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Prólogo

Ese día en particular empezó como cualquier otro, y Sakai Yuuji daba por sentado que
iba a terminar de la misma forma tambi én.

Abril ya estaba por terminar y Yuuji estaba acostumbrándose al primer año de escuela
secundaria. Alguna parte de su cerebro sabía que otro examen se aproximaba, pero
parecía en un futuro distante y no estaba tan preocupado. En pocas palabras Sakai Yuu ji
era un chico relajado.

El era el único hijo de una familia de clase media. Su padre, Kantaro, había sido
transferido al extranjero, dejando a Yuuji solo con su madre. Un alma gentil, Chigusa
mantenía su pequeña casa con orgullo. Y cada mañana Yuuji emp rendía una caminata
de veinte minutos a la escuela.

Yuuji no era el mejor estudiante del mundo. Sus notas subían y bajaban desde
secundaria dependiendo de cuánto esfuerzo le diera. Normalmente seguía con este sube
y baja de notas, pero a veces de vez en c uando se preocupaba de que se estaba
volviendo muy perezoso y prestaba un poco más de atención a sus estudios.

Ike Hayato, un amigo de secundaria, generalmente describía a Yuuji como un chico


maduro.

Yuuji no tenía novia, y de hecho no estaba particularm ente apurado en conseguir una.
Aunque algunas veces le hablaba a Hirai Yukari, quien se sentaba al lado suyo en clases,
él estaba más interesado en sus apuntes de estudio.

En ese día en particular, lo que ocupaba su mente más que cualquier otra cosas era
como debería gastar su dinero en el Gol den Week que ya se aproximaba. Podría ir a
algún lugar con sus amigos, pero también tenia sus ojos en algunos juegos y mangas.

Después de la escuela ese día, Yuuji se dirigió al enorme puente de hierro que conectaba
su vecindario al centro de la ciudad. Su plan era pasarse por todas sus tiendas de juegos
favoritas y por las librerías, y de todas las cosas interesantes que encontrase, decidirse
luego que comprar.

En ese día, hasta ese momento…

Yuuji pensó que su vida seguiría de esa manera por siempre, como siempre había
sucedido.

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El estaba totalmente y dichosamente ignorante de que algo en su vida iba a cambiar.

Pero en ese día, en ese momento…

En la luz de un rojo atardecer la vida normal de Yuuji terminó. Su mun do cambiaría


para siempre.

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Capítulo 1

Otro mundo

Sakai Yuuji estaba a punto de ser devorado por un monstruo.

Solo había pasado 5 minutos después de su vida ordinaria.

De pronto las llamas llenaron su campo de visión.

El matiz carmesí del atardecer palideció y luego se intensificó, coloreando toda la


avenida llena con restaurantes y clubes nocturnos, el tráfico y la gente, de un color rojo
profundo.

En ese momento, Yuuji solo podía asombrarse con e se extraordinario espectáculo.

Como una muralla, las llamas rodearon el área. Todo lo demás fue distorsionado y
nublado por la neblina de calor que se elevaba.

Todas las personas alrededor suyo se congelaron en su sitio, suspendidas mientras


estaban caminando o cualquier cosa que se encontraran haciendo.

Yuuji contemplaba esta escena, aturdido.

Por un segundo Yuuji pensó que este era solamente un mal sueño. Pero entonces
entendió que lo que estaba viviendo era real.

“¡¿Qué?!”

Algo cayó desde el cielo en medio de la multitud. Dos cosas de hecho. Y luego los vio.

Se dirigían a la multitud.

¡¿Que demonios…?! Yuuji pensó.

Nunca había visto algo así, sin embargo podía reconocer las dos figuras que se movían
hacia las indefensas personas. Pero como ahora podían estar de esta forma, gigantescas,
anormalmente deformes, no podía imaginárselo.

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Una de ellas era un muñeco que se parecía a una famosa mascota de una marca de
mayonesa. La otra era una bola formada de cabezas de maniquíes, unas con pelo y otras
no. Cada figura era dos veces más alta que un humano de tamaño promedio.

¿Qué clase de broma es ésta? Yuuji se preguntaba. Lo que él estaba mirando era
ridículo, absurdo… realmente horrible. Estaba más allá de una simple pesadilla.

Pero era real… horribleme nte real. Estaban en frente de él, verdaderos monstruos.

El muñeco empezó a bailar, balanceando su enorme cuerpo adelante y atrás. Emitiendo


un chillido infernal para acompañar, la bola de cabezas de maniquíes se partió
horizontalmente para sonreír malici osamente. Las bocas de los maniquíes se abrieron en
unísono.

Justo entonces, las personas congeladas alrededor de Yuuji empezaron a arder con un
resplandor cegador. Para su sorpresa él no sentía el fuego o el calor, pero tuvo que
proteger sus ojos de la intensidad antinatural de las llamas.

Yuuji estaba rígido, solo observando ¿Qué más podía hacer?

Las llamas elevaron a las personas en el aire, luego entraron en las bocas abiertas de
ambos monstruos. Mientras las criaturas succionaban las hebras de fuego , las formas
que formaban las flamas crepitantes se empezaban a volver borrosas y a desaparecer. Y
luego las llamas estaban empequeñeciéndose, disminuyendo su tamaño.

Lo que al principio parecía un incendio había sido reducido únicamente a una fogata, y
luego al tamaño de una vela. Ciertamente estaba desapareciendo rápido.

Yuuji miraba a las llamas siendo succionadas. Después de este inverosímil evento,
Yuuji estaba solo y fácilmente visible.

Entonces, por fin ambos monstruos se dan cuenta de su presenci a

El muñeco voltea su cabeza para mirar a Yuuji.

“¿Hmm? ¿Qué es esto?”

Le tomo algo de tiempo a Yuuji darse cuenta de que esa voz infantil se refería a él.

“Aaah…” Yuuji dio un grito ahogado.

Los enormes ojos del muñeco miraron a su dirección.

Para entonces la criatura hecha con cabezas de maniquíes había volteado


completamente hacia él. Abrió la boca en el centro de su cuerpo y empezó a hablar con
voz de mujer.

“No tengo idea. Pero no creo que sea un Tomogara”

“Pero se está moviendo dentro de un F uzetsu”

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“Mistes, y uno increíblemente raro. Ha sido mucho tiempo desde que encontramos un
regalo tan precioso. Nuestro amo va a estar muy complacido”

“¡Yay! ¡Podríamos ganar puntos extra!”

El muñeco dio un paso adelante, poniendo su amorfo y pobremente hecho pie en frente
del otro. Balanceando su enorme cuerpo y sonriendo de forma intimidante, la criatura
era a la vez grotesca y linda. Era una vista terrible.

“Entonces, ¿lo hacemos…?”

El muñeco gigante se aproximaba a Yuuji, cada paso haciendo temblar la tierra.


Extendió un brazo tan grande como una tubería de cloaca.

“¿Uh, uh…?”

La cosa en frente de Yuuji era tan increíble, tan extraordinaria y tan apabullante que ni
siquiera pensó en entrar en pánico y tratar de escapar. Todo lo que podía hacer era
retroceder paso a paso.

Pero no tuvo tiempo para ello.

La gigantesca mano del muñeco cogió a Yuuji en la parte del tronco. La mano era tan
grande que él no podía ver más allá de encima de ésta. El terror empezó a apoderarse
del cuerpo del chico.

“Urg… Agh…”

Era muy tarde para hacer algo, Yuuji se dio cuenta de que estaba siendo llevado hacia la
boca cavernosa del muñeco. Este monstruo estaba a punto de tragárselo entero.

No podía ni gritar.

Con sus ojos muy abiertos y cada centímetro de su piel sudand o como loco, Yuuji había
sido atrapado y no podía esperar. Estaba apunto de ser devorado.

“Gracias por la comida”

Todo eso había pasado solo cinco minutos después de su vida ordinaria.

Y era tan solo el inicio de un largo viaje.

*****

Alguien pequeño pero con tremenda fuerza y determinación descendió desde arriba.

Esta entidad le dio una terrible patada a la criatura hecha con cabezas de maniquíes.

“¿Gaah?”

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Todas las bocas del monstruo — tanto las bocas de las cabezas de los maniquíes y la
enorme boca en el centro gritaron al unísono — El impacto del ataque fue tan grande
que el cuerpo del monstruo se atascó en la fisura que hizo en la superficie del suelo.

Esta pequeña jovencita quien había hecho este extraordinario golpe en picada flexionó
sus delgadas y fuertes piernas y volvió a catapultarse al aire para otro golpe. Esta vez su
arma era una afilada y brillante espada.

El muñeco se preparó para tirar a Yuuji en su boca. Pero sus dientes chocaron,
simplemente habían mordido aire.

El brazo del monstruo fue cortado limpiamente por debajo del codo.

“¡¡Gaaaaaaah!!”

Al darse cuenta ya había perdido un brazo, el muñeco empezó a gemir y tambalearse.


En lugar de sangre, chispas blancas volaban de la superficie cortada de su brazo.

Mientras el chillido aumentaba más y más, Yuuji se dio un tremendo golpe al aterrizar.

“¡Ugh!”

Aunque la caída fue amortiguada por la enorme mano cortada que lo estaba cogiendo
anteriormente, Yuuji yacía aturdido, Ante sus ojos la mano que lo estaba sosteniendo
empezó a disiparse en forma de chispas blancas para luego desaparecer.

Después de su aturdimiento buscó con la mirada a la chica que lo había salvado.

“¿Quién…?”

Ella estaba parada entre él y el muñeco, su espalda frente a él. Ella era pequeña, pero en
su postura se podía sentir audacia y fuerza.

Su largo cabello, ardiendo con el color de metal fundido fluía hacia sus caderas. En sus
hombros colgaba un abrigo negro que aún ondeaba en el viento producido por su último
ataque. Los largos y elegantes dedos de su mano de recha sostenían la empuñadura de
una larga katana que brillaba con un esplendor de otro mundo. Chispas rojas seguían
cada uno de sus movimientos y se esparcían detrás de ella en el viento.

Yuuji contemplaba esto anonadado, olvidando por un momento la sit uación en la que
estaba.

La chica se erguía en el medio de las cenizas danzantes. Su presencia era apabullante.

El monstruoso muñeco todavía estaba allí, amenazante frente a la chica, pero fue
reducido a un simple fondo en su presencia.
“¿Qué piensas, Alastor?” la chica dijo de imprevisto, todavía dándole la espalda a Yuuji.
Su voz tenía dignidad, pero a la vez era un poco infantil.

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Otra voz se escuchó, aparentemente no provenía de ningún lugar, esta voz le pertenecía
a un hombre. Pero era profunda y p esada como un trueno a la distancia.

“Ellos no son Tomogara. Solamente son Rinne.”

“¡Waah! ¡Cómo te atreves a cortar mi brazo!”

Como si fuera para interrumpir su conversación, el muñeco soltó un grito ensordecedor.


Levantó su otro brazo en el aire, form ó un puño con la intención de golpear a la chica.

Ella miro casualmente al monstruo. Al mismo tiempo ella balanceaba su espada hacia su
lado preparándose para atacar. La punta de la espada se detuvo a pocos centímetros de
Yuuji.

Yuuji fue cuidadoso en ma ntener su aliento. Con su cuerpo torcido a un lado, su mano
cogiendo la empuñadura del arma, ella estaba lista para atacar.

El enorme puño del muñeco bajó rápido. “Muere aplastada”, gritó el muñeco.

Antes de que el puño haya avanzado siquiera hasta la mi tad de su rumbo, la chica ya se
había movido a un lugar directamente bajo la rodilla del muñeco.

La espada destelló en el aire más rápido de lo que el ojo podía ver.

Siguiendo a ese momento, la chica giró su cuerpo noventa grados y saltó al lado del
muñeco.

El puño del muñeco se desvaneció en el aire. El brazo gigante que había desaparecido
causó que el muñeco perdiera el balance. Giró y se tambaleó, su propio peso finalmente
causó que se choque de cara con el suelo. El monstruo no tenía ni idea de que l o había
golpeado.

“Gah… ¿huh?”

Temblando del impacto el muñeco abrió sus enormes y pintados ojos en asombro. Vio
su propia pierna parándose sola y erguida en el piso.

Esa chica le había cortado la pierna con una velocidad increíble.

Como el brazo antes, la pierna se convirtió también en chispas blancas y se disipó en el


aire.

Entre las chispas, la chica miro a Yuuji, quien todavía yacía en el suelo.

Sus ojos brillaban con el color del fuego y su resplandeciente cabello ondeaba y
danzaba con las chispas que volaban en el viento.

“¡Cabello llameante y ojos ardientes...!”

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La voz del muñeco temblaba con sorpresa como si hubiese encontrado a un enemigo
que era más poderoso que él.

Con solo su mano derecha, la chica blandía su espada sin preocuparse. Tan larga como
la chica que la empuñaba, esta katana era indudablemente pesada, pero ella la usaba sin
ningún esfuerzo. Chispas de fuego se esparcían con cada paso que daba mientras ella se
acercaba al muñeco caído.

Yuuji, hipnotizado por la belleza salvaje d e esta escena no movió ni un músculo.

El fin vino muy rápido.

“¡Ugh!... ¡Waah!”

Mientras el muñeco trataba de hablar, la chica cortó su cuello con facilidad

Unos cuantos segundos después de que el muñeco haya desaparecido en un estallido de


fuego blanco, la chica miró a Yuuji. Con su espada en su mano derecha, ella lentamente
caminó hacia él.

La situación era increíblemente extraña, y su presencia tan poderosa, que Yuuji no se


había dado cuenta hasta ahora de qué tan pequeña era esta chica. Ella medía menos de
un metro y medio. Si él estuviese parado ahora, ella probablemente solo le llegaría al
pecho, Ella no podía tener más de once o doce años.

Pero en sus rasgos faciales no había ningún rastro de la edad que aparentaba tener. En
su expresión no mostraba nada en particular, pero estaba llena de resolución y fuerza de
voluntad más allá de lo ordinario.

Por primera vez en su vida Yuuji sintió que estaba mirando un rostro que solo podría ser
descrito como galante. Y sus ropas, el abrigo negro y el traje oscuro que llevaba, por no
mencionar la imponente espada que blandía, todo parecía quedarle perfectamente.

Pero lo más impresionante de ella eran sus ojos y cabello, ambos ardían de color rojo
dando la impresión de ver acero derretido.

Ella se paró frente a Yuuji y él habría pensado que ella era encantadora si ella no fuera
tan intensa.

“Er… eh…. Gracias”, él balbuceó.

Su respuesta parecía tonta considerando lo que ella había hecho por él, pero no estaba
en posición de hacerse el interesante.

Ignorando el balbuceo de Yuuji, la chica dijo “Hmm ¿así que éste es el Mistess?”

Antes de que Yuuji pudiera preguntar que quería decir con “Mistess”, la voz masculina
que antes había escuchado emanó de algún lado cerca a la chica.

“Correcto.”

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Yuuji se dio cuenta del pendiente que descansaba en el pecho de la muchacha.

Conectado a una cadena plateada que colgaba de su cuello, la esfera negra estaba
cruzada por dos anillos dorados. Delicado y extraordinariamente bien trabajado, parecía
ser una fina pieza de joyería y una máquina sofisticada.

Como funcionaba no podía estar seguro de ello, pero la voz de ese hombre provenía del
pendiente.

“Para ser capaz de moverse dentro del Fuzetsu, debe tener algo realmente único dentro
de él…”

De pronto un rugido como de true no se escuchó detrás de Yuuji.

La bola hecha de cabezas de maniquíes que la chica había dejado hundida en el piso
estaba dirigiéndose hacia ellos como una bala de cañón.

La chica la volvió a patear, casi rozando la nariz de Yuuji.

La bola recibió todo el impacto y salio disparada y chocó en un restaurante de ramen


cercano, y de nuevo se hundió en el suelo.

La chica empezó a caminar calmadamente hacia el restaurante, que estaba parcialmente


oscurecido por una nube de humo.

Yuuji estaba nervioso. Temeros o de quedarse solo el cogió la punta del abrigo de la
chica, pero ella se lo sacudió y continuó avanzando.

Justo entonces una figura humana vino volando de la dirección opuesta de Yuuji, su
mano se dirigía a la espalda de Yuuji.

La chica, que había volteado a las justas blandió su espada, estando muy cerca de cortar
la cabeza de Yuuji en el proceso.

Todo se volvió negro, pero un nanosegundo después Yuuji reaccionó. Escuchó a


alguien gritar.

“¡Nyaaah!”

Alguien cayó detrás de él.

Yuuji volteó para encontrar un brazo cortado en el piso.

“¿Qué...? ¿Otra vez…?”

Yuuji retrocedió mientras el brazo se convertía en chispas blancas y desaparecía.

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Una mujer, jadeaba cerca, cogiendo la parte del brazo que le quedaba. Tras la cortina de
su cabello rubio, la hermosa cara de la mujer estaba distorsionada de dolor. A pesar de
su apariencia humana, había algo extrañamente inorgánico en ella.

La chica se paró al lado de Yuuji y apuntó su espada directamente a la mujer. Sus labios
hicieron una mueca burlona.

“¡Hmph! Se lo que estás pensando. Huir de aquí llevándote este Mistes, ¿verdad? ¡Tsk!
Estoy algo decepcionada por ser capaz de derrotarte tan fácilmente.”

La hermosa mujer abrió su elegante boca y habló con un tono que delataba todo su odio
hacia la chica. “Cabello llameante y ojos ardientes… ¿Entonces tú eres la Neblina de
Llama de Alastor?”

“Eso es correcto ¿Entonces qué?”

“Mi amo no dejará pasar esta ofensa en silencio.”

La chica respondió con un resoplido, Esas amenazas no la intimidaban.

“Hmph. Eso podría ser cierto. Pronto va a estar gritando de agonía”

Riéndose, la chica blandió su espada una vez más sobre su cabeza.

“Pero por ahora déjame escuchar tu grito primero”

Le tomó unos momentos a Yuuji el darse cuenta de qué estaba sucediendo. Claramente
ambas eran enemigas, y ahora la chica estaba apunto de matar a la mujer.

Yuuji no entendía la situación lo suficiente para pensar con lógica. Él solo reaccionó...
Era su disposición natural de interferir.

“¡Espera!”

El saltó entre la espada y la hermosa mujer.

La chica detuvo su arma y la mujer empezó a reírse. Nadie, incluyendo a Yuuji se había
esperado tal cosa.

Yuuji tuvo una segunda sorpresa cuando de la nada él sintió una extraña presión en su
espalda. Sin ser vista, la mujer que había tratado de p roteger había metido su mano
dentro de su espalda y estaba excavando profundamente dentro de él.

¿Qué es esto? él pensó.

Su propia existencia, el núcleo de su ser, estaba a punto de ser destruido.

¡Dentro de mí… alcanzando esa cosa…, esa cosa…!

Lo podía sentir y estaba aterrorizado.

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“¡Alto…!”

“Gaah”

La extraña y terrible sensación que sintió duró un segundo y fue interrumpida por el
grito de la mujer.

La chica había cortado a la mujer… y a Yuuji quien se estaba interponiendo entre las
dos. Con su espada cogida fuertemente con ambas manos, ella blandió la espada hacia
abajo, cortando desde el hombro derecho hasta el abdomen sin ninguna vacilación.

Yuuji se tambaleó y cayó hacia atrás, y vio a la hermosa mujer cortada de la misma
manera en la que él lo había sido. Una pequeña muñeca salió de la mujer mientras esta
se desvanecía en llamas.

“Tch”

La pequeña muñeca de trapo, crudamente hecha con cabello de hilo marrón, ojos de
botón y una boca hecha con hilo rojo, chasqueó su lengua en sorpresa. Sus pie rnas
hechas de fieltro golpearon el asfalto del suelo mientras trataba de escapar.

La chica empezó a perseguir a la muñeca cuando un grito de advertencia vino del


pendiente en su cuello.

“¡Detrás de ti!”

El otro monstruo había salido de las ruinas del r estaurante de ramen y estaba, de nuevo
acometiendo contra la chica, como una bala de cañón demoníaca.

En solo un segundo, sin desperdiciar ni un solo movimiento, la chica giró su cuerpo,


hizo tropezar a Yuuji, quien aún se quejaba por el corte con su pie, para que esté seguro
y acometió usando su espada contra el monstruo.

La bola hecha de cabezas fue cortada en dos mitades iguales e inmediatamente explotó
en una ráfaga de chispas centelleantes, para finalmente desaparecer por completo.

En ese lapso de tiempo la muñeca ya había escapado.

Un silencio incómodo cayó en la calle, pequeñas brasas dejadas por la gente que había
sido devorada por las llamas estaban esparcidas en el área. Los signos de destrucción
estaban en todo lugar.

No era una sorpresa que la chica fuera la que rompiera el silencio.

“Juzgando como había hablado ese Rinne, podría estar sirviendo a alguien poderoso.”

El pendiente respondió “Ha sido un buen tiempo desde que hemos tenido la oportunidad
de usar el Toumetsu”

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“Si, de cualquier forma—“

“Ughhh. Ughh… ¡He sido cortado!”

La chica le dio una mirada a Yuuji, quien estaba retorciéndose del dolor.

“¿Huh?”, ella dijo. “Me había olvidado por completo de que esta cosa podía moverse.

“Ugh…”

He sido cortado desde el hombro hacia abajo , gemía Yuuji a si mismo.

“Es cierto. Me recordó al Tenmoku Ikko por un momento, e hizo que perdiera la
calma.”

“Ughhh.”

Estoy muriendo, pensó Yuuji.

“Bueno en ese entonces fui atacada sin previo aviso, apenas empezamos —“

“Ugh.”

¡¿Es esto la muerte?!

La chica ahora parecía bastante irritada con los quejidos de Yuuji y le dio una patada.
“¡Argh!, ¡Cállate, cállate, cállate! ¿Por qué haces tanto lío sólo por ser cortado?”

El pendiente habló.

“Revela cómo fuiste en tu vida pasada, idiota. Si fueras un se r humano habrías muerto
en el instante que recibiste esa herida.”

“¡Eso es lo que dices, pero he sido cortado! ¿Huh?”

Yuuji por fin se dio cuenta.

Claramente había sentido la sensación de haber sido cortado, podía recordar la fría hoja
acuchillándolo. ¿Pero podría ser cierto que realmente no sintiera dolor? ¿O que podría
ya estar muerto en ese sentido? Él había estado gimiendo con la suposición de que
naturalmente él sentiría un dolor terrible, pero…

“¿No… duele?”

Incluso una herida mortal, tendría un momento de adormecimiento antes de que el dolor
empezara, pero Yuuji dudaba que él fuera todavía capaz de pensar tan claramente. Una
pregunta sobre todas las demás resonaba en su cabeza ¿Qué demonios está pasando aquí?

Desesperado por todo esto, Yuuji lev antó su cabeza y una vista impactante cruzó sus
ojos. ¡Su cuerpo casi había sido cortado por la mitad!

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Había sido partido diagonalmente desde su hombro izquierdo, hacia el medio, y su lado
izquierdo parecía un poco alejado de su derecho, al cual su cabeza seguía pegada.

El no haber sido completamente cortado en dos ha sido probablemente un golpe de


buena suerte; pero aún así, como el pendiente lo había dicho, una persona normal estaría
muerta ahora. Yuuji vagamente recordaba al pendiente decir otra cosa t ambién, pero no
podía recordar exactamente que era. Nadie podía culparlo, se dijo a si mismo, por estar
un poco preocupado.

Por alguna razón, la sangre no brotaba de su herida y no sentía dolor, aunque podía
mirar hacia abajo y ver su propio interior expu esto. Extrañamente una frágil luz parecía
emanar de su interior.

¿”Qué esta pasan…” Yuuji empezó, pero se detuvo cuando la chica se trepó sobre él.

“¿Qu… qué estás haciendo?”

Ella llevó su rostro cerca al suyo, lo suficientemente cerca para que sus meji llas se
rozaran. Yuuji sintió la calidez de su cabello, como el fuego, y lo ardiente de sus ojos
penetraron en los suyos, Él respiró su delicado aliento mezclado con el olor de fuego.

Yuuji había perdido el habla.

Sus delgados y elegantes dedos suavement e tocaron su hombro…

Y luego la chica cogió ambas mitades del cuerpo de Yuuji y toscamente las volvió a
unir.

La sensación de su cuerpo regresando a la normalidad era indescriptiblemente extraña.


Después de un segundo, Yuuji sintió que sus sentidos regre saban a la normalidad. La
chica lo soltó.

Juntando sus pequeños labios, ella soltó un hálito sobre Yuuji, Todo su cuerpo empezó
a arder.

“Whoa”

Yuuji saltó de la sorpresa. El hecho de que él podía hacer eso lo hizo darse cuenta de
que él estaba de nuevo en una pieza, como solía estarlo.

Las llamas se apagaron.

Cautelosamente inspeccionó su cuerpo. No solo no había ningún rastro de su herida,


sino que sus ropas estaban restauradas también. Mientras él miraba su propio pecho,
podía ver una luz emanando d e él.

¿Qué es esto?

Una pequeña y solitaria luz estaba ardiendo.

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Su cuerpo ciertamente no era transparente, y aun así la luz estaba allí dentro de él. Él
podía verla. ¿O era que podía sentirla como si la estuviese viendo?

Muchas cosas extrañas habían p asado, pero esa luz en su pecho lo molestaba más que
ninguna otra.

Él le preguntó a la chica, “¿Qu…qué me has hecho?”

Una vez más ella ignoró la pregunta de Yuuji. Ella se paró sin siquiera mirarlo y puso
su espada dentro de su abrigo, justo en su cadera en la parte izquierda- Aunque ella
había empujado su espada con la suficiente fuerza para perforar su abrigo, no lo
hizo...Ni siquiera llegó a acercársele. Como por acto de magia, la espada sencillamente
se había desvanecido.

Ahora con las manos vacías, la chica miró el desastre y encogió sus hombros. “¿Has
visto lo que ha sucedido?” ella dijo “Ese Rinne descaradamente tomó todo lo que
habían recogido”

Mientras la pequeña muñeca escapaba, había cogido dos luces enormes, parecidas a
cristales y se las había llevado. Eran una fuente de energía muy peculiar que ambos
monstruos habían recolectado.

La voz del pendiente respondió con un suspiro de frustración. “Si, fue bajo… pero los
contenidos de este Mistess son aún un riesgo mayor. Diría que es un éxito que hayamos
prevenido que se llevaran a éste.”

La chica asintió con la cabeza y levantó su dedo índice hacia el cielo.

Un estallido de luz rodeó el área. El cuerpo de Yuuji se volvió inmóvil.

Como una especie de ilusión mágica, las pequeñas luces esparcida s en la superficie del
camino, remanentes de aquellos que habían sido quemados, rápidamente recuperaron
sus formas humanas.

Yuuji se sintió aliviado, pero solo por un momento. Se dio cuenta de algo extraño.

Todas las personas alrededor suyo tenían luces en sus pechos, exactamente igual que él,
Yuuji sintió su ansiedad regresar.

Las luces parecían similares a las llamas que vio cuando fue atacado por los dos
enormes monstruos.

Anteriormente las llamas eran lo suficientemente grandes para cubrir todos su s cuerpos.
Ahora son tan pequeñas. Parece que se redujeron tan pronto el monstruo las succionó.

Un escalofrío cruzó su cuerpo.

¿Qué es?

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Sintió que su mente había tocado el filo de algo peligroso, incluso catastrófico.

Ignorando a Yuuji, la chica conti nuó su conversación con el pendiente. “Ya terminé con
las antorchas. Voy a usar unas cuantas de ellas para arreglar las cosas”

“De acuerdo” el pendiente respondió. “De cualquier forma, ambos Rinne tienen a un
amo glotón”

Mientras hablaban, varias luces r evoloteaban por el aire como luciérnagas moribundas y
se condensaron en una masa, convergiendo en la punta del dedo extendido de la chica.

En el siguiente instante, las luces estallaron todas a la vez en un infinito número de


chispas, éstas se esparcieron en el área, sobre las zonas destruidas, las construcciones y
la pista.

“Ah…”

Ante los ojos de Yuuji, cada objeto destruido fue restaurado a su condición original,
lenta y silenciosamente, como una película siendo puesta en reversa.

Las rocas del pavimento fueron reensambladas, sus rajaduras selladas; las ventanas de
las tiendas, partidas en mil pedazos fueron uniéndose y restaurándose a si mismas, los
muros rotos y tumbados de las tiendas fueron reconstruidos una vez más; y los postes de
luz que habían sido torcidos fueron enderezados. Incluso los residuos de los últimos
trazos de humo desaparecieron.

Las pequeñas habían desaparecido del área restaurada, y el paisaje había regresado a la
normalidad.

Excepto que las llamas aún ardían en los pechos de la s personas alrededor suyo.

El proceso de restauración tomó solamente alrededor de diez segundos.

La chica eventualmente dijo “Hecho.”

La tierra tembló en una pequeña erupción de luz.

“¡Whoa!”

Entonces Yuuji fue rodeado una vez más con la algarabía de la multitud, apresurándose
como antes. Yuuji parpadeó y agitó su cabeza. Lo vio y escuchó todo, las ocupadas
calles del centro, el ruidoso tráfico y la gente, todos teñidos de un rojo atardecer.

La muralla de fuego, la niebla de calor, la cresta de fuego en sus pies… todos habían
desaparecido sin dejar rastro. ¿Había sido todo verdaderamente como lo había visto?
Yuuji se preguntó.

No, no lo fue…

Yuuji podía sentir la diferencia.

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La gente que había sido atrapada con él, todavía tenían luces brillando en el pecho. Y la
gente que se había convertido en chispas de fuego en la punta del dedo de esa chica no
se encontraba.

Y, sobretodo él todavía podía ver la luz que provenía de él.

Pero a nadie parecía importarle, o siquiera darse cuenta. Nadie dijo ni una sola palabra,
sino que actuaron como si nada hubiera ocurrido.

No, es que no se han dado cuenta… lo que pasó antes, o lo que estoy viendo ahora.

Unos momentos después, la gente con luces en sus pechos ya se habían ido, mezcladas
en la multitud, cada una caminaba un poco más lento de lo que hacían antes.

Yuuji los vio dispersarse. La chica permaneció en alerta cerca, observando la situación
preparada para cualquier eventualidad.

En algún punto, el cabello de esta chica había cambiado de rojo fuego a negr o brillante,
como metal enfriándose. Ella parecía algo madura considerando su edad, pero en todos
los demás aspectos parecía completamente ordinaria.

Se le ocurrió a Yuuji, quien contemplaba fijamente a la chica, que era él el que atraía la
atención. Todavía estaba tirado en el suelo y la gente lo miraba con curiosidad.

Haciendo un estruendo, Yuuji vio a la multitud llenando las ocupadas calles del centro
de la ciudad. Entre ellas había varias personas que tenían luces brillando en sus pechos.
El tamaño o distancia de la luz no importaba. Simplemente podía sentirlas.

Una de ellas, un hombre en traje de empresario, caminaba con una llama gruesa.

Él no fue una de las personas atacadas antes, pero tiene esa luz dentro de él, y parece
que no se da cuenta de ella… ¿Qué está pasando?

La confusión de Yuuji se incrementó. Todo lo que lo rodeaba tenía signos y anomalías


que le indicaban que el mundo no había regresado a la normalidad. La chica, que
probablemente tenía todas las respuestas a sus preguntas estaba p arada en frente suyo.

Pero ella no estaba hablando…

“Este… sobre lo de antes, me refiero, ¿qué pasó? Y qué está pasando ahora…”

Yuuji sintió su nivel de vergüenza subir, a pesar de que la chica en frente suyo solo le
llegaba al pecho.

Como ya había pasado antes, ella lo ignoró.

Yuuji trato de detenerla poniendo una mano en su hombro.

“Oye, tu…”

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Pero su mano jamás llegó. En un instante los dedos delicados de la chica habían cogido
su muñeca en un apretón, de tal forma que no podía moverse.

La chica finalmente miró a Yuuji. “Realmente eres molesto”

La mirada que ella le dio, lo hizo temblar hasta los huesos. Fue como si ella ni siquiera
reconociera su existencia. El era una mancha para ella, no una persona.

“¿Debería borrarlo?”

“¿Qué…?”

Yuuji no entendió el significado de sus palabras, pero podía saber que era hablaba en
serio. Un extraño nuevo temor creció dentro de él.

Pero…

“Espera”

La voz del pendiente la detuvo de lo que sea que ella iba a hacer. “No deberías abrir a
un Mistess descuidadamente. ¿Has olvidado el desastre causado por Tenmoku Ikko?”

La chica resopló y soltó la mano de Yuuji.

“Claro que no, pero esta cosa me ha estado fastidiando”, ella dijo.

“Déjale saber la verdad. Eso debería calmarlo.”

“¡U…ustedes déjenme de llamarme “es ta cosa”! ¡Soy un humano!”

Yuuji replicó, él se acarició las marcas de dedos que ella le había dejado en el brazo.

“Tu no eres humano,” dijo la chica “Solo una cosa”

“¿Qué?”

*****

“Escucha cuidadosamente,” la chica dijo. “El ‘tú’ real, el que era hum ano, hace tiempo
que desapareció. Tu existencia original fue devorada por los Guze no Tomogara. Tu
eres lo que es llamado una Antorcha, un reemplazo utilizado para amortiguar la
conmoción causada por la desaparición de tu existencia.”

Yuuji estaba atónito. “¿Qué estás diciendo?” Las palabras a las justas penetraron su
comprensión.

Lentamente, en algún lugar en lo profundo de su mente, Yuuji asimiló el significado de


estas palabras. Ellas resonaron en su cabeza hasta que empezó a darse cuenta lentamente.

24
Guze no Tomogara, los monstruos, la desapariciones… de ¿qué? La existencia… ¿de
qué? El verdadero… ¿quién es? El reemplazo… ¿yo?...

Esta vez el pendiente habló

“Ahora, ya que la restauración fue hecha bajo nuestra protección, deberías ver el poder
de existencia que forma el cuerpo de reemplazo en la forma de una luz en tu pecho. Esta
es una prueba definitiva de que tu ya no eres humano, simplemente un residuo de tu
existencia anterior.”

El pendiente tenía razón.

Podía verla, la luz saliendo de su pecho.

Esta luz… ¿el Poder de Existencia?

Sintió algo frío en su estómago.

Lentamente empezó a entender de qué estaban hablando. Las palabras se conectaban


unas a otras y tomaban un significado.

Yo…desaparecí…hace ya tiempo…devorado por un monstruo…y ahora…s oy un


residuo…un reemplazo…una cosa.

Era horrible, absurdo. Pero era cierto. No podía negarlo más.

Lo que había experimentado era demasiado real para cuestionarse.

Y las palabras de la chica y el pendiente eran muy persuasivas.

La chica continuó: “¿Pue des verlas caminando por la calle alrededor tuyo no? Ellos
también son remanentes. Eso es porque una vez ellos también han sido devorados...
Todos y cada uno de ellos. Uno de los Guze no Tomogara debe estar en esta área para
reunir y devorar el poder de ex istencia. Y eso significa que el ‘tú real’ fue una víctima
también. Créeme, no es algo inusual, y está sucediendo en todo el mundo
regularmente.”

Dicho esto, la chica se volteó y empezó a alejarse.

Yuuji entendió vagamente lo que ella estaba tratando de decirle. Pero quería saber más.

“¡E…espera!” Parecía un niño a quien su madre lo había dejado atrás. “¡Pero yo nunca
había escuchado hablar de un monstruo Guze no… o lo que sea devorando…!”

Yuuji estaba en pánico. Prácticamente tenía que trotar para alca nzar el paso de la chica.

“Por supuesto que no,” la chica dijo. “Si fuiste capaz de moverte dentro, debiste haber
visto el espacio que llamamos Fuzetsu”

“Oh, ¿te refieres a ese muro de fuego?”

25
”Para ser precisos, es el espacio dentro del muro. Fuerza un a distorsión en el mundo y
las cosas se desconectan allí. Consecuentemente nadie sabe que sucede dentro. Y al
final se devora también la cosa que imaginas como existencia. Es por eso que cada
humano que es devorado es tratado como una cosa que jamás existi ó. No deja ningún
rastro.”

“No puede ser…”

La chica se detuvo en un puesto de Taiyaki. Ella debe haber estado hambrienta, porque
pidió todos los taiyakis que estaban siendo preparados en la plancha. Mientras esperaba
a que el vendedor los pusiera en la b olsa ella continuó su explicación.

“Pero si un Tomogara devora todo, una distorsión ocurrirá en los espacios donde la
existencia solía estar. Reemplazos de los humanos devorados llamados Antorchas, son
colocados en lugar de ellos. Esto ayuda a amortiguar el impacto del colapso entre los
espacios.

Ella pagó por la bolsa de taiyaki, dando las gracias.

“¿Ves las Antorchas caminando alrededor? La luz que ves temporalmente mantiene la
conexión entre las personas y el mundo que las rodea, en lugar de la verdad era persona
que fue devorada. Al pasar el tiempo, ellas perderán su existencia. Para el tiempo en el
que la llama se apague, ellas serán completamente olvidadas por los demás. Oh, mira.
Qué buen momento.”

