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Una versión preliminar del presente Artículo ha sido publicado en AdVersuS, Año XII, Nº 28, 2015 –Revista de
Semiótica del Centro di Ricerca Semiotica (CRS) del Istituto Italo-argentino di Ricerca Sociale (IIRS) con el patrocinio del
Istituto Italiano di Ricerca Sociale de Roma y del Institut Européen de Recherche Sociale de Bruselas.
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 2
Resumen
Mientras Arthur C. Danto discutía sobre el fin del arte y el linde de la historia –cuando todos los
relatos han llegado a su fin y ya no es posible ninguna narrativa, iniciándose de esta manera la post-
historia del arte– los escritos de Baudrillard tributaban a una obsesión que ya estaba en sus primeros
libros: el signo y sus espejos, el signo y su producción febril en la sociedad de consumo, la
virtualidad del mundo y La transparencia del mal. En La economía política del signo estudiaba con
un enfoque materialista la mercantilización del signo; en sus libros posteriores (Las estrategias
fatales, El crimen perfecto), volverá sobre su argumento con una torsión crítica: de qué forma la
mercancía y la sociedad contemporánea están consumida por el signo, por un artefacto que suplanta
y devora poco a poco lo real, hasta hacerlo subsidiario. Lo real existe por voluntad del signo, el
referente existe porque hay un signo que lo invoca. Vivimos en un universo extrañamente parecido al
original -las cosas aparecen replicadas por su propia escenificación–, en lo paródico de los
simulacros –en el círculo vicioso– que es donde el mundo parece develar su ausencia total de
sentido.
Palabras Clave: Simulacro, imagen, signo, fin del arte, seducción, estética, post-historia
Abstract:
As Arthur Danto argued about the end of art and the edge of history, when all accounts have come
to an end and it is not possible any narrative, beginning this way the post-art history writings of
Baudrillard They paid tribute to an obsession that was already in his first books: the sign and
mirrors, the sign and its feverish production in the consumer society, the virtual world and the
transparency of evil. In studying political economy of the sign with the commodification
materialistic approach of the sign; in his later books (Fatal Strategies, The Perfect Crime), he
returns on his argument with a critical twist: how the merchandise and contemporary society are
consumed by the sign, a device that supplants and eats slowly reality , to make it a subsidiary.
Reality exists by the will of the sign, the benchmark exists because there is a sign that invokes it.
We live in a strange-things like the original universe appear escenificación- replicate on their own,
in parody of drills -in vicioso- circle is where the world seems to unveil its complete absence of
sense.
Baudrillard and Arthur Danto, Simulacra and post-history, after the end of art, where
everything is art and nothing is art.
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 3
1.- Danto y el fin del arte; cuando todo es arte y nada es arte.
A partir de un anuncio que arranca con Hegel2, el del “fin del arte”, se pueden examinar
las posiciones de alguno de los principales autores que han tratado dicha temática. De
entre ellos, Baudrillard y Danto me parecen de los más relevantes, ambos hicieron
referencia a la situación actual de estetización global.
¿Ha llegado el final del arte? Aunque, es difícil decirlo cuando todavía no se ha llegado
a una definición unánime de lo que es Arte, y creo que partiendo de esa base podríamos
rebatir algunas de las afirmaciones que Arthur C. Danto realiza en el planteamiento de
su ensayo "El Fin del Arte".3
En septiembre del año 2001 fuimos testigos, a través de los medios de masas, de uno de
los eventos de mal radical más terroríficos (junto al Holocausto y al lanzamiento de la
bomba atómica en Hiroshima) de la historia reciente. De algún modo el choque de dos
aviones en las Torres Gemelas del World Trade Center en New York generó una ola
expansiva que dejó pasmados a millones de espectadores a lo largo del mundo.
Remitiéndose a este evento algunos autores han argumentado recientemente que con la
caída de las torres gemelas se materializo el derrumbamiento de la cultura del
simulacro (Baudrillard) y que estaríamos frente a un retorno a lo real. Es posible situar
éste evento bajo algunas de las premisas del llamado arte de performances a lo largo del
siglo XX. Una estética del terror parte de una doble paradoja, aquella que, por una parte
entrega al arte la misión de ser una anestesia que compensa el dolor, el mal y la
catástrofe y que, por la otra, aquella que es materializada en eventos que desbordan la
representación a favor de una visión luciferniana de la historia del arte.
Este hecho marcó un antes y un después no sólo en la historia contemporánea, sino en
el estatuto de los estudios visuales y los modelos telecomunicativos. El atentado a las
2
GADAMER, H.G., “¿El fin del arte? Desde la teoría de Hegel sobre el carácter pasado del arte hasta el antiarte de la
actualidad” (1989), en La herencia de Europa.
DANTO, Arthur C., “El Fin del arte”, El Paseante, 1995. núm. 22-23.
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 4
Torres Gemelas fue uno de los acontecimientos más rápidamente difundidos a través de
las televisiones de medio mundo, permitiendo que lo viviéramos prácticamente en
directo, como un apocalíptico programa de tele-realidad. Sin embargo, esta hegemonía
todopoderosa de los mass media estaba a punto de acabar. El nacimiento de las redes
sociales unos años después trajo consigo una democratización no solo del acceso, sino
también de la transmisión de la información. Hoy en día, un acontecimiento como el
9/11 sería ampliamente fotografiado y twitteado por una gran masa social,
ofreciéndonos una visión mucho más poliédrica y global de la situación, una
información real que no podría ser censurada ni controlada por los gobiernos de turno.
