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AGUSTIN DE ITURBIDE

Fue emperador de México del 21 de mayo de 1822 al 19 de marzo de 1823

Estudió en el seminario de su ciudad natal. Nombrado comandante del Ejército del Sur en 1820, fue comisionado
por el virrey Apodaca para combatir al último caudillo insurgente, Vicente Guerrero. Distanciado de las fuerzas
realistas, el 24 de febrero de 1821 proclamó el Plan de Iguala y formó el Ejército Trigarante, con el que entró a la
Ciudad de México el 27 de septiembre siguiente, consumando la independencia nacional. Fue ungido como Agustín
I el 21 de julio de 1822, dos meses después de que fuera proclamado emperador. Su mandato pronto comenzó a
enfrentar la oposición del Congreso, al que terminó por disolver, aumentando con ello una creciente impopularidad.
Desde diciembre de 1822, Antonio López de Santa Anna y Guadalupe Victoria encabezaron un levantamiento en
su contra, que terminó por derrocarlo y enviarlo al exilio. Un año después regresó al país; tras su desembarco en
Soto la Marina, Tamaulipas, fue aprehendido y fusilado
Guadalupe Victoria
(Tamazula, Nueva Vizcaya, 1786 - San Carlos de Perote, Veracruz, 1843) Político y militar independentista
mexicano que fue el primer presidente de la República (1824-1829).

Guadalupe Victoria

A principios de 1824 se sancionó el Acta Constitutiva de la Federación (preludio de la Constitución mexicana de 1824) y en
octubre se eligió a Guadalupe Victoria como primer presidente de la nueva República de México. Una de las principales
líneas de su gestión estuvo encaminada a obtener el reconocimiento de la independencia mexicana de otras naciones;
estableció relaciones diplomáticas con las principales potencias, particularmente con Inglaterra, de la que obtuvo un
préstamo con el que pudo evitar la bancarrota de las arcas públicas, y también con Estados Unidos y la Gran Colombia de
Simón Bolívar.

Durante su mandato decretó por segunda vez la abolición de la esclavitud, dio una amplia amnistía a los presos de
conciencia y respetó la libertad de prensa. Con la rendición de la fortaleza de San Juan de Ulúa (1825), logró eliminar los
últimos reductos del poderío español; dos años después decretó la expulsión de los españoles, medida de doble filo que
supondría el éxodo del capital de muchos comerciantes acaudalados. En clave interna, la inicial unanimidad republicana
dio paso a una lucha interna en los círculos del poder, que se agruparon en torno a dos logias masónicas: la logia yorkina,
de tendencia federalista y liberal, y la escocesa, centralista y conservadora.

Aunque se hallaba más próximo a los yorkinos, Guadalupe Victoria adoptó uno posición conciliadora e intentó apaciguar
las disensiones. Todo fue en vano: en 1827 hubo de hacer frente a la rebelión de su propio vicepresidente, Nicolás Bravo,
uno de los principales líderes de la masonería escocesa. Victoria sofocó la sublevación gracias al apoyo de Guerrero y Santa
Anna, y conmutó a Bravo la pena capital por el destierro. Con ello parecía imponerse la facción yorkina; sin embargo, hacia
el final de su mandato, nuevas disensiones fueron causa de un accidentado relevo presidencial. Manuel Gómez Pedraza fue
elegido sucesor de Victoria, pero no llegó a jurar el cargo; las sospechas de fraude y las rivalidades internas motivaron el
Motín de la Acordada (1828), que condujo a la elección de Vicente Guerrero como presidente (1829).
Vicente Guerrero

Militar y político mexicano, presidente de la República (1829)

Formó parte de la Junta provisional y ocupó la presidencia (1829) gracias al levantamiento de los liberales. Se opuso al
intento de reconquista de Barradas en nombre de España, rechazó el ofrecimiento de Poinsett de comprar Texas, y
defendió el federalismo.

Fue derrocado por el general Anastasio Bustamante en 1829. Reinicia la lucha desde el sur y fue hecho prisionero en
Acapulco. Se le sometió a juicio y Vicente Guerrero fue fusilado el 14 de febrero de 1831, en Cuilapán, (hoy Cuilapán de
Guerrero).

José María Bocanegra

3er Presidente de México


16-23 de diciembre de 1829
El 16 de diciembre del año de 1829 Bocanegra asumió la presidencia, ostentándola hasta el 23 de diciembre. siete
días duró su gobierno, porque la noche del 22, la guarnición de la ciudad de México se rebeló a favor de Bustamante
y avanzó sobre Palacio Nacional. El primer intento de los insurrectos, al mando del general Luis Quintanar, por
tomar el Palacio falló; entonces los alzados rodearon el edificio, y tras un breve intercambio de disparos, donde
llegaron incluso a tirar granadas de artillería sobre él, Bocanegra se rindió. Al aparecer la bandera blanca, símbolo
de su rendición, José María mandó abrir las puertas de Palacio.

