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Universidad de Arte y Ciencias Sociales

“Política Criminal del Estado de Chile 2006-2009”


Acercamiento a una genealogía político-criminal
El caso de la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil.

____________________________
Tesis para optar al grado de
Cientista Politico
____________________________

Autor:
César Fierro Cornejo.

Profesor de Seminario de Tesis:


Roberto Merino Jorquera
Valparaíso, Chile, Abril 2010

Resumen

La política criminal nace como una herramienta teórico-conceptual en virtud de la


capacidad exclusiva, en el Estado burocrático moderno, de castigar aquellos actos que
lesionen una moral, aceptada por costumbre, imposición o consenso y entendida como
general a la sociedad.

En razón de esto podemos definir la política criminal como: el compendio filosófico-


sociológico de herramientas estatales que guían la aplicación de la violencia legítima del
Estado (castigo).

En Chile, la política criminal constituye una problemática que divide aguas entre
académicos, juristas e investigadores, entre aquellos que se inclinan por aceptar que esta
construcción dogmático-jurídica es plenamente reconocible a partir de la historia del
derecho penal, influenciado decididamente por el régimen político en el cual se
contextualice. Mientras otros se inclinan por descartar que en Chile exista o haya existido
si quiera algo parecido a una lógica del Estado en materia de aplicación de las normas
penales, es decir se niegan a reconocer una racionalidad en esta materia. Lo que existiría
más bien, es una serie de políticas públicas inconexas y poco efectivas que no darían
lugar para afirmar que la política criminal corresponde a una política de Estado.

La convicción de este trabajo, sin embargo, se inclina por la primera de las opciones
descritas, debido a que si la sociedad se construye de relaciones sociales en general y
particularmente de relaciones de poder, las leyes y políticas deben ser necesariamente
espejo de esas relaciones. Por tanto reconocer la existencia de una política criminal es
reconocer que tras la construcción del Estado existe una racionalidad dominada por
aquellas relaciones de poder que derivan en políticas y leyes adaptadas a los intereses
del sector de la sociedad con más influencia a partir de esas relaciones de poder.
2
Reconocer tal racionalidad, implica a su vez aceptar que el desarrollo de cualquier
política de Estado no es un proceso lineal, sino que influenciado por los intereses
dominantes de la época, se va desarrollando.
En la actualidad la construcción de la política criminal está dominada por un discurso
que se resume en el silogismo seguridad ciudadana, que debe entenderse como el
paradigma dominante en la construcción de la política criminal y aplicación de la
violencia legítima.

Para lograr la finalidad (cualquiera sea) trazada por este paradigma, se siguen una
serie de lineamientos que tienen por objetivo eliminar aquellos factores que fomentan la
violencia, la inseguridad y el miedo en la sociedad chilena. Lineamientos que en general
responden a la maximización de la punibilidad como elemento preponderante del control
social en su fase preventiva y penal.

3
Índice

Introducción………………………………………………………….………..5

Capitulo I

Problema ………………………………………………….………… ………...6

Objetivo...…………………………………………………………..…… …….12

Marco metodológico.……………………………..………………… ……13

Objeto de estudio………….………………..…………… ……………… 14

Antecedentes……….…………………………………………… ……………..16

De la política criminal en Chile..…………………………………………17

Capitulo II

Marco teórico...………………………………………………………………...28

I- De la violencia...……………………………………………………………...29

II- Criminología y control social………………………………………… 32

II a) La escuela clásica de criminología

II b) El racionalismo neoclásico……………………………………………39
4
II c) El positivismo radical……………………………………………………………….42
II d) Control social y castigo:
los dos tipos de control………………………………………………………………………….….47

II e) Control social y los medios de comunicación……………………………52

III Disciplina………………………………………………………………………………….60

Capitulo III

Descripción e interpretación de datos por objetivo…………………………..63

I Características de la política criminal…………….………………………........63

II Describir los parámetros ……………..……………………………………………..67

III Caracterizar los rasgos mas importantes de la LRPJ………………….76

Influencias internacionales de la nueva justicia para menores………79

¿Por qué no al discernimiento? ……………………………………………………..81

Contenidos y principios generales de la


ley……………………………………………………………………...…………………….…..82

IV A modo de conclusión…………………………………………………………..….87

Bibliografía……………………………………………………………………….………95

Anexo.

5
Introducción

¿En base a que parámetros - entendiéndolos como una serie de juicios o determinado
discernimiento para conocer la realidad - se ha desarrollado la política criminal en Chile en el
gobierno de Michelle Bachelet? Esta es la pregunta principal que guía esta investigación
intentando responderla a partir de la revisión bibliográfica y la interpretación (hermenéutica) de
los datos aportados. Describiendo los parámetros en los cuales esta se basa el legislador para el
tratamiento de la violencia criminal contra la propiedad y las personas, a partir principalmente
del análisis de la Ley de Responsabilidad Juvenil.

Los supuestos teóricos que permiten acercarnos a esta realidad son; control social como
herramienta estatal contextualizada en una sociedad democrática moderna y global, disciplina
como objetivo del control social penal y violencia como elemento vinculante en la relación Estado
–sociedad.

6
Capítulo I

Problema

I. El conjunto de relaciones sociales que se establecen a diario en Chile no se


desarrollan en un marco de absoluta autodeterminación, sino que se encuentran
delimitadas por una serie de usos sociales que constriñen - conciente o
inconcientemente - el libre desenvolvimiento de la voluntad.

Las normas sociales de conducta, propias de la cultura donde estén


contextualizadas en general responden a una serie de costumbres, usos simples que de
ser obviados, son castigados con diferentes expresiones de desaprobación.

Estas normas sociales de conducta, conviven con otra serie de normas que
castigan comportamientos que sobrepasan lo impropio y que oprobian una cierta moral
general de la sociedad, moral que se ha establecido en un proceso que articula diversas
etapas históricas, en que los comportamientos social y moralmente ofensivos están
imbricados a las relaciones de poder derivadas del orden socio-político propio de la
época.

Estas conductas, sistematizadas y convertidas en una serie de catálogos, llamados


Códigos, establecen como “anti-social” ciertos actos humanos, determinando un castigo
para aquellos. Castigo o sanción, aplicado en nombre de todo el conjunto social por el
agente que contiene el poder y la legitimidad para ello, el Estado.

Para este efecto, el de sancionar y castigar, el Estado construye una serie de


herramientas, que al igual que los usos sociales mencionados, han pasado por un
desarrollo asociado a la forma como se estructuren las relaciones de poder en un
momento dado.

Esto significa que a partir del desarrollo de “las formas de castigo” es posible
construir la historia del Estado y su comportamiento respecto a la problemática de la
criminalidad y la violencia.

7
La razón de concentrarse en categorías como; delito, violencia, control social y
criminalidad, es que estas (junto a las relaciones propias del trabajo asalariado) develan
mejor que cualquier otra las características y momento de las relaciones de poder
vigentes al interior de la sociedad.

Así, es posible otorgar otra finalidad a la sanción que no se limite simplemente al


castigo, como pena por trasgredir un valor social, sino que además de ello, responda a un
fin ulterior. Telos relacionado con la intención de mantener el orden social vigente (1) a
partir del monopolio legítimo de la fuerza 1, (2) e incentivando conductas que sean
provechosas para aquel orden social dominante.

Esta dinámica Estado (neo-liberal) y Control Social, encuentra expresión en la


producción de sanciones y, una cada vez más focalizada producción de oferta de re-
habilitación o re-inserción. Es decir, el Estado y su tecnología penal, destinan tanto el uso
legítimo de la fuerza -al respecto es pertinente pensar en el llamado Plan Cuadrante 2 o
las intervenciones en distintas poblaciones signadas como problemáticas- y en el mismo
sentido la “oferta”3 de recursos destinados a los sujetos que escapan al orden social

A lo anterior hay que agregar un elemento que ciertamente complejiza aún más la
relación entre el mercado de la oferta de rehabilitación, y media en la construcción de
subjetividad: los medios de comunicación. En estos, la problemática de la violencia
especialmente contra la propiedad y las personas, es representada mediante índices e
indicadores, que orientan la discusión especialmente hacia la cuestión del temor y la
inseguridad, lo que revela por una parte; el enfoque mediático u orientación ideológica y
por otra; la importancia que supuestamente la propia sociedad otorga al tema.

1
Max Weber “Economia e Sociedade: Fundamentos da sociologia compreensiva”. Editora UnB. Sao Paulo. 2004 Pág. 525.

2
El plan cuadrante (Plan de Vigilancia Policial por Cuadrante) es una iniciativa impulsada por Carabineros de Chile que busca
fortalecer los lazos entre el cuerpo policial y la comunidad, “mediante un programa de vigilancia que no sólo garantice sus legítimas
aspiraciones de seguridad y buena convivencia social, sino que además permita reconocer y solucionar los problemas reales que les
aquejan.” Estrategia Nacional de Seguridad Ministerio del Interior. Chile 2004.

3
Gessica Pizarro, asistente social y directora subrogante del Centro semicerrado de reclusión Nocturna para adolescentes, Cerro
Lechero Valparaíso, dependiente de SENAME. Entrevista semiestructurada en el marco de la investigación sobre Ley 20.084. César
Fierro C. Valparaíso Agosto de 2008.
8
Organismos como: Paz Ciudadana y el Instituto Libertad y Desarrollo 4
ideológicamente afines a la centro derecha chilena, contribuyen constantemente a la
discusión sobre violencia criminal evacuando índices de victimización, temor y
criminalidad cada vez mas altos, con lo que se intenta demostrar que el tratamiento del
problema de la delincuencia es deficiente en los gobiernos de la Concertación.

En el ámbito de las soluciones, sin embargo, existen una coincidencia entre las
prácticas de los gobiernos y el discurso de aquellos más alarmistas que, con clara
orientación hacia la exacerbación de la punibilidad, se apoyan (especialmente) en el
aumento de los tiempos de encierro, como la herramienta más eficaz en la búsqueda de
la llamada seguridad ciudadana. Basados principalmente en lógicas que destacan la
especificidad como variable operativa (se orientan hacia un tipo de delito; contra la
propiedad) y la impunidad (las condenas absolutorias son representadas como fracasos
del Ministerio Público) como variable discursiva, en la construcción del ius puniendi .

))

La violencia es una categoría difícil de abarcar, por tanto es necesario acotar su


análisis. Conceptos como, seguridad, control social, violencia criminal y legítima, entre
otros, adquieren en la sociedad actual significantes nuevos, únicos y problemáticos.
Contexto en que el Estado no ha perdido la centralidad en el control punitivo y el
mantenimiento del orden (mantiene el monopolio de la violencia legítima 5).

Rol, que según el área donde se enfoque la acción estatal, adquiere características
propias y evoluciona conforme el propio Estado lo hace. Así por ejemplo, en cuanto al
tratamiento de la problemática de la violencia y criminalidad que afectan a los
adolescentes, la legislación chilena ha evolucionado desde una teoría tutelar propia del
siglo XIX y las mal llamadas medidas de protección, hacia una adaptación a las normas
4
Fundación Paz Ciudadana. Presidente y fundador, Agustín Edwards, entre sus directores se encuentran M. Soledad Alvear
Valenzuela, Paola Luksic Fontbona, Alfredo Moreno Charme, Jaime Orpis Bouchon, Edmundo Pérez Yoma, Eugenio Tironi Barros. En el
marco de la implementación de la ley de responsabilidad penal adolescente, Fundación Paz Ciudadana es convocada a formar parte
de la Comisión Interinstitucional de Supervisión de Centros de la Región Metropolitana. Por su parte el instituto Libertad y Desarrollo
está conformado por un consejo director entre los que destacan Hernán Büchi, ex candidato a la presidencia por la Unión Demócrata
Independiente (UDI) y Juan Claro presidente de Empresas Emel y de Embotelladora Andina y director de Cementos Melón y Telefónica
CTC Chile. Además, forma parte del consejo asesor del Centro de Estudios Públicos (CEP).

5
Max Weber “Economia e Sociedade: Fundamentos da sociologia compreensiva”. Editora UnB. Sao Paulo. 2004 Pág. 525.
9
internacionales sobre protección integral del niño en particular - como la Convención
Internacional de los Derechos del Niño, las Reglas de las Naciones Unidas para la
Administración de la Justicia de Menores y sobre derechos humanos en general.

Por tanto, la Ley de Responsabilidad penal Juvenil (LRPJ), el llamado Plan Cuadrante
y otras políticas de Estado orientadas a la seguridad y control social pueden enmarcarse
en esos parámetros de especialización y de una búsqueda por parte de la clase política
de, por un lado terminar con la impunidad en materia penal y por otro, securitizar el
espacio público.

II. Cada rol del Estado, está delimitado por la ideología que exprese el mismo, la
cual finalmente viene a definirlo, y por los objetivos que el Estado persiga en relación a
determinada materia. Así, para el control de la violencia criminal, individual o colectiva,
en relación a la propiedad, las personas o el propio Estado, este construye una serie de
mecanismos que permiten la solución al conflicto provocado por la violación a la ficción
que constituye el contrato social.

Estos mecanismos, están contenidos en lo que se denomina Política Criminal,


cuya articulación más visible y representativa es el propio Derecho Penal.
No se puede negar la existencia de esta construcción, el propio ordenamiento
jurídico es finalmente expresión de una política, pero los criterios orientadores o
parámetros que tiene en vista el Estado en sede Legislativa y Ejecutiva, para el control de
la violencia criminal (criminalidad o delito) no son taxativos, es decir no se encuentra un
catálogo de criterios, elementos filosófico, políticos, jurídicos o valóricos.

Este trabajo se plantea la necesidad de aportar algunas consideraciones que,


extraídas de la realidad, pueden constituir parte del fundamento en base al cual se
construye la Política Criminal. Con la finalidad de expresar la idea acerca de un objetivo
ulterior de la sanción pretendido por el Estado; mantener el orden social vigente (por
tanto parte de la racionalidad del Estado), orden que finalmente se sustenta en las
relaciones de poder dominantes al interior de la sociedad, relaciones de poder que
encuentran expresión en aquellos criterios que el legislador tiene en mente a la hora de
construir las conductas susceptibles de castigo y la sanción para la desviación.

10
La convicción de que es posible develar las características de la Política Criminal y
del control socio-penal del Estado de Chile a partir del análisis de aquellos parámetros
jurídico-ideológicos que tiene en vista el legislador o el grupo de expertos que diseñan la
Política Criminal para mantener el orden social, son el ideal movilizador de este trabajo.

Después de lo expuesto, la pregunta no puede ser otra que ¿bajo que parámetros
está construida la política criminal en Chile? Entendida como: la articulación y
sistematización- es decir una construcción racional con continuidad-aunque no lineal-en
el tiempo- de una serie de criterios técnicos, sociales y políticos para el control de la
violencia social criminal6. Lo que para el caso significa además preguntarnos por la
finalidad persigue la sanción penal, más allá del ámbito jurídico.

Por ultimo, ambas preguntas pueden responderse a partir de la siguiente. ¿En


base a que parámetros - entendiéndolos como una serie de juicios o determinado
discernimiento para conocer la realidad - se ha desarrollado la política criminal en
Chile en el ejercicio del mandato de Michelle Bachelet comprendido entre los años
2006-20097?

Metodología.

6
El termino violencia social criminal será entendido como delincuencia o criminalidad, debido a que hace referencia
a aquel acto humano sancionado como delito por la legislación chilena.

7
El mandato de la señora Michelle Bachelet Jeria culminó formalmente el 10 de Marzo de 2010
11
El camino que nos llevará a encontrar la(s) respuesta(s) a lo anterior, parte por
plantearnos una estructura flexible que no busca establecer o concluir, sino abrir
preguntas. Ante esta tarea se ha decidido por plantear objetivos simples de alcance
medio y cuyas fuentes en general corresponden a bibliografía. Si bien desde ya se debe
advertir una tendencia hacia la teorización, la estructura flexible de la metodología
permite apoyar la presentación teórica con referencias a la práctica, de esta forma
además se desarrollan los futuros aportes a la discusión en criminología.
En consecuencia no se pretende confirmar o rechazar una hipótesis, aunque esta en
virtud de la necesidad de desarrollo lógico, existe, eso si más bien como guía o pre-
nociones, que permiten acercarnos por primera vez al campo.

Objetivo general:
A) Caracterizar la Política Criminal del Estado de Chile desarrollada
entre los años 2006 y 2009.

Objetivo (s) específico(s):

A) Describir y analizar los parámetros - entendiéndolos como una


serie de juicios o determinado discernimiento para conocer la
realidad, en los cuales se basa el legislador para el tratamiento de
la violencia criminal (o tratamiento del delito) contra la propiedad
y las personas, en el periodo 2006 - 2008, de la Política criminal a
partir del análisis de la Ley de Responsabilidad Juvenil.

B) Describir de forma general, destacando los rasgos más


importantes de la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil.

12
Herramientas Metodológicas

Recopilación de datos:
Revisión bibliográfica;
 Fuentes primarias:
A) Historia de la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil. Volúmenes I, II,
III. Biblioteca del Congreso Nacional. Compilación de textos
oficiales del debate parlamentario.
B) Ley de Responsabilidad Penal Juvenil 20.084.
Política Nacional de Seguridad Ciudadana, Ministerio del Interior.
Santiago octubre de 2004. Si bien el periodo en que fue acotada esta investigación se
circunscribe desde 2006 en adelante el análisis de este documento es pertinente debido
a que da origen a la forma como se trata el problema de la seguridad ciudadana y el
control de la criminalidad en el gobierno de Bachelet, así por ejemplo la propia Ley de
Responsabilidad Juvenil es el producto de las conclusiones de la mesa que dio origen al
documento citado como fuente.

 Fuentes secundarias:
A) Conceptos y Orientaciones para Políticas de Seguridad
Ciudadana. Patricio Tudela. Centro de Investigación y Desarrollo
Policial. Policía de Investigaciones de Chile.
B) Políticas de Seguridad Ciudadana en Europa y América Latina,
experiencias y desafíos. División de Seguridad Ciudadana.
Ministerio del Interior. Marzo de 2004.
C) Entrevista semi-estructurada de carácter aproximativo o
exploratorio, la que permite un acercamiento a una realidad
particular y práctica concreta de los postulados de la Ley de
Responsabilidad Penal Juvenil (LRPJ)

13
Análisis de datos:
Análisis de contenido8, de archivos de la discusión parlamentaria acerca de la Ley de
Responsabilidad Penal Juvenil 20.084, bajo un enfoque filosófico-metodológico de
carácter hermenéutico, por considerarlo el más adecuado y coherente con la técnica de
recopilación de datos propuesta.

El análisis de contenido, se sustenta en la combinación de categorías consideradas


relevantes y previamente desarrolladas en el Marco Teórico las que “construyen la
mirada del objeto”9 de estudio. Por tanto, este trabajo tiene un propósito exploratorio,
un objetivo descriptivo y es de carácter cualitativo. Lo que importa en esta investigación,
es develar el sentido que expresa, tácita o expresamente, la Historia de la Ley de
Responsabilidad Penal Juvenil y la propia Ley 20.084.

Objeto de estudio:
El Estado de Chile y su Política Criminal, expresadas en la Ley de Responsabilidad Penal
Juvenil. Siendo el objeto principal de esta investigación la Política Criminal chilena, su
formulación no puede estar desvinculada de la práctica concreta, por tanto es necesario
acotar el análisis a la expresión más elocuente de esta, cual es la propia Ley.

Por otro lado, la razón de concentrarse en la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil como
práctica concreta de la Política Criminal, es debido a la novedad de esta -su promulgación
data de apenas tres años- por tanto debe expresar mejor que ningún otro cuerpo legal,
las intenciones del legislador en cuanto a control social y castigo y la finalidad de la
sanción, que por otro lado recae en un grupo etario con características especiales por su
condición de adolescentes, lo que además (junto a otras leyes y políticas como la nueva
ley de drogas-ley 20.000 o la agenda corta anti-delincuencia, que revive la posibilidad de
8
José Luis Piñuel Raigada “Epistemología, metodología y técnicas del análisis de contenido”. Pág. 8. Universidad Complutense de
Madrid Ciudad Universitaria, Madrid, España. 2009. Se suele llamar análisis de contenido al conjunto de procedimientos
interpretativos de productos comunicativos (mensajes, textos o discursos) que proceden de procesos singulares de comunicación
previamente registrados, y que, basados en técnicas de medida, a veces cuantitativas (estadísticas basadas en el recuento de
unidades), a veces cualitativas (lógicas basadas en la combinación de categorías) tienen por objeto elaborar y procesar datos
relevantes sobre las condiciones mismas en que se han producido aquellos textos, o sobre las condiciones que puedan darse para su
empleo posterior.

9
Ibíd. Pág. 9
14
detención sin orden judicial) permite afirmar una característica esencial de la Política
Criminal chilena, su confianza excesiva en la punibilidad como mecanismo que permite
asegurar la mantención del orden social.

15
Acercamiento a una primera Hipótesis

En Chile, existe una Política Criminal que conoce diferentes etapas en su


construcción, que de acuerdo a los objetivos que persiga el legislador o quien detente el
poder en ese momento, puede ser separada en diferentes períodos de alcance 10.

En la actualidad (2006-2008) la Política Criminal está dirigida hacia la construcción


de un discurso sobre seguridad ciudadana, lo que podríamos entender como el nuevo
paradigma en Política Criminal, debido a que este discurso tiene expresión en leyes y
políticas públicas; como la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil o la agenda corta-
antidelincuencia, por tanto determina la dirección en que ha de desarrollarse la Política
Criminal, lo cual debe suponer una redefinición de los objetivos que sustentan la
intervención del Derecho Penal como prima ratio del Estado para la resolución del
conflicto provocada por el ejercicio, de facto y no de jure, de la violencia.

Además de la posible periodificación en la construcción de la Política Criminal, es


posible afirmar que el rigor penal que esta expresa ha evolucionado hacia la
maximización del castigo, es decir la Política Criminal en razón de lo que expresa la Ley
20.084, va en creciente disposición a la punibilidad de los actos humanos que no se
ajusten al orden social dominante y en el caso de la citada ley, esta disposición hacia la
punibilidad está relacionada con la intención de disciplinar a una edad más temprana a
los sujetos con la finalidad de adecuarlos a las pautas del provecho social, como la
educación formal o el trabajo asalariado

En segundo término la Política Criminal chilena expresada en la ley 20.084 puede


ser denominada, tal cual lo hace Jörg Alfred Sippel como una “Política Criminal-
simbólico-aparente”,11 en cuanto a la relación efectismo (sensacionalismo) versus
eficacia. En tal sentido es clave la apreciación de términos latamente difundidos como la
puerta giratoria y otros.

10
Para profundizar en esta perspectiva acerca de las etapas de la Política Criminal ver “Seguridad Ciudadana Experiencias y
Desafíos” varios autores. Valparaíso Chile 2004.

11
Jörg Alfred Sippel “Las Cárceles y la búsqueda de una Política Criminal para Chile”, un estudio acerca del acceso a la justicia,
la violación del derecho y el nuevo proceso penal. Pág.19 1ª Ed. LOM, Santiago, Chile 2006.
16
“Una Política Criminal (…) puede ser calificada como simbólica-aparente.
El simbolismo, es decir la victoria simbólica-aparente es inherente a la pena privativa
de libertad; en cambio la eficiencia debe comprobarse y puede ser empíricamente
cuestionada. Entonces la (…) receta contra la criminalidad promovida por los diseñadores
de una Política Criminal simbólica-aparente es el aumento de las penas privativas de
libertad. Este concepto político, conviene además, porque es fácil de ser difundido a
través de los medios de comunicación y no requiere de mayores explicaciones” 12.

A partir de esto cobra relevancia lo expresado por David Garland en Castigo y


Sociedad Moderna cuando señala que, “no es el crimen ni el conocimiento criminológico
sobre este lo que afecta a las políticas al respecto, sino la percepción oficial del problema
del crimen y las posiciones políticas que motivan aquellas (…) por ende los sistemas
penales adaptan sus prácticas a los problemas de control del delito de manera bastante
mediatizada por consideraciones independientes, tales como convenciones culturales,
recursos económicos, dinámicas institucionales y razonamientos políticos” 13

Finalmente la construcción de la Política Criminal en Chile y por extensión del


Derecho Penal, corresponde a una conceptualización de la realidad de carácter
positivista, la cual no es ajena a la tendencia histórica dominante en esta materia.

Aseverar que esta construcción sea un producto mayormente azaroso que lógico,
parece fuera de lugar. La política criminal no puede ser sino expresión de una
racionalidad política, racionalidad que además de ser propia de un tipo de Estado, en el
caso chileno se corresponde con la presencia e influencia del positivismo en el Derecho,
entendiendo a este último no como una construcción aislada de las influencias
internacionales especialmente europeas, las que ciertamente responden a orientaciones
metodológicas y epistemológicas de larga data.

Antecedentes

12
Ibíd.

13
David Garland “Castigo y sociedad Moderna” un estudio de teoría social. Pág. 36. Siglo XXI editores México DF. México.
1999.
17
Con el advenimiento del capitalismo, surge la necesidad de resguardar las
relaciones sociales y de producción nacientes, es decir crear una nueva tecnología de
control social. Con lo cual, el castigo a la trasgresión evoluciona hacia nuevas prácticas,
que obedecen precisamente a las nuevas relaciones de poder dentro de la sociedad
derivadas del proceso de apropiación originaria, siendo producto de la división de la
sociedad en clases. /más bien va evolucionando en la medida que avanza la sociedad
burguesa o se supera la fase feudal en Europa occidental.

El carácter eminentemente político de esta estructura, se conserva hasta hoy y se


expresa precisamente en leyes, que están enfocadas hacia una forma de control social
que históricamente ha estado asociada a la persecución de una criminalidad común y a la
defensa de la propiedad privada.

El derecho, con características autopoiéticas como deja establecido W. Benjamin


en su texto “Para una Critica sobre la Violencia”, es la herramienta que a través del
contrato, definido por Pavarinni como el “esquema jurídico que exalta la autonomía de
las partes y es capaz de disciplinar las múltiples formas en que se entrelazan las
relaciones entre sujetos libres e iguales” 14, establece aquellas conductas que no son
susceptibles de legalidad por tanto que escapan a la posibilidad de contratar (en el
esquema liberal), estas conductas son precisamente aquellas consideradas delitos.

I.- De la Política Criminal en Chile

14
Massimo Pavarini, Control y dominación: teorías criminológicas burguesas y proyecto hegemónico.- 1ª ed. Buenos Aires: Siglo
XXI Editores Argentina, 2002.

18
En el ámbito de las ciencias sociales el análisis del delito y el castigo, entre otras
categorías, corresponden a los objetos de estudio de la criminología como ciencia
filosófico-jurídica encargada de reflexionar sobre las más adecuadas formas de control,
para este acto humano.

