Вы находитесь на странице: 1из 7

Argumento válido: dos premisas, que conducen a una conclusión.

La conclusión se deduce
lógicamente de las dos premisas. Y si las premisas son verdaderas, la conclusión debe serlo
también. Premisa 1: A todos los osos les gusta la miel, Premisa 2: Eduardo es un oso,
Conclusión: Luego a Eduardo le gusta la miel.
Argumento inválido: la conclusión no se deduce lógicamente de las 2 premisas. Aunque las
premisas de un argumento no válido sean verdaderas, la conclusión no tiene por qué serlo.
Premisa 1: A todos los osos les gusta la miel, Premisa 2: A algunos filósofos les gusta la miel,
Conclusión: Luego algunos filósofos son osos.

Los filósofos insisten en el uso de la razón. Cuando proponen una teoría, intentan respaldarla
de modo razonado. También buscan los fallos lógicos de argumentos que, supuestamente,
apoyan una teoría. La lógica nos permite construir argumentos racionales y evalúa hasta qué
punto un argumento es una buena base de una teoría.

-Construir un argumento racional. Limitándonos a decir que creemos que algo es verdadero no
convenceremos a otros de nuestra opinión: debemos mostrar cómo hemos llegado a esa
conclusión y presentar un argumento que muestre cómo hemos pasado de una idea a otra por
una vía lógica. Debe empezar con afirmaciones verdaderas (las premisas) y que permitan
inferir una conclusión. Para determinar que la conclusión de nuestro argumento es verdadera,
las premisas deben ser ciertas, y el argumento, fundamentado lógicamente. La lógica nos
ofrece un método con que evaluar si nuestras inferencias están bien o mal, y algunos
argumentos son más sólidos que otros.

-Llegar a la verdad. La lógica nos ayuda a analizar un argumento, a ver su estructura o forma
lógica; así podemos establecer si la conclusión se sigue o no de las premisas. Se dice que un
argumento es válido si podemos deducir (inferir) la conclusión de las premisas. Tal argumento
se conoce como ´deductivo`. En un argumento deductivo, si las premisas son verdaderas, la
conclusión también lo será. Pero poder deducir la conclusión a partir de las premisas no basta
para probar que la conclusión es verdadera; el contenido del argumento también cuenta.

-Grados de razonabilidad. Si podemos asegurar que las premisas de un argumento son


probablemente verdaderas, y si sabemos que el argumento es válido, podremos saber que la
conclusión también lo es, seguramente. No obstante, en ocasiones, las premisas de un
argumento, aunque sean verdaderas, no nos dan información suficiente para demostrar si la
conclusión es verdadera o no. Aunque es posible demostrar que ciertas cosas son verdaderas
si las premisas lo son y el argumento es válido, no todos los argumentos son tan absolutos:
existen grados de razonabilidad de una afirmación. Por ello, muchos argumentos filosóficos se
limitan a ofrecer la justificación razonable de una idea: una teoría, más que una prueba.

¿QUÉ ES UN ARGUMENTO LÓGICO? Los argumentos racionales pueden tener muchas formas,
pero todos avanzan desde unas premisas hasta una conclusión. Los filósofos han utilizado
formas argumentales cada vez más complejas para presentar y justificar sus ideas, y la lógica
que las respalda se ha vuelto más sofisticada. Esto ha dado lugar a una rama de la filosofía que
tiene relación con las matemáticas.
¿QUÉ CONSTITUYE UN BUEN ARGUMENTO?

Para que un argumento sea lógico y convincente, debe basarse en unas premisas verdaderas o,
al menos, razonables y que respalden la conclusión. Un argumento se puede presentar de
distintas formas, y la forma lógica que adopte determinará si es correcto inferir la conclusión a
partir de las premisas.

¿QUÉ NOS DICE LA LÓGICA?

Uno de los problemas al tratar de valorar argumentos es que suelen presentarse de un modo
tosco; a menudo ni siquiera queda del todo claro cuál es el argumento. A veces, antes de
poder evaluar si un argumento lógico está bien fundamentado o no y si sus premisas son
verdaderas, es necesario analizarlo con atención.

ARISTÓTELES

"Sócrates es mortal" es la conclusión innegable del silogismo más famoso de la historia. El


silogismo aristotélico, una sencilla deducción a partir de dos premisas de una conclusión, fue el
primer sistema formal de la lógica. Todos los hombres son mortales---Sócrates es un hombre---
Por lo tanto, Sócrates es mortal.