Esto convierte al 9/11 (11S) en el último evento a gran escala difundido
exclusivamente por los medios tradicionales, en un acontecimiento histórico 1.0, por
denominarlo de alguna manera, y por lo tanto en un relato histórico construido, sobre
todo visualmente. Las imágenes que hemos visto del atentado de Nueva York fueron
escrupulosamente estudiadas para ofrecernos una visión acorde con el sentimiento que
interesaba transmitir.4
De allí que autores como A. C. Danto 5 sostengan que es imposible crear nuevo arte
dentro del sentido histórico del arte contemporáneo; así mismo se dificulta la
especulación sobre el futuro del arte y su naturaleza, presuponiendo su existencia.
Danto comparte de la idea de Hegel de que el Arte ha llegado a su fin como etapa
histórica, es decir que Arte e Historia han tomado caminos diferentes.
Danto en el El fin del arte6 ya anunciaba el “el fin de los relatos legitimadores” 7 y, con
4
Dueñas Villamiel, J., “[9/11] La estética del desastre”, en Realidades inexistentes | Derivas icónico-verbales
(Magazine) , Madrid, 2013.
DANTO, Arthur C., Después del Fin del Arte: el arte contemporáneo y el linde de la historia (1997), Paidós,
Barcelona, 2000
DANTO, Arthur C., “El Fin del arte”, El Paseante, 1995. núm. 22-23.
7
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 5
ello, la clausura de una era en el desarrollo del arte. Retomando los escritos de Hans
Belting sobre la era del pre-arte y la era del arte 8, así como los de Clement Greenberg
sobre la definición de lo moderno9, Danto considera que los relatos del arte actual han
llegado a su fin, pues ya no es posible ninguna narrativa, iniciándose de esta manera la
post-historia del arte encarnada en el arte contemporáneo.
Danto realiza una reflexión en torno a sus declaraciones de los años 80 en Después del
fin del arte: El arte contemporáneo y el linde de la historia 10 aclarando que el arte de
esa época (fines de los noventa) es el arte después del fin del arte. Para Danto, esto no
significa literalmente que el arte haya muerto, sino que lo que ha muerto es la narrativa
que determina sus lineamientos.
Por su parte Vattimo, en su ensayo “Muerte o crepúsculo del arte” desarrolla, al igual
que Danto, sus ideas sobre el fin del arte y la estetización total de la vida: la
distribución de imágenes y el impacto de la técnica (reproductibilidad) ahora está
siendo manejado por los medios de comunicación. Como consecuencia, estos factores
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "La Posmodernidad. Nuevo régimen de verdad, violencia metafísica y fin de los
metarrelatos", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid,
NÓMADAS. 29 | Enero-Junio, 2011 (I), pp. 285-300
http://www.ucm.es/info/nomadas/29/avrocca.pdf
Para H. Belting (Alemania, 1935) la era del pre-arte incluye todo el arte anterior al Quattrocento (1400 d.C.) donde no
hay una conciencia del arte, ligado aún a la artesanía, ni del artista como genio creador. Las obras de arte en esta época
estaban ligadas a un sentido milagroso y no eran admiradas por sus cualidades estéticas. A partir del Quattrocento
comienza la era del arte pues aparecen figuras del artista como genio y existe una nueva conciencia estética.
C. Greenberg (Estados Unidos, 1909-1994) discute los relatos que conformaron el inicio del modernismo y lo que define
como arte puro e impuro.
10
DANTO, Arthur C., Después del Fin del Arte: el arte contemporáneo y el linde de la historia (1997), Paidós, Barcelona,
2000
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11
VATTIMO, Gianni. El fin de la modernidad. Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna, Editorial Gedisa,
España, 1995, p.. 50.
12
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Estética de la virtualidad y deconstrucción del museo como proyecto ilustrado”, En
Revista NÓMADAS Nº 28 – 2008, Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos, Facultad de Ciencias Sociales,
Humanidades y Arte –Universidad Central, Colombia, pp. 122 – 127.
13
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Arte Conceptual y Posconceptual. La idea como arte: Duchamp, Beuys, Cage y
Fluxus", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid,
Nómadas Nº 37 | Enero-Junio 2013 (I), pp. 100 - 130
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/nomadas/37/adolfovrocca.pdf
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 7
14
DANTO, Arthur C., El abuso de la belleza. La estética y el concepto del arte. Barcelona, Paidós, 2005.
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 8
[
16 17
Dos reconocidos artistas del siglo XX, Karlheinz Stockhausen y Damien Hirst ,
desde la reflexión musical y la reflexión plástica respectivamente, catalogaron el
atentado terrorista ocurrido el 11 de septiembre del 2001 como una obra de arte, quizás
la más grande que haya creado la humanidad. Tanto el impacto visual como la
perfección en la ejecución por parte de los autores del atentado, esto es, la puesta en
escena del terror, ante miles de espectadores de manera simultánea. Las miles de horas
de ensayo de los ejecutantes hacían natural que terminaran muriendo conjuntamente
con su obra; la conmoción que a nivel mundial se creó, al repetir su obra
constantemente en todos los televisores del mundo, bastaron para identificar a dicho
atentado terrorista con una obra de arte multimedia.
