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MONOGRAFÍA
“DEMOCRACIA, CIUDADANÍA Y CULTURA POLÍTICA APLICADA EN LA
UNMSM”
LIMA - PERÚ
AÑO 2017
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN………………………………………………………...........
PRIMER CAPITULO La Democracia
1.1. Definición………………………………………………………..
. 1.2. ¿Qué es y que no es democracia?.........................................
1.3. Desafíos de la democracia contemporánea………………...
1.4. Democracia ideal………………………………………….……
CONCLUSIONES……………………………………………………………………
REFERENCIAS Y/O BIBLIOGRAFÍA……………………………………………..
ANEXOS……………………………………………………………………….…….
INTRODUCCIÓN
Hoy en día, en nuestro país, los ciudadanos mayores de edad tienen derecho
al voto (acción de elegir a un representante nacional) de manera directa,
secreta y universal.
Los votantes no deberían llevar a cabo este derecho solo porque es de carácter
obligatorio, además de ello deben de realizarlo conscientemente y tener la
cognición hacia qué candidato se inclinan y el motivo del favorecimiento. Para
ello los ciudadanos deben analizar la propuesta de cada partido y ver si todo lo
que ofrece es viable y por otro lado confiable.
Constará de 4 capítulos:
1.1. DEFINICIÓN
La democracia es una forma de organización social en el cual la dirección y
titularidad residen en el poder del conjunto total de la sociedad.
Esta surge con el advenimiento de la formación institucional del Estado
Nacional. Las decisiones políticas son tomadas por el Estado y adoptadas por
el pueblo a través de los mecanismos de participación, que pueden ser de
forma directa o indirecta confiriendo legitimidad a sus representantes.
La clásica definición de democracia de Abraham Lincoln: “La democracia es el
gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.
Esta frase expresa los fundamentos básicos del funcionamiento de la
democracia, su carácter representativo y la elección de los representantes; las
decisiones políticas buscan coordinar las acciones de los ciudadanos.
La democracia es una manera de organizar la voz de las personas. Si bien
cada cual tiene su opinión y perspectiva acerca de diferentes temas que
atienen a todas las personas, es imposible poder atender a cada una de las
voces. Por ello se ha creado una manera de obtener un resultado final al
recopilar lo que desea la población, esto es que primará lo que elija la mayoría,
aunque el fin y el mecanismo es “oír” a todos.
Esta forma de organización del Estado favorece también un tipo de convivencia
entre la civilización que parte por respetar la opinión de los otros, a pesar de
ser distintas a las propias, ya que cada uno de los miembros de una ciudad son
iguales ante la ley y también, libres.
2. CIUDADANÍA
El concepto de ciudadanía se relaciona en el ámbito de modernidad pero su
nacimiento se produjo hace unos 2.500 años en la Grecia clásica.
La idea de ciudadanía se ha ido ampliando al igual que los derechos vinculados
a este concepto, pues a principio solo se beneficiaban de ellos una pequeña
elite de la sociedad.
2.1. Historia y modelos del concepto ciudadanía
HISTORIA DE LA CIUDADANÍA
Modelo ateniense: consistía en un proyecto de autonomía en el que cada
individuo fuera importante para el funcionamiento de la comunidad.
No existía diferencia entre ciudadanía y estado.
Modelo espartano: el modelo político espartano fue predominante en su época.
Esparta adopto siempre una política de conquistas que convirtió las conquistas
militares en lo mas importante de la ciudadanía.
En este modelo también se consideraba el bien colectivo por encima del
individual.
ROMA
La población de Roma se estructuraba según la riqueza y los derechos legales.
Había hombres libres (ciudadanos, libertos, clientes) y esclavos. Patricios y
plebeyos formaban el grupo de ciudadanos aunque con diferentes derechos.
El cosmopolitismo estoico: Él enseñó que el ideal que se buscaba no era la
felicidad, pero si la facilidad, el dominio de las pasiones y las emociones que se
obtendrían por la armonía con la naturaleza y la aceptación de sus leyes.
Considerado el último gran estoico de la antigüedad, escribió cartas y dejó un
pequeño libro de sus recuerdos y meditaciones, que condensa todo su
pensamiento.
Cristianismo y ciudadanía: En el cristianismo no hay una fuerte vida
comunitaria, ni política sino religiosa.