Cuadro de oposición*.

Aristóteles, considerado a menudo el iniciador del enfoque científico, fue muy sistemático en
su trabajo. Además de ser el primero en analizar y clasificar argumentos lógicos, y en organizar
metódicamente aspectos de su filosofía, fue un naturalista entusiasta, y ordenó sus
observaciones del mundo natural con el mismo espíritu metódico.

El SILOGISMO

Aristóteles detecta una pauta en este modo de pensamiento, en el que dos premisas dan lugar
a una conclusión; por ejemplo en la forma : si todo A es X, y B es A, entonces B es X. El
silogismo, como se conoce a esta forma de razonamiento, es el primer sistema lógico formal
diseñado y fue el modelo lógico básico hasta el siglo XIX. Sin embargo, el silogismo es más que
un producto derivado de la clasificación sistemática que Aristóteles hizo del mundo natural. Al
utilizar el razonamiento analítico en forma de lógica, Aristóteles cayó en la cuenta de que la
potencia de la razón no dependía de los sentidos y que, por lo tanto, debía ser una
característica innata que definía parte de lo que es un ser humano. Aunque carecemos de
ideas inherentes a nosotros mismos, sí poseemos esta capacidad innata, necesaria para
aprender de la experiencia. Al aplicar esto a su sistema jerárquico, Aristóteles se percató de
que el poder ingénito del razonamiento es lo que nos distingue del resto de seres vivos, por lo
que nos colocó en la cima de la jerarquía.

LEGADO

Los apuntes de Aristóteles sobre lógica (recogidos en el Órganon) continuaron siendo el texto
básico sobre el tema hasta la aparición de la lógica matemática en el siglo XIX.
--La lógica se ocupa de cuáles son los mecanismos que nos hacen razonar de modo
conveniente. En efecto, no basta con observar lo que nos rodea para llegar a saber algo,
también es preciso sacar las conclusiones de lo que observamos de modo correcto. Y por
supuesto, cuando discutimos de algún asunto la razón no la tiene quien más grita sino el que
es capaz de enlazar sus argumentos de modo adecuado. Aristóteles suponía que la mayor
parte de nuestros razonamientos son en forma de silogismos, es decir, dos premisas de cuya
combinación obtenemos una conclusión. Es importante señalar que la lógica no se ocupa de si
las premisas son verdaderas o falsas, solo de que la conclusión derive correctamente de ellas.
De modo que el conocimiento auténtico necesita premisas verdaderas y conclusiones
lógicamente correctas. En cualquier caso, un buen aprendizaje de los mecanismos de la lógica
es imprescindible para no dejarnos embaucar por quienes parece que razonan y en realidad
solo proclaman falacias, es decir, silogismos falsos.

Aristóteles consideraba que el uso de la razón era la más elevada de las ocupaciones y que la
lógica era la herramienta con que las personas obtenemos saber. Su innovador sistema lógico
introdujo el silogismo, una conclusión obtenida a partir de dos premisas.

La lógica aristotélica recibe a menudo el calificativo de "formal". En la medida en que es un


análisis de las formas del pensamiento (de ahí el término de "analítica"), resulta apropiada esa
caracterización; pero sería gravemente erróneo suponer que para Aristóteles la lógica se
ocupase tan exclusivamente de las formas del pensamiento humano que no tuviera conexión
ninguna con la realidad exterior a la mente. De hecho, trata él sobre todo de las formas aptas
de la demostración, y afirma que la conclusión de una prueba científica proporciona un
conocimiento cierto de la realidad. Aristóteles afirma que la conclusión se verifica en la
realidad. Presupone, por lo tanto, una teoría realista del conocimiento, y, para él, aun siendo la
lógica un análisis de las formas del pensamiento, es análisis de un pensamiento que piensa la
realidad, que la reproduce conceptualmente en el intelecto del hombre y que, en el juicio
verdadero, hace afirmaciones acerca de la realidad que se verifican en el mundo exterior. Es
un análisis del pensamiento humano en su captación de la realidad, aunque Aristóteles admite
sin duda alguna que las cosas no existen siempre en la realidad extramental precisamente
como son concebidas por la mente del hombre; por ejemplo, en el caso de los universales.
Desde el punto de vista lógico, las categorías abarcan todas las maneras que tenemos de
pensar las cosas, pero, al mismo tiempo, son también los modos como existen en realidad las
cosas: éstas son substancias y poseen, de hecho, accidentes. Así, pues, las categorías exigen
que se las trate no solo lógica, sino además metafísicamente.

