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Intimar, libro de la colección

El Pez Náufrago,

• • •

número cinco
Intimar, libro de la colección El Pez Náufrago,
proyecto educativo-editorial de distribución no lucrativa
patrocinado por :

COLEGIO HEBREO TARBUT

Jorge Bercovich
PRESIDENTE DE PATRONATO

Ilana Tischler
DIRECTORA GENERAL

Clara Wolff
DIRECTORA DE PREPARATORIA
El Pez Náufrago

editor Jesús Coss

consejo editorial Tania Favela Eugenia Correa Margot Agami


Felipe Cussen Linda Marcos Héctor Ruiz
Pedro González

coordinación editorial Ariel Chicurel


Steph Esses

mesa d redacción Lourdes Hernández


Claudia Ríos
Sara Micha
Jessica Dichi
Michelle Raffoul
Talia Finkelstein
Yarden Dayan

staff de traducción: Mor Kadishzon Nicola Jackson Vicky Nakash


Elisa Lamothe Joanna Tabor Lena Graffman Sophie W
Gina Lamothe Allegra di Montezemolo Claudio Daniel
Donny Correia Jõao Bandeira Alethia Alfonso
Diana Fernández Jessica Díaz Mary Tere Meléndez
Luis Verdejo Cynthia Lerma

diseño Er Fonseca
Víctor Martínez
Aurora Martínez

• • •

capa
Lothar Charoux (1912-1987)
tomado de A poética da linha
ilustraciones Intimar: Luis Verdejo

www.elpeznaufrago.com
onaufragopeixe@gmail.com

© El Pez Náufrago
Material educativo (Año 3)
no lucrativo

© Ciropedia - Fomento para la Educación en América Latina

mmvi
El mar dentro de una coctelera
Battements d’ailes de feu
au-dessus des battements de vagues
Soleil ... soleil.
Eugene Guillevic

Distraídos vremos, dijo el Kami-“casi” de Curitiba, Paulo Leminski en templo neopitagórico. Entregar un
Pez Náufrago a Mar no es una empresa intimidante. Lo hacemos para errar como también se escribe para
errar y como existe la vida y el mar…, sin otro mejor propósito que errar. Y si faltan autores ganamos, y si
faltan batallas ganamos… —Mon semblable, mon frére—…

Con el tiempo, hemos decantando todo lo que quisimos conservar para el naufragio (y creo que esto último
es una biografía). Dejamos fuera decenas de autores que alguien dirá no pueden faltar y metimos los que
siempre han estado con nosotros, acaso ampliando la lista en función de otra odisea mayor: la de componer
los planos de un libro-ballena: Intimar (PN 5), Ultimar (PN 6) y Extremar (PN 7).

Para el ejercicio de la traducción, de entre las más de veinte lenguas que abarcamos a lo largo ya de ocho
publicaciones, incluyendo estas tres últimas de carácter fluctuante que ahora entregamos y un número
de avanzada (cero), mantuvimos las mismas tres constantes que en nuestra selección: un tono no de
ideas aisladas sino vivas en las cosas (Williams), un estricto examen del valor formal trascendente de las
muestras presentadas entendiéndolas siempre como tradición (Pound) y, por último, los ejemplos más que
de “narrativa” de lo que Saer entendía como ficción y llamara antropología especulativa.

Todo el mar es perdido y reencontrado. Hip-nótico amnésico. El mar con su epilepsia, saliéndose de sí,
entrando hacia sí, reencontrando un prólogo del prólogo interpuesto… Leemos por restitución no porque
creamos —como perjuró Horacio— que leer nos haga mejores personas. Para los náufragos jugar es muy
serio y el insomnio sagrado. Es pertinente la moral sólo si escriben fábulas o si se es soldado. Los cuentos
no nos apaciguan. El náufrago, sin poder decir nunca —como pez en el agua— lega un baggage para otro
tiempo, tiempo de nuevos barcos ebríos. Por eso Le Cimitière Marin, Cão sem plumas y Der Archipelagus
(íntegros), por eso un buen fragmento de Catatau, Paterson o de nuevo la Ilíada pero la re-Ílíada de Haroldo,
esa Re-Ieilíada transcreada... Pensamos que cuando nuestros lectores más próximos son jóvenes lo justo
es generar materiales de lectura no de supuesta creación. Hacer marketing es usura, no un trabajo, Mejor:
aguas de beber… No se puede escribir sin saber quién es Li Po. Queremos a Li Po. Y lo queremos ahora.
Li-Po en el Yangtse. And then went down to the ship.

Nunca nos interesó lo que teoría literaria suponga antes que las obras y/o aquello que los mismos creadores
dijeran de sus propios trabajos. Creemos en la invención porque vemos el pasado. Hölderlin no iba en el arca,
tampoco Corbière. Vemos todos los días que la poesía y la literatura no actuan en la misma zona. Sabemos
que leer es un riesgo para nosotros mismos. Todo mapa, todo sistema, toda lógica aparente que presupone
la cordura y el sentido genera confusión; falso brillo contra el azar. Bajo este planteamiento nada es más
torpe que alentar un tipo de pensamiento de orden conceptual pero supersticiosamente téorico y vanal.
Lo que se nombra por fuera se llama sistema, por dentro es constelación o poema. Todo educador ajeno
a la poesía no ha podido nunca proponer nada que en realidad él mismo comprenda. Contra el prejuicio
del orden la claridad de saber, como Valéry, todo verso es un movimiento de la conciencia y por eso mismo
atendemos a la materialidad de las cosas; la ola como forma (ola-ona-onda-wave), el río como rumor del
ruido de la luz (rioir); para matar a los hijos de la paradoja de Heráclito basta un ideograma.

Hasta aquí el corazón-jonás. Mar y sol fabulados…

El carmín del cielo ofrece oasis para el nómada de amor (Ungaretti)


Jesús Coss
Mahé - Seychelles, 2005
pluvial fluvial. Augusto de Campos (1930),
Viva vaia, 1980, Brasilense
“Siempre la claridad viene del cielo;
es un don: no se halla entre las cosas.”
Claudio Rodríguez

La lluvia
La lluvia, ese río vertical que existe por tan poco tiempo.
¡Qué envidia sería morir tan rápido y de un sólo golpe!; sin más caer…, no importa dónde, caer
y golpear tan fuerte que duela, que suene. Y suenen sílabas, sílabas: hipótesis de lluvia.
¿Qué es la lluvia, lo que cae, lo que moja?

Stephanie Esses

Lluvia
(fea (plu
therr mallu
ain via

:dreamin :soñand
g field o o campo s
ver forests &; obre bosque &;

wh qui
o could én podría
be ser

so su
!f! ¡a!
te ve

r?n ?n
oo ad
ne) ie)
cummings

e. e. cummings (1894-1962).
10 poemas, 1960, Imprenta Nacional Rio
A partir de T: de Augusto de Campos - Sara Micha

16 El Pez Náufrago
John Cage (1912-1992) / Augusto de Campos (1931).
Música de invenção, 1998, Perspectiva
Calder Madrid: Los eventos dentro de este poema sucedieron al interior y al exterior
de una exposición de Alexander Calder en el Museo Reina Sofía de Madrid, Nov, 2004. MG
Martín Gubbins (1971),
Álbum, Ediciones Tácitas, 2005
Lluvia la calle llamas: La lluvia dentro de este poema cae en las calles de Londres muy a menudo:
y a veces en las de Santiago.
Martín Gubbins (1971),
Álbum, Ediciones Tácitas, 2005
A chuva
A chuva der rubou as pontes. A chuva transbordou os r ios.
A chuva molhou os transeuntes. A chuva encharcou as
praças. A chuva enferrujou as máquinas. A chuva enfureceu
as marés. A chuva e seu cheiro de ter ra. A chuva com sua
cabeleira. A chuva esburacou as pedras. A chuva alagou a
favela. A chuva de canivetes. A chuva en xugou a sede. A
chuva anoiteceu de tarde. A chuva e seu br ilho prateado. A
chuva de retas paralelas sobre a ter ra cur va. A chuva
destroçou os g uarda-chuvas. A chuva durou muitos dias. A
chuva apagou o incêndio. A chuva caiu. A chuva
der ramou-se. A chuva murmurou meu nome. A chuva ligou o
pára-br isa. A chuva acendeu os faróis. A chuva tocou a
sirene. A chuva com a sua cr ina. A chuva encheu a piscina.
A chuva com as gotas g rossas. A chuva de pingos pretos.
A chuva açoitando as plantas. A chuva senhora da lama. A
chuva sem pena. A chuva apenas. A chuva empenou os
móveis. A chuva amarelou os livros. A chuva cor roeu as
cercas. A chuva e seu baque seco. A chuva e seu ruído de
vidro. A chuva inchou o brejo. A chuva pingou pelo teto. A
chuva multiplicando insetos. A chuva sobre os varais. A
chuva der rubando raios. A chuva acabou a luz. A chuva
molhou os cigar ros. A chuva mijou no telhado. A chuva
regou o g ramado. A chuva ar repiou os poros. A chuva fez
muitas poças. A chuva secou ao sol.

La lluvia
La lluvia derribó los puentes. La lluvia desbordó los ríos.
La lluvia mojó los transeúntes. La lluvia encharcó las plazas.
La lluvia oxidó las máquinas. La lluvia enfureció los mares.
La lluvia y su olor a tierra. La lluvia con su cabellera.
La lluvia agujeró las piedras. La lluvia inundó favelas. La
lluvia de navajas. La lluvia secó la sed. La lluvia anocheció de tarde.
La lluvia y su brillo plateado. La lluvia de rectas paralelas sobre
la tierra curva. La lluvia destrozó paraguas. La lluvia duró muchos
días. La lluvia apagó el incendió. La lluvia cayó. La lluvia se derramó.
La lluvia murmuró mi nombre. La lluvia llamó al parabrisas. La lluvia
levantó semáforos. La lluvia tocó sirena. La lluvia con su crin.
La lluvia llenó piscina. La lluvia con gotas gruesas. La lluvia
de gotas negras. La lluvia azotando las plantas. La lluvia señora
del lodo. La lluvia sin pena. La lluvia apenas. La lluvia torció
los muebles. La lluvia amarilló los libros. La lluvia corroyó las
cercas. La lluvia y su golpe seco. La lluvia y su ruido de vidrio.
Antunes

La lluvia hinchó el pantano. La lluvia goteó por el techo.


La lluvia multiplicando insectos. La lluvia sobre tendederos.
La lluvia derrumbando rayos. La lluvia acabó la luz. La lluvia mojó Arnaldo Antunes (1960).
cigarros. La lluvia meó el tejado. La lluvia regó el césped. La lluvia As coisas, 1993, Iluminuras
escalofrió los poros. La lluvia hizo muchas zanjas. La lluvia secó al sol. T: Jesús Coss

22 El Pez Náufrago
*

choveu llovió
na carta que você mandou en la carta que mandaste

quem mandou? quién mandó?

• • • • • •

outubro octubre
no teto passos pássaros en techo pasos pájaros
gotas de chuva gotas de lluvia

• • • • • •

a uma carta pluma a una carta pluma


só se respondé se responde sólo
com alguma resposta nenhuma con ninguna respuesta alguna
algo assim como se a onda algo así como si la ola
não acabasse em espuma no acabase en espuma
assim algo como se amar algo así como si amar
fosse mais do que bruma fuese más que la bruma

uma coisa assim complexa una cosa así compleja


como se um dia de chuva como si un día de lluvia
fosse uma sombrinha aberta fuese una sombrilla abierta
como se, ai, como se, como si, ahí, como si,
de quantos como se de cuantos como se
se faz essa história hace esa historia
que se llama eu e você que se llama yo y tú

Leminski

Paulo Leminski (1944-1989).


O ex-estranho, Iluminuras 1990, De Distraídos venceremos 2001
T: Jesús Coss

El Pez Náufrago 23
Chuva oblíqua de maiakóvski, Augusto de Campos (1931).
Despoesia, 1994, Perspectiva
Perfections du noir Perfecciones del negro
à André Breton a André Breton
pour le Mont de Piété para el Monte Socorro

des échos de bruits ecos ruidos


nous arrivent nos llegan
parfois a veces
nous sommes si loin estamos tan lejos
de tout de todo

des pigeons se promènent palomas pasean
confiants confiadas
sur le pavé sobre el pavimento
que la lune étend que la luna extiende

sur les mains sobre tus manos
qui trouvent que perturban
des antilopes ont appuyé leurs reins antílopes posaron su lomo
et s’envolent y alzaron vuelo

il ne reste qu’un nuage sólo queda una nube
qui se délie que se desata

le ciel se fait aride el cielo árido


comme l’acier como acero

des maisons surgissent casas surgen


et voguent y bogan
ou les a perdues de vue se pierden de vista
aucun ne sait l’ittinéraire nadie sabe el itinerario

l’albâtre des minarets leurs corps el alabastro de los alminares sus


s’écoulaient cuerpos escurrían
laisse à l’ air comme une huile deja en el aire como un óleo
un roucoulement ils laissent leurs formes un gorjeo dejan sus formas
de jasmins à des caveaux de verre de jazmín las tumbas de vidrio

un rebaño con mis dientes


un troupeau avec mes dents de hombres rasgué
d’ hommes j’ ai déchiré desembarcado
débarqué resuena
ronfle tes artères entre otros fardos tus arterias
parmi d’autres colis
une forte odeur un fuerte hedor
de cordages nous avons tant bu de cuerdas bebimos tanto
et tant ri reímos tanto
Ungaretti

quelqu’un est étendu le ciel se couvrait ha alguien extendido el cielo se cubría


dans un fateuil de corbeaux en un diván de cuervos

d’air damasquiné de aire damasquinado

El Pez Náufrago 25
sur une corne de la lune sobre un cuerno de la luna
un corbeau l’air a des coins un cuervo aire en bordes
perché de gazon posa en pasto

ce n’est que l’ effet frais apenas el efecto fresca


d’ un bout de una punta
de nuage de nube

et le désert sonnait y el desierto sonando


comme l’ airain como bronce

il ne reste nada resta


d’immobile de inmóvil
que des rangées de lumières sino hileras de luces
au fond du gouffre al fondo del abismo
et des sifflements y silbidos
qui riviennent que regresan

sans maison sin morada


sans famille sin familia
sans famille sin familia
sans amours sin amores
sans amis sin amigos
sans souvenirs sin recuerdos
sans espoir sin esperanzas
que vient-il faire ici qué viene hacer aquí

il est nu desnudo
comme la nuit como la noche
comme une Pierre como una piedra
au lit d’un fleuve en el lecho del río
polie pulida
comme une Pierre où suis-je tombè como una piedra dónde he caído
de volcan del volcán

rongée roída
quelqu’un l’a cueillie alguien la ha cogido
dans sa fronde mettez donc de côté en su honda pongan entonces de lado
cet objet este objeto
perdu perdido

Ah je voudrais m’éteindre Ah quisiera extinguirme


comme un réverbère como un reverbero
à la première lueur a la primera luz
du matin de la mañana
Ungaretti

Giuseppe Ungaretti (1888-1970).


Vita di un uomo. 1999, Mondadori
26 El Pez Náufrago T: Jesús Coss
Rain
Soy, dicho está por Jorge Guillermo Federico Hegel, un extraño sobre la tierra:
“para el país y los hombre por igual”
además: soy un extraño
sobre la tierra

pero algo
parecido a la felicidad puede suceder
una mañana. Es julio o marzo,
llueve, y el extraño

no pesa más ni menos


que la húmeda
atmósfera. En su dulzura
flota:
ni la claridad del
relámpago hiere
sus ojos.

Sabrovsky
Pues de pronto todo es lúcido relámpago
lenta como el aceite,
la luz se derrama.

Eduardo Sabrovsky (1949).


Revista Grifo, 2005,
U. Diego Portales – Providencia, Santiago

• • •

las hojas de la jacaranda caen, cayeron toda la mañana y la tarde, puede ser eso el amor? cayeron
apestando para sí, dándole paso a un tapete pálido y hermoso, seco en el lodo y en el pasto, ese
valle de flores muertas para el arribo del otoño no es el paraíso; o es el paraíso ese amor? desde
qué velo, o blusa, decía, ángeles, se quiebra ese amor bajo la lluvia? para qué ese fluido, esa
palma del aire que bendice, deja sobrios y deja moribundos? qué canta, ella sobre la tarde, les
canta un soplo diferente a mis amigos? el sueño de las flores será cómo, mortal y amoroso como
las flores mismas ligeramente meneadas o torcidas por el aire? adónde parte ahora este cálido
soplo, esta caricia de aire y de blusas y de meneos de flores?
García

Iván García (1980).

El Pez Náufrago 27
O guardador de rebanhos I / Eu nunca guardei rebanhos […]
Pensar incomoda como andar à chuva
quando o vento cresce e parece que chove mais.

Não tenho ambições nem desejos


ser poeta não é uma ambição minha
é a minha maneira de estar sozinho.

É se desejo às vezes
por imaginar, ser cordeirinho
(ou ser o rebanho todo
para andar espalhado por toda a encosta
a ser muita coisa feliz ao mesmo tempo),

só porque sinto o que escrevo ao pôr do sol,


ou quando uma nuvem passa a mão por cima da luz
e corre um silêncio pela erva fora.

Quando me sento a escrever versos


ou, passeando pelos caminhos ou pelos atalhos,
escrevo versos num papel que está no meu pensamento,
sinto um cajado nas mãos
e vejo um recorte de mim
no cimo dum outeiro,
olhando para o meu rebanho e vendo as minhas idéias,
ou olhando para as minhas idéias e vendo o meu rebanho,
e sorrindo vagamente como quem não compreende o que se diz
e quer fingir que compreende.

Saúdo todos os que me lerem,


tirando-lhes o chapéu largo
quando me vêem à minha porta
mal a diligência levanta no cimo do outeiro.
saúdo-os e desejo-lhes sol,
e chuva, quando a chuva é precisa,
e que as suas casas tenham
ao pé duma janela aberta
uma cadeira predileta
onde se sentem, lendo os meus versos.
E ao lerem os meus versos pensem
que sou qualquer cousa natural —
por exemplo, a árvore antiga
à sombra da qual quando crianças
se sentavam com um baque, cansados de brincar,
Sabrovsky

e limpavam o suor da testa quente


com a manga do bibe riscado.

28 El Pez Náufrago
El guardador de rebaños I / Nunca fui guardador de rebaños […]
Pensar incomoda como andar bajo la lluvia
cuando arrecia el viento y parece llover más.

No tengo ambiciones ni deseos.


ser poeta no es una ambición mía
es mi manera de estar solo.

Y si por imaginar deseo


a veces, ser corderito
(o ser todo el rebaño
para andar disperso por toda la ladera
siendo muy feliz al mismo tiempo),

es sólo porque siento lo que escribo a la puesta del sol


o cuando sobre la luz una nube pasa la mano
y corre por la hierba silencio.

Cuando me siento a escribir versos


o, paseando por los caminos o por los atajos,
escribo versos en un papel que está en mi pensamiento,
siento un cayado en la manos
y veo una parte de mi
en lo alto de un otero,
mirando mi rebaño y viendo mis ideas,
o mirando mis ideas y viendo mi rebaño,
y sonriendo vagamente como quien no comprende lo que dice
y quiere fingir que comprende.

Saludo a los que me leen


quitándome el sombrero ancho
cuando me ven a mi puerta
no bien la diligencia asoma por el otero.
Los saludo y les deseo sol,
y lluvia cuando se necesita lluvia,
y sus casas tengan
al pie de una ventana abierta
una silla predilecta
donde se sienten a leer mis versos.
Y al leerlos piensen
soy algo natural—
por ejemplo, de pequeños,
a la sombra del árbol viejo
se derrumbaban cansados del juego
a limpiarse el sudor de la cabeza ardiente
con la manga del mandil rayado.

Alberto Caeiro heterónimo de Fernando Pessoa (1888-1935).


Antología, 1998, Casa Fernando Pessoa
T: M T Meléndez

El Pez Náufrago 29
Chuva obliqua
i

Atravessa esta paisagem o meu sonho dum porto infinito


e a cor das flores é transparente de as velas de grandes navios
que largam do cais arrastando nas águas por sombra
os vultos ao sol daquelas árvores antigas…

O porto que sonho é sombrio e pálido


e esta paisagem é cheia de sol deste lado…
mas no meu espírito o sol deste dia é porto sombrio
e os navios que saem do porto são estas árvores ao sol…

Liberto em duplo, abandonei-me da paisagem abaixo…


o vulto do cais é a estrada nítida e calma
que se levanta e se ergue como um muro,
e os navios pasam por dentro dos troncos das árvores
com uma horizontalidade vertical,
e deixam cair anarras na água pelas folhas uma a uma dentro…

Não sei quem sonho…


súbito toda a água do mar do porto é transparente
e vejo no fundo, como una estampa enorme que lá estivesse desdobrada,
esta paisagem toda, renque de árvores, estrada a arder em aquele porto,
e a sombra duma nau mais antita que o porto que passa
entre meu sonho do porto e o meu ver esta paisagem
e chega ao pé de mim, e entra por mim dentro,
e pasa para o outro lado da minha alma…

ii

Ilumina-se a igreja por dentro da chuva deste dia,


e cada vela que se acendé é mais chuva a bater na vidraça…

Alegra-me ouvir a chuva porque ela é o templo estar aceso,


e as vidraças da igreja vistas de fora são o som da chuva ouvido por dentro…

O esplendor do altar-mor é o eu não poder quasi ver os montes


a través da chuva que é ouro tão solene na toalha do altar…
Soa o canto do coro, latino e vento a sacudir-me a vidraça
e sente-se chiar a água no facto de haver coro…

A missa é um automóvel que passa


a través dos fiéis que se ajoelham em hoje ser um dia triste…
súbito vento sacode em esplendor maior
a festa da catedral e o ruído da chuva absorve tudo
até só se ouvir a voz do padre água perder-se ao longe
Pessoa

com o som de rodas de automóvel…

E apagam-se as luzes da igreja


na chuva que cessa…
Lluvia oblicua
i

Atraviesa este paisaje el sueño de un puerto infinito


Y el color de las flores es transparente como las velas de los grandes navíos
que zarpan casi arrastrando mareas por la sombra
los cuerpos al sol de aquellos árboles antiguos

El puerto que sueño es sombrío y pálido


y el paisaje de este lado está lleno de sol…
pero no mi espíritu, el sol de hoy es un puerto sombrío
y los navíos que salen del puerto son estos árboles al sol…

Libero en doble, me abandono al paisaje de abajo…


El cuerpo es casi una vía nítida y calma
que se yergue y levanta como muro
y los navíos pasan entre de los troncos de árboles
con una horizontalidad vertical,
y liberan las amarras en el agua una a una por las hojas dentro…

No sé quién sueño…
de pronto toda el agua del mar del puerto es transparente
Y veo en el fondo, como una estampa enorme que allí estuviese desdoblada,
todo este paisaje, «renque» de árboles, camino que arde en aquel puerto,
y la sombra de un barco, más antiguo que el puerto, que pasa
entre mi sueño de puerto y mi mirada de paisaje
y llega a mi pie, y entra hacia mí, adentro
y pasa para el otro lado de mi alma…

ii

La iglesia se ilumina por dentro de la lluvia de este día


y cada vela prendida es más lluvia que golpea el vidrio…

Me alegra oír la lluvia porque ella es un templo encendido


y los vidrios de la iglesia vistos por fuera son el sonido de la lluvia por dentro…

El esplendor del altar es el casi no poder ver los montes


a través de la lluvia que es oro tan solemne en la toalla de altar…
Suena el canto del coro, latino y ventoso que me sacude lo cristalino
y se siente chillar el agua por el hecho de haber coro…

La misa es un carro que pasa


a través de los fieles que se arrodillan hoy por ser un día triste…
Viento súbito sacude el mayor esplendor
la fiesta de la catedral y el ruido de la lluvia lo absorben todo
hasta sólo de oír la voz del padre el agua se pierde en la lejanía
como sonido de llantas de automóvil…

Y apagan las luces de la iglesia


la lluvia que termina…

El Pez Náufrago 31
iii

A Grande Esfinge do Egipto sonha por este papel dentro…


Escrevo – e ela aparece-me a través da minha mão transparente
e ao canto do papel erguem-se as pirâmides…

Escrevo – perturbo-me de ver o bico da minha pena


ser o perfil do rei Quéops…
de repente paro…
Escureceu todo… Caio por um abismo feito de tempo…
Estou soterrado sobs as pirâmides a escrever versos á luz clara deste candeeiro
e todo o Egipto me esmaga de alto através dos traços que faço com a pena…

Ouço a Esfinge rir por dentro


o som na minha pena a correr no papel…
Atravessa o eu não poder vê-la uma mão enorme,
varre tudo para o canto do tecto que fica por detrás de mim,
e sobre o papel onde escrevo, entre ele e a pena que escreve
jaz o cadáver do rei Keops, olhando-me com olhos muito abertos,
e entre os nossos olhares que se cruzam corre o Nilo
e uma alegria de barcos embandeirados erra
numa diagonal difusa
entre mim e o que eu penso…

Funerais do rei Quéops em ouro velho e Mim!…

iv

Que pandeiretas e silêncio deste quarto!…


As paredes estão na Andaluzia…
Há danças sensuais no brilho fixo da luz…

De repente todo o espaço pára…,


pára, escorrega, desembrulha-se…,
e num canto do tecto, muito mais longe do que ele está,
abrem mãos brancas janelas secretas
e há ramos de violetas caindo
de haver uma noite de primavera lá fora
sobre o eu estar de olhos fechados…

Lá fora vai um redemoinho de sol os cavalos do carroussel…


Árvores, pedras, montes, bailam parados dentro de mim…
Noite absoluta na feira iluminada, luar no dia de sol lá fora,
e as luzes todas da feira fazem ruído dos muros do quintal…
Ranchos de raparigas de bilha à cabeça
Pessoa

que passam lá fora, cheias de estar sob o sol,


cruzam-se com grandes grupos peganhentos de gente que anda na feira,
gente toda misturada com as luzes das barracas, com a noite e com o luar,
e os dois grupos encontram-se e penetram-se
iii

La Gran Esfinge de Egipto por este papel adentro…


Escribo – y ello aparece a través de mi mano transparente
y al canto del papel se levantan las pirámides…

Escribo – me perturbo de ver la punta de mi pena


ser el perfil del Rey Keops…
De repente paro…
Oscurece todo… Caigo por un abismo hecho de tiempo
estoy en las pirámides condenado a escribir versos
a la luz clara de este candelero
Y todo el Egipto me aplasta desde lo alto a través de los trazos que hago con la pena…

Oigo la esfinge por dentro


el sonido de mi pena al correr en papel…
Atraviesa el yo-no-poder verla más grande
Barre todo para el canto de este techo que queda detrás de mí,
Y sobre el papel donde escribo, entre él y la pena que escribe
yace el cadáver de Rey Keops, mirándome con ojos bien abiertos,
y entre nuestras miradas que se cruzan corre el Nilo
es una alegría de barcos abanderados
es una diagonal difusa
entre mí y lo que yo pienso…

Funerales del Rey Quéops en oro viejo y en Mí!…

iv

Qué silencio y qué panderos de este cuarto!…


Las paredes están en Andalucía…
Hay danzas sensuales en el brillo fijo de la luz…

De repente todo el espacio para…,


para, resbala, se deshilvana…,
En un canto de techo, mucho más lejano de lo que él está
las manos abren ventanas blancas, secretas
hay ramos de violetas cayendo
de haber una noche de primavera afuera
sobre mi estar con los ojos cerrados…

Fuera van en un remolino de sol los caballos del carrusel…


Árboles, piedras, montes bailan parados dentro de mí…
Noche absoluta en la feria iluminada, claro de luna en el día soleado de afuera,
y las luces todas de la feria hacen ruido de los muros del patio de atrás…
Grupos de muchachas con cántaros cabeza
que pasan allá afuera, llenas de estar al sol,
se cruzan con grandes grupos pegajosos de gente que andan en la feria,
gente toda mezclada con las luces de las tiendas, la noche y el claro de luna,
y los dos grupos se encuentran y se penetran

El Pez Náufrago 33
até formarem só um que é os dois…
A feira e as luzes da feira e a gente que anda na feira,
e a noite que pega na feira e a levanta no ar,
andam por cima das copas das árvores cheias de sol,
andam visivelmente por baixo dos penedos que luzem ao sol,
aparecem do outro lado das bilhas que as raparigas levam à cabeça,
e toda esta paisagem de primavera é a lua sobre a feira,
e toda a feira com ruídos e luzes é o chão deste dia de sol…

De repente alguém sacode esta hora dupla como numa peneira


e, misturado, o pó das duas realidades cai
sobre as minhas mãos cheias de desenhos de portos
com grandes naus que se vão e não pensam em voltar…
Pó de ouro branco e negro sobre os meus dedos…
As minhas mãos são os passos daquela rapariga que abandona a feira,
sozinha e contente como o dia de hoje…

vi

O maestro sacode a batuta,


e lânguida e triste a música rompe…
lembra-me a minha infância, aquele dia
em que eu brincava ao pé dum muro de quintal
atirando-lhe com uma bola que tinha dum lado
o deslizar dum cão verde, e do outro lado
um cavalo azul a correr com um jockey amarelo…

Prossegue a música, e eis na minha infância


de repente entre mim e o maestro, muro branco,
vai e vem a bola, ora um cão verde,
ora um cavalo azul com um jockey amarelo…

Todo o teatro é o meu quintal, a minha infância


está em todos os lugares, e a bola vem a tocar música
uma música triste e vaga que passeia no meu quintal
vestida de cão verde tornando-se jockey amarelo…
(Tão rápida gira a bola entre mim e os músicos…)

Atiro-a de encontro à minha infância e ela


atravessa o teatro todo que está aos meus pés
a brincar com um jockey amarelo e um cão verde
e um cavalo azul que aparece por cima do muro
do meu quintal… E a música atira com bolas
à minha infância… E o muro do quintal é feito de gestos
de batuta e rotações confusas de cães verdes
e cavalos azuis e jockeys amarelos…

Todo o teatro é um muro branco de música


Pessoa

por onde um cão verde corre atrás da minha saudade


da minha infância, cavalo azul com um jockey amarelo…
hasta formar sólo uno que son los dos…
La feria y las luces de la feria y la gente que anda en la feria
y la noche que recoge la feria y la sostiene en el aire,
andan por encima de las copas de los árboles llenos de sol,
andan visiblemente debajo de los peñascos que lucen al sol
aparecen tras los cántaros que las muchachas llevan a la cabeza,
y todo este paisaje de primavera es una luna sobre la feria
y toda la feria con ruidos y luces es el suelo de este día de sol…

De repente alguien sacude esta hora doble como en un cedazo


y, mezclado, el polvo de las dos realidades cae
sobre mis manos llenas de esbozos de puertos
con grandes navíos que se van y no piensan regresar…
Polvo de oro blanco y negro sobre mis dedos…
Mis manos son los pasos de esa muchacha que abandona la feria,
solita y contenta como el día de hoy…

vi

El maestro sacude la batuta,


y lánguida y triste la música rompe…
Me recuerda a mi infancia, aquel día
en que yo jugaba al pié de un muro del patio
tirándole con una bola que tenía de un lado
el deslizarse de un perro verde, y del otro lado
un caballo azul al correr con un jockey amarillo…

Prosigue la música, y he aquí en mi infancia


de repente entre mí y el maestro, muro blanco,
va y viene la bola, ya un perro verde,
ya un caballo azul con un jockey amarillo…

Todo el teatro es el patio, es mi infancia


está en todos los lugares, y la bola viene a tocar música
una música triste y vaga que pasea por mi patio
vestida de perro verde volviéndose jockey amarillo…
(Tan rápida gira la bola entre mí y los músicos…)

La tiro en contra de mi infancia y ella


atraviesa todo el teatro que está a mis pies
al jugar con un jockey amarillo y con un perro verde
y un caballo azul que aparece por encima del muro
de mi patio… Y la música le tira bolas
a mi infancia… El muro de mi patio está hecho de gestos
de batuta y confusas rotaciones de perros verdes
y caballos azules y jockeys amarillos…

Todo el teatro es un muro blanco de música


por donde un perro verde corre atrás de mi saudade
de mi infancia, caballo azul con un jockey amarillo…

El Pez Náufrago 35
E dum lado para o outro, da direita para a esquerda,
donde há árvores e entre os ramos ao pé da copa
com orquestas a tocar música,
para onde há filas de bolas na loja onde a comprei
e o homem da loja sorri entre as memórias da minha infância…

E a música cessa como um muro que desaba,


a bola rola pelo despenhadeiro dos meus sonhos interrompidos,
e do alto dum cavalo azul, o maestro, jockey amarelo tornando-se preto,
agradece, pousando a batuta em cima da fuga dum muro,
e curva-se, sorrindo, com uma bola branca em cima da cabeça,
bola branca que lhe desaparece pelas costas abaixo…

8 de Março de 1914
Pessoa
Y de un lado a otro, de derecha a izquierda,
donde hay árboles y entre las ramas al pié de la copa
con orquestas que tocan música,
hacia donde hay filas de bolas en la tienda donde la compré
y el hombre de la tienda sonríe entre los recuerdos de mi infancia…

Y la música cesa como un muro que se derriba,


la pelota rueda por el precipicio de mis sueños interrumpidos,
y de lo alto de un caballo azul, el maestro, jockey amarillo volviéndose negro,
agradece, descansando la batuta encima de la fuga de un muro,
y se curva, sonriendo, como una pelota blanca encima de la cabeza,
pelota blanca que le desaparece espaldas abajo…

8 de marzo de 1914

Fernando Pessoa (1888-1935).


Ficçoes do interlúdio, 1998, Casa Fernando Pessoa
T: Héctor Ruiz

El Pez Náufrago 37
Dios se desnuda en la lluvia...
Dios se desnuda en la lluvia
como una caricia
innumerable.
Cantan los pájaros entre la lluvia.
Las plantas bailan de alegría mojada.

La tierra
como una hembra
se disuelve en los dedos penetrantes
con una palidez de mil ojos desmayados.

Camino bajo la lluvia, todo mojado, cantando,


hacia mirajes que huyen en un rumoroso sueño.

Lluvia, lluvia!
Desnudez del dios
primaveral,
que baja danzando, danzando,
Ortíz

a fecundar la amada
toda abierta de espera, quebrada ya de ardor Juan L. Ortíz (1896-1978).
amarillo y largo. En el aura de sauce, 1996, U. del Litoral

• • •

A los 70’s
Miro las gotas que la humedad condensa lentamente
en el vidrio de mi ventana.
Detrás de las gotas pasa un muchacho con un James Dean
en la camiseta.
James Dean, el mismo, el que nos decía
live soon, death soon
(apenas sabíamos inglés pero lo entendíamos demasiado bien).
Mi ciudad era rápida, cada día más rápida,
tenía veredas como fajas continuas,
pero nosotros eramos más veloces.
qué iba a estar quieto mirando gotas en el vidrio de una ventana
qué iba a estar tan cómodamente
de este lado
donde el calor de mi habitación me permitía actos ociosos,
el índice
adelantándose
al camino de una y otra gota que se funden y resbalan.
Watanabe

Prevenir el camino parece posible, veo, casi toco


las gotas,
pero el dedo nunca acierta: El agua está del otro lado.

José Watanabe (1946).


El guardían del hielo, 1994, Peisa
38 El Pez Náufrago
Chuva de março Lluvia de marzo
A chuva detrás dos vidros, La lluvia tras los vidrios,
a chuva de março, la luvia de marzo,
acesa até aos lábios, dança. encendida hasta los labios, danza.
Mas a maravilha Y la maravilla
não é a primavera chegar assim no es que la primavera llegue así
como se não fora nada, como si no fuera nada,
a maravilha são os versos la maravilla son los versos
de Williams de Williams
sobre a rasteira e amarela sobre la rastrera y amarilla
flor da mostarda. flor de mostaza.

• • •

É quando a chuva cai, é quando Es cuando la lluvia cae, es cuando

de Andrade
olhado devagar que brilha o corpo. mirado detenido brilla el cuerpo.
Para dizê-lo a boca é muito pouco, Para decirlo la boca es muy poco,
era preciso que também as mãos era necesario que también las manos
vissem esse brilho, dele fizessem viesen ese brillo, e hiciesen
não só a música, mas a casa. de él no sólo música, sino la casa.
Todas as palavras falam desse lume, Todas las palabras hablan de esa lumbre,
sabem à pele dessa luz molhada. conocen la piel de esa luz mojada.

Eugénio de Andrade (1923).


Periódico Público de Portugal
T: Jesús Coss

• • •

Entonces se cerraron los manantiales que brotaban del abismo,


como también las compuertas del cielo, y la lluvia cesó de caer sobre la tierra…
Bereshit, 8:2

• • •

Una colomba Una paloma

D’altri diluvi una colomba ascolto. De otros diluvios escucho una paloma

.
Ungaretti

Giuseppe Ungaretti (1888-1970).


Vita di un uomo. 1999, Mondadori
T: Jesús Coss

El Pez Náufrago 39
Dibaxu Dibaxu
i i
Il baideru di mis bezus/ El temblor de mis labios/
quero dizer: il batideru di mis bezus quiero decir: el temblor de mis besos
si sintirá in tu pasadu se oíra en tu pasado
cun mí in tu vinu/ conmigo en tu vino/

avrindo la puarta dil tiempu/ abriendo la puerta del tiempo/


tu sueniu tu sueño
dexa cayer yuvia durmida/ deja caer lluvia dormida/
dámila tu yuvia/ dame tu lluvia/

mi quedarí/ quietu me detendré/ quieto


in tu yuvia di sueniu/ en tu lluvia de sueño/
londji nil pinser/ lejos en el pensar/
sin spantu/ sin sulvidu/ sin temor/ sin olvido/

nila caza dil tiempu en la casa del tiempo


sta il pasadu/ está el pasado/
dibaxu di tu piede/ debajo de tu pie/
qui balia/ que baila/

vii vii
El calor qui distruyi al pinser El calor que destruye al pensar
si distruyi pinsendu/ se destruye pensando/
la luz timbla la luz tiembla
in tus bezus/ y en tus besos/ y

queda al cáminu/ queda detiene el camino/ detiene


al tiempu/ londji/ avri al tiempo/ lejos/ abre
lus bezus/ dexa los besos/ deja
yerva nil curasòn quimadu/ hierba en el corazón quemado/

si dispartara la yuvia se despertó la lluvia


di un páxaru de un pájaro
qui aspira al mar que espera al mar
nil mar/ en el mar/

ix ix
Tu piede Tu pie
pisa la nochi/ suavi/ pisa la noche/ leve/
avri la yuvia/ abre la lluvia/
avri il día/ abre el día/

la muerte no savi nada di vos/ la muerte nada sabe de vos/


tu piede teni yerva dibaxu tu pie tiene hierba debajo
Gelman

y una solombra ondi scrivi y una sombra donde escribe


il mar del vazío/ el mar del vacío/

Juan Gelman (1930).


Dibaxu, 1994, Seix Barral

40 El Pez Náufrago
Sortilégio Sortilegio*
Moça Chica
sob a chuva bajo lluvia
anda anda
ohla mira
como quem como quien
abre cortinas abre cortinas

a chuva la lluvia
lhe cai em cima le cae encima
ou se limita o se limita
a seguí-la? a seguirla?

• • • • • •

Passagem Paisaje
de uma nuvem de una nube
—antes— —antes—
duas dos

uma solta una suelta


da outra de otra

de si mesma de sí misma
—agora— —ahora—
presa, presa,
livre libre
flutua flota

• • • • • •

Lavagem a seco Lavado en seco


sobre a cadeira sobre la silla
camisas camisas
(vermelha, (roja,
listras coloridas) rayas brillantes)

entre fibras entre las fibras


vinga asoma
Machado

um negro un negro
cinza ceniza

Duda Machado (1944),


Crescente, 1990, Duas cidades
*T: Marisol Mondragón / T: Tania Favela

El Pez Náufrago 41
Cançao da árvore de mil folhas Canción del árbol de mil hojas
o que exprime y qué expresa
essa esgrima silenciosa esa esgrima silenciosa
esse pugilato de sombras? ese pugilato de sombras?
simulacro de suave tigre de água e leo dragão simulacro de suave tigre de agua y leo dragón
de vento de viento
flama de branca acácia e de salmão-pequeno flama de blanca acacia y de salmón-pequeño
que combate no limiar entre a pele e a alma. que combate en el umbral entre la piel y el alma.
o que irradia y qué irradia
esse lento balé de plumas ese lento ballet de plumas
esse desfile de facas e leques? ese desfile de abanicos y llagas?
dança que traduz em passos de pantera danza que traduce en pasos de pantera
a canção da árvore de mil folhas la canción del árbol de mil hojas
que não sabe da lingua que no sabe de lengua
mas do coração sólo de corazón

Secador de cabelos / Secador de cabellos


Um jogo de escorpiões apodrece as horas. Cabelos e olhos para os corvos; fome obscura no couro
cabeludo. Toda superfície inquieta-se, em febre surda ou gagueira. Impossível não pensar
em jardins de espelhos, cristais de vômito, gravuras de dragão. Folhear revistas de desertos
africanos, contemplar as folhas amareladas de outono e pensar em algo profundo que disse
Giordano Bruno. Sentir o cheiro vermelho do esmalte, como sangue para coagulação, até um
movimento preciso de escova que ceifa a lua com os polegares. All you need is love.

Un juego de escorpiones pudre las horas. Cabellos y ojos para los cuervos; hambre obscura
en el cuero cabelludo. Toda superficie se inquieta, en fiebre sorda o tartamuda. Imposible no
pensar en jardines de espejos, cristales de vómito, grabados de dragón. Hojear revistas de
desiertos africanos, contemplar las hojas amarilladas de otoño y pensar en algo profundo que
dijo Giordano Bruno. Sentir el rojo aroma del esmalte, como sangre de coagulación, hasta un
movimento preciso de escoba que corta la luna con los pulgares. All you need is love.

• • •

Céu tenso, desatino anfíbio de vogais. Gota após gota, líquidas facas sobre o asfalto, sinfonia
monótona de felinos. O tecido de escura tenda árabe com suas arestas metálicas, pouco resiste
ao sonoro impacto das ondas aéreas. Mínimo deslize afasta nossa única defesa, e ficamos
vulneráveis como Jonas na goela da baleia; como o exército egípcio no mar Vermelho. Com
terror, fugimos, aguardamos o fim do evento, que é eterno, trágico, obsessivo.

Cielo tenso, anfíbio desatino de vocales. Gota tras gota, líquidos cuchillos sobre asfalto, sinfonía
monótona de felinos. Tejido de oscura tienda árabe con sus aristas metálicas, poco resiste al
sonoro impacto de las olas aéreas. Mínimo desliz aleja nuestra única defensa, y quedamos
vulnerables como Jonás en garganta de ballena; como ejército egípcio en el mar Rojo. Con terror,
huímos, aguardamos el fin del evento, que es eterno, trágico, obsesivo.
Daniel

Claudio Daniel (1962).


Figuras metalícas, 2005, Perspectiva
T: Jesús Coss

42 El Pez Náufrago
EP em SP EP en SP
Uma traiçao Una traición

a aparição dessas multifaces no metrô aparición de esas milcaras en el metro


não como pétalas de chuva no como pétalos de lluvia
mas como ar mas como (a)i(r)e
bustos molhados de suor bustos mojados en sudor

• • • • • •

Noite branca Noche blanca


insônia sem seu corpo insomnio sin tu cuerpo
desejo no vazio deseo en el vacío
frio e chuvoso frío y lluvioso

hora tanta larga e lenta hora tan larga y lenta


sem sono sem movimento sin sueño sin movimiento

só um sonido se inicia nesse suspiro sólo un sonido se inicia de ese suspiro


imagem insidiosa e incendiária imagen insidiosa e incendiaria
eses “ésses” se insinuando esas “eses” insinuándose
na memória das suas curves en la memoria de sus curvas
no sonho silêncio dos seus seios en el sueño silencio de sus senos

Barbosa

Frederico Barbosa (1961).


Cantar de amor entre os oscombros, 2002, Landy
T: Jesús Coss

El Pez Náufrago 43
Careless water
No cup is broken in more places and mended, that is to say a plate is broken and
mending does do that it shows that culture is Japanese. It shows the whole element
of angels and orders. It does more to choosing and it does more to that ministering
counting. It does, it does change in more water.

Supposing a single piece is a hair supposing more of them are orderly, does that show
that strength, does that show that joint, does that show that balloon famously. Does it.

Water raining
Water astonishing and difficult altogether makes a meadow and a stroke.

Cold Climate
A season in yellow sold extra strings makes lying places.

An umbrella
Coloring high means that the strange reason is in front not more in front behind. Not
more in front in peace of the dot.
El Pez Náufrago
Intimar • 44
A mounted umbrella
What was the use of not leaving it there where it would hang what was the use if there
was no chance of ever seeing it come there and show that it was handsome and right
in the way it showed it. The lesson is to learn that it does show it, that it shows it and
that nothing, that there is nothing, that there is no more to do about it and just so much
more is there plenty of reason for making an exchange.

More
An elegant use of foliage and grace and a little piece of white cloth and oil.

Wondering so winningly in several kinds of oceans is the reason that makes red so
regular and enthusiastic. The reason that there is more snips are the same shining
very colored rid of no round color. […]
Stein
Agua indiferente
Ninguna taza está rota en más lugares y reparada, esto es un plato es roto y la
reparación hace eso de modo que muestra que la cultura es japonesa. Muestra completo
el elemento de ángeles y órdenes. Hace más para la elección y hace más para ese conteo
ministerial. Lo transforma. En verdad lo transforma en más agua.

Suponiendo que una sola pieza es un cabello suponiendo que más de ellos son ordenados,
acaso muestra esa fuerza, acaso muestra esa pegadura, acaso muestra famosamente
ese globo. Lo hace acaso.

Agua lloviendo
Agua sorprendente y difícil reunida forma un prado y un golpe.

Clima frío
Una temporada amarilla vendió cuerdas demás sitios de descanso.

Una sombrilla
Resaltando los colores quiere decir que la extraña razón no está más en frente en
frente atrás. No más en frente ante la paz del punto.
El Pez Náufrago
45 • Intimar
Una sombrilla montada
Por qué no se dejó ahí dónde colgaría por qué si no había oportunidad de verla venir
hasta ahí y mostrar qué era hermosa y justo ahí lo mostró. La lección es aprender que
sí lo muestra, que lo muestra y qué nada, qué no hay nada, que no nada hay qué hacer
al respecto y apenas tanto más hay razón suficiente para hacer un intercambio.

Más
Un elegante uso del follaje y la gracia y un pedacito de tela blanca y óleo.

Preguntarse con tal entusiasmo en varias clases de océanos es el motivo que hace al
rojo tan regular y eufórico. La razón para que haya más retazos son la misma brillando
así colorida sin ningún color redondo. […]

Gertrude Stein (1874–1946).


Tender Buttons. 1970 Rouge books
T: Jessica Díaz
Il pleut, Giullaume Apollinaire
(Wilhelm Albert Vladimir Apollinaris de Kostrowitzky), (1880-1918)
Oeuvres, 1980, Gallimard
je suis ce cours de sable qui glisse soy el curso de arena que resbala
entre le galet et la dune entre guijarros y la duna
la pluie d’été pleut sur ma vie lluvia de verano llueve sobre mi vida
sur moi ma vie qui me fuit me poursuit sobre mi vida que me huye y me persigue
et finira le jour de son commencement y terminará el día en que nace
cher instant je te vois querido instante te veo
dans ce rideau de brume qui recule en la cortina de bruma que me lleva
où je n’aurai plus à fouler ces longs seuils donde no he de pisar ya esos largos umbrales
mouvants movedizos
et vivrai le temps d’une porte y viviré el tiempo de una puerta
qui s’ouvre et se referme que se abre y vuelve a cerrarse

• • • • • •

je voudrais que mon amour meure quisiera yo mi amor muriera


qu’il pleuve sur le cimetière que en el cementerio lloviera
et les ruelles où je vais y las callecitas donde paso
pleurant celle qui crut m’aimer lloraran a la que creyó amarme

• • • • • •

sitôt sorti de l’ermitage tan pronto como dejó la ermita


ce fut le calme après l’orage llegó la calma tras la tomenta

• • • • • •

elles viennent llegan


autres et pareilles otras y las mismas
avec chacune c’est autre et c’est pareil con cada una es otra y la misma
avec chacune l’absence d’amour est autre con cada una la ausencia de amor es otra
avec chacune l’absence d’amour est pareille con cada una la ausencia de amor la misma
Beckett

Samuel Beckett (1906-1989).


Collected Poems in English and French, 2001, Grove Press
T: Jesús Coss

El Pez Náufrago 47
xv xv
Au lever du jour Al iniciar el día
les pigeons articulaient leurs pas las palomas articularon sus pasos
dans la cour en el patio

la pluie tombait la lluvia caía


semant ses graines d’eau sembrando sus granos de agua
sur les pavés sobre los adoquines

ix ix*
À Charles Lucet. A Charles Lucet.

Ils ne savent pas qu’ils ne vont plus revoir No saben no volverán a ver
les vergers d’exil et les plages familières las granjas de exilio y las playas familiares
les étoiles qui voyagent avec des jambes de sel las estrellas que viajan con sus piernas de sal
quand la nuit est triste de plusieurs beautés cuando la noche está triste por varias
bellezas
ils oublient qu’ils ne vont plus entendre
le vent de la grille et le chien des images olvidan que no volverán a escuchar
l’eau qui dort sur la couleur des pierres el viento de la reja y el perro de las imágenes
la nuit avec des violons de pluie el agua que duerme en el color de las piedras
la noche con violines de lluvia
tant de magie pour rien
si ce n’était ce souvenir d’un autre monde tanta magia para nada
avec des oiseaux de chair dans la prairie si no fuera por este recuerdo de otro mundo
avec des montagnes comme des granges con pájaros de carne en la pradera
ô mon enfance ô ma folie con montañas como graneros
oh mi infancia, oh mi locura

vi vi*
Son corps avait la douceur de l’eau dans les Su cuerpo tenía la suavidad del agua entre
mains las manos
un collier bleu marquait sa faiblesse un collar azul marcaba su debilidad
pour elle la rose écrit son poème para ella la rosa escribe su poema
et le matin a tous les regards y la mañana tiene a todas las miradas
montagnes lointaines où sont les gens montañas lejanas donde están las personas
d’autrefois de antaño
la pluie qui appelle la lluvia que llama
–cette femme n’est pas un songe –esta mujer no es un sueño
elle doit être morte maintenant debe de estar muerta ahora
l’image accompagne le vent pour elle la imagen acompaña el viento para ella
Schehadé

Georges Schehadé (1910-1989).


Les Poésies; le nageur d´un seul amour, 1952, Gallimard
T: Jesús Coss / T*: Georgina Lamothe

48 El Pez Náufrago
Then and now
The Rain The Poem

is speaking it pelts is moving by itself


against the windows it proceeds of its
and on the roof own accord
in the night the writer of the poem
it makes thousands has no idea where
of little word it will lead him
which confuse the child he cannot control it
who does not understand because it has
such language its own life
what is the rain separate from his own
trying to tell him what if it carries him off
should he be afraid from his accustomed loved
is there a message should he fear harm
of danger to be escaped from the poem and tear up
or can he be lulled the page or simply put it
by the sound of the rain aside and go back to sleep?
and go back to sleep?

Entonces y ahora
La lluvia El poema

habla a cántaros se mueve por sí mismo


contra la ventana procede de su
y en el techo propio acuerdo
en la noche el escritor del poema
y hace miles no tiene idea dónde
de pequeñas palabras lo llevará
lo que confunde al niño no puede controlarlo
que no entiende porque éste tiene
tal lenguaje su propia vida
qué es lo que la lluvia separada de la suya
le intenta decir y si lo llevara lejos
debería tener miedo de su amor acostumbrado
hay un mensaje debería temerle al daño
de peligro para escapar del poema y romper
o puede estar tranquilo la página o sólo dejarla de
del sonido de la lluvia lado y volver a dormir?
y volver a dormir?
Laughlin

James Laughlin (1914-1997).


The secret room, 1997, New Directions
T: Stephanie Esses

El Pez Náufrago 49
Pluies
i
Le bayan de la pluie prend ses assies sur la Ville, un polypier un hâtif montè a ses
noces de corail dans tout de lait d´eau vive,
Et l´Idée nue comme un rétiarie peigne aux jardins du peuple sa crinière de fille.

Chante, poème, à la crièe des eaux l´imminence du thème,


Chante, poème, à la foulèe des eaux l´évasion du thème:
Une haute licence aux flancs des Vierges prophétiques.

Une éclosion d´ovules d´or dans la nuit fauve des vasiéres


et mot lit fait, ô fraude! à la lisière d´un tel songe,
là où s`avive et croît et se prend à tourner la rose obscene du poème.

Seigneur terrible de mon rire, voici la terre fumante au goût de venaison,


l’argile veuve sous l’eau vierge, la terre lavée du pas des hommes insomnieux,
et, lairée de plus près comme un vin, n’est –il pas vrai qu’elle provoque la perte de
mémoire?

Seigneur. Seigneur terrible de mon rire! voici l’envers du songe sur la terre,
comme la réponse des hautes dunes à l’étagement des mers, voici, voici
la terre à fin d’usage, l’heure nouvelle dans ses langes, et mon coeur visité d’une étrange
voyelle.

El Pez Náufrago ii

Intimar • 50 Nourrices très suspectes, Suivantes aux yeux voilès d’aînesse, ô Pluies par qui
l’homme insolite tient sa caste, que dirons-nous ce soir à qui prendra hateur de notre
veille?

Muette l’Ande sur mon toit, j’ai une acclamation très forte en moi, et c’est pour vous, ô
Pluies!
Je porterai ma cause devant vous: à la pointe de vos lances le plus clair de
mon bien!
L’ecume aux lèvres du poème comme un lait de coraux!

Et celle qui danse comme un psylle à l’entrée de mes phrases,


l’idée, plus nue qu’un glaive au jeu des factions,
m’enseignera le rite et la mesure contre l’impatience du poème.
Saint- John Perse

Seigneur terrible de mon rire, gardez-moi de l’aveu, de l’accueil et du chant.


Seigneur terrible de mon rire, qu’il est d’offense aux lèvres de l’averse!
Qu’il est de fraude consumée sous nos plus hautes migrations!

Dans la nuit claire de midi, nous avançons plus d’une proposition


nouvelle, sur la pierre de l’être… Ô fumées que voilà sur la pierre de l’âitre!
Et la pluie tiède sur nos toits fit aussi bien d’eteindre les lampes dans nos mains.

iii
Soeurs des guerriers d’Assur furent les hautes Pluies en marche sur la terre:
Casquées de plume et haut-troussées, éperonnées d’argent et de cristal,
Comme Didon foulant l’ivoire aux portes de Carthage,
Lluvias
i
El bayan de la lluvia toma sus cimientos en la Ciudad,
un polípero precoz se dirige a sus bodas de coral en toda esta leche de agua viva, y la
idea desnuda como un gladiador peina en los jardines del pueblo su melena de niña.

Canta, poema, al gusto de las aguas de inminencia del tema


canta, poema, al movimiento de las aguas la evasión del tema
una alta licencia a los lados de las vírgenes proféticas.

Una eclosión de óvulos de oro en la noche salvaje de cenagales y una cama hechas, ¡oh
fraude! Al borde de un tal sueño ahí dónde se aviva y crece y se pone a girar la rosa
obscena del poema.

Señor terrible de mi risa, he aquí la tierra humeante con olor a carne de jabalí,
la arcilla viuda bajo el agua virgen, la tierra lavada por los pasos de los hombres
insomnes y olida, desde más cerca como un vino, ¿no es cierto? Que provoca la pérdida
de memoria?

Señor, Señor terrible de mi risa! He aquí del sueño sobre la tierra,


como la respuesta de altas dunas de escalonamiento de los mares, he aquí, he aquí
a tierra con fin de uso, la hora nueva en sus pañales, y mi corazón visitado por una
extraña vocal.

ii El Pez Náufrago
Nodrizas muy sospechosas, Acompañantes con los ojos cubiertos por la primogenitura, 51 • Intimar
oh Lluvias por quien el hombre insólito mantiene su casta ¿qué diremos esta noche a
quién tome altura de nuestra vigilia? ¿sobre qué lecho nuevo, de qué cabeza rebelde nos
encantaremos aquí la chispa valedera?

Mudos los Andes sobre mi techo, tengo una exclamación muy fuerte en mí, es por
ustedes, oh lluvias.
Traeré mi causa frente a ustedes: a la punta de sus lanzas el más claro de mis bienes
La espuma en los labios del poema como una leche de corales.

Y la que baila como un encantador de serpientes a la entrada de mis frases,


La Idea, más desnuda que un cuchillo en el juego de las facciones,
Me ensañará el rito y la medida contra la impaciencia del poema.

Señor terrible de mi risa, cuídenme de la confesión, del acogimiento y del canto,


Señor terrible de mi risa, que sea ofensa en los labios del aguacero
que sea un fraude consumido bajo nuestras más altas migraciones!

En la noche clara del medio día, avanzamos más de una proposición,


nueva, sobra la esencia del ser… oh humos que he aquí sobre la piedra de la chimenea!
y la lluvia tibia sobre nuestros techos hizo también bien en apagar las lámparas en
nuestras manos.
iii
Hermanas de los guerreros de Azur fueron las altas lluvias en marcha sobre la tierra:
con cascos de plumas y penachos, espoliados con plata y cristal,
como Dido quitando el marfil de las puertas de Cartago,
Comme l’épouse de Cortez, ivre d’argile et peinte, entre ses hautes plantes
apocryphes…
Elles avivaient de nuit l’azur aux crosses de nos armes,
elles peupleront l’Avril au fond des glaces de nos chambres!

Et je n’ai garde d’oublier leur piétinement au seuil des chambres d’ablution:


guerrières, ô guerrières par la lance et le trait jusqu’à nous aiguisées!
Danseuses, ô danseuses par la danse et l’attrait au sol multipliées!

Ce sont des armes à brassées, ce sont des filles par charretées, une distribution d’aigles
aux légions,
un soulèvement de piques aux faubourgs pour les plus jeunes peuples de la terre –
faisceaux rompus de vierges dissolues,
Ô grandes gerbes non liées! l’ample et vive moisson aux bras de hommes renversée!

…Et la Ville est de verre sur son socle d’ébène, la science aux bouches des fontaines,
et l’etranger lit sur nos murs les grandes affiches annonaires,
et la fraîcheur est dans nos murs, où l’Indienne ce soir logera chez l’habitant.

iv
Relations faites à l’Edile; confessions faites à nos portes… Tue-moi, bonheur!
Une langue nouvelle de toutes parts offerte! une fraîcheur d’haleine par le monde
comme le souffle même de l’esprit, comme la chose même proférée,

À même l’être, son essence; à même la source, sa naissance:


El Pez Náufrago ha! toute l’affusion du dieu salubre sur nos faces, et telle brise en fleur
Intimar • 52 au fil de l’herbe bluissante, qui devance le pas des plus lointaines dissidences!

…Nourrices très suspectes, ô Semeuses de spores, de semences et d’espèces légères,


de quelles hauteurs déchues trahissez-vous pour nous les voies,
comme au bas des oreges les plus beaux êtres lapidés sur la croix de leurs ailes?

