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PARTE ESPECIAL

DELITOS ECONÓMICOS Y
CONTRA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

La posición de garantía del directivo


por delitos tributarios cometidos
por otros miembros de la empresa

Percy GARCÍA CAVERO*

El autor estudia el caso en el que el directivo de una empresa no impide la realiza-

RESUMEN
ción del delito tributario que ha sido decidido y ejecutado por otro miembro de la
empresa. A su juicio, el delito tributario se podrá imputar al directivo si es que su
realización ha sido competencia suya por razones organizativas o por la infracción
de una obligación derivada de una institución social específica.

La hipótesis de partida para abordar la pro-


blemática planteada es claramente la comi-
sión de un delito tributario, en el que el deu-
dor tributario es una empresa y respecto del
cual se plantea la posibilidad de responsabi-
lizar penalmente a su directivo. Para sostener
tal responsabilidad penal, lo usual ha sido
MARCO NORMATIVO: distinguir dos supuestos. Por un lado, está
• Código Penal: arts. 11, 13 y 23. el supuesto en el que el directivo interviene
• Ley Penal Tributaria: pássim. en la toma de decisión o en la ejecución
del hecho que configura el delito tributario.
PALABRAS CLAVE: Posición de garantía / Directivo de la Aquí se recurre a las posibilidades de impu-
empresa / Delitos tributarios / Competencia por organiza-
ción / Competencia institucional tación que ofrece la intervención delictiva,
siendo actualmente reconocible la tendencia
Fecha de envío: 08/05/2017 de reconducir la actuación del directivo a
Fecha de aprobación: 15/05/2017 alguna forma de autoría (en especial, la auto-
ría mediata o la coautoría). Por otro lado, se

* Profesor ordinario principal de Derecho Penal en la Universidad de Piura (Perú).

GACETA PENAL & PROCESAL PENAL | Nº 95 • MAYO 2017 • ISSN: 2075-6305 • pp. 139-155 139
presenta el supuesto, en el que el directivo se profundizar en las particularidades de esta
limita a no impedir la realización del delito tesis, se podrá comprobar finalmente que la
tributario que ha sido decidido y ejecutado distinción de supuestos a la que se hizo refe-
por otro miembro de la empresa. En este rencia al principio y que es utilizada por la
caso, la imputación penal se sustenta en la doctrina dominante para determinar la res-
figura de la comisión por omisión sobre la ponsabilidad penal de los directivos por deli-
base de una posición de garantía del empre- tos cometidos desde la empresa, no es más
sario que se le traslada al directivo con la que una diferencia fenomenológica comple-
asignación de la gestión de la empresa. tamente irrelevante para decidir cómo debe
tener lugar la imputación penal.
La presente contribución se va a ocupar del
segundo de los supuestos antes menciona- I. Las deficiencias de la perspectiva
dos, bajo la idea matriz de que la forma como de la posición de garantía
es resuelto por la doctrina mayoritaria lleva
a soluciones discutibles y, en muchos casos, Comencemos con un breve análisis crítico a
insatisfactorias. Por ello, lo que corresponde la teoría dominante de la posición de garantía
es utilizar una perspectiva de análisis dis- del directivo. En la actualidad, la doctrina
tinta que se ajuste mejor a las necesida- penal acepta sin mayor discusión la existen-
des de imputación. Lo que concretamente cia de tal posición de garantía2. Hay coinci-
se propone es una normativización de la dencia en rechazar la teoría de las fuentes
imputación penal que niegue toda incidencia formales y acudir a la teoría de las funciones3,
valorativa al dato empírico de la proximidad llegando el consenso incluso hasta su ubica-
causal con el resultado y priorice la atribu- ción clasificatoria en la posición de garan-
ción del riesgo prohibido sobre la base de tía derivada de un deber de vigilancia sobre
los criterios de ordenación de los contactos una fuente de peligro4. Pero al momento de
sociales1. La tesis central reza así: el delito determinar en qué se sustenta ese deber de
tributario cometido por un miembro de la vigilancia asignado al directivo, la doctrina
empresa se podrá imputar al directivo si penal pierde unidad y discurre por perspec-
es que su realización ha sido competencia tivas diversas. Unos consideran que su sus-
suya por razones organizativas o por la tento está en una injerencia producida por
infracción de una obligación derivada de la actividad empresarial precedente5, otros
una institución social específica. Luego de ponen la atención en la relación de autoridad

1 Vid., con mayor detenimiento, GARCÍA CAVERO, Derecho Penal económico. Parte general, p. 570 y ss.
2 Vid., al respecto, THIEMANN, Aufsichtspflichtverletzung, p. 12 y ss.; GÖHLER, FS-Dreher, p. 611 y ss.
3 Vid., así desde un principio, THIEMANN, Aufsichtspflichtverletzung, p. 13 y ss.; GÖHLER, FS-Dreher, p. 619;
TIEDEMANN, en Tagungsberichte 10, I, p. 207; SCHÜNEMANN, en Estudios, Mir y otros (coord.), p. 237;
BACIGALUPO ZAPATER, en CDJ: La responsabilidad penal de las sociedades, p. 66.
4 Vid., así, con distintos matices THIEMANN, Aufsichtspflichtverletzung, p. 15; GÖHLER, FS-Dreher, p. 620 y
s.; BRAMMSEN, Die Entstehungsvoraussetzungen, p. 272; ROGALL, ZStW 98 (1986), p. 614; HEINE, Ver-
antwortlichkeit, p. 116; MASCHKE, Aufsichtspflichtverletzungen, p. 16.
5 Vid., SEELMANN, NK § 13, n.m. 131; BOCK, Produktkriminalität, p. 128 y ss.; KÖHLER, Strafrecht, AT,
p. 223; LASCURAÍN SÁNCHEZ, en Hacia un Derecho Penal, p. 212. Rechaza esta posibilidad, THIE-
MANN, Aufsichtspflichtverletzung, p. 16, en la medida que, por el contrario, entiende la injerencia como un
comportamiento previo jurídicamente desaprobado. Por su parte, HILGERS, Verantwortlichkeit, p. 135 y ss.;
152, recurre a la idea del comportamiento precedente, pero no solo como peligroso, sino también como asun-
ción de responsabilidad.