Para comprender lo que se ha dado en llamar tratamiento de la violencia, que por


los alcances de esta investigación y el objeto de estudio presentados, debería llamarse
tratamiento del delito, diversos autores han desarrollado la categoría de Política
Criminal. Sin embargo en Chile, la formulación de esta no es unívoca. Ni siquiera, existe
acuerdo sobre su existencia práctica o desarrollo lógico, lo cual contradice el desarrollo
doctrinario latinoamericano y europeo en general, particularmente el que han alcanzado
los estados del Río de la Plata (Argentina y Uruguay) e Italia respectivamente.

En el contexto chileno de economía social de mercado o neo-liberalismo y su


forma de Estado, el tratamiento a la problemática aquí tratada, puede dividirse en un
proceso que podemos separar en dos etapas generales, asociadas a la implantación y
posterior consolidación del modelo.

Desde 1973 hasta 1989: En que el tratamiento y disposición de la violencia está


necesariamente imbricado con la Doctrina de seguridad nacional y a la construcción
simbólica y objetiva de un enemigo interno. Y una segunda etapa, de solidificación y
profundización del neo-liberalismo, que situamos desde 1990 hasta 2010, donde el
tratamiento y disposición (legitima) de la violencia ha transitado hacia la construcción de
un discurso que propone el concepto de Seguridad Ciudadana como ideal movilizador
/significante, en torno al cual se construye una serie de políticas públicas de seguridad.

Al respecto, es interesante lo que expone Enrique Oviedo en “Democracia y


Seguridad en Chile”, quien asegura que “una de las tareas del primer gobierno de la
Concertación (Patricio Alwyn 1990) fue cambiar la Doctrina de la seguridad interior del
Estado, (influencia de la Doctrina de Seguridad Nacional estadounidense), por la de
Seguridad Ciudadana, lo que impuso la necesidad de crear las condiciones
institucionales mínimas para abordar los problemas, expectativas y aspiraciones en
materia de seguridad.

19
En este ámbito de medidas, se crearon dos instituciones: la Dirección de
Seguridad Pública e Informaciones (conocida con el acrónimo de DISPI y refundada en lo
que es hoy la ANI) y el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE)” 15.

Lucia Dammert da cuenta del mismo proceso de cambio de enfoque en la


discusión sobre seguridad y la sede de construcción de las políticas públicas en la
materia- desde lo militar hacia la seguridad pública/ciudadana- con énfasis en la
presencia de más actores provenientes de la sociedad civil y, la prevención en un intento
por vincular al ciudadano con el concepto de antisocial (vaciado de su sentido rebelde
anti-autoritario convertido en antisocial, lo que podría asumirse como una
representación de la teoría de cohesión social 16), es decir el tratamiento del delito y la
problemática de violencia contra la propiedad y las personas, está asociado al régimen de
gobierno y finalmente al tipo de Estado, que desde 1990 en adelante podemos
caracterizar en Chile como subsidiario o simplemente neo-liberal 17, propio de la
imposición/adopción de estructuras económicas provenientes de la escuela de economía
de Chicago.

Ambos autores, coinciden en un vacío epistemológico sobre seguridad y por ende


sobre política criminal, la que según estos, simplemente no existiría. Sin embargo
asimismo coinciden en la relevancia del concepto de Seguridad Ciudadana el que a priori
puede ser calificado como el actual paradigma, es decir, un conjunto de prácticas que
guíen una la construcción de la criminología y la Política Criminal.

El concepto de seguridad ciudadana, si bien no constituye un criterio en si mismo,


se circunscribe al desarrollo de un discurso, en el cual la participación de la comunidad y
la sensación de (in)seguridad son el ideal movilizador de una serie de políticas, que
tienen por objetivo supuesto reducir los niveles de temor y criminalidad.

15
Enrique Oviedo, Sociólogo, Universidad de Chile; master en Desarrollo Urbano, Pontificia Universidad Católica de Chile;
director del Plan de Seguridad Ciudadana y Participación Social de la ciudad de Calama; investigador de SUR, Centro de Estudios
Sociales y Educación, Santiago de Chile; profesor de Sociología Urbana en la Escuela de Postgrado, Facultad de Arquitectura y
Urbanismo, Universidad de Chile. Programa de Pobreza y Exclusión Social de SUR1, Centro de Estudios Sociales y Educación. Santiago
de Chile 1998/1999.

16
Jorge Mardones “criminología y seguridad” Instituto Chileno de Estudios Municipales. Universidad Autónoma de Chile. Enero
2007
17
El Estado asegura solo la igualdad de oportunidades, ver las bases de la institucionalidad
20
Un cambio conceptual que no debe tomarse a la ligera, este cambio indica un
progreso en la discusión sobre determinada materia, así este nuevo concepto 18 revelaría
una redefinición de los criterios y objetivos que en materia de seguridad pública ha
desarrollado el Estado y que en parte están contenidos en el documento “Política
Nacional de Seguridad Ciudadana” emanada del Ministerio del Interior de su División de
Seguridad Pública en Octubre de 2004.

Una perspectiva necesaria es la que aporta Jorge Mera Figueroa, quien va más allá
en su análisis acerca del desarrollo lógico en Política Criminal.
“Si se concibe a la Política criminal como una estrategia para enfrentar el fenómeno
de la criminalidad, que como toda política pública se integra con presupuestos de los que
se parte, objetivos que se pretenden alcanzar e instrumentos idóneos para conseguir
estos últimos, fuerza sería concluir que a lo largo del siglo XX Chile no ha contado con
una verdadera política criminal.

Desde luego, no ha existido estrategia alguna coherente en esta materia, que


partiendo de presupuestos criminológicos, dogmáticos y político-criminales claros, se
haya propuesto conseguir determinados objetivos mediante el diseño e implementación
de los correspondientes instrumentos político-criminales” 19.

Otra perspectiva en el análisis del autor está relacionada a las críticas en el


aumento de las penas como “la herramienta” con la cual el Estado pretende brindar
seguridad y controlar la delincuencia señalándola como un instrumento anticuado y
mediático.

Es decir, en primer término los autores citados rechazan cualquier desarrollo


lógico y coherente en materia de Política Criminal (no su existencia como práctica
política) y en segundo lugar dan cuenta de la excesiva confianza en el rigor penal que la
legislación expresa, lo cual según los autores citados, no podría entenderse como un

18
"(…) El indicio más certero de que una sociedad ha entrado en posesión firme de un nuevo concepto, es que se desarrolle un
nuevo vocabulario, en función del cual se podrá entonces articular y debatir públicamente el concepto en cuestión" Quentin Skinner.
en Darío Mellosi “El estado del control social”.Pág. 14. Ediciones Siglo XXI. México DF. México. 1992.

19
Jorge Mera Figueroa. “Política Criminal y Seguridad Ciudadana”. Apuntes de derecho / Facultad de Derecho de la Universidad
Diego Portales. (Santiago, Chile). No. 6 (otoño 2000) Pág. 1.

21
criterio desprendido de una Política Criminal fundada en fines coherentes, sino más bien
de una medida agotada. Basándonos en esta mirada crítica acerca de la política criminal
desarrollada en Chile, pueden desprenderse ciertas características con que esta debe
constar:
Primero: criterios técnicos que sustenten su construcción.
Segundo: un o unos determinados objetivos predefinidos.

Es decir, la política criminal debe tener un carácter necesariamente científico. Se rescata


la necesidad de expertos en criminalidad que construyan los criterios con arreglo a los
cuales se articula la política criminal, lo que hace innegable la concurrencia de una
ideología dominante en el desarrollo de la Política Criminal.

Dentro de la misma discusión, pero desde una entrada diferente, el profesor Mario
Zamora Cordero, acepta la existencia de una Política Criminal nacional y además la
define. Al igual que los anteriores, este autor resalta una continuidad en el desarrollo de
una política criminal con el anterior régimen de gobierno, destacando la peligrosidad que
para el sistema democrático constituye la mantención de bastiones de la doctrina de
seguridad nacional propias de la dictadura en el contexto penal latinoamericano.

“En doctrina, (la política criminal) se define como aquel sector de la política que
guarda especial relación con la forma de tratar la delincuencia: Se refiere al conjunto de
criterios empleados o a emplear en el tratamiento de la criminalidad. Cada
ordenamiento jurídico penal responde a una determinada orientación político criminal y
esta se expresa a través de una política criminal concreta. En este sentido la Política
Criminal no es una disciplina teórica, sino una orientación práctica” 20.

Así definida la política criminal sólo puede representarse en base a los criterios que
la sustentan por lo que si queremos construir una epistemología jurídico-penal chilena
debemos rastrear sus criterios o más bien aquellos parámetros que tiene en vista el
legislador, entendiéndolos como una serie de juicios o determinado discernimiento para
conocer la realidad.

20
Mario Zamora Cordero. “La Doctrina de la Seguridad Nacional y su actual impacto en el Derecho Penal Latinoamericano. 123-
139. Revista CENIPEC.25.2006. Enero-Diciembre. Pág. 12
22
Pero el análisis del profesor Zamora Cordero le otorga un carácter axiológico a la
categoría en cuestión. "Si se utiliza el modelo de la estructura tridimensional del
Derecho, que distingue en el una dimensión de “norma”, otra de “hecho” y una tercera
de “valor”, cabría decir que la Dogmática jurídico-penal se ocupa del Derecho penal
como norma, La Criminología como hecho y la Política criminal como “valor”.

He ahí la importancia de rescatar esta categoría como pertinente de análisis,


debido a que tal cual fue presentada anteriormente, la Política Criminal expresa un deber
ser y más claramente una ideología del Estado chileno, la cual se entiende también como
aquella socialmente hegemónica, por tanto el análisis de esta categoría constituye
además el razonamiento acerca de las bases filosóficas que construyen el propio Estado
desde un momento particular en la relación Estado-Sociedad.

El español Luzón Peña, por su parte define la Política Criminal como “aquella
ciencia que trata de determinar, con arreglo a diversos criterios, no sólo técnico-jurídicos,
sino políticos en sentido amplio (lo que permite considerarla una disciplina científica en
buena medida autónoma respecto a la dogmática penal), los medios que son posibles,
necesarios, eficaces y adecuados de emplear para prevenir delitos. Examinando, con
arreglo a esos criterios fundamentales, los medios jurídico-penales ha emplear; pero
también otros medios no penales, jurídicos o extrajurídicos, que pueden contribuir a esa
tarea.21

Por consiguiente, es una ciencia del Derecho penal, pues ese es


fundamentalmente su objeto, aunque se ocupe de otros medios preventivos de delitos:
su misión básica es la valoración crítica, la creación y modificación del Derecho penal, e
incluso la contribución a su elaboración dogmática” 22.

En el mismo sentido Cordero cita al jurista español Miguel Polaino Navarrete


quien a ahondado en la relación entre Política Criminal y Derecho Penal relación en la
cual la Política Criminal influencia decisivamente al Derecho Penal, donde
determinándolo “al establecimiento o no de sanciones penales para concretos

21
Pág. 13

22
.Ibíd.

23
comportamientos típicos, antijurídicos y culpables (delitos), en función de la necesidad
de la pena y de la prevención delictiva.

Pero a su vez, el Derecho penal condiciona y limita el campo de actuación y validez


de la Política criminal en virtud de que sus postulados, tendientes a preparar y dirigir la
legislación del ordenamiento punitivo, quedan supeditados a la naturaleza instrumental
de dicho ordenamiento (…)

Señala este autor que (…)“la Política criminal se refiere a las causas del delito,
tratando de constatar las formas de realización de las sanciones jurídico-penales y
examinando hasta qué límite puede el legislador extender el ordenamiento punitivo a fin
de poder prevenir con eficacia las lesiones del Derecho, por lo tanto, la proyección
funcional de la política criminal se orienta al ámbito de la selección de los medios
jurídicos más eficaces, al servicio del legislador ordinario, para la solución justa de
aquellos supuestos de contradicción típica al Ordenamiento penal” 23.

A partir de los antecedentes anteriores la Política Criminal puede ser definida


como una racionalidad político/jurídica “un saber producto del ejercicio del poder” 24 con
expresión última en políticas públicas de seguridad y prevención del delito, como es la
Agenda corta Anti-delincuencia implementada por el último gobierno e la Concertación y
la legislación penal como la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil promulgada en el
mismo periodo.

Siguiendo a Foucault podemos presentar a la construcción de una política criminal


como inscrita en el desarrollo de una Tecnología Política 25 de control de los
cuerpos/sujetos que, producto del fracaso de los mecanismos básicos de socialización o
disciplinamiento (de la que también hace parte), familia, escuela, entre otras activa la
mecánica del derecho penal con la intención de controlar y dominar el movimiento del

23
Miguel Polaino Navarrete. “Derecho Penal: Parte General” Tomo I, Barcelona 1996. En Mario Zamora Cordero, “La Doctrina
de la Seguridad Nacional y su actual impacto en el Derecho Penal Latinoamericano. 123-139. Revista CENIPEC.25.2006. Enero-
Diciembre

24
Michel Foucault Vigilar y Castigar “el nacimiento de la prisión”. Ediciones siglo XXI. México DF. México. 2009. Pág. 35.

25
Ibid. Pág. 37.

24
cuerpo/sujeto y así reorientar su acción hacia la construcción de un sujeto de provecho
social.

La Política Criminal por tanto encuentra expresión en; la Ley Penal (Derecho Penal)
y en políticas públicas sobre tratamiento del fenómeno de la delincuencia. El tratamiento
de esta problemática social está (y debe estar) relacionado por supuesto al tipo de
Estado que engloba esta y todas las relaciones sociales que se desarrollan en su interior.

Así si ha existido un desarrollo y/o construcción de una política criminal en Chile


esta debe estar necesariamente vinculada con el desarrollo del Estado subsidiario o
mínimo, heredado desde la dictadura y administrado en los últimos veinte años por los
gobiernos concertacionistas. De ahí la pertinencia de desarrollar un análisis de este
periodo histórico con un carácter exploratorio.

A parir de lo anterior, criterios, expresión de ciertas técnicas o tecnologías de


gobierno como ; la legitimación de la esfera de lo privado para regular, gestionar y
distribuir las relaciones del sujeto; eficiencia y eficacia como principios reguladores del
accionar político-estatal; focalización (nociones de carácter económico-empresarial)
provenientes todos de la ideología neo-liberal, implantada en Chile a partir de los años
70’, manifestados en Políticas públicas de seguridad, son clave a la hora de identificar la
racionalidad política del Estado chileno en base a la cual se construye su Política Criminal,
la cual incorpora un concepto de violencia amplio, el cual sigue correspondiendo al
concepto Weberiano de monopolización de la coerción legitima, al que ahora, en
atención al tipo de Estado, debe agregársele la participación de una serie de organismos
privados, como SENAME que en el caso de la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil (LRPJ)
vinculan al adolescente con la comunidad.

Es decir, al amparo de la democracia, se ha desarrollado en Chile una discusión


sobre seguridad que debería dar origen a una nueva epistemología para el tratamiento
de la delincuencia, la que sin embargo no puede rastrearse a simple vista, sino más bien
debe inferirse de la propia legislación y las políticas públicas de cada gobierno
concertacionista, lo que ha dado pie para que estos y otros autores afirmen que en Chile
no existe un desarrollo lógico de una Política Criminal, con lo que se hace necesario la
construcción de una genealogía sobre la misma que de cuenta de su desarrollo.
25
Capítulo II.
Marco Teórico.

La construcción del Marco Teórico tiene por objetivo explicitar las herramientas
conceptuales que permitan desentrañar al menos, una parte de la realidad en lo referido
a la Política Criminal. Para este fin las categorías más pertinentes-aunque ciertamente no
excluyentes-son las de: violencia legítima, tal cual ha sido desarrollada por Max Weber y

26
Walter Benjamin, es decir el ius imperium del Estado, la capacidad legítima de aplicar un
castigo por la trasgresión del contrato social, en orden al cumplimiento de la normativa
que el propio Estado ha construido y que dice relación con la mantención del Estado de
derecho.

Control social, desarrollado a partir de la historia de la criminología y el contraste


entre su acepción norteamericana y europea. Esta parte de la investigación ha sido
construida a partir de las revisiones bibliográficas de los siguientes textos: “La nueva
Criminología” Contribución a una teoría social de la Conducta desviada, Ian Taylor, P.
Walton, y J. Young; “Control y Dominación” Teorías Criminológicas burguesas y Proyecto
Hegemónico de Massimo Pavarini; “Castigo y Sociedad Moderna” Un estudio de Teoría
Social, David Garlan; “El estado del Control Social” Darío Melossi y “Sistema Penal y
problemas sociales” Roberto Bergalli.

La tercera herramienta teórica corresponde a la categoría de Disciplina construida


a partir de los desarrollos teóricos de Michel Foucault. La inclusión de esta categoría está
relacionada a la idea de que todo mecanismo de control social no es en ningún caso
inocuo o azaroso léase irracional, sino que está establecido de acuerdo a una finalidad,
telos que es perseguido por el legislador y el Estado y que se encuentra expresado en
toda la legislación penal, por tanto es central a la hora de comprender la racionalidad
que está presente en la Política Criminal.

I.- De la Violencia.

Primero, la violencia puede definirse en relación con el derecho y la justicia, “una


causa eficiente (…) se convierte en violencia cuando incide sobre relaciones morales” 26.
De esta forma Walter Benjamin orienta el análisis sobre violencia hacia la crítica a la
filosofía contractualista y liberal, en la cual el autor distingue dentro de la relación entre

26
Walter Benjamin Para una crítica de la violencia. edición electrónica Ediciones elaleph.com. Pág. 2. 1999.
27
violencia y derecho, aquella que lo funda y otra que lo conserva. En estos términos
aquella violencia que el Estado reputa como ejercicio legitimo de poder para el control
de la violencia criminal, pertenece a la esfera de la violencia que conserva el derecho, es
decir violencia que tiene por telos resguardar el ordenamiento jurídico. Más adelante
volveré sobre este punto.

En atención a la naturaleza violenta del hombre, el derecho vendría a resguardar


aquello que en el contrato social, considera debe asegurarse.

Esta violencia sancionada como poder, economización de la violencia por parte del
Estado dirá Benjamin, corresponde al resultado de la construcción filosófica del Ius
naturalismo que influencia decisivamente al positivismo, de donde se desprende que la
relación fundamental de todo ordenamiento jurídico es la de medio y fin, esto en
atención al origen histórico de la violencia sancionada como poder en que se funda el
derecho positivo.

Así, en relación al Estado, la disposición de la violencia (fuerza) legítima debe


entenderse como un medio para el logro de determinado fin, el cual es expresión de la
moralidad antes mencionada, lo que justifica el uso de medio violentos para fines justos.
“El derecho natural tiende a "justificar" los medios legítimos con la justicia de los fines, el
derecho positivo a "garantizar" la justicia de los fines con la legitimidad de los medios” 27.

Siguiendo el mismo razonamiento, el utilitarismo y liberalismo valoran como


derechos inalienables a la vida, la propiedad y la libertad. Por tanto aquella violencia
ejercida por uno o más sujetos en contra de las personas, la propiedad privada y el
Estado, constituiría lo que vamos a entender como violencia criminal 28 o delito.

No obstante no podemos entender como propio de una naturaleza humana, el


recurso a la violencia ya sea criminal o como solución a la trasgresión, puesto que “ni el
crimen ni el criminal (ni su control) son objetos que se puedan concebir fuera de su

27
Ibíd. Pág. 6.
28
En atención a esta definición quedan por lo pronto excluidos del análisis, aquellos hechos anti-jurídicos y culposos, es decir
delitos, de carácter administrativo, fraude económico, ecológicos y contra la salud, no por no considerarlos como delitos sino debido a
que la atención está puesta en las infracciones a la legislación penal por parte de los adolescentes.

28
referencia sociológica29”, por tanto esta no es más que un producto de las condiciones,
estructurales y microsociales, en que el sujeto se desenvuelve.

Lo anterior, sienta las bases para la primera intención crítica de este trabajo, que
dice relación con la discusión acerca de una falsa naturalidad en las acciones signadas
como violentas, es decir rechazamos cualquier tipo de “darwinismo social” en el
desarrollo humano, lo que finalmente tiene la intención de constituirse como el primer
acercamiento a una confrontación con la filosofía positivista, la cual sitúa al Derecho
como aquello que debe ser resguardado y el medio por el cual es resguardado, es decir
finalmente el positivismo crea un Derecho como un medio cuya finalidad es su propia
conservación, donde la violencia sancionada como poder se desenvuelve en la doble
dimensión de instrumento y fin. Un valor en si mismo el cual debe contextualizarse
necesariamente a partir de la división de la sociedad en clases.

Sin embargo, en atención a la construcción de un imaginario contrato social, es


innegable que la contención más forzosa de la voluntad individual, es la violencia o al
menos su posibilidad.
“La autoridad política se mantiene siempre con el miedo al castigo inmediato, que no
abandona nunca a los hombres”30.

A propósito de la presencia latente de la violencia como forma de contención


forzosa de la voluntad individual Benjamin complementa a Weber al aceptar el
monopolio de la fuerza y disposición de la violencia por parte de la institución, como la
forma más efectiva de evitar la lesión de los valores y bienes jurídicos definidos por el
Estado.

“Si decae la conciencia de la presencia latente de la violencia en una institución


jurídica, ésta se debilita” 31.Y esta contención se ha construido como legítima en el reino
de los medios orientados hacia el Control Social, de los que forma parte el Derecho en

29
Jacques Lacan. “los escritos de Jacques Lacan”. Cap I. Seminario sobre la carta robada 1956. Pág.6. 2009. Los paréntesis son
míos.

30
Nicolás Maquiavelo, citado por Darío Mellosi en “El Estado del Control Social” Pág. 25 1992 siglo XXI Editores, México DF.
México.

31
Walter Benjamin Para una crítica de la violencia. edición electrónica Ediciones elaleph.com. Pág. 25. 1999
29
general y el Derecho Penal en particular, que es finalmente lo que interesa ha esta
investigación.

II.- Criminología y Control Social.

La importancia de concentrarse en el estudio de la Criminología, como la ciencia


cuyo objeto de estudio es el delito y el castigo, es la influencia mutua entre esta
“ciencia” del castigo y la política criminal como espacio de contención a la acción punitiva
del Estado. Es decir el “lugar” donde reside la decisión del Estado acerca de las conductas
susceptibles de castigo. Así los desarrollos en criminología influencian decididamente la
construcción de la Política Criminal y hacen parte de la evolución de una sociología del
control social y el castigo, por tanto para comprender esta herramienta teórica (control
social) es necesario remitirse a su justificación “científica” cual es la criminología.

II. a) La Escuela Clásica de Criminología

30
La escuela clásica de criminología; originada en la filosofía del Iluminismo rechaza
la forma como se llevaba a cabo la administración de justicia en el siglo XVIII la que según
la visión del clasicismo, vulneraba los derechos del hombre y rayaba en la barbarie –
arbitrariedad de las penas, inexistencia del debido proceso e indefinición de un concepto
de delito- eran solo algunas de las falencias que la criminología del Iluminismo pretendía
corregir.

La criminología clásica se desarrolla en el período de transición de la sociedad feudal


y la revolución industrial (“proceso socio-económico de acumulación capitalista
originaria”32). Según Massimo Pavarini las primeras formas de conocimiento
criminológico (término contextualmente inadecuado según Pavarini) puede asumirse
como propia de la teoría política con una dimensión ético-moral, a partir del discurso del
buen gobierno y premisas como, la riqueza de las naciones, modos de preservar el orden,
la concordia, la felicidad pública, etc.

En la elaboración de este complejo proyecto para la construcción de un nuevo


orden social, se presta atención también a nuevas formas de desobediencia y por tanto
de violación de las leyes que la nueva sociedad, con la clase burguesa a la cabeza, se da.

Basándose en las ideas del contrato social de Hobbes, Montesquieu y Rosseau, fue
Cesare Beccaria quien comenzó con la labor de construir una nueva criminología acorde
con la nueva racionalidad que envolvía al mundo europeo. En “Essay on Crimes and
Punishments” de 1804, expone la posición del contrato social respecto de la naturaleza
de las leyes y además define que es una ley.

“Las leyes son las condiciones con arreglo a las cuales los hombres, naturalmente
independientes se unieron en sociedad (…) se necesitan de remedios perfectamente
visibles para impedir que el despotismo de cada persona sumergiese en el caos en que
antes había estado. Esos remedios son las penas establecidas para quienes violan las
leyes (…) solo gracias a remedios que sean percibidos de inmediato por los sentidos (…)

32
Massimo Pavarini “Control y Dominación. Teorías Criminológicas Burguesas y proyecto Hegemónico” Pág. 27. Buenos Aires:
Siglo XXI Editores Argentina, 2002

31
basten para contrarrestar los efectos de las pasiones del individuo que se oponen al bien
general”33.

De esta forma el castigo, tiene por función lograr la supervivencia de la propia


sociedad. Lo relevante de esta argumentación es que la concepción de sociedad debe ser
entendida como orden social dominante, así la supervivencia de la nueva sociedad es
también la búsqueda de la mantención del nuevo orden social que se estaba
construyendo, orden social y sociedad cuyos principios fundamentales estaban
establecidos por y para la burguesía erigida como clase dominante.

Pavarini, sin embargo pone en tela de juicio la “vanguardia” de lo estudios de


Beccaria y Bentham y Hommer (Italia, Inglaterra y Alemania respectivamente) y resalta la
necesidad de ir más atrás en la lectura de las tesis liberales acerca de las libertades
civiles, haciendo un recorrido que sobrepase lo simplemente jurídico-político, vale decir
el desarrollo de la política criminal como instrumento de represión del Estado y no sólo
como decálogo de derechos y libertades del “ciudadano-imputado” 34 debe rastrearse
desde sus orígenes filosóficos. Para no oscurecer “de este modo una realidad cultural
mucho más compleja que no deja nunca de acompañar el momento destructivo de la
critica al viejo orden sociopolítico, una reflexión por otra parte profunda sobre los modos
de preservar la concordia y de garantizar el control social en el nuevo orden”35. Lo cual
queda explícito en la siguiente cita:

“Históricamente, la teoría del contrato social puede considerarse un marco


ideológico para la protección de la burguesía naciente, en especial de la injerencia feudal.
Ello es así porque la teoría del contrato social -por sobre todas las cosas- insistía en
recompensar la actividad provechosa y en castigar la perjudicial. Se asignaban
características positivas y negativas a diferentes clases de comportamiento según su
utilidad para una nueva sociedad fundada en la propiedad privada”. 36

33
Beccaria “Essay on Crimes and Punishments” 1804, Págs. 5-6 en “La Nueva Criminología” contribución a una teoría social de la
conducta desviada. Ian Taylor, P. Walton, y J. Young. Arnorrortu editores Buenos Aires Argentina 1997.
34
Massimo Pavarini “Control y Dominación. Teorías Criminológicas Burguesas y proyecto Hegemónico” Pág. 28. Buenos Aires:
Siglo XXI Editores Argentina, 2002
35
Ibid.

