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Ministerio Público de la Nación

INTERPONGO RECURSO DE APELACIÓN.

Señor Juez:

Gerardo D. Pollicita, Fiscal a cargo de la Fiscalía Nacional en

lo Criminal y Correccional Federal N° 11, me presento ante V.S. en el

incidente de prisión domiciliaria de Enrique Omar Suárez (4683/12/72),

sustanciado en el marco de los autos N° 4683/12 caratulados “Suárez Enrique

Omar y otro sobre entorpecimiento de servicios públicos”, del registro de la

Secretaría N° 11 del Juzgado Federal a vuestro digno cargo, y respetuosamente

manifiesto:

I- Objeto.

Que de conformidad con lo normado en los artículos 449,

siguientes y concordantes del C.P.P.N., vengo a interponer recurso de apelación

contra la resolución de fecha 29 de diciembre de 2017, mediante la cual se

otorgó prisión domiciliaria al imputado Enrique Omar Suárez bajo la

implementación de un dispositivo electrónico de vigilancia, imponiéndose

como garante su hija María Lorena Suárez Peña.

II- Resolución recurrida.

En el marco de la resolución cuestionada, el Dr. Lui Rodríguez,

interinamente a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional

Federal N° 6, reprodujo los antecedentes médicos de Suárez, reseñó las

presentaciones formuladas por la defensa del imputado y valoró la opinión

vertida por la Fiscalía al momento de expedirse sobre el objeto del presente

incidente. Sentada esa base, expuso los motivos que lo llevaron a conceder el

arresto domiciliario solicitado.

En tal sentido, comenzó destacando que “…no se practicó

ninguno de los estudios recomendados por el Cuerpo Médico Forense en el

informe interdisciplinario y que se encuentran acreditadas las patologías a que

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se ha hecho referencia y junto con ello el desmejoramiento progresivo del

estado de salud del causante”.

A ello sumó el resultado positivo que arrojó el estudio socio

ambiental practicado sobre el domicilio en el cual se alojará Suárez “…en punto

a la existencia de condiciones que permitan constituir allí la sede de su

detención” y el hecho de que “…quien obrará como garante de la detención

domiciliaria dispuesta en el día de la fecha cuenta con custodio policial

permanente durante las 24 horas en la sede de su domicilio impuesta en el

marco de otro proceso judicial”.

Por otro lado, señaló el Dr. Rodríguez que uno de los motivos

que oportunamente condujeron al titular del Juzgado, Dr. Canicoba Corral, a

disponer el encierro preventivo de Suárez fue su posible acceso por interpósitas

personas al manejo del S.O.M.U., extremo que se ve desvanecido a partir del

resultado que arrojaron las elecciones recientemente realizadas en dicha

organización, en las que “la lista conformada por afiliados afines a su línea

gremial fue derrotada por la oposición y despojada de la conducción de la

entidad”.

A su vez, entendió el juez subrogante que ha disminuido el

riesgo procesal que justifica el encarcelamiento del encausado, al haberse

ordenado la realización de una pericia contable encomendada al Cuerpo de

Peritos Especializados en Casos de Corrupción y Delitos contra la

Administración Pública.

Finalmente, el Dr. Rodríguez refirió que “… resultaría impropio

omitir la valoración personal de la audiencia de visu celebrada en el día de ayer,

en el marco de la cual he podido apreciar de fuente directa el actual estado del

detenido, quien evidenció problemas de desplazamiento y junto con ello un

aspecto muy desmejorado”.

En virtud de lo expuesto, el magistrado concedió el arresto

domiciliario del imputado disponiendo que se le aplique un dispositivo

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electrónico de vigilancia con las siguientes restricciones de traslado

ambulatorio: a) un radio de alcance de 100 km. alrededor del domicilio en el

que habrá de alojarse Suárez e idéntica distancia en relación a zonas especiales

de exclusión (estaciones aeroportuarias, ferroviarias y fluviales); y b) que en

caso de traslado a un sitio donde el dispositivo pueda ver afectado el alcance de

sus sistema de rastreo, se de aviso previamente al Juzgado para reconfigurarlo.