Que hantiez-vous si loin, qu’il faille encore qu’on en rêve à en perdre le vivre?
Et de quelle autre condition nous parlez-vous si bas qu’on en perde mémoire?
Pour trafiquer de choses saintes parmi nous, désertiez-vous vos couches, ô
Simoniaques?

Au frais commerce de l’embrun, là où le ciel mûrit son goût d’arum et de névé,


vous fréquentiez l’éclair salace, et dans l’aubier des grandes aubes lacérées,
au pur vélin rayé d’une amorce divine, vous nous direz, ô Pluies! quelle langue nouvelle
Saint- John Perse

sollicitait pour vous la grande onciale de feu vert.

v
Que votre approche fût pleine de grandeur, nous le savions, hommes des villes, sur nos
maigres scories,
mais nous avions rêvé de plus, hautaines confidences au premier souffle de l’averse,
et vous nous restituez, ô Pluies! à notre instance humaine, avec ce goût d’argile sous
nos masques.

En de plus hauts parages chercherons-nous mémoire?... ou s’il nous faut chanter l’oubli
aux bibles d’or des basses feuillaisons?...
Nos fièvres peintes aux tulipiers du songe, la taie sur l’oeil des pièces d’eau et la pierre
como la esposa de Cortez, borracha de arcilla y pintada, entre sus altas plantas
apócrifas… Ellas avivaban de noche el azul del mango de nuestras armas,
ellas poblaron el Abril de los espejos de nuestras cámaras.

Y yo no me cuido de olvidar sus pisadas en el umbral de las cámaras de absolución.


Guerreras, oh guerreras por las lanzas y el trazo hasta a nosotros afiladas
bailarinas, oh bailarinas por la danza y la atracción al piso multiplicadas

Son armas con brazadas. Son niñas por carretas una distribución de águilas a las
legiones
un levantamiento de picas en los barrios para los más jóvenes pueblos de la tierra-haces
rotos de vírgenes disolutas
oh grandes ramos no ligados! la amplia y viva cosecha en los brazos de los hombres
vertida.

…Y la Ciudad es de vidrio sobre su zócalo de ébano, la ciencia en las bocas de las


fuentes,
y el extranjero lee sobre sus manos los grandes anuncios de Annona
y la frescura está en nuestros muros, ahí dónde la India esta noche se hospedará en
casa del habitante.

iv
Relaciones hechas al Edil; confesiones hechas en nuestras puertas…Mátame,
felicidad!
Una lengua nueva de todas partes ofrecida! Una frescura de aliento por el mundo
como un soplo mismo de espíritu, como la misma cosa proferida, El Pez Náufrago
53 • Intimar
a mismo ser, su esencia; a misma fuente sobre nuestras caras, y esa brisa en flor
al filo de la hierba azuleante, que se adelanta a los pasos de las más lejanas
disidencias!

…Nodrizas muy sospechosas, oh sembradoras de esporas, de semillas y de especies


ligeras de qué alturas desechas traicionan ustedes para nosotros las vías,
como al pie de las tormentas los más bellos seres lapidados sobre la cruz de sus alas?

¿Qué habita usted en espíritu tan lejos, que necesita aun que soñemos perder el vivir?
¿Y de qué otra condición nos habla usted tan bajo que perdemos la memoria?
¿Para traficar cosas santas entre nosotros, desearía usted sus lechos, Oh Simoníacos?

En el fresco comercio de la salpicadura, ahí dónde el cielo madura su gusto de alcatraz


y de nevero, usted frecuenta el rayo obsceno y en la capa de las grandes auroras
laceradas.
La más pura vitela rayada con un cebo divina, usted dirá, ¡Oh Lluvias! Qué lengua
nueva solicitaba para usted la gran onda de fuego verde.

v
Que su acercamiento fue lleno de grandeza, lo sabemos, hombre de ciudades, sobre
nuestras magras escorias, pero habíamos soñado más lejanas confidencias des primer
soplo del aguacero y ustedes nos restituyen, ¡oh Lluvias! A nuestra instancia humana,
con este gusto de arcilla bajo nuestras máscaras.
roulée sur la bouche des puits, voilà-t-il pas beaux thèmes à reprendre,
comme roses anciennes aux mains de l’invalide de guerre?... La ruche encore est au
verger, l’enfance aux fourches du vieil arbre, et l’échelle interdite aux beaux veuvages
de l’éclair…

Douceur d’agave, d’aloès… fade saison de l’homme sans méprise! C’est la terre lassée
des brûlures de l’esprit.
Les pluies vertes se peignent aux glaces des banquiers. Aux linges tièdes des pleureuses
s’effacera la face des dieux-filles.
Et des idées nouvelles viennent en compte aux bâtisseurs d’Empires sur leur table.
Tout un peuple muet se lève dans mes phrases, aux grandes marges du poème.

Dressez, dressez, à bout de caps, les grands ossuaires de l’autre guerre, les grands
ossuaires de l’homme en proie aux visions dont s’irritent les peuples.
Nous n’en finirons pas de voir traîner sur l’éntendue des mers la fumée des hauts faits
où charbonne l’histoire,
cependant qu’aux Chartreuses et aux Maladreries, un parfum de termites et de
framboises blanches fait lever sur leurs claies les Princes grabataires:
“J’avais, j’avais ce goût de vivre chez les hommes, et voici que la terre exhale son âme
d’etrangère…”

vi
Un homme atteint de telle solitude, qu’il aille et qu’il suspende aux sanctuaires le
masque et le bâton de commandement!
Moi je portais l’éponge et le fiel aux blessures d’un vieil arbre chargé des chaînes de la
El Pez Náufrago terre.
Intimar • 54 “J’avais, j’avais ce goût de vivre loin des hommes, et voici que les Pluies…”

Transfuges sans message, ô Mimes sans visage, vous meniez aux confins de si belles
semailles!
Pour quels beaux feux d’herbages chez les hommes détournez-vous un soir vos pas,
pour quelles histoires dénouées
au feu des roses dans les chambres, dans les chambres où vit la sombre fleur du sexe?

Convoitiez-vous nos femmes et nos filles derrière la grille de leurs songes? (Il est des
soins d’aînées
au plus secret des chambres, el est de purs offices, et tels qu’on en rêverait aux palpes
des insectes…)
N’avez-vous mieux à faire, chez nos fils, d’épier l’amer parfum viril aux buffleteries de
guerre? (comme un peuple de Sphinges, lourdes du chiffre et de l’enigme, disputent du
Saint- John Perse

pouvoir aux portes des élus…)

Ô Pluies par qui les blés sauvages envahissent la Ville, et les chaussées de pierre se
hérissent d’irascibles cactées,
sous mille pas nouveaux sont mille pierres nouvelles fraîchement visitées… Aux
éventaires rafraîchis d’une invisible plume, faites vos comptes, diamantaires!
Et l’homme dur entre les hommes, au milieu de la foule, se surprend à rêver de l’élyme
des sables… J’avais, j’avais ce goût de vivre sans douceur, et voici que les Pluies…” (La
vie monte aux orages sur l’aile du refus.

Passez, Métisses, et nous laissez à notre guet... Tel s’abreuve au divin dont le masque
est d’argile.
¿En más altos parajes buscaremos memoria?...o si nos hace falta cantar el olvido con
biblias de oro de bajos follajes?...
Nuestras fiebres pintadas en los tulipanes del sueño, la córnea sobre el ojo de las
piezas de agua y la piedra rodante sobre la boca de pozos, no he aquí bellos temas a
responder,Como rosas antiguas en las manos del inválido de la guerra?... la colmena aún
está en el vergel, la infancia con horcaduras del viejo árbol, y de la escalera prohibida
con las bellas viudeces del rayo…

Dulzura de agave, de aloes…sosa estación del hombre sin desprecio! Es la tierra


hastiada de las quemaduras del espíritu.
Las lluvias verdes se peinan en los espejos de los banqueros. En las tibias ropas de las
lloronas se borra la cara de los dioses-niñas.
Y las ideas nuevas vienen en cuenta a los constructores de Imperios sobre sus mesas.
Todo un pueblo mudo se levanta en mis frases, en los grandes márgenes del poema.

Construyan, construyan, al borde de los cabos, los catafalcos de los Habsburgos, las
grandes hogueras, del hombre de guerra, los altos colmenares de la impostura.
Pongan compuertas, pongan compuertas, al borde de los cabos, los grandes osarios
de la otra guerra, los grandes osarios del hombre blanco sobre quién la infancia fue
fundada.
Y que abaniquen en la silla, en la silla de hierro, el hombre presa de visiones que irritan
los pueblos.

No terminaremos de ver arrastrar en la extensión de los mares el humo de los altos


hechos dónde se carboniza la historia.
Mientras tanto en las Cartujas y en las Leproserías, un perfume de termitas y de El Pez Náufrago
frambuesas blancas hace levantar en sus mimbres los Príncipes valetudinarios: 55 • Intimar
“tenía, tenía por vivir con los hombres, y he aquí la tierra exhala su alma de
extranjera…”

vi
¡Un hombre alcanza tal soledad, que vaya y suspenda en sus santuarios la máscara y
el cetro de mando!
Yo llevaba la esponja y la hiel en las heridas de un viejo árbol cargado con cadenas
de la tierra. “Tenía, tenía este gusto por vivir lejos de los hombres, y he aquí que las
Lluvias…”

¡Tránsfugas sin mensaje, oh Minos sin cara, llevan a los confines tan bellas siembras!
Hacia qué bellos fuegos de hierbas de los hombres dan vuelta ustedes una noche sus
pasos, para qué historias resueltas ¿Con fuego de rosas en las habitaciones, en las
Saint- John Perse

cámaras dónde vive la sombría flor del sexo?

Condicionan ustedes nuestras mujeres y nuestras hijas detrás de la reja de sus sueños?
(es cuidados de hermanas mayores.
En lo más secreto de las habitaciones, es puros oficios, y tales que soñaríamos en los
tactos de insectos…)No tienen mejores cosas qué hacer, en casa de nuestros hijos, que
espiar el amargo perfume viril de los correajes de guerra? (como un pueblo de Esfinges,
pesadas por la cifra y el enigma, pelean poder en las puestas de los elegidos…)

Oh Lluvias porque quién los tigres salvajes invaden la Ciudad, y los diques de piedra
se erizan de irascibles cactus.
Bajo mil pasos nuevos están mil piedras nuevas frescamente visitadas…En los abanicos
Toute pierre lavée des signes de voirie, toute feuille lavée des signes de latrie, nous te
lirons enfin, terre abluée des encres du copiste…
Passez, et nous laissez à nos plus vieux usages. Que ma parole encore aille devant moi!
et nous chanterons encore un chant des hommes pour qui passe, un chant du large pour
qui veille:
vii
“Innombrables sont nos voies, et nos demeures incertaines. Tel s’abreuve au divin dont
la lèvre est d’argile. Vous, laveuses des morts dans les eaux-mères du matin –et c’est la
terre encore aux ronces de la guerre- lavez aussi la face des vivants; lavez, ô Pluies! la
face triste des violents, la face douce des violents… car leurs voies sont étroites, et leurs
demeures incertaines.

“Lavez, ô Pluies! un lieu de pierre pour les forts. Aux grandes tables s’assiéront, sous
l’auvent de leur force, ceux que n’a point grisés le vin des hommes, ceux que n’a point
souillés le goût des larmes ni du songe, ceux-là qui n’ont point cure de leur nom dans
les trompettes d’os… aux grandes tables s’assiéront, sous l’auvent de leur force, en lieu
de pierre pour les forts.
“Lavez, le doute et la prudence au pas de l’action, lavez le doute et la décence au champ
de la vision. Lavez, ô pluies! la taie sur l’oeil de l’homme de bien, sur l’oeil de l’homme
bien-pensant; lavez la taie sur l’oeil de l’homme de bon goût, sur l’oeil de l’homme de
bon ton; la taie de l’homme de mérite, la taie de l’homme de talent; lavez l’ecaille sur
l’oeil du Maître et du Mécène, sur lóeil du Juste et du Notable… sur l’oeil des hommes
quailifiés pour la prudence et la décence.

“Lavez, lavez la bienveillance au coeur des grands Intercesseurs, la bienséance au front


El Pez Náufrago des grands Éducateurs, et la souillure du langage sur les lèvres publiques. Lavez, ô
Intimar • 56 Pluies, la main du Juge et du Prévôt, la main de l’accoucheuse et de l’ensevelisseuse, les
mains léchées d’infirmes et d’ aveugles, et la main basse, au front des hommes, qui rêve
encore de rênes et du fouet... avec l’assentiment des grands Intercesseurs, des grands
Ëducateurs.

“Lavez, lavez l’histoire des peuples aux hautes tables de mémoire: les grandes annales
officielles, les grandes chroniques du Clergé et les bulletins académiques. Lavez les
bulles et les chartes, et les Cahiers du Tiers Ëtat; les Covenants, les Pactes d’alliance et
les grands actes féderatifs; lavez, lavez, ô Pluies! tous les vélins et tous les parchemins,
couleur de murs d’asiles et de léproseries, couleur d’ivoire fossile et de vieilles dents de
mules… Lavez, lavez, ô Pluies! les hautes tables de mémoire.

“Ô Pluies! lavez au coeur de l’homme les plus beaux dits de l’homme: les plus belles
sentences, les plus belles séquences; les phrases les mieux faites, les pages les mieux
Saint- John Perse

nées. Lavez, lavez, au coeur des hommes, leur goût de cantilènes, d’élégies; leur goût
de cantilènes, d’élégies; leur goût de villanelles et de rondeaux; leurs grands bonheurs
d’expression; lavez le sel de l’atticisme et le miel de l’euphuisme, lavez, lavez la literie du
songe et la litière du savoir: au coeur de l’homme sans refus, au coeur de l’homme sans
dégoût, lavez, lavez, ô Pluies! les plus beaux dons de l’homme… au coeur des hommes
les mieux doués pour les grandes oeuvres de raison.”

viii
... Le banyan de la pluie perd ses assises sur la Ville. Au vent du ciel la chose errante
et telle
Qu’elle s’en vint vivre parmi nous! … Et vous ne nierez pas, soudain, que tout nous
vienne à rien.
refrescados con una invisible pluma, hagan sus cuentas, diamantistas.
Y el hombre duro entre los hombres en medio de la multitud, se sorprende a soñar con
los líquenes de las arenas… “Tenía, tenía este gusto de vivir sin dulzura, y he aquí que
las Lluvias…” (La vida sube a las tormentas sobre el ala del rechazo.)

Pasen, Mestizos, y déjenos a nuestro acecho… (así como se abreva a lo divino del cuál
la máscara es de arcilla toda la piedra lavada de los signos de la red viaria, toda hoja
lavada de los signos de latría, nosotros te leamos por fin, tierra regenerada de las tintas
del copista… pasen, y déjenos a nuestros más viejos usos. ¡Que mi palabra aún esté
delante de mí! Y cantaremos a un un canto de los hombres para quien pasa, un canto
del largo para quién vigila:

vii
“Innombrables son vuestra voces, y nuestras moradas inciertas. Tal se abreva al divino
cuyo labio es de arcilla. Ustedes, lavadoras de los nuestros en las aguas madres de la
mañana-y es la tierra aun con los zarzas de la guerra- laven también la cara de los
vivientes: laven ¡oh Lluvias! La cara triste de los violentos, la vara dulce de los violentos
porque sus voces son estrechas, y sus moradas inciertas

“Laven, oh Lluvias! Un lugar de piedra para los fuertes. En las grandes mesas se
sentarán, bajo el techo de su fuerza, aquellos nunca embriagados con el vino de los
hombres, aquellos que nunca mancahron el gusto de las lágrimas ni del sueño, estos
que no tienen cura de sus nombres en las trompetas de huesos… en las grandes mesas
sentarán, bajo el techo de su fuerza, en el lugar de piedra para los fuertes.

“Laven, la duda y la prudencia en los pasos de la acción, laven la duda y la decencia en El Pez Náufrago
el campo de la visión. Laven, oh Lluvias! la nube sobre el ojo del hombre de bien, sobre el 57 • Intimar
ojo del hombre bien pesante; laven la nube sobre el ojo del hombre de buen gusto, sobre
el ojo del hombre de bueno tono; la nube del hombre de mérito, la nube del hombre de
talento; laven la escama sobre el ojo del Maestro y del Mecenas, sobre el ojo del Justo y
del Notable… sobre el ojo de los hombres calificados para la prudencia y la decencia.

“Laven, laven la bondad en el corazón de los grandes Intercesores, el decoro en la frente


de los grandes Educadores, y de la mancha del lenguaje sobre los labios públicos. Laven
oh Lluvias, la mano del Juez y del Preboste, la mano de la partera y de la sepultadora,
las manos lamidas por inválidos y por ciegos, y la mano baja, en la frente de los
hombres, que sueñan aun con riendas y con el látigo con el asentimiento de los grandes
Intercesores, de los grandes Educadores.

Laven, laven la historia de los pueblos en las altas mesas de memoria: las grandes
Saint- John Perse

anales oficiales, las grandes crónicas del Clero y las boletas académicas. Lacen las
burbujas y las cartas, y los cuadernos del Tercer Estado; los Conventos, los Pactos de
alianza y los grandes actos federativos; laven, laven, ¡Oh Lluvias! todos las vitelas y
todos los pergaminos, color de muros de asilos y de leproserías, como de marfil fósil y de
viejos dientes de muelas…Laven, laven ¡oh Lluvias! las altas mesas de memoria.

“¡Oh Lluvias! laven en el corazón del hombre los más bellos dichos del hombre: las más
bellas sentencias, las más bellas secuencias; las frases mejor hechas, las páginas mejor
nacidas. Laven, laven, en el corazón de los hombres, su gusto de cantilenas, de elegías;
su gusto de vilanelas y de rondeles; sus grandes dichas de expresión; laven la sal de
atismo y la miel del eufuismo, laven, laven la cama del sueño y la litera del saber: en
el corazón del hombre sin rechazo, en el corazón del hombre sin asco, laven, laven ¡oh
Qui veut savoir ce qu’il advient des pluies en marche sur la terre, s’en vienne vivre sur
mon toit, parmi les signes et préssages.
Promesses non tenues! Inlassables semailles! Et fumées que voilà sur la chaussée des
hommes!
Vienne l’éclair, ha! qui nous quitte!... Et nous reconduirons aux portes de la Ville
Les hautes Pluies en marche sous l’Avril, les hautes Pluies en marche sous le fouet
comme un Ordre de Flagellants.

Mais nous voici livrés plus nus à ce parfum d’humus et de benjoin où s’éveille la terre
au goût de vierge noire.
…C’est la terre plus fraîche au coeur des fougeraies, l’affleurement des grands fossiles
aux marnes ruisselantes,
Et dans la chair navrée des roses après l’orege, la terre, la terre encore au goût de
femme faite femme.

…C’est la Ville plus vive aux feux de mille glaives, le vol des sacres sur les marbres, le
ciel encore aux vasques des fontaines,
Et la truie d’or à bout de stèle sur les places désertes. C’est la splendeur encore aux
porches de cinabre: la bête noire ferrée d’argent à la plus basse porte des jardins;
C’est le désir encore au flanc des jeunes veuves, des jeunes veuves de guerriers, comme
de grandes urnes rescellées.
…C’est la fraîcheur courant aux crêtes du langage, l’écume encore aux lèvres du
poème,
Et l’homme encore de toutes parts pressé d’idées nouvelles, qui cède au soulèvement
des grandes houles de l’esprit:
El Pez Náufrago “Le beau chant, le beau chant que voilà sur la dissipation des eaux!...” et mon poème, ô
Intimar • 58 Pluies! qui ne fut pas écrit!

ix
La nuit venue, les grilles closes, que pèse l’eau du ciel au bas-empire des taillis?
À la pointe des lances le plus clair de mon bien!... Et toutes choses égales au fléau de
l’esprit,
Seigneur terrible de mon rire, vous porterez ce soir l’esclandre en plus haut lieu

*
…Car telles sont vos délices, Seigneur, au seuil aride du poème, où mon rire épouvante
les paons verts de la gloire.

Savannah, 1943.
Saint- John Perse

Saint John Perse (1887-1975).


Pluies, 1980, Gallimard
T: Elisa Lamothe
Lluvias! los más bellos dones del hombre…en el corazón del hombre los mejor dotados
para las grandes obras de razón.”

viii
…El bayan de la lluvia pierde sus cimientos en la Ciudad. En el viento del cielo la cosa
errante y tal que se vino a vivir entre nosotros!..y no me negaran, de repente, que todo
nos viene para nada.
Quien quiere saber lo que ocurra con las lluvias en marcha sobre la tierra, que venga a
vivir sobre mi techo, entro los signos y los presagios.
¡Promesas no cumplidas! Incansables siembras! ¡Y humos que aquí sobre la calzada de
los hombres!
Venga el rayo, ja! ¡Que nos deja!...y nos reconduciremos a las puertas de la Ciudad
las altas Lluvias en marcha bajo el Abril, las altas Lluvias en marcha bajo el látigo
como una Orden de Flagelantes.

Pero henos aquí entregados más desnudos a este perfume de humus y de benjuí dónde
se despierta la tierra con el gusto de virgen negra.
…es la tierra más fresca en el corazón de los helechales, el afloramiento de los grandes
fósiles en las margas chorreantes.
Y en la carnes adolorida de las rosas después de la tormenta, la tierra, la tierra aun con
gusto de mujer hecha mujer.

…Es la Ciudad más viva en los fuegos mil cuchillos, el vuelo de las consagraciones
sobre los mármoles, el cielo aun en las tazas de las fuentes.
Y la puerca de oro con un pedazo de lápida en las plazas desiertas. Es el esplendor aun
en los pórticos de cinabrio; la bestia negra herrada con plata en la más baja puerta de El Pez Náufrago
los jardines; 59 • Intimar
Es el deseo aun en el lado de las jóvenes viudas, de las jóvenes viudas de los guerreros,
como grandes urnas vueltas a sellar.

…Es la frescura corriendo en las cimas del lenguaje, la espuma aun en los labios del
poema,
y el hombre aun de todas partes prensado con ideas nuevas, que cede a los levantamientos
de los grandes oleajes del espíritu:
“El bello canto, el bello canto que he aquí sobre la disipación de las aguas!...” y mi
poema, ¡oh Lluvias! que no fue escrito!

ix
La noche venida, las rejas cerradas ¿qué pesa el agua en el bajo imperio de los montes
bajos?
Saint- John Perse

¡En la punta de las lanzas el más claro de mi bien!...y todas las rosas iguales a la plaga
del espíritu,
Señor terrible de mi risa, usted llevará esta noche el escándalo en más alto lugar

*
…Porque tales son vuestra delicias, Señor, en el umbral árido del poema, dónde mi risa
horroriza los pavos reales verdes de la gloria.

Savannah, 1943
Northampton, 1922- Northampton, 1922-
San Francisco, 1939 San Francisco, 1939
All night rain falls through fog, Toda la noche la lluvia cae a través de la
I lie awake, restless on a twisted pillow, niebla,
fog horns cry over the desolate water. descanso despierto, inquieto sobre una
How long ago was it, almohada torcida,
that long ago was it, los silbatos de niebla suenan sobre el agua
that night with the pear blossoms solitaria.
quivering in the pulsating moonlight? Hace cuánto tiempo fue,
I am startled from sleep hace tanto tiempo fue,
by the acrid fleshy odor of pear blossoms. esa noche con las flores de la pera
temblando en el pulsante claro de luna?
Somewhere in the world, I suppose, Estoy ávido sin poder dormir
you are still living, a middle-aged matron, por el olor acre carnoso de la flor de la pera.
with children on the verge of youth.
En alguna parte del mundo, supongo,
vives todavía, matrona de mediana edad,
con niños a punto de ser jóvenes.

Runaway Fugitiva*
There are sparkles of rain on the bright Hay gotitas de lluvia en el brillo del
hair over your forehead; pelo sobre tu frente;
your eyes are wet and your lips tus ojos mojados y tus labios
wet and cold, your cheek rigid with cold. húmedos y fríos, tu mejilla rígida con frío.
Why have you stayed ¿Por qué duraste
away so long, why have you only tanto tiempo lejos, por qué sólo
come to me late at night vienes a mí de noche tarde
after walking for hours in wind in the rain? luego de caminar horas en el viento y la
Take off your dress and stockings; lluvia?
sit in the deep chair before the fire. Quítate el vestido y medias;
I will warm your feet in my hands; siéntate en el sofá frente el fuego.
I will warm your breasts and thighs with Calentaré tus pies con mis manos;
kisses. calentaré tus pechos y muslos con besos.
I wish I could be sure that deep in you Quiero creer que muy dentro de ti
was a magnet to draw you always home. hubo un imán para atraerte siempre a casa.
Rexroth

60 El Pez Náufrago
Spring rain Lluvia de primavera
The smoke of our campfire lowers El fuego de nuestra fogata disminuye
and coagulates under y se coagula bajo
the red woods, like low-lying los bosques rojos, como nubes bajas e
clouds. Fine mist fills the air. Drops inmóviles. Ligera neblina llena el aire. Gotas
rattle down from all the leaves. ruedan de las hojas.
as the evening comes on Mientras la tarde se acerca
the treetops vanish in fog. los conos de los árboles desaparecen en la niebla.
Two saw-whet owls utter their Dos búhos lanzan
metallic sobbing cries high su metálico susurro en lo alto.
overhead. As it gets dark Al oscurecer la neblina se convierte en lluvia.
the mist turns to rain. We are Estamos
all alone in the forest. completamente solos en el bosque.
No one is near us for miles. No hay nadie en millas.
In the firelight mice scurry A la luz del fuego rondan ratones
hunting crumbs. Tree toads cry like recogiendo migajas. Sapos de árbol lloran como
tiny owls. Deer snort in the búhos pequeños. El venado resopla
underbrush. Their eyes are green al pie del matorral. Sus ojos son verdes
in the firelight like balls a la luz de la fogata como bolas
of Foxfire. This morning I read de fuego. Esta mañana leí
Mei Yao Chen’s poems. All afternoon poemas de Mei Yao Chen. Toda la tarde
we walked along the streams through a lo largo del arroyo caminamos entre
woods and meadows full of June · madera y un prado lleno de flores
flowers. We chased frogs in the de Junio. Perseguimos ranas en los
in the Pools and played with newts and young charcos y jugamos con tritones y jóvenes
grass snakes. I picked a wild rose víboras de pasto. Yo escogí una rosa
For your hair. For your hair. You brought salvaje para tu pelo. Para tu pelo. Trajiste
new flowers for me to name. nuevas flores para que yo las nombre.
Now it is night and our fire Ahora es de noche y nuestro fuego
is a red throat open in es de un descarnado rojo vivo abierto a
the profound blackness, full of la profunda oscuridad, lleno
the throb and hiss of the rain. de latidos y siseos de la lluvia.

Kenneth Rexroth (1905-1982).


Collected shorter poems, 1990, New Directions
T*: Erika Arévalo / T: Sara Micha - Tamar Fasja

El Pez Náufrago 61
Amongst the cliffs Entre acantilados
The path up the mountain is hard El camino a la montaña es duro
to follow through the tumbled rocks. de seguir por las rocas que se caen.
When I reach the monastery Cuando llego al monasterio
The bats are already flying. los murciélagos ya vuelan.
I go to the guest room and sit Yo voy al salón de invitados y me siento
on the steps. The rain is over. en la escalera. La lluvia ha terminado.
The banana leaves are broad. Las hojas de plátano son anchas.
The gardenias are in bloom. Las gardenias florecen.
The old guest master tells me El viejo anfitrión me dice
there are ancient paintings on the hay pinturas antiguas en las
walls. He goes and gets a light. paredes. Se va y toma una luz.
I see they are incomparably Yo veo que son incomparablemente
beautiful. He spreads my bed hermosas. Abre mi cama
and sweeps the mat. He serves me y sacude mi alfombra. Me sirve
soup and rice. It is simple sopa y arroz. Es comida simple y
food but nourishing. The night nutritiva. La noche va pasando
goes on as I lie and listen mientras me acuesto y escucho
to the great peace. Insects chirp esta gran paz. Insectos chirrían
and click in the stillness. The y hacen click en la calma. La
pure moon rises over the ridge luna pura sale por la cresta
and shines in my door. At daybreak y brilla en mi puerta. Al amanecer
I get up alone. I saddle me levanto solo. Ensillo
my horse myself and go my way. mi caballo yo mismo y voy por mi camino.
The trails are all washed out. Las sendas están limpias.
I go up and down, picking my Yo subo y bajo, tomando mi
way through storm clouds on the mountain. camino por las nubes tormentosas en la montaña.
red cliffs, green waterfalls, all Rojos acantilados, cascadas verdes, todas
sparkle in the morning light. brillan en la luz del día.
I pass pines and oaks ten men Paso pinos y robles que diez hombres
could not reach around. I cross no pudrían alcanzar. Cruzo
flooded streams. My bare feet stumble arroyos desbordados. Mis pies descalzos chocan
on the cobbles. The water roars. con los adoquines. El agua ruge.
My clothes whip in the wind. This Mi ropa choca con el viento. Esta
is the only life where a man es la única vida donde un hombre
can find happiness. Why do I puede encontrar la felicidad. ¿Por qué
spend my days bridled like a horse paso mis días bridado como un caballo
with a cruel bit in his mouth? lleva un pedazo cruel en el hocico?
If I only had a few friends Si tan sólo tuviese pocos amigos
who agreed with me we’d retire que estuvieran deacuerdo en retirarnos
to the mountains and stay a las montañas y quedarnos hasta
till our lives end. que nuestras vidas acaben.
Han Yu

Han Yu (768-824),
100 Poems from the Chinese, 1956, New Directions
T: Sara Micha a partir de Kenneth Rexroth

62 El Pez Náufrago
Bitter rain in my courtyard Lluvia amarga cae en mi campo
in the decline of Autumn, al final del otoño
I only have vague poetic feelings solo tengo vagos sentimientos poéticos
that I cannot bring together. que no puedo conjugar.
They diffuse into the dark clouds Que se degradan entre nubes negras
and the red leaves. y hojas rojas.
after the yellow sunset Después del atardecer amarillo
the cold moon rises la fría luna se alza
out of the gloomy mist. fuera de la neblina gris.
I will not let down the blinds No defraudaré a los ciegos
of spotted bamboo from their silver hook. del bambú punteado del gancho de plata.
Tonight my dreams will follow the wind, Esta noche mis sueños serán perseguidos por
suffering the cold, el viento, sufriendo del frío,
to the jasper tower of your beautiful flesh. hacia la torre de jaspe de tu hermoso cuerpo.

Wu Tsao
Wu Tsao (?),
Women Poets of China, 1982, New Directions
T: Daniela Chicurel a partir de Kenneth
Rexroth-Ling Cheng)

Shih-shu / Ching An / Han-shan Te-ch’ing


Buddhist Poets Poetas budistas
my heart is free as the white clouds mi corazón es libre como blancas nubes
body light as a crimson leaf cuerpo ligero como hoja carmín
apes and birds pull me forward monos y aves me llevan lejos

• • • • • •

white clouds too know the flavor nubes blancas conocen también el sabor
of this mountain life de esta vida en la montaña

• • • • • •

who can be a wild deer among deserted quién puede ser ciervo salvaje entre
mountains montañas desiertas

satisfied with tall grass and pines satisfecho con hierba alta y pinos

Shih-shu (1952). Ching An (?),


Han Shan Te’-Ch’ing (1546 - 1623)
The clouds should know me by now,
Buddhist Poet-Monks of China
T: Jesús Coss a partir de J.H. Sanford y
de T. Cleary del Avatamsaka sutra

El Pez Náufrago 63
The Unmoving Cloud La nube inmóvil
“Wet spring time,” says To-em-mei, “Húmeda primavera, dijo To-em-mei.
“Wet spring in the garden” humedad primaveral de jardín”

i i
The clouds have gathered and gathered, and Se acumularon y acumularon nubes, la lluvia
the rain falls and falls, cae y cae,
The eight ply of the heavens are all folded one los ocho pliegues de los cielos se doblaron
darkness, dentro de tinieblas
and the wide flat road stretches out. y abierta, la plana vía se expande.

I stop in my room towards the East, quiet, Me detengo en mi sala frente al Este quieto,
quiet, quieto,
I pat my new cask of wine. acaricio mi nuevo cántaro de vino.
My friends are estranged, or far distant, Mis amigos estrangulados o muy distantes,
I bow my head and stand still. inclino mi cabeza y quedo silencioso.

ii ii
Rain, rain, and the clouds have gathered, Llueve, llueve y las nubes se acumularon,
the eight ply of the heavens are darkness, los ocho pliegues de los cielos son tinieblas,
the flat land is turned into river. la tierra plana se ha vuelto río.
“Wine, wine, here is wine!” “Vino, vino, aquí hay vino!”
I drink by my eastern window. Bebo ante mi ventana oriental.
I think of talking and man, Pienso en la conversación y el hombre,
and no boat, no carriage approaches. ni un barco, ni carruaje se acercan.

iii iii
The trees in my east-looking garden are Los árboles en mi jardín que mira al oriente
bursting out with new twigs, revientan con nuevos vástagos,
they try to stir new affection, pretenden suscitar nuevos afectos,

And men say the sun and moon keep on Y dicen que el sol y la luna se mueven todavía
moving because they can’t find a soft seat. porque no hallan un sitio suave.

The birds flutter to rest in my tree and I Los pájaros revolotean para posarse en mi
think I have heard them saying, árbol y me parece escucharlos decir:
“It is not that there are no other men “aunque haya otros hombres
but we like this fellow the best, preferimos a este compañero,
Yet however we long to speak pero por mucho que hablemos
he cannot know of our sorrow”. no comprenderá nuestra pena.”
Tao Yuan Ming

Tao Yuan Ming (365- 427 a C.).


Personae, 1997, New Directions
T: Jesús Coss a partir de Ezra Pound

64 El Pez Náufrago
Water Agua*
The sun’s El cielo del
sky in sol en
form of forma de
blue sky cielo azul
that que

water will el agua


never make nunca hará
even ni
in por
reflection. reflejo.

Sing, song, Canta, canto,


mind’s form formas de la mente
feeling it mistaken, siténdolas erradas

shaken, agitadas,
broken water’s rotas formas
forms, Love’s de agua. El amor,
error in water. error en agua.

• • • • • •

First rain Primera lluvia**


These retroactive small Estos pequeños retroactivos
instances of feeling instantes de sentimiento

reach out for a common salen por una tierra


ground in the wet común en lo mojado

first rain of a faded primera lluvia de un


winter. Along the grey invierno borrado. Junto a la gris

iced sidewalk revealed nevada banqueta, mostradas


piles of dogshit. papers, pilas de caca de perro, papeles,

bits of old clothing, are pedazos de ropa vieja, son


the human pledges, las plegarias humanas,

call them, “we are here and llámalos, “Estamos aquí y


have been all the time.” I hemos estado todo el tiempo.” Yo
Creeley

walk quickly. The wind camino rápido. El viento


drives the rain, drenching lleva la lluvia, empapando

my coat, pants, blurs mi abrigo, pantalones, empañando


my glasses, as I pass. mis lentes, mientras paso.

El Pez Náufrago 65
The Rain La lluvia***
All night the sound had El sonido regresó de nuevo
come back again, toda la noche
and again falls y de nuevo cae
this quiet, persistent rain. esta ligera, persistente lluvia.

What am I to myself Lo que soy para mí


that must be remembered, eso debe ser recordado,
insisted upon insistir en ello
so often? Is it tan seguido? será que

that never the ease, nunca es fácil,


even the hardness, incluso la dureza,
of rain falling de la lluvia cayendo
will have for me tendrá para mí

something other than this, algo más que esto,


something not so insistent — algo no tan insistente —
am I to be locked in this seré para estar encerrado en esta
final uneasiness. inquietud final.

Love, if you love me, Amor, si tú me amas,


lie next to me. recuéstate junto a mí.
Be for me, like rain, Sé para mí, como la lluvia,
the getting out lo que aparta

of the tiredness, the fatuousness, the semi- el cansancio, la presunción, la semi-


lust of intentional indifference. lujuria de la indiferencia intencional.
Be wet humedécete
with decent happiness. con decente felicidad.

• • • • • •

The Temper Temperamento****


The temper is fragile El temperamento es frágil
as apparently it wants to be, como parece quiere ser,
wind on the ocean, trees viento en el océano, árboles
moving in wind and rain. moviéndose entre viento y lluvia.
Creeley

Robert Creeley (1926-2005),


Collected Poems, 1990, Berkeley Press
*T: Jesús Coss / **Jessica Dichi /
***Héctor Ruiz / **** Stephanie Esses

66 El Pez Náufrago
You wait for me in the rain Me esperas en la lluvia
you wait for me in the rain me esperas en la lluvia
the road leads into the window´s depths el camino lleva hacia las profundidades de la ventana
the other side of the moon must be very cold el otro lado de la luna debe ser muy frío
that summer night a white horse galloped esa noche de verano un caballo blanco
past with the galopeando pasó con las luces del norte
northern lights por mucho tiempo temblamos
for a long time we trembled vete, dijiste
go, you said no permitas que la ira nos destruya
don´t let anger destroy us dejándonos sin escapatoria
leaving no way of escape como entrando a una montaña de menopausia
like entering a mountain of menopause en muchas esquinas tomamos el camino equivocado
at many corners we took the wrong turn pero nos encontramos en un desierto
but we met in a desert todas las edades se reúnen aquí
all the ages gather here halcones y viejos cactus
hawks and long-lived cacti se reúnen aquí
gather here más reales que los espejismos causados por calor
more real than heat mirages mientras uno tema el nacimiento
as long as one fears birth y las caras sonrientes no cambien sus máscaras a
and smiling faces do not din their masks in tiempo
time entonces todo se conecta con la muerte
then everything is connected with death la noche de verano no fue el final
the summer night was not the end me esperas en la lluvia
you wait for me in the rain

• • • • • •

Rancour turns a drop of water El rencor convierte una gota de agua


muddy en lodo
rancour turns a drop of water muddy el rencor convierte una gota de agua en lodo
I am worn out, the storm estoy cansado, la tormenta
has run aground on the beach ha encallado en la playa
the sun pierced by the mast el sol perforado por el mástil
is my heart´s prisioner, but I es el prisionero de mi corazón, pero yo
am banished by the world it shines on estoy proscrito por el mundo en el que brilla
nothing is left to sacrifice nada queda para sacrificar
on the reef, this dark and pagan altar en el arrecife, ese altar obscuro y pagano
except myself, as I go to close or open excepto a mí, mientras abro o cierro
the clamorous book el libro clamoroso
Bei Dao

El Pez Náufrago 67
Rainy Night Noche de lluvia*
while the shattered night in the flooded ditch mientras la quebrantada noche en la zanja
was rocking a new leaf inundada
as if rocking its child to sleep mecía una hoja nueva
while the lamplight threaded raindrops como si meciera a su niño para dormir
studded your shoulders mientras la luz de la lámpara enhebraba gotas
gleaming and rolling down de la lluvia adornando tus hombros
you said no brillando y balancéandose hacia abajo
in such a resolute tone tú dijiste que no en un tono tan resuelto
but a smile revealed your heart´s secret pero una sonrisa reveló el secreto de tu
corazón
with moist palms the low black clouds
kneaded your hair con las palmas húmedas las nubes negras
kneading in the fragrance of flowers and my bajan revolviendo tu pelo
burning mezclando el perfume de las flores y mi
breath ardiente
our shadows lengthened in the street lights respiración
connected each crossing each dream nuestras sombras se alargan en las luces de la
catching in the riddle of happiness in their calle uniéndose
net cada crucé cada sueño
tears from earlier torments soacked your atrapando el enigma de la felicidad en su red
handkerchief lágrimas de tormentos anteriores empaparon
forgotten in a pitchblack doorway tu pañuelo
olvidado en una entrada oscura
even if tomorrow morning
the muzzle and the bleeding sun incluso si mañana por la mañana
make me surrender freedom youth and pen el bozal y el sol sangriento
I will never surrender this evening me hacen renunciar a la libertad de la juventud
I will never surrender you y la pluma
let walls stop my mouth yo nunca renunciaré a esta tarde
let iron bars divide my sky yo nunca renunciaré a ti
as long as my heart keeps pounding the blood deja que las paredes callen mi boca
will ebb deja que barras de hierro dividan mi cielo
mientras en mi corazón siga fluyendo la
flow sangre
and your smile be imprinted on the crimson
moon y
rising each night outside my small window flote
recalling memories y la huella de tu sonrisa esté en la luna
carmesí
subiendo cada noche afuera de mi pequeña
ventana
reviviendo recuerdos
Bei Dao

68 El Pez Náufrago
Notes in the Rain Notas en la lluvia
waking up, the window overlooking the street despertar, la ventana que da hacia la calle
preserves the glass pane´s preserva el cristal,
complete and tranquil anguish angustia completa y tranquila
gradually turning transparent in the rain haciéndose gradualmente transparente en la
the morning reads my wrinkles lluvia
the book lying open on the table la mañana lee mis arrugas
makes a rustling noise, like el libro abierto puesto sobre la mesa
the sound of a fire hace un ruido como que susurra, como
or fan-like wings el sonido del fuego
gorgeously opening, flame and bird together o como alas de ventilador
in the space above the abyss abriéndose magníficamente, la llama y el
pájaro juntos
here, between me en el espacio encima del abismo
and the sunset clouds which herald immutable
fate aquí, entre mí
is a river full of drifting stones y las nubes del atardecer que anuncian un
jostling shadows destino inmutable
plunge into its depths hay un río repleto de piedras a a deriva
and rising bubbles sombras que se empujan
menace the starless sumiéndose en sus profundidades
daylight y las burbujas que nacen
amenazan la luz del día
people who draw fruit in the earth sin estrellas
are destinedto endure hunger
people who shelter among friends las personas que dibujan frutas en la tierra
are destined to be alone están destinadas a soportar el hambre
from tree to roots exposed beyond life and las personas que se refugian entre amigos
death están destinadas a estar solas
rain water washes away del árbol a las raíces expuestas más allá de la
mud and grass vida y la muerte
and the sound of grief el agua de la lluvia limpia
lodo y pasto
y el sonido de la pena

Bei Dao

Bei Dao (1949).


The August Sleepwalker, New Directions
T: Jessica Cheres a partir de Bonnie S. McDougall
*T: Tania Favela

El Pez Náufrago 69
THE CLOUD LA NUBE
for Stan and Jane Para Stan y Jane

WHAT I KNOW IS LIKE LO QUE CONOZCO ES COMO


A CLOUD. UNA NUBE.
I am rushing into Me arrojo dentro
It de ella
as it swells out mientras se hincha
behind me detrás de mí
in expandin billows of information en oleadas expansivas de información
like a green sweater como un suéter verde
embroidered with red roses bordado con rosas rojas
floating flotando
on blue waves en olas azules
lapping envolviéndose
in the surf en el oleaje
from de
reflected estrella
star a
to estrella
star reflejadas
while motorcycles roar mientras rugen motocicletas
and I smell y huelo
leather bindings las pastas de piel
of old books de libros viejos
McClure

70 El Pez Náufrago
ROSE RAIN LLUVIA DE ROSA
RAIN ON THE ROSES, LLUVIA SOBRE LAS ROSAS,
BLUE SKY, CIELO AZUL,

and y
you tú

on my en mi
mind. mente.

Nothing could be kinder. Nada podría ser mejor.

I´m finding Estoy encontrando

the way. el camino.

Let´s play Juguemos


each day cada día

like mayflies como efímeras


in December en diciembre

like stars como estrellas

in the eternal en el cielo eterno!


sky!

McClure

Michael McClure (1932).


Grahhr, Compañía, 2005
T: José Luis Bobadilla

El Pez Náufrago 71
Joseph to his Brothers José a sus hermanos
they characterize ellos caracterizan
their lives, and I sus vidas y yo
fill up me sació
with mine. Fill up con la mía. Me sació
with what I have, with what con lo que tengo, con lo
I see (or que veo o
need. I make necesito. No hago
no distinction. As blind men distinción. Como los ciegos
cannot love too quiet beauty. no pueden amar la belleza demasiado callada.

these philosophers estos filósofos


rein up toman las riendas
Their boats. Bring de sus barcos. Traen
their gifts, weapons sus regalos, armas
to my door. As if a mi puerta. Como si
that, in itself, eso, por sí mismo
was courage, or counting fuese valor, o ciencia
science. valiosa.

the story is a long one. Why la historia es larga. Por qué


I am here like this. Why you estoy aquí así. Por qué
hould listen, now, so late, and debes escuchar, hoy, tan tarde y
weary at the night. Its cansado en la noche. Su
heavy rain lluvia pesada
pushing que aplasta
the grass flat la hierba

it is here aquí es
somewhere. It grows en algún lugar. Crece
here. Answers. Questions. Noise aquí. Respuestas. Preguntas. Ruido
stiff as silence. Silver quiet tieso como el silencio. Tranquilidad de plata
beaten heavy under rains. So little fuertemente vencida bajo las lluvias.
of this we remember. SO few Portions Recordamos
of our lives, go on. tan poco de esto. TAN pocos pedazos
de nuestras vidas, continúan.
Baraka

Amiri Baraka (antes LeRoi Jones), (1934).


www.math.buffalo.edu
T: Diana Fernández

72 El Pez Náufrago
Un cielo cargado de lluvia* […]
Cuando se cansaba de escribir o cuando una novela no progresaba, Oki se tendía en un
sofá situado en la galería vecina a su estudio. Por la tarde solía dormir allí por espacio
de una o dos horas. Había contraído ese hábito durante los últimos cinco años. Antes
salía a caminar en lugar de echar aquellos sueñecitos; pero después de tantos años de
residir en Kamakura se había familiarizado demasiado con los templos vecinos y hasta
con las colinas de la región. Por otra parte, como se levantaba temprano, siempre hacía
un breve paseo por la mañana. Una vez despierto, no podía remolonear en la cama.
Además, prefería estar lejos cuando la criada limpiaba la casa. Antes de cenar daba
otro largo paseo.
La galería vecina a su estudio era amplia; en un rincón había un escritorio y una
silla. Oki escribía allí o en la mesa baja de su estudio, sentado en el suelo cubierto de
esteras.
El sofá de la galería era muy cómodo. Cuando se recostaba en él y estiraba los miembros,
todas sus dificultades parecían desvanecerse. Mientras escribía una novela tenía
tendencia a dormir mal de noche y a soñar con su trabajo, pero en el sofá de la galería no
tardaba en caer en un sueño profundo que borraba todo. De joven nunca había dormido
siesta. Con frecuencia dedicaba la tarde entera a recibir visitas. Escribía de noche; por
lo general desde la medianoche hasta el amanecer. Ahora que escribía durante el día,
había adoptado la costumbre de dormir un rato, pero no a hora fija. Se tendía en aquel
sofá cada vez que no avanzaba en su trabajo. A veces lo hacía de mañana, otras veces
casi al atardecer. Muy pocas veces sentía que la fatiga estimulaba su imaginación,
como en los tiempos en qu trabajaba de noche.
“Mis siestas deben de ser un síntoma de envejecimiento”, pensaba Oki. Pero el sofá era
mágico. El Pez Náufrago
Cuando se recostaba en él, se dormía y despertaba renovado. No era raro que en sueños 73 • Intimar
encontrara un camino que le sacara que le sacara del atolladero. Un sofá mágico.
Ahora había llegado la estación de las lluvias… La estación que menos le gustaba. Su
casa estaba bastante lejos del mar y separada de éste por una cadena de cerros, pero
era extremadamente húmeda. El cielo estaba bajo y opresivo. Oki experimentaba una
sorda sensación de pesadez y confusión en el cráneo, como si el moho hubiera comenzado
a invadir las circunvoluciones de su cerebro. Había días en que dormía por la mañana
y por la tarde en su sofá mágico.
Una tarde, la criada le anunció que alguien de Kyoto, llamado Sakami, deseaba verle.
Oki acababa de despertar y aún estaba tendido en el sofá.
—¿Le digo que está descansando? –preguntó la mujer.
—No. ¿Es una señorita?
—Sí, señor. Ya había estado aquí antes.
—Hágala pasar al recibidor, por favor.
Dejó caer nuevamente la cabeza y cerró los ojos. El breve sueño había aliviado
su sensación de pesadez, pero la visita de Keiko era más revitalizante aún. Se levantó,
se lavó y entró en el salón. Keiko se puso de pie en cuanto le vio. Se había ruborizado
ligeramente.
—Lamento haberme presentado así, sin previo aviso.
—Me alegra que haya venido. La vez pasada yo había salido y me quedé sin verla. Debió
Kawabata

esperarme un rato más.


—Taichiro me llevó a la estación.
—Ya lo sabía. Me dijo que le había enseñado Kamakura.
—Sí.
—Supongo que no habrá sido novedad para usted, puesto que es natural de Tokyo.
Además Kamakura no tiene comparación con Kyoto o con Nara.
—La puesta de sol en el mar era una maravilla –dijo Keiko, mirándole a los ojos.
Oki se sorprendió de que su hijo la hubiera llevado hasta la costa.
—No nos habíamos visto desde Año Nuevo –comentó—. Ya han transcurrido seis
meses.
—¿Usted considera que eso es mucho tiempo, señor Oki? ¿Seis meses le parecen un
periodo largo?
Oki se preguntó adónde querría llegar la muchacha.
—Supongo que todo depende de cómo lo vea cada uno –dijo.
Keiko no sonreía, casi parecía considerar su respuesta con un cierto desdén.
—Si pasara seis meses sin ver a la persona que usted ama, ¿no le parecería que es un
lapso muy largo?
Keiko permanecía en silencio, con la misma expresión desdeñosa. Sus ojos verdosos
parecían desafiarle. Oki comenzaba a sentirse un poco incómodo.
—A los seis meses de embarazo la criatura se mueve en el vientre de la madre –prosiguió,
con la intención de confundirla. Ella no respondió.
—Sea como fuere, hemos pasado del invierno al verano, aun cuando todavía estemos
en esta insoportable estación de las lluvias… Ni siquiera los filósofos parecen tener
una explicación satisfactoria de lo que significa el tiempo. La gente dice que el tiempo
lo resuelve todo; pero yo tengo mis dudas acerca de eso también. ¿Qué opina usted,
señorita Sakami? ¿Cree usted que la muerte es el final de todo?
—No soy tan pesimista.
—Yo no diría que eso es pesimismo –dijo Oki, para mostrarse contradictorio—. Es
lógico que seis meses no sean lo mismo para mí que para una joven como usted. O
supongamos que alguien padece de cáncer y sólo tiene seis meses de vida. También hay
gente que pierde la vida en forma repentina, por un accidente de tráfico o en la guerra.
El Pez Náufrago Hay quienes son asesinados.
Intimar • 74 —Pero usted es un artista, señor Oki, ¿no?
—Me temo que sólo voy a dejar tras de mí cosas de las cuales me avergüenzo.
—No tiene por qué avergonzarse de ninguna de sus obras.
—Ojalá fuera así. Pero quizá todo lo que he hecho desaparezca. Me gustaría.
—¿Cómo puede decir semejante cosa? Usted tiene que saber que su novela sobre mi
maestra va a perdurar.
—¡Otra vez esa novela! –exclamó Oki con el ceño fruncido—. Hasta usted la menciona,
a pesar de conocer a Otoko como la conoce.
—Justamente porque la conozco. Es inevitable.
—Quizá lo sea.
La expresión de Keiko se iluminó.
—¿Ha vuelto a enamorarse usted, señor Oki?
—Sí, supongo que sí. Pero no como me enamoré de Otoko.
—¿Y por qué no escribió sobre ese otro amor?
—Bueno… —Oki vaciló—. Ella me dijo a las claras que no quería figurar en un libro
mío.
—¿En serio?
—Quizá eso señale una debilidad de mi parte, como escritor, pero creo que no hubiera
podido volcar tanta emoción por segunda vez.
—A mi no me importaría que usted escribiera sobre mí.
Kawabata

—¿No?
Aquél era su tercer encuentro con la muchacha… si es que podía hablarse de
“encuentros”. ¿Qué podía escribir sobre ella? A lo sumo podía tomar prestada su belleza
para adjudicársela a algún personaje. Keiko había dicho que había bajado a la playa
con Taichiro. ¿Qué habría sucedido en aquella oportunidad?
—De modo que he dado con una espléndida modelo –dijo Oki en voz alta y rió para
ocultar sus aprensiones. Pero cuando la miró, la extraña seducción de aquellos ojos
silenció su risa. Tenía unos ojos tan brillantes, que casi parecían llenos de lágrimas.
—La señorita Ueno ha prometido pintar mi retrato –dijo Keiko.
—¡Ah, sí!
—Y yo traje otro cuadro para mostrárselo.
—No puedo decir que sepa mucho de pintura abstracta, pero me encantaría verlo.
Vayamos a la habitación de al lado. Allí hay más espacio. Mi hijo ha colgado en su
estudio los dos cuadros que usted trajo la otra vez.
—¿No está en casa su hijo?
—No. Hoy es uno de sus días de universidad. Mi esposa está en el teatro.
—Me alegro de que usted esté solo –murmuró Keiko y se dirigió al hall de entrada
para buscar su lienzo. La llevó a la sala de estar de estilo japonés. El cuadro tenía un
marco simple de madera natural. El color predominante era el verde, pero la joven
había utilizado también con audacia una gran variedad de colores, según su fantasía.
La superficie entera era bullente y ondulada.
—Para mí esto es realista, señor Oki. Es un campo de té en Uji.
Oki se puso en cuclillas para observar la pintura.
—Es una plantación de té que parece un mar agitado…es un campo de té restallante de
juventud. Al comienzo pensé que simbolizaba un corazón en llamas.
—¡Cuánto me alegra! ¡De modo que usted lo ha visto así…!
Keiko se arrodilló junto al hombre. Su barbilla estaba muy próxima al hombro de él,
mientras estudiaba la tela, y su aliento rozó la nuca de Oki como una brisa tibia.
—¡Me alegro tanto! –repitió la muchacha—. ¡Me hace feliz que usted haya visto un
corazón en este cuadro! Sin embargo, no es gran cosa como representación de un campo
de té.
—Es realmente juvenil. El Pez Náufrago
—Por supuesto, fui a la plantación de té a hacer bocetos; pero sólo lo vi como un conjunto 75 • Intimar
de hileras de arbustos en el transcurso de la primera hora.
—¡Ah, sí!
—La plantación estaba muy inmóvil. De pronto todas aquellas olas de fresco verde se
pusieron en movimiento y, finalmente, surgió esto. No es abstracto.
—Pero yo diría que en un campo de té predominan los colores apagados, aun cuando
haya brotes nuevos.
—¡Nunca aprendí a ser apagada! Ni en arte ni en emociones.
—¿En las emociones tampoco?
Al volverse hacia ellas, el hombro de Oki rozó los tiernos pechos de Keiko. Sus ojos se
detuvieron en una de las orejas de la joven.
—Si sigue así, quizá un buen día decida cortarse una de esas preciosas orejas.
—No soy un genio como Van Gogh. Alguien tendrá que encargarse de arrancármela
de tajo.
Alarmado, Oki se volvió bruscamente para mirarla de frente y Keiko se aferró a él para
no perder el equilibrio.
—Detesto las emociones moderadas –dijo, sin modificar su posición.
Habría bastado su más ligera presión para que cayera indefensa en brazos de Oki,
dispuesta al beso.
Pero Oki no se movió. Ella también permaneció estática.
Kawabata

—Señor Oki –murmuró, mientras sus ojos se clavaban en los del hombre.
—Sus orejas son adorables –dijo él—; pero su perfil es de una belleza un tanto
aterradora.
—¡Me alegra mucho que piense así! –murmuró la joven y su cuello se tiñó de un ligero
rubor—. No lo olvidaré mientras viva. ¿Pero cuánto durará esa belleza? A las mujeres
nos entristece pensar en eso. Oki no encontró respuesta a aquella observación.
—Es incómodo que la contemplen a una; pero cualquier mujer estaría encantada de
parecer hermosa a los ojos de un hombre como usted.
Oki se sorprendió ante el calor de esas palabras. La muchacha parecía estar
pronunciando frases de amor.
—Yo también estoy encantado –dijo con expresión grave—. Pero pienso que en usted
debe de haber aspectos de belleza que yo no he llegado a conocer.
—¿Le parece? No lo sé. No soy modelo. No soy más que alguien que trata de pintar.
—Un pintor tiene derecho a usar modelo. A veces envidio eso.
—Si yo le sirvo de algo…
—Muy agradecido.
—Ya le dije que no me importaría que usted escribiera sobre mí. Lo único que lamento
es no poder estar a la altura de la mujer que usted sueña.
—¿Prefiere que sea realista?
—Es cosa suya.
—Una modelo de pintor y una modelo de escritor son cosas muy diferentes, como usted
comprenderá.
—Por supuesto –aceptó Keiko, agitando sus largas pestañas—. Pero mi boceto del campo
de té no es meramente una escena de la naturaleza. Muestra mucho de mí misma.
—Todos los cuadros son así, ¿no? Aun los abstractos. Pero una modelo tiene que ser
otro ser viviente. Las novelas también necesitan de seres vivos, por mucho que hablen
de los paisajes.
¡Yo soy un ser humano, señor Oki!
—Y un ser humano muy bello –añadió Oki mientras la ayudaba a ponerse de pie—.
Pero hasta la modelo para un desnudo sólo tiene necesidad de posar.. Y eso no basta
para un novelista.
El Pez Náufrago —Lo sé.
Intimar • 76 ¿De veras?
—Sí.
Oki se sentía inhibido por la audacia de ella.
—Supongo que puedo tomar prestados sus encantos para algún personaje de novela.
—No me parece muy divertido –dijo ella con aire deliberadamente coqueto.
—Las mujeres son muy extrañas –comentó Oki para salir del paso—. Dos o tres me
han dicho que están seguras de que he construido un determinado personaje sobre el
modelo de ellas. Y eran perfectas desconocidas, mujeres con las que no he tenido nada
que ver. ¿Qué clase de autoengaño puede ser ése?
—Hay muchas mujeres desdichadas que se consuelan con ese tipo de autoengaño.
—¿No cree que hay algo que anda mal en esas mujeres?
—Es muy fácil que algo no ande bien en las mujeres. Usted podría hacer que una mujer
ande mal, ¿no?
Perplejo, Oki no supo qué responder.
—¿Y se limita a esperar con toda frialdad a que eso suceda? –insistió ella.
Oki procuró cambiar el giro de la conversación.
—Pero, como le decía, es muy distinto ser modelo de un novelista. Es un sacrificio sin
recompensa.
—¡Adoro sacrificarme! Quizá ésa sea la razón de mi vida.
Una vez más la muchacha le dejaba atónito.
Kawabata

—En su caso es como si estuviera exigiendo el sacrificio de la otra persona.


