Él era magnífico. Ella sonrió ante sus
patas blancas. Tenía nuevo material. El lobo tenía calcetines. ¡Eso era demasiado
valioso!

Ella y Sally se quedaron sin aliento cuando Fane se volvió hacia Decebel y
chasqueó sus enormes dientes contra él. Decebel lo esquivó justo a tiempo. Los
dos lobos se rodearon entre sí, chasqueando y arremetiendo, pero sin hacer
contacto. Luego hubo un tercer lobo y cuando él se adelantó y aulló, los otros dos
cayeron al suelo, con las cabezas bajas y dejando al descubierto su cuello. Él
gruñó a los dos y luego, repentinamente hubo tres hombres muy desnudos de pie
al lado de la carretera. Sally chilló y se giró. Jen tuvo que forzar sus ojos de los
magníficos músculos que tenía Decebel.
—Costa despejada —oyeron decir a Alina—. Entraron en el bosque.

—Bueno, eso fue estimulante. —Sonrió Jen.

Sally puso los ojos en blanco.

—Sólo tú podrías pensar que ver a tres hombres desnudos es vigorizante.

—¿Habían tres? Caray, hermana, sólo vi a uno. —Jen cerró los ojos y
volvió a ver la espalda desnuda de Decebel. Las marcas de lobo a través de su piel
bronceada eran impresionantes.

***

—¡Fane! —gruñó Vasile—. ¿Qué se te ha metido? Y Decebel, ¿qué


demonios estabas pensando enfrentándolo mientras estaba en ese estado?

Fane gruñó:

—No sabes lo que él le ha hecho a ella, lo que va a hacerle si no llego hasta


ella.
246
—¿Qué ha hecho? —preguntó Vasile con suavidad.

—No voy a deshonrar a mi compañera de esa forma. Ella es mía. —Fane


se volvió hacía Decebel—. Mis disculpas, Beta. Sé que estabas protegiendo a las
mujeres.

—No me puedo imaginar lo que debes estar pasando, Fane. No es


necesario ninguna disculpa —le dijo Decebel, apartando sus ojos por respeto.

—Padre, quiero hablar con el Alfa de Springfield. Quiero saber dónde está
esa cabaña y quiero saberlo ahora.

—Fane, la encontraremos —comenzó Vasile pero Fane, pero lo


interrumpió.

—¡ÉL VA A QUEMAR LA PIEL DE SU ESPALDA!

Decebel gruñó bajo y Vasile rugió. Después de que Alina les había llevado
ropa a los tres lobos, Vasile sacó su teléfono y esperó a que Tyler, el Alfa de
Springfield, respondiera. Contestó al tercer timbre.

—¿Hola?
—Tyler, es Vasile. Tenemos que saber dónde está esa cabaña ahora. —
Vasile continuó antes de que el otro lobo pudiera interrumpir—. Él está pensando
en retirar sus marcas de emparejamiento. ¿Quieres ser responsable de eso?

No hubo ninguna respuesta durante varios segundos.

—Bien, aquí están las coordenadas.

—Lo tengo, vamos. —Luego llamó a Sorin con las coordenadas y designó
un lugar para encontrarse a la medianoche a un par de kilómetros a favor del
viento desde la cabaña.

***

Todos se subieron al auto y condujeron para encontrar un motel en Ozark


para hacer planes.

Vasile se detuvo en el estacionamiento del hotel más bonito que pudieron


encontrar. No era el Hilton, pero no estaban planeando pasar mucho tiempo allí
de todos modos, así que Vasile no iba a ser exigente. Él y Alina entraron al
vestíbulo para registrarse a una habitación. Jen podía oler la ira saliendo de Fane. 247
Espera, ¿oler la ira? ¿Qué demoni…? Eso no es posible. ¿Por qué siquiera pensaría
eso? Sintió una mano grande y cálida en el hombro, y sintió el cálido aliento en
su oído.

—¿Estás bien? —le preguntó Decebel.

Jen volvió lentamente la cabeza para mirarlo. Era la primera vez que había
hablado con él desde la pequeña escena a un lado de la carretera.

—Um, sí, estoy bien. Sólo mentalizándome para toda la situación de las
operaciones encubiertas.

—¿Operaciones encubiertas? —dijo Decebel de manera inquisitiva.

—Ella tiene esta extraña obsesión con la jerga militar y misiones. Sólo
asiente y síguele la corriente —le dijo Sally secamente.

Decebel hizo un movimiento de “ahh” con la boca y luego le sonrió a Jen,


quien se sonrojó y se apartó rápidamente.
Vasile y Alina se subieron al auto y condujeron hacia el lado del edificio
donde estaba la habitación. Todos se bajaron y se dirigieron a la habitación
designada.

Vasile, Fane y Decebel pasaron una hora planificando y consiguiendo la


ubicación de la cabaña marcada en un mapa. Una vez que tuvieron los detalles
elaborados Vasile se dirigió a todos:

—Las mujeres van a esperar en el auto, en el bosque donde nos van a dejar.
Vamos en nuestras formas de lobo y nos reuniremos con Sorin, Skender y Boain.
Sorin va a llamar a Dillon para decirle que lleve a sus primeros cuatro y nos
reuniremos a tres kilómetros de la cabaña.

—¿Cómo conseguirán traer de vuelta a Jacque si están en forma de lobo?


—preguntó Sally.

—Esperando que la doctora Steele esté en su forma humana y ella pueda


ayudar a que Jacque regrese. Sorin, Skender, y yo las escoltaremos mientras Fane
acaba con Logan. —Vasile miró a Decebel—. Debe ser Fane quien lo mate, es su
derecho. 248
—Entendido —respondió Decebel.

***

Lilly se sentó con Alina en la pequeña mesa. Ninguna de las dos mujeres
habló, pero se sentaron en amigable silencio, ya que cada una pensaba en el
camino que sus hijos tomarían esta noche.

***

Finalmente, a las 11:30 Vasile se levantó.

—Vamos.

Eso fue todo lo que dijo y todo el mundo estaba de pie saliendo por la
puerta. Se dirigieron en silencio a la ubicación en el mapa que los llevaba más
cerca de la cabaña. La tensión en el vehículo era palpable y Jen juró que si estiraba
su mano sería capaz de sentirla en su piel. Después de veinte minutos, Vasile sacó
el auto fuera de la carretera y condujo hacia los árboles que estaban al borde del
bosque. Detuvo el vehículo tan lejos como pudo para ocultarlo de la vista.
Vasile se dio la vuelta para mirar a su compañera.

—Te llamaré tan pronto como la tengamos. Tienes que quedarte y


protegerlas.

—Como tú digas, Alfa —respondió Alina—. Sólo asegúrate de traer a mi


hijo y su compañera de vuelta.

—Como tú digas, mi Luna. —Se inclinó sobre el asiento y la besó


suavemente.

***

Fane esperó fuera del vehículo mientras su padre hablaba con su madre.
Su piel moría de ganas por cambiar, su lobo desesperado por salir a cazar. No
podía creer lo cerca que estaba de ella, podía sentirla.

«Luna, estamos llegando. Prepárate.» Fane pudo sentirla, pero ella no


respondió. Tal vez aún dormía. La dejaría tranquila durante unos minutos más,
luego la presionaría. La necesitaba en alerta cuando atacaran.
249
***

Jen se bajó del auto cuando Decebel lo hizo.

—Oye, Dec. —Él se dio la vuelta para mirarla—. Cuídate, ¿de acuerdo?

La sonrisa de Decebel fue lenta y deliberada.

—Suenas un poco preocupada, Jennifer.

—Por supuesto que estoy preocupada. Jacque los necesita a todos ustedes
para protegerla, así que no dejes que te maten. Podría dejarla vulnerable. —Ella
lo miró fijamente.

—¿Esa es la única razón por la que quieres que tenga cuidado? —Su voz
fue baja y suave como terciopelo.

Jen tuvo que sacudir la cabeza para despejar la niebla.

—No, hay otra razón —susurró ella. Torció el dedo haciéndole señas para
que se adelantara. Él se inclinó para que ella pudiera susurrarle al oído—. Te
acuerdas de Matty, ¿verdad? ¿Ese guapo enfermero que me ayudó? Bueno,
todavía no sabes si él cambió mi nombre. —Jen no pudo contener la sonrisa
maliciosa que se extendió por su rostro.

—¿Cómo es eso de si él cambió tu nombre? —gruñó Decebel y podía decir


que a él no le iba a gustar lo que venía.

La respuesta de Jen fue empezar a cantar “Meet Virginia” mientras subía


de nuevo al vehículo. Oyó el gruñido de Decebel y le pasó seguro a la puerta justo
cuando él se abalanzó sobre ella. Lo miró a través del cristal y le guiñó un ojo.

—Jennifer Adams, ¿qué le has hecho a ese pobre lobo ahora? —le susurró
Sally a su traviesa amiga.

—Sólo le di un incentivo extra para regresar con vida.

***

Cynthia se esforzó por escuchar cualquier pequeño ruido que pudo, pero
no hubo nada. Ni pasos, ni una tos, risa o respiración, y ningún latido cardíaco.
Logan las había dejado solas. Bueno, era más tonto de lo que parecía, decidió.
Ella se inclinó y gentilmente pero con firmeza sacudió a Jacque. 250

—Jacque, despierta, tenemos que largarnos extremadamente rápido.

Jacque se sentó aturdida.

—¿Qué?

—Logan y su mini-yo no están aquí. Escuché salir el vehículo hace poco y


pensé que uno de ellos había quedado atrás, pero no hay nadie aquí. Nos
largaremos de aquí ahora.

—¿Cómo? —preguntó Jacque.

Repentinamente, donde Cynthia Steele estaba una vez, un lobo de tamaño


mediano gris y blanco se sentaba. El lobo sacó sus patas de las esposas y luego
Cynthia cambió de nuevo. Ahora había una Cynthia muy desnuda sentada frente
a Jacque.

—Siento lo de la ropa, riesgos del cambio.

—No es gran cosa —dijo Jacque tratando de ser lo más indiferente posible.
Ella observó mientras Cynthia comenzó a registrar la habitación,
presumiendo por algo para forzar la cerradura de las esposas. Cuando no pudo
encontrar nada volvió y examinó la silla a la que estaba esposada.

—Bien, voy a tratar de romper la estructura —le dijo. Jacque lucía un poco
escéptica—. Oye, hombre lobo, ¿recuerdas? —dijo Cynthia, un poco ofendida.

—Mi error —dijo Jacque, levantando sus manos en señal de rendición.

Cynthia agarró la silla donde las patas delanteras se reunían con el


travesaño del marco y tiró con todo lo que tenía. Al principio no creía que fuera
a funcionar, pero luego sintió la madera ceder y luego agrietarse. El marco se
rompió.

—Genial —dijo Jacque, impresionada por la fuerza de Cynthia.

Ella fue capaz de deslizar la esposa enseguida por el extremo roto de la


barra transversal.

Jacque se levantó y se estiró, incapaz de creer que fuera libre… más o


menos. 251

Cynthia tomó su mano.

—Vamos, tenemos que llegar lo más lejos posible. Una vez que estén de
vuelta serán capaces de rastrearnos así que tenemos que correr en círculos y luego
tratar de encontrar un poco de agua para ocultar nuestro olor.

Jacque asintió.

—Está bien, doc. Vamos a hacer esto.

Cynthia se detuvo un momento.

—Jacque, de verdad lo siento.

Jacque levantó una mano para detenerla.

—Guárdatelo, sólo consigamos sacar nuestros traseros de aquí. Nos


ocuparemos del resto más tarde, ¿de acuerdo?

Se tomaron de las manos, mientras atravesaban la cabaña lo más


silenciosamente posible, mirando a su alrededor constantemente para asegurarse
de que realmente estaban solas. Tan pronto como estuvieron seguras, fueron
directamente a la puerta principal.

Una vez más, salieron sigilosamente. Cynthia tomó una profunda


respiración, olfateando el aire.

—No están aquí. Vámonos. —Con eso empujó a Jacque al porche


adentrándose hacia la noche. Corrieron arduamente y rápido a través de los
árboles. Jacque no sabía cómo Cynthia podía ver, pero se alegró de que pudiera,
porque de lo contrario ella estaría íntimamente familiarizada con uno de estos
adorables árboles por los que pasaban rápidamente.

Jacque estaba tratando fuertemente de mantenerse en pie, pero Cynthia


estaba haciéndolo muy difícil. Justo cuando lograban un ritmo Cynthia haría una
curva cerrada, lo que la hacía tropezar unos pasos antes de conseguir el equilibrio
de nuevo. Esto continuó durante lo que pareció horas, pero probablemente no fue
más de 30 minutos y luego finalmente encontraron un arroyo. Cynthia ni siquiera
dudó mientras corría directamente allí.

Sin detenerse metió a Jacque en el agua fría. La respiración de Jacque se 252


atascó cuando la frialdad pareció filtrarse en sus huesos. Cynthia nunca redujo la
marcha. De repente, Jacque se dobló cuando el dolor atravesó su cuerpo.

—Jacque, ¿estás bien? —preguntó Cynthia mientras impedía que Jacque


cayera de cabeza en el arroyo.

—No lo sé. Es difícil respirar, el dolor es tan intenso. —Trató


desesperadamente de arrastrar aire esforzando sus pulmones. Sintió a Fane
removerse en su mente.

«Jacquelyn, puedo sentir que estás dolorida. ¿Estás bien? Estamos en el


bosque de camino a la cabaña.»
Jacque no pudo contener el sollozo de alivio que salió. Él estaba aquí. Fane
estaba aquí y la rescataría.

«Ya no estamos en la cabaña. Logan y el otro lobo salieron, nos


escapamos» le dijo Jacque.
«¿Dónde estás? ¿A qué distancia de la cabaña están?»
—Cynthia, Fane quiere saber a qué distancia de la cabaña estamos —le
dijo Jacque a la doctora.

Cynthia miró en la dirección que acababan de venir.

—Probablemente a unos tres kilómetros al este. No lo suficientemente


lejos. ¿Por qué?

—Ellos están aquí en el bosque por nosotras.

«Fane, ella dice que estamos a unos tres kilómetros al este de la cabaña.
¿Qué tan lejos estás?»
Justo en ese momento se oyó un estridente aullido enojado en dirección de
la cabaña.

—Están de regreso. —Cynthia agarró la mano de Jacque y empezó a correr


de nuevo—. Tenemos que ir más lejos. Una vez en su forma de lobo serán capaces
de correr rápido.

