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(Cinco ensayos sobre su obra)

Segunda Edición

1
No hay cosa que no esté
perdida entre innumerables
espejos. Nada puede ocurrir
una sola vez, nada es pre-
ciosamente precario

Los derechos de autor de las versiones impresa y digital de la pre-


sente obra están debidamente reservados y protegidos por Ley

Carátula
es.slideshare.net

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PRÓLOGO

García Márquez habría hecho un comentario sobre la obra de Bor-


ges: Era “uno de los autores que más leía y que menos le gustaba”

Añadía que, “a pesar de haber enseñado a generaciones el arte de


pulir la palabra” lo consideraba vacío y escritor de evasiones

La afirmación convocó mi curiosidad

Acudí a las “Obras Completas” para revisarlas sobre la base del re-
paso que había efectuado, una vez más, de la Historia de la Filosofía

Sólo así tendría una prueba que me permitiría establecer si Borges,


uno de mis escritores favoritos, escribía para los agujeros negros

Para llevar a cabo esta verificación probé su consistencia usando


como indicador los principios del Materialismo Dialéctico

Era una época ávida de revisiones, en la que aún me consideraba el


depositario del destino del proletariado y con él, de la humanidad

Cuando evoco la decisión de someter a Borges a una prueba de con-


sistencia a través de la Dialéctica, me sorprende su fuerza intuitiva

Haber elegido a alguien cuyas “tendencias reaccionarias” lo harían


presa fácil de las ansias reivindicativas del método propuesto

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Por supuesto que Borges no sale incólume de esta prueba del dogma
socialista, pero sale muy fortalecido en su genio de escritor universal

A medida que salvaba los danubios densos de las obras, quedaba


claro que Borges podía ser difícil, pero que no porfiaría en el vacío

Allí identifiqué al gran picapedrero de la filosofía y escribí estos en-


sayos en una primera edición, la que no fue muy conocida

Por aquel entonces el nombre de Roberto Paoli se había hecho fami-


liar para mí a través de su artículo “Borges y Schopenhauer”

Fue una coincidencia feliz que la Revista de “Crítica Literaria Lati-


noamericana” tuviera el acierto de publicarlo en su número 24

No conozco a Roberto Paoli, pero si alguna vez este libro llegara a


sus manos, que reconozca en él buena parte de su obra

Se leyó en abundancia y se comprimió más

Borges vigilaba la tarea y cuidaba que nunca se dijera en 500 pági-


nas lo que podía decirse en 20

Un poema (una vez un relato) cierra cada uno de los ensayos


Me pareció una aventura con premio el hacerlo

Principalmente porque nos recuerda que este libro es, entre otras
cosas que es, una obra literaria cuyo contenido es filosófico

Los poemas y el relato expresan con mayor intuición y autoridad


Ético-estética, lo que los ensayos intentan con mayor intelección

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Cada ensayo tiene también un pequeño anexo, en el que se resume
las principales opiniones de filósofos sobre el tema tratado

Estos anexos constituyen uno de los tres cambios en relación con la


primera edición; en la segunda, hay un cambio de actitud

También, uno de perspectiva; la primera vez había escrito con el


propósito de “denunciar a Borges”

En esa ocasión no sólo juzgué, hice más: enjuicié al más puro estilo
de un moderno Robespierre, incorruptible y pertinaz

Hoy ya no juzgo; hoy quiero entender, no con la Razón solamente,


sino con la síntesis cognoscitiva que he desarrollado; la IntuRazón

Los años transcurridos desde entonces no han pasado de incógnito

Al igual que las gibas de las arenas calientes son suavizadas por el
viento, el tiempo ha suavizado en mí el instinto y ha fortalecido mi
Intuición

Han hecho de un inflexible “dialéctico-racionalista”, el Ser de la Vo-


luntad, el que fue hecho necesidad por la Voluntad de Ser

La tercera modificación se relaciona con la forma expresiva; he de-


cidido reescribir estos ensayos en lo que he denominado Interprosa

Interprosa es un modo de escribir que recurre a los espacios en ar-


mónica intercalación con las líneas

La introducción del espacio como un símbolo más de la escritura,


permite una lectura más amigable
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También hace que mis ideas se presenten de un modo más conciso y
con mayor sencillez, pues elimina signos de puntuación innecesarios

Por ejemplo, decidí que no habrá razón para escribir el punto aparte
si hay un espacio y medio entre las líneas anteriores y las siguientes

Y la primera palabra del párrafo siguiente empieza con una mayús-


cula; lo mismo se aplica a las comas, los puntos y comas…

Por último, y esto es lo más importante, los espacios quieren llenarse


con la intuición del lector; le piden que los llene

Considero que los espacios son para el lector sus mejores amigos,
pues lo hacen partícipe imprescindible de la creación literaria

El hecho de que el público se aparte progresivamente del acto de


leer me motiva a buscar nuevas formas de atraer su atención

Interprosa es el resultado de uno de esos intentos; en cierto sentido,


deja en los espacios lo que el barroco viola con rellenos

El uso del asterisco sirve para establecer grupos de ideas afines pa-
ra que puedan ser captadas con mayor facilidad y precisión

Es posible que el gusto europeo, inclinado a la los párrafos densos,


encuentre en este modo expresivo una forma demasiado “discreta”

Un supuesto atentado contra la “continuidad”

Es posible también que los que gustan del barroco encuentren este
modo expresivo demasiado conciso y sin lugar para el ornamento

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Podría haber algo de todo eso y más; incluso algunas veces se ha
confundido Interprosa con una especie de poema en prosa

No es ésa la intención; aunque debo admitir que puede haber algu-


nos párrafos que convocan la interacción de ambos

Después de todo, intento escribir literatura


En este campo los límites expresivos se hacen difusos

La verdad es que cualquiera que sea la imagen que proyecta, me


siento muy cómodo utilizando esta forma

*
Debo agradecer a esos seres que tienen la biblioteca dividida entre
el estante y el cerebro; a esos grandes eruditos:

José Ferrater Mora


L Geymonat
M.A Dynnik
W. Dilthey
Roberto Paoli

Ellos sistematizan y sintetizan la historia de la filosofía, para que no-


sotros tengamos un lugar cálido, fiel y feliz

Un lugar al que podamos acudir en busca del dato requerido


¡Qué sería de nosotros sin ellos?

Una eterna iniciativa en potencia

7
........
El presente está solo. La memoria
Erige el tiempo. Sucesión y engaño
Es la rutina del reloj. El año
No es menos vano que la vana historia
(«El Instante»)

En este primer ensayo intentamos decodificar algunos enigmas que


el intelecto y el humor de Borges nos dejaron como herencia

A pesar de lo dicho, nos damos cuenta de que el asunto no está ter-


minado; al contrario, parece que sólo empieza

Borges no podría facilitar la tarea de algún dialéctico aprendiz , em-


pecinado en develar velos

Previendo aprestos semejantes, introdujo en la descripción de los


hexágonos ilustrados la siguiente oración:

En el zaguán hay un espejo


que fielmente duplica las apariencias

Este espejo representa una de las ideas que más ha obsesionado la


metafísica borgeana: la Teoría Cíclica del Universo
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Más conocida como la Teoría del Eterno Retorno, doctrina que tiene
orígenes registrados en papiros y pergaminos

Los hindúes, iniciadores de grandes inquietudes intuitivas, tuvieron


mucho que ver con el asunto antes de entregárselo a los budistas

Primos hermanos carnales en el espíritu

Allí nacen los Kalpas, etapas que el mundo naciente debe recorrer
hasta llegar a su propio poniente

El nacimiento del mundo se debe a la compresión ideal y su destruc-


ción a la conflagración; algo más:

El número de Kalpas es infinito


El número de ciclos retornantes también lo es

Heráclito también cedió a la fascinación de la gran rueda cósmica,


que naciendo del fuego vuelve, con obstinación, otra vez al fuego

Mucho después, llegamos a la Edad de la Negrura

Averroes tuvo la osadía de hablar no de un mundo lineal sino de un


mundo temporalmente curvilíneo que reaparece en ciclos repetidos

Los cristianos no vieron en el eterno retorno ningún matiz de la Tri-


nidad y por lo tanto lo desecharon

Lo que pasa no puede volver a pasar

9
El Panteísmo, al decir de Ferrara, quiso ver en el «devenir» un modo
de volver a cierta unidad primera

Vico explica que la sociedad, deberá pasar por tres etapas o edades:
la divina, la heroica y la humana,

El Estado aparece en su forma aristocrática en la segunda y demo-


crática en la última, volverá a su estado inicial

Y empezará un nuevo ciclo

Pero de todos los autores, Nietzsche parece ser el que más ha siste-
matizado la idea del Eterno Retorno

Nietzsche basaba su propuesta para que los hombres que tengan vo-
luntad de poder y sean superiores, sobrevivan siempre

Decían que para ellos, la vida se reciclaría en un eterno volver a em-


pezar y perpetuar la vida de los “superiores”

Ha supuesto que en un mundo constituido por un número muy gran-


de de átomos, pero finito el número de combinaciones originales

Entonces, se agotan y tienen que repetirse

Así ocasionan infinitas veces la existencia de mundos iguales con


momentos infinitos idénticos a los que se retorna

El hombre vivirá un número infinito de vidas

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Zaratustra dice: vendré eternamente de nuevo a esta misma e idénti-
ca vida para enseñar de nuevo el retorno de todas las cosas

Pero para sostener la eterna repetición de los mundos, Nietzsche


partió de la infinitud del tiempo y de la finitud material

Así lo hizo Borges en la Biblioteca de Babel

Jaspers otorgó a la teoría un carácter simbólico, al establecer que


representaba la infinita responsabilidad de los actos del hombre

Tales actos serían repetidos un número infinito de veces

La ciencia moderna ha dicho su palabra acerca de la teoría en cues-


tión; recordemos la teoría del Big-Bang

Explosión que se produce luego de que un punto de densidad infini-


ta explota para dar lugar al universo

Ese universo que se contraerá otra vez hasta el punto de densidad


infinita para ocasionar un nuevo Big-Bang

Pero volvamos a Borges

El número de todos los átomos que componen el mundo es, aunque


desmesurado, finito, y sólo capaz como tal de un número finito (aun-
que desmesurado también) de permutaciones. En un tiempo infinito,
el número de las permutaciones posibles debe ser alcanzado, y el
universo tiene que repetirse

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De nuevo nacerás de un vientre, de nuevo crecerá tu esqueleto, de
nuevo arribará esta misma página a tus manos iguales, de nuevo
cursarás todas las horas hasta la de tu muerte increíble

Así condensa Borges el concepto que sustenta la doctrina de los ci-


clos “que su más ferviente inventor llama del Eterno Retorno”

Y “que es común atribuirle a Nietzsche”


En uno de sus ensayos de la “Historia de la Eternidad” sistematiza
sus ideas sobre el particular más o menos del siguiente modo

El diámetro de un átomo de hidrógeno, ha sido calculado, salvo


error, en un cienmillonésimo de centímetro. Esta vertiginosa peque-
ñez no quiere decir que sea indivisible: al contrario, Rutherford lo
define según la imagen de un sistema solar, hecho por un núcleo
central y por un electrón giratorio, cien mil veces menor que el áto-
mo entero

Por otra parte dice que “esa vertiginosa pequeñez no quiere decir
que sea indivisible...”

Para la teoría del Eterno Retorno, lo que es divisible en la idea lo se-


rá sin ningún cambio, en la práctica

Antes de seguir pongámonos de acuerdo:

En estos ensayos hablo de Borges como del personaje que se expre-


sa en la ficción literaria, no del Director de la Biblioteca Nacional

Pues bien, parece que Borges literato, el campeón del tiempo no li-
neal en la narración, parangona un átomo con una miguita de pan

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La que puede ser dividida en partes más y más pequeñas “hasta el
infinito”

Y parece que lo hace para darnos otra vez los famosos falsos indicios
que permiten el juego literario

Sabiendo que las particularidades de la materia en el macrocosmos


son diferentes de las propiedades en el microcosmos
Que en ambos, la mutilación de las partículas ocasiona algo más que
cambios cuantitativos y con el objeto de prever nuestra sorpresa
nos da el falso indicio de que la divisibilidad del átomo es posible
sin cambiar las propiedades intrínsecas de la materia

Hechas estas importantes digresiones, volvamos al asunto del eterno


retorno; convoca la teoría de conjuntos para reiterar la idea de que:

…el conjunto de números naturales es infinito, pero es posible de-


mostrar que son tantos los pares como los impares o lo que sería lo
mismo, conjunto infinito es aquel conjunto que puede equivaler a
uno de sus conjuntos parciales

Esta intelección presupone que el conjunto de símbolos mentales


tiene las mismas propiedades que un conjunto de cosas objetivas

La idea se plasma cuando Borges dice que la cantidad precisa de


puntos que hay en el universo es la que existe en un metro

Pero de inmediato hace un viraje contra-gravedad para declarar:

Si el universo consta de un número infinito de términos, es riguro-


samente capaz de un número infinito de combinaciones y la necesi-
dad de un regreso queda vencida
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Con este testimonio estima que pone a Nietzsche en su lugar,

Al hacerlo, desubica completamente la teoría levantada en la Biblio-


teca de Babel, tal como veremos en el último ensayo de esta obra

Aquí estamos otra vez en el campo de la Biblioteca de Babel pero


con la presencia de otro nudo gordiano (borgeano, en este caso)

De un primer vistazo podemos ver que el metro borgeano es una


abstracción ideal, como podría serlo un metro platónico

Pero un metro objetivo, un metro de algo, es un ente concreto, no un


simple reflejo de reflejos

Ahora bien, incluso una línea pintada con tinta china está compuesta
de átomos ninguno de los cuales puede dividirse

Sin cambiar el metro pintado en una explosión nuclear

El metro real de algo, el metro pintado con tinta china, es finito, de-
bido a que también lo es el número de sus átomos

El universo será infinito e infinito el número de sus átomos


Habría pues una diferencia cuantitativa sobre este punto

Pero habría más, puesto que el metro chinesco, finito por la cantidad
de sus átomos es también infinito por lo inagotable en su movimiento

No lo es menos por sus conexiones estructurales de cada una de sus


moléculas, por su capacidad ilimitada de transformación

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En realidad, los movimientos internos del metro pintado con tinta
china hacen que éste sea siempre mutable

Aunque en apariencia se encuentre en reposo

Sigue siendo el metro que era hace un segundo, pero al mismo tiem-
po ya no lo es, la misma erosión de un segundo lo modifica

La interacción de sus elementos constitutivos con los elementos de


los objetos que lo rodean, lo cambian constantemente

El movimiento de rotación y de traslación de la Tierra lo transforman


continuamente

La acción recíproca de todas las estructuras de la materia lo modela


infinitesimalmente

Siempre está cambiando y por ello, siempre está participando de la


infinitud del universo

De acuerdo con esta visión, el metro es finito con relación al universo


por el número de átomos que también es finito

Pero participa de la infinitud del universo por los constantes cambios


estructurales, por las conexiones e interacciones como materia

También, en el eterno devenir del fogonazo que cambia para siem-


pre en el tiempo, para siempre en el cuánto, para siempre en el qué

El Espacio-tiempo siempre está rebasando eternidades, horizontes y


lontananzas en segundos y milenios luz

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Universo: cantidad y calidad; cantidades interminables de calidades
Calidades supremas de cantidades

Universo: uno y la cantidad abierta de unos


Universo: ahora sí, infinitud de finitudes y de infinitudes

Supongamos que el número de átomos que cabe en un metro fuese


igual al número inscrito en el universo, como plantea Borges

En ese caso, los átomos de una paja partida al infinito, bastarían para
llenar el universo mismo

Sobre todo, si tomamos en cuenta que J.L literato cree que un elec-
trón puede ser partido hasta el infinito sin cambiar de cualidad

Con la introducción, podemos encarar el asunto del Eterno Retorno

En “El Tiempo Circular” Borges dice:


“Yo suelo regresar eternamente al Eterno Regreso”

Inmediatamente después anuncia su intención de definir sus tres


modos fundamentales

El primero, Platón, que habría afirmado que los siete planetas, equi-
libradas sus velocidades, regresarán al punto de partida

“Esta revolución constituye el año perfecto”


La historia de la humanidad se repetirá

El segundo estaría emparentado con “la gloria de Nietzsche”:

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…un número n de objetos-átomos en la hipótesis de Le Bon; fuerzas
en la de Nietzsche, fuerzas simples en la del comunista Blanqui es
incapaz de un número infinito de variaciones

A continuación recurre a la autoridad agnóstica de Hume:

En una duración eterna, todas las órdenes y colocaciones posibles


ocurrirán un número infinito de veces

Ambos modos conceden la infinitud al tiempo y la niegan al espacio

Esta separación del espacio-tiempo tiene el objetivo de permitir la


búsqueda de un dios por parte de un agnóstico

La divinidad concebida sería “infinita”


Crearía y destruiría la materia “finita”

El tercer método, “la concepción de ciclos similares, no idénticos”,


sería una aproximación materialista a la concepción del universo

Eso sería algo que asustaría a la metafísica y a Borges

En la Biblioteca de Babel, el espejo en cada zaguán es uno de los


símbolos que representan el infinito borgeano

Lo representan en su doble acepción: infinitud e ilusión; utilizaremos


el espejo como símbolo de infinitud en su versión del Eterno Retorno

Aunque Borges usa muchas veces su espejo, parece ser en “El In-
mortal” donde se hace más explícita la relación de espejo e infinito

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No hay cosa que no esté perdida entre innumerables espejos. Nada
puede ocurrir una sola vez, nada es preciosamente precario

Para digerir es párrafo con mayor deleite comparemos este trozo de


literatura filosófica con la imagen filosófica de Henry Lefevre

El francés, en su obra “Lógica Formal Lógica Dialéctica” afirma que


la superación implica un regreso al pasado

El pasado se volvería a encontrar pero superado “más real que al


principio”; en el capítulo de la Superación incluye lo siguiente

En efecto, en la vida o en la reflexión volvemos a pasar, por así de-


cirlo, por encima de las etapas anteriores, dominándolas, contro-
lándolas; pero en un nivel superior. Así, el hombre adulto encuentra
en sí ciertos rasgos de su infancia, pero los percibe, por así decirlo,
bajo él, como cuando se realiza la ascensión a una montaña por un
camino zigzagueante y en cada espiral se vuelve a encontrar el pai-
saje de la llanura o del valle, pero cada vez desde más arriba...»

Hay una gran diferencia y una gran similitud entre las concepciones
de Borges y la de Lefevre

La diferencia: Borges nunca ha pretendido ser dialéctico


Henry Lefevre, sí

Sin embargo, el trozo lefevriano parecería refutar su propia nega-


ción de la metafísica

Recurramos por algunos instantes a Federico Engels para tratar


compararla con la visión lefevriana:

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“Negar en dialéctica, no es simplemente decir que no” dice Federi-
co Engels: “Yo debo negar, pero también superar de nuevo la nega-
ción”. “Yo debo constituir la primera negación, de tal suerte que la
segunda sea o llegue a ser posible”. ¿Cómo? Según la naturaleza
específica de cada caso en particular. Si aplasto un grano de ceba-
da efectúo la primera negación pero hago imposible la segunda (la
germinación del grano en espiga) A pesar de esto, la primera nega-
ción tiene que ser realizada. Si el grano de cebada no es negado, no
habrá paso para la segunda

Ahora vemos que Lefevre no permite la primera negación

Más bien postula una coexistencia sólida de lo que debería ser ne-
gado primero y lo que debería ser negado en segunda instancia

La visión de Lefevre tiene mucho en común con el postulado de la


complementación de los Opuestos, propio de los pueblos andina

En vez de negar a alguno de ellos, al estilo de Engels, la cosmovisión


andina prefiere la relación complementaria entre ambos

La concepción de Lefevre sobre la llanura y el valle no son negados;


al contrario, coexisten sin cambio en la realidad

Aunque son vistos desde cada vez más arriba, se supone que cam-
bian por que cambia la altura desde la que se los observa

¿Cabría aquí el principio de Incertidumbre de Heisenberg, en el


sentido de que lo observado cambia por la acción del que observa?

No; puesto que en Heisenberg, el acto de observar modifica, efecti-


vamente lo observado, algo que no sucede en Lefevre
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En Lefevre, cambia la apariencia de lo observado por que se lo ve
desde arriba, pero no cambia ni su dirección ni su esencia

De cualquier modo, en este caso la negación dialéctica no se produ-


ce; en la realidad es reemplazada por un intento de negación ideal

Las versiones lefevriana y también la del propio Borges del “Eterno


Retorno son subjetivas

Después de este embrollo conceptual estamos listos para responder


a la pregunta:

¿Y qué tiene que ver la concepción del Eterno Retorno con una u
otra actitud filosófica?

Tiene que ver mucho

Supongamos que que en la comunidad primitiva no había propiedad


privada sobre los medios de producción

Por otra parte, también supongamos que después de extinguido el


periodo actual de vigencia de la propiedad privada

Entonces la próxima etapa de la sociedad carecerá otra vez de ella

Se dirá que la Comunidad Primitiva, sin propiedad, se habrá negado


a sí misma para dar paso a su contrario

Este contrario estaría conformado por las cuatro sub etapas siguien-
tes en las que existen la propiedad privada

(esclavismo, feudalismo, capitalismo y socialismo)


20
A su turno, esta etapa, compuesta por las cuatro sub etapas se nega-
rá también para dar lugar a la próxima

La que tendrá en común con la primera el hecho de que no habrá


propiedad privada pero habrá un nivel superior de existencia

También, de bienestar social e individual

En este caso, el retorno no sería a la Comunidad Primitiva, sino a su


característica, ya superada, de la ausencia de propiedad

Lefevre postula que la Comunidad Primitiva y la etapa de existencia


de la propiedad privada coexistirían con su antítesis

Esto es, con el conjunto de las cuatro sub etapas y con la nueva sínte-
sis: la ausencia de propiedad

Lo “superado”, lo negado continuaría coexistiendo

Por su parte, los espejos de Borges, no aceptan la existencia de una


etapa histórica carente de propiedad

Al reproducir prototipos platónicos, afirma que el mundo es y será


como siempre fue una y otra vez

Los espejos de Borges, que reproducen infinitamente el original,


pueden ser aplicados a los sistemas económicos

En este caso, que el sistema capitalista se repetirá siempre, tal como


lo apuntó el japonés Fukiyama en su obra “El fin de la historia”
21
Los espejos simbolizarían la existencia de la propiedad privada que
se auto-recicla; siempre volveremos a ser lo que hemos sido:

Seres en perpetua competencia por tener más

Otra vez y como siempre, el hombre explotará al hombre; otra vez el


libro de las jerarquías llegará a tus manos

Otra vez verás tu propia muerte por hambre en medio de la abun-


dancia

Debe quedar claro que Borges, el escritor, no es inocuo, es partida-


rio del sistema capitalista

El único escritor inocuo es el que no escribe


Pero hay más sobre la teoría del Eterno Retorno

Sus expositores y defensores asumen implícitamente su simetría

El retorno de los átomos se realizaría siempre en conjuntos homogé-


neos y simétricos para volver a ser lo que se fue

Este es un asunto que debe ser aclarado

Para ello recurro otra vez a mi relato “Una noche de Estilos” (de mi
libro de relatos “Cuando el Illimani se fue”, 1986)

En el relato, el personaje borgeano declara que la ciudad de La Paz


sería la expresión concreta de la entelequia y que por ello

“estaría en el deber de auto-reciclarse”

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No faltará el escéptico que plantee el siguiente problema: si un todo
puede reciclarse para retornar a una posición atómica inicial, no
quiere necesariamente decir que todas y cada una de las partes que
conforman ese todo habrán de reciclarse al mismo tiempo, aunque
la teoría de las variaciones de los átomos, al decir que una de las
partes se vuelve a reproducir da por sentado que todos y cada uno
se reciclan simétrica y simultáneamente

Este supuesto es demasiado heroico, puesto que da por sentado que


una persona al reciclarse, se recicla integralmente de una sola vez

El cerebro se recicla al mismo tiempo infinitesimal en que se reci-


claría el resto del cuerpo

Esto anularía la posibilidad de que el Partenón se reciclara en par-


tes, cada una atraída por un tiempo diferente

La película “La Mosca”, es un buen ejemplo

Trata de un individuo que al reciclarse en una máquina transporta-


dora resulta con su propio cuerpo y con la cabeza de la mosca, que
había estado en el recinto reciclador

El reciclaje no se había llevado a cabo de un modo simétrico


Aquí una ficción atestigua la asimetría de la otra ficción

Después de estas inquisiciones, el personaje se contesta a sí mismo


en el sentido de que en un enclave donde la eternidad se recicla

Los reciclajes son siempre simétricos y simultáneos; por lo tanto, es


preciso abjurar de la creencia en desequilibrios cósmicos

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Este pasaje nos plantea problemas de gran contenido: ¿Cuál será el
“estado inicial” que se reciclará en el infinito?

¿Será el que existía un segundo después de la explosión del huevo


cósmico? ¿Tal vez, el que había un billón de años antes?

¿A partir de qué instante se iniciará el proceso de repetición?

La pregunta devela una contradicción inclusive con la idea de eter-


nidad propiamente borgeana

En todas las épocas se ha considerado la eternidad como el tiempo


que no tiene ni principio ni fin

Construir una eternidad sin fin pero con principio, sería una proeza
mental similar a la de imaginar un palo con un solo extremo

Proeza mental digna de provocar la curiosidad de Borges

El relato con el personaje borgeano nos lleva a la necesidad de revi-


sar más de cerca la tesis platónica de los siete planetas

“Equilibradas sus diversas velocidades, regresarán


al punto inicial de partid”

A medida que esas velocidades se equilibran, gran parte de los


arreglos atómicos han recobrado ya su posición original

En este sentido, hay una brecha entre los planetas que han vuelto ya
a la originalidad y aquéllos que aún no han completado el ciclo

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Dentro del planeta Tierra, es entonces posible imaginar que Aristó-
teles ya ha sido reciclado en un tiempo similar al de Marx

Los tendremos juntos para asistir a un diálogo de magnitud ártica

Del mismo modo se podría concebir la coexistencia de la Segunda


Guerra Mundial y las Termópilas

Hitler pidiendo asistencia técnica a Leónidas; el rayo láser pelearía


con el garrote y los Fantoms batallarían con los dinosaurios

Eliminada esa posibilidad, recogemos la opción de que los re-


arreglos se alcanzan al mismo tiempo en la centésima de segundo
que dura el equilibrio de las velocidades de los planetas

Imaginemos que eso se producirá mañana: a las 10.00 a.m; las velo-
cidades se equilibran

Todos desaparecemos para volver al inicio del “año perfecto”

Ahora imaginemos lo que sucederá con las capas terrestres, los


océanos, los mares, que habrán cambiado de lugar desde entonces

Las cordilleras que se han desplazado y las islas que han aparecido

Algo más, la Tierra tendría que volver al lugar cósmico que le co-
rrespondió al iniciarse el año perfecto

Con ella, todas las estrellas, galaxias, agujeros negros, todo absolu-
tamente todo, deberá retornar al punto del Eterno Retorno

25
La infinitud del universo es escindida: el espacio es finito y el tiempo
será infinito para dar cabida al dios tan ansiosamente buscado

Pero no es posible negar que la idea del Eterno Retorno tiene para
Borges atracciones de gran poder

En “Los Cuatro Ciclos” anuncia que cuatro son las historias y luego
las enumera: la Iliada, Ulises, Jason y el Vellosino y un sacrificio:

Odín sacrificando a Odín (...) y Cristo es crucificado por los roma-


nos; Cuatro son las historias; durante el tiempo que nos queda se-
guiremos narrándolas, transformadas

En el poema “El Laberinto” inscribe estos versos:

Zeus no podría desatar las redes de piedra que me cercan.


