Вы находитесь на странице: 1из 2

Principio de legalidad y resoluciones judiciales

Francisco Javier AL VAREZ GARCIA

El caótico estado de nuestra legislación penal al ces y tribunales, no es la primera vez que se mani-
que, con cada intervención, contribuye el legislativo fiesta en nuestra jurisprudencia. Uno de los pasos
no sólo con errores manifiestos en la política crimi- más claros en esta dirección se dio con la llamada
nal esbozada -aunque en ocasiones tiendo a creer «creación jurisprudencial del delito continuado», que
que nunca hay planteamientos de política criminal vino a derogar, en ciertos supuestos, lo previsto en
en la mente del legislador español, siendo más bien los preceptos reguladores de los concursos real e
los de política penal los que predominan-, sino con ideal de delitos; asimismo, esas conculcaciones de
clamorosos desaciertos en la pura técnica legislati- la legalidad son visibles en algunas recientes reso-
va -véanse, por citar sólo algunos de los numero- luciones sobre prescripción.
sos fallos observables en la reforma del Código pe- Pero ¿a qué responden semejantes resoluciones
nal de 1989, los contenidos en el párrafo segundo judiciales? Al comienzo de estas líneas se sugería
del artículo 563 (remisión a las cuantías del Seguro uno de los posibles motivos: el mal estado de nues-
Obligatorio); la alusión, que recuerda planteamien- tra legislación penal. La respuesta que algunos jue-
tos propios del Derecho de Autor, al «consciente ces han dado a esa situación ya ha sido apuntada:
desprecio por la vida de los demás» en el artículo violación del principio de legalidad y utilización de la
340 bis d). -1.°; la permanencia de la remisión en analogía in ma/am partem. Desde luego que esta
el último párrafo del artículo 411 a las lesiones gra- respuesta, aún motivada por comprensibles razo-
ves, cuando ha variado toda la estructura de los de- nes, no puede dejar de ser rechazada; y ello por los
litos de lesiones; los múltiples errores cometidos en siguientes argumentos:
relación a las modificaciones de la pena de multa en 1.° Porque supone una arrogación de atribucio-
los artículos 195, 455, 546 bis a), etc-, ha provo- nes legislativas por parte de los jueces que no pue-
caado que en algunas actuaciones judiciales los de más que suscitar recelos; ya que, en el fondo,
operadores jurídicos hayan tomado sobre sus hom- con ello se contribuye a minar el Estado de Dere-
bros la tarea de remediar el pésimo estado de nues- cho que es por el que se ha optado en el momento
tra legislación, con peculiares resoluciones judi- constituyente. Y de acuerdo con los principios que
ciales. iluminan tal forma de Estado, que por otra parte es-
Uno de los ejemplos más claros de estas últimas, tán claramente plasmados en el texto constitucional,
es la que se contuvo en la Sentencia de la Audien- es únicamente al legislador a quien compete esta-
cia de Bilbao en la que se venía a condenar por de- blecer qué conductas son merecedoras de sanción
lito de violación una conducta consistente en un coi- penal.
to anal. Ciertamente, todas las instancias jurídicas 2.° Porque el procedimiento analógico en mate-
-Tribunales, Colegios de Abogados, Universida- ria penal ha estado cubierto por la sospecha de ar-
des, etc.- estaban de acuerdo en que el tratamien- bitrariedad desde la irrupción del Derecho penal mo-
to que la legislación penal concedía a los delitos derno. Y tan es así, que son muchos los autores, fun-
sexuales era especialmente desafortunado -aun- damentalmente en la doctrina italiana -consúltese
que, también es verdad, que la reforma que se ha a este respecto la obra de Nuvolone, Siniscalco, Bri-
plasmado en los actuales artículos 429 y 430 es fá- cola, etc.-, que estiman que el procedimiento ana-
cilmente criticable, en especial por la enormidad de lógico, tanto a favor como en contra del reo, está
la pena prevista en el primero de los preceptos men- prohibido. En todo caso, los autores, y la propia ju-
cionados y por alguna equiparación valorativa fuera risprudencia de nuestro más alto tribunal, consien-
de lugar, que a lo único que puede contribuir es a ten en la prohibición de la analogía in ma/am par-
la obtención de una mayor cantidad de sentencias tem -y no debe olvidarse a este respecto que una
absolutorias-; ello, sin embargo, es evidente no au- de las experiencias más traumáticas para el Dere-
torizaba a los jueces a incluir como violación un su- cho punitivo en el presente siglo, vino de la mano
puesto que la ley excluía claramente de su ámbito de la modificación del parágrafo 2 del Código penal
-y así lo había venido a advertir pocas fechas an- alemán en el año 1935, en el que se admitió expre-
tes una sentencia de la Audiencia de Barcelona que, samente la aplicación analógica, en contra del reo,
ante un caso similar, había condenado por abusos de las normas penales-.
deshonestos, aunque y haciendo uso de lo precep- 3.° Que uno de los valores esenciales de nues-
tuado en el artículo 2 del Código penal, recomen- tro ordenamiento es el de la seguridad jurídica. Cier-
dando al Gobierno una modificación de la legis- tamente se trata de un valor cuya realización plena
lación-. jamás estará asegurada, y ello, entre otras razones,
Ciertamente, esta tendencia a violar el principio porque el medio -el lenguaj~ a través del cual se
de legalidad, en alguna de las decisiones de los jue- expresa el Derecho lo impedirá; sin embargo, ello