«Fane, Logan está de vuelta en la cabaña. ¿Dónde estás?» Jacque sabía que 253
su voz sonaba temblorosa, incluso si estaba en su mente.

«Estamos a un kilometro y medio de la cabaña. Dile a Cynthia que tenemos


un auto estacionado a tres kilómetros al oeste de ella.»
Jacque estaba tratando de nuevo de mantenerse en pie mientras corrían a
través del arroyo. El nivel del agua cambiaba constantemente y hacía difícil
mantener el equilibrio.

—Fane dijo que tienen un auto estacionado a tres kilómetros al oeste de la


cabaña. —Ante sus palabras Cynthia cambió de dirección y se arrastró fuera del
arroyo, llevando a Jacque detrás de ella. Se detuvieron brevemente y ella observó
como Cynthia levantó la nariz en el aire y respiró hondo, luego maldijo en voz
baja. Escuchó el susurro y crujido de las hojas, y sabía por qué Cynthia estaba
maldiciendo. Logan las había encontrado. Sin pensarlo soltó a Cynthia y echó a
correr. La escuchó gritar su nombre, pero no se detuvo. No podía parar. Todo lo
que podía pensar era que no había manera de que fuera a estar a merced de Logan
de nuevo. Ella prefería morir antes que pasar por eso otra vez.

***
Cynthia observó mientras Jacque corría, luego se dio la vuelta hacia donde
podía escuchar a Logan corriendo. Ella tomó una decisión entonces. Había
metido a Jacque en esto y haría cualquier cosa que pudiera para sacarla de ello.
Cambió a su forma de lobo y esperó a Logan quien venía a través del bosque. Él
se detuvo justo al borde del arroyo, y su forma de lobo era enorme, mucho más
grande que Cynthia.

Ella le gruñó, mostrando sus dientes. Recordó cómo había maltratado a


Jacque, cómo se había forzado a entrar en ella, y eso alimentó su ira. Vio como
Logan dio un par de pasos hacia atrás y luego saltó. Pasando el arroyo sin ningún
problema y aterrizó a varios metros de ella.

Empezaron a dar vueltas entre sí, en busca de una apertura. Cynthia sabía
que no tenía comparación con Logan en tamaño, pero era rápida. Si pudiera
mantenerlo distraído para que así Jacque pudiera llegar al auto, podría ser
suficiente. Logan dio un paso y ella gruñó y chasqueó los dientes contra él. Se
lanzó hacia adelante, sabiendo que su audacia lo tomaría por sorpresa. Estuvo en
lo cierto. Fue hacia abajo y se aferró a una de sus piernas. Cynthia escuchó a
Logan ladrar y luego sintió sus dientes enganchándose en su costado. Ella retorció 254
su cuerpo, dejando ir su pierna y rodó para salir de su mordedura. Continuó
rodando hasta que estuvo en cuatro patas de nuevo. Logan trató de lanzarse por
ella antes de que pudiera enderezarse, pero ella saltó a un lado. Estuvo tan cerca
que sintió el aire de su mordedura rozar su pelaje. Él se dio la vuelta más rápido
de lo que hubiera pensado que podría en un lobo de su tamaño y agarró su pierna
trasera derecha antes de que pudiera moverse. Sintió un chasquido y dejó escapar
un gemido fuerte.

Logan soltó la pierna y se alejó. Estaba burlándose de ella. Él sabía que


nunca podría derrotarlo. Ella dejó escapar un gemido mientras trataba de poner
el peso en la extremidad rota. Logan levantó el labio superior en una mueca y se
lanzó de nuevo. Cynthia trató de saltar fuera del camino, pero su peso se movió
de manera desigual y Logan fue capaz de agarrar la pierna trasera izquierda. Se
retorció y giró, tratando desesperadamente de salir del agarre de la muerte que
tenía en ella. Volvió a sentir un chasquido y el dolor corrió por su pierna hasta su
columna vertebral. Ahora se daba cuenta que no tenía intención de matarla, sólo
la quería inmóvil. Ella se recostó en el suelo, su cuerpo agitado, sus dos piernas
rotas yaciendo inútiles. Ella comenzó a arrastrarse hacia adelante con las piernas
delanteras. Logan hundió sus dientes en su cuello y apretó. Él no lo rompió, pero
mientras el mundo a su alrededor se nublaba, se dio cuenta que estaba cortando
su aire, y entonces todo se volvió negro.

***

Jacque corrió a ciegas, con los brazos echados hacia delante, tratando
desesperadamente de impedir irse de cara contra un árbol. Se sintió horrible al
dejar a Cynthia pero la idea de Logan poniendo sus manos sobre ella era
demasiado. Tropezó con la rama de un árbol caído, cayendo hacia delante, pero
se aguantó con sus manos. Se levantó de nuevo y comenzó a avanzar sin
molestarse en desempolvar sus manos.

«¡Fane! Logan nos encontró. Me asusté y salí corriendo y dejé atrás a


Cynthia. No sé dónde estoy.» Jacque contactó con él, con la esperanza de que tal
vez estuviera cerca de ella.

«Lo estamos rastreando. Acabamos de pasar la cabaña hace


aproximadamente un kilómetro y medio. Sigue corriendo, Jacquelyn. Te
encontraré.»
255
Jacque asintió y luego recordó que no podía verla.

«Por favor, date prisa.» Jacque escuchó un aullido no muy lejos detrás de
ella. «Está cada vez más cerca.»

Jacque siguió corriendo, pero cayó al suelo cuando el dolor que se hacía
más intenso sacudió su cuerpo. Ella se puso de lado, mordiéndose el interior de
la mejilla para no gritar.

«Luna, ¿qué es? Puedo sentir tu dolor.»


«El dolor está empeorando. Lo que está pasando con mi cuerpo, es cada
vez peor.» Jacque cerró los ojos y trató de tomar respiraciones lentas y profundas.
Empujando más allá del dolor, ella giró sobre sus manos y rodillas y comenzó a
gatear. Si arrastrarse era todo lo que podía hacer por el momento entonces que
así sea, pero no sólo se quedaría allí en el suelo, esperando a que Logan llegara y
la hiciera jirones. Desafortunadamente, ella no llegó muy lejos antes de que
escuchara un gruñido detrás de ella. Volvió la cabeza y por supuesto un enorme
lobo negro y gris estaba allí. Su cabeza estaba baja, todo el pelaje en su amplio
cuerpo parecía estar de punta. Jacque se volvió, no queriendo darle la espalda y
cayó sobre su trasero. Comenzó a tratar de deslizarse hacia atrás alejándose de él
cuando comenzó a avanzar hacia ella.

¿Por qué haces esto? —le preguntó, con la esperanza de tal vez distraerlo—
. ¿Por qué me quieres, cuando sabes que no soy tu verdadera compañera?

Jacque chilló cuando, de repente, ya no había un gran lobo ante ella, sino
un hombre desnudo en su lugar.

—¿Tienes alguna idea de lo que se siente estar solo? ¿Estar vacío por dentro
y sentir que estás siendo consumido por ello? Es por eso que estoy haciendo esto.
Necesito una compañera. Hay tan pocas mujeres y Fane todavía es un cachorro.
Él tiene un montón de tiempo antes de que la oscuridad comience a volverlo loco.
Pero yo, soy viejo. Necesito una compañera.

Jacque mantuvo los ojos bien puestos en su rostro mientras le escuchaba.


Podía ver el dolor en su cara, pero después de lo que le había hecho no sentía
pena por él.

—Tienes que darte cuenta ya que no voy a hacer que la oscuridad 256
desaparezca para ti. Tiene que saber que sólo tu verdadera compañera puede
hacer eso —intentó razonar.

—Será mejor una vez que nos apareemos. Eso nos hará uno y luego la
locura será contenida.

—Logan, eso no va a suceder. ¡Yo no soy tuya! Nunca seré tuya.

Logan se abalanzó hacia ella, empujándola sobre su espalda. Él agarró sus


manos y las empujó hacia el suelo mientras se inclinaba hacia delante poniendo
su nariz contra su cuello. Jacque gimió por su cercanía, odiando la sensación de
su piel contra la suya.

—Ya ni siquiera hueles como él —gruñó—. Hueles a mí. ¿De verdad crees
que te va a querer una vez que huela a otro lobo sobre ti?

Jacque miró directamente a los ojos de Logan.

—Fane siempre me querrá sin importar lo que me hagas.

Logan rugió ante su audacia, pero no retrocedió. Él tomó sus manos y las
levantó sobre su cabeza, sosteniendo ambas muñecas con una de sus manos. Con
su mano libre la agarró de la barbilla, manteniendo su cara en el lugar mientras
se inclinaba hacia adelante. Jacque se dio cuenta que iba a tratar de besarla y
comenzó a golpear salvajemente. Él la sostuvo con más fuerza y ella se estremeció
por el dolor de sus muñecas. Agarró su cara más fuerte mientras sus labios
brutalmente bajaban hacia los suyos. Ella retorció su cuerpo tratando de quitarse
de encima a Logan pero era demasiado grande. Antes de que pudiera apartar sus
labios, Jacque abrió su boca y lo mordió con fuerza.

Logan rugió cuando ella le soltó la boca. Mirándola penetrantemente,


Jacque se estremeció ante la mirada feroz en sus ojos.

—¿Será así, entonces? —le preguntó mientras echaba su mano hacia atrás.
Jacque se dio cuenta que iba a pegarle y trató de quitar la cabeza del camino. Ella
cerró los ojos, esperando el golpe. Nunca llegó. En cambio, el peso que era Logan
había desaparecido repentinamente cuando fue arrojado de su cuerpo.

Jacque abrió los ojos para ver a Fane inclinado sobre ella.

—¿Fane? —susurró su nombre mientras las lágrimas comenzaban a rodar


por su rostro. 257
—Estoy aquí, amor. —Fane se estiró por ella, pero se detuvo cuando ella
gritó de dolor.

—Se está poniendo peor —dijo entre los dientes apretados.

—Vamos a sacarte de aquí tan pronto como los demás nos alcancen. —
Fane se interrumpió cuando sintió los dientes hundiéndose en su brazo. Él gruñó
en voz alta y se volvió hacia Logan. Se abalanzó sobre él y cambió en medio del
aire.

—¡Fane! —gritó Jacque mientras veía a los dos grandes lobos chocando en
el aire. Sonidos de rugidos, gruñidos y dientes chasqueando llenaban el aire.
Jacque se irguió para poder ver la batalla que se desencadenó ante ella. Se quedó
sin aliento cuando vio a Logan agarrar el costado de Fane, pero no debió tener
un agarre firme porque Fane se escabulló. Estaba tan fascinada con observar a
Fane y Logan que no se dio cuenta de los otros cinco lobos que lentamente se
acercaban sigilosamente hacia ella. Se sobresaltó cuando sintió una nariz fría
tocando su brazo. Fue entonces cuando se dio cuenta de que Decebel llevaba a
Cynthia en su forma de lobo.
—Decebel, ¿está viva?

—Lo está. Tiene las dos piernas rotas, pero creo que esas son sus únicas
lesiones —le dijo Decebel—, Jacque, vamos a llevarte hasta el auto que está
esperando con tu madre y tus amigas. ¿Puedes caminar?

—No voy a dejar a Fane —dijo con firmeza.

El más grande de los cinco lobos le gruñó bajo. Ella lo miró y supo que
tenía que ser Vasile. La energía fluyendo de él era inconfundible.

—No lo voy a dejar, Vasile. Puedes gruñir y rugir todo lo que quieee… —
Jacque no pudo terminar cuando agarró su estómago y trató de respirar a través
del dolor.

Decebel miró hacia Vasile.

—Permíteme ayudarlo a terminar esto. Sería más rápido y podremos


sacarla de aquí.

Vasile sacudió su gran cabeza de lobo una vez y gruñó. Jacque decidió que 258
debía de ser un no. Todos ellos voltearon de golpe sus cabezas de vuelta a la lucha
cuando hubo un fuerte aullido.

Jacque no podía creer la cantidad de sangre apelmazada en el pelaje de


Fane, estaba en todas partes. Se tapó la boca para no gritar. Seguramente no era
toda su sangre, ella oró porque no fuera toda suya. Vio como Fane saltó hacia
adelante y se enganchó a Logan brevemente, luego dándole a su cabeza un rápido
tirón, lo vio rasgar la piel y carne mientras más sangre se derramaba de Logan.

Mientras ella seguía mirando, con ganas de volverse, pero no siendo capaz
de apartar los ojos, se dio cuenta que cada vez que Fane se lanzaba hacia delante,
literalmente, tomaba otro bocado de Logan. Había agujeros en todo el cuerpo de
Logan y la sangre se derramaba de él. Él se estaba debilitando por la pérdida de
sangre y lo vio tropezar. Fane se aprovechó del momento de debilidad de Logan.
Se lanzó, aterrizando sobre su espalda y hundió los dientes en su cuello. Ella vio
como Fane comenzó a agitar su cabeza una y otra vez como un cachorro con un
nuevo juguete para masticar y luego escuchó un fuerte chasquido. El cuerpo de
Logan quedó inerte en las mandíbulas de Fane. Jacque se dio cuenta que le había
roto el cuello al lobo.
Fane dejó caer el cuerpo sin vida y echó la cabeza hacia atrás y aulló.
Jacque se estremeció cuando los otros cinco lobos e incluso Decebel en su forma
humana aullaron por la victoria con él. Cuando los aullidos cesaron Jacque
añadió su propio aullido, pero el suyo era de dolor cuando una vez más se doblaba
por el mismo. Sólo que esta vez el dolor era demasiado. Contuvo el aliento y
sintió que las lágrimas se filtraban de sus ojos justo antes de desmayarse.

259
Traducido por Nelshia (SOS) e Isa 229

Corregido por Curitiba

ane estaba de nuevo en su forma humana en cuanto oyó el grito lleno


de dolor de Jacquelyn. Él corrió a su lado justo cuando ella perdió el
conocimiento. Al notar los moretones en su cara y las marcas de
dientes en su cuello, casi perdió su control apenas contenido. Alargó la mano
hacia su cuerpo, tirando de ella en sus brazos, y se levantó. Se volvió para mirar
a su padre, quien todavía estaba en su forma de lobo.

—Sin importae la parte de la doctora Steele en esto, ahora la necesitamos.


Tenemos que saber cómo sanar a mi Luna.
260
Vasile dio un pequeño resoplido y Fane tomó eso como significando que
su padre no tomaría ninguna acción hacia la doctora… aún.

