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Norman (2003), define que la palabra sanidad deriva del latín sanitas, y significa “salud”.
Aplicada a la Industria Alimentaria, sanidad es “la creación y el mantenimiento de
condiciones higiénicas y saludables”.
La sanidad es considerada como una ciencia aplicada debido a su importancia para la
protección de la salud humana y su relación con los aspectos del medio ambiente que están
relacionados con la salud. Por tanto, esta ciencia aplicada también se relaciona con los
factores físicos, químicos y biológicos que constituyen el medio ambiente.
Según la Laura García (2007), las BPM son las condiciones operacionales mínimas desarrolladas
dentro de un establecimiento elaborador de alimentos, que permiten la obtención de alimentos
inocuos.
La gestión de calidad de una empresa está basada en primer lugar, en las Buenas Prácticas de
Manufactura (BPM) y en el Programa de Higiene y Saneamiento (PHS), que asimismo son el
punto de partida para la implementación de otros sistemas de aseguramiento de calidad, como el
sistema de Análisis de Riesgos y Control de Puntos Críticos (ARCPC ó HACCP) y las Normas de
la Serie ISO 9000, como modelos para el aseguramiento de la calidad.
Estos procesos, interrelacionados entre si, son los que aseguran tener bajo control la totalidad del
proceso productivo: ingreso de las materias primas, documentación, proceso de elaboración,
almacenamiento, transporte y distribución.
El Sistema ARCPC está basado en el análisis de los riesgos potenciales de la cadena de un
proceso industrial, localizarlos en el espacio y en el tiempo a lo largo de este proceso, determinar
los puntos de mayor riesgo o "puntos críticos" como decisivos para garantizar la seguridad del
producto y la aplicación de procedimientos eficaces de control y seguimiento de los mismos. En
cuanto a los alimentos, constituye un control eficaz sobre su producción, elaboración,
fraccionamiento y distribución, así como una seguridad sobre su calidad higiénico-sanitaria y su
salubridad.
En cuanto a las Normas ISO, constituyen modelos para el aseguramiento y gestión de la calidad,
que incluyen los requisitos contenidos en la serie ISO 9000/1/2/3/4. Son normas que incluyen una
serie de requisitos para implementar un Sistema de Calidad, no aplicables a un producto
específico sino a todo tipo de empresa, en la que cada una tendrá que ver cual de ellas se ajusta a
sus necesidades y cuales serán las adaptaciones que, en su caso, deban efectuarse
(<http://www.mundohelado.com/calidad/buenaspraticas.htm-> 2007).
Según López (1999), las Buenas Prácticas de Fabricación deben formar parte de la cultura de cada
una de las empresas y, por tanto, deben ser conocidas por los encargados de realizar las diferentes
tareas.
Será cada empresa la que defina y adopte las prácticas de fabricación que considere necesarias.
Las Buenas Prácticas de Fabricación (BPF) fueron creadas para ayudar a la industria alimentaria a
establecer las condiciones higiénicas mínimas para elaborar productos seguros. Entre estas BPF se
encuentran la higiene personal, prácticas de trabajo, limpieza y desinfección, control del agua,
control de cuerpos extraños, y diseño higiénico (ASQ Food, Drug and Cosmetic Divisón, 2003).
Las BPM se establecerán por el personal competente en la materia, será redactado por escrito y
contemplará los siguientes temas:
Personal
Dentro de este punto se tiene en cuenta lo siguiente:
Debe controlarse el estado de salud y la aparición de posibles enfermedades contagiosas entre los
manipuladores. Por esto, las personas que están en contacto con los alimentos deben someterse a
exámenes médicos, no solamente previamente al ingreso, sino periódicamente.
Cualquier persona que perciba síntomas de enfermedad tiene que comunicarlo inmediatamente a su
superior. Por otra parte, ninguna persona que sufra una herida puede manipular alimentos o
superficies en contacto con alimentos hasta su alta médica (Dirección de Promoción de la Calidad
Alimentaria, 2008).
Todo el personal que esté de servicio en la zona de manipulación debe mantener la higiene
personal, debe llevar ropa protectora, calzado adecuado y cubrecabeza. Todos deben ser lavables o
descartables. No debe trabajarse con anillos, colgantes, relojes y pulseras durante la manipulación
de materias primas y alimentos (Dirección de Promoción de la Calidad Alimentaria, 2008).
Todo manipulador de alimentos que trabaje en la zona de elaboración del producto debe llevar ropa
protectora de color blanco que cubra el cuerpo, llevar completamente cubierto el cabello, protector
nasobucal y tener calzado apropiado de uso exclusivo. Toda la vestimenta debe ser lavable, a
menos que sea desechable y debe mantener limpia y en buen estado de conservación.
Para las operaciones de limpieza y desinfección, los operarios portarán delantales y calzado
impermeables.
En las zonas que existan excesivo ruido, el trabajador debe contar con protección como orejeras
especiales (Reglamento sobre Vigilancia y Control Sanitario de Alimentos y Bebidas, aprobado por
Decreto Supremo Nº 007-98-S.A.).