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garante en un fácil expediente para, según


Comentario relevante lo que se quiera en cada caso, imputar a los
del autor directivos cualquier delito cometido desde la
empresa. Al final, se cae con relativa facili-
La imputación penal al directivo al- dad en una responsabilidad por el estatus que
canza una mayor capacidad resoluti- termina por validar aquello que precisamente
se quiso evitar con la teoría de la posición de
va si se sustituye el punto de partida
garantía.
naturalista que necesita equiparar la
omisión con la acción, por una pers- II. La competencia penal del directivo
pectiva normativista, que determina de la empresa
la responsabilidad de los directivos a
partir de su competencia por el riesgo A nuestro entender, la imputación penal
prohibido creado desde la empresa. al directivo alcanza una mayor capacidad
resolutiva, si se sustituye el punto de partida
naturalista que necesita equiparar la omisión
del directivo sobre los dependientes6, y un con la acción, por una perspectiva norma-
sector doctrinal cada vez más nutrido consi- tivista que determine la responsabilidad de
dera que el directivo, al gestionar la empresa, los directivos a partir de su competencia por
domina la fuente de peligro7. el riesgo prohibido creado desde la empresa.
Esta competencia del directivo no se define
Pese a su distinto enfoque, puede decirse que por el dato de si causó o ejecutó el delito,
los criterios antes mencionados apuntan por sino por su vinculación con el riesgo penal-
igual a asignar a la gestión del directivo el mente prohibido a partir de los parámetros
control de los riesgos prohibidos derivados de regulación de los contactos sociales8. Para
de la actividad empresarial, lo que resulta determinar esos parámetros de regulación es
positivo si lo que se busca con ello es excluir necesario identificar el tipo de rol jurídica-
la responsabilidad penal por el hecho de un mente atribuido al directivo en sus distintos
tercero. Pero lo cierto es que la generalidad ámbitos de actuación. Lo determinante será,
de los criterios antes mencionados, trae con- por lo tanto, precisar cuáles son esos roles y
sigo el riesgo de convertir la posición de su contenido.

6 En este sentido, THIEMANN, Aufsichtspflichtverletzung, p. 17; SCHÜNEMANN, Unternehmenskriminalität,


p. 101 y ss; EL MISMO, ZStW 96 (1984), p. 310; EL MISMO, GS-Meurer, p. 50 y s.; ROGALL, ZStW 98 (1986),
p. 618; BACIGALUPO ZAPATER, en CDJ: La responsabilidad penal de las sociedades, p. 75; BATISTA GON-
ZÁLEZ, en Derecho Penal económico, Bacigalupo Zapater (dir.), p. 125; MEINI MÉNDEZ, Revista Derecho
52 (1998/9), p. 903.
7 Vid., con matices propios, JESCHECK, LK § 13, n.m. 45; RUDOLPHI, SK § 13, n.m. 32, 35; VEsT, SchwZStr 105
(1988), p. 300 y ss.; WOLFF-RESKE, Verhalten, p. 171 y s.; HEINE, Verantwortlichkeit, p. 118; EL MISMO,
SchwZStr 119 (2001), p. 32; MASCHKE, Aufsichtspflichtverletzungen, p. 16; RANSIEK, Unternehmenstra-
frecht, p. 33 y ss.; BOTTKE, Haftung, p. 25 y ss.; EL MISMO, en Deutsche Wiedervereinigung, T. III, p. 89;
HOYER, Verantwortlichkeit, p. 32; WALTER, Pflichten, p. 143 y s.; BRAMMSEN, en Individuelle Verantwor-
tung, Amelung (Hrsg.), p. 125 y s.; TERRADILLOS BASOCO, Derecho Penal de la empresa, p. 40; NÚÑEZ
CASTAÑO, Responsabilidad penal, p. 48. Aceptan esta posibilidad de fundamentación en determinados supues-
tos, JAKOBS, Derecho Penal, PG, Apdo. 29, n.m. 36; LASCURAÍN SÁNCHEZ, en: Hacia un Derecho Penal,
p. 213; GIMBERNAT ORDEIG, FS-Roxin, p. 661.
8 Así, FEIJOO SÁNCHEZ, Derecho Penal de la empresa e imputación objetiva, p. 179.

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En atención a la identidad normativa de la organiza una plana directiva. Los directivos
sociedad actual, existen dos clases de roles de una empresa moderna no llevan a cabo,
que inciden en la imputación penal: ni mucho menos siguen al detalle, todos los
procesos internos de la organización empre-
1. La competencia por organización: los sarial, sino que se ocupan fundamentalmente
delitos de dominio de establecer la política general y tomar las
decisiones de mayor relevancia. Por lo tanto,
En primer lugar, la competencia jurídico- resulta irrazonable hacerlos en el plano penal
penal cabe determinarla a partir del rol gene- organizativamente competentes por todas
ral de ciudadano, en virtud del cual a una las actuaciones irregulares realizadas desde
persona se le autoriza a organizarse libre- la estructura empresarial12. Su competencia
mente, pero con el deber general negativo por organización solo podrá estar referida a
de no afectar a otros. La infracción de este los ámbitos de organización efectivamente
deber general negativo da lugar a los lla- asumidos en el marco de sus labores de
mados delitos de dominio y la competencia administración.
penal se sustenta en haber afectado a otra
persona mediante una configuración no auto- Sobre la base de lo acabado de indicar, lo
rizada de la propia esfera de organización9. usual es que el directivo de la empresa asuma
En el caso específico del directivo, la com- responsabilidad penal por la toma de deci-
petencia por organización se desprenderá siones antijurídicas en la administración de
del ámbito de organización asumido al inte- la empresa13, así como también por la eje-
rior de la empresa. Un sector de la doctrina cución, por sí mismo14 o por sus subordina-
penal pretende atribuirle una competencia dos15, de las líneas de actuación ilegal esta-
total por los riesgos derivados de la actividad blecidas a nivel directivo. Adicionalmente,
empresarial (Allzuständigkeit) 10. Esta pre- su posición en la estructura empresarial le
tensión, además de encerrar una exigencia impone también deberes generales de con-
que ningún directivo podría cumplir mate- trol y vigilancia sobre las prestaciones de
rialmente11, desconoce la forma en la que se sus subordinados16, así como un deber de