***

Cuando Fane, Decebel, y los cinco lobos se acercaron al vehículo su


mirada se fijó en la de Lilly. Ella corrió hacia adelante, mientras las lágrimas
bajaban por sus mejillas, hundiéndose en el suelo cuando Fane bajó el cuerpo de
Jacquelyn. Él ayudó a Lilly a recostar la cabeza de Jacquelyn en su regazo y luego
rápidamente tomó un par de pantalones de chándal que su madre estaba
entregando a cada uno de los lobos.

—Está bien, chicas. Todos ellos están decentes —anunció Alina.

Jen y Sally dieron la vuelta por el otro lado del vehículo y se apresuraron
al lado de Jacquelyn. Las dos chicas estaban llorando mientras miraban a su
amiga, asegurándose de que estaba viva y realmente aquí. Tomó todo en Fane
evitar tomarla de Lilly y mantenerla cerca de él para poder asegurarse por su
cuenta y a su lobo de que ella estaba a salvo.

Fane se volvió hacia su padre mientras Vasile acercaba.


—Necesitamos a la doctora Steele despierta.

—Voy a forzarla a cambiar una vez que estemos de vuelta en el hotel.


Entonces nos puede decir lo que tenemos que hacer para que Jacque mejore.

Fane vio como uno de los lobos que había cambiado y ahora llevaba unos
pantalones de chándal se acercaba a Lilly. Fane no pudo evitar el gruñido que
salió de su pecho. Dillon Jacobs levantó la vista al oír el gruñido.

—Ella es mi hija también.

—Lo entiendo. No la toques mientras la revisas. Sé que quieres asegurarte


que está bien, pero ningún macho va a tocarla. —La voz de Fane era letal cuando
emitió la orden.

Dillon asintió en reconocimiento a la solicitud de Fane mientras se


arrodillaba junto a Lilly.

***

Vasile le dio a todos unos minutos más antes de que anunciara que había 261
que volver al hotel.

—Dillon —dijo Vasile, volviéndose hacia el otro Alfa—. Puedes volver al


hotel, pero yo te pediría que tus otros lobos se mantengan alejados. Fane no estará
cómodo con otros lobos alrededor de Jacque en estos momentos. Como están las
cosas, él está a punto de perder el control.

Dillon accedió a esto y le dijo que se reuniría con ellos en el hotel después
de que acomodara a sus lobos.

Fane se acercó a Lilly y se arrodilló.

—¿Puedo tomarla, Lilly?

Lilly miró como Fane temblaba por la necesidad de estar cerca de su


compañera. Lilly levantó suavemente la cabeza de Jacque, así Fane podría
deslizar el brazo por debajo de ella, y el otro brazo vino bajo sus rodillas mientras
se levantaba con ella. La llevó a la camioneta, sin esperar a nadie, y subió con ella
en su regazo. Bajó la vista hacia su cara, alejando el cabello de su una vez pálida
mejilla ahora empañada por una contusión, y se extendió por su mente.
«Meu inimă, ¿puedes oírme?» Fane continuó deslizando sus dedos por la
mejilla mientras esperaba su respuesta.

«Me duele, Fane.» La voz de Jacquelyn fue suave en su mente.


«Vamos a hacer que te sientas mejor. ¿Puedes abrir los ojos para mí, amor?»
Vio como poco a poco sus ojos comenzaron a revolotear y se abrieron. Él
la protegió con su gran cuerpo, no queriendo que nadie más viera que estaba
despierta, necesitando de unos momentos de toda ella para él. Se inclinó y la besó
en los labios suavemente y susurró:

—No te muevas ahora, déjeme que te vea.

—Alguien tendría que sacarme a la fuerza de tus brazos, Fane —susurró


ella con una pequeña sonrisa, que rápidamente se convirtió en una mueca
mientras su cuerpo se estremecía.

El corazón de Fane se apretó cuando vio el dolor llenar sus ojos, odiando
no poder hacer nada por ella.
262
—Sólo descansa, mi amor.

Jacquelyn cerró los ojos y Fane la acercó a su cuerpo, compartiendo su


calor con ella.

Así como llegaron a los bosques en silencio, su viaje de regreso al hotel fue
igual de silencioso.

***

Alina extendió una manta sobre la forma de lobo de Cynthia Steele


recostada en una de las camas del hotel. Vasile, Fane, y Lilly se inclinaron hacia
ella mientras la observaban empezar a cambiar de nuevo a su piel humana. Jen y
Sally se sentaron en la otra cama, junto a la figura de Jacque tendida sobre su
dorso y Decebel se apoyó contra la pared de atrás, con los brazos cruzados sobre
el pecho, viéndose aún más sombrío si eso fuera posible.

Cynthia parpadeó varias veces mientras sus ojos se abrían. No sabía dónde
estaba, sólo sabía que ella ya no estaba en el bosque, y estaba viva.

—Cynthia Steele, necesitamos tu ayuda —oyó que una voz que le decía.
Comenzó a incorporarse. El brazo y la pierna que habían sido rotos habían
curado durante su cambio, pero seguían rígidos y todavía le dolían. Ella sintió la
tela caliente contra su piel. Al darse cuenta de que era una manta que cubría su
muy desnudo ser, se aferró a ella mientras se incorporaba plenamente a ver la
habitación llena de rostros mirando fijamente en ella. Comenzó a reconocer las
caras y luego todo lo que había sucedido se apresuró dentro.

—¿Dónde está Jacque ¿Está bien? ¿Logan está aún vivo? —Las preguntas
fluyeron de su boca como el agua de un grifo, mientras sus ojos se movían de
persona a persona.

Fue Fane quien le respondió.

—Jacque está viva, pero con un dolor intenso. Por favor dígame cómo
curarla.

—Ella necesita sangre —le dijo Cynthia.

—Ella ya ha tenido sangre. —La voz de Fane era mortal—. Logan forzó
su sangre en ella, y no está mejor. 263
—No sólo la sangre de cualquiera, Fane. Ella necesita tu sangre, la sangre
de su compañero.

Fane se acercó a la cama a medida que la esperanza comenzaba a avanzar


lentamente su camino a su corazón.

—¿Estás segura? —preguntó.

—Científicamente, no, no lo estoy. Pero Fane, somos hombres lobo, la


ciencia no nos puede explicar. En mi interior sé que es tu sangre lo que necesita.
No creo que una mordida funcione, ya que ha pasado demasiado tiempo y su
cuerpo poco a poco ha estado atacándose el mismo. Ella probablemente tendrá
que morderte varias veces durante el período de unos cuantos días.

Fane se volvió hacia su madre.

—Consíguele algo de ropa, por favor.

Alina le trajo a Cynthia unos pantalones de chándal y una camiseta y todos


los hombres salieron de la habitación. Lilly y Alina ayudaron a Cynthia a vestirse.
Aunque sus huesos rotos se habían reparado gradualmente cuando cambió, su
cuerpo todavía estaba muy rígido y dolorido. Nadie habló mientras Cynthia se
vestía. Alina abrió las puertas y dejó a los lobos entrar de nuevo. Fane caminó al
lado de Jacquelyn y la miró en silencio. Todo el mundo en la sala esperó,
observando para ver lo que iba a hacer. Fane tomó una decisión.

—Todo el mundo, por favor váyase —pidió sin apartar los ojos de su
compañera—. Ella no querría que nadie observara esto.

Sin decir una palabra, la habitación quedó vacía y tan pronto como Fane
oyó el clic de la puerta, se sentó junto a Jacquelyn en la cama.

—Luna, ¿puedes despertar para mí?

Jacquelyn volvió la cabeza en la dirección de la voz de Fane. Sus ojos se


abrieron.

—¿Estoy realmente aquí? ¿Está realmente conmigo?

—Sí y sí —respondió él mientras yacía en su costado al lado de ella.

Ella extendió su mano para tocarle la cara, pero se retiró por el dolor. Fane 264
acarició suavemente su rostro cuando volvió la cara para mirarlo.

—La doctora Steele dice que necesitas mi sangre, que vas a tener que
morderme varias veces con el fin de sanar completamente. —Fane hizo una pausa
antes de continuar—. ¿Crees que puedas manejar el morderme o sería demasiado
ya que fuiste forzada antes? —Su voz se hizo más y más suave, mientras hablaba,
sus párpados oscurecían sus ojos y sus labios sostenían una línea apretada.

—Fane, yo no mordí a Logan. Él se mordió a sí mismo y derramó su sangre


en mi boca. Morderte será raro, pero no debido a Logan. —Su boca se alzó
ligeramente mientras trataba de tranquilizarlo, pero no debe de haber sido exitosa
porque él todavía se veía afectado.

—Fane, dime qué hacer. A menos —dijo ella, apartando la mirada de él


mientras su voz temblaba—, a menos que no quieres que te muerda.

Fane gruñó.

—¿Por qué no querría que mi compañera me muerda, para tomar mi


sangre?

Jacque se estremeció ante la furia que escuchó en su voz.


—Porque he tenido su sangre, porque él me deshonró —sollozó ella.

Fane comenzó a envolver sus brazos alrededor de ella, pero cuando sus
manos tocaron la espalda ella gritó de dolor.

Las cejas de Fane se elevaron mientras alejaba sus brazos.

—¿Qué es? ¿Dónde te duele, amor?

Los ojos de Jacquelyn cayeron mientras sus labios temblaban.

—Él arañó mi espalda cuando vio mis marcas —susurró.

Fane gentilmente la jaló hacia adelante para que así ella estuviera
descansando sobre su estómago. Él comenzó a levantar el dobladillo de su
camiseta.

—Seré gentil —le dijo, su voz apretada y tensa. Mientras él continuaba


tirando de su camiseta hacia arriba, revelando más y más de su piel, finalmente
vio los enfadados cortes rojos que enturbiaban su hermoso cuerpo. Ellos
descendían desde su cuello hasta debajo de su sostén. Fane no pudo detener el 265
bajo gruñido que retumbó en su pecho a la vista de la hermosa piel de su
compañera tan furiosamente desgarrada.

—Su muerte fue muy misericordiosa para el dolor que te causó. —Su voz
tembló, exponiendo su profundo dolor por ella. Fane se inclinó hacia adelante y
besó suavemente las heridas de su espalda y cuello. Tirándola atrás y bajándole
la camiseta él la ayudó a recostarse en su lado.

—Quiero que tomes mi sangre. Soy tu compañero. Tomarás mi sangre para


que así puedas ponerte mejor y luego la tomarás para que así podamos completar
los Ritos de Sangre.

Fane inclinó su cabeza hacia atrás, desnudando su cuello a Jacque.

—Tus instintos te deberían ayudar, amor. Sólo cierra tus ojos y muerde.

Jacque miró el cuello de Fane, su hermosa piel lisa y las marcas que corrían
a través de él. Ella no podía creer que fuera hacer esto, pero tenía tanto dolor que
ya no le importaba. Hizo lo que Fane le dijo y cerró sus ojos. Se escabulló más
cerca de él, inclinándose hacia adelante y tocando suavemente sus labios en el
cuello de Fane. Ella le besó una vez antes de separar sus labios y presionar su
boca hacia abajo. Mientras sus dientes comenzaban a aplicar presión a su piel,
para su sorpresa, sintió a sus incisivos alargarse y luego fue capaz de perforar la
piel de él con casi ninguna resistencia.

Ella apretó sus ojos con fuerza mientras el sabor de la sangre de Fane
golpeaba su lengua. En lugar del sabor metálico que había estado esperando hubo
casi una picante cualidad en la sangre de Fane. Sintió que él la jaló más apretada
contra él y ella apretó su boca mientras continuaba tragando su sangre. Debería
haberle asqueado y asustado, pero en su lugar se sentía bien.

***

Fane cerró sus ojos mientras sentía la boca de Jacquelyn en su cuello. Su


cuerpo se puso brevemente rígido mientras sentía los dientes de ella hundirse en
su carne. No podía describir las sensaciones moviéndose dentro con el tirón de la
boca de ella si lo quisiera hacer. Era algo tan privado y especial entre compañeros.
Él la dejó continuar tomando de su sangre por varios minutos. Cuando pensó que
ella había obtenido suficiente por esta vez él llego a la mente de ella. Los
pensamientos que encontró ahí le dieron pausa antes de que finalmente le hablara.
266
«Amor, es suficiente por ahora. Tienes que parar.»
Jacque separó lentamente su boca del cuello de Fane. Parpadeó varias
veces mientras el rostro de Fane volvía despacio a entrar en su foco. La
respiración de él quedó atascada cuando vio los dientes de Jacquelyn. Él levantó
el labio superior de ella para mirar los incisivos que se habían alargado.

—Interesante —murmuró. Mientras sacaba su mano, los observó retraerse.

—Eso fue… —Jacque se pausó mientras tragaba y recuperaba su aliento—


, intenso.

Fane le sonrió, frotando sus manos arriba y abajo por su espalda.

—Eso es decirlo suavemente, Luna.

Ella le miró a los ojos, disfrutando estando tan cerca de él, una vez más
siendo capaz de tocarlo, olerlo y saborearlo.

—¿Será siempre así?

Fane ladeó su cabeza hacia un lado.


—No lo sé, pero eres bienvenida a averiguarlo en cualquier momento que
quieras. —Él sonrió y se animó al ver una pequeña sonrisa en los labios de ella—
. ¿Cómo te sientes? ¿Algo mejor aún?

—El dolor en realidad se ha aligerado un poco. Aún está ahí pero no me


impide respirar.

—¿Crees que puedes moverte? —le preguntó amablemente.

—Siempre y cuando no me pidas correr por los árboles de un alocado lobo


—se burló ella. Fane no lo encontró divertido cuando le gruñó.

—Estoy listo para llevarte a casa, a Rumania. Quiero vincularme a ti,


Jacquelyn. Quiero completar los Ritos de Sangre. Si estás dispuesta, vamos a
irnos en avión esta noche.

—¿Pero, y mi mamá? ¿Jen y Sally?

—Ellas vienen con nosotros. Mi mamá y tu mamá de alguna manera


convencieron a sus padres. ¿Crees que puedes viajar, Luna? —Fane estaba de
verdad esperando que ella dijera que sí. Él quería salir de este país. Parecía que 267
aquí sólo cosas malas le sucedían a Jacquelyn. Él la quería en casa con él, a donde
ella pertenecía.

—Estoy lista para vicnularme a ti, también. Hagamos esto. —Jacque le


guiñó y él sintió ese guiño hasta su alma.

