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El vestir del cristiano debe ser decente y con pudor y decoro, y diferente a
los de los impios porque nosotros tenemos que diferenciarnos del mundo.
La Biblia nos enseña como la ropa de los Hombres es diferente al de las
mujeres.
Que en todo tiempo sean blancos tus vestidos y nunca falte perfume
sobre tu cabeza.
Modestia ordenada
Atavio
(Is 3:16) Asimismo dice Jehová: «Por cuanto las hijas de Siónse
ensoberbecen y andan con el cuello erguido y ojos desvergonzados;
que caminan como si danzaran, haciendo sonar los adornos de sus
pies
(Is 3:18-24) Aquel día quitará el Señor el adorno del calzado, las
redecillas, las lunetas (19) los collares, los pendientes y los
brazaletes,(20) los turbantes, los adornos de las piernas, los
partidores del pelo, los pomitos de olor y los zarcillos,(21) los
anillos y los joyeles de las narices,(22) las ropas de gala, los
mantoncillos, los velos, las bolsas, (23) los espejos, el lino fino, los
turbantes y los tocados. (24) En lugar de los perfumes aromáticos
vendrá hediondez, soga en lugar de cinturón, y cabeza rapada en
lugar de rizos del cabello; en lugar de vestidos de gala, ceñimiento
de ropas ásperas, y cicatriz de fuego en vez de hermosura.
(Mt 6:28-29) Y por el vestido, ¿por qué os angustiáis? Considerad
los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; (29) pero os
digo que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de
ellos.
(1 P 3:3-4) Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos,
de adornos de oro o de vestidos lujosos, (4) sino el interno, el del
corazón, en el incorruptible adorno de un espíritu afable y
apacible, que es de grande estima delante de Dios.
Apariencia exterior
En el tiempo en que vivimos a fines del siglo XX y comienzos del siglo XXI, es ya
muy difícil distinguir al homosexual del heterosexual. Las mujeres lesbianas no
necesariamente visten de manera masculina, ni los hombres homosexuales o 'gay"
visten de manera femenina. Aún así el hombre debe siempre vestir de manera
apropiada para el varón, y la mujer debe vestir siempre de manera apropiada para
la varona.
Aunque la Biblia no hace mención especifica en cuanto al tipo de moda o estilo que
se ha de usar, sí da ciertas reglas o principios que se deben seguir al vestir. Si
leemos en Timoteo 2:9-15, encontraremos allí que como primer estos principios,
decoro, pudor y modestia. El apóstol Pablo después de instruir a Timoteo acerca del
rol del hombre en la congregación del culto y en publico pasa a establecer las bases
para la mujer (vs. 9-15).
I Timoteo 2:9-10
Estas prácticas podrían llegar o quizás habían llegado a la iglesia, donde las
mujeres iban vestidas mayormente de manera inapropiada. La iglesia es el lugar
para adorar a Dios y no un lugar para exhibir modas. El objetivo de la mujer (y el
hombre) cristiana(o) no debe ser el de mostrar sus posesiones y nivel socio-
económico, sino el de ser agradable a Dios en todo, y dar la gloria debida a Su
nombre.
Además de lo antes mencionado queda un punto aún mucho más importante. Si
una persona se preocupa mucho por su apariencia exterior, podrá descuidar lo que
es más importante en ella, su vida interior, la piedad y su vida cristiana. Adelante
vamos a estudiar detenidamente los versos que tiene que ver con la vestimenta
en I Timoteo 2: 9-10.
Significados:
Lo que es modesto en una sociedad no lo es en otra. Por eso creo que Dios no
instruyó a Pablo a presentar un estilo específico, pero si a presentar los principios
que gobernarían los estilos.
Cualquiera sea la vestimenta, calzado o maquillaje que usen las mujeres cristianas
en cualquier cultura o sociedad, deben estar basados en estos tres principios: El de
ser decorosos (apropiado y de buen gusto), con pudor (apropiada, aceptable de
una mujer cristiana, que no sea sexualmente provocativa) y con modestia ( libre
de orgullo, pretensión y vanidad) especialmente cuando se asiste a la casa de Dios.