36
Ian Taylor, P. Walton, y J. Young. “La Nueva Criminología” contribución a una teoría social de la conducta desviada. Pág. 20.
Arnorrortu editores. Buenos Aires Argentina 1997.
32
Estas características positivas o negativas están contenidas en el contrato o
convención “acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer
alguna cosa. Cada parte puede ser una o muchas personas” 37.

Taylor, Walton y Young, resumen los principios de la criminología clásica en


directa imbricación con las corrientes utilitaristas.
“Puede considerarse que la teoría clásica del contrato social (o utilitarismo) se basa
en tres supuestos importantes (…) postula un consenso entre hombres racionales acerca
de la moralidad y la inmutabilidad de la actual distribución de los bienes. Segundo
entiende que un comportamiento i-legal corresponde a un acto irracional. Tercero, la
consecuencia evidente es que los teóricos del contrato social tenían un conocimiento
especial de los criterios para determinar la racionalidad o irracionalidad de un acto; estos
criterios eran los criterios de utilidad, tal como habían sido expuestos por esos mismos
teóricos.

Por lo tanto, el utilitarismo no era una teoría que implicase una igualdad individual
ilimitada. Aunque se pensaba que los hombres eran iguales en el sentido de que tenían
igual capacidad de raciocinio (en una sociedad fundada en la propiedad privada), no
podía considerarse que fuesen iguales en todos los demás sentidos. 38” Mas bien esta
igualdad corresponde a una igualdad influenciada por la teología, no una igualdad de
estatus o autoridad.

Con lo anterior la criminología clásica puede resumirse en los siguientes puntos,


expresiones de la antes mencionada influencia contractualista en la caracterización del
hombre y del mundo.

 Todos los hombres pueden cometer delitos, son violentos y egoístas por
naturaleza.

37
Código Civil de la República de Chile. Libro Cuarto “De los contratos y las obligaciones en general”. Definiciones. Art. 1438
Editorial Jurídica de Chile 2002.

38
Ian Taylor, P. Walton, y J. Young. “La Nueva Criminología” contribución a una teoría social de la conducta desviada. Pág. 21.
Arnorrortu editores. Buenos Aires Argentina 1997.
33
 La protección de la propiedad privada y el bienestar de la persona, constituyen
un “consenso” por su naturaleza conveniente. lo cual revela el objetivo instrumental
(utilitarista) de la criminología y el objetivo de la sanción (el castigo), proteger la vida y la
propiedad de las personas, principios que ya habían sido formulados por Locke en sus
obras.

 La naturaleza contractual y libre del consenso para impedir la guerra de todos


contra todos.

 Una intención disuasiva de la pena de violar los intereses de los demás. Donde la
monopolización de la sanción penal corresponde al Estado lo cual está establecido en el
contrato social.

 La pena tiene un carácter ejemplificador mas no reformador, lo que conlleva una


proporcionalidad entre el delito y la pena.

 Se establece el debido proceso

 Como se considera a todos los individuos iguales en el uso de la razón,


racionalidad que les permitía ver el carácter benéfico del contrato social, de la misma
forma son igualmente responsables de sus acciones ante la ley, por lo que las
circunstancias atenuantes son inadmisibles. Esto corresponde a un razonamiento
eminentemente jurídico que exacerba la intención justicialista, situación que entrará en
consideración en desarrollos posteriores de la criminología debido a la influencia de otras
ciencias, especialmente de la psicología.

Los autores, caracterizan a la criminología clásica como una teoría del control
social, donde las teorías sobre la motivación humana están implícitas y no explícitas lo
cual significa que esta no apunta hacia las causas del delito sino más bien a su puro
control a través de la actividad estatal en el entendimiento que el delito corresponde
simplemente a una acción irracional del hombre. Debido a que los clásicos entendían el
delito más bien como una enfermedad expresándolo de la siguiente manera:

34
“Todo comportamiento ilegal producido en una sociedad en la que se dice que se ha
celebrado un contrato social es esencialmente patológico o irracional, el
comportamiento propio de hombres que, por sus defectos personales, no pueden
celebrar contratos” 39.

Así la teoría clásica establece la forma en que el Estado debe reaccionar ante esta
enfermedad social una vez que ya se ha producido, lo que lleva a Mellosi a calificar al
control social ejercido por parte de las sociedades que han adoptado una realidad
estatal, como “control social reactivo”40, ante el delincuente.

La criminología clásica además enumera un conjunto de características que


conforman las desviaciones que permitan calificar a un sujeto como delincuente y la base
social del derecho penal el cual constituye la cura para la enfermedad que representa el
delito en la sociedad burguesa.

“Aparece acertado, por lo tanto, caracterizar a la escuela clásica como


"criminología administrativa y legal'. Su gran ventaja fue que estableció un marco
procesal fácil de aplicar. Redujo la función del juez a la aplicación de la ley, mientras que a
esta le correspondía fijar exactamente una pena para cada delito y para cada grado de
un mismo delito.

Deliberadamente, y en pro de la uniformidad administrativa, se hizo caso omiso de


cuestiones enigmáticas acerca de los motivos y las "causas" del comportamiento, lo
incierto de los motivos y propósitos y las consecuencias desiguales de una norma
arbitraria. Tal era la concepción clásica de la justicia: una escala exacta de penas para
actos iguales, sin hacer referencia a la naturaleza del individuo de que se trataba y sin
considerar las circunstancias especiales de la comisión del acto” 41

II. b) El revisionismo neoclásico


39
“La Nueva Criminología” contribución a una teoría social de la conducta desviada. Pág. 21. Ian Taylor, P. Walton, y J. Young.
Arnorrortu editores. Buenos Aires Argentina 1997.

40
Darío Mellosi “El Estado del Control Social”. Pág. 17 1992 Siglo XXI Editores, México DF. México.

41
Ibid. Pág. 23

35
La aplicación efectiva de las premisas clásicas planteó numerosas dificultades
relacionadas con el intento de plantear medidas penales universales, las cuales entraban
en contradicción con la negación tácita en el clasicismo (lo cual no descarta una
intencionalidad) sobre “las motivaciones de la acción humana y actuar como si el castigo
y el encarcelamiento pudieran medirse en base a patrones universales” 42.

Por otro lado la irracionalidad parecía socialmente concentrada y desigualmente


estructurada en lo que esta etapa de la construcción de la criminología llamaba “clases
peligrosas”43. Hechos que la teoría clásica era incapaz de explicar. Por tanto comienza una
tarea de revisar los principios clásicos enunciados por Beccaria. “El esquema neoclásico
resultante, limitado con salvedades positivistas, constituye hoy la base de la mayoría de
los regímenes jurídicos”.44 ”

La criminología por tanto comienza a dar un giro focal hacia el “delincuente”


tomando en consideración dos elementos; sus antecedentes penales y; su grado de
responsabilidad, con lo que comienza a estructurarse una teoría de la atenuación de las
penas, las que tomaban en cuenta el medio físico y social en que se desenvolvía el
trasgresor, así en atención al “prontuario” de cada uno se podría suponer un
condicionamiento del sujeto a “circunstancias externas”.

En la teoría neoclásica se sigue entendiendo al hombre como un sujeto


plenamente racional. Racionalidad que sin embargo puede estar constreñida para
desenvolverse libremente por circunstancias tanto sociales (pobreza y desempleo) como
patológicas (demencia conducta compulsiva u otros comportamientos. Así comienza a
construirse es la teoría de la capacidad). “Existe ahora un ámbito en (…) que diversos
expertos en conducta desviada son llamados, según lo-estime oportuno el tribunal, para

42
Ibid.

43
Ibid. Pág. 24

44
Ibid. Pág. 25 Esta afirmación corresponde al año 1973, año de la primera edición en inglés de “La nueva criminología”.
contribución a una teoría social de la conducta desviada Ian Taylor, P. Walton, y J. Young. Arnorrortu editores. Por tanto es necesario
contextualizarla en esa realidad

36
exponer sus explicaciones deterministas del comportamiento, como base de una
atenuación de la pena.”45

Sin embargo esto en ningún caso excluye al trasgresor de la responsabilidad que


le compete en el acto, solo sirve de argumento para esgrimir circunstancias atenuantes
del castigo. Por tanto el concepto de control social sigue siendo el mismo de la teoría
neoclásica; control penal del sujeto desviado, por cuanto se sostiene en la racionalidad
de los sujetos, lo que se modifica en parte es la fuerza del castigo el que ya no sólo es
proporcional al hecho sino proporcional también a las circunstancias externas del sujeto
y con esto la función de la pena ya no es solo ejemplificadora, ahora además tiene por fin
la rehabilitación del trasgresor.

Quizás la diferencia más notoria con el desarrollo anterior en criminología, se da


en ámbito de la visión del neoclasicismo acerca del hombre y la condena;

“En lugar de ver al delincuente condenado como un individuo aislado que podía
vincular, y sin duda vincularía, racionalmente su delito con su «justa» pena y extraería las
conclusiones morales correspondientes, los neoclásicos comprendieron que:

 La condena tendría distintos efectos según las características individuales del


delincuente.
 Encarcelar al delincuente era ubicarlo en un ambiente que, en sí mismo, incidiría
en su futura propensión a delinquir.” 46

La revolución positivista

La presencia del positivismo en los desarrollos teóricos en criminología, puede


rastrearse a partir de su metodología. La principal característica de esta escuela socio-
filosófica es la pretensión de cientificidad, llegar a un nivel de saturación tal en la
muestra que permita elevar el resultado del contraste de algunas variables a categoría de
verdad acerca de su objeto de estudio.

45
Ian Taylor, P. Walton, y J. Young. “La Nueva Criminología” contribución a una teoría social de la conducta desviada. Pág. 26.
Arnorrortu editores. Buenos Aires Argentina 1997.

46
Ibíd. .Pág. 27
37
Los hechos en la “versión positivista de la criminología, vienen pre-determinados
es decir son producto de la aplicación de un modelo de análisis por tanto una cuestión
metodológica, la aplicación de un modelo provoca que la ciencia criminología y /política
criminal aplique una cuadricula sobre el desarrollo de las relaciones sociales,
sancionando como delitos un hecho social que en su concepción metodológica de la
ciencia corresponde a una anomia lo que se llamó en un momento –generar una taxativa
de los hechos sociales anómalos - y aplicarlos sobre un grupo también pre-determinado
es decir algo así como el sujeto de la muestra, el que a partir de la construcción de
estadísticas policiales como dato fiable está constituido por un grupo, “un sujeto social”
que corresponde a lo que algunos han caracterizado como “clases bajas” 47

Esto que no es más que adaptar el modelo de las “ciencias duras” (ciencias
naturales) a una ciencia “blanda” o más bien flexible como las ciencias sociales, significa
además definir un objeto de estudio como propio. El que para el caso de la criminología
positivista, es el problema del crimen, su control y disminución.

En La Nueva Criminología la cuestión del positivismo es planteada de la siguiente


forma: (…) “ofrece a la sociedad un enfoque totalmente diferente de la criminalidad, un
enfoque que solo persigue fines prácticos, como la eliminación de la conducta antisocial,
y libre de creencias inútiles, filosóficas, punitivas y ético-religiosas” 48. Es decir la función
moralizadora de la primera y segunda criminología quedan desplazadas solo por los
llamados fines prácticos fines prácticos.

Fines prácticos definidos como objetivos, la disminución de las penas y la


disminución de los delitos. Intentando avanzar hacia una ciencia causal-explicativa la
criminología positivista se vale de la cuantificación del comportamiento (…) “tratando de
desarrollar unidades precisas y calculables de delitos y conductas desviadas como paso
preliminar a la generalización” 49. Lo que suponía segregar aquel comportamiento tildado
47
Massimo Pavarini. Control y dominación: teorías criminológicas burguesas y proyecto hegemónico.- 1ª ed. -Buenos Aires:
Siglo XXI Editores Argentina, 2002.

48
. Ian Taylor, P. Walton, y J. Young. “La Nueva Criminología” contribución a una teoría social de la conducta desviada. Pág. 28.
Arnorrortu editores. Buenos Aires Argentina 1997.

49
Ibíd. Pág. 29
38
de normal de aquellas conductas consideradas delitos, de acuerdo a variables
cuantificables.
“La solución inmediata y obvia era recurrir a las estadísticas de criminalidad, dado
que ofrecían algunos detalles sobre la cantidad y los tipos de delitos cometidos” 50.

A partir de estadísticas policiales sobre criminalidad (lo cual revela el actor que
desempeña preferentemente el control social) se elabora un método de análisis, lo que
supone en primer término que las estadísticas no corresponden a una criminalidad total,
es decir no representaban necesariamente la correlación de diversas variables que era
necesario tener en cuenta como “el grado de vigilancia policial, del despliegue de las
fuerzas policiales, la disposición del público para denunciar los delitos, etc.” 51

Con lo cual el sesgo más evidente que se producía era que “el delito está definido
solo como infracción de leyes, pero estas pueden reflejar únicamente el capricho de los
legisladores o los intereses de grupos poderosos. Es posible que no representen la
existencia de ningún consenso moral, de tipo universal o persistente, en la población en
general.”52 Lo que revela esta posición es la influencia notoria del iluminismo y las tesis
acerca de la racionalidad humana y del contrato social. Así en con la intención de
construir un patrón moral generalizable la sociología positivista se divide en dos caminos;
el positivismo liberal y positivismo radical.

“(…) en el intento de los positivistas liberales de establecer un patrón moral sobre el


cual edificar una ciencia positiva destinada, en última instancia, a lograr que disminuya el
comportamiento no deseado depende del supuesto de que hay un consenso más o
menos difundido acerca de la naturaleza de la moralidad; de que esta puede ser descrita
(y, en definitiva, cuantificada) por cualquier grupo heterogéneo de personas que
desempeñen distintas funciones y hayan sido elegidas entre la población en general (es
decir, que la opinión de un grupo de estudiantes, policías y jueces es representativa de
un consenso más general), y de que es posible reformar la legislación en cierta forma (y,
con ella, las estadísticas) para asegurar que corresponda a la moral así descrita. En todo

50
Ibíd.

51
Ibíd.

52
Ibíd.
39
momento, el positivismo liberal hace hincapié en la existencia o posibilidad de un
consenso social y moral”53.

Por tanto, el control social en esta criminología puede entenderse como el


resultado del acuerdo social (contrato social) acerca de aquellas conductas susceptibles
de castigo por constituir un desvío, de aquellas conductas que se tienen por ordinarias en
una sociedad democrática. Conductas analizadas con una orientación rigurosa y
pretendidamente precisa.

II. c) El positivismo radical

El positivismo radical va más allá en su intento de construir una criminología de


carácter universal y llega incluso a levantar la tesis de la existencia de un delito natural.
“El positivismo radical se interesa en la operacionalización y aplicación, mediante las
técnicas de la ciencia positiva, del consenso moral incorporado en la legislación penal (…)
la oposición a la definición tradicional del delito como violación de la ley surge de su
deseo de descubrir y estudiar males que sean absolutos y eternos y no meras violaciones
de regímenes jurídicos legislados o jurisprudenciales que varían según el tiempo y el
lugar: en esencia, se trata de la vieja búsqueda metafísica de la ley de la naturaleza.

Entienden que el carácter dinámico y relativo de la ley es un obstáculo para el


crecimiento de un sistema científico de hipótesis con validez universal” 54

“Las estadísticas representan, o la disposición de los individuos para admitir


retrospectivamente haber cometido un acto, o la medida en que la policía puede y quiere
detener a los delincuentes que descubre. En esta perspectiva, lo importante es la
gravedad que adjudica a la infracción de la ley el órgano de control social (el policía) o
quien suministra información sobre sí mismo. Se supone que no hay desacuerdos
notables con referencia a la moralidad de la ley misma”. 55
53
Ian Taylor, P. Walton, y J. Young. “La Nueva Criminología” contribución a una teoría social de la conducta desviada. Pág. 32.
Arnorrortu editores. Buenos Aires Argentina 1997.

54
Ibid. Pág. 33

55
Ibid. Pág. 34
40
Lo que resulta de aplicar las técnicas positivistas radicales “es que el delito, así
definido o cuantificado, resulta estar presente prácticamente en todas partes. Se
manifiesta en todos los sectores de la sociedad, entre ricos y pobres, jóvenes y viejos,
hombres y mujeres, y siempre en niveles más altos y proporciones diferentes a los
supuestos previamente. Sin embargo, la teoría criminológica se ha basado en general en
la idea de que el delito es, fundamentalmente, una actividad propia de personas jóvenes
de sexo masculino y perteneciente a la clase obrera”.

La respuesta de los positivistas radicales ha esto constituye un ejemplo de ceguera


voluntaria. La disfunción de la racionalidad no constituye una cuestión general a la
sociedad sino que el control social hasta ahora aplicado es insuficiente.

“Implícitamente, se acusa a los trabajadores sociales y a los jueces de aplicar criterios


no científicos en las decisiones que toman acerca del destino de los delincuentes. Por
consiguiente, es necesario introducir reformas para asegurar que el control social se
aplique efectiva y científicamente de conformidad con los intereses objetivos del
consenso”56

¿Pero desde que elementos extraer un cálculo moral independiente de la ley?

 “(…) existen algunos sentimientos humanos fundamentales cuya violación indica


un delito real, concepto del delito no viciado por los caprichos de los jueces, por la
existencia de diferentes grupos de interés en la sociedad y otras influencias histórica y
culturalmente determinadas sobre el contenido del crimen y la composición de las
estadísticas criminales”57.

Es decir un concepto de delito no influenciado por relaciones de poder vigentes en


una sociedad, lo cual implícitamente se relaciona con la búsqueda de la objetividad científica
por parte del positivismo, negando de esta forma las cuestiones axiológicas para el interés

56
Ibid. Pág. 36

57
Ibíd. Pág. 37
41
del científico. Significa además que la labor científica del positivista es ubicarse desde el lado
de la mayoría de la población en contra de la minoría que constituiría el delincuente.

 “(…) puede sostener que es posible especificar un consenso que sea muy distinto
de las normas del régimen legal. Al igual que en la criminología positivista liberal, existe
algo así como una moral general de la sociedad.

 Por último, puede recurrir a ciertas necesidades reales, del sistema respecto de
las cuales algunos actos son realmente, y no solo hipotéticamente, disfuncionales.

(…) sentimientos morales: piedad, (rechazo a hacer sufrir voluntariamente al


prójimo) y probidad (respeto al derecho de propiedad ajeno). Estos sentimientos
desempeñan funciones esenciales en el mantenimiento del consenso moral existente y,
por ello, tienen cabida entre los valores protegidos por la ley.

(…) Si se produce una violación de uno cualquiera de esos sentimientos, tendremos


lo que puede denominarse correctamente un delito natural.

El paralelo con las concesiones clásicas de la ley es evidente. También aquí se


postula la existencia de un consenso, basado en el temor o la idea de Hobbes de la
guerra de todos contra todos, y una ley que consagra las disposiciones necesarias
(funcionales) para impedir esa eventualidad.
También aquí se trabaja con supuestos a priori acerca de la naturaleza humana: la
elección moralmente correcta es también funcional. (…) Se construye una visión
tautológica de la naturaleza humana y el orden social, visión que tiene la amable virtud
de no poner en duda los aspectos concretos del orden social (la desigualdad en la
propiedad de la riqueza y los bienes).

El rasgo común al clasicismo y el positivismo, se encuentra en lo que dejan de


lado y no en lo que incluyen. En la imagen clásica del hombre y la sociedad, el orden
social es querido: el hombre racional opta por defender la distribución existente de la
propiedad.”58

58
Ibíd. Pág. 39.
42
Entonces, la función de la criminología positivista ya sea de corte liberal o en su
versión radical y de todo el constructo jurídico-político que gira en torno al delito y el
castigo desde esta perspectiva sociológica, es la de reestablecer el orden natural, lo cual
se relaciona casi exclusivamente al respeto de la propiedad privada.

En la búsqueda de tratar científicamente el problema del delito, es preciso


determinar que este está sometido a leyes causales, con lo cual el positivismo desplaza
totalmente “la noción clásica de un hombre racional capaz de ejercer con su libre
albedrío”59 para Enrico Ferri destacado autor positivista , “el método experimental es
decir, inductivo es la clave de todo conocimiento (…)los hechos imperan y no es posible
razonamiento alguno sin partir de los hechos (…) la ciencia exige dedicar mucho tiempo
al examen de los hechos uno por uno, a evaluarlos, a reducirlos a un común
denominador, a extraer de ellos una idea central. (…) El delincuente se revela
automáticamente en sus acciones y (…) está impulsado por fuerzas de las que él mismo
no tiene conciencia.

No hay ninguna responsabilidad que asignar ni, por lo tanto, que investigar
cuestiones de motivación.(…) Los positivistas pensaban, como dijo Durkheim, que la vida
social debía explicarse, no por las ideas de quienes participan en ella, sino por causas
más profundas que la conciencia no percibía. (…) el positivista explicaba las causas del
acto a la misma persona que lo había realizado, sosteniendo que no le preocupaban las
cuestiones morales. A la larga, la escuela positivista, siguiendo la lógica impuesta por su
posición, pidió la abolición del régimen de jurados y su remplazo por un equipo de
expertos eruditos en la ciencia de la conducta humana.

Los expertos se necesitaban para investigar las causas que impulsaban al criminal
a delinquir, hacer un diagnóstico de él y señalar el régimen terapéutico apropiado.

También se atacaba el sistema de penas implícito en el clasicismo, la noción de la


pena fija proporcional a las consecuencias del acto (delictivo). En cambio, decían los
positivistas, debería existir un régimen de penas " indeterminadas que asegurasen que,
una vez que los expertos hubiesen decidido que el sujeto era un delincuente, se contase
con tiempo suficiente para su curación. Ante todo, los positivistas defendían la abolición
59
Ibíd.
43
de medidas específicamente penales; no tenía sentido castigar al delincuente si este no
disponía de opción alguna en cuanto a su propia reforma” 60. Reformar no es sino
reeducar, es decir disciplinar al sujeto, su cuerpo y su mente para convertirlo en un sujeto
de provecho social, lo cual se desarrolla a partir del trabajo.

Como consecuencia de lo anterior, podemos entender las cuestiones acerca del


control social y el castigo así como la definición de delito y delincuente y todo el
constructo jurídico político de características positivistas, como una cuestión de
metodología, en la cual la función del científico es precisamente otorgarle tal carácter a
su objeto de estudio partiendo desde la premisa que los hechos constituyen la categoría
más importante al análisis, es decir –cosa que no es ningún secreto- un método
completamente deductivo, el cual reduce la realidad partiendo de generalizaciones
abstractas para aplicarse a lo particular.

Para el caso de la Política Criminal significaría que el castigo y el control social estaría
definido por cuestiones etáreas de género o clase, cuando la relación de tales variables
con índices de criminalidad generales no son en ningún caso necesariamente
correspondientes con la realidad. En la búsqueda de las causas objetivas del crimen el
positivismo olvida que la sociedad se construye de relaciones sociales y no meramente
de hechos61.

II. d) Control Social y Castigo. Los dos tipos de control social.

La categoría Control social es ya problemática en su enunciación, por cuanto junto


con acercarnos a una definición debemos posicionarnos en la perspectiva adecuada a la
orientación de la investigación. La cuestión del control social reconoce una variedad de
acepciones en las que los elementos centrales de cada silogismo caracterizan; 1) la
represión de la conducta anti-social o; 2) la asimilación del orden social. Es decir el
control social puede definirse ya sea a partir de la coerción estatal (sanción penal y

60
Ibíd. Págs. 40 y siguientes.

61
(…) para tener una posibilidad de construir el objeto, hay que volver explícitos los supuestos, o incluso revelar que lo real es
relacional, que lo que existe son las relaciones, vale decir, algo que no se ve, a diferencia de los individuos o los grupos. Revista
electrónica “La Audacia de Aquiles”. Marzo 20 de 2008. Reseña del “Oficio del Sociólogo” Bourdieu, Passeron, Chamboredon.
44
control policial) o a partir de la pertenencia a una comunidad lingüística y cultural donde
los procesos de interacción son centrales a la hora de definir el control social.

Propia del positivismo de la escuela de Chicago, esta escuela ha elaborado una


acepción de control social directamente relacionada a la idea de democracia liberal.

De corte idealista los principios generales de este concepto de control social,


pueden ser resumidos como una articulación de mecanismos culturales de represión no
punitiva de la conducta. Esta etimología de control social puede entenderse como
sinónimo de auto-control.

La historia del control social es la historia del desarrollo del capitalismo, la sociedad
burguesa y la democracia liberal. Con una clara orientación positivista esta acepción del
control social tiene su origen en el concepto de orden social, contextualizado en una
sociedad integral e integradora de todos sus miembros, construida a partir de la
“interacción”.

Para esta escuela la interacción es entendida como un sinónimo de comunicación, actividad


que se encontraría enraizada en la organización social. Quizás el nudo más problemático de esta
acepción dice relación con el rol decisivo de los medios de comunicación de masas para la
construcción de dicha interacción entre público y control social, “la organización de la
comunicación en una sociedad de masas produce un número incesante de significados
construidos en serie, que bien pueden nulificar la existencia de un público libre (…) Esta última
forma de control en realidad puede representar una mayor esclavitud que aquella que
abiertamente manifiesta ser tal”62. Este problema será abordado más adelante.

“La relación entre el Yo (self) y el Mi (me), las dos categorías originales pensadas por
George-Herbert Mead, las cuales constituyen el substrato de la interacción, restringen las
expresiones que provienen del aparato motivacional del individuo y que, a través de la
comunicación y los símbolos significantes permiten alcanzar la adaptación mutua de los actos de
los distintos individuos humanos dentro del proceso social, poniendo en contacto el mundo
subjetivo con el social.