—Eso no es verdad. El sacrificio nace del amor. Del deseo.
—¿Se está sacrificando usted por Otoko?
Keiko no respondió.
—Estoy en lo cierto, ¿no?
—Quizá haya sido así; pero Otoko es una mujer, después de todo. No tiene nada de
sublime que una mujer consagre su vida a otra.
—No sé nada de eso.
—Ambas pueden destruirse.
—¿Destruirse?
—Sí –dijo Keiko e hizo una pausa; luego prosiguió—: Odio albergar la menor duda. No
me importa que sólo dure cinco o diez días, pero necesito a alguien que pueda hacerme
olvidar completamente de mí misma.
—Eso es mucho pedir, aun en el matrimonio, ¿no le parece?
—He recibido propuestas matrimoniales, pero ese tipo de devoción no cuenta. No quiero
preocuparme por mí misma. Como ya le dije: odio las emociones moderadas.
—Parecería sentir que debe suicidarse a los pocos días de haberse enamorado de
alguien.
—No temo al suicidio. Lo peor que puede ocurrir es que uno se harte de la vida. Me
sentiría plenamente feliz si usted me estrangulara… después de haberme usado como
modelo.
Oki trató de rechazar la idea de que Keiko se había acercado con la expresa intención
de seducirle; quizá no fuera tan calculadora. De cualquier manera, era un modelo muy
interesante para un personaje. Pero no era improbable que una historia sentimental,
seguida de separación, la condujera a una clínica psiquiátrica, como había ocurrido con
Otoko.
A comienzos de la primavera, cuando Keiko había llevado sus otros dos cuadros,
Taichiro la había recibido y luego la había llevado hasta el mar, a bastante distancia de
Kamakura. Era evidente que la muchacha había cautivado a su hijo.
Pero una mujer como ésa podía arruinarle, pensó Oki. Se dijo a sí mismo que esa
conclusión no era fruto de sus celos.
—Espero que cuelgue este cuadro en su estudio –dijo Keiko. El Pez Náufrago
—Pues bien, supongamos que lo haga –replicó él. 77 • Intimar
—Quiero que le eche una mirada de noche, en una habitación poco iluminada. El verde
del campo de té pasará a segundo plano y todos mis colores chillones aparecerán.
—Supongo que eso me provocará sueños muy extraños.
—¿Qué clase de sueños, por ejemplo?
—Bueno… Sueños juveniles, sin duda.
—¡Qué amable de su parte! ¿Lo dice en serio?
—No tiene nada de extraño puesto que usted es joven –comentó Oki—. Esas ondulaciones
redondeadas reflejan la influencia de Otoko, pero los colores son usted misma.
—Un día bastará. No me importa que después se llene de polvo en un armario. Es
un mal cuadro. ¡No pasará mucho tiempo antes de que yo vuelva por aquí y lo haga
trizas!
¿Cómo?
—Lo digo muy en serio –aseguró ella en un tono curiosamente dulce—. Es un mal
cuadro. Pero si usted lo cuelga en su estudio aunque sólo sea por un día…
Oki no sabía qué decir. Keiko agachó la cabeza.
—Me pregunto si este cuadro realmente puede provocarle sueños.
—Me temo que voy a sentirme tentado de soñar con usted.
—¡Ay, por favor, hágalo! ¡Sueñe conmigo todo lo que quiera! –exclamó la muchacha y un
rubor inesperado tiñó sus orejas—. Pero usted no ha hecho nada para soñar conmigo,
Kawabata

señor Oki –añadió mirándole a los ojos.


—Entonces la acompañaré como hizo mi hijo. No hay nadie en casa, de modo que no
puedo ofrecerle una cena. Llamaré un taxi.
El taxi dejó atrás Kamakura y avanzó a lo largo de la playa de Shichiri. Keiko se
mantenía en silencio.
Tanto el mar como el cielo estaban grises.
Oki hizo detener el taxi en el acuario de Enoshima, frente a la isla.
Compró pulpo y caballa para alimentar a los delfines. Los delfines saltaban del agua
para recibir la carnada de manos de Keiko. Ella se fue volviendo cada vez más audaz y
comenzó a elevar más y más los bocados. Los delfines saltaban cada vez más alto. Keiko
se divertía como un niño. Ni siquiera advirtió que había comenzado a llover.
—Salgamos de aquí antes de que arrecie la lluvia—urgió él—. Su ropa ya debe de estar
húmeda.
—¡Es tan divertido!
En el coche, Oki le contó que del otro lado de la bahía, un poco más allá de Ito, solían
verse cardúmenes enteros de delfines.
—Los persiguen hasta obligarlos a llegar cerca de la costa, y entonces los hombres se
tiran al agua y los agarran a mano limpia. Los delfines no resisten que se les haga
cosquillas bajo las aletas.
—Pobrecitos.
—Me pregunto si una chica bonita lo resistiría.
—¡Qué idea tan repugnante! Creo que se defendería a arañazos.
—Es probable que los delfines sean más mansos.
El taxi llegó a un hotel situado en el punto más alto de una colina. Desde allí se
contemplaba toda Enoshima. La isla también estaba gris, y la península de Miura se
extendía vagamente hacia la izquierda. La lluvia caía en grandes gotas y en el aire
pendía la niebla habitual en esa época. Hasta los pinos cercanos parecían brumosos.
Mientras se dirigían a la habitación que se les había destinado, sentían la piel húmeda
y pegajosa.
—No podemos regresar –dijo Oki—. La niebla es demasiado espesa.
Keiko hizo un gesto afirmativo. Él se sorprendió al ver lo dispuesta a acceder que se
El Pez Náufrago mostraba la muchacha.
Intimar • 78 —Deberíamos darnos un baño antes de cenar –prosiguió Oki, y se pasó una mano por
la cara—, ¿Desea jugar a los delfines?
—¡Qué cosas tan desagradables dice usted! ¡Se da cuenta que me está colocando en
la misma categoría que un pez! ¿Es necesario que se ponga grosero? ¡Jugar a los
delfines!
Se apoyó contra el marco de la ventana.
—¡Qué mar tan oscuro! –comentó.
—Lo siento.
—Podría haber dicho que le gustaría verme desnuda; podría haberme tomado
simplemente en sus brazos.
—¿Y usted no se hubiera resistido?
—No lo sé… ¡Pero pedirme que juegue a los delfines es un insulto! Después de todo, ¡no
soy una prostituta! ¡Qué depravado es!
—¿Sí?
Oki se dirigió al baño, se dio una ducha, enjuagó rápidamente la bañera y comenzó a
llenarla. Cuando salió tenía el pelo revuelto y se friccionaba el cuerpo con una toalla.
—Le estoy preparando un baño caliente –dijo, sin mirarla—. La bañera ya debe de
estar casi llena.
Keiko contemplaba el mar con expresión impenetrable.
—Ahora llovizna. Apenas si se distinguen la isla y la península.
Kawabata

—¿Está triste?
—Odio ese tono de mar.
—Tiene que sentirse incómoda con esta humedad. ¿Por qué no toma su baño?
La muchacha asintió con la cabeza y se dirigió al baño. No se oyeron chapoteos, pero
cuando regresó parecía fresca. Se sentó ante la mesa tocador y abrió su bolso.
Oki se le aproximó por detrás.
—Me lavé la cabeza en la ducha, pero en el baño no había más que crema fijadora y no
me gusta el olor.
—Póngase un poco de mi perfume –dijo Keiko y le alargó un frasquito.
Oki lo olió.
—¿Qué hago, me lo echo encima de la crema fijadora?
—¡Una gotita! –dijo ella sonriendo.
Oki le tomó una mano.
—Keiko, no te maquilles.
—¡Me está haciendo daño! –protestó ella y se volvió para mirarle de frente
—. Es malo, ¿eh?
—Me gustas tal como eres. Tienes unos dientes y unas cejas tan lindos.
Apoyó los labios sobre las mejillas ardientes de Keiko. Ella lanzó un gritito cuando su
silla se tumbó y la arrastró en la caída. Ahora, los labios de Oki estaban sobre los de
ella.
Fue un beso muy largo.
Oki echó la cabeza atrás para cobrar aliento.
—No, no. No te detengas. –clamó Keiko y le apretó contra su cuerpo.
Él trató de bromear para ocultar su sorpresa.
—Ni los pescadores de perlas resisten tanto tiempo sin respirar. Te desmayarás.
—Haz que me desmaye…
—Ya sé que las mujeres tienen más energías…
Una vez más la besó largamente. Cuando quedó sin aliento la levantó en sus brazos y
la depositó sobre la cama. Ella se hizo un ovillo.
No ofreció resistencia, pero a Oki le resultó difícil lograr que extendiera sus miembros.
No tardó en comprobar que no era virgen. Comenzó a tratarla con más rudeza.
En ese momento Keiko gimió bajo él. El Pez Náufrago
—¡Ay!... ¡Otoko, Otoko! 79 • Intimar
—¿Qué?
Oki creyó que pronunciaría su nombre, pero su vigor cedió al advertir que estaba
nombrando a Otoko.
—¿Qué has dicho? ¡Otoko!
Su tono era frío.
Ella se hizo a un lado sin responder […]
Kawabata

Yasunari Kawabata (1889-1972).


* Lo bello y lo triste, 1979, Ultramar
T: N M de Machain
Mil grullas** […]
La lluvia salpicaba las hojas.
Con la lluvia en las hojas llegó el sonido de la lluvia sobre un paraguas. La mucama gritó
a través de la puerta cerrada. Kikuji dedujo que alguien llamado Ota había llegado.
—¿La joven señorita?
—No, señor, la madre. Está terriblemente delgada.
Me pregunto si habrá estado enferma.
Kikuji rápidamente se puso de pie. Sin embargo, se quedó allí, sin moverse.
—¿A dónde la llevo?
—La casa del jardín estará bien.
—Sí, señor.
La señora Ota no tenía paraguas. Quizá lo había dejado en la casa principal.
Él pensó que la lluvia le había azotado el rostro, pero eran lágrimas.
Supo que eran lágrimas por el caudal constante que corría sobre sus mejillas.
Y él había pensado que eran gotas de lluvia; ésa era la medida de su falta de atención.
—¿Qué sucede? –casi gritó al acercarse a ella.
La señora Ota se arrodilló en la veranda con ambas manos sobre el piso y delante de
ella.
Se acomodó suavemente, de cara a Kikuji.
Gota a gota la veranda cerca del umbral estaba húmeda.
Las lágrimas caían con regularidad y Kikuji de nuevo se preguntó si serían gotas de
lluvia.
La señora Ota no dejó de mirarlo. Su mirada parecía impedirle caerse. Kikuji también
sintió que ella correría peligro si le sacaba los ojos de encima.
El Pez Náufrago Tenía hundidos los ojos y había pequeñas arrugas alrededor, y ojeras debajo. El
Intimar • 80 pliegue de los párpados estaba enfatizado de una manera extraña y malsana, y los ojos
suplicantes resplandecían de lágrimas. Él sintió una ternura indescriptible en ellos.
—Lo siento. Quería verte y no pude mantenerme alejada –dijo con calma.
Había cierta ternura también en su figura.
Estaba tan delgada que él apenas hubiera soportado mirarla si no hubiera sido por la
ternura.
Su sufrimiento lo atravesó. Aunque él era la causa de ese sufrimiento, tuvo la fantasía
de que en la ternura su propio sufrimiento se aligeraba.
—Te mojarás. Entra. –De repente, Kikuji la rodeó con un abrazo profundo, casi cruel,
desde la espalda al pecho, y la levantó en el aire.
Ella intentó incorporarse.
—Suéltame, suéltame. Ves lo liviana que soy.
—Muy liviana.
—Soy tan liviana. He perdido peso.
Kikuji estaba un poco sorprendido consigo mismo, por la manera abrupta en que había
tomado a la mujer en sus brazos.
—¿No se preocupará tu hija?
—¿Fumiko?
—¿Ella está contigo? –dijo como si la muchacha estuviera cerca.
—No le dijo que venía. –Las palabras eran pequeños sollozos. –No me saca los ojos de
Kawabata

encima. Por las noches se despierta si hago el menor movimiento. Últimamente ella
misma se ha comportado de manera extraña, por mi culpa. –La señora Ota estaba
ahora de rodillas y erguida. –Me preguntó por qué yo había tenido sólo un hijo. Dijo que
yo debería haber tenido un hijo con el señor Mitani. Dijo cosas espantosas.
Kikuji percibió, por las palabras de la señora Ota, cuán profundo debía de ser la tristeza
de la muchacha.
Él no podía sentirla como la tristeza de la madre. Era la tristeza de Fumiko.
El hecho de que Fumiko hubiera hablado de un hijo de su padre lo atravesó como una
lanza.
La señora Ota continuaba mirándolo.
—Quizá venga hoy, después de mí. Yo me escabullí cuando ella no estaba. Está lloviendo
y ella pensó que yo no me marcharía.
—¿Debido a la lluvia?
—Ella parece pensar que ahora estoy demasiado débil como para salir a la lluvia.

El Pez Náufrago
81 • Intimar

Kawabata

Yasunari Kawabata (1889-1972).


** Mil grullas, 2004, Emecé
T: María Martoccia
Después de la lluvia
El hombre va caminando calle arriba. En dirección contraria a las nubes. Lleva en la
mano un periódico. Lo balancea discretamente. Un taxi le da alcance y sus pasajeros
lo saludan. La música del radio del taxi queda suspendida en el aire, en confusos
remolinos. El hombre se detiene. Los remolinos crecen y la tormenta en el alma. Mira
al taxi que se aleja; piensa el chofer. Echa a andar de nuevo. Piensa también en los
pasajeros, ajenos, en rigor, a él y que no tenían por qué saludarlo. Un par de veces los
vio en la administración del hotel, recogiendo correspondencia o llaves. Un saludo como
una mariposa loca posándose en una flor de papel.
El hombre siente que su alma se recupera. La observa: sabe que si está desarbolada
difícilmente podrá volar a puerto. Acorta el paso: entonces oye el golpe de fieles vientos
en el velamen. Comprende que reacciona demasiado a las cosas del mundo. Que hay
más resistencia en una tela de araña que en sus sentidos. Busca donde desayunar: un
lugar solitario.
El restaurant es modesto. El hombre escoge la mesa que está más apartada de la puerta.
Cuando se sienta y apoya los codos en la mesa, la tabla gime. Levanta enseguida los
codos y se cruza de brazos. Se oye, en otra parte, el ruido de un chorro de agua. El
hombre trata de localizarlo; pero en ese momento cesa. En el vano de la puerta simulada
en la pared, aparece la figura de otro hombre. Comienza a caminar, el tronco erguido,
adelantando en la penumbra la barbilla. El trecho hasta la mesa donde está el cliente
se le antoja inmenso.
Llega, por fin, y deja lo que trae en la mano: un vaso con agua.
—Tenemos— anuncia—: café con leche y pan, nada más.
El hombre ve que el mesero no tiene ya ninguna prestancia. Está encorvado y su
El Pez Náufrago barbilla junto al piso.
Intimar • 82 —Café y pan— le pide—, pero llévese el agua; no la acostumbro por las mañanas.
El mesero recoge el vaso de mal humor y vuelve a la cocina. Y a la mitad de su camino,
con una voz destemplada, grita:
—Café y pan, para la cuatro...
Pero la puerta de la cocina se encuentra cerrada, y el grito rebota y se revuelve
como un animal herido, en la jaula del restaurancito. El hombre se levanta entonces
violentamente y se lanza sobre el mesero. Cae al piso el periódico. El hombre sacude al
mesero, derrama el agua pero no suelta el vaso. El grito, el animal herido, como un eco
los envuelve a ambos.
En la cocina se oyen otros gritos y la puerta se abre bruscamente.
El mesero y el hombre son separados por un viejo y una mujer. La mujer se lleva al
mesero, mimosa, a la cocina. El viejo enfrenta al hombre. Le reclama:
Salustio tiene infinitas penas y no duerme; ¿por qué lo atacó usted?
El hombre, aturdido, solo sabe mirar. Retrocede. Como sonámbulo va donde ha caído el
periódico y lo recoge. Y antes de salir se lo da al viejo.

El hombre olfatea el aire. Vagas chispas de agua se le estrellan en la frente y en las


mejillas. Se las limpia, despacio, con la manga del impermeable siente que lo espían de
la vidriera del restaurant. Busca unos ojos: es el viejo.
Comienzan a caer gruesas gotas en la vidriera.
Gardea

El hombre se acerca a la vidriera y aparta con una mano los hilos de las gotas que
corren, como si apartara los hilos de una cortina. Pero del otro lado ya no hay nadie. El
viejo se ha ido.
Las gotas se hacen más frecuentes.
El hombre se retira de la vidriera, se levanta el cuello del impermeable y echa a andar.
En la calle, la gente camina pegándose a las paredes. El hombre la mira, divertido.
Piensa en conejos y madrigueras. Fogonazos de luz cruda iluminan el pavimento.
El hombre abre y voltea una mano, pero pronto la cierra: las gotas le provocan intenso
escalofrío.
La puerta de una tienda lo recibe. Allí se encuentra con gente que está mirando cómo
llueve y que apenas repara en él.
La lluvia, con el peso del viento en sus espaldas, como una turbia procesión, se inclina
hacia adelante.
Pero el cielo retumba. Y el viento huye. Y deja de llover.

El pavimento negro resplandece. Por la calle bajan arroyos arrastrando basura. El


hombre evita los charcos de la banqueta. Ha alcanzado a ver en la esquina del hotel, un
grupo de gente rodeando el puesto de periódicos.

El de los periódicos yace en el suelo, boca arriba. De la ropa, del pelo de la cara, le
escurre agua. Un resplandor de vapor azul, lo circunda. Su banco, volteado en la acera,
le apunta con las cuatro patas en la cabeza. En el alambre las revistas, se han echado
a perder con la lluvia. Directamente debajo de las revistas hay una pila de periódicos,
tapados con un plástico. Ahí descargan su gotera las revistas. Los curiosos miran todo
esto, y al hombre que se ha arrodillado junto a los periódicos.
Alguien dice:
—Está muerto. Ni siquiera tuvo tiempo de guardar sus cosas.
El cielo, que aún sigue igual de encapotado, rezonga. Los curiosos voltean a verlo y se
aprietan uno contra otro. Se abre una sombrilla, más oscura que el cielo en el grupo.
El hombre hunde una oreja en el vapor azul que despide el cuerpo, y la pone en el pecho,
sobre el corazón. Escucha atentamente. Los curiosos se acercan. No falta quien haga El Pez Náufrago
el gesto de estar también escuchando. Hay mucho silencio. El ruido de los automóviles 83 • Intimar
que pasan no logra penetrarlo. Pero nadie se da cuenta de eso. Sólo oyen el lento goteo
de las revistas.
Sopla un chiflón de viento helado. La sombrilla se bambolea y silba el viento en la
antena que la remata.
El hombre se pone de pie. Tiene en la cara como un resplandor.
—¿Muerto?— le preguntan.
No contesta. Mira la sombrilla. Piensa: es membranosa como las alas de un murciélago,
tendido al sol del mediodía.
—No. No está muerto— contesta—, coros le están cantando adentro.
Nadie le entiende. La mujer de la sombrilla la cierra, la baja, y con la antena pica el
cuerpo dos, tres veces. Otro trata de moverlo con la punta del pie.

— Qué coros ni que nada...— dice.


Pero el hombre ya no lo oye. Camina rumbo al hotel. Ahora no se preocupa de los
charcos de la banqueta; los pisa alegremente. La lluvia ha recomenzado, pero menuda,
festiva, como si descendiera del cielo en unas andas de viento y entre relámpagos.
El hombre se descalza y deja los zapatos en una silla, luego se acerca a la ventana: no
puede ver el edificio de enfrente; tampoco la calle, cinco pisos más abajo. Los fuegos del
cielo son continuos y no revelan más que la íntima y gris soledad del agua. Los truenos
hacen vibrar los objetos del cuarto y al aire confinado. El hombre siente el frío piso en los
Gardea

pies y una desolación, de golpe, inmensa. Se apoya en el marco de la ventana, la mirada


perdida en la lluvia la memoria en el hombre de la esquina del hotel. Se pregunta si lo
habrán levantado a tiempo, antes de que el trueno dispersara sus voces, arrasara sus
espigas. Vuelve a mirar hacia la calle y hace un esfuerzo por penetrar su oscuridad. La
desolación crece en su pecho, se lo vacía de todo, menos de la imagen del muerto, que
persiste. Piensa que también pudiera llevárselo el agua, si sube mucho en las calles y
las calles se tornan frías. Un trueno de espanto sacude de arriba a abajo al edificio y
a un florero sin flores que cae, rompiéndose. El trueno se aleja después, como un viejo
por solitarias habitaciones. Y luego sobrevienen rápidos fogonazos, embestidas de un
viento alumbrado y del agua densa, contra la ventana donde está parado el hombre.
Éste recula, hacia la cama. Le brilla el impermeable, húmedo aún. Cuando siente que
ha topado con la cama, se trepa y se recuesta. Tiembla de frío y de miedo. El frío le
entra por los pies. Enderezándose un poco se los cubre con la colcha y los empalma
debajo. Suspira confortado. Los vientos se retiran con la misma brusquedad con que
vinieron. Y vuelve el sordo, profundo rumor de la tormenta. El hombre se tranquiliza
y se acomoda mejor en la cama. Entonces comienza a tararear una melodía. De modo
inseguro, al principio, como si estuviera oyéndola lejos y no consiguiera cantarla con
entera claridad. Pero después, un poco después, cobra aplomo y la domina, virtuoso. Es
bella: la ha escuchado ya antes. Es la que cantaban los coros en el pecho del muerto.
La melodía va adueñándose de la atmósfera del cuarto, de los objetos, de los turbios
rincones, anda por el aire, combatiendo, abandonándose a su arte, el hombre cierra los
ojos. Y mueve, rítmico, su cabeza.

La lluvia rueda por los vidrios de la ventana. El hombre duerme. Tiene la boca abierta,
la cabeza doblada sobre un hombro. Debajo de la colcha se adivinan sus pies, separados,
divergentes, son largos y puntiagudos. Hay bastante más luz que antes en el cuarto.
Los restos del florero la reflejan, verdes como la lluvia. Los zapatos del hombre miran
hacia la ventana, pero están ciegos: son botas de una sola pieza y de media caña, sin
agujeritos para las cintas. Poseen la forma que les ha dado el pie, pero como el agua les
arriscó las puntas, semejan los zapatos de un duende. Al respirar, el hombre emite un
El Pez Náufrago vago murmullo. Grande placidez reina sus facciones. Deja de llover. El rumor de la calle
Intimar • 84 sube hasta la ventana. Y entonces el hombre abre los ojos y mira en torno suyo. Junta
y vuelve a empalmar los pies bajo la colcha. Siente frío de nuevo. Por la ventana entra
un débil rayo de sol. El hombre se sobresalta; consulta su reloj:
—Las cinco –dice.
Se sienta a la orilla de la cama. Recuerda que algo se rompió durante la tormenta. Mira
al piso, al florero, hecho pedazos. Desde la cama alcanza los zapatos. Se los pone con
trabajos: los calcetines, húmedos, se resisten al cuero crudo de la caña. Cuando termina
está sudando y maldiciendo los días borrascosos; pero se levanta y se acerca de nuevo a
la ventana, y comprueba otra vez la hora:
—Cinco con treinta—dice.
Tiene el gesto agrio. En el edificio de enfrente hay varias ventanas abiertas. En una,
una mujer está contemplando la tarde. Se le ven iluminados los ojos, avivada su luz por
el fresco vientecito vespertino. Con una mano se cierra el cuello del abrigo, mientras
que la otra reposa sobre el marco de la ventana. El hombre la mira; mira a sus manos
y a su rostro demacrados; al confortable abrigo que la defiende del tiempo; luego a su
peinado, liso, restirado hacia la nuca. El hombre da unos golpecitos con los nudillos en
el vidrio de la ventana, para llamar la atención de la mujer. Parece su llamado cosa de
loco, por el ruido intenso de la calle. Y, sin embargo, espera. La luz se va apagando en
los ojos de la mujer. El tono del abrigo azul se ha vuelto más oscuro, marino. El hombre
sigue esperando, con las manos metidas en las bolsas del impermeable. Siente el frío
del cuarto y de sus zapatos mojados. Piensa que debió haberse quitado cuando menos el
Gardea

impermeable y no dormirse con él puesto: no estaría tiritando hasta los huesos.


—Pero no pude—dice—, entre tantos cantos el sueño venció al espíritu.
Habla en voz alta, como dirigiéndose a alguien más en el cuarto y a quien tuviera
que rendirle cuentas. La luz se apaga en los ojos de la mujer. El hombre aguza su
atención y saca las manos de las bolsas. La espaciosa frente femenina se ensombrece de
pronto, como una blanca pared al paso de una nube. El hombre, levantando una mano,
la apoya, abierta, en la superficie del vidrio. La mujer baja, entonces, los ojos, y lo ve.
De la cara del hombre se borra toda acritud, y la placidez de la pasada siesta reaparece.
Lentamente comienza a cerrar la mano apoyada en el vidrio hasta convertirla en un
puño.
—Las cosas están en mi mano—dice—. Pero necesito del cielo para retenerlas.
Cuando baja la mano la mujer ya no se halla en la ventana.
—Vámonos, pues, nosotros también—dice.

En las escaleras el hombre recuerda que no ha comido nada en todo el día. Vuelve a mirar
su reloj, las manecillas luminosas, la del segundero que avanza como tropezándose, y
dice:
—Ya no hay tiempo.
Pero reflexiona un momento:
—Sólo que en el camino algo encontrara— añade.
No obstante que tiene prisa, baja lentamente las escaleras, casi nocturnas, húmedas y
estrechas, siente las desportilladuras tremendas del filo de los escalones, y para evitar
una caída tantea primero el paso. Los descansos de la escalera son breves. Esto lo
fatiga.
Con ansia mira hacia adelante, en cada vuelta de la escalera, esperando ver vencida,
por la luz de la administración la penumbra. Pero como después de cada recodo no hay
ni señas de luz, el hombre piensa si acaso la escalera no se habrá hundido en la piedra,
como una espada, y él se encuentra caminando por el ajeno reino de los muertos. La
idea no le gusta. Y comienza a buscar, en la pared, un apagador, con mano ávida. Y da
con uno. Pero cuando va a prenderlo escucha voces y el raspar de un fósforo en la lija
de una cajita. El Pez Náufrago
Distingue enseguida una sombra que se le acerca y le pregunta quién es. 85 • Intimar
—Soy el huésped que tomó el 17. Me voy –responde.
—¿Se va usted? Soy el administrador. No tenemos luz y la tarde ha vuelto a nublarse.
Quizá siga lloviendo.

El hombre no ve ni un alma en el andén. Nadie ha venido a esperarlo. Ocho horas de


caminar en un vagón atestado de gente, de murmullos y de voces, le han dejado los
nervios de punta. Pero cuando el tren ya va lejos, vuelve la cara al cielo, a las estrellas
de la madrugada. Esto lo reanima, y esto, a poco, le borra la pesadilla del viaje: siente
que se hunde, que retoza en el luminoso hervidero que tiene a la vista.
—Debo esperar— murmura.
La noche es tibia. En la estación la luz es escasa. El hombre procura asiento en la banca
de hierro puesta contra la pared. Allí, el último de los foquitos del techo del andén
apenas puede contra la luz de las estrellas. El hombre está sentado con las piernas
cruzadas y la mirada ausente, y con su actitud refuerza y enriquece el silencio. En
nada piensa. Con los ojos, como movidos por una voluntad ajena a él sigue el vuelo de
las pequeñas palomas nocturnas alrededor del foquito. De cuando en cuando cambia de
posición las piernas, enfundadas en un pantalón claro, de bordes irregulares. A veces,
se contempla las manos, blancas, grandes y huesudas, y luego vuelve a ensimismarse.
El silencio, enriquecido, comienza a derramarse del vaso de esa hora, sobre el hombre,
como un aceite de unción. Despega los labios muy lentamente, y murmura:
Gardea

—Un siglo...
Su cara brilla, así como su impermeable, por los que resbala la lluvia de otro cielo. Ve,
sin ver, cómo las palomitas de pronto son diezmadas como por un tirador furtivo. Caen
a sus pies. Blancas y aterciopeladas: parecen flores brotadas milagrosamente del duro
piso del andén. Una cae en su mano y lo despierta, como el canto del gallo.
—No vienen... –Dice, mirando hacia el andén solitario.
Y toma la palomita por un ala.
—Demasiado silencio para ellas –dice.
La palomita está en el aire, entre los dedos del hombre. A la luz de las estrellas, del lado
de las estrellas, parece de plata.
—Demasiado— repite el hombre—. Han entendido. Han oído.
—¿El doctor? – le preguntan de pronto.
—Sí— responde, y suelta la palomita.
Luego toma de su lado un maletín negro, de médico, y levantándolo repite:
—Sí. Vea usted.

Los dos hombres salen de la estación. A unos cuantos metros está el llano débilmente
iluminado. Los hombres se detienen.
—Feo camino vamos a hacer, doctor.
—¿Por qué?
—Espinas.
—No importa. Vine preparado.
—Sígame, pues.
El hombre lleva el maletín a su pierna derecha, como protección.
Siente en torno a la cintura el faldón del impermeable que hizo rollo para defenderlo de
desgarraduras. El plástico le viene quemando, desde hace rato, la cintura, a través de
la camisa. Incómodo, le pregunta al otro:
—¿Falta mucho?
—No.
Y luego:
El Pez Náufrago —Las noticias que tenemos por acá es que en todo el país llueve a cántaros, doctor.
Intimar • 86 —Idénticas las tengo yo.
—Pues aquí no. Por eso se endurecen en extremo las espinas.
El hombre se camina de mano el maletín y trata de separar el rollo de plástico de su
cuerpo. Entonces, el otro vuelve a hablar:
—Aparte de lo que usted ya trae, doctor, ¿qué más necesita?
El hombre alza la cara a las estrellas como cuando llegó, y pide:
—Dios, y mucho silencio. Y que saquen a la mujer al llano.
—Sí, doctor.
—Y que le quiten el abrigo y le desbaraten el pelo.
El otro, cuando oye esto, detiene en seco su sombra:
—¿Cómo sabe usted...?
El hombre lo mira a los oscuros ojos, donde arde el cielo, y le dice:
—Así la vi yo ayer en la ciudad; después de la lluvia.
Gardea

Jesús Gardea (1939-2002),


Septiembre y los otros días,
1985, Joaquín Mortiz
En las alturas […]
la capa de nubes, ese gran pedazo de papel estampado a la ligera, se desgarra; la mirada
se hunde en el charco de agua de lluvia, en el gran abrazo después de la tormenta: lo
abrazo todo, a todos,

devuelvo las botellas de cerveza, luego estamos abajo, en el río, sus piernas desnudas
se reflejan en el agua,

¡nosotros y nuestros errores de lógica, cálculo y ortografía!, ¡con nuestros errores de


lenguaje, errores de pensamiento y errores de funciones corporales!, el tiempo entra y
sale, y guarda silencio,
todos los lugares guardan silencio,
pero este lugar me pertenece, ¡este lugar ha entrado en mi posesión hace tiempo!,
soy el privilegiado en esta ciudad, el único privilegiado en todo el país, tengo en la
cabeza todos sus nombres, amasados en una sola mentira están, en una sola maldad,
desolación, riqueza, lujo, provincia,
mis cargas son más pesadas que la media, me causan un horrible dolor de espalda, las
cargas sin sentido en las que nadie volverá a pensar: pensamientos de sepulturero,
pensamientos de vigilante, pensamientos de maestro de escuela, pensamientos
de presidente, pensamientos de matemático, pensamientos de maestro de obras,
pensamiento de fisgón, pensamientos obscenos, predilección por el crimen, hábitos que
son hábitos muy habituales: mi incapacidad para juzgarlos de forma adecuada: a mi
alrededor sólo objetos no objetivos,

meto una estaca en la carne y ni siquiera así estoy seguro, vulnerable durante toda la El Pez Náufrago
vida: hacia todo, hacia todos, 87 • Intimar

revistas, libros, partidas de materiales didácticos, todo se confunde: prepararme


finalmente para mi mayor empresa,
me preparo para mí mismo,

estoy en la cima del monte y miro a la ciudad infame, azotada por la lluvia […]
Bernhard

Thomas Bernhard (1931-1989).


En las Alturas. Tentativa de salvamento, absurdo, 1991, Anagrama
T: Miguel Sáenz
rio: o ir. Arnaldo Antunes (1960).
2 ou mais corpos, 1997, Iluminuras
-¿Cómo transformaríamos las montañas, los ríos y la tierra para reducirlos al Yo?
-preguntó un monje a Tchang Cha.

-¿Cómo tranformaríamos al Yo para reducirlo a las montañas, los ríos y la tierra?


-repondió el maestro.
Budismo Chan

Viendo el río podemos ver su tiempo. Nos dice dónde empezó, dónde va su marcha, dónde
continúa, dónde sigue: un río, todos los ríos.

Su tiempo, el espacio, su tiempo en el espacio.


Un presente, ¿muchos presentes?, presentes que son, que no son, que ya fueron.

Siempre en movimiento, cambio; paso continuo entre un eterno estado de movimiento y otro de
estabilidad. Así su ritmo, su fuerza, su intercambio de ideas, razones

Sin dejar huella en el espacio, sin tiempo referido, puro

Río
presente No hay más que esto, no hay más que esto y esto es un todo. Un todo que vive y
muere en el mismo momento que ya es otro momento. Dijo Heráclito, -no se puede llegar al
mismo río dos veces.

El río llamando amores, desafinando con ruidos y sonidos, gritando Eurídice, Eurídice,
Eurídice. Así, siempre vivo o muerto, pero reflejando el sol o la luna o ese árbol perfecto.

El río como lugar, como espacio, como vacío, como sonido o como camino, pero siempre el río.
Un río que siempre es

Stephanie Esses
Kawa
El ideograma de kawa, ¨río¨, en japonés pictograma de un flujo de agua corriendo, siempre me pareció
representar (en la vertical) el esquema del haikai, la sangre de los tres versos escurriendo en la pared de
la página.
Paulo Leminski (1944-1989).
Distraídos venceremos, 1987, Brasiliense
Levar Llevar
abrir abrir

1 livro 1 libro

na beira do rio al borde de un río

o texto el texto

o rio el río

palavrasparaosolhoscomoáguasobreacara palabrasparalosojoscomoaguasobrelacara

Machado

Duda Machado (1944).


Crescente, 1990, Duas cidades
T: Tania Favela

El Pez Náufrago 93
O cão sem plumas El perro sin plumas
I Paisagem do Capibaribe I Paisaje de Capibaribe

A cidade é passada pelo rio La ciudad es atravesada por el río


como uma rua como una calle
é passada por um cachorro; es atravesada por un perro;
uma fruta una fruta
por uma espada. por una espada.

O rio ora lembrava El río a veces parecía


a língua mansa de um cão, la lengua mansa de un perro,
ora o ventre triste de um cão, a veces el vientre triste de un perro,
ora o outro rio a veces el otro río
de aquoso pano sujo de acuoso paño sucio
dos olhos de um cão. de los ojos de un perro.

Aquele rio Aquel río


era como um cão sem plumas. era como un perro sin plumas.
Nada sabia de chuva azul, Nada sabía de la lluvia azul,
da fonte cor-de-rosa, de la fuente color de rosa,
da água do copo de água, del agua del vaso de agua,
da água de cântaro, del agua del cántaro,
dos peixes de água, de los peces de agua,
da brisa na água. de la brisa en el agua.

Sabia dos caranguejos Sabía de los cangrejos


de lodo e ferrugem. de lodo y herrumbre.
Sabia da lama Sabía del barro
como de uma mucosa. como de una mucosa.
Devia saber dos polvos. Debía saber de los pulpos.
Sabia seguramente Sabía seguramente
da mulher febril que habita as ostras. de la mujer febril que habita las ostras.

Aquele rio Aquel río


jamais se abre aos peixes, jamás se abre a los peces
ao brillo, al brillo,
à inquietação de faca a la inquietud de navaja
que há nos peixes. que hay en los peces.
Jamais se abre em peixes. Jamás se abre en peces.

Abre-se em flores Se abre en flores


pobres e negras pobres y negras
como negros. como negros.
Abre-se numa flora Se abre en una flora
suja a mais mendiga sucia y más mendiga
omo um negro. que los mendigos negros.
Se abre en mangles
Cabral

de hojas duras y rizos


como un negro.

94 El Pez Náufrago
Liso como o ventre Liso como el vientre
de uma cadela fecunda, de una cachorra preñada,
o rio cresce el río crece
sem nunca explodir. sin estallar nunca.
Tem, o rio, Tiene el río
um parto fluente e invertebrado un parto invertebrado y fluente
como o de uma cadela. como el de una cachorra.

E jamais o vi ferver Y nunca lo vi hervir


(como ferve (como hierve
o pão que fermenta). el pan que fermenta).
Em silêncio, En silencio,
o rio carrega sua fecundidade pobre, el río arrastra su fecundidad pobre,
grávido de terra negra. grávido de tierra negra.

Em silêncio se dá: En silencio se da:


em capas de terra negra, en capas de tierra negra,
em botinas ou luvas de terra negra en botas o guantes de tierra negra
para o pé ou a mão para el pie o la mano
que mergulha. que hunde.

Como às vezes Como pasa a veces


passa com os cães, con los perros,
parecia o rio estagnar-se. parecía el río estancarse.
Suas águas fluíam então Sus aguas fluían entonces
mais densas e mornas; más densas y lentas;
fluíam com as ondas fluían como las ondas
densas e mornas densas y lentas
de uma cobra. de una cobra.

Ele tinha algo, então, Él tenía, entonces, algo


da estagnação de um louco. del estancamiento de un loco.
Algo da estagnação Algo del estancamiento
do hospital, da penitenciária, dos asilos, del hospital, la cárcel, los asilos,
da vida suja e abafada de la vida sucia y sofocada
(de roupa suja e abafada) (de ropa sucia y sofocada)
por onde se veio arrastrado. por donde se fue arrastrando.

Algo da estagnação Algo del estancamiento


dos palácios cariados, de las mansiones careadas,
comidos comidas
de mofo e erva-de-passarinho. por el moho y los líquenes.
Algo da estagnação Algo del estancamiento
das árvores obesas de los árboles obesos
pingando os mil açúcares que gotean los mil azúcares
das salas de jantar pernambucanas, de los comedores pernambucanos,
por onde se veio arrastrando. por donde se fue arrastrando.
Cabral

(É nelas, (Es en ellos,


mas de costas para o rio, pero de espaldas al río,
rituais» da cidade donde «las grandes familias espirituales» de
chocam os ovos gordos la ciudad

El Pez Náufrago 95
de sua prosa. empollan los huevos gordos
Na paz redonda das cozinhas, de su charla.
ei-las a revolver viciosamente En la paz redonda de las cocinas
seus caldeirões están viciosamente revolviendo
de preguiça viscosa). sus calderas
de pereza viscosa.)

Seria a água daquele rio ¿Sería el agua de aquel río


fruta de alguma árvore? fruta de algún árbol?
Por que parecia aquela ¿Por qué parecía aquella
uma água madura? un agua madura?
Por que sobre ela, sempre, ¿Por qué sobre ella, siempre,
como que iam pousar moscas? como si las moscas fueran a posarse?

Aquele rio ¿Aquel río


saltou alegre em alguma parte? saltó alegre en alguna parte?
Foi canção ou fonte ¿Fue canción o fuente
em alguma parte? en alguna parte?
Por que então seus olhos ¿Por qué entonces sus ojos
vinham pintados de azul vienen pintados de azul
nos mapas? en los mapas?

II Paisagem do Capibaribe II Paisaje del Capibaribe

Entre a paisagem Por entre el paisaje


o rio fluía el río fluía
como uma espada de líquido espesso. como una espada de líquido espeso.
como um cão Como un perro
humilde e espesso. humilde y espeso.

Entre a paisagem Por entre el paisaje 


(fluía) (fluía)
de homens plantados na lama; de hombres plantados en el barro;
de casas de lama de casas de barro
plantadas em ilhas plantadas en islas
coaguladas na lama; coaguladas en el barro;
paisagem de anfíbios paisaje de anfibios
de lama e lama. de barro y barro.

Como o rio Como el río


aqueles homens aquellos hombres
são como cães sem plumas son como perros sin plumas
(um cão sem plumas (un perro sin plumas
é mais es más
que um cão saqueado; que un perro saqueado;
é mais es más
que um cão assassinado. que un perro asesinado.
Cabral

Um cão sem plumas Un perro sin plumas


é quando uma àrvore sem voz. es cuando un árbol sin voz.
É quando de um pássaro Es cuando las raíces 
suas raízes no ar. de un pájaro en el aire.

96 El Pez Náufrago
É quando a alguma coisa Es cuando a algo
roem tão fundo le roen tan a fondo
até o que não tem). hasta lo que no tiene).
O rio sabia El río sabía
daqueles homens sem plumas. de aquellos hombres sin plumas.
Sabia Sabía 
de suas barbas expostas, de sus barbas expuestas,
de seu doloroso cabelo de su doloroso cabello
de camarão e estopa. de camarón y estopa.

Ele sabia também Él sabía también


dos grandes galpões da beira dos cais de los grandes galpones junto a los muelles
(onde tudo (donde todo
é uma imensa porta es una inmensa puerta
sem portas) sin puertas)
escancarados abiertos de par en par
aos horizontes que cheiram a gasolina. a los horizontes que huelen a gasolina.

E sabia Y sabía
da magra cidade de rolha de la magra ciudad de adobe,
onde homens ossudos, donde hombres huesudos,
onde pontes, sobrados ossudos donde puentes, chabolas huesudas
(vão todos (todos van
vestidos de brim) vestidos de tela cruda)
secam se secan 
até sua mais funda caliça. hasta su más hondo cascote.

Mas ele cohencia melhor Pero él conocía mejor


os homens sem pluma. a los hombres sin pluma.
Estes Éstos
secam se secan
ainda mais além más allá todavía
de sua caliça extrema; de su cascote último;
ainda mais além más allá aún
de sua palha; de su paja;
mais além más allá aún
da palha de seu chapéu; de la paja de su sombrero;
mais além más allá
até incluso
da camisa que não têm; de la camisa que no tienen;
muito mais além do nome mucho más allá del mismo
mesmo escrito no folha nombre escrito en la hoja
do papel mais seco. del papel más seco.

Porque é na água do rio Porque en el agua del río es


que eles se perdem donde ellos se pierden
(lentamente (lentamente
e sem dente). y sin dientes)
Cabral

Ali se perdem Allí se pierden


(como uma agulha não se perde) (como no se pierde una aguja).
Ali se perdem Allí se pierden
(como un relógio não se quebra). (como no se rompe un reloj).

El Pez Náufrago 97
Ali se perdem Allí se pierden
como un espelho não se quebra. como no se rompe un espejo.
Ali se perdem Allí se pierden
como se perde a água derramada: como se pierde el agua derramada:
sem o dente sêco sin el diente seco
com que de repente con que de repente
num homem se rompe en un hombre se rompe
o fio de homem. el hilo de hombre.

Na água do rio, En el agua del río,


lentamente, lentamente,
se vão perdendo se van perdiendo
em lama; numa lama en fango; en un fango
que pouco a pouco que poco a poco
também não pode falar: también deja de hablar:
que pouco a pouco que poco a poco
ganha os gestos defuntos adquiere los difuntos ademanes
de lama; del fango,
o sangue de goma, la sangre de goma,
o olho paralítico de lama. el ojo paralítico del fango.

Na paisagem de rio En el paisaje del río


difícil é saber es difícil saber
onde começa o rio; dónde comienza el río;
onde a lama dónde comienza
comença do rio; en el río el fango;
onde a terra dónde la tierra
comença de lama; empieza en el fango;
onde o homem, dónde el hombre,
onde a pele dónde la piel
comença da lama; comienza en el fango;
onde comença o homem dónde comienza el hombre
naquele homem. en aquel hombre.

Difícil é saber Difícil es saber


se aquele homem si aquel hombre
já não está no está ya
mais aquém do homem; más acá del hombre
mais aquém do homem más acá del hombre
ao menos capaz de roer capaz al menos de roer
os ossos do ofício; los huesos del oficio;
capaz de sangrar capaz de sangrar
na praça; en la plaza;
capaz de gritar capaz de gritar
se a moenda lhe mastiga o braço; si el molino le tritura el brazo;
capaz capaz
de ter a vida mastigada de tener la vida triturada
e não apenas y no únicamente
Cabral

dissolvida disuelta
(naquela água macia (en aquel agua blanda
que amolece seus ossos que ablanda sus huesos
como amoleceu as pedras). como ablandó las piedras).

98 El Pez Náufrago
III Fábula do Capibaribe III Fábula del Capibaribe

A cidade é fecunadada La ciudad es fecundada


por aquela espada por aquella espada
que se derrama, que se derrama,
por aquela por aquella
úmida gengiva de espada. húmeda encía de espada.

No extremo do rio En el extremo del río


o mar se estendia, el mar se extendía
como camisa ou lençol, como camisa o sábana,
sobre seus esqueletos sobre sus esqueletos
de areia lavada. de arena lavada.

(Como o rio era um cachorro, (Como el río era un cachorro,


o mar podia ser uma bandeira el mar podía ser una bandera
azul e branca azul y blanca
desdobrada desplegada
no extremo do curso en el extremo del curso
—ou do mastro— do rio. —o del mástil— del río.

Uma bandeira Una bandera


que tivesse dentes: que tuviese dientes:
que o mar está sempre que el mar está siempre
com seus dentes e seu sabão con sus dientes y su jabón
roendo suas praias. royendo sus playas.

Uma bandeira Una bandera


que tivesse dentes: que tuviese dientes:
como um poeta puro como un poeta puro
polindo esqueletos, puliendo esqueletos,
como um roedor puro, como un roedor puro,
um policia puro un policía puro
elaborando esqueletos, elaborando esqueletos,
o mar, el mar,
com afã, con afán,
está sempre outra vez lavando está otra vez lavando siempre
seu puro esqueleto de areia. su puro esqueleto de arena.

O mar e seu incenso, El mar y su incienso,


o mar e seus ácidos, el mar y sus ácidos,
o mar e a boca de seus ácidos, el mar y la boca de sus ácidos,
o mar e seu estômago el mar y su estómago
que come e se come, que come y se come,
o mar e sua carne el mar y su carne
vidrada, de estátua`, esmaltada, de estatua,
seu silêncio, alcançado su silencio, alcanzado
Cabral

à custa de sempre dizer a costa de decir


a mesma coisa, siempre lo mismo,
o mar e seu tão puro el mar y su tan puro

El Pez Náufrago 99
professor de geometria). profesor de geometría.)
O rio teme aquele mar El río teme a aquel mar
como um cachorro como un cachorro
teme uma porta entretanto aberta, teme a una puerta abierta,
como um mendigo, como un mendigo
a igreja aparentemente aberta. a la iglesia aparentemente abierta.

Primeiro, Primero,
o mar devolve o rio. el mar devuelve al río.
Fecha o mar ao rio Cierra el mar al río
Seus brancos lençóis. sus blancas sábanas.
O mar se fecha El mar se cierra
a tudo o que no rio a todo lo que en el río
são flores de terra, son flores de tierra,
imagem de cão ou mendigo. imagen de perro o mendigo.

Depois, Después,
o mar invade o rio. el mar invade el río.
Quer Quiere
o mar el mar
destruir no rio destruir en el río
suas flores de terra inchada, sus flores de tierra hinchada,
tudo o que nessa terra todo lo que en esa tierra
pode crecer e explodir, puede crecer y estallar,
como uma ilha, como una isla,
uma fruta. una fruta.

Mas antes de ir ao mar Pero antes de ir al mar


o rio se detém el río se detiene
em mangues de água parada. en mangles de agua parada.
Junta-se o rio Se junta el río
a outros rios con otros ríos
numa laguna, em pântanos en una laguna, en pantanos
onde, fria, a vida ferve. donde hierve, fría, la vida.

Junta-se o rio Se junta el río


a outros rios. con otros ríos.
Juntos, Juntos,
todos os rios todos los ríos
preparam sua luta preparan su lucha
de água parada de agua parada,
sua luta su lucha,
de fruta parada. de fruta parada.

(Como o rio era um cachorro, (Como el río era un cachorro,


como o mar era uma bandeira, como el mar era una bandera,
aqueles mangues aquellos mangles
são uma enorme fruta: son una enorme fruta:
Cabral

A mesma máquina La misma máquina


paciente e útil paciente y útil
de uma fruta; de una fruta;

100 El Pez Náufrago


a mesma força la misma fuerza
invencível e anônima invencible y anónima
de uma fruta de una fruta
—trabalhando ainda seu a`cu`car -que sigue elaborando su azúcar
depois de cortada—. una vez cortada—.

Como gota a gota Como gota a gota


até o açúcar, hasta el azúcar,
gota a gota gota a gota
até as coroas de terra; hasta las corolas de tierra;
como gota a gota como gota a gota
até uma nova planta, hasta una nueva planta,
gota a gota gota a gota
até a ilhas súbitas hasta las islas súbitas
aflorando alegres). aflorando alegres).

IV Discurso do Capibaribe IV Discurso del Capibaribe

Aquele rio Aquel río


está na memória está en la memoria
como um cão vivo como un perro vivo
dentro de uma sala. dentro de una sala.
Como um cão vivo Como un perro vivo
dentro de um bolso. dentro de un bolsillo.
Como um cão vivo Como un perro vivo
debaixo dos lençóis, bajo las sábanas,
debaixo da camisa, bajo la camisa,
da pele. bajo la piel.

Um cão, porque vive, Un perro, porque vive


é agudo. es agudo.
O que vive Lo que vive
não entorpece. no se embota.
O que vive fere. Lo que vive hiere.
O homem, El hombre,
porque vive, porque vive,
choca com o que vive. choca con lo que vive.
Viver Vivir
é ir entre o que vive. es ir por entre lo que vive.

O que vive Lo que vive


incomoda de vida incomoda de vida
o silêncio, o sono, o corpo el silencio, el sueño, el cuerpo
que sonhou cortar-se que soñó con cortarse
roupas de nuvens. trajes de nubes.
O que vive choca, Lo que vive choca,
tem dentes, arestas, é espesso. tiene dientes, aristas, es espeso.
O que vive é espesso Lo que vive es espeso
Cabral

como um cão, um homem, como un perro, un hombre,


como aquele rio. como aquel río.
Como todo o real Como todo lo real
é espesso. es espeso.

El Pez Náufrago 101


Aquele rio Aquél río
é esspeso e real es espeso y real.
Como uma maçã Como una manzana
é espessa. es espesa.
Como um cachorro Como un cachorro
é mais espesso do que uma maçã. es más espeso que una manzana.
Como é mais espesso Como es más espesa
a sangue do cachorro la sangre del cachorro
do que o próprio cachorro. que el cachorro mismo.
Como é mais espesso Como es más espeso
um homem un hombre
do que o sangue de um cachorro. que la sangre de un cachorro.
Como é muito mais espesso Como es mucho más espesa
o sangue de um homem la sangre de un hombre
do que o sonho de um homem. que el sueño de un hombre.

Espesso Espesa
como uma maçã é espessa. como una manzana es espesa.
Como uma maçã Como una manzana
é muito mais espessa es mucho más espesa
se um homem a come si la come un hombre
do que se um homem a vê. que si un hombre la ve.

Como é ainda mais espessa Como es aún más espesa


se a fome a come. si el hambre la come.
Como é ainda muito mais espessa Como es aún mucho más espesa
se não a pode comer si no la puede comer
a fome que a vê. el hambre que la ve.

Aquele rio Aquél río


é espesso es espeso
como o real mais espesso. como lo real más espeso.

Espesso Espeso
por sua paisagem espessa, por su paisaje espeso,
onde a fome donde el hambre
estende seus batalhões de secretas extiende sus batallones de secretas
e íntimas formigas. e íntimas hormigas.

E espesso Es espeso
por sua fábula espessa; por su fábula espesa;
pelo fluir por el fluir
de suas geléias de terra; de sus jaleas de tierra;
ao parir al parir
suas ilhas negras de terra. sus negras islas de tierra.

Porque é muito mais espessa Porque es mucho más espesa


a vida que se desdobra la vida que se desdobla
Cabral

em mais vida, en más vida,


como uma fruta como una fruta
é mais espessa es más espesa
que sea flor; que una flor;

102 El Pez Náufrago


como a árvore como un árbol
é mais espessa es más espeso
que sua semente; que su simiente;
como a flor como una flor
é mais espessa es más espesa
que sua árvore, que su árbol,
etc., etc. etc., etc.

Espesso, Espeso,
porque é mais espessa porque es más espesa
a vida que se luta la vida que se lucha
cada dia, cada día,
o dia que se adquire el día que se adquiere
cada dia, cada día
(como uma ave (como un ave
que vai cada segundo que va cada segundo
conquistando seu vôo). conquistando su vuelo).

Cabral

João Cabral de Melo Neto (1920 -1999).


Tomado de Poesía y poética 25, Dir. Hugo Gola

El Pez Náufrago 103


I fiumi
Mi tengo a quest’albero mutilato Ma quelle occulte
abbandonato in questa dolina mani
che ha il languore che m’intridono
di un circo mi regalano
prima o dopo lo spettacolo la rara
e guardo felicità
il passaggio quieto
Ho ripassato
Stamani mi sono disteso le epoche
in un’urna d’acqua della mia vita
e come una reliquia
ho riposato Questi sono
i miei fiumi
L’Isonzo scorrendo
mi levigava Questo è il Serchio
come un suo sasso al quale hanno attinto
duemil’anni forse
Ho tirato su di gente mia campagnola
le mie quattr’ossa e mio padre e mia madre
e me ne sono andato
come un acrobata Questo è il Nilo
sull’acqua che mi ha visto
nascere e crescere
Mi sono accoccolato e ardere dell’inconsapevolezza
vicino ai miei panni nelle estese pianure
sudici di guerra
e come un beduino Questa è la Senna
mi sono chinato a ricevere e in quel torbido
il sole mi sono rimescolato
e mi sono conosciuto
Questo è l’Isonzo
e qui meglio Questi sono i miei fiumi
mi sono riconosciuto contati nell’Isonzo
una docile fibra
dell’universo Questa è la mia nostalgia
che in ognuno
Il mio supplizio mi traspare
è quando ora ch’è notte
non mi credo che la mia vita mi pare
in armonia una corolla
di tenebre

Cotici, il 16 agosto 1916


Ungaretti

104 El Pez Náufrago


Los ríos
Me apoyo en este árbol mutilado, Pero esas cultas
abandonado en esta barraca manos
que tiene la languidez que me impregnan
de un circo me regalan
antes o después del espectáculo la rara
y miro felicidad
el paso sereno
de las nubes sobre la luna He repasado
las épocas
Esta mañana me tendí de mi vida
en una urna de agua
y como una reliquia Estos son
he reposado mis ríos

El flujo del Isono Este es el Serchio


me pulía del que han sacado agua
como a una de sus piedras acaso en dos mil años
mi gente campesina
Levanté y mi padre y mi madre
mis pobres huesos
y anduve Este es el Nilo
como acróbata que me ha visto
sobre el agua nacer y crecer
ardiendo de ignorancia
Me acuchillé en las vastas llanuras
junto a mi ropa
sucia de guerra Este es el Sena
y como un beduino y en su turbiedad
me incliné a recibir el sol me he mezclado
y conocido
Esto es el Isono
donde mejor Estos son mis ríos
me he reconocido contados en el Isonzo
una dócil fibra
un universo Esta es mi nostalgia
que en cada uno
Mi suplicio me transparenta
nace cuando ahora que es de noche
no me creo y mi vida me parece
en armonía una corola
de tinieblas

Cotici, 16 agosto 1916


Ungaretti

Giuseppe Ungaretti (1888-1970).


Vita di un uomo. 1999, Mondadori
T: Jesús Coss

El Pez Náufrago 105


The river-merchant’s wife: A la mujer del mercader del río:
a letter una carta
While my hair was still cut straight across Cuando mi cabello caía largo sobre mi frente,
my forehead y jugaba por el portón de enfrente, recogiendo
I played about the front gate, pulling flowers. flores.
you came by on bamboo stilts, playing horse, Llegaste en zancos de bambú, jugando al
you walked about my seat, playing with blue caballo.
plums. Caminaste a donde estaba, jugando con
and we went on living in the village of ciruelas azules.
Chokan: E íbamos así viviendo en la aldea de Chokan:
two small people, without dislike or suspicion. dos pequeños chicos, sin rencor ni sospechas.

At fourteen I married My Lord you. A los catorce me casé Mi Señor, contigo.


I never laughed, being bashful. Nunca reí, soy tímida.
Lowering my head, I looked at the wall. Bajando la cabeza, contemplaba la pared.
Called to, a thousand times, I never looked Si llamabas, mil veces, nunca miré atrás.
back.
A los quince dejé de fingirme esquiva
At fifteen I stopped scowling, y deseé se mezclara mi polvo con el tuyo
I desired my dust to be mingled with yours para siempre y para siempre y para siempre.
forever and forever and forever. ¿Por qué habría de subir al mirador?
Why should I climb the lookout?
A los dieciséis partiste,
At sixteen you departed, te fuiste a la lejana Ku-to-yen, por el del río
you went into far Ku-to-en, by the river of de revueltos remolinos,
swirling eddies, y te has ido cinco meses.
and you have been gone five months. Los monos en lo alto hacen ruidos dolorosos.
The monkeys make sorrowful noise overhead.
Arrastrastes los pies cuando partiste.
You dragged your feet when you went out. Al pie del portón, crece ahora musgo,
By the gate now, the moss is grown, the diferentes musgos,
different mosses, ¡demasiado enraizados para poder
too deep to clear them away! arrancarlos!
The leaves fall early this autumn, in wind. Las hojas caen temprano este año, con el
The paired butterflies are already yellow viento.
with August Los pares de mariposas ya son amarillas en
over the grass in the West garden; agosto
they hurt me. I grow older. sobre la hierba del jardín oeste;
If you are coming down through the narrows ellas me hieren. Me estoy volviendo vieja.
of the river Kiang, Si vinieras ya por los estrechos del río Kiang,
please let me know beforehand, házmelo saber antes
and I will come out to meet you y saldré a tú encuentro
as far as Cho-fo-Sa. al menos hasta llegar a Cho-fu-sa.
Rihaku

106 El Pez Náufrago


Four poems of departure Cuatro poemas de separación
I I
Light rain is on the light dust Lluvia leve sobre polvo leve
the willows of the inn-yard los sauces del patio de la posada
will be going greener and greener, quedaron más verdes, cada vez más verdes,
but you, Sir, had better take wine ere your pero tú, Señor, mejor sería que bebieses vino
departure, antes de partir,
for you will have no friends about you pues no tienes amigos contigo
when you come to the gates of Go. cuando llegues a las puertas de Go.

II Separation on the River Kiang II Separación en el río Kiang


Ko-jin goes west from Ko-kaku-ro, Ko-jin va al oeste de Ko-káku-ro,
the smoke flowers are blurred over the river. y sobre el río veo nubladas
His lone sail blots the far sky. flores-de-humo.
and now l see only the river, Solita, la vela de Ko-jin pinta el cielo lejano.
the long Kiang, reaching heaven. y nada veo ahora, sólo río,
Kiang largo, alcanzando paraíso.