He olvidado los nombres que antes fui...

En “His end and his beginning” se refiere a alguien que murió y que
en el cielo no hace sino repetir algo ya hecho

En “Los Teólogos”:

…esto ha ocurrido y volverá a ocurrir, dijo Euforbo, no encendéis


una pira, encendéis un laberinto de fuego. Si aquí se unieran todas
las hogueras que he sido, no cabrían en la Tierra y quedarían ciegos
los ángeles. Esto lo dije muchas veces

Pero es en “La Doctrina de los Ciclos”, en que el talento literario de


Borges se expresa con todo su esplendor:

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San Agustín dedica varios capítulos a rebatir semejante doctrina.
Esos capítulos (que tengo a la vista) son harto enmarañados para el
resumen, pero la furia episcopal de su autor parece preferir dos mo-
tivos: uno, la aparatosa inutilidad de esa rueda; otro, la irrisión de
que el logos muera como un pruebista en la Cruz, en funciones in-
terminables. Las despedidas y el suicidio pierden su dignidad si los
menudean. San Agustín debió pensar lo mismo de la Crucifixión. De
ahí que rechazara con escándalo el parecer de los estoicos y pitagó-
ricos... y que terminara seguramente expresando que Jesús es la vía
recta que nos permite huir del laberinto circular

¿Les dije alguna vez que Borges era uno de mis escritores favoritos?
¡Cómo olvidarlo nunca!

Resumamos:

La teoría de los ciclos pregona que n elementos pueden permutarse


de muchas maneras pero que al final ese número se agotará

Es por eso que se concibe las permutaciones como simples cambios


cualitativos como son los que se registran en el análisis combinatorio

El punto principal es transmitir al lector la impresión de que todo


cambia para que nada cambie
*

Borges no vio la vuelta de la Unión Soviética al capitalismo

De haberlo hecho, no habría relacionado el fracaso de la tesis del


“Socialismo en un sólo país” con la teoría del “Eterno Retorno”

27
Y si alguien hubiera insistido en que ese fracaso habría sido una
prueba de la verdad de la teoría, Borges hubiera abjurado de ella

Listo para lanzarse a las dunas en pos del secreto de otras arenas,
Jamás habría apoyado una teoría que tuviera el mal gusto de vulgari-
zarse como real
*

Este ensayo tiene un poema

Como otra prueba de que ésta es una obra literaria tanto como filo-
sófica, incluyo mi versión intuitiva del Eterno Retorno

La Carabela
Un soplo rojo sopla la carabela, que de infinito en infinito se
bambolea

El espacio ondula en vaivenes sin ritmo al recibir uno a uno los


agujeros negros

Explota un corpúsculo de fuego denso y las esquirlas forman


un nuevo universo

El tiempo torna a nacer sin haber nunca muerto; las esquirlas


primeras se van. ¡se van tan lejos!

Las sombras de luz surcan los vírgenes vacíos extendiendo el


tiempo-espacio más y más allá de la nada

28
La tormentosa cabellera ondea a todos lados sin encontrar
frontera en ninguno de ellos

Pero el gran impulso ya frena, llamada por la motita primera

Fue nada más que un puntito de aceite; saltó, explotó, se ex-


tendió, un universo formó

Volvió para caer otra vez en el enorme caldero

Infinitos soplos rojos soplan las infinitas carabelas que de infi-


nito en infinito bambolean, bambolean

ANEXO I
Concepciones acerca de lo Finito y de lo Infinito

La síntesis de las nociones de infinitud en la historia de la filosofía,


muestra que los grandes eruditos las agrupan del siguiente modo:

Algo indefinido: por carecer de fin, límite o término

No es ni definido ni indefinido, porque con respecto a él carece de


sentido toda referencia a un fin límite o término

Es algo negativo e incompleto; algo positivo y completo


Es algo meramente potencial: está siendo pero no es

Es algo actual y enteramente dado

Algunos historiadores dirían que entre los griegos, el concepto de


infinitud habría sido rechazado por que no cabía en la mente

29
Por el otro lado, estarían los que afirman que el infinito fue querido a
los griegos; entre los primeros contaríamos a Spengler y los soste-
nedores de la concepción “Apolínea” de los griegos

Entre los segundos se contaría a Nietzsche y todos los que ven en los
griegos el carácter más bien “Dionisíaco”

En mi opinión, los griegos no rechazaron la existencia de la infinitud


sino el concepto demostrable de esa existencia

Del mismo modo que consideraron que no tenía sentido un número


elevado a una potencia mayor de 3

Potencia que representaba el cubo o el volumen, porque no había


cuerpos reales que tuvieran más de tres dimensiones

Aunque el sinsentido del concepto no era necesariamente relativo a


un supuesto sinsentido real

Pero hubo intentos de entenderlo e incluso de clasificarlo; los preso-


cráticos lo habrían relacionado con lo ilimitado y lo indefinido

Los pitagóricos habrían concebido un infinito como lo negativo

También habrían afirmado que es lo que carece de forma, figura,


proporción, orden… por no estar limitado

Para Anaximandro el Apeiron, lo más cercano a la representación de


infinito, sería más bien indeterminado y positivo

Lo sería porque de allí surgiría lo determinado

30
Lo importante en este filósofo es su idea de que hay un número infini-
to de universos que existen simultáneamente

“Infinito” no significaría “indeterminado”, sino “sin un fin”

El número de átomos de Demócrito sería infinito como también lo


sería el vacío en el que se encuentran

En este sentido volveríamos a la concepción de la existencia simul-


tánea de más de un infinito

No se estaría de acuerdo con la percepción de Parménides, pero se-


ría posible deducir que la perfección de su “Ser” exigiría la infinitud

Tanto Heráclito como los Estoicos, cada uno por su lado, habrían in-
dentificado el infinito con el Eterno Retorno

Según los Estoicos “habrá de nuevo un Platón, un Sócrates y cada


uno de los hombres con los mismos amigos…”

Para Platón lo ilimitado sería imperfecto, mientras que lo perfecto


sería lo limitado

Aristóteles abogaría por la finitud del universo con una noción siste-
matizada de la infinitud

Dijo que siempre es posible aumentar un elemento más a un número


n de elementos, tal la idea de infinitud potencial en la serie numérica

Existiría también el infinito potencial por división, la del continuo de


Zenón; y por adición, la serie numérica

31
Aristóteles, en su recorrido por las aristas del concepto concibe la
infinitud causal, la que debe empezar con una causa no causada

Tal sería el famoso “Primer Motor”

Ésa es una muestra de la creencia en la posibilidad de que sería po-


sible un palo con un solo extremo

Pero la idea de infinitud aristotélica que más impresiona es la que


dice que “Todo lo limitado debe estar limitado por algo”

En mi opinión, esta idea pertenece a una dialéctica certera

Se expresa en la idea que parte de la observación empírica de cosas


empíricas, no de abstracciones de abstracciones

Por lo tanto, es sujeta al razonamiento sistemático y desemboca di-


rectamente en la imagen intuitiva

Algún día el proceso de conocimiento del hombre no necesitará de


la racionalización del razonamiento

Pero mientras tanto, el proceso racional que lleva a la imagen intuiti-


va es el más alto exponente de la facultad del Ser

Como lo es en Aristóteles, en Marx, en Kant…..

Aristóteles vuelve al proceso racional al afirmar que infinito es aque-


llo que por naturaleza no puede ser atravesado o recorrido

Sin embargo, es en la siguiente descripción aristotélica de infinitud


la que cumple con nuestro requisito de cosa-pensamiento-imagen
32
La que tenemos y que se constituye en el embrión dialéctico de la
unidad de lo finito y lo infinito; dice:

El Infinito no es aquello más allá de lo cual no hay nada


sino aquello más allá de lo cual hay algo

Esta definición del infinito, la más querible

Es hermosa filosófica y estéticamente porque resulta implícita como


resultado de la definición de la finitud, que es su contrario

¡Qué capacidad de asombrar que tiene este asombro hecho Hombre!

El Neoplatonismo halla en Plotino el exponente de la teoría que con-


cibe varios infinitos jerárquicos en el universo

El Infinito Positivo se referiría «Al Uno» un ser potente, no “en poten-


cia”, debido a la “grandeza espiritual” no a la grandeza en extensión

El Infinito Positivo, “El Uno”, no necesitaría de nada para ser, puesto


que sería “absoluta mismidad”

El Infinito Negativo se referiría a la materia, lo que en vez de ser


“hacia arriba”, hacia “Lo Uno”, sería “hacia abajo”

La jerarquía de infinitos dependería del grado de acercamiento por


parte del Ser a “Lo Uno” o a la materia respectivamente

Proclo estima que “Lo Uno” es el ser definido

La autodefinibilidad; se entenderá por “definibilidad”, esto es, la


identificación de lo infinito con lo perfecto
33
Habría una gran diferencia entre los límites de lo sensible y los lími-
tes de lo espiritual; los primeros serían también sensibles

Los segundos serían inteligibles; de este modo no podría asociarse


la idea de infinitud con la de grados de extensión

Para los cristianos sólo Dios puede crear de la nada; sólo Dios es in-
finito y eterno; la idea de infinitud aparece ligada a la de eternidad

La infinitud de Dios traspasaría la del tiempo-espacio por su don de


la ubicuidad perfecta; Dios sería infinitamente infinito

Santo Tomás afirmaría que Dios no podría crear algo absolutamente


infinito: una creación así, competiría con el mismo Creador

No habría un infinito en extensión o magnitud, sólo la infinitud de


Dios sería actual

Gregorio de Rimini reprodujo la teoría atomista de Demócrito: ha-


bría puntos materiales mínimos, indivisibles cuantitativamente

La idea moderna de infinitud de Giordano Bruno surge de la con-


cepción de un “mundo abierto” contra la de “un mundo cerrado”

Descartes habla de la idea de la infinitud como una prueba de la


existencia de Dios:

“…el conocimiento de infinitud por el hombre, que es finito, sólo era


posible porque un ser verdaderamente infinito lo había puesto en su
mente”
34
Spinoza dice que, siendo Dios un ser infinitamente infinito. todo lo
que se sigue de un atributo de Dios debe ser infinito

Idea que se expresa en el sentido de que la substancia es infinita de-


bido a que siendo única, dimana de Dios

Vendría una serie de discusiones sobre la posibilidad de que el infi-


nito espacial fuera compatible con la omnipresencia infinita de Dios

El espacio de Henry More no era sensible sino espiritual, no de los


sentidos sino del entendimiento

Con lo que podía juntar en uno solo la infinitud espacial y la divina

Newton pone muy en claro que Dios es algo muy distinto del espacio
aunque su omnipresencia afecte todos los puntos del espacio

Leibniz, comparte con Newton la existencia del “infinito en lo grande


y del infinito en lo pequeño”

Cada una de sus infinitas mónadas refleja el universo entero multi-


plicando cada infinito por un número infinito de veces

Esta infinita multiplicación culminaría con la “potencia máxima” o


“infinito máximo” que sería Dios

Surge en esa época el asombro ante el “laberinto del infinito” en-


gendrador de paradojas tan queridas a Borges

La infinitud de Dios parecía no atraer la imaginación de nadie; en


cambio, la del universo sí

35
Pascal diría que en comparación a la infinitud del universo el hombre
sería algo y sería nada

El empirismo inglés vendría anunciando que las ideas no eran prue-


bas de la existencia de las cosas

Locke notaría que la idea de infinitud de su época se relacionaba con


el tiempo y no con el espacio

Para continuar con sus inferencias, intuyó que debía solucionar pri-
mero el problema de la infinitud de Dios

Dijo que la infinitud de Dios era cualitativa y no cuantitativa como


eran las del espacio y del tiempo

Luego definió lo Finito:

…las porciones de extensión que afectan a los sentidos y los perio-


dos ordinarios de sucesión con que se mide el tiempo, llevan consi-
go la idea de lo Finito

La idea de lo Infinito emergería observando que se juntan, sin cesar,


porciones de espacio a otras y momentos del tiempo a otros

Haciendo gala de su método, recordó que inclusive los grandes ma-


temáticos que habían especulado con la idea del Infinito

lo habían hecho partiendo de la sensación y de la reflexión

Kant concibió el espacio como infinito, lo hizo por medio de una de


sus antinomias, tal caras a todos nosotros

36
Veamos la tesis y su antítesis, ambas aceptadas
El mundo tiene un comienzo en el tiempo y también está limitado en
el espacio

El mundo no tiene comienzo y es ilimitado en el espacio

Dada la falta de experiencia concreta, la razón pura debe aceptar


que tanto la una como la otra son susceptibles de prueba

Lo serían debido a que el objeto de ellas no es algo situado dentro


de la experiencia posible, sino una «cosa en sí»

En Hegel el concepto se hace múltiple:

el infinito matemático
lo infinitamente grande
la infinitud subjetiva
la infinitud objetiva
la infinitud positiva

Siendo sólo el último “el verdadero infinito”

Ni el infinito matemático ni lo infinitamente grande serían propia-


mente negación de la negación

La infinitud negativa no sería sino la negación de lo finito


La infinitud positiva sería el Espíritu Absoluto: el Ser verdadero

El infinito negativo sería el que tendría la posibilidad de crecer inde-


finidamente, en contraposición de la infinitud positiva o “verdadera”

Ésta última completa, se contendría a sí misma y estaría en sí misma


37
El infinito positivo se expresa en la Lógica, absorbido por el infinito
abstracto del entendimiento con el infinito concreto de la Razón

Para Renouvier, hay que refutar el infinito

Puesto que al pensarlo se pensaría en el Absoluto, que sería un suje-


to sin ser sujeto, porque no tendría relación alguna

Su discípulo Evellin, afirma que el infinito puede alojarse en el pen-


samiento pero que lo finito es la condición de lo concreto

En ambos hay la refutación a la coexistencia de lo finito y de lo infini-


to; para algunos pensadores la idea de infinito sería contradictoria

Tomemos, dicen, la serie de los números naturales, luego hagamos


lo mismo con la serie de los cuadrados de tales números naturales

Si ambas tienden al infinito, la cantidad de los números naturales se-


rá mayor que el número de cuadrados de naturales

Pero no sería posible hablar de un infinito mayor o menor que otro

No lo sería, por haber desaparecido toda relación y sin relación no


podría concebirse ninguna entidad

Habría también una especie de “horror al infinito”

Dado por la intuición de que cualquier conjunto finito al que se le


agrega otro, por muy grande que fuera, daría un conjunto finito

38
Recordemos que fue de esta idea que Aristóteles dio su magnífica
definición implícita de infinito

Este horror es un horror a la coexistencia de lo finito y lo infinito

La paradoja de la igualdad del número de puntos existente en una


circunferencia y aquél inscrito en el universo también tuvo teóricos

Bolzano, teólogo checoslovaco, es uno de ellos

Postuló que la paradoja se debía a que se había creído que los pun-
tos ocupaban áreas, lo que no sucedería en la realidad

(Aquí hay una llamada de atención a Borges)

Cantor dividió al infinito en potencial y actual; el Potencial sería la


serie de n números enteros a la que siempre se le puede agregar 1

Infinito Actual sería el conjunto de los números enteros al que no se


le puede agregar ninguna unidad

Couturat: la idea de infinito no puede proceder de la experiencia,


porque los objetos de la experiencia son naturalmente finitos

La imaginación tampoco podría reproducirla, porque ésta sólo re-


produce sobre la base de lo conocido

El Infinito sería un concepto a priori

39
Las últimas discusiones sobre la infinitud del universo lo representan
como una esfera, la que siendo finita no tendría límite

Pero queda para siempre la opinión de Aristóteles

En el sentido de que la definición del infinito, como toda categoría,


surge de la imagen intuitiva y es sistematizada por la Razón

Yo postulo que algún día el Ser habrá evolucionado a un grado tan


alto en la historia y en la biología, que la Intuición habrá evoluciona-
do al ritmo de la Razón, para conformar el verdadero instrumento
cognoscitivo: Razón-Intuición

El Ser será lo que debe ser, por la Voluntad de Ser

40
Está bien que se mida con la dura
Sombra que una columna en el estío
Arroja, o con el agua de aquel río
En que Heráclito vio nuestra locura

En el primer artículo de “Discusión”, bajo el título de “La Poesía


Gauchesca”, Jorge Luis Borges imprime el siguiente párrafo

Es fama que le preguntaron a Whistler cuánto tiempo había requeri-


do para pintar uno de sus “nocturnos” y que respondió: “Toda mi
vida”. Con igual rigor pudo haber dicho que había requerido todos
los siglos que precedieron al momento en que lo pintó. De esa co-
rrecta aplicación de la ley de causalidad se sigue que el menor de
los hechos presupone el inconcebible universo e, inversamente, que
el universo necesita el menor de los hechos. Investigar las causas de
un fenómeno tan simple como la literatura gauchesca, es proceder
en infinito

Esta cita obliga la realización de un repaso de las categorías de lo


Necesario y lo Contingente

41
Un nuevo recorrido por la alquimia literaria de Borges y un nuevo
capítulo para este ensayo de ensayos

En la historia del pensar, surge primero la mistificación de la necesi-


dad como designio de los dioses, causalidad divina

Es una de las primeras muestras de la sumisión del mundo primitivo


a las fuerzas no comprensibles aún

A medida que las sociedades consolidan y desarrollan sus acervos


científicos las categorías de lo Necesario y lo Contingente surgen

Como surge la fluorescencia de Roentgen, incluso a través de negrí-


simos paños místicos

Por lo que se puede interpretar, “la correcta aplicación de la ley de


la causalidad” presupone una cadena de astronómica longitud

La que viene forjada de hechos, desde el primer soplido de la divi-


nidad, hasta el momento que elijamos como actual

Cada eslabón sería causa del siguiente, en una imbricación eterna


de causa y efecto

Ya vimos que, esta identificación de lo eterno sólo con el tiempo y no


con el espacio es el fundamento de la teoría del Eterno Retorno

Repasando el contenido de este último concepto, recordemos que


los fenómenos y las cosas se repiten al final de cada ciclo

De este modo podemos imaginarnos la cadena borgeana de causa y


efecto: un aro inmenso congelado en el vacío
42
Un primer intento de identificación de la cadena de Borges sería:

Si un fenómeno A es anterior cronológicamente a un fenómeno B


entonces A es la causa de B: el clásico post hoc, propter hoc

La pre conclusión nos mostraría, a pesar de todo, a un Borges espon-


táneo y por lo menos parcialmente dialéctico

Primero, porque aceptaría la existencia objetiva de las categorías de


causa y efecto

Segundo, porque está implícita una cadena de causa-efecto cronoló-


gicamente determinada

Sería al mismo tiempo efecto con relación a su antecesor

Pero hay muchos cables sueltos en el circuito mecánico que impulsa


la teoría del Eterno Retorno y el aro eslabonal de causa y efecto

Entre los principales, podría citarse el hecho de que en la teoría del


ciclo se podría forzar la imaginación y excluir de la realidad

Concatenaciones y nexos entre cosas y entre fenómenos lo que no


podría lograrse a ningún nivel en el aro causal

En este último tendría que encontrarse forzosamente una “causa


primera” y si eso no fuera posible, entonces inventarla: Dios

La causa primera y el hacedor de los ciclos sería Dios, lo que repre-


sentaría una conclusión sintética del pensamiento borgeano

43
Esto es: la proyección ideal de una cadena espacial congelada en el
vacío y un reloj infinito que marca las horas sin ocupar espacio

Este proceso se lograría tomando un pedazo imaginario de metafísi-


ca para hacer de él una cadena de abstracciones de abstracciones

Anunciar que se ha encontrado un nuevo camino hacia Dios

Recordemos lo que dice Borges al tomar un pedazo de ese aro causal


que abarca desde el nacimiento de la vida hasta el presente:

Investigar las causas de un fenómeno, siquiera de un fenómeno tan


simple como la literatura gauchesca, es proceder en infinito

Recordemos cómo identifica Timiriásev el discurso de Mr. W. Bate-


son, pronunciado en el Congreso de la Asociación Británica de 1914

Allí se adujo la eterna existencia de los caracteres

La tesis es una variante de la concepción de ‘las especies creadas’ y


de la doctrina preformista de la inclusión de embriones de una ge-
neración en los embriones de las siguientes

Las entrañas de la protomadre, causa orgánica primera hecha por


Dios, contiene los embriones de toda la humanidad posterior

Con Borges, el último bebé contendría la influencia de cada lechuga,


rábano, cocodrilo, dinosaurio, zancudo... que en el mundo han sido

Esta idea puede ser considerada como descabellada, irracional,


alocada, demente.... pero es también un gran paso

44
Nos lleva hacia la identificación de la diversidad con el todo natural

En mi filosofía, denominada La Voluntad de Ser aduzco precisamente


lo mismo: todo es todo

La diferencia con Borges, estriba en el contenido metafísico de su


concepción y la percepción dialéctica de la mía

La idea es desarrollada por Borges en varios de sus cuentos y ensa-


yos; en un pasaje de “La Forma de la Espada” el protagonista dice:

Lo que hace un hombre es como si lo hicieran todos los hombres.


Por eso no es injusto que una desobediencia en un jardín contamine
al género humano; por eso no es injusto que la crucifixión de un solo
judío baste para salvarlo. Acaso Schopenhauer tenía razón: yo soy
yo y los otros, cualquier hombre es todos los hombres; Shakeaspere
es de algún modo el miserable John Vincent Moon

Este es un párrafo que encierra en su belleza y precisión el gran se-


creto de la Pirámide

Parecería que en su eterna búsqueda de momentos poéticos en la


filosofía, Borges encontrara al fin el Momento Vital

El que le permite ingresar al mundo de lo extrarracional


Acudamos ahora al “Tema del Traidor y del Héroe”

... piensa que antes de ser Fergus Kilpatrick, Fergus Kilpatrick fue Ju-
lio César.

No se está hablando de un simple fenómeno de reencarnación; de


haberlo querido de ese modo habría escrito simplemente:
45
“…antes de ser Fergus éste había sido Julio César”

Pero no es ese el caso; Borges escribe con radiante claridad que Ju-
lio César, cronológicamente anterior a Fergus, ya lo contenía em-
brionariamente y Fergus, como cosa posterior a César lo contiene
ahora

Tal vez podríamos consolidar esta idea del siguiente modo:

Julio César es un efecto de todos los que existieron antes que él


pero participa de la causa de todos los que vinieron después

Por lo tanto Fergus también es un efecto de la “causa Julio César”

Tómese nota que esta idea nada tiene que ver con la tesis de la eter-
na existencia de los caracteres descrita por Bateson

Esta idea se eleva de la unidad de la materia, en la que el tiempo-


espacio parecerían sólo acondicionamientos del cerebro para cono-
cer, tal como lo quería Kant

No condiciones imprescindibles de existencia del mundo objetivo

En “La Muerte y la Brújula”, Marcelo Yarmolinsky, delegado de Po-


dolsk al Tercer Congreso Talmúdico, aceptó el hotel du Nord

“…con la antigua resignación que le había permitido tolerar tres


años de guerra en los Cárpatos y tres mil años de opresión y de pol-
groms

Los tres mil años de opresión no es, en este caso, un símbolo del pe-
regrinaje de los judíos en la historia
46
Es una expresión del sufrimiento individual de Yarmolinsky de tres
milenios, del mismo modo cómo ha sufrido los tres años de guerra

En “El Ruiseñor de Keats” dice:

Quien me oiga asegurar que ese gato que está jugando ahí es el
mismo que brincaba y que traveseaba en ese lugar hace 300 años,
pensará de mí lo que quiera, pero locura más extraña es imaginar
que fundamentalmente es otro

En “El Zahir” cita a Tennyson para explicar que:

Si pudiéramos comprender una sola flor sabríamos quienes somos y


qué es el mundo. Tal vez quiso decir que no hay hecho, por humilde
que sea, que no implique la historia universal y su infinita concate-
nación de efectos y causas. Tal vez quiso decir que el mundo visible
se da entero en cada representación, de igual manera que la Volun-
tad, según Schopenhauer, se da entera en cada sujeto. Los cabalistas
entendieron que el hombre es un microcosmos, un simbólico espejo
del universo

Con esta cita entendemos que el universo de este instante reúne to-
do lo que hubo, lo que hay y lo que habrá

Veamos lo que dice en “La Escritura de Dios”

Consideré que aun en los lenguajes humanos no hay proporción que


no implique el universo entero; decir “tigre” es decir los tigres que
lo engendraron, los ciervos y las tortugas que devoró, el pasto que
alimentaron a los ciervos, la tierra que fue madre del paso, el cielo
que dio luz a la tierra
47
Tanto en estos ejemplos como en los posteriores, hay una constante
que debemos tomar en cuenta: la aparente inmutabilidad del mundo

De acuerdo con lo que podemos inferir de lo dicho por Borges, el


mundo de hace un millón de años es exactamente igual al de hoy

La montaña, el tigre, los ciervos, la tortuga, la madre tierra, todo, to-


do parece continuar siendo exactamente lo que fue

Este sentido de lo inmutable es lo que caracteriza, como dijimos ya


la concepción cósmica de Borges

De ahí que cuando dice que el gato de hoy es el de ayer, suscita en


nosotros confusiones

Mi versión es la siguiente: el gato del cuento no es el mismo gato de


hace 300 años pero participa del todo cósmico

Lo hace, del mismo modo como participó su antepasado, el que lle-


vaba en sí el embrión del gato presente

El gato de hoy es el gato de hace 300 años, no en el sentido de que


forme una identidad con él, sino en el sentido de que viene de él

Ese encuentro se realiza por una especie de proceso de partición ce-


lular cósmica por la que el gato de hoy es el mismo de ayer sin serlo

Vayamos a “La Otra Muerte”:

En la Suma Teológica se niega que Dios pueda hacer que lo pasado


no haya sido, pero nada se dice de la intrincada concatenación de
causas y efectos, que es tan vasta y tan íntima que acaso no cabría
48
anular un solo hecho remoto, por insignificante que fuera, sin invali-
dar el presente. Modificar el pasado no es modificar un solo hecho;
es anular sus consecuencias que tienden a ser infinitas. Dicho sea
con otras palabras; es crear dos historias universales

Debo disentir con Borges en esta hipótesis

No creo que la anulación de un solo hecho “por insignificante que


fuera” crearía dos historias universales

Creo, más bien, que la hipótesis debe ser revisada desde dos puntos
divergentes que en realidad pertenecen a una sola visión

Primero: la anulación de un hecho histórico crearía no una historia


paralela sino una infinitud de historias

Supongamos que Napoleón ha ganado en Waterloo y que el mundo


está bajo su mando

La simple anulación del hecho “pérdida en Waterloo” anula un nú-


mero infinito de otros hechos potenciales

No es Luis XVIII sino el hijo de Napoleón el que hereda el trono; se


inicia una nueva dinastía....
Cada uno de estos hechos supondría la anulación de un número infi-
nito de hechos, cada uno de los cuales, a su vez......

