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XIII Asamblea Mundial de la CVX

Itaici - Brasil ‘98

SINTESIS DE LAS NECESIDADES


IDENTIFICADAS POR LOS CUATRO TALLERES
(a partir de estas cuatro listas trabaja la Comisión mandada por la Asamblea)

TALLER I: CRECIMIENTO EN LA VIDA CRISTIANA

Necesidades urgentes:

1. La CVX necesita compartir lo que somos y lo que tenemos con nuestro mundo real,
- como una comunidad apostólica
- actuando como levadura en el mundo real de todos los días
- viviviendo en solidaridad (pasiva y activa), especialmente con los pobres y marginados
- encontrando a Cristo presente en nuestro mundo real

2. La CVX necesita una experiencia particular de los Ejercicios Espirituales:


- una experiencia profunda, progresiva y constante
- que conduzca a la vida en comunidad
- que modele un estilo de vida
- y sea experimentada como un don para nosotros, y por medio de nosotros para nuestro
mundo real.

3. Necesitamos focalizarnos, concentrarnos en nuestro mundo real, verlo claramente:


- especialmente cuando las relaciones humanas en cualquiera de sus formas están
decayendo: relaciones personales, en la familia, con la naturaleza
- apreciando desde nuestra fe el mundo real, nuestras culturas, y con una pasión por la
justicia.

4. Como CVX, necesitamos guías bien formados:


- que conozcan el mundo real cotidiano,
- que sean cuidadosamente formados en la tradición ignaciana por sus companeros
jesuitas,
- que puedan dar los Ejercicios Espirituales, ofrecer acompanamiento espiritual y servir
como guías de grupo.

TALLER II: CRISTO Y LA CULTURA

Preámbulo: Toda persona humana debe ser valorada como tal, tal como lo hace el Creador. Dios
está ya presente en todas las culturas.

1. La necesidad de una sensibilidad y una comprensión de la cultura en la sociedad en que


vivimos, mirándola con los ojos de la Trinidad:
- Ser sensibles a la realidad o situación actual, en la que la religión no es más la base de
la cultura, en la que no hay normas o valores comunes, en la que los cristianos están en

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minoría. La necesidad de reconocer una sociedad fragmentada, consumista y
secularizada.
- El sentido crítico y la flexibilidad en nuestras respuestas son actitudes que debemos
hacer crecer para estar en esta sociedad.
- Despertar al hecho que la fe tiene que armonizarse con esta cultura y ser capaz de
alegrarse por los valores positivos que la gente trata de vivir.

2. La necesidad de descubrir al cristiano nuevo:


- capaz de integrarse en una sociedad multicultural
- capaz de ser persona en una sociedad no cristiana
- capaz de descubrir oportunidades para anunciar los valores del evangelio,
- frente a influencias negativas como el egoismo o ensimismamiento
- frente a diferentes espiritualidades,
- frente a la secularización
- dentro de una comunidad eclesial con distintas tendencias

3. Movidos por el deseo de descubrir y compartir el amor con todos, sentimos la necesidad de
mantenernos en un diálogo profundo y sincero, como la forma de ser cristiano hoy en día:
- Diálogo con otras religiones
- Diálogo ecuménico
- Diálogo dentro de la Iglesia Católica, entre las asociaciones y movimientos
- Diálogo con los que están en búsqueda y con la gente de buena voluntad
- Diálogos más sectoriales, por ejemplo en política, economía, medios de comunicación,
etc.

4. La necesidad de encontrar una nueva manera de ser Iglesia Universal, sin atemorizarnos:
- Necesitamos una Iglesia que no sea trasplantada de un lugar a otro, sino que emerja de
la encarnación de Dios en la comunidad particular.
- Necesitamos distinguir entre “cultura occidental” y cristianismo
- Necesitamos recobrare el valor de las culturas locales, indígenas o tribales, y gozar de
ellas, para promover lo que en ellas hay de positivo y palantearles retos respecto de los
aspectos negativos.

