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UNIVERSIDAD PRIVADA
“SAN JUAN BAUTISTA”
FACULTAD DE DERECHO
TURNO : NOCHE A
CICLO : XI
Ica – Perú
2016
INTRDUCCION
El presente trabajo tiene por finalidad dar a conocer al público lector sobre los
alcances del arbitraje en materia de seguros, partiendo desde las distintas
apreciaciones sobre la existencia del arbitraje en este campo del derecho,
analizando las diversas opiniones consolidadas en la doctrina; además. Aremos
un análisis respecto al arbitraje en materia de seguros en la legislación
comparada, teniendo como referencia España, Chile, Nicaragua, entre otros.
por ultimo definiremos la cláusula arbitral y su importancia o no en los contratos
de seguro y por ende en el derecho de seguros, teniendo como referencia la
nueva ley de arbitraje, así como la ley de seguros, donde esta última detalla la
prohibición de que en los contratos de seguro existan clausulas arbitrales, pero
permitiendo que producido el siniestro, sea factible por voluntad de las partes
arribar la controversia a un fuero arbitral, sin más preámbulo los invito a conocer
el contenido del presente trabajo.
Gracias.
EL ARBITAJE ENE LE CONTRATO DE SEGURO
SITUACION ACTUAL
De los modelos de pólizas que hemos observado en nuestro mercado,
prácticamente en todos existen cláusulas de arbitraje. Anteriormente tenían la
calidad de cláusulas compromisorias en vista de que se incluían en forma previa
a que la controversia exista, por lo que se consideraba como un contrato
preliminar de arbitraje. Esta distinción entre clausula compromisoria arbitral fue
siempre considerado una rémora para el desarrollo de la institución del Arbitraje.
Por ello actualmente no se considera imprescindible la diferencia y que “Su lugar
podría ser ocupado por un compromiso arbitral firme sobre toda controversia
futura, al que solo le faltaría integrarse con la indicación de la materia
controvertida y los árbitros, si no se hubiesen designado de antemano. La
observación es razonable tanto desde un punto de vista teórico como práctico.
Realmente, nada impedía que la cláusula compromisoria, acuerdo pre-arbitral o
como quiera denominarse, tenga el mismo contenido que el compromiso con la
salvedad de la indicación de la materia controvertida. De ser así, ya no sería
necesario otro convenio adicional, pues suscitado el conflicto cualquiera de las
partes solicitara de la otra y de los árbitros la suscripción de un documento que,
a la par de detallar las cuestiones litigiosas, constituyen acta de misión de los
árbitros”. En la legislación vigente ya no existen diferencias entre la cláusula
compromisoria y el compromiso arbitral.
Así lo consideró el D. Ley Nº 25935, Ley General del Arbitraje, así como la
vigente Ley de Arbitraje, en donde se elimina la mencionada diferencia,
instituyéndose la figura del convenio arbitral. Se derogan de esa manera los
artículos 1906 al 1922 del Código Civil.
A pesar de la generalizada incorporación de convenios arbitrales en las pólizas
de seguros, esto no los debe llevar a pensar que la solución de conflictos entre
asegurador y asegurado por el pago de indemnizaciones se resuelve casi
únicamente por medio del arbitraje. Es más podríamos decir que ocurre
prácticamente lo contrario, casi todas las controversias son resueltas por el poder
Judicial, y solo algunas son conocidos por Árbitros, especialmente las de mayor
importancia económica. ¿A qué se debe esta situación? Los asegurados a pesar
de pre redactar ellos mismos sus formularios contractuales, no se prevalen de
los convenios arbitrales para iniciar el procedimiento arbitral, o el procedimiento
de integración o formalización Judicial del arbitraje. Ocurre que una vez que los
asegurados demandan judicialmente por el pago de la indemnización. El
asegurador no deduce la excepción arbitral, con lo que se entiende se produce
una renuncia tácita al arbitraje.
Conversando con algunos abogados especialistas en la materia. Estos nos
informaban que los asegurados no se sienten vinculados por las clausulas
arbitrales que ellos mismos incluyen, pues solo lo ven como una posibilidad más
de solución del conflicto jurídico al ocurrir alguna discrepancia con su
contraparte. Los asegurados también raramente pretenden hacer valer la
mencionada clausula, y cuando observan que sus gestiones extrajudiciales no
tienen éxito, recurren casi invariablemente a la vía judicial con el fin de
resguardar sus derechos.