III Taking leave of a friend III Despediéndose de un amigo


Blue mountains to the north of the walls, Montes azules al norte de murallas,
white river winding about them; río blanco serpenteando en torno de ellos;
here we must make separation y es aquí que debemos separarnos
and go out through a thousand miles of y proseguir mil millas de leguas
dead grass. en campo muerto.
Mind like a floating wide cloud. La mente es una ancha nube flotante,
sunset like the parting of old acquaintances el ocaso es la despedida de viejas amistades
who bow over their clasped hands at a distance, nuestros caballos relinchan, uno a otro,
our horses neigh to each other as we are departing. mientras nos separamos.

IV Leave-taking near Shoku IV Despediéndose cerca de Shoku


“Sanso, King of Shoku, built roads” “Sanso Rey de Shoku, caminos construía”

They say the roads of Sanso are steep, Dicen que son agrestes los caminos de Sanso
sheer as the mountains, y repentinos como los montes,
the walls rise in a man’s face, los paredones se levantan a un palmo de
clouds grow out of the hill nuestras caras,
at his horse’s bridle. las nubes crescen en la colina
Sweet trees are on the paved way of the Shin, al menor movimiento de las riendas.
their trunks burst through the paving, hay dulces árboles en el camino pavimentado de
and freshets are bursting their ice Shin, troncos revientan de calor,
in the midst of Shoku,a proud city. y ríachuelos van quebrando su hielo
en medio de Shoku, ciudad altiva.
Men’s fates are already set,
there is no need of asking diviners. Los destinos humanos están dichos,
no es preciso oír adivinos.
Rihaku

Rihaku o Omakitsu n. en japonés de Li Po (ca 700-762)


Ezra Pound (1885-1972). Personae, 1997, New Directions
T: Jesús Coss a partir de Ezra Pound

El Pez Náufrago 107


El niño y el río
José María Arguedas
homenaje pobre al poeta y al amigo

Quel monstre singulier Etes-vous Qui ne me


propose pas d´énigme.
GUILLAUME APOLLINAIRE

Piel de Luz Lotería


Con aguja de cristal de roca y hebras de El Niño echa el anzuelo mas lo coge el propio
sol zurce el Niño gota a gota amplia túnica Río - pez de escamas de plata demasiado
temblorosa y sangrienta de Río desollado vivo. pesado para levantarlo en vilo.

Idilio Al escondite
Varias ratas gordas se habían aglomerado a la No veo al Río - está oculto tras mi sombra
vera del Río para chuparle la sangre. El Niño o la niebla - ronda por pueblos lejanos o se
las espanta con una palma grande. Agradecido extravía persiguiendo doncellas por el campo.
el Río entre sus brazos encuna al Niño. Es mañoso y nos engaña. Lo buscamos fuera y
en cambio se ha hecho un ovillo y está recluido
Se acabó todo entero - quietecito - en el hueco delicioso
Ándale Río ándale - das vuelta tras vuelta de tu oído.
de este mundo al otro - súbete a esta barca -
repósate un poco. Hermafrodita
No se atreve el Niño a creerlo cierto -
Capricho despreocupado el Río se ha dormido dejando
Cometa variopinta surca el aire y canta. Por sin velos su par de grandes sexos desiguales.
qué el Río no ha de tremolar a su vez - cacatúa (Quién le ha de besar - quién le ha de acariciar.)
estirada hasta lo irreconocible. Aturdido prefiere cubrirse el rostro el Niño.

Guerra de amor ganada


El niño se ha bebido el Río todo - ahora se está Salido de madre
gordo e hinchado durmiendo beatífico unto al ¿Es cierto que ya no sabes a dónde vas ni qué
barranco seco. quieres? Te zampas moscas racimos culebras
de piel de rosa rimeros de miel silvestre.
La cara en el sello hierve el agua en tu garganta cascas lo que
Agua en llamas - agua en llamas - el Niño encuentras y nada de repleta. requintas
aplaude y se ríe - ha incendiado el Río - larga apedreas desgarras has perdido compostura
serpiente de fuego - una pura maravilla - feliz y camino. Río - me dueles en los ojos y en el
el Niño danza encima. vientre. ¿Qué te haría la madre que así deliras
y destruyes mi pueblo mi casa te llevas el
Afrenta borrico pardo el cementerio completo? ¿Eres
El Niño detiene el Río con las manos - río sin madre o mar recién parido estirándose
encabritado alza éste la testa con la cabellera lo más que dé tu hambre y tu codicia? Río -
toda más el cuello y el busto. El Niño se irrita vuelve a ser río no te quiero tan grande.
Westphalen

- le escupe en los ojos - l muerde la nuca.

Emilio Adolfo Westphalen (1911-2001).


Bajo zarpas de la quimera, 1991, Alianza tres

108 El Pez Náufrago


The beautiful toilet El bello tocado
Blue, blue is the grass about the river Azul, azul la hierba del río
and the willows have overfilled the close y los sauces que colmaron este
garden. jardín.
And within, the mistress, in the midmost of En él, en plena juventud,
her youth, la amante.
white, white of face, hesitates, passing the Blanca, blanca de cara, duda al pasar la
door. puerta.
Slender, she puts forth a slender hand; Delgada, estira su mano delgada;

and she was a courtezan in the old days, y era cortesana en los viejos días,
and she has married a sot, y se casó con un ebrío,
who now goes drunkenly out que ahora sale borracho
and leaves her too much alone. y la deja muy sola.

Sheng

Mei Sheng (200-140 a.C.).


Personae, 1997, New Directions
T: Jesús Coss a partir de Ezra Pound

El Pez Náufrago 109


Entre Flores, Li Po (ca 700-762). Transcreación Haroldo de Campos (1929-2003).
Tomado de Galaxia Concreta, Colección Poesía y poética
T: A partir de la traducción de Haroldo de Campos por Amalia Sato
Garzas en isla de río
tímida ninfa del / pastor elegida! / lirios de agua / guirnalda: / tímida ninfa él / despierta,
duerme, / desea, desea, / vuelve, desmaya! // lirios de agua / para adornarla: / tímida ninfa /
con cítara saludada! // lirios de agua / para arreglarla: / a la tímida ninfa / campana, tambor
trae gozo!
T: Jesús Coss
Al Paraná

Yo no sé nada de ti ...
Yo no sé nada de los dioses o del dios de que naciste
ni de los anhelos que repitieras
antes, aún de los Añax y los Tupac hasta la misma
azucena de la armonía
nevándote, otoñalmente, la despedida
a la arenilla…

No sé nada...
ni siquiera del punto en que, por otro lado, caerías
del vértigo de la piedra
bajo los rayos…

No sé nada...
O sé, apenas, que el guaraní te
asimiló
al mar de su maravilla…
y que ese puma de tu piel que te devuelve, intermitentemente,
el día
lo tomas en un rodeo, no?,
de tu destino…

No sé nada...
Aunque me he oscurecido, en ocasiones, al
sentirte, arriba,
entre un miedo de basalto,
buscándote,
buscándote
sin el ángel del sabiá,
aún...

Y me he recobrado, luego contigo, en la Anaconda que


decían...
y hasta cuando denunciabas
sobre ti
a los máuseres de las Compañías...

112 El Pez Náufrago


No sé nada...
Aunque te conocí, ha mucho, allá, donde mi río
es de tu eternidad
de Palmas…
y por el salmón o por el rosa de Ibicuy
y por las lunas de Zárate
y por la línea de tu agonía en el estatuario, finalmente,
del alba…

Mas éste sería


tu sentimiento,
y éste, acaso, el misterio que pareces bajar desde los
mismos
torbellinos de círculo?

No sé nada de ti... nada de ti...


Es, acaso, decirte enteramente, decir tus avenidas, sólo,
al fin,
de silencios sin orillas,
que podrían ser, es verdad, derivaciones de gracia corriendo a
redimir
oh Canals,
la palidez del Norte?

Es, por ventura, presente, siquiera,


el acceder únicamente a las escamas de tus minutos,
bajo lo invisible, aún,
que pasa…
o las miradas de tus láminas
o de tus abismos,
en los vacíos o en las profundidades de la luz,
de tu luz?
y se podría hablar de ti,
intimando, aún por años, con las figuraciones que reviste,
diríase,
aquí y allá, la corriente
de tu ser?

Oh no…
no se podría, me parece,
tocarte todavía
Ortíz

así...

El Pez Náufrago 113


Cómo
entonces, cómo,
asumir tu duración sin probabilidad de disminuir
tu tiempo, tal vez, de dios?

Y en el tiempo de un dios, qué de los que vinieron a


apagar
las hogueras que te amanecían...?
y qué de los monosílabos que presumiblemente respondían a
las gamas
de tus espesuras de flautas
y que se desconocían entre sí,
al llegar a interponerles, tú, las seis o siete
leguas
que entonces te abrían...?

Y qué de los dueños que arriaban, de arriba, todo un


río de mugidos
hacia los potreros que fluían, aquí,
y que sólo detenía tu hermano con esa vena del naciente o ese
azul
del surtidor de las avecillas…?

Y qué de aquél de la ...Rinconada enfrentándolos, el


único,
más ...adelante...que el siglo
y junto a la aorta del ...país...?

Y qué del otro que te cruzara por tres veces


para salvar a Mayo
de los cuernos de la derecha y de los cuernos del sur…?

Qué, pues, todo ello y lo demás.


si tú no sabes y no podrías saber, por otra parte, de las
milicias de la ceniza,
ni de una sociedad de sílabas
ni de una codicia de millas…
ni menos de los intercesores de los últimos,
como tampoco de la caballería que se atreviera a rescatar
el sol… de las neblinas,
para el ...interior... al ...exterior... no?, por ahí:
del azar o del olvido:
qué...?
Ortíz

114 El Pez Náufrago


“Maya”, entonces, asimismo,
para ti…
“Maya” las llamas y el vocabulario que se
entendía...
“Maya” la cuaresma
sobre las lenguas de tus orillas…
...Maya el despojo... y la lujuria de praderías...
y la vista en alto, y la orden de las cañas, triplemente
vadeándote,
por los derechos del día...?
...Maya..., con más motivo, esos celestes de tus pupilas,
o de concentración,
en que, místicamente, desaparecerías, o poco menos, con tu
tarde, sí
en la palidez del uno,
allá,
a no ser unas pestañas empequeñeciéndose en un cielo
o en un infinito de islas…?

Y ...Maya..., así,
esa, si se quiere, sensibilización de la ausencia, ésa en que tú
libras

o recreas,
con unos signos que huyen,
el rostro mismo, diríase,
del éter...?

Pero no sé nada de ti.


Nada. Nada
Y hace, sin embargo, diecinueve setiembres que te miro y te
miro.

Más, es cierto, te miro


con los ojos de aquél a cuyo borde abrí los
míos...
No podría hacerlo sino así.
He de llevarlo, bien íntimamente, y ala izquierda, claro,
del latido,
y es él, sin duda, el que me haría preferir
tu enajenamiento en el cielo
a esa piel que hubiste, muy significativamente, de investir
por ahí...
y que asorda los momentos en que debes de sentirte
Ortíz

El Pez Náufrago 115


más leoninamente contigo...
Pero por veces, es verdad, sin una pluma que lo explique
desde el secreto, aún, del aire,
flotas por el atardecer no se sabe qué alma
que suspendiese como el fluido
de una inmanencia de cisne…

Mas ve, ve:


sigo mirándote, mirándote, con las niñas del
origen…
Y todavía de aquí,
de aquí
en que por ceñir, o poco menos, a la ciudad
a la que hubiste,
sacramentalmente, de “alzar”
una ...debilidad... más que de padrino, no podrías, no,
naturalmente, reprimir…
Y es así
que aún en la tempestad que te estira hasta el confín,
diríase,

en una unidad de siena


que quemase el caos…el caos…
pareces desplegarte lo mismo que una “cinta” para ella
detrás de los vidrios
y sobre la barranca que le cincelaron
todavía...

Pero perdóname que insista


e insista:
no sé nada de ti. Nada, en realidad, de ti. Y no podré
decirte jamás...
No es una “madera”
sino un ...metal..., o los metales, mejor, o más de acuerdo, aún,
las ráfagas de unas tuberías,
o las ondas de unos hechiceros,
lo que requeriría eso que recelas
bajo lo femenino que te prestan las veleidades de
las horas
en complicidad con las estaciones
y con tu infidelidad misma
al que nombras
y con la visión de un mediterráneo que vela
el idilio, ay,
de unos sauces en ojiva
Ortíz

sobre el sueño de unas muselinas que espectralmente despabila


el después, sólo
del cachilito,

116 El Pez Náufrago


plegándolas en seguida, y envejeciéndolas al
punto, en un final
de escalofríos
que marchita hasta las cejas, hasta las cejas, ahí,
del anochecer …
No sé nada de ti...

Y no podré decirte nunca, probablemente...


nunca…

Pero deja que, al menos, te despida unos pétalos


de ese ángelus de mis gramillas
que desciende casi hasta el agua
cuando ésta
pierde sus ojeras
y da en hilar, fúnebremente, con la primicia que deslíe
el duelo de arriba,
la raíz
de la lágrima...

No sé nada de ti...
Nada…

Ortíz

Juan L Ortíz (1896-1978).


En el aura de sauce, 1996, U. del Litoral

El Pez Náufrago 117


Hasta morirla
Lo palpable lo mórbido la busca en sí gratuita
el conco fondo ardido los tanturbios los mititos
las tensas sondas hondas los reflujos las hasta ingerir la tierra
ondas de la carne todo modo poroso
y sus pistilos núbiles contráctiles el pozo lato solo del foso inmerso adentro
y sus anexos nidos la sed de sed sectaria los finitos abrazos
los languiformes férvidos subsobornos toda boca
innúmeros del tacto lo tanto
su mosto azul desnudo el amor terco a todo
cada veta el amormor pleamante en colmo brote totem
cada vena del sueño del eco de la sangre de amor de amor
las somnilocuas noches del alto croar celeste la lacra
que nos animabisman el soliloquio vértigo amor gorgóneo médium olavecabracobra
cuanto adhiere sin costas al fluir el pulso al deliquio erecto entero
rojo cosmogozo que ulululululula y arpeialibaraña el ego
y sus vaciados rostros soplo centro
y sus cauces hasta exhalar la tierra
hasta morder la tierra con sus astroides trinos sus especies y
lo ignoto noto combo el ver del ser lo ososo los multillamas lenguas y excrecreencias
impactos del pasmo de más cuerda sus buzos lazo lares de complejos incestos
cualquier estar en llaga entre huesos corrientes sin desagües
los dones dados donde se internieblan las sus convecinos muertos de memoria
órbitas los sorbos de la euforia su luz de mies desnuda
cualquier velar velado con atento esqueleto sus axilas de siesta
que se piensa y su giro hondo lodo no menos menos que
la estéril lela estela otros afines cogirantes
el microazar del germen del móvil del hasta el destete enteco
encuentro hasta el destente neutro
los entonces ya prófugos hasta morirla
Girondo

Oliverio Girondo (1891-1967).


Enlamasmédula, 1990, Losada

118 El Pez Náufrago


Los ríos En el cauce vacío*

ÉSTOS SON MIS RÍOS En verano,
Giuseppe Ungaretti según ley de aguas, el río Vichanzao no viene
a los cañaverales.
Mi hermana viene por el pasillo del hospital Los parceleros lo detienen arriba
con sus zapatos resonantes, viejos, peruanos. y lo conducen al
De pronto panllevar.
alguien hace funcionar el inodoro, y es el río Aquí en el cauce queda fluyendo una brisa,
Vichanzao un río
terroso invisible.
corriendo entre las piedras. Camino pisando los cantos rodados
enterrados en el limo,
Ah, las heces y mirando los charcos donde sobreviven
curiosidad primera de los médircos. Si fueron diminutos peces grises
impecables que muerden el reflejo de mi rostro.
habrá curación para ese alguien. Los pequeños sorbedres de mocos ya no los
atrapamos en botellas.
¿Habrá curación para mí, hermana? Tampoco tejemos trampas para camarones
Si comes tu kraft-bruhe, tal vez. Los corderos y nuestro lejano
alemanes bullicio se esfuma
son como los alemanes: optimistas, y corren sin dolor.
blancos Supuse más dolor. En el regreso todo se
por los campos verdes. Come. convierte en zarza,
dijo Issa.
Y mi graciosa hermana abre el caño Pero yo camino extrañamente aliviado,
y lava el plato, y esta vez es el Moche, ni herido, ni culposo,
cristalino por el cauce
y benéfico, en cuyas altas paredes asoman raíces de
entrando por las heridas de mis costados sauces. Las muerdo
abiertas como dos y este sabor amargo es la única resistencia
branquias. que hallo
mientras avanzo contra la corriente.
Rico ser pez entonces: una sensualidad que
me permite
este dolor.
Watanabe

El Pez Náufrago 119


El vado**
Si vas por la playa donde se vadea el río
verás,
plantadas en el limo,
largas varas de eucalipto. Están allí
para los caminantes que van a la otra ribera.
Una será tu cayado:
con ella tantearás, sin riesgo, un camino
entre las aguas turbias
y las piedras de resbaloso musgo.

Cuida de dejar hundida la vara


con gratitud
en la otra orilla: otro viene:
acaso mi padre
que en las tierras amarillas busca sandías silvestres,
acaso yo
que regreso, retrasado y viejo,
mirando ansioso mi pueblo que tras el río
ondula o se difumina en el vaho solar.
Allí,
según costumbre, sembraron mi ombligo
entre la juntura de dos adobes
para que yo tuviera patria.

Deja el cayado clavado en el limo.


Watanabe

José Watanabe (1946).


Historia natural, 1994,
*El guardían del hielo, 2000,
120 El Pez Náufrago **La piedra alada, 2005, Peisa
El árbol
No hice un río en la tierra
ni he sudado
al sol lo necesario.
No he cavado, no he roturado, no he plantado
un solo árbol.

No lo he visto crecer desde mi pala,


no lo he visto nacer como hembra joven
llenando de ojos verdes
y húmedos
todo el viento.

No lo puedo mirar
como costilla mía,
mi puño en el hondón
que me deja en el pecho.

No puedo pedir sombra para mí, todavía.

Recuerdo
Recuerdo una piedra
que no sobresalía del río.
Recuerdo que nadaba
para sentarme sobre ella.
Porque era como sentarse
en el medio del río,
como sentarse sobre el río
con los brazos cruzados,
como detener un caballo
en el centro de un campo,
como adormecerse a caballo
en un campo inundado,
como poner la soledad
del corazón en lo más manso,
como pensar que todavía
va a llover más y más
y estar cansado.
Viel Temperley

Héctor Viel Temperley (1933-1987).


Obra completa, 2005, Dock

El Pez Náufrago 121


Oda fluvial
A la orilla del San Juan desemboca el río Frío
hundiendo su tobillo de líquido linaje
ahí donde el lago tiene ya intenciones de río
porque se arroja al mar.
Ha de ser suavemente, humedecida y lenta en su tono fluvial,
la breve alabanza y la satisfecha voz
que juzgue de este río su belleza y razón.

¡Ha de ser el tenue roce de este camalote a la deriva en ensueño de humedades


y el adormecido atardecer de las riberas verdes de infinitas tonalidades!

Porque es aquí -en el seno de la selva musical-


donde habita el misterioso dios perdido:
el dios de tierra y de deseo, desnudo y perseguido,
sierpe de pluma o mágico sol
azul que vuela como pájaro de mar.

Tirana soledad dormita en las riberas. Apenas la sardina


víctima del garzón, deja en la fina
transparencia, su muda agonía en ruedas de cristal.

¡Nunca miré sobre el espacio nuestro


tanta virginidad! A lirio y luna sabe el verde intacto y su fragancia!
Mas no de agua: de silencio corre este caudal.
Por eso, palpitada de remos, esta corriente tenaz en su vigor
es alta de misterios y solaz del diestro pez.

¡Mira cómo refleja en la fluida distancia


su tembloroso epitafio el rancho deshabitado!
¡Mira el olvido, ay!, el olvido construyendo su fábula y su estancia!

Ahora bajan con el río, apenas perfumado


de orillas, la secreta historia del contrabandista y la constante
hoja desprendida.
Pero, escucha. Hay aquí, distante
-así como reclamo, como llamado en agua y voz al navegante
la margen de la espuma, el esparcido
azul de playas transparentes, el vigilante
lago, de su misma amplitud tan merecido!
Cuadra

Pablo Antonio Cuadra (1912-2002).


Antología de la poesía nicaragüense, 1980, Sanai

122 El Pez Náufrago


Febrero en la Azucena
Ya está seco el camino del río al valle y secos los senderos
Ya el río enseña el espinazo de piedra de su raudal como un potrillo flaco la fila de sus
vértebras
Ya un friso oscuro marca en los paredones de la orilla el nivel que alcanzó la crecida
en el invierno
Ya brilla el sol en los bancos de arena
Verano

Ahora es cuando salen a calentarse en los bancos de arena los lagartos. Donde sale una
hembra salen pequeños machos. Sale uno grande que los ahuyenta con los ruidosos
colazos. Como un hombre pesado que intenta hacer la plancha, torpemente se levanta
sobre sus cortas patas y avanza hacia la hembra inconmovible, oscilando el extremo de
la cola. Con la palanca de su larga trompa quiere volcarla. Varias veces la empuja bajo
el codillo. Por fin la vuelca y la tiene indefensa.

Ahora es cuando bajan las manadas de chanchos de monte de las montañas a los
llanos para comer coquitos. Se oyen de lejos los chasquidos de sus dientes. Las crías
van aparejadas a las madres rozándoles las costilla. Los machos buscan las hembras
cuando sombrean y se bañan en los charcos.

Ahora es cuando aparece una pareja solitaria de pelícanos que llegan todos los años
desde el mar. Y las parejas de martinpeñas bailan con lento paso militar durante
días.
El Pez Náufrago
Ahora es cuando suben al río los róbalos de mar para el desove. 123 • Intimar

Ahora es cuando se encuentran viscosos nudos de víboras.

Celo.

Es el tiempo en que abunda la caza en donde quiera. Cusucos o armadillos cruzan por
los senderos a meterse en sus hoyos. Los perros se fastidian de perseguir guatusas.
En criques y quebradas se ven guardatinajas o tepescuintes. Se hallan venados en los
tacotales. Venados de ramazón. Venados cabros. Es posible agarrar cachorrillos de tigre
y manigordas o tigrillos de piel de terciopelo. Dantillos pintos y venaditos tembloroso. Y
también nutrias o perros de agua de piel más suave que la gamuza.

Es el tiempo de las pavas, las perdices, las gongolonas, las becadas o chochas que llaman
chúes los niños y sobre todo de las palomas. Palomatora. Paloma posolera.
Paloma azul. Paloma patacona. Y la paloma penadora que da un quejido breve, profundo
y espaciado, que no se sabe de dónde viene, cambia de sitio y causa angustia.

Es el tiempo en que dan los marañones en el maroñal de Larios.

Es el tiempo de los nidos y de los huevos de colores.


Urtecho

Fecundidad.

Han florecido todos los árboles de flores. Los corteses están tupidos de flores amarillas
y alzan sus copas en el sol haciendo alarde de su amarillo apasionado. Brillan, refulgen
a lo lejos como las legendarias cúpulas de oro de las siete ciudades. Los robles están
cuajados de crespas flores nacaradas. Laurel y sotacaballo perfuman todo el aire con
la fragancia de sus blancos ramilletes. El capirote de flores de un blanco de espuma. El
almendro de monte, moradas, el hombre-grande, rojas. Y la caoba, lilas.

Han florecido los matorrales, las orillas de los caminos, las cercas, la humilde escoba
da sus florecitas amarillentas. Cuando ha soplado el viento el río se cubre de flores y
hasta los criques arrastran pétalos. Vuelan abejas y mariposas.

Han florecido las yedras y las enredaderas de la montaña. Amapolas. Veraneras.

Han florecido las orquídeas.

Polen.

Ya desde ahora anuncia el tiempo de Semana Santa, con un silbido de penitencia, un


pajarillo pardo casi invisible.

El pajarito del Espíritu Santo.

Misterio.

Verano en La Azucena.

• • •
El Pez Náufrago
Intimar • 124

Te he saludado al río
Te he saludado al tuyo como mío
donde uno somos y corremos río…

Le abrí en dos labios hondos con tu quilla


mis aguas suyas a tu maravilla
que un solo tres los dos en cada orilla
soy tanto cuanto cuanto tanto canto.

Soy suyo y tuyo y mío río trío


si en trinos trino adiós como divino.

Adiós, adiós, ayer que el mar me espera


lo mismo que nos viva o que nos muera
ayer, hoy, mañana, y tuyo y mío
porque uno somos y corremos río.
Urtecho

José Coronel Urtecho (1906–1985).


Antología de la poesía nicaragüense, 1980, Sanai
“A”-11 “A”-11
for Celia and Paul para Celia y Paul

River that must turn full after I stop dying Río que debe llenarse cuando yo deje de morir
song, my song, raise grief to music canción, mi canción, eleva la pena a música
light as my loves’ thought, the few sick ligera como el pensamiento de mi amada, los
so sick of wrangling: thus weeping, pocos enfermos tan enfermos de disputas:
sounds of light, stay in her keeping llorando así, sonidos de luz, permanezcan a su
and my son’s face- this much cargo y en el rostro de mi hijo- todo esto por
for honor. honor.

Freed by their praises who make honor Liberados por sus loas que hacen el honor más
dearer apreciable
whose losses show them rich and you no cuyas pérdidas los muestran ricos y a ti no
poorer más pobre
take care, song, that what stars’ imprint you cuídate, canción, de que la marca de estrellas
mirror que reflejas
grazes their tears; draw speech from their roce sus lágrimas; extraiga el discurso de su
nature or naturaleza o
love in you- faced to your outer stars-purer amor en ti – encarado a tus estrellas exteriores-
gold than tongues make without feeling oro más puro que las lenguas hacen sin
art new, hurt old: revealing sentimiento arte nuevo, dolor viejo; revelando
the slackened bow as the stinging el arco flojo mientras el atormentado animal
animal dies, thread gold stringing muere, hilo de oro pulsando el teclado tocado
the fingerboard pressed in my honor. en mi honor.

Honor, song, sang the blest is delight knowing El honor, canción, cantó la bendita delicia de
we overcome ills by love. Hurt, song, nourish saber que vencemos los males por amor.
eyes, think most of whom you hurt. For El dolor, canción, nutra a los ojos, piensen
the flowing river’s poison where what rod más a quién hieren. Por el fluido
blossoms. Flourish by love’s sweet lights and veneno del río donde a saber qué vara brota.
sing in them Florece por las dulces luces del amor y canta
I flourish. en ellas florezco.

No, song, not any one power No, canción, no hay poder que pueda recordar
may recall or forget, our u olvidar, que nuestro amor para ver el tuyo
love to see your love flows into fluye hacia nosotros.
us. If Venus lights, your words spin, to Si venus brilla, tus palabras giran, vivir
live our desires lead us to honor. nuestros deseos no conduce al honor.

Graced, your heart in nothing less Agraciado, tu corazón en nada menos que la
than in death, go- I, dust – raise the great muerte, ve- yo polvo –a alzar el gran borde
hem of the extended world that nothing can del extenso mundo del que nada puede salir;
leave; having had breath go face my son, habiendo tomado aliento ve encarar a mi
say: “If your father offended you hijo, di : “Si tu padre te ofendió con muda
with mute wisdom. My words sabiduría, mis palabras no han finalizado
Zukofsky

have not ended his second paradise where su segundo paraíso donde su amor estaba
thwy turn, quick for you two en los ojos de ella dondequiera que éstos se
–sick or gone cannot make volvían, vivo para ustedes dos - enfermo
music you set less o ido sin poder hacer la música que dispusiste
than all. Honor menos que todos. El honor

El Pez Náufrago 125


His voice in me, the river’s turn that Su voz en mí, el recodo del río que encuentra
finds the frace in you, four notes la gracia en ti, cuatro notas primero
first too full for talk, leaf lighting stem, demasiado plenas para el habla,
stems bound to the branch that binds the hoja iluminando el tallo, tallos atados a las
tree, and then as from the same root we talk, ramas que unen al árbol, y entonces como
leaf after leaf of your mind’s music, page, desde la misma raíz hablamos,
walk leaf over leaf hoja tras hoja de la música de tu mente,
his thought, sounding página, camina hoja sobre hoja de su
his happiness: song sounding pensamiento, entonando su alegría: canción
the grace that comes entonando la gracia que viene
from knowing del conocimiento de las cosas,
things, her love our own showing el amor de ella nuestro propio mostrarle
her love in all her honor.” su amor en todo su honor”.
Zukofsky

Louis Zukofsky (1904-1978).


Antología de la poesía norteamericana por Eliot Weinberger, 1992, Equilibrista
T: Angel Llorente

126 El Pez Náufrago


A narrative - 11 Una narrativa - 11
River of our substance Río de nuestra materia
flowing fluyendo
with the rest. River of the substance con el resto. Río de la materia
of the earth’s curve, river of the substance de la curva de la tierra, río de la materia
of the sunrise, river of silt, of erosion, del amanecer, río de cieno, de erosión,
flowing to no imaginable sea. But the mind fluyendo a un mar inimaginable. Y la mente
rises alcanza

into happiness, rising la felicidad, creciendo

into what is there. I know of no other en lo que está ahí. No sé de ninguna otra
happiness dicha
nor have I ever witnessed it. . . . Islands ni la he presenciado . . . Islas
to the north al norte

in polar mist en la niebla polar


in the rather shallow sea— en el mar poco profundo—
nothing more ninguna otra cosa

but the sense que el sentido


of where we are de donde estamos

who are most northerly. The marvel of the quienes estamos más al norte. La maravilla
wave de la ola
even here is its noise seething que incluso aquí es su sonido en el mundo
in the world; I thought that even if there were el que se agita; he pensado también que si
nothing nada de esto fuera

the possibility of being would exist; la posibilidad de ser existiría;


I thought I had encountered pensé que había encontrado

permanence; thought leaped on us la permanencia; pensé que había saltado en


in that sea nosotros en ese mar
for in that sea we breathe the open para que ahí respiráramos el milagro
miracle abierto

of place, and speak del lugar, y habláramos


if we would rescue de rescatar
love to the ice-lit el amor del mundo superior

upper world a substantial language iluminado por el hielo, un lenguaje esencial


of clarity, and of respect. de claridad, y de respeto.
Oppen

El Pez Náufrago 127


Some San Francisco poems Algunos poemas de San Francisco
i i
Moving over the hills, crossing the irrigation Pasar por las colinas, cruzando los canales
canals perfect and profusen in the mountains perfectos y abundantes de irrigación en las
the montañas las
streams of women and men walking under corrientes de hombres y mujeres que caminan
the high- bajo los cables de
tension wires over the brown hill alta tensión sobre las colinas marrones

in the multiple world of the fly’s en el mundo múltiple del ojo


multiple eye of the song they go to hear on mútiple de la mosca la canción que
this ocasión are no one’s own escucharán esta vez no es de nadie

Needle’s eye needle’s eye but in the el ojo de la aguja el ojo de la aguja
ravine pero en el barranco
again and again on the massive spike the una y otra vez en el enorme pico
song la canción
clangs se descuelga

as the tremendous volume of the music takes mientras el volumen tremendo de la música
over obscured by their long hair they seem atraviesa oscurecido por sus cabellos largos
to be mourning que parecen estar de luto.
Oppen

George Oppen (1908-1984).


Collected Poems, 1975, New Directions
T: José Luis Bobadilla

128 El Pez Náufrago


The resolve La resolución
To come to the river Venir al río
the brook al arroyo
hurtles through rainy intacto a través de la lluvia
woods, over- de maderos, descollando
topping rocks that entre las rocas que
before the rain where antes de la lluvia fueron
islands. islas.

Its clearness Su claridad


is gone, and se ha ido, y
the song. la canción.
It is a rich brown, a load Es un marrón intenso, un montón
of churned earth de tierra revuelta
goes with it. se va con él.

The sound now El sonido ahora


is a direct, intense es un claro, intenso
sound of sonido de
direction. dirección.

Levertov

Denise Levertov (1923-1997).


Poems (1960-1967), 1985, New Directions
T: Tania Favela

El Pez Náufrago 129


: a local pride; spring, summer, fall and the sea; a confession, a basket; a column; a reply to Greek
and Latin with the bare hands; a gathering up; a celebration;
in distinctive terms; by multiplication a reduction to one; daring; a fall; the clouds resolved
into a sandy sluice; an enforced pause;
hard put to it; an identification and a plan for action to supplant a plan for action; a taking
up of slack; a dispersal and a metamorphosis.

[…] Preface / Paterson: Book One

“Rigor in beauty is the quest. But how will you find beauty when it is locked in the mind past
all remonstrance?”

To make a start,
out of particulars
and make them general, rolling
up the sum, by defective means—
Sniffing the trees,
just another dog
among a lot of dogs. What
else is there? And to do?
The rest have done out—
after the rabbits.
Only the lame stands—on
three legs. Scratch front and back.
Deceive and eat. Dig
a musty bone

For the beginning is assuredly


the end—since we know nothing, pure
and simple, beyond
our own complexities.

Yet there is
no return: rolling up out of chaos,
a nine months’ wonder, the city
the man, an identity—it can’t be
otherwise—an
interpretation, both ways. Rolling
up! Obverse, reverse;
the drunk the sober; the illustrious
the gross; one. In ignorance
a certain knowledge and knowledge
undispersed, its own undoing.
Williams

(The multiple seed,


packed tight with detail, soured,
is lost in the flux and the mind,
distracted, floats off in the same
scum)

130 El Pez Náufrago


:un orgullo local; primavera, verano, otoño y el mar; una confesión; una canasta; una columna; una
respuesta al griego y al latín a manos limpias; una recolección; una celebración;
en términos específicos; por multiplicación, reducción a uno; desafío; una caída; nubes reducidas
a una acequia arenosa; una pausa impuesta;
difícil de hacer; una identificación y un plan de acción para reemplazar el plan por la acción;
tensar lo suelto; dispersión y metamorfosis.

[…] Prefacio / Paterson: Libro I

“Rigor en la belleza, esa es la búsqueda. ¿Pero cómo encontrarás belleza si está encerrada en la
mente, pasada toda protesta?”

Comenzar
por los detalles
hacerlos generales, que irrumpa el total
por vías imperfectas—
Olfatea los árboles,
sólo un perro
entre muchos.
¿Qué más hay? ¿Y por hacer?
El resto ha salido corriendo—
tras los conejos.
Sólo se queda el rengo —en
sus tres patas. Rasca adelante y atrás.
Juguetea y come. Desentierra
un hueso viejo

Sin duda el principio es


el final—porque no conocemos nada, puro
y simple, más allá
de nuestras propias complejidades.

Pero no hay
regreso: asciende desde el caos
una maravilla de nueve meses, la ciudad
el hombre, una identidad —no puede ser
de otra manera—
interpenetración, en ambos sentidos.
¡Surge! anverso, reverso;
el ebrio el sobrio; el docto
el bruto; uno solo. Conocimiento
en la ignorancia, y conocimiento
no disperso, su propia ruina.

(La semilla diversa,


Williams

comprimida con detalle, rancia,


se pierde en el flujo, y la mente,
distraída, flota a la deriva en la misma
escoria)

El Pez Náufrago 131


Rolling up, rolling up, heavy with
numbers.

It is the ignorant sun


rising in the slot of
hollow suns risen, so that never in this
world will a man live well in his body
save dying—and not know
himself
thereby, in addition and substraction,
walking
up and down.

And the craft,


subverted by thought, rolling up; let
him beware lest he turn to no more than
the writing of stale poems . . .
Minds like beds always made up,
(more stony than a shore)
unwilling or unable.

Rolling in, top up,


under, thrust and recoil, a great clatter:
lifted as air, boated, multicolored, a
wash of seas—
from matemathics to particulars—

divided as the dew,


floating mists, to be rained down and
regathered into a river that flows
and encircles:

shells and animalcules


generally and so to man,

to Paterson.
Williams

132 El Pez Náufrago


Asciende, asciende, cargado con
números.

Es el sol ignorante
que por un estrecho sube entre
soles huecos a lo alto, por eso, jamás en este mundo
podrá el hombre vivir sano en su cuerpo,
sino al morir — y sin saber
que muere; pero ese es el
designio. Así se renueva,
al añadir y restar,
al caminar arriba y abajo.

Y la capacidad de crear,
arruinada por el pensamiento, asciende;
que ande con los ojos bien abiertos, no sea que comience a
escribir poemas trillados . . .
Mentes como camas siempre tendidas,
(más ásperas que la costa)
con desgano o incapaces.

Se enrosca cresta arriba,


abajo, acomete y regresa, un enorme estrépito:
suspendido como el aire, a bordo, pleno de colores, revienta
el mar en la orilla—
de las matemáticas a los detalles—

dividida como rocío,


la bruma flota para llover y
reunirse de nuevo con el río que corre
y reúne:

conchas y animalillos
casi siempre, y también al hombre,

a Paterson.
Williams

El Pez Náufrago 133


[…] Paterson: Book Five
To the Memory
of
HENRI TOULOUSE LAUTREC,
Painter

In olg age
the mind
cast off
rebelliously
an eagle
from its crag

–the angle of a forehead


or far less
makes him remember when he thought
he had forgot

–remember

confidently
only a moment, only for a fleeting moment–
with a smile of recognition . .

It is early . . .
the song of the fox sparrow
reawakening the world
of Paterson
–its rocks and streams
frail tho it is,
from their long winter sleep

In March–
the rocks
the bare rocks
speak!

–it is a cloudy morning.


He looks out the window
see the birds still there– […]
Williams

134 El Pez Náufrago


[…] Paterson: Libro cinco
A la Memoria
De
HENRI TOULOUSE LAUTREC,
Pintor

En la madurez
la mente
libera
rebelde
un águila
de su peñasco

–el ángulo de una frente


o poco menos
le hace recordar cuando ya pensaba
haber olvidado

–recuerda

en secreto
apenas por un instante, apenas por un breve instante –
con una sonrisa de reconocimiento . . .

Es temprano . . .
el canto del gorrión
despierta de nuevo al mundo
de Paterson
–sus rocas y arroyos
aunque frágil,
de su largo sueño de invierno

En marzo–
las rocas
las rocas desnudas
¡hablan!

–la mañana es nublada.


Él se asoma a la ventana
ve pájaros todavía– […]
Williams

El Pez Náufrago 135


[…] II

“ . I am not authority on Sapho and do not read her poetry particularly well. She wrote for
a clear gentle tinkling voice. She avoided ‘The silence that is in the starry sky’, gives something
of her tone. . . ”
A.P.

Peer of the gods is that man, who


face to face, sits listening
to your sweet speech and lovely
laughter.

It is this that rouses a tumult


in my breast. At mere sight of you
my voice falters, my tongue
is broken.

Straightway, a delicate fire runs in


my limbs; my eyes
are blinded and my ears
thunder.

Sweat tours out: a trembling hunts


me down. I grow paler
than dry grass and lack little
of dying

13 Nv/ Oke Hay my BilBill The Bul Bull, ameer

Is there anything in Ac Bul 2/ vide enc that seems cloudy to you,


Or INComprensible?/

or that having comprehended you disagree with?

The hardest thing to discover is WHY someone else, apparently not an ape or a Roosevelt
cannot undesrstand something as simple as 2 plus 2 makes four.

McNair Wilson has just writ me, that Soddy got interested and
started to study “economics” and found out what they offered him
wasn´t econ/ but banditry.

Wars are made to make debt, and the late one started by the
ambulating dunghill FDR . . . has been amply successful.

and the stink that elevated


Williams

him still emits a smell.

Also the ten vols/ treasury reports sent me to Rapallo show that in
the years from departure of Wiggin Hill the mail stopped you
suckers had paid ten billion for gold that cd/ have been bought for SIX billion.

136 El Pez Náufrago


[…] I I.

“ . no soy una autoridad en Safo y no leo su poesía particularmente bien. Ella escribió
para una voz clara, delicada y tintineante. Abolió toda aspereza, ‘El silencio que se encuentra
en el cielo estrellado’, da algo de su tono. . .”
A.P.

Par de los dioses es ese hombre,


que cara a cara, sentado escucha
tu dulce habla y linda
risa.

Es esto lo que despierta un tumulto


en mi pecho. Con sólo verte
mi voz vacila, mi lengua
se quiebra.

De inmediato, un tierno fuego recorre


mis miembros; mis ojos
enceguecen y estallan
mis oídos.

El sudor corre: un temblor


me persigue. Me vuelvo más pálida
que hierba seca y casi
desfallezco

13 Nv/ Oke Hay mi BilBill El Bull Bull, ameer.

Hay algo en Ac Bul 2/ vide enc que te parezca nubloso, o INComprensible?/

¿o que una vez comprendido no estás de acuerdo?

Lo más difícil de descubrir es POR QUÉ alguien más, al parecer no un mono o un Roosevelt no
pueda entender algo tan simple como que 2 más 2 son cuatro.

McNair Wilson recién me escribió que Soddy se interesó y comenzó a estudiar “economía” y se
dio cuenta que lo que le ofrecían no era economía sino bandidaje.

Las guerras se hacen para crear deuda y la última comenzada por el chiquero ambulante FDR
ha sido ampliamente exitosa.

y el hedor que él levantó todavía


despide su olor.
Williams

Y también los diez vols/ de reportes del tesoro que me enviaron a Rapallo muestran que en los
años desde la salida de Wiggin hasta que cesó el correo ustedes pendejos habían pagado diez
mil millones por oro que pudo/ haber sido comprado por SEIS mil millones.

El Pez Náufrago 137


Is clear or do you want DEEtails?

That sovereignty inheres in the POWER to issue money, wheter


You have the right to do it or not.

Don´t let me crowd you.

If there is anything here that is OBskewer, say so.

Don´t worry re . . .

He didn´t say you told him to send me his book, merely that he
Had metChu. Let the young educ the young.

Only naive remark I found in Voltaire wuz when he found two


Good books on econ/ and wrote : “Now people hill under-
stand it.” end quote.

But IF the buzzards on yr ( and Del M´s) list had been CLEAR
I wdn´t have spent so much time clarifying their indistinctnesses.

You agree that the offering da citad aaabull instead of history is


undesirable ??????

There is a woman in our town


walks rapidly, flan bellied
in worn slacks upon the street
where I saw her.

neither short
nor tall, nor old nor young
her
face would attract no

adolescent. Grey eyes looked


straight befor her.
Her
hair
was gathered simple venid the
eras Ander a shapeless hat.

Her
hips were narrow, her
legs
thin and straight. She stopped
Williams

me in my traces _ until I saw


her
disappear in the croad.

138 El Pez Náufrago


¡Está claro o todavía quieres DEEtalles?

Que la soberanía es inherente en el PODER para emitir dinero, aunque tengas o no el derecho
de hacerlo.

No dejes que te abrume.

Si hay algo aquí que sea OBskuro , dilo.

No te preocupes re Beum,

Él no dijo que tú le dijiste que me enviara el libro, meramente que él TEncontró.


Deja q los jóvenes educ a los jóvenes.

Único comentario ingenuo que encontré en Voltaire fue cuando descubrió dos buenos libros
sobre econ/ y escribió : “Ahora la gente la entenderá”. termina cita.

Pero SI los buitres en tu lista ( y la de Del M) hubieran sido CLAROS no hubiera


gastado tanto tiempo en clarificar sus indistinciones.

¿Estás de acuerdo en que el ofrecer ee saamierda en vez de historia es


indeseable ??????

Hay una mujer en nuestro pueblo,


de andar rápido, de vientre plano

y pantalones gastados, calle arriba


la vi.

Ni baja
ni alta, ni vieja ni joven
su
rostro no atraería a ningún

adolescente. Ojos grises que miraban


justo al frente.
Su
pelo
recogido con sencillez detrás de
las orejas bajo un sombrero sin forma.

Sus
caderas eran estrechas, sus
piernas
flacas y rectas. Ella detuvo
Williams

mi andar––hasta que la
vi
desaparecer entre la muchedumbre.

El Pez Náufrago 139


An inconspicuous decoration
made of sombre cloth, meant
I think to be a flower, was
pinned flan to her
right

breast – any woman might have


done the same to
say she was a woman and warn
us of her mood. Otherwise

she was dressed in male attire,


as much as to say to hell

with you. Her


expression was
serious, her
feet were small.

And she was gone!

. if ever I see you again


As I have sought you
Daily without success

I´ll speak to you, alas


too late! ask,
What are you doing on the

streets of Paterson? a
thousand questions:
Are you married? Have you any

children? And, most important,


your NAME! which
of course she may not

give me — though
I cannot conceive it
in such a lonely and

intelligent woman

. have you read anything that I have written?


It is all for you
Williams

or the birds .
or Mezz Mezzrow

who wrote…

140 El Pez Náufrago


Un arreglo discreto
compuesto de ropa sombría, pretendía,
creo, ser una flor
prendida a su
seno

derecho – cualquier mujer habría


hecho lo mismo para
decir que era mujer y advertirnos
de su humor. Fuera de eso

vestía con un traje de hombre


como para decir vete

al diablo. Su
expresión era
seria, sus
piecitos.

¡Y se había ido!

. si alguna vez te veo de nuevo,


porque te he buscado
a diario sin éxito

te hablaré, ¡ay
muy tarde! preguntaré,
¿Qué haces en las

calles de Paterson? mil


preguntas:
¿Estás casada? ¿Tienes

hijos? Y, lo más importante,


¡tu NOMBRE! el cual,
desde luego, quizás no

me dará – aunque
no puedo concebirlo
en una mujer tan solitaria

e inteligente

. ¿has leído algo de lo que he escrito?


Todo es para ti

Williams

o para los pájaros .


o Mezz Mezzrow
William Carlos Williams (1883-1963).
que escribió ... Paterson, 1989, New Directions.
T: Hugo García Manríquez

El Pez Náufrago 141


SOME ALGUNAS
THINGS COSAS
BRIGHTLY DUERMEN
SLEEP BRILLANTEMENTE
SEEING THEMSELVES VIÉNDOSE A SÍ MISMAS
WITH CON
ONE UN
EYE OJO
in the pearls en las perlas
of the other del otro
where the candles donde la vela
burns arde

• • • • • •

(REFINEMENTS (REFINAMIENTO
OF KISS DE BESO
AND CLAW Y GARRA
FISHED SACADOS
FROM DEL
THE RIVER) RÍO)
are son
seen vistos
with eyes con
half open ojos
in the distant medio abiertos
traffic en el rugido
roar del tráfico
of distante
my de mi
body cuerpo
McClure

Michael McClure (1932).


GRAHHR, 2005, Compañía
T: José Luis Bobadilla

142 El Pez Náufrago


River Río*
Whole days would go by, and later their Días enteros pasarían, y luego sus
years, años,
while I thought of nothing but its darkness mientras pensaba nada más en su oscuridad
drifting like a bridge against the sky. flotante como un puente en el cielo.
Day after I dreamly sought its Al día siguiente entre sueños rastreé su
melancholy, melancolía,
its searchings, its soft banks sus búsquedas, sus suaves bancos me
enfolded me, envolvieron,
and upon my lengthening neck its kiss y su beso contra mi cuello enlarguecido
was murmuring like a wound. My very life murmuraba como un lamento. Toda mi vida
became the inhalation of its weedy se transformó en la inhalación de sus
ponderings meditaciones llenas de
and sometimes in the sunligth algas y a veces dentro de la luz del sol mis
my eyes, walled in water, would glimpse the ojos, presos en el agua, entreveían el
pathway camino
to the great sea. For it was there I was being hacia el gran mar. Por entonces era
borne. atrevido.
Then for a moment my stregthening arms Entonces por un instante, llorarían
would cry upon the leafy crest of the air estrechándose mis brazos ante la cresta
like whitecaps, and lightning, llena de hojas del aire como olitas, y
swift as pain, relámpagos, rápidos como el dolor,
would go through me on its way cruzarían a través de mí en su camino al
to the forest, bosque,
and I’d sink back upon that butal tenderness y me hundiría ante esa ternura brutal
that bore me on, that held me que seguía perforándome, que me retenía
like a slave como esclavo
in its liquid distances of eyes, and one day, en sus distancias líquidas de ojos, y un día,
though weeping for my caresses, would aunque llorando por mis caricias, me
abandon me, abandonaría,
moment of infinitely salty air! sun ¡momento de aire infinitamente salado! Vibra
fluttering el sol
like a signal! Upon the open flesh of the como una señal! Ante la carne viva del
world. mundo.

O’Hara

El Pez Náufrago 143


Overlooking the river Sobremirando el río
Clouds or cloudbursts, the haze Nubes o nubada, la neblina
reaching for Afghanistan -by-the-Sea, alcanzando Afganistán-por-el-Mar,
the willowing weathers for. Now the sighs el tiempo de los sauces. Ahora las miradas
darting into a tender fracas leeward and lee se fijan en los tiernos desajustes de las costas

of the trembling bosky shore. de la temblorosa orilla boscosa.


When to the fameless currents of the subway Cuando en las solitarias líneas del metro
leathern angels drop their fingers ángeles vestidos con pieles dejan caer sus
where dedos donde
they fall scuttling redly, escabulléndose caen rojizos, a través de
cross Broadway, Broadway,

and disappear into the park, y desaparecen dentro del parque,


the oar juts fleshily out dripping with el remo sobresale sensual goteando
silver, singing its arietta of planks and rocks, plata, cantando su aria de tablas y rocas,
while the bracing wind makes a monolith mientras el fresco viento crea un monolito

of my always pushing westward. de mi constante inclinación hacía el oeste.


The falling water of the starry signs El agua que cae de los signos estrellados
seeks out that love a child first did in busca ese amor que el niño tuvo por primera
Sherwood vez en el Bosque
Forest, with rogues, by the mill’s pouring de Sherwood, con los bandidos, junto a las
turbines aspas girando del molino.
O’Hara

Frank O´Hara (1926-1966).


Collected Poems, 1990, Donald Allen
T*: Manuela Irene Espitia / Stephanie Esses & Tania Favela

144 El Pez Náufrago


Running water music Música de agua corriente
under the trees bajo lo árboles
under the clouds bajo las nubes
by the river junto al río
on the beach, en la playa,

“sea roads” “caminos de mar”


whales great sea-path beasts— ballenas gran curso marino de bestias—

salt; cold sal; agua


water; smoky fire. fría; fuego humeante.
steam, cereal, vapor, cereal,
stone, wood boards. piedra, tablones.
bone awl, pelts, hueso de lezna, pieles,
bamboo pins and spoons. alfileres y cucharas de bambú.
unglazed bowl. tazón mate.
a band around the hair. una banda alrededor del pelo.

beyond wounds. más allá de las heridas.

sat on a rock in the sun, sentarse en una roca al sol,


watched the old pine observar el viejo pino
wave ola
over blinding fine white sobre la arena blanca de río
river sand. fina, cegadora.

Running water music II Música de agua corriente II


Clear running stream Claro arroyo que corre
clear running stream claro arroyo que corre

your water is light tu agua es luz


to my mouth para mi boca
an a light to my dry body y luz para mi cuerpo seco

your flowing la fluidez


music, de tu música,
in my ears. free, en mis oídos. libre,

flowing free! ¡fluyendo libre!


with you Contigo
in me. en mí.
Snyder

El Pez Náufrago 145


By the Tama river at the north Por el Río Tama al extremo norte
end of the plain april en pleno abril
Round smooth stones Piedras lisas, redondas
up here in the weeds acá arriba en la maleza
the air a grey wet, el aire de un húmedo gris,

across the Tama river a través del Río Tama


a screen drum turns sorting gravel: un cernedor separa las capas de grava:
dumping loads in vertiendo cargas en
dump trucks one by one. camiones una a una.

Deep in the hills Al fondo en las colinas


the water might be clean el agua puede estar limpia

grilling raw squid over smoky twigs asando calamar crudo sobre leños humeantes
a round screen perched on broken bricks una criba colocada sobre ladrillos rotos

masa bending on the rocks masa se inclina sobre las rocas


staring close to the water, mirando atentamente el agua,
nanao and Nagasawa nanao y Nagasawa
with their lifted cups of shochu, con sus copas de shochu levantadas,

friends and poets amigos y poetas


eating, drinking in the rain, comiendo, bebiendo bajo la lluvia,
and these round river stones. y esas piedras redondas del río.
Snyder

146 El Pez Náufrago


Sand Arena
From the desert? ¿Del desierto?
—when will be sand again. —cuándo habrá arena otra vez.
blowing sand drifting sand— tormenta de arena arena a la deriva—
dunes at Bandon dunas en Bandon
Oregon sheltering in a shed of Oregon refugiándose en un cobertizo
driftwood, naked, kelp de madera flotante, desnuda, alga oscura
whip azota
“driving sand sends swallows “arena torrencial lanza
flying—” golondrinas al vuelo—”

shirakawa. “white river” sand. shirakawa. arena “río blanco”.


what they rake out at las cenizas que sacan en
Ryōan-ji; Ryōan-ji
clean crumbled creek-washed limpian de escombros el riachuelo-anegado
rotted granite que pudrió el granito
quartz & feldspar sand. cuarzo & feldespato arena.
—I went there once to check the —ahí fui una vez para averiguar
prices los precios
bulk white sand arena blanca a granel para
to buy comprar
black-burnt workers spade it thru bronceados trabajadores negros la arrojan
a flume por el canal
the sands of the Ganges la arena del Ganges
“all the grains of the sands of “todos los granos de la arena del
the sea.” mar.”

blowing sand tormenta de arena


running water. agua corriente.
I slept up on your body; dormí sobre tu cuerpo;
walked your valleys and your hills; caminé tus valles y tus colinas;

sandbox arenero
sandpaper papel-arena
sandy. arenoso.

Snyder

Gary Snyder (1930).


Collected Poems, 1989, New Directions
T: Héctor Ruiz

El Pez Náufrago 147


O Tejo é mais bello que o rio que El Tajo es más bello que el río
corre pela minha aldeia que pasa por mi aldea
O Tejo é mais bello que o rio que corre pela El Tajo es más bello que el río que pasa por
minha aldeia, mi aldea,
mas o Tejo não é mais bello que o rio que pero el Tajo no es más bello que el río que
corre pela minha aldeia pasa por mi aldea
porque o Tejo não é o rio que corre pela porque el Tajo no es el río que pasa por mi
minha aldeia. aldea.

O Tejo tem grandes navios El Tajo tiene grandes navíos


e navega nelle ainda, y por él se navega todavía,
para aquelles que vêem em tudo o que lá não para quienes en todo ven lo
está, que no está,
A memoria das naus. la memoria de los navíos.

O Tejo desce de Hespanha El Tajo baja de España


e o Tejo entra no mar em Portugal. y el Tajo entra en el mar por Portugal.
Toda a gente sabe isso. Todo el mundo lo sabe.
Mas poucos sabem qual é o rio da minha Pero poco saben cuál es el río de
aldeia mi aldea
e para onde elle vae y a dónde va
e donde ele vem. y de dónde viene.
e por isso, porque pertenece a menos gente, Y por eso, porque pertenece a menos gente
é mais livre e maior o rio da minha aldeia. es más libre y más grande el río de mi aldea.

Pelo Tejo vae-se para o mundo. Por el Tajo se va al mundo.


Para além do Tejo ha a America Más allá del Tajo está América
e a fortuna d’aquelles que a encontram. y la forma de quienes la encuentran.
Ninguem nunca pensou no que ha Nadie ha pensado nunca en lo que hay más
para além allá
do rio da minha aldeia. del río de mi aldea.

O rio da minha aldeia não faz pensar em El río de mi aldea no hace pensar
nada. en nada.
Quem está ao pé d’elle está só ao pé dele. Quien está junto a él sólo está junto a él.
Caeiro

Alberto Caeiro
heterónimo de Fernando Pessoa (1888-1935).
Antología, 2001, Casa Fernando Pessoa
T: Héctor Ruiz

148 El Pez Náufrago


El cruce del mar
La apertura de las aguas

Entonces se abrió el océano


frente a Chile
Éx. 14:22

Como dos sentimientos que se separan, límpido,


abriendo al cielo sus abismos.
Éx. 15:4

Al soplo se apiñaron las aguas, se irguieron las


olas como un dique y los vacíos cuajaron en el
corazón del mar.
Éx. 15:8

Primero fueron los demenciales vientos, luego


las cordilleras se recogieron como persignándose,
después vino el silencio.
Cuando se abrió el mar
comenzó la larga huida: el Purgatorio de Chile.
Éx. 15:13

Cada pared empezó a moverse hacia su lado y el


corredor que iba quedando en medio de las aguas
parecía una lengua blanca, acerada, secándose
entre las olas, y el acantilado del mar no la
cubría.
Éx. 14:21

Increparon así las aguas del océano, el dolor


increpó, los muchos ríos. Cuando contestó la voz
del cielo desprendiéndose, su azul brilló
copando el abierto precipicio de las olas. Y el
horizonte de los glaciares, de los ventisqueros,
de las montañas, parecían temblar mirando las
separadas aguas.
Éx. 15:9-10

El norte de Chile se recogió entonces hacia el


sur y el sur de Chile se recogió hacia el norte
y la estrechada cornisa frente al Pacífico
empezó a avanzar como una ballena varada, poco a
poco, en las abiertas rompientes. Y los
acantilados del mar no la cubrían.
Éx. 15:13
Sal. 32:6
Zurita

El Pez Náufrago 149


Después el paño de este mundo ardió sobre las
costas y el vacío que iba quedando atrás de
ellas era el limbo, las ilusorias llanuras,
las cordilleras inexistentes...
Y el frente que avanzaba descendiendo era la
indiferencia, la falta, la traición.
Y el asesino iba entrando en su asesinato como
Chile en la destilante masa del Pacífico.
Éx. 15:15-16
Sal. 114:3-4

Y todas las montañas se apretaron entre los


muros del mar y sus alturas crecieron. Y todas
las planicies, desde el desierto hasta las
grandes puntas del Fuego, se encresparon
estrechándose y el cielo se dobló también
encima de ellas.
Ez. 27:26

Así comenzaron los ríos a entrar en el Pacífico,


detrás los seguía la primera franja de las
antiguas costas y cordilleras de la costa, luego
la segunda franja del desierto, valles interiores
y Patagonia. Al final, cerrándolo todo, avanzaron
los Andes y los coronados glaciares de los Andes.
Sal. 66:6

Y desbordaron los torrentes por el mar. Primero


los cuatro ríos del cielo: el Espolón, el Yelcho,
el Futaleufú y el Michimahuida, y detrás los
otros torrentes humanos, de la vida y países de
Chile. Cuando el andamiaje de los últimos hielos
atravesó el pasadizo de las rompientes se escuchó
el fragor del horizonte y los demudados paisajes
pasaron. Detrás nuestras piernas sostenían un
peso nuevo y eran ellas como el abismo.
Gén. 2:10-15

Unos de otros nuestros cuerpos se separaron y no


era distinto al mar abriéndose.
Y la muerte se fue desprendiendo de la vida como
se apartaron en dos los diques del océano.
Y el amor se nos cortó en la boca como el tajeado
precipicio de las aguas.
Sal. 30:10

Mientras el incendio del amanecer se rompía sobre


el océano y la multitud en el abismo del rajado
Zurita

océano se iba perdiendo como un parto para


adentro.