“¿Huh?”

“Deberías ser capaz de ver a esa Antorcha caminando hacia nosotros.”

Un hombre de aproximadamente 30 años caminaba débilmente entre la multitud. Una


pequeña luz brillaba en su pecho.

“Oh, ese hombre con la llama tan débil.”

De pronto la luz se apagó.

El hombre desapareció. Nadie se dio cuenta y a nadie le importó. Yuuji probablemente


no se habría dado cuenta tampoco si no le decían. La presencia de ese hombre había
sido más que vaga, su desaparición, irrelevante.

Una pequeña desaparición en la enorme multitud.

“¿Es eso lo que te refieres por apagarse?”

“Aja”

La chica tomó un taiyaki fuera de la bolsa y empezó a caminar otra vez.

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Yuuji corrió para alcanzarla. Mantuvo sus ojos en la multitud, buscando más personas
que eran ahora Antorchas.

Para su desaliento, pudo localizarlas, cargando sus débiles llamas consigo. Tal vez uno
de treinta más o menos…

Viendo de reojo, pudo encontrar otra llama apagándose.

La persona desapareció. De la misma forma, nadie se dio cuenta.

¿Era éste el mundo donde había vivido toda su vida? ¿Era esa la realidad que sucedía
bajo sus narices?

Un mundo que Yuuji no sabía que existía, sin embargo, que vivía en él, permitía que
sucedieran estas cosas, permitía a los remanentes de personas devoradas el vagar en una
especie de limbo de no existencia, solo para desapare cer completamente, ignorados, sin
nadie lamentándose por ellos.

Y la multitud seguía adelante.

Yuuji se cogió la cabeza con ambas manos. Un nuevo concepto de realidad que estaba
descubriendo. Nunca antes había sentido el peso de una verdad tan opresiva.

“¿O sea que lo que estás diciendo es que estas personas, cada una de ellas ha sido
devorada? ¿Por monstruos como los que vi? Eso es horrible”

La chica estaba ocupada devorando con gusto el taiyaki, así que el pendiente respondió.

“No es tan terrible,” dijo. “Hay muchos de nosotros en Guze que están preocupados
sobre los efectos adversos en nuestro mundo, si este fuera a perder su balance por la
excesiva decoración de existencias.”

“¿Nosotros? ¿Estás tratando de decir que tu eres también uno de esos Guze no…algo…
monstruos?”

Yuuji finalmente sintió que era el pendiente el que realmente estaba hablando.

“Aquellos que viste son solamente sirvientes para nosotros, pero si, somos algo
parecido.”

Entre mordidas la chica añadió, “Así que, de todas formas, so mos llamadas Neblinas de
Llama. Estamos en una misión para prevenir un desastre cazando y matando a aquellos
que cazan excesivamente. ¿Lo entiendes?”

Ella se metió otro taiyaki en la boca. Su expresión se suavizó en algo que la hacia
parecer una niña contenta. Debe de haber sido un muy buen taiyaki.

Yuuji trató de hacerse creer el mismo de que él entendió lo que estaban diciendo el
pendiente y la chica. Algunas cosas tenían sentido, pero todo era tan absurdo…

27
Decidió llegar al fondo del asunto.

“M-me llamaron “Mistes”, ¿cierto?” él dijo. La fría sensación en su estómago volvió a


surgir.

La chica lo miró, sorprendida por su memoria.

“Es la Antorcha en la que los Guze no Tomogara guardaron los preciosos Hougus y
armas que habían creado en este mundo.”

¿La Antorcha…?

Yuuji tuvo una sensación de catástrofe que se avecinaba.

“Cuando esa Antorcha, el Mistes, se apaga, su contenido se mueve a otro huésped.


Podrías llamarlo una ‘caja del tesoro viajera’. Desafortunadamente te han encontrado a
ti. Eso es por lo que estás en problemas. Ellos van a ir tras de ti.”

Una Antorcha.

¿Cómo lo había explicado?

El corazón de Yuuji latía con fuerza.

No eres más un humano. Solo una cosa.

Todo parecía encajar, su situación, su posición y su existencia empezaba a toma r forma


bajo este nuevo orden.

El tú ‘real’, el que fue humano, ya desapareció hace mucho. Tu existencia original fue
devorada por los Guze no Tomogara.

Le dolía bastante esta realidad.

Soy un reemplazo llamado Antorcha, puesta para amortiguar el impact o que es


causado por la desaparición de mi existencia.

Sintió un bulto en la garganta.

Una Antorcha temporalmente mantiene la conexión entre las personas y el mundo que
las rodeas en lugar de la persona real que fue devorada. Con el tiempo, perderán su
existencia. Para cuando la llama se apague, ellos serán completamente olvidados.

“Entonces, eh… entonces, yo…” La voz de Yuuji temblaba. Estaba congelado en su


sitio.

La chica dejó de caminar con una expresión de fastidio en su rostro. Ella se volvió haci a
Yuuji. “No me hagas repetirlo. Eres solo un remanente de tu verdadero ser. Solo existes
para consumirte.”

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El miedo y soledad que Yuuji sintió no podían ser descritos con palabras. Él estaba
devastado. Una sensación horrible lo había sacudido hasta su ce ntro, como si se hubiese
caído del borde del mundo.

“Cuando te consumas, el precioso Hougu se mueve a la siguiente Antorcha. Todas las


memorias de que los demás tenían de ti, de lo que estabas haciendo, todo en lo que
estuviste involucrado, todo, va a des aparecer. Porque tu existencia se habrá ido.”

La misma fundación de su existencia había colapsado. La verdad era una sentencia de


muerte, o aun peor, una completa aniquilación.

Yuuji ahogaba las palabras en su garganta. No sabía que decir. Miraba alreded or suyo,
como si buscara un escape a esta realidad que lo oprimía, pero no había nada.

El sol ya se había puesto.

Se dio cuenta de que estaba parado en el enorme puente de hierro que conectaba el
centro de la ciudad al distrito residencial en la orilla o puesta. Incluso con ambos parados
allí, la vereda era tan ancha para dejar pasar a los demás.

“Pero…”

Las Antorchas estaban entre ellos.

Eran los reemplazos con llamas brillantes en sus pechos. Hombres, mujeres, ancianos,
niños. Eran muchos.

Cuando volteó su cabeza y miró en la noche, pudo ver muchas más luces, moviéndose
entre las luces de la ciudad, pequeñas pero sorprendentemente claras. Esas luces, como
la suya eventualmente se extinguirían.

“¡No!”

¡Decirme que estoy muerto! ¡Que la persona llamada Sakai Yuuji ya está muerta! ¡No
hay manera en la que pueda aceptar eso!

No era que no pudiese aceptarlo, se rehusaba a aceptarlo.

Eso era todo.

Solo mirando a la expresión sorprendida de la chica, Yuuji pudo darse cuenta de que su
rebelión era insignificante. Pero no podía evitarlo.

“Mi cuerpo fue herido antes”

“Si, y si hubieras sido humano todavía, ya estarías muerto. Era una herida fatal” la chica
replicó.

“¡Pero tengo memorias! ¡Son reales! Y son mías.”

29
“Claro que las tienes, eres el resto de tu propio ser.”

Yuuji buscó en su cerebro algo que pruebe su identidad, algo que la convenza de que
era en realidad el verdadero Sakai Yuuji. ¿Pero qué podía decir? ¿Qué podría hacer?

La chica esperó.

Ella esperó que el se lo probara.

O, mejor dicho esperó que se diera cuenta de que no hay ninguna manera de que
pudiese probarlo.

Nada.

No podía probar nada. Sin importar que tan duro lo intentara no podía hacerlo.

Una Antorcha pasó por allí con expresión solemne.

Yuuji se sintió desvalido. Preguntó de nuevo, “¿Sakai Yuuji ya murió?”

“Eso es cierto”

“¿Consumirme y desaparecer? ¿Yo?”

“Eso es cierto.”

“¿No es un sueño?”

La chica agito su cabeza. “Es la realidad,” ella dijo.

“Sin embargo, como tu llama aún brilla con fuerza, tu consciencia y presenci a
probablemente será la misma de un humano ordinario por un tiempo.”

Yuuji no sintió nada con sus palabras. ¿Cuál era el punto? Sakai Yuuji ya estaba muerto.
Nada más importaba.

“¿Qué se supone que debo hacer ahora?”

Yuuji se apoyó débilmente contra la baranda del puente.

Las luces de las Antorchas brillaron en la noche, al igual que la suya propia.

“¿O sea, me estás diciendo que ésta es la realidad?”

La realidad era un mundo donde los monstruos acechaban y los humanos eran
devorados pero nadie podía darse cuenta. Su propia existencia no tendría significado, no
sería recordado por nadie. Solo era cuestión de tiempo antes de que desaparezca.

“Esto es sencillamente horrible”

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“Lo siento” la chica respondió. “Así son las cosas”

*****

Al día siguiente Yuuji despertó con un sol tan brillante que parecía irónico.

La primera cosa que hizo después de levantarse fue ver su propio cuerpo. Estaba
vistiendo sus pijamas de siempre.

Por favor, deja que sea sólo un sueño…

Rezando, Yuuji cerró sus ojos, y luego los volvió a abrir. Tímidamente le echó un
vistazo a su pecho.

Vio una llama brillando dentro.

Él dio un profundo suspiro. No podía ver la luz ahora. En lo profundo de su mente


recordó las palabras de la chica de ayer. Claramente la recordó diciendo “Así son las
cosas.”

“Esta realidad…”

Volvió en sí con su propia voz.

Eso es cierto, ésta era la realidad.

Yuuji recordó como terminaron las cosas ayer. La chica había desaparecido mientras
estaba aturdido por la revelación. Soledad y temor lo llevaron a c orrer todo el camino
hacia su casa. Le había entrado pánico cuando no pudo ver la llama en su pecho.

Fue algo extraño que yo entrara en pánico de esa forma.

No ser capaz de ver la llama era bueno ¿verdad? Porque era la evidencia de que era
solamente el remanente de su anterior existencia. Si él no podía verla, probablemente
todo había sido un sueño, los monstruos, la chica con ojos ardientes y su espada. Tal vez
jamás había ocurrido eso.

¿A quién trataba de engañar? No era un sueño. Arrugó los ojos y se concentró.


Ciertamente había una llama ardiendo dentro de él.

Yuuji ya daba eso por cierto. La llama dentro de él. A menos que se concentrara
realmente duro, no la vería. Así es como funcionaba.

Oh, es cierto. Así es como la vi ayer , pensó Yuuji. Se había dado cuenta la otra noche
antes de caer dormido.

La chica le había dicho que ya estaba muerto. Si él aceptaba eso, ¿la realidad era tan
desesperada para estar más allá de la tristeza, más allá de la desesperación? ¿Podría
lamentar su propia muerte mient ras vivía como un resto de lo que alguna vez fue? Sabía

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que algún día, su llama iba a consumirse y apagarse. ¿O no? ¿Debería temer que ese día
era inevitable?

Había pensado eso ayer, pero hoy…

Su mente estaba nublada, sus sentidos adormecidos. Se pregunt aba si el sueño había
entorpecido sus sentidos. Tal vez había puesto todos esos eventos en un rincón alejado
de su cerebro, de tal forma que, al caminar, parecían más distantes a Yuuji y menos
reales.

O tal vez se había dado por vencido. Tal vez se había dado cuenta de que no podía hacer
nada al respecto. ¿Era por su actitud tan relajada a la que Ike siempre se refería?

Espera un minuto…

Se dio cuenta de algo que lo preocupó.

He estado sufriendo como el verdadero Sakai Yuuji, tanto ayer como hoy.

Si el fuera el verdadero Sakai Yuuji, sería natural para él el sentir desesperación por ya
estar muerto, y miedo por la desaparición de su existencia.

¿Entonces qué tal acerca del ‘yo’ presente? ¿Cómo debería sentirme si soy solo un
residuo de mí mismo?

Yuuji empezó a odiarse a sí mismo.

“Me rindo.”

No creía que era lo bastante fuerte para vivir positivamente bajo tales circunstancias.
Pero nunca había tenido el mal hábito de odiarse a sí mismo, así que ¿Por qué empezar
ahora? No había nada que pudiera hacer . Lo mejor que podía hacer era hacer las cosas
como siempre las había hecho. Si, eso era lo que quería hacer.

Como si lo alentaran a eso, su mamá lo llamó del primer piso. “¡Yuu -chan, es hora de
levantarse!”

Yuuji miró al reloj. Eran diez minutos más tar de de la hora normal en la que baja al
comedor.

“¡Ack, mira que hora es!”

Yuuji bajó las escaleras apurado.

Yuuji tenía un itinerario preciso que seguir en su cabeza, empezando desde el momento
en el que se quedaba en la cama por unos segundos extra de sueño y terminaba cuando
estaba sentado para su primera clase en la preparatoria. Entre ellas necesitaba tiempo
para devorar su desayuno, ir a la tienda y esperar a las luces del tráfico para que
cambien. Incluso un pequeño retraso causaría que llegue tard e.

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Echó un vistazo a la televisión en el comedor y se dio cuenta de que el programa de
deportes que miraba mientras comía el desayuno ya había terminado, realmente estaba
con poco tiempo.

En la mesa esperaba un desayuno simple para dos: arroz y sopa de m iso, algas marinas
y huevos. La familia Sakai estaba realmente hecha de tres personas, pero su padre había
recientemente dejado la casa para ir a trabajar en el extranjero. Como resultado, su
madre cuidaba a la casa y a Yuuji.

Yuuji se sentó en su sitio h abitual en la mesa y empezó a atacar su desayuno. Su madre


entró luego con el periódico de la mañana y leche.

“¿Qué pasa Yuu-chan? Es inusual que tu te despiertes tan tarde”

“Si, supongo”

Yuuji miró de reojo a su madre. Ella tenía un rostro gentil y una sonrisa compasiva.
Entonces se concentró…

No era una Antorcha.

Su madre era humana.

Gracias a dios.

Se sintió aliviado, pero al mismo tiempo sintió que la soledad oprimía su pecho. Era la
misma sensación de ayer.

¿Qué harían sus padres si él súbitame nte dejara de existir? ¿No se volverían una pareja
sin hijos? ¿Habrían gastado los quince largos años que habían pasado criándolo? El
pensamiento lo llenó de tristeza.

Pero tal vez desaparecer era mejor que morir. La muerte significaba tristeza, pero Yuuj i
iba a ser el único que iba a sentirse mal por simplemente haber sido borrado de la
existencia.

Afortunadamente sus padres se habían casado como estudiantes y eran aún jóvenes. Si
él desapareciera, su madre sería libre de iniciar una nueva vida con su pa dre en otro
lugar.

“¿Estás soñando despierto Yuu -chan? ¿No es hora de que te vayas?”

“¿Huh? ¡Rayos!”

La voz de su madre trajo a Yuuji de vuelta del incierto futuro y de nuevo al presente.
Como ella había dicho, no había tiempo para holgazanear.

“¡Gracias por la comida!”

No estaba ni cerca de terminar, pero Yuuji dejó el resto y subió corriendo las escaleras.

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Se colocó rápidamente su uniforme y cogió su mochila. En su cabeza ajustó su
itinerario. Tenía tiempo para comprar un refrigerio en la tienda pero nada más.

“¡Ya me voy!”

“¡Cuídate mucho!”

Las palabras fueron las mismas de siempre, pero hicieron que su corazón se estrujara.
¿Por qué estaba tan triste sobre una cosa tan pequeña e insignificante?

Yuuji tenía una reputación de ser maduro, y al gunas veces se preocupaba de ser
demasiado pasivo. Sintió ahora que se había probado a sí mismo, y estaba aliviado.

Era un alivio vacío. Estaba consciente de eso.

Lo sabía, pero igual.

Misaki City, donde Yuuji vivía era una ciudad razonablemente grande con un diseño
distintivo. Por el centro de la ciudad, dividiéndola en dos, corría el río Mana. Al este
estaba la concentración urbana de la ciudad. Al oeste estaba el área residencial. El
enorme puente Misaki unía ambos distritos.

La preparatoria de Misaki City donde Yuuji tenía sus clases, estaba localizada en el
distrito residencial. Estaba a más o menos veinte minutos a pie desde la casa de Yuuji.
Porque los vecindarios alrededor de la escuela estaban sobre desarrollados, los terrenos
de la escuela eran pequeños y se prohibían las bicicletas.

Para Yuuji, su camino al colegio se veía diferente hoy. Pero en realidad era Yuuji quien
había cambiado, no el camino.

Cada una de las Antorchas, aquellas destinadas a consumirse y a ser olvidadas, al igual
que él, llevaban una llama en su pecho y continuaban con su vida, un paso a la vez.
Yuuji los contemplaba cuidadosamente mientras caminaba al colegio.

Algunas llamas eran brillantes y otras eran pequeñas. Pero en general, cada Antorcha
que vio parecía introvertida y discreta.

Y ciertamente, una persona especialmente quieta con una llama de un color débil y
disminuido, seguramente desaparecería sin que nadie se de cuenta, sin más sería
olvidada.

Al igual de cómo lo había visto ayer.

Cuatro estudiantes de prima ria estaban caminando en frente de Yuuji. Estaban


ruidosamente discutiendo sobre una serie de henshin hero que habían visto en televisión.

“… y después tuvo tantos problemas tratando de transformarse y se metió en problemas,


verdad?”

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“Si, usando una máscara y un pescado.”

“Si.”

“El enemigo estuvo genial también.”

Un chico entre ellos era una Antorcha con una llama que brillaba débilmente. No
participaba en la conversación, pero solo asentía con la cabeza.

Los otros chicos, a las justas se daban cuent a de su presencia.

Entonces…

La llama se consumió.

El chico se desvaneció silenciosamente.

Los otros niños continuaron con su conversación. Nadie parecía haberse dado cuenta de
esto, ni los amigos del niño parecían darse cuenta de que se había ido.

Incluso Yuuji quien lo vio todo y sabía que el niño era una Antorcha, a las justas se dio
cuenta de su desaparición. Había pasado tan sigilosamente.

O sea, esto era perder la existencia gradualmente. El mundo seguía girando. La vida
seguía adelante.

¿La gente había estado desapareciendo de esta forma toda su vida? ¿Desaparecería él de
esa forma también? El pensamiento hizo que Yuuji se sintiera como si algo frío
estuviera revolviendo sus vísceras.

Pero a pesar de eso...

Ayer la chica había dicho que esos monstruos estaban devorando muchísimas personas
en esta ciudad. Cualquiera que haya sido la razón, ella dejó escapar a uno. Ese monstruo
y su amo… Guze no… como se llame, seguirían consumiendo existencias; si no aquí en
alguna otra parte. Era un terrible p ensamiento.

Algo se le ocurrió a Yuuji.

Tanto la noche anterior y ésta mañana, él estaba aliviado de que su madre estaba a salvo.
Pero se dio cuenta de que no había ninguna garantía de que se mantuviera así en el
futuro. Lo mismo para sus amigos. No habí a forma de saber cuando serían atacados y
convertidos en Antorchas como él.

Sintió peligro en todo lo que lo rodeaba, pero no había nada que pudiera hacer. Después
de todo era solo una persona ordinaria con un conocimiento único. No tenía poderes
sobrenaturales como la chica de ayer.

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Parece ser que soy un blanco para los monstruos también, pero no es como si pudiera
hacer algo al respecto… No puedo ni protegerme a mi mismo.

Recordó los eventos de la pasada tarde. No eran enemigos que puedan ser combatido s
con simple sabiduría o coraje.

No puedo proteger, supongo… Todo lo que puedo hacer es rezar para que la chica de
la espada los pueda matar rápido…

Era algo patético, pero era tal y como la chica había dicho: “Así son las cosas”

Ahora que lo pienso, me pregunto si esa chica está todavía peleando en algún lugar.

Dio un vistazo alrededor mientras caminaba, pero todo lo que podía ver era la usual
multitud de gente dirigiéndose al trabajo y al colegio.

Todos los días, en su caminata al colegio, Yuuji comp araba los postres de las agencias
de viaje que estaban en el camino. Siempre le daban muchas cosas en las que pensar. ¿A
dónde debería viajar en la Golden Week? Oh, eso me recuerda, hay un examen que se
aproxima. Ah, eso es cierto, quería comprar ese nuevo álbum de Orange Range. Me
pregunto si mi mamá va a hornear pastelillos este fin de semana.

Yuuji se dejó perder en estos pensamientos mientras éstos cruzaban su mente. Fue un
escape de la realidad, sin embargo fue breve. Por un momento su vida parecía or dinaria
de nuevo.

Pero ese momento de paz fue destruido en un segundo cuando vio una llama en el pecho
de una mujer pasando por uno de esos postres,

“Ah…”

Yuuji se quedó quieto en el sitio, atormentado por el recuerdo del nuevo mundo en el
que había entrado.

“¿Qué… qué se supone que debo hacer?”

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Capítulo 2

El atardecer, la noche lluviosa y la mañana.

Yuuji se sentía deprimido mientras entraba a su clase en la preparatoria Misaki. Su clase,


a pesar de ser agitada y ruidosa, bril laba con la luz del sol y con los alegres sonidos de
amigos saludándose.

Era de esta manera cada mañana de cada día de escuela.

Yuuji buscó por la clase a su amigo Ike Hayato, un chico listo que todo el mundo
llamaba “Megane-man” por los lentes que utili zaba. Desafortunadamente no estaba en
ese lugar.

Ésta era, por supuesto la rutina por las mañanas de Yuuji. Él buscaba a Ike cada día,
sólo por el hábito. Sabía que su amigo nunca podría entender los eventos tan
trastornantes que había experimentado.

Si alguien— ¡alguien!—pudiese decirme que todo lo que estoy viendo y sintiendo es


una ilusión y que soy el único que ha perdido la cabeza, entonces podría dejar de
preocuparme y mi mente estaría en paz de nuevo .

Con una nube oscura colgando sobre él, Yuuji se fue a su sitio cerca del centro del salón.

Oh si, hay un examen hoy de Historia Japonesa. Me pregunto qué temas entrarán.

Trató de decir eso en el momento y enfocarse en su trabajo escolar. No estaba listo para
renunciar a su vida normal. Se volteó a preguntarle a Hirai-san, quien se sentaba cerca
de él, esperando que ella le dijera algo sobre el examen.

Entonces hizo un descubrimiento.

“¿Qué…..?”

La prueba de que estaba cuerdo.

La destructora de su vida cotidiana.

Ella estaba sentada donde se sup one que Hirai Yukari se sienta.

“Llegas tarde”

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¡La chica Neblina de Llama!

Allí estaba con sus rasgos determinados y nobles, su largo y brillante cabello, su cabeza
en alto. Incluso estaba llevando el uniforme de marinera del colegio. ¡La chica que se
llamaba a sí misma una Neblina de Llama!

“¡¿Por qué estás aquí?!”

“Lo he discutido con Alastor. Pensamos que debería permanecer cerca de ti para poder
capturar a aquel que te está persiguiendo. Y además no visito este tipo de lugares muy
seguido, así que digamos que me gustaría colarme para hacer un pequeño tour al mismo
tiempo.”

Ella se sentó con las piernas cruzadas como si ir al colegio fuera la cosa más natural del
mundo para ella. Allí mismo, en el asiento donde una muchacha llamada Hirai Yukari
se sentaba el día anterior.

“¿Qué le sucedió a Hirai-san?”

“Si estás hablando de la Antorcha que se solía sentar aquí, ya desapareció. De cualquier
forma, ha sido conveniente el poder sentarse al lado tuyo.”

“¿Qué? ¿Una Antorcha? ¿Estás diciendo que Hirai -san era…?”

Sus peores temores se habían vuelto realidad.

Su vida cotidiana estaba colapsando. No, como ya le habían dicho, ya había colapsado.

La chica continuó. “Si, ella ya estaba muerta hace mucho. Así que me convertí en ‘Hirai
Yukari’ forzando mi existencia en sus remanentes.”

“¡T-tu cara es completamente distinta a la suya!”

Yuuji había alzado su voz sin darse cuenta, y varios de sus compañeros de clase se
voltearon a mirarlo. Él habló más suavemente. “¿Por qué nadie se da cuenta?”

“Tomar posesión de la existencia de una persona no es igual a imitar al ente original.


Simplemente estoy reemplazando a Hirai Yukari con mi propia existencia. Tú puedes
ver la diferencia porque ya te hemos influenciado. No te preocupes”

“¡Claro que estoy preocupado! ¿Qu é le sucedió a Hirai-san?”

La chica se rascó la cabeza en frustración, “Te lo he dicho ya, yo soy Hirai Yukari.”

Justo como ella lo había dicho, nadie se había dado cuenta del cambio. Para ellos, la
chica sentada allí es la misma Hirai Yukari quien se ha bía sentado allí el día anterior y
todos los días antes a ese.

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“¡No es eso lo que estoy diciendo! ¡Quiero saber lo que le sucedió a la Hirai Yukari real,
la que se sentaba allí ayer!”

Sus compañeros lo volvieron a mirar. Yuuji se dio cuenta de que est aba armando un
escándalo.

“Ya te lo expliqué ayer”, dijo la chica “La Hirai Yukari real, de la que estás hablando no
estaba sentada aquí ni siquiera ayer… Así son las cosas. Su flama estaba débil y estaba
a punto de consumirse. No hay necesidad de preocup arte por ella”

Yuuji no era especialmente íntimo hacia Hirai Yukari. Ella sólo era una compañera que
se sentó junto a él por un corto tiempo. Tuvo que admitir que no podía recordar mucho
de ella, excepto que era callada y no destacaba mucho.

Pero estaba allí. Hirai Yukari definitivamente estaba allí.

No sabía si ella quería ser recordada. Al igual que las otras Antorchas, ella simplemente
desapareció, sin dejar ningún rastro, sin nada con lo que uno pueda recordarla. Debido a
eso, parecía que tratar de recordarla era sólo una pérdida de tiempo.

A pesar de todo, Yuuji quería recordarla.

La muchacha que estaba sentada en el sitio de Hirai -san — no era ella. Él sabía eso.

“¿Cuál es tu nombre?”

“¿Mi nombre?”

“Flame Haze (Neblina de Llama) es el nombre d e todos ustedes que matan monstruos
¿no? ¿Pero cuál es tu nombre individual?”

“Eh…”

Ella probablemente no anticipó esa pregunta. Su expresión determinada se derritió,


aunque sea un poco y un destello de soledad apareció en sus ojos. Ella susurró su
respuesta, mientras jugaba con el pendiente que colgaba alrededor de su cuello.

“Soy la Neblina de Llama que hizo un contrato con la Llama Celestial Alastor,” ella dijo
mientras miraba su pendiente. “Y eso es todo. No tengo ningún otro nombre.”

La soledad se desvaneció de su rostro, con cualquier otra emoción humana. Su cara no


tenía ninguna expresión.

“Para diferenciarme de otras Neblinas de Llama, soy llamada Nietono no Shana.”

“¿Nietono no sha…?”

“Nietono no Shana. Es el nombre de la katana que llevo con migo.”

“Ya veo. Entonces te llamaré Shana.”

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Ella era definitivamente una persona distinta a Hirai Yukari, así que necesitaba un
nombre distinto. Haría las cosas mucho más fáciles.

Este podría haber sido un momento importante para Yuuji, pero aparentemen te no
significaba nada para la chica, ahora llamada Shana. Ella inclinó su cabeza y dijo
indiferentemente.

“Has lo que quieras. No me importa cómo me llames, y yo estoy aquí solamente para
hacer lo mío.”

“¿O sea protegerme?”

“¿Protegerte?” Shana se veía escéptica. “Bueno, mientras haya alguien tratando de


devorarte, supongo que eso es lo que voy a hacer.”

Yuuji se estaba acostumbrando a su insensible manera de hablar. De hecho, muy dentro


de él, sus palabras lo llenaban de tranquilidad.

“Por cierto Shana, ¿vas a estar bien siendo una estudiante de preparatoria? Lo que
quiero decir es que hay exámenes, tareas y todo eso.”

Shana se veía un poco molesta.

“Primero me eliges cualquier nombre, después me empiezas a hablar de tú. Oh, lo que
sea… De cualquier forma, ¡¿qué tan difíciles pueden ser estas clases?!”

Ella tomó un libro de texto de su maletín y lo agitó adelante y atrás.

Yuuji la miró suspicaz. ¿Podría ser que esta chica que no parecía mayor que una
estudiante de secundaria media ser lo suficiente mente inteligente para hacer que
pareciera un tonto?

La campana de la escuela sonó para indicar el comienzo de las clases, y el sonido hizo
eco en sus oídos con un tono siniestro.

El cuarto periodo, la clase de inglés estaba llegando a su fin. La clase estaba en silencio
y llena de tensión. Todos los estudiantes a excepción de una estaban escondiéndose
detrás de sus libros de texto en sus pupitres. El profesor del curso, quien había
empezado su lección de manera usual, estaba ahora garabateando lleno de cólera en la
pizarra.

La pequeña creando toda esta tensión —Shana—se sentaba tranquilamente en el centro


de la clase, su libro de texto cerrado en frente de ella. Ella no decía nada y no se había
movido en todo el periodo. Ella simplemente miraba al profes or con los brazos cruzados.

Este comportamiento hizo que el profesor se sintiese extremadamente nervioso. Shana


lo miraba como si estuviese observando a un animal en una jaula. Era claro que ella no
tenía ningún respeto por él. Ella se había mantenido con esa actitud desde la mañana,
creando la misma atmósfera de tensión por los tres primeros periodos.

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El profesor podría fácilmente haber ignorado a Shana. Ella no estaba haciendo barullo o
hablando por su celular o pintándose las uñas. Pero los profesores son generalmente
criaturas corruptas que disfrutaban sus posiciones de poder. Les gusta exigir respeto y
ciega obediencia, y odian ser juzgados en una base individual.

Finalmente, al igual que los tres profesores anteriores a él, el profesor de inglés ya
estaba al límite.

Cuando terminó de escribir en la pizarra, el profesor de inglés giró y le lanzó una


mirada muy desagradable a Shana. Él era un hombre de mediana edad y un profesor
odiado por los estudiantes por la cantidad excesiva de tareas que dejaba. Su boca se
abrió y cerró un par de veces antes de que finalmente dijera lo que quería decir.

“Hirai, estás muy distraída hoy día. Te sugiero que empieces a tomar apuntes”

Hirai Yukari—la chica que Yuuji había recién bautizado como Shana —no dio respuesta
alguna. Simplemente dijo, “Usted.”

“¿Tan siquiera sabe lo que está haciendo? Ha puesto esos espacios en blanco
completamente al azar. Esto no es un juego de adivinanzas. Deberían ser puestas para
que podamos deducir las palabras que no se encuentran del texto que las rodea. ”

Shana ni siquiera dejó de cruzar sus brazos.

“¡¿Er…?!”

“La respuesta correcta sería “That which we call a rose, by any other name would smell
as sweet,” pero si no se tiene la oración original memorizada, no hay manera de que uno
pueda darse cuenta.”

Su pronunciación era perfecta. Ella continuó, con confianza en sí misma, “Y si revisa el


texto original de Shakespeare se dará cuenta de que le faltaron dos líneas completas.
Sucedió por estar copiando el manual que tiene en la mano, página por página.”

El profesor de inglés retrocedió un paso. Los comentarios de Shana no daban lugar a


objeciones. Nadie dudaba que lo que ella estaba diciendo era absolutamente correcto.

Normalmente un profesor podría salir triunfante de cualquier dis cusión que iniciara con
un alumno. Pero al enfrentar tal conocimiento y a semejante aura de autoridad, el
profesor de inglés no podía decir nada en su defensa.

La dignidad de los fuertes siempre expone a los débiles en su propia incompetencia. Y


Shana era muy fuerte.

“Como profesor no tiene habilidades académicas,” ella dijo. “No va más allá de lo que
dice el manual. Sus explicaciones son inferiores y nos hace perder el tiempo con esas
lecturas. ¿Realmente se considera competente en esta materia?”

El profesor de inglés estaba en un terreno donde no podía ganar.

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“Si intenta realmente enseñarme algo, regrese mañana después de que haya hecho su
tarea. De otra forma no venga aquí a hacerme perder el tiempo.”

Shana había inhabilitado a su cuarta víctima del día.

*****

Después de cuatro peleas sucesivas entre Shana y sus profesores, con Shana emergiendo
victoriosa cada vez, los estudiantes, pasmados, dejaron la clase uno a uno cuando
empezó el periodo para almorzar. Su última victoria había sido tan completa que casi
sintieron un poco de compasión por el pobre profesor de inglés. Necesitaban aire fresco
para relajarse, dejando a Yuuji almorzando con Shana.

La experiencia de Yuuji de tener su identidad destruida y su existencia en riesgo hizo


que viera la situación del profesor con un poco más de compasión de la que
normalmente hubiera tenido.

Los profesores estos días estaban perdiendo su autoridad y confianza (sobretodo debido
a sus acciones) En el pasado el respeto venía con el título, pero hoy en día… Yuu ji
tomo un gran bocado del onigiri que había comprado en la tienda. Pensó que era
realmente igual a un crítico social.

Yuuji miró de reojo a la chica al lado suyo, la instigadora de todo esto, quien se sentaba,
comiendo su pan de melón en silencio. Ahora más que nunca ella parecía tener once o
doce años—incluso parecía linda.

“Oye.”

“¿Qué?”

Era ruidoso allí afuera, pero los dos estaban solos en el silencioso salón de clases. Era
una situación algo embarazosa.

“No tenías que ir tan lejos”

“¿De qué estás hablando?”

“Nada, olvídalo.”

Shana encogió los hombros y volvió a comer su pan de melón.

Yuuji sintió que su humor para discutir se esfumaba. Viéndola casi feliz hizo que la
imagen de ella cortando sin piedad a esos monstruos ayer verse más irreal.

“Estabas comiendo taiyaki ayer… ¿te da hambre seguido?

“Aja. Claro,” dijo con la boca llena de pan.

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Sin querer dejar la oportunidad, Yuuji le preguntó algo que lo había estado molestando
desde ayer. “Ese collar parlante tuyo… ¿Es algún tipo de transmisor? ”

“Algo así, pero no exactamente.”

El pendiente, que había guardado silencio toda la mañana, finalmente habló. “Yo, como
un Guze no Ou, estoy en un estado de hibernación dentro de ella, y éste es un
Instrumento Divino llamado Cocytus. Manifiesta mi volun tad a este mundo.”

“… ¿Estado de hibernación? ¿Manifiesta?”

Shana lo miró de reojo. Ella dio un suspiro y continuó con la explicación.

“Alastor está literalmente dentro de mí. Eso es conocido como un contrato. Este
pendiente es el instrumento que le per mite verbalizar su voluntad.”

¿Eh?

Yuuji ya se había rendido de tratar de hacer que todo esto cobre sentido. Simplemente lo
aceptó y preguntó sobre lo que necesitaba explicaciones.

“Un contrato… Ahora que lo recuerdo, dijiste esta mañana que habías hech o un contrato
con él para poder convertirte en una Neblina de Llama. ¿Eso significa que solías ser un
ser humano?”

“Eso es correcto” Shana respondió.

“¿Así que por qué quisiste convertirte en una Neblina de Llama?”

“Eso no es nada de tu incumbencia.”

Su respuesta parecía definitiva.

“Bien, entonces…”

Miró por toda la clase. Ya que nadie más estaba cerca, parecía un buen momento para
hacer que Alastor entre en la conversación.

“¿Puedo hacer una pregunta?” dijo Yuuji, esperando una respuesta favorable.

“Yo creo” dijo Shana, “que ya has estado haciendo preguntas por un buen tiempo. Así
que, ¿qué quieres saber?”

“Para empezar, ¿qué es el Mundo Carmesí?”

¿Oh, eso? la expresión de Shana parecía decir. Ella devoró el último pedazo de pan de
melón.

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A ver, veamos. El Mundo Carmesí… es el Mundo Rojo Profundo. Es la puerta que está
al lado de este mundo, pero no puedes ir allí a pie. Hace mucho tiempo, un poeta la
llamó ‘la catedral giratoria.’ Y llamamos a sus habitantes Guze no Tomogara.”

“O sea, ¿como gente de otra dimensión?”

Esta vez, Alastor respondió. “En términos de este mundo, esencialmente sí. Sin
embargo aquellos que te atacaron no eran Tomogara. Eran unos sirvientes llamados
Rinne, y fueron creados en este lado del mundo.”

“¿Entonces son invasores viniendo a conquistarnos?”

“No podría decírtelo. Cada uno tiene sus propios objetivos. Todo depende. Todo lo que
puedo decirte es que nosotros, los Guze no Tomogara nos manifestamos controlando
libremente el Poder de Existencia en este mundo. Transform ando este poder, podemos
controlar los fenómenos naturales. Por ese motivo, los Tomogara están constantemente
cruzando a este mundo.”