Fane se levantó y comenzó a dirigirse a la puerta.

—Espera, ¿a dónde vas? —le preguntó.

Se volvió para mirar el rostro de ella y vio pánico en sus ojos. Se dio cuenta
entonces que su valiente, sarcástica, feroz Luna no había salido de esto indemne.

—Sólo voy a readmitirlos y decirles que nos vamos. —Se sentó de vuelta
en la cama al costado de ella y tomó su mano—. ¿Qué pasa, Jacquelyn?

Ella vaciló pero luego lo miró en los ojos con la barbilla en alto.

—Odio ser débil y sentirme indefensa, y me niego a tener siempre estas


necesidades, pero ahora mismo la idea de ti donde no puedo verte me aterroriza.
Si eso me hace patética entonces que así sea. —Fane podría decir que tomó
mucho de ella admitir su temor a él.
—Nada de lo que me has dicho podría alguna vez hacerte patética y si crees
eso entonces vas a pensar que estoy completamente loco, porque nunca te dejaré
fuera de mi vista otra vez, ni otro hombre estará nunca lo bastante cerca para
tocarte.

Jacque no pudo detener la pequeña risa que escapó de sus labios.

—¿Por qué encuentras esto divertido? —preguntó Fane, verdaderamente


confundido por su respuesta.

—Tú no puedes muy bien mantener a todo hombre lejos de mí por siempre.

—Si puedo. Soy el siguiente Alfa en línea. Soy el príncipe de los Lobos
Grises de Rumania. Si digo que ellos tienen que estar a ciento cincuenta metros
lejos de ti todo el tiempo, entonces eso es lo que ellos harán.

La travesura brilló en los ojos de Jacquelyn.

—¿Ciento cincuenta metros? ¿Estás seguro que eso es suficiente? Tal vez
deberías hacerlo, no sé, varios cientos de metros más. Eso podría ser más
razonable. 268

—¿Te estás burlando de mí, Luna? —preguntó Fane con un gruñido bajo.

—Por qué, sí, Fane. Lo estoy. ¿Sin embargo, podrías decirlo?

Fane le frunció el ceño mientras ella sonreía inocentemente, luego la


sorprendió besándola en la nariz.

—Me alegra ver que no has perdido tu sentido del humor.

—Hombre lobo, si sigues haciendo declaraciones escandalosas como esa


entonces mi sentido del humor sólo mejorará porque me tendré que burlar de ti.

Fane se paró y caminó de nuevo hacia la puerta de la habitación del motel


y mientras jalaba para abrirla, dijo lo bastante alto para que todos oyeran:

—Me alegra mucho estar a tu servicio, Jacquelyn.

Jacque se volvió rojo brillante mientras todos entraban, sus ojos


precipitándose entre los dos.
—¿Así es cómo lo llaman en estos días? —preguntó Jen. Ella miró a Sally—
. Eso es lo que he estado haciendo mal. No he estado diciendo que quería ser
servida.

Cada hombre en la habitación tosió para cubrir las risas mientras Sally
golpeaba el brazo de Jen.

—Sólo digo, uno aprende algo nuevo todos los días —dijo ella, guiñando
a Jacque.

Fane sacudió su cabeza, con una sonrisa en su rostro simplemente porque


su Luna estaba sonriendo.

Vasile fue el primero en recomponerse mientras miraba a Jacque.

—¿Cómo te sientes?

—Un poco mejor. Le estaba diciendo a Fane que el dolor es soportable.

—¿Entonces crees que puedas viajar? Es un largo vuelo hasta Rumania —


le dijo Vasile. 269
—Sí, estoy bien. Estoy lista para dejar este continente. Estoy convencida
que hay algo contra mí.

Fane miró a Cynthia, quien estaba parada al lado viéndose como si quisiera
arrastrarse a un agujero.

—¿Crees que está bien para ella viajar?

Cynthia miró a Jacque y luego a Fane.

—Si ella dice que se siente a la altura, entonces, sí. Si a ella le comienza a
doler mucho otra vez tú sólo necesitarás darle más de tu sangre.

Jacque se sonrojó cuando Fane la miró con una sonrisa malvada.

Jen miró entre los dos y luego a Sally.

—¿Ves a ese lobo refinado sonriéndole a nuestra mejor amiga?

Sally miró aprensivamente a Jen.

—¿Sí…? —contestó Sally precavidamente.


—Pensé que te dije que quería uno. ¿Dónde está? —preguntó Jen
secamente.

—Y yo creí preguntarte si deseabas papas fritas o tostadas con eso y tú


dijiste que preferías crema batida. Tanto como me duele decirte esto —Sally tomó
a Jen por los hombros y la miró a los ojos con toda seriedad—, y tal vez quieras
prepararte, aparentemente a los lobos no le va bien la crema batida. Todos ellos
dijeron que deja su pelaje pegajoso.

Jen sonrió abiertamente a Sally mientras la habitación entera estalló en


carcajadas, reteniendo su puño de golpearla.

—Liiiiindo.

Vasile se giró hacia Fane aún sonriendo abiertamente, obviamente


disfrutando de la alegría después de tantos días de preocupación y miedo.

—Prepáralos para salir, Sorin tiene el avión esperando.

Fane asintió, aún sonriendo.


270
—Como tú digas, Alfa.
Traducido por Otravaga

Corregido por LizC

en y Sally abordaron el avión privado que Vasile había alquilado.


Jen silbó mientras la mandíbula de Sally caía abierta ante la vista de
semejante lujo.

—Sally, me retracto. No sólo quiero un lobo y crema batida. Quiero un


lobo millonario con crema batida.

—Está bien, déjame anotar eso por ti ya que pareces pensar que soy tu
asistente personal —respondió Sally, con tono cortante.
271
—¿Alguna vez has notado que los asistentes comienzan con idioteces?
¿Crees que eso es una coincidencia? —Jen se encogió de hombros mientras
levantaba sus cejas a Sally.

***

—¡Oh, cómo he extrañado a mis dos malhumoradas mejores amigas! —


dijo Jacque sarcásticamente mientras abordaba el avión, seguida de cerca por
Fane.

Jacque había comenzado a seguir a Jen y a Sally cuando sintió a Fane tirar
de su mano. Volteó para mirarlo.

—Déjame revisar el avión antes de que tú y tus amigas vayan a explorarlo.


—Él le dio a su mano un rápido apretón y luego caminó hacia la parte de atrás
del avión. Jacque notó que había un pequeño vestíbulo que estaba bloqueado
desde la parte delantera del avión.

—Esta cosa es enorme. ¿A dónde crees que lleva eso? —preguntó Sally
apuntando en la dirección por la que Fane había desaparecido.
—No lo sé, pero pretendo averiguarlo —dijo Jacque a sus amigas con un
guiño.

Las tres chicas se sentaron en un lujoso asiento que se extendía a lo largo


de un lado del avión. En el lado opuesto del avión había asientos estilo
envolvente, dos por fila. Cada juego de dos se enfrentaba a otro y había una
pequeña mesa entre cada juego. Jacque contó tres juegos. A la derecha de ella, en
la pared que separaba la parte de atrás del avión de ellos, había un gran televisor
pantalla plana y bajo éste había un bar con varias bebidas en la vitrina de cristal.

Fane llegó y se paró al lado de Jacque, aparentemente con la inspección


terminada. Jacque, Jen y Sally observaron mientras los demás comenzaban a
abordar el avión. Alina y Lilly tomaron uno de los juegos de asientos envolventes
mientras Vasile y Sorin se sentaron frente a ellas. Jacque tuvo que pellizcar a Sally
cuando ella comenzó a reírse porque Boain había intentado sentarse en el asiento
al lado de Jen, y Decebel le gruñó algo en rumano al pobre lobo, haciéndolo
palidecer y levantarse de un salto tan rápido que parecía que había sido apuñalado
en el trasero con un atizador caliente. Jen actuó como si no lo hubiese notado.
272
Cynthia se sentó al lado de Skender frente al ahora tembloroso Boain y a
un Decebel con el ceño fruncido. Fane se estiró y tomó la mano de Jacque, tirando
de ella mientras que le indicaba los asientos envolventes para que ellos se
sentaran. Jacque se puso de pie, le hizo señas a Jen y a Sally para que se unieran
a ellos en los asientos frente a los otros.

Con todo el mundo con el cinturón de seguridad puesto, el avión comenzó


su viaje por la pista, aumentando la velocidad hasta que finalmente Jacque sintió
su estómago caer cuando las ruedas del avión abandonaron el suelo. A medida
que el avión se elevaba hacia el cielo Jacque sentía como si finalmente estuviese
escapando de la pesadilla que había vivido el mes pasado. Hasta que el dolor la
atravesó de nuevo.

Se inclinó hacia adelante en su asiento, con los brazos envueltos alrededor


de su cintura mientras apoyaba la cabeza sobre la mesa delante de ella. Escuchó
voces sobresaltadas, pero no podía distinguirlas. No con el sonido de la sangre
precipitándose en sus oídos mientras trataba de no gritar. Había pensado que
estaba mejor puesto que había tomado la sangre de Fane, pero Cynthia tenía
razón cuando dijo que haría falta más de una toma. Sintió que alguien
desabrochaba su cinturón de seguridad y luego unos fuertes brazos estaban a su
alrededor levantándola. Acurrucó su cuerpo en la fuerza que sabía tenía que ser
Fane.

Jacque no abrió los ojos hasta que lo sintió acostándola sobre una superficie
blanda. No se molestó en mirar a su alrededor, lo único que quería ver eran los
ojos de Fane. Ella lo observó mientras se tendía a su lado sin apartar sus ojos de
los suyos.

—Necesitas más sangre, Luna —le dijo suavemente.

Jacque observó mientras él desabrochaba los tres primeros botones de su


camisa negra y empujaba hacia atrás el cuello para exponer su garganta. A
medida que el dolor continuaba su curso a través de su cuerpo ella apenas registró
que sus colmillos se habían alargado en el momento que Fane desnudó su
garganta para ella.

Él suavemente envolvió su mano alrededor de su nuca y guió su boca a su


piel. Esta vez Jacque no dudó. Tan pronto como sus dientes se encontraron con
su carne la atravesó sin pensarlo. Una vez más la picante esencia de Fane se vertió
en ella mientras cerraba los ojos y le daba la bienvenida a su sangre sanadora. 273
***

Fane acercó a Jacquelyn, protegiéndola con su cuerpo mientras tomaba lo


que le ofrecía.

Le susurró al oído usando su lengua materna, diciéndole lo mucho que


significaba para él y cómo nunca podría imaginar una vida sin ella. Y cuando le
dijo que la amaba sintió su cuerpo temblar en sus brazos. Esta vez ella se apartó
por su cuenta y Fane vio las lágrimas rodar por sus mejillas.

—¿Por qué lloras, mi amor? —le preguntó con suavidad.

—Sabía que vendrías por mí, pero no sabía si yo sería la misma persona
cuando me encontraras.

Fane observó cuando ella se movió hacia adelante y sintió su lengua pasar
por donde acababa de morderlo. Cuando ella se apartó, vio que sus mejillas
estaban ligeramente teñidas de rojo y mientras pasaba la punta de sus dedos por
su rostro sintió el calor de su piel.
—Lo siento, había, eh, algo de sangre. —Ella dejó que sus palabras se
fuesen apagando.

Fane rió entre dientes mientras limpiaba la evidencia de sus lágrimas.

—No tienes que estar avergonzada, Luna. Puedes pasar tu lengua por mi
cuello en cualquier momento. Te aseguro que nunca me opondré. —Se echó a
reír cuando ella le dio un manotazo, pero se alegraba de haber conseguido sacarle
una sonrisa.

—¿Cómo te sientes ahora? ¿Ha disminuido el dolor? —preguntó en un tono


mucho más serio.

Jacque respiró hondo y soltó el aire lentamente. Ella cerró los ojos,
concentrándose en su cuerpo. Todavía podía sentir un dolor sordo pero estaba
incluso mejor que después de la primera vez que él le había dado su sangre.

—Me siento mucho mejor —le dijo honestamente. Frunció el ceño cuando
le preguntó—: Fane, ¿esto afectará los Ritos de Sangre puesto que he tomado tu
sangre? 274
—No, Luna. Porque no he tomado tu sangre, los Ritos no están completos
todavía.

Jacque asintió su entendimiento. Rodó sobre su espalda y por primera vez


miró a su alrededor. Se dio cuenta que estaban en una habitación pequeña pero
lujosa. Había suaves luces de techo a lo largo del borde de la habitación. Estaban
acostados en una cama tamaño queen que llenaba el espacio casi por completo.

—¿Es esta la parte trasera del avión? —le preguntó ella.

Fane asintió.

—Esta es la única cabina en el avión. Vine aquí atrás cuando embarcamos


al principio para asegurarme de que estuviese lista por si necesitaba darte sangre
de nuevo.

El rostro de Jacque una vez más se tornó de un sonrosado color rojo.

—Supongo que todos ellos —indicó con un gesto en dirección a la parte


delantera del avión—, saben por qué vinimos aquí atrás.
—Bueno, estoy seguro de que están asumiendo que es porque necesitas mi
sangre, pero podemos darles una razón para creer que era para otra cosa —
bromeó Fane cuando empezó a hacerle cosquillas y no pudo contener la risa
suave que brotó de ella.

***

Jen y Sally se sentaron tensamente en sus asientos mientras se preguntaban


si Jacque estaba bien. Había estado tan pálida cuando Fane se la había llevado
cargada. Alina seguía tratando de tranquilizarlas de que Fane se haría cargo de
ella. Sin embargo, no podían dejar de preocuparse. Para el momento en que el
avión alcanzó la altitud de crucero todos oyeron una risita suave proveniente de
la dirección en que Fane había llevado a Jacque. Jen puso los ojos en blanco
mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad.

—Oh, por el amor de Dios —dijo, mientras se ponía de pie—. Si Jacque


tiene derecho a tener relaciones a 25.000 metros, yo al menos voy a poner mi
juego en forma. —Se volteó para mirar a los otros lobos—. Skender, Sorin, Boain
—pero fue interrumpida antes de que pudiera terminar.
275
Decebel se puso de pie, casi rasgando el cinturón de seguridad antes que
recordara desabrochárselo.

—Jennifer —su voz era mortalmente suave—, ¿qué condenado infierno


quieres decir con poner tu juego en forma con tres de mis compañeros de manada?