Forsytha, (2002), menciona que los guantes de goma se han utilizado con intensión de disminuir la
difusión bacteriana. Cuando están nuevos y en buen estado son convenientes, pero con demasiada
frecuencia, están tan gastadas que su superficie se hace áspera, porosa y hasta se rompe; así son
más un peligro que una ayuda ya que pueden albergar un gran número de bacterias en sus
superficies dañadas. Al reutilizar los guantes se lavarán y desinfectarán regularmente tanto externa
como internamente y se desecharán cuando se deterioren. Cada vez son más populares los guantes
de un sólo uso que se desechan al terminar el trabajo.
Las normas higiénicas de la empresa deben presentarse en forma de folletos; a todos los empleados
nuevos se les proporcionará uno de dichos folletos y se les pedirá que firmen una declaración en la
que indiquen que han leído y entendido dichas normas y si fuera necesario deberá preparárseles
especialmente.
Para que el entrenamiento o preparación sea eficaz debe ser continuo por lo que se necesita acudir
regularmente a charlas, a grupos de estudio y a cursos de puesta al día. Los distintos aspectos de la
higiene se mostrarán en carteles colocados en lugares estratégicos y se cambiarán regularmente
para producir un mayor impacto visual.
Todo programa de entrenamiento debe exponerlo un “maestro” entusiasmo y experto en la materia,
capaz, además, de explicar los temas a un nivel que sea comprensible para la audiencia. Las charlas
deben pronunciarlas los oficiales de entrenamiento, oficiales sanitarios, higiénicos, microbiológicos
de la empresa, empleados de control de calidad, y cualquier persona responsable (Forsytha, 2002).
g. Supervisión
López (1999), señala que debido a la gran importancia que tiene el desarrollo de unas correctas
prácticas de manipulación higiénicas es necesario que se realice una supervisión estricta de su
cumplimiento; se realizarán comprobaciones periódicas por personal cualificado, introduciendo
medidas correctoras cuando se considere oportuno.
a.- Alrededores
Los alrededores de una planta que elabora alimentos se mantendrán en buenas condiciones que
protejan contra la contaminación de los mismos. Entre las actividades que se pueden aplicar para
mantener los alrededores limpios se incluyen pero no se limitan a:
Almacenamiento en forma adecuada del equipo en desuso, remover basuras y desperdicios,
recortar la grama, eliminar la hierba y todo aquello dentro de las inmediaciones del
edificio, que pueda constituir una atracción o refugio para los insectos y roedores.
Mantener patios y lugares de estacionamiento limpios para que estos no constituyan una
fuente de contaminación.
Mantenimiento adecuado de los drenajes de la planta para evitar contaminación e
infestación.
Operación en forma adecuada de los sistemas para el tratamiento de desperdicios.
b.- Ubicación
Los establecimientos deberán estar situados preferiblemente en zonas alejadas de cualquier tipo de
contaminación física, química o biológica, además de estar libre de olores desagradables y no
expuestas a inundaciones. Las vías de acceso y patios de maniobra deben encontrarse
pavimentados a fin de evitar la contaminación de los alimentos con el polvo
(<http://www.cadperu.com/virtual/file.php/1/moddata/data/> 2008).
Forsytha, (2002), indica que el lugar seleccionado para el emplazamiento de la fábrica debe ser
suficientemente grande para permitir futuras ampliaciones y será atractivo, con detalles naturales
como árboles que se respetarán dentro de lo posible; de hecho los espacios verdes representan el
lugar ideal en muchos aspectos. En ausencia de los mismos, las zonas del entorno deben
sembrarse de césped, si ello es posible, para minimizar los problemas de polvo, salvo en las zonas
que requieren suelos encementados o asfaltados; los estacionamientos de vehículos se situarán a
una distancia razonable del área de trabajo para evitar humos y ruidos.
Instalaciones físicas
Dentro de este punto se tiene en cuenta lo siguiente:
a.- Diseño
El diseño de una planta se indica a continuación:
Los edificios y estructuras de la planta serán de un tamaño, construcción y diseño que
faciliten su mantenimiento y las operaciones sanitarias para cumplir con el propósito de la
elaboración y manejo de los alimentos, así como del producto terminado, en forma
adecuada.
Los edificios e instalaciones deberán ser de tal manera que impidan que entren animales,
insectos, roedores y/o plagas u otros contaminantes del medio como humo, polvo, vapor u
otros.
Los ambientes del edificio deben incluir un área específica para vestidores, con muebles
adecuados para guardar implementos de uso personal y un área específica para ingerir
alimentos.
b.- Suelos
Forsytha, (2002), reporta que los pisos deben ser construidos con materiales impermeables,
duraderos, resistentes a choques y además resistentes al paso de vehículos y a la presión ejercida
por la maquinaria que soportan. Otras características esenciales son su resistencia a la grasa, a los
agentes de limpieza, incluidos el agua caliente y el vapor y al ataque bioquímico y microbiano; sus
uniones tendrán las mismas propiedades. Los pisos también deben estar libres de grietas, fisuras y
otras irregularidades. Las columnas que soportan el edificio y las soleras de la maquinaria también
deben unirse al suelo en media caña.