“¿Qué acabas de decir?” Era muy difícil para Yuuji el comprender la explicación tan
compleja de Alastor.

Shana suspiró. “En este mundo, hay una energía fundamental llamada el Poder de
Existencia. Todas las cosas existen por esta energía. Tomando prestado ese poder, los
Tomogara que vienen del Mundo Carmesí como inexistentes, son capaces de existir en
este mundo. ¿Lo entiendes ahora?”

“Eh… algo.”

Shana asintió. Yuuji se frotó las sienes, esperando poder estimular su cerebro.

“Para que ellos puedan permanecer en éste mundo,” Shana continuó, “ellos necesitan
seguir usando su Poder de Existencia. Esa es la razón por la cual e stán desesperados por
recolectar el poder de los humanos.”

“¿Recolectar el Poder de Existencia? ¿Estás hablando del, eh, incidente de ayer?” Yuuji
revivió en su mente la escena en la que las grotescas y monstruosas figuras devorando a
las personas, convirtiéndolas en llamas. Las sensaciones de asombro y terror regresaron
también.

Shana asintió.

“Exacto. Así que, por sus propios propósitos egoístas, usan ese poder libremente para
crear a los Rinne y fenómenos inusuales.”

Alastor luego empezó a hablar. “L as desviaciones de las leyes naturales de este mundo,
un fenómeno que no debería ocurrir, una existencia que no debería existir, y más que
todo, la terrible caza del poder que puede hacer que estas cosas sucedan, podría echar
abajo el balance de las existe ncias entre este mundo y el Mundo Carmesí. Podría, de
hecho ser llamado un juego para tontos.”

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A pesar de las tenebrosas predicciones de Alastor, Shana ya había empezado con el
siguiente dulce en su almuerzo, un mitarashi dango. Ella parecía complacida co n eso.

“Así que, para mantener el balance, las Neblinas de Llama van peleando con esos
monstruos que tenazmente cazan el Poder…”

Yuuji metió otro onigiri en su boca. Finalmente empezaba a entender. Con la boca llena
de arroz, el dijo, “¿El Poder de Exist encia tiene que provenir de los humanos?”

A Alastor no parecía importarle los malos modales de Yuuji. De todas formas no dijo
nada al respecto, pero continuó con voz profunda.

“Desde luego. Ya que su existencia es muy similar a la nuestra, su poder es


exponencialmente más fuerte para nosotros. Absorber cualquier cosa
indiscriminadamente solo diluye el poder.”

“¡Espera un minuto! ¿Los Guze no Tomogara son humanos al igual que nosotros?”

“Es difícil de explicar. Tienes una concepción tan cerrada de lo que es humano. Tendría
que utilizar poesía en lugar de lógica para explicar.”

Yuuji suspiró, mientras abría su lata de refresco. “Ya veo…pero de lo que he visto entre
ayer y hoy, no pasará mucho tiempo antes de que todo haya sido absorbido.”

“No realmente,” dijo Shana. “Ellos han estado cruzando a este mundo desde tiempos
antiguos, pero el número de humanos se ha estado incrementando. ¿Así funciona este
mundo, no? No habrá un cambio radical en el panorama general de las cosas. Y también
estamos las Neblinas de Llama, para prevenir que las cosas se salgan de control.”

“Me pregunto si puedo contar con eso…”

Yuuji miró a Shana con escepticismo. Ella ya había terminado con los dulces y se
estaba lamiendo los dedos. “Así que eso es lo que te he estado diciendo. Te estaré
protegiendo hasta que el Hougu que contienes sea trasladado cuando te consumas o
hasta que extermine a todos los Tomogara que vienen tras de ti.”

Yuuji se estaba habituando a esa actitud suya de decir -las-cosas-tal-como-son. Ella


siempre era honesta con él y estaba empezando a apreciar esa cualidad suya. Él sonrió
tímidamente.

“Palabras tan reconfortantes… ¿así que vas a estar a mi lado a todas horas?”

“Por ahora voy a hacer guardia en la tarde.”

Mientras le explicaba sobre el espacio de aisla miento—el Fuzetsu—que temporalmente


cortaba el área del mundo que la rodea. Normalmente son creadas en los periodos
transitorios del amanecer y el anochecer, que sirven como fronteras entre el día, cuando
las personas están claramente conscientes de su pro pia existencia, y la noche, cuando las
personas instintivamente despiertan sus ‘yo’ verdaderos y actúan como tales.

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Los Guze no Tomogara tienden a elegir el método más directo de ataque, y los
momentos que provean de más oportunidades.

“El Fuzetsu… Pregunté sobre eso ayer. ¿Es como las barreras espirituales que uno ve en
los videojuegos y en las películas”?

Yuuji estaba cerca de entender todo cuando algo terrible se le ocurrió. “Espera —
¿Dijiste atardecer? ¡Hoy día las clases terminan tarde! ¡Si las cos as van mal, ellos
podrían aparecer aquí, en la escuela!”

Shana, apoyando su cabeza sobre su mano derecha, dijo “¡Por supuesto que pueden
aparecer aquí! ¿Por qué sino estaría aquí?”

Por un momento se sintió aliviado. Entonces otra pregunta vino a su mente .

“¿Vas a protegerlos a todos?”

“¿De qué estás hablando?”

Yuuji se levantó.

“¿A dónde vas?”

“¡Baño!”

Yuuji dejó el salón de clases pensando en Shana. ¿Qué otras cosas humanas hará ella
además de comer? Alguien lo llamó de cerca de los baños.

“¡Oye Sakai!” Tres de sus compañeros de clase lo estaban llamando.

Estaba tan preocupado sobre Shana que se olvidó por completo de hablar con sus
amigos.

“¿Estaban ustedes en la cafetería hoy?” les preguntó.

Ike Hayato negó con la cabeza. “No importa eso. ¿Có mo es posible que estés comiendo
el almuerzo con esa chica? ¡Ella es una buscapleitos!”

Al lado de Ike estaba Satou Keisaku, un chico, aunque de buen ver, algo superficial.
“Tienes agallas,” él dijo. “Si las cosas salen mal, podrías atraer la atención de los
profesores también.”

“No sabía que ustedes dos estuvieran tan cerca,” dijo Tanaka Eita, un chico grande con
una cara alegre. “¡No te nos vayas a adelantar!”

Yuuji sólo pudo decir algo poco creíble. “No, no es eso.”

Yuuji buscó en los pechos de sus a migos por las llamas que los delatarían si fueran
Antorchas. Incluso si esta escena fuera tan parecida a su vida normal, incluso si ya había
verificado en la mañana… Yuuji no podía dejar de sentirse nervioso.

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Nada había cambiado con sus amigos. Era él el que había cambiado.

“Comiendo el almuerzo juntos y hablando, solos los dos. Eso es suficiente para
llamarlos ‘íntimos’.”

“Hirai-san es linda, supongo. Pero no sabía que ella fuera tu tipo. Estás lleno de
sorpresas Sakai.”

Ahora su presión estaba subiend o.

“Miren…” Yuuji buscó una respuesta ingeniosa pero nada se le ocurrió.

Al anochecer los Guze no Tomogara atacarían.

Tal vez debería dejar el colegio temprano, pensó. Que al menos su colegio no se
convertiría en un campo de batalla.

Su pequeña pausa les dio a sus amigos una impresión errónea.

“¿Realmente eres algo lento con estas cosas eh?” Ike persistió con una buena
disposición, sus lentes brillando en el sol.

“Tengo un favor que pedirte,” dijo Satou. “Si Hirai -san tiene alguna linda amiga que no
tenga novio, háblales bien de mí, ¿vale?”

Esos eran Yuuji y sus amigos bromeando juntos como de costumbre. Inocentes e
irrelevantes conversaciones. La misma escena de siempre. La vida cotidiana —esas
cosas que no quería perder y no quería que cambiasen.

Los monstruos atacaron tan sólo ayer. ¿Realmente volverían hoy?

Yuuji se refugió en esa pequeña posibilidad.

Cierto. Podría estarme preocupando sin motivos. No significa que vayan a venir hoy.

Incluso si sabía que los monstruos definitivamente regresarían , tercamente se sostenía


en la esperanza de que no volverían a aparecer de nuevo.

“¡Oye tú, el de la cara inocente! No sabíamos que fueras tan bueno en esto. ¿Qué cosas
hiciste para engañar a esa pobre chica para que sea tu amiga? ¡Dinos!”

Yuuji golpeó a Tanaka en el brazo para que se detenga.

Y después el enemigo vino después de todo.

*****

El sol se ponía en los fragmentos de nubes convertidos en un rojo desolado.

49
Los estudiantes, quienes estaban dejando el salón de clases estaban teñidos del mismo
rojo del atardecer.

Ese rojo que los inundaba, a todos y a todo.

“¡Arg…!”

Yuuji fue cogido completamente fuera de guardia. Pensó que las clases iban a terminar
sin ninguna interrupción. Pero se había equivocado.

Una muralla de fuego encerró el área, in cluyendo a partes del corredor afuera. Una línea
de fuego corría por el piso formando una extraña línea de escrituras en la forma de una
cresta.

Los estudiantes se congelaron en el sitio.

Yuuji sabía lo que significaba esto.

El Fuzetsu… el mundo va a ca mbiar…

Yuuji sintió escalofríos, sintiendo una extraña resonancia que señalaba un cambio en el
flujo del mundo por su cuerpo. Al igual que la última vez, no se congeló como los
demás—por lo que estaba dentro de él.

Shana se paró y se puso en guardia. “A quí vienen.” Las comisuras de sus labios se
curvaron hacia arriba.

“¿De-de veras? ¿Aquí, ahora? La esperanza que tenía antes se había ido. El miedo y el
remordimiento llenaron el corazón de Yuuji.

“Si, están aquí ahora” ella dijo. “Acaba de empezar.”

Shana saltó con gracia sobre la mesa entre la ventana y Yuuji. Su brillante cabello negro
se agitó y empezó a brillar en una luz ardiente, lanzando chispas de fuego.

En un destello, la Neblina de Llama estaba frente a Yuuji. Envuelta en el familiar abrigo


negro, cogía a Nietono no Shana —la larga y hermosa katana que inspiraba temor y
deleite—en su mano derecha. Para Yuuji ella era simplemente hermosa.

“¡Todos siguen aún aquí! ¿No pueden hacer esto en otro sitio?”

Ike era uno de los estudiantes atrapados en el Fuzetsu. Había sido congelado mientras
ponía su cuaderno en su maletín.

“Los enemigos invocaron el Fuzetsu,” dijo Shana. “¿Por qué no se lo dices a ellos?”

“¡Maldición!”

Yuuji tenía que hacer algo. Sin pensarlo dos veces, empezó a arrastrar a sus c ompañeros
del área donde él creía, Shana iba a pelear.

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Afortunadamente, sólo había cuatro personas en la clase además de Shana y Yuuji.
Cerca de la ventana donde Shana se paraba había una chica llamada Nakamura Erika,
congelada mientras se ponía su maquil laje.

Yuuji la cogió de la cintura “Di -disculpa,” él dijo.

Temía que sus pies estuvieran atascados en el suelo, pero fue capaz de moverla.
Forcejeó para levantarla y cargarla. Después de todo era un chico promedio con fuerza
promedio.

“¡Ugh, pesa mucho!”

Yuuji la arrastró en el corredor y regresó al salón de clase. Shana estaba allí parada en la
carpeta. Sostenía su larga espada con ambas manos, sin moverse. Unas cuantas cenizas
salieron de su cabello.

En este silencio de anticipación, Yuuji se quedó q uieto mirando. Algo pequeño estaba
tomando forma fuera de la ventana —una pequeña forma rectangular con afilados y
brillantes bordes. Reflejando la luz rojiza de la niebla ardiente, giró ella misma
revelando una figura del as de espadas.

¿Una carta?

Esta carta solitaria y afilada flotando en el aire, fue pronto seguida de una segunda carta.
Luego una tercera y una cuarta, de allí más, volando una tras la otra en la clara luz rojiza.

AL principio volaban en agrupamientos al azar, pero eventualmente se uni eron


formando una masa que cubría la vista fuera de la ventana por completo.

Entonces, sin previo aviso, las cartas se voltearon y apuntaron a una sola dirección, ellas
iban tras Yuuji.

El enjambre de cartas entraron en el salón, rompiendo las ventanas, quebrando los


alfeizares y cristales, incluso haciendo agujeros en las paredes.

Antes de que el grito de Yuuji llegara a su garganta, ya estaban llegando hacia él.

Pero fueron bloqueadas por un muro de tejido negro y desgastado.

Shana extendió su brazo izquierdo, esparciendo y extendiendo la orilla de su abrigo


como un escudo. Las cartas que la tocaron se quemaron instantáneamente, no pudieron
penetrarlo.

La mano izquierda de Shana ya estaba de nuevo empuñando la espada. Ella jalo la


empuñadura en su izquierda y movió su hombro derecho un poco hacia delante. Ella
estaba lista para la batalla.

Sus ojos ardientes rápidamente detectaron la fuente de poder detrás de las cartas. En ese
instante—

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Shana saltó de la mesa con suficiente fuerza para romperla, de jándola astillada en piezas
en el piso. La punta de su espada atravesó la masa de cartas que quedaban.

“¡¡Gr…raaah!!”

Un grito salió de las cartas, y su flujo se volvió caótico.

Cuando sintió la resistencia y tuvo la sensación de haber dado en el blanco , Shana giró
su espada y la volvió a sacar. Ella la levantó y sin pausar, volvió a dar un fiero corte con
ella.

Una llama esta vez acompañaba el camino de la espada e incineró todas las cartas a la
vez. La explosión sacudió la clase con su tremendo impact o, Shana, sin embargo
soportó la explosión sin retroceder un paso.

Llamas fluían alrededor de la barrera que había hecho el abrigo. Yuuji saltó.

“¡Whoa!”

Cuando las llamas se habían apagado, Shana deshizo la barrera que protegía a Yuuji. Él
fue capaz de observar todo el salón de clases. El piso estaba quemado y la mitad de éste
había sido totalmente destruido, dejando visible la fundación de concreto debajo. Las
ventanas y sus marcos habían sido volados en pedazos y pedazos rotos de mesas y sillas
estaban esparcidas por todos lados.

Este lugar le era familiar a Yuuji, así que sintió fuertemente el shock.

En la esquina del salón estaba Shana. La explosión no la había dañado en absoluto. Ella
se paraba con serenidad, lista para cada acción.

Algo o alguien estaba atrapado en la punta de la espada. Yuki se acercó un poco para
mirar e inmediatamente reconoció a la misma muñeca toscamente cosida que había
escapado de Shana ayer.

¿No es esa muñeca un Rinne, un sirviente del Guze no Tomogara?

La muñeca estaba empalada en la punta de la espada, cortada desde su hombro hasta su


pecho. Débiles chispas blancas salían del hueco que tenía en el abdomen. Yuuji pudo
ver el relleno de algodón, ahora expuesto.

“Gah, ugh…”

La boca cosida con hilo rojo de alguna forma se las arreglaba para gemir de dolor.

Shana parecía a punto de decirle algo a la muñeca, cuando de repente miró a los lados.
Las chispas blancas de la muñeca empezaron a rebotar del suelo, rodeándola. Mientras
rebotaban su volumen se incrementaba y empez aban a girar salvajemente.

“Ugh, ja, jajajaja…”

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Los gemidos de la muñeca se habían transformado en risa, mientras una lluvia de
chispas salía de su cuerpo. Cada una, a su vez se transformó en la cabeza de una muñeca
y se unió al cuerpo de la muñeca. Las otras chispas girando alrededor de ella también se
transformaron en cabezas de muñecas y empezaron a reír. Este extraño fenómeno
empezaba a encerrar a Shana.

Yuuji desvió su mirada del anormal espectáculo, al buscar refugio en el fondo del salón
descubrió que sus compañeros habían sido lanzados hacia donde él estaba ahora.

Tres chicos habían sido volados en pedazos por la explosión a una esquina al fondo. Sus
cuerpos, quemados en varios lugares y heridos por pedazos voladores de sillas y mesas
estaban cubiertos con trozos de vidrios rotos y escombros.

Yuuji estaba desesperado por la situación. Sabía bastante bien cuánto necesitaba la
protección de Shana y qué tan inútil era enfrente de este asalto.

Fui yo, He sido descuidado… Todo es mi culpa.

Sentimientos de arrepentimiento y culpa lo desgarraban.

“¡Ike!” Corrió a donde estaba su amigo.

“Je, je, ja, ja, ja.”

Esa risa provenía de la figura gigante, que ahora estaba formada completamente por
cabezas de muñecas. Los gruesos brazos de esa cosa tenían l a hoja de la espada de
Shana asegurada en sus manos.

“¡Eres mía ahora Neblina de Llama!”

Las cabezas de muñecas flotantes se unieron y se transformaron en un brazo gigante que


se dirigía hacia Yuuji a toda velocidad, quien todavía estaba con Ike.

“¿Y eso qué?” dijo Shana calmadamente. Sus ojos ardientes bosquejaron un tramo de
luz, y su cabello soltaba chispas de fuego.

Torciendo su cuerpo completamente, se propulsó a sí misma en el aire con una fuerza


que mandó ondas de choque en el salón y salieron llamas del piso de concreto sobre en
el que se estaba parando.

“¿Eh?”

Shana saltó con la muñeca gigante ante ella sobre la punta de su espada.

“¡Rraaaah!”

Shana destruyó el brazo gigante que estaba ya alcanzando a Yuuji junto con el cuerpo
distorsionado de la muñeca, ambos en un solo movimiento.

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“¡¿Qué…eh?!”

El viento que creó la explosión golpeó con fuerza a Yuuji, mandándolo a él y a Ike en
un montón de brazos y piernas enredados.

Yuuji esperó que el entumecimiento y el dolor se vayan. Su visión gr adualmente se


aclaró y en un momento vio a la muñeca, nada más que un trapo quemado ahora,
colgando del final de la espada de Shana.

“¡Tch!”

El pelo de estambre marrón había sido quemado hasta la raíz, y uno de los botones que
tenía por ojos se había salido. El relleno de algodón se había salido junto con su ropa, y
solo sus miembros de color carne hechos de fieltro estaban allí colgando sin vida.

“Esto, esto es terrible…” dijo Yuuji.

“¿Salvé tu patética existencia y eso es todo lo que tienes que decir? ” Shana tiró la
muñeca al suelo con una sacudida de su espada.

Dirigió todo su malhumor hacia la muñeca.

“¿Cuál es el nombre de tu amo?” dijo fríamente.

Con su boca de hilo rojo roto y quemado, la muñeca respondido en una voz que parecía
un disco rayado.

“¿Tú…cr...ees…qu…e…te…lo…dir...ia…Nebl…in…a…de…Lla...ma?”

“No, sólo era por si las dudas. Oh bien, juzgando por la manera que usa los mismos
peones una y otra vez, tu amo no parece tener muchas luces.”

“…Urgh, ugh”

La muñeca se estremecía de furia.

Justo en ese momento…

Una voz con una extraña cadencia habló. “Jajaja… muy interesante. Pero prefiero el
término ‘vigilancia táctica de poder’”

Shana se volteó en la dirección de la voz, y Yuuji la siguió con los ojos. Mirando hacia
fuera en el hueco en el muro, ambos vieron a un hombre alto flotando en el aire.

Vestido con un traje del más puro blanco y una larga túnica blanca, el hombre no era
teñido por el rojo de la niebla ardiente y daba la impresión de ser un fantasma en una
sábana. A Yuuji le parecía un visitante de un mundo ilusorio, en contraste a la poderosa
realidad de la presencia de Shana.

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“Hola, pequeña. Qué apropiado para nosotros el conocernos en ésta, la hora de los
demonios.”

Parecía un hombre delicado, cuya imagen podría borrarse si l a tocasen. Su voz era como
el de un violín mal afinado.

Yuuji lo entendió: Este hombre es el Guze no Tomogara.

Sentía como que ese hombre estaba fuera de lugar, sentía que no debería existir aquí.

Shana respondió en su manera directa de siempre. (Muy a diferencia del hombre


flotando ante ella) “¿Eres el amo de esta muñeca?”

“Si. Mi nombre es Friagne.

Alastor entonces habló, su voz profunda y llena de poder.

“¿Friagne…? Ya veo, tú eres el asesino de Neblinas de Llama, el que conocen como “El
Cazador.”

El hombre llamado Friagne curvó sus labios en algo que se parecía a una sonrisa. “Si,
yo soy El Cazador. Pero me molesta tu acusación de que soy un asesino. De hecho, soy
llamado El Cazador porque colecciono los Hougus de los Guze no Tomogara esparcidos
en este mundo.”

Su mirada reposaba en el Cocytus que colgaba en el cuello de Shana.

“Y tu eres Alastor, la Llama Celestial. Eres muy reconocido en nuestro Mundo Carmesí,
Creo que es la primera vez que nos conocemos en persona. He escuchado rumores de tu
venida a este mundo, pero no esperaba… Éste es mi primer encuentro con tu Neblina de
Llama también.”

Le dio una buena mirada a Shana también.

“Hmm… ¿así que ésta es con la que hiciste el contrato, eh? La Cazadora del cabello en
llamas y ojos ardientes. Es de hecho tan hermosa como había escuchado. ¿Pero no es su
brillo un poco exagerado?”

Mientras Friagne continuaba absorbido en su cháchara. Alastor silenciosamente le


susurró una advertencia a Shana. “No te dejes engañar por su delicada apariencia y su
forma de actuar tan afeminada. Es un poderoso Tomogara que ha asesinado a varias
Neblinas de Llama con sus muchos Hougus. No es alguien que uno pueda tomar a la
ligera.”

Shana modificó su postura. “Si, puedo sentirlo.”

“Ja ja, no hay necesidad de que esté s tan enojada,” dijo Friagne, quien recién se había
percatado de la muñeca tirada en el piso.

“¡¡Marianne!!”

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La expresión de Friagne se oscureció con preocupación. Vociferó en una voz disonante,
“¡Oh, como lo siento mi Marianne! Pensar que te hice pelear con esta chica tan
terrible.”

Entre los dedos de sus guantes blancos, había una carta que él agitó en una forma
dramática. Con un rápido chasquido de sus dedos, la carta empezó a revolotear en el
aire.

“¿Hmm?”

“¿Qué?”

Todas a la vez, la masa de cart as quemadas danzó en el aire alrededor de Shana y Yuuji.
Las cartas se unieron en un remolino y volaron para unirse a la solitaria carta flotando
en las puntas de los dedos de Friagne. Una vez unidos, formaron una única, aunque
incompleta carta.

“Ya veo…” dijo Friagne con un dejo de admiración en su voz. “Casi destruyeron a
Regular Sharp—mi especialidad—con fuerza física pura.”

Tomó la carta dañada entre sus dedos, y como un mago altamente entrenado la hizo
desaparecer entre su manga en una maniobra suave de destreza manual.

Antes de que alguien se diera cuenta de lo que sucedía, Marianne, la muñeca hecha
jirones estaba ya en los brazos de Friagne. Lágrimas llenaban sus ojos mientras
examinaba a su amada muñeca. “Oh, Marianne,” suspiró. “Las Neblinas de L lama
siempre hacen este tipo de cosas salvajes.”

Marianne retorció su boca para responder.”Lo…s…ien…to…mu…cho…amo.”

“Por favor no te disculpes Marianne. Fue también mi culpa por hacerte ir. Nunca me
habría imaginado que alguien pudiese hacer tanto daño c on esa insignificante espada.”

Friagne sonrió y soltó un suave hálito sobre Marianne.

Tal y como Shana había restaurado a Yuuji ayer, Marianne empezó a arder con un brillo
blanco por un momento, entonces reapareció, restaurada con su apariencia prístina.

“Allí está preciosa, has vuelto a ser como eras. Lo siento tanto, hacerte usar un Hougu
que no te es familiar.”

Su tono engatusador entraba en su oído. Levantó a Marianne a su cara y acarició su


mejilla con la muñeca.

Cuando su mejilla la tocó, Mariann e le respondió en una voz ligeramente llorosa. “Sus
amables palabras son más de lo que merezco, mi amo…Pero por ahora…”

Asintiendo amorosamente, Friagne miró fijamente en la dirección de Shana. No alteró


su expresión sonriente.

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“Ja ja… he aprendido un a valiosa lección de nuestras batallas ayer y hoy. Eres una
Neblina de Llama pero tienes poderes muy limitados. Honestamente, gatita, tu técnica
de combate es un poco… ¿cómo debería decirlo?... poco desarrollada.”

Shana fruncía el entrecejo.

“¡¿Qué dijiste?!”

“Hiciste un contrato con la conocida Llama Celestial. Por eso tomé mis precauciones,
no sabiendo qué poderes poseías. Pero veo que eres a las justas capaz de invocar tu
llama interna utilizando el poder de esa espada inusualmente afilada. ¿Estoy en lo
correcto? Yo estoy muy orgulloso en ser un muy buen juez de los Hougus.”

La sonrisa de Friagne se hizo más evidente cuando vio la silenciosa confirmación de


Shana.

Alastor replicó en su profunda voz. “Ya veo. Mandas a los Rinne primero para
determinar el nivel de nuestras habilidades. Como los rumores dicen, eres un cazador
muy cuidadoso, Friagne.”

“Bueno, después de escuchar todo lo que sucedió en la batalla anterior, es cierto que no
creí que iba a haber mucho peligro. Protagonicé la revancha hoy s olo para confirmar
mis hipótesis. Y debo agregar que eso fue lo que mi querida Marianne quería también.”

Traté de tomar venganza por lo que sucedió ayer, amo,”dijo Marianne, su cabeza
agachada. “Lamento tanto que haya terminado en un estado tan deplorable .”

“No te preocupes. ¿No te había dicho que no pasaba nada?” Le dio un beso a la muñeca
en la frente.

“Honestamente no creí que pudiese hacer tanto daño con sólo su espada,” Friagne
continuó. “¿Pero eso es todo, no? ¡Tsk! Imagino que es suficientemente limitante el
estar dentro de un humano, ¡pero para un Señor del Mundo Carmesí el estar en alguien
tan limitado también! El dicho ‘un tesoro sin usar es un tesoro desperdiciado’ al parecer
describe bastante bien tu poder ¿No lo crees Llama Celestial? ¡Jajaj aja!!

La luz en los ojos de Shana brilló con más fuerza. Tomó una postura de ataque. “¡Te
mostraré qué tan limitada estoy!”

Friagne negó con la cabeza y suspiró, como si estuviera hablándole a una niña
malcriada.

“¿Estás tratando de provocarme? Que niñ a tan insolente. Lo he visto antes ¿sabes?
Muchas Neblinas de Llama antes que tú han dejado que su furia los controle. No es un
espectáculo bonito. Dejando que sus poderes vayan fuera de control y terminando
muertos en la explosión.” La expresión de Friagn e de pronto se ensombreció.

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“Escúchame bien. Si le haces algo tonto al Mistes que está allí y su contenido es
destruido, juro por mi verdadero nombre ‘El Cazador’ que no vivirás un día más.”

Su sonrisa regresó. Volteó su mirada hacia Yuuji.

“No tengo ningún apuro. Nos veremos otro día en circunstancias más favorables.”

Yuuji sintió el escalofrío proveniente de la intensa mirada de Friagne que parecía


penetrar en su mismo ser, a lo que sea que tenía dentro.

“¿Me pregunto qué habrá dentro?” preguntó El Cazador, su voz y figura


desvaneciéndose en la niebla ardiente. “¡Jaja! Sería interesante saberlo.”

Yuuji, su visión nublada por la niebla, se dio cuenta de que Friagne se había ido.

“Así que no era un Tomogara ordinario después de todo, sino un Señor de l Mundo
Carmesí, y encima Friagne ‘El Cazador’.”

“Hmph,” replicó Shana.

Yuuji levantó a Ike, quien estaba cubierto de cortes y quemaduras en sus brazos.

“Así que eso es un Tomogara…”

“Exacto,” confirmó Alastor. “Es uno de los Guze no Ou, quienes posee n un poder
extraordinariamente grande, incluso entre los Guze no Tomogara. A diferencia de mí, él
no se ha encerrado dentro de un humano. Por eso continúa devorando el Poder de
Existencia en este mundo. Es el enemigo de todas las Neblinas de Llama.”

“¿Guze no Ou, eh? ¿Y es el jefe de esos monstruos? Pensé que iba a ser más intimidante
que eso”

“No lo juzgues por su apariencia física. Puede existir en cualquier forma que desee…
como todos en mi mundo.”

“Lamento interrumpir,”dijo Shana, “pero voy a limpiar el desorden aquí. Lo usaré a él.”

“¿Eh?”

Shana apuntó con el dedo al maltrecho Ike, que yacía medio muerto en los brazos de
Yuuji.”

“¿Usarlo? ¿A qué te refieres con eso?”

“Voy a arreglar el área dañada dentro del Fuzetsu utilizando su Poder de Existen cia.”

Yuuji recordó que ayer Shana había reparado los edificios y la pista dentro del Fuzetsu
transformando las Antorchas de varias personas en chispas de fuego. Esas personas
desaparecieron del mundo una vez que el Fuzetsu fue disuelto, como si nunca hub iesen
existido.”

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Yuuji mantuvo a su amigo cerca de él. “¿V -vas a usar a Ike como a aquellas personas
ayer? ¿Usarlo hasta que se desvanezca?”

“Así es,” dijo Shana. “No hay ninguna Antorcha que pueda utilizar como ayer. Pero un
humano que está cerca de su muerte pero que todavía no es una Antorcha, tiene el
suficiente poder para reparar todo. Mientras estoy en eso sanaré las heridas de todos los
otros humanos aquí. Entonces convertiré lo que quede de tu amigo en una Antorcha y lo
reemplazaré con eso. Entonc es no habrá ningún problema, ¿no te parece? ¿Suena bien,
verdad?”

“¡Por supuesto que no! ¡No quiero que muera al igual que yo, No deseo que nadie pase
por lo mismo!”

“La hoguera no arde si no se le echa leña. No puedo arreglar nada o curar a nadie si no
hay poder con el cual hacerlo.”

Yuuji perdió el habla.

“¿No es eso obvio? Si no quieres que lo use, podría elegir a alguien más.”

“¡E-ese no es el punto!”

“¿Entonces qué quieres que haga? ¿Quieres que disuelva el Fuzetsu en este estado tan
caótico? Déjame decirte algo, si yo hiciera eso, todos tus compañeros morirían de
seguro.”

Yuuji sabía que tenía razón. Incluso para sus ignorantes ojos, Ike estaba seriamente
herido. Si el mundo empezara a moverse de nuevo, no duraría mucho tiempo en esa
condición y probablemente moriría.

Pero era imposible para Yuuji el elegir a cuál de sus compañeros Shana debería usar
para convertir en una Antorcha. Fue él, después de todo quien los había involucrado en
primer lugar.

Shana tenía razón—eso hasta él lo sabía. Pero hacer semejante elección era algo que
simplemente no podía hacer.

Yuuji se atormentaba con esto en silencio hasta que Shana finalmente perdió su
paciencia. “Bien entonces, ¿Preferirías que te utilice a ti?”

“¿Puedes hacerlo?”

“Si utilizo algo de tu lla ma, podré arreglar todo, objetos y humanos por igual. Por
supuesto tu Poder de Existencia y el tiempo que queda antes de que te consumas será
reducido por la misma cantidad que utilice.”

Yuuji entendió lo que ella estaba tratando de decirle, pero tomó la decisión en un
instante. “De acuerdo, eso estaría bien.”

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Shana estaba sorprendida y extrañamente, enojada. “Pareces haberte decidido muy
fácilmente.”

“No fue fácil.”

“¿Entonces por qué estás abandonando tu existencia restante?”

“Todo pasó por mi culpa… y…”

Shana se sorprendió al ver a Yuuji sonreír.

“No estoy abandonando mi existencia, le estoy dando un buen uso.”

*****

Esa noche.

Era ya más de medianoche y las nubes se habían juntado en el cielo. Una cortina de
lluvia cayó sobre la ciudad y nubló las luces de la ciudad.

En una esquina de la ciudad, un paraguas negro florecía en el techo de una casa


ordinaria. El nombre que se leía en la placa en la puerta principal era Sakai.

Una voz muy enojada gritó por debajo del paraguas, “¿Qué demonios, qué rayos, qué le
pasa a ese Mistes?”

El grito vino de Shana por supuesto. Ella era la figura bajo el paraguas, brumosa en la
débil luz de la calle. La lluvia caía copiosamente alrededor suyo. Pero que se esté
mojando no era lo que la molestaba.

“¡Qué listo que se cree para ser solo un residuo!”

La restauración del área dentro del Fuzetsu había sido hecha, justo como Yuuji quería.
Shana había arreglado la clase y a los estudiantes lo mejor que pudo con un mínimo de
poder sacado de Yuuji, dejando un daño que no fuera notado y una o dos heridas aquí y
allá en los estudiantes.

Cuando vio los resultados Yuuji sonrió.

La memoria de esa sonrisa era lo que irritaba a Shana en ese mismo momento.

Que sujeto tan extraño, pensó Shana. “No, ¡detestable!” ella dijo en voz alta. “¡Eso es lo
que es, detestable!”

Shana había seguido a Yuuji hasta su casa, pero no habían hablado en todo el trayecto.
Yuuji trato una o dos veces de empezar una conversación, pero cada vez que lo
intentaba, ella le lanzaba esa mirada que parec ía decir “No me hables, incordio”, así que
eventualmente se dio por vencido. Cuando se despidió de ella en la puerta de su casa,
fue Alastor quien respondió con un “Buenas noches”.

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Shana había estado en el techo desde entonces, a la espera de Friagne y su s Rinne. No
es que un ataque fuera algo probable, pero no había nada más que pudiera hacer.

Y una vez en el techo, no había nada más que hacer que refunfuñarle y quejarse con
Alastor sobre su situación actual. Impresionado por sus infinitas quejas, Alasto r
finalmente habló.

“En otras palabras, él es el primer humano —joven humano—con el que has tenido un
contacto directo desde hace mucho tiempo.”

Shana quedó aturdida por un momento por las palabras de Alastor. Para esconder su
vergüenza, ella habló con una frialdad deliberada.

“Eso no es un humano. Eso es un Mistes. Solamente un remanente, un residuo de su yo


anterior.”

“Si, pero no creo que esa distinción signifique mucho para él, o para los humanos en
general. Él mantiene su sentido de individualidad.”

“Pero es un residuo, a pesar de todo. No importa cómo o cuánto lo piense, no hay


manera de que algo pueda ser hecho al respecto. Eso es cierto, nada puede hacerse,”

Alastor notó el tono de amargura en su voz. “Eso es cierto,”dijo “Pero hay muchas
facetas para una realidad. Excepciones, accidentes, incidentes ocurren que uno no puede
imaginar.”

Shana se quedo callada.

“Habiendo dicho eso, el Mistes lo está haciendo bien porque todavía le queda la fuerza
suficiente de su Poder de Existencia. Con el tiemp o su habilidad de pensar, su voluntad
y su presencia van a desvanecerse, y después se consumirá.”

Las palabras de Alastor golpearon a Shana. Pero en unos momentos se recuperó.

“Hmph, al menos espero que se vaya a quedar por aquí hasta que me deshaga de e se
cerdo pretencioso Friagne.”

En ese momento el sonido de metal contra metal se escuchó.

Shana buscó con la mirada y vio el final de una escalera que estaba en el final del techo.
Después de unos momentos el rostro de Yuuji salió debajo de un paraguas.

“Estás aquí tal como lo creí.”

Shana no escondió su mal humor. “¿Es eso un problema?”

Yuuji sonrió con su franqueza.

“No realmente. Solo que me parece algo incómodo pensar que están aquí arriba.

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“¡Hmph! No es asunto tuyo lo que yo haga. Espera un min uto ¿Cómo te diste cuenta de
que estábamos aquí?”

Yuuji pensó un momento.

“Bien, ¿cómo podría decirlo? Sentí como una especie de flujo, como el Fuzetsu de hoy,
sólo que más pequeño. Eso fue lo que sentí”

“Ya veo” dijo Alastor. “Eso es muy posible. No es sorprendente que alguien desarrolle
un sentido o entendimiento de estas cosas después de presenciar una manifestación de
ese poder.”

Alastor se guardó de decir que normalmente el Poder de Existencia se habría consumido


mucho antes de que tal entendimient o se alcance.

Yuuji asintió con la cabeza. “De cualquier manera,” dijo. “No eres tú Hirai Yukari? ¿No
crees que sus padres creerían que es extraño si su hija se sienta en mi techo en la
lluvia?”

Shana suavizó por un momento su expresión.

“No me importa eso, Solo soy Hirai Yukari por conveniencia. Además, toda su familia
ha sido devorada. Ahora son todos Antorchas.”

Golpeas un arbusto y sale una serpiente, pensó Yuuji. Debería haber mantenido la boca
cerrada.

“Por cierto,” dijo Shana. “Estamos ocupados. Si ya has acabado aquí ¿porqué no te
marchas?”