9 Vid., JAKOBS, Derecho Penal, PG, Apdo. 21, n.m. 3; LESCH, Intervención delictiva, p. 67 y s.
10 Vid., en este sentido, SCHMIDT-SALZER, Produkthaftung, I, p. 111. Limita considerablemente el principio de
la competencia global de los directivos NEUDECKER, Verantwortlichkeit, p. 39 y ss. Por su parte, SILVA SÁN-
CHEZ, en Fundamentos, Silva Sánchez (ed.), p. 371, pone de manifiesto que “no puede afirmarse que todos los
directivos respondan por omisión de los delitos cometidos en la empresa”. La jurisprudencia alemana admite una
competencia global solamente en caso de situaciones de emergencia, como por ejemplo en caso de retirada de un
producto defectuoso [vid., sobre esto, VOGEL, Revista penal 8 (2001), p. 97].
11 Así, MANSDÖRFER, Zur Theorie, p. 317.
12 Hace mención, en este sentido, a una atomización de la toma de decisiones en la empresa, GARCÍA ARÁN, en
I Congreso, Martínez-Buján Pérez (dir.), p. 45.
13 Vid., así, RANSIEK, Unternehmensstrafrecht, p. 43 y ss., en relación con el famoso caso del pulverizador para
el cuero.
14 Vid., sobre esta posibilidad, ciertamente inusual, de responsabilidad de los directivos, FRISCH, en La respon-
sabilidad penal, Mir/Luzón (coords.), p. 103; MARTÍNEZ-BUJÁN PÉREZ, Derecho Penal económico, PG,
p. 206.
15 Vid., FRISCH, en La responsabilidad penal, Mir/Luzón (coords.), p. 105 y ss.; MARTÍNEZ-BUJÁN PÉREZ,
Derecho Penal económico, PG, p. 506 y s.
16 Vid., con mayor detalle, FRISCH, en La responsabilidad penal, Mir/Luzón (coords.), pp. 115, 117 y ss.

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configurar la administración general de la de custodia, de protección, de auxilio, etc.),


empresa de una manera tal que se excluyan cuya infracción da lugar a los llamados deli-
las condiciones idóneas para la realización tos de infracción de un deber19. Competente
de hechos delictivos de otros miembros, esto por esta clase de delito solamente podrá serlo
es, promover la cultura del cumplimiento el que está vinculado institucionalmente por
(corporate compliance)17. La infracción de la posesión de un determinado estatus, no
alguno de estos deberes lo hará responsable admitiendo esta competencia penal alguna
por el delito ejecutado por un dependiente o forma de cuantificación20. La competencia
trabajador de la empresa. institucional en los delitos cometidos desde
la empresa, se determina sobre la base de un
Es preciso hacer aquí la indicación de que lo
deber positivo asignado a esta. Sin embargo,
usual es que la competencia por organización
su incapacidad delictiva obliga a trasladar
del directivo concurra con una competencia
la competencia institucional a sus directi-
del dependiente que ha ejecutado la acción
vos, lo que se hace por medio de la cláusula
típica e incluso con la de otro directivo tam-
del “actuar en lugar de otro” o directamente
bién organizativamente competente por el
por el tipo penal de la Parte Especial. De
control del riesgo prohibido creado por el
esta manera, el directivo resulta penalmente
dependiente (supervisor, auditor interno,
competente por el incumplimiento de un
compliance officer, etc.). En tal caso, y en
deber positivo que, en principio, le corres-
atención al sistema diferenciado de interven-
pondía cumplir a la empresa, pero que se le
ción asumido por la mayoría de las legis-
ha transferido por medio de la relación de
laciones penales contemporáneas, resultará
representación. Dicho incumplimiento del
necesario establecer además los distintos
deber no requiere un dominio del riesgo pro-
grados de responsabilidad de los intervinien-
hibido, sino la posibilidad fáctica de cumplir
tes en función del nivel de configuración del
con el deber. Es irrelevante si tal incumpli-
hecho (autores o partícipes).
miento tiene lugar mediante una acción o una
omisión21.
2. La competencia institucional: los deli-
tos de infracción de un deber
III. El caso específico de los delitos
Además del rol general de ciudadano, están tributarios
los llamados roles especiales que tienen su
origen en instituciones sociales elementa- Los criterios de imputación acabados de
les que vinculan de una manera específica explicar deben ser utilizados para determinar
a una persona con otra (familia, confianza la responsabilidad penal del directivo de la
especial) o con una situación socialmente empresa por los delitos tributarios ejecuta-
deseable (funciones estatales)18. Estas vin- dos por otros miembros individuales. Si esta
culaciones se manifiestan mediante relacio- imputación debe hacerse desde una com-
nes de deber positivo (por ejemplo, deber petencia por organización o desde una de

17 Vid., GARCÍA CAVERO, Criminal Compliance, p. 100 y ss.


18 Vid., JAKOBS, en El sistema funcionalista del Derecho Penal, p. 193.
19 Vid., JAKOBS, Derecho Penal, PG, Apdo. 21, n.m. 2.
20 Así, SÁNCHEZ VERA, Delito de infracción de deber, p. 39.
21 Sobre esta irrelevancia también en los delitos de infracción de un deber, vid., JAKOBS, en Estudios, p. 362 y s.