Jen tuvo que darle una palmada en la espalda a Sally cuando ella empezó
a toser ante las palabras de Decebel.

—Bueno, cuando lo pones así suena bastante mal. Pero esas fueron tus
palabras, Sparky, no las mías. —Se volteó hacia Alina, ignorando las dagas con
las que Decebel la estaba mirando—. ¿Tienen una baraja de cartas en esta nave?

Los ojos de Alina se arrugaron cuando sonrió.

—Apuesto a que podríamos encontrar algo. —Se desabrochó el cinturón


de seguridad y comenzó a ir a través de varios compartimentos que no parecían
compartimientos hasta que empezó a pulsar botones que los hacían abrirse.
Finalmente, después de unos momentos Alina levantó una baraja de cartas a
modo triunfal—. Estamos listos —dijo, sonriéndole a Jen.

Jen tomó la baraja mientras miraba a Sally.


—¿Estás dentro?

—Siempre.

—Está bien, muchachos. Vamos a ver lo que tienen —se burló Jen mientras
se sentaba en el asiento frente a los demás.

Los tres lobos miraron tentativamente a Decebel.

—Oh, por el amor de Dios, Dec. Diles que no los vas a golpear si juegan a
las cartas con las dos humanas. —Jen lo fulminó con la mirada.

Decebel no había apartado los ojos de Jen desde que ella había declarado
que quería poner su juego en forma. Finalmente cedió y se volteó hacia sus
compañeros de manada, quienes se encogieron bajo su escrutinio.

—Sin tocar —dijo, mientras se volvía a sentar rígidamente, ladeado para


poder observar todos los movimientos del juego.
276
Los tres lobos se unieron a Jen y a Sally. Sin saber dónde sentarse todos se
sentaron en el suelo, justo frente al asiento que Jen y Sally ocupaban.

—¿Entonces vamos a jugar hold'em7? —le preguntó Skender a Jen.

Sally resopló mientras Jen seguía repartiendo las cartas.

—Hold'em es para mariquitas —bromeó Jen con un guiño—. Vamos a


jugar algo un poco menos civilizado.

—¿Qué sería eso… exactamente? —preguntó Sorin enarcando las cejas y


los labios ligeramente caídos.

—Strip Poker8, por supuesto —dijo Jen inocentemente mientras los tres
lobos tosían en su mano—. Pero recuerden —añadió con una malvada mirada
dirigida al amenazador lobo sentado detrás de los otros lobos—: sin tocar.

El bajo sonido que retumbó desde el pecho de Decebel tenía a los otros
lobos encogiéndose.

7
Texas hold'em: Es una versión del juego póquer. Actualmente es la más popular y también es la más
jugada en la mayoría de casinos.
8
Strip poker: Es una variación del juego de cartas póquer en el que los jugadores se quitan prendas de ropa
cuando pierden sus apuestas.
—Jennifer —gruñó Decebel en señal de advertencia.

—Bien. Strip poker está descartado, ¡Pesca!9 es la onda. —Jen miró a


Decebel—. De todos modos, ¿quién te invitó a esta fiesta? ¿Tu invitación no
puede ser revocada?

—Eso sólo funciona con los vampiros, Jennifer. —Sus ojos se estrecharon.

—Bueno, sería un poco más conveniente si algunas cosas fuesen


universales en el mundo sobrenatural —espetó ella.

—Algunas cosas son universales. Por ejemplo, no existe un ser que no


pudiera querer devorar tu trasero bocazas. —Decebel le guiñó un ojo cuando ella
se quedó a medio barajar, con la boca abierta.

Sally se acercó y empujó la barbilla de Jen hacia arriba, efectivamente


cerrando de golpe su boca.

—Jen, ¿qué tal si yo me encargo de barajar, de acuerdo? —Sally le quitó


con cautela la baraja de cartas, mientras Jen continuaba mirando a Decebel. 277

***

Fane yacía al lado de una durmiente Jacquelyn mientras el silencioso


zumbido del motor del avión zumbaba como una canción de cuna y se dio cuenta
de lo mucho que ella parecía haber mejorado después de tomar su sangre dos
veces. El moretón en su mejilla se había desvanecido al suave color verde al que
llegaban justo antes de desaparecer. Él no había vuelto a mirar su espalda para
ver si las marcas de garras habían empezado a sanar. Fane no sabía si ella tendría
cicatrices o no dado que era sólo mitad Canis Lupis.

Se veía hermosa acostada a su lado. Suavemente tomó un mechón de su


cabello y lo llevó a su rostro. Las suaves hebras contra su piel eran como la seda
y el olor que aspiró de ellas era como un pedacito de cielo para él. No podía
empezar a expresar su agradecimiento y alegría por tenerla de vuelta con él.

El avión dio una sacudida cuando se encontró con turbulencias, la


perturbación haciendo que Jacquelyn se moviera. Fane vio como sus ojos se
abrieron y luego chocaron con los suyos. Su respiración fue extraída de sus

9
Go Fish: ¡Pesca! (también conocido como ¡ve a pescar! y en inglés como Go Fish, Goldfish o Fish) es un
juego de naipes sencillo. El número de jugadores es variable y está comprendido entre dos y seis.
pulmones ante la suavidad y el amor que vio reflejado en los hermosos ojos color
esmeralda de Jacquelyn. Vio sus cejas juntarse cuando una pregunta se formó en
sus labios rosa.

—¿Por qué tus padres sólo tienen un hijo? —le preguntó.

Fane respiró hondo mientras pensaba en la pregunta.

—Trataron de tener más pero mi madre seguía perdiendo los embarazos.

—Oh, Fane, lo siento. Eso debe haber sido duro para ella. —Jacquelyn le
tomó la mano y se la llevó a los labios mientras besaba suavemente su palma.

—Deberías saber, sólo en caso de que a futuro quieras intentarlo, que para
nuestra especie es difícil concebir. No sabemos por qué, pero no es común que los
compañeros tengan más de uno o dos hijos.

—Tal vez Cynthia podría ayudar —le dijo mientras sus ojos se iluminaron.

Fane sonrió ante su eterno optimismo, pero luego entrecerró los ojos.

—Cynthia tiene mucho por lo qué responder.


278

—Oh, Fane. —Fane observó como el rostro de Jacquelyn se suavizó—. Sé


que lo que ella hizo estuvo mal pero entiendo que estaba herida y enojada. Me
sacó de allí y ella podría haber muerto luchando con Logan para que yo pudiera
escapar. Por favor, no le hagas daño.

Él le levantó la barbilla para poder mirarla a los ojos.

—¿Realmente la perdonas, incluso después de todo lo que soportaste?

Jacquelyn asintió mientras buscaba su rostro.

—La perdono —dijo simplemente.

Fane cerró los ojos brevemente y presionó sus labios suavemente en los
suyos.

—Lo discutiré con mi padre.

Vio como sus labios se elevaban y sus ojos se iluminaban.

—Gracias, hombre lobo.


Él inclinó la cabeza hacia ella, sin apartar nunca sus ojos de los suyos.

—Jacquelyn, ¿cómo fueron las cosas con tu padre? No escuché a


hurtadillas tu conversación con él cuando cada uno se fue por su lado. —Los ojos
de Fane se suavizaron y su boca se elevó en una sonrisa tranquilizadora.

—Fue bien. Él realmente sentía como que tenía que llegar a casa y hablar
con su compañera acerca de todo. Aparentemente ella no sabe nada de mí. Me
alegra haber llegado a conocerlo. Me alegra saber que él se preocupa por mí, pero
no es a él a quien necesito en este momento. Mi momento de tener un padre ha
pasado, Fane, y Dillon lo entiende. Él está feliz por nosotros y eso significa
mucho para mí, pero es a mi compañero a quien necesito ahora.

Fane se inclinó y besó su frente suavemente mientras sus palabras se


filtraban en su corazón.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —preguntó ella cuando él se apartó.

—No podría negarte nada, Luna. Tal vez me permitirías mirar las marcas
en tu espalda para ver si están sanando tan rápido como el moretón en tu rostro 279
mientras satisfaces tu curiosidad —negoció él.

Ella se puso boca abajo y lo dejó empujar su camiseta hacia arriba para que
pudiera examinar su piel.

—¿Te has preguntado alguna vez si los Canis Lupis quieren un rey o Alfa?
¿Crees que alguna vez han querido tener, algo como, una democracia?

Fane se rió entre dientes mientras pasaba sus dedos ligeramente a través de
las marcas de garras que ahora eran cortes rojos, con la piel ya cerrada.

—¿De dónde vino esta pregunta? —preguntó mientras volvía a empujar su


camiseta hacia abajo.

Ella volvió a girar sobre su costado, con los ojos mirando tímidamente
hacia abajo.

—Sólo estoy realmente asustada que tu manada no vaya a quererme como


su hembra Alfa. ¿Y si prefirieran tener una democracia a tener a una mestiza
como líder?
—Hay fallas en tu lógica, mi amor. —Fane se relajó de espalda, con los
brazos cruzados detrás de la cabeza—. En primer lugar, los Canis Lupis, como
nuestros primos los lobos naturales, prosperan bajo la dirección de un Alfa.
Debido a nuestra naturaleza violenta y dominante necesitamos el liderazgo y la
dirección del que es más fuerte y está más en control que cada uno de nosotros.
Sin un Alfa habría caos y anarquía. Nos somos humanos, Jacquelyn, ni siquiera
tú. No sobreviviríamos si tratamos de vivir como lo hacen los humanos. La
manada te respetará y seguirá tu liderazgo. Eres fuerte y eso es lo que ellos buscan
en un líder. Esto también explica por qué una democracia no funcionaría, porque
los Canis Lupis no podrían elegir a un líder. Los lobos sólo siguen al fuerte; el
líder tiene que probar que puede liderar. Su fuerza no puede estar basada en las
opiniones de los demás. Él tiene que ser capaz de demostrar que es el más
dominante y más capaz de cuidar de la manada. La hembra Alfa, por designio de
la naturaleza, llega a esta posición naturalmente porque está emparejada con el
Alfa. Fuiste elegida por el destino para ser mi Luna y por eso se demuestra que
eres lo suficientemente fuerte como para liderar, lo suficientemente fuerte para
tomar el control cuando otros traten de llevar el caos a la manada.

***
280

Jacque se quedó callada por unos minutos después de que Fane hubiera
terminado de hablar. Pensó en lo que había pasado desde que conoció a Fane y
se preguntó si era la manera del destino de demostrarle que en realidad ella era lo
suficientemente fuerte como para liderar, para tomar el control. Después de todo,
ella había sobrevivido a dos Alfas psicóticos y aunque no había salido ilesa,
permanecía entera. Todavía era la compañera de Fane, todavía era fuerte. Miró
a Fane que esperaba pacientemente su respuesta. Sus ojos se suavizaron cuando
se encontraron con los suyos y ella no pudo evitar que sus ojos vagaran por su
hermoso rostro. Ellos trazaron las marcas que fluían a través de su cuello y
desaparecían bajo su camiseta y luego lo miró a los ojos una vez más.

—Puedo hacer esto. No estoy diciendo que no tengo miedo, pero tengo
esto. Siempre y cuando estés a mi lado, hombre lobo, me apunto.

Jacque se acurrucó junto a Fane, contenta de estar en sus brazos y siguió


pensando en su futuro, en el futuro de ellos. No iba a preocuparse, iba a confiar
en Fane y en sí misma, y lo daría todo y sería la mejor compañera y hembra Alfa
cuando llegara el momento.
«Serás increíble, Luna, nunca lo dudes.» Oyó la voz de Fane y el amor que
vertía en sus palabras en su mente.

«No me atrevería» respondió ella con confianza. Su respuesta fue un suave


apretón y una risita entre dientes.

281
Traducido por Otravaga

Corregido por LizC

acque estaba de pie en la habitación que estaba compartiendo con


Jen y Sally en la mansión donde vivían Fane y su familia. Había
pasado una semana desde que aterrizaron en Rumania y el torbellino
de la preparación para la ceremonia de vinculación había comenzado. Esta
noche, en cuestión de menos de una hora, esas preparaciones finalmente darían
el fruto de su propósito. Esta noche Jacque se ataría a Fane para toda la eternidad.
No hace falta decir que estaba un poco ansiosa, y sería una mentira si no admitía
que estaba un poco asustadiza sintiendo que en cualquier momento algún lobo
demente saldría de la nada para llevársela furtivamente en un caprichoso intento 282
de convertirla en su compañera. Bueno, si se tomaba un minuto para pensar
realmente en esos miedos simplemente podría estallar en una carcajada histérica
sabiendo que hace tres meses ni siquiera sabía que existían los hombres lobo.

Se miró en el espejo en el sencillo vestido verde adornado con flores


bordadas cosidas en un hilo de color verde oscuro, mezclado con hilo dorado que
se abría camino desde el dobladillo del vestido hacia arriba y se hacía cada vez
más escaso cuanto más arriba llegaba el vestido. Era escotado en la parte
delantera, pero tenía una parte trasera alta que cubriría sus marcas. Alina eligió
este vestido como reemplazo para el original que se arruinó en el accidente. El
verde acentuaba sus ojos y halagaba su cabello rojo y aunque no era el primer
vestido, todavía era bastante impresionante a su propia manera.

Hoy no sólo era la ceremonia de los Ritos de Sangre, sino que también era
su décimo octavo cumpleaños. ¿Quién habría pensado que en su décimo octavo
cumpleaños estaría en Rumania preparándose para vincularse con un hombre
lobo? Sí, ella tampoco.

—¿Cómo te va por ahí, princesa lobo? —Jacque escuchó a Jen preguntar


desde la cama en la que estaba recostada mientras Sally terminaba de pintar las
uñas de sus pies.
Jacque volteó para enfrentar a sus dos mejores amigas, agradecida más allá
de las palabras de que ellas estuvieran aquí para apoyarla y al menos, dar sus
comentarios sarcásticos para ayudar a mantener sus nervios bajo control.

—Estoy nerviosa, pero la verdad es que estoy mucho más que lista para ser
vinculada a Fane.

—Bueno, créenos cuando decimos que ya queríamos que te dieras prisa,


porque todo eso de los “Alfas chiflados derribando tu puerta para meterse en tus
pantalones” se está poniendo viejo —le dijo Jen secamente.

—Elegante, Jen, verdadera elegante. —Sally puso los ojos en blanco.

—Bueno, mejor Jac que yo, eso es todo lo que tengo que decir.