TALLER III: CRISTO Y LA REALIDAD SOCIAL


(Diferentes formas de expresar las necesidades que vemos)

A. Como fueron presentadas a la Asamblea, de una manera muy sintética:


1. Nuestro mundo necesita más justicia
2. Nuestro mundo necesita más esperanza
3. Nuestro mundo necesita ocuparse especialmente y en forma urgente de los pobres
4. Nuestro mundo necesita personas capaces de actuar muy concretamente dentro de sus
realidades locales.
5. Nuestro mundo necesita gente capaz de estar en él con un estilo profético, tanto aportando
criticidad como proponiendo nuevos caminos.

Deseamos que este enunciado breve no nos lleve a perder la riqueza de todas esas
necesidades más detalladas y concretas que le dieron origen y que compartimos durante el
proceso. Tampoco deseamos quedarnos en un enfoque muy abstracto, por el contrario,
deseamos subrayar la necesidad de la acción.

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B. Como fueron sintetizadas por el Grupo Inglés 1:
1. Ponerse del lado de los pobres e interpretar la realidad desde su punto de vista, con los
ojos de Jesús.
2. Ser profetas que inspiren a otros y los atraigan más por sus acciones que por sus palabras,
profetas de la justicia y de la esperanza.
3. Trabajar por una mejor calidad de la vida humana, especialmente para los miembros más
vulnerables y débiles de nuestra sociedad. Para esto, deseamos estar bien formados y
capacitados para el análisis social y la acción inteligente.

C. Como fueron sintetizadas por el Grupo inglés 2:


Hay una necesidad de profetas para nuestro mundo de hoy. Todos nostros, estemos donde
estemos, estamos llamados a ser profetas. Un profeta es una persona:
- cautivada por el mensaje de Jesús
- enteramente en contacto con la realidad que le toca, y capaz de interpretarla y de
aplicarse en pequenas y en grandes cosas
- siempre abierta a Dios y su palabra
- comunmente contracultural
- parte activa en la lucha por un mundo más justo
- capaz de aportar un mensaje de esperanza.

D. Como fueron sintetizadas por el grupo Espanol 1:


Sentimos la necesidad de una educación y formación capaz de transmitir esperanza, promover
la justicia, la participación y la capacidad de analizar y modificar la realidad.
Educación y formación como vocación profética que nos acerque a llevar la esperanza en
valores que vivencie y transforme nuestro entorno, que justifique y dignifique la vida del
hombre, fortalezca la familia y oriente la realidad de los jóvenes.

E. Como sugeridas en el Taller en pleno el día 24 de julio (tendencias comunes):


Nuestro mundo necesita profetas de la esperanza y la justicia, capaces de interpretar la
realidad y actuar en ella desde la perspectiva de los pobres, para una mejor vida humana para
todos.

TALLER IV: CRISTO Y LA VIDA COTIDIANA


(Necesidades priorizadas en el taller 4)

0. Introducción: Se nos sugirió trabajar en 4 áreas de interés distintas: la familia, los jóvenes, la
vida profesional y la colaboración jesuitas-CVX. La última área no fue considerada por el taller
y no surgieron necesidades en torno a ella. Por otro lado, descubrimos que algo faltaba: las
áreas sugeridas no cubren toda la vida cotidiana real, y entonces agregamos un área
transversal que tiene que ver con todas las relaciones ordinarias de la vida de todos los días.
Las primeras necesidades las experimentamos en esta área, la número 1, y las áreas 2, 3 y 4
son aplicaciones concretas de esta primera.

1. En nuestro mundo hay una falta de reconocimiento del valor de la vida humana y de las
relaciones humanas. El sistema dictamina sobre la vida real y excluye a las personas o las
cosas que se le oponen:
- Falta de reconocimiento al valor de la vida, desde antes del nacimiento hasta la muerte
- La tiranía de las estructuras, las políticas, las fuerzas del sistema imperante.

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- La marginación de los que no se adpatan bien al sistema: los desempleados y los
subempleados, las mujeres, los pobres.
- En cristiano, esto significa que Cristo no está más en el centro, incluso en ambientes
cristianos.

2. La familia se está quebrando, hasta el punto que el mismo término “familia” ha llegado a ser
problemático:
- La familia parece ser el principal foco de preocupación
- La familia y el matrimonio no son vividos como sacramento, como un lugar para
encontrar a Dios y a Jesucristo a través de los valores y relaciones que en ella se vivan.
- Hay falta de diálogo y afecto en la pareja, entre padres e hijos, entre adultos y jóvenes.
- Hay una carencia de elementos formativos que ayuden a vivir en familia y profundizar
las relaciones personales.
- Trastornos en las familias por muchos tipos de quiebres.

