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KENNEDY Y SUS SECRETOS MORTALES

Sin duda alguna uno de los presidentes legendarios de los USA ha sido John F. Kennedy. Su
asesinato ha sido parte fundamental de esa leyenda que lo elevado a la categoría de mito.
Dejando aparte errores que tuvo, es evidente que fue un presidente muy interesante que
introdujo una imagen diferente de la presidencia de los USA. Sobre su abrupto final el
22/11/63, se ha especulado mucho y algunas teorías son totalmente disparatadas desde mi
punto de vista, aunque las respeto y no entro en ellas. Cada uno puede pensar lo que quiera y
a estas alturas no tienen más importancia. Posiblemente tampoco lo que yo creo.

Sí tengo claro que fueron varios tiradores los que acabaron con su vida y desde varios ángulos
del trayecto entre Elm Street y la esquina con Houston Street, junto a la Plaza Dealey en Dallas,
Texas. Pero lo importante de todo esto fue la motivación para el magnicidio. Para hacer algo así
y mover tantas fichas y sus consecuencias a nivel mundial, tenía que haber sido por algo muy
importante o decisivo y desde luego con servicios secretos detrás. Una operación a esa escala
no es obra de un cualquiera como Lee H. Oswald y menos en actuación solitaria. La comisión
Warren no llegó al meollo del asunto ¿miedo? ¿gente muy importante detrás?... Supongo que
algún día, con libertad de verdad, se sabrá qué fue todo aquello y a quien convenía algo así.

De entrada, si se analiza la trayectoria de Kennedy y sobre todo los dos últimos años, se podrá
comprobar que entró en dos terrenos muy complicados y de consecuencias imprevisibles para
él y su gobierno. Uno fue que en una orden suya directa fechada el 4 de Junio de 1963,
ordenaba que la Reserva Federal (banco privado, no lo olvidemos nunca), dejase de emitir el
dinero para los USA desde 1913, con lo cual quería acabar la deuda de los Estados Unidos con
esa entidad privada y comenzó a emitir los llamados “dólares Kennedy” a bajo interés para los
ciudadanos. Y con ello tener autonomía económica para lo que fuese necesario desde el
gobierno.

El segundo asunto en el que entró fue el solicitar a Israel que los USA revisasen la central
nuclear de Dimona, en el desierto del Néguev, donde parece ser que Israel estaba trabajando e
investigando por su cuenta el poder fabricar la bomba atómica, al mismo tiempo que China, con
lo que la situación podría tornarse muy difícil y la CIA informó al presidente de lo que allí se
estaba llevando a cabo. Evidentemente, Israel lo negaba y tampoco permitía el revisar sus
instalaciones de Dimona.

Sobre este asunto y el asesinato de Kennedy, una clave la dio el Representante de Illinois ante
la Cámara USA Paul Findley, quien dijo en Marzo de 1992 en el Washington Post en un artículo
sobre Oriente Medio, que “Es interesante, pero no sorprendente, que de todo lo escrito y dicho
sobre el asesinato de Kennedy, el Mossad el servicio de inteligencia israelí, jamás ha sido
citado”. También en el libro de Michael Piper Collins, aparecido en Enero de 1994 y titulado
“Final Judgement”, el autor dice “El Mossad israelí fue un elemento básico y fundamental tras la
escena en la cosnpiración para acabar con JF Kennedy”... “A través de sus inmensos recursos y
sus contactos internacionales con otros servicios secretos y el crimen organizado, Israel tenía
los medios, tenía la oportunidad y los motivos para jugar en primera línea su papel en el crimen
del siglo, y lo hizo”...

Si vamos a la historia y la analizamos con la tranquilidad que da el tiempo ya pasado y tratando


de separar la subjetividad de la objetividad, veremos que el Primer Ministro de Israel en aquel
entonces, David Ben-Gurion (activista, sionista y padre del moderno Israel desde 1948 hasta
1963), estaba furioso con Kennedy por que no permitía a Israel el convertirse en una potencia
nuclear y por ello, según Collins en su libro arriba citado, Ben-Gurion en su última etapa al
frente del gobierno, ordenó al Mossad el involucrarse en el plan para asesinar al presidente
USA. En una de sus últimas cartas a Kennedy, Ben-Gurion le dice que “Sr. Presidente, mi
pueblo tiene el derecho a existir, y su existencia está en peligro”.