Los terroristas islámicos ocupan zonas cada vez más amplias en el espacio abierto de
las noticias del mundo. En él infiltran los sistemas, violan el espacio aéreo y estrellan
aviones centellantes sobre las torres de Cristal que cobijan el centro del comercio
mundial. El hecho de que los autores de estos graves atentados reciban la consideración
15
16
Stockhausen le dijo a un grupo de reporteros de Hamburgo, durante el festival anual de música, cinco días después del
9/11, “That minds accomplish in one act something that we in music can’t dream of, that people rehearse like mad for
ten years, totally fanatically, for a concert and then die—that’s the greatest work of art there is in the entire cosmos.” En:
“Report from Suzanne Stephens to Jim Stonebraker for the Stockhausen” (2001).
17
En una entrevista a la BBC News Online, Hirst afirmó lo siguiente: “The thing about 9/11 is that it's kind of an artwork
in its own right. It was wicked, but it was devised in this way for this kind of impact. It was devised visually.” En:
Allison, Rebecca. 9/11 wicked but a work of art, says Damien Hirst. The Guardian, Wednesday 11 September 2002.
(http://www.guardian.co.uk/uk/2002/sep/11/arts.september11. Consultado el 16/5/2011 5:10 p.m).
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 9
de héroes en extensas zonas del mundo no controladas por Occidente constituye tan
sólo un aspecto secundario de su triunfo, la eficacia que ostentan y la marca que les
enorgullece dice relación, más bien, con la gestión de la catástrofe. Con la generación
del pánico global.
Como cabe presumir la indignación generalizada y el repudio mundial se hicieron
sentir sobre Stockhausen y Damien Hirst, los artistas contemporáneos que
identificaron al 9/11 (11S) con una obra de arte, la última obra. Parecía como si la vieja
discusión planteada por Walter Benjamin, hace ya 77 años, entre la politización del arte
y el esteticismo de la política 18, se recreara, pero ya no enfrentando a los totalitarismos
comunistas con los fascismos capitalistas, sino enfrentando a las células terroristas
mundiales contra las democracias neoliberales. Ahora bien, independientemente de las
discusiones ético políticas globales suscitadas, lo relevante del caso es que la
posibilidad misma de lo enunciado por Stockhausen y Hirst es sintomática de un
cambio en la perspectiva de aquello que debe concebirse como obra de arte y
subsidiariamente es una muestra de un cambio en la sensibilidad actual.
Que a partir de Stockhausen y Hirst se catalogue al 9/11 como una obra de arte es una
prueba evidente de que algo extraño está pasando con la definición misma de lo que
pueda llegar a ser arte, y en consecuencia es una prueba también evidente de que
aquello que llamábamos estética ha sufrido una mutación radical. Aquí debiera
explorarse –en una nueva investigación– la posibilidad de explicar cómo el concepto
de lo sublime, en su devenir histórico desde lo eufórico hasta lo disfórico, nos permite
afirmar que, por ejemplo, la caída de las torres gemelas (el 11S) constituye para la
nueva sensibilidad –post-histórica– una auténtica fuente de experiencia estética.
18
Cfr. Benjamin. Walter. La obra de arte en la época de su reproducción técnica. En: Discursos Interrumpidos I,
Traducción de Alfredo Brotons Muñoz. Buenos Aires: Taurus, 1989. [Original francés, Paris, 1936. Editado con la
colaboración del traductor Pierre Klossowski]. Según Benjamin el cine produce modificaciones profundas en el aparato
perceptivo, modificaciones que se viven en el mundo cotidiano y que son causadas por las transformaciones de las
condiciones de producción, pero el cine también es un entrenamiento que le sirve al individuo para acelerar tales
modificaciones de la percepción de manera que logre sortear las nuevas amenazas que el medio le impone. Esto es lo
que Benjamin denomina la politización del arte, que bien puede definirse como el uso del arte, por parte de las
sociedades comunistas, para generar la supervivencia humana y para acelerar su percepción con miras a adecuarse a los
cambios y choques que producen los cambios en las condiciones de producción. Mientras que el esteticismo de la
política es la acción ejercida por el fascismo al predicar la guerra, la mayor forma de autoalienación, como medio de
llevar a las masas a vivir su propia destrucción como goce estético.
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 10
19
WAGNER, Richard. 1963 [1870-1880]. Mein Leben. Martin Gregor-Dellin (ed.). München
20
21
Ibid.
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 11
23
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Sloterdijk y Canetti; El detonante iconográfico y operístico de la política de masas”, En
Nómadas- Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas N º 15 | Enero-Junio.2007, pp. [201-214]
http://www.ucm.es/info/nomadas/15/avrocca_detonanteiconografico.pdf
24
ROSKIS, Edgard, Fotografía y Verdad, Le Monde Diplomatique, diciembre 1996, pp. 26 – 29.
25
Ahora bien, aunque, desde todos los discursos posthistóricos inspirados por Arthur C.