62
Darío Mellosi “El estado del control social”.Pág. 18. Ediciones Siglo XXI México. México DF. 1992.

45
(…) Así las cosas, tal adaptación constituye, en la esencia del interaccionismo
simbólico, el autocontrol social (self control) del individuo frente a la sociedad. Ahora
falta ver cómo el(los) individuo(s) pasan a someterse a un control social. Esto se produce
mediante la asunción del otro generalizado, una categoría a la cual también Mead le
deparó especial atención, como ahora se verá. Mediante el juego y el deporte colectivo
el individuo asume el otro generalizado pues, en el primero el niño tiene que tener la
actitud de todos los demás que están involucrados en el juego mismo mientras, en el
segundo, lo que hace cada deportista es fiscalizado por el hecho de que él es todos los
demás integrantes del equipo, por lo menos en la medida en que esas actitudes afectan
su reacción particular.
Tenemos así, entonces, un otro que es una organización de las actitudes de los
que están involucrados en el mismo proceso No obstante, asumir el papel del otro
generalizado sólo puede hacerse por medio de los símbolos y el lenguaje. Mas, este
último sólo es eficaz cuando se trata que los individuos dominen una lengua común lo
que les permite el ingreso en la sociedad más amplia. En definitiva, la comunidad o grupo
social organizados que proporcionan al individuo su unidad de persona pueden ser
llamados “el otro generalizado”. La actitud del otro generalizado es la actitud de toda la
comunidad” 63

Según esta concepción de orden social, no habría diferencia entre auto-control y control
social, esto como forma idealizada de describir como funciona una sociedad política democrática.
Así el derecho se convierte en control social solo cuando se produce la desviación, una
disfunción extra-ordinaria en el funcionamiento social, debido a que su función principal dentro
de esta perspectiva “es la de intervenir cuando efectivamente los conflictos que se generan entre
individuos o instituciones se expresan y concretan ante las instancias atribuidas de la capacidad
de tratar situaciones, para llegar a soluciones que no tienen otra vía pacífica para ser
encaradas”64.

No obstante y en concordancia con la mayor parte de la doctrina jurídico-penal, la función


más relevante que se le asigna al derecho para evitar las denominadas conductas desviadas es la
63
Sistema Penal y Problemas Sociales. Roberto Bergalli y otros. Edit. Tirant lo Blanch. Valencia España 2003. Pág.39.

64
Ibíd. Pág.30.

46
de control social. El derecho penal constituiría, en esta perspectiva, un instrumento de ese
control social. La discusión sin embargo, no se centra en la efectividad de la herramienta penal
sino simplemente en su función. Además no se está asegurando que el control social dependa o
se ejerza exclusivamente a través del sistema penal, sin embargo dadas las características de las
sociedades modernas, es evidente que la función de asignar penas y castigos para el delito
(conducta desviada) corresponde al derecho.
Al momento de tratar la relación entre control social y medios de comunicación esta
perspectiva (la del control social) será ampliada.

A partir de esta distinción es que la acepción de control social que nos interesa es aquella
acuñada por los penalistas, y que se refiere a la función del derecho en general y penal en
particular. “No es entonces que el derecho, por sí mismo, resuelva conflictos; lo que el derecho
facilita son formas jurídicas —es decir, caminos con fuerza de ley— para que las partes allanen la
controversia de sus intereses antagónicos. Igualmente, al apoyarse en esa fuerza, el derecho
cumple una función de legitimación del poder, en el sentido que legitimaría las decisiones de
quienes tienen la capacidad institucional para tomarlas. Si bien esta función reconoce un
fundamento weberiano, en tanto que para el (…) jurista y sociólogo alemán el derecho cumple
con la tarea de legitimar a las estructuras y a los órganos del grupo social, también ha sido
adoptada por las propuestas sistémicas en tanto que el poder se convierte en derecho mediante
las reglas jurídicas, al otorgar éstas competencias y establecer procedimientos para la toma de
decisiones”65.

“Max Weber señalaba que una de las características fundamentales de la modernidad es el


desarrollo de los procesos de racionalización, que implican la centralidad en estas sociedades de
la burocratización, lo que a su vez supone una gran ampliación de la especialización y su
importancia social. Así pues, la forma histórica de control social que surge bajo el Estado
Moderno es la de un control especializado, burocratizado y profesionalizado” 66. Control legal,
punitivo, legítimo y de naturaleza política.

“Esta afirmación incluye la doble vestimenta de máximo ordenamiento jurídico-normativo


de una sociedad, y de aparato legislativo, administrativo, judicial y militar que tal ordenamiento

65
Ibíd. Pág. 31.

66
Ibíd. Pág. 40
47
elabora, imponiéndose a la población si bien sobre la base de un mínimo de consenso. Con este
consenso el Estado se defiende por medio del uso de la fuerza, de la cual se reserva su
monopolio mediante la ley, sea esto considerado más o menos legítimo por la mayoría de la
población.”67

“Todas (las) normas pasan, a su vez, por etapas de decisión, elaboración, producción o
creación; momentos en los cuales se verifican comportamientos, cuya manifestación está
promovida por los intereses sociales que genera la existencia de tales normas o bien su evitación.
De tal manera, si los legisladores se comportan en un sentido o en otro (para crear o evitar que se
creen las normas) es porque en torno a ellos tales intereses se mueven e impulsan sus
conductas”68.

Roberto Bergalli, en un intento por desentrañar la cuestión de la intervención de las clases


dominantes en “los recursos organizativos de la sociedad” 69 se orienta al análisis de los conceptos
de sociedad civil y Estado a partir de los aportes de Antonio Gramsci, como para poder
comprender “hasta qué punto se puede hacer visible la dirección de clase en la organización y
empleo de recursos estatales que, con su fuerte carga punitiva, poseen una elevada capacidad
discriminatoria y, por lo tanto, de dominación”70.

En la perspectiva de Bergalli, “Gramsci logró superar el concepto unilateral de Estado para


explicar el funcionamiento hegemónico a medida que el capitalismo se desarrolló como una
trama organizacional mucho más compleja. Por lo tanto, el monopolio estatal en la producción y
aplicación de normas jurídico-penales sólo se explica como ejercicio de control político, en el(…)
sentido de comando hegemónico de la vida de los pueblos y en la que al sujeto de tales
actividades de comando, le corresponden actos tales como mandar o prohibir comportamientos,
con efectos vinculantes para todos los miembros de un determinado grupo social y con
consecuencias perjudiciales para quien o quienes los realicen, infringiendo el mandato o la

67
Ibíd. Pág. 41

68
Ibíd. Pág. 43

69
Ibíd. Pág. 35.

70
Ibíd.
48
prohibición. Queda claro, de este modo, que la intervención del Estado no sólo se considera
imprescindible, sino que también es única y propia para el control punitivo” 71.

Finalmente este trabajo no puede sino abordar la categoría de control social como
mecanismo eminentemente punitivo, es decir se asume que el control social no puede ser
entendido sino como una característica del derecho y se ubica específicamente en la esfera de la
sanción o su probabilidad, por cuanto dentro de las tecnologías que construye el Estado,
influenciados por los intereses de aquellas clases erigidas como dominantes, los mecanismos
represivos de la conducta necesariamente están ideados para controlar-castigar- e idealmente
evitar- prevenir- la desviación.

Sintetizando, el control social tal cual será entendido en este trabajo conoce dos etapas
que pueden ser definidas como:
 un control social primario, el cual se establece a partir de la construcción de la
legislación penal, lo que equivale a decir que el control personal no se produce
por presión social sino por que existe la posibilidad latente de ser castigado en
razón de la violación de una norma preestablecida, y en segundo término:
 un control social secundario, el cual dice relación con la aplicación efectiva de
una sanción, es decir el uso legítimo de la fuerza por parte del Estado en razón
de la violación a la norma. 72 Por tanto el control social siempre es (al menos
imperativamente) punitivo.

II. e) Control social y los medios de comunicación.

Luego de la reestructuración del welfare state supone la estructuración de un


nuevo “orden social”, el que en el ámbito del control social y el castigo constituye un
nuevo paradigma, el paradigma de la in-seguridad 73. Donde el concepto de inseguridad
es entendido en un contexto general ya no sólo en cuanto ha seguridad pública sino

71
Ibíd.

72
Lo aquí expuesto ha sido construido en base a los conceptos de criminalización primaria "formación de leyes penales" y
criminalización secundaria "aplicación de las leyes penales" y fueron extraídas de Revista Ius et Praxis - año 14 - n° 1:13 -48, 2008. Raúl
Carnevali Rodríguez, Doctor en Derecho. Profesor Asociado de Derecho Penal, Universidad de Talca. Subdirector del Centro de
Estudios de Derecho Penal de la misma Universidad

73
Juan s. Pegorano. “Inseguridad y Violencia en el marco del control social”. Revista Espacio Abierto Vol.10 nº 3. Cuadernos
Venezolanos de Sociología 2001. Maracaibo Venezuela.
49
como seguridad social, donde los significantes de precariedad y miedo - desde un
análisis micro-social - son constitutivos de diversas subjetividades, construidas y
monopolizadas por los medios de comunicación en sociedades modernas democráticas.

Dentro de las escuelas sociológicas que se han ocupado del problema del control social, la
escuela del interaccionismo simbólico, ha construido una amplia teoría acerca de comunicación y
los mass media y la relación que existe con el control social. Anteriormente destacábamos la gran
cantidad de significados que produce la interacción entre el público y los medios de comunicación
y la posibilidad cierta de construir opinión y en general, subjetividades que nulifican de alguna
forma la existencia del público libre. Este silogismo encierra la posibilidad de estructurar un
control social subliminal, construyendo significantes que engloben las características, que
aquellos que manejan o construyen la agenda, resalten para una situación o sujeto determinado.

Esta relación (medios de comunicación – control social), resulta relevante si pensamos en


que la información constituye una de las mercancías más importantes en las sociedades
modernas. Exponer la relación entre medios y control social nos lleva hacia los enfoques de
Theodor Adorno (y la Escuela de Frankfurt) en cuanto al control ideológico que supone el
consumo masivo de información, y la exposición de modelos sociales ideales y ficticios que
resumen la forma más moderna de alienación.

Si bien la relación control social y comunicación de masas no puede detenerse en un


análisis tan somero, el objetivo de este apartado es desentrañar la relación entre medios de
comunicación - Estado - miedo y derecho penal.

Hablar de los medios de comunicación de masas y el crimen va unido por una reflexión hacia
los sujetos hacia los cuales va dirigido y por otro lado los sujetos que son expuestos. Según
Francesc Barata “no podemos hablar del discurso informativo sin referirnos al poder de la
enunciación que está en los orígenes de la formación de la opinión pública” 74

“Los rasgos característicos del suceso criminal en la prensa de masas son: a) que se expresa
en unas formas narrativas renovadas; b) que ofrece un espacio de difusión de las ideas en torno
al crimen; y c) que funciona como una herramienta que moviliza y orquesta el sentir social.” 75

74
Sistema Penal y Problemas Sociales. Roberto Bergalli y otros. Edit. Tirant lo Blanch. Valencia España 2003. Pág.493.

75
Ibíd. Pág. 499.
50
La forma de expresar (de narrar) los sucesos criminales puede resumirse en lo que e el autor
chileno Guillermo Sunkel denomina la “matriz simbólico-dramática, un lenguaje que proviene de
una concepción religiosa del mundo, donde el universo es representado en términos
dicotómicos: el bien y el mal, el paraíso y el infierno, el perdón y la condena” 76.

Harold D. Lasswell es considerado uno de los padres de los estudios de la comunicación de


masas. Dedicado al análisis de la propaganda política, “sus teorías planteaban que una sociedad,
caracterizada por el aislamiento psicológico y la impersonalización, reaccionaba uniformemente
ante los poderosos estímulos de los mensajes de los medios de comunicación” 77.

Visón que encuentra respuesta y razón en el manejo de la propaganda del régimen nazi,
donde a partir de la publicidad de los discursos y la grandilocuencia del montaje propagandístico
nazi, la mayor parte de la población alemana terminó adhiriendo a la ideología nacional
socialista.

En un intento por sintetizar cada una de las teorías que tratan e explicar la influencia
especialmente de la televisión (y los medios en general) en la construcción de significantes
asociados a la seguridad pública, Francesc Barata reúne una serie de textos que se orientan en
general hacia enfoques que plantean las formas en que los medios modelan el conocimiento que
el sujeto tiene de la realidad.

“Más allá del debate sobre los efectos, en las últimas décadas se ha afianzado en los estudios
de la comunicación todo un conjunto de teorías que parten del concepto de construcción social
de la realidad de Berger y Luckmann y las aportaciones de la sociología fenomenológica de A.
Schutz. (…) desde una perspectiva interpretativa, se desarrollan investigaciones en (…) el estudio
del contenido de la información y el análisis de las noticias como construcción de la realidad. Esta
perspectiva considera la comunicación de masas como un proceso de mediación social en la
creación de significados. (…)

Uno de los impulsores de esta nueva perspectiva, D. L. Altheide, considera que los mass
media modelan nuestras imágenes mentales sobre el mundo (…) Desde estos postulados, resulta

76
Guillermo Sunkel “La Representación del Pueblo en los Diarios de masas” en
http://www.dialogosfelafacs.net/dialogos_epoca/pdf /17-05GuillermoSunkel.pdf

77
Sistema Penal y Problemas Sociales. Roberto Bergalli y otros. Edit. Tirant lo Blanch. Valencia España 2003. Pág. 500.
51
pionero el trabajo de Stanley Cohén en Folk Devil and Moral Panics. The Creation of the Mods
and Rockers (1972) sobre los estereotipos y estigmas creados por los medios de comunicación en
relación a las llamadas bandas juveniles. Cohén atribuye a los medios, un poder de ampliación de
la desviación y la creación de pánicos morales en relación a dichos grupos.

Cohén, proporciona el primer estudio empírico de la amplificación de la alarma social


producida por los medios de comunicación y sus consecuencias públicas. Un año después, Cohén
publica junto con Jock Young el libro The Manufacture of News, donde investigan cómo los mass
media seleccionan los acontecimientos relativos a la desviación, las nociones que utilizan en la
realización de las noticias y el papel de los mass media en el control social. Su investigación es un
intento por destapar los sistemas ideológicos presente en dichas instituciones públicas y en los
medios de comunicación.

Los postulados establecidos por Cohén en Folk Devil and Moral Pautes fueron
problematizados por las investigaciones publicadas en el libro Policing the Crisis.(…) Dicha obra
analiza (y) critica a Cohén el hecho de no haber explorado el papel de las instituciones penales en
la creación de los procesos de etiquetamiento; proponiendo la imagen de un circuito montado
entre la policía, los jueces y los magistrados, los periódicos y los políticos, que se refuerzan
mutuamente al definir un problema y al pedir una acción para resolverlo. Stuart Hall y el resto de
investigadores analizan el proceso de fabricación de imágenes públicas por los medios y las
demás instituciones del sistema penal”78.

A partir de estos postulados es que podemos ubicar dentro del circuito policía -jueces –
políticos –medios, la retórica alarmista de ciertos sectores políticos cuando escandalizados por el
crimen de turno expuesto en los medios de comunicación, levantan la voz acusando al sistema
judicial-penal de constituir una puerta giratoria para los delincuentes, que no hace más que
exacerbar la impunidad de quienes amenazan la seguridad ciudadana. “La relación existente
entre las instituciones de control social y los alarmismos que generan los medios y demuestra
como el pánico moral motivado por las informaciones criminales amplifica los estereotipos de la
desviación hasta conseguir que estos se conviertan en la gran realidad perceptible por la
sociedad”79.

78
Ibíd. Pág. 504, 505 ,506.

79
Ibíd. Pág. 506.
52
A partir de esto no es extraño entonces que la herramienta metodológica predilecta por las
instituciones, tanto públicas como privadas para medir la inseguridad ciudadana, sea los índices
de percepción de la inseguridad, el cual resume los miedos de las personas hacia la delincuencia
no necesariamente el haber sido víctima de algún delito, en un contexto de constante exposición
a imágenes violentas, no es difícil entender el por qué la preocupación ciudadana por la
delincuencia ocupe los primeros lugares en las estadísticas que pretenden englobar la percepción
del público acerca de las problemáticas sociales más relevantes.

A este contexto es necesario agregar la lógica economicista que cruza la exposición de


información, por tanto esta debe cumplir con los cánones del mercado

“Chibnall analiza con detalle las relaciones que mantienen los periodistas y las –instituciones
penales y profundiza en los planteamientos realizados por Cohén y Young. Las aportaciones de
Chibnall ponen al descubierto las lógicas profesionales existentes en las informaciones sobre el
crimen. Plantea la existencia de imperativos que acaban condicionando la realización de las
noticias y entre ellas destaca: la rapidez, la simplificación, la dramatización y la necesidad de
presentar cada información como un hecho nuevo y sorprendente. Una lógica productiva que
acaba marcando profundamente el discurso informativo” 80

Sin embargo la exposición de la criminalidad no sólo se reduce a su tratamiento como


hechos noticiosos sino que, a partir de un breve análisis de la parrilla programática de los canales
de televisión, vemos surgir programas que elevan a la categoría de entretenimiento la exposición
de la criminalidad. Programas donde los policías son exhibidos allanando casas de supuestos
delincuentes a altas horas de la madrugada, se han convertido en un atractivo negocio que
reporta excelentes réditos en publicidad, pero que sin embargo conllevan una carga
estigmatizadora sobre quienes sufren el control policial.

“Autores como Richard Sparks (1992) han puesto de manifiesto como la ficción criminal,
además de ser un campo de expresión de las emociones ofrecía una determinada manera de ver
los ilegalismos. Es este sentido, se podrían articular como una herramienta más del control social.
Dicho autor señala en su libro Televisión and the drama of crime que la criminalidad que muestra
el mundo ficticio de la televisión está llena de estereotipos y se alinea con las visiones más

80
Ibíd. Pág. 507.

53
conservadoras sobre la criminalidad. El fenómeno de la inseguridad ciudadana se presenta como
una lucha entre buenos y malos, donde los policías aparecen como los héroes solitarios en la
lucha contra el crimen”81.

“George Gerbner en un ambicioso proyecto denominado «Indicadores Culturales», en el


que analizaba los mensajes simbólicos del medio televisivo y sus efectos sobre la audiencia (…)
sugiere que «la principal influencia de la televisión radica en su capacidad para comunicar ideas
acerca de la conducta, las normas y las estructuras sociales. La Teoría del Cultivo considera a la
televisión como un agente socializador y desde dicha perspectiva contempla el análisis de los
programas y las teleseries policíacas, los cuales cultivarían una sensación de peligro, desconfianza
y dependencia relativos

(…) Aunque buena parte de las investigaciones todavía siguen centradas en el análisis de los
efectos, se han desarrollado otros estudios sobre el análisis del discurso y como éste construye
un esquema simbólico sobre el orden y la moralidad. Es esta línea destacan los trabajos de los
canadienses Ericson, Baranek y Chan recogidos en Visualizing Deviance y cuatro años después
Representing Order. Crime, Law, and Justice in the News Media. Para estos autores las noticias
criminales representan un tipo de orden que ordena la moralidad, es decir dicen qué y quién es
correcto, a la vez que proporcionan un sentido de la justicia. En este sentido, los medios y la ley
son discursos de disciplina y organización social en constante diálogo. Ambos centran sus
esfuerzos en proporcionar recursos, regular y resolver conflictos.

Las noticias criminales incorporan aspectos de la desviación y del control social porque
ello es importante para hacer legítimas las relaciones de poder.
Los trabajos de estos autores muestran también una nueva forma de analizar las relaciones
entre los medios y las instituciones del control social. En este aspecto el estudio de las fuentes de
información se ha revelado como una de las cuestiones claves para comprender el estudio del
discurso mediático.

El papel que juegan las fuentes institucionales en la elaboración de la información criminal ha


sido también analizado por los ingleses Schlesinger y Tumber en Reporting Crime. The Media
Politics of Criminal Justice, un valioso trabajo sociológico sobre el periodismo criminal donde se
plantea la influencia mediática en la toma de decisiones institucionales.
81
Ibíd. Pág. 507.
54
Para dichos autores el tema clave es descifrar las relaciones que se establecen entre las
fuentes de información y el periodista. Parten de la creencia, compartida por otros autores, de
que los medios contribuyen al mantenimiento de la ideología dominante” 82.

En síntesis el rol de los medios de comunicación en la construcción de significantes


asociados al temor y la inseguridad cobra especial relevancia en sociedades modernas
expuestas constantemente a información, mayoritariamente distorsionada por
elementos como la publicidad o los intereses políticos. Construyendo una realidad que es
expresión de aquella ideología que se yergue como dominante, sin embargo el
tratamiento de la noticia en los medios de comunicación, esconde la manifestación de la
ideología para el público en general quienes asimilan una realidad influenciada por
aquellos intereses que sostienen los medios y el poder político.

El ejemplo más claro de esta situación está representado por los llamados Delitos de
mayor Connotación Social. Una construcción del gobierno que engloba aquellos delitos que
supuestamente afectan y sensibilizan más a la población. Existe en nuestro país un conjunto de
cifras estadísticas respecto de denuncias de delitos de mayor connotación social (DMCS), Según
la clasificación del Ministerio del Interior, los DMCS incluyen hurto, robo con fuerza, robo con
violencia, homicidio, violación y lesiones. A su vez, los dos primeros son clasificados como delitos
contra la propiedad, mientras que los cuatro siguientes son clasificados como delitos contra las
personas. El término robo con violencia hace referencia a la suma de los delitos de robo con
violencia, robo por sorpresa y robo con intimidación, de acuerdo a la desagregación estadística
realizada por el Ministerio del Interior el año 2001.

Precisamente los DMCS hacen eco en los noticiarios diariamente, aquí cobra
relevancia la construcción de significantes que trae aparejada la exposición de las
imágenes y el tratamiento que se da en los medios de comunicación al problema de la
criminalidad. Debido a que no solo se expone el hecho sino también su autor,
centrándose la preocupación de los medios más que en el delito en el delincuente y así
se develan sus características; varones, jóvenes concentrados en las clases bajas (pobres).
De esta forma, el significado que construye el medio de comunicación se asocia a
expresiones de violencia criminal propias de los estratos más pobres de la población.
82
Ibíd. Pág. 507, 508, 509,510.
55
En el ámbito del castigo y el control socio-penal, son los DMCS los delitos que
contemplan la punibilidad más alta dentro del espectro de penas que contempla el
código penal para delitos que afectan tanto a las personas como propiedad, es decir ;
presidio mayor en grado mínimo, medio o máximo; entre cinco y veinte años de prisión.
En el caso de la LRPJ la pena máxima para un menor de 18 años y mayor de dieciséis
puede llegar a los diez años.

III - Disciplina

“A estos métodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo,
que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de
docilidad-utilidad, es a lo que se puede llamar las disciplinas” 83

En la situación de regulación y control de los sujetos, la “disciplina” se manifiesta


como una tecnología política, una técnica de ejercicio de poder cuyos principios
fundamentales se desarrollaron durante el siglo XVIII. Procedimiento dirigido a apaciguar
las posibilidades de cuestionamiento y rebelión del cuerpo/sujeto y la mayor utilización
del aspecto económicamente útil del trabajo en la producción de mercancías.

Los mecanismos disciplinarios datan de tiempos luengos, pero existieron de


manera fragmentada. Esa invención técnica de esa forma de gobernar al hombre,
controlar sus múltiples capacidades, utilizarlas al máximo y mejorar el efecto útil de su
trabajo y sus actividades, gracias a un sistema de poder que permite controlarlo, data de
apenas dos siglos. Y está asociado al desenvolvimiento de los sujetos en diferentes
instituciones disciplinadoras, tales como la familia, la escuela, la fábrica, el hospital, la
cárcel, etc.

Sin embargo el papel de la disciplina no solo se orienta hacia la represión de una


conducta, el poder no solo inhibe un comportamiento- así limitado sería débil- el poder

83
Michel Foucault “Vigilar y Castigar” Nacimiento de la Prisión. Ediciones Siglo XXI México DF. México. 2009 Pág. 87.
56
produce, produce realidad, produce ámbitos de objetos y rituales de verdad. El individuo
de conocimiento que de él se puede obtener corresponden a esta producción.” 84

La razón de construir esta categoría como elemento para desentrañar la racionalidad


de la política criminal y el objetivo de la ley, es que el carácter solo punitivo de la ley
20.084, constituye una atribución demasiado simplista, es decir la ley no solo contempla
el castigo sino que se orienta hacia la interiorización de las normas de conductas sociales
en el sujeto sometido a pena aflictiva. Lo que da pie para afirmar que el telos de la ley
tiene un carácter disciplinador de los sujetos sometidos a la sanción y a-priori, es posible
rastrearlo a partir de los conceptos de reinserción y responsabilización, contenidos tanto
en la letra de la ley como en su práctica concreta a través de la institución de la escuela.

La relación entre disciplina como tecnología de poder y la mantención del orden


social puede encontrarse a partir de la posibilidad del concepto de dominación. A lo largo
de este marco teórico se ha establecido que la construcción de toda tecnología penal
está asociada a las relaciones de poder vigentes al interior de la sociedad.

En función de esas relaciones de poder se establece un orden social determinado


el cual es resguardado a través de la tecnología y ciencia penal, correspondiendo al
Estado, encabezado por aquella clase erigida como dominante, aplicar la sanción en caso
de ruptura del pacto social.

En este sentido la disciplina aumenta la posibilidad de perpetuar la dominación a


partir de la educación en normas de conducta esperadas para mantener el orden social.
Así lo deja claro Foucault cuando explica.

“La disciplina aumenta las fuerzas del cuerpo (en términos económicos de utilidad)
y disminuye esas mismas fuerzas (en términos políticos de obediencia). En una palabra:
disocia el poder del cuerpo; de una parte, hace de este poder una "aptitud", una
"capacidad" que trata de aumentar, y cambia por otra parte la energía, la potencia que
de ello podría resultar, y la convierte en una relación de sujeción estricta. Si la
explotación económica separa la fuerza y el producto del trabajo, digamos que la

84
Michel Foucault “La Verdad y las formas jurídicas”. editorial Gedisa – México 1990. Pág.133.
57
coerción disciplinaria establece en el cuerpo el vínculo de coacción entre una aptitud
aumentada y una dominación acrecentada”85.
En síntesis la disciplina puede caracterizarse en los siguientes puntos:

1- “La disciplina es ante todo un análisis del espacio; es la individualización por el


espacio; la colocación de los cuerpos en un espacio individualizado que permita la
clasificación y las combinaciones.

2- La disciplina no ejerce su control sobre el resultado de una acción sino sobre su


desenvolvimiento86.

3- La disciplina es una técnica de poder que encierra una vigilancia perpetua y


constante de los individuos. Principio del “panóptico” 87.

4- La disciplina es el conjunto de técnicas en virtud de las cuales los sistemas de


poder tienen por objetivo y resultado los individuos singularizados. Es el poder de la
individualización cuyo instrumento fundamental reside en el examen. Individualización
que se logra a partir de la segregación de espacios dentro del recinto penitenciario.

5- La disciplina en su aplicación no es inocua, genera resistencias. Debe neutralizar


los efectos de contrapoder que nacen de ella y que forman resistencia al poder que
quiere dominarla: agitaciones, revueltas, organizaciones espontáneas, coaliciones” 88.