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defraudatorio de la expectativa protegida el
Comentario relevante simple incumplimiento del pago de los tri-
del autor butos, sino que es necesario un elemento de
mayor gravedad, a saber, el fraude. En este
sentido, el incumplimiento total o parcial del
El deber de tributar no puede expli-
pago de los tributos se castiga únicamente
carse de manera general como una cuando se utiliza algún medio fraudulento.
obligación de naturaleza institucional, Solamente un comportamiento fraudulento
sino, más bien, como un conjunto de defrauda gravemente la expectativa norma-
cargas impuestas con fines recauda- tiva de conducta protegida y amerita, por
torios por el Estado en el marco del tanto, la imposición de una pena para resta-
ejercicio de la libertad de organiza- blecer su vigencia social.
ción económica.
1. Los delitos tributarios: ¿delitos de
dominio o de infracción de un deber?

naturaleza institucional, es una cuestión que Determinado lo que constituye el bien jurí-
solamente puede ser respondida si previa- dico penalmente protegido por los delitos
mente se precisa lo que los delitos tributarios tributarios, lo que corresponde ahora es pre-
protegen y cómo está ordenada la actuación cisar, con base en los roles jurídicamente
de las personas de cara a dicha protección. relevantes, el contenido material de la expec-
tativa de conducta penalmente asegurada.
Dado que el Derecho Penal siempre llega Si se entiende que el fundamento de dicha
tarde, puede decirse que los delitos tributa- expectativa reside en un deber positivo
rios no protegen el patrimonio del Estado, que recae sobre determinados ciudadanos
ni la recaudación tributaria, sino la vigen- titulares de un rol especial (deudores tribu-
cia de la expectativa social de pago de los tarios), entonces el delito tributario estará
tributos legalmente establecidos. En este configurado como un delito de infracción
sentido, las penas no impiden el detrimento de un deber22. Para que el deudor tributario
patrimonial del Estado o la frustración de responda penalmente, bastará con acreditar
la recaudación estatal, sino que, más bien, que ha infringido el deber positivo de con-
restablecen la expectativa normativa defrau- tribución derivado de una institución social
dada por el delito de que el Estado reciba los específica. Por el contrario, si el incumpli-
ingresos generados por los distintos tribu- miento de la obligación tributaria es con-
tos legalmente establecidos. A partir de esta cebido en términos de una afectación a la
expectativa normativa esencial del sistema política recaudatoria del Estado por un acto
económico se definen en los tipos penales de organización fraudulento del ciudadano,
las conductas que la defraudan gravemente entonces la responsabilidad penal se tendrá
y que, en caso de realización, requieren de que determinar bajo la lógica de un delito
una sanción penal para mantener su vigencia. de dominio. La imputación penal se susten-
Debe quedar claro que, por lo general, no es tará en el dominio de un riesgo que afecta

22 Acerca de esta fundamentación institucionalista de los delitos tributarios, vid., VAN WEEZEL, Delitos tributa-
rios, p. 16 y s.

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de forma penalmente relevante los intere- general de la afirmación precedente, resulta


ses económicos del Estado en la recaudación necesario hacer algunas matizaciones. Junto
tributaria. a la obligación de no organizarse fraudu-
lentamente para dejar de pagar los tributos,
Para sostener la lógica institucional en los existen también ciertos deberes especiales
delitos tributarios resulta necesario vincular que constituyen posiciones institucionales
institucionalmente al contribuyente con la específicas que podrían dar pie a delitos de
recaudación tributaria. Si bien esta vincu- infracción de un deber.
lación podría sostenerse respecto de los
impuestos, no es posible hacerlo respecto Un ejemplo claro es el delito tributario con-
de otros tributos como las tasas o las con- sistente en no entregar retenciones o percep-
tribuciones que están justificados en una ciones previsto como una modalidad espe-
contraprestación o beneficio recibido por el cífica de la defraudación tributaria (artículo
propio contribuyente23. Incluso al interior de 2, literal b, de la Ley Penal Tributaria). Este
los mismos impuestos, la lógica institucio- delito se sustenta en el incumplimiento de
nal podría ser aplicable a impuestos como el un deber de entrega de tributos impuesto a
impuesto a la renta en razón de la institución los agentes de retención o recaudación. El
de la solidaridad, pero existen otros impues- fundamento de este deber específico es cla-
tos que se sustentan en razones de orden eco- ramente de carácter institucional, concreta-
nómico como el impuesto a las transacciones mente, del cumplimiento del fin estatal de
bancarias, y que abiertamente no responden recaudación tributaria. En efecto, el Estado,
a un deber positivo de contribuir solidaria- por evidentes razones de necesidad, atribuye
mente con los fines sociales del Estado. Por a ciertos particulares deberes de retención,
todo ello, el deber de tributar no puede expli- recaudación y entrega de los tributos, incor-
carse de manera general como una obliga- porándolos de esta manera dentro su sistema
ción de naturaleza institucional, sino, más de recaudación. Desde esta lógica, la con-
bien, como un conjunto de cargas impuestas ducta de no entregar los tributos realizada
con fines recaudatorios por el Estado en el por los agentes de retención o recaudación
marco del ejercicio de la libertad de organi- constituye la infracción de una competencia
zación económica. institucional.

A partir de lo acabado de decir, puede con- 2. La competencia del directivo por el


cluirse que los delitos tributarios son, por lo delito tributario cometido por otros
general, delitos de dominio24, en donde no miembros de la empresa
es suficiente infringir el deber de pagar los
tributos, sino que resulta necesario atribuir Lo hasta ahora dicho nos permite respon-
al autor un acto de organización fraudulenta der ya a la cuestión de cuándo el directivo
para no realizar dicho pago. Pese al carácter es penalmente competente por el delito

23 En este sentido, por ejemplo, KUMMER, HbWiStR, Wabnitz/Janovsky (Hrsg.), 2. Aufl., 18, n.m. 7, señala que
en el Derecho Tributario reina fundamentalmente la libertad de configuración.
24 De este parecer, en el Derecho Penal español, CHOCLÁN MONTALVO, Responsabilidad de auditores, p. 173.
Por su parte SILVA SÁNCHEZ, El nuevo escenario, p. 71, asume una posición intermedia, en el que suma al cri-
terio de la organización la infracción de un deber institucional. Críticamente ante una posición intermedia, FEI-
JOO SÁNCHEZ, InDret 2/2009, p. 20. En el Derecho Penal chileno considera aplicable la lógica del dominio,
VAN WEEZEL, Delitos tributarios, p. 17 y s.