—Espera un minuto —comenzó Sally—. Si recuerdo bien, la Jen ebria era


todo acerca de que cierto lobo fuese su hombre. ¿Qué pasó?

Jen puso los ojos en blanco, su boca apretándose.

—Todas sabemos que eso nunca va a pasar. Además, estoy empezando a 283
pensar que no me vería bien con pelaje de todos modos. —Jen resopló ante su
propio comentario—. ¿Lo entienden? ¿Pelaje? ¿No me vería bien con pelaje? No,
ningún comprador, ¿eh? Está bien pues, público exigente.

Jacque se acercó a Jen y se arrodilló delante de ella, con las cejas


levantadas.

—Jen, eh, sobre eso. Tengo que decirte… —En ese momento la puerta de
su habitación se abrió y Decebel entró.

Jen saltó de la cama, haciendo que Sally lanzara esmalte de uñas por todas
partes.

—Decebel, qué bueno de tu parte unirte a nosotras en nuestra habitación


privada, donde podríamos estar desnudas en cualquier momento dado. Justo
estaba diciéndoles a mis dos amigas aquí lo mucho que deseaba que un gruñón,
arrogante y condescendiente hombre lobo vanidoso irrumpiera sin ser invitado.
Así que gracias por eso. Realmente, gracias.

Decebel se limitó a mirar a Jen fijamente y sus ojos la asimilaron de la


cabeza a los pies. Jen sintió el calor en su rostro elevarse bajo su escrutinio.
—¿Qué, nunca has visto a una chica en un vestido? —dijo bruscamente.

Decebel gruñó.

—No en un vestido como ese. ¿Le falta una chaqueta o algo de tela?

La mandíbula de Jen cayó abierta, sus ojos se ensancharon. Sally tosió en


su mano y Jacque simplemente se puso la palma de la mano en la boca.

Jen miró a Decebel fijamente a los ojos mientras se bajaba su vestido ya


escotado sólo un poco más, desafiándolo con su mirada letal a hacer otro
comentario.

Decebel se le acercó, parándose directamente frente a ella. Jen tuvo que


inclinar hacia atrás la cabeza para mirar a su figura imponente.

—Esta conversación no ha terminado, Jennifer, y no vas a dejar esta


habitación hasta que te pongas un suéter o una bata, o un parka para lo que me
importa. Pero no vas a andar por ahí de esa manera. —Luego se volteó hacia
Jacque—. Es el momento. Él te está esperando. Una vez que Jennifer agregue un
poco de tela a su cuerpo voy a llevarlas a ti y a tus amigas a la sala de reunión. — 284
Sin decir una palabra, se volteó y regresó al pasillo, esperando que ellas lo
siguieran.

Sally ya estaba sacando un suéter corto hasta la cintura color crema suave
que combinaba con el vestido azul marino de Jen.

—Sólo ponte esto y vámonos. Es el día de Jacque, ¿de acuerdo? —le


susurró Sally a su amiga que estaba echando humo.

Jen le arrebató el suéter a Sally y se lo puso, sin apartar los ojos de la forma
rígida de Decebel. Finalmente apartó sus ojos y miró a Jacque. Su rostro se
suavizó de inmediato.

—Está bien Jac, vamos a hacer esto. Tengo la cosa esa de tu discurso así
que estamos bien. ¡Y te ves increíble!

Jacque sonrió ante el cumplido. Asintió, tomando una respiración


profunda, y se volteó para seguir a Decebel a donde Fane la esperaba.

***
Al acercarse a la sala de reunión Jen y Sally le dieron un abrazo a Jacque.
Ninguna habló, ya que ya se había dicho todo lo que necesitaba decirse. Jen le
entregó a Jacque la hoja de papel que tenía sus votos y le dio un guiño rápido.
Decebel escoltó a Jen y a Sally a sus lugares en el salón, dejando a Jacque de pie
sola.

Cuando Jacque se acercó a la entrada y miró al salón, vio que estaba


oscuro. Mientras ella seguía mirando, pequeñas luces se encendieron en el suelo
una por una. Notó que eran velas siendo encendidas y que formaban un círculo.
Todas las personas estaban alrededor del círculo. Ella podía ver las dos primeras
filas, pero luego el resto de los rostros se desvanecían en la oscuridad que la luz
de las velas no alcanzaba. También vio que en el centro del círculo había una silla,
una palangana de agua y toallas. Pero lo más importante de pie en medio de la
suave luz de las velas era Fane.

Llevaba pantalones vaqueros holgados y una camisa blanca de vestir


desabotonada, las mangas largas enrolladas, mostrando sus fuertes antebrazos. Y
estaba descalzo. Podía ver sus tatuajes como una enredadera trepando desde
debajo del cuello de la camisa, abrazando su cuello y su rostro en una adorable 285
caricia. Jacque tomó una respiración profunda y luego entró en el salón. Con cada
paso que daba una vela era encendida a cada lado de ella en el suelo, creando un
camino iluminado. Estaba silencioso, a diferencia de una boda no había música
para que ella entrara. Pero eso no importaba porque todo lo que podía oír era el
latido de su corazón cada vez más fuerte hasta que estuvo frente a Fane. Miró su
hermoso rostro y una gran sonrisa se dibujó en él. Jacque se rió, recordando cómo
le había dicho que él sería el de la gran sonrisa tonta. Sólo que él no se veía tonto,
estaba impresionante.

—Hola —susurró sin aliento.

—Hola, Luna. —Su voz era una caricia en su rostro. Fane la tomó de la
mano y luego se volteó hacia Vasile que había estado allí todo el tiempo, pero
Jacque sólo tenía ojos para Fane.

***

—Fane, Jacquelyn —comenzó Vasile, con voz fuerte y profunda—,


ustedes están aquí hoy para completar el vínculo de emparejamiento. Aunque el
destino los ha reunido y los ha destinado el uno al otro, ustedes dos han elegido
por su propia voluntad estar aquí para profesar su amor y compromiso con su
compañero.

—Lo hacemos —respondió Fane por ellos. Jacquelyn lo miró y él le apretó


la mano para tranquilizarla. «Como el Alfa responderé por nosotros como
compañeros emparejados. Cuando mi padre se dirija a ti directamente, entonces
hablarás.»
Jacquelyn asintió una vez en reconocimiento a su pensamiento. Fane
volvió su atención a su padre cuando Vasile dijo:

—Fane, es el momento de que recites tus votos formales a tu compañera.


Jacquelyn, te sentarás en la silla mientras Fane recita los votos y mientras lo hace
él lavará tus pies. Esto simboliza su voluntad como el líder y Alfa de servirte, su
compañera. De atender tus necesidades más básicas, sin importar cuán grandes o
pequeñas sean, y de darle el honor que te mereces como su Luna. Una vez que
ella te haya contestado, Fane, puedes ponerte de pie y recitar los votos que has
escrito.

Sosteniendo su mano, Fane la llevó hasta la silla para que se sentara. 286
Jacque levantó su vestido, dejando al descubierto sus pantorrillas y pies. Ella
observó mientras él traía la palangana de agua y la dejaba en el suelo junto a ella.
Luego le quitó las zapatillas que ella había estado usando y sacó una de las toallas
y la puso bajo sus pies. Vio con asombro como él tomaba un paño pequeño y lo
sumergía en el agua, recogía sus pies y comenzaba a lavarlos con el paño.
Mientras le lavaba los pies habló:

—En este día me arrodillo ante ti, como un sirviente de mi compañera,


para preguntarte si me completarás. ¿Te entregarás a mí? ¿Calmando finalmente
a la bestia en mi interior, poniendo orden en el caos, llevando luz a donde sólo
ha habido oscuridad? ¿Vincularás tu vida a la mía, tu destino al mío, y tu alma a
la mía y, al hacerlo, completar el vínculo de emparejamiento? —Mientras Fane
esperaba la respuesta de Jacquelyn, enjuagó sus pies y comenzó a secarlos
ligeramente con la última toalla. Cuando ella finalmente respondió lo dejó sin
aliento.

Jacquelyn se puso de rodillas para que estuvieran cara a cara. Puso sus
manos en las suyas, sosteniendo su mirada con la suya y recitó la respuesta que
Alina le había enseñado.
—En este día me arrodillo contigo, mi compañero. Te completaré como tú
me completarás. Me entregaré a ti, calmando a la bestia, poniendo orden en el
caos, y llevando luz a donde sólo ha habido oscuridad. Vincularé mi vida a la
tuya, mi destino al tuyo, y mi alma a la tuya y completaré nuestro vínculo de
emparejamiento. Te tomaré como mío, mi compañero y mi Alfa. —Fane no
podía respirar y por un momento su mente quedó en blanco mientras miraba el
rostro de su propio milagro personal.

Se dio cuenta de que había estado en silencio demasiado tiempo cuando


Jacque le apretó las manos para llamar su atención. Ella esperaba pacientemente
a que leyera los votos que había escrito para ella. Ninguno de los dos se levantó
sino que permanecieron de rodillas, con la mirada fija en los ojos del otro. Se
aclaró la garganta y luego habló:

—Jacquelyn, Luna, compañera. Tienes muchos nombres. Cada uno de


ellos tiene un significado especial, pero la única cosa que quiero llamarte es mía.
—Fane hizo una breve pausa, mirando las emociones atravesando el rostro de
Jacquelyn. Quería mirar en su mente y ver lo que estaba pensando, en cambio,
siguió buscando en sus profundos ojos verdes—. No estaba seguro de cómo 287
decirte todo lo que siento por ti y la profundidad de esos sentimientos, pero
alguien muy sabio me ayudó y por eso transmitiré sus palabras y añadiré unas
cuantas propias. No sé si hay alguna manera de explicar o entender realmente el
vínculo entre compañeros. No es humano; está más allá del reino de la razón y
eso hace que sea difícil de creer que siquiera es posible. Sé que no te he conocido
por mucho tiempo. Sé que los dos somos jóvenes. Pero nos haremos cercanos
más rápido de lo que cualquiera de nosotros puede imaginar. Te convertirás en
mi mejor amiga, mi amante, y yo me convertiré en el tuyo. Incluso ahora sé que
lo sientes, que nadie en este mundo me amará alguna vez como tú lo harás y nadie
te amará como yo te amaré. Hemos nacido para amarnos el uno al otro y ese
amor se hará más fuerte a medida que pase el tiempo. Me preocupa que no vaya
a hacerte feliz —la voz de Fane era tan suave, mezclada con emociones
apretados—, pero esa sabia voz me ayudó a ver que lo haré. También voy a
hacerte enojar, ponerte triste, irritada, y probablemente un poco claustrofóbica a
veces. —Jacquelyn le sonrió, llena de adoración y él siguió adelante alentado por
su respuesta—. Pero haré todo lo que esté en mi poder para hacerte feliz. Mi lobo
intervendrá cuando mi lado humano se pase de la raya. El lobo sólo ve en blanco
y negro. Todo lo que entiende es que tú eres nuestra compañera. Él te amará, te
protegerá, proveerá para ti, jugará contigo y te alegrará mientras mi parte humana
llenará los vacíos de emociones que el lobo no entiende. Tú me harás un mejor
Alfa, un hombre mejor. Te daré lo que ningún otro hombre puede, la otra mitad
de tu alma.

Cuando Fane terminó vio que Jacquelyn tenía lágrimas corriendo por sus
mejillas, sus ojos llenos de amor. Alzó la mano con la que sostenía la suya y le
limpió suavemente las lágrimas.

—Jacquelyn, es momento de que recites los votos que has escrito para tu
compañero —le dijo Vasile suavemente, consciente de sus emociones.

Ella tuvo que soltar las manos de Fane mientras desdoblaba el trozo de
papel que tenía en la mano. Cuando levantó la vista y vio a Fane mirándola
sonrió. Fane le guiñó un ojo lo que hizo que se aceleraran sus latidos.

«Tranquila, amor. Soy sólo yo, sólo nosotros. Háblame» le susurró Fane
en su mente, ayudando a calmarla para que pudiera desdoblar el papel y leérselo.

—Fane, hay tantas cosas que no sé de ti, tantos secretos que aún tengo que
descubrir, pero hay algunas cosas que sí sé. Sé que tu rostro es lo primero que 288
quiero ver en la mañana y lo último que vea antes de cerrar los ojos por la noche.
Sé que tu sonrisa es la que quiero ver cuando la vida te llene de alegría. Sé que
quiero ser la que te abrace cuando estés lastimado o desanimado, y cuando la vida
te de un golpe bajo quiero ser la única que te ayude a volver a levantarte. Sé que
si somos tan bendecidos, quiero que seas el padre de mis hijos, y espero que
tengan tus hermosos ojos azules. Sé sin lugar a dudas, que de los millones de
personas en esta tierra, tú fuiste creado para mí y yo para ti. Todas estas cosas yo
las sé. Lo que tú necesitas saber es que soy tuya y sólo tuya. Tienes mi corazón.
Tienes el poder para llenarlo de amor y tienes el poder para destruirlo. Tienes que
saber que no pasará un día sin que no dé gracias a Dios de que eres mío. Tienes
que saber que voy a enfadarme contigo, yo te daré un infierno cuando lo necesites,
pero también te amaré incondicionalmente y sin reservas. Te daré todo lo que
soy, y no espero nada menos de ti.

Fane miró a su compañera, sin palabras ante sus preciosas palabras. Ni


siquiera se dio cuenta que su padre le estaba haciendo una pregunta hasta que
Jacquelyn volteó para mirar a Vasile.
—Fane, ¿qué ofrenda le traes a tu compañera para demostrarle que vas a
proveer para ella y atender sus necesidades tanto físicas como emocionales? —le
preguntó Vasile.

Fane se levantó y trajo a Jacquelyn con él. Metió la mano en su otro bolsillo
y sacó una pequeña caja negra y escuchó a Jacquelyn contener la respiración.

Fane abrió la caja negra y se arrodilló de nuevo en una rodilla. Él tomó la


mano izquierda de Jacquelyn en la suya y la sintió temblar. Se llevó la mano a los
labios y la besó y la mantuvo en sus labios hasta que el temblor se detuvo.