85
Ibíd.

86
El control se focaliza no sobre lo que se hace, sino sobre lo que se puede hacer, no sobre la acción, sino sobre la probabilidad
de la acción.
87
El panóptico es, en sentido estricto, una máquina arquitectónica diseñada por Jeremías Bentham, cuya finalidad es hacerlo
todo visible, tornando invisible al vigilante. El panoptismo es el dominio visual de los gestos, más, lo importante no es la vigilancia
efectiva, sino el efecto duradero en el cuerpo vigilado, de sentirse permanentemente observado. El que está sometido a un campo de
visibilidad, y que lo sabe, reproduce por su cuenta las coacciones del poder.

88
Beatríz Regueiro* “Control Social y Criminología” sobre el control social. Pág. 3. *Profesora Asociada del departamento de
Sociología y del Departamento de Derecho Privado de la Universidad Argentina John F. Kennedy. Profesora Adjunta de la 1° Cátedra de
Psicología Jurídica de Facultad de Psicología de la Universidad de Bs.As.

58
Capítulo III.

Descripción e interpretación de datos por objetivo

I - Caracterizar la Política Criminal del Estado de Chile desarrollada entre los años 2006 y
2009

Definida como Política de Estado en el ámbito de la seguridad ciudadana. La actual


etapa de la Política Criminal del Estado de Chile es el producto diferentas etapas de
desarrollo vinculadas al régimen de gobierno, el cual definirá sus objetivos en materia de
seguridad. Así la etapa anterior puede ser denominada como la Política criminal del
enemigo interno. Enemigo determinado por la ideología que este profesase.

La actual etapa de la Política Criminal, sin ser el único eslabón 89, está dominada
por las conclusiones del trabajo de diferentes instituciones sectoriales del Estado,
justicia, parlamentarios miembros de la comisión de Seguridad Ciudadana, Policía de
Investigaciones, Carabineros, Centros de Estudio, expertos entre los que se encuentran
Lucía Dammert y Patricio Tudela, delegados de paridos políticos y ONG’s, etc. y debe ser
denominada, por los objetivos, principios y alcances que la determinan como Política
Criminal de la Seguridad Ciudadana. Las conclusiones y recomendaciones de la mesa se
basan principalmente en los datos recopilados por la Encuesta Nacional Urbana de
Seguridad Ciudadana. (ENUSC)90

El objetivo de la mesa de trabajo fue establecer un marco de referencia teórico-conceptual


para el estudio de la seguridad ciudadana y la gestión de políticas públicas orientadas a enfrentar
la delincuencia, la violencia, la inseguridad y el temor en la sociedad chilena. Todos estos
conceptos pueden ser englobados en el término general Seguridad Ciudadana, el cual “relaciona
al conjunto de sistemas de protección de la vida y los bienes de los ciudadanos ante los distinto
factores de riesgo y amenaza” 91 este concepto se relaciona a la protección de lo que el Estado ha

89
Para tener una perspectiva general de las política que antecedieron y que actualmente constituyen el presente periodo de la
Política Criminal dirigirse a anexo.

90
Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana. Ministerio del Interior/INE 2003. Gobierno de Chile. Subsecretaría del
Interior. División de Seguridad Ciudadana

91
Política Nacional de Seguridad Ciudadana. Pág.7 Gobierno de Chile. Ministerio del Interior. División de Seguridad Ciudadana.
Octubre 2004
59
definido como “valores sociales; respeto a la vida, la integridad física y el patrimonio de otros,
como el libre ejercicio de las libertades económicas, políticas y sociales, necesarias para el
adecuado y normal funcionamiento de la comunidad” 92.

El concepto de seguridad ciudadana está compuesto por aquellos valores ya definidos en


los albores del liberalismo: vida, propiedad y libertad, constituyen por tanto el basamento moral
del Estado y la sociedad para enfrentar la criminalidad, el que además incorpora una
interpretación de las normas jurídicas como parte del contrato social, reflejo de esto es la
definición que el propio Estado otorga a las normas penales y el carácter positivista que de ello se
desprende.

“Las normas penales son una manera de manifestar la síntesis de lo que la sociedad chilena
ha definido para sí misma como su marco de convivencia, y su imperio es condición necesaria
para la existencia de un Estado de Derecho” 93

Como política de Estado, la Política Nacional de Seguridad Ciudadana se traza el objetivo


(desafío programático) de limitar el alcance del fenómeno de la violencia en general (violencia
intrafamiliar o al interior de los colegios, por ejemplo) y delincuencia en particular, especialmente
aquella delincuencia señalada como común y el temor de la población asociado a ambas.

Es decir el principal objetivo de la actual fase en la Política Criminal del Estado es


obviamente disminuir efectivamente la delincuencia y en segundo término disminuir el temor a
ser víctima de la delincuencia, es decir un problema de percepción de la población acerca de este
fenómeno, por tanto una cuestión no solamente objetiva sino que se compone de elementos
subjetivos. No es lo mismo hablar de victimización; realidad objetiva, es decir el haber
efectivamente sido víctima de un delito o hablar de inseguridad; como fenómeno subjetivo, es
decir creer que eventualmente se podría ser victima de algún delito.

En este sentido es clave la incorporación de las estadísticas aportadas principalmente por


las policías y por la Encuesta de Victimización de 2003 llevada a cabo por el Ministerio del

92
Ibíd.

93
Ibíd.Pág. 25.

60
Interior. Más importante aún es la construcción de una categoría o tipología de delitos, los
llamados Delitos de Mayor Connotación Social (DMCS) categoría compuesta por los delitos de
hurto, robo con fuerza, robo con violencia, lesiones, violación y homicidio, a su vez, los dos
primeros son clasificados como delitos contra la propiedad, mientras que los cuatro siguientes
son clasificados como delitos contra las personas. Los delitos ecológicos, de cuello blanco u otros
están excluidos de esta categoría.

Cuando el Estado construye esta tipología lo hace desde una perspectiva criminológica
limitada (influenciada especialmente por el positivismo radical) que si bien entiende al delito
como un fenómeno multi-causal, le otorga una relevancia central a las causas asociadas a la
pobreza, el desempleo, la desigualdad, el acelerado crecimiento de la ciudad, entre otras. 94Esta
característica de la Política Criminal queda corroborada a partir de la lectura de la discusión
parlamentaria del proyecto de Ley 20.084 donde no pocos parlamentarios, estructuran sus
intervenciones de acuerdo a la siguiente ecuación (causa-efecto): desempleo + pobreza =
delincuencia, asociando ambos factores al incremento de la delincuencia juvenil y de los delitos
de mayor connotación social.

Así a la hora del análisis y de la toma de medidas, se concentra en aquellos delitos precisamente
cometidos por sujetos pobres, desempleados y que habitan principalmente en las periferias de la
ciudad. Por tanto, podríamos afirmar que en cuanto a la orientación y características del control
social, existe una predefinición del sujeto hacia el cual va preferentemente dirigido, con lo que
además se subentiende que aquel sujeto con tales características en naturalmente más violento o
está más propenso a iniciar una carrera delictiva. Finalmente esta característica de la política
criminal no hace más que revelar la orientación clasista (división de clases) del Estado en materia
de violencia y criminalidad.

Por otro lado, en cuanto a los lineamientos u orientaciones prácticas del estado actual de
la Política Criminal se distinguen aquellos propios de la influencia de la administración privada;
mejoramiento de gestión, poner fin a la insularidad de las instituciones encargadas de la
seguridad pública, lo que además significa lograr una coordinación entre las mismas, aquí las
palabras o conceptos clave que guían las orientaciones son; coordinación y responsabilización

94
Para ahondar en esta perspectiva acerca de las causas del delito y las principales perspectivas criminológicas en Latinoamérica
y Europa ver “Políticas de Seguridad Ciudadana en Europa y América Latina” lecciones y desafíos. División de Seguridad Ciudadana,
Ministerio del Interior. Chile Marzo de 2004.
61
como sinónimo de accountability (parte de un proceso de agregar valor a la administración
pública, desde la perspectiva de la prestación de un servicio) y complementariedad.

En este sentido no estamos hablando simplemente de una política pública sino de una
forma coordinada y global de actuación del Estado con continuidad y proyección temporal más
allá de un gobierno determinado con respecto de esta materia, por tanto a partir de esta
constatación es que estamos en posición de afirmar que tanto la seguridad ciudadana como
paradigma de la Política Criminal y las políticas que se llevan a cabo en este orden, corresponden
a una política de Estado de control social en atención a la disminución objetiva de la delincuencia
de mayor connotación social y la sensación subjetiva del temor.

Dentro de lo que denominamos lineamientos u orientaciones prácticas insertamos


aquellos que podríamos denominar criterios o parámetros tal cual fueron enunciados
anteriormente, es decir, un determinado discernimiento para conocer la realidad, los que
corresponden al primer objetivo específico de esta investigación.

II.- Describir y analizar los parámetros - entendiéndolos como una serie de juicios o
determinado discernimiento para conocer la realidad, en los cuales se basa el legislador para el
tratamiento de la violencia criminal (o tratamiento del delito) contra la propiedad y las
personas, en el periodo 2006 - 2008, de la Política criminal a partir del análisis de la Ley de
Responsabilidad Juvenil y la Política Nacional de Seguridad Ciudadana.

62
II.1 Parámetros

Respeto a los derechos fundamentales:

Este primer criterio podría se calificado de general, debido


a que hace parte de las garantías constitucionales mínimas de un Estado de derecho y que están
consagradas en el artículo primero de la Constitución Política de la República de Chile (CPRC), por
tanto todas las leyes, generales y particulares - como también políticas de Estado - deben
necesariamente ceñirse a las disposiciones de la CPRC.

Si acaso es posible dividir en etapas la aplicación de las tecnologías de control social,


pueden contemplarse dos etapas siendo la respuesta penal la última ratio, un recurso último ante
el fracaso de las instancias imperativas del castigo; aquella que contempla solo amenaza o
probabilidad de castigo y actúa inhibiendo el comportamiento. Faz punitiva, que contempla la
aprehensión, el proceso y la sentencia, donde el criterio que guía el procedimiento penal (las
formalidades que exige el castigo) es el debido proceso. El respeto por los derechos
fundamentales como criterio y el debido proceso como praxis, constituyen el límite a las
prerrogativas del Estado para la aplicación de la violencia penal.

Eficiencia y coherencia:
Cuando hablábamos de la influencia decisiva que tiene el tipo de Estado al
que asistimos, el que fue definido como subsidiario (neoliberal) en esta investigación, uno de los
criterios que desnuda y ejemplifica esta relación entre tipo de Estado y Política Criminal, es
precisamente el de eficiencia y coherencia. El término calve en esta relación es el de “rentabilidad
social”95.

En primera instancia este criterio hace referencia al viejo dilema económico acerca
de la disposición de recursos limitados para necesidades múltiples. “Esto implica, por una
parte, que los beneficios sociales esperados en términos de mayores niveles de
seguridad ciudadana superen los costos sociales en que se incurren y, por otra parte, que
la acción que se escoja debe ser la de menor costo de entre las posibles alternativas”.
Costo tanto social y por supuesto económico.

95
Política Nacional de Seguridad Ciudadana Pág. 25. Gobierno de Chile. Ministerio del Interior. División de Seguridad
Ciudadana. Octubre de 2004.
63
Este criterio sin embargo no puede entenderse solamente a partir de su
enunciación, sino que debe necesariamente vincularse a la categoría de disciplina y a la
vinculación que, al menos en el caso de la LRPJ, hace SENAME del adolescente infractor
con la comunidad. En este sentido el criterio eficiencia (disposición adecuada de recursos
limitados) tiene su contrapartida en el concepto de rehabilitación barata. Estos términos
serán debidamente explicados cuando nos refiramos a la categoría y criterio.

Re-inserción – re-habilitación, disciplina:


Quizás la mayor diferencia de la actual legislación penal
juvenil, con la antigua ley de menores Ley 16.618, es la disposición, primero hacia la penalización
de los actos con carácter de delito cometidos por mayores de catorce años y segundo, la expresa
orientación hacia la reinserción social del adolescente infractor, es decir la estancia del menor en
la cárcel está dirigida a corregir las conductas que han llevado al menor a infringir la legislación
penal.

Pasando por alto que hablar de reinserción es problemático ya desde su enunciación debido
a que ningún sujeto está “fuera” de la sociedad (la historia de Robinson Crusoe no es más que
una fábula), esta primera constatación sirve de argumento para resaltar la primera contradicción
de la legislación penal; atribuirle a las penas privativas de libertad una función re-socializadora, es
decir preparar al adolescente para una vida futura en libertad, cuando en general, las penas que
contemplan privación de libertad tiene la característica de aislar al adolescente de la comunidad.
Por otro lado a partir de las características de la política criminal y la LRPJ, puede verificarse el fin
preventivo de esta política de Estado, es decir la formulación de penas privativas de libertad
tendría, además de funcionar como sanción, la intención de convertirse en un elemento disuasivo
de la delincuencia.

“Las penas privativas de libertad y el uso de la cárcel como lugar de cumplimiento de las
primeras se han destacado a lo largo de la historia moderna por una característica —cual es la
violencia, aunque sea una violencia particularizada por la legitimidad con que viene ejercida—
que se constituye en rasgo común del Estado moderno. Mas, en cualquier caso ha existido
siempre, en toda forma de ejecución de una privación de libertad como pena, una relación

64
vinculante para ésta última con la estructura socio-económica de la sociedad en que aquella se
emplea”96.

A partir de las premisas expuestas en el marco teórico es posible ubicar la concepción de la


cárcel y la privación de libertad dentro de los postulados del positivismo. Así entonces debemos
ubicar los alcances de la re-socialización dentro de esta corriente de pensamiento, que concibe al
sujeto delincuente guiado por una o varias causas, las que, aprovechando su estancia en la cárcel,
deben ser extirpadas a modo de una enfermedad, con la finalidad de evitar que el sujeto
reingrese al sistema penal-carcelario.

Sin embargo esta función re-socializadora conviene contextualizarla al tipo de Estado al


que asistimos en la actualidad, debido a que si la función de la cárcel es la re-socialización del
individuo y prepararlo para el mundo “libre”, ese mundo debe así mismo estar preparado para
recibir al sujeto, lo que comporta establecer una red social de ayuda que recepcione y provea de
las herramientas necesarias al ex-interno para que este se desenvuelva en la sociedad capitalista,
altamente competitiva.

No obstante el como se establece esta situación ha sido uno de los talones de Aquiles de la
política criminal chilena y a partir del análisis de la Ley 20.084 y la experiencia en un CERECO
(centro de rehabilitación conductual para adolescentes infractores) como observador, esta
problemática está lejos de ser solucionada.

El fin del castigo corresponde quizás a la función más problemática dentro de las
que desempeña la ciencia penal y dice relación con el disciplinamiento del sujeto a partir
del (re) ingreso a una institución educacional, con lo que se pretende re-insertar en el
orden social al adolescente, para luego una vez cumplida la condena esté habilitado para
desempeñarse como sujeto de provecho social, en el ámbito del trabajo.

Sin embargo la ley no contempla la continuidad de estudios universitarios y solo


excepcionalmente los jóvenes ingresan a un sistema de educación superior, lo que está
más asociado a la iniciativa personal y apoyo de la familia del imputado que de las
pretensiones del Estado a través de la ley. Lo que coloca en una contradicción a la letra

96
Sistema Penal y Problemas Sociales. Roberto Bergalli y otros. Edit. Tirant lo Blanch. Valencia España. 2003. Pág. 58.
65
de la ley y su aplicación práctica en el cumplimiento de la condena en la institución
encargada de ello, SENAME.

La participación de una serie de organismos privados, que en el caso de la Ley de


Responsabilidad Penal Juvenil (LRPJ) vinculan al adolescente con la comunidad a partir de
programas de capacitación laboral pueden entenderse como la externalidad del contexto
socio-económico en que se desenvuelve el Estado. El concepto de rehabilitación barata
cobra nitidez al momento de establecer las categorías de actividades laborales que los
internos pueden optar, en su mayoría oficios de carácter técnico con perspectivas de
ingreso mas bien bajos. Por tanto las herramientas que se le entregan al infractor para
desenvolverse en una sociedad donde el concepto de capital humano es central a la hora
de enfrentar la competencia son más bien precarias.

La disciplina a partir de la educación formal básica y media, está asociada a la


construcción de un sujeto capaz de aceptar normas de conducta que lo preparen para
ingresar al mundo del trabajo de corte precario o de sueldo mínimo. Por lo que una vez
cumplida la sanción existen dos posibilidades para el ex infractor; pasar a engrosar las
filas del “ejército de reserva de trabajadores” o continuar con una carrera delictiva que le
reporte más réditos.

Rigor penal, la respuesta efectista del Estado:


El rigor penal como criterio de la Política criminal,
hace referencia al aumento de las sanciones privativas de libertad. En los últimos quince años se
puede apreciar un incremento tanto de las personas recluidas como de la cantidad de años,
llegando la pena más alta, cadena perpetua efectiva, a los cuarenta años sin beneficios.

Para el caso de la LRPJ el rigor penal se expresa primero en la reducción de la edad para ser
responsable penalmente y segundo en la cantidad de años que un adolescente puede
eventualmente estar recluido-diez años para delitos graves- la justificación a esto pasa más que
por cuestiones técnicas- diversas ONG’s, organismos internacionales y experto en rehabilitación
señalan como contraproducente para la rehabilitación de un adolescente la imposición de penas
de este grado- por razones de otorgar a la ciudadanía la señal correcta en cuanto al término de la
impunidad en materia de delitos. Lo que se persigue en definitiva es la oposición binaria entre el

66
costo y el beneficio del delito, es decir que para el sujeto que comete un ilícito este tenga un alto
costo expresado en una condena alta.

Sin embargo si lo que se busca con esto es disminuir tanto la delincuencia como el
temor asociado a esta, las cifras demuestran que la maximización de la punibilidad, lejos
de tener un efecto disuasivo, tiene el efecto des-socializador, lo que se expresa en los
datos sobre re-incidencia. Por ejemplo si en 2003 la taza de reincidencia era de un 2,3 %
en 1997 era de un 5%97. Lo que demuestra que en ningún caso una mayor punibilidad del
sistema (elevar el costo de delinquir) significa un amedrentamiento para el sujeto que
delinque.

“El total de personas recluidas en el nivel nacional era 15.230 en 1980, cifra que se
incrementó a 22.593 personas en 1990 y a 36.331 personas en 2003. En términos absolutos, en
los últimos 23 años la población carcelaria aumentó en 21.101 personas. Ello corresponde a un
incremento de 138% con respecto al año 1980. En términos relativos, en 1980 la tasa de personas
recluidas alcanzaba a 136 cada 100 mil habitantes, mientras que en 2003 se incrementó a 228
cada 100 mil habitantes.

En términos porcentuales, lo anterior equivale a un incremento de la tasa de personas


recluidas de un 68%. Con respecto a la composición del total de personas cumpliendo alguna
condena, ya sea en reclusión o en el medio libre, en los últimos años ha habido un incremento en
la proporción de personas cumpliendo sanciones de privación de libertad, en desmedro de las
medidas alternativas a la reclusión” 98. Esto significa que un 96% (47.538) condenados no tienen
beneficios carcelarios; salidas controladas, libertad vigilada, sistema semi-abierto, por tanto la tan
denunciada puerta giratoria no es más que un recurso retórico.

Prevención, las dos formas de control social:


De entre las parámetros que guían la construcción de
una Política Criminal eficaz en la persecución de sus objetivos están aquellos vinculados a los
procesos de socialización primaria y el potenciamiento de la cohesión social y prevención del
delito, es decir orientadas a reconocer causas y factores de riesgo sociales, con el fin de reducir la

97
Para ahondar acerca de las tazas de reincidencia ver Tasas de reincidencia: Sistema de tratamiento en el medio libre 2003-
2007. Ministerio de Justicia. Gendarmería de Chile. Santiago Chile 2008

98
Política Nacional de Seguridad Ciudadana. Pág.15 Gobierno de Chile. Ministerio del Interior. División Seguridad Ciudadana.
67
violencia, la inseguridad y el temor. En general, la prevención social, está enfocada hacia el inicio
de carreras delictuales, y “pretende lograr que los niños y jóvenes tengan la oportunidad de
alcanzar su pleno desarrollo en entornos sanos y seguros” 99. Para lo cual se hace necesario la
identificación de variables de riesgo: “deserción escolar, desempleo, violencia en la familia,
consumo problemático de drogas y alcohol” 100.
Así podemos construir un catálogo de tareas que van en el sentido de la prevención social del
delito:
1. Fortalecer y potenciar la capacidad de la familia para promover conductas
pro-sociales y disminuir la violencia
2. Fortalecer y potenciar la capacidad de la escuela para promover conductas
pro-sociales y disminuir la violencia
3. Fortalecer la integración social y desarrollar comunidades fuertes.
4. Fortalecer y modernizar la gestión policial.
5. Fortalecer la confianza ciudadana y disminuir el temor al delito mediante la
provisión de servicios públicos oportunos y eficaces
6. Mejorar los sistemas de acopio y análisis de la violencia, los delitos y el temor
(mejorar los sistemas de estadísticas de la policía).

“Los indicadores de resultados de la prevención social tienen relación con la reducción


del conjunto de personas involucradas en el delito, pudiendo medirse a través de indicadores
relativos a la proporción de personas que tienen contacto por primera vez con el sistema policial-
judicial y las tasas de reincidencia de las personas que han sido condenadas por un delito. Una
menor proporción de personas sin antecedentes previos aprehendida o enjuiciada indicaría
mayores niveles de éxito en la intervención en los factores que causan la comisión de ilícitos, al
igual que menores tasas de reincidencia indicarían una mayor efectividad de las tareas de
rehabilitación y reinserción”101.

Control social primario:

99
Política Nacional de Seguridad Ciudadana, Pág. 32. Gobierno de Chile Ministerio del Interior. División de Seguridad Ciudadana.
Octubre de 2004.

100
Ibíd.

101
Política Nacional de Seguridad Ciudadana Pág.33 Ministerio del Interior. División Seguridad Ciudadana. Gobierno de Chile.
Octubre de 2004
68
Cuando definimos control social primario hacíamos referencia a la
represión de la voluntad mediante la latencia o posibilidad del castigo. Esto supone la
intervención del Estado en el espacio en que el sujeto se desenvuelve, así dentro de las tareas
que contempla la política criminal y que pueden enmarcarse en este tipo de control social, están
aquellas que pretenden el amedrentamiento de la delincuencia mediante la estructuración de
espacios y circunstancias que dificulten la oportunidad de cometer un ilícito.

Con este fin es que la Política Criminal se traza los siguientes objetivos:
Intervenir en barrios vulnerables, es decir que concentran un número importante de
desventajas sociales y económicas, especialmente aquellos donde existe fuerte presencia de
tráfico de drogas, especialmente pasta base de cocaína.

Desarrollar estrategias de persecución penal focalizadas en tipos de delitos, lugares o hechores


reiterados, bienes, víctimas y/o poblaciones “donde los jóvenes se vean más fuertemente
atraídos por el delito” 102. En este sentido es clave la implementación del Plan Cuadrante de
Seguridad Preventiva o simplemente Plan Cuadrante.

“El Plan Cuadrante de Seguridad Preventiva perfecciona canales de integración y comunicación


entre Carabineros y la comunidad, a través de la creación de alianzas que, sobre la base de un
trabajo estrecho y mancomunado, permitan combatir la delincuencia. La efectiva coordinación
entre dirigentes vecinales y los delegados de Cuadrante -Carabineros que tienen a su cargo la
vigilancia permanente de un determinado sector jurisdiccional (…) en el propósito común de
disminuir los índices de delincuencia y de inseguridad ciudadana.

Entre sus objetivos están:

Potenciar la vigilancia policial con recursos humanos y equipamiento; dinamizar la función


policial ante las denuncias; disponer de vigilancia en armonía con el perfil de cada cuadrante;
y mejorar la gestión preventiva con un funcionario por cuadrante, identificado y conocido por
los vecinos, logrando que la comunidad reconozca a “sus Carabineros” sintiéndolos

102
Ibíd. Pág. 40.
69
comprometidos, accesibles, francos y profesionales en el ejercicio de las funciones
encomendadas”103

Promover el acceso a la justicia.

Apoyar el conjunto de iniciativas de reforma al sistema de justicia que persiguen una mayor
eficiencia y transparencia del sistema, reflejado en indicadores de acceso, desconcentración,
rapidez y equidad para todas las partes involucradas. Lo cual significa la creación de tribunales
especializados y funcionarios expertos en temas específicos de control, como los tribunales
de familia o jueces especializados en materia de delincuencia juvenil.

Todo esto supone desarrollar estrategias de persecución penal que permitan aumentar la
proporción de delitos resueltos es decir una cuestión de eficiencia y eficacia, lo que devela la
influencia de la administración privada en el ámbito público.

En referencia a lo mismo, la Política Criminal pretende perfeccionar el sistema de justicia,


entendiéndolo como una cuestión global no solamente reducido a la resolución efectiva del
delito, es decir sancionar (llegar a una sentencia ejecutoriada) sino también enfocarse hacia
la víctima, atendiéndola y protegiéndola, por ejemplo en los centros de atención a víctimas
instalados en las diferentes comunas del país, enfocándose hacia el ideal de construir una
justicia restaurativa.

Como una forma de graficar la eficiencia del control social primario es revelador el dato
aportado por el diputado Burgos en la discusión en sala de la LRPJ. “la aprehensión de
menores de entre catorce y diecisiete años aumentó en la última década en 116 por
ciento”104.

En segundo término están aquellos objetivos relacionados al control efectivo de la


criminalidad una vez que la desviación se ha producido o como fue denominado en el marco
teórico control social secundario; y dentro de sus tareas se encuentran:

103
Gobierno de Chile. Ministerio de Defensa Nacional. Subsecretaría de Carabineros. 2008.
http://www.subsecar.cl/ComunidadPrevencion/cuadrante.php

104
Diputado Jorge Burgos. Discusión en sala. Pág. 249. Historia de la Ley de Responsabilidad Penal juvenil. Vol. I. biblioteca
del Congreso Nacional. Compilación de textos oficiales del debate parlamentario. Santiago Chile 2005.
70
Juicios rápidos, así como sanciones adecuadas que no pongan en duda la inserción social del
victimario. En este sentido es clave la implementación de la reforma procesal penal y
desprendida de lo mismo la promulgación de la Ley 20.084. la cual contempla un amplio
catálogo de sanciones, no solo privativas de libertad.

Los criterios que se tienen en cuenta para sancionar están relacionados a dos factores
principales; la gravedad del hecho y la carrera delictiva (reincidencia) es decir se toma en
cuenta primero, la peligrosidad del imputado, dependiendo de la connotación social del
delito y segundo, la posibilidad de rehabilitación del sujeto, estimándose que una persona
con un prontuario más amplio, tiene menos posibilidades de re-habilitarse, es decir tendrá
más resistencia a la disciplina.

