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Los artículos de opinión son aquellos en donde la persona que los escribe
puede expresar sus ideas, razonamientos, perspectivas y opiniones referentes
sobre de algún tema en particular o de algunos aspectos de este. Estos son artículos
que suelen ser comunes en medios tales como revistas, periódicos, ensayos y
actualmente en páginas de internet, y se caracterizan por poseer un carácter
subjetivo.
Son textos que tienden en una mayor o menor medida a ser subjetivos, subjetividad
que depende del enfoque que le dé el autor del mismo, es decir, se caracterizan por
ser subjetivos aún y cuando presenten un carácter aparentemente objetivo (como
por ejemplo varios artículos de opinión respecto a temas públicos o temas delicados,
que suelen ser tratados de tal manera por algunos autores, para que su opinión
personal, dé una apariencia de ser una opinión o tendencia general (especialmente
en temas políticos, electorales, o muy polémicos).
Así mismo debe existir el nombre y/o firma del autor del artículo de opinión, siendo
que este se coloca al principio en el encabezado en el correspondiente lugar del
autor, o en su caso al final (donde se coloca la firma). En algunos casos el autor del
artículo firma por medio de un seudónimo, en vez de utilizar su nombre real, esto es
común en varias columnas periodísticas.
(En su estructura)
Poseen un tema
Un titulo
Se expresa una o varias opiniones (personas), sobre el tema tratado
Se coloca el nombre del autor o autores, quienes toman la responsabilidad
del artículo
En algunos casos se hace un deslinde respecto al medio en el que está el
artículo (revista, periódico, etc.), quedando la responsabilidad de lo dicho
únicamente en el autor.
Firma, esta suele colocarse al final de algunos artículos impresos (en revistas
y periódicos), de manera independiente que el nombre o seudónimo del autor
se exponga al principio del propio artículo.
Otras características:
1. Título
2. Nombre del autor
3. Introducción
4. Desarrollo o cuerpo
5. Opinión personal
6. Conclusión
7. Firma o nombre del autor
(Título)
Por: Diabul
(Introducción)
Esto desde sus comienzos como “tratamientos terapéuticos” hace más o menos 136
años, en que las compañías farmacéuticas promocionaban como un “curalotodo” a
drogas como la heroína, droga promovida y promocionada por el psicoanalista (ya
adicto), Dr. Sigmund Freud (quien por otra parte recibía subvenciones por parte de
compañías farmacéuticas, para que promoviera el uso de dicha droga para tratar
dolores, y “casi todos los males” psicológicos y físicos de sus pacientes).
Pero si bien, estos “tratamientos” en los que el adicto no es curado, sino que es
encausado hacia una adicción a otra droga (que en muchas ocasiones es peor que
la adicción anterior), se propagaron en la década de los años 60s, por iniciativa de
médicos y psiquiatras, en centros penitenciarios de Kentucky EUA como terapia de
“mantenimiento”, haciendo que estas “terapias sustitutivas”, tuvieran un auge
incrementándose los centros de “tratamientos contra las adicciones”, siendo
exportadas a la gran mayoría de los países, en donde a pesar de que se hace
propaganda en la que se aduce que hay efectos positivos en los adictos, la realidad
es que las personas que tienen adicción a alguna sustancia han ido en aumento de
manera exponencial, y los únicos sectores que se han ido beneficiando del uso
de estos “tratamientos de sustitución” son empresas farmacéuticas y
psiquiatras.
Esto incluso en “terapias de sustitución leves”, como las utilizadas para tratar
adicciones como la del tabaco, mediante el uso de parches, gomas de mascar u
otros medios que incluyen en su composición la misma sustancia a la que se es
adicto, es decir, la nicotina que se halla en gomas de mascar y parches, cambiando
únicamente la forma de administración al organismo de estas sustancias. Sí, se deja
de fumar, pero continuando con la falsa necesidad que el cuerpo adquiere respecto
a la sustancia adictiva, en otras palabras se continúa siendo adicto.
(Opinión personal)
(Conclusión)
Diabul Grotescum