“¿Ocupados? ¡Pero estás solamente sentada allí!” Yuuji le dirigió su siguiente pregunta
a Alastor. “¿Están realmente?”

A pesar de su título que suena tan ilustre “Tenjo no Goka” la Llama Celestial, este
Señor del Mundo Carmesí en particular es bastante tolerante, y Yuuji sentía que era
confortante hablar con él.

“Esa es una pregunta muy difícil” replicó.

A Yuuji le empezaba a agradar Alastor. Decidió entonces cambiar la pregunta.

“¿Así que van a quedarse de guardia en esta lluvia?”

“Así es,” balbuceó Shana. “Vienen tras de ti.”

“Eso lo entiendo, pero porqué necesita ser… whoa… wow.”

Yuuji se subió al techo. Con una mochila en su espalda y su paraguas en una mano, se
arrastró cuidadosamente a través de las húmedas tejas del techo y se sentó en frente de
Shana. A él no parecía importarle mojarse.

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Shana juntó sus piernas y reajustó su falda.

Alastor habló de nuevo. “No es nada por lo que debas preocuparte.”

Yuuji asintió, “lo sé. Solo tenía curiosida d. Y quería preguntarles algo.” Yuuji se quitó
la mochila, la abrió y sacó un termo de allí.

Shana lo observaba en silencio.

Yuuji removió la tapa que servía como taza y sirvió café caliente en él. La crema ya
había sido añadida.

“Ten.”

Yuuji le pasó la taza. No había ninguna razón por la cual negarse. Shana tomó la taza.
Estaba tibia.

No era solamente la taza de café. Era el intercambio de calidez entre manos, la clase de
interacción personal que Shana no había experimentado en mucho tiempo.

Shana trajo la taza a su pecho y bajó el paraguas para esconder su rostro. Ella habló
detrás del paraguas. “¿Y bien? ¿Cuál es tu pregunta? Al menos podría respondértela en
agradecimiento por esto.”

Ningún gracias, pero Yuuji no estaba esperando alguno. Se le ocur rió que tal vez estaba
siendo algo insistente.

“Eh, de acuerdo.”

Yuuji escuchaba a la lluvia caer en ambos paraguas. El ritmo de la lluvia parecía


acompañar el rápido latido de su corazón. Respiró profundamente para calmarse.

“Me dijiste que cuando desa parezca, todos los demás se olvidarán de todo sobre mí,
¿cierto?”

“Así es”

Yuuji empezaba a entender el porqué encontraba la franqueza de Shana tan agradable.


Ella no le daba consuelo vacío o disfrazaba la verdad con embellecimientos innecesarios.
Lo que él necesite saber, ella se lo diría de frente. A Yuuji le gustaba eso de Shana.

Eso significa que no estoy buscando amabilidad.

Yuuji estaba aprendiendo, una extraña cosa que admitir, algo nuevo sobre él. No era el
tipo de persona que se revolcaba con s u propia tristeza. Por supuesto Shana no sabía eso.
Ella simplemente no entendía la importancia de la amabilidad.

Yuuji sonrió, “Bien, Shana y Alastor. ¿Qué tal ustedes? ¿Se olvidarán de mí también?”

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Shana podría haber respondido esta pregunta con facili dad, al igual que las demás. Pero
ella titubeó esta vez.

Alastor habló en lugar de Shana. “No, estamos conscientes de tu verdadero ser y de todo
el proceso de desaparición. Nuestra existencia se desvía del flujo del mundo y podemos
detectar la amplitud del Poder de Existencia y la ocurrencia misma”

“Ya veo.”

Shana habló de detrás de su paraguas. “Aunque eso sea cierto en el final, al igual que las
memorias comunes y corrientes serás olvidado, nada cambiará.”

“Supongo que es suficiente saber que están c uidando de mí ahora.”

Shana no miró al rostro de Yuuji, pero podía sentir que estaba sonriendo por alguna
razón. La idea la puso nerviosa, y ella trajo la taza de café a sus labios. Estaba tibio.
Pero…

“¡Esto necesita azúcar!”

“Ya hay azúcar allí.”

Yuuji se rió con fuerza y le entregó unos tres o cuatro paquetes de azúcar que había
comprado solo en caso. “Por cierto, ¿van a estar aquí haciendo guardia toda la noche?”

“Así es. Estoy acostumbrada a dormir sentada, y si algo sucede Alastor me despertará.
¿Tienes una cuchara?”

“Ah.” Se había olvidado de traer una. Yuuji probablemente sea un planificador muy
cuidadoso, pero no era perfecto. Por un momento pensó en regresar para conseguir una,
pero eso parecía tonto.

“Ahora que lo pienso, ¿porqué necesitan acampar en el techo? No es que necesiten


esconderse de mí.”

“¿Me estás pidiendo que entre?”

Shana levantó su paraguas y miró a Yuuji. Ella no estaba acostumbrada a tal trato
amistoso.

“Francamente no seré capaz de dormir bien esta noche sabiendo que est án aquí arriba en
la lluvia.”

“Ese no es mi problema. Alastor, ¿Qué opinas?”

“Hmm. Nunca hemos estado en la posición de proteger algo antes.”

“Desearía,” dijo Yuuji, “que dijeran proteger a ‘alguien’, no ‘algo’.”

“No importa.”

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“Cierto, no importa.”

“Por cierto,” Shana dijo. “No me importaría entrar.”

“¿Eh?”

“Sus agudos ojos se encontraron con los de Yuuji bajo la sombra de su paraguas. “Pero
si intentas algo raro, voy a hacer que te arrepientas por lo poco que te queda de
existencia.”

“No te preocupes por mí, no eres mi tipo. ¡Hey cuidado!” Yuuji case se cae del techo al
esquivar la tapa del termo que Shana le lanzó.

Yuuji estaba apunto de dejar su habitación para irse a dormir en el estudio de su padre
cuando Shana y Alastor lo detuvieron. O mejo r dicho ordenaron que se detenga.

“¡Espera un momento!”

“Te dije que entraras.” Yuuji dijo en un susurro severo, “pero nunca dije que íbamos a
dormir en la misma habitación.”

“Vinimos a protegerte, ¿así que cual es el punto de quedarse en habitaciones s eparadas?,


dijo Shana, saltando en la cama de Yuuji

“Sólo date por vencido y duerme aquí.” Era una orden de Alastor.

Shana se quitó el pendiente de su cuello y la puso por debajo de la almohada.

“¿Qué estás haciendo?”

“¿No es obvio? Me voy a cambiar de ropa, así que lo pongo en un lugar donde no pueda
verme.”

Una voz ahogada vino de debajo de la almohada. “Es nuestra regla. Ahora que la sabes,
mejor empieza a buscar un lugar en donde esconderte rápido.”

Yuuji buscó un lugar y se metió en su closet.

“¿No debería ser la persona que vino aquí la que debería estar aquí?” él murmuró.

Shana dijo amenazadoramente, “Si me espías estás muerto.”

Yuuji suspiró. El cajón inferior del closet estaba lleno de viejos mangas y un colchón
para dormir, así que subió hasta los cajones superiores. Estaban repletos de viejos
juguetes y cosas por el estilo, y tenía que juntar sus rodillas si quería entrar en ese
pequeño espacio. El polvo le hacía escocer sus ojos y su nariz.

Un viejo robot de plástico estaba pinchándole la espalda y podía sentir las partes de un
modelo de aeroplano a medio hacer aplastadas debajo de él.

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“¿Qué estás haciendo? ¡Apúrate y cierra la puerta!”

“¡No me apresures! A las justas que puedo entrar aquí. De todas formas no eres una
supermodelo ¿sabes?”

Esta vez fue un reloj con alarma el que lo golpeó en la cabeza. Estaba aliviado de que al
menos estuviera hecho de plástico. Rápidamente cerró la puerta del closet.

A través de la puerta, podía escuchar a Shana moviéndose por su habitación, A juzgar


por los sonidos que escuchaba, ella estaba quitándose la ropa.

A pesar de que él había sido el de la idea, era una situación algo incómoda. Aclaró su
garganta. “¿Tienes, eh, pijamas o algo para ponerte?”

Algo duro fue lanzado contra la puerta. “¡Te dije que no espiaras!”

“¡No lo hice! ¿No puedes ver que la puerta está cerrada?”

Se preguntaba el porqué tenía que pasar por esto, y porqué se estaba empezando a sentir
tan frustrado. Era una situación donde no había victoria posible para cualquier chico. En
la oscuridad del closet, el suyo era un mundo solitario, muy solitario.

“Solo estoy preguntando si tienes algo con que dormir.”

“No, no tengo. Todo lo que tengo es mi ropa interior. Alastor purifica cualquier mancha
de mi cuerpo, así que solamente me ca mbio de ropa cuando se me apetece hacerlo.”

“Ya veo. Eso es muy conveniente…ah, casi lo olvido, hay un chándal en mi cómoda.
Puedes ponerte eso si deseas.”

Si Shana fuera a dormir con sólo su ropa interior puesta, eso sólo podría significar
peligros impredecibles para Yuuji…

“Ahora que lo pienso, ¿tienes algún equipaje contigo?”

“La mayoría de lo que necesito está dentro.”

“¿Dentro de qué?”

Escuchó un ruido como de un abrigo siendo extendido.

“En el abrigo negro que la Neblina de Llama de Alastor vis te.”

Ahora Yuuji recordó. Ese sonido fue el mismo que había escuchado antes ese mismo
día cuando Shana usó su abrigo para protegerlo de las cartas. Una gran muralla negra.

“Ya recuerdo, ahora que lo mencionas, tu guardas tu katana allí también.”

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En la mente de Yuuji, el abrigo de Shana era una especie de entrada a un espacio de
almacén en una dimensión paralela, como una historia de ciencia ficción.

Podía escuchar más ruidos.

¿Ropa… interior… de… repuesto? Yuuji tragó saliva. Su imaginación soltó imáge nes
de lo que podría estar sucediendo en esa habitación. Se sintió culpable. Decidió
preguntar algo para distraerse.

“Por cierto, ¿cuánto más voy a tener que estar aquí?

“Toda la noche, por supuesto.”

“Debes estar bromeando.” Yuuji se sintió débil y der rotado.

Justo entonces, descansó su peso en una pila inestable de cajas de modelos a escala. Un
ala rota de un caza japonés le pinchó el trasero.

“¡Auch!”

Saltó en sorpresa.

“Oh-oh.”

Cuando se dio cuenta de lo que estaba sucediendo ya era demasiado ta rde. Se tropezó
con los estantes, golpeó la puerta con un bang y se desplomó fuera del closet.

Ahora en su campo de visión estaba Shana, que ya solo le faltaba ponerse la ropa
interior. Estaba parada allí sosteniendo una pieza de ropa pequeña y de forma e xtraña
que Yuuji no pudo identificar.

Shana miró con sorpresa a Yuuji que yacía en el piso.

Contorneado por su brillante cabello negro, el cuerpo inmaculado de Shana destacaba


como porcelana blanca, su juvenil figura delineada por elegantes arcos. Yuuj i no podía
apartar sus ojos de ella. Por un momento olvidó el peligro en el cual estaba.

“Qué hermosa…”

Yuuji, quien tuvo que admitir, tuvo mucha suerte en escaparse con una simple golpiza,
se despertó al medio de la noche del dolor.

Una tenue luz venía de la calle, que se filtraba por las cortinas. En la oscuridad fijó su
mirada en la cama. Podía ver un pequeño bulto envuelto en una sábana.

Podía ver también la larga katana, Nietono no Shana, clavada en el piso al final de la
cama. El mensaje era fácilmente entendible.

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“Probablemente no me vaya a curar la próxima vez que me corte,” susurró en voz alta.

“Ten eso por seguro,” dijo Alastor en algún lugar de la oscuridad.

*****

Los cielos estaban claros y era un día soleado.

Alastor estaba en guardia debajo de la almohada en caso de que haya un ataque al


amanecer, pero nada pasó y nadie vino, así que el descanso de Shana no fue perturbado.
Yuuji también, después de volver a dormir, había dormido tranquilamente, envuelto en
una manta en el piso.

La alarma sonó cerca de la almohada hecha de una manta de algodón algo vieja. Yuuji
apagó la alarma sin levantar la cabeza.

“…Uh…”

La primera cosa que vio al abrir los ojos fue un bate metálico de baseball. Nunca traía
este tipo de cosas a la cama. Era solam ente una precaución, posiblemente una sin
sentido.

Yuuji se sentó lentamente. Extendió, sus extremidades tiesas las cuales le dolían
bastante.

“Ah… ow, ow…”

Era probablemente por dormir en el duro piso de madera. Extrañamente, los lugares en
los que había recibido el castigo de Shana ya no le dolían. Se preguntaba si se había
contenido al pegarle, o era simplemente por su resistencia juvenil. Más probablemente
lo último.

Yuuji miró al pequeño bulto en la cama. Shana no mostró ninguna señal de levantarse
pronto, y una tenue y rítmica respiración podía ser oída. Si no estuviera esa larga y
amenazante espada clavada en el piso entre la cama y Yuuji, podría haber pasado como
una escena pacífica.

Yuuji miró su pecho. La luz seguía allí.

“Sigh…”

Suspiró. La desesperación y miedo de los últimos dos días se había desvanecido hasta el
punto que difícilmente las sentía.

Dicen que los seres humanos son criaturas que pueden aclimatarse. Pero es asombroso
que pueda suceder bajo estas circunstancias. ¿O es solo una indicación de cuánto
quiero que mi vida continúe como era antes?

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Se levantó sigilosamente para no despertar a Shana. Abrió la ventana de vidrio que daba
al balcón y se paró fuera, llenando sus pulmones con el fresco aire matutino.

En la calle en frente de la casa, ciclistas que iban al trabajo y a la escuela pasaban por
allí. El cielo era espacioso y azul. En general era una hermosa mañana.

Nada ha cambiado excepto yo… pero estoy aquí, ahora… Esto es real.

Todo lo que sintió en ese momento —el dolor en sus articulaciones, el frío aire en su
piel—hacía que la idea de su muerte, el desvanecimiento de su existencia no parezcan
más que un invento, que una mentira.

Un murmullo se escuchó de dentro de la habitación. Yuuji podía escuchar la fuente de


su dolor, la chica del cabello llameante moviéndose en la cama tras de él. Mirando hacia
abajo, vio la escalera que había utilizado para trepar hacia el techo, plegada y apoyada
en la pared de la casa.

Recordó la conversación que había tenido con Shana y Alastor l a noche anterior.
Mezcladas con esas memorias había algunas imágenes que, por su seguridad debería
olvidar… pero era un joven saludable después de todo.

Solamente hablamos un poco, reímos un poco, hablamos de pequeñeces…

Entre esas pequeñas experiencias, ¿podría olvidar su temor? ¿El hecho de su existencia
que desaparecía?

Olvidar.

Una extraña palabra. Pensaba que la entendía bien pero no era así.

Supongo que la respuesta no es tan fácil.

Yuuji se sorprendió de encontrarse sonriendo.

Se volvió a la habitación y la llamó en una voz tímida. “Oye Shana. Es hora de que te
levantes y te alistes para la, ah, escuela.”

Shana tiró los cobertores mientras se levantaba.

Con el recuerdo y el dolor de la noche pasada Yuuji buscó donde esconderse, pero no si
antes notar que Shana estaba vistiendo su chándal. Estaba aliviado de que había
escuchado su consejo. Era muy pequeña para esas ropas, las cuales se habían adaptado a
su pequeña figura.

Shana miró a Yuuji, quien alzó la cabeza con alivio, y sus ojos se encon traron. Su cara
adormilada era simplemente adorable, su largo cabello con una cola de caballo. Por una
vez ella parecía de su edad.

“Lo sé, lo sé, no necesitas decírmelo…”

71
Los ojos de Shana se abrieron mientras miraba a Yuuji.

“¿Qué, qué sucede?” Yuuji rápidamente miró su propio cuerpo pero todo parecía ser
igual, incluso la luz.

Shana se volvió a meter en la cama.

Esperó, pero no mostraba señal alguna de salir pronto. No parecía enojada, ¿qué estaba
pasando entonces?

“Ya me alistaré, ¿vale? Trata de salir sin que nadie te vea.” Yuuji le echo una ojeada
una vez más en su dirección y dejó la habitación.

Bajo los cobertores, Shana tenía una expresión confundida.

“Oye, Alastor. ¿Qué significa todo esto?”

Alastor respondió bajo la almohada, “¿Te diste c uenta?”

“¿Qué sucede? No lo entiendo.”

“Debe ser el poder del Hougu dentro de él.”

Sakai Yuuji, el Mistes que podía moverse dentro del Fuzetsu. Alastor había sentido algo
especial respecto a ese chico. Y ahora, su situación actual… Se le vino a la mente sólo
una cosa—el más preciado de los Hougus escondidos de los Guze no Tomogara: el
Reiji Maigo.

Si eso era lo que Yuuji tenía dentro, no podían dejar que Friagne lo consiga a cualquier
costo.

Shana sintió que estaba viendo a Yuuji bajo una luz nueva. No podía sacárselo de la
mente. La incertidumbre revoloteaba en su mente. Pero entonces recordaba esa pequeña
calidez, la calidez que habían intercambiado cuando le dio el café en la noche en el
techo.

72
Capítulo 3

Shana

Shana continuó con su reinado de terror en el salón de clases en su segundo día de


escuela. Los profesores la desafiaban y ella siempre los castigaba con sus respuestas
agudas, para asombro de los demás estudiantes. Este patrón siguió por tres periodos,
pero después las cosas tomaron un rumbo inesperado.

El cuarto periodo era educación física, y el profesor ya había escuchado los rumores
acerca de una estudiante problemática llamada Hirai Yukari.

El profesor era un hombre soltero de treinta y tres años de edad; y a pes ar de que había
estado enseñando por solo un mes, ya tenía reputación de arrogante, por no mencionar
su desagradable hábito de mirar a las estudiantes con shorts de gimnasia. Tampoco
toleraría que alguno de sus alumnos le faltara el respeto, y tenía un pla n para humillar a
esa alumna infernal.

Ordenó a toda la clase que empezaran a correr. Y como los registros de Hirai Yukari
mostraban que ella no era la mejor atleta en la preparatoria, se imaginó que se daría por
vencida después de unas cuantas vueltas al rededor del campo. Los estudiantes
empezaron el agotador trabajo, murmurando y quejándose, mientras su profesor se
complacía con sus sádicas fantasías. Empujaría a Hirai Yukari hasta el punto del
agotamiento total.

Pero muy al contrario de lo que esperaba , mientras todos los demás estudiantes
jadeaban ya faltos de aliento ante este aparentemente infinito ejercicio, Hirai -san era la
única que permanecía calmada, como si nada le sucediera. Pequeña y encogida en su
traje de gimnasia que le quedaba algo grande , corría en el mismo paso ligero, aunque el
periodo ya estaba por terminar.

El profesor se estaba impacientando, pero no podía detener el trote hasta que Hirai se
diera por vencida por el cansancio. La razón del ejercicio era, después de todo, abusar
de ella hasta que se someta. Todos los demás, Yuuji incluido, estaban siendo castigados
por defecto. No había forma alguna de que alguno de ellos pueda compararse con el
aguante que tiene una Neblina de Llama.

Antes de que pase mucho tiempo, una estudiante fe menina quien era particularmente
frágil se tropezó en el campo.

Irritado, el profesor gritó, “¡Oye, Yoshida! ¡No holgazanees!”

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“¡Yoshida-san!”

Toda la clase pronto se había reunido alrededor de la chica, Yoshida Kazumi, quien se
había caído y estaba cogiéndose el pecho y tomando bocanadas grandes de aire.

El profesor ignoró las miradas acusadoras de los otros estudiantes, quienes sabían que
debió haber previsto que esto iba a ocurrir, ya que Yoshida -san tenía una anemia
crónica.

“¿Para qué se están amontonando allí? ¡No les dije que se detuvieran!”

“Por favor sensei. Debe dejar que Kazumi tome un descanso.”

La chica que había hablado se agachó para golpear suavemente la espalda de Yoshida.
Pero el profesor no era alguien que se conmoviera. De hecho es taba irritado por el
hecho que de todos los estudiantes, Hirai fuera la única que seguía corriendo.

“¡A callar! Si dejo que holgazaneen de esta forma cada vez, nunca van a fortalecerse.
¡Párense!”

“¿Pero por qué estamos corriendo una maratón en primer lu gar?” a alguien se le ocurrió
decir.

Un hombre incompetente e insignificante es fácilmente irritado cuando lo instigan en su


punto débil. El profesor cogió la mano de Yoshida y la levantó a la fuerza.

“¡Todos dejaron de correr por tu culpa!” dijo. “¡Levá ntate de una vez!”

Yoshida, cuya respiración se había vuelto muy tenue, dio un quejido de dolor. Cuando
los otros estudiantes trataron de ayudarla, Yuuji tuvo un instante para tratar de bloquear
el pie que se dirigía justo hacia…

…Muy tarde.

Al profesor le patearon el trasero…literalmente. Con un golpe quedó tirado en el piso.


Los asombrados estudiantes no podían creer lo que veían. Hirai Yukari estaba parada
allí, su pie recién retrocediendo del ataque. Su respiración era normal y su esbelto y
firme cuerpo no tenía ni rastros de sudor. Su largo y brillante cabello negro, recogido en
una cola de caballo, ondeaba sutilmente por la patada que esta chica acababa de dar.

¡Ay no, realmente lo hizo! Yuuji sostenía su cabeza con ambas manos en desesperación.

La razón principal, Shana, había pateado al profesor que bloqueaba su ruta. Aun así,
tomó el brazo de Yoshida y la ayudó a levantarse. Yoshida se apoyó en su hombro,
Jadeando, Shana frunció el entrecejo.

“¿Qué clase de lección es ésta? Lo único que hemos h echo hasta ahora es correr.”

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Yuuji sabía exactamente lo que ella estaba pensando. No era compasión hacia Yoshida -
san lo que la había llevado a quejarse. Simplemente creía que el ejercicio era ineficiente
y una pérdida de tiempo.

“Este entrenamiento es es túpido,” dijo. “No hay ningún punto en continuar. Solamente
conseguirá que nos agotemos.”

“¡T-tú…!” El profesor se levantó y se quitó el barro de su cara. Estaba rojo de ira.

Shana no estaba afectada en lo más mínimo. En la misma voz calmada dijo, “Por f avor,
explique la razón de esta clase.”

Oh, genial. Aquí vamos.

“Shana…”Yuuji le trató de decir en voz baja.

Como respuesta, Shana simplemente le mandó a Yoshida, quien ahora estaba un poco
mejor. Yuuji sostuvo a la frágil muchacha y miró hacia su rostr o pálido.

“¿Estás bien?” preguntó. Yoshida pudo asentir, así que la llevó al cuidado de las otras
chicas de la clase.

Detrás de él, el asunto se estaba saliendo de control. “¿Sabes lo que acabas de hacer?”
gritó. “¡Me has atacado!”

Trató de intimidar a Shana utilizando su último recurso, su autoridad, aunque ya había


sido advertido por los demás profesores que no iba a ser de ninguna ayuda contra Hirai
Yukari.

“¡Eres una buscapleitos! ¡Una delincuente! ¡¿Cómo te atreves a utilizar la violencia en


contra de tu profesor?! ¡Te voy a suspender, no, a expulsar!”

Shana, una pequeña figura frente al enorme profesor gritón, no se inmutó. “¿No puedes
ni siquiera explicarlo con propiedad, no?”

“¿No entiendes? ¡Estás en serios problemas! ¡Tu conducta es el mayor de los


problemas!”

Era claro que no habría tregua entre esos dos. El profesor estaba muy absorbido en su
propio griterío para tratar de conversarlo tranquilamente, y Shana no retrocedería
tampoco.

El apoyo de los estudiantes yacía en Yoshida y ahora con Hirai. Estaban disgustados
con el comportamiento del profesor.

Se la está buscando.

Shana ya llegó a su límite. Yuuji pudo sentir que se estaba preparando para la batalla.
Justo en ese momento gritó, “¡Patéalo!”

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Si hubiera gritado “¡Alto!,” probablement e lo habría ignorado y hubiera aplastado la
cara del profesor con su puño. En lugar de eso, ella cumplió la petición de Yuuji y pateó
al profesor, otra vez—con placer.

Su pie se introdujo en su pecho, y fue mandado a volar como un muñeco en una rutina
de comedia. Después de formar un arco en el aire golpeó el piso haciendo un extraño
sonido al caer.

“Oh, dios…”

Yuuji suspiró al presenciar el absurdo poder de esa patada. Con sus compañeros
mirando, se rascó la cabeza, su cabeza y tomó un respiro profundo. Deliberadamente
levantando su voz dijo, “Sensei, ¿No cree que es peligroso venir e interrumpir
deliberadamente la actividad?”

Shana miraba a Yuuji incrédula. Pero Ike comprendió rápidamente. “¡Cierto! ¡No puede
quejarse de haber sido pateado!”

Satou sonrió y ondeo sus manos para incitar a los demás estudiantes. “¡De verdad!
¡Tiene que tener cuidado, Hirai -san es una corredora natural!”

Tanaka continuó. “¡Cierto! ¡No había forma de que pudiese detenerse tan de repente!”

Finalmente entendiendo, todos los demás empezaron a levantar sus voces también.

“¡Lo vi poniéndose en frente de Hirai -san!”

“¡Yo también!”

“¡Ja ja! ¡Vaya sensei, siento pena por usted!”

El profesor se dio cuenta de que había perdido. Todo lo que pudo hacer fue murmurar,
“U-ustedes…”

Alejándose un poco de la conmoción, Yuuji se acercó a Shana y le preguntó en un


susurro, “¿Puedes amenazarlo un poco?”

Alastor, escondido en la ropa de gimnasio de Shana, respondió susurrando también.


“Veamos. ¿Qué tal el método que siempre utilizamos par a conseguir dinero?”

“Suena bien. Intentémoslo.”

Yuuji se preguntó por un momento como era la vida de esos dos antes de conocerlo.

Shana caminó hacia el profesor, todos se callaron. El sonido de sus pisadas era todo lo
que podía oírse.

“Mírese allí tirado en la pista,” dijo. “Qué conveniente”

“Eeyah…”

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El profesor trató de escapar, pero Shana dio un pisotón en frente suyo, y lo congeló en
plena huida. Shana levantó su pie y allí, en frente del profesor había una huella de su
zapatilla en la dura superf icie del campo, casi de tres centímetros de profundidad. El
profesor abrió sus ojos más asustado de lo que había estado jamás en su vida.

“Si no es cuidadoso, sensei,”dijo Yuuji, “podría ser peligroso para usted.”

“¿Entiende lo que estamos diciendo?” dij o Shana con una sonrisa maligna en su cara. El
profesor asintió vigorosamente.

“¿Ya podemos irnos verdad?” Yuuji añadió con una sonrisa.

El profesor asintió de nuevo. “¡E -ejerciten por su cuenta por el resto de la clase!”Dijo.
Entonces se levantó y salió huyendo, tropezándose mientras corría.

Los estudiantes empezaron a hacer un griterío tremendo.

Yuuji se dio cuenta de que Shana estaba a punto de ir tras de él y la cogió. “Espera un
momento, ¡Ya no necesitas ir tras de él!”

“¿Por qué no? ¡Debería apla star al enemigo ahora que tengo la oportunidad!”

Justo en ese momento Yuuji y Shana fueron rodeados por sus compañeros. Todos
estaban regocijados de haber ganado la batalla contra el profesor de educación física. Se
reunieron, rieron y se abrazaron entre ellos. Yuuji estaba sorprendido y contento, pero
preocupado de cómo Shana reaccionaría a las palmadas en la espalda y a los abrazos. Se
veía atontada por el jaleo y atrapada por el contacto que hacia con los excitados
estudiantes.

Ike le dio a Yuuji una palmada en la espalda y luego se salió de la multitud. “¡Oye
Tanaka! ¿Puedes cargar a Yoshida -san?”

“Claro.”

Tanaka Eita encontró la manera de salir de la multitud hacia donde Yoshida estaba
descansando con su cabeza en el regazo de otra chica. La levantó con sus fuertes brazos
y la llevó a enfermería. Satou lo miraba con algo de envidia.

Después de que la conmoción había cesado, Yuuji y los demás pasaron el resto del
periodo sentados juntos hablando, y soñando despiertos en la fresca hierba de primavera.

El incidente de educación física le dio a Shana a.k.a. Hirai Yukari una inesperada
popularidad entre los estudiantes.

Las chicas tomaban turnos para cepillar su largo cabello una vez estaban de vuelta en el
vestidor para cambiarse. A Shana no le importa ría pero las otras chicas no podían
soportar ver a su heroína caminar por la escuela con hojas de pasto en su cabello. Yuuji
estaba decepcionado de perderse ese momento, pero estaba agradecido de que Shana
permitiera que las chicas la atiendan sin hacer e scándalo alguno.

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Shana no se volvió inmediatamente amiga de todo el mundo. Todavía mantenía su
distancia, aunque ahora era conocida como la defensora de la clase en vez de la forajida
de la clase.

Ese día, en la hora del almuerzo, a diferencia del día anterior cuando el salón se había
vaciado casi al instante, cerca de la mitad de la clase se quedó en el salón.

Yuuji no estaba seguro de cómo sentirse acerca de la nueva popularidad de Shana. No


sabía si para ella tenía sentido el involucrarse demasiado con las personas.

Algo que sí sabía sin embargo era que él, Yuuji, había ganado bastante confianza en el
último par de días. Después de casi haber sido devorado por una mascota gigante de una
marca de mayonesa, confrontar una bola hecha de cabezas de mani quíes, y esquivar un
enjambre de cartas, no estaba intimidado ni en lo más mínimo por un pequeño profesor
de educación física.

Pero no debería confiarse demasiado. No puedo ser negligente ahora , pensó. No me


queda mucho tiempo. Necesito usar el tiempo que me queda en algo importante…

Yuuji miró por la clase donde todos estaban comiendo sus almuerzos. ¿Qué importaba
como vaya a gastar sus últimos días si todos iban a olvidarse de él de todas formas? No
sabía la respuesta.

Al menos es mejor que ser dejado solo, eso creo.

Puso esos sombríos pensamientos a un lado y decidió aceptar la situación presente como
estaba ahora.

Tomó un gran mordisco del onigiri que había comprado en el camino a la escuela esa
mañana. Yuuji siempre hacía una escala en la tienda c ada día solamente por vanidad.
Simplemente no se veía bien que tu madre te empaque el almuerzo.

“¿Así que…vamos a estar por allí paseando de nuevo? Yuuji dijo, con algas secas en la
boca. “No tengo clases en la tarde. Deberíamos salir de aquí tan pronto c omo sea
posible.”

“Si,” dijo Shana, comiendo pan de melón. “Es una buena idea. Salgamos rápido apenas
acaben las clases. Nuestro oponente es alguien muy especial. Necesitamos combatirlo
en un lugar más favorable.”

Yuuji miró a Shana y al paquete lleno que tenía a su lado. ¿Dónde meterá toda esa
comida? Miró hacia su pequeña cintura que podría coger con una sola mano

“¿A dónde estás mirando?”

Ella lo perforó con la mirada, y el rápidamente desvió la suya.

“Eh, a ningún lado. Así que, esto, ¿hay algún sitio favorable?”

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“Donde sea que vayamos, necesita ser un lugar sin humanos cerca. Si te dejo a ti por tu
cuenta, tiendes a hacer cosas estúpidas y a meterte en mi camino.”

“Hmm. Ya veo. Gracias.”

“Cállate. Solo digo que estoy haciendo las cosas a mi m anera.”

Shana se metió el último pedazo de pan de melón en la boca y cogió un cartón de café
con leche endulzado de su paquete. Ella sacó el sorbete del cartón. “Si tan solo
pudiésemos saber que hay dentro de ti.”

“¿Hay algo extraño dentro de mí? Yuuji c asi se había olvidado del Reino Carmesí, Guze,
y del hecho de que él era una Antorcha y un Mistes a la vez. O tal vez solamente estaba
esperando que todo se vaya con el tiempo. Pero Shana estaba allí para recordárselo.

“Aja,” ella dijo. “Parece ser algo m uy problemático. ¿Verdad, Alastor?”

Hubo una pausa antes de que Alastor hablara.

“Así es. Necesitamos encontrar una manera de extinguir la Antorcha para poder
confirmar lo que hay dentro.”

Shana todavía estaba teniendo líos con el sorbete del cartón. “P ero si lo abrimos sin
conocer la naturaleza del Hougu dentro, no hay manera de decir que podría suceder.
Tuvimos una mala experiencia con eso antes.”

“Oh. O sea que es por eso que mi seguridad es tan importante para ustedes.”

“Así es”

Yuuji ya se había acostumbrado a escuchar sus francas, aunque algo devastadoras


palabras con calma.

“Ya veo.”

“¿Ya no vas a quejarte más sobre la vida y la muerte?

“¿Ah? No. Todavía estoy asustado de consumirme. Pero no voy a ganar nada
quejándome.”

La calma inusual de Yuuji de alguna forma molestó bastante a Shana. Los Mistes eran
herramientas. El como y el qué pensaran no deberían importar. ¿Así que por qué le
molestaba tanto? ¿Qué estaba esperando?

Sintió que la ira estaba almacenándose dentro de ella. Sin querer hac erlo, ella levantó su
voz en un tono acusatorio. “¿Ya te has rendido?”

“No lo sé,” dijo Yuuji. “No estoy seguro de nada. Pero estoy realmente agradecido de
que tú y Alastor estén aquí conmigo. Eso si lo sé.”

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Shana lo miraba, como si fuese un instrumento extranjero con el manual de
instrucciones perdido. Había una sonrisa calmada en su rostro.

“Tener a alguien que lo entienda es un soporte suficiente.”

“¿Me estás llamando tu soporte?” Shana dijo con una mueca. Había algo entre ellos, que
no podía decirse, que ni siquiera ella entendía. Algo que debía esperarse había sido
levantado, que iba más allá de sus roles prescritos. Ella sentía que quería empujarlo
lejos de ella.

“¿Estás diciendo que estás buscando ese soporte de aquellos que trajeron el final p ara
ti?”

“Ustedes sencillamente me mostraron la verdad,” dijo Yuuji. “No es como si me


hubieran matado.”

“Hmph. ¿No es básicamente lo mismo?”

“No, no lo es.”

“Si, lo es.”

“No.”

“Si, es lo mismo.”

“Que no.”

Mientras ellos discutían, sus rostros se a cercaban más y más, mirándose con fuerza.

Alguien se les acercó con indecisión. “Estee…, disculpen,” dijo una chica de rostro
tímido, con la cabeza baja, ruborizándose. Era su compañera de clases, Yoshida Kazumi.
Se encontraba de vuelta de la enfermería.

“¿Yoshida-san?” Yuuji estaba sorprendido de verla de nuevo tan pronto.

Shana la miró, y un destello de memoria del resto de Hirai Yukari le regresó. Ambas
muchachas eran amigas, aunque no tan cercanas.

“Eh, Yukari-chan” tartamudeaba Yoshida. “Antes, me refiero a la clase de educación


física… Quería decirte, eh, gra -gracias.” Hablaba tan bajo que era difícil escuchar lo
que trataba de decir.

“¿Qué quieres?” ladró Shana. Todavía estaba molesta por interrumpir la conversación
que tenía con Yuuji.

“¡Tonta! Te está agradeciendo,” dijo Yuuji. “¿Al menos podrías decir ‘de nada’ no?”

“¿Qué me llamaste?” Shana respondió. Estaba molestándose más y más con Yuuji con
cada segundo que pasaba. ¿Por qué estaba mostrando tanta consideración con Yoshida

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Kazumi? Ella deliberadamente habló en una voz fuerte y clara. “Solo me estaba
deshaciendo del sujeto que estaba en mi camino.”

“Si, eso es cierto, pero aún así…” Yoshida se acobardó ante la frialdad de Shana.

Yuuji pensó que la manera de hablar de Shana era aún más du ra que lo usual. Sentía
lástima por la pobre Yoshida -san, quien se había tropezado inocentemente en su
confrontación. Se preguntaba cómo podía ayudarla. Entonces se dio cuenta del pequeño
bento que traía en sus manos.

“Oh. ¿Es ese tu almuerzo?” dijo. “¿Te gustaría acompañarnos?”

“¡S-sí!” El rostro de Yoshida se iluminó. Su sonrisa era como una pequeña flor
iluminada por un rayo de sol.

Yuuji se sintió aliviado. Ella es diferente de Shana, pensó. Cuando Shana sonríe, como
la Neblina de Llama que es, es co mo si fuera una llama misma, su propio poder
emanando de ella.

Espera un momento, ¿Por qué las estoy comparando?

Avergonzado por ninguna razón en particular, Yuuji se levantó y jaló un asiento vacío
para Yoshida.

“Estoy seguro que a Sha —esto—quiero decir a Hirai-san no le importará ¿cierto?


Podemos comer todos juntos y hablar.”