En resumen podríamos decir que la recurrencia al arbitraje en los contratos de
seguro, es bastante reducida. Distinto es el caso en el reaseguro, en donde la
materia es tan técnica y complicada que todos los contratos tratados de
reaseguro incluye una cláusula en donde las partes se someten a las reglas del
arbitraje para los litigios nacidos de los contratos de reaseguro.
¿QUÉ ES CLÁUSULA DE ARBITRAJE EN LOS SEGUROS? ESPAÑA
La cláusula de arbitraje es una cláusula que se establece en los contratos de
seguro, mediante la cual se somete cualquier diferencia o discrepancia que
surja entre el asegurado, contratante o beneficiario y la aseguradora.
La cláusula de arbitraje también es una estipulación de los seguros que se suele
incluir en los tratados de reaseguro para solventar las posibles diferencias que
puedan surgir entre asegurador y reasegurador en lo que se refiere a la
interpretación de los términos. Pero esto es algo que, como asegurados, no nos
interesa tanto, puesto que es un problema que tiene que resolverse entre
profesionales.
En cualquier caso, el arbitraje hace referencia a las diferencias entre ambas
partes respecto a la interpretación, aplicación, cumplimiento o incumplimiento o
sobre cualquiera indemnización u obligación referente al contrato.
De este modo, en caso de discrepancia de criterios, cada una de las partes
designa a un árbitro, además de un tercero elegido por ambos. Entre los tres y
por mayoría tomarán un decisión, la cual es vinculante y, por lo tanto, de
obligatorio cumplimiento.
Entonces, ¿puede la aseguradora negar un proceso de arbitraje?
No. Si un asegurado solicita un arbitraje para aclarar cualquier discrepancia, la
aseguradora está obligada a admitirlo en virtud de lo establecido en el Artículo
76 de la Ley de Contrato de Seguro.
El asegurado tendrá derecho a someter a arbitraje cualquier diferencia que
pueda surgir entre él y el asegurador sobre el contrato de seguro.
El arbitraje es un derecho del asegurado, y no necesita consentimiento del
asegurador, el cual no puede negarse. De hecho, la demanda de arbitraje se
presenta de manera muy parecida a como se presenta una demanda normal.
Conviene remarcar en este punto que la Ley de Contrato de Seguro
obliga, según el dictado del mandato de la Directiva Comunitaria, 87/344/CEE,
de 22 de junio de 1987 sobre coordinación de las d disposiciones legales,
reglamentarias y administrativas relativas al seguro de defensa jurídica, a que en
las pólizas de seguro conste tanto esa facultad del asegurado como la de
designar libremente Abogado y Procurador. En este sentido, el Artículo 76f de la
LCS dice:
La póliza del contrato de seguro de defensa jurídica habrá de recoger
expresamente los derechos reconocidos al asegurado por los dos artículos
anteriores.
En caso de conflicto de intereses o de desavenencia sobre el modo de tratar una
cuestión litigiosa, el asegurador deberá informar inmediatamente al asegurado
de la facultad que le compete de ejercitar los derechos a que se refieren los dos
artículos anteriores.
Los Estados miembros adoptarán todas las disposiciones útiles a fin de que, sin
perjuicio de cualquier derecho de recurso a una instancia jurisdiccional que
eventualmente hubiera previsto el derecho nacional, se prevea un procedimiento
arbitral u otro procedimiento que ofrezca garantías comparables de objetividad,
que permita decidir, en caso de divergencia de opiniones entre el asegurador de
la defensa jurídica y su asegurado, respecto a la actitud que deba adoptarse para
la solución del desacuerdo.
El contrato de seguro deberá mencionar el derecho del asegurado a recurrir a tal
procedimiento.
Queda claro entonces que el asegurado está en todo su derecho de recurrir al
arbitraje si tiene alguna discrepancia con la aseguradora. No obstante, siempre
es mejor intentar solucionar las diferencias por la vía amistosa.
A nuestro juicio y tal como lo mencionamos, no existe razón para que ésta sea
materia de arbitraje forzoso, a lo sumo y si el legislador siguiera estimando que
los conflictos de seguros son temas extremadamente complejos, creemos que la
alternativa sería la especialización, de algunos tribunales civiles en materias de
seguros —tal como lo hizo con las controversias de derecho marítimo o
aduanero—. Con ello se garantizaría a todas las personas el acceso libre,
igualitario y gratuito a la justicia, cosa que no ocurriría si la ley estableciera que
el arbitraje es forzoso.