Luego se reunió el Consejo de Gobierno y decidieron llamar al presidente de la Suprema Corte de Justicia, el
licenciado Pedro Vélez, nombrándole como asociados a Luis Quintanar y al político Lucas Alamán. Bocanegra
firmó su renuncia y se retiró por un tiempo, a la vida privada.

Ese mismo día, mediante un acuerdo del consejo de gobierno, se hizo cargo del ejecutivo un triunvirato encabezado
por Pedro Vélez, Presidente de la Suprema Corte de Justicia junto a Luis Quintanar y Lucas Alamán

Anastasio Bustamante

1 de enero de 1830-13 de agosto de 1832

Ocupó la vicepresidencia de la República en 1829, siendo presidente Vicente Guerrero, y dirigió un golpe de Estado ese
mismo año por el que asumió la presidencia en ejercicio, tras el gobierno de una Junta Provisional, en 1830.

Fue desterrado en el año 1833. Luchó en la guerra de Texas y en 1837 asumió de nuevo la presidencia de la República con
arreglo a la nueva Constitución. Se mantuvo en el poder hasta 1841, cuando un triple pronunciamiento militar en el que
participó el general Santa Anna lo derrocó.
Melchor Múzquiz
El 14 de agosto de 1832, fue designado Presidente interino, por ausencia de Anastasio Bustamante.

Al asumir don Melchor el cargo de presidente interino, estaba supliendo a Anastasio Bustamante, quien había
salido a combatir a Antonio López de Santa Anna, pues este último se había pronunciado a través del Plan de
Veracruz. Múzquiz tenía el aprecio de todo el mundo debido a su honradez. Además se reconocía por ser sencillo
y humilde en el trato con los demás.

Múzquiz fue un hombre que aborrecía profundamente la corrupción y el robo de los caudales públicos y exageraba
tanto su previsiones, que le gustaba concentrar el producto de los impuestos en una habitación que hubo de asegurar
para que no se derrumbara por el peso de las monedas; no gastaba absolutamente nada, ni un solo peso, para
entregar siempre cuentas perfectas, sin asomo del menor desfalco atribuible a él. Para incrementar las rentas
nacionales y atesorarlas, Múzquiz fue el primer presidente que cobró impuestos por puertas y ventanas, no
escapando de esa medida los conventos y las casas de asistencia.

Su gabinete presidencial fue conformado por Francisco Fagoaga en el Ministerio de Relaciones Interiores y
Exteriores, Juan Ignacio Godoy en Justicia y Negocios Eclesiásticos, Ignacio Alas en Hacienda, e Ignacio Iberri
en Guerra.2 Tanto cuidado en la administración fue inútil. Don Melchor se metió mucho en su papel de presidente,
lo tomó tan en serio que comenzó a ser aconsejado secretamente, según se dice, por Lucas Alamán.

Anastasio Bustamante lo desairó al negociar con Santa Anna la paz sin tomarlo en cuenta, dejándolo en ridículo.
Ofendido, Múzquiz presentó su renuncia ante el Congreso, pero no fue aceptada; le pidieron que siguiera
gobernando. Santa Anna, Bustamante y Manuel Gómez Pedraza se habían puesto de acuerdo —con la firma de los
Convenios de Zavaleta — para que el tercero fuera el nuevo presidente. Cuando don Melchor se enteró ya no era
presidente, y simplemente salió del Palacio Nacional y se marchó a su casa.
Manuel Gómez Pedraza

24 de diciembre de 1832-31 de marzo de 1833

Cuando hubo elecciones, Gómez Pedraza salió victorioso para suceder al general Victoria en la presidencia de la
República. Electo presidente de México para el cuatrienio que debía iniciarse el 1 de abril de 1829 y concluir el 31
de marzo de 1833, don Manuel fue desconocido por el Congreso, que declaró nula la elección presidencial que
había ganado.