Otra propiedad de los suelos es que su superficie sea antideslizante y con este fin se añaden al
material de construcción aditivos como el carborundo. Los suelos deben ser fáciles de limpiar y
desinfectar y puesto que esto se realiza generalmente con soluciones acuosas, los suelos deben
tener una inclinación ligera (1:40 – 1:60) en sentido de las atarjeas; distancia entre las bocas de
drenaje no superaran los 5m. En condiciones ideales los líquidos de lavado deben pasar de las
zonas menos sucias y deben evitarse las balsas de agua ya que constituyen un riesgo sanitario y
microbiológico.
c.- Paredes
Norman (2003), recomienda que los cimientos y las paredes de una instalación en que se procesan
o traten diversamente alimentos deben ser impermeables a la humedad, fáciles de limpiar y estar
construidos de manera que se evite el ingreso de roedores.Si se opta por la construcción de paredes
con bloques de cemento, éste debe ser de alta densidad. Un material menos poroso reduce la
absorción de humedad y disminuye el crecimiento bacteriano. Un obturador eficaz puede sellar los
poros para mejorar las condiciones higiénicas.
De acuerdo a Forsytha (2002), Las superficies interiores de las paredes sean lisas y carentes de
grietas y rugosidades en las que pueden existir restos de alimentos. La degradación microbiana de
tales restos determina la producción de ácidos orgánicos, etc., que pueden atacar al material más
superficies sean resistentes a los agentes químicos y biológicos a la vez que impermeables a la
grasa y al agua.
Las paredes deben construirse con materiales duraderos y en ciertas ocasiones deben protegerse
adicionalmente contra ciertos impactos perjudiciales.
Todos los ángulos de paredes, esquinas y uniones de paredes con suelo serán, además de
impermeables, de forma redondeada para facilitar la limpieza.
El unir las paredes con el suelo dándole a la unión forma curva, hasta una altura de unos 15cm es
muy de recomendar (Ver figura Nº 03).
Entre los materiales modernos para paredes, cuyo uso está aumentando, figura el polipropileno y
diversas PVCs.
Fig. 1: Uniones de pared con el piso
d.- Techos
La construcción del techo debe hacerse con dobles T a la vista en forma de losas de cemento liso
con las juntas calafateadas. Si se utilizan estructuras de acero al aire sobre las áreas de proceso, se
incluirán en cemento, arena o material equivalente, para evitar cámaras altas, que acogen polvo o
suciedades diversas, o bien proporcionan alojamiento a roedores o insectos. No se emplearán
paneles metálicos, por que su elevado índice índice de conducción calórico puede provocar la
condensación de la humedad. Por añadidura, la dilatación y retracción del metal llega a romper la
integridad de los sellados de las juntas, con el resultado de convertirse éstas en nidos de insectos.
Tampoco se usará guata de fibra de vidrio, que sirve de excelencia acomodo a los roedores. Es
preferible un aislamiento con Styrofoam, espuma de vidrio y otros materiales de inclusión
(Norman, 2003).
Las ventanas de las paredes abiertas no son de recomendar, pero si se emplean deben estar dotadas
de tela metálica para evitar la entrada de pájaros e insectos. Las telas metálicas se inspeccionarán
periódicamente y se mantendrán en buen estado. Los cercos de las ventanas deben ser resistentes a
la corrosión y los umbrales o antepechos tendrán una inclinación de 45ºC (Ver figura Nº 04) para
evitar que en ellos se acumule polvo y suciedad (Forsytha, 2002).
Con respecto a las puertas Forsytha (2002), señala que todas las puertas deben estar bien sujetas a
la obra, disponiendo de mecanismos de cierre automático para evitar la entrada de roedores y otras
especies nocivas. La entrada de insectos también se dificulta con el empleo de tiras de plástico
solapadas que actúan al abrir las puertas; desgraciadamente se ensucian y rompen pronto por lo que
no son de recomendar; su alternativa más eficaz la constituyen las cortinas de aire. También deben
protegerse sus bastidores para lo que se recomienda su chapado con acero inoxidable. Pasillos y
porches podrán contar, si se cree oportuno, con puertas externas apareadas a otras internas con tela
metálica que impiden la penetración de insectos.
Fig. 2: Forma de acabo correcto de ventana
f.- Iluminación
Todo el establecimiento estará iluminado ya sea con luz natural y/o artificial, que posibiliten la
realización de las tareas y no comprometa la higiene de los alimentos; o con una mezcla de ambas
que garantice una intensidad mínima de:
540 lux ( = 50 candelas / pie2 ) en todos los puntos de inspección;
220 lux ( = 20 candelas / pie2 ) en locales de elaboración;
110 lux ( = 10 candelas / pie2 ) en otras áreas del establecimiento.
