178 Honrar A Dios:
Moisés advierte (13:1-18) que las tentaciones pueden proceder de
tres lugares; la eigen puede presentarse como un; tractiva
.en.un contexto religioso41-5), sticg (6-11). comunitario (12-18),
Es posible que las generaciones pos tengan que bregar con ten-
Ublicas, secretas o convincentes.
Cue tentacion publi ica 1-5) que puede parecer genuina puede prove-
nir del ordculo de un profeta local o un sofiador [intérprete] de suetios,
que invite al pueblo a ir en pos de dioses ajenos. Este tipo de influencia
i te peligrosa, sobre todo si ese
ior (1-2), presumiblemente para demostrar
la autenticidad de su mensaje. La aparicién de manifestaciones sobre-
naturales no autentifica de inmediato el mensaje del profeta. El pasaje
subraya que la teologia siempre debe tener prioridad sobre «las sefia-
les y prodigios». Al invitar a las personas a adorar a los fdolos, este
profeta taumaturgo aparta al pueblo de su Dios del éxodo.
Es dentro de este contexto cuando se dice al pueblo de Dios que no
debe ariadir ni quitar de la Palabra de Dios (12:32) tal y como ésta apa-
recfa en los mandamientos del pacto. Ni siquiera un milagro o una
sefial que se cumple debe motivar un cambio de forma de pensar sobre
este tema esencial. Después de todo, el Egipto idélatra tuvo sus magos
en determinadas ocasiones, que hacfan «sefiales» tan eficaces como las
que hacfa Moisés. Es posible que dentro de los cfrculos de la magia
negra, o en el espiritismo, tengan lugar ciertas «sefales» o milagros
pero Dios prohibe por completo este tipo de actividades. Las «sefiales»
No santifican estas practicas. Las «maravillas» s6lo aumentan el peli-
gro. Dios no ha cambiado de opinién sobre lo que dijo.
ios ha dicho claramente que no debe haber otros dioses, de
manera que si el profeta les invita a desobedecer al mensaje revelado
de Dios sobre este punto, es un iddlatra, un maestro de rebelidn (5). Si
ellos rehisan hacer lo que manda el profeta, habran superado una
prueba crucial, demostrando su fidelidad completa al Sefior. El profe-
ta ofensor, que ha usado unos medios religiosos para alcanzar un fin
inmoral, debe ser ejecutado. La sentencia es deliberadamente severa y
no hace concesiones. Si aquel hombre prosigue con su actividad mai-
vada y siniestra, puede desviar a miles de personas inocentes, que
creen sinceramente que el Sefior le ha transmitido «otra palabra». Su
presencia en la comunidad local es un mal pernicioso que debe elimi-
narse de en medio de ellos. El profesa hablar por Dios, pero es un
agente del mal. Debe ser muerto, para que otros vivan. Mediante sus
pretendidas revelaciones no conduce a nadie a la presencia de Dios;DEUTERONOMIO (12:1 - 14:29) 7
les incita deliberadamente a apartarse del camino en que Dios les
mandé que anduviesen.
La invitacién «secreta» (6-11) tiene lugar dentro de la intimidad
segura de la vida familiar, o de alguna relacién estrecha con un amigo
querido. Entonces, zqué pasa cuando los seres que tenemos mds cerca-
os nos invitan a ir y servir a diases ajenos (6)? Por cercano que esté este
amigo o familiar, es una influencia destructiva que ha intentado apar-
tarte de Jehoud tu Dios (10). Si tiene lugar semejante ofensa, a ejecucién
del ofensor servird como elemento disuasorio dentro de la sociedad:
Para que todo Israel oiga, y tenta, y no vueloa a hacer en medio de ti cosa
semejante a esta (11).
La tentacién «convincente» (12-18) es bastante distinta. No es un
mensaje seductor, atrayente, susurrado con calma por algin amigo de
confianza. Lo que se tiene en mente aqui es la actividad més estriden-
te, incluso amenazante, de hombres impros (13), que al final conducen a
la idolatria a toda una ciudad.
Es importante entender cémo estos principios bésicos de justicia se
esbozan en estas tres narrativas. En el primer caso, el pasaje describe
la gravedad de la ofensa. Deja bien claro que se trata de un crimen con-
tra Dios. Las practicas idélatras son rebetién contra Jehovd (5). En segun-
do lugar, la idolatria es un pecado contra el pueblo. Le hace apartarse
del camino de los mandamientos de Dios (5). Ademas, es una muestra
de flagrante ingratitud porque le aparta del Seftor que le ha redimido
(6, 10). Ellos han sido librados de una forma de esclavitud, y no deben
sustituirla por una tiranfa ain mayor. Aparte de esto, se trata de un
crimen cometido en oposicién directa a la ley de Dios. Por eso tales
advertencias se expresan con tanta fuerza, y tambin por eso el castigo
es tan severo. Dios espera que la idolatria no tenga lugar dentro de
Israel, pero silo tiene, los ofensores no podran decir que no eran cons-
cientes de su gravedad.
Sin embargo, a pesar de que todo el mundo sabe que la ofensa es
destructiva desde el punto de vista religioso, moral y social, el crimen
debe probarse antes de emitir sentencia alguna: til inquirirds, y buscards
Y preguntards con diligencia, para averiguar si es cosa cierta, que tal abo~
‘minacién se hizo en medio de ti (14). El Sefor es un Dios de verdad, y los
acusados de précticas idolétricas deben tener la oportunidad de defen-
derse; es posible que les hayan malentendido, o que alguien haya men-
tido deliberadamente para perjudicarles, No obstante, si se demuestra
la culpabilidad de los tales, entonces ellos y quienes les hayan seguido
serén castigados con la muerte, y todos y cada uno de sus arreos deben
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quemarse junto con la ciudad que ha olvidado a Dios: Hegard a ser un
montén de ruinas para siempre (16). Si tuviera lugar una apostasia tan
trdgica, las generaciones posteriores deben saber lo grave que es, de
modo que obedezcan a Ia voz de Jehovd tu Dios, guardando todos sus man-
damientos... para hacer lo recto ante los ojos de Jehoud tu Dios (18).