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BALL, Philip

2014 Al servicio del Reich. La física en tiempos de Hitler. México D.F.: Turner.

PREFACIO

 “Prevalece cada vez más hoy en día el criterio de que la ciencia es una sincera
exploración del universo: un esfuerzo por encontrar verdades libres de los dogmas
y ambigüedades ideológicas de que adolecen las humanidades, empleando una
metodología fija, transparente e igualitaria. Los científicos son, ciertamente,
humanos, pero la ciencia (según este criterio) está por encima de nuestras
mezquinas preocupaciones: ocupa un plano más noble, y aquello que revela es
prístino y abstracto”. (p. 9) Se suele pensar a la ciencia como actividad ajena a
cualquier ideología y dogma, como ocupación noble y abstracta

o “Hay científicos y defensores de la ciencia que opinan que los


historiadores, filósofos y sociólogos ofrecen, por su parte, poco más que
verdades a medias, claudicantes y coyunturales; que los teólogos tejen
redes de aire enrarecido, que los políticos son venales y avarientos
cazadores de votos, y que a todas luces los teóricos literarios no son más
que payasos y charlatanes”. (p. 9) En oposición a la ciencia, hay quienes
acusan a filosofía, política, teología de realizar actividad coyuntural,
no objetiva

 “Al estudiar las reacciones de los científicos que trabajaban en Alemania ante el
auge del Tercer Reich no pude menos que quedar consternado al ver cómo las
actitudes de muchos de ellos (que la ciencia es apolítica, que está por encima de
la política, que es un llamado superior más digno de comprometer nuestra lealtad
que cualquier otro asunto humano) se parecían muchísimo a las declaraciones que
he leído y oído en boca de científicos de hoy en día”. (p. 10) Científicos alemanes
durante auge de Tercer Reich tenían actitud parecida a científicos de hoy:
apolíticos, dedicados a actividad más digna, neutral

 “Peter Debye, una de las figuras clave en esta historia, fue considerado un
científico por antonomasia. Creo que un análisis de la vida de Debye demuestra
cuán problemático puede llegar a ser este papel cuando, como ocurre tantas veces,
la vida reclama otra cosa, algo a lo que no es posible responder con una ocurrencia
o una ecuación, o, menos aún, con el argumento de que la ciencia no ha de prestar
atención a asuntos tan mundanos”. (p. 10) Peter Debye: ejemplo de lo
problemático que es ser ajeno a la opinión política, creer que se puede ser
totalmente neutral

 “el verdadero problema para los científicos en Alemania en la década de 1930 no


era una cuestión de limitaciones personales, sino el hecho de que la ciencia como
institución carecía de una clara orientación social y moral. Había creado su propia
coartada para actuar en el mundo. Es menester atesorar y salvaguardar la ciencia,
mas no al precio de diferenciarla del resto de los empeños humanos, atribuyéndole
obligaciones y fronteras éticas específicas, ni tampoco una ausencia específica de
las mismas”. (p. 10) Problema de científicos alemanes en década del 30: la
ciencia sin orientación moral, alejada del mundo
PRÓLOGO
LAS MANOS SUCIAS DE UN PREMIO NÓBEL
[pp. 13-19]

 Peter Debye “realizó sus principales contribuciones en una de las áreas menos
glamourosas de la ciencia: la fisicoquímica. Descifró el carácter físico de las
moléculas, y en especial cómo interactúan estas con la luz y otras formas de
radicación”. (p. 13) Recibió el Nobel en 1936. Peter Debye: contribuciones a
fisicoquímica. Nobel 1936

 Sybe Rispens publicó Einstein en Holanda en 2006, donde mostró que Debye,
aunque nunca fue miembro del partido nazi, fue colaborador del régimen y
contribuyó con sus programas militares: “desde 1935 hasta que abandonó
Alemania a finales de 1939, Debye había dirigido el prestigioso Instituto de Física
Káiser Guillermo de Berlín, donde subsiguientemente se había trabajado en las
aplicaciones militares de la energía nuclear. Y como presidente de la Sociedad
Alemana de Física en 1938, Debye firmó una carta solicitando la renuncia de
todos los miembros judíos que quedaban en la asociación”. (p. 14) Debye
colaboró con régimen y sus programas militares desde la ciencia. Firmó
solicitud de renuncia de judíos en asociación alemana de física

 “Walker y otros historiadores de la ciencia insistieron en que Rispens había hecho


una caricatura polarizada de Debye que oscurecía el hecho de que su reacción al
gobierno nazi no había sido distinta de la de la inmensa mayoría de los científicos
alemanes. Muy pocos de ellos se opusieron activamente a los nazis dentro de
Alemania -casi ningún profesor, por ejemplo, que no fuera judío, renunció a su
cargo o emigró en protesta contra las discriminatorias Leyes del Servicio Civil de
Hitler en 1933. Pero asimismo, solo una pequeña minoría de científicos abrazó las
venenosas doctrinas de los nacionalsocialistas”. (p. 15) Gran mayoría de
científicos en Alemania de Hitler no reaccionaron en contra del régimen nazi,
pero a la vez gran mayoría no asumió doctrinas nazis