Como cuestión de orden y respeto a la casa de Dios, es mi opinión y creo que la de
muchos otros, que la mujer debe asistir a la iglesia vestida con traje o falda y no
con pantalón, lo cual seria mas apropiado para el trabajo o el parque. La manera en
la que se van vestidos a la casa de Dios deja mucho que decir acerca de lo que
sentimos por aquel lugar, lo respetamos o no.
El peinado que la mujer debe llevar no debe ser escandaloso, ni ostentoso. Ciertas
mujeres del tiempo del apóstol Pablo se eran dadas al extremo uso de prendas;
entretejían adornos de oro y perlas en sus peinados y vestían vestidos costosos
para llamar la atención a sí mismas y hacer una exhibición de su 'status' social, a lo
cual Pablo ordena que esto no sea practicado. Podemos ver que el apóstol no quiere
que la norma sea la ostentación sino el orden sobrio con modestia. Una persona
que pone mucho énfasis en la decoración exterior de su cuerpo, con exceso de
cadenas demuestra que es una persona segura de sí misma y además débil en la
fe. Personas así deben de buscar ayuda pastoral y dedicarse mas a la oración.
Pero si eres creyente, los criterios de Dios revelados en la Palabra de Dios son los que
deben amarrar tu conciencia y guiar tus pasos, no la revista Vogue, ni Harper’s Bazar, ni
Cosmopolitan, ni GQ para los hombres; sino la infalible, inerrante y todo suficiente
Palabra de Dios. “Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso” (Rom. 3:4).
¿Qué nos dice Dios en Su Palabra sobre la vestimenta, qué nos ordena?
Pablo dice en 1Tim. 2:9: “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con
pudor y modestia”.
Lo primero que Pablo reconoce aquí es el deseo legítimo de las mujeres de adornarse.
La frase “que se atavíen de ropa decorosa”, puede ser traducida literalmente: “que se
adornen con una ropa adornada”.
Las dos palabras que Pablo usa en el texto, y que RV traduce como atavío y decoro,
proceden de la misma raíz: kosmos y kosmeo, de dónde proviene nuestra palabra
“cosmético”. La palabra kosmos significa “orden, arreglo o sistema”. Lo contrario de
kosmos es caos.
De manera que lejos de reprimir ese deseo natural de las mujeres a arreglarse, Pablo lo
pone más bien en perspectiva. “Adórnense, pero como mujeres piadosas, mujeres que le
temen a Dios y que desean agradarle a Él y reflejar Su carácter por encima de todas las
cosas”.
Una mujer de Dios no debe parecer un caos, sino que debe estar arreglada y en orden.
Su arreglo personal debe reflejar al Dios de orden que ella adora. Ahora bien, ese
arreglo personal debe poseer dos características fundamentales.
La palabra griega que Pablo usa aquí conlleva tanto la idea de modestia como de
humildad. Significa literalmente “sentido de vergüenza”. Una mujer piadosa debería
sentirse avergonzada y culpable si por causa de su vestimenta alguien es distraído en su
adoración a Dios o llevado a tener pensamientos impuros.
De más está decir que ese no es el pensamiento del mundo en cuanto a este asunto. La
industria de la moda no cree que el principal propósito de la ropa sea cubrir el cuerpo,
sino más bien atraer las miradas de los hombres sobre ti; pero eso es exactamente a lo
que se opone la modestia cristiana.
La mayoría de la moda hoy día es diseñada para provocar una atracción sexual. Se usan
telas que se pegan al cuerpo para revelar sus formas, y son cuidadosamente diseñados
para resaltar ciertas partes que son cubiertas de tal manera que provoquen el deseo de
ver más, como decimos en Colombia, “dejando poco a la imaginación”
En un libro secular sobre la moda titulado “Hombres y mujeres” escrito por Claudia
Kidwell y Valerie Steele, dice que “la ropa es especialmente sexy cuando llama la
atención al cuerpo desnudo que está debajo”. Por eso mientras más corto y ajustado
mejor.