No serían pues dos, sino infinitas historias universales las que serían
engendradas por la simple anulación de un hecho borgeano

Segundo: habría que revisar si la muerte prematura de una pulga del


perro de Ulises habría implicado un infinito de historias universales
49
Pero el análisis metafísico de Borges tiene otra intención

A pesar del número infinito de historias potenciales universales algo


quedaría como una constante imperturbable:

Dios, la primera causa del aro causal

Es posible que la lectura de Borges en este campo nos permita iden-


tificar la verdadera raíz de sus concepciones: La Place

Como se sabe, para este gran científico todo estaba estrictamente


determinado por causas inflexibles y siempre necesarias

La causalidad no dejaba campo para la contingencia

Con el objeto de presentar una visión alternativa de Borges a la de


La Place, tal vez sería oportuno citar algunos de los conceptos

Veamos en primera instancia el término Regularidad

Forma expresiva de una conexión entre los estados anteriores y pos-


teriores de los sistemas
Puede que la forma de conexión es tal que el estado dado del siste-
ma determina unívocamente todos sus estados posteriores

En ese caso, se diría que se está ante una regularidad dinámica (De-
terminista) que expresa una conexión siempre causal

El conocimiento de las condiciones iniciales permitiría predecir con


exactitud el desarrollo del sistema

50
La Regularidad Dinámica estaría presente en los sistemas autóno-
mos, los que dependen poco de efectos exteriores

Estos sistemas se caracterizarían por el reducido número de sus


elementos; el Sistema Solar sería un sistema típico

En él, actuaría la Regularidad Dinámica

La situación y punto de llegada de un planeta puede ser prevista par-


tiendo del conocimiento de su posición y velocidad en el momento
inicial

Pero existiría también otra clase de regularidad: la regularidad Es-


tadística, que es también una conexión causal

Se diferencia de la Regularidad Dinámica en que el estado conocido


del Sistema no determinaría unívocamente todos sus estados poste-
riores, sino que lo haría de acuerdo a la ley de probabilidades

La regularidad estadística estaría vigente en los sistemas autónomos,


que reciben considerable influencia de las condiciones exteriores

Tienen un número muy grande de elementos constitutivos


La posición y velocidad de una molécula de aire en un ventarrón
puede que no sea exactamente medible en un momento dado

Pero la interacción de todas ellas permite establecer con calidad de


previsión la dirección e intensidad del ventarrón

Podría resultar extraño que se pueda conocer las características fun-


damentales de un sistema sin conocer c/u de sus elementos

51
Los economistas, por ejemplo, no podrían concebir los movimientos
de la demanda sin antes conocer la “conducta del consumidor”

Conducta basada en un ente abstracto llamado Homo economicus

Expuesto el concepto de regularidad, vamos a los de causa y efecto

Un fenómeno C, será causa de otro E, llamado efecto, si existe entre


ambos una conexión necesaria

Si en el proceso, el efecto E interacciona con la causa C para conso-


lidarse como efecto estable

Desde este punto de vista, el gato de Keats no podría ser el mismo


que jugaba ahí hace 300 años

No podría, dado que no interacciona directamente con su antecesor

Pero podría serlo si es que tomamos en cuenta que interacciona con


la naturaleza de la que forma parte el gato de hace 300 años

Así, existirían dos categorías de causas:

La Causa Completa
Que será el conjunto de todas las circunstancias cuya conjugación
produce necesariamente el efecto

La Causa Específica
Reune los componentes esenciales de la Causa Completa, haciendo
de los demás simples condiciones de acción de la Causa Específica
52
Por eso sería que entre los principales objetivos de la ciencia estaría
encontrar las causas específicas

Desde mi punto de vista, entre los principales objetivos de la filoso-


fía estaría encontrar la síntesis de las causas completas

Uno de cuyos intentos sería el aro causal de tipo borgeano

Habría algo más: por un lado, todo surgiría de algo, de alguna causa;
más aún, todo lo que surge no podría no surgir

Por otro lado, la aparición de algo dependería de un gran número de


condiciones diversas (la causa específica)

La interacción imprevisible de dichas circunstancias podría hacer no


obligatoria esa aparición

Si diéramos una primacía absoluta al primer punto llegaríamos al fa-


talismo; si al segundo, al relativismo

De aquí surge la necesidad de la infinitud del universo


Si el universo fuera finito, “la interacción imprevisible de las condi-
ciones adversas”, sería también finita (como la Biblioteca de Babel)

Por lo tanto todo lo que sucedería sería necesario y no habría campo


para lo contingente

Pero, la existencia de lo contingente es una prueba de que la inter-


acción imprevisible de esas condiciones adversas es infinita

Es infinita porque proviene de un cosmos infinito, el que provee de


estas circunstancias adversas de un modo infinito
53
El universo pues no podría ser un cuarto cerrado en el que la inter-
acción de condiciones adversas supuestamente se agotaría

sino una extensión y espacio abiertos, proveedores de un conjunto


infinito de condiciones adversas cuya interacción es imprevisible

Como tal, condiciona la existencia de lo contingente

En otras palabras, sostengo que lo necesario es la prueba de la co-


existencia de la finitud con la infinitud de lo contingente…

Nos aboquemos ahora a las categorías de Posibilidad y de Realidad


siempre desde la perspectiva de la dialéctica materialista

Estas dos categorías filosóficas reflejarían el proceso objetivo del


cambio y desarrollo de las cosas reales y de los fenómenos

La Posibilidad determinaría la orientación del desarrollo de lo que


existe, de las condiciones que hacen posible su surgimiento

También, de la ausencia de las que impiden su realización


La Realidad expresaría todo lo que es: una Posibilidad ya concretada

La Posibilidad sería real cuando no contradiría intrínsecamente el


Ser potencial de la cosa

La posibilidad de que un pájaro recién nacido aprenda a volar es


muy real, aunque por algunas condiciones excepcionales, esa posi-
bilidad podría no concretarse en realidad

Por otra parte, la posibilidad de que un empresario transnacional lu-


che contra la propiedad privada sería artificial
54
No podría realizarse; repugnaría intrínsecamente; el desarrollo ven-
dría de la unidad de la posibilidad y la realidad

La transformación de la Posibilidad en Realidad tendría su base en la


conexión causal de las cosas y fenómenos del mundo objetivo

Por otra parte, no es posible negar la influencia del pensamiento, en


cuanto síntesis de razón-intuición, en la transformación de la realidad

El Principio de Heisenber ha demostrado ya la influencia que tiene el


observador sobre lo que observa

Por otro lado, yo le asigno al poema una gran capacidad de develar


los Estados Puros del Ser, por su capacidad intuitiva

Volvamos a Borges:

Su cadena de causa-efecto repetitiva cíclicamente implica exclusi-


vamente regularidades de tipo dinámico
Pero excluye toda regularidad estadística y se toma en cuenta el re-
conocimiento de causas completas solamente

Como corolario, la unidad dialéctica de Posibilidad y Realidad se


convierte en una entidad metafísica de ambas

En esa nueva entidad, una de ellas sería la otra, indistintamente

¿Cuál sería la síntesis de regularidades siempre dinámicas, causas


siempre completas e identidad de Posibilidad y Realidad?

Fatalismo, Fatalismo puro, Fatalismo terrible


Schopenhauer al natural
55
Roberto Paoli, ha publicado un artículo “Borges y Schopenhauer”, en
la Revista de Crítica Literaria Latinoamericana

Es la persona a quien debo un agradecimiento casi fatalista por su


trabajo de erudición sobre el tema

Paoli dice que Borges hereda de Schopenhauer algunas importantes


convicciones ligadas al problema ético

“Preliminarmente, lo que llamamos azar acontece por inflexible ne-


cesidad, que es otro modo de expresar el fatalismo

“In Memoriam” comienza con:

El vago azar o las precisas leyes


Que rigen este sueño, el universo

La forma expresiva parecería ser intencionalmente ambigua

El primer verso podría significar que existen tanto el azar como las
leyes y que ambas, “vago azar” o “precisas leyes”, rigen el universo

El otro significado implicaría la existencia de una de las dos, privan-


do a la otra de la suya: existiría el vago azar o las precisas leyes

Pero no ambas al mismo tiempo

Habría una tercera interpretación de esta aparente ambigüedad:

El vago azar o las precisas leyes regirían el universo, cada una en


coexistencia con la otra y cada una en su campo de acción

56
Esta última interpretación sería dialéctica y coincidiría con la que he
mantenido en párrafos anteriores

Acudamos a la octava estrofa del mismo trabajo para encontrarnos


con la misma ambigüedad:

Reyes, la indescifrable providencia


Que administra lo pródigo y lo parco
Nos dio a unos el sector o el arco
Pero a ti la total circunferencia

(¡Cómo dice Borges lo que tiene que decir señor!)

“La indescifrable providencia” puede ser un dios (lo necesario)


cuyos designios no se alcanza a comprender

Por el contrario, también puede significar la imposibilidad de saber


si esa providencia es azar o ley

Una tercera interpretación sería que “la indescifrable providencia”


es una síntesis de azar y de necesidad

Una interpretación dialéctica de ambas categorías

En la “Oda Compuesta en 1960”, empieza del siguiente modo:

El claro azar o las secretas leyes


Que rigen este sueño, mi destino

57
La ambigüedad persiste, Pero el “claro azar” bien podría ser epicu-
riano yadrichcha o exponente de Mozi

“Las Secretas Leyes” podrían referirse a la concepción svabhava de


la India, al fatalismo confuciano, a Parménides a Heráclito o Platón

Tal como se consigna en el resumen que se anexa a este ensayo


En “La Luna” repite la idea

Es uno de los símbolos que al hombre


da el hado o el azar para que un día…..

El personaje de “Deutsches Requiem” dice:


El azar o el destino tejieron de otra manera mi porvenir

Roberto Paoli relata que cuando se le pidió a Borges que explicara el


significado de “La puerta es la que elige no el hombre”

Borges había contestado que eso equivalía a decir que son las cir-
cunstancias las que eligen o es la fatalidad la que elige

Esta afirmación aviva mi convicción de que Borges cree en una ne-


cesidad fatalista

Después de leer “Siete Noches” esta creencia se consolida más:

Lo que llamamos azar no es más que nuestra ignorancia de la com-


plicada mecánica de la causalidad

Aunque es preciso tratar de indagar si la ambigüedad de Borges


es sólo literaria o es de principio filosófico

58
Creo que otro conjunto de ensayos como el presente podría ser ne-
cesario para dilucidar esta importante cuestión

Por el momento diremos que para ejemplificar su afirmación anterior


Borges dice en el “Poema de los Dones”

algo que ciertamente no se nombra


con la palabra azar, rige estas cosas

También Averroes parece ser un santo de su devoción; “La Busca de


Averroes” empieza relatando los intentos de convencer al asceta
Ghazali que

“La divinidad sólo conoce las leyes generales del universo, lo con-
cerniente a las especies no al individuo”

En ese cuento se identifica lo general, “la especie”, con lo necesario;


y lo individual, con lo casual
La contingencia sería independiente de lo divino y gozaría de exis-
tencia propia

Uno queda asombrado de la intuición borgeana para captar el pen-


samiento de Averroes

En la recta final será necesario definir las categorías filosóficas que


impulsaron la redacción de este ensayo: Necesidad y Contingencia

Pero antes presentaremos una definición de lo que es Categoría


tal como lo concibe la dialéctica materialista

59
Categoría filosófica, forma elemental de concientización de los mo-
dos universales de la relación del hombre con el mundo y que refle-
jan las propiedades y leyes más generales del cosmos

Sería objetiva

Existirían fuera de la conciencia y de todas las conciencias; las cate-


gorías de lo contingente y lo necesario serían también objetivas

La Necesidad sería la expresión de las relaciones internas generales


de la realidad

Emergería de un conjunto determinado de causas y circunstancias y


“es como es y no de otra manera”

Para ser “como es y no de otra manera” debe abrirse campo a través


de las circunstancias, es decir, de la contingencia

Sólo de esa manera sería el modo inevitable de solución de la con-


tradicción; lo Necesario se desprendería de la esencia de las cosas
La Contingencia sería la expresión de conexiones exteriores, inesta-
bles y singulares de la realidad

Surgiría de entrecruzamientos de procesos y acontecimientos causa-


les independientes

La Contingencia se manifestaría a través de la Necesidad y viceversa


Ambas formarían una unidad dialéctica de contrarios

La Necesidad se hallaría pues ligada a lo general, a lo típico; la Con-


tingencia a lo exclusivo y efímero

60
Para dar un ejemplo de esa diferencia Lenin dice:

El producto adquiere la forma de mercancía en los más diversos or-


ganismos de producción social, pero sólo en la producción capitalis-
ta esa forma del producto del trabajo es general y no constituye ex-
cepción

No habría Necesidad pura ni Contingencia pura; la una participaría


siempre de la otra

La Contingencia También se hallaría sujeta a leyes que pueden ser


develadas

Así la materia tiene la capacidad de engendrar un espíritu pensante.


Pero esta necesidad sólo puede realizarse en unas condiciones de-
terminadas. El que estas condiciones puedan surgir en un lugar y en
un momento dados es cosa del azar. Una conjunción de circunstan-
cias casual puede dar lugar a que la posibilidad real de que surja la
inteligencia se haga realidad. Aquí la necesidad puede presentarse
en forma de contingencia. Mas, si la aparición de la inteligencia es
propia de la naturaleza misma de la materia, ello quiere decir que
ésta, alguna vez y en alguna parte hará sin falta, necesariamente,
que aparezca, aunque sea en forma casual. Aquí a la Contingencia le
es inherente la Necesidad

Con este ejemplo de Pilipenko sobre ambas categorías, se sintetiza


la unidad dialéctica de contrarios y el carácter objetivo de la Nece-
sidad y de la Contingencia
*

Borges parece auto-realizarse ante el misterio de las categorías filo-


sóficas, por lo que se preocupa de encontrar una percepción
61
Percepción que, a mi juicio, le impone dos requisitos: misterio filoso-
fal y fascinación literaria

En la mayor parte su apreciación coincide con lo que siempre fue:


un hombre de élite intelectual, no de masas amorfas

Por lo tanto, su visión cósmica es siempre intelectualizada, propia


del artificio que impone el ser miembro de la élite

Pero es nuestro Borges: aquél que vivió sabiendo que era necesario
y que murió sin saber que también fue casual

ANEXO IV
Principales concepciones sobre
Necesidad, Contingencia y Causalidad

El material que sirve de base a este anexo se basa en la obra “Dia-


léctica de lo Contingente y de lo Necesario” de N. Pilipenko

Pero la clasificación es mía porque considero que una clasificación


transversal es más adecuada que una basada en la cronología

Fatalismo Primitivo
Fatalismo Metafísico Ingenuo

El providencialismo de la época primitiva inaugura esta concepción


aunque poco a poco se hace más refinada

En un momento más avanzado de la historia, la tragedia griega por


ejemplo, expresa la tensión entre el hombre y lo divino

62
Pero hay matices materialistas puesto que el destino (la Necesidad)
es más fuerte que los dioses, por lo que éstos deben supeditarse a él

La Filosofía de los Unipanisad en la antigua India y el confucianismo


en China coinciden en una visión fatalista ingenua del mundo

Identifican como causa de todo a dos cosas divinas: Brahama y la Vo-


luntad Celestial

Este fatalismo divino aparecerá en todo momento en la historia del


hombre con nombres más o menos sofisticados

Con teorías más o menos rimbombantes

Fatalismo Materialista Primitivo


En la India, los Svabhava, los Sankiya, los Charvaka y los Vaisesika,
dicen que en el mundo hay relaciones de causación necesarias

Que no hay seres divinos, que no hay lugar para el azar

La concepción de que el mundo debe ser explicado por la propia na-


turaleza es un rasgo materialista

La negación del azar vuelve fatalista la teoría

En la China, el Taoísmo dice que el Tao es el principio de todo; así el


hombre seguirá a la Tierra, ésta al cielo, el cielo a Tao

El Tao a la necesidad (naturaleza)

Wong Chung, uno de los maestros del taoísmo original diría que to-
do nace necesariamente de una partícula primaria llamada qi
63
El fatalismo primitivo no surge de sistemas filosóficos consolidados

En cambio, las que vinieron después, serían consideradas como


provenientes de fuentes sistemáticas a cargo de personas

Las que ejercerían su disciplina con rango de ciencia, por lo que sis-
tematizarían el conocimiento de un modo muy superior

La Necesidad Fatalista desde la Concepción Metafísica


Parménides, al postular la identidad del Pensamiento y el Ser, se
constituye en uno de los primeros metafísicos de la historia

En la India Medieval, Sankara, heredero de los Upanisad, adoctrina


en el sentido de que el mundo es una ilusión creada por Brahama

Para Newton, como para Collins, Dios creó todo

Couvier es más pictórico: la evolución y la variabilidad radica en ca-


taclismos y saltos de la naturaleza que surgen como actos divinos

El existencialismo aporta con dos ideas:

Para Kierkegaard, la razón es asesina de la libertad, pues crea lo ge-


neral, lo necesario, lo que no permite elección

El conocimiento es la valla más molestosa que hay que salvar para


llegar a Dios

Heidegger explica cómo el hombre no es libre de lo habitual, debi-


do a que debe supeditarse a normas

64
El verdadero Ser sería la existencia ante la muerte porque se escapa
de la habitual

La Sociología de Durkheim predica que la sociedad no puede existir


sin individuos, ni éstos, sin la sociedad

De este modo nos da una idea abstracta de sociedad sin atestiguar


sobre las articulaciones históricas entre individuo y sociedad

Kant afirmó que lo que existe en la realidad o es necesario o es ca-


sual; si es necesario, está determinado por casualidades

Si es casual, estará determinado por lo necesario

Habrá una transferencia de la necesidad existente en las “cosas en


sí” al mundo de los fenómenos

En última instancia, Kant afirma que la realidad material se hallaba


supeditada a ciertas leyes necesarias:

El desarrollo de la materia no sucedería casualmente, sino que se


desprende de las propiedades naturales

Hegel: lo que puede suceder, lo que realmente sucede y no de otra


manera, es Necesidad de la que reconoce tres clases

La formal: en la que no hay ningún contenido plasmado


La real: que es una necesidad determinada

La absoluta: lo que se define a sí mismo, existe a través de sí mismo y


es idéntico a sí mismo

65
La Necesidad desde el Subjetivismo
Berkeley negaba el carácter objetivo de la necesidad

La naturaleza fue creada cuando Dios dispuso que fuese percibida


por los humanos en el modo y el orden que su voluntad establecía

Decía también que a ese orden y modo divinos se llamaba por cos-
tumbre “leyes de la naturaleza”

Para Borges, el Obispo fue “el más querible de los filósofos”

Hume sostenía que la necesidad existía en la inteligencia, no en las


cosas; nunca vio una sola relación entre causa y efecto

Simplemente miró los fenómenos sucediéndose unos a otros

Jovilet salía por los fueros neotomistas opinando que siendo lo nece-
sario causa de sí mismo, entonces sólo Dios sería necesario

Sombart, economista historicista, afirmaba que las condiciones de


vida materiales se supeditaban a causas ideales

Más propiamente, al Pensamiento Económico

Dilthey sentenciaba que las conexiones causales sólo existían en el


espíritu de cada individuo

Q que cada individuo gozaba de la capacidad de reproducir esas


conexiones internas; no había intervención de la naturaleza

66
Avenarius, uno de los insomnios de Lenín, votaba por la existencia
de las conexiones causales sólo en el mundo interno del individuo

La Necesidad sólo traducía un grado de probabilidad con que se


esperaba el arribo del efecto

Pearson: el hombre es el arquitecto de las leyes por las que se rige


la naturaleza

La Necesidad está en el cerebro del que piensa como producto de la


facultad perceptiva

Petzold: el hombre dicta las leyes a la naturaleza

Wittgenstein, desde el positivismo, anunciaba que la causalidad no


era más que la fe en una secuencia determinada de acontecimientos

No existiría la necesidad, por la cual algo debería suceder por algo


Sólo existiría la necesidad lógica

Otro necesario lógico fue Carnap

Las conexiones necesarias de la naturaleza no serían sino las ligazo-


nes entre proposiciones y juicios

Russell, lógico por excelencia, intentaba demostrar que las regulari-


dades de la naturaleza eran productos concienciales

Decía que la necesidad era causalidad, la que a su vez podía ser


cualquier ley que siendo verdadera, brindara la posibilidad de ser

67
Cierto número de eventos permitirían inferir algo sobre otros acon-
tecimientos

Popper sostenía que la necesidad lógica era más amplia que la nece-
sidad física en “cualquier realidad”

Y por último, un ecléctico, Fisk: existen en la realidad conexiones


necesarias que aparecen en formas de necesidad física y lógica

Éstas no eran sino variedades de una necesidad única, por lo que


había que diferenciar entre necesidad física y lógica

La Necesidad Materialista
Anaximandro: todo nace del apeirón o naturaleza infinita
“Todo vuelve, siguiendo la necesidad de lo que ha nacido”

Heráclito: el fuego es el origen común por necesidad (determinación


del destino) y la lucha de contrarios determina la necesidad de los
ciclos de desarrollo

Empédocles: fuego, aire, agua y tierra se combinan por el amor y


odio, duplo que representaría lo que antes era la Necesidad

Este concepto podría ser uno de los orígenes de las corrientes ener-
géticas

Demócrito: nada surge sin causa; todo surge por alguna razón y por
Necesidad; los átomos no pueden cambiar por sí mismos

Sus cambios son obras de la Necesidad; de cada semilla no nace


cualquier cosa

68
Los continuadores de la escuela Charvaka explicaban que todo su-
cede en virtud de la naturaleza interna de las cosas mismas

Wang Fu predicaba que Tao es la ley general del mundo y qi, la sus-
tancia material

Ambos formarían una identidad y serían la base de todo

También en la China, Han Yu decía que la naturaleza se desarrolla


por leyes propias en virtud de la necesidad

Averroes de Arabia concebía el Ser de lo existente como sin causa


porque sería la causa primera

Oponía a la determinación divina las regularidades de la naturaleza

El mundo existiría sin principio ni fin en el tiempo, pero está limitado


en el espacio (Idea tan querida a Borges)

Dios, al ser tan eterno como la naturaleza, no puede ser su creador

Giordano Bruno: El universo es infinito, no creado; la causa de todo


es algo formado por átomos y por éter

Principio
Lo que internamente contribuye a la formación de una estructura

Causa
Lo que externamente contribuye a la formación de una estructura

La naturaleza es Dios pero Dios se halla supeditado a la ley de la Ne-


cesidad; el espacio infinito es necesario
69
Francis Bacon: no existen impulsos primarios divinos, la cadena de
causas en la naturaleza asciende de lo particular a lo general

Culmina en una causa primera material; la forma sería la ley de la


existencia de todo y la causa interna de su evolución

Las formas primitivas de la materia son fuerzas esenciales, vivas, que


producen las diferencias específicas

Lo verdadero es el conocimiento a través de causas y conexiones


causales necesarias

Hobbes:
Será Necesaria la acción cuyo comienzo no se pueda impedir

Galileo
En la naturaleza todo está supeditado a la causalidad, es el grado su-
perior del saber

El conocimiento de la necesidad intrínseca de los fenómenos

Holbach
En el mundo todo sucede sin falta por la necesidad

Todo se supedita a determinadas leyes, las cuales son relaciones ne-


cesarias de determinados efectos con sus causas

Wolff: el nacimiento y el desarrollo de cada organismo es un pedazo


sucesivo necesario de una nueva formación

Lamarkc: la evolución se produce por leyes naturales, no hay princi-


pios vitales externos; la naturaleza no tiene finalidad
70
Necesidad y Contingencia Metafísica
Aquí se incluye las definiciones de quienes toman en cuenta ambas
categorías, otorgándoles una importancia más o menos similar

Algunos de ellos figuran en anteriores párrafos, aunque se haya cita-


do opiniones en forma secundaria en relación a la Contingencia

Platón:
La Idea es lo primario, el alma es la causa de todo; existen dos cau-
sas fundamentales: los artífices racionales de lo bueno y de lo bello

También, las que por falta de raciocinio producen lo contingente y


desordenado

Santo Tomás de Aquino:


Dios es una forma desprovista de materia, existe como pura activi-
dad y es causa primitiva de todo

En el mundo domina el caos, la contingencia; sólo Dios posee exis-


tencia necesaria y pone orden en el caos y la contingencia

Muller
El mundo es casual porque es limitado y deficiente; la naturaleza no
posee Necesidad puesto que puede ser alterada por Dios

Los milagros son prueba irrefutable; la Contingencia está entre lo


necesario y lo imposible; puede ser o puede no ser

Lonergan
Dios es necesario; lo casual es lo que no dimana de causa primera
sino de causas segundas de origen terrenal

71
Kant: el juicio no refleja las leyes de la naturaleza, sino que es la na-
turaleza la que recibe las leyes dictadas por el juicio

La fuente de las categorías de causalidad, necesidad y contingencia


es la actividad sintética de la conciencia que es apriorismo pensante

De ninguna manera la ligazón objetiva entre las cosas materiales y


los procesos de la realidad

El materialismo es una serie causal en la que todos los miembros es-


tán condicionados

Únicamente el total es incondicional y tiene necesidad natural

De dicha serie se deduce lo absolutamente incondicional, la parte de


la serie a la que se supeditan los demás miembros

No depende ella misma de condición alguna

En tal caso, el primer miembro de la serie, lo absolutamente incon-


dicional, es el principio del mundo en relación al tiempo

En relación al espacio, será el límite del mundo

Habrá actividad absoluta o libertad en relación a las causas y nece-


sidad natural absoluta en relación a las causas mutables o casuales

El mundo real es un mundo de fenómenos casuales y su razón reside


en el mundo de los nóumenos o cosas en sí

El principio de todo, el primer miembro de la serie, lo absolutamen-


te incondicional, no está en el mundo de los fenómenos
72
Está en el de las cosas en sí y no se entiende empíricamente sino a
priori; está libre de toda influencia sensorial

Del mismo modo que el fenómeno se opone a la esencia (cosa en sí)


se opone también la Contingencia a la Necesidad

El mundo de los fenómenos o bien es necesario, pero determinado


por causas libres

También puede ser casual, determinado por un ser absolutamente


necesario; no hay transformación recíproca de las categorías

Sólo la simple transición de la necesidad del mundo de los nóume-


nos a la casualidad del mundo de los fenómenos

La materia se halla supeditada a ciertas leyes necesarias

Hegel:
La Necesidad y la Contingencia, como todas las categorías existentes
son fases de una Idea Absoluta

Es Necesidad todo lo que podía suceder sólo así y no de otro modo


En su desenvolvimiento la realidad se revela como necesidad

A lo necesario se opone lo casual que es todo lo que carece en sí de


motivo: puede ser o puede no ser

y su necesidad absoluta se muestra como lo que se define a sí mismo


existe a través de sí mismo y es idéntico a sí mismo

La Contingencia se halla al comienzo de cualquier proceso necesario


y la necesidad aparece al final
73
Pero de manera que el final evidencia que era, al mismo tiempo, el
comienzo; hay conexión dialéctica entre Necesidad y Contingencia

Antes de Hegel, muchos filósofos separaban la Necesidad y la Liber-


tad: o el hombre carece de libertad o es absolutamente libre

Hegel decía que viviendo en sociedad, el hombre no era absoluta-


mente libre, pero no diluía al hombre en la sociedad

La transición de la Libertad a la Necesidad y viceversa tiene un me-


diador: Dios (o el Espíritu Absoluto)

El que no se halla determinado en su eterna voluntad por una con-


tingencia interna o externa y que hace necesariamente lo que quiere

Concepción Materialista Dialéctica


de lo Contingente y lo Necesario
En el Ser se realiza la transición de “la necesidad en sí” no conocida
por el hombre en “la necesidad para nosotros”

La base de esta transformación vital permanece en la práctica huma-


na de todos los tiempos

La Necesidad y la Contingencia forman una unidad de contrarios y se


condicionan mutuamente

Se revelan el uno a través del otro y se transforman uno en el otro

Al expresar rasgos de las conexiones en la naturaleza y en la socie-


dad, ambas categorías son ontológicas, Categorías del Ser

74
Pero las fases principales del reflejo por los hombres del Ser apare-
cen como categorías del conocimiento

La necesidad es una cosa o un fenómeno en su conexión regular


Es la expresión prevalente de las relaciones internas

También es un reflejo del nivel de conocimiento de los objetos y fe-


nómenos en que se revela su esencia: la ley

La Contingencia es, en unos casos, un fenómeno o un objeto cuya


conexión interna todavía no se conoce

En este sentido es la expresión de conexiones exteriores inestables


y singulares de la realidad

Varios
Berr: allí donde el juego de la causalidad escapa a nosotros hemos
de hablar del azar, pero lo casual no existe sino en nosotros

Lamprecht: la Contingencia es la ausencia de un agente causal

Eisler: lo contingente es la iniciación de un acontecimiento imprevis-


to, pero causalmente condicionado

Y por último citaremos la concepción en boga en estos días: en las


ciencias naturales es factible revelar las regularidades

También las dependencias causales, pero en las Ciencias Sociales,


sólo se puede determinar lo singular

El cuarto ensayo está terminado

75
76
¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa
Conjunción de los astros, en que secreto día
Que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa
Y singular idea de inventar la alegría
(Soneto del vino)

El Golem
Uno de los poemas más hermosos de Borges empieza así:

Si (como el griego afirma en el Cratilo)


El nombre es arquetipo de la cosa,
En las letras de rosa está la rosa
Y todo el Nilo en la palabra Nilo.

