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¿Has notado a veces que algo extraño pasa con las mezclas que haces en tu paleta?, ¿has creído
lograr el color que buscabas y al poner la pintura en el lienzo se transforma en otro tono diferente
al que querías?… … Continuar leyendo
¿Has notado a veces que algo extraño pasa con las mezclas que haces en tu paleta?, ¿has creído
lograr el color que buscabas y al poner la pintura en el lienzo se transforma en otro tono diferente
al que querías?…
Eso mismo me pasaba en mis inicios en la pintura, desperdiciaba tiempo y materiales al tener que
corregir agregando más pintura o haciendo una nueva mezcla. Además esto suponía tener que dar
pinceladas adicionales en el lienzo, lo que muchas veces terminaba en un cuadro “sobre trabajado”
o con colores sucios.
Hoy te traigo la explicación de cómo hacer una paleta de vidrio o cristal para mezclas que te
ayude a mejorar la capacidad para hacer que los colores formados coincidan con los buscados, y
que de paso te haga mucho más simple y rápida la tarea de limpiar la paleta.
La vista a veces nos engaña para ver los colores
Ya te he hablado en otras ocasiones de algo que se conoce como el contraste simultáneo, y es
cuando la percepción de un color varía según el color que tenga adyacente.
Si preparas las mezclas sobre una paleta de color blanco o muy claro te parecerá que hiciste un
color muy oscuro, porque tu vista (en realidad tu cerebro) lo compara con el blanco de fondo, y va
a sentir que “resalta demasiado”, mientras que el color que ves en la imagen que quieres reproducir
no es tan oscuro… pero en realidad sí lo es, solo que al estar rodeado de otros colores oscuros no
resalta tanto y no es tan inquietante a la vista.
Mira la siguiente imagen para entender mejor lo que te digo:
Ambos recuadros de color salmón son exactamente iguales, como te lo muestro a la derecha, pero
al estar uno ubicado en el lado de la sombra y otro en el lado más iluminado se ven muy diferentes.
De hecho el que está en la sombra parece más claro y brillante.
Así, para compensar, buscarás reproducir en la paleta el mismo contraste, la misma separación
entre valores tonales y tenderás a formar el color más claro de lo que es para que no resalte tanto
y parezca tener con el color de la paleta la misma relación que tiene el color original con los tonos
que le rodean.
Este tema lo abordé un poco cuando hablé de las luces, sombras y valor tonal. Puedes dar clic en
el siguiente enlace para volverlo a leer: Valor tonal: Luces y sombras en la pintura para lograr
cuadros realistas
De esta forma, para minimizar este efecto, lo óptimo es utilizar una paleta de un valor tonal
medio, es decir ni muy clara ni muy oscura, y a su vez de un color neutro como el gris, para que
tampoco se nos presente un contraste por color o por intensidad.
La paleta de vidrio o cristal
La paleta de la que te voy a hablar es la paleta de vidrio con un fondo gris de un valor tonal
medio. Es una paleta que por su peso y facilidad de romperse no es para tenerla en la mano sino
apoyada sobre una mesa o sobre un trípode o accesorio que permita ponerla de manera inclinada
o incluso vertical.
Ventajas
1) Es fácil de limpiar, incluso cuando ya la pintura está muy seca, y sin usar solventes, lo que no
sucede si se dejan secar los colores en una paleta de madera. Más adelante te describiré cómo se
hace la limpieza.
2) Es relativamente económica de hacer, ya que el vidrio lo puedes obtener de un retazo de una
ventana quebrada, o de un pedazo que te den a buen precio en una vidriería. Aunque es
recomendable que uses un vidrio temperado o de seguridad.
3) La puedes hacer según tus necesidades, pequeña si trabajas en formatos pequeños y capas
delgadas, o más grande y de un vidrio más grueso si sueles usar muchas mezclas y mucha cantidad
de pintura, por ejemplo para cuadros grandes o con empastos.
Yo en mi caso tengo varias, según lo que vaya a pintar y el tiempo del que disponga.
4) Su superficie es muy suave para la preparación de las mezclas tanto con pincel como con
espátula. La pintura se desliza fácilmente por el vidrio haciendo más fácil y agradable el proceso
de la mezcla.