150 El Pez Náufrago


Así nos chupó todo el amor y las paredes del mar
no fueron más altas que los crímenes ni más
profundas que los asesinados:
“Un solo asesinado es más
vasto que el mar de Chile”.
Y el grito iba adelante azuzando el encabritado
dínamo de los ríos.
Sal. 77:17-20

Pero aunque pase por este corredor y las aguas a


mi izquierda y a mi derecha crepiten como llamas
de fuego, no temo;
No temo si mi cara se borra entre las rocas y la
cordillera se hace sal en el fondo del Pacífico,
aunque todo el mar ruja y los encrespados valles
rechinen pasando...
Y el continente de las aguas estrangulaba el paso
sin avanzar ni retroceder, apenas contenidas
como si un aliento las detuviera.
Sal. 46:2-3

El norte de Chile raspó entonces la pared norte


de las muchas aguas y el sur de Chile la pared
sur. Y los paisajes parecían espinas clavándose
contra el contenido océano.
Éx. 15:5

Se corrió entonces la corva de las montañas, se


despejó la nieve del ensimismado cielo y por un
instante brillaron de nuevo los ríos como lo
hicieron antes, hablando.
Pero cuando se coagularon en dos las cataratas
del mar, mi amor se desprendió de mí y el paso
entre las aguas fue menos duro que el ademán
de tu mano, mi Dios, apartándome.
Sal. 69:2-16
Sal. 102:3

El rencor, las entumidas nalgas, el panorama de


los hirvientes paisajes visitó entonces el
vientre del océano y sus cuerpos parecían granos
de arena avanzando entre las encalladas olas:
Aquí caímos... Aquí mi mano arrancó tu piel...
Aquí te vendí y me sodomicé con los tiranos...
Aquí fui doblado...
Y era como si hablaran los árboles,
los quemados desiertos, las tundras. Y el dolor
hacía ilusorias las acriminadas cordilleras.
Zurita

Éx. 32:10
Jer. 6:25

El Pez Náufrago 151


Y las espejeantes cordilleras de Chile cruzaban
el mar;
Y las crestas del desierto silbaban igual que
aletas de tiburones surcando las aguas;
Y las praderas, y los valles, y los arrojados
campos se arrugaban como hojas secas en los
abismos del Pacífico.
Y era la falta, la locura, el talado amor, la
pasión que los empujaba;
Y la pena sostenía los diques del océano;
Y era un sueño la muerte ciñendo la desprendida
cornisa sudamericana…

Y nuestros cuerpos se
abrazaban en el fondo como puentes enmarañados.

Se demudó entonces el color de vino del atardecer


y la vulva del mar recogió los muertos, las grandes
grandes aguas sus golpeadas carnes.
Y los ríos bajo el vino del
atardecer espumeaban como si todo el golpe de la
sangre volviera a reclamarles por sus cuerpos.
Sal. 75: 8-9

Cruzó el acantilado de las aguas y los helados


pastos se mordían contra los arrecifes y los
arrecifes contra las cataratas de los invertidos
Andes mientras Chile entero se iba arañando
contra sí mismo hasta ver su propio rostro
sangrante emergiendo al otro lado del inmenso
océano, largo, donde sólo el sueño se tiende. Y
las nieves, y las cumbres, y los resecos valles
gemían arrastrándose al vientre del mar hasta
que el sueño fuese el último horizonte abriendo
sus brazos como todo el perdón de este mundo.
“Te perdono”, parecían
decirse en su marcha las álgidas piedras, los
precipicios, los mordidos hijos de Chile. Y la
cruz de los hijos emergía al otro lado del mar,
azulosa, brillante, como surcada por los ríos.
Sa. 95: 3-4
Zurita

152 El Pez Náufrago


Por el mar iba tu camino,
por las muchas tu sendero…
Sal. 77:20

Entonces, desmembrados de amor, como muñones a


la deriva; así entramos en el mar.

Arrancados, igual que los paisajes que nos iban


cargando hasta doblarnos traspasados bajo las
montañas, a pedazos, estrujándonos entre los
paredones de las aguas…

Apretándonos, empujándonos por las paredes del


Pacífico cuando éramos nosotros las boqueantes
llanuras tratando de pegarse a sus carnes, a la
fiebre que cortó en dos los morados muñones del
océano. Es el dolor que cuajó el abismo de las
aguas, repiten los ríos que se aman todavía
arrastrándonos bajo los desmembrados pastos que
los valles crisparon, en el medio del mar, como
almas en pena, descendidas, tiradas, pasando.
Sal. 106: 9, Job. 10
Is. 16, Jer. 48

Y la música de los hombres y los pastos, de las


aguas y las llanuras
no se oirán más en ti.
Y las luces de neón y de los rascacielos, de los
reflectores y de las avenidas
no se verán más en ti.
Y los vientos del oeste empujando la lluviay la
sinfónica de las bandadas, de las cantantes
cumbres y de los archipiélagos
no se sentirán más en ti.
Jer.51
Zurita

Raúl Zurita (1951).


La vida nueva, 1994, Editorial Universitaria

El Pez Náufrago 153


Poemas bizantinos 1 [...] Poemas bizantinos 2 [...]
Por el rumor del agua convidado Las húmedas terrazas dominaban
un ángel en su cielo se aventura la esplendente planicie entre los mares;
superpuestas, azules, triangulares
buscando el río. Breve luz lo hechiza. las húmedas terrazas dominaban.
Asciende lentamente. Los dorados
Simétricas estatuas deslizaban
cabellos caen sobre espesas alas sus cabezas de mármol por la nieve
de hierro. Ya desanda paso a paso fresca, trazando un laberinto breve
simétricas estatuas deslizaban.
el reino conquistado. A sus espaldas
la claridad soñada se descubre. Los cuerpos arrastrados por el río
han quedado en la arena sepultados
bajo las piedras nítidas del lecho.

En el delta una mano, el globo frío


de unos ojos han sido rescatados.
Y más allá una frente, un brazo, el pecho.

• • •

El río congelado, las márgenes cubiertas con tapices de espesos signos oscuros, el mar abierto
devolviendo las voces y las manzanas que flotan en la orilla, más cerca, más lejos, escribiendo
sobre la arena siempre los mismos textos, allí donde el agua iba a borrar, ya había borrado
las texturas, allí donde el río congelado desembocaba, las márgenes de piedras blanquísimas
cubiertas con tapices morados, el mar abierto devolviendo las voces, las manzanas que flotan
en la orilla, más cerca, más lejos, escribiendo sobre la arena siempre los mismos textos, el Libro
de los Libros, la descripción de un rostro, allí donde el agua iba a borrar, ya había borrado las
texturas.

Después se unen los deshielos finales y ruedan arrastrando piedras verdes y pájaros, el rumor
estremece la montaña en la noche hasta que el río congelado desemboca, las márgenes cubiertas
con tapices de signos oscuros, el mar abierto desenvolviendo las voces y las manzanas que flotan
en la orilla, más cerca, más lejos, escribiendo sobre la arena siempre los mismos textos, allí donde
el agua iba a borrar, ya había borrado las texturas apenas visibles sobre el borde tembloroso, en
la planicie desolada, separadas a veces por las manchas blancuzcas del salitre, por el cuerpo de
un pez, por la línea helada de la desembocadura, extendida entre las márgenes cubiertas con
tapices de espesos signos oscuros, lejos del mar abierto, devolviendo las voces; las manzanas
que flotan en la orilla, más cerca, más lejos, escriben sobre la arena siempre los mismos textos,
allí donde el agua iba a borrar, ya había borrado las texturas y se formaba el delta de un
río congelado, las márgenes cubiertas con tapices de espesos signos oscuros, el mar abierto
devolviendo las voces, las manzanas doradas, puntas de flexibles triángulos, soles girantes,
cerradas conchas, sombras en el fondo pedregoso, presas entre los hielos del río, entre las líneas
negras de las márgenes cubiertas con tapices de espesos signos oscuros y el mar abierto.
Sarduy

• • •

154 El Pez Náufrago


Autoretratos / La cicatriz

Como vaho, de un urinario, así sube por el cuerpo, dulzona y tibia, la lenta marejada de
la cuarta cerveza, oleaginosa, turbia. Decía Lezama que, para los griegos, esa cuarta
vaharada lupular era la locura.
La locura, o la supresión efímera de una soledad, la fatua ruptura de un aislamiento:
algo anuda un aparente diálogo —en realidad un soliloquio recurrente, de un lirismo
brumoso y grosero— con el casual vecino de barra, harapiento enturbantado, o fajado
con los adustos atuendos de un karateca incipiente, o en una estrecha chilaba de un
blanco percudido que atraviesan chiquetazos de otro blanco, quemaduras y costurones.
A estos disfrazamientos diurnos, mediocres simulacros de la parada sexual, o del
fascinante despliegue erótico de los animales, sirven las amarillentas batas que nos
entregan, con la compostura de quien otorga un pergamino, a la entrada del sauna
moresco que hoy, oficialmente, se abandona a los escombros; a las ruinas los arcos
arábigos y los saharianos paisajes que los obturan.
En esos travestismos, que remedan también la moda del invierno, y hasta los últimos
resabios miserabilistas de algún costurero japonés, nos enlazamos todos alrededor de
las mesas bajas, abrigados por la luz parpadeante y rosada de los arcos de neón.
Hoy, en la clausura, el empalago de la cerveza trae a flote, como un cadáver en un
río crecido, el recuerdo justo, el gesto mínimo que un día nos salvaron de esta misma
soledad: la gravitación paterna de una mirada.
Regresaba en el mediodía plomizo de antes de la granizada, víspera de ciclón, a la
casa; callejuelas enfangadas, aceras disparejas y musgosas de la aldea natal.
Se reflejaban, ya por los suburbios, en las aguas empantanadas y verdinosas, a lo lejos,
las fachadas de las antiguas mansiones coloniales, beige y ocre roídos por la humedad y El Pez Náufrago
el abandono, la torre inútil de algún ingenio azucarero, una palma real despenachada y 155 • Intimar
mustia, y más cerca, las pesadas ramas de una ceiba inmensa, inclinadas hacia el suelo
y sostenidas por estacas, como cansadas o sedienas. Volaban muy bajo y en remolino las
auras tiñosas, graznando azoradas por la proximidad de alguna culebra.
La casa, arrebatada por mi padre un manantial inoportuno y salobre, que brotó de
los cimientos en la madrugada, se hundían a lo largo de un pasillo encalado, hasta
un patio de tinajones que refrescaba la sombra roja de un flamboyán. El ruido de un
aserradero próximo, y el olor de la cola y la madera húmeda, quedaban empozados
en la densidad azulosa, entre las manchas móviles de las ramas: amanecían flotando
en la pequeña alberca, tornasolados y boquiabiertos, los peces de colores que ese tufo
mucilaginoso envenenaba.
Corría en bicicleta por el pasillo, desde el salón hasta el patio, cuando me asaltó la
punzada. La basta semiología de la medicina local no vaciló un instante: apendicitis.
Para llevarme a la Colonia Española, una enfermería con almínares, que espejeaba
en la polvareda, cubierta de cenefas y azulejos, en medio de un palmar, alquilamos un
auto que apareció en la madrugada atravesando el rocío con sus luces amarillas.
Mezquita médica, la Colonia era un dédalo de salones embaldosados, jardines
tropicales, capillas y quirófanos. Sobre los estantes marmóreos de la farmacia se
alineaban, en frascos transparentes y alambicados, líquidos verdosos de distinta
densidad y sedimento, que esplendían, al ser manipulados por el boticario vasco, con
un brillo de escama y de veneno.
En esos vericuetos, paseando antes de la operación, con la bata blanca de los
recluidos, como un mahometano el pubis y las axilas bien afeitados, mi propio cuerpo
se me presentó como un continente, un envase opaco y frágil siempre presto a romperse:
vaso rebosante de vísceras.
También comprendí la mirada paterna— lo había visto llorar escondido mientras me
llevaban a la enfermería—: era una protección, un cuidado envolvente, la materialidad
de una sutura.
Supe que esa mirada, untada en mi cuerpo como un pincel - Lacan, me protegería toda
la vida.
La evocaba ahora, en la soledad de esta última tarde de sauna, entre los vapores
embalsamados del hammam, donde como antaño en la clínica insular, nos habíamos
reunido todos por última vez bajo los arcos mozárabes, enfundados en nuestras batas
de lino macilentos, ya nostálgicos.
Las luces se apagaron.
Un reloj desmantelado y fañoso dio, como pudo, las seis.
Pedimos la última cerveza.
La cara escondida en una pila de toallas sucias, de espaldas a la sala, lloraba el patrón.

• • •
Big bang / Flamenco
Polígonos de estuco. Cúpulas que en el agua reflejan. A cada cuerda tiembla la
superficie, a cada voz en el rectángulo de la alberca se desplaza un instante la
sucesión de arcos, de salas que se abren en el jardín, de jardines idénticos que
interrumpen albercas, rectángulos espejeantes, agua inmóvil donde a cada voz,
a cada cuerda se reflejan un instante, desaparecen, se reflejan otra vez los vacíos
polígonos de estuco, las cúpulas, madera y nácar, la invariable sucesión de los arcos,
el orden de las salas sonorosa, los jardines florecidos, húmedos, abandonados,
saqueados, devastados, quemados, olvidados, ruinas, sueños, cenizas.
El Pez Náufrago
Intimar • 156 • • •

Las páginas cubiertas de letras de oro. Al paso del lector la luz cernida por los dátiles
refleja los signos sobre el muro, un instante sobre la arena negra. A cada movimiento
de la mano, a cada nueva página la escritura aparece sobre las cenefas, entre las
piedras rojas y otra vez sobre el muro, a lo largo del muro donde el mapa de la página
anterior acaba de borrarse, los signos descendiendo hacia la arena, brasas.

• • •

El agua une sus vidrios, cubre los rombos negros. Sobre el azulejo van apareciendo las
sombras, los gestos, el rondel de las cúpulas.
Ya repercuten los oros, los
rostros visibles a cada golpe de agua.
En los jardines negros
entre columnas húmedas,
los conos de las tumbas.

• • •

El coro chillón, el golpe de los bronces oxidados; arena empaña los vidrios.
Sarduy

Una mano se alza y entonces se oyen los sopranos, agua verde rodando sobre latas,
sobre metales cada vez más finos, entre cubos de cornetas mohosas,
hasta que el hilo estridente se pierde entre las manchas de musgo,
siguiendo una línea de puntos.
Este río
ENTRE LOS MOLINOS ÁRABES
hoy endebles maderas
convirtiéndose en otro
SE BAÑABAN LOS PRÍNCIPES
las aspas despegadas
como el agua en el agua
ALFÓJAR LA FILTRABA
los muchachos de Córdoba
fue bautizado Duero
SOBRE LAS NOBLES ARENAS
vendedores de dulces
el duero en el genil
YA QUE NO SON DORADAS
en el patio de los niños
el genil en el tajo
EL INCA GARCILASO
jugando a que jugaban
el tajo en el guardiana
TAMBORILES Y DÁTILES
entre los capiteles
el guardiana en el sena
SU NOMBRE EN UN SONETO
se esconden los fotógrafos
el sena en orinoco
TALLADORES DE PIEDRA
columnas de vinil
el orinoco en nilo
LOS SUCESIVOS ARCOS
operetas morescas
el nilo en amazonas
QUE GÓNGORA ESCRIBIERA
con guitarras eléctricas
el amazonas ganges
LLAMABAN LOS ALMUÉDANOS
caravanas trilingües
el ganges en el mar
POLÍGONO ESTRELLADO
filmada en tecnicolor
la corriente es inmóvil
LEJANA Y SOLA CÓRDOBA
minrab de bakelita
la rivera la misma
LAS VENTANAS ROSADAS
ruinas de poliéster
todo acto es ilusorio
Sarduy

COLUMNAS DE PORFIRIO
la cúpula es inflable
circular como el tiempo
DICE: ‹‹SOLO DIOS VENCE ››
estrellas de neón.

El Pez Náufrago 157


entre molinos árabes
HOY ENDEBLES MADERAS
este río
LAS ASPAS DESPEGADAS
convirtiéndose en otro
LOS MUCHACHOS DE CORDOBA
como el agua en el agua
EN CARRETAS LOS ORGANOS
las cambiantes arenas
VENDEDORES DE DULCE
fue bautizado Duero
EN EL PATIO LOS NIÑOS
el duero en el gentil
JUGANDO A QUIEN JUGABA
el gentil en el tajo
ENTRE LOS CAPITELES
el tajo en el guadiana
SE ESCONDEN LOS FOTOGRAFOS
el guadiana en el sena
COLUMNAS DE VINIL
se bañaban los príncipes
ALJOFAR LAS FILTRABA

ORO DE LAS TUNICAS SOBRE NOBLES ARENAS


operetas morescas
EL SENA EN ORINOCO
con guitarras eléctricas
EL ORINOCO EN NILO
caravanas trilingües
EL NILO EN AMAZONAS
filmada en tecnicolor
EL AMAZONAS GANGES
minrab de bakelita
EL GANGES EN EL MAR
ruinas de poliéster
LA CORRIENTE ES INMOVIL
la cúpula es inflable
LA RIVERA LA MISMA
estrellas de neón
TODO ACTO ILUSORIO
Cordoba’s drug store
CIRCULAR COMO EL TIEMPO
poster del Cordobés
DICE: ‹‹SOLO DIOS VENCE ››
Sarduy

Severo Sarduy (1937-1993).


Obra completa, Tomo I, 1999, FCE

158 El Pez Náufrago


who knows quién sabe,
that in the depth of the ravine que en lo más profundo del vacío
of the mountain of my hidden heart de la montaña de mi corazón escondido
a firefly of my love is aflame. la luciérnaga de mi amor está en llamas.
Abutsu-Ni

• • • • • •

since our relations ya que nuestras relaciones


are like the crumbling son como el derrumbe
of Mount Imo and Mount Se, del Monte Imo y el Monte Se,
they, like the Yoshino River ellos, como el Río Yoshino
in that ravine en ese abismo
shall never flow smoothly again. nunca fluirán suavemente otra vez
Sei Shõnagon

• • • • • •

we will never meet again face to face. nunca nos volveremos a ver cara a cara
I pray that the clouds may rise over Stone ruego que las nubes salgan sobre el río de
River piedra
so I can always see him in memory. para verlo siempre en la memoria.

Yosami, mujer de Hitomaro

Abutsu-Ni, Sei Shõnagon & Yosami

Abutsu-Ni, Sei Shõnagon & Yosami


Women poets of Japan, 1995, New Directions,
T: A partir de la de Kenneth Rexroth & Ikuko Atsumi, Laura Filoteo

El Pez Náufrago 159


El poema dentro de este poema es el de Ezra Pound, traduzco:
“La aparición de estos rostros en la turba;/Pétalos en una rama negra y húmeda.” M. Gubbins
En una estación de metro, Martín Gubbins (1971),
Álbum, Ediciones Tácitas, 2005
El puente de Avignon
El puente de Avignon no cruza saluda a su modo:
ningún río, el agua se lo llevó. cura soldados
Cada uno saluda a su modo: mueven las manos, el lomo.
curas soldados también viejitos, Sobre el puente de San Bénézet peatones
mueven las manos, arquean el lomo. raro alzaron sus frentes,
Sobre el puente de San Bénézet los peatones aunque hoy también detienen los pies
se demoraron alzaron sus frentes. a consecuencia de esos viejos líos,
Aunque hoy también alzaron los pies el de Avignon
No es a consecuencia de esos viejos líos un río agua llevó
sino porque el puente de Avignon cruza sal a su modo:
un río el agua llevó curas dados

El tema dentro de este poema es


la canción folclórica francesa sobre este puente. MG
mueven el lomo. alzaron sus frentes,
Sobre el puente peatones tienen pies
alzaron sus frentes, de viejos
también tienen los pies el puente
de esos viejos n o llevó.
el puente no a
un río llevó dos
a su modo en el
dados puente
en el lomo. l o s
Sobre el puente pies
de jo

El puente de Avignon, Martín Gubbins (1971),


Álbum, Ediciones Tácitas, 2005
Etc... Etc...
Significa tudo quanto possa Significa todo cuanto pueda
expressar o pensamento de um momento que expresar el pensamiento de un momento que
começa comienza
quando o desenvolvimento das palavras na cuando el desenvolvimento de palabras en la
cabeça cabeza
se espalha se espelha continua e não cessa se expande refleja continúa y no cesa

A continuação que nunca passa la continuación que nunca pasa


é só um som um grito surdo no infinito sólo es un son un grito sordo en infinito
uma fagulha na memória quando falha una chispa en la memoria cuando falla
se espalha se espelha continua e despedaça se expande refleja y despedaza

Etc... etc... etc... etc... Etc... etc... etc... etc...


Cid Campos

Cid Campos (1954).


No Lago de Olho, 2001, Gravadora: Dabliú
T: Claudia Ríos

• • •

Fragmento 12:
Diversas aguas fluyen para los que se bañan en los mismos ríos. Y también las almas se
evaporan de las aguas.

Fragmento 49:
Entramos y no entramos en los mismos ríos; somos y no somos.

Fragmento 91:
No se puede sumergir dos veces en el mismo río. Las cosas se dispersan y se reúnen de nuevo,
se aproximan y se alejan.
Heráclito

Heráclito (ca. 540 a. C - 485 a. C)


Fragmentos, 1980, Aguilar
T: Luis Farre

164 El Pez Náufrago


Los ríos sagrados […]
Los ríos son divinidades femeninas, madres dadoras de vida y alimento, y como
tales descuellan entre las divinidades populares representadas en las obras de arte
de período clásico. Se encuentran —como los príncipes serpientes y otros genios de la
naturaleza— en la entrada de los tempos con el humilde papel de guardianas de las
puertas, o están en hornacinas en el interior de los recintos sagrados. Acompañadas de
aves acuáticas y gansos silvestres, de pies sobre tortugas, monstruos marinos o lotos,
en actitudes de ferviente devoción (bhakti), dulce reposo o benévola protección, sus
imágenes son a veces difíciles de distinguir de la diosa SrI-LaksmI.
Una espléndida escultura del arte bengalí medieval tardío, en el estilo de la
dinastía sena del siglo xii, representa a la diosa Ganga en una actitud de grandiosa
solemnidad y reposo amable. Está tallada en esteatita negra, la piedra más utilizada
en escultura en Bengala. Ganga es conocida como «La madre que concede prosperidad
(Sukha-da) y asegura la salvación (Moksa-da)»; representa la alegría (en esta vida) y
la esperanza (en la vida venidera). Lava los pecados de aquel cuyo cadáver o cenizas se
entregan a las aguas, y le asegura el renacimiento entre los dioses en un reino de beatitud
celestial. Como principal arteria vital de la gran provincia de Bengala y fuente de salud
y riqueza para el pueblo, el Ganges es la gracia divina que fluye en forma tangible hasta
el mismo umbral de los hombres. Derrama fertilidad en los campos de arroz y pureza en
el corazón del devoto que se baña, en su matinal rito diario, en su corriente fructífera.
El propio Siva canta un himno en su alabanza en uno de los Purana: «es fuente de la
redención… Los montones de pecados acumulados por el pecador durante millones de
nacimientos desaparecen al mero contacto de un viento cargado con su vapor… Del mismo
modo que el fuego consume el combustible, así consume este río los pecados del malvado.
Los sabios suben la escalinata de la terraza junto al Ganges; en ella trascienden el alto El Pez Náufrago
cielo del propio Brama: libres de peligro, conduciendo carros celestiales, se dirigen a la 165 • Intimar
morada de Siva. Los pecadores que expiran junto a las aguas de Ganges se liberan de
sus pecados: se convierten en servidores de Siva y viven junto a él. Se vuelven idénticos a
él en figura; no mueren nunca… ni siquiera el día de la disolución total del universo. Y si
el cuerpo muerto cae por alguna razón a las aguas de Ganges, esa persona habitará con
Visnu durante tantos años como poros tenga la piel de su cuerpo. Si un hombre empieza
un día auspicioso bañándose en el Ganges, vivirá alegremente en el mundo celestial de
Visnu, Vaikuntha, durante un número de años igual al de sus pasos».
Ganga es el prototipo de los ríos de la India. Su poder mágico de salvación lo
comparten —aunque en menor grado— todas las masas de agua de la tierra. En la bella
estatua negra de Bengala se representa como personificación de la vitalidad y la dulzura
celestiales y terrenas. Es una personificación de la salud y la abundancia, la dignidad
y la proeza. Tiene la frente enmarcada con una rica diadema; un collar desciende hasta
sus pechos; los ricos ornamentos y cadenas de su cinturón y su taparrabo designan
su virtud dadora de riqueza. Está de pie sobre un monstruo marino (makara) que le
sirve de vehículo. Sobre su cuerpo firme y esbelto juegan las suaves ondulaciones de
la gigantesca corriente de agua como si una brisa ligera agitara su superficie. A la
manera de una recién casada o joven y feliz esposa Bengalí, se aspira a que procree
nueva vida y gobierne la casa. En la imagen de esta diosa río se expresa el aspecto idílico
y terrenal de la próspera vida campesina hindú su unión devota con las fuerzas divinas
que impregnan el organismo vivo del universo, su reconocimiento del juego amable de la
Zimmer

divinidad en los prodigios sencillos del mundo circundante. […]

Heinrich Zimmer (1890-1943).


Mitos y símbolos de la India, 1990, Siruela
As I lay dying / Darl […]
[…] Before us the thick dark current runs. It talks up to us in a murmur become ceaseless
and myriad, the yellow surface dimpled monstrously into fading swirls travelling along the
surface for an instant, silent, impermanent and profoundly significant, as though just beneath
the surface something huge and alive waked for a moment of lazy alertness out of and into
light slumber again.
It clucks and murmurs among the spokes and about the mule’s knees, yellow, skummed
with flotsam and with thick soiled gouts of foam as though it had sweat, lathering like a
driven horse. Through the undergrowth it goes with a plaintive sound, a musing sound; in it
the unwinded cane and saplings lean as before a little gale, swaying without reflections as
though suspended on invisible wires from the branches overhead. Above the ceaseless surface
they stand —trees, cane, vines—rootless, severed from the earth, spectral above a scene of
immense yet circumscribed desolation filled with the voice of the waste and mournful water.
Cash and I sit in the wagon; Jewel sits the horse at the off rear wheel. The horse is trembling,
its eye rolling wild and baby-blue in its long pink face, its breathing stertorous like groaning.
He sits erect, poised, looking quietly and steadily and quickly this way and that, his face calm,
a little pale, alert. Cash’s face is also gravely composed; he and I look at one another with long
probing looks, looks that plunge unimpeded through one another’s eyes and into the ultimate
secret place where for an instant Cash and Darl crouch flagrant and unabashed in all the old
terror and the old foreboding, alert and secret and without shame. When we speak our voices
are quiet, detached.

[…] He looks about quietly, at the position of the trees, leaning this way and that, looking
back along the floorless road shaped vaguely high in the air by the position of the lopped and
El Pez Náufrago felled trees, as if the road too had been soaked free of earth and floated upward, to leave in
Intimar • 166 its spectral tracing a monument to a still more profound desolation than this above which we
now sit, talking quietly of old security and old trivial things. Jewel looks at him, then at me,
then his face turns in in that quiet, constant, questing about the scene, the horse trembling
quietly and steadily between his knees.

[…] The river itself is not a hundred yards across, and pa and Vernon and Vardaman and
Dewey Dell are the only things in sight not of that single monotony of desolation leaning
with that terrific quality a little from right to left, as though we had reached the place where
the motion of the wasted world accelerates just before the final precipice. Yet they appear
dwarfed. It is as though the space between us were time: an irrevocable quality. It is as though
time, no longer running straight before us in a diminishing line, now runs parallel between
us like a looping string, the distance being the doubling accretion of the thread and not the
interval between. The mules stand, their fore quarters already sloped a little, their rumps
high. They too are breathing now with a deep groaning sound; looking back once, their gaze
sweeps across us with in their eyes a wild, sad, profound and despairing quality as though
they had already seen in the thick water the shape of the disaster which they could not speak
and we could not see.

[…] From the tool box he takes his coiled rope and carries the end twice around the seat
stanchion and passes the end to me without trying it. The other end he pays out to Jewel, who
Faulkner

takes a turn about his saddle horn.


He must force the horse down into the current. It moves, highkneed, archnecked, boring
and chafing. Jewel sits lightly forward, his knees lifted a little; again his swift alert calm
gaze sweeps upon us and on. He lowers the horse into the stream, speaking to it in a soothing
murmur. The horse slips, goes under to the saddle, surges to its feet again, the current building
up against Jewel’s thighs.
Mientras agonizo / Darl […]
Ante nosotros corre la oscura corriente espesa. Nos habla con un murmullo que se
hace incesante, incalculable; la superficie amarillenta se ahueca monstruosamente en
remolinos desvanecidos que recorren la superficie por un instante, silenciosos, inestables
y profundamente significativos, como si justo debajo de esa superficie algo enorme y vivo
despertara por un momento de una vigilia perezosa y se hundiera de nuevo en un ligero
adormecimiento.
Cloquea y murmura entre los rayos de las ruedas y alrededor de las rodillas de las
mulas, amarilla, salpicada con restos flotantes y con sucias gotas gordas de espuma
como si sudara, igual que el sudor de un caballo cansado. Va entre la maleza con un
sonido de quejumbroso, un sonido meditabundo; en ella se inclinan las cañas y los
retoños arrancados como ante una pequeña tormenta, balanceándose sin reflejos como
si estuvieran suspendidas por cables invisibles a las ramas de arriba. Sobre la superficie
incesante resisten —árboles, cañas, enredaderas–desarraigados, removidos con firmeza
de la tierra, espectrales sobre una escena de inmensa, aunque restringida, desolación
llena de la voz del agua baldía y desolada.
Cash y yo vamos sentados en la carreta; Jewel va a caballo junto a la rueda de atrás.
El caballo va tembloroso y su ojo, azul celeste, gira con ferocidad en su larga cara rosada,
respira con estertores como gemidos. Jewel va erguido, preparado, mirando fijamente, con
tranquilidad y deprisa aquí y allá, con el rostro en calma, un poco pálido, alerta. La cara de
Cash también está seriamente tranquila. Él y yo nos miramos uno al otro con largas miradas
indagatorias, miradas que se hunden sin dificultades en los ojos del otro y en el interior del
último lugar secreto donde por un instante Cash y Darl se agazapan abiertamente y sin
avergonzarse de los viejos terrores y los viejos presentimientos, alertas y secretos y sin
pena. Cuando hablamos nuestras voces son suaves, desprendidas. El Pez Náufrago
167 • Intimar
[...] Mira alrededor en silencio, ve la disposición de los árboles, inclinándose de un lado y de
otro, volteando a mirar a lo largo del suelo vagamente marcado por la situación de los árboles
cortados y caídos, como si el camino también hubiera sido empapado con libertad y flotase
hacia arriba, para dejar en su trazo espectral un monumento a una desolación todavía más
profunda que ésta encima de la cual vamos, hablando pausadamente de la vieja seguridad
y de viejas cosas triviales. Jewel lo mira a él, luego a mí, luego su cara se entrega a esa
silenciosa interrogación constante acerca de la escena, el caballo tiembla constantemente
en silencio entre sus rodillas.

[...] El propio río no pasa de cien metros de anchura, y padre y Vernon y Vardaman y Dewey
Dell son las únicas cosas a la vista de esa única monotonía desolada que se extiende de
manera tremenda a derecha e izquierda, como si hubiéramos alcanzado el lugar donde el
movimiento del mundo desvastado acelera justo antes del precipicio. Aún ellos aparecen
empequeñecidos. Es como si el espacio entre nosotros fuera tiempo: una cualidad irrevocable.
Es como si el tiempo ya no corriera ante nosotros en una línea acortada, sino que corriera
paralelo a nosotros como una cuerda que nos enreda, duplicando la distancia entre nosotros.
Las mulas resisten, con sus patas delanteras un poco hundidas, con sus ancas en alto. Ellas
también respiran ahora un hondo y quejumbroso sonido; miran hacia atrás una vez más, y su
mirada se extiende con unos ojos que tienen algo de salvaje, triste, profundo y desesperado
Faulkner

como si ya hubiesen visto en el agua espesa la forma del desastre del que no pueden hablar y
nosotros no podemos ver.

[…] Cash de la caja de herramientas saca su rollo de cuerda y pasa el extremo dos veces en
torno al pescante y me lo da sin probarlo. El otro extremo lo entrega a Jewel que le da una
vuelta al pomo de la silla de montar.
[…] I felt the current take us and I knew we were on the ford by that reason, since it was
only by means of that slipping contact that we could tell that we were in motion at all. What
had once been a flat surface was now a succession of troughs and hillocks lifting and falling
about us, shoving at us, teasing at us with light lazy touches in the vain instants of solidity
underfoot. Cash looked back at me, and then I knew that we were gone. But I did not realise
the reason for the rope until I saw the log. It surged up out of the water and stood for an
instant upright upon that surging and heaving desolation like Christ. Get out and let the
current take you down to the bend, Cash said, You can make it all right. No, I said, I’d get
just as wet that way as this.
The log appears suddenly between two hills, as if it had rocketed suddenly from the bottom
of the river. Upon the end of it a long gout of foam hangs like the beard of an old man or a
goat. When Cash speaks to me I know that he has been watching it all the time, watching it
and watching Jewel ten feet ahead of us.

[…] Jewel shouts at the horse; again he appears to lift it bodily between his knees. He is just
above the top of the ford and the horse has a purchase of some sort for it surges forward,
shining wetly half out of water, crashing on in a succession of lunges. It moves unbelievably
fast; by that token Jewel realises at last that the rope is free, for I can see him sawing back
on the reins, his head turned, as the log rears in a long sluggish lunge between us, bearing
down upon the team. They see it too; for a moment they also shine black out of water. Then
the downstream one vanishes, dragging the other with him; the wagon sheers crosswise,
poised on the crest of the ford as the log strikes it, tilting it up and on. Cash is half turned,
the reins running taut from his hand and disappearing into the water, the other hand
reached back upon Addie, holding her jammed over against the high side of the wagon.

El Pez Náufrago […] Vernon and Vardaman are running along the bank, pa and Dewey Dell stand watching
Intimar • 168 us, Dewey Dell with the basket and the package in her arms. Jewel is trying to fight the
horse back. The head of one mule appears, its eyes wide; it looks back at us for an instant,
making a sound almost human. The head vanishes again.

[…] “Back, Jewel”, Cash shouts. “Back Jewel.” For another instant I see him leaning to the
tilting wagon, his arm braced back against Addie and his tools; I see the bearded head
of the rearing log strike up again, and beyond it Jewel holding the horse upreared, its
head wrenched around, hammering its head with his fist. I jump from the wagon on the
downstream side. Between two hills I see the mules once more. They roll up out of the water
in succession, turning completely over, their legs stiffly extended as when they had lost
contact with the earth.
Faulkner
Él tiene que obligar al caballo a bajar a la corriente. El caballo se desplaza con la rodillas
altas, arqueado del cuello hacia arriba, pesado y molesto. Jewel lo monta ligeramente hacia
adelante, con sus rodillas un poco alzadas: nuevamente su mirada rápida, alerta y calmada
azota sobre nosotros y continúa. Él sumerge el caballo en la corriente, hablándole con un
murmullo tranquilizador. El caballo resbala, se hunde hasta la silla, pisa firme otra vez, la
corriente adyacente sube hacia los muslos de Jewel.

[...] Sentí que la corriente nos atrapaba y supe por eso que estábamos en el vado, pues sólo por
ese contacto resbaladizo podíamos decir que nos movíamos de verdad. Lo que una vez había
sido una superficie lisa era ahora una sucesión de depresiones y pequeñas colinas que subían
y bajaban a nuestro alrededor, empujándonos, molestándonos con leves contactos perezosos
en los instantes escasos de solidez debajo de nosotros. Cash volvió a mirarme, y entonces
supe que estábamos arruinados. Pero no me di cuenta de la razón de la cuerda hasta que vi
el tronco. Surgió del agua y se mantuvo derecho durante un instante sobre aquella agitada
y jadeante desolación, como un Cristo. Salta y deja que la corriente te lleve al recodo, dijo
Cash. Tú puedes hacerlo bien. No, dije yo, me mojaré igual de un modo que de otro.
El tronco aparece de repente entre dos colinas, como si de pronto fuera impulsado desde el
fondo del río. De su extremo cuelga una gota larga de espuma como la barba de un anciano o
de un macho cabrío. Cuando Cash me habla me doy cuenta que él lo ha visto todo el tiempo,
mirándolo y mirando a Jewel que va tres metros adelante de nosotros.

[...] Jewel le grita al caballo; nuevamente él parece levantarlo físicamente con las rodillas.
Está casi en lo más alto del vado y el caballo tiene un apoyo de algún tipo porque salta hacia
adelante, brillando húmedamente medio fuera del agua en una sucesión de acometidas.
Se mueve increíblemente rápido; por eso Jewel se da cuenta de que la cuerda se libera,
pues puedo ver cómo tira de las riendas, con la cabeza vuelta, mientras el tronco levanta El Pez Náufrago
una larga y lenta embestida entre nosotros, cayendo sobre el tiro. Las mulas también lo 169 • Intimar
ven; por un momento ellas brillan negras fuera del agua. Una desaparece debajo de la
corriente, jalando a la otra con ella; la carreta pierde el curso atravesada, recostada en el
vado mientras la golpea el tronco que la hace tambalearse. Cash se ha vuelto a medias, las
riendas se le escapan tensas de la mano y desaparecen en el agua, echa la otra mano hacia
atrás y alcanza a Addie, sosteniéndola apretada contra el fondo de la carreta

[…] Vernon y Vardaman corren por la orilla, padre y Dewey Dell nos miran sin moverse,
Dewey Dell con la cubeta y el paquete en las manos. Jewel trata de que el caballo recule.
Aparece la cabeza de una mula con sus ojos muy abiertos; nos mira por un instante, haciendo
sonidos casi humanos. La cabeza desaparece otra vez.

[...] “Regresa, Jewel”, grita Cash. “Regresa, Jewel.” Durante otro instante lo veo inclinado
junto al carro volteado, su brazo sujetando a Addie y a sus herramientas; veo la cabeza
barbuda del tronco que se levanta y golpea de nuevo, y más allá de él veo a Jewel que sujeta
a su caballo erguido y con la cabeza torcida a la que golpea con el puño. Salto del carro por el
lado donde la corriente baja. Entre dos crestas veo a las mulas una vez más. Giran fuera del
agua una después de la otra, rodando completamente fuera del agua, con sus patas tiesas
estiradas como cuando perdieron contacto con la tierra, como si hubieran perdido el contacto
con la tierra.
Faulkner

William Faulkner (1897-1962).


As I lay down, 1999, Library of America
T: Héctor Ruiz
El río
Tras destruir las ciudades de Harappa y Mohenjodaro en el valle del Indo, las tribus de
pastores- guerreros a los que conocemos como los arios se dirigeron hacia el este y se
establecieron en el Penjab y en las colinas a los pies del Himalaya. Allí, alrededor del
año 1500 a.C., en pequeñas aldeas –odiaban las ciudades– junto a las fértiles riberas
del río Sarasvati, los sacerdotes arios compusieron los himnos sagrados y escribieron
crónicas históricas, narraciones mitológicas y prescripciones para los ritos ahora
conocidas como los Vedas.

En los primeros Vedas, no es extraño que el Sarasvati aparezca literal o figuradamente


como la fuente de vida del pueblo: madre, diosa, vía para el comercio, origen del oro,
metáfora de la sangre, la savia, la leche y el semen. En los 500 años siguientes, empero,
esa fuente de vida se secó, desapareció por completo, y los arios emigraron más hacia el
este, a otros dos grandes ríos, el Yamuna y el Ganga (Ganges).

Para el año 900 a.C –tiempo en que se escribieron los últimos Vedas y los tratados
mitológicos reunidos en los Brahmanas– el desaparecido río se había vuelto tanto el
río perdido de la memoria y la nostalgia como una extensión de agua perfectamente
real pero ahora algo invisible. La confluencia de los tres ríos –el Ganga, el Yamuna y el
Sarasvati, que representan, respectivamente, el cielo, la tierra y el submundo– aún se
celebra en Allahabad (la antigua Prayag), donde se cree que el tercer río se hace visible
a los iluminados.

Paralelamente a su desaparición geográfica y mitológica, Sarasvati, el río y la diosa


El Pez Náufrago del río, sufrió otra transformación. Pasó a ser, y hoy continúa siéndolo, la madre de
Intimar • 170 la poesía: autora de los Vedas, inventora del sánscrito, patrona de la música (que por
supuesto es inseparable de la poesía) y diosa de la sabiduría y la ciencia.

Guy Davenport ha escrito -y sus palabras son ya un lugar común- que “lo arcaico es
uno de los grandes inventos del siglo xx”, que “si hemos tenido algún renacimiento en el
siglo xx, éste ha sido el renacimiento de lo arcaico”. Así es, sin duda alguna: la poesía de
nuestro siglo – para hablar solamente de la poesía– está llena de ecos distantes y objetos
curiosos de antiguas civilizaciones o de comunidades indígenas actuales que, para
nosotros, viven todavía en un continuo arcaico. Como dice Davenport, “el impulso que
nos lleva a recuperar los comienzos y las primeras manifestaciónes nació del sentimiento
de que, en su enajenación, el hombre se estaba apartando trágicamente de la que en un
principio concibió como poesía, diseño y comprensión del mundo”. En palabras de Ezra
Pound: “Sólo la sabiduría antigua es / solaz para las miserias del hombre”.

Pero sólo en parte es cierto que (citando de nuevo a Davenport) “lo más moderno en
nuestra época es lo más arcaico”. Porque la poesía, independientemente de cuando
nazca, nace y siempre ha nacido de ese río que se perdió. Lo que hallamos en los
momentos más arcaicos (que han sobrevivido) de todas las literaturas es celebración o
nostalgia de lo arcaico de cada una de ellas.
Weinberger

Una función primordial de la poesía en lo arcaico en la forma épica sobre todo, es la


definición del “nosotros”. Podría decirse que no hay “nosotros” hasta que “nosotros” ha
creado su propia poesía. Todos los “cuentos de la tribu” (para usar la frase de Pound)
deben comenzar por el principio: el origen del universo, al que sigue una época de los
dioses (ahora perdida y en general añorada), la creación del hombre y la fundación del
propio pueblo, que es celebrado por sus ritos y logros alcanzados (antigua valorización
de prácticas actuales), sus héroes legendarios o históricos. Hay algunos que bajan al
reino de los muertos para adquirir la sabiduría de los “nuestros” que partieron. Y, lo
más importante de todo, hay la definición de “nosotros” establecida por el contrastre
con los (casi siempre sometidos) “otros”. Esa descripción de los “otros”, pese a todo lo
escandalosamente propagandística que pueda ser, constituye la primera etnografía.
Cuando una literatura deja de ser oral para convertirse en escrita, deja de ser
colectiva y pasa a ser individual, fechada cuando antes no lo era, y con autor conocido,
esta función deja de ser la de definir un “nosotros” intemporal para definir un “nosotros
en el presente” tal como lo imagina el autor. Y, en el paralelismo que es la forma
dominante de casi toda la poesía del principio, el presente, como era de esperarse, se
yuxtapone siempre al pasado. El presente es o bien carencia (hemos perdido el río) o
bien, en el mejor de los casos, inestabilidad (tal vez tengamos nuestro río pero tambien
lo perderemos algún día) –una inestabilidad que se encuentra implícita aun en los
momentos de gloria.

Poco sorprende que los versos de Pound “sólo la sabiduria antigua es / solaz para las
miserias del hombre” procedan de la traducción hecha por él de la antología etnopoética
más antigua que ha sobrevivido, el Shin Jing, el Libro de Odas o Canciones: Confucio
no sólo se encuentra entre los primeros ( de quienes tenemos testimonios) inventores de
lo arcaico sino que es, además, la quintaesencia de todos ellos.

Las 305 canciones anónimas que integran el Shi Jing son una selección, supuestamente
hecha por el propio Confucio, de una colección de más de tres mil. Cuando la antología
fue compilada, alrededor del año 500 a.C., estas canciones tenían ya por lo menos
entre 300 y 700 años de antigüedad. (Originalmente habían sido recopiladas para
los emperadores Chou como la manera de que el gobierno central pudiera saber qué El Pez Náufrago
pensaba el pueblo. 171 • Intimar
Como se recogieron de todas partes de China, muchas de estas canciones tuvieron
que ser traducidas de dialectos locales o adaptadas de alguna manera para que sus
melodías se ajustaran a la lengua china que marcaba la norma de aquel tiempo.

El proposito del Shing Jing es, en muchos sentidos, idéntico al Volkslieder(1778) de


Johann Gottfried Herder o al de Technicians of the Sacred (1967) de Jerome Rothenberg,
por citar otras dos famosas antologías de lo “primitivo”, las tres tienen como objetivo
recuperar el saber del folk, el “nosotros” arcaico, y tanto Rothenberg como Confucio
presentan modelos de uso acerca de cómo puede escribirse la poesía. Además, las tres
se colocan de manera consciente en el plano de la oposición: Herder y Rothenberg en
la oposición de los cánones clásicos en boga; Confucio, a la decadencia del presente.
Ninguna de las tres es una antología en el auténtico sentido de la palabra – un ramillete
de las flores más bonitas del jardín– sino que, más bien, las tres son intentos por retener
y preservar una pequeña parte de lo que está en franco retroceso.

La antología de Confucio fue el libro medular de la poesía china a lo largo de 2500 años,
hasta el nacimiento de la República a principios de este siglo. (Sobrevivió a la quema de
libros del siglo iii a. C. gracias a todas las gentes que lo habían memorizado). Y no sólo
por ser un banco de imágenes y un catálogo de modelos prosódicos sino también por su
intrínseca relación con el pasado mismo, dominó la poesía durante esos milenios.
Para Confucio, un antepasado humano es una divinidad, y el pasado representa la
realización de un orden terrestre (reflejo del orden cósmico) que nunca más ha logrado
materializarse pero que aún deja abierta esa posibilidad. El pasado es una ausencia
presente, un objeto del deseo. Es, además, un objeto de deseo que se manifiesta en
objetos, restos, reliquias. La poesía china, tanto en su primera época como la más
reciente, abunda en meditaciones sobre las ruinas. Hay cientos de poemas que tratan
del hallazgo de algún artefacto del pasado, y miles en los que se recuerda y se recuerda
a aquellos que, en la historia, son famosos por recordar.

El poeta chino, en su encarnación más típica, está solo en alguna parte del Imperio: en
el exilio, en una misión oficial a las provincias, en un encierro religioso o –si se tratara
de una mujer- en casa con su amante o marido ausente. Es una metáfora del individuo
en la vastedad de la historia. Producto de la separación, el poema chino fue concebido
como un fragmento, como una obra permanentemente “antes de su consumación”
–como el último hexagrama del I jing. No hay ningún poema épico chino –lo que más se
aproxima a esto es el Tien wen, un libro de preguntas sin respuestas- y la lírica china
siempre dice deliberadamente menos de lo que podría decir. Incluso dentro de los versos
del fragmento lírico hay las llamadas palabras “vacías” (sin significado), a través de
las cuales el qi (el aliento o el espíritu) se supone que circula por el poema, como el
viento entre las ruinas. Y el chino literario clásico es tan sintético que (especialmente
para los occidentales) hay lagunas enormes entre las palabras –lagunas que hay que
llenar mentalmente, de modo muy parecido a como se restituyen las vocales en un texto
hebreo clásico, si bien con mucha más dificultad.

Siguiendo a Volney, los románticos ingleses vieron las ruinas como emblema
alegórico del ascenso y caída de los imperios, lo transitorio de las obras humanas y
la permanencia de la naturaleza. Al igual que los chinos, veían las ruinas como un
triunfo del caos sobre el orden pero, a diferencia de ellos, lo extrapolaron todavía más
hasta convertirlo en la dicotomía mente-corazón. Los imaginistas –que, a diferencia
de los artistas del Renacimiento, preferían un helenismo no restaurado- proclamaban
El Pez Náufrago la ruina y el fragmento como prueba de la durabilidad del arte. La Venus sin cabeza
Intimar • 172 y sin brazos aún era hermosa; un poema de sólo cuatro palabras que había logrado
sobrevivir (“Primavera…/ Demasiado tiempo…/ Gongula…”) aún podía decirlo todo.
Para los chinos, el fragmento era una reliquia con la ayuda de la cual se construye
mentalmente todo lo que falta –en términos recientes, esto equivale al lector como
partícipe en la creación del texto. (Stephen Owen, en un interesante libro sobre la
memoria en la poesía china titulado Remembrances, compara al fragmento con un
mechón de cabellos). Como los modernos, los chinos sentían que el fragmento era todo lo
que se podía lograr. Si bien sus poemas individuales no son, como los poemas modernos,
ensambles de fragmentos, su lengua sí lo era.

Desde mediados del siglo xviii, lo único que ha cambiado en la poesía es que lo arcaico
y lo “otro” se han ampliado para abarcar la información arqueológica y etnográfica
más abundante cada día. Durante los últimos 250 años hemos meditado sobre ruinas
exóticas, no sobre las que están en nuestro entorno. Seguimos empujando hacia atrás el
pasado más antiguo con el que hablamos –y, como sucede con los recuerdos telescópicos
de los ancianos, siempre es el momento más antiguo el que parece más vivido. Hoy,
ese pasado lejano con el que platicamos es el paleolítico. Nuestros “otros” ya no son
los vecinos a quienes hemos subyugado sino una amplia gama de pueblos (igualmente
sometidos) –lo que sucede es que el poeta moderno, a diferencia de los poetas que
vivieron desde el período arcaico hasta el fin de los imperios coloniales europeos, no
se enorgullece de ese sojuzgamiento y cree que el “otro” no es realidad más que otra
forma de “nosotros”. En el siglo xx, los blancos –o para ser más precisos, los blancos
que escriben poesía- ya no tienen ningún “nosotros” nacional o étnico que definir.
Los blancos nos hemos sobresaturado de “nosotros”, nuestras manos están demasiado
manchadas de sangre. El único “nosotros” es hoy la raza humana, y los científicos han
proporcionado a los poetas un supermercado de imágenes, mitologías, ritos, prácticas y
filosofías antiguas y modernas a partir de las cuales el individuo descubre las ideas y
los objetos más afines a su propia idiosincrasia, emblema de lo humano universal, un
“nosotros” a partir del cual definir un “yo”.

Inventar un arcaico, abrir el poema al “otro”, no es simplemente la empresa esencial


del modernismo: es una actividad primaria de la poesía misma. “Metáfora” significa
“mover de un lugar a otro”. El poema no es un vehículo, es un acto de transportación (si
podemos raspar las incrustaciones de petróleo que se han fosilizado en esta palabra).
El poema, hecho de aliento, nos levanta por el aire y nos lleva a todo lo que no
es “nosotros”, a todo aquello que hace posible que un “nosotros” sea creado. Que lleva
el escritor al lector, un yo a otro yo, el vivo a los muertos, una ciudad a otra ciudad, la
ciudad a la naturaleza, el hoy al ayer, este mundo a otros mundos, el sonido al silencio,
al sonido. El arte, dijo Louis Sullivan, no satisface el deseo, crea el deseo.

La ciencia de este siglo ha multiplicado las imágenes y complicado los procedimientos.


El tiempo ya no es cíclico ni transcurre en progresión lineal sino que, como nuestro
mito de la creación del universo, es “una gran explosión” (big bang) omnidireccional.
Los fragmentos del pasado vuelan alrededor nuestro: rebotamos contra ellos al igual
que con ellos nos lanzamos violentamente a la nada. (El poema proyectivista, con su
composición “de campo” es un mapa del tiempo.) Y sin embargo, el poema continúa
siendo, como siempre lo ha sido, un himno al rio y un sueño de ese río desaparecido o
invisible, su tiempo perdido o que no ha explotado. Una poesía sin su propio arcaico,
una poesía que no hable con los muertos, que no medite sobre las ruinas, que no sepa
que está rodeada por otros que contradicen todo lo que ella dice, que no sienta nostalgia
–en otras palabras, un poema terminado- sólo puede existir al final de la era cristiana
o hindú o confucionista o azteca, cuando nunca más se escribirá poesía. El Pez Náufrago
173 • Intimar
El único final es un ansia de fin. Pound que lamenta su propia incoherencia. Zukofsky
que pasa su poema a su esposa Celia para que ella acabe de escribirlo. Olson que deja
un montón de tiras de papel para que otro las monte. O, retrocediendo unos cuantos
siglos, Edmund Spenser, cristiano y arcaicista autoconsciente, que termina su poema
épico con un canto trunco “imperfecto” que anhela la consumación:

For all that moveth doth in change delight:


But thence –forth all shall rest eternally
With Him that is the God of Sabbaoth hight:
O that great Sabbaoth God graunt me that Sabbaoth sight!

Pues todo lo que se mueve goza con el cambio:/ Pero de allí


en adelante todos descansarán eternamente/ Con Él, que es
el Dios de las alturas del Sábado:/ ¡Oh que el gran Dios del
Sábado me conceda la vista del Sábado!

Hasta Dante, al que le fue concedida esa visión, sólo pudo terminar su poema
geométricamente perfecto lamentando las insuficiencias del lenguaje. Porque la visión
de Dios borra la memoria –Dante lo compara con un sueño: se han perdido los detalles y
lo único que queda es una pequeña sensación de gran pasión- y la lengua sin memoria,
una poesía amnésica, no puede existir. Su Paraíso debe seguir siendo un espacio vacío,
un silencio perfilado por el poema: su metáfora última es la de un geómetra que no
logra comprender el círculo que ha dibujado.
El mejor poema de Spenser, “Prothalamion” festeja un matrimonio aún no consumado,
como los bisontes paleolíticos congelados para siempre en el momento inmediatamente
anterior a la copulación, un poema que se vuelve contra un irónico estribillo: Sweet
Themmes, runne softly, till I end my song (“Dulce Támesis, fluye suavemente hasta que
termine mi canción”). Irónico porque si el río terminara cuando terminara su canción,
si el río y la canción terminaran algún día, si alguna vez alcanzáramos al futuro,
alcanzaríamos: el fin.
(1988)

El Pez Náufrago
Intimar • 174

Eliot Weiberger (1949).


Invenciones de papel, 1994, Vuelta
Zama […]
Año 1790

Salí de la ciudad, ribera abajo, al encuentro solitario del barco que aguardaba, sin
saber cuándo vendría.
Llegué hasta el muelle viejo, esa construcción inexplicable, puesto que la ciudad y
su puerto siempre estuvieron donde están, un cuarto de legua arriba.
Entreverada entre sus palos, se manea la porción de agua del río que entre ellos recae.
Con su pequeña ola y sus remolinos sin salida, iba y venía, con precisión, un mono
muerto, todavía completo y no descompuesto. El agua, ante el bosque, fue siempre una
invitación al viaje, que él no hizo hasta no ser mono, sino cadáver de mono. El agua
quería llevárselo y lo llevaba, pero se le enredó entre los palos del muelle decrépito y ahí
estaba él, por irse y no, y ahí estábamos.
Ahí estábamos, por irnos y no.
Con ser tan mansa, cuidábame de la naturaleza de esta tierra, porque es infantil y
capaz de arrobarme y en la lasitud semidespierta me ponía repentinos pensamientos
traicioneros, de esos que no dan conformidad ni, por tiempos, sosiego. Hacía que me diese
conmigo en cosas exteriores, en las que, si a ello me resignaba, podía reconocerme.
Esos temas quedaban sólo para mí, excluidos de la conversación con el gobernador
y con todos, por mi escasa o nula facilidad para hacer amigos íntimos con quienes
explayarme. Debía llevar la espera -y el desabrimiento- en soliloquio, sin comunicarlo.
Como me lo decía ese a veces insolente Ventura Prieto, que se me arrimó aquella
tarde, por cierto que no buscándome, sino yendo al azar. Consideraba que, en esta
tierra llana, yo parecía estar en un pozo. Me lo dijo una vez, y más de una, lo dijo a
otros, descuidándose de lo que todos sabían: que fui gallo de riña o al menos dueño de El Pez Náufrago
reñidero. 175 • Intimar
Apareció precisamente cuando me entretenía el mono y se lo enseñé, para distraerlo
y atajar que me preguntara qué esperaba ahí. Y él, Ventura Prieto, que era inferior a mí,
caviló un momento, como si buscara el medio de apabullarme en materia de curiosidades
o descubrimientos. Luego me refirió una de esas que él llamaba investigaciones y yo
ignoro si lo eran pero que, por sospechosas de insinuar comparación, me desconcertaban,
dejándome repercusiones que podían superar lo sufrible.
Dijo que hay un pez, en ese mismo río, que las aguas no quieren y él, el pez, debe
pasar la vida, toda la vida, como el mono, en vaivén dentro de ellas; aún de un modo
más penoso, porque está vivo y tiene que luchar constantemente con el flujo líquido que
quiere arrojarlo a tierra. Dijo Ventura Prieto que estos sufridos peces, tan apegados al
elemento que los repele, quizás apegados a pesar de sí mismos, tienen que emplear casi
íntegramente sus energías en la conquista de la permanencia y aunque siempre están
en peligro de ser arrojados del seno del río, tanto que nunca se les encuentra en la parte
central del cauce, sino en los bordes, alcanzan larga vida, mayor que la normal entre
los otros peces. Sólo sucumben, dijo también, cuando su empeño les exige demasiado y
no pueden procurarse alimento.
Di Benedetto

Yo había seguido con viciada curiosidad esta historia, que no creí. Al considerarla,
recelaba de pensar en el pez y en mí a un mismo tiempo. Por eso invité a Ventura Prieto
a que regresáramos y retuve mis opiniones.
Procuré ocupar la cabeza en el motivo de mi caminata, en el hecho de que yo esperaba
un barco, y si un barco entraba en él podría llegar algún mensaje de Marta y de los
niños, aunque ella y ellos no vinieran, ni nunca hubiesen de venir. […]

Antonio Di Benedetto, (1922-1986).


Zama, 2000, Adriana Hidalgo
El río sin orillas [...]
En el acto de escribir se produce una diseminación del propio ser en las cosas que se
describen, como lo cuenta el realista Flaubert en una carta a Louise Colet: “Es algo
delicioso escribir. [Hoy he sido] hombre y mujer a la vez, amante y querida al mismo
tiempo; estuve paseando a caballo en un bosque, en una siesta de otoño, bajo la hojas
amarillas, y yo era los caballos, las hojas, el viento, las palabras que se decían y el sol
rojo que se les hacía entrecerrar los párpados ahogados de amor”.

