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DEL
CRECIMIENTO
FETAL
GINECOLOGÍA
Catedratico:
Curso:
8 “A”
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CUENCA
UNIDAD ACADÉMICA DE
BIENESTAR Y SALUD
FACULTAD DE MEDICINA
Renata JARAMILLO
JESSICA JIMENEZ
NATAHLIE LEON
JUAN PACHECO
TATIANA PINTADO
VIVIANA PLAZA
8 “A”
Tabla de contenido
9. PREVENCIÓN ..................................................................................................... 22
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 31
TRASTORNOS DEL CRECIMIENTO FETAL
Los lactantes de bajo peso al nacer que son pequeños para la edad gestacional a
menudo se designan bajo la categoría de restricción del crecimiento fetal. El término
retraso del crecimiento fetal se ha descartado debido a que “retraso” implica una
función mental anormal, se estima que 3 a 10% de los lactantes tiene restricción del
crecimiento. (1)
Se consideran fetos con restricción del crecimiento los que presentan los siguientes
parámetros:
Crecimiento del feto por debajo del percentil 10 para la edad gestacional,
acompañado de signos de compromiso fetal (anormalidades de la circulación
feto-placentaria identificadas por Doppler)
Peso menor al percentil 3 para la edad gestacional.
Los fetos pequeños para la edad gestacional son aquellos cuyo peso se
encuentra entre los percentiles 3 y 10, con una valoración anatómica dentro de
límites normales, pruebas de bienestar fetal satisfactorias y persistencia del
crecimiento dentro de los mismos percentiles durante la gestación. (2)
Los niños que tienen un peso entre los percentiles 10 y 90, o sea de 2700 a 3700
gramos se consideran adecuados para la edad gestacional (AEG), los que lo tienen por
debajo del percentil 10 se los considera pequeños para edad gestacional (PEG), y los
que están por encima del percentil 90 se los considera grandes para edad gestacional.
En los primeros días de vida, pierde alrededor del 10%, pero se recupera a partir de los
ocho o diez días y después despega, ya que es en los dos primeros años de vida
cuando más crecemos. En los primeros cuatro meses, el bebé engorda como media
entre 800 y 1.000 gramos al mes. Alrededor de los cinco meses suele pesar el doble
que al nacer y tres veces más alrededor del año. (3)
Figura N°1
Fuente: Williams. Obstetricia. Trastornos del crecimiento fetal. Pag 843.
3. ANOMALÍAS METABÓLICAS
4. MORBILIDAD Y MORTALIDAD
Los lactantes con restricción del crecimiento tenían una tasa de mortalidad infantil a un
año más alta en comparación con los lactantes normales. Para un feto en el percentil
10, el riesgo de muerte neonatal aumenta, pero de manera variable según la edad
gestacional. El riesgo se triplica a las 26 semanas en comparación con un incremento
de sólo 1.13 veces a las 40 semanas. (1)
El crecimiento posnatal y el desarrollo del feto con restricción del crecimiento depende
de la causa de la restricción, el estado de nutrición durante la lactancia y el entorno
social. Los lactantes con restricción del crecimiento por problemas congénitos, víricos,
cromosómicos o de talla de la madre suelen mantenerse pequeños durante toda la
vida. La obtención de una muestra de sangre umbilical fetal para la cariotipificación de
los fetos con restricción grave del crecimiento ha permitido notables esclarecimientos
sobre la fisiopatología de la disminución del crecimiento fetal. Si la restricción del
crecimiento se debe a insuficiencia placentaria, los lactantes afectados a menudo
tienen un aumento del crecimiento posnatal y se aproximan a su potencial de
crecimiento heredado. (1)
5. MADURACIÓN ACELERADA
Ha habido múltiples informes en los que se describe una maduración pulmonar fetal
acelerada en embarazos complicados que se acompañan de restricción del
crecimiento. Una explicación es que el feto responde al entorno de estrés mediante el
incremento de la secreción de glucocorticoides por las suprarrenales, lo que
desencadena una maduración pulmonar fetal más precoz o acelerada. Aunque este
concepto prevalece en la perinatología moderna, hay escasas pruebas que lo
respalden. (1)
Para analizar esta hipótesis, analizaron los desenlaces perinatales en mujeres que dan
a luz a causa de hipertensión. Se compararon con los desenlaces en los lactantes de
mujeres que dieron a luz por un parto prematuro espontáneo o rotura prematura de
membranas. La conclusión de que un embarazo “con estrés” no confería una ventaja
apreciable para la supervivencia. Similar sucede en mujeres con preeclampsia grave.
