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Escritura
Máster Universitario en Neuropsicología y Educación
Facultad de Educación
Índice
Introducción....................................................................................................... 3
Bibliografía. ....................................................................................................... 11
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Introducción.
El desarrollo de los niños está ligado a diferentes factores a nivel cerebral, corporal y
por la mediación social, ejercida por las instituciones inmediatamente cercanas a él (la
familia y la escuela). Es así, como desde la casa y el colegio, los adultos que rodean a los
niños deberían encontrarse capacitados para generar un ambiente intencionado de
desarrollo e influir en la mejora de los procesos de aprendizaje.
Teniendo en cuenta lo anterior, existen distintas maneras de promover el desarrollo,
particularmente, de tres factores relacionados con los procesos de escritura: la
percepción, la motricidad y la lateralidad. A continuación, se presentan quince
actividades que pueden ser realizadas por padres y profesores para favorecer el
aprendizaje de los niños, se sugiere que se realicen durante un tiempo prudencial (de tres
a seis meses) y se alternen o modifiquen según las necesidades particulares de la
población con la que se interactúan.
Asimismo, es necesario tener en cuenta que el desarrollo perceptivo es un proceso no
sólo de codificación, organización e interpretación, sino que es intencional y selectivo.
Lo cual, permite al individuo adaptarse al ambiente que lo rodea. Adicionalmente, las
percepciones son aquellas sensaciones que provienen de los sentidos, dotadas de
significado; por lo tanto, entre más sentidos se involucre (el tacto, la visión y la audición,
por ejemplo) se tendrá una comprensión más completa y general.
En tanto, el desarrollo motor comprende procesos de maduración con relación a la
coordinación motriz. Dentro de este desarrollo, se comprenden dos desarrollos
psicomotores y tres procesos diferentes para desarrollar las habilidades motrices. En un
primer momento, se entiende que el desarrollo motor está dividido en motricidad fina y
motricidad gruesa (movimientos pequeños y grandes realizados con distintas partes del
cuerpo, respectivamente). Mientras que, los tres procesos son el autocontrol, la
lateralización y el dominio del esquema corporal.
Finalmente, el desarrollo de la lateralidad procesa y organiza la información que
proviene de órganos receptores al sistema nervioso central. Se desarrolla en una etapa
prelateral, con dos objetivos de desarrollo: homolateral y contralateral y, con el
afianzamiento de estos niveles se establece la lateralidad hasta la dominancia cerebral
(indispensable para iniciar el proceso de lectura y escritura).
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1. Desarrollo de la percepción.
A continuación, se presentan cinco actividades que tienen como base el desarrollo
intencionado de la percepción. Se tienen en cuenta sentidos como el tacto, el oído y la
visión. Se recomienda trabajar con cada una a lo largo de 3 a 6 meses, con el fin de incluir
en los estudiantes una amplia variedad de adjetivos para definir y variar la concepción
de los objetos; asimismo, se pueden alternar para mejores resultados y mayor interés por
cada una.
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sus compañeros y escribirá una letra del abecedario, esperando que su compañero logre
decirla en voz alta tan pronto él termine de trazarla.
Variaciones: Se puede realizar por parejas separadas a lo largo del salón, según la edad
se puede jugar con palabras. (Cebrián, Martín y Miguel, 2013)
1.4. El ciego.
Objetivo: Desarrollo del tacto.
Materiales: Pañuelos para cubrir los ojos, un espacio con abundantes objetos.
Descripción de la actividad: El curso se dividirá en parejas, un niño con los ojos
cubiertos y su pareja. El niño sin venda deberá guiar a su compañero a un objeto y deberá
pedirle que lo toque, lo huela y que, incluso, lo escuche, para adivinar qué es. (Cebrián,
Martín y Miguel, 2013)
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Descripción de la actividad: El profesor debe tener una caja que solo tenga un
agujero para introducir las manos, los estudiantes deberán ordenarse en fila y tendrán
que tomar un objeto de la caja (sin sacarlo de allí), palparlo, incluso olerlo y adivinar qué
hay allí.
Variación: Con el fin de hacer una integración sensorial, se pueden hacer cajas de
sonidos (recipientes de plásticos con materiales que generen diferentes sonidos: canicas,
plástico, etc.), de aromas, entre otras.
2. Desarrollo de la motricidad.
Este apartado incluye cinco actividades pensadas para el desarrollo de la motricidad
en niños entre los 4 y los 7 años. Se sugiere a los docentes trabajarla a lo largo de seis
meses, con el fin de favorecer el dominio del esquema corporal, el desarrollo psicomotor
de la motricidad fina y gruesa y la lateralidad (sin embargo, se encuentra al final un
capítulo dedicado especialmente a este proceso).
2.1. Mi cuerpo.
Objetivo: Dominio del esquema corporal y lateralización.
Descripción de la actividad: Cebrián, Martín y Miguel (2013), sugieren que: Los
niños se tocan, por ejemplo, la nariz con una mano, al tiempo que, con la otra, se tocan
una oreja. A la señal de la profesora (dar una palmada) invierten la postura. Las partes
del cuerpo irán cambian. (p. 37)
Variaciones: Se pueden hacer carteles que un niño seleccione al azar para que sus
compañeros hagan la actividad.
2.3. Espejos.
Objetivo: Dominio del esquema corporal y lateralización.
Descripción de la actividad: Esta actividad se puede realizar por parejas, los niños
deben pararse frente a frente y deberán imitar lo que hace el otro. Es recomendable que
se den turnos, con el fin de que sepan quien hará primero los movimientos y quien
imitará. (Cebrián, Martín y Miguel, 2013)
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Variación: Se pueden realizar diferentes figuras según la edad, se podría iniciar con un
abanico y aumentar su nivel de dificultad, conforme se desarrolla la motricidad fina.
3. Desarrollo de la lateralidad.
Finalmente, se proponen cinco ejercicios para el desarrollo de la lateralidad. Con el
fin de verificar los resultados de las actividades, se sugiere a quien las aplique que sea a
lo largo de seis a doce meses. Las actividades se pueden adaptar según la edad de los
participantes, que pueden estar entre los 3 y los 8 años, con el fin de favorecer al niño
según la etapa de establecimiento de la lateralidad en la que esté.
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3.2. Encesta la canica.
Objetivo: Desarrollo de la lateralidad
Materiales: Una caneca decorada de diferentes maneras, canicas, pelotas, fuchis o
cualquier objeto que se pueda lanzar (se recomienda tener en cuenta la edad de los niños
para elegir el objeto)
Descripción de la actividad: Se coloca en el centro del aula una pequeña caja, cada
niño tiene una pelota (hecha con papel de periódico) que deberá intentar encestar.
(Cebrián, Martín y Miguel, 2013, p. 56)
Variación: Es posible solicitar a los niños que en la primera ronda todos lancen solo
con la mano derecha, luego con la mano izquierda, luego alternando, entre otros.
3.4. Twister.
Objetivo: Desarrollo contralateral
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Materiales: Tapete con círculos de colores (rojos, verdes, amarillos y azules), ruleta con
colores y otra con partes del cuerpo (brazo derecho, brazo izquierdo, pie derecho y pie
izquierdo). Se puede comprar el juego o realizarlo con materiales reciclables.
Descripción de la actividad: Se formarán grupos de 5 o 6 niños en el salón de clases.
Cada grupo seguirá las instrucciones, se deben girar las ruletas y ubicar las extremidades
del cuerpo según el color que se saque. Se puede jugar de 15 a 20 minutos.
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Conclusiones y reflexiones.
Bibliografía.
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