Las lámparas y todos los accesorios de luz artificial ubicados en las áreas de recibo de materia
prima, almacenamiento, preparación, y manejo de los alimentos, deben ser de tipo inocuo y estar
protegidas contra roturas. La iluminación no deberá alterar los colores. Las instalaciones eléctricas
deberán ser empotradas o exteriores y en este caso estar perfectamente recubiertas por tubos o
caños aislantes, no permitiéndose cables colgantes sobre las zonas de procesamiento de alimentos
(<http://www.cadperu.com/virtual/file.php/1/moddata/data/> 2008).
La iluminación artificial tiene muchas ventajas siempre que se eviten zonas de sombra y de
deslumbramiento y siempre que la intensidad de la luz sea la adecuada y se reporta tan
uniformemente como sea posible por toda la zona de trabajo; además las características de la luz
deben ajustarse de forma tal que puedan inspeccionarse eficazmente los colores y atributos de
calidad de los alimentos. Por ello se han popularizado algunas factorías sin ventanas, si bien es
preferible una combinación de luz natural y artificial (Forsytha, 2002).
g.- Ventilación
Forsytha (2002), cita que una ventilación adecuada es tan esencial para la higiene del procesado
como para el confort del personal. Una eficiente ventilación supera los problemas de condensación.
El vapor y la humedad de la atmósfera al condensarse en las superficies frías, como tuberías
metálicas, se traducen frecuentemente en un intenso crecimiento fúngico; otros efectos de una
ventilación inadecuada son superficies corroidas, descascarillado de la pintura y desintegración del
mortero. El vapor y la humedad del aire deben controlarse instalando maquinarias, fundas y
extractores en torno del equipo responsable que debe situarse agrupado, hasta donde ello sea
posible. Obviamente todo el equipo de ventilación, incluidos la conducción de entrada y los
extractores deben ser resistentes a la corrosión y estar dotados de persianas y telas metálicas que
eviten la entrada de contaminantes aéreos y también pájaros, insectos y roedores. También se
procurará que las telas metálicas sean fáciles de limpiar y por lo tanto que el flujo de aire no se
limite por obstrucciones.
Otro objeto de la ventilación es minimizar la producción de vapores y olores ofensivos. Ello es de
vital importancia por lo que se refiere al bienestar del personal, pero no debe olvidarse que ciertos
alimentos, por ejemplo, harinas y productos lácteos en polvo, contienen dispersa grasa que absorbe
rápidamente los olores.
Equipos y utensilios
Los equipos y utensilios deben ser de material lavable, liso, no poroso y fácil de limpiar y
desinfectar. No deben alterar el olor y sabor del alimento que contengan; se recomienda que sean
de acero inoxidable. Los materiales porosos no son aconsejables, ya que pueden constituir un foco
de contaminación (todo tipo de maderas) (PROMpyme, 2004).
Es necesario asegurar de que bajo las normas corrientes de uso todas las superficies en contacto
con los alimentos sean inertes, tanto frente a los alimentos como frente a los agentes de limpieza y
desinfectantes. Los componentes de las superficies serán inocuos, no migrarán, ni serán absorbidas
por los alimentos. Las superficies en contacto con los alimentos serán lisas, duras, continuas y
carentes de oquedades, fisuras y grietas.
El diseño de equipos de debe permitir un fácil desmantelamiento de las partes principales para la
limpieza. Las partes más grandes del equipo también se diseñarán de forma que faciliten su
limpieza, inspección y conservación.
Los soportes del equipo más pesado, montado en el suelo deben estar cogidos con obra o soldados
para evitar la presencia de suciedad y de “pestes” y la unión del soporte al suelo será en media
caña. Cuando se empleen patas o pivotes para sostener el equipo, estarán hechas de tubo de acero,
que debe estar cerrado por ambos extremos, y estarán cogidos al suelo con obras en media caña
para evitar escondrijos, o bien dispondrán de elementos de fijación de bola.
Las superficies externas que no contacten con los alimentos serán lisas, fáciles de limpiar y libres
de porciones salientes y de grietas en las que pueda acumularse suciedad.
Los sistemas de drenaje del equipo se diseñaran de manera que se eviten salpicaduras, sean
fácilmente limpiables y dispongan de una inclinación que permita mantener una descarga de
efluentes eficiente (Forsytha, 2002).
Mantenimiento preventivo
El mantenimiento preventivo implica la utilización de un calendario predeterminado para mantener
en buenas condiciones las instalaciones, equipo y utensilios de trabajo con el objetivo de evitar la
contaminación de los alimentos. Este requisito previo garantiza que las vigas, paredes, techos y
suelos son atendidos regularmente para eliminar fuentes de contaminación provenientes de pintura
descascarillada, aislantes, metales, plásticos o madera. Las lámparas colocadas encima de las zonas
de producción deben mantenerse adecuadamente para garantizar que tienen protección contra la
rotura de las bombillas. El equipo como cintas transportadoras, cojinetes, motores, protecciones,
taladros y bombas debe ser mantenido correctamente para evitar contaminaciones por fuga de
lubricantes, grapas o jirones de la cinta transportadora, juntas de goma y virutas metálicas del
rozamiento de metal contra metal.