Danto26, se sostenga que en el presente no es posible diferenciar un objeto cotidiano de
uno estético y que por lo tanto prácticamente cualquier cosa podría catalogarse como
obra de arte, como considerar a la guerra como una obra de arte (Marinetti) o a la
acción de disparar indiscriminadamente a los transeúntes de un parque como una de las
más grandes obras de arte (Breton); del mismo modo no se había dado por sentado que
la muerte y la observación de la misma, directa o indirectamente, se convirtiera en una
experiencia estética.27
Sin duda alguna las manifestaciones dadaístas, surrealistas y situacionistas, comparadas
con la "poesía" hitleriana, fueron un "simple arrebato neorromántico". La mayoría de
26
Según Danto en la década de 1960 los estilos artísticos estuvieron sucediéndose a una velocidad vertiginosa. Podría decirse
que se vivió un paroxismo de estilos. Pues bien, dicho fenómeno tuvo como consecuencia el hecho de que no se pudo
diferenciar las meras cosa reales de las obras de arte. A partir del arte pop no existió más una diferencia visible entre ambas,
no hubo manera especial para mirarlas en contraste y no se pudo definir una serie de propiedades visuales particulares que
deberían tener las obras para ser arte. Debido a lo cual las obras de arte pudieron parecer cualquier cosa. Luego con el arte
conceptual dejó de ser necesaria la existencia de un objeto visual palpable para que se produjera arte, de modo que
cualquier cosa pudo ser considerada una obra de arte. En sentido estricto lo visual desapareció. La suma de todos estos
fenómenos hizo evidente en los años setenta la ausencia de dirección histórica y el advenimiento de una productividad
experimental sin dirección narrativa especial. Lo que significó un giro hacia la filosofía en la definición del arte. La
pregunta filosófica sobre la naturaleza del arte surgió entonces cuando los artistas presionaron contra los límites
conceptuales establecidos por la modernidad en lo referente al arte. Después de que desapareció el a priori sobre el aspecto
que debían tener las obras de arte pudo evidenciarse que se superó el linde de la historia. Se inició, por ende, una reflexión
sobre la esencia del arte. La modernidad se preguntó por la esencia de algunas artes, procuró establecer diferencias entre
ellas. Gracias a su autoconciencia cada arte se propuso diferenciarse de las demás, encontrando su esencia específica. De
manera que la filosofía de las artes fue particular, local y materialista. Todavía estaba constreñida por el medio y la forma.
Sólo a partir de 1960, cuando cualquier cosa pudo ser arte, apareció una filosofía del arte. Una verdadera filosofía general
del arte. Una reflexión que sobrepasó lo local y materialista del modernismo, que fue más allá de la superficie, la
pigmentación, el gusto y la pintura pura. Una reflexión que se preguntó por la esencia del arte en general. En los 70, al
disminuir el paroxismo de los sesenta, la historia del arte llegó a una concepción filosófica de sí misma. Alcanzó una
autoconciencia desde la cual la reflexión artística le fue entrega a la filosofía. Por eso de ahí en adelante el artista estuvo
liberado de la carga reflexiva y empezó a hacer arte en cualquier sentido que deseara, con o sin propósito. Y la herencia de
la historia del arte se le ofreció como una posibilidad de apropiación. Cfr. Danto, Arthur C. Después del fin del arte. El arte
contemporáneo y el linde de la historia. Traducción de Elena Neerman. Barcelona: Paidós, 1999. Capítulo I: Introducción:
moderno, posmoderno y contemporáneo. [Original inglés, New Jersey, 1997].
27
Con excepción, tal vez, de las segundas vanguardias, en la cuales se encuentran referentes explícitos de radicalización
de la muerte como objeto de experiencia estética.
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 13
historiadores, artistas e intelectuales, cierran los ojos ante la evidencia histórica. Esto –
que– haría enfurecer a André Bretón, sin embargo es una paradójica verdad; aquí el
papa del surrealismo es engañado por su propio truco. André Bretón sólo aceptaba
como arte el libre fluir del inconsciente sin ningún tipo de censura estética, moral o
lógica; el hombre que había proclamado que el acto surrealista por excelencia era bajar
a la calle empuñando un revólver y disparar al azar contra la muchedumbre.
Más allá de las ironías supuestas, debemos reconocer que sí bien los dadaístas fueron
los primeros, los originales, los creadores de la expresión más pura y violenta del arte
del siglo XX, es también necesario reconocer que Hitler fue un “dadaísta” colosal, el
más espectacular. aunque también, que duda cabe, el más siniestro y macabro. Fue
precursor de los happenings thanaticos. Un “situacionista aventajado”, para el cual la
vida diaria era una locura desatada; un payaso obcecado para el que sólo existía una
única realidad: ejemplo proteico de una actitud férrea, sintética e indivisible, que no
observó jamás que pudiera haber diferencia alguna entre la vida, la política y el arte.
¿Cómo un asesino en masa pudo ser quien anticipará estas ideas que están a la base de
la posición de cierta vanguardia nihilista? 28
4.- Atmoterrorismo.
Por otra parte para Peter Sloterdijk el 11 de septiembre de 2001 marcó una fecha cuya
misma superfluidad es siniestra, una fecha que no apunta a nada, salvo al mismo día en
que tuvo lugar el hecho. Este ha sido hasta ahora el indicio más claro de
posthistoricidad, un cambio de época de la guerra. Los aviones que se estrellan contra
las Torres de Nueva York ilustran a su manera la mutación del terrorismo, una mutación
que no es solamente cuantitativa sino también cualitativa ya que no se funda en la
evolución reciente en los sistemas de armas, sino precisamente en lo contrario, en la
posibilidad de sembrar el terror prescindiendo en absoluto de armas, mostrando la
capacidad de convertir cualquier objeto en medio de destrucción.
28
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "El artista como dictador social o el político como escenógrafo", En NÓMADAS, Revista
Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid, NÓMADAS Nº (I) 31 | Julio-Diciembre
2011, pp. 369-386
http://www.ucm.es/info/nomadas/31/adolfovasquezrocca_3.pdf
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 14
Para Peter Sloterdijk la originalidad de nuestra época reside en: “la práctica del
terrorismo, el concepto de diseño productivo y la reflexión en torno al medio ambiente.