Es necesario conocer que entre Kennedy y Ben-Gurion había un debate no público y de altura
sobre el asunto nuclear, que fue subiendo de tono y que fue ignorado por la prensa del
momento. El periodista del New York Times, Ethan Bronner, escribió el 31/10/1998, sobre esta
batalla oculta entre los dos mandatarios, denominándolo “fiercely hidden subject”. De hecho,
las conversaciones entre Ben-Gurion y Kennedy están todavía clasificadas por el gobierno USA
¿Por qué? Seguramente porque la rabia y frustración de Ben-Gurion eran tan intensas y su
poder dentro de Israel tan grande, que Collins nos dice que estaba en el centro de la
conspiración contra Kennedy. Y eso quedaba claro para cualquiera en aquel momento.

Incluso el banquero judío de Nueva York, Abe Feinberg describe ese momento así “Ben-Gurion
quizás actuó mal, pero tenía un odio visceral por el “viejo” Kennedy (Joe Kennedy, el padre de
JFK). Ben-Gurion le odiaba ya que sentía que no sólo era anti-semita, sino que incluso se había
puesto del lado de Hitler durante los 30 y 40’s.”. Ben-Gurion estaba convencido de que Israel
necesitaba las armas nucleares para su supervivencia, mientras Kennedy estaba totalmente en
contra. Esta imposibilidad de llegar a un acuerdo causó problemas obvios. Uno de ellos fue que
Kennedy decidió que America sería su prioridad en el mundo y no Israel. Además, respetaba la
Declaración Tripartita de 1950 de que los USA tomaría represalias contra cualquier nacion de
Oriente Medio que atacase a otro país y Ben-Gurion, por otro lado, quería que la administración
Kennedy les vendiese armas ofensivas, sobre todo misiles “Hawk”.

Los dos líderes se enzarzaron en un brutal intercambio de cartas, pero Kennedy no cedió. Ben-
Gurion estaba obsesionado con este asunto y parece que llegó a la paranoia absoluta, creyendo
que la obstinación de Kennedy era una amenaza para la existencia de Israel como nación.
Collins indica en su libro que “Ben-Gurion había dedicado su vida a la creación de un estado
judío y conducirlo por la senda del mundo. A los ojos de Ben-Gurion, Kennedy era un enemigo
de los judíos y su querido estado de Israel”... “La opción nuclear no solo era parte fundamental
de la visión del mundo de Ben-Gurion, sino también la base de política de seguridad nacional de
Israel”

El escritor judío Avner Cohen lo explica en su libro “Israel and the Bomb”, publicado por
Columbia University Press y refuerza ese sentimiento de urgencia diciendo que “Imbuido por las
lecciones del Holocausto, Ben-Gurion estaba consumido por el miedo a la seguridad... La
ansiedad por el Holocausto fue más allá e insufló el pensamiento militarista de Israel” Luego
añade “Ben-Gurion no tenía dudas de la necesidad de Israel por armas de destrucción masiva y
su visión del mundo con su estilo de autoridad, llegó al punto crítico al instigar a Israel en su
investigación nuclear”. Cohen sigue “Ningún otro presidente de los USA ha estado más
preocupado por el peligro de la proliferación nuclear que JFK. Estaba convencido que esa
proliferación haría del mundo un lugar más peligroso para vivir y afectaría a los intereses de los
USA. Por ello, la única forma de demostrar eso en aquel momento fue Israel”.
Ben-Gurion fue consciente de que Kennedy no iba a cambiar de opinión, y por ello decidió unir
fuerzas con la China comunista, ya que ambos países estaban muy interesados en conseguir la
bomba atómica y tener un programa nuclear. Los dos países comenzaron sus negociaciones
secretas a través del negociador Shaul Eisenberg, que era un socio del traficante de armas del
Mossad,Tibor Rosenbaum, y comenzaron el desarrollo de sus propios programas nucleares sin
el conocimiento de los USA. Si alguien podría pensar que un escenario así era improbable, le
emplazo a la lectura del excelente libro de Gordon Thomas “Seeds of Fire”, donde expone como
el Mossad y el CSIS (servicio secreto chino), habían conspirado en muchas ocasiones y no sólo
para robar secretos militares USA, sino también dentro el programa informático PROMISE del
Departamento de Justicia USA. Casi me atrevería a decir que son los primeros ecos del
asesinato de Kennedy.

