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VOLUMETRÍA

Volumetría es el proceso que permite medir y determinar volúmenes.


El volumen, por su parte, es la magnitud que señala la extensión de algo en alto,
ancho y largo, teniendo que como unidad al metro cúbico.
La noción también se emplea para nombrar al conjunto de estas mediciones. En
este sentido, puede hablarse de la volumetría de un edificio cuando ya se ha
medido el volumen de su estructura.

En el terreno específico de la química, la volumetría es un proceso que se lleva


a cabo para realizar un análisis de tipo cuantitativo. En este caso, la volumetría
consiste en medir qué volumen de un reactivo se debe gastar hasta que se
genere una cierta reacción en la sustancia que está siendo analizada.
El desarrollo de la volumetría, en este caso, nos exige conocer ciertos
conceptos. Hay un reactivo que se denomina titulador o valorante, cuya
concentración ya se conoce y se emplea para que reaccione al estar en contacto
con una solución del analito (la sustancia que interesa analizar en la muestra),
que tiene una concentración que no se conoce.
Los métodos analíticos que se usan para acometer la volumetría pueden ser de
varios tipos, aunque todos tienen la particularidad de que se basan en lo que es
una reacción química que responde al nombre de reacción de valoración.
No obstante, hay varios tipos de reacción de ese tipo, entre las que podemos
subrayar las siguientes:
-La de formación de complejos. Esta, como su propio nombre nos viene ya a
indicar, es la valoración que se acomete a partir de lo que es la reacción de
formación de un complejo entre la sustancia que se da en llamar valorante y el
analito.
-La que responde al nombre de precipitación. Su nombre es el que nos determina
que se trata de una valoración basada en lo que se conoce como reacción de
precipitación. Aunque puede ser de diferentes tipos, podemos establecer que la
que consigue ser más reconocida es la argentometría, donde entran en juego
tanto el tiocianato como los halógenos pasando por el ion plata.
-La que se da en llamar ácido-base. Las volumetrías de este tipo son las que se
sustentan en lo que es la reacción de la neutralización entre lo que es una
disolución de ácido o base y el correspondiente analito.
-La que se conoce como redox. Esta cuarta valoración es la que se basa en una
reacción de oxidación-reducción. A la hora de poder desarrollarse de la manera
más correcta posible, entran en juego la disolución de oxidante así como el
analito ya citado.
En un matraz de Erlenmeyer, debajo de una bureta con la solución estándar, se
coloca el volumen exacto del reactivo que se analizará y una cantidad reducida
de indicador (la sustancia que promoverá el cambio químico). A partir de un
control preciso, se puede advertir en qué punto el indicador modifica su color.
Dicho punto es el punto de neutralización de ambos reactivos. Al leer la escala
que utiliza la bureta, se puede por lo tanto determinar el volumen de
la solución que se añadió.

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