13
no obsta para aspirar a su realización dentro de cier- después, con toda claridad por Reichel: no existía
tos márgenes. Pues bien, ese objetivo está en la ac- confianza en los jueces (precisamente, esa falta de
tualidad claramente amenazado por tres hechos: a) confianza es la que, a muchos, nos ha hecho alzar
Por la incorrecta técnica legislativa utilizada en la re- la voz a favor del jurado para enjuiciar determina-
dacción de algunos preceptos penales -un claro dos tipos de delitos; o lo que ha provocado la insis-
ejemplo lo constituye, a este respecto, la redacción tencia en la necesidad de motivar, y no solo formal-
del rtículo 344 bis a). 3.°, que con su referencia a mente, las más importantes resoluciones judiciales).
(cantidad) «de notoria importancia» provoca que, en Pues bien, esa falta de confianza en la labor de los
un mismo caso, la agravación sea aplicada o no de- jueces contemplados individualmente -que tiene su
pendiendo del lugar geográfico donde sea juzgada base histórica en todo el Derecho penal del Antiguo
la conducta-o b) Por la falta de reflexión conjunta Régimen, y en todos aquellos momentos en que,
acerca de la interpretación de algunos preceptos pe- normalmente por razón de alejamiento geográfico de
nales; lo que puede provocar que idénticas conduc- los centros de poder, se ha carecido de la posibili-
dad de imponer criterios legislativos-, es lo que ori-
tas .sean consideradas delictivas por algún tribunal,
y, Sin embargo, por otros perfectamente ajustadas a g!nó, entre otros motivos, la atribución del poder de
dictar normas establecedoras de delitos y penas a
Derecho -por seguir con el mismo ejemplo que en
las asambleas de representantes.
el caso anterior, piénsese en las dificultades que
Esa es la razón, también, de que, al menos en el
está provocando la delimitación de la cantidad de
ámbito del Derecho penal, se hayan rechazado con
d~oga que debe considerarse como destinada al pro-
todo vigor el elemento irracional del Derecho -la
piO consumo, y la que se estima que está abocada
al tráfic~. c) Porque algunos jueces están acudien- conc~e~cia jurídica general, desconectada, pues, de
la «nglda conceptualidad y de la rigurosa vincula-
do a interpretaciones que se salen del puro terreno
ción a la ley» (Hattenhauer)-, y que se plasmó en
de la hermenéutica, para inmiscuirse en el de la
la Escuela del Derecho Libre (ciertamente no ignoro
creación del Derecho como norma general; lo que
que en una conocida sentencia del Tribunal Consti-
provo~a que, en algunos casos, ni el más experto
tucional -en la que se ocupó, precisamente, del
penalista pueda llegar a predecir el contenido de la
problema generado al principio de legalidad con la
sente~cia a partir de un caso dado (y situaciones de
«creación jurisprudencial del delito continuado» a la
este tipO las hemos venido sufriendo durante mu-
que más arriba he aludid~, se llegó a hablar de es-
chos años, por ejemplo en relación al antiguo delito
de escándalo público). pac!os libres ~e creación del Derecho por parte de
l~s jueces y tnbunales; tan desgraciada resolución,
En el momento de justificar algunas de estas «atí-
Sin.e~bargo, no empece lo más arriba afirmado, y