III. Caracterizar los rasgos más importantes de la Ley de Responsabilidad Juvenil.


20.084 (LRPJ).

Ley relativa a la determinación de las consecuencias jurídicas de las infracciones a


la ley penal cometidas por adolescentes.

El año 2006 el presidente de la república Ricardo Lagos promulgo la ley 20.084 de


responsabilidad penal juvenil que establece, por primera vez en Chile, un sistema
judicial especializado para jóvenes mayores de 14 años y menores de 18, que han
cometido infracciones a la legislación penal, terminando así con el tramite del
discernimiento. Centrándose en dos aspectos, que dicen relación con la reducción
de los índices de re-incidencia y la posibilidad de una verdadera re-inserción social.
Con el objetivo de concretar una modernización de la legislación y políticas que se
orientan a garantizar y promover el desarrollo integral de la infancia se reformula
radicalmente la respuesta del Estado ante los actos que revisten carácter de crimen o
simple delito cuando ellos son cometidos por menores de 18 años, introduciendo por
primera vez en Chile un sistema de responsabilidad juvenil.

La LRPJ constituye un paso para completa reformulación de las leyes y políticas


relativas a la infancia, de modo de adecuarlas a los nuevos requerimientos jurídicos
del país y a los principios y directrices contenidos en la Constitución Política de la
71
República, la Convención Internacional de los Derechos del Niño (CIDN) y demás
instrumentos vigentes en Chile.

Ante la vulneración, tanto de la carta fundamental como del artículo 40 de la Convención


sobre Derechos del Niño (CIDN), que señala los principios básicos que deben regir el
juzgamiento de los adolescentes imputados de infringir la ley penal: legalidad, presunción de
inocencia, el derecho a defensa. El Estado crea un sistema de responsabilidad penal de los
adolescentes que en el papel favorezca su re -integración social en un marco de derecho.

Así los principios estructurantes de la LRPJ son “el interés superior del
adolescente”105, las garantías constitucionales, derechos fundamentales y debido
proceso. Además de la corrección de la a-legalidad que implica la aplicación de
medidas privativas de libertad (aplicación de violencia legítima en el marco del
control social de los adolescentes) en un sistema que suponía la tutela, es decir
protección de los niños(a) y adolescentes por parte del Estado.

Intentando poner fin a la inequidad en la justicia para adultos y la justicia para


adolescentes, es decir, al no existir una judicatura especial para la niñez, los
procedimientos que contempla la acción penal eran completamente irregulares,
violándose así las directrices tanto de la legislación internacional (CIDN) como las del
debido proceso contemplado en el derecho procesal/penal para los adultos.

Tal cual se desprende de la historia de la ley 20.084 el Estado debe asumir una activa
acción contra el delito y conducirla de modo que la política criminal se convierta en
garantía de los derechos de todos los ciudadanos. “hay que desarrollar un complejo
sistema judicial y administrativo que asuma la tarea de prevención del delito, la
preservación de la paz social y la seguridad de los ciudadanos.” 106

La intención de la reforma ha sido fomentar el sentido de responsabilidad de los


adolescentes y prevenir la delincuencia adolescente, en un marco de respeto y
resguardando su desarrollo y promoviendo su integración social, tratando de resolver

105
Ley de Responsabilidad Juvenil Artículo 2º.

106
Historia de la Ley 20.084 Vol. I Biblioteca del Congreso Nacional. Compilación de textos oficiales del debate parlamentario.
Santiago Chile 2005.
72
graves conflictos interpersonales, derivados de las infracciones a la ley penal, a través
de un sistema que garantice los derechos de los imputados y de las victimas. El
concepto clave aquí es el de responsabilización. Particularmente este significante está
asociado al desarrollo de un vínculo entre el sujeto y la infracción penal, buscando
que el adolescente entienda que es el mismo el responsable de su situación al haber
cometido una infracción.

En palabras de Gessica Pizarro, directora subrogante del Centro de Rehabilitación


Conductual del Cerro “los lecheros” de Valparaíso, “lo que se pretende y en la teoría
se ve como bien planteado, es q los jóvenes al mismo tiempo se le respeten sus
derechos, pero que ellos también asuman que vulneran los derechos de otros y se
hagan responsables por sus actos que transgreden el orden social, la normativa de la
sociedad para obtener una sana convivencia, una convivencia de respeto mutuo”.
Así lo que la institución buscaría sería desarrollar una noción de responsabilidad
personal y en última instancia social en los adolescentes.

Por otro lado se asumía la atipicidad del sistema chileno en el derecho comparado,
tributario de diferentes tradiciones jurídicas, híbrido en relación a su orientación
teórica, especialmente en lo relacionado al discernimiento y la atenuación de la
pena, tradiciones propias de los códigos penales decimonónicos, ineficaz desde el
punto de vista de los objetivos de prevención que persigue el sistema de justicia
penal. Estableciendo un sistema de justicia de menores de características tutelares
tendencia dominante a principios del siglo XX que no consideraban al niño como
sujeto de derechos.

A parte de la justificación ya expuesta, la motivación para construir una justicia


especializada para los adolescentes, dice relación con la etapa de constante
desarrollo, tanto físico y psicosocial, en que se encuentra una persona entre los 14 y
18 años. Un espacio privilegiado para políticas de intervención, en el sentido de
reforzar ciertas conductas y modificar otras, es decir un espacio privilegiado para el
disciplinamiento del sujeto en las normas que se entienden como moralmente
aceptables por la sociedad.

73
Con esto asistimos a un nuevo estadio en la relación Estado-adolescencia, la
categoría jurídica de sujetos pasivos de protección e irresponsables penalmente que
ostentaban los menores de edad queda dislocada, por la de sujetos de plenos
derechos y así mismo de obligaciones, además de establecer la posibilidad de
exigirles responsabilidad penal con lo que se hacen susceptibles de sanciones por
infracciones penales equiparables a las de los adultos aunque a priori atenuadas por
su condición de sujetos en desarrollo.

Desde un punto de vista social la LRPJ, construye una evidencia acerca de la


preocupación pública por la seguridad ciudadana y el perfeccionamiento de la
justicia penal en todos los ámbitos. A la antigua Ley de Menores 16.618) se le
criticaba no solo por no someterse a los límites y controles que la Constitución
establece para la jurisdicción criminal general, sino también por que no satisfacía las
exigencias de proteger los derechos de las víctimas de la delincuencia.

Influencias internacionales de la nueva Justicia para menores.

A partir de la influencia del derecho comparado la LRPJ recoge las experiencias tanto
de la legislación europea como latinoamericana para la construcción de su corpus.
Las tendencias y recomendaciones de organizaciones internacionales dictan que para
prevenir el aumento de la delincuencia de los adolescentes, es necesario combinar
un sistema que responsabilice a los adolescentes por los actos delictivos a través de
sanciones proporcionales y adecuadas a los hechos y un amplio marco de políticas
sociales que impidan la confusión entre protección de derechos y sanción.

España.
Se reconoce la influencia de la “Nueva Ley Orgánica reguladora de la responsabilidad
del Menor del 13 de enero de 2001. La que en su artículo 1º establece que la
responsabilidad de los menores presenta frente a la de los adultos un carácter
primordial de la influencia educativa. Son características de esta ley la naturaleza
formalmente penal. Pero materialmente sancionadora educativa, tanto en el
procedimiento y en las medidas aplicables a los menores de edad.

74
Se establece expresamente la aplicación de respuestas específicas frente a los casos
en que se perciban síntomas de perturbación mental o la concurrencia de
circunstancias que modifiquen la responsabilidad.

Las medidas de intervención se reservan para las conductas más peligrosas y se


orientan a disponer de un ambiente que provea de las condiciones educativas
adecuadas para la reorientación de las deficiencias del menor que han caracterizado
su comportamiento antisocial.
Estas medidas pueden ser la internación en régimen cerrado, semiabierto o abierto,
caso de este último en que el menor lleva a cabo actividades del proyecto educativo
en los servicios del entorno.

Alemania
Distingue tres grupos; niños, jóvenes y jóvenes adultos. Respecto de los dos primeros
se plantea el problema de la capacidad de culpabilidad y en lo que se refiere al
tercero, se considera la edad para los efectos de graduar la sanción.
De acuerdo a la ley penal, el joven solo es responsable penalmente si según su
desarrollo mental y moral posee suficiente madures para captar lo injusto del hecho
y actuar de acuerdo a esta comprensión.

Además de la legislación mencionada el proyecto de ley de la LRPJ ha sido igualmente


influenciado por la legislación francesa. En el ámbito latinoamericano se distinguen
las aportaciones de la Ley de Justicia Penal de Costa Rica de 1996 y la del Estatuto del
niño Brasil 1990.

Los marcos reguladores internacionales en los que se desenvuelve la ley son:


Comisión Internacional sobre Derechos del Niño
Reglas de las Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de Menores y para
la protección de Menores privados de Libertad.
Directrices de Naciones Unidas par la Prevención de la Delincuencia Juvenil.

Además de estudios de organismos internacionales aportados por:

75
Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)
Instituto Interamericano del niño dependiente de la OEA
Instituto Latinoamericano para la prevención del delito y el tratamiento del
delincuente.

¿Por que no al discernimiento?

Primero, por constituir un sistema en abandono en la mayoría de los ordenamientos jurídicos


del mundo. Por otro lado constituye un concepto imperfecto e impreciso y de difícil
determinación provocando decisiones jurisprudenciales excesivamente discrecionales.

En lo particular la legislación chilena careció siempre de una definición de discernimiento, la


que simplemente a modo de definición probable corresponde a la capacidad humana de
distinguir lo justo de lo injusto y de actuar de acuerdo conforme a dicha distinción, lo que es
más cercano a la teoría de la capacidad en razón de posible culpabilidad. Por otro lado
tampoco se cuenta con una taxativa sobre cuales eran los elementos a considerar para calificar
a un adolescente con o sin discernimiento.

En este mismo orden de cosa en doctrina jurídica se sostenía que la antigua Ley de Menores
basada en el Código Penal antes de la reforma, contenía en su artículo 447 un acercamiento a
una definición sin embargo esta constituyó mas bien un obstáculo a la decisión, esta definición
también es relativa a una teoría de la capacidad y versa sobre la capacidad de una persona de
rehabilitarse o beneficiarse del sistema de protección de menores, características que
habitualmente se despliegan de un juicio acerca de la peligrosidad del imputado.

Así la ley satisface los estándares internacionales en materia de derechos adolescentes y


debido proceso. Cambia el paradigma que consideraba a los jóvenes como sujetos pasivos de
protección, pasando a estimarlos como sujetos de derechos y responsabilidades. En cuanto a la
justicia especializada, satisface los estándares internacionales porque se funda en la
especialización funcional de quienes cumplen labores en el sistema de justicia criminal de
adultos.

76
Contenidos y Principios Generales de la Ley.
Considera adolescente al menor de 18 años y mayor de 14. (Comisión Internacional
sobre Derechos del Niño, artículo 403 letra A)
Excluye expresamente, de la aplicación de esta ley a los menores de 14 años.

Distingue entre simples infracciones a la ley penal e infracciones graves. Reafirmando el


principio de legalidad, estableciendo que sólo se podrá sancionar conforme a las
disposiciones de esta ley, al adolescente que haya incurrido en una conducta constitutiva de
infracción a la ley penal y respecto de quien no concurra alguna causal de extinción, exención
o privación de responsabilidad.

Las sanciones que contempla la Ley son la consecuencia de la declaración de responsabilidad


por la infracción de la legislación penal. La Ley se estructura sobre la base de reconocer una
estrecha relación entre la verificación de la participación del adolescente en el hecho punible,
la atribución de su responsabilidad a la atribución de la sanción que para el caso concreto
autorice la Ley.

Suprime el trámite del discernimiento.

Reitera diversos principios aplicables a los menores, como el de igualdad e integridad


corporal
Limita la pena máxima a imponer por el tribunal oral, impidiendo que se fije una pena
privativa de libertad si el fiscal no la ha pedido o que fuere mayor que la solicitada.

Establece que la pena privativa de libertad será de carácter excepcional y solamente se


aplicará como último recurso. Establece un listado de sanciones privativas y no privativas de
libertad, señalando reglas para la determinación de las penas aplicables y restringiendo la
aplicación de las penas privativas sólo a las infracciones graves.

Establece un procedimiento especial para el juzgamiento de estas infracciones, disponiendo


la aplicación supletoria de las normas del Código Procesal Penal. Lamentablemente esto lleva
a que no puede entenderse la LRPJ sin el código penal.

77
Se asume el principio de tipicidad y se establece un criterio de intervención penal especial
reducida o moderada, tanto en relación a lo delitos como a las sanciones. Estableciendo una
taxativa de infracciones graves, las que en general corresponden a los Delitos de mayor
Connotación Social- el homicidio, la violación, el secuestro y sustracción de menores, las
mutilaciones y las lesiones graves, el robo con violencia y con intimidación y el robo con
fuerza en lugares habitados y las figuras complejas basadas en los delitos anteriores- que
serán las únicas a las cuales de podrá aplicar una sanción privativa de libertad, pena
consistente en la internación en régimen semicerrado con programa de reinserción social y
en la internación en régimen cerrado con programa de reinserción social.

“Las penas de internación en régimen cerrado y semicerrado, ambas con programa de


reinserción social, que se impongan a los adolescentes no podrán exceder de cinco años si el
infractor tuviere menos de dieciséis años, o de diez años si tuviere más de esa edad” 107. sin
embargo en la práctica, si un joven es inculpado por más de un delito tipificado como grave
las penas pueden extenderse hasta los 15 años.

La exclusión antes señalada y la creación de la categoría de infracciones de carácter grave,


obedecen a que el proyecto busca equilibrar legalmente el principio de intervención mínima
contra los adolescentes y el de protección de bienes jurídicos a través de criterios de
gravedad de conductas delictivas.

Sin embargo este criterio de gravedad se superpone al criterio de edad y oportunidad que
consagran las legislaciones extranjeras y a la recomendación de los expertos, otorgando
mayor importancia a la conculcación de bienes jurídicos que a la intervención contra el
adolescente, la cual por las características señaladas no puede ser catalogada de mínima si
tenemos en cuenta que una persona de dieciséis años condenada por un delito de de
carácter grave, puede egresar del centro de reclusión a los veintiséis años.

Es decir cabe aquí algo que se estableció en materia de violencia en el marco teórico, cual es
la finalidad autopoiética del derecho es decir conservarse y re-crearse así mismo debido a
que lo que finalmente se transgrede en la comisión de un ilícito es el propio derecho y es el
mismo quien repara a través de la sanción, la que finalmente se transforma en el elemento
que revitaliza al derecho, esto si tenemos en cuenta y aceptamos la característica principal de
107
Artículo 18º Ley de Responsabilidad Juvenil.
78
la legislación penal, su carácter retributivo “dar a cada cual lo suyo y si el delincuente se hace
acreedor a una pena, eso es lo suyo. Ése es el fundamento básico, la finalidad esencial de la
pena”.108

Todo esto entra en flagrante contradicción con la intención de la 20.084 de rehabilitar al


adolescente no simplemente castigarlo, aquí al parecer se pone el acento en el control social
secundario y el castigo, que en la rehabilitación teniendo como planteaba el diputado un
carácter retributivo y no reparatorio-conciliador como fue advertido por los expertos.
En mi experiencia como investigador en el CERECO de Cerro Lechero, si bien los programas de
reinserción existían, los cuales se basaban especialmente en la asistencia del adolescente a
una institución educativa y en la intervención psicológica, encontraban serias dificultades,
especialmente por la planificación de los horarios de las intervenciones. Este centro en
particular contaba solo con un psicólogo para más de cuarenta personas, el que además
trabajaba de día, en circunstancias que la internación es de carácter nocturno.

Así quedaba más bien en manos de los adolescentes asistir a las citas con el psicólogo. Por
otro lado según el artículo 15º del párrafo tres de la LRPJ, se esperaba en la medida de lo
posible, la asistencia de la familia a las intervenciones previa notificación. En la mayoría de los
casos que observé la respuesta de las familias eran negativas a las notificaciones. Misma
respuesta que la de los adolescentes.

Por otro lado, si la intención de la Ley es evitar el carácter des-socializador de la sanción,


cabría preguntarse si acaso no es contradictorio someter a un menor de dieciocho años a una
pena de diez años, con todos los efectos psicológicos que esto conlleva. Esta característica de
la Ley junto a la cantidad de aprehensiones llevada a cabo por carabineros desde la
promulgación de esta, además del crecimiento cuantitativo de la población penal, permiten
afirmar que la Política Criminal chilena ha ido en creciente disposición hacia la maximización
de la punibilidad.

Consagra el principio de separación en virtud del cual los adolescentes que se hallaren
privados de libertad por aplicación de esta normativa, deberán permanecer separados de los
procesados, acusados o condenados que fueren adultos.

108
Diputado Ibáñez. Discusión en sala del proyecto de ley sobre responsabilidad penal juvenil. Historia de la Ley. Pág. 255.
79
Crea un sistema de justicia especializada sobre la base de la organización que establece la
reforma procesal penal. De hecho la LRPJ es producto del documento “Política Nacional de
Seguridad Ciudadana” de 2004 elaborado por el Ministerio del Interior junto a un grupo
transversal de colaboradores. Documento construido una vez iniciada la reforma procesal por
tanto se espera que todas las reformas posteriores al sistema procesal penal sigan las
directrices de la mencionada reforma procesal penal.

Establece diversas medidas cautelares personales las que son esencialmente


provisionales y revocables y sujetas al principio de la proporcionalidad. El proyecto
elimina la audiencia preliminar y establece las tres etapas propias del procedimiento
para adultos, entre las que se cuenta la de la investigación que dura ciento ochenta
días y puede ampliarse por treinta días más (seis o siete meses), pudiendo el juez
dictar internación provisoria (prisión preventiva) del imputado por el tiempo que
dure la investigación, así un adolescente podría eventualmente estar cumpliendo
condena antes de que se dicte sentencia en su contra. La especial relevancia de esta
situación estriba en que en la etapa de investigación están los jóvenes espacialmente
a la vulneración de sus derechos.

Por otro lado destaca la falencia del proyecto en la discrecionalidad de jueces y fiscales
para sacar casos o finalizarlos anticipadamente, al eliminar la audiencia pre-eliminar.
Con la supresión de esta facultad se permitiría ingresar al sistema casos que no debiera
conocer.

En el caso de la aplicación de las medidas cautelares (internación provisoria) “el proyecto


parecería correcto, toda vez que consagra su carácter excepcional, mas la regulación de la
mismas constituye un retroceso con respecto a los anteproyectos que solo admitían esta regla
ante el riesgo de no comparecencia o fuga del menor para proteger a la victima. El texto,
suprime estas restricciones y hace aplicables las disposiciones del CPP (código de
procedimiento penal) las que contienen causales mucho mas amplias, especialmente la de
constituir un peligro para la sociedad; quedando la amplísima interpretación sobre la materia

80
lo que daría lugar a una situación de internación cercana a un año mientras dure la
investigación, situación incompatible con los tratados internacionales” 109.

A modo de Conclusión.-

109
Mauricio Duce Julio, abogado, profesor e investigador del Centro de Investigaciones Jurídicas de la Facultad de Derecho de la
Universidad Diego Portales. Historia de la Ley 20.084 volumen I. Pág. 56 Biblioteca del Congreso Nacional. Compilación de textos
oficiales del debate parlamentario. Santiago Chile 2005.
81
I - La tarea de construir este trabajo comenzó sin una dirección aparente, aunque debo
admitir que a lo largo de mi carrera universitaria la mayoría de los trabajos que realicé para
las diferentes cátedras, de una manera casi casual estaban orientados hacia las problemáticas
del control social y el castigo. Además destaca un breve acercamiento a la realidad de la
implementación de la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil en 2008. Sin embargo en primera
instancia no estaba plenamente convencido de que problema, que involucrase el control
social, construir.

Luego de revisar una cantidad importante de documentos encontré el que sería el texto que
dio origen a gran parte de los cuestionamientos que en este trabajo he intentado responder.
“La Doctrina de Seguridad Nacional y su Actual Impacto en el Derecho Penal
Latinoamericano” del abogado y profesor Mario Zamora Cordero (que luego utilicé para
construir una parte de los antecedentes) me permitió aproximarme al concepto de Política
Criminal.

De ahí en más la primera tarea fue adentrarme más en las problemáticas que suponía esta
categoría y en segundo lugar comprobar si mis interrogantes podían ser respondidas ya por
otros autores, es decir comencé a investigar la pertinencia de desarrollar un problema de
investigación ligada a la Política Criminal.

Así, proseguí a reunir una breve bibliografía específicamente acerca del término en cuestión.
Posteriormente a la luz de la contraste entre los diversos autores revisados, confirmé que el
concepto de política criminal era lo bastante “problematizable” para arriesgarme a intentar
construir una investigación acerca de él. Sin embargo la primera dificultad provino de esta
primera certeza ya que ante la pregunta sobre que me interesaba conocer acerca de la
política criminal, la respuesta resultó bastante dificultosa. Sin embargo, para dilucidar esta
cuestión la reunión de documentos específicamente desarrollados por autores chilenos fue
clave. En ellos comprobé que las cuestiones acerca de la política criminal en Chile pasaban
por la discusión acerca de su existencia como cuerpo coordinado y sistematizado con
respuestas en contrario y a favor. En ese momento no tuve más que situarme dentro de la
discusión y a partir de mis propias observaciones “tomar partido” por una de las opciones (a
través del texto asumo la existencia de la una política criminal en Chile la que divido en

82
etapas de construcción, las que sin embargo no pueden resumirse en “un texto de la política
criminal”) es decir construí una primera convicción respecto al tema.

A partir entonces, de la confección de un marco de antecedentes surgieron una serie de


claves que terminé asumiendo como parte de la estructura de esta investigación y que
tuvieron expresión en los objetivos de la misma y en la construcción de la primera hipótesis
de trabajo, la cual posteriormente y ante la crítica del profesor encargado del seminario de
tesis, rechace. Las claves, a las que hago alusión, dicen relación primero con la constatación
acerca de un estado del arte que en los últimos treinta años se ha modificado. Ante esto lo
que siguió fue la pregunta sobre cuan modificado está respecto de un desarrollo anterior. Es
necesario aclarar que ha esta altura del trabajo ya había logrado construir algunas certezas
respecto del mismo, sin las cuales este tipo de preguntas simplemente no hubieran sido
expresadas.

Así ante el convencimiento de que en política criminal y en materia de seguridad en general


la llamada Doctrina de Seguridad Nacional continúa vigente en diversos aspectos de nuestra
legislación, surge el contraste con la actualidad de la discusión acerca de la construcción de
un discurso sobre seguridad ciudadana lo que además inaugura una nueva episteme en esta
materia.

El análisis de textos y bibliografía constituyó el medio predilecto por el cual me adentré en


este tema y fue la técnica para la recopilación de datos y su posterior análisis con un carácter
filosófico metodológico hermenéutico.

Uno de los primeros textos que analicé no sin dificultad, fue “Para una crítica de la violencia”
de Walter Benjamin. Con él me adentré en otros autores de la escuela de Frankfurt, tales
como Habermas en materia de racionalidad y Sorel en materia de violencia.
En el intento de otorgar una base teórica al concepto de control social, el cual considero la
base en este trabajo, analicé algunos textos de lo que atrevo a denominar como la escuela
italiana de criminología. Massimo Pavarinni; Control y Dominación, Darío Mellosi; El estado
del Control Social, etc.

En la conversación sostenida con el doctor en derecho Mario Durán decano de la facultad de


derecho de la Universidad de Atacama, en la cual cursé tres años de la carrera de derecho,
83
me fueron recomendados tres textos "Prisión preventiva y reforma procesal penal" CEJA
(centro de estudios de la justicia de América), "Criminología y sistema penal" Alessandro
Baratta. Además surgieron las siguientes temas ha considerar; Garantía, protección, bien
jurídico, concepto que aparece también en González Berendique, bien común, racionalización
en el uso de la prisión preventiva. Los cuales de alguna manera están presentes en los
diferentes capítulos que componen este trabajo.

II - La Política Criminal engloba la diversidad de acciones que el Estado construye


para el control social. Esta categoría, compuesta por elementos filosófico-jurídicos
que en su mayor parte responden a orientaciones positivistas del derecho, se
desarrolla desde la construcción del propio Estado debido a que toda construcción
estatal es una construcción política, es decir que responden a las relaciones de poder
vigentes al interior de la sociedad.

El derecho en general como sistema de normas que regulan la convivencia de las


personas, responden a esas mismas relaciones de poder, por lo que negar la
existencia de una política criminal equivale a negar la propia coherencia del derecho
con esas relaciones de poder. Una discusión diferente es la efectividad de la política
criminal para conducir con éxito las problemáticas licitadas por el delito.

Sin embargo esa función no es exclusiva de la política criminal y más bien escapa a su
funcionalidad, debido a que el delito no es una enfermedad no puede plantearse que
la política criminal en general y las leyes particulares que la componen, tengan por
misión extirpar el delito de la sociedad. Debido a que, según han establecido diversos
autores y como ha sido el propósito de este trabajo, el delito no conoce la mono-
causalidad.

A este razonamiento debemos necesariamente agregar el contexto social económico


y político que contextualiza y moldea los hechos sociales, el neo-liberalismo, con
toda la desigualdad y competitividad que este modelo social promueve. Así es
imposible llegar a estadios de paz social cuando factores como la desigual
distribución del ingreso y oportunidades están lejos de ser solucionadas.

84
Por tanto a la política criminal solo le corresponde evaluar cuales son las formas más
adecuadas de castigo en un contexto de desigualdad social, siendo la política criminal
chilena espejo de esa desigualdad, así queda claro por ejemplo al considerar
aspectos tan sensibles como la rehabilitación o el rigor penal, con lo que no queda
más que afirmar que la política criminal es reflejo fiel de aquellos interese
dominantes en la sociedad.

El rigor penal ciertamente corresponde a la expresión de una racionalidad por parte


del Estado chileno, una discusión diferente, es acerca de la pertinencia y los
resultados de esta racionalidad que a la luz de los datos, ha fracasado en su intención
de controlar el impacto social de la delincuencia.

II. b) - La ley de responsabilidad juvenil hace parte de las tecnologías del Estado,
siendo parte de sus prerrogativas como único agente legítimo para el uso de la
violencia, en orden al control social de aquellos sujetos en formación que han
trasgredido el orden preestablecido.

En el mismo sentido el castigo forma parte del control social, siendo su fase práctica.
El fin de este último (castigo) corresponde quizás a la función más problemática
dentro de las que desempeña la ciencia penal y dice relación con el disciplinamiento
del sujeto a partir del (re) ingreso a una institución educacional, con lo que se
pretende re-insertar en el orden social al adolescente, para luego una vez cumplida
la condena esté habilitado para desempeñarse como sujeto de provecho social, en el
ámbito del trabajo.