Según San Agustín la finalidad del hombre no consiste en atenerse a los
deberes ciudadanos sino a rezar.
El hombre debe relativizar el vínculo que lo une a los demás hombres.
La ciudad-estado italiana: Para conceder el estatus de ciudadanía se debía
poseer alguna propiedad en la ciudad correspondiente.
El modelo político era democracia directa donde los ciudadanos podían elegir a
los miembros de las asambleas y consejos.
La era de las revoluciones: Abre la época contemporánea donde es un periodo
de profundos cambios, donde el orden establecido se verá modificado bajo las
ideas de libertad, igualdad y fraternidad. Estos derechos se plasmaron
históricamente en dos revoluciones: la americana y la francesa.
2.2. La desigualdad social y la ciudadanía
La desigualdad social y la ciudadanía mantienen una permanente tensión. La
desigualdad de clase supone un acceso diferenciado a los recursos y a las
prácticas de la ciudadanía y ésta implica una voluntad de universalización de
los derechos por encima de las diferencias y desigualdades. Para que esta
tensión exista y para que la ciudadanía misma sea posible es necesario que en
la sociedad y en el Estado se produzca una diferenciación institucionalizada
entre lo público y lo privado. Sólo entonces es concebible que aquellos que
ocupan las más bajas escalas de poder, riqueza y cultura compartan recursos y
decisiones que afectan a todos.
El conflicto de la ciudadanía con la desigualdad social no termina con la
diferenciación de las instituciones del Estado con respecto a las estructuras de
poder, honor y riqueza de una sociedad.
El fundamento del análisis de la relación entre la desigualdad de clase y la
ciudadanía es bastante simple: aquellos que tienen sólo que ganar con la
ciudadanía serán sus más destacados promotores y defensores y aquellos que
pueden perder más con ella la resistirán y estarán más tentados a retroceder
cuando la ocasión se presente. Un conocimiento histórico elemental sostiene
esta proposición como un principio básico (Rueschemeyer Stephens & Stephen
1992: 57).
La estructura de la desigualdad, por un lado, y los movimientos sociales y
políticos, por otro, determinan un acceso diferenciado a los diversos tipos de
derechos y a las prácticas ciudadanas. Cuando no han existido movimientos
sociales ni políticos, la estructura de la desigualdad y la voluntad de las élites
detentadoras del poder han cumplido un papel decisivo en el acceso o no a los
derechos y prácticas ciudadanas. Tal es el caso de los derechos civiles y
políticos en el Perú. Ante la ausencia de movimientos liberales y sufragistas, la
concesión de los derechos civiles y políticos estuvo librada a la pugna entre las
élites y las clases medias que asumían la canalización de las clases populares.
2.3. La pobreza y la ciudadanía
La pobreza es una situación social y económica que no ofrece la posibilidad a
las personas que la padecen de satisfacer las necesidades primarias o básicas
—fisiológicas, de seguridad y sociales— de una determinada sociedad. Pero al
mismo tiempo ella constituye una limitación en las capacidades y derechos de
los que la viven. Los pobres no pueden acceder en condiciones normales a los
bienes privados del mercado ni a los bienes públicos de la esfera política
(Figueroa 1991: 8).
La pobreza no es, en general, producto de una elección individual, sino de una
relación y de una situación económica y social. Es uno de los aspectos de la
desigualdad social, pero es su aspecto no solamente aceptado. El lindero
entre la desigualdad socialmente aceptada y la no socialmente aceptada no es
fijo, cambia con la historia, la cultura y las sociedades. Los sistemas de
creencias de algunas sociedades niegan el origen social y la significación social
de la pobreza y la riqueza. Tanto una como otra son atribuidas a las
responsabilidades individuales, al esfuerzo o al fracaso individual. Algunos
analistas encuentran que esa es la razón por la cual los estudios
norteamericanos de la pobreza y de la riqueza se centran en el análisis de los
derechos civiles y políticos y ensombrecen los derechos sociales cuando
analizan la ciudadanía. Los asuntos que tienen que ver con los derechos
sociales pertenecen a la esfera privada y aquellas instituciones públicas como
los hospitales y las escuelas del Estado son instituciones de último recurso,
lugares no de solidaridad sino de estigma (Julios Wilson 1994: 49-50, Fraser y
Gordon 1994: 90-91).