3. Los jóvenes son las principales víctimas del consumismo:


- Faltan adultos capaces de dar a los jóvenes pistas seguras para luchar contra
los antivalores de la cultura en que vivimos.
- Faltan modos de ayudar a los jóvenes a encontrar sentido para sus vidas en la
sociedad de consumo.
- Falta una iniciación en la fe más inculturada para los jóvenes.

4. La vida profesional no se integra bien y a menudo entra en contradicción con la vida cristiana
- Faltan nexos entre la vida de fe y el trabajo
- Falta una lectura cristiana y una comprensión cristiana del fenómeno de la globalización
- Tiranía de la profesión y el trabajo por sobre la familia
- Conflictos entre el ser cristiano y el trabajo que hacemos.

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CVX: UNA CARTA DE CRISTO ESCRITA POR EL ESPIRITU
ENVIADA AL MUNDO DE HOY

Nuestra misión común

Este documento es el resultado de la XIII asamblea general de la Comunidad de Vida Cristiana en Itaici, 98.
Representa una misión común tal como fue discernida por los delegados y redactada por una comisión
mediante un mandato recibido de la asamblea entera. Es ofrecido ahora a todas las comunidades, nacionales
y locales, y a todos los miembros como individuos y a los Asistentes Eclesiásticos de la CVX en todo el
mundo.
Esta XIII Asamblea se enmarca dentro del contexto de todas las Asambleas Mundiales y especialmente las
cuatro últimas. En Loyola 86, llegó a ser claro que, como Comunidad Mundial, éramos comunidad para la
misión. En Guadalajara 90, nos sentimos enviados a dar fruto como un cuerpo apostólico. En Hong Kong
94, reconocimos e integramos el contexto del cual y hacia el cual estamos enviados. En Itaici 98, hemos
definido nuestra misión común en el contexto del mundo de hoy.
La misión de la CVX viene de Cristo mismo que nos invita a unirnos a él para hacer avanzar en el mundo el
Reino de Dios hasta la plenitud. Él nos llama a situarnos en el corazón mismo de la experiencia del mundo y
a recibir plenamente el don de Dios.
Al revisar nuestras gracias recibidas durante los cuatro últimos años encontramos la mano de Cristo y su
amor, y en gratitud por todo lo bueno que se ha logrado en nuestras vidas y en la CVX, nos ofrecemos para
seguirlo en el camino y trabajar con El, como lo hizo Ignacio.
Discernimos acerca de las necesidades más urgentes de nuestro mundo de hoy, y desde ellas tratamos de
dar cuerpo y vida a los deseos que el Señor tiene para nosotros aquí y ahora.
Al revisar las necesidades, nos enfrentamos a nuestras limitaciones y debilidades, a nuestras luces y
sombras, a nuestro pecado. Pero asimismo encontramos muchas cosas buenas y sabias, especialmente ese
poderoso y penetrante esfuerzo para proseguir en la lucha por la misión. Por eso asumimos nuestra misión
con confianza de que el Señor nos acepta como hizo con Ignacio, no porque seamos fuertes, sino porque
“nos basta su amor y su gracia”.
En este proceso de discernimiento, que comenzó en nuestras comunidades nacionales, hemos considerado
cuatro áreas de nuestra vida desde nuestro carisma ignaciano: 1) Cristo y el crecimiento en la vida
Cristiana; 2) Cristo y la Cultura; 3) Cristo y la Realidad social; 4) Cristo y la vida cotidiana.
El proceso nos llevó a descubrir tres áreas de misión y un conjunto de medios necesarios para realizarla:
Primero, deseamos traer a nuestra realidad social el poder liberador de Jesucristo.
En segundo lugar, deseamos encontrar a Jesucristo en toda la variedad de culturas, permitiendo que
su gracia ilumine todo lo que necesita transformación.
En tercer lugar, deseamos vivir unidos a Jesucristo para que EL pueda entrar en todos los aspectos de
nuestra vida ordinaria en el mundo.
Estas tres áreas de misión fueron iluminadas por la fuente espiritual que nos alimenta y nos fortalece
para la misión: los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, que nos ayudan a crecer en la vida cristiana.
Además, debemos atender nuestra propia formación para la misión, de manera que nuestra que
nuestra comunidad pueda llegar a ser un instrumento más eficaz de servicio.
Sugerimos a todos los que reciban esta redacción sobre nuestra misión que la lean como una formulación de
un fuerte deseo de la Comunidad de Vida Cristiana reunida en Asamblea, y no desde un punto de vista
meramente intelectual o informativo.
Invitamos al lector a unirse en nuestra peregrinación, para que Jesucristo pueda alcanzar toda su plenitud.
Eso es lo que apasionadamente deseamos y a lo que nos comprometemos de todo corazón.