Sin embargo la ley no contempla la continuidad de estudios universitarios y solo


excepcionalmente los jóvenes ingresan a un sistema de educación superior, lo que
está más asociado a la iniciativa personal y apoyo de la familia del imputado que de
las pretensiones del Estado a través de la ley. Lo que coloca en una contradicción a la
letra de la ley y su aplicación práctica en el cumplimiento de la condena en la
institución encargada de ello, SENAME.

85
La participación de una serie de organismos privados, que en el caso de la Ley de
Responsabilidad Penal Juvenil (LRPJ) vinculan al adolescente con la comunidad a
partir de programas de capacitación laboral, los que también son excepcionales, el
joven se vincula al mundo del trabajo, sin embargo esto hace parte más bien de
oficios de carácter técnico con perspectivas de ingreso mas bien bajos.

Por tanto la disciplina a partir de la educación formal básica y media, está asociada a
la construcción de un sujeto capaz de aceptar normas de conducta que lo preparen
para ingresar al mundo del trabajo de corte precario o de sueldo mínimo. Por lo que
una vez cumplida la sanción existen dos posibilidades para el ex infractor; pasar a
engrosar las filas del “ejército de reserva de trabajadores” o continuar con una
carrera delictiva que le reporte más réditos.

La política criminal busca reducir más no eliminar la inseguridad y la criminalidad, en


este sentido cobra relevancia el concepto de seguridad ciudadana como paradigma
en política criminal. Proceso que en chile está asociado a las variables de
“victimización” y “delitos de mayor connotación social” que son las herramientas
metodológicas que han desarrollado lo últimos gobiernos de la Concertación para
medir el impacto tanto de la violencia (delito) como de las políticas públicas y leyes
promulgadas al respecto.

Esta tendencia a construir estadísticas y partir desde ellas para la búsqueda de una
solución a la problemática de la criminalidad corresponde a las influencias
internacionales especialmente europea y estadounidense en materia de política
criminal y puede ya ser rastreada en los primeros desarrollos del positivismo
criminológico, el cual basándose en las estadísticas policiales pretendía hacer una
correlación de variables de las que fuera posible deducir las causas de la
criminalidad, sin embargo los sesgos-que ya fueron presentados en el Marco teórico-
son evidentes debido a que las estadísticas con mucho solo alcanzan a reflejar la
intencionalidad de quien las construye y no son de ningún modo generalizables a una
realidad total.

Más aún la experiencia europea muestra que si bien la preocupación estadística por
la criminalidad ha aumentado en los últimos diez años, esta está más asociada a la
86
fuerte presencia de inmigrantes en estas sociedades, por tanto existe una estrecha
relación con las problemáticas del racismo y la xenofobia.

Lo que demuestra que los modelos internacionales en la materia, si bien pueden


funcionar como parámetros de comparación de experiencias de ninguna manera son
adaptables a la realidad particular de una sociedad diferente como la chilena, en que
los factores de la criminalidad común están asociados a la desigual distribución tanto
de las oportunidades como de los recursos que el sistema social vigente genera o al
escaso control del Estado sobre el mercado.

Las estadísticas policiales, construyen prenociones o prejuicios acerca de las causas


del delito, predefiniendo una población y los sujetos que la componen. Esto puede
entenderse mejor a partir del análisis del concepto “mayor connotación social” que
es el parámetro que utiliza el Ministerio del Interior para medir el impacto social de
la delincuencia.

Entre los delitos de esta índole se encentran aquellos que afectan la directamente la
integridad física y psíquica de la persona (violación) y aquellos que afectan a la
propiedad de estos (robo), sin embargo tal cual lo expresa Jörg Stippel, se excluyen
de esta connotación los abusos policiales, los llamados delitos de cuello blanco, las
negligencias médicas, los delitos ecológicos, los fraudes fiscales, los desvíos de
fondos para campañas políticas, el enriquecimiento ilícito, etc.

Por tanto definido en estos términos, el delito de mayor connotación social es aquel
que puede ser enmarcado dentro de una criminalidad tradicional.
En este sentido es decisivo el rol de los medios de comunicación masiva primero en
la exposición de estos delitos y los sujetos que los comenten y desprendido de lo
mismo, en la construcción de una sensación de inseguridad general.

Como dice Stippel “la sociedad teme al ladrón y la televisión muestra sus víctimas” 110,
lo cual guarda estrecha relación con la construcción de los índices de victimización,
que precisamente se inscriben dentro de la percepción que tiene el sujeto

110
Jörg Stippel “Las Cárceles y la búsqueda de una Política Criminal para Chile”. Ediciones LOM. Santiago Chile 2006. Pág. 19-
20.
87
informante acerca de la seguridad, en un ambiente constantemente bombardeado
por el espectáculo de la criminalidad. Esta constatación no es inocua para la
construcción de la política criminal., debido a que en la búsqueda de beneficios
políticos mezquinos se promueve una política criminal de corte efectista,
maximizando la punibilidad de los delitos y ampliando el espacio de persecución
penal, es decir más violencia y estigmatización.

III.- Si la idea del contrato social pudiera ser fuera efectiva y no solo comprendiera
una abstracción filosófica para la justificación de las tendencias sociales del hombre,
la idea del control social debiera basarse en la mantención de un orden querido por
todos en razón de la mantención de la propia vida, sin embargo para comprender las
características del control social en las sociedades modernas, es decir el por que un
sujeto no rompe las normas, es necesario romper aquella idea del contrato social,
sino terminaríamos aceptando las ideas acerca del autocontrol por consenso en
sociedades democráticas con altos niveles de interacción e igualdad.

No obstante al fijar la mirada en una sociedad como la chilena, podemos observar


que la democracia nacional está lejos de ser un ideal de igualdad, por tanto es
necesario buscar otras razones- que no sea el consenso- por las cuales una persona
racional no se desvía de las imposiciones normativas.

Esta razón es el castigo o al menos su posibilidad. Tal cual se le enseña a un niño que una
travesura implica una reprimenda la cual queda grabada en su memoria, el hombre reprime
su voluntad ante la eventualidad de una sanción

Nietzsche, al igual que Freud reemplazan la idea del contrato social por un acto de
violencia y castigo. Definiendo al hombre como una animal criado con la capacidad
de hacer promesas y recordarlas a través del castigo, (Ley para las sociedades
democráticas) de esta forma la idea que estructura el control social se basa en la
construcción y reconstrucción constante, a través del castigo y la violencia, de la
moralidad que aquella parte de la sociedad erigida como dominante ha establecido a
través de la Ley.

88
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sociología jurídico penal.- 11ª ed. reimp.- Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina, 2004.

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90
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derecho penal latinoamericano”. 123-139. Revista Cenipec. Enero-Diciembre. San José Costa
Rica 2006.

Anexo

El anexo aquí presentado se compone de cuatro elementos y tiene por objetivo


contextualizar los aspectos principales de la LRPJ tanto prácticos como teóricos.

La discusión parlamentaria de la Ley, si bien es solo un fragmento, tiene por objetivo mostrar
cuales fueron las principales aprehensiones de los parlamentarios a la hora de votar la Ley y
además, a partir de su análisis descubrir cual es el modo de racionalizar la realidad por parte
de quienes nos representan en el parlamento.

91
Artículos de la Ley que fueron más extensamente discutidos y que sirvieron de base para
construir el primer objetivo específico de esta investigación.

Entrevista de carácter semi-formal a Gessica Pizarro directora subrogante del CERECO “cerro
los lecheros” de Valparaíso.

Un resumen de las iniciativas del Estado en materia de seguridad con el fin de establecer la
pertinencia de la política criminal como política de Estado.

I.- Discusión general

Miguel Cillero, consultor en el área de derechos de UNICEF.


Los principios estructurantes de una legislación para menores deberían ser la
responsabilidad, la legalidad, presunción de inocencia, debido proceso y la excepcionalidad
de la privación de libertad. Sin embargo esos principios se ven entorpecidos por “el catálogo
de infracciones que daban lugar a la privación de libertad, la que debería ser excepcional,
era demasiado amplio, abarcando desde el robo con fuerza en las cosas hasta el homicidio
con violación; (…es) conveniente el establecimiento de tramos de edad para los efectos de la
responsabilidad;(…) no se garantizaba que la privación de libertad fuera siempre menor a la
de adultos; (…)la regulación de los sistemas de privación de libertad sería deficiente,
recomendando aplicar las Reglas Mínimas para Menores Privados de Libertad de las
Naciones Unidas; (…) también habría una insuficiente regulación de la ejecución y control
de las sanciones, especialmente, la libertad asistida y la revisión de oficio; que el sistema
semicerrado estaría mal delineado y, por último, que se contemplaría una escasa aplicación
de los principios de la reparación-conciliación, los que podrían aplicarse a delitos que
afecten el patrimonio de carácter leve.

Responsabilidad (del Estado)


Ningún adolescente puede ser juzgado como adulto y ningún niño como adolescente; las
restricciones o privaciones de derechos no podrán ser mayores que para los adultos. En que
deben basarse las garantías, sanciones y procedimientos especiales y en el reconocimiento
92
del adolescente como un sujeto de plenos derechos. Las sanciones deben contemplar como
ultimo recurso la privación de libertad dándose preferencia a las no privativas y a las medidas
de control y restricción de derechos, más que de privación deberán tener una finalidad
responsabilizadora y orientadora y guiarse por los principios de la justicia restauradora
(restaurativa).

Legalidad:
Nunca sancionar una conducta que no sea delito en los adultos y el empleo de
instrumentos como la des-criminalización primaria y la aplicación del principio de
oportunidad.

El proceso penal no debiera tener un carácter des-socializador, debe orientarse a la


protección de los derechos. Se destaca la preocupación por las medidas cautelares por la
garantía de la defensa jurídica y la poca claridad de los artículos 59 y 60 de la LRPJ (de la
audiencia y del juicio oral) que podrían permitir un enjuiciamiento inmediato. Igualmente se
considera que no se garantiza adecuadamente la especialización de los agentes del sistema
que el catalogo de infracciones que deben llevar a la privación de libertad es demasiado
amplio; abarcando desde el robo con fuerza en las cosas hasta el homicidio con violación.

Se cree conveniente el establecimiento de tramos de edad para los efectos de la


responsabilidad; que no se garantiza que la privación de libertad fuera siempre menor a la
de los adultos, que los sistemas de privación de libertad seria deficientes recomendando
aplicar las reglas mínimas para los menores privados de libertad de las Naciones Unidas, que
también habría una insuficiente regulación de la ejecución de las sanciones de libertad
asistida y de la revisión del oficio del sistema semi-cerrado el cual estaría mal delineado y,
por ultimo, que se contemplaría una escasa aplicación de los principios de la reparación-
conciliación los que podrían aplicarse a los delitos que afecten al patrimonio de carácter
leve.

Considerando que la finalidad de la ley, no es la sanción sino solo la consecuencia de la


conducta del menor, debería quedar establecido que el propósito de la legislación, es el
resguardo del desarrollo e integración social del adolescente, tanto para el fortalecimiento
del respeto de sus derechos como los de los demás

93
II. La Ley de Responsabilidad Juvenil.

El interés superior del adolescente como criterio de la LRPJ, los derechos fundamentales
como criterio de la política criminal.
Artículo 2º.- Interés superior del adolescente. En todas las actuaciones judiciales o
administrativas relativas a los procedimientos, sanciones y medidas aplicables a los
adolescentes infractores de la ley penal, se deberá tener en consideración el interés superior
del adolescente, que se expresa en el reconocimiento y respeto de sus derechos.
En la aplicación de la presente ley, las autoridades tendrán en consideración todos los
derechos y garantías que les son reconocidos en la Constitución, en las leyes, en la
Convención sobre los Derechos del Niño y en los demás instrumentos internacionales
ratificados por Chile que se encuentren vigentes.
____________________________________________________________________
Artículo 5º
Contempla el encubrimiento como infracción, no se puede entender la LRPJ sin el código
penal en atención a la necesidad de englobar todos los ilícitos de los adultos
homologándolos con los adolescentes, elaborar un catálogo especial sin embargo estaría
más acorde con las disposiciones de la Convención Internacional sobre Derechos del niño.
La edad solo se considera al momento de determinar la responsabilidad, no cambia el
carácter del acto sigue siendo delito, sin embargo existe la noción.
Acerca de la edad como herramienta que determina la protección, lo cual se concretaría a
través de la imposición de diferentes grados de responsabilidad y penas. Sin embargo en
Chile la sanción está asociada a la “gravedad” del hecho más que a la edad del imputado, lo
que contradice las recomendaciones de los expertos que participaron en la discusión.
_______________________________________________________________________
Es necesario contrastar estas disposiciones con la experiencia en CERECO. En las que se
observó una mínima, casi nula participación de la familia y no se observaron actividades en
el medio libre.
Artículo 15.- Sanciones privativas de libertad. Las sanciones privativas de libertad consisten
en la internación en régimen semicerrado con programa de reinserción social y en la
internación en régimen cerrado con programa de reinserción social.
Estos programas de reinserción social se realizarán, en lo posible, con la colaboración de la
familia.

94
Artículo 16.- Internación en régimen semicerrado con programa de reinserción social. La
sanción de privación de libertad bajo la modalidad de internación en régimen semicerrado
con programa de reinserción social consistirá en la residencia obligatoria del adolescente en
un centro de privación de libertad, sujeto a un programa de reinserción social a ser
desarrollado tanto al interior del recinto como en el medio libre.
__________________________________________________________________________________

Contradicción entre reinserción y reclusión


Artículo 17.- Internación en régimen cerrado con programa de reinserción social. La

internación en régimen cerrado con programa de reinserción social importará la privación de


libertad en un centro especializado para adolescentes, bajo un régimen orientado al
cumplimiento de los objetivos previstos en el artículo 20 de esta ley.
_______________________________________________________________________

Maximización de la punibilidad, contravención con las disposiciones de la CIDN


Artículo 18.- Límite máximo de las penas privativas de libertad. Las penas de internación en
régimen cerrado y semicerrado, ambas con programa de reinserción social, que se impongan
a los adolescentes no podrán exceder de cinco años si el infractor tuviere menos de dieciséis
años, o de diez años si tuviere más de esa edad.
_______________________________________________________________________
Disciplina
Art. 18º letra C incs. 2º
A propósito de la libertad asistida y la obligación de matricularse en una institución educativa
para aprender profesión u oficio.

Finalidad de la sanción; responsabilización. No se puede entender la LRPJ sin el código penal.


Artículo 20.- Finalidad de las sanciones y otras consecuencias. Las sanciones y consecuencias
que esta ley establece tienen por objeto hacer efectiva la responsabilidad de los
adolescentes por los hechos delictivos que cometan, de tal manera que la sanción forme
parte de una intervención socioeducativa amplia y orientada a la plena integración social.
Artículo 21.- Pena asignada a los delitos. Para los efectos de la presente ley, se entenderá
que la pena asignada al delito cometido por un adolescente es la inferior en un grado al
mínimo de los señalados por la ley para el ilícito correspondiente.

95
Extensión del código penal. La pena privativa de libertad como regla general.
Tabla Demostrativa
Extensión de la sanción y penas aplicables
Desde 5 años y 1 día:
Internación en régimen cerrado con programa de reinserción social.
Internación en régimen semicerrado con programa de reinserción social.
Desde 3 años y un día a 5 años:
Internación en régimen cerrado con programa de reinserción social.
Internación en régimen semicerrado con programa de reinserción social.
Libertad asistida especial.
Desde 541 días a 3 años:
Internación en régimen semicerrado con programa de reinserción social.
Internación asistida en cualquiera de sus formas.
Prestación de servicios en beneficio de la comunidad.
Desde 61 a 540 días:
Internación en régimen semicerrado con programa de reinserción social.
Libertad asistida en cualquiera de sus formas.
Prestación de servicios en beneficio de la comunidad.
Reparación del daño causado.
Desde 1 a 60 días:
Prestación de servicios en beneficio de la comunidad.
Reparación del daño causado.
Multa.
Amonestación.
Artículo 24.- Criterios de determinación de la pena. Para determinar la naturaleza de las
sanciones, dentro de los márgenes antes establecidos, el tribunal deberá atender, dejando
constancia de ello en su fallo, a los siguientes criterios:
La gravedad del ilícito de que se trate;
La calidad en que el adolescente participó en el hecho y el grado de ejecución de la
infracción;
La concurrencia de circunstancias atenuantes o agravantes de la responsabilidad criminal;
La edad del adolescente infractor;
La extensión del mal causado con la ejecución del delito, y

96
La idoneidad de la sanción para fortalecer el respeto del adolescente por los derechos y
libertades de las personas y sus necesidades de desarrollo e integración social.
Artículo 25.- Imposición conjunta de más de una pena. En las situaciones regladas en los
numerales 3 y 4 del artículo 23, el tribunal podrá imponer conjuntamente dos de las penas
que las mismas reglas señalan, siempre que la naturaleza de éstas permita su cumplimiento
simultáneo.
_______________________________________________________________________
Existe la posibilidad de que el adolescente permanezca privado de libertad en virtud de la
investigación cumpliendo medidas cautelares, por ocho meses.
Artículo 38.- Plazo para declarar el cierre de la investigación. Transcurrido el plazo máximo
de seis meses desde la fecha en que la investigación hubiere sido formalizada, el fiscal
procederá a cerrarla, a menos que el juez le hubiere fijado un plazo inferior.
Antes de cumplirse cualquiera de estos plazos, el fiscal podrá solicitar, fundadamente, su
ampliación por un máximo de dos meses.
_______________________________________________________________________

Cárceles de menores.
Artículo 43.- Centros de privación de libertad. La administración de los Centros Cerrados de
Privación de Libertad y de los recintos donde se cumpla la medida de internación provisoria,
corresponderá siempre y en forma directa al Servicio Nacional de Menores.
Para dar cumplimiento a las sanciones privativas de libertad y a la medida de internación
provisoria contenidas en esta ley existirán tres tipos de centros:
Los Centros para la Internación en Régimen Semicerrado.
Los Centros Cerrados de Privación de Libertad.
Los Centros de Internación Provisoria.
Para garantizar la seguridad y la permanencia de los infractores en los centros a que se
refieren las letras b) y c) precedentes, se establecerá en ellos una guardia armada de
carácter externo, a cargo de Gendarmería de Chile. Esta permanecerá fuera del recinto, pero
estará autorizada para ingresar en caso de motín o en otras situaciones de grave riesgo para
los adolescentes y revisar sus dependencias con el solo objeto de evitarlas.
_______________________________________________________________________
Contradicción entre re-socialización y privación de libertad

97
Artículo 44.- Condiciones básicas de los centros de privación de libertad. La ejecución de las
sanciones privativas de libertad estará dirigida a la reintegración del adolescente al medio
libre.
_______________________________________________________________________

Discusión en cámara

Cubillos - aprehensión por la necesidad de que esta ley busque justicia para las víctimas, esta
cuestión atraviesa prácticamente toda la discusión, la cuestión del carácter de la ley o su
orientación hacia un tipo de justicia de carácter reparatorio. De lo contrario dice el diputado,
se estaría elaborando una legislación, basada en la rehabilitación teórica que finalmente
terminaría consagrando la impunidad.

Monckeberg- preocupación por la delincuencia organizada que utiliza menores, y al igual


que Luksic, expresaron dudas acerca de la rehabilitación, en atención a la etapa evolutiva del
carácter del delincuente

Guzmán (Pía)- acerca de SENAME, apreciar la verdadera capacidad de la institución para


llevar a cabo los programas en los centros cerrados y ambulatorios.

Rossi - atendiendo a la edad del infractor; se está en un espacio privilegiado para las políticas
de intervención en el sentido de reforzar ciertas conductas y modificar otras. Fracaso del
sistema tutelar, no protege, no sanciona, no re-habilita no re-inserta. Necesidad de una
Política Criminal de carácter preventivo.

Víctor Pérez - asocia, cesantía, pobreza, con aumento de la criminalidad adolescente.

Burgos - la prevención del delito y la preservación de la paz social y la seguridad de los


ciudadanos. Destaca el carácter populista de la política criminal, la mano dura contra el
adolescente, relaciona la desarticulación de las relaciones familiares como causa del
aumento de la delincuencia juvenil. Poner acento en la prevención (políticas previas)
propone sancionar la tentativa de infracción.

98
María Antonieta Saa - a propósito del enemigo interno (Ley de seguridad interior del Estado)
el antiguo peligro de izquierda, actualmente en la era de la seguridad ciudadana (que puede
ser entendido como el nuevo paradigma) es el joven poblador. Construcción de un
imaginario colectivo a través de los medios de comunicación. Causales psicosociales de la
delincuencia juvenil. La Ley debiera velar por reparar para lograr la rehabilitación. Recursos
humanos y económicos para lograr la rehabilitación del adolescente.

Gonzalo Ibáñez - la finalidad de la pena “dar a cada cual lo suyo” y si el delincuente se hace
acreedor de una pena “eso es lo suyo”; el objetivo de la pena no es rehabilitar sino que esta
tiene un carácter retributivo, mientras que la rehabilitación está asociada al ingreso
(integrar) del adolescente a actividades “honestas y productivas” de la sociedad. Asocia
cesantía a delincuencia.

Es indispensable abordar el tema del trabajo juvenil y fortalecer la familia “estamos


cosechando la forma frívola con que se ha tratado la familia en Chile; la desconsideración y
desvalorización del matrimonio “como los caminos a la perdición humana”

Zarko Luksic - terminar con la sensación de indefensión que existe en la comunidad que
muestran las estadísticas, por tanto debemos hacernos cargo de la realidad que vive la gente
de sectores populares. Rehabilitación: a los jóvenes se les otorga una oportunidad para
rehabilitarse, ahí está el equilibrio (entre sanción y rehabilitación) la LRPJ conjuga en
equilibrio aspectos de seguridad y sancionatorios con lo preventivos integradores (política
criminal)

René Manuel García - la ley regula que los jóvenes tengan el castigo suficiente. Hay que
ampliar las facultades de carabineros. La vuelta de la detención por sospecha constituye la
reparación de un “error” (esto tiene relación directa con el tipo de política criminal que se
está construyendo.

La adolescencia es un periodo privilegiado para poder tener y aplicar políticas


multisectoriales…mantener el 15% de jóvenes vulnerables o en riesgo social en
establecimientos particulares subvencionados. Estas son las verdaderas herramientas para
tener una juventud más sana, combatir la deserción escolar y rescatar a los jóvenes de la

99
delincuencia. Para ello se requiere intervenir en sus familias, las cuales muchas veces por sus
condiciones de pobreza se ven obligados a sacarlos de la escuela y enviarlos a la calle.
Hay que flexibilizar los programas de estudio…no basta con más cárceles con más sanciones,
con más penalización.

Pérez - el proyecto es trascendente por que existe la sensación nítida y evidente de que los
niveles de delincuencia han subido últimamente…también de que muchos de actos
delictuales -ahí están las cifras- son cometidos por adolescentes y por jóvenes. Durante el
gobierno (de Lagos), los jóvenes han sido castigados con cifras de desempleo superiores al
20%, que los jóvenes y sus familias han sido castigados con la cesantía de forma
permanente. Eso, sin duda explica el aumento significativo de la participación de los
adolescentes en organizaciones criminales y, consecuentemente, de los delitos a nivel de
poblaciones, comunas y provincias.

En las ideas generales estamos todos de acuerdo. Concordamos en que, a partir de los
catorce años, a las personas no solo se les reconozcan derechos, sino capacidad para
infringir las leyes penales, y por tanto, para asumir una responsabilidad especial por su
condición de menores de edad, pero con la contrapartida que conlleva dicha capacidad:
deberá tener una determinada sanción. Podría haber ciertos perfeccionamientos de carácter
técnico en las normas relativas, por ejemplo en los delitos graves. A mi juicio hay que
incorporar otros que son fundamentales.

Burgos - el Estado asume de manera activa la acción contra el delito, y la conducirá de


manera que la política criminal se convierta en garantía de los derechos de todos los
ciudadanos. Hay que desarrollar un complejo sistema judicial-dinero y administrativo-dinero,
que asuma los problemas de la delincuencia y de las infracciones de los jóvenes, la
prevención del delito y la preservación de la paz social y la seguridad de los ciudadanos. Esas
son las tareas que están detrás de esto.

Cita “La conducta antisocial de los Jóvenes”, de Rutter, Giller y Hagell, tres estudiantes de la
Universidad de Oxford, que señala el afán populista por castigar.
“De manera creciente (…) los políticos han estado recurriendo a (y utilizando para su propio
provecho) lo que creen es la actitud del público, en términos generales punitiva, con
respecto a la delincuencia, especialmente la juvenil.
100
La aprehensión de menores entre catorce y dieciséis años aumentó en la última década en
un 116%. Por tanto, la acusación de mano blanda no es cierta. Sostener que sus causas (las
de la delincuencia juvenil) son las políticas permisivas sería, a mi juicio, un error. Por que la
causa fundamental es la sociedad que estamos construyendo. ¿Qué pasa con las doce o
catorce horas que horas en que los padres están fuera de su hogar por el trabajo? Debemos
hacernos cargo de ello desde el punto de vista de la prevención.

Entrevista

II.- Pauta de entrevista

Objetivos perseguidos por la entrevista:

Objetivo metodológico: la inclusión de la entrevista tiene por objetivo servir de contraste


con la discusión parlamentaria y la propia Ley 20.084, para así construir un análisis que
cubra tanto los aspectos teóricos como prácticos de la Ley y lograr tener una visión general
acerca de la Ley y la política criminal.
Acercamiento a la realidad práctica de las disposiciones de La Ley de Responsabilidad Penal
Juvenil.

Objetivo general.
Describir la relación entre el discurso sobre responsabilización promovida por el Estado a
través de SENAME y plasmada en la práctica en el Centro Lechero de Valparaíso, y la
reacción de los adolescentes respecto del discurso.
Objetivos específicos:

101
Describir que significa “responsabilizar” en el sentido que SENAME le otorga a este significante.
Es decir lograr establecer una categoría o en su defecto un concepto.
Describir las relaciones al interior del Centro tanto entre los adolescentes como
entre estos y los funcionarios. Para así lograr contextualizar y aterrizar el concepto
ha una realidad dada.
Describir las actividades que desarrolla el centro para el cumplimiento del objetivo
de responsabilizar.
Describir el proceso mediante el cual el adolescente recibe el discurso y las
posibilidades de interiorización del mismo en el adolescente, es decir describir la
actitud del adolescente hacia lo que se intenta inculcarle.