Asimismo, se dispuso la prohibición de salida del país del

imputado, la obligación de hacer saber cualquier cambio de domicilio y/o de

residencia y el alejamiento mayor a 24 horas incluyendo la necesidad de

traslado a algún sanatorio ubicado en cercanías del domicilio donde cumplirá su

detención o dentro de los límites geográficos de esta ciudad.

III- Fundamentos del recurso.

Toda vez que lo resuelto ocasiona un gravamen a esta parte, en

tanto el otorgamiento de la prisión domiciliaria de Suárez en las condiciones

dispuestas por el Juez no resulta, por un lado, acorde a la normativa vigente en

la materia, e implica, de otra parte, un riesgo de entorpecimiento para la

investigación, es que vengo a interponer el presente recurso de apelación.

Sin perjuicio de la impresión personal que el imputado haya

causado sobre el Juez que le otorgó el arresto domiciliario; considero que el

estado de salud de Suárez debe ser analizado en base a la información

médica agregada a la causa.

Es por ello, que en primer lugar me remitiré a los informes

obrantes en el presente incidente y en el legajo de salud de Suárez, los cuales

constituyen parámetros objetivos acerca del estado general del encausado y la

posibilidad de ser tratado en la unidad penitenciaria en la que venía cumpliendo

su detención.

Una vez aclarado este aspecto, indicaré los motivos por los

cuales disiento con cada uno de los argumentos adoptados por el Juez al

momento de otorgar la prisión domiciliaria del encausado.

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a) Informes médicos y declaraciones testimoniales que dan

cuenta sobre el estado de salud de Enrique Omar Suárez.

En atención al volumen que reviste actualmente el legajo de

salud del imputado -seis cuerpos-, habré de remitirme fundamentalmente a los

dos estudios integrales realizados por el Cuerpo Médico Forense de la Corte

Suprema de Justicia de la Nación, al ateneo interdisciplinario practicado por

profesionales de la salud del Servicio Penitenciario Federal, a las declaraciones

testimoniales que prestaron los Dres. Bursztyn y Grageda con fecha 28 de

diciembre del pasado año, y al informe realizado por el Dr. Ferreres del cuerpo

Médico Forense que examinó al imputado en esa misma oportunidad.

El primer informe data del 31 de marzo de 2017 y concluyó que

es “verosímil considerar que el peritado sufrió un daño neurológico orgánico”

que requeriría de cuidados como “control estricto de tensión arterial….Manejo

apropiado de la dislipemia y eventuales alteraciones metabólicas tales como

hiperuricemia e hiperglucemia. Rehabilitación cardiovascular con frecuencia

apropiada, dieta acorde con las patologías de base…controles por cardiología,

neurología y nutrición….” y que “En la medida en que se cumpla con lo

arriba expuesto, puede llevarse a cabo en su lugar de detención. En caso de

urgencia o necesidad, ante algún episodio concreto debe poder ser trasladado

en tiempo apropiado, según la urgencia del episodio presentado” (cfr. fs.

271/277 del legajo de salud, el resaltado me pertenece).

Con fecha 26 de octubre de 2017 se realizó un nuevo estudio

integral sobre el encausado, con intervención del Director de Sanidad del

Servicio Penitenciario Federal, del Jefe de la División Psicología, del Jefe de la

División Asistencia Médica, Jefe de la División Psiquiatría, Jefe de Sección

Medicina Legal del Servicio Penitenciario Federal; y de la Directora Médica del

Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz.

Surge del informe de referencia, que se trata de un paciente de 67

años que al momento de su ingreso al sistema penitenciario refirió antecedentes

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de hipertensión arterial, dislipemia, enfermedad diverticular, hemorroides y

tabaquismo, quien en su juventud sufrió una caída desde altura que le generó en

forma esporádica dolores en la zona cervical, lumbar y caderas (fs. 815 del

legajo de salud).