CRISTO Y LA REALIDAD SOCIAL

Del lado de los pobres:

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Nuestra relación personal con Dios que surge de los Ejercicios Espirituales es la inspiración que nos
entusiasma para participar en la lucha por un mundo justo. Apreciamos la postura profética de la Iglesia
contra la pobreza y contra las causas que la originan. Enraizados en Cristo y en su amor por nosotros,
queremos hacer nuestra opción por los pobres, no como una idea sino haciendo un análisis serio y adoptando
una actitud responsable y efectiva en relación a la pobreza y sus causas. Estamos llamados en nuestra vida
comunitaria a animarnos unos con otros para mirar al mundo y trabajar en él desde la perspectiva de los
pobres y a crecer en nuestra capacidad de encontrarnos con ellos, de saber dónde están en nuestras
sociedades, y descubrir cuáles son las mejores formas de participar en sus luchas. También estamos
llamados a examinar nuestras propias vidas desde esta perspectiva.

1. Por un mundo más justo


Necesitamos trabajar contra la codicia y el mal uso del poder del capitalismo, a menudo ejercido tan
eficientemente por las multinacionales. Tal como las causas de la pobreza y la injusticia están vinculadas
entre sí y se apoyan unas a otras más allá de las fronteras nacionales, nosotros como CVX estamos llamados
a dar testimonio de una comunidad mundial que da a sus miembros el poder de ser profetas de la esperanza
y de la justicia, capaces de asumir posturas audaces, para traer más justicia a este mundo. Estamos
preparados para establecer nuevas redes de colaboración, para iniciar acción social: llegaremos a ser
emprendedores sociales, con la misma intensidad que emplean los empresarios en el mundo de los negocios.
Queremos participar en diferentes foros nacionales e internacionales, trayendo a ellos la voz de los
más pobres en asuntos tales como el problema de la deuda internacional. De diversas maneras estamos
todos llamados a una participación activa en las estructuras económicas, políticas y sociales, no sólo desde
un punto de vista crítico sino proponiendo también soluciones. En esto la comunidad nos da el poder que
necesitamos para creer que podemos trabajar en el cambio de las estructuras de pecado.
Nos preocupamos por la integridad de la creación de Dios en todas sus diversas bendiciones.
Apreciamos las sanas relaciones en todas las áreas de la vida humana: familia, trabajo, vida pública y la
Iglesia, y estimamos de mucho valor una cultura de diálogo en la familia humana.

2. Testimoniando nuestro estilo de vida


Reconocemos que nuestra principal contribución a nuestro mundo es vivir plenamente nuestra
vocación, como está expresada en nuestros Principios Generales, como individuos y como comunidad.
Nos sentimos particularmente llamados a vivir en solidaridad con todos, con un estilo de vida sencillo,
buscando todos los días nuestra propia conversión a Dios y compartiendo la experiencia de los Ejercicios
Espirituales de San Ignacio y su pedagogía.
Creemos que una de las grandes contribuciones a nuestro mundo hoy, especialmente en la
resolución de conflictos y en la toma de buenas decisiones en todos los niveles de la vida, es el proceso de
discernimiento y esas habilidades para escuchar y dialogar que aprendemos en nuestra comunidad.

