Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
La Revolución Rusa
de 1917.
En el tema anterior hemos visto la situación tan precaria que vivía Rusia a
principios del siglo XX, un país que en muchos aspectos estaba anclado en el siglo
XVIII. También vimos cómo se iban constituyendo una serie de partidos de oposición
que exigían al zar una mayor democratización. Los intentos de apertura y
liberalización del país, por parte del zar, tras la revolución de 1905 no satisfacen a
nadie. La entrada de Rusia en la I Guerra Mundial lo único que hace es agravar más el
problema y que crezca el número de descontentos. En este ambiente tan tenso el
gobierno del zar tenía los días contados.
En 1917 estalla una revolución que tendrá una gran trascendencia en la historia
de la humanidad, algunos, en cuanto a su importancia, la comparan con la Revolución
Francesa. La revolución tiene dos fases claramente separadas, la primera en febrero, y
consigue, tras la caída del zar, la proclamación de un régimen burgués y constitucional
que no solucionará los problemas del país. La segunda fase se da en octubre y en ella
un partido marxista, el bolchevique, conquista el poder político; es la primera vez que
triunfa una revolución en todo un país siguiendo los postulados de Marx.
2
Las revoluciones rusas de 1917.
núcleos de población más pequeños. La forma que adoptaba en todos esos lugares era
de nuevo la del soviet o consejo.
La debilidad del Gobierno -que carecía, entre otras cosas, de un aparato policial
solvente en que apoyarse- se vio medianamente compensada por el apoyo que
mencheviques y socialistas revolucionarios, no sin reservas, le proporcionaron. Para los
primeros, en particular, la dirección de una “revolución burguesa” como la que se estaba
gestando debía correr a cargo de un partido burgués como era el de los “kadetes”. La
situación política se caracterizaba, de cualquier modo, por una notable inestabilidad: no
podía ser de otro modo cuando, en Petrogrado, el poder se lo repartían un Gobierno
provisional escasamente revolucionario y un soviet que reflejaba el descontento, y la
voluntad de cambio, de los partidos radicales y de buena parte de los trabajadores que
vivían en la capital. En las palabras del primer ministro, el príncipe Gueorgui Lvov, el
Soviet tenía “poder sin autoridad”, mientras que el Gobierno exhibía “autoridad sin
poder” (Kochan, 1968,384). La discrepancia entre las exigencias del Soviet y las
constantes decisiones del Gobierno que ratificaban viejas situaciones era evidente.
En este marco se hizo notar por primera vez con fuerza la línea política que
defendían, con Lenin a la cabeza, los bolcheviques: si por un lado se trataba de
denunciar abiertamente todos los apoyos recibidos por el esfuerzo de guerra, por el otro
era necesario situarse en la perspectiva de un tránsito desde la “revolución burguesa” a
un segundo estadio revolucionario, en el que el poder debía recaer en manos del
3
Las revoluciones rusas de 1917.
proletariado y de los campesinos más pobres, lo cual exigía, por lógica, una activa
oposición al Gobierno provisional. En sus Aprielskij tezjsaj (“Tesis de abril”) Lenin se
pronunciaba por la transferencia de todo el poder a los consejos obreros y campesinos,
así como por la expropiación de las grandes propiedades. Aunque en aquellos
momentos los consejos estaban dominados por mencheviques y socialistas
revolucionarios, en la opinión de Lenin eran muchas las posibilidades de que, con un
programa como el mencionado, los bolcheviques se convirtiesen rápidamente en
mayoría. La propia pervivencia -decisión del Gobierno provisional- del monopolio del
Estado sobre los cereales, y de los precios fijos consiguientes, había acrecentado el
descontento de los campesinos con respecto a los nuevos gobernantes.
4
Las revoluciones rusas de 1917.
combate, al ejército. La idea de una guerra estrictamente defensiva se hizo, sin embargo,
común entre los responsables de los frentes, tanto más cuanto que en junio fracasó
ostentosamente una ofensiva rusa más, esta vez en el frente sudoeste.
4. El gobierno de Kerenski.
b) Críticas a Lenin.
5
Las revoluciones rusas de 1917.
gobierno alemán el que ha organizado su regreso a Rusia desde Suiza en el mes de abril
y otorgado a su tren el privilegio de extraterritorialidad; la acusación se completa
intentando probar su traición, con la pretendida recepción de fondos de origen extraño.
Actualmente sabemos con toda seguridad que los bolcheviques, considerando que no
era el momento oportuno para el inicio de su revolución, se esforzaron en reducir las
dimensiones de una manifestación que se había iniciado espontáneamente. Trotski
explica que en julio no se podía conservar el poder, había unidades neutrales en la
guarnición y la comunicación con las unidades del frente no era posible tras la
propaganda menchevique de que la guarnición de la capital no les quería relevar; por
añadidura, era preferible esperar el resultado de la ofensiva en el frente porque la
derrota, que se produjo finalmente -el 21 de agosto los alemanes ocupan Riga-, dejaría
al gobierno en precario. Trotski juzga que si en julio hubieran tomado el poder no
hubieran podido conservarlo. En la actualidad nos encontramos en condiciones de
valorar otras circunstancias en las que no reparó Trotski.
d) La amenaza de Kornilov.
