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*Ritual y comunicación:
En todos los grupos de animales cuyas relaciones sociales diferenciadas, existe
un sistema de signos rituales que permite a ca uno, establecer y mantener
relaciones sociales entre miembros de un mismo grupo y evitar, los conflictos y
la agresividad que se desprende de ellas. Las relaciones, están reglamentadas,
por un conjunto de actos rituales que marcan el lugar de cada uno en el
conjunto social.
*La localización:
La localización no está ligada a un ritual ni a una cualidad social, constatamos
por lo general que la elección se halla en relación al papel al que aspira la
persona en la comunicación.
En efecto, esta situación permite una observación de comportamiento de todos
los participantes, asegura, un control de las comunicaciones y facilita la toma
de la palabra.
En las situaciones competitivas, los lugares que se ocupan en primer término
son los que se hallan frente a frente, mientras que en las situaciones coloquios
se ocupan primero los lugares laterales donde pueden pasar inadvertidas las
variaciones de la mirada y de la atención.
Los psicólogos clínicos cuando se administra un test, la posición frente a frente
inhibe y puede provocar reacciones de oposición. Esta situación desencadena
una rivalidad, mientras que la posición uno al otro despierta la dependencia.
La manera en la que se organiza la disposición espacial es indicadora del tipo
de relación que la persona desea anudar con su interlocutor: la elección frente a
frente o cualquier otra disposición nos lleva a inducir el tipo de comunicación
deseada en forma consciente o inconsciente.
*Los gestos:
Los gestos que preceden o acompañan al discurso, están más o menos
acentuados de acuerdo con los medios sociales y los grupos culturales.
Constituyen un conjunto codificado que rige las expresiones del cuerpo en
algunas situaciones sociales. El conocimiento de esos signos y el respeto de
estas reglas manifiestan la pertenencia al grupo: son signos de reconocimiento
que diferencian y refuerzan los lazos sociales.
Algunos gestos poseen un significado preciso, constituyen un léxico
emblemático que refuerza al lenguaje hablado. El lenguaje de los sordomudos
representa un empleo sistemático de esas posibilidades y constituye un
sustituto de la palabra. A nivel individual, la actitud, los hombros, y el ritmo
general de los movimientos, la respiración inmovilizadora o reducida son
señales que indican el grado de tensión o de relajación ligado al estado
emocional y efectivo del individuo. Cada emoción refleja una tensión o un
relajamiento. De este modo, la cólera y el odio generan una contradicción
mientras que en la alegría y el afecto, los cuerpos se dilatan y se relajan.
El comportamiento no verbal desempeña un papel de entrenamiento para
apoyar e inquirir sobre un punto en particular.
A nivel del grupo, las modificaciones de posición son indicadoras, de las
relaciones existentes entre los miembros de ese grupo. Un acuerdo se traduce
por una conformidad de gestos y deposiciones; por el contrario, una gran
diversidad de gestos indica cierto desinterés o un desacuerdo.
La observación de todos los gestos es fundamental para comprender la
dinámica de la comunicación.
*La mímica:
Los afectos primarios: alegría, rabia, sorpresa, pena, disgusto, interés. Cuyas
manifestaciones están ligadas al enervamiento de ciertos músculos faciales, se
encuentran en todos los pueblos y en todas las culturas.
Las expresiones que descansan sobre un código social determinado resultan
reconocibles y analizables con facilidad a partir de su contexto, cada individuo
posee una manera propia de expresar su emoción. La manera en que cada uno
ha anudado las relaciones interpersonales en su medio familiar y social,
determina las formas de expresión.
Cada individuo, de acuerdo con su medio cultural y social, adoptara una
estructura de respuesta emocional particular: la expresión emocional se ve
favorecida en los medios mediterráneos, mientras que los orientales se aplican
en especial a no dejar traslucir nada en su rostro.
En consecuencia, las mímicas conscientes o inconscientes son específicas del
medio social, de la región en que ha sido educada la persona.
Por último, la expresión lleva, asimismo, la marca de la personalidad: algunas
personas conservan una mínima muy expresiva, otras personas, un rostro más
cerrado: el histérico muestra una cara cambiante, el rostro del depresivo
permanece estático.
*La mirada:
Constituye uno de los aspectos determinantes en la comunicación. Pueden
leerse las expresiones más plenas de matices, las emociones más reales.
La mirada ejerce una apariencia, una doble función: indica a quien se dirige la
comunicación y constituye un indicio de la atención dispensada. No existe
interacción en la comunicación sin intercambio de mirada, el contacto con los
ojos señala una interacción intensa. Sostener la mirada de otro significa
intentar el dominio de la comunicación, someter al otro a su dependencia.