El alma de cualquier programa de mantenimiento preventivo es un calendario y sistema de órdenes
de trabajo. El calendario es la herramienta empresarial que garantiza que se supervisa
rutinariamente el estado del equipo y estructuras antes de que sean una fuente de contaminación.
Las órdenes de trabajo se usan para comprobar el calendario y la realización de tanto el
mantenimiento preventivo, como de las reparaciones fuera de programación. Las órdenes de trabajo
deben tener un sistema de prioridades que establezca la prioridad de las reparaciones que afecten a
la seguridad del producto. Un buen programa de mantenimiento debe también contemplar la
limpieza de la zona afectada una vez realizada la reparación, ya sea realizada por personal propio o
terceros (ASQ Food, Drug and Cosmetic Divisón, 2003).
Instalaciones Sanitarias
Cada planta estará equipada con facilidades sanitarias adecuadas incluyendo, pero no limitado a lo
siguiente:
Un programa de seguridad del agua establece el proceso par gestionar la calidad y seguridad del
agua utilizada como ingrediente, la utilización en la elaboración, la utilizada en la limpieza, el hielo
y vapor utilizados en contacto con los alimentos y el agua de bebida para los empleados.
Debe mantenerse en archivo el certificado de potabilidad anual que verifica el cumplimiento de las
normas legales sobre el agua utilizada en le empresa. En el caso agua municipal, la documentación
es facilitada, habitualmente, por la empresa suministradora, bajo pedido. Cuando la empresa utiliza
agua de un río, pozo o lago se debe analizar rutinariamente el agua para certificar el cumplimiento
de los criterios de potabilidad. Además, las aguas no municipales deben analizar
microbiológicamente semanalmente para documentar la eficacia de los sistemas de tratamientos y
la ausencia de coniformes y bacterias patógenas y, algunos casos, protozoos. En el caso que el agua
sea un ingrediente principal, como es el caso de las bebidas, se desarrollarán especificaciones
complementarias que incluyan criterios como la dureza del agua, aromas y olores extraños, niveles
de cloro contenido en partículas.
Las empresas alimentarias deben tener un diseño que impida el retorno o sifonamiento de aguas
residuales, aguas de lavado u otras aguas no potables a las conducciones de agua potable (ASQ
Food, Drug and Cosmetic Divisón, 2003).
b.- Tubería
La tubería será de un tamaño y diseño adecuado e instalada y mantenida para que:
Lleve a través de la planta la cantidad de agua suficiente para todas las áreas que se
requieren.
Transportar adecuadamente las aguas negras o aguas servidas de la planta.
Evitar que las aguas negras o aguas servidas constituyan una fuente de contaminación para
los alimentos, agua, equipos, utensilios, o crear una condición insalubre.
Proveer un drenaje adecuado en los pisos de todas las áreas, donde están sujetos a
inundaciones por la limpieza o donde las operaciones normales liberen o descarguen agua,
u otros desperdicios líquidos.
Prevenir que no exista un retroflujo, o conexión cruzada entre el sistema de tubería que
descarga los desechos líquidos y el agua potable que se provee a los alimentos o durante la
elaboración de los mismos.
a.- Drenajes
El sistema de drenaje a utilizar varía con el tipo de alimento producido. Sin embargo, son
esenciales una limpieza y un mantenimiento fáciles de todos los sistemas de drenaje, por lo que
hasta donde sea posible, se evitará que los drenajes estén completamente cubiertos. En las zonas de
procesado de la carne, por ejemplo, se prefieren alcantarillas y canales abiertos. Poseerán paredes
lisas, verticales y una base en forma de media caña y con la debida inclinación para permitir que el
líquido circule con la suficiente velocidad. La profundidad será bastante para prevenir inundaciones
y facilitar al mismo tiempo la limpieza. Las rejillas de drenaje se situarán de preferencia adyacentes
a las paredes y no directamente contra ellas para evitar la inundación de la zona de unión de la
pared con el suelo y el acumulo de suciedad. Los drenajes dispondrán de rejillas para recoger las
materias sólidas y de sifones hidráulicos para prevenir el retroceso de olores; cuando sea necesario
se instalarán sistemas de recogida del material graso (Forsytha, 2002).
Higiene en la elaboración
Durante la elaboración de un alimento hay que tener en cuenta varios aspectos para lograr una
higiene correcta y un alimento de Calidad. A continuación detallaremos lo siguiente:
Se deberá controlar la potabilidad del agua determinando la concentración de cloro libre con una
frecuencia diaria y registrar los resultados en un formulario diseñado para tal fin, además evaluar
periódicamente la calidad del agua a través de análisis físico-químico y bacteriológico
(<http://www.cadperu.com/virtual/file.php/1/moddata/data/> 2008).