5) Colocando un fondo de un color neutral como el gris, en un valor tonal medio hace que
se mejore el proceso de evaluación del color al minimizar el efecto de contraste simultáneo que
te hablé anteriormente. Incluso se puede poner una tarjeta de escala tonal para usar como referencia
a la hora de mezclar, la cual puedes imprimir o hacerla como lo expliqué en el artículo “Evaluando
el valor tonal en la pintura con una escala de grises”.
6) Ahorro de tiempo y dinero: usar esta paleta hace que puedas ser más exacto a la hora de
preparar la mezcla, requiriendo menos tiempo de preparación de cada color y por supuesto una
cantidad menor de pintura y medios desperdiciados. También, hará que se ahorre el dinero que se
gasta en comprar las paletas desechables en el caso de quienes las usan.
7) Al utilizarla sobre una mesa puedes utilizar las dos manos para sostener pinceles y/o el trapo
con el que los limpias, o el mahl stick que te enseñé a hacer hace un tiempo.
Desventajas
1) Fragilidad: al ser de vidrio, si no se tiene cuidado se pueden caer y romper, sin embargo si se
usa siempre sobre una mesa y con cuidado se minimiza este riesgo y se convierte en una paleta de
larguísima duración.
2) Mayor peso y dificultad de agarre: generalmente son más pesadas que una paleta de madera
de las clásicas, y no tienen el agujero y forma más anatómica para reposarla en el brazo, lo que
hace que se vuelvan incómodas para quienes les gusta pintar con la paleta en la mano. Aunque ya
te he comentado en varias ocasiones que la imagen del clásico pintor parado frente al lienzo con
su paleta de madera (tipo Bob Ross) no refleja realmente la realidad de la mayoría de los pintores
en su estudio. Muchos en realidad usamos la paleta de vidrio cuando estamos en el taller y la de
madera la reservamos para cuando se pinta fuera de él.
Limpieza
La limpieza de esta paleta de vidrio se hace en segundos con un raspador de pintura, que es
como una espátula pero con una cuchilla, muy usado para retirar manchas de pintura de pared que
cae en pisos de cerámica o en los vidrios de las ventanas. Rápidamente la pintura aunque esté seca
es retirada sin necesidad de aplicar solventes. Si no dispones del raspador, puedes usar una
espátula de albañilería, aunque el proceso es un poco más lento.
También puedes usar cualquier cuchilla de borde recto como una hoja de cúter, exacto o bisturí,
de los grandes, para trabajos de manualidades, agarrado con un alicate o herramienta similar. Una
hoja de afeitar común se podría usar pero hay más riesgo de rayar la superficie o cortarse la piel.
Hay que tener mucho cuidado de pasar la cuchilla lo más paralela y horizontalmente
posible con respecto al vidrio para no hacer rayones.
Como tengo varias paletas de vidrio me gusta dejar que se seque la pintura para luego retirarla sin
ensuciarme. Quedan unas capas fáciles de aglomerar y desechar, quedando el vidrio listo para
nuevas mezclas. Te lo muestro en las siguientes imágenes:
¡¡¡Precaución!!!: para evitar cortaduras al utilizarse el raspador debes tener cuidado de retirar la
pintura empujando la cuchilla hacia al frente, hacia el lado contrario a tu pecho y de tu mano
libre.
También puedes reutilizar un vidrio de una ventana o el sobre de una mesa rota, el vidrio de las
repisas de una vieja nevera y mandarlo a cortar y pulir.
Lo ideal sería un vidrio temperado, que son los que al quebrarse se rompen en pedacitos muy
pequeños para evitar cortes, sin embargo si lo compras nuevo en una vidriería podría ser algo
más costoso.
Materiales:
Un pedazo de vidrio según te comenté en los párrafos anteriores.
Pintura negra y blanca para formar un color gris de un valor tonal medio. Preferiblemente pintura
acrílica o vinílica que seque rápido.
Pincel, rodillo o esponja para aplicar la pintura en la superficie del vidrio
Un pedazo de papel, cartón u otro material para proteger el vidrio por el lado pintado. Deberá
tener el mismo tamaño del vidrio.
Cinta de carrocero (de pintor o de enmascarar), para cubrir los bordes
Opcional: cinta de embalaje para cubrir la parte pintada del vidrio
Opcional: papel, cartón o cartulina de un color neutro de valor tonal medio, preferiblemente gris,
pero puede ser por ejemplo el café del papel craft.