Decirlo así Borges y gustarnos el modo cómo lo dice es una interac-


ción instantánea entre poema dicho y poema recibido

Pero esta estrofa debe ser analizada de varios modos para poder in-
tuir mejor su significado

El condicional “Si”, por ejemplo, parecería ser un artificio retórico


para lograr ritmos y cadencias en el poema

No un verdadero condicional, en el sentido gramatical de la palabra


77
Incluso, si se usa el paréntesis como un punto seguido ese “Sí” deja
de ser condicional para convertirse en una afirmación

Los cuatro versos podrían ser una expresión natural de las concep-
ciones que establecen la existencia del mundo

Gracias a que ha sido posible encontrar “el nombre cabal” a cada


cosa

Del intento “encontrar el nombre” surge una de las conclusiones


más controvertidas de la filosofía moderna:

“El mundo, al ser mi nominación es mi representación”

Dicen que cuando Fichte lo expresó por primera vez los alemanes se
preguntaron: “¿sabrá su mujer de esto”?

Pero el gran sistematizador de la realidad como representación sub-


jetiva del individuo, Arthur Schopenhauer, era soltero recalcitrante

También un detestador firme de las mujeres y del materialismo

Es conocida la inclinación de Schopenhauer a considerar los fenó-


menos de la naturaleza como meras representaciones del sujeto

De tal modo que el mundo y sus alrededores deviene para él como


objeto sólo y solo en relación con el sujeto

El problema así planteado no seduciría la preocupación de nadie si


es que no estuviera acompañado por una afirmación estentórea:

Ser objeto significa ser representado, razonado, tomado en cuenta


78
Borges redescubre la idea, comprueba que encandila y decide que
es una veta de vastísimos alcances especulativo-literarios

Así lanza una nueva luz de bengala destinada a sobresaltar la tran-


quila comunidad intelectual de su tiempo y de su espacio:

Ser objeto es ser nominado

La manía de negar la realidad no era nueva: desde Pirrón y antepa-


sados, habían recetado ataraxias y apatías para vivir sin problemas

Venía también desde Berkeley, sacralizada por la sotana filosófica


y también desde los neopositivistas y machistas de las Rusias

Y sobre todo, venía desde Schopenhauer, dignificada por grandes


devociones a Buda y estadías intermitentes en el nirvana

Así es como se consolidó una escuela cuya razón suprema de exis-


tencia consistió en negarla sistemáticamente

¿Creía Borges realmente en lo que proclamaba? No creo

Opino que el gran picapedrero de la filosofía no pudo resistir la ten-


tación de solazarse con un nuevo motivo de provocación intelectual

El vértigo que un concepto redescubierto causa en un intelecto in-


quieto y acucioso es muy absorbente

Tal como debe ser el vértigo que se apropia del astronauta cuando
cree que está próximo a estrellarse en la luna

79
La sistematización de Schopenhauer está orientada a evitar una caída
en el vulgarismo de la simple representación

Esa sistematización considera los fenómenos de la naturaleza como


etéreas representaciones del sujeto

La virtud representatoria tendría cuatro formas principales:

La intelectual
La contemplativa
La imaginativa-sensible
La independiente

Estas formas representan los homólogos a ser representados:

Conceptos, representaciones contemplativas puras representaciones


contemplativas sensibles y el sujeto representador

Todos, como objeto de conocimiento de sí mismo

Inmediatamente después, considera que su sistema no estará com-


pleto si es que no incluye el prestigio de Leibniz

De este modo multiplica por cuatro el principio de razón suficiente y


con espíritu platónico se representa:

La razón de conocer o lógica


(Como determinación de la conclusión de las premisas)

Razón de ser o matemática


(Determinación de la estructura por la matemática y la mecánica)

80
Razón por la causa o física
(Como determinación del efecto por la causa)

Razón de motivación o ética


(Como determinación de la conducta por el carácter)

Los cuatro pilares conceptuales son la base sobre la que Schopen-


hauer estructuraría el principio del mundo como su representación

Durant, en su “Historia de la Filosofía” comenta sobre el descubri-


miento y su efecto en el filósofo:

Schopenhauer estaba sinceramente convencido de la verdad irrefu-


table de su sistema; en verdad, tan convencido estaba de haber re-
suelto los principales problemas de la filosofía que pensó grabar en
el sello de su anillo una imagen de la Esfinge precipitándose al
abismo, como lo había prometido si alguien llegaba a descifrar sus
enigmas

En mis meditaciones sobre “La Voluntad de Ser” como el origen del


universo y todo lo que hay en él, aprendí a apreciarlo mucho más

Ahora soy uno de los aliados de Shopenhauer; sigamos

Cada ser humano tiene sus afectos y desafectos cuando debe juzgar
la obra de alguien que no sea la suya propia

Por ejemplo, en lo que se refiere a Berkeley, nunca podré verlo co-


mo un filósofo empeñado en descubrir la verdad

81
Lo percibiré como un obispo que propone cualquier medio con tal
de atacar al materialismo “que está creciendo mucho”

Al fin y al cabo el subconsciente, estando preso, es sin embargo el


más dominante de todos los seres

Sobre este aspecto, recuerdo la definición de un niño de seis años


luego que su maestra le pidiera que lo hiciera:

El gato es un animal que tiene una pata en cada esquina; no debe-


mos molestar a los gatos: primero, porque son gatos; segundo por-
que no es conveniente

Esta maravillosa descripción es también muy apropiada para esta-


blecer nuestra actitud hacia el subconsciente:

El Subconsciente es el armario donde nuestra Ana Franc registra to-


das nuestras sombras, las verdaderas

No neguemos la autoridad del subconsciente


Primero, porque es el subconsciente
Segundo, porque no es conveniente

Ahora tengo el propósito de ofrecer las coordenadas del ángulo


desde el cual enfocaré el análisis de la Representación

Para ello tomé como punto de partida la siguiente definición

Imagen visualizable de los objetos y fenómenos de la realidad, que


se conserva y se reproduce en la conciencia sin que los objetos y fe-
nómenos influyan directamente sobre los órganos de los sentidos

82
Postulo que, a pesar de que la representación es individual, no pue-
de ser marginada de las condiciones socio-culturales del Ser

Relaciono el sentido de los conceptos con la imagen de las cosas,


pero intuyo que mis sentidos transforman la percepción

En otras palabras: hay representación porque hay un mundo real cu-


yos componentes pueden ser representados

Pero esas representaciones no reflejan la realidad original: Heisen-


berg y Kant ya lo han demostrado, al igual que lo hizo Heráclito

La historia, la práctica y el pensamiento, cada cual a su turno, se en-


cargan de resolver estas propuestas; en este caso ya lo han hecho

Hace más de un siglo y tercio que Schopenhauer está enterrado y


que el mundo no necesita de su representación para ser

Sin embargo, nosotros aún podemos representarnos la figura del ex-


traño y solitario pesimista, a pesar de su no existencia

Hay ironías espantosas; pero vayamos a los objetos que causaron el


encandilamiento literario de Borges; dice Schopenhauer:

Este Goethe era realista hasta el punto de que no podía entrarle en


la cabeza que los objetos tomados como tales no están ante noso-
tros, sino en cuanto el sujeto que lo conoce se los representa

Dice Borges:

Y, hecho de consonantes y vocales,


Habrá un terrible nombre, que la esencia
83
Cifre de Dios y que la Omnipotencia
Guarde en letras y sílabas cabales
(Segunda estrofa de “El Golem”)

Luego de esta adhesión al filósofo del pesimismo, es necesario inda-


gar sobre el proceso de representación en Schopenhauer

Veamos la primera conclusión schopenhauariana:

El mundo como representación no es captado por el sujeto que lo


percibe sino que es imaginado, soñado

Todo lo que es representado está en una especie de nebulosa de pe-


sadilla que el sujeto percibe como esencia independiente de él

El sujeto “es una sombra que sueña con sombras” “el sueño de una
sombra”; la vida es un sueño largo, mientras que el sueño es corto

El mundo es reducido a un sueño poblado de representaciones

No puede ser conocido ni racional ni intuitivamente, sería sólo un fe-


nómeno mental

La vida real y los sueños son páginas de un mismo libro y por lo tanto
un solo sujeto bastaría para constituir el mundo de la representación

La desaparición de este único sujeto traería consigo la desaparición


de todo el mundo como representación

De este modo se rebaja la inmortalidad celestial a ente generador de


sueños con el fin de convertirnos en una simple representación

84
Es una aventura temeraria del pensamiento que no teme la reclusión
¿El entusiasmo borgeano por la vida propia como sueño de alguien?

En «Las Ruinas Circulares» nos cuenta de un señor que duerme no


por flaqueza de la carne sino por determinación de la voluntad

Este señor quería soñar a un hombre e imponerlo a la realidad, así su


cuerpo fue consagrado a la única tarea de dormir y de soñar

No encontró satisfacción en un sueño de episodios donde tenía va-


rios alumnos pendientes del examen:

“que redimiría a uno de ellos de su condición de vana apariencia


y lo interpolaría en el mundo real”

En la elección de sueños, soñó con un corazón que latía hasta que su-
cesivos sueños formaron paulatinamente el hombre completo

El cuento termina en el instante en que el soñador, creador de hom-


bres, se enfrenta a su propia desaparición

En ese instante comprende que él también es una experiencia, que


otro estaba, a su vez, soñándolo

Desde el punto de vista literario, este cuento es maravilloso

Proviene de una posibilidad de ficción que no es real dentro de la


ficción, por lo que merece todo nuestro asentimiento

Pero la interpretación filosófica no es neutra; el cuento entraña la


existencia de un gran soñador: Dios

85
Cuando deje de soñar, desapareceremos; en este sentido, el cuento
se convierte en predicador de una doctrina

En “El Zahir”, habla de una maldición que el protagonista adquiere


en forma de moneda, la que tiene una terrible particularidad

Se queda para siempre en la mente; nadie puede deshacerse de ella

Quien la haya recibido la mantendrá en la memoria veinticuatro ho-


ras al día y la evocará a cada instante por el resto de su vida

...ya no percibiré el universo, percibiré el Zahir. Según la doctrina


idealista, los verbos vivir y soñar son rigurosamente sinónimos; de
miles de apariencias, pasaré a una; de un sueño muy complejo a un
sueño muy simple. Otros soñarán que estoy loco y yo con el Zahir...
Para perderse en Dios, los sufíes repiten su propio nombre o los no-
venta y nueve nombres divinos hasta que éstos ya nada quieren de-
cir. Yo anhelo recorrer esa senda. Quizá yo acaba por gastar el Zahir
a fuerza de pensarlo y repensarlo; quizá detrás de la moneda esté
Dios.

La búsqueda del agnóstico sigue entrampada en el laberinto de las


grandes dunas del desierto

En otro relato, “Alguien a Nadie”, el final del último párrafo está


ocupado por la siguiente sentencia:

Schopenhauer ha escrito que la historia es un interminable y perple-


jo sueño de las generaciones humanas; en el sueño hay formas que
se repiten, quizá no hay otra cosa que formas, una de ellas es el pro-
ceso que denuncia esta página

86
En “La Otra Muerte”, cuenta la historia de Damián

Damián había sido cobarde en 1904 y tuvo la oportunidad de mo-


rir valiente en 1946: los griegos sabían que somos la sombra de un
sueño

Shopenahauer marca una diferencia entre el sueño largo (la vida)


del sueño corto (la acción individual de dormir y soñar)

Dice que el intelecto se fatiga, pero que los músculos que no se ha-
llan en comunicación con el cerebro nunca se fatigan

Por eso el intelecto se alimenta del sueño; de este modo:

La vida es una lucha contra el sueño... Es una porción de muerte que


se nos presta para conservar y renovar la parte de la vida que ha si-
do agotada durante el día... Es nuestro eterno enemigo

Este proceso podría alegorizarse más o menos del siguiente modo:

La muerte puede dividirse en pedacitos nocturnos para cada uno de


los miles de millones de humanos que duermen

Desde la fosa o desde la locura, puede traer las fuerzas vitales que
dan vida a la vida y, precisamente a eso, es nuestro peor enemigo

Algo que podría servir de contraparte a la invención draculeana:

La muerte del conde no culmina porque se nutre de vida en la san-


gre que chupa a sus víctimas

En cambio, Schopenhauer nos habla de la vida que recibe suero vital


87
de pedacitos de muerte para continuar siendo vida

Después de la Representación, Schopenhauer descubre la Voluntad


(Aquí empiezo a respetarlo)

El modo expresivo de Schopenhauer para describir la Voluntad es


variado; las cosas no son sino la objetivación de la Voluntad

La que, siendo general, es la cohesión de lo humano, pero siendo in-


dividual da lugar al egoísmo; es necesario la ley y el Estado

La Voluntad, cuando contemplación desinteresada de las ideas da


lugar al arte; la Voluntad en el hombre es un afán de vivir

Un afán de satisfacer los apetitos vitales

Por eso es que la encarnación de la Voluntad asciende a su máximo


en la ética del pesimismo que libera el dolor

La Voluntad impone la resignación y el auto-aniquilamiento del Ser


para que encuentre realización máxima en la nada

La identificación del Ser con el todo es la pérdida de su propia indi-


vidualidad; su definición de voluntad dice:

Bajo el intelecto consciente se encuentra la voluntad consciente o in-


consciente, una fuerza vital persistente... la voluntad es como un
hombre ciego que lleva sobre sus espaldas a un paralítico con vista

Pero la especulación schopenhauariana no tiene límites; también


abarca la anatomía

88
La sangre, empujada por esa voluntad que vagamente llamamos vida
construye sus propios vasos, abriendo surcos en el cuerpo del feto

Estos surcos se tornan arterias y venas

La voluntad de conocer construye el cerebro así como desarrolla el


aparato digestivo; la acción del cuerpo es la Voluntad objetivada

Los dientes, la garganta y los intestinos son hambre objetivada

Esto significa la objetivación de la Voluntad en una copia subjetiva


de la objetivación de la Razón hegeliana

Schopenhauer odió a Hegel más que a las mujeres y al materialismo

¿Podría Borges abstraerse de usar un concepto tan hecho a medida


de la necesidad literaria intelectual?

Leamos las siguientes reflexiones:

Nadie convence a nadie por la lógica, hay que apelar a su interés, a


su voluntad

Nadie se halla más sujeto a equivocaciones que el que obra sólo por
reflexión

Todas las religiones prometen una recompensa por las excelencias


de la voluntad pero ninguna por las de la cabeza

89
En “Historia de los ecos de un nombre”, luego de efectuar un reco-
rrido por el secreto del nombre en lugares varios de la historia, Bor-
ges dice

Schopenhauer sabía muy bien que ser un pensador es tan ilusorio


como ser un enfermo; que él era otra cosa, profundamente. Otra co-
sa: la voluntad

En el relato “Guayaquil”, comentando el encuentro entre San Martín


y Bolívar, el erudito Zimmerman confiesa:

Si uno se impuso, fue por su mayor voluntad, no por juegos dialécti-


cos. Como usted ve, no he olvidado a mi Schopenhauer

Tal vez podría entreverse en este párrafo la versatilidad que Borges


cree encontrar en la voluntad schopenhaueriana

al transformarla de filosófica en psicológica


para ponerla en boca del erudito Zimmerman

En “Evaristo Carriego”, el tener coraje, luchar, matar y hasta pro-


crear son manifestaciones del mismo impulso voluntario

Ahora propongo una una digresión, que es el remedio necesario pa-


ra combatir la exigente disciplina de lo simétrico

Me gustaría presentar una pequeña muestra de cómo escribí la pri-


mera edición de esta obra

90
Eran los tiempos en que todavía estaba imbuido por la reverente in-
dignación que mi papel de restaurador de justicias me imponía den-
tro de la idea revolucionaria

Esta es una muestra

Arthur continúa escalando por peldaños voluntariosos y así llega


hasta el pináculo de su propia corteza. Después de ignorar pública-
mente a Hegel y de jactarse que desde Kant hasta él no había habi-
do ningún filósofo, invoca como modelo a la Novena Sinfonía y pre-
para la atención preludial con una afirmación trompetera: la volun-
tad es esencia del hombre; luego pregunta en tono suave y confi-
dencial:”«¿Y qué diríamos si ella fuera también la esencia de la vida
en todas sus formas y aún de la materia inanimada?”. Después de
esta insinuación, a 59 grados Celcio de temperatura, la fiebre or-
giástica conjura timbales, bombos, platillos, voces, tambores, y con
ellos proclama su máximo orgasmo intelectual: “¿Qué diríamos si la
voluntad resultara ser la cosa en sí, tanto tiempo buscada?”. Kant se
revuelca en su tumba apriorística. La gran idea ha nacido. Pero lo ha
hecho en el sueño Schopenhauariano, “el sueño de una sombra”, de
“una sombra que sueña con sombras” El delirio dando sombra a de-
lirios…

En ese entonces, escribir era un apostolado apocalíptico orientado a


“desemascarar la maldad de la reacción”

¡Juro ante mi destino y ante el destino de todos, que yo fui joven!

Volvamos; la Grandiosa Oda a la Voluntad continúa

91
“A la pregunta de Hume, ¿qué es la causalidad?, Shopenhauer nos
instruye que debemos contestar: La Voluntad”

La repulsión y la atracción, el magnetismo y la electricidad; la gra-


vedad y la cristalización, son voluntad

Al recordar que también hay un intelecto, la subordina a la Voluntad


recurriendo a la involución

Cuanto más descendemos a las formas inferiores de vida más redu-


cido vemos el papel del intelecto; pero no ocurre lo mismo con la
voluntad. La maravillosa habilidad constructiva de los animales
muestra hasta qué punto la Voluntad es anterior a la inteligencia. La
Voluntad, en último término, es una voluntad de vivir ¡Qué preciosa
es la vida para todos los seres vivientes! ¡Y con qué celosa paciencia
espera el momento de producirse! Durante millones de años el gal-
vanismo dormitó en el cobre y en el cinc y se estaban junto a la pla-
ta, listo para consumir en el fuego en cuanto los tres fueron puestos
en las condiciones requeridas

Borges no hubiera sido Borges si hubiera permitido que semejante


descubrimiento abstraccionista se le escapara

Para dejar sentada la impresión que ello le causa, aprovecha el últi-


mo párrafo de “Avatares de la Tortuga”

En ese relato asegura que sólo en la filosofía de Schopenhauer

“…he reconocido algún rasgo del universo. Según esta doctrina, el


mundo es fábrica de la voluntad”

92
Al revisar estos párrafos me parece que los días que sirvieron de
marco para escribir la primera edición de este ensayo están lejos

¡Tan alejados de hoy!


Porque hoy yo también tengo mi versión schopenhauariana

Postulo que el Ser es lo que debe ser por la Voluntad de Ser


Pero no en el sentido del filósofo del pesimismo

Algún día mi obra “La Voluntad de Ser” estará lista; allí diré todo lo
que ahora aún no debe ser dicho

En la penúltima versión de la realidad, Borges monologa con la se-


paración de espacio y tiempo

En ese soliloquio llega a la conclusión de que hay enteras provincias


del Ser que no requieren de la existencia del espacio para existir

Por ejemplo, la de olfación y de la audición

Para oficializar la osadía dice que Schopenhauer, con extravagancia


menor y mayor pasión, había declarado ya esa verdad

La música, era una tan inmediata objetividad de la voluntad como el


universo: la música no precisa del mundo

Luego, Borges lanza una declaración tan atrevida como la minifalda:

Imaginemos que el entero género humano sólo se abasteciera de


realidades mediante la audición y el olfato... La humanidad se olvi-
93
daría que hubo espacio. La vida dentro de su no gravosa ceguera y
su incorporeidad, sería tan apasionada y precisa como la nuestra.
De esta humanidad hipotética... afirmo que estaría fuera y ausente
de todo espacio

Si deseamos seguir el juego con Borges, supongamos que la capaci-


dad de oler no necesite espacio

Pero afirmemos que la existencia de lo olido sí lo necesitará, como


se necesitaría de una nariz que olfatee lo que fue olido

Por otro lado, el pesimismo de Schopenhauer es proverbial

Para él, este mundo y todos los que pudieran seguirle es la repre-
sentación tridimensional de la maldad

“… el deseo es infinito y cualquiera de ellos realizado engendra uno


nuevo; la realización de un ideal es penosa

Esto significa que los ideales o deseos se realizan por una estricta
prelación cronológica

Cada uno de ellos se realiza previa a la consecución del siguiente

La imagen que nos deja esta última aseveración es el de la vida que


se desarrollaría en el interior de un socavón

Allí donde sólo cabría el egoísta

En el que la piedra arrancada, que permite el avance, no sería sino


el preludio de la siguiente… así hasta el infinito

94
En su túnel de angustia nada parece existir: ni a los lados, ni arriba,
ni abajo, ni atrás

Es que las piedras arrancadas y lanzadas por encima del hombro


cierran la salida a cualquier intento de liberación del egoísmo

Nuestro “topo saphiens” vive realmente en una galería individual


ambulante a medida que adelanta

No existe la simultaneidad de la infinita variedad de deseos, ni mu-


cho menos la posibilidad de satisfacerlos más de uno a la vez

Pero hay más de Schopenhauer; la vida es maldad porque la necesi-


dad y el sufrimiento apenas permiten que un hombre descanse

Se apodera de él el aburrimiento, de tal modo que le exige imperio-


samente alguna distracción

En mi interpretación de estas palabras encuentro que se debe libe-


rar al obrero de esa terrible carga: el aburrimiento

Sería necesario evitar que se reduzca la jornada de trabajo y será un


imperativo moral hacerlo trabajar hasta que reviente

Todo esto, para que no caiga en las temibles garras del aburrimiento
porque ese sería el mayor de sus sufrimientos

Ésa la opinión de la rarísima piedad schopenhauariana

Según él; Dante habría sacado de nuestro mundo los materiales de


su Infierno, pues no existía otro que sirviese de mejor modelo

95
Algo con lo que nadie podría discordar; en cambio, asegura que pa-
ra describir el cielo se encontró grandes dificultades

Hay algo más asombroso: Una pena tiene que esperar que otra le
brinde el espacio que deja “en el pecho”

Tal el nuevo inquilino que debe ocupar la habitación gracias a que el


antiguo ya se marchó

¿Qué dice Borges sobre todo esto?