 “Según los historiadores, la mayoría de los científicos en Alemania adoptaron una


posición acomodaticia o evasiva ante las intrusiones y desmanes del estado nazi:
tal vez elevando tímidas protestas, ignorando esta o [/] aquella directiva o
ayudando a colegas en desgracia, mas siempre sin montar ninguna resistencia
organizada. Cada uno se preocupó principalmente de preservar hasta donde fuese
posible su propia carrera, autonomía e influencia. Debye fue uno de ellos, ni mejor
ni peor que una pléyade de otros nombres famosos”. (pp. 15-16) Mayoría de
científicos alemanes tuvieron postura evasiva, indiferente o acomodada
frente a régimen nazi. No hubo resistencia, sino preocupación por propia
carrera

 “Es precisamente porque Peter Debye, Max Planck y Werner Heisenberg no


fueron héroes ni villanos por lo que sus historias resultan instructivas, tanto acerca
de la realidad de la vida bajo el Tercer Reich como acerca de la relación entre la
ciencia y la política a nivel más general”. (p. 17) Científicos alemanes no fueron
ni héroes ni villanos, permanecieron al margen, lo que refleja algo sobre
relación ciencia-política
 “ninguno de ellos [Debye, Planck, Heisenberg] era un entusiasta del régimen de
Hitler, y sin embargo, todos ellos fueron líderes y guías de la ciencia alemana -en
funciones administrativas, como intelectuales o como fuentes de inspiración- y
cada uno desempeñó un papel importante en la configuración del tono con que la
comunidad física reaccionó ante la era nazi. Cada uno de ellos sirvió al Reich
alemán, antes y [/] durante esa era, y si bien esto no era lo mismo que servir a
Hitler, y mucho menos aceptar su ideología, ninguno de ellos pareció capaz de
analizar a fondo cuál era la diferencia, o si la había”. (pp. 17-18) Debye, Planck
y Heisenberg sirvieron al Reich, aunque no eran miembros nazis, pero no
fueron capaz de examinar su posición y su influencia en el sentido
político/moral

 “Planck era un conservador tradicionalista, un representante de la vieja élite leal


al káiser, que se consideraba a sí misma un baluarte de la cultura alemana. Los
hombres de su clase eran patriotas, confiaban en la solides de su estatus dentro de
la sociedad, y eran conscientes de que su primer deber era servir obedientemente
al estado”. (p. 18) Planck era conservador, servía al Estado como fin principal,
como protector de una tradición alemana

 “Heisenberg compartía el patriotismo y la voluntad cívica de servicio de Planck,


pero estaba exento de sus prejuicios respecto a los códigos de la tradición. Para
él, la esperanza de un resurgimiento del espíritu alemán tras la humillación de la
Primera Guerra Mundial estaba en el movimiento juvenil que exaltaba el apego
romántico a la naturaleza, la camaradería y la aproximación franca a las cuestiones
filosóficas. Así como Heisenberg no tuvo reparos en hacer de la revolucionaria
teoría cuántica -que Planck con reticencia le ayudara a promulgar- una
cosmovisión que arrojaba una sombra de duda sobre todo lo anterior, tampoco
sentía lealtad alguna hacia el conservadurismo de la cultura prusiana”. (p. 18)
Heisenberg no era un tradicionalista ni conservador, estaba del lado de la
revolucionaria teoría cuántica

 “Frente a la injerencia y las demandas de los nacionalsocialistas, Planck se


inquietó y prevaricó; Heisenberg buscaba la aprobación oficial, en tanto se negaba
a reconocer las consecuencias de sus concesiones. Debye es en muchos sentidos
el más ambiguo de este trío, no por ser el más astuto, sino acaso por ser un hombre
más sencillo y menos reflexivo: el ‘científico de los científicos’, genuinamente
‘apolítico’, para bien o para mal, en su devoción a la investigación”. (p. 18) Frente
a nacionalsocialismo, Planck se inquietó, Heisenberg hizo concesiones
buscando aprobación oficial, Debye fue ambiguo y apolítico

 Hans Bernd Gisevius: “Una de las lecciones vitales que hemos de aprender del
desastre alemán es la facilidad con que un pueblo puede verse absorbido por el
marasmo de la inacción; basta que sus individuos se dejen llevar por la
marrullería, el oportunismo y la cobardía, para que estén irrevocablemente
perdidos”. (citado en p. 19) En Alemania, pueblo absorbido por inacción,
oportunismo

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