Larrañaga et al. (1999), recomiendan que para prevenir la calidad de los alimentos y protegerlos de
los daños que pudieran producirse durante su transporte, distribución y almacenamiento, se recurre
a diferentes sistemas de envasado que funcionan a tres niveles:
A nivel físico, protegidos de la luz, el polvo, la suciedad, daños mecánicos, etc.
A nivel químico, impidiendo el paso de gases al producto, como el oxígeno o el vapor de
agua, o establecido un sistema selectivo de intercambio de ciertos gases específicos con el
medio.
A nivel microbiológico, evitando que el alimento se contamine o quede invadido por
gérmenes del medio, o modificando la forma o la velocidad de alteración del producto o,
bien, la supervivencia y el crecimiento de gérmenes existentes en él.
De acuerdo a Forsytha (2002), Los locales de almacenamiento de los alimentos deben proporcionar
ambiente limpio, espacio adecuado para la inspección y limpieza, buena circulación de aire y la
temperatura y humedad requerida. Las necesidades de almacenamiento de diferentes categorías de
alimentos varían obviamente, pero todos ellos deben proteger frente al polvo, insectos, roedores y
otras plagas.
Forsytha (2002), señala que los laboratorios se emplearán principalmente para el control de calidad.
Ello supone una comprobación rutinaria microbiológica, bioquímica, química y física, de las
materias primas, de los alimentos en diferentes fases de procesado y de los productos terminados y
también la comprobación de la eficacia de la desinfección.
Control de plagas
Dentro de este punto se tiene en cuenta lo siguiente:
b.1. Ratas
Se identificara la presencia de esta plaga de la siguiente manera:
Ratas vivas. Si se observan de día, ello es indicador probable de que son numerosas y
han sido forzadas a salir por escasez del alimento.
Agujeros. Las ratas pardas sólo anidan en madrigueras usualmente localizadas en la tierra a
lo largo de los cimientos. Para conocer si las madrigueras son recientes, se puede tapar las
entradas; si al día siguiente éstas se destaparon significa que existen ratas.
Orín fétido y típico. Indicará la presencia de roedores y rutas de desplazamiento.
Excrementos. Los roedores los producen en cuantiosas cantidades y se diferencian de una
especie a otra: los de la rata parda son grandes y segmentados (2 cm de largo y 0,63 cm de
diámetro en forma de cápsula); los de la rata techera miden hasta 1,5 cm de largo y son
fusiformes (con los extremos puntiagudos); y los del ratón, entre 0,3 cm y 0,5 cm en forma
de bastón (PROMpyme., 2004).
b.2. Cucaracha
Se identificara la presencia de esta plaga de la siguiente manera:
Olor aceitoso fuerte, acompañado de un olor a moho cuando hay una fuerte infestación.
Heces en forma de granos grandes de pimienta.
Bolitas de secreciones y excrementos, las cuales miden de 1 mm a 2 mm de ancho y son de
diferentes longitudes
Bolsas de huevos: pequeñas esferas segmentadas de coloración oscura y de 5 mm a 8 mm
de largo, de superficie tersa y brillante.
Tegumentos de ninfas ya vacíos, pelos o fragmentos de insectos (PROMpyme., 2004).
b.3. Moscas
Se las puede encontrar en cuatro estadios de su desarrollo: huevo, larva, pupa y adulta. Ponen
cientos de huevos en materia orgánica en descomposición, donde viven las larvas durante todo su
desarrollo.
Las moscas son más abundantes en los últimos días del verano y durante el otoño, dado el rápido
crecimiento de su población gracias al clima caliente. La mayor actividad de las moscas se produce
a una temperatura de 12ºC – 35ºC (Norman, 2003).
c. Métodos de control
De acuerdo a Norman (2003), los métodos de control son:
Inspección. Las inspecciones abarcarán las materias primas, los productos fabricados o
preparados, el establecimiento, las instalaciones y el equipo. Los inspectores dispondrán de
linternas eléctricas, herramientas para la apertura de los equipos y envases para muestras.
Se elaborará un formulario de inspección que sirva como guía y en el que se registren los
resultados obtenidos. Estos formularios permiten dejar constancia de los posibles
problemas y de las áreas con dificultades.
Limpieza. Mills y Pedersen (1990), citado por Norman (2003), han recomendado el
establecimiento de normas y programas sanitarios para el control directo de las actividades
de limpieza. Según estos autores, la limpieza continua, ya que cantidades, incluso mínimas,
de residuos pueden favorecer el desarrollo de infestaciones y proporcionar a los insectos
refugios adecuados.
Métodos físicos y mecánicos. Dado que muchos de los pesticidas habitualmente empleados
ya no están permitidos para el control de plagas, lo métodos físicos y mecánicos han
ganado importancia. Ejemplos de estos últimos son las trampas para roedores, los tableros
adhesivos y los mosquiteros eléctricos. Un método eficaz es la manipulación de la
temperatura, que algunos casos se combina con el movimiento forzado del aire. Dado que
la temperatura óptima para la mayoría de las especies de insectos oscila entre 24 y 34ºC, la
variación por encima o debajo de esta zona puede reducir la proliferación de estos
animales.