En cuanto a la evolución de su estado clínico, expresa el informe

que “Desde su ingreso, el citado SUAREZ ha recibido múltiples controles

médicos, se le realizaron estudios complementarios y consultas con diversas

especialidades, de igual modo fue entrevistado por licenciada en nutrición y

constan seguimientos por el área de salud mental (psicología y psiquiatría)…

Constan en historia clínica, actas de negativa firmadas por el interno a

concurrir a kinesiología, extracción de laboratorio, consulta oftalmológica

extramuros. Respecto de las evaluaciones de la esfera de la salud mental,

informes psicológicos y psiquiátricos dan a conocer que el paciente desde su

ingreso al establecimiento, no ha presentado riesgo cierto e inminente para sí

o para terceros” (cfr. fs. 815/816 del legajo de salud, el resaltado me

pertenece).

Asimismo, surge del ateneo médico conformado por los

especialistas que “….Habiendo efectuado compulsa de la historia clínica, de la

misma se desprende que hasta el momento toda vez que fue examinado,

SUAREZ se encontraba compensado clínicamente y deambulando sin

dificultad por sus propios medios. Así las cosas, nos encontramos frente a un

paciente portador de hipertensión arterial de larga data al momento, sin

repercusión hemodinámica y sin alteración grave de la estructura

cardiovascular. No existiendo al momento, evolución desfavorable de su

estado de salud. Siendo de vital importancia la adherencia al tratamiento

indicado, esto es, respetar la dieta hipo sódica y cumplir con la terapéutica

medicamentosa los horarios indicados (…)” (cfr. fs. 816/817 del legajo de

salud, el resaltado me pertenece).

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Complementariamente a lo expuesto, en el informe suscripto por

el Director de Sanidad del Servicio Penitenciario Federal, Dr. Raúl Yacob, con

fecha 30 de octubre del corriente se expuso que “(…) desde el punto de vista

estrictamente médico, atento a informe médico del día de la fecha suscripto

por los galenos de su actual lugar de alojamiento, que dan cuenta de su estado

actual de salud no surgen criterios médicos que indiquen su internación en el

Hospital Penitenciario Central I de Ezeiza. Destacando que el Complejo

Penitenciario Federal II de Marcos Paz, cuenta con guardia médica y de

enfermería activa y permanente las 24 horas, sala de shock room, UMA

(Unidad Médico Asistencial) y ambulancia de Terapia Intensiva Móvil para

eventual traslado ante evento de urgencia y/o emergencia de los internos…”

(Cfr. fs. 820/821 del legajo de Salud de Suárez, el resaltado me pertenece).

En consonancia con lo informado por los galenos del Servicio

Penitenciario Federal, en la Junta Médica practicada sobre Suárez por parte del

Cuerpo Médico Forense con participación de su médico particular se concluyó

que “Se trata de una persona sexagenaria, con los antecedentes patológicos

supra señalados, bajo seguimiento por distintos especialistas dentro y fuera de

la unidad de alojamiento, con presentaciones en sendos Ateneos

interdisciplinarios….A la fecha del examen pericial, el examinado no reúne

criterios que permitan catalogarlo como “paciente terminal”, ni portador de

“enfermedad incurable”. Tampoco corresponde que sea alojado en un

establecimiento hospitalario”

Surge del mismo informe, que “Frente a la condición clínica

actual del examinado, la privación de la libertad en el establecimiento

carcelario no le impediría tratar adecuadamente sus dolencias, provistas que

sean las condiciones que a continuación se sugieren, así como todas aquellas

que puedan mejorarlas, a saber:

 Contar con capacidad para diagnóstico, tratamiento y

derivación oportuna frente a potenciales complicaciones (….)