En realidad Yuuji casi nunca había hablado con Yoshida. Aunque habían estado en la
misma clase por un mes, solo se intercambiaban unas cuantas palabras hasta este día.
Normalmente ella se sentaba en su pupitre quieta, leyendo algún libro.

No parecía tan mala idea para conocer a una chica. Yoshida-san de hecho es muy linda.
La expresión de Yuuji se relajó a una sonrisa casual.

Los pensamientos de Shana tomaban una dirección difer ente. Me pregunto, pensó, si el
incidente anterior la hizo querer estar cerca de Hirai Yukari de nuevo, cuyo Poder de
Existencia se está desvaneciendo después de todo…

Su respuesta vino después de pensarlo un poco. “Haz lo que quieras”, dijo.

Podría haberlo dicho con un poco más de amabilidad, Yuuji murmuró. En una voz
apenas audible, Yoshida dijo, “Gr -gracias.”

Justo entonces una voz conocida llamó. “¡Hey!”

Era Ike, seguido de Satou y Tanaka. Los tres parecían haber estado observando
cuidadosamente la situación. Yuuji sonrió y los saludó en respuesta. El trío se les unió y
movió sus mesas para acercarse.

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Tan pronto se sentaron, Tanaka empezó la conversación. Satou hacía comentarios
graciosos. Ike se metía en cada tema de conversación y Yuuji daba su punto de vista.
Yoshida tomó su bento y sonreía ocasionalmente mientras comía, pero no se unió a la
conversación.

Sin prestarles atención, Shana rebuscó en su paquete y sacó anman, manju, chocolates y
otros dulces que comía en silencio. Después de un rat o jaló suavemente la manga de
Yuuji y se acercó a él. “Es difícil hablarle a Alastor así,” se quejó en voz baja.

“¿Hay algún problema?” preguntó. “¿Por qué no tratas de hablarle a personas ordinarias
para variar?”

“¿Por qué querría yo hacer eso?”

“Oh, vamos no son tan malos. No tuviste problemas estando con todos en la clase de
educación física.”

“Estaba confundida, eso es todo.”

“Será bueno para ti el hablar con gente normal. Podría ayudarte con tus relaciones
interpersonales.”

“¿Interpersonales? ¿De qué estás hablando?”

Yoshida, quien los había estado observando susurrarse con las caras tan cerca,
finalmente habló. “¿Ustedes dos se llevan muy bien, no?”

Yuuji se negó con las manos enfáticamente. “No, no, no. No es así.”

Pero Ike y los demás estaban de acuerdo con Yoshida. “Si, eso es genial, realmente se
llevan de maravilla.”

“Si, es genial.”

“Si, genial.”

*****

Las clases terminaron más antes que el día anterior, y Yuuji y Shana dejaron los
terrenos de la escuela lo más rápido que pudieron. P ero fueron vistos, por Ike y los
demás mientras se escapaban. Satou y Tanaka intercambiaban miradas de asombro.

“¿Puedes creer que tan rápido se han ido juntos?” dijo Tanaka. “¿Podrían estar en una
cita? ¡Eso es imperdonable!”

“Eso es irrelevante ahora,” Satou respondió. “¿Pero Sakai y Hirai -san juntos? ¿Quién
podría haber predicho eso?”

Ike encontró a Yoshida buscando a alguien por el salón de clases.

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“Yoshida-san, si estás buscando a Hirai -san, ya se ha ido con Yuuji.”

“Oh… ¿Con Sakai-kun?”

Viendo la mirada de su rostro, Ike decidió darle un pequeño consejo. “Sabes que,
Yoshida-san…”

Yuuji y Shana se dirigieron a la calle principal que llevaba al enorme puente Misaki. El
sol todavía estaba alto en el cielo y todavía faltaba algo de tiempo para que anochezca.

“Sabes,” dijo Yuuji, quien estaba caminando un poco por detrás de Shana. “Ike y los
demás ahora definitivamente van a tener una idea equivocada sobre nosotros ahora.”

Apuró el paso para igualar las largas zancadas de Shana.

“¿Sobre qué?”

“Bueno, sobre tu y yo… Olvídalo, solo estaba hablando conmigo mismo.”

Aunque ella había dicho que quería ir a un lugar desierto, estaban dirigiéndose al
distrito comercial en el otro lado del puente. Empezaron a caminar, y al igual que en la
primera tarde, Yuuji pudo ver a las Antorchas. En las anchas veredas a ambos lados del
puente, varias Antorchas iban y venían, pequeñas llamas brillando en sus pechos. Ahora
podía ver las llamas con facilidad. Aunque eran pequeñas, podía reconocer a las
Antorchas incluso a la distancia, probablemente porque sus sentidos se habían
agudizado.

“Por cierto,” dijo. “Quería preguntarte una cosa.”

“¿Qué?”

“Los que están devorando el Poder de Existencia son los rufianes que no les importa ni
un poco la distorsión de los mundos, ¿cierto? ¿Entonces por qué meticulosamente
transforman los residuos en Antorchas?”

Una adolescente caminó por su lado. La llama en su pecho era débil —casi por
desaparecer.

“Así que,” Yuuji continuó, “Las Antorchas amortiguan el choque de los espacios
cerrándose en este mundo, ¿no es así? ¿No pueden simplemente esos monstruos
absorber todo el poder en un gran festín y almacenar todo el poder? De esa forma no
tendrían que vagar por allí tanto o preocuparse por las Neblinas de Llama.”

Shana negó con la cabeza. “Nosotros cazamos a los Tomogara sintiendo la distorsión en
el mundo o el poder siendo utilizado libremente. Si alguien empieza a comer
excesivamente para destruir el balance entre ambos mundos, Neblinas de Llama de todo
el mundo se abalanzarían sob re el Tomogara para matarlo.

Alastor entonces habló. “Un Guze no Ou, del calibre de Friagne naturalmente posee
más poder que la mayoría de los Tomogara. Y todos los Guze no Tomogara que

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proveen de poder a las Neblinas de Llama están en la categoría de ‘Re yes’. Si luchamos,
nadie va a salir ileso. Algo no puede ser juzgado sólo por la fuerza de su poder.”

Shana continuó. “Aquellos que cazan excesivamente hacen su mayor esfuerzo para
evitar pelear con las Neblinas de Llama tanto como sea posible, porque es una molestia
y no vale la pena el esfuerzo. Por eso, estoy segura que no les molesta el esfuerzo de
crear a las Antorchas.”

“Ah, ya veo,” dijo Yuuji. “Pero ahora que vamos a deshacernos de Friagne, ¿Cómo
vamos a encontrarlo? Si es tan bien conocido, ¿por qué no intercambias información
con otra Neblina de Llama, alguien que conozca sus intenciones y objetivos?”

“Oh, eso es imposible,” Shana dijo con desdén. Saltó hacia la baranda del puente.

“Oye, eso es peligroso,” dijo Yuuji. “Espera ¿qué dijiste?”

Seguida por muchos pares de ojos curiosos. Shana estiró su brazo hacia un lado, su
maletín con libros colgando de su mano, y empezó a caminar tan ágilmente como una
acróbata, por la barra de metal.

“Dije que es imposible. Con la excepción de uno u otro enc uentro, nunca nos
mantenemos en contacto.”

“¿Eh?”

Cada paso que ella daba tenía la gracia de una bailarina. Entretenida por la voz nerviosa
de Yuuji, saltó más alto a propósito.

“No estamos para trabajar como equipo. Peleamos por razones distintas, y m uchas veces
dependemos únicamente del poder que se nos otorgó.”

“Eso yo lo entiendo muy bien,” dijo Yuuji.

“¿Dijiste algo?”

“No, nada.”

“De cualquier forma, solo por vagar por este mundo, puedo fácilmente encontrar a las
Antorchas. Y puedo decir si son nuevas o antiguas por la intensidad de la llama, así que
lo único que tengo que hacer es mantener la guardia en esa área.”

“Estoy sorprendido que sea tan arbitrario. ¿No hay algo más que puedas hacer para
tener una ventaja?”

“Puedo sentir cuando está ce rca. Cuando se acerca o invoca un Fuzetsu, puedo decir con
certeza la localización específica. Fue así como te encontré. Me hizo mucha gracia
cuando entré pensando atrapar a un Tomogara y a lo único que encontré fue a una
Antorcha con una mirada tan tonta en la cara. Y balbuceando también.”

Yuuji respondió sin pensar, “Tu ropa interior, puedo verla, ¿sabes?”

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La pierna de Shana salió de la falda que ondeaba al nivel de la vista de Shana, y su pie
le acertó en la cabeza. Perdió el conocimiento por un segund o, y para cuando se
despertó, ella ya estaba de nuevo en el suelo, parada en frente suyo.

“Si invocan un Fuzetsu para consumir Poder de Existencia, entraré en él. Si vienen
tratando de atacarme, los golpeo. Es así de simple.”

“Así que una Neblina de Llam a pelea sola. Suena bastante aleatorio.”

“Así son las cosas. Por la lógica de los Guze no Tomogara, si hay libertad para ellos de
infiltrarse en este mundo para comer, también hay libertad para nosotros para cazarlos y
destruirlos.”

“No digas eso de esa manera,” dijo Alastor. “He cruzado hasta este mundo para destruir
a mis compatriotas porque sirvo a la gran causa de mantener el balance entre ambos
mundos.”

“Si, si, entiendo,” dijo Shana con una sonrisa despreocupada. “Pero he estado
pensándolo mucho desde que llegamos aquí…esta ciudad es extraña.”

Ella miró hacia los rascacielos enfrente de ellos. Los trenes corrían por varias líneas que
convergían en la siempre llena estación de Misaki City, que también servia como
estación para los buses que atraves aban la ciudad. El ayuntamiento, tiendas enormes, y
edificios de oficinas llenaban las calles a reventar.

Yuuji miró alrededor. “¿Qué es extraño?” Para él era una ciudad ordinaria. Pero las
palabras de Shana pusieron todo bajo un enfoque distinto. Más all á de ese velo de
simpleza, ¿realmente había otro mundo yaciendo con éste, prolongándose tan lejos y tan
profundo como el infinito?

“Hay demasiadas Antorchas aquí para ser el resultado de un festín por Friagne solo.”

Shana esperaba que Yuuji le diera su o pinión, que era la de un tercero.

“¿Ves las intensidades cambiantes de las llamas?” continuó. “Algunas son nuevas, que
parecen haber sido creadas tan solo ayer. Pero hay bastantes Antorchas que son más
viejas, y las hay las que están a punto de consumirse . Francamente hay demasiadas. No
debería estar pasando a este extremo a menos de que Friagne se haya asentado en esta
ciudad.”

“¿Y entonces?”

Shana estaba decepcionada con su patética respuesta. “Tú eres tan despistado,” dijo.
Estaba enojada consigo mism a por haber esperado algo de él. Enojada también que a
ella de repente le empezó a interesar la opinión de alguien más. Era impropio de ella.
No podía evitar la irritación en su voz.

“Si tan sólo quiere comer y jugar un poco con su poder, todo lo que tien e que hacer es ir
de un lugar a otro. Generalmente es eso lo que los Tomogara hacen. Si tantas Antorchas

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desaparecen de un lugar, incluso gradualmente, la distorsión de este mundo se vuelve
enorme. Friagne está deliberadamente tomando el riesgo de atraer a una Neblina de
Llama. Eso significa que o hay algo especial en esta ciudad, o está tratando de hacer
algo inusual aquí.”

“¿Qué podría ser tal cosa?”

Shana se preguntaba el porqué Yuuji no podía decir algo más significativo. Ella
respondió, “¿Cómo podría yo saberlo? He escuchado que Friagne está en posesión de
diversos Hougus, así que probablemente está relacionado con eso.”

“¿Entonces qué vas a hacer ahora?”

“Vamos a quedarnos por aquí hasta el anochecer y de allí lo esperaremos en tu casa, eso
haremos.”

“Entonces solo vas a esperar hasta que haga su próximo movimiento.”

El comentario de Yuuji fue duro, aunque no intencionalmente. Shana no dijo nada.

“Incluso mientras hablamos, alguien podría estar siendo devorado, o desapareciendo y


siendo olvidado,” Yuuji dijo.

“Eso es cierto,” dijo Shana, irritada. “Está sucediendo en todo el mundo y todo el
tiempo. Esa es la verdad. La sabes ahora. ¿No tienes miedo?”

Otra mujer con una llama débil pasó por su costado. Era una hermosa mujer con una
veintena de años aproximadamente, vistiendo un impactante vestido rojo. Parecía una
persona en medio de su vibrante e interesante vida, con un futuro todavía más brillante.
Pero por supuesto ella no tenía ningún futuro. Se consumiría pronto. Esa era su verdad.

Esa era también la verdad de Yuuji.

“Ya te lo dije, claro que estoy asustado.” La voz de Yuuji era calmada. “Pero por alguna
razón, me siento en paz conmigo mismo.”

Shana miró el rostro de Yuuji. Él se dio cuenta y sonrió un poco, una sonrisa natural y
relajada.

Shana rápidamente desvió la mirada y empezó a caminar con paso ligero. “¡Ya vamos!”

“¿A dónde?”

“¿Cómo podría saberlo?”

Yuuji no podía entenderla para nada.

“¿Estás molesta sobre algo?”

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“¡No estoy molesta!” No había forma de que ella pudiera decirle lo que sentía; por
ejemplo que en ese momento ella se había sentido atraída por su rostro. Todo lo que
podía hacer era mirarlo de mala manera.

“¿Lo ves? Estás molesta. Estás actuando de forma extraña.”

“¡Ya te dije que no estoy molesta, así que no estoy molesta!”

“De acuerdo, de acuerdo…”

*****

Shana, ágilmente se adelantó. Ella y Yuuji se abrieron paso en la multitud mientras se


dirigían al centro de la ciudad. Sin ser vistos por ninguno de los dos, escondidos detrás
de una columna al pie del puente, tres chicos y una chica observaban a la pareja.

“Miren, finalmente han empezado a caminar otra vez.”

El líder no era otro que Ike, sus lentes brillando como una mira de rifle. Yoshida tras de
él, espiando sobre su hombro con una mirada temerosa.

“¿P-pero crees que está bien para nosotros seguirlos?”

Satou se rió de buena gana. No se estaba escondiendo de nadie. “No te preocupes


Yoshida-san. No estamos rompiendo ninguna regla.”

“Este, sí…”

“Parece como si se estuvieran divirtiendo. No hay daño para na die. Todo está bien.”

Tanaka Eita, detrás de Satou y Yoshida, habló con fuerza, “¡Cierto! ¡Solo estamos aquí
para recoger los pormenores de esta tierna cita! Para futuras referencias por supuesto.
¡Vamos Yoshida-san!”

“De acuerdo…”

“Hey, no hagan tanto ruido,” dijo Ike. “Yuuji no sería problema, pero si Hirai -san nos
atrapa, no quiero ni pensarlo. Solo recuerden como estuvo en la clase de educación
física hoy.”

Justo mientras terminaba de hablar, se chocó con la joven en el vestido rojo. “Oops,
discúlpeme.”

O pensó que había…

“Hey, ¿qué sucedió, Ike?” preguntó Satou.

Ike miró a los lados. Podría haber jurado que se chocó contra…algo, ¿verdad?

Agitó la cabeza. “Nada, supongo.”

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Yoshida dijo con su pequeña voz, “Um, se están yendo…”

“¡Oh, entonces apresurémonos! ¡Nos vamos a perder la mejor parte!”

“¿Y qué estás esperando que pase, Tanaka? dijo Ike mientras volvían a caminar. Nadie
le prestó atención a la Antorcha que acababa de desaparecer. Nadie se percató de esa
existencia. El mundo giraba normalme nte.

Desde lo alto de la ciudad, en el rascacielos más alto, una figura blanca miraba al
mundo debajo. Era Friagne, el infamemente conocido en el Reino Carmesí como El
Cazador. Sus refinados rasgos mostraban una expresión preocupada.

“Oh dios,”dijo. “¡El primer Mistes en tanto tiempo caminando junto con una Neblina de
Llama! Esto es algo espectacular ciertamente. Qué enredados están los hilos del destino.
Al parecer deberé combatir una vez más.”

Marianne, la pequeña muñeca flotaba cerca de los pies de su amo, el viento despeinando
sus cabellos de estambre. “Mi amo,”ella dijo. “Por favor tenga cuidado. Ese instrumento
de caza ha hecho un contrato con la Llama Celestial. Podría tener poderes que lo atrapen
desprevenido.”

Friagne respondido con tono gentil. “No te preocupes Marianne. Nunca perderé una
batalla contra una Neblina de Llama.”

“Si, por supuesto. Pero ahora que un tan esperado Mistes está a nuestro alcance, sería lo
mejor tenerlo en nuestro poder antes de enfrentarse a ella.” Al igual que su amo,
Marianne tiene una fuerte fijación hacia los Hougus.

La expresión de Friagne se nubló con un poco de melancolía.

“Tienes razón,” dijo. “Todavía tenemos algo de tiempo. Ellos no pueden hacer nada
hasta que nosotros hagamos nuestro primer movimiento. Prep arémonos para la caza.”

Extendió su brazo con gracia. “No dejaré que arruinen nuestro plan ahora. Voy a crearla,
tu existencia, mi Marianne.”

“Friagne-sama…” Marianne flotó en el aire y tomó su mano, como si estuvieran


empezando un vals, un gesto que se había repetido innumerables veces. Friagne la cogió
en un tierno abrazo.

“He decidido darte una verdadera existencia, una que viva en este mundo. Nunca más
serás llamada una herramienta llamada Rinne.”

“Muchas gracias, Pero usted ya me ha bendecido con un propósito en la vida. ¿Piensa


que no es suficiente?” Este intercambio de palabras también había sido repetido
incontables veces en el pasado.

“Si, no es suficiente,” dijo Friagne, su voz rebozando de emoción. “En estos momentos
tu existencia como Rinne es muy inestable. Eres capaz de recolectar Poder de Existencia,

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pero eres incapaz de aplicártelo a ti misma. Si no te proveo el poder, no sobrevivirías ni
tres días y desaparecerías de este mundo. Tu existencia es demasiado efímera.”

“Yo creo que esa es la fuente del lazo inseparable que nos une.”

“Estoy complacido, Marianne. Y haré este juramento: Haré todo lo que pueda por ti.
Esa es la razón por la cual existo en este mundo en este momento.” La abrazó con
fuerza.

“Siento que nuestra oportunidad ha ll egado. Puedo obtener el suficiente poder para
cumplir mis metas. No dejaré que me detengan. Vamos a cazarlos, al igual que lo
hicimos con los otros que nos han venido a molestar. ¡Vamos a matarlos!”

Una gran sonrisa apareció en su rostro, pero fue reempla zada pronto por una mirada de
afectuosa preocupación. “¿Es esto lo que deberíamos estar haciendo, verdad?” preguntó.

“Si, usted siempre tendrá la razón, Friagne -sama.” Fue la sincera respuesta de Marianne.

Su cara se iluminó como la de un niño. “¡Maravil loso!” exclamó. “Vamos a prepararnos


para el evento. Vamos a recoger un alboroto de bellas señoritas y a entretenerlos con
magnificencia.”

“¡Si, mi amo!”

Friagne movió su brazo libre en un enorme arco. Él y su amada muñeca desaparecieron


en un tornado de fuego blanco.

La tarde sin nada que sucediera estaba cerca de terminar, y ahora ya era tarde, a punto
de anochecer. Yuuji y Shana estaban finalmente en su camino a casa.

“Estoy cansado,” se quejó Yuuji, arrastrando los pies. “No puedo creer que nos hic iste
caminar todo el camino hasta aquí.”

Su plan original había sido el atraer al oponente al campo de batalla, pero sin éxito.
Aunque era un resultado algo predecible.

“¡Cállate!” dijo Shana. “Hicimos todo según lo habíamos planeado. ¡Así que no te
quejes ahora!”

“De acuerdo, de acuerdo. Es solo que ha sido un día muy largo. Al menos podemos
tomar un descanso cuando lleguemos a casa.”

Shana rápidamente destruyó la esperanza de Yuuji de una tarde pacífica.

“¿Qué te hace pensar que podemos simplemente s entarnos y relajarnos? Podría haber
otra batalla al anochecer. No podemos bajar la guardia.”

“Vale, vale… ¿eh?”

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Se detuvieron en un semáforo, y Yuuji se percató de cinco Antorchas en la multitud al
otro lado de la calle.

“¿Qué?”

“Bueno…sobre lo que me dijiste esta tarde. Algunas Antorchas son nuevas y algunas
son viejas. Así que mientras estaba caminando hoy, traté de prestar más atención. Me di
cuenta que si realmente las miro bien puedo ver las diferencias fácilmente.”

Yuuji examinó las Antorchas en la esquina opuesta. Podía claramente discernir la


diferencia en el color y el brillo de la llama. El hombre viejo con el bastón tenía una
brillante nueva llama, mientras que el niño sosteniendo la mano de su padre tenía una
llama tenue y no duraría mucho m ás. Era, pensó Yuuji, un mundo irracional lleno de
absurdos.

Shana se rió de eso. “Ah, eso.”

Yuuji trató de igualar su tono tan animado. “Si, eso… Sin embargo no es la mejor de las
sensaciones. Se siente raro ver las llamas palpitar de esa forma en cada persona. Es
como ver latir a un corazón.”

“¿Palpitar? ¿De qué estás hablando?” Shana lo miró con curiosidad.

“Ya sabes, como las luces se hinchan o se achican. Las antiguas se mueven lentamente
y las nuevas rápido. ¿No puedes verlas?”

“No, no puedo. Alastor ¿tú puedes verlas?”

“No, tampoco puedo.”

Shana revisó a Yuuji con la mirada. “Realmente eres un Mistes extraño. ¿Qué es lo que
tienes dentro para tener tales poderes?”

“Eso es lo que quisiera yo saber. No puedo evitarlo, simplemente veo lo que veo .”

La señal cambió a verde y la gente se empezó a mover a través del cruce. Yuuji y Shana
empezaron a avanzar.

“Pero si incluso Alastor no puede verlas… ¿Estás diciendo la verdad?”

Yuuji se sintió algo herido. “Claro que puedo verla. Mira bien, en esa n ueva Antorcha
en frente de nosotros está palpitando rápido.”

“Y yo te digo que no puedo verla. Pero si se ve que es nueva.”

Alastor interrumpió. “Sakai Yuuji ¿Estás diciendo que puedes ver latidos en cada
Antorcha?” Este Señor del Reino Carmesí, tenía un tono de voz que demandaba una
respuesta bien pensada.

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Yuuji miró de nuevo para comprobar. Podía ver algo de veinte o treinta Antorchas en la
vereda en la calle principal. Se veían vigorosas o débiles, dependiendo de la fuerza de la
llama en su interior. También revisó su propia llama, pero no era ni rápida ni lenta. En
lugar de eso tenía un latido regular, palpitando profundamente.

“Si,” replicó Yuuji a la pregunta de Alastor. “Todas están palpitando.”

“Me pregunto si está relacionado al número de Antor chas.”

No hubo respuesta.

“¿Alastor?”

Todavía no hubo respuesta.

Shana y Yuuji caminaron en silencio esperando la respuesta.

Justo al pasar la esquina, Alastor finalmente habló. “Hace algún tiempo atrás, en el
occidente, hubo un Guze no Ou que causó u na terrible distorsión en el mundo
instalando un mecanismo particular en una Antorcha.”

Los dos estaban confundidos por la historia tan repentina.

“Este Rey, quien tenía el nombre de “Hitsugi no Orite” (Tejedor de Ataúdes), causó un
incidente que, a su vez, nos dio el ímpetu de crear a las Neblinas de Llama.”

“¿Cuál fue ese incidente?” Shana preguntó.

“Devorador de la Ciudad.”

Yuuji se estremeció con esas palabras tan imponentes.

La luz del semáforo se volvió roja.

Mientras esperaban a que cambie la luz, Shana decidió ir a un almacén cercano y


comprar unos bocadillos para más tarde. Estaban yendo a casa de todas formas.

En el supermercado, Shana buscó los productos más frescos, dirigiéndose directo a la


sección de dulces en el centro del almacén.

¿Huh?

Yuuji la seguía con pereza.

Alastor continuó con su historia, a pesar del pequeño desvío.

“Este Hitsugi no Orite puso un mecanismo llamado Kagi no Ito (Hebras de Llave) en las
Antorchas que reemplazaban a los humanos que había devorado. Su objetivo era
disolver el reemplazo destruyendo la estructura del humano devorado y hacerlo regresar
a su estado de Poder de Existencia.”

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“¿Pero qué beneficio le otorgaba eso?” dijo Shana, una canasta de compras colgaba
sobre un brazo. Su búsqueda de dulces no la d istrajo de escuchar con interés la historia
de Alastor.

“Después de devorar el diez por ciento de la población de esa ciudad, empezó el


mecanismo del Kagi no Ito. Las Antorchas perdieron su función de reemplazos y
regresaron a su forma original. Cuando la ciudad de repente perdió enormes cantidades
de sus conexiones a este mundo, una gigantesca fluctuación ocurrió en el mundo,
atrapando a personas y objetos por igual.”

Shana miró a Yuuji mientras tomaba una bolsa de dulces de la repisa. “¿Estás
entendiendo lo que dice hasta ahora?”

“Bueno, eso creo. La Antorcha permite la exterminación de una persona disminuyendo


su presencia lentamente para no causar disrupciones, y…”

Yuuji miró hacia Shana, mientras ella asentía con la cabeza.

“Así que, si varias Antorchas desaparecen de pronto, entonces el mundo es sacado de


balance y llenado de distorsión y desorden. ¿Estoy en lo correcto?”

“Muy bien.” Shana asintió de nuevo y se dirigió a la siguiente repisa. “Alastor, continúa
por favor.”

“El resto es fácil de entender. Esa enorme fluctuación de energía fue activada por la
destrucción de las Antorchas, y como causando una avalancha, transformó la ciudad en
un masivo y refinado Poder de Existencia. El Tejedor de Ataúdes había encontrado una
forma de convertir todo, incluido cosas no aptas para el consumo, en comida.”

Shana cogió una bebida de café endulzada en la sección de alimentos refrigerados. “Eso
es el Devorador de la Ciudad,” dijo. “¿Pero el Tejedor de Ataúdes fue vencido al final,
no es así?”

“Después de una larga batalla y un esfuerzo conjunto de varios Reyes y Neblinas de


Llama, logramos destruirlo al final,” confirmó Alastor. “Debido a que había devorado el
poder de una ciudad entera y que tenía el poder de controlarla libremente, el Tejedor de
Ataúdes se convirtió en el más poderoso y peligroso Tomogara de todos los tiempos.”

Yuuji de pronto empezó a sentir la crisis que se avecinaba. “¿Y estás diciendo de que
ese método secreto está siendo utilizado ahora mismo en esta ciudad?

“Innegablemente es una p osibilidad. El inusualmente alto número de Antorchas, el


mecanismo misterioso dentro de ellas…la situación se parece a la de la última vez.
Dudo que Friagne pueda usar ese método que uso el Tejedor de Ataúdes tan fácilmente,
pero debemos estar preparados p ara lo peor. Debemos hacer lo que sea necesario para
vencerlo.”

“Ya veo. Si, eso parece ser lo correcto.”

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Yuuji había pensado de Friagne y sus secuaces como asesinos de fantasmas que estaban
sólo tras de él hasta que escuchó esta historia. Pensó que si s e lo guardaba para sí
mismo nadie más sería lastimado. Confiaba en que Shana y Alastor eventualmente lo
vencerían.”

Pero no era más que una ilusión.

Si el enemigo estaba realmente planeando utilizar el Devorador de la Ciudad, cada


Antorcha sería completamente aniquilada, y al final, toda Misaki City. Su madre, sus
amigos, todo el mundo sería exterminado.

Por primera vez, Yuuji sintió verdadero odio hacia Friagne. No miedo, sino odio.

“Pero a mi parecer, el número de Antorchas está todavía lejos del diez por ciento,” dijo
Shana. “Si voy a aplastar a Friagne, debería hacerlo lo más pronto posible. Que lástima
que sea tan difícil encontrarlo.”

“¿Sólo podemos esperarlo? ¿No podemos hacer nada más?”

Shana se sorprendió con el entusiasmo de Yuuji.

“Bien…tenemos carnada.”

“Tú, Mistes. Él es El Cazador después de todo. Si se entera que su preciado Hougu está
justo bajo sus narices, dudo que permita que se involucre en el Devorador de la
Ciudad.”

“Ya veo. Entonces puedo ser de algún uso.”

Shana lo contempló con curiosidad. Parecía extrañamente entusiasmado sobre poder ser
utilizado como carnada.

La última parada de Shana antes de ir al cajero fue la sección de panes. Ella revisaba
todas las marcas de pan de melón, contenta. El reciente tema de conversación p arecía
haberse ido de su mente.

Yuuji miró por sobre su hombro y apuntó a la marca más cara. “¿Qué tal éste? Dice que
está hecho con verdadero jugo de melón.”

“No es bueno.”

“¿Por qué? ¿El precio no te importa, verdad?”

Shana puso sus manos en su cintu ra. “Es llamado pan de melón por la forma que toma
cuando lo hornean. ¡El verdadero pan de melón no debería saber a melón —eso es
herejía!”

“Ee…este… ¿Shana-san? Los demás nos están viendo.” dijo Yuuji. No iba a discutir
con ella.

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Le tomó otros veinte minutos a Shana el hacer su elección.

Después de dejar el almacén, los dos adolescentes caminaron lentamente, observando el


palpitar de cada Antorcha que encontraban. El cielo ya había tomado el color oscuro del
anochecer para cuando llegaron a casa. Se detu vieron en frente de la casa, cada uno
sintiendo la tensión de saber que un ataque podría llegar en cualquier momento.

Yuuji no entró en la casa. En lugar de eso, entró por la puerta lateral en el pequeño
jardín y se agachó en los arbustos por la cerca.

“¿Qué estás haciendo?” Shana preguntó.


“Sería muy malo si algo como lo de ayer sucede mientras mi madre esté cerca. Voy a
esconderme aquí, al menos hasta que el sol termine de ponerse.”

“Hmm. Te preocupas por tu familia.”

“¿No es eso normal?”

Shana le había contado a Yuuji que era humana antes de hacer el contrato con Alastor.
Ahora se preguntaba donde vivía y como era ella entonces. ¿Habría tenido una familia?

“Supongo,” respondió secamente. Se agachó cerca de Yuuji y sacó una bolsa de dulces
del paquete que compró en el almacén.

Yuuji extendió su mano. “Tomaré uno de esos.”

“No, esos son míos,” dijo Shana.

“Oh, vamos, tienes más que suficientes. Sólo dame uno. Necesito la energía.”

“No me importa.”

“¡Hey! ¿No fui de utilidad hoy en descubrir esa co sa del Devorador de la Ciudad?”

“Olvídalo. No pienses que puedes decirme que hacer sólo por que anotaste unos puntos
por casualidad.”

¡Dios mío! pensó Yuuji

Ninguno de los dos notó el suspiro de Alastor.

“Sólo un pedacito.”

“No.”

“¡Vamos!”

“¡No!”

“¡Dame uno!”

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“¡NO!”

“¡Egoísta!” dijo Yuuji, intentando una nueva táctica.

“Perdón ¿qué fue lo que dijiste? No te pude escuchar bien.”

“Súper egoísta. Tacaña.”

Shana ahora si parecía enojada. “¿Qué fue eso? ¿Súper qué?

“Ya me escuchaste. ¡Ahora dame un dulce, tacaña!”

“¡Absolutamente NO!”

Los dos se miraban con furia.

“¿Dijiste ‘absolutamente’?”

“Si, ¿y qué?”

“Acabas de demostrar que eres súper egoísta.”

“¡¿Lo dijiste de nuevo?!”

“Si, lo dije. ¿Y qué?”

Una voz llamó a Yuuji desde arriba. “Yuu -chan, ¿qué estás haciendo allí abajo?” Era la
madre de Yuuji. Ambos dirigieron su vista hacia el rostro gentil en la ventana.

“Te han atrapado, ¿no es así Yuu -chan? ¡Ja, ja!” Shana estalló en risas y se cubrió su
boca con la mano.

Yuuji se alejó de Shana. Necesitaba hablar con alguien más maduro.

“Alastor.”

“¿Qué sucede, Yuu-chan?”

Genial ¿él también?

“Uh, creo que ya pasó, ya es de noche.”

*****

Se dieron cuenta de que ya era de noche.

“¿Cómo pudo suceder?”

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“No lo sé.”

“Yo tampoco lo sé”

Shana estaba sentada en la mesa donde la familia de Yuuji normalmente cenaba.


Después de encontrar a su hijo con una jovencita en los arbustos, la madre de Yuuji,
Chigusa, rápidamente los metió en la casa. Ella estaba feliz, al parecer.

“Esta es la primera vez que Yuu-chan trae a su novia a la casa.”

Chigusa estaba en la cocina preparando un festín con todos sus platillos especiales. Dos
de ellos ya estaban en la mesa con la ensalada y la sopa. De la cocina se podía escuchar
el sonido de algo friéndose.

Algo cabizbaja, Shana lanzó una mirada a Yuuji quien se sentaba en la mesa frente a
ella. “¿Por qué tu madre invitaría a una chica a cenar si ella estaba en los arbustos
discutiendo con su hijo?”

Su pregunta flotó en el aire sin ser respondida. El delicioso ar oma de los guisantes y el
yuba frito flotaba entre ellos.

“No lo comprendo tampoco,” Yuuji gruñó. “¿Qué le daría la idea de que eres mi
novia?”

Yuuji ni siquiera se sentía con ganas de coger su platillo favorito: hamachi y daikon
rallado en salsa de soya.

“Considerando el incidente de ayer, debo preguntarme si realmente estás interesado en


ella.” Esto vino de Alastor.

“¡Oye!” exclamó Yuuji.

“Yuu-chan, ¿puedes darme una mano con esto?” Chigusa lo llamó de la cocina.

“Ah, vale, ya voy.” Se levantó desga nado y fue a la cocina.

“¿Has hecho un omelet con arroz también?” dijo. “¡Esto es demasiada comida!”

“¡No, está bien! He agregado un ingrediente secreto. Va a ser riquísimo. Además, ¿no
quieres darle a Yukari-chan una buena impresión?”

“¿A quién le importa eso?”

“Estás empezando a sonar como tu padre.”

“No empieces con esa historia otra vez.”

Shana escuchó la conversación por un rato y cerró los ojos. Cuando los volvió a abrir,
una cena para hacerse agua la boca estaba colocada frente a ella. Volteó y vio a Chigusa
sonreír cálidamente, mientras regresaba a la cocina.

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Chigusa y Yuuji eventualmente regresaron al comedor, Yuuji cargando un enorme plato
con omelet y arroz. Más que suficiente para los tres.

“Por favor sírvete,” dijo Chigusa con una sonri sa. “No seas tímida. Come tanto como
quieras. He preparado un postre también.”

Shana no pudo evitar relajarse un poco. Era la primera vez que Yuuji la vio sonreír con
tanta naturalidad.

Después de la cena, Yuuji tuvo que alejar a Shana de su madre, quien empezó a
preguntar preguntas embarazosas como “su historia.” ¡No hay ninguna “historia”! Yuuji
quería gritar. Él y su madre escoltaron a Shana a la puerta y le dijeron buenas noches.
Yuuji sabía que ella iba a dar la vuelta al vecindario y regresar a su c asa desde el techo
de los vecinos.

Cuando ella ya se había ido, la mamá de Yuuji lo regañó. “Deberías haberte ofrecido a
acompañarla a su casa. ¿No te enseñé yo eso? Ya es muy de noche.”

Shana ya estaba probablemente sentada en el techo de su casa. Pero Yuuji se encogió de


hombros y salió de su casa en la oscura noche. Mató algo de tiempo en la tienda cerca
de su casa, preguntándose. Dijo que me iba a proteger, pero , hablando en serio, ¿qué
sucedería si me atacan ahora mismo?

Shana estaba, como Yuuji s uponía, sentada en el techo. Yuuji había dejado la ventana
abierta pero Shana no sentía ganas de entrar en ese momento.

Sentada en el borde del techo, estaba sosteniendo su pecho con sus piernas. A su
izquierda estaba el paquete del almacén. A su derecha, una bolsa de dulces que la mamá
de Yuuji le había dado. No había ni una nube en el cielo y la luna era enorme y brillante.

“Hey, Alastor,” dijo. Desde que ella había conocido a Yuuji, se encontró a sí misma
empezando conversaciones más a menudo. En el pa sado, sin importar la situación,
generalmente se mantenía en silencio, como si fuera su obligación hacer eso. Pero esos
días se sentía con ganas de hablar.

“Me siento mal de que no hago honor a tu nombre,” ella dijo. “Pero no soy el tipo de
persona que arde con pasión.”

“Ya lo sé,” dijo Alastor desde el Cocytus, el pendiente. Su voz, como siempre, era
profunda y seria como el sonido de un trueno en la distancia. “Las palabras en tu
contrato son una obra maestra en varios sentidos.”