picas» resoluciones, los jueces acuden, en ocasio- lo UnlCOque pone de manifiesto es la escasa pre-
nes, a un argumento de derecho positivo: el conte-
paración q~e, en materia penal, han evidenciado,
nido en el artículo 3.1 del Código civil, «Las normas
~e~d~ e~.mlsmo mom~nto de la creación de aquella
se interpretarán según el sentido propio de sus pa- jUnSdlCclon, los magistrados del Tribunal Consti-
labras, en relación con el contexto, los anteceden- tucional).
tes históricos y legislativos, y la realidad social del Con todo lo dicho no pretendo desacreditar los va-
tiempo en que han de ser aplicadas ... '" Ciertamen-
li?~OS inte.ntos q~e algunos miembros del poder ju-
te nadie se atrevería a dudar de la necesidad de ade- diCial estan realizando, desde hace tiempo, para
cuar el sentido de las normas al momento histórico adecuar la legislación a lo exigido por los tiempos
en que han de ser aplicadas; precisamente si los actuales. Lo único que intento es advertir del peli-
<?ódigos tienen alguna posibilidad de pervivi'r en el groso camino iniciado, que nos puede conducir a la
tiempo, ello es a costa de adecuar su interpretación ~upresión de las garantías elementales, y necesa-
a las cambiantes circunstancias de tiempo y lugar. nas, que reclama el Derecho penal en su aplicación,
En el caso de la legislación penal, y si pensamos para no caer en la más burda arbitrariedad. ¿Solu-
que el Código actual sigue respondiendo, en sus es- ció~? Es necesario que c.ada uno asuma su respon-
tructuras básicas, al elaborado en 1848, la adecua- sabilidad y, en este sentido, que los poderes públi-
ción histórica resulta especialmente importante. Sin cos aborden de una vez por todas la reforma del sis-
embargo, una cosa es tener en cuenta «la realidad tema punitivo (sustantivo, adjetivo y orgánico). Pero
social del tiempo en que han de ser aplicadas (las esa r~forma ha de realizarse con la seriedad que el
norma~)~ en el momento de su interpretación, y otra trabajO concreto reclama. Es decir: basta ya de re-
muy distinta es, tras comprobar la falta de correla- formas ¿pensadas? y elaboradas en dos días y que,
c~~n entre precepto a aplicar y tiempo histórico, mo- en algunos casos, son realizadas por aficionados.
dificar el contenido mismo de la formulación norma- La crítica situación de la Administración de Justicia
tiva. O dicho de otra manera: uno de los gritos im- -un cadáver que está pidiendo a gritos un enterra-
pulsores de la gran reforma jurídica realizada tras la dor- demanda las soluciones que están en la men-
revolución francesa, exigía la limitación de la función te de todos. Frente a la torpe estafa electoral con re-
de los jueces a la pura aplicación del Derecho' de ~lamos de reformas, ~a de imponerse el trabajo se-
ahí, p~ecisamente, el gran casuismo de algun~ de no, prolongado y meditado que nos dote de la legis-
los pnmeros textos legales dictados al amparo del lación adecuada, e impida, de esta forma abocar a
movimiento codificador. La razón de la imposición los jueces al desempeño de un papel q'ue no les
de ese corsé al poder judicial fue expresada, años corresponde.

14

Вам также может понравиться