6
Las revoluciones rusas de 1917.
7
Las revoluciones rusas de 1917.
El renovado peso que los bolcheviques habían adquirido en las dos grandes
ciudades del país -Petrogrado y Moscú- hizo que a los ojos de Lenin (que había
regresado en secreto el día 9 de octubre) estuvieran ya maduras las condiciones para una
toma del poder por los soviets respectivos. La decisión de acometer los preparativos al
respecto fue acogida, sin embargo, con recelos por buena parte de los miembros del
Comité Central bolchevique; así, para Alexandr Zínóviev y Lev Kámenev, partidarios
de una aproximación a otras formaciones de izquierda, era preferible aguardar a un
triunfo en las elecciones a la citada asamblea constituyente, en la confianza de que esta
institución y el Soviet de Petrogrado pudiesen acometer de manera conjunta la tarea de
gobierno. Hubo que esperar hasta el l0 de octubre para que el Comité Central
mencionado respaldase la decisión de preparar la insurrección armada. Esta no parecía
preocupar en exceso a Kérenski, quien acaso veía en ella una buena oportunidad para
desencadenar una dura represión.
8
Las revoluciones rusas de 1917.
La revolución se había hecho bajo la consigna de "todo el poder para los soviets”
pero realmente no van a ser los soviets los que controlen la situación, sino uno de sus
sectores, el más audaz y preparado: los bolcheviques. Desde el día 26 en los barrios
obreros algunas organizaciones condenan la toma del poder por un solo partido. Hay
mítines en las fábricas Arsenal, Putilov y en el puerto; se acusa de irresponsabilidad a
los bolcheviques y otra vez se apartan del compromiso los blandos. Pero la mayoría de
los obreros ha visto quienes han protagonizado la revolución: Lenin y Sverdlov con sus
planteamientos teóricos, Trotski y Antonov Oseenko con su dirección táctica en las
calles de la ciudad. Lenin preside el primer gobierno de comisarios del pueblo, en el que
son nombrados además, entre otros, Trotski (Asuntos Exteriores), Rykov (Interior),
Lutnacharski (Educación Nacional) y Stalin (Nacionalidades).
9
Las revoluciones rusas de 1917.
10
Las revoluciones rusas de 1917.
11
Las revoluciones rusas de 1917.
e) La liquidación de la oposición.
Es mucho lo que se ha dicho sobre este período, pero tal vez fue el economista
Jack Hirshleifer quien describió de forma más precisa su significado. Para él, el
comunismo de guerra constituía "el máximo esfuerzo de la época moderna por eliminar
el sistema de propiedad privada e intercambio voluntario". Los bolcheviques estimaban
el mercado como la institución más "burguesa" y por tal motivo debía ser
inmediatamente destruido. Tal como el destacado teórico bolchevique Nikolai Bujarin
escribiera en el The ABC of Communism, "Consideramos, por lo tanto, que la principal
característica del sistema capitalista es una economía de productos, es decir, una
economía que produce para el mercado". En otro libro, The Economics of the Transition
Period, Bujarin explicó: "En realidad, cuando nos enfrentamos a una economía nacional
organizada, todos los problemas básicos de economía política tales como el precio, el
valor, la ganancia, etc., simplemente desaparecen".
12
Las revoluciones rusas de 1917.
¿Qué salió mal? Uno de los arquitectos del comunismo de guerra, León Trotski,
proporcionó más tarde una sincera respuesta: el gobierno soviético partiendo del
"comunismo de guerra" esperaba llegar gradualmente, pero sin destruir el sistema, a un
comunismo verdadero... Sin embargo, la realidad entró en creciente conflicto con el
programa del comunismo de guerra.
El franco reconocimiento de Trotski es bastante preciso. Muchos aspectos de la
realidad constituyeron un obstáculo para los bolcheviques
En el mejor de los casos fue ingenuo de parte de ellos pensar que los campesinos
continuarían produciendo bajo estas circunstancias. (En realidad, la rebelión contra los
impuestos es una de las más antiguas inclinaciones humanas). Además, por paradójico
que pueda parecer, una economía centralmente dirigida es la menos apta para organizar
la producción. En otras palabras, la "economía planificada" no puede planificar.
Las medidas y los resultados del comunismo de guerra llevaron al historiador
social Ralph Raico a esta opinión acerca de la revolución rusa: lo que podemos observar
con Trotski y sus camaradas en la Gran Revolución de Octubre es el espectáculo de
unos pocos intelectuales de inclinación filosófico-literaria que se apoderan del poder en
un gran país con el objeto de destruir todo el sistema económico pero sin tener la menor
idea de cómo funciona un sistema económico.
13
Las revoluciones rusas de 1917.
14