El pozo de cimentación, también conocido por su nombre en francés caisson, es un
tipo de cimentación semiprofunda, utilizada cuando los suelos no son adecuados para cimentaciones superficiales por ser blandos. Los pozos de cimentación también son frecuentemente utilizados para cimentar pilares de puentes en el cauce de los ríos cuando no es posible o no es conveniente crear un desvío parcial o total del río. La particularidad del pozo de cimentación es la de que se va construyendo a medida que se va hundiendo en el terreno. La sección transversal del caisson generalmente es circular, pero existen también secciones cuadradas, rectangulares o elípticas. El proceso constructivo, cuando éste se efectúa en tierra, comienza con la construcción del cabezal, generalmente de hormigón armado, provisto en su generatriz externa de una cuchilla vertical, una lámina de acero sólidamente anclada al cabezal. A seguir, ya colocado el cabezal en la posición en la que ha de hundirse en la tierra, se construyen los primeros metros del cuerpo del pozo de cimentación. El cuerpo del pozo de cimentación es de unos 5 a 10 cm menor que el perímetro externo del cabezal, con la finalidad de reducir la fricción de la pared con el suelo. Al comenzarse la excavación de la tierra al interior del pozo, el peso de éste comenzará a hundirlo. En la medida que se va hundiendo se va progresivamente aumentando la pared que aún sobresale fuera del terreno, hasta llegarse a la profundidad deseada, algunas decenas de metros. Una vez llegados a la profundidad deseada, se construye un tapón de hormigón en la base, de forma que el peso de la estructura que ha de construirse sobre la cimentación se reparta uniformemente sobre toda la sección del pozo, que puede llegar a ser de hasta 12 - 15 m de diámetro, en el caso de ser circular, y tener largo de más de 20 m en caso de ser rectangular. Una vez sellado el pozo, en la base, se puede proceder a llenarlo con material inerte o puede dejarse vacío. En este último caso si el nivel freático es más elevado que el fondo, con el tiempo el agua se equilibrará fuera y dentro. El dejar el pozo hueco, o parcialmente hueco, contribuye a disminuir el peso total de la estructura. Cuando el pozo de cimentación debe ser colocado en el agua, eventualmente se completa su construcción en la margen del río o lago y luego se remolca hasta su lugar definitivo, donde se procede a hundirlo hasta la profundidad deseada. Si la profundidad es considerable puede ser conveniente que el cuerpo del pozo tenga una cámara cerrada donde trabajan los obreros encargados del hundimiento. Los pozos de cimentación se plantean como solución entre las cimentaciones superficiales, (zapatas, losas, etc.) y las cimentaciones profundas, por lo que en ocasiones se catalogan como semiprofundas. La elección de pozos de cimentación aparece como consecuencia de resolver de forma económica, la cimentación de un edificio cuando el firme se encuentra a una profundidad de 4 a 6 mts. Algunas veces estos deben hacerse bajo agua, cuando no puede desviarse el río, en ese caso se trabaja en cámaras presurizadas Como soluciones constructivas para la ejecución de pozos de cimentación se puede indicar que los pozos rectangulares o circulares están condicionados por los medios manuales de excavación, pudiendo alcanzar profundidades de 30 mts con medios mecánicos. Se puede observar cierta analogía, con los pilotes de gran diámetro. Las formas geométricas adoptadas, según la capacidad portante del terreno y su situación respecto a la edificación pueden ser: Los pozos circulares suelen variar desde los 0.60 m (dimensión mínima para permitir el acceso de un operario) hasta los 2 m de diámetro. Generalmente, al producirse la acción lateral de las tierras sobre el pozo, impide el pandeo de este, por lo que se calcula como un soporte corto. Según las solicitaciones, los pozos se pueden ejecutar de hormigón armado, o de hormigón en masa. De forma análoga a las zapatas, se deben disponer vigas de atado entre los pozos, para arrostramiento de los mismos, siendo criterio del proyectista cómo y cuándo deben disponerse. Otras cimentaciones semiprofundas Arcos de ladrillo: Por lo general se realizan sobre machones de hormigón o mampostería. En zonas donde la piedra es abundante suele aprovecharse esta como material de cimentación de mampostería. Para grandes construcciones es necesario efectuar en un laboratorio de ensayo pruebas sobre la resistencia de la piedra de que se dispone. Tratándose de construcciones sencillas, en la mayoría de casos resulta suficiente efectuar la prueba golpeando simplemente la piedra con una maceta y observando el ruido que se produce. Si este es hueco y sordo, la piedra es blanda, mientras que si es aguda y metálico, la piedra es dura. Muros de contención bajo rasante: Se realizan cuando no se considera necesario anclar el muro al terreno, para el sostén de la edificación, debiendo tenerse en cuenta para la ejecución de los elementos de contención, las cargas que les puedan afectar. Micro pilotes: Son una variante basada en la misma idea del pilotaje, que frecuentemente constituyen una cimentación semiprofunda.