Gracias a la primera, las interacciones entre los enemigos se han asentado sobre nuevas
bases pos-militares; gracias al segundo, el funcionalismo ha vuelto a conseguir conectar
con el mundo de lo visible; y gracias a la tercera los fenómenos vitales y cognoscitivos
se han entreverado con una hondura hasta la fecha desconocida.” 29
Sloterdijk en Temblores de aire indaga los orígenes y naturaleza del terrorismo
moderno, dando cuenta de una cierta racionalidad del terror la cual se articula bajo la
lógica del pánico como argumento central de la política. Reflexiona en torno a la
originalidad de nuestra época a partir de la práctica del terrorismo, considerando el
concepto de diseño productivo en él implícito, particularmente la manipulación del
medio ambiente como dispensador de un nuevo estilo de muerte: el modelo
atmoterrorista. Para finalmente dar cuenta de la constitución hipercomunicativa y la
deflagración de los explosivos en la mutación del terrorismo, entendido éste como el
arte de hacer hablar de sí mismo.
Así, escribe Virilio en Ville panique (Ciudades del Pánico), "mañana el Ministerio del
Miedo dominará, desde lo alto de sus satélites y de sus antenas parabólicas, al
Ministerio de Guerra ya caído en desuso, con sus ejércitos en vías de descomposición
avanzada"30.
Jean Baudrillard, por su parte, cuyas aportaciones más significativas giran en torno al
término “valor de cambio del signo”, apunta al desplazamiento del valor de cambio de
29
Sloterdijk, Peter. Temblores de aire. En las fuentes del terror. Traducción de Germán Cano. Valencia: Pre-textos, 2003. Pág. 39.
[Original alemán, Frankfurt am Main, 2002].
30
32
Ibid, p. 50
33
Ibid, p. 49
34
BAUDRILLARD, La guerra del Golfo no ha tenido lugar, Ed. Anagrama, Barcelona, 1991
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 16
BAUDRILLARD, Jean, Illusion, désillusion esthétique, Sens & Tonka. París, 1997, p. 46
36
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “La crisis de las Vanguardias artísticas y el debate Modernidad-Posmodernidad”, En
Arte, Individuo y Sociedad. Revista Científica de la Facultad de Bellas Artes, Universidad Complutense de Madrid –
Año 2005 – vol. 17. ISSN 1131-5598 pp.133 – 154
http://revistas.ucm.es/index.php/ARIS/article/view/ARIS0505110135A
37
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 17
signo estudiaba con un enfoque materialista la mercantilización del signo; en sus libros
posteriores (Las estrategias fatales, El crimen perfecto, América), volverá sobre su
argumento con una torsión crítica: de qué forma la mercancía y la sociedad
contemporánea están consumida por el signo, por un artefacto que suplanta y devora
poco a poco lo real, hasta hacerlo subsidiario. Lo real existe por voluntad del signo, el
referente existe porque hay un signo que lo invoca. Vivimos en un universo
extrañamente parecido al original –las cosas aparecen replicadas por su propia
escenificación –señala Baudrillard.38
El simulacro puede apuntar al "exterminio de realidad" ("no-realidad") esto es, a una
forma vacía, aunque Baudrillard lo identifica, más bien con la hiperrealidad, "más real
que lo real", simulacro como "proliferación de demasiada realidad". Es así que si en el
simulacro "lo real está desapareciendo, no es debido a su ausencia; sino, precisamente
porque hay demasiada realidad. Y es este exceso de realidad lo que pone fin a la
realidad".39
El simulacro no es lo que oculta la verdad. Es la verdad la que oculta que no hay
verdad. El simulacro es verdadero.
La idea de simulacro en su sentido post-estético es caracterizada por Baudrillard a
partir de modelos de la simulación artística del tipo de ready-made o la iconoclastia
contemporánea de Warhol40; mostrando asimismo las consecuencias que este fenómeno
38
39
BAUDRILLARD, J., La ilusión vital. Siglo veintiuno de España Editores, Madrid, 2000, p. 57
40
Cuando Warhol pinta sus Sopas Campbell en los años sesenta, se trata de un atisbo del brillo de la simulación y de todo
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 18
produce en estado actual del arte, lo que Baudrillard llama el "complot" del arte.41
El complot de los medios, podríamos decir, después que Marshall McLuhan señalara la
máxima que "el medio es el mensaje”, pues bien, cuál es el complot de los medios, el
de CNN por ejemplo, su simulacro mediático que produce perplejidades, como ese
enigmático eslogan: “Está pasando, lo estás viendo” ¿Qué quiere decir eso? ¿Qué lo
que no estas viendo no esta pasando? Y qué sucede si se dice “no lo estas viendo, pero
esta pasando” o “no esta pasando pero lo estas viendo”, lo que a menudo es el caso, en
el proceso cínico de manipulación de la información, cuando se trata de inflar hechos
mínimos y minimizar hechos gigantescos. La relación entre la publicidad y el hecho
publicitado es una relación interna, no es que pase una cosa y se informe a la población,
en muchos casos es a la inversa, se informa a la población y gracias a eso pasa algo
como lo que se esta informando. 42 Es así como la lógica hiperreal del montaje que
anula el proceso contradictorio de lo verdadero y lo falso, de lo real y lo imaginario,
nos conduce directamente a la célebre fórmula de McLuhan: "el medio es el mensaje”.
