La manera en que proyectamos ha cambiado de escala de tiempo y por tanto requerimos
la agilidad de la estrategia. Esto no se refiere, evidentemente, al paso del lápiz al ordenador, sino más bien al instrumental intelectual con que los arquitectos resuelven la reflexión arquitectónica, que más tarde se materializara en sus proyectos. Esta reflexión sobre el valor de la estrategia como sistema de conceptualización y acción en la arquitectura posee herramientas proyectuales fruto de las lógicas estratégicas en la arquitectura contemporánea, en este sentido la mirada del arquitecto, al abordar un proyecto que busca la sostenibilidad, debe intentar abarcar de manera holística el conjunto de sistemas –naturales y artificiales, en el que se insertaría dicho proyecto, y entender las relaciones entre los elementos preexistentes, en sus diferentes enfoques, o miradas: desde el paisaje, desde el objeto arquitectónico, y desde el habitante. Siendo así que, el sentido de un proyecto de arquitectura es articular la realidad. Desarrollo En un proyecto que busca la sostenibilidad, se intenta abordar el conjunto de sistemas pudiendo ser estas naturales y artificiales en el que el proyecto se insertaría y entender las relaciones de los elementos que la componen, es así que se explicó tres posibles aproximaciones que un arquitecto puede hacer al afrontar un proyecto y su entorno. Las cuales son: DEL SISTEMA AL OBJETO ARQUITECTÓNICO (mirada de afuera hacia adentro). – En esta parte el paisaje informa a la arquitectura, es decir, el estudio del contexto antes de empezar el proceso de diseño. Es necesario entonces, que el proyecto se inicie con un análisis atento del paisaje y de las diversas tensiones y relaciones que existen dentro del mismo. Abarcando los sistemas naturales como: la geografía, el clima, los recursos, los ecosistemas, el paisaje. Y los sistemas artificiales como: el ambiente construido, ambiente social-cultural, ambiente económico-político y normativo. Intentar comprender aquello que sucede en el lugar a intervenir constituye la primera acción proyectual. DEL OBJETO ARQUITECTÓNICO EN UN SISTEMA MAYOR (mirada de adentro hacia afuera). - En esta parte la arquitectura responde al paisaje, siendo importante enfatizar que el paisaje en el mundo contemporáneo no se entiende más como un paisaje natural, es siempre un paisaje intervenido por el hombre, construido, interpretado. Conforma el conjunto de estrategias de intervención en relación al impacto que genera la arquitectura en el medio ambiente. Impacto que puede generar la arquitectura en su entorno inmediato en particular, y en el medio ambiente en general, siendo factible ordenar el proceso de diseño con ciertos criterios que minimicen este impacto negativo y, en lo posible, lo conviertan en positivo. DEL OBJETO ARQUITECTÓNICO COMO LUGAR HABITABLE (mirada del habitante, hacia adentro y hacia fuera). -Habitando la arquitectura y el paisaje. Aquí se encuentran el conjunto de estrategias de intervención en relación al impacto en el habitar. Siendo un lugar habitable –que no es lo mismo que un lugar simplemente habitado-, esta debe ofrecer a sus usuarios esa posibilidad de bienestar fisiológico, psicológico y social, y, por lo tanto, la sensación de confort que lo evidencia. Este título se focaliza en la capacidad de los espacios construidos –exteriores o interiores- de ofrecer ese bienestar, tanto físico como psicológico y social, que nos permite vivir saludablemente, tanto a los seres humanos como por extensión a todos los ecosistemas que conforman nuestro entorno. Las tres miradas o aproximaciones con las cuales se puede afrontar un proyecto, orientan el diseño y constituyen en su conjunto los pasos -concatenados e interrelacionados- a seguir. Estos pasos de reflexión, desde una posición ética del desarrollo sostenible, concluyen luego en el planteamiento de los criterios de sostenibilidad que debería considerar un proyecto arquitectónico, en sus diferentes relaciones y escalas, con el entorno natural y artificial, con los impactos en el medio ambiente, y con los beneficios en el habitar. El hecho de poder manejar simultáneamente estas diversas escalas y sentidos de aproximación, permite al proyecto al que guían, tener los criterios esenciales para una propuesta sostenible. Conclusión La degradación del medio ambiente y las condiciones de vida actuales ya se conocen. La toma de conciencia de esta situación por parte del arquitecto debe llevar a asumir su responsabilidad sobre el medio edificado, no sólo con respecto al impacto real que ocasiona su construcción en el territorio y el paisaje, sino también con respecto a los impactos durante su vida útil, y luego al fin de la misma. Es justamente durante la etapa del proyecto cuando se tienen las mejores oportunidades de abordar y anticipar los problemas del deterioro ambiental que pueden surgir a lo largo del ciclo de vida de un edificio. El conjunto de criterios que se expusieron, agrupados y relacionados entre sí con las lógicas particulares de las formas de aproximación al proyecto de arquitectura planteadas, conforman un sistema de ayuda al diseño y de evaluación de su condición de sostenibilidad. Ya que el modo de aproximación de un proyecto a la realidad define su naturaleza, y los modos de aproximación propuestos estructuran el conjunto de criterios, que servirán como herramienta de ayuda al diseño y a la vez como instrumento de evaluación. Referencias López, V. M. (2001). DESARROLLO SOSTENIBLE. Aproximación conceptual y operativa de los principios de Sostenibilidad al Sector de la Construcción. Barcelona.