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que obedeoen a una Iégica precisa, Kant trata de identificar esa ogicasiguien- doe esquema de Wolff dela psicologla, cosmologtay weologts, por Tele cl juico sobre AristSteles en sus Lecriones de historia dela filo- softa,fruto de las clases dadas en Jena en-1805-1806, en Heidelberg en a Berlin entze 1819 y 1830, Esas Lecciones fueron publica- das por Michelec en 1833 y luego, con ampliaciones, en 1840-44, ‘Conviene recordar aquellas opiniones emitidas en una época verds- deramente revolucionaria: jamésexistieran, un hombre inigualado en ninguna otra Space. (Quien haya esdiado afaada la obra de Avisbeeles no puede menos de faltas de todo asomo de pensemiento apt ‘in hoy siguen en pleno uge, a pesar de que tuo de todos los fildsofes. Se le auibuyen, en ee puss al contend des lool. Mien india a Edad Moderna, yealo ‘Jos ms infundados prej Casi nadie conoce sus obras especulativas, ligi- cas als de histori natal se les bce modername cea jus, al con- tro del que oct cm us desl. Po mpl, ina ca ni- 220 ‘ta de sf misma en su propi una Zabula rasa que ecibe pasivamente desde den Como conclusion de su Enciclopedia de ls ciencias filesificas en com= pendio, Flegel citaba (en el original griego), teniéndolo por cima absol dela espéculacién filosofic, e siguiente pasaje de la Metaftsica de Aristé- teles, en el que vela una anticipacién simbélica de sus propias ideas: mento que es pensumienco en s viene por objeto lo mis exce- (yl penamieat que es real en grado méximo tiene pa abso lenve en grado sudsimo, La inelige 8 atid conwemplaiva clo que hey st concn de que as vida y Dons ‘Téngese en cuenta que los filésofos modernos (Kant inclusive), con la sola excepeién de Leil fan ya los textos de AristSteles. Bl segundo acon importante que wolvié a poner a Arist6te- lesen primer plano gra edicién extica de Immanuel Bekker, igualmente en 1831; el tomo IV, salido a luz en 1836 y ela- bborado por Brandis, con algunos suplementos de Usenes, consta de nume- roxos extractos de comentarios griegos; el V, a cargo de V. Rose y publica { ; do en 1880, contiene los fragmentos que subsisten de las obras perdidas y-el Index Aristotelicus, de Bonita, que sigue siendo hoy un indispensable - einsastiuible instrumento de abajo, Bonitz preparé también una nueva edicibn de la Metafbica con un magistral comentario histérico- en lengua latina (Bonn 1848-49). A consecuencia de todo esto cestudiarse y analizarse sisteméticamente el pensamicato del Est En la escuela de Bekker y Brandis se formé BA, Tiendelenburg, pen- sador de notable esttura, a cuyas clases assteron, entre ots celebridades, Kicrlegaard, Feuerbach, Marx y Brentano, Su obra més influyente fue Ges- chiebte der Kategorienlebre, cuyo primer volumen contiene la «doctrina de las categorias en Avistételeso (Avitioteles Kategorienlebr) yes, en su género, tuna obra maestra, zun cuando pueda discutirse la interpretacién del autor. Recuérdese que las categorfas tienen una importancia oncol6gi orden, camo ya lo mostrdbamos anteriormgente. (Este libro esté también , Milén 1994; en mi introduc usin de la tess) ‘La obra de Trendelenburg suscité un apasionado y complejo debates on una ingroduccidn nuestra: Salle categorie di ArisiteleNita € Mildn 1995.) En 1847-48, A. Schwegler publicé a su vez en Tubinga una impor- tante edicién critica de la Metafisies, con traduccibn y valiosos comenta- Metaphysik des Aristoteles, A vols. (reimps. Minerva, Francfort 1960). Aunque moderedamente, se percibe en esta obra una neta inspira ibn hegeliana, m2 ce la segunda parte del segundo voluren (publi- iva en 1878) reconstrufa el pensamiento de Aris- lar del pensamiento griego (el autor pre- lual. ¥ puesto que, segiin Zeller, como ms ari Hes la verdadera su pues lo accesible ala , micntras que de lo particular no podemos tencr ds que un Conocimiénto empitico. 