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Sistematización: Ciclo de Debates del Frente Feminista del Movimiento

Autonomista:

Feminismo, pueblo y constitucionalismo

octubre de 2016

I. Constitución, feminismo y poder


II. Caracterización del camino institucional iniciado en Chile para una
nueva Constitución.
III. Debate.

I. Constitución, feminismo y poder

La Constitución en la tradición democrática es la estructura social e institucional


que tiene por propósito, en un primer momento, constituir poder político
democrático para luego equilibrarlo en relaciones simétricas en las distintas
esferas de la vida. Es decir, contempla mecanismos institucionales que posibilitan
agencia política democrática, agencia que no existe de un modo natural en las
sociedades y que existiendo puede tener diversa potencialidad y direccionamiento;
puesto que su conformación y sentido pasan por la existencia de mecanismos que
posibiliten acción colectiva, de forma tal que tras la acción, esto es, de un modo
retrospectivo, se constituya a un sujeto que se apropie de su historia y determine
su identidad, esto es, el pueblo en un sentido no esencialista. Así, el
constitucionalismo de lo que trata es de constitución de poder en la articulación de
demandas en torno a antagonismos políticos, y de un poder cuya génesis
responda a las cada vez más profundas exigencias del principio democrático: del
principio que exige que todos contemos, y que contemos por igual.

Entonces, frente a la pregunta: ¿qué nos aporta la episteme feminista al problema


de constitución de poder? Podemos esbozar al menos tres ideas.

i.- Poder desde abajo hacia arriba, importancia de hablar desde los márgenes
de lo subalterno.

El feminismo es una lucha emancipatoria que vuelve particularmente perspicuo


que la exigencia democrática de que todos contemos por igual es un movimiento
continuo, no un asunto que se resuelva de una vez y para siempre, sino que está
sujeta a un continua crítica desde la posición de quiénes están más abajo, más en
los márgenes, esto es, en la subalternidad. La lucha por la libertad continúa
siempre en movimiento incesante desde lo que represente lo subalterno. Y es
desde esa posición dónde las luchas se integran en un discurso de totalidad, sin
jerarquización de relevancia (Angela Davis). Es lo subalterno lo que muestra el
momento tras el cual es posible hablar de libertad: aquel en que la vida de cada
uno le pertenezca a cada cual.

ii. Continua crítica frente a lo constituido, lo político frente a la juridificación.

El constitucionalismo moderno se instituye desde los códigos del sistema de vida


ideal del hombre blanco burgués. “Los derechos del hombre y del ciudadano”
sacralizan la forma de vida burguesa, la extraen de la posibilidad de ser objeto de
crítica. Aquella crítica que implica la consciencia política de que la lucha por la
libertad es un camino, y no un punto de llegada. Al darles a los derechos
fundamentales el estatus jurídico de derechos subjetivos y despojarlos de su
dimensión política, se convierte a los derechos en un asunto de individuos, en vez
de un asunto político de la vida en comunidad que obliga a su continua
revisión y resignificación. Elementos de la vida se naturalizan, se cosifican, y
quedan atrincheradas en la esfera de lo privado. Esto se explica por la
circunstancia de que el razonamiento jurídico es un razonamiento que se
caracteriza por operar en base a razones excluyentes con alta autonomía frente a
las exigencias de lo político, el lenguaje jurídico es altamente impermeable; su
operatividad precisamente consiste en dejar fijas e inmutables las decisiones
políticas que en un determinado momento con una determinada correlación de
fuerzas, se adoptaron. Mientras que la política está sujeta a un continuo
reordenamiento de las fuerzas. El punto aquí es que dicha cosificación de lo
privado en relación a las sexualidades disidentes y a lo femenino, entraña una
situación especialmente aguda de explotación, se genera una mistificación del
trabajo reproductivo y productivo. Por tanto, el feminismo materialista hace propio
el postulado de origen marxista que un horizonte emancipatorio no puede sino
postular que los derechos son primariamente políticos, es decir, un asunto de
todos que desafía la categoría binaria esfera pública - esfera privada; y que pone
en contraposición a la sociedad frente a la comunidad.

iii. Mecanismo performativo.

Dado lo anterior, es posible afirmar que qué tan feminista sea el proceso mediante
el cual Chile se dé a sí misma una nueva Constitución determinará cuan
democrático será el resultado. Poder constituyente constituído de abajo hacia
arriba: la mirada feminista dirá dónde se ubican los márgenes.
II. Caracterización del camino institucional iniciado en Chile para una
nueva Constitución.

El gobierno de Michelle Bachelet anunció la propuesta de una nueva Constitución


para Chile prometiendo el envío de un proyecto de ley para que el Congreso
defina cuál debe ser el mecanismo de reemplazo de la Constitución de 1980 (las
alternativas son: formar una Comisión Bicameral de Senadores y Diputados;
formar una Convención Constituyente mixta de parlamentarios y ciudadanos;
convocatoria a una Asamblea Constituyente y que el Congreso pueda convocar a
un plebiscito, para que sea la ciudadanía la que decida entre las anteriores
alternativas.)

Asimismo, el ejecutivo convocó a un proceso de diálogos ciudadanos no


vinculantes cuyo objeto final es la elaboración de un documento denominado
“Bases Ciudadanas” que servirán de insumo para un proyecto de nueva
Constitución, que en palabras de Bachelet “recoja lo mejor de la tradición
constitucional chilena y que esté acorde con las obligaciones jurídicas que Chile
ha contraído con el mundo.”