Los insectos dependen en gran medida de la presencia de niveles idóneos de humedad, al
igual que de temperaturas aceptables; por tanto, el contenido de humedad es fundamental
para que se produzca la proliferación. Un escaso contenido de humedad (especialmente por
debajo del 12%)n en los alimentos evita el crecimiento de los insectos.
Existen diversas formas de radiaciones (radiofrecuencias, microondas, rayos infrarrojos y
ultravioleta, rayos gamma, rayos X a los electrones acelerados) que permiten desinfectar
los productos alimenticios, pero no todos estos métodos resultan eficaces y prácticos. Los
rayos gamma, los rayos X y los electrones acelerados son algunos de los métodos
comercializados para la destrucción de insectos.
Métodos químicos. Siempre que es necesario, se incorporaran a las trampas, barreras y
otros dispositivos disuasivos pesticidas y compuestos químicos como repelentes,
feromonas y sustancias pegajosas. La persona encargada de aplicar los pesticidas debe
haber recibido la formación correspondiente sobre el uso seguro, eficaz y autorizado de
cada compuesto químico. La aplicación de pesticidas de uso restringido exige en EE UU
una autorización administrativa.
La zona de almacenamiento de los pesticidas debe ser lo suficientemente amplia como
para permitir su colocación adecuada y ordenada. Estar situado, siempre que sea posible,
en un edificio independiente o en salas alejadas de los alimentos.
La Limpieza y Desinfección son requisitos previos de importancia que tienen relación con los
procedimientos de limpieza, desinfección y mantenimiento utilizados para controlar las posibles
contaminaciones en la planta de producción. La limpieza hace, habitualmente, referencia a la
eliminación de suciedad, restos y productos químicos del equipo de producción y superficies de la
planta. La desinfección, por el contrario, consiste en la aplicación de microbiocidas en las
superficies limpias con el objetivo de matar a los microorganismos. La desinfección es posterior a
la limpieza (ASQ Food, Drug and Cosmetic Divisón, 2003).
Según Forsytha (2002), los programas de limpieza contendrán la siguiente información esencial:
Método de limpieza, que comprende características (y a ser posible peligros) de los
agentes de limpieza y desinfectantes a utilizar, junto con las cantidades y soluciones
necesarias y exactamente el método, tiempo y temperatura que debe seguirse al aplicarse
las soluciones;
La secuencia de la limpieza que debe ser tal que debe se impida la recontaminación del
equipo previamente limpiado;
La profundidad con que debe desmantelar el equipo y si se necesita la ayuda de un
mecánico (obviamente, siempre que sea posible, se instalará una máquina fácil de
desmontar);
Detalles de los posibles “puntos negros” que requieran un cuidado extra debido a defectos
del diseño del equipo;
El tiempo a invertir en las distintas operaciones de limpieza;
La frecuencia de la limpieza y las personas responsables de cada operación de limpieza y
la persona cuya responsabilidad sea el comprobar que todas las operaciones se han
realizado bien.
López (1999), menciona que los programas de limpieza y desinfección será verificado
periódicamente, para comprobar su eficacia, y se registrarán los resultados obtenidos. El programa
de limpieza deberá determinar el método de vigilancia que permite verificar si el proceso de
limpieza y desinfección se ha llevado a cabo satisfactoriamente y si se han alcanzado los resultados
previstos. Para ello deberá definirse la frecuencia en al realización de los controles el método de
control.
Limpieza de instalaciones
Larrañaga et al. (1999), citan que con los sistemas de limpieza se pretende que la suciedad se
suspenda o disuelva en algún medio fácil de obtener, aplicar y eliminar; generalmente este modo es
el agua. La eficacia del proceso se incrementa con ciertas formas de energía, como el fregado, la
ducha, la ducha, la agitación, y los ultrasonidos, así como empleados coadyuvantes químicos,
conocidos genéricamente como agentes limpiadores o de limpieza, cuyas acciones son disminuir la
tensión superficial o dar solubilidad a las diferentes clases de suciedades (solubles en agua,
solubles en una solución limpiadora, solubles en álcalis, insolubles en la solución limpiadora).
A veces, los desinfectantes se combinan con los detergentes, aunque éste no es el mejor modo de
usarlos, pues resulta más efectivo un tratamiento con un desinfectante después de la limpieza.
En la tabla Nº 01 se resume los principales tipos de agentes y las concentraciones en las que se
añaden al agua para higienizar las operaciones de fabricación, manipulación, preparado y
distribución de los alimentos. Téngase en cuenta que algunas sustancias se combinan o se pueden
combinar, mientras que otras son antagónica.
d.2. Yodóforos
De efecto rápido y efectivo para una gran variedad de microbios. Para desinfectar superficies
limpias, normalmente se necesita una solución de unos 25 a 500mg/L de yodo disponible (pH de la
solución < 4). Al igual que el cloro, este producto pierde eficacia en presencia de materia orgánica,
pero también tiene efectos corrosivos, por lo que las superficies deben enjuagarse después de la
aplicación.
d.4.- D-F-100
Producto natural, derivado de la pepa o pulpa de la toronja, de baja toxicidad y de uso generalizado
en la industria alimentos y en la alimentación institucional, las instrucciones de uso aparecen en el
rótulo que acompañan al envase del producto.
