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Introducción
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Profesor Consulto de Filosofía del Derecho de la Facultad de Derecho de la UBA.
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otros. El soldado que para salvar a sus compañeros se arroja sobre una
granada que está por explotar lo hace en su propio interés el de quedar
como un héroe.
El nihilismo internacional es una posición que desafía la tesis de la
existencia del derecho internacional, pues considera que no existe un
sistema jurídico internacional que pueda asimilarse a lo que se entiende por
derecho en el ámbito doméstico. Sus argumentos son los siguientes: a) No
existen formas de hacer compulsivas y efectivas las reglas del derecho
internacional b) No existen cortes de justicia internacionales que puedan
hacer efectivas las decisiones jurisdiccionales dictadas contra los Estados
afectados por condenas. Por último se agrega que el concepto de soberanía
es incompatible con la idea de que el derecho internacional obligue a los
Estados. Ser soberano significa para esta visión ser el último hacedor del
derecho y, por ende, no estar sujeto a ningún derecho.
Desde la teoría del derecho, Hart (1994) ha dudado en considerar al
derecho internacional como tal, viéndolo más bien como un conjunto de
reglas primarias, al carecer de reglas secundarias y particular de una regla
de reconocimiento que pueda conferirle el carácter de sistema jurídico al
derecho internacional.
Por otra parte, Kelsen ha entendido que el derecho internacional es
verdadero derecho en un análisis conceptual que difiere en alguna medida
de la visión de Hart.
Para Hart, por otra parte, esta norma kelseniana no podía ser aceptada ni
desde el punto de vista normativo ni epistémico. El mayor defecto que
padecía era su redundancia, pues establecía que los estados debían
comportarse en la forma que acostumbran a comportarse. Sin embargo, esta
regla puede considerarse como una regla de reconocimiento para el derecho
consuetudinario. (Lefkowitz 2009)
En realidad se ha entendido que la regla de reconocimiento de Hart
estaría vinculada al artículo 38 del tratado que crea la Corte Internacional
de Justicia que identifica las fuentes del derecho internacional. Si bien la
propuesta es sugerente ya que su inciso b) formula que la costumbre
internacional es fuente del derecho en tanto se pruebe que es una práctica
general aceptada como derecho, no se condice con el tratamiento que a la
costumbre internacional le da Kelsen. En efecto, si se admite a este artículo
como el sustituto de la norma fundante básica y más afín con la regla de
reconocimiento de Hart, resultaría que la norma que emana de un tratado le
conferiría validez a la costumbre internacional. Esta no es la idea de Kelsen
sobre la jerarquía de las normas de un sistema normativo internacional.
Esta sucesión de argumentos no concluyentes ¿nos llevará a buscar una
solución remitiéndonos a una moral internacional ideal como criterio válido
para identificar las reglas del derecho internacional?
La argumentación moral y el derecho internacional.
¿Cuáles son las razones por las cuales en un mundo globalizado, se
intente nutrir nuevamente al derecho internacional generando a tal efecto
argumentos morales que puedan influir sobre las decisiones jurídicas
internacionales? Creo que son las siguientes: a) los cambios producidos en
las relaciones internacionales en virtud de ciertos intereses de los Estados
que no encuentran encuadre normativo para dirimir los conflictos acorde
con la Carta de las Naciones Unidas y en particular en el Cap.VII. El uso
limitado de la fuerza claramente establecido por ese capítulo no responde a
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1 La traducción me pertenece.
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La “pretensión de corrección” tiene una connotación moral, mas no descriptiva.
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policial. La idea de Walzer no supone una disparidad con las reglas del
derecho internacional.
Una cuestión última que me parece de interés para terminar mi
desarrollo es la que atañe a la intervención humanitaria en el derecho
internacional. Los interrogantes que se plantean devienen de una nueva
visión sobre la intervención de los Estados frente a guerras internas
fratricidas o entre sectores con visiones fundamentalistas que generan toda
clase de crímenes a la población inocente en otros Estados y frente al
principio de no intervención una regla del derecho internacional asociada a
la noción de soberanía. Así se plantean dos preguntas: ¿Qué tipo de
justificación tiene una intervención armada si es que la tiene? ¿Es jurídica o
por el contrario de moralidad profunda? Una, la jurídica, se atiene a las
reglas del derecho internacional, lo otra induce a bucear en las aguas
procelosas de la moral ideal internacional.
Soslayando por un momento la indignación que pueda ocasionar las
violaciones del derecho humanitario en casos no necesariamente previstos
en el sistema jurídico, como todo caso difícil (hard case) el derecho exige
una interpretación que puede llevar, como hemos visto en algunos casos, a
la abstención de intervenir ya sea porque los Estados juegan con sus
propios intereses más que en fundamentos morales o porque con los
mecanismo procedimentales del Consejo de Seguridad se veda a través del
veto la intervención inmediato de la fuerza militar. Este último encuentra
una razón vinculada a la interpretación del artículo 51 de la Carta de las
Naciones Unidas que sólo autoriza a usar la fuerza armada en caso de
legítima defensa o bajo los términos del Capítulo VII de ella. Los
argumentos morales son variados todos apelan al sentimiento de justicia y
tratan de racionalizar aquello que el derecho no prevé. Es como si las
normas de la Carta de las Naciones han sido subinclusivas en este caso. La
moral ideal vendría en auxilio mediante una argumentación ponderada del
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Shearer (2007)
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