En una de sus grandes revelaciones dice:

Especulación que ha ido fatigándose con los años, la del infierno. Lo


descuidan los mismos predicadores, desamparados tal vez de la
pobre, pero servicial, alusión humana, que las hogueras eclesiásti-
cas del Santo Oficio eran de este mundo

En un acto de defensa de Dante, dice que su entusiasmo por mostrar


las atrocidades del infierno no ha intentado batir récords

Yo creo, dice, que en el impensable destino nuestro, en que rigen


infamias como el dolor carnal, toda estrafalaria cosa es posible

Hasta la perpetuidad de un infierno

*
Pero Schopenhauer sigue: somos desgraciados si no estamos solos y
desgraciados si vivimos en soledad

Nada merece nuestras aspiraciones; para ser feliz es necesario ser


ignorante “como la juventud”
96
La Voluntad no descubriría el deseo hasta los 36 años, periodo en el
que vivimos de los intereses que nos brinda nuestra vida

A partir de entonces, vivimos gastándonos el capital

Ppero la vejez sería mejor, porque el hombre se encuentra libre de


su pasión animal

Por lo visto, Schopenhauer vivió sentado en una corona de espinas y


con los zapatos, dos números más chicos, puestos al revés

¿Qué hay al final? La muerte; precisamente, cuando la experiencia


empezaba a convertirse en sabiduría

Dice Schopenhauer que el hombre no puede aceptar la muerte; que


por eso inventa filosofías y teologías

Que la persistencia de la fe en la inmortalidad es una prueba del te-


rrible miedo a la muerte

Que mientras la teología es un refugio contra la muerte, la locura es


un refugio contra el dolor

(Aquí encuentro a Schopenhauer hombre; Hombre de verdad, no


por producto de mi representación, sino por la de su valía mostrada
ahora con tanta humanidad)

También es un freudiano tempranero

Hay cosas dice, que contrarían fuertemente a la Voluntad, cosas que


no pueden ser analizadas por el intelecto

97
Entonces el hombre imagina lo que no existe, se vuelve loco
Finalmente, el suicidio aparece como refugio final

¡Cosa increíble! exclama: el pensamiento y la imaginación vencen al


instinto; pero considera que el suicidio individual es vano

Todo eso, porque la cosa en sí, la Voluntad, que está incrustada en la


especie, no es afectada

Por lo que podemos deducir, el suicidio colectivo sería la única al-


ternativa para evitar el sufrimiento humano

La vida sería la gran joroba que carga encima a la muerte, que sería
la redentora del hombre

Las guerras serían las más benévolas formas colectivas que apresu-
rarían la liberación de la humanidad

Los genocidios por hambre y la sobreexplotación serían valiosos ad-


juntos de la gran obra de emancipación universal

Borges, quien se encandila más con lo más oscuro, observa cómo


viene la mano y decide que las gibas individuales pesan mucho

“La Casa de Asterión” es un buen ejemplo para decirlo


No sale de su casa aunque sus catorce puertas no tienen cerraduras

Cierta impaciencia generosa no ha permitido que aprendiera a leer


y así las noches y los días son largos

Para entretenerse juega, entre otros, a dejarse caer desde azoteas


hasta ensangrentarse y sabe que su casa es el mundo
98
Cada nueve años libera de toda pena a nueve seres, los que caen sin
que eso ensangriente sus manos

Una de las innumerables víctimas había profetizado que algún día


llegaría el redentor del mismo Asterión

Entonces siente que nace su esperanza y ansía que el redentor lo lle-


ve a un lugar con menos galerías y menos puertas

Finalmente el sol de la mañana reverbera en la espada de bronce

Aunque los críticos creen encontrar en este cuento el mito del Mino-
tauro, en mi opinión, su desarrollo se orienta en otro sentido; esto es:

La visión pesimista de Schopenhauer acerca de la vida, y la libera-


ción de esa giba por la muerte

“El Laberinto” borgiano incluye esta cadencia premoriente:

Sé que en la sombra hay otro, cuya suerte


es fatigar las largas soledades
que tejen y destejen este Hades
Nos buscamos los dos. Ojala fuera
éste el último día de la espera

¡Schopenahuer redivivo”; ¿Borges con relación al pesimismo scho-


penhauariano? En su poema “Buenos Aires”

... En una esquina de la calle Perd, en la que Julio César Dabove nos
dijo que el peor pecado que puede cometer un hombre es engen-
drar un hijo y sentenciarlo a esta vida espantosa

99
La opinión que de la mujer tiene Schopenhauer se parangona con la
del más recalcitrante de los curas

Sólo un demente puede llamar sexo bello a este ser corto de talla,
de espaldas estrechas, de anchas caderas y de piernas cortas

Toda belleza mujeril es sexual

No tiene la menor sensibilidad ni capacidad para la música ni para


las otras bellas artes

No ha proporcionado al mundo, en ningún orden, trabajo alguno de


valor duradero

La veneración por las mujeres es un producto del cristianismo y del


sentimentalismo alemán

Cuando las leyes concedieron a las mujeres iguales derechos que a


los hombres, debieron haberles procurado inteligencia masculina

Su ocupación principal fuera de casa, consiste en visitar tiendas

Soy de opinión que no ha de permitirse nunca que manejen sus pro-


pios intereses y que han de permanecer siempre bajo la efectiva in-
tervención de los hombres, sean padres, maridos, hijos o Estado

Me gustaría terminar este apretado intento de comparación entre la


filosofía de Schopenhauer y la literatura de Borges, con el epílogo
escrito cuando tenía al proletariado como razón de mi existencia

Lo hago, con el objeto de que ambos, usted y yo recordemos cuántas


ocasiones de cambio nos impone la acción de vivir; helo aquí:
100
Creo que es oportuno empezar partiendo de la siguiente premisa:

Si Schopenhauer hace del absurdo una teoría, es preciso hacer una


teoría del absurdo; perfilo el punto central de la misma

Observado el desarrollo de la historia de la filosofía en particular y


de las ideas en general, es forzoso darse cuenta que cualquier cosa
servirá si ha de ser utilizada para imbricarla en el frente de frentes
contra la filosofía materialista

No importa el grado de resonancia de la inconsecuencia ni el tama-


ño de la asnada: bastará y sobrará que sea antimaterialista

Desde la época del más escabroso oscurantismo hasta la nuestra


toda extravagancia ha sido tolerada

Toda incoherencia revestida de profundidad pensante, toda nece-


dad toda bufonada, adquirirán presencia de sobriedad

Toda locura será quijotina; no habrá fronteras para la sinrazón ni


piedad para el juicio

Se ensalzará la extravagancia y se hará escarnio del intelecto

¡Piedra libre a la divagación y barrotes a la inteligencia!


Todo estará permitido si eriza una lanza antimaterialista

En el caso de Schopenhauer, la majadería adquiere rango de ab-


yección intelectual por quienes lo encumbran

101
Eran los años de la experiencia de 1848, cuando el trabajador había
demostrado al mundo que podía levantar el gorro frígeo ya no con-
tra el feudal sino contra el mismo burgués

Los detentadores de la terrible explotación de entonces, sintieron la


sombra de la guillotina como una pesadilla feróstica

Llena de violentos presagios

Obnubilados por el miedo, deambularon en busca de visiones, hasta


que encontraron a un tal Schopenhauer

Del que por muchos años se habían reído y con él y por él quisieron
enterarse que la vida era representación, la realidad, sólo voluntad

Que la maldad que ejercían no era sino un sueño

Quisieron adormecerse como una doncella al relato de un cuento


pastoril; artesanos de ideas, quisieron ver en Arthur Schopenhauer
el cincel mágico de la historia, para recibir las lápidas labradas con
un servilismo que resultaba feroz por su gran intensidad

Les agradó que un pensador hablara de aburrimientos y sufrires


como sinónimos, otorgándoles así una máscara de ética sardónica

Que les permitiera aumentar la jornada de trabajo sin un ápice de


vergüenza. Se sintieron pletóricos de alegría al demostrar que la
prolongación de la especie y no la angurria empresarial, era la
causa de los bajos salarios

Hicieron romerías quejumbrosas que regaban a su paso la verdad


irrefutable de lo insensato que era luchar en esta vida
102
Donde el dolor era dueño y señor natural de este mundo

Así pretendieron impregnar al obrero de una pasividad pesimista en


relación a su papel en la transformación de las condiciones históri-
cas… en fin, prendieron cirios agradecidos a la locura hecha santi-
dad

No importaba que Schopenhauer se declarara ateo, sabían que, en


el mejor de los casos, esa era una postura y en el peor, irrelevante

Pero ¿Y Borges?
¿Estimó estas ideas por su valor estético?

Es muy difícil concebir que para el escritor del gran habla sólo el
oscurantismo filosófico pudiera tener valor estético

Sería una coincidencia muy grande que el gusto formal que sustenta
sus obras hubiera podido nutrirse únicamente de esos contenidos

No creo que él creyera que estaba escribiendo nada más que un


conjunto de logomaquias adornadas con papel celofán. No

Es tanta la admiración que siento por su talento, que el insulto de


llamarlo “insulso” prefiero el reto de llamarlo reaccionario

Borges pretende desparramar en sus páginas y a través de ellas


ideas conservadoras y terribles porque simpatiza con ellas

En acto de prosapia y de “hombre de condición” nos estampa bofe-


tada tras bofetada

en cada verso,
103
en cada página
en cada cuento
en cada ensayo

Lo hace en nombre de la cultura y de la civilización, sinónimos para


él, del modo europeo de ser

Yo sé que nunca portaré una bandera de lucha al lado de Borges

También sé cuánto le hubiera agradecido el proletariado del mundo


si tan sólo hubiera tomado en cuenta su lucha por ser

Si la hubiera impreso en una sola página del mundo de sus libros

¡Pero cuánto hemos admirado la capacidad de “pulir la palabra”


como no lo había hecho nadie en la historia de cualquiera de sus
universos!

Tal vez nos encontremos otra vez, ya sea en la historia, cuando la


historia sea un irreversible pasado

Tal vez lo hagamos en uno de sus mundos reciclados


¿quién sabe?......

Resiento de Schopenhauer, nunca como resiento de Malthus y de


Berkeley, pero todavía resiento

No por lo que dijo como filósofo, lo que siempre se respeta y en al-


gunos casos, tanto se admira

Sino porque fue con los otros dos curas, intencionado en su afán de
ser brazo filosófico de un amo, no de un principio
104
Al repasar este manifiesto de la convicción sólo puedo decir: ¡Terri-
ble! ¡Qué terrible es la arbitrariedad en cualquiera de sus formas!

Entre ellas, la de constituirse en Inquisidor Incorruptible de los


hombres, cuando la convicción ni es justificativo ni es suficiente

Ahora que los años me han convertido más en defensor que en fiscal,
aprendí que comprender es mucho más digno que juzgar

Pero no dejo de encontrar satisfacción en la comprobación de que yo


también fuí el “hombre natural” salvaje y feroz

¡Juro ante mi destino y ante el destino de todos, que yo fui joven!

El próximo poema sigue la senda juzgadora de los anteriores párra-


fos acerca del mundo como Voluntad y Representación

El poema mantiene el tono belicoso de los últimos párrafos; es que


fue hecho en el mismo periodo emocional

Cuando yo suponía que el fin primordial del poema era denunciar,


con toda la ingenuidad que ello podría conllevar

Las décadas han pasado, pero no puedo reprobar lo que hice cuando
las décadas aún eran pequeñas olas de río

Desdecirme de lo que fui, un hombre pleno de convicción, porque


ahora ya no pienso igual, es negar que fui

Es negar que existí, negar que sentí


105
¿Qué fui, siendo quién fui?
Fui catarata, aunque ahora soy arroyo

Nunca la Voluntad de Ser fue tanta como cuando no la había concebi-


do aún; La Voluntad de Ser sigue en mí, pero ahora la conozco

Que nadie falle en la apreciación y confunda Voluntad de Ser con lo


que llamo Voluntarianismo, cuya descripción viene a continuación

Voluntarianismo

Un tul negro como una zarpa se alza desde un profundo pozo ciego
para convertirse, antes de Cronos

en emperador del espacio-tiempo

Azabacha el primer rugido, el árbol primigenio, la primera piedra


y cristaliza cenizas y humos

al formar el negrino resplandor de las eras

Testarudo ahumado, coaliga manchas blancas en el universo


Tostado lumbrero, el giro de los planetas

y la nevada girante de las constelaciones

Audaz, el endrino, hila los nervios de la trompina rueca; crea el pri-


mer latido y objetiva el hambre en boca, tripas, panzas y paladares

Nació precediendo al átomo, arcilló la luna que dormía


Como un ala de vampiro inventó el silencio para violarlo

106
Endulzó, con el tronoso tronante trueno, el agua riana y saló el ma-
rino; fabricó el módulo que aferra los cerros

Péndulo tiznante se erige en sol de soles

Negrea con trazos de chimenea las Cruzadas y las Termópilas


Nutre almas y pensamientos

Hizo al modorro, al modrejo, al genio


Obrajeó la historia, nudo tras de nudo, tejido tras de tejido

Creó las leyes causales, hizo necesario lo casual


Juntó contrario con contrario para hacerlos luchar

en torneos de negaciones

Orfebreó los desarrollos, también la privadad de la propiedad


Faccioso carbón encendido con luz negra, ojo tuerto de la muerte

Laguneó lagunas, amontañó cumbres


cercenando las grandes postas, híbridas de carne y espanto

Ha secretado, solitario y misterioso, las moléculas de los aires


las gotas de los océanos

el polvo de la tierra, la energía, la magnética


el campo eléctrico y el del fotón

Fabricante Fabricio, en el mundo feretral del sueño


eyaculó el filósofo extraño

el mundo como Voluntad y Representación


107
ANEXO II

En la Historia del Pensamiento han sido cuatro los principales marcos


conceptuales que han servido de marco al significado de Voluntad:

La concepción que identifica la Voluntad con cierta fuerza interna


para realizar algo, psicológica

La que muestra la Voluntad como una serie de actos realizados para


alcanzar el bien, moral

La que cree que es una proyección del deseo divino, teológica

La que considera a la Voluntad como un principio de las realidades y


como motor de todo cambio, metafísica

La Voluntad ha sido también antepuesta al deseo o impulso, como lo


ha sido a la inteligencia

Entre los segundos hubo quienes la han juzgado irracional porque no


obedecería a razón alguna

Pero también los que han afirmado que la Voluntad es racional por-
que que siempre habría seguido pautas racionales

Estas causas racionales se habrían expresado por ciertas “preferen-


cias” que siempre serían frutos de deliberación

108
Platón consideró que la Voluntad era una facultad intermedia del al-
ma, dado que se hallaría por debajo de la razón que dirige

O “debería” dirigir al hombre, por encima de lo sensible o deseo

No sería irracional, dice, porque sus actos se ejecutan conforme a la


razón; el seguir al deseo no sería seguir a la Voluntad

Simplemente sería estar dominado por aquél

El deseo pertenecería pues a lo sensible, mientras que la Voluntad


estaría en el dominio del intelecto

Aristóteles continuó con la tradición de hacer de la Voluntad un terri-


torio de la inteligencia

Pero la Voluntad sería un motor que movería el alma mientras que el


deseo simplemente apetecería

La Voluntad no movería de cualquier modo, habría instancias mora-


les a las que se deberá acudir antes

(Aristóteles es un genio del pensamiento abstracto, uno de los más


grandes de la historia, sin duda alguna)

En la Edad Media se realza la preeminencia de la Voluntad tanto en


el hombre como en Dios

De este modo el voluntarismo sería la virtud fundamental contra el


“intelectualismo”; lo intelectivo encajaría dentro de lo volitivo
109
Y sólo dentro de un acto de Voluntad podría enjuiciarse (No olvide-
mos que toda religión es irracional en el peor sentido de la palabra)

Para Santo Tomás de Aquino, Libre Albedrío y Voluntad serían cosa


única; la Voluntad no querría necesariamente todo lo que querría

Sin embargo, dice el teólogo cristiano, que el objeto del Intelecto


sería la Divinidad y el de la Voluntad, el Bien

Por lo tanto, el Intelecto sería la potencia más elevada entre todas las
potencias humanas; movería a la Voluntad pero como fin

La expresión voluntarista en máximo grado habría salido de la cabe-


za de Charles Secrétan, filósofo suizo del siglo pasado

Definió a Dios como el único Ser que podría decir:


“Yo soy lo que quiero ser”

Esta expresión se ha enraizado tanto en las filosofías orientales como


en todos los manuales para fortalecer la personalidad

En los siglos XVII y XVIII Descartes es voluntarista y la Voluntad es


la facultad de asentir o negar el juicio

La Voluntad sería infinita, con respecto al intelecto que sería finito

(Yo postulo que la Voluntad de Ser y el Azar son las dos fuerzas que
mueven y dan forma al Universo, por eso me identifico con Descartes)

110
Leibniz considera que la Voluntad es un acto que se origina en el
pensamiento con un fin bueno

No admite que los errores dependan más de la Voluntad que del In-
telecto; lo cierto o lo falso no dependerían de la Voluntad

A no ser que interpongamos en su conocimiento algún deseo

Los empíricos ingleses dirían que no hay apetito racional y que el


acto voluntario es el comienzo de la acción

Si la acción proviene del intelecto, no por eso la Voluntad se intelec-


tualiza; en todo caso, no habría primeramente un intelecto

Por lo menos, no para determinar el acto voluntario

Lo que se llama “acción” incluiría el acto voluntario y no tendría sen-


tido pensar en un acto de voluntad pura sin la acción respectiva

(Apoyo esta percepción: la voluntad en potencia no es voluntad, es


simplemente el deseo antelado de hacer algo, sin hacerlo todavía)

Para Kant, el aspecto moral sería el más importante en la determina-


ción de la Voluntad

En este sentido, la Buena Voluntad sería aquélla Voluntad autónoma


ajena a prescripciones fuera de ella misma

La Buena Voluntad tendría un carácter absoluto, con independencia


de los resultado de la acción
111
(Creo que este es uno de los principios morales más importantes que
jamás haya sido concebido en la historia del pensamiento)

Kant acepta un determinismo natural, en la forma de un encadena-


miento causal expresado en el fenómeno concreto

Pero niega el determinismo de la voluntad; por lo que afirmaría una


coexistencia de Voluntad y Libertad

Fichte afirmaría que la Libertad se ejerce por medio de la Voluntad


pura, la cual no solamente vencería los obstáculos

Los crearía para vencerlos

El irracionalismo de Fichte, en el buen sentido, sobre este aspecto,


es a todas luces innegable

Desde Kant, los aspectos psicológicos y teológicos de la Voluntad


pasan a segundo plano para destacar los aspectos morales

Lo que es un gran avance

Maine de Biran daría lugar a las concepciones que consideran a la


Voluntad como un fondo último de todas las potencias

Sin ella, no podría realizarse ninguna de las potencias del Ser

Schopenhauer absolutizaría el concepto de Voluntad y lo hace “la


cosa en sí” independiente de del espacio-tiempo y de la causalidad

Los cuales serían aplicables sólo a los fenómenos

112
De este modo, la Voluntad se objetivaría no sólo produciendo las
ideas sino la naturaleza misma
*

Nietzsche diría que la Voluntad es Voluntad de Poder; en mi opinión,


la inconsistencia de Nietzsche en este sentido es inexplicable

Es que la Voluntad de Poder no tendría ningún asidero ni natural ni


social ni lógico; la concepción volvería a los planos teológicos

Lo que representaría un gran retroceso en el pensamiento

Los únicos seres que estarían interesados en hacer prevaler esa Vo-
luntad serían los dioses de todas las religiones, nadie más

Al leer esto, no nos sorprendamos que los nazis hubieran nombrado


a Federico como el padrastro virtual del nazismo

****

La “Voluntad de Creer” de William James es uno de los pivotes más


importantes del Pragmatismo

Por su lado, el Materialismo Dialéctico define la voluntad desde una


perspectiva más bien intelectualizada:

Orientación consciente del hombre al cumplimiento de unas u otras


acciones

El eslabón inicial de la acción volitiva estaría constituido por el plan-


teamiento y la concientización de la finalidad

113
Luego vendría la decisión de actuar y la elección de los métodos más
racionales para llevar a cabo la acción

El cumplimiento de la decisión (de actuar) sería lo determinante pa-


ra caracterizar como volitiva una acción dada

No hay voluntad espontánea en esta afirmación, al contrario de la ca-


lidad humana de la Buena Voluntad de Kant

La Dialéctica Materialista es inflexible con el concepto del Volunta-


rismo

Niega toda posibilidad de que la Voluntad sea la base primaria de


todo lo existente, como lo quiere Schopenhauer

Es muy crítico de las afirmaciones acerca de que la Voluntad Mun-


dial Primaria fuese “la cosa en sí”

La crítica materialista, consecuente con su antirracionalismo, critica


duramente la Voluntad de Poder de Nietzsche

La acusa de haber servido de base ideológica a las diferentes mani-


festaciones del fascismo

En la actualidad, el marco metafísico de la Voluntad ha pasado a se-


gundo plano; el análisis se ha centrado en los actos volitivos
Aquéllos en los que interviene los conceptos de: contingencia, de-
terminación e indeterminación

Que son propios de las relaciones del determinismo con el libre al-
bedrío

114
Por último, estarían aquéllos que proponen el análisis de las nocio-
nes de acción, decisión, deliberación…

Así, podría haber actos volitivos que servirían de base a la decisión a


adoptarse o podría negarse la existencia de los actos volitivos

****

Por mi parte participo de una visión irracionalista de la Voluntad al


concebir la Voluntad de Ser y al Azar como las fuerzas primarias

Modulan forma y movimiento del Cosmos después de haber hecho


posible que la Existencia Inexpresada se expresara en el Ser Cósmico

En el Ser con atributos

Concibo también que la Voluntad de Ser se concreta en cada ser hu-


mano como la fuerza que pone objetivos al destino de cada uno

y convoca a la mente-cuerpo a realizar todas las acciones necesarias


para cumplirlos, en el marco de la Buena Voluntad de Kant

Afirmo que es la fuerza que trasciende los campos psicológicos, teo-


lógicos o metafísicos, para convertirse en la energía fundamental

Postulo que mueve al Ser, el que tal vez sea la “cosa en sí


La Representación, por el otro lado, ha concitado también la atención
filosofal a través de la historia del pensamiento universal

Aristóteles la enmarcaría dentro de la fantasía intelectual o sensible

115
Para los estoicos, la Representación se referiría a la impresión direc-
ta o indirecta

Descartes hablaría de imaginación, mientras que Spinoza se referiría


a la aprehensión sensible, distinta de la conceptual

Leibniz abogaría por la Representación como percepción y Locke y


Hume se inclinarían por su identificación con la Idea

Habría una aprehensión general conceptual o intuitiva, como en Kant


y relativa a la forma del mundo de las cosas

Como manifestaciones de la Voluntad Schopenhauariana

Estas y otras concepciones podrían ser clasificadas en el campo de


la psicología de la gnoseología o de una interacción de ambas

Dentro de la concepción gnoseológica habría los siguientes

La Representación como contenido mental subjetivo


La Representación como aquello que se refiere a lo representado

La Representación como aprehensión de un objeto efectivamente


presente o percepción del mismo

La Representación como reproducción en la conciencia de percep-


ciones pasadas o recuerdos

La Representación como anticipación de acontecimientos futuros, lo


que daría lugar a la imaginación

La Representación, como unión de percepciones no ciertas


116
También, las que están basadas en la forma, como las conceptuales
las afectivas, las volitivas…..

Por otro lado, dentro del campo psicológico, puede hablarse de re-
presentaciones basadas en el predominio de uno o más sentidos

Tales como las ópticas, las acústicas, las visuales….

En mi opinión, la Representación es tal en cuanto representa el mun-


do intuitivamente; cuando nos percatarnos de que estamos vivos

Ésa sería la Representación intuitiva más elemental

Reproduce el mundo en nosotros sin necesidad de prueba alguna;

Al despertarnos cada mañana, no necesitamos constatar que pensa-


mos para estar seguros que existimos

Las duplicaciones de aspectos concretos del mundo caen dentro de


la imaginación, la percepción….

Así, la Representación, como categoría filosófica, es la aprehensión


intuitiva del mundo y será tanto más representación en cuanto
aprehenda el mundo en su dimensión dinámica a través de la antici-
pación de sus procesos y de sus ocurrencias
El espectro cada vez más grande de esta aprehensión mide el grado
en que la Representación incorpora en nosotros el sentido de identi-
ficación gradual con el cosmos

Pero, debido a que el mundo real es deformado por los sentidos y


por la ideología, la representación no es un fiel reflejo de la realidad

117
Sin embargo, cuando el ser humano haya alcanzado un grado de
evolución histórico-biológica mayor, la Intuición, conocimiento di-
recto de lo real, nos permitirá una representación cada vez más fi-
dedigna del mundo

Y con esto finalizamos este pequeño ensayo

Al releer esta nota pienso en aquel trágico Phillip Batz, que se llama
en la historia de la filosofía Phillip Mainlander. Fue como yo, lector
apasionado de Schopenhauer. Bajo su influjo (y quizá bajo el de los
gnósticos) imaginó que somos fragmentos de un Dios, que en el
principio de los tiempos se destruyó, ávido de no ser. La historia
universal es la oscura agonía de esos fragmentos

Este párrafo cierra una serie de opiniones que tienen que ver con el
suicidio tema de “El Biathanatos” en “Otras Inquisiciones”

Borges argumenta también que Sansón había sido considerado sui-


cida por unos o inspiración del Espíritu Santo, por otros

Despliega la visión del Antiguo Testamento en el que los doctos de la


Iglesia ven en Adan la figura del que tendría que haber venido

Abel sería la representación de la muerte del Salvador y su hermano


Seth, la resurrección
118
A Cristo no lo habría matado el suplicio de la Cruz, se habría suici-
dado por una voluntaria emisión de su alma

Antes de que las aguas fueran separadas de las aguas el Padre ya


sabía que el Hijo habría de morir en la Cruz

Para el teatro de esa muerte se habría creado la Tierra y los cielos

Sostengo que argumentar el suicidio de un dios y construir el univer-


so para preparar ese suicidio es un argumento de gran audacia

Una muestra imaginativa de incalculable extensión


En estos ensayos traté de relievar esos prodigios de imaginación

Pero este ensayo será dedicado al cariño especial que Borges reser-
vaba para “el más querible” de los filósofos: George Berkeley

Obispo por gracia papal y defensor de la inexistencia del mundo por


Gracia Divina
*

Al parecer, Borges siempre ha gustado de escritores cuyos apellidos


tienen algo de gran alcurnia, no sólo por lo que han escrito

Parece atraerle la resonancia material, por el sonido pleno de eufo-


nía que parecen tener esos apellidos

Borges habla con veneración de Chesterton, De Quincey, Renan, La


Rochefoucauld, D’Annunzio, Chateaubriand

Y otros de similar contextura aristocraticia

119
Da la impresión de que la resonancia de tales nombres le sirve de
fuente inspiradora; de que encuentra una especie de letargo f

Fascinado ante el retumbo de esas cadencias sonoras en el tímpano


exigente; el inventario de nombres con pedigree es grande

Por supuesto, en él no podría faltar el nombre de un Obispo y la re-


sonancia de su nombre: George Berkeley

Considero a Bekeley una especie de mercenario de la divinidad,


debido a que su intención filosofal no era encontrar las leyes

Leyes que determinaran el comportamiento del mundo

Su objetivo era luchar de cualquier modo contra “el materialismo


impío que ya estaba avanzando demasiado”

Berkeley arremetió, en primera instancia, contra Hobbes y Locke pa-


ra autoimponerse la misión de desenmascarar sus “falacias”

Es decir, los argumentos que avalan la existencia de la materia

Elaboró la doctrina de la sustancia divina, de la que extrajo la con-


vicción de que el intelecto de Dios y no otra cosa:

“…sería el único responsable de que la mente humana tuviera la fa-


cultad de crear los objetos en el espíritu”

En su cruzada contra la materia dice por ejemplo:

120
Yo no discuto la existencia de cualquier cosa que podamos conocer
por medio de los sentidos y la reflexión... La única cosa cuya exis-
tencia negamos es aquello que los filósofos llaman materia o sustan-
cia corpórea. Y el negarlo no ocasiona ningún perjuicio al resto del
género humano, que, me atrevo a decirlo, jamás la echará de me-
nos... Al ateísta le es realmente necesario este fantasma de nombre
vacío, para fundamentar su impiedad

La negación berkeleyiana de la materia no proviene de un análisis


filosófico, sino de su cruzada contra la existencia de la materia

Recuerdo mi primer comentario sobre el particular:

“Esta declaración es tan sorprendente que confunde a la locura mis-


ma: ¡el filósofo de los fantasmas acusa a la materia, la antítesis del fan-
tasma, de ser fantasmal!” Pero no sólo es la premeditación de la idea
berkeleyiana lo que irrita; también es su propósito de llegar a cual-
quier compromiso doctrinario si es que con ello se fortifica la lucha
contra la materia

Una de las concesiones doctrinarias que Berkeley es la siguiente:

Admitid eso (la consideración del mundo exterior como un complejo


de sensaciones, suscitado en nuestra mente por la divinidad) renun-
ciad a buscar fuera de la conciencia del hombre los fundamentos de
esas sensaciones y yo reconoceré, en el marco de mi teoría, todas
las ciencias naturales, toda la significación práctica y la certidumbre
de sus conclusiones

Esta propuesta de intercambio de concesiones es, lo menos que


puede decirse, una grosera proposición comercial

121
Algo que no podría tener lugar en el escenario, donde la filosofía tra-
ta de aprehender la esencia del mundo

No estamos aquí ante un filósofo, sino ante un comerciante

Al rechazar la materia y con ella, el mundo objetivo, Berkeley debe


rechazar toda abstracción por parte de la mente

Los conceptos generales le parecerán una evidente contradicción;


tomemos la idea de un árbol genérico como ejemplo

Tendría que incluir al mismo tiempo un pino, un molle, un sauce.. de


modo que la idea general del árbol tendría que ser simultánea

Adquiriría la forma de pico, de cabellera caída de mimbres lloro-


nes… todo al mismo tiempo, lo que no cabría en ninguna mente

Sin contar que para Dios sería muy difícil crearlas en el ser

Las ideas, dice, deberán ser siempre concretas, pero se disfrazarán


de signos para servir a todas las ideas particulares de dicho grupo

La subjetividad berkeleyiana asume pues la forma de un nominalis-


mo extremo que postularía un extraño proceso de razonamiento

Según su percepción, el proceso de conocimientos se realizará por


medio de un nexo de unas ideas singulares a otras

Con la introducción de un signo particular

Todo esto, en vez de aceptar que pensar consistiría en la secuencia


de abstracciones y en el descubrir leyes generales
122
Esta defensa de lo “concreto”, como una categoría que supuesta-
mente puede existir independientemente de lo abstracto, le sería
muy útil para desarrollar su teoría de que sólo existirían complejos
sensorios
Dice que un objeto es simplemente concebido por la mente y que,
por lo tanto, dicho objeto no existe en la realidad

Pensar en cualquier cosa, sería “concebirla” dentro de la mente


Sólo nos imaginaríamos que existiría afuera

Resulta evidente a cualquiera que examine los objetos del conoci-


miento, que ellos son ideas actualmente impresas en los sentidos, o
ideas percibidas atendiendo a las pasiones o ideas del espíritu, o fi-
nalmente ideas formadas con ayuda de la memoria y la imaginación,
ya sea componiendo, dividiendo o meramente representando aqué-
llas percibidas originalmente en los modos mencionados. Por medio
de la vista tengo las ideas de la luz y de los colores, con sus diversos
grados y variaciones. Por el tacto percibo lo duro y lo blando, el ca-
lor y el frío, el movimiento y la resistencia... el olfato me proporcio-
na los olores; el paladar, los gustos; y el oído transmite los soni-
dos...Y como se observa que algunas ideas van entrelazadas entre sí,
se les adjudica un nombre y luego se las considera como una cosa

Esas “ideas entrelazadas entre sí” son para el obispo una simple
combinación de sensaciones

Son el objeto es un complejo de sensaciones y, como tal, no podría


existir independientemente de quien lo percibe

El párrafo anterior nos demuestra por qué Berkeley huye de los con-
ceptos abstractos para atenerse únicamente a los concretos

123
Veamos; si mira una mesa, la mirará cuadrada, de color café, con
olor a barniz por recién pintada y blanda porque es de cedro…

En fin, verá un concreto

Si le toca la experiencia de otra mesa, ésta será rectangulada, gris y


hecha de caoba; es decir, otro concreto

No podrá representarse el concepto abstracto “color” en forma in-


dependiente de cada mesas; lo mismo sucederá con la forma altura..