En esto me hizo pensar no hace mucho una escena que vi en una de las numerosas
playas que forman estos ríos. Para defenderme del sol yo estaba parado bajo un sauce,
apoyado contra el tronco, fumando un cigarrillo. Lo del sauce, árbol tan frecuente en
las comarcas fluviales, no es de ningún modo una concesión al color local, si no una
precisión obligatoria teniendo en cuenta que este árbol es el primero en presentar,
en los comienzos de la primavera, una fronda tupida. Esta impaciencia le ha valido
el denuesto inicial de Akinario en sus famosos Cuentos de la luna vaga después
de la lluvia (Ugetsu Monogatari), te recomienda no plantar un sauce en el jardín
porque así como es el primero en reverdecer, su inconstancia lo hará perder su fronda
con los primeros fríos. En París, el verdadero instrumento de medida que anuncia
la primavera no son los termómetros y barómetros de la Meteorología Nacional, el
gran sauce que se alza -para que sus ramas se inclinen desde más arriba- detrás de
Notre Dame, en Square de I’ll de France, no lejos del Memorial de Deportation. Las
primeras tibiezas suelen inducir a error a ciertos árboles que florecen o reverdecen
antes de tiempo, para sufrir el desengaño de la próxima helada, pero este tropiezo no
amenaza ciertamente al sauce, que aunque salga primero, sale para durar, y en la
El Pez Náufrago supuesta inconstancia que le atribuye Akinari deberíamos ver más bien un signo de
Intimar • 176 prudencia, y la exactitud de sus previsiones. El sauce -el sauce llorón sobre todo- tiene
un prestigio firme en muchas literaturas (la única mención calumniosa que conozco
es la de Akinari), prestigio que le viene más de su aspecto desmelenado que evoca un
sufrimiento un poco teatral, que por su verdadero temperamento, extremadamente
práctico y racional. El poeta por excelencia de esos ríos desmesurados y salvajes y al
mismo tiempo no exentos de dulzuras, Juan L. Ortiz, llamó a los tres volúmenes de
sus obras completas: En el aura del sauce.
Pues bien: yo estaba, como decía, bajo un sauce, apoyado contra el tronco, fumando un
cigarrillo; era una siesta de octubre demasiado calurosa como para exponerse al sol, pero
la estación no estaba lo suficientemente avanzada como para que, en masa los bañistas
se precipitasen, buscando una frescura relativa, al borde del agua. La playa estaba
desierta. Cuando digo playa, el lector no debe imaginar una larguísima extensión de
arena amarilla, un reducido semicírculo arenoso de unos cincuenta metros de diámetro
-la orilla- formado, no por los vericuetos del río de la Plata, ni de los grandes ríos que lo
forman, el Paraná y el Uruguay, por el recodo perdido del afluente de algún afluente,
la curva de un curso de agua que, a pesar de sus cincuenta o sesenta metros de anchura
y sus cinco o seis o diez o quince de profundidad en el medio, a nadie se le ocurriría
llamar río; uno de esos cursos de agua que oblicuos, transversales, verticales, paralelos,
circulares, semicirculares, tortuosos o rectos como si hubiesen sido trazados con una
regla, forman el sistema capilar que, desde el Paraguay e incluso desde más arriba,
acompaña a las grandes arterias acuáticas que bajan desde la región tropical para
formar primero el Delta y después el estuario, esos cursos de agua que, corriendo sin
cesar desde el principio de los tiempos, arcaicos y flamantes a la vez, todos en la misma
Saer

dirección como una muchedumbre hacia un punto prefijado de reunión, se inmovilizan


por fin en la lámina de gelatina de 34 mil kilómetros cuadrados del río de la Plata. Un
rincón apacible, perdido en el rompecabezas de islas aluvionales, chatas, de vegetación
enana que se agrisa un poco en el inverno y amarillea ligeramente en el verano, sin
que el frío y el calor tengan tiempo de borrar del todo, con sus excesos estacionales, el
verdor que nunca llega a ser exuberante. Esas islas chatas que se prolongan hacia el
agua a través de una franja de transición formada por depósitos de detritus y por la
acumulación intrincada de plantas acuáticas, juncos, camalotes y totoras. De tanto
en tanto, esos arroyos, riachos y riachuelos como los llaman, que corren entre ellas,
forman, sobre todo en el extremo este de la llanura, un depósito arenoso que la gente
del lugar acostumbra a llamar playa, y que, si está en la jurisdicción de algún pueblo
costero, la municipalidad se encarga, para atraer el modesto turismo dominical, de
dotar de algunos árboles, de unos bancos de portland o de madera, y de tres o cuatro
rudimentarias parrillas de ladrillo.
En esa siesta de octubre, a causa quizás de lo prematuro del calor, y por ser un
día de semana, no había nadie en la playa. Para ser exactos, no parecía haber nadie
en el mundo, hasta tal punto predominaba el silencio en ese lugar retirado que, a
pesar de la perfección de su clima, de la limpidez total del cielo, de la vegetación y del
agua que corría, no tenía nada de virgiliano, en razón de una pobreza general de los
alrededores, y del carácter demasiado descuidado y salvaje de los detalles. El deleite
venía no de una organización feliz de los elementos que componían el paisaje ni de la
supuesta satisfacción moral que el reencuentro con la naturaleza le procura al hombre
civilizado, de un consentimiento de lo exterior a los sentidos que, dotados de golpe de
una agudeza inesperada, consecuencia quizás del silencio y de la soledad del lugar,
percibían esa exterioridad más ricamente y más nítidamente que de costumbre. El
sauce que me protegía del sol estaba a unos quince metros del agua, en la ladera de
un pequeño terraplén levantado años atrás por disposición de la comuna con el fin de
proteger, inútilmente desde luego, el pueblo diseminado detrás de la playa durante
las inundaciones; como el lector ya lo sabe, esa elevación de poco más de un metro y El Pez Náufrago
medio me daba, en tanto que observador, una visión más amplia del lugar, alejando 177 • Intimar
el horizonte, y permitiéndome por lo tanto ver mucho más lejos que si, por ejemplo,
hubiese estado parado en la orilla del agua. Durante varios kilómetros se extendía
ese paisaje chato de islas y agua, islas y agua, sin que ninguna elevación, a no ser
algún árbol un poco más alto que los demás, se destacara; a causa de la extensión del
campo visual, a medida que iba alejándose del punto de observación, islas y agua se
confundían y, como único cambio digno de mención, puedo decir que el verde pálido
y nada brillante de las primeras islas después del arroyo, se oscurecía de un tinte
azulado en las inmediaciones del horizonte.
Unos ruidos me sacaron de mi ensueño; eran cercanos y variados, y familiares, por
supuesto, y lo único que me intrigó en ellos fue la cercanía, lo que me hizo suponer
que, o bien yo había estado demasiado absorto en mis propios pensamientos o en la
contemplación de lo exterior y no había advertido que se venían acercando, o bien los
ruidos habían surgido de golpe de alguno de los ranchos de la parte pobre del pueblo,
más allá de las casas de fin de semana que se levantaban en la vecindad de la costa.
Eran voces y risas de criaturas y, como pude distinguirlo casi de inmediato, también el
golpeteo apagado de los cascos de un caballo avanzando al paso sobre el suelo arenoso. La
voz de una mujer madura que, con recomendaciones distraídas, parecía tratar de calmar
la excitación de los chicos, se dejaba oír de tanto en tanto, hasta que, al cabo de un minuto
en el que los ruidos y las voces se iban haciendo cada vez más cercanos y precisos, el grupo
que los producía, surgiendo a mis espaldas de la especie de camino que corría paralelo
al terraplén, hizo su aparición en la playa. Por los ruidos que producían, yo ya me los
había representado de manera aproximativa, a tal punto esas presencias y esas voces son
familiares en el paisaje del litoral; dos chicos varones de cinco o seis años, montados en
pelo en un caballo indolente y flaco, y una mujer de edad indefinible caminando detrás,
para vigilar no al caballo a las criaturas e impedirles cometer demasiadas locuras.
Sin haberlos visto, por la entonación de las voces, rápidas y un poco chillonas, yo
ya sabía que debían venir de algunos de los ranchos miserables, hechos de paja, lata
e incluso cartón, y a veces de los materiales más inverosímiles, que constituyen sus
viviendas y que, en ese pueblo, se levantaban al pie del extremo del terraplén -de medio
kilómetro de largo tal vez- opuesto a la playa.

[…]

El grupo que desembocaba en la playa pertenecía a esa clase social, aunque sin
duda no a sus miembros más desfavorecidos. La prueba de ese bienestar relativo no era
únicamente el hecho de que poseían un caballo y se ocupaban lo bastante de él como
para traerlo a tomar agua en el río, de la vigilancia retraída de la mujer respecto de
los niños, lo cual daba la pauta de una racionalidad familiar apacible y afectuosa. A
pesar de su condición menos que modesta, podía sentirse que, por estar casi dotados
de un temperamento particular, no los había abandonado del todo la esperanza. La
mujer, por ejemplo, no daba la impresión de haber sido agostada prematuramente por
la pobreza, y los cincuenta años que representaba debían ser aproximativamente su
verdadera edad. Algunas canas agrisaban un poco sus cabellos lacios y renegridos
y, los brazos, emergiendo de las mangas cortas de su vestido de algodón descolorido,
eran redondos, lisos y saludables. Los chicos tenían como única vestimenta un short
rotoso y también descolorido, probablemente de esa tela azul con que se confecciona la
ropa de trabajo. Al llegar a mi altura, la mujer, que había simulado no haberme visto
cuando apareció en el borde el terraplén, giró hacia mí la cabeza y me dirigió un saludo
discreto, corto, sin detenerse, un Buenas tardes ni cohibido, ni retraído, ni desconfiado,
una mera convención de urbanidad, un poco chapada a la antigua, a la que yo respondí
El Pez Náufrago con un murmullo ininteligible y un sacudimiento de cabeza algo excesivo, tal vez
Intimar • 178 desproporcionado en relación con el murmullo. Contaminado por esa transparencia
que suelen tener los adultos para los chicos concentrados por la imantación de algún
deseo poderoso, noté que, fascinados por el agua del arroyo, no se dignaron dirigirme
ni una sola mirada, lo mismo que el caballo, abstraído en esa eterna distracción animal
de los caballos, de la que no sabemos ni sabremos nunca si está hecha de imágenes, de
sensaciones, de martilleos pulsionales, o de ese vacío, tan perseguido por los adeptos
del zen, capaz de borrar no únicamente la realidad de la mente también de la materia.
Al llegar a la playa, el grupito se dispersó: los chicos bajaron del caballo y la mujer,
olvidándolos detrás, se acercó a la orilla, se puso las manos en las caderas y se inmovilizó
contemplando el agua; era la hora más clara del día y también la más calurosa, y mi
deducción de que no debían venir de muy lejos estaba confirmada por el hecho de que
ninguno de los tres -la mujer y los chicos- llevaba sombrero; por su parte, el caballo se
alejó un poco de ellos e inclinando el cuello hacia el arroyo, empezó a tomar agua, más
silenciosamente por cierto que el perro de “El Ciudadano” en la taberna de Barney
Keernan, del que el narrador dice: “¡Que lo parió! ¡Podía oírselo beber desde una legua
a ese perro!”. Al caballo, manso y discreto, apenas si se lo veía, por lo menos desde donde
yo estaba, remover los belfos negros con los que rozaba el agua. Los chicos en cambio,
después de correr un poco en todas direcciones, sin un designio preciso, enfilaron hacia
la orilla como si estuviesen disputando una carrera, y entraron ruidosamente en el
arroyo, y después de dar tres o cuatro pasos pesados a causa de la resistencia líquida, se
zambulleron y desaparecieron un par de segundos bajo el agua. La mujer pegó un grito,
de sorpresa o de estímulo quizás, se dio vuelta para mirarme con una sonrisa fugaz,
de disculpa o de connivencia, ante la vivacidad súbita de las criaturas. Por la edad que
Saer

representaba deduje que debía ser no la madre, la abuela, y como los chicos retozaban,
excitados e inconscientes al peligro, ella, para vigilarlos de más cerca, se descalzó sin
siquiera agacharse y puso los pies en el agua.
Instintivamente, miré mis propios pies. Enfundados en el calzado popular del país,
las alpargatas negras, heredadas de los inmigrantes vascos, mis pies, en el arrabal
extremo de mi cuerpo, lejos de los, como se dice ahora, centros de decisión que el vulgo
conoce con el nombre de psiquis, yacían olvidados contra la sombra del árbol proyectada
en el suelo arenoso, descargados momentáneamente de su función de mantenerme
ellos solos en posición vertical, gracias al relevo parcial que les acordaba mi espalda
apoyada sobre el tronco del sauce. Cuando los pies de la mujer entraron en el agua, una
sensación súbita de frescura, intensa y deliciosa, me recordó la existencia de los míos y
los trajo al primer plano de mis sensaciones. Y a medida que la mujer iba adentrándose
en el río, y el nivel del agua iba cubriendo sus tobillos, sus pantorrillas, hasta llegar
a la rodilla, la sensación de frescura iba subiendo también por mis propias piernas,
gratificándome con esa caricia líquida que, aunque no menos indefinible que el gusto
del apio, y aunque el estímulo actuaba sobre una piel que no era la mía, no me costaba
nada reconocer de inmediato. La mujer vaciló un momento antes de seguir adelante
y después, decidiéndose, realizó ese gesto automático de las mujeres cuando entran
vestidas al agua, para evitar que se les moje el vestido, consistente en tomarlo por el
ruedo y levantarlo un poco, manteniéndolo aferrado contra la mitad superior del muslo,
ciñéndolo al cuerpo de tal modo que las formas femeninas, muslos, nalgas, vientre,
caderas, e incluso espalda y senos, puesto que toda la tela del vestido converge hacia
el punto en que la mano lo aferra, resaltan, se evidencian y se acentúan. Consciente
de la situación, la mujer se detuvo, siempre dándome la espalda, con el agua un poco
más arriba de la rodilla, ya demasiado alta quizás, porque no pudo evita que el ruedo
del vestido se empapara un poco. Yo experimentaba simultáneamente cada una de sus
sensaciones y me costaba un esfuerzo, por encima de ellas, sentir las que en apariencia
eran las reales, es decir el contacto de las alpargatas secas que cubrían mis pies y
la rugosidad seca del pantalón que rozaba mis piernas masculinas; el agua me ceñía El Pez Náufrago
hasta más arriba de las rodillas, y el ruedo mojado del vestido se pegaba contra mis 179 • Intimar
propios muslos.

Según Sexto Empírico, en su tratado contra los matemáticos, el fragmento ii de


Heráclito afirma que, “aunque el Logos es común a todos, muchos viven como si tuviesen
un pensamiento propio” (vii, 133). Y más adelante: “Enesidemo siguiendo a Heráclito,
y Epicuro, están en general de acuerdo sobre lo sensible, pero divergen en cuanto a los
detalles. Porque Enesidemo piensa que existe cierta divergencia entre los fenómenos,
y declara que algunos de entre ellos son generalmente percibidos por todos y otros
por un solo individuo” (viii, 8). Es obvio que los detalles de Enesidemo son de orden
secundario y que para Heráclito y Epicuro “el Logos es común a todos”; las variantes
circunstanciales de las sensaciones también, y si creemos que difieren de un individuo
a otro es porque no nos detenemos demasiado a analizarlas. La mujer que entraba en
el río me iba mostrando, a medida que se internaba en el agua, el espejismo tenue de
lo individual. Gracias a ella, el fragmento más conocido de Heráclito, “Los que entran
en los mismos ríos se bañan en la corriente de un agua siempre nueva”, que vino a mi
memoria mientras la contemplaba fumando a la sombra del sauce, dio lugar a una
glosa inesperada: es posible que el río cambie continuamente, pero siempre es uno y el
mismo el que penetra en él. De modo que es un error grosero imaginar que el verdugo
es insensible al sufrimiento ajeno, y que ciertos paladares son más aptos que otros para
recibir un trago de Chambertin.
Esta larga digresión tiene como objetivo reunir en una sola mis dos categorías de
lectores, idiotas y no-idiotas (según la clasificación que hiciera el doctor Lacan de los
Saer

destinatarios de sus lecciones intrincadas). Crear un objeto que apunte a aquello que
especialistas y legos tienen en común: en eso se resume la función de la literatura. Y la
prueba de que los “detalles” de Enesidemo no suponen ninguna exclusividad individual
es que, cuando más los acentuamos, cuando más los perseguimos para ponerlos en
evidencia en los planos mejor iluminados de la imagen que queremos forjar, más
emoción y placer le procuramos a nuestro destinatario, quien únicamente evocando
esas particularidades en sí mismo puede reconocerlas como propias. El fin del arte no
es representar lo Otro, lo Mismo. El terreno propicio para lo Otro son, aunque parezca
a primera vista contradictorio, lo accidental y el estereotipo: lo accidental porque no
expresa más que las contingencias exteriores, la resolución puramente técnica de los
actos humanos, y el estereotipo porque es la cristalización estilizada, ya independiente
de lo imaginario, de esos accidentes. El destinatario de la razón cartesiana es el Logos
común, pero que Descartes haya nacido en Francia es un accidente y que los franceses
son cartesianos es un estereotipo.

Es cierto lo que dice Wallace Stevens:

The dress of a woman of Lassa,


in its place,
is an invisible element of that place
made visible.

Y el título mismo de su poema -Anécdota de miles de hombres- ilustra de un modo claro


lo que estoy tratando de decir: lo exterior de un lugar no es más que una manifestación
de algo que no es propio de ese lugar y que está, no propiamente en ninguna parte, sino
en todas, lo que equivale a decir lo mismo. Los grandes ríos que forman el de la Plata,
multiplicándose a medida que bajan del norte, y que configuran lo que se llama el litoral,
no tiene nada de exótico y son el resultado de una serie de contingencias geológicas,
El Pez Náufrago geográficas y humanas en las que, por debajo del color local, el Logos común prosigue el
Intimar • 180 soliloquio de su empastamiento con el mundo.
Las dificultades para definir el color de sus aguas son un ejemplo de ese empastamiento,
y se hacen evidentes en dos circunstancias muy diferentes, por no decir opuestas: cuando
leemos el que les han atribuido tantos poetas y cuando nos paramos a contemplarlas.
Es claro que si nos desplazamos en lancha por ese laberinto acuático, las diferencias
de anchura, de profundidad, de composición del lecho y de las orillas, de vegetación, de
cielo, etc., cambiarán en distintos puntos el color del agua, pero en muchas ocasiones he
podido observar, parado en el mismo lugar, no únicamente que el tinte de la superficie
cambiaba, al cabo de varios minutos, sino que, en varios trechos de esa superficie,
separados por algunos metros o meramente yuxtapuestos, el agua tenía un color
diferente, o incluso que un mismo punto del río cambiaba de color ante mis propios ojos.
El inmortal mar color vino de Homero, indiferente a los matices infinitos del agua, me
intrigó mucho tiempo, en razón de que vi por primera vez el mar a los veintiocho años,
hasta que caí en la cuenta de que significaba simplemente oscuro.
Saer

Juan José Saer (1937-2005).


El río sin orillas, 1991, Alianza singular
El diablo en las Colinas / VII […]
Aquel verano iba a menudo al Po. Una hora o dos por la mañana me gustaba sudar
remando para luego arrojarme al agua fría, aun oscura, que entraba en los ojos y los
lavaba.
Iba casi siempre solo porque a aquella hora Pieretto dormía.
Si venia él, gobernaba la barca mientras yo nadaba. Remontábamos la corriente bajo
los puentes a fuerza de remar, a lo largo de la ribera amurallada, para salir, entre los
márgenes y árboles, a un lado de la colina. La colina era bonita al volver, fumando la
primera pipa. A pesar de estar ya en el mes de junio, en aquella hora le velaba una
neblina húmeda un hálito fresco de raíces, sobre las tablas de aquella barca, cuando
empecé a tomar gusto al aire libre y comprendí que el placer del agua y de la tierra
continua mas allá de la infancia, mas allá de un huerto o de un frutal. La vida, pensaba
yo aquellas mañanas, es como un juego bajo el sol.
Pero no jugaban aquellos hombres que recogían la arena con el agua a las rodillas:
izaban, jadeando, paladas de barro, y las arrojaban a la barcaza. Al cabo de una o dos
horas, la barcaza descendía llena, flor de agua y el hombre, delgado y ennegrecido,
con un chaleco sobre el torso desnudo, la gobernaba lentamente con una pértiga.
Descargaba su arena en la ciudad, pasados los puentes, y volvía a remontar el río. Lo
remontaban a grupos, bajo el sol cada vez más alto. Pero cuando yo dejaba el río, ellos
habían hecho ya dos o tres viajes. Y durante todo el día, mientras daba vueltas por la
ciudad, mientras estudiaba, hablaba, descansaba, aquellos hombres subían y bajaban
por el río, descargaban, saltaban al agua, se cocían al sol. Pensaba en ello especialmente
durante la noche, cuando empezaba nuestra vida nocturna y aquellos volvían a su casa,
barracas cerca del río, pisos populares, y se tumbaban a dormir.
O en la taberna se echaban un trago. Cierto: también ellos veían el sol y la colina. El Pez Náufrago
Cuando sudaba remando, mi sangre permanecía fresca durante todo el día vigorizada 181 • Intimar
por el contacto con el río. Era como si el sol, el peso vivo de la corriente me hubieran
infundido una virtud, una fuerza ciega, alegre e íntima, como la de un tronco o un
animal de los bosques. También Pieretto, cuando venía conmigo gozaba de la mañana.
Descendiendo hacia Turín, arrastrados por la corriente, lavados los ojos por el sol y el
agua, nos secábamos boca arriba y la colina, la orilla, las villas y las manchas de los
árboles lejanos se recortaban en el aire. Si uno hiciera todos los días esta vida decía
Pieretto, se convertiría en un animal.
No tienes mas que mirar más a los areneros. Esos no dijo; esos solo trabajan. Un
animal de salud y de fuerza...de egoísmo. A eso me refiero: al dulce egoísmo que engorda.
¿Acaso es mía la culpa? Refunfuñé. ¿Y quién te acusa? Nadie tiene la culpa de haber
nacido. La culpa es de nosotros. Siempre de los otros. Nosotros vamos en barca fumando
en pipa. Es decir; no somos bastante animales. Pieretto reía.
¡Quien sabe lo que es un verdadero animal! Un pez, un mirlo, una lagartija, a lo mejor
una ardilla. Hay quien dice que en el interior de cada bestia hay un alma... Un alma en
pena. Eso sería como el purgatorio...
Ni hay nada que sepa tanto a muerte, continuó, como el sol del verano, de la gran luz,
de la naturaleza exuberante. Tú hueles el aire y sientes el bosque y te das cuenta de que
los árboles, plantas y animales no les importa nada.
Todo vive y se consume por sí mismo. La naturaleza es la muerte...
¿Qué tiene que ver eso con el purgatorio? Pregunté.
No hay otro modo de explicar la naturaleza contestó. O no es nada, o las almas
Pavese

están dentro.
Pieretto hacía pocos años que estaba en Turín, antes había vivido en otras ciudades,
detrás de su padre, arquitecto sin paz ni sosiego que plantaba y levantaba a caprichos
el campo y la familia. Tenía la familia ahí pero él iba de aquí para allá. Las pocas veces
que lo había visto bromeaban él y el hijo, se daban consejos, hablaban como yo no sabía
que se pudiera hablar así a un padre.
Nunca pensé que aquel principio de verano en la ciudad podía gustarme tanto. Sin
los amigos, ni una cara conocida, imaginaba cosas nuevas.
Mientras, yo paseaba por las mañanas, me tostaba al sol. Disfrutaba de lo mío.
También al Po venían chicas, gritaban desde las barcas a la orilla de Sagnoe.
Fue mientras yo miraba unos libros cuando ella me preguntó donde tomaba el sol.
Prometió que iría conmigo al río el próximo sábado. Se llamaba Teresina.
Arrodillado le frote con los dedos y reía y me decía que fuera bueno, me besó en la
boca. Sabía lo que hacía.
Y ella nariz contra nariz. ¿Qué quieres hacer, canalla? ¡Eso está prohibido!
Me aburría, ofendía aquel lugar. Acepté acompañarla a una piscina, feliz miró a los
otros bañistas y tomó gaseosa con una caña. [...]

El Pez Náufrago
Intimar • 182
Pavese

Cesare Pavese (1908-1950).


El Diablo en las Colinas, 1979, Arenal
T: Ma. Carmen García Lecha
La tercera orilla del río
Nuestro padre era un hombre cumplidor, ordenado, positivo y fue así desde jovencito
y niño, por lo que testimoniaron las diversas personas sensatas, cuando indagué la
información. De lo que yo mismo recuerdo, él no parecía más extravagante ni más
triste que los otros, conocidos nuestros. Solamente quieto. Era nuestra madre la que
mandaba y quien a diario regañaba a mi hermana, a mi hermano y a mí. Pero ocurrió
que, cierto día, nuestro padre mandó que se le hiciera una canoa.
Era en serio. Encargó la canoa, una especial, de cedro rojo, pequeña, sólo con la
tablilla de popa, para que cupiera justo el remero. Tuvo que ser fabricada ella, elegida
fuerte y arqueada en rígido, apropiada para durar en el agua unos veinte o trienta
años. Nuestra madre mucho renegó contra la idea. ¿Sería posible que él, que no se
ocupaba de esas artes, se iba a proponer ahora pesquerías y cacerías? Nuestro padre
nada decía. Nuestra casa, en ese tiempo, estaba aún más cercana al río, cosa de menos
de cuarto de legua: el río por ahí se extendía grande, hondo, callado siempre. Ancho, de
no poder verse la otra orilla. Y no puedo olvidarme del día en que la canoa quedó lista.
Sin alegría, sin inquietud, nuestro padre se caló el sombrero y decidió un adios. No
dijo otras palabras, ni se llevó provisiones y ropas, ni nos hizo ninguna recomendación.
Nuestra madre, pensé que iba a gritar, pero persistió, solamente alba de tan pálida,
mordió el labio y bramó: -”¡Vete, puedes quedarte, no vuelvas más!” Nuestro padre
contuvo la respuesta. Me miró, manso, haciendo ademán de que lo acompañara, sólo
algunos pasos. Temí la ira de nuestra madre, pero, de golpe, mañoso, obedecí. El rumbo
de aquello me animaba, me asaltaba una idea y pregunté: -”Padre, ¿puedo ir con usted
en esa canoa?” Volvió a mirarme y me dio la bendición, con un gesto me mandó de
regreso. Hice como que vine, pero di la vuelta en la gruta del monte para saber. Nuestro
padre entró en la canoa, la desamarró para remar. Y la canoa salió alejándose, lo mismo El Pez Náufrago
su sombra, como un yacaré, extendida larga. 183 • Intimar
Nuestro padre no regresó. No iba a ninguna parte. Sólo ejercitaba la invención de
permanecer en aquellos espacios del río, de medio a medio, siempre en la canoa, para
no salir de ella nunca más. Lo extraño de esa verdad espantó a la gente. Aquello que
no había, acontecía. Los parientes, vecinos y conocidos nuestros, se reunieron, y juntos
se aconsejaron. Nuestra madre, avergonzada, se portó con mucha cordura; por eso
todos atribuyeron a nuestro padre el motivo del que no querían hablar: locura. Unos
consideraban que podría tratarse del cumplimiento de alguna promesa o que, nuestro
padre, tal vez, por escrúpulo de alguna enfermedad, como ser lepra, despertaba para
otra suerte de vida, cerca y lejos de su familia.
Las voces de las noticias eran dadas por ciertas personas -pasantes, moradores de
las riberas, incluso en la lejanía del otro lado- diciendo que nuestro padre nunca surgía
a buscar tierra, en ningún punto o rincón, ni de día, ni de noche, del modo como cursaba
el río, libre, solitario. Entonces, nuestra madre y los parientes nuestros concluyeron:
que las provisiones que estuvieran escondidas en la canoa se gastarían; y, él, o
Guimarães Rosa

desembarcaba y se alejaba yéndose para siempre, lo que por lo menos se correspondía


con lo correcto, o se arrepentía, de una vez, y volvía a casa.
Eso era un engaño. Yo mismo cumplía con llevarle, cada día, un tanto de comida
hurtada: idea que tuve, ya en la primera noche, cuando nuestra gente probó con prender
fogatas a la orilla del río, mientras que a su claridad, se rezaba y se llamaba. Después,
seguido, aparecí con piloncillo, pan de maíz, penca de plátanos. Avisté a nuestro padre,
al fin de una hora, muy tardada de transcurrir: así solo, él allá a lo lejos, sentado en el
fondo de la canoa, detenida en el liso del río. Me vio, no remó hacia acá, no hizo señas.
Le enseñé la comida, la deposité en una cueva de piedras en la barranca, a salvo de
alimañas, de lluvia y rocío. Eso, hice y rehice siempre, mucho tiempo. Sorpresa que
más tarde tuve: nuestra madre sabía de esa agencia, disimulaba no saberla; ella misma
dejaba, facilitadas, sobras de cosas, para que yo las consiguiese. Nuestra madre no se
manifestaba mucho.
Hizo venir a nuestro tío, su hermano, para ayudar en la hacienda y en los negocios.
Hizo venir al maestro para nosotros, los niños. Encomendó al cura que un día se
paramentase, en la orilla, para conjurar y rogar a nuestro padre que desistiera de la
entristecedora porfía. Otra vez, por disposición de ella, para amedrentar, vinieron los
dos soldados. Todo lo cual no valió de nada. Nuestro padre pasaba a lo largo, entrevisto
o desleído, cruzando en la canoa, sin dejar que se acercase nadie a la mano o a la voz.
Incluso cuando estuvieron, no hace mucho, dos hombres del periódico, que trajeron
lancha y pretendían retratarlo, no vencieron: nuestro padre desaparecía por el otro
lado, aproaba la canoa en el brezal, de leguas, que hay, por entre juncos y matorrales, y
él solo conocía, a palmos, su oscuridad.
Tuvimos que acostumbrarnos a aquello. A las penas, que aquello trajo, uno nunca se
acostumbró, es verdad. Lo sé por mí, que lo quería, y lo que no quería, sólo con nuestro
padre lo hallaba; esto tironeaba mis pensamientos para atrás. Lo duro era no entender,
de ninguna manera, cómo él aguantaba. De día y de noche, con sol o aguaceros, calor,
escarcha, y en los teribles fríos de la mitad del año, sin protección, sólo con el sombrero
viejo en la cabeza, por todas las semanas, y meses, y los años -sin tener en cuenta su
irse del vivir. No bajaba en ninguna de las orillas, ni en las islas y los bajíos del río,
nunca más pisó suelo o pasto. Claro, que al menos, para dormir, un poco, él debería
amarrar la canoa en alguna punta de la isla, en lo escondido. Pero ni prendía fueguito
en la playa, ni disponía de luz fabricada, nunca más raspó un cerillo. Lo que comía
era casi; aún de lo que uno depositaba entre las raíces de la ceiba o en la gruta de la
barranca, él recogía poco, ni lo suficiente. ¿No se enfermaba? Y la constante fuerza
de los brazos, para mantener derecha a la canoa, resistente, aún en la demasía de las
El Pez Náufrago arroyadas, en el subir de las aguas, ahí cuando, en la embestida de la enorme corriente
Intimar • 184 del río, todo arrolla el peligroso, aquellos cuerpos de animales muertos y troncos de
árboles bajando -en espantó, en encuentro. Y jamás habló palabra con persona alguna.
Nosotros, tampoco, hablamos más de él. Sólo pensábamos. No, nuestro padre no podía
borrársenos, y si, por un rato, uno hacía como que olvidaba, era apenas para despertarse
de nuevo, de repente, con la memoria, al provocarse otros sobresaltos.
Se casó mi hermana; nuestra madre no quiso fiesta. Pensábamos en él, cuando se
comía una comida más sabrosa; también, abrigados de noche, en el desamparo de esas
noches de mucha lluvia, fría, fuerte, y nuestro padre, sólo con la mano y un guaje para
ir vaciando la canoa del agua del temporal. A veces, algún conocido nuestro encontraba
que me iba pareciendo más a nuestro padre. Pero yo sabía que él ahora se había vuelto
greñudo, barbón, con uñas grandes, enfremo y flaco, negro por el sol y por los pelos,
con aspecto de bicho, casi desnudo, aunque disponía de piezas de ropa que de cuando en
cuando se le proporcionaban.
Y no quería saber de nosotros: ¿no nos tenía afecto? Justamente por afecto, por
respeto, las veces que me alababan a causa de alguna buena acción mía, yo siempre
decía: “Fue papá el que un día me enseñó a hacerlo así...”, lo que no era cierto, exacto,
era mentira, por verdad. ¿Si él no se acordaba, ni quería saber más de nosotros, por
qué, entonces, no subía o bajaba el río, hacia otros parajes, lejos, en lo no encontrable?
Sólo él sabía. Pero mi hermana tuvo un niño, ella porfió en que quería mostrarle el
nieto. Fuimos todos al barranco, fue un lindo día, mi hermana con vestido blanco,
el del casamiento; levantaba en los brazos a la criaturita, el marido sostuvo, para
protegerlos, la sombrilla. Nosotros llamamos, esperamos. Nuestro padre no apareció.
Mi hermana lloró, todos lloramos, allí, abrazados. Mi hermana se mudó, con el marido,
lejos. Mi hermana se decidió y se fue, para una ciudad. Los tiempos cambiaban en la
lenta prisa del tiempo. Nuestra madre acabó yéndose también, para siempre a residir
con mi hermana. Había envejecido. Yo me quedé aquí, el único. Nunca podría casarme.
Yo permanecí, con los bagajes de la vida. Nuestro padre me necesitaba, lo sé -en su
vagar por el río por el yermo- sin dar razón de su actitud. Cuando yo quise saber, y,
resuelto, indagué, me dijeron lo que se decía: nuestro padre, alguna vez, había revelado
la explicación al hombre que le preparó la canoa. Pero, ahora, ese hombre ya había
muerto, nadie que supiese, que hiciese memoria de nada. Sólo las falsas habladurías, sin
sentido, como ocurrió, en el comienzo, con las primeras crecientes del río, con lluvias que
no escampaban, todos temieron el fin del mundo, decían: que nuestro padre había sido
elegido como Noé, y que, por lo tanto, con la canoa se había anticipado; pues ahora medio
lo recuerdo, mi padre, no podía condenarlo. Y apuntaban ya en mí las primeras canas.
Soy hombre de tristes palabras. ¿De qué tenía yo tanta, tanta culpa? Si mi padre
siempre ponía ausencia: y el río -río- río, el río -ponía perpetuidad. Yo sufría ya el
comienzo de la vejez -esta vida era sólo demorarse. Yo mismo tenía achaques, ansias,
cansancios, torpezas del reumatismo. ¿Y él? ¿Por qué? Debía padecer demasiado. Por
más aventejado, no iba día más, día menos, a flaquear en su vigor, a dejar que la canoa
se volcase o que flotase sin pulso, en el andar del río, para despeñarse, horas abajo en el
estruendo y en la caída de la cascada brava con hervor y muerte. Apretaba el corazón.
Él estaba allá, sin mi tranquilidad. Soy el culpable de lo que no sé, el dolor abierto, en
mi fuero. Sabría, si las cosas fuesen distintas. Y fui madurando una idea.
Sin vísperas. ¿Soy loco? No. En nuestra casa la palabra loco no se usaba, nunca
más se usó, todos esos años, nunca a nadie se acusó de loco. Nadie es loco. O, entonces,
todos. Lo fui, porque fui allá. Con un pañuelo, para hacer más visible la señal. Estaba
en mis cabales. Esperé. Por fin él apareció, ahí y allá, el bulto. Estaba ahí, sentado
en la popa, estaba allí, al grito. Llamé, unas cuantas veces. Y hablé, lo que me urgía,
jurando y declarando, tuve que reforzar la voz: “Padre, usted está viejo, ya cumplió lo
suyo... Ahora, regrese, no debería... regrese y yo, ahora mismo, cuando quiera, los dos
de acuerdo, ¡yo tomo su lugar, el de usted, en la canoa...!” Y, así diciendo, mi corazón El Pez Náufrago
latió en firme compás. 185 • Intimar
Él me escuchó. Se levantó. Manejó el remo, en el agua, con la proa hacia acá, conforme.
Y yo temblé, hondo, de repente: porque antes, él había erguido el brazo y hecho un saludo
-el primero, después de tantos años transcurridos. Yo no podía... Con pavor, erizados los
cabellos, corrí, huí, me arranqué de ahí en un proceder desatinado. Porque me pareció
que él venía: de la parte del más allá. Y estoy pidiendo, pidiendo, pidiendo un perdón.
Sufrí el severo frío de los miedos, enfermé. Sé que nadie supo más de él. ¿Soy hombre,
después de este perjurio? Soy el que no fue, el que va a callar. Sé que ahora es tarde, y
temo concluir mi vida en la mezquindad del mundo. Pero entonces, al menos, que, en el
capítulo de la muerte, me agarren y me depositen también en una simple canoa, en el
agua, que no cesa, de extendidas orillas: y, yo, río abajo, río afuera, río adentro -el río.

João Guimarães Rosa (1908-1967).


Primeras Historias, 1965, Seix Barral
T: Virginia F. Wey
Poesía e investigación [...]

El título de su nueva obra, Work in Progress, obra que progresa, obra que deviene, obra
que nace, denuncia está intención. La obra debe surgir siempre de la observación, el
observador se halla siempre dentro de ella; el expone y, al mismo tiempo, se expone a sí
mismo y su obra. Como ejemplo relativamente fácil, tenemos el contenido del capítulo
“Anna Livia Plurabelle”: como ocurre con tanta frecuencia en Joyce, aquí los nombres
adquieren diferentes significados, y la heroína Anna Livia se halla en misteriosa y, no
obstante, muy racional dependencia respecto al río Liffey que cruza la ciudad de Dublín.
Dos lavanderas están arrodilladas a la orilla del río lavando ropa sucia. Mientras están
entregadas a su faena, se cuentan mutuamente, a voz en grito, las habladurías que se
cuentan acerca de la heroína Anna Livia Plurabelle. Su conversación trata del trabajo,
de todo lo que pasa en la ciudad; con su conversación están lavando los trapos sucios
de la ciudad. Pero he aquí que se hace de noche; la niebla se abate y hace cada vez más
densa, la conversación de lavanderas comienza a languidecer, empiezan a languidecer
los movimientos de sus manos, el río se va haciendo cada vez más ancho, sumido en la
niebla, su murmullo se va haciendo cada vez más potente, el murmullo del río se incrusta
en la conversación, pues nada se describe; todo surge en y de la conversación de las
lavanderas que han dejado de serlo para convertirse en seres imaginarios —en arbusto,
la una; en roca, la otra— acariciadas por las aguas que forman olas cada vez más
grandes, y sus palabras se convierten a la postre en murmullo del río, incomprensible
para todo oyente, incomprensible para ellas mismas, en música del agua, aprehendida
en sonido humano que ya no es siquiera palabra. Aunque sólo sea una opinión personal,
he de decir que el capítulo me parece de una belleza indescriptible [...]

El Pez Náufrago
Intimar • 186
Broch

Herman Broch (1886-1951).


Poesía e investigación, 1995, Barral
T: Ramón Ibero
Finnegans Wake […]

O
Tell me all about
Anna Lívia! I want to hear all
about Anna Livia. Well, you know Anna Livia? Yes, of course, we all know Anna Livia.
Tell me all. Tell me now. You’ll die when you hear. It was put in the newses what we did,
nicies and priers, the King fierceas Humphrey, with illysus distilling, exploits and all.
But toms will till. I know he well. Temp untamed will hist for no man. As you spring so
shall you neap. O, the roughty old rappe! Minxing marrage and making loof […]

O*
Me conta tudo sobre
Anna Livia! Eu quero saber tudo a
sobre Anna Livia. Bom, conheces Anna Livia? Sim, é claro, todo mundo conhece a
Anna Livia. Me conta tudo. Me conta já. Vais cair dura quando ouvires. Tá nos jornais
o que ele fez, do nascimento ao sacerdócio, o Rei violentocomo Humphrey, destilando
ilisiões, façanhas e tudo mais. Mas a masculinidade ele cultivará. Eu o conheço bem.
O tempo selvagem não pára pra ninguém. Naquilo que semeares, colherás. O, rude
raptor! Levianamente acasalando e fazendo rumor [...]

El Pez Náufrago
187 • Intimar
O**
Cuéntame todo sobre
Anna Livia! Yo quiero saber todo
sobre Anna Livia. Bueno, conoces a Anna Livia? Sí, claro, todo mundo conoce a Anna
Livia. Cuéntame todo. Me cuentas ya. Te mueres cuando oigas. Está en los diarios lo
que se hizo, del nacimento al sacerdocio, el Rey violentocomo Humphrey, destilando
ilusiones, hazañas y todo más. Mas la masculinidad cultivará él. Yo le conozco bien.
El tiempo salvage a nadie silencia. Así te encorvarás, mientras brotas. El, rudo raptor!
Livianamente casado y haciendo rumor [...]
Joyce
• • •

Reeve Gootch was right and Reeve Drughad was sinistrous! And the cut of him! And
the strut of him! How he used to hold his head as high as a howeth, the famous eld duke
alien, with a hump of grandeur on him like a walking wiesel rat. And his derry’s own
drawl and his corksown blather and his doubling stutter and his gullaway swank. Ask
Lictor Hackett or Lector Reade of Garda Growley or the Boy with the Billyclub. How
elster is he a called at all? Qu’appelle? Huges Caput Earlyfouler. Or where was he born
or how was he found? Urgothland, Tvistown on the Kattekat? New Hunshire. Concord
on the Merrimake? Was her banns never loosened in Adam and Eve’s or were him and
her but captain spliced? O, passmore that and oxus another! Don Dom Dombdomb and
his wee follyo!

A Margem Esquerda era direita e o Direito era sinistro! E a pose dele! Que empertigado
ele é! Como costumava manter sua cabeça tão alta quanto a de um nobre, o famoso velho
duque estrangeiro, com uma corcunda de grandeur como um ruminante rato roedor. E
o seu típico sotaque derryense e sua fala corketípica e sua gagueira duplinense e seu
comportamento galowayense. Pergunta a Lector Hackett ou Lector Reade da Garda
Growley ou ao garoto do Billyclub. Como então ele é chamado afinal? Qu’appele? Huges
Caput Earlyfouler. E onde ele nasceu ou como foi encontrado? Urgothland, Tvistown
on the Kattekat? New Hunshire, Concord na Marrimake? Seus proclamas nunca
foram comentados no Adão e Eva ou foram ele e ela enlaçados apenas pelo capitão? O,
passamore isso e quoxustone outro. Dim Don Dombdomb e sua simgela follya. E lá se
El Pez Náufrago foi o grande peixe do mar com seu peixinho doce!
Intimar • 188

El margen izquierdo era derecho y el derecho sinistro! Y la pose de él! Qué presumido
es él! Cómo acostumbraba llevar su cabeza tan alta, tan alto como noble, el famoso
viejo duque extranjero, con una joroba de grandeur como ruminante ratón roedor. Y
su típico sotaque derryense y su hablar corketípico y su tartamudeo duplinense y su
comportamiento galowayes. Pregunta a Lector Hackett o Lector Reade de la Garda
Growley o el chico del Billyclub. Cómo entonces es él llamado al final? Qu’appele? Huges
Caput Earlyfouler. Y dónde nació o cómo fue encontrado? Urgothland, Tvistown en
el Kattekat? New Hunshire, Concord en la Marrimake? Sus proclamas nunca fueron
comentadas en Adán y Eva o fueran él y ella enlazados apenas por el capitán? O,
pasamás aquello y oxus otro. Tin Tan Tontín y su pi loco. Y allá se fue el pez grande de
mar con su pececito dulce!
Joyce
• • •

Tell me mother. Tell me moats. Well, old Humber was as glommen as grampus, […]
grave and the greattribune’s barrow all darnels occumule, sittang sambre on his sett,
drammen and drommen, usking queasy quizzers of his ruful continence, his childlinen
scarf to encourage his obsequies where he’d [...]

Conta-me mehrs. Conta-me most. Bom, o velho Humber era tão mal-humorado quanto
um maumífero cetáceo, o temido tribuno do túmulo de todos os juntamontuados
fosos, sentado sombriamente no seu assento, tragando e tamborilando, qusktionando
preocupantes perguntas sobre seu sentido semblante, seu lenço de linhoinfantil para
alentar seus funerais onde ele conferiu seus [...]

Cuéntame madre. Cuéntame más. Bien, el Viejo Humber era tan mal-humorado
como grampus, el temido tribuno del túmulo de todos los fosos juntapuestos, sentado
sombriamente en su asiento, tragando y tamborilando, quesktionando preocupantes
preguntas sobre su sentido semblante, su bufanda de linoinfantil para alentar sus
funerales donde él dispuso [...]

• • •
El Pez Náufrago
[...] But O, Gihon! I lovat a gabber. I could listen to maure and moravar again. […] 189 • Intimar
Deataceas! Wharnow are her childer, say? In kingdome gone or power to come or Gloria
be to them father? Allalivial, allalluvial! Some hear, more no more, more again lost alla
stranger. […]

[…] Mas, O, Contenue! Adoro um falatório. Poderia ouvir mais e mar de novo. […] Que-
da quieta! Ondagora foram todos os seus fils, diz? Foram para o reino ou para o poder
alcançar a glória do seu pai? Allelivial, alelluvial! Uns aqui, mais não mais, mais e
mais uma vez perdidos todos no étranger. […]

[…] Pero Oh, Continue! Adoro un platicador. Podría oír más y másmás de nuevo. […]
Queda quieta! Dondeahora andan todos sus hijos, di? Al reino fueron o para poder o
para alcanzar la gloria de su padre? Alelivial, alelluvial! Unos aquí, pero no más, más
y más una vez perdidos todos allá extranjero. […]
Joyce
• • •

[…] Throw the cobwebs fom your eyes, woman, and spread your washing proper! It’s
well I know your sort of slop. Flap! Ireland sober is Ireland stiff Lord help you, Maria,
full of grease, the load is with me! Your prayers. I sonht zo! Madammangut! […]

[…] Tira as teias dos teus olhos, mulher, e estende a roupa adequadamente! Tá certo eu
conheço um tanto a tua lavação. Flap! Irlanda sóbria é Irlanda morta. Deus te guarde,
Maria cheia de graxa, o bolor é comigo! Tuas preces. Eu cria tbém! Madammangut!
[…]

[…] Quita telarañas de tus ojos, mujer, y extiende la ropa adecuadamente! Seguro
conozco algo tu lavado. Flap! Irlanda sobria es Irlanda muerta. Dios te guarde, María
llena de gracia, el moho sea comigo! Tus rezos. También creía! Madammangut! […]

• • •

as heavy as yonder stone. Tell me of John or Shaun? Who were Shem and Shaun the
living sons or daughters of? Night now! Tell me, tell me, tell me. Elm! Night night!
Telmetale of sterm or stone. Beside the rivering waters of, hitherandthithering waters
El Pez Náufrago of. Night!
Intimar • 190

tão pesada quanto aquela pedra lá no chão. Me falas de John ou Shaun? Quem são
Shem e Shaun os filhos ou filhas viventes da? Noite já! Me conta, me conta, olmo, me
conta! Noite noite! Contaumconto de raiz ou rocha. Junto às ribeirinhas águas da, as
correntesrecorrentes águas da. Noite!

tan pesada como aquella piedra de allá. Me hablas de John o Shaun? Quiénes son
Shem y Shaun los hijos o hijas viventes de? Noche ya! Me cuentas, cuéntame, olmo,
cuenta! Noche noche! Cuentauncuento de raíz o roca. Junto a las riberiñas aguas de,
las corrientesrecorrentes aguas de la. Noche!

James Joyce (1882-1941).


Finnegans Wake, 1990, Penguin
T: Dra. Dirce Waltrick do Amarante, Universidad Federal de Santa Catarina (Brasil),
T: Jesús Coss
Bobadilla
llegaste hasta ahí
sediento...

sobre la orilla
te hincaste a beber agua

hoy sigues siendo


una piedra pálida de río

Bobadilla

José Luis Bobadilla (1974).


Tanto depende de, 2006, Mangos de hacha

El Pez Náufrago 191


lua. Paulo Leminski (1944-1989).
Tomado de Tradução Intersemiótica, Julio Plaza, 1987, Perspectiva
“Waterproof booklet identifies ducks”
“Manual a prueba de agua identifica patos”
Tom Raworth

El pato entre el lago


Te acordás de esa tarde?

Sí, esa cuando llegué a ese edificio, al de los patos


Fui hasta ahí como un pato, no recuerdas?
Llegamos a Palermo, al bosque, al lago
a la humanidad reducida a unos cuantos como si fueran patos.

Y recordás que mirabamos aquellos bichos


Los que llamaste patitos
Dos meses después lo recuerdo

Lago
Y me siento como un pato sólo a la mitad del lago…

Sólo que —yo no sé— por dónde se sale de este vaso de agua.

Ariel Chicurel
De Big bang / Fandangos
Severo Sarduy (1937-1993).
Obra completa, Tomo I, 1999, FCE

196 El Pez Náufrago


Lago do olho
Lago del ojo
No lago do olho
de lado no lodo Del lago del ojo
de olho no lado de lado del lodo
no lodo do lago mirando de lado
lágrima afunda el lodo del lago
profunda lama lágrima se hunde
profunda lama
olho
lodo ojo

Cid Campos
lado lodo
lago lado
lama lago
lama

Cid Campos (1954).


No Lago do Olho, 2001 Gravadora: Dabliú
T: Claudia Ríos
• • •

The pool Alberca


My embarrassment at his nakedness, Mi vergüenza ante su desnudez,
at the pool’s edge, en la orilla de la alberca,
and my wife, with his, y mi mujer, con la suya,
standing, watching— parada, mirando—

this was a freedom era una libertad


not given me who am que no me fue dada a mí que soy
more naked, más desnudo,
less contained menos contenido

by my own white flesh por mi propia carne blanca


and the ability y la habilidad
to take quietly de tomar tranquilamente
what comes to me. lo que venga a mí.

The sense of myself La sensación de mí mismo


separate, grew separado, hizo
a white mirror un espejo blanco
in the quiet water en el agua tranquila

he breaks with his hands lo quebró con sus manos


and feet, kicking, y pies, pataleando,
pulls up to land acercándose
Creeley

on the edge by the feet a la orilla con sus pies

Robert Creeley (1926-2005).


Collected Poems, 1990, Berkeley Press
T: Héctor Ruiz

El Pez Náufrago 197


XIV / Rencontre au bord du lac
Hier, avant d’aller dîner au Bois, je reçus une lettre d’Elle, qui répondait assez
froidement après huit jours à une lettre désespérée, qu’elle craignait de ne pouvoir me
dire adieu avant de partir. Et moi, assez froidement, oui, je lui répondis que cela valait
mieux ainsi et que je lui souhaitais un bel été. Puis, je me suis habillé et j’ai traversé
le Bois en voiture découverte. J’étais extrêmement triste, mais calme. J’étais résolu à
oublier, j’avais pris mon parti: c’était une affaire de temps.
Comme la voiture prenait l’allée du lac, j’aperçus au fond même du petit sentier qui
contourne le lac à cinquante mètres de l’allée, une femme seule qui marchait lentement.
Je ne la distinguai pas bien d’abord. Elle me fit un petit bonjour de la main, et alors je
la reconnus malgré la distance qui nous séparait. C’était elle! Je la saluai longuement.
Et elle continua à me regarder comme si elle avait voulu me voir m’arrêter et la prendre
avec moi. Je n’en fis rien, mais je sentis bientôt une émotion presque extérieure s’abattre
sur moi, m’étreindre fortement. “Je l’avais bien deviné, m’écriai—je. Il y a une raison que
j’ignore et pour laquelle elle a toujours joué l’indifférence. Elle m’aime, chère âme.” Un
bonheur infini, une invincible certitude m’envahirent, je me sentis défaillir et j’éclatai
en sanglots. La voiture approchait d’Armenonville, j’essuyai mes yeux et devant eux
passait, comme pour sécher aussi leurs larmes, le doux salut de sa main, et sur eux se
fixaient ses yeux doucement interrogateurs, demandant à monter avec moi.
J’arrivai au dîner radieux. Mon bonheur se répandait sur chacun en amabilité joyeuse,
reconnaissante et cordiale, et le sentiment que personne ne savait quelle main inconnue
d’eux, la petite main qui m’avait salué, avait allumé en moi ce grand feu de joie dont
tous voyaient le rayonnement, ajoutait à mon bonheur le charme des voluptés secrètes.
On n’attendait plus que Mme de T... et elle arriva bientôt. C’est la plus insignifiante
El Pez Náufrago personne que je connaisse, et malgré qu’elle soit plutôt bien faite, la plus déplaisante.
Intimar • 198 Mais j’étais trop heureux pour ne pas pardonner à chacun ses défauts, ses laideurs,
et j’allai à elle en souriant d’un air affectueux.
“Vous avez été moins aimable tout à l’heure, dit-elle.
—Tout à l’heure! dis—je étonné, tout à l’heure, mais je ne vous ai pas vue.
—Comment! Vous ne m’avez pas reconnue ? Il est vrai que vous étiez loin; je longeais
le lac, vous êtes passé fièrement en voiture, je vous ai fait bonjour de la main et j’avais
bien envie de monter avec vous pour ne pas être en retard.
—Comment, c’était vous! m’écriai—je, et j’ajoutai plusieurs fois avec désolation: Oh! je
vous demande bien pardon, bien pardon!
—Comme il a l’air malheureux! Je vous fais mon compliment, Charlotte, dit la maîtresse
de la maison.

Mais consolez-vous donc puisque vous êtes avec elle maintenant!” J’étais terrassé, tout
mon bonheur était détruit. Eh bien! le plus horrible est que cela ne fut pas comme si
cela n’avait pas été. Cette image aimante de celle qui ne m’aimait pas, même après que
j’eus reconnu mon erreur, changea pour longtemps encore l’idée que je me faisais d’elle.
Je tentai un raccommodement, je l’oubliai moins vite et souvent dans ma peine, pour
me consoler en m’efforçant de croire que c’étaient les siennes comme je l’avais senti tout
d’abord, je fermais les yeux pour revoir ses petites mains qui me disaient bonjour, qui
auraient si bien essuyé mes yeux, si bien rafraîchi mon front, ses petites mains gantées
qu’elle tendait doucement au bord du lac comme de frêles symboles de paix, d’amour et
de réconciliation pendant que ses yeux tristes et interrogateurs semblaient demander
Proust

que je la prisse avec moi.


XIV / Encuentro a la orilla del lago
Ayer, antes de ir a cenar al bosque, recibí una carta de Ella, que respondía muy fríamente
después de ocho días a una carta desespera da, que temía no poder despedirse de mí
antes de partir. Y yo, muy fríamente, sí, le respondí que era mejor así y que le deseaba
un hermoso verano. Después, me vestí y atravesé el bosque en coche descubierto. Estaba
extremadamente triste, pero tranquilo. Estaba decidido a olvidar, había tomado mi
decisión: era cuestión de tiempo.
Como el coche tomaba la alameda del lago, percibí a cincuenta metros del camino al
fondo de la pequeña vereda que rodea el lago, una mujer sola que caminaba lentamente.
Al principio no la distinguí bien. Me hizo un pequeño saludo con la mano, y entonces la
reconocí a pesar de la distancia que nos separaba. ¡Era ella! La saludé largamente. Y
ella continuo mirándome como si hubiera querido que me detuviera y la llevara conmigo.
No hice nada al respecto, pero pronto sentí una emoción casi exterior desplomarse sobre
mí, oprimiéndome fuertemente. “Ya le había adivinado bien, me dije. Hay una razón que
ignoro y por la que ella ha fingido siempre indiferencia. Ella me quiere, querida alma”.
Una felicidad infinita, una certeza invencible me invadieron, me sentí desfallecer y
estallé en llanto. El coche se acercaba a Armenonville, limpié mis ojos y pasaba delante
de ellos, como para secar también sus lágrimas, el suave saludo de su mano, y sobre ellos
se fijaban sus ojos suavemente interrogadores, pidiéndome subir conmigo.
Llegué a la cena radiante. Mi felicidad se extendía sobre cada uno como amabilidad
gozosa, reconociente y cordial, y el sentimiento que nadie sabía qué mano desconocida
para ellos, la pequeña mano que me había saludado, había encendido en mí este gran
fuego de felicidad del que todos veían el resplandor, daba a mi felicidad el encanto
de los placeres secretos. Sólo esperábamos a Mme de T… y no tardó en llegar. Es
la más insignificante persona que conozca, y aunque está bien hecha, es la más El Pez Náufrago
desagradable. 199 • Intimar
Pero estaba demasiado feliz para no perdonar a cada uno sus defectos, sus fealdades,
y me dirigí a ella sonriendo como con afecto.
“Estuvo menos amable hace rato, dijo
—¡Hace rato! Dije sorprendido, hace rato, pero si no la vi.
—¡Cómo! ¿No me reconoció? Es cierto que estaba lejos; iba por el borde del lago, usted
pasó orgullosamente en coche, lo saludé y tenía ganas de irme con usted para no llegar
tarde.
—¡Cómo, era usted! Exclamé, y le dije varias veces con desolación: ¡Oh! ¡Le pido
sinceramente que me disculpe!
—¡Pero qué triste se ve! La felicito, Charlotte, dijo la anfitriona de la casa. ¡Pero no
sufra más puesto que está con ella ahora!

Estaba devastado, toda mi felicidad estaba destruida. ¡Y bien! Lo más horrible es que
esto no fue como si no hubiera sido. Esta imagen amorosa de la que no me amaba,
aún después de haber reconocido mi error, cambió durante mucho tiempo todavía, la
idea que me hacía de ella. Intenté una reconciliación, la olvidé menos pronto y seguido
durante mi pena, para consolarme y esforzándome en creer que eran las suyas como
lo sentí desde el principio, cerré los ojos para volver a ver sus pequeñas manos que me
saludaban, que hubieran limpiado tan bien mis ojos, refrescado tan bien mi frente,
sus pequeñas manos enguantadas que extendía suavemente al borde del lago como
frágiles símbolos de paz, de amor y de reconciliación mientras que sus ojos tristes e
interrogantes parecían pedirme que la llevara conmigo.

Marcel Proust (1871-1922).


Les Plasirs et les jeurs, 1987, Gallimard
T: Georgina Lamothe
El vaso de agua […]
14 de marzo
Este es un tema de que por definición resulta difícil decir gran cosa. Más bien interrumpe
el discurso. El auditorio lo admite. Quisiera hablar del vaso de agua del conferencista,
que se parece al condenado a muerte, casi como su opuesto. Una recompensa (por lo
que se acaba de decir), aceptada o más bien tomado con una compunción a menudo
un tanto divertida; una precaución igualmente divertida (por lo que se va a decir).
Un vaso de vino, de leche o de ron sería menos fácilmente admitido. Pareciera que
imagináramos su trabajo en el cuerpo del conferencista: idea bastante repugnante –y
que de todas maneras la conferencia cambiaría de tono, lo que no es preciso. Mientras
que nada semejante pasa con el agua. No agrega ninguna materia –al menos tenemos
esa sensación. No se digiere (creemos). Más bien lava, más bien libera de una cantidad
de materia (superflua), lo que parece favorable para el ejercicio mental, para su
funcionamiento, su despliegue.
En todo caso, se aprueba. El auditorio está de acuerdo. Ninguna alteración, pensamos.
Más bien lo contrario (volveremos sobre esto). Un vaso además no es tanta cantidad…
El vaso de agua y la garganta seca.
I never taste rhum…: desarrollar aquí por qué la respuesta de Chaplin condenado a
muerte por la sociedad (en Monsieur Verdoux, en la escena final) me conmovió tanto
y me pareció tan sublime ¡Claro! Porque la consideré como una adhesión, sensacional
después de todo, al partido de las cosas. No se me puede entender mejor, pensé (¡sin
tomarme al pie de la letra, por supuesto!). No se puede ser más auténticamente epicúreo.
Con la cual se asemeja al estoicismo (y difiere profundamente de él).