El peligro del desarrollo de la bomba atómica al unísono China-Israel era un asunto muy
delicado que fue seguido muy de cerca por la CIA. Este fue el inicio de la construcción de la
central de Dimona ya mencionada. Cuando Kennedy pidió revisarla oficialmente, Ben-Gurion
estuvo tan indignado que construyó una central falsa que no contenía ninguna prueba de la
investigación nuclear o su desarrollo. Kennedy, que se dio cuenta del engaño, le comentó a
Charles Bartlett “The sons of bitches lie to me constantly about their nuclear capability.” (Esos
hijos de puta me mienten constantemente sobre su capacidad nuclear). Avner Cohen en su
libro “Israel and the Bomb” reitera esto diciendo que Ben-Gurion había tomado el asunto
nuclear tan suyo que “llegó a la conclusión de no decir la verdad sobre Dimona a los líderes
americanos, ni siquiera en privado”

Para ser conscientes de la gravedad de la situación y visto en términos actuales, miremos que
pasó con Irak y las Naciones Unidas (Bush y Saddam Hussein) y su interés en revisar los
palacios reales y bunkers buscando armas nucleares y gases venenosos. Cuarenta años antes,
esa misma situación se dio entre Kennedy y Ben-Gurion. La diferencia es que Saddam nunca
tuvo armas de destrucción masiva y la información de que sí tenía había partido de Israel.
Pensemos qué está pasando ahora con Irán...

La presión sobre Ben-Gurion fue tan inmensa que acabó dimitiendo de su cargo en 1963. Pero
Kennedy no dejó a su presa y siguió con su sucesor, Levi Eshkol. Como dice Avner Cohen en su
libro “Kennedy le dijo a Eskhol que el apoyo y ayuda de los USA a Israel podría terminar, si no
se permitía a los USA disponer de información correcta sobre sus esfuerzos y avances en el
terreno nuclear”. La solicitud de Kennedy no tenían precedente. Eran un ultimatum. La carta de
Kennedy a Eskhol precipitó una crisis en su gabinete”. Al final Kennedy fue asesinado como
todos sabemos y lo que quizás no se conoce tanto es que China realizó su primera prueba
atómica en Octubre de 1964, pocos meses después del magnicidio. Y el remate viene en que
Collins dice en su libro que “a pesar de que Israel dice que su primera prueba nuclear fue en
1979, en realidad fue en Octubre de 1964 ¡al mismo tiempo que los chinos!”

Para entender la importancia de las decisiones de Kennedy durante su corto mandato


presidencial, uno de los asuntos en los que intentó entrar y cambiar de raíz fue el sistema de
financiación de las campañas políticas. Considerando la enorme influencia del lobby judío en
este asunto y afirmado por el senador Fullbright en el programa de la CBS “Face the Nation” del
15/4/1973, Kennedy pretendía acabar con la influencia de esos grupos que pagaban para
obtener una presidencia dócil a sus intereses. Como se dice en Cataluña y en cualquier lugar de
España “Quien paga, manda. Y si no manda, no paga”.

Puedo imaginarme que de llevar a cabo ese cambio, la política exterior de los USA hubiese
cambiado profundamente y Kennedy hubiese eliminado a todos esos grupos interesados y que
al final querían tenerlo de rodillas. Trágicamente, sus ideas jamás se hicieron realidad y la
batalla con Ben-Gurion sobre el control del desarrollo nuclear israelí se perdió para siempre. El
resultado fue que no sólo Israel siguió con su programa nuclear sin control, sino que se
convirtió en el principal beneficiario de la ayuda externa USA en todos los campos. El
vicepresidente Lyndon B Johnson, al que Kennedy quería apartar de su ticket en las elecciones
de 1964, fue el responsable de cambiar toda la política exterior USA. Es obvio que todo esto no
hubiese ocurrido si Kennedy no hubiese sido asesinado.

Hasta que llegó Johnson, Kennedy llevó una política en Oriente Medio que beneficiaba a los
USA. Su primer logro y básico para la paz, fue un equilibrio de poder en la zona por la que cada
nación sería y se sentiría segura. Esta decisión estaba en línea con la Declaración Tripartita de
1950 y firmada por los USA. Pero bajo la administración Johnson, este equilibrio se rompió y en
1967, sólo cuatro años después del asesinato de Kennedy, los USA eran el mayor suministrador
de armas a Israel y los intereses USA fueron puestos tras los de Israel. Ese mismo año fue la
“Guerra de los Seis Días”, no lo olvidemos... Collins indica en su libro que “La línea básica es:
Kennedy estaba determinado a parar a Israel en su esfuerzo de llegar a la bomba atómica.
Johnson simplemente miró a otro lado. La muerte de Kennedy prueba sin duda alguna que
benefició a la ambición nuclear israelí y las pruebas lo demuestran”.