Procedimiento
1. Preparar el color gris para pintar el vidrio, en un tono de luminosidad intermedia. Si no sabes
cómo puedes ver mi artículo sobre la escala tonal de grises, allí te lo explico paso a paso. Pero
en síntesis es un color gris que no sabes definir si es claro o si es oscuro.
2. Pintar el vidrio por uno de los lados, ya sea con un pincel grueso, un rodillo o una esponja.
Con dos capas suele ser suficiente.
3. Una vez seco el vidrio, alinearlo con el cartón o papel protector del lado pintado y pegarlo
por los bordes con la cinta de carrocero. Esto es con el fin de proteger la pintura de eventuales
rayones al colocar la paleta en diferentes superficies. Puedes dejar la cinta tal cual o pintarla
con la misma pintura gris.
Opcional: en lugar de hacer el paso anterior, puedes directamente cubrir la zona pintada con
cinta de embalaje, o con vinil adhesivo que se usa para forrar libros. Esto permite proteger la
superficie y al mismo tiempo evitar que en caso de que se rompa el vidrio los pedazos se dispersen.
Puedes dejar los bordes sin cubrir si están pulidos. Si no lo están deberás bordearlos con cinta para
evitar cortaduras.
Una opción aún más versátil:
En lugar de pintar la superficie del vidrio, puedes dejarlo transparente y ubicar debajo de él
pedazo de papel, cartulina o cartón de un valor tonal medio (o aproximado, ni muy claro ni muy
oscuro), y sujetarlo por los bordes con la cinta. El color puede ser gris u otro tono neutro o tierra.
Incluso, si la paleta es grande y la vas a conservar fija en una mesa, podrías incluso simplemente
poner la cartulina y encima el vidrio.
Esto te permitirá en cualquier momento cambiar el color de fondo según la imprimación que le
vas a dar de base a tu lienzo. También te permite ubicar una escala de valores tonales o incluso
colocar la foto de referencia que estés trabajando debajo del vidrio para comprobar las mezclas
directamente en la imagen.
Finalmente…
Ya ves que pequeños cambios pueden dar un vuelco enorme en nuestros resultados artísticos. De
verdad me gustaría que pruebes esta opción que hoy te presento de una paleta de vidrio o cristal
para mezclar los colores de una manera más profesional y que más adelante me cuentes si viste
algún cambio en tu proceso de mezclado.
Hasta pronto, nos vemos ¡de la inspiración a los detalles!…
Ya hablamos bastante en el artículo anterior sobre la Teoría del color como aspecto básico
para aprender a pintar al óleo ahora es momento de pasar a la “práctica del color”, y nuestros
primeros ejercicios que se convertirán en uno de los pilares fundamentales para el éxito en
nuestra carrera de artistas.
Comenzaremos a ejercitarnos en las mezclas básicas para formar colores secundarios y terciarios
a partir de los primarios, y con ello construir nuestra propia Rueda de colores o círculo cromático.
COLORES PRIMARIOS
Para comenzar diremos que para nuestro ejercicio nos bastará tener los tres colores primarios, de
preferencia dos de cada color, pero si tienes uno de cada uno es suficiente para el ejercicio. Digo
que dos de cada color porque para efectos de mezclas, hay colores de un mismo tono que son
difíciles de obtener por mezclas, y que tienen una tendencia tonal diferente entre ellos, así:
violáceo.
Ahora comparemos los resultados con otras posibilidades de mezcla, que dan como resultado
unos colores verdaderamente hermosos, especiales para nuestras pinturas de paisajes, pero que se
alejan del color llamativo y vistoso que encaja en nuestra rueda de colores como verde.
NUESTRA PROPIA RUEDA DE COLORES
Tomaremos un cartón entelado o preparado como lo aprendimos en el artículo“Preparación de
soportes en madera o cartón” o bien si hemos comprado cartones entelados para estudio… o en
última instancia cualquier cartón que tenga una dureza aceptable o una hoja de papel… todo será
válido para comenzar nuestros ejercicios!!!. A continuación haremos un esquema como el
siguiente, (en lápiz, lapicero, carboncillo, etc) con ayuda de platos, tapas de recipientes, compás,
Siguiendo la regla general que abordaremos en un posterior artículo “graso sobre magro”, es
necesario que su uso se limite un poco a las últimas capas, en incrementos graduales, pues no
seguir esta regla puede causar que se cuartee nuestra obra o que incluso se desprendan las capas
superiores.