La pintura se reniega, se parodia, se vomita a sí misma en deyecciones plastificadas,
vitrificadas, congeladas. Los artistas visuales y conceptuales contemporáneos no
consienten en que sea el Sistema de las Artes –con sus Instituciones y funcionarios–
quien se ocupe de la administración e inmortalización del desecho.
Warhol, dice Baudrillard, ya no pertenece a la vanguardia ni a ninguna utopía. Con sus
imágenes puras, indefinidamente reproducidas, repetidas y multiplicadas en serie, con
la reapropiación lo que hace, él es quien mejor expresa la desaparición del arte como
el arte moderno: de un solo golpe, el objeto-mercancía, el signo-mercancía se vuelve sagrado de una manera irónica: es
el único ritual que nos queda, el ritual de la transparencia. Sin embargo, cuando pinta las Soup Boxes en 1986, ya no hay
fulgor, ya está en el estereotipo de la simulación. En 1965, se atacaba el concepto de originalidad de una manera
original. En 1986, se reproduce la inoriginalidad de una manera poco original. En 1965, es todo el traumatismo estético
de la mercancía irrumpiendo en el arte, tratado de una forma al mismo tiempo ascética e irónica (el ascetismo de la
mercancía, su lado a la vez puritano y férrico, enigmático, como decía Marx) y que simplifica de un solo golpe la
práctica artística. La genialidad de la mercancía, el genio maligno de la mercancía, suscita una nueva genialidad del arte:
el genio de la simulación.
41
BAUDRILLARD, J., El complot del arte. Ilusión y desilusión estéticas. Amorrortu Editores, Madrid, 2006.
42
RUIZ, Raúl, Discurso con ocasión del grado Doctor Honoris Causa otorgado por la Universidad de Valparaíso, conferido
el 15 de Marzo de 2011.
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 19
acto creativo. Warhol se identifica puramente con lo maquinal. No usa la máquina para
rehacer arte, explotando la técnica para crear ilusión; sino que Warhol emplea técnica
para reproducir automáticamente los objetos ya fabricados, ya sea una lata de sopa o el
rostro de una estrella del cine, para entregar la ilusión pura de la técnica.
“Cuando Warhol pinta sus Sopas Campbell en los años sesenta, se trata de un atisbo del brillo de la
simulación y de todo el arte moderno: de un solo golpe, el objeto-mercancía, el signo-mercancía se
vuelve sagrado de una manera irónica: es el único ritual que nos queda, el ritual de la transparencia.
Sin embargo, cuando pinta las Soup Boxes en 1986, ya no hay fulgor, ya está en el estereotipo de la
simulación. En 1965, se atacaba el concepto de originalidad de una manera original. En 1986, se
reproduce la inoriginalidad de una manera poco original. En 1965, es todo el traumatismo estético
de la mercancía irrumpiendo en el arte, tratado de una forma al mismo tiempo ascética e irónica (el
ascetismo de la mercancía, su lado a la vez puritano y férrico, enigmático, como decía Marx) y que
simplifica de un solo golpe la práctica artística. La genialidad de la mercancía, el genio maligno de
la mercancía, suscita una nueva genialidad del arte: el genio de la simulación. Nada queda de esto
en 1986, o se trata simplemente del genio publicitario que viene a ilustrar una nueva fase de la
mercancía.”43
El núcleo del dilema expuesto por Baudrillard está en en esto: o bien la simulación es
irreversible y no hay un más allá de la simulación, no hay un acontecimiento, es nuestra
banalidad absoluta, una obscenidad de todos los días, el nihilismo definitivo y nos
preparamos para una repetición insensata de todas las formas de nuestra cultura en
espera de un nuevo acontecimiento imprevisible –¿pero de dónde podría venir?–; o
bien hay por lo menos un arte de la simulación, una cualidad irónica que resucita cada
vez las apariencias del mundo para destruirlas. De otra forma, el arte no haría más que
encarnar su propio cadáver. Hace falta que cada imagen rete a la realidad del mundo,
hace falta que en la imagen alguna cosa desaparezca, pero no hace falta ceder a la
tentación del vaciamiento, de la entropía definitiva, hace falta que la desaparición siga
viva: ahí está, para Baudrillard, el secreto del arte y de la seducción.
Baudrillard, a partir de la categoría de la seducción, desplaza en sus consideraciones a
la producción. El mundo no parece ya unido por encadenamientos productivos, sino por
procesos de seducción. Es la desaparición tanto de lo real como del mundo de las
finalidades objetivables de la producción.
43
BAUDRILLARD, Jean, "Duelo", Fractal N° 7, octubre-diciembre, 1997, año 2, volumen II, pp. 91-110.
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 20
Para Baudrillard la peor de las alienaciones no es ser despojado por el otro, sino estar
despojado del otro; es tener que producir al otro en su ausencia y, por lo tanto,
enviarlo a uno mismo. Si en la actualidad estamos condenados a nuestra imagen, no es
a causa de la alienación, sino de su fin, es decir, de la virtual desaparición del otro, que
44
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Baudrillard; Cultura, Simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los Objetos”,
En Cuaderno de Materiales, Nº 23, 2011, 705-714 / ISSN: 1139-4382, Universidad Complutense de Madrid UCM.
http://www.filosofia.net/materiales/pdf23/CDM45.pdf
45
46
VALIENTE NOAILLES, Enrique., “Jean Baudrillard o el encanto del lenguaje”, en La Nación – Edición impresa - 11
de marzo de 2007.