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 Dar estricto cumplimiento a las indicaciones de los

profesionales tratantes a cargo del peritado, en cuanto a:

-Controles periódicos por especialistas de cabecera

-Complección acorde de estudios complementarios solicitados

-Prestaciones farmacológicas oportunas y ajustadas a

prescripción

-Adopción de medidas de prevención (ej. Inmunizaciones)

 Supervisar y facilitar el manejo nutricional acorde a su

condición clínica (dieta hiposódica para paciente hipertenso con enfermedad

diverticular)

 Recomendar al interno que mantenga adherencia al plan

propuesto por los profesionales a cargo de la atención de su salud (…) Más

allá de las recomendaciones que el equipo profesional tratante pueda

formular, se requiere la colaboración del interno para su pleno ejercicio, lo

que implica -entre otros aspectos-, su voluntad de concreción de

consultas y estudios programados dentro y fuera de la institución

penitenciaria” (cfr. fs. 974 del legajo de salud, lo resaltado y subrayado

corresponde al original).

Sobre esa base, los profesionales del Cuerpo Médico Forense y

el Dr. Bursztyn sugirieron consultas asistenciales con gastroenterología,

oftalmología, neurología, psiquiatría, urología, ortopedia y traumatología, así

como también la realización de estudios de laboratorio, ecografías varias y un

ecodoppler de aorta abdominal respecto a Suárez (fs. 177).

Finalmente se cuenta con el informe suscripto por el Dr. Ferreres

del Cuerpo Médico Forense, el cual refirió coincidir con las conclusiones y

recomendaciones efectuadas por sus pares a fs. 170/179 y concluyó que “…el

estado de salud del encartado no ha presentado grandes variantes en relación

a la evaluación efectuada el 28 de noviembre” (cfr. fs. 314, el resaltado me

pertenece).

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Toda vez que surge de los referidos informes cuáles son las

patologías que padece Suárez, corresponde constatar entonces si las mismas

encuentran adecuado tratamiento en la unidad penitenciaria en la que

permaneció el nombrado hasta el pasado 29 de diciembre.

En tal sentido, consta en el legajo de salud del encausado que

éste es asistido regularmente por un médico cardiólogo, por un especialista en

ortopedia y traumatología, por una licenciada en psicología, por médicos

psiquiatras, por neurólogos y por otorrinolaringólogos; además de los médicos

de planta del penal (ver, a modo ejemplificativo, fs. 171, 176, 237/238, 243,

601, 807, 836, 890, 892, 893, 894 vta., 901, 963, 1006 del legajo de salud).

Asimismo, se desprende de los referidos legajos que a raíz de la

proctorragia intermitente que últimamente refirió padecer, Suárez fue revisado

por el equipo de gastroenterología del Hospital de Marcos Paz; que en dos

oportunidades fue trasladado al instituto FLENI con motivo del episodio

neurológico -símil accidente isquémico transitorio- que oportunamente padeció;

y que en aquellas ocasiones en que aceptó ser trasladado, concurrió a consultas

de oftalmología en el Hospital Rivadavia (cfr. fs. 227, 612, 624 y 1012/1039 del

incidente de salud).

Por otra parte cabe destacar, en lo concerniente a las consultas

recomendadas el pasado 28 de noviembre por los expertos del Cuerpo Médico

Forense, que parte de las mismas ya habían sido concretadas al momento

de otorgarse su arresto domiciliario y que otras se encontraban pendientes

de cumplimiento con turnos asignados.

En efecto, Suárez mantuvo consulta con el equipo de

gastroenterología del Hospital de Marcos Paz con fecha 18 de diciembre, se

le realizó ecografía abdominal el pasado 05 de diciembre, se le ordenaron

estudios de laboratorio y video colonoscopía con sedación, y se gestionaron

turno con especialistas en oftalmología, neurología y urología para los días

02 de enero, 09 de enero y 29 de enero respectivamente (cfr. fs. 229). Ello,

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además de ser asistido en forma regular por los equipos de psiquiatría y

traumatología del Complejo Penitenciario Federal de Marcos Paz, como ya se

mencionó (ver constancias obrantes en el legajo de salud y declaración

testimonial del Dr. Grageda a fs. 302).