Su uso también conduce a otras dos reglas: reducir su uso en colores blancos o azules y no dejar
que nuestras obras se sequen en la oscuridad, presentándose en ambos casos el efecto negativo de
un aspecto amarilloso de la pintura.
Para mayor información sobre los aceites te recomiendo leer el siguiente artículo: “Lo que debes
saber sobre los aceites para pintar al óleo“
La esencia de trementina, el diluyente
utilizado por tradición:
También es llamado aguarrás vegetal (diferente al aguarrás mineral), pero hay que asegurarse de
que sea calidad artística. Es usada para diluir el óleo o limpiar los pinceles y demás implementos.
Es obtenida por destilación de una resina oleosa de diferentes árboles. En su calidad artística debe
ser totalmente transparente, sin impurezas, del color del agua.
Para evitar su deterioro se aconseja guardarlo en lugares protegidos de la luz, y utilizar en un
envase diferente justo la cantidad que se va a necesitar, teniendo la precaución de no re envasar el
sobrante para evitar contaminación y de taparlo cuando no se use.
Los vapores son de un olor fuerte, aunque no desagradable para muchos. Puede ser irritante en las
vías respiratorias al exponerse durante mucho tiempo y altas concentraciones, por lo que es
necesario que el lugar donde pintemos sea bien ventilado. A algunas personas les causa alergias.
Es un diluyente que utilizado adecuadamente es seguro, pero dada su toxicidad e inflamabilidad,
es muy importante conocer la forma adecuada de usarlo, almacenarlo, desecharlo y reutilizarlo.
Por ejemplo, se debe utilizar en cantidades mínimas, sacando del contenedor original un poco a
otro contenedor de boca estrecha y con tapa que evite su evaporación rápida, y proporcional a la
cantidad que vayamos a usar.
Si es usado para lavar los pinceles, una solución importante es tener un recipiente de vidrio con
tapa en donde lavemos los pinceles, y luego, cuando no estemos trabajando, dejar decantar o
asentar los pigmentos en el fondo del envase, de manera que podamos extraer la trementina que
ha quedado en la superficie y que nos pueda servir de nuevo para lavar los pinceles. No utilizarla
para limpiarnos la piel pues puede ser tóxica por contacto.
Sin embargo lo ideal es usar cantidades mínimas para limpiar los pinceles, eliminando la mayor
parte de la suciedad con trapos, humedeciendo el pincel en trementina para aflojar un poco la
pintura que queda, dejar evaporar este diluyente para luego hacer el lavado final de los pinceles
utilizando jabones en barra ( como el azul) o lavaplatos líquido, lo que a su vez alargará la vida
útil de los pinceles ya que los disolventes por su naturaleza van desgastando más rápidamente los
pelos.
Limpiar los excedentes con papeles absorbentes, no desecharlos por la tubería, drenaje o
alcantarillado ya que es altamente tóxico para organismos acuáticos.
Aguarrás mineral:
Es obtenido de derivados del petróleo. Hay que conseguirlo de calidad artística. Posee un olor un
poco desagradable. Su ventaja es el menor precio, pero no es muy compatible con algunos medios.
También hay que tener las mismas precauciones que con la esencia de trementina en cuanto a su
inflamabilidad y toxicidad.
Barnices
Son utilizados para dar algunos efectos entre capas, como por ejemplo en medios para veladuras,
así como para proteger la pintura una vez que se ha secado por completo. También mejora el
aspecto de la pintura ya que empareja algunas diferencias de brillo en la superficie. Los venden
para diferentes usos, y en diferentes acabados : brillante, medio y mate. El más comúnmente
utilizado es el llamado Barniz Dammar, que también se comercializa en forma de resina para
preparar.
¿Porqué no puedo pintar así?
¿Te ha pasado alguna vez que llega a tus ojos la imagen de pinturas realmente impresionantes, con
ideas tan fantásticas, tan creativas y brillantes que piensas… ¡jamás se me hubiera ocurrido!?
¿O has visto un cuadro con pinceladas tan reales que dudas si realmente es una pintura al óleo o
una fotografía?