—He traído un anillo. No hay otro como él en todo el mundo, al igual que
no hay otra como mi Luna. Grabado en rumano alrededor de la banda están las
palabras: finalizarea (llena), ya que sin ti mi alma está incompleta; absolut
(absoluto), que es como es mi amor por ti; chiar (inamovible), no hay nada en
esta tierra que me separe de ti, e intreg (completo), que has llenado el vacío en mí
completando al hombre y al lobo. En el centro está un diamante rojo muy raro.
Elegí el rojo por dos razones. Primero, que eres mi micul incendiu (pequeño
fuego). Y segundo, que es un recordatorio de este día cuando ambos derramamos
289
sangre para vincular nuestras almas el uno al otro. —Fane miró a Jacquelyn,
suplicándole con los ojos que entendiera lo mucho que la necesitaba—.
Jacquelyn, te amo. Eres mi compañera y de hoy en adelante todos los lobos
sabrán que eres mía. Pero porque soy egoísta y un bárbaro justo como me llamó
mi madre, no quiero que sólo los lobos sepan que eres mía. Quiero que cada
hombre sepa que estás tomada. Me doy cuenta que no estás lista para casarte
conmigo ahora mismo. Eso está bien, esperaré. Pero estoy pidiéndote que me
digas que un día serás mi esposa en el sentido humano de la palabra. Usa este
anillo como símbolo de que tu corazón ha hablado. Jacquelyn, ¿quieres casarte
conmigo?

Los ojos de Jacquelyn se cerraron y cuando los abrió vio que brillaban con
lágrimas no derramadas. Fane se levantó y la atrajo hacia él. Apretó los labios a
su oído y le susurró:

—Por favor, dime esas son lágrimas de alegría.

Jacquelyn asintió, pero eso no era lo suficientemente bueno para Fane.


Necesitaba oírlo de sus labios. «Voy a hacértelo decir en voz alta, mi amor.
Necesito escucharlo de ti.» Fane le envió su pensamiento y luego esperó su
respuesta.
Ella se apartó de él para poder mirarlo a los ojos.

—Me casaré contigo, Fane.

Fane podía ver una pequeña chispa de picardía en sus ojos; ella tenía algo
bajo la manga.

—¿Cuándo Luna? ¿Cuándo te casarás conmigo? —susurró.

—Me casaré contigo ahora, aquí, en este lugar —le dijo, con los ojos llenos
de determinación.

Hubo un grito ahogado que recorrió el salón, llegando lejos en la oscuridad


donde estaba de pie los anónimos. El aliento de Fane quedó atrapado, no podía
creer lo que estaba oyendo. Se volteó para mirar a su padre.

—Alfa, cásanos —dijo con firmeza. Jacque se rió ante la urgencia en su


tono. Se dio la vuelta para mirarla—. No quiero que tengas la oportunidad de
cambiar de opinión. —Su voz era alegre pero Jacque podía ver en sus ojos que
hablaba en serio, nunca iba a dejarla ir.
290
La voz de Vasile los trajo a ambos de su mundo privado de vuelta a dónde
y lo que estaban haciendo.

—Antes de que los votos matrimoniales sean dichos, sólo hay una ofrenda,
Fane. ¿Dónde está la segunda?

—Tengo otra ofrenda pero quisiera dársela a mi compañera en privado


cuando completemos los Ritos de Sangre.

Vasile se giró hacia Jacquelyn.

—¿Aceptas esta solicitud?

—Sí —respondió Jacquelyn, con las cejas levantadas mientras miraba a


Fane.

—Está bien, supongo que ahora haremos los votos matrimoniales —dijo
Vasile mientras le sonreía a Jacque.

—Oye, parecía un buen momento como cualquier otro —le dijo mientras
sus mejillas se encendían con calor—. Oh, y puede hacer la versión rápida. Estoy
bastante segura que lo que ya hemos dicho cubre todo lo demás. —La multitud
se rió ante sus palabras y luego se calmó cuando Vasile miró hacia la oscuridad.
Trayendo su atención a Fane y Jacque, dijo los votos matrimoniales y todo el
mundo escuchó una vez más como Fane y Jacque se comprometieron en la forma
humana.

—Yo los declaro ahora marido y mujer. —Vasile terminó los votos
matrimoniales y luego agregó—: Fane, es el momento para que tú y tu compañera
lleven a cabo los Ritos de Sangre. Una vez hechos su vínculo estará completo.

Fane se volvió hacia ella y le tomó el rostro entre las manos y la besó
ruidosamente en la boca. El beso pareció durar una eternidad y Jacquelyn estaba
segura de que incluso Jen estaría sonrojándose. Cuando él por fin se apartó colocó
un beso más suave en sus labios y dijo:

—Compañera, ven. He esperado el tiempo suficiente. —Los ojos de


Jacquelyn se abrieron mientras miraba al rostro de su compañero, el rostro de su
lobo.

291
Traducido por Helen1 y Debs

Corregido por Nanis

acque no podía decir que no estaba nerviosa mientras Fane la llevaba


a su habitación en la mansión. Cuando Fane había terminado ese
beso y le habló, se dio cuenta que Fane no estaba a cargo y el lobo
estaba en control. Al llegar a la puerta, Fane se volvió y la miró.

—No tengas miedo, estoy aquí. Estoy en control, pero el lobo se ha


adelantado porque los Ritos de Sangre son una unión entre el lobo y su pareja,
tú. No vamos a hacerte daño, Jacquelyn.

Jacque le sonrió y se inclinó para besarle suavemente los labios. 292


—Compañero, confío en ti —susurró ella.

Un gruñido bajo retumbó desde Fane mientras suavemente la metía en la


suite. Jacque podía oler flores y cuando miró hacia el suelo supo por qué. Había
un senero de pétalos de rosa que conducían a la suite. Había estado en su
habitación varias veces en las últimas dos semanas. Básicamente era como una
suite de hotel, sólo que muy lujosa.

Tenía una sala de estar con chimenea, la cual Jacque se dio cuenta que
tenía una manta extendida frente a ella con una cesta llena de comida. La suite
también tenía una pequeña cocina y un comedor. Mientras seguían el camino de
pétalos de flores en el suelo se encontró admirando todas las velas encendidas por
todas partes que emitían un resplandor suave. Al llegar a la habitación que Jacque
sabía era donde Fane dormía, sintió su estómago caer a sus pies y su respiración
acelerarse.

Fane abrió la puerta y la visión momentáneamente le quitó a Jacque los


miedos y la dejó sin aliento. Había velas de diferentes formas y tamaños en todo
el lugar. Tenía que haber cincuenta o más. La cama estaba cubierta con una
colcha que Jacque nunca había visto; era una colcha con dos lobos en el centro.
Uno más grande que el otro. El lobo más pequeño estaba metido en la parte
delantera del pecho del lobo grande mientras la protegía. Era una hermosa colcha
y lo decía todo. Al mirar alrededor de la habitación, Fane se alejó de ella. Lo vio
tomar un cuenco de agua que estaba en una placa de calentamiento y colocarlo
sobre la mesa de noche. Junto a ello colocó varias toallas. Él debió de sentir su
confusión porque se volvió y le sonrió.

—Es para limpiar las marcas de mordeduras, amor, eso es todo.

Jacque sintió calor correr por su cuello y cara ya que él lo había recogido
de sus pensamientos.

Se sentó en la cama y miró a Fane, sorprendida por su propia confianza


mientras ella lo miraba a sus hermosos ojos.

—Entonces, ¿cómo funciona esto?

—Tendrás que quitarte el vestido, amor —le dijo Fane, con los ojos
brillando con malicia. Luego agregó—: Si lo deseas, puedes ir al cuarto de baño
y allí hay una bata para ti. 293
Ella le sonrió.

—Eres malo, ¿lo sabías? Tratando de asustar a una chica inocente, deberías
estar avergonzado.

Fane la tomó de la mano y se la besó antes de que pudiera alejarse.

—Debería estarlo, pero no lo estoy.

Jacque sintió los ojos de Fane en ella mientras se retiraba al baño a


cambiarse.

* * *

Unos minutos más tarde, salió con una bata blanca de felpa que le llegaba
a las rodillas. Con la cabeza gacha, los ojos entornados, no podía evitar sentirse
vulnerable sabiendo que no había nada debajo de la bata. Sin embargo, se recordó
una vez más, como lo había hecho cientos de veces, mientras estaba en el cuarto
de baño, Fane era su esposo y su compañero. Oyó la inhalación de Fane y
finalmente alzó la vista.
Su mandíbula había caído abierta, los ojos muy abiertos mientras la veía
de la cabeza a los pies y viceversa. Jacque nunca se había sentido más hermosa.

«Nunca has estado más hemosa, amor.» Oyó las palabras de Fane y aún en
su mente sonaba sin aliento.

Él respiró hondo y se pasó las manos por el cabello. Jacque podía sentir lo
agitado y lo desesperado que estaba por completar los Ritos de Sangre, pero él
estaba tratando de ser amable con ella.

Se acercó a él y le tomó los brazos, tirando de ellos alrededor de su cintura


para rodearla. No sabía qué hacer, así que sólo dejó al instinto hacerse cargo. Lo
miró a los ojos con toda la confianza del mundo. Inclinó la cabeza y le expuso su
cuello. Vio sus ojos brillar más fuerte y escuchó un gruñido.

—¿Estás segura de que estás lista? —le preguntó Fane, con la voz ronca
por la emoción.

—Fane, confío en ti.

Lo sintió acercándola, y luego su mano tiró de la bata suavemente hasta 294


que expuso su cuello y hombro. Sus dedos trazaron las marcas de emparejamiento
en su espalda, ya no se veían estropeadas por las marcas de garras, sanadas por
completo y enteras. Piel de gallina erupcionó en toda la piel de Jacque y se
estremeció bajo su tacto. Él acunó su nuca y Jacque lo sintió colocar la nariz
contra su piel y le oyó respirar profundo. Oyó un ruido sordo en su pecho. Se
tensó brevemente y luego se relajó al sentir sus labios sobre su piel.

Él le dio suaves besos desde su barbilla a su hombro luego de vuelta hasta


el cuello justo debajo de la oreja. Jacque sintió sus labios abiertos y una caricia de
su lengua, luego se escuchó un gruñido profundo mientras un dolor agudo le
atravesó el cuello, y luego se había ido. Todavía podía sentir la boca de Fane en
ella, pero donde primero sintió dolor ahora sentía placer. Estaba haciendo a su
estómago hacer cosas raras. Se sintió empujando contra el cuerpo de Fane y oyó
un suave gemido. Un momento después se dio cuenta que los gemidos provenían
de ella. Debería haber estado avergonzada, pero no podía hacerse a sí misma
sentir eso cuando este era su compañero, la otra mitad de su alma quien la
sujetaba.

Entonces Fane se estaba alejando. Envolvió sus brazos alrededor de su


cuello desesperada por traerlo de vuelta, pero Fane era más fuerte y continuó
retrocediendo hasta que pudo ver su rostro. Jacque vio las lágrimas de él que
corrían por sus mejillas y sintió en su corazón la intensidad de su mirada. La
mirada cambió bruscamente a preocupación mientras miraba a su cuello. Tomó
una de las toallas que había dispuesto y la sumergió en el agua caliente, exprimió
el exceso, y la llevó a su cuello para limpiar la sangre. Ella no pudo evitar una
mueca de dolor que cruzó su rostro cuando el agua tocó la herida.

Fane volvió suavemente su cara a la suya.

—¿Te he hecho daño?

—No, quiero decir, dolió por un momento, pero luego… —Jacque no sabía
si podría incluso poner en palabras lo que había sentido una vez que el dolor había
desaparecido.

—¿Luego qué, mi amor? —preguntó él.

¿Él no lo sabía? ¿No podía oír sus gemidos y sentir las emociones saliendo
de ella? Fane se acercó más, su cuerpo rozando el suyo.

—Sentí tu deseo —susurró él—. Te he oído, mi amor. Sólo quiero oírte 295
decirlo. Tan menudo evitas este tema por completo, que he estado empezando a
pensar que tal vez no estabas atraída por mí.

Jacque dejó escapar una risa sin aliento.

—Mentiroso —bromeó ella—. Después del dolor inicial, se sintió bien. No,
se sintió enloquecedoramente impresionante. —Fane le sonrió a su compañera,
pero Jacque continuó impertérrita—. Siempre te he deseado, Fane. Simplemente
nunca me he sentido cómoda hablando de ello. Pero ten por seguro que después
de sentir tu boca hacer eso en mi piel… —Jacque se estremeció ante el recuerdo—
, yo, sin duda, te deseo, hombre lobo.

Fane decidió no torturarla más con preguntas sobre sus afecciones físicas
por él. En su lugar, le recordó que los Ritos de Sangre aún no se habían
completado.

—¿Estás lista, Luna? —Jacque tomó su mano y lo llevó hasta la cama.

Ella lo empujó para que se sentara en el borde. Con él sentado y ella de pie,
su cara estaba al nivel de su cuello. Jacque miró como Fane desabrochó los
botones de su camisa blanca hasta que estaba abierta y luego se la sacó. Lo miró
y aunque ya había hecho esto dos veces, esta vez se sentía diferente, más íntimo.

Fane se volvió y expuso el cuello como lo había hecho ella por él. Algo
muy dentro de Jacque se agitó a la vista del cuello descubierto. Sintió el deseo de
marcarlo, reclamarlo, reclamarlo a él. Se inclinó hacia Fane y puso su brazo
alrededor de sus fuertes hombros. Lo besó en la mejilla y la mandíbula hacia abajo
a su cuello, justo como él lo había hecho. Lo besó hasta que su cuello se encontró
con su hombro. En ese punto el instinto se hizo cargo, la sangre lobo de Jacque
se presentó para reclamar a su compañero. Una vez más, como había sentido las
dos primeras veces que tomó la sangre de Fane, Jacque sintió que sus dientes se
alargaban un poco y cuando se pasó la lengua a través de ellos se dio cuenta que
se sentían mucho más afilados. Antes de que pudiera dejar de pensar en eso abrió
la boca y hundió sus dientes profundamente en la carne de Fane.

Oyó un gemido procedente del pecho de Fane y luego el gruñido al que se


había acostumbrado. Fane envolvió sus brazos alrededor de su cintura y la atrajo
hacia sí. Jacque cerró los ojos mientras disfrutaba de la sangre de Fane. Sintió
algo, como si su alma estaba siendo tejida en la de Fane. El vínculo, pensó, el 296
vínculo se había completado.

Después de un par de minutos sintió a Fane apartándola, de mala gana


tuvo que ceder. Ninguno de los dos habló durante unos segundos. Jacque
mantuvo los ojos cerrados mientras su respiración se tranquilizaba. Cuando abrió
los ojos para mirar a Fane vio la sangre que corría por su cuello. Al igual que él
había hecho, mojó una de las toallas y limpió con cuidado la sangre. Fane se sentó
allí en silencio, observando cada movimiento que ella hacía.