Reuven Pedatzer, en su revisión del libro de Cohen, escribió el 5/2/1999 en el periódico israelí
Ha´Aretz que “El asesinato de Kennedy llevó a una parada abrupta de la tremenda presión que
aplicaron los USA al gobierno de Israel para que detuviera su programa nuclear. Kennedy dejó
muy claro a Ben -Gurion que no estaba de acuerdo en ninguna circunstancia en que Israel se
convirtiese en una nación nuclear. Si Kennedy no hubiese muerto, no creo que Israel tuviese
hoy la opción nuclear” y sigue “La decisión de Ben-Gurion de dimitir en 1963 tuvo mucho que
ver con la presión que ejerció Kennedy sobre él y el asunto nuclear...”

Por si el lector de este blog no está convencido todavía, vamos a ver algunos números. En el
presupuesto del año fiscal de 1964 que preparaba Kennedy, la ayuda prevista para Israel era de
40 millones de dólares. Con Johnson y en el presupuesto de 1965 pasó a 71 millones y en el de
1966 a ¡130 millones! Además, durante la administración Kennedy ninguna de las ayudas a
Israel era de carácter militar. Estaba repartida entre créditos al desarrollo y ayuda en alimentos
bajo el Programa PL480. Con Johnson, el 20% de la ayuda económica ya era militar y en 1966
del 71%. Podemos imaginar en la actualidad....

Si seguimos con esto, en 1963 Kennedy vendió 5 misiles Hawk a Israel, como parte de un
sistema de defensa aérea. Con Johnson entre 1965/66 fueron 250 tanques, 48 aviones de
combate Skyhawk, además de armas y artillería, todo de carácter ofensivo y no defensivo.
Según Stephen Green en su libro “Taking Sides: America’s Secret Relations with a Militant
Israel”, los “millones de dólares en ayuda militar del año fiscal de 1966, fueron mayores que
toda la ayuda oficial acumulada desde la fundación de Israel en 1948” Green sigue “el 70% de
toda la ayuda USA a Israel ha sido militar”. Creo que se ve claro que sucedió ahí. A los dos años
del asesinato de JFK, Israel pasó de ser comparativamente un estado débil en la comunidad de
Oriente Medio al que no se le permitía tener armas nucleares, a uno militarizado. Como escribió
Seymour Hersh en “The Samson Option”, “en 1968 el presidente Johnson no tenía ninguna
intención de detener la bomba atómica israelí”

Si quisiéramos hacer un balance del resultado del asesinato de Kennedy, podríamos decir que:

1) La política exterior y la ayuda USA a Israel se incrementó tras la llegada de Johnson.

2) En vez de tratar de mantener la balanza de poder en Oriente Medio, de repente Israel surgió
como la fuerza dominante.

3) Desde el presidente Johnson, Israel siempre ha recibido y tenido un armamento superior a


sus vecinos

4) Debido a este obvio incremento militar la maquinaria de guerra israelí ha hecho que haya un
lucha perpetua en Oriente Medio.

5) También Johnson permitió que Israel siguiese con su programa atómico, por lo que ahora es
la 6º fuerza nuclear del mundo

6) Y finalmente la continua ayuda de USA a Israel, en todos los campos, ha creado una
situación sin fin de ataques y represalias, que han convertido la zona en una de las más
peligrosas e inestables del mundo.

Creo que a ojos de Ben-Gurion en aquel momento, habían pocas opciones. Una era permanecer
débiles o como mínimo equilibrados ante sus nuevos vecinos, sobre la base de la negativa de
JFK al desarrollo atómico, o bien asesinar al hombre y seguir el camino para ser la fuerza
dominante de Oriente Medio, recibiendo ingentes cantidades de ayuda militar, y ser una
potencia atómica en el mundo para intimidar a esos vecinos o cualquiera que osase discutir su
predominio.

Mientras, amigos lectores, estas ideas van siendo digeridas por vuestro cerebro, preguntaros
algo: ¿Si Kennedy y las siguientes administraciones USA hasta hoy, se hubiesen adherido
firmemente a la Declaración Tripartita de 1950 y hubiesen hecho todo lo posible para mantener
el equilibrio en Oriente Medio, en vez de empujar a Israel a la primera línea militar, hubiesen
sido destruidas las Torres Gemelas y estaríamos casi al borde de una guerra catastrófica
actualmente? Es algo a considerar.

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