¿Te has topado con videos de personas pintando con la técnica “alla prima”, en la que rápidamente
el pintor deja terminado un cuadro en una sola sesión y con un alto grado de excelencia?
Bouguereau Linnocence
Son momentos en los cuales uno ansía tener aquellas facultades extraordinarias, aquellos dotes de
imaginación, observación y pulso en las pinceladas. Son aquellos momentos en que vamos en
busca de lo que nuestras manos han pintado para observarlo un momento y decir “¿porqué no
puedo pintar con tal grado de perfección?”.
Son aquellos instantes en que hay que sacudir la cabeza y recordar el motivo por el cual pintamos,
y el objetivo al que queremos llegar.
La tentación de San Antonio, Salavador Dalí
Si hemos decidido tomar un pincel y unos pigmentos para divertirnos, pues no debería acudir a
nuestra alma aquella congoja por anhelar pintar como otros, porque nos llamen aficionados o
porque a nuestras composiciones les falte perspectiva, porque les falte contrastes de colores,
contrastes de luz y sombra. No deberíamos opacar nuestro entusiasmo porque el rostro de nuestro
primer autorretrato sea el rostro de un desconocido.
Si hemos decidido tomar el óleo, los acrílicos, acuarelas o lápices para hacer del color una
extensión de nuestra alma entonces no debemos desfallecer en el intento de buscar nuestro propio
estilo, en lugar de abatirnos por no poder imitar el estilo de otros.
El beso de Hayez
Cada obra que hagamos nos dirá el próximo paso hacia nuestro aprendizaje, nos deberá decir cuál
será el nuevo objetivo en el próximo proyecto, y cada nuevo trabajo nos dirá cuánto hemos
mejorado con relación al anterior, cuánto más corazón hemos dejado en él y cuánta más luz ha
llegado a percibir nuestra mirada.
Por ello siempre digo que quien pinta con otro ideal diferente al de divertirse o expresar su sentir
y su forma de ver la vida, comienza a sentir tedio y obligación al tomar de nuevo el pincel y
superarse a sí mismo.
Una de las fuerzas más grandes que mueven y frenan a la humanidad es el miedo, y por él muchas
personas postergan sus sueños e incluso renuncian a ellos. Ni siquiera la esfera del arte se libra de
aquel poderoso sentimiento que invade al pintor cuando se enfrenta a un lienzo en blanco.
Es así como muchos lectores y aprendices me han pedido consejo al respecto, y quiero compartir
contigo mis recomendaciones en tres pasos para desafiar aquellos momentos de desasosiego.
Primer paso: Reconocer cuándo tienes
miedo al lienzo en blanco
Para algunas personas es muy claro saber cuándo tienen miedo a pintar, pero para otras no es tan
fácil, o simplemente no se han puesto a pensarlo.
Quizás tú ya hayas reconocido esta agitación alguna vez cuando te enfrentaste ante aquella
superficie vacía que hizo que tu imaginación se quedara igualmente en blanco.
Pero a veces el miedo se oculta detrás de estas frases:
“No sé qué pintar”,
“No sé por dónde empezar”,
“Todavía no tengo suficiente preparación”
“No tengo talento”
“Me va a quedar muy feo”
“Todavía no tengo una idea bien original para un cuadro perfecto”
“Mañana lo comienzo, la otra semana lo hago, el próximo mes sí…”
Y entonces habrás postergado el placer de pintar por miles de disculpas. Te has perdido días
preciosos para practicar y mejorar poco a poco.
3. Vence la improvisación
Los grandes pintores hacen estudios previos a la obra final, hacen ensayos y bosquejos, hasta
encontrar lo que quieren, y una vez lo decidan ya comienzan con paso firme a pintar su obra.
Una vez sabes qué tema deseas pintar te debes enfocar en practicar y aprender lo relacionado con
ello. Hacer dibujos, ejercicios, ensayos de los colores y mezclas que usarás, estudios por partes de
la obra, etc.
Todos estos ejercicios los harás en soportes económicos que no te intimide dañar, así te sentirás
más libre, y te dará una preparación y seguridad a la hora de comenzar tu trabajo definitivo.
Ahora ya sabes cómo romper el hechizo en los tres pasos que te he dado: reconocer el miedo,
entender porqué surge el miedo y finalmente actuar para eliminar el miedo