A su vez, en lo que respecta a la sugerencia de supervisar y

facilitar el manejo nutricional acorde a su condición clínica y recomendar al

interno que mantenga adherencia al plan propuesto por los profesionales a

cargo de la atención de su salud, debe destacarse que Suárez se negaba

sistemáticamente a recibir los alimentos prescriptos de acuerdo a su

patología y proporcionados por la unidad penitenciaria, así como también

a concurrir a determinadas interconsultas programadas en instituciones

extramuros.

Véase, a modo de ejemplo, el acta agregada a fs. 652 del legajo

de salud, en la que Suárez manifiesta no aceptar la dieta suministrada, actas

de negativa de traslado al Hospital Rivadavia para consulta oftalmológica de

fechas 11 de julio y 30 de octubre de 2017, la declaración testimonial del Dr.

Grageda, y las conclusiones de ateneo médico practicado sobre Suárez el

pasado 26 de octubre en el cual se menciona que constan en historia clínica,

actas de negativa firmadas por el interno a concurrir a extracción de laboratorio,

entre otras consultas.

También se negó el interno, de acuerdo a lo declarado por el

médico de planta del penal, lo informado por los intervinientes en el ateneo

interdisciplinario realizado en octubre de 2017 y las constancias de su historia

clínica, a recibir las sesiones de kinesiología propuestas por los

profesionales del Servicio Penitenciario Federal a raíz de lo sugerido por

los pares del Cuerpo Médico Forense en el mes de marzo del año en curso,

en relación a su rehabilitación y atención cardiovascular y neurológica (cfr.

fs. 781 y 865 del legajo de salud y fs. 300/304 del incidente de prisión

domiciliaria).

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De todo lo expuesto se desprende, que Enrique Omar Suárez

contó durante el curso de su detención con un estricto seguimiento de su

estado de salud, habiendo sido examinado en varias ocasiones por el

Cuerpo Médico Forense así como también por los médicos particulares que

él designó (ya sea el Dr. Bursztyn o los especialistas del FLENI), y que en

todos los casos se arbitraron los medios necesarios para tratar

adecuadamente las patologías que presenta, por médicos del Servicio

Penitenciario Federal o gestionando consultas en instituciones extramuros,

dependiendo su materialización, más allá de las cuestiones operativas del penal,

de que el interno preste conformidad para los correspondientes trasladados.

Debo destacar aquí, que si bien el médico personal del imputado

expresó al prestar declaración testimonial ante el Tribunal que frente a un

evento agudo Suárez debería poder acceder en menos de quince minutos a ser

valorado por un equipo de Stroke y en treinta minutos al instituto Fleni, ya fue

aclarado por el galeno del Cuerpo Médico Forense de la Justicia Nacional que

ello representa “una posibilidad ideal” que en los hechos es altamente

improbable para la gran mayoría de la población (ver declaración testimonial

del Dr. Bursztyn del día 28 de diciembre, e informe suscripto por el Dr.

Ferreres en la misma fecha, agregados a fs. 282/293 y 311/315 del presente

legajo).

A ello cabe agregar, que conforme declaró el Dr. Grageda del

Servicio Penitenciario Federal, frente a un evento con riesgo neurológico,

cardiovascular o gastroenterológico, el centro de atención más cercano

extramuros viene a ser el Hospital Municipal de Marcos Paz (que cuenta con

unidad de terapia) al cual es posible arribar en el lapso aproximado de cinco

minutos, aclarando que desde el momento en que se toma conocimiento del

evento hasta que se accede al mencionado hospital transcurriría un tiempo

estimativo de quince a veinte minutos (cfr. fs. 300/304 del presente

incidente).