4, La Metafisica de Aristéelesen el siglo xx Para comprender spretacion de a Metaflica de Asisttcles en el que abi s de Jeger y lgunes opiniones de Heidegger (Jacget asistié durante un semestre a las cases de Natorp, en Marburgo, y Heidegger sucedi6 a ste 195 qu jeraal italiano y se publicara cori una zma e disposizione della uMetafsicas di Aristtele, Vita « Pensiero, Milén 199% ponsable de esto fe con toda probabilidad no el Ja persona que en ef Peripato reunis los distintos libros que constitayen la obra insertando en ella indebidamente pasajes que sirvieran de enlace. ‘Conviene leer el texto-en que Natorp expresa una idea todavia hoy bastante difandida, con el agravante de atribuir a Aristételes mismo la responsabi- lidad de la contradiceién: 223, Hasta ahora nadie parece haber puesto en claro el motivo por el que sa doble incerpretacién del quehacer de k fllosofia entrafia una intolerable en general en cuanto tal y el ser determi- del ser; no puede, pues, identifcarse «la vez con una u otra de cas cienciss fuera cual fuer au imporancs, La cence de que hablamos debe demos de cada uno de los géneror del set, universal del sx no guarda es elacin con cada una de ls cfencas particu- lares, que se sefiren siempre @ un geno: determiado, ni con una de elas «adsivamente— Dados esas presupuesto, de los que atranca VII ce imposible que l fileofla primera ve, por un lado, la cienc que sirve de fundamento a sodas las dems y, por otro, que eoincida con Ja ciencia del ser inmevil inmate es doce, del género supcemo del ser (655) He ahf una de las ideas determinantes en las que parte del debate del siglo xx sobre la metaffsica aristoté idea ha sido tecogida y reelaborada por Jaeger, de qui seguida, Para un estudio més detallado de esta cuestién, remito alo que digo en Linterpretazione della «Metafisica» di Aristotele proposta da Paul Natorp ela sua importanzastoriea, publicado como introducci6n a la obra de Natoxp, op. cit, p. 11-43, Examinemos ahora las afiemaciones de Jaeger en su Aristételes. Pri- eras lineas de-unee historia de su evalucidn epiritual de 1923, que aborda el problema de la misma manera (sin citer a Natorp) y pretende resolver- lo con su oélebre interpretacién histérico-genética, scgdin la cual la meta- fisica como seologia tefleja la primera posicién tomada por Axistételes bajo mientras que la metafisica como ontologia constituye posicidn propiamente aristotéica, Los pasajes en que se busca la media- cién entre ambas concepciones, en realidad inconciliables desde un punto ivo —por cuanto la primera es una ciencia particular y ta a universal—, son intentos, aunque infructuosos, del. ha centrado gran ay aun si esa hablaremos en. segunda una ci propio Aristtles para rofundiey unificar ss escrtos metaiscos, 24 He aqui el vexto de Jaeger cuyasrepercusiones han marcado toda w Soca: inicamente de ascendente, a con- calmioantsy remate de I introduccién, certo al qu acabamos de hacer fee. puede defender ni defiende la tesis de que los mocores inmates jen los movimiencas de los astos no constituyen wn ser determina o una ddeterminada naturaleza del er. Yoda sospecasse que la aportay su solit- cin, que oftece de modo tan evidente el aspecto de una recapituaci via, no son de Aristtees, sino se encontraran también en X18 y no cores- pondieran ale contradiecién de hecho que all se da, Hemos de admits, po? consiguiente, que a fl6sofo no pudo resolver esa saporis y que, en todo caso, Ja presents s6lo después de reunir las dos redaccioncs. [La incerpretacién hist6rico-genética de Jaeger (mencionada ya varias veces ya la que ahora debemos volver para sacar las correspondientes con- lusiones) se impuso durante cerca de medio siglo y estimulé a. muchisi- mos especialistas a producir toda una setie de estudios en forma de art- alos o de libros. El proceso evolutivo de Aristételes que, partiendo del Platonismo y pasando por a ontologia con la consideracién de los varios significados del ser aeabé por interesarse en los fenémenos empfticos, slo 225 en parte puede renerse por histérico-floldgico, ya que en realidad entrafia ade todas es la correspondencia gla-metaflsica-ciencia ta por Comte (como lo he demostrado en lin conceto di filomfia prima e anita della Metafiica di Aritotee, Vita c Pensioro, Milén 19948, p, XUL- XXY), con ciertas infiltraciones de ideas clave donde se pesciben influjos 10s. neakantianos, pasando por la ilosofiavitalista de Dikhey (véa- Jaeger— que tansformaben por completo los términos de dicha evolucién, demostearon la fagilidad de los fndamentos histérico-filolégicos del nuc- vo modelo y por ende también de sus presupuestos tebricos. Cifiéndonos a os casos extremos tocante a la exégesis de la Metafiea, recordemos las obras de FL yon Amnim (en especial Die Bntstehung der