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tributario cometido por un miembro indivi- delitos tributarios que el delegado comete en
dual de la empresa. el ejercicio de las funciones delegadas. Si se
admitiese que el delegante se vea liberado
A. Competencia por organización de responsabilidad por el simple hecho de la
Si se trata de una competencia por organiza- delegación, se advierte que esto podría llevar
ción, el directivo responderá si de la gestión a consolidar la llamada “organizada irrespon-
de su ámbito de organización al interior de la sabilidad” en el ámbito de la empresa25. Pero
empresa salió el riesgo de defraudación al fisco si se afirmase, por el contrario, que la delega-
concretamente realizado. Por lo tanto, resulta ción no produce un descargo de los ámbitos
necesario determinar si el output lesivo que de responsabilidad, tal mecanismo de reparto
surge de la empresa en relación con la recau- del trabajo no solo perderá su sentido, sino
dación de los tributos se puede reconducir al que aumentará de una manera irrazonable las
ámbito de organización asignado del directivo, exigencias de control de los directivos sobre
más allá de si este ejecutó directamente el sus dependientes26. Ante esta situación, la
comportamiento lesivo o no. Por ejemplo, la solución tiene que ir necesariamente por un
defraudación tributaria cometida por medio de camino intermedio, esto es, por negar una
una declaración jurada de ingresos con datos liberación de la responsabilidad de los direc-
falsos, es, sin duda, reconducible al ámbito de tivos delegantes, pero sin mantener una com-
organización del directivo que hace, autoriza o petencia plena del delegante por los defectos
deja que se haga dicha declaración. Esta regla de organización del delegado27.
general presenta algunas particularidades en
Lo primero que debe señalarse es que en toda
ciertos supuestos problemáticos. Veamos los
actividad de administración existe un conjunto
más importantes.
de funciones indelegables28. Si la delegación
a. La delegación hecha por el directivo recae sobre funciones
indelegables, entonces una delegación en los
En principio, la gestión de las obligaciones hechos no tendrá ningún efecto exonerador de
tributarias de la empresa le corresponde a responsabilidad penal, en caso de realización
los directivos. Sin embargo, lo usual es que de un delito por parte de quien asumió la
dicha gestión se delegue a otros miembros de gestión material del ámbito que no debió ser
la empresa, muchas veces contadores exter- delegado. Entre los ámbitos indelegables de
nos o un área interna de contabilidad espe- carácter tributario a nivel directivo se men-
cializada. Lo que se discute es si cabe atri- cionan, por ejemplo, los deberes de declarar
buir responsabilidad penal al directivo que rentas sujetas a tributación29, por lo que la
delega la gestión de la parte tributaria por los delegación fáctica de este aspecto no podrá

25 Vid., NEUDECKER, Verantwortlichkeit, p. 144; HEINE, Verantwortlichkeit, p. 42.


26 Vid., así, LASCURAÍN SÁNCHEZ, en Hacia un Derecho Penal, p. 222.
27 Habla, en este sentido, de una competencia residual del delegante, SILVA SÁNCHEZ, en Empresa y delito,
p. 15 y s.; MARTÍNEZ-BUJÁN PÉREZ, Derecho Penal económico, PG, p. 508 y s.; NÚÑEZ CASTAÑO,
Responsabilidad penal, p. 200; GÓMEZ MARTÍN, LH-Cobo del Rosal, p. 422. Por su parte, ALESSANDRI,
Manuale, p. 74; CARMONA, Premesse, p. 240, señalan que la delegación cambia las competencias del dele-
gante: Se pasa del cumplimiento en primera persona al deber de controlar el cumplimiento de lo confiado a otro.
De una cotitularidad de la custodia hablan SCHÜNEMANN, ADPCP 1988, p. 536 y ss.; LASCUARÍN SÁN-
CHEZ, LH-Cobo del Rosal, p. 577.
28 Vid., GÓMEZ BENÍTEZ, Curso de Derecho Penal, pp. 93, 95.
29 Vid., TIEDEMANN, Revista Penal 5 (2000), p. 97; PÉREZ CEPEDA, Revista Penal 9 (2002), p. 110.

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exonerar de responsabilidad penal al directivo. Una delegación válida de las funciones por
Si se trata de ámbitos de gestión tributaria que parte del directivo no significa liberarlo de
pueden ser delegados, entonces la delegación cualquier responsabilidad penal. El dele-
podrá descargar la responsabilidad penal del gante mantiene consigo deberes residuales,
directivo delegante. Para que la delegación cuya infracción lo convierte en penalmente
de funciones delegables produzca un traslado competente por lo que haga el delegado. De
válido del ámbito de responsabilidad penal al manera concreta: el delegante tiene el deber
delegado deben darse ciertas condiciones. En de reasumir las funciones delegadas en caso
primer lugar, la delegación debe ser exacta, que el delegado salga de la organización
especial y temporalmente limitada, por lo que empresarial, se encuentre reconociblemente
no valdrán delegaciones genéricas, difusas o sobreexigido34 o se muestre con posteriori-
indefinidas30. En segundo lugar, la delegación dad como incapaz para el desempeño ade-
debe corresponderse con las necesidades de cuado de las funciones delegadas (deber de
la organización empresarial, por lo que la intervención)35. Por otro lado, permanece en
empresa debe contar con cierta dimensión el delegante una competencia por organiza-
y complejidad que la hagan razonable31. Se ción cuando ha elegido con conocimiento de
exige también que la delegación cuente con causa un delegado incapaz de cumplir con las
cierto nivel de publicidad, de forma tal que tareas encomendadas (deber de selección36) o
resulte recognoscible frente a terceros que ha no cumple con darle los medios necesarios
operado una transferencia de las funciones (deber de dotación de medios37) o las ins-
de dirección32. Finalmente, el delegante debe trucciones suficientes para que lleve a cabo
colocar al delegado en posición de cumplir de manera correcta sus funciones (deber de
realmente con las funciones transferidas, por instrucción38). La infracción de alguno de
lo que no podrá admitirse una delegación estos deberes residuales hace que el directivo
formal sin la posibilidad material de cumplir delegante responda como autor del delito tri-
con lo delegado33. butario cometido por el delegado39.