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Es decir, que de acuerdo a lo informado, sería posible brindar

atención primaria a Suárez en caso que sufriera algún episodio de

emergencia, pudiendo eventualmente -una vez superada la urgencia del

caso- tramitar su traslado al centro de atención médica que considere más

adecuado.

Por otra parte, se impone señalar que el cuadro de alcoholismo

que supuestamente habría padecido Suárez y que fue tenido en cuenta por el

Sr. Juez como uno de sus antecedentes de salud, no surge de ninguno de los

informes médicos practicados sobre el imputado; sino que fue mencionado

por su médico particular en base a la información presuntamente brindada por

las hijas del detenido quienes habrían referido un consumo diario de

aproximadamente cinco litros de bebidas con alcohol durante treinta años (cfr.

fs. 179, 282/293).

De igual modo, debo destacar que tampoco surge de los

exámenes integrales previamente valorados, ni de los informes producidos

por los psicólogos y psiquiatras que asistieron a Suárez mientras perduró su

detención, que éste presente un cuadro de demencia, una alteración conductual

tipo paranoica, que no pueda dirigir sus acciones o que no comprenda la

criminalidad de los actos que se le imputan, como sostiene expresamente el Dr.

Bursztyn a fs. 290 vta. del presente incidente.

Más allá de no haberse constatado tales patologías, resulta

inverosímil sostener su existencia teniendo en cuenta el estado de Suárez

mientras condujo el sindicato de Obreros Marítimos Unidos, la Obra Social del

Personas Marítimo y entidades afines, permaneciendo durante años con un alto

grado de exposición pública que no lo mostró jamás como una persona adicta y

con un consumo de cinco litros de alcohol por día.

Igual apreciación puede hacerse sobre la actuación de Suárez en

el marco del presente proceso, dado que no surge de ninguna de las actas de su

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presencia ante el Tribunal que se trate de un sujeto afectado en sus facultades

mentales o que no pueda dirigir sus acciones.

Tampoco se obtuvo tal impresión de la entrevista que el

imputado prestó -desde su lugar de detención- al programa de televisión

Animales Sueltos, ocasión en la cual se refirió en forma clara y precisa a los

hechos por los cuales se encuentra procesado e incluso adelantó ciertas

cuestiones que posteriormente denunció en persona ante el Tribunal, denuncia

esta última que -al igual que las otras formuladas por Suárez- no podrían

prosperar si se tratase de una persona demente o afectada en sus facultades

mentales por el consumo del alcohol como pretende hacer creer la defensa.

Es decir, que más allá de las patologías oportunamente

constatadas -cuyo tratamiento, dentro de las limitaciones que lógicamente

implica en el encierro en un establecimiento carcelario, ya fue verificado- no se

han comprobado las demás circunstancias que, en esta etapa del sumario,

intenta introducir el médico particular del imputado.

En función de todo lo expuesto, entiendo que se encuentra

fehacientemente acreditado que Enrique Omar Suárez no se trata de un

paciente terminal ni portador de una enfermedad incurable, que no reúne

criterios de internación –siquiera en un hospital penitenciario-, y que sus

dolencias pueden ser debidamente asistidas en el Complejo Penitenciario

Federal de Marcos Paz; de modo que corresponde revocar la prisión

domiciliaria que le fuera concedida.

b) Análisis de los argumentos brindados por el Juzgado.

Al momento de exponer los fundamentos concretos en los que

sustentó su decisión, el Dr. Rodríguez señaló, en primer lugar, que resulta

evidente que “…no se practicó ninguno de los estudios recomendados por el

Cuerpo Médico Forense en el informe interdisciplinario y que se encuentran

acreditadas las patologías a que se ha hecho referencia y junto con ello el

desmejoramiento progresivo del estado de salud del causante” (fs. 335).

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En segundo término, se refirió al favorable informe socio

ambiental practicado sobre el domicilio particular de la hija del encausado.