(1)
En la restricción simétrica del crecimiento, una lesión inicial podría ocasionar una
reducción relativa del número y el tamaño de las células. Por ejemplo, las lesiones
globales como la exposición a sustancias químicas, infecciones víricas o desarrollo
celular anormal con aneuploidía pueden causar una reducción proporcional del tamaño
tanto de la cabeza como del cuerpo. (1)
Por el efecto de no dañar el cerebro, se piensa que los fetos asimétricos tienen una
protección preferencial contra los efectos completos de la restricción del crecimiento.
Desde entonces se han acumulado bastantes datos que indican que los patrones del
crecimiento fetal son mucho más complejos. Los fetos con aneuploidía suelen tener
tamaños de cabeza desproporcionadamente grandes y, por lo tanto, tenían una
restricción asimétrica del crecimiento. Hay una mayoría de lactantes prematuros con
restricción del crecimiento debida a preeclampsia e insuficiencia uteroplacentaria
asociada tienen alteraciones simétricas del crecimiento. (1)
En los fetos con restricción del crecimiento hay una asimetría ecográfica entre
perímetro cefálico y el del abdomen, estos fetos tienen más riesgo de complicaciones
durante el parto y neonatales. En los fetos con restricción simétrica del crecimiento no
se incrementó el riesgo de desenlaces adversos en comparación con los que tuvieron
un crecimiento apropiado. La restricción asimétrica del crecimiento fetal representaba
un crecimiento significativamente alterado, en tanto que la restricción simétrica del
crecimiento más probablemente representaba una talla pequeña normal, determinada
genéticamente. (1)
7. FACTORES DE RIESGO
Carencias Sociales
Malformaciones congénitas
Estudios han demostrado que cuanto más grave es la mal formación, existen más
posibilidades que el feto sea pequeño para la edad gestacional. Sobresalen casos de:
gastrosquisis fetal, anomalías cromosómicas y malformaciones cardiovasculares
graves (1).
Aneuploidía cromosómica
Son múltiples los fármacos y sustancias químicas que pueden afectar el crecimiento
fetal.
Enfermedades vasculares
Diabetes gestacional
La restricción del crecimiento fetal en las mujeres diabéticas puede estar relacionada
con mal formaciones congénitas o ser consecutiva a la privación se sustratos por
vasculopatía materna avanzada, aparición de nefropatía y retinopatía proliferativa. El
grado de restricción del crecimiento guarda relación con la gravedad de la
malformación (4).
Hipoxia Crónica
Anemia
Aquí se incluyen diversas anomalías placentarias como causa de una restricción del
crecimiento fetal como desprendimiento crónico de la placenta, infarto difuso,
corioangioma, inserción velamentosa del cordón, placenta circunvalada, placenta
previa, implantación anormal de la placenta con disfunción endotelial y trombosis de la
arteria umbilical. Lo que ocasionan todos estos casos es una insuficiencia placentaria
(4).
Infecundidad
Los embarazos en las mujeres con antecedentes de infecundidad tienen un riesgo más
alto de tener lactantes pequeños para la edad gestacional con o sin tratamientos de
infecundidad (4).
Genética
SHMT1(1420)T: interviene en la vía del metabolismo del folato que afecta las
concentraciones de homocisteína y da por resultado lactantes pequeños para la
edad gestacional.
MTHFR C677T: se ha identificado como marcador de restricción del crecimiento.
CYP1A1, STT1, GSTM1: modulan el riesgo de restricción del crecimiento en
madres que fuman (1).
Fetos múltiples
Un embarazo con dos o más fetos tiene más posibilidades de complicarse con la
disminución del crecimiento de uno o más fetos en comparación con el de los
embarazos de un solo producto (4).