Para que estos ciclos se realicen de manera “libre y transparente”, el Ejecutivo


estableció un Consejo Ciudadano de Observadores, cuya principal finalidad es
velar por el correcto funcionamiento de todo el proceso constituyente participativo.
Esta entidad estuvo en un principio conformada por 17 personalidades del mundo
empresarial, social y político, e integrada tan solo por tres mujeres (ninguna de
ellas vinculada de manera cercana a procesos sociales o fuerzas políticas
relevantes, ni tampoco conocedoras del constitucionalismo como sí lo son varios
de los hombres que lo integran, todos presentantes de la derecha). Hoy sólo una
mujer permanece activa en el consejo, atendido a que las otras dos han justificado
su ausencia por problemas de salud, la baterista Juanita Parra, que públicamente
ha señalado sentirse lejana a la perspectiva feminista, y ser la representante de
los que “no saben nada”. Esto ya devela que la idea de “hombres probos”;
“hombres de Estado” tras este consejo de “ciudadanos ilustres” excluye a
sujetos sociales o actores políticos relevantes ajenos a los sectores
políticos tradicionales, excluye a las mujeres, a las disidencias sexuales y un
largo etc.

III. Debate.

¿Como subvertir el proceso institucional de cambio constitucional de la


Concertación?
Este proceso institucional debe entenderse en el marco de la crisis de legitimidad
en que se encuentran los actores de la “vieja política”, y el orden que ellos
representan. En este contexto, los sectores conservadores empujan para
reconvertir la demanda social por nueva Constitución en una forma de conquistar
una nueva legitimidad manteniendo las reglas y relaciones de poder del sistema
neoliberal imperante.
Siendo este el escenario, el primer objetivo es conseguir desafiar los tiempos y la
forma en que el proceso ha sido propuesto por parte del gobierno de la Nueva
Mayoría, sobrepasando el diseño institucional y previniendo que no se dé por
terminado el debate en el caso que se pacte una nueva constitución que no
califique como un acuerdo realmente transformador o en caso en que el proceso
sencillamente se agote por voluntad del Congreso y los actores políticos del
“partido del orden”. Existe acuerdo en que de optar por un mecanismo para
cambiar la constitución de 1980, este debe ser la Asamblea Constituyente.

El camino está en mostrar que las luchas políticas de las distintas áreas en
que se administra la vida empiezan y terminan en un conflicto madre
compartido: la articulación del pueblo en el contexto de un secuestro
plutocrático de la democracia.

Fuiste elegido como representante del Movimiento Autonomista en la


Asamblea Constituyente; cuál es tu lucha?

Les participantes proponen: atrincheramiento del patriarcado a través de


instituciones tales como lo que representaría un sistema nacional de cuidado,
aborto libre, iniciativa popular de ley, eliminar el tribunal constitucional, disputa y
resignificación de los derechos sociales como esferas comunitarias en que la
economía está supeditada a instituciones no económicas con racionalidad propia y
autónoma frente a la racionalidad del mercado, repensar las “fuerzas de orden y
seguridad”, eliminar la referencia a la familia como el núcleo esencial de la
sociedad, etc.
El movimiento debe construir una reflexión que permita superar las lógicas que
hasta ahora delimitan la discusión, abriéndola. Esto implica superar el debate
técnico y adoptar el lenguaje en todo lo que sea necesario para hacer de esta
una reflexión abierta que no quede en manos de “expertos”.
Esta apertura también implica forzar la agenda y los temas impuestos para
introducir una reflexión crítica contra un constitucionalismo que consagra un orden
no solo neoliberal, sino también patriarcal. Es decir, el diseño institucional no solo
ayuda en la consolidación del actual modelo neoliberal, sino que, además, no
incluye en su análisis al patriarcado como un elemento determinante en la
producción y reproducción de la vida, que se manifiesta por ejemplo, en incorporar
a la mujer al sistema introduciéndola en condiciones precarias al mercado laboral,
administrando el concepto de familia y la distinción entre espacio público y
privado.

Michelle Bachelet no consideró a ninguna mujer que haga reflexión política,


a ninguna representante de las disidencias sexuales, ni a ningún feministe
en el Consejo de observadores, ¿a quién habrías designado tú?

Se releva la importancia de actuar como representante de una deliberación


colectiva, esto quiere decir que no se designa a alguien que se represente “a sí
mismo” sino que actúe como articulador de un posicionamiento político. Entender
que esta disputa se da en un contexto de antagonismo, donde el liderazgo radica
en la posibilidad de dar conducción a las distintas demandas articuladas en un
discurso de totalidad.

IV. Fuentes recomendadas.

- Construir Pueblo: hegemonía y radicalización de la democracia, Iñigo


Errejón, Chantal Mouffe.

- “Mujer, raza y clase” Angela Davis, Capitulo 2 “El movimiento esclavista y el


nacimiento de los derechos de las mujeres” pg. 39
- http://www.mujerfariana.org/images/pdf/Davis-Angela---Mujeres-Raza-y-
Clase.pdf

- Este capitulo describe cómo el movimiento anti esclavista incorpora la lucha


de mujeres negras, obreras blancas, hombres feministas, defensoras del
derecho a la educación, etc. Es útil para visualizar cómo aplicar la tesis
“todas las luchas son nuestras luchas”.

- Una idea sencilla, pero suficiente, para comprender qué es una


Constitución puede encontrarse en el video del académico argentino
Roberto Gargarella https://www.youtube.com/watch?v=-x3CzQbQgYU

- Una caracterización de Fernando Atria de la Constitución de 1980 y su


creación puede encontrarse en los primeros 20 minutos del video
https://www.youtube.com/watch?v=JV_0zGNCfu8

- Marx. K. Sobre la cuestión Judía. Un extracto para discutir sobre la


naturaleza de los derechos.

- Entrevista a Manuel Sanhueza para ilustrar cómo se veía la CPR en los 80’:
plutocracia autoritaria ¿Qué pasó después?

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