Para Watzlawick, existen cinco axiomas que rigen el lenguaje desde una perspectiva
constructivista-sistémica:
Es imposible no comunicar. Como explica el autor en el libro, no hay nada que sea lo
contrario de conducta. Ninguna persona puede dejar de comportarse y, dado que cualquier
conducta conlleva un acto de comunicación, es imposible no comunicarse. Por ejemplo, evitar
advertir a un empleado un fallo que ha cometido no supondrá que no estemos interactuando con
él, pues el trabajador interpretará nuestra falta de comunicación verbal como que todo está
correcto. Por ello, debemos afrontar la interacción directa dentro de la empresa y ser lo más
específicos posibles, porque incluso sin estar presentes físicamente estamos enviando mensajes –
quizá totalmente contrarios a lo que realmente deseamos transmitir-.
Los niveles de contenido y las relaciones de la comunicación. Según la ‘Teoría de la
Comunicación Humana’, en cualquier mensaje intervienen dos aspectos: el contenido que se
transmite y la relación que existe entre los interlocutores, de modo que el segundo influye en el
sentido del primero. El contenido aporta el qué se dice y la relación, el cómo hay que
interpretarlo. Por ejemplo, un directivo le dice a un empleado “¿Ya estás de vuelta?”. Si la relación
que existe entre ambos es cordial, el segundo lo entenderá como una mera pregunta, pero si por
el contrario la relación es negativa y se han producido discrepancias previas el trabajador puede
concebir las mismas palabras como un reproche por su ausencia.
La puntuación de la secuencia de hechos. Watzlawick establece que para los interlocutores
siempre existe uno que tiene la iniciativa y otro que actúa como respuesta al primero y, en función
del rol, estructuran la comunicación. Sin embargo, no siempre existe acuerdo entre ambos sobre
quién es quién. Es decir, podemos encontrar a dos profesionales discutiendo sobre sus acciones:
“Yo no hice tal cosa porque no me la pediste”, dirá uno; “Yo no te lo dije porque no me
preguntaste”, afirmará el otro. Sin embargo, para el psicólogo, la comunicación verbal no puede
reducirse a esta relación causa-efecto, sino que se trata de un proceso cíclico de intercambio
constante.
Comunicación digital y analógica. En la interacción entre dos personas influye tanto la
comunicación verbal como la no verbal para dar sentido al mensaje. Por ejemplo, un simple “Tú
sigue así” del jefe de área al empleado puede dar lugar a dos mensajes completamente diferentes
según los gestos, tono de voz, posición corporal, etc… Si el superior sonríe y acompaña la frase con
un guiño o un toque amistoso en el hombro, enviará un mensaje positivo, pero si lo dice con el
rostro serio y con un tono áspero, se transformará en una forma irónica de reprender al
colaborador.
En este caso, la comunicación digital se corresponde con lo que se dice y la comunicación
analógica hace referencia a cómo se dice.
Un ejemplo del cuarto axioma puede ser un diálogo entre dos personas. Una de ellas puede decir:
"Pase, por favor, le estaba esperando" (comunicación digital) mientras hace un gesto con la mano
que puede indicar, por ejemplo, impaciencia (comunicación analógica).
Freud Sigmund
Introducción.
La relación que tiene el individuo con todos los vínculo con los que se relaciona (pares, objeto de amor,
etc.) pueden ser considerados fenómenos sociales. Estos entran en oposición con otros fenómenos que
los hemos denominado narcisistas, donde la satisfacción pulsional se sustrae del influjo de otras
personas o renuncia a estas.
La psicología de las masas trata al individuo como miembro de un linaje de un pueblo, de una casta, de
un estamento, de una institución, o como integrante de una multitud organizada en forma de masa
durante cierto lapso y para determinado fin.
Le bon explica en “Psicología de las masas” la relación de los individuos con su medio: “… el rasgo
más notable de una masa psicológica: cualesquiera que sean los individuos que la componen (…), el
mero hecho de hallarse transformados en una masa los dota de una especie de alma colectiva en virtud
de cual sienten, piensan y actúan de manera exactamente distinta de cómo sentiría, pensaría y actuaría
cada uno de ellos en forma aislada…”
Si los individuos dentro de una masa están ligados en una unidad, tiene que haber algo que los una, que
sea lo característico de la misma. En la masa, según Le Bon, desaparecen las adquisiciones de los
individuos y por lo tanto su peculiaridad, lo heterogéneo se hunde en lo homogéneo.