15 de marzo
El Pez Náufrago El agua (a la que contiene) casi no cambia en nada al vaso, y el vaso (en el cual está) no
Intimar • 200 cambia el agua para nada.
Sucede que los dos materiales tienen varias cualidades comunes, que establecen una
suerte de parentesco entre ellos.
La mejor manera de presentar el agua es mostrarla en un vaso de vidrio. Allí la vemos
en todas sus facetas: mejor incluso que en un botellón, donde su faz superior tiene
demasiado poca extensión. Allí tenemos en la mano una cantidad que puede llamarse
“considerable”, en todo caso suficiente. Podemos alzarla hasta la altura de los ojos, y
luego (para probarla, para hacerla pasar por la última prueba –y el vaso en este sentido
es la más simple de las probetas—, para experimentarla en fin como se experimenta
una inquietud o la alegría o la sorpresa, para probarla también en sentido intransitivo,
para hacerla pasar la prueba) beberla de a pequeños o grandes tragos.
Por otra parte, la mejor manera de presentar un vaso (en el ejercicio de sus funciones)
es mostrarlo lleno de agua.

16 de marzo
Si se dice que los diamantes tienen una hermosa limpidez, ¿cómo nombrar entonces la
limpidez del agua de mi vaso? ¿Cómo calificar esa flor sin igual?
—¿Potable?

25 de marzo (mañana)
Una de las cosas que tengo que decir del vaso de agua es la siguiente. Veo que me
hace falta decirla (a pesar del aspecto mezquino, superficial y casi preciosista que
Ponge

le concedo) porque la siento muy auténticamente –habiendo intentado siempre sin


embargo aplicarle mi censura, pero vuelve a cada instante. Tal vez el único medio de
librarme de ella sea pues que se la confíe a mi lector, aunque después de haber tomado
la precaución de prevenirlo de que debería desconfiar de ella, no tomarla demasiado
en serio y librarse de ella también lo más pronto posible. Héla aquí.
La expresión VERRE D’EAU (“vaso de agua”) sería de alguna manera adecuada para
el objeto que designa… Empezando con una V y terminando con una U, las dos únicas
letras en forma de copa o de vaso. Además, me gusta que en VERRE, después de la
forma (brindada por la V), se ofrezca la materia a través de las dos sílabas ER RE,
perfectamente simétricas como si, colocadas en ambos lados de la pared del vaso, una
adentro, la otra afuera, se reflejaran mutuamente. El hecho de que la vocal utilizada
sea la más muda, la más gris, la E, resulta también muy adecuado. Por último, en
cuanto a la consonante utilizada, la R, el ronroneo producido por su reiteración
resulta igualmente óptimo, porque parece que bastara con pronunciar muy fuerte o
muy intensamente la palabra VERRE en presencia del objeto que designa para que,
sacudida violentamente la materia del objeto por las vibraciones de la voz que pronuncia
su nombre, el mismo objeto volara en pedazos. (Lo que describiría muy bien una de las
principales propiedades del vaso de vidrio: su fragilidad).
Y eso no es todo. En VERRE D’EAU, después de VERRE (y lo que acabo de decir)
está EAU (“agua”). Pues bien, EAU está igualmente bien en su sitio: en primer lugar,
a causa de las vocales que la forman. La primera, la E, que está después de la que se
repite en VERRE, describe perfectamente el parentesco de materia entre el continente
y el contenido; y la segunda, la A, (dado también que como en OEIL (“ojo”) hay un
diptongo seguido de una tercera vocal) da cuenta del tono visible que la presencia del
agua le otorga al vaso que colma (tono, en este caso, en el sentido de lustre móvil, de
pulimento móvil). Por último, luego del aspecto como suspendido de la palabra VERRE
(conveniente para el vaso vacío), el aspecto grave, que pesa sobre el suelo, de la palabra
EAU hace que se lave el vaso y da cuenta del incremento de peso (y de interés) del vaso
lleno de agua. Ya hice mis elogios a la forma de la U. El Pez Náufrago
…Pero una vez más, no quisiera embelesarme con lo precedente… Más bien habérmelo 201 • Intimar
tornado transparente, haberlo atravesado…

25 de marzo (a la tarde)
El agua del vaso es un agua particular, próxima a algunas otras, por supuesto, sobre
todo al agua de la jarra, la del bol, de la probeta, y sin embargo diferente de éstas, y
muy distante, no hace falta decirlo, de la de los ríos, los canales, los cántaros y las
vasijas de arcilla; más distante aún del agua bendita.
Y por supuesto, lo que interesa es su diferencia en todos los casos.

La naturaleza del agua es tal que casi no se la puede considerar fuera de su recipiente. Por
cierto, esto es más o menos válido para todos los fluidos, pero el agua, por su transparencia,
también por su viscosidad y su densidad propias, y sobre todo por su misma carencia de
cualidades, se ve afectada por su recipiente más que ninguna otra cosa: a decir verdad,
espera ser afectada por él, espera de él muchas de sus cualidades.

26 de marzo
Es con los dientes limpios, frescos y pulidos del vaso de vidrio que se llevan mejor los
labios del agua, luego la lengua y súbitamente el alma profunda del agua, cuando apoyo
en ese vaso mi propia boca.
Me gusta menos la dentición tosca y un tanto porosa de las tazas o cazuelas de arcilla o
de loza, menos la dentición gruesa de las jarras, menos la dentadura metálica de cálices
y cubiletes.
Y la alegre dentición de las tazas de porcelana se adecua mejor, no sé por qué, al aliento
caliente del café y de las infusiones.
Pero besar un vaso de agua es tener la frescura de la mejilla, del busto o del talle de la
novia en las manos, y beber en sus labios mirándola hasta el fondo de los ojos.
Se trata de la más pura, de la más saciadora de las amadas.
Nada embriagador, nada embriagador en ella.
Hay amadas que sacian y estimulan a la vez la sed: como el vino. Pero el agua no
hace más que saciar. Si estamos alterados, nos sacia, es decir, nos restituye nuestra
identidad, nuestro yo.

Sin reemplazar no obstante, y eso es lo maravilloso, la alteración precedente por otra:


la imaginación desenfrenada, la embriaguez. (Nuestra alteración por defecto, por una
alteración por exceso).
A partir de aquí, si se ha leído bien (y aprendido de memoria) lo que precede, usted,
querido lector, empezará a saber beber y degustar un vaso de agua. Espero que ya
nunca lo olvide. Era mi única ambición… ¡A su salud! ¡Ojalá!

28 de marzo
Frescura, te tengo. Liquidez, te tengo. Limpidez, te tengo. Puedo alzarlas a la altura
de mis ojos, mirarlas desde el exterior, por los costados, por debajo. Sin cansancio ni
gasto alguno.
Transparencia (o traslucidez) dotada de todas las cualidades negativas (incolora, inodora
y sin sabor), aunque dotada de algunas cualidades positivas (frescura, agilidad): te
tengo.
Tú que ríes. Tú que te humillas y te hundes sin cesar, puedo levantarte a placer a la
altura de mis ojos.
Y estás dotada de frescura, me refrescas: aun cuando te absorbo, te ingiero.
El Pez Náufrago Hago que el interior de mi cuerpo se beneficie con tu frescura.
Intimar • 202
31 de agosto
Este libro (que debe ser —se entiende— desde un principio refrescante) se desaconseja
con su primera frase para una categoría de lectores. Única, en verdad, muy particular.
Al menos lo supongo. Pero a éstos se les aconseja muy firmemente que se retiren, que
no mojen en él sus labios. Que esperan a estar en otras disposiciones. Puede ser sólo
cuestión de horas o de minutos. Que los ocupen en otras cosas. Que tengan paciencia
durante ese pequeño lapso de tiempo.
¿Qué categoría? Pues bien, sólo aquellos a los cuales podría perjudicar justamente el
refresco, porque después de matar durante su jornada a una gran cantidad de sus
enemigos, cubiertos de sangre y bañados en sudor, no esperan precisamente más que un
vaso de agua para sentir el estremecimiento y el temblor mortales que anteriormente el
miedo no les causó: los nobles émulos del Gran Armífero.
Que aquellos se sacien más bien con alguna infusión hirviendo y se cubran con mantas;
que eviten las corrientes de aire. Han defendido bien y exitosamente sus chozas. Que
no se pongan en la situación de salir de ellas con los pies para adelante. ¿Mediante qué
sortilegio podría abatirlos un vaso de agua? Los médicos tienen maneras de explicarlo.
Quizás le esté reservado a una bebida tan inocente el hacerles justicia a esa categoría
de héroes furiosos. ¿Acaso el vaso de agua ejerce esa justicia de mala gana o por el
contrario con toda su fe? Y bien, ciertamente no lo decidirá él mismo. Se dice que un solo
vaso o leerme una sola vez no sería suficiente. Que harían falta varios libros como éste…
¿Es acaso la avidez con la cual es deseado entonces lo que lo ofusca y torna maléfico su
consumo? No nos confundamos con sentimientos, aunque fuesen los nuestros.
Por cierto, me gustaría estar al tanto de sus sentimientos, pero no me gustaría
vagabundear entre demasiadas hipótesis, y tal vez hacerles reproches injustos. No me
mezclo con sentimientos, sólo con hechos.
Ustedes entonces, a quienes me dirijo (acabo de decir de qué categoría de lectores
se trata), ustedes, dejen este libro, ciérrenlo de inmediato. Alejen de sus labios esta
copa. Podría causarles daño. Resoplen, jadeen un rato más, transpiren, empápense de
sudor. El papel de ustedes es exudar agua por todos los poros (tan dilatados como sea
posible), no ingerirla. Se rehidratarán un poco más tarde. Podrán regresar dentro de
un momento.
Pero a todos los demás: que se acerquen. Voy a decirles mis líneas. Puede que les
resulten agradables. Y no tendrán demasiadas consecuencias, salvo refrescarlos (sin el
perjuicio de una subsiguiente fiebre).
Que acudan todos los demás: se trata de una oferta simple, una afirmación tranquila
y totalmente pura… etc. (colocar aquí el vaso de agua perfecto: “He dicho que ninguna
meditación sobre su propia suerte era perceptible en él…” etc.).

4 de septiembre.
Plan del vaso de agua

I. Una cosita más, me dicen. Dejemos que la digan.


Nuestra grandeza (y no pienso en la mía: la del vaso de agua) les resulta inaccesible.

II. Que se retiren aquellos a los que puede matar el vaso de agua. Un día fue más
potente que el hacha del Gran Armífero.

III. Su principal cualidad es contener, en la tranquilidad y en una medida que


permite sostenerlo, considerar y absorber fácilmente, todas las cualidades del agua
anteriormente corriente.
El Pez Náufrago
IV. Recogerlo de la canilla. La pureza en Paría no es tan rara. El agua del futuro que 203 • Intimar
corre por conductos estrechos. Las abstracciones vanagloriándose en mi vaso. Si los
diamantes, etc.

V. El vaso de agua sobre la mesa. De tanto contemplarlo lo hemos dejado envejecer.


¿Cómo envejece? Muestra la pena de no haber sido bebido. Moraleja: Debe ser bebido (el
anterior debe ser tirado). Es además el remedio por excelencia, también la cosa que más
placer puede dar en el mundo. Pero al mismo tiempo es la menor de las cosas, la menor
de las limosnas, de las cosas que se pueden ofrecer.

Francis Ponge (1899-1988).


Métodos, 2000, Adriana Hidalgo
T: Silvio Mattoni
Notes for Echo Lake 6
“The next stage is memory…”
Augustine, Confessions, X. 8

A tree’s streaming imitates light. Water gathers light behind the arm. The arm is held there.
Water bodies light to divide. Light measures by resemblance. Water filters bridge as in left-
handedness. Light alters it. Water patterns bridge against its step. Hills cancel redness. Body
empties and divides. Body’s shift patterns bridge the river is called. Here trees are marks. Here
trees begin a cancelled pattern. He sometimes hears them. Coffee is sent. Here dancing is done
in fear across rooftops.

Notas para Echo Lake 6


“El siguiente paso es la memoria...”
Agustín, Confesiones, X. 8

El ondear de un árbol imita la luz. El agua junta luz tras el brazo. El brazo se mantiene ahí.
Cuerpos de agua ligeros a dividir. La luz se mide por semejanza. Los filtros de agua se unen
como en las manos zurdas. La luz la altera. Patrones de agua se unen en el cauce. Las colinas
cancelan lo rojo. El cuerpo se vacía y divide. El intercambio de patrones de los cuerpos se unen
al río que se llama. Aquí los árboles son marcas. Aquí los árboles inician un patrón cancelado.
El algunas veces los escucha. Se envía el café. Aquí se danza con miedo entre tejados.
Palmer

204 El Pez Náufrago


Notes for Echo Lake 4 Notas para Echo Lake 4*

who did he talk to a quién le habló él

did she trust what she saw confió ella en lo que vió?

who does the talking quién hace la charla

whose words formed awkward las palabras de quién formaron curvas


curves extrañas

did the lion finally talk habló finalmente el león?

did the sleeping lion talk habló el león dormido?

did you trust a north window confíaste en la ventana norte?

what made the dog bark qué hizo al perro ladrar

what causes a grey dog to bark qué causó al perro gris ladrar

what does the jugglers redness tell us qué nos dice el rojo de los malabaristas?

is the standing in an image es la sustitución una imagen?

were they lost in the forest estaban perdidos en el bosque?

were they walking trough a forest estaban caminando en el bosque?

has anything been forgotten se ha olvidado algo?

did you find it in the dark lo encontrasté en lo oscuro

is that one of them new atomic-powered es ese uno de los nuevos relojes de pulsera
wristwatches atomizados?

was it called a talking song lo llamaron canción hablada?

is that an oblong poem es ese un poema rectangular

was poetry the object era la poesía el objeto

was there once a road here ending hubo alguna vez un camino que terminara
at a door aquí en la puerta

thus from bridge to bridge we came along y de puente a puente íbamos

did the machine seem to talk parecía que la máquina hablara?

did he read from an empty book leyó de un libro vacío

El Pez Náufrago 205


did the book grow empty in the dark, grey felt creció el libro vacío en la obscuridad?, gris
that blowing down the street, arms pumping sintió que reventaba por la calle, brazos
back and forth, legs slightly impulsados atrás y adelante, piernas
bowed. ligeramente curvas.

are there fewer ears than songs hay menos orejas que canciones

did he trust a broken window confío en una ventana rota?

did he wake beneath a tree in the recent snow despertó bajo un árbol en la fresca nieve?

whose words formed las palabras de quién formaron curvas


difficult curves difíciles.

have the exaggerations quieted down han cesado las exageraciones?

the light is lovely on trees la luz es linda en árboles que no son muy
which are not large largos

my logic is all in the melting-pot mi lógica está toda en el recipiente

my life is now very economical mi vida es ahora muy económica

I can say nothing of my feeling no puedo decir nada de mi sentir sobre el


about space espacio

nothing could be clearer that what you see in nada puede ser más claro que lo que ves en
this wall esta pared

must we give each one name debemos asignarnos a cada uno un nombre

is it true they all have names es verdad que todos ellos tienen nombre?

would it not have been simpler no habría sido más sencillo?

Would it not have been simpler to begin no habría sido más sencillo para comenzar?

where there ever such buildings dónde hubo alguna vez esos edificios?

I must remember to mention the trees debo recordar mencionar los árboles

I must remember to invent some trees debo recordar inventar unos árboles

who told you these things quién te dijo esas cosas

who taught you how to speak quién te enseñó a hablar

who taught you not to speak quién te enseñó a no hablar

whose is the voice that empties de quién es la voz que vacía

206 El Pez Náufrago


Notes for Echo Lake 8 Notas para Echo Lake 8**
For one to seventy-seven voices Para una a setentaysiete voces

Abragrammatica Abragramática

he she will or did ella él van o fueron

had had having been han tenido habiendo sido

yes sí

would will it yes será esto sí

is if it’s given es si está dado

is as it’s given him es como está dado a él

is if if if if and when if end when es si si si si y cuando si y cuando

if if if he is si si si él es

if if if he says what it is si si si él dice que esto es

whenever ther´s permission cuando sea que haya permiso

is as if es como si

says he is as if dice que él es como si

yes if she says it sí si ella lo dice

if she says it it must have been si ella lo dice debe haber sido eso

whatever could burn lo que sea que pueda quemar aparentemente


apparently did lo hizo

the answer is “blue” la respuesta es “azul”

then he asked after Xenia después él preguntó por Xenia

then he asked for Xenia después él preguntó por Xenia para


in order to ask her preguntarle a ella

and there was a blue answer y hubo ahí una respuesta azul

he wondered if she´d mentioned what he´d se preguntaba si ella mencionaría lo que él


said habría dicho

if if if and when if and when si si si y cuándo si y cuándo

El Pez Náufrago 207


what them qué ellos

had seemed to return her interest pareció recobrar su interés

what then qué después

it seemed to serve her interests pareció servir a los intereses de ella

I do remember lo recuerdo

yes sí

there was a blue answer hubo ahí una respuesta azul

yes sí

or I exist because I is if I exists o existo porque yo es si yo existo

yes sí

in fifteen seconds just as he´d asked en quince segundos justo como él ha pedido

yes sí

except when in twenty excepto cuando en veinte

yes sí

do they do what you tell them to hacen lo que les pides

yes and no sí y no

did he ask her to go le pidió él que se fuera

would she if he said to lo habría hecho si él se lo pidiera?

no no

did they witness the eclipse vieron ellos el eclipse?

did you witness an eclipse beside the road viste un eclipse al lado del camino?

no no

what then qué entonces

the small red car turned over twice el pequeño carro rojo giró dos veces

his Sunday suit got covered with mud su traje de domingo se cubrió de lodo

everyone said never again todos dijeron nunca más

208 El Pez Náufrago


what then qué entonces

everyone said never todos dijeron nunca

never never again and again nunca nunca otra vez y otra vez

and throughout the winter each said one y durante el invierno


sentence cada uno dijo una frase

and more were alive y estaban más vivos de lo que estuvieron


than had ever been dead muertos

more than had ever been más de lo que habían estado

a thing said as if spoken as if una cosa dicha como si fuera hablada

a thing told with eyes closed una cosa dicha a ojos cerrados

a chain I dragged along in quotes arrastré una cadena entre comillas

in Cairo there had been a fire en Cairo había habido fuego

then he read to her displeasure después le leyó para su disgusto

then he misremembers the name of the después olvidó


bridge el nombre del puente

then he says seven después dice siete

then he says seven inside her después dice siete dentro de ella

Anagrammatica Anna Mathematica Anagramática Anna Matemática

they know it may seem so saben que puede parecer

wading across metidos entre

wood, water, knot, word, water, knot, collar madera, agua, nudo, palabra, agua, nudo,
and forehead and wrist, bay-berry, bare collar y frente y muñeca, mora-baya, tallo

stalk, leonine, cirrate, blue hill pelado, leonino. cirro, colina azul

there had been a fire then her father ahí había habido fuego entonces su papá

had almost casi tenía

had left had nothing left se había ido sin dejar nada

there is writing ahí está la escritura como una cerca de


like a wooden fence madera

there is writing now and when ahí está la escritura ahora y cuándo

El Pez Náufrago 209


there are letters on forehead and wrist ahí hay letras en la frente y la muñeca

there’s a word at each end of it ahí hay una palabra en cada extremo

there is exactly what is said ahí está lo que se dijo

there is this and what resembles it ahí éste y lo que se le asemeja

there is a certain distance ahí una cierta distancia

• • • • • •

Notes for Echo Lake 9 Notas para Echo Lake 9


was lying in am lying on I is I am it estaba recostado en me recuesto en yo es yo
surrounds soy envuelve

Michael Palmer (1943).


Codes Apering, 1988, New Directions
T: Jesús Coss - Sara Micha /** T:Margot Agami - Tania Favela

210 El Pez Náufrago


At lake desolation En lago desolación
The sun is about to come up and the El sol está a punto de salir y los regimientos se
regiments lie tienden
scattered in the furrows, their large eyes dispersos en las zanjas, sus ojos largos
wet in the pale light and their throats cut. húmedos en la luz débil y sus gargantas heridas.
At noon the plow shearing the purple loam, A medio día el arado corta el campo púrpura
and the hands of the plowmen, the blood y las manos de los labradores, la sangre
black on the knuckles. He has asked. negra en los nudillos. El ha preguntado.
He has seen the naked virgins and matrons El ha visto a las vírgenes y matronas desnudas
impaled and disemboweled. He has asked. palidecer y desentrañarse. El ha preguntado.
He has seen water wafering El ha visto el agua quebrarse
over stones. He has asked. He has seen Sobre las piedras. El ha preguntado. El ha visto
the roan gelding break through the alkali al caballo castrado quebrarse atravesando la
crust, corteza de álcali,
sink rampant in the fetid mud. He has asked. hundirse desenfrenado en el lodo fétido. El ha
Moving towards hot crepuscular horizons, preguntado. Avanzando hacia ardientes horizontes
he has asked. He has seen the nude children crepusculares, él ha preguntado. El ha visto a los
run screaming. He has asked. Their eyes niños desnudos correr gritando. El ha preguntado.
festering their nostrils scalded. He has Sus ojos ulcerados sus narices escaldadas. El ha
asked. preguntado.
The fermented pulp oozes through the rotting La pulpa fermentada rezuma a través de la fruta
fruit skin, podrida,
the unborn phoenix screams within the el fenix no nacido grita dentro de los huevos del
breakfast eggs. desayuno.
the horrible abundances, the little blind Los horribles excesos, las pequeñas respuestas
answers ciegas
like maggots, the dukes on the towering moor como gusanos, los duques de la torre del páramo
benighted in their cardboard armor; and he, confundidos en sus armaduras de cartón; y él,
locked in the vertebrae of the Sierra, saw encerrado en la vértebra de la Sierra, vio
the sharp alley of night, the trail el afilado callejón de la noche, las huellas
glimmering and feet pausing and going brillando y las pisadas deteniendose y avanzando
on beside him; and beyond the tangled a su lado; y más allá del enredado
thicket and the thorns saw matorral y las espinas vió
Hakeldama, the potter´s field, Hakeldama, el campo del alfarero,
full of dead strangers. lleno de muertos desconocidos.
Rexroth

El Pez Náufrago 211


As the full moon rises Mientras la luna llena sube
As the full moon rises Mientras la luna llena sube

the swan sings el cisne canta

in sleep duerme

on the lake of the mind. en el lago de la mente.


Rexroth

T: Sara Micha
T: Stephanie Esses & Tania Favela

212 El Pez Náufrago


The glass of water El vaso de agua
That the glass would melt in heat, Que el vaso en el calor se fundiría
that the water would freeze in cold, y el agua en el frío se volvería hielo,
shows that this object is merely a state, demuestra que este objeto tan sólo es un estado,
one of many, between two poles. So, uno de muchos, entre dos polos. Así,
in the metaphysical, there are theses poles. en lo metafísico hay dos polos.

Here in the centre stands the glass. Light Aquí en el centro está el vaso. La luz
is the lion that comes down to drink. There es un león que baja a beber. Ahí,
and in that state, the glass is a pool. y en ese estado el vaso es una alberca.
Ruddy are his eyes and ruddy are his claws Rojos son sus ojos y rojas sus garras
when light comes down to wet his frothy jaws cuando la luz viene a humedecer su espumosa
and in the water winding weeds move round. quijada
And there and in another state –the y en el agua se mueve al aire mala hierba.
refractions, Y allí y en otro estado –los reflejos,
the metaphysica, the plastic parts of poems la metaphysica, la zona plástica de los
crash in the mind –but, fat Jocundus poemas,
worrying estallan en la mente. Pero, gordo Jocundus, no
about what stands here in the centre, no the te inquieta el vaso, sino lo que sigue en el
glass. centro.

But in the centre of our lives, this time, this En el centro de nuestras vidas, este tiempo,
day. este día.
It is a state, this spring among the politicians es un estado, esta primavera entre políticos
playing cards. In a village of the indigenes, jugando cartas. En un pueblo de indígenas
one would have still to discover. Among the uno quisiera descansar. Entre perros y
dogs and dung, estiércol
one would continue to contend with one´s se seguiría luchando porenfrentar las ideas
ideas. de uno.

Tattoo Tatuaje
the light is like a spider. la luz es como una araña.
it crawls over the water. se arrastra por el agua.
it crawls over the edges of the snow. se arrastra sobre los bordes de la nieve.
it crawls under your eyelids se arrastra debajo de tus párpados
and spreads its webs there y esparcé ahí sus telarañas;
its two webs. sus dos telarañas.

the webs of your eyes hay hilos en tus ojos


are fastened se pegaron
to the flesh and bones of you a tu carne, a tus huesos
as to rafters or grass. como vigas, como hierba.

there are filaments of your eyes hay hilos en tus ojos,


on the surface of the water en la superficie del agua,
Stevens

and in the edges of the snow. y en los bordes de la nieve.

Wallace Stevens (1879-1955).


The plain sense of things, 1991, Oxford University
T: Jesús Coss

El Pez Náufrago 213


Las Manchas
Pasemos a las manchas ahora. Pues bien, las detesto.
Me asquean. Tal cual, me resultan odiosas y verdaderamente son sólo manchas, que no me
dicen nada. (Nunca he podido leer nada en un “Rorschach”). Así que lucho contra ellas, las
azoto, quería inmediatamente quitarme de encima si estupidez desplomada, y galvanizarlas,
volverlas locas, exasperadas, aliarlas monstruosamente su pesar con todo lo que se mueve, con
la innumerable multitud de seres, de no—seres, de furores de ser, con todo aquello que de aquí o
de alguna parte, insaciables deseos o nudos de fuerza, está destinado a no ser nunca concretado.
Con su trompa, me empeño en sanar las manchas. Las manchas son una provocación. Respondo
a ella. Rápido. Hay que actuar rápido con esas grandes blandas, capaces de arrellanarse en
culquier parte. El instante de la verdad es ahora mismo, antes de que extiendan sus dominios
de adyección y de vómitos. Insoportables manchas. Tachista, si es que lo que soy, que no puede
tolerar las manchas.

Henri Michaux (1899-1984).


Escritos sobre pintura, 2000, Arquilectura 40 - Caja Murcia
T: Chantal Maillard

Imagen para un estanque


Y así pasan las tardes;
silenciosas, como viejas monedas
en manos de avaros.
Y yo escribo cartas que nunca envío
mientras los manzanos se extinguen,
víctimas de sus propias llamas.

Hasta que de lejos


viene el llamado
de ventanas golpeadas por el viento
en las casas desiertas,
y pasan bueyes desenyugados
que van a beber al estero.
Entonces soy un mendigo
que le pide al tiempo
un recuerdo que no se deforme
en el turbio estanque de la memoria.
Y horas que sean
reflejos de sol en el dedal de
la hermana
crepitar de la leña
que se quema en la chimenea,
y claros guijarros
lanzados al río por un ciego.
Teiller

Jorge Teiller (1935).


Para ángeles y gorriones,
1999. Universitaria

214 El Pez Náufrago


Respuestas al Nudo ix
1. Los cubos de agua

Problema: Lardner afirma que un sólido, sumergido en un fluido, desplaza una cantidad de
agua igual a su volumen. ¿Puede esto aplicarse a un pequeño cubo de agua flotando en el
interior de otro más grande?
Solución: Lo que Lardner quiere decir, con el término «desplaza» es «ocupa un espacio que
podría ser llenado con una cantidad de agua equivalente sin que se produjese otra alteración».
Si la parte del cubo flotante sobresale por encima del agua, pudiera eliminarse por completo,
y el resto pudiera ser transformado en agua, el agua circundante no experimentaría el menor
cambio: lo que confirma el enunciado de Lardner.

2. EL ENSAYO DE BALBUS

Problema: Balbus afirma que, si un cierto sólido fuera sumergido en un cierto recipiente
de agua, el agua subiría de nivel progresivamente, a través de series de distancias, de dos
pulgadas, una pulgada, media pulgada, etc., series que parecen no tener fin. Concluye que el
agua subiría de nivel hasta el infinito. ¿Es esto cierto?
Solución: No. Estas series no pueden sobrepasar nunca las cuatro pulgadas, ya que, por
mucho que sumerjamos el sólido, siempre nos quedarán 4 pulgadas para una cantidad igual a
la de la última porción sumergida.

TYMPANUM dice 1 que el aserto del hombre con bastón «es un callejón sin salida, una
tomadura de pelo, a la que bien podría aplicarse la vieja respuesta, solvitur ambulando, o mejor
dicho, meriendo». Confío en que TYMPANUM no llegue a tratar de demostrar la invalidez de
ese aserto en su propia persona, ¡tomando el lugar del hombre de Balbus!

1. Reproduzco aquí, faltando a mis propias reglas, una de las respuestas de los lectores,
por cuanto por medio de ella y del comentario suyo que le sigue, Carroll se las ingenia para
negar –siguiendo a la inversa la conocida dialéctica Cantos —Poesía— la lógica de un texto
carente de lógica, y para, de esta forma, aludir a otra lógica, fusión de sentido en insensatez, de
la lógica del yo y de la del Ello, que sería la lógica (ya no sólo derivada del logos, sino también de
la imagen) de un Extrahombre. (N. del T.)

Ya que en efecto, las olas se cerrarán sobre él sin demasiado estruendo. (…)
Carroll

Lewis Carroll (1832-1898).


Matemática demente, Tusquets Marginales

El Pez Náufrago 215


a montanha insone
agasalhada de névoa
a lagoa sonha

• • •


vai
o
veio

á
gua
cla
ra
des
faz
en
do
ca
in
do
o

u
da
noi
va
ab
rin
do
o

vale

216 El Pez Náufrago


la montaña imsomne
agasajada de niebla
la laguna sueña

• • •

va
al

1
velo

a
gua
cla
ra
des
ha
ci
en
do
ca
e
1
ve
lo

nu
evo
ab
ri
en
do
1

v a ll e
Bandeira

João Bandeira (1960).


Rente, 1997, Ateliê
T: Jesús Coss

El Pez Náufrago 217


furu ike ya / kawasu tobikomu / mizu no oto

VELHA
LAGOA

UMA RÃ
MERG ULHA
UMA RÃ

ÁGUÁGUA

1987, Matsuo Bashô, de Paulo Leminski


T: Décio Pignatari
Bashô

218 El Pez Náufrago


o velho tanque

rã salt’

tomba

rumor de água
T: Haroldo de Campos
1969, A arte no horizonte do provável,

• • •

velha lagoa
o sapo salta
o som da água

Paulo Leminski
1983, Matsuo Bashô: A Lágrima do Peixe
• • •

chuá, chuá
coach, coach
tchibum!
Estrela Ruiz Leminski
2004, Cupido: cuspido, escarrado
• • •

o tanque estanque

mergulho de rã: t

SHI

bun!

circunfluindo ...
Josely Viana Batista,
s/d, Jornal Gazeta do Povo, Curitiba
• • •

Camões revisto por Bashô


as rãs

daqui e dali s l a d

a t n o
Bashô

o charco soa Haroldo de Campos 1998, Crisantempo

Matsuo Basho (1644 - 1694).


www.kakinet.com

El Pez Náufrago 219


Haikus

La laguna. Los días de lluvia


Salta una rana. el monje Ryokan
Ruido de agua desmerece
(BASHÔ) (RYOKAN)

Desnudo Un caracol.
en un caballo desnudo Un cuerno largo, otro corto.
bajo el chaparrón ¿Qué lo atormenta?
(ISSA) (BUSON)

La mariposa es vieja ¿Cuándo vino a ponerse


pero sobre los criantemos su alma tan cerca de mí
juguetea ese caracol?
(LA MONJA SEIFU) (ISSA)

Empezó derribando Mi casa natal—


espantapájaros el del caracol
la tormenta de otoño es el rostro de Buda
(KYORUKO) (ISSA)

página naterior: ra de Bashô.


Augusto de Campos (1930). Não, 2004, Perspectiva El Pez Náufrago 221
Bajo el viejo paraguas Labores del campo.
el murciélago La nube inmóvil
vive de incógnito desapareció
(BUSON) (BUSON)

Un pájaro Bajo la lluvia de otoño


cantó y se calló. andar sobre la hierba
Nieve al anochecer sumergida
(ANÔ) (BUSON)

Sobre el mar oscuro En el agua que saco


el grito lívido brilla el comienzo
de un pato salvaje de la primavera
(BASHÔ) (RINGAI)

Templo de Buda— Chaparrón de verano.


a lo lejos Sola una mujer sueña
el mar de junio Junto a la ventana
(SHIKI) (KIKAU)

El aguacero tibio
una muchacha hermosa Sobre el puente colgante
bosteza largamente en desorden
(ISSA) rastros de lluvia fresca
(SHIKI)

222 El Pez Náufrago


Únicamente el ruido Inmóvil y serena
del chaparrón de estío la rana mira
al anochecer las montañas
(ISSA) (ISSA)

Delicia de cruzar La brisa de la mañana


el río de estío sopla en el vello
con las sandalias en la mano de la oruga
(BUSON) (BUSON)

Noche corta.
Día largo— Sobre la oruga velluda
gasté mis ojos Gotas de rocío
contemplando el mar (BUSON)
(TAIGI)

Un duelo de miradas Salta una trucha.


entre yo Las nubes se agitan
y la rana en la corriente
(ISSA) (ONISTURA)

Cantan en primavera
las ranas.
En verano ladran
(ONISTURA)

Tomado de El poeta y su trabajo,


T: Juan José Saer

El Pez Náufrago 223


i(o)lh(a)o -equivocábulo, Augusto de Campos (1930),
Viva vaia, 1980, Brasilense
Isla: porción de tierra rodeada de mar.

Ante el mar inmenso la isla es un ser que resiste.


Ante el movimiento furioso del oleaje la isla muestra su firmeza, su estabilidad.

Tierra firme. La isla entonces como un refugio.


Ser una isla o convertir el propio refugio, la casa, en una isla.

Aislarse del mundo, retraerse. Buscar el interior de las cosas, el interior de uno mismo. Esta
es la apuesta:
del interior al exterior
de adentro hacia fuera

Establecer la distancia necesaria con el mundo para realizar un viaje hacia adentro. Que se
imponga lo interior como una necesidad (como una necedad). La necesidad del anacoreta, del
estilita, del ermitaño, del escritor. Estar dentro y fuera del mundo a la vez, sobre una columna,
en una ermita, en una isla, en la casa, en el interior del lenguaje.

La escritura es una operación solipsista. La lectura reclama soledad. Escribir y leer son actos
solitarios. Tienen que ver con ese estar adentro. El mundo desaparece por un momento para
reaparecer después, distinto, transformado.

El escritor resiste el oleaje furioso del mundo, sus golpes. Se niega a ser su esclavo. Se niega

Isla
a someterse a las fuerzas que se oponen a la realización de su mundo interior. Resiste toda
presión del exterior con el poder de su imaginación, con la capacidad que ésta le otorga de
viajar al interior de sí mismo, al interior del lenguaje, y desde ahí trasmutar, modificar la
realidad.

Un lenguaje dentro de un lenguaje es una isla, (y al mismo tiempo una entrada o salida del
mundo).
Girondo Joyce
es una es una
isla isla

Beckett
es una
isla

Literatura: porción de lenguaje poblado de escrituras.


Archipiélago: porción de mar poblada de islas.

Ambos espacios posibilitan el encuentro, el diálogo.


Soledades que se acompañan, según la definición de Rilke sobre el amor.

Tania Favela
Nadie nada nunca […]
i.No hay, al principio, nada. Nada. El río liso, dorado, sin una sola arruga, y detrás, baja,
polvorienta, en pleno sol, su barranca cayendo suave, medio comida por el agua, la isla. […]

ii.
No hay, al principio, nada. Nada. El río liso, dorado, sin una sola arruga, y detrás, baja,
polvorienta, en pleno sol, su barranca cayendo suave, medio comida por el agua, la isla. […]

v. No hay, al principio, nada. Nada. El río liso, dorado, sin una sola arruga, y detrás, más
allá de la playa amarilla, con sus ventanas y sus puertas negras, el techo de las tejas
reverberando al sol, la casa blanca. Sofrenando el bayo amarillo un momento en la cima
de la barranca, el Ladeado mira, sin parpadear, durante un momento, en dirección de la
casa: la parte izquierda está sumida bajo los árboles coposos de la calle que baja, en declive,
hacia el río. El resto refulge al sol. Una figura humana, sentada al pie de un árbol, al final
de la playa, cerca de las parrillas, es aunque está inmóvil, el único vestigio de la vida en la
luz mineral. El Ladeado la ve un segundo después de haber aparecido sobre la barranca,
saliendo de entre los parboles de la isla, y de haber contemplado sin parpadear, más allá del
río liso, dorado, sin una sola arruga, la casa blanca. […]

viii. No hay, al principio, nada. Nada. De un lado el río liso, dorado, sin una sola arruga, la isla.
con su barranca que cae, en declive lento, hacia el agua, la vegetación enana y polvorienta,
del otro lado las dos ventanas y la puerta negra, el techo de tejas, la casa blanca, y en el
medio la extensión vacía dela playa amarilla, en declive casi imperceptible hacia el río, sobre
la que la luz solar, como una enorme combustión amarilla atravesada de filamentos blancos,
fluye, rebota y reverbera. […]
El Pez Náufrago
Intimar • 228 x.
No hay, al principio, nada. Nada. Las calles mudas, desiertas, cocinándose al sol y arriba,
mustio, ceniciento, sin una sola nube, lleno de astillas ardientes, el cielo. […]

xiv.Como en un planeta desierto. como en un desierto, no se oye nada. La playa está vacía.
Por alguna razón desconocida, los bañistas dominicales no se han presentado. Nadie se
ha extendido sobre las toallas de colores a tomar sol, nadie se pasea por la playa, nadie se
humedece los pies en la orilla, nadie nada. Ni siquiera el bañero, que sabe ya estar en su
puesto desde las nueve, e incluso desde más temprano los domingos, árece haber venido esta
mañana. En frente, la isla baja, polvorienta, con su declive que viene, suave, hacia el agua,
se calcina al sol de las diez, el sol único, terrible de febrero, que desnuda todo con su luz
cruda, árida, móvil y sin fondo como un maelstrom amarillo. Ante mí, más allá del espacio
abierto de la playa, del río que parece inmóvil, está la playa baja y polvorienta — es la isla
baja, polvorienta, que se calcina al sol de febrero, contra un cielo sin nubes, liso, del que no es
azul más que la parte cercana al horizonte, porque el resto parece hendido hasta el infinito
por esas astillas arduas y centelleantes. Es esa isla baja y polvorienta en el silencio de esto
que llamo la mañana. […]

[…] Hay, entre nosotros, formas, volúmenes, colores, movimiento y luz, transparencia y
desierto. […]

xv.No hay, al principio, nada. Nada. El río liso, dorado, sin una sola arruga, y detrás, baja,
polvorienta, en pleno sol, su barranca cayendo suave, medio comida por el agua, la isla. […]
Saer

Juan José Saer (1937-2005).


Nadie nada nunca, 1994, Seix Barral
La Isla de Finnegans
1
Añoramos un lenguaje más primitivo que el nuestro. Los antepasados hablan de una
época donde las palabras se extendían con la serenidad de la llanura. Era posible
seguir el rumbo y vagar durante horas sin perder el sentido porque el lenguaje no se
bifurcaba y se expandía y se ramificaba hasta convertirse en este río donde están todos
los cauces y donde nadie puede vivir porque nadie tiene patria. El insomnio es la gran
enfermedad de la nación. El rumor de las voces es continuo y sus cambios suenan noche
y día. Parece una turbina que marcha con el alma de los muertos dice el viejo Berenson.
No hay lamentos, sólo mutaciones interminables y significaciones perdidas. Virajes
microscópicos en el corazón de las palabras. La memoria está vacía porque uno olvida
siempre la lengua en la que ha fijado los recuerdos.

2
Cuando decimos que el lenguaje es inestable no estamos hablando de una conciencia de
esa modificación. Es necesario salir de allá para percibir el cambio. Si uno está adentro
cree que el lenguaje es siempre el mismo, una especie de organismo vivo que sufre
metamorfosis periódicas. La imagen más divulgada es la de un pájaro blanco que en el
vuelo va cambiando de color. El aletear profundo del pájaro en la transparencia del aire
da una falsa ilusión de unidad en el pasaje de los tonos. El dicho dice que el pájaro vuela
interminablemente y en círculos porque le han vaciado el ojo izquierdo y busca ver la
otra mitad del mundo. Por eso nunca va a poder aterrizar, dice el viejo Berenson y se
ríe con la jarra de cerveza otra vez contra los bigotes, porque no encuentra un pedazo
de tierra donde apoyar la pata derecha. Tuerto habría de ser el tero dijo después, para
perderse en el aire y venir a parar a esta isla de mierda. No empieces, Shem, le dice
Teynneson tratando de hacerce oír en el barullo del bar, entre los acordes del piano y El Pez Náufrago
las voces de los que cantan Three quarks for Muster Mark!, todavía tenemos que ir al 229 • Intimar
entierro de Pat Duncan y no quiero tener que llevarte en carretilla. Ese es el sentido
del diálogo, que se repite como un chiste privado cada vez que están por irse, pero no
siempre usan el mismo lenguaje. Se sostienen del brazo y cruzan muy erguidos el salón
para salir. La escena se repite, pero sin saberlo hablan del pájaro tuerto y del entierro
de Pat a veces en ruso, a veces en un francés del siglo xviii. Dicen lo que quieren y lo
vuelven a decir pero ni sueñan que a lo largo de los años han usado cerca de siete leguas
para reírse del mismo chiste. Así son las cosas en la isla.

3
“El lenguaje se transforma según ciclos discontinuos que reproducen la mayoría de
los idiomas conocidos (registra Turnbull). Los habitantes hablan y comprenden
instantáneamente la nueva lengua pero olvidan la anterior. Los idiomas que se han
podido identificar son el inglés, el alemán, el danés, el español, el noruego, el italiano,
el francés, el griego, el sánscrito, el gaélico, el latín, el sajón, el ruso, el flamenco, el
polaco, el esloveno, el húngaro. Dos de las lenguas usadas son desconocidas. Pasan
de una a otra pero no las pueden concebir como idiomas distintos sino como etapas
sucesivas de una lengua única.” Los ritmos son variables, a veces un idioma permanece
semanas, a veces un día. Se recuerda el caso de una lengua que se mantuvo quieta
durante dos años. Después se sucedieron quince modificaciones en doce días. Habíamos
olvidado las letras de todas las canciones, dijo Berenson, pero no la melodía y no hubo
modo de cantar una canción. Se veía a la gente en los pubs silbando a coro como
Piglia

guardias escoseses, todos borrachos y alegres, marcando el ritmo con las jarras de
cerveza mientras buscaban en la memoria alguna letra que coincidiera con la música.
La melodía persiste y es un aire que cruza la isla desde el principio de los tiempos pero
de qué nos sirve la música si no podemos cantar, un sábado a la noche, en el bar de
Humphery Chimden Earwicker cuando todos estamos borrachos y ya nos olvidamos de
que el lunes hay que volver al trabajo.

4
En la isla se cree que los ancianos se encarnan al morir en los nietos, razón por la que
no pueden encontrarse los dos vivos al mismo tiempo. Como ocurre a pesar de todo
algunas veces, cuando un anciano se encuentra con su nieto, antes de poder hablar
con él, debe darle una moneda. En esa teoría de las reencarnaciones se ha fundado
la linguística histórica. La lengua es como es porque acumula los residuos del pasado
en cada generación y renueva el recuerdo de todas las lenguas muertas y de todas
las lenguas perdidas y el que recibe esa herencia ya no puede olvidar el sentido que
esas palabras tuvieron en los días de los antepasados. La explicación es simple pero no
resuelve los problemas que plantea la realidad.

5
El carácter inestable del lenguaje define la vida en la isla. Nunca se sabe con qué
palabras serán nombrados en el futuro los estados presentes. A veces llegan cartas
escritas con signos que ya no se comprenden. A veces un hombre y una mujer son
amantes apasionados en una lengua y en otra son hostiles y casi desconocidos. Grandes
poetas dejan de serlo y se convierten en nada y en vida ven surgir otros clásicos (que
también son olvidados). Todas las obras maestras duran lo que dura la lengua en la que
fueron escritas. Sólo el silencio persiste, claro como el agua, siempre igual a sí mismo.

6
El Pez Náufrago La vida del día empieza al amanecer y si ha habido luna hasta el alba los gritos de los
Intimar • 230 jóvenes en la ladera pueden oírse ya antes de la aurora. Inquietos en la noche poblada
de espíritus, se gritan unos a otros tratando de adivinar qué sucederá con el sol alto.
La tradición dice que el lenguaje se modifica en las noches de luna llena pero ésa es
una creencia desmentida por los hechos. La linguística científica no acepta ninguna
relación entre los fenómenos naturales como las mareas o los vientos y las mutaciones
del lenguaje. Los hombres del pueblo siguen sin embargo acatando los viejos rituales y
cada noche de luna esperan que llegue por fin la lengua de su madre.

7
En la isla no conocen la imagen de lo que está afuera y la categoría de extranjero no es
estable. Piensan a la patria según la lengua. (“La nación es un concepto linguístico.”)
Los individuos pertenecen a la lengua que todos hablaban en el momento de nacer, pero
ninguno sabe cuándo volverá a estar ahí. “Así surge en el mundo (le han dicho a Boas)
algo que a todos se nos aparece en la infancia y donde todavía no ha estado nadie: la
patria.” Definen el espacio en relación con el río Liffey que atraviesa la isla de norte a
sur. Pero Liffey es también el nombre que designa al lenguaje y en el río Liffey están
todos los ríos del mundo. El concepto de frontera es temporal y sus límites se conjugan
como los tiempos de un verbo.

8
Nos encontramos en Edemberry Dubblenn dc, dijo el guía, la capital que combina tres
ciudades. En el presente la ciudad cruza de Este a Oeste siguiendo la margen izquierda
del Liffey por los barrios y los ghettos japoneses y antillanos, desde el nacimiento del
río en Wiclow hasta Island Bridge, un poco más abajo de Chapelizod, donde sigue su
curso. La ciudad próxima se va abriendo, como si estuviera construida en potencial,
siempre futura, con calles de fierro y lámparas de luz solar y androides desactivados
en los galpones de la Scotland Yard. Los edificios surgen de la niebla, sin forma fija,
nítidos, cambiantes, casi exclusivamente poblados por mujeres y mutantes.
Del otro lado, hacia el Oeste, subiendo por la zona del puerto, está la ciudad vieja.
Al mirar el mapa hay que tener en cuenta que la escala está construida a la velocidad
media de un kilómetro y medio por hora de marcha. Un hombre sale de 7 Eccles Street
a las ocho de la mañana y sube por Westland Row y a cada lado del empedrado están
las acequias que llegan hasta la orilla del río por donde sube el canto de las lavanderas.
El que avanza por la calle empinada hacia la taberna de Baerney Kiernam trata de
no oír el canto y golpea con el bastón el enrejado de los sótanos. Cada vez que entra en
una calle nueva las voces envejecen, las palabras antiguas están como grabadas en las
paredes de los edificios en ruinas. La mutación ha ganado las formas exteriores de la
realidad. “Los que todavía no es define la arquitectura del mundo”, piensa el hombre y
desciende a la playa que rodea la bahía. “Está ahí, en el borde del lenguaje, como la casa
de la infancia en la memoria.”

9
La linguística es la ciencia rnás desarrollada en la isla. Durante generaciones los
investigadores han trabajado en el proyecto de fijar un diccionario que incorpore las
variantes futuras de las palabras conocidas. Necesitan fijar un léxico bilingüe que
permita comparar una lengua con otra. Imagínense (dice el informe de Boas) a un viajero
inglés que llega a un país extranjero y en el hall de la estación de ferrocarril, perdido
en medio de una multitud desconocida, se detiene a revisar un pequeño diccionario de
bolsillo buscando una expresión correcta. Pero la traducción es imposible porque sólo el
uso define el sentido y en la isla conocen siempre una lengua por vez. Los que persisten
en la elaboración del diccionario lo consideran ya un manual de adivinación. Un nuevo
Libro de las Mutaciones concebido, explicó Boas, como un diccionario etimológico que El Pez Náufrago
hace la historia del porvenir del lenguaje. 231 • Intimar
Hubo un solo caso en la historia de la isla de un hombre que conoció dos idiomas al
mismo tiempo. Se llamaba Bob Mulligan y decía que soñaba con palabras incomprensibles
que tenían para él un sentido transparente. Hablaba como un místico y escribía frases
desconocidas y decía que ésas eran las palabras del porvenir. En los Archivos de la
Academia han quedado algunos fragmentos de los textos que escribió e incluso se puede
oír la grabación de la voz aguda y lunática de Mulligan que cuenta un relato que empieza
así: “Oh New York city, sí, sí, la ciudad de Nueva York, la familia entera se fue para
allá. El barco se había llenado de piojos y hubo que quemar las sábanas y bañar a los
chicos con agua mezclada con acaroína. Cada bebé tenía que estar separado de los otros
porque el olor los hacía llorar si estaban cerca. Las mujeres usaban un pañuelo de seda
en la cara igual que damas beduinas, aunque todas tenían el pelo colorado. El abuelo del
abuelo fue police-man en Brooklyn y una vez mató de un tiro a un rengo que estaba por
degollar a la cajera de un supermarket.” Nadie sabía lo que estaba diciendo y Mulligan
escribió ese relato y otros relatos en esa lengua nueva y después un día dijo que la había
dejado de oír. Venía al bar y se sentaba en esa punta del mostrador a tomar cerveza, sordo
como una tapia, y se emborrachaba despacio, con la cara avergonzada de un hombre
arrepentido de haberse hecho notar. Nunca más quiso hablar de lo que había dicho y
vivió siempre un poco apartado hasta que murió de cáncer a los cincuenta años. Pobre
Bob Mulligan, dijo Berenson, de joven era un tipo expansivo y muy popular y se casó con
la Belle Blue Boylan y al año la mujer se murió ahogada en el río y su cuerpo desnudo
apareció en la ribera del este del Liffey, en la otra orilla. Mulligan nunca se repuso, ni
volvió a casarse y vivió solo toda la vida. Trabajaba de linotipista en la imprenta del
Congreso y venía con nosotros al bar y le gustaba apostar a los caballos hasta que una
tarde empezó a contar esas historias que nadie entendía. Yo creo, dijo el viejo Berenson,
que la Belle Blue Boylan fue la mujer más hermosa de Dublin.
Todos los intentos de construir una lengua artificial se han visto perturbados por una
experiencia temporal de la estructura. No han podido construir un lenguaje exterior al
lenguaje de la isla porque no pueden imaginar un sistema de signos que persista sin
mutaciones. Si a + b es igual a c, esa certidumbre sólo sirve un tiempo porque en un
espacio irregular de dos segundos ya a es -a y la ecuación es otra. La evidencia vale lo
que tarda una proposición en ser formulada. En la isla ser rápido es una categoría de la
verdad. En esas condiciones los lingüistas del Area-Beta del Trinity College alcanzaron
lo que parece imposible: casi fijan en un paradigma lógico la forma incierta de la realidad.
Definieron un sistema de signos cuya notación se transforma con el tiempo. Hemos logrado
establecer un campo unificado, le han dicho a Boas, ahora sólo nos falta que la realidad
incorpore al lenguaje alguna de nuestras hipótesis. Hasta el momento saben que han
transcurrido diez y siete ciclos, pero suponen que existe una potencialidad casi infinita,
calculada en ochocientos tres (porque ochocientas tres son las lenguas conocidas en el
mundo). Si en casi cien años, desde que en 1939 empezó el registro de los cambios, se han
detectado diez y siete formas distintas, los más optimistas imaginan que el círculo puede
completarse en otros cien años. Ningún cálculo es seguro, porque la duración irregular
de los ciclos forma parte de la estructura de la lengua. Existen tiempos lentos y tiempos
rápidos, como el cauce del Liffey. Los más afortunados, dice el proverbio, navegan en
aguas tranquilas, los mejores viven en tiempos veloces, donde el sentido dura lo que dura
la cólera de un gallo. Los jóvenes más radicalizados del grupo Trickster del Area-Beta
del Trinity College se ríen de esos proverbios idiotas. Piensan que, mientras el lenguaje
no encuentre su borde final, el mundo será sólo un conjunto de ruinas y que la verdad es
como los peces que boquean en el barro hasta morir cuando el caudal del Liffey baja con
la sequía del verano, hasta transformarse en un riacho de aguas oscuras.

El Pez Náufrago 10
Intimar • 232 He dicho que la tradición dice que los antepasados hablan de un tiempo en el que la
lengua era un llano por el que se podía andar sin sorpresa. Las generaciones, afirman
los antiguos, heredaban los mismos nombres para las mismas cosas y podían legarse
documentos escritos con la certeza de que todo lo que escribían sería legible en los
tiempos futuros. Algunos repiten (sin comprenderlo) un fragmento de aquella lengua
original que ha sobrevivido a lo largo de los años. Boas dice que los escuchó recitar ese
texto como si fuera un chiste de borrachos, de modo que la vocalización era pastosa y
las palabras estaban cortadas por risas y expresiones que nadie sabía ya si formaban
o no parte del antiguo sentido. El fragmento llamado Sobre la serpiente, dice Boas que
era así: “Empezó la época de los grandes vientos. Ella siente que le arrancan el cerebro
y dice que su cuerpo está hecho de tubos y conexiones eléctricas. Habla sin parar y a
veces canta y dice que me lee el pensamiento y sólo pide que yo esté cerca y que no la
abandone en la arena. Dice que es Eva y que la serpiente es Eva y que nadie en los siglos
de los siglos se ha atrevido a decir esa verdad tan pura y que sólo María Magdalena se
lo dijo al Cristo antes de lavarle los pies. Eva es la serpiente, la mutación interminable,
y Adán está solo, siempre ha estado solo. Dice que Dios es la mujer y que Eva es la
serpiente. Que el árbol del bien y del mal es el árbol del lenguaje. Recién cuando se
comen la manzana empiezan a hablar. Eso dice ella cuando no canta”. Para muchos es
un texto religioso, un fragmento del génesis. Para otros se trata sencillamente de un
rezo que persistió en la memoria a la permutación de las lenguas y que fue recordado
como un juego adivinatorio. (Los historiadores afirman que se trata de un párrafo de la
carta que Nolan dejó antes de matarse.)

11
Algunas sectas genealógicas aseguran que los primeros habitantes de la isla son
desterrados, que fueron enviados hacia aquí remontando el río. La tradición habla de
doscientas familias confinadas en un campo multirracial en los arrabales de Dalkey, al
Norte de Dublín, detenidos en una redada en los barrios y los suburbios anarquistas de
Trieste, Tokyo, México df y Petrogrado.
Embarcados en el Rosevean, un tres palos, con hélice Pohl-A, en la bahía del norte,
fueron enviados por el río hacia atrás en el tiempo, según Teynneson, bajo las ráfagas
heladas del viento de enero.
El experimento de confinar exiliados en la isla ya había sido utilizado otras veces
para enfrentar rebeliones políticas, pero siempre se usó con individuos aislados, en
especial para reprimir a los líderes. El caso más recordado fue el de Nolan, un militante
del grupo de resistencia gaélico-celta que se infiltró en el gabinete de la reina y llegó a
ser el hombre de confianza de Möller en el comando de planificación propagandística.
Lo descubrieron porque usaba los informes meteorológicos para cifrar mensajes
destinados a los pobladores de los ghettos irlandeses de Oslo y de Copenhague. La
historia cuenta que Nolan fue descubierto por azar, cuando un investigador del mit de
Boston procesó en una computadora losmensajes emitidos durante un año por la oficina
meteorológica, con la intención de estudiar las modificaciones infinitesimales del clima
en el Este de Europa. Nolan fue desterrado y llegó a la isla después de navegar cerca
de seis días a la deriva y vivió absolutamente solo casi cinco años, hasta que se suicidó.
Su odisea es una de las grandes leyendas en la historia de la isla. Sólo un hijo de puta
empecinado irlandés pudo sobrevivir todo ese tiempo aislado como una rata en esta
inmensidad y cantando contra las olas, Three quarks for Muster mark, a los gritos,
en la playa, buscando siempre la huella de una pata humana en la arena, dijo el viejo
Berenson. Sólo alguien como Jim pudo fabricarse una mujer con la que hablar en esos
años interminables de soledad.
El mito dice que con los restos del naufragio construyó un grabador de doble entrada,
con el que era posible improvisar conversaciones usando el sistema de los juegos El Pez Náufrago
lingüisticos de Wittgenstein. Sus propias palabras eran almacenadas por las cintas 233 • Intimar
y reelaboradas como respuestas a preguntas puntuales. Lo programó para hablar con
una mujer y le habló en todas las lenguas que sabía y al final era posible pensar que
la mujer había llegado a amar a Nolan. (Por su parte él la quiso desde el primer día
porque pensaba que ella era la mujer de su amigo Italo Svevo, Livia Anna, la más bella
de las madonas de Trieste, con ese hermosísimo pelo colorado que hacía pensar en todos
los ríos del mundo.)
A los tres años de estar solo en la isla, las conversaciones se repetían cíclicamente
y Nolan se aburria y la grabadora empezó a mezclar las palabras (“Heremon, nolens,
nolens, brood our pensies, brume in brume”, le decía por ejemplo) y Nolan le preguntaba
“¿Cómo?” “¿Qué?” y en esa época empezó a llamarla Anna Livia Plurabelle. Al final del
sexto año de exilio, Nolan perdió las esperanzas de ser rescatado y empezó a no dormir
y a tener alucinaciones y a soñar que se pasaba la noche en vela escuchando el susurro
inalámbrico y la dulce voz de Anna Livia.
Tenía un gato y cuando el gato se metió una tarde en el monte y no volvió más,
Nolan escribió una carta de despedida, apoyó el codo derecho en la mesa para que no
le temblara el pulso, y se pegó un tiro en la cabeza. Los primeros que desembarcaron
del Rosevean se encontraron con la voz de la mujer que seguía hablando en el grabador
bifocal. Apenas si mezclaba las lenguas, según Boas, y era posible comprender
perfectamente la desesperación que le había producido el suicidio de Nolan. Estaba
sobre una piedra, frente a la bahía, hecha de alambres y de cintas rojas y se lamentaba
con un suave murmullo metálico.
He tejido y destejido la trama del tiempo, decía, pero él se ha ido y ya no va a volver.
Un cuerpo es un cuerpo, sólo las voces sirven para amar. Desde hace años estoy sola
aquí, en la ribera de todos los ríos y espero que llegue la noche. Siempre es de día, en
esta latitud todo es tan lento, nunca llega la noche, siempre es de día, el atardecer
tarda tanto, estoy ciega, al sol, quiero arrancar “la venda de hierro” que me ciñe la
frente, quiero traer aquí “la oscuridad concentrada del Africa”. La vida está siempre
amenazada por los cazadores (ha dicho Nolan), instintivamente hay que fabricar, como
las abejas sus alveólos, un sentido. Incapaz de considerar mi propio enigma, digo: no es
su propio yo el que cuenta, sino su Musa, su canto universal.