En tercer lugar el Dr. Rodríguez argumentó que el resultado de

las elecciones realizadas en el SOMU, en el cual resultó derrotada la lista que

-según indica- estaría conformada por afiliados afines a Suárez, desvanece la

posibilidad de que el imputado acceda por si o por interpósita persona al

manejo del gremio.

Por último el magistrado se refirió al peritaje contable que fue

ordenado en el mes de abril de 2017 y entendió que ello configura una

“disminución del riesgo procesal que justifique la continuidad del encierro del

encartado”.

Más allá de haberlo mencionado en el punto que antecede, debo

reiterar que parte de las consultas a las que hizo alusión el Sr. Juez ya habían

sido concretadas al momento de otorgarse el arresto domiciliario de Suárez

y que otras se encontraban pendientes de cumplimiento con turnos

asignados.

En efecto, Suárez mantuvo consulta con el equipo de

gastroenterología del Hospital de Marcos Paz con fecha 18 de diciembre, se le

realizó ecografía abdominal el pasado 05 de diciembre, se le ordenaron estudios

de laboratorio y video colonoscopía con sedación, y se gestionaron turno con

especialistas en oftalmología, neurología y urología para los días 02 de enero,

09 de enero y 29 de enero respectivamente (cfr. fs. 229).

Ello, además de ser asistido en forma regular por los equipos de

psiquiatría y traumatología del Complejo Penitenciario Federal de Marcos Paz,

como ya se mencionó (ver constancias obrantes en el legajo de salud y

declaración testimonial del Dr. Grageda a fs. 302).

Por otra parte debo señalar que el informe socio ambiental

en el que se basó el magistrado para otorgar la prisión domiciliaria de

Suárez, se trata en rigor de verdad de una mera constatación de domicilio

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en la cual se señala que es una vivienda de cinco habitaciones, cochera y

“quincho”, con servicios de agua, luz, gas, cable e internet, pero sin

referencia alguna a los requisitos de seguridad para alojar una persona

detenida.

Dicha circunstancia reviste fundamental importancia en torno a

la cuestión en análisis, máxime considerando que no se dispuso la

implantación de consigna por parte del Tribunal a los fines de verificar la

situación de Suárez.

Resulta irrelevante en tal sentido, y no suple la falencia

apuntada, el hecho de que la hija del imputado cuente con custodia policial

interpuesta en el marco de otro sumario.

Aun desconociendo los pormenores del caso, se entiende que

dicha consigna se impuso a los efectos de resguardar la integridad de la

nombrada Suárez Peña o su grupo familiar, mas no para constatar el

cumplimiento de una prisión domiciliaria por parte de Suárez. Además, se

ignora bajo qué modalidad debe prestar servicios el personal preventor

asignado a dicha tarea y por cuánto tiempo se extenderá la medida, de

modo que no puede ser considerada, bajo ningún punto de vista, como una

garantía para el cumplimiento de lo ordenado en este caso.

Adviértase, en efecto, que de la certificación actuarial que obra

glosada con anterioridad al presente dictamen, surge que no se visualiza

consigna policial en la filmación efectuada sobre la vivienda en el día de la

fecha (motivo por el cual postularé las medidas detalladas en el punto IV del

presente dictamen).

Dicho cuanto precede, corresponde aclarar también que el

resultado de las elecciones recientemente realizadas en el SOMU no guarda

vinculación con la cuestión decidida en el presente incidente.

Recuérdese, que el gremio estuvo intervenido desde el mes de

febrero de 2016, es decir siete meses antes de la detención de Suárez, y que

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las posibilidades de entorpecimiento de la investigación no se relacionan

exclusivamente con quien haya resultado designado por el voto popular

para la actual conducción de dicha entidad; sino con muchas otras

cuestiones que ya han sido valoradas tanto por esta parte como por el Juez

titular del Juzgado y que no corresponde reiterar aquí en honor a la

brevedad.

