FRIO Y ESPERANZA

Obra para conjunto de cámara

1 Violín

1 Flauta

1 Oboe

1 Clarinete

1 Trompeta

1 Trombón

1 Tuba

La obra es sobre mi percepción del comportamiento de la sociedad de hoy, un ambiente frio en el

cual a ningún ser humano le importa el estado de sus iguales, si están necesitados y requieren
ayuda porque es justo el requerimiento a las personas no les importa pues solo están pensando y
calculando fríamente su bienestar pasándoseles por alto que todos hacemos parte de un mismo
grupo llamado humanos y que ese gran grupo habita un lugar que es nuestro planeta La Tierra y es
de todos y que por ser nuestro debemos cuidarlo pues es nuestro hogar.

Así pues el humano en la sociedad está encerrado en sí mismo en su ego y orgullo haciéndose
daño y haciendo daño a toda la existencia.

Sin embargo no soy pesimista y por eso muestro también mi gran deseo de que cambie, es la
esperanza viva y eterna en la justicia, la verdad y el amor, en fin en Dios como padre creador,
perfecto y siempre misericordioso.

Contexto Musical

La obra está elaborada principalmente por dos partes, la parte fría y la esperanza, cada una de las
cuales está caracterizada por un grupo de notas en donde no comparten ninguna.

Al principio, lo frio abarca las siguientes seis notas mi bemol, mi, fa, la bemol, si bemol y si natural.

Comienza con un movimiento lento y con motivos melódicos que expresan frialdad y quietud, en
la letra A aparece una escala descendente en ostinato en la flauta y clarinete que después alterna
con otros instrumentos, mientras sucede esto el violín ejecuta un pasaje melódico de dos grandes
frases y cada una de las cuales con una respuesta fuerte en negras con puntillo. Antes de la B y en
el primer compas de la B aparecen los acordes formados por el primer grupo de notas y el
segundo grupo de notas respectivamente.

Hay un cambio de tempo a mas rápido, aquí el primer grupo de notas es transportado un tritono,
aparecen rítmicas más cortas (semicorcheas) queriendo crear un ambiente algo caótico.

En la letra C aparece un nuevo carácter de la obra, el primer grupo de notas es transportado una
quinta justa ascendente, aquí se hace el desarrollo de la obra con distintos elementos como la
constante irregularidad rítmica, fuertes cortes en la trompeta y el trombón aprovechando su
capacidad sonora, y trabajo de homofonía sobre la escala escogida.

En la letra D aparece por fin el segundo grupo de notas que representa la esperanza. Tenemos
do, do sostenido, re, fa sostenido, sol y la el tempo se hace más lento evocando tranquilidad. Los
motivos y frases melódicas son mucho más consonantes aplicando las cuartas que se producen de
la escala. Este movimiento es bien sereno.

Al final aparece el acorde formado por el segundo grupo de notas atacado fuertemente y se dirige
en un decrescendo hacia el primer grupo de notas y este se toca en un matiz suave. En los últimos
compases cada instrumento toca una de las notas del segundo grupo y tresillos, la tuba termina la
obra con una nota larga en Re.