Cuando Aristóteles fijó los modos con que la mente piensa las cosas, es indudable que no
podía prescindir del lenguaje como instrumento del discurso; pero el lenguaje sigue al
pensamiento y éste sigue a las cosas. El lenguaje no es una construcción a priori.

El conocimiento científico por excelencia consiste, para Aristóteles en deducir lo particular de


lo general o lo condicionado de su causa, de manera que se sepa la causa de la que el hecho
depende y la conexión necesaria entre el hecho y su causa. Dicho de otro modo: tenemos
conocimiento científico "cuando conocemos la causa de la que depende el hecho como la
causa de ese hecho y no de otro, y sabemos además que el hecho no podría ser distinto del
que es".

En los Analíticos, Aristóteles se ocupa, no solo de las pruebas científicas, de la demostración o


la deducción, sino también de la inducción. La inducción científica significa para él la inducción
completa (la inducción completa le es útil sobre todo al orador). Aristóteles se sirvió del
experimento, pero no elaboró una metodología científica de la inducción ni del empleo de la
hipótesis. Aun admitiendo que el silogismo inductivo resulta más claro, su ideal sigue siendo la
deducción, la demostración silogística. Su análisis del proceso deductivo es de muy alto nivel y
muy completo; pero no se puede decir que hiciera otro tanto con la inducción. Esto era, sin
duda, lo más natural en el mundo antiguo, donde las matemáticas alcanzaron un desarrollo
mucho mayor que las ciencias de la naturaleza. Sin embargo, después de haber establecido
que la percepción sensible en cuanto tal no puede llegar al universal, indica Aristóteles que
podemos observar grupos de objetos singulares o la frecuencia con que se repite un suceso, y
así, valiéndonos del raciocinio abstracto llegar a conocer una esencia o principio universal.

En los Analíticos primeros investiga Aristóteles las formas de la inferencia. Estudia luego las
tres figuras del silogismo: 1)el término medio es el sujeto de una premisa y el predicado de la
otra, 2)el término medio es predicado en las dos premisas, 3)el término medio es sujeto en las
dos premisas.

¿Tipos de razonamiento?

Aristóteles vio certeramente que las premisas que se utilizan en la deducción han de ser
probadas también ellas mismas; mas, por otra parte, si todo principio necesita prueba, nos
encontraremos metidos en un proceso infinito y nada se podrá probar nunca.
Comprendiéndolo así, sostuvo que hay ciertos principios que son conocidos instintiva e
inmediatamente y no necesitan demostración. El más profundo de tales principios es el
principio de contradicción. Estos principios no pueden probarse.

Es imprescindible ponderar la grandísima aportación con que contribuyó Aristóteles al


desarrollo del pensamiento humano en este campo de la ciencia (lógica), sobre todo en lo
tocante al silogismo. Es muy cierto que en la Academia se practicaron el análisis y la división en
conexión con la Teoría de las Formas; pero Aristóteles fue quien primero dio cuerpo a la lógica
(analítica) como ciencia autónoma, y quien primero descubrió, aisló y analizó la forma
fundamental de la inferencia, a saber, el silogismo. Es éste uno de sus logros más duraderos, y
aunque hubiese sido su único acierto positivo, bastaría para perpetuar su memoria.

-El sistema de Aristóteles. Los primeros filósofos de la antigua Grecia formularon sus ideas
sobre el mundo utilizando la razón, y debatían con otros pensadores la justificación de sus
afirmaciones. En tiempos de Sócrates, este era el modo más arraigado de presentar las teorías.
Sócrates desarrolló un método, conocido como dialéctica, para hallar la verdad debatiendo las
ideas con personas de distintos pareceres. Buena parte de su sistema consistía en mostrar las
contradicciones inherentes a lo que esas personas pensaban. Pero fue Aristóteles quien
concibió el sistema para presentar un argumento bajo una forma lógica: el silogismo. Para él,
el argumento lógico consiste en dos premisas que llevan a una conclusión. Cada paso del
argumento es una proposición con una forma determinada, como por ejemplo "Todo X es Y",
"Algunos X son Y", "Ningún X es Y" o "Algunos X no son Y". Aristóteles clasificó las distintas
combinaciones de dichas proposiciones para identificar cuáles llevan a buenas y malas
conclusiones.