Se establece de esta manera, un “promedio en los individuos de la masa”. Sin embargo, aparecen
también nuevas propiedades a causa de:
– dentro de la masa el individuo adquiere un sentimiento de poder invencible que le permite entregarse
a instintos que aislado no lo hubiese hecho. Así, tendrá menos motivos para controlarlo, porque dentro
de la masa anónima, desaparece totalmente el sentimiento de la responsabilidad. Freud, agrega a esta
causa que el individuo, al entrar a la masa, queda sometido a condiciones que le permiten echar por
tierra las represiones de sus mociones pulsionales inconscientes. Las propiedades nuevas son, las
exteriorizaciones de ese inconsciente que contiene como disposición toda la maldad humana, y la
desaparición de la conciencia moral (angustia social).
– una segunda causa es el contagio, contribuye igualmente a hacer que en las masas se exterioricen
rasgos especiales y al mismo tiempo marcar la orientación de otros. En la multitud, todo sentimiento y
todo acto son contagiosos, de tal manera que el individuo sacrifica su interés personal al interés
colectivo.
– hay una tercera causa, la más importante, que determina en los individuos de una masa particulares
propiedades diferentes a las del individuo aislado, esta es la sugestionalidad, de la cual el contagio es
solo un efecto. El individuo inmerso en una masa después de un cierto tiempo se encuentra en un
estado singular, similar a la fascinación. La personalidad conciente ha desaparecido por completo, la
voluntad y el discernimiento quedan abolidos. No tiene ya conciencia de sus actos. El contagio ha de
ser una exteriorización de la sugestionalidad.
Por otra parte, este autor también plantea que la masa es impulsiva, voluble y excitable. Es guiada casi
con exclusividad por lo inconciente. No soporta demora entre su apetito y la realización de lo
apetecido. Aparece un sentimiento de omnipotencia, desaparece el concepto de lo imposible. La masa
es influible, crédula y acrílica. Los sentimientos de la misma son simples y exaltados, solo es estimulada
por estímulos desmedidos. En relación con la autoridad, quiere ser dominada y sometida la mismo
tiempo.
– existe una cuarta causa, que tiene que ver con la idea de identificar el alma de las masas con el alma
de los primitivos. En las masas las ideas opuestas pueden coexistir y tolerarse sin que su contradicción
de por resultado un conflicto. Esta sujeta al poder “mágico” de las palabras. Además, nunca conocieron
lo real, piden ilusiones, a las que no pueden renunciar, lo irreal siempre prevalece ante lo real.
Siguiendo la exposición de Le Bon, quien argumenta, que los individuos tan pronto se encuentran
unidos se ponen instintivamente bajo la autoridad de un jefe. Entiende que los conductores adquieren
su predicamento por las ideas que los fanatizan a ellos mismos. Tanto esas ideas, como los conductores
tienen la característica de un poder “misterioso” denominado prestigio (paraliza por completo nuestra
capacidad de critica), lo que provocaría la fascinación en la masa.
Todo lo que Le Bon expone, no aporta nada nuevo, ha sido dicho con anterioridad.
Bajo el nombre de “masas” se reunieron formaciones diferentes que es preciso distinguir. Las masas de
las que habla Le Bon son las “masas efímeras”, que se aglomeran por la reunión de individuos de
diversos tipos con miras a un interés pasajero. Pero también existen las “masas estables” a las que los
seres humanos consagran su vida y que se encarnan en las instituciones de la sociedad.
La tarea consiste en procurar a la masa las mismas propiedades que eran características del individuo y
se le borraron por la formación de masa. En efecto, el individuo poseía (fuera de la masa) su
continuidad, su conciencia de si, sus tradiciones y usos, y se mantenía separado de otros con quienes
rivalizaba. Esta especificidad es la que había perdido por su ingreso a la masa.
Sugestión y libido.
En una masa el individuo experimenta por influencia d ella, una alteración a menudo profunda en su
actividad anímica. Su afectividad se acrecienta extraordinariamente, su rendimiento intelectual sufre una
notable disminución. Ambos procesos apuntan a una nivelación con los otros individuos de la masa,
resultado que solo puede alcanzarse por la cancelación de las inhibiciones pulsionales propias de cada
individuo y por la renuncia a las inclinaciones que le se ha plasmado. Estos elementos pueden
contrarrestarse mediante una organización mas elevada de las masas.
Freud rechaza la idea de la sugestionabilidad e intenta aplicar el concepto de libido, al que considera
como la energía (considerada como magnitud cuantitativa) de aquellas pulsiones que tienen que ver con
todo lo que puede sintetizarse como amor.