Y en eso debemos reconocer con pena que los impíos son más honestos que muchos
cristianos. Ellos nos dicen francamente lo que muchos creyentes no se atreven a decir:
“Nos vestimos así para provocar, para llamar la atención sobre nuestra figura, para que
puedas tener una idea clara de mis formas”.
Las formas del cuerpo del hombre y de la mujer no son pecaminosas; el cuerpo fue
diseñado por un Dios bueno y santo, que luego de hacerlo lo declaró bueno y santo.
Pero el hombre pecó y se corrompió y por esa causa el cuerpo descubierto de una mujer
es como un barril de pólvora que pasa en medio de candelabros encendidos. Es por eso
que nuestro Señor y Salvador nos advierte con tanta fuerza que tengamos cuidado con lo
que ven nuestros ojos:
“Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira
a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Por tanto, si tu ojo
derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno
de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno” (Mt. 5:27-29).
Para el hombre es un problema ver a una mujer vestida en una forma reveladora e
insinuante. Si la codicia, dice Cristo, ya adulteró con ella en su corazón; y la mujer que
provocó tal pensamiento por llevar una falda demasiado corta, o un pantalón ajustado, o
una blusa ceñida al pecho que revela claramente sus formas, esa mujer tendrá que darle
cuenta a Dios en el día del juicio.
Por eso decía Thomas Brooks, que la mujer debe vestirse con el vestido “que le gustaría
llevar el día de su muerte… con el que quisiera aparecer delante del Anciano de días…
con el que le gustaría presentarse en el día del juicio” (cit. por Pollard; pg. 40).
Mírate, mujer creyente, y mira a tus hijas cómo visten usualmente, y pregúntate si pasan
esta prueba. ¿Es así cómo te gustaría estar vestida en el día que te presentes delante de
Dios para dar cuentas? ¿Es así como te gustaría que tus hijas estén vestidas en aquel
solemne día?
Escucha lo que dice nuestro Señor acerca de aquellos que ponen tropiezo a otros: “Y
cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera
que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo
profundo del mar. ¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan
tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! (Mt. 18:6-7).
Un vestido ajustado que revela claramente las formas del cuerpo, o demasiado corto
como para cubrir lo que debe ser cubierto no es algo neutral. Eso es pecaminoso porque
violenta la santidad de Dios y la modestia que estamos llamados a exhibir como hijos de
Dios.
Y que nadie nos acuse de legalistas por decir esto. Urgir a los creyentes a cubrir su
cuerpo no es legalismo, porque la modestia es un mandamiento escritural, un
mandamiento que muchos parecen estar olvidando. Cada vez se nota menos la
diferencia entre nosotros y los paganos que no conocen a Dios.
Dice Pablo en 1Cor. 6:19-20: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu
Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque
habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en
vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.
¿Te vistes como es apropiado vestir al templo del Espíritu Santo? ¿Es tu vestido un
reflejo claro del carácter santo y puro de Dios?
Pero la mujer no solo debe vestirse con pudor, sino también, en segundo lugar…
Se trata de una mujer juiciosa que no se deja llevar por sus impulsos. Cuando se viste lo
hace en una forma discreta y apropiada: apropiada para su edad, para su situación
económica y para su época.
En cuanto a esto último “Es siempre legítimo seguir la moda sobria de la gente sobria;
pero no es legítimo seguir la moda vana, inmodesta y enfermiza de los rebeldes,
desenfrenados, orgullosos y disolutos”
Así que debemos vestirnos con pudor y buen juicio. Y digo “debemos” porque aunque
Pablo se está refiriendo en este texto a las mujeres de manera particular, el espíritu
general de la Escritura nos permite aplicar estos principios a los hombres también.
Que Dios nos ayude a glorificarle en todo cuanto hacemos, incluyendo la forma como
nos vestimos. Nuestra vestimenta dice mucho de la realidad de nuestro corazón.
http://iglesiatuhorahallegado.blogspot.com.co/2013/11/como-deben-vestirse-los-
cristianos.html
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