30 Así, TIEDEMANN, Revista Penal 5 (2000), p. 97; EL MISMO, Einführung, § 4, n.m. 239.
31 Vid., PÉREZ CEPEDA, Revista Penal 9 (2002), p. 110.
32 Destacándolo como una exigencia procedente de la jurisprudencia francesa, PÉREZ CEPEDA, Revista Penal 9
(2002), p. 110.
33 Vid., TIEDEMANN, Revista Penal 5 (2000), p. 97.
34 Vid., en este sentido, NEUDECKER, Verantwortlichkeit, p. 144.
35 Vid., así, NEUDECKER, Verantwortlichkeit, p. 148 y s.
36 Sobre el deber de selección, vid., de manera más detallada, NEUDECKER, Verantwortlichkeit, p. 145 y s.;
FRISCH, en La responsabilidad penal, Mir/Luzón (coords.), pp. 107, 121; TIEDEMANN, Revista Penal 5
(2000), p. 97; SILVA SÁNCHEZ, en Empresa y delito, p. 17; LASCURAÍN SÁNCHEZ, en Hacia un Derecho
Penal, p. 221; EL MISMO, LH-Cobo del Rosal, p. 577 y ss.; ALESSANDRI, Manuale, p. 76; BATISTA GON-
ZÁLEZ, en Derecho Penal económico, Bacigalupo Zapater (dir.), p. 130; MEINI MÉNDEZ, Revista Derecho
52 (1998/9), p. 908; RODRÍGUEZ ESTÉVEZ, LH-Jakobs (Perú), p. 433.
37 Vid., SILVA SÁNCHEZ, en Empresa y delito, p. 19 y s.; MEINI MÉNDEZ, Revista Derecho 52 (1998/9), p. 908;
LASCUARÍN SÁNCHEZ, LH-Cobo del Rosal, p. 578.
38 Vid., sobre esto, NEUDECKER, Verantwortlichkeit, p. 146; Frisch, en La responsabilidad penal, Mir/Luzón
(coords.), p. 121; LASCURAÍN SÁNCHEZ, en Hacia un Derecho Penal, p. 219 y s.
39 Similarmente, con la idea de una retención de la competencia jurídica, SILVA SÁNCHEZ, en Compliance y teo-
ría del Derecho Penal, Kuhlen/Montiel/Ortiz de Urbina (eds.), p. 92. Por su parte, PÉREZ CEPEDA, Revista
Penal 9 (2002), p. 111, admite una responsabilidad como autor o partícipe en función de la responsabilidad del
delegado.

GACETA PENAL & PROCESAL PENAL | Nº 95 • MAYO 2017 • ISSN: 2075-6305• pp. 139-155 147
Sobre el delegante recae también el deber La existencia de directivos en un plano de
residual de vigilar el correcto desempeño del absoluta coordinación, plantea el tema jurí-
delegado40. De no poder hacerlo personal- dico-penal de si a un directivo le alcanza
mente por ser necesarios conocimientos téc- responsabilidad penal –y, dado el caso, hasta
nicos, debe valerse de un especialista externo qué grado– por el hecho delictivo cometido
para realizar dicho control41. A diferencia por el directivo responsable de los temas tri-
de los otros deberes residuales, el incum- butarios con el que coordina la gestión de la
plimiento del deber de vigilancia solo favo- empresa.
rece la configuración delictiva de la esfera de
El punto de partida es que entre los direc-
organización del delegado, quien mantiene la
tivos no existe un deber de vigilancia44. Si
competencia primaria por el hecho delictivo
un directivo toma conocimiento de que el
realizado42. Por esta razón, el grado de com-
encargado de gestionar la parte tributaria de
petencia por el incumplimiento de este deber
la empresa está actuando delictivamente y
podrá justificar una responsabilidad penal
no hace nada para evitarlo, al primero no se
del delegante solo en calidad de partícipe43.
le podrá imputar responsabilidad penal por
b. Los delitos tributarios cometidos por el delito tributario cometido íntegramente
otros directivos por el segundo. Ni siquiera existirá un deber
de denuncia sancionable como delito de omi-
En las estructuras empresariales modernas es sión de denuncia, en tanto su posición no
usual que el gobierno de las empresas no se le asigna un deber general de detectar irre-
reduzca a un único superior jerárquico, sino gularidades al interior de la empresa como
que la dirección asuma ciertos rasgos hete- sería el caso, por el contrario, de los órganos
rárquicos, es decir, de coordinación directiva de control interno. Solamente le alcanzará
sin jerarquías. En este orden de ideas, puede responsabilidad penal si tiene lugar una rea-
ser que a uno de los directivos se le asigne lización conjunta del hecho punible, en el
la gestión de las obligaciones tributarias de que no pueda alegar el principio de confianza
la empresa y a los otros la gestión de otros respecto del correcto desempeño del direc-
ámbitos de administración de la empresa. tivo que gestiona la parte tributaria.

40 Acerca de los deberes de vigilancia sobre los delegados, LASCURAÍN SÁNCHEZ, La protección penal, p. 272
y ss.; SILVA SÁNCHEZ, en Empresa y delito, p. 17 y ss.; ALESSANDRI, Manuale, p. 77 y ss.; NÚÑEZ CAS-
TAÑO, Responsabilidad penal, pp. 52, 201; MEINI MÉNDEZ, Revista Derecho 52 (1998/9), p. 908. En contra
de un deber de vigilancia genérico, PÉREZ CEPEDA, Revista Penal 9 (2002), p. 112.
41 Así, MANSDÖRFER, Zur Theorie, p. 318.
42 Afirma la responsabilidad del delegante en estos casos, pero sin precisar el grado de intervención, FRISCH, La
responsabilidad penal, Mir/Luzón (coords.), p. 121.
43 En este sentido, SILVA SÁNCHEZ, Empresa y delito, p. 17 y s.; EL MISMO, en Compliance y teoría del Dere-
cho Penal, Kuhlen/Montiel/Ortiz de Urbina (eds.), p. 92; GARCÍA CAVERO, La responsabilidad penal, p. 105;
IÑIGO CORROZA, La responsabilidad, p. 271; BOLEA BARDÓN, LH-Mir Puig, p. 767. Señala también que
el incumplimiento de deberes de vigilancia configura normalmente una participación omisiva, PAREDES CAS-
TAÑÓN, El caso colza, pp. 154 y s., 191. Por su parte, LASCURAÍN SÁNCHEZ, en Hacia un Derecho Penal,
p. 223, reconoce este menor dominio del directivo delegante, pero por consideraciones criminológicas parece no
aceptar una responsabilidad penal solo por participación. En esta última dirección parece ir también la exposi-
ción de MARTÍNEZ-BUJÁN PÉREZ, Derecho Penal económico, PG, p. 510.
44 Destaca SILVA SÁNCHEZ, InDret 2 (2011), p. 5; EL MISMO, en Compliance y teoría del Derecho Penal,
Kuhlen/Montiel/Ortiz de Urbina (eds.), p. 93 y s., que entre los directivos en una relación horizontal no hay un
deber de vigilancia.