Los generales Santa Anna, Lorenzo de Zavala y José María Lobato no le permitieron ni siquiera tomar posesión y
partió al exilio. En su lugar gobernó el general Vicente Guerrero, quien ocupó el segundo lugar en la elección, y
como vicepresidente fue Anastasio Bustamante, tercer lugar en la contienda electoral. Vivió en Francia dos años,
en destierro voluntario y regresó al país en octubre de 1830; pero al llegar a Veracruz se le negó que desembarcara,
por lo que tomó pasaje en una goleta que lo llevó a Nueva Orleáns, donde publicó un manifiesto que hacía crítica
a la administración de Bustamante.3

En 1832 luego de varias revueltas que hicieron caer a Guerrero y a Bustamante, faltando unos meses para que
concluyera el periodo presidencial que legalmente le correspondía a Gómez Pedraza, al general Santa Anna se le
ocurrió devolverle la presidencia. Santa Anna y Bustamante, con don Manuel como testigo, firmaron los Convenios
de Zavaleta, en los que pactaron la amnistía y el olvido general de todo lo acontecido desde el 1 de septiembre de
1828. Posteriormente, ambos generales le entregaron la presidencia al general Gómez Pedraza, quien tres meses
después terminó su periodo presidencial.4

Su gabinete presidencial estuvo conformado por Bernardo González Angulo en Relaciones Interiores y Exteriores,
Miguel Ramos Arizpe en Justicia, Joaquín Parres en Guerra y Marina, y Valentín Gómez Farías en Hacienda
Valentín Gómez Farías

Presidente de los Estados Unidos Mexicanos

1 de abril de 1833-16 de mayo de 1833

En el transcurso de un año, alternando en la presidencia de la república con Santa Anna, entre abril de 1833 y 1834
promovió una serie de leyes, conocidas en conjunto como la Primera Reforma, cuyo objetivo principal fue destruir
la base jurídica de la supremacía eclesiástica en los asuntos civiles.7

En lo económico, los bienes de los duques de Monteleone, descendientes de Hernán Cortés pasaron a poder de la
nación y se destinaron a las tareas educativas; se secularizaron las misiones de California y se confiscaron las
posesiones de los misioneros filipinos. Con respecto a la Iglesia, se prohibió al clero tratar asuntos políticos y
vender los bienes que se encontraran en su poder y no tenían alguna utilidad pública beneficiosa o renta económica;
los diezmos pasaron a ser voluntarios; desapareció la obligatoriedad civil de los votos eclesiásticos; se suprimieron
las sacristías mayores; los edificios jesuitas fueron cedidos a los estados de la Federación, y se ordenó la
secularización de todas las misiones de la República; se pusieron en subasta los bienes que detentaban los
misioneros de San Camilo, y fue suprimida la censura de prensa en materia religiosa.
Miguel Barragán

Presidente de los Estados Unidos Mexicanos

28 de enero de 1835-27 de febrero de 1836

Hastiado del poder, el presidente Antonio López de Santa Anna pidió licencia y logró que el Congreso designara
al general Barragán presidente interino de la República, mientras don Antonio se ausentaba a su hacienda de Manga
de Clavo. Al ocupar la presidencia, el general Barragán gozaba de una excelente reputación ganada en los terrenos
del patriotismo y en su lealtad a los principios republicanos.

Como presidente se le reconocía por sus caballerosos modales y su mostrada probidad en la administración pública.
Coherente en su profunda religiosidad, era normal verlo dando de su bolsillo ayuda a viudas, enfermos e inválidos,
haciendo caridad y asistiendo a un sinnúmero de celebraciones religiosas. Durante su administración, la república
dejó de ser federal y se convirtió en centralista. El general Barragán fue el primero en tomar las providencias para
hacer frente a la rebelión de los texanos que luchaban por su independencia.
José Justo Corro

Presidente de los Estados Unidos Mexicanos

27 de febrero de 1836-19 de abril de 1837

Fue ministro de Justicia y Negocios Eclesiásticos de marzo de 1835 a febrero de 1836 en el gabinete de Miguel
Barragán. A la muerte de este, fue nombrado presidente interino de México por un año dos meses. Durante su
mandato, el 28 de diciembre de 1836, España reconoció la independencia de México, pero tuvo que enfrentar el
desaliento que había cundido en el país al conocerse la derrota y captura de Santa Anna en Texas, la firma del
Tratado de Velasco y los conflictos posteriores, sucesos que llevaron a la ruptura de relaciones con Estados Unidos
y a la Intervención estadounidense en México.

A José Justo Corro correspondió poner en vigor en 1836 las Siete Leyes que darían cauce a la nueva Constitución
que derogaba la de 1824. Redactada por los centralistas conservadores bajo la guía de Lucas Alamán, la nueva
carta magna acabó con el sistema federal y estableció como forma de gobierno la república central. La nueva ley
abrogó el voto universal y lo limitó a quienes supieran leer y escribir.

La gran novedad fue que al lado de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, aparecía el Supremo Poder
Conservador, tribunal encargado de controlar a los otros.

El presidente era débil a la hora de tomar decisiones y no tenía conocimientos militares, tan importantes en época
de guerras. Al terminar su gobierno se dedicó a las prácticas religiosas con tanto afán que le apodaron "El Santo".1

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