A pesar de su imponente título, Alastor era alguien civilizado y de carácter. Shana


siempre podía contar en que le respondería. Probablemente lo había hecho en el pasado
también, era ella la que no hablaba. Había sido justo por ese alguien…
Shana trató de no pensar más en ello.

Ella sonrió. “Ja, ja. Gracias.”

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“Te saltaste todo el periodo de iniciación,” Alastor continuó. “Por consecuencia, nunca
encontraste una pasión ardiente para llamarla la tuya propia, a diferencia de las otras
Neblinas de Llama. Además, aceptaste el contr ato a una edad muy corta para convertirte
en una cazadora. Tu existes solamente para matar a los Tomogara.”

“Tal vez sea esa la razón por la cual no puedo producir fuego correctamente,” dijo
Shana, algo deprimida. “Si no hubiese tomado a Nietono no Shana de Tenmoku Ikko,
entonces todo lo que hubiera podido hacer sería dar golpes y patadas. Esa habría sido la
única manera en la que hubiera podido combatir.”

La voz de Alastor sugería que estaba sonriendo forzadamente. “¿Estás molesta por lo
que Friagne te dijo? No hay necesidad de preocuparte. Muy pronto encontrarás al
oponente que haga que saques tu verdadero potencial a flote.

“Si, he peleado con todo lo que se necesitaba destruir, los Tomogara, tal y como fui
entrenada para hacer. Eso es todo.”

“Has hecho un trabajo admirable. Siempre he estado allí para ayudarte, pero raras veces
buscas mi ayuda para pelear. Te gusta trabajar sola.”

“Nunca he tenido ningún problema grave, incluso sin la ayuda de los demás. Nunca he
necesitado de nadie.”

Shana sintió que esa era la verdad. Sin embargo, Alastor decía la verdad también. “Bien.
Involucrarse con los demás generalmente produce más problemas. Sin embargo…”

“¿Qué?” dijo Shana.

“No es tan malo, ¿verdad?”

Con las palabras de Alastor, el rostro de Yuuji apare ció en su cabeza. Ella vio a sus
compañeros reunidos alrededor de ella y la cálida sonrisa de Chigusa. No pudo pensar
en ninguna respuesta.

“¿…Eso crees?” finalmente dijo.

Shana reposó su cabeza en sus rodillas y cerró los ojos.

No quiero que venga aquí esta noche, ella pensó, mientras se quedaba dormida.

Más abajo, en la calle, Yuuji regresaba de su viaje a la tienda. Estaba deshecho después
de los eventos del día, especialmente la cena que le destrozó los nervios. De regreso en
su casa, tomó un baño y se fue a la cama. Se durmió en segundos.

Alastor estaba solo, mirando a la luna desde el Cocytus levantó una pequeña y
protectora mano.

100
Capítulo 4

Yuuji

La mañana siguiente era despejada y soleada de nuevo.

Yuuji sintió el sol en su cara y se empezó a revolcar en la cama.

...¿Qué es esto?... ¿Me dormí sosteniéndolo? ¿Por qué estoy durmiendo en la cama? Ah,
si. Cuando regresé a casa, Shana no estaba aquí. Así que está bien , no tengo nada de
que preocuparme ya que es Shana… Es mi cama de todas formas…

Cogió lo que estaba buscando y lo acercó a él. Estaba tieso, pero era suave y olía
bastante bien.

¿Qué es esto? Solo para estar seguro lo voy coger. Es muy suave para ser una
almohada. Ah, bueno, no importa. Se siente bien y huele tan bien por alguna razón…

“Zzz…”

Sintió un aliento cálido en su mejilla.

“Qué demo…”

Abrió los ojos y allí estaba Shana, lo suficientemente cerca para incluso sentir su
respiración. O mejor dicho, estaba en sus brazos, durmiendo profundamente.

Yuuji la miró de cerca. En la luz de la mañana, su pacífico rostro parecía tan delicado y
dulce, tan diferente de su rostro normal. Por varios segundos estuvo impactado con esa
pureza tan intensa.

“¡¿Eh?!” Yuuji demoró unos momentos para darse cuenta en la peligrosa sit uación en la
cual se encontraba. Forcejeó para salir de la cama lo más rápido posible.

“¡Wh-whoa!”

Yuuji consiguió salir, pero cayéndose de la cama y golpeándose la cabeza contra el


suelo.

“¿Qué…qué pasó?”

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La hosca y terrible voz de Alastor salió del pendiente en el pecho de Shana. “¡Hmph!
Finalmente has despertado.”

Yuuji empezó a balbucear en tono desesperado.

“¡E-escucha, A pesar de lo que parece, esto es solo un accidente! ¡Te aseguro que no ha
pasado nada, no le he hecho nada en serio, o al men os creo que no le he hecho nada!”

“Por supuesto que no le has hecho nada. Si hubieras intentado algo no habrías vivido
para ver la luz del día.”

Yuuji se sintió aliviado al escuchar eso…por un instante.

“Sin embargo estuviste demasiado cerca, poco antes de despertarte.”

“¡¿P-porqué está durmiendo en mi cama?! ¿¿Y porqué está ella —” hizo una pausa,
recordando la imagen de ella durmiendo, y sonrojándose intensamente “ —con sólo su
ropa interior??

“Se quedó dormida en el techo, y yo le aconsejé que baje y entre a la casa,” Alastor dijo
con una voz algo molesta. “Estaba medio dormida en ese entonces. Se sacó la ropa y se
metió bajo el cobertor. No pretendía que vaya a hacer semejante cosa, pero no tomé
ninguna medida para despertarla. Eso es todo.”

Evitó mencionar que Shana parecía tan tranquila y contenta cuando se metió debajo de
los cobertores junto a Yuuji que no habría querido perturbar un sueño que parecía tan
pacífico…

“¿Mm…huh? ¿Ya es de mañana?”, Shana se levantó agitando la cabeza. Su largo


cabello caía por sus hombros desnudos.

“Así que ya despertaste.”

“Buenos días, Alastor…nnn.”

Shana se frotó sus adormilados ojos y estiró sus brazos sobre su cabeza. Sus ojos se
abrieron mientras trataba de confirmar su localización. “¿Porqué estoy durmiendo en
una cama?” preguntó.

“Porque fui yo quien te aconsejó que lo hicieras.”

“¿Ah, en serio?”

Shana de pronto se dio cuenta de dos cosas: de cómo estaba vestida, y el hecho que
Yuuji estaba sentado en el piso dándole la espalda. No había ninguna señal de que había
dormido en el suelo como la noche anterior. Eso solo podía significar una cosa.

Hubo un silencio muy incómodo en la habitación. Cada uno se mantenía en silencio por
sus propias razones. El aire estaba lleno de tensión. Yuuji sentía que estaba e sperando

103
que el hacha del verdugo cayera sobre su cuello. Finalmente decidió tratar de romper el
silencio, todavía dándole la espalda a Shana. “Esteee, Shana…”

Fue como si las venas a punto de reventar de Shana hubieran conseguido una voz.
“Tanto ayer como hoy. ¿No aprendes verdad?” Shana estaba roja, si era de ira o de
vergüenza era difícil decirlo. Aunque muy probablemente haya sido lo primero.

“N-no, no,” Yuuji dijo, tratando de arreglar la situación antes de que se salga de control.
“Este ha sido un accidente afortunado, quiero decir desafortunado, si, desafortunado y
no he hecho nada malo. Esto ha sido distinto de ayer. Es decir, eh, si se sintió muy bien
y todo, y me di cuenta de que estaba feliz, ha sido tan inesperado. Espera, no lo dije de
esa forma, a lo que me refería es…”

“¡¡MUY TARDE!!”

Yuuji escuchó el chasquido del abrigo de Shana siendo extendido, y un frío sudor
empapaba su rostro. Antes de que se diera cuenta de lo que estaba sucediendo, Alastor
dijo, “¡Usa el reverso de la espada!”

La larga katana lo golpeó con fuerza en la cabeza. Yuuji cayó desmayado en el piso.

Fue realmente un triunfo de la rutina el que Yuuji haya sido capaz de despertar, o mejor
dicho, de levantarse, a la hora habitual.

Yacía en el piso, bañándose en la cálida l uz del sol, sintiendo el enorme chichón en su


cabeza. Su mente vagaba. Había sido afortunado de seguir con vida, pensó. Afortunado
de ver un nuevo día. La mañana había llegado como siempre, incluso para aquellos que
pensaban que jamás vendría un nuevo aman ecer. El mañana se había convertido en hoy.

Hmm. Así que he llegado tan lejos.

Yuuji se frotó la cabeza. Esperó, pero el miedo y terror no vinieron. Definitivamente los
podía sentir, pero muy débilmente.

Esto es extraño. Pensé que iba a estar temblando cada día de mi vida del miedo de mi
inminente desaparición.

Era extraño, considerando las circunstancias, pero se sentía extrañamente calmado.


Recordó su miedo inicial con un moderado interés. He crecido desde entonces, pensó.

¿Era realmente posible sent irse de esta forma simplemente por haberse acostumbrado a
la situación? ¿O tal vez, como Shana le había dicho, simplemente se había dado por
vencido? ¿O era esta sensación de compostura un síntoma del proceso de consumirse?

No es eso tampoco… Siento que h ay algo más importante… ¿Pero qué es?

“Oye, ¿estás escuchando?”

Shana habló desde el balcón, a través de la puerta de vidrio abierta.

104
“¿Ah? Este, si.”

“¿Estás bien? ¿No tienes nada en la cabeza?”

“No quiero escuchar es de la que me causó el… no import a.” Evitó la furiosa mirada en
sus ojos.

“Así que, ¿qué sucede?” preguntó con calma.

Ella estaba ya vestida en su uniforme, un traje de marinero y estaba sentada en la


baranda del balcón, como una pequeña ave. Ella suspiró, con el entrecejo fruncido.
Obviamente estaba de mal humor. “Alastor, ¿realmente vas a confiar en lo que esta cosa
está diciendo?”

“Por ahora,” la voz de Alastor sonaba como una tormenta que se avecina. “Friagne
todavía no tiene el número de Antorchas necesarias para iniciar el Devorad or de la
Ciudad, pero eso no significa que no debamos estar preparados. Sin embargo, no han
estado invocando ningún Fuzetsu en los últimos días, posiblemente por miedo a que los
sintamos”

“Entonces estamos estancados, al igual que ellos.” dijo Yuuji.

“Estábamos pensando en patrullar un poco, usándote como carnada para sacarlos de su


escondite,” dijo Shana. “Las Antorchas están desapareciendo día tras día, así que
eventualmente se van a impacientar y salir.”

“No, eso no servirá,” dijo Yuuji con una expres ión calmada.

“¿A qué te refieres con eso?”

Yuuji sabía que Shana era el tipo de persona que aceptaría un argumento lógico. “No les
dejes tomar la iniciativa.”

Yuuji de pronto tuvo una idea muy clara de lo que necesitaban hacer.

“Si esperamos, estamos permitiendo a nuestros oponentes el prepararse. De tal modo de


que solo actuaremos cuando ya se hayan preparado. Eso equivaldría a caer justo en su
trampa.”

“¿Entonces que podemos hacer? Ya es lo suficientemente difícil tratar de idear un plan


mientras ellos no se muestran.”

“Hay una manera para sacarlos de su escondite.” Yuuji estaba de racha. “Incluso si no
están planeando usar el Devorador de la Ciudad, lo más probable es que piquen el
anzuelo.”

“Continúa,” dijo Alastor. Su voz ya no era hosca.

“Sabemos cuales son sus intenciones, lo más lógico es interferir con su objetivo.”

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“¿Puedes ser más específico?”

Yuuji asintió y continuó. “Al parecer ya no tenemos el lujo de escoger nuestras


opciones. Si esperamos, estaremos justo donde nos quiere. Tenemos q ue proteger a
aquellos que todavía no han sido atacados.”

Shana entendió su mensaje, y su voz se volvió más alegre.

“¿Es que el golpe que le di le prendió el cerebro o algo?”

Alastor respondió con interés también. “Tal vez. Es inusual, pero tal vez es m uy
efectivo.”

“Bien, entonces…”

Shana estaba complacida. Le sonrió a Yuuji, una sonrisa natural y radiante. Por primera
vez parecía estar disfrutando de su compañía.”

“Muy bien, entonces empieza el juego. Vamos a salir de la escuela apenas termine el
almuerzo. Vamos a estar ocupados.”

“Oh, ¿Yukari-chan?”

Oh-oh.

Era su madre.

Había sido descuidado, el balcón de su cuarto se encontraba justo encima de la entrada a


la casa. Chigusa, quien había salido a recoger el periódico y la leche, debió haber
escuchado la conversación que tenían en el balcón.

“¡Buenos días!” ella dijo de manera amistosa, aparentemente no encontrando extraño


que una chica adolescente esté sentada en la baranda en el balcón fuera de la habitación
de su hijo tan temprano en la mañana. “¿Qué te trae aquí tan temprano?”

“Estee…,” dijo Shana. “Sólo vine para ver a Yuuji, ya que esta casa está en el camino a
la escuela.

“Que bien. ¿Por qué no te quedas para desayunar? ¡Empezaré a cocinar ahora mismo!”

*****

Las clases en el tercer día de Shana en la preparatoria estuvieron divididas en tres tipos.

Los profesores que habían conocido a Shana por primera vez, tuvieron las crisis
esperadas. No había sido distinto de los otros dos días.

Los profesores que ya eran familiares con la actitud de Shana tomaron dos actitudes
completamente opuestas. Un grupo eligió ignorarla completamente. Dejar a los perros
dormidos tranquilos, pensaban.

106
El otro grupo eligió confrontarla una vez más.

Motivados por una mezcla de enojo y entusiasmo, esos profesor es habían hecho
estudios e investigaciones de los temas del día para enfrentarse a su contendiente.

Los estudiantes también estaban acostumbrándose a la fría actitud de Shana. Para ahora
todos ya habían escuchado del incidente de las clases de Educación F ísica y estaban
empezando a relajarse lo suficiente para disfrutar las clases.

Las clases ahora se habían convertido ahora en lugares donde los estudiantes podían
juzgar a los adultos en cómo deberían enseñar o qué debería enseñarse, y qué clase de
personas deberían ser profesores. Eso era un problema para aquellos que habían elegido
educación como una simple ocupación. Pero aquellos para quienes enseñar era una
pasión y educar una misión, se pusieron a la altura del desafío como si fueran a una
batalla.

Shana no cambiaba. Cuando se le preguntaba, ella daría los hechos con severidad y sin
lugar a objeciones. Ella era juez y jurado.

El marcador para el día: un profesor destruido, dos ignorados y una confrontación.

En la hora del almuerzo, solo aquellos qu e tenían algún asunto dejaron el salón. Ike y
los demás, al igual que Yoshida movieron sus pupitres cerca alrededor de Shana y Yuuji,
como si fuera lo más natural del mundo. Los estudiantes comían y conversaban. Era tal
y como eran las cosas antes de que S hana llegara.

Así que todo es sobre acostumbrarse a algo…

Yuuji comía su onigiri habitual de la tienda, masticando la envoltura de algas.

“Por cierto, Hirai-san…” Ike casualmente abrió su almuerzo empaquetado.

“¿Qué?” dijo Shana secamente.

A Shana le disgustaba el sentarse tan cerca de otras personas. Ella no podía hablar con
Alastor abiertamente y no podía simplemente distraerse devorando la comida de su
bolsa de almacén.

Ike parecía no importarle esa respuesta tan cortante. Él apuntó sus palillos a Yuuji.
“Dime,” el dijo. “¿Qué es exactamente lo que te gusta de él?”

“¡¿Oof?!” Yuuji se atragantó con una bocanada de arroz.

Satou y Tanaka se acercaron con miradas expectantes. Shana no cambió su expresión.

“¿Gustarme de Yuuji? ¿A qué te refieres?”

“Bueno, ustedes dos tuvieron una larga cita ayer después de la escuela, ¿verdad?”

107
“¿Cita?”

“¿Nos estabas siguiendo?” Yuuji se molestó con Ike.

La respuesta vino de una fuente imprevista. “L -lo lamento mucho. Es porque le


pregunte donde se habían ido usted es dos.”

“¿Yoshida-san?”

Yuuji trató de recordar a la verdadera Hirai Yukari y qué tan cercana era con Yoshida -
san. No podía recordar mucho, pero se preguntaba si había ocurrido alguna especie de
drama entre ambas chicas.

Ike trató de defenderla. “No pl aneamos seguirlos en su cita. Solamente fue una
coincidencia que los viéramos en el puente Misaki y sólo tuvimos curiosidad.”

Era lo bastante listo para no apuntar a Shana con sus palillos mientras la miraba.
“Pensábamos llamarlos una vez que se detuviera n en algún lugar, pero nunca lo hicieron.
Ustedes seguían caminando y caminando. Entonces Yoshida -san se cansó, así que nos
detuvimos por algo que beber. Después de eso nos fuimos a casa. Eso es todo.”

“Era tu primera gran cita,”dijo Satou. “¿No pudiste p ensar en algo más emocionante que
hacer?

“¡Si!, ¡Yuuji eres un perdedor!” se rió Tanaka. “¡No había nada digno de ver! ¡Tienes
que calentar las cosas para la próxima vez!”

“¿Ustedes estaban allí también?” Yuuji sostuvo su cabeza con sus manos.

Shana, quien no tenía idea de qué estaban hablando los chicos, se volteó hacia Yoshida
con una expresión fría. “¿Hay algo que necesites de mí?”

“No, no es eso…” Yoshida agachó la cabeza con una expresión en blanco en el rostro.

“Entonces,” continuó Shana apuntand o a Yuuji, “¿necesitas algo de esto?”

El rostro de Yoshida se volvió de un rojo brillante. Sus palillos se congelaron en el aire


sobre su almuerzo casi lleno.

Ike miraba a Yoshida y a Yuuji, luego a Shana. Parecía estar analizando la situación.
Satou parecía tener curiosidad y la estaba pasando en grande, mientras Tanaka contenía
su aliento mientras miraba a Yoshida. Los tres tenían una idea bastante clara de lo que
estaba pasando después de pasar toda la tarde con Yoshida el día anterior.

Hmm… ¿No me digas que…? Mirando a Yoshida, Yuuji de pronto tuvo un pensamiento
inesperado. No, no puede ser.

Riendo para sus adentros, trató de desechar el pensamiento que estaba convirtiéndose en
una idea fija rápidamente. Era mejor no sacar conclusiones vergonzosas. Shana,
mientras, volvió a meterse pan de melón en la boca.

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“Ah…” Le tomó al menos cinco segundos a Yoshida el sacar un sonido. “Este, ayer,
eh… estuviste genial.”

Ella respiró profundamente.

“Oh, realmente no hice nada,” dijo Yuuji. “Fue todo cosa de H irai-san”

Yuuji se sintió un poco abatido al negarse, pero era la verdad, y así eran las cosas.

“¡Eso no es cierto!” Yoshida levantó su rostro carmesí. No es que estuviera gritando,


pero su voz sonaba fuerte y clara. Todos en la clase se voltearon a verl a, sorprendidos.
“¡Estuviste realmente bien, en serio!”

Yuuji estaba atontado con esa declaración. Pensó que cosas así solo ocurrían en las
películas y mangas. Unos ínfimos quince años de experiencia no lo habían preparado
para este momento.

“Fue realmente increíble, la manera en la que me ayudaste y te enfrentaste al profesor.”

“Si, este… gracias.” Yuuji estaba casi sin palabras ante la persistencia de Yoshida. Su
rostro empezó a sonrojarse.

Sin embargo Yoshida ya había terminado. No había dicho lo más importante, pero su
coraje estaba en su límite. Ella agachó la cabeza y estuvo en silencio una vez más.

Yuuji no sabía si quería echar a huir o quedarse. Sus pensamientos volaban. Sentía que
debía decir algo, pero no sabía qué o cómo.

La clase estaba en silencio.

Shana parecía la única despreocupada por la situación. Ella comía su pan de melón,
mirando hacia atrás y adelante entre Yuuji y Yoshida Kazumi. Ambos se estaban
sonrojando, pero ella no podía entender bien el porqué. Y toda esa plática sobre ay er y
estar genial— ¿Qué era lo que tenía a todos tan agitados?

Ella miró a Yuuji más de cerca.

Su cara estaba roja. Parecía como si estuviera a punto de reír y llorar al mismo tiempo.
Shana sintió un destello de molestia. ¿Estaba enojada con él?

Shana había combatido con Tomogaras, había sido retada por otras Neblinas de Llama,
había presenciado destrucción masiva y había sido regañada por Alastor por comer
demasiados dulces. Pero nada de lo que había sentido en esas situaciones se comparaba
con el sentimiento que tenía ahora.

Esta sensación era irracional e inexplicable. De pronto sintió que ya no quería estar allí.

Ella le lanzó una mirada a Yuuji. “¿Has terminado de comer?”

109
“Eh, esto…”

Shana tomó su balbuceo como un sí y se levantó.

“Entonces nos vamos.”

El plan era salir a mediodía, y ambos estaban listos para irse. Shana cogió su maletín y
su bolsa del almacén y cogió a Yuuji, quien estaba arreglando sus cosas, de la mano

“Vamos,” dijo. “¿Qué te está demorando tanto?”

“Sólo espera un momento.”

“¡De ninguna manera!”

“¿A qué te refieres con ‘de ninguna manera’?” Yuuji estaba confundido por el
comportamiento de Shana. Mientras era arrastrado, miró por última vez a Yoshida.
Podía ver la sorpresa en su rostro por el súbito cambio de actitud de Sha na, y también
un poco de miedo. Su rostro se volvió una mancha mientras era arrastrado hacia la
puerta.

Algo de diez segundos después de que dejaran el salón, Ike rompió el silencio con un
murmullo. “Estos dos podrían ir en serio.”

Yoshida, perturbada por todo el asunto, miró en la dirección hacia la cual la pareja había
ido. Podía ver a Yuuji y Shana corriendo por el pasillo.

Shana le había soltado la mano, pero Yuuji continuó siguiéndola.

“¿Qué pasó? ¿Qué fue eso tan de repente?” Yuuji no tenía las ag allas de decirle que
podría haber arruinado una gran oportunidad para él, pero podía escuchar la irritación en
su voz.

“¡Cállate, cállate, cállate! Estamos actuando de acuerdo al plan.”

“Bueno, tal vez sea así, pero…”

Yuuji todavía podía ver con la ment e el rostro de Yoshida. Deseó haber sido capaz de
decir algo interesante.

Sin ningún aviso, Shana de pronto pateó a Yuuji con fuerza en la espalda. Él se
tambaleó hacia el frente.

“¡Auch! ¿Qué diablos estás haciendo?”

“¡Mantente alerta! Estamos a punto de iniciar una batalla. ¡Tienes que estar alerta!”

“¡Eso no significa que puedas andar por allí pateándome cada vez que sientas ganas de
hacerlo!”

110
“¡Puedo patearte cuando yo quiera! ¡Sólo trata de detenerme!”

El rostro de Shana brillaba con intensidad. Yuuji cerró la boca y empezó a correr.

*****

En la oscuridad que parecía infinita, docenas de tenues llamas blancas brillaban sin
rumbo.

Una llama empezó a hincharse y tomó la forma de un hombre vestido elegantemente


con una larga túnica. Se paró delica damente en el piso de mármol negro que parecía
absorber en lugar de reflejar la luz.

Era Friagne, El Cazador.

Él movió la cabeza en confusión.

“Marianne, ¿qué está sucediendo?”

Su temblorosa voz estaba todavía más fuera de tono que de costumbre.

En frente de él en el piso, un enorme jardín en miniatura estaba extendido, iluminado


como por una luz de reflector. Había sido construida al parecer con una combinación de
bloques de juguete y modelos de plástico y era una elaborada reproducción de Misaki
City. Pequeñas luces como luciérnagas estaban esparcidas, moviéndose entre los
bloques. Representaban a las Antorchas.

Este era uno de los numerosos Hougus que el Cazador había recolectado, y uno de los
más valiosos. El Haridan (Altar de Cristal) fue uno de los legados que dejo un antiguo
Dios de Guze. Con él era capaz de ver a las Antorchas que tenía para empezar su plan,
por lo que había estado trabajando tanto, pero…

“¡A-amo! Exclamó Marianne, su voz agitada. Su imperfecto cuerpo de muñeca se


sentaba sobre la caja que representaba al edificio más alto en Misaki City.

“¡La fundación de mi Devorador de la Ciudad está siendo destruida!” Friagne exclamó.


Se calmó y revisó la ciudad en miniatura.

“¡Es esa Neblina de Llama!” gritó la muñeca, apuntando con su m ano de fieltro. “Está
consumiendo a las Antorchas con un Fuzetsu… ¡allí!”

En una esquina de la ciudad en miniatura, construida para monitorear a la verdadera, un


hemisferio de luz se levantó, señal de la invocación de un Fuzetsu. Cuando el Fuzetsu
desapareció, lo hizo con la llama de una Antorcha. Su energía había sido consumida
para invocar el Fuzetsu.

Friagne frunció el entrecejo. “¿Qué está pasando aquí?”

Bajo circunstancias normales, una Neblina de Llama sólo consumiría a una Antorcha
para reparar daños hechos por los Tomogara. Una Neblina de Llama consumiendo

111
Antorchas para sus propios propósitos, nunca había escuchado de algo así antes. Eso iba
contra su propósito principal de mantener el balance del mundo.

Marianne agitó sus cortas extremidades. “ Podría ser que estén creando una distorsión a
propósito para atraer a otras Neblinas de Llama a ésta área.”

“¡Sorprendente!” dijo Friagne. Su sonrisa era tan delgada como la hoja de una espada.
“Y a pesar de todo, loable. Ya veo lo que la pequeña y la Lla ma Celestial están
haciendo. ¡Están tratando de sacarme de mi escondite creando una situación crítica!”

“¿Sacarlo?”

“Así es. Como has visto, esos dos están pretendiendo atraer a otras Neblinas de Llama,
y están exterminando a todas las Antorchas —la fundación de todo mi plan. De alguna
forma lo han adivinado…”

Otro Fuzetsu fue invocado y una Antorcha desapareció.

“Ya veo, están usando Antorchas que están a punto de desaparecer, pero cuando ya no
quede ninguna, irán tras las Antorchas más recientes. Si no aparezco, las Antorchas
seguirán consumiéndose y mi plan será arruinado. Y mientras espero, otras Neblinas de
Llama se reunirán, lo cual significaría mi exterminio.”

“¿Cómo pueden…?”

Friagne escondió su rostro bajo la ondeante manga de su túnica. Cruzó sobre el jardín
en miniatura, gentilmente cogiendo a Marianne de su pedestal. Sonrió con ternura.

“Por favor, querida, no te asustes.”

Llevó a la muñeca a su pecho. Su sonrisa era gentil, pero su voz era afilada. “No
necesitas estar tan nerviosa. Esto e s, para resumir, un desafío. Me han tirado el guante y
debo responder. Después de todo ellos son la presa y yo soy El Cazador.”

Mientras flotaban sobre el modelo de la ciudad, repleta de llamas, vieron a otro Fuzetsu
siendo invocado. Friagne levantó las c ejas y su boca se tensó. “¡Tal arrogancia! ¿Creen
que la presa puede superar al cazador? Sólo nos queda un curso de acción, ¿No es así,
Marianne?”

Marianne exclamó alegremente, “¡Oh, mi Señor!”

Friagne levantó la muñeca en el aire como si estuviera jugan do con un niño. Juntos,
circularon lentamente por la oscuridad. Mientras giraban, un anillo de plata apareció en
la mano izquierda de Friagne. En él, una cadena de extrañas letras empezaron a brillar
levemente. Las letras brillantes fluían en la oscuridad, dejando un rastro de luz. Pronto,
las letras llenaron la oscuridad, como las estrellas en el cielo nocturno.

“Ya casi llegamos,” dijo Friagne, encantado, mientras veía las letras unirse en una
gigantesca esfera.

112
Al mismo tiempo, una esfera de letras, au nque mucho más pequeña se formó dentro del
pecho de Marianne. Lo que parecía la luz de una Antorcha era en realidad un cristal de
Poder de Existencia. El Rinne guardaba allí el poder que era incapaz de devorar.

“Pronto obtendré la enorme cantidad de Poder de Existencia que necesito, y podremos


activar el Jizaiho que ha sido tejido dentro de ti.”

Esa cadena de letras era de hecho el legado del Rasen no Fukin. (Órgano Espiral) El
brillante maestro de los hechizos no restringidos quien había desarrollado el Fuzetsu y
había conseguido esconder a los Guze no Tomogara de los ojos de los seres humanos.

Este hechizo no restringido de Reencarnación reordenaba la manera en la cual el poder


era procesado y almacenado, permitiendo a los seres existir en este mundo si n tener que
depender del Poder de Existencia de otros.

“Cuando el hechizo no restringido esté completo, vas a renacer. La tuya va a ser una
existencia independiente, sin tener que depender de otros.”

Para Friagne, la técnica secreta del Devorador de la C iudad, no era más que un método
de obtención del Poder de Existencia que necesitaba para llevar a cabo la tarea.

Ese era la meta principal de Friagne. Su mayor riesgo era la pérdida del balance entre
los mundos y el reto que lo esperaba cuando termine. La raíz de sus problemas estaba en
el emplazamiento de las numerosas Antorchas.

Todo está bien. Las preparaciones están casi completas. Ya no puede ser detenido.

Una vez más una amable sonrisa se vio en su rostro. “Marianne, por favor quédate aquí
y vigila la situación. Empezaremos inmediatamente si hay algún contratiempo.”

“Si, comprendo… ¿y usted, amo?

“Yo, por supuesto, llevaré a cabo mi misión como El Cazador.”

Docenas de tenues llamas blancas flotaron y los envolvieron mientras bailaban en


círculos en la oscuridad. La sonrisa de Friagne se hizo más evidente, distorsionada por
la luz y las sombras se veía como una mueca de condenado.

*****

En una solitaria calle, en una esquina de la ciudad, un par de ojos se cerraron y luego se
abrieron. Los ojos resplandecieron y llamas carmesí se elevaron desde el suelo
formando un enorme círculo, iluminando la calle y el cielo por encima. Shana estaba
parada en el centro, calmada.

Las llamas dejaron un espacio con forma de domo de cerca de treinta metros de
diámetro. Una extraña cresta estaba en la superficie de la pista, y una muralla de calor
delineaba el perímetro como una fiera cascada. Aquellos que fueron atrapados en el
domo estaban congelados, como si alguien hubiese presionado el botón de pausa.

113
Era un Fuzetsu, un espacio aislado que temporalmente desconectaba al interior de la
realidad del mundo exterior.

Nunca me acostumbraré a esto, no importa cuántas veces lo experimente, Yuuji pensó,


mirando la escena con terror.

Shana, la Neblina de Llama, era ca paz de crear Fuzetsus sin pedir prestado el poder de
la vacilación del atardecer o la penumbra del amanecer. La escena carecía del intenso
brillo rojo del Fuzetsu en la puesta de sol que había visto ya dos veces antes, pero la
cresta y muro de neblina ardi ente, ardían con todo el color y la fuerza de las llamas.

Aquellos capturados dentro del Fuzetsu eran separados del flujo del mundo, incapaces
de cambiar hacia el siguiente momento, en otras palabras estaban inmóviles. Pero como
un Mistes cargando un Hougu con él, a Yuuji no parecía afectarle, podía moverse en el
Fuzetsu como normalmente lo haría.

Gracias a eso… o mejor dicho debido a eso…

Había conocido a Shana como resultado de haber sido atacado por monstruos de otro
mundo. Después había sido informa do de los hechos, que ya estaba muerto.

Lo malo definitivamente parecía pesar más que lo bueno. Pero Yuuji tenía esa sensación
de calma. Quería saber el significado detrás de esa sensación que tenía en estos
momentos que vivía antes de consumirse. Una esp eranza modesta, pero posiblemente
difícil de cumplir.

Me pregunto cuánto me quedara ahora.

Ahora era capaz de diferenciar a las nuevas Antorchas de las antiguas, pero no podía
decir cuánto tiempo les quedaba antes de desaparecer. Tal vez podría hacerlo c on el
tiempo, pero probablemente ya no le quedaba el tiempo para aprender.

Dentro del Fuzetsu había una Antorcha solitaria. Habían esperado que se alejara de la
multitud antes de invocar el Fuzetsu en caso de que el ataque empezara. Esta Antorcha
era como cualquier otra, un reemplazo creado de las cenizas de un ser humano devorado
por su Poder de Existencia. Era sencillamente una herramienta que permitía que la
pérdida de existencia ocurra gradualmente para prevenir la distorsión del mundo.

Era una Antorcha al igual que él. La única diferencia es que no cargaba ningún Hougu
en su interior. Eso era todo.

La Antorcha era la de un hombre joven sosteniendo una caja de comida, al parecer en el


medio de una entrega. Su llama era tan tenue que difícilmente era v isible.

Me pregunto si trabaja para ese supermercado, pensó Yuuji. ¿Está haciendo un trabajo
de medio tiempo? ¿Tenía planes? ¿Sueños? ¿Tenía familia, amigos, una novia…?

Pero ya no tenía sentido. Su Poder de Existencia ya casi se había acabado.

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“Su existencia es tan débil,” dijo Yuuji en voz alta. “Sus encuentros del día a día
probablemente ya no son reconocidos.”

La llama de la Antorcha se elevó y se condensó en un punto en el aire, flotando y


alineándose con la punta del dedo de Shana, y ella lo lanzó alto hacia los cielos.

“Hmph, es cierto,” Shana gruñó. Ella parpadeó sus ojos ardientes. No estaba vistiendo
su abrigo negro y su color de pelo no era el mismo del fuego. Era capaz de controlar el
Fuzetsu solo con sus ojos ardientes.

“Esta Antorcha es solo un residuo. No tiene sentido de sí mismo o ambiciones. Sólo


pasaba los días que le quedaba cumpliendo su propósito, esperando a que se extinga.”

Yuuji pensó que la actitud de Shana era todavía más insensible que de costumbre.
Normalmente lo explicaba simple y llanamente, con calma y compostura. Esta tarde
parecía todo lo opuesto. Se preguntaba si tenía algo que ver con su reciente
conversación con Yoshida. Ambos ahora tenían problemas para mirarse cara a cara.

Eventualmente la Antorcha se disipó por completo. Fue usado para mantener la


integridad del Fuzetsu.

“Otro más acaba de morir,” dijo Yuuji.

“Tú fuiste el que sugirió que hagamos esto. Además ya estaba muerto.”

Yuuji le sonrió con algo de amargura a Shana, quien le daba la espalda. “Si, lo sé. ”

“Eso espero… Este es el número cuarenta y tres.”

Shana parpadeó y sus ojos se enfriaron y oscurecieron. El Fuzetsu se disolvió.

El flujo del mundo fue restaurado. Porque Shana aisló a la Antorcha, no había ningún
daño relevante en la calle en la que e staban. Esa zona sombría de la ciudad consistía de
pavimento parchado que se extendía entre un viejo edificio y una zona de construcción
abandonada. Era probablemente el lugar más apropiado para que la existencia de una
persona desaparezca silenciosamente.

Yuuji suspiró. Pensaba muy profundamente sobre todo. Esperaba que Friagne se
mostrara pronto, para que de esa forma dejara de utilizar a las Antorchas.

“Empezará a cazar pronto,” dijo Shana.

“Si,” dijo Alastor. “Se va a mostrar cuando se de cuenta de l a reducción del número de
Antorchas.”

Esa mañana, Yuuji había dicho, “Incluso si no conocemos sus motivos, será fácil
tenderle una trampa tan sólo sabiendo que va a utilizar.”

Shana y Alastor estaban impresionados, aunque omitieron decírselo a Yuuji. Des pués
dijo, “Y, Shana, Alastor, cuando crean conveniente el utilizarme, háganlo.”

115
“De acuerdo.” Shana estaba sorprendida de sí misma cuando respondió sin vacilación.
Alastor estaba en silencio. Shana se preguntaba si había sido muy fría. No, ella pensó.
Es lo opuesto. Esto es lo que él quiere. Su aceptación era importante para el plan de
Yuuji. Eso la hizo feliz por alguna razón.

Entonces, en el almuerzo, cuando ella vio a Yuuji riendo y poniéndose nervioso por
Yoshida Kazumi, esa felicidad se derrumbó — el porqué, ella no estaba segura. No
entendía completamente la manera como se sentía. Y no podía mirar a Yuuji a la cara
mientras se sentía así—no sabía lo que podría salir de sus labios.

Es por eso que ella esperaba que Friagne aparezca pronto. Más que nad a, ella deseaba
una batalla que se llevara lejos todos esos sentimientos inconfortables.

“De acuerdo,” dijo. “Nos vamos.”

En ese momento, Yuuji sintió un horrible temblor dentro de él.

Esa sensación se extendió por su cuerpo como una red de nervios. No era dolor, ni
miedo o algo por el estilo. Podía decirse que era la resonancia de una presencia terrible.
Y sabía perfectamente qué significaba.

“¡Shana!”