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 21
48
LORIGA, Ray, Tokio ya no nos quiere, Plaza & Janes. Colección Ave Fénix. Barcelona, 1999.
49
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 22
Lo que anula y absorbe la ficción no es la verdad, así como tampoco lo que deroga el
espectáculo no es la intimidad; aquello que fagocita la realidad no es otra cosa que la
simulación, la cual secreta el mundo real como producto suyo.
Baudrillard exhausto de la esperanza del fin certifica que el mundo ha incorporado su
propia inconclusibilidad. La eternidad inextinguible del código generativo, la
insuperabilidad del dispositivo de la réplica automática, la metáfora viral50. La
extinción de la lógica histórica ha dejado el sitio a la logística del simulacro y ésta es,
según parece, interminable.
En una entrevista con Le Monde51, a Baudrillard se le preguntó qué quería decir al
describirse como un autor “metaléptico y viral”. Sin pensarlo demasiado respondió:
“Metaléptico es tomar el efecto por la causa, invertir o romper el desarrollo racional de
las cosas. Viral es un poco lo mismo: ya no hay causalidad, lo que hay es un enredo de
conexiones. Esto corresponde un poco a la idea que me hacía de un pensamiento radical
que ya no es crítico y racional pero que desestabiliza el juicio y la escritura. Se trata a la
vez de un deseo, de un sueño, y casi de una estrategia sistemática de inversión de las
cosas o de prolongación al infinito de las concatenaciones hasta la catástrofe, por lo
menos virtual.
50
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “William Burroughs: Literatura ectoplasmoide y mutaciones antropológicas. Del virus
del lenguaje a la psicotopografía del texto”, En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
Universidad Complutense de Madrid, NÓMADAS. 26 | Enero-Junio.2010 (II), pp. 251-265.
http://www.ucm.es/info/nomadas/26/avrocca2.pdf
51
Existen dos intentos recientes de utilizar el concepto de fetichismo de la mercancía para explicar la cultura capitalista
del siglo XX. Uno de ellos es, desde luego, la crítica a la “industria de la cultura” elaborada por Horkheimer y Adorno
en Dialéctica de la Ilustración, y el segundo es el análisis desarrollado por Guy Debord y otros miembros de
movimiento situacionista en los años sesenta. Parodiando la frase con que se inicia El capital, Debord afirma que “toda
la vida de las sociedades donde reinan las condiciones modernas de producción se anuncia como una acumulación
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 24
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, “Baudrillard; Cultura, Simulacro y régimen de mortandad en el Sistema de los Objetos”,
En Cuaderno de Materiales, Nº 23, 2011, 705-714 / ISSN: 1139-4382, Universidad Complutense de Madrid UCM.
http://www.filosofia.net/materiales/pdf23/CDM45.pdf
56
DEBORD, Guy, La sociedad del espectáculo, Ed. Pre –Textos, Valencia, 1999, cap. II La mercancía como espectáculo.
p. 51 y siguientes.
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 26
Nuestra soledad demanda un espejo simbólico en el que poder reencontrar a los otros
desde nuestro interior. Buscamos en el espejo la unidad de una imagen a la que sólo
llevamos nuestra fragmentación.
Con estupor tomamos las últimas fotografías posibles, un patético modo de certificar la
experiencia o de convertirla en colección. Pareciera que la fotografía quiere jugar este
juego vertiginoso, liberar a lo real de su principio de realidad, liberar al otro del
principio de identidad y arrojarlo a la extrañeza. Más allá de la semejanza y de la
significación forzada, más allá del "momento Kodak", la reversibilidad es esta
oscilación entre la identidad y el extrañamiento que abre el espacio de la ilusión
estética, la des-realización del mundo, su provisional puesta entre paréntesis.
Los rostros del otro, rostros distantes a pesar de su cercanía, ausentes a pesar de su
presencia, los miramos sin que ellos nos devuelvan la mirada. La alteridad no es más
que un espectro, fascinados contemplamos el espectáculo de su ausencia.
La seducción es un desafío, una estrategia que siempre tiende a desconcertar a alguien
respecto a su identidad, al sentido que puede adoptar para el. Las apariencias
pertenecen a la esfera de la seducción, mucho más allá de las apariencias físicas y el
intercambio entre los sexos. La seducción a la que Baudrillard se refiere es “al dominio
simbólico de las formas”60 y no al dominio material a través de la estratagema.
La hipertrofia de la comunicación que, paradojalmente, acaba con toda mirada o, como
dirá Baudrillard, con toda imagen61 y, por cierto, con todo reconocimiento. El mundo se
disfraza.
Baudrillard sostenía que los medios masivos de comunicación y la sociedad del
espectáculo han generado una desmaterialización de la realidad, focalizando la mirada
posmoderna hacia el mundo de las pantallas, lo que convierte a la comunicación en un
fin en sí misma y en la medida absoluta de interpretación de los sucesos.
Nuestro mundo moderno es publicitario en esencia. Tanto así que se podría decir que ha
60
sido inventado nada más que para hacer publicidad en otro mundo. No hace falta creer
que la publicidad haya venido después de la mercancía: hay, en el corazón de la
mercancía (y por extensión en el corazón de todo nuestro universo de signos) un genio
maligno publicitario, un embustero que ha integrado la bufonería de la mercancía y su
puesta en escena. Un escenógrafo genial (quizás el Capital mismo) ha dirigido al
mundo hacia una fantasmagoría de la que todos somos por fin víctimas fascinadas62.