Finalmente debo señalar que el peritaje contable al que hizo

referencia el Sr. Juez como un parámetro favorable a la concesión del arresto

domiciliario, se encuentra en pleno curso de ejecución.

En todo caso, el otorgamiento de la prisión domiciliaria de

Suárez configuraría un riesgo para la realización de dicha labor, en tanto

le facilita al nombrado la posibilidad de ejercer influencias sobre los

profesionales que participen de la experticia (adviértase que, además de los

peritos oficiales, se han designado numerosos peritos de parte).

De igual manera valoro la proximidad al juicio oral que deberá

enfrentar Suárez por los hechos de entorpecimiento de las vías navegables y de

puesta en peligro de embarcaciones. Estando detenido en las condiciones

dispuestas por el Sr. Juez, con un rango de movilidad de 100 kilómetros desde

el domicilio de su hija, entiendo acrecentados los riesgos procesales de

entorpecimiento de la investigación por parte del imputado puntualmente en lo

que refiere a la posibilidad de influir, e incluso amedrentar, a los testigos que

deberán exponer sobre tales hechos en el marco del debate.

IV- De las condiciones de la detención domiciliaria.

No obstante que se postula por intermedio del presente remedio

procesal la revocatoria del decisorio en curso, el cese de la detención

domiciliaria de Suárez y su alojamiento en la dependencia del Servicio

Penitenciario Federal que se estime pertinente; hasta que la Excma. Cámara de

Apelaciones del fuero se pronuncie al respecto, y toda vez que al disponer la

prisión domiciliaria de Suárez se ordenó la colocación de un dispositivo de

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vigilancia electrónica con un radio de alcance de 100 kilómetros, solicitaré al

Sr. Juez que en el día de la fecha disponga expresamente que el imputado

NO PODRÁ SALIR DEL DOMICILIO SITO EN LA CALLE ENTRE

RÍOS N° 1273 la localidad de Olivos, provincia de Buenos Aires, aclarando

que en caso de ser trasladado por motivo de urgencia a algún centro de salud,

deberá dar aviso en forma inmediata al Tribunal aun cuando se trate de plazos

menores a 24 horas.

Por otra parte, siendo que -tal como surge de la certificación

agregada al presente- no existiría a la fecha consiga policial alguna sobre el

domicilio, requiero a V.S. que EN FORMA URGENTE disponga la

implantación de un consigna permanente por parte de la Prefectura Naval

Argentina sobre la calle Entre Ríos N° 1273 de la localidad de Olivos, durante

las 24 horas del día y mientras se mantenga la prisión domiciliaria de Suárez, la

cual deberá cumplir con las siguientes condiciones:

a) Tener visión directa sobre todas las puertas de ingreso al

domicilio.

b) Registrar la entrada y salida de toda persona a la vivienda,

detallando nombre, apellido y número de documento, fecha y horario.

c) Registrar todo ingreso o egreso que haga Enrique Omar

Suárez, detallando fecha, horario de salida, de reintegro, y motivo del

movimiento.

d) Arbitrar los medios necesarios a los fines de prohibir el

ingreso de bebidas alcohólicas a la vivienda. Ello, atendiendo al grave cuadro

de alcoholismo que -según el Dr. Bursztyn- habría sufrido Suárez durante años

y previo a su encarcelamiento, con el objeto de resguardar debidamente la salud

del nombrado.

V- Petitorio.

En función de los argumentos expuestos, solicito al Sr. Juez:

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1) Que tenga por interpuesto en legal tiempo y forma el presente

recurso de apelación y que eleve las actuaciones en forma inmediata al

Superior para que resuelva la cuestión.

2) Que hasta tanto se expida la Cámara de Apelaciones del fuero,

haga lugar a las medidas propuestas en el acápite IV.

Fiscalía Federal N° 11, 02 de enero de 2018.

Fiscalnet N° 52488/12.

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