“Vaya,” ella dijo, entendiendo inmediatamente. “Te estás volviendo bueno en esto.”

Ella sonrió, y la sonrisa ardía en sus ojos también. Estaba empezando la transformación
en Neblina de Llama.

“Aquí viene El Cazador.”

Una tenue llama blanca flotaba sobre la calle y el área circundante se congeló. Yuuji vio
la familiar cresta que se extendía en el suelo y la creciente neblina de calor. Las llamas
brillaban con un blanco brillante, significaba que había sido Friagne el que invocó el
Fuzetsu.

Dentro del Fuzetsu, el largo cabello negro de Shana empezó a brillar con el color de las
llamas y empezó a soltar chispas de fuego. Su abrigo desgastado estaba cubriéndola, y
sostenía a Nietono no Shana en su mano derecha.

Una voz vino desde arriba. “Bien, bien. Que niña tan problemática. ¿Puedes
comportarte por un momento, pequeña?

Yuuji y Shana voltearon en la dir ección de la voz y vieron una llama blanca brillar en
un poste de luz. La llama causó que el foco estallara y se rompiera en mil brillantes
fragmentos. En medio de la lluvia de vidrio, la llama se hinchó y creció tomando forma
humana. Vestido en un traje b lanco inmaculado con una túnica blanca sobre éste,
Friagne tenía una expresión soñolienta. Miró hacia abajo con un pequeño bostezo.

116
“Parece que el cazador se ha vuelto el cazado,” dijo Shana. “¿No hubiera sido mejor
para tu reputación el haber esperado un poco más?”

Shana movió su cadera y cogió firmemente la espada.

Friagne respondió con una sonrisa forzada. “Ja, ja. A pesar de que me conocen por ser
gentil, incluso a mí me enfadaría encontrar que las pisadas de una descortés ratoncita ha
arruinado el trabajo de arte que había preparado tan cuidadosamente. Es sencillamente
la peor sensación.”

“Así que, ¿qué le vas a hacer a esta ‘descortés ratoncita’?” dijo Shana, desafiantemente.

La expresión de Friagne cambió por completo.

“La voy.”

Shana prendió una ráfaga de llamas bajo sus pies y saltó muy alto en el aire.

“Matar.”

Friagne esquivó la destellante espada, su expresión tranquila.

“Tú.”

Como una golondrina en pleno vuelo, él descendió y volteó su cuerpo, extendiendo su


palma de su mano. Una llama de blanco intenso fue disparada hacia Shana.

Shana maniobró de tal forma que el reverso de la espada llameante la golpeara, y


utilizando esa fuerza a su favor, giró su cuerpo en el aire y desvió la llama con el viento
que había hecho la espada al blandir .

Friagne silbó un poco en admiración de la técnica de batalla altamente perfeccionada de


Shana

Ambos aterrizaron en el suelo. Shana dobló las rodillas y se preparó con una posición
de batalla, su espada extendida frente a ella. Friagne se alzó a toda su estatura y se paró
frente a ella.

Yuuji rápidamente se puso por detrás de Shana. Sabía que ella era su única esperanza de
sobrevivir.

“¿No vas a jugar con tus muñecas hoy?” gritó Shana para provocarlo.

Extendiendo sus brazos como para anunciar la apert ura de un show, Friagne dijo
calmadamente, “Por supuesto, ratoncita. Ya están listas.”

Alrededor de Yuuji y Shana, docenas de llamas blancas salieron de la nada en la angosta


calle. En cuestión de segundos, las ‘muñecas’ habían hecho su aparición.

117
Todas tenían largas y redondeadas cabezas y cuerpos suavemente contorneados que
escondían sus desgarbadas juntas. Esas eran las figuras de acción de Friagne. Todas
ellas tenían forma de damas.

“Hmm, ya veo” dijo Shana conteniendo la risa.

Yuuji retrocedió al verlas. “¡Son muy raras!” exclamó.

Las muñecas tamaño natural, rodeándolos, vestidas en trajes crudamente cosidos, sus
caras pintadas en estilo anime, eran de hecho un espectáculo terrorífico. Cada guerrera
estaba vestida con un estilo distinto, de gothic lolita a punk, sirvienta, sacerdotisa o
chica de escuela. El sueño de un otaku hecho realidad, estas muñecas con sus sonrisas
pintadas se acercaban cerrando las rutas de escape. No tenían ninguna arma, pero en la
palma de cada una de ellas, una llama blan ca brillaba con fuerza.

La orgullosa voz de Friagne se oyó en medio del asedio. “Querida, ¿he cumplido con
tus expectativas?”

“No son algo lindo de ver, pero veamos que tal les va en una pelea,” dijo Shana.

“No era lo que estaba esperando, pero bueno. D e acuerdo. Hagámoslo entonces.”

La batalla empezó. Treinta figuras se lanzaron contra ella a la vez.

Shana blandió su espada y cortó a la figura de enfermera a la mitad. Su cabello ondeaba


con el viento y sus ojos destellaban fuego, ya buscando al siguie nte oponente.

La gothic lolita y otra muñeca vestida con un conjunto para jugar tenis, se acercaron a
alta velocidad rodeándola y forzándola a retroceder a una esquina de la calle.

Sin embargo más rápida que ellas, Shana se paró y con un golpe decisivo, cortó a la
gothic lolita por la cintura.

“¡Grrah!” gritó.

Su torso superior voló por los aires, los brazos bien extendidos. Volteando rápidamente,
ella golpeó con su espada envuelta en llamas a la otra muñeca, la cual explotó en
pedazos.

“¡Whoa!” Yuuji fue atrapado entre el impacto y otras muñecas que se acercaban. La voz
de Shana alcanzó sus oídos.

“¡Agáchate!”

Yuuji se lanzó a la superficie resquebrajada del asfalto. El pie de Shana aterrizó en


frente de él, esparciendo cenizas. El viento de su afi lada espada golpeaba su rostro.
Varias explosiones hacían temblar el suelo donde yacía, y cuando volvió a abrir los ojos,
Shana ya se había ido.

118
En el cielo, por sobre Yuuji, Shana estaba agitando su espada y alcanzando a su
próximo blanco. El hecho de q ue estaba en desventaja numérica y que tenía que
proteger a Yuuji, no mermaba la fuerza de su poder.

“¡Ha!”

Con un corte diagonal, la muñeca china y la muñeca en ropa interior fueron ambas
cortadas, sus cuerpos golpeando un edificio cercano.

Shana podía ver la tenue sombra blanca de su blanco principal entre las piezas de las
muñecas que explotaban. Ella se volvió a poner en posición de batalla, y golpeó el suelo
con suficiente fuerza para propulsarse hacia adelante. Su objetivo era cortar a Friagne.

“¡Ja, ja!”

En ese mismo instante, Friagne chasqueó sus dedos.

Una moneda de oro giró por el aire, con un sonido inconfundible y volando más y más
alto, dejando detrás la imagen residual de sí misma con cada vuelta.

Friagne cogió la moneda en el mismo ins tante en el que Shana estaba preparándose para
la estocada, y la cuerda de imágenes residuales se solidificó en una larga y flexible
cadena de oro que cayó hacia Shana.

Shana acuchilló la cadena, pero no pudo cortarla. Se enredó varias veces alrededor de la
espada y la moneda al final, se adhirió como un imán a la parte plana de la hoja. Shana
se dio cuenta de que ese era un Hougu diseñado para hacer que las armas sean inútiles.

“He, he,” rió Friagne. “¿Qué tal te parece mi Bubble Loot?” No importa que ta n afilada
sea tu espada, no serás capaz de cortarla.” Cogía fuertemente el final de la cadena
dorada.

¡Entonces deberé cortar a su dueño! pensó Shana. Ella cambió su espada a posición
vertical para poder darle una estocada a Friagne y deshacerse de la ame naza de la
cadena. Con sus ojos midió la distancia entre ambos.

Las muñecas se acercaban y los rodeaban y algunas incluso se colaban entre los dos
encadenados. Shana lanzó una mirada por detrás del hombro y vio que Yuuji estaba a
salvo…por el momento. Cua ndo ella volvió a voltear observó a Friagne sacar otro
objeto, otro Hougu de la manga de su larga túnica. Era una campanilla sencilla pero
exquisitamente hecha. La sostuvo elegantemente entre la punta de sus dedos.

Antes de que pudiera hacer algo, Shana jaló con fuerza la cadena, y Friagne tuvo que
mantener el forcejeo. Aprovechando el momento, ella tomó impulso y cargó contra
Friagne, impulsándose con una explosión bajo sus pies.

Las muñecas entre ellos no eran un problema. Shana se abrió paso entre ell as con fuerza
extraordinaria y preparó su espada para golpear a Friagne.

¿Qué...? Yuuji lo sintió. Resonancia.

119
Friagne sonreía— ¿sonreía?— y hacía sonar la campanilla en su mano, una resonancia
armónica, la misma resonancia que venía de las muñecas…

“¡Atrás!” gritó Yuuji, todo su cuerpo temblando con la sensación de la crisis que se
acercaba.

Una mirada de estupefacción cruzó por la cara de Friagne mientras hacía sonar su
pequeña campana. “¿Qué…?

“¡Ah!”

Shana detuvo su avance al golpear el suelo con s u pie. Una pequeña explosión la mando
en reversa. Por alguna razón, la cadena del Bubble Loot se desenredó y su espada fue
liberada. Varias muñecas de pronto se condensaron y explotaron, t las varias pequeñas
explosiones se fusionaron en un estallido gigan te que destruyó la superficie de la pista y
dejó hecha pedazos la vieja y oxidada cerca.

“¡Urgh! ¡Ah!” Shana fue lanzada al suelo por la fuerza de la explosión. Un dolor inusual
y un escalofrío corrían por su cuerpo.

¡Si hubiera seguido adelante y esa ex plosión me hubiera atrapado…!

Friagne volvió a transformar la cadena dorada del Bubble Loot de nuevo a una moneda.
Se dio cuenta de algo importante.

¡Debe ser él!

No había nadie más que pudiera reconocer instantáneamente la resonancia del Hougu
Dance Party. Ese Hougu dentro del Mistes debe haber detectado lo que había colocado
dentro de las Antorchas.

Su sangre de coleccionista hervía con entusiasmo.

“¡Ja, ja, jajajaja!”

Riendo descontrolado, Friagne activó una vez más el Dance Party. Shana fue
bombardeada con una barrera de muñecas voladoras.

“¡Urgh!”

La explosión hizo temblar todo el Fuzetsu. Shana cayó al piso pero se volvió a levantar,
y a cortar otra muñeca.

“¡No me tomes a la ligera!…”

“…”

Ella trató de escapar pero el dolor que corría po r su cuerpo era ya tan terrible que ya
difícilmente podía moverse.

120
Friagne no pudo contener su júbilo. “Ja, ja, ¿No es el poder de mi Dance Party
magnífico? ¡Es un Hougu que convierte a los Rinne en explosivos andantes!”

No era conocido como El Cazador p or nada. Métodos defensivos ordinarios no eran


efectivos contra él, y lo peor de todo es que los ataques que hacía con todo el poder de
sus Hougus eran impredecibles.

Shana se dio cuenta mientras otra muñeca explotaba directamente tras ella. “¡Urgh!”
Ella entendía muy bien la intención de Friagne cuando percibió donde la muñeca había
estallado— justo entre ella y Yuuji.

En el lado opuesto de la explosión, Yuuji yacía en el suelo donde golpeó la explosión.


No pudo evitar ser arrastrado por ésta, malherido por el impacto.

“¡Ugh! ¡Umph!”

Las vibraciones del impacto de pronto cesaron, y Yuuji abrió sus ojos con cautela. La
explosión y las llamas habían pasado por sobre él como si un pequeño espacio invisible
lo hubiera protegido.

La fuente del fenómeno esta ba en frente de sus ojos.

Un par de zapatos blancos, brillando tenuemente, flotaban en el aire ante él. La voz
disonante conectada a los zapatos llegaba hacia él desde arriba. “Aquí está. Me pregunto
que tendrá adentro.”

El Cazador sonrió lleno de júbilo .

Un destello plateado se estaba acercando por detrás de Yuuji. Sus cabellos llameantes
ondeando en el viento y sus ojos ardientes enfocados en la presa, Shana se preparaba
para dar un golpe letal.

En un instante, Friagne tomó a Yuuji por el cuello y lo usó de escudo.

Algo increíble sucedió—Shana titubeó. Su espada se congeló a mitad del ataque. Una
expresión de sorpresa y confusión cruzó por su rostro.

En ese pequeño momento, Friagne tomó a Yuuji y se levantó por los aires.

“¡¡Ja…jaja, jajajajajajajaj a!!”

La insolente risa de Friagne se escuchó en toda la calle. Su única intención era la de


recuperar el Hougu y llevárselo apenas ella corte al Mistes. Hubiera sido suficiente para
él el presenciar todas las técnicas secretas de la pequeña, arriesgando l a exterminación
del Mistes y compitiendo por el Hougu en su interior.

¡Era inconcebible que una Neblina de Llama detuviera su espada! Y


extraordinariamente entretenido. Este Mistes parecía tener una utilidad práctica.

121
“¡Jajajaja! ¡Neblina de Llama de Ala stor! Si todavía deseas pelear y encuentras a este
Mistes valioso, ven al punto más alto de la ciudad. ¡Te estaré esperando con un
excelente escenario preparado sólo para ti!”

Yuuji flotaba sobre la ciudad, siendo llevado por el cuello. En el ascenso pudo ver el
rostro de Shana. Podía ver una expresión de arrepentimiento, al igual que ira y
frustración. La imagen de ese rostro se grabó en su cerebro.

Yuuji empezó a gritar. Ni siquiera sintió el dolor de su cuello. No estaba gritando por
ayuda o de miedo. En su mente, trató de llamar a Shana y todo lo que salió de su boca
fue un grito.

Friagne se rió ante este espectáculo, y en un instante disolvió el Fuzetsu que había
invocado.

“¡Jaja! ¡Aquí vamos!” Agitó su campanilla.

El mundo empezó a moverse de nuev o. Shana empequeñeciéndose más y más mientras


Yuuji y Friagne se elevaban más en el cielo, fue atrapada en el centro de las muñecas
restantes mientras todas reventaban a la vez en una gigantesca explosión. La calle fue
tragada por el fuego y el sonido de l a explosión apagó el grito de Yuuji. Eventualmente,
su conciencia se perdió en la oscuridad, al igual que su débil aliento.

122
Capítulo 5

Flame Haze

Pensé esto.

La Neblina de Llama de Alastor había pensado esto.

Quiero que él esté a mi lado para siempre. No quiero perderlo.


Pensé eso por el más ínfimo segundo.
Pero al pensarlo.
Ese pensamiento creó temor.
El suficiente para detener mi espada.
Pero yo soy la Neblina de Llama de Alastor.
Porque lo desee así, existo de es ta forma.
Eso es todo, y esa soy yo.
Lo quise de esta manera, así que haré una elección.
Pelear.
¿Pero qué dirá ese Mistes?
¿Pedirá ayuda?
¿Qué pasará si el Mistes me pide que lo ayude?
¿Qué haré entonces?
Está bien. Pelearé como una Neblina de Llama.
“Y, Shana, Alastor, cuando crean conveniente el utilizarme, háganlo.”
Qué comentario. Pero en esa ocasión, ¿cómo le respondí?
Cierto.
“De acuerdo.”
Así le respondí.
Si, así fue.
Lo desee con todas mis fuerzas, así que debo hacer una elección.
Pelear.
Así es como debería ser.
Pero ahora estoy asustada.
¿Asustada? ¿Yo, asustada?
Pero entonces, si es miedo lo que siento, debería estar lista.
Debería estar lista para pelear.
Soy la Neblina de Llama de Alastor.
Porque lo quise de esta forma, existo.

123
Voy a combatir.
¿Qué es lo que me dirás?
Voy a combatir.
Pero mi corazón duele.
Yuuji…

Al pie del puente Misaki, había un edificio que era más alto que cualquier otro de la
ciudad. Una vez fue un centro comercial, pero ahora la única parte que sigue en
funcionamiento es un mercado en el piso más bajo, parte del centro comercial
subterráneo.

La reciente crisis económica había causado que los ocupantes se fueran, y ahora el resto
del edificio estaba completamente vacío.

Vacío de seres humanos.

Los pisos superiores estaban repletos con incontables juguetes y herramientas que
Friagne y sus Rinne habían recolectado. Usualmente los Rinne podían ser vistos
flotando entre los objetos, pero ahora cada piso estaba envuelto en una oscuridad total.

Todo se había reunido en la c ima del edificio en el parque de atracciones desierto que se
erigía en el techo. Tiendas hechas jirones, rieles oxidados, y carritos corroídos se
esparcían por allí. En medio de las ruinas de frivolidad y entretenimiento, se elevaba
una plataforma que alguna vez fue usada como escenario.

El escenario estaba situado en el borde del techo, dando una vista panorámica del
bullicioso distrito urbano, la zona residencial donde las familias vivían sus vidas
ordinarias, el puente que unía ambas zonas y el río que las separaba. Conectando todo
había una línea sin fin de luces de automóviles que serpenteaban por la ciudad.

Un grupo de maniquíes estaban alineados en el escenario. Eran, por supuesto, los leales
Rinne de Friagne. Todas ellas tenían caras falladas, pero cuerpos bien proporcionados.
Vestían coloridos vestidos de novia de varios estilos; y, en la oscuridad de la noche,
paradas tiesamente en el viento, se veían como modelos en un desfile de pesadillas.

Hasta ahora la noche estaba en calma.

Yuuji estaba en el escenario también, sentado en una esquina, donde había estado
observando a los maniquíes por horas. Friagne no se había molestado en atarlo.
Aparentemente no sentía que el Mistes fuera una amenaza.

Antes, cuando Yuuji había recobrado el sentido, había esperado que su aprehensor
inmediatamente buscara el Hougu que estaba dentro de él para después lanzarlo a él,
desde el último piso hasta su muerte.

En lugar de eso, El Cazador lo miró y sonrió. “Voy a matar a esa niña frente a tus ojos,”
el dijo. “¿O tal vez sea al revés—forzarla a verte morir? En todo caso, simplemente
combatir no es suficiente desafío. No descansaré tranquilo hasta que la haya hecho
sufrir por interferir con mis planes.”

124
La ira de Friagne, escondida tras su sonrisa, crepitaba como una hoguera.

A Yuuji le entraron escalofríos cuando escuchó estas palabras, se había sentado en el


escenario, desde que despertó la imagen de Shana estaba rondando en su cabeza.

Shana debió haberlo cortado primero y proteger al Hougu y de allí arreglarlo, t al y como
había hecho la vez que se conocieron. Era solo una Antorcha. Solamente un Mistes
anormal que contenía un Hougu. Así era. No había nada más que decir al respecto.

Pero la larga katana se detuvo.

La había detenido.

Era responsable por hacerla ca mbiar.

La hice reaccionar de esa forma.

Ella era diferente ahora de cómo era antes de conocer a Yuuji. Él era la causa del
cambio, y sentía claramente ese peso en su conciencia. Era su culpa que ella hubiera
cambiado—Sólo él era el responsable de esa exp resión en su rostro.

Pero el hecho de que hubiera detenido su espada, aunque hubiera sido un lapso
momentáneo o un espasmo de sorpresa, hizo a Yuuji feliz. Sintió una ternura que lo
hizo querer confortarla, rodearla con sus brazos.

Pero hay algo más.

Esa expresión en su rostro. Estaba tan alterada al descubrir que la base de roca sólida
sobre la que ella sostenía sus creencias estaba empezando a colapsar, sorprendida al ver
los cambios que había experimentado, temerosa del que los había causado. Se arrep entía
por lo que había hecho, sentía furia consigo misma. Y desilusión. Su mirada contenía
todos esos sentimientos.

¿Pero qué he hecho?

Lo afectaba más que cualquier cosa terrible que había hecho antes o que los demás le
hubieran hecho. ¿Había algo que pudiera hacer por ella, incluso después de eso? ¿Había
algo que debería estar haciendo ahora?

Si, lo había.

Dejarla ser ella misma.

Dejarla ser la Neblina de Llama.

Dejarla hacer lo que ella había elegido hacer, para que pueda continuar siendo fuerte.

Debería al menos dejarle saber que ya la había aceptado tal y como era. Dejarle saber
que todo estaba bien.

125
Bien, bien.

Yuuji tuvo que reprimir una débil sonrisa. Esta forma de actuar no es usual en mí ,
¿verdad…?

Un crujido se escuchó del viejo escen ario. Friagne, flotando sobre los rieles que se
extendían alrededor del perímetro del techo buscó por toda la ciudad bajo sus pies y dijo,
“¿No va a venir?”

La figura más cercana a él, vestida de un blanco puro habló. Era Marianne, la mascota
de Friagne. “Mi Amo. ¿Podría ser que fue asesinada en la explosión?”

Friagne volteó su rostro hacia ella y le dijo, “No la subestimes, Marianne. Ella es la
Neblina de Llama de Alastor, y estoy seguro de que sigue con vida. Por supuesto,
podría ser que simplemente hay a escapado…abandonando esto.” Apuntó con la mirada
a Yuuji. “Heh heh.”

Yuuji no se dejó provocar por Friagne. Friagne se encogió de hombros con una
expresión de aburrimiento. “Qué lástima,”dijo. “Y yo que había preparado una variedad
de Hougus para entretenerme con la pequeña.”

Su larga túnica ondeaba con el viento mientras él se acercaba a Yuuji, aterrizando frente
a él. Se acercó con la cara de un niño travieso planeando un truco. Dos Hougus
aparecieron en sus manos—una pistola en su mano derecha, un an illo en su izquierda.

Friagne mostró el anular de su mano izquierda, donde se veía el anillo de plata. “¿Sabes
qué son?”

Como todos los coleccionistas, él disfrutaba presumir de sus pertenencias y hablar sobre
ellas. Yuuji sospechaba que esa era una de l as razones por la cual seguía con vida.

“Este es un anillo que protege de las llamas, llamado Azure. Bloquea las explosiones
como las de antes. Convenientemente también bloquea las llamas de aquella Neblina de
Llama. Es un artefacto útil, pero no espero q ue vaya a usarlo contra ella.”

Apuntó el cañón de la pistola entre los ojos de Yuuji. Parecía uno de esos revólveres
antiguos de las películas de vaqueros.

“Este es el actor estelar de esta escena. ¿Terrorífico no te parece? Es un Hougu creado


hace más de cien años. Se llama Trigger Happy. Es mi pistola favorita.”

Yuuji podía decir que Trigger Happy tenía una larga y terrible historia.

“Voila, como puedes ver, no hay balas adentro.”

Abrió el cilindro como prueba. El rostro de Friagne podía ser visto en tre los seis
compartimientos vacíos.

126
“Pero la forma de esta arma es sólo para representar el acto de disparar. No hay
necesidad de balas. Si alguien con la voluntad de disparar utiliza esto, podría disparar el
número de veces que se le antoje. Y en cuanto al efecto… ¿Cuál crees que será?”

Colocó el cilindro de nuevo en su sitio con un movimiento de su muñeca.

“De hecho,” dijo sin un momento de pausa. Realmente estaba ansioso por presumir
sobre su pequeño juguete. “¡Esta pistola es un Hougu anti -Neblinas de Llama…Ja ja
ja!”

Yuuji trató de disimular el horror que sintió. Entonces Friagne se puso serio.

“Una Neblina de Llama es creada por la persona que encomienda toda su existencia
pasada, presente o futura al Rey de Guze. A cambio, el Rey llena al recipi ente, ahora
vacío con su propio poder.”

Inesperadamente este era un tema interesante para Yuuji.

“Aquel que recibe esos poderes es capaz de utilizarlo en este mundo a través de sus
talentos únicos. Cuando el Rey habita ese recipiente, su existencia entra en un estado de
hibernación, lo suficiente para caber en ese espacio tan restringido. Este Trigger Happy
es capaz de romper ese estado de hibernación. ¿Sabes lo que pasa después?”

Friagne extendió su puño izquierdo enfrente de Yuuji. “El recipiente se ro mpe y aquel
que aceptó el contrato muere en la explosión… ¿No es fascinante?”

Friagne hizo una mueca y levantó su pistola en el aire. “Como resultado, el Rey es
forzado a aparecer en este mundo. Sin embargo, el Poder de Existencia no es suficiente
para permitirle existir aquí. Temeroso de perder el balance entre los dos mundos,
regresa inmediatamente a Guze, ¡y mi victoria es completa!”

Su expresión cambió un poco. “Pero no es bueno hacer semejante cosa en la ciudad.


Después de todo es ese Alastor, la Lla ma Celestial, quien está dentro de esa pequeña. Si
fuera lo bastante descuidado como para abrir el contenedor en la ciudad, ocurriría una
explosión lo bastante grande para destruir a la mayor parte de las Antorchas que he
creado. Así que intencionalmente p reparé este escenario—ja ja—para nuestro pequeño
duelo aquí arriba. A esta altura, el daño a la ciudad debería ser mínimo.”

Cogió a Yuuji del mentón, y levantó su cabeza.

“Te traje como carnada para atraerla.”

La luna de medianoche brillaba sobre el hom bre con la pistola. Entrecerró los ojos.

“No dudes ni por un momento de que voy a ganar. Mi victoria va a ser completa y final,
sus llamas ni siquiera van a poder tocarme.

Poniendo mala cara, bajó la voz. “Considerando su personalidad, asumí que tu peque ña
amiga iba a venir a desafiarme de inmediato. Debo confesar que estoy decepcionado.
Esto ha estado sospechosamente tranquilo. Me pregunto que habrá planeado.”

127
Yuuji, por supuesto no revelaría nada. De todas formas Friagne no parecía esperar una
respuesta. Agitó la mano señalando el fin de la plática y se alejó de su cautivo.

Es cierto, ¿qué tendrá en mente?

En ese momento Yuuji se dio cuenta de algo.

Un latido.

Un intenso latido que estaba a punto de hacer estallar su corazón.

Lo había sentido desde que fue traído a ese lugar por primera vez, pero ahora… estaba
muy cerca.

Sabía bastante bien a quién pertenecía esta presencia. Podía decirlo ahora con certeza.

Era ella.

No estaba seguro de sus intenciones, pero parecía estar esperando pacientemente.

No te pongas nerviosa ahora.

Esta vez, él sabía que ella iba a darlo todo en esta batalla.

Es por eso que ella está tan nerviosa.

Si ella fuera simplemente a abandonarlo fríamente, no estaría tan nerviosa. Estaba


determinada a no dejar que nada la de tuviese, Yuuji incluido. Nada más podía afectarla
ahora en la batalla. Yuuji estaba aliviado.

Tuvo que suprimir unas súbitas ganas de reír.

Jaja, me estoy volviendo algo loco…

Ella iba a pelear con todo su poder sin preocuparse por él. Eso significaba q ue lo más
seguro es que sería atrapado en medio de la batalla y moriría. Ella lo sabía, pero iría a
combatir de todas formas.

Incluso sabiendo eso, él era feliz.

Shana se preocupaba por él. Podía sentirlo.

Lo que sea que pase será lo mejor.

Es cierto. La cambié y ésta es la responsabilidad que debo aceptar.

Pensó que había sentido algo. Algo importante.

Eran los latidos del corazón de Shana. Eran cada vez más fuertes y más rápidos.

128
¡Oh, rayos!

Alguien más parecía haberse dado cuenta de una presenc ia cercana. Friagne buscó con
la mirada cualquier cosa extraña.

Cualquier otro pensamiento desapareció de la mente de Yuuji y se ocultó en su corazón.


La batalla estaba por comenzar.

“Ja ja. Me pregunto porqué te demoraste tanto. Pero no importa. Finalme nte has
llegado.” Su túnica ondeaba con la brisa.

“Ahora, todas ustedes,” dijo.

Friagne hizo una señal agitando su brazo izquierdo, su anillo destellando. Docenas de
espadas de todas formas y estilos salieron de por debajo de su túnica y se clavaron en e l
piso del escenario.

Los maniquíes en sus trajes de novia, se movieron en una extraña procesión, mientras
cada una cogía una espada. Solo Marianne se mantenía quieta.

Friagne se acercó a su lado. “Marianne, puedo hacerte una existencia independiente.


Pronto, tú y yo…viviremos juntos por siempre.”

Marianne sólo respondió, “Mi Amo.”

Friagne la abrazó. Con Trigger Happy en una mano y esa campanilla en la otra, su
preparación para la batalla estaba completa.

Los maniquíes se alinearon, sus espadas elevada s, flanqueando la alta y blanca figura de
El Cazador cogiendo a su novia. “Atrapen a la pequeña del cabello llameante.”

La batalla estaba empezando.

Bien, aquí viene.

A pesar de la masacre que iba a presenciar, Yuuji tenía una sonrisa en el rostro. Era una
sonrisa de impaciente anticipación y deseo por ver a la chica que estaba a punto de
aparecer frente a él.

¡¡Hazlo!!

Ese pensamiento llenó su mente.

No te preocupes por mí. ¡Da todo lo que tienes!

Sintió que los latidos del corazón de Shana eran más rápidos, como si le estuviera
respondiendo.

Y después…

129
¡¡Está aquí!!

Apareció en el borde del escenario, de espaldas a la impresionante vista nocturna. Un


instante después ella saltó muy alto en el aire, sus ojos al rojo vivo puestos en Friagne y
en su ejército de marionetas.

Su abrigo negro cortaba el viento y su larga espada destellaba con la luz de la luna. De
su cabello llameante salían danzantes cenizas, como la cola de un meteoro.

Era la Neblina de Llama de Alastor.

“¡Shana! ¡No dejes que la p istola te dé—oof!”

El grito de Yuuji fue ahogado de una patada por un maniquí.

Shana se rió al escuchar esa voz. Su risa era lo suficientemente fuerte para hacer a
alguien reír, y lo suficientemente fuerte para hacer a alguien arder.

“Hmm,” dijo Alastor. “Es ese Hougu del asesino de Neblinas de Llama.”

“Ya me di cuenta,” Shana dijo, mientras aterrizaba en el techo. No se movió para ayudar
a Yuuji. Sus intenciones eran claras.

Ya que quise esto, pensó. Debo hacer la elección correcta.

Ella sintió los pensamientos e intenciones de Yuuji. Su determinación, su voluntad, su


alegría al verla… y el pequeño sentimiento que desencadenó todo.

¡A pelear!

*****

Lo que ella debía hacer era ir tras El Cazador, quien se había retirado tras sus Rinne.
Eso era todo.

Apenas vio el cañón de la pistola apuntándola, Shana saltó hacia el costado.

La bala pasó por sobre su hombro. Shana se lanzó en el aire, la hoja de su espada
apuntando a Friagne. Un maniquí bloqueó su camino.

“¡Estás en mi camino!”

Sin la más mínima pausa, ella siguió adelante cortando al Rinne con su espada,
partiéndolo en dos. Con un giro lleno de gracia, ella esquivó el siguiente disparo, y
manteniendo la hoja de manera horizontal, dio otra cuchillada que cortó la cabeza de
otro maniquí tras de ella.

Friagne puso algo de distancia entre él y la destructiva Neblina de Llama. Agitó la


campanilla en su mano y gritó, “¡Explota!”

130
Uno de los maniquíes que se acercaba a Shana se condensó y explotó. Ella saltó hacia
delante para evitarlo, y la explosión a celeró su salto.

“¡Oh!” Sorprendido, Friagne se puso tras otro maniquí, el cual dio un paso al frente,
cogiendo la espada, con la misma mano con la que cogía un racimo de flores.

“¡Tch!” Shana rápidamente cortó a su atacante y esquivó otra bala, brincand o al costado.

Yuuji se refugió en el escenario, ignorado por ambos contendientes. Friagne ya no


parecía interesado en el indefenso Mistes, y Shana peleaba con una determinación que,
a pesar de todo entendía el riesgo que suponía para Yuuji el simplemente estar allí.

“¡Whoa!”
Una explosión cogió a Yuuji desprevenido y lo lanzó del escenario. Tuvo que sonreír
con su propia torpeza. No sentía miedo.

Jaja… Me veo patético.

Una vez más, Friagne hizo sonar su campanilla.

¿Qué?

Yuuji sintió el sonido de esa campanilla. Lo sintió con los sentidos agudizados de un
Mistes que tenía algo poderoso dentro.

¿Qué es eso?

Había algo distinto en el sonido de la campanilla.

Friagne la hizo sonar de nuevo. Otro Rinne explotó, y Yuuji se agachó para protegerse
de la explosión.

Es diferente. ¿Qué está sucediendo?

El tono de la campanilla era distinto. Yuuji puso todos sus sentidos en alerta. ¡Otra vez!

Sonó. Un Rinne explotó y escombros llameantes golpearon el hombro de Yuuji.

Aarg, ¿a quién le importa? ¡Otra vez!

Sonó otra vez, pero esta vez nada explotó. En lugar de eso, el sonido hizo eco en el aire
nocturno, profundo y lejano.
Sonó otra vez, y de nuevo ningún Rinne explotó.

Un golpe. Yuuji lo sintió. Y fue lo que sintió lo que hizo que sus pelos se pusieran de
punta.

¡¿Esto es…?!

131
132
Yuuji lo supo. Podía verlo claramente ahora: las llamas brillando dentro de las
Antorchas, palpitando con un ritmo regular.

Friagne seguía haciendo sonar la campanilla, y cada vez ese tono claro hacía eco en la
ciudad, hacia cada Antorcha que podía alcanzar. Cada latido de cada Antorcha recibía la
llamada de la campanilla.

Yuuji pudo sentir que la campanilla no influenciaba sus propios latidos, pero ese no era
el tiempo de preocuparse por eso. Tenía que pensar en toda la ciudad.

¿Qué significa esto?

La campanilla sonó otra vez.

Y esta vez, Yuuji comprobó su teoría.

Recibir el sonido de la campanilla aceleraba los latidos en las Antorchas.

Y-ya lo comprendo.

A Yuuji le entraron escalofríos. Era igual que los maniquíes —los latidos irían
acelerando hasta colapsar.

¡Es un mecanismo para hacer que todas las Antorchas en Misaki City exploten a la vez!

Yuuji casi podía oír la voz de Alastor en su oído.

“Este Hitsugi no Orite puso un mecanismo llamado Kagi no Ito (Hebras de Llave) en las
Antorchas que reemplazaban a los humanos que había devorado. Su objetivo era
disolver el reemplazo destruyendo la estructura del humano devorado y hacerlo regresar
a su estado de Poder de Existencia.”

¡No están sencillamente disolviéndose, van a es tallar!

“Después de devorar el diez por ciento de la población de esa ciudad, empezó el


mecanismo del Kagi no Ito. Las Antorchas perdieron su función de reemplazos y
regresaron a su forma original. Cuando la ciudad de repente perdió enormes cantidades
de sus conexiones a este mundo, una gigantesca fluctuación ocurrió en el mundo,
atrapando a personas y objetos por igual.”

Puedo sentir la escala—incluso si no ha alcanzado el diez por ciento, con tanto poder…

Alastor había terminado diciendo, “Esa enorme f luctuación de energía fue activada por
la destrucción de las Antorchas, y como causando una avalancha, transformó la ciudad
en un masivo y refinado Poder de Existencia.”

¡Ya tiene suficientes para iniciar el Devorador de la Ciudad!

Era la campanilla. Era la carta de triunfo de Friagne.

133
¡Maldita sea! ¡Ese sujeto es un tramposo!

Para Shana, la campanilla de Friagne era solamente un Hougu que hacía explotar a los
Rinne. Pero de hecho era un disfraz para ocultar su verdadera función. Escondida tras la
aparentemente autodestructiva estrategia, la verdadera intención de Friagne era empezar
los preparativos de la explosión de cada Antorcha en la ciudad —la realización del
Devorador de la Ciudad.

Para este astuto Cazador, cada acción que hacía había sido de prep aración para esta
batalla final.

Friagne no estaba esperando para pelear con Shana. Si simplemente fuera a iniciar el
Devorador de la Ciudad utilizando la campanilla, Shana habría tenido ésta como
objetivo. Por lo menos habría seguido consumiendo Antorcha s como una acción
preventiva tal y como Yuuji se lo había sugerido.

Friagne estaba usando esta batalla como una cubierta, para hacerle creer que todavía no
había terminado con sus preparaciones para el Devorador de la Ciudad.

Esa era su estrategia a prue ba de fallas. El Cazador predijo que el espíritu combativo de
una Neblina de Llama haría de la batalla inmediata su prioridad.

Si no fuera porque fui capaz de sentir los latidos, no habríamos adivinado que tramaba.

Shana y Alastor estaban concentrados en la batalla frente a ellos. Con Trigger Happy
constantemente presionándolos, era de esperarse. ¿Era eso parte del plan de Friagne
también? ¿Distraer a Yuuji de la verdad?

Pero… todavía hay tiempo.

Yuuji miró hacia la ciudad. No había pensado en esto hast a ahora, pero estaba en una
posición en la que podía tomar acciones que ni Friagne ni Shana anticiparían. Lo
primero era detener esa campanilla.