Como no tiene la capacidad de abstracción (o simplemente la niega)


no tendrá los conceptos de dureza, ni la de color, ni la de forma

Por eso tendrá que relacionar cualquiera de estos atributos con el


objeto concreto que llama “una combinación de sensaciones”

En otras palabras, para llegar a su combinación de sensaciones se ve


urgido a negar los conceptos abstractos

Pero al anularlos, ya no podrá percibir, ni siquiera con la imagina-


ción, ninguna de las cualidades de las cosas

Sólo relacionará con el objeto concreto

Así, el realista fantasmal (el del medievo) se convierte en furibundo


nominalista; su complejo de sensaciones será siempre un concreto

Pero aceptar el nominalismo le obligaría a aceptar la existencia ob-


jetiva de las cosas concretas

124
Por eso es que debe anunciar que la síntesis de las cualidades se
realiza únicamente en la mente, no en la realidad objetiva

La idea “habrá concebido” la mesa, con lo que Berkeley nos instrui-


ría de cómo la idea sola procrearía mesas a todo vapor

Borges tomará la idea de esta idea y declarará, sin ningún complejo


de culpabilidad que:

“… El individuo es un complejo de percepciones que se suceden


con increíbles rapidez

Esta negación del mundo se refuerza en “El Inmortal”

En el relato, el personaje llega a la ciudad de los Inmortales; todos


los trogloditas están en un laberinto de laberintos

Conoce a uno en especial, le pone el nombre de Argos y dice de él:

Pensé que Argos y yo participábamos de universos distintos; pensé


que nuestras percepciones eran iguales, pero que Argos las combi-
naba de otra manera y construía con ellas otros objetos...

Berkeley tuvo que crear muchos anticuerpos reales

Considerará a Newton y a Leibnis herejes merecedores de muchos


adjetivos, debido a que ambos crearon el cálculo infinitesimal

Ambos científicos pretendían demostrar la infinita divisibilidad del


espacio y del tiempo, teoría atentatoria a sus percepciones sensorias

Ante los arrebatos espiritistas de Berkekey, es dable preguntarse


125
Si una espina puede dividirse en segmentos cada vez más pequeños

¿Cómo podría él combinar sus sensaciones para concebir a uno de


esas partículas elementales, empezando por el electrón?

El tiempo-espacio es continuo y puede podía ser reducido a una mi-


llonésima de segundo

¿Cómo podría Berkeley concebir en ese cortísimo lapso su concreto?

En su imaginación, esa clase de teorías eran invenciones de Lucifer


para pretender destruir su gran revelación combinatoria

Ante la rotunda negación del cálculo infinitesimal, por parte del filó-
sofo de las sensaciones, parece mandatorio preguntarse:

¿Qué haría el detentador de la percepción al enterarse de los des-


cubrimientos científicos modernos?

Esta pregunta seguramente nunca obtendría respuesta

Pero sería alucinante ver a un Berkeley combinando sensaciones pa-


ra crear con la mente un campo electromagnético

Imaginando cómo se crea un fotón

Ideando la manera de hacer complejos sensorios para crear la uni-


dad de las propiedades corpusculares y ondulatorias de la luz

Lucubrando sobre los modos para hacer de la fisión desintegradora


Un simple haz de impresiones…

126
¿Cómo haría Borges para declarar que la masa del electrón, que es
de 0,0000000000000000000000000001 de gramo, es sólo un haz de
sensaciones?

¿Podían sus percepciones captar en un “haz” perceptivo la vida en-


tera de un mesón mi que es de 0,000000000000001 de segundo?

¿Dejaría de lado el hecho de que la Teoría de la Relatividad ya había


demostrado la simultaneidad de los acontecimientos en el universo

¿Cómo haría para tener un haz de representaciones concreto de ca-


da uno de tales acontecimientos, si en ofrenda a Berkeley, el «más
querible» de los filósofos, tendría que negar los conceptos generales
del movimiento, materia, tiempo y espacio?

En su búsqueda de sensaciones ¿sabía que la teoría pretendía negar


el sufrimiento de millones de pobres

Pretendiendo que no serían sino un haz de sensaciones creadas por


la mente de alguien?

¿Dónde quedaba el movimiento, la materia, la energía?


¿Sólo en un haz de sensaciones?

¿Escribía Borges sus ensayos con pleno conocimiento y aprobación


de sus contenidos filosóficos?

¿Escribía con el respaldo necesario a las teorías que implicaban?

¿Sólo quería aprovechar la materia filosófica como materia prima de


una serie de ficciones literarias, sin que ello implicara, necesaria-
mente, algún compromiso personal sobre cualquiera de ellas?
127
Me inclino por la última posibilidad, sobre todo cuando volvemos a
citar su famosa declaración:

“…a las ideas filosóficas y religiosas las estimo por su valor estético

Vayamos a Berkeley otra vez: las “ideas entrelazadas entre sí” for-
man entonces la percepción concreta berkeleyana

Para aclarar este concepto, el filósofo dice que llama “mente”, “espí-
ritu”, “Yo”… al ser que percibe la idea, pues

“La existencia de una idea consiste en ser percibida”; La mesa


existe; se la ve y se la siente. Si estuviera lejos, algún otro espíritu la
percibiría. Había un olor, fue olida; había un sonido, fue oído. Todo
fue percibido... la mesa existe; hablar de la existencia absoluta de
cosas no pensantes, sin ninguna relación con su ser percibidas es
ininteligible... ser es ser percibido

Notamos la similitud con Schopenhauer, aunque hay una distancia de


más de dos siglos entre ambos: Ser es ser representado

Las afirmaciones de Berkeley traen sin duda un alto índice de provo-


cación intelectual, la misma que bien podría empezar con un peque-
ño intento de indagar sobre ese enigmático “Yo”

Sabemos, por lo que nos dice, que su función consiste en percibir


Pero también sabemos que ese Yo está alojado en un cuerpo

Un cuerpo hecho de piel, músculos y huesos concretos, reales

128
Se supone entonces que ese cuerpo que alojaría al Yo sería materia
y por lo tanto, inexistente para Berkeley

Según la concepción berkeleyana, ese cuerpo sería también una


combinación de sensaciones

En ese caso, sería mandatorio aceptar que “el ser que percibe los
complejos de sensaciones”, necesitaría existir

Pero habría algo más: el “Yo” de Berkeley no sería sino una simple
combinación de sensaciones para cualquier otro “Yo”

Por lo que ese Yo sería inexistente

En síntesis, un complejo de sensaciones, la mente, necesitaría de


otro complejo de sensaciones, el cuerpo humano, para percibir

A su vez, sería percibido como un simple conjunto de sensaciones


por cualquier otro Yo o espíritu

El circuito sería una especie de loca carrera de fantasmas en su afán


de ser, a condición de ser inexistentes

En este sentido, un andrajo de cualquiera de los misérrimos sería


mucho más valiosa, por lo real, que el Yo percibidor de Berkeley

Esto es sin duda muy humillante para el Yo de cualquier ser

Vayamos ahora a incidir un poco más sobre la sentencia “La existen-


cia de una idea consiste en ser percibida”

129
Para empezar, nos damos cuenta de que después de que fuéramos
informados de que el Yo percibía, se plantearía un segundo dilema:

¿Qué percibiría ese enigmático Yo?, está claro que percibiría las
cualidades sensibles como: el color, la figura el olor…..

Estas serían las «ideas percibidas por los sentidos»

De este modo podríamos ver que el Yo sería la Idea Absoluta, des-


perdigada en cada individuo y subjetivizada en cada ser concreto

También observamos que ese Yo que percibe necesita los sentidos


para percibir ideas

Pero no debemos olvidar que los sentidos serían también combina-


ciones de sensaciones, por lo que no sabríamos cómo un complejo
de sensaciones tendría la capacidad objetiva de percibir

Así nacería una nueva teoría del conocimiento en la que una entele-
quia necesitaría un haz de entelequias para percibir entelequias

Los teóricos del marxismo dirían que los solipsistas habrían descu-
bierto la sensación sin materia y el pensamiento sin cerebro

Pero se compadecerían de los pobres curas de la época de Berkeley


los cuales no sabían dónde poner el infierno, pues sólo tendrían la
posibilidad de percibirlo con el Yo

Tendrían también problemas en encontrar un lugar para el cielo; por


lo menos Dante había arrendado espacios circulares para el primero

130
Hagamos una pausa sintética:

¿Quién percibe?
El Yo, una entelequia

¿Qué percibe?
La Idea, otra entelequia

¿A través de qué?
De una combinación de entelequias

“Ser es ser percibido”

En el “Tratado sobre los principios del Conocimiento Humano”


George Berkeley dice:

Donde existe el color, la figura y las demás cualidades similares


debe haber percepción de ellas

Berkeley mismo afirma: alma, voluntad, espíritu y Yo no convienen a


ideas diferentes

Habría algo más sobre este asunto

Si los Yo’s percibientes, subjetivizados en cada persona concreta


tienen la misma jerarquía de percepción y sin embargo la percep-
ción de un ciego es diferente a la de una persona normal, entonces
el ser que es percibido tendría que ser relativo

Más aún, tendría que ser absolutamente relativo; para los ciegos no
tendrá color, para algunos tendrá sonido, para otros no

131
De aquí, Berkeley llegaría a la conclusión de que el defecto estaría
en lo percibido no en el que percibe

Esto sería una forma pura, absoluta e incongruente de relativismo


Las ramificaciones de estas conclusiones serían aún más absurdas

Aristóteles habría muerto, cierto, pero para quien no haya oído ha-
blar de él, no existió ni murió porque no fue percibido

Los Andes perimetran una extensa franja de todo un continente, pero


como Berkeley no los percibió, Los Andes no existieron para él

La culpa sería de Los Andes


Vayamos un centímetro más allá para preguntarnos:

¿Qué percepción tenía Berkeley de Cristo, el Cristo Hombre, el que


murió en la Cruz? ¿Sería también una combinación de sensaciones?

Dado que Berkeley nunca lo percibió ¿habrá existido o no habrá


existido?

¿Tendrá que apelar a la percepción de los que vivieron en la época


de Cristo para convencerse de que Cristo existió?

Pero, ¿cómo podría apelar a la combinación de sensaciones de gen-


te que ya ha muerto a su vez?

¿De gente que ni siquiera podría ser percibida bajo un haz de sensa-
ciones sino en la forma de huesos hechos polvo?

Su percepción de Cristo, sería un reflejo de la pura imaginación ba-


sada sólo en el testimonio perceptivo de los vivieron en esa época
132
¿Sería diferente a la de esas gentes?
¿A la de los fieles que escuchaban en el desierto?
¿A la del romano de la lanza y del vinagre?

El complejo de sensaciones que Dios habría puesto en la cabecita


berkeleyana para que pudiera percibir a Cristo

¿Sería el mismo que concibió para la testa de Pilatos?

Un sordo que lo hubiera visto, ¿tendría una percepción diferente de


la del obispo que no lo vio?

Aquí solicitamos la opinión de Borges

En su relato “Tres versiones de Judas” se refiere a la diferencia de


percepciones

De Quincey especuló que Judas entregó a Jesucristo para forzarlo a


declarar su divinidad y a encender una vasta rebelión contra el yugo
de Roma

En este párrafo tendríamos la percepción que Judas tenía de Cristo,


percibida a su vez, por De Quincey

Hay otra: dice que Runeberg afirma que “para identificar a un maes-
tro no se requiere la traición de un apóstol”

Suponer un error en la Escritura es intolerable (sería intolerable


suponer un error en el Yo) La traición de Judas no fue casual fue un
hecho prefijado: El Verbo, cuando fue hecho carne pasó de la ubi-
cuidad al espacio; para corresponder a tal sacrificio era necesario
que un hombre, en representación de todos los hombres, hiciera un
133
sacrificio condigno. El Verbo se había rebajado a mortal; Judas, dis-
cípulo del Verbo, podía rebajarse a delator; Judas refleja de algún
modo a Jesús

Ahí tenemos otra percepción de la percepción de Judas sobre Cristo


Borges dice que semejante propuesta tuvo refutaciones plurales

Explica que eso significaba ignorar la unión hipostática y que era lo


mismo que renovar la herejía de los docetas

Aquéllos que negaron la humanidad de Jesús


(Las percepciones se multiplican)

Runeberg, dice Borges, modificó entonces su doctrina: propone un


hiperbólico ascetismo:

(El asceta) para mayor gloria de Dios, envilece y mortifica la carne;


Judas hizo lo propio con el espíritu. Renunció al honor... obró con
gigantesca humildad, se creó indigno de ser bueno

Reproduce la versión de que el Redentor pudo sentir, fatiga, frío,


turbación, hambre y sed

“… también cabe admitir que pudo pecar y perderse... Dios total-


mente se hizo hombre pero hombre hasta la infamia, hombre hasta
la reprobación y el abismo. Para salvarnos pudo elegir cualquiera
de los destinos que tramaron la perpleja red de la historia; pudo ser
Alejandro o Pitágoras o Rurik o Jesús; eligió un ínfimo destino: fue
Judas... los teólogos desdeñaron esa revelación. Runeberg intuyó en
esa indiferencia ecuménica una casi milagrosa confirmación. Dios
ordenaba esa indiferencia

134
En este relato, de cuya estructura estética sería espantoso no admi-
rarse, Borges parece referirse con ironía a todas estas lucubraciones

No sería el Yo percibiente el que fallaría: sería la cosa percibida la


que se presentaría muy diferente a personas diferentes

(En este punto debo expresar mi acuerdo con Borges: yo postulo que
las percepciones dependen no sólo de los individuos sino de la cul-
tura del grupo en el que se criaron, de la Ideología y tal como lo pu-
so Kant: de las transformaciones que hacen en las percepciones las
categorías sensibles y del pensamiento)

La teoría berkeleyana resucitó, entre otros, en Mach y Avenarius,


sobre los que Lenín se pronunció del siguiente modo:

No hay, según Mach, la menor dificultad en construir con elementos


psíquicos cualquier elemento físico.... tales construcciones son pu-
ramente verbales... pero resulta que el novísimo positivismo de
Mach no tiene más que unos siglos de retraso: Berkeley demostró ya
suficientemente en su tiempo que con sensaciones, o sea con ele-
mentos psíquicos, no se puede construir más que solipsismo

En otra filípica, esta vez contra Avenarius, Lenín cita primero uno de
los párrafos más atrabiliarios de la yunta de Mach:

Hemos reconocido que lo existente es una sustancia dotada de sen-


sibilidad; quitando la sustancia queda la sensación: lo existente hay
que concebirlo por lo tanto, como una sensación en cuya base no
hay nada más que sea ajeno a la sensación...”

Citarlo y condenarlo de por vida al suplicio del látigo es uno sólo:

135
¡Así, la sensación existe sin sustancia, es decir, el pensamiento existe
sin cerebro! ¿Es que hay filósofos capaces de defender esta desce-
rebrada filosofía? Sí. El Profesor Richard Avenarius es uno de ellos

No acudamos a la santa ira leniniana para analizar las fechorías de


Avenarius, pero analicémoslas por unos instantes
Primero citemos otra vez:

Hemos reconocido que lo existente es una sustancia dotada de sen-


sibilidad; quitando la sustancia queda la sensación...

En la tradición filosófica en general, “sustancia” es una forma de ma-


teria, palabra vedada para el solipsista

¿Cómo se quitaría la sustancia (materia) a algo?

Dada la existencia objetiva de la materia antes, durante y después de


la existencia humana, habría tres maneras de hacerlo:

Por abstracción mental (queda en la mente el reflejo de lo reflejado)


por la locura y a través del sueño

Berkeley, en su santa cruzada contra la existencia objetiva de la ma-


teria para mayor gloria de Dios, no fue ajeno a las dos formas últimas

Al igual que Schopenhauer, intentó salvar su idealismo subjetivo co-


bijándose en lo onírico

Esa premura filosofal se hace literatura de primer nivel en las obras


de Borges: el sueño es una cosmovisión filosófica y literaria a la vez

136
En gran parte de sus obras son Borges-Bretón y Borges-Berkeley los
que arengan a la multitud de sensaciones

Es Borges el dueño de la forma; es Borges el picapedrero de la filo-


sofía, en unidad dialéctica, el que aparece en sus ensayos

Se descubre como quien es, no como un simple visionario, sino como


un verdadero Nobel de la literatura, que sin haber sido, es lo que es

Pero también quiere aparecer como un estratega; un general que lu-


cha contra la materia por la absolutización del espíritu

Algo que Borges no es

Borges toma en cuenta el mundo material; para comprobarlo reléase


cualquiera de sus poemas sobre Buenos Aires

Tómese cualquiera de sus cuentos sobre gauchos, cuchilleros, com-


padritos y bailadores de tango

En la relectura constatarán que Borges mide aceros con la realidad,


como una provocación de ficción literaria

No como una locura al estilo de Berkeley

Jaime Alazraky, de la Universidad de California, ha escrito “La Prosa


Narrativa de Jorge Luis Borges”

La obra incluye en su cuarto capítulo “Estructura y función de los


sueños en los cuentos de Borges”

137
Después de dar algunos ejemplos de la influencia del sueño en la
cosmovisión de Borges, se pregunta:

“…¿hasta qué punto es posible hablar de los sueños en los cuentos


de Borges como esfera diferente de ese mundo literario que se con-
figura en imágenes y símbolos oníricos?
Una primera respuesta emerge del hecho que aunque la vida puede
ser un sueño, dentro de ese sueño también nosotros, criaturas del
sueño de alguien, soñamos: la narración es un sueño de su creador,
pero los personajes creados se abandona a sus propios sueños

En la literatura como en la vida real el espíritu crea y sueña, los de-


más entes creados son incorpóreos, haz de sensaciones

Por lo visto, el analista necesita también ser analizado aunque no sea


en el diván; continuará sus observaciones y, citando a Lacán, dirá

lo que se analiza en la entrevista psicoanalítica no son los sueños del


paciente, sino el informe verbal del paciente de sus sueños...

En el caso del escritor, el significado de sus sueños ya habría sido


establecido por él

Por último evoca a Freud para exponer cuatro categorías de sueños:

Por estímulos sensorios externos


Por excitaciones subjetivas
Por estímulos somático-orgánicos
Por fuerzas psíquicas

Con este bagaje teórico continúa su análisis del sueño en Borges


y dice cosas como éstas:
138
El Inmortal (varios días erré sin encontrar agua….enorme día multi-
plicado por el sol por la sed y por el temor a la sed...) es un sueño
típico producido por estímulos somático-orgánicos; en este caso, la
sed que sentía el personaje se debía que estaba durmiendo sin agua
en los riñones y soñando la aventura

Este párrafo, escrito por el californiano es un puente insano que une


la locura berkeleyana con la idiotez más alarmante

Sobre el particular, recuerdo una página de Vargas Llosa

La curandera dice al paciente que antes de tratarlo de pesadillas le


dijera si dormía con empacheras; éstas eran las causas principales

Esta apreciación de la curandera, viene de la práctica en la vida real,

Pero la pretensión del californiano de hacer descansar los relatos de


Borges en la empachera, reduce la genialidad borgeana

Anula de este modo la hermosa atmósfera y simbología borgeana a


una panza llena o un riñón ávido de agua

La teoría de la empachera es una muestra de idiotez que duele en el


ser concreto, tanto como en el genérico

Tal vez se juzgue que me pronuncio con brutalidad en este y otros


puntos, pero la intención y la voluntad de comprender no es absoluta

Tiene límites que demarcan exactamente los confines donde termina


la voluntad y empieza el subconsciente

Esta actitud surge de la necesidad de ser genuino, y en este caso


139
ser genuino significa decir que el californiano es un idiota

Para dar un ejemplo más gráfico sobre el particular y como un moti-


vo a la digresión me referiré a una escena de una de mis novelas:

Es un imbécil, un retardado polidimensional, un dinosaurio en dimi-


nutivo, un troglodita reducido, una homeopatía encogida, una....

¡Señor, usted no puede insultar así al caballero!


¡No lo insulto, lo describo!
..........

Este es peor que el anterior

Es sapo con dientes por lo raro es una salamandra con crespos, es


un cocodrilo con pretensiones, es un idiota al cuadrado....

!Señor, usted no puede describir de ese modo a un gran intelectual!


¡No lo estoy describiendo: lo estoy insultando!

Sigamos
En otra página, el de California la emprende con “El Zahir”; dice

El Zahir es una moneda que condena a su poseedor a no olvidarla


jamás. Antes de sentir el demoníaco influjo del Zahir, el narrador
describe un sueño: dormí tras de tenaces cavilaciones, pero soñé
que yo era la moneda que custodiaban un grifo

Para el californiano éste es un ejemplo de “sueño por condensación”

En medio de estos ajetreos y otros de gran valía clínica, un venablo


intuitivo parece dar en el blanco
140
El mundo, en su caótica variedad, es desplazado en la mente del
personaje por el recuerdo obsesivo y unificante de la moneda: Ya no
percibiré el universo, percibiré el Zahir

Lo que parece ser realmente el contenido del relato

El Zahir sería el espíritu unificante por una parte y el mundo material


sería una caótica variedad de sensaciones, por otra

Pero el de California nunca se dará cuenta de lo que significa su


asombrosa conclusión:

Pues significa que el verdadero Zahir es la maximización de la ga-


nancia en medio del caos de la competencia

¡Maximizad! ¡Maximizad la ganancia!


¡Competid! ¡Eliminad al que compite!

Esa parece ser la obsesión vital de hace siglos

Quien la ha visto estará encandilado hasta la muerte; condenado a no


olvidarla nunca y perdido para la historia verdadera del Ser

Los ejemplos se multiplican y para hacer corto lo largo pediré a Paoli


que me permita incluir su inventario al respecto:

En otro libro juvenil Fervor de Buenos Aires... en el poema Amane-


cer dice haber revivido la tremenda conjetura/de Schopenhauer y
de Berkeley/que declara que el mundo/es una actividad de la men-
te/sin base ni propósito ni volumen....

141
Otro motivo insistente en Borges es que la vigilia difiere del sueño
sólo por ser un sueño compartido....

El cuento Las Ruinas Circulares es la parábola ejemplar de la abso-


luta aparencialidad del ser, puesto que el que sueña también es so-
ñado, es un sueño de otro.... Borges cita repetidamente los versos
más célebres de la historia de la poesía en los que se compara la vi-
da con el sueño, desde el “Somos la sombra del sueño de Píndaro”,
hasta “estamos hechos de la misma tela de los sueños de Shakes-
peare”

Pero, donde mejor interpreta Paoli la significación del sueño en la


obra de Borges es en el siguiente párrafo:

Que el mundo y los hombres sean para Borges apariencias oníricas


o fantasmales, lo confirma asimismo el frecuente empleo del verbo
borrar en lugar no sólo de hacer desaparecer sino también de matar
o de morir... La noción de borrar, parecida a desvanecer se ajusta
perfectamente a un mundo desprovisto de consistencia, frágil, oníri-
co, en que los hombres y cosas son meras imágenes que aparecen y
desaparecen en la pizarra o en la pantalla del mundo

En nuestro lenguaje serían un “haz de sensaciones”

Esta es una sobria interpretación que nada tiene que ver con velei-
dades psicoanalíticas y de riñones laxos del californiano

A pesar de lo dicho es preciso decir más: la síntesis del pensamiento


borgeano en este campo está en TLON, UQBAR, ORBIS TERTIUS

142
Del que extraemos algunos de sus conceptos más representativos:

Para uno de esos gnósticos, el terrible universo era una ilusión o


(más precisamente) un sofisma. Los espejos y la paternidad son
abominables porque lo multiplican y lo divulgan...
La idea central se presente luego muy clara:

...la literatura de Uqbar era de carácter fantástico y sus epopeyas y


leyendas no se referían jamás a la realidad

que es una proyección de Borges filósofo y Borges literato

¿Quiénes inventaron a Tlon?... la hipótesis de un solo inventor -de un


infinito Leibnis obrando en la tiniebla y en la modestia- ha sido des-
cartada... El mundo para ellos no es un concurso en el espacio; es
una seria heterogénea de actos independientes. Es sucesivo, tempo-
ral, no espacial

Con esta afirmación, Borges va más allá que Berkeley; este último,
en su afán de lo concreto, no aspira a captar sensaciones aisladas

Más bien todo un haz de ellas, en tiempo y espacio sensoriales


Sigue Borges:

... los hombres de ese planeta conciben el universo como una serie
de procesos mentales, que no se desenvuelven en el espacio sino de
modo sucesivo en el tiempo... la percepción de una humareda en el
horizonte y después del campo incendiado y después del cigarro a
medio apagar que produjo la quemazón, es considerada un ejemplo
de asociación de ideas

143
Luego de una descripción tan sustancial, sistematiza la lógica inhe-
rente a tales condiciones y anuncia que:

Este monismo o idealismo total invalida la ciencia. Explicar un hecho


es unirlo a otro; esa vinculación en Tl‘n es un estado posterior del
sujeto, que no puede afectar o iluminar ese estado interior
De inmediato vemos un gran impulso de determinismo absoluto:

Saben que un sistema no es otra cosa que la subordinación de todos


los aspectos del universo a uno cualquiera de ellos

Un regreso a la idea central:

... tal el olor, que tal matiz verdoso del amarillo, que tal temperatura,
que tal sonido son la única realidad

Como la práctica social no existiría, entonces:

El hecho de que varios individuos que cuentan una misma cantidad


logran un resultado igual, es para los psicólogos un ejemplo de aso-
ciación de ideas

Queda, naturalmente, el problema de la materia de algunos objetos


conclusión muy parecida a la siguiente que es berkeleyana:

...su ser (de la cosa) se agota en la gama de percepciones que yo


tengo de ellas; o si las despojamos de nuestras percepciones subje-
tivas, lo que queda es innecesario, sin sentido, ya que no percibe ni
es percibido

Este párrafo es ya una concesión a la realidad: algo queda, ese algo


es materia ¿Por qué acude Berkeley a argumentos tan insanos?:
144
Pues porque:

…….Y en metafísica, (cuántas dificultades acerca de la identidad de


lo abstracto, las formas, las sustancias... la sustancia y el accidente,
la posibilidad del pensamiento en la materia...! (Cuántas dificulta-
des, repito nos evitamos suponiendo que sólo existen los espíritus y
las ideas!... quizá no hay nada que haya favorecido y aumentado tan-
to la depravada inclinación de la mente hacia el ateísmo, como el
uso de ese término tan confuso

La cita fue extractada de “Tres Diálogos entre Hilas y Felonds” y el


“término confuso”, claro está, no es otro que la materia

Espanta saber hasta dónde llega el cinismo teórico de alguien que


intenta de hacer de la filosofía un panfleto religioso

Comete un triste atentado contra la capacidad mental del hombre:


negar la materia, simplemente suponiendo que ésta no existe

Berkeley es una muestra de lo que llamaríamos con justicia un Filó-


sofo Vulgar, uno de los peores en su especie

¿Y Borges? ¿Por qué se complace en difundir tales ideas?

