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Marcel Solé Casas

Clasificación de los dialectos del Neoárabe

El estudio de la dialectología árabe es a día de hoy, aún, incompleto, por la sencilla razón de que
todavía hay algunas regiones sin estudiar por completo debido a las conflictos armados y la
inestabilidad política en muchas de las regiones arabófonas, los primeros estudios en
dialectología árabe son elaborados en 1915 aunque probablemente el estudio más completo
realizado hasta la fecha es el de P. Behnstedt en 1997 sobre la región de Siria. En la actualidad
hay diversos proyectos en marcha pero en el estudio de los dialectos neoárabes aún hay
muchísimo trabajo por hacer.

Los dialectos árabes se pueden dividir, según el artículo de F. Corriente y A. Vicente, mediante
criterios diacrónicos ( es decir teniendo en cuenta la evolución cronológica de la lengua ),
criterios diatópicos ( teniendo en cuenta las diferencias geográficas ) y los criterios que
distinguen la variación diastrática. La primera clasificación responde a la diferencia clásica entre
el árabe antiguo y los dialectos neoárabes, mientras que los dos últimos hacen referencia
exclusivamente a los dialectos neoárabes actuales.

La clasificación diatópica divide primero el mundo arabófono en dos áreas, la occidental y la


oriental, haciendo referencia al magreb y Egipto, Jordania, palestina, Siria, Líbano, Irak, parte de
Turquía y la Península Arábiga respectivamente, en el artículo el autor reflexiona sobre la
frontera imaginaria que divide estas dos grandes áreas dialectales y su evolución durante el
tiempo. A su vez también subdivide los dialectos orientales en cuatro áreas dialectales, la
Península Arábiga, Siria-Líbano-Jordania y Palestina, Anatolia y la Antigua Mesopotamia y por
último la cuarta región que engloba Egipto y el Sudán.
Para explicar las diferencias entre las dos grandes zonas dialectales los autores citan su proceso
de gestación en el que diferentes lenguas participaron como sustrato, adstrato y superestrato,
además de su evolución interna. Por tanto, aunque podemos encontrar diferencias a todos los
niveles lingüísticos, donde la divergencia es mayor es en el uso y la transformación del léxico.

Una característica peculiar de la situación del mundo arabófono es que la variación dialectal no
está exclusivamente relacionada con la geografía. De tal manera que el modo de vida, es decir, si
una comunidad es de tipo urbana o rural, nómada o sedentaria es tan relevante como la diferencia
geográfica. Es por esta razón que a veces dialectos nómadas muy alejados entre sí
geográficamente tiene más características en común entre ellos que con un dialecto urbano más
próximo.
Esta clasificación divide los dialectos entre dialectos beduinos, que serán los hablados por esas
comunidades que practican o han practicado hasta hace relativamente poco un estilo de vida
nómada o pastoril, y los dialectos sedentarios que a su vez están divididos entre urbanos y
rurales.

Así un dialecto sedentario es el hablado por la población sedentaria de un área geográfica


concreta, cuyos miembros comparten la mayor parte de las características lingüísticas, en cambio
un dialecto beduin es el hablado por quienes se consideran a sí mismos de este origen, y siguen,
o han seguido recientemente este estilo de vida.

Mientras que para clasificar los dialectos sedentarios de acuerdo a áreas geográficas no es
complicado, hacerlo con los dialectos beduinos es ardua tarea. En oriente se pueden distinguir los
hablados en el norte de al-Hijaz, los sirio-mesopotamios, los nordarábigos y los de la región del
Yemen. Además tenemos dialectos beduinos en otras zonas arabófonas africanas, como los
desiertos de Egipto o Chad y el Sudán. En occidente destacan los del sur de Tunez, el noroeste de
Argelia y los del desierto Libio, donde la beduinización de los dialectos sedentarios es habitual (
como en el caso de Trípoli ).

En conclusión, los dialectos de tipo beduino también pueden dividirse entre orientales y
occidentales y algunos de los rasgos beduinos son, la pronunciación de la /q/ como /g/ u /g/
africada u como hamza, una mayor tendencia a realizar fonemas interdentales del árabe clásico,
una mayor tendencia a la enfatización y al uso de la idafa, la distinción de género en la 2a y 3a
persona del plural en verbos y pronombres, las desinencias -un y in- para el plural imperfecto, el
cambio en los sufijos pronominales, la mayor utilización de los plurales fractos, el uso de
diminutivos y el uso del pronombre relativo “alli” además del uso del dual y el cambio fonetico
de las partículas de las oraciones negativas.

Los dialectos sedentarios, divididos entre rurales y urbanos se pueden clasificar entre los que
encontramos en la Península Arábiga, en la antigua Mesopotamia, en Oriente Medio, Egipto y el
Magreb, región que a su vez se ha dividido entre la parte oriental ( Libia, Túnez y el este de
Argelia ) y la occidental que corresponde a Argelia y Marruecos.
Los dialectos de tipo sedentario presentan una mayor tendencia que los beduinos a evolucionar e
introducir innovaciones morfosintácticas. En cuanto a la fonética, la /q/ se realiza como oclusiva,
velar, sorda o como hamza, los fonemas enfáticos normalmente se confunden y los diptongos se
transforman en vocales largas, sobre todo en el magreb donde la tendencia es a simplificar el
sistema vocálico. Además no acostumbran a utilizar la idafa y no existe la distinción de género
entre el plural de los verbos ni de los pronombres, por último utiliza el artículo indeterminado
ausente en los dialectos de tipo beduino.

Por último el autor hace una pequeña mención a otras clasificaciones diastráticas, como el sexo,
a la edad, la afiliación religiosa o la profesión.

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