Vínculos de amor constituyen también lo esencial de las masas. Lo que correspondería a tales vínculos
esta oculto en la sugestión. Al respecto establece dos reflexiones que son:
– si el individuo resigna su peculariedad en la masa y se deja sugerir por otros, se tiene la impresión de
que lo hace porque siente la necesidad de estar de acuerdo con ellos y de no oponérseles por “amor a
ellos”.
Iglesia y ejército son masas artificiales, se emplea cierta compulsión externa para prevenir su disolución
e impedir alteraciones de su estructura.
Existe una falta de libertad. Cuando las masas artificiales se descomponen se genera el pánico. Se
desoye al jefe y cada uno se cuida a si mismo. Si los lazos recíprocos se disuelven se libera una angustia
sin sentido.
Cuando los individuos dominados por la angustia pánica cuidan de si mismos se dan cuenta de que han
cesado esas ligazones afectivas que hasta entonces les rebajaban el peligro. Lo que sucede es que la
angustia pánica supone al aflojamiento de la estructura libidinosa de la masa.
En un individuo la angustia será provocada por la magnitud del peligro o por la ausencia de ligazones
afectivas, que es lo que ocurre en la angustia neurótica.
De igual modo el pánico nace por el aumento del peligro que afecta a todos, o por el cese de las
ligazones afectivas que cohesionan a la masa.
El principal fenómeno de l psicología de las masas: la falta de libertad del individuo dentro de ellas.
En los ejemplos expuestos anteriormente, nos encontramos con dos tipos de masa artificiales. Una
donde los lazos afectivos son generados a partir de la ligazón con el líder, y otro por los individuos
entre si. Una multitud no es una masa hasta que no aparecen lazos entre si.
El conductor o la idea pueden ser negativas (odio a una persona /institución) pero podría producir
igual efecto unitivo y generar ligazones parecidas que la dependencia positiva.
La identificación.
El psicoanálisis conoce la identificación como la más temprana exteriorización de una ligazón afectiva
con otra persona. Tempranamente en la vida del niño se produce la identificación con el padre, a quien
toma como modelo. Simultáneamente se da u segundo lazo psicológico: el varón toma a la madre como
un objeto sexual. Ambos sentimientos coexisten un tiempo sin influirse ni perturbarse entre si. Desde el
comienzo la identificación es ambivalente: puede darse vuelta hacia la expresión de la ternura o hacia el
deseo de eliminación.
La identificación:
Pasa a sustituir a una ligazón libidinosa de objeto por la vía represiva, mediante introveccion del objeto
en el yo.
Puede nacer a raíz de cualquier comunidad que llegue a percibirse en una persona que no es objeto de
las pulsiones sexuales.
La ligazón reciproca entre los individuos de la masa tiene la naturaleza de una identificación de esta
clase (mediante una importante comunidad afectiva) esa comunidad reside en el modo de la ligazón con
el conductor.
El instinto gregario.
La masa exhibe un cuadro inequívoco de regresión de la actividad anímica a un estadio anterior. Este
cuadro se da en las masas comunes mientras que en las de alta organización, artificiales se las puede
detener en buena medida.
Se tiene la impresión de n estado en que la moción afectiva del individuo y su acto intelectual son
demasiado débiles para hacerse valer por si solos.
Los estados anímicos que se han descrito en la masa, Trotter los deriva de un instinto gregario innato
en los hombres. Este instinto es la expresión de la tendencia de todos los seres vivos de formar
unidades cada vez más amplias. El individuo se siente incompleto cuando está solo.
La crítica que realiza Freud es que el instinto gregario no deja lugar a la figura del conductor, ese se
añade a la masa solo de modo contingente, para él la esencia de la masa no puede concebirse
descuidando al conductor.
El instinto gregario surge del trato igualitario para todos. Ninguno debe querer destacarse, todos
deberían ser guales y poseer lo mismo, la justicia social significa que un o se deniega a cosas para que
otros también puedan renunciar a ellas o no puedan exigirlas. Esta exigencia de igualdad es la raíz de la
conciencia moral social y del sentimiento del deber.
Cada individuo es miembro de muchas masas, tiene múltiples ligazones de identificación y ha edificado
su ideal del yo según los más diversos modelos. Cada individuo participa del alma de muchas masas: su
raza, su estamento, su comunidad de credo, su comunidad estatal, etc. y puede elevarse por encima de
ello hasta lograr una particular autonomía y de originalidad.