Finalmente Jacque no pudo más con el silencio.

—¿Qué estás pensando? —le preguntó.

—No tienes que preguntar, Luna, sólo puedes mirar.

—Lo sé, pero quiero que me lo digas. Quiero que compartas tus
pensamientos conmigo sin que tenga que invadir tu privacidad —explicó Jacque.

—Soy tu compañero, Jacquelyn. Estamos vinculados. Tienes todo el


derecho a invadir mi mente, pero si quieres que hable entonces eso es lo que vas
a conseguir. —Le sonrió y le agarró la mano para tirarla en la cama junto a él.
Fane deslizó su espalda contra la cabecera de la cama.
Cuando se deslizó para tirar a Jacque contra sí, ella comenzó a resistirse.

—Quiero ser capaz de mirarte mientras hablamos.

—En un momento, Luna. Primero déjame abrazarte. Puedo sentir nuestra


unión cada vez más fuerte ahora que hemos compartido nuestra sangre. Mi
sangre está en ti ahora y siempre llevarás mi olor. Permíteme a mí y al lobo
abrazarte y disfrutar de nuestra esencia toda sobre ti.

Jacque puso sus ojos en blanco, pero accedió a sus deseos.

—Tu mamá tenía razón cuando dijo que eras posesivo, bárbaro autoritario.

—Nunca he dicho lo contrario, mi amor —se burló Fane de ella.

La atrajo hacia sí y ella apoyó la cabeza en su pecho, sus piernas dobladas


contra su lado. Jacque sintió un ruido sordo en su pecho y una sonrisa curvó sus
labios mientras pensaba en decirle que ronroneaba.

«No ronroneo, compañera, gorjeo.»


Jacque miró a Fan.
297

—Tu lobo está haciendo eso cada vez más, ¿sabes?

—El vínculo es muy fuerte ahora. Vas a sentirlo y a escucharlo más


fácilmente ahora. Él está muy enamorado de ti, ¿sabes? —le dijo Fane. Jacque
apoyó la cabeza en su pecho y disfrutó de la mano de Fane frotando arriba y abajo
en su brazo.

—Se suponía que me dirías lo que estás pensando, ¿recuerdas? —preguntó


Jacque.

—Estoy pensando en cuán asombrado estoy de ti, de tu habilidad para


tomar todo lo que ha sucedido desde que nos conocimos y aún sonreír, bromear,
tomarme como tu marido y compañero. Me podrías haber dado la espalda, correr
por tu vida. —Fane se detuvo un momento y Jacque simplemente esperó
pacientemente para ver si iba a decir algo más—. Estoy pensando que soy el lobo
más afortunado del mundo por haber encontrado una compañera increíble.

—Es curioso que —dijo Jacque—, estuviera pensando lo mismo de ti. —


Sintió a Fane besar la parte superior de su cabeza y se acurrucó más cerca.
Jacque le tendió la mano izquierda y estudió la escritura en el anillo. Se
acordó de las palabras que había dicho Fane que fueron grabadas en él y sintió
que el calor la llenaba.

—Es la cosa más preciosa que he recibido, Fane. —La voz de Jacque se
llenó de asombro por el hermoso regalo que él le había dado. Recordó entonces
que le había dicho a su padre que la segunda ofrenda era algo que él quería darle
a ella en privado—. Entonces, ¿dónde está mi segunda ofrenda, oh, lobo mío? —
le preguntó Jacque con voz altiva mientras se sentaba y se volvía para mirarlo.

—Oh, sí, acerca de eso —comenzó él.

Jacque lo interrumpió rápidamente.

—Ni siquiera intentes actuar como si no tuvieras algo, bola de pelos. —


Golpeó su pierna juguetonamente.

—¿Alguna vez te he dicho que eres una cosita violenta? —le preguntó Fane
mientras abría el cajón de la mesita de noche. Le entregó una caja envuelta en
papel de color púrpura con una simple cinta atada alrededor de ella. Jacque desató 298
la cinta y abrió el paquete para encontrar una caja de zapatos.

—Um, zapatos. Bien, muchas gracias —dijo Jacque, tratando de mantener


la confusión fuera de su voz, sabiendo que estaba fallando miserablemente. El
rostro de Fane estaba en blanco. Jacque no podía leer ninguna emoción en él, ni
podía agarrar nada a partir de su vínculo.

—Los zapatos representan mi habilidad para proporcionarte calzados para


tus pies y tal vez algún día para nuestros hijos. —Fane se aclaró la garganta y
continuó balbuceando mientras seguía—. Ves, es importante que sepas que
contarás con algo en tus pies, por lo que…

Jacque levantó la mano para detener a Fane de ir más lejos.

—No hay zapatos en esta caja, ¿no?

Fane negó una vez.

—Ni uno solo.

Mientras Jacque empezaba a abrir la caja de Fane, la oyó murmurar en voz


baja:
—Peludo mentiroso.

Empezó a decir algo en respuesta, pero se detuvo cuando vio la luz en el


rostro de Jacque, tan brillante como el sol que rompe a través del rocío de la
madrugada.

—¡Fane! No puedo creer que lo recuerdes —Jacque sacó la primera copia


de la edición de Al borde del Peligro por Shel Silverstien. Lo sostuvo con
reverencia y pasó la mano por encima de la cubierta.

—Ábrelo —oyó que Fane le dijo. Cuando abrió la tapa pudo sentir su sello
ceder por primera vez, lo más reciente del libro. Si fuera posible, su rostro se hizo
aún más brillante a medida que veía el autógrafo en la portada.

—Esto es tan condenadamente increíble —le dijo Jacque mientras cerraba


el libro y se arrojó en sus brazos. Fane se sorprendió por el movimiento, pero la
atrapó con facilidad y la abrazó con fuerza—. Gracias, gracias, gracias —le oyó
susurrar.

—Si hubiera sabido que ibas a reaccionar de esta manera por un libro me 299
habría propuesto con él en lugar de con un anillo —bromeó.

—El libro es increíble, sin duda. Pero que hayas recordado algo tan
aleatorio, sin embargo, tan importante para mí, significa mucho. Tienes
habilidades, hombre lobo. Importantes, locas habilidades.

Fane la besó suavemente en los labios y luego la dejó alejarse de él. Ella se
sentó a hojear el libro y se contentó con sólo mirarla. Jacque finalmente levantó
la vista del libro cuando sintió que Fane comenzaba a frotar su espalda. No pudo
evitar la gran sonrisa que se extendió por su cara. Él era de ella, podía sentir el
vínculo de su compañero cada vez más fuerte ahora que los Ritos de Sangre se
habían completado.

—¿Va a seguir haciéndose más fuerte? —le preguntó Jacque.

La frente de Fane se frunció mientras pensaba y se quedó callado por un


momento.

—Por lo que mi padre me ha dicho será más fuerte debido a los Ritos de
Sangre, pero una vez consumado el emparejamiento será aún más fuerte.
Los ojos de Jacque se abrieron de par en par ante sus palabras, y Fane se
dio cuenta de cómo había sonado.

—Jacquelyn, no estoy tratando de presionarte. Sé que dijimos que íbamos


a hacer el amor una vez que nos casáramos, pero si no estás lista voy a esperar
durante tanto tiempo como sea necesario. Nunca voy a presionarte. ¿Me crees?
—le preguntó Fane y la desesperación recubría su voz.

Jacque lo miró.

—Creo en ti y te quiero aún más por tu paciencia. Pero no es necesario.


Estoy lista, Fane. Estoy lista para ser tuya en cada manera posible.

Fane se congeló por sus palabras, y luego una lenta sonrisa se extendió por
su cara. Jacque sentía esa sonrisa desde el fondo de sus pies hasta la punta de su
cabello rojo. Él se puso de pie y Jacque observó mientras él comenzaba a soplar
las velas hasta que sólo había cuatro ardiendo, una en cada esquina de la
habitación. Fane se acercó a Jacque. Ella inclinó la cabeza hacia atrás para
mirarlo mientras la luz de las velas bailaba con sombras sobre su rostro. El aliento
de Jacque quedó atrapado cuando vio los ojos del lobo de Fane brillando azul. 300
Le tomó el rostro entre sus manos y la besó suavemente, luego le susurró:

—No puedo creer que estés aquí, y seas mía. —Su cuerpo tembló de
emoción mientras la miraba fijamente a los ojos—. Te amo, Jacquelyn Lupei. Te
amaré hasta mi último aliento.

Dio un suspiro tembloroso cuando lo sintió desatar la bata y lentamente


empujarla por sus hombros hasta que cayó suavemente en el suelo a sus pies.

Fane nunca quitó los ojos de ella mientras la tomaba en sus brazos. Cuando
sus labios se reunieron con los de Jacque, ella tembló por el contacto de piel con
piel. Sintió sus manos en su espalda, sus dedos moviéndose suavemente sobre su
piel. Fane se retiró y los dos estaban respirando dificultosamente mientras
continuaba torturándola con sus suaves caricias.

Fane se rió de sus pensamientos.

—No es una tortura, amor —le dijo suavemente. La acercó a la cama y


luego le levantó la barbilla con los dedos para que lo mirara a los ojos—. Quiero
hacer el amor contigo, Luna. —Los ojos de Fane continuaron brillando mientras
la miraba fijamente.
Y mientras Jacque sentía su amor fluyendo a través de su vínculo,
envolviéndose alrededor de ella y llenándola, supo que estaba lista, lista para ser
la compañera de Fane. Finalmente.

—Entonces, ¿por qué seguimos hablando? —susurró Jacque. Se empujó


hacia la cama con él y en sus brazos, brazos que siempre la sostendrían, siempre
protegerían, y siempre la envolverían de amor.

301
Traducido por Nelshia

Corregido por Nanis

en y Sally se sentaron en una de las mesas de la sala de reunión, la


celebración llegando lentamente a su fin. Después de que Fane y
Jacque se hubieran ido, Alina y Vasile habían arrojado un infierno
de fiesta en honor al emparejamiento de su hijo. Jen había bailado hasta que tuvo
ampollas en sus pies. Eventualmente, se había quitado el ridículo suéter que
Decebel había exigido que usara, pero había sentido el peso de su mirada fija en
ella toda la noche. Incluso ahora, mientras escuchaba a Sally divagar sobre todos
los miembros de la manada que había conocido, podía sentir sus ojos sobre ella.

Jen miró a su alrededor por lo que pareció la enésima vez tratando de


302
encontrar los ojos dorados que sabía que la mantenían en su visión. Pero al igual
que las otras noventa y nueve veces no podía verlo.

—¿Me estás escuchando, Jen? —Oyó a Sally preguntarle. Jen se volvió


hacia su amiga y vio sus ojos entrecerrados—. ¿A quién estás buscando, chica?

—A nadie —mintió Jen.

—Ajá, claro. Y yo soy la maldita hada madrina.

—Bueno, me gustaría que cumplieras un par de mis peticiones entonces,


en vez de estar por aquí ladrando —bromeó Jen, con la esperanza de que Sally
sólo lo dejaría pasar.

—Él es muy protector contigo, y posesivo —continuó Sally, ignorando el


intento de Jen para cambiar de tema.

—Sally, no va a suceder, ¿de acuerdo? En caso de que lo hayas olvidado él


resulta ser un hombre lobo y yo soy humana. Así que… —Jen no llegó a terminar
mientras era interrumpida por una voz detrás de ella.
—Eso no es del todo cierto. —La doctora Cynthia Steele sacó una de las
sillas en la mesa y se sentó.

—¿Qué es lo que no es completamente cierto? —preguntó Jen


cautelosamente.

—No eres humana…

303
Just One Drop

Jennifer Adams es, la mejor amiga de Jacque Pierce y Sally Morgan,


picante al hablar, un poco loca y humana… o eso pensaba. Jen acaba de descubrir
que ADN humano no es lo único que se encuentra en sus venas, resulta que
comparte un molesto pequeño gen de hombre lobo, aunque no es más que sólo
una gota. Ahora que ella y sus amigas viven en Rumania con la manada de Fane,
también está, oh tan convenientemente, pegada con el objeto de su afecto, la bola
de pelo, Decebel.

Atraídos entre sí por algo que no entienden, Jen se encuentra a sí misma


frustrada por la falta de señales de emparejamiento entre ella y la dicha bola de 304
pelo. No sólo se está ocupando de ese problema no tan frustrante, sino que ahora
se le ha informado que, debido a esa pequeña gota de sangre de hombre lobo en
ella, ahora se requiere que asista a una reunión de varias manadas de lobos no
acoplados. Este tipo de reunión no ha tenido lugar en más de un siglo, pero con
una escasez de hembras entre la población de hombres lobo, los machos están
cada vez más preocupados de jamás encontrar a sus verdaderas compañeras.

Mientras tanto Decebel lucha con las emociones que está sintiendo hacia
Jen. Él está tratando de mantener la distancia, pero hay algo acerca de la rubia
bocazas que lo mantiene regresando por más de su abuso verbal, algo que parece
que no puede conseguir suficiente… imagínate eso.

Tercer Libro de la Saga The Grey Wolves


Quinn Loftis es una autora premiada que vive en el hermoso Arkansas
Occidental con su marido, hijo, Nora el Doberman, y Phoebe la gata (quien cree
que es una ninja disfrazada). Es autora de ocho novelas, incluyendo el best-seller
de USA Today: Fate and Fury. Quinn está más allá de agradecida por haber sido
bendecida para ser capaz de escribir a tiempo completo, y espera que los lectores
sepan lo mucho que todo su apoyo significa para ella. Algunas de sus aficiones
son leer, hacer ejercicio, crochet, y pasar tiempo con la familia y amigos. Ella le
da todo el crédito de su éxito a Dios, porque él le dio el espíritu creativo y la
imaginación que se necesita para escribir.

Serie The Grey Wolves:


305
1. Prince of Wolves
2. Blood Rites
3. Just One Drop
4. Out of the Dark
5. Beyond the Veil
6. Fate and Fury
7. Sacrifice of Love
Moderadoras
Nelshia

Tamis11

LizC

Staff de Traducción
Debs Liebemale Otravaga

Flochi LizC Rihano


306
Helen1 Mari NC ஓ¥anliஓ
Isa 229 Nelshia

Staff de Corrección
Curitiba Laurence15 Nanis

Ladypandora LizC Xhessii

Revisión y Recopilación
LizC

Diseño
Francatemartu
307

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