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Vivimos a un ritmo frenético. Hay muchas demandas que compiten por nuestra
atención y la lista parece ser más larga cada día. No es de extrañar que el estrés y
la ansiedad a menudo formen parte de nuestra existencia. No se puede retroceder
en el tiempo, pero se puede descubrir una manera de encontrar la calma, de
calmar la mente inquieta.
“El silencio es una fuente de gran fuerza”
-Lao Tzu-
Los budistas dicen que la mente se puede comparar a un mono. Al igual que un
mono salta de rama en rama, estando continuamente agitado, la mente salta sin
parar de un pensamiento a otro, lo que nos deja agitados y confusos.
Pero ¿por qué está la mente inquieta?, ¿cómo se puede calmar y encontrar la
quietud de la mente?
El cuento del elefante y la mosca
Un discípulo y su maestro estaban caminando por el bosque. El discípulo se
sintió perturbado por el hecho de que su mente estaba en agitación constante.
El discípulo preguntó a su maestro: “¿Por qué la mayoría de las mentes de la
gente están inquietas y solo unos pocos poseen una mente tranquila? ¿Qué se
puede hacer para calmar la mente?”
El profesor miró al discípulo, sonrió y dijo: “Voy a contarte una historia”.
Un elefante estaba de pie comiendo las hojas de un árbol. Una pequeña
mosca llegó y voló junto a él, haciendo un desagradable zumbido cerca de su
oído. El elefante agitó sus largas orejas para espantarla. Pero poco después la
mosca llegó de nuevo y el elefante volvió a sacudir las orejas. Esto se repitió varias
veces.
Tras varios intentos fallidos para espantar definitivamente a la mosca, el elefante
se dirigió a ella y le preguntó:
-¿Por qué estás tan inquieta y eres tan ruidosa?, ¿por qué no puedes quedarte
por un tiempo en un solo lugar?“
La mosca respondió:
–Me atrae lo que veo, lo que escucho o lo que huelo. Mis cinco sentidos me
reclaman con todo lo que sucede a mi alrededor y no puedo resistirme. ¿Cual es tu
secreto, elefante? ¿Cómo puedes mantenerte tan tranquilo y quieto?”
El elefante dejó de comer y dijo:
“Mis cinco sentidos no dirigen mi atención. Tengo el control de mi atención y
puedo dirigirla a donde quiera. Esto me ayuda a sumergirme en todo lo que hago
y, por lo tanto, mantener mi mente centrada y tranquila. Ahora que estoy comiendo,
estoy totalmente inmerso en el comer. De esta manera, puedo disfrutar de mi
comida y masticar mejor. Yo controlo mi atención y no al revés y esto me ayuda a
estar tranquilo”.
Desprenderse de lo no esencial
Cultivar la gratitud
El ajetreo y el ruido de tu día a día puede ser debido a un sentimiento
subyacente de descontento. Una forma de comenzar a mejorar tu sentido de la
alegría y la satisfacción es reconocer y celebrar todas las cosas maravillosas que ya
tienes.
Aunque suene un poco tópico es importante recordar que estar agradecido por lo
que tienes es lo que realmente te ayudará a ver las cosas de otra
manera. Simplemente anota de forma rápida las cosas por las que estás
agradecido en este momento, diez o más.
No lo pienses demasiado, simplemente tan rápido como sea posible. Vale cualquier
cosa, desde la que parezca más superficial o sutil a la más profunda o
vital. Cuando hayas terminado lee la lista de agradecimientos en voz alta. Todo eso
te parecerá mucho más maravilloso y te llenará de alegría para encontrar la
quietud interior