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Introducción
La mujer ha sido desplazada históricamente por el hombre en muchos campos del desempeño
humano.
Estas posturas han ido cambiando con el tiempo, y ya en el siglo XXI, si bien se han desterrado
muchos mitos sobre la supremacía masculina, aún quedan en el inconsciente colectivo, en algunas
sociedades más que en otras, rezagos de este pensamiento.
“Hacer ciencia” es una de esas áreas en que el hombre ha impuesto tradicionalmente su dominio y
asumido que la mujer es incapaz de competir con él. Así, en este arduo proceso de enseñanza-
aprendizaje, en que confluyen maestros, padres de familia y los mismos educandos, se van
forjando una serie de mensajes sobre los roles que deben desempeñar la mujer y el hombre en
sociedad.
“Sin esfuerzo no hay éxito” “estudiando se puede” “si practicas lo comprendes” apelan al
desarrollo de capacidades y habilidades del alumno, sin embargo, hay otras ideas como “las
matemáticas son difíciles” las cuales predisponen al alumno y/o docente a esperar y/o provocar
inconscientemente un desempeño inadecuado. Y, además, diversos estudios señalan que en esta
exigencia de que los niños y niñas aprendan (matemáticas, por ejemplo) los docentes tienden a ser
exigentes con los niños y complacientes o paternalistas con las niñas.
Considerando lo antes mencionado, el presente ensayo busca presentar un análisis de las ideas
que emergen en el proceso de enseñanza de las matemáticas a nivel de los diversos actores como
por ejemplo, alumnos docentes directivos padres de familia. A su vez la evolución de las ideas,
acciones y propuestas de mejora aplicado a nuestro entorno docente.
Desarrollo
Según Martha Macho, editora del blog Mujeres con ciencia, la diferencia entre varones y mujeres
en la ciencia actualmente no son significativas, basándose en el último informe PISA (2016). Sin
embargo, la presencia del hombre en los ámbitos de la ciencia pura es abrumadora.
Van Dijk, T. A. (1999) manifiesta la importancia de la palabra en nuestra sociedad; como docentes,
nuestro rol es conocer, aceptar y actuar para romper con esas ideas limitantes que muchas veces
son inconscientes y nosotros mismos lo reforzamos. Y ser agentes de cambio imparciales en el
proceso de enseñanza y aprendizaje en el ámbito que nos desempeñemos sea ciencias o letras.
Tenemos la oportunidad y el deber de brindar la oportunidad de hacer que cada alumno(a) libere
su potencial.
Conclusiones
Recomendaciones
Referencias bibliográficas
Van Dijk, T. A. (1999). El análisis crítico del discurso. Anthropos, 186, septiembre-octubre, pp. 23-
36.
Flores, D.; Medina, B.; Peralta, D. y Rodríguez, C. (2013). Las emociones y su impacto en el
aprendizaje de las Matemáticas. Acta del VII Congreso Iberoamericano de Educación Matemática,
2747-2755. Uruguay.