Los factores de riesgo, como un feto con restricción de crecimiento previo, aumentan la
posibilidad de recidiva. En concreto, la tasa de recurrencia se considera que es de casi
20%. En las mujeres con factores de riesgo, se debe tener en cuenta la valoración
ecográfica seriada. Si bien la frecuencia de las exploraciones varía con las
indicaciones, una exploración en fecha temprana inicial seguida de una segunda
exploración a las 32 a 34 semanas, o cuando haya indicaciones clínicas, permitirá
identificar muchos casos de restricción del crecimiento. Aun así, a menudo no es
posible establecer el diagnóstico definitivo hasta el momento del parto. (1)
La identificación del feto con un crecimiento inadecuado sigue siendo una tarea difícil.
Sin embargo, hay técnicas clínicas simples, así como recursos técnicos más complejos
que pueden resultar útiles. (1)
Técnica. El método que más se utiliza para determinar la altura del fondo uterino fue
descrito por Jimenez et al. (1983). En breve, se coloca una cinta con mediciones en
centímetros sobre la curvatura abdominal desde el borde superior de la sínfisis hasta el
borde superior del fondo uterino, el cual se identifica mediante palpación o percusión.
Se coloca la cinta con las marcas al lado del abdomen de la madre y alejadas de la
vista del explorador para evitar un sesgo. Entre las 18 y las 30 semanas, la altura del
fondo uterino en centímetros coincide con la edad gestacional (con un margen de
diferencia de dos semanas). Por consiguiente, si mide más de 2 a 3 cm por debajo de
la altura esperada, puede sospecharse un crecimiento fetal inadecuado. (1)
8.2. Mediciones ecográficas
Como parte esencial del debate sobre si en todos los embarazos se debe llevar a cabo
la valoración ecográfica se encuentra la posibilidad de establecer el diagnóstico de
restricción del crecimiento (Ewigman et al., 1993). Tal detección sistemática suele
incorporar una exploración ecográfica inicial a las 16 a 20 semanas para establecer la
edad gestacional e identificar anomalías. Se repite esto a las 32 a 34 semanas para
valorar el crecimiento fetal. Es irónico pero Gardosi y Geirsson (1998) observaron que
la determinación exacta de la edad gestacional en la exploración inicial daba lugar a
una menor tasa de diagnóstico de restricción del crecimiento fetal. (5)
9. PREVENCIÓN
Durante las primeras etapas del embarazo, es muy importante determinar con exactitud
la fecha de parto. En los embarazos con riesgo de restricción del crecimiento fetal, por
ejemplo, los de las mujeres con hipertensión o con restricción previa del crecimiento
fetal, se ha demostrado que la profilaxis con ácido acetilsalicílico en dosis bajas desde
las primeras etapas de la gestación reduce la restricción del crecimiento en sólo 10%.
10. TRATAMIENTO
Cuando se sospecha de restricción del crecimiento fetal, se debe hacer todo lo posible
para confirmar el diagnóstico, valorar el estado del feto, incluidas las anomalías. La
restricción del crecimiento cerca del término es más fácil de tratar pero a menudo se
pasa por alto.