La pregunta está mal planteada: Borges no está haciendo de panfle-


tario; está describiendo

Este ensayo, a diferencia de los demás, no es completado por un


poema, sino por un cuento

145
Los Complejos
Sensorios
J. L y yo nunca fuimos espinas del mismo rosal, pero supimos, cada
uno por su lado, hacia dónde dirigíamos nuestras estocadas

Hombre de luces en gama, escogió un rival digno de su altura y mi-


dió aceros variados con la realidad

Más apegado al mundo y a sus propios misterios, yo preferí catarlo y


asociarme con él y con ellos

Ambos fuimos, al mismo tiempo contradictorio, flujos de corriente


alterna: él nunca haría de lo inexplicable sólo un asunto de Dios

Yo nunca desertaría de los misterios no explicados aún

Nunca me permitió medirme con él, aunque sabía que los paralelos
coincidían en el infinito (el cual exploramos con dedicación pastoral)

Pero supe usar de su alquimia para lograr en el flexo de la subjetivi-


dad, que él se midiera conmigo

Hice que monologara trechos de extenso tiempo desértico desde las


dunas de los libros

Monólogo de argumentos para hacer disonante el monólogo; apren-


dí mucho de él; la recíproca nunca pudo ser

Antes de iniciar su enésimo ciclo en la rueda del tiempo me dijo:

146
Busca la vida en el polvo del camino por donde recorrieron los in-
mortales y los ciclos, en las cenizas que arroja la rueda del destino
en su molienda de los siglos

Busca en las crónicas sin diacronismos, no en las historias de los


académicos, sino en las que surgen en las gibas de arena cuando las
acaricia el viento

Busqué en los caminos hechos polvo por el camino del polvo, pero la
búsqueda no siempre fue benigna conmigo

Mi soberbia siempre subestimó a los inmortales, para desmentirles


eternos retornos y supuestas ruedas de sinos

Busqué entonces en los sarcófagos y la voz del pretérito me reveló el


secreto de las crónicas

Lo hizo, a condición de que no fatigara el entendimiento con la pre-


tendida vanidad de relatarlas todas al mismo tiempo

Quien conozca las crónicas conocerá la dignidad con que las conste-
laciones reposan en las cumbres de las galaxias

Narro parte de estas crónicas con origen cierto y con tiempo retorci-
do; tal vez él lo hubiera hecho mejor

Pero está en su ciclo enésimo y yo no cumplí aún el único que tengo


Él fue; Yo soy. empecemos

Un gran complejo de sensaciones desbordaba la corteza terrestre en


aquel lugar del globo

147
El complejo era tan inmenso que si hubiera desaparecido, el plane-
ta habría perdido la mitad de su campo gravitacional

Ese conglomerado de elementos psíquicos nació debido a una sin-


gularísima coincidencia de disposiciones mentales

De un conjunto selecto de hombres selectos


Ocupados en fabricar el mundo en sus terminaciones nerviosas, ca-
da uno quiso encontrar un lugar inaccesible para los demás

Afirmo que hubo coincidencia irrecusable, puesto que la suma de


las proyecciones particulares, para formar ese conglomerado,

fue una montaña descomunalmente monumental


una mayúscula absoluta; una vastedad atroz para la imaginación

La coincidencia de sensaciones se produjo después de innumera-


bles proyecciones discordantes a lo largo de los siglos

Hasta que por el milagro de las permutaciones, un número de ellas


se juntaron y formaron el exorbitante farallón entelequializado

La fúlgida ocurrencia causó revuelo primicerio en el mundo de las


sensaciones de los grandes solipsistas

Los que allí fundaron el críptico pueblo de Pillapavos

Revuelo digo, en el sentido de que hasta entonces ningún otro ne-


gador del mundo y del Ser había podido formar una cofradía

Por lo menos, no en la que concomitaran centenas de sensaciones


afines, las que por fin consiguieron crear el Olimpo antigrávico
148
Una vez proyectada la gran síntesis de las representaciones, los hi-
josdalgo de la demencia se reunieron en el gran montículo

Allí celebraron su reunión primordial

El problema inaugural devino cuando fue necesario decidir si los


complejos de sensaciones de unos cuajaban con los de los demás

Todos empezaron, como era justo y necesario, a promocionar la


afirmación de la propia existencia

Por ende, la negación del sustrato objetivo de los otros

Claro estaba que, por principio, ninguno podía aceptar la realidad


material de algo que fuera independiente de su propia mente

Pasaron azarosos concilios para determinar quién era el sujeto y


quienes serían el producto de sus complejos de sensaciones

Hasta que, como usualmente sucede en los concilios, el acuerdo lle-


gó y lo hizo sobre la base de del sagrado principio

Los elementos percibidos provenía de una capa obispal y por lo tan-


to, de un decreto divino

Era pues preciso aceptar que todos ellos eran complejos de sensa-
ciones del único ser pensante: El Verbo

Después de semejante acertazo, los concordes concordaron

Concordaron también en precisar, con fe inobjetable, que ellos eran


los complejos de sensaciones divinas
149
Los demás serían sólo complejos de sensaciones humanas, prove-
nientes de aquéllos que eran complejos de sensaciones divinas

Quedaba afónicamente claro que ellos serían elementos sensoriales


de primer grado y los otros, los “híbridos” y de poncho, de segundo

Todo esto con los correspondientes derechos y obligaciones inhe-


rentes a la jerarquía trascendental

Aunados por el vértigo de la ilusión, se impusieron la obligación de


imponer orden en el caos impresionista

Hacer que los complejos secundarios se comportaran de acuerdo


con las leyes que lo divino les tenía reservadas

Alguien había oído de TLON, UQBAR y ORBIS TERTIUS, lo comentó


con los otros iluminados y decidieron que si otros habían hecho lo
mismo con todo un planeta, bien podían ellos ectoplasmar un pue-
blo: el de Pillapavos
*

Las crónicas son contradictorias y díscolas, pero a veces contempo-


rizan y son susceptibles de deducción

Por eso, pretenderé ser fiel a mi promesa de hacer de juglar evoca-


dor con el objeto de dispersar dos jugladas inspiradas y ejecutadas
por los grandes complejos de sensaciones del pueblo de Pillapavos,
una vez que éste fuera ectoplasmado

La irrespetuosidad para con la cronología es la justa contraparte


de la religiosidad por la certeza

150
Uno de los arrebatos más heréticos que conmovió al clan lo causó un
congénere complejal proveniente de un país

Las sensaciones lo ubican al norte del continente, entre un archipié-


lago de islas y el Río Grande

(Los complejos sensorios también existen en otros países)

Este complejo había escrito un tratado sobre “La Teoría de la Per-


cepción Superior”

Entre los valiosos descubrimientos, la obra destacó el hecho de que


era necesario percibir con mayor rigor científico

Para ello, era prudente acudir al asesoramiento de alucinógenos


preceptores, los que aumentaban la capacidad de aprehender los
complejos elementales

Fiel a su teoría y debidamente asesorado se vino desde Manhatann


directo a Llojeta; franqueó la frontera nebulosa de Pillapavos

Estudió su medio ecológico, económico, político... y dictaminó que


los pillapavinos eran gnomos: verdes y subhumanos

Describió la chicha, la topografía, la “challa”… decidió que las sub-


percepciones no eran dignas de mayores oteadas científicas

Exigió un nuevo pasaje y se volvió por donde había venido

Los complejos sensoriales divinos del pueblo de Pillapavos tiritaron


de una ira apocalíptica:

151
¡El impúber había prescindido de las opiniones divinales!
¡Había ignorado la existencia misma de los altos complejos!

¡Había (¡¡Horror de horrores!!) ignorado la gran diferencia entre los


complejos sensoriales divinos y los que eran de segunda clase!

¡Los había apisonado en soez promiscuidad, sin respetar la gran ley


de las estalactitas jerárquicas!

¡Eso era una ignominia psicológica, abyección materialista, ludibrio


conceptual, oprobio ético, escarnio metafísico!

¡Había, tenía, debía hacerse algo para enseñar al tratadista que na-
die tenía la autoridad suficiente para enfrentar de ese modo a los lo-
res del ensueño y seguir siendo un manojo sensorial!

Era imprescindible desarticularlo a la vista y orejas de los demás y


luego borrarlo de las mentes: así es como los anularon

Borrarlos de la mente era la mejor manera de afirmar su no existen-


cia, puesto que, como todos, no eran sino complejos de sensaciones

El pueblo fue congregado, desfilado y vindicado; los patriarcas ha-


blaron a las demás naciones pidiendo ostracismo sensorial para el
reo y borrón sensual para su progenie

Visitaron con gran aplomo y energía a las embajadas, templos, gru-


tas, sinagogas, en las que carcomieron el lenguaje y las conciencias

Se introdujeron en los cuarteles e instaron al avance vindicativo ha-


cia el polo magnético: “Go North”, les dijeron

152
Se incrustaron en sindicatos y socavones; gritaron, aullaron, se desli-
jaron las asentaderas; estaban en pos de iniciar el camino a la ONU

Pero los periódicos publicaron la noticia sobre una de las actrices


más hermosas y taquilleras de la propia Manhatan (Raquel Welch)

La actriz había declarado que ella era mitad blanca y mitad india
porque su padre había nacido en Pillapavos

¡Cuánto tan pocos fueron afectados tanto por una!


¡Arrojados a la promiscuidad sensorial otra vez!

¿No sabían acaso distinguir que ellos, los complejos sensoriales de


la divinidad, eran diferentes de los complejos humanos?

¡Nadie parecía reconocerles su calidad de complejos de primera, de


complejos divinos!; la respuesta exigió procedimientos catárticos

Decidieron eliminar las sensaciones por un tiempo para pernoctar


perentoriamente en el limbo contemplativo de la idea pura

Mientras duró la hibernación sensorial, los soles blancos sonrojaron


montañas púdicas, en el trajín de antes, ahora y después

Las olas no olvidaron ni una sola vez de acudir a la invitación lunar

La Galaxia cambió de espacio en el campo galáctico; una gota de


agua diseminó sus gotas al caer en el fondo de un capullo

Pero los murcielaguinos regresaron del limbo y revivieron en el sue-


ño; todo fue encontrado como antes

153
El color, el olor, la forma, el tamaño y las excitaciones nerviosas

Las crónicas no dicen mucho al respecto, pero dan a entender que


los fantasmas deben ser ondulaciones sin espacio

Un ventarrón de alucinaciones será por seguro una orgía de sensa-


ciones y un oleaje de vida para los socios de la congregación mental

Un hecho real, cualquiera que sea, debe ser una portentosa explo-
sión de ondas sin tiempo-espacio, sin dimensión, sin sucesión

Como la imagen de un espejo reflejando, a su vez, otro……

Ahora la visión vino desde Colombia

Un ente abismal para los fantasmales, abisal ya en su pretensión de


ser, había escrito la historia de un libertador y su Laberinto

Todos supieron, en el mundo real, que ese gran escritor había he-
cho de un busto de yeso un personaje con vida

Que lo había sacado de la inmortalidad donde desovaban las arañas


para trasladarlo a la leyenda eterna

Que el escritor había reagrupado los átomos literarios dispersos

Que había dado vida a un cuerpo disecado y cuerpo a esa vida


y que había conseguido extraer finalmente del mito, al hombre

154
Los entelequinos intelectuales pillapavinos dejaron de lado la discu-
sión sobre la existencia del cerebro

(Si éste era causa de la mente ¿cuál sería a su vez, su propia causa?)

Sus efluvios mentales fueron del violeta al rojo en el espectroscopio


visceral: ¡no podía ser! ¡no podía ser!

¡Alguien se había atrevido a hacer real el mito del Gran Liberador!


¡Ese mito que era ejemplo de combinaciones sensoriales

desde el fondo de la historia!

¡Y sobre todo, alguien se había atrevido a lanzar una biografía sobre


el Libertador después que uno de los entelequios ya lo había hecho

¿No había, acaso presentado volúmenes sobre correspondencias,


decretos, Proclamas, discursos….del Gran Liberador?

La obra del colombiano era un nuevo insulto a la entelequia divina


¡Ya sabrían los atrevidos con quienes se estaban metiendo!

Para borrar de las mentes el complejo de elementos que identifica-


ban al escritor colombiano, planificaron una gran mesa cuadrada

Cada uno haría un examen de la obra recién publicada y la denun-


ciaría desde el ángulo donde el péndulo de su sensación la ubicara

No se soportaría a nadie que pretendiera promover la objetividad


de un complejo de sensaciones ido hacía más de siglo y medio

Esta vez el escarmiento sería sacramental


155
Con denuestos sobre mancillaciones de gloria, honor y esplendor
la denuncia apareció abracadabramente:

El Gran escritor Colombiano una de las glorias entre las glorias lite-
rarias de este continente fue:

Aplazado en historia por el tribunal


de los complejos sensoriales

¡Uno de ellos tildó la obra de obscena y afirmó que había sido escri-
ta por un analfabeto!

¡El Cuarto Premio Nobel de la literatura Latinoaméricana, fue redu-


cido, por un conjunto de complejos, a materia de basurero!

¡Estoy tan cansado!.. los pillapavinos gesticulan en el mundo sin


mundo de la locura soñada; nacen, levitan y mueren

Nadie los recuerda, excepto las crónicas del polvo


Estoy tan cansado… narrar el polvo de los sarcófagos extenúa:

Pero si no lo hiciera, ¿cómo haríamos para prevenir al Ser?

EL SOLIPSISMO

El solipsismo es la radicalización del subjetivismo en el sentido de


que todo se reduce a la propia conciencia

Hay dos clases principales: el gnoseológico y el metafísico

156
El primero es un momento en el proceso lógico del conocimiento
que permite estar seguro de lo que se afirma

La duda cartesiana participaría de esta clase se solipsismo gnoseo-


lógico; pero no es el más importante

Tampoco es el que usamos en este ensayo

El solipsismo al que nos hemos referido sería el metafísico, el que


explica que lo dado sólo puede ser dado a mi conciencia

Husserl, al afirmar: “la ciencia absoluta constituida por mí vale sólo


para mí” mostró el carácter solipsista de su filosofía

Es cierto que la subjetividad de Husserl sería “abierta”, comunicada


con las demás subjetividades, pero el principio queda

Los neopositivistas lógicos dicen que todo enunciado es verificable


específicamente por un sujeto

Lo que equivaldría a decir que sus conclusiones serán independien-


tes de las conclusiones de los demás

Esto es también una forma de solipsismo llamado metodológico y


que lo acerca más al “Tartarín de Tarascón” de Alfonso Daudet

Como se sabe, Tartarín de Tarascón es una persona que se imagina


algo y, por alguna extraña transferencia neuronal

Ese algo se vuelve una realidad en su cerebro

157
Así, el de Tarascón percibe el deseo como un hecho ya realizado: el
deseo de ir a cazar leones lo ha convertido en cazador

Ya ha cazado su león en el África sin haber nunca estado allí

Simpatizo con el personaje de Daudet, cuando afirma que cada ser


humano transforma la percepción que logra de la realidad

La forma de la transformación depende de los intereses, de la cultu-


ra, las tradiciones y el momento histórico en que vive

En otra obra dedico más espacio a este aspecto del individuo

Habría un solipsismo lingüístico en Wittgenstein, desmentido des-


pués por su autor en persona

Sin embargo, antes de leerlo, en mi propia teoría literaria “El Ser


Poético” yo ya había apoyado esta clase de solipsismo

Afirmé que el lenguaje no tiene capacidad de transmitir sentimientos


no puede transmitir sensaciones ni emociones

Puede sí, expresarlos en hechos, o describir la magnitud o algunas


características de los mismos, pero no el sentimiento en sí

Mucho menos, la Emoción Poética

Esta afirmación, aunque obvia, no parece haber despertado la curio-


sidad de los filósofos ni poetas

Sólo el existencialismo ha dado una pauta concreta sobre el particu-


lar, pero ha traspasado límites
158
Hasta convertirse en una concepción que pretende hacer del hom-
bre, un autista perfecto

Para aclarar mi opinión sobre este asunto, diré que uno de mis lemas
en teoría literaria es el siguiente:

El Poeta no puede comunicar ningún sentimiento

Sólo puede despertar en los demás la Emoción que él ha experi-


mentado en su encuentro intuitivo con un Estado del Ser

Más aún, siendo el Poema, entre otras cosas que es, el medio expre-
sivo natural de la filosofía, el Poeta no podrá transmitir su emoción

Sólo podrá aspirar a despertarla en el lector

Un extraterrestre que nunca hubiera sentido miedo, no podría ima-


ginarse cómo sería ese sentimiento

Como tampoco podría nadie hacerle entender lo que es escozor, si


no tiene la neurona que aprehenda la sensación de escozor

¡Qué decir si el extraterrestre no tiene noción acerca de la visión in-


tuitiva de que todo es todo!

Ante la lectura de un verso orientado en ese sentido, el extra creerá


que este es un mundo de locos

Por estas razones puedo afirmar que el Poeta será tanto mejor Poeta
en cuanto logre despertar con mayor vivencia la emoción intuitiva

159
La que, teniendo vida latente en él y en los demás, ha pretendido
volcar en el poema

De este modo, el poeta podrá realizarse como poeta sólo a través del
lector, pero no en el sentido sartreano de la necesidad dialéctica

Lo haría en el sentido de que el poema sólo es tal cuando despierta


en el alma de alguien la Emoción que el poeta ha experimentado

Emoción que ansía despertar en otro…

Hay también una interpretación moral del solipsismo en el sentido


kantiano, de que todo acto está relacionado con el amor a sí mismo

Ya en forma de suficiencia o bien bajo la forma de arrogancia

En coincidencia con Kant, alguna vez describí el amor propio, en el


estado incipiente de evolución histórica y biológica del hombre, co-
mo:
El más grande, el más puro, el más leal y el más consecuente de
los amores

De todo lo dicho queda lo importante: ninguna forma de solipsismo


aceptará el conocimiento objetivo cierto y válido para cada sujeto

Esto es algo que debo apoyar con plena convicción


Así terminamos con el cuarto ensayo

160
Yo que soy el que ahora está cantando
Seré mañana el misterioso, el muerto
El morador de un mágico y desierto
Orbe sin antes ni después ni cuando
(«Los Enigmas»)

Creo que el siguiente párrafo podría encerrar uno de los pilares fun-
damentales que sostienen el pensamiento y la estética borgeana

En mis cuentos yo siempre he mezclado la metafísica y los dog-


mas con el hecho apócrifo, la farsa con la realidad, ¡sin contar que
he bromeado siempre un poco! Yo le digo: a las ideas filosóficas y
religiosas las estimo por su valor estético. Nunca pretendí enten-
derlas del todo. No lo creo posible además
(Citado por Pedro Ramírez en «Tiempo y Narración», pg. 25)

La unidad de la ética y la estética es uno de los lemas más importan-


tes de mi concepción a cerca del arte y de la filosofía

Por eso es que la afirmación de que una idea filosófica pudiera ser
estimada sólo por su valor estético causa en mí un asombro

Un asombro que me obliga a indagar con sigilo

161
La Biblioteca de Babel me parece un buen comienzo para la indaga-
ción Un motivo para el regodeo reiterado en un trozo venerable de
literatura

«...universo que se compone de un número indefinido, y tal vez in-


finito, de galerías hexagonales con pozos de ventilación en el me-
dio cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono,
se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente. La dis-
tribución de las galerías es invariable. Veinte anaqueles, a cinco
largos anaqueles por lado, cubren todos los lados menos dos (...)
Una de las caras libres da a un angosto zaguán, que desemboca
en una galería, idéntica a la primera y a todas. A izquierda y a de-
recha del zaguán hay dos gabinetes minúsculos. Uno permite
dormir de pie; otro, satisfacer las necesidades finales. Por ahí pasa
la escalera espiral, que se abisma y se eleva hacia lo re-moto. En
el zaguán hay un espejo, que fielmente duplica las apariencias.
Los hombres suelen inferir de ese espejo que la biblioteca no es
infinita; si lo fuera realmente ¿a qué esa duplicación ilusoria?) (...)
he peregrinado en busca de un libro, acaso el catálogo de catálo-
gos; ahora que mis ojos casi no pueden descifrar lo que escribo,
me preparo a morir a unas pocas leguas del hexágono en que na-
cí. Muerto, no faltarán manos piadosas que me tiren por la baran-
da; mi sepultura será el aire insondable; mi cuerpo se hundirá lar-
gamente y se corromperá y disolverá en el viento engendrado por
la caída, que es infinita. Yo afirmo que la Biblioteca es intermina-
ble. Los idealistas arguyen que las salas hexagonales son una for-
ma necesaria del espacio absoluto»

Hermosa descripción
Apoteósica realmente

162
Por el detalle engañosamente realista (una fase surrealista, por su
pretendido detallismo de lo real, en una descripción de fantasía)

Por la soberanía de un estilo que se auto-reproduce en una serie de


olas, cada una obligatoriamente trayendo la otra

En constante exigencia de eurritmia formal y emocional

Por el lenguaje; por la majestad de su desarrollo sintético; por la


imaginación poderosa ¡por tantas cosas!

Pero este virtuosismo descriptivo es también una cripta que guarda


una de las varias ideas estéticas que Borges tiene del infinito

Tratar de decodificarla es un desafío de irresistible atracción

La impresión que proyecta la descripción borgeana, hay bloques


hexagonales de infinitos recintos (pisos) motiva esta indagación

Afirmo que si bien el número de recintos en los bloques sería ideal-


mente infinito, el total de bloques hexagonales solo sumaría dos

En cada ámbito hexagonal sólo cuatro muros hospedan anaqueles, lo


que significa que dos muros del hexágono no están cubiertos

Sólo una de las caras libres conecta al angosto zaguán, el que


desemboca en otro recinto;, ése no es un muro, es un pasadizo

Ese pasadizo eslabona los dos recintos: A y B

163
Llamaré “pisos” a los recintos: el A y el B, los que está interconecta-
dos por un zaguán;

Al salir del recinto Ai de cualquier galería, se tomará el zaguán que


co-necta con el recinto Bi correspondiente

(Como los hexágonos tienen varios pisos, cada subíndice “i” sirve para
identificar el piso en el que nos encontramos

Si nos referimos al piso No. 8, del hexágono A, lo identificaremos como


el piso A8, que estará conectado al piso B8 por el zaguán respectivo

Esta conexión se haría siempre en sentido horizontal)

Recordemos que hay dos muros libres; ya establecimos que uno de


ellos no es un muro, es un pasadizo que se reproduce en cada piso

En este punto es preciso preguntarse: ¿por qué Borges deja un muro


libre en cada piso, muro sin salida, que no se prolonga en zaguanes?

Intuyo que si el muro libre, el que no cumple con ninguna tarea, tu-
viera su respectivo zaguán acoplador, el número de bloques hexa-
gonales sí podría ser un intento formal de infinitud formal

La infinitud real, algo que Borges no persigue, incluiría no sólo la


existencia de infinitos objetos; también de la transformación de c/u

Las transformaciones internas de los objetos en el mundo real son


continuas y están en plena acción de movimiento continuo

Lo sería, por que cada recinto de cada bloque estaría conectado por
un zaguán a un recinto a la derecha y otro, a su izquierda
164
Pero, en este caso, Borges no parece referirse a ese infinito

Así, pretenderían formar una cadena, tendiente al infinito, de blo-


ques hexagonales y el universo babeliano, sería un ferrocarril

Ese ferrocarril estaría conformado por vagones

Cada uno con un número infinito de pisos y conectado con sus homó-
logos de su izquierda y de su derecha, por los respectivos zaguanes

De esta manera, visualizamos el tren como una serie infinita de pisos,


uno sobre otro y una serie infinita de hileras a izquierda y derecha

Esta imagen tendría una variante

Si el zaguán del primer vagón conectara con el muro del último, el


convoy ferroviario formaría un círculo y el número de vagones sería
finito; pero la mano no viene así

Tal como lo pone Borges, si el segundo muro libre tuviera un zaguán


en cada caso, éste no acoplaría un recinto con otro

Más bien, abriría puertas al vacío

Borges deja un muro libre de anaqueles, de zaguanes y de finalida-


des como una incógnita cuya solución es tarea de variadas facetas

La que intuyo tiene una luz que alumbra en mi pared, proyectando


las sombras vivas de un cuadro inquietante:

El muro libre de anaqueles y sin salida a ningún zaguán conectador


en cada piso, es la clave de la idea de infinitud de J. L. B:
165
Esto es, la coexistencia ideal de lo finito con lo infinito

Con esta conclusión preliminar, cargo mi honda conceptual y lanzo


mi primera piedra deductiva:

La idea de infinitud de Borges es estática y emerge de la matemática

Estaría dada por el número supuestamente infinito de pisos que ten-


dría cada bloque hexagonal hacia “arriba” y hacia “abajo”

Pero no al costado
Tal como lo atestigua su testimonio adelantado:

…mi cuerpo se hundirá largamente y se corromperá y disolverá


en el viento engendrado por la caída, que es infinita

Ahora bien; esa supuesta infinitud del número de pisos coexistiría


con la presencia finita de sólo dos prismas hexagonales

Los que encerrarían el espacio, para el número supuestamente infini-


to de pisos (infinitos hacia “arriba” y hacia “abajo”)

Esta coexistencia de infinitud-finitud es congruente con la idea de


infinitud que nos ofrece el número de puntos existentes en una recta

A pesar de que el segmento de recta es limitado, el número de pun-


tos ideales que la conforman, sería infinito

Como sería infinito el número de pisos que existen en sólo dos he-
xágonos de las galerías de la Biblioteca

*
166
Pero esta concepción de la unidad infinito-finito sería ideal, unidad
existente sólo en el mundo de la idea y no de la realidad objetiva

Sería así, porque tomaría en cuenta a cada piso como un punto ideal
idéntico a sí mismo en todo momento, tal como un punto ideal

Más aún; los concebiría como puntos inmateriales estáticos, a la ma-


nera de los prototipos de Platón

Puntos sin cambios cualitativos, cambios que en la vida real, son los
generadores de continuas transformaciones son también

Son los que otorgan a lo finito la condición dialéctica de infinitud

Claro está que en este orden de cosas no podríamos pedir a Borges-


idealista, la justificación de una concepción materialista

Al fin y al cabo él nunca ha presumido de dialéctico y más bien ha


resaltado sus preferencias por las concepciones idealistas

También, subjetivas de la filosofía, como lo muestra toda su obra, en


la que priman, como favoritos, filósofos del idealismo más genuino:

Parménides, Plotino, Berkeley, Schopenhauer Nietzsche….