Según María de Zayas (2009), los agentes responsables de las Enfermedades Trasmitidas por
Alimentos (ETAs) son: bacterias y sus toxinas, virus, parásitos, sustancias químicas, metales,
tóxicos de origen vegetal y sustancias químicas tóxicas que pueden provenir de herbicidas,
plaguicidas, fertilizantes. Dentro de todas las posibles causas mencionadas, las ETAs de origen
bacteriano son las más frecuentes de todas.
Las bacterias más comunes o que se presentan con mayores frecuencias son:
1. Clostridium perfringens
Se especifica los siguientes:
Implicada una enterotoxina.
Periodo de incubación: De 6 a 22 horas.
Síntomas principales: Dolor abdominal y diarreas, generalmente no hay vómitos, ni
náuseas, ni fiebre.
Grupos más sensibles: Ancianos.
Porcentaje de mortalidad: Muy bajo.
Principal implicado: C. perfringens tipo A.
Hábitat normal: Suelos, aguas naturales y contenido intestinal humano y animal.
Alimentos sospechosos: Las carnes crudas de mamíferos y aves, platos precocinados, etc.
2. Bacillus cereus
Se habla de dos tipos, debido a dos toxinas diferentes:
Primer tipo:
- Periodo de incubación: De 8 a 16 horas.
- Síntomas principales: Dolor abdominal agudo y diarrea profusa.
- Alimentos sospechosos: Alimentos vegetales, puré de patatas, hortalizas, especias, etc.
Segundo tipo:
- Periodo de incubación: De 1 a 5 horas.
- Síntomas principales: Náuseas y vómitos.
- Alimentos sospechosos: Arroz hervido o frito.
- Hábitat normal: Agua, suelo, etc. (de B. cereus)
3. Escherichia coli
Se especifica los siguientes:
Periodo de incubación: De 2 a 48 horas.
Síntomas principales: Diarrea, náuseas y dolor abdominal, con frecuencia, fiebre.
Grupos más sensibles: Lactantes y niños de corta edad.
Hábitat normal: Intestinos de animales de sangre caliente y humanos y sus heces.
Alimentos sospechosos: Carnes de mamíferos y aves, leche y derivados, etc.
4. Staphilococo aureus
Se especifica los siguientes:
Debida a la acción de enterotoxinas.
Periodo de incubación: 3 horas de media.
Síntomas principales: Vómito. En menor medida, dolores cólicos y diarrea.
Porcentaje de mortalidad: Extraordinariamente bajo.
Principal implicado: Enterotoxinas A y D
Hábitat normal: Nariz, manos, lesiones infectadas en piel, pelo, fondo de la garganta, ubre
y pezones de vaca ...
Alimentos sospechosos: Carnes curadas y cocidas para consumo en frío, productos de
pastelería, leche, derivados lácteos crudos, etc.
5. Clostridium botulinum
Se especifica los siguientes:
Debida a la acción de neurotoxinas.
Periodo de incubación: De 18 a 36 horas, como media.
Síntomas principales:
- Primera fase: Náuseas, vómitos.
- Segunda fase: Estreñimiento, visión borrosa, dificultad para tragar y hablar.
- Última fase: Parálisis del sistema respiratorio y del corazón, muerte por fallo
respiratorio o cardiaco.
Principales implicados: Los tipos A, B y E.
Hábitat normal: Suelo, aguas dulces y marinas, etc.
Alimentos sospechosos: Conservas vegetales, de carne, de pescado, etc.
6. Shigella
Se especifica los siguientes:
Período de incubación: De 7 a 36 horas
Síntomas principales: Diarrea (a menudo con sangre), fiebre, náuseas y espasmos
abdominales.
Principales implicados: S. sonnei y S. flexneri.
Hábitat normal: Intestino y heces de humanos.
Alimentos sospechosos: Agua, leche, ensaladas, etc.
7. Listeria monocytogenes
Se especifica los siguientes:
Síntomas principales:
- Mujeres embarazadas: Fiebre, escalofríos.
- Recién nacidos: Disfunción respiratoria, fallos cardiacos, a menudo meningitis.
- Individuos inmunocomprometidos: Síntomas catarrales que finalizan en meningitis.
Porcentaje de mortalidad: En torno al 30%
Principal implicado: L. monocytógenes.
Hábitat normal: Suelo, aguas, tracto intestinal de humanos, etc.
Alimentos sospechosos: Leche y productos lácteos, hortalizas, etc.
8. Campylobacter jejuni
Se especifica los siguientes:
Periodo de incubación: De 2 a 11 días.
Síntomas principales: Diarrea y dolores abdominales, a menudo precedidos de fiebre.
Hábitat normal: Intestinos y heces de aves.
Alimentos sospechosos: Pollo, leche sin pasterizar, etc.