Gat- ia, E, Oggioni (Ca filesofia prima di Aristotle, as{como la nurodusionestorica, analitca¢filorofia del mismo Oggion, naturalista para recuperar luego poco a poco la dimensién platé como pensiba Oggi i los caminos del naturalism, peco tes «rocaldasy en el platonismo. Hay que mencionar tami noclasta de J. Ziircher Aristoteles’ Werk und Geist, Ferdinand Schéningh, Paderborn 1952) de considerar todo el Corpus Aristotelicum como una mez- cla de pasajes de Aristételes , en gran medida, de Teofiasto; segiin ese autos, Aist6teles fue siempre un platdnico (aunque reformados), mientras Teo- fiasto se inclinaba cada vex més hacia ele Elector intezesado enconcrard una amplia discusién de todos esos studios (empezando por el de Jaeges) en nuestro libro Il concesto di filo- sofia prim.s sobre Ziischer hemos publicado uf trabajo cn 1956 (inclui- 226 do ahora en la 6* edicién de I! concetto..., p. 450-84) ke, otros dos en 1958 (rccditados tambien enila 6* edi p. 485-514 y 515 “7 Unstoquer te6rico a la cuestién susciada por Natorp y Jaeger vino de P.Aubengue, Le probleme de lire ches Arissote, Presses Universitaires de Fanes Paris 1962 (obra reeditada varias vee que_lewa la ess dea exc- aporsticidadh es una carictertic sicaen cuanto tal, cayo modelo origina Las conclusiones de lo eapftulos precedentes parecen ser negative: esa ia sin nombre, ala que edicores y comentadores darfan el ambiguo cdeun discuno primero y por tanto fundador, quedan apacentemente dos Resolver aaporien el sentido de earle uns soluciéns significa destruir- 1a; pero resolverlaen el sentido de erabajarporsusoluciény esefectuarla Cre- cmos haber demostrado que as aporfas del metaisica de Aritbeles no rent ‘an soluci6n, enteadiendo por esto que no podian resolverse de ninguna ‘manera en un universo de esencias; mas precsamente porque no tienen soki- cin hay que seguir sicmpre tratando de resolverlas,y en esa bisqueda de la solucia reside en defnitia la olucién misma. Buscarla unidad significa beda ya encontrado, ’Ttabajar por le solucién dela aporia es ya un descubei- siento, Tatar incesantemente de averiguar que esl scr significa haber ya poadido ala proguata qué es el serv No toca ala tradicidn, sea ta fuer; apropiarse na vez ms dese comienzo que uelvesiempreacémenzat, de esa escisin que vuelve siempre a escindirsey de eva esperanza que renace sin fin, Teansmitila apertura equivaleacetrata: Arstétles,comollo aest- 2 fun el inmedia porvenic del aristoelisme, fs no ean el fundador de tuna tradicign como ib qe sea Sempre siendo inicialy que la ciencia que la fo ‘aria siendo erernamente ebuscadan, No podemos prolonger Ari blo podemos repetilo, es decir, volvera comenvar. Adems, ea ep ‘enconeraré nunca la insusttuible naturaleza de su verdadero co l mismo nos advir- ileconti- ica de uns sabidua saniento mode, sg a sentencia prpetusmeniea espera, noschallardloinesperdo, 8 Diels. oH aque ArsSclesjuagaba ya oseura ques inhallable yaporéicn. B Decfamos antes que, para comprender las muchas interpretaciones importantes de la filosofia aristovélica en el siglo Xx, es necesatio referitse ‘a dos obras decimondnicas. De la primera, la de Natorp, hemos ya habla- do; la segunda es la disertacién de E Brentano, Von der mannigfichen Bedew- stung des Scienden nach les, publicada én 1862. Hemos aludido igual- a una detallada discusién de la tesis de storico-ermeneuaica del libro di Franz Brentano «Sui molteplicisignificatt dell esere secondo Arisotelen ealeune osservazioni critiche di complemento. Sin ese rexto no podria entenderse la posicién de Heidegger, que comen- «EL primer estito-ilossfica sobre o.cual-he vuelto.una y ota Vera dc Heidegger con la metafisca de Avist6ucles entendida como @itio-replogfa» fueron bastante frecuentes. No es hablar aquf de ellos. Fn lengua italiana exiscen sobre ese tema dos 992, p. 44- 111, La iatetpretacién de gran influencia en otros fild- sofes,incluido Aabenque, y demuestra que la metafisica de Aristécces (ca cual faere el modo Gi que se interprets} es, en todo caso, un imprescindi- bie punto de referencia 2 los problemas merafisicos watados por Arstételes se 228 En Franca tviecon gran relieve J. Maritain yE. Gilkon (te sobre tod6 con su obra Elsery la extittd; Op. cf) En ialfa se publicaron nume- trabajos de C. Fabro, M. Gentile, G. Boncadini y F. B ee especial