3. Siendo profetas en nuestro mundo


Sentimos que la CVX está llamada a resistir el creciente consumismo e individualismo, y la erosión
cultural que producen. Nuestra espiritualidad nos forma para ser proactivos, y esto nos dará la confianza
necesaria para ir contra la corriente cuando sea necesario.
No queremos ser profetas desgastados en el mundo. Más bien, queremos alegrarnos por la
presencia de Cristo en él y retornar frecuentemente para nutrir nuestra relación esencial con el Señor.
También necesitamos aprender como ser levadura de una manera silenciosa y profunda, promoviendo y
viviendo relaciones justas en la familia, en el lugar del trabajo, en la vida pública y en la Iglesia.

4. Formados a través de la acción y la experiencia


La CVX necesita actuar. Necesita un programa de formación y capacitación que la ayude a ser activa
en el mundo. Prácticamente todas las necesidades sociales que deseamos enfrentar exigen formación, pero
la acción no pueda esperar hasta que estemos completamente formados. Necesitamos desde el comienzo
mismo aprender a ser contemplativos en la acción, a promover experiencias de inserción en situaciones de
opresión y privación, y a promover un modelo de experiencia - reflexión - acción en nuestras programas de
formación.
Deseamos desarrollar una formación activa, progresiva, continua y adaptable en los Ejercicios
Espirituales, y encontrar formas concretas por medio de las cuales su riqueza pueda ser compartida con la
gente en todas las circunstancias de la vida.

5. Trabajando en redes y colaborando


Sentimos que hoy hay una gran oportunidad de colaborar con otros y encontrar estructuras flexibles y
dinámicas que aseguren eficiencia en el servicio que deseamos aportar al mundo. Queremos colaborar

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dentro de la CVX y más allá de ella, y unirnos humildemente a otros para ayudar en sus iniciativas.
Reconocemos un particular llamado a hacer esto con la Compañía de Jesús en muchos diferentes sectores,
de acuerdo a las realidades locales y a las habilidades personales: educación, refugiados, inquietud social,
ONG´s, etc.

CRISTO Y LA CULTURA

Nos hemos encontrado con Jesucristo en los evangelios y hemos elegido seguirlo. Una de las grandes
bendiciones de nuestras vidas es el enriquecimiento de nuestra propia identidad que obtenemos no sólo de
nuestra propia cultura sino también de otras . Sin embargo, aborrecemos el daño que el pecado propio de
cada cultura puede causar a las personas, quebrándolas, y a las comunidades, dividiéndolas. Más aún, en su
tendencia hacia la uniformidad, la emergente cultura mundial parece estar teniendo el negativo efecto de
destruir la unicidad de cada cultura más que el deseable efecto de integración positiva de los pueblos de
diferentes culturas en un solo mundo que los respeta a todos en su peculiar contribución. Es desde estas
perspectivas que nos comprometemos a favorecer la plena presencia de Cristo en todas las culturas, de las
siguientes maneras:

1. Trabajando - con nuestras palabras y acciones- como profetas que ayudan a crecer todo lo que es
bueno y a transformar todo lo negativo en las culturas en que vivimos.

Los diversos medios de comunicación social , especialmente los masivos, tienen un enorme poder de hacer el
bien o el mal. Nos comprometemos a aprender a usarlos efectivamente y a ser críticos ante lo que presentan
al consumidor. Debemos emplearlos ampliamente en nuestro deseo de comunicar nuestra fe cristiana en los
valores que defendemos.
En relación a la cultura mundial dominante
Nos oponemos a su individualismo con su preocupación por el diálogo que también encontramos en ella en
un nivel más profundo. Contrarrestamos la marginación que hace de los pobres con su preocupación
por los derechos humanos y por la dignidad de todos. Al consumismo imperante , oponemos su más
fundamental afirmación de la vida.
Reafirmamos un estilo sencillo de vida que por sobre las cosas , enfatiza lo que somos, lo que podemos
compartir y como podemos servir y humanizar.
Nos comprometemos a vivir como testigos a partir de nuestra experiencia comunitaria en CVX , focalizada en
la experiencia de dar y recibir, y a atraer a otros hacia esta manera de vivir.
En relación a las culturas locales y regionales
Convencidos que la humanidad se enriquece desde las distintas perspectivas, apoyamos todo lo que es único
en cada cultura. Apoyamos también la preocupación por la comunidad que a menudo necesita ir más
allá de nuestros limitados horizontes. Apoyamos por último la rica simbología que nos capacita para
soñar y para crear aun cuando reconocemos que los simbolismos pueden ser usados para degradar y
destruir.