Para hacerlo tenía que hacer una cosa.

¡Necesito hacérselo saber!

El segundo que abrió su boca para gritar, un Rinne explotó extremadamente cerca de
Yuuji, quien se golpeó fuertemente contra el concreto.

“¡…Urg…ugh!”

Perdió el conocimiento por unos cuantos segundos. Su confundida mente y cuerpo


luchaban por reunir fuerzas. Tan sólo necesito suficiente aliento para una palabra…

No para pedir ayuda, sino para ayudarla.

Sha…na…

134
Porque había visto esa mirada en su rostro. Ella había cambiado por su culpa. Yuuji
tenía eso bien claro.

Era su destino el algún día consumirse y desaparecer. ¿Y eso qué? Si no se moví a ahora,
ella podría morir. Si lo hiciera, ella podría ser ayudada. No importaba realmente si
estuviera vivo o no. Si podía hacer algo, podría cambiar la situación. Era tan simple
como eso.

Siempre y cuando tuviera la oportunidad.

Para hacer uso de eso… porque, ya lo sabía.

Fue lanzado por los aires por otra explosión.

Puedo hacerlo…Si puedo.

Tosió por el humo y tragó algo de tierra y polvo. Hubiera dado todo por reunir la fuerza
para llamarla.

Para vivir, para que ella y él pudieran vivir.

*****

El número de maniquíes había sido reducido a cuatro. Friagne estaba ya con escasa
protección.

De hecho, el equipo Cazador -Rinne no estaba funcionando tan bien como Yuuji suponía.
Friagne se enfrentaba con una amenaza mayor a la que él esperaba.

A pesar de las maniobras autodestructivas, todo lo que Friagne podía pensar era en
escapar durante el Devorador de la Ciudad. Su auténtica meta era iniciar el Hechizo no
Restringido de Reencarnación dentro de Marianne. La batalla contra la Neblina de
Llama era sólo incidental.

Pero había cometido un error en su estrategia de batalla. Estaba contando con que
Trigger Happy le diera al blanco. Y a decir verdad, si hubieran estado peleando contra
una Neblina de Llama más poderosa, la batalla ya habría terminado y la vic toria ya sería
suya.

Pero Shana no era una Neblina de Llama ordinaria. Sus ataques eran impredecibles y
eso era una dificultad en la estrategia.

Otras Neblinas de Llama utilizan sus llamas para atacar, dándole a Friagne la
oportunidad de usar su anillo a nti-llamas, Azure, y permitiendo un punto ciego para
poder disparar con Trigger Happy.

135
Pero esta chica, una Neblina de Llama que no podía controlar las llamas, solamente
utilizaba su espada. De hecho, era la única cosa que podía usar. Desde el inicio, Fri agne
estaba en desventaja. La habilidad de Shana con la espada era insuperable.

La experiencia había traicionado a Friagne haciendo que subestime la fuerza de Shana


como una amenaza y haciéndolo incapaz de ver en qué se basaba su superioridad.

En el calor de la batalla, sin embargo, se dio cuenta de su error. Ahora la activación del
Devorador de la Ciudad y la vida de Friagne estaban en peligro. La complejidad de su
plan lo había traicionado.

Por su parte, la estrategia de Shana era muy simple. No import a que tanto conspiraran,
lo único que tenía que hacer era acabar con Friagne y todo se acabaría. Esa simplicidad
le había dado una ventaja.

“Mi Amo…”

La novia en su vestido blanco le habló a su amo con una mirada de impaciencia.

“No, Marianne.”

Otro Rinne más bloqueó el camino de Shana.

“¡Muévete!” La sonrisa de Shana era evidente. Cada una de esas muñecas era
completamente incompetente. Ninguna de ellas podría blandir una espada para salvar su
propia vida, y sus roles como barrera para Friagne eran ri dículos.

Pero si esto sigue así, la vida de mi amo estará en peligro. Incluso escapar se ha vuelto
imposible.

Friagne negó con la cabeza. “¡No, Marianne!”

Shana se batía con el maniquí, presionando a la muñeca hacia atrás. Con una fuerza
increíble, ella embistió a la muñeca, blandió su espada por última vez, cortando al
maniquí en dos.

“¡Ha!”

Si mi amo es destruido, no podré vivir tampoco… pero si fuera al revés…

Friagne se volteó a su novia, a su querida muñeca de trapo dentro. “¡No, Marianne!”

Cada una de las espadas de las muñecas tenía su propia historia y efectos especiales,
pero no servían de nada frente a Nietono no Shana, con su poder único y especial.
Mientras no estuviera ese Hougu que inutilizaba armas, no había nada que temer para
Shana.

“¡Tres más!”

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Cualquiera con habilidad con la espada, por más pequeña que fuese, no perdería contra
estas muñecas. Envueltas en sus complejos vestidos, atacaban ciega y salvajemente.

“¡Marianne, puedo renunciar a todo por ti!”

El vestido blanco de Marian ne simbolizaba el sueño de ambos. Su mano izquierda en su


blanco guante de seda acariciaba el lloroso rostro de Friagne, y su mano derecha estaba
en la campanilla. La hizo sonar una vez más.

“Si, mi Amo. Siento lo mismo también…y soy muy feliz de poder ha cer esto por
usted.”

Las tres marionetas restantes estaban frente a Shana. Dos de ellas se condensaron y
explotaron. Pero esta táctica había perdido su efectividad.

“¡Mm!”

Para prepararse para la doble explosión, Shana se envolvió con su abrigo. Dio un paso a
un lado para esquivar la bala de Friagne. Cuando fue alcanzada por el impacto, rodó
como un cilindro negro pero no sufrió ninguna herida. En un instante ya estaba
levantada, habiendo recuperado el balance, se abalanzó contra Friagne de nuevo.

“Mi amo, con el Hechizo no Restringido original no tendrás problemas. Es posible


repararme, ya que fui creada con el mismo método.”

Marianne no estaba segura de lo que decía, pero las palabras salían de ella por si
mismas.

Un maniquí en un vestido blanco de p ronto acometió con locura contra Shana,


directamente entre las llamas de las explosiones.

Pero…

¡Hágalo o morirá!

Shana se preparó. Esta era la última muñeca que se interponía entre ella y Friagne, y no
sostenía nada en sus manos. Incluso si su objetivo era hacer que explotara, Shana podría
cortarla antes de que sucediera. La muñeca se desvanecería volviéndose chispas blancas,
no explotando.

Por favor asegúrese de arreglarme. Prométamelo… quiero estar con usted para
siempre…

Marianne había hecho un jur amente, el de tomar cualquier medida que sea necesaria
para proteger a su amo. El cumplimiento del juramento no era importante —que ella
actuara lo era todo. Y ya era tiempo de darlo todo.

“¡¡Marianne!!”

La katana de Shana cortó a la novia en dos. Ahora no explotará, Shana pensó.

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“¡Ahora el que queda es…!”

Solamente Friagne.

Shana dio un paso al frente, pasando entre las mitades cortadas de la muñeca.

Fue descuidada.

¡Quise hacer esto… por él!

Una cadena dorada emergió del cuerpo roto de la muñeca y se enredó en la espada de
Shana.

“¿Ah? No…”

Tras las débiles chispas blancas una pequeña muñeca, la Rinne Marianne, apareció. El
Hougu que inutilizaba a las armas, Bubble Root se extendía de sde su mano.

Shana se dio cuenta con horror que se había olvi dado por completo de las capas de
cuerpos de esta muñeca.

“¡Maldición!”

“¡Friagne-sama!”

“¡Marianne!”

La campanilla sonó.

¡Esto no es bueno!

Shana soltó la espada que estaba siendo jalada hacia la muñeca.

Marianne se condensó y la explosión alcanzó a Shana y la mandó volando por los aires.

El humo se disipaba del aire.

“Oh, ooh…”

Entre los escombros, Shana escuchó un sollozo desde donde ella estaba, al filo del techo,
donde la cerca había sido destruida.

“Ohh, ooh…¡mi Marianne…mi…Marianne!”

Al otro lado del cañón que la estaba apuntando entre las cejas, Friagne estaba parado
llorando, blanco como un fantasma.

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“Si puedo y lo haré, Marianne. Incluso si tengo que utilizar todo el poder a mi
disposición, te traeré de vuelta. Y luego…”

Presionó el cañón de Trigger Happy en la frente de Shana.

“¡Te haré una existencia independiente en este mundo!”

En su mano izquierda hizo sonar la campanilla, Dance Party, con el poder de activar al
Devorador de la Ciudad.

“Y luego viviremos juntos por siempre, tú y yo…” La tristeza de Friagne se mezcló con
una salvaje alegría.

La Neblina de Llama que odiaba tanto estaba frente a él, malherida e incapaz de
moverse. La técnica secreta del Devorador de la Ciudad estaba a una o dos campanadas
más de su realización.

Friagne eliminaría a esta peste y resucitaría a su amada.

“Así que debes morir.”

Su ira, mezclada con su tristeza y su alegría, se expresaban en su rostro. Concentró todo


su poder a su dedo en el gatillo.

“¡Neblina de Llama…tú…herramienta de caza, muére te!”

Shana se preparó para el disparo. Todo su cuerpo le dolía por los efectos de la explosión.
No podía huir o ni siquiera levantarse. Sentía que su brazo tenía la fuerza para dar un
golpe más, pero estaba sin Nietono no Shana. Y un arma mortal estaba ap untando hacia
ella.

¡¿Es que no hay nada que pueda hacer?!

Frustración e ira surgieron en ella. Se sentía indefensa.

Entonces…

Yuuji que había estado arrastrándose desde los escombros gritó. “¡El Fuzetsu!”

“¡¿Qué?!”

Friagne estaba sorprendido al escu char la voz de Yuuji, la voz de aquel que pudo
descubrir el defecto en su plan.

Se volteo a mirar en su dirección.

En ese breve momento, Shana ejecutó la orden de Yuuji.

Sus ojos ardientes volvieron a la vida con todo el poder que ella tenía.

139
El panorama se llenó con fieras llamas carmesí. En un instante estaban aislados del flujo
del mundo.

El sonido del Dance Party ya no podía ser oído por fuera de los bordes del Fuzetsu.

¿Qué es lo que está tramando? Shana pensó rápidamente para encontrar una respu esta.
El Fuzetsu. ¿Por qué sigue sosteniendo la campanilla? El palpitar de las Antorchas…la
explosión de los Rinne… ¡¿Cuál es su objetivo?!

Shana se dio cuenta de lo que necesitaba hacer.

“¡Detente!” Friagne tensó su dedo en el gatillo.

En ese momento…

“¡Ha!”

Shana cogió un trozo de vidrio del suelo.

Habían dos cosas frente a ella: una pistola que seguramente la mataría y una campanilla
que significaba la destrucción de todos.

“Si. Soy la Neblina de Llama.” Shana estaba orgullosa de si misma mientras ella
cortaba.

Su brazo izquierdo.

La campanilla.

La campanilla fue cortada en dos, junto con los dedos que la sostenían, volando por los
aires.

“Ah.”

Friagne volteó a ver sus propios dedos haciendo un arco en su vuelo por el aire junto
con el Hougu roto.

Incluso si el Fuzetsu fuera liberado, no podría activar al Devorador de la Ciudad.


Marianne no regresaría a él tampoco. Había querido pasar la eternidad junto a ella. Eso
no iba a pasar. Todo había terminado.

“¡¡Aaaaaah!!” Friagne gritó y jaló del g atillo.

Yuuji sonrió mientras sus ojos se encontraban con los de Shana. Ella le sonrió también.

Ambos entendieron el significado del grito del Cazador, y el significado de sus acciones.
Así que sonrieron.

El disparo alcanzó a Shana en el pecho y ella ca yó desde el techo del edificio.

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El Fuzetsu que ella había creado se liberó.

Su cuerpo cayó, en el mundo que una vez más empezó a moverse, en la ciudad que
había perdido la resonancia y las palpitaciones que aceleraban hacia la destrucción, al
río que corría bajo el centro comercial —cayó, esparciendo chispas de fuego de sus
cabellos llameantes.

Friagne alzó la voz hasta un grito demente. “¡Destrúyete! ¡Explota! ¡Quémalo todo!
¡Todo!”

No le importaba nada más. Quería ser testigo de la magnitud de la des trucción de la


ciudad y su gente por la breve manifestación de la Llama del Cielo, Alastor.

En su locura, vio algo inesperado en la superficie del agua donde ella había caído.

Y luego lo vio expandirse. Se elevó por sobre el río y sobre el muelle, tragán dose el
puente de hierro y alcanzando el centro de la ciudad, cubriendo el distrito residencial
corriendo por entre las calles. Las olas rojas se extendían más y más, y cuando
alcanzaron el horizonte, se encendieron en una muralla de llamas, cubriendo toda el área
de Misaki City. El color de las llamas era de un conocido rojo carmesí.

“¿Un Fuzetsu?”

Lejos en la distancia, una densa neblina se elevaba, distorsionando el estrellado cielo


nocturno. Extrañas escrituras dibujadas en llamas corrían por el suelo , rodeando un área
de kilómetros de distancia.

Un Fuzetsu gigantesco había cercado toda el área de Misaki City. Y desde las
profundidades del río, algo lentamente elevaba su masivo cuerpo.

Se elevó hasta una altura mayor que el edificio y miró hacia aba jo hacia el techo de éste.

“Friagne, El Cazador,” rugió una voz como un trueno distante.

Friagne se quedó congelado al escuchar esa voz.

Yuuji conocía esa voz. “¿A -Alas…tor?”

Una masa enorme, brillante y negra se levantó del centro de las llamas, envue lta en una
capa incandescente que podrían haber sido alas.

Sin duda alguna era esa la manifestación de Alastor, la Llama del Cielo.

“¡Insensato, has traído la desgracia sobre ti mismo por jugar con los Hougus!”

La profunda y terrible voz asustó a Yuuji poniéndole los pelos de punta.

“Ese Hougu tuyo…Así que destruye el recipiente con mi despertar. ¿Deberíamos


estarnos riéndonos de estar asustados tratando de evitarlo? ¡¡NO!!”

142
Alastor apuntó una masa de fuego —su brazo—hacia Friagne, quien seguía parado e n el
techo. Una ola de fuego se acercaba hacia él.

“¿Entiendes acaso lo que significa mi manifestación? ¿Entiendes el porqué continúo


manifestándome en este mundo incluso tras mi despertar? Ese truco barato hubiera
servido con cualquier otra Neblina de Ll ama, pero no con ella…”

La voz de Alastor tronó, Empezó a hablar con orgullo de la muchacha que lo contenía.

“Pudo haber sido lo que hubiese querido en este mundo. Una artista renombrada por
generaciones futuras, alguien que hubiera podido dirigir una na ción, una valiente
guerrera en la batalla, una infame criminal capaz de perversas hazañas…o incluso su
madre. Esta muchacha es capaz de contenerme a mí, la Llama del Cielo, una existencia
digna de mí, y a pesar de todo poder guardar un espacio para su prop ia existencia.”

Friagne ya no tenía la compostura para comprender tal explicación. Miró hacia arriba
con una expresión confundida, mientras la ola de fuego lentamente lo empezaba a
abrasar.

“¿Realmente creíste que esta Llama del Cielo no elegiría con qui én hacer un contrato
con cuidado?”

Los ojos ardientes de Alastor miraron al insensato Tomogara. La supremacía de Alastor


no le permitiría mostrar emociones.

“Tú sufrirás...las llamas de la retribución.”

Un único hálito. Eso fue todo lo que necesitó para hacer que todo el techo del edificio
fuera absorbido en un tornado de llamas. Yuuji pensó que había visto la figura de
Friagne desmoronarse, y las débiles llamas blancas en forma de ave siendo aniquiladas
y apagadas por las llamas carmesí.

Su último grito, lánguido y muriendo junto a él, podría haber sido el nombre de alguien,
pero nadie escuchó.

*****

Después de la restauración, Yuuji estaba a punto de consumirse. El contorno de su


cuerpo debilitado estaba empezando a debilitarse lentamente en algunos lugares,
mientras yacía en el piso, sosteniendo su mano derecha sobre su pecho.

Alastor fue sorprendente…Friagne incluso dijo que ningún fuego podía alcanzarlo.

“Sólo mírenme ahora,” dijo en voz alta a nadie en particular. Era como si lo dijera para
estar seguro de que todavía existía.

En su mano derecha, Yuuji sostenía un recuerdo de los dedos cortados de Friagne. Era
el anillo llamado Azure, que se quedó después de que el cuerpo de Friagne había
desaparecido.

143
¿Fue solo una coincidencia de que había ca ído justo en frente de él? ¿O podría haber
sido parte del plan de Shana? Bueno, no importaba mucho de todas formas.

Alguien cogió su muñeca.

“Oye…”

Yuuji volteó a ver. Shana se sentaba a su lado, el collar de su abrigo negro abotonado
hasta su cuello, sus heridas aparentemente curadas. Su espada estaba de nuevo a su lado.

Ella lo contemplaba con una expresión calmada mientras se acercaba a él. Unas cuantas
hebras de su cabello negro cayeron en su mejilla.

Ella es realmente hermosa…

En medio de su confusión, Yuuji murmuró débilmente, “¿Qué opinas? ¿Puedes


arreglarme?”

Shana negó lentamente con la cabeza.

Alastor que había regresado a su pequeño pendiente alrededor del cuello de Shana,
respondió, “Eres a las justas una llama. Solamente una muy pequeña apunto de
desaparecer. La única razón por la cual todavía puedes intercambiar tu conciencia con
nosotros es nuestra relación previa.”

“Ya veo.” Yuuji se sentía extrañamente calmado. Se había hecho a la idea cuando
decidió intervenir en la batalla final.”

“¿Shana?”

“¿Qué?”

“Finalmente me he dado cuenta. Lo que importaba no era cuándo me iba a consumir,


era lo que debería estar haciendo en el presente.”

Shana esperó quietamente.

“Sin importar quién o qué era yo, lo que realmente importaba era que yo act uara…”

Cuando terminó, ella dijo, “Esa es una cosa estúpida por la cual preocuparse.”

“Probablemente tienes razón,” se rió. “Supongo que fui algo patético después de todo.”

“Si,” dijo Shana, riendo con él. “Fuiste bastante patético.”

Después añadió, “Pero me sonreíste en ese último momento. Gracias.”

“Si, pude oír el latido…”

Shana asintió, sonriendo un poquito.

144
“Shana.”

“¿Qué?”

“Tengo un pequeño favor que pedirte.”

¿Cuál es?”

“El nombre que te di.”

“¿Si…?”

“¿Lo vas a utilizar, verdad?”

Shana no habló, pero asintió, sonriendo.

Yuuji ya no podía agradecerle. Ya no tenía las fuerzas suficientes. Todo lo que pudo
hacer fue cerrar los ojos…

En un lugar lejano una campanada daba las doce de la noche.

Así que esta es la muerte…

…Bueno, no se siente tan mal…

¿Ah? ¿Dónde estoy?

¿Ya estoy muerto?

Pero no soy Sakai Yuuji.

No soy un ser humano.

Así que si estoy muerto, ¿A dónde voy?

¿No se suponía que simplemente iba a desaparecer? No esperaba nada más.

Se siente raro.

Pero puedo sentirlo. ¿Qué es?

Se mueve.

¿Un latido?

Ah, es ese sonido que he estado escuchando.

En algún lugar, por largo tiempo.

145
No, estaba profundamente dentro de mí.

Se mueve.

Regularmente, nunca cambiando.

Me pregunto qué será.

Se está moviendo.

Una carcajada se suprimió. Pero no por mucho.

“¡¡Ajajajajajajajaja!!”

Esa brillante e inocente risa se pudo escuchar en el aire de la noche.

Él pudo escucharla.

“¿Eh?”

Yuuji abrió sus ojos. Pudo verla.

“¡Jaja, jajajajaja!”

“Ha, ha, ha.” Incluso Alastor soltó una risa ahogada.

Todavía algo confundido, Yuuji lentamente se sentó. Miró sus manos. Eran carne sólida
y no estaban borrosas. La llama en su pecho había retomado su brillo original.

“¿Sorprendido? ¿Porqué crees que estábamos esperando para atacar?”

“Haha. Estábamos seguros. Pero todo fue tan perfecto en su realización. No pudimos
evitar reír.”

“¡Mira, todo ha sido completamente restaurado!”

Era Shana. Parecía haber recuperado toda su fuerza, y le dio una palmada en la espalda
a Yuuji con todas sus fuerzas.

“¿Pero? ¿Qu-qu-qué sucedió y cómo…?”

“¿No te estás olvidando de algo importante?”

“¿Ah?”

“Lo que está dentro de ti,” Alastor dijo conteniendo la risa.

“Si, lo recuerdo. ¿Pero qué tiene que ver con todo esto?”

146
Yuuji buscó en su cuerpo. La llama en su pe cho brillaba como siempre. Pero podía
sentir algo más, profundamente en su interior.

Justo entonces, recordó el latido que había sentido en algún lugar antes.

“Ese es el poder del Reiji Maigo. Era algo normal el ser capaz de moverte dentro del
Fuzetsu y sentir esas palpitaciones…es el tesoro más especial de entre todos los de los
Guze no Tomogara—aquel que interfiere con el fenómeno del tiempo.”

Reiji Maigo.

“Una vez hubo una Guze no Tomogara que se enamoró de un ser humano, y ambos
crearon un dispositivo para hacerlo el Amante Eterno.”

“Mientras estuviese incrustado en una Antorcha, el Poder de Existencia de esa Antorcha


estaba sujeto al tiempo basado en la longitud de un día en este mundo. Sin importar
cuánto poder fuese consumido en un periodo de vei nticuatro horas, la existencia es
restaurada a medianoche, con todo el poder completamente restaurado.

“Ambos desaparecieron hace mucho, mucho tiempo. Ya que el Reiji Maigo fue
transferido hacia ti, algo ha tenido que pasarle a esos dos. Bueno, eso no imp orta mucho
ahora.”

“Eso significa que todavía tienes un futuro por vivir, Yuuji.”

Algo había pasado… ¿qué es lo que había dicho?

“…Ah…justo ahora…”

Shana sonrió como una niña traviesa.

“Si los Guze no Tomogara llegan a tomar posesión de lo que hay den tro de ti, les
permitiría utilizar sus poderes sin preocuparse sobre el consumo del Poder de
Existencia.”

“Correcto,” dijo Alastor. “Como Shana dijo, el Reiji Maigo es un trofeo muy codiciado
para aquellos que cazan excesivamente. Es un objeto sin importa ncia para nosotros.
Pero es algo que no podemos permitir que sea tomado.”

Yuuji finalmente entendió lo que ambos trataban de decir.

“…Ah, entonces…”

“Así es, Hemos decidido quedarnos contigo por ahora, para hacer guardia.”

“Eso es todo. ¿Alguna queja?”

“Ninguna.”

147
“Bien.”

Shana se levantó y le extendió la mano. Yuuji la cogió con firmeza.

Se dio cuenta de algo en su apariencia. Por algún tiempo, Shana había estado vistiendo
su abrigo envuelto firmemente alrededor de ella…y se dio cuenta de que ella e staba
descalza.

“¿Tienes ropa interior?” preguntó

Shana golpeó a Yuuji directamente a la mandíbula. Fue a dar al suelo y perdió el


conocimiento.

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Epílogo

Los cielos estaban claros al día siguiente.

Era hora del almuerzo, y el puntaje de Shana para el día fue, si alguien todavía se fijaba
en eso, tres profesores ignorados y uno confrontado.

Nadie dejó el salón de clases ese día.

Debido al incidente de ayer—el intento de confesión de Yoshida Kazumi y Hirai Y ukari


escapándose arrastrando a Yuuji con ella, había una sutil tensión en la clase toda la
mañana. Se oían murmullos aquí y allá, pero nadie se atrevía a decirlo en voz alta.

Yuuji cogió el onigiri que había comprado, como siempre.

El hecho de que el Reiji Maigo haya sido transferido dentro de mí fue un accidente.

Yuuji no notaba la atmósfera que había en la clase. Naturalmente estaba algo


preocupado por los eventos de la noche anterior.

Y el hecho de que se me fuera transferido antes de que mi llama s e debilitara lo


suficiente para perder mi personalidad es un accidente también.

Ike juntó las mesas y arrastró las sillas. Su intención era que todos comieran juntos,
como siempre.

Y, que me diera cuenta del plan de Friagne y que pudiera ayudar a Shana y a Alastor a
derrotarlo también fue un accidente.

Shana, como siempre, estaba felizmente metiéndose pan de melón en la boca. Yuuji no
estaba seguro de estar feliz o triste de que ella lo tratara de la misma forma de siempre,
excepto que ahora se dirigía h acia él como una persona y no como un objeto.

Pero no significa mucho para mí el decir que aprecio eso, o que tengo suerte de
tenerlo…Es suficiente para mí entender que tengo el poder de pensar por mí mismo en
este momento, y que debería estar haciendo la s cosas que estén en mi poder… Eso es
verdad. Lo que soy no importa al final.

Shana sintió la mirada de Yuuji y le lanzó una mirada en respuesta.

Después de todo, de lo que me di cuenta en esa batalla…realmente no fue mucho.

149
Para todos los demás, Yuuji y Shana debían parecer como una pareja de enamorados,
mirándose fijamente. Cuando Ike tosió para llamar su atención, Yuuji lo ignoró.

Así que lo que tengo ahora es todo. Suena bastante obvio cuando lo expreso de esa
forma, pero entonces, tal vez se supone que la verdad sea así.

Satou silbó de una manera muy extraña y fuera de tono, y Tanaka, tras de él, lo golpeó
un poco con el pie. Yuuji hizo lo mejor que pudo para ignorarlos también.

Pero…

“…Eh, esto…Yukari-chan…”

La única voz que Yuuji no podía igno rar lo trajo de vuelta al presente.

Era Yoshida.

Ella estaba parada, temblando frente a Shana. Sus labios estaban fuertemente fruncidos,
como si estuviera reuniendo todo su coraje para mirar a Shana a los ojos.

Shana no se inmutó. “¿Qué?”

“…Y-y-yo…”

“¿Tú qué?”

Ella murmuró, pero sus últimas palabras fueron claras. “No perderé contra ti.”

El salón se estremeció ante esta proclamación de guerra.

Pero Shana parecía confundida. “¿De qué está hablando?” le preguntó a Yuuji.

De entre todas las personas, ¿por qué me estás preguntando a mí? Yuuji casi dijo. Pero
después se dio cuenta de que probablemente era él el culpable de todo esto. Por
supuesto, no tenía ninguna experiencia para guiarla.

Mientras buscaba algo que decir, Yoshida se sentó frente a Shana . Shana la miraba
suspicazmente.

Yuuji se sintió aliviado. Era patético y lo sabía. No puedo evitarlo. Nunca me había
ocurrido algo similar antes.

Un bulto pequeño empujado por delgados dedos, recorrió la mesa hacia él. Era un bento,
y los dedos eran de Yoshida.

“Um, este…”

Yuuji levantó la cabeza para ver a Yoshida mirándolo. “Ya que solo comes onigiri todos
los días…”

150
“Gr-gracias…” La voz de Yuuji se resquebrajaba con vergüenza.

Era una pequeña caja que hacía juego con la de Yoshida y venía con un l indo
contenedor para palillos.

Yuuji estaba conmovido por este sencillo gesto, pero agobiado por la culpa al mismo
tiempo. Miró con miedo hacia Shana, quien a su vez lo perforó con la mirada.

“¿Qué significa esto, Yuuji?”

“¿Ah?”

Sus palabras hicieron que la clase empezara a murmurar otra vez. Yuuji empezó a sudar
de los nervios.

Shana simplemente quería una explicación. Yuuji tomó esto como señal de que lo
reconocía como un individuo. Sin embargo nadie más lo tomó de la misma forma.

Ike dijo frunciendo el entrecejo, “Yuuji…ya veo…”

“No, no es lo que piensas…”

Mientras trataba de negarlo, de pronto se preguntó qué sentía realmente por Shana
después de la batalla de ayer y durante ese preciso momento. No estaba seguro de sentir
algo por ella o no. Sus sentimientos parecían correr fuerte y profundamente, pero no
podía encontrar un nombre para ellos.

Buscaba las palabras adecuadas, sus mejillas calentándose. No pudo evitarlo. Sabía que
su cara estaba roja.

“Aja. Ya veo, tenía razón. Bueno, ya sabe, ve p or ella.”

Satou le dio una palmada en el hombro sonriendo abiertamente.

“Tú haciendo lo que sea que estás haciendo a quien sea, sin dejarnos saber…tienes
agallas.” Tanaka parecía retorcerse de rabia.

“¿Escuchó eso vecina?”

“Oh, dios los jóvenes de hoy en día”*

*Ndt.- Esta es una broma, dos compañeros de Yuuji están imitando a un par de vecinas
chismosas.

Empezó la conmoción entre ellos. Nadie los miraba directamente, pero el salón era un
jolgorio. Débiles murmullos podían ser oídos. Yuuji y su grup o se habían vuelto el
entretenimiento de la hora del almuerzo.

151
En medio de todo el caos, Yoshida declaró una vez más, “No voy a perder.” Miró con
fiereza hacia Yuuji. Parecía algo molesta.

“Eh, cla-claro,” dijo Yuuji tímidamente.

Algo surcó la mente de Shana mientras se sentaba allí observando. Yuuji tenía la misma
tonta expresión en su cara. Esa cara graciosa como si estuviera a punto de reír, pero
confundido al mismo tiempo. Su mano reposaba sobre el bento que había recibido.

Por alguna razón, a Shana no le pareció agradable esta situación. Quería salir de la clase,
arrastrando a Yuuji con ella, al igual que ayer. Pero no tenía ninguna razón hoy día.
Pensó por un segundo, luego se le ocurrió lo que ella pensó que era una gran idea.

Shana sacó una caja de palitos de chocolate de su tienda de almacén y se los lanzó a la
carpeta de Yuuji.

“¿Eh?” Yuuji estaba sorprendido.

“Te los estoy dando.”

“¿Ah?”

Yuuji se volteó, pero ella ya había vuelto a comer su pan de melón. Se veía muy
complacida consigo mism a. Entonces vio que Yoshida parecía todavía más molesta.
Abrió la caja en un apuro.

“Gra-gracias por la comida.”

Pensó que podía ver a Shana mirándolo de reojo.

¿Qué se supone que debo hacer?

Yuuji se concentró en comer el almuerzo que Yoshida -san le había preparado. Estaba
delicioso, con varios apetitivos deliciosos. Pretendió estar tranquilo.

Con el tiempo, sus compañeros volvieron a sus propias conversaciones, aparentemente


aburridos con su drama. La hora del almuerzo volvió a ser como siempre.

Después de todo, a pesar de que me doy cuenta qué es o no la verdad, no significa que
puedo relajarme desde ahora. Me pregunto si solamente estoy buscando excusas.

Yuuji sonrió un poco.

Shana, mirando a Yuuji de reojo, sonrió también.

El cielo más allá de la ventana del salón era claro y estaba lleno de luz. El mundo se
movía sin detenerse, como debía suceder.

152
Palabras Finales del Autor

A aquellos que conozco por primera vez, encantado de conocerlos.

A aquellos que no he visto en mucho tiempo, ¿cómo han estado?

Soy Takahashi Yashichiro.

Estoy contento de que estén aquí.

Lo que acaban de leer es, según lo que yo creo, una emocionante novela de acción. He
escrito este tipo de libros antes, y para aquellos de ustedes que dicen, “¿Qué? ¡No otra
vez!,” solo puedo encogerme de hombros y responder, “Estoy consciente de eso, y no
pienso cambiar.”

Hay un montón de cuchilladas, fuego y explosiones en este libro, y, honestamente, esa


fue mi intención desde el principio. Es una historia sobre una chica que es terriblemente
fuerte, tanto física como mentalmente, y un chico puesto en una situación difícil.

Mi editor original en Japón es una persona muy seria. Miki -san ha apoyado a esta
novela en particular en muchas maneras y me ha ofrecido muchas sugeren cias útiles.

La ilustradora, Noizi Ito, es una gran artista. Sus bocetos me inspiraron mientras estaba
terminando el bosquejo final. Aprecio mucho su talento y le agradezco (otra vez) por su
gran apoyo.

Y para M-bayashi-san en Kyoto, quiero agradecerle o tra vez por su apoyo. Dudo que
algún día sea capaz de vivir de acuerdo a sus expectativas, y, debido a ciertas
circunstancias, no puedo ofrecerle mucho a cambio. Pero quiero tomar esta oportunidad
para transmitir mi sincero agradecimiento.

Supongo que no he aprendido mi lección, porque al parecer otra vez me he quedado sin
cosas sobre las cuales escribir.

Recientemente he estado pasando mis días viendo películas como La Guerra de los
Mundos parte dos, y leyendo viejos libros militares japoneses. Mis amigo s cercanos me
han escuchado murmurar cosas como, “El Conde es tan genial, y ese trío de chicas
superfuertes son tan lindas.” Quien sabe, tal vez todas esas cosas van a salir en mi
siguiente libro. Uno nunca sabe.

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Así que (finalmente) pienso que he tenido éxito en llenar el espacio en mis palabras
finales.

Para ustedes, mis fieles lectores, quisiera mostrarles mi eterna gratitud. Espero que nos
veamos otra vez en un futuro cercano.

—YASHICHIRO TAKAHASHI

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Palabras del Traductor

A que no se esperaban que iba a hablar aquí, ¿verdad?, Comprendo la dificultad del
autor para rellenar espacio aquí. Mmm, no se me ocurre nada que decir.

Dolor con la traducción, las peleas fueron especialmente difíciles de traduci r, ya que
para los movimientos y los ataques con la espada no hay palabras en español que sean
traducciones exactas, como probablemente se hayan dado cuenta. Lo mismo con las
miradas, si se han dado cuenta, se ve mucho cosas como, lo miró de tal forma, se
vieron de tal forma, y me disculpo si no fui capaz de reflejar el sentimiento de Yuuji o
Shana en esas circunstancias.

Hace ya medio año que empecé a ver Shakugan no Shana. Mientras buscaba entre tanto
anime que veo, me topé con éste y me terminó gustand o bastante, ya que tiene todo lo
que a mí me gusta…bueno, menos ataques raros con nombres ridículos. Por no
mencionar que el Urusai de Shana ha sido una de las cosas más lindas que he visto.

Al ver la página de Baka-Tsuki abriendo un proyecto, yo pensé WT F. Y empecé con


alegría una traducción del prólogo de la tercera novela, que ellos habían traducido
también. Honestamente no creí en esos momentos que iba a terminar un libro entero un
par de meses después, sobretodo con mi muy apretado horario en la unive rsidad, abrir
muertos, partirme los ojos con los libros, entre muchos etcéteras.

Por supuesto que he recibido ayuda de varias personas. Una vez más quiero reiterar mis
agradecimientos a Misao, quien me pasó la primera novela enterita, ya que yo jamás
hubiera podido conseguirla con medios ordinarios, a mi compañero Creeper (pidió no
revelar su nombre) que me ayudó con las largas horas de pelea contra Word y contra el
Adobe. También quiero agradecer al staff de Baka -Tsuki, que han iniciado con este
proyecto, y que espero de todo corazón no dejen tirado, y finalmente a aquellos que me
han estado animando con sus mensajes desde que inicié esto. A todos, muchísimas
gracias. Espero que sigáis así en el futuro.

Recientemente he estado viendo varios animes y leyen do varios mangas, (cosa que en
teoría ya no tengo tiempo para hacer) Entre ellos me crucé con otra temporada más de
Slayers, lo cual me trajo buenos recuerdos de mi infancia, es increíble que después de
tanto tiempo sigan haciendo ese anime. Buscando más a fondo me enteré que Slayers
era una novela ligera también. Estos japoneses me sorprenden cada vez más, ser capaces
de contar historias tan buenas y luego animarlas de forma increíble. Ser capaces de
mandarnos a mundos totalmente distintos, donde cosas aso mbrosas suceden. A veces
pienso: Ah, que envidia, quisiera yo también estar allí, pelear con los malos, ayudar a la
chica, sacrificarme para salvar a las personas que aprecio, o incluso siendo el villano,

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reírme de los patéticos esfuerzos del héroe, masacr ando a todos uno por uno, mientras
que al final, todos reuniendo lo que les queda de valor, dándome un golpe final que
terminaría con todo… Jamás me he visto en el papel del héroe principal, sin embargo .

(Si esto suena como alguien que conocen, créanme q ue no fue mi intención)

Pero cada uno de nosotros tiene una historia que protagonizar, ideales que cumplir,
sueños que realizar y gente a la cual proteger. Siempre he creído que estas historias
están allí para hacernos recordar esto, y espero no olvidarlo nunca.

Eek, ya he hablado más que el autor, supongo que soy un hablador por naturaleza.

Me despido, diciendo que si recibo más material que pueda entender o si aprendo
japonés, seguiré. Espero encontrarlos cuando eso suceda.

Gracias por leer Shakugan n o Shana I.

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