Es probable que el parto inmediato sea lo mejor para el feto a término o cerca del
término cuando se considera que tiene restricción del crecimiento. La mayoría de los
médicos recomienda el parto a las 34 semanas o después si hay un oligohidramnios de
importancia clínica. Si el trazado de la frecuencia cardiaca fetal es alentador, puede
intentarse el parto vaginal. Algunos de estos fetos no toleran el parto y es necesaria la
cesárea. (1)
Cuando se identifica restricción del crecimiento en un feto con anatomía normal antes
de las 34 semanas y el volumen de líquido amniótico así como la vigilancia fetal son
normales, se recomienda la observación. Algunos autores recomiendan la detección
sistemática de toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus, infección por herpes y otras
más, pero los autores no han observado que esto sea productivo. (6)
Mientras continúe el crecimiento fetal y la salud del feto se mantenga normal, se
permite la continuación del embarazo hasta alcanzar la madurez fetal. En algunos
casos, la amniocentesis ayuda a valorar la madurez pulmonar. Aunque el
oligohidramnios es muy indicativo de una falla del crecimiento fetal, es importante
reconocer que el volumen de líquido amniótico normal no impide la restricción del
crecimiento. De acuerdo con la edad gestacional cuando se sospecha la restricción del
crecimiento fetal, este intervalo puede no ser práctico en términos clínicos y la
ecografía por lo general se repite con más frecuencia. (6)
En los casos de restricción del crecimiento distante del término, ningún tratamiento
específico mitiga el trastorno. No hay pruebas de que el reposo en cama produzca un
aceleramiento del crecimiento o un mejor pronóstico. Pese a esto, muchos médicos de
manera intuitiva recomiendan un programa de reposo modificado. Se ha demostrado
que son ineficaces los complementos de nutrimentos, las medidas para expandir el
volumen plasmático, la oxigenoterapia, los fármacos antihipertensores, la heparina o el
ácido acetilsalicílico (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2000). (1,6)
Aumenta el riesgo de nacer con hipoxia o con broncoaspiración. El recién nacido debe
recibir atención inmediata por parte de un asistente con experiencia en despejar las
vías respiratorias y ventilar al lactante según sea necesario. El recién nacido con
restricción grave del crecimiento es muy susceptible a la hipotermia y también puede
sufrir otros trastornos metabólicos como hipoglucemia, policitemia e hiperviscosidad.
Además, los lactantes de bajo peso al nacer tienen un riesgo más alto de sufrir
discapacidades motoras y otras neurológicas. El riesgo es máximo en los extremos
más bajos del peso al nacer. (1,6)
13. MACROSOMIA
Existe un acuerdo general entre los obstetras de que los recién nacidos que pesan
menos de 4 000 g no son excesivamente grandes. El peso del recién nacido pocas
veces supera los 5 000 g y los lactantes con un tamaño excesivamente grande son
raros. (7)
Definición.
Los lactantes que superan el percentil 90 para una determinada edad gestacional
suelen utilizarse como el umbral para la macrosomía. Por ejemplo, el percentil 90 a las
39 semanas es 4 000 g. En concreto, el umbral de peso al nacer a las 39 semanas
sería cercano a 4 500 g para el percentil 97 en vez de 4 000 g para el percentil 90. (8)
El peso del recién nacido que excede los 4 000 g a menudo se utiliza como un umbral
para definir la macrosomía. Durante un periodo de 10 años en el Parkland Hospital,
durante el cual había más de 171 000 nacidos de embarazos de un solo producto, sólo
1.5% de los recién nacidos pesó 4 500 g o más. (9)
El American College of Obstetricians and Gynecologists (2000a) llegó a la conclusión
de que el término macrosomía era una designación apropiada para los fetos que
pesaban 4 500 g o más al nacer. (8)
La presencia de factores de riesgo debe alertar al obstetra para seguir de cerca estos
embarazos y planear en el modo apropiado de entrega. (8)
Figura N°3
Fuente: Williams. Obstetricia. Trastornos del crecimiento fetal. Pag 849.
13.2. Diagnóstico
La imprecisión de las estimaciones clínicas del peso fetal mediante la exploración física
suele ser atribuible a la obesidad materna.
Figura N°4
Fuente: Williams. Obstetricia. Trastornos del crecimiento fetal. Pag 849.
Rouse et al. analizó 13 estudios realizados entre 1985 y 1995, observando sólo una
sensibilidad regular (60%) en el diagnóstico exacto de macrosomía, pero una
especificidad más alta (90%) para descartar un tamaño fetal excesivo. (10)
Controversias
Cesárea programada
Rouse et al. analizó los posibles efectos de una norma de parto por cesárea en
comparación con el tratamiento obstétrico habitual, ante una macrosomía fetal
diagnosticada con estudio ecográfico en.
Las mujeres que no son diabéticas, seguir el criterio de realizar cesárea
programada era inadecuado en términos médicos y económicos.
Las mujeres diabéticas con fetos macrosómicos, tal postura de realizar cesárea
programada era sostenible.
Este procedimiento redujo de manera significativa la frecuencia de distocia del
hombro de 2.4 a 1.1%. (12)
Ecker et al. Analizaron 80 casos de lesión del plexo braquial en 77 616 lactantes
consecutivos nacidos en el Brigham and Womens’s Hospital. Llegaron la conclusión
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