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DERECHO PENAL | PARTE ESPECIAL

c. Los delitos tributarios cometidos por Existe la posibilidad de que el hecho reali-
subordinados zado por el dependiente no se corresponda
con la organización dispuesta por el directivo,
Si el delito tributario cometido por un subor- de manera tal que no resulte posible hablar
dinado es la materialización de un riesgo de aspectos que formen parte del ámbito
prohibido creado en el ámbito de organiza- de organización de este último47. Aquí solo
ción gestionado por el directivo, no debería podrá hablarse de una responsabilidad penal
ofrecer mayor dificultad para atribuirle a este del directivo si este no ha cumplido con el
el delito cometido por su subordinado. Nor- deber de vigilancia sobre sus dependientes48
mativamente no interesa que el directivo no o ha configurado su ámbito de gestión de
haya intervenido en la ejecución del delito, una forma tal que favorece la realización de
sino solamente que el dominio del riesgo delitos por parte de estos49. En tales casos, no
penalmente relevante le esté asignado a su es que el dependiente configura la esfera de
ámbito de organización. Si en la creación del organización del directivo, sino que ambos
riesgo intervino un subordinado, no es un realizan conjuntamente una organización
dato esencial de cara a la imputación penal defectuosa. Sin embargo, queda claro que
que se le hace. El delito no pertenece nor- el aporte del directivo no tiene la suficiente
mativamente al subordinado, sino al direc- relevancia organizativa como para dar pie
tivo45, por lo que las prestaciones del primero a una autoría, por lo que su responsabilidad
formarán parte de la esfera de organización penal deberá ser a título de partícipe50.
del segundo. Conforme a estas ideas, aun
cuando el delito haya sido realizado fácti- En relación con el deber del directivo de
camente por un dependiente, la responsa- vigilar la actuación de sus subordinados, la
bilidad penal le corresponderá al directivo discusión doctrinal actual ha vinculado la
como autor46. La actuación responsable del observancia de este deber con el llamado
subordinado no enerva la calidad de autor sistema de cumplimiento normativo (com-
directo del directivo. pliance). La idea de partida es que a los

45 Similarmente, JAÉN VALLEJO, Cuestiones actuales, p. 40; PEÑARANDA RAMOS, en Cuestiones actuales
del Derecho Penal económico, Serrano-Piedecasas/Demetrio Crespo (dir.), p. 182.
46 BOTTKE, JuS 2002, p. 322, reconoce solamente una autoría directa cuando el dependiente es utilizado como un
objeto. Por su parte, JAKOBS, Modernas tendencias, p. 634 y ss., es mucho más extensivo, en tanto considera
autoría directa disfrazada los casos de competencia primaria por el comportamiento no responsable de otro. Con-
sideran, más bien, una autoría mediata por el dominio de la organización RANSIEK, Unternehmensstrafrecht,
p. 49; SEELMANN, en La responsabilidad penal de la persona jurídica, García Cavero (coord.), p. 29;
KNAEUR, Die Kollegialentscheidung, p. 75 y ss.; HILGERS, Verantwortlichkeit, p. 108 y ss.; BOTTKE, JuS
2002, p. 321 y s.; EL MISMO, Revista Penal 4 (1999), p. 24 y ss.; PÉREZ CEPEDA, La responsabilidad, p. 183
y s. Con dudas frente a la existencia de tal dominio en grandes empresas, HEINE, SchwZStr 119 (2001), p. 30.
47 Vid., en este sentido, FRISCH, en La responsabilidad penal, Mir/Luzón (coords.), p. 107 y s. En el mismo
sentido, NIETO MARTÍN, pro manuscripto, p. 10, señala que “el riesgo a controlar o el bien a salvaguardar
debe estar dentro del específico ámbito de competencia que cada directivo tenga asignado en el interior de la
empresa”.
48 Sobre el deber de vigilancia respecto de los trabajadores de niveles inferiores, SCHMID, SchwZStr 105 (1988),
p. 178; FRISCH, en La responsabilidad penal, Mir/Luzón (coords.), p. 117 y ss. Destaca que la posibilidad de
alegar la vigencia del principio de confianza por parte del directivo sobre la actuación de sus subordinados resulta
mucho más reducida, FEIJOO SÁNCHEZ, en Gobierno corporativo y Derecho Penal, Bajo/Bacigalupo/Gómez-
Jara (ed.), p. 205.
49 Vid., así, FRISCH, en La responsabilidad penal, Mir/Luzón (coords.), p. 107, para el caso de aquellas acciones
cuyo sentido último está dirigido única y exclusivamente al favorecimiento de acciones ajenas delictivas.
50 Vid., BOTTKE, Revista Penal 4 (1999), p. 27, aunque admite coautoría en caso de consenso.