Con este bagaje de gran aventura estaríamos listos para delinear el


primer plano de la arquitectura de la Biblioteca de Babel

Pero esta deducción tiene un pero: da por cierto algo que es falso:
supone, con Borges, que el número de los pisos es infinito, sin serlo

167
Esta afirmación quedará plasmada en nuestro mundo especulativo
con la misma convicción con la que Descartes pensaba que pensaba

El desmoronamiento de la idea de infinitud se inicia nada menos que


con otra sentencia borgeana

El número de símbolos ortográficos utilizados en la redacción de


los libros que ocupan la Biblioteca es veinticinco (coma, punto,
espacio y veintidós letras del alfabeto)

La reducción de las letras de nuestro abecedario real parecería im-


plicar que Borges sólo se habría fijado en los fonemas

No en los grafemas

Ahora bien, según Borges, las permutaciones de los veintidós signos


permitirán expresar todo lo que se dijo se dice y se dirá

Borges dice que se expresará todo lo conocido, lo acontecido y lo


que tendrá que conocerse está incluido en los anaqueles

Todo esto por obra y gracia de las permutaciones de 22 símbolos

Deduzco, que el número aproximado de palabras de veintidós letras


sería el factorial de 22; es decir, el producto de 22 x 21 x 10 x.......x 3
x2x1

Este enunciado es abreviado por los matemáticos con el símbolo 22!


y cuyo resultado sería muy grande

168
La pregunta queda pendiente: ¿bastaría este número de palabras pa-
ra expresar todo lo que es, ha sido y será, como lo afirma Borges?

Mi respuesta es No; puesto que las permutaciones seleccionarían só-


lo las palabras compuestas por 22 letras, lo que no ayudaría mucho

Para que las permutaciones expresen todo lo acontecido, todo lo que


se conocerá y acontecerá, es preciso complementar el método

Mi propuesta sería la siguiente: incluir las letras, los puntos, las co-
mas y los espacios; así tendríamos 25 elementos originales

Luego procederíamos a calcular el número de permutaciones de las


22 letras y los 3 símbolos

(“Factorial de 25”, en el lenguaje matemático)

Esto nos daría el total posible de palabras de 25 elementos que po-


drían formarse cuando se permutan 25 elementos

Después estimaríamos las ordenaciones de 25 elementos tomados de


24 en 24 (“Variaciones”, para los matemáticos)

Con ello obtendríamos el número posible de palabras de 24 elemen-


tos cuando el total de letras es de 25

Luego estimaríamos las ordenaciones de 25 elementos tomados de


23 en 23 para llegar al posible total de palabras de 23 elementos

Así, calcularíamos las ordenaciones de 25 letras tomadas de 25 en


22; de 25 en 21; de 25 en 20; de 25 en 19, ...., de 25 en 1

169
Al final tendríamos el conjunto de palabras posibles conformadas de
25, 24, 23 ….1

El conjunto de palabras divididas en las siguientes series:

el subconjunto posible de palabras de 25 letras primero


el subconjunto posible de palabras de 24 letras luego

el subconjunto posible de palabras de 23 letras después


.......hasta el subconjunto posible de palabras de una letra

Una vez que hayamos conseguido todos estos resultados tendremos


25 arreglos de palabras de Ni letras cada uno

No nos olvidemos que estamos tomando en cuenta los espacios, el


punto y la coma; las palabras estarán debidamente separadas

Inmediatamente nos daremos cuenta que la existencia de cada arre-


glo de palabras de Ni letras por separado no nos serviría de mucho

Por eso lo procederíamos a multiplicar cada uno de dichos arreglos


con todos y cada uno de los restantes veintiuno

Con esto tendríamos un arsenal cuya combinación total permitiría en


principio llegar a estructurar la Biblioteca

A esto será preciso restarle las ordenaciones por repetición de le-


tras; por ejemplo, aaaaaa... bbbbbb… zzzzzzzzzzzzz

La ventaja de este procedimiento estaría en que reduciría significati-


vamente el número de palabras sin sentido

170
Las que estarían incluidas en las permutaciones originales de Borges

Pero los dos procedimientos tendrían algo en común: por una parte,
ambos demostrarían que la Biblioteca no podría ser infinita

En efecto, al ser el número de símbolos finito, el número de permu-


taciones y variaciones matemáticas sería muy grande, pero finito

La Biblioteca de Babel sería forzosamente finita

La única manera de entrever una biblioteca infinita sería con un nú-


mero infinito de símbolos literarios, algo que nadie pretende hacer

En síntesis: la Biblioteca de Babel, tal como la vislumbra Borges, no


es infinita y no puede decir “todo de todo”

Ahora podemos prefigurar una arquitectura de la Biblioteca:

Dos inmensos edificios, A y B estructurados por un número finito de


pisos hexagonales. Los edificios estarían unidos entre sí por tantas
pasarelas rectas (zaguanes) como pisos hubiera y cada uno tendría
su espacio central, abierto pero finito («pozos de ventilación») alre-
dedor de cada uno de los cuales bordearían las respectivas escale-
ras que llevarían de un piso a otro. Estos pozos de ventilación se pro-
longarían de arriba hacia abajo y permitirían ver desde cualquier
piso cualquier otro, inclusive del mismo edificio; también estarían
limitados en ambos extremos por el vacío cósmico. Cada piso de ca-
da edificio estaría conformado por seis muros («hexagonales»), de
los cuales cuatro cobijarían anaqueles de libros y dos quedarían li-
bres. De estos dos, uno conectaría al zaguán, «la pasarela», que lo
171
acoplaría con su piso homólogo del otro edificio y uno quedaría libre
de anaqueles y de tareas de conexión

Así, el cuerpo de Borges, al que manos piadosas arrojarían por la ba-


randa de los pozos de ventilación, sería disuelto no en la infinitud

Lo sería en la gran extensión aunque finita, de la biblioteca o en el


vacío al que desemboca el pozo de por el que sería arrojado

La primera tarea parecería estar completa

**

Establecido el hecho de que la Biblioteca no es infinita ni tiene la ca-


pacidad de decirlo “todo” nos corresponde analizar otra afirmación

Esa afirmación tiene que ver con la misma Biblioteca

No hay en la vasta biblioteca dos libros idénticos (...) la biblioteca


es total y sus anaqueles registran todas las posibles combinacio-
nes de los veinticinco símbolos ortográficos (...) o sea todo lo que
es dable expresar en todos los idiomas

Ya vimos que la Biblioteca Borgeana no puede expresarlo “todo”;


con menos razón podrá hacerlo en todos los idiomas

Nuestro abecedario deriva del romano, el que a su vez parece que


proviene del griego; ahora bien, tomemos, v.g. el chino y el japonés

Varios idiomas expresan la idea por medio de caracteres que nada


tienen en común con los que conforman el abecedario occidental

172
Nuestras 22 letras y tres símbolos nunca podrán reemplazar los ca-
racteres extraños… aunque nuestra propuesta sí

Esto fue hecho por Mario Blacutt Jr. Quien acababa de obtener el di-
ploma de bachillerato

Con gran percepción tomó en cuenta lo que nosotros habíamos


desechado: las letras repetidas una infinidad de veces

Por ejemplo, la repetición AAA correspondería a un símbolo chino,


mientras que la AAAA representaría otro símbolo chino

La repetición BB correspondería a un signo árabe y la BBBB a otro


La combinación aa, a otra palabra y la bb también tendría la suya

Así, las repeticiones de las 22 letras en grupos de diferentes tama-


ños servirían para reemplazar las letras de esos idiomal

A esto añado de mi cosecha, las combinaciones de palabras que no


tendrían sentido en nuestro idioma; v.g: apr, mkrei; fjmxa…

Cada combinación que no tiene significado en nuestro idioma repre-


sentaría una palabra o símbolo de cualquier otra

De manera tal que contaríamos con un nuevo arsenal

Las repeticiones de letras, que Blacutt Jr. introduce y las palabras sin
significado harían que Borges se acercara más a su meta

Aunque no le permitirían expresar todo en todos los idiomas


Pero el humor borgeano se hace cada vez menos sutil:

173
a medida que tomamos este asunto más y más en serio Borges pare-
ce tomarlo más y más a la chacota

Un ejemplo; después de lo referente a todos los idiomas, dice:

La Biblioteca incluye todas las estructuras verbales, todas las varia-


ciones que permiten los veinticinco signos ortográficos

Con lo que nos dice que sabe que sólo hay 25 elementos y que por lo
tanto la pretensión inicial de infinitud es sólo un dardo juguetón

Antes de ingresar en la recta final de este ensayo debo atender a dos


asuntitos que reclaman insistentemente nuestra atención

El primero nos obliga a detenernos algunos minutos sobre el uso del


hexágono en la estructura de la Biblioteca

¿Los usó porque le brindaba la mejor manera de ubicar los anaque-


les? ¿Tal vez por su estética?

¿Es una simple coincidencia?


¿O quizá el transmisor de otra broma... o de otro enigma?

Cualquiera que haya sido su intención, no podemos correr el riesgo


de dejar este ángulo de La Biblioteca a merced de los estantes

Recordemos que el hexagrama está compuesto por la superposición


de dos triángulos equiláteros

Uno con el vértice hacia arriba y el otro con el suyo hacia abajo
174
Ese símbolo ha sido considerado tradicionalmente como símbolo de
la interpenetración del mundo visible y del invisible

En el hinduismo, es el símbolo de la unión entre el linga y el yoni

El primero Símbolo de la fuerza creadora divina y masculina, el eje


del mundo (los hindúes nunca han sido un modelo de feminismo)

El segundo, símbolo del seno materno y de la fuerza alumbradora

El linga, representado por el triángulo con el vértice hacia arriba y el


yoni, como soporte del primero, con el vértice hacia abajo

Si unimos los vértices de esta superposición, que son los vértices del
hexagrama, por medio de rectas, tendremos un hexágono regular

O también una rutilante Estrella de David

Este sería el modelo escogido por Borges como elemento constituti-


vo fundamental de su universo infinito

¿Enigma o broma borgiana?


*

Y ahora, a la gran finale; los comentarios que hace J.L de la Biblioteca


convocan otra vez a la humillación

Después de anular la teoría de quienes juzgan que la Biblioteca sería


limitada, recapacita a los que la consideran sin límites, puesto que

olvidan que los tiene el número posible de libros

175
Con esta afirmación se adelanta a todo este trabajo, concebido para
tratar de demostrar que, en efecto, la Biblioteca no es infinita

La utilización de los signos equivocados de indicio, artefacto retórico


infame en la mayoría de los casos, se hace socarrona en el de Borges

Por medio de ellos nos lleva primero a la falsa impresión de que de-
fiende la tesis de la infinitud de la Biblioteca

Después que no, que el número de libros tiene un límite

*
Pero nosotros no seríamos quienes somos si no supiéramos con
quien nos estamos metiendo

O si abandonáramos el camino sólo por temor a las piedritas jugue-


tonas con que trata de mostrarnos su euforia

Por eso seguimos para afirmar que lo que nos llama la atención, no
es el hecho de que el número de libros sea limitado después de todo

Nos llama la atención la coexistencia con la ilimitación de los corre-


dores, escaleras y hexágonos; de inmediato nos preguntamos:

Si el número de libros es limitado, y es el número de libros el que


establece el tamaño de la infraestructura bibliotecaria, entonces:

¿Cómo es posible prefigurar un número ilimitado de corredores, tal


como él sostiene en principio, para un número limitado de libros?

¿Por qué razón sería necesario hacer finito el uno e infinito el otro?
176
Este es otro de los acertijos que Borges nos deja en “La Biblioteca”
Seguramente habrá muchas interpretaciones sobre el particular

En cuanto a mí, creo que el juego de Borges consiste en este caso en


anteponer dos clases complementarias del concepto de infinito:

La primera, que podría ser expresada por una serie de n elementos a


los que siempre sería posible aumentar uno y hacer n + 1

Este concepto sería el aplicado a los corredores, escaleras y hexá-


gonos; la otra versión se referiría “infinito” como “indefinido”

En este sentido, sería indefinido por ejemplo, el número de átomos


que contiene un adobe debido a la imposibilidad de contarlos

Bajo tomaríamos el número de libros, el que siendo muy grande, no


podría sin embargo, ser objeto de sistemas inventariales

Podría pensarse en la coexistencia del número infinito de corredores


y escaleras con el número indefinido de libros

Esa especie de concubinato conceptual sería pensable, si es que no


fuera posible saber cuántos libros habría realmente

Las ideas de infinitud y de finitud tendría vida propia en una mezcla


dada por la indeterminación de ambos

*
Pero algo queda: la idea borgeana de un infinito cuantitativo
Tal el número inacabable de los corredores

177
Esta idea cuantitativa del infinito no toma en cuenta la diversidad ili-
mitada de las conexiones reales en el mundo objetivo de la materia

Proyecta solamente el tamaño, digamos la representación mental de


un riel de ferrocarril hasta distancias infinitas

Con ello llega al concepto de infinitud puramente ideal

Es de esa concepción de infinitud que han surgido incongruencias


como la siguiente: la mitad de un riel infinito ¿será finita o infinita?

Así se desvirtuaría la noción fundamental de infinitud que incluye el


estado perpetuo de transformación de la materia

Participo de la visión de lo finito del modo siguiente

Toda porción de materia limitada en el tiempo-espacio, es también


inagotable en su perpetua transformación interna

Al igual que los materialistas, concibo lo finito como continente de lo


infinito; lo infinito como lo finito en perpetua transformación

Ambos, como una categorías filosóficas conformadas por una diver-


sidad y cantidad inagotables de objetos finitos

Sobre este particular, me gustaría transcribir un párrafo de un cuen-


to que escribí hace años en el que se toca el tema

Por supuesto que el tópico fue inspirado por algunas de las varias
inquisiciones que Borges hace sobre el tiempo

He tratado de darle a la forma inclusive un leve matiz borgeano


178
La coexistencia de conceptos tan opuestos uno del otro, como son
los referidos a lo finito y a lo infinito, tiene también su lugar

en el mundo matemático

Veamos; si definimos lo finito como algo que tiene límite, entonces


un círculo trazado en un papel es finito con relación a la página

puesto que se halla limitado por ésta

También es cierto que el número de puntos ideales que lo confor-


man es infinito, tal como lo puso Zenón, al hablar de la distancia

Esta contradicción quizá nos permita actualizar nuestro concepto de


“Infinito”: no tiene principio ni fin, como los puntos del círculo

Pero puede estar limitado por algo y en realidad siempre lo está

El asunto se complica si algún cerebro inquisidor determina que hay


un infinito como número y que también lo hay como tamaño

En ese caso, no se podría comparar el “infinito” correspondiente al


número de puntos del círculo, con el “tamaño infinito del universo”

Concedido

Pero concedamos también que el universo, si es infinito en exten-


sión, también lo será por el número de átomos que lo componen

En este tren de reflexión, recordamos que no es posible hablar de


un número infinito que sea mayor o menor que otro número infinito

179
Por lo tanto, será preciso aceptar que no hay diferencia entre el infi-
nito en extensión y el infinito en número

En tanto, cada número sea un símbolo de algo que existe

Esta contradicción se debe a que la extensión y el número son con-


ceptos relativos, en tanto que el infinito es un concepto absoluto

Por ello, si bien puede coexistir con la extensión y el número puede


también prescindir de ellos

Tal el intento de mostrar a un Borges en plena acción, al tratar de ha-


cer uno solo el concepto de dos infinitos:

El infinito espacial de su universo y el infinito cuantitativo del número


de átomos de un círculo, trazado con lápiz, en una hoja de papel

El resultado forzoso vendría después de unir idealmente las catego-


rías de lo absoluto y lo relativo a la aseveración de que

“el infinito puede coexistir con la extensión y el número pero


también puede prescindir de ellos”

Esta es otra expresión de su idealismo: concebir un infinito ideal,


que prescinda de los objetos materiales

En este punto hay una inserción eléctrica que recorre las vértebras:

¿Y si el Infinito borgeano fuera el Infinito del Ser Total en su Voluntad


de Ser expresado por el azar?
*

180
De todo lo expuesto podemos aventurar una interpretación:

El universo de Borges es una entelequia mental producto de una se-


paración de la unidad tiempo-espacio

La pregunta es: ¿Por qué se obstinaría Borges en separar la unidad


tiempo-espacio? habría dos intentos de respuesta

La separación le permitiría desbrozar, preparar y fertilizar el terreno


para construir su mundo más querido y añorado:

El que se auto recicla en el Eterno Retorno

Por otra parte, la separación del tiempo y espacio le permitiría atri-


buir al primero la calidad de ser eterno e infinito

Atribución que, como vimos, niega decididamente al segundo

Podrá imaginarse un ser eterno, perfecto e increado en el tiempo;


creador a su vez de un espacio material imperfecto y finito

Ese es para mí el acertijo de la Biblioteca:


La frenética búsqueda de algún dios por un agnóstico

Los mundos creados por Borges podrán quizá flotar en el vacío


Sus ensayos no

Tal vez, Borges no se preocupe explícitamente de la discriminación


de los negros o la miseria de los indígenas; podría ser

Tomemos sus lucubraciones acerca de la perplejidad del ser hu-


mano ante un mundo todavía no conocido por la Intuición
181
Al hacerlo, identificamos, otra vez, al gran escritor de contenidos

Un escritor que usa de la literatura para expresar sus concepciones


filosóficas, tal como lo hace un Lucrecio, un Leucipo o un Sartre

Un escritor de gran capacidad creativa y no un escritor vacío como


afirmarían los grandes utilitaristas

Utilitaristas que verían a la literatura sólo como un instrumento de


denuncia explícita y confunden al poema, o al relato, con el panfleto

*****

La idea de la continua transformación de la materia; de que todo es


todo, de los constantes procesos de cambio siempre vigentes,

La representación de la infinitud y de la eternidad, es algo que me ha


fascinado en el campo de la cosmología y en el de la especulación

He tratado de plasmar este asombro en los siguientes versos, como


una declaración vívida de que la infinitud no es ningún fantasma

El poema tiene, por la propia textura del asunto, referentes objetivos


Ojala que los metatextuales así lo entiendan

Por otra parte está en mi credo literario que el Poema, con la Intui-
ción en plena libertad, es además de otras cosas que es

el medio expresivo natural de la filosofía

Crea, expresa, devela las relaciones del Ser de la Voluntad en su an-


sia de identificarse con La Voluntad de Ser
182
Tal como lo desarrollo en mi obra La Dialéctica de la Voluntad

En Tiempo de Orbe

Urbes urdientes urden


otras y otras urbes urdientes
en la Urbe espléndida del Orbe

La mirada, trémula cuando sola, se suma a los otros trémulos


en calmo desafío al gran macro

luego de fraguarse inmensa, para ser de lejos colmada


en el núcleo del núcleo nucleado

Es que el encargo del pensamiento es conocer el por qué


de dónde, desde cuándo, a dónde, cómo y para quién

Recóndito fotón de dos caras

El palpitar de una idea, cobijado en el pálpito de un alma


Lo inmenso bulle congruente, los lapsos fluyen en los espacios

La ubicuidad es antes, después y al mismo tiempo

Hoy ayer y mañana, en dionisíaca-serena danza


nunca circuyen la eterna fogata

El mundo no cabe donde cabe

Ser todo y ser parte es ser sin fronteras entre el punto y la raya
El trino de una lágrima sobre la carta nostálgica
183
El arpegio en la onda de agua son en el fondo del aura

trino de onda de agua, arpegio de lágrima, volcán, mesón, suspiro


en el total del mundo, flor, canto, rumbo y destino

Lo grande es desde aquí hasta allá, también sin espejo alucinante

Esto, ahora, aquello, después


no nacido ayer, no muerto mañana

Lo pequeño no es pequeño; es lo profundo dentro de profundos


que no son sepulcros

Un segundo partido en el millón de un millón


revolotea hacia adentro y alumbra en fulgor infinito

Lo desde siempre, lo hasta jamás

Caminante: hay caminos denso-brumo-límpidos


van de dónde en dónde, a cualquier parte

Caminante de las flores: un grano de polen nos lleva


por la estela del láser

Caminante de los lirios: hay un Orbe pleno de Orbes


en cada corola que se abre

184
ANEXO I

Me gustaría utilizar este tramo para citar a A. Fraenkel, quien fue el


primero en plantear la posibilidad de una Biblioteca de Babel

Imaginemos, dice, un sistema de mil signos que sean suficientes pa-


ra todas las consonantes y vocales en diferentes alfabetos

También para los numerales, signos de puntuación, espacios entre


expresiones y entre líneas, etc.

Los signos servirían como materia prima para escribir cualquier li-
bro; supongamos, sigue, que los libros contienen un millón de signos

Lo cual hace posible componer un libro cualquiera de menor exten-


sión dejando el resto a los espacios en blanco

Ahora consideremos el conjunto de todos los libros posibles

Todo libro de la colección manifiesta una distribución de los mil sig-


nos en un millón de lugares

Pero hay solamente un número finito de tales distribuciones:


exactamente mil elevado a la potencia de un millón

Por tanto, a pesar de que el conjunto de libros en cuestión contiene


únicamente una cantidad finita de libros

hay entre éstos todos los libros que se han escrito, se escriben, se
escribirán y podrían escribirse en el futuro

185
Incluyendo combinaciones de signos sin sentido, que serían mayoría
El conjunto de los libros seguirá empero, siendo finito

Fraenkel hace la cosa más difícil: no usa 22 sino 1,000 símbolos

Para empezar, observamos que el factorial de 1000 (1000!) es nada


menos que 1000 x 999 x 998 x 997 x................x 3 x 2 x 1

Que es cifra desesperadamente grande

Dado que mil símbolos expresarían “todo lo que puede expresarse


en todos los idiomas”, las palabras sin sentido se multiplicarían

Lo harían sin control alguno

Es que habría combinaciones entre signos chinos con los del hebreo
y estos juntos con los del árabe, los que se juntarían con los del...

Por ello, la interpretación de Borges hace más elegante la propuesta,


al reducir los signos a 25, incluyendo espacio, coma y punto

Por otra parte, la analiza desde la percepción filosófico-literaria, no


sólo desde la filosófica, de un modo realmente admirable

*
Queda lo principal:
“La Biblioteca de Babel” no es una salutación al vacío

Es una gran edificación dentro de la especulación filosófico-literaria


en el mejor de los sentidos: Borges nunca es vacío.
186
Como hacen los estadísticos con los resultados de sus estimaciones
creí necesario hacer un test de hipótesis a la obra borgeana

Quería saber si se lo podía catalogar como un escritor de agujeros

Cinco capítulos, dunas puestas al posible reordenamiento adecuador


nunca serán suficientes

Pero el recorrido de los senderos borgeanos nos mostraron cómo al


final, luego de bifurcarse, convergían en la consecuencia

No sé si me faltó tino, pero la convicción nunca permitió que me sin-


tiera discordante

Creo que al igual que el advenimiento de sayas y coronas, la inter-


pretación de un contenido literario es también histórica

No he nacido para juzgar; más bien fui nacido para defender y enca-
bezar el ejército de los abandonados

Como lo hace cualquier descendiente directo de los Espartacos

Aquéllos que en el mundo han sido y que espera ser astilla de espejo
para los que serán en el futuro, que se viene en avalancha

No comparto la opinión de que Borges habría sido un escritor vacío


Por el contrario, afirmo que Borges es pleno

187
Que su literatura no es de barricada, cierto, pero su preocupación
por el destino del Ser libra batallas en terrenos que desintegran la
fortaleza de los mortales

Borges es ante todo un escritor y como tal, un creador de sus mun-


dos de ficción; creó a los Inmortales

Lo hizo con la misma omnipotencia con que “la naturaleza ha creado


los árboles”; Borges no difunde; Borges escribe

Borges es el ruiseñor que encontró en la cantera filosófica la sonori-


dad para su canto; y, como el ruiseñor

El escritor cantó en sus páginas porque su misión fue la de cantar

Cantó con voz hermosa, las más increíbles de las baladas sobre el
ser del Ser; su canto fue siempre pleno, nunca vacuo

García Marquez dijo que Borges era vacío; el Premio Nobel no tenía
razón; pero sí debo afirmar que tenía el derecho de decirlo

La autoridad de García Márquez no puede ser cuestionada

En este gran Macondo nuestro, adoptemos para los nuestros la acti-


tud del Alcalde Guareschiano con relación al cura del pueblo

Borges es nuestro
que nadie lo toque
excepto nosotros

La obra de Borges trasciende los cementerios; algún día los hombres


serán testigos y actores del gran abrazo planetario
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Las banderas flamearán como símbolos de un pasado de tormentas
No estarán agobiadas por el peso de los pasaportes

En ese torneo de lanzas romas, los portadores de cada bandera


tendrán que dar cuenta de lo que hicieron con la parcela planetaria

que la historia y sus mártires les habían legado como Nación

Cada uno de ellos deberá dar un informe de la contribución que su


Nación habrá hecho a la cultura, a la ciencia y a la justicia del mundo

Cuando sea el turno de Latinoamérica, mostrará a seres que fueron


los hombres adelantados; entre ellos, estará Borges

Será un día en el que los hombres habrán olvidado las terribles épo-
cas cuando era necesario matar por los restos del mamut

La arbitrariedad de la Ideología y de la Religión habrán pasado a la


prehistoria del Ser

Las estudiarán con la misma curiosidad con que ahora estudiamos las
reacciones de los jabalíes en celo y de las hienas en la gruta abismal

El ser humano será el Ser


El que sabrá intuir que es por la Voluntad de Ser

Entonces advendrá la era de los que cantarán sin intención precon-


cebida; de los que trinarán el misterio que tienen los misterios

Advendrá la era de todos los que ahora somos gente extraña


en un mundo rígidamente extraño para nosotros

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Era en la que ya no seremos extraños

Ya no habrá la ética del Castigo y de la Recompensa, ni el amor por


Mandamiento

El Cariño Innato será el único consejero y la Buena Voluntad, la única


actitud; ¿En qué ciclo de su Eterno Retorno se encontrará Borges?

En el único: el que se recicla perpetuamente en el corazón del Ser

¿Seguirá puliendo la palabra para hacerla una de las más elegantes


de cuántas han existido en el mundo?

Sin duda alguna

No estaremos allí ni entonces para verlo


Pero estamos aquí y ahora para anticiparlo

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