12
Si la leyenda es cierta la isla ha sido un gran asentamiento de exiliados en la época de
la represión política que siguió a la contraofensiva del ira y a la caída del Pulp-ko. Pero
ninguno de los historiadores tiene el menor vestigio de ese pasado o del tiempo en que
Anna Livia estuvo sola en la ribera o de la época en que llegaron las doscientas familias
y no se encuentra ningún rastro que atestigüe los hechos. La única fuente escrita en
la isla es el Finnegans Wake al que todos consideran un libro sagrado porque siempre
pueden leerlo sea cual sea el estado de la lengua en que se encuentren.
En realidad el único libro que dura en esta lengua es el Finnegans, dijo Boas, porque
está escrito en todos los idiomas. Reproduce las permutaciones del lenguaje en escala
microscópica. Parece un modelo en miniatura del mundo. A lo largo del tiempo lo han
leído como un texto mágico que encierra las claves del universo y también como una
historia del origen y la evolución de la vida en la isla.
Nadie sabe quién lo escribió, ni cómo llegó hasta aquí. Nadie recuerda si fue escrito
en la isla o si estaba en el equipaje de los primeros exiliados. Boas vio el ejemplar que
se conserva en el Museo, encerrado en una caja de vidrio y como suspendido en una luz
nuclear. Es una viejísima edición numerada de Faber and Faber, que tiene más de cien
años y en la que hay notas manuscritas y un calendario con la lista de los muertos de
una familia irlandesa del siglo xx. Ese ejemplar sirvió para hacer todas las copias que
El Pez Náufrago circulan en la isla.
Intimar • 234 Muchos creen que el Finnegans es un libro de ceremonias fúnebres y lo estudian
como el texto que funda la religión en la isla. El Finnegans es leído en las iglesias como
una Biblia y es usado para predicar en todas las lenguas por los pastores presbiterianos
y por los sacerdotes católicos. En el Génesis se habla de una maldición de Dios que
provocó la Caída y transformó el lenguaje en el paisaje abrupto que es hoy. Borracho,
Tim Finnegan se cayó al sótano por una escalera, que inmediatamente pasó de ladder
a latter y de latter salió litter y del desorden la letter, el mensaje divino. La carta es
encontrada en un vaciadero de basura por una gallina que picotea. Está firmada con
una mancha de té y la prolongada permanencia en el basurero ha dañado el texto. Tiene
agujeros y borrones y es tan difícil de interpretar, que los eruditos y los sacerdotes
conjeturan en vano sobre el sentido verdadero de la Palabra de Dios. La carta parece
escrita en todas las lenguas y cambia continuamente bajo los ojos de los hombres. Ese
es el Evangelio y el basurero de donde viene el mundo.

Los comentarios del Finnegans definen la tradición ideológica de la isla. El libro es un


mapa y la historia se transforma según el recorrido que se elija. Las interpretaciones se
multiplican y el Finnegans cambia como cambia el mundo y nadie imagina que la vida
del libro se pueda detener. Sin embargo en el fluir del Liffey hay una recurrencia hacia
Jim Nolan y Anna Livia, solos en la isla, antes de la carta final. Ese es el primer núcleo,
el mito de origen tal cual lo transmiten los informantes (según Boas).
En otras versiones el libro es la transcripción del mensaje de Anna Livia Plurabelle,
que lee los pensamientos de su marido (Nolan) y le habla después que él está muerto
(o dormido), única en la isla durante años, abandonada en una piedra, con las cintas
rojas y los cables y el armazón metálico al sol, rnurmurando en la playa vacía hasta que
llegan las doscientas familias.
13
Todos los mitos terminan ahí y también este informe. Hace dos meses que salí de la
isla, dijo Boas, y todavía resuena en mí la música de esa lengua que es como un río. El
que oiga el canto de las lavanderas en las orillas del Liffey no se podrá ir, dicen allá,
y yo no he podido resistir la dulzura de la voz de Anna Livia. Por eso he de volver a
la ciudad de los tres tiempos y a la bahía donde reposa la mujer de Bob Mulligan y
al Museo de la Novela donde está el Finnegans, solo en la sala, en una caja negra de
cristal. También yo voy a cantar en la taberna de Humphery Earwicker, golpeando el
puño contra la madera de la mesa y tomando cerveza, una canción que habla del pájaro
tuerto que vuela sin parar sobre la isla.

El Pez Náufrago
235 • Intimar

Ricardo Piglia (1941).


revista El Péndulo, 1991, Buenos Aires
Isla San Martín Islas sólo de sangre
Viel Temperley

Frente a las arenas Serán videntes demasiado nadie


de la isla San Martín, colindantes opacos
como un ángel en las puertas orígenes del tedio al ritmo gota
del paraíso topes digo que ingieren el desgano con
hay un cartel que dice distinta apariencia
“prohibido bañarse”.
Pero ni más arriba ni más abajo, Son borra viva cato descompases tirito de la
ni a la derecha ni a la izquierda, sangre
dice que lo prohibido esté prohibido
siempre y para todos. Un poco nubecosa entre sienes de ensayo
y algo mucho por cierto indiscernible
¿Está prohibido porque el agua esqueleteando el aire
puede arrastrar una flor? dados ay en derrumbe hacia el final desvío de
¿Está prohibido porque el guardabosques ya herbosos durmientes paralelos
no es nadador? son estertores malacordes óleos espejismos
¿Está prohibido porque las cataratas, terrenos
al atardecer milagro intuyo vermes
están bajo un naranjo, hay jugo de naranjas casi llanto que rema
mezclado con sus aguas? de la sangre

Con un vivísimo deseo nado. Sus remordidas grietas


Pero nado de tarde. laxas fibras orates en desparpada fiebre
De noche pienso en el agua, musito por mi doble
en la pequeñita agua de los vasos de agua, son pedales sin olas
obligada a saltar desde tan alto huecos intransitivos entre burbujas madres
para que nuestra América sea hermosa, grifosones infiero aunque me duela
Girondo

para mojar el aire, islas sólo de sangre


para vengar a hombres y animales
de tanto verde en sus peñascos blancos.
Aunque tiemble de miedo, el agua pequeñita. Oliverio Girondo (1891-1967).
Enlamasmédula, 1990, Losada
Héctor Viel Temperley (1933-1987).
Obra completa, 2005, Dock

Las muchachas
Las muchachas del archipiélago
vuelven de misa remando.
Como flores flotantes
como guirnaldas
de colores alegres.
Diles adiós
desde tu isla
y levantarás un vuelo
de voces frescas
Cuadra

como pájaros.

Pablo Antonio Cuadra (1912-2002).


Antología de la poesía nicaragüense, 1980, Sanai

236 El Pez Náufrago


XI XI

partindu di tu ladu partiendo de tu lado


discuvro descubro
il nuevu mundu el nuevo mundo
di tu ladu/ de tu lado/

tus islas comu lampas tus islas como lámparas


cun una escuridad/ con una oscuridad/
yendu/ viniendu yendo/viendo/
nil tiempu/ en el tiempo/

in tu boz en tu voz
il mar cayi el mar cae
duluridu dolorido
di mi/ de mí/

XII XII

Lu qui a mí dates Lo que me diste


es avla qui timbla es palabra que tiembla
nila manu dil tiempu en la mano del tiempo
aviarta para bever/ abierta para beber/

cayada callada
sta la caza está la casa
ondi nus bezamus donde nos besamos
adientru dil sol/ adentro del sol/

Gelman

Juan Gelman (1930).


Dibaxu, 1994, Seix Barral

El Pez Náufrago 237


A true account of talking with the sun at Fire Island

The Sun woke me this morning loud


and clear, saying “Hey! I’ve been
trying to wake you up for fifteen
minutes. Don’t be so rude, you are
only the second poet I’ve ever chosen
to speak to personally
so why aren’t you more attentive? If I could
burn you through the window I would
to wake you up. I can’t hang around here all day.”
“Sorry, Sun, I stayed up late last night talking to Hal.”

“When I woke up Mayakovsky he was


a lot more prompt” the Sun said
petulantly. “Most people are up
already waiting to see if I’m going
to put in an appearance.”
I tried to apologize “I missed you yesterday.”
“That’s better” he said. “I didn’t
know you’d come out.” “You may be
wondering why I’ve come so close?”
“Yes” I said beginning to feel hot
wondering if maybe he wasn’t burning me anyway.
“Frankly I wanted to tell you
I like your poetry. I see a lot
on my rounds and you’re okay. You may
not be the greatest thing on earth, but
you’re different. Now, I’ve heard some
say you’re crazy, they being excessively
calm themselves to my mind, and other
crazy poets think that you’re a boring
reactionary. Not me.
Just keep on
like I do and pay no attention. You’ll
find that people always will complain
about the atmosphere, either too hot
or cold too bright or too dark, days
too short or too long.
If you don’t appear
at all one day they think you’re lazy
or dead. Just keep right on, I like it.

And don’t worry about your lineage


poetic or natural. The Sun shines on
O’Hara

the jungle, you know, on the tundra


the sea, the ghetto. Wherever you were
I knew it and saw you moving. I was waiting
for you to get to work.

238 El Pez Náufrago


Verdadero encuentro conversacional con el sol en Fire Island
El sol me despertó esta mañana
diciendo, fuerte y claro, “¡Oye! Llevo
tratando de despertarte por quince
minutos. No seas tan grosero, eres
el segundo poeta que he escogido
para hablarle en persona
entonces ¿por qué no eres más atento? Si yo pudiera quemarte a través de la ventana lo haría
para despertarte. No puedo quedarme aquí todo el día.”
“Perdóname sol, me dormí tarde anoche hablando con Hal.”

“Cuando desperté a Mayakovsky fue


mucho más atento” dijo el sol
petulante. “La mayoría de las personas están despiertas ya esperando para ver si voy
a aparecer”
traté de disculparme “Te extrañé ayer.”
“Así está mejor”, dijo él. “No
sabía que saldrías”. “Te preguntarás
por qué me he acercado tanto?
“Si” dije empezando a sentir calor,
preguntándome si no me estaría quemando de todas maneras.
“Francamente yo quería decirte
que me gusta tu poesía. Veo mucho
a mi paso y lo tuyo está bien. Tal vez
no seas el mejor en la tierra, pero
eres diferente. Ahora, he escuchado que algunos dicen que estás loco, estos son excesivamente
tranquilos para mí, y otros poetas locos piensan que eres un aburrido
reaccionario. Yo no.
Sólo continúa
como yo lo hago, no prestes atención. Te
encontrarás con que la gente siempre se queja
de la atmósfera, o del demasiado calor o del
frío o de que hay mucha luz o mucha oscuridad, días demasiado cortos o muy largos.
Si no apareces un día
ellos piensan que eres flojo
o estás muerto. Sólo continua así, a mí me gusta.

Y no te preocupes por tu linaje


poética o naturaleza. El sol brilla en
la jungla, sabes, en la tundra
el mar, el gueto. Donde sea que estuvieras
lo sabría y te vería moverte. Te estaba esperando para ponerme a trabajar.

Y ahora que tú
por decirlo así, estás creando tus propios días,
aunque nadie te lea más que yo
no te deprimirás. No
todos pueden mirar hacia arriba, incluso a mí. Lástima sus ojos.”
“¡Oh sol, te estoy tan agradecido!”

“Gracias y recuerda que estoy observando. Es

El Pez Náufrago 239


And now that you
are making your own days, so to speak,
even if no one reads but me
you won’t be depressed. Not
everyone can look up, even at me. It hurts their eyes.”
“Oh Sun, I’m so grateful to you!”

“Thanks and remember I’m watching. It’s


easier for me to speak to you out
here. I don’t have to slide down
between buildings to get your ear.
I know you love Manhattan, but
you ought to look up more often.
And always embrace things, people earth
sky stars, as I do, freely and with
the appropriate sense of space. That
is your inclination, known in the heavens
and you should follow it to hell, if
necessary, which I doubt.
Maybe we’ll speak again in Africa, of which I too
am specially fond. Go back to sleep now
Frank, and I may leave a tiny poem
in that brain of yours as my farewell.”

“Sun, don’t go!” I was awake


at last. “No, go I must, they’re calling me.”
“Who are they?”
Rising he said “Some
day you’ll know. They’re calling to you
too.” Darkly he rose, and then I slept.
O’Hara

240 El Pez Náufrago


más fácil para mí hablarte aquí
afuera. Así no tengo que deslizarme
entre edificios para llegar a tu oído.
Yo sé que tú amas Manhattan, pero
debes mirar hacia arriba más a menudo.
Y siempre abraza cosas, gente tierra
cielo estrellas, como lo hago yo, libremente y con el
apropiado sentido del espacio. Esa
es tu vocación, sabido en los cielos
y debes seguirlo hasta el infierno, si
fuera necesario, aunque lo dudo.
Tal vez hablemos otra vez en África, de la cual yo
también
soy especialmente aficionado. Vuelve a dormir ahora
Frank, y dejaré un pequeño poema
en ese cerebro tuyo cuando me vaya.”

“¡Sol, no te vayas!” Por fin me


desperté. “No, debo irme, ellos me están llamando.”
“¿Quiénes son ellos?”
Levantándose dijo, “Algún
día sabrás. Ellos te llaman a ti también.” A oscuras se
levantó, y después me dormí.

O’Hara

Frank O’Hara (1926-1966).


Collected Poems, Donald Allen
T: JC, Tania & Stephanie Esses

El Pez Náufrago 241


Burning Island Isla Ardiente
O Wave God who broke through me today Oh Dios de las Olas que rompió hoy a
Sea Bream través de mí
massive pink and silver Piel de pez
cool swimming down with me imponente rosa y plata
watching nadas tranquilo hacia abajo mientras
staying te miro
away form the spear manteniéndote alejado
del arpón
Volcano belly Keeper who lifted this island
for our own beaded bodies Vientre de Volcán, Guardián, que levantó
adornment esta isla
and sprinkles us all with his laugh— para nuestros adornados cuerpos
ash in the ataviados
eye y nos espolvorea a todos con su risa—
mist, or smoke, ceniza en el ojo
on the bare high limits— niebla o humo
underwater lava flows en las alturas descubiertas—
easing to coral debajo del agua fluye lava
holes filled propiciando el coral
with striped feeding swimmers hoyos llenos de
rebanadas que alimentan a los nadadores
O Sky Gods cartwheeling
out of Pacific Oh Dioses del Cielo rodando
turning rainsqualls over like lids on fuera del Pacífico
us volcando chubascos como tapas sobre
then shine on our sodden— nosotros
(scanned out a luego brilla en lo empapado—
rainbow today at the (hoy vi un arco iris en
los
cow drinking trough bebederos a
través
sluicing off del canal
LAKHS of crystal de agua
Buddha Fields LAKHS de cristal de los
right on the hair of the Campos de Buddha
arm!) ¡justo ahí, sobre el vello del
brazo!)
Who waver right now in the bamboo:
a half-gone waning moon. Quién vacila ahora en el bambú:
drank down a una luna menguante medio-ida.
bowful of shochu bebe una jarra de shochu
in praise en honor de Antares
of Antares contemplando las vías remotas
gazing far up the de Sagitario
lanes of Sagittarius el más rico torrente de
richest nuestro cielo—
Snyder

stream or our sky— ¡una copa por el centro de la galaxia!


a cup to the center of the galaxy! y deja que los ojos pierdan
and let the eyes en ángulo recto la inclinación de la Vía
stray Láctea:

242 El Pez Náufrago


right-angling the pitch of the Milky Way: cabeza de caballo anillos
horse-head nubes demasiado
rings lejanas para ser
clouds too deslizándose libres.
distant to be en la cresta de una ola.
slide free.
on Cada noche
the crest of the wave. Oh Madre Tierra
he envuelto mi mano
Each night sobre la saliente de tu cueva cobra-
O Earth Mother hood
I have wrappt my hand
over the jut of your cobra-hood durmiendo;
dejé mi oído
sleeping; Toda la noche a lo largo de tu boca.
left my ear
All night along by your mouth. Oh Todos
Dioses mareas cabos corrientes
O All torrentes y espirales de
Gods tides capes currents estanques y poderes—
Flows and spirals of
pool and powers— como limpiamos el campo
permite crecer papas dulces.
As we hoe the field y tal como todos nos sentamos cuando
let sweet potato grow. pudimos
And as sit us all down when we may para considerar el Dharma
To consider the Dharma trae con una flor y un brillo tenue.
bring with a flower and a glimmer. Permítenos dormir juntos en paz.
Let us all sleep in peace together.
Bendícenos a Masa y a mí cuando nos
Bless Masa and me as we marry casemos
at new moon on the crater en la luna nueva en el cráter
This summer. Este verano.

viii. 40067 viii. 40067

Snyder

Gary Snynder (1930).


Collected Poems, 1989, New Directions,
T: Héctor Ruiz

El Pez Náufrago 243


The islands Las Islas
i i
What are the islands to me, ¿Qué son para mí las islas,
what is Greece, qué es Grecia
what is Rodhes, Samos, Chios, qué es Rodas, Samos, Kíos,
what is Paros facing west, qué es Paros de cara al poniente,
what is Crete? qué es Creta?

What is Samothrace, ¿Qué es Samotracia,


rising like a ship, alzándose como nave,
what is Imbros rending the storm-waves qué es Imbros cuando calma en su pecho
with its breast? olas de tormenta?

What is Naxos, ¿Qué son las islas:


Paros, Milos, Naxos, Paros, Milos,
what the circle about Lycia, qué el círculo de Lycia,
what, the Cyclades’ qué el blanco collar
white necklace? de las Cíclades?

What is Greece— ¿Qué es Grecia


Sparta, rising like a rock, —Esparta, altiva roca—,
Thebes, Athens, Tebas, Atenas,
what is Corinth? qué es Corinto?

What is Euboia ¿Qué es Euboia


with its islands violets, —de violetas islas—,
what is Euboia, spread with grass, qué es Euboia, cubierta de hierba,
set with swift shoals, tendida con veloces bancos de arena,
what is Crete? qué es Creta?

What are the islands to me, ¿Qué son para mí las islas,
what is Greece? qué es Grecia?

ii ii
What can love of land give to me ¿Qué puede darme a mí el amor por la tierra
that you have not— que no me has dado tú?
what do the tall Spartans know, ¿Qué saben los altos espartanos
and gentler Attic folk? y los gentiles del folclor ático?

What has Sparta and her women ¿Qué tienen Esparta y sus mujeres
more than this? más que esto?

What are the islands to me ¿Qué son para mí las islas


if you are lost— si estás perdido
what is Naxos, Tinos, Andros, —qué es Naxos, Tinos, Andros
and Delos, the clasp y Delos, el broche
of the white necklace? de un blanco collar?
H. D.

244 El Pez Náufrago


iii iii
What can love of land give to me ¿Qué puede darme el amor por la tierra
that you have not, que no me has dado tú,
what can love of strife qué puede romper
break in me en mí el amor por la batalla
that you have not? que no has roto tú?

Though Sparta enter Athens, Aunque Esparta tome Atenas,


Thebes wrack Sparta, Tebas destruya Esparta,
each changes as water, cada una cambia como agua,
salt, rising to wreak terror sal, se alza para sembrar terror
and fall back. y volver a derrumbarse.

iv iv
“What has love of land given to you “¿Qué te ha dado el amor por la tierra
that I have not?” que no te he dado yo?”

I have questioned Tyrians He consultado a los tirios


where they sat en sus asientos
on the black ships, sobre oscuras naves
weighted with rich stuffs, cargadas con riquezas,
I have asked the Greeks
from the white ships, he preguntado a los griegos
and Greeks from ships whose hulks de las blancas naves,
lay on the wet sand, scarlet y a los griegos de enrojecidos navíos
with great beaks. que descansaban proas en la arena.
I have asked bright Tyrians He preguntado a los brillantes tirios
and tall Greeks— y a los altos griegos:
“what has love of land given you’” “¿Qué te ha dado el amor por la tierra?”
And they answered— “peace.” Y han contestado: “Paz”.

v v
But beauty is set apart, Pero la belleza es aparte,
beauty is cast by the sea, la belleza, se divide por el mar,
a barren rock, es una roca árida,
beauty is set about la belleza consiste
with wrecks of ships, en un naufragio de barcos,
upon our coast, death keeps, en nuestra costa, la muerte guarda
the shallows—death waits los arrecifes –la muerte aguarda
clutching toward us aferrándose a nosotros
form the deeps. desde las profundidades.

Beauty is set apart; La belleza es aparte:


the winds that slash its beach, los vientos que azotan su playa
swirl the coarse sand levantan remolinos de tosca
upward toward the rocks. arena hacia arriba de las rocas.

Beauty is set apart La belleza se aparta


form the islands de las islas
and from Greece. y de Grecia.

El Pez Náufrago 245


vi vi
In my garden En mi jardín
the winds have beaten los vientos devastaron
the ripe lilies; los lirios maduros;
in my garden, the salt en mi jardín, la sal
has wilted the first flakes marchitó las primeras
of young narcissus, hojuelas de narcisos jóvenes,
and the lesser hyacinth, y del más pequeño jacinto,
and the salt has crept y la sal se ha deslizado
under the leaves of the white hyacinth. bajo las hojas del jacinto blanco.

In my garden En mi jardín,
even the wind-flowers lie flat, hasta las flores del viento yacen
broken by the wind at last. al final, rotas por el viento.

vii vii
What are the islands to me ¿Qué son para mí las islas
if you are lost, si estás perdido,
what is Paros to me qué me dice Paros
if your eyes draw back, si tus ojos mirán atrás,
what is Milos qué me dice Milos
if you take fright of beauty, si tú temes a la belleza,
terrible, torturous, isolated, terrible, tortuosa, aislada:
a barren rock? una roca batida?

What is Rodhes, Crete, ¿Qué es Rodas, Creta,


what is Paros facing west, qué es Paros de cara al poniente,
what, white Imbros? qué la blanca Imbros?

What are the islands to me ¿Qué son para mí las islas


if you hesitate, si titubeas,
what is Greece if you draw back qué es Grecia si tú das la espalda
from the terror al terrible
and cold splendour of song y frío esplendor del canto
and its bleak sacrifice? y a su desolado sacrificio?
H. D.

H.D. (1886-1961).
Collected Poems, 1992, New Directions
T: Sara Micha

246 El Pez Náufrago


The island La isla

1 1
You navigate the foggy sea Navegas el mar brumoso
Without a sail Sin vela
Your mirror in the moonlit night Tu espejo en la luz de la luna
Without an anchor Sin ancla

Here fades the way Aquí se pierde el camino


Here starts the night Aquí empieza la noche

2 2
there are no signs no hay señas
no clear demarcations ni demarcaciones claras
only the steep cliffs worshipped by the foam sólo precipicios venerados por la espuma
retain time´s oppressive traces retiene las huellas opresivas del tiempo
and a sting of solemn memories Y un poquito de recuerdos solemnes

the children go down to the beach Los niños bajan a la playa


a distant whale in the moonlight A lo lejos una ballena en la luz de la luna
sends a spout of water high in the air expulsa un chorro de agua a gran altura

3 3
the seagulls awake Las gaviotas levantan
wing linked with wing Ala ligada con ala
that cries so sad and shrill que lloran tan triste y triste
agitate each wattle leaf agitan cada hoja del zarzo
and the children´s hearts Y los corazones de los niños
is it only pain that is brought to life son sólo un dolor que trajo la vida
in this tiny world en este mundo tan pequeño

4 4
the horizon tilts el horizonte se inclina
swinging as it tumbles down columpiándose se viene abajo
a seagull falls una gaviota cae
hot blood curls sangre caliente curva las anchas hojas de la
the broad rush leaves prisa
the omnipresent night la noche omnipresente
covers the sound of the shot cubre el ruido del disparo

—this forbidden ground —este terreno prohibido


the end of liberty el fin de la libertad
the quill stuck in the sand el cañón atascado en la arena
bears a warm breath which belongs soporta un aliento tibio que le pertenece
to the tossing boat and the monsoon al barco volcado y al monzón
to the shore and the rain´s slanting threads a la costa y los hilos inclinados de la lluvia
but the sun of yesterday or tomorrow pero el sol de ayer o mañana
now writes here escribe ahora aquí
the secret that death has made public el secreto que la muerte ha hecho público

El Pez Náufrago 247


5 5
a gleaming feather floats Una pluma que brilla flota
on top of every wave Encima de cada ola

the children stack small sandhills Los niños amontonan pequeñas montañas de
seawater laps around them arena
like a garland, bleakly rocking agua de mar se acumula alrededor de ellos
the moonlight´s elegiac lines como una guirnalda, meciéndose
stretch to the end of the day desoladamente
la líneas elegíacas de la luz de la luna se
6 estiran a donde termina el día.
ah, palm tree
it is in your silence 6
that raises the rebel´s sword ah, palmera
one more time en tu silencio
the wind lifts up your hair que se levanta la espada rebelde
like a flag to flutter in the breeze una vez más,
the final boundary el viento mueve tu cabello
rests forever in the children´s hearts como bandera que revolotea en la brisa
La frontera final
7 Descansa para siempre en el corazón de los
standing against the wind niños
night spreads a soft carpet
and sets out rows of shell cups 7
for the disaster De pie contra el viento
for the hidden assassin La noche esparce una alfombra suave
Y pone filas de tazas de conchas
8 Para el desastre
it is enough that there be a guiltless sky Para el asesino escondido
it is enough that there be a sky
8
listen to the guitar Basta con que hay un cielo inocente
summons the lost sound Basta con que hay un cielo

Escucha la guitarra
trayendo el sonido perdido.
Bei Dao

Bei Dao (1949),


The August Sleepwalker, New Directions
A partir de la T: de Bonnie S. McDougall,
Jessica Cheres & Jesús Coss

248 El Pez Náufrago


L’Isola La isla
A una proda ove sera era perenne A una orilla donde la tarde era perenne
di anziane selve assorte, scese, de antiguas selvas absortas, bajó
e s’inoltrò y se adentró
e lo richiamò rumore di penne y lo llamó un rumor de alas
ch’erasi sciolto dallo stridulo que había escapado del estridente
batticuore dell’acqua torrida, latir del agua tórrida,
e una larva (languiva y vio una larva (languidecía
e rifioriva) vide; y florecía);
ritornato a salire vide subiendo de nuevo vio
ch’era un aninfa e dormiva que era una ninfa y dormía
ritta abbracciata a un olmo. de pie abrazada a un olmo.

In sé da simulacro a fiamma vera de estatua a llama verdadera


errando, giunse a un prato ove errando, llegó a un prado donde
l’ombra negli occhi s’addensava la sombra en sus ojos se espesaba
delle vergini come de las vírgenes como
sera appiè degli ulivi; la tarde al pie de los olivos;
distillavano i rami destilaban las ramas
una pioggia pigra di dardi, una lenta lluvia de dardos,
qua pecore s’erano appisolate aquí las ovejas dormían
sotto il liscio tepore, en la lisa tibieza,
altre brucavano Otras pacían
la coltre luminosa; el manto luminoso;
le mani del pastore erano un vetro las manos del pastor eran un vidrio
levigato da fioca febbre. pulido por la débil fiebre.

1925 1925

Ungaretti

Giuseppe Ungaretti (1888-1970).


Vita di un uomo. 1999, Mondadori
T: Tania Favela

El Pez Náufrago 249


Lieder von einer Insel Cantos de una isla

Schattenfrüchte fallen von den Wänden, Frutos de sombra caen de las paredes,
mondlicht tüncht das Haus, und Asche luz de luna blanquea la casa, y las cenizas
erkalteter Krater trägt der Meerwind herein. frías del cráter vienen con el viento del mar.

In den Umarmungen schöner Knaben En abrazos de muchachos hermosos


schlafen die Küsten, duermen las costas,
dein Fleisch besinnt sich auf meins, tu carne recuerda la mía,
es war mir schon zugetan, ya me tenía afecto
als sich die Schiffe cuando los barcos
vom Land lösten und Kreuze se desprendieron de la tierra, y las cruces
mit unsrer sterblinchen Last con nuestra carga mortal
Mastendienst taten. montaron guardia en los mástiles.

Nun sind die Richtstätten leer, Ahora los patíbulos están vacíos,
sie suchen und finden uns nicht. nos buscan y no nos encuentran.
- -
Wenn du auferstehst, Cuando tú resucites,
wenn ich aufersteh, cuando yo resucite,
ist kein Stein vor dem Tor, no habrá ninguna piedra en el portal
liegt kein Boot auf dem Meer. no flotará barca alguna en el mar.

Morgen rollen die Fässer Mañana rodarán los barriles


sonntäglichen Wellen entgegen, hacia las olas domingueras,
wir kommen auf gesalbten llegaremos a la playa

Sohlen zum Strand, waschen Sobre plantas ungidas, lavaremos


die Trauben und stampfen las uvas y pisaremos
die Ernte zu Wein, la cosecha hasta convertirla en vino,
morgen am Strand. mañana en la playa.

Wenn du auferstehst, Cuando tú resucites,


wenn ich aufersteh, cuando yo resucite,
hängt der Henker am Tor, colgará el verdugo de la puerta,
sinkt der Hammer ins Meer. se hundirá el martillo en el mar.

Einmal muß das Fest ja kommen! ¡Algún día tendrá que llegar la fiesta!
Heiliger Antonius, der du gelitten hast, San Antonio, tú que padeciste,
heiliger Leonhard, der du gelitten hast, san Leonardo, tú que padeciste,
heiligen Vitus, der du gelitten hast. san Vito, tú que padeciste.

Platz unsern Bitten, Platz den Betern, ¡Abran paso a nuestras súplicas, abran paso a
Platz der Musik und der Freude! los devotos,
Bachmann

Wir haben Einfalt gelernt, abran paso a la música y a la alegría!


Wir singen im Chor der Zikaden, Aprendimos a ser cándidos,
wir essen und trinken, cantamos en el coro de las cigarras,
die mageren Katzen comemos y bebemos,
streichen um unseren Tisch, los gatos flacos rondan nuestra mesa
bis die Abendmesse beginnt, hasta que empiece la misa vespertina,

250 El Pez Náufrago


halt ich dich an der Hand te sostengo de la mano
mit den Augen, con los ojos,
und ein ruhiges mutiges Herz y un corazón tranquilo y valiente
opfert dir seine Wünsche. te dedica sus deseos.

Honig und Nüsse den Kindern ¡Miel y avellanas para los niños
volle Netze den Fischern, redes llenas para los pescadores,
Fruchbarkeit den Gärten, fertilidad para las huertas,
Mond dem Vuldan, Mond dem Vulkan! luna para el volcán; luna para el volcán!

Unsre Funken setzten über die Grenzen, Nuestros destellos traspasaron las fronteras,
über die Nacht schlugen Raketen los cohetes formaron una rueda
ein Rad, auf dunklen Flößen sobre la noche, en balsas oscuras
entfernt sich die Prozession und räumt se aleja la procesión y concede
der Vorwelt die Zeit ein, tiempo al pasado prehistórico,
den schleichenden Echsen, a las iguanas reptantes,
der schlemmenden Pflanze, a la planta glotona,
dem fiebernden Fisch, al pez febril,
den Orgien des Winds und der Lust a las orgías del viento y al deseo
des Bergs, wo ein frommer de la montaña, donde una estrella
Stern sich verirrt, ihm auf die Brust piadosa se pierde, crepita sobre
schlägt und zerstäubt. su pecho y se atomiza.

Jetzt seid standhaft, törichte Heilige, ¡Ahora sean fuertes, santos necios,
sagt dem Festland, daß die Krater nicht digan a la tierra firme que los cráteres no
ruhn! descansan!
Heiliger Rochus, der du gelitten hast, San Roque, tú que padeciste,
o der du gelitten hast, heiliger Franz. oh, tú que padeciste, san Francisco.
- -
Wenn einer fortgeht, muß er den Hut Cuando uno se marcha, debe tirar al mar
mit den Muscheln, die er sommerüber el sombrero con las conchas
gesammelt hat, ins Meer werfen que recogió durante el verano,
und fahren mit wehendem Haar, e irse con el cabello ondeante,
er muß den Tisch, den er seiner Liebe debe arrojar al mar la mesa
deckte, ins Meer stürzen, que puso para su amor,
er muß den Rest des Weins, debe verter al mar el resto
der im Glas blieb, ins Meer schütten, del vino que queda en la copa,
er muß den Fischen sein Brot geben debe dar a los peces su pan
und einen Tropfen Blut ins Meer mischen, y mezclar una gota de sangre en el mar,
er muß sein Messer gut in die Wellen treiben debe clavar bien su cuchillo en las olas
und seinen Schuh versenken, y hundir su zapato,
Herz, Anker und Kreuz, corazón, ancla y cruz
und fahren mit wehendem Haar! ¡e irse con el cabello ondeante!
Dann wird er wiederkommen. Entonces volverá
Wann? ¿Cuándo?
Frag nicht. No preguntes.

Es ist Feuer unter der Erde, Hay fuego bajo tierra


und das Feuer ist rein. y el fuego es puro.

Es ist Feuer unter der Erde Hay fuego bajo tierra


und flüssiger Stein. y piedra líquida.

El Pez Náufrago 251


Es ist ein Strom unter der Erde, Hay un río bajo tierra
der strömt in uns ein. que nos fluye, dentro.

Es ist ein Strom unter der Erde, Hay un río bajo tierra
der sengt das Gebein. que quema los huesos.

Es kommt ein großes Feuer, Vendrá un gran fuego,


es kommt ein Strom über die Erde. vendrá un río sobre la tierra.

Wir werden Zeugen sein. Nosotros seremos testigos.

Ingeborg Bachmann (1826-1973).


Poesía, Hiperión
T: Cecilia Dreymüller y Concha García / T: Alethia Alfonso

252 El Pez Náufrago


Nudos, Jorge Eduardo Eielson,
2004, Péñola blanca
Este número de El Pez Náufrago celebra
a la obra de Jorge Eduardo Eielson
(1921-2006)

Brillante y transparente maestro

fue mi mar. Nadando


en sus aguas saladas corriendo
sus altas olas aprendí a vivir
sobre la tierra. A comprender
que el silencio puede ser todo
a leer claramente
a no confundir el agua con la espuma
ni la espuma con la vida
sólo nadando pero también llorando
descubrí la sal que nos unía
y el pescado azul de nuestro origen
completamente solo
con las olas

Tomar un vaso de agua es una operación

luminosa. Es comprender de improviso


la transparencia del aire
antes de volverse nube
as cubrirse la cara de lágrimas
sin renegar la sonrisa
tomar un vaso de agua
es vestirse de lluvia y granizo
y levantando sólo un brazo
a la altura de los labios
convertir el mundo entero
en un vaso de agua
Guardo de Lima una botella

llena de lluvia
y un puñado de arena
en el pañuelo. A veces recuerdo
la luz de su nublado cielo
y la acaricio
como se acaricia una perla
en el bolsillo

Después de todo lo que he visto

en la vida sigo creyendo


que no hay nada más sencillo
ni más bello
que una botella de vino
cuando llueve
y no nos queda sino el fuego
por amigo

Los libros que prefiero no son de papel

sino de yerba de madera


de alabastro de misteriosas materias
que quizás no existen
antiguos libros de piedra
grabados por la sangre y el sollozo
escritos por la lluvia
y por los siglos que ya nadie lee
ni conoce. Pero mi libro predilecto
no es de cristal ni de hulla
sino de carne y hueso tiene páginas
de seda como tus mejillas
y es sagrado

Jorge Eduardo Eielson (1924-2006).


Sin Título, 1994, Pretextos
Eielson

El Pez Náufrago 255


O mar dentro de uma coqueteleira

Distraidos venceremos, disse o Kami-”quase” de Curitiba, Paulo Leminski em templo neopitagórico.


Entregar um Pez Náufrago ao Mar não é uma empresa intimidante. Fazemos para errar como também
se escreve para errar e como existe a vida e o mar…, sem um outro melhor propósito que errar. E se
faltassem autores, ganhamos; e se faltassem batalhas, ganhamos… -Mon semblable, mon frére-…

Com o tempo, decantamos tudo o que quisemos conservar para o naufrágio (e acredito que isso, por último
é uma biografia). Deixamos fora dezenas de autores que alguém dirá não podem faltar e colocamos os
que sempre estiveram conosco, quem sabe ampliando a lista em função de uma outra odisséia maior: a
de projetar os planos de um livro-baleia: Intimar (PN 5), Ultimar (PN 6) e Extremar (PN 7).

Para o exercício da tradução, dentre as mais de vinte línguas que abarcamos ao longo já de oito
pubicações, mantivemos as mesmas três constantes que em nossa seleção: um tom não de idéias
isoladas, mas sim, vivas nas coisas (Williams), um estrito exame do valor formal transcendente das
amostras apresentadas entendendo-as sempre como tradição (Pound) e, por último, alguns exemplos
mais que de “narrativa” do que Saer entendia como ficção e chamou antropologia especulativa.

Todo mar é perdido e reencontrado. Hip-nótico, amnésico. O mar com sua epilepsia, saindo-se de si,
entrando em si mesmo, reencontrando um prólogo do prólogo interposto… Nós lemos por restituição,
não porque cremos -como perjurou Horacio- que ler nos faça melhores pessoas. Para os náufragos o
jogo é muito sério e a insônia é sagrada. É pertinente à moral só se escrever fábulas ou se se é soldado.
Os contos não nos apaziguam. O náufrago, sem nunca poder dizer —como peixe na água— lega uma
baggage para outro tempo, tempo de novos barcos bêbedos. Por isso Le Cimitière Marin, Cão sem
plumas e Der Archipelagus (íntegros), por isso um bom fragmento de Catatau, Paterson ou de novo a
Ilíada, mas a re-Ílíada de Haroldo, essa Re-Ieilíada transcriada... Pensamos que quando nossos leitores
mais próximos são jovens o justo é gerar materiais de leitura, não de suposta criação. Fazer marketing
é usura, não um trabalho, Melhor: águas de beber… Não se pode escrever sem saber quem é Li Po.
Queremos Li Po. E queremos agora. Li-Po no Yangtse. And then went down to the ship.

Nunca nos interessou o que a teoria literária pressupõe antes que as obras e/ou aquilo que os mesmos
criadores disseram sobre seus próprios trabalhos. Cremos na invenção porque vemos o passado. Hölderlin
não ia na arca, tampouco Corbière. Vemos todos os dias que a poesia e a literatura não atuam na mesma
zona. Sabemos que ler é um risco para nós mesmos. Todo mapa, todo sistema, toda lógica aparente
que pressupõe a cordura e o sentido gera confusão; falso brilho contra o acaso. Sob esta explicação
nada é mais torpe que alentar um tipo de pensamento de ordem conceitual, mas supersticiosamente
teórico e banal. O que nomeia-se por fora chama-se sistema, por dentro é constelação ou poema. Todo
educador alheio à poesia não pôde nunca propor nada que em verdade ele mesmo compreenda. Contra o
preconceito da ordem: a claridade de saber, como Valéry, todo verso é o movimento da consciência e por
isso mesmo atendemos à materialidade das coisas; a onda como forma (ola-ona-onda-wave), o rio como
rumor do ruído da luz (rioir); para matar os filhos do paradoxo de Heráclito basta um ideograma.

Até aqui o coração-jonas. Mar e sol fabulados…

O vermelho do céu acorda oásis no nómada do amor (Ungaretti)

Jesús Coss
Mahé - Seychelles, 2005
Sea inside a cocktail shaker
Distract we’ll sourmount!, said the Kami-“cuasi” of Curitiba, Paulo Leminski in neopitagoric temple.
Delivering a Pez Náufrago into the ocean is not an intimidating enterprise. We do it in order to wander just
as it is written to wander, and just as life and sea exists…, without any other purpose than to wander. And
if we lack writers, we gain, and if we miss battles, we gain. “Mon semblable, mon frére”.

Over time, we have decanted all that we tried to preserve for the shipwreck (and I think that this last is a
biography). We left out dozens of authors that someone said we shouldn’t leave out, and we included those
who have always been with us, perhaps widening the list with the function of another major odyssey: that
of arranging a plan of a whale-book. Intimar (PN 5), Ultimar (PN 6) and Extremar (PN 7).

For the exercise of translation, between more than 20 languages that we embrace over eight publications,
including these last three of a fluctuating character that we now deliver and an advance number (zero), we
maintained the same three constants in our selection: a tone not of isolated ideas, rather alive in things
(Williams), a strict exam of formal transcendental worth of the presented samples, understanding them
always as tradition (Pound) and, finally, the more narrative examples which Juan José Saer understood as
fiction and would call “speculative Anthropology”.

All the ocean is lost and rediscovered. Hip-notic, amnesiac. The sea with its epilepsy, getting out and into
itself, refinding a prologue on the prologue interposed. We read for restitution, not because we believe, as
Horacio said committing perjury, that reading makes us better persons. For the shipwrecked, to play is very
serious and insomnia sacred. Morals are pertinent only if fables are written or if one is a soldier. The tales
do not pacify us. The shipwrecked, always without power to say how —a fish in the water— bequeaths a
baggage for another time, a time of new drunken ships. Therefore, Le cimitière marin, Cão sem plumas and
Der Archipelagus (entire), therefore a good fragment of Catatau, Paterson or again the Iliad but Haroldo’s
re-Ílíad, that re-readed-Iliad transcreated. We think that when our closest readers are young, it is fair to
generate reading material, not of supposed creation. To make marketing is usury, not work, or even better
“águas de beber”… It is not possible to write without knowing who is Li Po. We want Li Po. And we want it
now. Li-Po in the Yellow River. And then went down to the ship.

We were never interested in the suppositions that literary theory made about the works, but we are
interested in that which the same creators said of their own work. We believe in invention because we see
the past. Hölderlin did not go in the ark, neither Corbière. Every day we see that poetry and literature
don’t perform in the same zone. We know that reading is a risk for all of us. Every map, every system,
every apparent logic that presupposes sense generates confusion, a false polish against the random. From
this position nothing is more awkward than encouraging a thought of conceptual order, but superstitiously
theoretical and banal. That which is named from the outside, is called a system, from the inside it is
constellation or poem. Every educator foreign to poetry has never been able to propose anything that in
reality they understand themselves. Against the bias of order, the clarity of knowing, like Valéry, every
verse is a movement of the consciousness and therefore we pay attention to the materiality of things, the
wave as a form (“ola-ona-onda-wave”), the river as a murmur of sound of light (rioir); an ideogram is enough
to kill the progeny of Heraclitus paradox’s.

Up to here the heart-jonas. Fabled sea and sun…

Light of the sky offers oasis for the nomad of love (Ungaretti)

Jesús Coss
Mahé - Seychelles, 2005
T: Nicola Jackson
La mer dans un shaker
Distraits nous vaincrons, dit le kami-«quasi» de Curitiba, Paulo Leminski au temple neopitagorique.
Remettre un Poisson Naufragé dans la Mer n’est pas une entreprise intimidante. On le fait pour errer aussi
bien qu’on écrit pour errer et ainsi que la vie et la mer existent…, sans autre propos que celui d’errer. Et s’il
manque d’auteurs on gagne, et s’il manque de batailles en gagne… Mon semblable, mon frère…

Á la longue, nous avons décanté tout ce qu’on a voulu garder pour le naufrage (et je crois que ce dernier est
une biographie). Nous avons exclus des dizaines d’auteurs que quelqu’un d’autre dira qu’ils ne peuvent pas
manquer et nous avons inclus ceux que sont toujours été en nous, peut-être élargissant la liste en fonction
d’une autre odyssée plus grande : celle de composer les plans d’un livre-balaine. Intimar (PN 5), Ultimar
(PN 6), Extremar (PN 7).

Pour l’exercice de la traduction, parmi les plus de vingt langues que nous avons compris tout au long de
huit publications, inclus ces trois dernières de caractère fluctuant que maintenant nous remettons et un
numéro d´avant-garde (zéro), nous avons maintenus les mêmes trois constantes qu’en notre choix : un ton
non pas d’idées isolées mais vivantes dans les choses (Williams), un strict examen de la valeur formelle
transcendante des preuves présentées comprises toujours comme traditions (Pound) et, finalement les
exemples encore plus que de « roman » de ce que Saer comprenait comme fiction et appela « anthropologie
spéculative ».

Toute la mer est perdue et retrouvée. Hip-notique amnésique, la mer avec son épilepsie, sortant d’elle-
même, rentrant vers elle-même, retrouvant un prologue du prologue interposé… On lit par restitution
non pas parce qu’on croit —comme parjura Horace— que lire nous face des meilleurs personnes. Pour les
naufragés jouer est très sérieux et l’insomnie sacré. La moral n’est pertinente que lorsqu’on écrit des fables
ou si l’on est soldat. Les contes ne nous apaisent pas. Le naufragé, sans pouvoir jamais dire -comme poisson
dans l’eau- légué un baggage pour un autre temps, temps de nouveaux bateaux ivres. C’est pour cela que
Le Cimetière marin, Cão sem plumes y Der Archipelagus (texte intégral) pour cela un bon fragment de
Catatau, Paterson ou encore une fois l’Iliade mais la re-Iliade d’Haroldo, cette re-Iliade transcrée…Nous
pensons que lorsque nos lecteurs plus proches sont jeunes ce qui est juste est de générer des matériaux de
lecture non pas de création supposé. Faire du marketing c’est de l’usure, non pas un travaille, Meilleures
eaux à boire… On ne peux écrire sans savoir qui est Li Po. On veut Li Po. Et on le veut maintenant. Li Po
au fleuve jaune. And then went down to the ship.

Jamais nous nous sommes intéressé á ce que la théorie littéraire suppose avant que les œuvres en elles-
mêmes et/ou ce que les créateurs eux-mêmes disent de leurs travaux. Nous croyons en l’invention parce que
nous voyons le passé. Hölderlin ne voyageait pas dans l’arc, non plus Corbière. Nous voyons tous les jours
que la poésie et la littérature ne jouent pas dans la même zone. Nous savons que lire est un risque pour
nous-mêmes. Toute carte, tout système, toute logique apparente qui présuppose la raison et le sens génère
confusion; faux éclat contre le hasard. Au-dessous de ce exposé rien n’est plus gauche que d’encourager une
façon de penser d’ordre conceptuel mais superstitieusement théorique et banal. Ce qui se nomme au dehors
s’appelle système, au-dedans est un constellation ou poème. Tout éducateur étranger à la poésie n’a jamais
pu proposer rien qu’il comprenne en réalité. Contre le préjugé de l’ordre la clarté de savoir, tel que Valéry,
tout vers est un mouvement de la conscience et c’est pour cela qu’on fais attention à la matérialité des cho-
ses; la vague telle que forme (ola-ona-onda-wave), le fleuve tel que rumeur du monde de la lumière (rioir);
pour tuer les enfants du paradoxe d’Héraclite il ne faut qu’un idéogramme.
Jusqu’ici le cœur-jonas. Mer et soleil fablés…

Le carmin du ciel offre oasis pour les nomades d’amour (Ungaretti)


Jesús Coss
Mahé - Seychelles, 2005
T: Elisa Lamothe
The Rain
The clarity always comes from the sky;
it is a gift: one is not between the things
Claudio Rodriguez

Rain. Rain, that vertical river that exists by just a short time. What envies would be to die so
fast and of only a blow; immediately falling..., it does not matter where, falling and to strike so
hard that it hurts, that sounds. And they sound syllables, syllables: rain hypothesis. What is
rain, which falls, which wets?

Stephanie Esses

The River
—How we would transform the mountains,
the rivers and the Earth to reduce them to I? a monk asked Tchang Cha.
—How do I transform to reduce it to mountains, the rivers and the Earth?
—responded the teacher.

Chan Buddhism

Seeing the river we can see its time. It says to us where it began, where its march goes, where
it continues, where it follows: a river, all the rivers.

Its time, the space, its time in the space. A present, many presents, present that is, that is not,
that already was.

Always in movement, change; bridge crossing between an eternal state of movement and
another one of stability. Thus its rate, its force, its interchange of ideas, reasons...

Without leaving track in the space, time referred, pure present... There is no more, there is
no more and this is a whole. A whole that lives and dies at the same moment that already is
another moment. Heraclitus said, “one cannot be arrived twice at the same river”.

The river calling loves, undefined with noises and sounds, shouting Eurídice, Eurídice,
Eurídice. Thus, always alive or dead, but reflecting the sun or the moon or that perfect tree.

The river like place, space, emptiness, sound or way, but always the river. A river that always
is...

Stephanie Esses
The lake
“Waterproof booklet identifies ducks”
Tom Raworth

The duck between the lake

Do you remember that afternoon?

Yes, when I arrived at that building, of the ducks


I was there until I was a duck, do you not remember?
We arrived at Palermo, the forest, the lake
To humanity reduced to a few as if they were ducks.

And remember seeing those tiny beasts


Those that you called `little ducks´
Two months later I still remember
And I feel like a duck alone in the middle of the lake...

Only that---I do not know--- by where she leaves this glass of water

Ariel Chicurel

The Island
Island: a portion of land surrounded by the ocean

Before the immense sea the island is a being who resists.


Before the furious movement of the surge the island shows its firmness, its stability.

Mainland. The then island like a refuge. To be an island or to turn the own refuge, the house,
in an island.

To isolate themselves of the world, to dissuade themselves. To look for the interior of the
things, the interior of one same one. This is the bet: of the interior to the outside of inside
towards outside

To establish the distance necessary with the world to make a trip inwards. That the interior
like a necessity prevails (like a nonsense). The necessity of the anchoret, the style, the writer.
The castaway fish
To be inside and outside the world simultaneously, on a column, in a hermitage, an island, the
house, the interior of the language.

The writing is a solipsistic operation. The reading demands solitude. To write and to read are
solitary acts. They have to do with that to be inside. The world disappears for a moment to
reappear later, different, transformed.

The writer resists the furious surge of the world, his blows. One refuses to be his slave. One
refuses to be put under the forces that are against the accomplishment of their inner world.
All pressure of the outside with the power of its imagination resists, with the capacity that
this one grants him to travel to the interior of itself, to the interior of the language, modifying
the reality.
A language within a language is an island, (and at the same time an entrance or exit of the
world).
Girondo Joyce
Beckett
is an island is an island is
an island

Literature: portion of language populated with writings. Archipelago: portion of sea populated
with islands.
Both spaces make possible the encounter, the dialogue.
Solitudes that are accompanied, according to the definition of Rilke on love.

Tania Favela
T: Vicky Nakash
La Pluie

la clarté vient toujours du ciel;


c’est un cadeau; on n’est jamais parmi les choses
Claudio Rodriguez

La pluies, ce fleuve vertical que existe pendant si peu


de temps.
Quelle envie de mourir aussi vite et d’un seul
coup!; sans plus tomber..., peu importe oú, tomber et
frapper si fort que ça face mal, qui sonne. Et sonnent
syllabes, syllabes: hypothèse de la pluie?.
quést-ce que la pluie, ce qui tombe, ce que mouille?

Stephanie Esses
Le fleuve

-Comment transformer les montagnes, les fleuves et la terre pour les réduire au Moi ?
-demanda le moine Tchang Cha
-Comment transformer le Moi pour le réduire aux montagnes, aux fleuves et á la terre ?
—répondit le maître.

Bouddhisme Chan

Regardant le fleuve on peut voir son temps. Il nous dit où il a commencé, où est-ce qu’il va sa
marche, où est-ce qu’il continue : un fleuve, tous les fleuves.

Son temps, l’espace, son temps dans l’espace.


Un présent, plusieurs présents ?, présents qui sont, qui ne sont pas, qui sont déjà partis.

Toujours en mouvements, changement, marche continue entre un éternel état de mouvement,


et un autre de stabilité. Ainsi son rythme, sa force, son échange d’idées, raisons…

Sans laisser d’empreintes dans l’espace, sans temps pure


présent… Il n’y a rien que ça, il n’y a rien que ça et ça est un tout. Un tout qui vit et meurt Le Poisson Naufragé
au même moment et qui est un autre moment. Héraclite dit, « on ne peut arriver deux fois au
même fleuve »

Le fleuve appelé amours, désaccorde avec des bruits et des sons, criant Eurydice, Eurydice,
Eurydice. Ainsi, toujours vivant ou mort, mais reflétant le soleil ou la lune ou cet arbre
parfait.

Le fleuve comme un endroit, comme espace, comme vide, comme son ou comme son chemin,
mais toujours le fleuve. Un fleuve qui est toujours…

Stephanie Esses
Le canard entre le lac
“manuel impermeable qui identifie les canards  

Te rappelles-tu de cet après-midi là?

Oui, celle quand j’arrivai à cet appartement, celui des canards


Je suis allé jusque là comme un canard, te rappelles-tu ?
Nous sommes arrivés à Palermo, aux bois, au lac
à l’humanité réduite à quelques uns comme s’ils étaient des canards

Et te rappelles-tu qu’on regardait ces bestioles


Que tu as appelé petits canards
Deux mois après je me rappelle
Et je me sens comme un canard qu’à mi-chemin du lac

Seulement mais -je ne sais- par où est-ce qu’on sort de ce vers d’eau

Ariel Chicurel

L’île

Île: morceau de terre entourée de mer

Face à la mer immense l’île est un être qui résiste


Face au mouvement furieux de l’houle l’île montre sa fermeté, sa stabilité

Terre ferme. L’île est alors comme un refuge


Être une île ou devenir son propre refuge, le chez-soi, sur une île.

S’isoler du monde, se renfermer. Chercher à l’intérieur des choses, á l’intérieur de soi-même.


C’est ça le pari :
De l’intérieur à l’extérieur
Du dedans au dehors

Établir la distance nécessaire avec le monde pour faire un voyage vers le dedans. Que
l’intérieur s’impose comme un besoin, comme une bêtise. Le besoin de l’anachorète, du stylite,
de l’ermite, de l’écrivain. Être à la fois dedans et dehors du monde sur une colonne, dans un
ermitage, sur une île, chez-soi, à l’intérieur du langage.

L’écriture est une opération solipsiste. La lecture réclame solitude.


Écrire et lire sont des actions solitaires. Elles n’ont rien à voir avec cet être dedans. Le monde
disparaît un moment pour réapparaître après, différent, transformé.

L’écrivain résiste l’houle du monde, ses coups. Il refuse à être son esclave. Il refuse à se
soumettre aux forces qui s’opposent à la réalisation de son monde intérieur. Il résiste toute
la pression de l’extérieur avec le pouvoir de son imagination, avec la capacité que celle-ci lui
donne pour voyager à l’intérieur de soi-même, à l’intérieur du langage, et de là transmuer,
modifier la réalité.
Un langage dans un langage est une île, (et au même temps une entrée ou sortie du monde).
Girondo Joyce
est une est une
île île

Beckett
est une
île

Littérature: morceau de langage habité d’écritures


Archipel: morceau de mer habité d’îles

Tous les deux permettent la rencontre, le dialogue


Solitudes qui s´accompagnent, d’après la définition de Rilke à propos de
l’amour.

Tania Favela
T: Elisa Lamothe
Los patrocinadores se reservan el derecho de mantener, o no, la misma opinión del editor.

Gracias a Tania, y a todo el staff de traductores por la paciencia para tener, luego de estos
meses, tres nuevos loops. Gracias a los editores asistentes Ariel Chicurel y Stephanie Esses,
por la pasión de su no aburrimiento, a las casas editoras en muy diversos países y lenguas que
generosas me facilitaron este esfuerzo, no lucrativo, para generar lectores impacientes pero,
sobre todo, a los artistas de riesgo e invención que no se ataron al mástil de las certidumbres
retóricas y sí comieron loto.

JC

• • •

Gracias a Hugo Gola (El poeta y su trabajo), revista Los Tolerados, revista More Ferarum
(Perú), revista erratica (Rio), revista H e l i c E, a la familia de Campos, Mor, Natush, Mauricio
Lan, Isaac Dayan, Benji Frid, Betito Kababie, Alexis W, Mario Aronovich, Tamar & Ghila,
Murow, Eli Smilovitz, Eduardo Lan, Gianni, Saloco, Fofo, Sharon Guttman, Anat, Shelly,
Shidlow, Arturo y Rebeca Kawa, Eitan Bielak, Tammy Lau, Mundo Charabati, Husny &
Michan, Bolnik, Rita y D. Schlam, Joseph Harari, Roth, F Guindi, Sharon Lan & Karla W,
Becky, Liat & Muffin, José Velasco, Dany Kupfer, Jimmy Cohen, Julio M., Sacal, Margie,
Jeannette, Tania & Pao Dichi, Monica, Vivian Fainsilber, Ari Hackuma, Eitan Akuma, Eric
Masoku, Dan Lasky, Jaco, Semi-automatic sisters, Nicola, Vicky N, Myrna, Absalom, Alethia,
Eugenia, Gonzalo Aguilar, Guadalupe Alemán, Inti, Irene Zoe, Iván G, Cano, Jessica, José
Luis Bobadilla, José Luis Molina, Paco Fenton, Jasso, Sara Sutton, Cristobal López, Jessica
Cheres, Esther, Karen & Beto Dana, Fernanda Marquez, Martha Block, William Rowe, André
Vallias, Javo, Luis Verdejo, Carlos Silva, Carla Pizano, Diana Fernández, Kurt Beals, Joanna,
David & Sylvie.

Obrigado / One love lounge


Nos queda esperar mejores olas. Es 2006; hace casi tres años, recién aparecía ese primer Pez
Náufrago en que lamentamos la muerte del escritor de Galaxias Haroldo de Campos (1929-2003),
y hoy sin embargo, celebramos el proyecto (gestante) de la Biblioteca que lleva su nombre.
Buen indicio para quien desee proseguir
solo el naufragio: Babel fica no São Paulo. La peregrinación en busca de materiales poéticos
contempla una meca en cono sur como lo fue en un tiempo los jueves la Rue Rome 17, el hospital
Santa Isabel o la calle Trocadero en Habana.

La poesía siempre es intinerante, love is a souvenir.

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It remains for us to wait for better waves. It is 2006, and almost three years since the first Pez
Náufrago, in which we lamented the death of the writer of Galaxias Haroldo de Campos (1929-
2003), and today however, we celebrate the new project (in its gestation) of the Library that
carries his name.
A good sign for whoever desires to carry on
the shipwrecked alone: Babel fica in São Paulo. The pilgrimage in search of poetic materials
contemplates the Mecca in south cone just as it was at one time in Rue Rome 17, the Santa Isabel
hospital or calle Trocadero in Havana.

Poetry is always itinerant, love is a souvenir.

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E nous reste plus qu'attendre de meilleures vagues. On est au 2006; ça fait presque trois ans,
qu'appaissait ce premier Pez Náufrago, dans lequel nous regrettions la mort de l'écrivain de
Galaxias Haroldo de
Campos (1929-2003), et néanmoins aujourd’hui, fêtons le projet (gestant) de la
Bibliothèque qui porte son nom. Bon début pour celui qui veut continuer
seul le naufrage: Babel fica á São Paulo. Le pélerinage en quête de matériaux
poétiques contemple une Mecque au cone Sud tel que le fut á son époque
les jeudis la Rue Rome 17, l’hôpital Sta Isabel ou la rue Trocadero á La
Havane.

La poésie toujours est itinérante, love is a souvenir.


Intimar, libro 5 de la colección El Pez Náufrago,
se terminó de imprimir en los talleres de Ciropress
en el mes de junio de 2006,
bajo el cuidado de la edición de
Silvia Barrios y Jesús Coss

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MMVI

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