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UNIVERSIDAD TECNICA DE COTOPAXI

FACULTAD DE CIENCIAS AGROPECUARIAS Y RECURSOS NATURALES

INGENIERIA AMBIENTAL

INTEGRANTES: IZA PAUL; LOMAS DAYANA

CURSO: CUARTO “A”

DOCENTE: MG. TANIA VIZCAINO

FECHA: 02/01/2018

LA CULTURA: ESTRATEGIAS CONCEPTUALES PARA ENTENDER LA IDENTIDAD, LA DIVERSIDAD,


LA ALTERIDAD Y LA DIFERENCIA

LA CULTURA COMO CONSTRUCCION SIMBOLICA

Durante mucho tiempo el uso de símbolos es un rasgo que nos distingue de los animales,
un sello distintivo de la vida humana; construyendo e intercambiando expresiones
lingüísticas significativas, pero también expresiones no lingüísticas: Acciones, obras de
arte y objetos materiales de diversos tipos. Weber defina la interpretación simbólica como
“el hombre animal suspendido en tramas significativas tejidas por él mismo”. El hecho
de analizar la cultura, nos implica descifrar estas tramas significativas, sacar su
significado, describir y reescribir acciones y expresiones que son ya significativas para
los individuos.

La cultura es el patrón de significados incorporados a las formas simbólicas-entre las que


se incluyen acciones, enunciados y objetos significativos de diversos tipos- en virtud de
los cuales los individuos se comunican entre sí y comparten sus experiencias,
concepciones y creencias. El enfoque que manifiesta Geertz sobre los fenómenos
culturales es ante todo los constructor significativos, como formas simbólicas, aunque
ésta concepción simbólica de la cultura no consigue presentar suficiente atención a los
problemas del poder y el conflicto, y de manera general. A los contextos sociales
estructurados en los cuales se producen, trasmiten y reciben los fenómenos culturales.

La conducta humana, para la antropología interpretativa de Geertz, tiene que ser vista
como acción simbólica, es decir, que está cargada de significados y significaciones y son
éstos los que construyen los sentidos de la existencia. Una mirada de este tipo hace posible
superar los equívocos de aquellos que identifican la cultura y quieren verla como esa
estructura “súper orgánica” que comienza y termina en sí misma, con fines y fuerzas
propias, o de aquellos que reducen la cultura a conductas aprendidas, repetidas y
compartidas.

Una muestra de la importancia de lo simbólico y su función política es la


constatación que tenemos en la historia de que todo proyecto de dominación solo ha
sido posible a partir de la construcción de nuevos universos simbólicos, de nuevas
visiones del mundo y nuevos sentidos de la experiencia humana, que se imponen o
gemonizan sobre los dominados, lo que garantiza un monopolio más efectivo del ejercicio
del poder en sus diversas formas.

LA CULTURA COMO CONSTRUCCIÓN SISTÉMICA

Se refiere al campo de los aspectos “manifiestos” de la cultura, de las manifestaciones


observables, materiales, evidentes y más fácilmente perceptibles de la cultura, que es al
que más se hace referencia cuando se habla de ella. Este campo o sub- sistema se expresa
a través de hechos, prácticas, objetos, discursos, sujetos y relaciones sociales, de
comportamientos, actitudes y regulaciones que permiten ciertas formas de comunicación,
de auto comprensión, pero también de relación de alteridad y diferencia con los otros que
son diferentes.

El campo de las manifestaciones corresponde al de los objetos, artesanías, la música, la


danza, las fiestas y ritualidades, la vestimenta, la comida, la vivienda, las prácticas
productivas, los juegos, la lengua, las prácticas y discursos sociales, donde se dan las
diversas formas de comunicación, de autocomprensión e interpretación de una sociedad.
En el campo de las manifestaciones se puede evidenciar un proceso de historicidad de
corta duración, tiene un proceso de transformaciones y una dinámica de cambios,
conforme a los requerimientos históricos más inmediatos.

El subsistema de representaciones está sujeto a un proceso de larga duración, y su proceso


de cambios en la historia es mucho más lento, ya que se nutre de una raíz de ancestralidad
que va configurando la existencia de un pueblo, que es la que le ha permitido a una
sociedad llegar a ser, lo que se ha construido como pueblo.
La cultura es un proceso de construcción sistémica de todo aquello que se vive como
pueblo. La cultura no es solo buscar lo perceptible: vestido, lengua, ritualidad, fiesta, sino
también en aquellas manifestaciones simbólicas que no siempre están conscientemente
vividas. La cultura se expresa tanto en lo social, lo económico, lo político, como en lo
ideológico, en el mundo de las representaciones y los imaginarios simbólicos
El habius es el acumulado social de la existencia de un pueblo, la raíz de ancestralidad
que resulta de las anteriores prácticas históricas de un grupo, las mismas que a través del
habitus internalizan y conservan en su ser aquello que sus antecesores construyeron en el
pasado y que ahora están en condiciones de reproducirlas.

LA CULTURA COMO RESPUESTA CONTRA-HEGEMÓNICA


Una estrategia conceptual de la cultura debe hacérsela desde perspectivas que muestren
sus dimensiones y potencialidades políticas y contrahegemónicas, que se inserten dentro
de lo social y con relación a los sujetos sociales que la producen. La cultura hace posible
el equilibrio entre el cambio y la permanencia, por ello, debe vérsela como construcción
dialéctica de la creación y producción humana en constante cambio y transformación. Es
importante considerar que la cultura no solo se ha convertido en un “problema” político,
sino que posee una dimensión política vital. El actual proceso político que vive el
Ecuador, así como América Latina, que permite afirmar que estamos experimentando un
proceso que hemos caracterizado como de insurgencia simbólica.

La perspectiva de la cultura desde la alteridad, la diversidad, la pluralidad y la diferencia,


rompe las visiones funcionalistas y estructuralistas que han buscado construir y explicar
la cultura desde los grandes “universales de la cultura”, dentro de los cuales la diversidad,
pluralidad y diferencia quedaba homogeneizada. La riqueza de la propia vida demuestra
fehacientemente que no existe ninguna manifestación, peor representación, de la cultura
que tenga validez universal, que sea igual de una sociedad a otra.
Desde la perspectiva de la diversidad, es posible tener una visión más dialéctica de la
cultura, se las puede ver como culturas vitales, en un proceso de cambios y
reconstrucciones, las misma que se vuelve esa fuerza constructora de sentido, que le
permite a un pueblo transformar todas las dimensiones de su vida.

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