-Deducción e inducción. Silogismo de Sócrates*. Los argumentos deductivos como este son
válidos si la conclusión se sigue de las premisas e inválidos si no es así. Pero hay otra forma de
argumento, la inducción, en la que se suele inferir una regla general a partir de unas premisas
particulares. En un argumento inductivo, la conclusión no se sigue necesariamente de sus
premisas; los argumentos inductivos no tienen por qué ser válidos. Las premisas deben
respaldar la conclusión, pero no garantizan lógicamente que esta sea verdad.

-Analizar un argumento. Durante siglos, el principal método de análisis de un argumento se


basó en el modelo aristotélico de silogismo: un argumento consiste en dos premisas y una
conclusión, y para darse por bueno, tiene que cumplir ciertas condiciones. Cada proposición
del argumento consiste en dos términos, que pueden ser universales (como "Todo X es Y" o
"Ningún X es Y") o particulares (como "Algunos X son Y" o "Algunos X no son Y"). Las distintas
combinaciones de esta clase de proposiciones dan un total de 256 formas posibles de
silogismo, las cuales se han clasificado según se pueda inferir o no la conclusión de las
premisas. Solo algunas constituyen argumentos deductivos válidos, en que una conclusión
particular se sigue de una premisa universal, y si las premisas son verdaderas, la conclusión
debe serlo también. Otras formas incluyen ejemplos de errores de razonamiento y se conocen
como falacias, o ejemplos de argumentos como la inducción, en los que las premisas respaldan
la conclusión pero no garantizan lógicamente su veracidad.

-Las medias verdades. Sin embargo, la lógica basada en el análisis aristotélico de los
argumentos tenía sus deficiencias. Aunque mostraba si un argumento deductivo era válido o
no, no era un buen sistema para evaluar la solidez de una conclusión que no pudiera rebatirse
ni demostrarse. La lógica matemática que presentó Gottlob Frege en el siglo XIX ayudó a
disponer de un modelo más avanzado para determinar la solidez de los argumentos. Pero el
problema seguía siendo que los argumentos dependían de la idea de que las cosas son
verdaderas o falsas, cuando, de hecho, existen las "medias verdades". En época reciente, se ha
propuesto un sistema de ´lógica difusa` para ofrecer un continuo entre verdadero (a lo que se
adjudica el valor de 1) y falso (valor 0), de modo que una "media verdad" se expresaría como
verdad de grado 0,5; una alta probabilidad, de 0,9; o una posibilidad remota, de 0,1.

-Paradojas desconcertantes. Pero hasta un argumento en apariencia bien fundamentado,


basado en aparentes premisas verdaderas, puede llevar a una conclusión obviamente errónea
o contradictoria, una paradoja. A menudo cuesta distinguir si se trata solo de un razonamiento
defectuoso o si la causa son unas premisas falsas, ambiguas o incluso contradictorias. Una de
las más famosas paradojas la planteó Zenón de Elea*. A los filósofos les costó refutar su
argumento recurriendo a las herramientas de la lógica tradicional. Y ese es el problema de las
paradojas: que aparentan tener un fundamento lógico, pero conducen a una conclusión
absurda. Ni siquiera las sofisticadas técnicas matemáticas modernas han hallado una solución
sencilla al enigma de Zenón.
RUSSELL

-Lenguaje ordinario. Los filósofos (igual que los políticos, los abogados, los científicos) usan
argumentos para intentar justificar sus explicaciones. Para evaluar la solidez de esos
argumentos, podemos recurrir a la lógica. Pero no siempre hablamos o escribimos de tal modo
que nuestros argumentos queden claros. En filosofía, a menudo ayuda "traducir" lo que
alguien dice a una forma lógica más clara. Identificar las distintas premisas de un argumento y
cómo se relacionan con su conclusión facilita la valoración de dicho argumento. Hasta las
afirmaciones que parecen sencillas a veces precisan un análisis detallado para determinar qué
significan con exactitud. Bertrand Russell pensaba que los filósofos debían poner al
descubierto la "forma lógica" que subyace a lo que se dice en lenguaje ordinario. Para
establecer la veracidad de una afirmación, antes debemos conocer su significado.

-Análisis lógico. A Russell se le conoce sobre todo por su "teoría de las descripciones". Una
descripción es una frase con la forma "el tal" que se refiere a una persona o cosa en concreto
(como lo hacen los nombres). Usamos una descripción para decir algo verdadero o falso sobre
la persona o cosa. El problema es que algunas frases parecen referirse a personas o cosas
particulares cuando, de hecho, no se refieren a nada.