2. Encarnando los valores del Evangelio en todas las situaciones particulares, para que cada cultura
pueda actuar todo su potencial a fin de dar vida plena a la humanidad.

Nos encarnaremos en nuestras propias culturas y al mismo tiempo tendremos la fortaleza de ir contra
corriente por medio de nuestra capacidad crítica y de nuestro testimonio.
Nos preocupamos especialmente por los que andan en búsqueda de sentido para que puedan encontrarlo, y
por los que viven sin esperanza, para que puedan encontrar su camino.
Buscamos mejores formas de educación para que los verdaderos valores puedan ser asimilados y vividos.
Reconocemos que todas las etapas de la vida tienen sus crisis y sus desafíos, y apoyamos a todos en
su camino, muy especialmente los jóvenes pues ellos pueden tener especiales dificultades ante la
relatividad de los valores que se les presentan.
Aportamos habilidades para el diálogo y el compromiso para una reconciliación en cualquier situación.

3.Nos comprometemos a involucrarnos en una búsqueda de una nueva manera de ser Iglesia
universal, que acoja en su seno riquezas provenientes de la gran diversidad cultural de hoy.
Promovemos el diálogo en el seno de la Iglesia y entre la Iglesia Católica y otras denominaciones cristianas,
otras religiones, personas en búsqueda, y todos los de buena voluntad.

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Trabajamos para una auténtica inculturación en las Iglesias locales. Ayudamos a la Iglesia promoviendo lo
que es positivo en las comunidades locales y desafiando sus aspectos negativos. Aplicamos esto al
servicio pastoral, a la catequesis, a la liturgia y a la teología.
Trabajamos para integrar con nuestra fe todos los aspectos de nuestra realidad, incluyendo la familia, el
matrimonio y el trabajo.
Promovemos los valores de las relaciones humanas auténticas en la Iglesia. Esto implica preocuparnos por
curar nuestras heridas y trabajar por la transformación de las estructuras de pecado.

CRISTO EN LA VIDA DIARIA

Como deseamos que nuestra pertenencia a la CVX atraviese todo lo que hacemos en nuestra vida
diaria, deseamos vivir plenamente de acuerdo con lo que decimos ser, una comunidad de fe laica e ignaciana
en misión. Este deseo claramente tiene dos aspectos importantes que pueden ser ambos vinculados con
nuestro compromiso de buscar y hallar a Dios en todas las cosas. Por un lado, podemos perder a Dios en lo
cotidiano y perder así tanto la riqueza de Su presencia así como muchas oportunidades para servir. Por otro
lado, podemos ser ciegos a la presencia de Dios en algunos aspectos de nuestra vida, y desaprovechar así el
desafío de crecer y la capacidad de servir en algunos aspectos de nuestra vida. En nuestro discernimiento
detectamos cuatro fuertes deseos y los acogemos como prioridades en nuestra misión de hacer presente hoy
a Cristo en nuestra vida diaria.

1. Deseamos hacer sentir el valor absoluto de cada persona y de las auténticas relaciones
personales en la comunidad.

Las fuerzas del mal están obrando con fuerza en el mundo entero, e impactan todas nuestras actividades
cotidianas. Queremos siempre apoyar a la persona humana, creada a imagen de Dios.
Deseamos vivir nuestras vidas sin temor a ser afectivos en nuestras relaciones, y a valorar este mundo como
un don de Dios.
Por nuestra certeza en fe de que nadie debe ser excluído, queremos tener especial cuidado por el pobre e
incluir esta perspectiva en las decisiones que tomamos en todos los aspectos de nuestra vida diaria.
En nuestra interpretación del mundo incluímos una comprensión cristiana crítica de la globalización, los
problemas del medio ambiente y la militarización.

2. Deseamos promover una vida de familia como unidad básica en la construcción del mundo hacia
el Reino de Dios.

Nos mueve fuertemente la preocupación por el área de la familia, en la diversidad de sus manifestaciones, por
el hecho de estar hoy tan amenazada y aun a punto de descomposición.
Deseamos cultivar y promover la afectividad y relaciones auténticas en la pareja, entre padres e hijos, y entre
generaciones.
Estamos comprometidos a vivir el matrimonio y la vida familiar en discernimiento, para integrarlos a nuestra fe
y de esta manera vivir plenamente estas dimensiones de la vida como una vocación del Señor en la
Iglesia.
Especialmente queremos cuidar de las familias que sufren cualquier tipo de rotura o quebranto.

