- Según los ensayos realizados con las pruebas 1,2,3 se obtuvo un porcentaje de compactación promedio %C= 34,76
Recomendaciones:
- Se debe tener sumo cuidado con el control de la humedad en la muestra que
será analizada, ya que al momento de colocar el contenido de agua para alcanzar la humedad optima del material, se debe presentar de manera homogénea la misma dentro de toda la muestra, es decir bien distribuida de manera uniforme.
- Se tiene un suelo A6(AASHTO) o loess limoso(FAA) el cual es un suelo plástico,
por lo que se recomienda usar un Rodillo pata de cabra de preferencia para compactar por capas ya que se adaptan mejor para compactar los suelos cohesivos según lo indicado en la Tabla R1 de los anexos. Bibliografía: 1. Lambe, T. W. Soil Testing for Engineers, 1951, capítulo V. Biblioteca IDIEM.
2. Bowles Joseph E. Manual de Laboratorio de Suelos en Ingeniería Civil. Biblioteca
IDIEM.
Anexos:
TABLA R1
SELECCIÓN DEL TIPO DE MÁQUINA EN FUNCIÓN DEL TIPO DE SUELO
SEGÚN LA CLASIFICACIÓN AASHTO
Fuente: Dujisin Dujisin y Rutland Rutland(1974 )
Siendo la clasificación Por comportamiento del Equipo : 1 Excelente 2 Bueno 3 Regular 4 Deficiente 5 Inadecuado
5.COMPACTACION DE SUELOS ARENOSOS O LIMOSOS CON COHESION MODERADA.-
A medida que aumenta la cohesión, disminuye rápidamente la eficacia de las vibraciones como medio de compactación, pues por pequeña que sea la adherencia entre partículas, esta interfiere con su tendencia a desplazarse a posiciones mas estables. Además, la baja permeabilidad de estos suelos trace inefectiva la inundación con agua. En cambio, la compactación por capes utilizando rodillos ha dado muy buenos resultados. Hay dos tipos de rodillos en uso general: neumáticos y patas de cabra. Los RODILLOS NEUMATICOS, se adaptan mejor para compactar los suelos arenosos ligeramente cohesivos, los suelos compuestos cuyas partículas se extienden desde el tamaño de las graves a la del limo v los suelos limosos no plásticos. Los RODILLOS PATA DE CABRA, tienen su máxima eficacia con los suelos plásticos. Los Rodillos Neumáticos consisten usualmente en una chata soportada por una única fila de 4 ruedas equipadas con neumáticos inflados a presiones que oscilan entre 50 v 125 libras por pulgada cuadrada (3,5 a 9 kg/cm2). Las ruedas están montadas en tal forma que el peso que se trasmite desde la chata y se distribuye uniformemente entre las mismas, aun cuando la superficie del terreno no este nivelada. Los terraplenes pare edificios se compactan normalmente en capes que tienen un espesor terminado que varía entre 15 y 30 cm con rodillos de 25 t y presiones de inflado de las cubiertas comparativamente bajas. Para terraplenes de otro tipo y para presas de embalse es practico usual utilizar rodillos de 50 t con presiones de inflado de las cubiertas mucho mas altas y capes de espesor compactado que varía entre 15 y 30 cm, aun cuando a veces se utilizan rodillos de 100 t variando en este cave el espesor de la capa compactada entre 30 y 45 cm. Se requieren usualmente de 4 a 6 pasadas para alcanzar la compactación requerida. En obras grandes donde se presentan materiales inusuales, el numero de pasadas debe determinarse por medio de ensayos de compactación en el terreno al iniciar los trabajos. La superficie cilíndrica de los Rodillos Patas de Cabra viene provista de salientes prismáticos, o partes, con una frecuencia d e 1 por cada 700 cm 2 de superficie cilíndrica del rodillo. Los rodillos que se usan comúnmente en la construcción de presas de sierra tienen un diámetro de 1,50 y una longitud de aproximadamente 2 m. Cargados pesan alrededor. de 15 t. Las salientes tienen una longitud mínima de 23 cm y una superficie que varia entre 30 y 100 cm2. Según el tamaño del pie, la presión de contacto varía entre aproximadamente 20 y 40 kg/cm24. En terraplenes de caminos se utilizan rodillos algo menores y menos pesados. Con el equipo ordinario, el espesor de las capes después de compactadas no debe exceder de unos 15 cm. El numero requerido de pasadas debe ser determinado en el terreno por medio de ensayos realizados con pequeños terraplenes experimentales. Se obtiene generalmente la compactación satisfactoria después de 6 pasadas de rodillo (Turnbull y Shockley, 1958). Cualquiera sea el tipo de equipo de compactación disponible y el grado de cohesión del suelo, la eficacia del procedimiento de compactaci6n depende en gran medida del contenido de humedad del suelo. Esto es especialmente verdad pare los suelos finos y uniformes de muy baja plasticidad pues, a menos que su contenido de humedad sea casi exactamente igual al 6ptimo, no pueden compactarse de ninguna manera. Si se construye un terraplén de ensayo con suelo de propiedades uniformes bajo condiciones de un cuidadoso control en el terreno, y si el espesor de las capes, el tipo de compactaci6n y el numero de pasadas se mantienen todas constantes, se descubre que la efectividad de la compactaci6n depende solo del contenido de humedad del suelo de la cape durante la compactación. La efectividad de la compactaci6n se mide por el peso de los sólidos por unidad de volumen, es decir, por lo que se conoce como densidad seca. La forma de la pata y la superficie de apoyo mas adecuadas dependen del tipo de suelo. Hay una tendencia hacia el uso de patas tronco piramidales que evitan el arado del suelo a su paso. La superficie de apoyo mas efectiva es en cierta medida función de la plasticidad y constituci6n granulométrica del suelo. En suelos uniformes finos, cuanto mas limoso v menos plástico el suelo, mayor es la superficie de 1l pata a usar, dentro de los limites señalados en el texto. Se están usando también con buen resultado Rodillos Pata de Cabra Vibrantes y Rodillos Libres Vibrantes, similares a los utilizados pare compactar arena. Con rodillos libes de un peso de unas 8 t/m de longitud y una frecuencia de unas 1200 vibraciones por minuto en 6 a 8 pasadas se compactan capes de hasta 30 y 40 centímetros de espesor. En estos caves, tanto pare los rodillos pata de cabra como pare los libes, la acción principal de las vibraciones es la de aumentar el efecto gravitacional del peso del rodillo. (Lambe, T. W. Soil Testing for Engineers, 1951, capítulo V. Biblioteca IDIEM. )