menciin ureduione alla Meufee, UTET, ‘Tain 1994), con un enfoque mayormente tedrio, Por nuestra parte, hemos sacado a luz una nueva traduccién comentada de la Metafica que, desde 1968, se ha publicado en varias ediciones, reducidas (ed. Rusconi) o ampli das (la definiziva, en tes comos, data de 1993), Recordemos que, en la segunda mitad de los afios cincuenta, iniciamos una sistemética diseu- niido de este debare se recoge en la sexta ed prima... (1994), Ena Universidad de Lovaina wabajaron en el mismo se chal, A. Mansion y 8. Mansion. Desde el punt de vista alemos la importanc the Aristotelian Metaphysics, Pont ‘Toronto (CA) 1951, 1978%, y en el de lengua inspcidos en el pensanicno ein (0 quel culiven) pode encontar seen Aristotle, Perché la Metafsica, a cargo de A. Bausola y G. Reale, Vita « Pensiero, Milén 1994, con artéculos de A. Bausola, E. Berti, A. Bos, B, Cassin, A. Ghisalberti, G. Giannantoni, H. Krimer, V. Melchiorre, M. Migliosi, M. Migaucei, C. Natali, R. Radice, G. Reale, C. Rossito, L. Rug- gis TRA. Slr V. Vera, C. Vigna, M. Wesoly y LE. Zielinski. Espe- cialmente tities para el tem: ArisoieleeAriseteligno nel? Universth Calica polcca di Lublino nl'900, 507-25, y el de Wesoly, La «Metafisica» di Aristotle in Polonia ein Rus- sia, p. 527-45, donde se presenta con todo detale el estado de los estudios sobre la Metafision de AvistSteles en los palses de Europa Oriental. Quedan por mencionar las aportaciones del flosoia an 229 iaciones, por J. Barnes, The Complere Works of Aint, Princeton University Pres, Princeton 1985) los comieatarios de Raw, entre los que sobresale (y es probablemente el mejor) el relativo a la Metafsica (Aristo- sles Metaphysics, vexto revisado, introduccién y comentario, 2 vols., Cla- rendon Press, Oxford 1924, 1958). En cuanto al punto de legada de las investigaciones reaizadss den- tuo de esta comiente, sobre rodo en lo que toca a los problemas ontolégi 0s lo encontramos en Is famosa obra de: Irwin, Arion Ft Prini- ‘pls, Oxford University Press, Oxford 1988. Segin Irvin, el les es, en su sentido mis elevado, ol de Ia edialéctica fuerte>, lo principal no lo ofece su defensa ees se base De aninid, donde el alma aparece como forma del cuerpo, sitve igualmente de fandamento a las Fvicas y «la Poltica. Ea duccidn de R. Davies (que pertenece también a esta escuela) al res anglosajones que se inspiran en el método analitico en general y se interesan particularmente en los problemas metafisicos, Fstas informa- ciones podrén completarse con el imporcante tratado de E. Berti en su ya citada obra Aristtele nel Novecenio, p. 112-85. Asimismo creemos oportano mencionar equt algunos de los comen~ ios mis reveladores y célebres de eruditos inspirados en la filosofia ana~ state's Metaphyries Books I; A, E, traduccién y notas dé CKie- don Press, Oxford 1971; J. Annas, Aristides Metaphysics. Books Mand N, taduccién, inttoduccién y notas, Oxford University Press, Oxford 1976; Notes on Book Zeta of Aristotles Metaphysics, being she record by M Burnyeat and others of «seminar held in London 1975-1979, Oxford 1984; M, Frode y G. Patzig, Aristoteles sMetaphysik Zs, wexto, traduccién y ‘comentario, Beck, Miinich 1988; D. Bostock, Mengplysic, Books Z and I, traduccién y comentario, Clarendon Press, Oxford 1994. ‘Como puede verse, el interés més reciente por la Metaftica de Axisté- teles se centra precisamente en los libros relativos ala sustancia, Esta pro- aparece hoy tratada en escritos que reflejan todo tipo de ten- ias, lo cual era dificil de prever. Constiltese a este respecto Iz obra més , H, @), Akademic Verlag, Berlin 1996, que contiene siete arciculos sobre 230 cade Aristteles nos la offece R. Radice, La «Metafiicas di Arisotee nel xx liografta ragionatae sistematic nde G, Reale, Vita 1996, 1997? (con la colaboracién de cincuenta espe~ indo, cuyos nombres figuran en la pagina siguiente). Se enumeran unos 3500 trabajos, cantidad que no podta preverse y que ‘enriquece considerablemente los datos de ls bibliograflas ordinarias (tal ver la Metafsica sea la obra filos6fica antigua més estudiada en nuestro siglo). El indice de conceptos incluye ls referencias a las distintas obras, jograffa que sigue, nos limitamos a citar los fculos, que el lector interesado pods encon- 231

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