3. Deseamos acompañar a los jóvenes en su camino hacia una vida llena de sentido, e invitarlos a
entrar en contacto con el Señor que les ofrece la plenitud de vida.

Los jóvenes son especialmente vulnerables al consumismo y a otros antivalores. Cada joven se encuentra
frente a la encrucijada de elegir su estilo de vida, y nos esforzamos para asegurar que para ellos el
estilo de Cristo sea atractivo y desafiante. Deseamos escuchar a los jóvenes en sus esperanzas y
deseos, valorar su generosidad y apoyar su crecimiento de todas las maneras posibles.
Deseamos ofrecer a los jóvenes una iniciación inculturada a la fe, saliéndoles al encuentro donde estén y
haciendo juntos el camino hacia un encuentro más profundo con Cristo, con la ayuda efectiva de la
pedagogía ignaciana.

4. Deseamos integrar las actividades profesionales y laborales en una vida verdaderamente humana y
en nuestra fe cristiana.

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La omnipresente preocupación por las ganancias debe ser combatida en todas las áreas de la vida
profesional.
Queremos valorar el trabajo y la dignidad del trabajador, afirmando a la vez que el trabajo no es un fin en sí
mismo.
Queremos superar la frecuente distancia entre nuestro compromiso de fe y nuestras actividades profesionales
y laborales, para vivir esas actividades como parte de nuestra vocación personal.
También queremos encontrar maneras de luchar contra el desempleo y el sub-empleo, aún cuando no
podamos resolver el problema.

MEDIOS PARA LA MISIÓN

1. Ejercicios Espirituales

Como Comunidad Mundial, CVX debe apoyar a todos sus miembros proveyéndoles de medios y
recursos para experimentar plenamente la gracia de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio,
ofreciéndoselos de manera dinámica, progresiva y continua. Puesto que las fuentes ignacianas están en el
origen de nuestra espiritualidad, deseamos leerlas todas con una perspectiva laical.

2. Formación

CVX creará equipos de formación a nivel regional y mundial que propondrán y desarrollarán
programas de formación, que intelectual y afectivamente integren las dimensiones espiritual, comunitaria y
apostólica de la vida en CVX. Se prestará especial apoyo al desarrollo de programas que capaciten a los
miembros de la comunidad para ser creativos y capaces de una vida en contra de la corriente cuando ello sea
necesario.

CVX ofrecerá su experiencia en el desarrollo de la persona, integrando fe y vida, cubriendo todas las
dimensiones de lo cotidiano, con una especial sensibilidad por los pobres y marginados. Deseamos
desarrollar programas de formación y educación que capaciten a las personas y/o a la comunidad para una
escucha activa, para manejar la resolución de conflictos y promover un abierto y sincero diálogo entre sus
miembros y con otras personas de la sociedad.

CVX ayudará a sus miembros a aprender los procesos de discernimiento personal y comunitario, que
conducirán a actividades apostólicas personales y comunitarias más efectivas. Para esto proporcionaremos
programas adecuados y entrenamiento a líderes, guías y coordinadores, según el espíritu y método de la
pedagogía ignaciana. También deseamos proporcionar medios y recursos a todos sus miembros, en todas las
etapas del desarrollo humano, para tomar conciencia de la vocación personal y ser afirmados en su identidad
en la comunidad.

3. Colaboración en la misión

CVX siente un particular llamado a colaborar en la misión con la Compañía de Jesús y con otros
miembros de la familia ignaciana. CVX está especialmente interesada por crear y apoyar activamente redes
de trabajo apostólico en la Iglesia y con otros grupos internacionales.

4. Finanzas

CVX está especialmente preocupada por el apoyo económico que aportan todas sus comunidades
nacionales para enfrentar sus gastos a nivel mundial. La responsabilidad financiera debería ser siempre
discernida por cada miembro en su pequeña comunidad, y es un signo evidente de compromiso maduro con
la Comunidad Mundial.

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