GACETA PENAL & PROCESAL PENAL | Nº 95 • MAYO 2017 • ISSN: 2075-6305• pp. 139-155 149
directivos de la empresa no se les impone
penalmente el deber de conformar un sis- Comentario relevante
tema de cumplimiento normativo, sino de del autor
evitar que los riesgos creados por la acti-
vidad empresarial conlleven la realización Si se comete un delito tributario des-
de hechos delictivos. Esta afirmación, sin de la empresa, el hecho de que la em-
embargo, no pone en tela de juicio que la presa cuente con un tax compliance
implementación de un programa de cumpli- permitirá sostener que la situación
miento normativo idóneo sea una forma ade-
de infracción de la norma penal ha
cuada de cumplir con el deber antes referido.
escapado de la posibilidad de con-
Bajo estas consideraciones, si se comete un
delito tributario desde la empresa, el hecho trol de los directivos de la empresa y,
de que la empresa cuente con un tax com- por lo tanto, no se darán las condicio-
pliance, permitirá sostener que la situación nes suficientes para responsabilizar-
de infracción de la norma penal ha escapado los penalmente.
a la posibilidad de control de los directivos
de la empresa y, por lo tanto, no se darán las
condiciones suficientes para responsabilizar-
los penalmente. En términos dogmáticos, el bien la obligación tributaria originaria recae
efecto de exoneración de la responsabilidad sobre la empresa constituida legalmente
penal del compliance podrá ser ubicado en el como agente de percepción o retención de
ámbito de la imputación objetiva, concreta- los tributos, su incapacidad delictiva hace
mente en la creación del riesgo penalmente que el cumplimiento del deber institucional
relevante. La incorporación del criminal recaiga sobre su representante. Por medio
compliance hace que el riesgo de que, pese a de la relación de representación, el deber de
todo, se pueda cometer un delito en el marco entrega de los tributos percibidos o retenidos
de la organización empresarial, sea califi- por la empresa se transfiere al representante,
cado, en relación con el directivo, como un quien deberá responder penalmente si es que
riesgo permitido o tolerado51. no se entregan al fisco, y esto aun cuando la
labor de hacerlo pueda recaer internamente
B. La competencia institucional en otros miembros de la empresa (contadores,
abogados, etc.). Para imputar responsabilidad
La competencia institucional del directivo penal solo basta verificar la calidad de repre-
por un delito tributario cometido por otro sentante de la empresa y la posibilidad de
miembro de la empresa se determina a partir haber cumplido con el deber de entrega de los
de la existencia de una institución social espe- tributos percibidos o retenidos.
cífica que le impone un deber positivo, cuya
infracción sustenta el injusto penal. Como El que la competencia institucional se base
se ha dicho, un ejemplo de delito tributario en el estatus especial del obligado tributa-
de infracción de un deber es el delito de no rio trae como consecuencia también que, en
entrega de tributos percibidos o retenidos. Si muchos casos, el miembro de la empresa que

51 Vid., la relación del criminal compliance con la categoría del riesgo tolerado, SILVA SÁNCHEZ, Criminalidad
de empresa y compliance, Silva Sánchez (dir.), p. 37; GÓMEZ-JARA DIEZ, en Tratado, p. 144; COCA VILA,
en Criminalidad de empresa y compliance, Silva Sánchez (dir.), p. 66, en la medida en que los programas de
cumplimiento fuesen reproduciéndose en una pluralidad de empresas.

150 pp. 139-155 • ISSN: 2075-6305 • MAYO 2017 • Nº 95 | GACETA PENAL & PROCESAL PENAL
DERECHO PENAL | PARTE ESPECIAL

ejecuta directamente el delito tributario, no En: CDJ: La responsabilidad penal de las


pueda responder penalmente por no reunir la sociedades, actuaciones en nombre de otro,
calidad especial requerida por el tipo penal. responsabilidad de los consejos de admi-
Además, en una teoría estricta de la infrac- nistración, responsabilidad de los subordi-
ción de un deber, ni siquiera podría responder nados, VII, Madrid, 1994.
como partícipe, pues las reglas generales de ƒƒ BAJO/FEIJOO/GÓMEZ-JARA, Tratado
la intervención delictiva se estructuran sobre de las responsabilidad penal de las perso-
la base de la competencia por organización. nas jurídicas. Pamplona, 2012.
La imposición de una sanción penal sola-
mente será posible si su actuación concreta ƒƒ BATISTA GONZÁLEZ, “La responsabili-
puede subsumirse en un delito de dominio. dad penal de los órganos de la empresa”.
En: Derecho Penal económico. Bacigalupo
IV. Conclusión Zapater (dir.), Buenos Aires, 2000.

ƒƒ BOCK, Produktkriminalität und Unterlas-


El directivo responderá por el delito tribu- sen. Aachen, 1997.
tario ejecutado por un miembro individual
de la empresa si es que resulta competente ƒƒ BOLEA BARDÓN, “Tendencias sobre
por organización o por la infracción de un autoría y participación en el ámbito de la
deber positivo de carácter institucional. En criminalidad empresarial (especial referen-
el primer caso, será necesario reconducir el cia al concepto de autor en los delitos rela-
output lesivo a su ámbito de organización, lo tivos al mercado y los consumidores)”. En:
Derecho Penal del Estado Social y Demo-
que, dependiendo de una vinculación directa
crático de Derecho, Libro Homenaje a San-
o no con el riesgo, permitirá una imputación
tiago Mir Puig, Luzón Peña (dir.), Madrid,
a título de autor o partícipe. En el segundo
2010.
caso, el directivo tiene que ser un obligado
originario o derivado de una institución ƒƒ BOTTKE, “Täterschaft und Teilnahme im
social específica, recayéndole la competen- deutschen Wirtschaftsstrafrecht –de lege
cia penal por el delito tributario acaecido si lata und de lege ferenda”. En: JuS 2002.
su realización ha podido tener lugar por la
ƒƒ BOTTKE, “Criminalidad económica y
infracción del deber positivo impuesto por
Derecho criminal económico en la Repú-
la institución correspondiente. Esta infrac-
blica Federal de Alemania”, (trad. Arroyo
ción lo hace penalmente responsable como
Alfonso). En: Revista penal 4 (1999).
autor. En ambos casos, el que el directivo
haya actuado u omitido en la realización del ƒƒ BOTTKE, “Reform des Wirtschaftsstrafre-
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DERECHO PENAL | PARTE ESPECIAL

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