La tarea del Occidente moderno ha sido la mercantilización del mundo, entregarlo todo
al destino de la mercancía, su puesta en escena cosmopolita, su puesta en imágenes, su
organización semiológica.63 Lo que hoy se presencia más allá del materialismo
mercantil es una semiurgia de todas las cosas a través de la publicidad, los media y las
imágenes. Incluso lo banal se estetiza y musefica. Todo se dice, se expone, se expresa,
todo adquiere fuerza de extroversión y deviene signo. El sistema funciona menos
gracias a la plusvalía de la mercancía que a la plusvalía estética del signo64.
Baudrillard, da por muerta la lógica de la producción (la teoría de Marx, en El Capital).
Pero no es el logos de la “reproducción”, lo que sustituirá a la vieja lógica de la
“producción”. Sino un nuevo (a la vez que siempre antiguo) logos-reproductivo-de-
señales y no de objetos. Nuevo logos que se ha ido apoderando del mundo. El logos de
la reproducción de las “señales”, no es como la reproducción-de-objetos (mera
producción industrial).
Son las “señales” en lugar de los “objetos”, los que se producirán y reproducirán ahora:
una semiurgia universal, que actuará al margen de la lógica marxista y al margen de la
62
BAUDRILLARD, Jean, "Duelo", Fractal N° 7, octubre-diciembre, 1997, año 2, volumen II, pp. 91-110.
63
Ibid.
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 28
Economía política.
La semiurgia de la moda se opone a la funcionalidad de la esfera económica. A la ética
de la producción, se opone la estética de la manipulación, de la duplicación y de la
convergencia en el único espejo del modelo: Sin contenido. ella la moda se convierte en
el espectáculo que los hombres se dan a sí mismos de poder, que tienen de hacer
significar lo insignificante.
El mundo del simulacro, como simulación de tercer orden (capital-a-préstamo) y de
cuarto orden (titulización-de-deuda), muestran este mundo informacional y
comunicacional, en el que Capital también ha adoptado su funcionamiento. Del mismo
modo que la sociedad, ya no se organiza entorno al trabajo (en las fábricas), sino
entorno a la Información (en la Tweeter, Facebook 65, world wide web, etc). “La matriz
de lo urbano ya no es la de la realización de una fuerza (la fuerza de trabajo), sino la de
la realización de una diferencia (la operación del signo). La metalurgia se ha convertido
en semiurgia.”66
Si el Capital ya no es producción de objetos, sino de informaciones o señales, entonces
el Capital funciona como un mensaje: emisión de señales-deuda, mercados bursátiles
de señales-índices, títulos de deuda como puras señales-sin-producción. Palabra-control
como llave de paso que permite el acceso del sujeto al sistema cibernético de los
cajeros y la financiación, etc. Código puro de señales, código genético del capital,
código semiótico del mensaje cifrado.
Con la producción ha habido pues una orgía de lo real y de su crecimiento. Se han
recorrido todos los caminos de la producción y de la superproducción de objetos, de
signos, de mensajes, de ideologías y placeres. Hoy todo está liberado y las cosas
quieren manifestarse. Los objetos técnicos, industriales, mediáticos, todos los artefactos
quieren significar, ser vistos, ser leídos, ser registrados, ser fotografiados de manera
obscena.
Baudrillard supo desafiar las formas de lo inhumano en el mundo contemporáneo: la
65
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "Facebook; del desprecio de las masas a la «sabiduría de las multitudes»", En Revista
Almiar – Nº 66 – 2012 – MARGEN CERO, Madrid, http://www.margencero.com/almiar/facebook-desprecio-masas/
66
BAUDRILLARD, Jean. El intercambio simbólico y la muerte, Monte Ávila Editores. Caracas Venezuela, 1980.
ARTHUR C. DANTO - Dr. Adolfo Vásquez Rocca 29
REFERENCIAS
– BAUDRILLARD, Jean, La guerra del Golfo no ha tenido lugar, Ed. Anagrama, Barcelona, 1991
– BAUDRILLARD, J., La ilusión vital. Siglo veintiuno de España Editores, Madrid, 2000,
– DANTO, Arthur C., “El Fin del arte”, El Paseante, 1995. núm. 22-23.
– DANTO, Arthur C., Después del fin del arte. El arte contemporáneo y el linde de la historia,
Barcelona, Paidós, 1999.
– DANTO, Arthur C., El abuso de la belleza. La estética y el concepto del arte. Barcelona, Paidós,
2005.
– DEBORD, Guy, La sociedad del espectáculo, Ed. Pre –Textos, Valencia, 1999
– GADAMER, H.G., “¿El fin del arte? Desde la teoría de Hegel sobre el carácter pasado del arte
hasta el antiarte de la actualidad” (1989), en La herencia de Europa.
– VATTIMO, Gianni, “Muerte o crepúsculo del arte” (1985), en El Fin de la Modernidad Nihilismo y
hermeneútica en la Cultura Posmoderna, Barcelona: Gedisa, 1996.
– VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, "La Posmodernidad. Nuevo régimen de verdad, violencia metafísica
y fin de los metarrelatos", En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas -
Universidad Complutense de Madrid, NÓMADAS. 29 | Enero-Junio, 2011 (I)