RUSSELL (&FREGE)

Mientras la filosofía continental se ocupaba de la vida, la angustia o el absurdo, los pensadores


anglosajones seguían su propio camino y característicamente se ocupaban de la lógica, la
teoría de la ciencia y los problemas del lenguaje. Sin duda, Bertrand Russell fue la figura más
reputada del pensamiento británico en el siglo XX.

Desde su primera juventud, Russell (como Descartes) buscó alcanzar algún tipo de saber tan
cierto y seguro que ninguna persona razonable pudiese dudar de él. Y supuso que deberían ser
las matemáticas. Siguiendo ideas de Gottlob Frege, Russell se propone deducir las
matemáticas de la lógica, tras convertir a ésta en un lenguaje formal universal capaz de dar
cuenta de todos los sucesos del mundo, como quiso Leibniz. Junto a su antiguo profesor
Alfred North Whitehead escribió una obra monumental en tres volúmenes, Principia
Mathematica, en la que lleva a cabo esa tarea. Allí resuelve algunas paradojas lógico-
matemáticas que Frege había señalado, especialmente la de los conjuntos que se contienen a
sí mismos como miembros.
Los conjuntos llamados normales no se contienen a sí mismos: por ejemplo, el conjunto de los
hombres no se contiene a sí mismo porque no es un hombre. En cambio, el conjunto de los
conceptos abstractos se contiene a sí mismo porque es un concepto abstracto. Pero, ¿qué
ocurre con el conjunto de todos los conjuntos normales? Si se contiene a sí mismo, contendrá
un conjunto cuya definición consiste precisamente en estar formado por los conjuntos que no
se contienen a sí mismos, lo que es contradictorio; pero si no se contiene a sí mismo, será un
conjunto normal...!por lo que precisamente debería contenerse a sí mismo! Russell resuelve la
paradoja estipulando que hay diversos tipos lógicos de conceptos: el tipo cero está formado
por individuos, el tipo uno por propiedades de individuos y el tipo dos por propiedades de
propiedades de individuos. La antinomia se da cuando mezclamos conceptos de un tipo con los
de otro.
A partir de Principa Mathematica y en parte influido por su discípulo Wittgenstein, Russell
establece una teoría de los objetos del mundo según la cual todos ellos deben armarse por
medio de construcciones lógicas a partir de componentes mínimos, una especie de átomos no
físicos sino lógicos. Llamó a esta teoría "atomismo lógico", uno de cuyos principios es aplicar
siempre que se pueda la llamada ´navaja de Ockham`, es decir, sustituir las conclusiones
derivadas de entidades desconocidas por otras derivadas de entidades conocidas. En conjunto,
la teoría del conocimiento russelliana es una combinación de los principios lógicos con los
datos sensoriales, base última de cualquier saber fiable (Russell es empirista como Locke o
Hume). Inevitablemente, la ciencia se convierte en parangón de todo conocimiento.

FREGE

Gottlob Frege fue un pionero de la lógica, pero en vida su obra fue poco reconocida.

-Lógica simbólica. Cuando Gottlob Frege demostró la relación entre lógica y matemáticas,
propuso también un sistema de notación para expresar afirmaciones lógicas, el cual consistía
en símbolos parecidos a los matemáticos. De este modo, se puede presentar una proposición
bajo una forma lógica y analizarla según las reglas de la lógica; así, el argumento quedará
demostrado de un modo análogo a la prueba matemática.

-Lógica matemática. El silogismo en tres pasos del método aristotélico para analizar un
argumento se mantuvo como base de la lógica hasta finales del siglo XIX, aunque tenía
limitaciones. El matemático alemán Gottlob Frege revolucionó el modo de evaluar los
argumentos filosóficos. Hasta entonces se creía que la lógica derivaba de nuestra forma de
pensar, pero Frege probó que, como las matemáticas, se basa en reglas objetivas. Introdujo un
sistema de notación (apartado de lógica simbólica) para presentar argumentos de una forma
lógica. Esto suprimía las ambigüedades de los argumentos filosóficos presentados
verbalmente, al permitir a los filósofos analizar proposiciones lógicas como los matemáticos
analizan las declaraciones matemáticas. Y ofrecía un nuevo marco para la lógica, que se
convirtió en una herramienta mucho más poderosa, y allanó el camino para un tipo de filosofía
más analítica en el siglo XX.

Вам также может понравиться