Las masas efímeras desaparecen sin dejar huellas del desarrollo individual. Se comprende diciendo que
el individuo resigna su ideal del yo y lo permuta por el ideal de la masa corporizado en el conductor.
Esto no tiene igual magnitud en todos los casos. En muchos individuos la separación entre su yo y su
ideal del yo no llega demasiado lejos. Circunstancia que facilita la elección del conductor porque a
menudo solo necesita poseer las propiedades típicas de estos individuos. Los otros cuyo ideal del yo no
se habría corporizado en su persona en otras circunstancias sin que mediase corrección son arrasados
por identificación.
EL GRUPO Y EL INCONCIENTE
LO IMAGINARIO EN LOS GRUPOS
a) La realidad imaginaria de los grupos
Todo grupo es una puesta en común: de energías y entusiasmo según el sentido común, de
representaciones, sentimientos y voliciones según Durkheim, de pasiones según Fourier, de
imitaciones según Tarde. Freud habló de identificaciones de los miembros con el líder.
Para Mayo, el grupo es una mentalidad común, con normas internas propias, y para Lewin es la
interdependencia entre sus miembros. Bales enfatiza el aspecto de comunicación entre los
miembros, y los psicólogos sociales hablan de afinidades entre sus miembros, y de un
sentimiento de pertenencia.
Para Anzieu, el grupo es un lugar de fomentación de imágenes: una emoción común se
apodera de los miembros y les aporta la impresión de estar muy unidos. Estas emociones
están desencadenadas por imágenes muy precisas y fuertes que los miembros no advierten
concientemente. En realidad, los grupos no son ideales, siempre hay peleas y rivalidades o
puntos de vista diferentes. Por ello, el grupo necesita para mantenerse unido, crear una ilusión
grupal, una imagen de unidad que les sirve como defensa frente a la desintegración. Los
grupos se sienten narcisísticamente amenazados por sus puntos débiles pues ven empañarse
su propia imagen ideal como grupo. Por ello, necesita fomentar una imagen de unidad.
El aporte de Bion.- La teoría grupal de Bion puede condensarse en dos enunciados:
1) Todo grupo funciona en dos niveles: el de la tarea común y el de las emociones comunes.
En este último predominan los procesos primarios, y está regido por los llamados supuestos
básicos.
2) El grupo se somete alternativamente a tres supuestos básicos, que son inconcientes: a)
Dependencia: el grupo se siente cuidado y protegido por el líder, lo que representa una
regresión a la infancia. b) Ataque-fuga: si el monitor rechaza cuidarlos, el grupo se siente
atacado, y entonces ataca al monitor o bien emprende la huída. c) Emparejamiento: A veces,
esta huída desemboca en la formación de una pareja dentro del grupo, la que supuestamente
engendrará un hijo o producto que salvará al grupo (esperanza mesiánica). Los tres supuestos
básicos no aparecen al mismo tiempo: uno predomina y oculta a los otros que permanecen en
potencia, formando el sistema ‘protomental’.
Jaques estudió las angustias persecutoria y depresiva en los grupos e instituciones, y señaló
que ellos montan defensas colectivas contra estas angustias. Cuando el grupo funciona en la
posición paranoide, se siente amenazado por un peligro exterior y cree que hay un espía,
contra el cual lucha. Esta intrusión se vivida como destructiva. Además, esta intrusión o
enemigo hace peligrar su integridad, y el grupo puede sentirse desvalorizado, con lo cual entra
en la posición depresiva.
El grupo es una amenaza primaria para el individuo. El grupo cara a cara con compañeros que
no se conocen casi nada, y donde no hay una figura dominante con cuyo amor cada uno se
siente protegido y unido a los demás, es vivida como una amenaza para la unidad personal,
una amenaza al yo. El sujeto se siente ‘despedazado’ por diversas demandas de los otros. Esto
produce angustia y la imagen de un cuerpo fragmentado. Como defensa frente a esto, el grupo
crea una ilusión de ser una unidad, una totalidad sin fragmentación.
Ciertas representaciones del grupo están muy idealizadas. Son las llamadas metáforas del
grupo y son dos: el grupo vivido como ORGANISMO VIVIENTE (con partes u órganos-
miembros que cumplen cada uno su función), y el grupo como MAQUINA (grupo que se
alimenta de cierta energía, tiene un determinado rendimiento para cumplir un objetivo. Como
las máquinas, tiene un sistema de feed-back o retroalimentación. Este feed-back no es un
simple intercambio de información, sino de sentimientos de comprensión y compartir cosas,
que resuelve las tensiones intragrupales).