Dimensiones a abordar:
Entre las dimensiones a abordar se ha considerado, el entorno
comunitario, la experiencia escolar, la experiencia de
institucionalización, la experiencia laboral, la experiencia de
participación y organización social, la experiencia como infractor, la
experiencia de comparecencia ante el sistema judicial, la
experiencia penitenciaria, las percepciones y opiniones sobre el
entorno social, las expectativas personales, laborales y familiares, el
acceso a recursos y/u oportunidades.

El diseño cualitativo implica cierta flexibilidad en la elección de sujetos informantes de un


determinado contexto social. Esto obedece a que se privilegia la validez de la información
recolectada, la cual se basa en la cercanía del investigador con el escenario a estudiar, pues
sólo a medida que avanza la investigación es posible determinar con mayor certeza quiénes
son los sujetos más apropiados para dar cuenta del fenómeno estudiado. Tiene menor
validez una muestra definida “a priori” sin conocer el contexto de los sujetos ni las
distinciones y categorías que son significativas dentro de ella. Esta es una de las razones por
las cuales los componentes específicos de un diseño cualitativo son determinados en el
transcurso de la propia investigación.

102
Nombre del(a) entrevistado(a): Gessica Pizarro. (GP);
(E): Entrevistador
Profesión: Asistente social
Veinte años de servicio.

¿Cuál es su opinión como asistente social sobre la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil?
GP: Creo que es una ley que intenta dar una respuesta a una sociedad demandante de una
justicia responsabilizadota en la juventud…en los jóvenes principalmente con el riesgo de ir
cada vez bajando mas las edades yo siento que la sociedad no se hace cargo de las causas
pero si se hace cargo de querer sancionar las conductas infractoras entonces en un sentido
la encuentro que es positiva no esta digamos el tema de que por ser menores de edad no
son imputables no hay una responsabilización directa por los actos delictuales cometidos,
pero por otro lado esta solamente la sociedad como… en el ámbito de la coacción o sanción
no se como se le quiera denominar, entonces falta digamos pa’ mi gusto es una ley pero
falta la otra parte de lo que es el tema público de cómo me hago cargo yo de las causas que
generan de que los jóvenes sean infractores y o que mantengan las conductas infractoras
E: ¿Cuál es la concepción de responsabilización institucional y cual es la que percibe usted
que tienen los adolescentes?
GP: Cursando siempre con la 20.084, es de responsabilización de responsabilidad juvenil o
sea el concepto te lo dice al llamarse los departamentos de responsabilidad juvenil o sea lo
que se pretende y en la teoría se ve como bien planteado es q los jóvenes al mismo tiempo
se le respeten sus derechos, pero que ellos también asuman que vulneran los derechos de
otros y se hagan responsables por sus actos que transgreden el orden social la normativa de
la sociedad para obtener una sana convivencia, una convivencia de respeto mutuo yo creo
que esa es la concepción institucional. E: ¿y la concepción de la percepción de los
adolescentes? GP: Castigador no lo asumen todavía yo creo que van en proceso… es un
proceso, ellos están como recién entendiendo que esta dinámica es de responsabilización de
tus actos y tu estas en edad de entender que puedes hacerte cargo de… lo que tu hiciste…
del daño a terceros del daño a ti mismo del daño a tu familia, no lo están entendiendo así
todavía, ellos sienten que hay solamente una sanción por que tuvieron la mala suerte de que
los pillaron, o sea muchos de ellos la mayoría diría yo que son… la población que atendemos
actualmente son reincidentes y ya tienen historias delictuales… y que normalmente los
chiquillos que atendemos ahora, tienen historias delictuales que no estaban cumpliendo

103
ninguna tipo de sanción formal por que no estaba la 20.084, estaba la ley solamente de
protección y donde nos fijaban medidas de protección a los semi-cerrado.
E: ¿Cuales son los programas educacionales con que trabaja el centro, es una educación
formal tradicional o existe algún programa educativo distinto a lo tradicional?
GP: Nosotros tenemos que trabajar en la mirada de externalizar o buscar la intervención
externa sobre todo en le ámbito educacional nosotros no entregamos educación, no somos
centro educacional… no se si va por ahí la pregunta, lo que se persigue es que el joven se
mantenga y/o se inserte en alguna modalidad que imparte el sistema educacional y esto va
desde alumno regular en la enseñanza básica o media, científico humanista, técnico
profesional y examen de nivelación de estudio … de re-escolarización, también hemos tenido
jóvenes que se van a programas de re-escolarización, sobre todo aquellos que llevan mucho
tiempo fuera del circuito educacional que no tienen hábito de estudio, que no tiene
motivación, ni logros educacionales nosotros internamente tenemos programas de apoyo
escolar… o apresto escolar… como se quiera llamar.
E: Existen programas de re-escolarización de cumplimiento de jornada escolar normal, ¿pero
de que tipo son estos programas externos, existen programas de tratamiento de drogas o
algún otro?
GP: Aaaaaaa… es que yo lo entiendo como programas sociales en su sentido más amplio, por
que los jóvenes tienen que asistir a una serie de programas que en un principio se
comprometen en su plan de intervención y tenemos que muy pocos jóvenes vienen con
sanción accesoria donde tiene que ir a programas de tratamiento de drogas algunos acceden
voluntariamente pero no tienen mayor permanencia en el tiempo. Programas de
alfabetización digital que es una especie de apresto en lo laboral de capacitación, programas
que imparte la INJUV que son programas entre recreativo y también de desarrollo de ciertas
habilidades computacionales, artísticas. Esos son los programas externos a los a que tu
talvez te refieres, biblioredes, también tenemos, convenios donde nos reciben los chiquillos,
donde menos tenemos respuesta es en lo laboral… por que en lo laboral tienes que tener
cupos en instituciones, empresas, mini empresas. E: ¿esos programas están a cargo de
instituciones privadas? No nosotros tenemos que primero basarnos lo público cuando no
hay respuesta en lo público combinarlo con lo privado.
¿Que tipo de participación entonces tienen las instituciones privadas dentro del centro?
Principalmente colegios… es que los privados están insertos o están colaborando en la oferta
programática a través de ONG’s yo te puedo mencionar por ejemplo que los programas de
drogas los tiene CONACE pero CONACE los licita con los privados. E: ¿este centro trabaja con
104
alguno en particular? GP: Nosotros trabajamos con SERPAJ y con PRODEL. E: ¿en que tipo de
programas? GP: Drogas… tratamiento de drogas y lo otro son los colegios particulares
subvencionados. E: ¿Cómo cuales? Por ejemplo tenemos San Ignacio, Bordemar, Paidos la
mayoría son particulares subvencionados.
E: ¿Nosotros podríamos tener acceso a la información detallada de cuantos y cuales son los
programas que aplican los privados? Ssssssi pero tendría que mandarlo a hablar con cada
uno de los integrantes de los equipos por que cada uno tiene la información, por ejemplo yo
estoy a cargo del tema educacional, entonces sería bueno que ustedes hablaran con el
profesor Raúl que pudieran acordar una entrevista con él, en programa drogas María Graciel
y con Carlos González que es el encargado de redes… Es que cuando tu me hablas de
privados yo creo que todo está… la mayoría esta licitado por los privados… por ejemplo
nosotros somos administración directa de SENAME pero SENAME como funciona, tiene casi
el 80% - 90% de organizaciones que colaboran con su función donde ellos traspasan dineros
y la organización cumple con los objetivos que SENAME les pide, entonces está el privado
ahí presente.
E: ¿existe una red de evaluadores externos que controlan la gestión de los privados? GP: El
mismo SENAME tiene que supervisar la gestión de los privados, en el tema educacional yo
no sabría decirte quien lo evalúa me imagino que la SERVIDUM o algún organismo inserto
en el Ministerio de Educación que los tiene que estar supervisando yo doy cuenta de lo que
pasa en SENAME.
E: ¿Se puede generalizar la opinión que usted nos de sobre la responsabilización u otro item
como general a SENAME o se debe circunscribir a la realidad de este centro?
GP: Al contexto de este centro y de la ley 20.084 por que si tu vas y preguntas en un cerrado
a lo mejor el concepto va a ser mucho más circunscrito a la modalidad de intervención con
reclusión 100% en los jóvenes. En cambio nosotros el concepto de responsabilización va
mucho más allá, es mucho más amplio por que además tiene que ver como se responsabiliza
en el medio libre E: ¿existe una forma de evaluar… de estar “presente” en el medio libre? E:
Tú puedes solamente tener mecanismos de control, seguimiento sobre la asistencia o no de
los jóvenes a los programas, el tipo de comportamiento, los resultados obtenidos, E: ¿ese es
el único elemento más o menos técnico para evaluar? Claro más o menos técnico por que tú
no puedes ir con el joven poh, a lo más puedes tener de repente entrevistas…y lo hemos
tenido entrevistas de coordinación con los programas, por ejemplo fuerte con el programa
drogas para ver como nos relacionamos, como intervenir para no trabajar con los mismos

105
objetivos con ellos si tenemos harta interrelación… con el tema educacional los objetivos son
bastante específicos así que no hay tanta posibilidad de estar haciendo cosas muy similares.
E: ¿Cual es el objetivo de la escolarización y que relación tiene con la responsabilización?
E: Primero que los jóvenes continúen estudios, yo creo que la ley lo plasma así, el tema de la
ley 20.084 cuando habla de un concepto amplio de inserción social donde pone el primer
acento en el tema de escolarización de los jóvenes que es obligatoria o sea el joven que llega
acá y no tiene su cuarto medio rendido tiene que sacarlo por que la educación básica y
media es obligatoria en Chile a partir del gobierno de Lagos entonces esto si o sí el joven se
tiene que escolarizar… y en ese sentido nosotros tenemos que materializar ese concepto
que la ley nos señala como una primera responsabilidad, tomar el tema escolar, continuar
estudios, terminar estudios re-escolarizarse, insertarse, obtener alguna capacitación para
apoyar digamos el tema escolar, nosotros tenemos que hacerla efectiva
E: ¿Hay algún joven que presente la inquietud de ingresar a la educación superior?
Tuvimos…tuvimos un joven que pedimos sustitución del y que terminó con nosotros el año
pasado cuarto medio y este año entró a estudiar topografía en un instituto de educación
superior… uno E: ¿Qué edad tenía? 18 – 19. E: ¿se hacen gestiones para que pueda optar a
una beca? GP: Si se hicieron gestiones, lamentablemente los recursos con que cuenta
SENAME no contemplan el pago de educación superior, entonces el tema de la enseñanza
superior tiene que ser gestionado desde el joven o desde la familia acá que se les da el
apoyo de infraestructura dinero para movilización, para fotocopias cosas por el estilo, pero
está fuera de nuestras cargas por ejemplo pagar colegiaturas de cien o ciento cincuenta mil
pesos o sea… no es nuestra realidad… y no hay convenios para eso.
E: Ustedes trabajan con jóvenes que sus condenas les duran más allá de los 18 años ¿y si
esos jóvenes quisieran seguir estudiando ellos no tiene la posibilidad de que el propio
SENAME gestione un crédito directo con el Estado?
GP: no… no existe actualmente… yo no te voy a decir una cosa por otra… no existe
actualmente, puede que se esté gestionando se este viendo pero, como digamos son las
excepciones de la regla yo creo que por eso no se ha adaptado… la obligación está dentro
del marco de lo que Chile tiene como aprobado, la enseñanza básica y media obligatoria y lo
demás todos los convenios están orientados hacia la capacitación para especializarlos en
rangos técnicos, obreros especializados tal vez, pero no tenemos incorporado el concepto de
educación superior para futuros profesionales… no hay convenios macro con eso.
E: ¿Pero una vez que el joven termina con sus programas educacionales que actividad puede
desarrollar?
106
GP: Trabajar…y sigue cumpliendo con la pernoctación. No hay que olvidar que nuestra
obligación principal es con los menores de edad, los mayores de edad…. ehhh no es
nuestra… haber nuestra misión es trabajar con la infancia y adolescencia menores de
dieciocho años y por un tema de ley que contempla que un joven continúe cumpliendo en el
centro por que la condena son cinco, seis, siete años, se le adecua el plan de intervención a
la realidad del joven y la de la infraestructura y los recursos económicos de la institución. E:
¿El joven vendría solamente a dormir? No, no es lo único que tiene que cumplir, si ustedes
ven algún tipo de plan intervención individual hay intervenciones psicosocial que tiene que
seguir cumpliendo en el sentido de la responsabilización y la reparación que son dos de los
cuatro componentes que incorporan digamos las orientaciones técnicas, pero también tiene
que autogestionarse nosotros tenemos que habilitarlos a ellos para que ellos se
autogestionen, para que ellos trabajen, en el fondo nosotros podemos decirles a ellos mira
tu tienes habilidad pa’ no se … trabajar… en el mar pero tu tienes que autogestionarse tu no
puedes pensar que desde aquí se te va a entregar todo o sea ellos vienen aquí por una
sanción penal… no son personas minusválidas.

E: ¿SENAME vincula con la comunidad al adolescente?


GP: Tiene que vincularlo desde los servicios básicos hasta las redes más sofisticadas que son
digamos las que dan programas más especializados, que es en el consumo de drogas que
son capacitaciones, que te vuelvo a reiterar son convenios que ha hecho los organismos
desde lo central… capacitaciones orientadas al corto plazo. E: ¿Cómo percibe usted la
reacción de los jóvenes ha esa vinculación que hace SENAME con respecto a los programas y
la vinculación con la comunidad? GP: No tiene interés… en un concepto grueso no tienen
interés lo que les interesa a ellos es salir y cumplir luego la pena, por que esto es una
restricción a su libertad… importante… en la noche. Los jóvenes que están con condenas que
vienen siendo las primeras quieren tal vez continuar sus estudios… continuar con su
dinámica como normal, familiar, escolar de amistades de su sector y lo hacen, pero hay otro
grupo importante que no tiene interés que toma como una reclusión nocturna… y
definitivamente esos son los que van quebrantando por que no están cumpliendo con su
plan de actividades. Haber tienes que pensar que estamos en un plan bien idealista por que
estamos en una sociedad donde se hacen convenios desde las cúpulas pero como se
materializan a las bases es difícil… es difícil concretar… mira queremos capacitar ya tenemos
convenios, pero donde están esos cursos, justamente las cosas que le interesan a los
chiquillos no están, por ejemplo a los cabros les interesan cursos de conducir… y no hay… no
107
hay capacitación pa’ eso por que todo tiene un costo y si hay… ehhhh tienen una serie de
requisitos y muchas veces ellos no los reúnen.

¿De alguna forma SENAME estaría en alguna contradicción en cuanto a sus intenciones y la
realidad a la que se enfrenta?

GP: No se eso lo dices tu no lo digo yo…pero no, no hay contradicción. Yo creo que más bien
hay respuestas solo para un grupo no esta contemplada toda la gama que tenemos.
Entonces lo que falta es ampliar la oferta y seguir trabajando por que por algo en cada
centro hay un gestor de redes que maneja cuales son los convenios a nivel nacional pero
también eso tenemos que manejarlos a nivel local a lo mejor esos convenios no nos sirven.
¿Cuales son las condiciones técnicas con que cuenta el centro para llevar a cabo el proceso
de condena?
Mira yo diría que estamos… mmmm… bajo si hay que hacer una realidad actual con 40
jóvenes ingresados no todos cumpliendo acá pero siguen perteneciendo al centro,
quedamos cortos de personal o sea tenemos un equipo técnico formado por 4 profesionales
y educadores por ejemplo ahora no hay educadores de día, hay un solo educador diurno, o
sea siempre estamos como justos y yo diría que estamos en un porcentaje menor al que se
requiere para hacer la intervención. Ahora los equipos de trabajo tienen que ser
ampliamente flexibles, proactivos para poder trabajar en este tipo d e instituciones. Tu no
puedes pensar que aquí a mi me contrataron solo para ser asistente social y ver solamente el
tema de salud y vivienda por ejemplo, y si yo me ciño no voy a poder responder a las reales
necesidades del centro que además necesita una persona que le haga control en el
domicilio, que vaya al colegio esto pasa también no solamente por cantidad de personas
sino por potenciar las habilidades de los equipos. Si el tema de los educadores yo creo que
es importante la cantidad de educadores por que ha medida que va aumentando el número
de jóvenes tiene que haber más presencia de educadores que también ejerzan control para
la sana convivencia y el respeto del reglamento y una serie de cosas.
¿Como percibe usted la relación entre lo educadores, monitores y los adolescentes?
Yo creo que hay de todo… yo puedo dar cuenta de lo que yo veo yo no puedo dar cuenta de
las horas en que no estoy acá. Pero mas bien creo que es horizontal en muchos aspectos con
los chiquillos, creo que con el tiempo se ha ido haciendo mas jerarquizada por que hasta el
año pasado los jóvenes no respetaban la figura del educador por que lo encontraban como
de de la misma edad los consideraban “pollos” y no lograban imponerse, pero estos mismo
108
educadores, este año tienen una visión distinta una postura distinta con respecto a los
jóvenes que logran imponer más su autoridad de hecho no tenemos los desórdenes que
teníamos el año pasado constantemente entonce ha ido cambiando es algo que yo he ido
visualizando y es algo que yo fui pidiendo más delimitación o sea limitar espacios enmarcar
espacios o sea poner las reglas claras es difícil el manejo por que cada persona tiene su sello
y quiere en realidad tener los menos problemas posibles con los jóvenes

E: ¿Como es el manejo del lenguaje entre los jóvenes y los educadores?


Mira yo creo que afortunadamente no se da esto de mimetizarse. En otros centro se da yo lo
he visto pero acá no creo que los educadores por ser profesionales ellos tiene como más
claridad de no “contagiarse” de asumir actitudes palabras de coba o modismos de la edad de
ellos si de repente se deja traslucir que en algunas palabras se adoptan algunos términos
que ellos señalan o que son comunes para dar cuenta de algunas situaciones pero no se les
sigue el lenguaje que ellos mantienen se les trata a ellos de acoplarse al lenguaje…digamos
normal no lenguaje carcelario, ni coba ni de tantos códigos ¿ se les tutea? Los adultos los
tutean, y los jóvenes a los educadores les dicen profe o usted rara ves los mencionan por el
nombre o les dicen usted… oiga también ¡oiga!
¿Causas más comunes de ingreso?
GP: Robo, robo con violencia, daño a la propiedad, robo con intimidación, eso…pero
principalmente daño a la propiedad
¿Como es la relación entre hombres y mujeres?
Al principio eran la novedad poh… y las chiquillas también tendían a buscar con los jóvenes,
infringir las reglas no acatando los horarios de acostada, pero ahora está un poco mas
normalizada la relación de ellos, se respetan los espacios de que no irrumpan en la sección
femenina, yo creo que es bueno. E: ¿destensó el ambiente del centro la llegada de las
mujeres? Siii mira yo creo que es bueno por que…el mundo está echo así poh, hombres y
mujeres. Bueno yo creo que las chiquillas se han validado por que se tenía una mala visión
de la llegada de las mujeres acá, en el sentido que iban a generar todo el conflicto que ellas
eran las conflictivas y en fondo el conflicto se genera por las mutua interrelación si los
cabros iban a tener interés en ellas acá a fuera donde sea, y no ha pasado a mayores y ahora
se ha normalizado la situación.

109
¿En que sectores viven los jóvenes que ingresan al centro?
Rodelillo, Cordillera, San Roque, y después son más disperso, Placeres, Playa Ancha.
¿En las condiciones en que se ejecutan las condenas cree usted que existe una asimilación
del sentido de responsabilización en los jóvenes similar al que promueve el centro?
GP: Mira yo creo que ellos se van ajustando pero en un sentido bien básico del concepto la
responsabilización nosotros hemos ido instalando el tema de cumplimiento de disciplina,
pero también entender que la sanción es tuya; por que por un lado está el horario de
llegada, el llegar todos los días, el cumplir con tus actividades, pero por otro lado está que tu
estás cumpliendo una sanción que es tuya no de tu abuelita, de tu mamá o tu tía, es tu
responsabilidad como tu la ejecutes como tu la lleves a cabo, es lo que se les está
trasmitiendo a ellos. Es cuanto tiempo te va significar permanecer que se puede acortar el
periodo nosotros podemos pedir la sustitución por una sanción menos gravosa. Entonces
ellos lo asimilan con responsabilización de la sanción principalmente, no con
responsabilización de un sentido más amplio, de un plano personal como yo me hago
responsable de mis acciones, de mi vida de mis cosas de mis hijos, de cómo yo me abro
camino, es como que les cuesta hacer ese ejercicio más abstracto.
E: Entendiendo a la adolescencia como un proceso de maduración biológica, psíquica y
social de las personas alcanzando la adultez ¿como cree usted que afecta el desarrollo del
adolescente el sometimiento a pena aflictiva?
Bueno de hecho se habla de la des-criminalización y es una etapa que yo creo que es difícil
para ellos de sobrellevar yo creo que los que viven más de una sanción vienen con una visión
bastante pesimista por que sienten que no pueden salir de esa dinámica que están
atrapados y tampoco se esfuerzan por salir, para otros una experiencia bastante traumática
que en los jóvenes que tienen apoyo familiar y que por primera ves viven un proceso así en
donde tiene como un fuerte choque entre lo que es su vida personal familiar sin la sanción,
con la sanción entonces esos jóvenes les produce tal ves el efecto que busca la sanción de
remecer de tomar le el peso que es una sanción desde la sociedad a través del poder judicial
y de querer cumplir bien para poder salir en buenos términos, pero les afecta en todo plano
personal, familiar, el grupo de amigos, ocultando muchas veces que ellos están cumpliendo
una sanción acá. Yo veo como dos grandes grupos el que tiene la visión pesimista y ya no ve
la salida y el otro que la sanción le llegó le calo fuerte y lo único que quiere es cumplir y salir
luego de acá.

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Al respecto el diputado Rossi, muchas veces el efecto des-socializador y des-personalizador y
reforzador de conductas delictuales es absolutamente evidente.
E: ¿Existe la percepción de que hay casos que usted pueda dar por perdidos?
GP: No pero si debemos ponernos metas realistas con los jóvenes y dependen de la
complejidad de cada caso. Pero no, no existen casos perdidos, yo te puedo decir que este
joven tiene más posibilidades de ser reincidentes por que su historia pa’ tras dice eso, pero
perdido a la adolescencia no a mi me cuesta mucho decir esto así, a veces la maduración
para algunas personas es un proceso más largo.

E: ¿Cree usted que los jóvenes se sienten delincuentes cuando ingresan al centro?
GP: No yo nunca he escuchado que digan yo soy delincuente. Yo he escuchado el término
“yo soy así no mas” y no voy a cambiar, y yo creo en su demostración del hacer ellos se
reconocen por que incluso muestran aquí como cometen sus ilícitos en el medio y como
ellos intentan cuando se empiezan a manejar en este tema de las penas tratan de incurrir
en faltas menores pero que igual les reporten sus ganancias cosa de tener penas más bajas,
un hurto simple tiene una pena mucho más baja que un robo, o un robo con violencia, eso lo
van aprendiendo en la práctica y ahí tu te das cuenta de que ese chiquillo se auto percibe
como un delincuente o como con un perfil que va a mantener esa actividad entonces en esa
conversación tu te das cuenta
E: ¿Existe jerarquía dentro de la relación de los jóvenes?
GP: Si eso si existe, esta el que se las cree que se las conoce todas por que tiene una larga
trayectoria, el que tiene el perfil de líder, el que sigue delinquiendo y no lo pillan, o sea ese
tiene un status que logra que todos los demás le den todo lo que el pide desde atención
hasta cosas, lo mismo el perfil del joven que llega de un centro penitenciario de adultos los
otros los miran con respeto por que entre comillas sobrevivió al mundo penitenciario de los
adultos. Y ese es un tema difícil por que muchas cosas se nos escapan por que tú puedes
estar observando con otro educador y el lenguaje que ellos están utilizando que solamente
es gestual, le está dando órdenes a otros y ahí hay dinámicas que se replican que son
propias de cárcel la quitada el matonaje, al nuevo hostigarlo utilizar al que es más débil de
carácter, entonces ese es un submundo que es difícil es hacer lectura.

¿Cual es su concepto de reinserción social?


Cuando hablamos de reinserción social es un concepto muy amplio, la reinserción opera
para mi cuando una persona ha estado 100% privado de libertad entonces tu tienes que
111
habilitarlo para que se maneje nuevamente en la sociedad sepa que micro tiene que tomar
por ejemplo, pero estos jóvenes en su mayoría vienen del ambiente libre entonces cuando
uno habla del concepto de reinserción social para nosotros significa el producto final de que
se entienda el concepto de responsabilización que se haga cargo de si mismo de su vida no
solamente de sus horarios de llegada disciplina y de cumplir con la sanción sino que se haga
cargo de su proyecto de vida, reparación es decir que cosas en su vida están dañadas y lo
están impulsando a dar ciertas respuestas por que tiene un daño que viene arrastrando de
años y habilitación que en un sentido mucho más concreto de entregarles las herramientas
pa’ que puedan adquirir mayor conocimiento, mayores capacitaciones como manejarte en el
ambiente laboral por que eso te va a repercutir en que tu puedas mantenerte en el sistema
con las reglas que el sistema.
E: ¿Cree usted que una ley pueda modificar una realidad?
GP: Mira yo creo que a esta ley hay que darle tiempo no va a modificar una realidad por que la
ley es una respuesta a una realidad y viene siendo una respuesta lenta digamos a una realidad
que se viene arrastrando por años, no hay que olvidar que la ley son una respuesta a un
proceso sociopolítico determinado, pero si viene a responder al concepto de hacer
responsables a las personas cuando ya tienen noción de lo que hacen
E: ¿Entonces trata de hacer una vinculación moral con los actos cometidos? Moral… no,
hacer responsables por que moral es tu operaste bien o mal aquí de lo que se trata es de
enseñarles a los jóvenes que deben responder de alguna forma por lo que hicieron.

IV.- A propósito de las respuestas del Estado

Década de los noventa:

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Reivindicación del rol de la comunidad o acción preventiva comunitaria y situacional, sin
embargo nunca llegó a constituirse una policía comunitaria como en Brasil o Colombia. Todo
esto desarrollado en un contexto de estructuras gubernamentales débiles.
1997. comienza la elaboración de estadísticas oficiales por denuncias y detenciones, se
construye el índice DMCS; a través de mecanismos de coordinación entre policías y el
Ministerio del Interior, se crea la división de seguridad ciudadana, un espacio de diseño e
implementación de políticas de seguridad con el objetivo de aumentar la eficiencia y eficacia
de la acción pública.
2000. comienza a elaborarse la reforma procesal penal, además de otras iniciativas que
continúan de años anteriores; plan cuadrante, cárceles concesionadas, plan comuna segura,
programa barrio más seguro.

La política nacional de seguridad ciudadana integra todas estas iniciativas y su


proyección trasciende los periodos presidenciales (política de Estado).

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